30 Sep 2016
ARTURO PÉREZ-REVERTE
El rojo emblema del valor, también titulado en español La roja insignia del
valor (The Red Badge of Courage), es seguramente la mejor novela de guerra
sobre la contienda civil norteamericana, y también una de las mejores novelas
de guerra de todos los tiempos. Escrita por el joven novelista estadounidense
Stephen Crane, fue publicada por entregas en The Philadelfia Press en 1894 y
vio la luz como obra completa, editada como libro, un año después.
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Soldado de caballería de la Unión con sable 1860. Boceto de Augusto Ferrer-Dalmau.
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atractivo, auténtico héroe de la Segunda Guerra Mundial, medalla de honor
del Congreso, que por aquel tiempo se había convertido en una estrella de
Hollywood y protagonizó algunas películas memorables, entre ellas El
americano tranquilo, basado en la novela homónima de Graham Greene.
Fue en el cine donde por primera vez conocí El rojo emblema del valor, y no
fue hasta mucho más tarde, a mediados de los años 70, cuando leí por primera
vez la novela en una edición francesa, pues hasta 1981 no se tradujo en
España. Y éste, con las primeras páginas de La Cartuja de Parma de Stendhal
y El duelo de Joseph Conrad, combinado todo ello con mis propios recuerdos
personales, fue uno de los textos que tuve en la cabeza cuando en 1983 escribí
en mi primera novela, El húsar, que es también la historia de un joven soldado
(de Napoleón y en la guerra de España, en este caso) en su primer día de
batalla. Por eso tuve siempre una especial inclinación por esta magnífica
novela de Stephen Crane; una novela corta, escueta, que situada junto a la
prolija y monumental Lo que el viento se llevó, de Margaret Mitchell
(publicada en 1936), constituye el contraste perfecto, el ejemplo de dos
formas extremas y por completo distintas, pero en ambos casos espléndidas,
de abordar la Guerra Civil norteamericana.
John Wayne, Harry Carey Jr, Ben Johnson y otros intérpretes de “La legión invencible” (John Ford) con el sable de
caballería US LC 1860.
Sable de caballería pesada modelo HC 1840 «Old Wristbreaker». Foto: Colección particular
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abrazaderas y anillas, boquilla estrecha falta del tornillo de fijación, batiente
de cresta asimétrico. Peso 2 kg. Se trata de un sable encargado por Tiffany a la
manufactura alemana de Solingen para equipar a un regimiento nordista
durante la Guerra de Secesión americana.
El anterior modelo de sable americano, el 1833 para dragones, no era un arma
fiable: era impopular entre la tropa y los oficiales, pues se consideraba
demasiado ligero y necesitaba un reemplazo sólido. La solución temporal en
1838 fue adquirir sables extranjeros que se probaron en campaña. La opinión
general se decantó en favor del modelo francés 1822 de caballería, así que se
usó éste como base para fabricar el modelo 1840. Los primeros contratistas
fueron Ames de Cabotville, Horstmann y Tifffany, y la primera remesa
encargada fue de 2.000 unidades, de las que la mitad se importaron de
Solingen. Sin embargo, debido a la necesidad inicial, algunos regimientos de
caballería también usaron sables prusianos, o británicos del modelo 1821,
como alternativa temporal hasta recibir el nuevo modelo 1840.
Para suministrar los 12.454 sables que contrató con el gobierno, Tiffany los
importó con guarnición de hierro, encardados a PDL de Solingen, sin fecha, y
a esa remesa corresponde este ejemplar. Al cesar la producción de este sable
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en 1858 se habían fabricado 23.700 unidades. Este sable se ganó el
sobrenombre de “Old Wristbreaker” (Viejo Rompemuñecas), pues su peso y
la forma de su hoja hacían sufrir la muñeca del jinete cuando golpeaba de
arriba abajo. Este sable se utilizó durante la guerra entre Estados Unidos y
México, y también durante las guerras indias de 1870 y 1880.
Al estallar la Guerra Civil americana, en 1861, los almacenes del Norte y del
Sur estaban llenos de este modelo; por eso fue muy utilizado por la caballería,
tanto confederada como de la Unión, pues el modelo 1860, que más tarde lo
sustituyó, no estaba aún disponible para todos los regimientos, y muchos no
llegaron a recibirlo hasta después de la guerra. Pese al término “para
caballería pesada”, en la caballería estadounidense no había caballería pesada
propiamente dicha, y este término se aplicaba al soldado de tipo dragón,
fuertemente armado con sable, pistola y carabina, que lo mismo combatía a
pie que a caballo. Por lo general, el sable se dejaba en la silla y se combatía a
pie con revólveres, carabinas Spencer y rifles Henry. Ya por esas fechas, las
armas de fuego de infantería y artillería habían convertido las cargas masivas
de caballería en ataques suicidas, aunque durante la Guerra Civil americana
hubo muchas excepciones, como la carga de la caballería de Virginia en Bull
Run. En Gettysburg, sin embargo, la caballería federal de Buford combatió pie
a tierra contra la infantería confederada.
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Sable de caballería pesada modelo HC 1840 “Old Wristbreaker”. Foto: Colección particular
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Los sables de la Guerra Civil fabricados por Roby se consideran por los
expertos como piezas de alta calidad: “Christopher Roby hizo un buen sable
de caballería, comparable en calidad y manufactura con el modelo 1860
fabricado por Ames, sable que era indiscutiblemente el mejor sable de
caballería que se hizo en los EEUU en ese momento” (John Tillmann, Civil
War Cavalry & Artillery Sabers). Entre 1861 y 1867, Roby fabricó 32.000
sables de caballería LC 1860 (fechados en 1861, 1863, 1864 y 1865, estos
últimos entregados después de la Guerra Civil) y un número indeterminado de
sables de artillería.
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el sable modelo 1860, pues lo usó tanto el Norte como el Sur, cada uno
fabricándolo por su cuenta.
A finales de la Guerra Civil se habían producido unos 300.000 sables modelo
1860: 200.000 por Ames, 32.000 por Roby, y otras grandes cantidades
fabricados o importados por Tiffany, Glace, Justice, y Emerson & Silver. Este
sable LC 1860 fue el habitual de las campañas de caballería en el Oeste, en las
que fue un clásico, y el general George Armstrong Custer y el 7º de caballería
lo llevaban en Little Big Horn. Desde su graduación en West Point, Custer usó
sables del modelo LC 1860, con los que se fotografió varias veces, y consta
históricamente que uno de ellos era un sable 1860 Roby de la remesa 1864,
que tenía en la bigotera exactamente las mismas marcas y año de fabricación
que este ejemplar (“C. Roby, W. Chelmsford Mas” y “US 1864 AGM”).
Algunos ejemplares del modelo LC 1860 aún estaban en servicio en 1898
durante la guerra con España, y fue adquirido en grandes cantidades por la
industria del cine a partir de los años 20.