El propósito de las palabras:

Una insignificante palabra dada por nosotros puede dañar a las

personas o a sus sentimientos, o hacer que alguien se enoje, y el reverso
de esto también es verdad: una palabra para nosotros puede hacer que
las personas sean felices o calmar el dolor. Originalmente éste no era el
propósito de las palabras, éstas no fueron desarrolladas para que las
personas pudieran hablar con otras o pudieran intercambiar ideas o
sentimientos. El propósito original de las palabras fue diferente de esto.
La Biblia explica: "En el comienzo fue la palabra, y la palabra está con
Dios y el verbo es Dios". ¿Qué quiere decir acerca de la definición
esencial de las palabras? Que en el comienzo fue el verbo y el verbo era
Dios y la palabra era Dios y era el movimiento de Dios y la actividad de
Dios y la resonancia de Dios. Originalmente, cuando los seres humanos
llegaron de Dios, ellos fueron UNO con Dios y podían directamente sentir
su resonancia y hablar con Dios. Durante algún tiempo ellos pudieron
sentir directamente los sentimientos de los otros. Para comunicarse con
ellos no necesitaban el uso de las palabras, ellos podían comunicarse
perfectamente con algunas palabras, pero simplemente sintiendo las
otras ideas o sentimientos. Ahora, nosotros podemos volver a estar en
este reino de la comunicación “corazón con corazón”. Las madres
pueden percibir los sentimientos de sus bebés o hijos y no necesitan
hablar. Los enamorados y amantes pueden entender cuál es el
sentimiento de su pareja sin necesidad de las palabras. Por medio de
los sentimientos que preceden a las palabras, nosotros podemos sentir
la tonada en cualquier otro. ¿Por qué la gente necesita el uso de las
palabras? Ellos necesitaron el uso de las palabras, no para hablar con
otros pero sí para hablar consigo mismos. Ellos pudieron sentir la
resonancia Divina saliendo de las palabras. Ellos usaron las palabras
para hablar acerca de ellos mismos no para hablar con otros. ¿Qué
función tiene esto todavía? ¿Cuál fue la necesidad de las palabras? Las
personas necesitaron palabras para dar forma a la materia -activar- en
este mundo tridimensional. Intuición, sentimiento y creativo poder tienen
los seres humanos; este significado está contenido en esta frase: “En el
comienzo fue el verbo, el verbo es Dios y es Luz”. Nosotros estamos
diciendo qué importancia tiene el crear este mundo con el misterioso
poder de las palabras. Las cosas materiales fueron creadas a través del
poder espiritual y la Divina energía del poder de las palabras. En el
comienzo, las palabras iban directamente hacía el Dios Universal. Al
ejercer de lleno el infinito reino, infinita creación, infinito poder creativo,
los seres humanos descubrieron que el Divino reside en ellos mismos,
entonces como expresión de sus pensamientos y a través de las
palabras habladas, generaron materia en este mundo. Las palabras
que ellos enviaron hacia adelante, las direccionaron hacia sí mismos, y
las ofrecieron al Dios Universal. Éste es el resultado de personas con
poder energético emergiendo en el inmenso poder universal, esto es lo
que causó pensamientos para dar forma a este mundo. Esta clase de
actividades que ahora llevan los nombres de invención y
descubrimiento, se refieren al momento en que llamamos a nuestra
propia energía, el infinito poder manifiesto y creativo acerca de las
 palabras. La creación material no puede ser dibujada en este mundo a
través de pensamientos solamente, sólo cuando nuestros pensamientos
son vocalizados son transformados en palabras y tienen poder y energía
agregados a ellos, que hacen que la materia tome forma en este mundo.
Es por esto que digo que en el principio, las palabras no eran para ser
usadas en la comunicación entre personas, no eran usadas para hablar
con otros acerca de nosotros mismos. En un principio, las palabras
realmente tenían poder de creación y no de comunicación hacia otros1.

1
Este texto fue extraído de los cuadernillos de información mensual que los miembros de Byakko Shinko Kai
-institución que nos reúne bajo la idea y la realización del proyecto de Paz mundial-, recibimos desde Japón.
Éste corresponde al año 2001.