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Unificando las seis energías

Una vez practicados los ejercicios en forma individual y habiendo experimentado


los cambios correspondientes a la práctica de los mismos, se podrá pasar a otro
estadio de la práctica dinámica del ejercicio. Ésta es la serie completa que nos
permitirá sintonizarnos de una forma diferente con todas las expresiones de la
energía y llevar la unificación a nuestro cuerpo, mente y espíritu.

El ejercicio que presentamos a continuación, nos brindará calma, bienestar, paz


espiritual y por sobre todo, nos hará sentir íntegros, al poner en práctica todos
los conceptos vertidos en este libro.

Como primera medida, comenzaremos ubicando la postura y realizando


respiraciones pausadas y profundas, tratando de llenar los pulmones y las
células de luz e información a través de cada inspiración y, de limpiar nuestra
energía mediante cada exhalación.

Una vez ubicados en la postura, colocamos las manos en el corazón tal como
hemos indicado anteriormente y comenzamos a realizar el primer movimiento:
reconocimiento de la energía. Realizamos un circuito de nueve movimientos y sin
detenernos para abrir nuevamente, vamos pasando al próximo ejercicio. Así
llegamos al de enraizamiento en la Tierra, para después cerrar el proceso
volviendo al primer ejercicio de las manos enfrentadas.

Al realizar el noveno movimiento, separamos los dedos y empezamos a unirlos


como si sostuviésemos una esfera en el centro de las manos, dedo con dedo,
percibiendo las sensaciones. Notaremos que muchas veces los dedos se atraerán
rápidamente y otras, en cambio, se rechazarán. Esto delatará nuestra
fluctuación de energía.

Al finalizar, llevar la mano en posición de oración sobre el pecho y concentrarse


solamente en el espacio que queda entre ambas manos; respetando ese espacio,
la mano izquierda quedará sobre el centro del pecho, y la izquierda, en el
Tantiem. Equilibraremos ambos centros, visualizando alternadamente una y otra
mano, recordando el principio que dice que "donde está el pensamiento está la
energía".

En el momento que lo deseamos, la mano derecha comenzará a subir rozando el


cuerpo y se mantendrá sobre la izquierda, apenas sobre la piel, creando así un
campo que traerá toda la información y unificará nuestros centros sobre el
corazón. Al permitir que éste transmita el trabajo del conjunto del ejercicio por
medio de los canales de energía, borraremos todos los pensamientos negativos
que han quedado residualmente en nuestro campo mental.

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