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El Espejo y la Identidad

LA CULTURA
COMO UNA EXPERIENCIA
TRANSUBJETIVA

Armando Millán
Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC)
armando@proyecto-mandala.com

Resumen
El presente texto pone en cuestión las definiciones convencionales de
“cultura” que la consideran una acumulación de objetos materiales o
un conjunto definido de individuos. A partir de mediados del siglo XX,
nuevas interpretaciones de lo cultural han emergido como resultado de
la investigación en el campo de la antropología cultural, resaltando la
importancia de la construcción simbólica e interpretativa de los hechos
experimentados por los individuos. De este modo, la experiencia de la
cultura se aleja del terreno de lo objetivo y lo material y cobra forma como
una experiencia subjetiva y mental. Esta experiencia subjetiva, sin embargo,
no quiere decir que cada cual crea contenidos de conciencia de manera
aislada, se trata de patrones compartidos y colectivos, lo que implica que la
experiencia de lo cultural es de naturaleza transubjetiva.

Palabras clave
DE LETRAS

Comunicación, cultura, antropología, identidad, transubjetividad

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POZO
La experiencia de la cul- rés. Así, el encuentro con el
LABERINTOS

tura, en cierto modo, parece “otro” puede generar recelos


asemejarse a aquella expe- y aprensiones similares a los
riencia tan trivial que consiste que surgen al colocarse frente
en mirarse al espejo cada a un espejo. La imagen que
mañana. Un espejo es un ob- aparece ante nosotros nos
jeto pasivo pero que contiene devuelve una figura similar
las verdades de la realidad: a la que creemos conocer
no nos engaña ni nos gasta sobre nuestro “ yo”, pero con
bromas. El espejo habla con la pequeñas o, a veces, gran-
cruda constatación de lo que des variaciones. Casi resulta
es, de lo que existe, y de cómo la imagen distorsionada de
nos vemos para el resto del uno mismo. La cultura opera
mundo. Pero esta experiencia de manera similar. Confron-
puede no resultar agradable. ta nuestra identidad, ya no
Solemos tener una imagen del “ yo” sino del “nosotros”
idealizada de nosotros y, a respecto de un conjunto de
veces, el espejo nos devuelve individuos aparentemente
una imagen que hubiésemos ajenos a nuestra experiencia.
preferido no tener que obser- Y este encuentro puede estar
var. Puede ser simplemente el marcado por la indiferencia, el
exceso de grasa acumulado en temor, el rechazo o la acogida
la cintura, un corte de cabello generosa. Depende de cuanta
inusual o tal vez una cicatriz suspicacia nos despierten los
que no se puede borrar de “otros” a raíz de su manera de
nuestro rostro. No resulta fácil ser y de vivir, o de cuán segu-
mirarse al espejo. ros estamos de la identidad
que poseemos.
Del mismo modo, no es
sencillo enfrentarse con el
“otro”, con el desconocido.
La cultura entendida como
un fenómeno específicamente
Se puede decir que la
cultura, en su dimensión más
humano nos confronta ante profunda y fundamental, nos
la permanente necesidad de coloca permanentemente ante
establecer contacto entre un la experiencia de lidiar con el
“ nosotros” conocido y un extranjero, con aquel “otro”
“otros” sumido en la oscuridad que no conozco y cuya sola
de la ignorancia o el desinte- existencia suele contraponer
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DE LETRAS
o cuestionar los principios que sociedades humanas. Pero no
rigen nuestra conducta y que resulta sencillo resolver este
soportan los elementos cons- dilema del encuentro entre
titutivos de la identidad. De desconocidos. Durante siglos,
ello da cuenta, precisamente, este conflicto se ha resuelto
la experiencia de Ryszard de distintos modos, sin que
Kapuscinski(1): “Cualquier exista unanimidad de criterio
persona arrancada –volunta- acerca de las características
riamente o no– de su cultura, y la naturaleza de la cultura.
paga por eso un alto precio. Por esa razón, en el presente
Por tal motivo es importante artículo exploraremos en estas
poseer una identidad propia distintas concepciones de la
y definida, así como la firme cultura, tratando finalmente
convicción de la fuerza, del esbozar las características de
valor y la madurez de esta un enfoque novedoso llamado
identidad. Solo así una per- cultura transubjetiva.
sona puede afrontar con se-
renidad otra cultura. En caso
contrario, tenderá a encerrar-
se en su escondrijo, a aislarse,
LA CULTURA DESDE EL
temerosa del mundo que la RELATIVISMO CULTURAL:
rodea. Con más razón porque UNA INTERPRETACIÓN
el Otro no es más que el reflejo
de su propia imagen, como él ENTRE LA FÍSICA Y LA
mismo lo es para el Otro, un BIOLOGÍA
reflejo que lo desenmascara,
lo desnuda, cosas que en
general uno prefiere evitar ” El campo de la cultura co-
(Kapuscinski 2007: 21). rresponde con el reino de lo
aprendido, de lo adquirido y
De este modo, “cultura” y de lo producido. La cultura no
“encuentro entre individuos resulta ser un rasgo recibido
distintos” cobran una nue- por naturaleza, genético ni
va dimensión, clave para la biológico, sino una facultad
coexistencia humana. Es en propia de cualquier ser hu-
esta permanente relación e mano: un potencial para crear
interacción que se generan objetos, nociones o símbolos.
los hechos y acontecimientos Así, todos los individuos po-
DE LETRAS

históricos que configuran las seemos cultura, sea cuál sea

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POZO
nuestra condición y nuestra marse a un universo cultural
LABERINTOS

situación en cualquier parte significará comprender su


del mundo. La cultura varia- racionalidad, algo solo posi-
rá, en consecuencia, no por ble a través de la tolerancia
las cualidades intrínsecas y el respeto, especialmente si
individuales de los miembros es que las costumbres ajenas
del grupo social, sino por cuestionan profundamente las
razones históricas, sociales y propias. Significará la toma de
económicas. conciencia de lo contingente y
lo arbitrario de nuestro propio
La cultura puede ser con- punto de vista (Portocarrero
siderada, de este modo, como 2004: 294).
un “tejido” simbólico, una red
de significaciones que se plas- Fue precisamente desde
ma en un cosmos, un orden la Antropología que se puso
que establece el sentido y pro- sobre el tapete la valoración
porciona el significado al gru- igualitaria y respetuosa por lo
po social. Desde esta mirada, extranjero y el “otro” descono-
no existen culturas superiores cido. Y es que anteriormente,
ni inferiores, cada una de ellas las diferencias entre grupos
es la expresión de una lógica humanos se jerarquizan en
particular de sus integrantes escalas que sancionaban a
que les otorga racionalidad las culturas como superiores
a sus acciones. Por ello, aso- o inferiores. Es producto de
este contexto que el origen
de la disciplina antropológica
adquiere un carácter contro-
versial, pues sus inicios como
LA CULTURA PUEDE SER
ciencia social se desarrollaron
CONSIDERADA, DE ESTE MODO, a la par de la dominación
imperial británica en sus colo-
COMO UN “TEJIDO” SIMBÓLICO,
nias de África y Asia entre los
UNA RED DE SIGNIFICACIONES siglos XIX y XX. El antropó-
logo y el funcionario colonial
QUE SE PLASMA EN UN COSMOS,
eran colegas, compartían
UN ORDEN QUE ESTABLECE EL el mismo entorno político y
administrativo. Incluso los
SENTIDO Y PROPORCIONA EL
funcionarios británicos se
SIGNIFICADO AL GRUPO SOCIAL. servían de los informes de
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DE LETRAS
los antropólogos –entonces
bisoños especialistas de la
historia y la cultura– para en-
Esta actitud acadé-
mica de respeto por las cos-
tender las características de tumbres ajenas ha tomado
las extrañas instituciones po- varios decenios en cuajar por
líticas y sociales encontradas completo. Hacia fines del
en ultramar. A pesar de ello, siglo XIX, los fundadores de
existían notables diferencias la antropología como Henry
en la intencionalidad de uno Maine, Edward B. Tylor o
y otro: James Frazer, eran más bien
pensadores de gabinete que
“El funcionario quie- difícilmente estaban dispues-
re convertir en súbditos tos a contrastar sus reflexio-
obedientes a los conquis- nes, muchas veces prejuicio-
tados-colonizados. El antro- sas, con hechos recogidos en
pólogo, en cambio, quiere el propio campo. Recién con el
conocer su mundo social, la surgimiento de antropólogos
racionalidad de sus compor- jóvenes en las primeras déca-
tamientos, la (posible) sabi- das del siglo XX –Bronislaw
duría de su universo mental. Malinowski y Franz Boas a la
El desprecio por lo nativo, la cabeza– dispuestos a obtener
convicción sobre la propia de primera mano las fuentes
superioridad son los fun- de sus reflexiones y análisis,
damentos de la actitud del se colocan firmemente las
colonizador. Sea como fuere, bases de lo que luego cons-
el antropólogo tiene que tituirán los fundamentos de
hacer trabajo de campo, per- la disciplina antropológica
manecer largo tiempo con actual, al menos en lo que
la población que estudia, a su faceta metodológica se
mirar el mundo con los ojos refiere. Es recién a partir de
de los ‘nativos’, colocarse en la influencia de la antropolo-
su pellejo. De esta situación gía cultural norteamericana
existencial, de interés y aca- que comienzan a acumularse
so respeto por el otro, nace los registros y las etnografías
un nuevo concepto de cultu- precisas acerca de medios y
ra” (Portocarrero 2004: 294). estilos de vida hasta entonces
desconocidos, pero recogidos
de manera sistemática y pro-
DE LETRAS

fesional. El material obtenido

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POZO
será copioso, pero rico en de atributos y productos de
LABERINTOS

información. las sociedades humanas extra


somáticos y transmisibles por
En un célebre estudio pu- mecanismos distintos de la
blicado en 1952, los antropó- herencia biológica parecía no
logos norteamericanos Alfred haber sido concebida antes de
Kroeber y Clyde Kluckhohn 1750. Incluso iban más lejos
dieron cuenta que habían al considerar que si bien los
recogido 164 definiciones términos “cultura” (en ale-
distintas de “cultura”, lo que mán, Kultur) y “civilización”
demostraba la dificultad de (en francés y en inglés) tienen
manejo de un concepto am- su partida de nacimiento en
plio y abstracto cuyo conteni- el siglo XVIII, el concepto
do es difícil de precisar y de- moderno de cultura parece
limitar. Kroeber y Kluckhohn establecerse mucho después,
incluso ponían en evidencia avanzado ya el siglo XIX (Ha-
la juventud del concepto al rris 1987: 8).
considerar que la noción de
la cultura como un conjunto Esta búsqueda de aclarar
la naturaleza de la cultura a
través del reconocimiento de
la validez de las experiencias
EN UN CÉLEBRE ESTUDIO
humanas y geográficas de dis-
PUBLICADO EN 1952, tinta índole estuvo marcada,
sin embargo, por la extendida
LOS ANTROPÓLOGOS
y poco cuestionada idea de
NORTEAMERICANOS ALFRED que la cultura consiste en
un conjunto de rasgos que
KROEBER Y CLYDE KLUCKHOHN
pertenecen o coinciden con
DIERON CUENTA QUE HABÍAN los de un grupo humano en
particular y que se concretan
RECOGIDO 164 DEFINICIONES
en una determinada área geo-
DISTINTAS DE “CULTURA”, LO QUE gráfica. En realidad, parece
tratarse de una definición de
DEMOSTRABA LA DIFICULTAD DE
sentido común que se va asen-
MANEJO DE UN CONCEPTO AMPLIO tando con el tiempo. Estos
tres componentes: i) rasgos o
Y ABSTRACTO CUYO CONTENIDO ES
costumbres; ii) grupo social o
DIFÍCIL DE PRECISAR Y DELIMITAR. conjunto particular de indi-
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DE LETRAS
viduos; y, iii) área geográfica tan claramente definibles y
específica; suelen ser el eje delimitables, si es que tienen
sobre el que se construye la ese carácter homogéneo en
definición típica de la cultura su interior, si es que verdade-
y que persiste hasta hoy. ramente las podemos ubicar
en el tiempo y en el espacio,
Así, se reconoce la exis- entonces las culturas casi pue-
tencia de un grupo humano, den ser consideradas como
histórico, claramente identi- objetos que se encuentran en
ficable, que se ubica en una el reino de la naturaleza. Este
localidad o región geográfica carácter casi “tangible” de la
específica. A este conjunto cultura ha generado dificul-
de individuos tangibles y tades conceptuales, especial-
concretos se les adjudica –o mente cuando una cultura,
ellos mismos se autoadjudi- homogénea y particular, se
can– una forma de vida, unos encuentra con una cultura
rasgos o unas costumbres que distinta, a su vez homogénea y
les resultan incuestionable- particular. ¿Qué ocurre cuan-
mente “propias”. Es esta la do dos culturas entendidas de
concepción de cultura a la que esta manera se colocan frente
se alude cuando se asume que a frente? Una posible respues-
la población afro-peruana tie- ta corresponde a un fenómeno
ne especiales cualidades para que los especialistas suelen
el baile, que los brasileños son llamar “aculturación”.
todos muy alegres o que en
la India la espiritualidad se
encuentra a cada vuelta de
esquina. Esta idea de cultura
es una consecuencia directa
Tómese en cuenta que
al mencionar “dos culturas
de la perspectiva relativista que se colocan frente a fren-
cultural y es considerada por te” estamos implícitamente
algunos autores como una haciendo alusión a que las
manifestación de los viejos culturas pueden moverse y
significados de cultura(2). detenerse, voltearse y en-
derezarse, ordenarse una al
Sin embargo, hay inconve- costado de la otra o ponerse
nientes visibles relacionados en contraposición física. Es
con esta concepción de la curioso cómo las metáforas
DE LETRAS

cultura. Si las culturas son del lenguaje revelan con cla-

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POZO
ridad nuestras concepciones de afuera elimina lo que había
LABERINTOS

del mundo. La cultura como adentro.


un ente físico y corpóreo
forma parte de nuestro sen- Esta visión de lo cultural
tido común y, muchas veces, es útil para explicar los “cho-
actuamos e interpretamos las ques de culturas”, o de civili-
acciones de otros individuos zaciones, si se quiere, como
de acuerdo con estos prejui- se puso en boga en Estados
cios o esquemas mentales. Unidos después del atentado
Por ello, el término mismo de contra el World Trade Centre
aculturación resulta significa- en 2001. La aculturación co-
tivamente cuestionable. Este rresponde a una de las expli-
concepto resuelve el “encuen- caciones más simples acerca
tro entre culturas” afirmando de cómo funciona la cultura.
que los rasgos específicos En sus fundamentos subyace
culturales pueden transferir- la visión de las culturas como
se de una sociedad a otra. Es estructuras corpóreas, casi
como si un conjunto de datos materiales, que coexisten en
fueran grabados en un disco espacios separados, razón por
duro y “chancaran” lo que se la cual es posible denominarla
tenía previamente grabado. interpretación mecánica y cor-
Lo nuevo borra lo antiguo, lo poral de la cultura. Desde esta
mirada, una cultura asume la
función de un ente operado
de manera autónoma, pero de
naturaleza robótica, mecani-
LA ACULTURACIÓN CORRESPONDE cista. Así, las culturas tienen
las mismas características
A UNA DE LAS EXPLICACIONES
que las criaturas salvajes de
MÁS SIMPLES ACERCA DE CÓMO la naturaleza: cuando una es-
pecie se expande en demasía
FUNCIONA LA CULTURA. EN SUS
tiene la necesidad de ocupar
FUNDAMENTOS SUBYACE LA nuevos territorios, los cuáles
serán dominados y sus anti-
VISIÓN DE LAS CULTURAS COMO
guos habitantes –las culturas
ESTRUCTURAS CORPÓREAS, CASI “originales”– exterminados.
MATERIALES, QUE COEXISTEN EN
Desde esta óptica, las cul-
ESPACIOS SEPARADOS turas se enfrentan y sobrepo-
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DE LETRAS
Gráfico No. 1: Interpretación mecánica y corporal de la cultura
(Elaboración: Mavi Vásquez)

nen entre sí. Se considera a Perú han contrapuesto a una


las culturas como si fueran población andina o indígena
objetos que ocupan un lugar selvática que sobrevive a ma-
en el espacio por lo que –de nera de rezagos de tiempos
acuerdo con las leyes de la pasados que hay que prote-
física– no pueden ubicarse ni ger, frente a la necesidad de
coexistir en el mismo lugar. implementar modernización
Ante el surgimiento de este y desarrollo con el fin de de-
dilema, una cultura –a la ma- jar atrás las taras del pasado.
nera de un cuerpo material– Es dentro de este debate que
deberá “empujar” o “arrimar” se inscriben tesis similares a
a la otra (ver Gráfico No. 1). las del “perro del hortelano”.
Es precisamente esta mirada, Pero ni los defensores de una
por ejemplo, la que sustenta o de la otra posición escapan a
la dicotomía entre lo andino esta concepción dual y exclu-
y lo hispano. En su esencia, yente de la cultura, en la que
el discurso no acepta la idea es percibida como un bloque
de coexistencia. Es uno u otro, compacto que puede preser-
nunca los dos, lo cual obliga varse o desaparecer.
a definir posiciones. Así, será
necesario tomar partido por En la mirada dicotómica
una cultura hispánica, forá- de la aculturación no es po-
nea, o por una cultura andina, sible explicar los cruces de
aborigen. Las versiones más rasgos culturales distintos ni
recientes de esta interpre- la coexistencia de los mis-
DE LETRAS

tación de la cultura en el mos en un mismo contexto.

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POZO
Las evidencias, sin embargo, Para explicar este conjunto
LABERINTOS

demostraban que dentro de de fenómenos de intercambio


nuestro escenario autóctono e intersección cultural fue
andino operaban elementos necesario acuñar un nuevo
culturales hispánicos sin con- concepto: el “mestizaje”. Re-
tradicción evidente. ¿Acaso sultado de la influencia de las
la fiesta de la Virgen del Car- discusiones sobre el racismo y
men(3) no muestra a la vez la importancia de la biología
las manifestaciones religiosas en la conformación de las
católicas heredadas de Occi- sociedades en la primera mi-
dente con la supervivencia tad del siglo XX, el mestizaje
de la divinidades autóctonas? suponía una nueva manera
¿No es verdad que los campe- de caracterizar la cultura(4).
sinos de Cajamarca utilizan En este caso, la lógica me-
la lengua castellana para cánico organicista se llevaba
sus actividades domésticas y más lejos aun. Las culturas
extra-domésticas? ¿Cómo nos constituían metáforas de orga-
podríamos imaginar un mun- nismos vivos, pero no necesa-
do andino que no utilizara la riamente se exterminaban al
rueda, el buey o el trigo para encontrarse o al “crecer” de
sus actividades de naturaleza manera excesiva. A esta mi-
agrícola? rada tan particular, podemos
llamarla interpretación bioló-
gica y corporal de la cultura.
Dentro de esta perspectiva, las
culturas pueden relacionarse
RESULTADO DE LA INFLUENCIA entre sí, se completa el ciclo
vital y ahora no solo nacen
DE LAS DISCUSIONES SOBRE EL
y mueren, sino que tienen
RACISMO Y LA IMPORTANCIA DE LA la opción de “reproducirse”.
Los teóricos del mestizaje,
BIOLOGÍA EN LA CONFORMACIÓN
así como los que defienden el
DE LAS SOCIEDADES EN LA sincretismo, apostaban por-
que el intercambio de rasgos
PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX, EL
culturales entre las culturas
MESTIZAJE SUPONÍA UNA NUEVA originarias dieran a luz una
tercera, nueva, con caracte-
MANERA DE CARACTERIZAR LA
rísticas propias producto de
CULTURA
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DE LETRAS
Gráfico No. 2: Interpretación biológica y corporal de la cultura
(Elaboración: Mavi Vásquez)

los encuentros e intercambios la perspectiva “mestiza” de lo


(ver Gráfico No.2). cultural, del mismo modo que
el debate sobre las culturas
Puede resultar un tanto ob- híbridas se enmarcan dentro
via la debilidad de estos argu- de este enfoque.
mentos. Si las culturas se re-
producen, entonces... ¿tienen Ahora bien, ya sea en la
sexo? ¿Es posible hablar de interpretación mecánica de la
culturas femeninas y culturas cultura o en esta otra biológi-
masculinas? ¿Cuáles son los ca, se asume en ambos casos
componentes del padre o de la que la cultura proporciona un
madre que heredarán las cul- conjunto de conocimientos,
turas “hijas”? ¿Cuáles serán habilidades y prácticas que
las leyes genéticas que rigen constituyen un universo inte-
estos intercambios? Preguntas ligible para la vida social. Un
complicadas para entender conjunto de individuos, dis-
todo el género de culturas tintos entre sí, que comparten
híbridas, chichas y “combis” un estilo y una forma de vida:
que pretenden racionalizar el “El énfasis es el de la espe-
proceso migratorio de las últi- cificidad, considerando que
mas cinco décadas en nuestro se trata de algo delimitable
país. La famosa cultura chicha y diferenciador. Así, cuando
DE LETRAS

es, en efecto, hija natural de se describe una comunidad

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POZO
humana puede constatarse una ficción ya que, como se
LABERINTOS

que posee unas características comprobaría a lo largo de


propias relacionadas con las distintos estudios durante el
formas de obtener la subsis- siglo XX, la mayoría de estas
tencia, las instituciones, la sociedades tenían contacto no
organización del parentesco, solo con antropólogos, sino
los estilos de vida y lo sistemas también con comerciantes,
de representaciones” (Comas misioneros y funcionarios de
D’Argemir 1996: 106). la colonia: “Las sociedades no
eran ni inmutables ni delimi-
Esta particular mirada tadas, sino parte de un orden
sobre la cultura tiene impli- mundial dominado primero
cancias significativas. Una por el colonialismo y más
cultura resultaría ser muy tarde por las naciones estado,
específica y claramente iden- el capitalismo internacional y
tificable en el tiempo y en el las agencias internacionales”
espacio, siendo aquello que (Wright 2004: 130). Vistas las
identifica a un grupo humano limitaciones de este marco
y lo diferencia de otros. Es el interpretativo de la cultura,
punto de partida del concepto se hacía necesario un enfoque
de “área cultural”, acuñado y alternativo que llegaría con
defendido por Alfred Kroeber las reflexiones del norteame-
y heredado por la Antropolo- ricano Clifford Geertz.
gía Cultural en Norteamérica.
La labor del antropólogo,
desde esta perspectiva, estaría
centrada en la realización de
CULTURA Y
trabajos etnográficos en los CONSTRUCCIÓN DE LA
que se de cuenta, de la ma- IDENTIDAD CULTURAL
nera más exhaustiva posible,
de los rasgos particulares de
lo que se llamarán comuni- A comienzos de los años
dades o grupos étnicos. Sin setenta del siglo XX, el li-
embargo, esta perspectiva bro del antropólogo Clifford
de la cultura puede ser des- Geertz, La interpretación de
virtuada, incluso, a través de las culturas, revoluciona el
hechos históricos. Las cultu- concepto mismo de la cultura
ras autocontenidas y homo- y abre la puerta para una pers-
géneas resultaban claramente pectiva basada no en aspectos
POZO

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DE LETRAS
materiales de la misma sino mismas características o ras-
en criterios subjetivos, menta- gos identificables? Es decir,
les e internos. Para Geertz, la ¿los miembros de una misma
cultura resulta ser una cons- cultura tienen algo objetiva-
trucción simbólica, es decir, mente común? La tesis prin-
un sistema de creencias que cipal acerca de la naturaleza
permite otorgarle sentido y del nacionalismo planteada
significación a los hechos y por el politólogo británico Be-
eventos que se experimentan nedict Anderson a través del
individual y colectivamente. concepto de “comunidades
Este proceso se da a través de imaginadas” puede ayudar
un proceso hermenéutico o de a aclarar estas cuestiones y a
“interpretación” del contexto echar luces sobre la particu-
de los individuos, que es el laridades del fenómeno de la
marco en el que las acciones cultura.
humanas cobran significado.
Los rasgos culturales, por
tanto, no ocurren en abstracto,
sino que se recontextualizan
a nivel local, adquiriendo una
Al analizar las carac-
terísticas del sistema político
especificidad concreta. Así, el basado en los estados-nacio-
reto para el antropólogo está nales heredados de la Moder-
planteado: debe reconstruir nidad, Anderson propone una
los contenidos simbólicos y definición de nación que ya
los significados dentro del se ha convertido en clásica:
contexto cultural en los que la nación se trataría de “una
surgen. No tienen sentido comunidad política imagi-
fuera de él. nada como inherentemente
limitada y soberana” (Ander-
Pero, ¿cómo lo cultural son 1993: 23). La considera
pertenecería al campo huma- imaginada en el sentido de
no de lo subjetivo e interno que los miembros de la co-
cuando es posible verificar la lectividad no se conocen ni se
existencia de materiales y pro- pretenden conocer totalmen-
ductos culturales tangibles? te entre sí, pero comparten
¿No es acaso que los grupos una imagen mental de su
humanos que se consideran comunión o entrelazamiento
parte de una misma cultura social. Por ejemplo, sabemos
DE LETRAS

comparten, ciertamente, unas que resulta imposible que

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POZO
un habitante de la capital miembro del colectivo tendrá
LABERINTOS

peruana, Lima, sea capaz que “imaginar ”, con mayor


de conocer personalmente intensidad, la existencia de
a los casi nueve millones de estas personas con las que
personas que habitan en la comparte un vínculo aparen-
ciudad. Ningún habitante de temente real(5). Ahora bien,
la capital pretendería aquello Anderson hace referencia a
y, por el contrario, tendrá que Hugh Seton-Watson, quien
“suponer”, de manera incons- afirmaba que la existencia
ciente, que varios millones de de una nación se constata-
limeños que nunca ha visto ba cuando un número de
en su vida cuentan con gus- miembros significativo de la
tos, costumbres y tradiciones comunidad se consideraba
similares a las suyas, lo que parte de una nación o, en todo
los hacen sentirse parte de un caso, se comportaba como si
mismo colectivo, en este caso, así ocurriera. Es decir, basta
la ciudad. que un grupo significativo de
individuos crea seriamente
Imaginemos ahora la mis- que forma parte de “algo”,
ma situación pero amplificada entonces ese “algo” adquiere
para el ámbito de los esta- realidad en la mente y en el
dos-nacionales, con veinte, comportamiento de los invo-
doscientos o mil millones de lucrados.
ciudadanos. La dificultad para
abordar esta paradoja social Para los miembros de esa
será, sin duda, mucho más colectividad, puede resultar
exigente. En consecuencia, el evidente la existencia de vín-
culos raciales, sociales, his-
tóricos e incluso ideológicos.
Sin embargo, dichos vínculos
pueden no ser comprobables
EL MIEMBRO DEL COLECTIVO
ni empírica ni objetivamente.
TENDRÁ QUE “IMAGINAR”, La pertenencia a un estado
nacional y el involucramiento
CON MAYOR INTENSIDAD, LA
emocional que consigue des-
EXISTENCIA DE ESTAS PERSONAS pertar puede llevar a construir
lazos aparentemente absurdos
CON LAS QUE COMPARTE UN
que, aún así, resultan absolu-
VÍNCULO APARENTEMENTE REAL tamente reales y verificables
POZO

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DE LETRAS
para los miembros de una tienen el euskera, los cata-
nación. Justamente, dice An- lanes tienen el catalán, pero
derson, “la magia del nacio- los andaluces no tenemos
nalismo es la conversión del lengua’. El pobre hombre no
azar en destino” (Anderson quería decir que les hubiese
1993: 29). Así, la construcción comido la lengua el gato,
de la identidad política, social sino que no tenían una len-
y cultural de los individuos se gua prohibida, una lengua
ve permanentemente afectada desde la que oponerse y a
por este tipo de procesos. La partir de cuya persecución
identidad no se hereda “ge- fraguarse su identidad”
néticamente” de generación (Savater 1985: 38-39).
en generación sino que, por
el contrario, se trata de un
constructo elaborado a partir
de las características físicas y
objetivas reconocibles, pero
Así, el primero de los
inconvenientes de la concep-
también como resultado de ción de la cultura como un
las necesidades de los propios todo homogéneo y claramente
individuos en la búsqueda del delimitado es que toma por
reconocimiento de su autono- realidad evidente e incuestio-
mía ya sea personal (en el pla- nable (la “Nación” o “nuestra
no de lo privado) como colecti- cultura”) una convención
va (en el ámbito de lo público). establecida generalmente
El filósofo español Fernando de manera inconsciente (la
Savater daba cuenta de los “comunidad imaginada”):
más absurdos reclamos por la “equiparar cultura a comuni-
autonomía e identidad nacio- dades una manera de referirse
nal en España: a la cultura, convirtiéndola en
una entidad estable en lugar
“Y también aquel nacio- de un proceso de lucha por la
nalista andaluz que, en un creación del significado. Es
simposio sobre la identidad entonces, por ejemplo, que
nacional de España, (…) podemos hablar de ‘nuestra
pretendió convencer a los cultura’ en oposición a ‘su cul-
oyentes de que la situa- tura’, implicando falsamente
ción de Andalucía era más un límite preciso y una homo-
grave que la de Euskadi o geneidad cultural interna que
DE LETRAS

Catalunya, pues ‘los vascos

117
POZO
raramente existe” (Jansson filósofo canadiense Charles
LABERINTOS

2000: 61). Taylor, quien afirma que la


identidad del ser humano no
se construye monológicamen-

Ahora bien, la iden-


tidad cultural no se compone
te, sino dialógicamente(6).

En efecto, Taylor hace


solamente de la expresión énfasis en el carácter esen-
de la homogeneidad interna, cialmente dialógico del ser
sino más bien se nutre de las humano. Él afirma que los
diferencias para constituirse. individuos nos autodefinimos
Esta experiencia dicotómica, y constituimos en seres plenos
esta paradójica “distinción a través de la adquisición de
que une”, puede constatarse lenguajes o modos de expre-
fácilmente en la interacción sión que provienen de las
cotidiana de los individuos. personas que rodean nuestro
El hermano menor, de perso- crecimiento. Estos lenguajes
nalidad díscola y desestruc- no los adquirimos de manera
turada, puede construir su independiente, sino a través
identidad –la definición de de la interacción con otros
quién es él– como oposición que resultan importantes para
de su hermano mayor, más nosotros, es decir, a través de
bien obediente y ordenado. otros “significantes”. Desde
El sujeto de personalidad muy pequeños, nos vemos in-
rebelde no necesariamente fluenciados por esos “otros in-
construye su forma de ser ex- mediatos” que representa, es-
cluyéndose de la influencia de pecialmente, nuestra familia.
su entorno inmediato, es decir, Sus valores, sus percepciones
como resultado de condicio- de la vida, así como sus expec-
nes congénitas ni de esencias tativas, ayudan directamente
particulares. Más bien, el re- a la constitución de nuestra
belde necesita de la existencia identidad, “dialogando” con
del dócil para construir su nuestras propias elaboracio-
identidad por oposición, tanto nes producto de la experiencia
como el hermano inteligente o, incluso, contraponiéndose
necesita del tonto o el inquie- a ellas. Es un fenómeno tan
to del tranquilo. Parecería, curioso que aun cuando la re-
en consecuencia, que tienen lación con los padres se haya
mucho sentido las tesis del debilitado o haya fallecido
POZO

118
DE LETRAS
alguno de ellos, la influencia que yo la haya elaborado en
de sus expectativas respecto el aislamiento, sino que la
de nosotros puede seguir he negociado por medio del
operando significativamente diálogo, en parte abierto, en
en nuestro interior. parte interno, con los demás.
(…) Mi propia identidad de-
La identidad personal, en pende, en forma crucial, de
consecuencia, se construye mis relaciones dialógicas con
en medio de estas influencias los demás” (Taylor 1992: 55).
mixtas y contrapuestas de los Esta relación dialógica, sin
significantes. Necesita de embargo, no tiene por qué ser
la variedad de alternativas, únicamente armónica, sino
propuestas por los otros de que también se produce en un
afuera, de aquellas oposi- escenario de enfrentamiento y
ciones que, finalmente, ayu- contraposición.
darán a identificar quiénes
somos realmente: “De este El antropólogo británico
modo, el que yo descubra mi Edward E. Evans-Pritchard, a
propia identidad no significa principios del siglo XX, apor-
tó varias clarificaciones sobre
este problema a través de sus
estudios de los sistemas políti-
cos de sociedades tribales afri-
LA IDENTIDAD PERSONAL, EN canas. Sumergido en las so-
ciedades segmentarias(7) del
CONSECUENCIA, SE CONSTRUYE
grupo étnico Nuer, estudió la
EN MEDIO DE ESTAS INFLUENCIAS identidad política respecto de
la tribu así como la existencia
MIXTAS Y CONTRAPUESTAS DE
de conflictos bélicos entre los
LOS SIGNIFICANTES. NECESITA DE diferentes segmentos de la
misma. Evans-Pritchard afir-
LA VARIEDAD DE ALTERNATIVAS,
maba que los valores políticos
PROPUESTAS POR LOS OTROS de los Nuer eran relativos y
que su sistema se basaba en
DE AFUERA, DE AQUELLAS
el equilibrio entre tendencias
OPOSICIONES QUE, FINALMENTE, opuestas hacia la escisión
(fisión) y la unión (fusión),
AYUDARÁN A IDENTIFICAR
es decir, entre las tendencias
DE LETRAS

QUIÉNES SOMOS REALMENTE. de los grupos a segmentar-

119
POZO
LABERINTOS

Gráfico No. 3: Esquema del principio de fisión-fusión en la construcción de las


identidades políticas de los nuer
(Elaboración: Mavi Vásquez)

se y su tendencia contraria puede enfrentarse al grupo


dirigida a combinarse con social Z2 y el resto de la tribu
segmentos del mismo orden no intervendrá en el conflicto.
(Evans-Pritchard 1977: 166). Pero cuando ese mismo grupo
A este principio de construc- Z1 se enfrenta al grupo Y1, Z1
ción de las identidades pode- y Z2 se unen haciendo frente
mos llamarle “fisión-fusión” y común. Pero todo no queda
entre los Nuer se manifestaba ahí. Cuando Y1 se enfrenta a
como luchas permanentes o X1, Y1 e Y2 se unen del mismo
vendettas que los mantienen modo que lo hacen X1 y X2.
continuamente enfrentados Finalmente, Cuando el grupo
entre sectores o segmentos. X1 lucha contra A, todos los
sectores (X1, X2, Y1 e Y2) se
Aunque estos enfrenta- unen para formar B. En el caso
mientos se basaban en un de los Nuer, el equivalente a
criterio territorial, se presenta- “A” sería el grupo étnico de los
ban muchas veces en función Dinka, tribu emparentada en
de los linajes y la existencia sus orígenes con los nuer, pero
de obligaciones sociales de- que entonces se trataba de sus
rivadas del parentesco (ver referentes inmediatos de se-
Gráfico No. 3). En este es- paración y enfrentamiento. Es
cenario, un grupo social Z1 así como se van construyendo
POZO

120
DE LETRAS
las identidades, a manera de jóvenes adolescentes prove-
pisos de un edificio que se nientes de barrios o distritos
fueran uniendo y separando populares que comparten una
según las circunstancias. De identidad común utilizando
acuerdo con Evans-Pritchard, para ello los elementos sim-
la tribu solo exige la lealtad de bólicos asociados a los dos
uno de sus miembros en con- clubes de fútbol más impor-
textos de luchas intertribales tantes del país: Alianza Lima
y de guerra contra los dinka. y Universitario de Deportes,
En circunstancias normales, ambos originarios de la ca-
un hombre nuer piensa y se pital. El barrista consecuente
comporta como miembro de con su afiliación futbolística
grupos locales mucho más pe- no solamente asiste habitual-
queños con cuyos miembros mente al estadio a alentar a
tienen contactos múltiples. su equipo sino que se integra
a grupos definidos por zonas
o distritos de la ciudad, de-

Este movimiento
pendular entre la fisión y la
marcando espacialmente su
territorio. Dicha locación se
convierte en los dominios de
fusión no resulta ajena a la una determinada agrupación
formación de identidades o barra. Así, sus adolescentes
personales y culturales del integrantes comparten expe-
mundo urbano contemporá- riencias comunes vinculadas
neo. En Perú, un comporta- con la desocupación, exten-
miento casi calcado de este sos períodos de ocio o las
mecanismo inconsciente nuer luchas entre barras a manera
es el que corresponde a las de pandillas. Esto supone el
afiliaciones emotivas vincula- manejo de un código común
das con equipos profesionales y particular a cada grupo,
de fútbol. Como en muchos que se compone a partir de
países latinoamericanos, las la definición de su identidad
pasiones que despiertan los como colectivo. Los nombres
clubes deportivos más po- típicos de estas agrupaciones
pulares del país ha llevado a –como HolocaUsto, Sicarios,
enfrentamientos violentos que Los Alterados o La Jvngla Gro-
ha causado la muerte de no ne Gverreo– dejan entrever
pocos hinchas o seguidores. las características bélicas y
DE LETRAS

Por lo general, se trata de violentas de estos colectivos,

121
POZO
lo que, entre otras cosas, ha natural, sin entrenamiento ni
LABERINTOS

hecho que muchos autores capacitación de por medio.


se suelan referir a ellos como
nuevas “tribus urbanas”. Completamos, así, el círcu-
lo de nuestra argumentación
inicial: un grupo lo es solo

Al igual que en los gru-


pos estudiados por Evans-Prit-
en relación con otros grupos.
Establecer la identidad, ya sea
personal o colectiva, necesita
chard, es posible constatar en de alguien o algunos a quien
el ámbito urbano que, si bien oponerse. La homogeneidad
estos hinchas pueden ser absoluta en insuficiente como
enemigos acérrimos al enfren- criterio identificador. Para
tarse en el campeonato local, establecer el “nosotros” se
pueden luego alentar de ma- requiere necesariamente deli-
nera sostenida al seleccionado mitar quiénes son los “otros”,
nacional de fútbol. En efecto, esto es, determinar hasta
el mecanismo de fisión-fusión donde abarca el propio grupo.
se pone en marcha cuando te- Esto, por supuesto, suele ser
nemos en cuenta los distintos un factor de jerarquización al
niveles de identificación exis- interior del grupo. Si somos
tentes. Así, del mismo modo diferentes entre nosotros, ¿no
que en el caso de los nuer, en serán “nuestras” costumbres
el ámbito local las identidades mejores o superiores a los de
originales son las que predo- los otros? Las prácticas ajenas,
minan, viviéndose un estado poco familiares, ¿no resultan
de alerta y enfrentamiento acaso absurdas e inapropia-
constante. Pero cuando se pre- das? No todos los individuos
senta la ocasión de participar ni todos los subgrupos socia-
en un evento internacional les tienen la misma valoración
como la Copa América o las ni prestigio. Algunos de ellos
Eliminatorias mundialistas, el se arrogarán la representación
enfrentamiento local se sus- de ser la facción “verdadera”
pende, se lo coloca en estado o “pura” en detrimento a otros
de pausa, con el fin de asumir segmentos de la población,
un nivel de identificación más por lo cual se incorpora la di-
abarcador: tanto el “grone” mensión de la estratificación
como el “crema” son perua- social en las bases constitu-
nos. Y esto ocurre de manera
POZO

122
DE LETRAS
yentes de la cultura (Comas ser adecuado para entender
D’Argemir 1996: 110). el fenómeno cultural?

La cultura, entonces, no
es el punto de partida de las
diferencias, sino que expresa
LA CULTURA
la diversidad de fuerzas so- TRANSUBJETIVA:
ciales que pugnan en busca APROXIMACIONES
de poder y que han resuelto a
través de la cultura, los retos A UNA CONCEPCIÓN
y desafíos que les propone SUBJETIVA E INTERNA DE
las condiciones tecnológicas,
económicas y medio ambien-
“CULTURA”
tales existentes. Así, ninguna
cultura estaría exenta de vín- Hemos dicho previamente
culos con procesos históricos que se le suele asignar a la
globales y de larga duración cultura una suerte de exis-
que les suministran las con- tencia material dotada de es-
diciones de funcionamiento y pacialidad, y como tal, regida
reproducción. Incluso los sím- por las leyes de la evolución,
bolos y significados resultan la biología o la genética. Sin
indisociables de los compo- embargo, la cultura parece te-
nentes materiales y de las re- ner una condición de otro tipo.
laciones sociales. Desde esta Su realidad no se encuentra
perspectiva, la cultura es una en el ámbito de la física, la
“consecuencia”, un resultado, química, ni de los hechos
antes que el factor o la causa naturales observables. Su
primera de los fenómenos que carácter fenomenológico tie-
venimos discutiendo. Pero si ne un parentesco mayor con
las culturas no son objetos me- aquellas cosas que existen,
cánicos ni entidades biológi- pero no son materialmente
cas homogéneas, que interac- observables. ¿Es posible ob-
túan entre sí y, por otro lado, servar las notas que configu-
las discrepancias y diferencias ran una sinfonía? La sinfonía
se manifiestan a través de la misma, ¿es algo material o
diversidad de identidades algo abstracto? ¿Qué es un
particulares, entonces, ¿qué saludo? ¿O un beso? ¿De qué
marco interpretativo puede manera podemos acceder a
DE LETRAS

su “materialidad”? El antro-

123
POZO
LABERINTOS

Gráfico 4: Perspectiva subjetiva e interna de cultura


(Elaboración: Mavi Vásquez)

pólogo peruano Fernando pone de los significados, los


Fuenzalida tenía respuesta valores y los propósitos que
a alguna de estas preguntas: le asignamos a nuestras acti-
“es bastante evidente que lo vidades particulares. Y eso no
que llamamos cultura y sus tiene existencia objetiva. Los
ingredientes pertenecen a productos culturales solo son
[una] categoría intermedia la expresión de dichos signi-
de realidades. Ni cuerpos fí- ficados, valores y propósitos,
sicos que ocupen un lugar en es decir, la materialización
el espacio ni, por otra parte, de tales contenidos mentales:
ideas eternas y universales, “Existen, por supuesto, obje-
por completo independientes tos de cultura, pero estos no
del tiempo y del espacio” son otra cosa que las mismas
(Fuenzalida 2009: 297). estructuras institucionales
de la sociedad, sus sistemas
Así, tal como se ha visto en de relaciones y conductas y
las líneas anteriores, podría- los objetos naturales y manu-
mos afirmar que la cultura facturados en cuanto vividos
resulta inseparable de la con- por el sujeto cultural. La cul-
ciencia individual. Se com- tura en sí misma se halla en
POZO

124
DE LETRAS
el plano de la interioridad: sea a la vez compartido co-
está en la significación, la lectiva o socialmente? ¿No es
jerarquización y el propósito acaso esto una contradicción?
que los sujetos de la sociedad Veamos cómo se resuelve esta
atribuyen a todo ese universo aparente inconsistencia. Para
de objetividades” (Fuenzalida ello, imaginemos un foco de
2009: 289). luz que brilla intensamente
colgado del techo. Alrededor
Y esto se hace más com- de dicho foco colocamos una
plejo aún cuando conside- esfera de acero que impide
ramos que estos contenidos la salida de la luz al exterior.
de conciencia son colectiva- Es decir, la luz brillante se
mente compartidos. “Se trata encuentra en el espacio inte-
de contenidos de conciencia rior de la esfera. Para hacer
colectivamente compartidos, posible que la luz “salga”,
ciertamente no a la manera conectaremos a la esfera unas
de una participación en un mangueras de caucho grueso
continuo de conciencia en con unas tapas que eviten el
el que todos los sujetos se escape de luz.
encuentren sumergidos e im-
pregnados (…), sino por ana-
logía y conformidad con una
compleja pauta estándar (…)
de la cual cada sujeto indivi-
Ahora bien, podemos
tener cuatro o cinco distintas
dual representa una variación mangueras colocadas en dife-
particular. (…) A los campos rentes sectores de la superficie
de conciencia compartidos de la esfera. ¿Qué ocurriría si
por esta clase tan particular en el extremo de cada una de
de participación analógica y a las mangueras, en lugar de las
los fenómenos de ‘resonancia’ tapas, colocáramos un filtro de
que generan en el proceso luz de un color diferente? Po-
de la interacción se les ha dríamos tener un filtro verde,
dado en los últimos tiempos otro naranja, otro azul, uno
el nombre de transubjetivos” amarillo y, finalmente, uno
(Fuenzalida 2009: 297-298). rojo. Cada manguera ilumi-
naría de modo distinto, siendo
¿Y cómo funciona este esa su particularidad, y lo que
mecanismo extraño? ¿Cómo las hace creer que cada una
DE LETRAS

es posible que algo interno emite con una fuente de luz

125
POZO
LABERINTOS

Gráfico No. 5: Modelo de funcionamiento de la cultura transubjetiva


(Elaboración: Mavi Vásquez)

independiente. Sin embargo, Los significados, los va-


tal como hemos descrito el lores y los propósitos son
escenario, sabemos que se categorías potenciales que
encuentran alimentadas por hemos heredado de nuestro
una fuente interna colectiva. Al entorno inmediato familiar
igual que en este experimento y social. Reproducimos las
ficticio, la cultura se compone actitudes y los juicios de los
de un conjunto de significados, que nos rodean en primera
propósitos y valores que se instancia. Los ponemos en
manifiestan de manera parti- juego a nuestra manera y esa
cular a través de cada uno de puesta en práctica generali-
los individuos. Esto permite zada con nuestros congéneres
la flexibilidad individual, la manifiestan las expresiones
experiencia de que cada uno culturales, no la cultura, como
de nosotros vive su propia vida ya se ha dicho. No llevamos
con libre albedrío y decisión, dentro de nosotros un sof-
pero compartiendo un sustrato tware cerrado e inflexible
colectivo (ver Gráfico No. 5). sino un programa inteligente
POZO

126
DE LETRAS
capaz de variar y adaptarse XX, el antropólogo norteame-
a las condiciones a las que ricano Terence Turner tomó
se enfrenta. Y es que estos contacto con una población
componentes de conciencia amazónica nativa que se en-
no permanecen inmutables contraba casi al límite de la
a medida que nos relacio- supervivencia. Setecientos
namos con otras personas o de los ochocientos miembros
situaciones que nos amplían de un grupo habían fallecido
el escenario. Si dos personas a causa de enfermedades y
que solo hablan un idioma hacían frente a las mismas a
natal distinto entre sí toman través de las medicinas que
contacto, es absolutamente los misioneros cristianos les
necesario que al menos uno proporcionaban a cambio
de los dos aprenda la lengua de “occidentalizar ” sus ves-
“extraña” para comunicarse. timentas y sus costumbres.
Y esto no significa eliminar su Por otro lado, un organismo
idioma original. No significa del Estado se encargaba de
pérdida ni desestructuración regular el comercio y sus
cultural. Simplemente es un comunicaciones con el resto
mecanismo de adaptación de la sociedad, de tal forma
que permite amplificar las que convertía al grupo de los
capacidades individuales para Kayapó en una etnia incapaz
desenvolverse en situaciones de controlar plenamente el es-
nuevas o contextos descono- tilo de vida de sus integrantes
cidos. Mientras más flexible (Wright 2004: 138).
–o inteligente– es el programa
uno lleva consigo, más posi- La introducción de los
bilidades existen para crecer medios de comunicación ma-
y optimizar las ventajas que sivos a esta comunidad seg-
ofrece el espacio social. mentaria tradicional produjo
un profundo quiebre en sus
relaciones con la sociedad

Un ejemplo específico
de este carácter de la cultura
mayor. De acuerdo con la an-
tropóloga Susan Wright, los
nativos Kayapó descubrieron
podría ser el célebre caso de que, a través de los docu-
los Kayapó de la selva ama- mentales que mostraban su
zónica brasilera. A mediados estilo ancestral de vida en un
DE LETRAS

de los años setenta en el siglo circuito de países occidenta-

127
POZO
les y europeos, la valoración de los filmes occidentales
LABERINTOS

externa de ellos como grupo que desvían la atención de


se podía modificar. Fueron cuestiones tales como cómo
progresivamente conscientes se construye la autoridad,
que, a diferencia de la ex- quién controla la tecnología,
periencia represora habitual quién maneja la cámara,
de los religiosos, existía un quién es retratado como
escenario más amplio donde activo y quién como pasivo
sus rituales, fiestas, cantos y y marginal […]. Se presen-
costumbres en general eran taron a sí mismos como un
apreciadas, valoradas y bus- grupo homogéneo y definido
cadas. La cultura que hasta –‘los Kayapó’– tan exitosa-
entonces había aparecido mente que incluso el antro-
como un obstáculo, resultaba pólogo [Turner], que debiera
ser un recurso para “nego- haber notado el proceso por
ciar” su coexistencia con los el cual ellos disputaron y
grupos sociales dominantes. construyeron su ‘auténtica
Con los torsos desnudos, el voz’ comunal, no lo men-
maquillaje corporal y largos ciona.” (Wright 2004: 138)
rituales danzados, los Kayapó
cobraron confianza y sacaron
provecho del contexto favo-
rable de fines del siglo XX, lo
que les permite ahora contar
A fin de cuentas, todo
parece ser cuestión de esca-
con videos, estaciones de las. Si se agregan niveles al
radio, farmacias, camiones, entorno social, entonces, el
mecánicos o un aeroplano individuo debe estar prepa-
para patrullar su territorio: rado para desenvolverse en
aquellos nuevos niveles. De
“Los políticos Kayapó pa- esta forma, para hacer frente
recen haber sido plenamente al entorno doméstico, familiar,
conscientes de la construc- es posible usar el quechua;
ción de ‘cultura’. […] Explo- para comerciar los productos
taron la forma en que la vie- en la ciudad el mismo suje-
ja idea de cultura enmascara to utilizará el castellano; y,
los diferenciales de poder al cuando sea necesario relatar
interior de los grupos, y to- sus costumbres y narrar sus
maron prestados los ropajes tradiciones en un escenario
de realismo y autenticidad internacional deberá usar
POZO

128
DE LETRAS
el inglés. Desde este punto Es pertinente preguntar-
de vista, no es cuestión de nos, entonces, si existe lo
jerarquías, sino de escalas. auténticamente peruano. Un
Se puede reconocer que la campesino de los andes no
razón de que el idioma inglés tiene problemas de cambiar
se haya convertido en el idio- el tradicional sombrero ar-
ma más común en el mundo tesanal por gorras sintéticas
para desarrollar relaciones con visera. Un buzo es más
sociales, transacciones co- cómodo y tal vez más práctico
merciales y diplomáticas sea que tejerse ellos mismos sus
consecuencia de un desequi- pantalones de bayeta. ¿Se
librio de poder ejercido entre pierden los rasgos de nuestra
naciones del hemisferio norte identidad? ¿Dejamos de ser
sobre las del sur. Sin embargo, peruanos por alienarnos? ¿Es
eso no tendría porqué ser un posible a un peruano la gas-
obstáculo para el aprendi- tronomía nacional le resulte
zaje de dicha lengua. No es indigesta? La cultura peruana
cuestión de dominación ni no se encuentra en los objetos
imperialismo. Es cuestión de que la gente produce o lleva
acceso a esferas más amplias consigo. La cultura no tiene
de interacción. Desconocer el una realidad objetiva que
inglés significará contar con debe ser atesorada. Más allá
una limitación en el proceso de etiquetas identitarias, lo
de comunicación con “otros” que existe son las personas.
diferentes, extranjeros y forá- El ser humano que busca su
neos que no manejan el propio propio bienestar y el bienestar
idioma. Supone, en otras pala- de los demás. Él es el portador
bras, estar en desventaja para y constructor de la cultura
desenvolverse en los distintos –en sus significados, valores
niveles de interacción social. y propósitos– y la cultura se
manifiesta en él y a través de
él. Las etiquetas solo sirven
para establecer diferencias
y recrear las percepciones y
creencias que tenemos de no-
ES PERTINENTE PREGUNTARNOS, sotros mismos. Son etiquetas
que evitan mirarse al espejo y
ENTONCES, SI EXISTE LO
reconocer allí nuestra natura-
DE LETRAS

AUTÉNTICAMENTE PERUANO. leza compartida.

129
POZO
memoriaysociedad.javeriana.
Notas
LABERINTOS

edu.co/anexo/articulo/
1. Reconocido periodista doc/419_24.6.pdf.
bielorruso que se desenvolvió 5. Para Benedict Anderson,
como corresponsal en los años tanto la novela como género
60’s y 70’s en países africanos, literario, como la difusión de los
estableciendo contacto con periódicos, se han convertido
otras culturas y así experimentar en los mecanismos a través
de manera directa la sensación de los cuáles los individuos
de vivir en constante alejamiento desagregados y dispersos entre
de sus raíces. sí en un territorio determinado
2. Una interesante reflexión han conseguido establecer y
sobre los viejos y los nuevos reconocer los vínculos respecto
significados de cultura puede a una colectividad mayor o
encontrarse en el artículo de Estado-nacional.
Susan Wright, La politización de 6. Tesis desarrolladas
la cultura (2004: 128-141). especialmente en su ensayo ya
3. La festividad de la Virgen del clásico: “El multiculturalismo y
Carmen es una fiesta patronal la ‘política del reconocimiento’”
tradicional realizada todos los (Taylor 1992).
años del 15 al 17 de julio en 7. Toda tribu está dividida en
Paucartambo, a 100 km. de segmentos. Cada uno de los
la ciudad de Cuzco, en honor segmentos de la tribu, formada
a su Virgen patrona, llamada por miembros de un linaje del
con cariño por los pobladores clan de la misma, tiene su
Mamacha Carmen. A ella se le propio nombre, un sentimiento
oficia misas, se le reza el rosario, común y un espacio geográfico
se danza y representa historias asignado. Los segmentos se
de la llegada de su imagen separan por límites naturales,
al pueblo. Los pobladores y como una extensión amplia de
eventuales visitantes también maleza o por algún río. Cuanto
celebran la fiesta en la calle, más pequeño es el segmento
tomando licor y comiendo en tribal, más compacto es su
abundancia. territorio y los vínculos entre
4. Véase, por ejemplo, el artículo sus miembros se estrechan. En
“Del mestizo al mestizaje: estos casos, el sentimiento de
arqueología de un concepto”, unidad crece significativamente.
del mexicano Guillermo Cada segmento está, a su vez,
Zerdeño-Padilla en: http:// segmentado, y existe oposición
POZO

130
DE LETRAS
entre sus partes (Evans- e identidad cultural, pp.55-88. En:
Pritchard 1977: 163-164). Revista Estudios sobre las Culturas
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controversia. Estudios de audiencia
DE LETRAS

131
POZO

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