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INTRODUCCION Habia pensado que introducir la sistémica a un colectivo de psiquiatras y futuros psiquiatras iba a ser dificil, Sin embargo, la fortuna me premid con una de esas ircunstancias que se presentan en el momento mas oportuno. El profesor ven Foester llegé ‘2 Bogotd a impartir un curso de tres dias que habria de versar sobre cibernética y, como él bien dijo en aquella ocasién: “he hablado de cibernética para introducirles en la sistémica, porque pienso que es la forma mas elegante”. Recuerdo que en esa oportunidad el profesor von Foester inicié sus conferencias proponiéndones un ejercieie sobre el cual habia basado el titule de sus conferencias, La Metafora del Punto Ciego. El ejercicio conciste en poner frente a su ojo derecho, a una distancia de 20 cm, su indice derecho y el pulgar (como si hiciese ademén de disparar). Después debe realizar un pequerio movimiento de vaivén, acercando y alejando la mano y ‘comprobara que la punta de su pulgar, en un punto, desaparece de su campo visual. ,Por ‘que?, la explicacién fisiolégica de este fenémeno consiste en que ena retina, justo donde se ‘organiza el nervio éptico, poseemos un punto que es ciego a la visién. Con el ejercicio Lo ponemos en evidencia cuando el pulgar esta justo en el campo de ese punto. Con frecuencia pensamos que nuestro campo de visién es completo y lo vivenciames asi, ‘no nos percatamas de los huecos, vacios o espacios ciegos. No vemos que no vemos. Algo similar acaece con nuestro conocimiento, no sabernos que no sabemos. También podria utilizarse otra metéfora para expresar esta idea, la del iceberg. Esto se refiere a nuestra relacién con el conocimiento, @ lo que es lo mismo, a nuestra relacién con la ignorancia. La ignorancia de la ignorancia, que von Foester planteaba como un juego y divertimento circular: no vemos que no vemos, que no vemos que no vemos.. Lo que les estoy planteando a través de este ejercicio del dedo es un movimiento autorreferencial, un movimiento circular em el que mi ojo mira mi dedo y en esa redundancia de ese movimiento autelégico tome conciencia de un fenémeno: no soy cconsciente de que no veo, Se dan cuenta ustedes de gqué es lo que quiero expresar? Si, piensan bien, estoy transgrediendo ¢ incitandolos a ustedes a sobrepasar la linea, la {rontera de lo sabido. Les estoy hablando del conocer. El acto de conocer es un fenémeno incomplete, por més que se pretenda abarcarle todo, siempre existe una parte que elude nuestra intencién de conocer. Esta imposibilidad de conocer la plenitud de un fenémeno coloca frente al acto de conocimiento una inquietante pregunta zeémo hacer para actuar sin comprender totalmente? Una referencia a von Foester ilustra la respuesta Com un grupo de profesores me senté detris de un espejo que nes permitia mirar sin ser mirades; enfrente estaban el papa, la mami, la ‘el muchacho y el terapeuta familiar. Tras una serie de preguntas se quiso indagar sobre lo que pensaban unes de otros y, entonces, el terapeuta interrogé a la mujer: “zqué cree usted que opina su hija sobre su marido?” Ella estaba sonriendo, pero al escuchar la pregunta su cara cambié completamente. Nunca se le habia ocurrido pensar lo que podia opinar su hija con respecto a su marid, por lo que tuve que inventar una historia en el acto. Inmediatamente comenzé a cambiar toda la relacién entre los miembros de la familia: mientras el marido se preguntaba por qué su hija pensaba

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