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Pontificia Universidad Javeriana

Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales


Bogotá, 12/09/2016
Santiago Silva Restrepo

Hunter, R. (2012). Terrorism and War. En The Oxford Handbook of War.

Presentación del autor:


Nacido en Estados Unidos, Robert Hunter fue el embajador de Estados Unidos en la
OTAN, al igual que director de los asuntos de Oriente Medio en el Consejo de Seguridad
de Estados Unidos durante la administración Carter. En 2011 a 2012 fue también el
director de los estudios de seguridad transatlánticos de la National Defense University.

Resumen temático global:


En este texto se busca explicar el fenómeno del terrorismo y algunas de las
particularidades que lo caracterizan. Hunter comienza explicando que el concepto de
terrorismo es un término muy ambiguo y que no tiene clara definición, pero que es
importante intentar de entender dada su relevancia actual y futura.
El terrorismo es un acto consciente y deliberado con un propósito político en mente que
implica la estimulación del miedo intenso en las personas para producir una respuesta
(acción o inacción) de éstos que sirva para alcanzar los objetivos del grupo que llevo a
cabo dicha acción (pp.13). Se hace una distinción entre el terrorismo usado por una
autoridad o entidad establecida dentro de una sociedad y el terrorismo empleado por
grupos o países en contra de otros.
El primero de estos, el terrorismo domésticamente orientado, se utiliza para “promover
un fin político particular” (pp.13) de las autoridades. Es un instrumento que aprovecha su
carácter aleatorio para imponer control sobre la población con el fin de garantizar que las
personas sean totalmente obedientes a través del miedo a hacer algo que disguste a la
autoridad mayor. Esta forma de terrorismo fue comúnmente practicada por los gobiernos
totalitarios, usando el terror para suprimir disensión, rebelión, o incluso desacuerdo,
generando que los ciudadanos se sintiesen preocupados de no saber si sus conductas
los harían vulnerables a la violencia estatal o les concedan protección (pp.13).
La segunda distinción es el terrorismo como forma de guerra. Este tiene por objetivo de
ataque a la población civil del enemigo para alterar el curso de un conflicto (pp.14). Esto
causa que la diferenciación entre combatiente y civil se vea afectada, involucrando a este
último en la guerra que conduce el primero. La idea de hacer a la población el blanco
principal del ataque tiene que ver con los esfuerzos para lesionar la voluntad de lucha del
oponente, para influenciar y romper la moral de los civiles y a través de ellos la de los
gobiernos, es decir, “la destrucción de la voluntad política para resistir” (pp.14). La
anterior fue una práctica que se implementó bastante durante la Segunda Guerra Mundial
y la Guerra Fría mediante bombardeos a los centros ciudadanos y la amenaza de la
destrucción nuclear, respectivamente.
El texto continúa explicando el uso del terrorismo en la actualidad, ordinariamente
aplicado por grupos insurgentes y al margen de la ley contra los Estados. Se habla
entones de una guerra asimétrica, que significa el “esfuerzo de la parte en el conflicto que
es más débil, en general, para contrarrestar las ventajas de la parte más fuerte” (pp.16),
buscando así áreas o métodos que le permitan igualar las condiciones. El terrorismo en
este contexto hace uso de elementos tanto materiales y como morales que le permiten
contrapesar el gran poder de los Estados.
En la primera categoría, los elementos materiales, se encuentran: los ecualizadores
militares -emboscadas y armas no convencionales fáciles de fabricar-; el nivel de letalidad
y destrucción de los ataques; las ventajas en inteligencia -familiaridad y conocimiento del
territorio y la población-; y las ventajas económicas relativas -menores costos de
mantenimiento al no tener una fuerza militar avanzada, enorme y constantemente activa-
(pp.16).
La segunda categoría, los elementos morales, se refiere a: el apoyo o explotación de la
oposición política a los gobiernos y autoridades; fomentar el resentimiento local a la
ocupación extranjera; convencer a la sociedad local e internacional que las actos de
terror hechos por un grupo no son nada en comparación con la brutal respuesta de los
Estados; debilitar el apoyo político nacional de las fuerzas extranjeras al infligir ataques
desproporcionados a sus soldados; movilización religiosa, étnica o cultural en contra de
una ideología extranjera (pp.17); entre otros.
Finalmente, el texto explica el uso del terrorismo en el dominio civil “con el fin de tener un
impacto ya sea en la situación local o el apoyo exterior de autoridades establecidas”
(pp.18). Existen dos blancos de ataque: por un lado, funcionarios del gobierno o elites
sociales para debilitar las capacidades del Estado, creando igualmente miedo en los
ciudadanos de tomar dichos cargos públicos; y por otro lado, civiles comunes y corrientes
para generar un factor aleatorio que implica la asociación mental de que lo que le pasó al
otro puede pasarle a uno en cualquier momento (pp.18). La idea de estos blancos,
especialmente el segundo, es que traduzcan su miedo en una respuesta política
(oposición o desconfianza, por ejemplo) que afecte al Estado y sirva a los objetivos del
grupo terrorista.
Teniendo lo anterior en cuenta, Hunter da su definición de terrorismo. Dice que este
puede definirse como “un ataque o ataques en contra de no combatientes […] para que
una categoría más amplia de no combatientes (civiles) se identifiquen con aquellos
atacados y reaccionen de maneras que están diseñadas por el atacante (terrorista) para
tener un efecto político que él desea” (pp.19). El texto concluye afirmando que el
fenómeno del terrorismo actualmente posee un impacto fuerte en la dimensión
psicológica y política, que no tiene una solución fácil, y que seguirá continuando por un
largo tiempo.

Conceptos clave:
Terrorismo: acto consciente y deliberado con un propósito político en mente que implica
la estimulación del miedo intenso en las personas para producir una respuesta (acción o
inacción) de éstos que sirva para alcanzar los objetivos del grupo que llevo a cabo dicha
acción (pp.13).
Aleatorio: que no tiene un rumbo u orden lógico (RAE).
Miedo: angustia por un riesgo o daño real o imaginario (RAE).
Asimetría: “amenazas por fuera del rango de guerra convencional y difíciles de
responder” (Malis, pp.2).
Guerra asimétrica: “esfuerzo de la parte en el conflicto que es más débil, en general,
para contrarrestar las ventajas de la parte más fuerte” (Hunter, pp.16).
Examen crítico
El fenómeno del terrorismo trabajado por Hunter se puede identificar como uno de los
problemas más grandes al que los Estados, especialmente los de occidente, se ven
enfrentados en el mundo contemporáneo. La evolución histórica de éste como un
elemento o forma de guerra asimétrica es su característica más relevante y que no debe
ser obviada, ya que ver el terrorismo desde esta perspectiva puede ayudar a facilitar su
entendimiento y diseñar mejores formas para contrarrestarlo.
De esta manera, si se piensa a este fenómeno como una forma de guerra, entonces
desde la visión de Christian Malis ha de ser considerado desde el concepto de guerra no
convencional. Para este autor, una guerra no convencional es una forma no tradicional de
hacer la guerra que desobedece las leyes y costumbres de guerra establecidas (Malis,
pp.1). Malis dice que este tipo de guerra es llevada a cabo por combatientes irregulares
que involucran a la población civil para obtener sus objetivos, usualmente mediante
armas no convencionales y fáciles de fabricar. El terrorismo que menciona Hunter se ve
complementado con esta definición, debido a que, pensado como elemento de guerra,
éste definitivamente no se puede pensar desde la forma tradicional de hacer la guerra. Al
igual que una forma de guerra no convencional el terrorismo no hace una distinción entre
combatiente y civil, poniendo al segundo en el punto de mira de los ataques para afectar
el funcionamiento del Estado (Hunter, pp.14).
Malis, al igual que Hunter, menciona la importancia del concepto de asimetría en estas
formas de hacer la guerra. Él la define como “amenazas por fuera del rango de guerra
convencional y difíciles de responder” (Malis, pp.2), es decir, el uso de estrategias
diversas no contempladas por la lucha tradicional que dificultan la respuesta de los
gobiernos atacados para así generar ventajas relativas de los grupos irregulares respecto
a la fuerza militar fuerte del enemigo. Destaca el uso de armamento prohibido por las
leyes internacionales como las armas químicas y biológicas, las cibernéticas, o las de
fácil fabricación como las bombas improvisadas. Estas estrategias no convencionales
usadas por los combatientes irregulares son similares a los elementos materiales y
morales del terrorismo como guerra asimétrica de Hunter destinados a contrarrestar las
capacidades y ventajas de la parte fuerte en un conflicto (Hunter, pp.16). El armamento
no convencional, por ejemplo, es para el terrorismo de Hunter un elemento material que
le permite igualar las condiciones de lucha entre partes gracias a su efectividad y
letalidad.
Por último, es posible identificar en el terrorismo la idea de guerra contra la voluntad de la
que habla Malis. La exploración que hace Hunter sobre el terrorismo denota la
importancia de estrategia de atacar a la población civil para destruir la voluntad política de
resistencia de los gobiernos, buscando romper la moral civil y de los combatientes que
exigirán por un cambio político (pp.14). Esto se puede ver aún más claro en la definición
final de terrorismo que da el autor, donde el ataque a la población es clave para generar
una reacción de desconfianza por parte de ésta hacia el Estado, el cual se verá debilitado
al perder poco a poco su legitimidad y apoyo doméstico. Lo anterior entra en la lógica de
lo que Malis llama como guerra psicológica, cuya principal meta es atacar la voluntad
anímica y moral del enemigo para disuadirlo de seguir luchando, ya sea mediante
“propagación de noticias falsas, intimidación a través de atrocidades, manipulación de
creencias (religiosas), terror” (Malis, pp.4), en otras palabras, acciones psicológicas
usadas de manera militar.
Evaluación o conclusiones:
Este texto es una buena primera aproximación al fenómeno del terrorismo, ayudando a
entender sus características y funciones como elemento de guerra. Permite identificar
que el terrorismo no es una cuestión única a la actualidad y los grupos extremistas
islámicos, sino que se ha visto utilizado en el pasado por los mismos Estados para
alcanzar sus fines políticos domésticos y externos. Se denota además la importancia de
la sociedad civil y como ésta se vuelve cada vez más en el punto de mira de las guerras,
sin importar los acuerdos internacionales que se hayan firmado para su protección. Así, el
texto de Hunter se destaca por entender que el terrorismo no es simplemente un acto de
violencia, sino un método de guerra que puede ser empleado por grupos relativamente
débiles para contrarrestar la poderosa fuerza militar de los Estados.

Preguntas:
Si se considera al terrorismo como una forma de hacer la guerra, ¿deberían aplicarse
entonces las lógicas del DIH?
¿Puede una autoridad establecida o Estado ser catalogado como terrorista?
¿Qué beneficios podría ofrecer el terrorismo actualmente a un país?

Malis, C. (2012). Unconventional Forms of War. En The Oxford Handbook of War.

Santiago: Considero que las dos reseñas realizadas son muy buenas; están bien Formatted: Spanish (Colombia)
escritas y realizas unas reflexiones pertinentes. Además, logras combinar muy
bien tanto el análisis como las citas de los textos para que el lector logre
comprender tus ideas.

4.7 Formatted: Spanish (Colombia)

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