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VOLUMEN UNO
UNIVERSIDAD DE GUANAJUATO
2015
Almanaque literario, vol. 1
D.R. © Primera edición, 2015
Contacto: editorial.dsh@ugto.mx
Prólogo
III. Neomedievalismo
Jorge Majfud Albernaz 71
Y Intelectuales e idiotas
Christopher Britt Arredondo 79
CUATRO: RECENSIONES
I. El universo dividido
Aureliano Ortega Esquivel 191
1
Sven Merzbach
S e llama intelectual a una persona que se dedica a una actividad científica, ar-
tística, religiosa, literaria o periodística, y que ha adquirido un conocimiento
integral en una o varias de estas áreas. Como creador, propone nuevas ideas, plan-
tea soluciones para problemas socioculturales, y elabora nuevas estrategias para
mejorar el entorno político y social. Debido al significado de la palabra intelecto
—que proviene del origen latino intellectus: "Entendimiento, potencia cognoscitiva
racional del alma humana" (RAE)—, interviene (o se espera que intervenga) en el
mundo social defendiendo propuestas, valores o ideologias, además denunciando
injusticias concretas. Con "razón", es decir con máxima "conciencia" (dicho "en-
tendimiento" y "potencia cognoscitiva racional"), el intelectual es considerado una
persona de instancia moral que toma posiciones críticas y propositivas en los de-
bates públicos. De esta manera ha alcanzando cierto estatus de autoridad ante la
opinión pública.
1
Docente de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach). Escribió su tesis de
Doctorado en Filosofía sobre comunicación intercultural y las utopías filosóficas para las socie-
dades modernas (Universidad de Hamburgo, 2005). Además, es actor y director de teatro en San
Cristóbal de las Casas y Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
[101]
El término como tal es atribuido a Georges Clemenceau, uno de los defenso-
res del oficial francés Alfred Dreyfus en el famoso caso de error judical del mismo
nombre (1898), y se refirió en lo general al grupo de periodistas, escritores, ar-
tistas, académicos, etcétera, quienes protestaron en contra de la injusticia en este
juicio.2 No obstante, se puede suponer que el término fue utilizado por primera
vez en este contexto por los opositores nacionalistas del Caso Dreyfus, para de-
nunciar a las personas que fueron consideradas desleales a su propia nación.
De esta manera, el término intelectual ha recibido desde un principio una
connotación peyorativa, entiéndase como sinónimo de charlatán, sin embargo,
prefiero el sentido más positivo como lo indica el origen de la palabra. A través
de la larga historia del hombre han existido siempre personajes que propusieron
nuevas ideas a favor del propio pueblo, que han dado nuevos impulsos al desarro-
llo social y espiritual del mismo, de los que se ha favorecido la humanidad. Me
refiero, por ejemplo, a los griegos con sus propuestas artísticas, filosóficas y polí-
ticas, cuyas teorías han tenido un impacto hasta las sociedades modernas; las doc-
trinas de los llamados Patres Ecclesiae con sus lineamientos religiosos que todavía
están definiendo una perspectiva más general de convivencia social y cultural en
muchas regiones del mundo; los autores de las utopías del renacimiento que pro-
pusieron sobre todo un estado civil más humanista; los autores de la ilustración
que preconizaron un uso más democrático de la razón; los grandes teóricos del
Estado que —a partir del siglo XIX— analizan profundamente la relación entre
la economía, los conflictos sociales y eventualmente la represión por parte del
Estado (que mejor no se considere sinónimo de pueblo).
En muchos casos de verdad, la propuesta intelectual o académica ha tenido
el potencial para cambiar el mundo. A través de las ideas de Platón y Aristóteles
logró la sociedad griega un nivel avanzado de civilización, cuyo modelo social
influye nuestra cosmovisión hasta la fecha; la teoría histórica de Agustín de Hi-
pona, tal vez no se ha comprobado en sentido plenamente científico, sin embar-
go, fue una inspiración profunda para los siglos después de la caída del Imperio
2
En este contexto, el personaje más sobresaliente era Émile Zola con su artículo "J'accuse...!"
("¡Yo acuso...!", 1898).
3
Me refiero, en primer lugar, al asesinato masivo de los judíos en el Tercer Reich alemán, par-
ticularmente al programa de la "solución final de la cuestión judía" a partir de 1941; pero pogromos
contra el pueblo judío en otras partes de Europa (por ejemplo en España durante la Reconquista)
están documentados por lo menos desde la Edad Media.
4
Aparte de eso, realmente no tiene mucho sentido hablar de un suceso singular, porque los
conflictos bélicos en la región palestina han estado sucediendo durante las últimas décadas.
* * *