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DEL ESTADO DE DERECHO AL ESTADO CONSTIT 1. El «Estado de derecho» El siglo x1x ¢s el siglo del «Estado de derecho» o, segtin la expresién-alema- na, del Rechesstaat'. En la tipologia de las formas de Estado, el Estado de derecho, o «Estado bajo el régimen de derecho», se distingue del Machtstaat, o «Estado bajo el régimen de fuerza», es decir, el Estaclo absoluto caracteris- tico del siglo xvu, y del Polizeistaat, el «Estado bajo el régimen de policia», es decir, el régimen del Despotismo ilustrado, orientado a la felicidad de los stibditos, caracteristico del siglo xvi. Con estas f6rmulas se indican tipos ideales que s6lo son claros conceptualmente, porque en el desarrollo real de los hechos deben darse por descontado aproximaciones, contradicciones, contaminaciones y desajustes temporales que tales expresiones no registran. Estas, no obstante, son atiles para recoger a grandes rasgos los caracteres 2 ef Geol. Bt Gus Foy vevelglc 4 e ; UCIONAL t Piigpipales de la sucesién de las etapas histéricas del Estado moderno a expresiOn «Estado de derecho» es ciertamente una de las mds aforti- 3 nadas de la ciencia juridica contemporanea. Contiene, sin embargo, una no- cién genética y embrionaria, aunque no es un concepto vacfo o una formula magica, como se ha dicho para denunciar un cierto abuso de la misma?. El Estado de derecho indica un valor y alude sélo a.una de las direcciones de desarrollo de la organizacién del Estado, pero no encierra-en sf consecuen- cias precisas. El valor es la eliminacién de la arbitrariedad en el ambito de la actividad estatal que afecta a los citudadanos. La direcci6n es'la inversién de la relacién entre poder y derecho que constituia la quintaesencia del Machestaat y del Polizeistaat: no més rex facit legen, sino lex facit regent. Semejante concepto es tan abierto que todas las épocas, en funcién de sus exigencias, han podido Menarlo de contenidos diversos més o menos densos, manteniendo asi continuamente su vitalidad?. El propio Estado cons- titucional, que es la forma de Estado tipica de nuestro siglo, es presentado 2 a Vv el DERECMO OUETIL 2 con frecuencia como una versién particular del Estado ‘de derecho. Esta visidn no resulta necesariamente forzada, si consideramos la elasticidad in- tcinseca del concepto, aunque para una mejor comprensién del mismo es aconsejable no dejarse seducir por la continuidad histérica ¢ intentar, por el contrario, poner en claro las diferencias : No cabe duda que el Estado de derecho ha representado histéricamente uno de los elementos basicos de las concepciones constitucionales liberales, aunque no es en absoluro evidente que sea incompatible con otras orienta- ciones politico-constitucionales. Antes al contrario, en su origen, la formula fue acufiada para expresar el «Estado de raz6n» (Stat der Vernunft)*, 0” «Estado gobernado segiin la voluntad general de razon y driéntado sélo a la Consecucién del mayor bien general»’, idea perfectamente acorde con els Despotismo ilustrado. Luego, en otro contexto, pudo darsé de él ‘una defi-" nicion exclusivamente formal, vinculada a la autoridad estatal como tal y. completamente indiferente a los contenidos y fines de la accion del Estado." Cuando, segtin la célebre definicién de un jurista de la tradicién autoritariayy del derecho pablico aleman’, se establecia como fundamento del Estado. deji derecho la exigencia de que él propio Estado «fije y determine exactamente: los cauces y limites de su actividad, asi como la esfera de: libertad de lo$ | Gudadanos, conforme a derecho (i der Weise des Rechts)» y se precisaba | que eso no suponia en absoluto que cl Estado renunciase a su poder o que se redujese «a mero ordenamiento juridico sin fines administrativos prapios © ; a simple defensa de los derechos de los individuos», atin no se estaba nece- | sariamente en contra del Estado de policia, aunque se trasladaba el acento desde la accion libre del Soberano a la predeterminacién legislativa. Dacla la posibilidad de reducir el Estado de derecho auna formula carente j de significado sustantivo desde el punto de vista estrictamente politico-cons- @ _tisional, no es de extrahar que en la época de los totalitacismos de entre- guerras se pudiese originar una impoctante y reveladora discusién sobre la | Sosibilidad de definir tales regimenes como «Estados de derecho”. Un sec cor de la ciencia constitucional de aquel tiempo tenia interés en presentarse | bajo un aspecto «legal», enlazando asi con la tradicién decimon6nica. Para los cegimenes roralitarios se trataba de cualificarse no como una fractura, sino como la culminacién en la legalidad de las premisas del Estado 1 dlecimonénico. Para los juristas de la continuidad no existian dificultades. Incluso llegaron a sostener que los regimenes totalitarios eran la «restaura- cidn» —tras la pérdida de anroridad de los regimenes liberales que siguid a ' su democrarizacién— del Estado de derecho como Estado que, segtin su exclusiva voluntad expresada en la ley positiva, actitaba para imponer con eficacia el derecho en las relaciones sociales, frente a las tendencias a la 1 ilegalidad alimentadas por la fragmentacién y la anarquia social". ‘Con un concepto tal de Estado de derecho, carente de contenidos, s¢ ¥ producia, sin embargo, un vaciamiento que omitia lo que desde el punro de Fea vista propiamente politico-constitucional era, en cambio, fundamental, esto es, las funciones y los fines del Escado y la naturaleza de Ja ley. El calificativo 1 22 Cee Cee eee eee eee eee eee eee eee eee eee SSeS DEL ESTADO DE DERECHO AL ESTADO CONSTITUCIONAL de Estado de derecho se habria podido aplicar a cualquier situdcién en que sv excluyese, en linea de principio, la eventual arbitrariedad piiblica y priva- ea y se garantizase el respeto a la ley, cualquiera que ésta fuese. Al final, rudos los «Estaclos», por cuanto situaciones dotadas de un orden juridico, Sabrian debido Mamagse genéricamente «de derecho»”. Llegaba a ser irrele- vante que la ley imptiesta se resolviese en medidas personales,'concretas y croactivas; que se la hiciera coincidir con la voluntad de un Filbrer, de un Soviet de trabajadores o de Cémaras sin libercades politicas, en lugar de con la de un Parlamenco libre; que la funcién desempefiada por el Estado me- Stance ia ley fuese el dominio totalitario sobre la sociedad, én vez.de la rantia de los derechos de los ciudadanos. : Al final, se podia incluso Hegar a invertir el uso de la nocién de Estado ce derecho, apartandola de su origen liberal y vinculandola a la dogmatica | Estado totalitario. Se lleg6 a propiciar que esta vinculacién se considera- ) cn adelante, como el trofeo de la vicroria histérico-espiritual del totalica~ rismo sobre el individualismo burgués y sobre la deformacién del concepto de derecho que éste habria comportado’®. Pero el Estado liberal de derecho tenfa necesariamente una connota- cién sustantiva, relativa a las funciones y fines del Estado. En esta nueva forma de Estado caracteristica del siglo xix lo que destacaba en primer pla- 10 era «la proteccién y promocion del desarrollo de todas las fuerzas natu- sales de la poblacién, como objetivo de la vida de los individuos y de le sociedad»!'. La sociedad, con sus propias exigencias, y no la autoridad del “scado, comenzaba a ser e! punto central para la comprensién del Estado de derecho. ¥ la ley, de ser expresion de la voluntad del Estado capaz de impo- nerse incondicionalmente en nombre de intereses trascendentes propios, smpezaba a concebirse como instrumento de garantia de los derechos En la clasica exposicién del derecho administrativo de Otto Mayer'?, la dea de Rechtsstaat, en el sentido conforme al Estado liberal, se caracteriza la concepcién de la ley como acto deliberado de un Parlamento repre- osc y se concreta en’ a) la supremacia de la ley sobre la Administra- 16n; &) la subordinacién a la ley, y sdlo a la ley, de los derechos de los udadanos, con exelusién, por tanto, de que poderes aurénomos de la Ad- inistracién puedan incidir sobre ellos; c) la presencia de jueces indepen- dientes con competencia exclusiva para aplicar la ley, y sélo la ley, a las controversias surgidas entre los ciudadanos y entre éstos y la Administra- cién del Estado. De este modo, el Estado de derecho asumia un significado que comprendia la representacién electiva, los derechos dle los citidadanos y la separacién de poderes; un significado particularmente orientado a la pro- teecién de los ciudadanos frente a la arbitrariedad de la Administracién. Con estas formulaciones, la tradicional concepeién de la organizacion estatal, apoyada sélo sobre el principio de autoridad, comienza a experi- mentar un cambio. El sentido general del Estado liberal de derecho consis- te en el condicionamiento de la autoridad del Estado a la libertad de la sociedad, en el marco del equilibrio reciproco establecido por la ley. Este 23

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