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+ ISSN 1576-9925 + gaia: Ciberiglesia + Equipo humano + Cémo publicar + Escribenos + Suscribete + Apdyanos Teologia fundamental - N° 6 - Abril 2003 Juan 18,38 El legado teoldgico del siglo XX y su relevancia ante el nuevo milenio Juan Pablo Garcia Maestro, 0.SS.T pascualym@terra.es E core aue me he poouesto es un tanto anbicse, que sh dua se necestara muchas precisiones, De ahi que nos centraremos en algunos aspectos que considero més relevantes'] En primer lugar hemos comenzado un Nuevo Milenio y considero que es necesario hacer un balance del legado teolégico que nos ha dejado el siglo XX y asumir sus retos més importantes para que el Cristianismo sea en esta nueva era el reflejo de Aquel que “con su venida trajo toda novedad” (Ireneo de Lién). Hablar de teologia cristiana nos debe llevar ante todo a definir qué es lo que entendemos por Teologia, y a su vez quign es el tedlogo y quiénes hacen teologial2]. En esto ha habido una evolucién @ lo largo del quehacer teolégico del siglo pasado. La Teologia es inteligencia de la fe, un dar razén de la propia esperanza (1 P 3, 15), y sobre todo es una reflexién sistemética de quién es Dios y por qué creemos en él, Pero nosotros no reflexionamos sobre cualquier Dios, sino el Dios revelado por Jesucristo. Como dice el tedlogo Antonio Gonzélez: “El discurso cristiano sobre Dios no puede hacerse al margen del modo concreto en que Dios se ha revelado a asi rrismo en la historia de Jesucristo”2] Por otra parte es necesario definir quién es el tedlogo. Pienso que en la teologia cristiana del siglo XX se ha intentado tomar conciencia de que el tedlogo tiene que hacer teologia dentro de la comunidad eclesial, @ partir de los desafios que le lanza e| mundo, En pocas palabras se ha pasado de una teologia hecha en un escritorio a una teologia elaborada desde una experiencia de oracién, de silencio, y sobre todo no ajena a la marcha de la historia, Afirmamos esto porque a veces se ha tenido una imagen del tedlogo que reflejaba muy bien la opinidn irénica del arzobispo anglicano Willian Temple, quien, a la pregunta de qué era para él un tedlogo, decia: “El tedlogo es una persona muy seria y sesuda, que se pasa toda una vida dando respuestas exactisimas a problemas que nadie se plantea”, Por otro lado no deseo pasar por alto la paradoja del trabajo teolégico. Al inicio de su Summa teoligica, Tomas de Aquino sienta un principio fundamental para toda reflexién teolégica: “de Dios no podemos saber lo que es, sino sélo lo que no es"(4l. En ese caso éno cabe pensar que la teologia se propone una tarea imposible? No, no es imposible. Pero es importante tener en cuenta desde el comienzo que se trata de un esfuerzo por pensar el misterio. Conviene recordarlo porque ello dicta una actitud en el intento de hablar sobre Dios. Actitud de respeto que no se compagina con ciertos discursos que pretenden con seguridad y, @ veces arrogancia, saber todo a propésito de Dios!S!. Voy a dividir la exposicién en cuatro apartados. En primer lugar destacaremos que una de las aportaciones de la teologia del Ultimo siglo ha sido recuperar la importancia de la Escritura y la Tradicién. En el segundo apartado sefialaremos la dicotomia que ha habido entre teologia y espiritualidad y cémo algunos tediogos llamaron la atencién sobre este problema. Otra novedad de la teologia de los Ultimos cuarenta afios ha sido el paso de una teologia eurocéntrica a una teologia universal y contextual. Por Ultimo destacaremos que la teologia, bajo el impulso del Concilio Vaticano I, ha sido sensible al didlogo ecuménico y el didlogo interr 1. Recuperar la Escritura y la Tradi ion No esté de mds el recordar que Ia teologia catélica vivié en el periodo anterior al Concilio Vaticano II en una tensién entre aquellos que se cerraron a le modemidad, al didlogo, a la renovacién de los nuevos métodos de interpretar la Biblia, y aquellos que por el contrario pretendian superar el carécter apologético, poco arraigado en la Tradicién y en la Escritura, para asi volver a las fuentes, Si releemos muchos manuales de apologética, podemos ver que todo se justificaba desde especulaciones filoséficas de corte neotomista, y los textos biblicos servian sélo para justificar lo que se habia planteado desde la especulacién. Pero ya desde finales de los afios treinta e inicios de los cuarenta nacen dos escuelas que van a marcar un hito en la renovacién teolégica. Nos referimos a la escuela jesuttica Lyon- Fourvigre y Le Saulchoir fundada por algunos tedlogos dominicos, y cuyo primer rector seria Marie-Dominique Chenu. En estas escuelas formaron parte tedlogos de la talla de Henri de Lubac, Henri Buillard, Rondet, Danielou, Gaston Fessard, Hans Urs von Balthasar, Yves Congar, M. D. Chenu y Teillard de Chardin. Algunos, como el dominico Garrigon-Legrange y Parente la mal llamaron la Nouvelle Théologie, pues la consideraban demasiado progresista e innovadoral®l. Pues bien, este movimiento o escuela (que en realidad no fue asi) se proponia, como lineas programiticas: el regreso a las fuentes biblicas(2! y patristicas, la confrontacién y didlogo con las corrientes del pensamiento contemporéneo y el contacto con la vida La importancia de los Santos Padres y su significado para la teologia esté (entre otros muchos aspectos) en que sirven de base para el ecumenismo, ellos son el pasado comin de todos los cristianos. También los Santos Padres tienen su significado hoy pues concibieron la fe como una filosofia, no porque pensaran que se podia llegar @ ella racionalmente, sino porque apreciaron la responsabilidad intelectual que le fe lleva consigo. Este apoyo en lo racional era el presupuesto necesario para la supervivencia del cristianismo en el mundo antiguo y lo sigue siendo para su continuidad hoy y mafianal®l, Estos tedlogos innovadores - algunos de ellos fueron peritos en el Concilio Vaticano II- eran conscientes que la teologia exige atencién al mundo, hasta el punto de tener que aceptar como obvio el hecho de que hoy es el mundo el que dicta a la teologia los temas que ha de afrontar. Es més, se atiende @ una decidida atencién a la mirada que el otro tiene hacia el cristianismo. 2. Superar la dicotomia entre Espiritualidad y Teologia En este apartado deseamos destacar a uno de los grandes tedlogos de s. XX, al suizo, nacido en Lucerna, Hans Urs von Balthasar, de quien Henri de Lubac definié como el hombre més culto del siglo. Von Balthasar a finales de los afios cuarenta en un articulol2! jlamaba la atencién sobre la separacién entre teologia y santidad, teologia y espiritualidad. “No existe seguramente en la historia de la teologia catélica un acontecirriento menos estudiado y, sin embargo, merecedor de una atencién mayor que el hecho de que, a partir de la gran escoldstica, haya habido muy pocos tedlogos santos. Entendemps aqui el titulo de tedlogo en su sentido mas pleno: como titulo de un maestro y doctor dentro de la Iglesia, cuyo ministerio y cuya misién consiste en exponer la revelacién en su plenitud y totalidad, es decir, en considerar la dogmética como el punto central de su labor. Si examinamos la historia de la teologia hasta la escoldstica, una mirada sin prejuicios se ve inmediatamente sorprendida por el hecho de que los grandes santos -es decir, aquellos que no sélo alcanzaron una ejerplar pureza de vida mediante un determinado esfuerzo personal, sino que recibieron evidentemente de Dios una misién dentro de la Iglesia- fueron en su mayoria también grandes dogrdticos, hasta el punto de que se convirtieron en “colurmas de la Iglesia”, en portadores elegidos de la vitalidad de la Iglesia, precisamente porque representaron en su vida la plenitud de la doctrina, la plenitud de la vida de la Iglesia’(°) En los primeros siglos la teologia estaba estrechamente vinculada a la vida espiritual. Existia una cierta equivalencia entre los términos docto y santo. Ireneo, Cipriano, Gregorio de Nisa.....son personalidades que ensefiaron lo que vivieron en la practica, de tal manera que no habla dualismo entre dogmética y espiritualidad, tipico del periodo sucesivo, y que para ellos era desconocido. También san Anselmo, abad, obispo y doctor de Ia Iglesia, no conocié otro camino que esta unidad entre visién intelectual y vida. Por eso Ia teologia “en tanto fue teologia de santos, la teologia fue una teologia orante, arrodillada: por ello fueron tan inmensos su provecho para la oracién, su fecundidad para le oracién, su poder engendrador de oracién*(12] En el siglo XIV comienza una separacién entre tedlogos y maestros de espiritualidad. Esta separacién, pienso que la seguimos acusando hoy, pese a que la renovacién biblica y la necesidad de reflexionar sobre la espiritualidad de los laicos ‘nos ofrezcan las sefales de una nueva teologia espiritual. La funcién espiritual de la teologia, tan importante en los primeros siglos, es una permanente de la propia teologia. En este sentido el mismo Rahner recordando los 700 afios de la muerte de Toms de Aquino decia: “Para Toms de Aquino, su teologia es su vivencia espirtual, y su vida espiritual es su teologia. Los manuales de teologia, si es que todavia existen, son hoy con mucha frecuencia demasiado poco teolégicos. Por ello corremos actualmente el peligro de que la teologia se convierta en una doble carga, por la que hay que pasar de cualquier modo para legar al sacerdocio, y de que nuestra vida espiritual y nuestra predicacién vivan del escaso goteo de una literature piadosa de segundo orden o solamente de los clisés de moda y no de la Escritura y de la teologia de los Padres y de los grandes tedlogos. Para Toms, por el contrario, teologia y vida espirtual son verdaderamente una rrisma cosa’t2] 3. Hacia una teologia universal culturalmente policéntrica Podemos decir, teologicamente hablando, que hay tres grandes periodos en la historia de la Iglesia: la época del judeocristianismo, relativamente breve, pero fundamental para la identidad teolégico-histérica de la Iglesia; la época larga dentro de una cultura mis 0 menos homogénea que se desarrollé en el suelo del helenismo, a saber, el cristianismo pagano y le cultura y civlizacién europeas relacionadas con el mismo y que dura hasta nuestros dias; el tercero periodo comenzaré con el Concilio Vaticano II y tendria una perspectiva universal. Esta apreciacién hecha por Rahner, tiene desde mi punto de vista su punto positive, De todos modos considero que no se puede aplicar lamentablemente a la teologia. Todo ello porque la teologia elaborada hasta finales de los afios sesenta en otros continentes ha dependido de los centros teolégicos, y de los manuales escritos por tedlogos europeos. Evidentemente que la Iglesia y la teologia tienen un alcance universal, pero debe partir de lo particular y contextual para llegar a lo universal. Y a su vez las teologias de los distintos contextos deben enriquecerse mutuamente para no caer en provincialismos. El mismo Concilio Vaticano II ha sido criticado de cierto eurocentrismo, pues la mayoria que estuvieron presentes, incluidos los tedlogos invitados fueron europeos (Congar, Chenu, Ratzinger, Henri de Lubac....). Se tuvo que esperar hasta la segunda Conferencia Episcopal Latinoamericana celebrada en Medellin (1968), para que la Iglesia y la teologia latinoamericana dejara de vivir a espaidas de la situacién de sus pueblos, y comenzar 2 hacer teologia a partir de la realidad del

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