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32 L. VICENTE-FATELA Y M. S. ACEDO Rev. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 11, N.º 1, Enero-Febrero 2004
3. TRASTORNOS ADQUIRIDOS
3.1. Analgotimia 2. TRASTORNOS CONGÉNITOS
3.2. Hemiagnosia dolorosa
3.3. Asimbolia dolorosa
Desde su descripción en 1931 por Dearborn (2),
los trastornos de percepción del dolor de tipo congé-
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nito han sido clasificados de varias formas y recibi- tamaño (fibras A-delta y A-beta). Se ha encontrado el
do diferentes denominaciones. Se pueden distinguir gen responsable en el cromosoma 9q22.1-q22.3, estan-
dos cuadros clínicos diferenciados: la insensibilidad do alterada la codificación de una subunidad de la seri-
congénita al dolor y la indiferencia congénita al do- na palmitoiltrasferasa (1,6).
lor.
Es una enfermedad hereditaria poco frecuente. Se Se presenta, ya en la infancia, con alteración del
caracteriza por una interpretación anormal de los es- tacto discriminativo y la sensación de presión, con
tímulos dolorosos, y se asocia con ciertos grados de afectación variable de otras modalidades sensoriales.
disfunción autonómica y trastornos del metabolismo La alteración de la sensibilidad condiciona una tor-
de las catecolaminas. El individuo que lo padece no peza en la manipulación de objetos pequeños o en la
huye ante los estímulos dolorosos, como ocurre nor- realización de movimientos finos. La insensibilidad
malmente, y en consecuencia puede producirse daño al dolor es evidente, variando desde la pérdida com-
(amputaciones, quemaduras,…) (3). El estímulo do- pleta de sensación, típicamente en extremidades in-
loroso no es transmitido adecuadamente al sistema feriores, a la disminución de dicha sensación. Se
nervioso central debido a un defecto en las vías sen- pueden producir úlceras, fracturas indoloras y lesio-
sitivas (4). nes articulares, incluyendo mutilaciones. En la biop-
Actualmente se encuadran dentro de un grupo de sia de nervio se objetiva una pérdida muy importante
neuropatías hereditarias llamadas sensitivo-autonó- de fibras mielínicas con relativa integridad de las fi-
micas, en las que existe una mayor afectación sensi- bras amielínicas, lo que se correlaciona con el ha-
tiva que motora, con afectación de la sensibilidad llazgo clínico de la pérdida del tacto, más que del do-
dolorosa, en relación con la implicación de las fibras lor. Se piensa que tiene una herencia autosómica
nerviosas mielínicas pequeñas y amielínicas, vehícu- recesiva, no habiéndose identificado aun el locus co-
los de la mayor parte de la sensibilidad dolorosa, así rrespondiente (1,6).
como de las fibras autonómicas. La clasificación se
fundamenta en la establecida por Dyck en 1984, y se
complementa con los estudios genéticos actuales. Se
distinguen cinco tipos de neuropatía hereditaria sen- 2.1.3. Neuropatía hereditaria sensitivo-autonómica
sitivo-autonómica, existiendo alteración de la per- tipo III (disautonomía familiar o síndrome de
cepción dolorosa en todas ellas, aunque con mayor Riley-Day)
grado en alguna de ellas como en el caso de la neuro-
patía hereditaria sensitivo-autonómica tipo IV o in- Se caracteriza por la presencia de disfunción auto-
sensibilidad congénita al dolor con anhidrosis (5-7). nómica junto con pérdida de la percepción del dolor
y la temperatura. Las manifestaciones aparecen en el
periodo neonatal, con dificultad para la succión, in-
coordinación faríngea, reflujo y aspiraciones. Es fre-
2.1.1. Neuropatía hereditaria sensitivo-autonómica cuente la letargia, la irritabilidad y la hipotonía. Se
tipo I observan alteraciones de la secreción lacrimal, mala
regulación de la temperatura y alteraciones de la mo-
Es el tipo de mayor prevalencia, con herencia auto- tilidad gastrointestinal. Estos pacientes pueden mos-
sómica dominante. Se caracteriza por comenzar con trar las lesiones indoloras comunes a los síndromes
sensación de pérdida distal de dolor y de temperatura, de insensibilidad al dolor, pero la automutilación es
en la segunda década de la vida, lo que conlleva a la mucho menos evidente que en los tipos II, IV y V. Se
aparición de ulceraciones indoloras en miembros infe- detecta una severa pérdida de fibras amielínicas, con
riores, preservando los superiores, y ausencia de sudor. ausencia total de neuronas mielinizadas de gran diá-
Se acompaña de hiporreflexia en las áreas afectadas, metro; concomitantemente, existe afectación del
así como pérdida de la sensación de tacto y de presión tronco cerebral, pares craneales y tractos espinales.
si la enfermedad progresa. El examen del nervio peri- Se hereda con carácter autosómico recesivo, ligado
férico demuestra importante disminución de las fibras al locus 9q31-33, siendo propio de los judios askhe-
amielínicas (fibras C) y mielínicas de pequeño y gran nazi (1,6).
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potencialmente grave (13). En ausencia de tratamien- dolor, el paciente es capaz de discriminar un estímu-
to etiológico, el tratamiento sintomático adquiere lo doloroso (4). Las reacciones vegetativas frente al
una gran importancia. En las formas con afectación dolor (aumento de tensión arterial, frecuencia car-
predominantemente sensitivo-autonómica, se evita- diaca, etc.) están presentes, pero no son molestas o
ran en lo posible los procesos de riesgo, producción desagradables. Se caracteriza por la presencia desde
de fracturas, mordeduras, roces, infecciones y muti- la infancia de lesiones, principalmente cutáneas y
laciones (6). osteoarticulares, secundarias a traumatismos estric-
El punto principal del tratamiento ortopédico en tamente no dolorosos. Los estudios autópsicos no
estos pacientes es prevenir la destrucción articular demuestran alteraciones del sistema nervioso; se ha
severa y evitar la amputación. La recomendación sugerido como causa una disfunción de los sistemas
más frecuente es que se debe disminuir la actividad centrales de analgesia endógena. Parece que existe
física (12). La fisioterapia tiene una gran importan- un aumento de beta-endorfinas genéticamente pre-
cia en estos cuadros. La finalidad es evitar las retrac- determinado (3,4).
ciones tendinosas y potenciar la musculatura. Cuan-
do la atrofia y la debilidad condicionan deformidades
articulares, como puede ser el caso de un pie equino-
varo que dificulte la deambulación, se procederá al 3. TRASTORNOS ADQUIRIDOS
uso de ortosis, en este ejemplo una ortosis antiequi-
na, que mejorará la estabilidad del pie y evitará la Cuando se producen lesiones en áreas del cerebro
marcha equina. (6). Si es la columna vertebral la que que sustentan el procesamiento del estímulo doloro-
se encuentra afectada, el objetivo del tratamiento es so, pueden tener lugar déficits en uno o varios com-
conseguir la estabilización vertebral, prevenir los ponentes de la percepción dolorosa, y pueden
movimientos patológicos y evitar el daño neurológi- producirse situaciones clínicas similares a la insen-
co. Si estos objetivos no se consiguen con un trata- sibilidad congénita al dolor. Lesiones en la corteza
miento no intervencionista, estaría indicada la ciru- cingular anterior o insular, pueden alterar el sistema
gía. Se recomienda un tratamiento agresivo, teniendo medial del dolor y cabría esperar una pérdida del
en mente la estabilidad de la columna; la mayoría de componente afectivo-emocional. Por otra parte, le-
los autores recomiendan artrodesis instrumentada siones en la corteza somatosensorial primaria y se-
posterior (11). cundaria, dañarían el sistema lateral, lo que daría
Al ser sometidos a procedimientos quirúrgicos, a lugar a la pérdida del componente sensitivo-discri-
pesar de la aparente paradoja, requieren tratamiento minativo (1).
anestésico, ya que aun en ausencia de dolor pueden A continuación se describen tres situaciones clíni-
cursar con diversos grados de disfunción autonómica cas que cursan con alteración de la reactividad al do-
y trastornos del metabolismo de las catecolaminas lor: analgotimia, hemiagnosia dolorosa y asimbolia
(3). Los pacientes con insensibilidad congénita al dolorosa.
dolor son capaces de tolerar procedimientos quirúr-
gicos bajo anestesia general sin mayores problemas
(14). No obstante algunos autores refieren que la
anestesia regional (epidural) es una opción anestési- 3.1. Analgotimia
ca recomendable para pacientes con analgesia congé-
nita sometidos a cirugía (3). El paciente conoce el dolor, se apercibe de este,
pero no siente sufrimiento. Se debe a la interrupción
de las radiaciones tálamo-frontales. Se observa en
2.2. Indiferencia congénita al dolor los pacientes a los que se les ha practicado una lo-
bectomía frontal.
La indiferencia congénita al dolor es con frecuen-
cia confundida con la insensibilidad congénita al do-
lor. Es una situación en la que el paciente nunca ha
sentido dolor a pesar de serle aplicados estímulos 3.2. Hemiagnosia dolorosa
nociceptivos. La sensibilidad es prácticamente nor-
mal, y los estímulos dolorosos son identificados y Se observa en pacientes con lesiones en el hemis-
localizados correctamente. No es una analgesia al ferio menor o no dominante. Cuando se estimula el
dolor, es una indiferencia. A pesar de la ausencia de lado afecto, sienten vivamente el dolor pero no in-
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tentan alejarse del estímulo ya que no son capaces de sensorial II y la amígdala, dando lugar a la asimbolia
localizarlo topográficamente. dolorosa (19). Se puede decir que aunque la exten-
sión de las lesiones varía de unos pacientes a otros,
la corteza insular suele estar alterada, lo que sugiere
3.3. Asimbolia dolorosa que el daño insular juega un papel crítico en el desa-
rrollo de este síndrome, al interrumpirse las conexio-
Los pacientes con asimbolia dolorosa son capaces nes entre la corteza sensorial y el sistema límbico
de comprender el carácter nocivo del dolor pero no (16).
reaccionan frente a él o lo hacen de manera incom-
pleta. Es una situación en la que la sensibilidad no
está alterada (requisito para el diagnóstico) y las reac-
ciones vegetativas al estímulo doloroso están conser-
vadas. Podría decirse que existe una pérdida del CORRESPONDENCIA:
componente afectivo-motivacional del dolor. El pri- Mª Soledad Acedo Gutiérrez
mer caso fue referido por Schilder y Stengel en 1928, C/ Illescas, 109, 4º D
que describieron esta alteración en un paciente con 28024 Madrid
afasia sensitiva y un comportamiento de automutila- e-mail: marisolacedo@hotmail.com
ción (15). Es frecuente que junto a la asimbolia dolo-
rosa se asocien otros déficits neurológicos, depen-
dientes de la extensión de la lesión, como:
hemiparesia, pérdida de sensibilidad, defectos del
campo visual, alteraciones del esquema corporal,
afasia y apraxia entre otros (16). BIBLIOGRAFÍA
Clínicamente los pacientes con asimbolia dolorosa
pueden reconocer el estímulo aplicado y distinguir la 1. Nagasako EM, Oaklander A L, Dworkin RH. Congenital
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cualidad del estímulo (objeto afilado o romo), pero 2. Dearborn G. A case of congenital general pure anal-
muestran una ausencia de respuesta al estímulo dolo- gesia. J Nerv Ment Dis. 1932; 75: 612.
roso aplicado (ya sea superficial o profundo) sin reti- 3. Rodríguez Pérez MV, Fernández Daza PL, Cruz-Vi-
rada motora o una respuesta emocional adecuada. Al- llaseñor, et al. Anestesia epidural a un niño con frac-
gunos de ellos presentan una respuesta inapropiada, tura de fémur e insensibilidad congénita al dolor. Rev
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como la sonrisa o la risa durante la aplicación del es- 4. Serratrice G. Congenital indifference and congenital in-
tímulo; ninguno de ellos muestra un sentimiento de- sensitivity to pain. Bull Acad Nath Med 1992; 176: 609-
sagradable (17). Las reacciones autonómicas como 16.
respuesta al estímulo doloroso, como taquicardia, 5. Erdem TL, Ozcan I, Ilguy D, Sirin S. Hereditary sen-
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estás presentes (16). 27: 180-3.
Se han barajado varias teorías para explicar la na- 6. Colomer-Oferil J. Aspectos clínicos y abordaje diag-
turaleza del déficit funcional subyacente. La asimbo- nóstico y terapeútico de las neuropatías hereditarias
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ciones del comportamiento dependientes de la perso- 8. Miranda C, Di Virgilio M, Selleri S, Zanotti G, Pa-
nalidad (16,18). Aunque originariamente se atribuyó gliardini S, Pierotti MA, et al. Novel pathogenic me-
la asimbolia dolorosa a una lesión localizada en el chanisms of congenital insensitivity to pain with an-
hidrosis genetic disorder unveiled by functional
lóbulo parietal inferior izquierdo (15), esta altera- analysis of neurotropic tyrosine receptor Kinase type
ción también ha sido atribuida a lesiones localizadas 1/nerve growth factor receptor matations. J Biol
en otras estructuras como: corteza frontoparietal, Chem 2002; 277: 6455-62.
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