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ristianismo Revolucion OCTUBRE - NOVIEMBRE 1966 BUENOS AIRES LOS CRISTOS PROHIBIDOS Despedida de los Padres Gaido y Delaferrera TUCUMAN Funta y Fotia: el fuego VIETNAM El genocidio de la década - Bertrand Russell y el Cuarto Reich CARTA ABIERTA AL EPISCOPADO ARGENTINO “Compartan el dolor y la angustia de los pobres...’” PERONISMO REVOLUCIONARIO John W. Cooke EL DESAFIO TEOLOGICO Las Profecias de Richard Shaull CAMILO TORRES Mensaje a los Estudiantes $ 100.- 2 ss 3 Cristianismo y Revolucion Publicacién periddica de SIGNOS Editora S.RL. (e-f.). Registro Nacional de Propiedad Intelectual N° 910.110, Correspondencia a: CASILLA C. CENTRAL 3119 — Buenos Aires — Argentina, Direeeiéne JUAN GARCIA ELORRIO Seeretario de Redaecién: JORGE LUIS BERNETTI Redaceién: ERNESTO HERRERA — LUIS GARCIA GUEVARA MARIO VICENTE TARICCO — SOFIA GALINDEZ Asesor: LUIS AGUSTIN ACUSA OSCAR PEREIRA DANTAS —_—— © Invitacién al riesgo 2 28 Actualidad © CELAM: ni frio ni caliente 3 © Villas Miserias, La voz de los sin voz .. | © El silencio de Helder Camara 5 © Encuentro de Catélicos 6 Cordoba © Manifiesto Universitario .. 7 © Declaracién de Unquillo 7 8 © La Ultima Carta del Cristo Obrero ... 10 ‘Testimonio: © Eva Peron 7 18 Definiciones © J. W. Cooke: Peronismo Revolucionario 4 14 Tucuman @ FUNTA y FOTIA: El fuego . manent 16 Denuncias © De los trabajadores cristianos a la falsa R.A, 18 Camilo Torres © Mensaje a los Estudiantes a 19 Viet-nam © Advertencia . 20 © Bertrand Russel . 21 © Tribunal de Crimenes de guerra ............0.5.005 + 2 © El genocidio a década 23 Richard Shaull © Desafio revolucionario a la Iglesia y Teologia . . 34 de Montevideo © Una nueva Encielica, por Héctor Borrat 389 ® Comentarios se. 40 oe CARTA ABIERTA AL EPISCOPADO ARGENTINO ‘Una vez més ce ha enunciado al pais la reunion dela Conferencia Plonaria del Episcopade Argentino, @ decir, el conclave de los Obisnos de In Iglesia Cat6- Yiea convocado y- realizado segiin Ins costumbradas formulas, periodistiens para. “‘considerar la marcha de Ia Iglesia, su adecuacion al Concilio, -.” Alguna’ ves, anteriormente, esta Asamblea desperté clerto isterés y expectativa en la opinion publica, muy mente entre los eatolicos que esperaban ver de way, cow qué formias 9¢ hacia vidn y realidad 0s a en nuestra patria el “estado de Concilio” al que Lui Mamados todos los cristianos por el inolvidabie « san Juan XXII, y tiempo después, como se “convertia’ toda la Iglesia —a partir del ejemplo y testimonio de sus Pastores— para coneretar lo que significa el Va- tieano IL. ‘Alguna vez, pero ya no, La opinién publica se vio duramente frastrada por las conclusiones y declaraci nes del Episcopado que, reunido en épocas de grave situacion social, politica’ y econdmica para la Naci japarecia considerando las vagas generalidades de. ru- ina y sefiaiando pautas de un cristianismo que no res nde nia las exigencias del hombre nia los reclamos ia historia, Por otra parte, los eristianos que ej faban de los ‘Obispos’ la auténtica “puesta en marcha jel Concilio”, en su letra yen su espititu, se acostum- braron finalmente a no esperar mas nada Ue cktas rea- niones episcopales y se dieron a la obra de intentar, en experiencias y comunidades dispersas, la aplieacion de las normas y las exigencias conciliares, Por ello, esta reunién del Episcopado podré pasar inadvertida e infecunda, a no ser que finalmente el viento del Espirit Santo levante, despierte, ensienda yilene de luz a los Obispos argentinos. Kste es el Primer deseo de esta Carta Abierta que nuestra Re- vista lanza hoy, sin atreverse a invocar para su justi2 fieacién el derecho de los laicos a opinar sobre las cosas de la Iglesia, consagrado por el Coneilio, y afir- ‘méndose en cambio en el derecho de todos los evistianos que de alguna manera comparten’ el dolor y el escan- alo que padecemos, ante nosotros mismos y ante todos los hombres -de buena voluntad, porque las actitudos y los hechos del Episcopado —ton las. santas y hon- Tosas excepeiones por todos conocidas— no -condicen con la imagen qua se ofrecié al mundo a partir del Vaticano I y, 2,000 afios antes, a partir del Evangelio. 4Oudl es ia imagen que descamos ardientemente sea Ja de nuestros pastores y comunidades eristianas ? QUEREMOS UN EPISCOPADO POBRE —auténtica y tealmente pobre— sin honores oficiales, sin privile- los extraordinarios, sin compromisos peligrosos con Jas clases adineradas, con los empresarios, con los mi- litares, con los factores de poder. Un Episeopado que sirva y 10 que sea seryido, Un Episcopado que renun- ele ya al presupuesto del culto y a todos los subsidios ¥ prebendas financioras, Un Hpiseopado que quizés ‘no ‘pueda viajar en coches tan Iujosos, mi vivir en las m Jores easas, ni constrair espléndidas iglesias, univers dade cologios, pero de quienes todos poisinas estar ‘Orgullosos porque son un testimonio de la Iglesia de. los Pobres, De este Upiscopado pobre, los Obie; tienen efemplos vivientes entre sus mi Om. €l Obispo de Goya, Corrientes, ano de los pocos ‘Padres Conciliares que sé comprometis en Rema a un modo de vida que asegura Ie presencia de Ia Iglesia en el mun- do de los Pobres, Esta actitud vital de pobreza se exprera en la identifieacién permanente con las situaciones de necesidad, de inseguridad, de limitaciones en que viven los hern.inos més pobres de la comunidad eristiana, La lectura del compromizo de Monsefior Devoto, ys real cumplimiento, valen como la mejor regia te po- dreza surgida del seno mismo del Coneilio, Hta nueva, fl mismo tiempo-que eterna, exigencla del Eyangelio, es Ia Gniea razén que los pobres do nuestro tiempo. aceptan como acténticamente cristiana, QUEREMOS UN EPISCOPADO LIBRE —anténtica y realmente Hbre— sin ninguna clase de atadaras ins- titueionalos con el Estado, sin el menor sometimiento a otra’ fuerza que a la dela Verdad, “que nos hace libres”, sin el permanente juego de las actitudes poli- tieas que se vienon dando desde 1943 hasta In fecha ¥ gue han pzesentado 1 Pueblo Ia imagen de una “igiesia Peronista”, luo - de una “Iglesia Libertadora”, después do una “Iglesic -tegracionista”, recientemente de una “Iglesia Legalicta” y en la actualidad de una “Iglesia eémplice de Ia dictadura”, Basta recordar para esta onumeracion, Ia campatia proselitista del 43 basada en Ia ley de ensefianza religiosa, la reaccién gorila del 55 sendamento justificada por ia quema de Iglesias, Jos coqueteos frondizisi=s on pos del articulo 28 paxé Ja ensefianza libre, Ia ¢ .rada defensa del orden cons titueional por el Primado horas antes del golpe y la subsiguiente aparicién del mismo janto al T.G, Ongani con In firma de la decignacién ‘do ministros y todo los hechos recientes quo han conmovido de tal manera In opinién nacional como para que algunos Obispos, conseiontes de su responsabilidad pastoral, hayan to- nido que salir aisladamonto a recordar ia mormas conciliares y fijar los limites de In utilizacién de. In iglesia por parte del gobierno y. del gobierno por parte de in Iglesia. QUEREMOS UN EPISCOPADO VALIENTE —au- téntica y realmente valionte— armado del coraje nece- sario para prediear todo el Evangelio, especialmente enando el Evangelio condena al Dios de las riquezas, cuando sefiala a los que explotan y tratan con injus- ticia a sus hermanos, cuando denuncia a los que pre- tendon ser ceristianos’ y porsegair a los pobres com- prando la paz de sus conciencias con el ejercielo de una caridad que dona enormes templos, que ayuda a sus amigos Obispos y sacerdotes pero que al mismo tiempo le disputa a sus obreros y a sus peone: salario que les permita vivir realmente como hijos de ‘Dios. Un Episcopado que no tema enfrentar a. lor poderosos de Ja tierra porque asuma frente a ellos la independencia que le permita defender en toda eir- cunstancia las causas de los indefensos; un Episeopado que no ofrezea tan claras sospechas de transigit con todo tipo de “ ewando se trata de dar tosti- monio de la Verdad y de la Justicis, También ne: sitamos el coraje y Ia audacia de los Obispos para que en vez de paralizarse, asustarse y reaceionar en contra de los cambios y las tensiones que el Conci provora y cespierta, estén dispuestos a tomar esta nue- va realidad de la Telesia como punto de partida para una renovacién y conversiOn permanente, Sin este co- raje, los cambios costardn muchas dificultades yen frentamientos, y las tensiones internas de la Iglesia se recolverdn’ finalmente eon la dolorosa experiencia —aue ya estan padeciondo muchos sacerdotes y ldicos— de lo que significa elegir entre ln fidelidaa al Evan gelio y al Coneilio y la obediencia a una Jerarquia que no esté dispuesta y lanzada a realizar entre noso- tros todos los cambios necesarios, QUEREMOS UN EPISCOPADO FIEL —auténtiea y realmente fiel— a todas las exigencias del Coneilic Vaticano que ha sabido interpretar y revelar los Signos de Nuestro Tiempo para que “los gozos y las expe sanzas, ‘las tristezas y las angustias de los hombres de la época actual, sobre todo de los pobres y_aflisido: de toda clase”, sean “también los gozos y las espe. ranzas, las tristezas y las angustias de los disefpulo: de Cristo”. Sabemos que esta fidelidad ira fructifieando en un compromiso real con Ia historia del Pueblo de Dios, en especial con Ia historia personal y conereta de los que tienen hambre, de los que no tienen vivienda. de los que son despedides injustamente de su trabajo, de los que padecen -perseeucidn por querer ejercer sur | Sagrados derechos, de los que estan suimergides en {sittiaciones vitales infrahumanas y precristianas, de lor que en definitiva serén para todos nosotros cuslq Sea muestra funeiin y nuestra conducta en la vida, él nico motivo de Juicio por el cual seremos aceptados © rechazados del Reino de los Ciclos. QUEREMOS UN EPISCOPADO EVANGELICO —auténtica y realmente evangélico— en el cual, no 80- laments los cristianos sino también todos los hombres de nuestra Patria y de esta Amériea Latina, esperanza de la liberacién universal, encontremos la vivencia co- tidiana del Evangelio de Jestis amunciado a los Pobres, realizado para todos los hombres yw vivido mas que en el ejereicio de Ia autoridad, con el impacto cristiano del ejemplo personal y del testimonio de la Iglesia. Queremos que nuestro Bpiscopado también comprenda y realice la nueva vision de que “evangelizar” en nues- twa Patria y en América Latina es contribuir primera y fundamentalmente a liberar a los hombres dela explotacién, de la miseria, de In ignorancia, de Ia en- fermedad, y de todos los graves pecados que en nom- bre del, “occidente cristiano” significan la muerte de miles de recién nacidos y una vida de inficrno para los millones que sobreviven, Frente a estas expresiones dé lo que queremos para, nuestro Episcopado, y atin reiterando la existencia de conosidas excepeiones de Obispoa que encarnan estas pautas de pobreza, libertad, fidelidad, y Evangelio, de- demos sefalar dolorosamente cul és Ia imagen’ que tenemos del Episcopado argentino: TENEMOS OBISPOS QUE NO ENSESAN, ya sea porque sus pestorales resultan dictadas por un Magis- terio que no es el de Ja Iglesia del Coneilio Vaticano II, ya sea porque sus silencios y omisiones los alejan dé ja realidad histérica en que estamos comprometidos los cristianos, ya sea porque sus actitudes personales y/o colectivas ‘resultan contradietorias eon el espirita de pobreza, de servicio y de humildad, que son las razones més fuertes de toda ensefianza; ya sea porque la reflexiGn pastoral esté de tal manera. desconectada de los problemas concretos del hombre y del mundo que vivimos, que es recibida con indiferencia y frustracion por aquellos a quienes esta dirigida, TENEMOS OBISPOS QUE NO GOBIERNAN, ya sea porque sus actitudes cerradas no condicen con la primera funeién de gobierno que es la de ser Padres, Ya Sea porque en su trato con sacerdotes y laicos no estiman valedero el criterio del dislogo y se afirman en cambio en un principio de autoridad correspondiente a la mepor tradicién del fendalismo, ya sea porque al no haber logrado la verdadera union en torno a su persona deben apoyarse en el uso de las sanciones para resolver las permanentes tensiones que se presentan en el clero, como en los dolorosos easos de los sacerdotes: de Mendoza y de Cérdoba, en el creciente éxodo sa- cerdotal de Buenos Aires y en las situaciones que se dan en las organizaciones eatélieas de laic2s todavia marcadas por el sello de la burocracia apostolica, ya ea porque Ia incomunieacién en que viven en sus peque- fos mundos de curias y sacristins no les permiten ver Ja realidad de un redil del que las 99 ovejas estin per- didas o alejadas y la tnica que queda shoga al Pastor en_preocupaciones que no son las del pueblo cristiano. TENEMOS OBISPOS QUE NO SANTIFICAN en to- neza y plonitud, ya sea porque sin Magisterio y sin Autoridad ejercidas en el espirita del Concilio, la predicaeién del Evangelio de Cristo y. Ia eplebracién ‘del misterio de la Cena del Senor resultan finalmente una niera ordenacién dol culto y de los sacramentos; ya sea. porque Ia renovacién litérgiea y biblica proclamada con- ciliarmente es realizada s6lo en partes y en superficie, sin que ello signifique la vida y el crecimiento de la comunidad cristiana; ya sea porque los pobres,, sacra mento del Sefior y privilegiados de su Amor, no parti- cipan ni pueden participar —tal como se les ofrece la. glesia— en la vida de la gracia y de la salvacién; ya seu porave a pesar de los templos colmados en Semana Santa y en Navidad o en las misas tardias del domingo, el porcentaie de cristianos que participan activamente en Is Bucaristia es tan minimo que este solo dato debe- ria modifiear estracturalmente toda ta Pastoral argen- ‘Las nuevas condiciones de 1a Iglesia en el mundo exi- gen claramente para nuestro pais que los Obispos ver- daderamente ensefien, gobiernen y santifiquen, Exigen gue los Obispos argentinos dejen ya de aparecer como “funcionarios” del Estado o de la Iglesia y asuman la nueva actitud conciliar de servicio y testimonio, Exigen que los Obispos renuncien aiin a derechos legitimos para manifestar la sinceridad de su funcion y para borrar definitivamente la imagen ce un Episcopado que no din- Joga, que no escucha, que no entiende el requerimiento de los pobres. Finalmente, las nuevas condiciones sociales, politieas y econdmicas de la Argentina exigen al Fpiseopado una definieién conereta y comprometida con todas las situ; ciones en las enales se juega Ia vida y Ia suerte de los trabajadores: el cierre de las fuentes de trabajo para los obreros tueumanos, Ia huelga de los obreros portua. rigs, los despidos masivos en industrias y servicios pric blieos que afectan a la subsistencia de los hogares hu- mildes, Jos_anuncios de un plan econémico que supone su realizacién a costa del nivel de vida de los mas necesitados, In reestructuracién ferroviaria y su cono- sida seeucla de trastornos sociales, la reiterada viola- cién de las libertades de expresion, de asociacién y de reunién consagradas por el mismo Coneilio, Ia vielaci6n de la libertad de pensamiento en las universidades, el avasallamiento de los sindicatos y entidades de bien Piiblico, Ia ligazén nacional a los monopolios interna- cionales en un descarado neocolonialismo condenado por las encfclieas de Juan XXIII, Ja participacién de la Nacién en la carrera armamentista desatada en Am rica Latina y en la formacion de fuerzas interamerica- nas de represién, las antinciadas medidas contra la. li- hertad de“opinién y de prensa, en definitiva, Ias angus. tias y las necesidades de lo; angentinos frente a la situ ién'de dictadura militar en que vivimos, exigen que los Obispos, cuando cuntplan el_anunciado ritual de saluder a quien detenta el poder, fijen —con la libertad y el coraje que ia situacion impéne— los eriterios y I actitudes que serdn en adelante signos de la identifica. cién del Episcopado con el espiritu. del Concilio y la Iglesia de los Pobres, ‘Compartan el dolor y la angustia de tos pobres de nuestra Patria que serdn, una vex més, las vietimas del “orden” y la “recuperacién nacional” antinciada ‘como empresa de liberacién y concretada ya en hechos como una nueva etapa de despojo econémico, de dictadura politica y de tensiones sociales. Asumimos humildemente muestra: personal indignidad y falta de méritos como autores de este amamionto, gue lo formulamos no a titulo de elegides sino como simples miembros de la comunidad que. sentimos ol derecho a reclamar atencién y cuidado por parte. de quienes —siguiendo al Sefior— estén no para cuidar los sanos, sino para sanar a los enfermos, UBSTRA IGLESIA NOS DUELE. NOS DUEL SABERLA | IDENTIFICADA — ECONOMICAMENTE. CON LOS RICOS, SOCIALMENTE CON LOS PODE- ROSOS Y POLITICAMENTE CON LOS OPRESORE: NOS DUELE PORQUE LA SENTIMOS EN LA CAR- NE Y EN LA SANGRE DE TODOS LOS POBRES, DE LOS INDEFENSOS, DE LOS SUMERGIDOS QUE —A PESAR DEL DOLOR Y EL BSCANDALO QUE LES CAUSA LA JERARQUIA— SE AFERRAN ‘T0- DAVIA CON ESPERANZA A LA LIBERACION ANUNCIADA POR EL EVANGELIO Y SE INCOR. PORAN DECIDIDAMENTE A LA LUCHA REVOLU- CIONARIA —EN LA QUE QUISIFRAN VER COM. PROMETIDA ‘TAMBIEN A SU IGLESTA— PARA REALIZAR EN ESTE MUNDO LA FELICIDAD DE. LOS QUE TIENEN HAMBRE Y DE LOS QUE TIE- NEN SED DE JUSTICIA. Buenos Aires, Noviembre de 1966, Cristianismo y Revolucién los signos del gobierno miedo y compromiso INVITACION AL RIESGO Desde hace 120 dias los argentinos vivimos la experiencia del punto muerto.de un régimen que venia agonizando lentamente y que ahora Junta todas sus fuerzas para no morir, para no dar paso a la nueva vida, para destruir y arrasar antes de desaparecer. Con el “reglamento militar” como Constitueién y con los apuntes del “cursillo” como Biblia, el res- ponsable del golpe del 28 de junio ha llegado al final del plazo y la tregua que los sectores de buena voluntad y mala memoria se habian fijado para no defraudar esta “esperanza nacional” 0 “expectativa popular”. Los mas avisados propagandistas de la R.A, ya se preguntan si esta es la Revo- lucién que habian anunciado con trompetas de jubilo y se responden en un sofisticado monélogo con toda clase de convencimientos falsos y auto Justifieaciones lamentables. Habré que esperar el “examen de conciencia” de estos 120 dias para poder reflexionar exhaustivamente sobre lo que estamos viviendo y de- terminar, a partir del dia 121, una estrategia realista y revolucionaria que ubique nuestra Incha en los campos en que debamos jugarla y con las armas que sean necesarias. Lo que si tenemos que sefialar es que, en definitiva, la improvisacién mas burda, la total carencia de contenidos revolucionarios y una generalizada frustracién son los signos que revelan al gobierno y concitan, dia a dia, la critica y la oposicién en la que nimos a coincidir todos los que deseamos ardientemente una revolucién que no legs. A falta de definiciones politicas coherentes, lo mas significative de la linea del gobierno fue dado en los hechos con motivo del 16 de setiembre y del 17 de octubre. En setiembre se festejé publica y oficialmente —en especial por Jas tres armas— la “libertadora”, y hubo toda clase de de- ferencias y garantias por parte de las autoridades para la celebracion “gorila”. En octubre, en cambio, se negé el permiso para la fiesta po- pular, se intimid6 reiteradamente al peronismo y finalmente, se reprimié con violencia, detenidos, y enorme aparato policial a los militantes dis- puestos a ejercer derechos tan elementales como la libertad de reunién y de expresién. Como si esta actitud fallida del equipo militar pudiera dejar alguna duda acerca de su intencién, el Ministro Martinez Paz reafirmé a] pais que el tratamiento del gobierno al Movimiento Pero- nista con motivo del 17 revelaba la posicion de la R.A, que, de acuerdo a los hechos, entiende el “encuentro nacional” como un “orden” impuesto por los poderosos para que los humildes no protesten, no festejen, no existan, no perturben la “bendita paz” que disfrutamos gracias a las bayonetas y los hisopos. Felizmente, ya aclaré para los que desensillaron el 28 de junio es- perando el amanecer de la R.A. 0 confiando que los militares del golpe tenfan en el bolsillo una nueva versin del 43, un nuevo Caudillo, una nueva etapa de liberacién nacional. Ahora entramos en el terreno peli- groso de la realidad y la verdad: nadie puede servir a “dos Sefores” © estar complicado —en medio de infinitas distinciones— con la ayen- tura politica del T. G. Organia o estar comprometido —sin miedo ni medida— en el riesgo de compartir hasta sus tltimas consecuencias la suerte del pueblo,

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