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DELITO COMO CONSTRUCCIÓN SOCIAL

De acuerdo a la criminología crítica el DELITO es una concepción formada por las ideologías dominantes.

Su construcción parte desde los juicios eclesiásticos, posteriormente es tomado y reformado por
Estados-nación.

De tal manera, la etiqueta de delincuente ha sido superpuesta según los enemigos del momento:
▪ Brujas y demonios en la Edad Media
▪ Vagabundos, míseros y pobres en la naciente sociedad industrial
▪ Comunistas en el umbral del capitalismo
▪ Asesinos en serie a la entrada Neoliberalismo
▪ Criminales organizados y terroristas en la época del ultraliberalismo

Esa selectividad del poder punitivo no es accidental ni casualidad, siempre ha expresado el ejercicio de
poder de la clase dominante, poseedora de los medios económicos y políticos hacia las clases en
resistencia que representan per se un proyecto en crisis y contradictorio.

Con la modernidad, sustentada en valores dominantes, únicos (universales), se pone en marcha un


proceso sistémico de inclusión/exclusión en los ámbitos cultural, social, económico y político, en el cual las
clases más desfavorecidas cargarán sobre sí la desigualdad.

Es cierto que el proyecto de modernidad pugnó por un ambiente no violento, de libertad, igualdad y
fraternidad; sin embargo, de acuerdo con Josetxo Beriain, sociólogo, su implantación ha sido el ejercicio de
una violencia traducida en donde millones de personas y miles de años de sistemas culturales han sido
sepultados.

La denuncia más sólida acerca de esta evolución trágica de la civilización se da con la Escuela de
Frankfurt, consecutiva y expansiva de la Teoría Crítica de Marx.

Esa Teoría Crítica se ve fortalecida no sólo en sus aspectos económico-políticos, sino también en otros
ámbitos que expresan la dominación y la explotación capitalista, tales como la cultural, la social y la
psicológica.

CRIMINOLOGÍA Y DELITO

Donde convergen delito y modernidad aparece la Criminología, en primer lugar, como salvadora del
Derecho penal a partir de la categoría de lo peligroso como ciencia positiva del comportamiento delictivo y
como auxiliar práctico del poder del Estado; a partir de los setenta, por medio del materialismo histórico,
heredado de Marx, toma desde diversas posturas críticas, una posición de rebeldía y de resistencia.

En la Criminología Positivista se considera al sujeto como objeto de estudio y se observa un traslado del
método científico (propio de las ciencias naturales) a las ciencias del hombre (ciencias sociales).

Por su parte, en la Criminología Crítica, el Poder y Sistema Penal son sus objetos de estudio, mientras
que el materialismo histórico es empleado como método.

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Entonces, la criminología crítica surge con condición rebelde y de resistencia frente al ejercicio del poder
despótico.

Con ello amplió su objeto de estudio Control del Delito, su método Materialismo Histórico, y campo de
estudio Sistema Penal.

En 1992 Massimo Pavarini anunciaba la muerte de la Criminología Crítica más como Criminología que
como crítica, al denunciar como su análisis se había desviado de la cuestión criminal hacia un conflicto
capital/trabajo.

La historia de la actual Criminología deviene del concepto de la cuestión criminal ungido desde finales de
los setenta y aunada a la diversificación de la(s) criminología(s): Realismos e idealismos de derecha e
izquierda, Abolicionismo y Criminología Administrativa, principalmente.

La realidad de las sociedades contemporáneas, principalmente los territorios periféricos, sigue expresando
las contradicciones y los falsos discursos de la modernidad del mundo desarrollado.

Posmodernidad es un término evidentemente sociológico que engloba algunas


características de las sociedades actuales.

Es un concepto traslapado del arte por Fredric Jameson al mundo de las ciencias sociales.

Se ha conceptualizado de diversas formas:


▪ Zygmunt Bauman la llamó posmodernidad y después modernidad líquida
▪ Anthony Giddens. Modernidad tardía
▪ Ulrich Beck. Segunda modernidad o modernidad reflexiva
▪ Gilles Lipovetsky. Hipermodernidad o Era del vacío
▪ Jürgen Habermas. Capitalismo tardío
▪ Daniel Bell. Sociedad posindustrial

La criminología crítica niega la existencia del contrato social (tratándose en realidad de un discurso
legitimante), más que en tanto, suceso histórico. Rechaza también la teoría político-sociológica que la
enmarca: el consenso.
Por el contrario, sostiene que la teoría del consenso debe suplirse por la teoría del conflicto.
La sociedad, lejos de ser un conjunto armonioso de personas que interactúan con calidad de iguales y
cohesionados por el valor de la solidaridad, es un grupo caracterizado por el disenso. El conflicto se refleja
en la lucha de clases. El Estado se encuentra inmerso en la disputa. Lejos de permanecer imparcial, toma
partido y pone su poder al servicio de los dueños del capital.
Así, el Derecho como instrumento supuestamente útil para procurar la igualdad se emplea para zanjar las
desigualdades, manteniendo a la clase baja controlada y a la clase alta en la posición dominante. Es una
carta de inmunidad para el burgués y un arma disciplinaria contra los asalariados.
La criminología crítica (como corriente alterna de pensamiento), tiene como objeto de estudio la reacción
social, ampliando su visión para introducir en el análisis la violencia estructural y, por tanto, el capitalismo
como programa de dominación clasista, apoyado por la violencia estatal para redondearlo como plan de

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control y dominación. El Derecho Penal es un poder que sirve, en realidad, para disciplinar a las masas
proletarias. El Derecho Penal, visto desde este ángulo, es un poder disciplinario que debe ser disciplinado.
Las principales tesis de la criminología crítica concluyen que problemas como la pobreza, la desigualdad
y la exclusión social son las verdaderas causas del crimen.
A diferencia de la criminología etiológica, que nunca pudo encontrar el referente material del delito, la
crítica sí lo encontró, sólo que afuera del individuo. Precisamente, lo localizó en estos tres factores
sociales. Todos ellos, sin excepción, son resultado del programa de dominación.
Autores como Jock Young vieron que, en el caso de Inglaterra, el welfare State y la reducción significativa
del desempleo se volvieron realidad.
Pues bien, estas políticas —sumadas a la disminución de la desocupación laboral, producto a su vez del
auge de la producción económica— estaban atacando de manera muy conveniente aquellos tres
problemas que, según la criminología crítica, eran los factores sociales del delito. Pero, contrario a lo que
suponían las tesis críticas, en Inglaterra los índices de criminalidad siguieron en aumento.
Esto provocó el nacimiento de una corriente de pensamiento crítico, llamada por sus mismos autores
nuevo realismo criminológico de izquierda.
El nombre tenía como objeto conseguir un doble deslinde: por una parte, separarse de la criminología
crítica radical (también conocida como idealismo criminológico de izquierda); que, si bien demostró la
ilegitimidad del Derecho Penal y afirmó haber descubierto el referente material del delito en la estructura
social, había fracasado en su intento por influir en la política pública. Por otra parte, con ese nombre quiso
distinguirse del realismo de ultraderecha que —promovido por los criminólogos partidarios de las políticas
de la ley y el orden en Inglaterra y Estados Unidos— se había posicionado con éxito en las campañas
electorales y planes de gobierno.
El nacimiento de la criminología crítica implicó que sus fundadores rompieran con la criminología tradicional
u ortodoxa.

A ese movimiento surgido en el interior de la criminología se le conoció como “la gran negación”, porque se
consideró falsa la tesis fundamental de la criminología del paso al acto, que decía: “la desviación produce
reacción social”. Pues bien, con el nacimiento del nuevo realismo de izquierda se produjo un nuevo
rompimiento, sólo que ahora en la criminología de izquierda o crítica. A dicho movimiento se le conoce
como “la gran división”, y hasta ese momento la estructura de la criminología consistía en lo que puede
verse en la figura.
Entre los promotores de la segunda ruptura se encuentran Jock Young, seguido por sus colaboradores en
el Centro de Criminología del Politécnico de Londres, como Ian Taylor, Vicenzo Ruggiero y John Lea. Ante
el fracaso de la criminología crítica por cambiar los escenarios que favorecen el crimen, Young propone
regresar al estudio de las causas del delito.
La criminología crítica demostró que el discurso jurídico-penal es falso, pues el Estado no lo observa. En
efecto, mientras el programa describía un Derecho Penal ideal orientado hacia el logro de fines axiológicos
como la justicia, moderación en los castigos, y solidaridad incluso con el disidente, el Derecho Penal real
ponía el acento en aplicar castigos excesivos, y por tanto injustos, y recluir en prisión para anular, en lugar
de internar para readaptar. El resultado fue entonces que al criminal se le comenzó a tratar más como
enemigo que como semejante.

De tal manera, la Teoría Crítica iniciada por Marx y continuada por los intelectuales de Frankfurt, como
inspiración para los analistas criminólogos como Baratta, Taylor, Walton, Young, Pavarini, entre otros, aún

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puede colaborar en la praxis revolucionaria en resistencia al sistema dominante, altamente destructivo de
la condición humana.

El retroceso del Estado social y, en contrapartida, el incremento del Estado penal y policial es uno de
otros tantos fenómenos que representa el nuevo contrato social que trae consigo la globalización.

Con el neoliberalismo estamos ante un Darwinismo social en el que en realidad se pregona la violencia,
la desigualdad y la exclusión de los más débiles.

INTERACCIONISMO (Sociología)
Tensión: Robert K. Merton
Aprendizaje social: Edwin H. Sutherland
Subculturales: Albert K. Cohen
Del control: James Q. Wilson (actual), Goldstein, Clifford R. Shaw y Henry D. McKay (Escuela
de Chicago).

CRIMINOLOGÍA CRÍTICA
Jock Young, Ian Taylor, Paul Walton, Alessandro Baratta

National Deviancy Conference


Jock Young, Ian Taylor, Paul Walton, Laurie Taylos, Stanley Cohen, David Downs, Paul Rock: IDEALISMO
DE IZQUIERDA

REALISMO DE IZQUIERDA
Jock Young, Vicenzo Ruggiero, Roberto Bergalli, Iñaki Rivera Beiras, John Lea (Delito y Modernidad.
Nuevas argumentaciones en la Criminología realista de izquierda. Ediciones Coyoacán).

Abolicionismo
Louk Hulsman, Nils Christie, Baratta, Thomas Mathiesen, Zaffaroni, Lolita Aniyar de Castro

Abolicionismo moderado: Lolita Aniyar de Castro, Zaffaroni


Abolicionismo radical: Louk Hulsman y Nils Christie

REALISMO DE DERECHA
James Wilson y George Kelling (Broken Windows)

Criminología situacional:
Ronald V. Clarke, Derek Cornish: Libre elección o elección racional
Michel Gottffredson, Redson, James Garofalo: Estilo de vida
Felson, Lawrence Cohen, Ronald V. Clarke: Actividades rutinarias

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