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En 1853, en relación con la sanción de la constitución

argentina, Fray Mamerto Esquiú pronunció un


magnífico sermón en la Iglesia Matriz de Catamarca.
En el que dijo, entre otras palabras,
"¡Que el individuo, el ciudadano, no sea absorbido por
la sociedad, que ante ella se presente vestido de su
dignidad y derechos personales; que éstos queden
libres de la sumisión a cualquiera autoridad! Esto es
igualmente equitativo: y el carácter prominente de los
pueblos civilizados es esta noble figura, que no ofrece
el cuadro de la civilización antigua, y que nos trajo la
Religión con su doctrina, y el ejemplo de los fieles,
que inmóviles resistían el impulso tiránico de los
gobiernos, de las leyes, de las preocupaciones del
mundo entero. He aquí, señores, en esta noble
independencia, la única verdadera libertad, la que es
el fundamento de las naciones y elemento de que
viven: la preciosa libertad, que apenas conoce nuestra
patria, y cuya existencia está insinuada teóricamente
en dos actos, el de su sanción el año de 1816, y el de
su fórmula en 1853: nuestros padres, de pie, con la
mano en el corazón, y sus ojos en el Cielo, la juraron,
y se convocaron para el día siguiente a cumplir su
juramento."
Es por este sermón que fue de allí en más conocido
como el “Orador de la Constitución”.
Fray Mamerto Esquiú nació a 15 kilómetros de la
ciudad de Catamarca, hacia el Norte, en el antiguo
departamento de Piedra Blanca, hoy llamado Fray
Mamerto Esquiú, el 11 de mayo de 1826, en un
humilde rancho que tiene hoy más de 200 años.
Vivió allí hasta los 9 años y aún se conserva la cama y
dos sillones que pertenecieron al celebre franciscano,
como así también la rueca y dos sillones que
pertenecieron a su madre.
Es una vivienda de 3 habitaciones, construidas con
muros de adobe sin revocar, techo a dos aguas de
caña, paja y barro, preservador del frío y el calor,
propio de la zona.
Los pisos son de ladrillo y las puertas de madera de
algarrobo negro. Las cabriadas del techo, de madera
de quebracho blanco y los tirantes que lo sostienen de
retama.
Es Monumento Histórico Nacional desde el 27 de
agosto de 1935 y está preservada bajo el templete
que se construyó en 1941.
Próxima a ese rancho se encuentra la Capilla del
Señor de los Milagros, donde Fray Mamerto Esquiú
fue bautizado y años más tarde se desempeñó como
cura párroco.

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