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La “Escuela de Frankfurt”, una

constelación en movimiento

Por Mauricio Carlos Manchado


mauriom@steel.com.ar - Universidad Nacional de Rosario, Argentina

Sumario: Summary:
El presente trabajo propone una introducción -o entrada po- This work proposes an introduction –or possible entry– to
sible- a una de las líneas de pensamiento más importantes e one of the lines of thought most important and influential
influyentes en el campo de la comunicación: la Teoría Crítica, in the field of comunication: Critical Theory, also known as
también conocida como “Escuela de Frankfurt”. Perspecti- “Frankfurt School”. Critical perspective that, in the course of
va crítica que, en el transcurso del texto, calificamos como the text, we qualify like “constellation in motion” because it
“constelación en movimiento” porque en su seno alberga no contains not only a theoretical continuous-territorial mobility
sólo una continua movilidad teórica-territorial sino también but also heterogeneity of intellectuals who formed part of or
una heterogeneidad de intelectuales que formaron parte o linked to it. Constellation that dialogs with marxism, judaism,
se vincularon a ella. Constelación que dialoga con el marxis- nazism, socialism and capitalism and which dialogue crystal-
mo, el judaísmo, el nazismo, el socialismo y el capitalismo, lizes the imposibility of think it like a single and compact block.
y en cuyo diálogo se cristaliza la imposibilidad de pensarla Contrary to that, the discussions between their members –we
como un bloque único y compacto. Contrariamente a ello, will focus here on one of the most significant, Adorno-Benja-
han sido las discusiones que mantuvieron sus integrantes min– have done the “Critical Theory” one of the perspectives
–nos centraremos aquí en una de las más significativas, la de of analysis more complex and complete to think the political,
15
Adorno-Benjamin– las que hicieron de la “Teoría Crítica” una cultural and media process of twentieth century. Constella-
de las perspectivas de análisis más complejas y completas tion that, mainly, proposes to advance in the challenging task
para pensar los procesos políticos, culturales y mediáticos of making a rational criticism of our own Western rationality.
del siglo XX. Constelación que, por sobre todas las cosas,
se propone avanzar en la desafiante tarea de realizar una Describers:
crítica racional de nuestra propia racionalidad occidental. Critical theory; marxism; cultural industry; capitalism,
revolution
Descriptores:
Teoría crítica; marxismo; industria cultural; capitalismo; revo-
lución

La “Escuela de Frankfurt”, una constelación en movimiento


The “Frankfurt School”, a constellation in movement
Páginas 015 a 030 en La Trama de la Comunicación, Volumen 18, enero a diciembre de 2014
ISSN 1668-5628 - ISSN digital 2314-2634
Introducción que, en un mismo movimiento, van y vienen sobre
Al construir un relato histórico solemos ordenar un fondo común. Vaivén que identifica el devenir del
nuestras ideas a través de una variable que establece Instituto sustentado en el eclecticismo de sus intelec-
límites: el tiempo. Es así como la racionalidad occi- tuales, reunidos todos bajo una causa común: la de
dental apela a fechas trascendentes, años claves o realizar una crítica a la racionalidad de un orden social
días irrepetibles que caprichosamente condensan el desigual cuya expresión —para algunos de estos au-
peso de los acontecimientos. Puede que una de las tores resulta no ser la única, pero sí la más grande y
imágenes más fieles de esto sean esas líneas blancas contundente— es el capitalismo.
y verticales que nuestra maestra de primaria dibujaba En el presente artículo ofrecemos un primer acer-
sobre el pizarrón, jugando a hacer tajos al continuum camiento a esa “gran constelación” denominada
horizontal de la historia. No estaríamos más que de “Escuela de Frankfurt”, no con el fin de lograr una
acuerdo con la intención de “tajear” la historia si no cronología de hechos y personajes sino más bien de
fuese porque, acto seguido, aquella mujer alta y de cartografiar un mapa intelectual altamente complejo,
cara ceñida anotaba números exactos sobre la ver- heterogéneo y tensionado, conformado por filósofos,
ticalidad, borrando así toda esperanza de un relato psicólogos, historiadores y sociólogos que signaron
diferente. Allí hablábamos de etapas, períodos o inclu- para siempre la forma de pensar la relación sujeto-
sive, casi en un gesto de rebeldía, de ciclos. sociedad (y en ella también el vínculo cultura-medios
Al escribir sobre el Instituto para la Investigación So- de comunicación). No nos proponemos dar una mirada
cial —más conocido como la “Escuela de Frankfurt” única o unificada sobre la “Escuela de Frankfurt” por-
o “Teoría Crítica”1— esas delimitaciones se vuelven que su propia potencialidad estuvo —y está— en dos
obsoletas o, al menos, insuficientes. Por ello, para aspectos centrales que describiremos en el transcur-
reconstruir el devenir del Instituto no hablaremos de so del artículo: 1) su continua transformación o movi-
“etapas” sino de “constelaciones”. Gesto del lenguaje lidad (teórica y territorial) y 2) la capacidad de hacer
que encierra algo más que una pretensión poética- interactuar y convivir a intelectuales tan símiles y di-
literaria, se convierte aquí en una declaración sobre similes como Horkheimer, Adorno, Benjamin, Fromm,
cómo proponemos pensar a la “Teoría Crítica” sin caer Marcuse y hasta el propio Habermas.
en reduccionismos. Hablar de “etapas” implicaría co- Sus nombres resuenan ya en los anaqueles del siglo
mienzos y finales cerrados, y eso fue, precisamente, XX pero un continuo rescate y recuperación de sus 17
lo que no caracterizó a la “Escuela de Frankfurt”. Las ideas logra que éstas sean, en los albores del siglo
transformaciones y/o desplazamientos fueron ca- XXI, posibles respuestas —de nuevas pero viejas pre-
racterísticas de ésta tanto como su heterogeneidad, guntas— para pensar la/s sociedad/es y su/s sujeto/s
multidireccionalidad y apertura. Porque cada cambio o, como sostenía Michel Foucault —emparentando su
implicó retomar el camino antes construido y porque tarea con la de la Escuela de Frankfurt—, realizar una
sobre una idea central se fueron introduciendo varia- “crítica racional de nuestra racionalidad”3. Racionali-
ciones que no borraban lo anterior sino que, en todo dad que, bajo el signo del capitalismo, es interpelada
caso, lo complejizaban. por estos intelectuales. Pues bien, desempolvemos
Por todo ello, preferimos hablar de “constelaciones” de aquellos viejos anaqueles a esta “Escuela” que,
en tanto su imagen nos revela un orden desordenado allá por la década de 1920, comenzaba a construir ya
o, más bien, un desafío a la linealidad de las cosas2. sus primeras constelaciones.
Las “constelaciones” son construcciones enigmáticas

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I. Constelación primera. Frankfurt, marxismo y August, Wittfogel, Mandelbaum, Weiss, Massing,
Grünberg: El Instituto para la Investigación Social Gumperz, Langerhans y Löwenthal. De todos ellos,
Tal como lo indica el título, la primera constelación sólo Leo Löwenthal no respondía a la temática princi-
está marcada por una de las ciudades más progresis- pal definida bajo la Dirección de Grünberg (su trabajo
tas de la Alemania de pos-guerra: Frankfurt. Fue en versaba sobre la sociología de la novela alemana en
la Universidad de dicha ciudad donde el 22 de Junio el siglo XIX). (Wiggershaus, 2010)
de 1924 se realizó la celebración académica de inau- Esto dejaba bien en claro que el Instituto, desde sus
guración del por entonces denominado Institut für So- comienzos, estaría signado por estudios realizados
zialforschung (Instituto para la Investigación Social). desde una perspectiva marxista. Mirada que se mate-
Inauguración en la que Carl Grünberg, en el cargo de rializaba en Carl Grünberg pero también en quién es-
Director del Instituto, dejaría sentadas las bases pro- tuvo encargado de seleccionarlo y proponerlo como
gramáticas de su trabajo académico y la orientación Director: Felix Weil. Nacido en Buenos Aires (Argenti-
que adoptaría el mismo. na) en 1898, Weil era hijo de un comerciante judío que
“Marxista de cátedra” como solían llamarlo a Grün- a los 22 años había viajado a ese país para trabajar
berg, en 1910 había fundado el “Archivo para la historia como empleado en una empresa de cereales de Ams-
del socialismo y el movimiento obrero” y pretendía signar terdan y se afincó allí por más de 18 años. Tiempo en
la labor del Instituto hacia esos temas (Wiggershaus, el que cosechó un importante éxito económico para
2010). Grünberg representaba el carácter científico volver a Alemania como multimillonario y con la ex-
del marxismo —ésta había sido, entre otras, una de pectativa de que su hijo continuase con la empresa.
las causas de su elección como Director— en el mapa Finalmente, esto no sucedió. Felix Weil no se convirtió
intelectual europeo —más puntualmente alemán—, y en empresario, científico o artista sino en un mecenas
ésa era la impronta que buscaba darle al Instituto: de izquierda y en un “trabajador ocasional de las cues-
tiones científicas.” (Wiggershaus, 2010: 24) Lo cual
“Si el marxismo como sistema económico y socioló- construyó, a la posteridad, una imagen de Weil que
gico ha sido tratado hasta ahora en las universidades omitiría sus intereses académicos, puntualmente, su
alemanas —en un marcado contraste con lo que su- insistencia en que el marxismo debía ser considerado
cede en otros países— de una manera despectiva, o y abordado desde una perspectiva científica; hecho
18 incluso prácticamente, en el mejor de los casos, se que por entonces no era una posición asumida y acep-
le ha tolerado a regañadientes, en el nuevo instituto tada ampliamente en el campo intelectual y por tanto,
de investigaciones tendrá una patria…” (Grünberg en un debate sobre el que Weil pretendía profundizar tras
Wiggershaus, 2010: 40) los lineamientos fundantes del Instituto.
Marxista y convencido de la superioridad del socia-
Dicha orientación fue tan marcada que el grupo de lismo, Weil había estudiado Ciencias Sociales y Eco-
personas que trabajaban en el nuevo Instituto res- nomía realizando su Doctorado en Frankfurt en 1920.
pondían a los “intereses temáticos y concepciones (Wiggershaus, 2010) Su preocupación principal era
del mundo del Director.” (Wiggershaus, 2010: 44) Una lograr la “institucionalización en la discusión marxis-
primer enumeración nos encuentra con nombres cla- ta” y por ello impulsó junto a su padre (organizacional
ves de lo que será el posterior desarrollo del Instituto: y económicamente) el Instituto para la Investigación
Pollock, Grossman (ambos asistentes de Grünberg), Social. En 1923, se autoriza la fundación del mismo en

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la Universidad de Frankfurt y la elección del cargo de en el escenario alemán. En cuanto a la figura de Weil,
Director estaría bajo la responsabilidad del Ministerio insistimos en que si bien ha sido el principal propulsor
de Educación y, principalmente, de Felix Weil. Esto de- económico del Instituto, también fue quien delineó los
terminaría que sea Weil quién, a su gusto y de acuerdo posicionamientos teóricos-políticos (no partidarios)
a sus objetivos, eligiese al Director del Instituto. Fue de aquella organización.
así como luego de descartar, por diversos motivos, Ahora bien, las imprecisiones en las que en reite-
los nombres de Pollock, Horkheimer y Mayer, el ele- radas ocasiones se incurre al ligar los comienzos del
gido fue Carl Grünberg. Weil había encontrado en Instituto con la figura de Max Horkheimer tienen su
Grünberg un director que respondía a la combinación explicación en la construcción de una imagen que el
que él pretendía para asentar y posicionar al Instituto: propio Horkheimer realizó, de sí mismo y de la Es-
imprimirle al análisis de los fenómenos sociales, cul- cuela, desde que asumió la Dirección del Instituto. Su
turales y políticos una perspectiva marxista en cuyo estadía en el cargo por más de 25 años forjará la idea
enfoque pueda rastrearse un carácter de cientificidad de que el inicio y decurso del Instituto estaban nece-
–por el cual Weil bregaba- del marxismo y del mate- sariamente ligados a su figura. Sin embargo, hemos
rialismo histórico como modo de ver y comprender visto que en los amaneceres de la Escuela otros fue-
al capitalismo. Tal posicionamiento reflejaba ya el ron los propulsores de la propuesta académica que
carácter crítico del Instituto como marca indeleble de sí, ciertamente, tendrá en él uno de sus principales
una constelación cuyos destellos no se apagarían sino continuadores y reformadores. Las constelaciones,
que seguirían brillando, incluso, hasta la actualidad. dirá Benjamin, se establecen “a partir de los puntos
Ahora bien, el motivo por el cual nos detuvimos en luminosos de las estrellas” (Benjamin en Adorno, 2011:
algunos mojones significativos de esta primera cons- 251) y es su carácter combinatorio el que provoca una
telación frankfurtiana es porque el relato histórico que imagen de totalidad. Pues bien, esa imagen del “Ins-
se ha construido sobre el Institut für Sozialforschung tituto” es la que intentaremos seguir construyendo
suele omitir tanto la importancia que tuvo la presencia a continuación al unir los puntos luminosos que co-
de Grüngberg para el posicionamiento del mismo en el menzaron a destellar con Grünberg y que tendrán su
campo académico como los lineamientos teóricos que proceso de continuidad-discontinuidad en la figura de
Weil le imprimió a la “Escuela de Frankfurt”. Respecto Max Horkheimer.
de Grüngberg vale decir que su trayectoria como uno 19
de los intelectuales más destacados en la corriente II. Constelación segunda. Emigración, judaísmo-
de pensamiento denominada “austromarxismo”4 po- nazismo y marxismo-psicoanálisis, la llegada
sicionaba positivamente al Instituto no sólo frente a de Horkheimer: Un giro no tan copernicano
las gestiones administrativas que debían realizar ante En Enero de 1928 Carl Grünberg sufre un ataque
el Ministerio de Educación de Frankfurt, sino también de apoplejía y debe abandonar su puesto de Director
ante la mirada del resto de los intelectuales que ob- del Instituto. Ante ello, Weil se embarca en la tarea
servaban con atención –y algo de desconfianza– (sig- de buscar un sucesor. Otra vez, la lista de candidatos
nada sobre todo por la figura de Felix Weil) el surgi- se despliega sobre la mesa y pueden observarse los
miento de un nuevo espacio de reflexión y discusión nombres de Grossmann, Pollock y Max Horkheimer.
marxista en un contexto de pos-guerra a nivel mundial Ya con un Instituto afianzado en el mapa académi-
y de reestructuraciones socio-políticas-económicas co-intelectual alemán, Weil pretendía que el mismo

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“continuase con sus esfuerzos por la aplicación y Wiesengrund-Adorno.
perfeccionamiento de la teoría de Marx, con una Todos ellos compartían no sólo un vínculo con el
incondicional neutralidad política —partidaria—.” marxismo sino también con el judaísmo —en grados
(Wiggershaus, 2010: 51) El elegido finalmente será o compromisos diferentes— y esto, veremos, no será
Horkheimer; judío, marxista (condiciones que existían un dato menor en el posterior desarrollo del Instituto.
en todos los integrantes del Instituto), convencido no Sumado a eso, el grupo de Frankfurt también estaba
sólo de la potencialidad de la teoría marxista para convencido de que el posicionamiento del Instituto
“denunciar” y “superar” las desigualdades e injusticias —sus producciones teóricas— debían contener y ex-
sociales sino también poseedor de una visión para el presar tanto una fuerte crítica al capitalismo como a
Instituto que no desechaba lo impulsado por Grünberg los sistemas de pensamiento y tradiciones filosóficas
pero sí lo complejizaba. El nuevo programa consistía que se presentaban como cerrados y completos (Jay,
en combinar un enfoque teórico donde se conjugasen 1986). Uno de ellos —tal vez blanco o “enemigo” pre-
elementos del marxismo y el psicoanálisis pero sin de- dilecto de los frankfurtianos— fue el positivismo. De
jar de lado otras ciencias sociales. Así lo expresaba allí que Horkheimer dijera del positivismo y del resto
Horkheimer en su discurso inaugural como Director de las teorías calificadas como “tradicionales”, que se
del Instituto el 24 de Enero de 1931: encontraban subsumidas en una “ilusión de indepen-
dencia” a partir de la cual los científicos creen “que
“…organizar investigaciones con base en plantea- ofrecen procesos de trabajo cuyo cumplimiento, se-
mientos filosóficos actuales, en las cuales se combi- gún se pretende, derivaría de la íntima esencia de su
nen filósofos, sociólogos, especialistas en economía objeto”; una independencia que se correspondería a
nacional, historiadores y psicólogos, en una comu- “la libertad aparente de los sujetos económicos dentro
nidad de trabajo de larga duración.” (Horkheimer en de la sociedad burguesa. Estos creen actuar de acuer-
Wiggershaus, 2010: 55) do con decisiones individuales, cuando hasta en sus
más complicadas especulaciones son exponentes
Asimismo, el “Archivo para la historia del socialismo y del inaprehensible mecanismo social.” (Horkheimer,
el movimiento obrero” será reemplazado, en 1932, por 2003: 231) En contraposición a ello, la teoría crítica
la “Revista de Investigación Social” que sería, a partir proponía retomar las categorías marxistas de clase,
20 de entonces, el órgano de publicación y difusión de explotación, plusvalía, ganancia, pauperización, crisis
los trabajos producidos por los intelectuales del —y como momentos de una totalidad conceptual “cuyo
vinculados al— Instituto. Lo que esto significaba era el sentido ha de ser buscado, no en la reproducción
“desplazamiento del punto focal del trabajo del Institu- de la sociedad actual, sino en su transformación en
to (de la historia del movimiento obrero hacia la teoría una sociedad justa. Aunque la teoría crítica en ningún
de la sociedad)” (Wiggershaus, 2010: 57) pero también momento procede arbitrariamente o por azar, para el
mayor presencia de un grupo de colaboradores que modo dominante de juzgar ella aparece, justamente
reflejaban la nueva orientación “multidisciplinar” que por eso, como subjetiva y especulativa, parcial e in-
Horkheimer impulsaba. A los ya mencionados en el útil.” (Horkheimer, 2003: 250) Calificación que se po-
transcurso de este apartado, se le sumarían: Erich saba sobre la teoría crítica para desprestigiarla pero
Fromm (psicoanalista), Herbert Marcuse (contactado cuyo eco, por parte de sus integrantes, no fue más que
por Löwenthal para sumarse al Instituto) y Theodor el refuerzo y la reafirmación del posicionamiento mar-

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xista (combinado ahora con enfoques de otras disci- del lugar destacado que ocupaban los procesos cul-
plinas como, por ejemplo, el psicoanálisis) con el que turales y comunicacionales como clave de análisis de
se abordarían los fenómenos estudiados. Ahora bien, los procesos económicos del capitalismo (más allá de
a pesar de este claro posicionamiento desde la teoría que por ejemplo, con Benjamin, existieran diferencias
marxista y de adoptar la dialéctica como método para en cómo se articulaba el par estructura-superestruc-
analizar los procesos sociales, también establecieron tura). Esto implicaba, también, un fuerte indicio sobre
sus diferencias con las interpretaciones que muchos los nuevos intereses y perspectivas que Horkheimer
marxistas realizaban del marxismo. había dejado claros en su discurso de asunción como
Es decir que el positivismo no fue la única tradición director. Precisamente, se refería a esa revisión del
o sistema de pensamiento que criticarían sino que marxismo en su versión más ortodoxa cuando habla-
realizarán ese mismo ejercicio, inclusive, con el pro- ba de la necesaria “combinación de la filosofía y las
pio marxismo en su versión más ortodoxa. Para los ciencias sociales” a fin de pensar “la relación entre la
integrantes del Instituto, la tradición marxista debía vida económica de la sociedad, el desarrollo psíquico
ser repensada o, al menos, revisada en algunas de de los individuos y las transformaciones en el campo
sus interpretaciones. Una de ellas era el proceso de cultural.” (Wiggershaus, 2010: 54) Campo, este último,
“determinación” o condicionalidad en el par estructura que será ampliamente trabajado cuando el Instituto
(infraestructura) – superestructura (supraestructura). tenga que, en 1933, emigrar a los Estados Unidos (pre-
¿Qué decían, de acuerdo a los frankfurtianos, los via escala en Ginebra) ante el avance del nazismo en
marxistas ortodoxos? En breves palabras (con todo el Alemania.
riesgo que implica esta simplificación), que sólo la es- Ya lo habíamos dicho, la condición de marxistas y
tructura (económica) condiciona a la superestructura judíos no sería un dato menor y la salida de territorios
(cultura, religión, etc.) Por tanto, la dinámica se presen- europeos se presentaba como necesidad imperiosa
ta en términos unidireccionales, y de esa unidireccio- ante el riesgo de vida que significaba seguir con la ta-
nalidad se distanciarán los integrantes del Instituto. rea del Instituto en Frankfurt. Dicha emigración forma
Por lo tanto, lo que existe es una interacción o mutua parte de una constelación que pone no sólo a Horkhei-
determinación entre la estructura y la superestructura, mer en un lugar destacado sino también a Theodor
relación dialéctica y no de causalidad que si bien “era Adorno, quienes durante su exilio en Norteamérica
indudable que, bajo el capitalismo, la base económica desarrollarán sus principales ensayos e investigacio- 21
desempeñaba un papel decisivo en este proceso (…) nes sobre los medios de comunicación que, tal como
lo que se debía comprender era que dicho estado era lo mencionamos líneas arriba, más tarde se inscribi-
sólo histórico y cambiaría con el tiempo.” (Jay, 1986: rían bajo la denominación de “industria cultural”5.
73) En los integrantes del Instituto, la superestructura Exilio que, asimismo, implicó una serie de modi-
cobraba cada vez mayor importancia; de allí que el ficaciones respecto de las relaciones del Instituto
abordaje de lo que Adorno y Horkheimer enunciaron con otros intelectuales. Instalado en la Universidad
como la “industria cultural” en “Dialéctica del Iluminis- de Columbia (Nueva York)6, Horkheimer se vinculará,
mo”(1947) -y en dicha industria la experiencia de la mú- entre otros, con integrantes del grupo de la “Mass Co-
sica y la televisión entre otras-, o el propio interés de munication Research” y por ésta con organismos que
Benjamin por la obra de arte en la era de su reproduc- financiarán parte sus investigaciones como la Rocke-
tibilidad técnica (1936), eran precisamente expresión feller Foundation. De todas formas, esas relaciones

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no estarán exentas de tensiones, sólo basta imaginar que pretendían las Universidades norteamericanas
cómo sería la convivencia de intelectuales marxistas que, en su gran mayoría, contaban con el patrocinio de
en el centro —o corazón— del sistema que criticaban, grandes empresas para realizar investigaciones de un
o con personalidades asentadas en tradiciones de claro corte empirista y cuantitativo. Así, en referencia
pensamiento de las que se distanciaban (como Paul a la recepción que tuvo el estudio que Adorno escribió
Lazarsfeld); la estadía en Estados Unidos era segura sobre el jazz en 1936 (antes de emigrar a Estados Uni-
pero no por ello fácil de sobrellevar. dos) en el campo académico norteamericano, decía lo
Una anécdota sobre el intento de trabajo conjun- siguiente: “…aquel trabajo, aunque referido estricta-
to entre Adorno y Lazarsfeld es el reflejo de dichas mente a los problemas musicales, llevaba el estigma,
tensiones. En 1937 Adorno es convencido finalmente según las concepciones norteamericanas de la socio-
por Horkheimer de emigrar a Estados Unidos con la logía, de lo indemostrado. Permanecía en la esfera del
propuesta de dirigir, junto a Lazarsfeld, el “Proyecto de material que influye sobre los oyentes, del stimulus,
Investigación de Radio Princeton”. El proyecto estaba sin que yo hubiese penetrado -o sin que hubiera podi-
financiado por la Rockefeller Foundation y exigía que do hacerlo-, con los métodos de las encuestas, en la
se realizara “dentro de los límites del sistema radial other side of the fence. De ahí que provocase la obje-
comercial entonces existente.” (Buck-Morss, 2011: ción que no tardaría en volver a escuchar: “Where is
393) Adorno nunca pudo acomodarse a dicha exi- the evidence?” (Adorno, 2009:109).
gencia y el resultado fue que “en aquellos casos en Estas declaraciones de Adorno permiten, asimismo,
que sus escritos para el proyecto eran comprendidos, leer dos aspectos fundamentales del desarrollo y la
se los rechazaban. Lazarsfeld escribía memos a sus importancia que adquirió la “Escuela de Frankfurt” en
asociados para explicarles ‘la brillantez e importancia el campo de la comunicación. Por una parte, da cuenta
de las ideas de Adorno’; hizo que el propio Adorno es- de un momento histórico en la construcción de dicho
cribiera un memorándum explicativo, pero el producto campo donde la comunicación –su estudio – estaba
resultante, como temía Lazarsfeld, oscurecía más que ligada estrictamente al análisis de los efectos, parti-
aclaraba…” (Buck-Morss, 2011: 394) La consecuencia cularmente, a los producidos sobre las audiencias (en
final fue que en 1939 la Rockefeller Foundation no re- aquel entonces era la radio el medio de comunicación
novó el subsidio y Adorno debió regresar con Horkhei- de masas por excelencia). Tales estudios adoptaban,
22 mer para continuar sus tareas en el Instituto. Tareas en su gran mayoría, un enfoque cuantitativo y sus re-
que, por entonces, se veían dificultadas por proble- sultados tenían carácter de aplicabilidad, por ejemplo,
mas económicos que habían llevado, por ejemplo, a para campañas políticas o estrategias comerciales.
perder la continuidad de publicación de la “Revista de Por otro lado, redimensionan el carácter rupturista de
Investigación Social”. El propio Adorno, algunos años los estudios elaborados por los principales exponen-
después, escribía en su ensayo “Experiencias científi- tes del Instituto al incorporar en sus análisis una mirada
cas en Estados Unidos” sobre las principales dificulta- crítica al funcionamiento de los medios en la sociedad
des con las que se encontraba al producir y difundir de masas y la posibilidad de leer dichos fenómenos
sus trabajos en el campo académico norteamericano, mediáticos como “expresión” y “constitución” de un or-
especialmente por la diversidad de enfoques y tipos den social desigual. Por lo tanto, analizar los vínculos
de análisis que proponía el Instituto (donde primaba la que el Instituto comenzaba a generar en los ámbitos
reflexión y los abordajes de carácter cualitativo) y los académicos norteamericanos nos habilita una lectura

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epistemológica del campo de la comunicación pero III. Constelación tercera. Europa, Teoría Crítica-
también la apertura de un espacio polemológico sig- Escuela de Frankfurt, y el debate Adorno-
nado por la mirada que otros intelectuales marxistas Benjamin: Más allá de las etiquetas, las ideas
tenían de tales relaciones. Sobre este último aspecto, Como ya dijimos en algún pasaje de este artículo, ser
tal vez quien más manifestó esos sentimientos fue el judío y marxista no acarreaba buenos augurios en una
dramaturgo y poeta alemán —y marxista— Bertolt Alemania que tras sus deseos expansionistas avan-
Brecht, que en sus diarios del exilio escribía: zaba a pasos agigantados por toda Europa. Quedarse
en el continente implicaba una serie de riesgos que
“Horkheimer es millonario y así pudo en cada lugar serían los asumidos por Adorno hasta 1937 (año en el
en que residió comprarse una cátedra para, dice que finalmente emigra a Estados Unidos) y por Walter
él, cubrir la actividad revolucionaria de su Instituto. Benjamin (que se suicidará en 1940 al ser perseguido
Esta vez ha sido en Columbia (…) ¡Oh, las palmas por la Gestapo y no poder cruzar la frontera franco-
académicas! Con su dinero mantienen a flote a algo española de Port Bou). Pero Benjamin y Adorno no
así como una docena de intelectuales, que tienen, a sólo compartían dichas condiciones.
cambio, que entregar todos sus trabajos sin la ga- La relación entre ambos comenzó antes de la inau-
rantía de que la Revista llegue un día a publicarlos.” guración del Instituto y más tarde vendrían las discu-
(Brecht en Benjamin, 1999 a: 13) siones en torno a temas personales (se convirtieron
en grandes amigos), políticos y teóricos. Se conocie-
Pero la fuerte crítica de Brecht estaba teñida tam- ron en Frankfurt en 1923 “pero fueron estrechando su
bién por las discusiones —teóricas y personales— relación sólo con el tiempo. El escenario del primer
que éste mantenía con Adorno. Discusiones que, vale encuentro fue un seminario dictado por Gottfrield
decir, estaban mediadas en —y generadas por— la Salomon-Delatour, un discípulo de Simmel, donde se
figura de un amigo en común: Walter Benjamin. Este trabajaban la historia de las ideas y la sociología his-
filósofo alemán será quien se constituya en nexo o tórica.” (Dimópulos en Adorno 2011: 33, nota 8) Para
ligazón del Instituto con las problemáticas europeas Adorno, Benjamin, 11 años mayor, había sido uno de
durante su exilio norteamericano. Aunque nunca llegó sus maestros intelectuales y esto se verá reflejado no
oficialmente a formar parte de él, Benjamin será en- sólo en la admiración que le profesaba sino también
marcado dentro de la “Escuela de Frankfurt” no sólo en la vehemencia con la cuál discutían sus ideas, prin- 23
por haber colaborado en repetidas ocasiones con la cipalmente ante los cambios que Benjamin introducía
publicación de ensayos en la “Revista de Investigación a sus trabajos. Extenso sería realizar un detalle por-
Social” sino también por el vínculo —particular y con- menorizado de la variedad de temas y perspectivas
trovertido— que mantendría con Theodor Adorno. Es que Benjamin fue adoptando en el transcurso de sus
precisamente esa relación parte del devenir del Insti- producciones (y no es el espíritu u objetivo de este
tuto, tanto por las mutuas influencias y contribuciones artículo), pero podemos “usar” dos “falsos ejes” para
entre ambos como por sus diferencias. Éstas fueron situar el debate —al menos lo central de éste— entre
el fiel reflejo de cómo miradas divergentes podían Adorno y Benjamin. Estos ejes serán “falsos” no por
confluir en aquello que entrada la década del 60 se su carácter de no-verdaderos sino por el intento de
agrupará bajo el término “Escuela de Frankfurt”. reducir, arbitrariamente, una discusión con múltiples
aristas a dos de sus dimensiones o aspectos: 1) los

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vínculos con el marxismo y los marxistas y 2) la posi- esa forma- benjaminiano poco tenía de convencional,
ción frente al progreso y la técnica en el capitalismo. ya que el modo de abordar los fenómenos era a través
Benjamin se acercaba cada vez más al marxismo de “imágenes dialécticas” o “imágenes desiderativas”.
y ya al final de la década del veinte sus escritos es- Es decir, imágenes que en sí mismas contenían el ca-
tarían claramente permeados por esas categorías rácter destructivo del progreso pero también la dispo-
teóricas. Un marxismo leído, al igual que por parte de sición de nuevas condiciones para la construcción de
los integrantes del Instituto, desde una mirada poco un futuro en el presente mismo; “imágenes en las que
ortodoxa al punto tal de llevar ese no-ortodoxismo al lo nuevo se entrelaza con lo antiguo” y donde en ellas
paroxismo cuando propone, sobre todo en sus “Tesis “el colectivo busca tanto superar como transfigurar la
de filosofía de la Historia” (1940), el “cruce”, “combina- inmadurez del producto social y las carencias del or-
ción” o “conjunción” de elementos propios del judaís- den social de producción.” (Benjamin, 2005: 39) De allí
mo-mesianismo con los del marxismo. De allí que la que esas imágenes dialécticas como las de los pasa-
figura romana del Jano sea la más adecuada para jes parisinos, los carteles publicitarios, los teléfonos,
lograr su definición como intelectual. Una cabeza con las prostitutas, los vagabundos, el flaneûr, entre otras,
dos rostros, uno mirando hacia Moscú y el otro a Je- se inscribieran en un proceder analítico caracterizado
rusalén. Podríamos decir, siguiendo con el juego de por la ley de una dialéctica en reposo: “reposo que
las imágenes, que ambas miradas en cierto momento es utopía, y la imagen dialéctica, por tanto, imagen
—paradójicamente— se cruzaron y las “Tesis…” fue- onírica. Semejante imagen presenta la mercancía en
ron su mayor cristalización. Tal como sostiene Hannah última instancia: un fetiche. Semejante imagen pre-
Arendt, “Benjamin fue probablemente el marxista más sentan los pasajes, que son tanto casa como calle.
peculiar surgido de este movimiento, que bien sabe Semejante imagen presenta la prostituta, vendedora
Dios no carecía de un buen número de casos raros. El y mercancía en uno.” (Benjamin, 2005: 45-46) Adorno
aspecto teórico que forzosamente había de fascinar- sería crítico de este planteo que apareció en el pri-
lo era la doctrina de la superestructura…” (Arendt en mer resumen del “Libro de los Pasajes” en 1935 (los
Benjamin, 2007: 18) dos resúmenes llevaron el mismo título: “París, capital
Esa fascinación era la que compartía con los intelec- del siglo XIX”). Llamativamente, en el segundo de los
tuales del Instituto quienes, como hemos visto, le da- resúmenes (1939), este planteo ya no aparecerá de
24 ban a la superestructura un papel sumamente impor- forma explícita aunque persistirá, podríamos decir
tante dentro del orden social. Pero, a pesar de esta parafraseando a Derrida, como “espectralmente” en
convergencia, Adorno (junto con Horkheimer) sosten- los escritos de Benjamin hasta su muerte. Lo que se
drá que Benjamin, su pensamiento, era “adialéctico” presenta como novedoso en el segundo de los resú-
porque se movía con categorías materialistas que no menes es un concepto que en el primero discurría de
coincidían con las marxistas por carecer de media- forma incipiente: el de fantasmagoría. A partir de él,
ción. (Arendt en Benjamin, 2007) Sentencia realizada Benjamin se propone mostrar cómo a consecuencia
luego de que Benjamin enviara, en 1938, su artículo “El de una “representación cosista de la civilización, las
París del segundo imperio en la obra de Baudelaire” formas de vida nuevas y las nuevas creaciones de
para ser publicado en la “Revista de Investigación So- base económica y técnica que le debemos al siglo pa-
cial” y fuese rechazado por el Instituto7. Es que el pro- sado –XIX– entran en el universo de una fantasmago-
ceder metodológico –si es que podemos llamarlo de ría.” (Benjamin, 2005: 50) Término, el de fantasmago-

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ría, que encuentra su paralelo en lo que Marx calificó en el avance de las técnicas de reproducción como
como el carácter fetichista de la mercancía. la fotografía y, fundamentalmente, del cine como fe-
Ahora bien, las diferencias entre Adorno y Benjamin nómeno de masas a principios del siglo XX. Pero, tal
conciernen a una dimensión más de este primer eje como lo expresa en la “La obra de arte…”, ese avance
que, al pasar, puede sonar intrascendente pero no lo se constituye precisamente en la condición de posibi-
es: los marxistas. Las discusiones que ambos mante- lidad para lograr la emancipación a través de nuevas
nían en torno al marxismo no sólo tenían como centro claves de percepción y también la redención (así lo
de disputa una posible interpretación o “utilización” de dirá en “Tesis…”) del sujeto —Benjamin piensa aquí
Marx sino también las “afinidades electivas” de Benja- principalmente en el proletariado—al alcanzar una
min. Una espesa lista de nombres aparece como re- “chance revolucionaria” (Benjamin, 1999: 51) que modi-
sultado de las amistades que forjó en su vida personal fique el orden desigual de las cosas. Bien, esta arries-
e intelectual, desde Gershom Scholem hasta Georges gada combinación de tesis que hemos intentado es,
Bataille. Pero hubo una que signó especialmente gran probablemente, la principal distancia que existe entre
parte del debate Adorno-Benjamin: Bertolt Brecht. El Benjamin y Adorno. Porque para este último, el pro-
dramaturgo alemán, afiliado al partido comunista y greso y la técnica avanzan sobre el sujeto anulando su
creador del “teatro épico”, fue una de las principales capacidad de acción, narcotizándolo, paralizándolo e
mediaciones de Benjamin con el marxismo y, también, impidiéndole, así, alcanzar una praxis revolucionaria.
el blanco principal de las críticas que Adorno realizara Diferencias que pueden rastrearse en las obras
sobre su obra. Así, en una carta que Adorno escribe más significativas de ambos autores. Pues Adorno, al
a Benjamin en 1936, le aconseja que realice en sus escribir “Sobre el Jazz”, dejaba por sentado que “por
escritos “la liquidación total de los temas brechtianos.” mucho que el sujeto del jazz, el representante oyente
(Adorno en Benjamin, 1999 a: 13) Para Adorno, el acer- en la música, se comporte extrañamente, capricho-
camiento de Benjamin a Brecht implicaba una vulgari- samente, sigue sin ser nunca él mismo. Los rasgos
zación del marxismo. De todos modos, Benjamin en individuales que no concuerdan con la norma están
esta ocasión no haría caso a los consejos de Adorno predeterminados y prefigurados por ésta: son signos
y, contrariamente a ello, los superaría escribiendo, en de mutilación.” (Adorno, 1962: 96); y en “Disonancias”,
1936, “La obra de arte en la época de su reproductibili- particularmente en el capítulo destinado a analizar el
dad técnica” y en 1940 “Tesis de filosofía de la historia”. carácter fetichista de la música y la regresión de la 25
Allí es donde nos situaremos para encontrar las disi- escucha, se refiere a una “liquidación del individuo”
dencias correspondientes al segundo “eje”. como la “auténtica rúbrica de la nueva situación mu-
Sin profundizar en la amplitud de problemáticas y sical” (Adorno, 2009 a: 21). Tal liquidación –y el re-
análisis que abordan dichas obras, nos interesa cen- corrido de dicho texto intenta confirmar esa tesis– se
trarnos en las concepciones del progreso y la técnica. expresa en el desarrollo de la música (sobre todo en
Para Benjamin, el progreso es una tempestad que la “ligera” pero no sólo en ella) y en el placer de las
arrastra al “ángel de la historia” y a su paso deja ruinas masas al escucharla. Placer que en clave adorniana
que no son más que aquellas luchas olvidadas de los debe ser entendido como conformismo y regresión de
oprimidos y vencidos (idea graficada por Benjamin en una escucha que alcanza un estadio infantil en el que
las “Tesis…” a través del cuadro “Angelus Novus” de no sólo se pierde “la libertad de elección”, la “respon-
Paul Klee). Progreso que puede observarse también sabilidad” y el conocimiento consciente de la música

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-restringido históricamente a pequeños grupos- sino necesidad de exponerse a efectos de choque es una
que además “niega obstinadamente toda posibilidad acomodación del hombre a los peligros que lo amena-
de tal conocimiento” (Adorno, 2009 a: 34). Por lo tan- zan. El cine corresponde a modificaciones de hondo
to, para Adorno el gesto de obstinación, resistencia o alcance en el aparato perceptivo, modificaciones que
subversión no estaría dado a partir de las condiciones hoy vive a escala de existencia privada todo transeún-
que este carácter de la música presenta sino más bien te en el tráfico de una gran urbe, así como a escala
en la conformación de un nuevo modelo inspirado en la histórica cualquier ciudadano de un Estado contem-
disonancia. Disonancia que provoca disrupciones en poráneo.” (Benjamin, 2007: 177 nota 29) Un posicio-
la escucha, desestructura las estructuras musicales y namiento que Benjamin dejaría expresado también
genera risa o espanto; un espanto que no “emana de en su ensayo “Sobre algunos temas en Baudelaire” al
su incomprensibilidad, sino del hecho de que se le en- decir que la técnica sometía al sistema sensorial a un
tiende demasiado bien (…) percepción de la situación complejo entrenamiento hasta que llegó el día en que
catastrófica de la que los demás sólo quieren zafarse, el film “correspondió a una nueva y urgente necesidad
retrocediendo.” (Adorno, 2009 a: 50) Contrariamente a de estímulos. En el film la percepción por shocks se
ello, Benjamin dirá que son las propias condiciones de afirma como principio formal. Lo que determina el rit-
destrucción y liquidación -es decir, las catástrofes que mo de la producción en cadena condiciona, en el film,
como un tendal deja a su pasar el progreso- las que el ritmo de la percepción.” (Benjamin, 1999: 25)
posibilitan la reapropiación de esas condiciones para Ahora bien, lo que señalaban estas diferencias (re-
la redención, para la construcción de un escenario flejadas asimismo en el enojo de Adorno al publicarse
diferente, para poder pasarle a la historia el cepillo a “La obra de arte…” como en cierta incomprensión de
contrapelo. Esta postura puede rastrearse en “La obra Benjamin ante sus críticas) eran también las distan-
de arte…” cuando Benjamin inscribe al cine como un cias políticas entre ambos. Mientras Benjamin seguía
dispositivo que modifica la relación de la masa con el apoyando, hasta la firma del pacto de no agresión
arte, haciendo que ésta se vuelva, por ejemplo, retró- entre Stalin y Hitler, el proceso de la Unión Soviética,
grada frente a un Picasso y progresiva frente a un Cha- Adorno ya se encontraba decepcionado por el mismo.
plin (y en sentido, hacer coincidir por parte del público Mientras Benjamin proponía como modelo artístico
la actitud crítica y la fruitiva8). Pero, al mismo tiempo, para sus reflexiones al surrealismo, Adorno sostenía
26 resalta los mecanismos que la técnica cinematográfi- el “carácter irracional del mismo” y adoptaba a Schön-
ca pone a disposición para una nueva percepción. Una berg (creador del modelo de la música atonal) como
percepción construida por la cámara que nos hace su faro en el mundo del arte. Pero, tal vez, la diferencia
experimentar tanto el inconsciente óptico “igual que más profunda era la apuesta que cada uno de ellos
por medio del psicoanálisis nos enteramos del incons- realizaba al potencial del sujeto —proletario— como
ciente pulsional” (Benjamin, 2007: 174) como también motor de cambio. Aunque mejor habría que decir (y
un distanciamiento-reconocimiento de las condicio- esto es fuente de grandes discusiones todavía no
nes de existencia ( y en ese sentido la concientización saldadas), a cómo cada uno de ellos manifestaba su
de la que hablaba Adorno) tras los efectos de “shock” posición y, en todo caso, en cómo fueron –o no– in-
producidos en el montaje de imágenes: “El cine es la terpretados.
forma artística que corresponde al creciente peligro Cierto es que adoptaron posiciones divergentes
en que los hombres de hoy vemos nuestra vida. La respecto de cómo pensar al progreso y el vínculo téc-

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nica-sujeto, pero también se volvieron sumamente re- za, que tanto necesito –cursivas en el original–, en
duccionistas las lecturas que algunos intelectuales y los esfuerzos que el Instituto invierta por mí allá –en
jóvenes de la Nueva Izquierda alemana hicieron hacia referencia a Estados Unidos–. Hace tres semanas
los planteos de Adorno y su mirada “pesimista” sobre Max –Horkheimer– me solicitó mediante telegrama
los procesos —o intentos— de cambio que se presen- un exposé en francés de los pasajes –que será pu-
taban en la Europa de pos-guerra. A raíz de esto, cla- blicado finalmente en el “Libro de los Pasajes” como
sificaron las propuestas teóricas de Benjamin como segundo resumen–. Entretanto ya debe haber llega-
“optimistas” y las de Adorno como “pesimistas” ante do, y se diferencia en mucho del que tú conoces. Me
las posibilidades de transformar el orden social. No empeñé, tanto como fue posible en el poco tiempo,
coincidimos con esta lectura (aunque sí reconocemos en poner como tema central una de las concepciones
diferencias entre ambos como también que los tex- fundamentales de los pasajes: la cultura de la socie-
tos de Benjamin reflejan una mirada, podríamos decir, dad productora de mercancías como fantasmagoría.”
más esperanzadora) pero es importante mencionarla (Benjamin en Adorno, 2011:391)
porque fue, como mencionábamos, la que realizó la
Nueva Izquierda alemana al regreso de los principales Pero más allá de la necesidad académica de enca-
exponentes del Instituto (Adorno y Horkheimer), luego sillar o etiquetar a los intelectuales en ciertos movi-
de su exilio americano a comienzos de los cincuenta, mientos, corrientes, o escuelas de pensamiento,
y cuando en 1957 Theodor Adorno asume la Dirección lo que aquí propusimos fue una suerte de digresión
del mismo. Estos acontecimientos marcarán el devenir sobre el devenir del Instituto. Para mostrar cómo tras
de lo que se ha denominado la “primer generación” de una simple denominación, “Escuela de Frankfurt”, y un
la “Escuela de Frankfurt”, pero para llegar a eso quere- deslumbrante listado de nombres, existen diferencias
mos, antes, finalizar con el debate Adorno-Benjamin. y divergencias que caracterizaron el propio espíritu
Por lo pronto, sobre dicho debate queríamos re- de, como lo llamó el propio Benjamin, “un Instituto ale-
saltar —haciendo sólo un breve refresco de las posi- mán de libre investigación”.9
ciones de ambos autores sin profundizar demasiado
en ellas— que esta continua tensión, idas y vueltas, A modo de cierre: Constelaciones
marchas y contramarchas, eran las que convivían de ayer, hoy y mañana
en lo que hoy se aglomera bajo la etiqueta de “Teoría Decir que el devenir de la “Escuela de Frankfurt” 27
Crítica” o “Escuela de Frankfurt”. Parte de esa tensión concluyó es una afirmación falsa y obsoleta. Falsa
podía verse también reflejada en la correspondencia porque luego de aquella “primer generación” des-
que Benjamin mantuvo con Gretel Karpuls, su amiga y cripta en este artículo le siguió una “segunda” donde
mujer de Adorno, donde expresaba las incertidumbres se destacarían, por ejemplo, los trabajos de Jürgen
que tenía respecto de cómo el Instituto evaluaría sus Habermas. Asimismo, es obsoleta porque creer que
trabajos y, en consecuencia, de qué manera continua- aquellas reflexiones y discusiones iniciadas en la
ría o no subsistiendo económicamente, ya que desde década del veinte han caducado, implica cercenar la
1934 los aportes del Instituto eran los únicos fijos que mirada crítica ante un orden social capitalista que ha
recibía Benjamin en Europa: sabido potenciar —y en esa potenciación cimentar
las desigualdades— aquellos avances tecnológicos
“De modo que debo depositar casi toda mi esperan- y mediáticos que supieron señalar quienes formaron

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—y forman— parte de la “Teoría Crítica”. Nominación, luz de los acontecimientos políticos, económicos y
la de teoría crítica, que Horkheimer describió profu- sociales sucedidos, fundamentalmente, en Europa
samente en su ensayo de 1937 señalando el carácter pero también de las reconfiguraciones, diálogos y ten-
desigual de las relaciones sociales de producción siones que la Escuela de Frankfurt generó
capitalistas (Horkheimer, 2003) y que más tarde indi- cuando, precisamente, ya no estuvo en Frankfurt. La
cará también para las relaciones del campo cultural y emigración implicó no sólo un movimiento de deste-
comunicacional. rritorialización sino también de reacomodamiento en
Discusiones que, como habíamos anticipado, tuvie- escenarios académicos que harían interactuar a sus
ron un punto de inflexión al regreso del Instituto a una principales exponentes con teorías y enfoques que
Alemania de pos-guerra donde la Nueva Izquierda y, profusamente criticaron. Todo sumado al discutir
fundamentalmente, los jóvenes universitarios, veían con el devenir de intelectuales vinculados al Instituto
en las producciones de los frankfurtianos herramien- –como Benjamin– que iban adoptando nuevas pers-
tas para llevar adelante la transformación social. Aun- pectivas de análisis (a partir de, entre otras cosas,
que, vale decir, no lo vieron en todos los integrantes sus afinidades electivas) en una Europa acorralada
del Instituto, o al menos se decepcionaron con una por los totalitarismos. En fin, arenas de debate, ten-
de sus principales figuras: Theodor Adorno. Aquella siones, disputas, luces y sombras de una constelación
calificación de “pesimista” que se ciñó sobre éste es siempre en movimiento.
la que le valdría la interpelación de los jóvenes en la Es que, más allá de las etiquetas, están las ideas, y
década del 60. Porque mientras Marcuse brindaba, en ese latiguillo se esconde el potencial de intelectua-
desde los Estados Unidos, cierto apoyo a los nuevos les que produjeron una crítica de nosotros mismos y
movimientos, Adorno no lo hacía. (Buck-Morss, 2011) de aquellos procesos culturales, comunicacionales y
Así, aquellos mismos que lo admiraron, eran ahora mediáticos constructores de subjetividades. Tarea de
quienes lo criticaban como responsable de un revi- desarme o destrucción que nos permite una mirada
sionismo de los fundamentos y orígenes del Instituto al pasado para comprender el presente y escoltar al
y, principalmente, de obstruir la praxis revolucionaria. futuro, para construir constelaciones del ayer, del hoy
Acusaban a Adorno de no ser “suficientemente radi- y del mañana. Y eso, definitivamente, no es poco.
cal”, y su respuesta fue que “precisamente porque sus
28 metas eran revolucionarias, criticaba por inefectivas Notas ampliatorias
las tácticas anarquistas, y que estaba sinceramente 1. Es importante señalar que las “etiquetas” o denominacio-
preocupado por la impaciencia estudiantil frente a la nes que recibirá este movimiento intelectual fue variando
teoría.” (Buck-Morss, 2011: 13) Esas discusiones tie- en el transcurso de los años. Desde su fundación oficial en
1924 será conocido como el “Instituto para la Investigación
nen sus resonancias hasta la actualidad y el reduc-
Social”, hasta 1937, año en el que es señalado como “Teoría
cionismo que yergue sobre ellas nos obliga a repensar Crítica” a raíz de la publicación de “Teoría tradicional y teoría
continuamente las clasificaciones estancas sobre la crítica” de Max Horkheimer. Finalmente, el nombre “Escuela
“Escuela de Frankfurt” y sus integrantes. de Frankfurt” será asignado “desde fuera en la década de
Abordar la Escuela de Frankfurt implica ir más allá 1960” (Wiggershaus, 2010: 9). Las tres denominaciones con-
del carácter programático que la fundó, y lo que este vivieron y conviven hasta la actualidad, motivo por el cual en
trabajo intentó hacer fue eso. Dar cuenta de su com- el transcurso del artículo utilizaremos, indistintamente, cada
plejidad nos llevó a leer su decurso institucional a la una de ellas.

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2. En 1935, en una carta escrita a T. Adorno y su mujer, de los mismos sobre motivos totalmente diferentes.” (Scho-
Benjamin asume complaciente la sugerencia de Adorno de lem, 2008: 326)
pensar la imagen dialéctica (concepto central en Benjamin) 8. Sobre las actitudes crítica y fruitiva, Benjamin dirá que
como una “constelación”. (Benjamin en Adorno, 2011: 250) “cuanto más disminuye la importancia social de un arte, tanto
3. Wiggershaus sostiene que Foucault denominaba a su más se disocian en el público la actitud crítica y la fruitiva.
programa “crítica racional de la racionalidad”, “con casi las De lo convencional se disfruta sin criticarlo, y se critica con
mismas palabras que Adorno había caracterizado el tema aversión lo verdaderamente nuevo. En el público del cine co-
en 1962. Explicaba que Adorno, en una clase sobre termi- inciden la actitud crítica y la fruitiva.” (Benjamin, 2007: 171)
nología filosófica en donde veía la tarea de la filosofía, decía 9. Este fue el título de un artículo que Benjamin escribió sobre
de ésta que tenía que llevar a cabo ‘una especie de proceso la tarea realizada por los integrantes del Instituto, señalando
de revisión racional frente a la racionalidad’.” (Wiggershaus, que “la idea en torno de la cual se ha reunido este grupo es la
2010: 12) de ‘que hoy la teoría de la sociedad se pueda desarrollar sólo
4. El austromarxismo es la nominación asignada a la co- en la más estrecha correlación con una serie de disciplinas,
rriente de pensamiento desarrollada en Viena a finales del ante todo con la economía política, la psicología, la historia y
siglo XIX, cuyos teóricos fundadores fueron Max Adler, Otto la filosofía.’” (Benjamin, 1990: 16)
Bauer, Rudolf Hilferding y Karl Renner (De Blas Guerrero,
1997). Carl Grünberg será considerado uno de los más fieles
seguidores de Adler, convirtiéndose así en uno de los intelec- Bibliografía:
tuales más destacados del austromarxismo. • Adorno, G. (2011) Correspondencia 1930-1940: Gretel
5. Concepto reflejado ya en “Dialéctica del Iluminismo” (1947), Adorno y Walter Benjamin. Buenos Aires: Eterna Cadencia
obra conjunta de Adorno y Horkheimer (la más importante • Adorno, T. (2009) “Experiencias científicas en Estados
de las producidas por el Instituto durante su exilio), y profun- Unidos” en Consignas. Buenos Aires: Amorrortu
dizado luego en los trabajos, entre otros, de Adorno sobre • Adorno, T. (2009 a) “Sobre el carácter fetichista de la
la televisión. El más destacado de dichos trabajos fue “La música y la regresión de la escucha” en Disonancias:
televisión como ideología” en ADORNO, T. (1969) Interven- Introducción a la sociología de la música. Madrid: Akal,
ciones: nueve modelos de crítica, Ed. Monte Ávila, Caracas. disponible en: http://santiagocastrogomez.sinismos.
6. Más tarde, en 1941, el Instituto comenzará su traslado a com/blog/wp-content/uploads/2012/03/Adorno-El-caracter-
la ciudad de Los Ángeles y, en agosto de ese año, Horkhei- fetichista-de-la-musica.pdf
mer le escribirá a Löwenthal sus primeras percepciones: “Si • Adorno, T. (1962) “Sobre el jazz” en Prismas: La Crítica
en los próximos años llego a tener todavía tiempo para el de la Cultura y la Sociedad. Barcelona: Ariel, disponible
en: www.revista.unal.edu.co/index.php/revistaun/article/
trabajo científico, la solución de venir al Oeste habrá sido se-
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29
guramente la correcta. Con esta idea estoy sumamente sa-
tisfecho. Nótese: la naturaleza en el sur de California es más • Benjamin, W. (2007) “La obra de arte en la época de su
bella, y el clima más favorable de lo que uno pudiera soñar.” reproductividad técnica” en Conceptos de filosofía de la
(Horkheimer en Wiggershaus, 2010: 369) historia. La Plata: Terramar
7. Sobre este episodio tan significativo para Benjamin, Ger- • Benjamin, W. (2005) Libro de los pasajes. Madrid: Akal
shom Scholem relató que “en noviembre de 1938, la revista • Benjamin, W. (1999) “Tesis de filosofía de la historia” en
del Instituto había desestimado la publicación del trabajo Ensayos Escogidos. México: Ediciones Coyoacán
sobre Baudelaire que había redactado durante el verano, y • Benjamin, W. (1999 a) Tentativas sobre Brecht. España:
en febrero de 1939 me escribió —Benjamin—, ofreciéndose Taurus
a remitirme el manuscrito para que diese mi parecer, pues • Benjamin, W. (1990) Un instituto alemán de libre
debía emprender inmediatamente la prosecución del trabajo, investigación, en La ciudad Futura nº 25, Octubre 1990,
que se desarrollaría bajo la forma de una reelaboración de Buenos Aires.
los capítulos rechazados, o bien como una nueva redacción • Buck-Morss, S. (2011) Origen de la dialéctica negativa:

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Theodor W. Adorno, Walter Benjamin y el Instituto de
Frankfurt. Buenos Aires: Eterna Cadencia
• De Blas Guerrero, A (Dir.) (1997) Enciclopedia del
nacionalismo. Madrid: Tecnos
• Horkheimer, M. (2003) “Teoría crítica y teoría tradicional” en
Teoría Crítica. Buenos Aires: Amorrortu
• Jay, M. (1986) La imaginación dialéctica: Historia de la
Escuela de Frankfurt y el Instituto de Investigación Social
(1923-1950). Madrid: Taurus
• Scholem, G. (2008) Walter Benjamin: historia de una
amistad. Buenos Aires: Debolsillo
• Wiggershaus, R. (2010) La Escuela de Fráncfort. Buenos
Aires: Fondo de Cultura Económica; Universidad Autónoma
Metropolitana

Identificación del autor:


Mauricio Carlos Manchado
Argentino. Licenciado en Comunicación Social. Doctor en
Comunicación Social por la Universidad Nacional de Rosario.
Becario Post-Doctoral del Consejo Nacional de Investigacio-
nes Científicas y Tecnológicas.
Áreas de investigación e interés: Procesos comunicaciona-
les en instituciones de encierro.
Procedencia-afiliación institucional actual: Consejo Nacional
de Investigaciones Científicas y Tecnicas / Instituto de Inves-
tigaciones, Facultad de Ciencia Política y RRII, Universidad
Nacional de Rosario.
30 E-mail: mauriom@steel.com.ar

Registro Bibliográfico:
Manchado, Mauricio Carlos. “La “Escuela de Frankfurt”,
una constelación en movimiento” en La Trama de la Comunica-
ción, Volumen 18, Anuario del Departamento de Ciencias de
la Comunicación. Facultad de Ciencia Política y Relaciones
Internacionales, Universidad Nacional de Rosario. Rosario,
Argentina. UNR Editora, enero a diciembre de 2014, p. 015-
030. ISSN 1668-5628 - ISSN digital 2314-2634.

Fecha de recepción: 08-04-2013


Fecha de aceptación: 07-08-2013

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