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3.- ¿La trampa para quién?

Hecha la trampa: Modificaciones y el funcionamiento actual del


SNIP.

Hasta este punto conocemos las lógicas detrás de los mecanismos de estado. En este punto se
quiere abrir paso a la sociología para asomarnos a entender los mecanismos del estado, en
particular los PIP’s. Es necesario enmarcar las lógicas en la que operan los mecanismos
estatales, ya que dichas lógicas entran en contradicción según los diferentes actores, sus
posiciones e interés.

Un escenario de referencia podría ser cuando un alcalde desea desarrollar un PIP’s es


consciente de que tiene pasar por el SNIP como parte de la normativa para ejecutar su
presupuesto. Sin embargo, la población no siempre es consciente que existe un proceso de por
medio cuando se quiere ejecutar un presupuesto. En cambio, las demandas de la población
son reales, se cristalizan en la demanda de mejoras tangibles. La demanda es una y es clara:
“que haga obras”.

Con esto el alcalde se ve presionado por cumplir sus propuestas, presionando a los
funcionarios. Estos indican que hay un proceso dado por el SNIP, requisitos, modificaciones
presupuestales del caso, aprobación del consejo municipal, etc. En este caso el alcalde tiene
dos alternativas, seguir los mecanismos del SNIP o contratar funcionarios que le permitan
agilizar trámites del SNIP. Este último lleva a contratar formuladores que reproducen
expedientes anteriores de distintas localidades, si bien es cierto les brinda la viabilidad de
ejecución de la obra, pero el resultado final son por ejemplo una construcción de un estadio
municipal con capacidad para 5 veces la población total de la localidad o la construcción de los
monumentos a la biodiversidad, al cuy, al puma, la maca, etc. El otro escenario tampoco es
muy alentador, los procesos del SNIP implica una serie de pasos burocráticos y estudios
específicos que pueden demorar años en concluirse.

Es por ello que la investigación sociológica debe interesarse e indagar sobre el sentido que
tiene estos proyectos para los beneficiarios y el estado. Estos proyectos marcan el lenguaje en
el cual el estado entiende a la sociedad. Finalmente, las ciencias sociales no solo pueden
ocuparse de la evaluación los programas en una lógica “Ex post” evaluando los beneficios y
efectos de los proyectos ni únicamente en el marco legal ya que las explicaciones de fondo de
las limitaciones, éxitos o fracasos de los proyectos se encuentran a lo largo de todo el proceso
en el cual se ha generado.

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