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Le Gall hace una especial referencia a las carencias afectivas, al tipo de vivienda, a las carencias
familiares, la falta de identificación con la figura paterna o materna, la carencia de la figura del
padre, la presencia de una madre dura o hiperactiva, angustiada o áspera, aparte de una escasa
alimentación que lleve consigo las secuelas de una resistencia exigua para el esfuerzo que
requiere el estudio.
Otros autores clasifican los factores que se relacionan con el bajo rendimiento escolar, de la
siguiente manera:
Aprender a hacer con el propósito no sólo de una calificación profesional, sino una competencia
que capacite al ser humano para enfrentar diversas situaciones, como el trabajo en equipo, el
desarrollo de la capacidad de iniciativa y la de asumir riesgos.
Aprender a vivir juntos implica combatir la violencia, y el desarrollo de este pilar amerita la
utilización del diálogo y el intercambio de argumentos como vía para fortalecer la paz y como
instrumentos necesarios para la educación del siglo XXI.
1. Querer estudiar
Tener motivación para aprender, es decir, saber que implica cierto esfuerzo y estar dispuesto a
realizarlo. Una vez aceptada una meta, el camino hacia ella se hace más fácil, por tanto hemos de
clarificar, cuanto sea posible, nuestras metas en el estudio.
2. Prepararse
Reunir todas las condiciones favorables para aprender, y asociar sentimientos agradables a todo lo
referente al estudio, ya que así se asimilará y se recordará mejor.
La repetición continuada y el repaso hace muy fuerte la conexión entre los elementos estudiados,
reduciendo mucho el olvido.
En esta sección veremos dos de los más importantes, el más famoso de todos, llamado EPLER, y el
método creado por el Lic. Emilio Jorge Antognazza, llamado A.C.C.E.S.O.
De esta manera, dándole un vistazo a los tres, podrás determinar cuál de ellos se ajusta mejor a tu
perfil y a tus gustos. (Incluso podrías juzgar que son aplicables a diferentes materias, por lo que te
podría convenir aprender y seguir los tres, en diferentes etapas).
Pero antes de adentrarnos en ellos, para seguir una secuencia didáctica abordaremos las
condiciones generales que permiten aprovechar al máximo las técnicas de estudio.
FACTORES AMBIENTALES
Los factores ambientales inciden directamente sobre el rendimiento psicofísico, al actuar sobre la
concentración y la relajación del estudiante y crear un ambiente adecuado o inadecuado para la
tarea de estudiar.
Lugar de estudio
Temperatura
Debe oscilar entre los 18 y los 22 grados centígrados. La distribución del calor ha de ser
homogénea, como en la calefacción por aire y no la central. El foco de calor no ha de estar cercano
a la mesa de estudio.
Silencio
Procúrate una habitación sin ruidos en la que no seas interrumpido ni molestado. […] Aléjate del
salón, del teléfono y de todo cuanto implique conversación, pues los ruidos con sentido distraen
más que los ruidos sin sentido. […] Si el nivel de ruidos ambientales es demasiado elevado y no
puedes hacer nada para evitarlos, procura atenuarlos utilizando tapones en los oídos o poniendo
la música ambiental recomendada.
¿Estudiar con o sin música?
La música vocal actúa como un distractor externo al concentrar sobre ella la atención del
estudiante, que sigue la letra. Ç
Según Sheila Ostrander (cit. por Salas Parrilla, 1990) la música instrumental del barroco - Bach,
Corelli, Haendel, Telemann, Vivaldi, Albinoni, etc.- de ritmo lento provoca un estado de
concentración relajada.
Iluminación
La iluminación más aconsejable es la natural; aunque a veces se necesita la artificial. Debe estar
distribuida de forma homogénea y han de evitarse tanto los resplandores como los contrastes de
luz y sombra.
Lo ideal es que combines la adecuada iluminación general de tu habitación con la iluminación local
de una lámpara de mesa de unos 60 W como mínimo, que ilumine directamente lo que estás
haciendo.
En los diestros la luz debe entrar por la izquierda y, en los zurdos, por la derecha.
Ventilación y calefacción
Mobiliario y postura
La mesa debe ser bastante amplia, con lo que evitarás interrupciones para buscar material.
La altura ideal de la mesa debe estar en relación con la altura de la silla y la del estudiante/a, de
forma que las piernas formen un ángulo recto y los pies descansen en el suelo.
La silla debe tener una altura que permita mantener los pies en el suelo, las rodillas dobladas y las
piernas formando un ángulo recto. […] Las modernas sillas de oficina, anatómicas y regulables en
altura, son más adecuadas.
Cerca de la mesa debes tener una pequeña estantería; en ella debes reunir los libros, cuadernos,
apuntes y diccionarios que utilizas a diario.
La mejor forma de estudiar es sentado en una silla, junto a una mesa proporcionada, con la
espalda recta, las piernas formando ángulo recto, los pies en el suelo, los antebrazos encima de la
mesa y la cabeza y parte alta de la espalda ligeramente inclinadas hacia delante. Se debe huir de
las actitudes demasiado cómodas.
La distancia ideal entre los ojos y el libro es de unos 30 cms., manteniéndose éste perpendicular a
la visual. La utilización de un atril, o, en su defecto, una pila de libros para apoyar el libro de
estudio, disminuye la fatiga y facilita el mantenimiento de la postura correcta.
FACTORES INTERNOS
Las buenas condiciones psico-físicas se alcanzan a través de dos herramientas fundamentales, que
son recomendadas por todos los especialistas en métodos de estudio, y su efecto positivo ha sido
verificado en diversos pruebas científicas, a través de la estadística.
1) La relajación.
2) La autosugestión.
Daremos los principios de la relajación y la autosugestión para que los practiques y te beneficies
con ellos.
LA RELAJACIÓN
El uso de la relajación muscular, junto con la respiración controlada, limita la ansiedad, mantiene
el cuerpo saludable y contribuye a la lucidez mental (porque puede ayudar a crear pausas donde,
además del cuerpo, se relaja la mente, convirtiendo esos minutos de práctica en verdaderos
‘descansos cerebrales’).
Te recomendamos una práctica breve (no lleva más de cinco minutos) pero constante.
Para empezar la relajación elige un sitio cómodo, con luz tenue y sin demasiados ruidos.
Debes sentarte en una silla muy cómoda con respaldo, o en sillón, preferentemente con un
apoyabrazos. La columna vertebral debe quedar bien recta, y los pies apoyados completamente en
el suelo.
• Relajar de 15 a 20 segundos.
Sobre el orden a seguir en el ejercicio, conviene destacar que obedece a la siguiente razón : los
músculos largos -brazos y piernas - son bastante más fáciles de relajar que los músculos cortos -
los de la cara, por este motivo a esta relajación se la llama “progresiva”.
Dificultades Socio-económicas:
Le Gall hace una especial referencia a las carencias afectivas, al tipo de vivienda, a las carencias
familiares, la falta de identificación con la figura paterna o materna, la carencia de la figura del
padre, la presencia de una madre dura o hiperactiva, angustiada o áspera, aparte de una escasa
alimentación que lleve consigo las secuelas de una resistencia exigua para el esfuerzo que requiere
el estudio.
Le Gall abarca principalmente dos vertientes: La Primera considera lo "absurdo de ciertas actitudes
familiares" que oscila desde una autoridad severa hasta una liberación indiscriminada. La segunda
vertiente señala como influye en el fracaso "el desconocimiento de la necesidad de educar a cada
hijo según su propio carácter". Al hablar de las actitudes familiares hace referencia a la severidad,
señalando que es beneficiosa siempre y cuando se rija dentro de lo razonable y no se lleve a cabo
de una manera sistemáticamente. Esto alude a la severidad física y a lo que denomina "severidad
psicológica", o humillación que mata todo deseo de superación hacia el adolescente.
Otros autores clasifican los factores que se relacionan con el bajo rendimiento escolar, de la
siguiente manera:
Factores Internos
De los factores internos que inciden en el rendimiento académico, los primeros que hay que tener
en cuenta son:
La motivación. Es muy difícil tener ganas de hacer algo si no se le encuentra sentido. Por ello el
primer paso es reflexionar sobre este punto.
Pregúntate, ¿por qué estudio yo?, ¿qué motivos tengo para hacerlo?, ¿a corto, a medio y a largo
plazo?, ¿estudio por presiones familiares o sociales o porque realmente lo he decidido yo?, ¿cómo
sería mi vida si no estudiara?
Es importante decidir personalmente sobre los motivos reales que tiene cada uno para estudiar,
diferenciándolos de los motivos sociales que nos inducen a hacerlo. Con ésto se consigue que la
decisión que tomes sea personal y que, por tanto, asumas tu responsabilidad en lo que haces y
decides.
Te puede ayudar. Confecciona una lista con los motivos (creíbles) que tienes para estudiar y tenla
siempre cerca, en tu mesa de estudio, en tu carpeta. Utilízala y no la pierdas de vista.
Factores Externos
Lugar de estudio
Este lugar lo hemos de preparar con mimo, va a ser nuestro lugar de trabajo, por lo tanto tiene
que invitarnos a permanecer en él, no a huir de él lo más rápido posible. Necesito cuidar: mi mesa,
procurando que esté ordenada; mi silla, que no sea demasiado incómoda, pero que tampoco sea
un comodísimo sillón o la cama; la iluminación, la luz debe entrar por el lado contrario al que
escribo; la ventilación, que facilitará nuestra oxigenación y evitará que caigamos en el sopor.
Es aconsejable que el lugar en el que estudiamos sea siempre el mismo, y que en él no realicemos
ninguna actividad que no sea estudiar, como ver televisión, leer lecturas de ocio, etc. Esto nos
facilitará que al sentarnos en él nuestra mente se concentre mucho más rápidamente.
Se llaman hábitos de estudio a aquellas conductas que los estudiantes practican regularmente,
para incorporar saberes a su estructura cognitiva. Pueden ser buenos o malos, con consecuencias
positivas o negativas, respectivamente, en sus resultados.
Se incorporan con la práctica continua, y luego se vuelven naturales. Como buenos hábitos
podemos citar: cumplir horarios; establecer una metodología, diagramar el tiempo con que se
cuenta; llevar un ritmo constante; mantener el orden en el material; estudiar en un lugar
silencioso y cómodo; utilizar técnicas para aprender significativamente, como la de subrayado,
cuadros sinópticos y comparativos o mapas conceptuales; repasar; exponer en voz alta lo
aprendido; cotejar los apuntes de clase con los textos recomendados; releer si no se entiende;
ayudarse con el diccionario para realizar la lectura comprensiva; pautar descansos cortos por cada
hora de dedicación; etcétera. Se van formando en forma progresiva, ya que no se puede pretender
que un alumno de entre seis y once años aplique técnicas complejas, pero sí que automatice el
orden, la prolijidad o el manejo del tiempo. La ayuda del maestro y la familia como guías para la
incorporación de estos hábitos es fundamental.
Contar con buenos hábitos de estudio, posibilitarán que una vez que el alumno ya no cuente con
la guía permanente de sus docentes, pueda transformarse en alguien capaz de estudiar por sí solo,
que es lo que se denomina estudiante con autonomía, además de que esos contenidos se
acumulan en su memoria de largo plazo.
VARIABLES METODOLÓGICAS:
AUSENCIA DE HÁBITOS DE ESTUDIO: en casa
Más Información
Hasta aquí hemos visto las variables que influyen o explican un bajo
rendimiento escolar.
En el artículo de la semana que viene os propondremos las medidas que
se pueden aplicar desde el centro educativo y desde casa para aumentar
el rendimiento de vuestro hijo.