0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
1 vistas1 página
Descripción:
Si se preguntara de manera somera cuál podría considerars
e la obra
“
capital
”
de
Kierkegaard, quizás la respuesta más común y esperada sería
:
El concepto de la angustia
; a
mi parecer, efectivamente no puede ponerse en duda la importanc
ia del
Concepto de la
angustia
, pero a pesar de ello, no consideraría que ésta ni ninguna o
tra obra posea el cará
cter de
“
capital
”
dentro del corpus kierkegaardiano; ello supondría una especie
de
jerarquización con respecto a las obras, es decir, supon
dría una especie de centr
o
—
una
obra en específico
—
en el cual se concentraría de manera especial el pensa
miento del autor,
en otras palabras, ello supondría reducir el pensamiento de Ki
erkegaard a una sola obra
—
y
esto no sólo sucede en el caso de Kierkegaard, sino en el de
cualquier autor
—
.
Si se preguntara de manera somera cuál podría considerars
e la obra
“
capital
”
de
Kierkegaard, quizás la respuesta más común y esperada sería
:
El concepto de la angustia
; a
mi parecer, efectivamente no puede ponerse en duda la importanc
ia del
Concepto de la
angustia
, pero a pesar de ello, no consideraría que ésta ni ninguna o
tra obra posea el cará
cter de
“
capital
”
dentro del corpus kierkegaardiano; ello supondría una especie
de
jerarquización con respecto a las obras, es decir, supon
dría una especie de centr
o
—
una
obra en específico
—
en el cual se concentraría de manera especial el pensa
miento del autor,
en otras palabras, ello supondría reducir el pensamiento de Ki
erkegaard a una sola obra
—
y
esto no sólo sucede en el caso de Kierkegaard, sino en el de
cualquier autor
—
.
Si se preguntara de manera somera cuál podría considerars
e la obra
“
capital
”
de
Kierkegaard, quizás la respuesta más común y esperada sería
:
El concepto de la angustia
; a
mi parecer, efectivamente no puede ponerse en duda la importanc
ia del
Concepto de la
angustia
, pero a pesar de ello, no consideraría que ésta ni ninguna o
tra obra posea el cará
cter de
“
capital
”
dentro del corpus kierkegaardiano; ello supondría una especie
de
jerarquización con respecto a las obras, es decir, supon
dría una especie de centr
o
—
una
obra en específico
—
en el cual se concentraría de manera especial el pensa
miento del autor,
en otras palabras, ello supondría reducir el pensamiento de Ki
erkegaard a una sola obra
—
y
esto no sólo sucede en el caso de Kierkegaard, sino en el de
cualquier autor
—
.
Si se preguntara de manera somera cuál podría considerarse la obra “capital” de Kierkegaard,
quizás la respuesta más común y esperada sería: El concepto de la angustia; a mi parecer,
efectivamente no puede ponerse en duda la importancia del Concepto de la angustia, pero a pesar de ello, no consideraría que ésta ni ninguna otra obra posea el carácter de “capital” dentro del corpus kierkegaardiano; ello supondría una especie de jerarquización con respecto a las obras, es decir, supondría una especie de centro —una obra en específico— en el cual se concentraría de manera especial el pensamiento del autor, en otras palabras, ello supondría reducir el pensamiento de Kierkegaard a una sola obra —y esto no sólo sucede en el caso de Kierkegaard, sino en el de cualquier autor—. Lo que sucede en el caso del Concepto de la angustia es que la gran difusión que ha tenido la obra puede colocarla en la ilusoria posición de “obra capital”; sin embargo, si existe algún punto “capital” o “esencial” en el corpus kierkegaardiano —y el de cualquier autor, reitero—, éste no se encuentra en una obra en particular, sino que más bien se encuentra en todas las obras en su conjunto: se debe entender ante todo el corpus kierkegaardiano como una unidad dirigida con miras a una «intensión» o «propósito» determinados.