Tomemos conciencia de nuestras acciones frente a terremotos
A lo largo del tiempo, el mundo en innumerables ocasiones se ha visto
sacudido por el paso de fenómenos y eventos de origen natural, cuyos efectos abarcan pérdidas naturales, materiales y humanas. Uno de los sucesos más devastadores ocurrió en el año 79 d.c. cuando el volcán Vesubio hizo erupción y las ciudades de Pompeya y Herculano quedaron literalmente sepultados bajo toneladas de ceniza, roca fundida y material expulsado. La Agencia Europea de Medio Ambiente (EEA) define a los desastres naturales como cambios violentos, súbitos y destructivos en el medio ambiente cuya causa no es la actividad humana, sino los fenómenos naturales; pero con el pasar de los siglos se cree que el hombre tiene cada vez mayor responsabilidad sobre estos desastres naturales. Uno de los desastres naturales más devastadores son los terremotos, del cual vamos a tratar el día de hoy. El término terremoto se podría conceptualizar como un temblor repentino y rápido que viaja a través de la corteza terrestre. La magnitud de un terremoto puede ser inferior a 2.0 y superior a 9.0 en escala de Richter. En algunos casos estos desencadenan incendios, deslizamientos y los tsunamis, siendo este último manifestado en grandes y portentosas olas que barren con todo lo que se encuentra en tierra firme. El terremoto más intenso ocurrió en Valdivia, Chile, en 1960; registrándose de 9.5 en la escala de Richter. Además, se estima que cada año ocurren 500 000 terremotos detectables, siendo cerca del 80% de los terremotos del mundo ocurridos en el Cinturón de Fuego del Pacífico. Por otro parte si se quiere minimizar en todo lo posible los daños producidos por los terremotos es importante estar preparado de manera adecuada, en consecuencia, nos podríamos formular la siguiente pregunta, ¿Cómo prepararnos antes de que se produzca un terremoto y poder actuar adecuadamente con posterioridad al mismo? Según el Gobierno de la Prefectura de Aichi recomienda antes de que se produzca este siniestro, debemos de reforzar la vivienda, tener preparado una mochila de emergencias, participar de los simulacros conscientemente y saber donde será el punto de encuentro con la familia. En pocas palabras es necesario tomar conciencia y pongamos en practica una cultura de prevención. Leyenda: Título – Rojo Introducción, cuerpo y conclusión – Negro Conectores – Rojo Argumentos: De estadística – Verde De ejemplificación – Azul De autoridad – Naranja