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Mayo | 37
MANUAL PARA MUJERES DE LA LIMPIEZA,
LUCIA BERLIN (Madrid, Alfaguara, 2016)

Mujeres en
primera persona

Ana Sanchez
Redacción La Izquierda Diario.

El título del libro llama la atención. Podría las familias acomodadas de la ciudad (y otras
ser una verdadero “manual” para limpiar me- no tanto).
jor las superficies difíciles del hogar. Un li- “Otras tres sirvientas, negras con uniforme
bro con consejos para que las “señoras bien” blanco, se quedaron de pie a mi lado. La hora
aprendan a tratar con las mujeres de la lim- pasó volando. Hablamos de las señoras para
pieza. O, por qué no, alguna guía explicativa las que trabajamos. Nos reímos, no sin un po-
de cómo conseguir trabajo de empleada do- co de amargura”, describe en esta narración.
méstica. Pero no. Lo que tenemos aquí es una Después de relatar una situación en la que
antología de cuentos, de lo más original. la sirvienta en cuestión le regala una remera
Lucia Berlin sorprende al público con este con letejuelas a la hija de una médica a la que
conjunto de narraciones que aparecieron en cuida, ésta le responde diciéndole que ese ti-
su país en 2015 y llegaron al nuestro traduci- po de vestimenta es “sexista” y se la tira a la
dos por Eugenia Vazquez Nacarino. basura. Inmediatamente surge el consejito,
La autora estadounidense, casi desconocida así entre paréntesis, cual acotación de obra
hasta ahora, publicó setenta y seis cuentos a de teatro, de humor: “(Mujeres de la limpie-
lo largo de toda su vida. La mayoría, pero no za: aprenderéis mucho de las mujeres libera-
todos, se plasmaron en tres volúmenes publi- das. La primera fase es un grupo de toma de
cados: Homesick (1991), So Long (1993) y conciencia feminista; la segunda fase es una
Where I Live Now (1999). mujer de la limpieza; la tercera, el divorcio)”.
Comenzó a publicar sus relatos con veinti- Además podemos encontrarnos con cuentos
cuatro años, en la revista de Saul Bellow, The que tratan la temática del aborto clandestino,
Noble Savage, y en The New Strand. Más el drama de una mujer soltera con hijos, la vi-
adelante aparecieron cuentos en Atlantic da de los niños en colegios de monjas donde
Monthly, New American Writing y un sin- reina el doble discurso, la militancia en el Par-
fín de revistas pequeñas. Una de sus coleccio- tido Comunista en Chile, la vida de las mujeres
nes ganó el American Book Award, pero aún de la salud, la sexualidad en los adolescentes,
con ese reconocimiento seguía sin poder am- y hasta un homenaje a Edith Piaf en un cuento
pliar su público lector. Falleció en el 2004 a titulado “La vie en rose”; todos cuentos de los
los 67 años, después de un largo cáncer. Re- más disruptivos para su época.
cién ahora se conoce su extensa obra y los Su prosa es austera. Pragmática. Veloz. Co-
lectores pueden estar contentos. mo si fuera un film en modo adelantado, van
El nombre de la antología surge del cuen- pasando sus cuentos como series, pequeñas
to homónimo que allí podemos encontrar, y partes de un todo que conforman el univer-
que es además uno de los relatos mejor logra- so de Lucia. Son fotografías en movimien-
dos de la serie. to de la vida cotidiana. Episodios que narran
Por los barrios más acomodados de Oakland, con ritmo el día a día, relatos de un realismo
California, transitan las “mujeres de la limpie- extremo, que la autora sabe envolver con at-
za”. Entre historias de vidas de las familias a mósferas unas veces aterradoras, otras joco-
quienes asisten, Lucia, como voz narradora, sas, pero siempre irónicas y sarcásticas.
va dando consejos a las domésticas para que Sus relatos son también una descripción
puedan sobrellevar la tarea de limpiar para certera sobre el Estados Unidos de la época, »
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FEMINISMO & MARXISMO

los comportamientos culturales de los citadi-


nos en el sur y el arquetipo del México pro-
fundo, cuando no, juzgados por la mirada del
extranjero (estadounidense).
Son más de cuarenta cuentos que en su gran
mayoría tienen protagonistas mujeres: enfer-
meras, mojas, trabajadoras, niñas, oficinis-
tas, docentes, médicas, militantes, feministas,
amas de casa, entre otros personajes. Todas
ellas marcan el pulso de sus historias, todas
ellas las cuentan en primera persona.
Es que de alguna manera, podemos encon-
trar puntos de contacto entre la primera per-
sona autora y muchas de sus narraciones. Su
vida fue un material literario extraordinario
que la escritora usó, inteligentemente, para Ilustración: Anahí Rivera
construir estos cuentos.
Lucia Berlin (de soltera, Brown) nació en
el estado más al norte de los Estado Uni- pudo estudiar en la Universidad de Nuevo los cuales residían allí. Libró con éxito una
dos, Alaska, en 1936. Su padre era de la in- México. Conoció novelistas escultores, escri- batalla contra el cáncer, pero murió en 2004,
dustria minera así que sus primeros años de tores, poetas, músicos. Hasta que se decidió en Marina del Rey.
vida transcurrieron en asentamientos y pue- por escribir. Tuvo dos hijos de su primera pa- “Lo personal es político”, dijo Kate Millet,
blos mineros de Idaho, Kentucky y Montana. reja. Luego se casó con un pianista. Después feminista radical estadounidense en la década
Cuando el padre partió a la guerra, la madre con un amigo del pianista, adicto a las dro- de los ‘60, y se convirtió en lema del feminis-
volvió con Lucia y su hermana pequeña a El gas, y tuvo dos hijos más. mo en EE. UU. y luego se esparció por diver-
Paso, México, donde su abuelo era un dentis- Para la década del 70 Lucía ya se había mu- sas partes del mundo.
ta exitoso, pero embrutecido. dado a Berkeley y Oakland, California. Allí se La vida de Lucia, plasmada en sus pequeñas
Estas experiencias fueron de infinito ma- verá influenciada por los movimientos políti- obras recopiladas en Manual para mujeres
terial para desahogarse en sus relatos. La cos de la época, en particular por el feminis- de la limpieza, con todas sus contradiccio-
mayoría de los cuentos de esta antología mo. Su vida fue tan realista como sus relatos: nes y experiencias, vuelve a dar fundamen-
transcurren en El Paso, Ciudad Juárez, Texas trabajó como profesora de secundaria, tele- tos a esta frase que rompe fronteras. Todo lo
o el sur de EE.UU. fonista en una centralita, administrativa en que allí se narra, todo lo que la autora vive,
Vuelto su padre de la guerra, se trasladaron centros hospitalarios, mujer de la limpieza y no es solo la vida cotidiana de sus persona-
todos a vivir a Santiago de Chile, y ella se em- auxiliar de enfermería a la par que escribía, jes. Cada pequeño acto lleva concentrado en
barcó en lo que serían veinticinco años de una criaba a sus cuatro hijos, bebía y, finalmente, sí mismo las contradicciones de la opresión
vida poco convencional entre bailes de gala y ganaba la batalla al alcoholismo. y explotación que las mujeres experimenta-
anfitriona de eventos de “alta sociedad”. Luego, pasó buena parte de la década de los mos diariamente y hasta en los más peque-
Lucia padecía escoliosis desde chica, una ‘90 en Ciudad de México, donde su hermana ño, bajo este sistema capitalista patriarcal.
dolorosa afección en la columna que la acom- estaba muriendo. Al deteriorarse su salud se Pero Lucia no se queda ahí; sus cuentos ha-
pañaría de por vida, y a menudo requeriría retiró en 2000 y al año siguiente se trasladó a blan de resistencias cotidianas y por qué no,
un corsé ortopédico de acero. A pesar de eso Los Ángeles alentada por sus hijos, varios de de rebelión.

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