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Las tecnologías de la información y la comunicación

Cuando se hace referencia a las TIC, se trata fundamentalmente de tres grandes sistemas de
comunicación: el vídeo, la informática y la telecomunicación, y no solo a los equipos (hardware)
que hacen posible esa comunicación, sino también al desarrollo de aplicaciones (software), y
de las redes alámbricas o satelitales que permiten las intercomunicaciones, es decir, incluyen
los CD-ROM, los multimedios y el corro electrónico, la Inteligencia artificial, la realidad virtual y
las denominadas autopistas del ciberespacio.

Dichas tecnologías fueron surgiendo de la unión entre los avances en el desarrollo de la


tecnología electrónica y las herramientas conceptuales. Su impulso para el mejoramiento en la
cobertura, tiempo de envío o entrega de la comunicación, tiene su nexo con las exigencias y
características de la sociedad contemporánea, los retos que plantea y las necesidades que
crea, lo cual le da presencia en casi todos los ámbitos del saber y del vivir humano. La
microelectrónica, la informática, las telecomunicaciones, la automatización y la inteligencia
artificial son algunos de los sectores tecnológicos de la actualidad.

Estas tecnologías no suponen, generalmente, una ruptura con las anteriores, sino que se trata
de un proceso evolutivo con pasos cuantitativos y cualitativos diversos y acompañados por el
desarrollo de una cultura compleja en donde lo importante está en el acceso al conocimiento, a
las mismas tecnologías y al dominio de las habilidades y competencias necesarias para
utilizarlas y hacer un uso efectivo de ellas.

En el caso de la aplicación o integración de los recursos informáticos en los sectores


educativos, múltiples investigaciones muestran que con ellos se propicia la transformación
sociocultural en los procesos de organización, tanto desde la índole social como de los
propiamente educativos. Tal condición la señala García (2003) en el “Primer foro de reflexión
sobre el papel de las Nuevas Tecnologías en la Construcción de la Sociedad del Conocimiento”
realizado en Costa Rica, cuando afirmó que:

“Las formas organizacionales y los espacios educativos empiezan a mostrar cambios


socioculturales sensibles, en términos de cómo organizar y descentralizar el acceso a la
información, el intercambio de conocimiento y el replanteamiento de las figuras de autoridad
tradicionales como son las de maestros y alumnos, de directores y maestros, entre otros. La
demanda a formas de relación más horizontales, equitativas y abiertas, se convierte en un
ingrediente importante para desarrollar una cultura que fácilmente se apropie de las tecnologías
de la información y la comunicación.”

El señalamiento de García, se evidencia en el ámbito laboral cuando se encuentra que las


políticas de uso de las nuevas tecnologías se incorporan de manera muy relacionada con las
estructuras de poder existente y la cultura organizacional particular de cada institución. En el
ámbito educativo propiamente, el panorama es muy distinto, cuando es el estudiante el que
tiene acceso a los recursos y el docente no, los roles de poder ya no corresponden con los
establecidos tradicionalmente, lo cual pone en desventaja no sólo a los docentes sino a los
estudiantes quienes en algunos casos se les cortan las posibilidades de ampliar oportunidades
de aprendizaje.

La globalización y el desarrollo de las TIC, como elementos que han contribuido en la


transformación social de los pueblos, han impactado en la universidad como organización, en
su oferta educativa, en sus estándares de calidad, etc.

Segundo acercamiento: Finalidades formativas de la universidad en la sociedad actual.

Muchos autores han construido, a partir del análisis de la sociedad actual, propuestas en torno
a aquellas finalidades o propósitos a las que, las instituciones educativas, deben dar respuesta.
En el caso específico de la universidad, para Mayor Zaragoza de la UNESCO, la universidad se
ha de configurar como un centro de formación permanente que se distinga por la variedad,
diversidad y democratización de sus acciones y por el compromiso ético, político, cultural y
deontológico.

El reto para la universidad es de gran envergadura, considerando su importante función en la


sociedad, como un ente impulsor del desarrollo, la investigación y la acción social, como
creadora de conocimiento y fuente de análisis del quehacer social de los pueblos, constructora
y partícipe de las decisiones más importantes de índole no sólo académica sino social e incluso
política. Es decir, una institución que trasciende la formación de profesionales.

Para Benedito, et al. (1995), la universidad no solo debe adecuarse a los movimientos y
oscilaciones del mercado, sino que ha de saber también aprender a mirar de otro modo a su
entorno, a comprender y asimilar los nuevos fenómenos, a producir respuestas a dichos
cambios, a preparar globalmente a sus estudiantes para las complejidades que les avenían, a
situarse como institución líder productora de ideas, culturas, artes y técnicas renovadoras que
se comprometan con la humanidad.

Antonio Bartolomé (2002), por su parte, ubicándose en el análisis de la sociedad actual y los
requerimientos para el uso de las TIC, hace una síntesis sobre las finalidades que debe
plantearse la enseñanza en la actualidad señalando que:

“... en primer lugar, debe preparar a un sujeto capaz de buscar la información, de valorarla, de
seleccionarla, de estructurarla y de incorporarla a su propio cuerpo de conocimiento. En
segundo lugar, señala la importancia de preparar al sujeto para interpretar y comprender la
imagen, para analizarla y construir nuevos mensajes, es decir, el desarrollo del pensamiento
visual. Y por último, a institución educativa debe ofrecer estas oportunidades en un ambiente
activo, entretenido y divertido, participativo y libre.”

La universidad debe comprometerse por conseguir la calidad en los procesos y cumplimiento


de sus funciones. En cuanto a los estándares relacionados con el cumplimiento de sus fines
Benedito y otros señalan los siguientes:

Generales: Política educativa de la universidad como servicio público Descripción y análisis de


las interacciones universidadsociedad.

Específicos: Características de la formación cultural y humana

Caracterización de los criterios generales de cada universidad y su concreción en:

Enseñanza y transmisión crítica de la cultura Investigación-innovación-formación Docencia y


profesionalización

Otros ...

La misión educativa de la universidad cubre al igual que en los otros niveles educativos toda la
dimensión formativa del ser humano, y como señala Delors (1996) en su informe de Unesco,
“La Educación encierra un tesoro”, la educación debe estructurarse en torno a cuatro
aprendizajes fundamentales: aprender a conocer, es decir, adquirir los instrumentos de la
comprensión; aprender a hacer, para poder influir sobre el propio entorno; aprender a vivir
juntos, para participar y cooperar con los demás en todas la actividades humanas; por último
aprender a ser, un proceso fundamental que recoge elementos de los tres anteriores. Este
último implica el desarrollo integral de la persona, de manera que sea capaz de alcanzar un
pensamiento autónomo y crítico con el que se faculte para elaborar sus propios juicios y
enfrentarse a las diversas situaciones con las que se topará en la vida.

Por su parte, Castells (1997) también elabora un listado de las principales necesidades de la
educación en la sociedad actual, como son:
Aprender a aprender. Declara que lo realmente importante no es el conocimiento sino la
capacidad de adquirirlo y saber buscarlo.

Consolidar la personalidad. Destaca la importancia de desarrollar más el criterio personal y


una personalidad sólida que le permita adaptarse, a lo largo de la vida, a las diversas
situaciones personales y de su entorno.

Desarrollar las capacidades genéricas. Dichas capacidades se refieren al razonamiento


lógico, numérico y espacial necesarias para el manejo de dispositivos y equipos.

Aprender durante toda la vida. Este aspecto se refiere a la necesidad del aprendizaje
constante y permanente que impone la sociedad cambiante actual, y se vincula a las
oportunidades que los sistemas informáticos ofrecen.

En este sentido cabe destacar, que la función esencial de la educación superior es conferir a
todos los seres humanos la libertad de pensamiento, de sentimientos y de imaginación que
necesitan para que sus talentos alcancen la plenitud de seguir siendo artífices, en la medida de
lo posible de su destino.

Siguiendo las ideas de Delors y Castells, se percibe la tendencia actual hacia el desarrollo
integral de la persona, sus competencias, actitudes, valores, y las formas de acceder por sí
mismas al conocimiento. Estas son responsabilidades de la universidad y de su proyecto
educativo en respuesta para con la sociedad de la que forma parte.

Con el desarrollo y las posibilidades de las TIC para la formación autodidacta, para el
surgimiento de nuevas modalidades de acceso a programas educativos, su incursión en la
investigación y la divulgación, en la formación de nuevos énfasis de estudio, por la necesidad
de incorporar sus aportes y aplicaciones a cada campo del saber y del quehacer profesional,
entre otros, se propicia un viraje a la concepción educativa adscrita a ella como institución.

La presencia de las TIC y el uso que se haga de ellas ha impactado las instituciones
universitarias tanto como a la sociedad en general, principalmente como creadora y divulgadora
del conocimiento, en el estudio de las formas de realizar los procesos educativos y en la
vinculación con otras instituciones o modelos educativos.

Tercer acercamiento: Incorporación de las TIC en los escenarios educativos universitarios

Las TIC se han convertido en una necesidad de nuestro tiempo, y como tales, su manipulación
y empleo se ha integrado en algunos casos, a las finalidades formativas de la Educación, en la
que, la universitaria no ha sido la excepción.

Una muestra de ello la expone Dengo (2002) al señalar que la nueva cultura del conocimiento
emplea los instrumentos de la informática computacional para comunicar sus contenidos por
medio de la Internet, lo que hace al conocimiento, más accesible, y más democrático si se
quiere. Para ella, es de enorme importancia que desde los primeros niveles de la escuela,
hasta los más altos, puedan adquirirse las destrezas y los saberes computacionales, para
favorecer dicha democratización.

En la actualidad, los estudiantes universitarios conocen de las posibilidades de las TIC en su


formación y de las posibilidades que ofrecen para su futuro desempeño profesional. En casos
como el costarricense, en el que los programas de Informática Educativa en los niveles
escolares y de secundaria tienen una alta cobertura, se encuentra que la población que accede
a la universidad ha tenido algún acceso.

Lo anterior se destaca en el informe presentado por la Comisión de Tecnologías de la


Información y la Comunicación para la Educación Superior a CONARE 2003, donde se indica
que más del 60 % de los estudiantes que accedieron a la universidad en el año 2003 tuvieron
contacto con la Informática Educativa como medio de aprendizaje, y según los pronósticos en
el año 2005 todos los estudiantes que accedan a la universidad habrán utilizado las TIC
intensivamente como medio de aprendizaje en los últimos años de educación diversificada.

Se espera que la universidad les ofrezca la formación actualizada y pertinente que le permita
hacer un uso eficiente y adecuado de las mismas, desde las formas de acceder a la
información, el empleo de programas especializados para su área de trabajo, en el desarrollo
de las competencias necesarias para su empleo y un uso pedagógico de las mismas.

Por otro lado, si se analiza el rumbo que está tomando la oferta y la demanda en los programas
académicos y las oportunidades de formación permanente, en la educación universitaria en
general y en la educación a distancia, en particular; se encuentra que la integración de las TIC
y, propiamente de los servicios de INTERNET, ha propiciado el desarrollo de una gran
diversidad de modalidades, que desplaza la bipolaridad que existía entre la Educación
presencial y la Educación a Distancia.

Considerando el empleo que se le ha dado a las tecnologías en la oferta de la educación


superior, Sangrá (2002), identificó las siguientes tipologías:

a. Universidad presencial que introduce elementos de virtualidad en su dinámica educativa.

b. Universidad presencial con extensión universitaria virtual

c. Espacios compartidos de cursos virtuales que ofrecen las universidades presenciales.

d. Espacios virtuales inter-universitarios comunes.

e. Universidad virtual adosada a la universidad tradicional.

f. Universidades abiertas y a distancia que introduce elementos virtuales de forma gradual.

g. Universidad virtual como organización virtual.

Esta tipología denota el continuo de posibilidades que se pueden desarrollar o incorporar en un


proyecto educativo universitario no limitado a una modalidad exclusiva, pero además evidencia
una clara tendencia a incorporar lo virtual en cualquiera de las modalidades existentes o como
otra opción educativa exclusiva para la organización de una universidad.

Esto ha sido notorio y reforzado principalmente por los estándares de calidad y la imagen de
“actualización” y “vanguardia” que el uso de las TIC parecen sumar a la imagen de cualquier
institución.

Por otro lado, las universidades a distancia han desarrollado sus propias formas de abordar la
instrucción y en general las de impartir programas educativos, pues su reto no ha consistido en
la búsqueda de igualarse a las presenciales, sino construir sus propios modelos. Por el
contrario lo virtual en la educación, (a través de la integración de la informática y la telemática
para elaborar formas operativas de conocimiento cercanas a lo real, aplicando una plataforma y
servicios de gestión tecnológica) sí pretende el desarrollo de procesos educativos en función de
las necesidades y requerimientos del quehacer académico en un entorno real como puede ser
la pertenencia a un campus universitario, la coincidencia y comunicación en tiempo real o
sincrónica, por ejemplo; aunque también permiten aprender sin coincidir en el espacio ni en el
tiempo.

En cualquiera de las tipologías, las variables que entran en juego en el ambiente de


aprendizaje y que denotan la diferencia entre cada una, son básicamente las referidas al
tiempo y el espacio y con ellas los modelos metodológicos según las opciones de comunicación
y las prácticas pedagógicas que puedan conseguir los docentes.
La manipulación de las variables de tiempo y espacio a través de las TIC, está siendo
aprovechada por las instituciones universitarias para ampliar su oferta, llegar a población
diversa. Esto hace que, como indica Duart (2000), el uso de las TIC en la enseñanza superior
se generalice y que la podamos observar como una tendencia global, más allá de los
movimientos estratégicos de las universidades no presenciales o virtuales.

Por su parte, las variables relacionas con los modelos metodológicos son más complejas en el
sentido de que están referidas a cualidades personales y profesionales de los sujetos
responsables directos de las prácticas educativas, como son los docentes y funcionarios que
intervienen en las acciones de producción didáctica, multimedial, evaluación e investigación
educativa.

La construcción de los modelos pedagógicos en las instituciones de educación superior ha sido


un tema poco explorado y estudiado en la medida que se ha hecho necesaria.

En las universidades presenciales, por ejemplo, la tendencia, sobre todo en los niveles
iniciales, han sido los modelos centrados en el profesor los que han prevalecido, en la
educación a distancia, por su parte, la tendencia se ha dado entorno a los modelos centrados
en los medios. Sin embargo, en ambos, se ha presentado una tercera tendencia orientada a
conseguir modelos centrados en el estudiante como los de autoaprendizaje y de autoformación.
En cualquiera de estos modelos las estrategias de comunicación y las prácticas pedagógicas
marcan la diferencia y con ellas es posible desarrollar un modelo equilibrado.

Reflexiones en torno a las acciones de virtualización realizadas en la UNED de Costa Rica

En el último quinquenio la UNED de Costa Rica ha seguido un proceso escalonado de


integración de las TIC a los procesos académicos, a través del uso de la videoconferencia, los
laboratorios virtuales y de la plataforma de Microcampus.

La incorporación de segmentos virtuales en las diversas asignaturas de grado ha estado ligada


al interés de los docentes y responsables de las mismas, y en el caso de la plataforma
computacional de Microcampus, por la exploración necesaria y oportuna de una herramienta
donada a la institución con la opción de hacerle modificaciones.

La puesta en marcha de estas experiencias no ha sido motivada por una política clara y
consensuada con la participación de los docentes, sino que ha sido el fruto de la exploración y
deseos de innovación educativa en muchos de ellos.

No es objeto de esta ponencia plantear juicios respecto a lo actuado, sino enfatizar en la


necesidad de replantear y orientar las decisiones que en este campo se hacen cada vez más
necesarias en virtud de que:

No se tiene una evaluación institucional respecto a los alcances logrados con la incorporación
de segmentos virtuales en los cursos en las diferentes carreras o áreas de estudio.

Existe una peligrosa valoración respecto a los criterios de calidad e innovación educativa que
sobredimensiona la relación calidad e innovación con incorporación de los medios en la
denominada “unidad didáctica modular”.

No se ha desarrollado una investigación educativa sobre los efectos y estrategias docentes


utilizadas, de la pertinencia de las mismas y respecto de la plataforma.

Se ha ofrecido más capacitación en uso de tecnologías que en la construcción de ambientes


pedagógicos, el currículum y la didáctica en los entornos virtuales.

Se ha delegado mucha confianza en el efecto motivador que pareciera propiciar el uso de las
tecnologías.
Existe un desconocimiento grupal de cuáles son las disponibilidades y posibilidades
tecnológicas institucionales reales.

Se carece de información respecto de los cuadros docentes y sobre todo de los destinatarios
de los cursos o programas que incorporan los segmentos virtuales.

Estas condiciones denotan la necesidad apremiante de:

Abordar el tema en forma pronta y decidida.

Sistematizar las experiencias y crear conocimiento propio, a través de la evaluación e


investigación.

Establecer alianzas y cooperación entre las universidades estatales en lo referente a las


experiencias de aplicación, el uso de infraestructura y de recursos.

La decisión de cada universidad de utilizar o no los diversos medios y la virtualidad de


programas o segmentos de ellos, está asociada a múltiples variables de tiempo, esfuerzo y, se
podría decir, que incluso de riesgos. Por esto se hace evidente la necesidad de integrarse y de
centrar la atención en el estudio de los medios y los materiales didácticos, promover el
desarrollo de las tecnologías apropiadas y necesarias, así como promover la aplicación de
metodologías y técnicas innovadoras en la docencia.

En la UNED se percibe la necesidad de elaborar un proyecto educativo relativo al uso de los


medios, que considere las múltiples aristas del proceso educativo, desde su producción, el
desarrollo de procedimientos innovadores de la enseñanza, la propuesta de medidas y
recomendaciones concretas con las cuales se mejore el campo de la comunicación y la
didáctica en el modelo a distancia unediano.

Siguiendo los paradigmas emergentes en la evolución de la Universidad, y dada la experiencia


de la UNED, se considera necesario optar por una transición hacia el paradigma de las
“universidades que aprenden”, concepto expuesto por Duke (1992).

Por otro lado, dada la particularidad de las universidades, su historia, su vinculación con la
sociedad, sus relaciones con el desarrollo del conocimiento, la ciencia, la técnica, y las
humanidades; lo más pertinente es que cada una se plantee la oportunidad de aprender
respecto de su experiencia y la de otros y, construya su propia forma de abordar la innovación
educativa y la incorporación de la virtualidad, elaborando las políticas apropiadas e
incorporando el empleo de las tecnologías desde el currículum y apoyando la innovación y
acceso de estudiantes y docentes.

Aunque la afirmación de universidades que aprenden parezca sencilla, en realidad implica


grandes exigencias para la institución como lo es comprometerse en el desarrollo de procesos
de autoevaluación, transformación, adaptación y por ende, de toma de decisiones constantes.

Dichas decisiones y cambios se refieren a temas generales y específicos, desde los referidos al
uso de las tecnologías como a los cambios sociales, culturales y éticos derivados de la acción
universitaria.

Construcción del proyecto educativo de integración entre educación virtual y a distancia en la


UNED

¿Por qué un proyecto educativo?

Un proyecto educativo supone la concreción y adecuación del marco legislativo que define el
proyecto general en un sistema educativo que se concreta en una herramienta estratégica
orientador de las acciones de la institución educativa.
Para tomar la decisión de incorporación de las TIC y específicamente la virtualidad en
cualquiera de las posibles modalidades, la universidad debe partir de plantearse varias
interrogantes, cuyas respuestas pueden orientar la construcción del proyecto educativo.

- ¿qué fines o propósitos deben mediar la toma de decisiones para que una universidad opte
por cierta modalidad?,

- ¿qué condiciones adversas a la institución y a los procesos que ejecuta pueden ser
abordadas de forma positiva con el uso de las TIC?, - ¿qué condiciones institucionales
propician la incorporación de las TIC?, - ¿qué tareas o procesos debe seguir la institución para
conseguir una incorporación de las TIC, adecuada, pertinente y con miras al mejoramiento de
los procesos académicos?, - ¿cómo puede la universidad adaptarse a los cambios tecnológicos
en el mundo laboral y cultural para dar respuesta a las exigencias de los pueblos?

Estas interrogantes, entre otras posibles, pueden guiar a la construcción de opciones o


alternativas más claras y orientadoras para la elaboración del proyecto educativo.

La tendencia de ampliar la oferta universitaria integrándose a las condiciones actuales, emplear


los medios de acuerdo con sus posibilidades tanto tecnológicas como de acceso por parte de
las poblaciones meta, utilizar las tecnologías apropiadas, realizar una incorporación desde la
perspectiva curricular y pedagógica. Es decir, partiendo de su utilidad y sin olvidar que las TIC
por sí mismas no modifican el diseño de los procesos de aprender, para ello, se requiere del
cambio en los procesos que orientan ese diseño.

La construcción del proyecto educativo marco de esta propuesta deberá abordar al menos los
siguientes tópicos en relación con la tecnología y la oferta académica:

Democratización del acceso a la formación universitaria

Una de las mayores fortalezas de la Educación a Distancia ha sido la democratización del


acceso a la formación académica, por parte de diversos grupos de población. Por ello, el uso
de las TIC y de la virtualidad debe propiciar la incorporación y la oferta de manera que se cubra
o atienda nuevos grupos de población y no, por el contrario, convertirse en un obstáculo o
limitación para los que forman parte de su grupo docente y alumnado.

Las variables de tiempo, espacio y comunicación.

En la Educación a Distancia las variables tiempo, espacio y tecnologías de comunicación ha


sido fundamentales. La variable tiempo ha sido una de las más valoradas por su población
meta dado que no exige una presencialidad y rigurosidad horaria para desarrollar el proceso
educativo. La variable espacio en cuanto a que no requieren el desplazamiento físico del
estudiante ni su presencia en un espacio o campus institucional. Las tecnologías de la
información porque han sido el medio empleado por excelencia para efectuar la comunicación
entre estudiantes y docentes.

El uso de las TIC en esta modalidad educativa posibilita solventar algunas de las desventajas
más señaladas por los estudiantes como ha sido el acompañamiento logrado por medio del
desarrollo de foros y canales de comunicación entre estudiantes, el sentido de pertenencia
física a una institución, ampliación de la cobertura y las relaciones de tiempo (sincrónico y/o
asincrónico), las que podrían constituir herramientas fundamentales para el desarrollo y
presencia en los tiempos actuales.

Por otro lado, ocurre una nueva condición “Hemos pasado de un sistema de comunicación
dominado en esencia por la mente tipográfica y el orden fonético del alfabeto a otro multimedia.
Este modo de producción informal multimediático, al decir de Castells (1996), es el de la
virtualidad real en el que la misma realidad es capturada por completo, sumergida en un
escenario de imágenes virtuales, en el mundo del hacer creer, en el que las apariencias son”
(Martínez, 2000)
En este sentido la “virtualidad” permitiría el desarrollo de un escenario, o una situación didáctica
facilitadora del desarrollo de actividad cognitiva, de forma que le brinda al educando la
posibilidad de analizar, sintetizar, integrar y poner en acto sus conocimientos, tal como lo podría
hacer en una forma presencial. Ello se realiza por medio de interfaces, que le motivan y le
facilitan de una manera amigable su aprendizaje, de forma significativa ante cualquier situación
o circunstancia.

La incorporación de las TIC y la virtualidad en la Educación a Distancia, más que una decisión
de índole tecnológica, debe responder a cuestiones pedagógicas y didácticas para que se
explote las potencialidades de los medios en la realización de los procesos de enseñanza y de
aprendizaje en forma significativa y en atención a la diversidad visualizándola no como un
modelo alternativo sino como un modelo en sí mismo, que tiende a su consolidación.

Las variables de la tecnológica y de las concepciones del aprendizaje

Estas variables son fundamentales porque, con su control se pretende asumir en primera
instancia un modelo pedagógico que guíe las concepciones y acciones acordes y pertinentes al
mismo. Por otro lado, de dicho conocimiento se derivan las necesidades de índole tecnológica
por cubrir en beneficio del aprendizaje.

El proyecto educativo, en este sentido, debe proponerse construir el escenario educativo apto y
asequible para los fines educativos y para todos los actores del proceso.

Bruner (2000), plantea que los escenarios educativos nacen en la intersección de las variables
tecnológica y de las concepciones del aprendizaje. Del cruce entre dichas variables elabora
una matriz de cuatro escenarios básicos como se ilustra en el cuadro No. 1.

VARIABLE TECNOLÓGICA

Visión

internalista

Visión

externalista

CONCEPCION

ES

Didáctica

Tradicional

E1 E3

PEDAGÓGICAS Intersubjetiva

Constructivista

E2 E4

Cuadro No. 1. Intersección de las variables: tecnológica y de concepciones del aprendizaje, en


los escenarios educativos del futuro. Bruner (2000)
En el escenario E1 las tecnologías sirven para reforzar el modelo pedagógico tradicional. El
escenario E2 supone un alumno con competencias para la autoformación y una actitud
protagónica frente a su aprendizaje. Este escenario pasa de la instrucción a la construcción de
conocimientos, de la enseñanza centrada en el profesor al aprendizaje centrado en el alumno,
de la absorción de los materiales al aprender a aprender, de la sala de clase a los espacios de
la red, de la educación etaria al aprendizaje a lo largo de la vida, de la estandarización a la
personalización, del profesor-transmisor al profesor facilitador. En el escenario E3, el centro de
la aplicación es la adquisición de habilidades de computación necesarias para el ingreso en el
mundo laboral, de acuerdo con las demandas del sector productivo y de las industrias, y el E4
supone la conformación de una conciencia intersubjetiva mediada por las nuevas tecnologías,
ya no sólo a nivel de la institución educativa sino de la sociedad (planetaria) en su conjunto.

La institución debe definir a cuál escenario pedagógico es al que aspira y actuar en


concordancia. Esto supone partir del análisis exhaustivo de las posibilidades reales
institucionales y la vinculación de sus profesionales en la toma de decisiones. Debe optarse
con la construcción del escenario en función de las circunstancias institucionales, la población
meta y la disponibilidad de recursos, materiales y equipo.

El currículum

El currículum debe ser considerado como el medio posibilitador de las construcciones de


conocimiento en el campo educativo virtual y a distancia, y representar el modelo de respuesta
a las necesidades del sistema que se posee.

Este es un elemento fundamental pues ante la globalización y la tecnologización, es muy fácil


desvirtuar la forma de resolver los problemas, el planteamiento de los fines y propósitos
educativos, el valor de la experiencia, la importancia de la cultura y la conciencia histórica.
(Seas, 2000)

Existe un consenso de que el empleo exitoso de la tecnología en los procesos educativos está
ligado a la incorporación que se plantea y organiza desde el currículum.

Esto se debe a que, como afirma Cabero (1992), los medios no funcionan en el vacío, sino
dentro del currículum, por ello cualquier pretensión de abordarlos que no contemple ese
espacio decisional, contextual, institucional y pluridimensional simplemente nos llevará a
acumular e introducir nuevos aparatajes en el aula, que más o menos pronto son olvidados por
el profesor y relegados a funciones lúdicas y motivacionales.

El proyecto educativo, que se construya en la UNED, debe optar por centrar su enfoque en el
aprendizaje del estudiante y en la forma de mejorarlo mediante el uso de la tecnología, y no
como se ha procedido enfatizando en las capacidades de la tecnología, tomándola como punto
de partida y donde el reto principal ha consistido en ayudar a los estudiantes a tener acceso a
ella.

Capacitación de los docentes

La capacitación y actualización de los docentes es un elemento fundamental para la


incorporación exitosa de los recursos tecnológicos y con ellos la virtualización.

Esta tarea debe surgir antes de la puesta en marcha de cualquier iniciativa puesto que son los
docentes quienes según su actuar pedagógico propician una aceptación en los estudiantes
hacia el medio, el aprovechamiento didáctico y el logro de los objetivos curriculares y fines
institucionales.

Para ello, la universidad debe asumir la formación y capacitación de los docentes. En relación
con este tema es recomendable que la formación contemple tres ámbitos del conocimiento
necesario para realizar la práctica docente a saber:
- Disciplinar, que le permita, a partir de los intereses de los alumnos y de los problemas
sociales más relevantes, integrar la lógica científica de la asignatura con la lógica psicológica
de sus alumnos.

- Pedagógico que permita considerar las ideas de los alumnos, su nivel cognitivo, etc., al
diseñar el proyecto curricular, y del entrono virtual.

- Práctico complejo, que le permita dirigir y organizar el aprendizaje de los alumnos en el


ambiente de aprendizaje a distancia o virtual para que se incremente la interacción entre ellos.
En esa relación, los estudiantes no deben ser considerados como meros receptores de la
información que les aporta el docente, más bien deben ser protagonistas de su propio
aprendizaje.

La selección de los medios y las plataformas virtuales

Este elemento se ha dejado de último con el propósito de hacer ver que, el medio por sí mismo
no hace la diferencia. Las consideraciones preliminares debe orientar la decisión respecto a las
posibilidades que deben ofrecer los medios y las plataformas disponibles que se disponen en el
mercado, y que son accesibles al presupuesto de la institución.

Posteriormente a ello, la selección debe seguir un proceso apropiado de evaluación del


hardware y del software, según los requerimientos, y la capacidad nacional e institucional.

Para finalizar, es oportuno señalar que las consideraciones expuestas no son las únicas
posibles, constituyen las que según la experiencia desarrollada en la UNED y el juicio propio,
ofrecen la oportunidad de retomar y emprender la incorporación del tema de la virtualidad en la
institución.

Bibliografía

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Castells, M. (1997) La era de la información. Vol. 1. La sociedad red. Madrid: Alianza.

Delors, J. (1996): Informe Delors. La educación encierra un tesoro. Madrid: Unesco- Santillana.

Dengo, M. (2002) Nuevos Paradigmas para la Educación. San José: EUNED

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Moreno, F y Bailly-Bailliere, M. (2002) Diseño instructivo de la formación on-line. Barcelona:


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Seas, J. (2000) Reflexiones en torno a una redefinición del proyecto educativocurricular de la


UNED. En: Memoria del Segundo Congreso Universitario de la UNED. San José Costa Rica:
EUNED

TOMADO DE: XII CONGRESO INTERNACIONAL DE TECNOLOGIA Y EDUCACION A


DISTANCIA, CELEBRADO EN SAN JOSE - COSTA RICA, NOVIEMBRE 2004

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