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■ Las iglesias deben cambiar de actitud, ser más humildes y entablar un diálogo,
sugiere
con La Jornada. En el contexto de encuentro que se desarrollará en la Universidad del Claustro de Sor
Juana, del lunes 6 al viernes 9, el especialista alemán disertará sobre La relevancia de la imagen de
¿Quién o qué es Dios? Todas las personas parecen saberlo, señala el investigador
alemán Herman Häring.
Al respecto, añade: “Para mí Dios es el fin último, la meta, lo que las personas sienten
en su vida. Es un sentimiento, existe, pero no podemos decir qué es, no lo podemos
definir” y, por ello, siempre será una pregunta abierta.
Se agudizan confrontaciones
Muchas veces esto tiene que ver con la pérdida de confianza en la religiones (de la
católica a la protestante). “Lo que podemos ver es que la religión jamás va a
desaparecer del mundo, pero siempre va a tener sus adversarios. Y uno de esos
adversarios es que la religión se convirtió en un negocio, en una empresa.
Normalmente se habla de las personas de buena voluntad, pero con la conversión de la
religión en una empresa ya se habla de gente de mala voluntad”.
Esto, agrega, vale para todas las religiones, pero es en la católica y la protestante
donde se agudizan las confrontaciones.
Cada religión se sigue promoviendo como la dueña de la verdad pero ahora, con la
globalización, se debe promover el diálogo entre todas, juntar fuerzas porque todas,
en el fondo, representan lo mismo.
Esto ha permitido que haya un cambio radical en la forma de seguir una religión. La
persona conversa con el otro, se entera de lo que pasa en China, India, en otras partes
del mundo y ve posibilidades de salir de una situación estática. Todo está en
movimiento, entonces toman pedacitos de cada religión; y como todas las religiones
en esencia son lo mismo, no hay gran problema con eso.
Lo cierto es que frente a las mismas preguntas teológicas, los jóvenes ahora buscan
respuestas en la filosofía y probablemente las iglesias no desaparezcan en el futuro,
pero tienen que cambiar su actitud y ser más humildes y autocríticas, hablar con otras
religiones desde su especificidad, y evitar los fundamentalismos.
Hace unas semanas, relata el académico, “estuve en India y platicando con un hindú
me di cuenta de que tienen los mismos problemas que nosotros, las mismas
preguntas. Entonces depende mucho la forma en la que las personas sienten la
religión: si como algo pesado, una amenaza, o un alivio. La palabra clave es la
responsabilidad. En la filosofía desde ya el tema de la religión se ocupa más de lo que
es la responsabilidad”.
De esta manera “mi respuesta a la pregunta de si Dios existe no será teológica, sino
filosófica: Dios existe a partir del momento en que las personas dicen: ‘qué bien que
vivimos en este mundo’”.
Participarán, entre otros, Luis Villoro, Carlos Monsiváis, el obispo Samuel Ruiz,
Bernardo Barranco, Elsa Cross y Javier Sicilia
Para las religiones monoteístas más extendidas por el planeta Tierra solo existe un Dios y todas
las demás religiones están equivocadas. Independientemente del nombre que cada una le da
(Dios, Jehová, Alá), para los cristianos, judíos y musulmanes solo él es todopoderoso y ha
creado todo lo que existe, desde el Universo hasta la más minúscula partícula de polvo
pasando por las plantas, animales y, por supuesto, el propio ser humano. Por ello es
omnipotente, omnisciente y omnipresente, lo que dicho de otro modo nos indica que todo lo
puede, todo lo sabe y está en todos los sitios.
El cuestionamiento de los Dioses y de la religión en general fue una de las razones por la que
Sócrates fue condenado a muerte. Desde aquellos tiempos la religión tenía influencias
grandísimas en la manera de gobernar un lugar, como lo era en México y en varias partes del
mundo hasta hace unos siglos.
Para Nietzsche la religión no es una experiencia verdadera pues Dios no existe. Él dice que la
felicidad no está en ninguna deidad y que sólo se podrá alcanzar cuando el hombre se
transforme en superhombre, es decir, cuando mate a Dios.