Pensamientos de un joven abandonado

“Bueno, aún no sé por qué he de pagar yo los platos rotos, pero, supongo que así funciona todo,
hoy le pregunté a mi mamá como le había ido y pues, siempre pasa lo mismo, me dijo que todo
seguía igual, que jamás iba a mejorar eso, pobre de ella, le ha tocado muy duro siempre, la
comprendo, jamás me atrevería a vivir de ese modo.”

“Hoy volví a pasar por lo mismo, volví a cruzar miradas con toda esa gente, se me hace intrigante,
pero me han pasado suficientes cosas como para tenerles el miedo necesario, que horrible es esto
de estar a la defensiva de todo, pero no soy capaz de hablar, más bien de manifestar mis
sentimientos, me da un pánico horrible lo que pueda llegar a pasar. Por otro lado, hoy la he vuelto
a ver, y pues no me sorprendió nada porque siempre está hermosa, pero no sé, tengo un miedo
terrible, por qué habría de fijarse en este desastre, aunque no sé si ella sea del todo inteligente
para darse cuenta de lo que causa en mí, procuraré guardarlo en secreto, no decirle a nadie.”

“¡Maldita sea! Como odio esto, otra vez me golpearon en la salida de la escuela, no encuentran
alguien mejor con quien meterse, les da envidia que sea intelectualmente superior al resto,
malditos simios involucionados, los detesto, ¿y saben? Mis padres otra vez no me prestaron
atención,