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ÁLBUM DE

COLECCIÓN DE LO MAS SELECTO QUE SE PUBLICÓ EN

6 SEAN

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Wu\>\, ftfetow <k Vos Wmwos., NWUv^as, ftowdVa, MUlom, ÍJvViol, YYÍuwft, D w m ,
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Causeo ^ OVTOS fcscñtores.

PUBLICACIÓN DE LA SOCIEDAD LITERARIA


BAJO LA DIRECCIÓN BE

¿Don tüenceslacr 3lgp;al$ k 3{co.

MADRID-1847.

CALLE DE LEGAMTOS, NUM. 47.


Es propiedad de Di Wenceslao Aygiials de Izco,
ABENAMAB. (D. Santos López Pelegrin.) Atractivos del invierno. II 333
Epigrama 339
El corbatín 88 Modas inglesas de invierno 339
Las lisas 130 Al lustre de Europa. . 3M
Las medias 32o Modas de París 349
ALFARO y GODINEZ. (1). Agustín de.) Epigrama 370
A mi amigo D. Juan Martínez Tillergas. . 478 A D. Antonio Ribot y Fontscré. 381
Arte de darse importancia en el teatro. . 384
ALVAREZ MIRANDA. (D. Vicente.) Sentencia 38 4
El borracho 73 Gracias de los niños 391
Oda á los garbanzos 118 Contra la seriedad. Fábula 402
La risa. Polímet.ro filosófico. . . . . . . . . 220 A mi amigo D. Juan Martínez Villergas. 413
El clérigo gastrónomo 296 Arte de conocer á los hombres por las
uñas . Í23
AMADO. (D. José Benito.) A I). Antonio Ribot y Fontseré 428
La dulzura 114 Epigrama 431
ASQÜERINO. (D. Eduardo.) Un dia de Campo 431
Soneto 450
A un chato. 133 La jovialidad 463
Carta dirigida al espalriado Juan Martínez Distracciones de D. Anacleto 467
Villcrgas 371 Letrilla 481
Risa y llanto 488
AYGUALS DE IZCO. (D. Sergio.) 490
Soneto
Yo á mí. . 498 Soneto 818
Epigrama 822
AYGUALS DE IZCO. (D. Wenceslao.) 523
Soneto. . •
Costumbres gastronómicas 9 Soneto 550
La judía resentida 17 Epitafio 571
Una cita 26 A la memoria del malogrado héroe de los
A D. José Zorrilla. Epístola en prosa poé- guisos. Letrilla 371
tica. . . , 47
Letrilla. 8(i BEBEDOR. (El.)
A Fr. Gerundio. 88 Un cofrade de la hermandad de Baco á sus
Angelito 98 amados colegas. 261
A mi amigo Zorrilla que se hace el sueco. 100
Flacos y gordos 103 BERNAT RALDOVI. (D. José.)
Las melenas. Soneto 111 La Col 53
Epigrama 136 A la Risa 62
Fallo sin apelación. Soneto 143 Rodrigo á Gregoria 134
Coloquio galante , . . . 143 Gregoria á Rodrigo. 161
Epigrama. . 157 Rodrigo ¿Gregoria. . . 168
Epigrama. . . . 1(13 Gregoria á Rodrigo 181
Declaración amorosa de un comerciante es- Epigrama 201
trambótico á doña Gumersinda la corpu- Epigrama 219
lenta, ninfa de sesenta abriles 198 A mi amigo D. José María Bonilla 241
Me importa mucho. Canción 208 Epigrama 350
La respuesta de Marta 229 Epigrama 412
No hay vino que no sea rico. (Soneto bá- La puerta de hierro y la gente del bronce. 441
quico.) 230 Epigramas tan chistosos como otros muchos 498
Al señor Mas. (Soneto masónico.) 247 Epigrama.^ • 506
Contestación del cocinero de LA RISA á Adiós, señores, hasta la vista , 510
don Eduardo V. Maiquez 253 Epigrama 519
A Fr. Gerundio 266 El abanderado de los gordos al coronel de
Huevos y chocolate 269 su regimiento D. Antonio Ribot y Font-
Los huevos. Canto épico. 270 scré 541
Origen del carnaval 27o Verdades diplomático-políticas á guisa de
Un baile de máscaras 277 epigramas 339
Juicio del año. . 304 A D. Antonio Ribot y Fontseré 541
Arte de conocer á los hombres por el pelo. 308 Carta de Sentó Beseroles á Pascualo Ra-
, Atractivos del invierno. I 323 . tolí •
574
Testamento de D. Abundio Estofado. . . . 866 ESTOFADO. (D. Abundio.)
Epitafio al cocinero de LA BISA. . • • < ¿ • 872 El cocinero del ambigú á los españoles. . 121
BONILLA. (D. José Maria.) FLORES. (D. Antonio.)
Artículo epistolar á D. Wenceslao Ayguals Cada uno en su casa y Dios en la de todos. 203
de Izco 112 FR. GERUNDIO. ( D . Modesto Lafuente.)
iBvt amante abandonado á su ingrata Clara. 199
A mi amigo D. José Bernat Baldoví.. . . . . 239 Calvas y pelucas.". 55
Declarastó amorosa de Tófol el chufero a A l a comunidad de L A R(SA. . . . . . , \ 94
Manela la catalana. 309 Un par d« apuntes. . . . . . . . . . . . . . 176
Mentiras al revés: cosas que no son. . . . 433 Soneto-contestación de Fr. Gerundio, al so- >
Meditaciones de un hombre sin dinero. . . 308 neto-escitacion del hermano Ayguals de
Izco 266
BRETÓN DE LOS HERREROS. (D. Manuel.) Defensa del chocolate. . . . . . . . . . . . '266
Picaro mundo. . . . . . 341
Dichosa edad. 7
La niñez. . . . . . . . . . ¿. . . . 41 FUENTES. (D. Valentín.) -
La adolescencia. . 122 No hay cosa como dormir... . . . . . . . 491
La juventud. . . . . . . 143
La virilidad. 196 GARCÍA LUNA. (D. Ramón.)
La vejez.- 249 Glosa 219
El carnaval d é l o s demonios. . . . '.-. . - 318 Mi retrato. 53»
El tabaco. . - . - . . . . . . . . . . . . . . • 338
Una n o t a b i l i d a d ! . . . . . . . . . . . - . . 461 GARCÍA TEJERO. (D. Alfonso.)
El baratero. . . . . . . . . . . . . . . . «'. 470 El pilluelo de Madrid. Canción .... 833
BUZARAN. (D. Juan Guillen.) GARCÍA, DÉ TORRES. (D. Juan.)
Romance esdrújulo. Lamentos de un m a - :., Sacrificio de Fandilas. . . . . . . . » . . . 446
rido. . . . Í2i GIL Y ZARATE. (D. Antonio.)
Romance esdrújulo. Un lance de amor. . . 2 3 3 El poeta dramático. . . . . . . . . . . . . 79
El estudiante D. Pedro. Parte primera. . . 543
Eljestudiante D. Pedro. Parte segunda. . . 348 GRUALBA. (D. José.)
CASILABI. (D. Santiago.) Romance 468
Defensa de Jas trabillas. . . . . . . . . . . 89 ;••: GUERRERO Y PALLARES. (D. Teodoro.)
Una extravagancia. . . , ; . . . . . . . . 90 La situación. . . . . . . . . . . . . . . . . 417
."' - CASTILLO: (D. José María del.) Carta éstravagante. I. . . . . . . . . . . 545
Apología del nabo. * . . . . . 134 Garta éstravagante.- II. . . . . . • . . • . 550
••'•'•'••:':; CEA. (D. Francisco.)•' *'>'-"• *•' GUTÍERRIíZ MOYA. (D. José.)
Romanticismo: ; : . . . . . . . . :.'.'>' . . . 453 Cosas de. Andalucía . . . -. 312
Elegía.".•'.. . . . / . ¿V.i^.U . . . . . . . . 368 ;':; HARTZENBUSCH. (D. Juan Eugenio.)
• CORONADO-. (Señorita doña Carolina.) < Querer de miedo. . . . . . . . . . . . . .... . 32
Mariquita la pelona. Crónica del sigloXV.L 230
La poetisa' én un pueblo. . ; ; : : . . ' . . 331 Mariquita la pelona. II. . . . . . . . . . . 235
Fábula. Elegoismo. . . . . . .'t!,»". . . / 342 Mariquita la pelona. III. . . . . . , . .,..,..,• ;244
A la jovialidad. . . . . v:. . . . 338
ILLAN MARTÍNEZ. -(D.'José;)'
;Galas postizas. . ." . . . . . . . . . , . , . . V>.. .839
A D. Wen cesl a o A y gúals dé IzCo. . . . . . 482
"í" i '.'.'. PIAÑA. (D. Manuel Juan.)
Los hispanos á D. Abundio Estofado. . . . 862
^Exigencias-. . . . . .- .-. . •• . . . . .• . . i . 114
. LÓPEZ PELEGR1N. (D. Eduardo.) .-'-j
Wi sobrino.- . . . . . . . . . . . .". . . . .187
Ataque-y-defensa.- . • ; . - ¿ . - . • . - . . - .-. ¿ ' . 3 9 3 Percances • noeturnos. Y . •;'."'¿;;¿ . . . ¿ . 225
-tístravagancia, cuento ú fantasía-, . . • ¿ v 419 Letrilla.ó lo que salga. . . . .•'•'. . . . . . . . 288
El sombrero. J . . . . . . .; ¿ . . . . . . . 387
;::4 DIEZ CANSESO. {D. Vícenie.); V
~}>, ! ; MAIQÜEZ. (D. Eduardo V.) :::¡
-La risa de mi -muger. , . - . . , 182
Solvencia. , , . . . . . ' . .-.' . 394 A los.redactores de LA RISA. . . . . . . . . 234
DOT MICHANS. ~(D.' Juan.): . r : ;;:v ' / MANZANO. (D. Julián.)
Proposiciones de paz entre F r . Gerundio, Una calamidad pública. . . . . . . . > . . . 48
Ayguajs de Izco y E. L. Relegrin. . . . 293 Abusos de la nariz. .... . . . . . . . • • • 320
ESCOBAR. ( D . Ignacio José. ) MARAVER. ( D . L u i s . ) I
A u n a coqueta. . . . . . . . . . . . . . . . 3 4 9 Las ligas é mi morena. . . • • • • *•<•.• -•. ^ 1 *
ESCOSURA. (D. Gerónimo dé la.) - MAS. (D; José.)
Redondillas. 245 Soneto. .'. . . . . . . ; . 2í
>• 575
" MAgSA'íffD. Cititís.) Epigrama 323
Pronunciamiento de las 1egüift|res. . . . 126 A 1). Wenceslao Ayguals de Izco. . . . . 367
La última muela 376
MATA. (D. Pe|¿o¿) Yentajas del que no tiene piernas, 6 del
Costumbres francesas. J § | p . . 127 que las lleva de palo. 1 393
Ventajas del que no tiene piernas, ó del
MENENDEZ.¡£(/B. Baldomcro.) que las lleva de palo. II 402
üjMi suegra otraáiéi en casa!!! 352 A 1). Wenceslao Ayguals de Izco 424
El desquite, .*% 527 A D. Juan Martínez Yillergas. 440 .
Estrema condescendencia !' Espantoso fata-
J p j f T E R O . (D. Juan.) lismo!!! 470
Rosa y Pasifíal 433 ' El máximo y el mínimo. I 494
_J] MORAN. (D. Gerónimo.) j El máximo y el mínimo. II 502
Oda á los gordos 517
Lance, nocturno , 466' A D. José Bernat Baldoví (el Sueco.). . . 529
Ajfls' enamorados • .'•' 524 i Poesía leida junto al cadáver del malogra-
pigramas 533 ;
f pigrama
MORENO. (D. Enrique Vicente.)
538 !
]
do D. Abundio Estofado
RICO Y AMAT. (D. Juan.)
570

Mí viaje á la Alcarria 535


A D. Wenceslao Ayguals de Izco. . . . . 257
ROBELLO. (B.Francisco.) (Tio Fidel.)%,
MOTEZUMA.
295 Las golondriuas con faldas. . 2l2
Un estra... go
450 RODRÍGUEZ RUBÍ. (D. Tomás.)
El wals. .
MUÑOZ Y GARNICA. ,(D. ¥ • ) " * ' Los cumplimientos 109
¿Qué es un jaike? . . . . , . ' . ..... . . . . 360 ROMERO Y LARRANAGA. (D. Gregorio.)
NEIRA. (D. Antonio.) El nombre de pila 13
La nariz de mi devoción 147 La gastronomía y la literatura. 514
ORTIZ. (G.) ROSELL. (D. Cayetano.)
Una garantía 451 La noche de San Marcos 408
OVEJAR. (I.) RÚA Y FIGUEROA. (D. Ramón.)
El hombre-barrena 361 Epigramas. 176
S. (D. Alberto de.)
OYUELABUSTAMANTE. (D. Cristóbal de la. )
Oda .•. . : . . . f ^ Á ; . . . . . . . 206 Caricatura 306
PRINCIPE. (D. ftif&élíAgustín.) SAINZ PARDO. (D. Vicente.)
El vestir contra el comer. 65 No hay cosa como comer. . . . . . . . . . 486
A D. Juan Martínez Yillergas 67 SÁNCHEZ DE FUENTES. (D. Eugenio.)
Imperfecciones de la naturaleza 74
El ciego y el mudo 139 Asesinato horrible 419
Amores de la tierra baja 234 SANZ#(D. E. Florentino.)
Letrilla 273 La razón d e / í ñ duelo. . 52
Mi criado y Hermosilla 326 Epigramas. 145
Epigrama tf$ • ' 522 La bruja. I. 279
Epigramas fifí;. . 532 ¡La bruja. II. . . . . . . 285
A la malograda memoria del insigne coci- La bruja. 111 289
nero D. Abundio Estofado. Soneto. . . 570 Calabazas 299
RAMOS. (D. Francisco.) La invención de las trabillas. Tradición de
Al cerdo. los infiernos. 335
306 Allá vá eso. 457
RIBOT Y FONTSERE. (D. Antonio.)
URRABIETA. (D. Mariano.)
El salchichón. 124
Melones y mugeres % fe 157 Carta dirigida al espatríado Juan Martínez
Melotes y m u g e r c s ; M . " | 163 Villergas 371
La lavativa ¥ . f .• 173 VALLADARES Y SAAVEDRA. (D. Ramón.)
Igualdad ante la ley de Dios J 190 Contestación sin pies ni cabeza á la carta
Epigrama^,; . . ." . ^ , . 219 sin cabeza ni pies, de mi amigo D. T e o -
Lamentos de un presidiario. . . . JHL . 228 doro Guerrero y Pallares 560
El Corneta. Canción 1* Pff . 264
Un dia en el parador del Sol 298 VILLERGAS. (D. Juan Martínez.)
Contestado de Mínela la Chincha á Tófol Introducción 3
el chufleta. . - . : - . . . 311 Oda á las patatas , II
w
576
Dn geómetra . . . . ,25? Epigrama. . . . . ¡ , . . g . ./*• .:.\,!', /'V' : ' 393
Las tertulias. I. .¡24. Respuesta á la ear,ta de D. Eduardo te¡qtíer
Jurado famoso. ... 29 riño y D. Mariano Ürrabieta. . . .",^T'. 407
Letrilla . -. 38 A mi amigo D. Wenceslao Ayguals de ízéo! 412
Las tertulias. II. . . . . . . . 38 Epigramas. . . . . . . . . . . . . VJi j '..
Disparates 43 431
Memorialá la cofradía jde los gordos. .,. " 438
Las tertulias. 111 49 La familia de los vice de los sub y de los'
El día de san Isidro (¡3 • ex.-. ; . , , . , •_. -
453
A D , Miguel Agustín Príncipe. Soneto. , . 67 El amigo pegote . . . . . . . .•'.*•. .' •,-[•*"; 458
•El uno para el otro! Cuento eslravagante. ' 69 Los Reyes %, ; \ 463
A B . .Miguel Agustín Príncipe. . . . . . . 77 A mi amigo D. Agustín Alfaro. . . . . 476
Un hombre célebre. 82 Longevidad sin-ejemplo. •%'..'. 479
Las nodrizas • 88 Romance histórico. . . . '. . . . . . . .'*', 184
Letrilla 93 Deplorable acontecimiento. . . . . . . .;_. 490
Un tronera. 1 97 Respuesta.'. . . . . . . . ' . ' . ' .' V'. ,491
Epigramas. 105 No hay cosa como los versos " 492
Un tronera. II. 106 Enfermedad dé D. Abundio Estofado. . . •198
El bigote 113 Letrilla. . . ; 509
Letrilla 118 Enfermedad de *D. Abundio . . 510
Epigramas. .-. 120 Una muger milagrosa
Las mamas. 131 Epigramas.
•m
Glosa atroz 135 A la vida . . . 522
Las tertulias; IV. . . . . 136 A la muerte.., . . . . . . . . . . . . . . . . 523
A D. Wenceslao Ayguals de lzeo, tercero 536
Epigrama. . . . . . . . . . " . . . . . . . „ ' . . . . 532,
: ¡err discordia en la cuestión de ciegos y Propósito de no decir nada. . . . . . . . . . • 547
i iñudos.' . . . ' . . . . . ' 143 Enfermedad de D. Abundio. . . . . . . . 559*
Epigrama. 160 En la muerte de D. Abundio Estofado. . . 5 6 $
Un consejo. 172
Un pleito. . . . . . . . . . . . 179 ZORRILLA. (D. José.)
Una onza de oro. 183 A D. Wenceslao Ayguals de Izco. Epístola
Noche toledana 185 en verso prosaico 46
Ei senador. '....-..
194 A mi amigo D. Wenceslao Ayguals de Iz-
Epigramas. . . 201 co, director de la Risa 101
Mi íaud. . . . . . . . . . . . . . '. . . . . 209 Poco me importa 207
431 ¡ burro. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215 Una verdad como un puño. . . . . . . . . 283
Incendio del polvorín. 217
El tambor. Canción 223 DE AUTORES DESCONOCIDOS. .' i • t

Amores d é l a tierra alta. . . . . • . . . . . 234 Alcaldía vejetal del.Ambigú. . ..*.....-.


El espíritu He contradicción 237 Modas. . . . . .>- • • 143
Guapas y feas , 246 Modas A. . . . . . - . - 171
El pobre' Lázaro.". . . . . ' . . 248 Un suscritor á los escritores de LA R I -
Carta del chiquillo que voló del vientre de SA. E. L. P 202
su m^dre cuando se }B.ce,ndió el polvorín. 251 Noticias de España y del Estranjero. . . . 210
Noche-Buena . 259 Modas de paseo 249
Oración para la cuaresma. . . ';>., 273 Al embuchado de Mallorca 322
"Á los ajos. Oda. . . . . . . . . .?'•. . . . . 278 Una tunda á las modistas. C. F. . . . . . . 343
•El mazo de villar. . . ."••<. . . 315 Modas de España. . . . 364
'El poeta en Madrid. 331 Escena patética. A. . . . . . . . . . . . . 41J
•Epigrama. . . 339 Una pregunta. El Invisible. . . . . . . . . 490
Modismos y refranes. 346 Enfermedad de D. Abundio. . . . . . . . . 506
Mi pereza. . . . . . . . . . . 351 Enfermedad de D. Abundio. . . . . . . . , 518
Fábula. El águila y la bala 361 Casado, viudo y doncello. E. A. . . . . . 519
Gosturabres rusas. . . . . 365 Enfermedad de D. Abundio 526
Tfejcs por esos mundos.. . . . . 373 El compromiso de un tuerto. 3. M. . . . 532
Viajes por esos mundos 377 Enfermedad de D. Abundio. . . . . . . . . 533
Epigrama. . . 383 La friolera. J. >I. . . . . . . . . . . . . 1' 5;37
La confesión . 383 Enfermedad de D.Abundio '541
Á'D. Wenceslao Ayguals de Izco y 0 . Air- Enfermedad de D. Abundio •.,.» 547
tj&Dio Ribot y Eontseré . . . . , . , . . 385 Enfej-mcdad de D. Abundio.^ '.••• 557
Letrilla 390 Mu|Bfele D. Abundio Estofado 566
,.Qué es risa? No lo sé yo definir. Es el polo mueren, son para el hijo y para el amigo vcr-
vuiilrano, es el antípoda, es el reverso del Han- , (laderamente desgracias. Pero si en vez del ami-
to; y es como el llanto un sentimiento, aunque go se muere un enemigo, y el padre es tan per-
u l e r a m e n t e opuesto, producido por la impre- ¡ verso como millonario, no falta entonces quien
«ion que hacen las cosas en nuestros sentidos, vaya con tanto gusto ai funeral del difunto, co-
Las desgracias ocasionan el sentimiento del d o - mo á un baile de máscaras. El amor es produci-
dor generalmente, también producen el de la , do por las mugeres á los hombres y vice-versa.
alegría alguna vez, porque las dichas y las des- i y la aversión por la maldad de las personas ó de
dichas suelen alternaren valor según la posición I los objetos en general. La locura, la necedad, la
de las personas. Un padre y un amigo que se ! ridiculez en toda la latitud de esta espresion,
4
producen infaliblemente la risa. Es, pues, la men de limosna en casa agena, y respiran aris-
risa por esta razón el sentimiento que mas hace tocracia en la calle; esos rapaces con mucha
el gasto. Cualquiera llora un dia ó dos ó veinte, ' carne y poco seso, que parecen estatuas de cal
mientras existe. Son pocos los que aman mas de y canto forradas con gabán, guantes y botas, se
una vez; pero todos reimos sin descanso desde reían sin duda de mi puerilidad y conocía yo
la pila á la tumba, y no es estraño, porque c o - que iban poco mas ó menos murmurando ¡qué
mo llevo dicho, este sentimiento es el producto mala cabeza! Yo por sí ó por n o , y como que á
de la ridiculez, de la simpleza y de la locura cada uno le agrada mas lo suyo que lo ageno,
de los mortales, y el mundo que cruzamos t i e - porque á nadie le falta su cacho de amor pro-
ne una tercera parte de ridículo, la mitad de pio, decia para mi capote: poco vale mi cabe-
tonto y lo restante está dividido entre los locos y z a l e r o no la cambio por la vuestra, á pesar
los sabios. de todos sus bucles, esencias y pomadas, y
Para que la mitad del mundo ria, es necesa- porque en nada me llevasen ventaja, prorum-
rio que la otra mitad haga la víctima, y no po- pí en una risotada que bien puede ocupar un
cas veces suelen volverse las tornas. Yo, por lugar encumbrado en la escala de las risas.
ejemplo, me cuento hasta el dia en el número Y á propósito de escala, la risa tiene sus va-
de las víctimas pero de las víctimas que menos riaciones como el canto, y puede muy bien
tienen que agradecer al inundo, y sin embargo comprenderse en las leyes del do, re, mi, fa,
el mundo entero es para mí una víctima tam- sol. Es una cuerda que altera de sonido según se
bién que me hace destornillar de risa, verifi- sube ó baja la clavija, según es el volumen de
cándose aquello de la guitarra. En unos instrumentos el sonido es
claro como una flauta ; y va disminuyendo hasta
Medio mundo se ríe el mas refinado tiple que sucio estar en los t í -
del o^ro medio, sicos y en las señoritas flacas. Del J a , ja, ja,
y yo s ^ o me rio que es el punto medio de la risa, hasta el estre-
del müodo entero. mado tiple que marcaremos con el ji, ji, ji,
hay unos cuantos términos musicales que en
Yo estoy persuadido de que el mundo se rie vez de conocerse por la escala ascendente fá,
de mí; pero la risa del mundo no vale tanto co- sol, si, v. gr. se denominan con las palabras
mo la mía, porque el mundo se rie de mí perso- risa, sonrisa y risita. Del fa para abajo ó del
na nada mas, y yo me rio de todo el mundo tenor hasta el sonido mas bronco posible, hay
que se compone de muchos millones de perso- otros tres puntos que son la risotada sostenida,
nas. Y en esto puede ver el mundo que no soy risotada bemol y la carcajada que por lo regular
rana, que na se me pone así como quiera la ce- tiene cuatro bemoles. Esto por lo que hace ai
niza en la frente, que no me aguanto sin decir sonido. Respecto déla forma, modo ó manera
esta boca es mía, que podrá torcerme un brazo con que se presenta á los ojos (pues que ya sa-
quien pueda mas que yo, mas no será porque ben ustedes que la risa dá que hacer á la vista
yo le dé mi brazo á torcer, y linalmente y al oído) resulta !a escala igualmente. Para la
risita se alegran los ojos, se comprimen los
Que sí el mundo furibundo carrillos y se deja escapar por entre la casi
porque de mi s e i s e ria imperceptible abertura de los labios un chillido
muestra valos sin segundo, desentonado, á guisa de gato ó de ratón. La son-
no será en mí cobardía risa es menos bulliciosa, es mas común en las
reírme de todo el inundo. bellaf. que en los hombres: y es un termómetro
perfecto que marca los grados do coquetería.
No hace muchos dias que porque tenia gana Arrúgaiise los carrillos, muérdese insensible-
y antojo iba yo comiendo avellanas por el Pra^ mente el labio inferior, hácese una significativa
do. Algunos de esos mocitos estirados que co- contorsión de ojos, y acaba por cerrar los par-
ados... La risa presenta en la cara las mismas cunspeccion! Todas las penas del purgatorio »©
transformaciones que la sonrisa; diferenciase equivalen á la pesadilla que lleva luego el pró-r
solo en que el acento sale sin violencia á la jimo que sin poderlo remediar ha faltado, al
misma altura, ni mas ni menos que la voz r e - respeto de los mayores en edad, saber y g o -
gular. Esta es la mas abundante de todas las bierno, y á la etiqueta de una lucida socie-
risas. Si esta risa fuera gobierno, no tenia que dad.
temerla coalición de los partidos risueños. La Risa sardónica. Esta es una risa fiebre, una
risotada es una risa de marca mayor, hace cer- risa arrancada al despecho, á la cólera del.que
rar algo los ojos y abrir la boca en términos en su interior padece horriblemente. Es una lá-
de enseñar hasta las encías y despide un ja, grima del corazón que sale por la boca. Quisie-
ja, ja, de quinto bordón pisado en el segundo ra muchas veces el que rie que su lengua fue*
traste que hace estremecer el cuerpo. Vamos ra la de la víbora, y sus miradas las del ba-r
con la, carcajada, que es como si dijéramos la silisco. Risa irónica, risa diplomática, risa de
madre, la abuela, la visabuela, y hasta la ta- palacio, todos son sinónimos. Risas de esas hay
tarabuela de las risas. Es un desconcierto de que baldan. En los altos círculos la risa es un
toda la máquina. El alma parece que no cabien- lenguaje mudo mas eslenso que todos los idio-
do en el pellejo, quiere escabullirse por la boca, mas juntos. Con una sonrisa- se le llama á un
por los ojos y hasta por los pies y las manos. Y hombre tonto, con otra se le hace creer que
se recuesta uno sobre el respaldo de la silla, si agrada, cuando se le esté despreciando inhuma-
está sentado , y aunque sea sobre una tapia, si namente. Una sonrisa de palacio dice «usted
está en pié, y abre una boca que es bocaza, y me hace tilín, usted me inspira compasión, va-
despiden los ojos cada lagrimón tan gordo como yase usted y no vuelva aquí jamás, doy á usted
un garbanzo. las gracias etc., etc.» Un diálogo de Mr. Gui-
Hasta aquí de las risas espontáneas. Hay risas zot y el príncipe de Mettcrnich, debe ser un
violentas é involuntarias y aun de compromiso. buen observatorio para analizar las diversas fa-
Cuando á uno le hacen cosquillas, se rie sin ces de la sonrisa. La risa de mas compromiso
querer, y cuanto mas le incomodan las cos- que se conoce, es la risa del esclavo. El que
quillas mas y mas crecen las vascas de la r i - depende de otro, por fuerza tiene que mostrar
sa-. Esta risa es la peor de todas las risas que todo lo de aquel le cae en gracia: diga ber-
para el que la sufre, y le deja mas esguadra- zas, diga nabos, es indispensable reírse á todo
millado que si hubiera estado todo el día tra- como si saliera de Larra, de Quevedo ó de Paul
bajando y toda la noche en baile. Cuando se de Cook. Por eso esta risa es la.risa mas e m -
está en alguna reunión ó parage donde se exi- bustera de todas, como que si fuéramos á ha-
ge formalidad es muy natural que entre la ga- cer caso de ella, el mas gracioso de cada casa
na de reir y muy difícil contener la risa. Y la seria el amo, el mas gracioso de cada aldea se-
risa es entonces una chispa eléctrica que se co- ria el alcalde, y en los reyes estaria todo el
munica á todos los circunstantes, de modo que chiste, toda la sal y toda la agudeza de las na-
todos se ven impulsados de una misma ne- ciones. •''-.'•• •„'.)•'
cesidad , y todos se están mortificando por re- Es tanto lo que dice uña sonrisa oportuna,
primir la tentación de la risa. Uno se muerde que en mil adajios anda demostrando el valor
los labios, otro las manos, unos miran al sue- de su espresion. Para indicar un hombre su
lo aunque nada se les haya perdido, oíros vuel- fuerza suele decir: «me rio yo de que me aco-
ven la cara, hasta que alguno menos sufrido metan media docena de ladrones.» Para ase-
que los demás, suelta una bocanada de risa y gurar que una cosa no debe creerse, dice,
¡á Dios mis pavos! Aquello es una confusión, «ríase usted de eso.» Para decir que un chis-
un guirigay, un galimatías: qué carcajadas se te le chocó estraordinariamente se espresa a s í :
sueltan á la par, y qué babas se les escapan á «el alma me dolia de reir, no podia tenerme
los mas empeñados en ostentar gravedad y cir- de risa.» Para manifestar indiferencia ó des-
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precio, salta : «vaya que si nuestro señor Jesu- Adán se echó á reír cuando Eva se le présenlo
cristo no se rie' de estas cosas no es hombre de sin otra condecoración de decencia que la ho-
gusto.» jita de parra, como que la parra, ó por m e -
Los eruditos, los retoños del siglo pasado, jor decir el fruto de la parra es uno de los
los restos de la hermandad d e P P . Jesuítas h a - recursos nías infalibles para alegrar á los hom-
blan de otro modo; toman una posición grave bres.
como Cicerón y esclaman después de media hora Un hombre risueño agrada en todas partes;
arisum teneatis.» pero cuide de no ser mas que risueño, porque
Como tengo esplicado que la risa es un sen- si es risible ya se acabó todo para él: pues sa-
timiento natural producido por la impresión de ben ustedes bien que los epítetos de pillo, vi-
los objetos, claro está que la risa es una de las cioso, ladrón y asesino, no suenan tan mal á
cosas que no conocen inventor. Por eso no h e - un hombre de sentido, como el que digan que
mos escudriñado nada acerca de su origen que es el hazme reír ó la irrisión de todo el mundo.
sin duda se pierde en la noche de los tiempos.
La historia y la tradición nada revelan en esta Y pues que me siento ya
parle: lo único que yo puedo hacer es emitir mi fatigado de escribir
opinión, y mi opinión es, que el primero que lo dejaré, voto va,
debió reír en el mundo fué el primero de los „ que el trabajar no me da
hombres, es decir, Adán. La causa que produjo muchas ganas de reir.
el efeeto, es difícil de adivinar. Yo creo que JUAN MARTÍNEZ VIM-HUGAS.

FIN DE LA INTRODUCCIÓN.
ítel ftík BI 1 !!

t/vowit!utce< -loco-óetto.

Nueve meses encerrado de trapense ó de gerónimo,


en oscuro calabozo, él mismo rompe la celda
con las piernas en cuclillas que le servia de estorbo:
y los puños en los ojos, si la vida motilona
desde que fué concebido de aquel antro cenagoso
el hijo de cada prójimo le era grata, se resiste
(no siempre lícito fruto á dejar el refectorio,
de legítimo consorcio) Pero ¡inútil resistencia,
llora y gime á su manera, que con furor demagogo
de su prisión en el fondo, le exclaustra: mal de su grado,
por ver los rayos del sol el comadrón antropófago! ...
que ilumina nuestro globo. Revuelto como tortilla
¡En vano, que para ahogar
y amasado como bollo
sus inocentes sollozos,
¡ feliz si de tal maniobra
conspira aleve el corsé,
no sale tullido ó cojo ! ..,
invención de los demonios;
Pero demos de barato
y á saber lo que le espera
que salga ileso el pimpollo
cuando salga de aquel lóbrego
y naturaleza próvida
presidio preferiría
triunfe del barbero indocto.
ser víctima de un aborto.
¡Oid al nieto de Adán
Cumplida ya su condena, como en destemplado lloro
antes de asomar el rostro maldice el funesto don
paga á la madre en dolores de vivir entre nosotros!
lo que ella le dio en sofocos. Su vida desde el Oriente
Sí no tiene vocación es inaguantable potro,
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j si supiera quejarse y larga vida le anuncia
le escucharían los sordos. con montes de plata y oro.
Uno le quita la caspa; Otra esclama: se parece
otro le limpia el meconio; lo mismo que un huevo á otro
aquí apositos y vendas; á su papá: y el papá
acullá unturas y polvos. no cabe en sí de alborozo.
Qué de friegas y estirones, Pero quizá aunque sonrie
qué de frotes y de sobos y dice en público, apoyo;
de la cabeza á los pies tiene el padrino razones
y desde la mano al hombro! para pensar de otro modo.
Piensa delcansar el míseno No lamento lo que sufre
después de mondo y Kroudo, en el acto meritorio
mas de mayores tormentos del bautismo, que me precio
aquel ha sido el exordio. de ser cristiano ortodoxo;
Ahora comienza el suplicio pero cuando siente el párvulo
del consabido envoltorio sobre su cabeza el chorro
que oprime sus coyunturas y en su boca el sal sapientice ,
y estruja sus hipocondrios. que no le sabe á bizcocho
Metedores y pañales tal vez—¡humana miseria I —
mantillas, chambras y gorros se obstinaría en ser moro
con una y otra corteza si al oír vis baptizare
cobijan el débil tronco; fuese él quien digera voló.
y al fajarle el operario ¿Y quién ¡ay Dios! enumera
tal vez le disltícá un codo las dolencias y soponcios
ó con agudo alfiler que mortifican al nene
pincha al indefenso rorro; entre lágrimas y mocos?
y sobre prensarle tanto Hoy le aflige la alfombrilla
le dan vueltas como á un torno, mañana el usagre hediondo,
que no sé como no vuelven otro dia el sarampión
al pobre muchacho loco. le convierte en fiero monstruo.
Por fin, menos semejante A cada diente que asoma
al hombre, de que es retoño le atacan pujos y vómitos,
que al cilindro de una máquina y tal vez males ágenos
ó á una colmena de corcho, se le agregan á los propios:
chupa voraz de su madre que si antes de descubrirse
los túrgidos promontorios el americano golfo
y breve tregua á su llanto el pecado original
dá el suculento calostro. era, aunque grave, uno solo,
Entretanto, Veinte brujas (hoy son dos... y vive Cristo
formando gárrulo coro que hizo España buen negocio
bendicen — ¡otra les queda! — quedándose con la peste
el fruto del matrimonio. y perdiendo el territorio!
I Oh qué linda criatura! Sin consultar —¡angelito! —
dice fulana, es un rollo su paladar ni su estómago,
de manteca. ¡Dios le libre antes de cumplido el año
de viruelas y mal de ojoí llena su cuerpo de bodrio,
Otra en tono de Sibila y antes que adquieran sus miembros
hace inspirada su horóscopo el preciso desarrollo
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!« desnudan de mantillas en su alevosa nariz,
para vestirle de corto. que parece un sable corbo...
Mas no por esa el menguado ¡No mas, impía canalla!
respira con desahogo ¡No con vuestro impuro soplo
que su pulmón deterioran sequéis en flor ese vastago
los andadores diabólicos; que acariciaba el Favonio!
y cuando de ellos le alivian Pero ¿qué diré—¡infeliz! —
si con afán engañoso si á falla de madre — ¡ oh tósigo! —
para librarse del yugo te cria bestial pasiega
hace pinitos heroicos, ó la madre de algún choto?
cada paso es un peligro, ¿Qué diré, si te condenan
cada mueble es un escollo, á la congoja, al engorro
que sus pies son de manteca de chupar los biberones
y su cabeza de plomo. aspirantes de Ibarrondo ?
Por fin, á fuerza de dias ¿Qué diré, en fin si hacinado
y coscorrones de á folio, en una casa de espósilos
logra andar la criatura lloras de ignorada madre
sin necesitar socorro, el criminal abandono?
y su labio balbuciente , Si al hambre y la desnudez:
menos precoz que el de un loro, sobrevives, suyo el gozo
articula á los tres años suyo habrá sido el pecado,
papa, teta, mama y chocho, ¡y tuyo será el oprobio!!!
no sin que antes las comadres , Y esclamarán todavía:
interpretando su tosco ¡ dichosa edad! los filósofos...
guirigay, al rudo niño O nunca fueron chiquillos,
levanten mil testimonios. ó siempre han sido unos tontos.
Hasta en los mismos halagos MANUEL BRETÓN BE LOS HERREROS. ,
y caricias y piropos
que le tributan ¡ay! pasa
las penas del purgatorio.
. COSTUMBRES GASTRONÓMICAS.
Objeto de diversión,
Como puede serlo un mono .
para vecinas fisgonas En todos los países civilizados se come: en t o -
y aduladores ociosos, das las naciones del mundo está prohibido con
le ha>-en reir cuando llora, pena capital por la ley de la naturaleza el c r i -
ó turbando su reposo men de NO COMER; y ni uno solo de cuantos sé
«uando mamara ó durmiera han hecho reos de tan atroz delito, ha dejado dé
le hacen bailar como trompo; esperimenlar el ejemplar castigo que tan inexo-
Llamándole serafín rable ley le señala. Comamos, pues, en gracia
le aturden con alboroto, de Dios: aunque no sea mas que para no apare-
y el amor con que le besan cer culpables.
tiene apariencias de encono. Siendo, pues", de todo punto indispensable
Uno el cutis infantil comer para vivir, aunque hay algunos que pare-
aplica el suyo cerdoso; ce prefieren vivir para comer, justo será confe-
otro le inspira su aliento , sar que la mesa es el mueble mas útil que ha in-
que no huele á cinamomo; ventado la humana inteligencia para la gente de
otra vieja fementida, educación esmerada, para la sociedad de buen
mostrando insolente pólipo tono. La educación, dice un antiguo refrán, en
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ninguna parte se conoce como en.la mesa y en el De vez en cuando apoya el codo en la mesa y se
juego. No es mi propósito hablar del juego por limpia los dientes con el cuchillo y el tenedor.
ahora ; pero con respecto á la mesa, no cabe la Dase de bofetones, ó hace ridículos gestos pe-
menor duda que es donde mas que en otra cual- gándose manotadas como para espantar alguna
quier parte brilla la elegancia de un caballero, mosca que le esté rondando, y e s , que al sen-
al paso que se descubre la rusticidad y torpeza tarse á la mesa se metip la servilleta por el
de un gastrónomo mal educado. Hartase sin primer ojal de ¡a levita, y le sale una punta
compasión, es el único pensamiento que le cau- muy tiesa que le hace continuamente cosquillas
tiva, y preocupado con él no trata mas que de en la barba. Tiene los brazos fijos en la mesa; y
engullir. Mientras cus voraces dientes destrozan en vez de llevar con su mano la comida á la bo-
lo que tiene en su plato, devora con los ojos ca, baja esta á coger la carne que queda en a l -
o que está en los platos ágenos. Todo quisiera gún hueso que mi buen hombre agarra con a m -
tragarlo en un abrir y cerrar de ojos. Se ha sen- bas manos como receloso que se lo quiten, y co-
tado, por supuesto, muy separado de la mesa, mo haya tuétano en él, empieza á dar golpes en
se ha desatacado el pantalón para dejar libre el el plato para que salga, cuyo ruido acompañado
vientre, y ha colocado su plato .mitad dentro y con los destemplados sorbos y chupetones del
mitad fuera de ella, por manera que al ir á co- ; gastrónomo impaciente, forma un cscelente dúo
ger alguna tajada con el dedo pulgar quemado j que no hay mas que oir. Así se pone los dedos
del cigarro y un pedazo de p a n , se le vuelca el como si ios tuviese untados de jabón; y como
plato, le cae encima lo que hay en él, y se que- coje el vaso de nuevo sin limpiárselos, se le res-
da hecho un Lázaro, como suele decirse. A todo bala de ellos y vierte el vino por la mesa que es
lo que le sirven sopla desaforadamente para que un dolor. Si esto por casualidad no le sucede, a-
se enfrie cuanto antes, y no obstante, se abrasa contécele otra cosa mil veces peor a u n , y es,
la lengua al primer bocado, lanza un grito ridí- que como no quiere perder bebiendo, el tiempo
culo, y escupe en medio de la mesa lo que tiene que para comer necesita, bebe con ansia y pre-
en la boca. Al concluir la sopa lámela cuchara cipitación ames de haberse engullido el bocado
por todas .partes y la guarda junto al plato para que masca, y se atraganta y se ahoga, y empieza
comer con ella la carne y los garbanzos del pu- á toser y á chorrearle vino de las narices,que
chero. Si queda un poco de caldo se lo bebe con recoge con el vaso para que no se desperdicie. Si
«1 mismo plato. Toma la sal con sus mugrientos es agua lo que bebiendo estaba , á la primera tos
dedos, y luciendo las ribeteadas uñas, para ha- vuelve la mitad al vaso y rocia á los demás ha-
*er ostentación de su buena crianza, coloca di- j ciendo mil asquerosos visages. Ponese á trinchar
«•ha sal con mucho cuidado en el cuchillo, y des- j u n p a v o que le hace crecer la saliva, y como no
de él la arroja en la comida , ó bien aproximan- ¡ atina á dar con las coyunturas, suda y se afana
dose el salero, va metiendo en él cuanto come á j p 0 r cortar el hueso, en cuya fatigosa operación
ííaisa de mano pecadora tomando agua bendita. se le escapa con frecuencia el tenedor ó cuchillo,
Lo"cuchara, el tenedor, el cuchillo, son mue- cae sobre la salsa la pieza que pretende trinchar'
bles que maneja bruscamente- Todo lo agarra aly salpica á todos los concurrentes que es una di-
contrario de los demás, s-e sirve de las fuentes
versión. Decídese por fin en medio de las ge-
con sw propia cuchara que pasa mil veces de la nerales risotadas que atribuye mi hombre a la
boca á la sopera y vice-versa ; bebe sjn limpiarse
común alegría, á coger con una mano una pe-
antes los labios, dejando ?n consecuencia una chuga y la pierna con otra para romper el pavo
guarnición de ondas de pringue en el vaso, que que en tan pesado trance le ha puesto; pero
•fia grima á los que tiene cerca de s í , á quienes
el maldito está crudo asaz y se resiste á los
favorece ademas con repetidos codazos. Después esfuerzos del héroe. Afortunadamente puede
<ie beber escurre el vaso en el suelo y lo vuelve á
muy bien irle en zaga otro bárbaro en eso de fi-
4ejaf boca abajo, por manera que cada vez que n u r a , que á su lado tenga, y le ofrezca su auxi-
it empina deja m los manteles rana O de vino. ! 3¡o al apurado compañero que quiso meterse en
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camisa de once varas. Ya me parece verlos asi- I dos ¡osángtiks del salón, hasta que rompiendo-
dos eada uno de una pierna de la víctima, que se una de las piernas del pavo, caen mis dos at-
empiezan á tirar con vigor en medio del general letas entrambos a dos de espaldas, llevándose el
aplauso y la común risa que resuena ya por to- uno manteles y platos y el otro haciendo saltar

con el pié la peluca de uno de los convidados, tas en donde se enseñase al prógimo á manducar
por manera que aquello se convierte en Numan- con arreglo á los progresos de una época en que
cir destruida. las mas célebres notabilidades comen á dos car-
Para evitar, pues, tan horrorosas catástrofes ¡ rillos
debiera el gobierno establecer escuelas gratui- i WENCESLAO AYGUALS DE Izco.

ODA A LAS PATATAS.


No las lides pretendo esa que grey se nombra de Castilla,
celebrar de Austcrliz y de Lepanlo, no espero que me impugne,
ni de Roma el estruendo, ni creo le repugne
yo que de eso no entiendo la que ha venido á ser su comidilla.
la gloria y prez de las patatas canto.
Por que alusión recela
Y no en contrario pugne dirá mas de un señor que no las cata
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yo digo que no cuela,
Galicia es señalada;
que lo cuente á su abuela
pero es mas celebrada
porque á mí no me meten la patata.
por la gaita chillona y ia muííeirs.

Bien baya á Jos que hallaron


Nombre la Mancha alcanza
de América el rincón pingüe tesoro.
entre ciertas y ciertas maravillas
que audaces esplolaron,
por su héroe Sancho-Panza,
y al regresar surcaron
y la española danza
olas de plata y borbollones de oro.
que llamamos manchegas seguidillas.

Bien haya á los que hicieron


Mas también faros y mucha
romería tan larga viento en popa,
' l e s dá su patatar, respondo á ciegas:
y en la región que tundieron
ó decida en la lucha
!a mina descubrieron
Madrid que tanto escucha ;
que de patatas inundó la Europa.
¡ A dos cuartos manchegas y gallegas!

Pues dionos mas consuelo


Igual, bien compar-adia*, .
(dice un autor) que el oro y que la plata,
á las mugeres son , doy datos fijos:
quien con humano celo
pálidas ó encarnadas,
al europeo suelo
panzudas ó estrujadas,
la mina trasplantó de la patata.
doncellas la mitad y otras c«n hijos.

Del hambre al fiero estrago


Nadie hay que mas insista
las masca ei rico, el rey ¿quien dijo miedo?
en ser cual yo tan partidario de ellas,
y en su elocuente amago
la causa está á la vista ;
igualan al monago
probable es que consista
con el mismo Arzobispo de Toledo.
en que me saben bien estas y aquellas.

¡Oh! sin su prodigiosa


Plantas las dos del suelo
y alta influencia que á pintar no acierto,
que al ardiente apetito desafian,
en esta era famosa
guardan con denso velo
fuera una misma cosa
un corazón de hielo,
quedar cesante y repicar á muerto.
pero entrando en calor tarde se enfrian.

Sabroso, no es lisonja,
y fruto el mas barato del mercado,
Furioso las embisto (1)
el estómago esponja
fritas, asadas, con arroz , calientes;
del ex-fraüe, la ex-monja,
ya guisadas, ya en pisto,
la huérfana , la viuda, el reti rado.
pero en tortilla ¡ay Cristo!
me hacen de gusto tiritar los dientes.
Y es tal su baratura
que todo vicho en ello echa bravatas,
Si llega á mis oidos
diciendo á quien se apura : el son de la sartén sobre la hornilla,
«no hay miedo, criatura, parezco á los partidos
renga á mi choza y comerá patatas.» que en viéndose vencidos
desean que se vuelva la tortilla.
Por la voz acabada
en eirá como Ojeira, Beira yNeira, (1) A las patatas se supone.
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Tanto al amor convida dejarlo de sobra, y tiene mas cargas consigo,
hoy la patata, que decirse debe que un mulo viejo de arriero, y impone mas ga-
con el alma y la vida, velas que el presupuesto de una estraordinaria
que es la flor escogida de guerra.
de este pensil del siglo diez y nueve. Con paciencia se gana el cielo, no vayas á a r -
rugar la frente, amable lector, antes de dejar-
Yo las estoy gastando me presentar las cosas bajo un verdadero punto
con tanta profusión que tengo un censo, de vista, ni acuses ya la tendencia de mi artí-
comiendo ó almorzando, culo como inmoral, porque compare las cargas
cenando ó merendando, matrimoniales con las de los machos de arriero,
y tanto, en fin, en las patatas pienso: ni con las contribuciones estraordinarias. El
matrimonio es una institución sagrada; lejos de
Que si en bailes me veo, nosotros la idea de atacarla ni en su origen, ni
mejor que á las de Straus dulces sonatas, en sus consecuencias; pero sentada esta base,
pegar brincos deseo creemos que, sin penetrar en su religión, esta-
al viejo martilleo mos en nuestro terreno sacando á plaza el ridi-
del venerable wals de las patatas. culo anejo á varias de sus prácticas: es decir
que podemos ridiculizar al individuo, sin man-
JUAN MARTÍNEZ VIIXERGAS.
cillar al gremio.
Antes de todo conviene que sepas, amable
EL NOMBRE DE PILA. lector que yo tengo un amigo que pertenece á
la susodicha hermandad de los casados; que es
un pobre hombre según el dicho de las gentes
¿Lector, eres casado?.... Cuidado, señores, piadosas que le visitan: un buen Juan, según
que como esta es una preguntita que se hace el de su muger que le manda; y un calzonazos,
generalmente á los loritos, pudiera parecer ma- según el de sus criados que no le obedecen:
liciosa, y suponer en quien la escribe la estra-
vagante ocurrencia de comparar á los loros con
los numerosos hermanos que componen la co-
fradía del estado honesto. Algún principio h a -
bía de tener el artículo, y mientras no se me
convenza de lo contrario estoy persuadido de
que tan bueno es este como otro cualquiera.
Si fuera yo á esperar que ningún lector se
tomase la molestia de enviarme alguna incisiva
para satisfacer mi curiosidad, probablemente
este artículo no llegaría nunca á su segunda l í -
nea; por lo que, cuando ha pasado de ella se
deduce claramente que el ánimo del escritor no
era otro que el dedicar sus observaciones con
mas particularidad á los amables cónyuges, por
considerarlos jueces mas competentes para el
asunto. Y aun de esperar respuesta, tampoco
me esperaria la «¡ny, uy, uy que regalo'» pala-
bras que cacarean los papagayos cantoneándose pues en la época que atravesamos los que comen
erguidos, ó rozando su corvo pico en su pintada el pan de nuestra casa son los que miran menos
pechuga; puesto que, el matrimonio de todo por su decoro: y la proverbial fidelidad de los
tiene menos de regalo, pues es oneroso hasta antiguos fámulos va siendo una moneda prohibí-
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1
da cuya circulación no se permite. Ahora bien, cantadora, que escuchase en silencio la comenr
«1 tal Juanillo cuéntame sus cuitas, me llama zada plática. Uno de los presentes adivinando 1»
el paño de sus lágrimas, y raro es el dia que no intención de la señora, y á fuer de escribano,
lloriquea y se lamenta de su negra fortuna que quiso ponerme en autos según dijo, y comenzó
le hizo nacer en hora menguada, siendo el ri- su relato en estos términos: «Una presunta ami-
gor de las desdichas. La que mayor le parece de ga de esta señora se halla en vísperas de dar k
todas es la locura de su muger, { pues así la lla- luz un heredero, y vistos Jos antecedentes, ha
ma Juanillo) de creerse filósofa y literata; y t a - fallado esta noble reunión que debia meditarse
les encarecimientos me hizo de los estraños per- detenidamente sobre e¡ nombre que se habia de
sonages que asi,stian á la doméstica tertulia de poner al párvulo ó párvula que nazca ; pues es de
su filósofa mitad, que la curiosidad avivó el de- suma-trascendencia, y aun muy integrante para
seo', y la voluntad triunfó de mi natural iner- el porvenir de la criatura. Don Lino, el drogue-
cia, haciéndome prometerle que asistiría á la ro que es el que me ha 'precedido en el uso de la
noche siguiente á su reunión, pues según me palabra, ha convenido en la importancia del
indicó, tenia que discutirse un asunto de suma nombre bautismal, y aun nos ha referido histo-
importancia, y recelaba que entre todos lo echa- rias peregrinas de mil desagradables aventuras,
sen á perder si no habia una cabeza bien orga- por solo llamarse Lino, y confundirle con el que
nizada que dirijiese la discusión. venden en los almacenes de lienzo. A don Lo-
Cumplí mi oferta, y al anochecer del dia s i - renzo le toca el turno de la palabra.» Juanillo
guiente me presente en casa de Juanillo. Ha- inclinó la cabeza hacia mi hombro y me dijo: A
llábanse ya reunidos los tertulios, y conversa- estele llama mi muger el.críüco.
ban acaloradamente. Apenas me saludaron, y —Poca edad tiene para egereer tan importan-
menos^e cuidaron de reparar en m í , á escep- te misión.
cion de Juanillo, que me estrechó la mano con — Pues no se para en barras. De todos habla
el mayor interés, y que se apresuró á decirme: mil pestes. ;
—¿Supongo no te irás á incomodar porque no —Entonces no critica nunca, sino que siem-
te hayan hecho maldito el caso? pre censura. Oigámosle.
— Nada menos que eso. — Señores no sé porqué ha de ser importante
—Ya se vé,, como tú eres también artista e s - el nombre: es verdad, que yo no sé por qué se
tás acostumbrado á sus trotes. ha de dar importancia á nada... Qué cosa la t i e -
— ¡Hola! con quelos trotes de los artistas, es ne en este mundo? Mi opinión era que ninguno
decir su trato, pues eso has querido significar, tuviese nombre, ó por hablar con mas razón que
es no hacer caso de nadie? personas como nosotros no nos ocupásemos de
—Pues; así dice mi muger. Independencia de dársele á nadie. Por lo demás no dejo de cono-
opiniones: libertad en todo: nada de cumplido cer que el nombre hace al hombre: y que como
ni de ceremonias. en el mundo se vive de aprensiones, y cómo h a s -
— Tiene razón; la urbanidad no sirve para la los chicos de la escuela cantan las coplas át
*nada. \ María Castaña que dicen :
Púsose mi amigo compungido al notar la es-
presion de mis últimas palabras: pero advir- Cada uno tiene, señoras mias,
tiendo en mis labios cierta sonrisa de satisfac- sus aprensiones y sus manías.
ción y buen humor, se tranquilizó.
Al tomar asiento en el corro que se agrandó Es inútil que uno luche contra las preocupa-
algún tanto para permitirme la colocación de ciones de todos. Yo soy, un egemplo palpitante
una silla, Cristina la esposa de mi amigo, me de la injusticia. A mí me dicen que estoy quema-
hizo una inclinación respetuosa de cabeza, indi- do con todo el mundo , y me llaman el frito, y
cándome con sus negros y brillantes ojos, cuya el de las parrillas, ¿y todo por qué? porque k
espresion era indefinible y verdaderamente en- mis señores padres se les antojó fes-tejar el santo
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<jel día en que nací poniéndomele por nombre, y comendacion para los que los lleven. Me alegra -
como era san Lorenzo... i réoir las opiniones de ustedes, para ver si hay
Soltaron una tremenda risotada la mayor par^ alguno que convenga para mi futuro heredero.
te de los del círculo; pero duró un momento. | Doña Cristina , yo suplicaría á usted que fuese la
Don Casimiro, joven almibarado, dándose con primera en darnos su parecer, pues desde luego
el bastoncilo en la punta de la charolada bota, será acertadísimo cuanto se ocurra á un florido
habló coa voz meliflua. ingenio en esta cuestión tan palpitante.
Cierto es cuanto decís, caballerito: pero h e - Doña Cristina respondió.— Yo creo que el
mos desquiciado la cuestión. La influencia social nombre no debia ponerse á nadie sino cuando ya
de un nombre bonito está reconocida. Yo me por sus acciones se hubiese merecido alguno: y
acuerdo que el nombre de Holofernes me tocaba en ese caso que hubiese aplicación filosófica,
á los nervios desde chiquitín, y que me electri- debiéndose llamar á los valientes , Alejandros; y
zaba el de Tancredo, y en el dia me sucede lo üidos á las enamoradas sin fortuna.
mismo. Me da dolor de estómago el tener que — Pensamiento filosóüco, esclamó el poeta.
saludar a u n vecino, y evito casi siempre e n l a - — Discreta ocurrencia, dijo el petrimetre.
marle Señor don Homobono; y en cambio la bo- —; Necia reflexión! murmuró el crítilo.
ca se me hace agua «liando pronuncio el nombre Juan no dijo nada, pero en cambio abrió los
de Gorolína, de mi planchadora de las boardillas. ojos como un energúmeno, y rascándose la fren-
En lin , señoritos, será una debilidad, un ana- te procuraba descifrarse á sí mismo en que con-
cronismo, pero, yo no conocía á la que á estas sistiría el gran talento de su muger. Yo no q u i -
horas es mi dulce esposa y solo la fuíá ver, por- se aclararle entonces el misterio; pero á no que-
que oí á un amigo mío hablar de Armida. Yo que darme duda ninguna loque todos admiraban en
h»b¡a soñado tanto con encantadoras: en fin, doña Cristina era su hermosura, aunque por
aquella lo fué para mí y la entregué mi blanca pretesto se hubiesen empeñado en decir que era
mano; cosa que no hubiera concedido á no tener su filosofía. Don Lino volvió á anudar la inter-
el nombre de la heroína della Jerusalemme del rumpida plática:—Yo creo que si es niño se le
Tasso. Y que un nombre es una de las cosas podría llamar Pedro, que es un nombre sen-
que mas ocupan después á los casados, por su- cillo.
puesto, después que se ocupan de otras varias,
— Qué estravagancia, le interrumpió el ele-
aunque no faltan sus aburrimientos. Porque,
gante, yo no podría figurarme ningún Pedro,
se casa usted; á los seis meses, ya tiene usted
sin su calva de cerquillo correspondiente y su
la preguntita de ordenanza, y ¿no hay novedad
llavon en la mano como el Apóstol.
en la parienta? —¿Qué novedades ha de tener? -
— Es, que poco importaba que á usted se le fi-
Hombre, es tan soso un matrimonio sin chiqui-
gurase así, si no era.
llos.—Ya, pero aun no es tiempo. —Pero, hom-
—Siempre es un escollo que era preciso evi-
bre ¿en que le pasan ustedes? —Estas y otras
tar !
preguntas han avergonzado tantas veces á mi
— Aquí no se trata de escollos sino de nom-
Armida!... Por fortuna, ya... ya es otra cosa bres.
y ahora es cuando digo yo que es una dulzura el —A mí me parece, para niño mas propio
ocuparse de los nombres que se pondrán á los ni- Constantino.
ños: y que hay que tener de prevención para — Amigo mió, dijo el crítico entonces: yo no
entrambos sexos, pues desde que se van genera- llamaría á ningún hijo de mi muger por ese
lizando los partos dobles, es decir, en que nacen nombre. Constantino fué hijo de una esclava.
gemelitos!... En fin, señores, bajo este punto —Y luego un hereje como una loma, añadió
se ha de presentar la cuestión. No estamos en el don Lino.
caso de disputar sobre una cosa de importancia —Pero en cambio, interrumpió la señora de
reconocida, sino únicamente en el de buscar la casa, también íe convirtió á la fé, y protegió
nombres que puedan ser como una cartita de re- la religión.
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El p o d a , que encontró coyuntura para apo- — Convengo.
yar la proposición de tan amable filósofa, — Para niña, Armida: no se cansen ustedes
dijo: esclamó el petimetre.
— Yo estoy por el nombre de Constantino: su —A mí las mugeres, cuanto mas positivas
parte ideológica es muy significativa, pues pa- mas me gustan : y me incomoda que aun en el
rece que se deriva de constancia y de constante, nombre tengan nada de fantástico. El mas sen-
y esa es una gran recomendación para las damas: cillo es el mejor. María, Cecilia Yo estoy por
y la recomendación de las damas es una gran estos, dijo ei crítico.
recomendación para el mundo, y una carta de — Hombre, no, por Dios! Se me figuraria
:
seguridad para hacer suerte. Luego después es siempre que era una chanza. No estoy por las
un nombre muy amoroso y poético. Tiene unos i Marías, desde que se las llama Marujas y Mari-
consonantes deliciosos. cas, lo primero, porque trasciende á bruja á
cien leguas; y lo segundo, porque me recuer-
Adorado Constantino da á esos pajarracos tan feos, y de un chillido
á quien el alma rendí. tan agudo y faslidioso, que ya.... ya!....
Te amé dasdeque le vi —Yo he visto, esclamó don Lino Cecilia la
así lo quiso el destino. ñeguecita; y el muchacho de la tienda está
Tú eres el ángel divino siempre deletreando un librito María, ó la
que en el desierto camino inclusera.
á donde Dios me arrojó, — Para nombre de dramas, esclamó Juan,
con Id luz me iluminó mas me agrada Rosmunda.
de su rostro peregrino. - Q u e mal gusto tiene en todo, esclamó su
esposa.
Y otros mil y mil consonantes que darian gana á — Ya se vé que sí, prosiguió el poeta. Vea u s -
cualquiera poetisa de encapricharse de un hom- ted que consonantes para su composición. «Ros-
bre que se llamase así, sulo pur encontrar unos ; munda é inmunda.» Nada: yo estoy por Cristi—
pies tan armoniosos, y que tanto se prestaban á | na ¡es tan bunito! Divina, fascina, peregri-
su concepto. na etc., etc. y que es muy célebre en la historia
—Estoy yo pensando, esclamó Juan, si en lu- antigua.
gar de tener ese nombre de Constantino la odea- —También nombre de noveluchas, dijo don
kgia ó como usted la llama, de Constancia, no Lino,
la tendrá mejor de con-tal-tino ; un hombre que — Y ademas, prosiguió el crítico, en la h i s -
lo hace todo con mucho pulso. toria es célebre ; pero lo es acaso por sus escán-
— Está muy bien descifrado, esclamó don dalos.
Lino. —Y por sus virtudes, y por ser protectora dé
— Calla, y don Lino es también consonante de las arles!
Constantino, este consonante, señor poeta, ya —Y asesinó á Monáldechi.
no es tan tino. —É instituyó una orden de caballeros.
— Y aun hay otros que lo son menos, señor — Vamos, paz señores; desechado el de Cris-
don Casimiro, como tocino y pollino. tina , dijo Juan. Lo mejor será que no nos q u e -
—Es verdad. bremos los cascos, y que se le ponga el del santo
—Y á usted ¿qué le parece? me preguntó en - del dia en que nazca.
tonces la señora. —Seria Un chasco, dijo el petimetre, que na-
— Que es un nombre que puede ponerse muy ciese el dia de mi vecino, y que hubiese que po-
bien; y que no me parecería tampoco mal apli- ner á la niña doña Homohona.
cable á una niña. —¿Y Lucrecia?
—Si; pero para niñas los bay mas significati- —Es un compromiso ; porque si no sale muy
vos. casta y desvirtúa el nombre.
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— ¿Y Catalina? — ¡La cola del nombre! el apellido.... porque
— Todo el mundo la comparará con la de Me- yo me llamo Juan Fernandez; pero mi amigo se
diéis que asesinó quince mil protestantes. llama Eulogio Lanas....
—¿Y Leonora? —De modo que después de tanto discurrir, lo
—Nombre de comedia. que han hecho ustedes ha sido un Juan Lanas}
—¿Y Purificación? Con efecto no debe estaros muy agradecida la
—¡Nombre de monja boba! criatura y esta cstraña coincidencia me hace sos-
—Está yisto, señor crítico, que la niña se pechar que en un siglo tan insustancial como el
quedaría sin nombre por su gusto de usted. nuestro, es un pecado mortal, sabiendo que has-
—Lo que es indudable es que estamos perdien- ta en los nombres hay fortuna, el no desvelarse
do el tiempo. seriamente-en escoger el nombre de pila a u n -
Me hizo tanta fuerza la observación de Juan que desanime el ver que la casualidad es mas
que me levanté maquínalmente, y escusándome poderosa que la intención, como lo demuestra
por un negocio urgente que reclamaba mi pre- el nacimiento de nuestro pobre Juan Lanas.
sencia en otra parte abandoné aquel conciliábu-
G. ROMERO LARRAÑAGA»
lo de locos.
A los pocos dias encontré á Juan mas triste y
pensativo que nunca, y le pregunté la,causa de
su tristeza.
LA JUDIA RESENTIDA.
—He dado una picia. A don Juan Martínez Villergas.
—¿Pues cómo?
—La vecinita ha salido del paso'. ¡El chiquillo ODA.
es una alhaja! Se ha lucido mi compadre Eulogio Nada mas santo y justo'
Lanas! que despreciar las lides y bravatas
— ¡Hola! ¿Y qué nombre tiene el recien n a - de héroes de ceño adusto;
cido? - - pero es pésimo gusto
—¡Pues ahí está! entre una docena, elegidos donde judias hay cantar patatas.
de emperadores romanos, piratas célebres y
músicos, nos hemos visto aturullados para esco- Y alzarlas á la cumbre
ger un nombre para el chiquitín ; se ba estado el de las divinidades, tú que muerdes
angelito dos dias sin cristianar, porque no había á todos pórcostumbre!^.
convenio entre las partes beligerantes; empeña- ¿Cuándo has visto legumbre
do don Lino en que se llamase Timoteo, que fué que en prez esceda á las judias verdes?
el santo del dia en que nació y porque indica t e - ¿En qué siglo, en qué dias
mor de Dios: inclinándose el poeta al de Cons- la patata arrancó, pobre poeta,
tantino, mi muger al del poeta, y el crítico al .su palma á lasjudias,
de ninguno, ó al suyo: hasta que incomodado fritas, calientes, frias,
Eulogio y echando á paseo á todo el mundo, se secas, ya sin disfraz, ya con careta?
empeñó en que se le pusiese el de su padrino de
pila. Cantas con elocuencia
de la patata vil la baratura,
—Fué acertada disposición.
sin mirar tu inocencia
—No tanto como se os figura; porque como yo
que yo cnla-zo la esencia
le he tenido en brazos, y yo me llamo Juan
de lo bueno y barato á.lí hermosura.
- ¿ Y bien?:..
—El se llama Juan. La patata remeda
—Nada mas positivo. del aguador el trage en lo pardusco,
—El inconveniente es la cola. mas para mí se queda
—¿Cómo la cola? ¿La cola de Juan? vestir lustrosa seda ,..•;-.
con que las llores del jardín ofusco. algún amor ardiente?
Pues un rey se prendó de una judia.
En sociedad con ellas
el rodrigón se huelga en elevarme; Al verla hermosa y bella
y al ver mis hojas bellas, perdió el estribo don Alfonso octavo
racimitos y estrellas, y deliró por ella.
ni el olmo se desdeña de abrazarme. No tendrán tal estrella
la patata jamás ni el rudo nabo-
Llena de poesía,
*
sonoramente á losoidos grata
Gloria al cisne canoro
suena la voz judía;
que alzó su dulce voz y con denuedo
pero, ¿qué melodía
ante el castalio coro
encierra el nombre rústico patata?
pulsó el laúd sonoro
Como á deidad ilesa y cantó á la judia de Toledo. (1)
a l a patata rindes mil lisonjas, Del templo d e la fama
porque dices no cesa el aplaudido autor halló el camino.
de socorrerla mesa Villergas nos difama
de empleados, de viudas y de monjas. y Asquerino nos ama...
i Muera Villergas pues! ¡Viva Asquerino!
Y aunque en cuanto al ahorro
WENCESLAO AYGUALS DE lzco.
esa ventaja concederte quiero,
las judias en corro
damos también socorro UNA CALAMIDAD PÚBLICA.
al cesante infeliz y al pobre clero.

Si ellas son la delicia, Para servir á Dios y á ustedes, yo soy un quí-


cual se pregona por Madrid, tan solo dam de cuarenta años. Bien conozco que esta no-
de la Mancha y Galicia, ticia no está en la categoría de las interesantes,
nnestraraza milicia, porque su importancia, si alguna tiene, se r e -
según dice Buffon, de polo á polo. fiere solamente á mi individuo, y yo me precio
de individuo que ya no puede interesar si no por
Cuando la sartén chilla
sus doblones. Pero el decir mi edad secamente y
la patata infeliz no vale un bledo:
sin que nadie me pregunte cuantos años tengo,
y si por maravilla
sirve para participar á ustedes que soy antein-
nos pruebas en tortilla
dependieníino, esto es,-anterior á la guerra de
te has de chupar y rechupar el dedo.
la independencia. Apenas abrí los ojos, apareció
Con la muger coteja esta señora con lodo su aparato de perfidias , de
tu numen á ese fruto que apechugas. heroicidades, de destrucciones y de miserias.
Ka hay duda que si es vieja Los buenos de los españoles se daban de cachi-
corran linda pareja porrazos con los monsieures y andaba una t r e -
llenas ambas de arrugas y berrugas. molina de todos los satanases. Tenia yo un pa-
dre que dio en la manía de ser buen español,
¡ Que á tan vil fruto alabe,
manía que le valió el envidiable derecho de p a -
provoque envidias y promueva gergas
searse por espacio de cinco meses ora á lo largo,
joven que tanto sabe!...
ora á lo ancho y á veces diagonalmente por el
Tal locura no cabe
cuadrilongo pavimento de un fementido calabo-
masque en la mente del atroz Villergas. zo, propiedad absoluta de cierto castillo célebre
¿Ha visto alma viviente
que haya inspirada la patata un dia ( í ) Drama del señor Asquerino representado
ch corazón valiente en Madrid con estraordinario aplauso.
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por las bombas que arroja cuando menos falta van doce; para mí diez y ocho y pico, que t a n -
hacen. Desde aquel calabozo salió huyendo como tos contaba.
el Señor le dio á entender, y la prole detrás: co- A renglón seguido, vuelta á casa; el hori-
mimos el pan sin sal, no amargo, de la emigra- zonte se aclaraba y se oía en las Cabezas un gri-
ción ; no en el peñasco de nuestros amiguitos to que hubiera sido de salvación á encontrar ca-
los ingleses, ni en la tierra que tales huéspedes bezas que lo encaminaran al bien; y gastamos
nos enviaba para echarnos de casa, sino en la cuatro años menps picos, disputando y llamán-
bienaventurada isla de Mallorca, á cuyos habi^ donos bribones los unos á los otros, y armando
tantes debia alzarse un monumento, no por su una algarabía que ni para contada es. Vino un
hospitalidad ni por otras muchísimas virtudes tercero en discordia hijo de un santo según d e -
que los esclarecen, sino por que tienen el buen cían, y nos pacificó á su modo que no había mas
sentido de gastar- ab initio unos magníficos cal- que apetecer. Fué preciso, para que fuera la paz
zonazos, que me rio yo de la tierra de Astorga. completa, poner pies en polvorosa, buscando
Seis años de guerra de independencia fué un co- una tierra amiga que cargase con nuestra mise-
mienzo mas que regular para un chicuelo ape- ria. Hallárnosla, gracias al Cielo, y por allá nos
nas salido del cascaron ; en fin, aquellos pasaron estuvimos dos lustros clásicos, oliendo á- cada
.como pasan tantas-otras cosas, haciendo un mal instante la frontera que nos daba soberbios p a -
aquí, un bien allá, sacudiendo un coscorrón á pirotazos en la nariz como si nos dijera: ost'e
este, levantando á aquel un par de varas del que retejan. Los diez y ocho de la cuenta vieja,
suelo, llenando á unos, enjugando y esprimien- mas los trece de la nueva, forman salvo error la
do á otros, entre ajes, larhentos, risas, sopon- suma de treinta y un años, deliciosamente i n -
cios, cadalsos, fusilamieifíbs y demás alhara- vertidos en dimes y diretes, en ir de aquí para
cas peculiares de los tiempos escepcionales, que allá como alma de Garibay, en aprender idiomas
desde entonces comenzaron á llover como grani- y no. aprender á tener sentido común, y en otras
zada de verano, para hacer una verdadera escep- fruslerías de hambres, enfermedades, privacio-
cion de la regla general. nes y demás entretenimientos tan sabrosos como
Pasaron, como digo, los susodichos seis años, yo roe sé. .• '-
y en pos de ellos se coló un caballero muy serio Pues señor, tercera vez á casa para comenzai
diciendo que lo habíamos hecho como unos ge- el mismo ejercicio: que si tú eres verde, que si
rifaltes; pero que en ciertas bromas representa- yo soy azul; que si tú mascas á dos carrillos,
tivas nos habíamos escedido, y que aquello no que si yo no como mas que con medio; que si
valia, y que vuelta á empezar, y que conocía han de ser dos grados menos, que si han de ser
ciertos picaros, y que era forzoso perseguirlos, dos grados mas; que manden ahora los míos,
y que los había de dos clases, unas anaranjados que los tuyos harto mandaron. Y en pos de esta
y otros de color de grana. Los tales comenzaron barahunda, se sopló de rondón una señora de
ia desfilada, porque tenían en grande estímala muy dulce trato llamuda guerra,civil, que traía
integridad de sus tragaderos y no era cosa de un escudero conocido por el nombre de Cólera-
menguarla en un átomo por todo el oro del mun- morbo, y una-doncella de labor apellidada no
do, cuanto menos por una causa en que el estó- hay pagas, y un page á quien oí poner el apodo
mago no tenia arte ni parle. Torna, pues, á car- de Incendio, y un lacayo de uñas muy largas
gar con los trastos al hombro, y á salto de mata nombrado si no me engaña la memoria Saqueo y
plantarse en la tierra-clásica de la cerveza y del otros tales individuos físicos y morales tan ape-
rom, sin saber ni una chispa del inglés, ni po- tecibles como estos, formando entre todos una
seer mas blanca que la cara, el que no la gasta- comitiva, que era cosa de chuparse los dedos.
ba trigueña, que eramos los mas. Entonces hubo Pasó también aquello que nos entretuvo delicio-
aquello de patatas á montones, sin mas guiso samente por espacio de siete añitos horres , co-,
que el olor de algún biftek ageno; porque pro- mo suele decirse, para desensebar. Y van treinta
pios ni perlas nubes. Otros seis años de broma y y ocho cabales.
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Luego todo quedó corno balsa de aceite, sal- Que uno inventase el toro de bronce para asar
vas algunas leves escepciones de motines, pro- paulatinamente á sus enemigos, que el otro pa-
nunciamientos y otras zarandajas que constitu- ra despachar pronto millares de ellos , sin gastar
yen el pebre de nuestra envidiable existencia; pólvora , diese á luz la ingeniosa guillotina; que
como cesantías, esclaustraciones, Dios nos dé el de mas allá, para acabar con uno solo pero
que dar etc. De este tragin van ya dos años, i n - muy grande y poderoso, se, armase de un fusil
dispensables para la suma toial de aquellos cua- de veinte cartuchos; esto se comprende fácil-
renta, que, en el primer renglón dije á ustedes mente, porque está en la índole de las vengan-
ser pintiparados los que se han ido acumulando zas. Pero que un sastre en mal hora nacido, fu-
en mi individuo, desde que tuve el honor de tiese la espantosa ocurrencia de adicionar el
pertenecer á la honrada familia humana. pantalón con las trabillas, martirizando á toda
Greo que basta este sucinto relato para que la raza europea y llevando su mortificación h a s -
ustedes se sirvan computar los quilates de la fe- ta los confines polares, descargando sus iras en
licidad que he disfrutado en esta vida desde que millones de inocentes que ni siquiera le conocían
la recibí. Pues bien ; este cúmulo de calamidades mas que para servirle, es el colmo de la barba-
que ora inflamaban mi corazón juvenil de pa- ria, es «1 refinamiento de la crueldad.
triótico entusiasmo, ora postraban mi espíritu Hágame usted el favor de irse á su cas-a á mu-
arrebatando á la esperanza las ilusiones de] por- darse el calzado en un día parecido á cualquiera
venir, ora exaltaban mi bilis con Jos desaciertos de los deleitosos con que acaban de regalarnos
de. los gobernantes y la estulticia de los gober- los meses de febrero y marzo del corriente año.
nados, ora me llenaban de terror porque los Quiere usted quitarse las botas? Poco á poco:
consideraba preludio de la social disolución; es- empiece usted por desabotonar el chaleco, luego
tas calamidades repito, son un átomo impercep- los tirantes: bájese usted las bragas y comience
tible, una molécula impalpable, un casi nada usted el tira que tira de la embarrada bota uni-
comparadas con otra aflicción que me abruma
sin descanso, que dia y noche me sojuzga, que
amenaza acabar eon la especie humana, si no se
trata de pensar seriamente en su destrucción.
Los horrores de ía guerra, las discordias civi-
les, los odios políticos, las epidemias, los mo-
tines, las no-pagas, los pririlegios esclusiros de
empleos, las emigraciones tienen un término:
« pasan ellos , ó se acaba el individuo que los
padece, ó acaban ellos con él. Pero un daño que
lento y á la sordina va minando las sociedades,
porque conspira contra la constitución física y
material de la raza humana, porque cada vez se
enseñorea mas déla voluntad general, que no
suele estar unánime sino en lo que atañe á pro-
ducir el mal de todos, este daño es mas temible
y aflige mas el ánimo, en cuanto no se le vé el
}in, á no obrar la Providencia alguno de aque-
llos raros prodigios que estremecen por su mag-
nitud y trastornan la faz de las cosas por su in-
mensa influencia, dejando á los siglos honda
memoria para escarmiento y corrección de las-
edades. da al pantalón mas que !a yedra al olmo, y qué-
Esta calamidad son las trabillas. dese tfsíed en eemison f cual otro dos Quijote tu
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Sierra Morena, muerto de frió y contemplando pena de presentar una figura grotesca y destar-
impasible la especie de pelele que el susodicho talada, si se decide usted á usar con su cuerpo
pantalón forma con las mencionadas botas; y si la punible condescendencia de aflojarlo de sus
no tiene usted otro, lo cual es muy probable, pesadas cadenas. Y tampoco miento el peligro de
emprenda usted la maniobra de desprenderlo de encontrarse el dia menos pensado con una joro-
ellas, á riesgo de hacerlo giras y poniéndose las ba incipiente, si por desgracia ha padecido u s -
manos hechas una gloria, si carece usted de ted de raquitis y es usted tan esclavo del buen
criado como es muy presumible. En esta com- parecer y del pantalón tirante, que á ellos s a -
plicada operación, llevada felizmente a término crifique, no solo el bienestar de su cuerpo y la
en unos veinte minutos de reloj , si no es usted dulce tranquilidad de su alma, sino hasta el por-
torpe, que será un milagro; y luciendo las es- venir de su columna vertebral y la constituitiva
cuálidas panlorrillas, si se precia usted de ele- colocación de sus homoplatos. Y no recuerdo la
gante , se ha desesperado usted, se le ha pasado pésima figura que hará usted cuando por un des-
la hora de la cita, ha cogido un catarro, y se cuido de su sastre, salte la costura de la trabi-
verá precisado á hacer cama , si la tiene, y á lla- lla y ande usted luciendo sendos colgajos á cada
mar al médico para que le cure, si quiere venir uno de los lados del pié, á guisa de remos de
y sabe curar. ¿Y todo este trastorno por qué? barca ó como dos barrederas que desentonada-
Porque á un sastre, que Dios confunda; se le mente suben y bajan al echar el paso, denigran-
antojó inventar las trabillas. do su merecida fama de hombre comme il faut y
Sírvase usted bajarse de repente á recoger el arrastrándole acaso al suieidio; porque el que
pulido abanico que se le cayó á la dama de sus no se mata cuando se le rompe una trabilla, ca-
amores: rrras! rásgase el pantalón en línea ho- rece de sentido común.
rizontal por la parte prepóstera, lanzando á los Basta ya que no pretendo horrorizará los l e c -
aires un tafanario mas negro que la pez ó un pe- tores de la RISA. El hombre filantrópico que se
dazo de camisa, salpicado ó sin salpicar, con sienta con ánimo suficiente para hacer un sacri-
celajes ó nubarrones según disponga su buena ó ficio sublime emancipando á la sociedad entera
mala fortuna. Sírvase usted en seguida tragar del mas insufrible de los yugos^ merecerá mejor
á mares la saliva, al oir la risita disfrazada de del género humano que todos esos que se llaman
compasión con que recibe el empavesamiento de grandes hombres, porque descubrieron mundos,
sus malhadados pantalones la misma belleza, ensancharon el dominio de las ciencias, con-
ante la cual preferiría usted mil muertes al bo- quistaron imperios,sujetaron naciones. ¿Y por-
chorno que tan en ridículo le pone. Despídase qué lo hicieron? Por que en sus tiempos no se
usted para ir á mudarse; en el caso problemáti- gastaban trabillas; que & gastarse, á su estirpa-
co de poseer una reserva, abandonando tal vez cion hubieran dedicado todos sus conatos y no
el campo á un rival feliz que es hombre de pan- llorara la humanidad los horrores que solo de-
talón á prueba de abanicos caidos. La dama pue- ben atribuirse á la franquicia de su pantalón en
de enfriarse de contado y usted pierde un buen todas las situaciones de la vida. Oh! s í , yo lo
lance ó una decente colocación, solo porque un vaticino: vendrá ese dia feliz en que un genio
sastre á quien ningún daño ha hecho, tuvo la magnífico desterrará esta calamidad de la super-
humorada de construir pantalones con notas y ficie de la tierra-, vendrá ese dia, pero tal vez
comentarios para perdición del género humano. para nosotros no: porque somos muy pertinaces
en las modas necias y tan necios de todos mo-
Y no hablo de aquella tirantez que afecta el
dos, que nos llamamos libres cuanto mayor es
estado normal de las rodillas, si usted tiene que
nuestra esclavitud; no hay esclavitud mayor que
permanecer sentado mucho tiempo; que obstru-
las trabillas.
ye la circulación de la sangre cstendiendo su
tiránico dominio hasta los hombros, por la trai- JULIÁN MANZANO.
dora simpatía que egerce en los tirantes, atra-
billando todo el cuerpo en sentido vertical, so
ÜN GEÓMETRA. porque la nazca una oreja,
crie un colmillo en la ceja,
i. ó tenga un ojo en la tripa:
No he visto un pueblo como este: Lo que teme el pueblo bravo
desde tiempo inmemorial mas que el colmillo ó el ojo,
escudriña el bien ó el mal lo que le da gran enojo
allá en la región celeste. es que la tal tenga rabo.
Conforme mi miedo esquiva [Rabo! fatal ocurrencia,
lo que hay de tejas al suelo, y el pavor bien se adivina,
á él solo le dá recelo porque un rabo hay quien opina
lo que hay de cielos arriba. que es cosa de trascendencia.
Ni que baje en torbellino Y callo, que al íin y al cabo
vapor que á los aires sube , el mismo asunto me obliga
y piedras.suelte una nube pues no quiero que se diga
como ruedas de molino; que me apeo por el rabo.
Ni que acá mande Jesús Hablaremos deesa estrella
en Ios-nublados que espela que sin carta ó pasaporte
mas rayos que una carreta se ha presentado en la curte
y mas iruenos que un obús: y dicen que fuera de ella.
Ni que el mar en son de guerra Por la sombra del bagaje
insulte del sol la cumbre debió el cometa cruel, «
cuando vomitando lumbre pasar de Carabanchel
rompe sus venas la tierra: y aun alojarse en Getafe.
Ni que en tan raro progreso, Así calculaban varios
que mal mi péñola pinta, cuando el cometa veían
la leche se vuelva tinta y sobre la cola hacían
y el ratón no coma queso: ; infinitos comentarios.
Cuéstele lo quele cueste No hubo una persona sola
oye, ve y nada pronuncia que no hablase con certeza,
si los sucesos no anuncia ya apuntando á la cabeza
una aberración celeste. •ya señalando'ala cola.
Y es tal el pueblo español ¡Hambre! clamaba un enjambre
cuando atisba sU destino, de pobres, y no me eslraña,
• que no se le da un comino que eri cuaresma y en España
de los eclipses de'sol. sé pasa dos veces hambre.
Teme á la fatal fortuna No señor, dijo un agreste,
viendo el cuerno de una cabra, ¿no observáis la conclusión
y no dice una palabra del color del sarampión?
de íos cuernos de la luna. Es peste, peste y muy peste.
Mansito como una malva ¡ Mirad! ¡ con voz de becerra
juzga á un lucero enemigo, dijo otro, ved, desde aquí'
aunque el lucero que digo diviso á Mehemet-Alil
sea el lucero del alba. Es guerra, guerra, y muy guerra!!!
Mas quien sin miedo atrepella
porluceros, luna y sol, Y con efecto señores
tomo en concha el caracol supimos que en Mariblanca
se oculta en viendo una estrella. lidiaban con una tranca
Y no al verla,toma pipa dos soberbios aguadores.,
23
ii. distraído hacia el cometa
los ojos en valde aguza.
En la casa de la ciencia
{claro está, pobre y oscura) «A ver, dice, si voy algo sacando
y e u u n a cama de sabio antes que ese cometa se me eclipse,
ruin colchón y malas fundas. ora un paralelógramo trazando
Proyectando lineas rectas ora circunscribiéndole una elipse.
ó calculando las curvas No parece cometa , es manga ó globo
mientras algunos descansan de fuego condensado en la región...
y en tanto que otros manducan, voy, voy á ver si observo, no soy bobo,
Quiero decir asustado las líneas de incidencia ó reflexión.
de sus ganas la bravura Óptica y líneas servirán lo propio
con quintales de catetos luego verán mi cálculo esos tábanos.
y arrobas de hipotenusa. Mas... ¿qué me han de servir sin telescopio
Está un infeliz geómetra ópticas ni parábolas ni rábanos?
solo, sin gresca ni bulla Sí Newton trabajó fué porque pudo.
que de resolver le prive Arago que trabaje , mas yo no ,
la operación que calcula. que estoy tan dado á Barrabás que dudo
Sorbe polvo y se espereza, si ahorcarlos libros ó si ahorcarme yo.»
y sorbe mas y estornuda;
á veces habla y sonrie, — Dijo y á dúo entonaron
y á veces el gesto arruga. el canto de sepultura
Y cual si estuviera entonces, dos ratones que pisaban
de santa Cruz en la punta, su barriga y su peluca.

— ¿Qué hace este tonto? — El primero — Espacios imaginarios


al compañero pregunta ' (el otro responde) cruza.

— ¿Por qué en el cielo no piensa la conclusión de la historia:


y no en las rectas y curbas? por eso se corta el cuento
— Antes por ganar el cielo aquí paz y después gloria. ' -
quiere morirse en ayunas. JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS.
— ¿Y por qué hablaba de manga? •
— No lo sé 1 pero sin duda
sabe que hemos magullado LAS TERTULIAS.
las déla chaqueta suya.
— ¿Y qué habló de reflexión? ARTÍCULO PRIMERO.
en la reflexión se funda;
mas cuando se muere de hambre En una noche larga como la esperanza de un
no creo que él tenga mucha. pobre, fiia como amor de vieja, y tempestuosa
—Un hombre que sabe tanto como fiesta de bodegón: de aquellas noches de
ha de morir de gazuza? invierno en que el acompasado sonsonete de las
—En España eso sucede, ' goteras, el bramido del cierzo que zumba en las
mas pobre es quien mas estudia. calles, silba en las rendijas y empuja obstina-
Mientras sabios catedráticos - damente á las puertas y ventanas como ladrón
de la Academia, disfrutan inesperto ó como impaciente enamorado; cuan-
seis mil reales ( nominales : do el cólera y el tifus y el bubón y todas las pes-
porque no los cobran nunca) tes que viven del calor, como el camaleón del
porteros hay de oficinas aire, andan no por Jos cerros de Ubeda sino por
i
los cerros de África, donde los rayos del sol
que catorce mil se chupan
caen perpendiculares á la tierra poniendo la at-
por fumar, ver los periódicos
mósfera á una temperatura capaz de encender
y platicar con las viudas.
los fosfuros de algunos fosforeros de Madrid, que
—Pues entonces este necio
han acertado á resolver un problema tan dilicil
porque cabila y calcula ?
como es el hacer un todo incombustible, com-
—«Porque ante el amor de gloria
puesto de ingredientes ó partes combustibles;
no hay pasión que no sucumba.»
cuando no tenemos porque temer las susodichas
Y otro y uno y uno y otro
pestes contagiosas, pero á cada paso nos vemos
dientes aguzando y uñas
espuestos á ser presa de un constipado ó tabar-
encarnizados embisten
dillo que nos haga abrir la boca y cerrar el ojo
al de la triste figura.
(como quien guiña para despedirse del mundo,
Y como corren y brincan * ' ;
que es el peor de los guiños y la mas mala de
y como sallan y cruzan, ....>?;'.•*•..'••'•.•'..
las despedidas) la higiene aconseja á no respirar
mirando á entrambos la cola ?* ..* i •••
el pobre diablo se asusta ,'••'„.;£'' . ,'J el ambiente helado de las calles, y la necesidad
diciendo : yo vi cometas ".7" de entretener el ocio obliga á mendigar una ra-
con mas cola que una burra; ción de silla y un ladito de brasero en la amable
compañía de un honrado vecino, donde pasar
pero estrella con dos rabos \
alegremente las horas que median entre las cin-
el juicio final barrunta.
• ' • • • ' " • • ' ! co y^ media, las seis, seis y media, cuando mas
las siete, á todo tirar las ocho hasta las once de
Y aquí se puede hacer punto; <
pues ya que escribo estos versos f la noche, hora invariable, porque menos seria
viendo grabado el asunto demasiado poco, y mas sacaria á la reunión del
y van saliendo perversos, gremio de las tertulias de brasero para elevarla
también el final barrunto. á las regiones del soirée de chimenea transpire-
No conservo en la memoria naica , baraja en mesa y botella en ristre.
y como soy que lo siento -.-.{., ¿. .¡ El cuarto principal donde por lo regular vive
la gente mas acomodada y que por esta razón los papas son el postre de la comida, nádá b u e -
es la mas incomodada por la vecindad, -viene no queda que decir mas que «mi marido es un
á constituir el centro ó antro, y si se quiere club ángel, un bendito, un bonachón , un pobre hom-
de la familiaridad vecinal, hospedando las tres bre»; lo cual si á los ojos de ellas y ellos es una
6 cuatro mencionadas horas á la modista y discí- circunstancia recomendable, á los ojos mios es
pulas del cuarto bajo, al empleado en loterías un insulto desvergonzado. Hay gran diferencia
(con toda la familiota por supuesto) del cuarto de un hombre pobre á un pobre hombre. El
segundo, y sucesivamente á toda la humanidad primero es el que carece dé medios, alias recur-
sin tacha que duerme bajo un mismo caballete}' sos, vulgo bienes de fortuna, por otro nombre
comparte con los demás una pieza de paso común pesetas, y esta es una calamidad horrible en una
que es la escalera. sociedad metalizada como la nuestra: el segun-
Los primeros dias de tertulia son Variados y do, el pobre hombre, por otro nombre alma dfi
entretenidos sin mas que las eternas vulgarida- Dios, vulgo bendito, alias bonachón, es lo que
des de «¡qué temporal tan perrtf! El calendario i yo'llamo un alma de cántaro; que es el hombre
da lluvias en Capricornio....JSó, pues falta h a - que dotado por la naturaleza de todas las cuali-
cia, porque los malditos ; 'tahoneros están po- dades y propiedades de marica, solo se diferencia
niendo el pan en las nurjes» y contar la aplica- de los niños en que ha crecido mas que ellos,
ción del niño mimado de la casa que deletrea r e - y de las mugeres en el trage y en las barbas, ün
gularmente á los diez años de vida y cinco de co- pobre hombre es un corderito cuando soltero, y
lejio, ó en la's agudezas dé las señoritas presen- un carnerito cuando se casa; nunca pisa la calle
teSj en lo cual las madres tienen singular e m - sin pedir permiso á la muger quien Je prescribe
peño y complacencia. Una dice «¡Jesús! mi chica el itinerario y tiempo de camino, interrogándole
tiene unas manosdivinas para el plegado)). —Y es á su vuelta como reo de alta traición ante el tri—
milagro que no dice también para echar po- ] bunal que ha de juzgarle. Cuando vuelva á casa
llos.—Otra esclama: «calle usted por Dios si la i no ha de haber comprado botas ni chaleco, ni
mia, todita, todita ha salido á mí. ¡Qué talento : pantalones, aunque le hagan falta; pero cuide
el suyo ! dá unas puntadas y hace unos pespuntes de no volverse sin un ferroñé, una sombrillita ó
que la maestra está estupefacta.» Otra no t e - unos zapatitos de tabinete para la esposa, por-
niendo primores que celebrar en su ojito dere- que cuando las mugeres dicen : justicia y no por
cho, encomia su docilidad, su virtud^ que pare- mi casa, no admiten otra ley que la del em^
ce que en suvida ha : roto un puchero, todos han budo¿
sido platos. ¿Los hombres para ella? esclama, Lo cierto es que de los elogios que las mu-
no los puede atravesar. En este instante está geres prodigan á sus maridos, ni aun siquie-
la doncella haciendo una seña al doncello de ra puede decirse lo que del ungüento blanco»
enfrente que viene á decir: «Mi madre no sabe que ni mata ni sana; son halagos de erizo que
de la misa la media, usted vale un Perú.»—Ha- sangra cuando acaricia, y no obstante, ellos los
blase luego de las mamas, y las señoritas cor- oyen con gran satisfacción, y entre estas y las
responden á los obsequios recibidos. «Yo tengo otras dan las diez y los vecinos aun conservan
el genio vivo; pero en sabiéndome llevar»... «Es aquella compostura y quiescibilidad de rigurosa
una malva» contéstala hija: «el padre niega con etiquetas Se ha hablado de todos y han salido á
la cabeza sin chistar palabra.» Mi marido, dice relucir las habilidades de cada prójimo , y n i n -
otra, tiene buen sueldo; pero á no ser por mi guno las ha manifestado, sin embargo de que
administración no había para zapatos. La hija cada uno está rabiando por lucirse. El níñito de
aprueba el dictamen; el padre no le aprueba la casa porque le inciten á la lectura, cuando
porque necesita algunas enmiendas. ! se habla de pintura, todo se le vuelve decir si
Resulta pues, que las mamas agotan todas las tiene un Catón en pasta y un Fleuri muy boni-
gracias, todas las perfecciones, de modo que to encuadernado á la holandesa, y antes que el
cuando llega el turno á los papas ¿ que siempre niño atvaiga la atención general, ya están las
4
26
mocitas de la reunión hablando de los estudios empieza á desfilar la tropa para acurrucarse ca-
de Aguado, si tocan la guitarra, y de los de So- da mochuelo en su olivo.
bejano si tocan el piano. No hace falta mas que La despedida es-una de las cosas menos es-
un atrevido diga: vamos, cante usted, fulanita, puestas al vaivén de ías innovaciones sociales
y en esto siempre la mamá se lleva la delantera, Cambiase de gobiernos, cambiase de costum-
y la niña hace como que no quiere, y quiere bres, cambíase de trages: hasta el idioma espe-
porque se va acercando al instrumento del mis- í rimenta de un año para otro visibles alteracio-
mo modo que los médicos dicen, «gracias, yo no n e s ; pero lo que es la despedida, Dios guarde é
lo hago por interés», cuando se están guardan- usted muchos años. Lo mismo nos despedimos
do la propina. La guitarra en tales casas suele nosotros que nuestros padres; estos imitaron é
andar por debajo de alguna mesa ó encima de un los suyos y creo yo que desde Adán hasta el dia
armario, mas empolvada que un labrador cuan- del juicio la fórmula de despedida habrá sido un
do limpia. Las clavijas ó han desaparecido, ó molde herméticamente adaptado á las exigencias
se han suplido algunas con mangos de cuchara de todas las geneneraciones. «Señora á los pies
que á lo mejor se resbalan y el concierto se que- de usted.» —«Caballero, beso á usted la mano.»
da á buenas noches. Las cuerdas rara vez están Aunque mucho deban decirse y mucho tengan
cabales, por lo regular falta la prima , y cuando que decirse, vieue bien un «nada tengo que d e -
de las seis no han quedado mas que dos ya se cir á usted, esta casa es suya» (y para sí la q u i -
sabe cual son; el bordón cuarto y el sesto¿ que siera muchas veces el que la ofrece). Los vecinos
seria menester para utilizarla la aparición de un ya se sabe. «Lo mismo digo, en el cuarto.... t i e -
Paganini, guitarrista. Acerquemos pues, nues- ne usted su casa; si en algo puede usted dispo-
tra muchacha al piano, suponiendo que le haya ner de nuestra inutilidad (no es malo el sastre
en la casa, que siempre estará mas útil que la que conoce el paño) puede mandarnos sin cere-
guitarra, bien que por lo destemplado y viejo monia. Mire usted nosotros somos muy francos y
semeje á una carraca. Como es muy posible que sencillos, como que yo soy natural de la Alcar-
la niña toque mal y cante peor, es forzoso dis- ria.»
culparla diciendo: «esta constipada, ha tenido —Buena miel! dice la señora de la casa que es
ronquera estos dias que á no ser por unas pasti- algo golosa.—Y mi muger, continua el vecino,
llas y unas friegas que se la han dado, amen de se ha criado en Villalon, como si dijéramos, el
unas gárgaras á tiempo, no sabemos adonde hu- riñon de Castilla la Vieja. La señora no sabe
biera llegado. Si toca mal se disculpa con estar donde cae Villalon pero la gusta mucho el queso
atacada de los nervios ó con haber sufrido dos que viene de allí, y después de darse las manos
sangrías y dos docenas de sanguijuelas en el bra- los caballeros y un beso en cada carrillo las se-
zo derecho. Cuanto mas gorda es la mentira hace ñoras y decir a b u r , a b u r , que ustedes descan-
mas sensación y casi casi enternece á los oyen- sen, ala puerta de ( la escalera; se ha concluido
tes La música no es nueva; pero eso no impor- la primera noche y el primer artículo de tertu-
ta : los padres tienen buena salida con decir: n o - lia.
sotros como todos los viejos odiamos las cosas JOAN MARTÍNEZ VIIXERGAS,
del dia; chica, toca, toca el wals de Elisa y Clau-
dio y el Mambrú se fué á la guerra, ó canta la
Átala, el Gerineldo y la triste Corina. Y no es
maravilloso que esto se cante en el dia sino que UNA CITA.
haya quien lo oiga por primera vez, que todo
es verosímil. Acábase la canción, dan cuatro
ROMANCE.
palmadas los circunstantes y once campanadas
el reloj de la sala que suele ser cosa de gusto, Maruja la castañera
eomo que tiene muñecos que bailan y un cuquito delicia del Avapiés,"
que sale de vez en cuando á decir cu cu cu, y la niña de rompe y rasga...
la de la morena tez. andar contigo á tu casa.» —
pelo y ojos de azabache «Venga acá un duro y dempues
y boquita de clavel, daré á usted la señas de ella,
con su mantilla caida so franchute.—Toma diez
francos. ¿Estar tu contienta?
— «Y Dios se lo pague á usted.» —
—«Ma cuando tener la dicha
de estar cuntos una vez ?»
— «Óigame usted al oido
y las señas le daré
de mi casa, y por la noche
nos volveremos á ver.»—
Dióle en secreto las señas,
y quedóse mi francés
saltando de puro gozo
por el inmenso placer
que ansiaba; para las doce
sin duda la cita fué,
y á las once y cuarto mi hombre,
arrimado á una pared
de.un callejón sin salida,
iba sólita y á pié, ya estaba aguardando en pié
luciendo el aire de taco que diese el reloj las doce
y meneando el aquel para abrazar á su bien.
á la plaza de los toros Mas precisamente entonces
como quien busca un gaché. en el callejón aquel,
Acercósele atrevido los carros de Sabatíni
un gaznápiro francés sacaban yo no sé qué
y la dijo: «Señorrita que no era agua de colonia
puede mi andar con vosté ?» ni era esencia de clavel;
—«No soy Rita, caballero» manos faltábanle y dedos
le contestó con desden al desgraciado francés
Maruja al estranjerito, para salvar sus narices
«y si busca su mereé de aquel martirio cruel.
compañía, á la otra puerta , Suenan las doce y mi hombre
que ya tiene estebagel llama en el número tres,
su piloto y con él solo pero nadie le responde.
navega: lo entiende usted?» — Qué será? llama otra vez
— «Mi l'istima á vosté mucho.» — y otras ciento; todo inútil.
— «Que me lastima? No á fé.» — Eso es que duerme mi bien ,
— «Mi istima. Ne comprendspas?» — se dijo para sí mismo
— «Comprar pan ? Dígole pues el estranjero cortés,
que es muy propio el regalejo y fuese á sentar enfrente
para los toros! Mi bien, lleno de amor y de fé.
vengan algunos monises.... El cielo estaba nublado
Ea! afloje su mercé y empezaba ya á llover:
siquiera para el billete.»— pero mi hombre siempre firme
«/ O mon enfant! mi querer aguantóse allí, pardiez,
28
que el amor que es verdadero de premiar amor tan íino..,
todo lo sabe vencer. pif! le dan un puntapié,

Era por el mes de enero que son amables las niñas


que es el placentero mes del barrio del Avapiés,
en que á los gatos les duelen y este premio darle suelen
las muelas no sé por qué. al amor constante y fiel.
Y haeia un frió horroroso... WENCESLAO AYGÜALS DE Izco.
y comenzaban á caer ,
enormes copos de nieve,
pero mi pobre francés
siempre firme, y aguardando
ALCALDÍA VEGETAL DEL AMBIGÚ.
que empezase á amanecer
por ver si al salir la aurora Habiéndose denunciado ante el señor alcalde
aparecía también primero don Rábano Calabazas, por el promotor
la diosa á quien adoraba fiscal don Nabo Remolacha (á instancia del ciuda-
con la mayor candidez. | daño Villergas), en concepto de sediciosa la oda
Ábrese por fin la puerta • titulada La judia resentida, que empieza «Nada
de la calle... ¡qué placer! : mas santo y justo» y concluye «¡Muera Villergas
y corre mi enamorado ; pues! ¡Viva Asquerino!» verificóse el sorteo de
y sube de tres en tres i los jueces de hecho que con arreglo á la ley ha-
los escalones, y llega i bian de componer el jurado de acusación, y to-
á la puerta de su-bien. ' có á los señores siguientes : don Guisante Chiri-
Llama con voz temblorosa j via, don Espárrago Acelga, don Garbanzo Len-
y abren al fin, pero en vez | leja, don Ajo Cebolla, don Repollo Brecolera,
2$
don Pimiento Escarola, don Tomate Coliílor, don FISCAL. Ilustres ciudadanos comestibles
Berro Acedera y don Peregil Yerba-buena , quie- que ágenos de pasiones miserables
nes por seis votos conlra tres, declararon haber cualidades tenéis apetecibles
lugar á la formación de causa. y corazón y entrañas manducables.
Tiernos como lo sois desde la cuna
no haréis de la justicia inútil trasto
yo os conozco; de algunos por fortuna
JURADO FAMOSO. probé ya la escelencia á todo pasto.
Vosotros que cual candida doncella
Serian como las diez de la mañana cuando la tembláis si á vuestro honor dan un pellizco
cocina de la RISA estaba inundada de gente que calculad si en mi cliente hará gran mella
se estrujaba á punto de echar los bofes, atraída la crítica feroz del señor Izco.
por el olor de los guisos (que hay muchos aficio- Pesad i oh jueces! el estrago horrendo
nados á oler donde guisan) y por la curiosidad de tanta injuria y de tan grande ofensa,
de presenciar el jurado mas sabroso del mundo. y si es posible adelantar siguiendo
La cuestión era de vida ó muerte, entre la l i - este desbordamiento de la prensa!!!
bertad de escribir y la seguridad individual. Los Bien pudo Ayguals, perdono sus manías,
partidos habían echado mano de todos sus r e - despreciar las patatas en su impreso
cursos: veíase á los concurrentes con cuchillos y la prez ensalzar de las judias,
y tenedores para desbarrigar al primero que mas no á mi cliente hostilizar por eso.
chistase. El señor Ayguals, autor y responsable Diz que ocasiones de morder no pierde:
de la oda de las judias que era el escrito denun- no seré yo quien lo contrario arguya.
ciado, esperaba con impaciencia el resultado y Sí que muerde, señores, sí que muerde;
en cada paso de los jueces y del público recogía pero le hacen rabiar, no es culpa suya.
un dato para apelar de nulidad en los trámites Diz que la voz patata es cosa fria,
del juicio, caso que le saliera desfavorable. El que es uno de los nombres chavacanos
autor de la oda á las patatas, su antagonista, le y Ayguals se prenda de la voz judia
miraba de hito en hito como diciendo: ya te lo ¡Qué esto se escuche en tierra de cristianos!
dirán de misas.
Diz que perdió por la judia el seso
Como las judias pertenecen á la clase de las todo un rey, y el suceso no me ocupa
legumbres y las patatas no; se convinieron las que era legumbre al fin de carne y hueso,
partes en que los jueces se entresacasen indis- y estas no hay un mortal que las escupa.
tintamente no solo del reino vegetal sino del «A nadie una patata, dice adusto,
animal con tal que todos pertenecieran á la e s - ni un nabo enamoró» —brava ocurrencia! '
pecie engullible; y verificado el sorteo tocó á los No apoye con equívocos su gusto '
señores siguientes: dor. Choto, don A Ibericoque, que nos hará decir una insolencia.
don Melón, don Berro, don Ajo, don Palomino, Diz que es mi cliente atroz ¡ virgen de Atocha!
don Pimentón, don Pepino, don Carnero, don VICTOR-HCGO se holgara de esta voz;
Ganso, don Conejo y el marrano de San Antón, mas también se le aplica á TORREMOCHA
Estos señores eran tan bárbaros que no supieron y algo va de este atroz á aquel atroz.
decir su apellido. Ayguals lo toma por maldito lado :
Presentáronse para juez: don Lechon de la si dice lo contrario mas nos truena,
Nuez y para fiscal don Pavo Bellota. Y estos se- con que esta vez confesará el pecado
ñores fueron tan bárbaros que supieron decir su y en este caso pagará la pena.
apellido. Y no importaran nada las monsergas
Previas todas las formalidades de costumbre, que acreditan su escrito de injurioso;
1 señor fiscal tomó la palabra y dijo dirigiéndo- pero dice al final; Muera Yillergas!
v.á los jueces. • ¡ v esto es horriblemente sedicioso.
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Pido pues que declare el buen jurado UNA voz. Cállese usted, narizotas.
haber en él poético capricho EL PRESIDENTE. ¡Celadoresl al primero
injuria y sedición en primer grado que chiste, sin ceremonia
Nada rebajo de lo dicho.—He dicho. cenducidle a un calabozo.
El público aplaudió con refunfuños: el presi- Yo sé el papel que me toca
dente tocó la campanilla. y he de conservar el orden
UNA YOZ. Que se calle el presidente. digno de Constantinopla ,
EL PRESIDENTE. ¿Quién es ese? que le voy á aunque sobre mi cadáver
romper la crisma de un campanillazo. pasen las turbas indómitas.
EL DEFENSOR. Pido que no sean ustedes naran- El público se aguanta; lo mas que hace es de-
jos y me dejen hablar. cir por lo bajo : eso lo dice porque sabe que no
EL PRESIDENTE. Hable usted con mil demonios. hemos de pasar. ¡Qué déspota y qué zanguango
EL DEFENSOR. Son tales y tan justísimas es este tio!
las razones que me sobran, DEFENSOR. Esta es la ley que nos dais
* que prometo estar hablando después de tantas zozobras?
hasta mañana á estas horas. No cabe mas tiranía
Al oir esto los jueces se recuestan en los en la infeliz Varsovia!
asientos decididos á echar un sueño. El defensor Pero ¡ ay! si el pueblo sacude
continúa. los hierros que le aprisionan !
¡Qué absurdos! ¡qué desatinos 5 ay si feroz se levanta !
han salido de la boca ¡ ay si le pica la mosca!
de ese Bellota fiscal tiranos! usurpadores!
' digno de comer bellota! despertad de esa modorra !!!
¡Qué fulminar anatemas La mitad de los jueces que dormían dan un
contra la prensa periódica brinco al oir el ¡ despertad ! y viendo que no hay
porque en decir claridades peligro vuelven á las andadas.
supone que se desborda! DEFENSOR. Débiles fueron, muy débiles
No es lá convicción , señores, las razones en que apoya
la que estos prodigios obra, el turronero fiscal
ni el amor á la justicia la denuncia escamlalosa.
lo que al fiscal desentona. Supone que al tal Villergas
Es otro agente mas vil, se le injuria en una oda ,
otra pasión que sonroja, él injuria en cada sílaba
es la fatal golosina, al que injuriar se le antoja.
es el turrón de Gijona. r ' Con la pena del Talion
i), PATO. Señor presidente al orden creo que basta y aun sobra.
sino, me cebo á su costa. que quien por solo su antojo
i>. LECHON. Señor Bellota , cachaza , en Castilla ó en Lisboa
ó me le como por sopa. mata á hierro, á hierro muere ,
DEFENSOR. No sean ustedes gansos y donde las dan las toman.
y escúchenme con pachorra. Esto dijo Cicerón
D. GANSO. Seor cabeza de melón , arquitecto de Gerona ,
respete usted mi persona! en un tratado de partos
D. MELÓN. Señor don Ganso, cuidado que publicó en Babilonia.
que abro la puerta á mi cólera Platón ensalzó en quintillas
y tiene que tomar pipa la escelencia de esta obra
como Dios no le socorra. y el mismo Fernando séptimo
EL PRESIDENTE. Señores, á la cuestión. dicen que la puso notas.
31
(El público aplaude la erudición del defensor.) VOCES. | Viva el señor presidente!
Pudiera pasar la injuria ' DEFENSOR. Señor juez, que se trastorna
aunque es temeraria cosa; el buen orden del jurado.
pero ¿en qué funda el fiscal EL PRESIDENTE. Es á mi favor no importa.
la sedición que pregona? DEFENSOR. Tengo que decir por último
Es por los gritos de muera? que si se insertó la oda
Señor, un muera qué importa . de las judias, fué culpa, .
en tiempo en que tantos vivas señores, de otra persona.
se dan á tontos y á locas ? Don Ventura de la Vega
Ademas que es á Villergas dijo que en verso ó en prosa
á quien la voz sediciosa nos daria algún artículo
se dirige, y contra él y se tumbó á la bartola.
autores hay que la adoptan. ¿Qué hiciera el señor fiscal
Y alguno no lo digera si se viera á última hora
pues muchos conozco yo sin poder llenar un hueco?
que con gracia lisonjera, claro es, meter otra cosa.
no quisieran decir muera Pido por estas razones,
con tal de decir murió! y otras muchas que me abonan
Pero el muera estaba dado, al jurado en cuyas venas
esta es verdad muy notoria, circula sangre española,
y quien aquí le defiende que absuelva luego el escrito
por la sedición aboga. y que mis verdades oiga
FISCAL. Está usted algo picante sino quiere se pronuncien
y esa es falta empalagosa. las viandas revoltosas,
D. PIMENTÓN. El empalagoso es él desde el buey al caracol
y no entienda que me amosca desde el apio á la alcachofa.
que á mí me importa un pepino. El jurado se retiró á deliberar y al cabo de dos
D. PEPINO. Escuche usted zampatortas; horas largas volvió con la sentencia que como
si algo quiere ventilar presidente de los jueces de hecho se sirvió leer
con esta humilde perspna, el señor don Marrano.
vamonos á una sartén El jurado de Madrid
verá usted por si lo ignora después de oir relatar
que soy mas tieso que un ajo. al uno y otro adalid
n. AJO. ¿Mas qué un ajo? pues me choca ; se ha servido declarar :
si le doy á usté un guantazo Que pues se insertó el escrito
melé encajo en Californias. con tal precipitación,
FISCAL. No sean ustedes brutos, no cabe condenación
esto es una bataola donde no existe delito.
tengan ustedes presente ¥ contra ruines porfías
que nos contempla la Europa, pregona con voz resuelta
que el gran Turco nos acecha, que queda desde hoy absuelta
que nos mira el de Moscovia. la oda de las judias.
¿qué dirán los estrangeros Y pues á notar se llega
señores, de nuestras cosas? • por lo que ya hemos sabido
EL PRESIOENTE. Lo mismo que de las suyas que causa de todo ha sido
dice la gente española, don Ventura de la Vega;
haeerles burla y Laus deo, Es nnestra declaración
reir y Dios les socorra. anunciarle esta mañana
32
que no pase una semana j poco. |Mamá, mamá, mamá! (Acercándose d
sin dar la composición: i una puerta.) Pero, mamá, ¿tiene usted la bon-
Diciéndole: á ver si afirmas I dad de venir?
tu palabra en este ensayo.— LA MAMÁ , saliendo. (Nota bene. En lengua-
Madrid eccétera Mayo ¡ je de teatro, salir significa siempre salir ó4
á siete siguen las firmas. no salir de: por consiguiente decir que la ma-
JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS.
má sale es lo mismo que decir que entra en la
sala donde está su hija. Y dice la consabida ma-
m á , saliendo á la susodicha sala, ó sea e n -
QUERER DE MIEDO. trando en ella.) Pero, Pepita, ¿á qué vienen
esos alaridos que aturden la casa? Mas bulla
DRAMI-CUENTO Á GALOPÉ. metes que el loro.
PEPITA. No es el caso para menos*
lis decir que la acción va á corre-que-te-cojd. LA MAMÁ. ¿Y cuál es el caso?
PEPITA. Que he recibido una carta.
LA MAMÁ. Por supuesto, de amores.
Entran en ella (en la acción) los actores s i -
PEPITA. Por supuesto; ¿pero á que no adi-
guientes.
vina usted de quién ?
UN KOVIO. LA MAMÁ. ¿A que es de don Crispin?
nos NOVIAS. PEPITA. ¿Cómo lo ha acertado usted al gol-
UNA VIUDA , con deseos de noviage. pe?
UNA MADRE , persona de gravedad (nueve nr-s LA MAMÁ. Porque ayer me envió una esquela
robas de peso.) á mí previniéndomelo. Mírala.
UNA CRIADA, que no halla mas que una veii, PEPITA. (Leyendo el sobre.) «Señora doña
ente inverosímil. Paz Yalvidares.» (Desdobla y repasa el papel i)
UN LORO, olios papagayo. En efecto, le pide á usted mi mano, y á mí la
UN RELOJ. mano y el corazón. Pues ni uno ni otro.
TRES CARTAS. D.a PAZ. ¿Con que no le gusta?
Acompañamiento de muecas, sollozos, carcd' PEPITA. ¿Cómo me ha de gustar un hombre
jadas etc. tan serio, tan adusto?
fc.a PAZ. Contigo bien jovial anda?
(En una sala con buenos muebles y dos balcones PEPITA. ES feo.
a
á una calle principal de Madrid, aparece una ». PAZ. Pero buen mozo. ¡,
joven muy peripuesta, que parece acabadita PEPITA. AUO y recio sí; pero desgarbado,
de sacar de un escaparate: está leyendo una estrafalario.
carta, con visibles muestras de desden y me- D." PAZ. ES rico.
lindre. Cerca de un balcón hay una jaula de PEPITA. Sin elegancia ni gusto.
un loro el cual charla que se las pela.) D.a PAZ. ¿Sin gusto? Para escoger novia no
le ha tenido malo.
LA SEÑORITA. (Acabando de leer.) «Su fiel y PEPITA. (Dando una mirada al espejo y son-
rendido amante Crispin Crispiniano Cabrejas.»— riéndose.) Lo que es eso, vamos, puede per-
¿Se dará igual presunción? ¡Cierto que era un donársele; pero, ¿y el haber querido ya nada
novio á pedir de boca! ¡ mamá, mamá! menos que á tres antes de conocerme? ¿Estoy
LA MAMÁ. (Respondiendo desde las profun- yo para suplefaltas de nadie?
didades de la despensa,) Voy, muger, voy. b. a PAZ. Es que tú por mi cuenta ya has
LA SEÑORITA. |Yo con diez y seis años, y él querido á cuatro.
casi de treinta ! Calabazas mas solemnes que las PEPITA. A mí se me figura que no quise á
que va á llevar el señor don Crispin, ni t a m - ninguno.
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n. a PAZ. ¿Por dónde has sabido los galanteos tal vez será dichosa; pero me temo que yo tal
de don Crispin? vez no lo sería, porque eso de amor y matrimo-
PEPITA. Por él mismo: yo le estreché y él nio, según he visto en todas las novelas de fo-
confesó. lletín, cae bajo el dominio tiránico y esclusivo
D.a PAZ. Sinceridad que le honra. de la fatalidad.'Ya ve usted lo que sucede con
PEPITA. Si tiene unas estravaganeias el san- i Mañanita, la que está depositada en casa de or-
to varón Oiga usted las necedades que en- ! den superior. Era la muchacha mas obediente á
sarta aquí. (Lee.) «Sí, Pepita hermosa, usted • sus padres; y de pronto se ha enamorado de su
es el único bien de mi vida.» i don Tomasito, y ni consejos, ni lágrimas, ni
D.a PAZ. ¿Es necedad eso? !• amenazas, han podido quitarle el capricho de la
PEPITA. ¡Válgame Dios 1 no lo digo por estas | cabeza. ¿Qué es lo que ha trocado á Marianiía
espresíones sino por lo que sigue. (Continúa j de dócil en terca? La fatalidad. Yo no soy capaz
leyendo.] «Yo np me atrevo á presentarme á us- j de hacer daño a nadie; yo sé que voy á dar á
ted para saber mi sentencia de palabra ó por don Crispin una pesadumbre, que le puede cos-
escrito; y sin embargo desearía salir al mo- tar la vida, sino saco al balcón el loro: y ¿en
mento de tan penosa incertidumbre. Usted á qué consiste que me siento con ánimo para ello,
eso de las doce acostumbra poner en el balcón sin sentir ei menor escrúpulo de conciencia? En
á su favorito ei loro, y siempre le hace repetir la fatalidad; en que yo no he de ser de ese hom-
unas mismas palabras entonces, yo estaré en la bre. Crea usted mamá, que ni la pólvora, ni la
calle á esa hora; y si veo y oigo al ave que ha imprenta, ni el dinero, ni aun la moda misma
de anunciar mi destino, subo á postrarme á los tienen la fuerza irresistible que el reciente in-
pies de usted: si el balcón está desierto, corro vento de la fatalidad.
en derechura á la casa de postas á tomar un D.a PAZ. Basta, hija, basta, porque entre
carruage que me alege de Madrid para siem- el número de las fatalidades debe contarse la de
pre.»— ¡Ocurrencia mas ridicula! que no me hagan mella tus argumentos: pero
D.a PAZ. Las palabras á que alude creo que yo me he propuesto casarte á lu gusto, y así tu
serán las de ese estribillo que no se le cae del voto es inviolable. Abre esos balcones: yo llevo
pico al lora: «Dueño mió, ¿quién te quiere? el loro al retrete.
yo, yo.»
EL LORO. (Repitiendo.) Dueño mió, ¿ quién (Doña Paz coje y se lleva la jaula; doña Pepita
te quiere? yo, yo. hace un mimo á su madre con la amabilidad
PEPITA se abalanza á los postigos de los bal- propia de una niña que se sale con su gusto,
cones y los cierra precipitadamente, dejando la abre los balcones, y luego se llega á la puerta
sala á oscuras y gritándole al loro: «calla mal- del gabinete y dice en voz baja): «Mañani-
dito , calla. ta, ¿puedes oírme?»
EL LORO. Calla, calla: ¿quién te quiere?
yo, yo, yooooooo. MARIANA. (Que sale enjugándose los ojos.)
D.a PAZ. . No te asustes, muger, aun no son Aquí estoy, Pepita; ¿qué ocurre?
ias once , y por consiguiente don Crispin no e s - PEPITA. Parece que has llorado.
tará en la calle. MARIANA. ¡Soy tan desgraciada!
PEPITA. El reloj de los amantes siempre ade- PEPITA. ¿No vas á casarte con el hombre á
lanta. Me desesperaría si hubiese acudido al re- i quien amas? ¿con el hombre que adora en tí?
clamo. MARIANA. ¿Adorar? Catorce quimeras he-
D.a PAZ. ¿Con que definitivamente, *no quie- mos tenido ya en quince dias. Te aseguro que el
J tal don Tomás va sacando un geniecito Y
res casarte con él?
PEPITA. Definitivamente, mamá. Don Cris- luego, cuando una reflexiona sobre el porve-
pin es un buen sugeto, pero no es lo que yo nir... Enemistada con mispadres, amenazada de
apetezco para marido. La que se case con él, la miseria...
5
M
PEPITA. ¡Ay Mariana! ¡ y te casas! se te conoce. (Aparte) Debe estar ya ética en
UARIANA. ¿Y qué he de hacer? mí reputa- tercer grado.
ción lo exige. Ademas que todo lo que sufra me DOLORES. ¿Qué sé yo como estoy? Dos años
lo tengo bien merecido. Si yo no hubiese dese- de matrimonio he pasado, que han sido dos
chado un partido escelente Di para que me años de infierno: ya se llevó Dios por fin á
llamas. aquel maldito carcamal que me arruinó mis bie-
PEPITA. Era para decirte que tengo un no- nes y mi salud: pensaba respirar en mi nuevo
vio. estado; pero, amigas, con achaques y acreedo-
MARIANA. Para bien sea. res, de nada sirve la satisfacción de ser viuda.
PEPITA. NO hay motivo de parabienes, que MARIANA. ¡ Oh ! tú te pondrás buena.
aunque le tengo, no le quiero tener. PEPITA. Podrás casarte.
MARIANA. ¿Vas á darle calabazas? DOLORES. ¡Casarme! Eso se queda para vo-
PEPITA. Hoy mismo. sotras; lo que es yo viuda moriré.
MARIANA. ¿Tiene mala conducta? PEPITA. ¿Siendo tan joven?
PEPITA. No. DOLORES. Veinte y cuatro años tengo ; pero
MARIANA. ¿Es viejo? ¿es achacoso? ¿y si no cumplo los veinte y cinco?
PEPITA. NO. MARIANA. No seas aprensiva.
MARIANA. ¿Es pobre? PEPITA. Debes procurar distraerte. No te fal-
PEPITA. NO. tan amigas ni amigos.
MARIANA. ¿Es feo? ¿Es tonto? DOLORES. ¿Amigos? Si, buenos desengaños
PEPITA. Eh , puede pasar. Tal vez tú le co- va una recibiendo. Conocí yo á un sugeto á
nozcas: don Crispin Cabrejas. quien tenia por la misma bondad, y acaba de
MARIANA. ¿Don Crispin? ¿Y desprecias á darme un chasco ¡ de mi flor!
ese hombre? PEP. y MAR. ¿Cuál? ¿Qué? Esplícate.
PEPITA. ¿Te casarías tú con él? DOLORES. ¿Es un joven que trataba mucho á
MARIANA. ¡Ojalá me hubiera casado! mi tutor, que se me mostraba muy fino, y
PEPITA. ¿Te ha pretendido? vamos, parecía que...
MARIANA. Me pretendió; le desdeñé, pensé, MARIANA. ¿Fué amante tuyo?
que no me acordaría de él en mi vida, y desde DOLORES. Lo fué: hice el disparate de despe-
que miro cercano mi enlace, no se me aparta dirle, y ¡bien me he arrepentido 1 Alguna mal-
el tal don Crispin de la memoria. Yo no sé en dición me debió echar, porque desde entonces
que estaba pensando cuando le di su pasaporte. han llovido calamidades sobre mí. No olvidaré
|Fatalidad que la persigue á una! las palabras que me dijo, no. «Usted no me
PEPITA. Fatalidad! quiere por esposo; pero se halla en poder de un
UNA CRIADA. (Anunciando.) Doña Dolorcitas tutor astuto que tiene puesta la mira en u s -
Raspón. ted y lo que va á hacer es ir espantando á esos
mocitos elegantes qne rodean á usted y en cuya
(Pepita y Mariana corren á recibir á la ciu- comparación pierdo y o ; aprovechará alguna cir-
dadana Dolores que viene de luto, y mas cunstancia favorable, y usted será de ese hom-
flaca y ojerosa que el espíritu de la golosina. bre libertino, malgastador y viejo.» Palabras
Se besan , se abrazan, hablan las tres á un de profeta: punto por punto lo que después
tiempo cinco minutos antes de sentarse y otros aconteció.
cinco después de sentadas , y se pasan otros PEPITA. ¿Y cuál ha sido el chasco?
cinco primero que se entiendan; en limpio, DOLORES. Luego que enviudé, le fui á ver ca-
un cuarto de hora de guirigay.) sualmente á una casa donde concurría: nos h a -
blamos, le indiqué mi situación apurada, me
PEPITA. ¿Y cómo te va, Dalorcitas? ¿Cómo ofreció verse con mis acreedores y conmigo; y
te sientes de tus achaques? Mas aliviada, ¿eh? desde entonces... échale un galgo.
PEPITA. ¿No cumplió su palabra? Marianita •. la modista acaba de traerlos.
DOLORES. Las palabras fueron dos: ha h a - MARIANA. ¿Ha venido la modista? Vamos
blado á mis acreedores, ha obtenido de ellos allá.
una espera de dos años, y aun creo que les haya
dado maravedises... (Y se van en efecto la mamá, la viuda ética y
MARIANA. Hasta ahora el petardo no es muy la novia, con la celeridad y ansia que es de
de sentir... suponer entre mugeres, cuando se trata de
DOLORES. Si lo es, vaya; vosotros no queréis registrar sus trapitos. Pepita no las sigue,
entenderme. Ha visto á esas gentes; pero no me porque ha desdoblado la carta, y su contenido
ha visto á mí. le ha llamado fuertemente la atención. La
PEPITA. ¡ Ahí ya. primita Pilar después de pedirle cuentas acer-
MARIANA. Dolorcitas, ya sabes el refrán: ca de los perifollos que se usan en la corte,
«cuando quise no quisiste, y ahora que quieres, se espresa en los términos siguientes. «Aquí
no quiero.» en Fraga tenemos un puente de madera que
PEPITA. Una cosa parecida he oido contar á pesar de que lo construyen haciendo uso de
hace poco. la célebre maza, cada aüo se lo lleva el rio.
DOLORES. Con todo, yo tengo sospechas de Dias pasados se ha hundido, al tiempo de p a -
que eso ha de ser un puro artificio para ver si sar un carruage procedente de Madrid: el car-
doy mi brazo á torcer. A la casa en que le vi ya ruage ha caido, las personas que iban dentro
no va, he sabido que concurre á esta, y quisiera han recibido fuertes porrazos y una de ellas
que le echaseis alguna indirectilla sobre el par- ha muerto, que era una amiga mía. Admí-
ticular. rate de la desgracia de esta criatura. Jamás
había querido salir de Madrid; tuvo un novio
PEPITA. Todavía no nos has dicho su nom-
establecido en la corte, y este-no le gustó; los
bre.
que la obsequiaron después fueron todos de
DOLORES. ¿No lo he dicho? Estaba en que sí;
las provincias; casó al fin con un catalán, y al
es don Crispin Cabrejas.
venir á esta tierra ha encontrado en ella su
MARIANA. ¡Don Crispin!
sepultura. Si se hubiera casado con el de
PEPITA. ¡Don Crispin 1
Madrid, quizá no hubiera tenido necesidad
MARIANA. Ese condenado de hombre tiene la
de pasar el puente de Fraga. Yo conocía al
fatalidad de hacer infelices á todas las que no
tal novio: era un don Crispin Cabrejas, de
le quieren.
quien no sé si tendrás noticias.»)
PEPITA. ¡Fatalidad diabólica I (á Dolores.)
Aquí viene mi madre, que podrá encargarse de
tu comisión. PEPITA. (Suspirando.) ¡ Ay! demasiadas ten-,

(Sale doña Paz con una carta en la mano: se EL RELOJ DE LA SALA, que es de los que
repiten los cumplidos y los besos de la escena anuncian la hora unos minutos antes, inter-
precedente.) rumpe el soliloquio de Pepita; diciendo en su
lengua-. « t i r u l i - r u l i — t i n . t i n , ton, ton.»
D.a PAZ. (A su hija.) Toma esta carta de tu PEPITA. ¡Dios mió! las doce menos cinco,
prima que ha venido inclusa en otra que acabo y ese hombre ya estará acechando: hay que
de recibir. decidirse. ¿Se dará apuro mayor? A tres m u -
PEPITA. ¡Carta de Pilar! ¡Cuánto me ale- geres ha querido; las tres le han dado calabazas,
gro! y las tres han sido ó son infelices: si yo se las
DOLORES. Mientras la lees, voy á decir á tu doy también , voy á correr igual suerte. Maria-
mamá dos palabras. nita, mal casada (porque ya como si lo estu-
D.a PAZ. Tenga usted la bondad de pasar á viera); Dolorcitas, mal casada también, y ame-
mi cuarto, y de camino verá los vestidos de nazada de muerte próxima; si sus acreedores
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han consentido en no molestarla por dos años, EL LORO calla y alarga la patita á la apunta-
es porque saben que antes de uno la hereda- dora.
rán; á la otra que no conozco, le ha caido PEPITA. (Dando un pellizco al loro.) ¿Quién
encima la maza de Fraga. Pues, señor, ¡esta- te quiere? yo.
mos bien! Qué maldita fatalidad! O ser mal
EL LORO. (Sacudiendo un picotazo á Pepa.)
casada, ética, ó difunta, que no sé que es peor: | Que no, que no.
ó casarse con él ó renunciar á la felicidad ó á
PEPITA. ¡Maldito animal! ¿Será seña bas-
la vida. No, ¡caramba' yo quiero vivir y vivir
| lante el que vea al loro? Acaso no, porque el
feliz; para eso soy joven y bonita y amable y
i pobre don Crispin es tan suspicaz y modesto
honrada y qué sé yo cuantas cosas mas; asi lo
¡ Tendré que asomarme al balcón y hacerle otra
dicen todos principiando por el espejo.— ¡Eso
| seña que no deje duda.
es y un pimpollito como yo se ha de casar por
fuerza con aquel zanquilargo, con aquel! : (Pepita con la cara hecha un fuego se coloca en
Pues bien está: ya que la fatalidad lo ordena, i el balcón, y su bochorno y aturdimiento han
me casaré con él por no morirme; pero prome- llegado á tal punto que al dirigir la vista
to aborrecerle con mis cinco sentidos. — El caso hacia abajo, no distingue ningún objeto. Re-
es que si le aborrezco, vivo infeliz también; y suélvese á mover la mano á bulto, en ade-
de, todos modos él es quien triunfa, y yo la que man de quien llama, y se entra en segui-
peno. Está visto: no hay mas remedio que ca- | da tapándose el rostro con ambas manos.)
sarse con é! y quererle ; es preciso quererle... de PEPITA. La cabeza le he de escaldará ese pi-
miedo. caro vicho que me ha chasqueado á la mejor
EL RELOJ. « T i n , t i n , tin , etc.» una docena ; ocasión. ; Y qué daño me ha hecho del picotazo!
de campanadas. ¡ Siento pisadas en la escalera; suena la cam-
PEPITA. ¡Las doce! ¡La hora fatal, la hora • panilla: él es. Tratemos de aparentar sereni-
que fija mi suerte! Ea valor. La Virgen Santí- | dad y alegría, de hacer por quererle. (Ensa-
sima me favorezca. ¡Ay, que no está aquí el ¡ ya.ndo una sonrisa al espejo.) ¡Huy! si se me
loro! i están saltando las lágrimas.
B. CRISPIN. (Saliendo con el encogimiento
(Parte como una exhalación á buscar el anima- i propio de un amante calabaceado por tres ve-
nte quedando la sala vacía contra todas las i ees, por cuya razón á la cuarta no las tiene to~
reglas de la comedia clásica. Mientras viene, ! das consigo.) Amable Pepita ¿puedo fiar en la
invitamos al lector á que se asome á uno de bondad de usted ?...
los balcones de Pepita, y verá en la calle á PEPITA. (Sin mirarle ni saber lo que se pes-
uh caballero de buena,estatura, que inmóvil \ ea.) Sí señor, fiese usted. Siéntese usted. ¿Có-
y fijos los ojos en la repisa donde se coloca la mo está usted í • i
jaula del loro, no repara en que los tran- CRISPIN. En el cielo viendo esos ojos. Pero
seúntes, de cada encontrón que le pegan, le i la turbación que observo en usted, aun (si cabe)
hacen bailar como una peonza. Pepita llena de mayor que la mia, me llena de sospechas, de
azoramiento y vergüenza vuelve con la jaula,| miedo.
alarga el brazo y retira el cuerpo para que no PEPITA. (Entre dientes.) ¡ Si miedo!?*¿quién
se la vea al poner el loro en su sitio; agá- tendrá mas?
chase luego y le dice bajito al que ha de ser CRISPIN. Le tiembla á usted la mano, Pepi-
su intérprete; «dueño mió, ¿quién te quie- ta. (Esto equivale á decir qne la ha cojido sin
re? yo.) ! oposición.) Está usted todsÉftréniula. ¡ Ah! no se
j anuncia así el cariño, feo. Lo veo, es preciso
EL LORO se rasca haciéndose el sueco. | separarnos.
PEPITA. (Mas recio y con ansia.) Dueño mió, PEPITA. (Aterrada.) Ay! ¡Por Dios! No se
¿quién te quiere? separe usted de mít. ' '•'*>
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(Maquinalmente ha abierto los brazos para de- frente unos cuantos pares de besos con la r e -
tener á su amante, que ageno ya de dudas la signación de una mártir, en cuya patética
estrecha en los suyos; mientras la pobre chica situación sorprende al interesante grupo la
llora como una Magdalena y recibe en su mamá, la novia y la viuda.

D.a PAZ. fComo quien riñe de chanza.} es que me ha picado el loro. Vean ustedes como
j Eli! | me ha puesto la mano. (Por supuesto que don
DOLORES. (Como quien se sorprende de ve- i Crispin estampa un beso en ella para que se
ras.) ¡Ah! ! pase el dolor.)
MARIANA. (Como quien se escandaliza de en- D.a PAZ. Pues, hija, no podias elejir marido
vidia...) ¡ Ah! mas á mi gusto. Sé feliz con él y con mi
CRISPÍS. Soy feliz, doña Paz. bendición.
LAS TRES RECIENVESIDAS. Ya, ya lo vemos. MARI AS A. (Reconcomiéndose como si le hu-
CRISPÍS. Pepita me quiere ¿no es verdad? biese picado el loro á ella.) Amen.
PEPITA. Sí señor. DOLORES. (Con gesto de catar vinagre.) El
CRISPÍS. Pepita va á casarse al punto con- señor don Crispin hará un escelente casado.
migo: ¿no es verdad ? EL LORO. (Con tono prafético.) ¡Ajajay qué
PEPITA. SÍ señor, sí señor. regalo!
CRISPÍN. Pepita hará feliz á su esposo: ¿no CRISPÍS. Si Mariánitft ó Dolorcitas quisieran
es verdad? servirnos de madrina. .
PEPITA. SÍ señor, sí señor, sí señor. DOLORES. Tengo que salir á tomar aires á
DOLORES. Pero observo que Pepita llora y Málaga.
que tiembla como una azogada,- cual si ce- KL LORO. Buen viaje.
diese á la violencia, cual si no le quisiera á MARIASA. Yo tengo también que pasar á
usted. Malagon.
PEPITA. (Vivamente.) ¿No querer yo al se- EL LORO. Buen pasaje.
ñor? Lo quiero como á mi felicidad , como á D.a PAZ. Pero siempre quedaremos tan a m i -
mi salud, como á mi propia existencia. Si lloro, gos todos.
38 ,
DOLORES ¥ MARIANA. Si , SÍ. Pero yo pregunto
CRISPIN Y PEPA. Ya, ya. la manteca, es unto?
EL LORO. (Desgañitánduse.J ¡ A y qué risa,
qué risa me dá! Otro Juan no miras
si andas los dos mundos:
Y sin mas pormenores cada diez segundos
del casamiento, cuenta mil mentiras.
aquí acaba, lectores, Y pretende fiero
el drami-cuento. de cualquiera modo
J. E. HARTZENBUSCH. que le llamen todo
menos embustero.
Pero yo pregunto
la manteca, es unto?
LETRILLA.
La melosa Blasa
PERO TO PREGUNTO de ojos rutilantes,
£'¿ MANTECA ES UNTO? pródiga en amantes
y en amor escasa.
Luisa; aun siendo á posta La que á ciento espeta
mas rica que casta , que pbr cien se muere,
y aunque triunfa y gasta convencerme quiere
del amante _á costa; deque no es coqueta.
Jura que ni pizca Pero yo pregunto
chupa del querido, la manteca, es unto?
y en mirar torcido
dice que no es vizca. Todos de mil modos
Pero yo pregunto faltas cometemos
la manteca, es unto? y pasar queremos
por modelos todos.
Tiene un ama hermosa
Si del mundo el eco
mi vecino el tura ;
porque no legalice
y aunque el mundo jura
malicioso dice
que es del amo esposa, que si yo no peco :
Siempre él ha querido
Ya varío el asunto,
convencer taimado, ya nada pregunto,
de que no es casado que respondo al punto
porque..i)ft,es marido. la manteca es unto.
Pero yomregunto
JUAN MARTÍNEZ; VILLERGAS.
la manteca, es unto?

Pepa, luz del cielo, LAS TERTULIAS.


de Avapiés aborto,
de refajo corto,
y ancho terciopelo: ARTICULO SEGUNDO-
Persuadirme anhela, Mirándolo despacio y aunque lo miremos de
con demente chola, prisa, el primer dia de tertulia se diferencia de
de que no es manóla todos los demás así en la índole de los cumpli-
porque no es Manuela. mientos, como en el modo de pasar el tiempo; y
39
por esta razón le hemos hecho objeto de todo un La procesión se va enterando muy minuciosa-
artículo. El segundo día de tertulia tiene m u - mente de la alcoba con todas sus perchas y su
chos puntos de contacto con el primero y parti- cama casi cuadrada, lo cual denota que allí no
cipa de algo de los subsiguientes, así como un duerme una persona sola, del despacho del se-
hijo se parece á su padre y este al suyo, sin que ñor que no sabe si es despacho de abogado, de
el nieto y el abuelo sean semejantes en nada. músico ó de comestibles. Revísanse todos los
El segundo dia de tertulia ya tenemos la con- dormitorios y piezas de paso y la despensa con
fianza que infunde el conocimiento de las perso- sus chorizos, y sus jamones, y sus basares, y
nas; pero falta la que inspira la familiaridad del sus alacenas hasta colarse en una pieza que t i e -
trato. Ya no hay necesidad de tantas cortesías; ne chimenea y fogón, y espetera, y fregadero, y
pero aun es necesario no parecer idiotas. No es tenaja para el agua. ¿Supongo que ya sabrán
indispensable estarse en el asiento inmóvil como ustedes cual es esta pieza? Pues la señora h a -
santo de estuco; pero seria grosero rascarse el ce á los que la siguen tan avestruces, que des-
cogote y orearlas camisas sobre el alambre del pués de ver todo esto les dice: esta es la cocina.
brasero, y contar si el amo de casa tiene un di- Ya los vecinos se han posesionado de toda la
vieso y el lugar en que le tiene. La señora ha es- casa con tanta franqueza como puede haber al
tado todo el santo dia sacudiendo trastos con los mes de la reunión y con los cumplimientos de
zorros y desempolvando el techo y los rincones «Todo es de ustedes.» «Muchas gracias,» resa^-
para enseñar toda la habitación á los vecinos, y bios inevitables del primer dia.
aquí empieza un ojeo que parece procesión del Antes de dar á todos sentados en el gabinete
Corpus.—«Miren ustedes, dice la señora, esta es porque esta no queremos hacerla cuestión de ga-
la sala que suele ser un complicadísimo mosaico binete, conviene observar cierta distinción eu
en los adornos: los hay de todas razas y edades.
los ofrecimientos por mas que se decante fran-
Al lado de un camapé moderno de rica caoba,
queza y sencillez. En los lugares cuando matan
vemos un rancio taburete de esquisitb pino. En-
un cerdo solo se acostumbra á regalar morcilla á
cima de una mesa de mármol con elegantes flo-
los que le matan también para que haya corres-
reros, suele haber una escribanía de estaño con
pondencia de agasajos. También entre los litera-
el tintero de vidrio y la salvadera de barro aji-
tos se obserya esto de dar un egemplar al que
carado, y debajo de una magnífica rinconera, un
pueda pagar con otro sea de comedias ó de
sable de caballería del amo de casa que es nacio-
poesías; y esto mismo se retrata en los cumpli-
nal. No es difícil que haya alfombra en la sala;
mientos de tertulia. Al que manifiesta buena for-
pero es probable que esté tapada para que no se
tuna, se le ofrecen dos veces ó tres las cosas, al
constipe con media docena de peludos. Si es de
que va de mal pelage basta y sobra con la p r i -
los cuadros no hablemos, porque nos veremos
mera. No hay hombre mas franco, que el que
precisados á colocar entre dos estampas france-
dice que no es franco.
sas un espejito con clavos romanos, ó el abece-
Pero demos á la procesión descansando en el
dario bordado en linón por la señorita de la ca-
s a , ó una cosa que no se sabe si es cabeza ó gabinete al rededor de una camilla con tapete
cuerpo dibujado por el hijo mayor, el cual ha t e - verde y veamos que clase de distracción convie-
nido muy buen cuidado de poner debajo: lo Yco ne á la segunda noche. ¿Se hablará del tempo-
Gulian bentosa vagó La direcion de doN Hanbro- ral? No; porque esto pertenece al primer dia.
sio Capalero. — «Aquí está la alcoba , prosigue la ¿De literatura ó política? Tampoco; porque las
señora, lo mejor de la casa.» Los casados siem- mugeres querrán meter su cucharada, y no hay
pre dicen que lo mejor de la casa es la-alcoba-, cosa mas repugnante y mas tonta que una muger
las doncellas de saca están por el balcón; y los hablando de política, ó haciendo coplas. Dejare-
viejos y los chiquillos dan al comedor la prefe- mos á los hombres que echen dos manos al solo
rencia. Fuerza es confesar que los niños y los ó al tresillo. (Por no desmayarme no he dicho
viejos y los casados dicen las verdades. que saquen la lotería ó el tablero de damas, aun-
que por lo regular suele ser el pasatiempo m u -
m
cbas nf^esdeiodftslai6aac,8»rwaiaK#ei'A.íue- ruíita-rlas. CuaH4u.,se«ssnteB<;ie k hacer un rami-
íie»df:\aíhífl»ia( mi narr¡a<?¿o¿ij¡voy á* di,vidiy-,la Hete de flores saeftlajjrenda del joven mas biea
tertuliaren, dos parte^ápSiifiejeis.qufijjjue&an¡4,1a* portado, é iRtetes4Bt«i«po>- ver si luego de ¿>ten
naipes, y los mofóse viejas, que echan un j u e ^ atadé y escardando los. abrojos y ortigas que le
de prendas. T>ftdojes>;cosa de. juego,. •>« afean le regafa &sj^hij^.,Si surte efecto la pildo-
Mucho, t i ^ p e s ^ n e e e s a r i o en la elección del ra, ya ípstajBos^^fíieates: sino no importa, en
j$¡ego, y ecjie nfcte dj¡|i¡egosr para que alguno no otro pez se clavarági,!.anzuelo.
se dé pos aludido. Ps^^ajaos en primer lugar el ¿Qué sentencia usted como muy agraviado? —
detapararcuna latrat^s^ea por egemplo la c. Uno Que diga una «puntilla.. ^.Puhre poeta que se ha-
firaielipañuelo si k tiene, y SLÍU> le pide; y e s - li&sen la reunión : ya tiene.; la depositaría un pa-
IÜt»&<un apura del demonio, porqués» wtm le tie— I ñuelo, una petaca ó un billete del Liceo que saca
B Í ^ B W C O , otro le &é',»«Taj|¡o, otro letiene, pero Aef»al^fi<cen diciendo con candongo disimulo.
esnte yerbas, J D O faltai qniease vaya sin paíiu&- ¡Pwpifeseidedo^,.. qué casualidad^.
ljj» Di«é ¡ %¡És el. primer»,:-ha venido un barco tEafijiíejdiga «na quintilla, que la diga escla-
cargado de>...y*el que l$J*eetbe tiene que decir «9aniíodjiSíír^p^í)n¡te,«.ftedes el pié.—Ahi vá:
Hila cosa que«mpÍ8eadÉni_e c»m» cascarrias ¡*&e- •¡ , MopMw&i carnalidad.
•¡ferita h8y;q«¡e¡jnecesita pensarlo una hora, y sa- W» ne«esité mucho tiempo el amoscado versi-
le con avichuetás, 6 tomates. Y «|¡3Í se prosigue: fújador para res{Joádai>:,,
ha venido un barco'véfgmdo 'de*..;- cazurros. Bt
rtBSí'déi'lá casa cVeíéc que lo dicen por él y sé i> ,^e.ñ#res, e§ caf^stad,
^mtífmsi' ^'cárffmao '•««.!•.<éOxfne¡tas.— Las solté*- adquiera la gejate incauta
fas se dan •pórí!alolHdás y se enfadan : —cargado ptdbar mi capacidad;
dl|B. calvow.^—^Llaiteio de la casa entiende que es que esta vez soflié la flauta
pulla y seineomoda; ' por una casuaiijdad.
Variemos-el juego. Una vieja tiraba de un na-
bo, típafyué tifcM'<y¡»o¡fudewrtancarlo. —Alas ¿Oue sentencia usted? —Gue haga un favor y
j
viejas se las tlfesa.-pafcela ; — trino un viejos tino un disl|i¥»rj.^ -áí JDI»S: i^eáíla suerte á la m u -
¡ 4
ide'l&'vieja j lu-.tiiejU MI «Étitey íi'ra que tiray no •ohaoba ,riaas> temida-y simple del corro. ¡Este si
%pv,do arrancarlo.'— Los viejos están que bufan. q u e « s a t u r ó ! í-Qaé dirá que no pueda ofender?
Mási¡valdré efflnibiaT de juego-no lo echemos toáo La, p*lwfteM(shjaa-eBeaja e por b lo que sé la ocurre
-&i$&wm: El*wrmbisp4tfle tPanstantinopla el y srenteypucque no se la alcanza, mas. «Usted es
tfoins<flf>ispó de-Qénnantitiopln..: sv^q%dere desar-feuen njozo-.i .ípero,,,!ltiieia£ ana tercia de nariz.»
%ÁViieonsiantinopDl%tmú&'9,r!...; sepiliere desttf- ^ B f fembreis'iir^podeflij; remediar se pásala nsa-
ÜÚhiMonstantinop&.ÜañiMr^EldiitárzobiscoWs1- » » p o r fa c-aíaj*^!«Dsted tientp talento... pero.....
tántin-opolitanizador que IwéesamoMseoitstan- ee'jofefcadf'.'s^Fal'tasba^ que no se ec han-enca-
tiribpolitanízaréy toben 'desarzébisófanstantino- ra,responde esHpaciéñfe—Por eso usted se la
yoii^Mi&iAev ser.á. Aquí no solo lo daremos por eché en las es^jail^as; tsotuesta la HMdrse de la
conclUSdto ipof el desasosiego en que están' los 'Jüonoíflla. i-«Usted es gracioso pero aigio/jóven...
gangosas ytertaínínd.©» d é l a tertulia, sino por- —Tema 'Ssos son dos favores.—Sajarlo estar
que lodos haft d a d o y a prendas-suficientes pava l q^te mas salíe el cuerdo en su casa, que el loco
•pasar la noche «fe'rilás%ért>ébeias. '•' *•' enla> ( | f f i ^ y esta es una ab'íumadora perogru-
lit'aepositaria d&lá® prejfdas suele ser una de llá^'a^ • ',•'•'
lSs mamas que no: han" jugado"', y eáte^étópleo ¿•Qtié-'sehtencia usted? -%%ue contente. -¡—Sal-
qué á primera vista parece insigflificaittiéfwe>ne ga la prenda. ¡Ay! del-jó*én que se lleva todas
¡su intríngulis y hay esn él sus cálculos yíitoápIS'as. las mirad»» y a.t£nei»ííeS' de las muchachas.
Una depolfliana deí|í#ndas ha de tener»ofcte de —«Se «onfléntará? ustied/(dice á la primera) con
linee,, f)ft«á>ví*'tí(s prendas: tacto de jagadSfp'l1- « n plato de arropeli-^-Nó señor. <-?• ¿Y con q«e
r*»eoÍSJcert*p;f éifst» de perdig«epoipa*»f8*v- ^la toque e4 píeraift glande á e i a lotería? —Si ffo
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juego nunca. — ¿ i con casarse, pronto? —Si se- , yo que con amor paterno
ñor. —A. otra. Poro - mas ó «irnos a-i se van ! le seguí de«de el columpio
contentando (odas: hasta que liega a MI pimpo- j de la'Cuna basta dejarle
[lo,con quien (luirla al oído eo^as que no tienen en los línfites de mi lu-(ro ;
que \ev ron el juego. ¡Qué bievMias ¡(jo osla ma- I hoy que marcha por su pié
ñaua a misa; le estuve esperando cerca de dos y aunque con peco discurso
horas! ¿'Eh? — No. — Mañana te daré billete muestra en SU lengua espp(¡¡la
para un teatro casere¿le dejará ir tu madre? í que no nació Sordo—mudo,
¿T.li ?— No.—• Mira cftíea'tienes uno- ojos que me j voy a proseguir su historia
ponen malo. Tendías en mí un esclavo basta la ', con olio romance en tío; —
tumba... ¿Eh?—Me contento, dice la mocita con | y «ba-ia de introducción
mueba naturalidad ¿qué ha de bacer una.' Vaya i a! capitulo segundo.
que no saben salir de comidas y rpremio- e-ios 1 El niño es p:.bre, oes rico;
.. . I
el niño e- hábil, oes rudo;
ambiciosos.
dócil ó díscolo; — lies
Largo de eructar seria tantas<sisWencia como
verdades de Pero-Grullo.
ocurre y la aplicjjprjnsfSaálfica de Pada una: de-
Si engendro lúe sii-pirado
jaremos por con'S%uien-fe % un Jado el tres veces !
de padres de alto coturno,
s¡ 1/ irrs veces tío. el s&y. tmt.^n y quiero, el po-
[i enturosa criatura I
ner cuatro pies ntrla»ijf$T/><l. r\ iextaiu*itlo « os- [
dirá el r\i\ idi«-o vulgo.
cliras, el .s¡ tis!etl'!fíierti gallo »; ¡ftyallina . ;<¡.óu-
; Se engaña : indo viviente
de me picaria-7'y o'^Tas infinitas. Bástanos asegu-
nació para el infortunio
rar que el juego•$£ prendases la-alcahuetería
y con ol ra disyunti\a
mas decente (fae l|0riiiveYit'w|a' la sociedad y que
voy á probar le que anuncio.
de un juego de prendas «nachas vetes resultan :
dos ó tres matr¡mwa«5. O lemienda a i ada ¡lisiante
Los del tresillo" h*n acabtséo al mismo liempn que le acometa el singulto
que las prendas. Bejemoj^qüé seíBSÍren los y¡e- | de la niueiie. le sujetan
jos á dormir y los j6\ ene$*% sonar uno- en espe- á planes de higiene absurdos;
ranzas, y oíros en realidades. Nu -era difícil que v aun [iie [lure y se desgreña
á los quince diys ha*á un par di bodas, y ;¡ los el infeliz ; no hay recurso !
diez meses se aumente la leiitiUa con cuatro ó como el doctor Tlrteafueta
seis cabezas mas5. r*ifff*> n i ñ o s ; nadii/a-. ¡Quien ponen lasa á su baixllsilo:
sabe si a mi y a los que lra«.<*s';o- artículos les y toda goce le daña-
sucederá otro lanío! ¡Quien -abe -i ('clon y Bo- y todo juego es abuso
naparte y Gopérnico debieron su existencia á las para él . y ha-la del air«
tertulias y lautos inmortales descubrimientos y le merman el usufrulo.
tantas hazañas célebres, traerán su origen de un ; A-i se cria canijo
juego de prendas.'.' el que naciera robusto
JGAN MARTISEZ VlI.lBRSAS. y ti fuerza de amor sus padre»
se convierten en verdugos'!
O bien , con necio cariño .
LA N1NKZ halagan todos;sws gustos
y de un moi oso rajiaz
hacen un rey absoluto.
Yo . aquel del roma* ce en go V no es mas feliz por eso
que los vitales preludios el acariciado alumno,
narré del ruitaáo párvulo que con el mimo y los año*
recien-venido á este mundo; trece en su pecho el orgullo.
t)
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Llega día en que no bastan Si la tina a o j e aflige
las riquezas del Gran Turco tendrá al menos, de seguro
para dejar satisfechos sabañones en invierno
sus caprichos importunos*; y seguidillas en julio.
Cuando le ofrecen faisanes ¿amas aeierta el pobrete
se le han de antojar besugos, á dar á sus padres gusto:
y pide peras al olmo, si habla , «¡ charlatán maldito!»
ó que nazca Dios en junio. y s i n o chista, «¡cazurro!»
Fáciles goces le cansan; Siempre pagan sns mofletes
que, como dijo Licurgo,
cuando no hay pena no hay gloria,
donde no hay lucha no hay triunfo.
Así la mitad del dia
pasa en hastío infecundo
y la otra mitad rabiando
como si fuera energúmeno.
Mas sí al hijo del magnate
tan mala fortuna cupo,
¿qué no sufrirá de un quídam
el desdichado producto?
¡Y al santoaDios de terael
en sus altos juicios plugo
que los ricos sean pocos
y los pobres sean muchos!
Primero que la razón
en él ejerza su influjo
al brazo seglar le entregan
de un maestro ceji-junto.
¡ Cuánto le cuesta aprender
la primer letra de burro !
¡cuánto el escribirla luego
con intercadente pulso!
¡Cuántos lirones de orejas
y cuántos azotes crudos
para meterle en la cholla
los domésticos disturbios,
que uno es tres y tres son uno!
que no hay leyes para él...
¿Y qué diré ¡santo Dios!
escepto la del embudo.
del quis vel qui y el gerundio,
En vano voraz su estómago
y de C&melio Nepote
pide sin cesar'condumio,
y de Fedro y Quinto Curtió ?
que si abundan los sofiones '
Si inhábil para las letras escasean los mendrugos.
le dispensan del estudio Cuando le compran zapatos
confinado en un taller los pantalones son nulos,
suda gotas como el puño. y cuando estrena chaqueta
Ven su casa y en la agena el cogote vasTdesnudoí
su destino es siempre zurdo, y todo trapo;íes inútil
ora manejé el escoplo, antes que logaste el uso;
ora interprete á Safustio.. que no crece la corteza
á medida del arbusto, DISPARATES SIN QUERER.
<3 retrógrada su ropa ,
como dirían algunos, No hay cosa mas fatal que la distracción en las
no sigue el progreso rápido imperfecciones mo'rales del hombre. Ella es cau-
de sus brazos y sus muslos. sa del papel ridículo que por lo regular hace en
ASÍ en su niñez vegeta las calles como en las tertulias, el que por otra
entre desprecios y ayunos parte causa la admiración de los que lo conocen'
y llega á la pubertad Un hombre sabio es siempre meditabundo, sinó-
escuálido y larguirucho. nimo de distraído, y un hombre distraído, así
¿Será mas dich so en ella? como tiene toda la frialdad hija de su enagena-
Ni lo afirmo ni lo dudo miento para echar á andar por la calle con botas
por hoy. Al tercer romance de montar y en mangas de camisa y saludar á
dará ^esla cuestión asunto. los que no conoce y no saludar á los conocidos,
Y pues el señor Ayguals así cuando habla saltan de su boca palabras e s -
me ha contado los minutos, travagantes incoherentes, aparecidas al acaso.
con su licencia suprimo Esta misma distracción le hace parecer rústico
la moraleja y concluyo. como un foncarralero diciendo tal vez «beso á
usted la mano» á las señoras, y «á los pies de
MANUEL BRETÓN DE LOS HERREROS.
usted» á los caballeros ó equivocando las pala-
bras sin sentir como alguno que yo conozco que
dice ojepto cuandohabla, y objeto cuando escri-
b e ; bien que esto que pertenece al número de los
DISPARATES. disparates sin querer, sucede muchas veces
cuando el que habla fija todos sus sentidos en la
pronunciación. Palabra hay que se masca cinco
¡Gran novedad! ¿qué otra cosa que disparates
minutos y aun se queda alguna letra entre los
podíamos esperar de tí? dirán los que tengan la
dientes.
costumbre de mirar como yo la firma antes que
el epígrafe. ¡ Alto aquí! Hoy voy á plagar mi a r - Pero estos disparates chocan solo cuando s e '
tículo de disparates, y de disparates garrafales; oyen, y pare usted de contar. Los disparates sin
pero entiéndase que no soy yo quien disparata; querer que no pierden nunca , son los del cajis-
otros son los que disparataron, y tal vez llegue ta; estos son los disparates generalmente/cono-
á maños de alguno de los que tienen la culpa de cidos con el nombre de erratas. Pocos ejemplos
que disparate yo este escrito disparatadamente citaremos para dar á conocer la índole y la t r a s -
disparatado. Bastante disparalé hasta el día: cendencia algunas veces de estos disparates que
tiempo es ya de consolarme y divertinse con los con razón colocamos entre los inevitables.
disparatones ágenos; porque está visto que todo Hablando un periódico dias pasados de las
vicho viviente está comprendido en las conjuga- fracciones en que se divide el partido progresis-
ciones del vervo disparatar. ta por decir la fracción Olózaga, ponia la facción
Olózaga lo cual era un disparate maliciosamente
Yo disparato •'..•' significativo. Otro periódico refiriendo una reu-
tú disparatas etc. nión de contratistas en el ministerio de Hacien-
da, dijo: «Serian las dos de la mañana cuando
No prosigo conjugando porque todo puede los contrabandistas desalojaron el ministerio»;
comprenderse en este resumen : todos dispara- y esto de contrabandistas tiene una interpreta-
tamos. Pero en esto de los disparates hay sus ción de todos los demonios. En una novela que
distinciones. Unos disparatamos sin querer y o - yo leí, decia: «el niño era el embeleco de su pa-
tros queriendo; haremos esta separación de ma- dre por decir el embeleso. Y en un diario de la
terias. i oposición refiriendo como un empleado subalter-
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no había contestado con insultos al ministro, en , calle de Leganitos; es decir, que el que lleve
vez de decir: «gran bofetón al oficio de S. E., ¡ un par de capones ó conejos crudos se fastidia,
uecia, gran bofetón al orificio de S. E.» ( 1 ) . porque no se los asan mientras no los lleve
i asados.
DISPARATES QUERIENDO. Aquí se pintan salones, dice un pintor en
; i su muestra , y á fé que ni de balde habrá quien
Los disparates suelen cometerse á sabiendas, ¡ le dé trabajo, siquiera por no tomarse el de
y esto sucede mas fáciimente en la gente de t a - ' llevar los salones á s u . caga por esas calles
lento que en ¡os tontos. Creen algunos que el i de Dios dando que m u r m u r a r al mundo.
genio consiste en la travesura, y son traviesos ó j Se alquilan canias para matrimonios de cao-
quieren serlo, y casi siempre lo consiguen á ¡ ba. Chúpate esa. ¡Qué bueno estaría un m a -
fuerza de ensayos y de empeños. Pero las trave- trimonio de caoba tendido á la bartola!
suras por imitación son tan pálidas é i n s u s t a n - Colegio de niños y niñas de ambos sexos.
ciales, que con dificullad llenan una vez su o b - Ya sabíamos que habia niños de ambos sexos,
jeto que es la celebridad. Líbrese un hombre tra- porque niños es una voz como personas que
vieso de no atraerse las simpatías ó tas maldicio- se refiere á ambos géneros, masculino y femeni-
nes de muchos: porque sus disparates serán cali- no: pero según el autor de esta inscripción,
ficados por la sociedad inexorablemente diciendo niños pertenece eselusivamen.te al masculino, y
que pertenecen al género tonto. Los traviesos para hablar del femenino es preciso decir niñas;
por instinto son vichos de mala especie, perju- y en este caso el disparate es mas enorme porque
diciales á la sociedad; pero sus atrocidades lle- quiere decir niños de ambos sexos y niñas de
van un sello de graciosa originalidad que sedu- ambos sexos: es tiecir, niños hermafroditas y
ce. Dejemos este punto que nada puede ofrecer niñas hermafroditas.
después de lo escrito sobre él por nuestro q u e r i - Tahona de Jesús y Tortas. Ya saben u s t e -
do Larra en sus artículos titulados: Los calave- des adonde está la Tahona de Jesús y pueden
ras. Vamos á los disparates queriendo de la gen- ver por sus propios ojos este disparate origi-
te no civilizada; de esos disparates que los que nal. Siempre.he oido decir Jesús piadoso, J e -
carecen de instrucción ensartan cuando escri- sús Nazareno etc., pero Jesús y Tortas, nunca;
b e n , que si bien pudieran pasar por disparates , porque es un apellido Tortas que solo cuadra
sin querer puesto que no tienen los que dispara- á los tahoneros Zampa-Tortas.
lan obligación de saber m a s , i ¡amólos yo dispa- En la calle del Carbón dice un letrero: Aceite,
rates queriendo, puesto que hacen únicamente vinagre, jabón y velas y demás comestibles.
su santa voluntad, en vez de consultar con los Buen provecho hagan el jabón y las velas al que
inteligentes como pudieran y debieran hacer en tenga buenas tragaderas, que lo coma ni mas
ciertos casos. ni menos que si fuera pechuga de perdiz ó
Dejo á un lado los epígrafes y anuncios de los pala do pavo.
diarios áe avisos, porque cada número daria ma- Subida al peluquero, dice la muestra de mu-
teria para un artículo lo menos: voy á dar cuen- chas peluquerías. Tal puede ser la estatura de
ta de algunos disparates escritos en las puertas los peluqueros que necesite uno armarse de e s -
y esquinas de muchas calles de Madrid, y algu- calcra.de mano para poderle decir al oido; q u í -
no que sepa de otra parte, porque no creo yo que teme usted estas greñas.
en Madrid solamente se disparata. Se venden cajas para difuntos completos. E s -
Aquí se asan asados, dice un rétulo de la to querrá decir, cajas de marca mayor que pasen
de cinco p i e s , para hombres y no para niños;
pero la inscripción tiene su filosofía, porque
( i ) Citamos estos ejemplos á falta de otros. quiere decir para difuntos enteramente difun-.
No se entienda que llevamos intención en ellos,
pues hemos dicho ya que la política no hace bue- tos, no difuntos á medias. Bien sabrá el que le
nas migas con nuestra risueña publicación. puso que muchos vivos son condenados por los
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médicos á morir enterrados, y que si pudieran i sejos, ó taberna donde se dan consejos. En el
romper la caja y levantar la losa que les cu- primer caso, ¡lucidos estaban los consejeros!
b r e , tardarían muchos años en visitar el otro y en el segundo caso, ¡medrados estarían los
mundo. aconsejados! Este letrero ha desaparecido por
Zapatos para hombres rusos hechos en M a - ! fortuna.
drid. Zapatos para hombres rusos ya era díspa- j En Salamanca el año 33 había el siguiente:
rate, porque la construcción física de los hom- j Cirujano y comadrón de, los voluntarios realis-
bres rusos es idéntica, prescindiendo del ta- tas. Se entiende que seria cirujano de los realis-
maño, á la de cualquier otro hombre sea tas y comadrón para las mugeres; pero él no
español, cjipcio ó americano; pero lo que me- I se anduvo en chiquitas, y por si acaso ocur-
rece la pena de examinarse es esto de hom- ría un lance milagroso quiso que los realistas
bres rusos hechos en Madrid. Aquí sí que ; de Salamanca tuvieran comadrón á quien po-
viene bien aquello de á pares como los frai- i der mandar.
les. En la calle de Atocha, frente al cuartel de la
En la calle del Príncipe hay una muestra co- Milicia Nacional, hay un zapatero que tiene una
locada en tan buen lugar que lo que aparece muestra con varios zapatos pintados a cada lado
en conjunto es: de la puerta. La de la derecha saliendo de la
casa tiene la cuarteta siguiente:
Educación de Señoritas
ASEGURADA Si deseas equidad
DE la que los tiempos exigen
INCENDIOS. no dudes tomar la entrada
pues no hay duda que aquí sirven.
¡Caramba con la tal educación! No hay mie-
do que se queme, que la empresa de Seguros En la otra muestra hay una mano pintada
paga. apuntando á la primera que está diciendo :
Aun me acuerdo de las últimas ferias de esta
corte, donde entre otras cosas vi unas botas Lo que aquel dice es verdad ;
de montar de las cuales pendía un papel que y para hacerlo evidente
dfcia, ni mas ni menos que sí las botas ha- ninguno va descontento,
blaran. aunque suba mucha gente.
Nos venden
Cansóme de disparates y voy á concluir con
Solo faltaba que hubieran añadido ¡traición! una reflexión que'tal vez será disparatada, pero
¡traición ! que yo tengo la tontería de pensar que no lo es.
Es muy natural esto de llamar á las ca- Masque tanto arbolado, por mucho que engala-
lles y plazuelas que desembocan cerca de los ne la población, y mas que tanto empedrado y'
Consejos ó de las Cortes, calle de las Cortes, mejora de lápidas y faroles, por mas que sirvan
calles y plazuelas délo-' Consejos: pero es gra- de adorno y comodidad, importa á la capital de
cioso que estos respetables nombres desciendan la nación el dar idea de civilización y cultura.
á dar también su denominación á tiendas y des- ¿Porqué no remediar entonces estos disparates
pachos de cualquier género. Yo he conocido un que tau mal concepto pueden hacer formar á los
Café de las Cortes, y esto es algo verosímil estrangeros de nuestros adelantos? — ¿Y cómo
porque pueden muy bien los representantes de evitarlos? dirá el ayuntamiento.—Muy sencilla-
la nación tener un café inmediato que les mate mente respondo yo. ¿No tienen ustedes emplea-
la sed pero y qué diremos de la Taberna dos que sepan ortografía y gramática? Pues e s -
de los Consejos? Esto puede entenderse de dos tablezcan una comisión de censura y obligúese á
modoso taberna que surte de vino á los Con- todo el vecindario de Madrid á que no escriba
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una letra en la pared, sin el visto bueno de dicha
esto leyendo... ¿en tu opinión le cierras?
comisión. Se contestará que los empleados tienenno me resisto mas, tengamos paces.
ya su negociado que les ocupa mucho, y yo re- Escribiré en la Risa pues te aferras
plicaré que en un cuarto de hora se pueden re- en ello, Ayguals;mas sobre tí los daños
visar todos los letreros que se hagan en medio que mis jovialidades desentierras.
año para Madrid. Digo esto para que no se en- Horrendas cosas escribí en cinco años,
tienda que trato de crear una oficina con el santo
mas nueva luz en mí desde hoy sintiendo
fin de que me den un empleo, porque á la hora de mano voy á dar á mis engaños.
esta ni le necesito ni le quiero. Hasta otro rato. Voy á reirme yo, reir haciendo
JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS. al que no haga llorar, ridiculeces
del mundo en que vivimos descubriendo.
Voy á hacerte reir, pero tus preces
A D. WENCESLAO ATGUALS DE IZCO. dirige al cielo Ayguals, porque te juro
que le voy á mostrar las desnudeces
EPÍSTOLA. de la verdad, en castellano puro;
no correcto tal vez, pero tan claro
(EN VERSO PROSAICO. )
que ha de entenderlo el montañés mas duro.
Tienes, oh Wenceslao, cosas diabólicas, Y aqueste empeño para hacer mas raro
ocurrencias fatales, como tuyas; por mí voy á empezar, ante tus ojos
y desdichas i ay Dios! tan hiperbólicas mostrándome cual soy bien sin reparo.
traen para mí, que aunque de oirías huyas Perdona si tal vez te causa enojos
te las voy á encajar porque á mi antigua mi ruin y flaca aparición barbuda:
y cerril libertad me restituyas. resultado no es mas de tus antojos.
¿Dónde habrá, ¡oh caro Izcol mas ambigua Contempla pues mi humanidad desnuda,
situación que esta ruin en que me pones, y piensa que cual yo te me presento
á los trabajos de Hércules contigua? voy á poner á los demás sin duda.
¿Escribir en la Risa me propones Yo soy un hombrecillo macilento
y hacer reir? ¡ A mí que siempre he sido detalla escasa, y tan estrecho y magro
el cantor de la sangre y las visiones! que corto andando como naipe el viento.
lA mí, que en todas partes me han tenido Y protegido suyo le consagro
por el buho mas negro y melancólico pues son de delgadez y sutileza
que del furor romántico ha nacido! ambas á dos mis piernas un milagro.
¡A mí cuyo estro bárbaro y diabólico Sobre ellas vá mi cuerpo y mi cabeza
espanta al sano público en la escena como el diamante al aire: y abundosa
con obras que espeluznan á un católico! pelos me prodigó naturaleza,
¿Yohacer reir? ¡pues la aprensión es buena! de tal modo que en siesta calurosa
con que te firme yo tu semanario mis melenas y barbas estendidas
no queda al punto un suscritor y truena. á mi persona dan sombra anchurosa.
Mira lo que haces, lzco temerario, Mi cara es como muchas que perdidas
mira que te lo ruego por los cielos; entre la turba de las otras caras
vé tu empresa con ojos de empresario. se pasean sin ser apercibidas.
Porque si yo, cumpliendo tus anhelos, Mofadora espresion si la reparas
tiendo por tu papel mi negra pluma, muestran veces, las mas indiferencia,
te has de tirar muy pronto de los pelos. y otras melancolía, aunque muy raras,
Alivíame este peso que me abruma Cual soy me tienes pues en tu presencia
renunciando á mis versos montaraces, visto por fuera, ^Venceslao amigo,
que es lo que á entrambos nos conviene en suma- pero visto por dentro hay diferencia.
Mas.... áspero mohin veo que me haces ¡ Que aunque soy en verdad, como te digo
de hombre en el csterior menudo cacho, tal vez anduve: mi retrato es este.
alma mas rara bajo de él abrigo. Si á firmar tu periódico mé arrojo
Serio á veces, á veces vivaracho, voy á ser mas dañino que la peste;
teno-o á veces arranques tan exóticos y he de sacar la pluma de mal año
que p*yan en tontunas de muchacho. aunque tu misma enemistad me cueste.
y otras veces los tengo tan despóticos Y pues donde cortar no falta paño
que atropello razones y exigencias en esta injerta sociedad de ahora
por cumplir mis caprichos estrambóticos. do el ridículo solo no es estraño,
Poco alcanzo en las artes y las ciencias, si me quieres así, sea en buen hora:
y eso que allá los padres Jesuítas reír me place, mas á costa agena
me avivaron un tanto las potencias, que es mas dulce reir, cuando otro llora.
Mas yo dificultades infinitas Tú dirás que esla epístola no es b u e n a ,
en las ciencias hallando, écheme en brazos y que sí ha de ser tal cuanto le escriba
de las Musas. Mugeres y bonitas renuncias mis artículos sin pena.
ellas, muchacho yo, caí en sus lazos; Mas aunque bien dirás, en esto estriba
y á fé que sus cariños me valieron la escelencia mayor de estos renglones,
inútiles, mas sendos sermona*os. pues de justicia es ley distributiva
Tantos fueron que al fin me condujeron que si critico de otros las acciones,
á oírlos con glacial indiferencia, me esponga yo á su crítica primero
y en mí esta indiferencia produjeron y les dé la razón de mis razones.
con que miro las cosas (y en conciencia Con esto, Ayguals, contestación espero
aunque cual gran calamidad la lloro recibir de tu puño, en versos frios
no la puedo oponer gran resistencia). y ásperos como clavos; lo que infiero
Alabo el bien y á la verdad imploro, no de uno de mis muchos desvarios,
mas despierto con otra ventolera sino porque contestes dignamente
y el mal ensalzo y la mentira adoro. á versos tales como son los mios.
De esto viene ei llamarme calavera, Contesta pues y ríase la gente:
mas si un día en razón meterme debo que nos llame LA RISA sus apóstoles,
¿quién duda que lo haré como cualquiera' y aunque nos diga el vulgo irreverente
Oscura vida, por mi gusto llevo, que esto es tocar ei órgano de Móstoles.
mas si llevarla del revés importa JOSÉ ZORRILLA.
lo hallo tan fácil cual comerme un huevo.
La existencia no me es larga ni corta,
en paz la paso sin placer ni pena,
Á DON JOSÉ ZORRILLA.
como no tengo plan nunca me aborta.
Sí una buena alma investigar serena EPÍSTOLA.
quiere lo que yo soy, por mil caminos
.irá , y tal vez de la verdad agena. (ven PROSA POÉTICA.)
Que (abreviando discursos peregrinos)
no sirve cuanto digo y cuanto hago A contestarte voy mas que deprisa;
para atar dos ochavos de cominos. pero dame primero un fuerte abrazo
Porque soy todo yo tan raro y vago, puesto que escribes ya para LA RISA.
que ni nadie me entiende ni me entiendo. Caíste al fin, caro José, en el lazo
Lo que hice ayer mañana lo deshago , que tenderte logró amistad risueña!...
dejo hoy tal vez lo que mañana emprendo, Esto es dar á la zorra candílazo;
y así salen mis obras á mi antojo sin que por ello andemos á la greña,
aunque digas ¡oh Ayguals! «no lo comprendo.» que es la pura verdad, y digan todos
Tal sqy, como te he dicho, y algo flojo sí al cabo no eres tú Zorra pequeña?
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Tú que hazañas cantastes de los godos, Tira al degüello á tu sabor y troncha
mojando en tristes lágrimas tu pluma hasta no dejar títere viviente...
qne nos martirizara de mil modos, con tal que á mí no me levantes roncha.
cedes á la razón , y vas en suma Que si la sociedad se alza imponente
e] coturno á ¡atizar de Melpomene, ó se pronuncia contia tí y t u casta,
cuyo puñal a l a virtud abruma! verás cuino me rio grandemente.
Gracias á Dio» que nada te detiene, Y jamás le diré «Zorrilla, basta»
y destierras por fin el ceño adusto á no ser que contemple ya iracundo
tú que sangre bebiste en Hipoerene. al pueblo soberano que te aplasta.
¿Cómo pretendes, Pepe, estar robusto Mas no sucederá; y esto lo fundo
si á la jovialidad íe hiciste el sordo en que la estirpacíon del maleficio
y sembrar el dolor era tu gusto? interesa á la paz de todo el.mundo.
Yo si tengo un pesar... me zampo un tordo: Tomemos pues la burla por oficio,
de torio el mundo ¡voto á san I me rio, y respetando las personas, cruja
y siempre estoy tan colorado y gordo. salírico el zurriago contra el vicio.
Harto breve es la vida, amigo mió; Guerra á lodo malsín y á toda bruja! -
mas toda vez que el tiempo corre ó vuela, guerra á toda sandez y desvario!
no pasarle riendo es desvarío. guer-ia al que al pueblo miserable estruja!
Esto aprendí de mi jovial abuela; Con su semblante estúpido y sombrío
y al ver que alegre completó cien años, dá motivo á la sátira el pedante
alegre sigo su burlona escuela. lleno de orgullo y de razón vacío.
Y no ti Vengas con calientes paños; También la presunción dei elegante
se trata de vivir, y la alegría que debe el pantalón y la levita
alarga masía vida que los baños. presta asunto á la crítica punzante.
Abandonemos pues la algarabía El señorón que en un palacio habita
de espectros, sombras, de visiones y hadas y le sirven lacayos sin salario,
que espantan á la amable poesía. mueble es también que la censura escita.
Y nuestras plumas* bien ó mal cortadas, El otro mozalvele estrafalario
satiricen, Zorrilla, todo abuso que» jugando al villar se pasa el día,
escitando zambreras carcajadas. merece se le zurre el tafanario.
Me prometes hacer este buen uso La ninfa bella, ya jamona y tía ,
de los diestros y mágicos pinceles que pagó con desdenes la ternura
que en lu mano maestra Apolo puso. también acres -piropos merecía;
Y si lq musa, orlada de oropeles, mas ya la pobre pierde su hermosura
sublime encanta cuando llora ó gime, y es presumible encerrará la palma
también festiva ceñirá laureles. de su virginidad la sepultura.
Permite pues, amigo que te anime. El maridóte que con dulce calma
á emprender con valor la nueva senda... de su honra escucha graves vilipendios
No riñó lo jovial con lo sublime ; y no llega á perder la paz de! alma...
y es justo que también rindas tu ofrenda y sufre con cachaza los dispendios
al género satírico. Tu nombre de una coqueta antojadiza y loca,
es para el editor una prebenda. que ya al zanguango aseguró de incendios,
Nada me importa que al zurrar al hombre mereciera acritud, y á fé no poca,
se haga tu musa indómita y sarcástica, que el hombre en tal estado se amancilla...
y al mundo todo su acritud asombre; mas indicarte el rumbo no me toca.
que hay en la sociedad materia elástica, Suelta tú á discreción la taravilla,
grande solapa y abundante concha, y has que el mundo se ría por los codos
T es la virtud una ilusión fantástica. sin ofender ú nadie ;eh buen Zorrilla!
m
Hay para zaherir secretos modos Tuyo de corazón...
que ¿t las víctimas mismas dan contento, AYGU^LS » E IZC.O.
y de esta suerte... se suscriben todos.
De la empresa, querido, el pensamiento
es no escitar enconos ni pasiones, LAS TERTULIAS.
sino la risa y general contento.
Hacer estravagantes descripciones
de ios abusos vicios y dislates ARTÍCULO TERCERO.
para que lluevan sendas suscriciones.
Hay de sobra en el mundo botarates Pesadiío so va haciendo esto délas tertulias;
tan ridículos, torpes y camellos, pero si al cabo y al fin hemos de hincar el diente
que es muy justo contra ellos te desates. en la sociedad ¿qué mas nos importa á nosotros
Sacas á relucir sus lances bellos, morderla en las tertulias que en los paseos 6 b a -
callas los nombres, y al pintar sus actos jo.cualquiera.otva consideración? Apuradamente
puedes sin eompasion cebarte en ellos. todo es tertulia en el mundo. Las hay de noche
Amigos, companeros y compactos y de día, en las casas y en la calle, en el campo
los varios redactores de LA RISA, y en el templo: y si no, los amigóles que se reú-
todos respetan estos mismos pactos. nen en el café por la noche á charlar por espacio
Que es condición á la verdad precisa de tres ó cuatro horas ¿me dirán ustedes que no
que al tropezar con uno, hasta el paciente están en tertulia, aunque no jueguen al solo ó á,
celebre el buen humor del que le pisa. las prendas como dije en mi artículo segundo? y
Tu principio, Zorrilla, es escelente, los que por costumbre ó casualidad se amonto-
y me proporcionó un momento grato nan á todas horas de! dia en cualquier punto de
la imagen de tu cuerpo transparente. Madrid incomodando al prógimo transeúnte que
Y para solazarte un corto rato, ora tiene que echar por el arroyo espuesto á s u -
voy á ver de los dos cual es mas chusco, frir tormento y muerte inquisitorial bajo la rue-
si tu retrato fiel ó mi retrato. da de un coche, ora estrujarse entre la pared y
Es mi total entre risueño y brusco ; los que el paso le impiden ¿me negarán ustedes
pero tan chiquitín como una hormiga, que están en tertulia? Y los que se citan en el
á veces no me encuentro si me busco. Liceo y atienden menos á la función que á su ne-
Tengo mofletes... ¡Dios me ios bendiga! gocio: unos porque tratan de amoríos y se dan
ancho de espaldas soy, y se me antoja celos y quejas y palabras d^e reconciüacien y r e -
que es de al^un arzobispo mi barriga. galos de recuerdo, otros si los fondos subieron
Barbudo soy también, y que no es floja en Londres y bajaron en Paris, si fulano hizo un
la barba tricolor que está en escena, empréstito de incalculables ventajas y mengano
rubia y castaña donde no está roja. en el mismo asunto se quebró, es decir hizo quie-
Mas, sobre todo, el rostro... es cosa buena! bra ó bancarrota. Aquí disputando cuatro cople-
blanco en verdad, rollizo, saludable, ros si el acento en los versos endecasílabos debe
y si no es como un sol, es... luna llena. cargar en la cuarta ó en Ja sesta y si tai ó cual so-
En cuanto al genio, á veces soy amable neto es malo porque tiene sinalefas y cacofonías:
(según dice al pagarle mi casero) allá pintores que quisieran imitar el claro oscuro
mas por lo regular soy indomable. de las Vírgenes de Rafael; acullá hombres de es-
Por lo demás, ya sabes el sendero tado que barruntan una reacción espantosa é in-
que sigo en mis costumbres-, de mi bilis falible porque está apoyada hasta por la Divina
hago víctima siempre al mundo entero. Providencia. Todos estos señores repito ¿me di-
Derrítome delante de una Filis ; rán ustedes que no están en tertulia? Y los que
pero procuro no me dé un pellizco, acuden á las iglesias á decir con verdad: Yo pe-
que en el saber vivir está el busilis... cador por que pecando están con su irreverencia
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y sus requiebros y sus coqueterías á los dos mi- mas lucidos y apasionados. No importa que por
nutos de ofrecer el propósito firme de la enmien- debajo haya algún pellizco ó apretón de manos,
da, en términos de poderles aplicar aquello de con tal que el ciudadano pague por la hija, por
— ¿Fuiste á misa?—Sí señor. — ¿Viste al cura? la madre y por sí mismo, tres jugadores distin-
— No reparé en tanto.—Digan ustedes si van tos y un solo primo verdadero. Sacan las señoras
estas gentes á hacer oración ó á estar en tertu- sus ochavos que no son muchos por si pega mal
lia.—Y los que se arrellanan en las sillas del y los mozalbetes ponen sobre la mesa todo el
Prado formando círculo para murmurar de todo caudal. El que tiene una peseta, saca una pese-
vicho que pasa, ,Si este tiene rota la levita: si ta, el que tiene una onza saca una onza y si tie-
aquella lleva un punto en la media, y si la de ne mas, mas echa sobre la mesa, diciendo siem-
mas allá es castellana, americana ó mundana pre aunque no le quede un cuarto en el bolsillo;
¿están en pasco ó en tertulia? Luego es preciso en acabando esto sacaremos mas. No hay quien
convenir en que por cualquier prisma que la so- quiera pasar la plaza de pobre delante de las m u -
ciedad se presente podemos, sin faltar á la ver- geres; esto prueba la escelencia del dinero sobre
dad, considerarla en tertulia y por esta razón no todas las pasiones del bello sexo.
deben ustedes estraííarse de que hable tantas -¡'¿Veis aquel ciudadano que se está sin jugar
veces de tertulias por que esto no es mas que porque dice que no le gusta el juego? Decidle
hablar de la sociedad y la sociedad es materia que miente que es porque no tiene dos marave-
inagotable. dises para tomar un cartón. ¿Yeis aquel otro que
, Tan, tan.— ¿Quién? — Gente de paz:—¡Oh se incomoda mucho de perder dos manos segui-
señores! ¡tanto bueno por acá! Pasen ustedes das y dice qué~ va á dejar el juego porque tiene
adelante caballeros. Las señoras tardan algo mas mala suerte? Decidle que no mienta, que va á
porque se están dando besos á la puerta media dejar de jugar porque no tiene dinero. ¡Maldito
hora. ¡Es muy particular esa costumbre del b e - mundo que siempre ha de andar jugando al es-
so! En primer lugar sea por celos sea por otras condite con la verdad!
causas suelen las que se besan aborrecerse; pero Las fichas suelen haber emigrado de la bolsa,
¡con qué frenesí!... Én segundo lugar, que mal- pero en su lugar se inunda la mesa de judías ó
dito el jugo que chupan sus labios porque como garbanzos partidos para poder llenar los cartones
dice el refrán «pan con pan comida de bobos» y de esa gente atroz que necesita una ficha para
aun cuando algo agradaran los tales besos seria cada casilla. Los nombres de los números siem-
el primer dia y nada mas, porque según otro re-i pre se cantan de distinto modo. A lo mejor oye
fran «todos los dias olla amarga el caldo.» En ¿ uno «y va bola: los capuchinos. — ¿Cuál es? —
tercer lugar , la delitera que dan i los jóvenes A El 44. — Allá va otra: arriba y abajo. — ¿Qué
que parece un reto al apetito desordenado; y así es? El 69. Y así van llamando edad de Cristo
se les oye decir generalmente « ¡ ay qué cosa tan al 33, edad de las muchachas al 13, los anteojos
rica! Denme ustedes un beso en acabando» y jftl 8, el abuelo al 90, la docena del fraile al 13,
aunque las señoras quisieran cumplirlo de buena : f te. etc.
voluntad contestan con pueril hipocresía: ¡ Ave- De todo lo demás, que se distribuya bien el
María purísima! ¡Pues aunque estuviéramos dinero y que se llame quinterna á los cinco nú-
locas! meros de una misma fila, á los cuatro cuaterna,
£1 tercer dia de tertulia y todos los demás son á los tres temo, á los dos ambo y al primero una
de franqueza para la diversión general y así sue- cosa que no se puede pronunciar mas que al r e -
le adoptarse lo que el primero propone. Si es zar la letanía, es cosa de poca importancia para
juego, juego: si baile, baile: y aun suele pro- que nos detengamos en ello. Haremos que lo de-
barse de cada cosa un poco. Hagamos círculo jen pronto y echen un baile. Afortunadamente
grande y tome cada cual un cartón para la lote- hay quien toque aunque mal un rigodón, y el
ría. Las mamas cuidan esta vez mas que nunca amo de casa entra en su alcoba á quitarse el ga-
de qui; sus hijas se sienten junto á los jóvenes bán y ponerse el frac ni mas ni menos que si fue-
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ra á enamorar entonces. La señora en cuanto él pirado de sus sublimidades tónicas salir con un
sale entra también; no crean ustedes que va á «¡Muchacha, cierra la despensa no entre el gato
hacer alguna cosa mala, pero tampoco crean u s - y se coma la morcilla de mañana! ¡Muchacha!
tedes que va á hacer cosa buena. Va á registrar cuando venga el aguador dile que se traiga una
los bolsillos del gabán para quedarse con iodo lo cuba mas.» Y por esto se baila wals y rigodón,
que encuentra en ellos. Yo pondría mugeres en y no mazurcas, ni galops, nibritanos. La danza
lugar de hombres á las puertas de Madrid si fue- empieza con wals; esto es lo que satisface mas á
ra del gobierno, porque estoy seguro que sin ne- la gente joven porque es la poesía del baile. ¡Qué
cesidad de pincho, cogian las piezas de contra- hermoso es tender la diestra mano á la esbelta,
bando aunque fuesen del tamaño de un caña- cintura de una seductora hurí! ¡qué dulce y
món. electrizador el contacto délas siniestras manos!
¿Qué quieren ustedes? dice el músico ¿wals, ¡Cuánto idealismo, cuanta pasión, cuantos e n -
rigodón, mazurca ¡calle usted por Dios! dice cantos para los corazones perdidos en ilusiones
la señora de casa, la sociedad de buen tono no de amor! Los enamorados bailando -wals son in-
admite ya mas que rigodón y v a l s . —No hay cosa cansables: aunque por el estado de su salud no
mas necia y contradictoria que las pretensiones de puedan andar dos pasos sin sofocarse, en oyendo
la clase media. En las reuniones del Avapies el tres por ocho sus piernas adquieren una agili-
campa siempre la sencillez y la naturalidad. dad prodigiosa, y los pulmones el privilegio de
Creerían ponerse en ridículo si traspasaran los vivir sin respiración. Un tísico y un tullido ena-
límites del fandango y jota y seguidillas y esto morados, creo yo que sanarían bailando wals ó
es plausible y encantador porque está en armo- morirían en éxtasis celestial al compás de las"
nía con todas sus costumbres y modales. En las inspiradas melodías de Stravs... Cuando los j ó -
que llaman de alto copete, que como las del Ava- venes acaban de bailarle, el corazón parece que
pies, pensamos otro dia tomar por nuestra cuen- no palpita por la rapidez de los latidos; pero esto
t a , hay mucha tontería, pero hay mucha verdad. y el sudor que por sus frentes resbala, desapa-
Hay la fatuidad heredada, pero no existe esa va- rece con el sosegado y estúpido rigodón que no
nidad postiza tan repugnante en la clase media, se por que lo llaman baile y no variaciones de
por el contraste que ofrece á cada paso de hábi- paseo ó evoluciones de sala. El rigodón es el bai-
tos plebeyos y humos aristocráticos. Por eso se
le favorito de los señores machuchos. Aquí es
ve á las señoras de la clase media en lo mas ins-
donde tienen entrada todas las edades, doña E s -

•CM.MW&&
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colástiea y don T rifen, don Cosme y doña Poli- dulce pero desgarrador. ¡ Si usted correspondie-
natia. Es cosa singular esto de los nombres; pa- ra á mi cariño! — La chica si que corresponde,
rece que ellos marcan la edad de las personas, pero esto no se debe decir la primera vez; lo mas
como si estas no se llamaran lo mismo á los que puede avanzar es á decir: ¡si eso se pudiera
ochenta años que el dia del bateo, y sin embargo creer! A todas dicen ustedes lo mismo.... en
se ve por regla genera! que las muchachas tienen fin, consultaré con la almohada Y efectiva-
nombres bonitos y sencillos como Matildes, Lui- mente, consultan con la almohada el modo de
sas, Josefas, Irenes etc., y las viejas casi todas decir que sí. El amante para estrechar mas y mas
se llaman Sinforosas, Estefanías, Atanasias, Ma- y mas las relaciones, propone al acabar el rigo-
teas, Ciriacas ó Mclitonas, y si son andaluzas dón una comida de campo, y al par de dics tie-
nunca falta una doña Angustias, ni una doña Mi- ne usted á todos los contertulios comiendo como
lagro, ni «na doña Consolación. Yo creo que esto unos gañanes, bebiendo como unos coritos y
consiste en que el gusto ha variado y que los brincando como unos corzos por esos trigos de
nombres que boy nos parecen feos, Chocaban ¡ñas Dios.
ala gente del siglo pasado. ¿Quién sabe si se JUAN MARTIXSZ YILUSRGAS.
volverán las tornas y cuando las Pepitas y las
Matildes del dia sean nombre de viejas, volverán
á estar en boga las Ciriaquitas, las Estefaniías y LA RAZÓN DE UN DUELO.
las Sinforianitas? Allá veremos si allá llegamos,
y mientras tanto notemos cuan satisfecho se ma-
nifiesta un don Crisóstomo bailando rigodón y Con Marcial desembarazo
saliendo en la Pastorela con su Eduvigis ú la de- ayer tarde en el paseo
recha.y á la izquierda una doña Robustiana de don Juan y don Amadeo
esas mofletudas señoras que abundan en todas iban asidos del brazo.
las tertulias, y de las cuales parodiando el refrán Ambos con bigote y pera
«no hay función sin tarasca,» se pudiera decir de románticos á guisa,
«no hay tertulia sin señora gorda.» se paseaban aprisa
Pero hete aquí que el del solo colocado enfren- con aire de calavera;
te de don Crisóstomo al tiempo de empezarle, se cuando al lado de una anciana
enreda los pies en una cuerda de retazos de cinta y asida del brazo de ella,
y de bramante con cada nudo tan gordo como los vieron hermosa doncella
del cordón franciscano; ¿qué sogajo es este? que pasó de ellos cercana...
pregunta. A doña Robustiana la sálenlos colores —Qué hechicera!... Esuna rosa!
de vergüenza; pero dice afectando serenidad (dijo, á su amigo, don Juan}
yo no sé y á poco de decirlo tiene que largar- . ¿No visteis con .cuanto afán
se al retrete con tina media arrastran A ¡Una me ha mirado cariñosa?
liga de cordel en una señora llena de «repeles y —No en verdad! (le contestó
perifollos! Este es otro de los contrastes empa- don Amadeo,) Porque
lagosos de la clase media. Las mozas del Avapies á mí solamente fué
ó no llevan liga de esparto, ó lo dicen, y si se á quien la hermosa miró.
ofrece se la atan en medio de la calle á la una del —Os engañáis que fué á mí"!
dia. —Repito que. no fué á vos!
Mientras unos bailan, otros hablan, y este ra- — Quesí, digo y... ¡vive Dios!...
to de descanso que tiene el rigodón de vez en —No me habléis tan alto aquí!
cuando, es una ocasión solemne para las con- -Pues vamos donde gustéis!
quistas amorosas; ¡qué bien baila usted, Mani- —Vamos donde vos queráis!
la! usted ha sembrado en mi pecho el volcan de —Armas? — Las que vos digáis!
las pasiones de un modo grato, pero irresistible, —Sitio? — El que vos aplacéis!
53
—Pues marchemos sin tardanza. que en pió de otras legumbres
—Marchemos sin dilación. el pabellón insulten de las COLes?
—Venganza!... Satisfacción!! ¡Y hay musa que lo apoya!
— Sí!... Satisfacción!! Venganza!!! ¡Vive Dios! que se acuerde aunque arda Troya.
¡Judías y patatas!!!
Y cual dos hambrientas hienas, Hé aquí los héroes que en diversas odas
partieron en su corage, cantan plumas ingratas
a lavar tamaño ultrage cual néctar dulce de celestes bodas;
con la sangre de sus venas. ¡patatas y judías!!!
Hé aquí el maná de nuestros tristes dias.
Ya que no cantáis glorias
de César, de Pompeyo, ó... Meternich,
cantarais pepitorias,
ó el jamón dulce y salchichón deVich;
mas para tal salmodia
mejor fuera el cantar... la palinodia.
¿Y han de quedar impunes
tan viles mañas y rastreras artes;
sin que á tan necio lunes
suceda luego un vengativo martes?
Fuera esperarlo en vano,
COLes habiendo en territorio hispano.
Ni esperéis que mi lengua
refute uno por uno vuestros dichos,
porque fuera gran mengua
ocuparse una COL de tales vichos;
gócense en sus bravatas
las judías é imbéciles patatas.
Ni alabaré en mi canto
la nivea flor que esmalta mi linage,
Se atravesaron por celos... ni de mi verde manto
Bravo! que en toda ocasión el pomposo y magnífico follage;
hay para un duelo razón otras son las razones
en el siglo de los duelos. en que mi alcurnia funda sus blasones.
Por eso en el campo ayer Por derecho de abolengo
disputaban dos espadas de esCOLapios criada en los COLegios
de una muger las miradas... con esplendor sostengo
/ Y era ciega la muger! altas COLumjias de palacios regios,
donde en varias figuras
E. FLORENTINO SANZ.
graban mi nombre ricas COLgaduras.
Sin mí ninguno el COLmo
LA COL, de la felicidad viera en su casa;
ni existiera StoCOLmo,
TERCERA EN DISCORDIA. ni el melodioso nombre de COLasa
ni una semana habría
ODA.
que ostentara del miérCOLes el día.
J Oh tiempos! "j oh costumbres! ¿Qué persona ilustrada
¿Será verdad que hay pechos españoles oculta sus COLoquios á mi astucia?
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¿Ni cual es la COLada, no fuera mas que un oso
en que no limpie yo la ropa sucia? á no tener la COL por accesoria,
¿Quién diera al campo abonos, ni sin mediar lo mismo
si la COL no auxiliase á los COLonos? se alzara una COLina sobre un istmo.
¿Qué clérigo ni abate La francesa bandera,
sin causarle jamás el menor tedio que la atención del mismo Marte absorve,
tomará elcboCOLate si triCOLor no fuera,
sin que me tome á mí de medio á medio? no ondearía en la mitad del Orbe,
Y en los días de ayuno ni COLon sin mi auxilio
quién COLacion hará sin mí?... ninguno. del otro medio viera el domicilio.
Valen cuatro reales Si de valor se trata,
las pesetas buscadas con ahinco ¿cuándo podrá la mísera judía,
por todos ios mortales, ni la venal patata
pero en teniendo COL, ya valen cinco: competir con la 60L en bizarría? ,
de ello es prueba plenaria Mirad si soy valiente... s
la que llamáis peseta COLumnaria. que en suesCOLtamp lleva hasta el Regente.
Los célebres pintores Nunca á nadie me humillo,
¿Qué hicieran de sus mágicos pinceles la COLera es sin mí vano resorte,
si en sus varios COLores lo mismo que el COLmilIo
no les mostrara yo el genio de Apeles? de las fieras indómitas del Norte;
¿Qué esCOLar fuera un sabio no hallareis una sola
á no tener la COL siempre en su labio? de quien no.pise la temible COLa.
Si con fin religioso Hasta á mis adversarios,
OÍS en las reservas por la tarde á todos es tan cara mi persona,
á un capisCOL famoso, que á nombre de otros varios
que haciendo de su bajo un alto alarde el caraGOL lo dice y lo pregona;
brama mas que el buey Apis... y batiendo las alas
su voz está en la COL... no está en el capis. me ostenta el franGOLin entre sus galas.
Si el tiple de un aCOLÍto El alumno de Orfeo
resalta siempre en dúos y tercetos, laureles busca, y tras la COL se lanza
y en su canto hoy insólito á cualquier COLiseo,
acordes van los padres reCOLetos, dó fama inmortal con ella alcanza:
es porque yo me encuentro mas no se inmortaliza
de aquellos y estos en el mismo centro. quien, cual vosotros, busca otra hortaliza.
Hasta los que usan coches, Al templo del buen gusto
y el vulgo necio llama gente noble, no se llega jamás por tales vías,
del invierno en las noches que en estómago augusto
mi apoyo buscan, y lo buscan doble: sientan muy mal patatas y judias;
mirad sus apellidos mejor es sin disputa
entre una COLcha y un COLchon metidos. la COL que la COLmena le tributa.
i Ay cuantos ciudadanos No quiero ser prolija;
víctimas fueran de punibles dolos concluyo con mis timbres, y los fundo
de infieles escribanos, en que MiCOL es hija
á no encontrarme yo en sus protoCOLosü! del mas antiguo rey que admiró el mundo,
¡Y qué cuentas tan rectas y por derecho, y costumbre
dieran sin mí los que andan en COLectas! reina ha de ser de toda otra legumbre, [i)
De Bodas el COLoso,
tan célebre en los fastos de la historia, (i) Es muy sabida cosa
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En fin toma mi trompa, por un gran doctor del gremio y claustro, y por
oh Musa que la cuidas y la albergas , el mas respetable y sabiondo padre maestro de
antes de que la rompa la orden.
en las narices de Izco y de Villergas, Una calva y unos anteojos eran los dos instru-
pues tiene tres bemoles mentos fehacientes de la insondable ciencia de
que ajen así la gloria de las GOLes. NOS el doctor. Para ser sabio á prima facie era
JOSÉ BKRNAT VALDOVÍ. menester ostentar por cabeza un melón, y no ver,
como dice el vulgo, siete sobre un asno; aunque
en verdad sea dicho, á pesar de mi buena vista
yo jamás he podido ver este gracioso grupo.
CALYAS Y PELUCAS.
De todos modos una calva, sobre el respeto
que naturalmente inspira, es siempre el simbolo
Hé aquí dos cosas bien comunes y bien influ- de algunas virtudes. Por ejemplo, ¿cómo no ha
yentes en la moral y en las costumbres de nues- de representar una cálvala virtud de la franque-
tra sociedad, y que á pesar de ser dos puntos za? Con todo eso un calvo no es un hombre liso
tan capitales, no tengo noticia de que hayan y llano. La lisura no puede disputársele, pero la
sido tratados por ningún escritor bajo estas r e - llaneza no se le puede conceder.
laciones. Un calvo es también el emblema de la ocasión.
Siento que me haya sido reservada esta mate- Un calvo es igualmente un señor de coto redon-
ria, á mí Fr. Gerundio, tan calva-trueno como do, en cuya posesión nadie puede intrusarse á
el que mas. Sin embargo, procuraré tratarla con cazar, ni aun el mismo dueño, porque no hay ca-
toda la imparcialidad posible, prescindiendo de za , porque no tienen donde albergarse los insec-
ser parte interesada. Convendrá para el mejor tos y animales incómodos y dañinos, lo cual es
acierto proceder por el orden de antigüedad, en una ventaja. Un calvo no puede tener pelo de
cuyo caso pienso que la aplicación del derecho tonto: de lo cual ha venido acaso el dicho vulgar
de primogenitura no debe ofrecer cuestión ni l i - de que ningún burro se ha vuelto calvo.
tigio, puesto que ni los legisladores, ni los m o - En cambio tienen los calvos no pocas co-
ralistas, ni los físicos han dudado jamás que las sas contra sí. Por juicioso que sea un hombre
calvas hayan sido anteriores á las pelucas. calvo le llaman calavera, y no puede demandar
Una calva no es siempre signo de ancianidad, de calumnia. Las jóvenes le huyen, y por mas
ni tampoco procede siempre de la causa á que la que lo sienta y rabie, no puede tener el desaho-
atribuyó Plinio al decir aquello de cito calvcs- go de tirarse de los pelos. La cabeza de un calvo
cunt. No señor, calvas jóvenes hay de origen i es un manantial de metáforas satíricas y burles-
bien honesto; pues aparte de lasque nacen de | cas. Toda cosa ovalada y lisa, toda figura redon-
enfermedades en que no ha tenido participación | da y tersa se compara á la cabeza de un calvo, y
la mala vida pasada, las hay también originadas ! el término de asimilación que mas frecuentemen-
l te ocurre, es una parte del cuerpo de los niños
del escesivo estudio y del mucho d i s c u r r i r l o
i que solo en confianza permiten las leyes sociales
cual diz que seca y consume el jugo del cerebro,
i nombrar, y que á semejanza de los gefes i r r e s -
de que resulta caerse el cabello al simil de las
! ponsables de un estado, solo bajo muy emboza-
plantas citándoles falta el jugo de la tierra. Y no
das alusiones puede entrar en el dominio de la
hace muchos años que la calvicie era tan honro-
prensa.
s a , literariamente hablando, que una cabeza
mondada era el mejor diploma para ser tenido Nada hay en que con mas rigor ejerzan su i n -
flujo las afecciones atmosféricas que sobre una
que la COL en su vida fué legumbre; calva. Sin abrigo ni amparo que temple y modi-
pero, si hablando en prosa fique los ardores del sol y la crudeza de la escar-
suele la ley ceder á la costumbre,
¿no tendrá igual escusa cha, la cabeza de un calvo vive en verano bajo la
kablando en terse mi ignorante Musa? zona tórrida, y en invierno bajo la glacial. Si el
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resto del cuerpo tiene una temperatura de 20 go, que por conocida se calla, es sin disputa la
grados sobre 0, sobre el cráneo señalaria muy de rejuvenecer el rostro y cabeza del que la usa.
bien el de Reamur sus 35. Agregúese á esto que Don Frutos, hombre de 55 cumplidos, que visto
las moscas, amigas de las superficies tersas y en su estado natural y al descubierto supondrá
resplandecientes, y que al revés de las hormigas cualquiera que tiene ásu hijo asegurado de quin-
aborrecen los lugares subterráneos y gustan de tas por padre sexagenario, se plántala peluca,
maniobrar á campo raso como las tropas de ca- se presenta y nadie se atrevería á darle su voto
ballería, escogen siempre las calvas para teatro para senador suponiendo que seria nulo por no
de sus paseos, de sus juegos, y de todas sus ac- llegar á los 40 que la ley exige en los que han de
ciones naturales. Perseguirlas e¡t tan escampado pertenecer á la alta cámara. Cinco ó seis lustros
terreno es castigarse á sí mismo, es cachetearse retrocedió en la carrera de la vida con solo plan-
sin piedad. tarse la peluca.
La calva por otra parte es un ramo de econo- Don Nemesio el calvo, es hombre que gusta de
mía doméstica. Para un calvo son escusados los aventuras, y á quien conviene muchas veces h a -
peluqueros: los aceites, pomadas y demás cos- cer el incógnito. Si don Nemesio no gastara pe-
méticos sobran; los peines y cepillos están de- luca seria siempre don Nemesio el calvo. Pero
mas. Tres presupuestos no desprecíales que des- tiene un repuesto de pelucas, unas rubias y clá-
de luego dá por suprimidos en. su sistema admi- sicas, otras románticas y negras, y otras en tin
nistrativo interior. color castaño oscuro, y alternando don Nemesio
Vengamos á las pelucas. de cabelleras, como di? que hacia Annibal para
Las pelucas, aunque menos antiguas que las no ser conocido de los galos y poderlos sorpren-
calvas, no se crea por esto que han sido inven- der, hace mil diabluras el tal don Nemesio, siem-
ción de ayer. Y por mas que digan que el primero pre otro y siempre el mismo. Para él la calva es
que gastó peluca fué un abate del siglo XVII lla- un recurso, la peluca un comodín, y hé aquí
mado laRifiere, hay quien hace subir su anti- otra de las ventajas de las pelucas, la del fácil y
güedad al tiempo de David, suponiendo que se variado disfraz.
hace mención de ellas en el capítulo 19 del l i - Don Atilauo viaja con su pasaporte en regla.
bro I de los reyes; y hay quien la remonta al «Señas del portador. — Edad 38. —Pelo negro
tiempo de Isaías, fundando su opinión en el ca- etc.» Hace don Atilano una fechoría... requisito-
pítulo III de sus profecías. Muchos son de sentir rio... un hombre de estas señas... prenden á don
que desde muy antiguo estaban en uso entre los Atilano pero don Atilano ha tenido buen cuidado
griegos y los romanos. Mas lo que no puede d u - de arrojar la peluca en el camino, ó de guardár-
darse es, que en el principio de la era cristiana sela en el bolsillo del sur-teut. «Señas del preso:
deberían ser las pelucas mueble usual y corrien- edad unos 60 poco mas órnenos, calvo... etc.» no
t e , puesto que San Pedro se tomó la libertad de es el que se buscaba. Don Atilano es puesto en
pedir pelo á Cristo, y estele respondió que no libertad. Así las pelucas son muchas veces causa
era peluquero: respuesta bien merecida á peti-
de la impunidad de los delitos^.
ción tan indiscreta. Respuesta como de quien la
En cambio las pelucas tienen también sus des-
dio. »
ventajas. Un descuido puede producir fácilmente
Dice Manilio en su Astronomicon que los que una seria ruptura en las relaciones mejor enta-
han nacido en el signo de Tauro bajo la influen- bladas y sostenidas, especialmente en negocia-
cia de las pleyadas, están destinados á llevar pe- ciones amorosas. Tres años llevaba mi amigo don
luca. Si es cierto, bien pueden decir los tales que Dieguito de derretido galanteo y estrecha intimi-
«i toro y las cabrillas son para ellos doblemente dad con Tomasita, la heredera presunta de! con-
malum signum. de de Camposeco. Las negociaciones iban tocan-
Las pelucas tienen también sus ventajas y sus do á un desenlace feliz. Pero una mañana de ve-
desventajas, su moralidad y su inmoralidad. Una rano, hallándose en sabroso coloquio los dos
de las ventajas principales, ademas del abri- amantes, antojósele á una atrevida pulga íntro-
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ducirse entre el cráneo y la peluca de mi amigo:
mano á la cabeza, dirigió los dedos en busca del
sintió este la incomodidad de la picazón, y por
punzante insecto via recta del sitio picado, le-
un movimiento primo-primo que dicen los mo-
vantó la peluca, advirtiólo Tomasita que hasta
ralistas, de estos movimientos que no se preme-
entonces ni siquiera habia sospechado que no
ditan por ser tan naturales, llevo súbitamente la
fuese cabello natural, miróle con sorpresa, dió-

(/
/%T/l2/.

le un vuelco el corazón y adiós negociaciones:


nes y orillas de una peluca rubia y dorada como
desde aquella fecha tuvo don Dieguito que hacer
el alambre (por cuyo color se suelen pronunciar
denuncia forzosa á la mano de Tomasita y á la
comunmente los mayores en edad, dignidad y
herencia de Campostíco.
gobierno) se divisa tal cual mechón de pelo na-
¡Y á cuántos azares como estos no espone un tural castaño ó gris. Discordancia fatal entre lo
descuido en la peluca !
natural y lo accesorio, y recuerdo triste de la
Considerada en su relación con las costum- poca armonía que en nuestra época guardan las
bres, indudablemente una peluca es una cosa in- leyes orgánicas con los artículos de ley funda-
moral. Ella es una mentira de pelo, no solo tole- mental del Estado.
rada y consentida, sino autorizada también. Un
Cuando la calvicie no es general, sino parcial ó
hombre con peluca es un proyecto de falsificación
tópica, entonces en vez de peluca entera se gas-
de los libros bautismales de la parroquia : es un
ta lo que llamamos bisogné. Una cabeza de esta
suplantador de la fé de bautismo á quien nadie
especie tiene dos representaciones: con el bisog-
sin embargo castiga.
né puesto es la reforma parcial de un abuso, co-
A veces se descubre la falsedad del documen- mo todas las que nuestros políticos han alcanza-
to por sí mismo; como acontece, y no con poca do á hacer: quitado el bisogné queda un eclipse
frecuencia, cuando en derredor de los bordes y parcial de luna visible, ASÍ los bisognés son sig-
límites de una peluca negra y lustrosa asoman nos alegóricos en política y en astronomía.
unos cuantos cabellos naturales blancos como un
Tanto los bisognés como las pelucas reprodu-
armiño. En este caso la cabeza misma se va acu-
cen, aunque imperfectamente, el sistema de la
sando del anacronismo de que adolece.
metempsicosis de Pitágoras; puesto que si no
Otras veces sucede también que á las márge-
representan la trasmigración de las almas, r e -
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presentan á no dudar la trasmigración de cabe- cual uno q u e j a va puesto
llos. Y tal habrá que lleve sobre su cráneo el pe- en la palabrilla asi,
lo de una hermosa doncella, tal qne vaya cubierto tampoco lector lo estrañes,
con la cabellera de su abuelo que murió de muer- del apuro hay que salir,
te prematura , y tal que marche adornado con las unos por la puerta falsa,
superfluidades del mismo mayordomo que le h a - los otros por el jardín.
bía pelado á él ¡ Admirable fusión hecha por El faltar a esas reglillas
la cooperación de la casualidad y de la mano de sobre el arte de escribir,
un peluquero! es moda, como es de moda
Espuestas las ventajas y desventajas, la mora- el ponerse corbatín.
lidad y la inmoralidad, los defectos y las virtu- Libertad... ancha Castilla,
des, junto con la respectiva influencia de las cal- viva España y viva el Cid,
vas y las pelucas, cada calvo optará por el siste- salga el Sol por Antequera
ma que mas á su gusto se acomode. JNÉ|rm parte ó sino por Ajalvir.
no ha sido dudosa la elección, puesfeipue mas de Escribimos en L A B I S A ,
una vez escribiendo para el público he hecho riendo pienso morir...
mención honrosa de mi peluca, que con esta oca- otro consonante al canto,
sión tengo el gusto de ofrecer á mis lectores, pues señor buen© vá así.
por si alguno gustare de ella: si bien creo será Lo que importa es alegrarse ,
inútil el ofrecimiento, pues en vez de aceptarla, comer bien, y bien dormir,
estoy viendo que mas de uncalvo echaría de bue- y olvidarse día y noche
na gana una peluca al autor del artículo. de este;mundo hadaM."
Fr. GERUNDIO. Consonante mas ó menos ,
y un dislate en el decir,
no vale si bien se mira
EL CORBATÍN. siquiera un maravedí.
Señores, vamos al caso,
y es el caso un corbatín,
Es invención peregrina dijimos que allá del norte
la invención del corbatín le trajo el aire á Madrid,
que desde el polo del norte debe su origen al frío,
trajo el aire hasta Madrid. es invención infeliz.
Allá donde al hombre triste Eso de apretar el cuello
el yelo le hace reir con seda, lana ó terliz,
y enseñar sus blancos dientes (este terliz vale un templo,
que parecen de marfil, la rima lo pide así,
pues allí lector bonévolo la obligación de un poeta
allí nació el corbatín. es atreverse y mentir).
Esta palabra en agudo Digo que apretar el cuello
la habremos de repetir, no e s , señores, para mí;
ten presente que es difícil el que le tenga robusto
hacer un romance en i.
le debe al aire lucir.
Aprensiones del ingenio,
Verdad es que hay muchos cuellos
la cosa ha salido así
de cigüeña ó de lombriz,
y pues salió así la cosa
que á voces están pidiendo
es ya preciso seguir.
que les pongan corbatín.
Si tal vez un consonante Hay otros atendonados
sacamos á relucir con costurones... así...
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y estas miserias humanas DEFENSA DE LAS TRABILLAS.
las debe el hombre cubrir.
Y lector entre paréntesis
ya llevamos cinco asis, A vos, ciudadano Manzano, el de los cua-
mas vale que haya de sobra renta años y pico, llevada exactamente la cuen-
que tenerlo que pedir. ta desde que se publicó vuestro artículo hasta
Es invención horrorosa hoy día de la fecha, á vos que valiéndoos de so-
la invención del corbatín, fismas con un decir agradable habéis descubier-
martirio de los reclutas to •>\na calamidad mas entre las muchas calami-
que embuten la cara allí, dades que la naturaleza y los hombres vierten
con la cabeza tan tiesa sobre los hombres y la naturaleza, como si fuera
cual cabeza de perdiz. suegra y yerno; á vos me dirijo lleno el corazón
Sinapismo de los gordos dé trabillesco fuego para exhortaros al arrepenti-
y de losflacostapiz, miento por el crimen de lesa-sastrería que ha-
béis cometido, describiendo como calamidad pú-
blica el mayor beneficio que un maestro de
tijeras, y por lo tanto concienzudo y justo, ha
podido hacer á la especie animal que concibe y
raciocina.
En vano esforzado os habéis para convencer-
nos de lo perjudicial de la trabilla, y si atendéis
á mi relato forzosamente tendréis que convenir,
que todos esos males imaginarios son nada en
comparación de los inmensos beneficios que re-
porta de su uso la especie humana. Empezaré,
pues, para lograrlo dándoos noticia de mi perso-
na , así como vos la dais de la vuestra, y aun en
esto veréis militan mas razones en favor de mi
cliente la trabilla.
Para servir al que me sirva, yo soy un quídam
(perdóneseme el plagio) de 25 años, 15 menos
que el señor Manzano, primera y poderosa cir-
cunstancia que alego en defensa de mi causa. Y
que cúbrelas consecuencias por si alguno duda que así sea, razonemos un
de algún humano desliz, rato. Por confesión individual, el señor Manzano
¡tres consonantes! ¡qué horror! salió del vientre de su mama 15 años antes que
pues señor démosle fin, yo, es decir, en una época de ignorancia y de
porque, la verdad, lector, fanatismo, puesto que no había periódicos y sí
ya me canso de escribir. frailes, aunque en cambio hubiese dinero, cré-
Pero sepa el mundo entero, dito y tranquilidad, que bien puede perderse to-
los de allá, acullá y aquí, do esto por el gusto de decirle al prógimo cuatro
que fué una invención horrible verdades peladas, y no ver el repugnante espec-
la invención del corbatín, táculo que ofrecía el hábito de los reverendos,
que ni el gran señor le lleva unido al cerquillo y morrillo, que así daba el
ni tampoco el gran visir: verlo envidia como ictericia.
ni jamás le llevó nadie Dice un proverbio, y á fé que lleva razón: un
desde Arabia hasta Pequin. joven sigue su primera senda sin que la deje en
ABENAMAtt. la vejez. Y siendo esto así, qué afecciones podrá
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tener el ciudadano Manzano hacia una cosa que yando su invento que habia de producir á cien-
no existía cuando hacia el pompón y la mocita, tos las revoluciones ; Copérnico descubriendo un
ni mas tarde cuando andaba á gatas, ni después nuevo sistema astronómico: Cristóbal Colon, un
cuando recibiera los azotes del dómine? Por el nuevo mundo, para no ser agradecido ni pagado:
contrario; yo echado al mundo en época mas Kircher inventando el uso de la linterna mágica;
ilustrada, puesto que ya habia venido la moza Franklin el de los para-rayos; Le Roy su precio-
(hoy vieja) y vuéltose á ir; desprendido por lo sísimo, si bien algo puerco brevage vomi y pur-
tanto de antiguas y perjudiciales preocupacio- gante; Mendizabal destruyendo las campanas por
nes, y Ubre el entendimiento pava apreciar en amor al tímpano auricular y tantos otros céle-
su justo valor el constante progreso de siglo ha- bres varones que pasaron los mejores días de su
cia su perfección, y consiguiente bienestar de vida trabajando para hacer su nombre eterno,
la humanidad. son niños de teta comparados con el grande hom-
lis seguro que á haber yo comido el pan de la bre, con el artista consumado y sobre todo aman-
emigración participada respecto .¿i trabillas y te de la decencia y de la elegancia, que á fuer-
otros particulares, de las ideas que el susodicho za, sin duda, de rascarse la mollera y soste-
pan impregnó en el cerebro de los emigrados, nerse ambos carrillos con las manos, logró
debido sin duda á su calidad, que por ser de otra adicionar el pantalón , colocándolo de esta suerte
suerte fabricado que por la tierra de España se en el rango de leyú orden emanada del gobierno
usa, debió producir todas esas ideas vagas como español.
los monsieures, y metalizadas y machuchas como Que la aparición de las trabillas, ha causado
milords. Pero ¡gracias á Dios! no ha sucedido una revolución en las ideas del bello sexo, que
así; nacido en España y criado en la tierra de no por ser bello deja de tener sus manías, es una
María Sma. habiendo hecho un viaje por la suso- verdad innegable; esto prueba su importancia.
dicha tierra ¿ílas grandes y numerosas poblacio- Que á virtud de esta revolución el sexo barbudo,
nes del Palo, Churriana y Torremolirios , todo sin portador de las mencionadas trabillas, ha gana-
necesidad de ómnibus aéreos que es ío maravi- do mucho en el aprecio del femenino, es una
lloso, si se considera la enorme distancia que verdad fuera de duda; esto prueba su escelencia.
inedia de unas á otras ( 1 ) , visto un sin número Un pantalón con trabillas denota elegancia, la
de cosas mas, todas grandes, todas sorprenden- elegancia finura, la finura educación, la educa-
tes y maravillosas, que es de apostar no las ha ción el frecuente trato de la sociedad, este tra-
visto ni el emperador de los Estados-Unidos, ni to ingenio, discreción, travesura, y sabido es
el presidente de la repúbica de la Rusia, y co- cuanto agrada al sexo hermoso un hombre dota-
mido el pan siempre amasado por manos de gra- do de tan bellas cualidades. Por el contrario, un
ciosas lugareñas, mis ideas son todas al par de pantalón sin ese precioso suplemento, marca
constantes y desinteresadas, sabrosas y en ar- cuando menos indiferencia , la indiferencia poca
monía con la marcha de las cosas á su perfección. aprensión , esta cualidad la ausencia de todo sen-
timiento noble, y sabido es también que no es
¿Y qué cosa se hallará mas perfecta que un pan-
el bello sexo quien menos aprecio hace de las
talón con trabillas?
buenas dotes que constituyen á un caballero.
IS'i de Loocon el grupo prodigioso Pero si en lo moral la bondad de la trabilla es
ni del mundo las siete maravillas, suma , ¡o es sin disputa alguna mucho mas en su
obras útiles son cual las trabillas. parte material. Situaciones hay en la vida del
hombre que solo puede hacerlas llevaderas la
Noe plantando la vid y bebiendo el zumo de su adición del pantalón. Gaste usted zapatos con pi-
fruto, sin precaver que con el tiempo habia de co por detrás, hoy dia de moda, y no lleve u s -
poblarse la tierra de Noes; Guttcinberg, ensa- ted trabillas; y es seguro que no pudiendo resis-
tir el pantalón á la influencia del pico, saldrá
(1) Legua y media. este por encima de aquel á guisa de velamen; y
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á trueque de no ir ridículo, ó bien tendrá usted dar lugar la rotura del pantalón desde la de un
á cada momento que llevar el talón del pie á la ojal hasta la de la misma trabilla? ¿Quién será
altura de la mano, para lo que tendrá que guar- la ingrata que al ver saltar un botón del panta-
dar un perfecto equilibrio, ó bien hacer de su lón de usted permita que los lleve caídos, ó bien
cuerpo un arco de violin; á pique, en el primer ca- vaya incómodo, y no enhebre una aguja y con
so, de romperse la crisma, y en el segundo de sus pulidas ó toscas manos no se lo pegue? ¿Y
quebrarse: ¿á quién le gustan los bragueros y I cuánto no gozará usted mientras dure la costura,
suspensorios? Pues no digo nada si tiene usted i y mas si la costurera es uua morena chorreando
que asistir á alguna reunión, y por necesidad i gracia por lodos los poros de su cuerpo, ó en su
sentarse? si lleva usted las medias limpias, que defecto una rubia que por todos los poros de su
no es fácil, pase, aunque siempre presenta una cuerpo chorree gracia.
ligurafea; pero ¿y si las lleva usted sucias? y si Pero donde se deja sentir toda la necesidad de
por casualidad tienen alguna marra? Caso será las trabillas, es si tiene usted que montar á ca-
este de morirse de vergüenza, y el modo de evi- ballo, ocasión es esta la mas crítica y angustiosa
tarlo es llevar trabillas. en que puede hallarse, dado caso que trabillas
La economía entra en mucho también en el in- usted no lleve: no teniendo el pantalón sujeción
vento sastrcril y hé aquí sin duda á lo que se por debajo, este se irá replegando por escalones
debe haberse generalizado. Un pantalón con tra- y tomando por asalto las rodillas, hasta que la
billas deja solo descubierta á !a vista unas dos nueva posición que sobre el animal usted adop-
terceras partes del zapato ó bota, que para el t e , le obligue á capitular. Y ¿ dónde se irá por un
caso es lo mismo, y una ínfima del tacón; vayan objeto mas soberanamente ridículo? Ridiculez
ambas partes limpias y buenas y no importa que que subirá de punto si es usted diputado, y hay
lo demás esté sucio y roto; resultando de aquí una Posdata que lo observe. Llegado este caso
que con solo componer y limpiar el tacón y par- no tiene usted mas que elegir entre levantarse
te de la pala, puede durar el calzado toda una la tapa de los sesos ó asíisiarse que es muerte
eternidad. —Que los pantalones con la tirantez mucho mas poética y está en moda.
se rompen. Remedio al canto; afloje usted los ti- La trabilla e s , pues, una condición de existen-
rantes ó llévelos de elástico, que hoy es lo mas cia en ciertos casos; una condición de felicidad
fácil de encontrar, puesto que hasta las Consti- en otros; una necesidad en todos; contradecir
tuciones lo son, y el peligro no existirá. Mas aun esto, es una blasfemia en sastrería;, negarlo una
dado caso que así sea, lo que se pierde por un heregía trabillesca.
lado se gana por otro; y es la mayor esbeltez Concluyo sentando estas proposiciones, que
que toma el cuerpo, y la fuerza y pujanza que prueban hasta la evidencia, lo sublime del in-
adquieren los nervios de estar en continuo ejer- vento que me ocupa. ,: ;, ¡
cicio; cuando menos el vicio que muchos tienen El siglo XIX camina á su perfección; y siendo
de llevar inclinado adelante y á,proporción desde la trabilla una invenciou de este siglo, necesario
la cintura hasta la cabeza, á causa de esa misma es convenir en su perfectibilidad.
tirantez, ha de desterrarse; con lo que se con- El siglo XIX tiene una tendencia marcada en
seguirá que todos anden derechos como un huso; favor de la humanidad. Las trabillas son uua in-
que á la verdad bastante falta nos hace, puesto vención de este siglo. Luego las trabillas son en
que según han dado en decir, las desgracias de estremo útiles y necesarias.
la tierra de las anchoas provienen en su mayor Ojalá que estas ideas grandes, sublimes y l u -
parte de la picará costumbre que todos tienen de minosas, como el objeto que las produce, sir-
ladearse. Circunstancia poderosa para que se de- van ya que no para estender el imperio de las
claren las trabillas beneméritas de la patria en trabillas, porque es infinito, al menos para vin-
grado heroico eminente, ó cuando menos se las dicarlas del ultrage, que una pluma mordaz y
dé una condecoración. viperina les ha inferido!!
SANTIAGO CASILARI.
¿Y á cuántos graciosos incidentes no puede
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A Í,A RISA ( i ; papel que el pesar sofoca:
pues es fortuna y no poca
para tristes ciudadanos
Salve, oh risueño papel, tener LA RISA en sus manos.,
que tal placer nos ofreces, no teniéndola en la boca,
y (a cuna en que hoy te meces Cántenle el re-mi-fa-sol
bendiga el Dios de Israel; al Regente y Ministerio
yo le juro por... 'Argel, el Heraldo adusto y serio,
que en estos aciagos dias, y el Pabellón Español:
en.<ife hay 'an$#s Jeremías, lance sus rayos el Sol
te esperaba elípeeho mió contra la ayacucha gente,
on mas &0ia que un judío y allá en el salón de Oriente
yeniáé'del Mesías. aráñense unos y otros,
Logre prez, gloria, y fortuna mas... riámonos nosotros
tan halagüeño programa, de todo vicho viviente.
y remóntelo la fama Y mientras que un italiano
á los cuernos de la luna : gran Patriota ser afecta,
tu aparición oportuna y el Huracán de su secta
brille entre mil resplandores, reniega y se hace Pagano ,
abril te llene de flores y habla en balde el Castellano,
con su fresco cefirillo... y Guindilla y la Posdata
y de oro y plata el bolsillo le aprietan bien la corbata
cincuenta mil suscritores. al Dómine Chuchumeco.,.
Bien haya la Enciclopedia sea nuestra RISA el J?co
de tan festivos asuntos, de toda esta zaragata.
y halle acogida en mas puntos Tirios, Tróvanos y Godos,
de los que tiene una media : Cegríes y Abencerrages
si del mal que nos asedia tan solo en nuestros potages
nadie el término divisa, van tras de meter los codos-.
es cosa casi precisa v cuando apetecen todosj^
é
en tan dura situación coger la sartén del mango,
adoptarla precaución... nosotros por otro rango
de suscribirse á LA RISA sin seguir á rey ni á Roque...
¿Quién será tan mentecato , al son que cualquiera toque
y esclavo del interés, bailaremos el fandango.
que por dos blancas al mes De política la fruta
no quiera reírse un rato? no entre nunca en nuestro cesto,
en verdad que es muy barato que es manjar tan indigesto
como la misma cicuta;
(1) La comisión de censura ha declarado por y mientras hay quien disputa
unanimidad digna de merecer los honores de la con empeño furibundo
publicación en esta enciclopedia, la feliciíacion
que dirige á la Risa DON JOSÉ BERNAT BAI.DO- si Juan primero ó segundo
Vf, de Sueca. La comisión añade que son muy reina en Pisuerga ó Dalmacia...
buenos los versos do tan amable poeta, y que los sea nuestra diplomacia
dos con que concluye la segunda décima, son
mejores que todos los de nuestros mas célebres reimos de todo el mundo.
poetas antiguos y modernos, versos dignos s e - Nos importan dos cominos
guramente de ocupar un lugar privilegiado en
el Parnaso español. Parece imposible que un los asuntos de la Persia,
sueco escriba con tanta perfección el castellano. ni la lucha ó controversia
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de los Tártaros y Chinos, tron un santo de reja y arado es el pueblo menos
ni los manejos indinos agricultor de toda España. Y ya que va de e q u í -
déla Francia y Gran Bretaña... vocos hasta en esto se diferencia el pueblo de !a
mas de toda esta cizaña soldadesca: los pueblos se contentan con un p a -
no se hable punto ni coma, trón y los soldados necesitan una patrona para
bien se está San Pedro en Roma, cada jornada.
y nosotros en España. Estos patrones de los pueblos son obsequiados
Cedan, pues, como es razón con gran pompa y solemnidad por sus protegidos
tan incomprensibles jergas todos los años el dia de su nombre. Solo que
á las sales de Villergas, aunque son santos no admiten besamanos como
Zorrilla, Ayguals, y Bretón : otros que no lo son , y lo mas que hacen es con-
y viva la redacción ceder un par de días de criípula y jaleo. En unas
de un papel tan placentero, partes se celebra la función eon novillos, en
de cuya bondad espero otras con dulzaina ó tamboril, y Madrid que está
que admita por suscritor por lo positivo, con-llenar elestómago de cosas
á su atento servidor — que sepan bien y se peguen á los ríñones. Esta
Pedro Cachucha y Bolero. es la menos necia de Jas solemnidades patro-
J. B. B. nales.
En primer lugar notaremos que la función de
San Isidro se divide en dos. Fiesta para los seño-
res, y fiesta para la gente común. Los primeros
EL DÍA DE SAN ISIDRO. van la víspera por parecer señores aunque sea
á pié y sin dinero; porque es mas tónico andar á
pié la víspera que en coche el dia. El vulgo ó p ó -
¡Anda salero! ¿Después de tanto como se ha pulo ó gentuza, como yo, vamos el dia 1S que
dicho del dia de San Isidro me vengo yo con es- es lo mas racional, y dejémonos de cumplidos.
tas once ovejas? ¿Y qué quieren ustedes? ó A fé que mas de cuatro van desertando de n u e s -
llego á tiempo ó no llego á tiempo; si llego á tro gremio y acabarán por confundir, las clases;
tiempo bien me lo pueden ustedes perdonar, ó los señores, viendo que las chaquetas invaden
pues á cualquier desdichado de este mundo se el territorio de las levitas mudarán de parecer y
le dice- «Diosle perdone si llega á tiempo» y de se volverán las tornas; Sea como quiera yo estoy
esto á rondar un año, estoy por lo primero por- por ir cuando se me antoje, digan lo que digan;
que mas vale llegar á tiempo que rondar un año. porque lo mismo hay que ver y que andar y que
Si no llego á tiempo, paciencia; harto trabajo es comer el dia antes que el dia después. El que
el mió, y como decia un enfermo que tenia un tiene para pagar carruage : tiene todo lo que p u e -
grano muy gordo,.viendo que el médico no le de apetecer, si ademas lleva merienda. Los que
aplicaba remedio ninguno, entretenido en pro- no tenemos mas que nuestros pies nos fastidia-
bar la escelencia de la paja para los sombre- mos doble, porque sóbrela carga del camino te-
ros: señor doctor, basta ya de paja; al grano, al nemos la del pontazgo, que aunque no se llame
grano. pontazgo es-coSa de pagar, y de haber de pagar,
Y el grano es San Isidro de Madrid que es un lo mismo se me dá á mí que se llame contribu-
grano mas que regular y sino es mas que regu- ción que pontazgo, que alcabalas, que lanzas, y
lar por lo menos no es un grano de anís. Es el que medias-anatas; Hablo : de la contribución
caso, que todos los lugares de España tienen un de 8 mrs. de ida y 8 mrs. de vuelta, total 16 mrs.
patrón ni mas ni menos que las modistas para que tiene que aflojar un prógimo-por pasar unos
hacer chalecos de moda, solo que los chalecos cuantos palitroques, por milagro del Santo sos-
suelen parecerse á los patrones mas que los pue- tenidos, á los cuales hay personas tan descara-
blos, y sino dígalo Madrid que teniendo por pa- das que dan el nombre de puente; pero los que
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le construyen para comodidad d«l público poco mando con la misión sagrada de colarse por el
les importa que esté con todas las reglas del ar- callejón (con salida) que tenemos todos entre
te ó n o , y lo que ellos dicen y dicen muy bien-. barba y nariz, para llenar el vacío que hay e n -
tente puente mientras cobro. El negocio es Henar tre pecho y espalda: géneros todos compuestos
el bolsillo con gajes de los demás y húndase el con los mismos ingredientes, por cuya razón
mundo y haya naufragios y gárgaras por fuerza, debian bautizarse y se bautiían con un nombre
suponiendo que el Manzanares, lleve agua á la común; pero viene luego el obispo que es el que
sazón suficiente para hacer gárgaras y salga el rotula los comestibles y bebestibles y al confir-
sol por Antequera. •:, • marlos hace diez ó doce familias de una sola cas-
El puente no es moneda que echan en saco ro- ta. Los licores por ejemplo, suelen componerse
to los mozalvetes y si hay apreturas menos. An- de aguardiente de Gañas, agua de la fuente del
tes es esto lo que ellos buscan, y mas cuando Berro y miel de la Alcarria: se divide la gran
por los cuatro castados hay muchachas con quien porción en frascos dándoles distinto color, unos
rozar la suave y cariñosa mano. Menos inocente con zumaque, otros con azafrán y no pocos con
es el que mientras ellos se entretienen en cari- albayalde y tinta, y se les encaja después un pa~
cias de esta especie, se ocupa en quitarlo que pelito á veces impreso y á veces manuscrito que
llevan mal puesto, lo mismo al gato que á quien diga Noyó, Perfecto amor, Leche de Viejas,
le atusa, pudiendo decir á la salida-. ilecife de Venus y otras zarandajas que fascinan
á la multitud y si no la llenan el ojo la llenan el
No me fué mal en la fiesta; cuajo. Ademas que basta que un hombre se e m -
pero mal mi lengua dice. peñe en estar enfermo para que se muera sin
Si buenos prodigios hice dolencia alguna; lo mismo es la gente para c o -
buenos pañuelos me cuesta. mer y beber: basta que una cosa séllame reque-
són para que aquello nos sepa á requesón aun-
que sea queso de la Mancha bien duro y bien co-
Porlo demás la pradera de San Isidro en este
lorado. Lo cierto es que cada frasco que tiene de
día es el campo déla igualdad, el cuartel gene-
coste dos 6 tres cuartos, se vende á dos ó tres
ral de la democracia. No importa que duques y
reales, usura que basta á vindicar á ese montón
marqueses concurran á desvirtuar esta denomi-
de contratistas que hoy tienen á centenares las
nación, á eclipsar este viso de popularidad: lo
fincas y hace seis años no podían pagar una h a -
que hacen co.n.esto es rendir un homenage de ve^
bitación de dos pesetas como me sucede á mí.
neracion ,-a.I pensamiento preponderante del s i -
glo XIX, porque tal vez u;n conde aquí, un ba- Nada diremos de los bailes improvisados, unos
rón, allá y otros dos: títulos, formando entre los de carácter popular y otros mistos, porque es
cuatro un cuadrado.perfecto, son elegantes ador- muy general en tales ocasiones ver un señor frac
nos psra recrear la vista de un enyesado aibañil bailando seguidillas, que es el anacronismo mas
ó de un t.izíiado carbonero, que en ti punto cén- atroz que imaginarse puede. Tampoco hablare-
trico devoran j^en compañía de una palurda mos del tio Vivo que con sus caballos de m a d e -
hembra, sus magras mas sus tortillas, y una ra ha dado mas dias de gloria á sus dientes, que
¿ota de nueve meses cargada. O al revés: todo otros á la patria con buenos caballos de carne y
un Escmo. Señor tiene que rozar su lustroso frac hueso, y ginetes de lanza en ristre embutidos en
por todos lados con lo que ellos llaman gente del coraza y casco. Tres cuartos cuesta el dar dos
bronce. , ;.¡ . vueltas en la máquina del tio Vivo, y por tan
Respecto de comidas'no alcanzo yo que tenga poca cosa seria una tacañería el dejar de colum-
de estraordinario el dia de San Isidro. Cuatro piarse y hacer círculos concéntricos al compás
tenduchos á guisa de covachuelas portátiles, en de una murga que cuando se la vé tiene clarine-
mala alineación colocadas como regimiento de te y fagot, pero cuando se la oye no aparece mas
reclutas, con varios géneros, unos líquidos y que el pom, pom, pom de! bombo, y el chirn,
otrossólidos, pero que todos vinieron á este clum, chim, de los platillos tan destemplados
que parecen collar de cascabeles ó sonajero de ' Yaya usted con frac raido,
niños. y Yerá usted el pape!
Pero todo esto es grande por el entusiasmo que que representa en el mundo,
lo produce, y porque todo contribuye á dar ani- aunque engulla como diez.
mación al gran cuadro cuyas angelicales belle- Yaya usted , si dio en ser caire,
zas encubren cualquiera imperfección y sobre sin peluca ó bisoñe,
todo, porque á mí me ha dado materia para e m - y veremos, aunque coma,
borronar papel en este que no tiene pretensiones el pelo que luce usted.
de artículo de costumbres, sino un culto aunque Yaya usted a! Prado, en fin,
humilde tributado á la festividad del dia de ma- como Adán en el Edén,
ñana l o de mayo de 18'*3. Queda de ustedes hoy y allá veremos ó no
•víspera 14 su afectísimo S. S. Q. 3 . S. M. si le echan á puntapiés.
JÜAX MARTÍNEZ YILIXERGAS. Por todas estas razones,
y otras que después diré,
estraño que dé LA RISA
tanta importancia al comer.
EL VESTIR CONTRA EL COMER. La comida! Linda gracia
que la sarna sabe hacer,
tanto ó mejor que nosotros,
ROMANCE.
y no se envanece á fé.
Cante Villergas si quiere, Estoy, pues, por el vestir,
de las patatas la prez, por ser lo solo á mi ver
y elogie Ayguals las judías que áá importancia á los hombres,
si le parece también. coman carne ó coman pez.
Yo por mi parte no tengo Cuando nuestro padre Adán
pizca ni media que ver del jardic echado fué,
con cuestiones de esa especie' (desgracia que, entre paréntesis,
que me atarugan la nuez. por glotón le estuvo bien),
Aficionado á vestir, Lo primerito que hizo
si puedo como un marqués, fue tapar su desnudez,
maldito lo que me importa arreglándose un mandil,
comer mal ó comer bien. que no había mas que ver.
Gentes hay en esta corte Tan antiguo es el deseo
con mas boato que un rey, de la decencia, pardiez!
y no tienen en su casa y eso que hablaba al que todo
ni aun patatas que comer. por dentro y fuera lo vé.
Alguno conozco yo ¿Qué no hubiera dado el padre
que lleva coche y bombé, • que hoy me obliga á componer s
y si come sus judias por tener un frac entonces
las debe en el almacén; para hacer pantalla de él?
¿A qué, pues, esos elogios- ¿Y qué no diera !a madre,
á las hijas de Israel, que e! fruto le hizo morder,
ó al celebrado tubérculo por ver colgar de la higuera
de Robinson Crusoé? ; una saya y un corsé?
Lo primero es ataviar Decida pues, el lector
esteriormente la piel, si entre engullirse un pastel
que hacerlo por dentro es cosa ó ir con las nalgas al aire,-
que ni luce, ni se vé. dudoso el partido c¡».
m Tanto puede ya en su mente
La vestimenta dá ai hombre
del vestido el oropel,
lo que no ie dá el bistek,
que solo al mirar, chaqueta
que es talento ó necedad,
dice entre sí: bribón es.
y vicio ó virtud también.
Doctores conozco yo ¿Y con esa prevención
qué habia de suceder?
que á no verlos en dos pies
ir Andresilloá pasear .
con capirote y con borla,
y Juan á Ceuta ó á Fez.
les diera cuatro, y aun seis.
Por eso encargo al lector,
A andar en cueros la gente,
cuando en largo de uñas d é ,
quien distinguiría á quien
que si pueden ser de seda,
en materia de mandar
no lleve guantes de piel.
ó en hecho de obedecer?
Mas no tan solo es mi flaco
Pero llamemos un sastre
pensar así, sino que
y veréis, gracias á é l ,
aun los animales son
(a diferencia que media
de idéntico parecer.
del ranchero al brigadier.
V* sino ¿.por qué los perros
¡Cuántos generales hay
callan ai que lindo ven ,
sin mas credencial de ley
y al mirar un andrajoso
que aquella faja que d i c e :
gruñen á mas no poder?
noy general: ya lo veis!
¿Por qué razón el caballo
Por el vestido parece
está lleno de altivez
santa de cabeza á pies
con su gallardo atavío,
lo que. de tocas adentro
Y mustio y triste sin él?
es el mismo Lucifer.
Vean ustedes ahora
Por el vestido es ministro
si el vestir merece p r e z ,
algún abedul tal vez,
cuando así le rinde parias
haciendo de él la tijera
aun la cuadrúpeda grey.
lo que el rey no supo hacer.
Pero el romance va largo
¿Pues que diré á mis lectores
y es hora ya de comer,
de la licencia cruel
y ustedes que son tragones
que hasta para hacer el mal
estarán de comité.
dá á la gente el vestir bien ?
Coman, pues, enhorabuena
Pisen ustedes á alguno
hasta que se acabe el m e s ,
con zapato de rusel,
que yo me voy á vestir
y al decirle usted perdone,
para marchar al suaré.
responderá: no hay de qué.
V mientras ustedes hacen
¡Mas ay si sienta la pata
obsequios al ¿almirez,
pastor con abarca al pié!
sin-saber si el cocinero
¿Habrá animal? dirán lodos:
fué en la salsa hombre de bien;
¿ habrá pezuñas de buey ?
Vo me pondré la camisa,
Si Juanillo está en Oran
encajándome después
y no le acompaña Andrés,
un camisolín encima
todo el quid consiste en que este
por razones que yo Sé.
robó con frac, y no aquel.
La corbata, que en verdad
¿Y por qué razón , sino,
aun la debo al mercader,
al interrogarle el juez
lucirá con el chaleco,:,
hablaba al uno de tú,
aunque lo debo también.
mientras ai otro de usted?
67
Luego vendrá el pantalón A D. MIGUEL AGUSTÍN PRINCIPE.
con su botin y su aquel,
y ese aquel quiere decir
que se comienza a romper.
SONtiTO.
El levita, obra de Utriíta,
es patrimonio de tres, Tú que el vestir defiendes testarudo
y como tal, esta noche mas que el comer con gracias que no niego ,
me toca lucir can él. que entres en esta discusión te ruego,
El sombrero y el bastón, veremos de los dos quien es mas crudo.
botas, reloj y alfiler , Si á tí te dieran entre ciego ó mudo
ya no me acuerdo en verdad á escoger, buen Miguel, responde luego:
si son de Juan ó de quien. ¿qué sintieras tú mas, ser mudo o ciego?
Mas lo que no tiene duda Cuestión es esta en que vacilo y dudo.
es que, muerto mi corcel, Contra el torrente universal camino;
aunque no tenga caballo quiero que en la elección tu influjo ejerzas,
espuelas me he de poner. y ya entonces sabré donde me inclino;
Nada diré de mi pelo , Pues tales son de oposición mis fuerzas
invención mia también , que aunque sepa encajarte un desatino,
y que deja atrás á Pitt como tú digas nabos, diré berzas.
y al mismo Roberto Peel.
JUAN MARTÍNEZ VILLEKGAS.
¿Pero á qué cansar á ustedes
con tan larga pesadez?

1 D. JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS,


EN CONTESTACIÓN Á SU SONETO.

Antes de responder á tu dilema,


voy á contarte un cuento, amigo mío,
que viene á pelo: escúchalo y ten flema.
Era una noche del invierno frió,
de aquellas que á la corte de Castilla
á puro diluviar la vuelven rio.
Que tal es el invierno en esta villa;
ó ha de helar , si no llueve , hasta lo sumo,
ó llover, si no hiela á maravilla.
Vaya por el vapor en que presumo
se resuelve Madrid en el verano,
según de lejos se divisa el humo.
Porque tal es también el cancro insano
en la corte del fraude y las dobleces,
albergue del judio y del cristiano,
Que nos fríe, después de hacernos peces,
con treinta y cuatro sobre cero; altura
siquienen verme, ahí me tienen :
á que Villergas se remonta á veces.
con que'abur, y hasta mas ver.
Pero volvamos á la noche oscura
MIGUEL AGUSTÍN PRÍNCIPE. de que esta digresión me iba apartando,
objeto ya de clásica censura.
r>8
Estaba, como digo , diluviando, «Trátase, dijo, un punto delicada,
y el café de la Bolsa en que me hallaba digno de todo el lino y todo el sesü
también de gente estaba rebosando. que tiene el Ateneo acreditado.
Gente que allí del cielo se abrigaba, ¿Favorece la critica al progreso
y como por vengarse de la lluvia del genio creador, ó le es contraria?
el cuerpo por adentro remojaba. tai el dilema es: hable el congreso.
Acérceseme á mí con barba rubia ¡ Magnífica reyerta literaria 1
un hijo de la pluma y de la Unta, dije yo para m í ; sí soy vencido,
de rostro en pecas cual pintada aluvia. consiento que me envieri á Tartaria.
Larga melena, proporción sucinta, Útil siempre la crítica he creido,
ojo triste, ancha sien , perfecta norma si es razonada, como serlo debe;
de un gran poeta con el genio en cinta. sus I no hay remedio; la palabra pido.
Vióme, y al verme preguntóme en forma, Asi decia yo, cuando se mueve
con un acento moribundo y triste un ruido en el salón, que no me deja
como plegaria de espirante Norma. el pro tomar á que mi voz se atreve.
¿Qué hace aquí vuesarced? ¿Cómo no asiste Era un quídam que entraba, enjerto en vieja,
á la gran discusión del Ateneo, de atravesada vista y mal talante,
donde no hay orador que no se aliste? malo ¡Dios mío! de zapato á ceja!
; Linda noche en verdad para un paseo , Era Alcalá Galiano el tal entrante,
respondí yo á mi incógnito ! ¿Quién sale y entraba precedido del prestigio
con ese chaparrón y este manteo? que arrolla cuanto encuentra por delante.
Esa objeción, me dijo, nada vale, Yo le vi cual visión del lago esligio,
porque está el Ateneo aquí contiguo. y admirándole dije: ¡ciertamente
y andar podéis sin que la lluvia os cale. que persuadir tan feo es un prodigio I
Gomo era forastero, y nada antiguo Confieso que á su entrada impertinente
en la corte yo entonces, no sabia un como miedo espeluznóme, miedo
del café y Ateneo el lazo ambiguo. natural, dice,yEr.cillaf, en el valiente.
Llenóme h noticia de alegría , Mas como el*etfe&él tener denuedo
y rnas sabiendo que Alcalá Galiano consista, comfrÉÜce el «iismo Ercilla,
en la tal discusión hablar debia. en dominar el susto y darle íin bledo,
Quiero oir, dije entonces, á ese hermano, j Fuera , dije, de mí ia pesadilla !
que por Dios vale un mundo su elocuencia, y oido lo que diga el buen; Galiano,
y he de argüirle como soy cristiano. soltaré yo después mi tara villa.
— ¡Vos entrar con Galiano en competencia! Habló en efec-to el orador, y ufano
¿Sabéis que no hay contrario que resista de su acento gachón haciendo alarde,
á su inmenso raudal de labio y ciencia? entre burlón, sarcástico y galano.
—Lo sé, ¡repuse, pero soy pleitista: «La cuestión, esclamó, que aquesta tarde
y quiero al pleitear con ese sabio agita el Ateneo, es algo seria,
de sus laureles aumentar la lista. mas no tal que amedrente ó acobarde.
Acompañadme allá . si no os agravio, «¥o no tengo opinión en tal materia,
y veréis en el curso del debate y esto supuesto, me parece justo
si tengo yo también facundia y labio.— ver antes lo que venden en la feria.
Fuimos, pues, á la arena del combate, «Quiero decir, señores, que es mi gusto
no sin creerme mi mentor y guia, dejar hablar á ustedes, para luego
poco menos ó mas, loco á remate. ver yo á que voto ó parecer me ajusto.
Martínez de la Bosa presidia «Y porque mas accedan á mi ruego ,
el consistorio ilustre, y mesurado sepan ustedes que si acaso dicen,
de la cuestión el tema proponía. que la crítica es útil, yo lo. .niego.
m
«Mas si ustedes después se contradicen,
Y este es mi gusto, y ten paciencia hermano,
digo entonces que es útil, necesaria ,
que enjuego de pelota es admitido
y que es iniquidad que la hostilicen.
al que le retan, renunciar la mano.
«Con que á empezar la justa literaria ,
Yo, pues, renuncio la que me has cedido,
y emitan su opinión sea cual fuere,
porque te quiero ver echar el resto
pues desde luego estoy por la contraria.»
en la gracia que Dios te ha concedido.
Un rumor, cual de céfiro que hiere
Ten rué por tanto á combatir dispuesto,
la agitada palmera, allí se escucha
y á oponer mi sofisma á tus razones,
cuando Galiano su final profiere.
que en este mundo lo que gusta es esto.
Nadie se atreve á inaugurar la lucha
Yo quiero que las últimas regiones
con quien así las ría como las toma,
admiren mi talento sin segundo
y es capaz de probar que el barbo es trucha.
en hacer la verdad pares ó nones:
«¿Qué tal, me dijo mi mentor, la broma'.1—
. Que eso de ser razonador profundo,
Digo á usted.que contunde el tal Galiano,
sobre gastar las fuerzas de la mente,
y que es un andaluz como una loma.
no es prenda amigo, que agradece el mundo.
— ¿Con que no riñe usted? —¡Dios soberano!
Animo-, pues, y empieza; que la gente,
Primero que con 61, consentiría
nuestra lucha esperando, está indeoisa;
inaugurar la lid con un alano.
pero elige otro metro diferente,
Con que déjeme usted y no se ria,
que este es pesado ya para LA RISA.
pues cuando todos callan, no es cordura MIGUEL AGUSTÍN PRINCIPE.
que acepte yo la bélica porfía.))
Martínez de la Rosa que en tan dura
posición contemplaba al Ateneo,
cual se puede inferir de tal diablura,
¡EL UNO PARA EL OTRO!...
Como oyera mi voz en el Liceo
discutiendo tal vez en otros casos,
de oiría entonces indicó el deseo.
«Den otros, dije, los primeros pasos Cuento extravagante, romántico ó inverosímil.
en aquesta cuestión que es peliaguda,
y yo me adhiero á los soldados rasos.» Era el año 33. Era el pueblo de Alaejos y
Sonrió el presidente , y fué sin duda: eran amantes Venancio y Dorotea, Tan tres m e n -
por lo mismo que yo, viendo en tal trance tiras justas y cabales porque ni eran amantes
del consistorio aquel la lengua muda. Dorotea y Venancio, ni era en el pueblo de Alae-
Lo demás sucedido en aquel lance j o s , ni era en el año 33. La aurora de la guerra
i oh Villergas! escede ya mis fuerzas, despuntaba en el horizonte de Navarra. Esta es
y esto basta ademas para tu alcance. tanta verdad como que el cáncer de la paz ama-
Tú con sonetos á reñir me esfuerzas, neció en ei abrazo de Vergara. Aurora dá siem-
y en la cuestión que me propones, dices pre idea de lo bello y cáncer de lo horrible, yo
que si yo digo nabos, dirás berzas. I me entiendo y bailo solo. El estampido del ca-
Anda otra parte á desplumar perdices, I ñon retronaba.en las orejas de los pacíficos mo-
que yo no gusto de enviar pelota ! radores de Alaejos. Esta sí que es gorda. Desde
que me puede volver á las narices. i Alaejos hasta donde sonaron los primeros eaño-
Saca la tuya, y yo veré cual bota, | nazos hay lo menos sesenta leguas; pero ellos
y veremos si tú me desnarigas, ! digeron que lo oian y ¿qué sabemos? puede que
ó yo te dejo con la trompa rota. ! los vecinos de este pueblo tengan mejores oidos
Pero mira el empeño á que le obligas, : que nosotros, porque así como nacen algunos
porque yo te he de hablar, como Galiano, | sordos como una tapia, que no oirían una des-
contradiciendo lo que tú roe digas. '• carga de fusil á 13 pasos, puede que nazcan
70
oíros de tan buen oido que á su lado paPeze'amos cosa la envió una carta que decía: «Amiga Doro-
sordos los que no lo somos, y no doéo por este tea : ya habrás advertido que no me pareces saco
principio que los alaejanos oyeran les tiros de de paja, mi salud buena á Dios gracias. Estoy
Navarra si se cumple esta proporción geométri- hecho un camello por tus pedazos, díme si me
ca ; un sordo, es a uno» que no es sordo, como quieres y tan amigos como antes. —Venancio.»
nosotros á los habitantes de Alaejos. Dorotea le contestó: «Amigo Venancio. Solo á un
Venancio fué de los primeros que sintieron el bruto animal como tú se le ocurre el no haberme
crujir del bronce atronador como dicen los poe- dicho antes algo con tanto tiempo como hace que
tas. Valiente como su padre (su padre enfermó nos conocemos. Yo te amo ¡ pero si hubiera ve-
de susto y murió de miedo) sintióse con ánimos nido otro antes que tú, no hubiera podido resis-
Venancio para tiritar de canguelo á los primeros tir ala tentación de llamarle esposo. Que el que
síntomas de guerra. Creíanle unos servil y otros fué á Sevilla perdió la silla, y el que no llora no
liberal •. él era del partido que no le hiciera lomar mama, y mas vale llegar á tiempo que rondar
las armas durante la campaña y del-que saliera un año. Yo buena para lo que gustes mandar.—
victorioso en concluyendo. Miró con tedio por Dorotea.» Dicen que una mala moza siempre lle-
consiguienteel restablecimiento de las libertades va un buen mozo, y al revés un mal mozo siem-
patrias y declaróse un carliston como una loma. pre consigue una buena moza. Aquí mintió el
Esto era en Alaejos; para hacerle liberal hubie- | adagio; porque si Venancio era un chico como
ra bastado, llevarle á las órdenes de.Zumalauár- i unas perlas, Dorotea era una criatura como un
regui. En fin á cada uno le tienta el demonio por sol. Cuando iban camino de la iglesia decia la
distinto lado, unos se chupan los dedos de frió gente: Dios les haga bien casados; parece que
y otros de gusto. Venancio se los chupaba de han nacido el uno pata el otro.
miedo. Pensó en casarse y lo consiguió. El ma-
No me detendré en Ins pormenores del enlace
trimonio es,el.empleo mas fácil de alcanzar. El
ni en los de la gran comilona que caracteriza á
que se empeña en ser obispo no siempre lo con-
las bodas de los lugares, ni hablaré del baile de
sigue porque no siempre hay proporción. No to-
aquella tarde en ruda sala, de ruda concurren-
dos los que quieren mandar un regimiento lo lo- !
cia , con castañuelas rudas y al son de ruda pan-
gran porque no siempre hay vacante; pero e!
dereta. Allí se baila por la tarde, y aquí por la
que se empeña en ser ministro ó casado se sale
noche: en esto somos nosotros mas rudos que
con la suya, y esto consiste en que no hay cosa
ellos. Bien se conoce que Madrid no es buena
mas de sobra en el dia que mugeres y siilas m i -
tierra para garbanzos, como Alaejos, porque la
nisteriales. <
noche en toda tierra de garbanzos se ha hecho
Pero hasta en esto era Venancio original. En para dormir ó por lo menos para acostarse. Así
toda tierra de garbanzos el que no se casa por lo hicieron los recien casados y no hicieron mal,
amor, se casa por el interés. Venancio aunque I porque á no haber aprovechado el tiempo no h u -
se casó en Alaejos, que es tierra de garbanzos, bieran disfrutado las delicias de himeneo.
ni se «asó por el interés ni por amor tampoco. A Dios prenda, dijo Venancio por la mañana
Venancio se casó por miedo á las quintas. estampando un beso en la rubicunda frente de la
Frente á la casa de Venancio vivía Dorotea, angelical Dorotea —¿Tan pronto te^vas, querido
huérfana de padre y madre con un capitalitode- ; Venancio?—Si, esposa mia: voy al majuelo de
cente (en los lugares el de 300 rs. es aristocrá- mi tío Farrugo por una cesta de uvas para tí. No
tico) y con un esterior que tenia alborotados á tengas cuidado que pronto vuelvo; yasabesque
todos los jóvenes de cinco leguas en contorno, i hemos nacido el uno para el otro.—Sí, el uno
La pobre chica también casó por miedo, pues para el otro, murmuró la soñolienta Dorotea y
como joven y sin amparo de nadie la daba una puso en la mullida almohada el carrillo derecho
pena de dormir sola que ya, ya! Sabia Venancio 1 dejando ver una garganta fresca como la nie-
que le tenia afición porque él era lo que se llama ve eclipsada á intervalos por la destrenzada
un buen mozo, y zas! como quien no q u i é r e l a i cabellera que daba gana de enviar al otro mundo
71
en busca de Rafael por no privar á la gloria a r - ra yvienáo, que nadie respondía, se dirigió a l a
tística de una virgen mas. ventana pata hacer lo mismo. Las ventanas de
SVunca desaparecerán de los pueblos ciertas | los lugares no tienen vidrieras, lo mas que sue^
creencias rancias que los padres van legando á | !en ponerlas es un encerado de papeles para que
los hijos como legan su nombre y sus haciendas. I no entre el viento. El encerado de la tia Gales-
Dorotea soñó y el sueño de Dorotea fué tan ro- i parra era un número del Eco del Comercio y dio
mántico y fantástico que dejo l a c r e a de descri- | la casualidad que Dorotea fijase la vista en el s i -
birle á ios amigos Gutierre/, y Zorrilla, Yo diré ; guíente epígrafe: Desgracias en Alaejos. Dos lá-
lisa y llanamente que Dorotea soñó con una mu- ! grimas como dos fuleros cayeron de los ojos de
ger seca como un esparrago, calva hasta el co- ! Dorotea : sacó el pañuelo, se enjugó los párpados
gote, ojos rizeos, desiguales y en forma de ángu- '¡ y leyó con avidez. «Una partida de facciosos se
lo, nariz honda por arriba, alta por en medio y i

con el pico de punzón, boca larga hasta las ore- j ha llevado á un joven recien casado de la villa dé
jas, pero escondida hacia el medio porque 1.» Alaejos. Dícese que habiéndole instado á que t o -
punta de la barba y la de la nariz parecían ena- mara Jas armas y no queriendo él servir á tan
moradas, pues, siempre se iban besando; les mala causa murió fusilado á pocas leguas; la
carrillos tan chupados que se la podian sacar las muger está en la mayor aflicción: la Gaceta de
muelas sin abrir la boca y tan trasparentes que ayer trae mas pormenores del suceso.» Un fre-
metiéndose una cerilla encendida y cerrando los nesí mortal se apoderó de la presunta viuda: en>
labios podia su boca servirla de linterna. Con las el delirio de la desesperación llevo las manos á
cejas se podia hacer tirabuzones y aun rodetes y sus ojos y eíffvando sin piedad las uñas rasgó los
las orejas eran tan pequeñas que nadie la haria párpados dejando colgare! pellejo desunido h a s -
caso aunque apostara una oreja. Soñó, pues, Do- la cerca de la mcgilla. Un calenturon espantoso
rotea que esta müger era bruja y cuando supo la acometía en aquel momento y cuando á las
que se llamaba la tía Caiesparra ya no dudó que cuarenta y ocho horas quedó despejada su cabe-
al salir de la iglesia, ó les había hecho mal,de ojo za, se encontró con todo el cuerpo y la cara h e -
á. ella y á su marido, ó les habia echado una mal- cha una plaga de viruelas.
dición horrible. Lín miedo sobrenatural se apo- Volvamos á Venancio. Efectivamente los fac-
deró de su mente y de un salto se plantó entre la ciosos le quisieron fusilar; pero él viendo que
sala y la alcoba. Allí vagaba una sombra que ha- iba de veras se vino á razones v se plantó su
biendo entornado las maderas clavaba sus ojos boina y la canana, y éa esta situación le tener
echando chispas en los de la espantaba Dorotea. mos en las cercanías de Oñate. La tia CaleSfjaria
Oyes, dijo á la recien casada poniéndolaí'Sobre que comerciaba en higos habia salido de casa el
losihombros las descarnadas y huesosas manos. diaque Dorotea llamó á su puerta, y porque ca-
Tu marido ya no existirá! y se deslizó por el c a - sualidad na la toca á la supuesta bruja vender,
llejón de salida dejando á la muchacha petrifica- una libra de higos al faccioso Venancio. ¡Tia Car
da. Cuando volvió en s í , no supo decir mas que lesparra! dijo este tendiéndola los brazos,.,déme
|él no existirá; me lo ha dicho la ¡.ja Caiesparra! usted noticias de mi querida Dorotea, Pero el
No, no habíamos nacido el uno para el otro. sentimiento no la dejaba respirar, á la pobre vie-
j a , y llora que te llorase marchó de allí sin de-
Ocho dias pasaron sin que Venancio volviera I cir palabra, dejando á Venancio los higos cn.un
á casa. Ya en el pueblo se habia divulgado la | papel envueltos. Quedó el faccioso desconsolado
causa de su ausencia* Una partida de facciosos | y pensando en que el silencio de la lia Caléspar-
le cojió eu el majuelo cuando iba por uvas para I ra dabaá entender la muerte de su esposa , y pa-
su muger; pero nada se decia de su paradero. | ra echar el susto fuera deslió el cucurucho y se
Dorotea erre que erre en que la tia Caiesparra te- J puso á.comer higos. El papel del cucurucho era:
nia la culpa y se fué á buscarla decidida á darla i la Gaceta de Madrid. Ansioso de noticias empezó
una puñalada. Llamó una.vez,, llamó dos, llamó | á leer: Actos del gobierno.—Noticias estrange-
hasta cuatro veces á la puerta de la tia Calespar- j ras» —Crónica de las provincias." Desgracia,* en
72
Álaejos. Aquí tiró el higo que tenia eiMa hoia, j dio, llamó aparte á la infernal fantasma, y con
se limpió el polvo de los ojos y leyócon ansiedad; | una vehemencia sin límites empezó su relación
«No se sabe el paradero de un joven recién casa- ; en estos términos: «Muger horrorosa sobre todas
do que hace pocos dias cayó en poder de los fac- i las mas horrorosas mugeres; mi corazón apetece
ciosos. La muger ha muerto de sentimiento y una fea; mi espíritu deseaba hallar un escorpión;
fué enterrada al dia siguiente.)) ¡P®bre Venancio ; mis ojos buscaban con anhelo un cocodrilo huma-
y pobre Dorotea: ya están muertos el uno para | no. Tú eres aSÉs'fea que tod> eso, y por eso te
el otro. Los periódicos son en todo*el,mundo, la | adoro con delirio. Sí me quieres seré el mas feliz
mentira impresa. A saca* •pSWéllus la cuenta de ! deles mortales.» Ella respondió. «Grajo sin alas;
nuestros triunfos en los siete años de guerra ci- ; demonio en figura de hombre; espantajo vivien-
vil ,«1 número de facciosos muertos, ascendería I te -. yo te idolatro porque en mis ensueños me ha-
áiqaiiiieutos ó seiscientas rail; el de los heridos I bia seducido la imagen del javalí. Te quiero por-
á un millón; el de los prisioneros á media Espa- j que somos los dos entes mas repugnantes de la
ñ a , y en esto no van descaminados porque en | téerrSj y por si es cierto el refrán de Üiostos cria
España hace ya tiempo que todos somos prisio- j y ellos se juntan, debemos haber nacido el uno
neros. Lo. cierto es que los periódicos mienten | para el otro.» Y al dia siguiente recibieron las
sin licencia de üios, y ellos tieueiiíla culpa-de bendiciones en secreto. Hacia nueve meses j u s -
que Dorotea y Venancio creyéndose viudos loma- tos que se casaron por primera vez.
ran el tole por esos mundos en un vértigo de lo- Como la muchacha llevaba una bata de andra-
cura. jos sumamente holgada , no se la conocía el e m -
Ocho meses y medio habian trascurrido. A barazo y lo que parecía era una muger gorda, de
pocas leguas de Álaejos hay un nioni,c. y eu el esos tinajones que vemos todos los dias, anchos
monie un convento que llamaban de los frailes por arriba, anchos por en medio, y anchos por
de Aniago. En este convento habia encontrado abajo. Si el es-faccioso ex-lego hubiera repara-
colocación el desertor Venancio que tenia media do en esta circunstancia de seguro no se hubie-
nariz menos y una porción de cuchilladas en t o - ra casado; y así fué tal su cólera aquella noche,
da la cara. Habíase ademas dejado crecer la bar- que se acostaron dos y amanecieron tres; que en
ba de modo que en nada se parecía el monstruo una borrachera de celos, después de llevar el
demandadero, al galán antiguo de Álaejos. Te- chico á la inclusa, cogió uno soga, ató á su m u -
nia hecho voto de no volverse á casar si no en- ger por el pescuezo y echando lambien un lazo á
cotatrtrba muger mas fea que él, para poder me- su garganta, se precipitó en el Duero que pasa
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recerla, y el mismo juramento habia hecho Do- por allí ce**a.
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rotea que habiendo consumido su pobre hacienda Tragaban agua los esposos como un^borracho
andaba de pueblo en pueblo y de puerta en puer- vino, y hubieran dado cualquier cosa por no tra-
ta pidiendo una limosna. Ambos se habian m u - garla cuando la cosa no tenia remedio. Perdóna-
dado Wilómbre para no ser conocidos de nadie. me muger, dijo el asesino. Quiero confesarte
" Una míáñana que el lego repartía la sopa h a - quien soy. Yo me^lamo Venancio, nací en Álae-
lló el feo ideal de sus ilusiones. Una pobre mu- jos. ¡ Basta, basta! esclamó la pobre esposa. ¡Yo
ger con los ojos saltando de las órbitas, todo el soy Dorotea!^¡Tu Dorotea !! —¡Tú Venancio !!
pellejo rasgado y comida la cara por un granizo y un abrazo y un sorbo de agua privó del sentido
dé'viruelas que la había puesto el cutís hecho á los dos veces esposos. ¡Soeorro, socorro! gri-
una criba, se le presentó con la cazuela en la taban en la agonia. A este tiempo se apareció una
convulsa mano, implorando de su caridad el vieja con un gancho y una cuerda, prendió des-
preciso alimento. Esta, dijo el ex-faceiose¿ es la de la orilla en el vientre de V nancio y tira que
muger que me conviene. ¡Válgame Dios qu<e cria- tira les pudó sacar á tierra cuando acababan de
tura tanborripilanle ! —¡ Ay que hombre tan feo! exbalar el último suspiro. Desde entonces, dice
dijo la de la cazuela también ; de buena gana me el barquero , que todas las noches se aparece en
casaría con él.—El que repartía la sopa se detfi- aquellos contornos el grupo de tos esposos abra-
Ti
zados, y sobre una densa nube la tia Calesparra haciendo eses primorosas,
que murmura de cuando en cuando; ¡pobres: muertos de risa sus callos.
¡habian nacido el uno para el otro? Y á una torre que yo s é ,
balbuciendo le decia:
JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS.
tiene esta torre manía
de estarse siempre de pié.
¿Por qué no se sentará
EL BORRACHO. este demonio de torre?
mira, mira como corre
la casa de mas allá!
Pues es que le faltan piernas
de Buena-vista al palacio...
despacio, chico, despacio,
que romperás las tabernas.
Como bailan rigodones
vestidas de telarañas,
castañeras y eastañ'as,
hornos , fuelles y cajones!
A. bien que estamos de pascuas
y cosas del tierüp^son
caramba! qué tropezón! ,
si voy andando sobre ascuas...
Échame acá la sartén
y haremos pisto, Colasa :
calle! no queda una casa
que no se marche también.
Ábreme la puerta, esposa ,
De una puerta el gironeillo
que mi casa va llegando •.
por dó la luz se colaba,
que si quiereÉ... estimando...
un borracho procuraba
hasta mas ver alevosa!
encender su cigjfpttto.
Y esponiéndosep un/catarro, La ronda en esto llegó
según la noche era fria: preguntándole ¿qué hacia?
¿qué demonios, repetía, — ¿Qué hago? —Sí.—¿Lo que hago yo?
tiene el enfflno cigarro? aguardo, pues no pasó,
Y tornaba á refregar, que pase la casa rnia.
y él rebelde á nunca arder: —¿Qué casa, ni qué asno muerto ?
que era el modo de encender retírese á descansar
cosa de nunca acabar. de borrasca y tome puerto.
Por fin lanzóle con furia — Que me plaee, el encubierto,
dando un mímico traspiés, cuando acabe de pasar.
terció la capa al revés —Ea despeje el muy borracho,
y renegó de la curia. sino quieredar que hacer
Voló el cigarro sin alas con su mona y su desfacho.
de un sereno á la nariz: — ¿Qué dice usted de gazpacho?
«gracias» dijo el infeliz, no Vale para beber.
si bien las teago por malas. Un torrezno es mi costumbre,
Chirlo-mirlo y coge-gallos ó media sardina sola
iba mi hombre por las losas, y hay tope de media azumbre....
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74'
—Calle la hez, la podredumbre ni creo que el lector tendría paciencia para
de la nación española. leerlos, ni aun cuando tuviera yo la habilidad de
En la cárcel dormirá. escribirlos, debería ir discurriendo por todas
—No dormiré —¿Cómo no? y cada una de las partes que constituyen este
—No señores—Voto vá... gran lodo, para salir airoso de mi prueba. Bas-
se lo juro! — También yo. tará limitarme, pues, á un pequeño y estrecho
Se verá. —Pues se verá. círculo, pero que por estrecho que sea, no por
— A chirona y vivo! — I r é . eso dejará de ser él mundo en resumen. El lector
—Vivo, he dicho —¿Voy yo muerto? conocerá desde luego que el asunto que he teni-
—Dormirá en ella ¿lo vé? do á bien elegir para el artículo presente es el
—Pues señor, no dormiré, hombre ni mas a m e n o s , y como quiera que t o -
porque me estaré despierto. dos los filósofos hayan dicho de él que es un mun-
VICENTE ALVAREZ MIRANDA. do en pequeño, no podrán ustedes menos de con-
venir en que las imperfecciones á él relativas son
trascendentales al grande, con lasóla diferencia
de que si en el mundito de que hablamos apare-
IMPERFECCIONES DE LA NATURALEZA, cen los defectos en miniatura, las del mundazo
de que no queremos hablar tienen que ser tan
gordas como el puño y aun masque el puño tal
Al leer el epígrafe de este-artículo, confieso
vez. Pero no crean ustedes ahora que para pro-
que habrá quien sospeeJpAaberlo escrito su a u -
bar yo mi aserto voy á recurrir á tantos lugares
tor al salir del ambigú; pero en Dios y en mi
comunes como se están esplotando continuamen-
ánima que no es-así, y que estoy muy lejos de
te por la turba moralista y filosófica. Lejos de ser
haber empinado el codo antes de ponerme á es-
así, las imperfecciones de que voy á hablar nin-
cribir. En primer lugar, mis lectores saben ya
guno las ha notado hasta ahora, á lo menos que
que no soy aficionado á comer, y siendo esto así,
yo sepa, y por otra parte seria muy mal mirado
mal podré haber perdido el juicio por una cosa
en LA R I S A , enciclopedia como es de estrava-
tan bellaca .como es tragar un poquillo, espo-
gancias, ponerme yo á discurrir seriamente á la
niéndome á la necesidad de beber después, y
manera que lo hacen los susodichos filósofos, pu-
consecutivamente á no sabet lo que nie hablo.
diendo yo sustituir mis barbaridades á las suyas
En segundo lugar, eso del ambigú es para gen-
con tanta ó mas razón,quesillos, y con mas ori-
te que tiene dinero, y si yo lo tuviera, no em-
ginalidad^obre todo, gracias, ya que no al g e -
borronaría papel á fin de escribir este artículo.
nio (por que eso seria fallar á la modestia) al
Y en lugar tercero (que no siempre se ha de d e -
sublime talento que Dios me íHt dado. Prescindi-
cir en tercer lugar), basta que yo les diga á us-
ré, pues, de considerar al hombre bajo su aspec-
tedes que escribo en ayunas mi artículo, para
to moral, limitándome esclusivamente á la parte
que me crean de buena fé y para que no a t r i -
física, y sin citar para ejemplo de sus imper-
buyan al licor de la parra lo que á ustedes les
fecciones á ningún tullido, ni vizco, ni joroba-
pueda parecer á primera vista menos conforme
do, ni cojo, sino al hombre que mas perfecta-
con mi formalidad y mesura ordinaria.
mente formado se reputé entre todos, un hom-
Digo y repito, pues, que la naturaleza es im- bre como el Apolo de Belvedere, verbi gracia, un
perfecta, y que lo que dijo don Alonso el Sabio hombre si se quiere, como el mismo Adán en
del sistema solar de sus tiempos, á saber, que persona, antes de morder la manzana. No me
si él hubiera criado los cielos los hubiera dis- dirán ustedes que un tipo como ese les pueda p a -
puesto mejor de lo que estaban, según Ptolomeo recer sospechoso, ó sea objeto de recusación.
decía, eso mismo mutatis mutandis digo yo de Milton se deshace en elogios en presencia de tan
todas y cada una de las partes de la naturaleza, bello ideal, Milton-es sin embargo un niño de
y lo digo eonj'ormalidad. Pero para probar esta teta, y él sí que habia bebido cuando tales cosas
proposición necesitaría yo millones de tomos, y
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decia. A haber tenido yo el cargo de formar al torios; y no que ahora comete setecientas barba-
hombre, otra cosa saliera por Dios; pero para ridades, porque como tiene la nariz tan lejos del
que ustedes puedan saber lo que hubiera salido, mal que hace á las de los otros, lo que menos
necesario será que entremos de lleno en nuestro tienepresente es la comodidad agena, y todo por
asunto notando las faltas é imperfecciones de carecer de un indicador que regule sus tacañe-
que hablo y que ustedes admirarán como otras rias. Fuera, pues, la nariz de la cara, y encajar-
tantas bellezas, ni mas ni menos que el autor del la en el polo antartico.
Paraíso 'perdido. ¿Y qué diremos de las pantorrillas? Que es la
Ante todas cosas, yo hubiera formado al hom- mayor atrocidad tenerlas en donde se ven, por-
bre con una costilla de m a s , lo cual, sobre pre- que vamos á cuentas, señores: ¿hay golpe que
sentar mayor igualdad y equilififrio en uno y otro durla mas que el que uno se da en la espinilla?
lado, me hubiera ahorrado el trabajo de formar Y todo por no tener la pantorrilla delante, en cu-
la muger con aquella malhadada costilla, y á la yo caso hallaría uno el consuelo de embotar el
consideración de ustedes dejo cuanto hubiera golpe en aquella almohada, y esto no es indife-
ganado el hombre á poderse pasar sin muger. rente por Dios. Los perros en cambio casi siem-
Vean, pues, ustedes ahí una falta comeLida por pre acometen por detrás, y vean ustedes una
la naturaleza, á no ser que en materia de costi- linda merienda para los muy atrevidos en las
llas crean ustedes que las faltas son sobras, en pobres y tristes pantorrillas." Encajóme pues la
cuyo caso no tengo inconveniente en convidar á espinilla detrás, y que muerdan hueso y no car-
ustedes á comer un plato de chuletas á cualquie- ne. ¿Negarán ustedes ahora que la cosa se hizo
ra hora del dia. al revés?...
En segundo lugar, yo hubiera criado al hom- Tampoco me hallo bien con el pelo de que lle-
bre con dos puertas de menos, con lo cual le h u - vamos cubierta la cabeza, diga lo que quiera el
biera evitado la golosina que le entró por la una, autor que mas arriba nombré, sobre la cabellera
y no hubiera tenido tampoco ocasión de desman- de Adán. Yo hubiera formado esa cabeza tan lisa
darse por la otra, y si ustedes me arguyen aho- y pelada como un guijarro, y á buen seguro que
ra con que formado así el hombre no hubiera po- entonces existiese un solo calvo en el mundo, ni
dido respirar, yo les responderé que ni todo lo se criasen en ella el algo y aun algos de que ha-
que se respira merece salir de allá adentro, ni blaba el señor Sancho Panza con aquella gra-
todas las funciones qm con las tales puertas se cia y socarronería que ustedes tendrán bien p r e -
hacen, nos dan motivo para recordarlas de un sentes.
modo satisfactorio. Ademas que para dotarle del Pues ¿y qué diré de los dedos que la naturale-
don de la respiración le hubiera puesto yo dos za nos puso en los pies, y que sin servir para
fuelles, uno debajo de cada sobaco, y era nego- maldita de Dios la cosa, lo único que producen
cio concluido. De todas maneras, y prescindien- es callos y otras pejigueras por el estilo? Pero
do enteramente de la cuestión posterior, la sola ustedes dirán que quien los produce no es ella
necesidad de comer es ya una imperfección tau sino.los malditos zapatos, á lo cual contestaré
grande, que casi todas las imperfecciones huma- yo que estoy mal con las manos también: si la
nas dependen de ella, no siendo la menor la ne- naturaleza no nos las hubiera dado, trabajo le
cesidad de escribir algunos artículos de vez en mandaba yo al zapatero que quisiera calzarnos
cuando para satisfacer esa maldita propensión á los pies. Mas ahora recuerdo que sin manos no
comer, y así salen ellos. me hubiera sido posible escribir el presente a r -
En tercer lugar, yo hallo mal la nariz donde cillo, y esta es una razón mas que suficiente
está, al menos existiendo el hombre en los tér- para hallarme contento con ellas. Eso sin embar-
minos en que se halla formado. Yo se la hubiera go no me probará la utilidad de los dedos pe-
puesto al lado de la otra puerta, y con eso cui- destres. La naturaleza podia habernos dotado de
daría mejor del modo y oportunidad con que po- un casco, ni mas ni menos que al rucio del que
ne en juego el segundo de sus órganos respira- arriba menté poco iiá. De este modo hubiéramos
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tenido un calzado infinitamente mas barato que estaría mejor con un codo de mas, y á la parte
ahora y mas análogo sobre todo á la índole y cir- opuesta del otro, y así podríamos doblar los bra-
cunstancias de nuestra especie, en su mayoría á zos susodichos del modo que ahora lo hacemos, y.
lo menos, i Harto mas protegida se hallaría en- en sentido opuesto también, lo cual no me nega-
tonces la industria, y no que ahora es una lásti- rán ustedes que seria una ventaja de mas, y
ma el abatimiento en que yace la triste profesión ventaja inapreciable, para los torpes como yo,
de herrador! que á la menor indigestión que tienen se ven en
Por lo que toca á las orejas, no las hallo mal la precisión de llamar una vieja provista de su
donde están, pero las hubiera querido mas gran- correspondiente geringa, y todo por no tener
des, por una infinidad de razones: la primera, uno la flexibilidad suficinte en los brazos para
porque así las hubieran podido menear á toda su salir cada cual i£te su apuro sin ayuda de vecino.
satisfacción los que ahora las mueven á medias: Por otra razón semejante debieran ser cuatro
lo segundo, porque siendo de cierto tamaño, los también las rodillas. Personas conozco yo que no
peores hombres del mundo quedarían converti- hacen otra cosa que tirar coces, y les vendrían
dos en angeles de cabeza arriba, con solo cortar- muy bien jugar las piernas hacia atrás para sa-
les el cuello: lo tercero porque en caso de calor cudir el aire mejor.
nos podrían servir de abanicos: y lo Síiarto en Las manos no debieran ser calvas, sino pelu-
fin, porque así me parece á mí, y cada cual es das, y con eso ahorraríamos los guantes, comi-
dueño de tener las orejas que guste. da demasiado cara para petimetres como yo, y
En cuanto á los dientes, claro está que hallán- sobre todo en Madrid. Verdad es que entonces
dome mal con la boca, no deberé de estar muy seria moda raparlas, como es ahora llevarlas
satisfecho con ellos; pero ya que los habíamos de vestidas; pero moda por moda y exigencia social
tener, fuese siquiera en el sitio donde coloco yo por exigencia, á mi rapamiento me atengo.
la nariz, y así cargaría el muy bellaco con esos El guante de navaja costaría á lo sumo un real
dolores de muelas que nadie merece cual éí. Con por mano, con escepcion de la gente plebeya que
eso quedaban las nalgas convertidas en dos re- por cuatro cuartos podría afeitarse las dos, y aun
gulares mandíbulas, y nunca nos parecería duro por menos sino se rapaba á dos aguas. Vayan u s -
el asiento, aun cuando no tuviese mullido. A tedes ahora á comparar esa módica retribución
bien que la Diosa Cibeles tiene mas fortuna que barberil con los diez y doce reales que nos cues-
yo: vayan ustedes al Prado, y allí la verán sen- tan los guantes, sirvie^fe solo para uno ó dos
tadita sin moverse de su carroza de mármol, dias cuando del modo qne»igo bastaba afeitarse
gracias á su tafanario de piedra. las manos de domingo á domingo, y andaba uno
Los ojos me parecen mal'donde están, á lo decente. ¿Y qué variedad no resultaría en las
menos el u n o , y entiéndase que hablo d # l o s de manos, á tener pelo como yo digo, y á exigir
la cara. En lugar de tener los dos en la frente, rapamientos la moda? Uno iría con la palma pe-
¿por qué no nos puso la naturaleza el uno de lada y con el metacarpo vestido; otro pondría
ellos en el tozuelo, y así hubiéramos visto á los sus cinco sentidos en llevar rapados los dedos y
que nos la pegan por detrás? Organizado así el cubierto de pelo lo demás; otro se raparia el pul-
hombre, hubiera podido dormir con el uno mien- gar y dejaría peludo el meñique; otro tendría la
tras velaba con el otro, y vean ustedes cuauto vanidad de nombrar dos barberos de cámara, el
hubiera ganado una policía secreta verbi gracia uno para la mano derecha, y el otro pava la zur-
en tener esbirros así. Demás de eso, formado el da: y otro en fin, podria salir á barbero por de-
hombre como yo digo, la mitad de los tuertos do, y aun á barbero por articulación ó falange,
que ahora existen lo serian de la parte de adelan- ó como se deba decir.
te, y los otros de la parte de atrás, lo cual h u - En cuanto á los dedos de que hablo, hubiera
biera sido la cosa mas divertida del mundo. hecho yo que cada uno de ellos tuviese por r e -
En cuanto á los codos me parece que deberían mate una campanilla, ó cencerro, ó cualquiera
ser cuatro y no dos; quiero decir que cada brazo I otra cosa que hiciese ruido, en cuyo caso no hu-
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biera tenido inconveniente en dejar los ladrones un artículo en el género atroz, arrancaba á Vi-
con uñas. llergasla suya, y salía uno del paso. Verdad es
Pero aliora que nombro las uñas, ¿sabrán u s - que entonces podria dudarse si lo que yo escribía
tedes decirme para qué diantre nos sirven los era mío ó ageno; pero yo también dudo ahora si
tobillos? ustedes dirán que esta pregunta es una lo que otros escriben es suyo, y eso que no hay
transición espantosa, pues maldita la conexión esa amovilidad de cabezas que yo quisiera en n o -
que hay entre las uñas y los tobillos, á lo cual sotros. Pero he dicho que me duele la mía , y h a -
contestaré yo que en efecto dicen ustedes bien, brán de disimular mis lectores si les he calentado
pero tiendan ustedes la vista por mas de cuatro la suya con tanta majadería y disparate. Yo que
escritos de los que se publican todos los dias, y los reconozco como el primero, no soy sin e m -
si ustedes encuentran en ellos mas conexión que bargo el primer disparatador que entre nosotros
en el mío, consiento en que me arranquen n s t e - se pone á escribir. Otro dia tal vez hablaré a u s -
tedes los tobillos de que estaba hablando, y que tedes mas despacio acerca del particular. Ahora
nunca he podido saber para qué demonio son permítanme ustedes quitarme mi cabeza prosai-
buenos. ca, para echar mano de otra que me sepa idear
Yo hubiera puesto lá lengua en parte menos unos versos, pues ya saben ustedes que en verso
húmeda que la que ocupa ahora, como dice muy me ha desafiado Yíllergas, y en verso he, de e s -
bien Saavedra Fajardo, aunque á Herraosilla le cribir, vive Dios, aunque solo sea por ver lo
parezca muy mal; y por lo que toca á ia saliva, que el tal Villergas contesta.
la hubiera hecho despedir por la oreja, para que
MIGUEL AGUSTÍN PRÍNCIPE.
así no me salpicasen algunos cuando me hablan.
En este caso hubiera podido decir Arriaza ha-
blando del jaque que llamaba al toro
Y escupiendo á través por la orejiya,
lo cual no me negarán que seria infinitamente
mas cuco que escupir á través por el colmillo co-
mo dice el susodicho señor, y como puede ha-
cerlo cualquiera.
Pero yo me esliendo demasiado: y para probar
las imperfecciones de que adolece la naturaleza,
basta y sobra con lo que llevo dicho. Ade-
mas de eso, me duele también la cabeza, y gra- A D. MIGUEL AGUSTÍN PRÍNCIPE.
cias á esa imperfección que se me olvidaba apun-
tar, me es imposible pasar adelante. ¡Que no
hubiera formado yo al hombre á lo menos de Tengo de tí, buen Príncipe, mil quejas
cuello arriba! Diéraie yo dos cabezas en vez de porque en una cuestión que te he tocado
una, ó le hubiera dado una sola, pero amovible te haces el sueco y la elección me dejas.
como la magistratura española, y con eso me i Yo quise de sofismas pertrechado,
quitaría ahora la que me esta doliendo (la cabe- ! los tuyos aplanar; esto se llama
za se entiende) para encasquetarme la de cual- volver qnien fué por lana trasquilado.
quiera otro exenta de tal pejiguera. ¿Qué venta- Quizá ingenioso en comprender la trama
jas no lendria ano entonces para lucirse como ;
la zancadilla á mi embestida ofreces
escritor? Y todo sin cansarse una pizca, porque
por dar al traste con mi humilde fama.
con quitar la cabeza á Zorrilla, bastaba por
Mas no tan pronto á solazarte empieces
egemplo para sobresalir este humilde servidor
pues yo doy el primero, y el primero,
de ustedes en el género lírico; y para lucirme
si no miente el adagio, da dos veces.
como dramático pediría prestada la de Harzen-
Con la chispa feliz que en tí venero
busch, y para hacer un epigrama ó para escribir
á fuer de verdadero castellano.
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y en tales versos que aplaudirte quiero, en decirle; antes ciegues que tal veas.
Eludes la cuestión, diciendo en yano Es tan santo varón que á quien le atiza
cosas que á la presente importan poco, nunca le trae entre ojos, y en sosiego
por mas que atañan á Alcalá Galiano. aguarda la ocasión sin ojeriza.
No pecas tú por simple ni por loco Mas ten cuidado de arrimarte luego
algo mas que yo ducho, y menos franco que un palo es consecuencia necesaria
pisas la prima cuando el sesto toco. y es la cosa peor palo de ciego
Y aunque nunca me atollo ni me atranco, Gana el preciso pan tocando un aria,
temo de tu salida , que es salida, patrióticas cantando ton porfía,
como suelen decir, de pié de banco. 6 gritando: ¡Gaceta estraordinaria!
Sabes que la ignorancia es atrevida Y harto hace, que si hoy es, por vida mia,
con la mia allá voy que no es bicoca , cosa del otro jueves lo ordinario,
y á decidir contiendas me convida. lo estraordinario es pan de cada día.
De ciego ó mudo, responder, me toca Un ciego, conocerlo es necesario,
que cosa es la peor. Soy harto lego y estos no son inconvenientes flojos,
pero escúchame un rato y punto en boca. no necesita el Eco ni el Diario.
Si no me entiendes ya, de tí reniego; Evítase por esto los enojos
pues bien te está diciendo el consonante de invertir en andróminas dinero,
que no hay cosa mas mala que ser ciego. y está muy libre de gastar anteojos.
Pero tú con tu sátira punzante Aunque este ahorro que parece infiero
por consecuencia llamárosme rudo; á dejar de pagar contribuciones,
pues sobre consonantes es constante, quien tiene el bolso reducido á cero.
Que aunque fueran en udo, como embudo Yo pagara doblones á montones,
puedo sin ser del Ateneo socio, que el que paga en Sevilla ó en Ledesma
probar que vale un ciego mas que nn mudo. es señal que le quedan mas doblones.
Basta de consonante ó niquiscocio, Pídanme versos y daré una resma:
no torne el plan en agua de cerrajas. pero loque es dinero ni una blanca,
Vamos al caso, varaos al negocio. que estoy cual mis amigas en cuaresma.
Y sin mas infinitas zarandajas Esta es mi confesión, bastante franca ;
antes que optar por otro ni por uno mas... del hecho prescindo, no lo dudo
de ambos sabré las contras y ventajas. y no roe harás volver ni con palanca.
Aunque juróte amigo por San Bruno Soy en las digresiones testarudo:
que en tan malos estreñios estoy fijo iba á decir que ventajoso creo
de no optar como pueda por ninguno. que parece el ser ciego mas que mudo.
Y ninguno me den si alguno elijo Tú no habrás calculado, lo preveo,
que no lira el mas necio y papanatas las contras de ser mudo, triunfo es grande
piedra á sus tejas como el otro dijo.— podértelo probar como deseo. —
Un ciego, para ahorrarme peroratas, Por mas que un mudo por colegios ande
no tiene que temer gota serena, y aunque mas se encomiende á San Lupercio
ni acometido ser de cataratas. ¿qué es lo que pueda hacer que se le mande?
Y esta seguridad es cosa buena , Comprenda lo que es quinto y lo que es tercio»
que á fé no es despreciable inconveniente ¿por eso le has de alar horas con horas
de pensar cu cegar la triste pena. detrás del mostrador de algún comercio?
Un ciego puede amar furiosamente, Bonito mueble entonces atesoras
mas no será por guapas ni por feas para lidiar con mozas y con viejas,
ciego de amor, y si lo dice miente. todas tan bachilleras y habladoras.
Cosas le oirás decir que no deseas ¿Juzgas sacar buen fruto si le dejas
pero digno serás de una paliza ser abogado , aunque los siete cursos
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logre pasar quemándose las cejas? suelen dejarle mas á buenas noches?
Tal vez no careciera de recursos; ¡Oh cuántas, vive Dios, melancolías
mas lleve el diablo al pleito que salvara que le ocasiona á un ciego aquel antojo
Ja lógica y ardor de sus discursos. que á otros da mil consuelos y alegrías.
Si siendo cura al pulpito trepara A la morena ó del cabello rojo
linda alhaja estuviera el misionero: no la enamora si á tentar no acierta^
y á ser gallo ¡qué gallo nos cantaral porque no le es posible echarla el ojo.
Pues pregonero suponerle quiero, Nunca puede tener una reyerta
que cualquiera la bolsa escondería que, aunque el valiente se haga siempre es cero,
para no dar un cuarto al pregonero. para estar si le cmhisten ojo alerta.
Pero vuelvo las tornas ú fé rnia, Sufre cuando le engaña algún tendero
no puedo por mas tiempo ser tan crudo pues ni el lienzo distingue á la batista,
que defienda una atroz mejadería. ni á ojo puede medir de buen cubero.
Y ahora decirte, Príncipe , no dudo; Bien su suerte le amarga y le contrista
mas ventajas del mudo sobre el ciego si aunque el grado alcanzara de Regente,
ó mas contras del ciego sobre el mudo. no pudiera vivir en Bueña-Vista.
Óyeme las razones que te alego Fuera en hacer convenios un demente
y por no ser prolijo no me ensancho porque de alguien pagara los antojos,
que á punto estaba de llenarte un pliego. que lo mirara mas ; y finalmente
Chico ó gigante, delgadito ó ancho Porque aunque otro le cause mil enojos
es Sancho todo mudo, y no Quijote, y le inspire total desconfianza,
puesto que al buen callar le llaman Sancho. tiene que hacer el trato á cierra ojos.
Nunca un mudo, aunque el pueblo se alborote, Aun mas razones mi caletre alcanza ;
vendrá al Congreso entre oradores rudos pero si has visto ya, que no lo dudo,
para hacer el papel de monigote. á que lado se inclina la balanza;
No obstante que apesar de bien agudos A este problema resolver acudo,
mas pocos diputados, los restantes diciendo al fin para acabar aprisa,
colegio son no mas de sordo-mudos. que mas malo es ser ciego, que ser mudo.
Pero dejóos en paz, representantes, Tú con gracia y verdad mas llana y lisa
vuelvo al asunto que me tiene en guerra lo contrario dirás, proporcionando
con un amigo de los mas conslantes. placer á los lectores de LA RISA.
Es la mejor palabra en toda tierra Yo me quedo por hoy felicitando
la que está por decir, y el que habla mucho, de salir de tan picaros aprietos,
según suele decirse, mucho yerra. á tus lindos tercetos contestando,
En todos tiempos pasará por ducho (aunque me haga pesado) con tercetos.
el que nunca jamás los labios abra JUAN MARTÍNEZ VILLEHGAS.
si importancia se dá de hombre machucho.
Todo mudo ademas su dicha labra;
pues como por el asta no le cojan
no le podrán cojer por la palabra.
EL POETA DRAMÁTICO.
Mas dejo estas razones que me enojan
y pues el turno de los ciegos llega,
oigan sus penas y después escojan.
Yo disculpo al cristiano que reniega Por tus barbas, Wenceslao,
de estar el infeliz á troches moches que como me llamo Gil,
siempre jugando á la gallina ciega. há un mes que la pena negra
¿Y qué consigue aun cuando arrastre coches me estás haciendo sufrir,
si los que mas le dan los buenos dias, i Como escritor de L A RISA
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me anuncias! Pues, pese, á t í , No imites á Moratin ;
¿no sabes ja que mi oficio que en esto de hacer comedias
es solo en serio escribir? era solo un zascandil.
Mi musa no es juguetona, Deja la pedestre prosa,
pídeme llanto, eso sí; al cielo te has de subir,
que á veces hago llorar, y en roraanticosíonceptos
aunque gracias á una actriz muestra tu ingenio sutil.
que mueve los corazones Naturales y sencillas
con su voz de serafín. las cosas no has de decir :
Mas me envías tu periódico, procura que no te entiendan,
y siendo fuerza cumplir, que en eso, Ayguals, está el quid.
todo el mes que llevo dicho ¿Décimas? ¿Quintillas?... ¡Bueno!
me he devanado el magín. Ahora toma el clarín ,
Nada, ni un verso siquiera; y atruena bien con octavas,
mas hoy me resuelvo, al fin, que sino se han de dormir.
y he de procurar servirte Sobre todo, echa de flores
hoy que me acosa el esplín. y perlas un celemín ,
— ;Esplin! dirás... ¡Buen anuncio! y los ensueños dorados,
— Pues yo te digo que sí: y el rielar han de salir.
cuando un hombre está enfadado ¿Tres mil versos enjergaste?
es cuando hace mas reir. ¡ Hombre, basta!... Pon ya fin :
— ¿Qué pena tengo, preguntas? mata al héroe.—¿Puñalada?
— ¿.No basta, triste de mí, —No, dale garrote vil;
el ser poeta dramático? lo otro es clásico.—Ya está.
¿Hay suerte mas infeliz? —¡Famoso I Te has de lucir.
Si tú lo fueras, Ayguals, — ¿Y ahora? —Ahora en caliente,
no te verían lucir en una orgía ó festín,
esos mofletes rollizos lo lees á tus amigos,
dó arde el florido carmín ; que por fuerza han de aplaudir
ni tuvieras esas barbas, sí es el vino de Champaña,
pues te juro por San Luis, de Burdeos ó del Rin.
que arrancado las hubiera — Pues vengan.—¿No telo dije?
tu mano en un berrenchín. ¿Los ves de entusiasmo hervir?
Empiezo por que es preciso, ¡Divino! dice Lupercio :
si tu drama ha de existir, ¡ Sublime ! grita Crispin ,
que busques en tu caletre y beben, y rien, y hablan,
un argumento gentil. y aplauden... ¡Vate feliz!
¡Encontrar un argumento! ¡Al teatro luego, luego,
¡ A,hí es un grano de anis ! que admire todo Madrid!...
¡Después que han hecho comedias ¡Ay, mísero dramaturgo,
Calderón y Shakespir! tu gozo concluye aquí;
Buscas novelas, historias, queentras con el empresario,
revuelves aquí y allí, y un editor tan cerril,
y ya piensas en Lucrecia, q u e , de los dos, el mas bueno
ya en Rodrigo , ya en el Cid. tiene un alma de Cain.
¿Le encontraste ya?... A. la obra. Este, haciéndose de pencas ,
Te inspiras... Muy bien... así, dice: no puedo imprimir;
así va bueno... ¡ Oh qué versos! los dramas me han arruinado;
y entre Rreton, Vega y Gil no la hubo en San Quintín.
me han sacado esta semana Y todos gritan á un tiempo -.
el postrer maravedí. ¿Qué tal? ¿Va bien?... ¿Es así?
Pues ; no es nada el empresario! Si halla usted alguna falta,
Le saludas muy civil, no tenga empacho en decir...
y él finchado te recibe — ¡Faltas !• ¡ faltas! Sí, por cierto ,
mas sórid que un puerco espió. las habrá; mas voto al Cid ,
— Se leerá en el comité, . ni es posible conocerlas
dice. —¿Pronto? —Por ahí con tal charlar y reír,
dése usted de cuando en cuando ni aunque las viera , es inútil
una vuelta.... Das dos mi!, que me desgañite aquí.
y al cabo de cinco meses :- — Diga usted; este papel
te llega tu San Martin. ¿cómo se debe vestir?
Reúnese el tribunal, pregúntala dama joven:
y allí es ella... ; San Dionis, déme usted el figurin.
llevadme á la inquisición, '-r- Yo pienso que de este modo.
que no hacen tanto sufrir! —¡ Jesús! ¿ Así he de salir ?
Uno fuma, otro bosteza , Voy á estar fea. — Pues bien,
cual se arregla el corbatín, ¡Saque, si quiere, un mandil!
aquel rie malicioso, —La nota para el anuncio,
y este fingiendo escribir, dice el galán.—No creí
hace del pobre paciente que fuese preciso.—¡ Cómo!
ridículo figurín; ¡ Sin nota el drama ha de ir!
y el lector suda y trasuda, No vendrá nadie... A escribirla-,
y cayendo aquí y allí, que es magnífico decid.
corre cual perro con maza — Por último, el d i a l l e g a ,
por alcanzar pronto el fin. ¡dia fatal!... El violin
Mas pasemos adelante; suena en la orquesta; el teatro
y te hago ya tan feliz, de gente se mira henchir;
que de aquellos cancerberos los actores ya vestidos,
ablandas el ceño hostil. se ponen blanco y carmín ;
Ya te hallas dentro... Ya pronto... y al son de la campanilla,
¿Pronto dije? No, mentí. se alza el telón... ¡ Ay de mí!
Al cabo de veinte meses ¡ Momento horrible, angustioso!
llega el turno... A repartir. ¿Dónde hay un chirivitil
Paso por alto las penas en que me pueda esconder?
de esta operación sutil, En la embocadura, sí...
que mas tardara en contarías Ya empiezan... ¡Jesús! ¡qué mal!
que en ir desde aquí á Pekín ; ¡Mas alto!... Que no han de oir.
y ya te hago en los ensayos.... ¡Alma! ¡Fuego!... ¡Se equivoca!
Mas por Dios , no quieras ir ¡ Me asesinas, malandrín!...
al que, llaman de papeles; . ¡Válgame Dios, y que toses!
pues si das en tal desliz, ¡Que estornudar: ¡que escupir!
te juro que de aburrido ¿Qué ruido es ese? ¡Un silbido!
rasgas el drama al salir. . ¡ O h , comparsa baladí!
IY el de mesa !... ¡ Que barullo! Deja esa puerta, ¿no ves
j Y l o s demás!... ¿Quien allí que el gozne chilla, mastin?...
resiste? Trifulca tal Mas arrecia la tormenta.
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82
;Que tempestad!... ¡Chis! ¡chis! ¡chis! ¡Qué salga 1-No.—¡Pif! ¡pifí ipif!
¡ Afuera, afuera!-¡El autor! — ¿Qué he de hacer? Mejor será

Ü &** w.
Í

ver si es posible escurrir y como ropa de pascua


el bulto.... Rabo entre piernas, me pone su folletín;
me abro paso hasta el pretil, y si á contestar me atrevo,
y entre la gente que chilla, crece mas su frenesí,
atravesando Madrid, y contra mis huesos se arma
llego á mi casa, y me arrojo, periodístico motin;
dicho en francés, sobre el ¿tí, ¡que no puedo llamar necio
que ya me tiene apurado á quien me lo llama á mí!
el fiero asonante en í. Esto es hecho: no mas dramas;
¿Hay mas males todavía? afuera oficio tan ruin;
Sí, resta mas cruda lid; antes que á poeta cómico,
que tras la silba, ya veo quiero meterme á alguacil.
los periódicos venir, ANTONIO GIL Y ZARATE.

®SÍ a®aaaaa ©áasaaa


En otros pa¡9es un hombre célebre es un que el orgullo de conocer y mas bien de hablar,
monumento precioso, es una joya que los es- y mejor de ser amigo de una notabilidad, se
tranjeros buscan con avidez, y los convecinos tiene en tanto casi como el participar de su ge-
señalan con el dedo en todas partes, coreo di- nio ó de su habilidad; así como el haber vi-
ciendo: tengo la satisfacción de conocer á fu- sitado la Grecia, la Rusia y la Turquía parece
lano ó mengano ó perencejo, literato consu- que le coloca á un hombre á la altura de los
mado, artista notable ó aunque sea picapedre- Demóstenes y de los Aristóteles en talento, ó de
ro con tal que su mérito sea sobresaliente; por- los Mahumades y los Nicolases en dominio. De
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ahí nacen todas las fanfarronadas y mentirotas me hacían cosquillas en el tímpano y deseaba
de los que viajan mucho y también de los que de todas veras echarles la vista encima, para
viajan poco, cuando hablan con los que no he- saber si eran imágenes angélicas ó tenian figura
ñios viajado nada. El que ha pisado los um- corporal como nosotros. Tal era la idea jigan-
brales de París, mas que de RogeTBauboír ha- tesca que yo traía de las personas célebres,
bla de Lamartine, mas que de Lamartine del cuando atravesando una de las calles princi-
mariscal Soult, mas que del mariscal Soult de pales de la Corte en compañía de un amigo an-
]a familia Orleans y ni ha visto á Luis Felipe, tiguo que ya estaba mas instruido que yo en las
ni á Soult, ni al poeta Lamartine, ni al Borra- cosas de Madrid; mira, dijo apuntando con el
cho de Bauboir, ni ha salido de una mala fon- dedo, allí enfrente tenemos un hombre célebre.
da situada en el rincón mas olvidado de la ca- Ni una liebre cuando siente las pisadas del gal-
pital. Hombre hay en Madrid que me ha dicho á go que corra tanto come yo á satisfacer mi an-
mí muy serio (delante de testigos) que ha co- helo mas vehemente; pero ¡ cosa singular I aquel
mido con el lord Wellington y el príncipe Ta- hombre estraordinario en nada se diferenciaba
lleirand; que en el piso segundo de su casa de los demás hombres: tenia dos ojos en la
vivia Mayerbeer, en el bajo Rossini, enfrente cara, las cejas sobre los ojos, la frente sobre
Rubini y tenia á Bellini por compañero de po- las cejas, el pelo sobre la frente; la misma na-
sada. Milagro es que no añadió que Straus le riz, los mismos brazos, todo, todo idéntico al
servia el chocolate y que Víctor Hugo le limpia- sacristán de cualquier pueblo si le daba la gana
ba las botas. de vestir sobrepelliz ó al mayoral de una dili-
Nada de esto me sorprende cuando recuerdo gencia si se ponia sombrero calañés y chaqueta
la idea monstruosa que yo tenia de Madrid por de alamares. Descubría yo no obstante ese aire
las noticias que en mi lugar me daban. Tanto de gravedad y orgullo que dá la ciencia, y decia
me exageraban la longitud de las calles, que para mí: este hombre se conoce que frecuenta
creia yo que para andarlas de punta á punta bastante las sociedades de buen tono y que gasta
era menester ir en posta y echar merienda para pocas palabras, y efectivamente partí de allí sin
dos ó tres meses. La riqueza de los edificios que verle despegar los labios. La necesidad de ves-
me pintaban me hacia creer, si en las minas de tirme á la usanza madrileña nos obligó á entrar
Almagrera habrian sacado, entre otras betas, en una tienda de mala muerte que habia en una
una corte de oro y brillantes. Los barrios bajos, calle inmediata: estábamos en si habia de ser el
al contrario, me los pintaron tan melancólicos real ó los ocho cuartos, cuando dándome la
y oscuros que parecía necesario para visitarlos ocurrencia de volver la cara, encuentro á nues-
una linterna de gas alas doce del dia, y gra- tro hombre célebre arrinconado como chico de-
cias si se eseapaba con bien de las trampas y la- lincuente demandando perdón á sus superiores.
zos de que los judíos malhechores tenían inun- Iba yo á darle un abrazo de amistad; pero me lo
dado el piso. En suma, la parte mala de Madrid impidió el mozo de la tienda que limpiándose las
me daba á mí una idea exacta del infierno, y sudosas manos en la cara de tan respetable in-
en todo lo demás pensaba encontrarme con una dividuo, le arrojó al suelo despiadadamente.
ciudad de Jauja. Compré mis géneros y me salí de aquella casa
Pero lo que yo tenia gana de ver, como suele horrorizado de la bestialidad del mozo y de la
decirse por mis propios ojos, eran esas notabili- cobardía del hombre célebre.
dades políticas, científicas, literarias y artísti- Meditaba yo profundamente en mis soledades
cas, cuyos nombres habia estendido hasta el en la susodicha escena, y mas me maravillaba
rincón de la última aldea la trompeta de la fa- recordando que de estas personas célebres me
ma. Los Esparteros y los López, los Varas y habían encarecido tanto la intrepidez que al
los Listas, los Esproncedas y los Zorrillas, los que no juzgaba un matón, le tenia por un es-
Madrazos y los Esquíveles, los Saldonis y los padachín. Hay muchos valientes en la corte, se-
loríanos eran nombres que por distinto lado gún he visto después, que buscan lances de pro-
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habilidades ventajosas, rompen HD brazo 6 la blico! Lo mismo haeíail los frailes; se esforza-
cabeza á dos 6 tres barbilampiños y quedan ase- ban en el pulpito contra la relajación de las
gurados de incendios para lo sucesivo: porque buenas costumbres, y eran unos cójelas al vuelo-
nadie les dice esta boca es mia creyéndolos, unos y mátalas callando de primera tigera ; pero ellos»
Bernardos del Carpió nada menos. No hay cosa decian lo que dirán los moralistas de a h o -
mas cierta que el refrán: cobra buena fama y ra: «haz lo que yo te mando, y no lo que yo
échate á dormir, Pero volviendo á mi negocio, hago.»
han de saber ustedes que yo tenia todos los vi- Las niñas han sido siempre mi ojo derecho,
cios del mundo, pudiéndoseme muy bien apli- y también mi ojo izquierdo; que, vive Dios,
car aquella redondilla de Salas: si por algo quiero á mis ojos es porque tienen
niñas. ¡No soy yo de los que hacen versos tan
Aquí yace un currutaco
sentenciosamente frivolos como el que dijo;
que jamás se llegó á ver,
sin dinero, sin muger, Tabaco, vino y muger
sin naipes y sin tabaco. echan al hombre á perder.

Dióme efectivamente la humorada de visitar No señor, aunque sean peores, aunque ca-
los lugares menos santos y que por esta razón rezcan de rima, a u n q u e ^ a n media legua mas
son los mas concurridos de la gente vagabun- largos ó mas cortos, quiero,decir mejor:
da. Los hombres célebres decía yo, comen en
Según el refrán antiguo
la fonda y beben en el eafé; yo no soy céle-
que sigue al pie de la letra;
bre ni tengo esperanza de serlo, con que bien
tabaco, vino y muger
puedo hacer lo uno y lo otro en la taberna; y
sacan á mayo florido y hermoso.
con la desvergüenza que ustedes pueden ima-
ginarse rae colé en la del Pelado que está en Con estos principios sentados nadie se sor-
la plazuela de Santa Ana, pedí una chuleta asa- prenderá de que en la taberna del Pelado h a -
da y me la trageron CTuda, pan de flor, y me llase alguna de esas deidades condescendientes,
lo sirvieron del color de mi tez, es decir n e - tan accesibles al amor de los paletos como al de
gro muy subido. Pedí por último vino puro, y los lisias y Esceleneias; ni dudarán que admi-
me lo dieron mas afinado que el primer pro- tiese un obsequio mió previo el ¿usted gusta?
fesor de guitarra de nuestros dias que es otra y como lodo en el mundo tiene su correspon-
de las notabilidades españolas. ¡ Si me viera dencia , no es inconcebible que ella me brindase
Un hombre célebre en estos trapícheos, cómo su casa y que yo no me anduviese en chiqui-
se lamentaría y filosofaría sobre la degradación t a s , pudíendo andar con chicólas. Así sucedió
de la especie humana! esclamaba yo chupando para que ustedes lo sepan, y al poco rato me
el ya descarnado hueso de la chuleta. Pero da- hallaba muy posesionado de uno de esos hos- .
me la tentación de mirar detrás de mí como pítales de sanos incurables, inclusas de niñas
reprendiéndome de haber hablado tan fuerte sin con barbas, inquisiciones de vengan tormen-
acordarme de que las paredes oyen, y ¡oh vir- tos y paraísos de mea culp@: ¡ Ah ! decía yo mas
gen de Cobadonga! el hambre célebre, de la que satisfecho de mi seguridad y|P,uí no vendrá
calle y de la tienda que ya referí á ustedes es- ese fatal hombre célebre que i » í persigue t a n -
piaba todas mis acciones. Miraba si eomia, si to; ¡María! ¡María! proseguí abriendo de par
bebía, si andaba; á todas partes acechaba el en par la puerta del gabinete y ¡Oh desespera-
centinela vigilante cuya aparición en la taber- ción .1 ¡ oh aflicción ! ¡ oh maldición! ¡ oh todas las
na pegaba tan bien como si Mahoma se presen- palabras acabadas en oti! frente por frente á la
tara el día del juicio á los cristianos. ¡ Un hombre puerta estaba el hombre célebre y lo que es mas
célebre en la taberna! ¡y luego se desatarán en sensible estaba al lado de mi ingrata María, de
máximas morales si escriben comedias ó éspli- quien me despedí con los modales bruscos dig-
can en alguna cátedra ó dan alocuciones al pú- ' nos de su clase y de sus malas acciones. No hay
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remedio, iba yo murmurando por la calle , esos tabernas está bien visto, en las sociedades de
hombres célebres tienen pacto--con el demonio y etiqueta es casi necesario, y yo le aseguro á u s -
por eso hacen cosas superiores á las inteligen- ted que sin su compañía no saldré á la puer-
cias comunes. Como que hubiera yo querido ta de la calle. — Cada palabra de estotro hom-
hallar á Satanás para entraren tratos y hacerme bre me sorprendía m a s , y mientras el urgaba
notabilidad á costa de la salvación eterna, y si los bolsillos para buscar no sé que documento
es que no vi al demonio, por lo menos creo que justificativo, yo le conté como la primer vez que
me tentó para lanzarme desde allí en una casa vi al hombre célebre fué en la calle retratado en
de juego donde se batía el cobre, como se pue- una estampería, que después le vi retratado en
den batir yemas en una confitería, y cataratas un pañuelo en la tienda de que he hablado á
en el hospital general. Ochenta y cinco cuar- ustedes; en retrato le vi en la taberna, retra-
tos que hacen medio duro llevaba en el bolsillo tado estaba en casa de aquella ciudadana que
y medio duro ó sean los ochenta y cinco cuar- acompañé rendido, y como hasta en los hules
tos, puse á una sota que tuvo por conveniente se hacen ahora retratos de hombres célebres, r e -
chasquearme, como.to.das acostumbran. Cuando tratado estaba también en el tapete de la mesa
mas fiaba en la tal sofá vino á darme un par de de juego. Faltábame solo que su apasionado me
coces con el rey de bastÓ%; para que se vea que esplícase el sentido de sus palabras enigmá-
no son solo los caballos los que tiran coces. ticas; pero este sacando las manos del bolsillo
Tan cargado me hallaba yo del hombre célebre del gavan me ofreció un cigarro, de los muchos
que le hubiera creído autor de todas mis des- que tenia en una lindísima petaca en cuya tapa
gracias sino estuviera persuadido de que los estaba también el retrato de aquélla notabilidad.
hombres célebres no deben ir á las casas de A este tiempo pasaba una fosforera cantando,
juego; porque, como llevo dicho, los grandes como todo Madrid estarácansado de oír:
talentos deben ser la'norma de, las virtudes «Yo llevó en este cajón
grandes y es imposible que la moralidad se be- á la fama y á Cervantes - •
t a en la fuente de los vicios. Esto se observa y fósforos fulminantes ,.:.
en otras partes: entre nosotros por el contrario, de cerilla y de cartón.»
hasta ser estravagante en ¡as costumbres, inso- Efectivamente hasta en loslibritos de fumar
lente en el trato, beber muchas copas de rom y habrán ustedes visto hombres célebres estranje-
jugar la vida al monte, para pasar por hom- ros y nacionales, antiguos y contemporáneos tan
bres de pro y moralistas, con solo publicar des- perfectamente retratados que sin hacer con ellos
pués en prosa ó en verso cuatro de ésas vul- lo que con la levita del Toledano, que querien-
garidades y sentenciólas que tienen olvida- do darse á conocer por ella, cuentan que el s a s -
das los mozos de cordel. Yo no sé si nuestro tre le puso un letrero en la espalda que decia-.
hombre célebre tendria lances de moralista; lo el señor es de Toledo, lo cual no advertido por
que sé únicamente es que observando al grupo él, le causó gran sorpresa al ver que todo el mun-
de la mesa de juego, allí me lo encontré tan do que pasaba por su lado repetía: el señor es de
peripuesto y pintiparado que'no habia mas que Toledo. Es decir que si debajo de los retratos no
ver. Admiróme mas que todo el que cada uno dijera Cervantes, Napoleón, etc. se iris uno tan
que perdía me lo sacudiese un sopapo de aque- satisfecho de que lo que habia visto era algún
llos que retumban, y que él se aguantase sin lobo ó alguna cigüeña, verificándose casi aquello
decirlo mas mínimo de tan malos tratamien- del epigrama que un servidor de ustedes hizo en
tos. Este hombre, dije yo á los demás, en otro tiempo
todas las casas de prostitución se l e v é ; debe Un escultor no afamado
ser modelo de corrupción y de inmoralidad. pero de genio travieso
Este hombre, me respondió uno de los oyen- hizo un San Antón de yeso
t e s , es universal; lo mismo se le halla en los poniendo su cerdo al lado.
círculos bajos que en los altos círculos. En las Y entrambos en un renglón
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esplicó prudente y cuerdo, que con encajes y blondas
cual de los dos era el cerdo quiere ostentarse mas bella,
y cual de ellos San Antón. y es doncella
que lleva dientes postiios...
Lo eierto es que á la fosforera me dieron ga- que se acicala y aliña
nas de darla un bastonazo; pero esto lo dejé pa- para parecer muy niña,
ra otra clase de gentes. Cuando sea necesario y que con ágenos rizos
dar una severa lección á algún poeta chirle co- cubre asquerosas berrugas...
mo dice Quevedo, pienso aplastarle los hocicos y al ver como sus arrugas
con la cabeza de mi bastón que para que ustedes con cierta pomada alisa,
lo sepan es la de Cervantes. Con eso no seré yo me desternillo de n s a .
quien se la dé y no se dirá que la cabeza que d i -
go sea incompetente en materias literarias.
Por mi parle si en algún tiempo tuve deseos
de adquirir celebridad, ahora pondré lodos los
medios para no conseguirla siquiera por no ver-
me tantas veces en caricatura. En unas partes le
ponen á uno mofletes de monja boba, en otras
sumamente chupado; ora narigudo siendo romo,
ora romo siendo narigudo : ya serio como un s e -
nador, ya risueño como un tonto de Coria. ¡Qué
demonio! buena ó mala bien está cada uno con j
su fealdad, y no le hagan veinte caras feas al
que solo tiene una que no es poca belleza en es-
tos tiempos en que el que menos es hombre de t
dos caras.
JUAN MARTÍNEZ YILLERÜAS.

LETRILLA.

Cuando las gracias pregono


de ese admirador de Francia
que habla siempre de elegancia
de soirées y de gran tono...
que hace el mono
pareciéndole un desastre
haber nacido en España...
que solo bebe Champaña...
que debe la cuenta al sastre...
que come de mogollón
y habla de la gran pasión
que le ha inspirado Belisa,
me descoyunto de risa.

Cuando veo á un mentecata


Cuando veo á doña Estrella, que no sabe el A , B , C,
del tiempo de Epaminondas. y disputa en un calé
ton fueros de literato, el mas prolongado embudo...
y un relato por él sudo;
suele espetarnos de historia , y ante su almacén de olfato
y tanta sandez encaja compadezco su desgracia,
mas el diz que le hace gracia ,
ó se figura que es chato -.
y a! verlo muy elegante
ostentar del elefante
la descomunal divisa
me descoyunto de risa.

que se vé que es linda alhaja


para tirar de una noria...
y dice que es dramaturgo...
que obsequió en San Petcrsburgo
a u n a famosa poetisa,
me desternillo de risa.
El otro que á todos roba
la atención en el paseo
por lo remilgado y feo
y por su enorme joroba,
cuando adoba
su andar con monadas m i l ,
y hace pinitos de gozo,
y presume de buen mozo
con su facha de mandril..,
que gasta con despilfarro,
y junto á su gran cigarro
apenas se le divisa,
me desternillo de risa.

Ese que tiene renombre


de buen mozo, y que entusiasma,
á mi por lo muy fantasma
me dá lástima el buen hombre;
Al mirar á un narigudo que aunque asombre
en cuyo rostro infeliz su figura hermosa y bella,
le puso Dios por nariz no le doy yo ningún precio
88 r-
al verle tan fatuo y necio santos ejercicios, que desde el S. del presente
hacer el oso con ella, mes (junio de 1843) verán la pública luz cada
cinco dias con: el auxilio y misericordia de
Dios. ,:••„.-'
Pero permita, Reverendísimo Padre, que con
toda eficacia le supliquemos no abandone á sus
hermanos de LA RISA. ,Por las llagas de su p a -
dre San Francisco acuérdese de estos míseros pe-
nitentes, que sin su colaboración quedarían cual
descarriadas ovejas ,á; merced de las tentaciones
del demonio. Decisréá I n f i e l e s en sus santas
publicaciones, que para sol^í de sus graves ta-
reas nos favorecerá de vez en cuando con alguna
produccionciüa a la manera' de la de Calvas y
Pelucas que publicó LA RISA y que tan mereci-
dos aplausos há granjeado á Vuestra Paternidad
.Reverenda. Declárelo así en obsequio de! acen-
drado afecto que le profesamos, y recomiende
en sus sabias páginas las páginas de LA RISA , si
es que de su preciosa recomendación le parecen
ellas merecedoras.
Tampoco quisiéramos que vuestro apréciable
porque e) hombre de provecho lego echase la memoria de nuestro Ambigú en
debe ser de pelo en pecho , manga rota. En él se hace soberbio chocolate y
y el que blandamente, pisa á Tirabeque lo mismo que á Vuestra Paternidad
me da compasión ó risa. Reverendísima, se lo dará nuestro amabilísimo
cocinero con esquisitos bollos, siempre que fa-
WENCESLAO AYGUALS DE IZCO.
vorezcan con su presencia el Ambigú de LA R I -
SA, donde hay ademas para los buenos amigos,
.abundantes provisiones de cuanto Dios crió.
A FR. GERUNDIO. Con este motivo, hermano Fr- Gerundio, me
repito de V. P. M. R. atento obligado servidor.
Reverendísimo;Padre:. al verle sacudir el Q. V. M. B.
polvo de los hábitos, acomodarse las mangas y A nombre de la comunidad de L A RISA
la capilla, y echar mano al hisopo para conjurar "WENCESLAO AYGUALS DE»IZCO.
los espíritus malignos, todos los hermanos que
componen la comunidad de L A RISA le desean
mil prosperidades, y recomiendan desde ahora LAS NODRIZAS.
vuestro seráfico celo, si es que de recomenda-
ción necesitan las festivas producciones de Vues-
tra Reverencia, cuyo estraordinario mérito es Es consecuencia inmediata:
reconocido y apreciado dentro y fuera de Espa-> de la coyunda nupcial
ña. De todos modos, con el afecto mas sincero y al estado de casados
por lo que pueda valer, exhortamos & todos los añadir el de papas.
pecadores^ se animen á depositar en vuestra r e - Y es consecuenciaprecísa
verendísima manga la corta limosna de ocho rea- so pena de.np nacer,
les al mes en Madrid, díej en las provincias y para que subsista .el rorro
veintiocho por trimestre para adquirir vuestros matarle el hambre y la sed.
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Y también es consecuencia sentadas junto á la noria
darle alimento sutil, en vez de andar en redor.
mientras sus dientes no puedan Ble dejaron mas clavado
con el salchichón de Vich. que Jesucristo en la cruz,
Es consecuencia por esto con este diálogo propio
que al fruto de tierno amor, 'de Caifas y Be!cebú.
préstela madre alimento
con su abundante pezón. —Mi señora es una loca.
Y es consecuencia así mismo — Y la vnia mucho mas.
si el pecho dice, no hay m u s , —Y mi señor un camello.
traerse un ama de cria ~Y" el mió un orangután.
de los contornos de h a n . — Para tá triste miseria
que una coje áfin de mes,
Pero ¡av! desgraciado chico, gasta dobl« y mas de doble
si la inhumana mamá si se quiere sostener'.
lo fia todo al cuidado El diantre de las señoras
de una nodriza infernal! muy listas para parir,
]Ay del que habiendo nacido pero muy duras en esto
del Manzanares ai pié; de aflojar maravedís.
mama la leche (aunque buena) ¡Cuántas incomodidades
de tierra de Santander!-/ , con este chico feroz,
Puede decir que no hay cosa ademas de lo que chupa
mas deplorable y mas vi!, pues traga como un lechon!
que nacer para mamar Si un niño sale canijo,
y mamar para vivir. «tienes maia ¡eche, abur.»
Por mucho esmero que tenga Si rollizo, «¡o ha heredado;
la madre que el ser le dio, su madre vale un Perú.»
y por mas y mas revistas
que pase al pecho alquilón, Muchacha! que llora el niño
En fin, por mas que al destefe á ver si le haces callar.
respire el niño salud, Muchacha! que está pacífico?
debe de estar mal criado ¿tendrá alguna enfermedad?
aunque lo niegue Jesús. Muchacha! que está hecho un fuego;
Vete á la sombra con é¡.
No ha muchos días, señores, Muchacha: que tiene frió;
que ansioso de soledad échalo y tápalo bien.
me encaminaba al Pietiro Muchacha! que rabia de hambre;
donde las fieras están. saca el cofre a relucir.
Ibame diciendo á solas: Muchacha ! ¿ves que mal huele?
; a y , si quisiera Luzbel llévalo pronto de aquí.
soltar un par de esos vichos Muchacha ! que está muy triste
que entre enrejados se ven ! tararea un rigodón. ,. .
¡ Apenas tomaran paso Muchacha! que hoy no has salido,
mis piernas hacia Madrid, vete á la Puerta del Sol.
aunque sonara de guerra Y ando como una azacana
el alarmante clarín! con este trozo de atún,
Dije, y dos fieras nodrizas á la Rouday al Retiro ,
mugiendo como un león al rio y á Sania Cruz,
12
90
—Lo mismo sufro, querida, — ¡ Sí que yo al mió! le adoro
y no pudiera aguantar y le trato como á un rey.» —
a no t r a g a c a n t o vino, Dijo cada cual del chico,
tanta carné y tanto pan. cuando estaba el infeliz
Y eso que al chico le quiero con la cabeza colgando
mas que á los mios tal vez, y los pies hacia el cénit*

'•"Wtáfa,
Madres! contemplad ^1 cuadro Porque sino daréispruebas
con lágrimas de dolor; de poquísima virtud,
ó abstenerse de ser madres y vuestro eterno enemigo
á scdlo bien, vive Dios. será 3. M. V.

TO& SQ,t?ía&\7&<B&Sr<B2&«

¿Qué cosa es pensamiento? Hé aquí una p r e - particular, permítaseme que de él deduzca, que
gunta que á mí mismo me hago; y que á pesar si LA RISA causa risa, se, debe solamente A la
de toda su lisura, apuradillo me veo para con- fealdad de sus redactores, mejorando los pre-
testármela. En efecto ¿quién es capaz de hacer sentes. Mas vuelvo á mi asunto, y salga como
la definición de este caballero, antojadizo cual saliere, que no es cosa que en el siglo de lo po-
niña de quince abriles, ridículo (y no es amor sitivo se pare ningún hijo de Adán en pelillos;
propio) como el que esto escribe, y feo á veces porque de lo contrario menester seria que me
como el eslraeto que de su persona, habitóse | dejase la cabeza, y ainda mais, como de peder-
inclinaciones ha heeho el demócrata Ayguals de | nal u n ' p l a t o ; lo que no entra en mis cálculos,
laco? Y ya que por incideneia he tocado este ! porque este servidor de ustedes es en cstremo
91
aficionado al bello... sexo, se entiende; y admí- censos y ascensos y quedando en medio, y pen-
rense ustedes lectores díe la consonancia que sando en la muerte y en la vida, y refocilándose
guarda con aquel pelo este bello. Por lo tanto, con el doncel ó con la doncella, que será según
lectores j mirad oblicuamente hacia la derecha, el sexo del individuo á que pertenezca, viene á
luego hacia la izquierda , y de derecha á izquier- fijarse en algo que lo absorve todo por largo r a -
da; volviendo los ojos, leeréis lo que á mi sobe- to, aunque el asnato no sea digno de que en él
rana voluntad le place escribir y á ¡a de LA RISA se fije ni el tiempo necesario para decir ah! Y
publicar. esto cabalmente me sucede á mí ahora.
Es el pensamiento.t. ¿qué será el pensamien- ¡ Ojalá que en cambio mi pensamiento se ocur
to? En cuanto á mí, i o me queda tluda que es i par* en ser canónigo: aunque no... de esto fue-
algo, pero en el algo está la dificultad Es el i ra bueno que se hubiese ocupado años atrás, pe-
pensamiento ¡calle! ¿Y ya se ve que es? i ro ahora seria una locura, ni menos en ser m i -
¿ quién lo duda ? Pero, qué es? ahí está el' busi- nistro, que cosa seria esta para tirarse de los
lis... Es el pensamiento... Ya di en el busilis y pelos y ya he manifestado que á los mioslos e s -
en la dificultad! El pensamiento es una cosa i n - timo quizás en mas de lo que valen (y cuidado
visible, inodora, sin color ni sabor, en fin una que son rubios) puesto que cojo un tabardillo
cosa igual al pensamiento; y ;vive Dios! que cada vez que tengo la desgracia de poner mi ca-
nadie me diga lo contrario, que capaz seré de re- beza entre las pelicidas manos del diplomático
comendarlo al ciudadano Villergas como pie pa- barbero. Pere me distraigo, cosa que nada tiene
ra un epigrama; porque nadie puede hablar me- de estraño, cuando tan de moda se han-hecho
jor de la boda que los novios; y tengo para mí las distracciones, que nadie está en lo que hace.
que si el pensamiento es parte integrante de mi Ya se vé, y como falta un presidente que mélla-
existencia, como cristianamente creo, y tengo me á la cuestión ! Pero al caso.
sobre él algún derecho, nadie como yo, podrá Es el caso peliagudo como barba de románti-
hablar de sus propiedades. Propiedades! Y ¿.cuá- co; es el caso mas grande y estupendo que ha
les son las propiedades del pensamiento? Muchas ocupado pensamiento humano ; es un caso mons-
sin duda; pero entre ellas sobresale esa espanto- truo, y dicho está lo bastante para probar su
sa volubilidad de que dá tan repetidas pruebas, importancia. Redúcese nada menos que á d e -
que no parece sino que nació para ser patriota mostrar un gran secreto en el que nadie hasta
del siglo XIX. Condenado siempre á no gozar de de presente ha fijado la consideración , un ele-
reposo, tan pronto se remonta hasta el Empíreo, mento poderoso que existe en la sociedad , y que
y se entretiene en decirle cuatro jjiropos á Venus pasa desapercibido, como pasan tantas otras co-
y en echar una mano de conversación con Capri- sas grandes y maravillosas al propio tiempo que
cornio, ó bien en jugar á la gallinita ciega con otras de menor cuantía mueven una zambra e s -
las siete cabrillas, como desciende á las profun-
traordínaria. Y prueba de ello ¿á qué no adivi-
das y lóbregas mansiones del Averno, y mide
nan ustedes cuál es el medio mas espedito que
les dimensiones del rabo de Pluton , ó contem-
tienen los hombres para comunicarse? —A qué
pla el pudibundo candor de su consorte Proser-
sí? la lengua.—Pues están ustedes equivocados,
pina, (que si tiene pensamiento no dejará de fi-
no es la lengua , es cierta quisicosa que acerca á
jarlo de vez en cuando en el famoso suplemento
los hombres sin conocerse , y obliga á hablarse á
que al dorso su esposo tiene); cánsase de esto,
los que con otra vez que se vean se ven dos ve-
y lija su dominio en el espacio; y allí... allí es
ces.—No diga usted mas, que ya sabemos lo que
regular que juegue con los insectos: luego se r e -
es... la simpatía. —No, que es e! peligro. —Tam-
crea con la muerte, á pocos segundos se halla
poco : es lo concomitancia. —Jesús! qué dispara-
en la batalla de Marcngo con el gran capitán del
te! lo que acerca unos hombres á los otros, es el
siglo; al instante goza con la hormiga que en
genio. —Riasc usted de eso; lo que los acerca
guardar se afana; á poco en el águila flue r e -
es...—Vaya dígalo usted niña.—Si me da corte-
monta su vuelo hasta las nubes; y así en des-
d a d . - S e dan ustedes por cachifundidos?-Si
92
nos damos ; mas dígalo pronto.—Poquita á p o - ¡ el cigarro de otoo se encendiera!' ©h j t é ; fnge^
co, que no estamos en ningún ventisquero, y i nio cual no otro e!am4 >Ofe , tú, civilizador de 1«
mientras mas tarden en saberlo, mayor será so j humana especie,-:mc\h&«este cot»to tributo ée-
curiosidad. i admiracioi) que éedfea á t e memoria el que mas
Entre los muchos y prodigiosos inventos que . de una vez ha tenido lugar de probar todo lo que
ha hecho el ingenio humano para acercar á los i vale encender im'-miyarro! pedir la can-de^
hombres, merece un distinguido lugar este de | la!!!
que trato. Mayor es su virtud que la de! vapor, | No hay que asombrarse, lectores, deestewri
porque si bien este sirve para salvar pronto lar- cntusiasm» furaptéítei»; Atended, á las cansas
gas distancias, no tiene el poder para que de j que lo incitan , y tendeéis que confesar de buen
buenas á primeras se vaya fulanito derecho á i ó mal grado, que es justo y # a » o justo noble, y
menganito y le hable. El invento que me ocupa, í á fuer de noble desinterefeaéo. Porqueeseinven-
viejo como la risa, es un vehículo poderos» para ! to sublime no queda reducido á le manifestado:
las relaciones mutuas de los individuos- en so- ! hay un millón de cosas mas para probar su e s -
ciedad : es un medio gastads sin que por ello ha- í celencia. ¡Pedir la candela! Y en ese hecho ¿qué
ya caido en desuso (y en esto conocerán ustedes i hay de particular? dirá alguno- Pues es nada:
lodo lo que vale) para igualar las condicionesl figuraos q«e el pedir la cándete es un barómetro
sqciales ; es en fin un poder que establece la mas seguro parae-onocer 1 s p a n í o s de educación y
j.ust$ ¡libertad, y que pone á nivel y une por un de flBttra<que eli'pedigüe&QÁalza. Encienda u s -
njpna,ento al clérigo con el militar, al escribano ted no cig-arw y eolóquese «ñ sitio público; y
con el escribano, al periodista con el fiscal, al verá como al olorciiío se le dejan venir encima
ignorante con el sabio, y etcétera. Y es de admi- mas de un-aficionado á echar por boca y narices
rar que una vez de por medio este poder, guar- humo; y desde este momento puede usted dar
darse todos podrán de dejar desairado al que lo principio á sus observaciones. — Amigo, ¿me ha-
invoca, que capaz será por ia negra honrilla de ce usted el favor de que encienda este cigarro?
armar una de todos los diablos y convenir en Alce usted la cabeza á esta invitación, y mire
campo de Agramante el sitio en que se encuen- quien se la hace; y aunque usted no quiera, se
tre: ni es para menos el asunto porque cada cual | encuentra frente á frente con un hombre tera-
tiene su aquel como Dios se lo haya dado, y bien I piado i los tiempos del rey Favila, que en buen
merece que se guarden algunas consideraciones | hora sea dicho, ha sido el único que ha sabido
al nivelador de las clases. i morir como á ios de su clase conviene. Le da us—
!
¡Oh invento de los inventos! yo te saludo y ted la candela, y luego que enciende., se la de-
tu poder admiro ! Ahora bien: supongo que ya | vuelve á usted con el correspondiente «agrade-
i cido, amigo.)) Por su llaneza y por la minucio-
quedarán ustedes enserados, y habrán venido
I sidad con que le.pide á usted la candela, tiene
en conocimiento del objeto que motiva este artí-
i usted forzosamente que venir en conocimiento
culo , pero si por la mucha torpeza de ustedes
i que el tal individuo es un hombre formaiote é
no comprenden una cosa tan clara y tan esplici-
¡ incapaz, por lo tanto, de faltar á las reglas de
tamente manifestada, forzoso me será sacarlos
| buena crianza. —Caballero, ¿ tiene usted ia dig-
de duda.
i nación de participarme sus ardores? Y usted al
Encender un cigarro. Hé aquí el gran caba-
| oir esto cae al momento en lacuenta de que «1
llo de batalla de este artículo; hé aquí el medio
que le había es un elegante á la dernier un fa-
poderoso de comunicación; hé aquí lo que acer-
tuo, que mejor se dejaría cortar las narices que
ca á los hombres sin conocerse; hé aquí, en fin,
espresarse de un modo natural.—¿Me permite
en lo que nadie ha hecho alto, á pesar de ser
usted? le dice á usted otro: un modo de pedir
materia para eseribir gruesos volúmenes, y dig-
tan conciso revelará á usted al punto que este
na de que los vates templen sus cítaras para can-
ciudadano es poca amigo de gastar saliva, y tie-
tar sus merecimientos! Ob, ¡ú, el primero que
n e n mucho su estémago para estragárselo fue-
enseñastes que era cosa lícita qus mi cigarro en
ra de tiempo. Por de contado, que para com-
m
bido en que por una negativa á dar candela se
prender lo que el tal ciudadano pide, necesario
i ha armado la de Dios es Cristo. Mas esto nada
es mirarle a las manos, y que el cigarro supla
vale, ni tampoco la incomodidad que usted á
con su elocuencia muda y tabaquera el fin de la
í veces sufre por causa de esta peregrina inven-
frase.—¿Me hace usted el gusto? Quien así pide
ción. Supongamos que usted es casado, y qne á
la candela pone en duda el sexo á que pertenece,
| su cara mitad le ha dado jaqueca, verdadera ó
porque lo que es á mí, varón desde que mi ma-
| ficticia que esto rio es áe\ caso ; supongamos que
má me echó al mundo, no me ha < currido jamás
i usted la quiere mucho y que al momento se
la idea de pedir que me hagan el gusto, á ningún
; atortuja y sale á la calle, en busca de remedio;
individuo de mi sexo, y supongo que á ustedes
'. supongamos que lleva usied un cigarro encendi-
les habrá sucedido otro tanto. —Y qué no le dará
do, y siguiendo en la suposición , que enmedio
Á usted que pensar de la educación de aquel que
de su carrera sale un quídam y le intercepta el
con voz ronca le diga!! Camaráa, me da'sté la
\ paso dirigiéndole la palabra en cualquiera de
candela? Con todo y á pesar'de que por buena
j los modos que van espresados; ¿qué hará usted
lógica se convence usted de que tal modo de, pe-
en esle caso? negarle la candela, no, porque da-
dir imperativo, y mas que imperativo un tanto
ría lugar á disputas; no tiene usted mas reme-
si es ó no amenazador, no es el mas á propósito
dio que dejarle el cigarro y abstenerse de fumar
para que usted acceda á su deseo, es seguro que
salvo el consuelo de maldecir en su interior al
no le hará usted esperar mucho tiempo, por
importuno. Pues: ¿y si va usted por el Viático
aquello del canguelo.-^-Pues, y el ¿señorito me
para su suegra, y mas si es rica y no tiene mas
hasosté favor? donde me lo deja usted? Quiere
i hiia que la pichoncita de usted v sale un cual-
usted una prueba mas clara y positivamente po-
¡ quiera y le pide candela? Se desesperará usted
sitiva , de que el aficionado al cigarro es un p e -
; porque no es cosa de perder un momento en
dazo de alcornoque con ojos, que no ha podido
asunto de tamaña importancia, que crecerá sí
salir de la miserable condición de mozo de m u -
en lugar de ir por el Viático, va á avisar á la
las; y quien dice de muías diee de usted ó de
parroquia que vaya por el cuerpo de la d i -
cualquiera otros que tengan ó hayan tenido m o -
funta.
zos.
Mas como quiera que estos no sean mas que
Y no es solo en el mero hecho de pedir la lunarillos imperfectos, casi imperceptibles al
candela donde se conoce la condición y finura de lado del grandioso y civilizador invento áepedir
cada quisque; lo es también en el modo de co- la candela, convengan ustedes todos conmigo en
ger el cigarro: gaznápiros serán los que le co- que el cerebro que tal concibió merecía estar
jan cou el auxilio délos cinco dedos; entrevera- engarzado en diamantes, si ejemplo hay en la
rajos los que lo tomen con tres: elegantes los historia de haberse engarzado en diamante a l -
qne lo hagan co,n solo los dedos pólice é índice, 'gui\ cerebro.
SANTIAGO CASILAIU.
y finos de toda finura los que el cigarro coloquen
entre el.índiee y el del corazón.
Largo seria enumerar las diversas maneras LETRILLA.
con que se pide candela; largo seria también una
relación detallada para hacer mas palpable la es-
celencia de este descubrimiento, que acercando Estaba la musa mia,
a todos los hombres, engendra amistades lo mis- no diré como ni cuando,
mo que disputas. Y nadie se estrafíe de esta últi- imposibles aparando
ma parte de mi proposición. y de esta suerte decia ;
Las mejores instituciones siempre se corrom- que un desgraciado sonria,
pen en manos de los hombres: ¿cómo había de que inspire miedo un enano,
librarse la queme ocupa de dar en este escolio? que baile y brinque un anciano.
Así es que no todas san flores; y o c a s i ó n e s e ha- y no ande torcido un cojo?
¡ ahí es nada lo del ojo , con la patrona retoza,
y le llevaba en la mano! imposible es que la moza
eche el cerrojo á la puerta;
Aunque mil rayos y mas mas si no la deja abierta
bajar viera en un instante; y el que la persigue insano
tuviera un cañón delante pone los medios no en vano,
y hubiera un toro detrás: de descorrer el cerrojo
piensan ustedes quizás ¡ ahí es nada lo del ojo
que ofreciéndoseme humano, y le llevaba en la mano!
de entregarme á un escribano
tuviera todo el arrojo? Alguno conozco yo
¡ahí es nada lo del ojo, que esto intentó y algo mas;
y le llevaba en la mano! cogió ella un zapato y ¡zásl
las narices le aplastó.
Que á un ciudadano gruñir Luego por detrás le dio
vea contra un opresor, puntillón tan soberano,
y al notar tanto calor que él bajó la mano ufano
pueda dejar de reir: diciendo: en sangre me mojo;
que yo le ayude á subir, mas no es nada lo del ojo.—
para que este ciudadano Y.le llevaba en la mano.
después de hacerse tirano
me dé en público un sonrojo? Siete estrofas eon ahinco
¡ahí es nádalo del ojo hice, y en la octava voy.
y le llevaba en la mano! Tres versos van; ¡bien estoy 1
Entro en el cuarto; ¡yo brinco!
Que entre el amor de una hermosa ¡ pues con estotro van cinco!
rubia y bella, pero pobre, Haremos final temprano,
y entre el oro, plata y cobre que si dócil me amilano
de una marquesa canosa , y cuanto pidan aflojo...
si torpe ambición le acosa ¡ahí es nada lo del ojo,
no quiera roas Milano y le llevaba en la mano!
á la del cabello cano
JOAN MARTÍNEZ VILT.ERGAS.
que á la del cabello rojo?
¡ahí es nada lo del ojo,
y le llevaba en la mano !
FR. GERUNDIO
Que yo erea en la pasión Á LA COMUNIDAD DE LA RISA'.
de Maruja, cuando al fin
sé que á Julio y á Fermín Risa, y placer, y gusto, y alegría, y com-
á Jorje, á Martin , á Antón , placencia, y satisfacción, y contento, y deleite,
á Tadeo y á Simón, y gozo me ha causado, hermanos risueños, á mí
á Pedro , á Juan , á Mariano, Fr. Gerundio, la atenta y festiva ínvitatoria que
y á Roque y á Sinforiano á nombre vuestro se ha dignado dirigirme el
entretuvo por antojo? hermano Ayguals de Izco. Protestóos á fé de r e -
¡ahí es nada lo del ojo verendo, y juróos por mi santo escapulario, que
y le llevaba en la mano! al propio tiempo que me habéis ruborizado con
las inmerecidas laudes que vuestra bondad rae
Si el huésped que anda ojo alerta prodiga, me obligáis en términos que fuera yo
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d mas ingrato de los seres risibles, y que me" presentado manjar ni vianda que me tentara el
reciera en castigo pertenecer á los entes lloro- cuarto sentido ; pero que una vez que ellos ase-
nes , si no dejara descansar algunos ratos el h i - guran tener tan buen repuesto en su cocina,
sopo de conjurar y las disciplinas de sacudir cuenten con un plato y un cubierto mas.
espíritus malignos y políticos malandrines, para «Y en cuanto á lo del soberbio chocolate que
dedicarlos a reir con vosotros, y á solazarme dicen me dará su amabilísimo cocinero, dígales
con los hermanos de esa comunidad riente. usted que pongan unos puntos suspensivos
Y no dejaré tampoco de aprovechar la pri- que esta es materia en que nos veremos el coci-
mera ocasión que se me depare para recomen- nero de LA RISA y el de Fr. Gerundio, y que
dar á la larguísima comunidad gerundiana en estoy dispuesto á habérmelas no solo con él sino
mis predicaciones las festivas páginas de vues- con los mismos padres maestros de la comuni-
tra UisA ; puesto que ademas de merecerlo ellas, dad, y á liquidar quién lo gasta mas soberbio y
lo merecéis aparte los apreciables hermanos que quién sabe hacerlo mas soberbiamente. Y sobre
constituís la comunidad. Y esto, no porque LA esto añádales usted lo que guste, que yo no le
HISA necesite mi pobre recomendación gerun- digo mas, porque nos veremos y nos entendere-
diana, que harto por sí misma se recomienda, mos.»
sino por cumplir en ello el amistoso deber que Aquí tenéis, hermano Aygitals, fielmente co-
con vuestras finezas á mi reverendísima habéis piada la contestación de mi lego Pelegrin al úl-
impuesto. timo párrafo de vuestra epístola, y de ella h a -
Leí á mi lego Tirabeque ia parte de vuestra réis vos ó la alegre, comunidad el uso que mejor
misiva que á él iba dirigida y encaminada; y al os parezca.
oír que le convidabais con vuestro Ambigú, que Por lo que hace á mi reverencia, digo como
le ofrecíais nada menos que soberbio chocolate él que nos iremos viendo y entendiendo. Y en el
con esquisitus bollos, con el apéndice de las ínterin, ofreciendo mi gerundiana capilla á t o -
abundantes provisiones de cuanto Dios c r i ó , se dos los padres de la orden risueña, y dándoles
le entreabrió la boca, y asomándosele á los la- las gracias por su afectuosa invitación, queda
bios una sonrisa que dejaba entreveér la delec- alegremente á sus órdenes su atento servidor y
tación morosa en que se bañaba su alma y su capellán que con la risa en los labios le besa....
cuerpo; «señor, me dijo, á esa comunidad ser- perdonad, hermano, con la risa en los labios no
viré yo de buena gana, y si tales cosas tienen en acierta á besar nada.
el Ambigúl y con ellas me convidan con tan bue- F R . GERUNDIO.
na voluntad como parece, desde hoy pueden
contar con que no haré un feo á su convite; a n -
tes por el contrario asistiré puntualmente á
ANGELITO!
cuantos AmbigúUs quieran darme, cuanto mas
que los hermanos de esa cofradía deben ser t o -
dos de humor alegre y jaranero hasta no mas, Es el mas bello
que es la gente con quien yo congenio. de los placeres
«V dígales usted de mi parte, y perdone u s - tener un niño
ted la confianza, que si hasta de hoy no me ha de pocos meses,
entrado la tentación de asistir á la mesa de esa que si no mama,
buena comunidad ha sido por dos causas; la que si no duerme,
primera porque hasta ahora no me habían con- se desgañita
vidado, y jo no soy de aquellos que se meten de llorando siempre.
rondón á comer de gorra donde no son llamados; Aunque le muden
y la segunda, porque no habiendo visto hasta el una y mil veces,
diaen su Ambigúl mas que muchas sopas, mu- los pañalitos
chos cocidos y muchas menestras, no se habia i al inocente,
siempre está húmedo se alza y enciende
mi pobre nene, la vela.... entonces
y no es á rosas, ven al pobrete
ni es á claveles,: que está abismado
ni es á jazmines, en una peste !<
á io que huele., La madre dice;
«mira, Giménez,
dame un poquito
de agua caliente
y los pañales
del cajón ese.» ¡
Anda en camisa
Don Nicomedes
y le tiritan
dientes con dientes
que es buen marido,
y'así entretiene
las noches i'rias
de lluvia y nieve.
No cabe duda
que es un deleite
pasar ios ratos ;.
No es que tan solo
tan dulcemente!
babas le cuelguen 1 ;
¡Qué socorrido,
que al darle un beso,
es el lance este! •
arrojar suele
,Á1 que con niños
por la boquita
se acuesta y duerme,
copiosa leche;
ya el refrán dice
y si en sus brazos
lo que sucede.
uno le mecej
Son diversiones
el angelito
de las que tienen
hace que llueve.
gracia, bemoles,
Y por la noche? y perendengues;
como él empiece por eso digo
su cancioncilla, que aunque moleste
no es tan «ndeble mi taravilla,
su voz aguda repito, siempre.
que no despierte que es el mas bello
á cuantos cerca de los placeres
del niño duermen. tener,un niño ,
Y el parVulillo de pucos meses.
es tan rebelde y
que ya no hay mimos WENCESLAO A.YGUALS DE izco.
que le sosieguen.
Canta su madre
mal que le pese;
le da la teta
y él no Iaqniere,
hasta que el padre
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UN TRONERA. un gran estudiante, un asombroso estudiante, el
tipo de los estudiantes. El hombre que no quería
DIABLURA ROMÁNTICA. verse sin lengua porque no le llamaran deslen-
guado , ni quería verse en la cruz porque no t e -
I- nia vocación de mártir, por toda contestación
Tronera es un hombre de trueno^ alocado, co- tomaba la pluma y escribía: «Don Fulano de Tal
mo si digéramos un calavera. De estos que ha- y otras yerbas, caballero etc. y profesor etc
cen las cosas y luego las piensan , que quieren á Certifico: Que don Félix Crespo^ ha seguido el
un amigo mas que á su dama y se desalían con curso de este aüo con indecible constancia y apli-
él á muerte por una mala jugada de solo ó de cación contestando en los exámenes como un pa-
villar. Que gozan en ver rabiar al prógimo y le pagallo á las preguntas que se le han hecho, por
dan una paliza sin mas intención que la de di- lodo lo cual ha merecido la nota de sobresalien-
vertirse. En fin, un calavera es un calavera y no te , sintiendo yo que no haya otra mas sobresa -
digo mas porque todas las esplicaciones del mun- liente que la de sobresaliente; pues en esté caso
do dejarían pálida é incompleta la definición. bien la mereeia el sobresaliente escolar don Fé-
Pues hombre de este tenor era don Félix Cres- lix Crespo. Y para que conste doy estaque fir-
po cuando tenia veinte navidades, y estas veinte mo en Madrid etc.—Fulano dé Tal y otras yer-
navidades no sé si las cumplió el aüo 1840 ó el bas.
de 1800. Es verdad que tampoco sé cuando nació; Don Félix Crespo, era inclinado á todo lo raro
pero por un cálculo prudente se puede asegurar y estravagante. Había función en el Liceo ¿y se
que nació veinte años antes de cumplir las veinte encontraba elegante? Pues se iba á casa antes á
navidades, y vengan Newtones y Mangiameles ponerse el frac mas roto y remendado y la cor-
á demostrar que este no es un evangelio aritmé- bata más pobre y el pantalón mas amanzanado,
tico. Pero lo que menos importa es saber la fe- es decir menos trabíllesco. ¿Se trataba de ir á
cha del nacimiento, de las veinte navidades y de comer callos á unataherna? Allá se colaba don
la muerte de don Félix Crespo, ni quienes fue- Félix con rico guante blanco, frac negro de toda
ron sus padres (sobfe este particular solo sé que moda y pantalón Casilareño, es decir abotinado
su padre era un tal Crespo, hijo de otro que tam- y oprimido como cintura de doncella. En el cafó
bién se llamaba Crespo). Basta saber que don nunca hacía cosa á derechas. Si pedia dulce se lo
Félix vivia en Madrid y también deeia que estu- habían de servir en vaso: sí pedía sorbete se lo
diaba, cosa que no le vieron hacer jamás, sin habian de dar en taza~y si tomaba licores ó café
embargo de que en los cursos que estudió de era preciso que se lo dieran en la misma ban-
gramática, siempre salió sobresaliente según las deja.
certificaciones, en filosofía sobresaliente, en Sucedió un dia que paseando don Félix por el
matemáticas sobresaliente, y en seis años de Prado pasaba un respetable anciano con dos chi-
medicina tenia SSSSSS que á fuerza de eses po- cas como dos luceros. En las facciones se echa-
día ser un Sabio, un Salomón, un Séneca, un ba de ver que las muchachas eran hijas de su
Sófocles, un San Simón y hasta un Serenísimo padre y que era su padre el que las acompañaba.
Señor Senador, cosa bien estraña por cierto. Los Así como á otro se le- hubiera antojado enamo-
profesores le perdonaban todas las faltas y le rarse de una, á don Félix se le antojaron las dos
mimaban. Unos lo achacaban á recomendaciones y sin andarse eflxhiquilas se encaminó hacia el
y otros á dinero; pero personas mejor informa- papá y las hijas diciendo: ¡Oh queridos amigos!
das, me han dicho con mucha reserva, y yo su- ¡cuánto deseaba-ver á ustedes! ¿Donde vjy.en
plico á mis lectores que guarden el secreto, que ustedes ahora? —«Donde siempre; calle de.*...
don Félix Crespo se presentaba á un catedrático número..... cuarto...... contestó el padre tarta-
y decía.- si usted me reprueba le saco la lengua;. mudeando y dijo el cuarto, el número y la ca-
si me dá mala nota le crucifico, y únicamente lle., pero, añadió ¿quién es usted? No tengo el
puede librarse de mis garras diciendo que soy gusto de conocerle. —No es estraño, respondió
13 i
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don Félix, yo tampoco he tenido la fortuna de el hombre; no sin alzar la mano y bajar la vista
conocer á ustedes hasta este momento venturoso por ver sí no estaba en un error. Salió el tercero
pero procuraré que nos veamos mas á menudo. y le dijo ¿cuánto vale ese gallo? volvió á mirar
Y se despidió dejando á una chica estupefacta, á el conejo después de restregarse los ojos el po-
otra en Belén y al padre en Babia. Le entró tal bre cazador y decía para sí ¿si tendré yo la vista
temblor al bueno de don Agapito (así se llamaba mala ? Las orejas son de conejo , las patas son de
el padre), que le sonaban los faldones como sí conejo, no tiene alas ni pico, vaya no es gallo,
fueran cascabeles. Vamos, Tamos á casa, dijo, no, y prosiguió gritando ¿quién me compra este
que quiero dar orden de que llame quien llame conejo? Salió entonces de un portal un hombre
no le abran la puerta. con muchas barbas, agazapado detrás de unos
Llegaron á casa y tiraron del cordón, nadie anteojos verdes y por la gravedad del paso y del
respondía ; sin duda la señora mamá estaba tara- trage le tuvo el del conejo por un caballero for-
bien de bureo ó se Labia dormido. Tilín, tilin, mal. ¡Hombre qué gallo tan hermoso! dijo este
tilin. — Nada. — Tilin, tirilirin , lín lín tirilirin. apareciendo súbitamente ¿cuánto vale? El del
— ¿Quién? —Abre, dijo don Agapito muy inco- conejo volvió á mirar su prenda y después de un
modado; pero ¡cómo se quedó el buen hombre buen rato de examen y meditación le alargó d i -
cuando vio que el que le abria la puerta era don ciendo: dos pesetas.
Félix Crespo , el calavera del paseo. A todo esto Vivia en Madrid un boticario muy pobre lla-
la señora salía de allá adentro llorando como una mado don Matias, que tenia roto un cristal del
Magdalena. Una de las hijas se desmayó y se de- despacho, y no pudiendo componerlo de otro
jó caer en brazos de la madre, la madre se des- modo, habia puesto un papel en el hueco que
mayó y cayó en los del marido, á este le dio una era de tercia en cuadro. A la noche siguiente de
congoja y cayó en los de don Félix, y don Félix empapelar la vidriera dicen que pasó un joven,
los tumbó á todos en el santo suelo diciendo á la metió la cabeza por el papel y dijo muy sereno:
muchacha que estaba punto menos que para des- Adiós señor don Matias. Puso el paeíentísimo
mayarse; vamos que esto no merece la pena. boticario otro papel que fué roto á la noche s i -
Y cuando los otros volvieron en sí no encon- guiente por la misma cabeza al saludo cargante
traron á la señorita ni á don Félix Crespo. de: Adiós señor don Matias. Amostazado el b o -
Poco tiempo después se dijo que don Félix se ticario juró vengarse y esperó al otro día con un
habia espatriado con ia hija de don Agapito, pero garrote de encina. El joven calavera conoció que
nadie supo a punto fijo su paradero. Otros le da- á la tercera podia costarle caro y dijo, si he de
ban en Madrid y suponían que habiéndose deja- pagar yo que pague el demonio. Tenia en su ca-
do crecer toda la barba y tapando sus espresivos sa una estatua no se sabe si era de algún sabio,
ojos con unas antiparras verdes, de cuando el de algún santo ó de algún diablo : cogióla deba-
rey rabió, era imposible conocerle. Todos los jo del capote y tomó el trote hacia la botica.
días ademas habia noticias de calaveradas poco Buenas noches señor don Matias, dijo metiendo
comunes en la corte y todas ellas llevaban el se- por el papel la cabeza de la estatua. El boticario
llo diabólico del carácter de don Félix. Por que le esperaba muy armado de garrote levantó
ejemplo, se contó que habiendo visto á un tío las dos manos y dejó caer la porra diciendo ¡pá-
cazador pregonando un conejo se conjuraron galas todas juntas arrastrado!
unos cuantos jóvenes para hacerle creer que era Y dio tal golpazo en la dura cabeza de la esta-
gallo, ¿ Cuánto quiere usted por ese gallo? dijo tua que al estremecimiento de las maderas ca-
el primero que salió.—No es gallo que es cone- yeron todos los demás cristales hechos harina.
jo, respondió el buen hombre y siguió su cami- Cuando el boticario buscaba á la puerta el cadá-
no sin hacer caso de aquel tarambana mozalvete. ver del insolente mozo que le insultaba, ya e s -
Pero no anduvo muchos pasos cuando salió otro taba este contando á sus amigos el estropicio
que le preguntó también. ¿Cuánto vale ese ga- que habia causado al desventurado don Matias.
llo?—No es gallo que es conejo, volvió á decir Todas estas calaveradas que se divulgaban por
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Madrid haciaifcreer que don Félix Crespo no an- donde no nos vea. Entremos en un café, r e s -
daba muy lejos. Sin embargo de eso al cabo de pondió la muger, y después veremos si todavía
un año se decidió don Agapito á i r á los toros y hay billetes- en el Príncipe. La hora era avan-
á la comedia con su única hija y su muger. zada y cuando llegaron al teatro la función se
Era dia de gran entrada : no sé si picaban Cor- iba á empezar solo quedaban dos asientos de c a -
chado ó Sevilla y si mataban Montes ó Romero, zuela números 5 y 7 y un sillón de la izquierda
como que no me han contado tampoco la fecha que tomaron sin reparo y se colocaron inmedia-
de la corrida. Lo que sí me han dicho es, que los tamente.
toros eran muy malos porque amaban al prójimo En el. número 6 entre hija y madre habia una
como á sí mismos. Los toros son como los m é - señora grave, toda vestida de negro y con el
dicos y los militares que solo á fuerza de asesi- velo echado á quien instaron para si quería
natos adquieren celebridad. El último de este dia cambiar de asiento; pero era tan impolítica
fué de prueba. Cuatrocientos caballos quedaron que rehusó dando por toda respuesta en seco,
tendidos sin contar los heridos y contusos. Mató estoy aquí bien. La cazuela estaba mas agita-
cinco picadores, veinte banderilleros, tres espa- da que de ordinario, parecía que hasta por el ol-
das y un alguacil. El cuarto espada tiritaba como fato conocían la aparición de algún animal anfi-
un tembleque. Todo se le volvía: suerte de aquí, bio. La comedia estaba llena de lances que h a -
treta de allá, volteretas, y mas volteretas, y é cían estremecer á la madre y á la hija; pero
todo esto llovían insultos sobre su alma que era cuando llegaron á la escena en que un joven
una maldición. ¡Anda ladrón! ¡Anda cobarde! atrevido asediaba á una casada virtuosa sin
I Anda feo, asesino, borracho ! de tal modo apu- fuerzas para resistir: ¡Qué inmoral es esto! dijo
rando su paciencia que no pudo menos de decir: la madre. Pero usted conoce muy bien que p u -
si hay algún valiente que se atreva con la fiera diera ser histórico, respondió la del velo: y la
que baje. madre se dejó caer sobre su hombro desmayada.
No habia acabado de decirlo cuando un mozo La hija" no advertía nada de esto embebida en
atolondrado saltó la barrera, le quitó la espada otro incidente dramático de mucho interés. El
y con gran asombro del público se dirigió lleno seductor de la madre robaba una de las hijas y
de impávida serenidad al animal carnívoro. En la arrancaba del seno paternal acaso para siem-
su vida las habia visto mas gordas; pero le su- pre y ¿dónde la llevará? esclamó sollozando la
cedía lo que á muchos valientes que sin conoci- joven de la cazuela. Parece hermana de usted
miento maldito de la esgrima suelen plantar una según la interesa, contestó la del velo y la m u -
cuchillada al hombre mas inteligente y esperi- chacha cayó también desmayada sobre el hom-
mentado. ¡Entra! dijo al toro tirándole el som- bro derecho de la tapada. La cazuela era un la-
brero , j entra y acaba con esta humanidad ! y así berinto, eFteatro un guirigay, el escenario un
que vio al toro cerca de sí esclamó: | Ah pobre galimatías. Don Agapito que presenciábala ca-
zascandil que te gané por la mano! tástrofe desde el sillón corría como un gamo á
la cazuela. Cuando entró en ella todas las muge-
El toro cayó cuan largo era, sin mover una
res huían de la del velo como sí fuera un basi-
pata siquiera. Una salva de ¡vivas! y una t e m -
lisco. Don Agapito entró en sospechas y sin mas
pestad de palmadas del público impedían al pre-
ni mas arrancó la blonda á la misteriosa tapada,
sidente hacer oír su voz que decía: ¡Mozo va u s -
dejando ver los ojos sarcásticos de Crespo y dos
ted á dormir á la cárcel por salir á la plaza sin
patillas como dos cepillos que hacían con el
permiso de la autoridad! El héroe de la fiesta era
traje de muger un espantoso contraste.
don Félix Crespo para que por eso se acobarda-
ra-. ¿«La autoridad? contestó. Yo no sé ni he sa- Una docena de hombres se lanzaron sobre él
bido nunca lo que es autoridad» y salió de la pla- y aunque ninguno supo si le habia pegado ó
za entre los bravos y vivas de la multitud. no, se le encontraron accidentado y casi m o -
¡Era ese hombre funesto! ¡oyó decir á un vie- ribundo al levantarse. ¡Yo muero! decia ¡qué
jo en la retirada; vamos, vamos lejos de aquí me lleven al Hospital! Ninguno quería cargar
100
«on él; pero don Agapito que hubiera deseado ! — No queria dejarme andar y la rueda de este
verle si era posible en la sala de los tinosos, calesín ha pasado sobre su pescuezo, contestó
le torno á cuestas y pian piano le condujo á don- el caminante.
de solicitaba. Cuando entró en el Hospital se, —¿Y ha muerto"?
dejó caer el Ungido moribundo y dando una car- — Loma , no que, no.
cajada satánica le dijo al fatigado don Agapi- j — ¿Y mi querida hija?
(o ¿no os verdad que tengo mal peso para di- — Aquí la llevo.
funto? El viejo que conoció la pillada se quiso — ¿Cómo que llevarla? Es mi hija,
retirar avergonzado; pero Crespo se lo estorbó — Si señor, pero yo me la llevo.
diciendo', poco a poco; ahora me toca á mí. — Ello no le quiere á usted.
Y agarrando á don Agapito por la cintura le I — No lo sé, pero yo me la llevo.
condujo ÍI la sala de los locos. Don Agapito I — Es usted un tunante, un galopín, un Ti-
porfiaba que eslaba en su sano juicio: pero llarlo.
como Crespo era conocido del eolejio por ha- — Si señor: pero yo me la llevo.
ber estudiado medicina, fué creída de los prac- — Yo fe maldigo, ¡infame!
ticantes que encerraron a! buen viejo , dejándole j Aquí dio una carcajada Crespo que hizo e r i -
por mucho favor en libertad las piernas y los zar los cabellos del viejo, y partió con la ca-
brazos. j lesa sin dar otra contestación que ¡Arre coro-
La luna entraba por la ventana que daba á nela !!!
la parte de Atocha y á su tibio resplandor se i JI'AS MARTÍNEZ YULLEIUÍAS.
divisaban causando horror y miedo los visages \
de los maniáticos. Uno que se levantaba en i
camisón á representar un pasage del Edipo.
A MI AMIGO ZORRILLA,
otro que defendía un pleito, otro que cantaba I
el entierro de sus padres concluyendo con un ! Ql'E SE HACE EL St'ECO.
solo de seguidillas ó jota aragonesa, cuando
vino á interrumpirles una loca escapada de la I ¿Por qué prosigue frenético,
sala de mugeres que de un brinco se plantó j Zorrilla, tu numen lírico
en los hombros de don Agapito, de otro se ¡ dedicado á lo patético?
abalanzó á un garfio pendiente del techo y m e - si desprecias lo satírico
tiendo el pincho por debajo de la barba sacó te nos vas á volver ético.
los sesos pegados en la punta. Todos los locos Ese plan tuyo diabólico.
se arremolinaron á contemplar tan aterrador es- que me repugna cual ácido
pectáculo y hasta el supuesto loco don Agapi- por lo triste y melancólico,
to, con los ojos encendidos y los labios ver- si no le truecas en plácido
tiendo espumarajo cayó en el suelo sin sentido ¡ yas á perecer de un cólico.
esclamando: ¡hija nsial ¡hacia un aíio que mis I Recobra tus fuerzas bélicas
Lrazos paternales no la acariciaban II! antes de quedar « a n i m e ,
Los rayos déla luna cada vez penetraban con y con sátiras angélicas
mas esplendor en aquel asilo de desesperación. di verdades evangélicas
Lágrimas frías resbalaban por las mejillas de ! ya que el deseo es unánime.
don Agapito y la confusión de su cerebro casi No hay ente ya mas estólido
«O le dejaba oír el ruido de una calesa que i que un tétrico metafísico!...
pasaba y una voz que gritaba ¡don Agapito! ¡ observa, Tepe, mi físico:
¡don Agapito! Asomóse como pudo á la ven- j ¡qué impermeable.' ¡qué sólido!
tana y en el meta! de la voz que pronunciaba I ¡ sin un ápice de tísico !
su nombre conoció al inferna! Crespo. j Y por qué? ¿Qué fuerza mágica
— ¥ mi muger? dijo el desventurado viejo, i produce tal espectáculo?
101
tener LA RISA por báculo ;
y no escuchar la voz trágica
A MI AMIGO WENCESLAO AYGUALS
de ningún siniestro oráculo, DIRECTOK DE LA KISA.
Mira á Bretón ¡ Santa Brígida!
que panza gasta de ecónomo! ¿Con que ni puertas ni rejas
y es que con cachaza frígida de tí me pueden librar?
sigue la máxima rígida ¡Maldito Ayguals, no me dejas
de todo sabio gastrónomo. un momento reposar!
Máxima que es el vehículo Ya encanece mis guedejas .;
de L A R I S A , y en los fárragos lo que me haces cavilar,
del vicio vierte el ridículo; zumbándome las orejas
pero exige en otro artículo con los ayes y las quejas,
no alimentarse de espárragos, que me envias sin cesar.
Ademas, querido, encárate
con el otro autor dramático, Irrita p u e s , escorpión,
y no hablo de Gil y Zarate : mi lengua de basilisco
con Abenamar compárate con uno y otro arañon ,
que engorda con lujo asiático. con uno y otro mordisco.
Manos á la pluma y ¡ánimo! Duréceme el corazón
i guerra á los entes exóticos \ hasta dejarle hecho un risco
que en estos tiempos despóticos para el duelo y compasión;
solo un corazón magnánimo mas ¡aysi rompe el turbión!
rie en versos estrambóticos. ¡ ay si te coje el pedrisco !
Toma parte pantomímica
en materia que no es árida, ¿Yquién habrá que lo impida?
dsin entender de química ¿Quién ¡vive el cielo! me estorba
¡voto á bríos! que una cantárida darle una buena batida
voy á aplicar á tu mímica. con esta péñola corva,
Escribe por Santa Mónica, en tu propia hiél teñida?
ó riño contigo ¡cascaras! Nadie. El coraje me encorba
Hable esa musa lacónica, y... Óyeme Ayguals por tu vida,
y como en baile de máscaras que con tu misma medida
suelte su risa sordónica. voy á templar mi tiorba.
Que aunque con furia satánica
se desborde.., aunque volcánica Y puesluchador atlántico
punce feroz como el tábano, en composición esdrújula
vendrá á ser pura mecánica retas á mi estro romántico,
que á mí no me importa un rábano. Ayguals , yo rompo mi brújula
Mientras por uso metódico y así te vuelvo tu cántico.
acudan todos Vulpécula (1)
y al ver su precio tan módico Ya que persigues frenético
se suscriban al periódico Wenceslao, mi numen lírico,
L A RISA per omnia sécula que rabia por lo patético,
timen. y para hacerme satírico
WENCESLAO AITGÜAXS DE Izco. me amenazas con lo de ¿ít'co (1).

(i) Ya sabrán nuestros lectores que Zorrilla (1) Y aquí si yo fuera empírico
es Vulpécula en latin. té regalaba un cosmético,
1(®
'i ? Seguiré tu plan diabólico; •, Si auna muger (¡santa Mónica!)
desde hoy agrio , amargo y ácido, en sitio público [/ tascaras!)
mi zumbido melancólico dirijes seña lacónica,
será son alegre y plácido se quedará como en máscaras,
aunque me cueste un buen cólico. tendrá por risa sardónica,
¿Temes que mis fuerzas bélicas por amenaza satánica,
cedan, y me quede exánime? la seña amante y volcánica,
Dudas tienes bien angélicas; y te tendrá por un tábano
verdades oye evangélicas que con torpeza mecánica
que contigo voy unánime. no quiere soltar el rábano.
Quien no sea hoy un estólido- ¡Bah! sé en lo gordo metódico,
gran dosis de melafísico y te jura tu Vulpécula «
ha de llevar en su físico; que aun á precio menos módico
que no es de moda lo sólido mas de moda tu periódico
ya; lo elegante es lo tisico. ha de ser, per omnias¿c«í«
Véme á mí. Influencia mágica El amen tú lo dirás,
ejerzo en todo espectáculo; que de derecho te toca,
y el vulgo al verme con báculo pues fuera me le coloca
caminar, y con faz trájica tu metro de Barrabás.
me tiene por un oráculo. Y pues te devuelvo exactos
¿Mas á Bretón? ¡Santa Brígida! tus esdrújulos malditos ,
al ver su panza de ecónomo ya ves, me cuesta tres pitos
le darán orchata frígida, el cumplir con nuestros pactos.
Je pondrán á dieta rígida Mas si en encomiar los gordos
como al mas fiero gastrónomo. tú te me cierras fanático,
f La magrura es un vehículo pese á mi interés apático,
para hacer doctor en fárragos nos habrán de oir los sordos.
••i al ético mas ridículo; Porque Ayguals, ni aquí ni en Flandes
para sabios es de artículo ha habido un gordo grande hombre,
ser tan secos como espárragos. que á los gordos, no te asombre,
Tal es nuestro siglo: Encárate les llama el vulgo hombres grandes.
con cualquier autor dramático, Tal es el siglo en que estamos,
no hablemos de Gil y Zarate, siglo montado al vapor:
con Príncipe y yo compárate... cuanto mas peso, peor,
(bah! tú eres un buey Asiático ! con que los flacos ganamos.
¿Qué hermosa mira con ánimo Y dá gracias á que hoy
vuestros contornos exóticos, no me siento para el paso,
si los destinos despóticos que sino os diera un repaso
dan siempre á vientre magnánimo que hiciera ¡ por san Eloy !
los gustos mas estrambóticos? vuestra derrota patente;
Y si á cuestión pantomímica mas poique no eches á broma
lo reduces ¿cuál mas árida lo que voy diciendo, toma ,
de la de un gordo? La química con lo que sigue entretente.
á voces una cantárida Sois un puro incoveniente
recetará á vuestra mímica. vosotros los mofletudos,
y haceros en la piel nudos
y si encontrara otro en trico, fuera á mi ver muy prudente.
te daba tártaro emético. Prescindamos del apodo
precise de un barrigón, ¿Si vais á un duelo? ¡qué azar!
aquello de San Antón aunque el contrario sea manco
pero con el cerdo y todo : como oponéis tanto blanco
prescindamos de queUtrilla por fuerza os ha de tocar.
no sabe como ajusfaros Pues digo , ¿ si es ó pistola
un chaleco sin ahogaros, y os toca el tiro segundo?
ó un pantalón con trabilla ; ¡bah ! despedios del mundo
de que él se desacredita y que carguen su arma sola.
y con fatal desengaño ¿ De qué os valdrá la fatiga
vé que no le queda paño que empleéis en perfilaros?
de vuestro frac ó levita; La bala al fin ha de entraros
prescindamos de lo caros por mitad de la barriga.
que sois y poco económicos , ¿Pues si viajáis en carruaje?
vamos á los lances cómicos basta solamente veros
en que tenéis que encontraros. para que los compañeros
Pues señor, que eres feliz, pronostiquen un mal viaje.
y que tu cara hermosura Cualquier asiento es escaso
te recibe en noche oscura, á vuestras asentaderas,
y os veis nariz con nariz, y los puentes y escaleras
¿dónde os esconde una trampa rechinan á vuestro paso.
del tutor atrabiliario? Si os caéis ¿quién os levanta?
En baúl, balcón ó almario Pues casados y dormidos
ni á pechugones se os zampa. os supongo; iqué ronquidos]!
No hay asilo que se os dé, La pobre muger se espanta.
no hay hueco en que estéis holgados; Y si coje al fin el sueño
si os cierran morís ahogados, sueña con un terremoto,
y si no os cierran se os vé. y es que mugen como un choto
¿Y si vais de formación? las narices de su dueño.
el fusil y fornituras Pues ¿si hacéis el alma tierna?
¡qué cariños tan brutales!
¡ cómo que son diez quintales
cada brazo ó cada pierna!
Y paro aquí por lo grave
del asunto, que si no
basta donde fuera yo
Dios solamente lo sabe.
Por cuyas dos mil razones
os llevamos gran ventaja,
los hombres como una paja
á los hombres barrigones.
JOSÉ ZoRiuttA.

FLACOS Y GORDOS.

os prensan las asaduras, i Oh t ú , gloria y honor de los Zorrillas,


y sudáis el corazón. de poco, vive Dios, te maravillas!
104
No me hiciste, traidor, formal promesa que no hay aguante para tal bocina.
de escribir en LA R I S A ? . . . si te pesa, Esta es ventaja grande y peregrina,
¿porqué me has de injuriar tan fiero y crudo? pues mientras los demás están en vela
¿á que viene el llamarme mofletudo? duerme el buen roncador que se las pela.
ni que tiene que ver con mis mofletes Supones tú que el gordo es ente lerdo
el que no cumplas tú lo que prometes? que debieran rifarle como al cerdo;
¿quieres ponerme en el terrible trance mas yo deploro en tan injusta ofensa
de que al palenque contra tí me lance, e*e desbordamiento de la prensa ,
siendo clásico yo como un tudesco, pues victorioso responderte puedo
y romántico tú? pues ya estás fresco. que observes el retrato de Quevedo ,
¿Y por eso , hombre atroz, hombre lunático, y sus molletes dejarán confusa
has de decir que soy un buey asiático? la sardónica risa de tu musa. _,.-'
De quién me he de fiar, Dioses eternos, Un cardenal sin panza es un milagro ,
si un amigo ¡qne horror! me pone cuernos? y apenas ves un solo obispo magro,
Dirás que es amistad de última moda; ni un gran monarca que no esté repleto...
pero á raí ¡voto á san! no me acomoda. Siempre el volumen enjendró respeto.
Esto no queda así!... ya el honor mío Hubo un Napoleón : su fama diga
me impele á la venganza !... Un desafio si cabe el heroísmo sin barriga;
mas para nuestro eterno desagravio
debe lavar tan bárbaro epileto.
rollizo estaba don Alfonso el sabio ,
Al arma !... Al ambigú!... que allí te reto!...
y flaco de los pies hasta el cogote
y la Europa sabrá , vate inhumano,
el ridículo y feo don Quijote.
quien es el vencedor cuchara en mano.
En toda faz robusta se divisa
Disponte á disparar á quema ropa
siempre amable y burlona la sonrisa.
una y mil veces de Jerez la copa,
hasta que el uno de los dos sucumba,
y el blando lecho sírvale de tumba.
Atruenas con tus gritos á los sordos
hacinando improperios de los gordos:
y de ello yo la consecuencia saco
de que hablas solo así porque estás flaco.
Ya la sorra, y es justo lo recuerdes,
contemplando las uvas «están verdes»
dijo por no alcanzarlas su egoísmo : mientras el rostro escuálido es trasunto
¿qué estraño es que Zorrilla, haga lo mismo? de un cesante español ó de un difunto.
Muy convencido estoy, caro Zorrilla,
que á no verte la enjuta panlorrilla
dieras sin duda victoriosa palma
al tercer enemigo de nuestra alma.
Qué es el hombre sin carnes? Un vil hueso;
y hombre de solidez, hombre de peso
«1 gordo siempre fué, bello, robusto,
imagen de elegancia y de buen gusto.
Cierto es que en formación se ahoga , suda, El que prefiere la sardina al poli»
y le salta un botón cuando estornuda; ese si que carece de meollo,
mas si al flaco le ponen de atalaya, pues mientras tenga pavos y gallinas
á los cinco minutos se desmaya. loco será de atar quien roa espinas.
Dices que cuando duerme suena bronca El sexo bello convencido de eso
del gordo la nariz, y tanto ronca y ansíese de agradar, sí vé algún hueso
al tomar imprudente tan á peche
\o:
que sale á relucir pronto le oculta,
y ciertas formas cuidadoso abulta , ese ataque feroz á la gordura?
no queriendo estar de ellas desprovista Te compadezco ¡oh flaca criatura!
la elegante beldad. De la modista Si sobre tí se lanza de mi casta
al arte apela caprichoso y vario , un individuo ¡que dolor ! te aplasta
v aumenta el algodón su tafanario. | su obesa humanidad, y te domina
Sabes, incauto joven , loque has hecho | transformándote súbito en sardina

Otra ventaja tiene el hombre gordo, lagartija con frac,'ó humano arenque,
y es que á toda ironía se hace el sordo , se enfurece y... no hay nada que le amanse:
que ¡vive Dios! es singular ventaja. luego le dá un soponcio!... en paz descanse.
Llámanle unos tonel, otros tinaja, IS'o muramos, Zorilla, de esta suerte,
elefante los mas, y mil apodos: « que es afrentosa tan innoble muerte,
pero se rie y los desprecia todos, Mas... te ries? Conozco tus caprichos...
y engorda, y vive, y muchos años cuenta , tus actos desmintieron á tus dichos;
si durante su curso no rebienta. pues ante los altares de un Dios justo
El hombre flaco rabia á cada instante... probaste, buena alhaja , que tu gusto...
apellídenlo espátula ambulante , no ama huesos ni seco bacalao...
viviente disecado, ánima en pena, con que... estamos de acuerdo.
romántica visión, del hambre escena,
cuerpo de anguila, ó alfeñique enclenque, WENCESLAO.

3B3NHB&&S2&8 >
i. «dime ron quien andas
te diré quien eres.»
Chica, dijo á Pepa II.
su marido Pepe, Mucho don Luis trabajó;
creo que te apuntan mas dio en resumidas cuentas
cuernos en la frente. siempre originales?—No:
Y ella, cariñosa una vez sí, se pintó,
contestóle: puede... pero se copió doscientas. J. M. V.
14
106
UN TRONERA. berna de vino, como si fuera lícito decir Taber-
na de chocolate! La puerta inmediata es un mis-
to entre puerta y balcón. Parece balcón porque
tiene persianas verdes, y parece puerta porque
DIABLURA ROMÁNTICA. está en el piso bajo al nivel de las aceras. Enci-
ma de esta puerta-ventana se lee: Cerveza, y
II. dentro hay tal vez todo cuanto se quiera menos
cerveza. Es el ambigú de la taberna donde los
Pasaron dias, pasaron meses, pasaron años melindrosos aristócratas devoran chuletas de
sin tenerse noticia del paradero de Crespo y su carnero, chorizos cocidos, sardinas con casaca
querida. Don Agapito que merced á la buena y los sabrosos y grasientos callos que hacen á
asistencia y conocimientos de los facultativos, cualquiera chuparse los dedos, aunque no sea
habia curado de su locura, se antretenia por el mas que porque no se peguen.
dia en ir á caza ó á pescar al canal, y á eso del Tal es el:jS¡tio que ocupa don Félix Crespo con
anochecer se metia en la parroquia á rogar por otros varios amigos, en celebridad del último
el alma de su muger y sus hijas,- víctimas las triunfo conseguido por aquel malvado.—«¿Ois?»
tres del insaciable tronera protagonista de esta — dijo á los demás llevando á la boca el vaso.
fábula. Mientras el viejo descansa un poco y No pudo apurarlo sin estremecerse, á la mitad
contemplamos su aspecto sombrío, su gesto dis- del trago tuvo que descansar, se pasó la mano
plicente , retratando al corazón que lucha con la por la frente, tendió la vista á un entierro que
cólera y el resentimiento; mientras con paso cruzaba la calle y como animado de mayores
trémulo concurre por la milésima vez á hincar fuerzas para el crimen, apuró lo restante del
la rodilla en el altar de su devoción, observe- vino esclamando: á la salud de la difunta.
mos no muy distante del templo una taberna [Bravo! ¡bravo! gritaron los que le acompaña-
graduadade botillería y con ribetes de fonda. Hay ban , que eran dignos discípulos dé Crespo en la
en Madrid muchas tram pas de esta especie, mer- carrera de la prostitución, y orgulloso el maes-
ced á las preocupaciones aristocráticas de la so- tro con el aplauso de aquella ebria sociedad,
ciedad. La sociedad no lleva á mal el que se contóles la satisfacción de su alma por la muer-
beba vino, sino el que se pongan los pies en el te de su última muger, á pesar de lo repugnante
umbral de una puerta, en cuya muestra diga: que habia sido para él tan terrible asesinato. Es
Taberna 6 Despacho de vino. Así es que los t a - la única muger, dijo enterneciéndose que he
berneros que no han creido conveniente á sus querido con frenesí. Por mucho tiempo ha ejer-
intereses el desprenderse de la gente de levita, cido sobre mí un poder ilimitado. Tan imposi-
porque saben que entre la gente de levita hay ble me pareció antes de conocerla hallar una
tantos borrachos como entre la de chaqueta, han persona capaz de enfrenar mi libertinage, como
ideado un medio de hacer convergir á los bebe- después de amarla romper las cadenas con que
dores de todas clases y calibres, buscando para habia amarrado mis piernas, mis brazos y mis
establecer su industria tiendas de dos puertas: pasiones. He tenido dias de cobarde letargo, en
en la una se vé el mostrador con dos jarras, una que á la manera de aquella serpiente que al so-
de vino tinto y otra de vino blanco, y los cor- nido de un instrumento músico se deja matar,
respondientes vasos á las medidas de cuartillo y hubiera permitido al dulce alhago de su voz
medio cuartillo que en el mostrador descansan despedazar este corazón, que en el sepulcro han
boca abajo. Generalmente hay reloj de pared con de respetar los gusanos. Pero se empeñó en que
la esfera estercolada por las moscas, y lo que no habia de querer á nadie mas que á ella, y yo
no faltan en abuncancia son unos bancos de pi- recobrando mis enervados brios, la sentencié á
no guarnecidos de grasa, comparables solo á las no darme mas celos. Ya ven ustedes que lo he
mesas de la misma habitación. Encima de la cumplido. Es la séptima de las que la iglesia
puerta donde todo esto se encuentra, dice : Ta- permite.
107
La séptima? dijeron los otros, pues es usted ble y sosegado; pero regularmente se nota el
caíaz de segar mas cabezas de mugeres que un movimiento de los cuerpos. Don Agapito obser-
gallego espigas. vó que el del ataúd levantaba la cabeza, y hubie-
En este instante pasaban de vuelta los sepul- ra echado á correr sino temiera romperse las na-
tureros y demás que acompañaron al cadáver. rices contra una tapia ó un facistol. Luego r e - .
¿La habrán enterrado ya? No pueden haber i puesto de su sobresaltóse abalanzó al difunto,
concluido tan pronto, dijo uno. queriendo sujetarle por las piernas; pero no bien
—Vamos á verlo respondió Crespo, y cinco tocó en las plantas de los pies, cuando la joven
minutos después ya estaban escandalizando en amortajada dio un grito de rabia, y con un de-
Ja Iglesia y fastidiando á los devotos que se lirio inesplicable se precipitó en los brazos
marchaban á paso redoblado. Solo un viejo tuvo del viejo gritando: ¡perdónI ¡perdón! ¡déjame
valor para permanecer allí, y por no ser inter- vivir!!
rumpido en las oraciones que al Todo-Poderoso Don Agapito se quedó atónito, la que él creia
dirijia, se zambulló en un confesonario. Los al- muerta estaba viva y su voz le habia herido en
borotadores lo observaron y con mucho silencio el alma: aquella voz le tenia confuso , necesita-
y disimulo le cerraron las portezuelas y venta- ba oir aquella voz, y sin embargo desesperaba
nas, que clavaron para mayor seguridad. La de volverla á oir, porque la joven estaba otra
gente despejó la iglesia, los calaveras tomaron vez cadavérica , y no podia conocer á quien tan-
el pendingue y el sacristán dio una vuelta á la to le interesaba porque la oscuridad no permitía
llave y se fué dejando dentro una muerta guar- divisar sus facciones.
dada en una caja y un vivo sepultado en un con- Poco después el padre y la hija se habian re-
fesonario. conocido, y esta contaba con lengua balbucien-
El vivo era el buen don Agapito y la muerta te y apagada la despedazadura historia que el
era su hija Eduvigis que ya es hora de que diga- viejo interrumpía con lágrimas y besos. «Ha t e -
mos su nombre. nido esposa decía ella, que no le ha vivido mas
Como las doce de la noche serian cuando un que veinte y cuatro horas. Escepto yo, todas han
quejido lúgubre y penetrante, salido de hacia sido millonadas, y á estas fechas me atrevo á
donde el cadáver estaba, vino á sacar al viejo de jurar que no tiene un cuarto, porque entre el vi-
su éxtasis. Su acalorada imaginación le dibujó no, el juego y sus desenfrenados placeres, es
mil visiones fantásticas en todos los ángulos del capaz de disipar mas de lo que puede adquirir.»
templo. Aplicó su pupila á la rejilla del confe- Pensaba el viejo, como la mayor parte de la
sonario, y solo vio una lámpara moribunda al gente, que para matarlas las daria un veneno ó
rededor de la cual revoloteaban las lechuzas se- un pinchazo en sitio que no se pudiera descu-
dientas del aceite que gota á gota habia sorbido brir; pero Eduvigis reveló el secreto que nadie
!a torcida. El aletazo de una de ellas dejó á o s - conocía contando la muerte que Crespo quiso
curas aquella mansión de horror, y segunda vez darla.
repitieron las bóvedas el triste eco de un gemi- Dijo que después de atarla los brazos y las
do femenil. j piernas al catre, pretestando que era antojo, es-
El viejo, antes cobarde y atolondrado, sacó I tuvo gran rato haciéndola cosquillas en lasplan-
fuerzas de flaqueza esta vez , rompió de un p u - tas de los pies que empezaban por rendirla y
ñetazo la rejilla de su prisión, y tentando aquí I acababan por matarla. Sin duda asegurado de la
y tropezando allá, llegó á la mitad de la iglesia. infalibilidad del medio, habia don Félix imagi-
Ya no habia luz en el templo ni luna en el hori- nado inevitable el fin, y esta seguridad le hizo no
zonte, el tibio fulgor de las estrellas penetraba apretar tanto como tenia de coctumbre. Por ne-
lánguidamente por las altas ventanas, esparcien- j gocio de cuatro cosquillas menos resucitó la
do dentro un crepúsculo vago é indefinible que presunta muerta, y fué por la corte divulgado el
apenas se diferenciaba de las tinieblas. Con tan secreto de matar mugeres.
escasa luz es imposible percibir un objeto apaci- Avergonzado Crespo de sí mismo, no podia
108
presentarse delante de la gent« porque sus re- al joven los ojos espantados, el cabelto;descom-
mordimientos le tenian en constante zozobra. puesto y mas convulso qiic agitado el pecho, gfo-,
Todo lo interpretaba mal. En un semblante se- sabemos todavía si le inspiró horror ó compás
rio leia el rencor, el que pasaba distraído y no sion, despachóle después de pensarlo bien, y
le saludaba, era que le hacia un desprecio, el alargando el tósigo fatal murmuró entre dien«
que le saludaba afable, le tenia miedo y el que tes: siempre es bueno obrar piadosamente.
se sonreía le hacia burla. Fatigado con esta in- ¡Adiós señor don Matias! dijo él tronera despi-
quietud solo anhelaba la muerte, pero no una j diéndose, y don Matías arrepentido dé su bon-
i muerte'vulgar y cobarde. El suicidio estaba muy I dad al conocer la voz empezó á patear y tirarse
| gastado y desacreditado, valia mas morir en un I de los pelos. '
1
patíbulo. En el patíbulo perecían algunos hom- j Paso á paso camino del canal se vé una pareja
bres de bien, valia mas el suicidio. Uno ú otro i interesante que descansa de vez en cuando y aun
había de ser; y resuelto á ello empezó sus así cree que Madrid y el canal han estrechado
diligencias presentándose á la justicia. Los las distancias;, tal será la conversación , el cari-
magistrados temblaban á la presencia de aquel ño, los sueños de ventura ó los recuerdos de do-
monstruo, y en vez de prenderle le daban pru- ; lor que esciten aquella ansia de viaje.
deníísimos y loables consejos: ¿querrán ustedes j A pesar de todo yo le idolatro, dijo á su padre
creer que no hubo un solo juez que se atreviera j la muchacha y los ojos de ambos se clavaron
con el convicto y confeso .criminal? Si hubiera I entre sí éori esprésion distinta. Hubiera don
sido inocente y sin influjo de' faldas ó pesetas, j Agapito acabado por prenderla si por demasiado
ya le ajustarían las cuentas. próximas al puente que hay cerca de los moli-
Desesperó don Félix de morir en garrote, cu- ¡ nos no se fijaran los caminantes en una escena
yo espectáculo tanto le enamoraba por el carie- ¡ trágica que borró todas sus impresiones pasa-
ter novelesco que él quería imprimirle. En pri- i das.
mer lugar pensaba matar al cura que se quedara i Sobre la barandilla del puenteNestaba un hom-
con él en la capilla; en segundo lugar trataba ! bre haciendo preparativos para el infierno. P r i -
de hacer la tentativa de escaparse en el camino y j mero le vieron beber un líquido de mal color
presentarse luego, solo porque hubiera alguna j que le hizo arrugar el gesto: luego se ató una
corrida. Sentado en el tablado se le habría anto- i soga al cuello con nudo corredizo y al otro es-
jado regularmente almoriar bien para marchar I tremo habia una piedra de dos arrobas cuyo pe-
con fuerzas al otro mundo, hubiera echado un j so le iba á poner la garganta como un fideo. Te-
trago de lo de Valdepeñas por dar un soplo si te- I nia en la mano una pistola cargada y estaba in-
nia espuma y decir como el otro: «fuera espuma : clinado al rio para zambullirse en el agua en el
que daña al hígado.» ¥ como esío no le fué posi- momento de levantarse la tapa de los sesos. La
ble, porque tuvo la desgracia de que ninguna muerte no podía estar mas bien desafiada. Si es- <
autoridad atendiera á sus solicitudes para entre- \ capaba del veneno iba á morir del tiro, si esté
gar su cjiello al verdugo, resolvió suicidarse; faltaba debía perecer ahorcado, y últimamente
pero de Hiedo que fuera imposible la salva- ; de morir ahogado no podía librarse porque la
cion. i profundidad era inmensa y Crespo nadaba como
Recordarán nuestros lectores aquel don Ma- j un manojo de martillos.
tias el boticario de los encerados de papel ? Pues j Cuando el padre y la hija oyeron el tiro y
otra vez va á habérselas con Crespo el desventu- ! vieron caer al hombre rezaron por é! un padre
rado farmacéutico. Una mañana que el buen I nuestro y se acercaron sin esperanza á socorrer-
hombre se afanaba en sus ungüentos y sus em- \ le. Nada se divisaba en el agua enturbiada con
„ plastos , se presentó un hombre á quien no co- I el golpe del cuerpo, y solo en la superficie ser-
nocia con una receta, falsa tal vez, pero que por i peaban las pompas Y espumarajo que produce la
la identidad de la firma conocida le autorizaba ¡ respiración del que se ahoga.
para despachar un veneno. Don Mafias observó • [Válgame Dios que trucha tari grande! dijo
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don Agapito viendo una sombra en el agua: echó superficie del pescuezo y rompió la soga que por
el anzuelo y tira que tira trajo el cuerpo exáni- estar atada á la piedra le hubiera hundido ó le
hubiera ahorcado.
JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS.

LOS CUMPLIMIENTOS.

No convengo, no transijo
Antón, con eso que dices,
aunque para convencerme
un año y cien me prediques.
Seré todo cuanto quieras,
un loco de atar, un simple,
un mameluco, un imbécil,
un abencerraje, un tigre...
todo esto y mas, buen Antón,
dejaré que me apellides
con ta! de que hacer me dejes
mi voluntad y pax Christi.
Esto dice Blas á,Antón,
y no le falta razón.

Tierra y agua,, fuego y aire,


de! mundo;.al!á cu el origen,
Dios le dio ai hombre, sin mas
me del desesperado mozo que dio en vomitar condiciones ni arrequives
agua y saltó en tierra tan listo como antes. ¡Es que aquello de la manzana:
él! dijo la muchacha. ¡El es! repuso el padre. pero el hombre incorrejible,
¡Son ellos! contestó don Félix, y arrodillándose atropellando, por todo,
les pidió perdón de sus pasadas locuras prome- quiso mostrar que era libre,
tiendo enmendar sus errores, A sus juramen- y se engulló la camuesa
tos y sus lágrimas ni el padre ni la hija pudie- y se engullera hasta quince,
ron resistir y los tres marcharon reunidos á ca- á no salir mas que á paso
sa donde vivieron muchos años en paz y en gra- de los floridos jardines
cia de Dios. Por la noche se iban de tertulia para dar feliz comienzo
á casa de don Matías el boticario, agradecidos á la atroz humana estirpe.
porque conociendo las intenciones de Crespo en Pues bien, si la voluntad
vez de un veneno le dio otra bebida insignifican- están grande, tan sin límites
te, y escepto lo del veneno y lo del anzuelo no como atestiguan y prueban
pudieron saber mas acerca de la salvación m i - aquellos tiempos tan vírgenes,
lagrosa del que tantos resortes tocó para aban- ¿por qué hemos de consentir
donar la vida. que en los nuestros se esclavice
No se lo digan ustedes á nadie; pero yo que y se la dé torniquete
estaba detrás de Crespo vi que al caer la llave de con tan poquísimo chiste?
la pistola torció un poco el cañón y en vez de ¿No ves que todo es farándula
conducir la bala á los sesos, se deslizó por la y pasatiempo y melindres...?
110
cada cual cumpla su gusto mi esposa... mi nuevo estad®....
sin que al de otro perjudique , estamos para servirles.»
y dejémonos de farsas ¿Tienes luego un heredero?
de embelecos y perfiles. vuelta otra vez, no te enfries.
«La sociedad, buen Antón, «Señores... tengo el honor
la sociedad!... me repites, de ofrecerles, aunque humilde,
:
estas y otras zarandajas :'.• un servidor... por ahora
á cada socio le exije.» el angelito no sirve...
¡Cuerpo de tal!... niego y pruebo-. pero su padre... y etcétera,
tú no entiendes el busilis :j»o digas mas, ya cumpliste.
porque siempre de reata "¿Se muere doña Pancracia,
el camino de otros sigues. la muger de don Felipe,
¿No ves, no ves que esas leyes á la que en vida y en muerte
que al género humanó aflíjen apenas lú conocistes?
son debidas á lá c'holl'ií' - ' A casa de la difunta,
de algún vagabundo insigne, al duelo!.,, y en faz de kyrie
y que por matar al tiempo á sollozar, y á ponerse
las inventó el muy... caribe? por cuatro minutos triste.
Mas, tú te convencerás. «¡Ilji'é lástima de señora !
Oh!... yo espero correjirte ¡Qdrén lo dijera !... morirse
siempre que tú mis razones así'ta-rV de sopetón,;. 'y
con detención examines ¡ayü y á los noventa, abriles!!!
y á la luz de la verdad Acompaño á ustedes en
como yo las miro, mires. su aflicción... i muger sublime!
¿Qué razón hay para hacer y á la calle, aunque al salir
de un hombre formal un títere,
de puro contengo brinques.
un danzante, una peonza,*
Pues digo', y del cumpleaños?
un volatín, un belitre,
de dar dias, quién se exime?
y de sus propios negocios
¿Qué es ver entrar por la puerta
un... en fin, corre-vé-y díle?
desde el toque de maitines
¿te casas, Antón..,., ¡te casas!!
viejos, mozos y vetustas
¿La dulce coyunda admites,
llenas de cintas y dijes,
y en un dos por tres te encuentras
al casero, á los vecinos,
enlazado con tu Filis?
nodrizas y chiquitines,
Corre, Antón, vuela, hijo mío,
que van á cumplimentarte
que la sociedad lo pide,
y van también lanza en ristre
y á tu abogado, y al médico,
al olor de los vinillos
y al juez, y á los alguaciles,
y al sabor de los confites?
y al café, y á la tertulia, •
¡Qué confusión!... uf!... los párvulos
y á todo el que quiera oirte
(aunque por tu buena ó mala unos lloran, otros rien,
fortuna no de un ardite) y te rompen un espejo...
anuncia, refiere, esplica *' ' ' — Don Fulano muy felices.—
tu martirolojio, y díles: — Que de hoy en un año... —Gracias.-—
«Señores... he !... me he casado! • — Que los cuente usted por miles.—
sépanlo, que no se olvide: — Agradezco... — «Pido á Dios,
en tal parte hay una... choza..: que se conserve usted firme...» —
y yo don Antón Aguirre, ¡Ay, ay, ay! — ni la prudencia
del prudentísimo Ulises,
111
ni el inaudito valor con sociales volatines.,
del joven, gallardo Aquiles,, te lo juro, iré á arrojarme
ni las colosales fuerzas de cabeza én ün aljibe,
del bravo y membrudo Alcides, ó á esconderme para siempre
son capaces de sufrir en los senos de Anfitrite.
tantos, tan fieros envites.
Oye, Antón; yo no pretendo Esto dijo Blas á Antón,
ser redentor de imposibles, muy cargado de razón ;
que á Cristo... pues!... no me agrada y después mondo y lirondo
que en vida me crucifiquen. se lo repitió á Tomas,
Pero primero que yo y como lo dijo Blas
á los cumplidos me humille, se acabó , y punto redondo.
y pierda el tiempo precioso TOMAS RODRÍGUEZ R F B Í .

&&S 22S&SKÍ&S,

'IMASSETí n?Y 0 » - ' ¿

SONETO.

De cuantas inventó la culta Francia Mientras d nadie luce e! pelo corto,


modas sublimes de hermosura llenas } por sus rizos aprecian al que es cero
el uso de románticas melenas Madrid, París, Milán, Londres y Oporto.
es el colmo feliz de la elegancia. Con mis melenas pues, al mundo quiero,
La cortedad es signo de ignorancia, por vida de Absalon, dejar absorto...
de cabeza dó el vello asoma apenas» No hay notabilidad sin peluquero.
jamás he visto producciones buenas
que atestigüen al hombre de importancia; WENCESLAO ATGUALS DE IZCO.
112
ARTICULO EPISTOLAR ¿quién me garantiza que nunca os dará lo gana
de insertarme á mí en sus columnas; es decir-,
A DON WENCESLAO A¥GUALS DE IZCO. de publicar mi lastimosa efigie, compendiándola
en un pedazo <ie madera, por vía de caricatura,
Carísimo amigo: bien recordareis aqueilainge- circulándome á riesgo de que se descubra mi pa-
niosa idea trasmitida desde los tiempos heroicos radero y me comise el resguardo sanitario de la
hasta aquestos que á duros tirones alcanzamos, hacienda pública , por estar yo comprendido en
de que entonces habia en este mundo impostor los géneros de ilícito trasporte, desde que fué mí
un inmenso antro ,quiero decir, una-gran caver- facha prohibida? Por último:
na, llamada la cueva de Trafonio, y los que en
ella entraban, no volvían á reir en su vida. ¿No comprendéis, buen Ayguals,
Suponiendo yo, pues, que vos no habréis dado que es escribir yo en LA RISA,
al olvido esta maravilla heroica, ó suponiendo vos ver á un cartujo en camisa
que yo no en valde os la recuerdo ahora, tened bailar en el Prado un wals
la bondad de volver á suponer que en un rapto de eon la sombra de Artemisa?
rabioso entusiasmo os dirijo á secas estos cuatro
i
cuasi-versos:
! Ni creáis que se me escurra de las mientes
I lo que á responderme vais: Adivinoque mediréis:
Tiénteme en vaso>ei demonio j ¿quién en el mundo perteneció mas que vos á ia
si desde que á lísi-hiedí.
risa? ¿Quién rió mas del prógimo, con las pró-
no fué el mundo para mí
gimas, y de todas las cosasinmensas y diminutas,
otra cueva de Trafonio'.
(que no siempre ha de decirse grandes y peque-
ñas) sin que ni una sola se haya esceptuado ó
Continuad un momentoraas!SnDOBS¿iidoque es- indultado de vuestras risotadas, de vuestras p u -
tos cuatro c u a s i - v e r s o s 9 Ü H Í la verdad más llas, de vuestra interminable baraúnda?
secameule gorda ó Milita,; ¿(¡éspondéd: M.o co- A esto os replicaré, distinguo: hay risa irónica?
nocéis á puñados lo adiislb délfoi sirio , -qué me risa sarcástica, risa de alegría, risa de amor,risa
lleva rodando á puros:remo^flefessin dejarme re- de ira, risa de despecho, risa de compasión, risa
sollar en este piélago de lágrJittás, en donde nau- de hastío, risSíde Venganza, porque en todas las
fragó mi risa, ó sezanfbiilió mi ma(hadada alegría? diferentes ú apuestas afecciones del corazón sole-
¿No sabéis que un hombre tan flaco como yo ha- mos reir muchas veces; pues así oomo se ha dicho
ce llorar de lástima cuando ríe, así cuaJ otrocno-T' I que una lágrima sueleser ha vida de un desdi-
memente gordo provoca á risa caaridollora? Pueáj I chado, así también digo yo que una risa ó una
qué? ¿No analizasteis jamás- las •risiblesconse- i sonrisa suele prolongar la vida de un mísero
cuencias queproducela inmensacarade un hom- mortal furibundamente aburrido de este mundo
bre estensamente gordo cuando le da la gana de impostura, y de esta insociable sociedad con sus
llorar, lo mismo que la inconcebible compasión innumerables partículas repugnantes.
y hasta misericordia que inspira el tajante rostro No califiquéis, pues, amigo m i ó , las fco-
de un prógimo disecado en vida,deun hombre es- i sas por la corteza, á egemplo de ese infinito e n -
pátula, de una calavera sobre un espinazo con | jambre de Heráclitos y Demócritos que riendo
dos juncos por remos, y doslbambús por pedes- I unos y otros llorando viven ó rabian dando r e -
tales, que solo en sentido metafórico puede apli- ! vueltas sobre un pedazo de tierra como las hormi-
cársele la cualidad de ciudadano viviente?.¿O ' gas, y luego tienen la altiva audacia de decir que
ignoráis acaso que me encuentro reducido á la i han estado en el mundo, «orno lo diria el cojo de
flaca posición de los perros del tío Chorizo, que i Albatera, y las ostras y tortugas que en donde
searrimaban alas paredes paraladrar? Aun cuan- i nacen mueren.
do digáis que no yo, sino mis exabruptos escri- Con esto quiero deciros lo de aquel refrán,
tos son los que han de imprimirse en la RISA, !
la monja canta en el coro, y en la celda anda el
113
lloro; y lo de aquellos versos del hermano Res- reiré con risa irónica
valon que dicen: de lo que llaman política.
Y tiene el reir bemoles,
Vi sobre un pelo sutil para el que el rubor concentra ,
danzar treinta cojas sueltas, en su pais dó se encuentra
y dar dos frailes seis vueltas todo, menos españoles.
sobre el moco de un candil. Reiré del diplomático,
y del hambrón cenobítico,
Y bien que estos versos no estén traídos en cual del figurín raquítico
sazón como el refrán, entended moralmente á que que me dé dolor reumático;
género de risa perteneció y pertenece la mia, Y en él, de cabeza á pies
que en verdad no fué ni es de las que mas dul- erguido c u a l m i n í q u í ,
cifican las angustias de un Moisés, los aprietos veré un risible tití,
de un David, el lloro de un Jeremías, la pacien- traducido del francés.
cia de un J o b , ó el sufrimiento de un español; Reiré en varios compendios
y no se crea que en medio de mis picantes risas viendo efigies anticuarías
y pullas he cesado un solo minuto de rabiar á de las viejas temerarias
coraje tendido siendo esa inmensísima mayoría aseguradas de incendios.
de necios vulgo tontos , la que mas ha produci- Reiré del pedantismo;
do en mí una crónica irupcion de coraje-tedio- de cuanto al ojo me venga;
esplín; y cuando objeto no tenga,
Que aunque donde pico peco, me reiré de mí mismo.
y do encuentro manta monto , Con esto derecho ó tuerto,
rabio al sufrir tanto tonto, en L A RISA me inauguro:
y hasta el cráneo saco seco. que haré reir , no es seguro ;
Ya veis, amigo mió, que yo reiré, es muy cierto.
que no es almíbar ni miel JOSÉ MARIA BONILLA.
todo lo que dulcifica,
ni cebollinos ni h i é l ,
lo que mas amarga ó pica
EL BIGOTE.
Sin embargo estoy de cabo á rabo convenci-
do de que en este mundo, y sobre todo en E s -
paña, no hay mas qne dos estreñios opuestos;
cuales son, reír ó llorar; es decir: que solo
existen dos partidos, el de Demócrito y el de
Hcráclito.

No vacilo ya en el rumbo
que debo tomar desde hoy,
aunque de llorar estoy Supone mi amigo Ayguah
mas blaBdo que un higo chumbo. (consonante endemoniado
Pues quiero reir si hablo ; que me hará bailar un ivals
si escribo reiré mas el día menos pensado.)
por delante y por detras Que el genio está en la melena,
aunque mal me hurge el diablo. yo pelón , no tengo pena ;
En esta década crítica, pues si descubro el cogote
en que España es crisis crónica en cambio tengo bigote.
15
114
Donde hay bigote hay chirumea que renuncia á la perilla?
si bien cualquiera repara; Yo espero cada momento
y no llevarlo en resumen bigotil pronunciamiento,
es crimen de lesa cara. y mueran en vil garrote
¿Tienes dos pelos no mas? los que no gastan bigote.
déjalos crecer, Tomas,
aunque luego por mal mote Ayguals á tu encuentro salgo
te llamen poco bigote. ya que la cuestión escarbas,
¿piensas tú cuando haces algo
Pensáis que al que es trovador no debérselo á tus barbas?
por fuerza le corresponda Por eso yo quiero, hermano,
greña de marca mayor mas que sombra en el verano
ó testa monda y lironda? y en el invierno el capote
No importa el pelo si hay seso, mi perilia y mi bigote.
yo lo aseguro, y confieso JTJAK MARTÍNEZ YULERGAS.
que tengo por un gran zote
al que no gasta bigote.
LA DULZURA.
No con los labios desnudos
y lanza á caballo subas,
que aunque pinches hombres crudos SONETO.
te llamarán pincha ubas.
Usa bigote y no falla, Dulces son esos plácidos amores
yencerás en la batalla; que nos cuentan mil bellas historietas:
porque mas que el chafarote y como nos han dicho los poetas,
mata de susto un bigote. dulces son las aromas de las flores.
Dulce es oir los tiernos ruiseñores
No es cara de Lucifer en la noche á la luz de los planetas:
cara que pelos no vea; y dicen que dulzuras muy completas
pero es cara de muger dan también , buen provecho, los honores.
6 de sacristán de aldea. Pues si hay muchos que cifren su ventura
Y con desengaño tal en estas referidas maravillas;
¿no he de creer un morral gozen en paz con ellas á su anchura.
sino un Judas Iscariote Yo soy de otras costumbres mas sencillas
al que no gasta bigote? y así cuando se trata de dulzura ,
estoy por las dulcísimas natillas.
¿Quién á Quevedo dio el medio JOSÉ B. AMADO.
de adquirir reputación?
el bigote, no hay remedio,
lo mismo que á Calderón. EXIGENCIAS.
Aun diré mas, no te espantes,
que si Miguel de Cervantes
pudo escribir su Quijote Vive Dios, señor director del periódico LA R I -
fué porque usaba bigote. SA, que me ha puesto usted en un compromiso
del cual creo que no voy á salir á pesar de los
¿Quién es el talento, quien mil esfuerzos que estoy haciendo hace algunos
que no le ostenta en la villa ? dias. ¿Con que nada menos exige usted sino
i y quién el hombre de bien que escriba un artículo que cause risa al que 1»
115
lea? pues ¿ no concibe usted, que en el mero he- Ábreme, por Dios, la puerta.
cho de conocer el lector que uno se lo propone, Es tarde, todo está en Calma,
basta para que se ponga en guardia y se manten- ya lo ves, no pasa un alma.
ga serio aun cuando salpiquemos de chistes las ¿Te ries? mi dicha es cierta.
columnas de nuestro semanario? Además, usted ¡Ah! bien haya mi fortuna!
me impone condiciones que hacen imposible el me encajé dentro, y va una.
que pueda salir airoso de mi empeño: usted no
quiere que mezcle la política en mis escritos, y Tiempo hace, hermosa Pilar,
estoes cortarme las manos, porque la política que anhelaba este momento.
de España ofrece á cada paso materia para pro- ¡ Cómo siento palpitar
rumpiren estrepitosas carcajadas; en fin, señor mi corazón de contento!
don Wenceslao, exigencias tiene usted muy ori- No hay hombre al verte tan bella
ginales; pero ya que hablamos de exigencias, que tu atractivo resista.
voy á referir á usted cierto lance amoroso que ¡Qué veo! ¿aqui tu doncella?
pudiera pasar muy bien por un artículo de cos- ¿pones testigos de vista?
tumbres. Es el caso que yo soy amigo de galan- qué, desconfias de mí _,:.-)••
teos hasta dejarlo de sobra, y como para esto de cuando tú mí dicha labras?
galantear con alguna ventaja es indispensable Pilar, si son para tí
tener mucho atrevimiento y ser por demás exi- de algún valor mis palabras,
gente, de aquí resulta que suelo algunas veces que salga de aquí por Dios.
rebasar la línea del decoro debido al bello sexo. Quedamos solos: van dos.
Andábame paseando la otra noche por debajo
de los balcones de una niña sumamente cando- ¡ Cuántas dulces emociones '\
rosa, cuando oí entreabrir con mucho tiento una siento á tu lado , mi bien!
vidriera y toser con cierto misterio. Al pronto díme si son ilusiones
sospeché si seria mi amada Pilar, pero no quise ó las sientes tú también.
aventurarme sin esperar alguna señal, porque \erme á tu lado me exalta,
doña Facunda, su diabólica madre, que nos an- porque tu puerta era un muro,
daba incesantemente á los alcances, era capaz pero ¡ay! como resalta
de fingirse su hija para hacerme aproximar al sobre ese vestido oscuro ,.:,.......
balcón, desde donde había jurado bautizarme tu blanca mano, Pilar.
cen un barreño de agua puesta al sereno hacia ¡Oh! mi bien no te sonrias,
algunas semanas. Bien pronto se disiparon mis porque... ¿te vas á enfadar?
temores, pues asomándose mi hermosa Pilar, me sino la estrecho en las mias
dijo que su mamá acababa de acostarse. Enton- voy & morir á tus pies.
ces me acerqué con desembarazo y endulzando Cogí la mano, y van tres.
en lo posible el bronco metal de mi voz, empecé
á atacar á la inesperta niña con las siguientes Dos cosas en ella admiro
exigencias. tanto que me tienen loco:
es de nieve si la miro,
. . . ' • . • Si sabes ya que te quiero, es de fuego si la toco.
si sabes ya que te adoro, Pilar, siendo mi embeleso
y que ese rostro hechicero y tu bondad tan inmensa,
es mi dicha y mi tesoro. seria hacerte una ofensa
¿Por qué he de estar de plantón? no imprimir en ella un beso..
¿Por qué no hemos de estrechar Que ¿lo vas á rehusar?
esta distancia, Pilar, Sentiré que desconfíes
que hay de la calle al balcón ? Mas ¡qué veo! ¿te sonríes?
116
¿Cómo lo puedes negar y asoma doña Facunda
sabiendo que te idolatro? en una sábana envuelta.
Besé la mano, y van cuatro. Viene con los labios cárdenos,
alborotadas las greñas
En esto abren con estrépito y el color de sus megillas
de par en par una puerta igual al de las acelgas.

— ¡Hija infame! ¡seductor! es mi hermana, dijo uno. —Pilar es mi prima,


yo sabré poner enmienda. repuso otro.—Pilar es mi novia, añadió el ter-
—Señora doña doña Facunda cero.—Pilar es... iba á decir el último.—¡Silen-
usted por poco se altera. cio! gritó el que Capitaneaba aquella turba; se-
— Don Luís todo lo escuché ñor galán, nosotros estamos resentidos hace
y es demasiada vileza, mucho tiempo de usted, porque usted atentó
que usté abuse de ese modo contra el honor de la que iba yo á llamar mi es-
de una joven inesperta, posa. Después he sabido las pretensiones que te-
ya comprendo donde irian nia usted con mi hermana y he hecho que le abra
á parar tanta exigencia. á usted la puerta para sorprenderle in-fraganti.
—Señora doña Facunda, —Señores, les dige, yo creo que son ustedes ca-
eso es una vagatela. balleros, y en ese caso...—¡Cómo! ¿piensa us-
—Don Luis tenia usted trazas ted que vamos á admitir un desafio? eso queda
de llegar á una docena. para después, pero antes hemos de descargar so-
bre usted una paliza, que es lo que merece por
Pero, cate usted que cuando me retiraba tan su infame proceder con las hijas de familia.—
ufano se abalanzaron á mí cuatro embozados que ¡Hijo! ¡Antonio! ¿qué vais á hacer? esclamó
habían estado escuchando en un rincón de la sa<- doña Facunda; caballero, salga usted de aquí;
la.—Ahora las pagará usted todas juntas, me di- yo evitaré que se propasen ¡salga usted! ¡salga
geron á un tiempo.—Señores ¿qué conspiración usted!
es esta? les pregunté medio balbuciente. Pilar Y sin aguardar razones
117
resolví tocar tabletas, salir de esta gazapera.
pasando de cuatro brincos — ¿Pues no era antojo el entrar?
de la sala á la escalera. — Ahora lo es echarse fuera.
Aunque me miré en la calle — ¡Qué demonio de mugeres!
libre de aquella tormenta, — ¡ Si usté estuviera como ella!...
creí que los latigazos PeTO otro poco, otro poco:
sonaban en mis orejas. ya estoy en !a portezuela.
Volví los ojos atónitos; — ¡He! cochero ¡ voto va!
¡ ah ! esclamé , feliz idea! Por aquel lado se acercan.
El ómnibus ¡santo Dios! ¡Somos perdidos! — ¡ Perdidos !
El ómnibus que se acerca. —Han cortado ya las riendas.
— ¡lié! ;hé! que voy á subir. — ¿Qué haré, señor empresario?
—Suba usted. —Una advertencia. — ¿Qué harás? tocar la trompeta.
— Diga usted, y vamos pronto, — Pero ¿qué toque? —A degüello,
que hay gente que tiene priesa. y que se salve el que pueda.
— Pues, cabalmente, yo quiero
partir como una centella, Dicho y hecho, el cochera que debia haber
pero, si veusted venir servido de trompeta en algún regimiento, em-
cuatro embozados, alerta, pezó á tocar á degüello á las mil maravillas; pe-
porque atentan contra el ómnibus. ro mis perseguidores que vieron frustrado su in-
— ¡Cómo!—Le echarán á tierra. tento si proseguía tocando, asestaron tan fuerte
— Y por qué ese desacato? palo al instrumento que fué á parar á veinte pa-
—Porque es invención inglesa... sos del sitio de la acción. La embarazada, te-
Y, no hablemos mas, cochero, miendo sin duda que echaran al coche alguna
vamos, vamos, que se acercan. camisa embreada, se arrojó desde la portezuela
— Pero, ¿y usted cómo viene?... y fué rodando por el suelo, al arrullo de las car-
— ¡Cómo que soy de la empresa! cajadas de los unos y de los gritos y los saltos de
—Perdone usted caballero. los otros. Procuraban todos evadirse de aquel d i -
¡Mayorala! ¡Coronela! luvio de porrazos improvisados á la débil clari-
— ¡Cochero! aguárdese usted... dad de la luna.—¡Este es! — ¡ F i r m e ! — ¡ A y !
— ¡Cochero! — ¡ Santa Teresa! — ¡Ah! pues no es! Y siempre reconocian su e r -
esclamaban desde adentro ror después de haber descargado el golpe sobre
dando voces descompuestas. alguno.
— ¿Qué se ofrece?—¿Qué se ofrece? Estaba yo contemplando aquella escena desde
que usted falta á la promesa , adentro, pero temiendo que me sacasen arras-
que tengo ya á m i muger trando me resolví á tirarme del coche y á pasar
sin aliento, medio muerta. por aquella carrera de vaquetas. Efectivamente,
Mañana hace nueve meses salté en medio de la calle y si bien me alcanza-
que su mano... — ¡Coronela! ron algunos latigazos, á poco rato estaba ya me-
—Asesino, calle usted. tido en mi casa y meditando una venganza, que
Ven, ven, bajemos, Quiteria. todavía no he llevado á efecto, pero que estoy
— ¡Qué no hay tiempo!—¿Qué no hay tiempo? resuelto a consumaren la primera ocasión favo-
Pues, si llega á nacer muerta rable.
la... — ¡ Gallarda!— ¡San Ramón ! Y pues que me da usted prisa,
¿l.o vé usted, como se queja? he salido ya del paso;
—Pero — No hay pero que valga. m a s , no dudo que este caso
Sujete usted esa rienda, ha de promover á risa. i
porque quiere mi muger V no porque sea bueno <)V ¡ , •>•<
lo escrito; solo me fundo parece bien.
en que todo, todo «1 mundo Pero que en jornada larga
se ríe del mal ageno. lleve el soldado la carga
M. J. DIANA. y la gloria el general,
parece mal.

Que hayan honrado á Castilla


LETRILLA.
Larra, Espronceda y Zorrilla
y Campoamor y otros cien,
Que al que cumpla un sacrificio parece bien.
del pro-comun en servicio Mas que haga, siendo perversos
su recompensa le den, versos, versos y mas versos
parece bien. tanto soberbio animal,
Mas saciar al de uñas largas parece mal.
que debe traer á cargas
los nabos de Fuencarral, Que á un hijo Martín y Antonia
parece mal. en bautismal ceremonia
el nombre de ambos le den,
Viejas llamar á esas tías parece bien.
que nacieron muchos dias Mas que luego el galopín
antes de Matusalén, por llamarse Anton-Martin
parece bien. vaya y venga á su hospital,
Mas que aun en el mundo bullan parece mal.
y en un baile se escabullan
ó en lúbrica bacanal, Que yo encaje en una obra,
parece mal. si la inspiración me sobra
de versos un almacén,
Que el mercader poderoso parece bien.
preste sumas generoso Mas soltar la taravilla
á los que pobres se ven , y alargar esta letrilla
parece bien. tan sin salero y sin sal,
Mas que usurero malvado parece mal.
al recogerlo prestado JUAN MARTÍNEZ VIIXEUGAS,
centuplique el capital,
parece mal.

A LOS GARBANZOS.
Que viendo el semblante cuco
de Juana, la diga: truco;
y ella me responda: a m e n , ODA.
parece bien.
Pero que de mi embeleso No la indolencia alcanzo
me ha de costar cada beso de dos sonoras liras que omitieron
u n abanico y un chai, celebrar el garbanzo!'»?.
parece mal. si a" recoger me lanzo
las bellas flores que partir debieron.
Que al soldado, si es valiente,
m a s que al cabo y al teniente Dos númenes henchidos
se le premie i tutiplén, de patrio fuego, inspiración primera.
119
consagraron tañidos y no hay en las Espauas
á dos frutos queridos nombre que mas hazañas
del suelo hermoso que n a c e r l e s viera. recuerde grande al pensamiento mié.

Aquel la fruta grata Con el garbanzo á pasto


pintó feliz en delicados sones, los destronados príncipes iberos,
de la tosca patata... sin dispendioso gasto,
fundándose en que mata el reino antiguo y vasto
el hambre antisocial de las naciones. reconquistaran de los godos fieros.

Este de la judía Con el garbanzo á gusto


revelando el poder al mundo todo, en siete heroicos siglos se nutrieron
llevó su valentía los de temple robusto
hasta la dinastía brazos, que eterno susto
del áureo cetro sucesor del godo. á la soberbia media luna fueron!

Entrambas odas veo Con el garbanzo solo


ricas de genio y galanura y chiste: el Cid se agigantó... cuya alta fama
y aguíjame el deseo sin átomo de dolo,
de vindicar cíe «ti feo vuela de polo á polo,
al buen garbanzo pesaroso y triste. y hacía su tumba los recuerdos llama.

Cuanto el desaire sea, Con el garbanzo puro


cuanta la ingratitud, cuanto el perjuicio, descollaran los condes de Castilla
España absorta vea... de corazón seguro:
dó no hay ciudad ni aldea, grandes en todo apuro,
que no deba al garbanzo un benficio! en la paz y en la guerra sin mancilla! .

No hay en el orbe cosa, Con el garbanzo fuerte


en el orbe... de la olla peregrina, cargáronse armas, por tenerse á mano,
mas grata y sustanciosa, en un combate á muerte",
mas plácida y sabrosa, que decidió la suerte
que del garbanzo la dorada harina. del orgulloso pueblo lusitano!

Los que sobre el cocido Con el garbanzo grave


un vaso de agua deliciosa beban, rindió una flota mercantil inglesa,
digan si han conocido (por tradición se sabe),
deleite mas cumplido... cierta española nave...
que en el remojo del garbanzo prueban? que hasta las Indias remolcó su presa!

Holgado y satisfecho Con el garbanzo crudo,


reclínase en la silla el cuerpo humano; agotándose ya sus municiones,
que paga (y es un hecho}, vi á un gefe testarudo,
alegre y dulce pecho que defenderse pudo...
al superior garbanzo castellano. contra nueve carlistas batallones!

En torres y en cabanas Con el garbanzo tierno


acátase feudal su poderío: engañan tantos la feroz gazuza
120
debida al buen gobierno, en justa condición pueblos y reyes,
que en su derroche eterno y allá donde se cuela
de inmensos seres la carpanta aguza! ejerce audaz tutela
sobre el común de las humanas greyes!
Con el garbanzo noble
timbre de la nariz Ciceroniana, Y en fin , pues mas no quiero
el débil se hace un roble, revolver del garbanzo los anales,
y no hay poder que doble dígame el pueblo entero;
su garbancil independencia ufana. ¿qué picaro puchero
no le debe atenciones generales?
El garbanzo nivela VICENTE ALVABEZ MIRANDA.

3S3N£<B!SU&SZ&S,

Dije á Inés: dulce embeleso,


¿no me das un beso; di?
Y ella esclamó, ¿á qué viene eso?
¿por qué le he de dar un beso?
¿ q u é , tantos me dá usté á mi?
II. III.
Un sereno á su mugef Baldado estaba Narciso
sendas guantadas la croza sufriendo la pena negra,
y regañándola ayer cuando le llegó un aviso
¡anda! la dijo ¡lechuza! del funeral de su suegra.
Yo que me hallaba en la lid «Siento andar en pies de palo»
dije: ya comprendo, hermano, contestó con ceño adusto.
por quéseapa^v '.empran.o «Si no estuviera tan malo
los faroles de ]f'< > •••'• iría con macho gusto.» YULERGAS.
121
ROMANCE ESDRÚJULO. me iré lejos de esta vívora
á la misma Zona-tórrida'!
¿Si acaso con ceño tétrico,
LAMENTOS DE ÜN MARIDO.
tan fiero como un Pelópidas.
¡ Qué muger tan maniática! podré convertir su ímpetu
cuidado que es una cócora... en mansedumbre de tórtola?
vaya si no tiene término... Mas ¡ ay! Dios, á mi hado pésimo
¡qué genio el de doüa Ménica! no alivian estas andróminas
siempre con celos ridículos, ni estos inútiles cálculos
siempre con necias andróminas, de un hombre que ya es autómata.
unas veces que estoy tétrico, Yo, necio de mí, di pávulo
otras maldice mi cólera, á su genio infame , cócora,
labia si canto de júbilo, y así he de sufrir pacífico
si muestro risa sardónica... esta batalla diabólica.—
¡ Oh! ¿cuándo el cielo benéíico Duélate ¡ oh muger ridicula !
viendo pena tan recóndita duélate mi pena indómita.
librará mi vida mísera Déjame aquí con mis lágrimas
de aquesta muger exótica? dejadme ya doña. Mónica.
¡Feliz yo si de la mágica JUAN GUILLEN BROZABAN.
supiera la ciencia lóbrega ;
puesporesos aires fuérame EL COCINERO DEL AMBÍGl
lejos á Italia ó á Córcega !
y dejando la política A LOS ESPAÑOLES.
con sus ilusiones ópticas
y los literarios círculos
con su liviana retórica,
dejara también el tálamo
y esta consorte estrambótica,
y el domicilio doméstico
sin pensar en fama postuma.
¡ Ah ! ¡ qué necio fui y estólido
qué no conocí ala hipócrita,
y así maldigo colérico
del matrimonio la cópula! —
Darle debiera solícito
una bebida narcótica,
aunque á mandarla espusierámc
del cementerio á las bóvedas,
ó bien asustarla en términos
que al mirar mi saña hórrida
se fuera por no ser víctima
lejos de mi lado prófuga. —
¿Prepararé por antídoto
de condición tan incómoda
algún veneno mortífero
que haga mi fortuna próspera,
ó con aparato fúnebre A LA R I S A , españoles, á LA RISA. Cuando la
fingiendo una muerte cómica patria está en peligro , LA UÍSA es su lúiica á n -
16
122
coraÜe salvación. Por eso ya los romanos que vado de poder ofreceros los sabrosísimos guisos
eran gente de buen humor y muy aficionados á que os preparo. Cuando todos los españoles nos
la gastronomía, ostentaban en sus victoriosos desternillemos de risa, se acabará el mal humor
pendones estas iniciales: S. P. Q. R. que cons- que no engendra mas que resentimientos y ven-
tituyen la divisa de los héroes. Hé aquí lo qne ganzas ; y el iris de la reconciliación pondrá tér-
significau: Suscriptores Placidi, Qucerite Ri- mino á los males quo nos aquejan.
sam, alegres suscritores, buscad la risa. No lo ¡Antes mascar que morir, compañeros!... y
dudéis, ciudadanos, esos entes desnaturalizados siendo el morir una reacción en sentido retró-
que agitan la tea de la discordia, están vendidos grado, juremos perderla vida mil y mil veces
á los taciturnos. El oro estrangero, el oro del primero que morir. ¡Viva el ambigú! ¡Viva la
tétrico inglés se derrama á manos llenas para colación de todos los partidos! | Vivan las carca-
entronizar en España el imperio del esplín; pero jadas patrias!
Dios salvará al pais y á LA RISA. Apiñaos todos, El cocinero en ge fe de L A RISA.
valientes hijos del Cid, en derredor de nuestro ABUNDIO ESTOFADO.
inespugnable AMBIGÚ. ¿Por qué fué siempre el
Cid vencedor? Porque á su carácter zambrero y
bromista, unia la mas noble adhesión á los p o -
llos con tomate. Al gran Pelayo le gustaban
mucho los sesos fritos y el bacalao á la vizcaí-
na. Corra á torrentes si necesario fuere el vino
de Jerez y la sangre de los pavos y perdices; pe-
ro no consintáis nunca que el llanto se entronice
ehtre nosotros. Alistaos todos bajo mi bandera LA ADOLESCENCIA.
vencedpra. Suscriptores Ptacidi Qumrite Ri-
sam. Empuñemos los tenedores y defendamos
En el romance anterior
palmo á palmo la redacción de LA RISA. Solo
dejamos, lector insigne,
pisando cadáveres hacinados en nuestro AMBI-
á nuestro héroe de marras
GÚ, invadir podrán nuestros enemigos el jovial
en una especie de crisis;
erreno de la gastronomía y del placer.
que así se puede llamar
LA RISA os enseñará en su AMBIGÚ el modo de aquel tránsito difícil
hacer toda clase de TURRÓN , ya que en España de los pueriles instintos
es el talismán de todos los partidos. Por un ca- á los humos juveniles.
cho de TURRÓN se hace el exaltado moderado, Crepúsculo de la vida;
por, un cacho de TURRÓN se hace el modera- (que en efecto, menos vive
do demagogo, y por un cacho deitRRON,en que vegeta el individuo
fin, hemos visto no hace mucho á ciertos repu- en sus primeros abriles),
blicanos abogar por la mayoría de la reina y crepúsculo de la vida
consolidación de su trono. Y supuesto que la la adolescencia, (otrosdicen
política es todo farsa, todo mentira su- la pubertad) se inaugura
puesto que no hay verdad mas positiva que co- con los síntomas que siguen.
mer bien y reírse de todos, dejaos de tiquis- A las doce navidades
miquis y engañifas, y venid á suscribiros á la en unos se hace ostensible;
ENCICLOPEDIA DE ESTRAVAGANCIAS. Suscripto- en otros, menos precoces,
res Placidi Qucerite Risam. no se muestra hasta los quince.
Españoles, levantaos todos como un solo Sombrea leve pelusa;
hombre para suscribiros á LA R I S A , pero que esto es, la barba en su origen,
no se haga la suscricion como de un solo hom- j aquella parte del labio
hre, por que produciría poco y me veria pri- j que raya con las narices.
Pasa la voz á la boca Naturaleza nos habla
desde la hueca laringe halagüeña, inteligible;
en problemático son su cepa exhala perfumes...
misto de tenor y tiple• ¿Cómo rehusar el brindis?
Hierve la sangre en las venas, No es cul pa de un pobre mozo
«uyo humor acre, proclive, si hay sátiros que le pinten
que dijo el otro, rebosa la virtud ruda y amarga,
por la humana superficie. fácil y goloso el crimen.
Panadizos y diviesos ¿Ni qué mucho si el neófito
al protagonista aflijen, lo que mas le agrada elije
y el corazón palpitante entre el veto de su dómine
quiere salir de sus lindes. y el exsequatur de Filis?
Ignoradas sensaciones, Pecará...; yo no lo niego,
deseos indefinibles mas sí, en electo, delinque,
en el cerebro le bullen él purgará sus pecados
y en el pecho le sonríen. y esclamará; ¡parce tnihil
No bien cambia el tonelete ¡Mirad ! Su lustro primero
y la valona de nipis á duras penas fué tiple
por la levita y demás ¡y ya aquella flor lozana
atavíos varoniles, inclina su tallo humilde !
mira con fiero desden El que ayer dio culto á Venus
los trompos y los confites , hoy á Mercurio le rinde
y si le llaman muchacho y el pecho que amor henchía
se le amontona la bilis. lenta consume la tisis.
Si antes estudió los géneros
sin saber en que consisten ,
}o que va de primo á prima
hoy sin vacilar distingue.
El desarrollo de Adela
sigue con ojos de lince
y observa que con el suyo
simpático coincide;
que, mientras juzga su padre
que otros estudios prosigue,
en la historia natural
hace progresos visibles;
y es con las primas cordero
el que con los primos tigre
sin descifrar todavía
la clave de este busilis.
Mas de la inocencia candida
pronto quebrados los diques, ¡Qué dolor! ¡ Oh adolescencia
se convierten en demonios estúpida!—¿ y es posible
los que fueron serafines. que aun hagan muchos mozuelos
Ni es maravilla que al céfiro alarde de sus deslices?
cuando susurra apacible Por el flujo de hombrear
la frágil caña se meza ¡cuántos publican la triste
y s« doblegue la mimbre. vergonzosa pestilencia
124
que abrevia sus/dias .¡Títeres!!.. á la que hoy llamas esfinge. , >.
¡Y hay mueble tan presumido Entonces... mas para entonces,
que sin sentirla la finge con otro romance en ristre
mintiendo palmas de mártir te emplazo. Este ya llegó
cuando las llora de virgen. al opus coronat finís.
A otros les da por la gloria, FvlAuuEt BRETÓN DE LOS HERREROS.
como á aquellos por la sífilis,
nuevo linage de buhos,
aunque blasonan de cisnes.
EL SALCHICHÓN.
Genios son no comprendidos;
es decir, incomprensibles,
cuya misión en la tierra Gante Ayguals la judía,
es renegar de su estirpe. Villergas la patata,
Sus númenes son vampiros, salga el garbanzo vil á la palestra...
brujas, espectros, caribes.;...; ¿Quién prostituye así la poesía ?
su paraíso, el.infierno,; • > ¿Quién así la degrada y la maltrata?
su v,i.da;>l suplicio horrible. Callad, callad,,cantores de menestra,
Oye el lúgubre ronquido ¿Qué las patatas y judías son
con que del mundo maldicen al lado del robusto salchichón ?
que solo han visto pintado .,
en biombos y tapices,. , .. ¡ ¡Ingratos.'os dio numen
y el afán con que pretenden el cielo soberano,
en fuego y sangre fundirle, '.. os dio ambición de gloria, os dio talento...
como el que abrasó la cama ¿No hay cargos de concieucia qué os abrumen?
para acabar con las chinches. ¿Noos atormenta un roedor gusano?
Observa el raro contraste ¿No sentís un atroz remordimiento ?
de sos,'gracias.infantiles, Legumbres celebráis... ¡oh! ¡maldición!
con la seriedad ridícuja IY dejais'olvidado al salchichón !
de stis pláticas bilingües.:
Míralos, como ponderan Es vuestro inmenso crimen
desengaños que no existen,, digno de inmensa pena,
pesares que no conocen , mas la gracia de Dios es infinita;
placeres que no conciben.. los pecados mas graves se redimen;
Para ellos-todas las hembras, Dios perdonó á la impura Magdalena
son Mesalinas ó Circes, arrepentida»viéndola y contrita;
ponzoña sus atractivos, un acto pues rezad de contrición,
prostitución sus melindres.— y ayudadmeá cantar el salchichón.
• Yes porque ellas al muñeco
que arrjesga amoroso envite
¡ O h V i c h ! ¡ó patria mía!
responden: «limpíese el muco
esclarecen tu nombre
y a p a r t e , que no me sirve.»
salchichones de gusto y de fragancia.
¡Paciencia, pobre zagal! No envidies, no, la justa nombradla
Si al tormento sobrevives de famosas ciudades, ni te asombre
de no ser hombre cual piensas la gloria de Sagunto y deNumancia,
ni niño como lo fuiste, . Si á Córcega dio fama Napoleón ,
yo prometo que algún día tú la debes mayor al salchichón.
con ellas te reconcilies
y llames diosa de) mundo Del uno al otro polo
¥25
su salchichón circula, á los mas refractarios y rehacios,
v es su sabor ia fé de su bautismo. no de la persuasión el arma esgrimas.
One en salchichones, Vich, te pintas solo, Para atraerse al indio cimarrón,
v el salchichón cine el paladar aduia es probado, no hay como un salchichón.
emblema es cual la crin del cristianismo,
pues quien profesa mora religión Los que á la medicina
no puede comer nunca salchichón, consagráis el talento,
¿no veis que será estéril vuestra ciencia
Si un <Iia lo catasen , mientras sierva la hagáis de la rutina?
vierais ¡i los infieles ¿por qué para saber si aun tiene aliento
desertar de las Jilas de Mahoma. I y así poder dar fé de su existencia ,
Cálenlo, y no habrá dos que no se pasen | en lugar de una luz ó de un velón ,
ú nuestra fé; zegries y gómeles no acercáis al enfermo un salchichón?
¡
se acogerán al lábaro de Roma.
¿Quién ha de producir tal conversión? | Si salchichón no come,
solo tú, soberano salchichón. | aunque una vela apague ,
j el infeliz murió de positivo.
En los tiempos de Homero Por exageración nadie lo tome;
v tiempos de Virgilio | cuando veáis que salchichón no trague
no salchichones en la tierra habia; ! no hay ya cuidado de enterrarle vivo,
de otra suerte los héroes con su acero | que quizás ya estará en putrefacción
lan solo figurando en un idilio, y aun comerá el difunto salchichón.
cual cosa de poquísima cuantía ,
de la Eneida y Ialliada el campeón ¡ Salchichón ! yo te adoro ,
hubiera sido un bravo salchichón. yo que sin ilusiones
j entre humanos vegeto aborrecidos.
¿No veis allá una hermosa j Tú eres mi bien j miúnico tesoro...
pálida, desgreñada? i ¡oh! ¡quien pudiera en recios salchichones
¿Qué siniestra intención leo en sus ojos? i ver á toáoslos hombres convertidos,
Miradla , se dirige presurosa i y sin ser ni Coburgo ni Borbon
á la orilla del mar... ¡ desventurada! i ver reinar donde quiera un salchichón !
¿Quién contra tí provoca tus enojos?
Detente, pon un freno á tu pasión... 1 Con una vil manzana ,
Mira, mira, aquí tengo un salchichón. según nos dicen, Eva
se dejó seducir... ¿no estaba loca ?
Y es una pobre amante si 'novel demonio en seducir se afana,
vilmente seducida no enseña una manzana ni una breva,
por un estrafalario muy romántico. que es al cabo todo esto tina bicoca;
E! frenesí se pinta en su semblante , hoy para hacer caer en tentación
Y va á ocultar la afrenta de su vida necesitad domonio un salchichón.
entre las crespas olas del Atlántico... i
i

•Qué peripecia!... vuelve a la razón, I En vano los partidos


ya no se tira... ¡ha visto el salchichón! I con implacable saña
! an mando se disputan pasagero.
O t ú , buen misionero , ¡Esfuerzos miserables y perdidos!
que remotos espacios El que quiera mandar acá en España
cruzas y mares y apestados climas, y un prosélito hallar en cada ibero,
por convertir al dogma verdadero i ofrezca su programa á la nación
126
para ricos y pobres salchichón, del inquieto bullir de las pasiones,
A un hermoso jardin
Yo que de Ja política mis pasos dirigí, reflexionando
salí cual por ensalmo acerca el triste fin
harto de controversias y de enredo, que á nuestro polvo ruin
¿queréis dispute en situación tan crítica tras cortos años nos está esperando.
la libertad del pueblo palmo á palmo 1 Sonaba ya la hora
¡oh ¡ n o ; disputaría dedo á dedo en que el sol, caminando al occidente
la libertad con brío y con tesón , con su luz brilladora
si la libertad fuera un salchichón. las altas cumbres dora
casi escondiendo su encarnada frente.
Pues hice no poco El mundo silencioso
en salir aun con huesos cual si triste s\i ausencia lamentara,
del charco de las ranas periodísticas; su estado borrascoso
pues hice mucho en no volverme loeo, en completo reposo
y mi honor y mi juicio saqué ilesos tal vez arrepentido le trocara.
de mil disputas y otras mil sofísticas; Ni voces ni gemidos
de hoy mas mi único lema , mi opinión, el sepulcral silencio interrumpieran,
mi estandarte ha de ser un salchichón. cual si todos dormidos
6 en letargo sumidos
Esta bandera nueva ni males ni aflicciones conocieran.
intrépido enarbolo... Un suave vientecillo.
contémplala, español, con ardimiento. los árboles mecía blandamente;
¿A combatirla hay alguien que se atreva? el pardo gilguerillo
los partidos por fin en uno solo en el verde tomillo
se funden y en un solo pensamiento , sus amores cantaba alegremente.
y se llevará á cabo esta fusión Cansado del paseo
de todos siendo núcleo un salchichón. sentéme á reposar entre la yerba,
cuando de pronto veo
¡ Gloria! á mí que el primero alzarse corifeo
concebí tal idea un viejo garbanzal que en torno observa.
que si Colon viviera la envidiara! «Compañeros! (exclama)
cuando mi vida se convierta en cero , semejante abyección, tal abandono
cuando la muerte con su brocha fea cuand^ la oculta trama
de amarillo color pinte mi cara , nuestros nombres infama
mi adiós postrero , mi última ilusión llega á ser criminal. ¡Arda el encono!
tuyos serán, querido salchichón. ¿Vuestro justo furor
A. RlBOT Y FONTSKRÉ. no inflama vuestras honras mancilladas,
vuestro ultrajado honor?
¿Mirareis sin horror
pisar vuestras banderas humilladas?
PRONUNCIAMIENTO
Valiente la judía
BE LAS LEGUMBRES CONTRA LAS PATATAS. levantara la enseña independiente;
ya no mas tiranía ,
Por espaciarme un rato esclama su hidalguía;
los libros olvidando y las lecciones, «¿doblegareis vosotras vuestra frente?»
lejos del falso trato — «Perezcan las patatas x
de aqueste mundo ingrato, (gritan habas, lentejas y guisantes)
127
mueran las insensatas, se presenta e s , como ellos suelen decir, V em-
alimento de ratas barras du choix-
insípidas y tontas y pedantes. Riámonos pues también de los franceses; no-
Pues mil veces abajo!... sotros que, en su concepto, somos graves y
Humillemos sus huestes altaneras, recogidos como monges cartujos, é anacoretas
qae es cobarde y es bajo tebanos, y riámonos de sus ridiculeces que son
á un vil escarabajo por cierto dignas y muy dignas de la carica-
rendirle en sumisión nuestras banderas* tura.
lQué vivan las legumbres! Negar que el pueblo francés ha tenido y tie-
fvan en veces confusas repitiendo.) ne nna multitud de hombres grandes en todo
Tan viles servidumbres género, seria demoslrar prácticamenie que se
nuestras buenas costumbres ignora de todo punto la historia, ó que un ri-
las están de continuo repeliendo-; diculo espíritu de nacionalidad mal entendida
Y es atroz sacrilegio estraviaria nuestro juicio; pero acas'o sea el p u e -
llamará las patatas celestiales, blo que mayor número de nécius y majaderos
y darles poder regio. con pretensiones de sabios está abrigando,
4 Abajo el privilegio, i amen de una multitud de farsantes que en t o -
pues ante la sartén somos iguales!» — ! das las esferas hormiguean, esplolando á las
Dicen, y se pronuncian: i mil maravillas la boba credulidad de los que
y con solemne pompa y aparato tienen la desgracia de escucharlos. Abre París
la guerra al fin anuncian; - I escuelas de toda clase de conocimientos, donde
pero nunca renuncian ¡ se recibe sólida y abonada educación de profeso-
á su antiguo esplendor y su boato. res beneméritos; pero ese mismo París tiene
CARLOS MASSA. unos Campos Elíseos, donde se enseña, mejor
diremos, donde se parodia grotescamente la e n -
señanza de las aulas, t a n pronto es un descara-
COSTUMBRES FRANCESAS. do Dulcamara, vestido de turco, griego ó chino,
que, montado en un cabriolé, estrafalario boti-
El pueblo francés es sin disputa el q«e mas rie quín con visos de tienda ambulante de perfumes,
<le todos los pueblos de la tierra. Por lo común llama la atención del público con una orquesta
se rie de los demás pueblos. En sus novelas, en formada de dos clarinetes, un bombo, un t a m -
sus poemas, en sus folletines, en sus dramas y bor y Una trompeta, para anunciarle la curación
sobre todo, en sus zarzuelas ó vaudevilles siem- radical y momentánea de diez enfermedades i n -
pre hay algún inglés que toma té, que está serio, curables, por medio de un jabón que ni las man-
que coje una turca, ó algún alemán que bebe chas quita, demostrando sn portentosa habilidad
cerveza, que fuma la pipa, que revuelve los t i - con legajos de certificados de academias, de c u -
zones de la chimenea, ó que hace cualquiera de ras párrocos, prefectos, maires, diputados, pa-
esas cosas que, el autor francés ha visto por c a - res, comadrones y drogueros, y deslumhrando
sualidad en algún individuo de la nación de que a l a multitud, que atónita le escucha, admira y
se está riendo. Y es tanta la manía de reir en los aplaude; primero con una arenga fogosa, luego
franceses, que cuando no se rien de los estran- con las monedas de plata y oro que vacia de una
geros, se rien de sí mismos > y es menester con- espuerta en otra, en ostentación de una insigni-
fesar que en esta parte suelen ser sobresalientes, ficante parte del producto de sus maravillosas
por poco exactos qae estén en su retrato. Es que curaciones. Tan pronto es un truan que ha colo-
en Fr«ncia hay muchísimo ridículo; la faz cari- cado encima de una mesa una mala máquina
caturesca de esta nación es vasta, por no decir eléctrica, una botella de Leyden y otros instru-
inmensa, y el que quiera reírse de los franceses mentos físicos de uso desconocido para él y su
tiene materia de sobra; la única dificultad que ayudante con cara de fullero que hace rodar el
disco, ambos á dos andan buscando entre el con- de sus compadres doscientas veces al dia, como
curso á los imbéciles que quieran recibir la con- prueba práctica y esperimental de su estraordi—
moción de un formidable chispazo eléctrico para naria agilidad y maestría. El pobre recluta, el
librarse de todos los males pasados, presentes y inesperto provincial y la incauta niñera que, ra-
venideros, por la miserable cantidad-de un suel- biando de dolor ó acordándose de que algún dia
1
do ó sea poco mas de cuatro maravedises. Aquí lo han tenido, se abandonan á la estúpida fero-
un charlatán que con una mala navaja y peores j eidad del sacamuelas, adelantando el importe,
manos promete arrancar las muelas cariadas sin i ven á medio dia las estrellas y en las manos del
mas dificultad ni daño que si quitase de la gui- j bárbaro sayón una muela sana con un pedazo de
tarra Sus clavijas, arrancándose sus dientes y los i quijada por apéndice, del cual podrían hacerse

dos botones ó un doble as de dominó. El infeliz villas son anunciadas por cuatro histriones inde-
mutilado se aguanta, devora su dolor y su ver- centemente cubiertos de despojos de treatro, que
güenza y se retira con las manos en la boca, llaman á los transeúntes al son de un tambor y
mientras el asesino impávido y sereno pasea con de una trompeta. Por un sueldo se vé tanto por-
triunfo por encima de las cabezas de los espec- tento. El inocente espectador no puede resistir
tadores la muela y el trozo de maxilar ensan- á tanta curiosidad; entra y por de pronto vé en
grentado, asegurando con insolente cinismo que la muger Goliat, á una muger media pulgada mas
la sacó limpia, sin gota de sangre ni miaja de alta que la generalidad de las mugeres; el niño
dolor. de las siete cabezas es un rapaz, vestido de ára-
Aquí se ofrece un teatro ambulante, compues- be, que tiene en la cabeza seis lobanillos de va-
to de tapices viejos con un gran carteion donde ria pero ordinaria dimensión; el hércules, el al-
sé vé pintada una muger de antidiluvianas di- cides es un embustero sin músculos y sin ner-
mensiones, un niño con siete cabezas y el com- vios, feo como un eunuco, pequeño como un
bate horrible del primer alcides, del primer hér- lapon, roído de miseria con mas trazas de mo-
cules de Europa con un tigre feroz de Bengala al mia que de atleta, cuyo raquítico esqueleto sé
cual vence, sujeta y civiliza. Todas estas mara- dibuja debajo del pergamino que le tapiza muy
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á propósito para ser estudiado por un cursante la idea alguna; ni siquiera saben donde está,
de anatomía, el tigre de Bengala es un cachorro que punto geográfico ocupa; solo conjeturan que
de Leopardo, y el gran combate consiste en c o - se halla mas acá de los Pirineos y aun esto lo sa-
ser las manos ó patas delanteras del animal, ben porque han leido en los periódicos los partes
odiarle, ponerle el pié en los hijaresy volverle telegráficos de los prefectos de los Pirineos
á la jaula, antes de que se acuerde de que es una orientales y occidentales relativos á la guerra ci-
fiera y tenga á bien despellejar al gladiador fo- vil. Esto no quita sin embargo que escriban so-
llón con un zarpazo. Concluida la función, el bre la Península y hagan de ella descripciones
Roberto Macaire, director de la compañía gim- minuciosas. España es mentada en las memo-
nástica , presenta á los circunstantes una bande- rias, en los viajes, en la historia, en los apun-
ja para consultar su generosidad y escitarles á tes, en los dramas, en los poemas, en las no-
estimular al ingenio privilegiado. velas etc. etc. Todos los héroes se llaman Juan;
¿Diríamos bien si dijéramos que la Francia es todas las heroínas Juanita. El que de esta regla
á la Europa lo que los Campos Elíseos á Paris? sine qua non se aparta, el que sabe mas, dá á
La comparación acaso no seria de todo punto su héroe el nombre de don Suarez, don Osuna y
exacta, porque al fin y al cabo, si hay muchos á la protagonista el de doña Sol, ó doña Ave-
charlatanes en Francia, abundan también las llánala otro por el estilo. Ya que tiene nombres
notabilidades de valor real en todo género. que dar á los personagés busca los de los luga-
, Dejemos á las notabilidades y sigamos ocupán- res. Madrid, Cádiz, Barcelona, Zaragoza, Va-
donos en los farsantes. Haylos de estos de todas 'lencia; hasta aquí llega toda su geografía. El
clases y en especial entre los literatos. En Fran- que mejor le suena al oído, este es escogido para
cia todo vicho viviente es escritor. Basta conce- la novela, folletín ó comedia. Sobre estos ele-
bir una idea para hacer un libro. La idea no ocu- mentos se entretege el asunto , y urde un cuento
pa mas que una página y esto aun porque el esmaltado de costumbres propias de un estu-
autor no la sabe emitir; y el librero que ha de diante de Paris, de un mancebo de las tiendas
csplotar esta idea necesita ó quiere un volumen. de los bulevares, de un comisionista viajero, de
El autor hace el volumen, robando desapiadada- una beldad fácil del cuartel Latino ó de una
mente á los demás lo que ya los demás robaron griseta de la calle Yiviene, Saint Denis, Saint
á sus predecesores. Embadúrnanse las esquinas Martin, ó Poissoniere, creyendo candidamente
con anuncios colosales, llueven prospectos por el maldito autor que tendrá sabor peninsular su
todas partes, el autor se alaba á sí mismo en to- farsa porque los personagés se llamarán Juan,
dos los periódicos, y á los quince dias véndese la Juanita, don Suarez, doña Sol, doña Avellana,
obra á sueldo, perdida entre otras obras de igual y serán las escenas en Madrid, Zaragoza ó Bar-
mérito, en los puentes y bulevares, celona. Otro se cree mas instruido en las cos-
, La moda, tan poderosa en Francia, ha invadi- tumbres españolas, porque ha visto en los lea-
do también la literatura. Ningún escritor decen- tros bailar la cachucha, en las tiendas algunas
te deja de escribir viajes. Sin moverse de Paris, láminas de funciones de toros, y ha oido hablar ,
sin ir mas que á una biblioteca ó gabinete de de vinos y jaques de Andalucía. Todo esto es
lectura, se escriben viajes á Oriente, á la India, poético para este desdichado escritor, y hétele en
á Greolandia, al Perú, alrededor del mundo, y se marcha, digno émulo de Cervantes y del autor
describen las costumbres de los pueblos con una de Gil Blas, y en el primer capítulo de su bárba-
exactitud maravillosa. ra novela nos describe un famoso baile en los sa-
lones de la Alambra, donde las hijas de los d u -
España es uno de los paises que tienen el h o -
ques, condes, barones y marqueses, vestidas
nor de ser mas á menudo favorecidos. España
como las bailarinas de nuestros teatros, están
es hoy en dia para los franceses un manantial
bailando con inimitable gracia é imponderable
fecundo de curiosidad y de interés. No hay es-
lascivia las seguidillas , la cachucha y el bolero.
critorcillo que no pague un tributo de su péndo-
La señorita Avellana, de ojos negros y morena
la á la España. Muchos no tienen de la Pcnínsu-
17
130
tez, es la que mas se distiogue en repicarlas , trato de Canaris. Cabrera, Balmaseda, Espartero*
castañuelas, y en el atrevimiento de sus postu- se hacen célebres, un carlista tueTlo de los d e -
ras. Los condes, los duques y demás títulos, t o - pósitos es el modelo; sácase la copia como Dios
dos vestidos de majo andaluz, salen á descansar quiere, añadiéndole un ojo, y el público admira
en un jardín de palmas y cocoteros traídos de en la lámina d-e Cabrera la mirada centellante de,
América por Hernán Cortés, donde matan el ese guerrillero célebre que indica por sí sola su
tiempo los unos picando con larguísimas navajas genio y su violencia.
tabaco para hacer un cigarro, cuyo papel sujetan Concluiré este artículo refiriendo un hecho
con los labios; los otros tirando la navaja para auténtico que acabará de caracterizar á los fran-
clavarla en los troncos de las palmeras, en cuya ceses. Un carlista catalán mostró á un francés
tarea el conde de las Sardinas, el amante de do- redactor de un periódico semanal pintoresco,
ña Avellana, sobresale tanto que clava cada vez dos figurines de trages de Cataluña. Agradáronle
su navaja, la mas larga y alilada de todas, en al francés y los pidió para su periódico. Concedi-
las cicatrices de las heridas que hicieron en los do. Mas no bastando para su idea, preguntó por
árboles trasplantados las flechas de los indios y algunos pueblos del principado. Barcelona? dijo
los venablos y ballestas de los soldados de P i - el otro.—No. —Gerona, Tarragona?—No.—Vien-
larro. do que los en ona no le agradaban dijo, Caldas,
En otro capítulo'hay un magnífico banquete, Vich, Ripol? — No.—Manresa, Yillafranca? —
porque esfuerza mentarlos vinos españoles y el No.—Incomodóse el catalán y para mofarse del
infeliz autor nos dice con admirable facundia: francés le dijo, San Miguel del Fay? — Este
«allí se veia saltar de las botellas á los vasos el repuso el francés, este es magnífico, aceptó y se
vino de Jerez, de Málaga , de Canarias, de Tin- largó.
to, de Generoso y demás pueblos notables de la San Miguel del Fay no es ningún pueblo; es
Península por su industria vinatera. una cueva en cuyo fondo hay la imagen de San
Esta exactitud de noticias la deben los autores Miguel en una rústica capilla, y por encima y
franceses á su cuidado especial de tomar apuntes delante de esta cueva salta un arroyo formando
cuando viajan. Sale de París uno de estos auto- una magnifica cascada que embellece este l u -
res en diligencia y tiene por compañero de viaje gar agreste, montañoso y hermosamente pinto-
á un español. Toma su cartera y su lápiz y se resco.
pone en actitud de observador. El español se ha Pasáronse algunos dias y cuando ya no se
resfriado y estornuda con frecuencia. El solícito acordaba el catalán de los figurines ni del francés
observador anota en su cartera. Los españoles recibió su número del periódico pintoresco y se
estornudan continuamente. El español estornu- encontró con gran sorpresa con una lámina en
dador lleva á su lado á su eonsorte, cuya nariz cuyo primer término habia los figurines y en
poco audaz y poeo emprendedora se quedó casi lontananza una ciudad populosa con el nombre
al nivel de sus mofletes, y el francés de una la- de San Miguel del Fay. Después de la lámina
^.pizada condena á todas las narices peninsulares seguía la descripción en estos términos. «San
á la condición etiope poniendo: Todas las mu- Miguel del Fay es una de las ciudades mas con-
geres españolas son horriblemente chatas. siderables de la antigua Cataluña; cuenta de po-
En lo pintoresco son los franceses tan eiactos blación mas de cincuenta mil almas • hay en ella
como en lo escrito. ¿Hace ruido la guerra de la una catedral magnífica, seis bibliotecas, veinte
Grecia y figura en las noticias Colocotroni, Ca- conventos, un museo de pinturas donde se e n -
naris, Mauro-Cordato? Se busca en París á a l - cuentran varias obras maestras de Murillo y de
gún oriundo déla Grecia. Un limpia botas lionés Ribera; una sala de armas que guarda la e s -
se dá por griego y presenta una nariz aguileña y pada vencedora de Jaime de Aragón y los condes
guedejas negras por documentos: se le dá cinco de Berenguer; una universidad, diez colegios;
francos, un mal artista le retrata, litografiase una bolsa y un puerto muy concurrido por des-
esta embustera copia y se vende á franco el re- aguar en él la boca mayor del Ebro. Sus habitan-
tes son gigantescos y yalientes y sus mugeres ¿tiene alguna facultad? -
hermosas é insinuantes con mucha afición á los Mas si un hombre busca novia
estrangeros y en particular á los franceses. To- todos dicen á la par,
das las noches se suele asesinar á un centenar de ¿puede mantener muger? -
individuos, y las autoridades no hacen caso. Ne- ¿tiene carrera ó caudal?
gocia en algodón y papel, higos secos y castañas. Y esto por tener esposa
Los moros la conquistaron dos veces, y algunos que diga al irse á acostar;
restos romanos anuncian que estuvo sujeta á las estoy muerta y no he hecho nada-
órdenes de algún general de Scipion. Esta céle- y aquí dicen la verdad.
bre ciudad es patria d San Miguel donde le die- Luego si en lujo malgasta
ron martirio por los años 200 después de Jesu- lo que escatima en el pan,
cristo los soldados del emperador romano.» ó si andar debe por loca
Abandono á la consideración de los lectores el con mordaza ó con bozal.
efecto que esta descripción haría en el ánimo del Y si al fin llega á ser madre
artista catalán. Como quiera, el periódico circu- ¡desventurados papas 1
ló, pasó las fronteras y acaso algún dia traduzca siempre con aquella duda
un editor español esta obra y se vean los catala- ¿si será? ¿si no será?
nes con una ciudad mas en lo mas desierto y es- Y aun las dichosas mugeres
cabroso de sus montañas. como acostumbran dirán ,
P. MATA. «¡Si yo tuviera calzones
por vida de Barrabás!»
Yo creo y á fé que anhelo
ventura y felicidad,
LAS MAMAS.
que no hay como ser muger
para disfrutarla acá.
Hay sobre la edad mayor Nada importa en la estatura
quien disputa sin cesar, un palmo menos ó mas,
lo mismo que otros disputan pero sí lo que Mamamos
sobre la menor edad. un palmito regular.
El hombre desde que nace' La carrera de muger
hasta el valle Josafá no es de estudio ni de afán,
no goza edad que no sea es carrera de casaca
de eterna infelicidad. sin trage de militar.
Desde la cuna al sepulcro El figurín es su libro,
viene á remar y remar, su escuela el balcón fatal,
ó á llevar tundas y tundas su dómine la modista
si peca por holgazán. y el tocador lo demás.
Nunca es chico para palos Mucho gustan SUS pesetas
aunque esté sin destetar; pero es lo mas natural,
nunca es grande para azotes cuando un hombre se enamora
aunque lo diga el refrán. preguntar ¿qué tal de edad?
Las mugeres, al contrario, ¿Y de ojos? Asá ó así.
vienen al mundo á gozar, ¿y el color? Así ó' asá.
y si al morir van al cielo ¿y de pecho? Mal ó bien,
á tierra peor se van. ••••'. ¿y de pierna? Bien ó mal.
Cuando una muger se casa Lo cierto es que de las hijas
nadie pregunta ¿qué tal? solo tiene que pensar
¿puede mantener marido? el autor (aliasel padre)
132
en vender !a propiedad. amia de aquí para alia
Y ellas que hasta dar el si diligente, haciendo veces
han gozado sin cesar, de ama doncella á la par.
con obsequios de Tomé, —Hija, levanta la cama;
con regalos de Tomas, saca...—No diga usté mas.—
Atan el indisoluble Chiff... —que se sale el puchero.
de muy buena voluntad, — Ya, ya le voy á espumar.
por que entran de nuevos goces Tin , tin , tin , una visita , "
en la vida celestial. el aguador, bueno vá.
Llega la ocasión del parto — Hija, di que traiga el agua
nueve, diez meses ó mas, de ¡a fuente de San Juan.
algunas, vivas de genio, ¿Hay cartas hoy? —No señora.
no suelen ir tan allá. — Escribe d tu tio Pascual.
—La lavandera ha venido?
—No. —Pues mándala á llamar.
Y anda la chica corriendo
que parece un edecán ,
y órdenes dando la madre
desde el cuartel general.
Sin que falte á todas horas
un esmerado galán,
que porque aspira á ser yerno
la divierta en el sofá.
Y la adula y no conoce
la vieja de Satanás,
que si besan la peana
no es por el santo quizá.
Si es chico el padre celebra Señora, dice él muy serio
la fortnna singular es tan bello su mirar
de tener, si cierra el ojo, que habrá tenido unos quine*
quien ayude á la mamá. seductores, no es verdad?
Si es chica y nace de noche No va la niña al teatro
dice el padre ¡ voto á tal! si la mamita no va,
¡mala noche y parir hija, y esto al desdichado amante
estoy becfio un alquitrán! le cuesta un billete mas.
Pero la madre que entiende Si va á paseo es forzoso
la aguja de marear, dar el brazo á la mamá,
«hombre, si no es culpa tuya r no se amosque la señora
le dice, ¿qué mas te dá? y le envié á Tetuan.
Y es que las niñas que suelen ¿ Ven una confitería?
á los padres fastidiar, Mamá no puede pasar
son el segundo noviage sin una perita en dulce,
para las tales mamas. porque es muy estomacal.
Mientras en cama tendida* Si por el comercio pasan,
hasta las doce se están, es necesario comprar
ó en el sofá se arrellanan , á la chica un mal pañuelo,
sin cansarse, á descansar. á la madre an rico chai
La chica de dia y noche ¿Hay Museo? ¿Hay Instituto?
133
Las primeras las mamas que tienes buena nariz.
que son quisquillosas niñas
á quien debemos mimar. ¥ aunque disputes amigo
Pues es una friolera con razones infelices,
en tiempo de carnaval! no podrán , siendo testigo ,
Que mimos, para que dejen decir al hablar contigo:
ir sus hijas á bailar! «miren que par de narices.»
Ninguna vieja se acuerda
de aquellos tiempos atrás, De vicio debes quejarte,
en que hubiera dado un ojo te envidio, mucho que sí!
por una vuelta de wals. Quién podrá decir de tí
Pero de niñas desean a! pasar por cualquier parte.-
!a mas amplia libertad , «Ya las narices le vi! »
y después son mas despóticas
que el mismo Ibrahim bajá. Yes que tampoco dirán,
Basta; yo que aficionado pues decirlo no podrán
soy á las hijas de Adau , aunque de risa las lien ,
por indispensable pongo que al ver tu cara de can
una advertencia final. en tus narices se rien.
Si alguna chica me prende
y hago el papel de galán, Te quejas, por vida mia,
no se venguen de mi sátira de tu destino infeliz !
las rencorosas mamas. Qué es, si está algo fresco el dia,
JUAN MARTÍNEZ VILLEKGAS. lo que primero so enfria?
La punta de la nariz !

Dónde mas daño te harás


Á UN CHATO. si algún porrazo te abruma?
En ella, por ser quizás
lo que sobresalemas,
salvo error de pelo ó pluma.

Y si duermes con trabajo


cuando el cuello te se encorve,
tú riéndote del orbe
zas, te vuelves baca abajo
sin que la nariz lo estorbe.

Guando alguno te ofendiere, ¿Cuántas veces un galán


como careces de trompa perdiendo de amor el seso
no temas aunqne digere é l , y su dulce embeleso
«calle el feo, si no quiere por ir ligeros, se dan
que las narices le rompa.» en las narices un beso?

Las dudas me vuelven loco. A y ! de tan dulce arrebato


Aunque el mas leve desliz ellas el logro impidieron 1
pille tu olfato feliz, feliz, el que nace chato I
no podrán decir tampoco siempre las narices fueron
i 34
la vanguardia del recato! á la que guisa , al amo, á la señor».

Mas ya miro que bendices, Ni que berza, aun de estirpe muy preelara,
la razón en que me fundo, su alta progenies igualar pudiera,
y muy satisfecho'dices: cuando su origen precedió al diluvio,
«para vivir en el mundo pu«s según lo descubre y lo declara
no es necesario narices.» una antigua inscripción que tradujera
ti autor reverendo del Vesubio ( 1 ) ,
Pero... á Dios, cara de gato! aun antes del pecado
punto! de cansar por tí el padre Adán se lo encontró plantado.
á mis lectores no trato;
que no me fastidia á mí Loor al padre Noé que cuidadoso
en el mundo ningún chato. nos trajo entre las vides deleitosas,
EDUARDO ASQÜERIXO. las nueve especies de esta rica planta,
cada una de las cuales dio famoso
nombre á las nueve casas orgullosas,
APOLOGÍA DEL NABO. que antigua historia de Mallorca canta,
y asegura por cierto,
VESTJBIANJE M U S * PAULO MAJORA CANAMUS. que nunca admiten el estraño injerto.

ODA. Repartió por los ámbitos del mundo


Vuelve á mis manos, mi adorada lira... Noé sus producciones ventajosas,
ven... y que el eco de tus cuerdas de oro para que el hombre su producto aum»nte ;
hasta el asiento délos dioses vuele; y dio á nuestro pais, por mas fecundo,
dame, Apolo ; favor: grato me inspira vides muy delicadas y jugosas,
para que en canto armónico y sonoro y dos especies de nabil simiente,
el alto prez y mérito revele y su crecer alabo,
del héroe sin segundo pues hay tal copia de frondoso nabo.
que ruido tanto promovió en el mundo.
Son en toda la España de gran uso,
En buena hora "se gocen orgullosos y crecen con vistosa maravilla
Villergas en su célebre patata, el nabo largo. ( 2 ) y el redondo gordo ( 3 ) ,
Ayguals de la beldad de su j a d í a , de pistilo ambas clases algo obtuso,
Miranda en sus garbanzos provechosos ; cáliz derecho, esférica semilla,
y en buen hora tan fútil patarata con que las tablas demi huerto bordo,
canten en armoniosa poesía, ,. y yo me maravillo
que yo tan solo alabo al ver salir á luz tanto nabillo.
el nombre y hechos del sabroso nabo.
Plácense en los terrenos sustanciosos,
Mirad su airosa y agraciada hechura (1), pero ligeros, sueltos y labrados,
su gruesa base y punta penetrante y húmedos, sin que peque en demasía,
su esbelto talle y su gentil contorno; brotan sus tallos verdes y frondosos,
de su sedosa piel ved la finura, y hay peligro de verlos atacados
el nevado color, mate elegante, por la roedura del pulgón impía;
y tiernas barbas , que le dan adorno
conjunto que enamora ( 1 ) Periódico que se publica en Jaén por eí
autor de esta apología.
(2) Brasica napus de Linneo.
(1) Fusi-formis, ó husi-forme. (3) Brasica rapa del mismo.
135
mordedura maldita, GLOSA ATROZ.
que tantos nabos á la España quita!

Suelen en la elección de este alimento


andar trocados el placer y el gusto, El martes de carnaval
pues uno quiere dulce y otro amargo; un gallo muerto de risa
juzgan algunos de mayor sustento
salió en mangas de camisa
el nabo gordo por su ser robusto;
pero otros dan la preferencia al largo; del Hospital General.
mas por quitar embrolla
comen al íin los que hallan en ¡a olla, Dio tal tropezón Colon
dejándolos patrios lares,
Y en cuanto á sus virtudes y provechos que gritó al pasar los mares
nada mas útil, grande y portentoso, ¡viva la Constitución !
que esta legumbre de los dioses digna ; Mas no quiso Salomón
¿qué apetitos no quedan satisfechos? asistir al funeral,
¿qué mal no cede á elixir tan precioso? que andaba una catedral
¿y quién no siente su virtud benigna? de rabia veridiende queso
¡oh venturoso nabo! porque le salió un divieso
¡ con razón cuanta tu grandeza alabo! el martes de carnaval.

Tú, que ya solo en cuaresmal potaje... Valientes como dragones


ya puesto á ruedas en sabroso asado, iban a caza de gangas
de gordo pavo, ó de cebada polla... una montera con mangas;
ya formando esquisito maridage un melonar con calzones ,
con blanca col, en guiso delicado, una casa con faldones,
ó ya en el bodrio de podrida olla, un gabán con cortapisa:
á los mortales prestas y vieron con mucha prisa
placeres tantos en ruidosas fiestas; ¡legando al campo de Marte
confesando á Bonaparic
Tú, que ya aplicas tu virtud activa un gallo muerto de risa.
á la gota tenaz... y a opilaciones,
ya al espolón , y callo endurecido, Yo vi la ciudad de Vich
ya á picada de víbora nociva... con Aranjuez de bracero
ya al agudo dolor de sabañones... mientras bailaba el bolero
y que, el sánalo-todo te apellido, el castillo de Monjuich.
recibe, en cuanto alcanzas, El príncipe Meternich
bendiciones, aplausos y alabanzas. pidió lismosna á Remisa ;
mas como tocaba a misa
JOSÉ HARÍA DEL CASTILLO.
San Jorge con su arcabuz,
la (orre de Santa Cruz
salió en mangas de camisa.

FuéMoratiu á Burdeos
por una bota de vino
y por no perder el tino
se remangó los manteos.
¿Qué hizo el patio de correos
136
al saber prodigio tal? para hacerse practicante
presentar un memorial del Hospital General.
a! obispo de Alicante JUAN MARTÍNEZ VILLEROAS.

SI?a(&&álE2&o

m&a MAÍ.ST?'

Don Cornelio estaba lelo «I La misma fisonomía


con su idolatrado hijuelo, del padre I» Cosas de España !
que enseñaba á todo el mundo El tal se le parecía
lleno de un placer profundo, como un huevo á una castaña.
era su dicha y consuelo.
Y todo el mundo decia ¡ WENCESLAO AYGUAI.S DE IZCO.

LAS TERTULIAS.
ARTICULO CUARTO.

He tratado con alguna severidad á la cióse me- empleados de intendente para arriba; y llaman
dia ya por la antipatía que ciertas cosas nos ins- baja clase á los zapateros, colchoneros, jorna-
piran, como a raí todo lo que huele ajusto me- leros y casi todo lo que acaba en eros menos cal-
dio, ya porque s-iendo la mas numerosa y la que ceteros que estos aunque lleguen a ricos ó m u e -
conocemos mas á fondo , ha podido suministrar- ran de pobres, ni son de la clase baja, ni son de
nos mas materiales. Llaman alta clase á los la clase alta, sino de la clase media. Ignoro yo
condes y marqueses, propietarios, millonarios y que origen traiga esta clasificación de categorías,
137
v tongo por un solemnísimo zopenco al que tro- rir al gastado medio de los pronunciamientos.
có los nombres, y dio á cada uno lo que menos En estas tertulias todo ha de ser violento; no
le correspondía: Sise dice de los señores compa- se rasquen ustedes aunque les pique, ni se esti-
rados Con los qu¡; tienen menos dinero-.,ese pisa ren aunque tengan sueño, ni se rian aunque ten-
mas alio, anda mas alto, ó sueña mas alto, se gan gana, y cuando miren atrás han de volver el
dice una simpleza garrafal; porque, la clase alta cuerpo al compás de la cabeza como los santos
generalmente ocupa los cuartos principales, la de yeso. En Un las tertulias de la clase alta son
que ie sigue que debía ir en descenso ocupa los el camino del purgatorio, y apenas puede una
cuartos segundos y terceros, y precisamente lo persona racional resistir á la tentación de dar de
mas bajo de la gente baja suele andarse por ias mojicones á tanto zanguango moza!vete como es-
bohardillas. claviza sus sentimientos y sus instintos á la lo-
Hoy nos toca invadir el piso principal después ca preocupación de parecer danély, vulgo ele-
de saludara! portero por aquello de: «Nadie pa- gante.
se sin hablar al portero» en lo cual SOY yo tan Pero vamos á ver por qué se tienen en tanta
exacto que cuando no está este señor aunque, es- estima estas reuniones en contraposición de las
té la muger ó los hijos, me cuelo de rondón sin de la clase baja. Si es por el carácter de los con-
hacerles caso; porque así como siempre se acos- currentes, en ninguna parte mas bondad, mas
itimbra á decir: «el rey ó regencia, el presidente sencillez, mas generosidad que en ¡a gente po-
<i el que haga sus veces» para obedecer al susti- bre. ¿Qué hay en los altos círculos mas que d i -
tuto debíase poner en los portales: nadie pase plomacia é hipocresía? Allí está siempre la miel
sin hablar con el portero, la portera ó los porte- en los labios y la ponzoña en el alma. Sus diálo-
ritos. gos van generalmente cortados por entreparén-
La casa donde astedts entran es grande como tesis ó apartes á uso de comedia.
un palacio, y complicada como el laberinto de
Qué alta está la Concepción,
Creta. Suele deberse al lapicero la alfombra, al
(así se quedara enana!)
almacenista de muebles la rica sillería, y hasta
— Qué bonita es Feliciana.
á la lavandera la cuenta de todo el año ; pero eso
| (así fuera un escorpión).
no se conoce en la alfombra , ni en las sillas, ni
| A fé de marqués os hablo.
en el camisolín del señor, ni en las enaguas de
venisme á honrar, coronel.
las señoritas. He sido un majadero en decir se-
(Bien comprenderá este diablo
ñor ó señora donde solo se reúnen monsieures
que el favorecido es él.)
'aunque españoles) y madames y mademoselles
—Me envanezco en la guarida
(aunque españolas).
] de tan poderoso enjambre.
En esta cásala etiqueta, ó mas bien la tontería.
(No he visto en toda mi vida
sube á ochenta sobre cero del termómetro rea-
gente que pase mas hambre.)
raur. Es decir que es una tontería que hierve y
—¿Hay hoy drama? estoy muy harto.
despelleja. Se habla á medias palabras y estas
Yo por mi dama voy pronto.
altisonantes, y sobre todo que estén en boga
i —(Por su dama? este es un tonto.)
aunque no digan nada. Cuando se trate de colo-
— (¿Harto está? no tiene un cuarto.)
res políticos no se ha de decir colores sino mati-
i
ces. A los monarquistas se les ha de llamar con- Esto en cuanto á la buena fé y armonía que
servadores, como si por acá hubiera cosa digna i
de conservarse , y á los republicanos radicales. i debe haber entre personas que se visitan con fre-
Esto provisionalmente. Está para discutirse el cuencia, que si vamos á las costumbres no tiene
proyecto de introducir entre otros géneros de la llamada baja clase, por que, arrepentirse de
contrabando, el tory y el whigt de Inglaterra. no participar de las de la llamada clase alta. Es
¡Oh! si esto se lleva á cabo la nación españo- cierto que un jornalero entra en la taberna, pe-
la se salva. No haya miedo que necesite recur- ro los grandes señores van al café. Los primeros
gastan cuatro cuartos en una copa de vino para
18
138
adquirir fuerzas con que soportar el trabajo del cendencia esta conducta de los pobres que no so-
dia siguiente; los segundos yan á beber dos ó lo perjudica á los intereses y dignidad racional
tres copas de rom, tal vez para hacer ejercicios de su descendencia, sino al presente y porvenir
gimnásticos en salón vedado. Esta es la diferen- de toda una nación. La gente rica es por lo r e -
cia que vá del vino al rom, y del café á la taber- gular la mas abocada al poder. Si una criatura
na. Emborracharse á lo señor es una gracia; p o - j arrullada en la cuna de los YÍCÍOS ocupa la silla
nerse alegre á lo pobre es un vicio repugnante, | ministerial, sus instintos siempre son despóti-
es una vida relajada y soez. En todo es injusta ; eos, la administración de la justicia parcial, de
nuestra sociedad. ; favoritismo, y enunapalabra, es la justiciainjus-
Si entre cien matrimonios pobres hay uno de- | ticia. Y respecto de la administración de la ha-
savenido que anda á picos pardos, entre cien cienda, figúrense ustedes la conciencia que t e n -
matrimonios aristocráticos hay noventa y nueve drá un ministro fabricado á la banca, limado
que andan á pardos picos. Si los primeros tiran con mozas y labrado ó ponche.
la oreja á J o r j e , es para jugarse al tute, á la Como las casas de los señores son grandes, y
brisca ó al mus, una libra de castañas ó un sus reuniones numerosas, no importa que una
cuartillo de vino; el que sale aficionado al capé persona ó dos ó tres ó cuatro se vayan á las h a -
ó á los borregos, es tratado por los demás como bitaciones interiores á diligencias propias. No es
un ente corrompido. En casa de los ricos se echan decir que esto se verifique á todas horas sino que
con !a mayor frescura veinte y cuarenta mil d u - está en lo probable. Lo que sí hay en las tertu-
ros á una carta, y hay quien pone la muger á un lias aristocráticas (ya se sabe que en lodo hay
entres y quien la gana con un as de oros. Aquí escepciones) es muchísima alcahuetería en va-
es servil y rastrera la gente pobre, porque cele- rios conceptos. Con achaque del soirée, van cua-
bra todos los vicios de los ricos por la sola razón tro embaucadores de profesión á robar las pese-
de que son ricos; y es una desgracia para todos tas con singular destreza. No hay jugador que no
esta sumisión aduladora del que necesita, por- esté provisto de barajas domesticadas, digámos-
que así en esto como en otras cosas los hijos del lo así, algunos se avienen á jugar con baraja
pobre se van aleccionando en la escuela de la agena ; pero estos son mas temibles, porque lle-
degradante humillación, como los ricos engol- van la seguridad en el manejo de los dedos. De
fándose en la corrupción que miran tolerada, tal cualquier modo se llevan el dinero mientras la
vez en el crimen que ven aplaudido. Riñe el chi- gente inocentona dice ¡qué suerte de hombre!
co del casero con el del inquilino, y por aquello ¡ si todo se lo halla hecho!
de que donde las dan las toman, el primero zur-
Por aquí se ve que las tertulias son la alca-
ra al segundo ó vice-versa. En,el primer caso el
huetería de los juegos prohibidos.
padre (que es el casero) «tierres razón, le dice
Vamos á la parte política. Cuando vean u s t e -
al muchacho, has de dejarle sin muelas por
des retirarse con sigilo y disimulo al señor de
atreverse contigo.» El chico se ensoberbece, se
'casa y otros pajarracos de mal agüero, conspi-
cree autorizado para todo, es valiente, arrojado
ración tenemos. Allí va á decidirse la suerte del
é indómito. Sucede al revés la cosa, es decir que
pueblo; he dicho mal, la suerte de ellos y del
el del inquilino dá cuatro mojicones al del case-
gobierno. La suerte de ellos por que casi todos
ro. ¡Maldito! ¿qué has hecho? le dice el padre,
los que conspiran tienen por objeto esclusivo
rio ves que le debemos dos meses de alquiler y
ganar en intereses y posición social. La suerte
nos puede echar á la calle? Sube á pedirle per-
del gobierno se decide porque de allí ha de salir
don, y si se empeña en pegarte, pon las costi-
el golpe que por certero le destruya ó por mal
llas sin decir esta boca es mia. Resultado: el
dirijido le afirme mas en el poder. Y no se deci-
chico del inquilino, es cobarde desde entonces:
de nunca la del pueblo, porque esa en guerra ó
cree que ha venido al mundo para doblar la r o -
en paz ya está decidida desde que el mundo es
dilla al poderoso, y lo que nació un hombre se ha
mundo: Hambre, esclavitud, latigazo y contri-
convertido en una muia de labor. Es de tal tras-
buciones.
139
No son solo los caballeros los que politiquean. mas á la banca. Los muchachos de buen estóma-
También son útiles las faldas, sino para tramar go hallan viejas que les mantengan, y las viejas
y discutir, al menos para esplorar. Son sectarias enamoradas se hacen por el dinero con palada-
de Francisco Chico, nombre célebre que ha per- | res á prueba de jamón rancio. Buenas están las
sonificado la policía secreta, como Cristo, Ma- ! tales tertulias!
homa, Calvino, Lutero j otros sus religiones JUAN MARTÍNEZ YILLERGAS.
respectivas. Desgraciado el que cae bajo la féru-
la de alguna jamonaza Metternich, que por fas
ó por nefas ha de desembuchar lo que siente, y EL CIEGO Y EL MUDO
á las pocas horas ya saben los pronunciados con
quien pueden contar y las autoridades á quien
deben perseguir. A DON JUAN MARTÍNEZ V I L L E R G A S .
Hasta aquí la alcahuetería de la política. j
Yamos á los amores, y no á los amores de los 1 Tardo respondo á tu reto,
jóvenes, porque estos son iguales en todas las pero mi voz no se trunca :
pues como dijo el discreto,
clases y en todos los pueblos. Se ven, se entien- >_ ¡lias vale tarde que nunca
Napoleón en su arte de malar pulgas.
den y ya tiene usted dos almas perdidas sin po- libro lí , capitulo IV.
derlo remediar. Pero hay en las reuniones otros
amores de que debemos ocuparnos. ¿Con que quieres ser mudo masque ciego?
Por lo regular los maridos mueren mas pron- Ciego debes de estar cuando eso dices ,
to que las mugeres, y cuando las mugeres son pues no dijera tal todo uu borrego.
así, cachigordas, cachialegres y campechanas ¿Mudo tú, cuya fama álos deslices
no hay años que las consuman. También es re- de ese mundo bribón se debe entera?
gular que las tales mugeres hagan ahorros para Merecieras perder lengua y narices.
la vejez: de suerte que á una señora bien cura- Entra á cuentas contigo ¡ oh calavera !
da como el tocino gallego, y con dinero para entra á cuentas y díme .- á ser tu mudo,
regalarse. ¿Qué la puede faltar sino un amante ¿qué de tu nombre y de tus obras fuera?
mimon y zalamero que la haga el rendibú? Por Tu lengua lia sido siempre un dardo agudo,
otra parte, las naciones han progresado en lujo contra cuyo aguijón intento es vano
todo lo que han perdido en dinero, y los mucha- pedir clemencia ó demandar escudo .
chos casquivanillos que no tienen bienes, ni Desde el rey hasta el último villano,
raices, ni oficio ni beneficio ¿cómo pueden al- y desde la señora á la ramera,
ternar con la aristocracia sin reloj ni gabán ni á nadie perdonó, lirio ó troyano.
frac? Remedio al canto: se busca un empeño ¿Cómo es posible, pues, que aunque quisiera
para penetrar en las altas regiones; se coje ese pico mordaz callar de pronto,
asiento junto á una vieja verde, se la dice: ¡Ay a silencio total se redujera?
doña Estefanía que remonona es usted. ¡ La vie- Ya á lo imposible la cuestión remonto,
ja acepta, el joven se remite á las pruebas, y al y puesto que lo fuera hacerte mudo,
dia siguiente ella tiene querido, y él vestido digo que tu elección raya en lo tonto.
nuevo. No, no es posible que el que tanto pudo
Tal es la industria de algunos jóvenes del dia la sin hueso esgrimir, quisiera ahora ,
con mas orgullo que don Rodrigo en la horca, y por evitar ser ciego, echarle un nudo.
tal es también la alcahuetería de ciertas socie- ¿Vaste ya convenciendo? Lanza mora
dades. te concluya cruel, si mi argumento
Con que sacamos en limpio de estas tertulias ad hominem, cual dicen, no te azora.
ganancia positiva para todos: mientras unos re- Pero yo soy un simple y un jumento,
suelven el problema de asaltar los destinos de la cuando sabiendo bien que hablas de chanza
nación, otros despavilan los bolsillos de los de- serio contigo la cuestión sustento.
1Í0
Harto conoces tú , y harto se alcanza Cuando el pueblo irritado se conmueve
por lo que en tus tercetos he leído, y al tirano derriba que le oprime
que se inclina á mi lado la balanza. el que mas voceó, mas come y bebe.
Ninguno, que yo sepa, fué metido En época tan grande y tan sublime
á cuestión de tormento por ser ciego, ¿cómo te atreves pues á persuadirnos
pero por mudos s í , todos lo han sido. que el ser mudo convenga á quien se estime
Si el buen callar es Sancho, Sancho es lego, Tú pretendes aleve prohibirnos
pues veo que el charlar hace doctores el acceso al turrón y á los honores;
aun en muertos idiomas como el griego: tú quieres en ilotas convertirnos.
La mudez es achaque de señores Mas tus intentos morirán traidores,
de cuatro patas solo : ahi va un ejemplo porque yo estoy aquí para defensa
para que de ese tipo te enamores. de tantos parlanchines y habladores.
A pensar como tú la turba inmensa
de los bribones que tostarnos quieren,
adiós por siempre libertad de prensa.
Mas la peguera, á lo que yo contemplo, Adiós los que á los déspotas zahieren,
es de ser racional prueba evidente, y los que la opresión, para evitarla,
y á veces guia de la gloria al templo. con las armas del labio audaces hieren.
Ciego fué Homero si el rumor no miente, Dura es la tiranía para honrarla,
y ciego Milton como bien lo sabes, y honra le prestas tú , cuando proscribes
y honra y prez fueron ambos de su gente. el medio salvador de delatarla.
Los sabios que se precian de ser graves, Sigan , pues , tu opinión esos caribes
gastada ya su vista en la lectura, que la mordaza restaurar intentan ,
no distinguen un rucio entre dos aves. optando por el medio á que suscribes.
La bienhechora fé, sublime y pura Yo que tengo dos ojos, si se cuentan
ciega la pintan siempre, y ciertamente como deben contarse, los dos cedo
que ser ciego con ella es gran ventura. si de hablar los derechos me acrecientan.
Este siglo de ciencias eminente El sacrificio es duro, pero accedo,
á fuer de tanta luz también nos ciega , pues mirándolo bien, perder los ojos
y el que no lleva gafas gasta lente. nada e s , amigo, si con lengua quedo.
¿Como tú musa, pues, niega y reniega Para llorar del mundo los enojáS ,
que entre perder la lengua ó bien la vista ojos sin luz me bastan, que es oficio
el juicio pide la segunda entrega? que no tiene que ver con los anteojos.
El que del siglo en el pendón se alista El que pone la lengua en egercicio
hablador debe ser, ó es un borrico para quejarse de su estrella insana,
que ni nombre, ni prez, ni honor conquista. consuelo encuentra á su dolor propicio.
Entre tanto gandul y tanto chico Pierda mi vista , pues, si el labio gana,
como van al Senado y al Congreso, que el cielo dio por bálsamo á las penas-
tan solo brilla el de elocuente pico. cantarlas y llorar, dice Quintana.
Nada importa que seas un camueso, Tú me dirás que mi elección condenas,
si sabes perorar en ocasiones , pues renunciando á ver del sol el brillo
y sabes otras mañas á mas de eso. renuncio á contemplar mil cosas buenas.
En calles, en cafés y en bodegones Pero en primer lugar, el solecillo
oradores verás de chicha y nabo me tiene á mí cargado al ver que alumbra
de Licurgos echarla y de Solones; á tanto ganapán y á tanto'pillo.
Yo su conducta y su pulmón alabo , En segundo lugar, esa penumbra
pues eso engaña ala ignorante plebe, que á mis ojos deseo, es solamente
y dá importancia al animal mas bravo. porque nada del mundo me1 deslumhra.
141
¿Qué puedo ver en él que me contente, Ser mudo ; demás de eso, es peligroso
lisonjeando mi indignada vista? por otras que diré fuertes razones,
bribones solo y corrompida gente. aunque me llames hablador furioso.
Aquí veo un Tarquino que conquista Madrid está plagado de ladrones,
mando y poder á fuerza de bombarda, y renunciar al habla es el perjuicio,
y allá un pueblo servil que no le chista. si lo meditas bien, de tus doblones.
Si se mueve tal vez la zalagarda El ciego , cuando allanan su edificio,
y rueda abajo el que oprimió la plebe, puede gritar «ladrones» , relamando
sube otro en pos á redoblar la albarda. de la justicia el bienhechor oficio.
Renuévase tal vez la lucha en breve . Pero tú me dirás que e sloy soñando,
y cae de nuevo el opresor malvado, pues donde no hay justicia ni dinero
v otro se empina que imitarle debe. castillos en el aire estoy formando.
Para ver ese círculo menguado ¿Mas quién te ha dicho que el alcalde es cero?
un día y otro y otro y cien tras ellos, ¿quién te dice que de hoy para mañana
mas nos valiera, amigo, haber cegado. no gobiernes la España , majadero?
Pero yo con bufidos y resuellos, ¿ Cómo gritas entonces, si se allana
turbando a los lectores de LA RISA, tu escondida gabeta, «auxilio alcalde»,
traigo especies aquí por los cabellos. si cierras á la boca la ventana?
Hoy se niega mi labio á la sonrisa, Mi advertencia por tanto no es en valde,
y habrán de perdonarme esos lectores pues si no eres hoy rico, serlo puedes,
si á rabiar mi respuesta les precisa. como yo con mis ojos de albayaide.
Versos los mios son declamadores, Todo te dice que con habla quedes,
pero LA RISA los admíle á varas, todo , oh Villergas, sin cesar te grita
que hemos eslado un mes sin suscritores que abandones lo mudo á las paredes.
Y todo por hacer lo que declaras, Cercado de canalla tan maldita,
y todo por ser mudos, oh Villergas , ¿qué sería de t í , si alguien quisiera
ese maldito mes, si bien reparas. abusar de su fuerza en tu levita.
Ahí puedes conocer que error albergas, ¿Qué si adelante en sus intentos fuera,
cuando en favor del tapa-boca escribes y el impío atropello te alcanzase
puros dislates que merecen vergas. que la Muda de Pórtici sufriera?
Tú por tí mismo el galardón recibes La ocurrencia es diabólica , mas pase
de tanta necedad : mira si dijo por consejo leal si vas á Italia ,
mi labio con razón que en yerro vives. donde alimañas hay de toda clase.
Tú mientras tanto en tu dictamen fijo , Lo mudo, amigo mió, no se palia
lo defiendes atroz con ansia fiera , con ningún paliativo , ni se cura
y no ha de convertirte un crucifijo. el dia de San Luis allá en Galicia.
¿Pero has pensado bien la pejiguera Mas la ceguera , aunque terrible y dura,
que te encajas encima? ¿Has meditado I remedio á veces tiene, y mil cobraron,
i
la ridicula suerte que te espera?
i gracias al oculista, la luz pura.
Pues contémplate en mico transformado,
Los ciegos ademas , cuando cegaron,
en mico amigo mió, haciendo gestos,
si perdieron la vista en suerte fiera,
medio solo de hablar que te ha quedado.
en los demás sentidos lo ganaron.
Yo con los ojos á la luz traspuestos
i Mas la mudez es doble pejiguera ,
tendré á lo menos desde el pié al hocico
forma y ser racional bien manifiestos. i pues casi nunca el mudo es solo mudo,
Pero gesticular! Piénsalo, chico, sino que carga á mas con la sordera.
Piénsalo bien por Dios, que es espantoso , Yo por lo tanto en elegir no dudo :
es horrible y cruel hacer el mico. pues entre mal y mal, dice el adagio
que se debe adoptar el menos crudo. •"•
142
A la ceguera, pues, doy mi sufragio, | Allí verás un ciego, en quien derraman
que es voto, amigo, que en razón se funda, ! la astucia y el ingenio sus favores ,
y asistir la razón es buen presagio. i y tipo de los ciegos le proclaman.
Mas vamos á otra cosa, que es fecunda j El sin ver de la luz los resplandores
ia materia por cierto, y si ha acabado i se las juega de puño al tal chiquillo ,
la primer parte ya, no la segunda. i y eso que es un bribón de los mayores.
Dices que el ciego en su infeliz estado La engaoatoria va de pillo á pillo :
solo tentando enamorar podría, i pero hacer una trampa y ser zurrado
si la quisiera echar de enamorado. | todo es uno en el pobre Lazarillo.
Ridicula objeción por vida naia, i Oh si el buen ciego, como olió avisad»
siendo sabido ya que en !os amores [ la longaniza que el rapaz quitóle,
es la noche mejor que el claro día. •[ oliera el poste que besó mal grado !
Tenderos, dices, hay engañadores j Pero inhumana la nariz faltóle ,
que lienzo dan al ciego por batista, ¡ y dando el pobre en el pilar de hocicos
y estraño amigo en tí tantos errores. ] todos sus lauros el saltar costóle.
Si me dijeras que al que tiene vista | Percances tiene la desgracia inícos,
gato le dan por liebre, fuera exacto, ¡ mas no por eso t ú , ciego eminente,
ó mienten mi patrón* y mi fondista. | tus méritos menguaste en gloria ricos.
Pero decirlo del que tiene tacto, I Tus hechos sonarán de gente en gente
y tacto como el ciego y mano esperta, ; mientras existan ciegos en el mundo,
es hablar y mentir todo en un acto. i y mientras haya un labio que los cuente.
Dices que armar no puede una reyerta, Vé, pues, ahora si en razón me fundo
que aunque se haga el valiente es siempre cero, cuando ciego, oh Villergas, ser elijo
para estar, si le embisten ojo alerta. y lo otro pongo en el lugar segundo.
Ni que fuera un laurel ser pendenciero, Pero yo voy pecando de prolijo,
ni aun cuando el ojo alerta no le asista, | y es preciso acabar, que el ser pesado
fuese en cuanto al oír roca ó madero. i es ser pesado , como el otro dijo.
Añades que su suerte le contrista, I La conveniencia, la razón de Estado,
pues si el grado alcanzara de regente, s i g l o , historia, moral, filosofía...
no podiia vivir en Buena-vista. todo en mi pro sentencia ha pronunciado.
El equívoco, amigo, es insolente, Todo condena la mudez sandía,
y estraño que apellides Vista-buena todo la prez del hablador pregona.
un lugar que ha cegado a tanta gente. i todo al ciego proclama en honra mía.
Dices que el que perdió la luz serena Decida el mundo, pues, quien la corona
á cierra-ojos sus contratos v&nos | en la lucha merece, y quien de ambos
se vé obligado á hacer, lleno de pena. | ha vibrado mejor lanza y tizona.
Culpa de esto á curiales y escribanos, ¿Pero cómo pregunto quién de entrambos?
no al ciego , que si trata á cierra-ojos , j Claro está que jugando con limpieza
se asegura primero á toca-manos. I te has de llevar el terno y yo los ambos.
¿Pero á qué detenerme en tus antojos , Cíñante, pues, el lauro con presteza
oh Villergas, ya mas , si todos ellos i por la sal y la gracia en que me'escedes,
puros sofismas son y trapantojos? I mas por amor de Dios, ten mas cabeía.
Tú juzgas que los ciegos son camellos, No nos prives cruel de tus mercedes,
según tontos los pintas y babiecas. no renuncies á hablar, amigo mió,
Y esto, con tu licencia, es ofendellos. pero modera el aguijón, si puedes.
Para que veas lo que en esto pecas, i Cara el siglo presenta de judío,
lee el Lazarillo que de Tormes llaman , I y son tus versos el mejor escudo
y ciegue yo , si de opinión no truecas. contra la murria y el esplin sombrío,
143
Siga adelante , pues, tu ingenio agudo: Preferibles declaro á fos que están
dí verdades desnudas y en camisa: siempre suscritos á LA RISA, amen.
habla, Villergas; si te vuelves mudo... WENCESLAO AYGTJALS DE I Z C » .
¡Caiga en tí el anatema de LA RISA!
MIGUEL AGUSTÍN PRÍNCIPE.

COLOQUIO GALANTE.

A II. TOCESLAO AYGUALS DE 1ZC0.

TERCERO EN DISCORDIA EN LA CUESTIÓN DE

CIEGOS Y MUDOS.

El ser ciego ni mudo no me cuaja;


mas si es preciso optar, ser mudo tomo,
Príncipe con mas tino y mas aplomo
demuestra que el ser ciego es mas ventaja.
De lo que encajo yo y aquel encaja
no alcanzo lo mejor ni por asomo.
Razones dá Miguel de tomo y lomo
y las mías no son saco de paja.
Yo no cedo aunque rae hundan de un pellizco,
de ser competidor á las monsergas.
Tú que no eres, Ayguals, ciego ni vizco ,
y poco amor á la mudez albergas,
decide quien disputa, amado lzco,
Adiós, hermosa sirena,
»on mas razón; si Príncipe ó...
le dijo don Hilarión
VILLERGAS.
á una tuerta que pasaba
junto á la puerta del Sol:
Y la niña le responde :
FALLO SIN APELACIÓN. siento no poderle yo
decir á usted otro tanto
al ver su cara feroz.
SONETO.
Pues míente, replicó el otro,
Pues queréis que decida mi magin que yo también, culebrón,
de mudos y de ciegos la cuestión, al apellidarte hermosa
os diré francamente mi opinión lije una mentira atroz.
para evitar un desafio al fin. WENCESLAO AYGUALS DE IZXO.
Dejadme componer el corbatín,
toser grave, que es cosa de sermón ,
y tomando un buen polvo, á colación
sacar citas en griego y en latin.
MODAS.
Según dice la Biblia y el Coran,
los ciegos nada vieron... nada ven...
ni los mudos hablaron... ni hablarán. Ya hace tiempo que los redactores de LA RISA
Allá vá pues mi fallo; escuchen bien. teníamos cierto desasosiego, cierla zozobra, cier-
144
ta impresión inesplicable, sin que pudiéramos apenas dá sombra al pico del sombrero y gtiante
dar con el -por qué ó sea la causa de estos efectos, blanco.
ni mas ni menos que cuando sale uno de casa
dejándose algo olvidado, ni se determina á vol-
ver, ni acierta á andar, sabe que le falta algo,
pero no sabe lo que le falta y suele caer en la
cuenta á la mitad del camino, cuando la urgen-
cia de su comisión no le permite retrogradar:
he dicho mal, retroceder, que viene á serlo mis-
m o , sin que pueda darsednterpretacion política.
Afortunadamente para npsatros y para nuestros
suscrilores, aunque hemos recordado tarde, no
hemos llegado tarde, y por ajjugllo de q u e m a s
vale tarde que nunca y lo f¡0;3ike munca es tarde
si la dicha es buena; queriendo adélSas cumplir
Con la misión clasica de deleitar inljruyendo y
vice-versa ; deseosos de u n i r l o útU^á-lo agrada-
ble, y en una palabra dispuestos'á hacer cuantas
mejoras nos sea posible establecer, hemos re-
suelto crear una sección con el -epígrafe de este
artículo, que tendrá á nuestros elegantes lec-
tores y lectoras al corriente de los adelantos,
noticias, figurines y demás concerniente al in-
dispensable arte de ¿urrutaqitpr'ta..Nuestros sus-
crilores sin corresponsales franceses, ni ingle- El trage de caballero es mas sencillo todavía.
ses, ni portugueses, ni rusos (porque aquí lo \ Consiste en un sombrero de tela, vulgo jibus.
que queremos es independencia nacional] sa- i Saco blanco, abrochado todo el verano para no
brán no solo la moda presente y la pasada, sino j constiparse, y sobre todo cuidando de llevar las
la futura, que es cuanta ventaja podemos ofre- j manos bien abiigaditas en los bolsillos. Botones
cerles y cuyas noticias, como es de inferir, no i grandes como tomates y pantalón ajustado hasta
podríamos recoger nosotros sin cuantiosos des- la oprimida bota. El que no rompa el pantalón á
embolsos de correspondencia. la segunda vez de ponérselo no es elegante, y lo
mismo el que no quede cojo por las mordeduras
del calzado.
MODA CORRIENTE.
MODA VENIDERA.
Como la estación no consiente mucha ropa que
digamos, asi el traje de señora como el de caba-
llero están puramente reducidos á lo esterior.
Las señoras van sin camisa, ni refajo, ni ena-
guas ni corsé. Llevan solo ün vestido de tafetán
sumamente fino con mucho vuelo bajo, sin ser
palomino, dos esclavinas de vuelo también pro-
porcionado con sus correspondientes guarnicio-
nes ; birutas por tirabuzones y un sombrero de Traje de corte. Para caballeros: papalina,
forma piramidal que con el resto del traje viene corbatín de suela con un letrero que diga, «viva
á presentar exactamente la figura de un embudo mi dueño,» saco de verano con un panecillo
ó de un cubilete. Un alfiler con el retrato al oleo largo en el bolsillo, calzón corto blanco, m e -
del novio ó del marido, sombrilla enana que dias negras caladas, alpargatas con espolines.
14a
y una vara de medir por bastón. Unos- lleva- EPIGRAMAS.
rán el saco cerrado con lacre, otros con oblea,
y algunos con cerrojos y candados.
Para señora: zapatos de aguador atados con Al hacer un caballero
tomiza, medias coloradas, casulla, collar de un saludo á su querida,
pinchos, guantes de caballería: bigotes postizos diz que se sacó prendida
la que no los tenga naturales, y sombrero ca- la peluca entre el sombrero,
lañés. y la dijo con donaire;
Traje de paseo. Para caballero: descalzo de ¡guárdeos el cielo , mi amor!
pié y pierna, en caPoucillos* frac verde con Y ella —cubrios, señor,
caponas, babero y bonete. ¡que os despeináis con el aire!
Para señora í Chanclos^ calzón de maragato,
Qué tiene usted, doña Inés?
—Me duele tanto esta muela!...
—¿No quiere usted que le duela,
si la tiene del revés?

Dije ayer viendo á mi suegro;


de encontrarle á usted tan gordo...
Juan me interrumpió —¡está sordo!
sobrepelliz y canana: paraguas colorado, me- y yo proseguí; me alegro.
lenas trenzadas y chacó.
E. FLORENTINO SANZ.
Traje de camino. Para caballero: botas de
montar y enaguas con guarniciones; faja en--
carnada, chaqueta de alamares y montera ga-
llega. LA JUVENTUD.
Para señora: calzón de ante, estribos de ma-
dera con galgas, coraza y carabina, guante
Ya el canijo adolescente
blanco, pulseras, ferroñé y sombrero de teja
es fuerte y gallardo joven
con escarapela tricolor.
y el tenue disperso bozo
Traje de montar á la inglesa. Pautalon de
es ya cerdoso bigote;
papel blanco; sombrero y caballo de castor, frac
ya en su total incremento
de hule, y una ballenita en vez de látigo. Las
ostenta fueros de roble
espuelas están mandadas recoger.
la débil rama y , en fin ,
ya nuestro hombre és todo un hombre.
¡Grata edad de los placeré*
y las dulces ilusiones
y los hechos generosos
y los pensamientos nobles!...
Pero yo que en mi poema
(si puedo dar este nombre
á perdularios romances
que no ha dictado Caliope)
las miserias masculinas
Estamos esperando unos figurines de que da- cantando con tres bemoles
remos inmediatamente cuenta á nuestros ele- siego punzantes abrojos
gantes. donde otros rebuscan flores,
dejo al dichoso optimista
19
narrar, Juventud, tus goces si apenas sus tentaciones
y voy á esponer la serie conjuraron eremitas
de tus desdichas enormes. San Antón y San Onofre?
Presa de insanos deseos I La carne.'... Este es el mayor
y de indómitas pasiones, enemigo de los jóvenes
el Mundo, el Diablo y la Carne porque enjtre rosas y mirlos
llevan tu vida á remolque. cotnoivíbora se esconde.
Ambición te inspira el Mundo ¡LA MUGER! Obra maestra
con que al este, al sur, al norte del cielo, gala del ori>e,
sobre mal seguro leño regalo de los sentidos
surcas el ponto salobre; y prez de los corazones,
ó de las candidas Musas nuestra áncora en las borrascas,
fervoroso sacerdote nuestro alivio en los dolores...—
pides al genio las alas ¡Bravo, amigo! ¡Deliciosa
que hasta el cielo te remonten; letanía t Ora pro nolis.
ó la vara deEsculapio Mas la especie en general,'
(otros dirían azote), aunque hay muchas escepciones,
ó la balanza de Témis, da mas penas gu0{p,laceres,
ó la lanza de Mavorte. mas maulas tiene" qú% dotes.
Y el mar te traga en su abismo Si entre doncellas y viudas
ó cuando llegas al borde tu dulce tormento escoges,
del puerto ansiado te abrazas... que perseguir á mugeres
¡ con el tifus icteródes ! casadas no está en el orden,
Y si las Musas te brindan ó del suplicio de Tántalo
con la copa de sus dones, sufres las ansias atroces
ó la enturbia la ignorancia cuando parientes y escrúpulo»
ó la envidia la corrompe. son de su jardín dragones;
Médico, pasas la vida ó si temes que himeneo ,
oliendo y tocando horrores. dos veces tu sien corone,
¿Guras? No te pagan. ¿Matas? para que ella no te venda
Te abruman á maldiciones. es forzoso que la compres.
Letrado, aunque docto seas, Aun sin el yugo.nupcial,
te quedas á buenas noches con el cual no estás conforme,
si bendicen tu justicia habrá quien te ame de gorra
los huérfanos y los pobres. sí otras taimadas la ponen;
Soldado, piensas medrar y no espoudrás cada dia,
con asaltos y mandobles porque no habrá quien la ronde,
y sufriendo hambres y frios tu corazón á amarguras,
por los valles, y los montes; tu cabeza á coscorrones;
y mientras coges allí, y sobre ser á tu amor
amen de heridas y golpes, lea!, cariñosa y dócif,
laureles que te escabechen alguna habrá que te píágue
y reamas que te joroben, el teatro , el sastre, él c%che;
te usurparán ios cobardes pero será vieja ó fwa*,^
grados, empleos y honores si no es graduada in utroque,
patrioteando en 1» plaza y en tal caso, con tu pan
¿serpeando en la corte. le lo comas ¡si eso comes!
Del diablo ¿que te diré Si Huyendo, en fin, de solteras
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á las casadas te acoges, LA NARIZ DE MI DEVOCIÓN.
por no estrellarte en Carináis
quizá en Escila te ahogues; ...Como el monte Carmelo.
que si te pilla entre puertas SALOMÓN.

el ofendido consorte Gasten ustedes paciencia y algún tiempo en es-


podrá medida de frac cribir cualquiera cosa con intención de que haga
tomarte con un garrote.— reír, aunque maldita la gracia tenga; que luego
una mano oculta, de esas que todo lo manejan,
les dejará á ustedes á oscuras, sin decir esta boca
es mia, y suprimiendo de la balija un artículo
que ni podría ser deriunciado, ni soñaba tampo-
co en •pronunciarse. Dos cuartos de esto me ha
sucedido á m í , como muy bien sabe el hermano
Ayguals, con el titulado Gasten ustedes anteo-
jos '/que debía llegar á sus manos... pero bien em-
pleado me está, porque á los desagradecidos no
les ayuda la Providencia, y yo decia mil impie-
dades contra esas dos lunetas de cristal á que es-
tarán abonados mis ojos por toda la vida, para
reírme de esta farsa que llaman mundo. Acabóse
mano a l a pluma, y salga pez ó salga rana, allá
va un artículo con sus ínfulas de jocoso, y va-
mos anduviendo que si yo llevo miedo, la pluma
va temblando.
Yo que gracias al Todo Poderoso y á mis caros
editores (Q. D . G . ) , he sido publicado (en otros
tiempos en que no había libertad de imprenta,
se decia nacido) con mi nariz á guisa de albari-
«;oque, amen de que la mano blanda de la blanda
nodriza me las convirtió en naipe doblado, hoy
me propongo abogar por las largas narices , por
Rara contingencia es esta esas narices eniclopédicas, que tienen dos
en los tiempos que ahora corren, ojivas por ventanas, narices de compromiso en
que para un toro bravio estrecha luneta, ó ceñido palco, y narices que
hay cabestros diez ó doce; son un pensil en el campo raso de una cara m o -
pero, cabestros y todo, fletuda. ¡ Oh! narices privilegiadas, vos fuisteis
te causan mil sinsabores las que habéis regido los destinos de la España
antes que de prisa engullas desde remotos tiempos, sosteniendo la dura
lo que de su mesa sobre; guerra de sucesión, ydescubiendo, con vuestro
y si cansar no temiera olfatear descomunal, á Herculano y Pompeyo, y
á quien lea estos borrones, si las tropasde Napoleón hombre de muchas na-
ó escandalizar á alguno rices, fueron arrolladas en nuestra patria; ¿creen
de los de / o h témpora, oh moresl ustedes que sucedió por que despertó elleon de
me atrevería á probar Castilla?¿por qué hubo un des deMayo?... Nada
con argumentos ad hominem de esto,ha sido tan solo porque el águila de Ma-
que los maridos no son rengo, que recordaba al águila libre de la repu-
los verdaderos cabrones. blicana Roma, se encontró de pronto con... las
MANUEL BRETÓN DE t o s HERREROS. grandes narices del sesto Borbon, nariz que hoy
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rige los destinos de la Europa en su gran p r e - mamá, y me encontraba á una distancia respe-
boste el príncipe Mettemich. tuosa... á la distancia que señalaba siempre con
Pero déjeme yo de príncipes y reyes y siga el sus solícitas miradas. Ítem mas, en este buzón
hilo de mi discurso que por el hilo vendrá el de declaraciones, en este cepillo de requiebros,
ovillo, y habiendo ovillo hay palabras, y ha- en esta boca de Cupido, donde podría ocultar
biendo palabras hay artículo, que es lo que se cien billetes de amor, resonarían mis palabras
pide en esta santa novena. Una nariz peque- con acento lúgubre y fatídico, y la niña, al es-
ña, dígase lo que se quiera , es ei símbolo cucharme, siempre quedaría como unas malvas,
déla volubilidad, de la coquetería, de la doblez; ítem mas, si ha tal Gabrielita era coqueta, loque
y por lo tanto yo que soy dado un tantillo alamo- no seria un milagro, ésta nariz seria para mí
res, me pronuncio desde hoy por la muger que lo que la célebre cruz de'don Rodrigo á los sol-
me presente la mas grande nariz de que hablan dados de las Navas de Tolosa-. ella me diría á
los fastos de la historia. Esta será mi hourí, mi cien pasos el viento que ajitaba a l a veleta é i n -
todo, y daría las minasde Almadén por ser en- feliz de la muchacha si una ó mas Teces señala-
tonces poeta, y esborranchar de buenas á prime- ba N. cuando yo estuviese al S, ó vice versa S.
ras un soneto acróstico donde, en vez de su cuando yo estuviese al N. Y después de la sagra-
hermoso nombre de Gabriela ó Generosa se le- da bendición y de un añito de vita bona, ¿cuán-
yese en letras como puños A MI NARIZ QÜEKIDA. tas felicidades no me traería la grande nariz de
En tanto que durase el usted entre nosotros, y mi tierna cónyuge? ¿Qué cosa mas poética que una
aun no comiésemos los dulces de la boda (dulces madre degrande naso in picola faceta, como dijo
amargos para el que empieza á tener la patita de el otro? Por de contado la mismas ventajas que
gallo) su nariz seria el telégrafo de las sensacio- de soltera, sin contar con que todos la tendrían
nes que ajitasen su pecho , tocando á retirada; por muy virtuosa. Esta nariz seria el genio tute-
si se mostraba rubicunda, despidiéndome como lar de la infancia , y al recibir después los dias,
quien Vá de escape, si pálida , y esperando siem- muchos medírian: Oh! loque es usted tuvo muy
pre que estuviese ella (por decontado esta ella buena elección...Ka cojido usted... unamugerco-
es la nariz) con las medías tintas de Vernet, mo quien dice, por las narices. Yeste como quien
porque entonces ¡ay ! el amor y la alegría reina- dice sería un calmante para la calentura queme
ban en su riecho. No solo esto, si yo era un b r a - asaltase, y como todos con sonrisa clavasen los
gazas y amaba á lo Quasimodo, nunca tendría ojos... ya ven ustedes... en la nariz de mi que-
que decir: Quién me diera ser piedra VA cuando rida Gabrielita, esta estaría mas colorada que
por desden dirijiese sus miradas á otro lado; yo una guinda. Habria aun m a s , que cuando t u -
solo me consolaría con eso Quién me diera ser viésemos un chiquillo (digo tuviésemos como
nariz!!! y por este lado iba perfectamente, por- cuando un autor asegura que ha impreso su
que cumplía mi vocación, y me haria hermafro- obra) este (1) escusaria de chupador, pues á
dita en un quítame allá esas pajas. También la ma- cada beso que le diese, haria una mueca que no
má no andaría tan avizor velándome como á reo digo nada, y alencontrarse conuna ternilla entre
en capilla, porque la nariz de su hija era un po- sus labios que no le sabría á vizcocho, y mucho
deroso dique á mis cristianas intenciones, y si mas si era en invierno y habia constipado de á
por casualidad vencía el deseo de darle un beso, mes, se desahogaría mas que si estuviese todo
me quedaría con las ganas, porque entre que había el dia con el susodicho palitroquillo en la bo-
de ser en este lado y la nariz me salín al encuen- ca. Siempre entraba en el ramo de las econo-
tro; que habia de ser en estotro porque era el la- mías , y en los primeros años de matrimonio va-
do del corazón , y sentía la resistencia de un P i - le un mundo todo lo que evite que reluzca la mo-
rineo carlilajinoso, y vuelta para allá y nada de neda. Esta nariz también seria en mi muger una
lo dicho, y vuelta para acá y no hay tu tia, cau- prueba nada equívoca de su buen gobierno, de
sándome mareo y ansiando dar caza á la lancha
cañonera, que tanto me embestía, llegaba la (1) Entiéndase el niño.
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su pericia guisatoi'ial; y así es que siempre h a - á quien respeto y reverencio , traduce «mengua-
bría zambra con las criadas, porque olería de le- da ó sobrada nariz» y para, mí nunca debe d e -
jos y conocería desde la sala de visitas si esta- cirse que sobra esta, claro está que soy en con-
ban bien sazonados los guisos que se alistasen en tra de Sempere y Guarínos sj sus leyes suntua-
la cocina. Mas dejemos este punto y venga- rias se estienden á las narices. ¿Qué me impor-
mos á otros muchos. ¿Qué diré yo de lo bien que ta también que los persas , como dice Justino,
sienta una larga nariz sobre una toga ó una ca- amasen á los quetenian aduncum nasum porque
saca de general? ¿Qué marido no dejará ir á las así la tenia Ciro? Ciro era un Girólas, (1) y los
máscaras á su consorte de nariz larga, aunque i persas entendían tanto de narices corno aquel
él tenga largas narices para saber lo que es un acreditado literato en eso de guisos de la anti-
baile,si no hay careta que, pueda ocultar aquella gua y venerable Tieira gallega. ¿Qué mas me
disforme protuberancia cuyas raices llegan, se- dá quePlutarco confirme esto en sus Apotegmas
gún algunos , al botón umbilical? ¿Qué célebre si merced á su enorme pólipo bajo la frente ol-
capitán, qué célebre filósofo, qué célebre celebri- fateó las cenizas de sus Varones ilustres? ¿Qué
dad dejó de tener crecida la nariz? Vengan Ale- vale que el señorito Apolinar diga que Teodori-
jandro el Grande, Sócrates, Voltaire, Reynald, co tenia nasus venustissimas incurvus, ponién-
Volney, Lavater y otros muchos sin contará dolo en las nubes por tan bella cualidad ? Si por
Ovidio y Cicerón, y otros tantos me servirán de ello nos guiamos, nada hay mas preciso que la
incontestable ejemplo. Una nariz pequeña repre- ley del consonante, y á fe queá Teodorico no le,
senta desconfianza y falta de generosidad, y si- favorecía este mucho aunque en su tiempo no se
llamaba cierto animal, de cuyo nombre »o
no díganlo Canning y Alejandro I con su pe-
quiero acordarme, borrico sino asinus. ¿Qué me
queño almendruco en la cara, como le llamaba
significa que Marcial, el Villcrgas de los roma-
el culto Góngora. Ello es cierto que de una per-
nos, señale entre las prendas de un mancebo
sona que. no es muv advertida se dice, que, queda
arrogante una nariz pequeña?...una najiz, seño-
con un palmo de narices, pero hay también que
res, narizita, pequeñita, romachadita % á guisa
es hombre de muchas narices el que mucho pro-
de pepita ? ¿Qué importa que el fiiudjMano P e -
vee, y que si tiene mucho olfato el que es filóso-
tronío (el que por luerz'a (lió nomb1r¡te al monte
fo , la nariz es el pebete de la filosofía , la Pan-
Pedroso de Santiago,) para piní,a>;ía,jíí$rmosura
dora de las teorías, es lo que decía el atroz Víc-
de Circe diga que tenia nar.espaulúlúm inflesoe?
tor Hugo por la imprenta , la Babel de los siste-
Petronio y Marcial no sabían palof8^en ? SiSto de
mas. Nadie, me negará que el olfato es el hom-
buen gusto, y sino dígalo nuéstFO.éólaborádOr el
bre (1) y por esta razón debe declararse la nariz
célebre cocinero don Abundio Estofado qwe
reina y señora suya : porque sino véase que deci-
apuesto á que es de mí opinión.
mos continuamen'.n: esto me huele á casorio;
aquello me huele á contrabando; aquel huele á La nariz es la flor de nuestra cata, flor- efneri-
literato; este huele á amante, y siempre oliendo da, acariciada por el favonio cu lias mtóanas del
para lo que es requisito indispensable la nariz. verano y por el cierzo en las noches, iiel invierno.
Es cierto que hay en contra de las largas n a - Horacio que no dejaba de tenerla regular, la po-
rices autoridades de á puño, pero de todas ellas ne al lado de la violeta y de! mirto, a r l a d o del
saldré perfectamente, porque donde no se pueda amor y de la tristeza, y e» verdad que siempre
desatar se corta, y haya aquí paz y después glo- vive sola como la tórtola, y aunque ame por
ría. En el capítulo 21 del Levítico, Dios prohibió ejemplo los buenos bocados, (esto no pasa para
que fuesen sacerdotes ¡os que tuviesen «parvo ella de una teoría) siempre tiene que valerse de
un tercero que es la niano y de un cuarto que es
Vel grandi vel torto naso.» Estas fueron sus
el oro; y aunque esté enamorada del ,ra.pé, por
terminantes palabras, pero como el padre Seio,
( i ) Esta es una pulla al amigo Villcrgas. Eii
(1) Sea dicho con perdón del abate L ' Epée este momento me parezco á aquel pintor que de-
que todo lo reducía al fació. bajo de un conejo puso con letras gordas CONEJO..
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mas que estornude ó haga cosquillitas, y la infe- cuyas grandes narices pasaron en grandes eon*
liz se esfuerzé para hincharse como la sanguijue- tornos al gran siglo de las grandes revoluciónese
la en el agua, si la caja está vacia se entrega á la Esta es la nariz de mi devoción y para respetar
desesperación' y se vuelve de color de fuego. La su sagrado y duradero pabellón porque
nariz ciceroniana, esa nariz que luego sembró
por Italia uií lujo inmoderado de nacices roma- Mas contribuyen al rey
nas; conceptuadas arquitectónicamente, donde Con la nariz los gallegos,
el rapé'vuelveá estancarse, no se contenta con Que los demás españoles
tin polViiló de etiqueta, en que se gastan mas Juntos coi* todo su cuerpo. (1).
cumplimientos que letra, sino que quiere un A. NEIRA.
polvo de continuidad, un círculo vicioso de pol-
vos , un abrir la caja... y so'rber que es una glo-
ria.Esta nariz tiene su resorte; ejecuta ya una LAS LIGAS
barcarola cuando mirando al cielo ronca con voz
«i&ftt'íía, ó de vez'en cuando unos trinos sutiles El primer hombre fué Adán,
queempiezán en re grave y concluyen en «¿agu- según la escritura reza,
do, y es la que tal, para llevar sobre sus espal- y fué su cara consorte
das tinos anteojos que irán montados á la gru-
también la muger primera.
pa, habiendo' media vara entre rostro y cristales.
Entonces no se estilaban
Lejos del'nvr ésas narices que están asidas de la
ni bastas, ni finas telas,
cara Como'restos de una cosa que existido exis-
ni paños, ni barraganes,
tirá r yo quiero la nariz superlativa que cantó
ni muselinas, ni sedas,
ni patencures, ni cúbicas,
ni calcetines, ni medias;
nada de esto se estilaba,
pero se estilaban piernas.
Tampoco había zapatos,
y si punzaban las yerbas,
no había mas que chillar ,
sentarse y tener paciencia.
Diz que los pobres abuelos
con ojas de parra, frescas,
cubrían su desnudez
porque les daba vergüenza.
La vergüenza es tan antigua
cual moderno el no tenerla,
la enterró el siglo pasado,
la pobrecita era vieja.
Mejor estamos así,
con esta libre franqueza
de mentir, á todo trapo,
de engañar á toda vela.
y al pudor que en paz descanse
con indecible gracia el picaresco Quevedo. A es- rezarle el réquiem eternam.
Wtoari'zqdé, como dijo el festivísimo Fr. Ge- Cuando las ojas de marras
rundio,y<a;estaba.pronunciada antes de setiem-
bre, njaria espoUwde una galera saluda mi po- (1) FLOR DEL PARNASO por un tal Morálinto ó
Moraleja, que en esto de nombres de los Arca-
bre péñola en nombré de los grandes hombres, des poco ó nada reparo.
quedaban mustias y secas. por ser útiles y buenas.
jas relevaban con otras Esta es la ley de los hombres,
hermosas, puras y tersas... esta es la ley de la tierra;
Lector, te estoy escuchando, naturaleza lo manda,,
dices, frunciendo las cejas, ¡paciencia, hermanos, paciencia.
«¿qué tienen qué ver las ligas, «Yo tenia una zambomba
señor, con tanta monserga? y me la rompió mi abuela,
liste hambre se ha vuelto loco, no puede un hombre de bien
ha perdido la chaveta; tener una cosa buena.»
estoy viendo que nos sopla, Délos disgustos, desastres,
antes de e n t r a r e n materia, y crímenes y tragedias ,
la histeria de las cruzadas, que las ligas han causado ,
la descripción de la Meca, están las historias llenas.
el febrero adicionado, Por una liga Adalmud ,
todas las obras de Bentham, gran emperador de Ptersia,
las del Cardenal de Luca, á su querida Matufie
iasPartidas y Pandectas, hizo cortar la cabeza.
!a languidez del teatro, Y aquí mismo, aquí en Castilla ,
como ya el calar empieza... en una ciudad muy cerca,
y luego hablará de toros , sucedió un fracaso horrible,
y por remate de fiesta há tres semanas y media.
nos encaja, sin remedio, Fracaso horrible, tremendo
Jas narices de Ezpeleta.» y que no es chanza, es de veras;
Señor lector, mas cachaza, pues señor pasú la cosa
señor lector, mas paciencia, de la siguiente manera.
por aquello de San Pablo , Eran marido y muger,
srque es necesario tenerla.» como quien dice, dos perlas;
Según se escribe en el dia, ella alegre y él celoso,
sea el asunto el que sea, pero con celos de hiena.
es preciso remontarse Cierto dia cierto joven ,
mas allá de las estrellas, haciendo así, !a desecha,
para despeñarse luego la dijo hermosa á la niña,
hasta llegar ala tierra. alzando al cielo las cejas;
Yo quiero seguir la moda , medio lo entreoyó el maridó,
que soy elegante en regla, abrió paso á las sospechas,
y aunque no gasto gabán , pero calló, fué prudente...
tampoco gasto chaqueta, es gran virtud la prudencia.
foresto quise, lector, A pocos dias salieron
coger á Adán de una oreja, los dos esposos de huelga,
y dar comienzo á las ligas y á la retaguardia el joven
desde las corbas primeras. ios observaba de cerca.
¿Y qué es liga? Es una cinta Ala sazón... (¡que sazón
de lana, algodón é seda , tan oportuna y discreta!
ron la que el hombre verdugo esta sazón vale aquí
íes dá garrote á los medias. cuando menos dos pesetas.)
Medias cuyo solo crimen, ; A la sazón! una liga,
es dar calor y decencia; sin duda de puro vieja,
por eso las ajustician, se le rompió á la Señora
152
y quedó sobre la arena, busca al joven, lo atraviesa,
El joven cogió la liga, se mata después él mismo,
volvióse al pueblo con ella, los dos cadáveres quedan,
y la enscñóá sus amigos, y al saber esta desgracia,
de amor cual segura prenda ¿ murió la esposa de pena.
lo supo luego él esposo, ¡Ytodo poruña liga!

ftiAMKKO,

por una liga funesta, por Draconiano decreto


¡tres víctimas inoceates, os lanzara de la tierra.
y la liga tan serena! «Conforme con el dictamen
El inventor de las ligas de mi consejo de piernas,
debió ser anacoreta, he venido en decretar
se las plantó por cilicio, lo siguiente.» Nadie pueda
y ganó la gloria eterna. usar de aquí en adelante
Opresoras de tendones, ligas bonitas ni feas;
avanzadas centinelas recójanse todas pronto,
de las pantorrillas todas, hágase de ellas hoguera,
sean fla,cas, gordas sean, al cielo suban las llamas
,que las pantorrillas son y en humo y fuego disueltas
como las judías secas; sirvan de escarmiento al mundo
las hay blancas y rollizas, y álas gentes venideras ;
y arrugadas y morenas, y el que á lo que mando falte,
os maldice Abenamar, mando, por ende, que muera.
y si en su mano estuviera ABENAMAR.

s& saa& as saa aa®®sa=


«Candorosa cuando rie.
y serpiente cuando mira.»
(PALABRAS D E UN P A C I E N T E , )

¿Mi Adela? Siempre riendo; con todo, yo solo entiendo


riendo á mas no poder: la risa de mi muger.
153
Es risa que causa llanto ¡ como me halaga mi esposa.
risa que incita a reír, Mas si antes de amanecer
risa que produce espanto, la digo: A casa Adelita,
ó atrae con cierto encanto* á un lobo haría estremecer
que no puedo describir. la indefinible risita
Es risa que desconsuela; que acomete á mi muger.
risa que un puro placer
en su'hermosa faz revela, Si me nombran tesorero,
ó bien que la s ngre hiela, intendente ó contador
según quiere mi muger. y anda abundante el dinero,
su mirar es placentero,
Que conforme es el instante su reír encantador.
en que muestra su alegría, Cesante me llego á ver,
deja ver en el semblante y si fáltala bucólica
la sonrisa de una amante cualquiera podrá creer
ó la risa de una arpía. que es una risa diabólica
Y aun para hombres de saber la risa de mi muger.
e s , si da una carcajada,
mas difícil de entender Dos hermanos tiene Adela
que logogrifo ó charada que son lindas criaturas,
la risa de mi muger* y rie que se las pela
cuando inventan travesuras
Inventad una desgracia, y hacen rabiar á la abuela.
un sentimiento, un dolor, Mas si llegan los cuitados
un lance que cause horror...., en su cuarto á revolver,
Nada; siempre está de gracia, aunque los tiene mimados,
riendo á mas y mejor. puede cogerse á puñados
Mas si de tanta alegría la risa de mi muger.
al través, pudierais ver
su intención atroz bravia, Idólatra en mi Adelita;
cierto que os asustaría mas si alguien la echa una flors
la risa de mi muger. suelta luego la risita
y hace creer la maldita
Se rie con los hijitos que ya no mé tiene amor-
que criamos para el cielo, Pero se debe entender
y abraza á los angelitos que si se propasa el t a l ,
y los llama ¡mi consuelo! ya le ha caído que hacer:
¡Dioses! ¡ángeles! ¡benditos! en tal caso és infernal
Pero si He-gan á ser la risa de mi muger.
j pobres niños! muy llorones.,.
el lance tiene que ver; Muy bien recuerdo que un día
les dá sendos coscorrones me tocó la lotería,
y se rie tni muger. y no mucho; mas mi Adela
por poco se vuelve lela
Si al Circo ó a Villa-hérmosá de tanto como reia.
por el carnaval la llevo, Un año seguí jugando
con sonrisa tan graciosa sin ganar, y era de ver
Dafne no halagaba á Febo la risa de Lucifer
20
154
y'el gesto que iba mostrando mas su disimulo tal,
mí alegrísima muger. que si requiebro á una hermosa,
es su risa estrepitosa,
Cuando al volver de paseo su alegría... sin igual.
enseño yo á mí Adelita No hayaljí&iedo que me fie
dos billetes del Liceo, de aquel súbito placer:
risueña me dice..... ¡feo! ello es verdad que se rie ,
y me dá una palmadila; pero me abrasa , me frie
Mas si los llego ú esconder con su risa mi muger.
y pensó á la Lema oir,
es cosa digna de ver Adela me desagrada,
el dulcísimo reír en ün , con su eterna risa
que improvisa mi muger. sarcástica disfrazada:
me aburre su carcajada,
Si Tomasa la (doncella) me hace temblar su sonrisa-.
la viste ó peina á su gusto Y á veces llego á creer
y la deja tal cual bella, que, sin el Egipto ver
su risa me causa susto, ni estar á orillas delNilo,
tan estrepitosa es ella. llorar oigo á un cocodrilo
Pero cuando de una horquilla cuando lie mi muger.
se olvida ó de un alfiler,
a! punto se ven correr No os dejéis alucinar
lágrimas por su megílla ¡ hombres que os vais á casar!
y es... que rie mi muger. Por la perpetua visita :
elegid muger boniía,
Cuando me pide dinero pero que sepa llorar.
para pagar un sombrero, Jamás podré encarecer
un aderezo ó un chai, lo mucho que. hay que temer-,
su semblante es hechicero una novia muy risueña
su sonrisa celestial; es malditísima seña,
Pero si no rae apresuro y ei egcmplo... MI MUGER.
á dar duro sobre duro, VICENTE DIEZ CANSECO.
ya puedo echar á correr;
me fastidia, es bien seguro,
con su risa mi muger. CcnessiHMkcia 6p:stéliCQ-amalQña-rastiGQ4abiiega,.
Diez tiestos , á cual mejor , DE GREGOR1A Y RODRIGO
riega y cuida con esmero
y el día que abre una flor EPÍSTOLA PRIMERA.
su cáliz , ni el mismo amor,,
se muestra mas placentero.
RODBIGO A GREGORIA.
Pero cuando un alhelí,
clavel o rosa ;ay de mí! Favára y enero á veinte
alguno la echa á perder... de este año y del mes corriente.
bufido es de javali Mi muy querida Gregoria
la risa de mi muger. salero lleno de sal,
Dios que te guarde de mal.
Como una tigre es celosa ; y que te lleve...á Ja gloria.
155
Me alegraré que esta esquela Si por fortuna tu madre
con cabal salud te halle, se muestra al dote algo esquiva
tomando el sol por la calle di— que sin causa impulsiva
entre tu madre y tu abuela. no hay hoy un perro que ladre.
Sabrás mi dulce regalo, Y que ni aqui, ni en la corte ,
como también por mi parte á la que busca acomodo ,
tengo el gusto de anunciarte se le espide de otro modo
que estoy bueno, y ... no estoy malo , el marital pasaporte.
y al mismo tiempo te digo Di — que mi dotal anhelo
en esta cuarteta cuarta, principalmente se funda
que quien te escribe esta carta en que una eterna coyunda
es siempre... el mismo Kodrigo. no admite muías en pelo.
Junto á mi costado izquierdo Ni aun la mas tiesa y gallarda
está fijo tu retrato , sufrir puede el cargamento
y tú tal vez de aquí un rato... del séptimo sacramento
«si te he visto, no me acuerdo» sin una mediana albarda.
porque el amor femenil, Mas si á pesar de lo espuesto,
si el amante ausente vaga, mi suegra no se somete,
al menor soplo se apaga, y quiere que te interprete
cual la llama de un candil: sin comentarios al testo.
¡ quién sabe, Gregoria incauta, Tú, cual diestro centinela
si en tanto que por tí muero... del parque de artillería,
bailas, infiel, el bolero apuntas la batería
al son de alguna otra flauta ! con dirección... á tu abuela,
y mientras que haciendo surcos disparando desde luego
el sol mis mejillas tosta, mil cartuchos de suspiros,
¡estará tu fresca costa y si no bastan mil tiros...
llena de moros... y turcos!! I carguen otra vez, y... ¡ fuego !
¡Oh! ¡quien pudiera ahora mismo Sin cesar de facerle guerra
con mucha calma y sosiego de tenor bajo; y contralto...
encerrarse en este pliego hasta lograr por asalto
cual partida de bautismo. veinte tahullas de tierra :
Y al tiempo de ahrirle tú que aunque ello en sí es cosa chica
por la noche y con cautela para hartar el tollo tolle
salir... apagar la vela... con que una judaica prole
y hacerte de pronto... b ú ü á sus padres crucifica
Pero variemos de asunto, evitando el despilfarro,
que esto al fin todo son bromas , y aplicados dia y noche,
y prescindiendo de comas, si no arrastramos un coche
concretémonos al punto. iremos á pié... ó en carro.
Este , según creo yo , Por lo demás tú no ignoras
lo que es en la hora presente quien es Rodrigo Carrasco,
se reduce únicamente y á fé que no tendrás chasco
á que me digas —sí ó no : si mis planes corroboras,
Pues siendo mis fines buenos, pues que apesar de que al pronto
el estar haciendo el coco me están saliendo las barbas,
á tí te conviene poco, en ellas, si las escarbas,
y á mí... me conviene menos. no nace un pelo... de tonto.
156
Y aunque, como es natural, la tuya no le va en zaga.
de ingenio algo rudo y pobre, Te juro que me fastidia
no es difícil que me sobre tanto consejero payo,
el talento conyugal. y digo para mi sayo —
Desoye pues las querellas, ¿será voluntad, 6 envidia?
y chismes de tus amigas, Pero etí fin, no haciendo caso
y aun te ruego que las digas de loque digan los otros,
que soy yo mas hombre que ellas, lo que importa es que nosotros
y que ¿tales indirectas salgamos pronto del paso;
les contestara en latín (1) que el que aspira al desposorio
si entendiera su magín tiene en sus fines mas prisas,
la lengua de los Pandectas: que en los responsos y misas...
Mas... á un falso testimonio las almas del purgatorio.
echemos luego el rastrillo, Decídete pues, Gregoria,
y volvamos al ovillo préstate á mis ruegos mansa,
del hilo del matrimonio. porque hasta el burro se cansa
Me dice algún compañero, de dar vueltas a una noria.
sin duda por desviarme, Y no siendo un gran belitre
que como llegue á casarme, este pobre ciudadano,
ya se acabó... el ser soltero. «mas vale pájaro en mano,
Poique al hombre con afrenta que no por el aire un buitre.»
le impone el nupcial imperio Mira que si ahora no atrapas
mas trabas que un ministerio el tal pájaro del rabo,
ala libertad de imprenta: no estrañes que al fin y al cabo...
dice otro, que las esposas al primer tapón... zurrapas.
quieren ver siempre al marido Que hablando para Ínter nos
en casa, y entretenido tengo ya veintiún año ,
con los Diños... y otras cosas; y a! otro no será estraüó...
y aun hay algún importuno , que cumpla los veintidós.
que sienta , como aforismo, Mas... basta, (jue ya se aburré
que el volver al despotismo, mi amor de dictar la carta,
y el casarse... todo es uno. y estoy mirando que ensarta
A semejantes estremos lo primero que le ocurre ;
mi respuesta es muy sucinta ademas... también se abruma
«librémonos de la quinta... (porque es un grande holgazán)
que después.,, allá veremos.» Braulio Solfa, el Sacristán:
También mi alcurnia de tosca que es quien me lleva la pluma,
hay quien critica hasta el tope, conque así, lo dicho dicho,
pero ¿en qué plato de arrope tómale á mi mano el pulso,
caer no suele una mosca? siguiendo solo el impulso
Ni el que nuestra boda se haga de tunacional capric-bo::
será á mi ver cosa absurda, y aquello que determines
pues si mi estirpe es palurda , dímelo en verso y tío en prosa
para la debida glosa
(1) No se estrañe este lenguage en boca de de mis ulteriores fines.
un Papa-moscas como Rodrigo Carrasco, pues Dá por ahí algún recado,
le era algún tanto familiar Ja gramática parda,
y lo mismo manejaba el latín, y el griego... que y á tu hermana mas pequeña
cualquiera otro idioma, de labranza. díle que mi amor se empeña
157
en que me llame... cuñado: Adiós... Gregoria del alma,
las otras me lo figuro ádios... y si mártir... muero...
pretéritos imperfectos, solo que admitas... espero
mas... dales también afectos de mi martirio la palma ,
de este presente futuro. ya que cual fiero enemigo
Que se aguante terne y fresca sin la menor campasion
di de mi parte á tu abuela, traspasas el
y á la demás parentela de tu invariable
díle... lo que te parezca.
Adiós... que ardo como un ascua,
y aunque no las restituyas,
recibe... dos aleluyas
en tus megillas de pascua: JOSÉ BERNAT BALDOVÍ.

EPIGRAMA.

M&8SETU

De la buena educación que en la mesa es donde mas


no te olvides cuando comas, se conocen las personas. W. A. de í.

saíBs®sj2s w sasK&a&a £5»


1.
— ¿Quiere usted que yo se lo escoja? me dijo de un hambriento colocado con todo su arrolla-
don Basilio en el mercado de Murcia, viéndome dor apetito entre las dos sopa's de una mesa opí-
atafagado y lleno de incertidumbre, á la manera para, delante de una compañía de melones que
158
acaba de hacer allí en su lugar descanso. Se vá siquiera los probó, no hizo mas que olfatearlos,
usted á chupar los dedos.— ¿Con qué usted lo Al dia signiente, don Basilio me hizo muy
entiende? le dije yo, sin figurarme que esta pre- de mañana una visita, con el solo objeto de
gunta debia herir su amor propio, como heriría recibir los elogios que su feliz elección debía
el de Hartzembusch cualquiera que preguntase haberle grangeado. ¿Qué tal le han parecido á
á este distinguido literato si entiende de dra- usted los melones? me dijo. —¡Oh! ¡escelen-,
mas. — ¿.Si lo entiendo, ha dicho usted? ¡es ori- tes! le respondí, y él no comprendiendo la iro~
ginal la pregunta! ¡ me pregunta usted si yo lo nía , — ¿pues? ¿no se lo dije á usted ? prosiguió,
entiendo! ;ahí es un grano de anis! Mi padre y ¿meloncítos á mi? Mi padre y mi madre son de
mi madre son de Guardamar, mi abuelo y mi Guardamar (laterrumpíie con viveza; t e -
abuela eran de Guardamar también, y lo mismo miendo que me obligase á hacer de nuevo un
mi bisabuelo y mi bisabuela paternos y ma- viaje geneológico.) — Pues §eñor, los melones
ternos, y los que. á ellos les engendraron y eran detestables.— ¡Detestables! ¿qué está u s -
parieron, y los que engendraron y parieron á ted diciendo? no ¡usted se chancea! —No
los que engendraron y parieron á ellos, y yo señor, hablo con toda formalidad. — No puede
nací en Guardamar, y en Guardamar me bau- ser, le digo á usted que no puede ser. —Le
tizaron y me crié en Guardamar, de suerte digo á usted que eran un par de solemnes
que el conocimiento de los melones se puede calabazas, y en el corral les encontrará usted
decir hereditario en mi familia. ¡Y me pre- faltando de ellos menos de lo que á nosotros nos
gunta usted si yo lo entiendo! — No me había t o - queda de Constitución.
mado la molestia, le dije yo, de encaramar- Como fundaba toda su vanidad en su cra-
me por su árbol geneológico de usted y tal neología melónica ó digamos en su melonologia,
vez haya dicho un disparate.—Sí señor, lo ha quiso atribuir á malicia su ignorancia, aun-
dicho usted muy garrafal. ¡Toma! i si entien- que debiera indisponerse cotffnigo muy seria-
do de melones! (Estas últimas palaWras las mente.—Conque, me dijo, eran malos... ¿eh?
pronunció con un tono que revelaba perfecta- Demasiado lo sabia yo; quise divertirme y dar-
mente la compasión á que le movia mi igno- le á usted un chasco... (Esta mentira recla-
rancia.) Vamos á ver, añadió. ¿Cuántos quiere maba otra). — Pues señor, le dije, el chasco se
usted llevarse? — Hombre, uno... — ¡Uno! ¡qué lo llevó usted; los melones eran escelentes.—
miseria! dos al menos se ha de llevar usted. ¡Toma! lo que dije antes; como que yo los
¿Pues? si aunque se lleve usted dos docenas no escogí... — Pues señor, repliqué, sepa usted
le ha de dejar usted probar á su muger le que que eran muy malos. — ¿En qué quedamos?
se dice una pepita. ¡Si hasta la corteza se Ya á replicó él casi mareado; ¿eran malos ó eran
comer usted! Y empezó á palpar un melón tras buenos? — ¿En qué quedamos? repuse yo, quiso
otro hasta haberles palpado todos. Se me fi- usted escojerlos buenos ó malos? — ¿Buenos?—
guraba un visurador de quintos ó un frenólogo Pues entonces eran malos. — ¿Malos? — Pues
examinando cabezas de varones ilustres. — ¡Aca- entonces eran buenos. — Así, dijo amostazado,
báramos! dije yo al recibir de sus manos un par nunca sacaremos en limpio lo que han sido.—
de melones selectos. — ¡ Qué almíbar se lleva u s - Así, le contesté yo, nunca sacaremos en limpio
ted: — ¡Qué almíbar me llevé yo! , lo que usted ha querido que fuesen.» Era cosa
En efecto, llegué á mi casa; probé los me- de no acabar, y don Basilio se fué. Nos había-
lones, que creí eran la obra maestra de las me- mos constituido en la misma oposición sistemá-
loneras de Guardamar, y se los di enteritos á tica que Príncipe y Villergas, que Zorrilla 3
mi muger; mi muger los probó y se los dio Ayguals.
enteritos á la criada ; la criada los probó y se Lo mismo y aun mas que de los melones pue-
los dio enteritos al cochino, y el cochino, mas de decirse de las mugeres. Un calavera hace co-
inteligente en la materia que mi criada, que mi cos á una pisaverde de ojos negros é insinuan-
muger, que yo y que el mismo don Basilio, ni tes que devoran á cuantos pasan por la calle coi
159
sombrero. Cansado ya de hacer calaveradas, el baldear, el denodado pretendiente después de
calavera echa el resto y se despide de ellas con una gloriosa resistencia, que le oponen dos
la mayor que puede hacerse. Se casa á salga lo anárquicos mastines simultáneamente pronun-
que saliere con la de los ojos negros, sin exa- ciados como un solo hombre, quienes capitu-
minar ningún antecedente, ni derivar ninguna lan, ó por mejor decir, suspenden sus hosti-
consecuencia. Ttnia otras cien muchachas á su lidades, luego que se presenta el gefe de la
disposición pero toma aquella á bulto, como yo plaza en ademan de recibir un .parlamento. Sa-
ha»o con los melones si no encuentro á don Ba- bido es que los parlamentos son siempre res-
silio, y todas las gentes de tertulia le auguran petados. El gefe de la plaza es una cosa a l -
un porvenir desastroso. Se engañan de medio á go parecida á un hombre de mediana edad , con
medio. El tronera sin pensarlo ha unido su suer- una barba recia, impermeable al jabón y que
te á la de un ángel, que tiene un corazón bellí- podría serrarse ó al menos afeitarse con una
simo y que solo piensa en labrar la felicidad de podadera; sus facciones tienen algo de común
su esposo. con las de los mastines pronunciados, de suer-
Al contrario, un filósofo, uno de esos h o m - te que solo al verlas parece que se les oye ladrar;
bres sistemáticos que andan, como suele de- y quizás no seria fácil resolver si aquel hom-
cirse, con pies de plomo hasta por el piso de bre es un mastin perfeccionado ó si son aque-
su alcoba, que suben y bajan las escaleras sen- llos mastines unos hombres degenerados. El
tando las dos plantas en cada escalón y sin sol- gefe en persona introduce el parlamento, éste
tar jamás la barandilla, que se acuestan siempre saluda con cortesía, al llegar á la fortaleza, á
ala misma hora y siempre á la misma hora se un segundo personage que viene á ser el s e -
levantan, que no beben ni comen sin haber- gunda cabo de la plaza, y cuyo sexo no de-
se dado antes de todo esto la razón de cien- terminaría fácilmente nuestro filósofo á no ha-
cia, y que examinan un tratado de higiene bérsele dicho de antemano que aquella cosa
antes de quitarse y ponerse la levita; uno de vieja era la muger del gefe. Con todo, nece-
esos hombres reloges, que todo lo hacen con sidad jDIjvo el recien llegado de un particular
puntualidad y tiento, meditación y parsimo- estudio para no confundir los artículos g r a - *
nia; desconfia de todas las mugeres de las maticales. Dio una mirada al rededor y no vio
ciudades, y se va á Sierra-Morena donde, según á su futura; no vio mas que un par de ruecas
sus cálculos de toda la vida, ha de encontrar arrimadas á la pared como los fusiles al arme-
ala elegida de su corazón, á la casta paloma, ro de un cuerpo de guardia, medianamente pro-
á la doncella que le conviene. La ruborosa vistas de cáuáríí'o, y no parecía sino que la
virgen que nunca habia visto un filósofo, t o - vieja habia colgado de ellas dos ejemplares de
ma el trage por la persona, y al divisar á su peluca. A primera vista la vieja y las dos
nuestro héroe, huye de él á-cien pasos de dis- ruecas se miraban como cantidades homogéneas
tancia, sin duda porque vestido como está, le y daban tres ruecas por total.
considera un animal de distinta especie que la
El filósofo después de un corto preámbulo en-
humana ó cuando menos de distinta raza que
tró en materia, reveló sus castas pretensiones y
los habitantes de Sierra-Morena. También pue-
pudo vanagloriarse muy pronto de los mágicos
de ser que siga en esto la costumbre de todas
efectos de su elocuencia, pues vio, á medida
las demás mugeres, que tienen miedo á. los
que iba desentrañando la cuestión, dulcificarse
hombres desde lejos. Esta fuga, esta in-
las fisonomías salvages de sus oyentes, que le
contestable prueba de modestia y castidad ha
escuchaban con la boca abierta. Hasta los masti-
hecho concebir al filósofo las esperanzas mas
nes al parecer habían perdido su natural feroz,
lisonjeras, y se presenta muy cercano el sus-
y besándole las manos y acariciándole con la
pirado término de sus escursiones matrimonia-
cola, manifestaron arrepentirse de su conducta
les. La purísima niña se fortifica en un ca-
i hostil anterior. Aquellos halagos caninos en
sucho, donde entra, sin necesidad de bom ,
» idioma humano solo podrían traducirse con un
160
acto de contrición. Las palabras del alado Oló- la meditación del público, son el tipo de otros
zaga, ó sea del ángel embajador, que reveló á muchos análogos de que todos los casados y afir
los pastores la venida del Mesías, no tuvieron cionados á melones, que mas presumen de en*
mejor acogida que las de mi filósofo. La vieja tendidos, se habrán dado cuenta mas de una
sobre todo estaba loca de alegría y llamó á su vez. ¡Qué petardos se lleva uno con los melones
hija que permanecía acurrucada, escuchándolo y con las mugeres! Con respecto á los primeros
todo, tras una cuna en que, según apariencia, he individualizado un suceso en el cual vo mis*
debia en ella haberse mecido Abel, y la obligó mo figuro como víctima; otro tanto haré tam,
á abandonar la última barricada eu que la había bien con respecto á las mugeres, pero no ser¡á
parapetado la cortedad de su genio. Prescinda- en este número, porque me he estendido dema-
mos de las cualidades físicas de la niña y pase- siado y perjudicaría mucho al señor Ayguals ín*--
mos por alto los sentimientos de vergüenza que vadíendo con mis sandeces un terreno en quq
paralizaron hasta la acción de sus pulmones al siembran sus gracias los Bretones, los Viller-
verse arrastrada delante del fijósofo. Basta saber gas y otros célebres literatos.
que el filósofo y la niña se casaron , que dieron A . RlBOT V FONTSERÉ.
su último adiós á Sierra-Morena, que él por es-
pacio de dos meses obligó á su eara mitad á t o -
mar diariamente un baño de limpieza, y que j EPIGRAMA.
cuando la inmaculada virgen se hubo desprendí- I
do de las infinitas capas de mugre que ponían
su cuerpo en incomunicación hasta con la atmós-
fera, que ni la hubieran dejado sentir la picadu-
ra de una abispa, que duplieaban su peso y su
volumen de modo que parecía que aquella mu-
ger, hasta entonces, habia crecido como los
minerales por justa-posicion; cuando aquella
tortuga quedó despojada de su concha, cuando
ya no se podia arar en aquella cara en que poco
tiempo antes se hubiera podido sembrar maíz,
en una palabra, cuando,dos meses de baños ge-
nerales habian provocado una solución de con-
tigüidad entre el cutis de la -recién casada y
la armadura fósil que la cubria enteramente,
se levantó entre los dos esposos una causa de
fulminante divorcio. | Oh decepción cruel! Nues-
tro filósofo sorprendió in fraganti a l a ex-vir-
gen de Sierra-Morena embebida en amorosas
pláticas con su propio criado, agesar de las sa-
bias precauciones que tomó de antemano para
no añadir un nuevo guarismo al número de los Cogí de un brazo con arte
predestinados ¡ Su propio criado! ¡quién lo ha- á Pascual que iba hecho un loco,
bia de decir! Era mas feo que una pulga mira- y dige: espérate un poco,
da con un microscopio solar, y habia sido do- ¡qué diablo! ¿vas á casarte?
nado de un convento... i Desengaño tardío! Has- ¡Hombre! respondió Pascual,
ta entonces no conoció el filósofo que cuando ¡no estoy tan desesperado! —
todas las precauciones son pocas, lo mejor es y luego añadió el malvado
no tomar ninguna. que iba á tirarse al canal.
Estos,hechos positivos que acabo de sujetar á JUAN MARTÍNEZ VIIXEHOASV
el que te mantengas tieso.
Hnrresconfeía 8pistdlÍGo-amatoria-rÚ3tiGc-~IabrieQa.
No te ofenda tal lenguaje
y permite que te encage
EPÍSTOLA SEGUNDA.
que en este clima de España,
GREGORJA Á RODRIGO. el hombre es como la caña
que se doblega y se acopla...
al primer viento que sopla.
Benimamet á primero Pero basta.,, porque advierto,
de este año xj mes de febrero.
que el predicar en desierto.
Mi amado novio Rodrigo : es perder el tiempo en vano;
sabrás como yo te digo y ya que pides mi mano ,
que he recibido la carta, y esta es pretensión muy seria...
en que tu pluma me ensarta entraremos en materia.
con empeño muj' forma) Si fuera la mano sola,
la demanda conyugal: aquí está... y ruede la bola;
te juro á í'é de Gregoria pero en el solemne lazo,
que la sé ya de memoria , tras la mano... viene el brazo ,
pues la estudio con mas gana... tras del brazo, viene el codo,
que la doctrina cristiana. y así... y así... y de este modo
Mas desde que me escribiste va viniendo tal boato...
estoy pensativa y triste, que bueno es pensarlo un ralo.
y se aumenta cada dia Primero exiges que yo
mi pena y melancolía un redondo sí ó un no,
cuando calculo y medito te dé por contestación;
si el amor que me has escrito y al hacer tal pretensión
será lícito ó nefando: no sé como no penetras .
porque hay tanto contrabando, que teniendo iguales letras
que en este particular cualquier cosa que te diga,
todo el mundo es Gibraltar, es muy natural que siga
y cada novio un corsario, el femenino dictamen
que atrevido y temerario de dar por respuesta , amen:
sin que le arredren las multas, mas si antes de sentar plaza,
y sin temer las resultas falto de espera y cachaza
de su criminal comercio, vienes pidiéndome el prest,
haciendo están tan mal tercio responderé, ite misa est.
que la comercianta honrada V si tu plan reproduces
apenas despacha nada. apago luego las luces,
Así, pues, ten entendido, y nos quedamos... á oscuras.
que si has d« ser mi marido, Con que si mi amor procuras,
y me hablas de buena fé... leal debes ser y franco,
á quien San Juan se ia dé ó herrar ó quitar el banco;
San Pedro se la bendiga. y piensa solo y repara
Si no es fuerza que te diga que eres hijo... de Favára,
que desde hoy puedes marcharte y tu padre aunque un ciruelo,
con la música á otra parte, descendía... de tu abuelo;
que yo á oiría no me paro. pero hagamos aquí un punto,
y pasemos á otro asunto.
Te hablo, Rodrigo, tan claro,
porque veo muy espeso Por lo que respecta al dote
21
preciso es que te denote, participé á mis hermanas,
que en el maternal pensar y repara si son nobles...
le has hecho algo impopular, que té las devuelven dobles,
porque desde luego anuncias y triples la mas pequeña :
que por tu bien te pronuncias, mi abuela siempre risueña,
que es lo que mirando estamos y aunque en verdad que algún rat©
en los tiempos que alcanzamos. la asalta el vapor y el flato,
Yo también dudo y recelo, y !a diarrea y la tos,
que no queriéndome en pelo hablando aquí entre los dos,
(según dice tu apreciada) aun fija sus pensamientos
menos me querrás... pelada. en cosa de casamientos,
Y no creas sin embargo y en todos sus adherentes,
que mi cabello no es largo, y eso... que no tiene dientes.
ni que mis bucles y rizos, En cuanto á las aleluyas,
son prestados ni postizos, digo que no las iacluyas
pues me precio y me glorío en tus cartas; mejores
de que cuanto tengo... es tnio. que á la mano me las des,
Así, pues, si haces notorio y no tendré e! sentimiento
que anhelas por lo accesorio, de que se las lleve el viento.
y olvidas lo principal, Adiós, pues, caro futuro,
ni eres novio liberal, adiós... y ten por seguro ,
ni del sacro templo al atrio, que si es tu amor verdadero,
te guiará el amor patrio, con ansia el hablarte espero:
sino la mezquina idea mas si otro camino toma...
del Dómine labia mea: Bien se está San Pedro en Roma...
y ese nupcial patriotismo,
Solo advertirte me resta,
no es amor, que es egoísmo.
que si la epístola esta
Debes, pues, desengañarte,
falta la encuentras de gusto,
y si tratas de casarte,
que la critiques no es j u s t o ,
y haces de quererme alarde,
porque no es la misma cosa
mas vale pronto que t a r d e :
hablaren verso que en prosa,
y antes que el calor se enfrie,
y al fin y al cabo... en resumen,
ó del pecho se desvie
de una labradora el numen
por la dota! controversia...
no debe causarle chasco
metámonos en la iglesia,
al buen Rodrigo Carrasco,
y échensenos allí dentro...
vate sabio y venerando,
las paralelas al eentro,
por quien yo quedo rogando
y tras latínico rezo
con oraciones muy buenas;
sufra conyunda el pescuezo .
que Dios le saque de penas
del sacro aliar á la l u z , ,
de su mísero l u g a r ,
haciendo el cura la cruz
y le Hevea descansar
á Rodrigo y á Gregoria...
y á comer puchero y sopa,
y aquí paz y después gloria.
con... Gregoria Vientoenpopa. .
En fin, medita esta arenga
y .harás lo que te convenga;
mas si así no te acomoda,
se acabó el pan de la boda. JOSÉ BBBNAT BALDOYÍ.

Tus memorias cortesanas


163
s&aoa&sa&o

; Ah ladrón! no hay compasión!., — Señor, que no soy ladrón.


haré contigo un desastre! — Pues di ¿quien eres?—El sastre.
WENCESLAO A Y G U A L S D E IZCO.

sas&osísa * sa©(&s&3as
11.

Saturnino Penea rayaba en los 2(j años, cuan- el viaje de muy mala gana, pues para ver si les
do á su padre y á su madre se les ocurrió saber era posible retardarlo, ella, que murió en Zara-
que gacetas estraordinarias venden los ciegos en goza, mandó á buscar su médico de Madrid, v
el otro mundo, y tuvieron la humorada de m o - é l , que murió en Madrid, mandó a buscar si'
rirse ambos en un mismo dia, con tan pocos ins- médico de Zaragoza. Pero ya era tarde. El médi-
tantes de diferencia, que es bien seguro que el co de Madrid la encontró á ella difunta, y el mé-
alma del último que murió, alcanzó, por poco dico de Zaragoza le encontró á él difunto tam-
que corriese, á la del que murió primero, antes bién. «Si desde uii principio hubiese estado á ni:
de que tirase del cordón de la campanilla de las cargo, dijo el médico de Madrid , la enferma an-
puertas celestiales. Bien es verdad, que el uno daría por la calle.» «Si antes me hubiesen llama.
espiró en Madrid en manos de un médico madri- d o , dijo el médico de Zaragoza, el infeliz esta-
leño, y el otro en Zaragoza en manos de un mé- ría en la tienda despachando » Uno y otro mu-
dico zaragozano, y no sabemos de cual de estas tuamente se trataron de cuadrúpedos, y es muy
dos capitales está el cielo mas distante: pero pia- posible que uno y otro tuviesen razón. ¿Quién
dosamente debemos creer que Dios ha querido sabe si un curandero, aplicando remedios sin ton
colocar sus reinos á igual distancia de todos los ni son, hubiera salido mejor del empeño. Peor
puntos de la tierra. Ambos al parecer hicieron no podia salir, y á menudo sucede también con
ÍG4
los métodos curativos lo que con los melones y r evelaba á menudo con ciertos rasgos de gene-

con las mugares. Un barbero curó desde Bílles- rosidad aparente, siquiera para servirse de ellí
cas á una señora que se hallaba en París desau- como de un prospecto de sus riquezas y conser-
ciada ya de todo el protomedieato, sin examinar var de esta manera el crédito necesario á todas
siquiera los síntomas para diagnosticar la enfer- las casas de comercio. Así es que dispuso se hi-
medad. La de que adolecía la paciente, según ciese á los autores de siis dias un magnífico en-
dictamen de todos los facultativos inclusos los tierro y aplicó á la salvación de sus almas canti-
de cámara , era una hidropesía esencial, y él bar- dades que mas dé cuatro las quisieran para sal-
bero la curó radicalmente prescribiéndola un var sus cuerpos. Su físico tenia tan poco de par-
compuesto que no sabia de que simples se, com- ticular que ni una plumada dedicaría á su proso-
ponía, pero que le había empleado con buen éxi- pografía, si supiese que no la han de echar de
to contra los dolores de muelas. Cuantos médi- menos mis lectores, á quienes la rutina les hace
cos me han oido referir este caso, han afectado considerar necesaria la descripción minuciosa de
no darle crédito, pero los de París, que fueron lodos los caracteres que distinguen á los perso-
testigos oculares del hecho, han preferido á con- nages históricos. Saturnino era ni alto ni bajo,
fesar su ignorancia , decir que nada tiene de par- ni flaco ni gordo, ni hermoso ni feo; habia en su
ticular , atendidasias simpatías que estableció la ¡ físico un verdadero equilibrio de poderes; era
naturaleza entre las muelas y las visceras abdo- una teoría constitucional, la personificación viva
minales. ¡Lo qufe son las simpatías! A un cale- y encarnada de los sistemas mistos, un justo
sero que le cojió debajo la rueda de un coche le medio de carne y huesos. Amigo de la tranquili-
amputaron una pierna y nunca mas se quejó de dad y embebido esclusivamente en sus negocios
un callo que tenia desde mucho tiempo en el mercantiles, ni una sola vez se le oyó disputar
dedo pequeño del pié correspondiente á la pierna ¡ acerca de formas gubernamentales; no estaba
amputada. Esto se concibe fácilmente. Lo qu¿' no suscrito á ningún periódico, y descifraba con
es tan fácil de comprender como calmó un céle-
mas prontitud una regla de tres compuesta, que
bre operador los dolores que sufría una marque-
un artículo de la Constitución, Si hubiese sido
sa á consecuencia de un cáncer en el labio infe-.
diputado de las Constituyentes y su opinión h u -
rior, estrayéndola un cálculo de la vejiga urina-
biese prevalecido en la asamblea, es seguro que
ria.... Bien es verdad que ¡a desdichada nurió
hasta el preámbulo y el título del código vigente
en el acto de la operación.
estarían escritos en guarismos. A pesar de esto
Pero estoy divagando, y á falta de presidente pertenecía ala Milicia nacional, á lo que debía
es necesario que yo mismo me llame á la cues- no pocos resfriados y ratos de desazOD, y daba
tión. Volvamos pues á Saturnino. vivas y mueras á todas las cosas á que se los d a -
Con la muerte desús padres, le sucedió á Sa- ban los demás. Hay muchos Saturninos en el
turnino una cosa que desde tiempo inmemorial mundo.
ha sucedido á cuantos han perdido sus padres, Nuestro interesante huérfano se hallaba en
que todos sin escepcion alguna se han quedado una posición difícil. Una tienda en Madrid y
huérfanos, pero como las penas con pan son me- otra en Zaragoza le obligaban á reproducirse, si
nos, nuestro huérfano tuvo m&iSvos de consolar- I puede decirse así, á estar á la vez en las dos
se de esta catástrofe que le dejaba posesor único j partes. Dejar una de las tiendas á discreción de
y esclusivo de dos acreditadas tiendas de varios los dependientes, en estos tiempos en que el
géneros situadas la una en Zaragoza, nada m e - i mas honrado sirve para ministro de Hacienda,
nos que en la calle del Coso, y la otra en Madrid ¡ era declararse en abierta rebelión con todas las
nada menos que en la calle-de Pontejos, muy máximas de economía doméstica, y de esto no
cerca de la Puerta del So!. Diciendo que Saturni- ! era capaz el buen Saturnino que sabia demasia-
no era comerciante, no se necesita decir mas ¡ do que el ojo del amo engorda el ganado. No t e -
para dar á entender que era avaro como una hor- i nia mas que un remedio, casarse. Pero quería
miga, aunque como todos los comerciantes se su mala suerte que, lo mismo que á m í , le g u s -
165
tasen mas las hermosas que las feas, y esto era cuatro de sus compañeros, alquiló un pisaverde
una atrocidad para un hombre desconfiado y ce- pobre, pero bien parecido y magníficamente ata-
loso como un gato. Lo mismo que de sus tiendas viado, para que la rondase la calle, y cuando la
quería ser de su muger único posesor, y un robo vid superior á todas estas provocaciones, la obli-
de un dependiente o una infidelidad de su esposa gó á ir á Barcelona con" el objeto de que la exa-
eran dos calamidades, que solo al considerarlas minase el señor Cubí que se hallaba á la sazón
posibles le trastornaban el juicio, sin atreverse en aquella capital. En efecto, el célebre frenólo-
á decir cual le parecía mayor. En este conflicto go encontró en la cabeza de Celestina muy depri-
suplicó á Dios que le hiciese enamorar de una mida, muy poco pronunciada la protuberancia
muger fea, de una muger que espantase á todos occipital esterna que es en donde reside, segur»
los hombres que no fuesen á su tienda con la es- Gall, el órgano de la lujuria, y de consiguiente
elusiva intención de cambiar en dinero sus mer- tenia Saturnino un nuevo motivo para conven-
caderías. Dios le ovó. Dios es Todo-Poderoso y cerse de la fidelidad de su fea idolatrada.,Des-
quiso en efecto que se prendase Saturnino de una pués de todos estos esperimentos y minuciosas
cosa que así remotamente remedaba una muger, precauciones, se casó con ella; á los dos dias la
pero una muger tan fea y de una fealdad tan an- dejó en Zaragoza, y á los cuatro él en persona
tidiluviana, tan única en estos tiempos, tan r e - se hallaba detras del mostrador en su magnífica
conocida por todos los poderes del listado, quo tienda de la calle de Pontejos. ;Ah! ¡quiera el
deberían hacerse rogativas públicas para que cielo que aquella muger no sea prolífica! ¡quie-
muriese sin sucesión y no quedase en el mundo ra el cielo que no se bagan de moda aquellas
un solo ejemplar de aquel original tan espantoso. horrorosas fisonomías! Si por desgracia se gene-
Sus fisonomías borrascosas y anárquicas se pro- ralizase un gusto tan depravado, si por desgra-
nunciaban contra el sentido común y, en verdad cia la diesen los padres en engendrar monstruos
lo digo, si supiese que alguna vez habían de tan horribles como Celestina , tamaño abuso m i -
aparecérseme en sueños, no me acostaría en to- naría por su base el matrimonio, que es la mas
dos los dias de mi vida. Saturnino encontró en santa de las instituciones, y los mas apasionados
ella aquel no sé qué con que nos pudren los oí- defensores do la libertad generatriz bien enten-
dos todos los amantes amartelados: se enamoró dida pedirían hasta para parir censura previa.
muy particularmente de los agujeros de sus ore- Saturnino vive sosegado y tranquilo. Sabe bien
j a s , y de una voz que tenia en efecto mucha mo- que la fealdad de su muger le garantiza la pose-
dulación y dulzura. Fué realmente capricho de la sión esclusiva, conoce que en aquella fealdad
naturaleza encuadernar tan á la rústica una la- está perfectamente abroquelado su honor, se
ringe digna y muy digna de magníficas cubier- persuade con razón de que aquella fealdad es una
tas, digna de estar encerrada en una garganta centinela que dice atrás á todas las invasiones
de alabastro. Cualquiera que oyendo á Celestina bastardas. ¿Pero se hizo cargo de que aquella
(que así se llamaba la fea) tuviese la debilidad fealdad podia menoscabar sus intereses mercan-
de mirarla , no sabia esplicarse como á Dios se le tiles? Celestina ahuyentaba de la tienda á toda
ocurrió poner los pulmones de un ruiseñor en el la juventud célibe de Zaragoza, á la manera que
pecho derin javalí. La voz de Celestina salia de ahuyenta de un campo á los pájaros el espantajo
una horrible boca á la manera de esos chorros que en ellos colocan los labradores. Bien es ver-
de agua cristalina que escupen los espantosos dad que en cambio todas las casadas celosas
monstruos de granito colocados en todas las obligaban á sus maridos á proveerse de sus
fuentes por el genio de la arquitectura. Sin e m - utensilios en el mostrador de la feísima tendera.
bargo la fealdad de su futura no le pareció al ce- Vaya el uno por el otro. Seguramente Saturnino
loso huérfano un seguro de suficiente garantía habia de antemano echado este cálculo y sacado
contra los incendios de la lujuria. No dio la mano una regla de p-roporcion examinando la estadís-
«Celestina sino despuesde haberla sugetado á to- tica de la siempre heroica para saber el número
do género de pruebas: la hizo requebrar por tres ó de sus solteros y casados, porque ninguna cir-
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cuastancia por insignificante que sea se escapa á i en una diligencia. Pero al llegar á Zaragoza-e®
(a penetración de un hombre dotado de genio S la fonda de las cuatro naciones, se me amojtj
mercantil.. j corno á otros muchos dejar la diligencia de la €&-
¡Ya están casados! No pasa correo sin que en i ranilla de Aragón y proseguir mi viaje en una
el camino de Madrid á Zaragoza se crucen dos déla empresa de las Peninsulares. Me dejé se-
cartas llenas de protestas de íidelidad matrimo- ducir por los elogios q u é d e l a empresa de las
nial, embebidas en otras tantas reglas aritméti- Peninsulares me hizo uno que supe después s«f.
cas que vienen á ser un estado detalladísimo de i de los empresarios... ¡ay! lo supe cuando el mal
Jas entradas y salidas de cada una de las dos I ya no tenia remedio. ¡Y yo que le creía de buena
tiendas. Solo después de un año de ausencia vi- ] féconsiderándole tan indiferente como yo á l#s
no á interrumpirse esta envidiable armonía. Lle- i beneficios de la empresa! Eran las doce de la no-
garon á Zaragoza dos y tres correos, sin recibir ! che cuando me senté en el banco de los ajusticia*-
Celestina la suspirada correspondencia. Empezó t
á roer su corazón el gusanillo de los celos, y co- ] dos. Permíteme que de este nombre al asiento de
mo un proyecto dictado por esta pasión terrible I la diligencia. No había en la rotonda mas viaje-.
se ejecuta con la misma rapidez que se ha con- ! ros que yo y una señora cuyas facciones no me
cebido, tomó Celestina asiento en la diligencia, • permitió descubrir la oscuridad de la noche. L»
dejó la tienda al interino cargo de un hermano i diligencia arrancó con brío y, como lo hacen to-
suyo y preparó á su esposo una entrevista ful- das para formarse una buena reputación , siguió
minante. En efecto, la sesión de los dos esposos í su rápido progreso mientras estuvimos en la ciu-
fué borrascosísima, pero hubiera tenido una so- i dod, pero luego que salimos de ella empezó á
lución feliz si un imprevisto accidente no hubie- i estacionarse á la manera de un revolucionario
se venido á complicar la crisis. ¡ rabioso luego que se ha calzado con un destiníllo
Puesto el caduceo entre los consortes, dispo- I que vale la pena. A mí me importaba muy poco
níase Celestina para regresar á Zaragoza entera- j ó, por mejor decir, me complacía la marcha
mente tranquilizada por las discretas escusas ' crónica de la diligencia, porque habia de dilatar
con que supo ahogar sus resentimientos el bon- ! los goces con que me brindaba la circunstancia
dadoso Saturnino. No, nunca mas volverá á per- | de hallarme en la rotonda solo con una muger.
turbarse la paz de que goza aquel enamorado I Dos jóvenes de distinto sexo tardan mucho en
matrimonio. ¿Lo crees así lector? Pues oye y | dormirse hallándose encerrados solos y á tiro de
tiembla. i beso. Entablé conversación con mi compañera de
Acababa Saturnino de hacer una diligencia i viaje, y tuve el placer de oír su voz que es la
precisa y por la calle de Alcalá *e volvia á su I mas dulce que ha vibrado en mis oidos. No qui-
casa con la velocidad de un marido que va á bus- ; se gastar pólvora en salva; sabes que soy vivo de
car la comadrona, cuando tropieza con un ami- ! genio. Destaqué bien pronto una guerrilla; ade-
go suyo á quien hacia dos años que no había vis- ¡ lanté uno de mis pies y con él toqué suavemente
:
to:— ¡Saturnino!— ¡Gilíes' ¡tú por acal ¿cuán- el suyo. Nada de resistencia. Adelante. Trem,
to tiempo hace? — Diez ó doce (lias.— ¿Vienes | room, room, torom... Mi pie á la manera de un
:
ahora de Lérida, no es verdal? ¿qué tal el via- : grumete se fué encaramando por su pierna como
ge ? — Malo, muy malo. Y no eches la culpa á la l por una cucaña. Luego mis manos desearon en-
carretera , ni creas que me hayan asaltado la- j trar en acción ycatatic, catatac, calalic, cata-
drones, ñique haya habido vuelcos: nada, nada tar,, á paso de ataque, fueron ganando terreno
de esto, todos los viajeros lo han pasado per- I Los labios siguieron su ejemplo; el movimiento
fectamente ¡todos menos yo! Ni presumas tam- se fué propagando rápidamente, y en un instan-
poco que tuviese á mi lado algún chiquillo, al- te todo mi cuerpo quedó pronunciado en masa.
gún barrigudo, algún mareado, algún fumador, Somaten, nan, rían, nan... ; Alto el fuego! Me
alguna embarazada. Desde Lérida á Zaragoza lo dormí en seguida; llegamos á una parada, la d i -
pasé bien, es decir, lo pase como puede pasarse ligencia se detuvo!... qué horror! ¡Saturnino
qué horror! Al tibio resplandor de los primeros
167
crepúsculos del día descubrí las facciones de mi i có una pistola de un cajón y con ademan r e -
compañera de viaje... ¡era un monstruo, un es- I suelto se dirijíó á la Fuente Castellana donde
pantoso monstruo! - Una vieja no es verdad? i no había mas gente que unos cuantos toreros
preguntó Saturnino,— ¡ Qué sé yo lo que era! i embebidos en una conversación relativa á las
respondió Gines. La fealdad absorvia su baiitis- dificultades de su arte filantrópico. Como á seis
mo: los años parecían desleídos en aquellas fiso- I pasos de ellos se paró Saturnino , y después de
nomías monstruosas. ¿Quién adivina á simple haberse asegurado con la mayor sangre fría de la
Tista la edad de una culebra, de un tiburón, y I carga de la pistola, amartilló el arma terrible y
sobre todo un monstruo que se ve por la prime- i se puso junto á las sienes la terrible boca.—
ra vez? Para conocer si un animales viejo, ne- I ¡Qué se va á matar! gritó uno de los toreros. —
cesario es poderle comparar con otro joven de la I Déjale, Curríyo, respondió otro, no le quites el
misma especie y viceversa, y yo jamas había i gusto á naide. En efecto, todos se llamaron
visto un animal de la especie de aquella muger. i quietos; Saturnino tiró del gatillo y chec clias-
Seguimos adelante nuestro camino ; hubiera da- | queó el pistón , pero no salió el tiro... la pistola
do la mitad de los dias de mi vida para conver- : estaba descargada. — Tome usted; esta no hará
tir la diligencia en vapor ó convertirme yo en ! falta, dijo uno délos toreros, dándole á Satur-
milano. Hasta entonces no había fijado la aten- nino una navaja tan Isrga como una espada sa-
ción en la lentitud del viaje; el carruage me pa- ble, pero cuidado con echarla á perder.— ¡Gra-
recía un peñasco y los caballos se me figuraban • cias! dijo Saturnino ¿me he de matar dos veces?
tortugas. — Parece que ha descansado usted per- I ustedes mismos son testigos de n;ue sino me he
fectamente, amigo mió, me dijo ella con dulzu- | levantado la tapa de los sesos es porque la pis-
ra. Nada la respondí; los desdenes de una her- ; tolo estaba descargada; por lo demás... la inten-
mosa son mil veces menos repugnantes que las
| clon basta. Dijo, y regresó á Madrid, siguién-
caricias de una-fea. Cerrábalos ojos pora no ver- 1
dolé largo trecho la rechifla de la cnadrilla. Al
la , y en todas las paradas me apeaba para respi-
i llegar á su casa encontró á su esposa vuelta en si
rar el aire libre , para respirar una atmósfera no
de su terrible pataleta. — ¡He aquí tu obra, mu-
infestada por el aliento de aquel monstruo. Pero
ger ingrata, esposa pérfida! ¡Vengo de suicidar-
ella habia jurado no dejarme en paz , y se apeaba
me! — ¡De suicidarte! clamó ella, ¡ que horror!
cuando yo me apeaba. Pregunté al mayoral si
— Sí, de suicidarme.— Pues bien, repuso
habia un asiento desocupado en el interior ó en
Celestina con esa tranquilidad y estoicismo apa-
la berlina, y me dio una respuesta negativa...
rente que demuestra el esceso de la desespera-
;Qué desesperación ! Tuve que resignarme con
! cion , pues bien, yo no te he de sobrevivir
mí suerte y permanecer con los ojos cerrados
¡adiós! ¡adiós! Con paso mesurado se dirijió ha-
hasta llegar á Madrid.— ¿Y era casada? dijo Sa-
cia la cocina. Los dependientes quisieron dete-
turnino.—Así al menos lo decia ella, contestó Gi-
nerla.— Dejadla , dijo Saturnino , no quitéis el
nés, pero no puede ser que haya habido un solo
hombre de tan depravado gusto. —¿Y le ha dicho gusto á nadie.
su nombre? ¿cómo se llamaba?—Catalina... no, En una mesa de la cocina habia un cn-
un nombre así acabado en i na... Serafina... no.— ! chillo y seis ó siete chirivias ; tomó Celesti-
; Celestina tal vez!—Sí, sí, Celestina.— ¡Qué j na el instrumento terrible y asestándole contra
horror! ¡era mi muger! — ¡Es posible! su pecho, dióse una cruel puñalada... pero no
fué una puñalada; fué una chiriviada. La infe-
En esto llegaron á la tienda donde se hallaba liz en ¡a ceguedad de su desesperación no acertó
Celestina, que al ver á Ginés lanzó involuntaria- á coger el cuchillo y cojió una chirivia. — Toma
mente un espantoso grito. ¡Ella es! clamó Ginés el cuchillo, la dijo su esposo entregándoselo con
tapándose los ojos con ambas manos! ¡ahí está la mayor atención y cariño.— ¡Gracias! respon-
el documento original de mis pecados! Y huyó dio ella, ¿quieres qué me mate otra vez? Tú
como una saeta hacia la Puerta del Sol. Celesti- mismo has sido testigo deque si no me he tras-
na estaba sin sentidos: Saturnino fuera de sí sa- pasado el corazón es porque en lugar del cuchi-
168
llohe cojido una chirivía. Por lo'demás; la in- | Creo, lector, que este trágico desenlace ha de
tención basta. ' ser para tí una lección que no la echarás en saco

roto. Aprende, aprende en las desgracias del fortuna, que el que conhaoa á aquel mas de
desventurado Saturnino. Los hechos, que son tres partes era un pusilánime y ej que confiaba
mas elocuentes que las palabras, te dicen lo que á la fortuna mas de una era un temerario. Este
Son melones y lo que son mugeres. Escarmienta pensamiento célebre no puede aplicarse á las
en ageno daño; no olvides aquella máxima de un mugeres ni á los melones. En estas materias.es
filósofo antiguo ; Bonum est ex aliorum erratis necesario dejarlo todcí á discreción de la suerte.
melius instituere vitam nostram, ni aquella de Si aciertas tanto mejor para t í , y sino suicídate,
otro filósofo mas antiguo todavía Quinimo et fe- pero procura, si eres suscritor, suicidarte con
Hciter is sapit qui allieno periculo sapit. Napo- una pistola descargada ó con una chirivía.
león decia que en todas las empresas debían
confiarse tres partes al cálculo y una á la A. RlBOT Y FoNSERÉ.

CORRESPONDENCIA EPISTOLICO-AMATORIA-RÜSTICO-LABRIEGA,
EPÍSTOLA TERCERA. te ruega que la perdones
si tu carta en versos pares
RODRIGO A GREGORIA. la contesta en versos nones;
Faváta... y si no me engaño Que es tal nuestra discordancia,
á seis de marzo y de este año. que si el amor no te ofusca
Mi dulce prenda morena; veras que la consonancia
¡muger celestial y rara, tu pluma en Londres la busca..,
encantadora sirena!!! mientras laencuantroyo en. Francia.
desde el limbo de... Favára Pero, en fin ,¡no haciendo caso
te saluda un alma en pena: del capricho de ambas musas,
Y entre nocturnas visiones dejémosles franco el paso,
con moribundos cantares y hablen claras ó confusas
169
las alumnas del Parnaso. que ni en mulo, á pié ni en carro,
Otra es hoy la poesía, sin sufrir mil averías
que ventilar nos importa, sale del puerto... un cigarro¿
pues veo , Gregoria m i a , Ni quieras en tu malicia
que no le has quedado corta confundirme á mí con otros,
en hacer mi apología; que huyendo de la justicia
Y á fé que,.. ¡ viven los cielos! van á Córdoba por potrus ,
estraño me ha sido, y mucho, y los traen de... Galicia.
y me infunde mil recelos.*, Ni con lampiños curiales,
el ver tu numen tan ducho que entablan su acción incautos
en cosas de... tantos pelos: en públicos tribunales,
Pues tú misma le declaras perdiendo el pleito y... Jos autos
doctora en ciencia secreta, con las costas procesales ;
y no es bien si lo reparas, Ni con bisoño soldado
que una soltera se meta... de genio travieso y vivo,
en camisa de once varas; que en ejercicio privado
Ni á tu doncellez conviene pasa del servicio activo
que su honor se menoscabe, á cesante ó... retirado;
pues no falta quien sostiene Ni en fin , con gente soez
«que cuando el cura lo sabe... que en orgías de contino
es que estudiado lo tiene. se entrega á la embriaguez
Mi lengua no te maltrata, sin examinar sí el Vino
pero bueno es sin embargo es de Málaga ó;.. Jerez.
que la cuestión se debata , No, Gregoria, que Rodrigo
y ya que has formado el cargo, tiene muy buenas narices ,
oye si gustas la dala. y el reclamo nunca sigo
Figura en primer lugar' de las falsas codornices
en la cuenta que estoy dando que cantan en cualquier trigo.
tu sospecha singular Ni tus ponzoñosos dardos
sóbrelo del «contrabando» me han de hacer pobre ni rico,
y aquello de «Gibraltar»; que aunque de padres bastardos
Gastaré sílabas pocas podré tener pardo el pico,
eu cosa que es en mi mengua, mas no tengo... picos pardos.
y advierte que me provocas También he llevado á mal
cuando con impura lengua que traigas á la cuestión,
semejante punto tocas-. como mulo del ronzal,
Porque le tocas tan mal mi política opinión
cual un sacristán á... laudes, y mi porté liberal;
que es mi amor franco y l e a l , Que es mas propio de mugeres
y en su vida usó de fraudes en el trastorno qne hoy reina
con la hacienda nacional. componer sus alfileres,
Partidario muy sumiso y observar si bien las peina
de las rentas del gobierno, el peluquero Juan Pérez,
siempre evito el Compromiso Que no buscar compromisos
de que mi caudal materno de todo hablando, y de nada
se declare de... comiso. cual un diario de avisos,
Que el resguardo están bizarro y meter la cucharada... •'• • . .
en nuestros bizarros dias, en diplomáticos guisos;
22
170
Peni lo quieres así hasta que el nupcial teatro
y me has puesto en tal agovio, se puebla de infantil gente:
me importa un maravedí De modo que los consortes
ei que digas que tu novio que se entregan con esceso
se subleva contra tí. á patrióticos trasportes,
Fui realista, no lo niego; reúnen pronto un congreso
mas en esto no tropieces, de diputados á cortes:
que entonces estaba ciego Y entre los recursos varios
y después... treinta mil veces que un buen presidente invoca
he gritado ¡viva Riego! en los trámites diarios
y en cualquiera revoltija de las sesiones de... boca,
truena mi voz la primera descuellan ios... pecuniarios:
en algún destino fija, Los demás están proscritos
porque lo contrario fuera... porque es cosa averiguada
«mala noche y parir hija.» con ejemplos infinitos,
Me pierdo por Isabel, que entre la gente casada...
y en suma tú considera «si no hay pan, todo son gritos.»
si seré liberal fiel... Hé aquí, p u e s , porque en tu argolla
que llevo mostacho y pera, resisto el poner el pié,
sable y gorra de cuartel. que m¡ amor todo lo arrolla
Respeta, pues, un bigote A escepcion de aquello de...
que tan largo se preseula: «contigo pan y cebolla.»
y avivando un poco el trole, Busca quien de valde te ame ,
pasemos en nuestra cuenta y ruede gratis tu noria
a la partida... del dote. sin que su jornal reclame,
No me taches de avariento pues yo estoy viendo, Gregoria,
si mi amor sin 61 emigra, «que el buey suelto bien se lame.»
pues tengo el convencimiento Y antes que de amor la estopa
de que la patria peligra se inflame y prenda al vestido,
sin dotal pronunciamiento; poniendo en salvo la ropa
V por ver si á la razón me marcho con... tu apellido,
oidos prestas no esquivos, quiero decir... Viento-en-popa.
aprovecho esta ocasión A Dios, pues, mi ex-novia cara
para esplanar los motivos : arréglate como puedas,
en que fundo mi opinión. que si el hado nos separa
Si fuera cosa segara tú en Benimamet te quedas
el que la gracia de Dios y yo me quedo en... Favára,-
con la bendición del cura Y ya que tu madre insiste
trasformaen uno á los dos, en no aflojarse la liga,
te aceptara sin postura; si hasta ayer mi amada fuiste
Pero, Gregoria, ya ves no estraííes el que hoy te diga...
q u e e n e l templo di; Cupido «Gregoria... laus tibi Christe.»
suceder suele al revé's,
y á poco de hacerse el nido,
de los dos resultan tres;
Y así sucesivamente
van saliendo luego cuatro,
cinco, seis, catorce veinte, JOSÉ BEHXAT BALDOVÍ.
171
10, peluca de cáñamo con coleta, levita corta de
MODAS. muselina rayada, calzón negro de seda, medias
amarillas, zapatos verdes, y guantes de papel de
Trage de baile. La sencillez es hija del buen estraza.
gusto, así es que toda suerte de perifollos están Trage de lluvia. Gorrita, frac abrochado,
desterrados de la alta sociedad. El peinado con- pantalón ajustado y bolitas rusas, lodo de hule
siste en dos lindos moños atados con una liga para que no penetre la humedad. No se estilan
de Albacete en la que se lee: ya paraguas; pero conforme aprieta el chuvasco
se corre mas ó menos según los bríos de cada
Quejas dá mi corazón, elegante.
suspiros solo por verte,
y mis ojos por tu amor
se deshacen á quererte.

El trípili es el baile de gran tono. Al presen-


tarse á bailar, las señoras se aligeran de ropa,
se quitan el corsé y quedan solo en enaguas para
poder ejecutar los pasos con mas gracia y de-
semboltura. Trage de paseo nocturno. Para señoras: man-
tón con capucha de barragan. Vestido abierto de
lienzo crudo guarnecido de pieles de conejo,
otro debajo de damasco carmesí y el ridículo
de vejiga charolada, con provisión de pan y
queso.
Para caballeros: sombrerito de suela, casacon
á la antigua de tafetán inglés, chaleco de raso
Los caballeros usan una gorrita de paño oscu- con higos secos por bolones, banda y bastón de

tambor mayor, calzón corto de estambre, me- i evillas de barro, 5espadín de caña sobre e] mus-
dias de terciopelo azul, zapatos de grana con ' lo derecho, porque ios elegantes, ó no se baten
172
ó lo hacen con la zurda. Es indispensable el man- por varón dice que me ama
guito para preservarse del sereno. El paseo mas y yo idolatro á ana dama
de moda para estos elegantes, es el de la plaza que al menos me lleva en coche.
de Oriente conocido con e-1 nombre de Paseo de Es calva, descolorida
las íinieblas.. A y de viruelas pecosa,
barba larga, boca hundida,
nariz enorme y torcida
UN CONSEJO. y un ojo nació en Tortosa.
Mas por su coche, Bolonio,
soy capaz cualquiera noche
Apurado de recursos, de contraer matrimonio,
sin poder en mis aprietos que si me lleva el demonio
poner los bolsos repletos quiero que me lleve en coche.
con románticos discursos La segunda es zapatera
ni con forenses sonetos: y yo con pasión la ensalzo ,
Un consejo saludable porque aunque fraile me hiciera,
pedí á un hombre muy notable jamás carmelita fuera
que Lucas Gómez se llama, por esto de andar descalzo.
pues según pública fama Busquen otros alborotos
es tan ducho como amable. y electorales derrotas:
Y el buen don Lucas, á fé, yo solo apetezco sotas
me dijo cosas muy cucas. que si no me dan sus votos
Cucas... pelucas... ya sé me socorren con Sus botas.
que si ocurre encontraré Y tengo en lugar tercero
consonante para Lucas. á una modista pasión
Pero el Gómez no da luz que me cose con salero
y á no ser en andaluz sobre todo cuando quiero
asomes, tomes ó embromes q u e m e pegue algún botón.
que me claven en la cruz Aunque en las lelas me sisa
si le encuentro á Lucas Gómez. y á pesar de sus sandeces,
Mas Gómez es de tal goma á'ser dócil me precisa
que á vuestra razón lo dejo, quien me zurció tantas veces
en vez de tomarlo abroma el forro ¿ I la camisa.
dócil como una paloma A mis miras solapadas
me dio el siguiente consejo •': paga en puntadas perfectas ,
y yo digo: así me agradas,
«No de masculinos seres si no saben á indirectas
implores ruin protección. paga á mi cuerpo en puntadas.
Si quieres lujo y placeres A una confitera acudo
entrégate con tesón con amorosa querella,
en brazos delastnugeres. tan complaciente y tan bella
Si yo para mí no cuento que cual es mas suave dudo
ni Pekines ni Moscovias, si sus caramelos ó ella.
si no soy rey opulento Gruñe si me ve enfadado;
tengo para mi sustento cuando me rio sonríe,
millón y medio de novias. mas la beso enamorado
Una aunque vieja se llama y entonces ¡ayl se deslié
baronesa á troche y moche; lo mismo que-un esponjado.
Una melonera maja dije •. con este van d o s ,
me teme como un alcalde. á las tres va la vencida.
Nadie en garbo la aventaja Y eché el proyecto á rodar
á otros dé á cuarto la raja y del amor los reclamos
y á mí me la dá de valde, nunca mas quise escuchar
En fin para todas horas diciendo para acabar:
cuento fieles servidoras: Lucas Gómez... mal quedamos.
guanteras y sombreras,
JUAN MARTÍNEZ YILLERGAS.
tenderas y planchadoras
y sastras y relojeras.
Tengo caballo y no es feo
y aunque por gandul ó tonto
LA LAVATIVA.
pase , cumplo mi deseo,
cuando estoy de humor paseo, Con su novio don Eugenio,
cuando se me antoja monto. y su madre doña Rita,
Esto Lucas Gómez dijo y un sin fin de tertulianos,
y yo que estaba perplejo y tertulianas, y primas,
contesté sin ser prolijo; ayer estuvo de campo
todo lo que escucho es fijo la preciosa Carolina,
no hay mas, adopto el consejo. y se solazaron todos ,
Y al minuto de esto hablado, mas la niña no sabia
como no soy chuchumeco, que en pos de la comilona
á una modista muy hueco venia la lavativa.
habia yo cautivado
el corazón y un chaleco. Hubo ternera mechada
¡Ay qué sortija tan bella! y solomo con criadillas,
al ver mi mano esclamó, amen de ensaladas crudas
se la ofrecí; dura estrella, y de ensaladas cocidas;
la chica me fastidió hubo truchas, salmonetes,
porque se quedó con ella. ítem mas volatería;
A una confitera fui, la niña comió de todo,
con los consabidos fines, ¡desdichada! no sabia
tan tacaña para m í , que en pos de la comilona
que lo mas que conseguí venia la lavativa.
fué merendar diabolines.
Y para mas desconsuelo Bien la decia su madre
yendo mi hocico a limpiar «demasiado comes, hija;»
sin probar un caramelo ella seguia engullendo,
se enamoró del pañuelo que tenia hambre canina.
y se le tuve que dar. — Devorando estás, muchacha.
Una me pescó el anillo —Mamá , por Dios, no lo diga.
por cierto no muy barato. — Haz lo que mejor te cuadre ,
Otra... vaya es muy sencillo, pero no pierdas-de vista
vi que echándola de pillo que en pos de la comilona
me iba perdiendo en el trato. llegará la lavativa.
Por vida del otro Dios
que voy á perder la vida Y así fué, que por la noche
si ando del amor en pos, la dio dolor de barriga
174
con retortijones tales y doña Rita repite
quedaba lástima oiría. siempre las palabras mismas.-
—Mamá, mamá, yo me muero., «en pos de la comilona
¡ay!... ¡cómo me martiriza! cuadra bien la lavativa.»
Y respondía su madre :
—Ya lo ves ; yo bien decia L.as mugeres se preparai.
que en pos de la comilona y los hombres se retiran ¿
vendría la lavativa. y entra en seguida un barbero
muy práctico en la geringa.
Y los tertulianos todos
fueron corriendo y de prisa
de facultativo en busca,
todos por distintas vias.
Por seis médicos la casa
queda bien pronto invadida,
y los seis son de un dictamen,
los seis á la enferma indican
que en pos de la comilona
viene bien la lavativa.

Este fallo tan tremendo


ala infeliz horripila;
pide una purga, un emético....
la geringa la horroriza.
Recusa en vanólos jueces,
el proceso no se amplía.
—Esos médicos son torpes....
llamen otros....—No hay tu tia;
en pos de la. comilona
sienta bien la lavativa

—¿En qué colegio se enseña


tan traidora medicina?
¡estrategia tan villana Paso, señoras, que mancho;
no es propia de nuestros dias! Carolina tiembla y chilla,
¡ atacarme por la espalda! y su madre la sujeta
¡por detrás se me fusila! diciendo con voz meliflua :
—Eso ningún borrón deja, «¡en pos de la comilona
hija mia, en la familia; qué buena la lavativa!»
y en pos de la comilona
no hay como la lavativa. Después de una resistencia
que de la epopeya es digna,
Ofrecen todos los jóvenes la madre á quedarse quieta
su habilidad á la niña; bien á su pesar la obliga.
la niña les dá las gracias Corre hacia abajo la sábana
al ver su filantropía. y la camisa hacia arriba...
Ya el cocimiento de malvas «Carolina, no te muevas
está hirviendo en la cocina, la operación es precisa
175
én pos déla comilona ¿Quién tu puerta de salida
•recibe la lavativa.» convirtió en puerta de entrada?
¿Quién? ¡bien mío I
Despejado yací terreno
el barbero lo examina, No hay ya justicia en España ;
y como sus muchos años ya no encuentra en su inocencia
¡e han acortado la vista, nadie escudo.
pone casi las narices Justa es, salero, tu sana,
en el anteojo de tripa, apúrese tu paciencia,
y dice: «ningún mal gusto no estes mudo.
esto tiene, señorita ,
y en pos de la comilona Levanta tu voz de trueno
es justa la lavativa.» y purguen esos bandidos
sus deslices.
En esto queda apuntada Obliga á todo Galeno
la pieza de artillería... á taparse los oidos...
—Por Dios, dice la muchacha, y narices.
¡qué cosquillas! ¡ qué cosquillas!..»
¡ a y ! ¡ a y ! ¡ay¡ está caliente... ¿Acaso no fué la boca
—¡Quiá! si apenas está tibia... la que cometió el delito
Ya se acabó... ¿ves cuan pronto? por su gusto?
Mañana ya irás á misa, ¡ Y á tí purgarlo te toca!
que para la comilona Todo en España es maldito,
no hay como la lavativa. todo injusto.

La niña lanza un suspiro ; ¿Para la boca no hay leyes?


baja luego la camisa, ¿no halla un delito severo
la sábana á subir vuelve si es culpable?
y el sol de carne se eclipsa. ¿ó es ella como los reyes,
Sola en el cuarto la dejan, y tú cual su consejero
y estas endechas sentidas responsable?
entona, mientras su madrft
dice á cuantos la visitan : Se castiga en tí su falta,
déjense de comilonas que del alto las maldades
si no quieren lavativas. paga el bajo;
y como ella está mas alta,
ENDECHAS. puede hacer barbaridades
á destajo.
¿Quién te habia de decir
ayer, mi querida popa, ¿Quién te habia de decir
mi salero, ayer, mi querida popa,
que hoy tendrías que sufrir mi salero,
un disparo á quema ropa que hoy tendrías que sufrir
de un barbero? un disparo á quema ropa
de UH barbero?
i Tu virginidad querida A. RfBOT Y FONTSERÉ.
por la gcringa arrancada
de un impío!
176
Que á estas cartas, y no á epístolas,
EPIGRAMAS.
los dos héroes de mi fábula,
I. y á espadas y no á las bélicas
Dijo Blas á su muger: mostraron siempre la afición mas bárbara.
¿si la culpa tenéis vos Su carrera eran los naipes,
por qué el hombre, ¡voto á bríos! su biblioteca barajas,
los cuernos ha de traer? sus cátedras los garitos,
Y respondió Nicolasa: y sus bancos de cambio eran'las bancas.
¡ qué esa materia te asombre! Y no hay que pensar que fuesen
trae los cuernos el hombre hombres de baja prosapia,
porque es cabeza de casa. Torvo-rostro hidalgo r i c o ,
II. y heredó pingües bienes Mala-facha.
lAy que negra desventura! Heredero de dos montes
dijo Gregoria á Vicente, Don Nazario po r su casa,
comí una pera madura en un monte los dos montes
y un diente se me cayó; se fueron sin quedarle ni una rama.
Y Vicente respondió: A Don Cenon le dejó
mas maduro estaba el diente. sin viñas un tres de espadas,
III. un olivar el as de oros,
Preguntáronle a u n pintor y el dos de copas le costó dos casas.
que hacia cuadros muy bellos, Asi quedaron escuetos
por qué pintando tan bien mis dos padres de la patria ,
eran sus hijos tan feos. que si no eran diputados,
El ufano contestó; mas eran padres de familias largas.
la respuesta es según creo, Por cierto que era muy linda
que hago los cuadros de día la esposa de Mala-facha,
y de noche los hijuelos. por que siempre al mas ruin puerco
RAMÓN RÚA Y FIGUEROA. la bellota mejor se le depara.
Era la de Torvo-rostro
de un genio como una malva,
UN PAR DE APUNTES. dulce cuanto era la otra
resuelta y varonil, de rompe y rasga.
Reconvenía launa
Antiguos compinches eran,
con prudencia y con templanza,
amigos desde la infancia
con fortaleza la otra,
Don Nazario Torvo-:rostro
si bien no sin justicia la cuitada.
yDonCenon Severo Mala-facha.
Asi las cuatro virtudes
Mil bromas corrieron juntos,
que cardinales se llaman,
y cual buenos camaradas
entre las dos reunían,
en los azares del uno
y á fé que les hicieran buena falta.
nunca el otro dejó de tomar cartas.
Porque eran sus dos adjuntos
Y aunque no eran militares,
tres enemigos del alma,
ni eran sus lances batallas,
eran los siete pecados,
no se cuenta ni uno solo
eran dos jugadores y esto basta.
en que no se cruzasen las espadas.
Eran socios fundadores
Y no eran pocas por cierto
de una sociedad non sancta ,
las que siempre en medio andaban ,
que en recóndita boardilla
cartas lo menos cuarenta,
celebra sus sesiones ordinarias.
treinta y una lo menos las espadas.
177
Nos enseñan que el infierno en los allos no se estila
está en las regiones bajas, quedar sin maldición santo ni santa.
respeto la fe, mas pienso Sobre si a la sota en puerta
que hay infiernos también en partes altas. le atisbo alguno la paia,
Que si en los infiernos bajos ¡poder de Dios, y qué cisco
maldicen á Dios las almas, se armó en el gazapón ! '. qué gresca y zambra!

Echase á rodar la mesa, un entres ó un albur los espoliaban.


el candelero se apaga , Así andaban de lucidos
y ya no juegan los naipes, siempre los dos cantaradas,
que juegan sillas, puños y navajas. sin una amarilla siempre ,
Y dichoso el que en su cuerpo como siempre también sin una blanca.
no saca alguna mojada,
ó un cardenal en un brazo, Al llegar aquí acaeció una cosa muy rara y
¿bien un par de chirlos en la cara. muy singular. Y fué que todo lo referido hasta
A esta cátedra asistían la presente sucedió en verso; mas lo que acon-
Torvo-rostro y Mala-facha, teció después se verificó en prosa; cuya estraña
que no eran apuntes flojos, novedad la atribuyen los críticos al poco tiem-
sino de los de suertes temerarias. po que tuvo el historiador para hacer la relación
Mas con suerte tan inicua, de los sucesos.
que si izquierdas apuntaban, Acaeció, pues, por aquel entonces que en c a -
derechas se daban todas, sa de doña Clarita Alegre , que así se llamaba la
si apuntaban mayor, menor se daba. esposa de Torvo-rostro, todos losdias se repre-
Si jugaban a judías , sentaba la ópera de la Gazza Ladra, no porque
convertíanse en cristianas, trabajase en ella ninguna compañía lírica, sino
si acertaban un elijan, porque andaba una Urraca ladrona que le iba
¿o
178
escondiendo los cubiertos de plata con la mayor su muger y poner su casa á cuenta de aquel rey,
destreza del mundo. Esta Urracano era pájara que para mis dos satélites fué el rey que rabió,
sino pájaro; era su marido que no le dejaba cu- ' ó por mejor decir los que rabiaron fueron elloé"
bierto ávida para malvenderlos y jugarlos en el contra el rey, pero al rey poco cuidado le daba,
gazapón. porque la persona del rey era sagrada é inviola-
Al propio tiempo en la de doña Prudencia, ble y no estaba sugeta á responsabilidad.
que este era el nombre de la muger de Mala- Torvo-rostro se quedó limpio, á Mala-facha
facha, tenia lugar una emigración horrorosa. aun le quedaba otro recurso para apuntar, á sa-
Iba á decir que aquello presentaba un cuadro ber, el cuadro de familia. Vino un elijan', le
digno de lástima, pero realmente la casa de do- gustó, y puso la familia en diez duros ai tres de
ña Prudencia no presentaba ningún cuadro, por- oros contra el siete de espadas. Mala elección
que los cuadros eran los que emigraban todos de tuvo don Cenon para la familia; biei> que peor
las paredes. La casa parecía un convento supri- fué la de su muger cuando le eligió á 61. Salió
mido, y su marido un comisionado de amortiza- el siete de espadas, que mas que siete de espa-
ción. Mas santos huyeron de aquella casa que das fueron siete cuchillos de dolores que clavó
huyeron de Roma en las persecuciones de Dio- en el corazón de la pobre doña Prudencia. Perdió
cleciano y Maximiliano. En fin llegó el caso de
pues Mala-facha la familia; perdió dos familias
desaparecer también la señora y los hijos; es
é un tiempo, una en retrato y otra que le queda-^
decir, la señora y los hijos no desaparecieron,
baeneasá.
lo que desapareció fué el cuadro de los retratos
Espoliados ya enteramente y no teniendo que
de toda la familia. Escusado creo espresar donde
jugar, quisieron jugarse á sí mismos, pero no
fué á parar todo.
los admitió el banquero por mala moneda.
Y suponiendo que todos ustedes se han tras- Con el escarmiento de aquella noche mudaron
ladado con su imaginación al garito eonao yo, enteramente de conducta los dos amigos: e m -
vean ustedes á esa pobre santa Teresa de Jesús prendieron nuevo modo de vivir, Torvo-rostro
puesta al as de bastos por tres pesetas: contem- se dedicó á cultivar amistades, renovó sus anti-
plen ustedes á ese niño Dios jugando á un albur guas relaciones, y se hizo el hombre mas atento
por medio peso. ¿Ven ustedes esa CwnaDomini, y cumplido del mundo. Se dedicó á admitir e m -
que habia costado á doña Prudencia seis onzas préstitos á estilo de ministros, es decir, pedia
de oro sin cnntarel marco? Pues ahí tienen u s - prestado á todos, y á ninguno pagaba. Mala-fa-
tedes ese hermoso cuadro de la Cena, con cha adoptó otro modo de conducirse: Malafacha
que apunta Mala-facha por un doblón á un siete no importunaba á nadie; era mas caballero;
de copas que salió en el gallo. Ganó el gallo el este no pedia; tomaba sin pedir siempre que en-
banquero, y se comió el gallo la Cena. — En- contraba ocasión. Y en cuanto al garito, ya no
tres.—Esta es la nuestra, dicen mis dos hé- iban diariamente, sino el día que habían podido
roes. — Apunta Torvo-rostro un par de cubier- recoger algo.
tos, un vestido de alepín de lana, dos abanicos, Así continuaron en lo sucesivo mis dos apan-
una blonda y unas pulseras. Y pone Mala-facha
tes con la misma vida devota y arreglada, según
una SantJtóJJjta, un Eccehomo y un San Juan
refiere el historiador de quien he tomado estas
Bautista. Y gustándole cada vez mas la carta,
memorias. La última pagina de la historia de
«cargo,» dice antes que vuelva la baraja el
i cada uno no se ha podido leer, porque la de Tor-
banquero. «Ahí van las once mil vírgenes.»
i vo-rostro está escrita en el canal, y la de Mala-
Tasáronse en el acto en media onza, que no facha en el estanque del Retiro, que son los dos
sale á ochavo la virgen : vean ustedes á qué p r e - paraderos de los románticos poetas y délos j u -
cio andan las vírgenes entre jugadores. — Una gadores prosaicos!
al cinco... dos al rey... no pudo i r ; es decir no F R . GERUNDIO.
pudo ir para los apuntes, pero sí pudo ir para
el banquero, que quedó habilitado para vestir á
UN PLEITO. dice ahuecando la voz
ya, ya ¡buenos son ustedes!
¡llévese el diablo al mejor!
Tiempo hace que el sexo fea — Son ustedes incapaces
(cuya denominación de abrigar una pasión.
no es del caso averiguar — Sí que ustedes... ¡pobrecilla
si es aplicable ó si no). la que crea en su dolor !
Y el sexo bello (cuidado , — Ustedes gozan ufanas
que aunque le dan esta voz en decir: vaya con Dios.
porque abunda en hermosuras — Porque no hay hombre en el día
no hay regla sin escepcion). que no sea un coqueton.
Hombres y mugeres digo
que desde Adán hasta hoy Este es el pleito constante
tienen trabada una lucha desde que hay mundo hasta hoy,
tan eterna como atroz. y el que a fallar me decido
Si bien se mira, estas guerras sin que admita apelación.
no dan espanto y pavor,
porque casi siempre acaban Es verdad que ante una hermosa
con un abrazo de unión; de esas que eclipsan el sol
Y aunque en guerra con los hombres dobla un hombre las rodillas
soy sanguinario y feroz , en muestra de adoración.
en guerra con las mugeres, Es verdad que en escaleras
por los abrazos estoy. andan eilas sin temor,
Pero esta guerra que digo pues siempre suben ó bajan
es una guerra de honor, agarradas al varón.
es de dejar cada quisque Es verdad que aunque haya lodos
bien puesto su pabellón. gozan de acera el favor,
Nada mas noble y mas santo mientras barre el que las guia
al que venera, cual yo, los lodos con el faldón.
lo que llaman amor propio Es verdad que uno va espuesto
sino raya en presunción. si otro las dice: aquí estoy,
Por eso de ellos y de ellas á pasar por un cobarde
pábulo á las riñas doy • á recibir uua coz.
cuando de entrambos disputan Es verdad que en una fonda
quien es malo y quien peor. disfrutan siempre el honor
Mi muger es una fiera de engullir y no pagar
dice el pobre don Eloy, que es muy fatal distinción.
y ella esclama -. mi marido Es verdad que de las aves
es un diablo, un escorpión. chupan la carne mejor,
Y ambos lo cuentan á voces en tanto que un hombre roe
que es un medio de mi flor, las alas ó el espolón.
para que en el barrio cundan Es verdad que cuesta mucho
las faltas de arabos á dos. una mantilla de g r ó ,
Cuando enamora un Adonis y en el verano sombrilla,
la dice á su Venus \ oh! y en el invierno albornoz.
son ustedes inconstantes , Es verdad que el hombre ruega
porque sensibles no son. con idólatra fervor,
Y la Venus sonriendo y ellas tienen el derecho
180
de poder decir si ó no. sabe hacerse superior!
Mas ¿qué es esto comparado ¿Por qué no puede una dama
á la gran predilección representar la nación
con que fué dotado el hombre con mas acierto tal vez
por quien el mundo creó? que tanto eterno orador?
Una muger se estaciona Al tocar la campanilla
si no hay siquiera un pelón con su mano de arrebol
que la diga: en esos mares una presidenta hermosa
quiero zambullirme yo. quién levantara la voz?
Dan á un hombre calabazas, Y verla llamar al orden
que es fruta de mal sabor, y decir con patrio ardor;
y se zampa en el Liceo «señora preopinanta
ó va del Prado al salón ; contráigase á la cuestión!
Y en un quítame estas pajas- En la oposición unidos
triunfos ostenta de amor hembras y machos ¡que horror!
con cartas de diez y seis ¡ aquella si que seria
y pelo de treinta y dos. compacta coalición I
¡Es mucho nuestro egoísmo! ¡Abajo los gobernantes!
¡Es mucha nuestra ambición I ¡el ministerio es traidor!
Hasta en salir á la calle y de nuevo ministerio
hay diferencia, señor!! habria combinación.
Va un hombre solo á paseo No del color mas subido
¡qué filósofo gran Dios! ni del mas bajo color,
¡qué virtuoso! ¡qué sabio! sino un ministerio misto
y hay mil razones en pro. de amalgama y de fusión.
Dá una muger media vuelta No saldrian buenos^ planes
de su casa alrededor de las naciones en p r o ,
y todos al verla dicen: mas saldrían ministritos
¿á donde irá ese pendón ? quegozarian pensión.
Gracia es, que un hombre en los toros ¡ Pues no digo en las audiencia»
pierda de gritar la voz ; el molesto adulador!
y si una muger gritara ¡oh señora si es V. E.
¡qué osada! qué sin rubor! la gloria de esta nación!
Ven la comedia los hombres Me río de Ballesteros
en luneta ó en sillón, me rio yo de Godoy,
lasmugeres en caíuela del mismo Florida Blanca
como si fueran arroz. y Rodrigo Calderón.
Pero no es esto lo malo , Y diría la ministra
lo que miro con rencor al vil incienso inferior:
es privarlas del derecho «á la oficiala del Parte
de que influyan como nos que atienda su petición.»
en los destinos del mundo: ¿Pues y la prensa periódica
de hacer oir su opinión en sus ataques feroz?
y decidir las contiendas «La ministra tiene gracia
con su ciencia ó su valor. pero justicia eso no t
¡ ¥ dale que es la muger El tinglado desgobierna
de tan pobre condición la de la Gobernación,
que solo á agujas y planchas y es muger poco hacendosa
181
ia que á la Hacienda subió. ¡Virgen santa déla O!
La de Guerra y la de Estado — que yo soy caba de escuadra,
corren parejas ¡qué dos! — y yo sargenta mayor.
La ministra de Marina
no puede con el timón. Y militares no miento
Una muger en el foro de mas alta graduación
¡buena estuviera por Dios! por que de Murcia á Valencia
pues nada digo en la ciencia y de Madrid al Ferrol,
de Argumosa y Castelló ! siempre he visto coronelas
¿Y qué diremos, de cura de generalas en pos
diciendo misa mayor? con todas sus campanillas
¿y vestida de monago tirando de un faetón.
cantando el kirieleisón?
De arte de birlibirloque Conque señores lectores
supiera mucho mejor, convencido como estoy
que de ese que engrandecieron de que no conoce límites
Bonaparte yEscipion. la masculina ambición;
Mas ¿ por qué en caso de apuros El divorcio mas completo
al enemigo invasor pide laley con rigor.
no pudiera de mugeres Que los hombres desterrados
oponerse un batallón? vayan á Fernando Po:
¡Y qué donosa figura Las hembras queden conmigo,
estuviera, voto á bríos, Madrid junio veintidós
una artillera de plaza del año cuarenta y tres.
clavada al pié del cañón! — Es copia... del borrador.
Las viejas alabarderas JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS.
las mozas Guardias de Corps,

inespondencia epistálico-5mitoria-Tústico-labnega,

EPÍSTOLA CUARTA.

GREGORIA A RODRIGO.

Benimamet 3 de abril,
dia en que da el calendario
viento fresco y tiempo vario.

Señor Rodrigo Carrasco:


Me llevé un solemne chasco
dándole A usted franca entrada
en mi pectoral morada:
que aunque yo ya roe temía
que ese amor que me escribía
era amor de gran visir,
y una moza embarazada nunca llegué á presumir
con cartucbera y morrión. que sin rebozo y tan presto
Pues no digo en gerarquias me envidara usted el resto.
182
No es decir que ello me asombre un amante que se presta
porque a! cabo es usted hombre, á bailar en cualquier fiesta?
y con indicar la casta ¡Qué ha de hacer!!! Lo que yo infiero:
me parece á mí... que baila. « Cuantas veo, tantas quiero. »
Pero hablando á usted de veras Y aun no es esto lo peor,
hay sus modos y maneras sino que el fingido amor
(aunque no entre los villanos) con que usted se disponía
de lavarse bien las manos á formar la batería
sin que se ensucien los codos, para atacar esta plaza ,
y hay sus maneras y modos tiene todo el viso y traza
de llamarse un hombre «andana» de ser amor muy amante
con lengua mas cortesana. del metálico sonante,
Verdad es que los Carrascos puesto que echa en roto saco
suelen ser duros de cascos, mis gracias y aire de taco
y es de la torpeza el colmo y solo muestra afición
pedirle peras á un olmo. á la nupcial dotación.
Ademas quien fué realista, Y el caso es que me la exige
y luego siguió la pista viendo que en la ley que hoy rige
de las dos, 6 tres, 6 cuatro no la tiene el culto y clero ;
mutaciones de teatro, ¿no observa usted, majadero,
que en una década sola que hasta el dote de las monjas
•vio la nación española, las nacionales esponjas
¿qué mucho que hoy quiera á Juana se lo chupan sin piedad...
y adore á Pepa mañana , y que esta arbitrariedad ,
y luego requiebre á Inés, (ó aplíquesele otro nombre)
y se la deje después hace que nadie se asombre
por otros nuevos amores de que mañana ó el otro
con Rita, Blasa ó Dolores ? suba , ó monte sobre el potro
¿Qué cosa mas clara y obvia de un futuro ministerio
que el portarse con su novia cualquier zángano muy serio ,
de este modo un liberal que solo con dos plumadas
de opinión tan general, se chupe el de las casadas?
y de tan variable intinto, Y aunque este mal no existiera ,
que hoy proclama á Carlos Quinto existen en mi mollera
yéndose tras la bandera mil cazones de amor propio,
de Quilez, Rufo , ó Cabrera , como son estas que copio : —
y después rinde tributo ¿Qué fincas hay en Favára,
al raquítico Estatuto , que valgan mas que mi cara?
cuyas leyes desconoce ¿ ni qué campos riega el Júcar
cuando ve que !a del doce que con mis dientes de azúcar
rueda como una naranja y labios de bermellón •
por los patios de la Granja, admitan comparación?
y luego otro santo invoca, Dígame usted, gran villano,
y esclama abriendo laboca qué terreno de secano
sin conciencia que le inquiete: ni aun con noria y acueducto
viva la del treinta y siete? dará nunca mas producto
Tras de tantos pareceres, que milabriega persona,
¿qué ha de hacer con las mugeres si hay quien la cuida y la abona t
183
¿Qué jardín ostenta ílores ni otras gracias y embelesos
de tan variados colores que arrugas, pieles y huesos,
ni de tan raras semillas yque en su amorosa fiebre
como las de mis megilias? le ofrezca gato por liebre...
¿Dónde hay arroyo ni fuente, que la trucha buena y fresca
que en su límpida corriente, con otro anzuelo se pesca ,
ó en argentina cascada del cual solo se enamora
no se oculte avergonzada esfa simple labradora...
entre malezas y abrojos Gargoira Vientoenpopa.
al ver la luz de mis ojos?
¿Quién será el que el dote no halle
en mi esbelto y lindo talle,
y en el precioso tesoro
de mis largas trenzas de oro? JOSÉ BERNAI BALDOVI.

Y en fin... ¿dónde habrá camueso


que no aprecie mas un beso
de mis labios celestiales
UNA ONZA DE ORO.
que las huertas y arrozales
de seis leguas en contorno?...
Confieso que me abochorno, En los tiempos que corremos el que tiene una
y es1 una vergüenza y mengua onza de oro tiene diez y seis duros, que no es
el que se ocupe mi lengua poco, ó trescientos veinte reales que parece mas
en querer darle mas brillo y no lo es. A veces el que tiene una onza no t i e -
á un asunto tan sencillo; ne un cuarto, porque ó lo sabe un desollinador
porque apenas en el mundo de cofres, vulgo ladrón, y alivia el peso á su
habrá un Rodrigo Segundo, prójimo, porque también los ladrones tienen
que deje de conocer, prójimos, ó lo averigua el gobierno y por si la
que al casarse una rnuger industria y comercio de ajos ó cebollas ó versos,
(y de ello garante salgo) que usted ejerce produce tanto mas cuanto, se
siempre lleva en dote... algo. queda á buenas noches, por via de contribución
Mas ya que á usted le es mas grata ó préstamo voluntario por fuerza, que son las
la pecunia numerata, únicas garantías estables consignadas en las
que la moneda corriente constituciones modernas. Pero yo me rio de los
de mi marcial continente; gobiernos y de los ladrones en este particular.
ya que usted en esta andanza Tuviera yo muchas onzas de oro que poco cui-
el amor de Sancho Panza dado me daiia del mundo por mas enemigos
prefiere al de Don Quijote ; del bolsillo ageno que espiasen mis pasos.
y que solo busca el dote, El dinero es un antídoto universal que cura
y que tras él se desliza todos los males como Mr. Le líoi, y mejor. Y no
cual gato tras longaniza... se crea esto una observación inútil por lo infla-
es decir, que al fin y al cabo da, á pesar de cuanto dijo Quevedo y otros que
se me apea por el rabo... no fueron Quevedos. El dinero ha sido en todos
Vaya muy enhoramala, tiempos un caballero respetadísimo, porque ante
y perciba su alcabala su dignidad el mundo entero ha humillado la
de otro contrato oneroso, frente: pero el siglo diez y nueve, investigador
vendiéndose por esposo átodaprueba ,ha hecho descubrimientos impor-
á una vieja con viruelas , tantes en la materia. El dinero en nuestros días
chata, sin dientes ni írmelas, es la jnsticia, la religión dominante es el diñe-
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ro, la moral el dinero, la política el dinero, y Otra ventaja está en el laconismo con que se
hasta el honor es un sinónimo de dinero. Anti- puede espresar un ciudadano, como por ejem-
guamente se revolucionaban los pueblos, en ej plo, cualquiera dice: apuesto una onza ó si m e
día se revoluciona el dinero. La aristocracia de costara una onza, y nadie dice apuesto diez y
la sangre, la del talento y otras aristrocrácias seis duros, ó haria una muerte si no me costara
que caducaron, han dejado ancho campo donde mas que diez y seis duros.
enseñorearse pueda el poderoso caballero don Otra ventaja es que para enseñar un hombre
dinero. Para ser Senador es preciso tener cua- su dinero, puede sacar con cualquier pretesto
renta mil reales de renta, para escribir de políti- una onza, pero sería una ridiculez para hacer
ca depositar cuarenta mil reales, para tener voto alarde del dinero meter la mano en el bolsillo
electoral pagar siete reales de habitación y tem- y sacar un puñado de duros. Luego, como el
blando estoy el dia en que hasta el santiguarse oro produce una sensación tan viva y tan agra-
un católico entre en las contribuciones de cuota dable, y como no se sabe si al que al descuido
fija. No es nuestro objeto mezclarnos en la polí- enseña una onza le quedan mas, es muy fácil
tica ; hemos citado estos ejemplos, no tanto por pasar por rico y esta es una fortuna por no decir
manifestar defectos en la Constitución vigente, un mayorazgo positivo.
como para probar que en todo cuanto se ela- El que enseña una onza con el pretesto de no
bora en el dia entra el metálico como ingredien- cambiar, tiene derecho para pedir prestado á
te indispensable, como poderoso y general ele- todo el mundo. A uno le dice: ¿tienes una pe-
mento. seta que me hace falta? por no cambiar esta on-
Pero hay diferencia entre el dinero suelto y za ; á otro: ¿me prestas un par de reales?
el dinero agarrado. No es lo mismo tener una Y como UÍI par de reales ó una peseta entre ca-
onza, que tener diez y seis duros, y aunque pa- balleros es cosa en que no se repara; la onza de
rece que vale lo mismo porque según los lójicos, oro ha atraído con mágica virtud algunas canti-
dos cosas iguales ó una tercera son iguales en- dades que quedan á beneficio del último posee-
tre si, y según los matemáticos el orden de fac- dor. Y como en una corle tiene uno tantos ami-
tores no altera el producto, y á pesar de que en gos y conocidos, resulta que puede una onza de
caso de duda cualquiera preferiría los muchos oro redituar sin esposicion ni cargas de ningu-
pocos á los joocos muchos, á imitación de aquel na especie, tanto como una casa de cuatro pisos
Señor de mil pueblos que renunció uno por ser y doce balcones en la calle de Alcalá.
Señor de novecientos noventa y nueve, que es Hay mas; vá usted con una onza de oro á
menos y abulta mas, yo sin embargo estoy por comprar zapatos, ó unos tirantes, ó un pañue-
la inversa y nada me importa no tener diez y lo, ó una corbata. Para eso no debe entrar en los
seis duros con tal de tener una onza de oro. grandes comercios donde tienen cambio no digo
En primer lugar una onza de oro como que yo de una onza sino de mil. El especulador de la
solo es una onza, no pesa mas que una onza y onza debe elegir las tiendas de mala muerte,
se puede llevar sin incomodidad en el bolsillo. donde no tengan para cambiar un Napoleón. Es
Lleve usted diez y seis duros y verá que figura claro que en cuanto vean echar una onza con a r -
tan bonita presenta.. Si se lo pone en el bolsillo rogancia banqueríl sobre el mostrador, tanto
del chaleco parecerá que tiene tetas postizas; si por ganar un parroquiano tan rico, como por
en el del pantalón, como estamos tan desmo- no pasar la plaza de pobres, han de decir:
ralizados se toma por cosa mala y si en los del i Ave María! ¡ cambiar una onza por diez ó doce
frac no se puede andar porque los faldones j u e - reales! vaya, vaya, ya volverá usted por ahí. El
gan y las corbas pagan. Añadan ustedes á esto otro dice entre sí «ya se ve que volveré
el inconveniente del peso y la posibilidad de que las espaldas» y contesta retirándose: «por aquí
la tela se rompa y cada moneda se marche por vendrá el lacayo con esos maravedises.» Pero la
su lado, de modo que cuando alcance una le ha- venida del lacayo tan esperada como la del Me-
yan los transeúntes birlado las demás. sías obliga á cantar en la tienda:
«El que espeta desespera NOCHE TOLEDANA.
y el que viene nunca llega.

ó acordándose de las coplas del Mambrú:


Dos meses hace que Juan
El lacayo no viene perdió el honor de soltero
no sé cuando vendrá; y ya ruega por su esposa
si vendrá por la Pascua al doctor San Cementerio.
ó por la Trinidad. Porque le aburre y le muele
con su geniazo perverso,
Si es para los amores no hay atractivo como que si no es genio del mal
una onza de oro; aunque tenga un hombre ojos del mismo demonio es genio.
de pulga, juran las muchachas que le han visto Y eso que es Juan un Juan-lanas,
ojos de buey, y sin mas garantías, ni mas r e - un inocente, un borrego,
cibo, ni mas fiador le entregan el corazón 6 cosa pero ella asaz exigente ,
que lo valga. le quiere mas bien carnero.
Pero donde se luce una onza de oro es en el Y por el refrán sabido...
café. Conozco yo un ciudadano, que es el que la dice: no des ejemplo,
me ha dado materia para este artículo , que t i e - que donde las dan las toman,
ne tanto cariño á una onza, compañera de glo- si tú me vendes te vendo.—
rias y fatigas por espacio de diez años, que Vivo anda Juan por el alma
nunca se separa de ella por mas que lo amenaza de una hermosa, aunque yo creo
todos los días. En cuanto ve un corro de perso- que quien le abrasa y le quema
nas conocidas allá se encaja; trata de lo que no es el alma sino el cuerpo.
tratan, come de lo que comen, y bebe de lo que Os he dicho que anda vivo
beben. Si pagan voluntariamente se aguanta c o - porque el mentir aborrezco,
mo un zorro. Si no hay quien pague saca su y aun no he visto enamorado
onza y entonces no falta quien diga-, no, no que, cual lo dice, ande muerto.
cambie usted, tengo yo suelto; y la onza vuelve Y bien disculpar pudiera
á su sitio como la vaqueta á la caja del fusil, que el pobre Juan pierda el seso,
eomo el pájaro á su nido, como cuerpo abando- porque tiene su gachona
nado en el espacio que busca su centro. No para un salero muy salero.
aquí la maña de mi amigo. Muchas veces e n - De resalada es salmuera,
cuentra á un camarada en la calle y le convida de picante es un pimiento,
á almorzar ó á tomar café, por de contado con y mas rasgada parece
ánimo decidido de no pagar. Procura que el gas- cuando su trage es mas nuevo.
to no suba demasiado porque entonces faltaba Tiene ella puestos los ojos...
el pretesto para dejar de cambiar la onza, y des- ¿puestos dije? lo desmiento,
pués de engullir como una suegra, llama al mo- porque sus ojos son soles
zo y le enseña su onza, y el compañero echa que nunca se miran puestos.
mano al bolsillo con la consabida fórmula de: Os quise decir que fijos
no cambie usted, tengo suelto. Algunas veces tiene ella sus ojos bellos
insiste en pagar, hace que se incomoda; pero en un curro de buen temple
como el mozo alargue la mano pronto, retira la que es muy curro y muy tremendo
suya diciendo: bien, consiento en que hoy pa- Pero Juan terne que terne
guen ustedes, pero yo me vengaré. Y efectiva- por su adorado tormento,
mente se venga en hacerles pagar siempre que aunque ni duerme ni come
les convida ó le convidan. anda sin hambre y sin sueño.
JUAN MARTÍNEZ VILVES&AS. Por eso cuando las doce
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siente gritar al sereno, y abrazas á mi compás.
armado de gran guitarra Ardiendo estoy de coraje;
toma su rumbo directo, di que baje
y á la puerta de la ninfa, veremos quien puede mas.»
que le hace brasas el pecho,
canta sentidas endechas A Cuando estos versos decía
y echa melosos requiebros. cayó del cuarto tercero
j A.y si el curro le sorprende cerca de una azumbre,de agua
camelando su embeleso! que le puso como nuevo.
tal puntillón me le arrima ¡Infame! gritarqueria;
que deja el zapato dentro. sintió ruido, miró ai cielo,
O tal estirón de orejas y sino toma el portante
que le crecen palmo y medio, lleva otro baño y completo.
ó le echa al cielo de un soplo ¡Infame! esclamó furioso
ó de un cachete al infierno. ¿Infame? le respondieron,
Por eso Juan nunca ronda y et tercerearlo le echaron
cuando el curro pueda verlo en lamilad delihvierno.
y enamora, á la mitad Pero esta vez el botijo
del dia de los murciélagos. cayó con el agua á un tiempo,
Sin duda ignora que el curro, y acertando en la guitarra
por tener cerca á su dueño, dio tan soberaii'O'estruendo,
se muda á la misma casa que alarmados !l«s vecinos
con amoroso silencio. al terrible cañoneo,
Así puede ver á Juan al arma 1 al arma! eselamaban,
que templando el instrumento ¡ya están los facciosos dentro!
viene cualTÍsion fantástica, Y hubo persona en el barrio
pegando sustos al miedo; que juró ver por muy cierto
Y llegando y elevando frente á su casa alojados
sus ojos al entresuelo, á Cabrera y Cabañero.—
canta sentidas endechas Juan por cargar al del agua ;
y echa amorosos requiebros. ¡ladrones! gritó soberbio,
y acudieron alarmados
— «No tengas por paradoja, por esta voz lossejenos.
chica roja, Tomó el tole al divisarlos,
si te digo en mi canción, y ellos juzgándole reo
que me hieren como abispas ¡date! corriendo esclamaban,
esas chispas ¡ date ladrón ! ¡ date perro!
de tu ardiente corazón. Y, una orquesta de silbatos
dio principio, á cuyos ecos
¿A. qué me causan enojos mas de cuatro mil silbidos
esos ojos, el reclamo repitieron. !-'
que me hacen tili tilí? Corría Juan como un corzo;
Pon el remedio tú misma mas dio un tropezón horrendo
ó la crisma tal que aplastadas quedaron
me voy á romper por tí. sus narices en el suelo.
En esto llegó la turba
Qnhá á otro amor correspondes de los nocturnos lanceros
y le escondes y le dieron tal paliza
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que le dejaron por muerto. — Rabiar después de tres años!
Cesaron poique sonaban ¿Qué? ¿Rabiaba? ¡Dios eterno!
las campanadas á fuego. Dijo el buen Juati y tentóse
¿Dónde es el fuego? decian por si el daño era pequeño.
al primer hombre que vieron. Solo le había clavado
¿Dónde'? en tal parte—¡En tal parte! los colmillos hasta el hueso.
contesto Juan ¡santo cielo, Llorando como un chiquillo
se está quemando mi casa ! se acercaba á su aposente,
y quiso andar ¡trance fiero' ya que la gente roncaba
Un perro mastín, enorme, después de apagarse el luego.
que pasaba al mismo tiempo Cojió el aldabón disforme
le mordió en una rodilla y al dar un golpe soberbio
dejándole patitieso. dio tan aturdido el golpe
que se machacó los dedos.
Su muger se hizo la sorda
iSSiÉl
gilí
y helando á seis bajo cero
estuvo el pobre en camisa
mlk toda la noche al sereno.
Vino el so!, se abrió ia puerta,
!':: ! llamó á la suya , le abrieron ,
y debajo de la cama
vio las botas de! cortejo.
— ¡No puedo mas, dijo entonces,
no puedo mas! un veneno!!! —
Y al otro día entre cuatro
caminaba al cementerio.
JUAN MARTINES VH.I.EHGAS.

MI SOBRINO.

¡Terrible cosa es esta de tener un sobrino!


¡Ayqué dolor 1 tuto! tuto: I Por lo pronto, déjese usted apellidar á cada paso
y huyó el mastín, y al encuentro con el clásico epíteto de tío; y esto pase, pero
de Juan , salió con pistolas lo que no puede pasar, lo que me lleva á mal
un hombre de mal agüero. traer, es el cúmulo de obligaciones que la socie-
— Dé usted la bolsa ó la vida. dad ha creado para el que tiene la desgracia de
—Ahí vá la bolsa. — El chaleco . i tener un sobrino. Debe suponerse desde luego
— Ahí vá el chaleco. — La capa. I que, ora nazca en las llanuras de la Mancha; ora
—Ahí vá la «apa.—El sombrero, en los empinados riscos de la Seo de Urgel, el
Y así le fué despojando primer pensamiento de los padres al verle soste-
y despidióse diciendo nerse en pié y pronunciar algunas desvergüen-
i Ay perro de mis entrañas' zas es, el de remitirlo á la corte á que al lado
¿Vio usted pasar algún perro? de su lio, hombre de fortuna y comodidades,
— Así rio hubiera pasado aprenda cosas que ellos no pueden enseñarle y
que me ha rascado el pellejo. llegue un día á ser persona de viso, bien sea por
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sus talentos ó bien por el inmenso caudal que, una cosa la suele echar á perder, de tal modo,
según ellos, hace en Madrid el que se arrima á que se le puede perdonar la primer falta con tal
buen árbol. Gracias á mi maldita suerte y á las de que no procure enmendarla. Pero ¿y habla-
tales manías de mis parientes, me endosaron dor? fácil es que en ninguna materia deje él de
hace pocos meses para los fines espresados, un meter su cucharada. A una malicia refinada une
moceton tan alto como un pino y tan rudo como la mayor candidez y buena fé, sin que por mas
la corteza de un alcornoque. En medio del malí- que yo cabile haya podido esplicarme este fenó-
simo humor con que le esperaba, no pude m e - meno. Donde me hace pasar los ratos mas amar-
nos de reírme al verle entrar atropelladamente gos es en la mesa.
en la sala, seguido de los criados y de cuantas
personas había encontrado al paso, pues sorpren- Se lanza con ambas manos
didos de tan estraña figura y viéndole saltar por y hace pedazos el pan
encima de los muebles porúnica respuesta á sus y no suelta la cuchara
reiteradas preguntas, se habían agarrado á los por mas que oye predicar.
faldones de su levita, que al pronto, reparando Mas como sé que en la mesa
yo en su estremado vuelo ,1a tomé por una capa dice quien es cada c u a l ,
bien cumplida. • á comer con la finura
digna de su calidad,
¡ Aquel! aquel es mi tío! á pesar de su torpeza,
suelte usted con Barrabás , le quiero yo acostumbrar.
ó le aplasto de un metió, Le hice soltar la cuchara
ó le derribo de un t r a s , y dándole en su lugar
que si una mano levanto... el cuchillo q u e , entre gentes
—¿Pascual? —ün abrazo. Así. de buen tono, hace de tal -.
Miren sí apenas le vi Así'se come, ledige :
me le he conocido al canto. y él comia sin parar;
Como me dijo mi madre, pero ¡ ay [ que á las pocas vee*s
en ese semblante veo que á la boca viene y vá,
muchas cosas de mi padre, hunde la casa de un grito
solo que usled es mas feo. y echa el cuchillo á rodar;
¿Si, eh? mil gracias sobrino. el pobre se hizo en la lengua
— ¿Como gracias ? No hay de que. un corte descomunal;
¿O se ha enfurruscado usté pero en esto me parece
porque he dicho un desatino? que algo voy á adelantar,
Reparando ahora mejor, pues si se cortó la lengua
usté es, así... larguirucho, tenia alguna d e m á s .
y mi padre es un tambor, En punto á comer no cedo,
y eso que ahora está flacucho. tal es mi tenacidad,
En fin, juzgué por ensalmo, que no ceso de indicarle
'mí padre tiene una vara las maneras que ha de usar.
de nariz, y en esa cara Que coma bien es mi intento;
solo descubro yo un palmo. pero él es tan material
— ¡Sobrino! ya mi paciencia! que dice: ya como bien
—Tío perdóneme usté. pues me pongo á rebentar.
¿Quiere usté la preferencia? Como dicen que el teatro
Pues bien, yo se la daré. es escuela de moral
donde las buenas costumbres
Y así por este estilo cuando quiere componer se enseñan á practicar,
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y este chico es susceptible le sugirió aquel pensamiento para que no queda-
de alguna docilidad, ran libres de sus manos mis pobres canarios en
al fin con tiempo y trabajo quien tengo puesto mi cariño. Estaba yo metido
le conseguiré amansar. en el baño cuando
Las comedias de costumbres
juzgué lo mas eficaz ¡Tío! ¡lio! entró diciendo
para ilustrar á este hombre en mi cuarto el mentecato.
que me hace desesperar. —¿Qué sucede? respondí.
Se anunció El sí de las niñas, Di pronto, con dos mil santos.
pasmo de moralidad, —Nada; que estaban riñendo
y antes de ver la comedia en esa pieza ios gatos,
ya la empezó á criticar. y abrí aquella puertecita
Pues cuando el cartel leyó que se cierra con un clavo
dijo este hombre baladí: y los he metido arrastras
poco el autor cabíló ; para que...—¿Qué has hecho? j bárbaro :
tiempo há que sabia yo 1 Has de ser mi perdición !
que todas dicen que sí. — Vaya con usted, ¡canario !
Tiene tal penetración — ¿Canarios? ¡maldito seas!
que siempre lo malo elije; Y me eché fuera del baño
por los títulos colije con la cólera de un loco,
si es buena ó mala función. con la rapidez del rayo.
Sin queme valiera escusa Desnudo de pié y de cuerpo
casi me llevó á empellones con la sábana arrastrando,
á die¿ representaciones di á correr hacia el peligro
de la fragata Medusa. echando temos y tacos.
Cualquiera le juzgaría Apenas me vio salir,
criado en una colonia; temiendo algún desacato
yo creo que bailaría dio dos vueltas á la llave
si anunciaran algún dia de la puerta de mi cuarto ,
El bruto de Babilonia. y cortó mi retirada
Con tan rudo proceder poniendo su cuerpo en salvo.
cual se debe suponer,
me dá algunas pesadumbres; Habria andado yo apenas ocho pasos, cuando
mas yo insisto en que ha de ver me vi rodeado de señoras y caballeros que tapán-
las comedias de costumbres. dose unas los ojos con las varillas de los abán-
Y de tal modo progresa eos y soltando otros la carcajada, me recorda-
viendo comedias Pascual, ron el poco decoroso trage con que me presenta-
que hace siempre al natural ba á su Vista. Para bajar al jardin tenia que
El pelo de la dehesa. atravesarse la pieza en donde estaba la canarie-
r a , y mi muger llevaba á toda aquella caterva
En fin, es mi sobrino de lo que no hay en el de personas á que gozaran un rato de los suaves
mundo. El otro dia estaban riñendo dos gatos, y perfumes de las flores.
para que no me incomodara el ruido, abrió la —¡Muger! ¡Señoras!! ¡Caballeros!!!... escla-
primer puerta que encontró á mano y los zampó mé yo sorprendido,
dentro ; pero es el caso que la tal puerta era la — Para servir á usted señor don Evaristo, me
de mi canariera. Ya puede figurarse el mas topo, decían los caballeros.
el estrago que harían dos gatos enfurecidos en- — ¡Muger! repetía yo retrocediendo á rni cuar-
tre diez ó doce docenas de canarios. El demonio to. ¡Ah! ¡Han cerrado la puerta! ¡Han encerra-
i<)0
do los gatos en mi canariera!! [Han de encerrar Desde entonces no ceso de repetir en mis ora-
á tu marido en una jaula!!! ciones:
Se lanzaron todos á la canariera, que no po-
dían abrir porque el maldito de mi sobrino la Huya de mi casa el bien ;
habia cerrado bárbaramente. ¡Abajo, abajo la pruebe en mi amargo destino
puerta! gritaba yo apretándola espalda contra de mi muger el desden,
la puerta de mi cuarto, á tiempo que mi sobrino pero señor, uno y trino,
asustado de aquella algarabía la abrió de golpe líbrame de mi sobrino
haciéndome caer cuan largo soy á la parte de por siempre jamás amen.
adentro entre las carcajadas de la multitud. M. J. DIANA.

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Muger,no me hagas reír,


que hace reír tu llorar;
muger, sí tú has de parir,
el hombre se ha de afeitar.

Luego que á Eva y Adán que igual pena han de sufrir,


echó Dios su maldición, si igual culpa han de purgar;
dijo con un vozarrón la muger ha de parir
cual nunca se oyó en Milán ; y el hombre se ha de afeitar.»
«ambos pecadores son,
ambos me la pagarán, Y la maldición de Dio?
ílistamente dirigida,
vontentua est sua sorte...
como con compás medida,
¿Quién contento ha de vivir V
cayo igual sobre los dos.
¿Quién contento puede estar?
Y cuantos en esta vida
La muger ha de parir
siguiéndoles van en nos,
j v el hombre se ha de afeitar.
<:1 castigo han de sentir,
i
pocos se pueden librar,
I
si es muger ha de parir,
j i Parir ! ¡ es gran sacrificio !
si es hombre se ha de afeitar. ! Mucho pariendo padeces,
) ó muger, mas muchas veces
; Con qué igualdad Dios castiga ! í te quejas solo por vicio.
i Cuan inmenso es su saber: | Tus endechas y tus preces
Vio Adau su barba crecer i me están trastornando el juicio;
y Eva crecer su barriga. | no las puedo resistir,
Lloraron , cual es de ver, que aunque veo tu penar,
ambos su suerte enemiga, muger, si tú has de parir,
pero oyéndoles gemir, el hombre se ha de afeitar.
Dios les hizo así callar:
«la muger ha de parir Pariendo, sufres acaso
y el hombre se ha de afeitar.» mil tormentos y amarguras,
del dolor la copa apuras;
pero al fin sales del paso.
Como es sabido, no habí*
Mas ¡ay! con sus rapaduras
entonces barbitonsores,
se halla el hombre en otro caso;
y Adán sufrió mil dolores,
vuelve su barba á salir
que afeitarse no sabia.
y él se la vuelve á quitar,
De cuerpos desoiladores
muger, si tú has de parir
por navaja se servia,
el hombre se ha de afeitar.
y i Dios quiso maldecir
mas se supo resignar:
la muger ha de parir La muger, que es por su daño
y el hombre se ha de afeitar. y daño de quien Ja adora
mas feraz y paridora,
solo una vez pare al año.
Para que la suministre
Y hombre hay que á cada aurora
un solaz, Eva á su esposo
queda hecho un hermitaño;
se va con rostro lloroso
logra su barba abatir,
y con la barriga en ristre.
torna su barba á asomar;
Dijo Adán: ¡bulto horroroso !
muger, si tú has de parir
ya sé, sin qu« lo registre,
el hombre se ha de afeitar.
que no puedes digerir
la manzana y la has de echar,
Entre el pueblo estrafalario
la muger ha de parir
y entre la sociedad alta
y el hombre se ha de afeitar.
barbitaheño no falta
cuyo pelo temerario
Y Eva dijo á su consorte:
cual fiebre, el barbero asalta.
«mucho mi embarazo temo,
que es de tipo tercianario.
que en momento tan estremo
¡Dia por otro es decir
fuerza es que para ó que aborte.»
que le tienen de rapar!
Bien ha dicho Horacio: Ñamo
muger, si tú has de parir.
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el hombre se ba de afeitar. caso que bemoles tiene
y es cierto á fé de quien soy.
Es triste á la discreción Caso que es justo resuene
someterse un hombre honrado en Europa desde hoy.
de un barbero bien armado para á pobres advertir
tal vez de mala intención, un riesgo que han de evitar...
ün lance tan apurado Muger, si tú has de parir ,
espone á un Kirieleisón ; el hombre se ha de afeitar.
á Dios debe dirigir
un credo el que han de operar... Un infeliz pordiosero
muger, si tú has de parir, ¡y era maragato el tal!
el hombre se ha de afeitar. con bolsa sin un real,
á diez grados bajo cero,
j Y si el barbero es novicio? y una barba colosal,
¿Si le has de prestar la piel, entró en casa de un barbero.
para que sus manos él Muger, no te has de reir,
adiestre en su horrible oficio? que te vas á horrorizar,
¡Trocar tu cara en papel muger, si tú has de parir,
de borrador! ¡San Mauricio ! el hombre se ha de afeitar.
De cartapacio servir
al que empieza á borronear! —Por caridad, buen maestro,
Muger, si tú has de parir, dijo al barbero e! mendigo,
el hombre se ha de afeitar. afeitadme como amigo
y os rezaré un padre nuestro.
¡Cuántas veces un desliz Sed generoso conmigo,
del barbero ó flebotomo en mí mostrad que sois diestro;
vuelve al aguilucho romo no así me dejareis ir
ó le deja sin nariz! y Dios os lo ha de premiar,
Y después que en Eccehomo la muger ha de parir,
se convirtió el infeliz, y el hombre se ha de afeitar.—
el sonante ha de salir
para al verdugo pagar... El barbero le sonroja
muger, si tú has de p a r i r , con su gesto avinagrado,
el hombre se ha de afeitar. y sentar mal de su grado
le hace en una silla coja.
¡Ay de aquel que sin reparo, La barba al ajusticiado
gracias á su mezquindad, luego aquel sayón remoja...
la barba por caridad Muger, empieza á gemir;
pide le hagan... ¡pobre avaro! tu pelo se ha de erizar;
dice el refrán , y es verdad, muger, si tú has de parir,
siempre lo barato es caro. el hombre se ha de afeitar.
Si tal se osa desmentir,,
barberos lo han de probar... El agua fétido vaho
muger, si tú has de parir, exhala... ¿es sudor de vieja,
el hombre se ha de afeitar. ó bien cerumen de oreja?
¿ó es agua de bacalao?
Un caso á contarte voy El pobre una y otra ceja
que aquí d« molde nos viene, frunce.'.... ¡San Estanislao!
193
ün tifus le va á invadir «Qué es eso?» la vecindad
si se atreve á respirar... pregunta, y el maragato
Muger,si tú has de parir, responde á fuer de sensato
el hombre se ha de afeitar. con suma celeridad:
«Qué es eso? el perro que al gato
Luego de un rincón dé taja afeita por caridad.)"
que chismes viejos encierra, V salió, y juró al salir
el barbero desentierra nunca allí volver á entrar...
una disforme navaja. muger, si tú has de parir,
Una navaja que sierra, el hombre se ha de afeitar.
lima, atenaza y desgaja,
que se la oye erugir, Un sabio preferiría
se la vé despedazas 1 ; y Cualquiera no soez
muger, si tú has de parir. parir al año una vez
el hombre se ha de afeitar. á afeitarse cada dia.
Estremada insensatez
Cada lágrima que emana lo contrario probaria ,
de aquellos párpados rojos , pues un mal se ha de medir
de aquellos sangrientos ojos, por su frecuente atacar...
es mayor que una avellana^ Muger, si tú has de parir,
Mas á ocultar sus enojos . el hombre se ha de afeitar.
le obliga su suerte insana;
de valde se hace servir Cuando tú pares, muger ,
y le es forzoso aguantar... le recuerdan bellos goces
Muger, si tú has de parir, los dolores, aunque atroces,
el hombre se ha de afeitar. que tienes que padecer.
¿Mas nuestras barbas feroces
No hay geroglífico, signo^ son hijas de algún placer?
ni letra ó capricho vario, ¡ Ah! no se puede argüir
que el barbero estrafalario tan sólido razonar...
allí no imprima maligno. Muger, si tú has de parir ,
Del nombre de abecedario el hombre se ha de afeitar.
bien pronto aquel rostro es digno;
no le puedo describir, ¿Sabes lo que es en verano
la angustia me hace sudar... del vil barbero la unción ,
Muger, sí tú has de p a r i r , si se deslié el jabón
el hombre se ha de afeitar. en el sudor de su mano?
Sin voz, sin respiración ,
En esto un perro maldito en poder de aquel tirano
á un pobre gato atropeüa, por fuerza, he de persistir
y le muerde y le desuella ó el jabón he de tragar;
con un furor inaudito. muger, si tú has de parir,
El infeliz se querella, el hombre*fee ha de afeitar.
lástima dá oir su grito...
¿Tribunal donde acudir Como Ayguals de Izco ó Zorrilla,
no podrá el gato encontrar? tal vez dirás que pudiera
Muger, si tú has de parir, dejarme la barba entera
el hombre se ha de afeitar. con bigote y con perilla.
25
194
[Ya se vé, si me espusiera rnoslas cualidades que pueden hacer impresión
á albergar sucia cuadrillas en nuestros sentidos, difícilmente lo percibire-
La barba sin suprimir mos , ni por el sonido, ni por el tacto, ni por el
diz dá mucho que rascar... olor, ni por el color, ni por el sabor. Pero pres-
Muger, si tú has de parir , cindamos de estas reflexiones, porque vamos
el hombre se ha de afeitar. pendrando en terreno vedado y no es nuestro
ánimo rozarnos con la política.
Del parto á menudo son Antes de hablar del senador hecho, diremos
los resultados mortales, algo del senador en ciernes ó sea del candidato
y la barba causa males para senador. En primer lugar, el que aspire á
casi sin interrupción. merecer tal distinción necesita que le haya sa-
Así quedamos iguales lido la muela del juicio. (La constitución pre-
cual Dios quiere, y es razón viene que tenga cuarenta navidades, es decir,
sus decretos bendecir que haya comido turrón cuarenta veces.) En se-
y paciencia y barajar; gundo lugar ha de tener mucha barriga, conse-
la muger ha de parir cuencia de haber comido tanto turrón. El sena-
y el hombre se ha de afeitar. dor que viene flaco se constituye en la obligación
de criar mucha panza: de suerte que, como las
Yo no he de parir por t í , mugeres casadas, cuentan los progresos d é l a
ni tú has por mí de afeitarte ; tripa por los meses del embarazo. Un senador en
con que, no hay mas que aguantarte., el primer mes aun conserva la forma regular,
dime tú lo mismo á mí. pero un senador de nueve meses apenas tiene
Hoy es sábado y asi banco donde repanchigarse. De lo dicho se infíe-
tengo , muger, que dejarte, | re que no se sabe cual circunstancia es mas pre-
cansado ya de reír, j cisa, si ser senador para criar barriga, ó criar
que hace reir tu llorar... j barriga para ser senador.
Adiós y vete á parir | El candidato para senador ha de tener cuaren-
que me tengo que afeitar. ta mil reales de renta, requisito indispensable
mas que el saber y el talento para ser buen l e -
A. RlBOT'T FoNTSBRÉ.
gislador en España. Porque vamos á euentas;
¿qué ha de entender de códigos , ni de principios
EL SENADOR. políticos, ni de presupuestos , ni de coaliciones
un hombre que no tenga cuarenta mil reales?
Esto es tan imposible como no poner fin no-
Por último, aunque vamosá dar una idea de
sotros á esta cuestión, porque vamos penetrando
un personage que tan directamente se roza con
en terreno vedado y no es ánimo nuestro rozar-
la política, no tengan cuidado los asustadizos
nos con ¡a política.
fiscales, que no tratamos de entrometernos en
terreno vedado, y mas bien que un ente político Desde que el senador, lo mismo que el dipu-
queremos bosquejar un tipo nacional, yaque tado, entra en candidatura con probabilidades
hasta ahora no se ha dignado comprenderlo en de triunfo, empieza por ensayar hasta en el t r a -
su publicación el editor de los'Españoles pinta- to familiar, las voces técnicas del legislador. Si
dos por sí mismos. Un senado*' íes un miembro disputa con el aguador, que no es difícil, porque
del senado. El senado es una parte del poder le- también los senadores beben agua, por razón de
gislativo; el poder legislativo es un retazo del categoría, quisiera tratarle como á un esclavo;
cuerpo político y el cuerpo político, en España, pero como necesita estudiar su papel de senador,
en nada se parece á los demás cuerpos, porque en lugar de «usted miente, vaya usted enhorama-
si atendemos á las dimensiones, ni tiene longi- la» es capaz de decirle «S,. S. se equivoca,» 6
t u d , n i ! a t i t u d , n i profundidad, y si observá- «falta á la verdad el señor preopinante.» Cuan-
195
do la muger propone algo, no dice como antes, á no ser el preferido por la corona. Estraña ma-
me parece bien ó me parece mal. Si tiene gana nera de hacer senadores; que á cualquier hom-
de chachara contesta: pido la palabra en contra; bre de opinión conocida imposibilita de serlo
y allí ensarta un discurso muy formal sobre porque cuando se conoce que un ciudadano ha de
la conveniencia de comer arroz con pollos, servir á los intereses y miras del trono, no le
sobre la necesidad de que las mugeres sean propone el pueblo, y cuando se consagra á los
hacendosas y quieran mucho á sus maridos, intereses del pueblo, no le elige la corona.
ó en fin sobre lo que verse la proposición. Ya es senador el candidato. Si no vive en Ma-
Si está de buen talante y no tiene gana de drid tiene que trasplantarse con anticipación:
conversación , ó hace una seña con la cabeza co- menos por asistir á las juntas preparatorias que
mo para votar que s í , ó responde con mucha por lavarse la cara y las manos, comprarse p e -
prosopopeya: aprobado sin discusión. Dios libre luca si es calvo, y si tiene pelo domárselo á
á los hijos de faltarle al respeto y mas a la m u - fuerza de hierro y pomadas. En un hombre que
ger de inspirarle temores. ¡Oh! entonces la se- tiene 40.000 reales de renta, es casi preciso
sión es mas acalorada^: amontona citas de Séne- comprar coche; y si ha de darse importancia de
ca, aglomera sentencias de Montesquieu y encaja hombre grande, debe llevar gafas, lente ó
c por b todas las fábulas morales de Gampoamor. anteojo de larga vista aunque vea como un lin-
Mientras tanto la muger puede que esté murmu- ce. Los senadores como gente machucha y de
rando los romances de Quevedo. Pero el senador dinero son moros de paz, y así no se desviven el
tomando una posición grave y en tono solemne, dia de apertura por ocupar el centro izquierdo,
con magestad senatorial, esclama: con tales ni el centro derecho; se sientan donde mejor les
ejemplos de inmoralidad y de corrupción ¿cómo cuadra y se recuestan bien sobre el mullido res-
no entorpecerse y paralizarse las carcomidas paldo, y ya que no son tan ardientes patriotas que
ruedas de la máquina gubernamental ? El ma- se desvivan por rozarse con la política, son tan
trimonio es una institución salvadora; las prer- cómodos señores que se recrean en rozar su es-
rogativas que ella concede al marido ó sea el po- palda con el terciopelo del banco.
der ejecutivo de la familia, han de ser respeta-
das y observadas con religiosa escrupulosidad:
de lo contrario los elementos de corrupción cun-
den como el aceite y es de temer que se der-
rumbe el edificio... Aquí la muger y los chicos
se estremecen, miran á las rendijas del techo y
quieren tranquilizar al candidato diciendo: ¡ahí
no hay nada que temer, el edificio está casi n u e -
vo!... El senador tomando la campanilla de la
escribanía y levantando el vozarrón, esclama:
¡al orden! ¡silencio! ¡dejadme concluir! ¡al
orador no se le interrumpe! tirilin, tirilin, tin,
t i n , tin... quiero decir que se derrumba el edi-
ficio social, es una metáfora, son ustedes unos
idiotas; bien se conoce que no están acostum-
brados al rigorismo de las prácticas parla-
mentarias. •

Llega la época de las elecciones ¡quéintrigas! El senador, como cualquier hijo de vecino, es
¡qué manejos para hacer triunfar su candidatu- mas amigo de los ingresos que de los gastos: asi
ra ! todo se vuelve circulares á sus dependientes, es que las atenciones de su casa se van cubrien-
cartas á sus amigos, recados á sus conocidos, y do con un orden admirable. ¡ Quién dirá que los
todo para qué? para entrar en terna y esponerse que tan celosos y entendedores se manifiestan
196
en la economía doméstica, en tratando d é l a este calibre. aunque por lo regular suele dars»j
economía política no saben loque se pescan! Pe- importancia y hace creer que si no habla es paK
ro he dicho mal; pescan y saben lo que pescan, que no se le antoja. Solo que siempre le da la ga*,
y algo mas diria de la pesca s i n o fuera p o r q u e na de lucirse en las cuestiones que sabe que no,
entraríamos en terreno vedado y no es nuestro han de resolverse en el senado. Si los amigos,
ánimo rozarnos con la política. Salgamos de tan de café le pinchan, sabe incomodarse y deei|
cenagoso atolladero, y veamos como el senador que el dia siguiente piensa hacer una furibunda
atiende á las obligaciones de su familia. Regu- l y cáustica interpelación ; pero llega la hora , las
larmente divide la operación en partes, y parair tribunas están repletas de amigos del interpe-
en todo conforme con su estudio parlamentario, lante, por todos lados se anuncia con solemni r
estas partes las llama presupuestos y asi cal- dad y pompa que don Fulano se va á lucir. Abre r
cula : se la sesión y don Fulano no parece, lo mas que
hace don Fulano es enviar una comunicación al
Presupuesto de comida. . . . tanto.
señor presidente manifestando que tiene una
Presupuesto de zapatos. . . . cuanto.
pierna mala, y necesita licencia por dos meses
Presupuesto de la labandera. tanto mas cuanto,
parair á tomar los baños de Trillo. El Senado,
etc. etc. etc etc. etc.
queda enterado de la comunicación; los amigos
Deposita los fondos en su muger y no tenga de don Fulano qnedan enterados de que no sabe;
que pedirle un ochavo mas para gastos extraor- hablar y por eso no se presenta, y yo quedo en-
dinarios; pues esta clase de contribuciones j a - terado de que don Fulano ha ido la noche antes
mas son votadas por el cuerpo legislativo que, al ministerio y le han convencido como i algu-
como el cuerpo ejecutivo , Qstá reasumido en el nos que pudiera citar, si no fuera porque et a r -
cuerpo gordiflón del señor senador. Cuando la tículo es ya demasiado largo y voy á ponerle fin,
muger le sorprende el bolsillo y se le descarga y sobre todo por que entraríamos en el terreno
por via de empréstito no reintegrable, como ha- vedado y no es nuestro énimo rozarnos con la
ce todo gobierno con su nación , el senador que política.
quiérela fiel observancia de las leves estableci- JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS.

das, exije de su muger aquel mismo día ó aque-


lla misma noche un bilí de indemnidad.
Hay senadores lo mismo que diputados de dos LA VIRILIDAD.
clases : charlatanes y mudos que también pueden
dividirse en embrolladores y autómatas. Los Ya cumplió mi ciudadano
primeros hablan en todas las .cuestiones, sin las cuarenta navidades.
formar opinión á salga pez ó rana. Tan pronto Va por frivolos placeres
como se anuncia una proposición ya están con no sufre necios afanes.
el/pitío la palabra! Si otros la piden en contra Ya su suerte asegurada
el orador embrolla la pide en pro y viceversa, y por buenos ó malos trámites,
algunas veces habla y mas habla sin que el pú- serio y barrigudo, tiene
blico sepa en qué sentido, lo cual no es de es- cierto aquel... cierto carácter,
trañar porque el orador tampoco lo sabe. El s e - y casa y hogar, y lleva '
nador mudo ó autómata es un instrumento dó- el dulce nombre de padre
cil del amigo mas audaz, y así se le ve siempre y esposo... En fin, cate usted
votar (que es lo único que hace) del mismo mo- á Periquito hecho fraile.
do que su mas influyente amigóte. Si este dice Y si no ha sacado ya
haches, él dice haches, y si erres, erres , y si el de este mundo miserable
amigo se encoge de hombros, el autómata, por todo el partido posible
variar, también se encoge de hombros. A esto y todavía es un nadie,
está reducida toda la ciencia de un senador de lo mejor que puede hacer,
197
en mi concepto, es tirarse ó de suegras que le arañen?
de la torre de san Luis ¡Y haber de sufrir, gran Dios,
ó al canal del Manzanares. á cada niño que nace
ó el furor de la pasiega
ó los dengues de la madre!
¡Y qué el ángel de tus ojos
no permita que un instante
los cierres cuando rendido
des con tu cuerpo en el catre ,
ya con agudos clamores
los oidos te taladre,
ya se le aflojen los muelles
y la nariz te regale!
Mas le amas ; que para ahogar
afecto tan entrañable
fuerza es tener corazón
ó de usurero ó de cafre;
y cuando mas te enamoran
sus infantiles donaires
y en él perpetuar esperas
los timbres de tu liuage,
ó le enteca la alfombrilla
ó le encanija el usagre
¡ y aquella temprana flor
herida del cierzo cae !
O crece hermosa y lozana
al abrigo de tus lares,
y procurando su dicha
para cuando sea grande,
/ La Virilidad! Ahora te impones mil privaciones,
es el gozar, pero en grande sudas por mañana y tarde...
cuando la razón modera ¡Pero tal vez en tu seno
los ímpetus de la sangre! estás abrigando un áspid!
¡Ilusión! Nuevos cuidados, Si es varón, suele salir
contratiempos y pesares aficionado á los naipes,
te hacen en la edad madura quimerista, libertino,
mas desventurado que antes. insurgente, botarate...
Dejo aparte tus pasiones, Si hembra, caprichosa, frivola
que no por menos audaces coqueta, nerviosa, frágil,
dejan de ser de tu vida y en fin, romántica, que es
lento y silencioso cáncer; el peor mal de los males.
mas ¡ ay! amen de las tuyas Mas dado que ángeles sean
las agenas te combalen , los hijos que procreaste,
que á tu lado gozan todos cuál no será tu tormento
y tú solo eres el mártir. cuando de ellos te separes?
¿Quién se libra en este mundo Quintas, duelos, proscripciones,
de criados que le estafen, ó tumultos en las calles,
ó de amigos que le vendan, ó facciosos en los campos,
ó esbirros en todas partes diré: ¿risum teneatis?
te arrebatan sin piedad y pues ya es largo el sermón,
el varón hecho á tu imagen; solo añadiré una frase,
y con sus manos lavadas oh lector, para decirte.¿.
llega cualquier badulaque que aquí acaba este romance.
á privarte de tu niña . MANUEL BRETÓN DE t o s HERREROS.
y llevarla á los altares
«tas como victima pingüe
que como consorte amante.
DECLARACIÓN AMOROSA
Es decir que, cuando piensas
poner una pica en Flandes DE UN COMERCIANTE ESTJtÁJIBÓTICO
cumpliendo la ley que dice-
créscite et multiplicámini t á D.a Gumersmda la corpulenta; nMaile sesenta abriles.
crias carne para picaro*
,.-•• ; O D Á ( 1 ) .
ó picaros para carne.
¡ Y gracias si tu muger, Mole anchurosa,que en sagrado nudo
en vez de ser dulce, amable Dios de la inmensidad une á m i s i n o ,
y ayudarte á conllevar fiero Goliat del sexo femenino,
flaquezas y adversidades, volumen colosal, yo te saludo!
no es díscola, ó jugadora , Cual déla Escocia la ligera nao,
ó amiga de coche y baile ornada de vistosas banderolas,
y sortijas y aderezos viene, siendo el orgullo de las" olas,
y terciopelos y encajes nuestra España á poblar de bacalao...
y ópera y máscaras!... ¡ Oh! T ú , á quien respeta el hacha de los siglos
las máscaras son fatales! la hermosa antigüedad de tus mofletes,
¿Y que diré si tu sino ostentando vistosos gallardetes
es tan aciago, compadre, poblar quieres tu patria... de vestiglos.
que por la puerta de Geminis Verdes zapatos en tus pies, en chancla,
entras en Tauro y e n f r i e s ? de la esperanza imagen seductora,
¡Qué horror! Y del mal el menos me hacen juzgar, angélica señora,
si en desventura tan grave que en el puerto de amor echaste el ancla.
ó ignoras tu deshonor, No hay varón ni marqués, conde ni duque
ó le aguantas si lo sabes. desde España hasta el clima mas remoto,
¡ Pero las dudas amargas tan feliz como yo, pues cual piloto
y las sospechas tenaces , rijo el timón del mas antiguo buque.
que el corazón te laceran Hasta el amor, con su dorada copa*
como aguzados puñales; por nuestro enlace entusiasmado brinda.
pero haber de acariciar En tan bella fragata ¡oh Gumersindal
en tus brazos paternales . surcaré yo Ios-mares viento en popa.
al intruso motilón i Almacén de atractivos' ¡ A y tirana
fruto de adulterio infame I... que mas que un cargamento me enamoras!
Basta, que ya me enternezco ¡Cuánto hechizo entre arrugas atesoras!
y no es justo ¡ voto al Draque I Tú abdomen colosal es mi aduana.
q u e , redactor de LA RISA , En ella abonará según tarifa
llore yo como un vinagre. mi pasión los derechos; mas recelo
No, en vez de esclamar con Persio:
¡quantum in rebus inane 1. (1) Se leyó por su autor én el segundo con-
con el buen Horacio Placeo . . 1 cierto de La Iberia musical y literaria.
que si algo tardas en premiar mi anhelo, que bien mereces el afecto mío,
tu hermano el antropófago... te rila. ángel hermoso de cincuenta arrobas.
Necio el mundo , burlón y estrafalario, Tu boca ostenta, cuando rie ó masca,
mofase al vernos requebrar á dúo, de cuatro dientes-lápidas los restos!...
y dice que parezco al triste buho yo me complazco en tus graciosos gestos....
que ronda en derredor del campanario. gestos de orangután ó de tarasca.
Me importa un bledo la censura agena Buenas mozas se ven; mas son tortugas
mientras pesque t u f é , querida amiga, á tu lado, señora, las mas bellas ;
aunque al ver tu volumen , se me diga, y puedes ocultar á todas ellas
que á la pesca me fui de la ballena. en la arruga menor de tus arrugas.
V* pues por tu beldad tanto mereces, Tu bella inmensidad ¿á quién no encanta?
siempre mis ojos en tus ojos fijos, Por tu mérito intrínseco suspiro;
veré nacer de nuestro amor mas hijos mas... no lleves tus pasos al Retiro,
que tiene el mar en sus entrañas... peces. que allí murió cautiva la elefanta.
Ambos las tiernas gracias peregrinas Al contemplar tu imagen peregrina
disfrutaremos de los caros nenes, del bello sexo encantador pleonasmo,
cuando en mis anchurosos almacenes se me figura ver en mi entusiasmo
jueguen por entre cascos de sardinas. la torre de Babel con papalina.
El cacao , el añil, de arroz los sacos, Con amoroso y firme juramento
todo á tu amor lo rinde mi ternura ! á tu dominio mi obediencia agacho;
que... ¡ buen saco de arroz es tu figura y en breve serás tú de mi despacho
objeto de mis ansias y arrumacos! el mas interesante documento.
Unida la riqueza á la elegancia,
veré volar tu amor de gente en gente...
¡Feliz de mí si luce en mi ancha frente
el signo encantador de la abundancia !
WENCESLAO AYGUALS BE IZC».

UN AMANTE ABANDONADO

Á SD INGRATA CLARA.

Desde un negro cuchitril


del ancho mundo ignorado,
oscuramente alumbrado
por un enorme candil,
Tu abandonado amador
te escribe un Vesubio en trovas
y aves lanza por arrobas
con bufidos de estupor.
¿Tan bruscamente abandonas
á un hombre con borceguíes,
y en vez de albos alelíes
de aguijones le coronas?
¿Mereció mi amor platónico,
Yo te consagro en mercantiles trovas de tu facha de tinaja ,
mi corazón, mi vida, mi alveario... acción tan grotesca y baja ,
ni un adiós tan macarrónico? mas chillona que un tití.
¿Así á un hombre de mi talle, Una vez, y mas de tres,
que gasta frak y bigote, vi que en tus deliquios vanos
se le echa mano al cogote tienes el alma en las manos
y se le planta en la calle? y el corazón en los pies.
¿Ves ya, cual yo te decia ¿Y es cierto lo que me pasa?
incierto momento crítico, ¿ Me espulsas de un modo vil ?
que era un sistema político ¿Con que yo en mi cuchitril
el amor que en tí veía ? y tú has de estar en tu casa?
Pura mentira raquítica I Vive Dios que no reparas
en este globo impostor en el amor que me quema,
es todo, y mas el amor, Clara espesa , oscura yema,
las chufas y la política. la mas turbia de las Claras!
Mentira , embrollo si quieres, Voto á cribas, inhumana,
es cuanto ves á tu modo; que ha de ser mi mayor gozo,
pero mienten, sobre todo, verte en el brocal de un pozo
los hombres y las mugeres. cual nueva Samaritana.
Por amor (y no te asombres), Llorando, si no es que gruñas,
patearé mucho tonto, y en arrepentirte vienes,
si no se suprimen pronto aunque yo creo que tienes
las mugeres y los hombres. las lágrimas en las uñas.
Dice un refrán español, Cuidado que en un desliz
y yo olvidado lo había, no te ampares de un sarcófago,
quien de mugeres se fia y que un feroz antropófago
queda como el caracoli te atrape de la nariz.
Pero voto á un boticario
que aunque de hermosa presames,
quedarás con tus perfumes
mas fea que un dromedario.
Y no lo tomes á risa,
interminable muger,
porque tu cara he de .ver
con mas pliegues que camisa.
Tal en mis amores tiernos Así te salga un melón
hoy me veo abandonado, en cada codo ¡ infeliz!
y gracias que no he quedado un pulpito en la nariz,
sin la concha y sin los cuernos. y en la espalda un violón;
Sé que dirás muy ufana , Un biombo en cada ceja ;
respondiendo á mi refrán , en cada ojo una fragata;
las que fé á los hombres dan un órgano en cada pata,
se quedan como la rana. y un gran cuerno en cada oreja.
¿Y qué tenemos con eso? Permita Dios que consorcies
que ya somos todos buenos; con un feo, cojo, bizco ¡,
que chupan magra los meiios, que á puro palo y pellizco
y los mas roen el hueso. te estruje, y no te divorcies;
Pero yo ¡triste de mí! Que pases la pena negra,
que no soy algún eunuco, y la calle de amargura ,
amé á una muger de estuco atada á la dictadura
201
de una insoportable suegra. mucho ganaré en perderte.
Que entonces el matrimonio, Adiós, porque aquí se trunca
de rcpulgones en guerra , el amor que te rendí:
viene á ser acá en la tierra si tarde te conocí,
el infierno de tin demonio. mas vale tarde que nunca.
Y aunque mí rabia le alegra, Y no por eso me llame
también de ta coz me alegro ; tw rabia mal solterón.
que así me libra de nn suegro , pues sabe un buen motilón,
y de una espantosa suegra. que el buey suelto bien se lame,
Al que se libre de t a l , JOSÉ MARÍA BONILLA.
voto á San Psdro y San Gil,
denle norabuenas mil,
que escapó del peor mal.
EPIGRAMAS.
¿ Con qué me dices que no?
¿qué no me quieres á mí?
Me alegro, así como así A una cátedra Simón
no iba á quererte yo. hace oposición, y creo
Permita el Dios de Abrahan que colmará su ambición;
que vivas años prolijos , pues no es el primer empleo
para que cuentes mas hijos que pesca k oposición.
que descendientes Adán:
Y te abrumen dia y noche; Jura Blas por San Miguel
lloren, y riñan, y ahullen , no llevar coche jamás,
que te soben y magullen , pero es porque quiere Blas
que rompan á troche y moche. que el coche le lleve á él.
Sea tu casa , ó b u r d e l ,
en verano y en invierno, Un confesor que Pilar
por tu marido un averno, llena de entasiasmo, ensalza,
y por tus hijos Babel. a l a virgen del Henar
Y para colmo de males, mandó que fuera descalza.
deseo con tres bemoles Y en efecto alia se fué
que á mas de ser españoles, por cumplir su penitencia
seáis todos liberales. descalza de pierna y pié ;
Con esto todo está dicho, pero fué en la diligencia.
que si es plaga ó peor mal
JUAN MARTÍNEZ VIIXERGAS.
ser uno buen liberal,
lo sabe acá todo bicho.
Y para saciar mi saña , No sé por qué á punto fijo
de tal modo al fin te veas, una pendencia ruidosa
que exacto compendio seas tuvo Ambrosio con su esposa,
de aquesta actual España. y el juez los llamó, y les dijo. —
No te canso mas con esto, Entre esposos esto es mengua ,
que no ha de hacerte buen vientre; córtese al punto el negocio :
y hasta que por fin te encuentre «eso no, replicó Ambrosio,
de una trapera en el cesto. antes me corten la lengua.»
Adiós que me voy sin verte,
J. B. BALDOYÍ.
con la charanga á otra parte.
Si mucho perdí en ganarte,
UN SFSCRITOR Si tiene razón el Jico ,
si el Heraldo-]* tenia,
si dan ¡as pagas corrientes
ó no dan pag<» maldita.
Á LOS ESCRITORES DE L A RíSA.
Y en vez de estas necedades
y de lanía algarabía,
escuchemos de Villergas
los satíricos epigramas;
Mñ parabienes os doy los romances de Bretón
escritores de LA RISA ; donde la soltura brilla,
pues solamente riendo y del moro Abenamai;,,,.*
se puede pasar la vida. esas plumadas tan finas,;,
Fuera de mí los periódicas y de tí, querido Ayguals,
que se llaman progresistas, (permite que te lo diga),
Y también los moderados, que es lo mejor que tú has hecho
v el Huracán y Guindilla. los tercetos de la epístola.
Pues si leo el Castellano, También aplaudo en estremo .
y otros que decir podría, la mutación de Zorrilla,
lo hago solo porríallar aquel que en versos sonoros
eso que llama»... nijticms. cantó visiones., desdichas,
como «el domingo ¡i las diez en vez de liauerjios llorar,
se arrojó de una boardilla hará tendernos de risa.
un joven desesperado Y con inquietud espero
el cual se rompió la crisma.» que llegue t>l ansiado día:
«Poco después... a las cuatro en que veamos de. Vega,
se encontraron sin camisa aunque sean cuatro líneas.
dos pobretes que salieron Y el famoso Tirabeque
á comerse una tortilla.» con sus gurdas paritorrillas-.
V aquello de variedades, saque á relucir también
aunque todo es gran mentira, aquella cara maligna.
me gusta mucho, como est-a-, Muchos pudiera citar,
«En un puel>lo de k China pues no me peta la envidia
que está cerca de Tonquiu, porque á quien Dios se la diere
como unas doscientas millas, San Pedro se la bendiga,
ha aparecido un dragón Aquí no hay mas, Wenceslao.
que se traga ;; LAS HOUVIIGASI! es mi constante divisa ,
Pues señor... basta de anuncios, celebrar á un gran poeta
volvámonos á LA RISA : como al último cajista.
á ti ¡oh Ayguals! se dirigen Por lo independiente que es,
las inspiraciones mias. estoy suscrito á LA RISA
¡Loor eterno á tu chirumen por eso paso con ella
y á tu inclinación festiva, de los domingos el dia.
algún ángel te dicló D«n las diez de la mañana,
una idea tan magnífica. y tocan la campanilla:
Dejemos á esos periódicos, — ¿Quien és? — el repartidor
que hablen solo de política dice muy serio — L A RISA;
y que ventilen cuestiones la cojo con ambas manos,
diciéndose picardías. y empiezo; Oda á las judian...
203
Ayguals de Izco... bien... veamos^., el geómetra por Villergas,
ahora ei Hombre de ptío, y las regias de cocina.

En esta parte integrante ¡ miserias de nuestra vida !


mi imaginación se anima, son las doce, y en la cama
que el problema se reduce me espera mansión tranquila,
á ejecutarla en la hornilla. en donde todo se acaba,
en donde todo se olvida ,
por hoy; me voy á dormir,
Mas me canso de escribir nos veremos otrodia. E. L. P.

CADA UNO EN Sü CASA

•i 5)2(S)3 2£f S& 2>S ^©SXDS.

«Pues estando Dios en todas partes, deciael que somos casi usufructuarios de un aposento á
confesor al penitente chicuelo, estará también piso bajo, en calle estrecha, con mas un gigan-
en la cueva de tu casa ! —No padre.—Ergo pille- te de la arquitectura moderna, enfrente cuya
te!—No píllete que en mi casa no hay cueva.» funesta pantalla nos baria cegar antes de tiem-
Pero nosotros tenemos cueva sin casa, ó mejor po , en el caso imposible, de que un cdiiicio á la
dicho,carecemos de ambas cosas á la vez, por- orden del día, durase mas que nuestra vista, y
204
en la actualidad es harto carta por desgracia. En tengas cuidado, dice el tarambana (porque en
cambio de esto jamás liemos dudado de la bon- estos casos todos la dan de calaveras) y suele
dad divina, y con una verdadera le á ciegas ser mi amigo P... que añade— «l'ara mí no se
creemos que Dios se digna observarnos en nues- niega nunca; lo mismo hago yo con él.» (Hay
tro humilde gabinete: desde cuyo sitio espera- que advertir que en las pocas veces que he ido
mos su ayuda para que corra con facilidad la á su casa nunca estaba en ella.) — «En ese caso
pluma que con arreglo a lo prevenido en las es- contesta el fámulo, pase usted adelante.» V
cuelas de prima, se halla entre los dedos de la mientras lleio diez minutos escasos de so48|fci
mano derecha. Y sépase aquí, como cosa de gran y me felicito por los grandiosos resultados de mi
interés, que nuestras plumadas podrán ser ma- negativa, oigo ruido en el pasillo que condone
las, aunque seria de desear que fuesen buenas, á mi habitación; tararean un* aria intararea
pero proceden por linea recta del ala izquierda y el redoblante de la orquesta son ios taeenf
de un ganso, y esto cuando menos no es moco unas bolas, duros por mas seBas, mal que le p ^
de pavo. Últimamente encomendemos á Dios la á mi casero, y al pavimento de su finca. La fü-
pluma y ya puede dictarnos ts( diablo mismo, mer idea que me ocurre es e n c a s t r a r m e 6ffS>
que el triunfo no es dudoso. última línea de mi indefenso gabinete, y la s e -
Empiezo pues, mairáaiiáV(Hrcunstanc¡a pre- gunda ponerme en pié para dar una vuelta á ia
cisa para que no fije obedezcan) que no entre llave; pero la tercera parte de mi plan . ó la plo-
nadie en mi cuarto. La consigna no puede ser mera de otro, estaba á cargo de mi amigo que se
mas fácil, ni el san<& y seña riieno» susceptible • adelanta á mis intenciones alzando el picaporte,
y diciéndome por todo saludo •. «Qué hárbareí»
de equivocación: «Está? —No señora—Esta res-
Algo trie asusta el apostrofe pero no tanta q«e
puesta sobre llevar consigo todas las virtird%S de
me impida protestar el endoso sin descuento y
obediencia y respeto necesarias, es algo mas
acto continuo le replico: «Qué bruto!»
breve que la oficiosa p r e g u n t a r e : Si yo supiera ;
quien es usted—pero ya se, ve, luego!...» —No I Parodiamos después, come eairi'plrmeiito del

saludo las chanzas de los aguadores y mozos de ] san un rasgón que se hizo en la espalda (de la
esquina terminando los ejercicios gimnásticos! levita) al dar en tierra con mi Uniere, mis H*
por quitarse mi amigo la levita para que le co- bros y varias otras cosas, que cuando cayó el
205
velador, no tuvieron un San Vicente q u e l a s d c - bitacion. Apenas ganamos la calle, me pregun-
jase en el aire como al alhaüíl de la historia. ta—qué hacemos?—No sé, respondo, estoy á tus
Acércase al espejo en mangas de camisa y le dá órdenes, desde que te empeñaste en no dejarme
pof reir á carcajadas; yo me rio también porque escribir creo que para ello tendrías tu plan.
me figuro que habrá motivo para el lo. Una de las — No habia resuelto nada, pero improvisaremos
cosas que no creeré jamás es que haya quien t o - algo en que pasar la mañana, iremos de visitas.
mándola risa por una ocupación como otra cual- — De visita, alas doce, y con esta facha que yo
quiera, mate el tiempo riendo. Desgraciadamen- llevo?—Igual á la miá en un todo.—Buen con-
te los muebles de mi.caerlo no vuelven á su suelo.—No te apures, hombre, serán visitas de
estado primitivo aun después de restablecida la neglissé.—Sea lo que quieras, le dije, y en el
calma; y tengo cstp por una desgracia, no por- idioma que te dé la gana. Y á estas palabras s i -
que yo sienta que mi escribanía no sea "de plata guió nuestra llegada á casa de las señoras de M...
sino porque quisiera que el vidrio no fuese tan que por desgracia suya y fortuna de mis pies era
frágil. Y ya que esto fuese inevitable seria muy la mas próxima; pero los criados de esta casa
útil que la tinta conservase su forma sólida, eran incorruptibles, y la consigna inviolable. Por
cuando se rompen las paredes de! frasco en que mas protestas y hasta súplicas que empleamos,
se encierra; pero estas reformas caligráficas son no conseguimos nada; ellos se quedaron dicien-
para mas despacio, y casi es mejor habilitar un do: «No reciben» y nosotros nos fuimos con la
bote de pomada para que sirva interinamente incomodidad á otra parte.
la plaza del difunto (Q. E. P,. D.) tintero de cris- Y en tal parte nos recibieron con mal gesto,
tal. gracias á que cruzaba una de las señoras por la
Cesan las risotadas de mi amigo, al ver en pié antesala, y aunque ella fiada en sus talones no
mi velador, y que me dispongo á escribir. S u - se daba por sorprendida, nosotros la sorprendi-
plicóle silencio, y me le otorga; pero coge una mos saludándola. Hízonos pasar á la sala, pre-
pluma, y si estuvo feliz como mozo de cordel, testando no estar vestida; pero para decirlo
no lo está menos como criado de servicio ocioso, ocultó la cara en el pañuelo, y esto nos dio á
poniendo su nombre en cuantos papeles tienen entender que estaba también sin adobar. Hora y
a fatalidad de estar en mi mesa , y la desgracia media tardó en salir, y no fué mucho porque los
de caer en sus manos. «Lástima , le digo, que cosméticos se dan. muy pronto, pero se secan
no te llames Juan Pérez , ó "Manolo Fernandez, y muy tarde; y aunque nosotros (así seevitan i n -
fueses poniendo tu nombre con carbón en todas terpretaciones maliciosas) no habíamos de e s -
las calles de Madrid.» V aquí lamentamos otra tar tan á boca de abrazo que nos manchase el
vez la poca estabilidad de- los edificios moder- barniz, sin embargo no conviene secar esas
nos, que destruye este medio de pasar á la pos- pinturas al aire libre porque se hacen grietas, y
teridad. el culis sufre luego con la restauración. A mí se
Concluye aquello por persuadirme yo de que me hizo breve la ausencia de nuestra jóveB, por-
es mucho mejor sacrificar la parte por el todo, y que mi amigo Joaquín (hora es ya que sepan u s -
aunque los cascos del tintero y los papeles e m - tedes su nombre) toca muy bien el piano, y á mi
borronados me denuncian como inmolada una me gustan mucho los walsesde Straus. Allí nos
parte de mi ajuar, conozco que es indispensable comprometieron para un concierto por la noche
sacrificar otra por lo menos, y después de un de- y nos exigieron palabra de ir al Prado. Joaquín
tenido examen, resuelvo en auto definitivo ofre- creyó hallar la piedra filosofal en lo mismo que
cer mi persona á la disposición de mi amigo; yo veia un prolongado tormento; él no sabia en
para lo cual escondo el cuello y parte de la geta que pasar la mañana y encontró distracción p a -
en una chalina, cubro la,camisa coa las solapas ra todo el dia.
del gabán y ca, «marchemos» digo—Allons, res- Las dos menos cuarto serian cuando dejamos
ponde el camarada, y saris corriplimens. añade en aquella casa, y aun no habían pasado quince
tono de burla porque salgo el primero de la lia- minutos , cuando llamamos á otra, algo recelo-
206
sosde encontrar en la cama á sus dueños; pero llidando plebe á los que encuentran de retornó
nos sucedió tan al contrario que á tardar cinco para sus casas. Pero aplicando este principio con
minutos mas en llegar, los hallamos durmiendo todo el rigor de la ley, rra<He mas aristócrata que
la siesta, (Tal es la revolución que han sufrido el infeliz cesante ó la pobre viuda que adqui-
nuestras costumbres, hasta en la parte gastro- riendo una peseta á las doce, pone la comidaá la
nómica, que nos causa estrañeza la familia que una, y cubre la mesa á las ocho de la noche!
fiel á sus banderas tiene el laudable patriotismo Últimamente conozco que á llamarme Dios por
de comer á las dos y cenar á las diez.) Apenas algún camino, no es ciertamente por el filosof-
conocimos nuestro error quisimos botarnos á la eo, ydejo para otra'elasede gente la sesuda ta-
calle, pero la campanilla nos obedeció demasia- rea de regenerar sociedades; porque á m i m e
do pronto, y un sacudimiento metálico* habia ocurre ahora imitar á cierto estudiante que co-
conmovido á la pacifica familia, en el momento miendo á raneho'con otro cantarada , vid un her-
crítico tal vez de estar humeando el puritano mosísfmo trozode carne en el polo ártico del
batailon de los veteranos garbanzos. Aquella po- plato, que era" el di» su "compañero, y queriéndo-
bre gente no tenia la franqueza necesaria para le trocar por un'á gran patata que habia en el a n -
decir «no recibo» ni era bastante despreocupada tartico, nácia él cual estafea su persona, empezó á
para mover las mandíbulas en nuestra presencia, probar sus conocimientos geográficos diciendo
luciéronnos pasar á la sala y unos tras de otros, que el mundo era una bola, y que daba vueltas
por disimular, fueron saliendo todos, esforzán- y vueltas^ Y H todo esto liacia girar la fuente
dose en repetir que no estaban comiendo, sin hasta qué logró cambiar los polos con sus res-
observar la servilleta prendida al ojal, que per pectivas tajadas. Pero el otro conocía bien la es-
distracción sacaba uno de ellos. Varias veces trategia y róplicóiv<Sí, todo eso es muy cierto,
quisimos despedirnos y no nos dejaron , con c u - pero deja el mundo conforme "estaba.»
ya imprudencia dieron lugar á que uno de los
Esto quiere decir que yo me separé de mi ami-
niños dijese á su padre: «¿No es verdad, papá,
go, y corrióla prueba de aqtrel dia era la única
que no acabamos de Comer hasta que se marchen
que me faltaba para poner en planta una resolu-
estos señores?» Figúrense "los que alcancen á
ción, que buena ó rriala , no sugeto al juicio de
comprender todo lo terrible de esta situación,
nadie; he resuelto imprimir unas esquelas, que
cual se pondría la madre; y paren un poco la
á guisa de circular pienso repartir á todos mis
atención en imaginar los diferentes colores que
'amigos. Y por si acaso hnbiese alguno, que por
tomarían las mejillas de las hijas jóvenes, que
ignorancia de su domicilio ó por otras causas
veían todo su prestijio por tierra, con aquella
independientes de-mi voluntad, no la recibiese,
inocentada. Porque ya sabrán mis lectores qae
he determinado reproducirla á continuación.
la hora de comer es una de las principales prue-
Señor den Fulano Be tal.
bas aristocráticas que exije nuestra moderna so-
De hoy en adelante, usted en su casa, yo en
ciedad.
lumia, y Dios en la de todos, hasta el valle
Miseria de m u n d o ! . . . (esclamo aunque nau- Josafat.
frague el estilo festivo en esta esclamacion) mi- ANTONIO FLORES.
seria de mundo, que se han de apreciar las per-
sonas según las horas que tengan de aplacar el
hambre, y h a d e valer mas el que c o m é a l a s
seis, importando para ello una costumbre es-
ODA.
trangera, que el castellano legítimo que fiel á los
usos de sus mayores engulle el célebre cocido á ¡ Oh! jóvenes poetas
las dos en punto de la tarde! De aquí nace esa amantes del retiró,
turba de necios y necias que bajan al Prado á las sin ambición del oro
tres, oliendo á garbanzos , contra los esfuerzos corruptible y mezquino,
del Pachuli, y dicen que comen á las s e i s , ape- enemigos'del llanto
207
y de LA RISA amigos, i POCO ME IMPORTA.
reverso de pedantes
y de necios políticos
que su mérito cifran CANCIÓN.
en mendigar destinos,
contemplándose sabios Me dicen que medio mundo
sin ojear un libro, riñe con el otro medio,
permitidme os dedique y aunque en verdad me confundo
mis versos sin aliño. viéndolo así ¿qué remedio?
Vosotros de la patria Caprichos conque se nace:
sois predilectos hijos t cada cual como mas quiere
ella os contempla grata vive y muere:
viendo abrís el camino y aunque algo estraño se roe hace
del gusto y de las luces viendo la vida tan corta
que ostenta nuestro siglo^ i poco me importa.
En sus mas bellas páginas
la historia os guarda un sitio Yo sé un elixir magnífico
glorioso, cual le ocupan contra duelos tan estraños,
coronados de mirlo y son con tal específico
Quevedo, Garcilaso,- horas de placer mis años.
Lope de Vega y Tirso, Para mí no hay amarguras;
y en el templo de Apolo ni pesares, ni disgustos
se verán esculpidos me d.an sustos,
ios nombres celebrados y aunque diz que sulco á oscuras
de Zorrilla, Ayguals de Izco, el mar de esta vida corta
Abena mar, Lafaente, poco me importa.
Villergas y Asquerino.,
Son vuestros versos bellos Sin opulencias me paso ,
encantador hechizo ni ambiciono honras ni oro,
délas hermosas niñas*.; . ni del poder hago caso;
¡Vuestra fortuna envidio!,¿>.•• si no soy feliz, no lloro. '
y por solo igualaros Conmigo mismo me basto
cediera yo propicio y con lo poco que tengo
del Perú las riquezas bien me avengo,
del Asia el fausto y brilloji y aunque cuanto tengo gasto,
pero si he de ser franco* siendo la vida tan corta , <
será fuerza deciros poco me importa.
que entre todos Vosotros,
cual héroe el mas invicto Si leyes á nadie doy
vibra la palma hermosa nadie á mí leyes me dá :
de vencedor caudillo donde no gozo no voy,
don Abundio Estofado donde estoy mi patria está.
con sus famosos guisos» No me acosa odio ni envidia,
Rindamos á sus glorias y aunque en todos los lugares
el laurel merecido, hay pesares,
ya que el laurel va siempre si algún pesar me fastidia,
al estofado unido. y amarga esta vida corta
CRISTÓBAL DE LA OVÜBLA BÜSTAMANTE. poco me importa.
Un puro y ttna botella - y á mí me arrastra á mi lecho-
durante mi esplin consumo, una muger cariñosa
y cuando acabo con ella, que afanosa
cigarro y pesar son humo. se desvela en mi provecho,
Los vapores de los dos con quien la vida por corta
el cerebro me revuelven poco me importa.
y me vuelven
tan feliz, que ¡ vive Dios! El enamora i una esclava
esta vida larga 6 corta que hacia é l , solo miedo abriga,
¡poco me importa. y á mí de aplomarme acaba
dulce beso de mi amiga.
Celestes apariciones A él las caricias le roba
gozan entonces mis ojos , su esclava durante el sueño,
y dichosas ilusiones y mi dueño
satisfacen mis antojos. me vela en mi misma alcoba,
En las vagas espirales porque mi vida aunque corta
fermentan del humo vano mucho le importa.
de mi habano
visiones tan celestiales, A él le hace el opio tal vez
que una vida larga ó corta soñar con alguna h o u r í ,
poco me importa. y ver me hace una el jerez
en cada mugeTámí.
¿Y en qué entonces me aventaja El reina en Constantinopla
ningún sultán con su opio? y yo mísero coplero
Si á su alma el Edem se baja, cuando quiero
á mí me pasa lo propio. de él me rio en una copla,
A él le exalta la cabeza y de su rabia, si aborta
su á m b a r , su pipa y su vaso; poco1 me importa.
no hace caso
de sí mismo en su pereza, Y á él dpio escesivo acaso
y una vida larga ó corta le hace ponzoña mortal
poco le importa. de su café, y le abre paso
á s u sepulcro imperial:
Y á mi el licor jerezano mientras yo libre de afán
del puro entre el humo azul, despierto al placer mañana
rae hace igual al soberano con mas gana,
de la soberbia Stambúl. y aunque rebiente el sultán
Y en el insomnio dichoso y deje á la Europa absorta
de la embriaguez le tuteo poco me importa.
y me creo JOSÉ ZORRILLA.
otro sultán poderoso,
y como á él, la vida corta
poco me importa. ME IMPORTA MUCHO.

I Qué diablos vá de él á m í !
CANCIÓN.
Llévanle al harem eunucos
á que la desuelle allí, Es mi placer, buen Zorrilla,
velado por mamelucos, hacerte la oposición,
209
oye, pues, mi taravdla. ¡•Yo te adoro)'
que yo escuché tu canción. todas ellas te dirán ;
Tú con lindos versos dices ya ves, pues, que algún cartucho
que la vida por ser corta me importa mucho.
no le importa,
yo con versos infelices Con tu jerez y tu habano...
respondo cuando te escucho con tu amiga... ¡que gandul!
me importa mucho. desprecias al soberano
déla soberbia Stambúl.
Si es tu elixir contra duelos Mucho tu ingenio se aguza'!...
la docta filoso&a. mas si está el eraiio exhausto,
Jos metálicos consuelos todo el fausto
son la medicina mia ; se reducirá á gazuza;
que aunque no soy codicioso, confiesa, pues, que un cartucho
no es malo que el oro sobre, importa mucho.
porque el pobre
siempre hace en el mundo el oso ; Y mi musa lo defiende
y el guardar algún cartucho cual verdad de tomo y lomo:
me importa mucho. pero el cartucho se entiende
sin ¡a pólvora ni el plomo.
Tampoco aspiro á opulencias. Ko has de olvidar un momento
ni destinos ambiciono, que el cartucho es de oro ó plata,..
pues me rio de escelencias que no mata...
y del oropel del trono. y aclaro mi pensamiento
Odio el poder insolente, Zorrilla, porque el cartucho
aborrezco al despotismo, importa mucho.
por lo mismo WENCESLAO AVGUAI.S DE h.co.
para ser independiente
contar con algún cartucho
me importa mucho.
MI LAÚD.
Dices que no te dan leyes
porque tú á nadie las das ; Cuando mi audaz pensamiento
los ricos siempre son reyes mira en el laúd la norma
y vasallos los demás. del mas celeste instrumento
Ellos al pobre esclavizan por su dulcísimo acento
sin que le valgan razones. y su romántica forma :
Los doblones ¿Ha de ser tan poco parco
al humano divinizan; que. por el xiolin me pierda'.'
y por eso algún cartucho i Yo ! que rae irrito si abarco
• me importa mucho. el palitroque y la cerda
que juntos forman un arco.
Las botellas y los puros Y sí tras dulces amores
son dos posesiones bellas, siento de pesada murria
mas si tienes pesos duros los insolentes rigores:,
tendrás puros y botellas; ¿he de cantar mis dolores
y si á las bijas de Adán al son de alegre bandurria?
halagas con plata y oro ;.Y lian de ser pitos mis pautas.
27
10
6 flautas: para que á gritos también subyuga quien canta.
digan las gentes incautas : Con soberano poder
unos, citando pitos flautas e! tirano y trovador
y otros cuando flautas pitos? conspiran á enternecer:
¿Pulsaré las teclas? No, unos sembrando el dolor
Válganme los doce apóstoles! otros regando el placer.
¿quién tal cosa imaginó Yo no soy tirano vicho
para que digan que yo y el mandar me importa un bledo.
toco el órgano de Móstolcs? Lejos de eso, es mi capricho
¿Y dar aire mi mollete? dar buenos ratos, si puedo,
Antes me ataran á un tronce con que así lo dicho dicho.
que mis pulmones sugeto Aunque pobres con esceso
al, aveces, elari-ronco, los ecos de raí laúd
que titulan clarinete. no los diera á pesar de eso
Es el arpa de buen porte: por los tesoros de Creso
pero ¿quién la echa la zarpa y el imperio de Mahamud.
si aun para andar por la corle JUAN MARTÍNEZ YIT.IERGAS.
no bastan á su transporte
todas las galeras de Arpa ?
Quizá el cencerro os agrada
á los que gustáis dé bronces.; NOTICIAS DE ESPAÑA í DEL ESTRANGERO.
mas ¿ yo tocarle ? ¡ bobada !
que una serenata entonces
seria una cencerrada. En Goatcmala, caserío antiguo de Galicia,
No seré yo tan cachorro. acaba de parir una vaca cinco chotos. El apuro
Antes me aplane una bomba para darles de mamar es grande ; porque las va-
que apelar á este socorro. cas solo tienen cuatro pezones. Hay opiniones
Pues ¿y el figle? ¿y el piporro? varias sobre el modo de compartir el sustento
¿y el pandero? ¿y la zambomba? los animalitos; pero los mas están contestes en
Vaya vaya, un instrumento que mientras cuatro de los cinco hermanos ma-
de romántica virtud man , el infeliz sobrante los está mirando como
tan seductora no cuento un babieca.
por su forma y por su acento — Un hombre cuyo nombre se ignora, que no
como el sentido laúd. se sabe, de dónde es, ni dónde residía, se ha
¥ si con él canto afable, embarcado no sabemos donde, sin saber á qué
aunque una dama sensible punto se dirije ni el objeto de su espedicion.
contienda conmigo entable; —También se ha embarcado el emperador Ni-
podrá ser mas pianible. colás en un zapato con toda su comitiva y ochen-
mas no será tan laudable. ta mil caballos de la Guardia. Unos dicen que va
Yo canto mal, lo confieso; á poner la república en Polonia y otros asegu-
mas no diera á pesar de eso ran que viene á los novillos de Getafe. No se
por el poder de Mabamud asusten ustedes de la gente que viene en un z a -
y los tesoros de Creso pato porque es un navio que se llama «zapato»
los ecos de mi laúd. en el cual caben ochenta mil caballos de la
Y no en soltarle se espanta Guardia con el emperador Nicolás y su imperial
el que este aserto apechuga comitiva.
porque á decir se adelanta, — Hay en Francia un lugavcillo marítimo en
que si quien manda subyuga donde todas las mugeres tienen cara de pescado,
Sí] 1
(-uyu prodigio ha dado margen á interesantes
, lientos truchas con hábitos... permítaseme esta
comentarios entre los antiguos naturalistas que ¡ changoneta sin malicia. Con todo, asegura otro
han tratado de averiguar el origen de tan singu- I sabio que el verdadero motivo del fenómeno en
lar fenómeno. Mr. Alejandro Dumas asegura que | cuestión, es un castigo del cielo, porque allá en
proviene de que las mugeres no comen mas que ¡ tiempos remotos se juntaron las mozas de aquel
pescado en aquel paebieeillo, de. manera que si ! lugar el viernes santo, y despreciando los pre-
su alimento se hubiese limitado al bacalao, se I ceptosdela iglesia, tuvieron la criminal humo-
hubieran quedado sin cabeza las pobres lugare- rada de merendarse una gran cazuela de arroz
ñas. Esto no parece verosímil, porque si así con pollos. Los demás sabios que han tratado
fuese habría habido en España ciertas comuni- es'a importante cuestión opinan que las tales
dades religiosas compuestas de salmonetes y be- hembras pertenecen ala casta de la sirena, que
sugos con corona, barbas y capucha. Verdad es como todo el mundo sabe es una coalición de
que no ha dejado de haber en todos tiempos va- pez y de muger. Si esto es así, confesemos que

las sirenas de Francia son bien poco encantado- i soldado regularmente hubiera tenido la desgra-
Í'BS. Lo mas positivo es que todo elio no es mas ; cia de quedar Cojo,
que una solemne mentira, inventada por los re- I
dadores de LA RISA para hacer reír con esta PRODIGIO DE LA PRENSA!
nueva estravagancia. Si no se han reido nuestros
lectores, querrá decir que hemos dicho sandeces
en vez de, chistes, cosa muy común en el dia en- Kn Nueva-York \'a á publicarse un periódico
tre los que la ceban de graciosos. enciclopédico. Está en prensa el número pritne-
—En una acción muy reñida que han tenido , ro que contiene solo en el folletín la historia de
en Méjico los generales Sta. Ana y Bustamaute, I Roma, la vida de los doce apóstoles y todas las
se dice que una bomba pegó á un soldado en la ' obras de Scribe, Dumas y Víctor Hugo, con los
cabeza y como es de inferir le dejó descabezado. ¡ retratos de estes célebres literatos pintados al
Los periódicos americanos añaden que si c o n - ¡ oleo. Las dimensiones del papel son esíraordi-
f'erme le dio en la cabeza leda en un pié, elpobre ; n a r i a s : (¡ene cien pies de longitud y noventa y
212
nueve y tres cuartos de latitud. Constará de seis- — «Basta : basta; lo acerté,
cientas páginas, cada una de las cuales lleva »¡y te juro por mi vida
veinte columnas y millón y medio de g r a t a - » que el logogrifo ó charada
dos. La letra mas chica del periddico es como «propio es de la astrologia
una alpargata, y las del título, que es the » de aquel monarca tebano ,
Gnat (1), son cada una como tres veces la cam- » q u e á su madre hizo cosquillas!!
pana de Toledo. Saldrá dos veces al dia y se sus- «De mas vulto adivinajas
cribe por dos reales al año. » propon amigo á L A RISA.
« »Esas aves que no vuelan
A. v V. » y con tal calor nos pintas ,
«y tan poco disfrazadas
» con toda tu ai garavía,
«son Lucrecias ó Amazonas
LAS GOLONDRINAS CON FALDAS. » del cuchillito en la liga ,
» que produce el Avapies
v> ó el barrio de Maravillas...
«MANOLAS serán, no hay duda
» las del ponderado enigma :
» gastan zagalejo corto;
Con todo ese gran chirumen";
» y á veces larga basquina,
con tus barbas y patillas;
- » según el fuerte que tratan
con tu formidable abdomen;
» de rendirlas tales niñas.
con tu prosa y poesia,
«Hete aquí en todo resuelto
con tus libros é impresiones,
» el problema GOLONDRINAS.
ni con tu apreciable RISA,
no me has de acertar Aygaals — Eche usted por la otra acera
á quien llaman GOLONDRINAS adivino de L A RISA.
en las afueras dichosas — «No son las MANÓLAS? — No.

de esta corte corrompida. Te lo digo ? — « No lo digas:


Dirasme, no tiene duda, «que por mi fé he de acertarlo s
que es á ciertas avecillas » aunque pierda la camisa.
que el verano acá lo pasan «Serán las que solo visten
y el invierno en otros climas; «de elegantes señoritas-.
es verdad? mas no son estas »las que habitan los estremos,
las de mi propuesto enigma. »en casas grandes y chicas,
Dígote que gastan faldas., «es decir, el cuarto bajo,
velo ó mantilla de tira, » ó la incómoda boardilla:
zapatito abotinado, » y á veces el principal,
ó abierto y con largas cintas; » si hay marchantes de cuantía.
grande pañuelo de manta » Las que en llegando la noche
ó de crespón de la India : «por calles y travesías
ya demócrata abanico, «con el seductor ¡ cé!... ¡cé!..
ya aristócrata sombrilla: «el saludo y la caricia,
ya chales ó delantal, «yel sonrosado color
ya es moza, ó ya señorita. » de tersa y blanca mejilla,
» debido , sino á natura
» á estrangero perfumista,
(1) The Gnat significa en inglés el Mosqui- » hacen de imberbes mancebos
to. ¿Dóndeiríamos aparar si se titulase el Ele-
fante ? * «mil pasageras conquistas.
» Aquellas, que si preguntas
»por su alcurnia ó gerarquía,
«hijas son de generales, Hay gentes en esta corte ,
» de intendentes, ¡que desdicha! y algunas lo son de cuenta ,
» del gran TAMBORLAN de Persia, que el estado de su bolsa
»ó emperador de la China: es, por su contraria estrella, -
«parientas del conde embute estar limpia por adentro
» o de la condesa Ulrrica. y muy sucia por afuera.
«Las desgracias, los trastornos, Estas gentes se dividen,
«las guerras y cesantías, pues dividirlas es fuerza,
«pudieran solo traernos en personas de ambos sexos:
» á esta vergonzosa cuita! es decir en machos y hembras.
» Así dicen; si las crees De cuenta las califico,
»tienes que darlas usia. y son de cuenta y de cuentas ,
» Estas, no haya duda, estas son pues cuenta tienen con sastres,
«tuspropuestas golondrinas.» con zapateros, con tiendas,
—Si esas fuesen Wenceslao , aguadores y caseros,
crees que las nombraría la tahona y la lechera,
con el sencillo epiteto todos son sus acreedores
de candidas avecillas? ...'.* escepto las lavanderas',
No por cierto : el de lechuzas y sin embargo su ropa
era el que íes convenia, está limpia, blanca y tersa.
pues sorben, sino el licor Antes que llegue el domingo,
que producen las olivas , antes que llegue una fiesta,
el oro, la plata y cobre las hembras de estas familias
que en los bolsillos atisban , las ninfas de la pobreza,
y envueltas con el me.tal - sean altas sean bajas,
cosas... de grande valia..; sean jóvenes ó viejas,
dejando salú y dinero sean bellas como hourís
ó como un coco de feas;
casi en las postrimerías.
todas se bajan al rio
Vá de d o s , y no acertaste:
á lavársela decencia:
te rindes? —¡Oh que manía!
lavanderas esclusivas
«Serán... y si ahora rio acierto
de sus esclusivas prendas ,
«esplicarás el enigma:
son por este esclusivismo
«Las marquesas de estropajo,
llamadas, ¡ Quien lo creyera!
« l a s q u e saliendo á la sisa,
GOLONDRINAS perdurables
»tempranito y muy compuestas,
por las que ejercen la ciencia
» se están las horas perdidas
con el jabón, agua clara,
«hablando con sus gachés
blancas manos y paleta,
» por esas calles y esquinas,
la ciencia: el arte sublime
«aunque el ama se espeluzne
de peritas lavanderas.—
» y aunque grite, gruña y riña. « Chica , ya bajan las aves. »
«Las doncellas... de labor: Dice Colasa á Manuela. . :
»las señoras de cocina ,
» estas son, si no acerté » Como estamos en verano
»no quiero seguir la pista. « salen de sus huroneras :
—No acertaste, y vá de tres. « ¡ n o vendrán el mes de enero
Escúchame por tu vida. «con frío, escarchas y nieblas! !
«Señorita? óigame usté: empieza la algaravía
»aquí tiene banca güeña, de rifas,. cartas y ventas.
» v aquí hay un gran tendeero, «Al escaheche mejor.
«aunque es de esparto !a cuerda »A la sardinita fresca.
»y podrán hacerse daño «Para la ropa arfileres.
«esas manitas tan bellas. »A la rosca blanca y tierna.
Otra grita-. «Seña usía, «Pelonas, que están calientes,
»la de los bucles y trenzas, «¿quien llama á la buñolera?
«que siempre serán postizas «Mis aceitunas, muchachas;
»y.compradas en la tienda; «de Andalucía las güeñas. -
» el tendeero y la banca Si compran las golondrinas
»que ocupa usté sepa , prenda , murmuran las lavanderas:
» que á mí toditito el año — «Chica,si te cuesta poco,
«me cuesta güeñaspesetas: «eche usté la taza yena:
«con que si quiere lavar «atrás viene quien lo paga
» á otra parte con la fiesta. «sople usté el arroz que quema.
—Gomo no lo usaba usted!! Si no compran y no hablan
— «¡Nos viene con linda fresca! tampoco las dejan quietas.
«Cuando me hé la regana, —«Será mua esa señora?
«y el repechucho lo quiera
— «No que es monja ricoleta,
«lo usaré, que es muy remío.
«y como ahora no les pagan
«Mire usté, si tiene muelas
«rigular es que no tenga
«largúese del tendeero
»ni un cuarto hora é lugar
«sino presto saldrán juera.
»pá coser la faldriquera.
A tan grata insinuación,
—«Calla, muger, no arreparas
desocupa banca y cuerdas
«en que la probé es muy fea ?
la golondrina prudente
»¡Ah I sí: y no tendrá devotos
y de aquel sitio se aleja.
«que se acerquen á su iglesia.—
Si por desgracia se opone
— Con el cabello encrespado,
á esta y otras exijencias,
dando voces, se presenta
anda listo el vapuleo
una esfinge ó una parca,
y el FRONTISPICIO se ostenta
una cogitranca vieja,
de la cuitada avecilla,
con facciones infernales
de la indiscreta parlera.
de avechucho de tinieblas,
Y al paso que de las manos
que ni es bruja ni gitana,
usa con tanta destreza,
aunque á entrambas ae asemeja.
la furibunda náyade
«Quién quiere saber su suerte?
de las orillas soberbias
«á las cartas, la cartera;
del Támesis castellano,
y jugando con los naipes
también la sin hueso suelta:
de una baraja mugrienta,
la sin bueso! ¡Virgen santa!
sus horóscopos descubre
¡ La sin hueso! la lanceta,
no solo á las lavanderas,
que sangra á diestro y siniestro
sino á cuantas se aproximan,
las honras, vidas y haciendas.
para saber de su estrella.
Sosegado ya el tumulto,
A nadie anuncia pesares:
apaciguada la gresca,
á todas deja contentas.
y cada una en su sitio,
Si muchos cuartos la dan
y cada cual en su hacienda,
hasta las hace princesas
21
trocando en lobas altivas «es un robo, es un engaño:»
á las mas simples ovejas. y la ambulante lotera
sino procura escurrirse
segura lleva una felpa.
Basta, pues, querido Ayguals,
aquí cesa mi tarea :
aquí cesa, y por Dios santo,
mucho que decir me resta.
Ya sabes que yo frecuento
los figones y tabernas:
San Isidro, Chamberí
y la fuente de la Teja :
sin otros lugares propios
de la gente de mi esfera.
Un veterano aguerrido,
que cualro galones lleva
allá en la siniestra manga
de su vetusta chaqueta,
no baja jamás al Prado
los soirées no frecuenta.
Mas en cambio, si tú gustas,
te hará relación cstensa,
sea en prosa ó malos versos,
ó sea como tú quieras,
de lo que pasa entre gentes
de mi estofa y mi ralea.
Pero mucho hemos hablado:
Apenas ha terminado "Adiós: hasta la primera.
su astrolávica tarea
la horrenda imagen de Gloto, FRANCISCO ROBELLO. (TÍO Fidel.)
nueva escena se presenta.
«Quién echa, muchachas, quién
ȇ la rifa ? Que es muy buena : EL BURRO.
»un vizcocho como un pan
»y dos pares de calcetas.
Lleva en la derecha mano Es el burro un animal
la muger que esto vocea, que yo necesario juzgo,
como la bruja, otros naipes, ni mas que el hombre ni menos
otra baraja mugrienta. para poblar este mundo.
Acuden las golondrinas, Sin embargo, las historias
acuden las labanderas, parciales en grado sumo,
y la tahura entre todas nos hablan del primer hombre
distribuye las tarjetas, y no hablan del primer burro.
supuesto anterior subsidio Yo por ignorancia callo,
de medio real por cabeza. aunque mas fácil presumo
La agraciada por la suerte saber del burro primero
jamás se queda contenta. que conocer á los últimos.
»Este bizcocho está d u r o , Cadapais de la tierra
«estas calcetas son viejas-. tiene diferentes usos,
16
y dá diferentes nombres ¡burro! le dice el maestro
siendo los objetos unos. y le aburre con insultos.
Y así como á los Franciscos Hay un médico de fama
se les dá el nombre de Curros, tenido por hombre ducho?
Pacos, Paquitos, Pachines Pues es un burro en concepto
y últimamente Farrucos: de alguna huérfana ó viudo.
El burro solo en Castilla Hay un militar valiente,
donde el idioma es muy puro proezas hace de bulto.
suele llamarse borrico, ¡Valiente burro! responden
burro, pollino, asno y rucio. los envidiosos del triunfo.
Burro lo entienden los mas Es un sabio el abogado
por sinónimo de bruto; mientras gestiona con fruto ;
yo probaré con razones pero pierde en la sentencia
que es muy sociable y muy culto. ¿qué es el abogado? un burro.
Ningún perro nace dócil,
muerde tan solo por gusto,
y al que le atusa la espalda
responde con refunfuños.
TJn gato domesticado
es muy mansito, muy cuco ;
pero suele al que le besa
dar en la lengua un rasguño.
Hasta el hombre es una fiera
después de tantos estudios,
á cuyo lado resalta
la amabilidad del burro.
¡Pobrebestia! Desde niño
sabe con harto disgusto
que recibir carga y leña
fué su misión en el mundo.
Mas nunca lágrimas vierte
y este dolores muy duro;
que el corazón no descansa
sino llora su infortunio.
Es austero como un sabio,
sombrío, meditabundo.
Cuando le pinchan dá coces,
cuando le sueltan rebuznos*
El burro y el diputado Y no insisto en estas citas
piensan acordes y á dúo; porque de probar concluyo
el uno piensa cebaba que Dios crió burros bípedos
y el otro piensa discursos. conforme los hay cuadrúpedos.
Bien que la raza del asno Las costumbres del borrico
á cuanto se estiende dudo. son propias del genio suyo;
Yo creo que hay burros bípedos ni es jugador, ni vicioso,
conforme los hay cuadrúpedos. ni gasta en vino ni en lujo.
Y sino, tarda un muchacho Un cuartillo de cebada
en aprender que es gerundio, cada dia y sobra mucho ;
21-
y con tan poco alimento ¿qué no dirá al verse gris
rema y rema... como un burro. desde los hombros al... muslo?
Con una criba de paja Y es el burro tan perverso
trabaja y anda robusto; que viendo un mocito curro.
mas paja gastan [os humbres como el rayo al para-rayos
jhacen menos que los burros. se le, echa encima al minuto.
Délos mandamientos diez El porvenir del pollino
apenas quebranta alguno, es miserable, es inmundo;
ííi sabe mentir ni mata cargado de leña y hambre
ni á nadie calumnia injusto. baja infeliz ai sepulcro.
]NTi es ladrón ni irreverente , ¡Cómo ha de ser! ¡pobre vicho!
ni jura mal porque es mudo; Mas vale verle difunto
nunca va á muzas el tonto, que bajo las garras fieras
pero va á burras el tuno. de los gitanos verdugos.
Aunque á veces se pronuncie, Que á trueque de que respingue
es un patriota tan puro , y salte valles y surcos,
que á nadie pide destinos con cataplasmas de acero
I oh abnegación sin segundo; curan sus males de ayuno.
Y aeá cuatro botarates Pero los romances largos
toman grados y peculio dan mas empacho que gusto.
y títulos por gritar: No mas paja; alguna vez
¡quiero medrar! ¡me pronuncio: liemos de caer del burro.
El destino del pollino JCAN MARTÍNEZ VILI/RRGAS.
es de baja esfera , oscuro ,
porque al par que es caballero
no tiene ambición ni orgullo.
Va de un arriero al servicio INCENDIO DEL POLVORÍN.
cruze terrenos incultos,
llevando palos y oyendo
el taco y el ; arre burro ! Todos los periódicos al dar noticia á sus lec-
Ya detras de ¡la nabera! tores de este notable acontecimiento, lo han de-
¡huevos frescos I—aunque duros nunciado como arma de partido; como si fuera
todas las mañanas corre posible que los hombres de partido apelasen á
la corte punto por punto. tan impolíticos medios. Los redactores de LA
Ya para salir a! campo RISA se puede decir que somos el directorio, la
te rinde el gañan forzudo , representación de un partido inmenso que ha de
ó el párroco de la aldea arrollará todos los demás partidos, esto es, del
con mas tripa que un besugo. partido del buen humor, Y por eso habíamos de
Ya por esas bocas calles incendiar el polvorín para esterminar á los taci-
atraviesa e¡ muy cazurro, turnos? Eso seria bueno cuando los taciturnos
sembrando si va con yeso vivieran todos en un barrio ó en una misma ca-
la desolación y el luto. sa , pero no cuando para matar a veinte contra-
Uno que se cae de hocicos rios nos csptisiéramos también á acabar con la
dice: i me gusta el saludo ! vida de otros tantos amigos. .Nosotros sabemos y
«tro sin caerse bufa vamos á denunciar el nombre del autor de tan
temiendo enfermar del susto. horrible desacato, y esperamos que el gobierno,
Y el que lleva frac de Ulrilta sino quiere que LA RÍSA le haga de hoy mas una
muy sopladilo y muy pulcro. oposición virulenta v sistemática, castigará con
28
218
mano fuerte al perpetrador de un crimen que no
peluca, y uno y otro se quedaron bailando un
tiene ejemplo en los anales del mundo. Pero a n - padedú.
tes daremos noticia á nuestros lectores del su-
ceso.
La capital de Madrid no existe; ha desapare-
cido del catálogo de los pueblos, según los r u -
mores esparcidos en la mañana del 23 de se-
tiembre , dia de San Lino y Santa Tecla, Témpo-
ra, Ordenes, Sol en Libra y entrada del Otoño,
todo lo cual recordamos por el influjo que pudo
tener en que volase el polvorín. Cuando los ha-
bitantes de la corte abrieron los ojos, disperta-
dos por el estrépito de la inaudita detonación , lo
primero que creyeron, y así lo respondían al
que preguntaba la causa de aquel ruido, fue
Las municiones voladas según relación de
que se había hundido la casa inmediata. Y co-
otros periódicos, consisten en una tapia del pol-
mo el vecino del número diez decia que se ha-
vorín que no es munición , pero parece de m u -
bía hundido la casa número once, el del once
nición ; 700,000 cartuchos de fusil, 1,000 de ca-
decia que la del doce y asi sucesivamente, resul-
ñón, 16,000 espoletas , 800 granadas y 125 quin-,
ta que Madrid se quedó sin casas aquel día por
tales de pólvora. Ojalá no hubiera quedado nada
confesión esplícila de sus moradores.
en el mundo de este enemigo mortal nuestro;
Hay quien asegura que tan horrible proyecto aunque no sea mas que por lo que hace llorar.
estaba preparado por una coalición de vidrieros El mayor daño que este incendio ha ocasionado,
y albañiles, para tener que hacer otro Madrid parece que lia sido en un melonar de Chinchón,
y ganar dinero á costa de la ruina de sus seme- del cual volaron una infinidad de sandias que
jantes; pero esto no lo podemos creer por que parecían bombas por el aire, y estos sin duda
aunque los vidrieros han hecho su negocio con han sido los síntomas de pronunciamiento tan
los millares de vidrios y cristales que lian y^nido cacareados por los periódicos. Hay melón que
que poner después, ni estos, ni los albañiles han todavía anda por las estrellas. No quisiéramos
podido>'i£oal¡garsé con el verdadero autor del nosotros que nos cojíera debajo cuando caiga !
atentado. También ,ha perjudicado a l a s embarazadas,
Dicen que el daño causado en algunos edificios y hay muger que malparió y no ha vuelto á ver
fue bastante grande-; yo no creo tal cosa : al el chiquillo. ¡ Con qué violencia saldría la cria-
menos no les oí quejarse y mas bien tuve el gus- tura! Puede que ande también por los aires co-
to de ver una porción de casas bailando rigodón miendo melones á costa del pobre melonero de
de contento. Aquí se encontraba un guardacan- Chinchón. Y si tales han sido los estragos del
tón haciendo un paso de gabota ; allá una chi- polvorín, ¡qué hubiera sido si se hubiera llama-
menea haciendo cortesías. Uno se quedaba sin do polvorón !!!
frac que so escapaba á las nubes, á otro se le Ahora que hemos detallado las calamidades
desertaba una oreja* á otro venia un casquito de que ha producido el incendio del polvorín, va-
granada y le quitaba la nariz sin duda porque no mos» nombrar al delincuente por mas que nos
oliera la pólvora. Lo Cierto.es que á muchas le- sea repugnante hacer el papel de delatores. El
guas de Madrid se ha visto diluviar por espacio autor de tantas desgracias no es ayacucho, ni
de dos diasuna espantosa granizada de cabezas, progresista, ni republicano, ni albañíl, ni vi-
dedos, piernas y otros miembros de especie ra- driero: es un ex-fraile malvado de la orden de
cional. A un caballero que iba á tomar leche de San Francisco llamado fray Bertoldo Schwartz,
vacas, le pegó una casa que iba á galope tal aunque el padre Feíjoo dice que Scliuvart: pero
porrazo , que le echó por tierra el sombrero y la yo creo que Feijoo se refiere al mismo que yo,
por que ambos nos referimos a un religioso GLOSA.
franciscano alemán , que alia por los años
de 1378 (1) tuvo la desvergüenza de inventar la Estaba Napoleón
pólvora. Pero á bien que el cielo castigó su deli- con San José de bracero,
to no dejándole vivir hasta mediados del si- y se le cayó el braguero
glo XIX. ¡Qué mas hubiera querido el tal frai- porque se rompió un botón.
lóte que recrearse en el incendio del polvorín!
JUAN MARTÍNEZ VILLEHGAS. En la toma de Granada
un príncipe aragonés
dio tan soberbio revés
EPIGRAMAS. con el filo de su espada ,
que la morisca asombrada
Pájaros de mil colores huyó toda en dispersión.
en una jaula cerrada En esto anunció Sansón
presenté y dije á mi amada : — con el semblante alterado,
«¿cuál te gusta m a s , Dolores?» que en la taberna de al lado
— «¿Quieres que mi gusto indique? estaba Napoleón.
pues mira (dijo), Gonzalo, Guando don Pedro el Cruel
dame para mi regalo a l a vista de Tolón
un pájaro que no pique.» juró la Constitución
JOSÉ BERNAT BALUOYÍ. eon el gran Roberto Pél,
le apellidaron infiel,
La hija de don Gonzalo traidor y mal caballero,
burlóse de Federico, mas él cojió su sombrero
que, blasonando de rico, y como buen español
llevaba un paraguas malo. tomó por la ronda el sol
Se amostazó muy en breve con San José de bracero.
el fatuo, y dijo confuso: Le nombraron intendente
«este paraguas no io uso á Robespier, de Madrid ,
sino los dias que llueve.» por quedar cesante el Cid
A. R I B O I Y FOSTSERK. que lo fué interinamente ;
pero, amigo, de repente
(1) Los amigos de este frailóte para que no le salió en el pié un uñero:
se le persiga : salen ahora con la embajada dé que venga, dijo, un barbero,
que el verdadero autor fue Rogcro Racon, reli-
gioso inglés. Otros, y por cierto compatriotas pero viendo que tardaba
nuestros como Pedro Mejia y don Pedro, obispo se fué á ver si le encontraba
de León, suponen que por el año de 1333 ya don y se le cayó el braguero.
Alonso el sabio en un sitio contra los moros tira-
ba cañonazos, y si tiraba cañonazos es de supo- Salieron á pasear
ner que seria con pólvora. Mr. Du-Cange di- Cicerón y Calomarde
ce que en el año de 1338 estaba conocida en
Francia. Bien se conoce que el tal era francés. hablando toda la larde
Pero si el objeto es librar al susodicho fraile del por las orillas del mar,
castigo que le espera, todavía podremos dar á la
invención de la pólvora mas remota antigüedad, Era el caso averiguar
atribuvéndola como Talleyrand á Jesucristo, el de qué murió San Simón,
cual (Mr. Tallej-rand) tiene la ocurrencia de si de parto ó sarampión,
decir que este padre de la iglesia no fue preso
por sus enemigos y los nuestros, sino por la y al cabo dieron por cierto
justicia (¡vaya una justicial) que le sorprendió que este santo habia muerto
tirando cohetes y haciendo otros fuegos artifi-
ciales, que suponían no solo la invención sino la porque se rompió un botón.
inversión de la pólvora. RAMÓN GARCÍA LUNA.
2-20
tk RISA. rechacemos su rancia manía,
que mandones nos han de sobrar.
FOUMETKO FILOSÓFICO ;Fuera cuentos! y démonos prisa
á vivir en constante labor ,
Bien cumple a LA R I S A , sarcástico duende, del trabajo se engendra la risa,
de lindos recursos á sombra y á sol, de los ocios el tétrico humo .
que apúrense en ella, donosos por ende,
los tonos distintos del canto español. Hay en el mundo ciertos seres»
Venid doncellitasde labios de rosa, de Catoniana gravedad,
y dientes de nácar y talle gentil: inaccesible á los placeres
á pav de las viejas de cara rugosa, de la risueña sociedad.
y vizcos ojuelos y ajado perfil. Cuando los hallo, nunía puedo
Senectos, viriles, adultos, chiquillos, la risa mía contener,
edades del hombre revueltas llegad: y les apunto con el dedo...
y al mar arrojando molestos pelillos, como animales muy de ver.
en plácidos coros de risa bailad. Hay otros entes, al contrario,
Si alguno entre tantos, de muelles se afloja que á todo ríen sin compás,
y enturbia mantillas con geta infantil, pero de un nfodo estrafalario
á nadie, queridos, de susto le coja y convulsivo por demás:
y el caso celebren con risa pueril. Los dos estremos perjudican
notablemente á la salud:
Sóbrelas ruinas de la antigua Atenas, hay que evitarlos, si se indican
risa inmortal, hallóse tu inscripción: en demasiada plenitud.
yen los escombros déla gran Palmira
también tu nombre, al remover, se halló! Cuando un matón desafia
Los ecos de Herculano y de Pompeyo á otro que reñir no quiere ,
proclaman lentos en duliente son : le aconsejo que se ria
mentira y farsa, vanidad y risa al que las paces prefiere.
las glorias de este mundo engañador ! Porque A fuerza de reir,
Tú sola á los imperios sobrevives y á puro cerrar y abrir
de una en otra rural generación : la boca desmesurada ,
tusóla haces al hombre tolerable la que insistía en reñir
de los hados el bárbaro rigorl suelta al fin la carcajada.
Ora brille fastuoso en la opulencia, Cuando regaña un amante
órale albergue mísero un rincón: con la niña de sus ojos,
ora entre luchas hórridas de Marte, es de ver como al instante
ora en las lides lúbricas de Amor! truecan los graves enojos,
en caricias, en ternezas,
El que necia « la banda se cierra, risotadas y placer:
del esplín y la tisis en pos: ¡dulce risa! qué grandezas
viento en popa con rumbo á Inglaterra, parodiarán tu poder!
surque el charco , bendito de Dios.
No en mi patria la peste inocule Y en amable registro,
infestando su risa quizá, y con descenso manso,
mientra en labios íberos circule va mi pluma de ganso
á sus hijos robustos verá. tu poder á contar:
Sí la insulsa política fria cual repleto ministro
nuestro gozo viniese a entibiar , del ex en la mañana ,
221
sobre muelle otomana su llorar: Estreñios
se siente deslizar. por los codos de gozo,
Eres risa, tan bella, hay que hacerlo de mozo
«res tan grata risa, sin poderlo serán:
que cosa mas precisa remediar... Cantemos
no le ocurriera á Dios. Ayl la vida prolijas
porque legando en ella fuera cosa las hijas
su divinal consuelo, triste y sosa, de Adán.
deja entrever el cielo... dura y cruel: Sin cejas,
¿y quién no brinca en pos? si florida pestañas,
no la hiciera arañas
¿Hay cosa mas bella placentera de halcón.
mas digna de amarse risa; fiel.
Cien viejas
que el v^r agitarse risibles,
dehoyitos un par? Mi musa ¡qué horribles
La hermosa doncella canora que son!
se r i e , cautiva; te adora
si es fiera y altiva, con fé: De sus bocas
no logra encantar. confusa, desdentadas,
El hombre risueño sumisa, carcajadas
doquiera t a s c a d o , de risa al salir:
de todos amado ni aun vé. como locas
dú quiera se vé. Suspende se escarnecen,
Al hombre de ceño tu brio, y merecen
do quiera temido, me rio... seducir.
de nadie querido piedad! Los amantes
do quiera le hallé. Cual duende de estas niñas,
me acosa, no arman riñas
A nadie, empero, temosa por amor:
risa reveles deidad 1 sus instantes
que á gloria hueles vistea cela
del Hacedor: Poco cada abuela
porqne no quiero puedo, con furor.
que el orbe todo cedo...
ria de modo sal! Y si un perjuro
que haga furor. Loco cebare ingrato
Ello es sabido vago, en otro plato
que sin tu ayuda, me hago capricho infiel:
la tierra muda mal! es bien seguro
y8rá dó quier: Pero que a su apetito,
y el que ha nacido mira, daránle un frito
para habitarla, tira de rabia y hiél.
siu alegrarla... bien. Picaro perro!
¿qué puede hacer? Quiero por comistrajos
reirnie; dejar pelgajos,
Nacen todos firme huesos y tos!
sin camisa, den.' En un encierro
dando risa morir debiera ,
el que se fuera de una niña los balcones:
de otras en pos! dije para mi coleto ,
ni envidiado, ni envidioso,
Las verdes mozuelas á ese pobre que hace el oso
no abrigan caletre, un par de astas le prometo.
cualquier petimetre
las hace falsear: Y es una risa y un buen ralo,
Las graves abuelas que mucho debe divertir,
no temen escollos, ver al caduco celibato ,
cualquier zampabollos galán hacerse y seducir:
se pueden zampar. por mas filósofo que sea
Las niñas del dia... si amor le toca al corazón ,
Talienlcs pendangas! cubre su calva el gran badea
por ciertas charangas con un gracioso pelucon.
se pirlán... que ya! Y hay que soltar la carcajada ,
¿Y quién osaria si fino el hombre al saludar,
decir, que las viejas ve la peluca infiel pegada
por correr parejas... á su sombrero por azar.
se pirlán quizá? Con una airosa zapateta
desaparece el buen señor:
¡Ay del que venda joven y se le rie la coqueta
su personita cuca, en sus barbas, del torpe error.
de la vejez caduca
á la avidez voraz : Cuando un hombre se ve sin camisa
qué veces mil le roben cual su madre una vez le pariera,
hasta dejarle ciego, el audaz ehocarrero dijera
dos ojos ¡ay! de fuego, que sus carnes se mueren de risa.
antes, la dulce paz t Pero el libre filósofo humano
Es como flor lozana pensaría con harta cordura,
en pompa matutina, que es el tipo feliz de Natura
la joven peregrina aquel pobre patán ciudadano.
al sol de amores fiel. Yo que admiro y veneróla ciencia,
Pero la mustia anciana yo que voy de las luces en pos,
flor de la noche oscura, sin embargo me digo en conciencia :
degüella al que asegura de esos tipos apárteme Dios!
chupando sin cuartel 1 Y si debo morirme de risa,
no se mueran mis cuartos a! menos,
El célibe vegestorio que el buen tono requiere camisa...
que arde en amor chavacano: y los duelos con pan duelen menos.
no tiene el cerebro sano ,
ni garantido el sensorio. En la vetusta antigüedad notables
Buscar amor por amor dos raros hombres señalarse pueden,
á los cincuenta es bobada, cuya doctrina en páginas durables
que requiere cencerrada al pensador las crónicas conceden.
de las de marca mayor. Demócrito, filósofo profundo ,
Cuando he visto en ocasiones, las locuras del hombre escarnecía :
á un vejete almidonado Heráclilo, los males de este Mundo
rondar tieso y perfumado por el hombre lloraba noche y dia.
223
Aquel les apuntaba con desprecio de entusiasmo no se inflama?
de pura risa tropezando loco: ¿A quién no punza el honor
este llorando :í mares . como un necio, cuando la patria le llama?
ibase consumiendo poco á poco. Ya en patrio fuego abrasados
Ciento veinte años respiró el primero los corazones están
sin un vislumbre tétrico quizas: rataplán !
«I otro en un inmundo basurero y sus atroces pecados
cumplirse viera treinta y seis no mas. los contrarios purgarán
rá-cata¡ilan .'.'
Ejemplo terrible, que aciago revela ; A! combate, batallón,
de los Jeremías el trágico fin: marchen, amia á discreción!'...
aviso á las bocas sin diente ni muela , Ra-caiapJam-parram-plan /.'.'
lección á los sandios de triste magín.
De boy mas vida nueva: despójense todos La sangre en las venas arde ,
del ceño que arruga la frente mortal; paso de camino y largo;
y adopten corteses, maneras y modos, y haga el que llegue mas tarde
que cambien felices el orden social. veinte guardias de recargo.
En este sentido con voz imponente ¡Ay! ya el enemigo avisa
os predicaremos la revolución : que no le habéis de alcanzar
guerra á los abusos! caiga lo existente! porque tiene mucha prisa
viva la risueña regeneración! y no nos quiere esperar.
Y quede sentado, que solo la risa ¿Quién de canguelo suspira?
al alma reporta sosiego y solaz; ¡Viva España ! ¡Una canción !
y al hombre en la tierra que rápido pisa, —Tran laran lan lara lira,
donosa procura magnífica paz 1 tran laran lan laranlon.
VICENTE ALVARÉ* MIRANDA. ¡A la lid soldados fieros
y cúmplase nuestro afán !
cata-plan!
¡Al campo bravos guerreros
EL TAMBOR.
y arda Troya voto á san !
ra-cataplanl!
CANCIÓN. Himnos entonad á España,
que ya el tambor acompaña :
Música de D. Mariano Soriano Fuertes.
fía-cataplam-parram-plan /.'.'
Llenos de vino los cueros
y harto et homhligo de pan, ¡ Vive Oíos! ¡ con qué donaire
vamos al campo guerreros . huye el enemigo perro;
Ra-cataplám^parram-plan '. í! como águilas por el aire,
como liebres por el cerro.
Ganemos en guerra cruda Corramos nosotros mas,
de victoria la guirnalda y ande la lanza y canon.
y demos al que no acuda ¡ Tente canalla ! l i s ! zas!
cuatro almendras por la espalda para! piml pum! pomporrompom!!!!
El que cobarde se asombro Que ni uno solo se vaya
de mi redoble al compás, del monte por la espesura.
tendrá pantalones de hombre ¡Leñazo, y corra en Vizcaya
y de muger lo demás. un Ebro de sangre impura!
¿.Quien al ruido del tambor Ah! de la vida reniego
224
si de mis garras se van. según dice el capitán.
cataplan 1 ra-cataplanü
¡Preparen! Apunten! Fuego! A Dios cerros y escarpadas
¡Qué lástima de alquitfan ! hasta otra vez camaradas.
ra-calaplan !1 Ra-cataplam-parram-plah !f
Dan de rendición la seña.
No haya cuartel: leña! leña! Hoy no hay prisión ni recargo.
Ra~cataplam-parram-plan !!.' ¡Sus! a dormir, batallón !
paso de camino y largo.
Aquí espira un ciudadano ¡ Marchen! arma á discreción !
Soldados! saña y valor! Ya la aldea se alborota,
Los lamentos del hermano yalapatrona nos llama
den al hermano rencor. para compartir patriota,
Ya el ruin enemigo cede sus manjares y su cama.
quiere perdón el pipiólo, No tendremos desafio
i Duro en ellos , y no quede por eso niña de Dios.
para contarlo uno solo! Bien está; lo mío mió,
Cantemos que ya respira y lo tuyo de los dos.
de alegría el corazón.
Tran laran lan laralira, Ya piden vino los cueros,
tran laran lan laranlon. ya quiere el hombligo pan.
Vamos, bravos, de contino i Al rancho! ¡al rancho guerreros !
á descansar de este afán. fíacataplam-parram-plan!!!
cataplan !
Con diez leguas de camino JUAN MARTÍNEZ VILLEHGAS.

Mirando signos celestes (Nada veo !... Ya es inútil!...


el celestial don Ambrosio, se me baja el telescopio !...»
con Monsieur de Perroquet — «Si oste mirra per l'izquierda
tuvo el siguiente coloquio: truverá le Copricornio.»
225
PERCANCES NOCTURNOS. ! Pelo de la dehesa, y ha convidado á su novia á
S la función, y así es que esta se pone de punta en
: blanco por dar golpe en el salón, y porque la
Trastornado y todo revuelto está el gabinete j echen el lente y cosas por el estilo; y aquel a n -
de Clarita; de tres criadas que hay en la casa> : da mas hueco que una vela mayor de un navio
dos andan al retortero y como palominos aton- ! navegando con viento fresco á la cuadra, y dá
tados ; su vetusta madre , doña Ballasara está que ; sus sálticos correspondientes en pensar que él es
trina, pues con el aderezamiento de su única hi- i un segundo don Quijote favorecido por su ado-
ja no hadado de comer á la perrita Estrella, ni I rada Dulcinea. Clarita espera á un socio que la
al galguito inglés Cupido, objetos de su predi- | ha de acompañar hasta el local del teatro. Tocan
lección. El tocador parece un cuartel general; ¡ la campanilla y asoma un hombre, si podemos
allí pomadas de todas ciases, cepillos para los llamarle así, pequeño, rechoncho y de mala ca-
dientes, para el pelo, tenacillas, jabón de olor, ra , con su cigarrillo en la boca, muy jaque y
peines... en lin, todos los chismes de errar bola. echándola de plancheta, con mas capa que un
Tres veces ha tenido que llamar una criada, á la alcalde de monterilla, y después de entrar en la
modista, pues según la fastidiosa Clara, el ves- sala corno lo hace el sultán en la mezquita, «se-
tido de moaré que estrena aquella noche, le ha- ñora, la dice, vengo de parte del director de la
ce una arruga en el talle. La madre se despepita | sociedad para que tenga usted la bondad de hon-
por encontrar aquellas flores que adornaron sus i rar con su presencia la función de esta noche;»
sienes in illa témpore, cuando se casó Carlos ¡11. I ni mas ni menos que Como se hubiera convidado
Abrir y cerrar cajones, pero en vano. Ya por j a l a reina de las Españas.—Supongo que usted
último abre una cómoda y las encuentra, tan i la acompañará luego despucs de concluida.,—Sí
pronto quiere cerrar que se coje ios dedos, y | señora, pierda usted cuidado. — Y se van ambos
¡aquí fué Troya ! tira las flores y caen en un bra- i acompañados, hasta la escalera de doña Balta-
sero recien encendido , y se arma en el gabinete ¡ sara, que dice en voz magistral: «hija no lardes
una chamusquina de trescientos mil demonios. | mucho, mira lo que haces, cuida bien la ropa,
Acude una criada á socorrerla, y Clara la dice: porque sino me va á dar un ataque de nervios, ó
«Antes es vestirme yo, que favorecer impertinen- me va á acometer la picara jaqueca.»
cias» á lo que contesta la madre echa una furia,
Se fueron el cómico, y la tarambana de Clari-
amenazándola con un silletazo. Clara es inalte-
ta llegando en pocos momentos á la calle de los
rable y sigue apretándose el corsé que es una
Gitanos. La madre se puso á rezar el rosario con
bendición de Dios. Se pone el rico zapato de la-
los criados, que no les faltaba mas álos infelices
binete, el gran pañuelo merino> su gorro de ter-
para remate de fiesta. La noche amenazaba llu-
ciopelo de casa de Madame Petibon , su sombri-
via. Entró en el salón nuestra emperegilada Cla-
llita, que aunque está para llover, es la moda;
r a , y nadie la dirijió el lente, como se lo figura-
pone agua de colonia en su pañuelo de batista,
I ba; pues los concurrentes eran de garrote ert
y hete aquí, risueño lector, una coqueta á toda
¡ ristre, y de pantalones de campana, y algunas
vela. La vieja acartonada echa maldiciones sin
• hijas del Avapies y de las Vistillas. Creía (lo que
tino por aquella boca dé descomunión, pero
I menos) trabar conversación con alguna aya
¡ de S. M. ó con alguna marquesa ó baronesa de
predicar en desierto I poco tren, y el primer saludo que tuvo fué ¡uf!
sermón pe.rdido. ; y ¡qué espeta que va su escelencia!... mírala
i bien Aiifonsa, parece una ave fria. Mal sentó á
¿A dónde se les figura á ustedes que va tanto i la joven semejante recibimiento, y dos rosetas
lujo? á un teatrillo casero y de mala muerte de i encarnadas se fijaron en su rostro, y por qué ra-
la calle de Gitanos, en el que aquella noche ha- | ra casualidad tuvo á su lado un don .Tudas,
ce Simón Tragaldabas, amante presunto de Cla- ¡ acreedor á los bienes de su madre, con quien tu-
!
rita, el papel de don Frutos en la comedia El vo un pleito muy intrincado, v del que salió como
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el zorro de Beüiscas, con el rabo entre las pier- para sacudir y atar.
nas. Toda la noche estuvo echándola unos ojos De las navajas se tira
de hiena, que no parecía sino que se la quería «pobrecillo, mia no venza...»
tragar, y ella le contestaba con cierto gesto de y Simón que así los mira
indiferencia y de desprecio. ¡Infeliz criaturita! de la sala se retira
estaba abrasada por Oeste y por Levante. No la con mas miedo que vergüenza.
hacían tampoco maldita la gracia, las gracias ó Y las velas se apagaron
simplezas que su amante mal parlaba, pero lo y era aquello un laberinto,
que este hacia á las mil maravillas era degollar las ventanas se cerraron ,
la comedia, que naufragó soberanlsimamente y también de allí volaron
en medio de aquel golfo de bárbaros. Se trató la gorra... el pañuelo... el cinto...
después de regalar á Clava un cuarterón de pas- ¡Ay qué caos! ¡ Santa Ménica!
tillas. (¡cómo se despilfarraban!) y luego que lo corria un viento algo frígido,
propusieron se aprobó el dictamen por unanimi- y entró con risa sardónica
dad. Escotaron á cuarto los diez y siete socios, ó y faz astuta é irónica
sucios, de que se compone ¡a sociedad del Letéo: de barrio un alcalde rígido.
bajó á la confitería el mas listo de ellos, y á la
vuelta se chifló la mitad en el camino, presen- Sí señores míos, les puso las peras á cuarto. A
tándoselas después Siraon á Clarita, como en Clarita lo mismo que á las demás prójimas la»
triunfo, y llevando tras sí todo su estado mayor, dejaron escapatoria, llovía á cántaros y el vien-
que parecían mas bien ánimas de la ortera; y to huracán se paseaba con absoluta libertad por
aun no babia puesto en las delicadas y abarqui- todos los ángulos de la capital de ¡a Península;
lladas manos de su amada Dulcinea el rico y e s - y preguntando una desgarrada manóla á la acon-
pléndido regalo, cuando una mano de aquí, cin- gojada y cari-acontecida joven : «¿Me sabrá u s -
co dátiles de acá, y una manopla de allá se apo- ted decir qué hora es? Buscó Clara con impa-
deraron del cucurucho en un decir Jesús, y se ciencia su reloj, pero... no lo encontró, se lo ha-
quedó la pobre como sobrecogida y sin saber lo bían robado Ya eran las doce y media de la
que le pasaba, darramando después un lagrimón
noche , y la voz de los serenos hacia que al mas
como una castaña, haciendo pucheritos, y po-
pintado se le erizasen los cabellos. La desventu-
niendo una cara de Jeremias que desconsolaba.
rada Clara, no bien habia andado veinte pasos,
Habieron de amoscarse Simón y compañía, y
cuando iba ya echa una sopa. Mil pensamien-
después de haber mediado palabras injuriosas de
tos tristes y románticos le asaltaban su ima-
una parte y de otra, entró el poder ejecutivo.
ginación, llevaba el alma en un hilo. La fuerza
del temporal la obligó á refugiarse debajo de un
¡Qué cisco se armó I ¡ San Blas! portal mezquino y sin luz ninguna por maldi-
¡qué intrincada pelotera! ción, y decía compungida:
¡qué noche de Satanás!
«picaro bribón, atrás «A.dios, galas para siempre,
ó lo echo por la escalera.» no me las pondré jamás,
Cual agarra un bastidor mi vestido se acabó
para tirárselo á otro, ya es un trapo de fregar.
cual pilla al apuntador La repetición perdí,
y le llama ruin, traidor, y mi madre ¿qué dirá?
asno, genízaro y potro. la vá á dar un accidente*,
Hubo hombre que el violón ¡oh virgen del Tremedal!»
á otro le quiso arrojar, Cuando esto dijo entró un hombre
y quien deshizo el telón en el lóbrego .portal,
de tiras en gran porción muy calado de sombrero
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y muy puesto de gavan. y habitaba un cuarto cuarto, es dacir, graduado
Era don Judas el mismo de boardilla á claustro pleno.
¡maldita casualidad! Como hemos sentado ames, (espresion abo-
la gallina y una zorra gadesca por todos cuatro costados) venia déla
se volvieron á juntar. tertulia, la cual se componía del INNUMERABLE
Calló la joven, y el hombre número de un cesante, dos viudas, un exclaus-
en silencio sepulcral, trado, un secretario del Hospicio y él; ¡vaya
andaba de arriba á abajo unos apuntes! y á donde se iba todas las noches,
y al contrario sin parar. por no gastar luz ni tiempo, es decir, por ocu-
Pero en una de estas vueltas parse en algo.
hubiéronse de encontrar Abrió su puerta, y no bien hubo entrado,
y un pisotón,dio don Judas cuando se agarró al capillo de su capote el acree-
á Clarila angelical dor don Judas como una ladilla , quiso aquel en-
que gritó con agudeza: cender un fósforo, y al ir á hacerlo se prendió
«¡Ay mi dedo!» — ¿Quien va allá'?... toda la caja, y la llama se trasmitió en un san-
dijo el acreedor entonces, tiamén á la peluca del acreedor, que parecía un
medio muriéndose ya-. copo de estopa ardiendo, y ambos gritaban que
el alma de mi muger se las pelaban «¡fuego!» «ladrones.»
¡picara noche infernal 1 La mal aventurada Clarita, estaba medio con-
¿que te reze padre nuestros?... vulsa al ver escenas tan en alto grado trágicas. A
yo te rezaré... el misa!. los desaforados gritos de los dos vejestorios, se
Y uno tras otro corrían puso en movimiento toda ¡avecindad, que era
topando aquí y acullá, cosa risible, el ver allí en medio de la escalera y
dando chillidos á dúo, casi en camisa é hombres y mugeres, con velo-
y en este intrincado wals nes unos y otras con candiles! Los serenos acu-
al dar una media vuelta dieron también y después de averiguada la ver-
se cierra la puerta y 5 i á s ! dad, uno de ellos acompañó á Clarita á su casa.
A todo esto soplaba el huracán que era un p r i -
quedan entonces sumidos
mor, y el agua caia á cántaros. ¡Qué situación
en completa oscuridad.
tan mística!
A poco llega don Braulio ,
abre su puerta formal , Doña Baltasara, viendo que tardaba tanto su
aunque viene echando pestes hija, mandó una criada al teatro, la que en vez
á San Pedro y á San Juan, de cumplir con el mandato de la dueña Quinta-
que se estuvo en la tertulia, ñona, se estuvo hablando en la calle con el criado
contra el orden regular, del cuarto principal, asturiano por mas señas.
dos horas, y ahora se teme Vino tarde y dijo... cuatro mentiras improvisa-
la sequitis pulmonal. das, que échele usted un galgo á los embolismos
Y... vamonos á la prosa que abortaron de aquella boca. Ya se iba dur-
que el verso me cansa ya, miendo doña Baltasara, y ya decía su cabeza que
sí... era hora de acostarse, cuando tres golpes y
y de tirar el tintero
repiquete sonaron en el abovedado portal. Bapi-
mil intenciones me dan.
damente se levanta una de las criadas que con
Y el asonante me aburre,
tal precipitación quiso bajar que tropezó coa
sin poderlo remediar,
una mesa, en donde había un chinesco juego de
y me pone un geniecillo
café y todo fué al suelo y se hizo añicos. Al e s -
de demonio ó de alcotán.
trépito sale doña Baltasara medio acongojada
al ver hecha cisco la mejor alhaja que le queda-
Don Braulio Econoininguez (que hasta su ape-
ba en el gabinete de sus antigüedades.
llido olia á miseria) era un empleado en loterías,
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Da voces descomedidas y alborota á todos los Su compañero ¡oh fastidio?
vecinos que aplican el oído á las ventanillas de era francés, y también
las puertas. Entra Clara destrozada y como si halló su hombría de bien
hubiera estado en la batalla de San Quinlin, se- por recompensa un presidio.
gún lo estropeada que venia y lo sucia y despe- Evadióse de Tolón ,
lota da. y su afición á la guerra
¡ Ay hija de maldición ! le hizo entrar en nuestra tierra
dijo doña Baltasara, con la estrangera legión.
¿qué tienes en esa cara Robaba que era una gloria,
que pareces un tizón? mas fué cogido en fragante;
¡Calle! y la repetición?... la justicia le echó el guante...
te la han robado... yo muero... y no sé mas de su historia.
— Se encarga otra al relogero, Solo sé que como un loco,
dijo Clara con cachaza. siempre versos recitando,
—Quítate de ahí bribonaza; el tímpano fué viciando
¡ mira! que... mé desespero. de Granuja poco á poco,
Ya no tienes que ponerte, . como lo indica la carta
¿de qué sirve mi trabajo? que copio á continuación,
parecerás un pingajo en que muestra su aflicción ,
y nadie podrá ya verte. el pobre Granuja á Marta:
De esta no escapo, la muerte
es solo lo que me aguarda, «Queridísima Marta: yo estoy fastidiado,
y mucho en verdad se tarda. que te adoro no ignoras y que soy celoso.
¡Hija perversa! ¡ hija ingrata ! ¡Hallarme en un presidio sin crimen, sin culpa,
ese descaro me mata, por solo cuatro robos y una puñalada !
me desmayo... todo se arda. No ignoras que uno de ellos solo por tí lo hice;
Y le dio una pataleta necesitabas cuartos y cuartos busqueté.
y sobre el sofá cayó... Si estuche á m ¡ navaja dieron los higadós
y aquí, Ayguals, se concluyó del rival que aborrezco, fué solo por celos.
esta nocturna historieta. ¿Es crimen ser celoso? ¿no esjuslo las uñas
EDUARDO LÓPEZ PELEGRIN. hincaren los bolsillos que tienen pesetas?
No siento, no , el presidio ; las honradas gentes
magnánimas sufrimos todos los reveses.
LAMENTOS DE UN PRESIDARIO. Pero mi dulce prenda, yo estoy frenético
porque por compañero mehan dado un gavachó,
que sobre que no sabe palabra española
Un honrado presidario y si le digo nabos é! coles contesta,
que se hallaba en el Peñón es hombre de mal genio, de adusto carácter,
por la sencilla razón de sácarris y futarris, su boca es un cráter.
de ser un estrafalario , Contrarios á los míos tiene mil caprichos
escribía á su muger, i y á los suyos opuestos son todos mis gustos.
ó á quien le hacia de tal, i Cuando yo estoy asándome, de frió él tirita,
en carta sentimental y al hogar a remolque me arrastra por fuerza,
su terrible padecer. y cuando yo estoy hecho de hielo un tempanó,
Resignado la condena se empeña él siempre bárbaro en tomar el fresco;
sufriría y el grillete , Mucho padezco, Marta: donde él marchar quiere
á no tener el pobrete que quiera yo ó no quiera tengo que seguirle;
eompañero de cadena. pnes si le armo camorra, me miden la espalda
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con sus trancas de arroba los cabos de vara. que es peligroso un antojo ,
Ayer le dio al maldito dolor de estomagó, cuando media una barriga.
y una purga zampóse de orden del medicó. Y vive Dios que. no ensarto
¡Ay! ¡qué noche me ha dado! ¡qué terrible noche! majaderías por chanza,
apenas, Marta mia, consigo dormirme, que al ver de Ribot la panza
hace efecto el ruibarbo en mi camaradá es de temer un mal parto.
y tengo que seguirle corriendo de priesa. Y pues depende de mí
A echarme vuelvo apenas, le asalta otro pujó, que un hombre en cinta no aborte,
y así de pujo en pujo la noche ha pasado, oigan lo que á su consorte
perfumándome siempre con bahos letales... Marta escribió ; dice así:
puestas están mis manos aun en las narices. «Allá va mi CORTA CARTA
Ya ves que son inmensas, querida, mis penas; llena de satisfacción,
cuéntalas á quien puede aliviarlas todas. pus que fuere CHUSCO CHASCO
Haz un memorial pronto, vete á los ministros, abandonarse al dolor.
que ellos al ver tu garbo, tus divinos ojos, Anque no es deRINGO-RANGO
te dirán «concedido, pero...» Bien, tú sabes, tu nueva colocación,
que todo lo consiguen como tú mugerés. perdiste una ESPOSA, ESPOSO;
pero has conquistado dos.
Esta carta dirigió No debe ser TANTO, TONTO,
Granuja á Marta; no sé tu sentimiento feroz ,
ella lo que le escribió, pus mientras yo á GUSTO GASTO,
pero sé que contestó; á tí no te ofende el sol.
solo falla saber qué. Ni cuando el verDUGO (DIGO,
Lo dirá Ayguals; la respuesta si no me equivoco yo )
dicen que obra en su poder, te apriete el garLITO, LUTO
y en letras de molde puesta cubrirá mi corazón....
muchos la desean -ver... Pus cuanto mas LIBRE, LABRO
publíquela pues ¿quécuesta? mi felicidad mejor :
A . RlBOT Y FONTSERIÉ.
y en el mundo hay MUCHO MACHO
si quiero sostitucion.
Y si ese tu AMIGO, AMAGO
muestra de hacerte un favor,
LA RESPUESTA DE MARTA. no estando en tu aSILO SOLO
¿á qué viene tu aflicción?
Cuando pide un hombre gordo No vengas con LLENAS LLANAS
á otro hombre gordo un favor, , á pintarme tu dolor,
entre hombres gordos de honor pues para (í, esPOSO , PASO
ningún hombre gordo es sordo. como el que hizo treinta y dos.
Ribot no supo en su vida Sí los mandaMIENTOS MIENTAS
que la respuesta de Marta de la santa ley de'Dios,
es la mas chocante carta en alguno PECO POCO
de una ingrata presumida. siempre que es feo el varón.
Y aunque al lector mortifique Y como á tus OJOS AJOS
papel que escribió en mal astro les díerou rojo color,
la aristócrata del Rastro , y entre mil leGAÑAS GUIÑAS
fuerza es que yo la publique. á guisa de sapo atroz....
A ello la razón me obliga Como eres cual TR1QÜI-TRAQUL-
'»:.,• por mas que me cause enojo, < eon tu lengua de escorpión,
230
qne solo paLABRAS LIBRAS y sin recelo alguno ni fatiga
que aplastan cual una coz, puedes ya descansar en blando lecho
No quiere ser MARTA MURTA pues se salvó la patria y la barriga
de tan pobre rodrigón, que es tu mejor adorno,
quiere que un uSIA SEA sin que debas temer ningún trastorno.
su aquel y percuraor, Quedarás ahora apático?
Gastar chai, somBRILLA, BRILLO, No; que bien puedes esclamar á usanza
y zapaticosde gro del sabio diplomático:
¡Ea! afuera el TRISTE TRASTO! «Ya Dios salvó al pais... salvó mi panza.»
y si te ahorcan con Dios I» Tras de esta esclamacion, que á nadie alude.
Así á Granuja contestó su dama, permite que concluya y te salude,
y espantoso suicidio hombre gordo y feliz,
inundó, según fama, tu afectísimo amigo ATGTJALS DE lz...
de sangre horror y lulo aquel presidio.
Queda |oh Ribot! tu antojo satisfecho; {Se continuará la firma.)

Para indemnizar á nuestros amados suscrilores de la sílaba co, fnal de


la firma que queda pendiente en la composición anterior , allá va la si-
guiente estravagancia.
NO HAY VINO QUE NO SEA RI... CO.
SONETO BÁQUI CO.

El Málaga, el Jerez, el tinto, el blan.... co,


todos los bebo con ardiente ahin....,, co.
Si al solo verlos de alegría brin co,
vive Dios que al beberlos no soy man co.
Jamás cuento las copas ni me están co,
aunque lleve en el cuerpo veinticin co;
pues si á la inglesa entusiasmado trin co,
de gozo y de placer bailo en un zan co.
Mientras quien no le cata es un mostren. co
que ayes de mai humor exhala bron co
llorando su pesar como un zopen co.
Yo me rio de todo, duermo y ron co,
mas colorado y gordo que un flamen co
tendido en blando lecho como un tron co.
WENCESLAO AYGÜAIS DE IZ co.

saáiaa<§3ra,É?& && s>s&®&íáit


CRÓNICA DEL SIGLO XV.
I. i non se cala, como qaier que mancilla seya del
Vituperable cosa paresce traer de contino pa- home de seso fablar de aquello que non entiende.
'abrasen la boca, de las cuales la sinificacion I Dígovos esto á los que la presente relación h o -
231
biévedes á las manos, por cuanto bien os habrá tara, barreríeía su luenga cabellera el suelo, et
veces fartas acaescido mentar á Mariquilla la ansi enmarañaríasele toda. E non vos íiguredes
pelona, é yo tengo para mi sayo que ansi quien que por ser tamaña su beldad é donaire pecase
fué Mariquilla la pelona sabredes, como sé yo grandemíentre de soberbiosa é casquilucia, se-
quien se bobo de comer el gallo de la pasión, gund que las rapazas de ogaño suelen •. hornildi-
maguer barrunto que seria eiertamientre una ca era como una lega de caostra, é callada como
boca. Quiérovos por ende tirar de inorancia so- ! si mugier non fuese, é sufrida como la corderi-
bre tal subjcto , é vos aviso que la tan remem- I
brada María fué nascida en tierras de Segovia, I lia que mama, é afanadora como la hormiga,
et en la villa de Sant-Garcia, llamada villa asaz limpia como el arminío, é honesta como una
famosa por la fermosura de las mancebas que ! sancta del tiempo en que por la misericordia del
cria , las cuales tan gentiles é donosas caras han ! muy Alto nascian sánelas en el inundo. Fidu-
(¡e ordinario, que tales véalas yo en torno de mí ¡ ciarvoshé empero en amistanza que había nues-
á la hora de mi muerte. Padre fué de María un tra Marieuela vanidat non poca del su cabello, é
honrado labrador, de nombre Joan Lanas, cris- que folgaba de lo mostrar; é por ende, oras en
tiano viejo é bien quisto é non mal heredado, la calle, oras en visita, oras en misa fuese, diz
é de bien poca sal en la mollera , cosa que al pa- que soltar el manto sotilmente solía fasta lo der-
dre é á la fija mucho de mal andanza trojo, cá ribar en los hombros, facendo de la olvidadiza é
en los tiempos que alcanzamos, Dios me perdo- mal cuidosa •. tocas non traía nunca só la monte-
ne si non es fuerza mas haber de bellaco que ra , cá decía que la ponían congoja é afogo; é
non de bendito. Fué ansi que Joan Lanas, por cada que su padre reprochábala por algún fecho
malos de sus pecados , bobo de haber una litiga- punición meresciente, é amenazábala de le t o -
ción con un su vecino sobre un parral que val- lier el cabello, júrovos que le dolía tres tantos
dría fasta cincuenta maravedís; é había razón mas que una vuelta de zurriaga, et estonce era
Joan, é diérongela los jueces, en guisa que ga- buena tres semanas arreo; á tanto que Joan La-
nó la lite, salvo que non duró menos de diez nas catando la enmienda reía ú socapa, é fa-
años nin le montó de costa menos de cinco mil blando su fabla con los sus compadres decíales
maravedís, amen de un mal de ojos de que vino que la su fija ganar habia, como la otra sancta
á fincar ciego á la postre. Como se topó mengua- de Seci'iia , el ciclo por los cabellos. Leixado este
do de facienda é sin la vista de los ojos, aborrí- tema, conviene que sepades que Joan Lanas el
do é desconortado íizo dineros lo que del here- ciego con trocar de tierra é posada non trocó de
damiento de sus mayores leixárale la afambrida meollo, é sí menlecapto era en Sant-Garcia,
grey de letrados é de curiales, c tomó la vía de mentecapto fincó en Toledo, cosisordiendo hilos
Toledo con la su fija que entrada en los disiseis sus dineros con físicos é zurujanos roínes que
non le sanaban la su ceguera á le empobrescian
años, habíase fecho una de las mas garridas, i
cada dia mas; que á non haber seido su fija tan
apuestas c apetesciblcs doncellas que se pudie-
ducha en labrar é guarnir paños de lino, lana é
ran fallar en Castilla é reinos allende. Cá ella
seda, yo vos prometo que el cuitado de Joan ver-
era blanca al par de la azucena ó colorada al par
seía mas de cuatro disantos sin alcandora que se
de la rosa: drecha é alta de estado, enjuta de
poner nin bocado que yantar, fueras ende que
talle é recia de cuadriles: otrosí habia la mano et
non lo demandara de puerta en puerta. Años pa-
el pié á maravilla pequeños é redondicos, é una
¡nata de pelo que le decendia fasta las corvas. saban, é María cada vegada mas fermosa, é su
E yo conoscí á la viuda de Sarmiento que fué padre cada vegada mas ciego é mas ganoso de
ama de llaves suya, la cual me contaba como ver; fasta que la pesadumbre é coila le acució
cuasi non podía abarcarle el tronco del pelo con en cuer é magín tan fuertemientre, que Maria
ambas las manos, é que non de otra guisa podía hobo de conoscer claro como la lumbre del sol
peinarla, sinon puesta la doncella de pié, é so- que si el su padre non cobrase la vista, finara de
bída el ama en una tarima; cá si María se asen- pena. A la hora Maria tomó á su padre é levólo
en cas de un físico arábigo de grand saber que
232
moraba en Toledo, é dijo al moro de catar si el , por doncellas, é veníale á pescudar á Maria si
viejo había cura de su malatía. El arábigo cató plazríale de ser una de las porteadoras de la fi-
é tentó á Joan é Oto con él esas et esotras proba- í nada , é dariagele un habito blanco é de yantar é
duras, é todo paró en que el físico ficiese juras un ducado é las gracias pjr añididurai Maria, a
por el zancarrón de Mahoma de que habia certi- fuer de manceba bien endotrinada, respondió
nidad de guarir á Joan facendo que tornase á que si el su padre venía bien en ello, ansimes-
ver á su fija, á tanto que se le pagase la guarí- mo vernía ella: Joan acetó, é Maria regodeóse
dura con quinientos maravedís de oro en oro: de poder andar á facer alarde de su cabellera, cá
1 asedo cabo de tan sabroso comienzo, cá los sabido es que las mochadlas que levan á soter-
dos lacerados de Joan é María non habían en hu- rar á otra van desmelenadas. E cuando á la otra
cha nin maravedí nin blanca! Fuéronse dende mañana las dueñas de la corregidora aderezaron
mohínos, é María non cesaba de orar al señor á Maria con el habito blanco como el ampo de
sant-Illan é al señor sant-Iego que les quisieran la nieve é fino como piel de cebolla; é cuando
acorrer en tan áspero trance. «¿De dó», cavilaba rodeáronle al cenceño talle una faja carmesí de
ella en sus adentros, «de dó tirar quinientos seda cuyos cabos pendían fasta el ancho ruedo
maravedís para ser quitos con el honrado moro de las haldas; é cuando cingláronle una corona
que tornarleía la vista de los ojos al triste de mi de blancas flores por la su tersa é candidísima
padre? A. la hé , yo garrida moza soy é amartela- frente; dígovos que con el hábito é la faja é la
dos de sobra cuento, pecheros é hidalgos, que corona, é la fermosa cabellera tendida, é la muy
me endilgan quillotros é gentilezas; mas todos mas fermosa faz é continente suyos, non seme-
son mancebíllos pitofleros que de al non curan jaba fembra de carne é de hueso formada , siuon
que de sus garzonías, é buscan barraganas é sobrehumana creatura ó bienaventurada mora-
non dueñas segund la ley de don Jesu-Cristo. dora de los lucientes cercos onde asisten las céli-
Mémbrome non obstante que frente de casa mo- cas hieiarquías. Saliéronla á ver á la sala el cor-
ra el espadero maese Palomo, que de conlino me regidor é los del duelo, é todos de contino loa-
mira é remira é nunca me fabla; ó ansí la Vir- ban á Dios á quien tan miraclosas obras plega
gen me ayude que me paresce el home de asaz facer para consolación ó solaz de ios en el m u n -
buena masa para marido; pero ¿cuál mochadla, do vivientes. E allá en un rincón de la sala yacia
non seyendo tuerta nin gibosa, podelleia querer inmóvile, como bulto de peña labrado, uno de
con aquella nariz tan chata, con aquella color los del mortuorio con el capuz de la loba echa-
de dátil maduro, con aquellos ojos de beserro do, que non se le cataban mas de los ojos, los
mortecino, é con aquellas manazas que mas aína que habia de hito en hito enclavados en la gar-
semejan de animalia bruta que de persona que rida doncella, la cual traia los suyos honesta-
en las folguras de amor falagar blandamientre mente abajados al suelo, é un poco doblegada la
debe á la fembra que la suerte le depare para la cabeza, é un poco coloradas de vergüenza las
su compaña? Diz que non seya nada embriago mejillas, maguer la sabia farto bien oír los loo-
nin apaleador nin doñeador nin mintroso, é que res que de su gentileza facían. Abrióse á desho-
seya otrosí grandemientre cabdaloso é rico: lás- ra un cancel, é comenzó de asomar una grande
tima que tales partes adune quien es tan gran- comba de saya, que al non era que la tripa de la
demientre feo é tozudo.» Dando é tomando en correjidora, la cual paresció al cabo de dos bra-
.esto llegaron Joan é Maria á su posada onde zas de vientre , cá estaba en dias de parto; é co-
atendiéndolos un escudero estaba con loba de mo vido á Maria fincó hí parada, desanchó los
luto; el cual dijo á Maria que su tia del corregi- ojos de un geme, mordióse los bezos é llamó á
dor de la cibdad era muerta en estado honesto et su marido: departieron juntos una buena pieza,
en la flor de su edad, cá non habia complido los é fuéronse dende, é cuando tornaron, ya los del
setenta, é que habiéndose de facer las obsequias mortuorio eran idos.
de la doncellica setentañona al otro dia, fuerza
era que el su atahud fuese levado á la eglesia JUAN EUGENIO HARTZENBÜSCH.
ROMANCE ESDRÚJULO. una muger de mis ínsulas
se sujetara á las ráfagas?
¿Yo qué siempre fui tan ríjida
UN LANCE DE AMOR. que la misma viudez árida
no ha turbado lo mas mínimo
mi condición diplomática»
pudiera en impuro tálamo
sin escrúpulos, impávida,
recibir con trato ilícito
esas caricias satánicas?
¿No sabéis que soy católica
y no tan amable y párvula
que pueda prestarme víctima
á sujestiones mecánicas?
Quitaos de mi vista súbito
que ya mi deshonra es tácita ,
y vuestra pasión maléfica
no la perdono magnánima.
Dijo la dama, y don Críspulo
con voz altanera y rápida,
conociendo de la pérfida
la condición sistemática,
á fé de mi honor — replícale
¡Válgame Dios y qué cólera
que siempre os juzgué fanática:
acometió á doña Cándida
inendigadora de títulos
solo por haber don Crispido
y de distinciones áulicas,
amoroso requebrádola.
pero nunca tan hipócrita
No he visto en mi vida un ímpetu
que quisieseis con farándulas
de indignación antipática,
encubrir de vuestros cálculos
como el que contra este prógimo
las consecuencias metálicas.
lanzó tan artera dálida.
Vos, señora, en cierto círculo
El que la adora frenético
de sociedad enigmática
y ha tiempo que echó sus cabalas
nunca tuvisteis escrúpulo
para conseguir el término
de aparecer menos áspera
que apeteciera su ánima,
y hubo ocasión en que el vértigo
viendo ocasión á propósito
de sensaciones simpáticas
en dulce y acorde plática
oyó como dabais pábulo
le dijo anoche, aunque tímido,
ó la mas pública sátira.
la pena que sufre bárbara ;
No queráis con faz colérica
pero ella con ceño lúgubre
ser conmigo tigre ircánica
estremecida y estática,
señora, que vuestra índole
de ciego enojo colérica
en la esfera de amor mágica
y con las mejillas pálidas:
sabemos que es mas esplícita
«Así don Críspulo — díjole,
que la misma goma elástica.
vuestra presunción enfática
Decidme: pues que tan pródiga
osa poner á mi crédito
de amor fuisteis y de lágrimas
tan envilecida mácula?
que ya no le queda un ápice-
¿Dónde visteis, hombre mísero,
á vuestro pecho de lástima.
que de esta pasión volcánica
30
234
No es cuerdo que la que intrépida «De peña tu pecho es
.despreció severas máximas y alma tienes de cántaro,
y tuvo en su vida célebre cuando te se da de mí
la conducta mas*ánárquica , lo mismo que de un rábano.
hoy quiera con tono candido «Hablemos claros, re-Dios,
haciéndose la seráfica ó juro por San Lázaro
que yo me convenza crédulo que nos han de oir los sordos
de tan ridiculas trápalas. y he de dar un escándalo.
No os canséis... el que filósofo «La.boca tengo ya seca
estudió vuestra gramática como si fuera un cáñamo,
conoce el origen físico de pedir y repedir
que tienen vuestras metáforas. que olvides á ese bárbaro.
Dijo y fuese y después tétrica «Pero, chiquia , ya te he icho
por esabeldad tiránica que he de romperle el tímpano,
abrigó pesar tan íntimo y que verle hablar con tú
que por cálculo olvidándola me regüelve el estomago.
se vio metido don Críspalo «Mira* pues, como le dejas,
e n l a m a s hórrida crápula. ó le cuelgo de un alámo,
JUAN GUILLEN BUZARAN. que soy hombre para hacerlo
y tengo malos hígados.»
La moza que era discreta
y sabia á no dudarlo,
AMORES DE LA TIERA BAJA.
que era su novio capaz
de hacer una de mil diablos ,
Un tiote de raí tierra conoció que le sobraban
de aquellos que de un guantazo ternura, razón y palo,
echan á tierra, si quieren, y olvidando al sacristán
un novillo de tres años, dio áBlas su amor y su mano.
hablando con su querida MIGUEL AGUSTÍN PRÍNCIPE.
de quien era desdeñado,
sobre poco mas ó menos
le dirijió estos vocablos:
AMORES DE LA TIERA ALTA.
«¿Es posible que perdiendo
yo por tu amor los tuétanos,
has de olvidarte de mí • Dice bien mi amigo Príncipe
por amar á un bucéfalo? que en el mundo haygente bárbara,
«¿Es posible que te llame tan enemiga de esdrújulos
la atención ese esparrago, como un ministro de sátiras,"
solo porque es sacristán Mas si aprensión tan estúpida
y toca bien el órgano? tiene la gente gaznápira ,
«Premita Dios, enhumana, nacida en desiertos páramos
que te ciegue un relámpago, y criada en tierras áiidas ;
si á poner vuelves los ojos También acá en ia metrópoli
en mesejante zangaño. hay quien con fineza candida,
ciYo te juro por quien soy por tomate dice tómate
que si pillo á ese pajaro, y en vez de mampara'mámpara.
le he de retorcer el cuello Dígalo el señor don Críspulo
lo mismo que es hoy sábado. que sin signos ni metáforas
235
á doña Sabina su ídolo, ó en el canal de Manzanares
dijo con pasión volcánica-. me zambulliré de patitas.
Soy mas rendido que un Cupido Esto escribía don Críspulo
me hechizas, querida Sabinaí cuya alma de gocesüvida,
y te ruego por San Benito le iba chupando los tuétanos
que no desoigas mis palabras. como si fuera cantárida.
Esos tus dorados cabellos Que según dijo Demóstenes
que todos los hombres admiran , en su discurso á las ánimas,
tienen para mí tal encanto no son las pasiones frivolas
que á la perdición me encaminas. para la gente romántica.
Cada ojo tuyo es un lucero Mas, doña Sabina estólida
que los corazones abrasa, como toda amante clásica,
y adornan tu boca colmillos aplicó al,billete un fósforo
que están pidiendo rebanadas. y se acurrucó entre sábanas.
Son dos espuertas tus orejas Y yo que no encuentro esdrújulos
es una torre tu garganta, echo con franqueza impávida
donde se ostentan infinitas á rodar todos los bártulos,
perlas, rubisy otras alhajas. cansado de tanta chachara.
Son de recluta tus mofletes JUAN MARTÍNEZ YHXERGAS.
y tienes tan buena estatura,
que si crecieran tus bigotes
serias buena granadera.
MARIQUITA LA PELONA.
Tu pecho á torno fabricado
se quiere subir tan arriba,
que te se vieran los pezones CRÓNICA DEL SIGLO XV.
sino fuera por la camisa.
II.
Y está tu carne tan rellena
y estas de gorda tan cuadrada, En tanto que dan tierra á la defunta, quiero-
que por verte las pantórrillas vos decir, curiosos leyentes, como el corregi-
fuera yo descalzo á Manila. dor é la corregidora eran desposados luengos
Tanto crecieron tus pezuñas años habia sin haber fijos; é oobdiciábanlos co-
que estoy temblando una patada, mo el campero la pluvia de mayo, é por fin ha-
pues te cabe en cada zapato bíale tocado su hora de bendición á la corregi-
arroba y media de castañas. dora con grande contentamiento del su marido.
Y son tus canillas morcillas Sonrugíase que la tal dama siempre habia pica-
con galgas y ligas atadas; do en antojadiza: ¡juzguedes si serloía en el
la carne sirve de mondongo tiempo de su preñedadt E como frisaba ya en los
y de pellejo las calcetas. cincuenta, era ya mas que medianamientre cal-
Yo soy un señor cortesano va é sin pelo^ é mesmamente aquellos dias habia
que te quiero de tal manera , encomendado á una barbera que vivia en olor de
que has trastornado mis sentidos bruja que le adobase una cabellera apostiza,
y no creas que esto es pamplina; salvo que non habia de ser de fembra defuncta,
Porque es verdad incontestable cá sesudamente decía la corregidora que si el
que hoy en la nación española, cabello era de defuncto que gozaba de la super-
no ama la gente de levita na gloria ó lastaba sus pecados en el purgadorio,
como ía gente de chaqueta. profanamiento era levar prenda suya; é si yacia
No me desdeñes inclemente, en el infierno, espantable cosa era traer en somo
díme queme adoras Sabina, de la persona reliquias de un cuerpo damnado.
236
E desque vido la corregidora la cabdalosa mele- sabiendo qué se prometer del gravedoso gesto é
na de María, antojósele para sí, é por eso llamó silencio largo del corregidor, quien alzando la
en poridad al corregidor, é rogóle afincadamien- vista é catando á María de suso ayuso, como la
tre de reducir a MaríPá dejarse pelar , en tor- vido en positura tan modesta, priso dende m o -
nando que tornase del mortuorio. — «Aíirmo- tivo para saltar diciendo: «pardiez, María, que
vos,» decia el corregidor, «que pretendedes cosa traedes un porte tan recatado é sanctimonioso,
bien peliaguda derecabdar, cá en tal guisa ido- que á tiro de ballesta se conosce que vos edades
lolatra en su cabello la moza melenuda , que mas para monja tocanegrada; é si esto ansí fuere,
aína endurará que la manquen de un dedo, que j cual me presumo, yo vos ofrezco de negociar
leixarse taller un mechón de la crencha.»— «Yo i como entréis en caostra sin dote , á trueco de'
vos aseguro,» respondia la corregidora, «que si que me regaledes cosa que va en somo de vos é
hoy en este dia no finca por mi mano rasa é | que estonce non vos será necesaria.» —«Promé-
monda como un melón la cabeza d« esa'rapaza, J tovos, señor corregidor,» repuso María, «que
lo que albergo en el vientre tiene de sacar una non creo me llame el Señor por aquese camino,
cabellera pintada en el rostro, é si acertase á cá estonce mí pobre padre fincaría sin el báculo
serfembra, catad ¡qué donosa fija se vos apare- de su vejedad en el mundo.» —«Agora pues, yo
ja!»— «Parad mientes en que María demanda- vos quiero dar un consejo sano, hermana María;
rá quizaves por el trasquileo muy buenos escu- vos ganades el pan con sobrada fatiga, é debría-
dos. »-^«Parad mientes en que si non, malograr des aprovechar el tiempo tanto como posible vos
habedes vueso heredero ú heredera tan á duras J fuese. Háme dicho una vuesa vecina que para
penas generado, é remembrad de pasada que facer el vueso tocado perdedes cada dia mas de
non sodes tan mancebo que debades tídneiar de I una hora: valiera mas que esa hora la emplegá-
reponerlo con otro.» Tornóle con eso al corregí- • rades en vuesa labor que en las tejeduras é m o -
dor la espalda é partió para su aposento gritan- ños que facedes con vueso cabello.» —«Así es
do: «cabellera pido, cabellera quiero, é s i c a - i verdad, señor corregidor,» contestó María tor-
bellera non lié, para mi santiguada si nunca | nándose roja como unos claveles, «pero catad
pariere.» Habíase en tanto fecho el entierro sin j que non es culpa raia si hé una madeja de ca-
mas novedad que de mentar fuese, si non que bellos que para peinarlos é tranzarlos necesito
cuando por las calles algún maleante quería un luengo rato cada mañana.»—«Dígovos que sí
entre la multitud urgar á la fermosa María, el es vuesa la culpa,» redargüyó el corregidor, «ca
encapuzado de quien ayuso mención ficimos, t i - si vos cortarades esa madeja, vos ahorrábades
raba con prestedumbre una correa de so la loba, aquesos tranzados é peinaduras, é trabajaríades
enderezaba un gentil zurriagazo a! descomedido m a s , é ganaríades mas, é non daríades ocasión
sin le decir palabra, é seguía cabadelante cual á que se vos tache de vana, ó digan que aun
si cosa non hobiese acontescido. Tornado el vos ha de levar el enemigo por las guedejas.
acompañamiento del duelo, el corregidor trabó Non vos acuitedes, ca ya columbro como vos
de la mano á María é di jóle: «ora bien, honrada asoman las lagrimillas, que las habedes en ver-
doncella, menester es que departamos los dos un dad farto someras: yo vos amonesto por el vueso
poco en esotra cuadra,» é diciendo é faciendo j bien sin interese ninguno: motiladvos, desmo-
metióla en el camarín de su mugiere asentóse ¡ chadvos, rapadvos, buena María; é para toller-
en un sitial et inclinó la cabeza é manoseóse la i vos el amargor del desmoche, yo vos endonaría
barba en ademan de quien estodia el comienzo cincuenta maravedís, siempre que me entriegá-
que conviene dar á la plática. María, un tanto I rades la vuesa cabellera.» Cuando María oyó de
abobada é confusa, fincó de pié frontera de! ; buenas á primeras el ofrescimiento de tan razo-
corregidor, é abajó también humildemente los nable cuantía por el su cabello, parescióle todo
sus ojos negros como la endrina; é por facer al- i una burlería del corregidor, é sonriyóse muy
go, meneaba blandamente sobre la falda, los i graciosamente alimpiándose las lágrimas é r e -
cabos de la faja que le apretaba la cintura , non i pitiendo: «¡cincuenta maravedís me endonades
237
porque me pele!» Al corregidor (que diz non su grado á un lado é otro fugiendo las mordedu-
había toda la trastienda de Ulixes) hóbole de ras tiseras , cuyo fuerte golpeo é crujido ferría-
parescer que aquella risa sinificaba que la moza le acerbamente las orejas; nada empero valían
non se pagaba de tan poco precio, é añadió: «si sus meneos é trajin á la-mezquina tresquilada,
non vos contentárades con cincuenta maravedís, ca la pertinaz tresquiladora^ con el ansia é cob-
darvos he ciento.» Estonce María vido moverse dicia de una mugíer en cinta que satisfaz un
cabadelante una cortina del camarin facendo una antojo, tomábale bien ó mal á puñados los cabe-
grande bamba, é comprendió que hí acechando llos é ibaselos bravamente cercenando, é caian
estaba la corregidora, é que la bamba facíala su en la blanca fasaleja escorriéndose dende fasta
desaforada tripa; é como fuese María de buen en- pervenir en el suelo.
genio, calóse luego la entencion de! corregidor JUAN EUGENIO HAKTZEJÍBCSCH.
é que seria un antojo de su oíslo, c puso su fír-
raedumbre en no sofrir el tresquilamiento si non
tiraba dende ios quinientos maravedís necesa-
rios para pagar al físico arábigo que había de EL ESPÍRITU DE CONTRADICCIÓN.
descegar á su padre de ella. Sobió el corregidor
loscient maravedís á ciento cincuenta é después
LETRILLA.
á ducientos, é María proseguia sus risas, cabe-
ceos é mohines; é cadaque el corregidor facía Busca don Rufo
una puja é María contraí'acia la dengosa, cuasi tres pies al gato,
cuasi cobdiciaba ella que el corregidor se retra- tres pies le busca
jera del su propósito, por lo mucho que le d o - y él tiene cuatro.
edia se despojar de aquel preciado ornamienlo
non embargante que grangear habia por él la sa- Tiene el buen hombre
lud del su padre. En soma, el corregidor ganoso caprichos raros
de cerrar el trato : ca veyendo estaba las idas é como los viejos
venidas de la cortina, é eonoscia por ellas la co- y los muchachos.
mezón é ansiedad que traería la su velada, re- Gasta brasero
mató clamando: «ea, rapaza, quinientos mara- todo el verapo •••
vedís se vos dan : catad noramala si vos acomo- y usa en diciembre
da.» — «Norabuena,» respondió sospirando calzones blancos.
María como si fugiéragele el alma de las carnes Porque es un genio
con aquesa palabra ; «norabuena, siempre que tan condenado
non se haya de saber que finco pelona.» — «Yo que le enamora
vos lo fio» dijo la corregidora entrando en la • todo lo estraño*
cuadra con unas aguzadas tiseras en la mano é Busca don Rufo
una fasalejaal brazo. Como vido María las tiseras tres pies al gato,
tornóse amarilla al par de lacera; é cuando la tres pies le busca
mandaron asentar en la silla del sacrificio, sin- y él tiene cuatro.
tióse descaecer é bobo de pedir un sorbo de
agua: é cuando cingiéronle la fasaleja en torno Compra en la tienda
de la garganta, cuéntase que obiera partido de lo malo y caro;
carrera á non haberle fallido los espíritus; é pues nada quiere
cuando á la primer tiserada sintió el frió del bueno y barato.
hierro, dígovosque le paresció que le atravesa- Si le saludan
ban elcuer con una daga buida. Posible non fué le lleva el diablo,
que mantoviese la cabeza queda un momento y dá las gracias
durante la tonsuracion se facía; desviábase mal por un sopapo.
Piensa eon hielos come en un Taso,
tomarlos baños, en una alcuza
aunque rebiente sorbe el tabaco ;
de un constipado." En la cocina
Busca don Rufo tiene el piano,
tres pies al gato, y en una alcoba
tres pies le busca cuece el guisado.
y él tiene cuatro. Busca don Rufo
tres pies al gato ,
¿Vé una trajedia? tres pies le busca
ríe el zanguango, y él tiene cuatro.
¿Viene el saínete?
ya está llorando. Sabe que chicas
Cuando hay un baile guapas buscamos;
va cabizbajo que á un tiempo tengan
y está en la muerte belleza y garbo.
solo pensando. ¿Qué hace el maldito?
Pero le llevan Se ha enamorado
al Campo-santo de una chubasca
y allí deshecho de tres al cuarto.
baila el fandango. Ancha de arriha
Busca don Rufo como de abajo ;
tres pies al gato, belfa de un ojo
tres pies le busca tuerta de un labio...
y él tiene cuatro. Busca don Rufo
tres pies al ga.to,
Ya de opiniones trespiés le busca
con ét no trato, y él tiene cuatro.
porque de fijo
somos contrarios. Ya no le sufro,
¿Del despotismo ya no le aguanto
murmuro y charlo? que con su genio
pues él le llama rae va cargando.
gobierno santo; Me dá dos coces
Mas si á sus Blas cuando le alhago,
luego me paso, calla si chillo ,
se hace un furioso chilla si callo.
republicano. Si digo bueno
Busca don Rufo dice que malo;
tres pies al gato , si digo berzas
tres pies le busca dice que nabos.
y él tiene cuatro. Busca don Rufo
tres pies al gato,
Hasta en su casa, tres pies le busca
¡qué estrafalario! y él tiene cuatro.
todos los chismes JUAN MARTÍNEZ VÍLLEUGAS.
tiene trocados.
Bebe en cazuela.
Á MI AMIGO pero otros matando hormigas.
Aunque no me vá mejor
DON JOSÉ BERNAT BALDOVÍ. que en ese pais indial,
con todo, estoy menos mal
que si estuviera peor.
Como de prosa estoy harto, Y nunca vivir me mandes
en verso á escribirte voy ; en tierras, (y no te asombres)
y ya en el tercero estoy dónde hay pocos grandes hombres
para concluir el cuarto. entre muchos hombres grandes.
De raspón entro en el quinto Sé que dirás, Dios te ampare,
y tras él te endoso el sesto; pues todo pais es mundo;
coge el scpiímocon esto, y si en un refrán me fundo,
que aquí el octavo le pinto. ¿donde irá el buey que no are?
Ahora querrás el nono Mas si bien no me cautiva
detrás este que es el décimo ; este globo carcomido,
mas si el once sale pésimo, por fin estoy decidido
que te ensarte el doce un mono. ú no morir mientras viva.
¿Eh, Bernat? ¿qué te parece? Esta es mi opinión del dia ,
¿Estoy de cacumen falto? por mas que lú no la abones ;
Pues al diez y seis de un salto donde hay tantas opiniones,
me escurro aquí desde el trece. ¿por qué no ha de haber la mía?
Al diez y siete pasé, Y todos tienen razón ;
si este es diez y ocho a»aso, que están gratis opinando;
ya del diez y nueve paso, si se opinara pagando,
y al veinte por fin llegué. no habría tanta opinión.
Voy á sacarte de penas, Pero tú querrás saber
y no mas los versos cuento; lo que viene á ser la corte;
que aunque contara hasta ciento, y aunque á tí nada te importe,
conté, justos dos docenas. yo te quiero complacer.
Ahora paso á decirte;, Supongo que tú ni Marta
caro Pepe, aunque perdones, nunca habréis estado aquí;
que por veinte mil razones porque si dices que sí,
sabes que debo escribirte. firmo y acabo esta carta.
La primera porque sí; Yo supongo, pues, que no,
y la segunda también'; como supone un notario ;
las otras harto las ven y aunque afirmes lo contrario.,
los que le vean á tí. , basta que lo diga yo.
Me alegraré, yo lo creo , Sabrás si no lo supieres,
que esta en verso ó en laúd, que en Madrid hay mucha gente,
le halle con tanta salud y se forma comunmente
cual yo para'rm deseo. de hombres, niños y mugeres.
Sabrás que en dejar convine Si analizas, ó desmiembras,
las tierras dó siempre inviernas ; son pequeños los muchachos,
cogí el camino entre piernas, los hombres todos son machos;
y aquí estoy desde que vine. mas las mugeres son hembras.
Y vine, por mas que digas, Quien no se casó es soltero,
por el camino, y andando; si no es casado ante Dios;
unos ratos paseando, ó viudo , si de los dos
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la mugcr murió primero. y dá á tu mente un avance,
Aquí verdades se encierran para que yo no le alcance
muy gordas; pues dan por cierto, si necesita correr.
que los que viven no han muerto , Yo que soy en esto ducho,
y al que se muere !o entierran. por mas que un cuarto no ahorre ,
Esto ¿cómo remediarlo? digo que el metal no corre,
¿No debiéramos sufrir? porque vuela , pero mucho.
No se puede uno morir Las cosas que se Den van
sin que vayan á enterrarlo. mal con bolsillo sin son;
Cuando comienza á llover, ¿Qué importa que me den don
agua cae, y suben lodos ; si nada los del don dan ?
¿y sabes lo que hacen todos? Así estoy hecho un sarcófago;
van y la dejan caer. ¡y qué injusto el mundo es!
Sin comer carne en un mes
hay quien me llama antropófago.
Pero yo sigo mi cuento,
ó mi descripción, Bernat,
pues hay cosas que en verdad,
si no las digo rebiento.
Sabrás, si aquí has de venir,
que do quiera que te halles,
si no pasas por las calles,
no sé por donde bas de ir.
Eos edificios están
construidos de tal traza,
que no hay medio, á calle ó plaza
todos los portales dan.
Y si de tapujo vas
es cosa que nadie aguante,
tener que entrar por delante
queriendo entrar por detrás.
En cada plaza hay infiernos Ni del redentor la cruz
en verano. 6 en estío; distingues de noche aquí,
y suele hacer mucho frió como me sucede á mí,
casi todos los inviernos. á no alumbrarte una luz.
Hoy muchos visten de estambre ; Si bien las cosas apuras
no hace fiio ni calor; de diahay luz; ¿quien lo niega?
pero en cambio es un horror, y así que la noche llega,
porque está haciendo mucha hambre. quedóse Madrid á oscuras.
En la antigua guerra itálica , Con dinero á pié te quedas
con su aspecto formidable , sea de dia ó de noche,
no hubo plaga comparable porque no encuentras un coche
con nuestra escasez metálica. como lo pidas sin ruedas.
Dan necios en afirmar Por eso cuando aquí estes,
que el dinero corre poco ; harás como yo , querido;
yo ando tras él como un loco , que voy á calzarme y pido
y no le puedo alcanzar. zapatos para los pies.
Calcula ahora, á tu ver, Manías de mentecatos;
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pues se elaboran como antes y sabe que haciendo el ganso,
para las manos los guantes, cuando de escribir me canso
para los pies los zapatos. no mas cojo y hago así.
Los sastres, topos, (no en gangas) JOSÉ MARÍA BONILLA.
ni te harán á Jos tirones
un levita sin faldones,
ni frac ó gabán sin mangas. Á MI AMIGO
¿ Ves qué atrasadas están
en esta corte las artes, DON JOSÉ MARÍA BONILLA.
cuando hoy dia en todas partes
hombres por los aires van?
Para la cabeza aquí Sueca, octubre, 20 y tres
del ario que correr ves.
no hallarás por mas que corras,
sino sombreros ó gorras, Mi caro amigo Bonilla:
ú otro dije asá ó así. tu carta abrí de repente
La gente en Madrid dá risa hallándome casualmente
al ver que nada le importa, en la plaza de esta villa;
pues bien sea larga ó corta Y ten por cosa muy cierta,
todos van siempre en camisa. aunque parezca romance;
Aquí están acostumbrados que todo fué un mismo lance
á dormir todos en cama , abrirla y... quedar abierta.
de colchones piedra ó grama, Así como por ensalmo,
y con los ojos cerrados. cuando tu nombre leí
Y hay hombres que están muy ciertos vi cien almas junto á mí
en su sano discurrir, con la boca abierta un palmo.
que á nadie vieron dormir Debiendo tanto chocarnos
con los dos ojos abiertos. la primera indicación,
Es en la corte infeliz que estando allí de plantón
quien no tiene boca y cejas lo que hicimos fué... sentarnos.
correspondientes orejas, Pues no ignoras que es un hecho
y sobre todo nariz. por muchos sabios probado,
Ningún madrileño pudo que estar un hombre sentado
su rostro al público dar no es igual que estar derecho.
sin nariz, ó en su lugar Aunque debo noticiarte
aunque fuese algún embudo. que en vista de aquel suceso
¿Y que dirás Pepe luego , este nacional congreso
si afirmo á renglón lirado, tomó asiento... en cualquier parte;
que en Madrid no hacen guisado También yo ocupé mi puesto
sin estar cocido al fuego? en el umbral de una tienda,
Muchísimas cosas hallo, y principié la leyenda
que te diría ; oh amigo ! del epistolar contesto.
y ahora no te las digo Juro, Pepe, por tu vida
sin duda porque las callo. que nos quedamos confusos
Quintal de afectos á María , al ver las costumbres y usos
que en prole poco promete; de esa corte fementida.
y como acaba un saínete; ¡Santo Dios! ¡qué laberinto!
aquí se acabó estacaría. ¡qué embrolla! ¡qué baraúnda!
Memorias también á tí dó vive Isabel segunda
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242
y murió Felipe quinto!!! tiene que entrar... por la puerta.
I Qué han de pensar de la España Y en fin donde hay caballeros
viendo tanta estravagancia que á pesar de su nobleza
el astuto rey de Francia no llevan en la cabeza
y los vecinos de Ocaña! masque... gorras ó sombreros.
A leer solo una coma Te digo, hablando de veras ,
de lo que reza tu carta que cosas tan peliagudas
jqué dirán allá en Esparta me ofrecerían mil dudas,
en Carabanehel y en Roma! si tú no rae las digeras.
¡ Qué concepto han de formar Mas ya que tú me las dices,
los taimados estrangeros, justo, y muy justo parece
y aun los hijos y herederos que las que este pueblo ofrece
de Hernán Pérez del Pulgar ! te encage yo... en las narices.
¡Qué diria al ver Madrid, Primero tengo observado
y al ver tanta cosa rara que por estas cercanías
si hoy la cabeza sacara sale el sol todos los días
el anciano rey David!!! menos cuando está nublado.
¿Y habitas tú en ese punto Pues es verdad de gran bulto,
con calma , quietud, y pausa, en que habrás de convenir ,
cuando sin formarle causa que es lo mismo el no salir,
ves que entierran á un difunto? que el permanecer oculto.
¿Y vives sin aprensión, Con el sol ó con la estrella
como lo hacen los muchachos, que matutinal se llama
donde los hombres son machos, levánlanse de la cama
y hembras las mugeres son ? los que no quedan en ella.
¿No piensas, amigo mió, Y es una cosa que encanta,
que, habiendo tantas manólas, y causa sumo embeleso
aquel que hoy es macho á solas el ver á un hombre muy tieso
mañana es macho cabrio ? al punto que se levanta.
Muy raros son tus antojos Alumbrado ya el teatro,
mas... ya llorarás tu error; lo primero que aquí ves
siendo de esto lo peor es el andar con dos pies
que llorarás... por los ojos. á quien debiera ir con cuatro.
Dime, ¿y no te desanima, Aunque hay varios que convienen
ni te retrahe y conmueve en que algunos que conoces
el mirar que cuando llueve suelen tirar lindas coces
el agua les cae encima? solo con los dos que tienen.
¡ Cuáles serán tus congojas Verdad es que en nuestros días
si sales y está lloviendo! si es que se repara bien
¡ ay! desde aquí estoy ya viendo en todas partes se ven
que sin remedio te mojas. iguales majaderías.
Bien que, aunque parezca juego, Pero en fin, tú considera
que esto suceda es preciso que en tan delicado asunto
donde para hacer un guiso lo mejor es hacer punto,
tienen que encender el fuego. y tire coces quien quiera.
Y en donde, como en la huerta, Puesto ya en pié cada cual
el que por la calle pasa según mi pluma te anuncia
si quiere entrar en su casa todo el mundo se pronuncia
243
al punto por.... la central. y encima de ellas los hombres.
Y á m i ver sin grande esfuerzo, En tan estrañas posturas
comprenderás al momento caminan mejor que en coche,
que en dicho pronunciamiento hasta que llega la noche,
solo tratan... del almuerzo. , y quedan todos... á oscuras.
Y aun si mucho me importunas Cada cual va así á la vez
te habré de añadir por fuerza, pasando su vida escasa,
que aquí el pobre que no almuerza aunque hay también quien la pasa
suele quedarse... en ayunas. en cosas de otro jaez.
Mas no creas tú que en Sueca Mas como con mi relato
se refrenda el pasaporte veo que ya te fatigo
al estilo d é l a corte lo mejor es, caro amigo ,
con chocolate ó manteca. dejarlo para otro rato.
Ni con esos perifollos Pues creo con fé profunda,
con que adornar verás tú y lo mismo opina Marta,
el cortesano ambigú, que tras tu primera carta
ni con leche, 6 té con bollos. ha de venir la segunda.
No, Pepe, porque las fibras Y si el viento sopla en popa,
de esta gente ciudadana, tal vez nuestras relaciones
requieren por la mañana en desiguales renglones
de carne dos ó tres libras. darán que hablar... á la Europa.
Y eso sin las frioleras, Marta aprecia tu memoria,
producto de estos terrenos y de aquí donde la ves
que suelen ser cuando menos te saluda tan corles
ocho ú diez libras de peras. como á Rodrigo Gregaria.
De modo que un pronunciado, También por la parte mia
que llegue á formar empeño, me postro muy reverente
se comerá... un madrileño ante el marcial continente
de esos que van por el Prado. de tu bella Estefanía.
Siendo lo que mas rae choca, Y ambos á Dios con ahinco
aunque otros á mal lo tomen pedimos faltos de prole
el observar como comen el que al redactor del Mole
casi todos... por la boca. hijos le dé... treinta y cinco.
Por cuyo mismo camino, Concluyo; mas sin embargo
sin pensar que al agua ultraja, á que no dudes te exhorto,
ciudadano hay que se encaja que si en esta he sido corto,
medio cántaro de vino. en otra seré mas largo.
Y no hay nadie que haga caso Y ya que estando ec Castilla
de que las aguas del Júcar tu pluma cuando le place
son muy dulces, si de azúcar no mas coge, y asi hace...
al beber se llena el vaso. José María Bonilla,
Terminado el primer acto, Yo aunque ves que estoy aquí,
sí su jornal estipulas, por querer seguirle en todo
con sus yeguas ó sus muías también hago de este modo...
van á ponerse en contacto. JOSÉ BERNAT BAJ,»OVÍ.
Y por mas que tú te asombres
sepas que siempre se vé
el ir las bestias á pié,
244
MARIQUITA LA PELONA. ría salir de su posada sinon de noche é bien en-*
cobierta: eso non embargaba empero que la s i -
guiese siempre un embozado. El moro cierta no-
CRÓNICA DEL SIGLO XV. che avisóla en poridad que á la mañana siguien-
te alzaría á Joan las vendas de los ojos: acostóse
ni.
j esa noche María con grant regosijo, é para sí
i pensaba que cuando su padre la catase (que se-
A. la fin rematóse la faciendo, é la corregido-
ra que non cabia en sí de gozo, trujóle é retrú- I ría con asaz d'e contento), sería ese contento
iole á la motilona falagiiernmientrc la palma dei tres y cuatro vegadas mas complido si podiésela
la mano desde la frente al colodrillo diciendo: catar con el gentil tocado que ella solía se facer
«por el siglo de mi madre que vos he tonsurado en su pueblo. En tal cavilación andaba al otro
tan igual é á raiz, que non vos rapara mejor el I día al se poner la mejor saya é prendero para ir
mas polido barbero: recojed vos é tranzad la I cas del arábigo, é como se hobiese asentado pa-
mata mientras que mi marido vos trae las mo- j ra se calzar, sopitaneamente sintió que le enca-
nedas, é yo vuesa ropa, para que de casa vaya- I jaban una como caperuza en la cabeza; é revol-
des sin que nada se barrunte.» Salieron el cor- viéndose , virio tras de sí al embozado de marras
regidor é la corregidora , é María desque se t o - que derribando el embozo se falló ser el espade-
pó sola partió á se catar en un espejo que bí ro maese Palomo, el cual sin fablar, presentó á
habia, é como se vido calva perdió el sufrimien- ! María un espeiillo de Venecia onde catándose ví-
I •>
to que hobiera fasta destonce tenido, é gimió de i dose con su mesmísima cabellera en tal forma
rabia é abofeteóse, é aun estuvo por se arran- guisada que dtibdó una buena pieza si era sueño
car las orejas que parescíanle á la sazón desafo- que la corregidora la hobiese rapado. Era el caso
radas de grandes, maguer non lo fueran: piso- que maese Palomo, gran compinche de la bar-
teó los cabellos ó renegó de haber consentido en bera, visto habia é conoscido en su casa la eren-
los perder, sin se remembrar agora,de su padre cha deMaría la mesma tarde del día en cuya ma-
como si tal padre non hobiera. Mas como seya ñana veyera á María pelona, é calándose la fa-
propio de la humanal natura conorfarse cuando cienda, sonsacó á la vieja para que guardara pa-
al non se puede facer, asosegóse poco á poco la ra él la crencha de María , leixando para la cor-
sañosa María, é alzó del suelo la cabellera, é regijora otra de igual color que la barbera habia
atóla é trenzóla en gruesos ramales, non sin la de una ñnada : trueco por él cual la taimada vie-
besaré plañir sobre ellas muchas vegadas. El ja fizóse contar muy lindos escudos. K dicela
corregidor é corregidora tornaron , é! con los di- estoria que tan cedo como María topóse con su
neros et ella con el hábito de María la cual des- tan plañida é sospirada cabellera por mano del
nudóse é metió en un pañizuelo el sayo blanco, galán espadero, parescióle el maese muy menos
vistióse el suyo, tapóse con el manto fasta los feo que de antes , é non sé si diga que comenzó
ojosé caminó gimiendo para casa del moro, sin de tal punto á le catar con buenos ojos: ello es
facer cabdal de que el home del capuz echado iba que rogándole él de le prender por su escudero
en pos de ella, é que abajando ella el manto en fasta cas del moro, permitiógelo ella , é partieron
un momento de olvido por la maña que habia de los dos mano ó mano levando ella sin rebozo la
mostrar el tranzado , vídosele estonce claramien- cara. En entrando los dos en el aposento del fí-
tre la cabeza mocha. Recebió el moro los qui- sico, lanzógele á María su padreen los brazos
nientos maravedís con el buen talante con que gritando : « gloria á Dios , ya te veo , fija mucho
siempre es recebido el dinero, é dijo á María que amada: ¡qué fornida é fermosa te has fecho!
le trajese hí á Joan Lanas para que hí posara en Vale la pena de cegar por cinco años á trueco de
tanto que duraba el riesgo de la cura ; María fué verá su fija en tal guisa medrada! Ya que torno
'por el viejo é callóle lo del esquileo por non le á ver la claridad , razón es que no me hayas mas
dar pesadumbre , é mientras que Joan perma- á tu cargo: yo trabajaré para mí, cá respeto de
nesció seyendo huésped del físico, non osó Ma- tí ya es hora de que te cases. — «A eso vengo,»
245
prorompió á la sazón el callado espadero. «Yo, por guarirme de mi vanidad , voto vos fago, i
como ya conoseeréís por la voz soy vueso vecino me lo permitides, de ir rapada toda la vida;
maese Palomo: yo quiero á María é vos pido su mal asientan á mugieres dé mecánicos oficiales
mano.» — «A la lié. maese, que la vuesa pinta aquesos apostizos arreos.'—«Contad,» replicó
non es muy cobdiciadera que digamos; empero el maese, «que desde el punto que vos sepan
si María vos aceta, yo soy contento.» — «Yo» pelada ios mozuelás de lá cibdad envidiosas de
repuso María, toda vergonzosica, é atusándose Tuefa fermosura, van á endilgarvos el apodo de
el pelo apostizo (que pesábale estonce en scrao Mariquíila la pelona. — «Ansí mesmamente lo
de la cabeza y del alma como un fardo de veinte, creo,» respondió María; mas para que entien-
arrobas) . ayo ansí Dios me alumbre, como non dan que non se me dará un figo de aquese nin
atino qué respondervos.» Prísole Palomo ía cualquier otro ¡no!e, afírmovos que de hoy para
diestra mano sin le decir cosa; é al prendérgela adelante non he de sofrir que nadie me nombre
cató María la muñeca del maese, é reparó en los de otra guisa que HJariqíiilla la pelona.
puñetes de ía su camisa polidamente labrados, Tai aventura fué la que tan remembrada en
é con algo de suspicíon é lalimiento de! cner le las Castillas fizo á la fermosa fija del buen Joan
dijo-, «por lo que mas querades, mi buen veci- Lanas, la cual casó en efecto con maese Palomo,
n o , que me ceelarodes de qué labrandera es é fué una de las mas honradas "6 parideras mu-
aqnesa labor.» — «Obra es.» (respondiócon yo- gieres de la per-ilustre cibdad de Toledo.
cundidad el maese), «obra es de una donosa man-
JUAN EUGENIO IÍARTZENBUSCH.
ceba que há cinco años trabaja para mi persona
maguer ella nunca fasta agora lo sopo.» — Ago-
ra caygo en ¡a cuenta,» departió María , «de que
todas las mugieres que venido han á me dar REDONDILLAS.
lienzos que cosír 6 labrar eran por vos endere-
zadas é por ende pagábanme muy masque se
Mucho Se puede decir,
usa. » El maese non respondió; mas sonriyóse,
según afirma uri'doctor,
é tendiendo á María los brazos, María ochóse en
mas que elocuente, hablador,
ellos embracilándole muy falagiiera, é Joan a n -
sobre aquesto def reír;
simesmo, diciendo á los dos: «pardiez que sodos
Pues no á todo paladar
nascidos para en uno.» -- «Mia fé, adorada
es dulce y grata la miel,
mia,» repriso el espadero á cabo de rato, «que
y hay quien deshecha-el pagel
á ser esta la mi faz menos desplaciente , non ho-
por el pulpo ó calamar.
biera scido yo mudo eonvusco tan luengos dias,
nirt hobiérame satisfecho con cataros de, lueñe; Yo, por ejemplo, que soy
hobiéravos fablado, me hobiérade.s'vos fecho sa- poco escogido en comer
bidor de las vuestras coitas. c hoviérabos endo- entre un melón de Añovér
nado yo los quinientos maravedís, para la gua- y un faisán, ¿ este me voy. :
ricion de vueso buen padre.» E fablándole pasito Será rareza, será, '
ala oreja, añadió; «estonce non hobiérades ha- si usted quiere, gusto ruin;
bido aquel tan mal rato en manos de la corregi- pero él es m'f gusto ál'fin;
dora; empero si temedes que ella quebrante el quien h> fmpugne mal hará.
prometimiento que vos (izo de callar vuesa mo- Que suelo ser descortés
tiladura, partiremos si vos place á Sevilla onde, cuando me pongo á argüir;
nadie vos conosce, c a n s í . . , » — «Calledes» cla- ¿y tercoTéstoy por decir,
mó María tirando resolutamente al sucio la ca- , que mas que nrí aragonés.
bellera que Joan alzó todo atontecido; mandad Cuanto á risa, mi opinión
esa cabellera á la corregidora, pues esa é non la también es particular,
de la defuncta es la que pagó tan cara; que yo ! pues ñola llego á soltar*
sino con cuenta y razón.' : '
Gracia en lenguaje soez Que alh está un hombre mejor,
me hace efecto mas atroz, no oye aquel «Dame,» incivil,
que no á un galeote la voz la gorra, el velo el mandil,
del iracundo arráez. el traje y el peinador.
Pues ¿qué diré, cuando audaz, Allí maldice el Koran ,
por la noche, de antuvión calla 6 habla á su placer,
me embiste y llama «Pichón» bebe, si quiere beber,
una mozuela procaz? luego á casita pian pian.
A veces respondo: «mal Pero lo mas esencial
(t vienes hija , que ya soy de todo esto es, que á la fin
«palomo , y d u r o , y no estoy encuentra intacto el cuatrín,
«reñido con mi caudal.» sin faltarle un solo real.
Cuando una manóla un quiáá Mancebos, el ojo abrid :
le regala á algún joquey , ¿ d a r ? . . . una mala canción,
sino bramo como un buey ó algún soneto ramplón :
es del asco que me da. si os pidieren m a s , huid.
¡Bien haya el suelo andaluz , GERÓNIMO DE LA EscosurA.
donde hasta el mismo desden
suena al desdeñado bien
entre labios de orozuz!
GUAPAS Y FEAS.
¿ Qué es ver ir haciendo el bú
tras una niña á un gachón,
y convidarla á turrón , Ninguna al nacer bonita
á arropía y alajú? supo su gracia quizás,
¿Pues luego, á ella volver y ninguna nace fea
la cabeza , y descubrir por su propia voluntad.
todo un cielo de zafir, Y unas y otras sin saberlo
con manos de rosicler? por su cara nada mas,
Y decirle... ¡ mas, por Dios! vienen al injusto mundo
que me iba ya á deslizar: á padecer ó gozar.
dejémoslos, pues, andar, La muger que nace fea
ya se entenderán los dos. Dios la dé su santidad,
¡Así me entendiera yp que aun con esto la diremos
con un hediondo mastín, imagen de Satanás.
que hoy me pide el alepín , : La muger que nace hermosa
mañana el raso y el gró I aunque de genio infernal,
En vano la digo: Inés, no hay quien no la haga rend
duélete, mi bien, de mí¡, suprema divinidad.
que estoy cesante, y nací Y ella qué méritos tiene
pobre , no duque ó marqués. para diferencia tal?
Pues lleva la crueldad Y qué delitos la fea
hasta decirme: «Fortum, que tanta pena la dan?
«no haremos migas, según Yo bien sé que al elegir
«veo, á otra puerta llamad.» cuando venimos acá,
Desalmada! yo me iré pudiendo ser Serafín
lejos de tí no á llamar ninguna fuera Caifas.
á puerta alguna, sí á dar Qué culpa tenemos todos
con mi cuerpo en un café- de que el papá ó la mamá
247
pensaran al construirnos UNARECLAMACIÓN.
«n algún orangután?
Y eso que yo no soy fea
si he decir la verdad; SR. D. WENCESLAO AYGÜALS DE IZCO.
seré feo y no es lo mismo
feo con o que con <t. Muy Sr. mío- al suscribirme en 11 de setiem-
Pero volviendo, señores, bre próximo pasado al segundo tomo de L A RISA,
•al asunto principal verifiqué la entrega de 14 rs.'vn, importe del t o -
•que es tratar en las mugeres mo de Poestsí jocosas de Vüler<ja$, qíte según
de hermosura y fealdad. el anancio que obra'en la página 167 del primer
Si una fea viste bien tomo de LA RISA, podemos disfrutar elbeneficio
dicen que la sienta mal. de adquirirlo por aquélla Cantidad los-siiscrilores
Mona vestida de seda de las provincias por ser tambicn hijos de Dios:
(a llaman por donde va. y viendo ha trascurrido tanto tiempo sin poder
Y una bella de trapillo tener el gusto de leer las donosas y bellas p r o -
á lodos nos dá que hablar, ducciones del joven Villergas, deseoso de adqui-
y hallamos mas elegante rirlas lo mas proato posible, dirijo á usted mi
ia indiana que el tafetán. insta reclamación en el siguiente
Cuando una hermosa sonríe
nos figuramos mirar " SONETO.
una tan alta sonrisa
que es sonrisa celestial. Es un tormento bárbaro y feroz
Y si una fea se ri-e faltarle á la promesa á un infeliz.
decimos sin caridad: Yola precio muy mas que una perdis
i Jesús qué boca tan grande! cojída por el perro mas alnoz.
cabe dentro medio pan. Faltar yo a l a «promesa 1.... antes velos
Si una bella vierte lágrimas, aplastara en el suelo la'woríz;
joh corazón singular! solo puede ca-er en tal desliz
;oh virgen de Rafael! un ente que nació allá en Viharoz.
i oh ternura angelical! Así para que viva en dulce paz,
Una lágrima que rueda mi corazón ma¡s negro que la pez;
por sus megülas no m a s , es preciso enmendarse aquel audaz;
tiene poesía triple Y de ella convencido hasta la nuez-,
que un libro de Chateaubriand. mándeme presto, con risueña faz,
Y cuando llora una fea el tomo de Villeros una vee.
no se la puede mirar, '•"': -:i-.)!.'.";.; ' losé MAS.
y acaso nos causa risa
su desventura fatal. AL'.SEÑOR MAS-, • ••:
A una fea nadie llega
é pasa sin saludar; entrándole otro tomo de las Poesiasée Villergas,
una bonita no sale que se le mandaron ya, y se habrá traspapela-
sin un enjambre detrás. do en Correos, como acontecer suele cu gracia
Así son todos los hombres de Dios con eseandálasa'frecuencia.
y e s lo mas original,
que yo también soy así SONETO MASÓNICO.
sin poderlo remediar;
JUAN MABTINEZ YII.LEKGAS. MAS, por santo TOMAS no digas MAS,
que MAS es mi inléric'ióh dar «TAS al mes
248
que menos, MAS ¡oh MAS! también tú ves tácito, tácito, tácito,
que el que hace MAS disgusta á veces MAS. ella contestaba impávida:
MAS si un Villergan te mandé no MAS rápido, rápido, rápido.
y quieres MAS , irán , que el interés Y como tras de las réplicas
no me ciega JUMAS ; si quieres tres venían momentos placidos,
irán también ; MAS JIO me insultes MAS. echaba á pares la zángana
Que MAS quiero tu afecto ¡ voto á bríos! zánganos, zánganos, zánganos.
que el de otros, MAS que vengan de París; Mil veces el antropófago
pues siendo M A S , MAS vales vive Dios. lloraba como un Heráclito ,
M A S , siento que tu afecto esté en un tris.. por no haber carne ni líquido
No hablemos MAS; de hoy MAS ¡oh MAS! los dos báquico, báquico, báquico.
no comeremos MAS que en un anís. Si para el domingo próximo
WENCESLAO AYGUALS DE Izco.
fundaba esperanzas candido,
se le frustraban el último
sábado, sábado, sábado.
Bien para lucir gastrónomo
EL POBRE LÁZARO quisiera ser archipámpano ,
ó tan siquiera en lo clérigo,
diácono, diácono, diácono.
Andaba Lázaro: en Móstoles Mas Dios con el lazo cónyugue
á puros ayunos lánguido, le dio un enjambre satánico,
y quiso llenar su estómago sin dar para sus mandíbulas
del indispensable fárrago. rábanos, rábanos, rábanos.
Pidió la mano de Mónica Siendo cero en lo científico,
por afición al .metálico, siendo en las letras un bárbaro,
y donde pensó ver águilas sin ser en el arte bélica
halló solamente pájaros. táctico, táctico, táctico:
¿Porqué de su suerte picara Tomó su trabuco intrépido
reniega el pobre gaznápiro, y fué en los incultos páramos
si ya en la pila pusiéronle el mas atroz y carnívoro
Lázaro, Lázaro, Lázaro? vándalo, vándalo, vándalo.
Dame de comer, estúpida, A cuantos halló malévolo
decía armando'un escándalo. dijo con aire magnánimo:
Mira que soy de hombres célebres;,-, «si tienes oro magnífico,
vastago, vastago, vastago.- dámelo, dámelo, dámelo.»
Y no pudiendo paupérrima Ellos lo daban con lágrimas
corresponder ú este cántico, entre sí diciendo estáticos.
la daba con man» profliga:' > ¡ Así te picara un pérfido
látigo, látigo, látigo. tábano, tábano, tábano!
Acostábase colérico, . Hasta que el anzuelo rígido
la paz firmaba en el tálamo, . lo prendió de un juez seráfico,
y se levantaba el mísero que tí dijo : ¿ tienes débitos ?
pálido, pálido, .pálido,.,. págalos, págalos, págalos.
Porque era su temple frígido Y en recompensa á sus crímenes
y helado como u n c a r á m b a n o , le puso el verdugo impávido,
y era de Mónica el ímpetu para apretarle las vértebras
eáustico, cáustico,-cáustico. cáñamo, cáñamo, cáñamo.
y.si él decia pacífico•. Mucho sufrió luego su ánima
249
que os dijera, ¡voto al chápiro! se ponen el cuello en el cuerpo y los faldones
mas por no cansar al prójimo, muy almidonados salen de la corbata de suela
callólo, caliólo, caliólo. que es también bastante alta. La barba á \o pa-
triarcal es signo de buen gusto, así es que los
JUAN MARTÍNEZ VIXLERGAS.
jóvenes de gran tono que son por naturaleza im-
berbes, la llevan postiza de esparto de Cartage-
na ó de Almería. Sigue la moda de los higos se-
MODAS DE PASEO. cos por botones y de! bastón de tambor mayor.
Los guantes tanto para señora como para caba-
Los recien casados salen á paseo de bracero llero son de damasco, el de la mano derecha
llevando un perrito galgo como símbolo de la fi- carmesí y el de !a izquierda amarillo. Se ajustan
delidad. La novia debe aparentar calor aunque á la muñeca por medio de un bramante ó un po-
sienta frió. De ahí proviene el llevar la capota co de pan mascado.
caida. Las capotas á la dernier son embudos Las señoritas solteras mas elegantes van por
guarnecidos de papel dorado. Las sombrillas han e! Prado saltando sucesivamente una por encima
ido reduciéndose hasta tal punto, que las seño- de otra gritando :
ras mas elegantes llevan un solideo unido á un A la una ie daba la muía.
saca-trapos. El chai es de esiera fina de Elche. A las dos le daba la coz.
El vestido debe tener mucho vuelo para que que- A las tres los tres hijos de San Andrés; 1,
pa debajo el ARMADOS, de corcho ó de algodón , y 2 y3.
tan largo que no se vean los pies á fin de poder A las cuatro brinco y salto.
ahorrar el gasto de medias y zapatos.

A las cinco salto y brinco.


A las seis machaca la vieja los ajos en el almi-
rez; machácalos bien que son para comer, m a -
chácalos mal que son para cenar.
A las siete tente capiruchctc etc.: mientras
que los papas y las mamas las siguen atracándo-
se de melón.

LA VEJEZ.

« ! Qué ridículo vejete !


Los caballeros llevan el-sombrero de tercio- No sé como hay quien le sufre,
pelo carmesí, copa elevada, ala ancha y arre- Tose cuando no regaña;
mangada por detrás. El uso de un gran cuello de cuando no predica, gruñe. —
camisa está tan en voga,quc los mas elegantes Aguante él solo la gota
32
250
y el asma que le consume, traigan de casa de Nuñes,
dolorosas consecuencias que sin dañar el estómago
de livianas juventudes, le restauran y le nutren, ;>
y no con su adusto ceño dice otro; y si fuera médico,
desde el martes hasta el lunes su recela, no lo dudes,
contra el reposo de deudos diria: «recipe... horchata
y criados se conjure. de rejalgar media azumbre.» —
Cuente solo sus miserias «Ese es un mal pasagero
entre rezos y menjurjes que en dos dias se destruye,
al confesor que le exhorte esclama Juan: no hay motivo
y al médico que le pulse, para tanta pesadumbre.
y deje á la juventud Tenéis complexión de atleta
que sin tregua ria y triunfe, y resistencia de yunque.
ya con felices verdades, Largos años viviréis:
ya con ilusiones dulces. yo á Dios se lo pido...» — [Embuste 1
Deje gozar á Melisa , Allá en sus adentros dice,
pues hierve su sangre y bulle recordando lo de in pidverem
y cuando quiere bailar reverteris « ¡ plegué á Dios
no la lleve al via-crucis. noilegues al mes de octubre! »
Deje retozar al niño Y en tanto , ¿de qué te sirven
y no impaciente murmure pingüe rema, cuna ilustre
si gusta mas de su trompo si tus sentidos ¡laquean
que del uniuscujusque. y tus potencias sucumben?
Harto es hacernos peinar, ¿Qué sensaciones aguardas
aunque tanto nos repugne, de lo que tus manos urguen
la perdurable peluca si descarnadas y trémulas
que su calva inmunda cubre, la muerte en ellas se esculpe?
sin las que á cada momento ¿Cómo gozar de Rossini
nos está echando con fútiles el grato, armonioso numen
apotegmas que su boca si apenas hiere tu tímpano
antes que articula escupe.» el fragor de los obuses?
¿Qué han de oler esas narices
Tales ausencias te guardan ,
aunque flores te circunden,
pobre anciano, enfermo, inútil,
si el rapé las embadurna
y dichoso cuando tienes
y el catarro las obstruye?
riquezas por que te adulen!
¿ Cómo gozar de las tintas
Que al menos en tu presencia
rosadas , verdes ó azules
con fingida dulcedumbre
con que el sol viste los campos
su inicua aversión disfrazan
y colorea las nubes,
á tus surcos y á tu mugre.
si miope y legañoso,
¡ Cuitado 1 Cuando amorosos
dando acá y allá de bruces,
los que heredarte presumen
no ves siete sobre un asno
te ponen los sinapismos
aunque Rudaguas te ayude?
y los colchones te mullan,
¿Qué vale que el ambigú
«¡cuánto mejor descansara
de LA BISA te estimule
( p a r a s u saco discurren)
con perdices y faisanes
en la corte celestial
ó con salmones y atunes,
entre ángeles y querubes !» —
si despoblada tu boca
Jaletinas y conservas
251
de muelas coa que manduques ó comparsa de difuntos
no puedes cubrir la mesa les entona el de profundis.
si no de sopas ó puches, Pues ¿y el infeliz inválido
ó relajado tu estómago lleno de heridas y cruzes
por antiguos ambigúes que mutilado se arrastra
apenas consiente el pábulo sin pan, sin cama, sin lumbre?
de demócratas legumbres? Pues ¿y el mísero cesante;
Y si á tantas privaciones muerto de hambre cuando impunes
cuando doce lustros cumplen le insultan con su opulencia
se ven ¡ ay dol r! sugetos cien ambiciosos gandules?
los marqueses y los duques, Mas si no atajo la pluma
¿qué diré del desdichado voy á escribir un volumen. —
que en su ancianidad recurre aquí acaba este romance
á pedir de puerta en puerta y aquí el poema concluye.
mendrugos para su buche?
He dicho; y añado ahora,
por epílogo y resumen,
que desde el lecho en que nace
á la tumba en que se pudre,
el que los sabios titulan
animal, bípedo, implume...
es el mas triste animal
que en el mundo se rebulle.
MANUEL BRETÓN DE LOS HERREROS.

CARTA
DEL CHIQUILLO QUE VOLÓ DEL VIENTRE DE SU

MADRE CUANDO SE INCENDIÓ EL POLVORÍN.

Ob madre mial si es que madre puedo tener


en un país en que estoy temiendo que hasta los
ríos se queden sin madre: después de aquellos
Si hay uno que le socorra deliciosos ratos de delicioso silencio que pasá-
hay cuarenta que le injurien, bamos deliciosamente, usted donde la llevaban
y cuando vá por la calle los pies y yo siempre emboscado en el arca de
no hay perro que no le ahulle. los fetos, como pájaro en el nido, como barce-
Si logra un dia que san lonés en barricada ó como San Alejo debajo de
Hernardino le refugie, la escalera, he visto mucho de lo que usted no
aun para el bodrio que come ha visto; porque los desventurados hijos de la
fuerza es que trabaje y sude ; tierra tienen la desgracia de no saber la mitad
ó con cepillo en cintura , de lo que en la tierra pasa, y esto consiste sin
y sombrero que fué de hule , duda en que todo tiene su punto de vista y tal
y en la blusa remendada vez no se vea la tierra sino desde él LIMBO, que
la imagen de un mapamundi, es donde yo me encuentro para lo que usted
sirve en el prado candela, guste mandar. Disputaba un filósofo con otro
que nadie le retribuye, filósofo allá en otros tiempos y en otras tierras,
252
que si hubiera sido en estos dias y en España los que antes vi tan disformes.
hubiera bastado decir un hombre con otro hom- Ver creo leyes y reyes;
b r e ; porque ahora todos son filósofos. Disputa- y donde seguro creo
ban, repito, dos filósofos, sobre sí una torre ver leyes y reyes, veo
era redonda ó cuadrada. El que decia que era que no hay ni reyes ni leyes.
cuadrada la miraba de cerca y eselamaba «no Entre congojas y penas
lo ve usted? es cuadrada, está formada la base veo pueblos machacones
por cuatro líneas rectas perpendiculares entre machacar los eslabones
sí,» y el otro no tenia que contestarle porque de sus pesadas cadenas.
sabia muy bien que para ser redonda necesitaba Veo los hombres cambiar
que los puntos de la circunferencia de la base de camisa y parecer,
estuvieran todos equidistantes del centro, ó ha- Jos unos por no perder
blando con mas brevedad, bastaba que la base y los otros por garrar.
fuera una circunferencia de círculo. Pero t o - Veo antiguos caballeros
mando al compañero por un brazo le llevó á un hoy mendigar una sopa
cuarto de legua de distancia y le dijo: ¿ve usted y veo llenos de ropa
la torre? — Sí señor. — ¿ Y qué le parece á usted los que nacieron en cueros.
desde aquí, cuadrada ó redonda?—Hombreóle Veo llamar literatos
respondió el otro, yo estoy convencido de que es á los mortales mas rudos.
cuadrada pero desde aquí parece redonda.— Veo padres narigudos
Quedo satisfecho, dijo el primero, eso consiste que tienen los hijos chatos.
en que todo tiene su punto de vista. Usted dice Veo el terrible suplicio
que es cuadrada y yo digo que es redonda, por levantarse al inocente,
que usted cree que la torre se debe ver desde veo que rápidamente
cerca y yo creo que este es el verdadero punto se acerca el dia del juieio.
de vista. Así pues, querida madre, no dude us- Veo también... pero no,
ted que la tierra tiene distintos puntos de vista que ustedes lo ven también,
desde donde la inmensidad del globo se hace y si ustedes no lo ven
masprodijiosa y los hombres se distinguen tan venga Dios y véalo.
pequeños como son. Hago punto y no te asombres
He cruzado el firmamento en alas de los záfi- si doy otro giro al cuento.
ros y de los huracanes, ora pausado y silencioso ¡Qué grande es el firmamento!
como hoja desprendida del árbol, ora azotando ¡Qué pequeños son los hombres!
Jos elementos con pasmosa velocidad. Cuando
desde cierta altura contemplaba á los habitantes
de la tierra no podía menos de esclamar:
Aquí somos mas grandes á pesar de ser mas
Madre mía, no te asombres, niños; la cosa anda á pedir de boca y como no
si de tí parto contento. hay rebeldes no hay castigos, aunque bien pueda
iQué grande es el firmamento! volverse por pasiva y decir, que no hay díscolos
¡Qué pequeños son Jos hombresí por que no hay mandarines desalmados.
Desde regiones amigas Todo se repara aquí, madre mía, hasta el
reo letrados, labriegos, nombre de los que han de penetrar en este r e -
y los grandes palaciegos cinto es menester que diga algo, sirva para al-
que me parecen hormigas. go y tenga analojia con las circunstancias físi-
No se ven los uniformes, cas y morales del sugeto. Por ejemplo: uno que
ni toisones, ni entorchados, se llame Redondo, ha de ser lo mas redondo
y así veo tan menguados que exista en la redondez del mundo; ha de ser
253
roas que una naranja; ha de ser una bola de El señor Calderón aquí es un caldero enorme-
villar. mente superlativo; el señor Mata tiene diversas
formas-, puede ser mata de trigo, ó mata de
avena, y si tiene la nariz larga y muy semejante
á un candil, le llaman Mata-candil.
El señor Mellado de acá, es tari mellado que
no tiene colmillos arriba y le faltan los de aba-
jo. Esto, si es bueno porque puede eximirse de
las quintas, es malo porque no puede comer co-
sa dura, como el turrón, que es la vianda mas
de moda, y mas abundante en nuestros dias.
El señor Príncipe es un príncipe real, que no
hace versos, ni devocionarios, ni comedias, ni
historias, como los Príncipes de ahí. Aquí nos
En esa tierra se llama Flores á cualquiera,
llevamos de aquella sentencia francesa que dice
aunque sea la estatua del invierno. Aquí un se-
que basta nacer grande para ser pequeño toda
ñor Flores es un señor tiesto de albahaca. El
la vida. Pero lo que tisne aquí mucho que ver
señor Blanco, ha de ser como un requesón r e -
es al señor de Cuadros que por esas tierras será
ciente, y ningún Moreno puede ser Blanco de
tal vez un señor esferoide ó triangular. El se-
los tiros de la maledicencia. A las Concepciones
ñor Cuadros de acá es un tablero de damas de
no se las \\amai*Conchas; porque para llamarse
arriba á abajo; los ojos cuadrados, las orejas
Conchas es menester tener mas que un galá-
cuadradas, la boca cuadrada, el paño de la l e -
pago, y ninguna señora doña Concha se casa
vita y pantalón lleno de cuadros; la chalina de
si no encuentra algún señor don Caracol.
cuadros, la camisa de color con cuadros, chale-
El señor Delgado, editor de comedias de Ma- co, sombrero, capa, y en fin, hasta las botas,
drid, no diremos que es muy gordo, pero tam- tienen cuadros. Siento no poder enviar un re-
poco es todo lo delgado que su nombre hace trato exacto de este hombre; pero en cambio ahí
presumir. En este sitio no campa njngun señor va un bosquejo aproximado.
Delgado, á menos que no se parezca á este m o -
cito.

El señor Zorrilla supongo que será en esa un El señor Pardo es todo pardo, el señor Salmón
hombre como los demás, mas ó menos alto , ba- parece quede acaban de pescar, vivito y fresco.
j o , gordo ó delgado; esto por lo que hace á su Don Fulano La-casa, don Zutano de la Torre y
fisico, pues respecto á su talento ya sé que hay don Mengano del Castillo son tres edificios vivos
pocos hombres que rayen donde Zorrilla. Pero que tienen alma, voluntad y entendimiento, y
este señor con todo su genio y toda su reputa- solo se diferencian en que el uno tiene figura de
ción, no tiene entrada aquí donde todos los que castillo, como el de Figueras, el otro de torre,
se llaman Zorrillas tienen la forma y calidades como la de Santa Cruz, y el otro es una casa
de zorra con el tamaño de grillo. con sus puertas, ventanas, balcones, tejas y ca^-
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nelones. El señor Montes es un hombre que cria nes de la misma casta; yo entre tanto quedo aquí
encinas por barbas, y tomillos y enzarzados en- sin saber una jota de lo que pasa por ahí, es de-
tre los cuales andan á miles los elefantes y java- cir, que estoy como niño en el Limbo N.
líes en batalla. El señor Cano tiene el pelo mas JUAN MARTÍNEZ YILLERGAS.
blanco que el señor Lino. El señor La-fuente es
una Cibeles ó un Neptuno ó unas Cuatro estacio-
nes del Prado de Madrid. El señor Pino da piño- A LOS REDACTORES DE LA RISA,
nes, el señor Manzano, manzanas. El señor Rubí
es una piedra preciosa; el señor Diana es un Aunque mi tosca pluma
tambor que despierta á la gente por las mañanas siempre á escribir en verso fué remisa,
y nadie le zumbe con una treta, porque le atur- tal congoja me abruma,
dirá los oidos con una re-treta. El señor Cam- señores redactores de LA R I S A ,
pos es un lugar donde pasea el señor Pastor con que ya en prosa, ya en verso,
el señor Ovejas que es un rebaño de ellas, y pa- he de mostrar mi pena al universo.
ra escarmentar á Gerardo Lobo lleva al lado al Cuando LA RISA leo
señor Can-seco que es un perro casi en los hue- desconoce sus límites el gozo,
sos. Escusado es pintar al señor Ovejas cuando masía de este correo
puedo mandar á usted el retrato del señor Cor-
mi gozo entero lo arrojó en el pozo,
dero que es aquí un cordero en toda la estension
que también tras la risa
de la palabra.
del enojo la calva se divisa.
De cuatro literatos
de los mas distinguidos de la corte
se ofrecen los retratos
al que cincuenta reales, dfl importe
(con generoso ahinco)
adelante, de entregas veinte y cinco.
Si la igualdad proclama
el superior gobierno de LA R I S A ,
que cumpla su programa;
un suscritor á medias se lo avisa,
Conque figúrense ustedes como tendrán aquí y no siga la moda
entrada esa porción de hombres cuyos nombres de negar lo ofrecido si acomoda.
ó no dicen la verdad ó no dicen nada. Digan al No aceptes las lecciones:::
señor Hartzembusch Que hOiyenga por acá, ni el (seis puntos suspensivos aquí pongo
señor Azguals de Izco, ni el señor Ribot y Font- pues solo con razones
seré: porque no se les consentirá á menos que probar las sinrazones me propongo,
Tenieguen de sus nombres. Aquí no se leen mas por que tengo por mengua
que dos cosas: LA RISA porque tienen estrava- en faltas de otros encebar mi lengua.)
gancias y las Poesías de YILLERGAS por ser estra- No hay mal que no me sobre,
vagantes. remedio mi desgracia no consiente ,
Dícese que va á haber una amnistía en Espa- y me encuentro tan pobre
ña para los emigrados políticos; diga usted que como lo puede ser un escribiente,
la hagan estensiva á los muertos, y verá usted que solamente cuenta
bandadas de condenados desalojar las vecinas con cinco reales de diaria renta.
comarcas, que son infierno y purgatorio, donde Con ellos me mantengo,
tantos proscritos gimen, víctimas de la revolu- me visto, y casa y lavandera pago,
ción del cólera, la insurrección del tifus, el y aunque muger no tengo,
pronunciamiento del bubón, y otras sublevacio- mi dinero me cuesta el dulce halago,
255
que la fácil fregona que estas desgracias labra
tributa alguna vez á m i persona. el faltar don Abundio á su palabra.
Por cuanto aquí os refiero Ármese ya la broma ,
formado habréis el oportuno juicio, y no de broma nuestra furia amague,
avaluando primero pues ya que uno no coma
que vale el pecuniario sacrificio , no es justo que lo que oíros coman pague,
del que, siendo tan pobre, que para cinco hambrientos
tan solo por reir gasta su cobre. son precisos millones cuatrocientos.
De mi pesar profundo Vengan, pues, los retratos
cierto es que en reir hallo el remedio , y al grito de igualdad sed consecuentes,
y si ahora medio mundo ó acaben nuestros tratos
llora de ver llorar al otro medio, que engaño tal no sufren los rientes ,
debiera por reírse y pendones de duelo
todo entero á LA RISA suscribirse. álcense en el risueño hispano suelo.
El oro del Perú La voluntad dé todos
mi natural codicia no incitó mostrádola os hé ya; y alcalizarla
como el grato ambigú, nos sobran dos mil modos
(luciente faro que á mi afán guió) aunque tenaces pretendáis coartarla.
que es dicha singular Nuestro valor se afirma.
gozar , comer , reir y no gastar. Fecho en esta ciudad : sigue una firma.
Apenas de la gloria
EDUARDO V. MAIQÜEZ.
la remontada cumbre huella el hombre,
cuando ya ni memoria
de su poder e ^ t e , ni su nombre, CONTESTACIÓN
que las humanas cosas
si mas brillantes son mas engañosas.
DEL COCINERO DE LA EISA,
Así yo me juzgaba A D. EDUARDO V, MMQVEZ.
de la fortuna escrito en el registro ,
y á nadie codiciaba Saltando como una cabra
su suerte, inclusa aquí la de un ministro, á una alusión personal,
aunque si bien contemplo contra el buen corresponsal
ministro jamas fuera ni aun del templo. me alzo y pido la palabra.
Mas ¡ ay! luego penetra Veremos quien vence á quien,
el engaño en mis tripas sin trabajo, pues por oficio y por rango
pues no hubo ni una letra soy hombre que por el mango
que siquier me supieraá sopas de ajo, tengo siempre la sartén.
y aunque bebí una copa No cediera yo la palma
á vino sí me supo mas no á sopa. de mi triunfo al grande Eduardo,
Tal vez como específico Ni recibiera un petardo
permitió en mi favor la mano célica de Maiquez ni del gran Taima.
aumentar el prolífico Que no ha de alcanzar quien peque
mal que produce mi ambición famélica, el perdón de don Abundio,
que español y... católico mas que fuera .Fray Gerundio
de hambre puede morir mas no de cólico. ó su lego Tirabeque.
Que esto sea un engaño Que al criticar mi ambigú
ninguno de los rientes ya lo duda, el suscritor atrevido,
y así no será estraño debe tener entendido
que una revuelta invoquen en su ayuda, que habló el buey y dijo mú.
Dónde hallaron mejor trato no os dejaré, literatos ,
delicados paladares? á la luna de Valencia,
Dónde hay mas ricos manjares? ¡Vengan!... Desbórdense ciento
Dónde sirven mas barato? contra nuestra RISA al íin;
Por dos tristes reales cedo no me amedrenta un motin,
tanto guisado esquisito, ni temo un pronunciamiento.
que el gastrónomo suscrito Ya tomé por vida mía
se chupa de gusto el dedo. providencias absolutas,
Y aunque no es de mí incumbencia y cuento con los reclutas
la cuestión de los retraios, del batallón de Pavía.

U KJU llAISÍTl ^ = _¿

Desprecio las morondangas ¿Cómo á un proceder tan santo


de un suscritor insolente, apellidas despotismo?
que aquí se sabe hacer frente Vive Dios que no es lo mismo
á revueltas y bullangas, hacer ó no el adelanto.
RISA Ó muerte es mi divisa, Aquel que hace e! sacrificio
y aunque me viera en el potro de adelantar su caudal,
gritaría como el otro si al moroso no es igual,
Jo de Dios SALVE Á LA R I S A ! bien merece un beneficio.
Tus insoportables modos Porque el hacer lo contrario,
pasan de oscuro castaño fuera infringir con malicia
al decir que es un engaño el sistema de justicia
no dar retratos á todos. y el orden parlamentario.
Y que es arbitrariedad Que no hay igualdad me dices
darlos solo al que adelante y ante tu candor me aturdo,
veinticinco... No hay aguante porque semejante absurdo...
para tanta atrocidad. vive Dios tiene narices.
Qué tal sarcasmo se escriba! í D» WENCESLAO AYGÜALS DE IZCO.
Qué tal sin razón se ejerza!
Pues ¿ acaso aquí se fuerza
á nadie á q u e se suscriba?
Se desea... esto es verdad RÉPLICA.
y tras de uno en otro tomo,
sin decir ni por asomo Voy á escribirte, lo anuncio,
que no reina la igualdad. ¿y quién dijo miedo? sus!.
Y si en tus versos confiesas que ya al silencio renuncio ;
que el pagar las veinticinco no hay mas remedio, no hay. m u s ;
es un generoso ahinco, ordago; yo me pronuncio.
á que nos vienes con esas? lío te diré me perdones
Igualar al generoso' si un tanto soy deslenguado,
con el mezquino no es justo, pues contesto á tus renglones,
ni por solo darte gusto y en ellos, Áyguals, he hallado
debemos hacer el oso. mas insultos que razones.
Que hacer el oso seria Y es bueno tengas en cuenta, ,
tras de tanto y tanto anuncio por si los adagios doman,
incurrir en un renuncio... tu musa atroz, virulenta,
No haremos tal bobería. que hay uno antiguo que asienta .
que donde las dan las toman.
Mas no está bien que ninguno
de este sistema sé enoje; Mi honra ensucias con la mancha
porque el objeto es que afloje de insolente y petardista,
la mosca en tiempo oportuno. y no es mi espalda tan ancha
Los desembolsos son tantos, que lo aguante, y que resista
que nuestra bendita RISA al placer de la rebancha.
noshiciera ir en camisa Poco me importa que tuerzas
sin los tales adelantos. la justa opinión que sigo,,
Probada de varios modos y en mí tu cólera ejerzas,
la igualdad, sino os convence, que aunque son pocas mis fuerzas
la desigualdad se vence para medirlas contigo;
haciendo adelanto todos. Si te ofendiere mi voz
Que somos buenos muchachos: y á la venganza feroz
y tan solo al que de un brinco corrieres, aunque te enfades
venga á pagar veinticinco, no teme el doncel de Gades
daremos los mamarrachos... al héroe de Yinaroz,
Dibujados con esmero, No que tenga la manía
no á la merced del capricho de echarla de literato, .
sino con gran arte¿ He dicho. porque conozco á fé mía
Voyme á espumar el puchero. que no alcanza mi valía
al cerco de tu zapato.
De orden de su señoría el cocinero en gefe de L. Mas en tu juicio imparcial
RISA don Abundio Estofado, decide la cuestión tú ,
y díme si en guerra tal
WENCESLAO AYGDALS DE taco. debo, al dar tú la señal, .
olvidar mi biricú.
Si el estar siempre en pendencia
no acredita ser valiente,
33
258
tampoco acá en mi conciencia al pié su nombre oportuno,
juzgo estribe la prudencia cargo es este cual ninguno
en callar al insolente. al editor responsable.
Que tú la razón ocultes Y mas que mi duda aborte
cuando la razón te agravia mis importunos deseos,
bien está; mas no me insultes, yo te pregunto ¿en la corte
ni mi vencimiento abultes son los poetas tan feos
con escarneciente labia. y de tan risible porte?
¡ Que haya dado tu talento Acaso no será estraño,
pifia tal, Ayguals de Izco !... que pues redactan LA RISA
son tus versos, no te miento, escribiendo todo el año,
capaces de poner bizco vistan el verano paño
á un ciego de nacimiento. y en el invierno en camisa,
Mi sano consejo admite, Para así dar que reir
defiéndete si te es dado, al amable suscritor,
la defensa se permite, que pretenda compartir
ningunt) habrá que te quite en este amargo existir
este derecho sagrado. la risa«on el dolor.
Mas no la razón recuses, Y ya que el callar me abruma,
ni á tu contrario deprimas, vuelvo á tocar el negocio
ni de tu poder abuses, que con diligencia suma
ni de desvergüerzas uses, á mi mal cortada pluma
para amenizar tus rimas. impele á salir del ocio.
Si es un acto generoso Que aunque me cueste trabajo
adelantar el dinero, el servir á mi manía
¿por qué apellidas moroso por no tener desparpajo,
al que en su dia, presuroso puede se torne algún dia
corre á pagar el primero? lo que se halla arriba abajo.
De muy avaro te tachas Si tu razón es muy clara
cuando afirmas con faz hosca no des á la mia de codo,
que á los cincuenta... te agachas, pues cualquiera imaginara
y mas el clavo remachas cuando me cubres de lodo,
con lo de aflojar la mosca. que temes verme la cara.
Yo quisiera, te lo j u r o , De muy clemente me abono
tener duro sobre duro que en mí la clemencia es ley;
del gran Creso los caudales, tus injurias te perdono,
mas si supieras mi apuro porque es de mezquina grey
para juntar dos reales! guardar al contrario encono.
Tenaz el debate admites Díme, y será suficiente,
sin será mi ruego sordo porque es mi pasta escelente
pues los retratos remites, y mi carácter muy neto,
mas diré, si lo permites, que por salir de tu aprieto
¿eres t ú , Ayguals, el mas gordo? (1) fuiste conmigo insolente.
Olvido fué censurable Y porque presto se salde
no estampar de cada uno la cuenta de nuestra historia
sin que intervenga el alcalde,
(1) El buen autor toma las caricaturas por dame LA RISA de valde
retratos. y aquí paz y después gloria.
259
Mas si dices pecho á lo hecho noche de satisfacción,
y en tu obstinación prosigues, porque en ella no se cena
y de tu error satisfecho pero se hace colación.
en la convicción aun sigues Yo que por lo estrafalario
de que te cabe el derecho , jamás encontré segundo,
Alzaré el pendón de muerte soy de fiestas partidario,
y gritaré llanto ó muerte de las que recuerda el mundo
hasta la hora de mi muerte sin mirar el calendario.
que despertando á la muerte De estas fiestas en que atruena
nazca á otra vida sin muerte. el mundo en jovial jarana,
Y no blasones tan presto quitando al pecho una pena
de haber ¡a cuestión ganado, y á la cabeza una cana,
que acontecer puede en esto le primera es noche-buena.
que el pié en el estribo puesto Ella nos brinda á reír,
le quedes tú desmontado. aunque uno no tenga un cuarto,
Que si tu valor confia, tan solo con discurrir
para venir á las manos, que está la virgen de parto
en los quintos de Pavía, y á las doce ha de parir.
defienden la causa mia De esta noche con porfía -
suscritorcs veteranos... quiero hablar á troche y moche ;
Pero sean estos testigos pero es grande bobería
de que mi rencor ya emigra; meterme á hablar de la noche
unámonos como amigos, sin decir algo del dia.
no haya bandos ni enemigos Hay algo en mi parecer
cuando LA BISA peligra. de molesto y de pesado,
Y pues que el finjir me a b u r r e ; y así debe suceder,
espero que no te asombre porque no todo ha de ser
la incidencia que aquí ocurre, tortitas y pan pintado.
pues quien mas que yo discurre A mi puerta un empujón
ocultar suele su nombre. siento dar: ¡Dios Nazareno!
Que en mí es costumbre modesta, digo con admiración.
mi nombre en el de Eduardo —¿Quién me interrumpe?—El sereno.
cambiar, pues nada me cuesta, —¿Qué pretende? —Colación.
y así me libro del dardo ¡ T a n , tan, tan ! — ¡ Voto al demonio !
que el censor severo asesta. ¿Quién?—ün mozo.—Esto va malo.
Pongo á mi facundia freno ¿Qué pretende ese bolonío?
y bueno está ya lo bueno, —Dé parte de don Antonio
que ser tu enemigo siente trae un pollo de regalo.
tu amigo Enrique Vicente Esto, dirán mas de cien,
tya queda poco) Moreno. que al mas estúpido halaga;
Pto. de Sta. María etc. pero ellos no saben.bien ,
ENRIQUE VICENTE MORENO. que amor con amor se paga,
y hay que- regalar también.
La buena intención alabo
NOCHE BUENA.
mas yo sé que me aniquila;
pues devuelvo al fin y al cabo
Sobre el mundo de rondón por un mal pollo un buen pavo,
se encaja la noche-buena, y por un pez una anguila.
—;Tan, tan, tan!—¿Quiere algún sueco que me ha sitiado el inmenso
jugar con mi humor al tango? regimiento de pavía.
—A la puerta está muy hueco gastarme mas de un ochavo
e! repartidor del Eco. pensaba yo satisfecho,
— ¿Y quién mas?—El del FANDANGO. en un mercado tan bravo ;
Esto no me maravilla ; y me encuentro con despecho
veamos qué dicen hay qne todo es moco de pavo.
ios papeles de la vi ¡la : Yoime á santa Cruz, no marra,
los tomo; á mirarlos voy digo ; y parto hecho una boanh»:
y me encuentro esta quintilla. y el oído me desgarra
«En tan solemne ocasión el chirris de la chicharra.
el repartidor hecho ascuas, Y el zum , zum de la zambomba.
pide con buena intención De tan horrible bolina
que le deis la colación quiero partir al momento;
y tengáis felices pascuas.» pero encuentro á una vecina
—Gracias.—¡Tan , tan ! —¡Qué suplicio y un chico como una encina,
¿Quién?—El aguador.—Que suba que me pide un nacimiento.
si viene á hacerme en servicio; Entonces no sé lo que hablo ;
mas, ¿qué veo? Mal indicio !omo un coche hasta la noche
porque viene sin la cuba. y parto como un venablo,
También de buena intención pues ya que me lleve el diablo
con el corazón hecho ascuas, quiero que me lleve en coche.
me pide la colación Y así paso, voto á san,
y me dá felices pascuas.— hasta que llega por fin
Mil gracias por la atención. la noche, y juntos se van
—¡Tan, tan , tan!—Jesús que aprieto. con el esplín el afán ,
Otro bienhechor in nomine. con el afán el esplin.
Con mucho amor y respeto •• Veo una mesa escelente
viene á pedirme un soneto que gozo y valor engendra,
el repartidor del DÓMINK. y con voz muy elocuente
Temiendo por lo que veo me da gritos dulcemente
las resultas de esta lid, la dulce sopa de almendra.
marcharme luego deseo Buena nuez, rica avellana,
y corro á dar un paseo y otros mil manjares buenos;
por las calles de Madrid. que en días de tal jarana
De la plaza con cachaza echa el que mas y el que menos
voy buscando los senderos ; la casa por la ventana.
huyo de los pasteleros Y pues me quita la pena
y al fin me encuentro la plaza repetiré mi canción,
plagada de tu troneros. que la noche es noche buena
Mi! voces en confusión porque en ella no se cena
me horripilan al instante. pero se hace colación.
— ¡Turrón! ¡quién quiere turrón! Masía colación se agota
¡al buen turrón de Alicante, y entre gentes de mi rango
de Gijona y de Giion ! todo vicho se alborota ;
De tan fiera algarabía el uno pide una jota ,
huir al instante pienso, y el otro quiere fandango.
pero encuentro ¡suerte impía! Cantan cuatro v bailan diez
261
?i! son del r e , m i , fa, sol., uno con un almirez
que acompañan á la vez ; y el otro con un perol.

KVMJUiü)

La sartén suena también digo yo con retintín ,


capaz de ablandar á un fraile venga un vaso y un vizcocho
que en noches de tal belén y aunque esto no tenga fin,
ya en la lumbre , ya en el baile hasta mañana á los ocho.
nunca huelga la-sartén. La modorra en mí se nota
Se empeñan los ciudadanos dando dos sorbos atroces,
con ademan altanero y la gente se alborota
en darme un pandero ufanos, y jota me pide á voces,
y yo digo: en buenas manos sin que yo estienda una jota.
vino á caeré! pandero. Aquí de cólera estallo;
Solo un idiota, un zanguango, y pidiendo mil mercedes
de gusto no se enagena, me cierro el pico y me callo,
viendo bailar un fandango y con permiso de ustedes
con sus pompas y remango voy á la misa del gallo.
;í una garbosa morena.
Eche usted salero pocho, JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS.

UN COFRADE DE LA HERMANDAD DE BAGO

Á SUS AMADOS COLEGAS.

Hermanos: pues se me manda por daros consejos sudo,


que os hable sin cortedad, que los tomarás no dudo
os aullaré la -verdad , para tu provecho y bien, ¡
porque quien con lobos.anda.•• porque sé que eres tú quien
Cofradía boquiblanda, los ío mas muy á menudo.
262
Hermanos, breve seré y si acaso en sed urjente
en dar doctrina á las manos, de vino vivo te ardes,
porque el q u é m e n o s , hermanos, bebe, bebe, no te t a r d e s ,
no puede tenerse en pié : y si esto no puede s e r ,
tras lo poco que diré ó dejarás de beber ,
útil á vuestro consuelo , ó por aguar nunca aguardes.
á tomarlo sin recelo
jamas os podréis negar, Si la sed molestia os dá,
porque es preciso tomar con prontitud dilijente
del lobo aunque sea un pelo. beberéis tan de repente
que no digáis a agua vá.»
Llamad allá en vuestras casas- Yo os hablo de pé á pá
á examen vuestro apetito, lo que es puro y verdadero ,
y si apetece un traguito y como buen compañero
dadle, hermanos, calabazas: os digo lo provechoso,
en estas y en otras trazas créame todo vicioso
tendréis un fino arancel, aunque le pese el agüero.
si vuestro cuerpo cruel
á beber agua os destina : Aunque sea materia parva.
cuerpo que al agua se inclina ningún hermano se afeite,
calabazas para él. porque al beber es deleite
el que haya vino por b a r b a :
Al tiempo que entréis en casa si este consejo te escarba r
auyentando toda pena, bebedora cofradía,
hacedle la berenjena y el cuello por vino pia,
á la hermana calabaza, podrá tener mayor pena
tomad á pecho y sin tasa... que cuando quiere la llena
ó mejor á vuestro lado le peguen con la vacía.
la traeréis, que bien mirado
conviene á vuestra decencia , Frutas verdes, ni aun pintadas
p a e s n o es hombre de prudencia probareis, vivientes cubas:
hombre descalabazado. á los racimos de uvas
sí seguiréis las pisadas,
Bebed en fin como quiera almendras no os son vedadas
sed bebedores á manta; y aquí una duda examino :
mas sea vuestra garganta decidme porqué camino
canal, pero no gotera: ¡ojalá que alguien lo sepa!
fuera gotas, gotas fuera, no siendo almendras la cepa
hombre que de beber tratas : nos sabe á almendras el vino?
y que bebiendo las matas,
si con el licor te agotas No iréis con paso violento
procura no andará gotas por la calle; esto lo fundo
aunque luego andes á gatas. en que está muy mato el mundo
y es preciso andar con tiento,
Beba el vino nuestra jente... si cayereis vino lento
aguarlo no se permita, en lo enjuto ú en el lodo,
y solo el agua se admita con admirativo modo
cuando esta sea a qua-ardiente: esclamareis de esta suerte:
j feliz quien todo lo advierte .' y andamos luego al compás,
¡ dichoso el que cae en todo! y el día en que cae mas
es dia en que mas caemos;
Dice el vulgar parecer bien es que nos consolemos,
que á la vida daña el vino, pues nuestros cadentes modos
pero según imajino, escitan á risa á todos
lío hay mas vida que beber; los que nos llegan á ver,
bien se me puede creer y es por que nuestro caer
y sino, hermanos oíd, es caer en gracia á todos.
pues en aqueste sentir
veréis con grande evidencia, Dije en cierto lugafejo,
cuan corta es la diferencia concurriendo en upa hermita
q«e hay de la vida á 1* vid. «el que el pellejo nos quita
ese nos quita el pellejo.»
Escribe un autor latino Acordaos de este consejo,
comentador de Galeno, seguid mi alegre derrota,
si el bien con el vino es bueno pasemos todos sin nota
•con el mal vano el mal vino : los tragos de aquesta vida ,
yo bien y bueno lo empino: y con la bota de-vida
en mi vino bueno llueve hagamos vida de bota.
sin causarme el mal mas l e v e ,
pues en rigor lógica!, Hagamos oro brillante
no es posible viva mal nuestro fraternal decoro,
el hermano que bien bebe. pero brille en nuestro oro
su pumita dé diamante.
En un autor de lo añejo Uno caiga, otro levante.
hallé esta curiosa nota : ¡Oh cofrades verdaderos!
«bebedor, guarda la bota Con tinos esmeros, meros
que eso es guardar el pellejo.» bebamos mientras vivimos:
Quien siguiere este consejo y pues en cueros nacimos
rara vez enfermará, pasémosla vida en-cueros.
de cualquier mal sanará
el que á la bota se aplica. En nuestra vida no hay nota,
¿Si da salud la botica, ni el triste temor asusta,
la bota grande qué hará? ¿si el alma candida es justa
qué será la candidota?
Como diestro bebedor, y si el mundo os alborota ,
al tirarm* un cimbronazo, no dejéis vuestro destino,
triste lloro sobre el brazo seguid aqueste camino,
por aumentar el licor; que mi doctrina os previene,
tengo al vino grande amor •^ pues lo que mas os conviene
el vino es mis desenojos, es lo que mas os con-vino.
y con amantes arrojos
soy con el vino tan fino , Si murmuradores bobos
que una lágrima de vino hablan para desluciros,
es lágrima de mis ojos. ninguno podrá deciros
que sois zorras, sino lobos:
Nosotros con paz bebemos I continuad estos arrobos, :
204
no dejéis este ejercicio, y el agua es una simplona.
mientras en mi sano juicio
aplicado me atareo Campa el vino de valiente,
al oficio del mareo, todo guapo de él se guardo.
y al mareo del oficio. pero el agua es tan cobarde
que la llevan á la fuente;
En este mundo , que es mar esta eleva en su corriente
de vaivenes, navegamos, Jos árboles mas crecidos
pero con el vino hallamos el vino pone abaiidos
la aguja de marear; los valientes sin igual,
hermanos, alto, á embarcar, luego e! vino es principa!
que hagáis ¡a carga os porfío, pues tiene á tantos caídos.
y si cargado el navio
vinal tormenta se aboca, Tened por verdad constante
el remedio está en la boca: y llegar! á conocer
descargad, hermanos mios. que hombre con agua es muger,
y hombre con vino jigante :
Si acaso los maldicientes hombre con vino es pujante,
burlan nuestra cofradía, hombre doble, alma doblada,
mas que la gente se ria humanidad duplicada,
como acá andemos calientes... y así, según este apodo ,
hermanos mios oyentes hombre en vino es hombro, todo ,
reíros de todos, vos; pero hombre en agua , nada.
pues mediante el Baco-Dios
si acaso os burlase alguno Dicen que es contra el honor
al que os burle como uno, la costumbre de beber,
vos burlareis como dos. y cualquiera puede ser
ua honrado bebedor:
En agua y vino hay virtud es propia fama y loor
de contraria oposición, mediante sueño inüuir:
el agua da opilación yo no quisiera mentir,
pero el vino da salud: pero según imajino,
y así en nuestra senectud, da muy buena fama el vino
hermandad Calamocana, pues que nos echa á dormir.
no puede el agua ser sana: EL BEBEDOR.
huyamos de agua , hermanitos,
pues vosotros sois mosquitos
y yo, hermanos, no soy rana. EL CORNETA.

El vino es un gran licor


CANCIÓN.
como escribe un autor griego,
y compone desde luego ¡Cazadores! el morral
el que lo bebe, mejor; ó la mochila coged,
al agua falta este honor y á su puesto cada cual:
porque de simple blasona, tet-teretet-leret-tet !!! ,
por las calles se pregona
y yo en esta razón fundo , Allí muestran sus enseñas
que el vino compone mundo los contrarios presuntuosos ;
265
trepemos por estas breñas I con mas piernas que el venado
como carniceros osos. j que escarmentaron los perros.
J5n su número confiados Ni uno qued« con resuello ;
ya han tomado posición... | no dar ni pedir cuartel;
pero adelante, soldados, i pasarlo todo á degüello
¡vivo! ¡cartucho al cañón! ! «leí ranchero al coronel.
De la corneta os dé e! toque ¡Que ni uno solo se escape!
entusiasmo y frenesí, ¡herid, valientes, matad!,
y aunqne el calor os sofoque , i taratat!
¡arriba!... seguidmeá mí. 5 i No hay azor que los atrape ,
Somos pocos y ellos muchos, ' al rezagado coged !
pero no importa ¡ avanzad! ! tet-teretet !!
taratat! ] No valen piernas, ni ardid;
Tenéis valor y cartuchos... ' j las armas todos rendid!
jsus! ¡con brio arremeted! í
¡ ; ttt-tintit-tirit-tit!'.!
tet-teretet!! !
¡Terrible vá ser la lid! | ¡Valientes! la retirada
esto buscamos ¡ seguid! \ piquémosles ¡vive Dios!
!
¡tit-tiritit-tirit-tü 11! Testigos de esta jornada
] muchos son si quedan dos.
S i l b a d plomo que acribilla... I Ya son nuestros, ya por fin
¡uno cayó! ¿quién se queja? | cayeron en nuestras manos...
Nadie pierda la guerrilla , • ¡Camaradas! el botin
aunque caiga su pareja. ] repartamos como hermanos.
¡Tot torot.'l ¡deje el fusil Y después de tanto estrago,
quien oye el toque de al trote la garganta del valiente
y huye cual cobarde v i l ! refresqúese con un trago
¡quítese luego el bigote! y otro trago de aguardiente.
Pam! poml pim! pim ! alto el fuego! Sí, camaradas, Ja boca
¡á escape! ¡á la bayoneta! con aguardiente mojad...
y marque la sangre luego taratat 1
el brio del que acometa*. ¡Diablos! Ja corneta toca...
¡Bom!!! ¡qué maldita metralla! ¡listo! fumad y bebed
¡cinco cayeron!... ¡Trepad! tet-teretet 11
taratat! Muy cerca una casa vi...
que no pueda la canalla ¡sin duda vamos allí!
cargar otra vez... ¡corred! jtit-tiritit-tirit-ti!!!
tet-teretet !!
¡Valientesson mas que el Cid! Aunque cansados, el hambre
pues bien ¡matad ó morid! nos pone en las piernas alas;
jtit-tiritit-tirit-tit!!! nos comiéramos en fiambre
hasta el fusil y las balas...
¡Viva!!! i ya es nuestro el cañón! Aquí, niña,.hacemos alto...
con brio le defendieron I Sal de Jesús! ¡qué proeza
artilleros de tesón el que pueda por asalto
<jue al pié del cañón murieron. ; ,¡ ganar esta fortaleza!
Ya el contrario desbandado, ¿Quién al mirarte, patrona ,
vá rodando por los cerros no quisiera ser patrón?...
34
266
Di si te gustan, gachona, DEFENSA DEL CHOCOLATE.
los besos de munición.

¡Cazadores! cada cual Provocar á un reverendo á hacer la defensa


el hambre mate y la sed, del chocolate, presentándole por rival un par de
aligerando el morral... huevos fritos con tomate, ¡vive mi padre San
/ tet-terelet-teret-tet I!! Francisco que es un insulto capaz de encender
A. IllBOT Y F ü N S E t t É . en ira, si no fuera hecho por el autor de LA R I -
j SA! Porque es como poner en parangón la sidra
con el néctar de los dioses, el chacolí con el la-
A FR. GERUNDIO. crima Christi, la rústica patata con el tocino del
cíelo, la innoble cebolla con la pechuga de án-
SONETO. gel, la prosa con la poesía, lo humilde con lo
¿No es, hermano, solemne disparate elevado, lo rastrero con lo sublime, el zueco con
preferir chocolate al desayuno? el coturno, la caílaheja con el cedro, la estame-
¿ No es mas estomacal, mas oportuno ña con la púrpura, la porra con la laticlavia , el
un par de huevos fritos con tomate ? gorro con la corona, el plebiscito con el senado-
Me llamareis acaso botarate consulto, la hebetud con la sublime inteligencia,
porque no tengo estómago frailuno. el tugurio con el alcázar, la cotorra con la sire -
Abrase la sesión.- pueda cada uno na, el grajo con el fénix, el almuerzo en fin del
razones alegar en el debate. cabador Bartolo con el desayuno que usaba el
Sus!... á la lid, oh reverendo hermano, emperador Motezuma, según refieren las cró-
si quiere conquistar laureles nuevos; nicas.
y árdase Troya cual inmensa fragua. En buena ley el chocolate no necesita de can-
Cante en buen hora el chocolate ufano, toresde sus escelencias-. las escelencias y virtu-
yo entonaré el busilis de los huevos des del chocolate se recomiendan por sí mismas,
y veremos quien lleva el gato al agua. son axiomas sólido-líquidos que no necesitan de-
WENCESLAO AYGUALS DE IZCO. mostración.
Sí, poción divinal, reina de los desayunos,
consuelo de los enfermos, confortativo de los
SONETO-CONTESTACIÓN M FR, GERUNDIO, convalecientes, recreo de los sanos, placer de
AL SONfcTO-ESCITACIOH los jóvenes, rechupete de los viejos, golosina de
los niños, delicia universal de paladares, abrigo
DEL HERMANO AYGüLLS DE TzCO. de estómagos viajeros, confortante de los débi-
No es, hermano, solemne disparate les, despejo de imaginaciones estudiosas, repul-
preferir chocolate al desayuno , siva de flatos, regalo de los clérigos, agasajo de
ni es mas estomacal, mas oportuno i los confesores, lautícia de los prelados, oblecta-
un par de huevos fritos con tomate. i mentó de todas las clases, heroína en fin de a m -
Me llamareis acaso botarate bos mundos, que desde las regiones mejicanas
porque tengo el estómago frailuno. donde tenias asentado tu imperio, viniste á es-
Abierta queda la sesión: cada uno tender tus dominios por la culta Europa. Sí, sa-
sostendrá como pueda este debate. brosa y tónica y estomática bebida, que con el
Sus!... acepto la lid, ya que un hermano nombre de chocolate (1) eres conocida y honrada
me invita á conquistar laureles nuevos, i por toda la haz de la tierra ; tus gracias, tus glo-
y árdase Troya cual inmensa fragua. rias, tus virtudes tus benéficos efectos no hay
Yo ya defiendo el chocolate ufano ; nadie que los pueda desconocer, ni argumento
tú el busilis entona de los huevos,
y veremos quien lleva el gato al agua. (1) La voz chocolate diz que se deriva de la
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que los pueda destruir, ni nube que los pueda ta otras cosas mas sólidas y de mas mantener.
eclipsar. El no embota como las tajadas, ni achispa como
En efecto, el chocolate es sin disputa el desa- el vino y el licor, ni soporiza como la leche, ni
yuno mas conveniente y menos nocivo de todos irrita como el café, ni hace sino oler bien, saber
los desayunos hasta ahora descubiertos, y creo mejor, y sentar á las mil maravillas. Abriga en
que de todos los desayunos posibles. Y si las el invierno, refresca en el verano, vigoriza en
pruebas no abonaran el aserto, bastaría la con- primavera y otoño. Se acomoda y adapta á todas
sideración de ser el que adoptamos los frailes, las naturalezas. Es tónico, «stomacal, refrige-
que en el ramo de higiene doméstica, y en el co- rante, demulcente, laxante, analéptico y leni-
nocimiento de lo perteneciente á la bucólica, he- tivo.
mos merecido siempre y no se nos ha negado Así no es estraao que se haya generalizado
nunca un voto de mayor escepcion. Pero dejemos tanto en España, que hasta los sabios enciclope-
el fundamento de nuestra adoptada y nunca i n - distas de la Academia de las Ciencias dePrusia,
terrumpida práctica y costumbre, y vengamos á de la de Bellas Letras de París, y de la Real de
las pruebas. Londres hayan consignado esta máxima honorí-
Levántase de su cama el hombre de letras; en- fica para mi defendido, á saber: «manquer de cho-
tra en su despacho; toma su pocilio de chocola- colat ches lesEspagnols c'est étre reduit au mime
late; bebe en seguida un vaso de agua pura y point de misére que de manquer de pain parmi
cristalina: y en el hic et nunc de hacer esto, nbus.yi Y después: «11 y a long temps qu on
siente el estómago confortado, los sentidos e s - a apellé le chocolat LE LAIT DES VIEILLARDS.-
pertos, la imaginación despejada, la parte físi- on le regarde comme tres nourrissant et comme
sica y la intelectual adquieren una entonación tres propre á reveiller les forces languissantes
admirable, y si á esta le sigue el apéndice de uo de Vestomac. Effectivement le cacao, etc.»
polvo ó la posdata de un cigarro, según el gusto Ya veis, hermano AYGÜALS BE Izco, ya veis
deí consumidor , el hombre, si es letrado, se en- cómo se han esplicado los sabios eslrangeros
cuentra en disposición de tragarse tras del cho- acerca del chocolate: allí diciendo que el faltar
colate, no digo la Novísima y las Partidas, sino el chocolate á los españoles indica un grado
todos los tomos de Reales Decretos, que en E s - igual de miseria y de pobreza al de faltarles á
paña constituyen una racioncita decente: si es ellos el pan ; prueba irrefragable'de la universal
poeta, se siente en aptitud de trasportarse en convicción de su necesidad y de su utilidad: aquí
cuerpo y alma á la glorieta mas céntrica del Par- llamándole la leche de los viejos (cuyo dictado
naso, y de jugar con las nueve hermanas , á esta algunos de entre nosotros han aplicado errónea-
quiero, á esta no quiero, con la mas desembara- mente al vino), y encomiando su cualidad n u -
zada familiaridad, si es periodista, se halla esper- tritiva y la mas propia para reparar las desfalle-
to y abispado para poner un artículo de fondo cidas fuerzas del estómago; pasando después á
contra el lucero del alba, probando que su especificar con" recomendación las virtudes del
ministerio debe ya caducar, porque todos los cacao y de los demás ingredientes. ¡ Y á vista de
días sale y no vemos que progrese mas un año
todo esto hay todavía quien se atreva á ponerle
que otro.
en parangón un par de huevos fritos con t o -
El chocolate pues despeja los sentidos, y con- mate !
forta el estómago sin cargarle; al que es sobrio ¡Oh deshonor! ¡oh vilipendio! ¡oh mengua!
le alimenta; al gastrónomo y glotón le prepara podría yo eseiamar aquí con el inmortal Jove-
convenientemente, y le dá aptitud y disposición , llanos.
y le sirve de base y de preámbulo y cimiento pa- Hasta la posición supina del que toma cboco-r
late tiene no sé qué de elevado y sublime. Figú-
rese mi contendiente á un padre provincial anti-.
palabra mejicana atle que significa agua, y la
voz choco, esprfesiva del ruido que hace el moli- guo, ó b i e n á u n F r . Gerundio moderno, repan-
nillo cuando bate choco, choco c/ioco. tigado en su, poltrona, embaulando un cágilotv
268
del rico de Caracas, probada y concluida ya la agua que serenó barro de Andújar,
primera parte, que consiste en los fragmentos tierno y sabroso pan, mucha abundancia
del esponjoso bollo empapados en el aromático de leves tortas y bizcochos duros, . ,
líquido, y que pasa á la segunda , que llamo yo que toda absorven la poción suave
de los sorbos. Represéntesele elevando á cada de Soconusco, y su dureza pierden.»
sorbo mas y mas la cabeza, hasta el punto de
Don Ermeguncio, que era hombre entendido y
aficionado,

«altos elogios hizo del fragante


aroma que la taza despedía...»

Y lúe ;o dijo :

« Por esta
. sorbo llenamos de miseria y luto
la América infeliz : por él Europa ,
la culta Europa en el Oriente usurpa
vastas regiones, porque puso en ellas
naturaleza el cinamomo ardiente:
y para que mas grato el gusto adule
este licor, en duros eslabones
hace gemir el atezado pueblo
que en África compró, simple y desnudo.
Dijo y llorando
lágrimas de dolor, se echó de un golpe
cuanto en el hondo cangilón quedaba (1).»

Vea el hermano retante si es de importancia el


clavar los ojos en las estrellas del firmamento, sorbito este, cuando por él conquistan unas n a -
como quien dice: «desde aquí á la gloria.» jOh! ciones á otras (aparte la cuestión del derecho de
esto tiene una sublimidad, qué comparada con gentes y el internacional): y vea cómo confor-
la manera plebeya é innoble que suele usarse taba á don Ermeguncio el solo aroma que despe-
para comer un par de huevos fritos, operación día.
que muchas reces en España se ejecuta (ver- Ya lo creo que se sentiría confortado; pues de
güenza dá decirlo) con los dedos, constituye un mí sé decir, que desde, el momento que oigo á
contraste de elevado y rastrero como el que hay Tirabeque batir la chocolatera empiezo á sentir
entre el «téndimus ad alta» y él «descendit ad un consuelo inesplicable. Consuelo de ordo , que
ima.» couforme se aproxima se va haciendo progresi-
Por todo lo cual, no es maravilla que el buen vamente consuelo de narices, de paladar y de
don Ermeguncio, el Filosofastro de nuestro Mo- estómago.
ratin, se pusiese tan contento y alegre y tan Tal seria (aunque un poco mas sospechoso) ei
fuera de quicio cuando el poeta le presenta como que esperimentaba el citado emperador Motezu-
él dice: ma, que según refiere Diáz del Castillo, cada
«ancha bandeja con tazón chinesco vez que visitaba su harem se sorbía un decente
rebosando de hir'viente chocolate tazón de chocolate á la vainilla. Tal sería tant-
(ración cumplida para tres prelados
benedictinos), y en cristal luciente (1) Moratin, epístolas.
269
bien (aunque también menos inocente) el que bas históricas, y á las pruebas de autoridad , es
sentia el regente de Orleans, que al decir del conveniente y aun pudiera ser necesario añadir
mariscal de Bellisle en su Testamento político, la prueba mas concluyente y positiva de todas, á
se, refocilaba con un jicarón ca"da y cuando se le- saber, la de la esperiencia; por la presente invi-
vantaba de la cama, á cualquier hora que to y convido á mi contendiente á que se acerque
fuese. Y tal en fin el consuelo que con el cho- cuando guste a la celda gerundiana á convencer-
colate sentirían las damas de Chiapa, cuando se por sí mismo de la bondad y escelencia del
hasta en la iglesia no se abstenían de to- chocolale, y estoy seguro de oir de su misma
marle. boca esta humilde confesión: «verdaderamente
Y ya que la iglesia he tocado, no puedo dejar Fr. Gerundio me ha vencido! él defendía mejor
de recomendar a mi adversario otra de las virtu- causa l»
des del chocolate, y no insignificante á fé mia, Muchos recursos hallarás, no lo,dudo, oh her-
á saber la de no quebrar el ayuno eclesiástico, mano Ayauals, en tu esclarecido ingenio para
con tai que se haga con agua. Sobre lo cual pue- hacer valer la causa que sostienes; y desde l u e -
de leer el hermano AYGÜALS DE IZCO las razones go cuento con que pondrás mi pobre imaginación
que para ello hizo valer el cardenal Brancaccio, en tortura para ver de hallar salida y dar solu-
y la correspondencia que sobre este importante ción á tus argumentos. Pero de todos modos si
punto siguieron la princesa de los Ursinos y ma- triunfares, creo que mas será debido á la supe-
dame de Maintenon. rioridad y mayor sutileza de fus talentos que á
En fin, por no cansar hoy mas. y porque creo la justicia de la causa que defiendes. Todo lo
que basta para demostrar las escelencias de mi espera con filosófica resignación tu devoto her-
defendido, solo añadiré que si bien ha habido mano.
F R . GERUNDIO.
poetas que han cantado ¡as virtudes del vino co-
mo Horacio y otros; si bien los ha habido que
han hecho el panegírico del café como Delille.
HUEVOS Y CHOCOLATE.
no tenso noticia que ninguno haya cantado las
virtudes de un par de huevos fritos, eomo Me- CONTESTACIÓN
tastasio compuso una bella cantata al chocolate,
que siento no tener á la mano para acabar de
AL HERMANO FRAY GERUNDIO.
confundir con ella al autor de LA RISA que me
ha provocado. Digna es de todo un reverendo la brillante de-
Debo sin embargo hacer una advertencia; y es fensa que del chocolate acaba de hacer Vuestra
que todo lo dicho se entiende del chocolate b u e - i Paternidad, hermano Fr. Gerundio, y cierto es
no: bueno por la calidad de sus ingredientes; por lo que en el!a veo, que el talento, la i n s -
bueno por la obra de manos del chocolatero fa- trucción y travesura de ingenio de un buen
bricante, y bueno por la habilidad y tino del que abogado, en mala causa es donde mas lucen;
le dá la última mano y el inconveniente punto en porque cualquier zascandil que por la justicia
la chocolatera. Sin estas tres bondades, que sien- abogue, con la razón suple la falta de elocuen-
to no poder detenerme á esplanar, declaro al cia. Confieso, padre, que me han dejado absorto
chocolate indigno de la defensa que acabo de los fascinadores argumentos que ha sabido ale-
hacer, entiéndase pues que hablo de un chocola- gar en pro de esa poción mejicana , mas perju-
te como el que tomaFr. Gerundio, chocolate de dicial al género humano. que el celebrado néctar
Astorga, junto al cual el chocolate de Madrid es de Chipre, instrumento de las venganzas de Lu-
un género abyecto, vil y bajo, indigno de este crecia Borgia.
nombre; y que pienso lleva también muchos El esclarecido ingenio y erudición que por
puntos de ventaja al de Burgos, y aun al mismo todas partes destella con tanta gracia la prece-
tan decantado de Aragón. dente apología del chocolate, capaces son de
Y como á las pruebas de razón, y á ¡as prue - arredrar a! Convidado de piedra; cnanto mas á
270
este mísero pecador, que en hora menguada Sé que ja;nás la candida paloma
hubo de entrometerse á medir sus débiles fuer- venció en la lid al águila altanera;
zas con las de un atleta temible y de inmensa y mas al lado del docto Don Abundio
reconocida superioridad; pero por otro lado me no cedo yo el laurel á Fr. Gerundio.
alienta la razón... la justicia de mi causa me
llena de entusiasmo; y cuando veo que se pre-* ¡Oh mal-aconsejado ilustre vate!
fiere el chocolate al objeto mas cacareado del ¿quién te indujo al enorme desatino
mundo, sería vergonzosa mi apatía, sería mi de cantar á ese imbécil chocolate
silencio criminal. Voy, pues, á tomar la defen- que agua requiere... que rechaza el vino ?
sa de los HUEVOS , con el calor y la esperanza Por no cometer yo tal disparate
del triunfo que la justicia inspira ; pero no crea, peino barbas de padre capuchino,
hermano , que limitarme debo al HUEVO frito pues con el vino solo me deleito
con tomate, que si bien es manjar delicioso, y por no gastar agua no me afeito.
mil veces al chocolate preferible, justo es que
me estienda y esplique todo ei busilis de los El agua es elsmento de las ranas,
HUEVOS porque los HUEVOS tienen mucho busilis, el agua engendra podredumbre y barros,
reverendo padre; y cuando Vuestra Paternidad hidropesía , palidez , tercianas,
elogia hasta la posición del que sorbe chocola- hinchazón , pulmonías y catarros.
te para realzar á este; justo es y muy justo que Mas con un par de botas jerezanas,
saque yo á colación todos los atractivos, todos triunfa el mundo, se alegran los cotarros,
los méritos del HUEVO, que por cierto Son tantos y tras los HUEVOS de placer me llena
hermano Fr. Gerundio, y de tan esclarecido l i - el Málaga , el Jerez , El Cariñena.
nage, que si bien la democrática prosa basta y
sobra para hacer del chocolate una brillante de-
No se nutre el arriero catalán,
fensa , la sublimidad de ios HUEVOS no puede
como un HUEVO tras otro no le den.
justamente celebrarse sin hacer uso del lengua-
ge con que dirije el poeta sus himnos á los dio- ¡
ses. Nun, wohlan ! was niuss geschehe! como •
decimos nosotros los tudescos, que equivale á
decir en castellano, pelillos á la mar, y loque !
haya de ser que sea pronto.

LOS HUEVOS.

CANTO ÉPICO.
i
Canten otros de Roma el Capitolio , j
ó el amor de románticos mancebos.
Canten las glorias y esplendor del solio
de reyes godos , de monarcas suevos.
Yo cantaré, y en páginas de á folio,
el sublime atractivo de los HUEVOS;
y oscureciendo al trovador de Ofanto,
de asombro al mundo inundará mi canto.
\
Vamos por todo, ¡oh Fr. Gerundio! á Roma, ¡
toda vez que el palenque nos espera.
Sépase quien á su contrario doma Con un par de ellos se nos jama un pan
y enarbola del triunfo la bandera. I y aniquila el porrón de un santiamén.
271
Quien HUEVOS fríe entiende el GRAN REFRÁN , I lo deben al sabor del rico HUEVO.
pUeS TIENE POR EL MANGO LA SARTEX...
cosa que á un tagarote farfallon i De mis casillas sin piedad me sacas,
puede hacerle ministro de rondón. maldita aparición del otro mundo !
Hijo de Guayaquil y de Caracas,
Antes daría el amoroso beso j húndete del Averno en lo profundo !
á una bruja infernal de genio adusto, ! Pso quiero oir elogios ni alharacas
que ensalzar cual si fuera mi embeleso I en pro del ente estéril é infecundo,
a! chocolate cálido y vetusto. I que al ostentar sus humos en los bailes,
Frió, caliente/Crudo, claro, espeso', I muere sin sucesión.... como los frailes.
i
siempre insípido fué su acerbo gusto.
Bien dijo cierta musa dramaturga Dígame ¡oh padre! como buen católico,
que c! < hocolate vil es una purga. la verdad una vez sin ser satírico:
engullido el ungüento diabólico,
Aléngome á los HUEVOS I oh españoles! ¿qué nos deja en su propio panegírico?
dignos por su candor de privilegio. , Nada , si no es algún horrible cólico
Duros, revueltos, fritos, huevos moles, que robe á nuestra musa el afán lírico.
siempre han sid^o manjar sabroso y regio. El chocolate engendra humor herpético,
Mas... vive Dioá que tiene tres bemoles y hasta el que le fabrica se vuelve ético.
decir que el chocolate... ¡ oh sacrilegio !
es mejor que los huevos delicados Ni un lunar veo que amancille leve
imagen de los cielos estrellados. del huevo hermoso la elegancia pura;
y es á despeeho de la blanca nieve
Si per tropo variar natura i bella, imagen del candor y la hermosura.
¿quién niega la belleza á las tortillas? Cual la bella vestal, jamás se mueve
Sin azúcar, sin clavos, sin canela de su honesta prisión... de su clausura ,
rinden al paladar mil maravillas: y en caja de marfil guarda el decoro
¡cuan deliciosa con guisantes cuela!.. clara argentina con la yema de oro.
Qué rica e s , vive Dios, con criadillas!...
Pero aquel que las prueba con tomate El vagoroso alegre ruiseñor
reniega sin cesar del chocolate. que de Flora en el mágico pensil ,
saluda de la aurora el bello albaw
Argumentos alega mi adversario mil trinos modulando y otros m i l ,
que valen poco menos de tres bledos. no diera este espectáculo de amor
Trata á los HUEVOS de ácido ordinario entre galanas flores del abril,
porque hay quien se los come con los dedos. si no reconociera que al nacer
A este modo de argüir estrafalario, el benéfico HUEVO le dio el ser.
¿qué dijeran los Tirsos y Quevedos?
pues por ventura ¡ oh reverendo vate! El águila que osada, altiva, sube
coméis con tenedor el chocolate? con magestad y mesurado vuelo,
y á semejanza del feliz Querube
Os habéis empeñado en su defensa ufana y orgullosa toca al cielo
sin reparar que en ello hay mil escollos : y allá se pierde en la elevada nube...
es de los HUEVOS la ventaja inmensa: cual reina de las aves en el suelo
jamás del chocolate nacen pollos... corona ciñe, y se complace en ella,
Si en mejorarse algunas veces piensa, y al HUEVO debe su existencia bella.
busca el auxilio de los ricos bollos,
que si son ricos, á decirme atrevo, Ese que cual sultán en el serrallo
27 2
de bellas concubinas se rodea j la Italia el macarrón y el escabeche
y en escenas de amor que envidio y callo, ' y la Alemania sorbe lacerbeza,
el triunfo de los HUEVOS cacarea... • pues solo al dar ai chocolate un sorbo
El orgulloso y vigilante gallo I temieran contraer cólera-morbo.
que muere ó triunfa altivo en la pelea...
hijo es del HUEVO este héroe de la liza, | ¿ Por qué en España ardió guerra civil
y al HUEVO da virtud y fecundiza. ! y corrieron las turbas de tropel,
é incendiaron conventos mil y mil,
La tierna codorniz y el rico tordo y á impulsos consumaron de Luzbel
que con sabroso arroz á todos placen, el zafarrancho atroz sacerdotil
y la gallina que hace el caldo gordo , sin dejar fraile con cabeza en él ?
y el pavo regio... de los HUEVOS nacen. Solo porque en su gula monacal
Tío hay que venirse, hermano, haciendo el sor o llenaba el chocolate su atabal. (1)
á razones que todas satisfacen...
razones justas, con las cuales pruebo ¿ Á dónde , borrajeando cartapacios,
cuanto aventaja al chocolate el HUEVO. i lleva el error vuestra sublime pluma?
¡ Si es verdad que entre perlas y topacios
Vuelve la vista al lago de Anfitrite | del chocolate la soberbia espuma
¡oh Fr. Gerundio ! y gozarás mil veces i se sorbe en los magníficos palacios...
del pescador la escena, que no admite | Si él fué el regio manjar de Moíezuma,
parangón con el fraile que me ofreces. | no olvidéis que en alcázares reales
Allíverás, (si el tiempo lo permite) | es do suelen medrar los criminales.
hacer evoluciones cien mil peces ,
que si peces tenemos en el mundo j El palaciego que en deseos arde
dióles el HUEVO á luz siempre fecundo. | de usurpar el dosel del regio trono,
tan traidor como vil, siempre cobarde,
¡Oh prodigiosos de facundia efectos! oculta al rey su criminal encono.
(Venga una cruz por verso tan sonoro , De sumisa lealtad fingiendo alarde,
si quieren ser nuestros ministros rectos; j el instrumento atroz busca en su abono,
pues la transposición vale un tesoro.) I que al rey de un golpe sin recelos mate,
Peces, reptiles, pájaros é insectos, y es mejor que el puñal... el chocolate.
en la patria dei títd y en la del moro,
aunque el cacao vil gruña entre dientes , j Mas yo que de los reyes soy amigo (2),
son de los HUEVOS dignos descendientes. ! quiero salvarles de cualquier apuro:
| á todos ellos con respeto digo
Desiste ¡ oh padre! de tu raro tema, que el que quiera en el trono estar seguro
que si en la raza de los dulces entro, y no ser infeliz cual don Rodrigo,
pronto hallaré que la preciosa yema, coma á todo comer el HUEVO DUKO ,
de los mas delicados forma el centro. pues ademas de ser manjar muy bueno,
Natilla, mazapán, bizcocho, crema, nadie introduce en él mortal veneno.
en todo lo mejor al HUEVO encuentro.
¡Vive Dios que tuviera perendengues Aunque agradezco ¡oh padre! el agasajo
hacer asco al dulzor de los merengues! que bondadoso y liberal me ofrece,
de Tirabeque temo el desparpajo
No hay nación que si es culta no deseche
del chocolate la feroz rudeza.
Sorbe la Gran Bretaña el té con leche: (1) No creo sea desatino calificar de atabal
la panza de un reverendo.
sorbe champan la Francia en su grandeza: (2) No hay que reírse.
273
v...una idea espantosa me estremece. acabaron una noche
Leí, no sé en qué crónica ó ¡ibrajo por hacer una diablada?
que hablaba de la guerra de años trece ( i ¡ Ya me la llevaba yo
que un lego fué, con chocolate inmundo, bien tragada.
quien hechizó á don Carlos el segundo.
¿Con qué la comedia aquella
Y si á mí Tíraqequc me hechizar» que con tan propicia estrella
sin tener los hechizos de una Filis, en el cartel se anunció,
sobre él y Fr. Gerundio descargara últimamente acabó
mi musa de pistón toda su bíiíf•• <>!)[• ser del pueblo silbada?
Renuévese el abrazo de Vergara, Ya me la llevaba yo
p u e s DE LOS HUEVOS YA ENTONÉ KL BVJSÍLIS • bien tragada.
que aunque atroz enemigo del cacao,
no lo es de Fray Gerundio , WENCESLAO ¿Con qué al pasar don Ramón
AYGIÍALS DE lzco. por debajo del balcón
de su amado serafín,
una criada ruin
LETRILLA. le encajó una bacinada?
Ya me la llevaba yo
¿Con qué aquella hidropesía bien tragada.
qué tanto comprometía
MIGUEL AGUSTÍN PHÍNCIPK.
la vida de doña Inés,
antes del décimo mes
quedó del todo curada?
Ya me la llevaba yo ¡ORACIÓN PARA LA CUARESMA.
bien tragada.
Antes que el diablo
¿Con qué Blas el majadero con saña impía
quiso echarla de torero nos lleve en pos ,
por lucir el euerpecillo, ruega por nos
cayendo sobre el novillo Santa María
a ia primera llamada? Madre de Dios.
Ya me la llevaba yo
bien tragada. Ya están vedadas
por nuestro mal
¿Con qué aquella señorita las badajadas
tan gallarda y tan bonita de carnaval.
que era sobrina de! cura, La murisqneta
al cabo y al fin se apura despareció
que no es sobrina ni es nada? •¡ con fa careta
Ya me la llevaba yo y el dominó.
bien tragada. Sin mas trofeos
ya que la cruz .
¿. Con qué Juliana y Lucía, guapos y feos
tras un dia y otro dia salen A luz.
de quererse á troche y moche, ¿Mis intenciones
no bastarán ?
(1) La guerra de sucesión. ¿Mis oraciones
35
4
me salvarán'? lo del turrón:
Oye lo que habió. por eso digo
Señora mia: con devoción:
y antes que el diablo Oye io que hablo
con saña impía Señora mia:
nos lleve en pos. i y antes que el diablo
ruega por nos i con saña impía
Santa Maris ; ROS Heve en pos,
Madre de Dios. ruega por nos
Santa María
Yi> me couíics» ¡ Madre de Dios. -
si criminal i Las viejas lelas
seguí eí esf.PSu quieren los frailes,
de carnaval. y ías mozuelas
¿Quién á ia treta grescas y bailes.
no sucumbió Aquellas fieles
de la careta se salvarán,
y el dominó ? y estas crueles
¿ Quién por modorro ío purgarán ;
quiere la paz Que Dios propicio
con el socorro manda el perdón
del antifaz ? con un silicio
Por culpas tantas, como un punzón.
con santa fé Yo tanto y tanto
digo á tus plantas : me atormenté,
¡ pequé, pequé! que soy un santo
Oye lo que hablo, Bartolomé.
Señora mia: Por eso te hablo,
y antes que eí diablo Señora mia :
con saña impía y antes que el diablo
nos lleve en p o s , con saña impía
ruega por nos nos lleve en pos,
Santa María ruega por nos
Madre de Dios. Santa María
Madre de Dios.
Dijo un prelado
f n un sermón , Ya no me atiza
que, era pecado la tentación;
comer turrón. tengo ceniza
Muchos comieron, de salvación.
mas yo por mí, Mis torpes vicios
ni me lo dieron sacudiré,
ni lo comí. y á los oficios
Nada me amaga; no faltaré.
me salvaré
Hielos y nieblas
si Dios rae paga
no han de evitar
lo que ayuné.
que á las tinieblas
No habla conmigo vaya á rezar.
Y asi sin sustos j sin ir mas lejos, tiene usted gentes que durante
iré también j once t meses y medio del año, cifran toda su
donde los justos. i atención y conato en parecer prudentes, discre-
Amen, amen. • los, reservados, sensatos y juiciosos en fin ; que
Y si aunque te hablo , se martirizan acaso para ostentar un esterior que
Señora roia: ; jamás pueda dejar concebir de ellos ni una idea
quisiera el diablo i de atolondramiento, de ligereza ó estravagan-
:
con saña impía cia. Cuando hablamos, cuando habláis vosotros
llevarme en pos, : mismos, lectores amados, sin que sea esto un
ruega por nos : agravio, cuando hablo yo cuando hablan to-
Santa María \ dos, en una palabra, procuramos hacerlo con
:
Madre de Dios, moderación, con toda ia reflexión posible para
Ruega , Señora , I que no se nos tenga por tontos ó por escapados
con alma fuerte ; i de alguna casa de Orates: pero hete aquí que
si no, no hay mus. : llega el mes de febrero repartiendo á todo vicho
Hasta la hora I viviente mascarillas y dóminos y patatrás
de nuestra muerte : ¡Dios nos tenga de su santo mano! todos los
Amen Jesús. andamies de las bellas apariencias esteriores
JUAN MARTÍNEZ VILLEROAS.
de prudencia y circunspección se desploman.
Bien conozco que la gravedad de la vida re-
j clama algún intermedio de desahogo. Es una ne-
• cesidad confesada y atendida en todos tiempos y
ORIGEN DEL CARNAVAL. por todos los siglos. Un corlo período de locura
: aíarga la existencia de! hombre: todos los pue-
Repicando castañuelas, í blos han reconocido esta verdad. Los antiguos
redoblando el atabal i judios tenían su goral, ios persas y los babilo-
se nos viene con las risas '• niossus saceas, los griegos sus kronlas, los ru-
el travieso Carnaval. í manos, mas ardientes en todo, teuian no solo
i sus saturnales como los griegos, si no también
Confesemos que es una singularísima cosa el j sus bacanales y lupercales. Los judíos modernos
Carnaval. No hay formalidad posible en cuanto i tienen su purim, ios musulmanes su beyram,
él aparece. No hay gravedad que no vacile, ni | ios ingleses su chris-mas y los demás pueblos
prudencia que no titubee. Grandes y pequeños, el carnaval; pero observad bien, mis amados
hombres y mugeres, imbéciles y sabios, varones ' lectores, que la esencia de todas estas fiestas
de reflexión y mozalvetes evaporados, todos se ! antiguas y modernas ha sido siempre la mesa,
interesan con masó menos ardor en su efímero ¡ e! baile, las máscaras, las diversiones, LA
tránsito ; nadie se lé muestra completamente ab- | SISA.

yecto. El Carnaval es un periodo de disipación y Celebráis el Carnaval en gracia de Dios; pero


de locura: atesora placeres para todas las edades, ; ¿sabéis bien lo que es eí Carnaval? El Carnaval
diversiones para todos los gustos, distracciones :
es una licencia para que toda persona decente
para todas las clases. Las máscaras, los bailes, | pueda correr cotnoun loco por esas calles de
los festines, son los primeros elementos que | Dios con un rabo mas largo que el de Luzbel, y
satisfacen en estos dias toda suerte de exigen- ¡ un pedazo de cartón en la cara haciendo el oso
cias. : delante de todo el mundo.
La vida del hombre es un donoso mosaico, pe- Los primeros sacerdotes cristianos se desga-
ro compuesto de piedras falsas: toda ella es una | ñitaban declamando contra las bacanales; pero
farsa ridicula que mientras haya hombres segui- | las locuras de aquella época habian echado de-
rá representándose en este picaro mundo. Ahí. 1 masiado hondas raices en las costumbres para
276
que las gentes renunciasen á ellas. Los catecú- gullo de nuestros placeres. Que el diablo fuese
menos no tenian inconveniente en someterse al ¡ representado por un oso, fácilmente se concibe
bautismo y adoptar la nueva ley, con la condi- i su fealdad podia justificar la comparación; pera
ción de que no se les privasen aquellas diversio- | que los inocentes becerritos fuesen el símbolo
nes favoritas. El hombre era inseparable del ¡ déla voluptuosidad y el orgullo, es difícil ¿te
neófita, y el neófita apasionado de aquellos pla- ¡ concebir.
ceres, á los cuales quería hacerle renunciar el ! En el siglo XV tenian también los cardenales
bautismo. En esta lucha entre el ente positivo y la costumbre de disfrazarse y pasearse por las
el ente de razón , no siempre se llevaba el ú l t i - calles de Roma en carrozas triunfales, con la
mo la victoria. Se apetecía el bautismo sin r e - cara tiznada , precedidos de trompetas y clari-
nunciar á las máscaras. Tertuliano se queja de nes: y como se disfrazaban en las iglesias, lo
esto amargamente; pero hubo que ceder á la prohibió en 1456 el concilio de Soissons; y por
fuerza de la costumbre y transigir. Así es, que último, el concilio de Toledo prohibió en 1565,
la institución del ayuno preparatorio á la fiesta I que los eclesiásticos se disfrazasen; pero como
de la resurrección, ó la pascua cristiana, impo- I los frailes de España han sido siempre alegres y
niendo una dura penitencia de cuarenta dias de aficionados á la zambra y gresca, fueron los ú n i -
austeras privaciones, dio motivo á que antes de cos que continuaron en ciertas solemnidades,
entrar en esta rigorosa cuarentena, permitiese disfrazándose y bailando en el coro.
el cristianismo todas ¡as locuras de! Carnaval. En algunos países se ven durante el moderno
Pefo no solo eran permitidas eo esta época. Los Carnaval, particularmente en Italia, disfraces
ministros de la religión eran los que mas se alegóricos que no dejan de tener mérito, ocur-
aprovechaban de semejante tolerancia para sola- rencias felicísimas que divierten sin ofenderá
zarse en cambio de sus privaciones, y llevaron la sana moral; pero en esta bendita España, no
el delirio hasta el estremo de disfrazarse en m u - obstante de que el Carnaval dura el año entero
chas circunstancias solemnes y hasta en las porque todo el mundo anda "disfrazado, con
pompas fúnebres y entierros. Si no me creéis, máscara de hombres de bien los unos, de p a -
consultar podéis los estatutos sinodales que Iíi- triotas los otros, de liberales estos, de constitu-
nemar, arzobispo de Reims, dio en 853 á su cionales aquellos, estando muy lejos de ser lo
iglesia. Este prelado prohibió á los religiosos de que aparentan; en España, digo, se reducen las
su diócesis el emborracharse (perdóneseme la felices ocurrencias de los aficionados, á hacer el
espresion) la víspera del dia de los difuntos, de oso por las calles, á vestirse de esteras y revol-
loque puede lógicamente deducirse que aquellos
I carse por el lodo, á pasearse por el sol con p a -
santos varones tenian la costumbre de coger un
raguas rotos, á ponerse cucuruchos en la cabe-
lobo como un templo en aquel dia. Prohibióles,
za, á beber en un orinal (con perdón sea dicho)
como digo, comer, beber, cantar y bailar la
y decir cuatro picardías al lucero del alba.
danza del oso. El Carnaval, jamás autorizado y
siempre tolerado por la Iglesia, se celebraba en WENCESLAO AYGUALS DE Izco.

las comunidades religiosas. Hace ya alguuos s i -


- glos que el último domingo de Carnaval se ce-
lebraba en Roma una fiesta á la que asistía el
Papa á caballo, rodeado de todos los cardenales.
Las gentes, á pié los pobres, y los ricos á caba-
llo (esta es costumbre de todas las épocas) iban
en procesiou al monte Testado, donde se hacia
un sacrificio solemne. Empezábase la función
por inmolar un oso. Era el símbolo del diablo
tentador de nuestra carne. Mataban en seguida
unos becerrillos, que decían significaban el or-
UN BAILE DE MÁSCARAS. con la papisa Juana.
Pero no es de asombrar que esto suceda
donde cubierta de oro
purpúrea grana y rozagante seda,
no mengua su decoro
bailando mano á mano,
en amistosa escena
con algún horchatero valenciano
la reina del inglés Ana Bolena.
Ni de Lucrecia Borgia el regio solio
pierde su hermoso brillo
porque baila con ella un monaguillo.

U.

Y no hay duda, vive el cielo ,


que en las máscaras se vive
con libertad , sin recelo,
y allí es donde se concibe
que es la igualdad un consuelo.
No le es fácil á mi verso
i.
hacer la bella pintura
En un salón magnífico, espacioso, de la sublime hermosura
la española elegancia de aquel pequeño universo,
á la.belleza y juventud unida de aquel mundo en miniatura.
en sociedad amena y escogida Sin ser torre de Babel
contemplé cierta noche, en sociedad poliglota,
y me hizo suma gracia donde acuden de tropel
ver tutearse los que arrastran coche , de la antigüedad remota
con los que lleva á pié la democracia. héroes que ciñen laurel.
¡Loor eterno á la igualdad preciosa Allí veréis á Nerón
que en estas sociedades se disfruta prodigar muy bonachón
en medio de la paz y la alegría!... amabilidad borrega,
¿Quién merecido elogio no tributa y bailar un rigodón
a! inventor de aquesta algarabía, con una pobre pasiega.
en que sin etiqueta Allí áRobespier veréis
alternan el bonete y el turbante , que fué de la Francia el bú,
el saya!, la basquina, el zagalejo, y acaso no estrenareis
el fraque, la levita y la chaqueta? que cene en el ambigú
Allí nadie se esconde con el buen Luis diez y seis.
porque entre en el salón un escelencia, Y el obispo Fenelon
ora sea marqués ó duque, ó conde, está haciendo cabriolas,
que todos son iguales...
y el grande Napoleón
La santa independencia
obsequiando á dos manólas
fijó en aquel local su hermoso imperio ,
con perdices ;y jamón.
y en aflojando alguien los veinte reales
Allá un mozo de café
puede bailar muy eslirado y serio
conquistaba ya una turca;
hasta que den las seis de la mañana
poro á lo mejor se fué
278
pava bailar la mazurca que Dios á los cristianos penitentes.
con el abate L'Epé. Con faz, canto, halagüeña,
La fraternidad es t a l , apartando ojarascas y bambollas,
y no miento en lo que os hablo, no al ajo de cigüeña
que allí observareis al diablo que aborta inculta peña,
obsequiar á una vestal, sino al primo carnal de las cebollas.
que es la muger de don Pablo. La razón le ha nombrado,
El marido se amostaza , por su influjo potente en la cocina,
y en vez de tener cachaza , consejero de Estado
de celos arroja pestes, que al ilustre Estofado
con su casco y su coraza... con su luz tantas veces ilumina.
que le vistieron de Orestes. Pues sírvele, sin duda,
A escitacion del marido aun mas que Tirabeque á Fray Gerundio,
en desafio reñido que aunque de testa ruda,
volaron á la palestra ; lo juro, sin su ayuda
pero de ella salió herido malo fuera el saber de Don Abundio.
el hijo de Cliíemnesíra. Nada se iguala al ajo
Y son los tiempos tan malos si sus sonoros consonantes cuento ,
que abundan estos regalos , como bajo, badajo,,
y se ve constantemente majo , tajo , pingajo ,
que siempre lleva el paciente y otros mas retumbantes que no miento,
ademas de cuernos, palos. ¿Qué hambriento en el presidio ,
WENCESLAO AYGUALS DE Izco. que gañán del trabajo en las fatigas ,
sin su virtud que envidio,
probara sin fastidio
¡as mantecosas pastoriles migas?
A LOS AJOS.
¿Quién hallará elemento
ODA. que mas penetre en formidable tajo,
ni epigrama ni cuento,
No de ingrediente bajo cantárida ó pimiento
quiero inspirarme contra regia y gusto ; tan picante eu el orbe como el ajo?
que canto, en son de grajo, ¿Qué hombre hay tan inminente
las glorias de Don Ajo, que de! ajo supere la grandeza?
del mundo vegetal príncipe augusto. El tribuno elocuente
No aquel de las Castillas , y el militar valiente
libre de los pucheros y las ollas , tendrán mas corazón , no mas cabeza,
el de mil maravillas ¿Y quién sufre, un trabajo,
ajo da Valdestillas, dígalo el vate que cantó en Mallorca,
que cuando frió está levanta ampollas. con tanto desparpajo?
Canto los parabienes ¿ Qué reo como ei ajo
del que en tantos impera ilustres píatos, con mas serenidad se vio en la horca?
que ha dado sin desdenes El sufre los enconos
mas lustre á las sartenes sin que dobleguen su cerviz los daños.
que el betún y el cepillo á los zapatos. Los hombres y los monos,
El que tantos avisos los pueblos y ¡ostrones
de venturosos lances dá á ios dientes, se estremecen al soplo de bis años.
preciosos y precisos; No bien triste se cria
y mas gloria á los guisos el buen ajo, le arranca un vil esceso
279
de torpe antipatía. Mientras el ajo calla
Cede á la saña impía; dominan sin escrúpulo los reyes;,
pero está hasta morir tieso que tieso. cualquier bey avasalla
Por eso justamente saltando infiel la valla
y por temor á su regüeldo adusto, délas que llaman protectoras leyes.
te Hamo yo, prudente, Delinquen á destajo
señor omnipatente, sin temor de que el pueblo los derrumbe,
del mundo vejetal príncipe augusto. mas griten los de abajo
De no haberle heejbo caso ¡Pueblo que se arme el ajo l
llorara el gran Cervantes si viviera; y se arde Troya y el poder sucumbe.
gimiera Garcilaso Yo ensalzóle, sincero ,
se avergonzara el Taso, ya que el mundo que admite sus oficios
y Fray Luis de León se arrepintiera. no le dá cicatero
Por lo que al hombre toca, ni aun de Carlos Tercero
nada le dá altivez mas soberana tan siquiera una cruz por sus servicios.
si á un corazón de roca JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS.
une el ajo en la boca
y el chupador ardiente de la Habana.
¿Qué impide los delitos LA BRUJA.
de cuadrilla rapaz, turba traviesa
en lances infinitos?
¿De una muger ios gritos?
No, que si oyen chillar fija es la presa.
Mas la feroz partida
la fuga intentará por el atajo
para salvar su vida,
si hay quien ajos despida;
qué mas que de un puñal huyen de un ojo.
Poder goza absoluto "
que á las hembras embarga los sentidos;
y hasta morir disputo,
que por el tosco fruto
tienen temor y amor á sus maridos.
Su nombre es de los nombres,
con que el hombre refrena á sus iguales : o I.
y no, lector, te asombres, Pues como iba diciendo , la aldea andaba re-
que cual las hembras y hombres \ -V.

le humillan su cerviz los animales. vuelta como potage estudiantino. Diez eran ya
los nenes hechizados por el ojo maligno de la
El triste carretero
bruja... ¡Diez nada menos!... Los angelitos se
no sacara á las muías sin trabajo
habían acostado frescos y guapotes como man-
del hondo atolladero
zanas , y al siguiente dia todos amanecieran en-
con su látigo fiero
tecos y canijos, sarampinosos y virolentos! Las,
si no gritara al dar: ¡arre... espantajo///
madres, los mostraban con espanto, lágrimas,
Y en fin sin ser aleve,
gemidos y maldiciones, culpando unas al cielo¿
dá pavor en distintas ocasiones
y otras al infierno, y todas á la bruja fascina-
que á veces como debe
dora.
los corazones mueve
El cura, el sacristán y el monacillo eruzaban
y trastorna la faz de las naciones.
las calles, exhortando á los vecinos á la pacien-
280
cia, y á que recibiendo aquella calamidad como Y rechinando los dientes,
castigo de sus culpas, volviesen á Dios los y mordiéndose la lengua,
ojos... por la boca denegrida
El maestro de la escuela redactaba los deta- lanzó sapos y culebras;
lles del suceso para mandarlos á la curie, y di- ; y al empañar la atmósfera su aliento,
fundirlos, á favor de la prensa, por todo el ¡ cruzaron visiones
mundo... ¡' llenando de alaridos los ámbitos de! viento
El alcalde dictaba bandos fulminantes, decía- ¡ y se oyeron sin fin maldiciones,
raudo la población en estado de sitio, con otras del pecho salidas con hórrido acento.
medidas extraordinarias, pero preeisasentonc.es j y diabólicas canciones,
para salvar la nave del Estado... ¡ y desconsoladas quejas
El fiel de fechos escribía los bandos del alcal- ! que licuaban de espanto las orejas,
de; y el alguacil los fijaba con pan mascado so- j Y buitres mil carnívoros,
bre las puertas de la iglesia... con afiladas uñas,
Tres mozos de la aldea, licenciados por inúti- i y topos y garduñas
les, estaban sobre las armas, resueltos á hacer- | con alas de avestruz,
se fuertes contra la bruja, contra la peste, ó j lanzando gritos lúgubres
contra el demonio... que repitió la rana en su laguna ,
Y entretanto, las eras se hallaban solas, y las I cruzaron el viento robando á la luna
reses vagaban por los campos á la ventura, por- j la pálida luz.
que los hombres abandonaran la labor... Y el Y la maldecida bruja
pan no se amasaba, y la olla no se cocia, porque sobre su escoba montando,
las mugeres dejaban apagarla lumbre... Y gru- cruzó los aires volando ,
ñían los perros y maullaban los gatos, y caca- cual flecha que el arco despide veloz;
reaban las gallinas... Y lloraban los niños mori- y descendiendo
bundos, porque los muertos habían dejado de á la casa mas alta de la aldea,
llorar. se entró por la chimenea
Era en el mes de agosto. La consternación ha- frotando sus manos con risa feroz!...
bia llegado hasta lo sumo, y todos opinaban ne- Qué bruja tan fea !!!
mine discrepante, que para setiembre ya no Lumbre sulfúrea bañó á deshora
quedarla un muchacho vivo en el lugar. Un sol la estancia do la bruja con sus untos
chicharrero abrasaba el aire. El calor, el susto penetró malhechora...
y el asombro habían desterrado el sueño de entre Sonaron mil truenos juntos
los infelices aldeanos... nadie cerraba el ojo en á cuyo son calderos con alcuzas
la comarca, á escepcion de los niños que se iban temblando chocaron, y fuentes y platos...
muriendo. Cruzaron por el viento ratones y lechuzas
Por fin una noche... ] qué noche tan horrible y mochuelos y gatos.
tremebunda! La fatiga y el cansancio, rindiendo Allí en la cuna y desnudo
á todos sus habitantes, babian convertido la roncaba al son de los truenos
aldea en un enjambre de durmientes; todos pa- mamonzuelo rollizo y mofletudo,
gaban al sueño su dulce tributo... ¡hasta las el hijo del alcalde nada menos.
madres infelices!... hasta la misma guarnición á Y al verle i inocente ! la pálida bruja
quien tocaba defender la plaza!! sacó de su pecho con risa sardónica
descomunal ahuja...
De pronto, las nubes centella radiante — Y dice, en un epílogo , la crónica
rasgó, por el viento cruzando veloz. donde yo topé este cuento ,
y horrible la bruja mostró su semblante, que aquella ahuja inhumana
bailando entre llamas con risa feroz. era la misma ¡oh portento!
mi
eon que la bruja algún día llevábase al niño prendido en la áhuja,
remendaba el calzón y la sotana gozándose en ello con risa muy fea!
del cura del lugar á quien servía.;. :; Y al subir con el niño
¡Oh secreto infernal de brujería'. ya por los aires, '
que siempre por ventura con acento maligno
Je hallaron , de viejas, las amas de cura. — nombró al alcaide.
Y con bárbaro cariño,\-. - . Todas estas cosas las vio la tia Calandria des-
la bruja besando al niño de su ventanillo (no se sabe sí dormida ó
sobre su frente de armiño, despierta); pero temblando de miedo, según
murmuró : «para tu aliño , declaró después la susodicha. Solo dice la cróni-
yo esta corona te ciño; ca, donde encontré tan estupendo caso, que en
¡no despiertes, ó te riño! » lo mas avanzado de la noche se oyeron en la a l -
Y en figura perfecta de fole dea unos gritos horribles que despertaron á su
sóbrela tierna sien encasquetóle roncante vecindario.
de gasas y tules, Un sordo murmullo circuló de improviso por
eon ojales y borlas azules ; todas partes:., eran los esperezos dé tantas hen-
estraño eas soñolientas. En el mismo instante retumba-
un hechizo ron tres furibundos escopetazos... era una des-
de paño carga general de toda lá guarnición, sórpreridi-
pajizo. -da en su sueño, y que quiso morir matando
Y luego, sin tiento, la picara bruja primero que entregarse al enemigó.
eon la ahuja Viejos, mugeres, mozo , niñas, maridos y
el ombligo Je picó ; • setentonas se agolparon á la plaza con sepulcral
y el pobre niño entonces llorando despertó. silencio. La voz entumecida de lá tia Calandria
y asiéndole por un pié resonaba sobre tantas cabezas, murmurando fa-
la vieja infernal, resuelta, tídica y temblona: «La bruja... La brújase
dióle en el aire una vuelta, lleva á los infiernos al hijo del alcalde!
diciendo : « no llores , que nada te haré.» Hijo mió 1 .!! prorumpió la alcaldesa, sacu-
Y otra vez mil truenos juntos diendo Sobre su frente la vara de su marido, h i -
retumbaron; ? jo de mis entrañas!... Mí bien!... Mi consuelo!...
sacó la bruja el bote de los untos Bruja endemoniada!... Quitarme aquel pimpollo,
que olores pestilentes exhalaron mas regusto y guapote que el Dios Venus!..
como á difuntos. ¥ agarrando de las greñas al atónito alcalde,
Montó sobre su escoba, del niño siempre asida, ven, le decía, que tú tienes la culpa por ser un
y untóse pues... al punto, cual rauda exhalación, calzonazos, y no quemar á todas las brujas del
cruzó toda la casa la bruja maldecida, lugar, como yo te mandaba!... Y le árrastróá
y en el fogón , ¡ .. ¡ su casa, gritando desaforadamente '• Hijo de mis
de la cocina, un instante entrañas!... Duque mió!... Conde!.... Archi-
paróse prorumpicndo ronquiza y treraulante, pámpano!;.. Emperador!... —El pueblo brama-
Maldición! !.< Maldición!!! ba, y al son de sus bramidos volvióse á acostar
Y volviéndose á untar con sus unturas, la tia Calandria. ! ; , :
siempre del niño tirando, Pocas horas después, y congregado á sonde'
rauda volando cencerrilla, se hallaba el concejo pleno en sesión
:
subió la maldita á oscuras^ " - i:; •"'--';: > permanente. Todo' el pueblo agolpado en las
rastros de azufre tras de sí dejando. '•' avenidas de la cá*á ¡concejil, esperaba con avi-
Y es fama en la aldea dez el dictamen de aquellos padres-con-Crisio.
;;
qué saliendo entre llamas la bruja El dilin de la cencerrilla vino á anunciarles el
por laebiruenea, •'' escomienzo de la discusión, v todos callaron co-
36
282
mo muertos, abriendo (como vivos) las orejas, «Señores, señoras, hombres, mugeres, veqi-,
las narices y los ojazos para colarlas especies al nos y forasteros... La cris... la cris con q&e aft
entendimiento, aunque dicen autores que, entre halla este pueblo manánimo, después del timui*-,
tantos ciudadanos, no habia ninguno que lo tu- to pepular deste manánimo pueblo, en la cris
viese. tan... tan... tan... tan...
El señor alcalde, sentado en el banquillo de la —Brutazo! clamó desde la puerta una yoz,
presidencia , hizo una contorsión parlamentaria, harto conocida de todos; y acropellando las ma-
como llamando la atención del auditorio. Calóse sas, entró en el concejo la alcaldesa, desmelé^
el fiel de fechos sus anteojos de muelle (no sin nada y pálida.
grande aprieto de sus narices) ; frunció la fren- — Brutazo! repitió dirigiéndose al alcalde co-
te como haciendo un esfuerzo de inteligencia, mo una sierpe. Brutazo! Animal I Qué sacará
y con la pluma en la derecha mano, preparóse á el angelito con tus sermones? Dame esa vara,
escribir el discurso inaugural del alcalde, que que yo sabré lo que he de hacer...
comenzó de esta manera. Y quitándosela de las manos, comenzó á sa>
«Señores, señoras, hombres , mugeres, veci- cudirle furiosamente.
nos y forasteros... El timulto pepular deste pue- — Que viva la alcaldesa! gritaron á la par.
blo manánimo, en estos d i a s d e c r i s , ha tenío, todas las mugeres.
lugar en estos dias de timulto-pepular, en este — Que callen las gallinas! contestaron los
pueblo manánimo de cris...» hombres.
Al llegar aquí le tiró el fiel de fechos de la —Que vivaaaaa !
chaqueta, y por esta insinuación conoció el — Que calleeeeen! Afuera ellas!
preopinante que no marchaba por buen camino: —Afuera ellos!
tosió dos veces para tomar aliento, puso la ma- —Las parlanchínas!
no sóbrela frente, señal inequívoca de reflexión —Los borrachones!
profunda; y después de un momento de alambi- — Silencio! interrumpió la alcaldesa levan-
caciones mentales, volvióse al concurso, pen- tando la vara tnagesluosamente.—Silencio! —
diente de su boca, y... se quedó sin decir una Restablecióse el órdeu y prosiguió la oradoja.
palabra. «Como muger de mi marido, que no sabe su
— Que parle! Que parle! prorumpié á voz en obligación, y durante su brutalidad, mando y
grito el pueblo desaforado. decreto que se queme á la bruja.»
— Que mqs eche una proclama! dijeron va- — Que se la queme! que se la queme!
rias voces. " .i . , — Pero, señora, opuso el fiel de fechos con
— {fete prenuncie otra vez su discurso! grita- mucho tino; hasta el presente á ninguno es no-
ron de otra parte. torio su paradero...
—Repet-Mur! Repetatur! concluyó el sacris- — Pues áeso voy, continuó la alcaldesa. Sa-
tán desdela puerta. bed, vecinos honrados, que yo soy muy malicio-
sa, y que á mí no me la pega ni el lucero del a l -
—Bien! BimJ Que viva el sacristán! repitie-
ba... Yo sospecho mucho >
ron de todas partes , y los vivas y los bravos, y
las palmadas y las coces llenaron la estancia de — De quién? de quién?
infernal estruendo. — A eso voy. Las brujas son muy astutas... y
—Al orden! al orden! clamó el alcalde, sacu- por eso lo digo. La tia Calandria dice que vio á
diendo en el viento la constipada cencerrilla.— mi niño jhijo de su madre! que se le llevaba la
Al orden! bruja... y adonde? A los infiernos!!'.Pues bien,
á mí nadie me saca de mis trece!... Esto lo dijo
— Que parle el concejo! gritaron las masas,
porque no conocieran su picardía, y... á mí, no
— Que calle elpueblo /respondieron los con-
me la cuela nadie!... y por eso digo,, ¡y esfoy
cej'ilcsi
segura de ellol....que la tia Calandria es la que.
— Chist!! prorumpió el alcalde; y rascándo-r
me ha robado con sus mejunjes al hijo de mis
se la mollera, volvió á su discurso.
283
entrañas!... Sí!... no lo dudéis! La tia Calandria quiero advenirte cortés
es Ja picara bruja que causa tantos males y pi- que me remitas hoy mismo
do que se la queme! el álbum de tu mnger;
— Que se la queme! La bruja! La tia Calan- porque es justo ¡ vive Dios!
dria! Qii* se la queme! que haga una escepcion con é l ,
Levantóse el fiel de fechos sobre la mesa, y ya que con todos los otros
después de imponer silencio, comenzó su dis- preparo un auto de fé.
curso de esta suerte. Pues señor, estáme atento
— Pueblo benigno,' pueblo sensato, pueblo porque quiero C por B
circunspecto, pueblo virtuoso, préstame la espetar cuatro verdades
atención debida. Es indubitable que la bruja de- que han de hacer bulto de diez.
be ser quemada (quematus-a-wn) á fuego vivo, Al ir á doblar la esquina
para escarmiento de sus colegas, y las sospe- de mi casa antes de ayer,
chas de nuestra ilustre, presidenta (q. d. g . ) , no me di de manos á boca
van fuera del camino de la justicia, y están con- con el elegante Andrés.
forme con las leyes del reino, á que me remito Ya le conoces... buen mozo,
en caso necesario. Con todo, no obstante, son equipado á la derniére,
precisas, sin embargo, mayores averiguaciones; gran figurín de las modas,
y una vez que la susodicha tia Calandria vio á verdadero parisién
ciencia cierta, y con sus propios ojos á la men- en el vestir y el andar ,
cionada bruja... que declare su nombre y apelli- en el dormir y el comer,
do, con otras señas interesantes á su pronta dado que ni estuvo en Francia,
captura, y el escondite en que se sustrae alas ni deletrea el francés.
pesquisas de la autoridad... Y de no lo hacer, Mas este, Ayguals, es su fuerte,
queda probado que es ella la bruja maléfica y como hay de este jaez
(quod non declaraverit) , y debe ser quemada tantos otros, pasa entre ellos
incontinenti. por la torre de Babel.
Mientras estas cosas pasaban en la asamblea Ademas ya habrá llegado
concejil, disipáronse las sombras d é l a noche, á tu noticia también ,
que aunque con duques se trata
y el sol despuntó luciente y vive como un marqués,
ni tuvo nunca, ni tiene
por los claros balcones del oriente,
esperanzas de tener
mostrando su frente
mas renta y bienes raices
á toda la gente
que sus barbas y tupé,
que en torno del concejo atentamente
(lo cual respondió Ventura
con ojos y orejas, mirante y oyente,
á quien yo conozco bi«n,
grababa en su mente
en una ocasión que él sabe,
1» voz de un fiel de fechos elocuente.
y por lo que yo me sé.)
•-'•; • • E.F. SANZ.

Pues señor , Andrés es este y


y para la completez
UNA VERDAD COMO UN PUÑO. del individuo, oh Ayguals,
que sepas es menester
Se me ha puesto en la cabeza, que no hay baile, ni paseo,
y voto vá San Ginés ni tertulia, ni café,
que aunque pese al universo ni una fonda, ni un teatro,
atrás no me he de volver. ni una reunión, donde él
Y antes de seguir ¡ oh Ayguals! parecido ó convidado,
284
socio ó amigo no esté. entrambos como dos gatos
Con este pues cual Jo pinto que un plato per medio vea
fué con quien di antes de ayer. y recelosos se miran
—Oh dicha! Zorrilla mió ! sin atreverse á comer.
—Oh suerte! mi don Andrés! Yo al fin con este descaro
cómo está usced? que Dios me dio y esWaquél
—Yo* tan guapo, que por ese mundo viejo
Pepe del alma, y usted? yo mismo me procuré,
—Como siempre, también guapo. con un tono entreverado
(Salvo mejor parecer.) de franqueza y de doblez,
Dónde vá usted por aquí? con el joven petit-maitre
— A. su casa. así el diálogo anudé.
— Suba usted, —Con que mi firma en esta hoja
que á la puerta está. es lo que usted quiere?
—Con macho — Pues:
gusto. no fuera el álbum completo
Mírelo usted bien., si faltara la de usted.
que hay que apechar por seis tramos. — Pues ahí está, dije y o ;
—Aunque fueran diez y seis. cogí la pluma y firmé.
— Subamos pues. —No es eso, señor Zorrilla,
—Pues subamos* lo que se quiere.
Y henos en un dos por tres ' —Pues qué es?
en mi estudio cara á cara —Una composicioucita
él conmigo y yo con él. á propósito; ocho ó diez
Ya estamos solos. Qué es ello ? estrofitas, de esas cosas
Je dije yo; y sin pender tan bonitas que hace usted.
un momento, ante los ojos, — Es lisonja que usted me hace;
con la dignidad de un» rey, mas vamos claros pardiez,
me abrió un álbum por un hoja que esto vá largo y me esperan,
de blanquísimo papel, amiguito don Andrés.
quedándonos unoy o t w Yo soy un hombre algo zaino,
ante la mesa de pié. que comb usted sabe y vé ,
Me alegrara, Wenceslao i, estoy hasta aquí de versos
que hubieras podido y e r b - (y le señalé á la nuez.)
íos dos tan distintos gestos Si de llepar ese álbum
que pusimos á. la vez. .¡ se ha tomado el cargo us,ted,
Élcon una sonrisita ha hecho usted mal, porque un hombre
deimportancia, y como quien no se puede prometer
dice, yo soy todo un hombre, que otro hombre de mal humor
me miraba de través: se dé un mal rato por él.
lo cualme hizo á pesar mio, r , —Por mí no: por la señora
recordar el cuento aquel dueña del álbum.
en que dijo a un castellano :. . —Quién e s ?
desde un pozo un portugués: — Es una niña hermosísima,;
«Castecao salva mi vida; mas no la conoce usted.,
que tela perdonaré.» si usted la viera,
Yo en tanto frunciendo el ceño —En tal caso
5e contemplaba también, no dude usted, don Andrés,
285
que emborronara de ese álbum., atención por atención :
con mucho gusto el papel. ya que esta ruin estrechez
Pero pues no rae conoce de los tiempos que alcanzamos
ni á ella yo, perdone usted no la permiten hacer
si le digo que no quiero mejor espresion de aprecio,
hacer una letra en él. sin precio vil, que vil es.
Nada esa señora y yo Me esplico? Eso es cortesía
nos debemos. y educación, don Andrés;
—Ya se vé. dar mi firma por la suya,
— Si mi firma por capricho ó si oportuno lo cree
tiene gusto de tener, con un mal ramo de flores
ahí la lleva, y esto basta ; ó cosa así... entiende usted?
pero que se aplauda usted no pagar tan ruin servicio,
de haber molestado á tantos la atención agradecer.
con el,álbum, y á los pies Esto, don Andrés de mi alma,
de esa señora hermosísima á esa hermosa dirá usted
vaya usted solo á ofrecer de mi parle, mientras yo
los frutos apetecidos en un mal romance en é
de la pluma y del pincel, se lo digo á todo el mundo
sin que nunca en tiempo alguno que le siente mal ó bien.
esa señora ni usted JOSÉ ZORRILLA.
al pintor, poeta ó músico
se lo hayan de agradecer,
eso no será en mis días , LA BRUJA.
ni conmigo, don Andrés. n.
—Pero un álbum... uno solo... Y cuenta la historia, que la tia Calandria, ya
cuatro estrofas... casi repuesta de su nocturno espanto, salió en
—Mas de cien paños menores al ventanillo, y al ver el día, eo
me han traído esta semana, noció desde luego que habia pasado la noche; y
y no conozco ni tres santiguándose devotamente (como era su cos-
de los nombres de quien son, tumbre), vistióse á toda prisa, y, espulgándose
y ni uno supo volver al paso , bajó á entablar su plática ordinaria con
á decirme: muchas gracias, las gallinas.
con mi amistad cuente, usted. Las gallinas eran los seres predilectos de la
—Eso raya en grosería, tia Calandria : en ellas depositaba su cariño,- con
Pepe, un desaire... y á quién? ellas desahogaba su corazón, y consultaba sus
A una señora, en un álbum ! secretos... — Napoleón, el capitán del siglo, ca-
—Acabemos, don Andrés, baba las plantas , y cuidaba con todo esmero de
y cscuse reconvenciones las aves: hé aquí el fundamento de sti gloria. Y
de cortesía, porqué no se juzgue, por ende, que la ti» Calandria
viven los cielos fue ahora quisiera parodiar al héroe de Marengo, porque
fuera mucho mas cortés el amor á las gallinas estaba grabado en su co-
que esa señora hermosísima j razón: era una simpatía gallinesca, tenaz, i n -
en vez de enviármele á usted, contrastable, de aquellas que combinan los as-
me mandara á su lacayo j t r o s , y que son el alimento de las almas sensi-
ó algún mozo de cordel . bles.
con el álbum, y un billete Desde la infancia sintió la tia Calandria e
que me obligara á volver»' germen devorante de esa pasión á las gallinas,
286
fuente inagotable de sus goces, y después origen voy á contaros mr cuento,
inmediato de su desesperación, que la llevó al que es una historia mas bien;
estremo de intentar un suicidio contra si mis- porque, ó miente mi memoria,
ma, como verá el lector en el discurso de esta 6 el hecho pasó en J a é n ,
historia. donde me cupo la gibria
La muger pasa en amar toda su vida (dice de ser protagonista de la historia.-
un fisiólogo francés): cuando niña, se enamora
de sus muñecas, y es aturdida y juguetón»; Yo soy, por mis pecados,
cuando joven , de sus amantes, y es apasionada; una figura estravagante y fea
cuando vieja, de Dios y de sus santos, y enton- con pelos encrespados:
ces es beata. y en calles y en estrados,
Pero la tia Calandria no era del vulgo de las no hay quien sin risa mi figura vea.
mugeres; original en todo, y desnuda entera- Y aunque causa ¡por Cristo! pesaduinbre>
mente de los hábitos comunes á su sexo, era un que á uno le llamen feo, si lo es mucho,
individuo característico y aislado; era una es- yo, acostumbrado , sin pesar lo escucho...
cepcion viviente, una individualidad emancipa- ¡santa conformidad déla costumbre !
da qne vive dentro de sí misma ; uno de aquellos Por complemento de tan triste facha ,
seres que no encuentran tipo en la sociedad ; era crecer dejo sin lino mis guedejas,
mas bien un tipo sin copias: era... la tia Calan- por orden especial de mi muchacha,
dria ! con lo que todo queda dicho. Oh I seres es- que ha jurado cortarme las orejas,
cepcionales, privilegiados y poéticos, que con si ve (de las orejas) una hilacha.
erguida frente descolláis sobre los otros seres, ¡Yo os maldigo, despóticas mugeres,
mirándoles caminar por la trillada senda, como y á tí con todas, capilar verdugo !!...
carneros en piara!... Mas ¿qué digo? ¡ perdón! Si así te plugo,
mis pelos crecerán cuanto quisieres.
«Los que en alas de un genio sin segundón Si el melenoso al motilón prefieres,
os apartáis del comunal sendero, ¿me he de quedar pelón , como trn besugo ?'
vía frente en Dios, la planta en el profundo.,.a Antes, hermosa, tragaré un mendrugo
j qué tragos tan horribles os da el mundo , con zarazas de agujas y alfileres.
ese mundo prosaico, rutinero! Antes...
Dígalo , por mas señas , —Alcuentol con sañudos gritos
la tia Calandria esclaman los lectores,
cuyo genio fué origen que ya nos tienes fritos
de su desgracia; en la negra sartén de tus amores!
porque en el mundo — Perdona, lector discreto.
se mofan los entecos — Ya divagas como un tonto!
del mofletudo. —Si no me atajas tan pronto,
Y no hay en el mundo un cojo iba á endilgarte un soneto.
con muletas, Era un soneto á mi amor,
ó quien no causen enojo era un soneto á mi niña...
las piruetas. — Mas, al cuento! —No haya riña,
Ni hay setentona sin dientes vuélvome al cuento , lector.
que delante de las gentes
no diga con mil gestos Yo gasto melenas, crecidas sin fin ;
y contorsiones: la causa de aquesto conócesla bien: 1
¡Jesús y qué indigestos { con ellas , amigo, me hallaba en Jaén,
son los piñones! lugar de la Mancha, cercano á Berlín.
Y en prueba de. mi argumento, Í Era un lunes por !a noche,
287
y acababp de almorzar, ¡ —Hay caso mas singular?
cuando se sintió parar dije con risa de hiél,
cerca de mi casa un coche. i que á mí quiera rapar
— «El alcalde os quiere ver.» un alcalde de lugar
(me dijo entrando Melchor) melenicida y cruel!
— Y qué quiere ese señor? Me destierra, si resisto,
— No sé lo que pueda ser. su autoridad monten!...;
— Es una visita rara ! ¡que venga el barbero listo,
—Y si viniese á prenderos?... y me deje, voto á Cristo,
— Yo respetando su vara, mas pelón que un alguacil!
cien sombreros me quitara, Mas, qué digo? estupefacto
si tuviera cien sombreros. yo no sé qué hacer, señor!
Y con ademan canijo Si me las corto... en el acto
penetró en la sala un viejo, corto, con ellas, el pacto
que arrugando el entrecejo de mi venturoso amor!
sin salutación me dijo: Morondo como un lampazo,
— Si no cortas á cercen de mi bien iré á las rejas,
esas tus melenas hoy, y al darla el primer abrazo ,
vas á salir ¡ por quien soy ! del primer tijeretazo
desterrado de Jaén. me rebánalas orejas!
— Yo temblando y entre dientes, Nunca haré tal desatino!
al alcalde respondí: (clamé ciego de corage);
Por qué condenáis así y montando en un pollino
mis melenas inocentes? tomé á galope el camino,
— Pelos largos, ya por tales, sin pagar el hospedage.
son de suyo criminales ! Se hubo el bridón de cansar;
en las zagalas están muy naturales, y tuvimos que emprender
aunque las lleguen á los calcañales... un combate singular,
pero en los zagales yo por hacerle volar,
dan de corrupción señales 1 él por pararse á pacer.
En fin , esas melenas longitudinales, Yo me encomendé al Bautista,
untadas con aceites muy perjudiciales, ycnarbolando ademas
que parecen matorrales un cañón de larga vista,
por lo vedijosas y descomunales,
anuncian en el hombre vicios mundanales!...
Son inconstitucionales,
heréticas, judaicas, inmorales,
supérfluas y antisociales,
y origen ¡si señor! de muchos males,
—Pero, alcalde, mirad bien...
—Si no te las cortas hoy ,
has de salir, , por quién soy!
desterrado de Jaén. , .
Doce minutos te doy
para raparte á cercen!...
Por los alguaciles voy
.para que atentos estén... ¿cielos!... me siguen la pista!!
Y salió de mi cuarto con desdén. dije montando hacia airas.
288
Y al fin supe, á duras penas LETRILLA O LO QUE SALGA.
ya puesto en Madrid en salvo,
que el alcalde Juan Colmenas
detestaba las melenas
NI HUEVOS NI CHOCOLATE.
porque el maldito... ERA CALVO!!
Cante el Señor don Abundio
Pero volvamos á la tía Calandria. Cuenta la las glorias de sus guisados,
historia (como llevo dicho) que esta muger era cante Ayguals los estrellados;
en un todo diferente de las o t r a s ; porque, si chocolate, Fr. Gerundio,
bien es cierto que el amor dominaba sus poten- mas yo, que soy un petate,
cias, y que, bajo este aspecto, se hallaba com- ni huevos ni chocolate.
prendida en la regla del fisiólogo, que supone á Si dice el uno'que es bueno
las mugeres coqueteando en todas las fases de su el cacao Guayaquil,
vida, primero con las muñecas de cartón, des- y el otro , genio sutil,
pués con los muñecos de carne y hueso; y en que el chocolate es veneno,
última instancia, con Dios y con sus santos... digo yo para remate
estremo de coquetería que rae hace esclamar: ni huevos ni chocolate.
Que yo estoy por el jamón
Oh muger coquetona y las lonjas de tocino,
que ni á la corte celestial perdona ! que es eseelente el cochino,
reverendo animulon ;
la tía Calandria, digo, separándose del común muy reverendo... mas late,
de las mugeres , supo individualizar su amor co- ni huevos ni chocolate.
mo ninguna, concretándole a u n solo objeto, al Allá en remotas regiones,
objeto simpático de su corazón á las galli- en las riberas del Nilo,
nas!—Muger incomparable 1 Mas de una vez, al huevos pone el cocodrilo
contemplar el gallo, tuvo tentaciones de volver- pero no pone jamones:
se gallina, metamorfosis estraordinaria que no repito á uno y otro vate
apuntó Nason entre las suyas: pero es lo cierto ni huevos ni c'wcolate.
que nunca tuvo lugar semejante transforma- Es señal de la miseria
ción, y que la tia Calandria murió, á los vein- cí chocolate maldito,
te lustros, tan virginal y pura como un i n - y un huevo no vale un pito
censario. para un gañán de la Iberia...
¡Loor eterno á la tia Calandria la mas cons- — ¿Qué nos dices , botarate?
tante de las mugeres! En su niñez, amó á las — Ni huevos ni chocolate.
gallinas; en su juventud á las gallinas, en su Y pues del jamón á bajo
vejez á las gallinas, y siempre á las gallinas!... yo no respeto á ninguno,
porque las gallinas hicieron palpitar su corazón paciencia, vale frailuno,
por vez primera, y el último aliento de su exis- y l ú , Ayguals, usa tu cuajo ;
tencia estaba consagrado á las gallinas. Y este que no digo un disparate;
amor galünesco, inalterable, con la niñez naci- ni huevos ni chocolate.
do, contaba largos días de existencia; porque la No se me arruga el ombligo
tia Calandria, en la época de la historia; ya ha- al clamar ¡ los de Caldelas!!!
bía leído setenta calendarios, y comido noventa ni amaino «i corto velas,
veces sopa de almendra, para celebrar el naci- que no cedo á mi enemigo;
miento del Salvador. no paro hasta que le mate
E. F. SANZ. con huevos y chocolate.
Para alabar yo me pinto
289
con sandunga, ya lo ves, . íante por luengos dias en su normal inercia; á
ios jamones de Aviles, pesar de los políticos inopinados sacudimientos
que son mas con tercio y quinto , que bambolean á deshora los imperiales tronos
Si se fríen con tomate, y las divinas aras, poniéndolos estados en social
que huevos y chocolate. epilepsia, con harto detrimento de su vitalidad;
¡Wenceslao por Belén á despecho de las bélicas tempestades, aborto
que me gusta tu frescura ! aniquilante del mavortino influjo , que eliminan
tendría, amigo, este cura, i de la societaria comunión los individuos, á su
por el mango la sartén sosten y resplandor tan necesarios, tiñendo de
que las magras... no se trate humor purpúreo, tépido y espumante, la esfe-
de huevos ni chocolate. roidal superficie del planeta, que de habitáculo
Vuestra astucia no me pilla sirve á la humanal especie (Hé aquí una en-
vuestra aprobación no busco, trada que tomarán los lectores por un plagio,
haced, pues, de soconusco como si á mí me faltasen alas para elevarme á
y huevos una tortilla las estrellas, en un momento de inspiración.)
y quedareis como nuevos; Aun á pesar de la mordiente envidia, que con
~ m ciliocoiafB ni huevos. hálito pestiferante (pero si sigo lector en e s -
Y ya mis nervios no aguantan ta escala, me elevaré tan alto, que ni con teles-
los gritos de la huevera, copio me distingas.)
y está mi pobre sesera A despecho de U*das las cosas, llegarán estas,
que hasta los huevos la espantan, páginas á la posteridad.... sí, llegarán sin duda,
y no admite mi gaznate por su importancia filosófico-histórica, por el
ni.huevos ni chocolata. influjo que ejercer puedan algún dia sobre las
Y tal es «1 rudo encono ciencias,^sobre las artes, sóbrelas costumbres,
que esconde mi corazón sobre la civilización.... et super omnia V. Sí, lle-
que siempre por el jamón garán ! y los nietos de los nietos de nuestros nie- -
en todas partes abono, tos , repasarán estupefactos esta leyenda , que
y grito como un orate, ha de inmortalizar á la tia Calandria, y á mí j u n -
ni huevos ni chocolate. tamente, porque saqué del olvido su memoria...
Ya despliego á toda vela ¡oh gloria postuma ! cuánto alhagas mi cora-
el pendón en mi terreno, zón! tú vivirás eterna!... Ya deseo morirme pa-
y al chocolate condeno ra que luzca en mi calavera tu aureola rutilante!
á que se tome en cazuela, Ven . muerte , tan escondida,
' sentenciando, á lo magnate, que no te sienta venir,
ni huevos ni chocolate. porque el placer de morir
¥ desde este tribunal no me torne á dar la vida!
de mi santa inquisición,
mi escudo será un j«mon , Pero, now no... detente!... que esa redondi-
y con voz descomunal lla con que te llamo no ba salido de mi cabe-
diré: «venid al combate za!... Déjame terminar esta leyenda, que ha de
con... huevos y chocolate.» s«r el florón mas brillante de mi corona... y en
EDUARDO LÓPEZ PEI.EG.RIN. pos que la termine (la leyenda, no la corona,
que será ¡si Dios quiere! interminable), descar-
LA BRUJA. ga sobre mi cuello el golpe final, y esculpe so-
bre mi tumba este epitafio .-
III.
A través de las ignotas convulsiones, que es Detente por un instante,
tremecen de súbito la material natura, dormí detente caminante!
37
290
de esta tumba delante Muera ! la bruja ! -pronto, á la hoguera I —
dirás con voz segura y resonante : Si! achicharrarla como torrezno]
(si no lo dices, serás un mandria.) Al escuchar tan horrorosos gritos, quedó la tia
¡¡¡Inapagable lucirá la gloria Calandria inmóvil como la efigie del espanto
del que escribiera la inmortal historia cayóse de sus manos un huevo que con delicia
de la TÍA CALAXUKIA !!! contemplaba, y q u e , estrellándose al punto,
manchó de yema y clara el verde zagalejo de la
V en tanto que la muerte viene a ponerme en infeliz:... Mas ella sin apercibirse de esta des-
pleno dominio de esa inmortalidad tan anhela- gracia (que tal es el efecto de otra mayor], que-
da, de que yo gozaré tranquilamente, muy t u m - dóse , como antes, escuchando el vocerío con
bado á la larga, y sin dárseme un bledo por cosa una sonrisa estúpida.... ¡ romántica !.... porque
alguna. aquel vocerío la desgarraba el corazón, sin que
y en mi tranquilo estado ella supiese darse cuenta de su origen.
ni envidioso del mundo ni envidiado); Era el pueblo sensato, benigno, circunspec-
entretanto, lector amigo, para anudarla inter- I to y virtuoso (como llamara el fiel de fechos á
rumpida historia, te diré con el tono de couviu- j aquel pelotón de hipopótamos con calzones);
I
ciün profunda que arrojan de suyo los hechos j era el pópulo bárbaro (como la crónica le lla-
de que estamos convencidos... que ni Pirarno y ma) que, furioso contra la bruja, reclamaba un
Tisbe , ni Laura y el Petrarca, ni Abelardo y auto de fé... justo castigo de un acto de caridad
Eloísa, ni Julieta y Romeo, ni Angélica y Me- que tal hizo, por cierto, quien sustrajo una cria-
doro, ni los tan celebrados amantes de Teruel, tura racional de entre aquella manada de cua-
ni todos los amantes (húpedos.
presentes, pasados y futuros, I Pero el ruido crecía y se aumentaba sin tregua
se aman, se amaron , se amarán alguna, y ai clamoreo descomunal de la rabiosa
con tanto estremo como la tia Calandria y sus ! plebe, sucedieron muy pronto los golpes de ha-
gallinas. cha... (instrumento ejecutivo de los motines,
Mas ¡ ay 1 en la mañana fatídica y horrible, á que someten el porvenir de los imperios á una
que la historia se refiere; en aquella mañana cuadrilla de leñadores): del hacha destructora,
tan tremebunda en que la tia Calandria ( nom- que al fin puso la suerte de una muger subli-
bre inmortal que no me cansaré de repetir !) ba- me, al arbitrio de aquella grey enhambrecida de
j ó , como va dicho, á entablar su plática ordi- antropófagos !..-—La pluma se resiste al escri-
naria con las gallinas ¡cuan lejos estaba la bir las escenas de aquel dia : ¡triste deslino el
infelice de imaginar el popular pedrisco, ya i del historiador, que de historiarse encarga los
próximo á caer sobre su cabeza ! sucesos del mundo , para enseñanza provecho-
Por eso , al contar sus huevos, los huevos de sa del mismo mundo!
las gallinas (posturas naturales de ave caca- AI primer hachazo, retembló en sus quicios
reante, como dijera un escribano de mi lugar); la acometida puerta , barrera miserable entre
la pobre vnuger, en la efusión espansiva de go- la victima y sus verdugos los golpes menu-
zo , derramaba lagrimones como avellanas , y se dearon furiosamente , y al íin la endeble tabla
reia á mandíbulas batientes, y saltaba y brinca- ! saltó en astillas, abriendo real camino á los
ba, y hacia zapatetas en^el aire, y rechinaba de ' caribes, que en aluvión entraron, corriendo ha-
gusto las encías , porque los dientes se le ha- cia el corral en derechura, como el sitio, segu-
bian caido ai mascar una breva. ro de hallar entonces á la infeliz Calandria
Y en lo mas culminante de su entusiasmo, I ¡Y la encontraron !... inmóvil en un punto, en.
sintió á deshora un murmullo sordo y prolonga- | medio de sus gallinas que en torno se agrupa-
do, que acercándose por momentos, dejó per- ¡ ban con los alones gachos , cual si un presen-
cibir muy pronto gritos articulados por este fi- i miento les anunciara la próxima catástrofe.—
¡
lantrópico diapasón. ¿Dónde habrá pincel que á describir alcance el
291
horroroso cuadro que presentó el corral por un del humo el negro turbión ;
momento? y en ráfagas por la atmósfera
El pueblo furibundo, que entraba ensorde- lo disipa el aquilón.
ciendo, el aire con gritos de muerte!... la tia Y enhiesta como un espárrago
Calandria , como una visión del otro mundo, la desde la'frente al talón,
boca comprimida y los ojos en blanco!... y en la tia Calandria con énfasis
torno taciturnas, formando círculo las absortas clama en valde — Compasión!
gallinas, guarnición impotente de aquel muro. Y allí las gallinas míseras
sitiado por la hidrofobia popular! Pasemos donde la infeliz está,
un velo impenetrable por tan horrible escena! j vierten sin consuelo lágrimas,
Animus meminisse horret, luctuque refugit I por su señora quizá;
Los animales mismos horrorizados y enlutados i y en circunstancias tan críticas
huyen ! cerca de la hoguera ya,
murmuran con ecos lúgubres
En la plaza constitucional de la aldea comien- — cá-caracá-caracá!
za á inflamarse una hoguera voraz, á la que tres Mas el pueblo, insensible á sus clamores,
gergones prestan alimento. y á los clamores de la tia Calandria...
(Oh ¿decís que estos versos no son versos?
«Bramando está el pueblo indómito
pues tienen once sílabas contadas!)
de la hoguera en derredor ;
El pueblo desalmado, á los clamores
al ver ya cerca la víctima
que la infeliz y sus gallinas lanzan...
gritos lanza de furor.
(Ahí tienen los lectores ese verso,
Allí viene, el rostro pálido ,
mas sonoro, pardiez, que una campana!)
sus miradas de terror
Pues decia... que .el pueblo á los clamores
brillan de la llama trémula
que la infeliz y sus gallinas lanzan ,
al-siniestro resplandor.»
(Oh! qué verso!) en tropel junto á la hoguera,
Estos versos no son de la crónica. Perteneceu responde con alegres carcajadas!
á un gran poeta contemporáneo, que ahora s u r -
Y escúchanse
ca los mares hacia la patria de Motezuma para
atroces
buscar en ella la protección, negada siempre al
mil voces
talento en la,patria de Pelayo. ¡Oh Gutiérrez'
al par.-
cuando pises, por tu fortuita , el suelo america-
Quetnemos
no, acuérdate de mandar á tus compatriotas si-
Ji esta K
quiera un adarme de ilustración de aquella
que infesta
ilustración que ellos llevaron en algún tiempo á
el lugar!
esos confines, en que la sembraron toda ente-
ra, sin reservar un grano para este suelo in- Y lanzando centellas por ios ojos,
culto , donde en lugar dé ilustración , nacen pe - clara señal de su tremenda rabia,
pinos. los unos agarraron las gallinas,
Tal vez llegará dia en que un descendiente de y los otros ¡oh-cieio!... la Calandria!
Motezuma surque los mares con un ejército po- Y en esto la alcaldesa enfurecida,
deroso de Tlascaltecas, á conquistar en el si- con e! candil se presentó en la plaza;
glo XIX á sus conquistadores de! siglo XVI. Mas y acercando su luz hacia la pira
cuando vengan ¡oh Gutiérrez! ya encontrarán (sin advertir el humo ni las llamas),
tu patria convertida en melonares. Con sonrisa de hiél, en ronco acento,
Pero volvamos á la historia. «quiero encender la hoguera 1 murmuraba ,
para tostar á la maldita bruja,
Asciende en nube densísima i que el hijo , me robó, de mis entrañas!!»
292
Sonriese niño entre sus brazos: eran, como indicaban su
al fuego... aspecto y su ropage, cinco gitanas aventureras
vé luego que al dar con los soldados, fueron apresadas
un gergon; por sospechosas, y conducidas á la aldea, por
Le rompe ser la mas cercana de! camino.
y encaja Grande fué la sorpresa del oficial, hallando la
de paja plaza sola; y en medio aquella hoguera formida-
un montón. ble; pero creció al estremo, al ver una muges
desmelenada y sudorosa, q u e , con los brazos
; Viva (grito un muchacho) la alcaldesa!
estendidos, salió á su encuentro demandando,
y se escuchó en los grupos—bien, muy bien!
con voz enronquecida—socorro! socorro!—En
y al agarrarse todos de su presa,
breves palabras esplicó la infeliz el peligro emi-
—muera la bruja!! se escuchó también.
j nenie á que se viera espuesta, redoblando el
Y ya en hombros de cuatro levantada,
j asombro del oficial, que se daba mil parabienes
para que todos la pudiesen ver,
] por su llegada, tan oportuna entonces, á la al-
apareció en el aire desmayada
j dea, mostrando con el dedo á su protegida el
la singular, cuanto infeliz mucjer.
niño moribundo que aun abrigaba entre sus
Ya en alto, con afán la columpiaban,
brazos la raptora Al ver la criatura lanzó la
para lanzarla desde, allí mejor;
fia Calandria un grito de gozo: — el hijo del al-
ya en el momento de arrojarla estaban...
calde! prorumpió con acento estrepitoso; y
cuando de pronto resonó un tambor.
arrancándosele con furor á la gitana, cubrió de
Y (hablando en prosa) todos creyeron inconti- besos el rostro de aquel niño, causa inocente de
nenti, que á los conjuros de la bruja, venían por | sus desgracias; y esto prueba, sin duda, los
el aire los demonios á libertarla de sus uñas; y elevados sentimientos de mi heroina.
abandonando el sacrificio, llenos de asombro, —Bien sospechaba yo de estas bribonas! es-
cocieron el tole por las calles, á esconderse ca- clamó el subalterno con un taco; y dirigiéndose á
da hurón cu su madriguera. la tia Calandria cou dulzura—guiad, le dijo, á
A poco , batiendo marcha, entraron en la pla- casa del alcalde, para que sepa el hallazgo de
su pimpollo, y reconozca vuestra inocencia po-
niendo á estas malditas donde el sol no las alum-
bre. Mandó el alto a la tropa, y lps dos se enca-
minaron hacia el concejo, ella besando al niño
con maternal ternura, y él repitiendo con com-
placencia—he salvado una victima!
Pero ¡ay! otras víctimas, no menos inocentes,
quedaban en peligro con la ausencia del oficial!
Aludo á las gallinas (y esta alusión no es perso-
nal, sino ga'linesca): las infelices aves, absor-
tas y taciturnas, empinaban la gaita junto á la
pira, sinsabor qué pensar de aquel suceso, ni
resolverse á decir una palabra; cuando el tara- .
bor maldito reparando en ellas, las levantó en el
aire como una ristra, y á tan elocuente insinua-
ción, se. acercaron en masa los soldados, prece-
didos del sargento,
za treinta soldados, con un bizarro subteniente que, por no quebrantar la disciplina,
á la cabeza. Yenian entro, filas cinco mugeres, y de los soldados colocóse al frente ,
de las cuales la mas vieja estrechaba un hermoso para,., agarrársela mejor gallina!
293
El éxito de la lid no era dudoso -. los sitiadores na. ¡ A qué precipicios no arrastra el torrente de
avanzaban en columna con un esperto gefe á su una pasión volcánica y profunda !
cabeza, y los sitiados tuvieron que entregarse á. Gracias al cielo, el suicidio no pudo consu-
discreción del enemigo... | Lo que pesa la pericia marse: vivió la tia Calandria, pero ¡cuan tor-
de un general en la balanza de Marte!—Mas la mentosas fueron las horas de su existencia !
victoria fué sangrienta!!! No hubo cuartel para
las gallinas, que en ol instante fueron muertas, Sus ojos, hechos fuentes,
peladas , asadas y comidas, con grande conten- manaron noche y dia
to de los estómagos.... Oh iniquidad horrible!!! lágrimas de agonía,
Pero el dia del juicio no está lejos!!! gordas cual nueces... ¡mas!
Aquí esclama el cronista con entusiasmo. Y en súbitos accesos,
sin tregua en su martirio ,
¡Oh, gallinas celebérrimas clamaba con delirio
que por su adversa fortuna , — pitas! pitásl pitas!!!
fueron inocentes víctimas
de la soldadesca furia! Su vida ejemplar y misteriosa , la conquistó un
Salud á sus manes ínclitos! respeto universal en la comarca entera: sns mis-
Su nombre... en vano se busca ! f mos vecinos (¡los que quisieron achicharrarla
Ni en el Congreso una lápida! como un torrezno!) la levantaron, mas adelan-
Ni un epitafio en su tumba!! te, una estatua de adobe con esta inscripción:

El cronista deseaba tal vez epitafiar con le- EN HONRA V GLORIA DE LA TIA CALANDRIA.
tras góticas el ombligo de aquellos ván-
dalos (omlilicum vandalorum, por decen- Esta muger incomparable murió en gracia de
cia). Dios, álos cien años cumplidos; de estado vir-
Un momento después de la catástrofe, llegó ginal (que otros llaman honesto), y á las doce
la tia Calandria , llamando á sus gallinas con un de una noche, hora fatal en que cantó un gallo,
¡pitas! espresivo y cariñoso, á que ellas hubie- lo que vino á acibarar sus últimos momentos....
ran contestado con mucho gusto, sí vivas fue- Como á Luis XV de Francia, la arrastraron al
sen, y al que no contestaron, porque eran sepulcro unas viruelas de mala intención.
muertas! Sonó segunda vez aquella interpelación Muerta la tia Calandria , fué tenida por los ig-
tan elocuente, y el silencio de las tumbas fué su norantes en opinión de bruja, por los fanáticos,
respuesta: un horrible presentimiento se apode- en opinión de santa; y por el cronista de la his-
ró de la tia Calandria, que con las manos al co- toria, hombre de peso á la verdad, en opinión de
razón, para contar, sin duda , sus latidos, acer- difunta.
cóse á la hoguera con turbios ojos, no sin lan- E. F. SANZ.
zar del alma todavía un ¡pitas! quejumbroso y
apagado... Oh!!! sus aves tan queridas ya no es-
taban en aquel sitio, y en su lugar había dos ob- PROPOSICIONES DE PAZ
jetos harto elocuentes por desgracia , plumas....
eníre
sangre!
A tal espectáculo, la desesperación mas hor- \ Fr. Gerundio, Ayguals de ízco y E, L. Pelaría.
rorosa se pintó en el semblante de la infeliz: v i -
ESCRITAS
driáronse sus ojos; y con un movimiento con-
vulsivo, se dirijió á la hoguera, barbotando con en prosa, semi-prosa, verso y semi-verso.
amargura, no os sobreviviré! y á punto de pre- Vamos despacio, señores de la cuestión. ¿Qué
cipitarse entre las llamas, la contuvieron los defiende cada uno de ustedes? — El uno el cho-
soldados, no poco sorprendidos de aquella esce- colate, el otro los huevos, y el otro el jamón.
294
¿no es esto? Pues bien, yo quiero poner en paz filósofo para alimentarme de solo vino, huevos
á todos ustedes; pero de una manera muy sin- jamón ó chocolate. ¡San Regino! ¿A quién sino
gular: pronunciándome yo mismo á favor de LA á un fraile de Campazas y Carabancbel, puede
BOTA. ocurrirle que nos alimentemos esclusivamente
de un manjar tan poco nutritivo como el último
Que cante e! chocolate el reverendo, de estos? Y no se me replique que nos le ofreció
que cante Ayguals los huevos estrellados, para almuerzo. El agua caliente solo es huena
que Pelegrin celebre los jamones... para provocar. :>;
Pues yo la BOTA, el cariñena, canto. Pues ¡y los huevos! ¿que representa un plato
Cual Virgilio Marón cantara un tiempo de huevos? Un convento con dos ó tres frailes,
las victorias de un héroe troyano, ó un cuartel con cuatro ó cinco soldados.
así yo las victorias de la BOTA , Algo mas acertado anduvo, á mi pareceer, el,
la gloría y prez del cariñena ensalzo... panegirista del jamón; pero nada... nadie ha
Mas dejemos el verso endecasílabo, podido dar en el hito. El chocolate de cada día,
que solo es propio de argumentos trágicos, los huevos nuestros cotidianos.
y apuremos la BOTA levantándola 4-Hk
y sorbiendo el licor de un solo trago. y effámon para todas las mañanas
nos cansarían á las dos semanas.
Y una poesía esdrújula Vamos pues parlamentando,
diré con estilo esplícito, señores de la cuestión,
celebrando, si me es lícito, y vamonos arreglando,
á la ROTA que es mi brújula. los rencores olvidando
Y entonando alegres cánticos y también la confusión.
en cuartetas octosílabas, Marchemos á la pradera
diré en brevísimas sílabas del canal de Manzanares.
a l a que odian los románticos- Lleve una chocolatera
¡ O gloria del suelo ibérico! el fraile, y los seculares
¡ó gloria del suelo hispánico! un pemil y una huevera.
Tú apagas el terror pánico Yo también asistiré
y á las viejas el histérico. con un pellejo de vino
IO t ú , Hcorcillo cálido y mis razones diré,
de quien digo rail .propósitos . y luego un trago echaré
que haces decir despropósitos del licorcillo divino.
y dejas el seso escuálido!
i;
Eres divino específico lié aquí la arenga que estoy estudiando para
para dar la vida á un ético, recitar aquel dia:
y adormeces á un frenético Señores:
con ese calor pacífico. «La acalorada cuestión, que se agita á la sa-
Una BOTILLA raquítica zón y no sin falta de rason, me obliga á levantar
hace al mas serio lunático, mi vozarrón, y decir en medio de un inmenso
y á modo de diplomático pelotón:
le obliga á hablar de política. Señores:
Toda cabeza católica «No creyera que en la patria de San Isidro se
desprecia gerga profética, cometiera, un desmán semejante al que se co-
y te celebra patética mete en este instante, ventilando una cuestión
al final de la bucólica. poco importante.
«Pero pues nuestros pecados nos conducen i
Al final, si señores, porque yo soy demasiado tal punto de abyección, yo levantaré mi vo-
295
zarrón, y diré en medio de un inmenso pelo- el jamón!!! (conjunctirñ, que decía eí otro).
tón . ¡Nada de separación! ¡|Viva la tortilla con ja-
Señores: món y el chocolate con rosconU Reconciliémo-
«Reconciliémonos, unámonos, estrechémonos, nos, carísimos hermanos; y en señal de reconci-
apretémonos, juntémonos (apretavis quivis quo- liación, levantemos el vozarrón.
vis, que dijo el profano), olvidémonos de nues- y digamos en medio de inmenso pelotón
tros pasados errores, aborrezcámoslos, odié- ]¡¡que viva el chocolate, los huevos y el jamonlt?
moslos, detestémoslos de todo corazón, y levan- Y ruede la BOTA , y viva la danza,
temos nuestro vozarrón i diciendo enmedio de y siga el bureo, los brindis, la broma,
un inmenso pelotón:: pues todos atienden á BOTA y pitanza.
Nadie hay que no beba, nadie hay que no coma.
Señores.-

«¡I¡Viva el chocolate, vivan los huevos, viva EL DE LOS ANTEOJOS.

UN ESTRA.... GO.

B3',

Llora Elvira, tierno vasta go cuando por detras de un qnéji.... go


porque el padre la encar gó triste acento se apa , gó;
ciega obediencia, y á un eléri..¿. go y vio cruzar un murcíela go
llamar quiso y se lar gó. que bullicioso va.... gó,
Queria enlazarla á un pródi go y en la copa de una albérchi go
que con oro le alha.. ... gó, sus negras alas pie .. gó.
y ama la infeliz á un prófu go Creyóle de su unión presa.. go
á quien su amor otor gó. y á su estancia se fu gó;
Marchóse al pie de un alfónci.... go, sacó un pomito con tosí go,
do en lágrimas se ane...... gó, y entre dudas diva ,.,..! gó;
suenan pasos, y el estoma go y un ataliud le le gó.
de aquel veneno car ......* gó, «Ya huyó de mi vida el prólo...,. go!.
y en su terrible monólo go Gloto su amor me ne gó!.
tanto al fin se fati |ó, en mi euerposiento un prúri...... go !,
que la dio de muerte un vertí.... go mi alma no se desfo, gó !..
y su tributo pa gó. Largo es y triste el cátalo go
Llega... su cara de pémíi go de mis penas!... me osti gó
de tal modo se pía gó mucho la suerte!... el epílo go
que estaba al estilo arábi go de mi vida halle!» —Abrí gó
formada... el brazo alar gó como sí fuera autropófa go
flaco el novio, cual espárra go , una idea... alelar gó
y que le siga ro gó ; su religión... bramó el abre go...
m a s , al verla hecha un putrüa.... go, las manos se restre ,.. gó:
de su suerte rene gó, « ¡murió !» dijo—y cual galápa... go
«En vez de boda un sarcófa goll! en fango y sangre vo gó,
( dijo) el placer se amar gó !! t que al ün eJ triste Rodéri go
No mas de ese mundo e! tráfa go!!!» también su caello se. gó,
y á su existencia ama..' gó, que rechinó cual almáci. go
cuando el consabido prófu go y con su sangre re gó
á su rival se lie gó... el suelo, y el pobre Sásta go
Y trabando largo diálo go, en sí mismo se ven gó.
cada cual por sí abo gó , El padre, á un tonel análo .;.. go,
el uno cual un relampa go hasta hallarlos diva gó
á su contrario pe..... gó, y vino con un canóni go.
y el otro cogiendo un láli go que al moribundo aren gó;
alosado casti , gó. mas formando un archipiéla go
No quiso el otro mas farra.. go iba la sangre; tra... gó
y la rabia le ce gó, tal cantidad, q«e allí naufra go
t a l , que elcricoides cartíla go el padre inferíase aho. gó.
agarrando, le se gó
con la laringe el esófa go, MOTEZUMA.

ے ۆrtg0 %&$tx0WMo>
mmsa4>G* *3g»

Con un sombrero de leja, de zapatos con diploma,


y mejor dicho de grasa, hecha su cara una coma,
que de años veinte se pasa un par de callos por píes;
la fecha de su esplendor, y no envidia á los monarcas
vá Don Tísico Hambre-Vieja corona de oro que pesa,
no por eso menos viva , sino la opípara mesa...
tragando seca saliva engullidor como tres!
de una sartén al olor.
Dando tormento á la vista.
Luce unas tristes abarcas y el pescuezo en atalaya,
que la cigüeña bien haya solo estira por memoria ,
de mas angosto canal; dos pingajos cuya historia
con una nuez progresista, larga fuera de escribir.
saltona, protuberante,
que amenaza cada instante Se supone que habrá sido,
la emancipación social. por tradición muy lejana,
su imperceptible sotana
Linces átisban sus ojos de bayeta regular :
tras de importuna vidriera ,
manjares que al rey que fuera
le harían sobrado honor: *
y no hay puertas , ni cerrojos
que enfrenen ya su gazuza,
y se cuela don Lechuza
sin un cuarto al interior.

En silencio el mas profundo


cual de cartujosprofesos,
que interrumpe de los huesos
alternado el rechinar:
ánima del otro mundo
vé don Tísico á su entrada,
porción de gente ocupada
en engullir sin chistar.

Admiradas suspendieron
las mandíbulas de todos
si bien j;o nunca he podido
sus gastronómicos modos
aclararlo en nuestros dias,
de devorar sin cuartel: aunque sobren celosías
se miraron, se entendieron por donde el ojo asomar.
con recíproca ironía,
que de veras sorprendía Con gentil desenvoltura
la estampa de mi doncel. y con general sorpresa,
apoyando en una mesa
Leíasele en la cara, de sus huesos la estension :
cuarto menguante de luna, pidióla rara figura
de su picara fortuna medio pavo, seis chuletas,
el incansable revés-. tres raciones de croquetas,
cual si un rótulo llevara un besugo y un capón.
con esta divisa sola:
] cuadro del hambre española Cómo cuántos panecillos?
por los años del francés! dijo un mozo nada tonto:
tres libretas, por de pronto,
De retazos de la saya el dómine replicó.
de una hermana Genoveva, —Y de vino?—Seis cuartillos.
al par de medias que lleva —Y de postres?—Desde luego,
salieron á relucir; tráiganme un queso manchego
y el manteo, que Dios haya, v haré boca!... y murmuró:
38
Ha cinco días que retembló:
me trasparentó, «Señor gazuza,
vivo del viento e! casca-nueces,
cual camaleón: que ya dos veces
á tanto ayuno me la pegó:
no hay fibra fuerte,
¡comida ó muertet Tome el portante
sin remisión. sin mas tormenta,
ó no lo cuenta
Quiero atracarme, por vida de!...
sentirme obeso, Y el desdichado
siquiera preso dando gemidos,
llévenme al fin: entre subidos
Por insolvente
huyendo fué!...
daránme suelta,
VICEXIK ALTASEZ MIRANDA.
con ida y vuelta
pago el í'estin.
UN DÍA EN EL PARADOR DEL SOL.
Si la canalla
de los sirvientes,
osan calientes EXSAYO GASTRONÓMICO.
leña ofrecer,
Desde las memorables bodas de Canaan, cele-
yo que en !a ropa
bradas con aquella famosa cena en que el Re-
nadando habito,
dentor dei género humano convirtió el agua en
con un saltito...
vino para complacer á su Santísima Madre, nin-
busca al de ayer.
gún día como e! de san Julián , 9 de enero del
44, se presenta tan en relieve en los fastos de
¡ Ay qué alegría! la historia gastronómica. Tiempo hacia que algu-
¡ay qué recreo! nos cofrades de la comunidad de LA RISA, hom-
harta no veo bres de acción y positivistas por escelcneia, d e -
mi hambre feroz: seaban reducir a práctica las beneficiosas teo-
Así decía rías de don Abundio Estofado; y este habilísimo
con gran contento, cocinero deseaba también por su parte sujetar á
el ultra-hambriento, un rigoroso examen á sus amados discípulos,
á media voz. para convencerse de sus buenas ó malas dispo-
siciones, y escojer entre todos á los que mas
Y hasta la fonda han de acreditarle en el certamen público que
secomeria, se está preparando. Al efecto, el venerable direc-
según venia tor de la SOCIEDAD LITERAP.IA don Wenceslao
de emprendedor: Ayguals de Izco señaló dia, hora y punto en que
mas por desgracia debían reunirse los candidatos, y después de
su triste aspecto, una discusión ligera como la de las actas en un
surtió un efecto Congreso, se resolvió por unanimidad celebrar
contrariado!-. la sesión en el Parador del Sol, dia 9, á las n u e -
ve ele ia mañana. Esta resolución se tomó el
Vino el fondista dia 8, á hora bastante avanzada, y no es necesa-
y con mal físico rio decir mas para hacerse cargo de la actividad
dijo á don Tísico, que la premura del tiempo requería. Improvisó-
299
ge un programa, y se trató de llevarlo á efecto biado en dinero algunos de sus géneros penin-
desde luego, siquiera para que no se pareciese á sulares ó ultramarinos. Don Abundio, aunque
los programas ministeriales. guardó una neutralidad absoluta, marchaba á la
Los grandes actos, las grandes fiestas; las cabeza de sus discípulos, y una sonrisa de des-
grandes revoluciones; envina palabra, todo lo precio que se desprendía traidoramente de sus
que en este mundo es verdaderamente grande, labios, revelaba á menudo que se había equivo-
se insinúa con síntomas precursores, que son cado en el concepto que se había formado de
muy grandes también. El interés que debe tener algunos de sus alumnos. El señor Manini, gefe
«na legislatura se deduce de antemano del em- de otro de los primeros establecimientos tipo-
peño con que los ciudadanos se disputan la vic- gráficos de la corte , era el comprador, y se su-
toria en el campo electoral. El estrépito de los jetó estrictamente á las bases del programa que
cañones señala la víspera de una gran batalla. tenia en sus manos el señor Ayguals (don Ser-
Las colgaduras, los arcos triunfales, las fuen- gio), á quien se le nombró intendente en comi- '
tes de leche y de vino revelan con anticipación sion, sin que hasta ahora nadie haya tenido m o -
el día de una jura. La agitación de ÍES masas, tivos de arrepentirse del nombramiento.
la sonrisa de los cesantes y la conducta ambi- Hechas las provisiones, y después de haber
gua de los empleados, que se ponen al pairo ensayado la fuerza de sus mandíbulas y de
mirando de dónde viene el viento para hacer con su estómago en un salchichón, pan y queso, y
acierto sus viradas, manifiestan que la atmósfe- en una botella de vino seco de Jerez, los can-
ra está cargada , que se acerca un temporal po- didalos precedidos de su maestro, y seguidos
lítico, que son de temer grandes mudanzas. Así de una muger con un pavo y un asturiano con
también los grandes sucesos gastronómicos se una canasta , se dirijieron á casa del señor Ma-,
dan á conocer el dia de su víspera con síntomas nini, donde por ser el punto mas céntrico se
inequívocos. Plaza Mayor, plaza de la Cebada, estableció el cuartel general. De allí debía par-
plazade Santo Domingo, si ojos tuvieseis para ver tir la espedicion á tas nueve del dia siguiente". El
y lengua tuvieseis para hablar, este pobre cro- pavo tenia mas años de los que la ley exije para
nista os preguntaría qué es lo que visteis el dia 8 ser senador; y es seguro que como hubiese lie? :
á las once y á las doce de la mañana, á la una y gado á serlo, hubiera ocupado en las juntas pre-
á las dos de la tarde, y me relevaríais, respon- paratorias la silla de la presidencia. Era un p a -
diendo de! terrible castigo que por no haber sa- vo patriarca, el Adán de los pavos. Algunas
bido dirigir un arroz á la valenciana me ha i m - investigaciones cronológicas nos hubieran ma-
puesto don Abundio, obligándome á describir nifestado tal vez que era el mismo que Noé e n -
detalladamente los accidentes de la grande jor- cerró en el arca para perpetuar la raza. Los años
nada,-precursora de otra mas grande todavía. babian encallecido hasta sus músculos, y osificar
Era en efecto una perspectiva sorprendente y do todos sus tendones. Necesario hubiera sido,
hasta cierto punto sublime y magesíuosa la que para enternecerle, esponer su cadáver al con-
ofrecían los hermanos risueños, recorriendo con tacto del aire cinco ó seis dias antes de m a n -
lentitud y ordenadamente todos los mercados de darle al horno, y de este modo los primeros pe-;
la corte, despachos de vino y tiendas de comes- ríodos de descomposición hubieran relajado sus
tibles, deteniéndose á cada paso ya delante de fibras tupidas y apretadas por la edad. Pero
una lechuga , ya delante de un magnífico salchi- la escasez del tiempo no-permitia emplear e s -
chón ó de un reverendísimo pavo. El objeto de te método bien conocido de todos los inicia-
esta escursion fué bien pronto conocido de los dos en el arte, y paso en lia conflicto a los
penetrantes vendedores y revendedores de a m - noveles cocineros. Alentados, sin embargo, con
bos sesos; pues no hubo verdulera ni tendero que el refrán que dice: en tiempo de hambre no
no se pusiese delante de la comitiva como una hay pan duro, y por otra parte persuadidos de
inaccesible barricada, impidiéndola seguir su que por duro que fuese el pavo, no lo seria tan-
«nrs? vago é indeterminado, hasta haber cam- to como el esmalte de las dentaduras quedebi»n
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mascarle, resolvieron sujetarle á disección al aguardiente de 25 grados. Son muchos los que
día siguiente, aunque en este examen de anato- en lugar da bizcochos mojan en el chocolate
mía práctica se espusiesen á mellar la misma es- guindillas, y cuyos postres habituales son dien-
pada de Roldan, que diz hendía los jigantes y tes de ajo, que los comen á pasto como si fue-
los peñascos como si fuesen de mazapán ó de sen almendras. Por bien indicadas que parezcan
chocolate. Esta atrevida resolución amostazó á las aplicaciones de mostaza, no se ordenan j a -
don Abundio, quien en un tono de lástima que más en aquel pais á enfermos que estén en die-
revelaba la que tenia á sus discípulos, les dijo: ta , porque es seguro que se comerían los sina-
¡Jóvenes inespertos! [Miserables novicios! bien pismos. Cuando una comitiva de reusenses e n -
se conoce que las tenazas y el asador no han tra de noche en una fonda, el dueño se da por di-
encallecido vuestras manos, y que vuestras ca- choso si no se le zampan mas que las velas. Con
bezas no han encanecido como la mia alrededor frecuencia ve desaparecer y abismarse en aque-
de los hornillos y debajo de las chimeneas. Bien llos estómagos heroicos los candeleros, los pla-
se conoce que no habéis todavía ceñido el noble tos, las fuentes y algunas veces hasta los cu-
delantal de cocinero, que vuestros ojos no se han chillos y tenedores. Uno hubo que se engulló la
acostumbrado aun al humo d é l a leña, ni al mesa y no murió de indigestión. Sabido esto,
tufo del carbón vuestras potencias. ¡ Oh terque nadie tomará por exageración cuanto se diga del
quaterque beati! pudiera deciros yo si supiese paladar y del estómago de un hijo de Reus.
Jatin. ¿Con que no conocéis otro medio que una La filantrópica esposa del señor Manini se ofre-
putrefacción incipiente para reblandecer el pa-
ció á rellenar, mechar y poner el pavo en dispo-
vo? ¡ Bárbaros ! dadle aguardiente y mañana se
sición de llevarlo al horno. Todos aceptamos coa
os derretirá en el paladar como manteca. Habló
singular placer tan generoso ofrecimiento, y so-
don Abundio, todos sus discípulos quedaron con-
lo don Abundio refunfuñó un instante, dicien-
fusos, y el señor Manini á mas de confuso
do que las preparaciones que tomaba á su cargo
quedó horrorizado. «Aguardiente! elijo ¡qué lás-
la señora de Manini eran propias de sus discí-
tima de aguardiente !» Sin embargo, él mismo
pulos, cuya idoneidad trataba de probar. Pero
se encargó de dárselo; pero mientras se lo daba
algunos síntomas de alarma que notó entre sus
parecía envidiar la suerte del infeliz, á pesar
subordinados le hicieron desistir de sus justas
de que estaba condenado á la última pena por
pretensiones; lo que no dejó de menoscabar a l -
el inexorable tribunal del ambigú, y veía brillar
gún tanto la fuerza moral del maestro y la dis-
junto á su garganta la terrible cuchilla de la
ciplina de los discípulos.
ley gastronómica.
Luego se discutió una proposición gravísima
~ s El señor Manini es catalán, hijo de Reus," y es y de trascendentales consecuencias. Tratábase
sabido que los estómagos catalanes son en gene- nada menos que de optar entre dos hombres y
ral aprueba de bomba como el corazón de los j a - un burro para llevar la comida con sus acceso-
mancios. Algunos anatómicos aseguran que los rios al Parador del Sol. Quien dijo que dos
fieros habitantes del Principado tienen molleja hombres valían mas que un b u r r o , quien que un
como los avestruces. No sé si esto es verdad, pero burro era preferible á dos hombres: ingeniosos
los fisiólogos todos confirman el aserto. Lo cierto argumentos se presentaron en pro y en contra
es que los catalanes digieren hasta la arcilla y de los dos estreñios que abraza la proposición;
el cobre. En el campo de Tarragona, sobre todo, pero al cabo los defensores de la humanidad sa-
se destetan los chiquillos con vino, se neutrali- lieron victoriosos. El burro quedó postergado...
za la bilis con vino , y hasta con vino se curan ¡Cosa sorprendente en España, donde rara vez
las inflamaciones. Los hombres de buen criterio quedan postergados los burros !
y de sana razón apagan su sed con el añojo del Disolvióse la reunión , y al dia siguiente á las
Priorato; y durante la canícula, cuando mas ocho de la mañana nos hallábamos ya algunos
aplomados y perpendiculares caen los rayos del en casa del señor Manini, aguardando las n u e -
sol, toman por único refresco dos cuartillos de ve, que llegaron una hora antes que los señores
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Ayguals y Florez. Damos un votó de gracias á la descollaba magestuosa entre un brillante estado
hora por la puntualidad can que llegó. Sin e m - mayor compuesto de variadas y magníficas e n -
bargo, los morosos afectaron no considerar á la saladas, escelentes anchoas, bravas guindillas
hora digna de nuestro reconocimiento, pues á y robustas aceitunas sevillanas. Laus in honore
los cargos que por su demora les hicimos, con- propio, vilescit. Este principio no me permite
testaron que no era culpa suya si las nueve, po- hacer del arroz los elogios á que le considero
co condescendientes, no se habian tomado la acreedor. A mí me pareció escelente, sin embar-
molestia de aguardarse hasta las diez. go (¡lo que puede la envidia !) todos mis condis-
Reunida la comitiva, se rompió la marcha con cípulos dijeron que era detestable. Afortunada-
marcialidad en medio de un inmenso gentío que mente sus propios hechos desmintieron sus p a -
embarazó nuestro paso hasta llegar al Portillo labras, pues al mismo tiempo que decían que
de Embajadores. El entusiasmo se veia pintado era estremadamenle malo, lo engullían con t a n -
en todos los semblantes. Salimos de la coronada ta ansia como si fuera soberanamente bueno. Yo
villa seguidos del rico convoy, que parecía cosi- á los hechos me atengo: obras son amores y no
do á nuestras espaldas. Marchamos á paso de buenas razones.
camino, atravesamos el canal y luego un mag- Bretones fritos sucedieron al arroz, (Movi-
nífico puente de madera, digno y muy digno miento general. El señor Bretón de los Herreros
del caudaloso Manzanares. Antes de llegar al pide la palabra para contestar á una alusión v e -
Parador del Sol nos salió al encuentro una m ú - jelal.) Vinieron acompañados del ali-oli, con
sica, que siguió obsequiándonos hasta mucho quien contrajeron, en el plato de cada cual , una
después de haber llegado. Un alano sochantre, amistad mas y mas íntima. El ali-oli es á las
un podenco tenor y una infinidad de cantores de coles lo que á la Couslituciou las leyes orgáni-
menor categoría nos aullaron una aria coreada cas. Mereciéronla aprobación de todos; solo yo
tan nueva y tan armoniosa, que hasta entonces para vengarme de la manera impropia con que
no conocimos lo mucho que debemos al Criador habia sido calumniado mi benemérito arroz , me
por habernos dotado de un aparato acústico. Al- permití contra los bretones algunos denuestos
gunos acompañaban sus cánticos de una música que fenecieron ahogados en la rechifla de la co-
tan espresiva , se deshacían de tal modo en com- munidad manducante.
placernos, que mas de una vez les suplicamos Entró en seguida el pavo con gallardo y m a r -
que fuesen con la música á otra parte, pues lle- cial continente. El olor que despedía embelesó
gaban á avergonzarnos aquellos cordiales agasa- todos los olfatos. Hubo un movimiento silencioso
jos, á que nosotros no nos considerábamos parecido al que se nota en el Congreso cuando
acreedores. se levanta para hablar don Joaquín María López
Los señores Ribot y otro , ambos catalanes, y al que se observa en el teatro cuando aparece
hicieron prodigios de cocina. La prontitud con la encantadora Matilde. Es indecible la pronti-
que desempeñaron la importante misión que les tud con que aquel tremendo cadáver fué des-
confió don Abundio les valió un abrazo de este, cuartizado y engullido. La asamblea resolvió por
y acabó de acreditar los títulos que de activa ó unanimidad dar un voto de gracias á la señora
industriosa ha sabido adquirirse Cataluña. Otro de Manini, y don Abundio ademas la nombró
tanto debemos decir del señor Manini. Encargado sócia honoraria del ambigú, á cuyo efecto se e s -
del ali-oli (ajo arriero), lo hizo con tanta tendió el correspondiente diploma.
maestría que llegó á engendrar celos en el cora- Después de aquel pavo esquisito, de aquella
zón del mismo nunquam bene laudatus Estofado. obra maestra del arte, nada podia llamarnos la
Desde ahora le auguramos que en el certamen atención. Comimos, es verdad, chuletas y queso
público obtendrá el primer premio. y salchichón y qué sé yo cuantas otras cosas;
A la una en punto nos sentamos á la mesa. pero las comimos automáticamente, sin entu-.
Abrióse la sesión con una cazuela de arroz á la siasmo, y como quien dice para no hacer un pa-
valenciana hecho por mis manos pecadoras, que pel ridículo. Lo que nos admiró fué que el señor
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Manini, positivista por eseelcncia, malgastase El señor Ribot:
el tiempo atracándose de almendras. Vivamente
interpelado por esta acción, indigna al parecer Se queja este mundo indino
de tan acreditado gastrónomo, dijo que las al- de que salado es el mar,
mendras son escelentes agujas para enhebrar y á mí me importa un comino:
•vino. En efecto, cada almendra apenas había lo que sí es de lamentar
llegado al estómago recibía una visita de una bo- que el mar no sea de vino.
tella del de Toro,
En los brindis, si no se improvisaron muy El señor Manini:
buenos versos, se apuraron al menos muy bue-
nas botellas. Brindo al bravo que cual yo
Empezó el célebre y nunca bien ponderado atacado de hidrofobia
don Abundio Estofado en los términos si- el vino tiene por novia
guientes. y el agua nunca probó.
Dios Omnipotente dio
Es una cosa precisa a" cada cosa un destino,
el vino, voto á Luzbel, gástese pues, si el divino
de manera que sin él pensamiento ha de acatarse ,
no se puede decir misa. el agua para afeitarse
¡Viva LA RISA! y para beber el vino.
Llenad la copa,
que nos contempla atónita la Europa : El señor Príncipe:
y á mi ejemplo ¿Qué queréis que os diga ó cante
coged todos un lobo como un templo; con esta copa en la mano ,
y manchada de vino la camisa, cuando soy un ciudadano
repetid sin cesar; ¡ Viva LA RISA ! espuesto á quedar cesante?
El señor Bonilla dijo -. Mas si ceso en adelante
como empleado en lucir,
Yo, Abundio, soy valenciano, en memoria del Visir
y como bebedor fino que me quiere remover ,
gran partidario del vino no he de cesar de beber,
en invierno y en verano. ni he de cesar de reir.
Ko gasto en invierno en vano
vino puro en vez de estufas; El señor Villergas :
y en verano es, si me atufas
y en provocarme te empeñas Mientras un poder caribe
el sabroso Valdepeñas roe busca el bulto, señores ,
mi única orchatade chufas. apropincuadme á un algibe
de confortables licores,
El señor Ayguals de Izco (don Sergio): que el que mas bebe mas vive.

Oh! mí estar Slrafor-Canning!.. El señor Ayguals de Izco (don Wencesla


mí estar borracha !...
mí querer mas cepitas Tras tres tragos y otros tres,
de la garrafa. y otros tres tras los tres tragos,
Y al estriviilo tragos trago, y tras estragos
Oh!... mí estar Straí'or-Caning!... trepo intrépido al través.
mí querer vino. Travesuras de entremés,
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trápalas tramo, y tragón analizó con solo el olfato, y encontró en él m u -
treinta y tres tragos de ron ríate y fosfate de sosa y de amoniaco, amen de
tras trozos de trucha cstremo. algunos otros principios que constituyen cierta
¡Tristes trastos: truene el trueno! escrecion animal. A estos accidentes cómicos
jTron... trin... tran... trun... torrotron!!! sucedió uno que tuvo algo de trágico. El señor
Príncipe, luego que tuvo los ojos vendados,
Se dio un voto de gracias al docto don Abun- rompió precipitadamente su marcha , cuidándo-
dio Estofado, y levantóse cada uno como pudo se poco de ¡os riesgos á que se esponia. Apenas
de la mesa para dar principio a los juegos gim- hubo dado el número de pasos que creyó le s e -
násticos. paraban del blanco, dejó caer el garrote reso-
£1 Parador del Sol tiene una especie de colga- llando como un leñador, y quiso su mala fortu-
dizo bastante espacioso contiguo á la carretera. na que entre el garrote y el suelo hubiese una
Allí los hermanos risueños, hechos cada uno un cabalgadura. Desbocóse el caballo, que era asaz '
tonel de vino, fueron á solazarse de mil mane- espantadizo; dio dos saltos de cabra, y el ginete
r a s , absorviendo con sus ingeniosos juegos la se apeó por las orejas. Todo esto sucedió en
atención de todos los transeúntes. Muchas y mucho menos tiempo del que se necesita para
muy variadas fueron sus travesuras; pero nin- contarlo, ün perro , que era sin duda del mal
guna hizo desternillar tanto de risa á actores y parado caballero, tomó inmediatamente la de-
espectadores como la de la olla. Púsose en una j fensa de su amó, y tan bruscamente interpeló al
orilia de ia carretera un puchero en que metió señor Príncipe, que este buen cofrade á pesar de —
cada uno de los hermanos la exorbitante canti- la destreza y fuerza lógica con que contestaba al
dad de diez y seis maravedises. La suma de to- interpelante, hubiera sido derrotado sin el opor-
das estas cantidades era el premio de! afortuna- tuno auxilio de todos nosotros. Nuestras pala-
do que con los ojos vendados y un garrote en la bras lograron no sin alguna dificultad aplacar la
mano rompiese la olla. Al efecto á veinte y cua- cólera de! derribado, y le obligaron á participar
tro pasos de esta se colocaba el actor, allí se le de nuestro vino y de nuestras diversiones. El
vendaban los ojos, daba tres vueltas, y rompía terrible perro que tan antipático se manifestó al
la marcha. En las vueltas se perdía el tino de señor Príncipe viéndole armado de un palo, aca-
tal manera, que en lugar de dirigirse hacia la bó por acariciarle apenas le vio en la mano un
olla, no faltó quien- marchase á lo largo de la zoquete de pan. ¡Vil egoísta! ¡rastrero adula-
carretera hacia Toledo, quien hacia Madrid, y dor!
hasta uno hubo que marchó dando completamen- El espectáculo terminó con una escena co-
te la espalda al objeto que creía arremeter. La lectiva, con una escena que venia & ser el resu-
avidez, el furor con que el pobre ciego descar- men de todas las demás. Vista la infructuosidad
gaba el garrote, arrancaba una carcajada a coro de nuestros esfuerzos aislados, convenimos en
de todos los espectadores. Algunos accidentes darnna batalla decisiva, en vendarnos todos los
sobrevinieron, que condimentaron no poco la ojos y acometer a l a vez á aquel Aquiles de las
diversión. Yo tuve la desgracia de pisar una co- ollas, á aquel invulnerable puchero. Apenas me
sa que no puede mentarse, y que me mantuvo vi armado de un garrote, seguro de que lo m i s -
encolado en mi puesto mas de un ninuto. Cuan- mo que yo tenían todos los demás los ojos ven-
do pude levantar el pié, noté que el peso de la dados, me quité la venda para asegurarme el
bota se habia centuplicado. El señor Manini se premio sin riesgo deque fuese conocida mi m a -
metió en un charco, del cual salió después de la fé, pero ¡cuál fué mi sorpresa al ver que ca-
haber caído de bruces en el mismo. El olor que da uuo en particular habia concebido la mis-
despedía al salir, probaba evidentemente que el ma idea! Parodiamos perfectamente el famoso
líquido que chorreaba de su vestido estaba com- epigrama de las tajadas del amigo Villergas:
puesto de algo mas que de oxígeno y de hidró-
geno. Un químico que habia entre nosotros lo Varias personas cenaban
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con afán desordenado, nosotros los que andábamos desacertados. Sin
y á una tajada miraban embargo, seguimos nuestro camino y dejamos
que habiendo sola quedado al gallego que siguiese el suyo, porque al cabo
por cortedad respetaban. un borracho no había de saber mas que diez. El
tino ia luz apagó pobre hombre dio una prueba positiva del valor
para atraparla con modos;
que comunica el vino á los genios emprendedo-
su mano al plato llevó,
res. El rumbo que seguía para venir á Madrid
y halló las manos de todos,
nos manifestó que había concebido una idea mas
pero la tajada no.
sublime que la de Colon. Con ansia esperamos
volverle á ver, pero es seguro que tardaremos
Pero no sé si achacarlo al rubor que causa una todavía algún tiempo, porque aunque el vino le
mala acción, ó si á las muchas docenas de bote-
dé alas, tendrá necesidad de algunos meses para
llas que se habían vaciado, fué tal nuestra falta
dar la vuelta á este picaro mundo.
de (¡no, que á pesar de hallarse desvanecidas
todas ¡as cataratas, la olla, como si fuese un mis- A . RlBOT Y FONTSERK.

terioso talismán ó como si poseyese un amuleto


que realmente la hiciera invulnerable, salió ile-
sa de los terribles golpes que contra ella descar- JUICIO DEL AÑO 1844.
gamos todos á la vez. En seguida desapareció co-
mo por encanto, pero alguno sabe el paradero
El año cuarenta y cuatro
délos maravedises que contenia. Buen provecho
será un año de aleluya
le hagan.
para cuantos se suscriban
Así como hemos dado las gracias á la hora por á nuestras caricaturas.
la puntualidad con que llegó, debemos dársela Prestadme atención, lectores,
a todo el dia, pues realmente fué un regalo que que al enristrar hoy la pluma,
hizo la primavera al invierno. El sol desapare- voyá elevar mi elocuencia
ció de nuestro horizonte, porque era la hora en á los cuernos de la luna.
que siguiendo su curso natural le tocaba desa- Esta señora romántica
parecer, y no, como díria algún clásico mora- con su pálida hermosura,
lista , para no ser testigo de los escesos de la or- desde su bella carroza
gía que se preparaba. Sus moribundos rayos que- preside el año que turna.
rian ai parecer reanimarse con un cordial, y
Y siendo, lectores mios,
rielaron en una fuente de ponche que para dar
la presidenta cornuda,
fin á la función se habla dispuesto sin mas obje-
habrá cosecha abundante
to que el de mitigar los efectos del vino y otros
de amorosas travesuras.
licores.
Ojo alerta pues, maridos,
Las cariñosas pléyades nos anunciaron desde que los mozalvetes cruzan
el cielo la hora de regreso á esta corte. Perdi- por esas calles de Dios,
mos en la espedicion todo el convoy. Nosotros y la intención no es muy pura.
r o s salvamos por milagro, pero los dos gallegos Las casaditas son frígilis ,
que escoltaron nuestros víveres quedaron p r i - como dijo el otro , y gustan
sioneros del vino. A uno de ellos le dejamos r e - de que las digan piropos
volcándose en la margen de un camino, y al y las prodiguen ternuras.
otro le vimos dirigirse á escape hacia Toledo. Le Y como los perillanes
preguntamos que á donde iba, y nos dijo que á no tienen la lengua muda,
Madrid. Esta respuesta nos llenó de incertidum- ni se duermen en las pajas,
b r e , pues no estábamos tan seguros de nosotros ni tropiezan en berrugas,
mismos que no pudiésemos creer que éramos Para estrechar el bloqueo
sus fuerzas todas agrupan, en los sermones las viudas,
y bayoneta calada y guiüarán al soslayo
dan e¡ ataque... ¡santa Úrsula! por si alguno las saluda.
No hablo de las consecuencias, Tendrán hambre de marido
pues las hay que despeluznan i tas Pepas y las Raimundas, .-
como al torero visoíío ] las Marianas, las Pascualas,
la fiera que le aturrulla. I las Ritas y las Maracas. - . ,;
El año cuarenta y cuatro i Los hombres querrán á todas
contendrá historietas cucas i • sin casarse con ninguna,
y los padres bonachones porque es cruz el matrimonio
serán humanas garruchas. que al mas pintado le abruma.
De ellas colgarán mas hijos Si hay sequedad en las fuentes
que tiene el verano pulgas , y agua cristalina buscas,
chinches el mes de setiembre, la hallarás en las tabernas .
y la ciudad del Cid, chufas. aunque escaseen las lluvias.
Y es vive Dios una gloria , Habrá muchachos llorones,
que otros se traguen la fruta, habrá viejas importunas,
mientras los pobres pacientes pisaverdes mal criados,
mantienen las criaturas! y vejetes con peluca. . , , .
Pero dejemos, lectores, Abogados habladores, ;
que haga de ¡a capa suya procuradores muy truchas,
cada casado un gabán escribanos perillanes..:
ó si quiere una casulla. habrá alguaciles y usuras.
Escuchad las profecías • Habrá médicos famosos,
que mi numen os anuncia ,» que en menos que el lobo aulla ¡
y consiento que me emplumen al que se ponga en sus manos
si ensarto aquí paparruchas. le abrirán la sepultura.
El año cuarenta y cuatro Habrá poetas ramplones
tendrán los ricos fortuna , con permiso de ¡as musas, ¡
y los pobres desnudez de Sos que piensan ser cisnes ;
obligada de gazuza.,, [ y cuando cantan rebuznan^
Los ministros comerán . í Habrá impresores á manta
y las monjas y los curas, I que es plaga que nos inunda:
inválidos y cesantes, ¡ todos ofrecen melón
se quedarán en ayunas. y dan calabaza insulsa.
Se gritará libertad Saldrán obras ilustradas
y no habrá mas que coyunda ¿ con grabados y pinturas;
y andarán á mogicones pero como nuestra RISA
los de baja y alta alcurnia. del rey abajo ninguna. «.
Habrá querellas y pleitos, Ea pues, caros lectores;
J en medio de estas trifulcas* ! Si es que ambicionáis ventura,
tendrá el dinero razón; | suscribios á L A RISA
pero la pobreza nunca. y tendréis-hecha fortuna.
Los sastres con sus tijeras Que el año cuarenta y cuatro
cometerán diabluras, será un año de aleluya
pero tendrán buen cuidado ' para cuantos se suscriban
en no cortarse las uñas, á nuestras caricaturas.
i Se darán golpes de pecho ¡ WENCESLAO AYGÜALS DE
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CARICATURA. unos juanetes sustentan
que pueden ser de navio
para andar á toda vela.
Esos rubicundos ojos En fin hermosa fantasma,
á los de un puente semejan, encantadora ballena,
por ellos corre 4 raudales tu bello baile es cocear
légaña, arrope y esperma. y bramidos tus ternezas.
También llaman la atención Dichoso quien no te vio ,
esas tus largas orejas , ni te oyó nombrar siquiera.
que pesan éntrelas dos ALBERTO DE S.
libra y media bien completa.
Desde las cejas descienden
dos caños de chimenea,
ó nariz de picaporte, AL CERDO.
que en tu semblante se ostents
para abrir esa bocaza
qué parece una cisterna, Venga la lira; la de cuerdas de oro,
donde crujen unos dientes que empeñada hace dias estuviera
eomo si fueran de sierra. como otras prendas que cautivas lloro
La barba, frente y mejillas si admisible y de ley e¡ oro fuera:
se combinan de manera, denme la lira; yo el favor imploro
que describen un país de las de marras de cualquier manera,
con barrancos y con breñas. pues si á sus héroes cantan otros hombres,
Un verde, jaspeado oscuro, cantar yo quiero al de los muchos nombres.
en la dura tez se muestra, Hagan Izco y Baldoví versos bellos;
con escamas de pescado ante los que mi péñola depongo,
que pueden lijar madera. y que solo me es dado encarecellos:
Cintura de Centurión ni á su judia, ni á su col me opongo ;
ese tu traje rodea , al reino vegetal le canten ellos,
dejando advertir las forma» que con el animal yo me compongo;
de un cíclope, ó un atleta. aunque bien visto tiene tres bemoles
Cuelgan de tus largos brazos callar al cerdo y encomiar las coles.
dos manecitas que aterran, Al cerdo, el indefenso, el bondadoso,
que en un almirez podrian el de la fresca tez y reluciente,
machacar drogas y especiss, que en el placerse duerme candoroso,
y si juntas los diez dedos que jamás hizo daño el inocente,
es disciplina completa. que de pura honradez es perezoso,
Se me olvidaba decir y cuando mano atroz bárbaramente
algo de tu cabellera, le juega alguna chanza que le irrita,
que es suave como el esparto con rascarle la panza se le quita.
mitad lana y mitad cerda; Humilde ó previsor nunca la vista
muy semejante al erizo eleva al cielo con soberbia necia;
cuando encrespa su melena. ya del drama de que es protagonista
Para describir tus pies porque augura la triste peripecia,
omito hablar de las piernas, ya porque vé su trompa muy mal quista
y así de pies á cabeza y que este mundo en vida le desprecia.
le alcanzará mi fraterna. Elévala de hoy mas porque sin vicios
Mas grande que pié de rey no tienes como el hombre desperdicios.
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Mártir desde pequeño, ó te se entrega Cuando ya tu pellejo dice basta,
á chicuelo diabólico y .travieso se convierte tu estancia en jubileo;
que en tí su tino en e! tirar desplega entran y salen ; hablan de tu casta
con mano zurda y corazón, avieso T y de tu obesidad ; y es su recreo
y donde pone el ojo allí te pega á lo mejor que estás hecho una plasta,
con ancho canto ó asperón obeso, que del rabo te ahupe uu cirineo,
hasta que su maldad al fin y al cabo y te ponga de pié y en tanganillos
te hace la oreja sacudir y el rabo ; para darte en las nalgas golpecillos.
Ó bien sujeto á estaca perdurable Fiestas de Barrabás , beso de Judas,
nunca la libertad disfrutas horro, (como son de los hombres las caricias)
y entretienes la vida miserable que te van preparando penas crudas,
minando el suelo para hallar socorro : y la mas negra de las injusticias:
lo pasas bien si en cóncavo insondable ¡Insigne mala fé!... ¿Por qué la dudas, ;
con el poder de tu pujante morro, si tu muerte es de todos las delicias,
descubres el filón de las raices y siempre propio del poder humano
á costa de paciencia y de narices. antes de asesinar, besar la mano?
Creces y ¡ay Dios! el infernal silbato Todo está ya dispuesto, y en reserva
sus escalas cromáticas luciendo, trapos, cuchillos, sogas y basalto, .
toca á cortar; y t ú , pobre pacato , y esparto y cucharon, y una caterva
la emboscada no ves, ni el plan horrendo de fariseos prontos al asalto,
que con hilo y aguja y aparato asaz forzudos, de intención proterva.
el de la armada mano te está urdiendo, Y t ú , infeliz, con paz,"sin sobresalto
hasta qne en tierra ya gruñes y bregas, cual mártir vas á ceremonia impía,
y al cabo cedes y la carta entregas. y sin que digas esta boca es mia.
¿Qué es de tí entonces, Abelardo triste'? ' Antes del sacrificio, en la romana
Roncas, te rascan, la comida abordas; péndulo y amarrado bamboleas,
tal vez sin recordar lo que antes fuiste y vueltas das y tu paciencia es vana ,
engordas mucho ; ya se vé que engordas y chillas condolido y pataleas.
si el diploma del género perdiste Hay quien tu peso por saber se afana
y en materia de amor no te desbordas. hasta por onzas, y lelisongeas
Mas dírae, pues estamos ya serenos, con una mas... ¿Y á qué? De cualquier modo
¿aquellosduelos con el pan son menos? seas como fueres te ha de engullir todo.
El tiempo corre; la estación del barro Descuélgante por fin, y sin la amarra
como no es cosa buena se aproxima: diriges al altar la caminata...
aligero marehó con presto carro Llega el raomento... iZast... Quién te se agarra
el verano y sus flores á otro clima , á la oreja cual sucia garrapata; - -
y del en pos la escarcha y el catarro quién del rabo te pilla y te desgarra;
y el San Andrés se nos encaja encima. quién se aferra á tu piel, quien á tu pata:
Dia de sangre y en que frente á frente te hacen tierra perder en mala lucha
con Herodes se pone el inocente. porque no tienes maña y ellos mucha.
Antes que el sol tan desastroso dia Ya sobre el a r a , e l sacerdote empieza.
venga á alumbrar, las nubes nacarando, Asido al morro con la izquierda mano,
tendido estás en la pocilga fria contra su muslo apoya.lu cabeza :
huesos de albaricoque mascujando; te afeita el cuello y te lo tienta ufano,
invención del demonio, que á porfía toma bien la distancia y con fiereza
tus embolados dientes afilando, zambulle el puño tras el hierro insano.
sirve de amoladera á tu apetito, Se oye un quejido atroz... luego profundo..., .
y comes mas cayendo e-n el garlito. después... el estertor del moribunda.
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Surgen de sangre rojos borbotones, i vivaracho suele llevar la ca'beza rapada como un
y en barreño profundo y dilatado ! chino. Las melenas á la romántica están en boga
| entre ros horteras mas elegantes , diputados á
! Cortes que no hablan, coristas y bailarines ita-
| líanos, traductores de dramas y escritores de fo-
| lietincs. Su división por partes iguales, forman-
i tío raya desde el centro de ¡a frente hasta la co-
: ronilla indica afeminación-. La raya á un lado
i denota pedantería. El pelo herizado es el emble-
í roa de la torpeza, de laterquedad, ó del miedo.
i El pelo muy peinado, lustroso, lisito y pegadito
| á la frente denota paciencia y resignación. Las
i grandes entradas significan orgullo. Los que lle-
f van el pelo alto sobre la frente y pegadito á los
j lados suelen ser galanteadores y lujuriosos. El
pelo rubio indica dulzura y sensibilidad, el n e -
I gro ardimiento, el castaño moderación , el rojo
perversidad y el cano vejez. La calva deno-
ta inteligencia cuando no se hace ostentación de
ella ; pues en este caso significa estupidez ; pero.
si por disimularla se adopta el medio de hacer
subir hasta ¡a frente el pelo del cogote, esto es
ya una prueba infalible de imbecilidad. El uso
los recibe y agita á manotones, de la peluca está reservado á los hipócritas; por
con cucharon y brazo arremangado, ! eso son tantos los que la gastan en este mundo
una muger. En tales ocasiones I engañador. El pelo gris es hijo de la misantropía
con diabólica risa y desenfado ! ó de los placeres nocturnos. La abundancia de ca-
ve la sangre á torrentes, la que un dia ! beüo que jamas encanece ni cae, denota calma,
por una gota un patatús sufría. impasibilidad y bienaventuranza. Para tales ca-
Con esparto encendido te chusmarran, bezas ha dicho la santa escritura : El reino de
cual hace Satanás con el precito; los cielos os pertenece. Estos santos varones son
te revuelven después y te espatarran; ¡ los mejores maridos-, están asegurados de i n -
te rasuran la piel al infinito; | cendios. Sus cabezas son terrenos tan fértiles y
te abren luego en canal, y te desgarran , S productivos, que á falta de uno suelen llevar dos
y te hacen trizas, y se acaba el rito... I signos de ¡a abundancia. El pelo rizado y l u s -
tan triste fin tu sino te acarrea... j troso demuestra alegría ó empeño de pertenecer
Si hay tierra para tí, leve lesea. i á ¡a aristocracia sin haber nacido en ella. El que
FRANCISCO RAMOS, ! gasta grandes bigotes sin ser militar, quiere
i ocultar su mala dentadura, á no ser que perte-
; isezca á la benemérita, que en-este caso son i n -
; ARTE
i dispensables para jugar á los soldados, y es pre-
| ciso que vayan acompañados de su correspon-
DE C O n A LOS HOMBRES POR IL PILO. ; diente perilla , siempre que el interesado no sea
! dueño de alguna lonja. El uso de la perilla no
El pelo largo y mugriento, que deja pringue se ha introducido aun entre tos fabricantes; y
en el cuello del frac ó de la ¡evita, pertenece al i vendedores de chocolate, jabón y velas de sebo.
pretendido filósofo y á los aprendices de sastre y ! El bigote retorcido hacia arriba es señal de ham.
de barbero. El ente original con pretensiones de - bre. La patilla corrida por debajo de la barba
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está muy en uso entre los que quieren parecer mes perdut que un home gros
bien al bello sexo y tienen la desgracia de lle- qu' es veu en fanc á les cuixes;
var sendas calabazas. La patilla grande es sig- Tremolantme els canellons
no de fanfarrón: la corta de fanático, de agua- com qui fuig de tres llobades ,
dor ó de capellán de regimiento. Las barbas á y ensenentme á fiamerades
]o patriarcal, es decir, la barba, entera , enérgi- desde el tos hasta talons;
camente pronunciada contra las navajas y los Plorant y rient de por,
barberos, es propiedad de músicos y poetas i n - dols cora pera confitada . ...
comprensibles, de cesantes desesperados y de de tanta safanoriada
mendigos de lugar. Esto-ya va demasiado largo, que m' está pegant lo cor ,
pelillos á la mar, y concluyamos con ¡a siguien- Preng la ploma, qu' es molt mala,
te décima : sois pera obrirte el meu p i t ,
No hay que poner gesto esquivo mes c' abans de micha nit
ni venirse con venganzas rebente com la sigala.,
porque dijo cuatro chanzas j Yo ya no' m puc aguantar;
mi genio alegre y festivo, eslíe com toñina en prensa ;
ya sabéis que en lo que escribo I asó se fa y no se pensa;
jamás hay mala intención , tire la manta á rodar.
no hago pues aplicación Si lo que pase pasares, -
á Pedro, Diego, ni á Juan, sabries ¡o q u ' e s patir;
porque ya dice el refrán yo no t ' h o volguera dir;
no hay regla sin escepcion. volguera que t'ho pensares.
WENCESLAO AYGUALS DE fzco. I L' amor está -

DECL ARASIÓ AMOROSA I


I
fentme per t u ,
cácara-ca,
cúcuru-cu.
de Tófol el chufero á Manda ¡a catalana. Em rust com sardina al fot,
y m" achopixc com un poli,
per que ficát en lo toll
m' ofegue sense fer gloc.
Bun ánimo pues, y avant;
vaig á dirte lo q u e s e n t ,
mes que' t' entre per ponent,
y arremate per Uevant.
Manela, desde que' t viu
tan-pita com un chorlit,
barruntí qu' en lo meu pjt
anabes á fer lo niu.
/ Oí por fin
la teua veu,
y el cor me feu
ti! i n—tilín. -
, Pasant y així de rebot
! yo te dijo, á Dios, lusero;
que al mirar eixe salero,
i. de gust m' agarra changloí.
P!e d' agobios y curruhes i Entonses com qui no hu nula
y pieors per tot lo eos I em tirares una tilla
310
que espatarra! era deixá vorás si te pica el cuc.
con si fora una granota. Com la cals en 1' aigua era bulls
Entre angustias y disvelos y com el sofre m' ensens ,
i mi mateix em diguí, perqué yo no se que tens
¿ qu' es lo que pasa por mi, en eixos bonicos ulls.
altos y devinos sielos? A cada mirada tendrá
¿M' entra per alguna part que' m tires fent la moixela ,
lo que así en lo cor em bull? em destapes, Maneleta,
Eixa noy a m' ha pres d' u l l , el focmal colgat en sendra.
ó es qu' enebisa per mal' art. Y no m' arrugues les selles
¿M' ha mosegado culebra? ni me chires el morret
¿Que tinc, reina soberana? cuant te fasa molt dolset
Asó es lífol ó cuartana una señe en les orelles.
per que yo m' ensene en febra. Eres serafí del sel,
Ya estic obrint el forat y també la meua estrela;
per aon veig la meua pena, eres bonica, Manela,
estes pieors á la esquena y mes dolsa que la mel.
es qu' estic enamora!. Eres ramell de fenoll
L' amor á mi qne encandiles en 1' olor,
ve fentme el bu,. y delebardíde 1* amor
títiri-ti, hermós y tendré capoll.
tuturu-tu. Eres fina de les fines
Y poc á poc qu' entre les mes fines viu ;
em trau el suc; deis fadrinseres caliu,
cóeoro-cóc, y enbecha de les fadrínes.
cúcuru-cúc. Eres la mel del meu cor,
Y el gallet yo y 1' encandiles en ella;
li fas així; la flor de la marabeüa
cócoro-có, y perla engastada en <5r.
quíquirí-quí. Bullme pues tot lo que pugnes.
Y si tu no vols respondre y deixam 1' ánima en pau,
cacareehant la gallina, que yo seré el teu esclau
sapies que vaig de borina, si en un cabellet em nugues.
y qu' estic picant á pondré. Si tens sandunga y salero,
Posüo m' ahuxes ni estufes, yo soc terne, y algo mes;
Maneleta, tros de sol, encara no saps lo qu' es
per qu' emfaria la col un amartelat chufero.
en lo cabás y en les chufes. Que si 1' orella me bufes
Y asó no 't caiga del sac; y les máneguesm' espolses,
que si no 'm vols per lo fie, (1) borás que hasta per los colses
de baix cama et plante un tic, va chorrantme suc de chufes.
mes pronte que tu dius tac. Soc gran home dalt d' un banc ,
Si agafarte el moño puc y baile mes fí que un fus:
y te descuides un poc, arriba, sal de Jesús:
per mes que cantes el coc , arruixa y no fases fanc,
També se yo fer chepetes
(1) El chufero tenia un fie en la gaita da r e - y pegar dos cabrioles;
iltes de una recalca de péu. tots diuen que' m pinls asolé*
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pa repicar castañetes. CONTESTACIÓ
Taropoc r e s t e faltará,
de Manela la Chincha, á Tófol el Chufleta.
que en sec enchamay m' ofegue;
yo per tot lo rnon navegue.;
se guañarme un tros de pa.
T' has de vore farta d' olla;
manduca tindras segura,
que per aisó no s' apura
un chufero en córfa y molla.
No' m tingues por, Maneleia,
que soc un gat rnolt rnoixét;
tanca be els ulls y arreraet'-
¿quién dieo miedo, palleta?
Te bulle sinse moure pols ,
y em fa el cor tilin-tilí,
te bulle com un cbavalí
per que eres del pinol dols.
Esto es lo c'hay, y está d í t ,
la cosa es formal y tiesa;
pues ya pots bolerme á presa
que non eixiras de uit.
Un pesó d' Qrella ém pica
r.CK
de pensar cuant al meu sol
li diré, pren el cresol
y pegam raeré, chica. Estaba esmocant un llus
Pero guárdat be de nit '* ala bora de 'Iaiguera,
si de goig el cor em salta, cuand vaig sentir per arrera
perqué sino, micha gaita passos y trapitg confus.
t' arrancaré en un chuplit» Luego vaig girar el cap,
Diguesme ara si ó no: y al noy vegent de 1' corréu,
vols viure en cabestre ó solía? digué cremada: ¡ay redéu!
Soó home de colp y volta; ¡'n hahem arrancat bon nap!
bulle casarme de pistó. —Carta porto, Maneleta,
Si em dius que no, s' ha acabít- digué 1' xicot.=¿Y cuand val?
chire beles, fas el grill; — Set cuartos.—¡Ben prop d' un ral!!!
em nugue al rabo un setrill, aquí 'ls tens y m' deixas neta.
y fuixc corrent mes que un gat. Yaig tirar rabiosa un all
Si em dius que sí, viva yo; y un votua que trinaba,
mentres el cárter marchaba .
fem conté que polla T hpu ;
corrent escalas á ball.
que mos posen pronte el chou,
tres per una y rebolcó. ¡ Set cuartos! ¡ tens bonas manyas
pera fer gastar dinés,
Que '1 cor está
Tófol! ¿no valían mes
fentme per t u ,
pera comprarme castanyas?
eácara-cá, '
¡Set cuartos! la rabia m' menja...
cúcuru-cu.
JOSÉ MARÍA BONILÍ * . ¡mal agonyats! ja n' tenia,
ab deu mes que ni afegia,
per ná al trayalu diumenja.
312
Tú vols fernie anar descaisn; | Yo no vull morir de un con,
yo no i' llensu , si tú V llensas, I y ademes, ell está aquí,
el dineret... ¡Deu! ¿te pencas ¡ y t u e s t a s molt lluny, y á mi
que yo fas moneda falsa? me agrada '1 amor de prop :
La teca no ra' se guanyar | Un geni te anfutimat,
per el foso y passeitg non, ; era de la patuleya ,
n o , pera guanyar un sou I y de aquellsque qui li feya,
la melsa tinch de suar. podia dirse enterrat.
Viva 1' diner, que no put ¡ No creguis que per t u l ' d e i i i ,
per anys que tinguía; en eii mon, que m' donaría tacó;
la gent de Napulayon I era deis de Pep de Po
be deya, l' arjantfa tut. j de aquells de Den no m' esquexi
Las carias que tu 'va eserius ¡Quina sang te! ¡quina sang:
de amplayats fant bullirla olla, no gasta aigaa, sois beu vi
y tots ells son una colla i y aygurdent de bon matí,
delladres que' ns menjan vius. que diu que 'I aygua fa fang.
Si pores tú vols engreixar Fou ara de la jamancia,
has de creurer que jo no , y no '1 ha tuspit cap bomba,
Tóful,y dic tot aixó per si may la mort 1' tomba,
perqué, cora es de pensar, ¡ constancia, Tói'ol constancia,
me escriurás altra vegada, i Que rnort ell, vens tú después,
y ni grosani petita y serás tú el meu marit...
cap carta he de rebre escrita si no m' surt mülor partu
com no vingui franqueijada. ú horne que'm agradi mes.
Si no tens ánima ingrata A . RlBOT Y F o N T S E R É i
y tornas aquí aviat,
los set cuartos qu' he gastat ,* *>
vull cobrarmels ab orchata.
COSAS DE ANDALUCÍA.
' Mes parlera de '1 amor teu
que dius que t' crema y 't ansen..,
¡que cariño tan violent VA DE CUENTO.
es aqueix!.. pren bays de neu.
Tens amor á mes de mil, Al final de estrecha callo
tens mossas com '1 estiu moscas, en la ciudad de Sevilla ,
pero ab mi vas.molt lluny d' oseas..< sobre un altar ya ruinoso
¡ay 1 ¡que te n' dono de fil! se vé la imagen divina
¿Que has fet dones de la Teresa? cubierta de ricas galas
encara que chincha, yo Madre de Cristo Santísima.
may he estat, seré, ni so Recostado con donaire
platu da sagunda mesa. de aquel altar en la esquina,
Y has de saber que ya Une está un curro jerezano
un altre que m' busca el eos ; embozado en su capilla,
el meu temo y tu sou dos , con un prajandí en la boca
y el meu temo val per cinc. escupiendo por la encía;
Creume, el meu cor no t' desdenya , los brazos puestos en jarras
pero si el meu ternohu sap, despreciando al que le mira ,
ab un garrot 'm obra T cap y ostruyendo el paso á much :s
y moro de un fart de llenya. que por la calle transitan.
313
A donde estaba el mancebo que remángala carniza,
llegó una gitana linda, cuando resala orasion
con dos luceros por ojos á toáz la zoraz er dia.
y cara tan peregrina,
que al mirarla , dulcemente
se queda el alma cautiva,
presa de aquellos encantos
que dan gloria á Andalucía.
Al ver la hermosa sirena
la poca galantería
del encubierto galán
que no da paso á la niña,
le dice con voz suave
y flechándole la vista,
— «Vaya, ¿dejazté pazá?
¿ó á jecho ozté portería
de la entra de ezta cayeja
onde está María Zantízitna ?
¿Tampoco dise ozté náa?...
Poz dé caye ar que camina,
que no tengo gana en ver
czacaraé cartulina.
— ¡ Dezver^u»áa eztá por Dioz
la mosuela chavaliya!
¡Jezucrizto! güelvazé,
zino quiere que le endiña
H W .
ezte pinrrel que ez é jierro
á ezetrazte de arropía. — ¡ Z¡ jaze ozté con zu cuelpo
¡Ea, viento frezco , á otra p a l t ^ la ezpina é zanta Lusia!
— ¿De verda? ¡medazté riza! — Y la zeñá der Pimpoyo
¿quié vé zumersé, onpilichi, paese ozté cuando va á miza,
como tersio la mantiya polque yeba zu zenaguaz
y en menoz é un zanti amen lazarandelaz poztizaz.
me pazo pol toa zu crizma? — ¡ VayaztéS|^'>«^|M|!^3
¿Loquie ozté vé? — ¡Jui,
— Zonzi vela, ¡ zí paese oztéáil
y á najarze, oña Merlinda; quede entre loz át
que no zea é pone er león — Y ozté zVtfttflfljjjjjjj)
á reñí con la gayina. regüerto en unáJj¡S$Si&, •
¡Zobre que n o m e h e enfáar !... cuando echó juera é¥lfÍfiÍ?ftTO
Vayase la muñequiya, lo que naide ya quería.
vaya á concluí er decbáo —¿Ozté ze acuerda, monona,
con la tía vieja é la miga. del convento é recogiaz?
— Y ozlé á zacá boqueronez — Y cuando eztuvo en preziyo,
á laz playaz é Meliya, ¿ ze acuerdazté lo que hasia?
que dico en ozté unaz trasas — Yo meacueldo, Mari Choto,
como de gente mu fina. cuando la tia Lampariyaz
—Y ozté eztá mozlrando á legua la yebo azté cá er marquez
m
i
pá dayc g'Cena propina un Torean que roa acribiyaT
pol no zé queoperasion — ¿Y con qué zangre zapaga
que le )izo ozté en la tripa. el vorcan , prenda quería ?
— T yo zé cuando á la vügen ¿ Con qué ze curan loz malez
yeno 6 muy zanta coisia, que tu pecho martiriza?
le quitó ozté loz dolorez — Con un hombre que aya enfrente,
que eran é plata mú fina, al regolver de eza ezquina
pá que nunca le pinchasen al pié del mezmito altar
á aquella maíre bendita. de la virgen...
— jYoladron! ¡yo!... ¡lapasiensia — Cava: no igaz
zartó ya dezuz caziyaz! tnaz.»
|Ea! juye mala Chulama*, Apretó el chapeo el gitano
por eza caye mú lizta , y alzando fiera la vista,
antez que dé una mojáa al sitio que le señalan
en mitáa é tuz mejiyaz!» rápido el paso encamina.
Y colérico acomete Las lágrimas de su amante
a l a hermosa gitanilla, encendido habian sus iras
que al verlo así desparece de tal modo, que sus manos
ligera por la otra esquina. chocábanse convulsivas,
Oprimida lleva el alma buscando agudo instrumento
por la ofensa recibida ; vengador de sus desdichas.
fiero el semblante y cubierta Cruzó la calle veloz,
de triste llanto la vista. llegó al altar de María,
Entró en la Contratación, y asiendo del brazo á un hombre
plaza que estaba contigua, que recostado se via,
de cuyo centro un gitano eflfeg palabras le dijo
sale y le dice á la niña: afpaisa de valentía.
— «¿Qué ez ezo, luz é mi zojoz, — «Zi ez ozté tan valentón
que bienez ezcoloría? cu«l zu fieresa lo indica
¿Pol qué tu hechísera mano pá pegar á una muge
malargaz tan convulsiva? que en miz entrañaz habita!
¿Y yoraz? ¡por via é mi zangre!... jechozté á anda á la Alaméa:
¿Quién ez el alma mardita ¡ y pronto por via é miz tripaz!
que zembrd en tu bermozo pecho que ze zarta el corasoa
la pena que azi le agita ? pó tomarle ya la fila!
quién ez? ¡Pronto ! zi no quié morí
-¡Ayí onde cobarde ozté atisa
— ¡Vaya, contesta á la niña má jermoza
¿di quien es? que parió la Andalusia!
— ¡ A.y mare mia! ¿Lo oye ozté?
— ¡Jezucrizto! ¡ze ezmayó! — Y lo ezpresio,
güelve, güelve, claveyina, zó pelele.
conzuelo é tóoz miz pezarez, — ¡Cobardía!...
güelve pol Dioz á la via ! ezo zera no dezpresio
¿Quien támatáo?... á mi presona cumplía,
— ¡ Ay Jozelito ! ¡Y no andazté!
el alma traigo partía, — ¿Pá matarle?
y de corage en el pecho — 1 Pá vevé zu zangre fría!
315
—Ozté? «viejo», solo porque mi madre tuvo la humora-
-¡Yo! da de darme á luz en Castilla la Vieja.
— ¿Ozté? ¡Jezúmio! Ademas, el mozo de profesión no solo tiene el
yá un mandria 1 título honorífico áe^mozo aunque sea viejo, si-
— ¡Zanta María! no que está en su mano el ser bueno ó mal mo-
jPrepareceozté á morí! zo, y cuando de un hombre depende el gozar de
— ¡Y ozté también! ¡ por vía buena ó mala reputación, no ha de ser bobo en
el que ató á Crizto en la cruz! I!» la elección; y aunque sea bobo, no lo será para
su provecho, porque como dijo el que lo dijo,
• ' , « , • • • • • • «• • • * ningún bobo tira piedras á su tejado. El mozo
Y los dos se precipitan de café que sirve con puntualidad, y fia su gé-
•cruzando la estrecha calle nero al consumidor de cuando en cuando, aun-
llenos de cólera impía. que sea enano, jorobado, tuerto de un ojo'y biz-
Salieron al campo luego, co del otro, se dice que es un buen mozo. Lo
se paran, fieros se miran ; mismo se entiende del mozo de villar que cuen-
y echando ai suelo las capas ta pronto y bien, levanta los palos á tiempo, y
con fatal arremetida... tiene siempre tacos y mesa en regla : así como
el que cumple mal con su obligación, aunque
sea un chico como unas perlas, se dice que es
Aquí la crónica cuenta muy mal mozo ; pero á bien que á este le queda
que una linda gitanilla el consuelo que á mí con ser castellano viejo,
Hegó azorada al combate que con todas nuestras faltas y mas que tuvié-
de los temes de Sevilla. ramos, si pasamos al anochecer por las calles de
Ijlórosa, agitada y triste, Carretas, Montera y Puerta del Sol, no hade
otra morena bellísima faltar quien nos diga con sandunguera gacho-
llegó por opuesto lado o ,;;.,.; nería : «Adiós buen mozo.»
á donde estaba, la riña. Dos cosas necesita el hombre para llegar á la
Pararon los duros golpes perfección en cualquier ramo del saber hurna^
que aun empezado no habían no á que se dedique, la teoría y la práctica, que
y todos cuatro al ventorro •>•.•• por lo mismo de contribuir juntas á formar un
fueroná beber tintilla, todo perfecto, suelen concillarse rara vez, como
y á tragelar boquerones /: rara vez concurren en un sugeto en grado supe-
y sabrosa pescadilla. : rior el talento y la memoria; porque el poeta
¡> l J o s í GUTIÉRREZ MOTA. que reuniera la inspiración de Zorrilla y la eru-
dición de Lista, como el matemático que tuvie-
ra el genio de Newton y la prodigiosa memoria
EL MOZO DE VILLAR. de Mangiamele, serian dos monstruos, literaria
ó científicamente hablando, cuya carrera imposi-
Una ventaja'tiene el mozo de villar, lo mismo bilitaría á los demás de seguirsus huellas, teme-
que el mozo de café, sobre todos los hombres, y rosos de perder el guia á la mitad de la jornada.
es, que cuando estos lleguen á viejos nadie les Así pues el mozo, de villar ducho por la práctica
puede quitar sus años de encima; mientras qne en el giro de las bolas, según la calidad del taco
aquellos, tengan veinte,-tengan cuarenta, ten- y eíimpulso mayor ó menor, y mas ducho todavía
gan ochenta navidades: si no abandonan la pro- por el conocimiento déla mesa, es un leño en
fesión, siempre son mozos. En esto les sucede lo esto de geometría. Pero pongan ustedes á Valle-
contrario que á mí, pues cuando alguno me pre- jo, á Travesedo y al mismo Legendre á jugar al
gunta que si soy castellano, á pesar de hallarme villar con un mozo del oficio, y verán mientras
todavía en mis floridos abriles ¡ tengo qne decir ellos consideran la mesa como un perfecto pa-
316
raleliplpedo, y trazan ángulos rectos, agudos y que en el mero hecho de jugar con el mozo del
obtusos, y calculan la abertura de la bola , con- villar, suele serlo que llaman los inteligentes
siderando que el ángulo de reflexión es igual al un chambón, que es un hombre que juega mal,ó
de incidencia, todo para dar una pifia ó sacar la un chambonazo, que es el que juega peor. Si pue-
jugada del tio Melón, que consiste en no hacer de el mozo darle seis tantos, le contenta con dos
nada y quedarse : verán ustedes, repito, pegar ó mano á mano, y dé gracias si no le saca tantos,
el bueno del mozo un trancazo al buen tun tun, que suele suceder con frecuencia, porque como
sacando con toda su ignorancia , villa, pérdida, tenemos tanto amor propio los chambones, es
carambola, cuatro palos y mingo cubierto. Sin fácil convencernos de que lo hacemos bien; y
embargo no seria malo que el mozo de villar por no desmentir al que nos hace favor, somos
ayudara á la ejecución con el conocimiento de capaces de cualquier sacrificio. Lo cierto es que
las matemáticas. Yo tengo la aprensión de que para cada golpe del chambón, hace dos el mozo
Newton hubiera salido un jugador sin rival, de villar hasta plantarse en veinte y ocho ó vein-
siendo mozo de villar un par de años. te y nueve. Entonces si hay golpe le hace, y s¡
Es muy particular lo que en esto de jugar al no también, sea por tabla, sea por retruque, sea
villar le j a s a al nieto de mi abuela. Comprendo por el infierno, pero siempre de msdo que el
perfectamente el juego, sé la cantidad de bola golpe parezca casual. En viendo el chambonazo
que debo tomar para el doblete, para el recodo, que ha llegado á veinte y nueve, y el mozo le ga-
y en fin para lo que buenamente quede. Voy á la na la mesa por un inconcebible retruque , dica
ejecución y pego exactamente en el polo opuesto satisfecho: j Me ha ganado por un chiripon!
al que yo queria dar; y si por casualidad apunto ! Chiripon es superlativo de chiripa, chiripa quie-
re decir casualidad, y esto en el villar tiene d i -
hien ,1a pifia viene tan segura, que ni de encar-
ferentes sinónimos, como bamba, esperpento
go. Cuando doy bola, y la mía entra por los pa-
barbaridad y San Bruno. Pero la del mozo no
los, me contento con uno ó lo mas dos; cuando
e s barbaridad, ni San Bruno, ni esperpento, ni
me paso sin bola, suelo derribar todos los pa-
bamba, ni chiripa, ni casualidad, que es un
los. Hay veces que tiro una carambola de aque-
golpe tirado á ciencia cierta , aunque el mozo se
llas que se presentaban á Fernando VII; y con
haga de chiquitas, y diga que es jugada de tran-
toda la sal del mundo me paso de fino; y si no
cazo ó tamborilazo, que quiere decir fuerte y al
meto gato por liebre, meto un conejo como una
buen tun tun. Para eso cuando el chambón s a -
casa.
ca una bamba, se da tono y jura por lo mas s a -
A caza de pájaros de mi cuenta andan siem-
grado que aquello es tirado y muy tirado, a l o
pre los mozos de villar, y esta es una de las pre-
que el mozo (que todos son truanes y decido-
sas en que mas luce la sagacidad del astuto ca-
res) suele contestar: El que tira eso puede tirar
zador. No se va en derechura á la liebre, poco
de una carreta.
conocedora del terreno para librar por trancos ó
barrancos , marcha por el atajo, y espera en los Si juega á la treinta y una tiene mas proba-
atolladeros, donde descarga á boca de jarro, y bilidades de ganar, porque conociendo bien la
mete los tacos hasta el corazón, y cuando calcu- mesa y manejando la suela perfectamente, tuna-
la á la primera ojeada la velocidad del gazapo, ba, cuando quiere, el palo uno, el dos , el tres,
como buen perro viejo, detiene su marcha lo el cuatro ó el cinco, y saca, cuando le hace falta,
posible para dar algunos minutos de vida á su el doblete del nueve ó el del once, como los reco-
antagonista. Entonces suele presentarse una ma- dos del cinco y del diez por un lado y los del tres,
ta donde pueda agazaparse la presa burlando los de! ocho, del cinco, del siete, y del doce por el
pies del galgo, y lo que conviene es un ataque otro. Pero no es esta la principal ventaja del me-
irusco para echarse encima, ó una treta para so en la treinta y una, sino el poder llevar, co-
que el enemigo se entregue á discreción. mo acostumbra, dos bolas cubiertas que coloca
Efectivamente, el mozo de villar al primer en distinto bolsillo. ¿Tira el golpe y le hace? pues
golpe de vista conoce el juego de su contrario, saca la bola del bolso del chaleco. ¿ Se pasa? Si-
317
gue jugando hasta poder plantarse en treinta 6 y allá se las haya y se las busque por donde pue"
hacer la treinta y una con la bola del bolso de da, de mugeres está el mundo lleno, toda la
]a chaqueta. Si vuelve á pasarse , reniega de la tierra es altar para quien tiene devoción, y el que
suerte, mas no por eso se aflije, que todavía no aspira á ganar el cielo no necesita bendicio-
tiene repuesto de bolas en el pantalón. nes.
Esto de esconder la bola cuando es alta co- El moso de villar trabaja generalmente por la
mo el diez y seis, produce mejor efecto en lo tarde y por la noche. La mañana la ocupa en c e -
que loque llaman el punto. Mientras el mozo pillar la mesa, pulir los tacos y arreglar los
canta como un moscón ¡ el uno! ¡el d o s ! ¡el quinqués; y después de todo esto, para matar
tres! ¡ el cuatro!... pasean los jugadores ó dan el ocio, ensaya grandes jugadas y posturas difí-
yeso á la suela, y por consiguiente no ven al ciles. Ora tira doblete de maza, ora palos y á
mezo quedarse con una bola en la mano. Luego cubrir, y ora á pegar la bola para dejársela siem-
que reparte otra vez, esclama ¡medio duro al pre al contrario debajo de la baranda, y enton-
punto! El que ha podido traslucir el catorce ó el ces le dice con mucha socarronería ¿quiere usted
quince, pone sin dificultad, porque hay pocas la larga? Tira hasta por debajo de pierna; pero
probabilidades de que salga precisamente el diez la mayor dificultad que tiene que vencer, es t i -
y seis, que es el número mayor; pero como el rar á lo cadete con la mano izquierda con un
mozo le tiene ya en la mano, hace que saca b o - gran puro en la boca, que es cuanto se puede
la del cantarillo, y no la saca porque ya estaba apurar.
fuera el diez y seis, que tira en la mesa dicien-
do : ¡También ha sido suerte! ¡Dios proteje á
la inocencia!
Eso sí, el mozo de villar mira mucho por la
casa; y si hay quien juegue treinta y una, guer-
ra ó chapó, no se divierte nadie en jugar mesas;
porque ademas de que la utilidad en este caso es
mejor para el amo, también suele serlo para
él por los empréstitos no reintegrables que hay,
y por el derecho de la sisa. Todo el mundo le
llama de tú y se divierte con él, hace burla de
sus patillas , 6 de sus narices; pero el mozo no
se pica ni se corre : sabe que muchas veces jue-
ga con los que le insultan, que ó porque tienen
dinero, ó porque quieren aparentarlo, le pagan
cuando pierde, y no cobran cuando ganan, y el
mozo dice y dice b i e n : dame pan, y llámame
tonto.
Con este modo de vivir, gánalo suficiente pa- Cuando llegue su habilidad á este estremo, ya
ra comer y vestir, y aun le sobra porque no no teme á nadie; ya llegó al non plus ultra;
gasta lujo. Una chaquetita corta de paño par- ya puede rivalizar con los genios privilegiados
do, un pantalón ancho de idem, babuchas ó za~ del arte como los Riaños y los Bermudos y los
patitos que no oyen aunque tienen orejas, cha- Peret y los Espinos y los Alzamoras, que casi ca-
leco abrochado, pañuelo al cuello á lo calesero, si lo hacen todos tan bien como yo.
y una gorrita de medio lado que sienta en aque- JUAN MARTÍNEZ VILLERGA*.
lla cara de pillo como pedrada en ojo de botica-
rio. Cualquiera le entregaría la bolsa en un ca-
mino. Unos mozos serán casados y otros no lo
serán; respetemos la vida privada de cada uno,
318
el Dios de la irrisión entra en el Ore»
EL CARNAVAL DE LOS DEMONIOS. y con larga recluta le acompañan
EMBRIÓN DRAMÁTICO JOCO-SERIO-INFKRPfAL. los pecados mortales; los de á folio.
MOMO.
Funestas noches, Lucifer maldito.
LUCIFER.
ACTO ÚNICO
En hora horrible vengas, firme apoyo
escrito en el acto y en prosa endecasílaba coreada. de mi cetro de pez, numen ridículo:
Quítate el dominó, suelta el zorongo ,
PERSONAS. Siéntate en un rejón y contarásnos...
LUCIFER. MOMO.
MOMO, No, que me duelen ya los hipocondrios
LOS SIETE PECADOS CAPITALES QUE LLAMAN de reír y cantar. Hablen por migo
MORTALES. estas siete virtudes.
CORO DK DEMONIOS. LUCIFER.
COMPARSA DE CONDENADOS. Me conformo. —
Campanuda soberbia, dadme cuenta
La escena es en el infierno. de vuestra comisión.
LA SOBERBIA.
Coro de demonios con acornpaüamienta de la- Yo no respondo
dridos de gatos y maullidos de perros. de mi conducta á nadie. Esas carrozas
que ostentan mis magníficos despojos
Nosotros también harto te dicen que el orgullo insano
Gnáu, guau, guau, ¡ voto á quién ! — rinde abundantes parias á tu trono.
Los de la tribu infernal — Ve allí los que entre danzas y festines
Guau, guau, guau; miau , miau, miau, consumieron su pingüe patrimonio,
Con licencia del caporal y negaron al huérfano y la viuda...
Queremos tener un poquito de Carnaval. Mas culparlos yo ahora es despropósito:
antes te ruego... digo mal; te mando
LUCIFER.
que atormentes sus almas sin reposo,
Silencio y compostura, caballeros;
mas con mucha finura y elegancia,
¡silencio digo, 6 nos oirán los sordos!
porque, al cabo, son gentes de buen tono.
Bailar unos con otros es tontuna;
es tontuna bailar unos con otros, CORO.

que á puchero de enfermo eso olería. ¡Muy bien, muy bien!


Dejad que venga el ciudadano MOMO Preparen la sartén.
y nos traiga de allá pescado fresco... Con la mayor finura
Almas quiero decir, y no de chopo: se les dará tortura —
que gran cosecha ogaño nos preparan ¡Muy bien, muy bien!
solo en la heroica villa del madroño Por siempre jamás amen.
el Liceo , la Union el Instituto, LA AVARICIA.
y otras que callo, porque no las nombro, En tiempos de bureo y mogiganga
ilustres ó plebeyas sociedades... se gasta mucho y se trabaja poco ,
Transposición se llama este nogocio. los usureros pecan á destajo,
Porque habéis de saber, diablos del diablo, ¡y pecan sin entraren el jolgorio!
que todo anda al revés entre nosotros LUCIFER.
y en el mes de febrero y circum circa ¡ Ob canalla infeliz! ¿ Cuántos me traes?
ia caterva infernal hace su agosto. LA AVARICIA.
Pero ya haciendo muecas y visages Aquí traigo doscientos en remojo.
319
€0R0. LUCIFER.
¡Jolgorio! ¡Jólgoriol Alza esa torva, espeluznada frente,
Muertos bajen al profundo oh Envidia! nonos mires de reojo,
repertorio endereza esos huesos descarnados,
los que voluntariamente— destiñe de azafrán tu feo rostro,..
¡Qué gente! y habla.
se impusieron en el mundo LA ENVIRIA.
transitorio Abundante mies traigo al Averno,
las penas del purgatorio. ¡tanto me afano por el bien del prójimo !
LA LUJURIA. LUCiFER-
Yo, la mas seductora de las siete... Ko es maravilla, que donde hay mugeres...
LUCIFER. LA ENVIDIA.
Callad, doña Lujuria. Ya supongo No son precisas para hacer negocio
que habréis hecho proezas; mas silencio! mientras haya empleados y cesantes,
no se ofenda el pudor de este auditorio. mientras haya poetas y periódicos.
CORO. (Pianisimo.) CORO.

Diablos, callad con mil demonios. ¡Qué pálida!


Chis, chis,chis, chis; callad, callad. ¡Salud!
No indispongáis los matrimonios; ¡Qué escuálida!
no alborotéis la vecindad. ¡Salud!
¡Callad! |Callad! ¡ Viva la envidia y muera la virtud!
LA I B A . LA PEREZA (Bostezando).

¡Maldición! ¡Maldición! ¡Sangre! ¡Esterminio! Una recua de padres y maridos


Yo reino en este mundo y en el otro: traigo yo aquí, gente de tomo y lomo
y yo lo digo: y basta, y rompo el alma que mientras sus mugeres y sus hijas...
al mismo Lucifer si me habla gordo. LUCIFER.
CORO. Dormida se ha quedado como un tronco.
Tiene razón. Tiene razón. MOMO.

Rodilla en tierra ¡Rasgo característico! Arrulladla


que si se emperra — en tono de pasiega, babilonios.
¡Condenación!!! CORO. (Soñoliento.)
nos va á pegar un coscorrón. A la ro, ro...
LA .GULA. Ya se durmió...
Yo, auxiliada deojaldres y de médicos, Ó, ó, ó, ó, ó...
y apoplegías, borracheras, cólicos... LUCIFER.
Gula bestial que soy... Bailad , bailad ahora, hijos del Tártaro.
LUCIFER. Llególa vuestra, Reventad de gozo.
- : Entiendo. Et costera. CORO.

Calla; no me revuelvas» el estómago. Nosotros también —


Guau, guau, guau, ¡ voto á quién!
CORÓ. los de la tribu infernal —
Carnestolendas s Carnestolendas * Guau, guau, guau; miau, miau, miau —
son las que engordan nuestras prebendas Con licencia del caporal
en las casas y en las tiendas, Queremos tener un poquito de Carnaval.
en Madrid y en Alcobendas, MANUEL BRETÓN DE LOS HERREROS.
con comilonas y con meriendas
horrendas.
Ello mismo lo dice: CARNES-tolendas.
320
ABUSOS DE LA NARIZ. altramuces, agudas como epigrama de hambrien-
to , remangadas como hábito de cocinero de frai-
les (cuando los había, se entiende, y tenían
Hacia el comedio de la cara, un poco mas arri- hábitos y cocina y qué cocinar), mangas como
ba de los bigotes; entre carrillo y carrillo, y á san Basilio, en diez-y-seis-avo como novela
mitad de camino como vamos de oreja á oreja, traducida, blancas como palomas , moradas co-
plantó la mano del Omnipotente una protube- mo el pendón de Castilla, y hasta pías como
rancia algo visible en los chatos y escesivamcn- caballo de niño mimado. Otros articulistas de
te notable en los que desearían serlo. En esta narices, siguiéndola huella de nuestro inmor-
protuberancia encerró el órgano incomprensible tal Quevedo, han dicho ya cuanto cabe en pro-
del olfato , cual centinela avanzada del estóma- sa y verso acerca de estos varios accidentes na-
go y allí lo puso sobre la boca, para dar testi- rigales , escitando (esta era su piadosa inten-
monio de la bondad de las tajadas y tragos, y ción) la cólera de mas de diez atrabílarios, que
conceder ó negar la entrada según traiga ó no en cada artículo de narices devoran una perso-
cada manjar sus papeles en regla, á guisa de al- nalidad, porque no son capaces de ver mas allá
calde de barrio ó de aduanero fronterizo. Pero de donde alcanzan las suyas. Dejaré pues, como
así como la susodicha protuberancia recibió es- punto suficientemente discutido, esto de tama-
tos dos cometidos ú oficios que modernamente ños y colores, y con permiso do los que puedan
llamaríamos misiones, quedó encargada también ofenderse de mi atrevimiento, entraré en el
de servir de desaguadero ó letrina de los ojos; campo todavía virgen de los abusos que con la
porque escremento de los ojos es, lector candi- nariz se cometen.
do, aquello que estrepitosamente estraes cada y Hay percances trasitivos , e s t o e s , percances
cuando desabrochas el pañezuelo y te tapas con cuyo impulso nace de un individuo y refluye n e -
él la cara. Por último, armó el Criador las en- cesariamente en otro individuo diverso, que-
tradas ó ventanas de la propia protuberancia con dando el primero libre é incólume y mas ó m e -
agudos y recios pelos, estacada dó no penetra el nos lastimado el segundo. Entran en este núme-
volador insecto que pretendiera acaso hacer el ro aquellos que la torpeza la depravada inten-
nido en aquellos cóncavos oscuros. ción y hasta el egoísmo están produciendo t o -
Si no miente mi fisiológica erudición, creo que dos los dias. Y para que el lector poco avisado
á estas funciones y á la de prestar algún adorno no se esté dando de calabazadas en valde, pon-
al rostro está limitada la condición material dré algún ejemplo de estos tales abusos transi-
y social del bulto referido, que el vulgo conoce tivos.
por el nombre pedestre de nariz , y al cual n o - Abusa de mas de cuatro narices, hiriéndolas
sotros, la gente de letras, solemos aplicar la mas ó menos mortalmente, la débil viejezuela
misma denominación en plural, sea en el sentí- que armada de un paraguas de cinco leguas de
do recto, ó sea en el figurado. diámetro cuyos bordes y puntas andan constan-
Como el oficio principal de este órgano visible temente al exacto nivel de las narices propias de
se egerce invisiblemente, por residir su busilis las personas ni altas ni bajas, que son las mas,
cu la parte interior, no se ofrece obstáculo algu- sin reparar los destrozos que va causando, sigue
no para que su forma esterior varíe al infinito, impávida su línea recta con una tenacidad que
según la habilidad ó el capricho de cada padre ó de heroica pudiera calificarse. Verdad es que no
madre, ó según las caídas ó capirotazos que cada hay vieja que no se crea dueña de la acera y de
individuo vaya recogiendo por esos mundos de la calle, y que uo desprecie á los que pasan, á
Dios, que no le faltarán á poco que se descuide. los que pasaron , á los que pasarán y á los que
Por lo tanto, sin que de ello se resienta el órgano pueden pasar.
consabido, ni sufra demasiado, generalmente ha- Abusa de ocho ú diez mil narices, según sea
blando, la armonía délas facciones humanas, la concurrencia en el paseo, la elagante dami-
encontramos á cada paso narices chatas como sela que, por moda ó por necesidad de tapar al-
m
gun hedor indomable que trasuda ó le mana de con la derecha y colocando la nariz entre el í n -
algún lado, se carga la ropa, ó el pelo, ó el pa- dice y el pulgar de la izquierda * no pone una
ñuelo de esa maldecida confección moderna, fraseen el papel sin el sendo tirón de narices,
llamada miel de Inglaterra, y que es pura y que parece que se las vaya afilando para ordeñar
simplemente una variedad de la especie almiz- mas fáciles las ideas dé su desvirtuado cacumen,
cle, que, según Hoffman, hace huir al mismo y está sin cesar, tira que tira y soba que soba,
diablo. hasta que din fin ó la tarea, ó el papel,ó lo que
Abusan los taberneros que frien en detestable es mas frecuenté las fdeas?
aceite á la puerta de sus establecimientos, tos Por no remover los estómagos susceptibles,
carpinteros que calientan la cola en medio del pasaré por alto á aquellos individuos, víctimas
arroyo , las castañeras, los molenderos de cho- infelices de su pasión á la estatuaria, que dia y
colate, los qué encienden el fósforo pestilencial noche sin sosiego ni descanso, se barrenan las
para quemar el hediondo cigarro de á s,eis mara- narices para obtener ciertos productos medio se-
vedís, las pollerías, de las cuales procede, so- cos, á que dan luego varias y caprichosas for-
bre todo en tiempo de calor, la nauseabunda mas con los dedos, arrobándose y estasiándo-
emanación de los corrompidos despojos; pero se en esta maldecida operación , cual pudieran
abusan tantos otros y tantos, que fuera no aca- al escuchar las melancólicas armonías dé Mozart,
bar el sacarles á todos á la colada. ó los desgarradores ayes de Desdémona y de
Porque al enristrar la péñola, oh lector con- Norma.
descendiente, ha sido mi esclusiva intención Citaría también, y no lo haré por no ser pesa-,
tratar de aquellos abusos que llamaré reflexivos do, á los que dejando cuatro sentidos cesantes,
por recaer la acción sobre el individuo que la tienen concentradas todas las sensaciones en el
egerce, así como llamé transitivos á los que pa- del olfato, y huelen la camisa que se van á poner
san desde el abusador al abusado; logrando de y la silla en que se sientan, y el paño que com-
este modo suministrarte como de paso una tin- pran para una capa, y él aire para saber si llue-
turilla modesta de mis profundos conocimientos ve, y la llave de la puerta para conocer si vino
en gramática. alguien, y nunca hablan sino del hedor de los
Hay hombres que se dan tono á costa de sus pasillos del teatro, y del aroma que sale de casa
narices; es decir, hombres que no tienen otro Fortis, y del que exhalan las rejas de las hondas
medio de hacer papel'sino el de atormentarse la cocinas de las casas de mi flor. Estos hombres
trompa. Verbigracia; llega de Filipinas en cien- narices son mas numerosos de lo que tú crees,
to treinta y siete dias de navegación la fragata lector benévolo, y á poco que observes, ahí te
Sirena: á los veinte y cinco , cuando mas, ve- los encontrarás como llovidos.
réis á don Onofre que era un buen mozo hace Concluiré mi desapacible artículo volviendo
diez y siete años y literato hace nueve, sonarse la atención á esa mayoría inmensa dé gente ta<
los mocos quinientas veces en las doce horas bacosa, que otro Dios no conoce, ni otro afán ; ni
útiles, si antes de la llegada de la fragata se los otra delectación que el incomprensible frenesí de
sonaba solo diez 6 doce, como se suena el vulgo. meterse á cada triquitraque en ambas las venta-
Y ¿por qué así? Por que el tal don Onofre ya no nas aquellos átomos negros, comprados á buen
es ni buen mozo, ni literato , y necesita ser algo precio, que si en el principio de su uso pudieron
para papelonear, y ahora (¡oh flaqueza y delez- cosquillear agradablemente el olfatorio sentido,
nabilidad de las glorias humanas!) se contenta no sirven, al cabo de algún tiempo, mas que para
con ser el primerito que usa los pañuelos chinos atiborrar el conducto de la respiración^ produ-
que acaba de traer de Manila la fragata Si- cir un delicioso gangeo artificial, dar al público
rena. el espectáculo risible de una gota de color de
Pues, ya que la palabra literato acabo* dé es- ámbar en la punta-dé la nariz suspendida, y que
tampar ¿qué podré decir que él mismo no diga, al cabo cae en la pechera ó en el plato,- que es
de aquel público escritor , que asiendo la pluma peor; ó el otro espectáculo aflictivo de un pa-
41
322
ñuelo oscuro (claro daría margen á correr ) , en también la indignación sabe hacer versos.
cuyos senos confusos... tranquilizaos, lectores,
no digomas. T ú , José del Castillo,
Compadezcamos á esos infelices que no pueden que en tus navales rimas te propasas
pasar agradablemente sus horas sin el auxilio de hasta empañar el brillo
su nariz , que en la nariz ponen su vida y abu- que, de gloria no escasas,
san de ella en todo momento, sin acordarse si- las nueve ilustra mallorquínas casas.
quiera de que no poseen mas de una , por mas
que algunos vanidosos repitan sin hallar contra- Tú, que ensalzas a drede
dicción : oh! tengo yo muchas narices ! las viles glorias de una triste pulpa ,
JULIÁN MANZANO.
que solo comer puede
quien, por agena culpa,
no tener otra cosa le disculpa :

AL EMBUCHADO DE MALLORCA.
Oye mi ronco acento
Y viendo claro , que razón me asiste,
Contestación á la oda del señor Castillo, inserta llora aquel loco intento
en la pág. 134. que en mal hora tuviste
cuando al nabo en tus versos preferiste.
ODA.

Que es temeraria empresa Que el nabo, no te niego,


la que pretendo acometer, me avisa sirva de pasto ó de manjar sabroso.
una musa traviesa; Que el nabo, si es gallego,
pues quiero muy de prisa , es un nabo famoso,
con rudos versos, saludar LA R I S A . tampoco negaré, ni que es hermoso.

Mas como dijo el otro, Lo que sí te disputo


cuyo nombre no tengo en la memoria, y que es falso, falsísimo aseguro,
(Tratando de que un potro que deban a ese fruto,
tirase de una noria ) (en nuestra patria oscuro)
intentarlo no mas, basta á mi gloria. las nueve casas su renombre puro.

A mi gloria le basta En mejor fundamento


intentar defender la patria mia , su gloria estriba, por demás bizarra,
mi patria que contrasta no debe el nacimiento
del mar la valentía , al nabo ó á la parra ,
que á sorbos, engullírsela, porfía. • le debe al embuchado ó Butifarra.

V aquí como de peras Oh ! sabroso embuchado!


entraba el estenderme en su alabanza ; nec plus ultra del arte tocinero
pero si tal esperas, pues solo, acompañado,
burlaré tu esperanza en manjar hechicero
y lo siento ¡oh lector! que tengo crianza. te convierte al instante el cocinero!!

Si resuena mi lira Vindica tus derechos,


es para fines, ¡vive Dios! diversos. reclama con razón tu preeminencia
La indignación me inspira; y los famosos hechos
porque si bien perversas que debe á tu existencia
323
esplica el orbe; ¡nfúndeme tu ciencia. ó mis paces contigo nunca ajusto.

Mas ay 1 que pido en vano Y sepa el mundo culto


tu grata inspiración. Mi ingenio es poco, que en Mallorca las casas que señalas
tu valor soberano, gimieron al insulto
y un imposible toco y lloraron sus salas,
si á mentar tus virtudes le provoco. al ver que al rudo nabo las igualas.
UN SUSCRITOR DE PALMA DE MALLORCA.
Alábente La Vega,
Ayguals , Villergas, Zarate y Zorrilla ;
EPIGRAMA.
que mi numen no llega
á tanta maravilla
y mi plectro, ante tí, tosco se humilla. —Esas aguas tan delgadas
que tiene Madrid y frías,
Vosotros cuya fama , van dejando mis encías
cual la rosada luz de bella aurora , desiertas y despobladas.
aljófares derrama Quiero mudar de ciudad...
de RISA seductora •-:*' ¿qué le parece? doctor?
que España con afán, luego atesora !! —Me parece que mejor
seria mudar de edad.
Vosotros que la acedía A . RlBOT V FONTSERÉ.
disipáis y el esplín, tomad mi empeño ,
y en vuestra enciclopedia
hasta que os venza el sueño,
el embuchado celebrad, mi dueño.
ATRACTIVOS DEL INVIERNO.

Y tú , Castillo, deja, i.
deja por Dios en paz nuestros blasones,
oye mi justa queja , Pues señor, no hay que darle vueltas : la m e -
y en tales ocasiones jor estación del año es el invierno. Las empre-
respeta nobilísimos varones. sas de los teatros logran fácilmente buenas en-
tradas. Los gastrónomos saborean ricas ostras;
Que si por fin y cabo y así que empieza á helar, sacian su apetito con
tu musa celebrar nabos codicia , , (
el sabroso besugo. Los ministros de la corona
de Fuencarral el nabo pueden infrinjir impunemente las leyes sin t e -
alabe con justicia, mor de asonadas ni motines, porque la sangre
ó al estupendo nabo de Galicia. no hierve como en el mes de julio , y los patrio-
tas prefieren asar castañas y calentarse en el
Mas no la historia tuerzas brasero á pronunciarse entre lluvias y nieves.
á tus privados fines , y nos digas Los limpia-botas bailan de gozo porque tienen
cosas con las que fuerzas grandes lodos á su favor. Los médicos se hacen
y temerario obligas de oro con los constipados y pulmonías. Los bo-
á que las gentes séante enemigas. ticarios venden pastillas pectorales que es uua
bendición de Dios. Los estereros se hacen pode-
rosos. Las doncellas hacen nuevas conquistas to-
Castillo, sobre todo
dos los dias con los francesitos que se descuel-
tu aserción temeraria , porque es justo .
gan del Pirineo á limpiar nuestras chimeneas, y
retracta de algún modo
nuestros bolsillos con sus micos y sus órganos.
si quieres darme gusto,
324
Hay no obstante padres muy españoles» parlieu- , franchute de estos, camela á sus hijas, á es-
lavmente c» las hosterías, y apenas ven que un i cobazos me lo plañían en Ja calle. Así debían

barrerse de España todos los eslrangeros que cantan á cuantos tienen un corazón sensible a
esplotan la mina de nuestra ignorancia. las delicias de la armonía. ¿Y qué, decimos los
Los pretendientes sobre todo , desean que lle- defensores del invierno, puede, compararse e!
gue el invierno, porque los dias de Navidad son débil canto del tímido ruiseñor, con los anima-
los dias del turrón, y el turrón es el alimen- dos y penetrantes dúos que en el mes de enero
to predilecto de los españoles. Si Jovellanos entonan de tejas arriba los enamorados gatos.
viviera en estos tiempos, mudaria el epígrafe Y la lluvia? Puede haber cosa mas deliciosa que
de su célebre obrita de Pan y toros, en el de la lluvia? Oh, cómo me entusiasma la lluvia!
Toros y turrón. Pero ademas de todos estos y Hablemos siempre de la lluvia!
otros aficionados que tan poderosos motivos tie- Algunos han dichoque la lluvia es monótona.
nen para querer el invierno, hay otros apasiona- ¡Bárbaros! Que se aplique este epíteto al sol,
dos á esta estación que el vulgo ignorante cali- santo y bueno; porque al cabo, según la defini-
fica de rigorosa. Estos apasionados son ios ver- ción de Mr. Árnal, le soleil n ' est quun (¡rana
daderos inteligentes en la materia, y á buen se- clou jaune fiché dans le firmament par la main
guro nadie podrá negarles la razón cuando pa- d'un audacieux tapistiar; pero la lluvia monó-
tentizan las ventajas de los meses de noviem- tona! Bah ! Cuando lian visto los que tal absur-
bre, diciembre y enero, á los de mayo, junio y do profieren cosa mas variada y amena que la
julio. lluvia? La niebla , el rocío, el granizo, la llu-
La monotonía del verano es insípida. El res- via menuda , el aguacero, la piedra , la nieve, la
plandor del sol alumbra siempre con sus mismos tempestad hé aquí un mosaico encantado!'
rayos. Las flores esparcen sin cesar idénticos de preciosidades.
aromas. Los campos siempre verdes Oh! es- ¿Hay espectáculo mas grandioso que el de un
to es insoportable, esto es atroz. Dicen los afi- recio aguacero... sobre todo cuando se le con-
cionados al verano, que para eso están las tier- templa desde una ventana detrás de alguna vi-
nas avecillas que con sus trinos y gorguos en- driedra perfectamente cerrada? Nada falta al
325
golpe de vista. Cuando las cataratas del cielo recatada esposa,.no hace caso de la catástrofe de!
(estilo bíblico) sé abren en domingo, es cosa marido, ni del chubasco que la inunda , y solo
de alquilar balcones en la Puerta del Sol. Los piensa en su angelical pud«r; por manera , que
que han tenido la imprudencia de salir de casa para no dar en espectáculo sus contornos, toma
sin su muger y sin el paraguas, conocen enton- lo posición de Venus de Mediéis y lucha contra
ces las ventajas que lleva el último mueble so- el furor del Bóreas, que parece se empeña en
bre el primero. ¡Qué placer no proporciona ver descubrir a los espectadores las mas ocultas for-
bajo un solo paraguas protector el pintoresco mas de la víctima.;
grupo de un matrimonio con chiquillos! Y digo, Seria nunca acabar si quisiese hacer una m i -
cuando la cristalina lluvia, es de las que s u e - nuciosa descripción de todos los atractivos del
len caer acompañadas de un recio vendabal, con- invierno. Bastante he dicho hoy de las bellezas
tra el cual no puede resistir el mas, impermeable déla lluvia. En otro artículo me propongo d e -
tafetán, de ese furioso huracán que se lleva som- mostrar los placeres del frió, las delicias de los
breros y pelucas ohí entonces la respetable sabañones y particularmente los heroicos lances
pareja que se había puesto en camino para i r á del reuma cerebral, bien persuadido que una
lucir el trage de los dias de fiesta, ofrece la ma- vez leídas las razones en que fundo mi opinión,
ravilosa perspectiva de un lance verdaderamente todos mis lectores dirán conmigo que nada hay
romántico. Solícito el marido por su precioso comparable á los encantos del invierno.
paraguas, abandona el brazo de su cara mitad,
WENCESLAO AYGUALS DE IZCO.
y se clava en el suelo para salvar el susodicho
mueble, que el viento le ha vuelto como un cal-
cetín, y parece querer arrebatárselo de las ma-
nos, del mismo modo que acaba de arrebatarle LAS MEDIAS.

Yo no sé por qué razón,


pues que al fin nada se sabe,
quiero á las medias hacer
un magnífico romance.
No hay que estvañar el epíteto,
que es de moda el alabarse,
y el perro que no se alaba,
ó rabia ó se muere de hambre.
Y llamo á los hombres perros,
por á mí mismo elojiarme,
pues debiéramos llamarnos
lobos, tigres ó caimanes.
Naturaleza lo quiso,
caballeros, adelante,
viva la ignorancia alegre
muera el sabio triste y grave.
El patrimonio mejor
es el de ser ignorante;
el que ignora duerme en paz,
el que ignora nada sabe.
De nada se le dá un pito
el.no hace caso de nadie
el sombrero en el momento que cae de una azo- y cuando come, manduca
como los antiguos frailes.
tea una maceta de flores y le abre el cráneo. La
26
Este mundo es de los tontos, ella pretende cojerle,
de los que miran al aire, pero él pretende escaparsei
y no ven de donde viene,-•'•' Así se pásala vida
si de Oeste ó de Levante. hasta el requiescant in face.
Con tal que sople ¿qué importa ? La vista de un pié desnudo
si hace calor aguantarse, es triste, desagradable,
si llueve y truena, que truene, . y un pió con media de seda
pues son cosas naturales. es un pié, pero elegante.
El tonto es tipo perfecto Un privilegio las medías
de felicidad salvaje; gozan muchos años hace ,
Dios á los tontos proteja un privilegio de alcoba ,
y con los tontos me iguale. al que no ha faltado nadie.
Y no crean mis lectores • > €uando el hombre se desnuda
que yo de sabio hago alarde; son lo último que sale,
quien piense que puede serlo y lo primero en que piensa
solo piensa un disparate. cuando quiere levantarse.
Lo que conviene en el mundo Se los planta, y cate usted
es de este mundo burlarse, '«•Periquito hecho fraile;
que este mundo, bien mirado; •al mirarlas se envanece,
ni un ochavo viejo vale. que dá orgullo hasta el estambre.
En fin bebemos, comemos, Las de lana son plebeyas,
y andamos por esas calles... azules, la mayor p a r t e ,
pues señor ruede la bola las hay blancas, las hay.negras,
hasta que la bola pare. á gusto del que las gaste ;
Por eso escribo en L A R I S A , , no hay suciedad que no encubran
por este libre carácter ni puntapiés que no aguanten ;
al que no pudo vencer, repitamos que las medias
son invención admirable.
ni aun soplándome en la cárcel ,
un señor de campanillas, ABENAMAR.
pero un señor... Dios le guarde.
Mas bien mirado es un héroe
todo el que encarcela á un vate.
MI CRIADO Y HERMQSÍLLA.
¿Pero adonde voy señores?
¿y las medias? ¡ qiié dislates!
Afuera tristes recaerdos, Carti-epístíjia en p r o s i - w * o .
ruda política aparte, ,,-:
riámonos de los hombres Pues L * RISA es enciclopedia de estrayagan-
y así nuestra vida pase. cias, ahí ,va una de gran calibre, señores lec-
Pues señor, á Dios le plugo • tores; pero tengan ustedes entendido, en primer
que el hombre piernas gastase, lugar, que yo no respondo de que les guste ; y
pero le plugo también en segundo, que ora les parezca bien, ora mal,
que pudieran enfriarse. la estravagancia no es raja, sino de un doméstico
Este frió natural que Dios me dio, hombre por cierto de los mas
trató el hombre de: evitarle estrambóticos y estrafalarios del mundo.
de aquí nacieron las medias, Es el caso , señores leyentes, que entré la nu-
y es un origen laudable. ". merosa y dilatada familia que hace años se me
Naturaleza y el hombre come por los pies, tengo un individuo que no
están siempre de combate,- . pertenece á ella sino por la tangente, es decir,
327
en clase de criado; cualidad qué no quita que yo que no quedase ningún ser racional, entre to-
le quiera, como se merece, por lo bien que me dos los que me rodean, que dejase de pertene-
sirve; lo que no se opone tampoco á que sea un cer á la noble aristocracia del talento. Mi criado
bárbaro de pies á cabeza , como ustedes verán se mostró altamente satisfecho con su nuevo
bien pronto. Cuando yo no era autor, ni me ha- oficio, y comenzó á armar tan terribles pelote-
bía pasado por las mientes ponerme á escribir, ras con los cajistas, que me rio de las discusio-
teníale en casa para que me limpiase las botas, nes de tantos literatos de café como brillan en
y para otros usos igualmente humildes;; pero todas partes. La fortuna fué que por aquellos
desde que me dio por hacer versos y por espum- días no sabia el buen Juan ni leer ni escribir,
earme en prosa, y por otras cosas, que, con li- que á no sereso se echa desde luego á literato
cencia del gran Moliere, no son prosa ni Verso, lo mismo que yo, y no me deja tiempo para lu-
hubo una variación total en mi casa. Mi muger cirmesolo. Pe.ro el diablo que todo lo enreda,
se echó á literata, mi suegra se hizo marisabi- quiso mas adelante criarme un rival, y el bri-
dilla, el abuelo de mi suegro, que aun vive, co- bón de mi criado comenzó poco á poco á hacer-
menzó á aprender el francés; el marido déla se hombre de provecho, acabando por saber es-
madre de mi esposa, se dedicó á representar co- cribir una carta en menos de seis años. Yo no
medias; mis cinco hermanas pusieron sus vein- había notado su afición á las letras, ni podia
ticinco sentidos en leer folletines de periódicos; pasarme por la imaginación que pudiera remon-
mi sesto sobrino se metió á corrector de prue- tarse tan alto. ¿Cuál no seria mi sorpresa por
bas, y de los nueve hijos que tengo, cuatro se lo mismo, cuando le vi en estado de corregirme
hicieron editores responsales de otras cuatro pu-* las pruebas y de corregírmelas bien? Yo debía
blicaciones periodísticas; y los cinco restantes, alegrarme,de sus adelantos, pero la ruin envi-
con los otros cinco sobrinos que se me quedaban dilla y un vago temor deque con el tiempo pu-
en el tintero, resolvieron tomar la única y esclu- diera subírseme á las barbas, pudieron mas en
siva ocupación de leerme á mí, proporcionán- mi corazón, que el deseo de fomentar sus pro-
dome de ese modo un pequeño público, com - gresos, y le dejé abandonado á sí mismo. Con
puesto de diez individuos; fortuna que no tie- esto y con llamarle zopenco con mas frecuencia
nen acaso todos los autores de la época. Mi pa- que antes, creí evitado el peligro, y mí susto se
dre y mi madre habían muerto ya por aquel calmó poco á poco. Él ha aprendido á leer y á es-
entonces; pérdida irreparable para mí, y so- cribir, me decía yo en mis adentros; pero de eso
bre todo para la literatura contemporánea, la á bambalearse como hombre de letras, va un pa-
cual, á haber ellos vivido, hubiera contado con so de jigante. Y cuando quisiera echarla de es-
dos notablidades, ó por lo menos con dos apasio-* critor, qué daño podría.hacerme á mí? El no me
nados mas, según la comezón literaria que se ha de lanzar de la altura en que me veo, ni ha
apoderó de mi familia desde el momento en que, de ser un genio como yo. Todo lo mas que el po-
como digo arriba, me díó la humorada de echar- brecillo podrá hacer,será escribir una mala car-
me á escritor. - ta á su muchacha, ó suponiendo cuanto hay que
suponer, desempeñar alguna que otra chispilla
Natural era, señores lectores, que en seme-
en este ó en el otro periódico, para tener la sa-
jante metamorfosis doméstica le cupiese también
tísfacion de decir una desvergüenza á todos los
su correspondiente mutación de vida á. mi cria-
que valgan mas que él.
do Juan;y así fué en efecto, perteneciendo co-
mo perteneció desde aquel día al círculo litera- Así decia yo para mi capote, pero mi criado
rio, si bien siempre en sentido humilde, dado pensaba de un modo mas avanzado que yo, y
que su ocupación única y esclusiva fué ¡r y ve- todos mis cálculos vinieron á tierra. Ojeando pe-
nir á la imprenta diariamente llevando original riódicos por aquí, leyendo poesías por allá, y
y trayendo pruebas; tarea que en sus dolencias llevando y trayendo pruebas por acullá, ha ido
ha compartido mas de una vez con la criada, poco á poco adquiriendo tan notable desarrollo
permitiéndolo así el cielo, sin duda alguna, para en su genio, que aun cuando es un bárbaro co-
328
mo tengo dicho, me da ya quince y falta en ma- RISA, y estoy seguro que al ver una composi-
teria de literatura. Para que ustedes se conven- ción tan original...
zan de esta verdad^ oigan ustedes la conversa- —Oh, lo que es original ya me figuro que no
ción que tuvimos anoche, y vean ustedes si el podrá menos de ser.. Pero en resumidas cuen-
ex-zopenco de mi criado lo entiende. tas , ¿ qué es ello?
— Amo mió, me dijo, entrando con unos pa- — Eso es ya otra cosa, señorito ; y puesto que
peles -. ahí tiene usted esas segundas pruebas se aviene usted á la razón, iremos por partes.
que acabo de traer dé la imprenta. En primer lugar, ya sabe usted que estoy per-
— ¡Malditas pruebas! contesté amostazado. dido por mi antigua compañera de profesión.
¿Esposihle que han de venir siempre cuando —¿ Y qué compañera es esa?
uno tiene otra ocupación? ¡Bueno saldrá ahora —¡Toma! ¿Quién- ha de ser? La criada.
el artículo de LA RISA, teniendo que interrum- — ¡Cómo, bribón! ¿tú tienes trapícheos con...
pirlo á io mejor del Cuento! — ¡ Eh ! que yo no digo mas sino que la quiero,
— ¡Hola , señorito I ¿ Con que estaba usted es- pero como ella no me quiere á mí...
cribiendo para LA R^SA? Pues lo que es por i n - — Es decir que no hay peligro de...
terrumpir ta tarea, no debe darle á usted cuida- —Sí, buen peligro! Y es mas áspera que una
do, porque... aquí para los dos, señorito*.. ¿sa« zarza, y por eso cabalmente he ideado el medio
be usted que me ha ocurrido á mí escribir unos de yer si la puedo hacer mas accesible, escri-
versos, que mejorando lo presente... biendo la poesía en cuestión.
—¡Cómo ! ¿Qué es lo que dices de versos? —¡Jesucristo! Y me. buscas para...
—Nada, señor... sino que como he oido que — ; Dale! Si yo quiero casarme con ella, y ella
sentía usted dejar interrumpido su artículo, me no quiere casarse conmigo, ¿es acaso petado
ha ocurrido ofrecerle una epístola poética que que trate de...
acabo de escribir, con la cual podría salir usted — ¿ Con que tu fin es honesto?
de su compromiso, enviándola al director de — Pues ya se ve que lo es-.'pero es el caso que
LA RISA.
ella no me puede tragar, como digo á usted; y
Oir la propuesta y echarme á reír como un como tengo otra muchacha que me quiere, y co-
bárbaro, vino á ser todo uno. mo no es mí vocación estarme soltero toda la
vida, he determinado decirle que si persiste en
— No hay que burlarse, señorito, me dijo él
sus trece, me caso con la otra, y se acabó. A es-
con cierto gesto un si es 6 no es avinagrado. Ca-
to se reduce todo-.
da cual tiene el alma en su almario, y cuando
otros hacen versos, no sé por qué no los he de — ¿Gon qué esees el asunto de tu compo»-
hacer yo. sicion? Pues lo que es hasta ahora, no veo en la
— Convengo en ello, le contesté; pero ¿sabes ide% maldita la originalidadí
que me has dejado patitieso? ¿De dónde sacas ^ E s que lo original no está en la idea 4 seño-
ahora esa habilidad, tú tan majadero y tan... rito, sino en la ejecución. Oiga usted.
—Pues! Siempre con que soy un zopenco, y Y diciendo y haciendo, me leyó la carta s i -
siempre con la misma canción. ¿Sabe usted, se- guiente, no sin mirarme en cada uno de sus
ñorito, que eso es una horrible injusticia? ¿Sa- apartes, como para observar en mí rostro el
be usted que si le presento las composiciones efecto que su lectura me hacia.
que tengo hechas, se muere usted ahí de repen-
te? ¿Sabe usted, que si le leo mi primera imi- Querida Melchora: Me alegraré mucho que
tación de Zorrilla... al reciHr la carta que te estoy escribiendo, te
— ¿De Zorrilla? ¡Ay, Dids mió, y qué bien encuentres libre dé mal.
parado habrá quedado el níodelo ! Ye estoy bueno, gracias' á Dios primero, y
•—Poco á poco, señor... que se me acaba' ya la luego « don Roque el médico , que me ha sacado
paciencia, y si no quiere usted dispensarme el libre de la última sofocación:
favor que le pido, voy yo solo al director de L A Sofocación que, si bien sí mira, se debe á tu
329
terquedad maldita en mostrarte ingrata con — Este animalote se ha empeñado en exami-
quien te quiere mas que al Peni. narme de bellas letras, dije yo para mi; pero de-
¿ Será posible que los ojos tuyos nunca se han seoso de ver en que venia á parar la interpela-
de volver á estos dos ojos míos ? ¿ Nunca nos lie- ción, ¿4 qué viene esa pregunta? le con-
mos deunir? ¿ Y por qué? testé.
Tú sabes que tengo un corazón tan muerto por — Repito que me responda usted categórica-
tus gracias, que no hay ningún hombre, ¡ta- mente.
llando asi comunmente, que tenga mi amor. — Y bien; le he leído: ¿qué tenemos con
Tú en tanto te burlas de impaciencia , y juro eso ?
á San Antonio, que si ahora te burlas también, — Que si lo ha hecho usted con la debida d e -
ya no he de escribirte á fé de Juan. tención, no podrá usted negarme que en la obra
Casémonos luego, ó por Jesucristo ó por su titulada Arte de hablar en prosa y verso, ha
Madre, te digo que no espero mas, pues van compendiado su autor todo lo mejor que en m a -
ocho años que me haces el bú. teria de preceptos se ha escrito; y que esto s u -
Leonardo me quiere, y todos los días está di- puesto, la autoridad de esa obra es sin disputa
ciendo á todos que si me caso con ella, mi di- de lo menos irrecusable que puede darse desde
cha está resuelta ya. Aristóteles á Horacio, desde Horacio á Boileau
Piénsalo, pues, porque te digo otra ves (y va y desde Boileau hasta nuestros dias.
con la formalidad que me caracteriza), que te — ¿Sabes, J u a n , que estoy aturdido con las
dejo si haces el hurón. citas que acabas de hacerme? ¡Cuerpo de Dios
Espero respuesta sin tardanza , porque es i/a coa el nuevo líteratillo ! Pero dejando chanzone-
tan dura mi suerte , que á fin de acabar el re- tas á un lado, digo, querido Juan, que cuando
tintín, concluyo diciendo: Mermosilla se limita á esponer pensamientos
JUAN. ágenos, no hay duda que lo hace muy regular-
mente; pero cuando se empeña en discurrir por
— ¿Qué t a l , señorito? preguntóme mi criado
sí, casi siempre lo echa á perder. ¿Qué aposta-
lleno de satisfacción, apenas acabó de leer su
mos ahora á que vas á citarme alguna majadería
misiva. ¿Qué le ha parecido á usted mi compo-
Hermosülescal Porque yo te veo venir, y eso de
sición?
invocar la.autoridad de ese preceptista en apoyo
— Me ha parecido, le contesté , que ó careces
de tu epístola...
de sentido común, ó has debido traguear hasta
dejártelo de sobra. ¿No me has dicho que ibas á — Pues ya se vé que la invoco, y usted me
leer una composición poética? dará la razón. Y si no, dígame usted : la primera
— Sí señor. cláusula del Quijote ¿ está escrita en prosa ó en
— Pues ¿á qué viene leerme esa estravagante verso?
epístola en prosa? — Mira si deeia yo que ibas á citarme alguna
— ¡ En prosa dice usted ! Ya veo que tiene u s - majadería.
ted orejas de ganso, y que el que carece de sen- — Poco á poco con eso , señorito, que la cláu_
tido común es usted. sula en cuestión tiene tantos versos cuantos son
— ¿Cómo es eso, insolente? los renglones en que Hermosilla la distribuye.
— Como que veo que habré de tomarme el tra- Y si no, mire usted.
bajo de darle á usted una leccioncilla de poética,
puesto que desconoce la clase de metro en que se En un lugar de la Mancha,
halla escrita esa carta. de cuyo nombre no quiero
Yo estaba como quien vé visiones, y hasta acordarme , no ha mucho tiempo
llegué á dudar si el que habia empinado el codo que vivía
era yo. un hidalgo
— Dígame usted, prosiguió mi criado; ¿ha leí- de los de lanza,
do usted á Uermosilla'! en astillero,
330
adarga antigua, rocín Carla es una estrofa, y cada estrofa una quln-
flaco y galgo corredor. tilla.
— Me dejas aturdido con esa relación. Ver-
¿Negará usted que los dos primeros renglones sos... estrofas... consonantes... quintillas... Pe-
son dos versos octosílabos, el tercero uno de ro ¿ será violentando también el sentido?
nueve sílabas, el cuarto y el quinto dos de cua- — Pues! como violentaba Hermosilla el de la
tro , el sesto y el sétimo dos de cinco, y el octa- primera cláusula del Quijote. ¿Oye usted?
vo y noveno dosheptosílabos agudos , que equi- — En efecto... es verdad. ¿Habrá diablura co-
valen por lo mismo á octosílabos? ¿ Qué dice mo ella? ¿Sabes, Juan, que tu ocurrencia es
usted áesta prueba sin réplica? (1) graciosa? ¿Pero sabes también que si la envió
— Digo que me he quedado estupefacto , como á LA RISA, no faltará quien crea que has hecho
dice el autor á que aludes;, al encontrar nada esa composición para ridiculizar...
menos que nueve versos en la primera cláusula — ¿Y qué me importa á mí que crean las gen-
del Quijote. «No lo esperaba yo ciertamente,..»; tes lo que quieran? Lo que á mí me interesa es
pero es el mal, que para que resulten los tales que acceda usted á mis ruegos, á ver si leyendo
versos, es preciso ante todo tener orejas de Melehora su nombre eu letras de molde...
ganso, como dices tú , para no conocer la vio- —Oh! Melehora sería un estuco, si viendo la
lencia que se hace al sentido; lo cual no quita agudeza de tu ingenio y la ternura de tu pasión,
que si yo me pongo á hacer anatomía de esa dejase de coronar con su cariño las amorosas an-
cláusula de otra manera distinta, resulte otra sias de quien tan gallardamente se espresa. Tu
combinación de versos distinta también; versos epístola irá á LA RISA: no tengas cuidado.
empero, que en el mero hecho de ser de diver- Y en efecto, señores lectores, la carta de mi
sas medidas, se destruirán como los de arriba criado existe ya en la página anterior; pero pa-
los unos á los otros, quedando por consiguiente ra evitarles á ustedes la molestia de hacer por sí
reducida la cláusula en cuestión á prosa y purí- mismos la consabida operación anatómico-her-
ma prosa , pese al magín de Hermosilla con to- mosillesca, procederemos á insertarla otra yez
da su erudición y con todas sus cavilosidades. en los términos en que debe leerse. Abran us-
Con que oído lo que tenia que contestar á la tedes las orejas, y oigan:
prueba sin réplica, dígote que me dejes en paz
porque no tengo el tiempo para oír disparates;
Á MELCHOKA.
y si todo el mérito de tu composición consiste en
haber hecho una amalada como las de que habla
Bengifo, ó como la que Hermosilla quiso hacer Querida Melehora: me
de la primera cláusula del Quijote...
alegraré mucho que al
— iVictor! esclamó mi criado saltando de go- recibir la carta que
10. usted va á caer de su asno, y... no hay re- estoy escribiendo, te
medio! Mi epístola tendrá el honor de figurar en encuentres libre de mal.
las columnas de LA RISA! Yo estoy bueno , gracias á
— ¿Y porqué? Dios primero, y luego á1 don
— Porque he dado un paso mas que Hermosi- Roque el médico, que me ha
lla , y la originalidad de mi composición consis- sacado libre de la
te cabalmente en constar de versos simétrica- última sofocación:
mente iguales,y en rigorosa consonancia á mas Sofocación que, sí bien
de eso. Lea usted , lea usted: cada aparte de mi se mira, se debe á tu
terquedad maldita en
mostrarte ingrata con quien
(1) Asila llama el preceptista citado. Véase te quiere mas que al Perú.
el Arte de hablar en prosa y verso, tomo 1.°,
página 390. ¿Será posible que los
331
ojos tuyos nunca se - anoche nos convencimos
han de volver á estos dos de que es mentira, en la boda.
ojos mios? ¿Nunca nos Si tiene esa habilidad
hemos de u n i r ? Y por qué? ¿por qué no le hizo á la novia,
Tú sabes que tengo un siendo tan amiga suya,
corazón tan muerto por décimas ó alguna cosa?
tus gracias, que no hay ningún Una décima, es preciso,
hombre, hablando así comun- dije, el novio está empeñado.
mente, que tenga mi amor. —Ustedes se han engañado,
Tú en tanto te burlas de me respondió, no improviso.
mí paciencia, y juro á San —Siendo la novia su amiga,
•Antonio, que si ahora te vamos no ha de hacerla usté!
hurlas también , ya no he — ¡Pero por Dios, si no sé!
de escribirte, á fé de Juan. — ¿No basta que yo lo diga?—
Casémonos luego, ó La volvimos á rogar,
por Jesucristo y por su se levantó hecha una pólvora,
Madre, te digo que no y en fin de que vio el empeño
espero m a s , pues van o- se fué huyendo de la boda.
cho años que me haces el bú. Esos versos los compone
Leonarda me quiere, y otra cualquiera persona,
todos los días está y ella luego por lucirse
diciendo á todos que si sin duda se los apropia.
me caso con e l l a , mi —Por que digan que es romántica
dicha está resuelta ya. — ¡Qué muger tan mentirosa!
Piénsalo, p u e s , porque te —Dicen que siempre está echando
digo otra vez (y va con relaciones ella sola.
la formalidad que me — Se enseñará á comedianta.
caracteriza), que te —¡Ya se ha sentado... la mona!
dejo si haces el hurón. Mas valia que aprendiera
Espero respuesta sin á barrer, que á decir coplas!
tardanza, porque es ya tan —Vamos á echarla de aquí?
dura mi suerte, que á fin —¿Cómo?—Riéndonos todas.
de acabar el retintín Díle á Paula que se ría.
concluyo diciendo :-JUAN. Y tú á Isabel.—Y tú á Antonia.
MIGUEL AGUSTÍN PRÍNCIPE. Ja... ja... ja... ja... ja... ja... ja...
—¡Mas fuerte que no lo nota! •,
Ja... ja... j a . . . j a . . . j a . . . ja... ja...
Ya mira, ya se incomoda,
LA POETISA EN UN PUEBLO.
—Ya se levanta y se vá!
—Vaya con Dios la gran loca!
¡Ya viene! ¡Mírala!—¿Quién? CAROLINA CORONADO.
—Esa que saca las coplas.
—¡Jesús, qué muger tan rara!
—Tiene los ojos de loca.
EL POETA EN MADRID.
—Diga usted don Marcelino,
será verdad que ella sola
hace versos sin maestro? —Apreciable Carolina:
—IQué locura! no señora; ten compasión y perdona
332
si el adjetivo te enfada, ¡:, que el que es amigo le pide
si mi franqueza te enoja. y el enemigo le compra.
Esto de llamar de tú Aunque sepan que no cubres
al mismo Dios en persona, los gastos que te ocasionas,
es privilejio que tienen cual una deuda te exijen
los versos sobre la prosa. ejemplares de tus obras.
Y el apreciable es vianda En no dar mil ejemplares
que prodigar se me antoja te dirán que eres roñosa,
si hablo con ellos á pocos, y no lo es el que no suelta
si hablo con ellas á todas. un real ó dos de la bolsa.
Tanto me agradan tus versos Regalas para acallar
aunque tú les llames coplas, las lenguas murmuradoras,
que te contesto plagiando y te dirán que es primada,
hasta el asonante en oa. y te tratarán de tonta.
Esto no quita el que luego Y así procura enemigos ;
como falto de memoria si quieres gastar carroza,
y sin tener áRengifo que los amigos acá
que en la escasez me socorra; ni dejan dinero ni honra.
Rima y medida variando Yo Carolina estoy frito,
mi lira sus trabas rompa vivo en constante zozobra,
en intolerables décimas víctima de la amistad
6 en seguidillas ramplonas. de mas de cuatro personas.
Te quejas, triste, te quejas El uno que es periodista
de si hablas, pasar por loca, siempre tras de m í : ¡qué moscaí
y por tonta sino chistas , —Hombre, dame un folletín.
dichosa de t í , dichosa I —Si no puedo ¡ es mucha droga í
Con un buen canto en los dientes —Una silba al ministerio,
diérame yo cada hora un romance, cualquier cosa:
por vivir oscurecido eso lo enjaretas tú.
en la mas desierta choza. como quien bebe una copa.—
No hay enfermedad, no hay trance, Creen que de prosa y de versos
no hay suplicio, no hay congoja es un manantial mi cholla
como el vivir en la corte que aunque corra á veinte caños
de la nación española. ni se cansa ni se agota.
Aquí Carolina van Y cada cual su negocio
al revés todas las cosas, pretende hacer á mi costa,
los enemigos convienen sin recordar una vez
y los amigos estorban. que tengo estómago y boca.
Si alguna vez por tu mal ¿Me acosa un dolor de muelas
á verá Madrid té arrojas, ó está con la unción mi novia?
en cuanto tengas amigos de seguro viene el músico
te marcharás viento en popa. poruña canción jocosa.
«Quien te conozca te compre» ,0 al revés, ¿estoy de albricias?
dice el refrán, y esto es broma; ¿quiero dar cuatro cabriolas?
primero te ha de vender me encargan un epitafio
quien primero te conozca. para una fúnebre losa.
Si publicas algún libro Otro flue tiene un chiquillo
tú verás, si es que-lo ignoras, me pide cjft mucha soma
333
que haga páralos exámenes aguas del estanque del Retiro, estarse una ma-
á la virtud una oda. dre junto al brasero, calentándose las rodillas y
Algún rendido cupido enfriándose el cogote, con su gatiia en la falda,
quiere una carta amorosa,
vence á la dama mi numen
y otro sus encantos goza.
Villergas que hace el billete
para nada se le nombra,
y el otro, triste copiante
se firma: Felipe-Lotas.
Don Fulano vá á un banquete
y me encomienda una glosa
que encomian los caballeros
y celebran las hermosas.
Y después un convidado
viene á decir que rae esconda,
pues tengo un competidor
que ha oscurecido mis glorias.
¿Y qué diré de los pelmas
que sin cesar me sofocan
para que lea y corrija
desde el principio á la cola?
—; Señor que no tengo tiempo ! <¡mm.
—Cá, si la comedia es corta -. para que el am'maiito no se resfrie, y llorando
no tiene mas que cinco actos un chiquillo á su lado á moco tendido, que se
el que menos de cien hojas... rasca con ferocidad los sabañones 11! Cada dedo
del angelito parece un salchichón de Vich, y sus
Te aseguro, Carolina, manos se asemejan a esos guantes monstruos
que esta vida me encocora que ponen los guanteros por muestra á la puer-
y estoy vivir anhelando ta de sus fábricas.
en la aldea mas remota. Si grandioso y magnífico es el espectáculo de
Con que, si quieres cambiar, los sabañones, vive Dios que en nada le cede el
Carolina, desde ahora, queofreee la humanidad resfriada.
toma tú la diligencia, ¡Eeeet chum!.... ¡Eeeet chum! grita
que yo cojeré la posta. con arrogancia el mortal dichoso que tiene la
JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS.
fortuna de coger un buen constipado, de los que
califican los inteligentes de encefalitis incipiente
que penetrando por las membranas dura mater,
pia mater y aragnoides, no se contenta con la
ATRACTIVOS DEL INVIERNO. irritación de las meninges ó flogosis cerebral, si-
no que simpatizando y haciendo cosquillas en
II. la pituitaria, membrana situada en los senos
frontales y fosas de la nariz, produce el estrepi-
Después de las encantadoras escenas que pre- toso estornudo... el magestuoso ¡Eeeet... chum!
senciamos en el invierno, y que algunas de ellas á cuyo eco atronador felicitan todos los oyentes
bosquejé en mi artículo anterior, qué cosa mas al mortal constipado, con las corteses frases de
agradable y recreativa á los ojos del filósofo, que ¡ Salud 1 i Jesús! j Dios os asista ! ú otras que de-
ver en un dia de aquellos en que se hielan Jas muestran hasta la evidencia que el hombre acó-
334
sado de una cefalalgia catarral, merece las sim- esta terrible enfermedad y que solo pudo librar-
patías de todos los demás, cualquiera que sea el se de ella á merced de un formidable hachazo
matiz político y literario á que pertenezcan. En que le aplicó Yulcano en las narices. Bien se co-
una tertulia, en el salón de las Cortes, en el Se- noce la ignorancia de los tiempos antiguos 1 El
nado, en la iglesia, donde quieta que resuene el siglo presente, siglo de ilustración y de progre-
¡Eeeet... chum-1 so, aunque no sea mas que por la gloriosa i n -
vención de los fósforos que han sustituido al pe-
Todos rinden su saludo dernal, al eslabón y á la yesca; este siglo de
con bondadosa eficacia mejoras positivas, ha descubierto también como
al qu» estornuda con gracia. un gran remedio para las narices esclavas de un
¡ Oh poder del estornudo ! pronunciamiento catarral, inundarlas de sebo
ardiente, que cual bálsamo odorífico y consola-
Y no se crea que solo en España merece bien dor, aplicado antes de acurrucarse entre sába-
el que estornuda. Los italianos le saludan con nas, produce maravillosos efectos.
cierta esclamacion cariñosa que maniüesta lo
mucho que se interesan per la sua felicita. Los
franceses le tributan unos su A vos souhails!
otros Dieu vos bénissel Lo mismo que los ingleses
God blessyoul No se muestran menos corteses
los alemanes manifestando su Hochhachtung für
die Gessundheit del que estornuda. Y por este es-
tilo saludan al estornudador en los demás pun-
tos de todo el orbe; por manera, que para ser
umversalmente querido , no hay como coger un
buen constipado de cabeza. Hasta Dios proteje
á los que adolecen de esta enfermedad; pues el
refrán dice que Dios ayuda al que estornuda.
Un autor franchute ha dicho no obstante, que
el reuma cerebral (le.rhume de cerveau) es la
mayor calamidad del mundo cuando establece
su cuartel general en las narices de un actor,
de un orador, ó de cualquiera persona obligada
á hablar ó á cantar en público; pero yo replico
que no perjudica nada al hombre, cualquiera
que sea su posición en la sociedad, el nunca
bien ponderado catarro cerebral, que le pone la
nariz abultada, magestuosa y colorada como un
tomate , dándole el aire de ángel... esto e s , de Con todo, penetrado de que uno de los mas
ángel mofletudo y llorón, con sus ojazos salto- bellos atractivos del invierno, es la multitud de
nes ribeteados de coral. ¡Oh imagen encanta- reumas cerebrales que nos regala, me atrevo á
dora y sublime! Y el aetor ? Y el orador? Si á aconsejará cuantos sientan sus efectos en las
la elocuencia de sus palabras se añade el sonido narices, que por abultadas que las vean, por
bronco de polichinela y el estampido del estor- encarnadas y lustrosas que seles pongan, no
nudo, qué mas se puede desear ? Y si el héroe hagan uso jamás de semejante remedio, y mucho
constipado se sienta en los bancos de la oposi- menos siendo casados, pues el sebo no huele á
ción, qué ministerio por fuerte y parlamentario rosas, y podría el catarro tener consecuencias
que sea, resiste á una andanada de estornudos? fatales para la cabeza del enfermo.
Dícese que el mismo Júpiter fué acometido por WENCESLAO AYGUALS DE IZCO.
LA INVENC10S D* tAS TRABILLAS. mermar un hilo siquiera,
por tener tasado el paño.
TRADICIÓN DE LOS INFIERNOS ÉL DIAB. Ambos pretendéis tener
de una invención el honor:
el verdadero inventor,
Diz que allá, del otro mundo esto se quiere saber.
en un lóbrego rincón, ' Y a.sí conforme á derecho,
de los precitos mansión esponed vuestras razones,
por lo estrecho y por lo inmundo; para evitar confusiones i '••
en una noche de truenos, y dilucidar el hecho;
en que llovían saetas, ' y pues hay constitución
y nevaban bayonetas, en vuestro pais n a t a l ,
y granizaban barrenos, sea este juicio verbal,
citados en toda forma juicio de conciliación.
comparecieron ajuicio EL PETIM. Como parte demandante,
un bribón (sastre de oficio) yo don Corpino Elegancia,
y un elegante de norma. yo, que de la culta Francia
Y aclamaron los infiernos visto al uso rutilante;
como juez en la intentona vengo á esponer ante el trono.
al MISMÍSIMO en persona, una iuaudita maldad
con su rabo y con sus cuernos. que ataca la propiedad
Dispensadas esta vez de un caballero de tono.
las precisas de costumbre Yo, profundo pensador,
con infernal mansedumbre que tanto pensé en la moda,
dijoá las partes el juez. hasta ser de España toda
EL DIABLO. «Para que pueda en conciencia el petimetre mayor;
suum cuique tribuere jus.» h. á costa de mil sudores
(el diablo en latinü Jesús!!!) que mi frente han inundado,
para dar una sentencia obtuve por resultado
conforme con la justicia, el primor de los primores.
pronunciad un juramento Yo en el flojo pantalón
de "hablarme sin finjimiento, las trabillas inventé,
sin engaño y sin malicia. mas de sacar me olvidé
EL PETIMETRE. Juro decir la verdad, privilejio de invención.
y si la verdad no digo, Y ese sastre inicuo y v i l ,
que me suceda en castigo por mi picara memoria
la mayor calamidad. quiere usurparme esta gloria...
Y será la mas completa, ¡oh usurpación sastreril!
que se me afloje el corsé EL SAST. Alto, señor! — Yo el mas diestro
en medio de una soirée... sastre que vivió en él mundo;
EL DIAB. Cómo? yó que en arte tan profundo
EL PETIM. Un baile de etiqueta! no reconozco maestro;
EL SASTRE. Juro decirla verdad; yo don Homobono Hilban...
y si la verdad no digo EL PETIM. Suprima plebeyo, el don,
que me suceda en castigó que esa es otra usurpación...
la mayor calamidad. EL DIAB. Al orden! — dilin dalan.
Que no pueda en todo un año EL SAST. Yo de tan perfecta obra
con el ras de mi tigera soy el único inventor
336
EL DIAB. Dadme las pruebas. Solamente porque quiere
EL SAST. Señor, pronunciarse en los infiernos.
ved que mi palabra sobra. Pues ya tienen tres bemoles!
EL DIAB. No basta que lo digáis: — Hola! guardias infernales,
si fué vuestra la invención , nunca pasen mis umbrales
es de entera precisión esos locos españoles!
que lo probéis... ¿Lo probáis? T tened listos los ojos,
EL SAST. Yo lo probaré al instante. que suelen venir á cientos
EL PETIM, Probaré yo lo contrario. con estos pronunciamientos...
EL SAST. Picaro ! llaves echad y cerrojos!
EL PETIM. Impostor! Y vosotros, ¡juro á tal!...
EL SAST. Falsario! si os rebeláis otra vez...
EL PETIM. usurpador! EL PETIM. Sí, recusamos a u n juez...
EL SAST. Intrigante! EL SAST. Que no está en juicio cabal.
EL DIAB. Al orden! — dilin dalan EL PETIM. A un juez que según las señas
que llamaré al alguacil... no aprovecha para el paso...
EL SAST. Es un embustero vil! EL SAST. Porque empina mucho el vaso
12L DIAB. Al orden , señor Ililban t de Jerez ó Valdepeñas.
EL PETIM El inventor yo lo fui. EL DIAB. Oh! qué torpes desatinos!
EL SAST. No que el inventor fui yo. ¿Valdepeñas ó Jerez?
EL PETIM. Pues yo sostengo que no. EL SAST. O Cariñena tal vez!
EL SAST. Pues yo repito que sí. EL DIAB. Nunca he probado esos vinos.
EL PETIM Vos mentís como un bellaco. Que en estos chiribitiles
EL SAST. Vos seréis el embustero. solo hay vino de Falerno
EL PETIM. Calle el sastre chapucero! que ha parado en el infierno
EL SAST. Calle el necio currutaco ! porque fué de los gentiles.
EL DIAB. Voto á mis cuernos... ¡cachaza ! Tengo tres ánforas llenas,
ú os pondré , canalla loca, que hallé en Roma en un palacio
unos grillos en la boca, con unos versos de Horacio
y en los pies una mordaza! dirijidos á Mecenas...
EL PETIM
Este juez está beodo ! Cuando Horacio las columbra
EL SAST.
Borracho como un inglés ! —nunc est bibendurn esclama;
EL PETIM
Una mordaza en los pies!'! y cual si hablase á su dama;
EL SAST.
Ha empinado mucho el codo ! —pócula duces sub umbra.
EL DIAB.
Oh! maldición , maldición !!! Ecce Falernum, le dice,
EL SAST.
Qué se le arrebata el vino! si á Virgilio encuentra al paso ;
EL DIAB.
Yoy á hacer un desatino, y este le responde acaso :
sino prestáis atención!
— «sic vos, non vobis amice. »
Temed audaces, mi saña;
Y Horacio con amargura,
¿qué revolución es esta?
viendo sus ánforas llenas,
bien mostráis ¡ voto á mi testa!
ya por su desdicha agenas,
que habéis nacido en España.
usic vos non vobis» murmura.
No he de admitir mas difuntos
Y al contemplarlas en alto,
que vengan de aquella tierra,
se relame el infeliz,
que me dan ellos mas guerra
que le dan en la nariz,
que todos los diablos juntos. .
y es imposible el asalto.
No!! lo juro por mis cuernos !...
Que á tan estraños dolores
que hay español que se muere
condenóle su destino
por tratar con Ligurino al mejor instante, ¡rus!
pecaminosos amores. se hacen cuatro mil girones.
— Pero, la cuestión no es esa. Y no falta un guapo chico
EL PKTIM. Yo con interés escucho... ^, que, merced á las trabillas,
EL DIAB. Siempre os interesa mucho, se quedó como en cuclillas
lo que nada os interesa. al alzar un abanico.
Volvamos al juicio en fin. Y un perfumado galán
EL PETIM. Yolas inventé, ¡pardiez! que, entre damas con la prisa,
EL SÁST. Es mentira señor juez. se vio de pronto en camisa
EL DIAB. Al orden! dalan dilin. por cojer un tulipán.
Si he de averiguar el hecho Otro, que estrenó trabillas,
de las dos partes contrarias, bajóse por su bastón,
son las pruebas necesarias y á r e i r d e l a función
para fallar en derecho. se asomaron las rodillas.
EL PETIM. Yo daré pruebas al punto. Risas al honor contrarias
EL SAST. Pruebas daré yo también. del hombre según mi cuenta,
EL DIAB. Silencio! y quietos estén! que son del hombre en afrenta
Hable uno solo.—Al asunto. las risas pantalonurias.
EL PETIM. Siendo, señor, las trabillas Y pues las trabillas son,
por su elegancia y primor, causa siempre de un desastre
la maravilla mayor ¿quién ha de negar al sastre
de todas las maravillas, la gloria de su invención?
y entre las modas modernas Por lo tanto señor juez,
la que puso á los varones á ese impostor monigote,
estirados pantalones pido que le den garrote
en las estiradas piernas... siquiera por una vez.
¡Qué puntiagudo caletre, EL DIAB. Si pruebas alega el uno
qué alambicado magín pruebas ¡ ay ! alega el otro...
las imaginara sin la justicia está en un potro...
el genio de un petimetre? LOS DOS. Quién tiene razón? — Ninguno
A su genio peregrino Esto lo dijo un abate
se debe tal invención... bailarín y regordete,
trabillas al pantalón penetrando en el retrete
se las puso un lechuguino! con su cara de tomate.
A ese picaro arrapiezo,
Quedó Satanás en babia
porque me usurpa este honor,
con el caso repentino,
será muy justo, señor...
y el sastre y el lechugino
ahorcarle por el pescuezo.
se remordieron de rabia.
EL SAST. Las trabillas, señor juez, Mas el otro en jarras puesto,
son una nueva invención , colocándose en tercera
que sostiene el pantalón prorumpió d e í s t a manera
en continua tirantez. con avinagrado gesto.
Y es cosa visible á un topo, «Yo el abate Pantorrillas,
que un cordel siempre tirante, como el único inventor ,
se rompe al mejor instante vengo á reclamar, señor,
como nos lo dijo Esopo. la gloria de las trabillas.
Por ellas los pantalones, No las inventó ¡ por Baco 1
aunque se ande con compás, sépalo en fin la justicia ,
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ni del sastre la codicia, — Tina ! Los diablos digeroü,
ni el primor del currutaco. dando mordiscos y coces.
No!., ni el sórdido interés, Y unos secundaron—viva!
ni la elegancia gentilJ — y otros secundaron — muera !
que de invención tan sutil quien — adentro /quien — afuera i
mas alto el origen es. quien — abajo! quien — arriba!
¿Quién tal primor ha inventado? Y al punto , de sus peroles
¿queréis saber la verdad? al oler pronunciamiento
La estrecha necesidad... saltaron de ciento en ciento
de un hombre necesitado! toditos los españoles.
La necesidad en fin, Y hubo mermas, y hubo creces:
que es la mayor inventora!... turrón ganado y perdido,
Y , si lo dudáis, ahora, y hubo, por fin, mucho ruido
lo demostraré en latin. » siendo tan pocas las nueces.
Non sabibit abogatus Y fueron con ser iguales
nunquam, quod ambrientum sabiat, vencidos y vencedores,
quia discurrit que rabiat los que cayeron traidores,
intelectus apretalus. los que se alzaron , leales.
lile qui trabillas gastat Diz que á favor de la gresca,
cubrit rotum calzamentum mas de mil, entre el tumulto,
ergo meum argumentum quisieron zafar el bulto
sufícit alque rebastat 1!! tierra buscando mas fresca.
Para no andar en pernetas, Mas los guardias en sus puestos
dando al aire mis canillas, alerta para un fracaso,
inventé yo las trabillas les atajaban el paso
porque estaba... sin calcetas! con amenazantes gestos.
— Bravo! con estruendo atroz, Y á la par que los precitos
gritó Satanás, y ; bien! su escapatoria buscaban,
rompiendo en aplausos cien los demonios esclamaban
todo el infierno á una voz. con desaforados gritos:
Y del infierno en presencia Nulla es redemtio, señores,
para dar ejemplo en él, y con sus tenazas fieras
se alzó en su silla Luzbel zampaban en las calderas
pronunciando esta sentencia: á los locos desertores.
«Alábate Pantorrillas Resistieron !... todo en vano.
como lo dirá la historia Los diablillos eran mil!
se debe... ¡mucha es su gloria... I Solo entre tanto alguacil
LA INVENCIÓN DE LAS TRABILLAS ! escapóse... un escribano!
Y, agur, con mesura en pos Este purgaba sus dolos
dijo marchándose el diablo, en unas grandes parrillas
que él inventó aquel bocablo que enrrojaba de cuclillas
para no decir á Dios. con sus mismos protocolos.
Y — ese juez es un bellaco !— El ocultando su afán
no bien ausentóse el juez midióla distancia un r a t o ,
prorumpieron á la vez y con tres brincos de gato
el Sastre y el Currutaco. dio consigo en el zaguán.
Muera! gritaron cien voces; Y en diabólico tropel,
y otras cien las repitieron... cuando escaparse le vieron,
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uñas en ristre se fueron mas locos ellos aquí,
todos los diablos tras él. que los demonios allá.»
Y le dieron sendas cargas «Yo mé escapé de sus cuernos...
con sus uñas de mil modos; pero al ver tan loco al mundo,
y él se defendió de todos ya siento anhelo profundo
que eran sus uñas mas largas. por volverme á los infiernos 1»
Y en medio déla reyerta — Yo le dije j caracolesl
se Íes escapó de un brinco, cumplid intención tan buena...
ganando con otros cinco y él me contestó con pena,
de los infiernos la puerta... — ya no admiten españoles !! I
Y adonde vasgalopinl E. F. SANZ,
dijo viéndole Luzbel,
que se hallaba en el dintel,
ignorante del motin.
EPIGRAMAS.
— Adonde vas desertor?
— A una cosa muy precisa.
—Dílo pronto,— Voy de prisa... Cierto coplero famoso
que tengo que hacer, señor. (pero no de los modernos)
— Díme pronto, dónde vas? á su muger cariñoso
clamó Luzbel con enojo pidió un consonante á tiernos;
puesta la mano al cerrojo y ella, que amaba al esposo,
para asegurarle mas. le puso al momento cuernos.
— Voy á dar un testimonio... WENCESLAO AYGUALS DE IZCO.
dijo— y le abrió Lucifer;
que escribano habrá de ser , A la bella Marcelina,
quien se la pegue al demonio. que era sorda eomo un cesto,
Y es fama que el buen curial un confesor indijesto
dióse á correr tanta maña, preguntábala doctrina
que en tres minutos, de España y dijo ¿ cuál es el sesto ?
se plantó en la capijtal. Ella creyendo escuchar
El anoche aunque de prisa ¿quién es Dios Omnipotente?
esta historia me contó; respondió sin vacilar:
y en verso la puse yo «Ja cosa mas escelente
para estamparla en LA RISA. que se puede imaginar.»
Si algún lector con empeño JUAN MARTÍNEZ VIM.EB.GAS.
me acusa de pesadez
6 si se duerme tal vez...
Dios le dé tranquilo sueño!
Mas volviendo á mi curial, MODAS INGLESAS DE INVIERNO,
si cuando le encuentro á punto
— Comovamos? le pregunto, ( W l N T E R ENGLISH FASHIONS.)
siempre me responde — mal!
«Muchacho, (me dijo ayer) Dícese comunmente que la Inglaterra marcha
no de escucharme te asombres; al frente de la civilización europea. Y esto por
que según hallo á los hombres... qué? Porque los ingleses son los entes mas ex-
hacen bueno á Lucifer!» travagantes del mundo. Ergo se deduce de esta
«Meembisten los hombres ya; verdad que la ilustración es hija de las estrava-
qmroeparecen i mí, <¡anciai\ .y que LA RISA , ENCICLOPEDIA DE M-
340
TRAVAGANCIAS es madre de la ilustración. Es de- La gente respetable sigue también esta moda
cir, que L A RISA es el mejor periódico de E s - que parecerá inverisímil á los que no tengan un
paña, al que toda persona decente debe suscri- profundo conocimiento de las rarezas de los i n -
birse si quiere contribuir á la prosperidad de su gleses ; pero si alguno de mis lectores no da cré-
patria y ponerla al nivel de ]a Gran Bretaña. dito á las presentes líneas, puede tomarse la
Dejaos pues, amabilísimos lectores de ambos molestia de ir á Londres y como no encuentre á
sexos, de seguir las modas de París. Estrava- todos los elegantes en camisa, consiento en pa-
gancias hay también en Francia; pero no pue- sar yo por descamisado todo el resto de mi vida.
den ponerse en parangón con las de las ninfas Repito pues, que las personas de respeto van
del Támesis y de los elegantes de la soberbia también muy serias en camisa por las calles, y
Albion. Mientras los hijos del áena se arropan y 'o mas que hacen para calentar el cuerpo de vea
acurrucan ante las marmóreas chimeneas de los en cuando, es detenerse en alguna taberna (Pu-
blic-House) engullirse un cacho de queso (a
salones de París para precaverse de los rigores
Bit of CheeseJ una patata (a potatoj y lueg»
del invierno, los ingleses hacen alarde d e s ú s
a Glas of Rum, esto es un vaso de ron segon
bríos y desalian con sus estravagantes modas las
manifiestan los siguientes figurines.
intemperies de la sañuda estación.
Así que anochece, todos los elegantes de Lon-
dres se alijeran de ropa en términos que se que-
dan en camisa. Los hombres en camisa de hom-
bre y las mugeres en camisa de muger, esplica-
cion indispensable, porque llamándose en inglés
Shirt la camisa de hombre, y Shift la camisa de
muger, no puedo yo traducirlo con la sola pala-
i r a de camisa, porque si se digese que las mu-
geres van en Shirt y los hombres en Shift, se
diría que los hombres van en camisa de muger
y las mugeres en camisa de hombre; pero p o -
niendo la cuestión, en su verdadero terreno, el
resultado es que la última moda es no tener
frió, y como el alumbrado de Londres está man-
dado recoger por ser cosa muy antigua y de mal
gusto eso de los faroles y del gas, los elegantes
andan que beben los vientos por aquellas calles

De este modo van matando el tiempo los tier-


nos esposos hasta media noche, que se reúnen
todos los elegantes en Regent Street, se zurran
mutuamente el bullarengue, y se retiran calen-
titos y gordos cada mochuelo á su olivo, pero
para meterse en la cama y conservar el calor,
de Dios, con un candil en la mano, faLamp) el esposo se viste de coraeero con su espadón,
como el GentUman que tienen ustedes á la vista. su casco, su coraza, sus botas de montar con
341
las correspondientes espuelas, y la amable es- Ved si me fundo
posa Yiste también su gracioso uniforme. cuando yo llamo
picaro al mundo.

Sale á la escena un cómico:


si es de las partes últimas
y se equivoca el mísero,
lo cual es muy común,
El público benévolo
de intolerante tímpano,
le abronca celebrándolo
con risas ó rum-rum.

Ved si me fundo
cuando yo llamo
picaro al mundo.

Entra en misa doña Ángela,


y porque ya la epístola
se pasó, y el acólito
ha mudado el misal,
Los viejos y los párvulos
y hasta la gente mística,
se rien de ella y búrlanse,
En esta forma se acurrucan entre sábanas di- incluso el sacristán.
ciendo ella Goodnight my Love, buenas no-
ches mi amor , y él Good night my Soul, buenas Ved si me fundo
noches alma mia , y al decir esto huelen á un cuando yo llamo
tiempo un ramillete de ruda, (a Rué Ñosegay) y picaro al mundo.
se duermen como cachorros (Son of a Bitch).
La palabra ramillete, se compone en inglés de De prisa va don Alvaro,
dos voces á saber; Nose-gay, nariz alegre, y dobla una esquina súbito,
vive Dios que si el ramillete es de ruda como y las narices rómpese,,
los que están de moda en Londres, puede ale- y las estrellas vé.
grar las narices, como los carros de Sabatini. Y la gente malévola
WENCESLAO AYGÜALS DE Izco. que ha visto la catástrofe,
con corazón diabólico
se rie á costa de él.
PICARO MUNDO!
Ved si me fundo
Tropieza doña Cándida caando yo llamo
en una piedra esdrújula, picaro al mundo.
y hasta las mismas médulas
penétrala el dolor. ¿De qué nace esa trápala
Lo ve cualquier satélite, y bullicioso júbilo
y en vez de darle lástima, de ese corrillo anómalo,
riendo como un zángano y ese tenaz reir?
celebra el tropezón. ¡ Toma I de que á don Críspulo
llevó el sombrero el ábrego, le nombran una espátula;
y corre y va siguiéndole y si es obeso y túmido,
en vano el infeliz. dicen: «ahí va el tonel.»
Que en este mundo picaro
Ved si me fundo es cualidad ingénita
cuando yo llamo reir del mal delprógimo,
picaro al mundo. burlarse siempre de él.

Ala fuente solícita Ved si me fundo


va una mozuela impávida <, cuando yo esclamo:
y rómpesela el cántaro, ¡picaro mundo!
y aflígela el azar. Fr. GERUNDIO.
Pero la turba sórdida
de compañeras náyades ,
lo rien celebrándolo, FÁBULA.
y gritan «agua vá.»
EL EGOÍSMO.
Ved si me fundo
cuando yo llamo Tenia Pablo en un rincón
picaro al mundo. de su corral un granado
que era de, aquel vecindado
Entra en el Circo Olímpico, envidia y admiración.
descúbrese don Plácido;
tras el sombrero llévase Pero tan pegado estaba
también el peluquín. á la tapia que cenia
Y para el espectáculo, el corral, que la vestía
porque la calva incógnita con su verde y la entoldaba.
produce silbos hórridos,
y aquello es un jollín. Y andando el tiempo llegó
á abrazarla de tal modo
Ved si me fundo;: que con su ramage todo
cuando yo llamo ál patio vecino dio.
picaro al mundo.
Pablo, al ver que ya sus brazos
Canta doña Escolástica hacia otra parte tendía,
en el Museo Lírico por el mismo t,ronco un día
un aria de Semiramis la cortó de dos hachazos.
que no ensayara bien.
Salta un compás y piérdese , ¡Hombre porqué la has corlado,
y con risas irónicas . . esclamó un amigo di!
la sociedad artística ¿ Qué mal te causaba allí
la rinde el parabién. ; el tronco de ese granado?

Ved si me fundo Un muehachuelo ladino,


cuando yo llamo respondió.—Pío le estorbaba;
picaro al mundo. lo ha cortado porque daba
sus granadas al vecino.
Al que es de carnes mádid* CAROLINA CORONABA
343
OTÍ& ^ S í S ) & & &&® ;Ea®2>281?&3

Boiaacn»

¿Hasta cuando, señor, hasta cuando la ilus- con insolencia: «ánimo,,Juana, que ahí tienes
tración del siglo XIX ha de tolerar la maldita un corsé que te dará caderas y cintura á pedir
invención del corsé? ¿Cómo en esta nación, ca- de boca.» Y ¿sabéis, modistas fatales, lo que
tólica por escelencia, se consiente un ente que habéis hecho ? Oid, oid! Me habéis puesto en un
insolente y torpemente intente (adelante) en- insufrible potro, me habéis sacrificado, soy
mendar la plana al Omnipotente? ¡O obcecación vuestra inocente.víctima. Yo vi por mi mal á esa
y ceguedad humana! ¡ O modistas rebeldes y te- Juana, yo la creí un semi-Dios, yo la idolatré,
naces, y qué cuenta habréis de dar en el tremen- yo (y esta es la mas negra) me casé con ella!....
do dia del valle aquel! Dios en el principio de Una noche, no: un dia, dia para mí fatal, dia
los tiempos dijo: «sea Juana jorobada»; y voso- desgraciado, dia de doscientos, mil demonios!
tras, pronunciadas contra este decreto del Altí- iUn dia, digo, hallándome en la plenitud de mis
simo, digístei3 en vuestra insensatez: «hagamos derechos maritales, quise considerar en ropas
un corsé á Juana, y sea con él mas derecha que menores á mi consorte, para alabar en sus per-
un huso.» Y también quiso el Señor Dios que fecciones la sabiduría y omnipotencia divina.
Juana fuese un vastago de la familia de Ñuño Pero ah! se había despojado del malhadado cor-
Rasura: mas vosotras con impiedad inaudita sé, y su espalda asemejábase al dorso de un dro-
dijisteis: «toma este corsé, Juana, y esclamen medario. Quedaron invisibles sus caderas apa-
los que con él te vean: meliora sunt uhera tua reciendo en lo demás tanquam tabula raso- in
vino (1).» Y el Señor, que sin duda quiso hacer qua nihil est depictum. En aquel instante mi
un scmi-diablo, ordenó también que Juana no ilusión se desvaneció juntamente con mi dicha.
tuviese en donde ajustarse sus ropas, á no col- Lloré y maldije mi estrella; y abismado por el
gárselas de los hombros: pero vosotras dijisteis recuerdo del ego vos eonjungo, faltó poco para
volverme loco. 1
(1) Creo que no necesitáis que os lo tra- Cuento á esta fecha diez años de martirio, y
duzca. en ellos me ha regalado Juana tres hijas raquíti-
344
cas y cuatro zataras. Ved ahí,los perniciosos Manos pues á la obra súbito:
efectos de vuestra obra! Mas si creéis continuar nadie me interrumpa... ¡Susf
siendo el azote del género humano, si pensáis que voy á pulsar la cítara ,
que se ha de consentir mas la plaga de vuestros ó si se quiere el laúd,
corsés, os engañáis ¡voto á brios! Pasaró'n ya y en arranques filarmónicos...
los tiempos del oscurantismo, y vino un siglo de por clave, de fefaut...
las luces, y con él un don Abundio Estofado, á ¿Quién refunfuña? Entendámonos:
cuyo brazo secular os entregaré, Dará ftue haga ¿A qué viene ese run-run?
de vosotras una pepitoria, para que os cueza, os Éntrela d y la f, déspotas,
ase, os fría y os confunda por todos los siglos de no hay consonancia. Churrú!...
los siglos. Entretanto recibid cuatro palmetas que á perro viejo, energúmenos,
del dómine de mi lugar, no.hay que andarle con tus tus.
C. F. Sigo pues el hilo clásico
de mi romance... ¡quietud!
ya que no entendéis de sátiras,
ni aun el ba, be, bi, bo, bu.
AL LUSTRE DE EÜHOPA.
Cual Donizetti el dulcísimo
en Lucia de Lamermur,
Como director intrépido; ó como el chantre volcánico
de este literario club de la capilla de Irun,
que á las imágenes tétricas ó el capiscol sério-mímico
hace con la risa el bú, que canta en Calatayud,
un pensamiento diabólico ó bien cual la Albini célebre
se me clavó en el testuz, que inmortalizó el maipiu,
y en mi entusiasmo poético, ó cual mis amigos Príncipe,
1 por vida de Belcebú! Bretón, Zorrilla, Bastus, (1)
voy á ver si á mil obstáculos: Abenamar, Gil y Zarate,
logro romper el capuz, Fray Gerundio, y Hartzenbusch,
y hacer un romance armónico cuyos admirables númenes
como el canto del Querub, aventajan á Le-Brun,
6 donoso cual las sílfides ó bien cual la niña angélica
que cria el suelo andaluz... que canta alegre el Mambrú,
romance que cada,síl8ha entono sublimes cánticos
taiga al menos un Perú, A LAS GLOB1AS DEL BETÚN,
porque el hacer cosas fáciles aventajando en la mímica
es tan vulgar, tan coman, el atroz indio Kosul.
que no alcanza fama sólida Salve ¡ oh betún odorífico!
quien no se eleva al non plus. LUSTRE de la juventud,
Si hablase en idioma gálico honor de Europa que en éxtasis
os diría étonezvous, te contempla, cual Mabamud
quiero alternar los esdrújulos cuando saborea extático
con el asonante en w, los granitos de alcuzcuz.
(que es de asonantes difíciles ¡ Salve, lustroso específico t
el mas difícil aun)
sin consentir que el mas mínimo
repita, en mi esclavitud, (1) Aunque no conozco mas que por su fama
ni dos consonantes cócoras al Señor Bastus., literato catalán, el asonante me
obliga á ser su amigo, y espero que esta amistad
me bailen un padedú. no será desairada.
Pasta brillante, salud! sombrero á guisa de almud ,
chaleco negro de cúbica ,
Con sus modales enfáticos muleta en vez de bambú,
sus bandas y su gran cruz, y narices enigmáticas
preséntese el diplomático con su tabacoso pus ;
de trage negro ó azul, mas sepa el alma de cantar* ,
que si están sus botas pálidas, por no decir de arcaduz ,
le tendrán por avestruz. que cuando oiga la voz bárbaro
Sin tí el caudillo magnánimo puede esclamar ego sum,
á quien sierva multitud porque solo un ente estólido
tributa oblación unánime, con zapatos rojos... uf!
no valiera un altramuz. niega á mi lustroso bálsamo
¿Quién á su alazán indómito la incuestionable virtud
le dá el brillo sino tú, de que presta brillo asiático
al par que á los trenes bélico* á todo el que no es tahúr,
del cañón y del obús? ó miserable satélite
En las carrozas magníficas de la cuadrilla gandul
forradas de grana y tul que espone su suerte misera
brillas, cual del sol benéfico á la suerte de un albur
la magestuosa luz. y si le falta el intrínseco
Jamás verterá la sátira se juega una finca al mus.
contra tí fiera actitud, Para estos truanes pérfidos
hi dirán de quien ensálcete 1 qué lástima de arcabuz
«habló el buey y dijo mú;» y qué no queden cadáveres
pues si le ultraja algún dómine; al estrépito de un ¡purn!
será un pedazo de atún Así cerraran sus párpados
en el fúnebre ataúd!
No me dolería ¡ cáspita!
de su mortal patatús,
ni iria á hacerles andróminas
con emplastos de alcazuz;
porque son entes indómitos
sin lustre en las botas... ¡ uy !
¡ qué atrocidad! No vi crímenes
de tamaña magnitud.
Mas temo volverme tísico
si doy fin á este asiin;
pues el to pronuncio exánime
de fatiga... con que ¡abur
lector! mi trompa estrambótica
concluye el turututú.
Lluevan suscriciones plácidas
en pródiga plenitud
á nuestra RISA con láminas
y acreditado ambigú,
y así rogaré á los ángeles
con zapatos á lo inválido que te libren de un chapuz
y muy roidoel surtú,, allá en las aguas del Támesis
pantalón con un elástico $
u
346
ó en la corriente del Sun, que pintar. El vulgo seria un (-«célenle retratis-
y te den vida, metálico, t a , si poseyera el secreto del colorido. En esta
buen humor... amen Jesús. parte el poeta tiene una indisputable -superiori-
WENCESLAO AYGÜALS DE IZCO. dad sobre el vulgo,
Hay refranes en prosa y los hay también en
verso, v e n unos y en otros se advierte cierto
desaliño qae no solo hace presumir que sean
MODISMOS Y REFRANES. aborto del vulgo, sino que muchos van pasan-
do de líbru en libro, y de generación en g e -
Es verdad incuestionable para el autor de este neración sin siquiera sufrir la lima del poeta ni
artículo, que el primero y rnas voluminoso , y la del crítico, mil veces uias ¡uexorable. De lo-
mas verdadero, y mas ameno, y mas sublime, dos modos los refranes castellanos encierran
y mas detallado , y mas inteligible de todos los unas verdades como puños, y apenas hay ora-
libros, es el libro del mundo : como que es un dor y escritor que no apele á su recurso como
libro que da materia en cada una de sus páginas complemento ó como auxilio en medio del p e -
para elaborar un sin número de librotes en cu- riodo mas lójico y mas elocuente que se puede
yas fuentes beben su inagotable ciencia, la ina- concebir.
gotable prole de literatos, cuyos inagotables es- Ejemplos : Un periodista de la oposición la-
critos, rebosando inagotables chispazos de ina- mentando la suerte del pueblo y la mala elec-
gotable numen y erudición inagotable, son la ción de sus representantes dice o quien bien tie-
admiración del mundo mismo, origen esencial ne y mal escoje, por mal que le vaya no se eno-
de todas las concepciones intelectuales. Cada je» y quedaríamos tan satisfechos de esta sen-
uno de los hombres somos sin reparar en ello tencia si un periódico ministerial no replicase,
una biblioteca ambulante mas ó menos estensa, concediendo que el gobierno sea un mal para
mas ó meaos superficial, de donde el filósofo y la patria, con otro refrán que nos deja estupe-
el artista, y el literato estractan en cada sesión factos. El ministerio, dice, es un mal pero la
un volumen de observaciones científicas, un oposición es otro mal y nosotros defendemos un
conjunto de historietas y anécdotas vulgares que mal contra otro mal, porque como dijo e! otro:
engalanadas después con los recursos que presta «baza mayor, quita menor» y sobre todo, por-
una imaginación florida y escudriñadora, pro- que «del mal el menos» y si nos apuran un
ducen en todos nosotros una sensación eslraña poco añadiremos, que entre el mal y el bien op-
y deleitable; es ia sensación de la novedad. Que tamos por lo primero, porque como dice el ada-
todas las investigaciones de los libros escritos
gio : «no hay mal que por bien no venga.»
por los hombres son debidas al universal libro
Tenemos efectivamente refranes muy exactos
del mundo, es cosa sabida, y por consiguiente
y que vienen bien en ciertos casos, como v. gr.,
las luces que los libros de los hombres prestan
se levanta un hombre de su asiento y al volver
al humano entendimiento , como luces presta-
se le encuentra ocupado. Se librará muy bien de
das, son miserables reflejos, imperceptibles al
decir como nuestros revolucionarios turroneros;
lado de la antorcha que los produce. La luz de
«quítese usted para ponerme yo»,' porque debe
la luna nunca puede compararse en calor y bri-
estar persuadido de que el que tiene el asiento
llantez con la del sol.
no le cederá, con solo el derecho de propiedad
Ahora bien: podremos resolver fácilmente la que le da el refrán tan conocido de todos «el que
cuestión de si los refranes son concepciones del fué á Sevilla perdió la silla.» Y son los refranes
poeta trasmitidas al vulgo ó si son por el con- una muletilla de que nos aprovechamos según
trario, parto del vulgo que recoje el curioso ob- las circunstancias. Cuando á mí me dan una co-
servador para dar amenidad, y tal vez algún vi- sa la tomo al contado diciendo: «el que no es
so de originalidad á sus producciones. Yo creo para tomar no es para dar» cuando me piden di-
que el vulgo inventa y el poeta no hace mas nero digo que soy estudiarte y encajo aquello
m
do «gente estudiantina, gente sin monedas,» si la agena.» Tampoco transijo : tá PerogruIIad
lo que me piden es- algún libro, con todos mis de primer orden estaría en decir: « mas sabe c
ribetes de literato digo que no le tengo. ¿<)ué cuerdo en su casa que el loco en la agena.» Y
quieren-ustedes? añodo cuando se asombran de lo mismo digo del adagio: «mas vale lo malo
que yo no tenga un libro : «en casa del herrero conocido que lo. bueno por conocer.» Lo ma-
cuchillo de palo.» lo conocido ó desconocido siempre es malo,
Si un sugeto se empeña en que vaya con él á así como, lo bueno, es bueno siempre. Por eso
alguna función y no tengo ganas de su compa- quiero yo que desaparezca lo existente, porque
ñía, digo : «para lo que habrá que ver ya nos es tan malo que cualquier otra cosa que venga,
lo dirán de valdc,» pero como me agrade la pro- por mala que sea, será mejor. Lo que yo necesito
posición le acometo con una retaila de refranes, que me prueben para estarme quieto e s , que lo
como estos «Bueno es ver para no preguntar.» presente es bueno, y que lo que venga será malo,
«Ojos que no ven, corazón que no siente.» y entonces me daré por feliz con lo que tene-
«Dónde vas Vicente?—Donde va toda la gentfe »* mos ; porque como aficionado á las grandes ver-
Algunos de los refranes admitidos como axio- dades digo con Perogrullo: «mas válelo bueno
mas entre nosotros ó están muy distantes de la conocido que lo malo por conocer.»
verdad, ó para llegar á ella necesitan de una Pero hay dichos vulgares, cuyo origen desco-
hipótesis. En los que distan de la verdad com- nocemos, tal como estos: «para las que hilan
prendo yo el siguiente, no obstante su tono sen- que yo devano.» «Yo me entiendo y bailo solo,»
tencioso y decisivo: «quien bien te quiere te y las que acabo de citar «yerdades de Perogru-
hará llorar.» Los redactores de LA RISA quere- llo.» Solo se dice que hubo un Perogrullo que á
mos bien á todo el mundo, y estamos muy l e - la mano cerrada llamaba puño, y si esto es ver-
jos de desear que llore nadie; al contrario, de- dad el tal Perogrullo era lo que nos convenia
seamos que todo vicho viviente se suscriba á L A en el siglo diez y nueve, porque ya estamos har-
RISA, porque decimos con cierto autor que u s - tos de verdades á medias y de hipócritas-, y de
tedes no conocen y yo sí : diplomáticos.
Daré la esplicacion de algunos modismos cu-
Lágrimas fuera ; cese el pesar;
yo origen ha llegado á mis oídos, aunque no
ríete Pedro, que esto es vivir.
respondo de la exactitud; porque no soy minis-
Quien mal té quiera te hará llorar;
tro , y solo los ministros so-n responsables de
quien bien te quiera te hará reir.
sus actos, según la Constitución vigente.
Dice un refrán que «mas valen pocos muchos Se dice de uno que corrió en cuanto vio el
que muchos pocos» y esto puede ser verdad y peligro, que «tomó las de Villadiego» y este es
puede no serlo. Yo me atrevo-á hacer un capi- un modismo que los estrangeros no aciertan á
tal con muchos pocos , tan grande como cual- traducir. Hay francés que, leyendo cierto pasaje
quiera con pocos muchos. Para echará un lado del Quijote, dice : tomó las evillas de don Diego.
cuestiones diria yo: «mas valen muchos muchos^ Si no me han informado m a l , hay en España un
que pocos pocos.a y esto no admite réplica. pueblo llamado Villa-Diego, donde se hacen es-
«Mas vale poco y bueno, que mucho y malo.» quisitas alpargatas, y si esto es verdad, está
Este y otros refranes parecidos son lo que una esplicado el dicho vulgar, que quiere decir: to-
nuez vana y una vizca durmiendo, que hasta mó las alpargatas, porque sabido es que este
partir la primera, ó abrir los ojos la segunda no calzado viene de molde para correr. He dicho
se nota el engaño. Podrá ser verdad que en que viene de molde y no sé la razón, como tam-
ciertas ocasiones valga mas poco y bueno que poco sé por qué se dice hablando de un sugeto
mucho y malo: pero seria mas cierto aun el r e - reboltoso : «el mejor día le ahorcan» yo creo que
frán si dijera : «Mas vale mucho, y bueno que el dia que ahorcan á un hombre es el dia peor de
poco y malo.» la vida para el ahorcado. Esto se parece á lo que
«Mas sabe el loco en su casa que el cuerdo en decimos cuando estamos enfermos : si tenemos
348
un divieso muy malo ó un constipado peor es- hacia justicia le llamaría rey injusto, rey impío
clamamos: qué buen constipado tengo! qué y otros insultos semejantes. Y dícese que al dia
buen divieso me ha salido en tal parte ! Así co- siguiente tenían el pretendiente y el rey estotro
mo cuando á uno le han herido bien ó le han diálogo.
metido en un calabozo donde está tan bien pre- —Señor, yo vengo á pedir justicia.
so que no puede escapar decimos : «Fulano está —Y si yo no quiero hacer justicia?
muy mal preso; Mengano está muy mal he- — Yo no puedo creer que V. M- tan benigno
rido.» como es, deje de hacer justicia. •
Por si mis lectores ignoran el -origen del di- —Pero y si se me antoja_no hacer justicia. ;
cho vulgar-, «ahí me las den todas» voy á espli- —V. M. el mas justo de los reyes no puede
carle tal como me lo hicieron tragar. Cuéntase menos de hacer justicia.
que hubo un corregidor en una villa. Cuéntase — Bien hombre;.pero suponte tú que yo no
que este correjidor tenia un alguacil muy tonto. quiero hacer justicia.
Cuéntase que hubo en el pueblo una riña. Cuén- El cazador se le quedó mirando y conociendo
tase que el alguacil mandado por el correjidor que el que le hablaba era el cazador del dia an-
fué á poner en paz á los combatientes. Cuénta- tes, le aplicó la boca al oido y le dijo : Señor,
se que estos en lugar de respetar al alguacil, le lo dicho dicho. Sí? Contestó el rey ; pues mira,
arrearon cuatro bofetones y le echaron de allí la jaca tienes á la puerta, ya estás aquí demás,
con cajas destempladas. Y cuéntase que el al- Y el vulgo que tuvo noticia del suceso, dijo des-
guacil volvió al correjidor, mediando entre los de entonces en lances parecidos : «Lo dicho di-
' dos el siguiente diálogo. cho, y la jaca á la puerta.»
—Señor correjidor, cnando yo voy á una parte Y esplicaré por fin las indirectas del P. Cobos,
4 nombre de usía, no represento á usía 2 aunque esta es de aquellas cosas que por sabi-
—Sí hombre, sí. das se callan.
—Y cuando represento á usía, no soy la mis^ Había un padre guardián, no sé donde, que
ma persona de usía? corao todos, se tomaba unas jicaras de chocolate
—Sí hombre, sí. de padre y muy señor mió. Un amigóte del fraile,
—Y si mi persona es la persona de usía, mi aficionado al chocolate dio en visitarle á menudo
cara no es también la de usía? y siempre á la hora en que tomaba su paterni-
— Sí hombre, sí. dad el chocolate, el cual padre era tan fino, que
—Y cuando pegan una bofetada en esta cara, siempre mandaba hacer otra jicara para el ami-
no es pegarla en la cara de usía ? go. Pero como el amigo estuvo abusando de la
—Sí hombre, sí 5 pero dónde vas á parar? bondad del padre días y mas dias, hubo este de
— Señor, á que los de la riña me han dado quejarse del amigo pegoton á lo cual contestó
cuatro bofetadas en esta cara, que es la cara de el lego que quedaba de su cuenta echarle una
usía,, y por consiguiente usía ha sufrido tam- indirectilla para hacerle perder la costumbre.
bién las bofetadas. • .„. Convino el padre guardián, y notó-que el amigo
Entonces el correjidor con toda la formalidad no volvía por el convento, y deseoso de, saber
que ustedes pueden Ggurarse dijo : ahí me las la indirecta del lego, que se llamaba el P. Co-
den todas. bos, le preguntó al cabo de quince dias, qué
Esplicaré también eí dicho vulgar: «lo dicho habia dicho á su amigo que no habia vuelto ni
dicho y la jaca á la puerta.» Díccse que andaba aun á visitarle. Una indirecta le contestó el
un rey cazando, vestido de cazador, pícese que padre Cobos; le dije, mire usted señor don Fu-
le encontró un sugeto que venia á pretender. lano, no sea usted bárbaro y vayase á su casa
Dícese que hablando con el rey incógnito , que á tomar el chocolate ; porque el padre guardián
entonces era un simple cazador, este le dio po- dice que es usted un glotón salvaje, y cada vez
cas esperanzas en el negocio. Dícese que el pre- que usted viene le hace una gracia como/ si le.
tendiente aseguró al cazador, que si el rey no le rallaran las tripas.
El amigo que oyó tales indirectas tomó el to- tres amantes á la j a r
le hacia su casa, sin decir esta boca es mía, y te he visto favorecer,
cayó tan en gracia al padre guardián ia indirec- que dudo que haya muger
tilla que la divulgó y desde entonces fueron pro- mas general para amar.
verbiales en España , las indirectas del padre No diré que es coquetisino
Cobos. ni que tu genio es voltario ,
JUAN MARTÍNEZ YILLERGAS. para mí tu calendario
siempre apunta un tiempo mismo;
siempre está marcando vario.
Ni porque te cansas luego
A UNA COQUETA. hallo en que acusarte un punto ,
si es cierto lo que barrunto
Versos me pides, hermosa, que no amas á Juan ni á Diego
y aunque el castálico coro sino es al sexo en conjunto.
me negó su arte preciosa Y como partes de un todo
para decir que te adoro á componerle precisas ,
lo mismo es verso que prosa. das á tus novios de codo
Y si se colma tu anhelo y vas cambiando del modo
con decir que me has rendido, que te mudas de camisas.
no temas, di á grito herido Esto , amiga, es consecuente;
que otro pez picó el anzuelo yo al menos así lo creo ,
donde tantos se han prendido. y es una infamia que afrente
Que aunque para tí sea poco el mundo y tenga por feo
otro adorador ferviente, que á todos léf hagas frente.
bueno esd.ecir á la gente Si lloran los infelices
que voy á parar en loco porque tu esquivez los mata
si tu labio no es clemente. y deja como lombrices,
Esto al cabo te da fama has de pegarlos ingrata U
que el crédito de una dama, con la puerta en las narices?
crece ó descrece á compás Todo el que de tí murmura
de que son menos ó mas que aprenda de mi cachaza ;
los corazones que inflama. ¿no mira con que frescura
Di que al mirar tus encantos te dejo franca la plaza
y tus ojos hechiceros si mi presencia te apura ?
ansias padezco, quebrantos; Pues que imiten mi franqueza
y que no estraño que á tantos que ha de irles con elbi bien ;
dejen ciegos tus luceros. delante mucha terneza,
Y en verdad que tantos son y en volviendo la cabeza
que al contemplar cuan ufano requiescat in pace. Amen.
fomenta tanta pasión, IGNACIO J. ESCOBA»
creo que tu pecho es mesón
de todo el género humano.
De que tienes lleno un cesto
de coplas que hice en tu elogio, MODAS DE PARÍS.
y que de puro modesto
merezco ocupar un puesto
dentro del martirologio. Ya que pusimos á nuestros lectores al c
Pues con calma singular riente de las modas de Londres : justo es que
350
enteremos de las que imperan en la capital de salchichón de Vich, que empuñan con una gra-
Francia. cia singular las mas elegantes coquetas de
Trage de paseo (toilette de promenade) para París.
caballeros. Los sombreros están mandados reco-
jer. Solo se estilan en los salones de baile, en
los términos que mas adelante esplicaremos.
Para abrigo déla cabeza se llevan pelucas enor-
m e s , hechas de melenas de perro de aguas pin-
tadas de azul celeste ó carmesí. Los fraques son
de suela charolada. Ya no se estilan bolones:
en su lugar llevan todos los elegantes un par de
huevos duros ó pasados por agua en medio de la
espalda del frac. El pantalón es de grana con
galones de plata y trabillas de papel. Nadie lleva El traje de baile de los caballeros es suma-
camisa, chaleco ni corbatín, y para preservarse mente sencillo d' une simplicité étonnante).
del frió, es de gran tono fumar en los sitios mas Consiste en sombrero, frac , pantalón, inedias y
concurridos, para cuyo caso se lleva á preven- zapatos, todo de hule y muy ajustado. El som-
ción una pipa en el bolsillo izquierdo del panta- brero no se quita para bailar, pero se lleva "bas-
lón. Los guantes se usan de damasco rellenos de tante ladeado. El frac es de manga corta; los
paja. Las botas de paño negro. guantes blancos de algodón. Al romper la or-
questa acompañan todos los elegantes de ambos
sexos sus primeras piruetas entonando la cao-

La vieest un voyager
tachons de 1' embellir;
semonssur son passage
les roses du plaisir.
Traía la la la la...
Ave Mariá
gratia plena,
traía la la la la.
WENCESLAO AVGDAÜS DE Izeo.

EPIGRAMA.

De sesenta un solterón
Trage de baile. Para señoras. El peinado á la á una joven vivaracha
coup de vent con una pluma de cola de gallo, preguntó en cierta ocasión —
está muy en uso (est surtout fort en voguej. ¿ t i m o te llamas muchacha?
Jubón negro de cartón con manga corta. Vesti- y ella dijo —«Encarnación.»
do de mahon (nankin) con una almohada que Tal misterio te esplicára,
abulte el tafanario. Medias azules de estambre y repuso el sexagenario ,
zapatos de terciopelo carmesí. Los ramilletes de y ella —«mucho lo apreciara-,
flores naturales (bouquet de fleurs naturelles pero ya lo hace el vicario
las joyas y antiguos abanicos (bijoux et éven- que tieaeía voz mas clara.»
taüs anciens) han sido sustituidos por un gordo JOSÉ BERNAT BALÜOTÍ.
351
MI CEREZA. es para dar un bostezo
como este que ustedes ven

Me cansa la vida á fé;


Jo que he de pensar no sé;
si duermo estoy en un potro,
y si ando siempre va un pié
pidiendo licencia al jotro.
Los que hacen ostentación
de su lujo afeminado,
dicen que estirados son ;
yo también vivo estirado
pero es sobre mi colchón.
Soy de la pereza aborto;
el corto espacio me carga
si la modorra me embarga,
/y«todo colchón me es corto
cuando me tumbo á la larga. Me está el mundo fatigando
Aunque la muerte es un censo con su zozobra y estruendo,
irredimible, yo pienso por eso le voy pasando
no morir nunca, y me fundo cuando es de dia durmiendo ,
en qué hay que andar el inmenso cuando es de, noche roncando.
camino del otro mundo. Mi numen pobre y sencillo
Y aunque llegue el duro caso solo con la almohada lidia.
-de que á la muerte sucumba, Si una vez la pluma pillo
•juzgo que con gran retraso llago versos á porrillo
debo llegar á la tumba y no hago mas por desidia.
si he de marchar paso á paso. , Jamás me Iva entrado tristeza,
Soy pesado de tal suerte por el consonante en aza
cuando de la vida emigro como sucede en el eso;
que bien en .mi andar se advierte porque este auuncia presteza
que marchando hacia la muerte y el otro exige cachaza.
cada paso es un peligro. Cuando ¡un toro me acomete
Otros llegando á enfermar ' morir acorrer prefiero;
buscan de sudar el medio, y por que su honor respete
para hacerme á mi sudar digo: si eres caballero,.,
«o hay mas •eficaz remedio inerme estoy, con que vete.
que mandarme trabajar», Si nazco galgo, conforme
Cumpliendo la religión •me quiso hacer hombre Cristo,
ayuno cuando me toca; mi galvana es tan disforme
mas tan penitente acción que hubierais las liebres visto
ñola hago por devoción de gala con uniforme.
sino por no abrir la boca, Amo la calma en el alma;
Y si dos veces ó cien , y aunque me canse y rebiente,
por no ser menos empiezo sin ir á Londres ni á Palma
á abrir la boca también, me he de embarcar solamente
52
por ver á la mar en calma.
Por mi mano nunca pasa
II!II SUEGRA OTRA M U CASA!!!
b u r i l , ni azadón, ni escoplo;
pues soy de tan mala mam DRAMA HISTÓRICO EN MINIATURA.
que por no pegar un soplo
dejaré que arda mi casa. Entran en la acción los personajes siguientes.
Si yo el amor he de hacer
siempre estaré sin muger. UN ESPOSO.
¡Recíprocos,,
Y anhelo dar el envite; UNA ESPOSA, j
nías para eso es menester EL ALCALDE.
que alguna me solicite. UN CORCHETE , alias alguacil*
Y aunque el si de buena gana UN MAJO.
daré á Luisa, Juana ó Petra ; EL CURA.
estoy por larde y mañana El caldero del agua bendita con stt, corres*
pensando si de galvana pondiente hisopo.
me comeré alguna letra. UN SOLDADO,

Tres palabras apunté TJJÍ (Este un... saldrá cuando contenga.)


sin que me pete una sola.
Bartola la buscaré Comparsas de todas clases, edades y condicio-
y así no me olvidaré nes , gente que mira y calla.
de tenderme á la bartola.
Mal podrá su discreción Pasa (ó mas bien pasó) la acción en 1843.
el testamento cojerme;
porque soy tan remolón (En una cocina con sus útiles y chismes corres-
que acaso por no moverme pondientes, incluso el pozo de sacar agua,
moriré sin sucesión. aparecen con los dos esposos sentados ó una
No vendrá á mi esposa mal mesa y concluyendo de almorzar.) (Algo clási-
mi indiferencia y descuido; co se presenta el escenario, pero no es mía la
que sin caso escepcional culpa.)
será muger... y marido...
Gobierno..-. y Junta central. ESPOSA. En el nombre del Padre, del Hijo,
Dormiré como un cachorro, y del Espíritu Santo... (Se santigua por supues-
no podré celarla, no ; to. )
y consentiré, modorro, ESPOSO. (Después de apurar un vaso de vi-
que me vista y ponga el gorro no.) Amen.
por no ponérmelo yo. ESPOSA. P ° r e ^ a I m a c ' e m ' m a c l r e . Padre
Y así pues me va cargando nuestro que estás en los Cielos...
con su zozobra y estruendo ESPOSO. En los infiernos habías de estar tú y
iré este mundo pasando todas las que no sabéis mas que rezar. Cállate
siendo dedia durmiendo con mil diablos, que tu madre para maldita la
siendo de noche roncando* cosa necesita nuestros rezo
ESPOSA. Pero hombre...
JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS-
ESPOSO. Lo dicho.
ESPOSA. Y si por ventura?.,.
ESPOSO. Temes que vuelva?
ESPOSA. No digo tal. Pero...
ESPOSO. Es que entonces rezaré... ¿EnÉíert-
des? Rezaré hasta que se me sequen las.'fauces.
3»3
He quedado Heno, muy lleno de suegra. Oh! son bio,.... doblaremos él r e z o , qué te parece?
una canalla malísima, amiga mia; los peores ESPOSO. Primoroso! Se entiende... con tal dé
víchos que viven en este picaro mundo! Mil ve- qux seas tú sola la rezadora. (Aparte.) Antes
ces felice nuestro padre Adán, q\ie tuvo la dicha dejará darse azotes con la suela de un zapato
de enconírar una muger sin ascendientes! Debió que vender su collar de perlas. Pues no faltaba
pasar el buen señor una vida deliciosa, envidia- otra cosa! .
ble en toda la cstensjon de la palabra! (Se oye un quejido muy lastimero; la esposa se
ESPOSA. (Quitando la mesa, y con cara de levanta sorprendida* y ;\| esposo sin hacer el
vinagre.] Pues tú no puedes tener queja. mayor caso .de tal accidente, se dirige al fo-
ESPOSO. Ciertamente. En el dia me hallo gón con ánimo de encender su cigarro.)
completamente satisfecho. ESPOSA. Qué es esto !
ESPOSA. Si fuera tu madre !... Pero la mia.,, ESPOSO. Alguno que se queja en la calle,
(Medio llorando.) Dios ia tenga en su santo (Se oye nuevo quejido: crece la sorpresa en la
reino! esposa y la calma en el esposo.)
ESPOSO-. Mi madre mi madre era una m a - ESPOSA* No señor j no es en la Calle !
dre preciosa, de las mejores madres que puede ESPOSO. (Concluye de encender.) Será en otra
tener un hijo. Pero en topando á suegra..i era parte,
una suegra tan maldita como todas las sue- ESPOSA. (Al oir otro quejido.) Parece que la
gras del mundo. Yo soy franco, amiga m i a , soy Voz sale de muy cerca! Atiende, atiendey verás... .
franco, la mayor desgracia que puede suce- ESPOSO. (Oyendo otro quejido.) No hay d u -
der á un casado, es tropezar con su suegra. da. (Nuevo quejido. Se pone á la ventana.)
Si llego á enviudar algún dia... Estás? Quién eres? En dónde te hallas?... No respon-
ESPOSA. (Llevando el pañuelo a los ojos.) des? Tanto peor para tí. (Se sienta á fumar con
Bien sé que lo deseas. grande calma.) "
ESPOSO. No es eso> muger. Si llego á enviu- ESPOSA. E S muy original! (Otro quejido.)
dar algún dia... á qué no sabes con quién me Dios mió ! Parece que la voz sale del pozo!
caso?... Con una inclusera. ESPOSO. No lo creas. (Otro quejido.) Pues á
ESPOSA. Con una inclusera! fe á fe que voy entrando en aprensiones l (Se le-
ESPOSO. Sí señora, con una inclusera. Son vanta.) Quién entró aquí, muger?
muy hermosas las incluseras para mugeres casa- ESPOSA. Nadie que yo sepa.
das! ESPOSO. Míralo bien. Apostamos á que esta-
ESPOSA. (Sentándose junto á ¿l con aire pla- bas con alguno cuando yo entré, y se zambulló
centero.) Déjate de esas cos'as, bien mió. éñ él pozo p o m o caerán mis manos. (Acercán-
ESPOSO. [Aparte.) Bien mió!... petición al dose alpozo.) Hola! El dé adentro] Está sordo?
canto! ,. •• . . (Otro quejido.) Voto á cribas! Ésto no parece
ESPOSA. Vamos. Qué adusto te pones! Y yo persona!... Quién eres? (Suenan dos quejidos
que te quiero tanto. [Acercándose mas.) Cuan- á cuál más lastimeros.), .-....•.''
do quieres que se digan esas misas? ESPOSA. (Dejándose caer enuna silla.) Dios
ESPOSO. (Aparte.) No lo dije yo? (Alto.) mió, Dios mío!
Misas! Si sabes que no tenemos un cuarto!... ESPOSO. Qué'tienes, muger?
ESPOSA. Pues es preciso i aunque... ESPOSA. No la conoces?
ESPOSO. Ciertamente, soy del misma pare- ESPOSO* A quién?
cer. Aunque haya que vender alguna cosa s u - ESPOSA. A esa voz.
perfina... Un collar por ejemplo Esto es, el ESPOSO. De quién es? (Otro quejido.)
N
collar de perlas.,... ESPOSA. (Mesándose los cabellos con deses-
ESPOSA. (Con viveza.) Pues mira: Yo creo peración.) San Antonio de mi alma!
que las misas tan solo sirven para engordar al ESPOSO. A qué vienen esos lamentos? (Olm
que las dice, Podremos dejarlas, y en oam quejido.)
4,5
354
ESPOSA. (Se acerca al pozo como apoderada ALCALDE. NO puedo creerte.
de un delirio.) Madre inia!... Madre mía!... Ma- ESPOSA. SÍ señor, yo misma la conozco por
dre de mi alma'... la voz. Ahora mismo estaba dando unos ayes
ESPOSO. Has perdido el juicio? que partían el corazón. Ay madre de mis entra-
ESPOSA. Aquí estoy Respóndame usted... ñas! (Ha vuelto la oración por pasiva, pero no
ESPOSO. No comprendo una palabra! (Otro i es de estranar; la pobre se hallaba en mal esí"
quejido.) liado.)
i
ESPOSA. Oíste?... Es el alma de mi madre !
i ALCALDE. ES una equivocación de ustedes.
ESPOSO. Su madre!... Pues estábamos fres-
i Los muertos nada tienen que buscar por acá.
cos!
i ESPOSA. Eso dicen los hereges, los que no
ESPOSA. (Cada vez mas exaltada.) No hay
! creen en Dios. No lo dude usted, señor a l -
duda... Ella es! Ahora mismo á llamar al Gu-
; calde.
ra... Madre de mi corazón!... A decirle todas las
ALCALDE. Tranquilícese usted , señora...
misas... Fui la hija mas ingrata del mundo!...
ESPOSA. NO hay duda que vienen. Sí señor;
Que se vendan todos los coliares... Entiendes?
el año pasado se murió el novio de una amiga
todos... mía, y porque ella no quiso perdonarle un abra-
ESPOSO. Pero-, muger, no puede seroso. zo que le habia dado, no pudo el pobre entrar
ESPOSA. Nó te detengas. Pronto, pronto... La en los cielos, y todas las noches aparecía en la
pobre no estará en el cielo por falta de misas! Y ventana dando unos suspiros... pero qué suspi-
no se las hemos dicho ! ros, señor alcalde, qué suspiros!.... Hasta que
ESPOSO. Quién habia de pensar? al lin le conoció, se hablaron, le perdonó y....
ESPOSA. Corre... No te detengas. ALCALDE. ESOS son cuentos de viejas.
ESPOSO. Voy al momento. ESPOSO. Bien se vé que usted no la conocía!
ESPOSA. {Deteniéndole.) Pero no... no te va- Es capaz de abandonar la corte celestial, y mil
yas por Dios... Me voy á morir de miedo! (Acer- cortes celestiales que hubiera, por venir á dar-
cándose á la ventana y gritando con todas fuer- me que hacer.
zas.) Vecinos!.., vecinos!... Nadie responde!... «SPOSA. Tú tienes la culpa por no haber
Vecinos I (Suena otro quejido.) Dios mió! Y qué pagado las misas que dejó mandado se le dije-
penas está pasando ! Vecinos! Por Jesucristo que sen.
venga alguno!... ESPOSO. Tienes razón; soy un torpe, un sal-
vaje incapaz de sacramentos. Se la dirán cuan-
(Salen el alcalde y un corchete, dando un porra,
tas quieras pero que se vaya, que se vaya al mo-
zo en la puerta que dejan temblaudo á la po-
mento.
bre muger. O somos ó no somos.)
ALCALDE. Vamos claros. Desean ustedes bur-
ALCALDE. Qué es esto, señores mios? A qué larse de mí? Hace que llegué un buen rato y no
viene tanto alboroto ? Todo el barrio se halla es- escuché todavía quejido alguno. O están ustedes
candalizado con sus gritos. locos ó.... (Apuntapara una botella que quedó
ESPOSA. Oh señor alcalde! sobre la mesa.)
ALCALDE. Sí señores; es una vergüenza.... ESPOSO. Que diga usted eso, señor alcalde
ESPOSO. Soy muy desgraciado! cuando todo el mundo sabe que después de
ALCALDE. Pero qué hay? Qué sucede? Esplí- muerta mi suegra, es esta la casa mas pacífica
quense ustedes con mil diablos. del barrio!
ESPOSO. Qué Jia de suceder? Que el alma de ALCALDE. Pero y la voz? A dónde -está la
mi suegra se halla dentro de este pozo! voz?
ALCALDE. Están usiedes locos! Cómo es po- ESPOSA. (Llamando ala boca del pozo. J Ma- #.
sible!... dre mia! (Suenan tres quejidos.) Y que no
ESPOSO. Vea usted!... Después que yo creia quieran creerme!
haber salido de trabajos , salir ahora... ALCALDE. (Acercándose.) Quién es? (Otro
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quejido.) Cosa mas original!... Y nada mascón- guio de 40." con la vertical: grande garrote
testa? colgado de un botón.)
ESPOSO. No señor.
ALCALDE. Es muy estraño! Y dicen ustedes MAJO. (Saliendo.) Es un collón de siete sue.
que la voz?... ¡as el tal alguacil... No hay que asustarse, seño-
ESPOSA. Es la de mi madre, sí señor. res... Eso no vale tres cominos.
ALCALDE. Me choca sobremanera.... (.Ai al- ALCALDE. Qué , te atreves á bajar?
guacil.) Quieres bajar? MAJO. Aunque fuera á los mismísimos infier-
ALGUACIL. (Retirándose algunos pasos.) Vue- nos. Cuerpo de Cristo! En sacando yo mi nava-
sa mercé perdone.; no sirvo para eso. Ni una jota ja... (La saca, la ahre y la pone atravesada en
entiendo de escalar paredes. la faja.) En preparando yo estos chismes... (¿fa-
ALCALDE. Tienes miedo? ca dos pistolas, las carga y atraviesa también
ALGUACIL. Le diré á su mercé; lo que es en la faja.) Quién se atreve á escupir en mi pre-
miedo.... qué sé yo; pero esto de tropezar en ta- sencia?
les profundidades con el alma de una vieja... Va- ESPOSO. No sea usted por Dios un temera-
mos, le digo á su mercé... rio.
ALCALDE. Bajas ó no? MAJO. Calle usted, so mandria.
ALGUACIL. No puedo remediarlo ; pero les ESI>OSO. Mire usted que es un alma en pena.
tengo un horror á los muertos!.... (Otro queji- MAJO. Nada mas? De un resoplido echo yo á
do.) Y querían que yo bajase 1 Pues no faltaba volar todas las almas que están en el mismísimo
otra cosa! purgatorio. Voto al santo cielo 1 Y una alma so-
ALCALDE. Qué hacemos pues? la basta para asustar tanta gente!
ESPOSA. Llamar al Cura; no hay otro reme- ALCALDE;. Con que baja usted?
dio señor alcalde, no hay otro remedio. MAJO. Al momento. Venga una cuerda. (Se
ALGUACIL. Tiene razón la señora ; los curas y la dan.) Esto es. (Se amarra por la cintura con
los muertos son gentes muy aficionadas unas á uno de los cabos, y después de pasar el otro por
otras, y será fácil que se entiendan. Si su mercé la roldana, no sin mirar antes el estado en que
quiere... ¡ estase hallaba, lo entrega á los comparsas mas
ALCALDE. Sin saber? fornidos.) Cuidado con no soltarla! (Se intro-
ALGUACIL. Por sabido. Es la madre de esta duce en el pozo.) En cuanto yo lo mande , arriba
señora; la conozco como si la hubiera parido. con brío. (Empezando la descensión.) Ira de
ALCALDE. Pues señor, que venga el Cura. Dios! Cuidado con tenerla firme: Poco á po-
Anda listo. co. (Suena un quejido.) Dios mió! VirgenJde
ALGUACIL. En un santiamén estoy de vuelta. la O! Arriba... arriba por Jesucristo... Mas
ALCALDE. Que venga vestido en regla, y que aprisa... (Otro quejido.) Que me muero! [Aso-
traiga el libro de los santos evangelios. No le d i - ma la cabeza; su semblante está pálido y sus
gas lo que hay aquí. ojos desencajados.)
ALGUACIL, Muy bien, señor. (Entra á paso ALCALDE. Qué es eso? Para qué sirven esos
redoblado.) chismes?
ALCALDE. Atiende: cuidado con traer agua MAJO. (Saliendo.) Oh! vengo horroriza-
bendita. do!... Le tiré tres tajos y... nada; lo mismo que
ALGUACIL. (Desde afuera) Voy al momento. si diera en un bronce! No puede menos de ser el
mismo diablo!
(Profundo silencio en la escena. A poco se ven ALCALDE. Al lin , qué viste?
ir llegando varias comparsas entre los cuales MAJO. Cosas espantosas!... Quién decían tis-
viene un guapo con cara de perdona-vidas, ; tes que se hallaba dentro?
cigarro puro en un ángulo de la boca , maula ¡ ESPOSA. El alma de mi madre.
terciada y calañés, cuya punta forma un á n - I MAJO. La misma. No he visto cosa mas
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igual!... Está envuelta en una sábana. Me miró i ESPOSA. Oh señor Cura}
con unos ojos!... Oh, es eosa muy horrible el al- CURA. Dígalo usted sin miedo, Nosotros sé¿
ma de un difunto! Bastan las uñas que tiene.... mos en la tierra los ministros del Altísimo, y ay
Y qué broios! Parecen las aspas de un molino. de aquel que rehuse abrirnos su pecho!... Quie-
Y qué barbas!... re usted deeirlo en secreto?
ESPOSA. Barbas mi madre! ESPOSA. Sí, señor Cura.
MAJO. Sí señora. No sabe usted lo que se (Se apartan á un lado, por supuesto á la vista
transforma un difunto después de estar por allá de todos-, no hay que tomarlo por mal camino.
quince días. Cuerpo de Bacol Si no me suben u s - Después de hablar algún rato se reúnen al grupo
tedes al momento me engulle sin remedio. Uf. general.)
No quiero acordarme... CURA. Oh! En ese caso, ella e s , ella es sin
(Salen el Gura y el alguacil; este con el caldero duda.
del agua bendita. Quizá no hallaron á mano el ESPOSA. Dígale usted algo por Dios ¡asegúre-
sacristán.) le usted... . . • • > . , . ,, .i
CURA. (Tomando antes el hisopó.) Silenció.
CDRA. Dios guarde S tanbuena gente (Se acerca al pozo.) O tú que te hallas en lo
ESPOSA. Oh señor Cura de mi alma, cuanto profundo de tales profundidades! Si eres el e s -
tardó usted t píritu de Satanás, te conjuro en el nombre del
CURA. Qué tiene usted 1 hija mia? Si un po- ¡ Padre, del Hijo y del Espíritu Santo á que dejes
hre capellán puede servir á usted en algo... estos lugares y desciendas & los profundos abis-
ALCALDE;. Es el caso, señor Cura , que de es» mos.
te pozo salen unos ayesmuy profundos. TODOS. Amen.
CURA. Algún pobre que reclama los auxilios CURA. Si eres el alma de alguno, en hombre
de mi ministerio?... Es muy estraño en los tiem- de Dios te pido qué me digas quién eres, de
pos que alcanzamos! La religión está por tierra. dónde vienes y qué buscas?
La fo de nuestros padres se halla completamente ESPOSA. No se canse usted, señor Cura; es
estinguida. ella misma. (Suenan dos quejidos agudísimos)
ALCALDE. No señor. Según parece, es el alma Vé usted?...
de la madre de esta señora. CURA. Si por falta de algunas misas, no pue-
CURA. El alma de su madre! des entrar en el santo reino de los Cielos , te se
ESPOSA. No lo dude usted, señor Cura. dirán cuantas necesites. (A la Esposa,) No es
CURA. Inmenso es el poder de Dios, é incom- verdad? .
prensibles sus altos juicios. ESPOSA. Sí señor, sí señor.
ALCALDE. Con que según eso cree usted?... ESPOSO. Pero dígale Usted que se vaya.
CDRA. Que bien puede ser. El Todopoderoso CURA. Y para que puedas marchar mas tran-
se vale de mil medios para tornar hacia sí las quila, yo mismo seré quien las diga. (Al Espo-
ovejas descarriadas. Pero la conocen ustedes? so.) No es verdad ? .
porque á veces suele tomar Lucifer distintas ESPOSO. SÍ señor, sí señor. Y de pronto t o -
formas para tentar á los mortales. me usted...
ALCALDE. La señora... ••>. ; TJN SOLDADO. (Saliendo de un grupo general.)
ESPOSA. Es ella misma, señor Cura. Ustedes disimulen...
MAJO, ira de Dios! Y si eso no es suficiente, CURA. Qué quiere usted hijo mió? Hay por
basta que yo asegure haber... hay otra alma en pena ?
CURA. NO jure usted, por Dios, hijo mío. SOLDADO. NO señor; pero si ustedes me per-
MAJO. ES que me voy atufando con tanta miten quisiera...
duda. CURA. Bajar al pozo?
CURA, Y no sabe usted, señora, lo que la SOLDADO. Sí señor. (Asombrogeneral.)
trae por aquí? 1 CURA. Oh hijo i roio! eso fuera demasiado es*
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citar la ira del Cielo. (Ai Esposo.) Con que par* SOLDADOS. Poca cosa. Y de agua?
cuántas hay? •; > , ESPOSO. Menos de vara y media.
ESPOSO. Para cincuenta. (Le da un bolsillo SOLDADO. Eso no es nada. Bajen ustedes el
que el cura no se demora en recoger.) Doscien pozal... Ha llegado al agua?... Bueno... Ahora
tos reales justos. Después se le dirán... sujetar la cuerda... Eso es. (Se introduce en el
CURA. Están bien contados, no es verdad? pozo.) • ••'••
SOLDADO. No se enfaden ustedes si les ¡nter- ESPOSO. No se amarra usted?
rumpo; pero yo quisiera... (Mal gesto en el sem- SOLDADO. (Bajando) No hay necesid ad.
blante del Cura.) CUBA. (Haciendo ademan de marchar.) El
ESPOSO. Lo está usted oyendo... Cielo te defienda, hijo mió.
soLnAoo. Con todo si ustedes me permiten... ESPOSA. Se va usted señor Cura?
MAJO. Bajas t u ! Cuerpo de Cristo! si llegas CURA. Sí hija mia, no puedo presenciar estas
á verte dentro, se apodera de tí un terror que c osas. Es un atentado!... (Entra. Suena un ge-
acabará con tusdias en menos de tres semanas. mido, á poco otro y luego tres ó cuatro; asombro
Vean ustedes... bajar el señor cuando yo ! general, todos se santiguan.)
SOLDADO. Apesar de todo si el señor a l - SOLDADO. (Dentro.) Ya cayó el pájaro. (Cre-
calde... ce el asombro.) Subir un poco mas el pozal...
ALCALDE. Muchacho, tu alma tu palma; pe- Bien está.
ro advierte que tú solo serás el responsable de lo TARIOS. Pero qué es?
que te pueda suceder. SOLDADO. Ahora lo verán ustedes.
SOLDADO. YO no creo que haya peligro al- ESPOSO. No haga usted tal cosa por Dio s
guno. ¡ ¡ ¡ Mi suegra otra vez en casa!! ! •
ALGUACIL. Con que no hay peligro?... frio- ESPOSA., (Dejándose caer en una silla.) A y
lera es! Y el hallarse mano á mano con el alma madre mia!
de una vieja? ALCALDE. (Viendo asomar al soldado.) Qué
SOLDADO. No me hacen miedo. traes? • -
CURA. Es una temeridad, hijo m i ó ; y se es- SOLDADO. (Saliendo.) Qué ttaigo?... (Solé
pone usted á que Dios, que por mi boca le, ad- del todo sube el pozal, saca de él y arroja en el
vierte el atentado que trata de cometer, le cas- suelo un...) Un... (Sacudiéndose y regando la
tigue severamente. 'cocina y a todos los actores mejor que lo hicie-
SOLDADO. Con q u e , señor alcalde, me per- ra el mas diestro jardinero^) Guau,, guau,
mite usted bajar? guau ! ,; i v
ALCALDE. Estás resucito? TODOS. Un perro! (Aquí está el un... de mar-
SOLDADO. Enteramente. ras. Por supuesto que el escenario queda casi
ALCALDE. Haz pues lo que te parezca. desierto en unobriry cerrar de ojos.)
ESPOSA. Por Dios, militar, no se esponga ESPOSO. Un perro! y mis doscientos reales!...
usted... ESPOSA. Mi madre en figura de un perro!
SOLDADO. No pase usted cuidado,--patrona. SOLDADO. Diga usted patrona; cuánto hace
MAJO. Se ha mirado usted bien, camarada? que murió su madre de usted? :
SOLDADO. Sí señor, A mí no me asustan las ESPOSA. Mes y medio,
sábanas, ni las uñas, ni los brazos como aspas SOLDADO. En ese caso tranquilícese usted
de molino, ni... porque hace mas de nueve que este animalito
MAJO. Cómo! Se atreve usted... me pertenece. El bribón quisó largarse; pero al
ALCALDE. Haya paz, muchachos. fin pude dar con é l , que no fué poca fortuna.
MAJO. Si no fuera que usted lo manda... Queden ustedes* con Dios.
SOLDADO. (Al Esposo.) Cuánto tendrá de BALDOMERO MENENDEZ.
fondo? V'
;
ESPOSO. Diez ó doce varas. ' '
Á LA JOVIALIDAD. mañana frescas, sencillas
tegiendo en las enramadas
guirnaldas de florecillas!
Gracias, señor, gracias rail!
¡oh siglo*., dichosa suerte ! i Qué risa será mirar
ya nuestra edad se convierte en el verde prado, ameno
en bella edad infantil. el arroyuelo saltar
y en su espejo Contemplar
Ya en vez de los lagrimones el propio rostro sereno!
de romántico dolor,
los ojos del trovador ¡Qué risa hurtarle sus nidos
brotan risa á borbotones. al mirlo y al ruiseñor,
y verlos como aturdidos
Ya á la sombra del ciprés con sns trinos doloridos
vagos, errantes, inquietos, nos vuelan en derredor...!
no nos traen los esqueletos
arrastrando por los pies. Gracias, señor, gracias mil!
¡oh siglo... dichosa suerte,
Ni frenéticos en pos si nuestra edad se convierte-
de la muerte anhelan ir, en bella edad pastoril T
que á todos hace vivir
el santo temor de Dios. Si en pos de las maldiciones,
del romántico furor,
Murió la fatalidad, viene el alegre pastor
los venenos se agotaron con su flauta y sus canciones.
y los wpeeíros'cruzaron CAROLINA CORONAD<H
huyendo la inmensidad.

Ya todo es risa, placer


EL TABACO.
y pronto los pastúrenlos
con sus tiernos caramillos
y el rebaño han de volver. Canten otros el nabo y la judía,
cantar que tiene á fé .cuatro bemoles ;-,
lleve otro su poética manía
¡ Qué risa, ver convertido hasta el estremo de cantar las coles.
en un alegre zagal, otro cante mañana ú otro dia
en la pradera adormido*, la gloria del arroz con caracoles;
á aquel que tanto ha gemido» mas con permiso yo de Horacio Flaco
sobre el arpa funeral! canto las alabanzas del tabaco.

¡Qué risa será escuchar Si algún bien positivo á España trujo


al son del tosco rabel, •> nauta atrevidq el genovés Colomlo,
suave, amoroso captar no el oro fué que Potosí produjo,
á aquella boca de hiél no el tostado café que sirve Tombo ,
que ayer nos hizo temblar!. ni de otros varios-artículos de lujo;
no ; ¡nada de eso ! ó yo soy un zambombo
¡ Qué risa ver sus amada» ó no vino de allá ¡ voto & Dios Baco!
ayer mustias y amarillas, mercancía mas útil que el tabaco.
Negro, como el Brasil lo fabricaba t r a s del último harapo de su traje,
para arrollarlo en sempiterna soga, y aunque sufran después ansias crueles
(tue dulce al catalán como guayaba y el estómago harnhriento se relaje ,
)e parecia cuando estaba en boga , el cotidiano pan negro y bellaco
ó en luengo puro, que, hace echar la baba, para comprar dos onzas de tabaco?
o en papelillo envuelto como droga ,
ó quemado en la pipa al modo austríaco, Aunque andrajoso, abigarrado y feo
inestimable yerba es el tabaco. el soldado español vaya á la guerra
y tenga que vivir del merodeo
Reine la ley ó el despotismo aleve, y descansar sobre la dura tierra,
de la santa igualdad él es la escuela. porque las corbas uñas de un hebreo
Fuma el último quídam de la plebe; roban la plata que el tesoro encierra,
fuma el procer que brilla en carretela. derrotará al calmuco y al cosaco
¿Qué hombre á decir á otro hombre no se atreve si no le faltan pólvora y tabaco.
hágame usté el favor de la candela?
¿Quién la niega al mas ruin hominicaco"? Amigo (otros dirian alcahuete)
¡ Oh virtud fraternal la del tabacal es de amor el tabavo. So pretesto
deencederun cigarro, el mozalbete
¿Qué importa si los pebres lo consumen á declarar su fin, no siempre honesto,
de Virginia ó Kentuqui, á cuarto el puro ? en el hogar de Fílida se mete...
4, Qué importa que otros prójimos lo fumen aunque se esponc á que con agrio gesto ,
habano rico la docena un duro? si es sorprendido haciendo un arrumaco
La calidad ¿qué imparta si, en resumen, padre ó rival le dvn para tabaco.
•flojo ó mas fuerte, claro ó mas oscuro,
barato ó no , por consecuencia saco Y ¡qué es ver a u n currillo malagueño,
que todo ello es fumar, todo es tabaco ? después que en Estepona hace el alijo
y el género cubano ó brasileño
Un cigarro las fuerzas restituye resguarda4t\ resguardo en un cortijo,
•al tostado jayán que eaba y suda; con una mano, de su dulce dueño
la bota el zapatero no concluye la cintura estrechar... ¡ayregocijo!
si el humo del cigarro no le ayuda , mientras tiene en la otra su retaco
d letrado con él chupa y arguye, y en la bota la muestra del tabaco !
y si la gota crónica y aguda
aflije al sesentón hipocondriaco, Y qué es ver sobre el puente de Triana
le alivia, mas que el médico, el tabaoo. á babor ó estribor terciado -el dengue,
pasearse la gárrula gitana
Al jugador que pierde su dinero, columpiando con brio el bullarengue,
al aguador que rompe su botijo, y encendido un chicote de la Habana •
en su hondo calabozo al prisionero, desafiar osada á Dios y al .mengue !
al pregonado reo en su escondrijo, Movería á un bajel su aire de taco
al demente en su jaula, al mundo entero f á otro el denso vapor de su tabaco.
es<consuclo el fumar. ¡ Oh qué bien dijo,
llámese Pedro ó Juan, Diego ó Ciríaco, Y si tomado en humo por la boca
el que dijo : á mal dar tomar tabaco ! ila el tabaco momentos tan felices,
¿qué gratas sensaciones no provoca
¿Quien no ha visto en presidios y caartelcs, cuando en polvo le gozan las narices?
cual su hacienda Esaú por un potaje, Dígalo la abadesa con su toca;
venderá veterano los noveles , díganlo mas de tres sobrepellices.
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Cura hay que sorberá sal amoniaco mos hecho con los jaikes! Lector m¡o,av#pí
y dirá en su ilusión : ¡qué buen tabaco guate como puedas con mis períodos, que yo ve*
ré por donde salgo.
El segador que viene de Galicia Pues como iba diciendo (si es que á esta hora
flaco vuelve á su tierra como alambre. he dicho algo), el jaike es un trage JUDIO (spi*
Por ahorrar un ochavo , ¡ vil codicia ! rilus sancti gratia etc.) llamado taleth, que
se dejará morir de sed y de hambre. quiere decir sobre todo; y así se usa ahora , aun-
Solo el polvo CS su orgullo y su delicia que el todo sobre que lo ltevan suele ser una
aunque en vez de rapé huela á cochambre; camisa buena ó mala, ancha ó estrecha, larga ó
ni siente ver vacio el sucio saco corta, que yo no me meto en camisas tensairlas
i" el fusique está lleno de tabaco. varas que tuvieren. Eran de una sola tela, caH;
bal; eran largos, crecerán también, en el aña
Finalmente-, el tabaco es cosa grande pasado no pasaban del muslo, y ahora pasan,de
ya al paladar ó á la nariz se pegue, la rodilla: el jaike seguirá la ley de los graves.
y al que lo niegue, Dios se lo demande, El taleth judío era de una sola tela y con poca«-
si hay algún temerario que lo niegue, costuras, justamente : una hilera dé botones de
y sin que humana súplica me ablande altoá bajo, no hay mas que pedir; las trenzas y
yo esclamaré fumando : ¡al cielo plegué cordones del jaike no son otra cosa que el zizit
que salga un golondrino en el sobaco rabino , que aumentaban al gusto si querían pa-
al que sea enemigo del tabaco. recer mas religiosos, asi como también se a ñ a -
den ahora estos adornos por los que quieren pa-»
MANUEL BRETÓN DE LOS HERREROS.
recer mas elegantes. Un español es ahora cris-
tiano en el nombre, y judío por la corteza: qui-
tadles el corazón y quedará la cascara : hay homr-
' ' ¿QUE ES.UN JAIKE? bres que por nada se tendrían sino tuvieran
jaike.
Si hubiera justicia en el mundo, los primeria Sin embargo, es menester conocer que la evo^
tos que no verian mas luz que la colada por los cacion del taleth rabino merece las simpatías de
hierros de su jaula serian ciertamente los figuri- todos; y no se crea que podemos hablar con ca-*
nes, y todo mequetrefe (al Panléxico), cuya lor, cosa que no es posible en el mes de enero»
única misión parece ser la de cundir sus desati- Pero cuando la atmósfera se pronuncia en fuego,
nos, sus modas f slls sayos improvisados ; albo- y Reaumur se encarama á los 2 5 , y de ahí para
rotando las ciudades y las aldeas, y sacando de arriba el jaike es una necesidad. El cuerpo h u -
quicio á los hombres mas sesudos y estaciona- mano reclama en el estío la anchurosa libertad y
rios que se Cjonocen. Y para que vean nuestros la independencia.de las capas y de todo paño, con
lectores la razón conque hablamos: ¿tienen la el fervor mismo que el cuerpo social pide la
bondad de decirnos lo que es un jaike? pensa^ abolición de la tiranía. El jaike ¡quién lo creye-
réislo bien si tenéis la cabeza para análisis y ral es para el cuerpo humano, lo que para el
analogías, pero no daréis pié con bola. social, por ejemplo, una prensa periódica con li-
Este trage se conocía en la antigüedad , pero bertad, una representación: un derechb elector-
no es ahora lo que era antes ; pero no es el espí- ral; á saber, el contrapeso del despotismo y e'
ritu de aquellos remotos siglos el mismo que en entibo de la independencia. Ta-n exacta es ia
el presente ha imperado su resurrección; pero comparación, que hemos visto en nuestros dias
no lo usan ahora los qUe lo usaban antes; pero apalear á los usufructuarios del jaike con el
el nombre con que ahora lo conocemos ni es apéndice de un sombrero albino.
nuestro, ni es voz inventada nuevamente, ni es Lector mió; si de noche ó por la mañana,.en
de aquellos, sino de otros, y de, otros menos la calle ó en el paseo te preguntaren ¿qué es un
antiguos... ¡Ya tiene alma la ensalada que he-* jaike? dirás Conmigo: ese nombre es árabe v cse
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trage es judío, y el que lo lleva... espérate, pa- de pólvora son mis alas. ,
cientísimo lector, que no te lo puedo decir a h o - Ni el ave la lucha esquiva
ra. Se han puesto los hombres en una disposi- ni la bala se convence.—
ción, se visten de tantos colores, hablan tantos ¿Probamos á ver quién vence?
idiomas, que rro es fácil conocerlos tan de pron- —Arriba.—Vernos arriba.
to. Esa mirada te parecerá de un asesino, esa Subió la bala tan viva
barba de un conspirador, su continente de un que dio á su rival antojos;
filósofo, y su trage de un judío neto... como que pues fué para darla enojos
lleva jaike... Si será, si no será, ¿si habrá ve- y centuplicar sus quejas
nido este israelita déla otra parte del rio Sabba- un estruendo á sus orejas
tico donde diz que tienen organizada su tribu?... y un relámpago á sus ojos. ,
Con mas exactitud que un buen hipomodio.da á Subió el águila con calma
conocer los quilates del oro, y un pesalicores la cuando la bala-caia,
fuerza del vino, y un agente de candidaturas la y la dijo: amiga m i a ,
suma de sus votos, puedo yo dar á los curiosos ¿quién se llevará la palma?
una seña inequívoca con que podrá conocerle, Si te hundes en cuerpo y alma ,
una seña'que es lo mismo que un desengaño, paciencia, yo no desmayo.
caso por supuesto, porque nada se hace gratis. Harás de tu capa un sayo;
Ea, pues allá va... los judíos se circuncidan: ya pero que sepas es bueno
es tan caro el desengaño, que nadie querrá ave- que el que sube como un trueno
riguar lo que pasa de botones adentro. suele bajar como un rayo.
M. MUÑOZ Y GARNICA. JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS,

FÁBULA.
EL HOMBRE-BARRENA.
EL ÁGUILA Y LA BALA.
El hombre-barrena se compone de dos brazos
Dicen que apostó una bala que se mueven sin cesar en todas direcciones;
con un águila á volar,. anda menudito y no para: los hay de todas d i - :
y esta dijo sin tardar: mensiones y estaturas, pero generalmente son
vete, plomo, noramala. bajitos: los hombres largos, por sola esta cir-
¿Quién á estas plumas iguala cunstancia tienen cierta longanimidad que los
con que hasta los vientos domo? hace ineptos para el género de vida del hombre-
Mi cuerpo de tomo y lomo barrena. Por lo demás, este animal tiene m u -
verás donde tú no subes cha semejanza con el ratón , entre el cual y lá
que esto de andar por las nubes comadreja es un término medio.'La principal
no es-para un ave de plomo. condición del hombre-barrena es la actividad;
Desprecióla bqbería trabaja sin descanso, y no cesa de roer hasta
siempre la bala en sus trece que.se hace un nido; tiene toda la movilidad de
diciendo ¿á quién se le ofrece la ardilla y toda la tenacidad de la rata: estar á
negarme la primacía? la espera y ¡echársele encima,- es el único medio
¿Pues no es mas claro que el dia de cazarlos: sin embargo, se domestican fácil-
que nunca mi vuelo igualas? mente; pero se debe tener con ellos mucho c u i -
En mal camino resbalas, dado, porque son aviesos y se pintan solos para
ave infeliz, porque en suma armar tretas: después de domesticados, sirven
si son tus alas de pluma, al amo con mucha eficacia, siempre que el amo
46
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no deje de estarles presentando continuamente así como quien carece de fuerzas físicas echa
el cebo el cual con que sea de queso basta; por- mano de la simulación y la maña.
que no son animales carnívoros. Asombra lo infatigable que es el hombre-bar-^
Esta especie de individuos ha degenerado mu- rena: figuráoslo en medio de un desierto, y s u -
cho, pues sin duda proviene del megaterio , que poned que le dice Dios desde el cielo estas pala-
tenia enormes uñas, y de cuatro zarpadas se bras: «Morarás hasta el fin de tu vida en este
hacia la cania; ahora sin embargo el hombre- yermo donde solo musgo dá la tierra, y nunca
barrena no se la hace sino á fuerza de constan- jamás verán tus ojosnn semejante tuyo , ni quien
cia, trabajando poco á poco cuanto alcanzan sus de aquí te pueda sacar, ni cosa que te pueda va-
fuerzas, hora por hora, minuto por minuto. El ler, ni piedra donde reclinar tu cabeza en el
hombre-barrena inventó sin duda aquel refrán sueño.» Ahora bien, uno cualquiera que se ha-
de poco a poco hila la vieja el copo; al menos llare en este caso, apenas oyera condenación se-
si no lo inventó, lo ha aprendido de memoria. mejante no dejaría de decir cuatro frescas al
Dadle al hombre-barrena una corteza de na- mismo hijo del sol, en seguida se daría á todos
ranja, y hará de ella una casita; dadle una nuez, los diablos, y haría frente á su desventura, y
se comerá lo que tiene dentro, y de las dos cas- lucharía brazo á brazo con el destino como un
caras hará dos navios; dadle un grano de uva, y gigante contra un gigante, hasta caer muerto y
hará vino. no rendido. El hombre-barrena trataría de r e -
El hombre-barrena se encuentra en todas par- ducirá su juez, y viendo que no había remedio,
tes: generalmente principia su carrera por ser temeroso de tener rabia, porque el otro, que po-
pobre, en cuyo estado anda siempre husmeando dia mas, no se lo conociera, se sentaría hecho
donde cuecen habas; apenas las huele, ya está un ovillo y principiaría á girar sobre las posade-
dentro y se ofrece á servir de marmitón. ¿Le ras como un molinete : al cabo de veinte años ya
encargáis qne espume y de vuelta al puchero"? habría hecho un hoyo, al cabo de veinte y cinco
Iso tengáis cuidado, de repente es un cocinero ya tendría nido. Esto es tan verosímil que hasta
completo, no se aparta del hogar, y todo lo ha- las mismas tradiciones populares vienen en su
ce á las mil maravillas. En cuanto ha comido se abono, y así es que se cuenta de un hombre-
dedica á buscarle algún flaco al amo para apro- barrena que en los primeros tiempos de liorna,
vecharse del descubrimiento, á todas partes lo queriendo heredar á un tío que lo tenia en su
sigue, á todo está dispuesto: vuelve á c a s a , y casa, se subia todas las noches á un cuarto so-
apenas ha entrado, ya ha calculado donde ha- mero , y por un agugerito que daba sobre la ca-
cerse la cama para dormir aquella noche-, en se- ma del tío, le echaba á este en el cogote un par
guida obsequia al ama; si recibe un sofión no se de gotas de agua fuerte mientras estaba dur-
desanima, pasa á hacer el amor á la hija; si esta miendo, y cumplió con esta tarea quince años
le desprecia , principia á capitular con la criada-, seguidos, hasta que el buen viejo se murió de
al año ó año y medio el amo de la casa ya está una llaga incurable en la frente; lo cual sabido
comido por los pies. Verdaderamente el hombre- después por el público, y en razón de haber t e -
barrena es dañino y temible, porque á pretesto nido el tio un cogote duro como la piedra, dio
de una diligencia constante y de una serviciali- margen á aquel dicho tan antiguo de ¡juta swpe
dad minuciosa, se apodera por el lado del inte- cadendo cavat lapidem. Por donde no tiene na-
rés de aquel á quien sirve, y bajo la capa de su da de estraño diga yo ahora que el hombre -bar-
devoción lleva escondido el agudo puñal de su rena á fuerza de escupir al suelo hará un mar
astucia. No es esto decir que el hombre-barrena proceloso; y embarcado en un sombrero, si no
sea de índole perversa, sino que es de falsa con- halla barco mejor, se irá á comerciar por todas
dición, hija de un deseo inmoderado de fortuna, las costas del mundo, y se hará mandarín de la
junto con una inteligencia reducida, de donde China, y vendrá al fin á ser ministro de la m o -
proviene que su corta comprensión, se vé en la narquía constitucional de España.
necesidad de recurrirá una doblez mezquina,
Dadle lugar y tiempo á un hombre-barrena, y
363
él socabará los fundamentos mismos del mundo; establecerlos en el Rastro; hoy dia los tiene ya
la acción suya y la del tiempo son iguales, len- en los parlamentos inviolables. En los oficios,
tas pero infatigables, con una continuidad que creó el de zapateroMe viejo; en las industrias, la
asombra. El hombre-barrena no duerme, no d i - máquina de hacer alfileres; en el tráfico, creó el
g i é r e l o fuma, no.habla, no estafentado, no del ropavegeio; en el comercio, creó las prende*
bebe, no come, el hombre-barrena no hace mas rías; en la imprenta, la prensa periódica; en la
que roer, al mundo entero revuelve y aturde filosofía el eclecticismo; en la política, el sistema
con su roimiento. ¿Oís gritar por las calles con representativo. El hombre-barrena es el inven-
cadencioso tonillo: aaa coomponeer tiiínajas, tor de la cola-piscis, de la piedra rasoria, de los
platos y fueeentes? es el hombre-barrena: ¿veis gemelos, de los carteles de las esquinas, de las
al pobre diablo anunciando de valde sus géneros covachuelas,- del arte poética, del modo de q u i -
en el Diario?,el hombre-barrena: ¿oís charlar tarse las pecas de la cara, de los candiles de
en el Congreso? el hombre-barrena: ¿leéis un cuatro mecheros, de los vestidos de arlequín,
periódico cualquiera hoy dia? el hombre-barre- de las coberteras de hoja de lata, délos reyes
na: ¿veis el concurso que hay en casa de un ca- constitucionales, de las casas de beneficencia y
pitalista ? ei hombre-barrena: ¿oís por la noche de los diamantes de vidrio.
un pequeño roneo ruido, intermitente y acompa- ¿Veis aquel animal débil, asustadizo y caute-i
sado en la madera vieja del catre? el hombre- loso que va disimuladamente detras de aquel
barrena: el hombre-barrena donde quiera, múl- león para aprovecharse de los despojos de la p e -
tiple, roedor, astuto, infatigable". lea? aquel es el hombre-barrena que se ha apo-
¡Oh prodigiosa mudanza de las cosas! ¡Oh derado de todo en este mundo, porque semejan-
poderosa mano del destino que tan lentamente te al aceite que por todo poro penetra, como el
modificando la condición humana sin echarlo mercurio que se come el oro , es fusible, sutil,
ella de ver, va labrando en la frente de la huma- tortuoso, semejante al calórico que en todas
nidad el misterioso emblema de un porvenir partes se mete ¿cómo pues estranais que se haya
siempre escondido, arrojándola por una imper- apoderado de todo, hasta del imperio de las n a -
ceptible pendiente basta que tope y se rompa la ciones? Ni podia menos de suceder así; el hom-
crisma contra algún mal demonio qué la esté es- bre-barrena, que no puede volar, no hace mas
perando, ó bien se encuentre dulcísimamente que reunir piedras para construir una escalera:
mecida y bañada en algún lago que abajo pueda las piedras son lasflaguezas de la inteligencia
haber de agua rosada! y esta reflexión me la a r - agena y los defectos de la constitución Social;
ranca el considerar que las antiguas sociedades,- conio esta presenta tantos intersticios al diente
en que tanto predominaba la síntesis de las p a - roedor de la polilla, la polilla corroyó las e n -
siones y afectos, fueron víctimas de la irrupción trañas de la sociedad, y esta tuvo gangrena y
de los bárbaros, y que las sociedades modernas, gobierno representativo- El criminal lucha brazo
cuyo emblema es el análisis, son víctimas de á brazo con ella, el tirano la domina á la fuerza,
una universal irrupción de hombres-barrenas; el hopibre-barrena la ulcera. \
"en el antiguo mundo los bárbaros estaban fue- El hombre-barrena es la langosta, las chin-
r a , en el moderno estaban dentro; y si compa- ches en catre viejo, las hormigas en la era, los
ráis la condición de aquellos dominadores con ratones en el gabinete del sabio. ¿A dónde irá
la de estos dominadores también, no podréis uno que logre escapar del hombre-barrena?
menos de esclamar como yo prodigiosa mudan- Concluiré este escrito con una observación de
za de'las cosas 1 mucho peso en la historia, y así se sacará algún
El hombre-barrena manda en el mundo, p o r - fruto de leerlo. Yo por lo que me he ocupado del
que como es múltiple con tarifa estension y co- hombre-barrena; no dudo que las plagas de
mo siempre anda haciéndose casa, no hay punto Egipto no fueron siete sino ocho: me fundo en
donde no haya establecido sus reales. En los que habiendo querido Dios castigar á esta na-
buenos tiempos del absolutismo, principió por ción , los hombres-barrenas que en ella hubiera
364
la habrían castigado bastante; mas de haber libertad en el vestir raya en licencia, y para ser
Dios echado mano de diversas plagas, es pre- elegante es preciso hacerse original. Unos visten
ciso inferir que á quien quiso castigar era á otra á lo parisién, otros á lo dandy, y no son pocos
plaga de hombres barrenas que allí había, con lo los que con su capucha trasera están hechos
que mi aserto está probado. Y vean ustedes cuan unos musulmanes; pero es de advertir que todos
incorregibles son los hombres-barrenas cuando estos elegantes son aprendices ó asalariados por
ni aun así han escarmentado, y siguen royendo los sastres y sombrereros para adquirir parro-
el mundo. quianos. Pueden calificarse de figurines movi-
En verdad, en verdad que del hombre-barrena lizados.
se dijo: «capaz es de comerse á san Antón por Los verdaderos elegantes se dividen en tres
el pie.» I. OVEJAR. clases en España , á saber: aristocracia , justo-
medio y democracia. Las facciones de persona,
no se estilan ya; son cosa muy antigua para que
MODAS DE ESPAÑA.
el buen gusto las tolere, así es que es condición
precisa que los elegantes de España tengan cara
Toda vez que saben nuestros lectores las m o - de fiera, de avestruz ó de otro irracional cual-
das de Londres y Paris, justo es decirles algo quiera; pero las que están mas en boga son las
de las modas nacionales. de zorro en la aristocracia , las de urraca en el
La moda mas general en España, de la cual justo-medio, y las de papa-moscas en el pueblo
ninguna persona decente debe eximirse, es bonachón ó sea la democracia. i
SUSCRIBIRSE A LA RISA. Sin estar suscrito á LA Los hombres zorros llevan sombrero apunta-
RISA no se puede ser elegante, no se puede ser do, levita de muleton abrochada, pantalón de
ilustrado, no se puede ser feliz. ante ajustado, y botas por encima del pantalón.
Por lo que respecta á trages, reina en España En vez de pañuelo, llevan un capón asado en el
la misma anarquía que en todo lo demás. La bolsillo, para no morirse de hambre.

Los hombres urracas visten a l o payaso. Som- j á lo don Julián, es decir, sin trabillas como doff
hiero blanco, gabán corto abrochado, pantalón I Julián Manzano los apetece, y botas sin feetuss».-
V) 365
Los hombres popa-moscas usan sombrerito á muy huena voluntad, y nosotros porque no d i -
]o. cesante con .escarapela blanca, que es signo jera se lo bebimos con la mejor fé y" sinceridad
de paz, gorro negro debajo , gran cuello de ca- del mundo. Valia este ciudadano un caudal para
misa , corbata blanca, casaca antigua, calzón compañero de viaje, sino fuera por un maldito
Corto, y zapato con hebillas, todo de pega. mozo que tiene en casa, á quien él llama su ca-
En cuanto á profesión solo los papa-moscas la chicán; porque sin duda le viste de deshechos,
tienen. Los demás elegantes no tienen necesidad y aunque una prenda se le caiga de mugre, an-
de ella. La gran moda de España es APROPIARSE tes que tirarla, prefiere ir incomodado todo el
LO A GENO. camino á que su cachicán carezca de ella. Digo
esto, porque cuando rompimos la marcha le vi-
mos un sombrero entre las piernas, que desde
* COSTUMBRES RUSAS. que hay sombreros en el mundo no se ha visto
cosa mas detestable. Era de una cosa que en al-
gún tiempo fué seda sobre fieltro, y ahora tenia
SAN PETERSBÜRGO 6 de febrero de 1844. honores de grasa sobre sebo. Si le hubieran ar-
rimado una mecha, arde él, arde la diligencia,
Gracias á mis amigos, pude conseguir dinero y ardemos todos como hachas de viento. Era mas
para el viaje. Gracias á mi dinero logré un que viejo, porque los viejos solo se quedan cal-
asiento en las Peninsulares, y gracias á estas, vos de la cabeza,-y él no tenia un pelo en todo el
salí de la corte, no sin sentimiento de perder por cuerpo. El ala habia volado para siempre á p e -
algún tiempo los goces y guaridas que en Ma- sar de que su amo le daba muchas alas con sus
drid me habían proporcionado mis diez años de caricias :>la copa era tan pequeña que no podría
permanencia. Metíme en la diligencia como Pe- uno emborracharse aunque se la bebiera llena
dro por su casa, después de calcular y temblar de ron ; y por último, lo míjor que tenia era la
y recelar y reflexionar qué clase de compañeros cinta de una seda blanca muy parecida al b r a -
me tocarían. Deciayo, porque sabia que todos mante. Picados todos de la curiosidad, p r e -
los asientos estaban ocupados legítimamente; si guntamos al camarada qué destino reservaba
á cada uno le diera la gana de ser un hombre para aquel mueble tan inútil. ¿Cómoque iuútil?
gordo, y quien dice un hombre dice una muger, nos contestó el amigo : si está casi nuevo, dejen
¿qué seria de mi cuerpo y de mis brazos y de ustedes que lepasen la plancha, y verán cosa
mis piernas atravesando en prensa tantas le- de gusto. A fé que le está esperando mi cachi-
guas? Y se conoce que mis compañeros de via- can , que si no fuera porque va á contraer m a -
je , que ya estaban acurrucados cuando yo mon- trimonio, y le quiere estrenar aquel día, mal-
té, abrigaban el mismo temor; porque cuando dito si yo enagenaba este glorioso recuerdo de
les anunciaron mi llegada , sacaron la gaita por mis antepasados. Y ésto diciendo, le tomó con
la ventanilla y esclamaron con tono de satisfac- ambas manos con mas cuidado que si llevara
un niño Jesús de cera ó un castillo de dulces.
ción : ¡ Albricias, que también es delgado I To-
Entre estas y las otras, pasamos los Pirineos con
cóme buena gente en honor de la verdad, y no
un frió que nos soplábamos las uñas. Echamos
aventuraré nada e« decir que también yo sim-
un sueño, y cuando despertamos deseosos deslo-
paticé con los viajeros. A la media legua escasa
mar un refrigerio, y mas de estirar las piernas,
de camino, todos sabíamos nuestras vidas y m i -
preguntamos al mayoral que cuándo mudaban
lagros; sacamos cada uno nuestra merienda, y
el tiro. Ya pronto, respondió el de la'diligencia;
lomamos aliento para proseguir con ánimo tan
en llegando á Moscow. ¡A Moscow ! esclamamos
larga y penosa espedjcion. Mi compañero de la
todos los viajeros asombrados. Sí señores, á
izquierda, joven del año setecientos y pico, abo-
Moscow! replicó el mayoral; y dando cuatro la-
gado según nos dijo, y no según las apariencias,
tigazos á las muías, prosiguió la marcha can-
traía sumerjido en un bolso del chaleco un fras-
tando:
co de licor de apio, que nos brindó sin duda ¿c
366
En Cádiz tropezó un fraile viejos empiezan á vivir. A los soberanos se les
y en Sevilla se cayó. trata como si fueran verdugos, y los verdugos
Se fué rodando hasta Francia mandan y tienen vasallos y condecoraciones y
y en Rusia se levantó. tratamiento de Magestad. Hasta los virtuosos son
malvados, ñasta los liberales son serviles, y
Paró por fin el coche , bajamos á comer, y por hasta los creyentes son ateos. Todo anda trocado
unas pocas patatas fritas con agua, que noso- por esta tierra, señor Ayguals: no venga usted
tros llamamos cocidas , nos hicieron aflojar un por aquí, donde los literatos están podando v i -
duro por barba. Nosotras decíamos que eran co- ñas, y los cabadores hablan de literatura, que
cidas, y el posadero sostenía que eran fritas ; y es de ver á estos patanes criticar á los inge-
nosotros contestábamos ¡ que no son fritas ! y nios y dirigir la opinión públiea. El año pasado
el posadero replicaba ¡que no son cocidas! y en- un mozo de labor que era alcalde, metió preso a.
tre estas y las otras, y sobre si fueron fritas ó su amo. Es verdad que luego el amo le des-
fueron cocidas, se armó una de palos, que ya me pidió, y desde entonces que no come; pero
pesaba haber salido de Madrid, como á don F r u - por un gustazo ¿quién no lleva un trancazo?
tos Calamocha haber abandonado a Belchile. Lo que le divertiría á cualquiera de esa tierra
Harlo de llevar las piernas encogidas, tuve por lo mismo que á m í , es el ver todas las profesio- '
conveniente no volver á montar en la diligen- nes trocadas. Es de ver al cura tomando el pulso
cia,, y continué mi camino en el caballo de san á los enfermos, y el herrador cantando misa y,
Francisco. El termómetro apuntaba 10 bajo O, y confesando á los devotos. El sacristán afilando
yo creí perder las narices de frió, como sucede ligeras, y el boticario gritar por la noche en la
por esta tierra á mas de cuatro. Encontré mu- calíe ¡las doce en punto y sereno!!! Aquí
chos caminantes sin orejas, sin narices y sin de- cortan el pelo y afeitan los carpinteros con el
dos, y eso que se toman muchas precauciones, escoplo y la azuela; y yo por mis propios ojos he
y apenas sale un hombre de su casa sin llevar visto á un sartenero estañar las patas á un galgo
un brasero en la tripa colgado como quien lleva que se perniquebró cayéndose de la cama. Y por-
una caja de fósforos; pero amigos míos , en Ru- que el perro no sanó, quisieron formar causa al
sia hace mucho frió, principalmente en Moscow calderero y embargarle los bienes, á lo que el
desde que le quemaron sus habitantes con mo- pobre hombre contestó: ¿qué bienes: señores,
tivo de la invasión de Bonaparte. Yo espero sa- si no tengo mas que una burra vieja, que está
lir pronto de esta tierra de nieves, y aunque me para entregar el alma al Redentor?
derrita los huesos pienso no parar hasta la lí- Me olvidaba lo mas interesante de las costum-
nea equinoccial donde los pájaros se achichar- bres rusas, que es la parte de diversiones. He
ran de calor. estado en el teatro de Moscow, que es un puerto
Cosas muy orijinales tengo que contar de R u - de Guadarrama: he dicho poco, es el Polo Gla-
sia. Sus costumbres son tan chocantes, que á cial; pero la compañía no he visto cosa mas ca-
cada paso ofrecen espectáculos increíbles á los liente y destemplada, no sabe hacer mas que
hijos de mediodía. Aquí come el que tiene pan, y tragedias. Algunas veces parecíame oir los ver-,
el que n o , ayuna; pero lo mas admirable está en sos de Bretón de los Herreros J ílon Ramón d é l a
que todos comen por la boca , huelen con las na- Cruz; pero luego me desengañaba de que lo que
rices, oyen con las orejas, y andan en dos pies, presenciaba, no era saínete ni comedia de cos-
escepto algunos que andan en cuatro como en tumbres, porque en este género de composicio-
España, no sé si por instinto, ó porque no les nes no hay catástrofe, y las funciones que yo he
han enseñado mas. Lo que no me estraña nada, visto, todas han acabado en una espantosa y
porque estoy acostumbrado á verlo en mi tierra sangrienta degollación. Salió una noche el autor
todos los días, es que por acá los pobres son mi- á anunciar que a! dia siguiente se despedía la.•
llonarios y los ricos piden limosna. Los jóvenes compañía con la representación de Carlos II.
están todos con un pié en la sepultura, y ios ¡Pobre Carlos III Los trages no eran malos, pe-
367
ro había anacronismos y contrastes tan graciosos y no hay poder de Dios que te resista,
como una Inés con ropage antiguo y peinado á ¿Quieres ver como en fin, yaque tan porra
la moda, y un fray Froílan con barbas de ca pu - en paz á tus cofrades nunca dejas,
chino y hábito de dominico. Sin embargo, la te hago pedir á Dios que te socorra?
función fué completa; porque para darla mayor Cual el lobo el balar de las ovejas
interés, convino la empresa en rifar ¿qué dirán tal vez desprecies mi atrevido reto,
ustedes? ¡ ÜN CARNERO!!! Apenas podía yo sin enojarte ni fruncir las cejas. -
creer lo que escuchaba. Se han visto en el mun - Perdona, Ayguais, perdona si indiscreto
Jo monstruosidades, como niños de tres caberas te busco conociéndote la boca,
y corderos con cuatro patas; pero rifar un car- conozco que me meto en. un aprieto.
nero en una función dramática es un fenómeno Bien sabe este infeliz que te provoca
que no han visto los nacidos. Merece ser embal- que no temes ridiculas bravatas,
samado el autor de la ocurrencia, y ocupar un porque son todas para tí bicoca.
lugar preferente entre los bichos raros de la His- ¿Qué caso debe hacer de un papanatas
toria Natural. Con mas miedo que si metiera quien arrollar logró con sus judíos
mano en cántaro para salir soldado, presenciaba del picante VUiergas \aspatatas?
yo la rifa del carnero, rogando vivamente al ¿Qué caso debe hacer de fruslerías
cielo que no me tocara la suerte de llevar los quien á Zorrilla , defensor de flacos,
cuernos á casa; pero no me valió. Parece que la á asestar obligó sus baterías ?
suerte dijo para mí, al que no quiere caldo, la «No me bato, dirás, con monicacos;
taza llena: y así fué, salió el 124 premiado, que sin bala en el fusil, si les embisto,
era exactamente el número de mi asiento. Corrí- les aturdo tan solo con los tacos, > '
meal pronto de vergüenza: peroluego dije: ven- «¿Has creído, Ribot que todo el pisto,
ga la pieza, que mas vale algo que nada: puede todo el jugo apuré de mi celebro
que si Dios me ayuda, dentro de un siglo tenga á fuerza de pensar? ¡ no, vive Cristo!
una piara de dos 6 tres mil cabezas de ganado; y
«Antes que sea t a l , sin agua el Ebro
estoy resuelto á dar al carnero una vida como
y sin partidoS'has de ver la España,
un obispo. Ocurrióme alguna dificultad al tiem-
pues yo por mas que gaste nunca quiebro.
po de bautizar la criatura, porque llamarle Car-
«Ármate de valor, ya que mi saña
los II hubiera sido rebajar la dignidad del carne-
osaste provocar ; pide paciencia
ro. Llamarle fray Froilan., sobre ser impropio,
á un buen marido ó pescador de caña.
tiene algunos visos de reacción; por lo cual de-
«Muy mal vas á salir de esta pendencia
terminé llamarle el hechizado. Solo me resta d e -
que has suscitado, desdichado vate,
cir por hoy, que pian pian rae vine con mi he-
no sabiendo prever la consecuencia. ,
chizado á esta aldea de San Petersburgo, donde
' «No contra el gerundiano chocolate
permaneceré hasta que las nieves me dejen to-
he gastado,, Ribot, todos mis bríos,
mar otro rumbo. Aquí estoy sin saber de u s t e -
ni vengo fatigado del combate.
des, ni de los compañeros de diligencia, ni del
«Nunca se agotan los esfuerzos míos;
cachicán cuyo sombrero tan alegres ratos me
la vida paso, cual andante hidalgo,
dio durante el camiqo.
aventuras buscando y desafíos.
".;".'•''•• JuiN MARTÍNEZ VILLERGAS. « No cual la avispa vil de armas me valgo
que sepultadas en la herida queden ;
siempre con ellas de las Luchas salgo.
« Si nada en tí tales razones pueden ,
AD, WENCESLAO AKUALS DE IZCO. partido elije y el que quieras toma';
fiero soy con tenaces que no ceden.
Ti¿ que tan pendenciero y ergolista «Y pues te has empeñado en meter broma ;
viniste al mundo para armar camorra, mete broma, infeliz; nada me asusta,
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sé que no irás por penitencia á Roma, a que al decir flauta yo, tú dirás pito.
Eso dirás, Ayguals, y eso me gusta; Si alguien dijera que el demonio es feo,
á musa menos fuerte ó mas cobarde t ú , al contrario , dirías que es hermoso,
no retara tal vez la mia adusta. porque contradecir es tu deseo.
Porque puedes de bravo hacer alarde ¡No tener apetito es horroroso!...
quiero luchar con tigo en guardia ponte, ¡Qué atrocidad ver pollos y perdices,
en guardia, en guardia ¡ voto á san ! que es tarde, pasteles y biftec, y hacer el oso!
Y antes que con preámbulos te atonte, Al menos las hambrientos infelices
antes que diga el vulgo que parodio pasando por delante de una fonda
el parto tan ridículo del monte. con el olor recrean las narices.
Todos los frenos romperé del odio ¿ No has visto tú cuan afanoso ronda
que inspira tu carácter pendenciero, de comestibles las preciadas tiendas
sin permitirme solo un episodio. un pobre pordiosero? ¡ cómo sonda
No te sonrías, no , que del mas fiero Con sus miradas ávidas las prendas
no es siempre la victoria, y á menudo que vé en el mostrador, prendas queridas,
al mas humilde cede el altanero. que no han de figurar en sus meriendas!
David el arrapiezo matar pudo Solo un par de patatas mal cocidas,
at gigante Goliat, que parecía ó de pan un negrísimo zoquete,
que había de almorzarle entero y crudo. ó dos sardinas rancias y podridas
La fragata que golfos desafia Ingerirá en su estómago el pobrete,
y triunfa del furor de cien tormentas, mas lo comerá todo cual si fuera
muere á veces en plácida bahía. lo mejor de un espléndido banquete.
Y el matón que de víctimas sangrientas Que la salsa mejor, la que supera
cementerios pobló con su florete, a cuantas salsas inventó Estofado
y de la iglesia duplicó las rentas, y á cuantas otras inventar pudiera,
Muere á manos de un torpe mozalvete , La que al nabo del rico despreciado, .
que sin tener una noción de esgrima, al caracol baboso, á la vil berza,
el acero en el hígado le mete. comunica al sabor mas delicado,
Esto sabiendo, Ayguals, no me da grima Es el hambre sulilime con que altrruerza
tu superioridad , ni lodo el eco el que abre sus mandíbulas con hambre;
de tus glorias sin Gn me desanima. ¿ conoces otra salsa de igual fuerza ?
Me tratarás, lo sé, de chuchumeco, Ella ablanda las piedras y el alambre,
gran rival de Villergas y Zorrilla , que el alambre y las piedras comeria
pero no te hagas por piedad el sueco... quien hambre tiene cual si fuesen fiambre.
¿Cantas victoria? Al toro de Castilla Ella la decantada maestría
el tábano derrota en campo raso vuelve inútil del docto cocinero,
y el moscardón mas despreciable humilla. qua es ella la mejor gastronomía.
Aplica el cuento tú, y vamos al caso; Que haya sal, no haya sal en el puchero,
es grave la cuestión ; es importante , bien está sí salado , bien si soso,
y fácilmente no saldrás del paso. ¡ ó gran poder del hambre, te venero!
¿ Qué es peor, tener hambre de cesante Al hombre que es mas pulcro y mas dengo;
siendo mala muy mala la comida, tú le sabes volver indiferente
ó tener buen manjar, tener delante á lo mas repugnante y asqueroso.
Una mesa de todo abastecida Aunque sienta enredársele en un diente
y carecer un hombre de apetito ? una melena que cayó en la sopa,
¿Quién cuestión tan difícil dilucida? sigue comiendo hasta acabar valiente.
Yo digo, y lo sostengo á voz en grito, Sigue comiendo, si en el plato topa
que lo último es peor, y bien preveo mugrienta greña de asquerosa vieja,
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y así ataca el bocado con estopa. y así equilibra goces y fortunas.
Tal vez lentejas come, y no las deja ¡Hambre divina, pues de Dios emanas!
al encontrar en el fatal guisote tú eres la soberana sin disputa
un bicho que parece una lenteja. entre todas las salsas soberanas.
Yo conozco un marqués, un monigote, Sin tí las que al gastrónomo tributa
que porque en un pastel halló un mosquito el arte de cocina nada valen >
seis criados despidió con un garrote. que el paladar nada sin tí disfruta.
Su patrimonio disipó el maldito ¡Qué cosa mas atroz que ver que salen
con su mucha aficiona los entreses, intactas de la mesa las gallinas
pero puede dar gracias al garito, sin hambrientos hallar que las desalen.
Que aunque le escupen los demás marqueses En vano, Ayguals, sofístico maquinas
porque es pobre quizás, de hambre disfruta para salir del paso un argumento;
superior de su suerte álos reveses. todos se estrellarán en mis doctrinas*
Lástima daba su figura enjuta, ¿Puede haber en el Tártaro un tormento
y hoy parece alemán tan fresco y rubio; que pueda compararse al del magnate
hoy se zampa podrida cualquier fruta. que tiene buen manjar y no está hambriento?
Pescado mas pasado que el diluvio ¿Deque sirven las salsas de tomate
yo le he visto comer en el barreño y cuantos guisos tu ambigú celebra
en que tomó un enfermo un pediluvio^ si todo se le atranca en el gaznate?
No se quejara de una fonda al dueño Mira el jamón y ni una sutil hebra
si le dieran ratones por gazapos, cata de aquel manjar tan delicado
sino porque el ratón es mas pequeño. que el paladar seduce y le requiebra.
En vez de ranas se atracó de sapos, Bien puede compararse el desganado,
y consintió partida tan serrana que está hecho en su silla un mameluco
sin soplar al estafa seis sopapos. si ala opípara mesa está sentado.
«Lo mismo me da un sapo que una rana , Al infeliz y despreciable eunuco
dijo él marqués con actitud tranquila, que las bellas contempla en los harenes
para comer lo que yo quiero es gana.» como si fuera de insensible estuco.
Todo el hambre lo arrolla y aniquila; Concluiré para que mas no penes,
no indaga si por liebre venden gato, esto que es casi una lección didáctica
no sí venden culebra por anguila. que me debe valer mil parabienes,
Todo manjar para el hambriento es grato, Un hecho refiriendo: así tu táctica
y al dar hambre á los pobres, Dios nos prueba, no me podrá arrollar, pues mis razones
que es él muy bondadoso y muy sensato. muestro corroboradas con la práctica.
Zámpase el rico la primera breva; Un cura de escelentes condiciones,
pera él son los faisanes y los pollos, muy querido en la aldea en que vivia
para él los pavos el aldeano Ceba. de adultos, viejos, hembras y varones>
Para él el panadero amasa bollos 4 Celebrar quiso de su santo el dia
y para él guarda el mísero hortelano con una estraordinaria comilona
de las tiernas lechugas los cogollos. que barrigas sin fin henchir debia.
A él consagra el olivo sevillano Tenia, á mas de una ama santurrona $
sus ricas aceitunas, y el besugo i el cura un endiablado monaguillo
crian para él las aguas del Océano* mas ágil y goloso que una mona.
Y el Supremo Hacedor que no le plugo Llegó eldiafeliz; atrajo al pillo;
dar al pobre las ricas aceitunas, poco antes de comer> á la cocina
le sabe contentar con un mendrugo. el olor que exhalaba cada hornillo.
Hambre le da para que coma tunas En ella nadie habia; á la sordina
eon mas gusto que el rico las ananas, I á levantar empieza tapaderas,
47
370
y en seguida á cebar su golosina. porque estoy cierto de salir triunfante.
Abrasóse las manos muy de veras Que tú me impugnarás, esto es seguro,
y muy de veras se abrasó el esófago, y con muy ingeniosas sutilezas
mas tenia eseelentes tragaderas. me meterás tal vez en un apuro.
Comió, engulló, se hartó como antropófago; Tal vez reduzcas á menudas piezas
dio á dos tordos su tripa sepultura los datos que tan fuertes he alegado;
y sirvió á muchas piernas de sarcófago. sé que tienes valor, que harás proezas.
Llega la hora de comer; el cura No importa, que aunque'Salga derrotado
á la mesa se sienta y á su lado gran fama de valiente habré adquirido;
el pobre monaguillo sin ventura. cuando un hombre con brío ha peleado,
¡Qué lástima da verle!... ¡desdichado! su mérito no mengua el ser vencido.
ve la sopa llegar, luego el cocido, A . KlBOT V FONTSEKÉ.
dos pollos luego y luego un pavo asado.
No come el infeliz porque ha comido <,
y al verse de aquel modo inapetente EPÍGRAMA.
pvorumpe en un tristísimo gemido.
La causa le preguntan bruscamente
el cura y los demás de su quebranto,
y él espresar no puede lo que siente.
No acierta mas que á deshacerse en llanto,
de tal suerte mojó la servilleta
que ningún rio la mojara tanto.
Mas pronto el cura adivinó la treta,'
viendo varias perdices sin pechuga,
viendo varios pichones sin aleta.
Los labios frunce, el entrecejo arruga,
y al ver el chico su ceñudo gesto,
quiere su salvación fiar á la fuga.
Pero el cura detiénele en su puesto,
y para castigarle no da un grito,
ni le ultraja siquier con un denuesto.
«Lloras, le dice, por qué estas ahito?
bien t.u glotonería Dios castiga
quitándote del todo el apetito: - r5 / -
«V para que en el mundo no se diga-
que impunes deja un cura á los glotones^
quiero ante tí que la comida siga.» •
¡ Qué bien meditó el cura estas razones 1
¡qué castigo mayor darle podía
que cercarle de pollos y capones! Tenia Miguel afán
Jamas esta cuestión terminaría, . por ostentar librería,
si en corroboración de mis asertos y gastaba su manía
presentase otros datos que podría. ' mas en librajos que en pan.
Dos hechos,bastan que te doy por ciertos; Pero ya gratis, Miguel,
habla tú luego, Ayguals; ya te eché el guante, tiene lectura de sobra ,
sí no lo coges, me han de oir los muertos. pues lo selecto de una obra
A un perito nombremos al instante; está todo en el cartel.
yo á lo que él diga conformarme juro, WENCESLAO AYCUALS DE ízco.
371
CARTA DIRIGIDA quietismo, haciéndote pancista, que es todo lo
AL ESPATRÍADO
mas malo que puedes hacerte: escribe cuando
no otra cosa, un sistema nuevo de agricultura
JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS. sin olvidar el arte del arado, sobre el que pue-
des tú mejor que nadie hacernos esplicaciones:
Madrid 11 de mano da 1844, ponte de acuerdo con don Agustín Pascual, que
Sin baber pensado jamás «n geografía, ni ha- viaja por esos países, estudiando la plantación
ber estudiado mas planos que el croquis donde de los árboles, creyéndonos todavía por los años
se dio la batalla en que apareció el apóstol San- de Fernando Vil, en que no habia fuente caste-
tiago con un escuadrón de coraceros, nos atre- llana ni arbolilos en medio de las calles : dinos
vemos á asegurarte que te diriamos dos por tres también el sistema de gobierno de esa parte del
hacia qué lado del planeta se encuentra tu San África en que te hallas, y cuéntanos detenida-
Petersburgo , en el cual has descubierto tantas mente los usos y costumbres de ese pueblo por
cosas ignoradas hasta hoy por nosotros pobres civilizar, poniendo las señas de tu casa , por si
habitantes de la villa y corte de Madrid, que es vives aun en la manzana de Adán.
el suelo mas clásico del mundo. Sin embargo de Por acá poco tenemos de particular que noti-
nuestra reserva, no creas por eso tampoco que ciarte : los cesantes van sentando plaza, y las
ha de quedar ignorado de los lectores de LA viudas se han opilado : Madrid sigue tan frió,
RISA ese San Petersburgo tuyo; porque hemos tan negro y tan bajo de lecho como siempre :
llegado á recibir cartas y periódicos de Setan- las calles mas tortuosas que nunca, por cuyo
sos y de Montevideo, sitios que has tenido la motivo aunque las intenciones sean derechas
honra de pisar, con especialidad Betanzos, en siempre caminamos torcidos : hay también m u -
que te suponen caminando en la Mala para chas calles cuesta á bajo, por las cuales no hay
Buenos-Aires y Golfo de las'Teguas, donde no mas remedio que bajar.
se acuerda nadie de tus bailes , y aunque sabes Sabrás como quitaron á punta de lanza la lá-
muy bien por esperiencia que las noticias de pe- pida de la Puerta del Sol, que decía con desco-
riódicos necesitan siempre de confirmación, n o - munales letras EL GRATIS, y era un recuerdo
sotros no vacilaríamos en darles crédito una amargo de los tiempos en que habia algo gratis;
vez, sino quisiéramos persuadirnos que te hallas pero en cambio sabrás también como no han
en San Petersburgo , solo porque tú lo dices. borrado otro letrero mas descomunal todavía
Esta únicamente se dirige, buen amigo Yi- que dice UNION COMERCIAL : hemos oido que
llergas, á saber Si no has padecido el descuido quieren que se venga á bajo por su peso.
de presentar tu pasaporte, que va sin enmien- D. Ignacio Boix. que tú conocerás y nosotros
da, á todas ]<as justicias del tránsito para su r e - también, sigue publicando la obra de Los espa-
frendo, cosa deque no has debido olvidarte, y ñoles , que es una obra grande porque formará
si al entrar en Montevideo no le llevaste para la muchos tomos.
toma de razón al comisario de policía de tu De política ya sabes que no se puede hablar,
barrio : no te incomodes por estas observaciones por cuya razón El Mundo ha dejado en paz al
hijas solamente de nuestro buen deseo de darte señor Krooque, y ya no pinta mas los burros co-
á entender el nuevo sistema de pasaportes para miéndose el programa. Los ómnibus continúan
los que viajan en la Mala como t ú ; y si acaso su marcha magesluosa y grave desde la Puerta
le incomodares , con mandar franco de porte un del Sol á la Cibeles, sin haber acelerado el pa-
billete de desafío á la Sociedad Literaria, calle so, ni haber bajado el rea! de los asientos, evi-
de S. Roque, núm. 4, decidiríamos como caba- dentísima señal de que el progreso anda de capa
lleros la cuestión. caida.
Dinos qué piensas en ese pueblo donde se De periódicos de literatura' andamos mal. Hay
caen de frió las narices, cosa que entre parénte- una mano oculta detrás del Nuevo Avisador,
sis nos parece mentira; y no te abandones al empeñada en que no medre uinguno.
372
Te has perdido en el teatro de la Cruz una de se suena por la nariz ,
sus muchas novedades ; Mr. Lebceuf, gran pres- si se irrita se sofoca,
tidigitador, carga con un canon de á OC|IO, co- hace ruido si estornuda,
sa que no hace Lombía; y en el Príncipe se ha y hasta escupe por la boca.
silbado estrepitosamente el beneficio de don An- Y por rarezas y antojos
tonio de Guzman, cosa que sentimos mucho. son parientes los hermanos
Ocurren otras varias novedades todas dignas como dos y una son tres;
de tu soberana atención; y con el fin de ganarte tienen la vista en los ojos,
por la mano para si piensas contestarnos en ver- los zapatos en los pies,
so, recibe esos NOVENTA que á buena cuenta te y los guantes en las manos.
mandamos; haciendo el uso que gustes de nues- Y por el que está en la cruz
tras noticias, que no escasearán indudablemente que el que se marcha se aleja,
si el señor Ayguals, director de la Sociedad Li- y ninguna llega á vieja
teraria y de La Risa y del Dómine Lucas, no de las que se mueren antes s
se olvida de franquearuos las cartas. y estando á oscuras no hay luz,
ni son tontos los tunantes.
Ya que en tu carrera vaga Y el que al mundo sale tuerto
nos dijiste de los rusos usa solamente un ojo,
Jas costumbres y los usos, y soto una pierna el cojo,
yo de Madrid te diré y se ve con estrañeza
las últimas novedades: que es verdad todo lo cierto
amor con amor se paga. y hablan todos con cabeza.
Pues sabrás, amigo mió , Quien bebe vino algo bebe ,
que ahora han dado en la manía á los presos los encierran,
de arroparse si hace frió , y si cae agua es que llueve,
y hasta los que tienen coche el que cayó se derrumba,
suelen velar por el dia el que se tiende se tumba,
y suelen dormir de noche. y al que se muere lo entierran.
¥ acostumbran á ir andando Ya ves si son novedades
los que siempre van á pié; las que te cuenta este hermano,
y hay algunos ayunando pero sé que este verano
aunque no por devoción al revés hemos de andar :
que siguen esta aprensión estas son las variedades
porque no tienen con qué. que vamos pronto á observar :
Y casados y doncellos, Irán de cofia los chicos,
y la fregona y la dama y las mugeres con fraque
de cuando en cuando se mudan y sombreros de tres picos.
y sin reparo ellas y ellos Mas Yillergas no te asombres
insolentes se desnudan... viendo hacer media á los hombres
para meterse en la cama. con galgas y meriñaque.
Aquí quedan ellos y ellas Los mudos saldrán cantando,
cuando se mueren difuntos , y con obuses de á veinte
y sin vergüenza ni afán, irán las viejas cazando
los bellacos y las bellas y los jóvenes hilando,
suelen acostarse juntos... los ciegos viendo la gente,
cuando casados están. y los sordos escuchando.
Mas que los rusos feliz, Y es que entonces mas felices
el que se halla incierto duda, habremos de llevar todos
373
en la frente las narices; todos hablarán en chino.
y pues todo se trabuca, Si esta carta no te peta
irá la boca en los codos les importará un pepino
y los ojos en la nuca. á Urrabieta y Asquerino,
Por medio de una trompeta á ASQUERINO y á URRABIETA.

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Puerto de San Miguel Arcángel á 33 de febrero


de mil ochocientos treinta y catorce.

Sali de San Petersburgo, soplándome las uñas discusiones acerca de la profesión que mas le
de frió. Nevaba si Dios tenia qué, y martirizába- convenia, y conociendo su natural aversión al
me la idea de tener que atravesar una dilatada y trabajo y su inclinación á las muchachas y al
escabrosísima sierra; porque aunque en mi silla chocolate, le metieron en un convento; y estan-
de manos no llevaba capote y sí capota, decia do en el convento, le hicieron profesar, y cá-
para mi capote : si aquí nieva ¿ qué será en la tate Periquito hecho fraile.
sierra? Encontré por mi desgracia en el camino Iba fray Periquito montado en una burra par-
un hombre chiquirritín llamado Pedro, que des- da, que tenía la tripa como todas de color de
de que nació por ser negro como un tordo le pu- nube. Por eso cuando quiere llover, decimos que
sieron Perico, y después, atendiendo á su huma- está el cielo de color de panza de burra. Lleva-
nidad liliputiense dieron en llamarlo Periquito. ba unas alforjas muy grandes, que le servían
Díjome que no teniendo bienes de fortuna, sus de estribos para resguardar los pies del rigor-de
padres le dedicaron al estudio. Hubo grandes los hielos, cuando sentimos un alboroto que á
374
mí me puso en gran cuidado, temiendo que nos de la muerte del poeta español. Toda la orilla
asaltase alguna cuadrilla de bandoleros; pero el del rio estaba cuajada de nieve, y de vez en
fraile me disipó el miedo diciendo: denme lugar cuando topábamos con montones de cenizas de
á sacar los pies y aunque nos ataque un regi- las hogueras que hace el barqiíero para calentar-
miento de facinerosos, no sabe usted quien soy se día y noche; y yo viendo tantas cenizas, y
yo cuando saco los pies de las alforjas. Echó pié diciéndome el barquero que eran suyas, esclamé
á tierra, y la burra delante, que tomó por aque- ¡Válgame Dios, á donde han venido á parar las
llos cerros el trote del cochino. Yo rogaba á fray cenizas de Calderón de la Barca!! !
Periquito que no soltara el ramal, porque de- Encontramos unos gitanos, y como yo iba a
cía para raí : este maldito fraile será capaz de pié me dirigí al mas viejo, diciendo ¿cuán-
alguna barbaridad si se le ya la burra. Obedeció to quiere usted por ese pollino? El gitano no
mi mandato, con tanto mas celo, cuanto que el quiso entrar en ajuste hasta que yo no probara
alboroto campestre crecía por momentos. ¿Quién el valor de la bestia, y al efecto mandó á un mu-
sabe decia fray Periquito ; hoy se casa un veci- chacho manco que montara, y le dio una lesna
no de la inmediata aldea, llamado Camacho: para que se. la clavara al burro cuando hiciera el
puede que sean las bodas de Camacho lo que nos remolón. Montó el muchacho, y el borrico, que
tiene sobresaltados, y cosa de bodas parecía; solo tenia un ojo abierto, á pesar de e s t a r á
porque vimos atravesar una piara de cabras que punto de cerrar al ojo, dio tal carrera que bebia
iban huyendo de un lobo, y detrás del lobo la-
draba un perro,,y detrás del perro trotaba el
pastor, que, aunque nada llevaba roto, gritaba
como un descosido : \ que se me van las ca-
bras!!!
El pastor , el perro, el lobo y las cabras desa-
parecieron: una densa niebla inundaba el hori-
zonte, y nosotros proseguimos nuestro camino
hasta encontrar con Un rio que debia ser'mülo-
nario de puro caudaloso. Fuimos á pasar por el
puepte, y no me atreví porque estaba roto. Bus-
camos el vado, y vimos atravesar un animalu-
cho de mala isátadura, aue á pesar de su e s -
traordinaria magnitud me pareció una rana: los vientos. El chico; aunque manco, le metía
hizo un cuarto de conversión , y se me figuró con disimulo la lesna hasta el corazón ( 1 ) , can-
pez; y decia el fraile: no^'pues el animal no es tando por lo bajo la doctrina cristiana de esta
rana : y contestaba yo: pues no me parece pez, suerte ; contra estos siete vicios hay siete virtu -
y en la incertidumbre esclamábamos á dúo: ¿sí des: contra lujuria, castidad; contra pereza una
será pez? ¿si será rana? Por si no era lo uno ni lesna... Y el padre respondía-, ¡aprieta manco!
lo otro, no me determinaba á pasar el vado, ni Y yo que conocí la treta, procuré no abrir la
me resolvía tampoco á atravesar el puente; pero bolsa ni cerrar el trato, diciendo que el burro
el fraile gritó: ¡miedo! y yo respondí pregun- era viejo, porque tenia mas bigote y pera que
tando: ¿quién dijo miedo? y añadí: el rio se ha un cabo de gastadores, á lo que contestó el pica-
de pasar, con que al vado ó á la puente: y no ro viejo: no señor, el burro no tiene pera ni p e -
pareciéndole bien al fraile, tomamos el tole por ro. Conociendo yo la debilidad del b u r r o , tiré
el rio abajo hasta dar con una barca cuyo bar-
del rabo y hice andar ocho pies á lo cangrejo.
quero se llamaba Calderón. El fraile le hizo mil
¿Cómo quiere usted, le dije entonces al gitano,
reverencias pensando que aquel hombre era
nuestro famosp Calderón de la Barca ; pero yo
nunca creí tal cosa, porque me consta !a fecha ( i ) Los burros tienen el corazón en la parte
posterior.
375
que compre yo una bestia que reeula con tanta tiempo de beber: ¡válgame Dios,, con «sto y un
facilidad? ¥ el tuno del gitano, que para todo bizcocho hasta las ocho! ••• ,¡ ;,¡ •
tenia salida, me contestó: señor, déme usted Llególa hora y las tripas se me afligían; por lo
doble dinero: ¿pues qué mas quiere usted que cual me resolví á pedirá la moza un poco de pan
tener una bestia que anda tanto hacia airas co- que ella me dio de muy mala voluntad, t r a t á n -
mo hacia alante? Lo cierto es que no hicimos dome de tonto; pero yo dije: tú dame pan y llá-
chamba, y fray Periquito y yo llegamos á un lu- mame tonto. Tal fué mi aturdimiento, que no
gar de cuyo nombre no quiero acordarme. me atreví á salir del pueblo: el fraile que había
Pidió fray Periquito una baraja : yo le dije vendido el alma al demonio, se fué tan listo co-
que si se trataba de jugar al m u s , y él me con- mo alma que lleva el diablo.
testó : no hay mus. Pusímonos a jugar á la mali- El mesonero, que también es herrero y alcalá
lla, y uno decia: ¡si fueran triunfo las copas! de constitucional del pueblo ( 1 ) , es un tío Lila
y otro: ¡si fueran triunfo las espadas 1 hasta que que sabe mas que Medin, y voy a c o n t a r algu-
dijo el fraile: oros son triunfos. Y como el fraile nos lances que pre'senciéfcn pocos días.
que iba compañero mió, quería a t e n d e r á mi Andaba un pobre tío vendiendo espárragos,, y
juego y yo al suyo, uno de los contrarios que se le dijo el herrero:,¿cuánto quiere usted p o r l a
llamaba Antón Perulero, nos gritó: imanda An- mitad de los que lleva? El esparraguero, aun
tón Perulero que cada cual atienda á su juego! que no era cubero bueno ni malo, hizo un cal-!
Lo que mas me desesperaba, era que siendo to- culo prudente á ojo de buen cubero, de lo que
das mis cartas malas t a ñ e n grado superlativo, valían la mitad de sus manojos; y le contestó:
que rayaban en malazas, malotas y malísimas una peseta. Corriente dijo el herrero; y cogiendo
no hubiera ninguna en diminutivo como mali- un cuchillo, que por cierto no era de palo , y eso
n a s . Luego el de mi izquierda, que se llamaba que dicen qué én casa/* del herrero cuchillo de
Birlibirloque, tenia un modo de jugar, que chu- palo, empezó á partir los espárragos por la m i -
paba los cuartos á todos; y no digo que nos los tad, quedándose él con lo de la punta y devol-
c hupaba sin sentir, porque demasiado lo sentía- viendo al vendedor el tronco. Clamaba el tio que
nlos nosotros. Juraba yo que aquel hombre nos aquello era una injusticia; y respondía el herre-
ganaba por arle del demonio , y él porfiaba que ro: yo he ajustado la mitad , y lo ajustado ajus-
no, que era por arte de Birlibirloque. Al fraile tado; y como ademas de tener razón era alcalde,
le iban tan malas cartas como á m í ; pero se con- quedó la cosa así. Bien conocía el alcalde que
solaba llenándose las narices de rapé, y dicien- era una injusticia; pero decia como todos los
do ¿cómo ha de ser? A mal dar, tomar t a - mandarines del mundo: justicia , y no por mi
baco. casa. :j i'\
Las cartas son lo mismo que las de Madrid, Juróselas el esparraguero, pero en valde, por
cscepto los reyes, que todos tienen una cachi- que el infeliz tuvo que abandonar su comercio y
porra al hombro, de suerte que en lugar de de- se puso á vender paja. Un dia qué el buen hom-
cir el rey de bastos, dicen la porra de bastos, y bre pasaba por casa del herrero con un gran sa-
como los reyes en todas las barajas valen doce, co lleno de paja, le dijo este : ¿cuánto quiere us-
de ahí viene sin duda el decir ; porra y tres quin- ted por ese saco de tierra? y como el otro le
ce. Mi compañero perdía el dinero como un bobo, contestó que era de paja , replicó el herrero: pues
y yo como otro bobo; ;de suerte que el bribón de mire usted que á mí no me habia parecido saco
Birlibirloque dijo al despedirse con nuestros de paja; pero supuesto que es paja se la voy á
maravedises: entre bobos anda el juego. Queda- comprar con condición de que la han de comer
mos con luz y á buenas noches, sin mas dinero mis machos; y si no, me la ha de dar usted de
que lo justo para tomar un bizcocho y un corta- valde. Quedaron corrientes, porque decia el pa-
dillo de vino para toda la noche; y com<{ á las jero: ¿cómo no han de :comer mi paja los raa-
ocho del dia siguiente habíamos de romper la
(1) Ya ven ustedes que progresamos cuand»
marcha, eselamábarnos mi compañero y yo al hasta en Rusia,_hay alcaldes cün^t,itucÍQ,nales.
376
chos? y uno y otro se fueron á la fragua á hacer quiera el cielo que el tiempo, cuya lima
la prueba. Los herreros llaman machos á los hasta los bronces gasta,
mazos grandes de hierro con que ellos trabajan: de la fatal devastación te exima
así es que aunque la paja era buena, no la co- que anonadó tu desdichada casta.,
mían los machos del herrero; y él decia con mu-
cha sorna: ] qué mala pajal ¡no la comen los La edad mi boca saqueó, mas creo,
machos! Amostazóse el pajero y le dijo: ¿cómo fiel y constante muela,
han de comer la paja si los tiene usted muertos pues sola te librastes del saqueo
de sed? Y esto diciendo, los arrojó en un pozo de que hay algún ángel que los dientes vela.
ochenta varas que había en la fragua; y el que
quiso sacar de valde un saco de paja que no va- j Pero tú también tiemblas! y he notado
lia ocho cuartos, tuvo que gastarse un doblón que tú temblor es miedo,
en sacar los machos del pozo. que encontrándote sola en despoblado
Convidáronme á un ojeo de liebres en la mar, el pánico terror te hurtó el denuedo.
y en este puerto pienso permanecer hasta que el
herrero me escriba; pues se ha encargado de ha- 1 Me dejarás también I ¡ también tú tratas
cer un camino de hierro para Madrid, de modo de desertar tu puesto ,
que mientras no se acabe la obra, piensa no ver de tus hermanas imitando ingratas
sus antiguos amigos. ejemplo tan traidor como funesto!
JCAN MARTÍNEZ VILLERGAS.
¡Horrible defección! ¿quién te dijera,
mi desdichada boca,
LA ÚLTIMA MUELA. cuando dientes formados en hilera
ostentabas mas fuertes que una roca,

que llegarían tan infaustos dias,


días tan inclementes
en que ¡ósuerte infaustísima! tendrías
que contar mas mandíbulas que dientes

¿Qué se hicieron mis dias de ventura


y amorosas conquistas
en que á mi bien formada dentadura
iba pasando sin cesar revistas ?'

Vanas como la espuma de los mares


son las glorias mundanas ;
la que ayer revistaba sus molares
hoy solo puede revistar sus canas.

Mi nervioso sistema se pronuncia


si veo por desgracia
Ilusión de una señorita de .ochenta .y tres años cumplidos. esos polvos dentísticos que anuncia
sin cesar la benéfica farmacia.
Última muela de la boca mía,
única que has querido Algún tiempo también con entusiasmo
ser siempre fiel á la desierta encía esos polvos veia $
que ha con su escoba la vejez barrido: y hoy me parecen un atroz sarcasmo j
í?77
una cruel irrisión, una ironía. que me encuentro en la boca!
¡ M e h a s o i d o , Señor!... ¡eso es un hueso!
Tocar sienten los ciegos un anteojo; ¡es otra muela!... sí... ¡me vuelvo loca!...
las botas charoladas
vé con horror el desdichado cojo ¡Pero la que tenia se ha marchado! !
que tiene las dos piernas amputadas. ¡ayh.. ¡ se aguó mi alegría!
otra muela pensaba haber ganado
El mismo efecto en mi ánimo produceu y es que se me salta la que tenia!
esos polvos malditos A. EIBOT v FONÍSEUÉ.
que cuando entre los dientes se introducen
blanquísimos les vuelven-y bonitos.

Porque es mi boca un páramo, es un yermo,


VIAGES POR ESOS MUNDOS.
es una pétrea Arabia,
en que no hay masque un ente, un estafermo, MEDINA DEL CAMPO 2 í de marzo de 1844.
un diente que no masca, que está en babia.
Como ya tenia mas ajanas de ver mi patria que
Que un diente solo inútil es, es vano, de comer, me despedí de los'nevados campos de
no dá ningún servicio, Rusia, antes que el herrero de quien hablé eii
sin el concurso de un activo hermano el artículo anterior concluyera el camino de
¿qué diente cumple su vital oficio? hierro para Madrid; porque al paso que va, creo
que nunca si Dios quiere se acabará la obra. Bas-
Harto lo sabes t ú , muela querida, tará la razón de ser útil á España para que no
sin que yo te lo note, tenga fin el tal camino. Hay en la corte un teatro
lú que aquí estás, cnal náufrago, perdida de Oriente que ha costado á España mas pesetas
en las desiertas playas de un islote. que una revolución, pero cuando estaba casi
concluido, dijeron los que manejaban el tingla-
¡Cuánto envidio al mortal que si se acuesta do: ¡alto aquí! y el suntuoso edificio naufragó á
fria la cama estando, . la orilla, quedando útil solamente para trage-
la sensación del frió manifiesta dias de malas costumbres, simulacros legislati-
con sus dientes que chocan timando! tivos y ensayos de sesiones, interpelaciones,
revoluciones, suspensiones y disoluciones. Q U E -
Yo tiemblo ¡desdichada! y no hay un diente VEDO empezó el chistosísimo poema de Orlando
que marque mis temblores, Furioso, y ESPRONCEDA el Diablo Mundo, admi-
4 aunque una calentura intermitente ración de la literatura contemporánea; pero Que-
me acometacon lodos sus rigores. vedo y Espronceda dijeron : ¡ alto aquí! y nos de-
jaron solamente la muestra del paño que estarán
¿Por qué, granDios, con cascaras engendras vendiendo en el otro mundo. Por eso cuando yo
mil frutas soberanas? oigo decir que se trata de grandes empresas de
¿por qué cáscara.üenen las almendras navegación, canales y caminos, digo para mí:
y cascara las nueces y avellanas? todo requiere acabar en lugar del adagio que d i -
ce todo quiere empezar; y que somos moros y
Cascaras q u i t a , 6 dientes da á los viejos; muy moros por mas que nos jactemos de cristia-
hazlo, que es necesario, nos, puesto que todas nuestras obras, si no en
la solidez, al menos en la duración, son obras
otórgame%otra muela, y mis pulpejos
de moros. Pero volvamos á mi viage. Era el
repasarán las cuentas del rosario...
amanecer cuando tomé las de Villadiego hacia
Castilla la Vieja. Habria andado un cuarto de
¡ Pero qué es eso, santo Dios, qué es eso
48
378
legua, cuando después de atravesar un rio, me él lo rehusó diciendo: mil gracias, he almorza-
encontré con el consabido fraile de las alforjas, do ya dos veces, y ademas es día de ayuno... Me
que iba muy lentamente en el burro mientras yo admiré de que al amanecer hubiera almorzado
á pié corria como un torero. ya dos veces, y le pregunté si comia mucho, á
—Mucho corremos, me dijo. loque contestó: «no señor, soy muy arreglado
—Poco andamos, le conteste. A lo que él aña- en las comidas. Mire usted prosiguió, suelo t o -
dió: i mar el chocolate en la cama, y después duermo
—Tanto andamos como corremos. Y prosegui- un rato. Me levanto á las nueve, y me tiro al co-
mos nuestro diálogo. leto una tostada con manteca y leche: me pongo
—¿Adonde va usted con las alforjas? á rezar hasta las diez que es la hora del almuer-
— A Castilla la Vieja. zo. Entonces sí, acostumbro á zamparme un par
—¿A Castilla la Vieja? Yo pensé que iria us- de pichones, una tortilla de jamón y poco mas
ted á algún pueblo vecino. de una pata de carnero. Se supone que entre b o -
—Pues ya... para ese viage no necesitaba yo cado y bocado echo un sorbito en un vaso gran-
alforjas. de, como de cuatro dedos de gallego. Salgo á
—¿Y á qué lugar vá usted? dar un pasco, y vuelvo á ¡as once; saco el chori-
—No me acuerdo del nombre; pero ya dare- zo de la olla, y me lo corno. No entra en mi cuer-
mos con él. Allí tengo un primo llamado Pasca- po mas en toda la mañana, y ya me tiene usted
sio Jiménez, con quien pienso permanecer hasta como un reló hasta las doce, que es la hora de
queme den la conveniencia que perdí. Por aho- comer.»
r a , dijo, no tengo miedo á la suerte; porque Al oir esta prueba de su arreglo en la comida,
anoche gané mil quinientas pesetas á la banca. no pude menos de recordar un chascarrillo his-
—¡Dichosa suerte! tórico que conté á su paternidad, y referiré á
—¡Dichosa maña! Tenga usted un cigarro á ustedes.
la salud de las mil y quinientas. Pues señor (Í\ pues señor es introducción i n -
Y me dio una petaca que tenia en la tapa un dispensable en todo cuento), sabrán ustedes que
espejo, de lo cual inferí que el fraile había r o - en mi lugar hay una cuesta que llaman la cuesta
bado á ojos vistas. En esto empezamos á subir del Cuco, por la cual atraviesa un camino, y
una cuesta muy alta, que nos dejaba sin aliento; por el camino pasaban unos carreteros en cierta
y yo, viendo que e! burro del fraile iba á paso ocasión (que Iapcasion en los cuentos aunque
de tortuga, entoné chungueándose la seguidilla sea dudosa, siempre se ha de decir cierta.) Lle-
siguiente: vaban carros de carbón y, como es consiguiente,
El burro de Fr. Pedro para subir la cuesta necesitaban buenos pares de
Dios le bendiga , bueyes. Efectivamente, cada animal podia cal-
mas corre cuesta abajo cularse que pesaba sobre treinta y seis á treinta
que cuesta arriba. y ocho arrobas: he visto muchos animales de
cuatro orejas, pero pocos de tan buena marca.
A lo que el fraile, viéndome sacar una cuarta Admirábanse todos los transeúntes de ver unos
de lengua como perro en agosto, contestó en el bueyes tan colosales, porque á no haberlos visto
mismo tono: sin trompa, cualquiera los hubiera tenido por
Para andar cuesta arriba elefantes. Uno de los carreteros, cargado de tan-
quiero mi burro, ta exageración, dirigiéndose á los que tanto se
que las cuestas abajo pasmaban do la inmensidad de su ganado, les
yo me las subo. dijo: «señores, esos bueyes no son tan grandes
como parece; y en prueba de ello, que entre mi
Mas deseoso de alhagar que de complacer al compañero y yo nos comemos uno. Apostaron los
fraile, le ofrecí un huevo crudo, que por haber pasageros una onza á que no, y el carretero iba
atravesado el rio, ya era pasado por agua: pero á depositar la suya cuando recordó que tai vez
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en aquel dia.no podría verificarse la apuesta, oficiales de la provincia de Valladolid en la Na-
porque su compañero estaba convaleciente de un va del Rey, hacia donde caminábamos, nos die-
cólico. «Sin embargo, añadió, vamos á ver qué ron crédito los alcaldes de monterilla.
diee.» Fueron todos al pueblo inmediato, donde Hay antes áa la Nava un pueblo que llaman
estaba el enfermo cadavérico, punto menos que ViUaverde, donde ocurrió una cosa digna de
espirando. Pero á pesar de todo, era tanta la contarse. Pasaban, el dia antes que nosotros,
confianza que el estómago de este inspiraba a! unos oficiales, y viendo dos palomares a la en-
otro, que le enteró del compromiso. Entonces trada, preguntaron á un hombre llamado Juan
el enfermo se incorporó, y con voz trémula y Molina, ¿cuál era el del señor Pedro Fernandez?
flaca reprendió al compañero en estos términos: Este ciudadano, dueño del otro palomar, les d i -
«pero hombre | qué te hayas metido en este be- j o : aquel de la derecha: mátenle ustedes todas
rengenal! El estado de mi salud es peligroso, y las palomas, que es un picaro revoltoso. Pero le
los médicos han ordenado que esté quince dias salió mal la cuenta, porque los oficiales dijeron,
á dieta: no obstante, por no dejarte mal, lo que antes bien querían saber cuál era el palomar
mas que yo puedo hacer, es comerme los dos de Fernandez para no hacerle daño; y se fueron,
cuartos traseros y el menudo. al de la izquierda , que era el dei mal intencio-
Entendió el fraile la aplicación del cuento, y nado Molina, donde creo que hicieron gran des-
medio sonrojóse al pronto como buen doncello; trozo.
pero pasóse el enojo , y'andando andando: y yen- Tuvimos noticia del lance, y fray Periquito
do dias y viniendo dias, entramos en España, ofreció vengar el ultrage hecho á un amigo po-
donde vimos á toda la gente en movimiento, lítico : en efecto, cerca de ViUaverde puso su
como amenazada de una general conflagración. trabuco en regla. Dio la casualidad de que á la
Todo se volvía corrillos y murmullos desde que entrada del pueblo hallásemos al referido Moli-
vieron los hábitos del fraile. Unos hacían espa- na, á quien no conocíamos, y el fraile le p r e -
rabanes de júbilo , y otros de melancolía. Decía guntó cuál era el palomar de Fernandez. Esca-
yo: ¿si será mi compañero el Mesías que tanta mado Molina del dia anterior, trocó las señas y
animación produce su venida? Llegamos á una apuntó al suyo con el objeto de que le respetá-
tienda de géneros, y dijo el fraile al comercian- semos; pero ¡cuál fué su sorpresa al ver correr
te con esa altanería y superioridad de padre de á mi compañero hacia su palomar, gritando co-
almas: ¿tienes guantes de seda? El de la tienda, mo un desaforado : ¡ que no le quede una palo-
que era hombre ya de barba en cara y pelo en ma á ese bribón! Corrió Molina tras el fraile,
pecho, arrugando el entrecejo, contestó al de gritando : ¡ no , no las tire usted, que son mias!
los hábitos en el mismo tono: Sí: ¿cómo los creyendo componerlo de este modo; pero el frai-
quieres, dobles ó sencillos?—Sáquelos usted le que al oir decir «son mias» entendió que aquel
dobles, dijo el fraile. —Téngalos usted, respon- era Fernandez, le dijo : pues bien, primero voy
dió el comerciante.—Al salir de la tienda, noté á matar á usted, y después á las palomas, y
que la casa tenia fachada de convento: hicimos echándose el trabuco á la cara, dio á correr tras
un saludo no tan frió como el del comerciante, el buen Molina, que se refugió en la iglesia co-
que nos despidió con ceño de comprador de mo criminal que se acoge al sagrado, mientras
bienes nacionales. el religioso le mataba la mitad de las palomas.
Proseguimos nuestro camino: el fraile se qui- Bien libre está Fernandez de que su contrario
tó los hábitos, conociendo que no era bien reci- vuelva á dar esplicaciones cuando le pidan las
bido todavía este trage, y descubrió un trabuco señas de su palomar.
entre naranjero y limonero. Yo le manifesté el Y ahora , le dije á mi compañero de viaje ¿có-
grave riesgo que habia en llevar armas, y él me mo saldremos si toma cartas en el juego la co-
sacó del cuidado, diciendo que se fingiría ofi- misión militar?—Buscaremos la salvación en la
cial del reemplazo; y nos vino bien la treta, fuga, me contesto; y cuando esto no sirva, ape-
porque como á la sazón se estaban reuniendo los laré á las mil y quinientas, que es tribunal que
380
tengo en el bolsillo, y no me puede desairar. que nos recibió con mucho cumplimiento lo mis-
Llegamos al lugar donde fray Pedro tenía el mo que su muger, que era justamente la tia á
primo, y llegamos como cura que dice misa, es quien preguntamos por Pascasio Jiménez, y no
decir, entre dos luces. El pueblo es un caserío supo dar razón por ignorar el nombre de su ma-
libre de ladrones; porque aunque pasen cerca no rido.
pueden dar con él. La calle mas larga es mas Bendito sea Dios, dijo el tio Pascasio, que han
corta que el vestido de una manóla: las casas venido ustedesenun diaen quetengobuenacena.
parecen bocas de conejos; al tejado todo se va Como había militado tiene ciertos terminachos
en caballete, pero tan sutil, que cuando se s u - soldadescos que engañan : y así es que al pron-
t e algún gato, tiene que guardar el equilibrio to nos dio un alegrón refiriendo los pormenores
como si bailara en maroma floja. La torre no de la mesa. Saca, la dijo á su muger, saca esa
tiene veleta, porque la robó un enano. No puede fuente de tumba-navios : y eran peces como al-
haber secretos en el lugar, porque aunque uno fileres, que entran ciento en cada cucharada, so-
hable bajo en su casa, le oyen todos los vecinos. lo que tuvimos que comerlos con los dedos por
En fin es un lugar que debiera llamarse Caña- no haber otra cosa. Disimulen ustedes, dijo la
món, pues no dudo que el mejor dia se lo al- muger, que desde que nos robaron las cucha-
muerza un gilguero. Para que se vea que siem- ras de madera en la guerra de la independencia,
pre el mas miserable tiene mas humos, han da- no me he acordado de comprar otras. Pidió el ma-
do á todas sus calles nombres altisonantes á rido después de los tumba-navios una perdis-
«so de corte. Hay calle de Cantarranas, calle de económica : yo tenia ganas de verla eií la mesa
las Platerías, calle de la Independencia, calle para apoderarme de la mejor tajada ; pero ¡ cuál
Mayor, que es mayor el letrero que la calle, y fué mi pesadumbre al ver que la tal perdis-eco-
para leerlo se necesita microscopio. En medio nómica era una cebolla asada t Gracias que la re-
de una rendijita imperceptible que llaman C A - bozaron con miel; pero como no habia con qué
LLE DE POMPEYO, hay una casa que tiene enci- lavarse las manos, se nos quedaron los dedos pe-
ma de la puerta una inscripción escrita á dedo gados para toda la noche.
con polvos de horno , que dice : Acabóse la cena : el tio Jiménez empezó á dar
gracias á Dios, y nos eneajó mas Padre-nuestros
CASACON y Ave-Marías que días tiene el año. Por el alma
SISTORIAL de nuestros padr.es, por el ángel de nuestra
guarda, porque nos libre Dios de malas tenta-
Y como el renglón de abajo se ha borrado con ciones, por los que mueren en pecado mortal, y
el aire, nosotros preguntamos á una muger que qué sé yo cuantas cosas mas. Por decontado be-
pasaba por allí, si en aquella casa vivía algún só el pan , echó la bendición á la mesa, y nos
hombre que se llamara el tio Casacon. Y dicién- mandó á la cama con el correspondiente saludo
íionos que era la casa de concejo, la pregunta- de «hasta mañana si Dios quiere.»
mos por el lio Pascasio Jiménez, y no nos supo Dormimos juntos mi compañero y yo en un
dar razón , á pesar de ser el pueblo tan chico. gergon que tenia la paja tan corla, que se nos
Fuimos casa por casa preguntando, y todos se clavaba en el corazón. ¿Quién dirá esclamába-
eucogian de hombros, sin duda porque en los mos nosotros, que este gergon es del tio Paja-
lugares á nadie se conoce sino por el mote. Uno larga? Ademas el entarimado era de ladrillo, y
se llama tio Palomas, otro tio Polainas, otro tio como la ropa era vieja y mal cuidada, creyendo
Manduca; de suerte, que á nadie se conoce por estar solos nos encontramos con doscientos mil
su verdadero nombre. Nos decidimos, pues, á compañeros vírgenes que nos hicieron mártires;
averiguar la casa del cura, y este nos informó de suerte que estuvimos toda Ja santa noche siu
de cómo habíamos de acertar con el tio Jiménez poder pegar los ojos ni despegar los dedos.
que fué preguntado por el tio Pajalarga. Así lo JUAN MARTÍNEZ YILLER&AS.
hicimos, y con efecto le encontramos en casa, «-¡i i fi»n
381
aunque tú por lo obeso,
A DON ANTONIO RIBOT Y FONTSERE. si no tanta nariz, tienes mas peso.
Lo que mas me joroba
¿A mí con alharacas? es que un ente que pesa tanta arroba
¿Tú con insultos, oh Ribot, me atacas como el mismo Califa ,
en estilo burlesco? •> y que todos preguntan si se rifa,
¡Ay desdichado vate! ya estás fresco. se nos descuelgue chispo ,
El que las da las toma; y con su panza patriarcal de obispo
y el fiero tigre á la razón se doma. bien rellena de fiambre,
Ya en tu renglón primero rollizo y gordiflón defienda el hambre.
me llamas ergotista y pendenciero, Que el hambre es divertida
hombre díscolo y porra siendo mala , muy mala la comida,
que vine al mundo para armar camorra. es pecado de gula
Pues bien; si así me quieres que no perdona el papa ni la bula;
obraré cual quien soy, tú cual quien eres: mas nunca fué delito
ambos con arrogancia el carecer un hombre de apetito
volemos á lid! ¡ Arda Numaneia! aunque tenga delante
y oigan hasta los sordos mesa opípara, espléndida, abundante.
el dulce rebpznar de los dos gordos. El insaciable hambriento
padece sin cesar cruel tormento,
y mas cuando carece
A~Í de sólido alimento. Su afán crece

m como el de vil lechuza,


que sacia en mal aceite su gazuza.
Siempre es atroz el hambre:
da calofrió, desazón , calambre ,
y aunque abunde él pan tierno
el ansia de comer es un infierno.
¿Ignora mi contrario
que hay una enfermedad (el solitario)
cuyo efecto inaudito
mata al hombre agitando su apetito? <
Y si es tan fiero daño
cuando se tiene para todo el año
jamón, pasteles, bollos,
perdices, salchichón, pavos y pollos ,
¿qué será pafa el pobre
que solo tiene el hambre que le sobre?
Con mucha gracia dices
que al menos los hambrientos infelices
en torno de una fonda
oliendo sin cesar hacen la ronda
y alcanzan un buen rato ,
si no con el sabor, con el olfato.
Tú me buscas el bulto Eso ya ni por chanza
y al prodigarme insulto tras de insulto se debe tolerar, porque tu panza
no sabes lo que dices. no la cria el pelele
A contrarios vencí de mas narices; que sin catar manjar las salsas b u c l e . '
382
Lo de oler tales salsas El hambre furibunda
es hacer cobro de monedas falsas, de horrores y de crímenes fecunda
y retratar enano abre mil precipicios,
á San Cristóbal... Diosle ampare hermano, madre espantosa de asquerosos vicios,
que por acá no cuela ,, y todo lo destruye.
' y allá se goce su merced... y huela : Por hambre la muger se prostituye.
que yo, mi dulce vida, Por hambre un matrimonio
estoy por engullirme la comida. se entrega á las discordias del demonio
Ya veo que en tu bilis y mísero y desnudo
esclamas que no es este el gran busilis por hambre sufre palos el cornudo :
de la cuestión pendiente; por hambre que la aprieta
pero al hambre saludas reverente embiste á las doncellas la alcahueta
con férvido entusiasmo como iracunda loba;
siendo tu humanidad un pleonasmo. solo por hambre el foragido roba:
Ese mismo saludo por hambre el pordiosero
es un sarcasmo en hombre mofletudo conviértese en malvado bandolero;
cuyo abultado abdomen y al inmundo garito
es de los qne no huelen... pero comen. conduce al jugador el apetito ! 1 !
- No es mala trapisonda No me digas que es falso...
ir para oler guisotes á la fonda, el hambre lleva á muchos al cadalso.
ó en el hambre canina Do quier el hambre infeste
zamparse putrefacta una sardina! produce mas estragos que la peste.
Cuando los infelices Heroicas poblaciones
tienen hambre de pollos y perdices, resisten al furor de las legiones
las sardinas saladas que en embates hostiles
acibaran sus horas desgraciadas; de cerco horrible, sufren proyectiles
y al que apetece un pavo ' de asolación é incendio,
¿qué buen provecho puede hacerle el nabo? y el valor no sucumbe al vilipendio.
Hallándote robusto, Mas sale del abismo
¿no es mofarse llamar cosa de gusto el hambre, y ya;desmaya el heroísmo,
al atracón de sapos? se abale la arrogancia ,
Vive Dios que mereces mil sopapos. y por el hambre solo ardió Numancia.
¿Y qué diré de aquello Dices tú que el magnate
de comer sin pararse en un cabello? que no puede engullir el chocolate
Que tus fieros carrillos por falta dé apetito,
no reparan en barras ni en pelillos. mas que el hambriento es infeliz. Repilo
Ademas, tú bien sabes, que de este craso absurdo
que el caldo gordo de pechugas de aves cada vez mas, caro Ribot, me aturdo.
nos alarga la vida ; El que no tiene gana;
al paso que la insípida comida tal vez porque se hartó por la niaüana,
nos arma tal bullanga comparas al eunuco
que resuenan las tripas cual charanga, que cual si fuera de insensible estuco ,
y acaba la pelea el rostro bello mira
si no en revolución, en diarrea y , de divina beldad y no suspira.
sin que tapón de estambre ¿Qué prueba este argumento?
pueda el estrago contener de hambre , Que nunca en lo insensible hay sufrimiento.
¡Hambre divina! esclamas En opípara mesa
sin saberla heregía que proclamas. el sabroso jamón, la roja fresa
el pastel, el besugo, LA CONFESIÓN.
todo rico manjar siempre me plugo;
y aunque descuelle el lomo,
cuando no hay apetito , no le como, Con los ojos arrasados
quedándome impasible en lagrimones, María,
como el eunuco aquel que fué insensible. á su confesor decia
Ya ves que te he vencido sus culpas y sus pecados.
malgrado tu valor, Ribot querido ; Sin fatigas ni aspavientos
pero si acaso insistes ' y llena de contrición
cual filósofo audaz con ayes tristes empezó su confesión
en def&nder el hambre, por los santos mandamientos.
Dios te vuelva mas flaco que el alambre... Qué dolor! qué laberinto!
te dé sapo por tordo, pasó el uno, el dos y el tres !
y me mantenga á mí tan fresco y gordo. El cuarto vino después,
Si quieres que un perito y después del cuarto el quinto.
resuelva la cuestión, también lo admito. Llegó el sesto ¡suerte impíal
Ya que no te postergas, Alli maldijo sus gustos.
decida quién venció... el atroz Villergas. ¡ A.y qué penas y qué sustos
WENCESLAO ATGÜALS DE IZCO. pasó la triste María!
¡Cuitada! fuera de sí,
EPIGRAMAS. mas descansando en la fé,
esclamó: ¡Señor pequé!
¡tened compasión de m í !
Encargó una tempestad
cierto banquero á un pintor, Quiera Dios y no él Dios Baco
y dijo el rico señor perdonar mi desvarío;
con mucha formalidad: pero i Jesús, padre m i ó ,
cómo huele usté á tabaco!
Mil duros daré lo menos
si está pintada alo vivo; Y el diciendo ego te absolvo,
pero es que... no la recibo contestó.- huelo , lo s é ;
como no se oigan los truenos. mi delicia es el rapé,
á todos nos gusta el polvo.
JUAN JÍARTINEY VILLERGAS.
Diga, hermana, lo que quiera
que lodo ello será nada.—
Y la niña sosegada
continuó de esta manera:
Supuesto que sois clemente,
prosigo mi mandamiento:
sabed para mi tormento
fci que tengo un vecino enfrente.
Es joven, tiene levita ;
Asustó á un caballo un cuervo
y se desbocó el caballo; tan gallardo, tan buen mozo,
que yo me muero de gozo
que siempre en los cuervos hallo
cada vez que me visita.
agüeros de un mal acerbo.
Y es el caso que en Castilla De verle tan currutaco
hay hombres tan apocados, me da cierto escalofrió...
que se nos quedan ahogados Pero ¡Jesús, padre mió,
cómo huele usté á tabaco!—•
con agua hasta la rodilla.
Bien , mnger, ya te lo he dicho,
384
la respondió amostazado; ] ARTE
y ella prosiguió el pecado
reprendiendo su capricho. DE DARSE IMPORTANCIA M EL TEATRO,
¡ A. y Señor I pues no es escasa
su piadosa compasión,
sabed que el mozo en cuestión
estuvo el domingo en casa.
Nosotras somos sencillas,
y él que es el mismo Caifas,
en chanza sin mas ni mas
empezó a hacerme cosquillas.
En valde mis fuerzas saco
procurando su desvío,
SONETO.
porque... ¡Jesús,padre mió,
cómo huele usté á tabaco! — Entra aunque esté empezada la función,
Ya, el padre lleno de enojos y te sienta en luneta principal •
su pesadez reprendió, cliente, aunque carezca de cristal,
y la nica prosiguió enristra en pedantesca distracción :
con lágrimas en los ojos. Llamen ópera y baile tu atención,
En valdc busco maneras y aplaude siempre aunque ejecuten m a l ;
de librarme de sus danzas, mas si es drama, prorrumpe: «¡qué inmoral!))
el trato admitió las chanzas y si es comedia: «jbah!... ¡qué saineton!»
y las chanzas fueron veras. A. todo lo estrangero: « ¡ bravo!.. \ bien 1»
Quise hasta en puntos y comas á todo lo español: «¡ malo !... ¡ cerril!»
corregir al pecador; y chilla como en brasas la sartén;
pero no pude, señar, Que si de inteligente lauros mil
que también gusto de bromas. ceñir no logras en tu docta sien,
Me cogió bajo el sobaco, corona alcanzarás... de peregil.
y con arrojo y con brio... WENCESLAO AYGUAI.S DE IZCO.

Pero ¡Jesús, padre mió,


cómo huele usté á tabaco!
SENTENCIA.
El fraile llegando aquí,
dijo: basta de disputa,
tú me estas oliendo á bruta YO DON ABUNDIO ESTOFADO : oido el parecer de
desde que empezaste así. mi consejera de Cocina LA ILUSTRE FREGONA,
Nunca por ello pensara vengo en confirmar la sentencia que el infali-
darte imprudentes chacotas, ble tribunal del AMBIGÚ acaba de pronunciar
y una falta que me notas contra DON VICENTE DÍAZ CANSECO, acusado
me la estás echando en cara.— del gravísimo crimen de ser un buen poeta, y
Tomó el buen padre otro polvo, no haber escrito en LA RISA mas que una lin-
y dijo: basta de historia: da poesía titulada La risa de mi muger. En su
aquí paz y después gloria, consecuencia, y dentro del término de ocho
levanta, que ego te absolvo. dias glosará el señor CANSECO la siguiente
JUAN MARTÍNEZ YILLEHGAS.
décima, si no quiere que las maldiciones de
DON ABUNDIO le vuelvan mas seco que un can.

Por si es tuyo y por si es mió


el arco de un vrolin ,
385
Pelayo y San Agustín el riachuelo que la mar desagua ,
tuvieron un desafío; voy en la lid entrando
pero en la orilla del rio que mis desdichas fragua.
dieron con Ana Bolena ¿Qué puede ser? ¿morir? pues pecho al agua.
que peinaba la melena tener muchos manjares
al cantante Salvatori, proclama el buen Ayguals á voz en grito ;
y entonando el gori gori y dice en sus cantares
se fueron á la berbena. que no le importa un pilo
W. A. de I. que le falte ó le sobre el apetito.
No es su discurso fútil;
pero Ribot, con diligencia vana*
A ü, VENCESLAO AYGUALS DE IZCO que es conveniente y útil
en demostrar se afana ,
Y tener poca comida y mucha gana.
Y pues me hacen perito
D. ANTONIO RIBOT Y FONTSERE.
y en puesto irrevocable me coloco,
les digo y les repito
No hay nada que me asombre; que en la cuestión que toco
entro en cualquier lid con entereza. ni este tiene razón, ni aquel tampoco;
Por no ceder á otro hombre Y probaré á cachetes
hiciera la proeza
de arrojarme en un pozo de cabeza.
Mas ¿qué queréis que os diga ?
Sofocado me tiene vuestro enredo :
un pesar me atosiga
que definir no puedo ;
es la prudencia que se acerca al miedo.
Al veros tan sañudos
me encuentro yo mas negro que los tordos ;
que es mas que hablar los mudos
y mas que oír los sordos
habérselas un flaco con dos gordos.
Pues si donde hay mas peso
fácilmente se inclina la balanza,
¿ quién aunque os gane en hueso,
á equilibrar alcanza
el peso colosal de vuestra panza ?
Si es Ribot agraciado ,
viene Ayguals curpulento y rae acribilla;
y si á este no enfado,
la cosa es muy sencilla ,
el preñado Ribot me hace tortilla.
Mas ¿quién diablos me apura?
Si pensáis aplastarme la cabeza
con fuerzas de gordura,
dudad de esa firmeza la eterna realidad dé esté precepto;
si yo saco mis fuerzas de flaqueza; que un hombre de mofletes,
Cual suele entrar bramando aunque no sea inepto,
49
386
nunca tiene razón en miconceptOi en un joeoso cuento:
No les niego el dictado eso mismo me inclina
de vates consumados, merecido : á soplarte este cuento de cocina.
yo no soy consumado Cierto estudiante andaba
ni seré, ni lo he sido; por ciudades y aldeas ambulante ,
pero soy literato consumido. y el infeliz pasaba
Y así de carnes ávido un hambre de cesante
embisto á fray Ribot ¡qué buen pseudónimo ! que es veinte grados mas que de estudiante.
y á Aygua s me atrevo impávido, Echaba el terno y taco
que es singular sinónimo anhelando los goces de la holla,
de padre provincial de San Gerónimo. que su estómago flaco
Ayguals... por lo que dices , llenaba de bambolla,
¡ quién te viera en un dia de barullo fuera pan, fuera col, fuera cebolla.
capones y perdices Ganoso de manjares
ostentar con orgullo, en un mesón se entró cual peregrino,
sin poder atestar ese bandullo! y urgando los basares
Por insípida cosa al despertar ladino
desechar de jamones una carga , se encontró una corteza de tocino.
la sardina por sosa; Por inútil no pinto
y á la corta ó la larga de su enjuto gaznate la alegría.
la dulce miel te pareciera amarga! En todo aquel recinto
¡ Oh i ¡quién en pocos días solo un chiquillo habia
te viera el lomo maldecir colérico, que hacia que dormía y no dormía.
y en tristes agonías Fiero el tocino alcanza
quejarle cadavérico antes que el hambre su garganta angoste,
cosió muger en cinta, del histérico!! y en su oprimida panza
Si quieres tener pecho , que estaba como un poste
nunca de pan , de carnes y de vino lo zampó sin decir oste ni moste.
te encuentres satisfecho; Gritó el muchacho indino
porque verte imagino ¡ madre! ¡aquí hay un ladrón con tales ganas
calendario forrado en pergamino. que ha comido el tocino
Y tú, Ribot, quisiera con que por las mañanas
que el hambre te acosara de mil modos. suele untarse papá las almorranas I
¿Quién, infeliz te viera Con terribles denuestos
para irrisión de todos maldice el estudiante cuanto tuca.
una mañana amanecer sin codos? ¡Qué arcadas y qué gestos !
Si asgan dia te hallaras por mas que á Dios invoca
de hambre canina,^por tu mal muriendo, echó el pobre las tripas por la boca.
la lengua te escaldaras Ribot, si á cada instante
con ansiedad comiendo tu panza no has de ver mas afligida
como suele decirse, un clavo ardiendo» que el mísero estudiante,
Si quieres ver de alambre no quieras en tu vida
tu grueso fémur, con que el cuerpo remaj tener hambre y tener poca comida.
tormenta sufras de hambre : Coma Ribot engrudo ;
yo no tengo esa flema, no coma Ayguals hasta quedarse frió.
prosiga cada loco con su tema. Morirán , no lo dudo,
Y ya que tan contento aunque mozos de brio,
ensalzas ¡ oh Ribot' la hambre canina de hambriento Fontscré y Ayguals de hastío,
387
Y porque yo temblábalo, grado va sus, cánticos risueños; pues desde el
quiero tener sin que me pongan sisa pescuezo ó cuello, ó como lo quieran ustedes
mas hambre que Heleogábalo llamar, ha descendido nada menos que á las
y mas pistos que guisa pantorrillas de la especie humana. Yo, como hi-
el sabio cocinero cíe LA RISA. jo, suyo, y heredero de su gloria (¡cosas del p a -
JUAN MARTÍNEZ YILLEBGAS.
dre Ripalda ! ) , quiero remontarme á mas altu-
r a , y ascendiendo de las pantorrillas, me soplo
de un brinco en la parte alta del cerebro, de tal
manera, que me coloco en una posición que do-
EL SOMBRERO. mina al hombre. [Tal es el afán de dominar en
nuestros tiempos! Pero en mi ascenso sombre-
Ya estamos en el tercer tomo de LA RISA. Ver- rü, ruego al dios Momo que no me suceda lo
dad de Pere-grullo, como las d e : vuelan las que al compadre ícaro, y rae rompa la crisma en
aves, andan los cuadrúpedos (y otros que no son el santo suelo, aunque yo no llevo alas de cera,
cuadrúpedos) braman los toros, mayan los ga- como reza la señora Fábula ( q u e , entre parén-
tos, aullan los perros , y... échele usted un galgo tesis, es una señora muy embustera ) , ni a u n -
á los que pudiera citar. Dije que estamos en el que no baga un sol que se achicharren los gor-
tercer tomo de L A R I S A , y que el ciudadano riones. Bien: se me ha puesto _en el magin que
Ayguals ha dado cuatro retratos de cuatro ciu- mi pobre articulejo no vaya en verso; en primer
dadanos poetas, á cada uno de los suscritores, lugar, porque es mas original en LA RISA, en
que usando de su ciudadanía, aflojó cincuenta donde las celebérrimas odas á las Judias, Sal-
del pico, pero adelantados, que ahí está el busi- chichón. Tabaco, Ajos (¡ vaya un potage!) m e -
lis de la cuestión (1). recen justamente la fama europea de que d i s -
Yo, aquí en donde ustedes me ven (por su- frutan; en segundo lugar, porque estoy harto
puesto en letras de molde) soy un cristiano co- hasta el esófago de versos; no se oye otra cosa:
mo una loma, aunque mi padre es el moro Abe- «el drama, nuevo, original y en verso: la come-
namar. Pero ¿qué tiene que ver toda esta alga- dia, nueva, original y en verso : el picaruelo del
rabía con el sombrero? dirá el lector en sus muchacho ya hace versos; pero ¡cuánto verso
adentros. Tiene que v e r , y á verlo vamos. El su- trae el periódico A ó la revista B ! : y versos y
sodicho Abenamar (estilo que huele á Qeí de fe- mas versos, que es seguro que si se encontrara
chos que trasciende), cauto en uso de su sobe- una máquina, que por medio de una operación
ranía moruna la invención ridicula del corbatin, química redujese los versos_á líquido, nadaría
las atormentadoras ligas y las medias agarrota- la generación actual en un piélago de sonetos,
das por estas. De aquí se deducen dos conse- décimas, epigramas, endechas, octavas reales y
cuencias: primera, que ya no son solos ¡os ver- epitafios. Tampoco quiero jugarla de rigorista,
dugos los que dan garrote; y que tampoco son ni de machacón; en mi artículo habrá de todo,
solos los reos los que son agarrotados. Un y e r - sapos y culebras, como suele decirse, pues que
dugo mas ]qué horror! las ligas: una víctima no es conveniente escribir con arreglo á las re-
mas de tantas inocentes como se sacrifican en glas en toda una ENCICLOPEDIA DÉ ESTRAVAGAN-
holocausto de la patria y de la libertad; ¿quién CIAS.
dirán ustedes que es? ¡qué lástima de criatu- Me encajo pues en cuerpo y alma en el som-
ras! las medias. Segunda consecuencia que
brero; no es decir esto que se zampe de patas mi
mi señor papá, en vez de progresar, ha retro- humanidad dentro del sombrero, sino que voy á
tratar de él.
(1) Los retratos litografiados que se publica- No voy á cantar las glorias del sombrero,
ron en LA RISA, fueron doce, cuya colección se
vende también á los suscritores del Álbum de le tengo un odio mortal,
Momo por el precio de 20 rs. tanto en Madrid
como en las provincias. j es odio tan fulminante,
388
que lo ponia al instante flotaba allá en la laguna ,
en estado escepcional. y el dueño sumido en llanto
entona lúgubre canto,
Esta no es una alusión política, es una alu- maldiciendo su fortuna.
sión estravagante. No cogeré yo la trompa de
Homero, ni de Virgilio para hacer de mi artículo
vel sombrero» una sombrereida ó una sombreri~
liada. Nada de eso, ni entonaré vertiendo por las III.
íiarices á quintales el tono magistral:

Ya han visto ustedes que no me peta ninguno


y con acento fiero de los géneros de escribir, arriba citados, y que
ias glorias canto del primer sombrero. por consiguiente mi lema constante es el de
(¡independencia y sopas.» El artículo del som-
Tampoco escribiré á lo clásico, siguiendo el brero parecerá que lleva sobrado exordio; así
cómputo cronológico de los tiempos, encabe- como así á los sombreros les sobra copa y les
zando mi artículo con una cita correspondiente, falta ala, luego en algo nos henio~s de p a r e -
y encajando después por via de instrucción p r o - cer. Basta de prologómenos, y vamos al grano.
funda, cinco ó seis inscripciones en latín, halla- Sin ir muy lejos, nos encontramos de manos á
das en los sepulcros del rey Carrion y de la reina boca con los chambergos, que fué una de las
doña Urraca; deduciendo de ellas que en tiem- frutas que nos vinieron allende del Pirineo.
po de sus magestades se usaban ya sombreros en Siempre nos hemos pirrado por imitar. ¡Viva el
figura de paralelipípedos prolongados, con cada españolismo neto! Sombreros de suyo ridículos
cerda de media vara. y estravagantes, que nos regalaron los flamen-
Tampoco seguiré la pauta de los señores ro- cos. Ala , un paraguas ambulante ; copa , una ta-
mánticos, ni cantaré las ridiculeces del sombre- za puesta boca abajo, y una pluma que remataba
ro, como ellos lo hicieran, en esta chocante la ridiculez, pues parecían gallos ingleses los
cuanto estrafalaria forma: caballeros de la corte de Felipe IV. Así los bau-
tizó Lope de Vega:
FRAGMENTO.
«Y ¿qué es ver tanto matón ,
EL SOMBBERO. muy erguido y puesto al olio,
con sombrerazo de á folio,
I. ostentando el espadón?

Sombrerazos de á folio eran, sí señores míos,


Allá de las nubes e) rayo resbala los que quisieron resucitar los estudiantes de
rompiendo los aires cual ángel de luz, la M. H. V. de Madrid. Ni al mismo demonio en
y en hilos de niebla plegados a! vicnlo figura humana se le ocurre semejante atrocidad.
esconde la noche su negro capuz. Y digo yo, comentando i Lope de Vega, al r e -
De antiguo castillo poblado de buhos cordar aquellas máscaras estudiantinas:
los ecos salian de opaco rumor,
¡ Qué era ver en esta villa
y el trueno á lo lejos rodando entre peñas
tanto colegial al olio,
allá en los sepulcros causaba pavor.
con sombrerazo de á folio,
cual ratón bajo escudilla!
II. Dejando aparte estas semi-embarcaciones, que
El triste sombrero en tanto yacen postradas en las aguas del rio del Olvido,
389
pasemos á otras no menos estrafalarias que es- eos. Sombreros que pululaban por entre la sabi-
tas. ¡Oh sombrero de tres candiles, que posas- duría en las universidades, en donde eran el
te, cual mosca en calavera de calvo, en la em- símbolo del hambre. Yo saco de aquí una conse-
polvada y enmelenada cabeza de Fernando Vil cuencia un poco hambrienta: que los libros y
¡Un rey, lodo un REY con tres candiles en la las cucharas de palo han estado unidos siempre
cabeza! en este picaro mundo, luego hambre y sabidu-
Gran Federico, el Valiente, ría, sinónimos. Puluraron... hasta en la tauro-
no contando veinte abriles, maquia ¡qué horror 1 un torero con sombrero de
llevó su correspondiente tres picos, es lo mismo que un coracero con ena-
sombrero de fres candiles. guas. El ver en la plaza de toros de Madrid al tío
Perico Romero (y no á don Pedro Romero) dar
No debo hablar mas de é l , porque lo de tres una limpia estocada á volapié, con un sombrero
candiles es suficiente para calificar de malo, no de tres picos encasquetado hasta los ojos, era el
digo a u n sombrero, sino á un hombre que ten- anacronismo mas atroz que han visto los nacidos
ga exactamente las tres virtudes teologales, que ¡Qué cosas tenían nuestros abuelos! ¿Y dónde
son-.fé, esperanza y caridad; es el símbolo de me dejan ustedes
hacer á tres palos; y el de soplar el aire por tres
ver á tantos muchachones
partes, es decir, por norte, mediodía y saliente,
que bien pobres ó bien ricos
que en ese caso es el hombre una torre de Santa
con sombraros de tres picos
Cruz con tres veletas. , v
parecían ya ochentones?

Y aunque es cosa algo alegórica Los tales picos fueron ruines y miserables
lo que acabo de decir, hasta en el número, eran tres solamente, no
siempre es justo permitir pudieron llegará cuatro. Verdad es que los lle-
una figura retórica. varon Moratin, Meleudez, Florídablanca y otros
muchos sabios, q u e , perdóneme su a u s e n c i a , !
Los sombreros llamados de tres picos, ocupan pesar de su sahiduria y su talento, eran ridícu-
en nuestra historia un lugar importante. Yo... los y estravagantes.
casi me dan tentaciones de defenderlos. Su ori- El capitán del siglo, se me dirá, el grande
gen, sin embargo, es sangriento, es revolucio- NAPOLEÓN, el vencedor de Austerlitz y de Ma-
nario. Cansados los pico* deestar orizontales,se rengo, llevó sombrero de tres picos. Cierto,
pronunciaron contra sí mismos, que el pronun- certísimo, y á fé, á fé que no me dejarán men-
ciarse contra sí mismo es el peor de los pronun- tir las aleluyas. Pues á eso respondo yo mal imi-
ciamientos. Hubo aquello de andar al morro que tando á Iglesias:
era una bendición de Dios, y el resultado de la
¿No veis á Napoleón
refriega fué que salió vencedor el de mas fuerza
con la cara de guerrero?
cosa que sucede muy á menudo, quedando per-
Pues con su rostro, sombrero,
pendicular y alzando la cabeza al cielo como
su carácter de león
quien dice: «aquí estoy yo.» Los otros dos picos
y sus sesos de elefante ,
quedaron orizontales como antiguamente, y con
era un hombre estravagante.
la humillación del que sale vencido, parece que
están diciendo « perdón.» No puedo asegurar el Basta de sombreros de tres picos; y vamos á
dia de la batalla, conocida con el nombre de los otros que se pasan de chatos; mientras rezo á
picos; pero sí puedo decir que sucedió mil años aquellos el siguiente
antes del nacimiento de nuestro señor Jesucristo;
la hora permanece ignorada, pues todavía no se EPITAFIO.
habían inventado los reloges. Bajo esta losa se estén ,
H é a q u í / origen de los sombreros de tres pi- \ requiescant in pace. Amen.
390
Los sombreros de copa alta se "presentan á Esto les dije
nuestra vista. ¡ Cuántas variaciones ha inventado yo con afán
la pompa vana de los hombres! Qué de ridicu- á los vecinos
leces en los sombreros! ¡Oh necedades munda- de mi lugar.
nas ! Pero... no señor, esto va muy triste no me Gritaban muchos:
acomoda seguir como lo podría hacer un es- ¡ vaya, no están
claustrado hambriento, que son dos gracias d i - los tiempos estos
vertidas. para gastar!
Ya sombreros en forma de alcuza boca abajo, Mas,"convencidos
ó hablando geométricamente , de figura cónica. de la equidad
Estos no los llevan ya mas que los cesantes, con que sus obras
quienes los sacan del polvo del olvido, de entre publica Ayguals,
muebles viejos, de algún desván lleno de telara- Me contestaron:
ñas, y que permanecían jubilados. Ya sombre- vamos allá,
ros en forma de morrión , derechos como husos. que esa es harina
Ya sombreros á lo setembrista; copa baja, ala de otro costal.
ancha y sus borlas correspondientes, que no pa-
recía sino que llevaban el progreso colgado de Sinforianila
las borlas. En fin, sombreros á la derneire. E s - la de don Blas ,
tos son unos sombreros en miniatura , propios tiene un rendido
de ¡gente menuda, de jovenzuelos chiquilicua- joven galán.
tros y de personas de cabeza redonda , son por Ella lo quiso
decirlo así, escrúpulos de sombreros. No se apu- desperdiciar
ren ustedes, que ya inventarán les [raneáis otra porque no gasta
clase de sombreros como los de los maragatos, y guantes ni frac.
vayase la una por la otra. Pero su madre,
También hay sombreros con... (no me atrevo que es muy sagaz,
ádecirlo)... Con... CON GRASA!! Traslado á no la permite
la oficina de don Abundio. Los calañeses... ¿ p a - volverse atrás.
ra qué hablar de ellos? si de cualquiera manera Porque hay muy poros
que consideren ustedes al sombrero, les pare- que quieran ya
cerá ridículo. sufrir la caTga
matrimonial.
Y ya cargándome están, Y la otra dice-,
que su moda es tan cargante, pues venga acá,
que tentaciones me dan que esa es harina
de encasquetarme un turbante de otro costal.
como el que lleva el sultán.
líice yo un día ,
EDUARDO LÓPEZ PELEGRIN.
veinte años ha ,
de no casarme
voto formal.
LETRILLA. Porque he pensado
¡ voto va san !
¿Quién el sublime que pobre y fea
y original me ha de tocar.
DÓMINE LUCAS Mas si por una
no comprará"? casualidad
391
hallo una Venus Para eso alcanzo
angelical la gloria allá,
De quince abriles que eso es harina
y sin mamá de otro costal.
y un milloncejo
de capital, Cierto frailóte
Diré: no hay voto vi predicar
de castidad, contra la poca
que esta es harina moralidad.
de otro costal. Encarga el seslo
no quebrantar,
Luis se pronuncia porque es al alma
con mucha s a l , perjudicial.
porque la patria De que Pepita
quiere salvar. tuvo un galán ,
Nada pretende; treinta rosarios
no quiere mas la hizo rezar.
que la española Porque una dama
felicidad. mantiene J u a n ,
De los ladrones creo que á Roma
habla muy mal > descalzo va. • • ;• .
que solo chillan ¿Y qué hace el fraile?
para medrar. Mantiene un par.
Razón le asiste;
mas si al final Esa es harina
al tal patricio de otro costal.
turrón le d a n ,
JUAN MARTÍNEZ VILLEHGAS.
Seamos francos
¿lo escupirá?,..
Esa es harina
GRACIAS DE LOS NIÑOS.
de otro costal.
<**
Esta caaresma No hay plaeer en el mundo que compararse
me ha de matar pueda al placer de ser padre, á no ser quesea
con tanta y tanta el placer de ser madre. Esta verdad no es nueva,
necesidad. pero es consoladora, y muy á propósito para h a -
Aunque me pierda cer que renuncien al celibato hasta los enemi-
con Barrabás, gos mas furibundos dei santo matrimonio. Con
voy los ayunos todo, no temo yo declarar á la faz del mundo,
á quebrantar. que es mi opinión tan opuesta á la paternidad,
Pero ¿qué digo? que nada encuentro tan detestable en este valle
no haré yo tal, de lágrimas como un niño desde que nace hasta
que lo condena los cinco años. Pasada esta edad de crisis, ya es
la cristiandad. otra cosa; los muchachos de uno y otro seso
¿Qué es lo que al cabo hasta los quince años, son ya nada menos que
resultará ? insoportables. Mirabcau y Napoleón han dicho:
¿Morir de horrible «11 n'y a de peres de /'amule véritablement heu-'
necesidad? reux que ceux qui ríont pas d'enfant!
392
Todos saben lo que es un muñeco recien naci- pucherito, y la desgraciada (entiéndase la per-
do. Desde que abre los ojos, no hace mas que ra) corre con su batería de cocina por esas ca-
desgañifarse llorando noche y dia, sin que nadie lles de Dios hasta que suele ser víctima de las
sepa por qué. Mas grandecito tiene la misma pedradas de otros angelitos no menos traviesos.
gracia, con solo la diferencia que ya entonces se Se me contestará que esta y otras travesuras son
sabe por qué llora el angelito. Unas veces por- hijas de la mala educación. Verdad e s ; pero
que tiene dolor de tripas, otras veces porque ¿cuál es el niño que no esté mal educado? Fuer-
quiere que su nodriza le dé la teta, otras por- za e s , sin embargo, confesar que hay ciertos
que se le antoja romper los cristales de los an- padres que no permiten á sus hijos moverse de
teojos de su padre, y otras en fin porque quiere su lado, ni les dejan correr por las calles para
que su madre le dé la luna que ve reflejar en a l - abandonarse á los juegos de la infancia plebeya.
gún arroyo. El gran Newton , tan aficionado co- Pero no por esto dejan los inocentes párvulos de
mo era á averiguar el por qué de ias cosas, h u - hacer ostentación de sus gracias. Que un caba-
hiérase dado por muy satisfecho siempre que llero respetable por lósanos que cubren su riza-
uno de estos mocosuelos hubiese podido espli- da peluca llega á hacer su visita á la mamá de
carle el por qué de su frecuente chillar. dos amables criaturitas. La niña empieza por
Cuando el niño entra en el segundo período, empinarse por las piernas de aquel santo varón,
del cual hemos hablado ya, estoes, la edad de y sentada en sus rodillas se divierte en estirarle
cinco á diez años, el que es de carácter alegre, su voluminosa nariz, mientras el señorito se
comete sin cesar tan estrambóticas travesuras, sube por el respaldo de la silla, y levantando la
que no hay aguante para ellas. La menor de ellas peluca del paciente, le escupe en su venerable
es atar á la cola de la perrita de su mamá un calva.

La tierna madre, feliz y orgullosa al contem- dice al cabo de una hora: «Hijos mios, no seáis
plar la jovialidad de su prole, porque la joviali- molestos; acabareis por enojar tal vez á este ca-
dad es indicio de salud, rie y celebra las gracias ballero.» Y el caballero se ve obligado á contes-
de sus querubines ; y después de haberles dejado tar: «deje usted que se diviertan.»
martirizar completamente al pacífico ciudadano, La felicidad de esta tierna madre desmiente el
393
íiieho de Mirabeau y Napoleón, de que no hay han de lamentar algunos
mas padres de familia verdaderamente dicho- el mirarse á cado paso
sos, que aquellos que no tienen hijos. Desdicha- con un amigo importuno
dos de los que tienen que hacer visitas á padres q u e , con el álbum en ristre ,
con angelitos. les pide cuatro rasguños.
WENCESLAO AYGUALS DE Tzco. Yo soy, hombre que lo entiendo ;
si alabarme no procuro...
Mas no me podrán decir
que no sé hacerlo con pulso.
EPIGRAMA. Digo, que entiendo el busilis,
y que huyendo siempre el bulto,
por no escribir una sílaba
paso por grosero y brusco.
Vino á verme la otra tarde
mi amigo, el señor don Bruno,
y después de prodigarnos
mil cumplimientos á dúo,
sacó el consabido mueble
y en las manos me io puso,
siguiendo á la acción el diálogo
que á continuación embuto.

ÉL... No quisiera molestarte;


pero tengo un compromiso...
Vaya, con que... ello es preciso;
para esto vengo á buscarte.
YO... ¿ Que escriba unos versos
me dices en suma?
Los hago perversos:
no cojo la pluma.
ÉL... Ya sé yo que e.so es hablar;
Riñendo á su esposa Andrés varaos, empieza, y no juegues.
por yo no sé qué pecado, YO... Que no.
¡calla! la dijo enfadado, ÉL... Volveré á rogar.
¡ animal de cuatro pies! YO... Yo te ruego que no ruegues.
Y ella, frunciendo las cejas, ÉL... Haz, sin mas dilación, en verso ó prosa,
dijo : no es por injuriarte; una composición á cualquier cosa.
pero bien puedo llamarte ¿Nada sabes del sol, astro divino,
animal de cuatro orejas. que en su hermps.o Cénit...
JOAN MARTÍNEZ VILLERGAS. YO... (Este desbarra.)
Solo sé que en verano me achicharra ;
mas, dejemos ya el sol, porque imagino
que si me pongo á h.ablar del sol y estrellas
ATAQUE Y DEFENSA.
acabaré con rayos y centellas.
ÉL... Ya que al sol no te levantas,
Si para todos los males ¿por qué á las plantas no cantas,
hay remedio en este mundo ¡ del campo ornamento vario?
30 no sé por qué razón YO... ¿Cómo he de hablar délas plantas
50
394
si nunca he sido herrolario? PACO.
ÉL.. . ¿Quién no admira en una flor
las obras del Criador? Reíase Deucalion
YO.. . Sin que nadie me lo diga de ocho búfalos mellizos,
en un clavel puedo ver que se peinaban los rizos
la obra del Supremo Ser, para ir á una procesión;
mas, también veo en la ortiga y como era tan hombron,
las obras de Lucifer. dijo á la isla de Scío:
EL.. . Venga ya una respuesta categórica. «Si es qne no te causa hastío,
YO.. . Voy allá, que no gusto de retórica. bebamos este hipocrás;
Lo haré con decirte, y no disputemos mas
querido Sanlana, por si es tuyo y por si es mió.»
no puede servirte

MANUEL JTAN DIANA. Pero ¡cuál se puso Asuero


cuando vio que la Giralda
hacia fiestas en la falda
SOLVENCIA. á su perro perdiguero I
Tuvo que acudir Lutero ,
disfrazado de arlequín
A L S E Ñ O R DON ABUNDIO ESTOFADO. y hablarles en mallorquín;
que á no ser así, el idiota
r
hubiera puesto en compota
Nada de maldiciones, por Dios, que en ver-
el arco de un violin.
dad no necesito de ellas para estar mas enjuto
que un espárrago. Es cierto que me hacia el sue-
co y procuraba divertirme á costa agena; pero Mas con todo eso, Müoiiia,
aunque en eso no diera pruebas de tonto, no Je- que estaba cantando el chairo
ja de ser un insulto á los Zorrillas, Bretones, en una plaza del Cairo,
Villergas, Izeos etc., aplicarme el título de poe- muy cerquita de Sajonia,
ta. Supongo que ese dictado será tan solo una se vistió de ceremonia
chanza forense con que ha querido divertirse el y dijo con retintín :
infalible tribunal del AMBIGÚ. Me alegraré sin «¡ Qué! ¿ no llevan ya espadín ,
embargo que agrade á mis jueces la moneda con y eso que almorzaron juntos
que pago la multa que se me ha impuesto, y el dia de los difuntos,
que me dejen reir de bóbilis bóbilis, al menos Pelayo y San Agustín?
por espacio de otro año.
«No hay que andarme con misterios,
MULTA. replicó el arte cisoria,
porque si me emboco en Soria
Por si es tuyo y por si es mió han de pasar lances serios.»
el arco de un violin, Entonces dos megaterios,
Pelayo y San Agustín capitanes de navio,
tuvieron un desafio; afeitaron á Darío;
pero en la orilla del rio y por jugar al chaquete
dieron con Ana Bolena con abarcas y roquete,
que peinaba la melena tuvieron un desafío.
al cantante Salvatori,
y entonando el gori gori Y Anas, constructor de fuelles,
se fueron a la berbena puse espuelas á Encina,
395
al Cáucaso papalina y le falló Muratori
y al mar Caspio zaragüelles; mandando á la metonimia
Mas st¡ rompieron los muelles que se fuese á lá vendimia •
del cabriolé en que iba Cíí'o • entonando el gori gori.
casi temblando de frió,
y mandó un hombre del Vierzo Corrientes quedaron todos,
que la sirviera el almuerzo; mas obstinándose Ovidio
pero en la orilla del rio. en no pagar el subsidio ,
apeló al rey de los godos :
Entonces vio que un besugo este con muy buenos modos
se paseaba muy ufano se lo contó á Juan de Mena
del brazo con Domiciano arzobispo de Viena;
por el espolón de Lugo : y después de tanta bulla,
«<¡ Qué! ¿creéis que no madrugo? poniéndose una casulla
(dijo con frente serena) se fueron á la berbeha.
pues comience la faena» ; , VICENTE DÍAZ CANSECO.
y poniéndose i buscar
cerca de Galapagar
dieron con Ana Bolena. VENTAJAS DEL QUE NO TIENE PIERNAS Ó
DEL QUE LAS LLEVA DE PALO.
Suspiraba Maquiavelo
cuando la nieta de Ayáx' ARTÍCULO DE I N T E R É S GÉNERAt.
puso dentro del carcax
su gorro de terciopelo;
y haciendo un guiño á Mételo Con manifestar los males sin cuento que acar-
que pespunteaba en Lucena rean las piernas, habré manifestado gran parte
el corsé de una ballena de las ventajas que tiene el que de ellas carece;
le llevó hacia Jericó, y si á estos datos que se me ocurre llamarles
anunciándole en caló negativos añado los positivos, es decir, los que
que peinaba la melena. tienden directamente á probar los beneficios de-
bidos á la carencia de piernas, todas las sutile-
Pues, como digo; el Correggio zas metafísicas con que mis antagonistas tengan
se empeñó en tocar fe flauta á bien argüirme, todos sus sofismas y paralo-
con Jason el argonauta, gismos se estrellarán en la fuerza de mis ráz'Ci-
que se escapó del colegio. nes, y el mas reacio defensor de fas piernas sé
«¡Usurpar mi privilegió verá obligado á desprenderse de süis errores", y
siendo del partido tory! á confesar paladinamente que su opinión "opues-
csclamola bella Clori; ' ta á la mia no ha sido otra cosa que una para-
y mirándole al soslayo doja ridicula^ Para satisfacer mi vanidáíd esto
regaló su papagayo será suficiente, pero no para satisfacer mis fi-
al cantante Salvatori. lantrópicos deseos, qué solo quedarán'Colma-
dos el dia euque vea emancipada de las piernas
Pero se presentó Abel, á la humanidad entera. ¿Llegará este dia feliz?
que entonces andaba á gatas, ¿Llegará un dia en que convencidos los hombres
y batió las cataratas de que las piernas, á que son deudores de tan-
á la torre de Babel. tos contratiempos, sOn un mero objeto de luja,
Púsole pleito un rabel se convengan en pasarse sin ellas mal que les
pese á los zapateros, á los mediérós y á cuantos
fiel de fechos en Bathor»,
396
tienen una mina en nuestras calamitosas estre- malograr mi tinta, ni á fatigar mis livianos en
midades inferiores ? Harto conozco el poder de meras cuestiones nominales. También debo a d -
la rutina; sé bien las dificultades c o n q u e t r o - vertir que á pesar de tener en mi casa un d i -
pieza el verdadero filósofo que se empeña en ploma de médico y cirujano que á mi padre i e
desterrar de la humanidad los defectos y vicios cuesta bastante dinero y á mí no pocos exáme-
sancionados por costumbres añejas. Confieso nes, en cuanto me sea posible me abstendré de
que escribo este artículo con poquísima espe- hacer uso de los términos técnicos del arte, por-
ranza de obtener el resultado que me propon- que yo quiero que me entiendan fácilmente t o -
go. Ni uno solo de mis lectores, por valederas y dos los que en el mundo tienen piernas, aunque
convincentes que le parezcan las razones que yo en su vida hayan respirado los fétidos miasmas
alegue, se sujetará á la quirúrgica cuchilla , y de una sala de disección, ni hayan visto mas ca-
alguno quizás se crea con derecho de decirme dáveres que el del cordero de la Pascua y el del
que este artículo no está dictado p o r u ñ a con- pavo de Navidad, ni hayan gastado un adarme
vicción profunda, que está escrito sin religión de sebo consagrado á la lectura del Juan de
de conciencia , puesto que siendo yo su autor no Dios, del Nadal y Lacaba, ni de ninguna otra
confirmo lo que en él digo con mi propio ejem- de las obras clásicas de anatomía descriptiva.
plo. Sí, lo conozco, para probar la fé que ten- Si para rebatir á los piernófilos se me a n t o -
go en mis doctrinas, yo debería el primero espo- jara echar mano de todos los argumentos que
nerme á los dolores de una ampuiacion san- ponen á mi disposición las piernas consideradas
grienta; pero no lo hago porque por una parte en estado potológico, es seguro que llenaría
no tengo necesidad de ello para dar fuerza á veinte números de LA. R I S A , invadiendo h a s -
mis datos que son por sí solos bastante robus- ta el sagrado terreno que para su ambigú se
t o s , y por otra para dirigir á las piernas la ca- reservó el docto don Abundio. Las piernas cons-
tilinaria que se merecen, quiero tenerlas pre- tan de huesos, de músculos, de nervios, de
sentes, tenerlas conmigo mismo como un testi- arterias, da venas etc., e t c . , y no es necesa-
monio vivo y palpitante de mis penas y evitar de rio decir mas para que el mas topo se haga car-
este modo que disminuya el honor que justa- go de cuan inmenso debe ser el número de e n -
mente me inspiraron. Suele decirse que el que. fermedades que son las piernas susceptibles de
está ahito no se acuerda de los que no han co- padecer. Yo no ocuparé de ellas á mis lectores,
mido , y esto me sucedería tal vez si yo care- no les hablaré de las caries, aneurismas, varices
ciese de piernas, no me acordaría de los des- y demás dolencias de que las piernas á menu-
graciados que las tienen, y á quienes trato de do son víctimas, lo mismo que las demás p a r -
libertar de esta calamidad diciéndoleslo que J e - les de nuestro cuerpo que gozan de tegidos a n á -
sucristo á los apóstoles: «Haced lo que yo os logos; haré solo mención de las enfermedades
diga, y no lo que yo haga.» que ademas de ser muy frecuentes son propie-
Antes de pasar adelante es necesario que mis dad casi esclusiva de las estremidades inferio-
lectores y yo acordemos bajo qué acepción va- res, y aun procuraré hablar de ellas muy some-
mos á tomar en este artículo la palabra pier- ramente , porque estoy seguro de que considera-
nas. Todos sabérnoslo que por piernas entien- das en su estado normal ó fisiológico las piernas
den los anatómicos y los amigos de que se ha- son por sí solas una calamidad terrible, aunque
ble siempre con toda propiedad, pero á mí me por una escepcion casi milagrosa se hallen libres
conviene en esta ocasión dar á esta palabra la de sabañones, de callos y demás plagas que á
significación colectiva que á menudo le dá el tantos hijos de Adán hacen avinagrar el gesto.
vulgo, quien con ella suele designar las eslre- Y si las piernas sanas y robustas que , sea dicho
midades inferiores desde el tercio inferior del de paso, difícilmente se encontrarían dos en
muslo hasta las últimas falanges de los dedos Europa,son ya una calamidad terrible ¿qué nom-
del pié. Después de esta advertencia me parece bre daremos á ias piernas averiadas , como g e -
que puedo entrar en materia sin esponerme á neralmente lo son todas?
397
5
La dolorosa comezón que causan los sabañones ras muy duras y de muy buen temple, y que aun
debería se||^aj5iciente para declarar á los pies así á muchos les obliga á tomar pediluvios para
una guerra sin tregua ni cuartel» Bien es verdad reblandecer la sustancia cornea que debe cor-
que los habitantes del mediodía de América y larse. Y no es esto lo peor. Se necesita tener
otros países que se puede decir que no tienen algo de culebra, se necesita una organización
invierno,, desconocen esta impertinente dolen- particular como la de Auriol, se necesita casi es-
cia, pero gracias á sus piernas no les falta por
esto conque rascar, no les faltan niguas y gen-
genes mas molestos si cabe que los sabañones, y
que Como estos fijan con predilección en los pies
su funesta residencia» Hasta ahora han sido ine-
ficaces todos los íeiúedios que la medicina, ótpor
mejordecir, que el empirismo y charlatanismo
han preconizado ¡para curar los sabañones; el
agua Se las lluvias de abril, aplicada en el mo-
mento mismo que acaba decaer, es lo que mejo»
res efectos baproducido; pero yo afirmo que pa-
ra la curación de los sabañones de los pies la
amputación de las piernas es de un éxito todavía
mas seguro. Esta es una curación radical, con la
que nunca tíeüe lugar la recaída» tar dislocado para no morirse de fatiga coreán-
Mas terribles aun que los sabañones ^son se- dose las uñas defclospies. Los hidrópicos, las
gurarfienielos callos, porque son mas doloro- embarazadas, en una palabra» todos los que es-
sos, ¡avaden un número mayo* de individuos, tan dotados de voluminosa barriga deben fiar
se aclimatan en todos los países, y no ceden al esta operación á manos agenas, y como lq§
influjo de ninguna de las estaciones del año. La pies en general -son una cosa no muy limpia, no
curación radical de estas molestas abolladuras, siempre se encuentra quien quiera encargarse
debidas principalmente al calzado, se obtiene de practicarla. Y si .por casualidad se encuen-
también con la amputación de las piernas. ¡Y tra, nos esponemos á que la frialdad ^de l á m a r
todavía se ven piernas en el mundo! -no del operador ó su tacto indiscreto nos haga
¿Y qué diré de los uñeros que la propia espe- cosquillas ó nos cause alguna otra impresión
riencia no le haya hecho observar á mis lecto- desagradable que, no pudiéndola resistir, nos
res? Las uñas de los pies crecen y se prolongan obligue á retirar el pié casi qonvulsivamente, y
sin cesar, sin cesar destruyen medias y mas me- á que dejemos alguna vez en este movimiento
dias, hasta que por fin encuentran en los zapa- brusco el dedo en lugar de la uñaentre los filos
tos un obstáculo que se opone á su curso inva- de las terribles tigeras» .,-
sor <y las obliga á replegarse. Entonces las uñas Los límites de este periódico me obligan á se~
se doblan y contramarchan, y sus bordes libres pararme del campo patológico y á, llamar la
vengándose en,los dedos de la derrota que deben atención de la humanidad entera hacía los ma-
al calzado, se introducen en la carne de los in- les que ocasionan las piernas, aun admitiendo la
felices donde hacen un estrago sangriento. Esto hipótesis de que estén dotadas de una salud per-
es lo qué se llama uñero que solo se evita opo- fecta. Creo que todos mis lectores tienen la
niendo con frecuencia las tigeras al rápido pro- costumbre de ponerse en camisa ó cuando mas
greso délas uñas. Pero esto de cortarse las uñas en calzoncillos antes de acostarse, y que esr
del pie no es una operación tan trivial como al- ta impertinencia diaria les sujeta á otra no me-
gunos se figuran; es operación que para practi- nos molesta cual es la de tener todos los días...
carla debidamente en ambos pies; es casi in- que vestirse! i Desnudarse y vestirse! ¡Terri^-^
dispensable ser ambidextro, que requiere tige- bles calamidades que el estado soetal ;ha ic-
398
gado al hombre para hacerle envidiar la suerte piárselo uno mismo, lo que es muy molesto 6
de los indios bravos, de los hotcntotes y hasta de llevarlo sucio, lo que si bien es lo más 'fácil
de los mismos irracionales, que sin desabro- es también lo menos decente. Y luego las me-
charse el corsé ni quitarse la levita , y que sin dias. Dios sabe al cabo del año cuantas cifras ha
calzarse las botas, ni hacerse el lazo en la cor- añadido al presupuesto el jabón con que1 se
bata, apenas se levantan están dispuestos á sa- han lavado y el algodón con que se han remen-
lir á la calle seguros de que sus semejantes no dado.
les han de poner en ridículo. ¿Por qué al nacer También las ligas cuestan dinero, pero no es
no nos otorgó la naturaleza una concha como al en verdad el dinero que cuestan lo que tan odio-
carey, una piel COILO aloso, un plumage como sas las vuelve á los ojos de todo hombre filan i
al águila ó una cubierta escamosa como al co- trópico, sino la dificultad de mantenerlas en su
codrilo? ¡Inútiles quejas! Estamos condenados juslo término de suerte que no se escurran por
á desnudarnos y á vestirnos todos los dias, y estar flojas ni sieguen la pierna por estar dema-
seriamos muy criminalmente orgullosos si inten- siado apretadas. Yo, lo confieso, soy enemigo
tásemos revocar este terrible fallo de la civiliza- irreconciliable de las piernas, pero no por esto
ción.Pero al menos ya que el desnudarse y el ves- quiero que se las martirice, que se las dé conti-
tirse es un trabajo ímprobo de que no nos permi- nuamente garrote ; condéneselas á la última pe-
te la sociedad eximirnos ¿ por qué no procuramos na, pero no se las ponga en tortura como á las
en lo posible simplificar tan engorrosa operación? víctimas de Torquemada. El espíritu del siglo
La amputación de las piernas la simplificada proscribe tamañas atrocidades. Por lo demás,
considerablemente. Ella nos evitaría la molestia conozco que son altamente criminales. ¿Qué
deponernos las medias y los zapatos, ella nos castigo imponen las leyes vigentes á los que en-
emanciparía de la tiranía de las ligas, que, co- cubren malhechores? Por terrible que sea debe
mo nos manifestó un dia Abenamar refiriéndo- aplicarse á las ligas. ¿No dan acaso guarida á
nos un hecho práctico, han dado alguna vez mo- los atroces vichos que de sangre y solo de sangre
tivo á catástrofes sangrientas; ella en fin dester- se alimentan? Todo el mundo conoce que aludo
raría de nosotros las esclavizadoras trabillas, á las pulgas, cuyo nombre no me parece decente
que con mucha razón ha incluido el señor Man- mencionar en este grave artículo.
zano en el catálogo de las calamidades públicas Pero de las ligas debe decirse como de las tra-
al mismo tiempo que el señor Casilari las ha ce- billas que son un mal, pero un mal necesario,
lebrado como una cosa escelente. Yo creo como un mal que durará tanto como nuestras medias,
el señor Manzano que las trabillas son un mal como nuestras piernas. ¡Abajo pues las pier-
grave, pero creo como el señor Casilari que nas! ¿Te horrorizas, lector? Me parece que
mientras haya piernas debe haber trabillas. estoy oyendo los argumentos con que tratas de
Quítense las piernas, y las trabillas caerán, co- defenderá esas enemigas del género humano.
mo suele decirse por su propio peso. ¿ Cómo andaríamos sin piernas ? ¿ qué parece-
Mirándola cuestión bajo un aspecto económi- ríamos sin fiemas? ¡ Cuánto padeceríamos si
co, creo que no habrá un solo padre de familia nos cortasen las piernas! ¿No son estos los ar-
que no considere las piernas como uno de los gumentos capitales con que piensas reducir á
objetos que mas contribuyen á aumentar el pre- polvo todas mis pruebas , y cuya solución espe-
supuesto de los gastos domésticos. El que tiene ras seguramente antes de llamar al cirujano pa-
muchos hijos y les ha de alimentar con el sudor ra que proceda á la amputación ? Pues ya puedes
de su rostro, es imposible que quede bien con llamarle desde luego, porqué tus argumentos
el zapatero si come algo mas que sopa y cocido. van á quedar bien pronto desvanecidos. ¿Cómo
Y agregúese á esto el limpiabotas ó un criado andaríamos sin piernas? ¿Y qué? ¿crees acaso
que haga las veces de tal, pues de uno ú otro que trato de reducir á los hombres á la triste
hemos de valemos, so pena de estrenar calzado condición de reptiles? Nada de eso: quiero
todos los dias, lo que es muy gravoso, ó de lim- reemplazar sus piernas naturales 6 de carne y
399
hueso con piernas de palo, cuyas inmensas ven- rian superítaos ¿ porque ¿cual es la operación
tajas prometo manifestarte en otro artículo. quirúrgica que no causa dolores mas ó menos
¿Qué pareceríamos sin piernas? ¡El hombre atroces? Pero al practicarse una operación, se
siempre el mismo! ¡Siempre sacrificando su comparan los dolores con los resultados que por
bienestar á la vanidad y al capricho! ¿Crees aca- su medio se obtienen, y es así como los enfer-
so que cuando todos nos hayamos acostumbrado mos se sujetan á ella. El que tiene un labio ó un
á prescindir de las piernas naturales, las echa- pecho cancerado consiente que le corten el la-
remos alguna vez de menos? Sucederá .conidias bio ó el pecho; el que tiene una mano gangrena-
lo mismo que con los pelucones. Todos sabemos da consiente que le amputen el brazo; el que
el sentimiento con que nuestros abuelos se des- tiene una muela cariada consiente en quedarse
prendieron de sus empolvadas coletas; muy r i - con una menos. Lo mismo y con mucha mas r a -
dículos debían parecer los primeros que parecie- zón debe aplicarse á las piernas. Por cruda y
ron en Europa con el cabello raso, pero la moda doiorosa que sea su amputación, ¿quién no la
fué cundiendo, la práctica tardó muy poco en sufre gustoso haciéndose cargo de las inmensas
confirmarla bondad de la teoría coleticída del ventajas que con ella reporta para todo el resto
gran Bonaparte, y en la actualidad las coletas de su vida? .Estas son razones indestructibles
tan decantadas en otros tiempos son un objeto que han de convencer á cualquiera, por lo que,
que toda la Europa culta ridiculiza. Porque todo lector, repito que llames desde luego al ciruja-
se dobla al imperio de la moda; todo al fin y al no y que sufras con resignación los tormentos
«abo lo resuelve el gusto de la mayoría. Si casi que te ocasione su mano salvadora. Ármate en
todos los hombres fuesen jorobados, los que seguida de unas piernas de palo, cuyas ventajas
hasta ahora han tenido fama de bien formados probaré en mi siguiente artículo,,y verás lo que
parecerían ridículos y se les llamaría contrahe- es bueno.
chos. Si casi todos tuviesen un solo'ojo en la ca- A. RlBOT Y FONTSERÉ.
ra, dos ojos seria una imperfección, así como
ahora lo son tres. No hay pues que darle vueltas.
Perfección será el no tener piernas el dia en que CALABAZAS.
nos vengamos todos en pasarnos sin ellas. Todo
depende del hábito de ver las cosas de este ó de!
otro modo. A nosotros nos parecen herniosas las D. CÁNDIDO Y D. CRÍSPÜLO.
mugeres que tienen un cutis fino,y delicado, y
Preciso será que un tósigo
en algunos países salvajes se lasaplican instru-
dé á mis penas fin, don Cándido!
mentos cortantes y cauterios para llenarlas el
— ¿Cómo, mi amigo don Críspulo*
rostro de cicatrices y desigualdades. A los euro-
tan furibundo y volcánico?
peos nos pareeen bipn los pendientes colgados
Ese semblante tan tétrico,
del lóbulo de las orejas de las mugeres y al efec-
tan renegrido y tari pálido;
to se las agujereamos; á los indios les parece
ese mirar tan diabólico;
bien que ostenten sus mugeres una sortija en 'a
ese alentar tan asmático,
nariz y al efecto taladran la ternilla que forma
Qué están ¡ Santo Dios 1 diciéndome?
el tabique. ¿Y todo por qué? Porque á menudo
—Que estoy arrojando bálago,
los gustos son hijos de la fuerza de las costum-
de furor; que estoy colérico,
bres. Cuando casi nadie tenga piernas, ¡cómo
loco, sin seso, venático,
nos burlaremos de los pocos que las tengan!
Arrebatado, hidrofóbico,
Terminaré este articulo que se va haciendo hecho un veduino, un vándalo...
demasiado largo allanando la última dificultad Sí! que mi furor sin término •
que me presentas. / Cuánto padeceríamos si nos no cabe en humano cálculo!
cortasen las piernas! S¡¡ estas palabras fuesen —Yo estoy, don Críspulo, atónito ,
valederas, en verdad que todos los cirujanos s e - petrificado y extático...
400
tiene usted jaqueca? ¡pésame! venga en el instante un cáñamo
¿tal vez dolores reumáticos? ¡nadie contenga mis ímpetus!
Ay ! cuanto lo siento, colega ! que he de hacer un hecho trágico!
ese semblante lan cárdeno!... —Venga usted acá, energúmeno!
Mas, ya entiendo... acaso un cólico... —No me sirva usted de obstáculo!
¿se le indigestó el yentáculo? —Adonde va usted , junípero?
No lia rompido usted en vómitos? —•Voy... á colgarme de un álamo!!
Ah ! los alimentos cálidos... Estoy hecho un antropófago...
ya... pues! sin duda los nísperos tengo el infierno en el cráneo...
del otro dia tan ásperos... voy á poner fin ahorcándome
Ay! qué alimentos tan pésimos! á este tormento tan bárbaro!...
¡qué no se sequen los vastagos •r-Qué va usted á hacer? misérrimo!
en los maléficos árboles desaloje usted del ánimo
de frutos antivitálicos I ese proyecto Iscarióticq
Yo, como amigo solícito, antivital y satánico...
cual una centella rápido, —No , que fijo en mi propósito,
á buscar iré á los médicos, hoy mismo he de hacerle práctico!
¡mas ligero que un relámpago! hoy mismo á la tumba fúnebre
Para que le sangren súbito, bajaré contento, plácido...
y le apliquen luego un cáustico, Porque ep esta vida mísera,
y en el vientre una cantárida, solo veo un triste páramo...
y si hay heridas, un bálsamo... solo tormentos sin término
Si un momento de pérdida, en sus intrincados ángulos!
voy, sin andarme en preámbulos, —Me ha dejado usted, don CríspulOj
por todos los adminículos, mas helado que un carámbano!
y, de paso,, traeré al párroco. Yo no le entiendo una sílaba
Porque, si repite el vértigo , de ese lenguage enigmático...
no muera sia el viático... —Ufffü! qué hombre tan estúpido!
No lleguemos tarde... I ay mísero! Es usted como un galápago!
voy al vuelo, como un pájaro ! Hombre, tortuga , ó murciélago,
—Hombre ó demonio, deténgase! ¿hablqyo acaso en arábigo?
¿adonde va usted, gaznápiro? No ve usted mi cuerpo trémulo,
Yo no necesito pildoras, cual si estuviera perlático?
facultativos... ni rábanos! No ve usted candentes lágrimas
¿Quién le ha dicho á usted , estólido % que se asoman á mis párpados?
quién le ha dicho, alma de cántaro, Y esta sourisa sardónica
que yo esté febril, hidrópico, que vierten mis labjos cárdenos?-
dolorido, ni flemático? No ve usted mi rostro irónico
¿Quién le ha hablado á usted de músculos, donde está pintado el tártaro?
ni de tumores linfáticos, Pues bien... todos estos síntomas..*
ni de heridas, ni tuvérculos? huelen á muerto!!!
no es ese mi mal, seo zángano! — San Lázaro!
—Pues, cual es entonces? —Ay amigo, esto es verídico !
— Cólera me horroriza esto espectáculo
que no me cabe en los ámbitos Tan sepulcral y tan lúgubre!
del pecho: que estoy frenético, Veo un color funeráreo
del furor en el pináculo... en mi faz; veo en mis órbitas
Sí!... que estoy hecho un cernícalo!... los cristales ya diáfanos;
401
Veo, eñ fin, un hondo túmulo Mas me gustan los espárragos!
que me ofrece receptáculo... Pero es pectoral y tónica...
¡ Ay qué espectros, ay qué imágenes — HombreI no sea usté tábano!
Veo en mi contorno erráticos ! Quiero decir que una pérfida
—Eso pende del estómago : que yo adoraba fanático,
son vapores hipogástricos me ha despreciado impolítica,
que se suben del ventrículo... Me ha dicho que ¡NO!
Ufff!... los alimentos ácidos!... — Acabáramos.
Eso de comer sin método Yo r i o , como un Demócrito!
ataca al sistema orgánico... — Yo lloro, como un Heráclito!
Ah! y usted que es un gastrónomo , — Con que nacen de una sílaba,
un segunde/ Heleogábalo!... hombre pueril y maniático,
Por comer coles en miércoles, esos ayes tan histéricos
•y lacticinios en sábado, con que se parece á un náufrago?
la justicia del Altísimo — Sí, señor!... y ya esel único
tiende sobre usted su látigo. remedio á dolor tan máximo,
— Hombre... por todos los ángeles ! la muerte !! y ansioso buscóla;
no me venga con oráculos? venga en el momento un cáñamo !
porque él blasone de místico Nadie contenga mis ímpetus
no quiera hacerme fanático. Voy á colgarme de un álamo!
Pues que tiene don pfofétieo, Voy á poner fin, ahorcándome,
vista el hipócrita un hábito, á este tormento tan bárbaro!
vaya á predicar á un pulpito — Es un proyecto Iscariólico...
á las viejas y á los párvulos. antivital y satánico...
A mí me viene con pláticas —Entre convulsiones hórridas
el solemnísimo zángano? quiero descender al Báratro...
¡Deje al punto mí cubículo, Pues me arrancaré los hígados !!
ó si no con este báculo... —Y le llamarán romántico!
— Por vida de San Hermógenes !... •; —Antes... los ojos!
Voy al corral por un cándalo 1 — Magnífico!
A mí me viene con ínfulas? Yo le sostendré los párpados.
Me amenaza? ¡Voto al chápiro! —Venga un puñal!
¿Así quebranta los víneulos, — Venga un féretro!
que nos u n e n , escolásticos, —Un verdugo!
un antiguo condiscípulo? — Un subdiácono!
Viéndolo estoy... y dudándolo! — Rotas estallen mis visceras!
— Ah! qué dije?... ¡ soy un rústico 1 —Suenen los fúnebres cánticos! ;
Perdóneme usté, don Cándido.
El estado de mi espíritu... Y con gestos despidiéndose
Confieso que soy... un bárbaro 1 de Demócrito y Heráclito,
Si le he dictro.injurias... pésame! partieron los dos acólitos
no son-hechos espontáneos... cada cual á su habitáculo.
Poi-que estoy como.una .pólvora, Y aun existeallá en Arévalo
loco,furibundo, rábido!... quien presenció este diálogo
Ifff! y todo pende, colega, entre el pobre de don Críspulo
de que me dan... ¡ ay ! ¡ qué tártago!... y el socarrón de don Cándido.
CALABAZAS!!!! FLORENTINO SAUZ.
— Fruta insípida I
' "~"**m" • 51
402
CONTRA LA SERIEDAD. ocultar á nuestras profanas miradas sus incom-
prensibles misterios. Pero lo cierto es que á lo
que nuestra pobre razón alcanza, el universo
FÁBULA. está plagado de cosas que á nosotros nos parecen
imperfecciones, aunque según el fin que al for-
Cierto cordero infeliz, marlas se propuso el Creador acaso no lo sean,
para aliviar sus pesares, y deber nuestro es corregirlas y perfeccionarlas
pidió un consejo al mas serio ya que el mismo Autor de todas ellas ha dotado
de todos los animales. á muchos hombres de deseos y medios de conse-
guirlo. En esto la voluntad del Omnipotente se
Creyó que el burro era un sabio manifiesta de una manera bien esplícita. Si Dios
a! mirar su aspecto grave, hubiera querido que el mundo permaneciese tal
y confióle sus penas como salió de sus manos hasta el dia del juicio
buscando alivio á sus males. final, se hubiera guardado bien de dar á los
hombres este espíritu de innovación que ince-
Oyó el burro la consulta santemente altera la superficie del globo sublu-
con gravedad inmuta&le, nar. Es necesario que convengamos en que el
y soltando un par de apees mundo es no mas que un borrador sin corregir,
¡lió con el cordero al traste. un imperfecto bosquejo, una obra á medio hacer
y que para concluirla la Providencia ha dotado á
E! que busca inteligencia algunos seres privilegiados de un genio fecundo,
en ia seriedad, no sabe activo y emprendedor que es un verdadero des-
que Sos que jamás se ríen tello de ia Divinidad, Pieflexiones son estas de
despiden coces <í pares. muchísima importancia y que he creido conve-
WENCESLAO AYGL'ALS DE IZCO. niente hacerlas para que nadie diga que el q u e -
rer sustituir con piernas artificiales las que de-
bemos á la naturaleza, es revelarse contraía
VENTAJAS DEL QUE NO TIENE PIEBNAS Ó obra de Dios. Al contrario, me consideraría eli-
DEL QUE LAS LLEVA DE PALO. mínala los ojos del Señor si no siguiese en esta
ocasión la línea de conducta que me parece t r a -
zada por su misma mano, si por mas tiempo r e -
ARTÍCELO DE IXTE11ES GENERAL. sistiese los filantrópicos impulsos de mi corazón
que no son otra cosa que una especie de partes
II.
telegráficos con que Dios me comunica sus órde-
Por mas que los optimistas se persignen es- nes, si por mas tiempo en fin dejase de conocer
candalizados, es necesario convenir en que de- y cumplir la sublime misión que la Píovidencia
bemos á la naturaleza muchos males y que este me ha encargado poniéndome de manifiesto los
mundo está muy lejos de ser el mejor de los po- defectos y vicios de que las piernas adolecen y
sibles. Tal vez ia Providencia ha tenido á bien ios medios que debo revelar á. la humanidad pa-
hacerle tal como nos le encontramos para que no ra corregirlos completamente.
nos encariñemos demasiado con las cosas mun- Los defectos y vicios de nuestras piernas n a -
danas y aspiremos con mas ardor á buscar la fe- turales y los males sin cuento que las debemos;
licidad verdadera en un punto distinto de! que quedan bien manifestados en el artículo anterior
los moradores de ia tierra tenemos la desgra- en que probé con argumentos irrecusables la n e -
cia de habitar. Si r.o fueron estas las miras de la cesidad de desprendernos de ellas, si queremos
Providencia, habrán sido oí ras ó ninguna; no de una vez para siempre destruir el mas fecundo
nos toea á nosotros, débiles mortales, levantar manantial de nuestras calamidades. Eu la actua-
el velo con que ha querido el Supremo Hacedor lidad no es posible que haya uno solo de los que
403
leyeron mi artículo precedente tan rebelde á la de estas piernas es no tenor pies, y cuenta coa
sana lógica, ni tan refractario ú t a r a z ó n , qué que los pies desde tiempoinmemorial por sanos
no esté convencido de que la amputación de las que hayan, sido se han considerado como una co-
piernas es una, cosa precisa. Pero las piernas, á sa mala. ¿ A q u é d e b e n la preferencia que sobre
pesar desús defectos, nos prestan servicios á todas las europeas se han merecido Jas andálur
que la humanidad entera les debe estar agrade- zas, sino á la pequeñezde su pié?;¡fC,(iánto ma-
cida; sus usos sonde un interés tan esencial pa- yor pues seria su mérito si ni siquiera pies tu*-
ra la mayor parte d é l o s actos de nuestra vida viesen! ¿Hay quién ignore quecuando se: trata
relativa , que desterrarlas del mundo seria po- de envilecer ó ultrajar á una p e r s o n a r o n ' fre^-
ner á la humanidad el epitafio. No es esto decir cuencia se la llama cuadrúpeda? Si fuesen los
que un individuo, no pueda pasarse sin piernas, pies una cosa digna de aprecio co¡ii este dictado,
pero, la humanidad entera no podría 1 sin ellas sela encomiaría en lugar de ultrajársela. Es
existir. Así pues:, nada tendría que agradecérse- pues incontestable que en todos los tiempos ei
me y sí mucho fue reconvenírseme por mis doc- vulgo ha profesado á los pies-una antipatía que
trinas , si después de haber demostrado la im- debemos considerarla justa, porque no hay que
portancia de la amputación de las piernas, no darle vueltas: vox populi vox Den :> -'•
manifestase los medios de sustituirlas con otra ¿Y cómo podría el inundó simpatizar eon los
cosa que almismo tiempo que gozase de las ven- pies cuando son seguramente lo mas vil dé
tajas de aquellas, no adoleciese de sus defectos. nuestra organización, motivo sin duda por eí
Las piernas de palo, que son el objeto de este a r - cual ha querido Dios colocarles en la parte mas
tículo, allanan á mi entender todos los inconve- inferior en los animales que los tienen? De sus
nientes. abiertos poros salea menudo este sudor.hedion-
Es una verdad conocida, evidente, confirmada do que a^ropeUa todos losolfatos, que pudre t o -
p e r l a autoridad de todos los bienaventurados dos los calcetines, que destroza todas las botas,
que, debiendo á una bala de cañón, á la mano qué acibaran en verano las delicias de las tertu-
de un cirujano, ó á cualquiera otra causa acci- lias, y cuya supresión da origen á muchas y
dental ócongenita el envidiable privilegio de no muy graves enfermedades. Puede decirse que el
tener piernas naturales, las han sustituido con hombre en quien esta transpiración es muy
otras dé palo, que estas últimas son inaccesibles abundante,lleva en los pies el sello d e r e p r o b a -
á los uñeros, A'los callos y á los sabañones. cion que llevaba Cain en la frente. Entre, él'y sus
¡Uñeros, callos y sabañones! ¡ Ahí es un grano semejantes, á instancia de todas las narices, se
dé anís. Me parece qué esta sola circunstancia las establece un rigoroso cordón sanitario; la,sebie*-
dad le rechaza, le aisla, le proscribe; para él es
recomienda suficientemente, y que no hábria ne-
el mundo entero un lazareto, donde solo-y sin
cesidad de otra para preferirlas á las de carne y
comunicación de ninguna especie se ve: obligado
huesos. Tampoco la gota ejerce en ellas -su fu-
á hacer una penosa cuarentenaque duraíal meó-
nesto influjo. De está terrible enfermedad que
nos tanto como los ardores de la canículjá , n o se
con tanta-frecuencia se fija en los pies y que co-
le acercan mas que sus herederos y síis acreedo-
mo rabiosa demagoga atacacon predilección á la
res si los tiene , y aun esos mientras dura la en-
gente de mas altó/copete, se hallan libres las
trevista, respiran muy de tarde en tarde, y e n -
piernas de los qjtíe las llevan de palo. ¡ Y cuán-
sanchan la distancia que les separa del fétido i n -
tas mageres están opiladas y cloróticás y sufren
terlocutor cuanto ló permítela capacidad del apo-
un sin fin de enfermedades propias de su seso
sento en que se encuentran. Esto-es bochornoso
que las deben á la humedad en los pies! ¡Cuán-
Y atroz. Elsudador,como tenga pizca de ver-
tos deben á esta misma causa violentos dolores
güenza, y como no sea muy inhumanamente
reumáticos q u e l e s h a c e n odiosa la existencia!
egoísta, está privado de ir al teatro, porque de
Pues b/ien, la humedad no produce ninguno de
otra suerte es seguro que todas las lunetas q a e
estos Sembles efectos enrél que tiene las piernas se hallen comprendidas en el r a d i ó l e desvaras
de pal», como que pira de las grandes ventajas

í
404
d é l a que él ocupe, quedarán desiertas desde los satíricos sobre lo? hombres üe poca talla, no
luego, á no ser que sean los espectadores bas- heriría á nadie absolutamente. Los enanos esos
tante magnánimos para pasar toda una fancion infelices á quienes ha condenado su mala suerte
con ambas manos aplicadas á las narices, j A. y á no poder participar con los ojos de ningún e s -
de ellos si destruyen casualmente esta solución pectáculo ni de ninguna diversión que atraiga
de contigüidad establecida entre las manos y el mucho gentío , esos infelices que treinta años
órgano olfatorio! ¡ Ay de ellos si dejan un mo- después de haber nacido podrían sin encontrar
mento abiertas las ventanas de la nariz. Este obstáculo volverse al seno de su madre y allí
descuido puede costarles la vida. Los pestilen- permanecer en estado de feto tan á sus anchuras
tes miasmas están en acecho, y cuando menos como en una plaza pública , desaparecerían des-
se piensa se introducen como ladrones hasta el de luego de entre nosotros; con el auxilio de las
mas recóndito rincón d é l a pituitaria. Y como piernas todos lograrían agigantarse y se pon-
un sudador de pies no por ser tal ha de ser un drían al nivel de los mismos á quienes ahora so-
Calígula ó un antropófago, es de aquí que nun- lo pueden hablar al oido por medio de una esca-
ca va al teatro como no pueda tomar solo para lera de mano. Entonces estos desventurados, que
él un palco entero, ya que no se le consienta to- no por ser pequeños dejan de estar hechos como
mar todas las localidades del patio ó de la cazue- nosotros á la imagen de Dios , disfrutarían t a m -
la. Yo en verdad tengo en esos desgraciados mu- bién de las fiestas públicas, y se conseguiría
cha confianza; creo que en obsequio á sí mismos ademas estinguir las rivalidades sin cuento á
y á sus semejantes serán los primeros que reem- que dan origen las diferencias de estatura. Por
plazarán con piernas artificiales las que sacaron otra parte esta nivelación seria muy ventajosa á
del vientre de su madre , apenas se hayan hecho la generalidad. Como una vez verificada, anadie
eximiría la diferencia de talla de caer soldado,
cargo de las razones que alego en este y cu mi
porque no habría tai diferencia , la desgracia s«
anterior artículo.
repartiría entre un número mucho mayor de i n -
Las pedradas y porrazos en la espinilla que
dividuos, y el riesgo de cada uno en particular
tan vehementes dolores ocasionan , tampoco pro-
seria de consiguiente mucho menor. jY cuan
ducirían ninguna sensación desagradable si las
hermoso parecería un ejército con piernas de pa-
piernas fuesen de palo. Dios sabe con esto las
lo; El primer soldado de cada compañía no d i s -
dolencias de que nos libraríamos y las visitas de
creparía del último una sola línea, las cabezas
médicos de que podríamos prescindir; lo que se-
de un regimiento formado en masa presentarían
Tia una segunda ventaja, porque á los ojos de to-
una superficie tan lisa é igual como la de un ca-
do hombre sensato los médicos son una segunda
llado estero ó la de un puerto bonancible , y las
enfermedad con frecuencia mas peligrosa que la
de un regimiento formado en batalla se aseme-
que nos obliga á llamarles.
jarían á una guarda-raya ó pedestal de boj de un
Pero no es solo como medida higiénica que delicioso pensil acabado de recortar por la dies-
aconsejo á mis semejantes el uso de las piernas tra mano del mas hábil jardinero. ¡Qué tallas
de artificio. La mayor parte de los actos que tan gigantescas ó imponentes serian entonces las
nuestros deseos y necesidades nos obligan á ¡ de nuestros soldados! ¡Ojalá el gobierno haga
ejercer reclaman imperiosamente esta sustitu- I adoptar pronto al ejército las piernas de palo ya
ción que sujeto al buen criterio de mis lectores. I que se trata de llevar á cabo la espedicion de
En primer lugar las bellas teorías de igualdad i Marruecos! El éxito será seguro, creerá el tin-
de que tanto se ha hablado desde que el mundo | gitano que tiene que habérselas con una nueva
es mundo y que al cabo todos los hombres pen- I raza de titanes, y despavorido nos abandonará
sadores las han abandonado y proscrito como ! la victoria, sin siquiera disputárnosla.
otra de las muchas utopias que embellecen los i Todos los hombres, pero mas especialmente
sueños de los poetas, empezarían á realizarse i los traperos y los mendigos contra quienes los
por medio de las piernas de palo, al menos con I perros han concebido un odio tan profur,3o que
respecto á la estatura. El ridículo que derraman
405
al parecer se va dilatando de generación en ga- aplicados á las piernas de palo no causarían
neracion, reportarían de las piernas de palo tampoco ninguno de los dolorosos resultados
grandes beneficios. Podrían entonces reirse de que tanto molestan á los enfermos. Ni la potasa
lus ladridos amenazadores del mas espantoso caustica, ni el mismo cauterio aclual harían
alano, y cebar impasibles la voracidad de la fie- prorumpír al paciente en un ay que revelase sus
ra dándole á roer la pierna luego que intentase dolores.
Para viajaren diligencia nada hay seguramen-
te mas incómodo que las piernas que en la a c -
tualidad usamos. Las de palo son levadizas; pue-
den colgarse mientras uno viaja lo mismo que
el paraguas ó la sombrerera, procurando tener-
las á mano para todos los casos en que sea pre-
ciso apearse. Y no es solo el bienestar del indi-
viduo, sino la sana moral la que reclama impe-
riosamente que para viajar en diligencia se
sustituyan las piernas naturales con piernas de
artificio. ¿Hay cosa que ponga mas en peligro la
castidad de una muger, que el largo y forzoso
contacto de sus rodillas con las de otro indivi-
duo del sexo feo? Muchas derrotas debe á este
roce el honor de los maridos y délos padres de
familia.
Algunos me objetarán diciéndome que las
piernas de palo ofrecen también graves incon-
venientes sobre todo para la marinería que no
podría encaramarse con ellas donde lo reclaman
las maniobras.
Este argumento muy fuerte en apariencia es
el animal pasar á vias de hecho. Como el perro realmente muy fútil. Los marineros para llegar
no mordíase mas que la pierna, es seguro que aunque fuese al tope de un navio no necesita-
ningún daño causaría á su pretendida víctima rían moverse de la cubierta procurándose unas
aunque estuviese atacado de hidrofobia. piernas de palo que podrían ser tan largas como
Ni serian menores las ventajas que de las el palo mayor, y si este método no pareciese el
piernas de palo reportarla el peregrino. Sin las- mas oportuno ¿no podrían hacerse con unas
timarse los pies recorrería los mas dilatados piernas especiales distintas de las de la gente de
desiertos, podría sin necesidad de alpargatas ni la tierra que fuesen ahorquilladas y rematasen
sandalias caminar entre zarzas y abrojos; ni en una especie de dedos como las patas de las
tendría jamás que sentarse al pié de una oasis ó gallinas? Esas hendiduras se amoldarían perfec-
de una antigua esfinge por impedirle seguir su tamente á los flechastes y demás cuerdas de la
camino la arena interpuesta entre su calzado y jarcia, y harían tal vez las piernas de palo m u -
sus pies. Si quisiera hacer uso de unas piernas cho mas propias al efecto que las que ahora se
muy largas, de un solo paso cruzaría los ríos gastan.
mas caudalosos, ó de otra suerte podría vadear- ¡Quién lo dirial Hasta para los bailes de m á s -
los sin sentir ninguno de los fatales efectos que cara son las piernas de palo de una utilidad in-
produce la humedad en la máquina anima!. mensa. Me hace pensar en esto un caso horrible
Los vegigatorios, los sinapismos, el torvisco, que s« me refirió y que usándose las piernas de
en una palabra, todos los medicamentos que d e - palo no hubiera seguramente tenido lugar. Ha-
signa el arte con el nombre de cpispásticos, bía en no sé-qué ciudad una señora hermosísima

(
406
que por su desgracia era la mas alta de todas las mum establecido sin una autorización previa que
ciudadanas. Ocurrióscle ir á un baile de másca- solo debería obtenerse mediante una retribu-
ras sin consentimiento de su marido. Este, que ción, como se haee con las licencias de caza.
era celoso como un gato, no hallándola en ca- Dios sabe con esto cuan grandes serian enton-
sa á la hora regular, adivinó la treta y se fué i n - ces los ingresos en las arcas públicas. La auto-
mediatamente al haile con el objeto de encon- rización de piernas que escediesen á la marca.,
trarla. En vano se había la infeliz disfrazado lo no debería concederse jamás á bombres de sos-
mejor que pudo para no ser de nadie conocida: pechosa conducta ó poco amigos de la situación.
su estatura la hizo traición j la descubrió al ce- Disponiendo al mismo tiempo que los individuos
loso marido en el momento en que se hallaba la del ejército y los agentes de seguridad pública
infeliz chichisveando con una máscara que no hiciesenuso.de piernas mucho mayores que el
era de su sexo. Creyóse el esposo ofendido y no resto de los ciudadanos, al menor síntoma de
pudo reprimir su cólera; lodos los concurrentes alarma podrían caer numerosas fuerzas encima
se alarmaron; oyeron dos tiros, y bien pronto de la población disidente, y de este modo en un
aquel lugar de recreo presentó manchas de san- santiamén se ahogarían las revueltas. No vería-
gre. Se sacaron dos cadáveres. El uno era el de mos entonces como ahora un malhecnor á me-
la esposa, el otro el del marido. Este arrebato nudo mas ágil que un hombre de bien. No se
cruel redujo á la miseria á tres hijos de los des- burlarían los bandidos de sus perseguidores, y
graciados esposos. Si se hubiesen usado piernas muy pronto la facción del Maestrazgo sabria lo^
de palo ¿hubiera sucedido esta catástrofe? ¿Hu- que es bueno.
biera la estatura revelado la realidad al iracundo Las piernas de palo son de quita y pon , y de
marido? No hemos de suponer tan poca previ- esta circunstancia sacaría inmensas ventajas un
sión en las mugeres. La desdichada de que me gefe militar, pues cuando querría sostener un
ocupo no queriendo ser conocida hubiera tenido punto á todo trance mandaría recoger las pier-
buen cuidado en armarse para el baile de unas nas de todos los soldados y de este modo evitaría
piernas menores que las de costumbre, y hubie- con seguridad la deserción , la dispersión y la
ra conseguido el objeto, ¿Qué responderán á fuga. Por otra parte el número de bajas e : e m -
esto mis adversarios? po de guerra sería muchísimo menor; ¡as *:-
Si este artículo no se hiciese demasiado largo, das de piernas á nadie obligarían á pasar a uti
manifestaría muchísimos otros inconvenientes hospital de sangre, y teniendo piernas de r e -
que solólas piernas de palo pueden allanar. Pero puesto en los carros de los baga'ges, sobre el
creo que Jas ventajas mencionadas bastan para mismo campo de batalla podrían los heridos ha-
reducir á la razón al mas obstinado piernófilo, cerse con una pierna nueva. ¿Te parece , lector,
y dejo por tanto que la práctica universal revele pequeña esta ventaja?
las que yo he pasado en silencio. Sin embargo no No es pequeña esta ni ninguna de las otras que
me es lícito concluir mi tarea sin antes hacer he mencionado. A pesar de todo tengo un triste
observar á las naciones civilizadas los inmensos presentimiento. Para que este artículo produjese
recursos y eficaces medidas que de las piernas los resultados que mi filantropía me hace desear,
de palo podría derivar un gobierno protector pa- seria necesario que los españoles tuviesen mas
ra sostener el orden, garantir la seguridad i n - patriotismo, o q u e fuesen los estrangeros me-
dividual y aumentar considerablemente las ri- nos esclusivislas. Basta que el pensamiento de
quezas del tesoro. Es innegable que cuanto ma- sustituir las piernas naturales con las de a-tifi—
yores son las piernas tanto mas largos son los ció, haya sido concebido por la cabeza de tiii es-*
pasos, y que la estension de estos no es una cosa pañol para que mis compatriotas le desechen y
indiferente para la velocidad de la marcha. Co- los estrangeros no le adopten en la práctica.
nocido esto, podría el gobierno eslablccer una Apuesto que ni se crea una cruz especial para
medida de piernas general para lodos los indivi- premiar los esfuerzos de mi genio , ni tampoco
d u o s , n o permitiendo anadie traspasar el iháxi' se me confiere ninguna de las creadas. ¿Pero
qué importa? ¿Dejará por esto ele ser grande el al que suda Dios le ayuda
inérito que con esta teoría be contraído? Si la V también sns semejantes.
generación actual no me hace justicia, acaso Que aunque hay vagos estafermos
sean menos inicuas las venideras y ¡dichoso yo be visto ayudar, y aprisa,
si algún día consagran lágrimas á mi memoria los monaguillos á misa
y flores á raí tumba algunos hombres agradeci- y el doctor á los enfermos.
dos que se acerquen con piernas de palo á mi Se olvidan las etiquetas,
última morada! se olvida cualquier enojo :
A . RlBOT Y F O S T S E M Í , pero casi á ningún cojo
se le olvidan las muk'tas.
Abundan locos sin tasa
RESPUESTA y bobos hay otros tantos ,
mas ninguno tira cantos
Á LA CARTA BIS DONT EOÜARDO ASQUERINO Y al tejado de su casa.
DON MARIANO ISRRABÍETA. En esta tierra es de fé,
no lo tengáis por mentira,
Medina del Campo 14 de abril. si vé menos quien mas mira,
quien mas mira menos vé.
En la primera cuarteta Desde el noble al pisaverde
Villergas saluda fino que á jugnr al monte acierta,
á Urrabieta y Asquerino si halla la contraria en puerta
á Asquerino y á Urrabieta. cuanto mas pone mas pierde.
Y no os disputeis jamás Aquí el que no grita clama,
la preferencia en el puesto, y el que no clama vocea,
pues ya sabéis que «atrás esto» y el que no brinca patea ,
es lo mismo que «esto atrás.» y el que no Hora no mama.
Mas alegre que hombre chispo, Los malos y los peores
y esto en mí no es maravilla, quieren que ande el diablo suelto
me tenéis en esta villa y es porque á rio revuelto
pasando vid¡a de obispo. ganancia de pescadores.
Soy de mis caprichos dueño ;Qué encontrados pareceres!
y sin pensar en mañana, En fin ¿ qué tal andará
corno cuando tengo gana, cuando los hombres acá
duermo cuando tengo sueño. se casan con las mugeres!
Disimuladme si apático No son cuestiones de nombres
respondo á vuestro papel, las rarezas que aquí pasan;
pues cosas decís en él ya veis, en Madrid se casan
que me dejaron esíátie*). las mugeres con los hombres.
Mas tanto de acá sin rcónüa Cuando se toca á pagar
diré sí me da la gana, Ja contribución nefanda
que á la gente cortesana nadie sabe por donde anda
ía puedo dejar atónita. para sumar y nestar.
Es la gente de esta tierra Pero si les dan dinero
tan pertinaz y tenaz, todos saben dividir,
que cuando quiere la paz y en vez de medio partir
es porque no quiere guerra. quieren partir por entero.
De estos buenos habitantes Cuando alguno con ahinco
quien mas trabaja mas suda : á echar cuentas me importuna,
403
con decir «cuatro mas una» mucha calma y mucha cosa ,
les digo cuantas son cinco. mejor será hablar en prosa
Y tened por cosa cierta y salga lo que que saliere.
que siempre que hablar me toca
los que no cierran la boca ¡Mal rejalgar te se vuelva ! decia un ricote
me oyen con la boca abierta. francés á su muger en tiempos que nuestros
A imitación de Marica, amados vecinos , los que moran allende los Pi-
la del refrán castellano, rineos, comenzaban á enriquecerse de nuestras
aquí lodo ciudadano sobras, ó mejor dicho de nuestras fallas, y
se rasca donde le pica , ¿quién podrá dar con la causa que movia al
Limpian las gentes magnánimas buen Gillet , que tal era el nombre del gabacho
el polvo con el cepillo, paraprorumpir en semejante denuesto? Ni ¿quién
menos el ruin monaguillo adivinar el motivo que obligaba á guardar silen-
que este limpia el de las ánimas. cio á la desventurada esposa, dado que no era
Y todos á troches moches muda, ni tímida, ni prudente, sino que á una
dan con muchas cortesías competían en ella todas las perfecciones muge-
de día los buenos dias , riles? Pues era el caso que tenia divertida la bo-
de noche las buenas noches. ca con el hígado de un ave que daba ocupación
Los jardines tienen plantas á sus mandíbulas; que e! marido apetecía tam-
y dan peras los perales, bién aquel bocado, y que habiéndolo ella asido á
nueces hay en los nogales tiempo y gauádoselo por la mano, díó origen á
y también en las gargantas. aquella pendencia, mas bien parecida a una mo-
risca zambra que á una mesa de cristianos.
Abur, que me canso ya,
si Dios quiere nos veremos ; Aquí tienen los quejumbrosos moralistas que
y si acaso no nos vemos , andar á vueltas con la virtud como con moneda
hasta el valle Josafá. de cambio, haciéndose intérpretes de su valor
Y sin gastar mas saliba y queriendo subirla á cada punto de antigüedad
mil memorias os encajo para doblar el peso de sus quilates; aquí tienen
a Carabanchel de abajo un matrimonio tan cabal como lo desean : un
y á Carabanchel de arriba. mismo gusto dominaba en ambos, ó como aho-
Mientras Dueros y Pisuergas ra se dice, unas mismas eran sus afecciones, lle-
corre como un azacán vando esta homogeneidad, simpatía ó como quie-
ra llamarse á un estremo tal de coincidencia,
ViUergas Martínez Juan
que todas sus disensiones provenían de esta
ó Juan Martínez Villergas.
completa uniformidad de pareceres. Vez hubo
que se le antojó á Gillet vestirse la saya de su
muger, pues sin duda habia nacido para la toga
LA NOCHE DE SAN MARCOS. ó las hopalandas; y no dejó esta en cierta oca-
sión de considerar cuánto mas útil era , aun pa-
ra el paseo, el bastón de su marido, que el
De una historia verdadera
engorroso abanico de que ella usaba.
cuyo autor calló su nombre ,
ó por modesto, ú por hombre Cuéntase pues que á veces no se contentaban
que volaba en otra esfera con hablarse recio, sino que también venian á las
y fué historiador casual , obras , y habia puñada por la parte del marido, y
saco aventuras estrañas. pellizco por la de la muger; pellizcos por cierto
Siquier parezcan patrañas, no muy parecidos á los que dan los tabaeoios ca
siquier lección de moral. caja propia. Con todo, en el lance del hígado con-
Y pues el verso requiere sabido, se contentaron con desearse de todo c o-
409
r-azon el «no al airo la muerte: y no pudiera du- aparte después de todas sus pendencias, se me-
dar nadie de la sinceridad de su deseo con so- tieron en distintos cuartos, sin sospechar si-
to ver su negra catadura, y el, horrible gesto quiera en su recíproca aventura. En seguida lla-
que á su imprecación acompañaba. Acaeció esto máronlos á cenar, y en vez de mirarse con el an-1
la víspera de San Marcos, santo á quien atri- tiguo ceño, se colocaron juntos, no sin gran re-
buían sus devotos el raro milagro de revelarles gocijo en su interior por considerar respectiva-
lo futuro, y era por lo tanto creencia del pue- mente el destino que, los aguardaba ;^y entre
blo de nuestros héroes en aquellos dias, que el otros platos les sirvieron una chuleta de ternera
que hacia las doce de la noche estuviese en ye- esquisito manjar que de continuo les hacia «n
la delante de su iglesia, veria ir entrando en el otro tiempo repelarse; mas ahora, aunque ella
pórtico las sombras de todos los feligreses que lo veía y se le antojaba, decía entre sí por el
fallecerían en el siguiente año. Nuestro famoso marido, —come, come, que cuando mas solo te
hacendado, aunque francés, creía á pié juntillas resta un año; T- y otro tanto consideraba él en su
en esta superstición, y desde el punto en que interior. Ofreciéronse varias veces la tajada, has-
profirió el anatema mencionado, se le vino á las ta que por común impulso guiados, compartie-
mientes que pues tan próxima tenia la fiesta de ron la ración; y luego que hubieron concluido
su i>uen santo, bien podía convencerse de si era se retiraron pacíficamente á descansar, lo cual
su mal deseo tan eficaz como lo esperaba : y hasta aquellanoihe.no habían jamás logrado
así no mucho autes de las doce, salióse quedito que se verificase. Al siguiente día, que era ca-
de su casa, y á guisa de sepulcral fantasma, en-
sualmente el de cumpleaños déla muger, obse-
derezó sus pasos hacia la iglesia. Ocurriósele
quió esta á Gillet con el fatal hígado de la pasa-
en este tiempo á su muger el propio pensamien-
da contienda, bien porque se apiadaba de la efí-
to , y aguijada también por el mismo anhelo que
mera vida del pobrete, ó porque reflexionó que
su marido, se dispuso como pudo, y por distinta
después de muerto, esta y mejores cosas podría
via concurrió al tenebroso misterio que debía
ella comerá su sabor en los siete dias de toda la
celebrarse delante de la parroquia.
semana si le placía. Elmarido por su parte tam-
Estaba la noche del santo mas lóbrega que poco se descuidó en hacerla varías finezas.
»
cueva de salteadores, y solo de vez en cuando Continuaron asi por espacio de seis meses, en
dejaba ver laluuasu rostro resplandeciente,por cuyo tiempo, si no se acrecentó el amor que se
entre las espesas nubes que de intento parecían, tenian, mostrábanse al menos condescendientes
agolparse para ocultaría. Rompióse una vez el hasta un grado que no se conocerían tal vez : al-
tenebroso velo y } válgame Dios! ¿quién podrá gunos de nuestros mas enamorados matrimonios.
decir el súbito terror que se apoderó de sus al- Mas frecuentes que nunca eran ahora los moti-
mas cuando se vieron tan cerca el uno del otro, vos de sus reyertas, pero menos serias y mas ra-
teniéndose por fantasmas ? Baste saber que se ras íbanlas haciendo ellos de día en dia, coma
quedaron mas pálidos que dos espectros, y que que miraban con indiferencia lo presente y se
ambos se dieron priesa á guarecer en el pórtico fijaban tan solo; en el porvenir, considerándose
de la iglesia; pero sobrecogidos de nuevo es- el uno al otro tan sagrado eomo si ya hubiesen
panto, tan grande como el deseo que allí los con- fallecido. A los diez meses llegó el cumpleaños
dujo, se pararon ^retrocedieron. Volvió la os- del marido. Sentáronse á comer al mediodía; pe-
curidad á tender su manto, y á su favor pudie- ro tan desganados estaban ambos, qué los me-
ron recobrar el perdido espíritu. jores platos quedaron intactos sofore la mesa. El,
Fácil es figurarse que cada uno creyó ser el apoyando en ella los codos y metida la cara en-;
favorecido á quien san Marcos había marcado el tre sus roanos, atisbaba por entre los dedos eí
destino de su compañero;¡así que con tan lison- rostro de su iaúger; y comenzando el escrutinio
gera idea»gozosos en estremo, marido y muger por los ojos, figurábasele que se escapaban! 'de
partieron hacia casa por el camino que cada uno sus órbitas;- después creía ver corrióse iba ctííi-
trajoá su venida; y como "acostumbraban Yivir sumiendo la carne de sus mejillas, y concíuyó
52
410
por transformar la femenil cabeza en un mero Fuerte como un toro, querida, (y ella meneaba la
caput mortuum. La muger, repantigada en su cabeza) y deseoso de que gocéis do igual felici-
enorme poltrona, miraba de hito en hito á su dad (él también imitando su meneo). Siguióse
marido, y entregada á las mismas ilusiones, afl- un profundo silencio que indicaba hallarse el
vertia que le iban asomando los descarnados marido muy ageno de temer la muerte y de d i s -
huesos, y el color rubicundo de su cara lo com- poner el viaje á la eternidad; mas como hay
paraba al blanco yeso de un insensible busto. No siempre cierta propensión á ocultar la verdad
es pues estraño que caminando sus pensamien- disimulando, la buena señora creyó ser esto lo
tos por la misma senda llegasen al mismo punto que su marido hacia, y determinó por lo mismo
donde el marido "ué el primero que rompió el si- desembucharlo todo de una vez , afirmándole que
lencio.—Muger, dijo, bien quisiera engañarme debia morir muy pronto. La sorpresa que estas
pero parecéis una difunta.—Sobresalióse eila palabras causaron en el ánimo de su oyente fué
al oirle, que aunque sus ojos no veían mas que mucho mayor porque tenia la boca abierta para
la imagen de la muerte, estaba muy distante descubrirle este mismo secreto á ella ; pero al
de concebirla dentro de sí misma; y por esto al punto conoció el oráculo de donde la infeliz h a -
ver convertida en contra suya su propia idea, se bía sacado el vaticinio. Volvióse pues á mirarla
quedó, cual si la losa de un sepulcro se hubiera y le preguntó con cierto asombro.— j Qué! ¿ e s -
desplomado sobre su cabeza. Volviendo no obs- tuvisteis en el pórtico de la iglesia? — Sí que es-
tante en su primer acuerdo, y tomando el perdi- tuve. — Y ¿me visteis... así... en forma de espí-
do hilo de su discurso, contestó con el mismo r i t u ? — Como la noche estaba oscura solo des-
tono-, pues yo quisiera que vivieseis tantos años cubrí vuestro semblante: ibais hacia la iglesia
por el boquete de los zarzales cuando yo llegaba
como á mí me restan. — Gillet entonces concibió
al cabo del plantío.
el deseo de vivir algo mas tiempo, pues que se-
gún sus cálculos á dos meses cuando mas se alar- Al punto quedóse Gillet estupefacto, pero por
garía la vida de la cuitada, y esta reflexión le de- fin desahogó su corazón oprimido tanto tiempo
jó algún tanto pensativo. hacia con una fuerte carcajada. Largo rato per-
Pero como ya en los postreros meses se habían maneció así riendo y mas riendo, cada vez con
acostumbrado á respetarse sus gustos, á perdo- dobles gritos parecidos á los histéricos acentos
narse sus estravagancias y hacerse mútuameute de la hiena; y la pobre muger que aun no sabia
el sacrificio de sus inclinaciones, la muger llegó cuál era la causa de su regocijo, mas bien lo t u -
aserie útil al marido, después agradable y por vo por un delirio ó una boqueada de las que á la
fin querida, tanto que recordando su perecedera muerte preceden ; y ya comenzaba á retorcer sus
existencia, se lastimaba continuamente y escla- manos y alzar el grito á los cielos, cuando él p a -
maba conmovido que iba á ser muy desventura- ra acallarla le dijo: — muger, tú estás loca: lo
do cuando se hallase viudo. Mas ella no se dolía que viste allí no era mi sombra, sino yo mismo:
tanto de la pérdida, sino que estaba aturdida en yo te vi á tí también, deseoso d e q u e Dios te
considerarla ceguedad de aquel hombre que ca- quitase de mi lado, pero gracias á su bondad
da vez se deslizaba un poco mas hacia el sepul- vives aun, y esto es cabalmente lo que hace diez
cro , como bastaban á demostrárselo, a m a s de meses no hubiera yo dicho sino con increíble
sentimiento. Ella nada le replicó, porque pasa-
su entera fe en los milagros de san Marcos, los
ban tantas cosas por su cabeza que no hubiera
síntomas de muerte que tan claros en su sem-
sabido esplicarlas; mas por último se arrojó á los
blante descubría. Por lo que, dando su cuerpo
brazos de su esposo, le estrechó fuertemente
por perdido, creyó que los deberes de cristiana
contra su pecho, y mostróle así que también ella
le imponían el de avisar, al que tanto descuida-
participaba de su alegría. Desde aquel momento,
ba el alma., la proximidad de su postrer momen-
ya absteniéndose de toda disensión, ya tolerán-
t o ; y así con voz pausada, como la gravedad del
dose mutuamente sus impertinencias, llegaron
asunto lo requería, preparó la cuestión en los s i -
á ser los dos esposos mas felices; pero débese
guientes términos. — ¿Cómo estáis; Gillet mió? —
411
advertir que su ventura no llegó á colmo hasta
el cuerpo se me estremece,
que se vieron sanos y placenteros ambos en el la lengüecita enmudece y
peligroso día de la fiesta de. san Marcos. y se me'va... la tona.
CAYETANO ROSELL. Bendecid al ataérd'••-.••
que sujeta cual ca'ena
¡jui salero!
las ligas e mi morena.i
Luis MABAVER.

ESCENA PATÉTICA.

LAS LIGAS E MI MORENA. ENTREGA DE ÜN CUCHARON DE HONOR A ÍKW


ABUNDIO ESTOFADO.

CANCIÓN
Se ha presentado en el AMBIGÚ de LA R I -
dedicada á don Wenceslao Áyguals de Izco. SA una comisión de notabilidades, compuesta
No te puedo yó ecir, de un ciudadano sin defecto físico, de un cie-
Colasa , lo queme gusta go, de un tuerto, de un bizco, de un mudo, de
sobre una pierna robusta un tartamudo, de un jorobado, de un sordo, de
una liga colora. un gangoso, de un narigudo, de un chalo, de
Levántalos faralares un cojo, de un manco, de uhperíáticó, de un
y luce la panlorrilla, flaco, de un gordo, de un gigante, de un enano,
que vales mas , Colasilla, . de un vivo y de un difunto, en representación
que toitica una tora. de todas las clases de la sociedad ; y avanzándo-
¡Vaya un aquel retrechero! se el mudo hacia nuestro nunca bien celebrado
me tienen como alma en pena. don Abundio Estofado; ha tomado la palabra y
¡jui salero ! presentándole un hermoso cacharon de palo, le
las ligas e mi morena. ha dicho :
aExcmo. Señorón : Esta comisión en represen-
Cuando te veo las ligas tación de los sabios de la nación que tienen he-
se me blandean las patas , cha suscricion á LA RISA en cuestión, tiene la-
y me quiero echar á gatas satisfacción de rendir en oblación á vuestra ve-
por ver algo mas allá. neración este insigne cucharon como justo ga-
Esc refajo, Colasa ,'•' lardón de vuestra aplicación, y como demostra-
remángalo, que me estorba , ción de. la grata sensación que siente en su co-
si no me enseñas la corva razón. Bien conoce la comisión la pequenez de
me pronuncio, puñalá! este don; pero basta en conclusión que esprese
Valen mas qué el Trocaéro, la estimación en que os tiene lá nación, por la
Jerez y'la Macarena, docta discreción con que guisáis el saimón.»
í jui salero', El patriarca de la gastronomía no ha podido
las ligas e mi morena. menos de afectarse al oír el acento de gratitud,
y se ha dignado contestar en los términos si-
Crudo es tu talle, tu cara, guientes :
y tu castillo de popa; «Con un contentó sin fin, acepto este regalin,
no te enfacs : no digo ná. grato como el violin de celestial querubín, que
Que al ver, morena tus ligas en el etéreo confín , delante de San Eermin, to»
412
ea alejando el esplín de cualquiera mallorquín. Piense et mundo en las visiones
T si se alzan en motín las masas de gente ruin, que acobardan y estremecen , • •'
caballero en un rocín, con corba'ta y peluquín ó que yo quiero estar soñando
peluca y corbatín, saldré con el cucharin como con estravagancias siempre.
si fuese espadín, y sabrá todo malsín que á ca- Porque tu ingenio conozco
da puerco á la fin le llega su San Martin ; y á y tu carácter alegre,
vosotros un pudín os haré de rechupin, grande te he de proponer cuestiones
como un bergantín, con sesos de puerco espin, á que es de esperar contestes.
bizcocho, arroz, langostín y cuanto invente el En tu opinión, caro amigo,
magin de un cocinero arlequín, que sabe aunque ¿quién peca mas mortalmenle.,
chiquitín, donde le aprieta el chapín. el que da besos 4 viejas?
Estas breves pero sentidas y elocuentes pala- ó el que come carne en viernes?
bras enternecieron á todos los concurrentes que ¿Qué es peor, andar descalzo
prorumpíeron en los mas afectuosos vivas, y la donde hay ortigas que escuecen ;
comisión se retiró satisfecha de La amabilidad y ó con botas apretadas
talento del docto don Abundio, inapreciable joya habiendo callos que duelen?
de las cocinas españolas. A. ¿Cuál sena menos conforme
á los principios de higiene,
ir ante un toro despacio
EPIGRAMA.
ó comer deprisa peces?
Por ciertas cosas del día Si un toro te acometiera
tocaban á generala, cerca de Ebro ó Guadalete ,
y á un miliciano Pascuala y no supieras nadar
«ármate pronto», decia: ni al toro echar una suerte,
«Mi calma no te dé asombro» ¿Te tirarías al rio
— dijo el nacional taimado — á salga lo que saliere,
pues al verme yo á tu lado ó esperari?s la fiera
siempre esfoy... armas al hombro.» no pudiendo defenderte?.
JOSÉ BEBNAT BALDOVÍ
¿Qué afrentara mas á un hombre
que de ilustrado se precie,,
eomer cebada en cazuela
Á MI AMIGO ó salchichón en pesebre?
¿Y qué avergonzara mas
ION WENCESLAO AYGCALS DE JZCO. á una persona decente,
ir al Prado en calzoncillos ,
ó en una burra ginete ?
Discurre, discurre Ayguals, ¿Quién escitará mejor
y á dar e¡ yoto prevente la admiración de las gentes,
sobre puntos peliagudos un ciego eoraprando anteojos,
y eso que pelos no tienen. ó un calvo comprando peines?
Mientras sueñan los románticos ¿•Un marquesito elegante
con venenos y cordeles que fuera al Liceo el jueves
ya para abrasar los. hígados T con chaqueta de alamares,
ya para estrujar las nueces;. sable corvo y faja verde,
Y mientras sueñan las viejas O una elegante marquesa,
con el rosario y la'muerte, el domingo en la Cibeles,,
ideas de los demonios picando tabaco negro
se aglomeran en mímente. con navaja de Albacete''
413
¡ Vive Cristo que ambas cosas desde que conozco al mundo.
fueran medios suficientes Que en él todo es farsa, amigo,
para convertir Demócrito Verdad es de Pero-Grullo :
al mas Heráclito nene ! . •si otros se burlan de m í ,
Pues ¿y Zorrilla con chanclos? yo de los otros me burlo.
¿y Ribot con perendengues? Literatos que no valen
¿y Rubí con papalina ? ni tan siquiera un mendrugo,
¿y Príncipe con bonete? r van mas serios y estirados
¿Y cantar misa mayor que si fueran el gran turco , \
don Modesto dé Lafuénte, tan solo porque ensartaron
ayudado de su lego - cuatro versos campanudos
el inmortatTirabeque? / al resplandor de la luna /...
¿Y en la procesión del Corpus ¡al campanario .'... ¡á los buhos.'...
ir tú comiendo merengues, Hoy dia, Juan de mi "Viday . ;;
y Luis Felipe delante el mozo imberbe mas gurdo, \
bailando las habas verdes? con hablar de los puñales..... "i
No digo mas disparates de la tumba de Ataúlfo.....
aunque mas decirse pueden; del veneno de Lucrecia....:
porque si lo poco agrada y admiraciones!!!!!!! y puntos:::::
lo mucho... ya me comprendes.
Di á Zorrilla y los demás,
si es que el ridículo temen, y esclamaciones de «¡oh furias!!!...
que no hagan caso del mundo ¡ oh condenación!!!» ¡Qué estúpidos!
y de mis dichos se venguen. se creen ya que aventajan
Den rienda suelta á su lengua, á Zorrilla y Víctor Hugo.
pues yo juro río ofenderme Dejemos que nos diviertan
aunque me traten de inepto con románticos absurdos,
y aunque me llamen herege. y califiquen la sátira
JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS, de género el mas insulso ;
que mientras la torpe envidia
les hace estar taciturnos,
Á MI AMIGO nosotros á carcajadas ..-.•;,•
hemos de reimos juntos -.•'.. i
DON JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS. de románticos lloronjs^^Jj
de clásicos testarudos,
de pedantes remilgados,
CONTÉ ST ACIÓN.
de traductores palurdos,
Pues así lo quieres, Juan, de vejanconas horribles,
vé diciendo, ya discurro, de elegantillos eunucos,
para dar mi pobre voto de maridos calzonazos,.
sobre puntos peliagudos. de flacos y de panzudos;
Antes de entrar en cuestiones y al hacer burla de todos,
tan dificiles de suyo, sin ofender á ninguno,
permíteme darte gracias cuando me falta materia
por tus piropos al uso. con mis rarezas me chungo.
En cuanto á mi genio alegre, Y pues que estamos de zambra,.
nada en contra de ello arguyo, en la cuestión me zambullo
porque de todo me rio para darte mi dictamen
414
á los susodichos puntos. ó peines un calvo ? Juzgo
Entre dar besos á viejas que de los dos compradores
ó promiscuar, yo te juro no la escitára ninguno,
que aunque son graves pecados, porque por cubrir defectos
muy menos grave es el último gasta el hombre disimulo.
que al cabo la carne en viernes Con los anteojos el ciego
me alimenta si la engullo; tapara sus ojos nublos ,
pero los besos á vieja y el calvo su peluquín
saben á hedor de difuntos. peinar pudiera á su gusto.
Entre caminar descalzo Tampoco se estrañaría
aunque sean dos minutos que algún marquesito chusco,
sobre ortigas, ó con callos con chaqueta de alamares,
llevar el calzado justo , faja verde, soble ó chuzo,
lo mejor es ir en coche fuera el jueves al Liceo
repantigado á lo t u r c o , ó al salón del Instituto ¡
con salud buenos doblones, ni que una dama elegante
y sin cuidado ninguno. en el paseo á su turno
A la cuestión de ir despacio picase tabaco negro
ante un animal cornudo con la navaja de un chulo :
ó comer peces deprisa, ni ver á Pepe Zorrilla,
me conformo á lo segundo. con chanclos de mameluco :
Si un toro me acometiera
junto á un rio furibundo ,
y no supiera hadar
ni echar una suerte al bruto
con la impavidez de Safo
que en el agua halló el sepulcro,
yo me lanzaría al rio...
con tal que estuviese enjuto.
ni á Ribot con perendengues
¿Qué afrentara mas, preguntas ,
engulléndose un besugo
á un caballero ante el vulgo,
comer cebada á lo humano,
ó salchichón á lo burro ?
El salchichón ¡en pesebre
no pude tener mal gusto ,
y la cebada en cazuela
ha de ser manjar insulso.
¿ Y qué avergonzara mas
a un quídam de • alto coturno , ni á Bubi can-papalina
ir al Prado en calzoncillos , coser calcetines suyos:
ó en una burra los muslos,
Ni escrúpulos ni vergüenza
se estilan ya en este mundo,
y hombres hay que en camiseta
salen á cantar un dúo.
¿ Quién escitára mejor
admiración en el vulgo ,
un ciego comprando anteojos
415
ni á Principe con bonete: á'Doncel y Valladares
que toman un baño juntos:

ni á Escobarito , vestido
de alguacil, blandir el junco,
ó dar un salto al trascuerno
como Montes y el Menudo:

ni a Bretón en tragc ruso:

ni á Espin y Soriano Fuertes


hacer en el Instituto
el egercicio de fuego
ambos á dos con trabuco :

ni á la hermosa Carolina
con levita de Calmuco ,
zaragüelles valencianos
y el mandil de don Abundio :
ni á Urrabieta y Asquerino ,
Navarrete y otros muchos,
cantar una estudiantina
todos montados én rucios;

ni áCampoamor, con sombrero


de teja, haciendo saludos
416
ni en cueros á Tirabeque, ni á Diana hacer morcillas
ni al hermano fray Gerundio á la merced de un embudo ,
bailando con castañuelas •vestido de cocinera
al eníerrar un difunto: fumando un cigarro puro:

ni á Canseco por las calles


ni a Bonilla con casulla comiendo tomates crudos:
y un gran turbante moruno:

ni á Abenamar por el Prado


dando saltos a pies juntos:

ni á Gil y Zarate en trage


de angelito mofletudo •-

ni á Hartzembusch, en la cabeza
ostentando un cucurucho,
pintado al óleo de verde
ni á Baldoyí con su rueca todo su cuerpo desnudo •.
ir hilando algodón crudo,
ó vestido de pasiega
dar la teta á un hijo suyo:

ni estrañaria ya nadie
que tú mismo, jóvén pulcro,
417
dieras un banquete opíparo RISA, porque en éstos tiempos no todos sirven
al autor del Estatuto: para el caso. No creas que en esto divago, pues
ni que hubiera en él por Sopa al describir mi persona, describo mi sÚéiHHon,
dos grandes fuentes de engrudo, que tan situación es como otra cualquiera, pero
un trozo de corcho asado, no es hoy mi idea entretenerme con mi persona,
y en tomate unos felpudos; no solo porque no quiero se sepan ciertas cosas,
sesos fritos de camello,< Sino porque necesitaba muchos pliegos de papel
dos ricos cuernos de búfalo * \jara tan gran tamaño.
borceguíes estrellados ¡Lá situación\ hé aquí una palabra que en
y un orangután con pulpos: general no podría yo definir, como no podrás
luego para postres nísperos y tú tampoco comprender, por qué te llamo AMIGO
altramuces é higos chumbos; pero en lá situación del día todos somos amigos
y para echar cuatro brindis con solo saludarnos en la calle, pues es nombre
vinagre y betún de Búrgos¿ que vale mucho, y allá van unos versos éstrava-
Tía nada choca, Villergas, gantes que no se sujetan (porque son libres}^
nada se estraña en el mundo5 á metro conocido-, pero que no por eso deja de
con que así, lo dicho dicho» ser metro:
y en estos versos concluyo.
Éh sú triste situación
Memorias á la parienta,
el cesante ó el mendigo,
un beso al nene menudo^
explota el nombre de amigó
y dispon como gustares
para lograr el turrón.
de quien^se titula tuyo
(Aquesta no es alusión ,
WENCESLAO AXGUALS OE ÍZCO.
Ayguals deízco),
y está aclaración que vés,
la hago porque no me des
LA SITUACIÓN. un pellizco.
¿Qué tal?..; Pero sigamos con la situación á
EPÍSTOLA Á MI AMIGO cuestas, que por Dios rae pesa mas que al Ciri-
DON "WENCESLAO AYGUALS DE IZGO. neo la cruz, pues ya no es posible rolver átras
porque la situaciou miá,fesdecir, la que descri-
No hay que asustarse, Ayguals, del título dé bo yo nofescomo la del cangrejo, y veremos si
esteartieuliilo, que indudablemente hará abrir es la peor de las situaciones dé España.
grandes ojos á los fiscales {Q. D... G.) porque El mísero artesano, él pobre enamorado, el
la situación que voy á pintar nada tiene de polí- cesante el desterrado de su patria (esta no es
tica, limitándome á hacer ver lo que me parece alusión á mi amigo Víllérgas)^ los gobernantes
cierta situación; y si no te gusta, das mi retrato y todas las malas situaciones, creo* Ayguals
en tu periódico, para que se rían los suscritores que tío son comparables con la del escritor en
mi figura está descrita en estos cuatro eitrava- nuestra patria. Infiero que en todo estarás acor-
gantes versos. de conmigo; de lo contrario rebáteme cuando á
ésta me contestes; -.. .
Fantasma descomunal j Hémé aquí con la pítima en ia mano para és-
con los ojos de cristal, cribir del escritor, sin que en este número mé
y una nariz colosal j cuente yo, pues aunque yo escriboj recuerdo
mi retrato es imparcial. aquel epigrama de Príncipe;

Hé aquí como yo sin ser caricato, soy una De escribir sale escribiente,
perfecta cartcafwra que no debe desperdiciar LA escribano y escritor:
53
418
¿de dónde has salido tú Los rato* perdidos los emplea en componer
miserable escribidor? un drama, yaqui empiezan las desgracias. Des-^
pues de consultar veinte historias que destroza á
Estos cuatro versos no juzgo se compusieran su modo, y de trabajar quince dias (no necesita
para m í , aunque algunos me los aplicarán, c o - mas el genio), se presenta en uno de los teatros
mo yo se los aplico á otros, y así es el mundo, donde le reciben muy bien, pero no sabe el in-
pero dejóme de epigramas porqce les temo mas feliz que su obra va á confundirse con un millar
que á una paliza. que tiene el empresario en su bufete.
Si busca recomendaciones que le recomienden
Y si por desgracia escribo de veras, suele suceder que la producción se ad-
algún desgraciado drama, mite y el pobre diablo aguarda meses y meses,
temo mas un epigrama, mientras que ve poner en escena otras que ha-
que una silba que recibo. bían sido leídas después; el editor no quiere
pagarla hasta que comiencen los ensayos y nin-
Aquí debiera decir reciba, pero el consonante guno quiere hacer el papel, y el que hace el pa-
apremia mas que un escritor cuando no ha co- pel presta todas sus fuerzas para sacarlo mal y lo
brado una obra y mas aun (es todo lo que se saca m a l , y silban al pobre autor para hundirle
puede decir) que el editor cuando ha pagado su porvenir contribuyendo á que renuncie á es-
una obra adelantada; esto (enlre paréntesis) cribir.
sucede pocas veces. Si por una casualidad se aplaudiese la obra,
El escritor, como ha dicho muy bien un poeta el escritor recibe en las tablas una 6 muchas
es una planta maldita, y hoy que tan estraor- coronas que habia repartido á sus amigos para
dinariamente se reproduce mucho peor , llevan- que le rindiesen este tributo. Sin hacer caso de
do todos por idea principal, el engañar á los las críticas de los santones que quieran echarlo
editores, aunque sucede siempre que son ellos abajo porque es joven, escribe otra infinidad de
los engañados; aquí viene bien aquel refrán es- producciones y ya puede contar con su subsis-
pañol: ir por lana y volver trasquilado. ( Si tencia segura, con una situación de las mas b r i -
Villergas no se hallase en san Petersburgo, pe- llantes.
diría la palabra al leer este refrancillo.) El es- D.esde este momento vomita su pluma poemas,
critor pues cuando vierte sus primeras inspira- novelas, trajedias, dramas, sátiras, comedias,
ciones, solo ansia que salga su nombre impresa poesías y demonios, que le producen algunos
y cuando lo consigue se recrea observándole h o - reales... pero de cien suscrilores tiene uno esta
ras enteras, como una joven contempla el p r i - suerte y es preciso figurárselo arrinconado, á
mer billete de amor, que le conmueve. Con este menos que no aprenda por principios á adular,
paso principian ambos su carrera y sus senti- renegando de sus creencias y convenciéndose dé
mientos deben ser iguales. Aquel dia va al pra- que come á costa de los editores, porque no c o -
do y mira de reojo á los que pasan, creyendo noce que los editores, son los que comen á su
que le señalan con el dedo para decir aquel es el costa siempre.
novel poeta, y á todos sus amigos pregunta si Muy difícil es en el dia adquirir nombre y por
han leído aquel número para regalarle de lo con- eso la mayor parte renunciamos á é l , confor-
trario uno, de docena y media que lleva en el mándonos con estar á oscuras en el siglo de las
bolsillo. luces; yo no deseo reputación á costa de infa-
El poeta en ciernes, hace incontinenti tantas mias , y si escribo es por divertirme dando moti-
composiciones como periódicos hay en la corte vo á los lectores do LA RISA para que se rían de
y sin mas recomendación que el mérito dé la m í , pero nada me importa, caro Ayguals, por-
obra envía cada cual á su destino: unas se pu- que si se rie de mí el mundo entero yo me rio,de
blican y otras se arrinconan, sin que esto desa- todo él y vamos bogando en esta vida que es lo
nime á su autor. principal. ;
419
Mas, i qué digo? Ayguals querido,. Sí, yo lo vi... ¡ay Dios! un hombre al punto
¿para qué otro nombre quiero, de aspecto torvo, con sinpar fiereza
si el de Teodoro Guerrero... En mil pedazos dividió el cadáver
es nombre y es apellida.: • aplaudido del pueblo que le cerca.
Mi compasión creció, viendo negaban
Pero concluyo porque la situación es ya.... al que viviente fué mezquina huesa,
uy larga y me despido, aconsejándote que me Y á un sayón pregunté con voz cortada
ntestes para saber tu parecer acerca de esta «¿Ese cuerpo, decid, dónde se entierra?»
iste situación, y adiós: por conclusión, te di- Miróme sorprendido frente á frente,
que en el Parnaso nos veremos-, y esta si no- y sin dejar su bárbara tarea,
buena conclusión, lo será poniendo un punto Soltó una estrepitosa carcajada
lal. que hizo helarse la sangre dé mis venas.
TEODORO GUERRERO. Dónde, repuse, dónde?—En cien barrigas.
— ¡Antropófago vil!... el labio sella,
La justicia de un Dios airado teme...
ASESINATO HORRIBLE. ¡teme infeliz la maldición suprema!
Horrorizado le volví la espalda,
á mi casa volé... cerré la puerta
¡Qué horror! oigo esclamar al ciudadano,. De mi cuarto, y al punto el negro crimen
[ó ciudadana) que estos versos lea; describí como veis; pero aun me resta
¿escribir en LA BISA asesinatos? el nombre revelar del desdichado
I sabe el autor, pardiez, lo que se pesca! que padeció inocente, muerte acerba.
Yo no quiero llorar, que harto me acosa Amargo llanto mis megillas surca
por todas partes mi fortuna adversa, al recordar su desventura inmensa...
reírme quiero y por reirme pago, vais á saber su nombre... oíd, ¡ silencio!
¿á qué venirse á lamentar tragedias? la víctima infeliz ¡ un cerdo era!
Esto no obstante de pintarle trato EUGENIO SÁNCHEZ DE FUENTES.
de una infelice la desgracia estrema,
la cruda muerte que sufrió á mi vista
del populacho entre el escarnio y befa.
Era una tarde nebulosa y fria,
ESTRAYAGAMA, CUENTO ü FANTASÍA,
á mi casa marchaba COTÍ presteza,
cuando sentí quejidos lastimeros — Por aquí, por aquí, señorito: pise usted con
salir de la inmediata callejuela. mucho tiento. Entre estas colgaduras de damasca
Compadecido me lancé azorado, puede usted escuchar y ver perfectamente; pero*
mas de hielo quedé... sangrienta mesa por Dios, que no lo sepa mi señojita: ya podia
se presentó á mis ojos, y... |oh Dios mió! yo preparar el atillo.
un cuerpo agonizante encima de ella. —No tengas cuidado, Mariquita; nadie sabrá
Al que acaban dos bárbaros sayones que me has introducido hasta aquí. Yo quiero
en él hundiendo sus cuchillas ñeras. convencerme por mí mismo...
En derredor un corro de curiosos — Pues me parece que no ba de lardar usted,
gozaba en presenciar tan triste escena, señorito; es la una en punto y ya está vestida y
Y saltando de gozo prepararon esperando, si no me engaño; pero ¿á qué hora
junto al cadáver execrable hoguera... le ha citado á usted?
No mas, no puedo thas... treguas, ¡oh musal — ¿No lo sabes, Mariquita: me ha citado á las.
tamaña atrocidad traba mi lengua, seis.
La voz me falta, el corazón desmaya, — Pues, adiós!
y mis delgadas piernas me {laquean. — jAdios!
420
Quedó solo y escondido entre las colgaduras el al dar el reloj Jas tres?
caballero que acababan de introducir en la ha- Y si esto he visto, traidor»,
bitación de su amada, y á poco rato se presentó ¿porqué tu labio engañoso..,
esta vestida con la mayor elegancia, y se reclinó separarnos es forzoso:
muellemente en un sofá, bien agena de que la á los pies de usted, señora.
estaban observando á dos pasos de distancia. Du-?'
yante el curso de algunas horas oyó nuestro jo- ¿Porqué detenerme así?
ven los juramentos de amor mas espresivos, y al ¿Pensarás que aun te idolatro?
dar las seis uno de los relojes de sobremesa, sa- No; ya reniego de tí.
lió con tiento de su escondite, y dando la vuelta ¡Ingrata ! también te vi
por las habitaciones interiores se presentó á la con el vizconde á las cuatro.
bella Inés, que se adelantó, á recibirle con las Y si te puedo juzgar
mas vivas demostraciones de cariño. Don Félix, presa en su amorosa red,
no pudiendo reprimir el enojo que le tenia fuera ¿qué mas debo yo esperar?
de sí, murmuró entre dientes algunas palabras Señora, á los pies de usted.
que escitaron la curiosidad de su amada. Gran-r
des debían ser los celos que afligían al enamora - Suelta el brazo ¡voto á quién I
do caballero, pues a las reiteradas preguntas que porque de cólera brinco ;
á cada paso se le dirigían con la mayor dulzura, mas que justo es mi desden,
solo contestaba apartando sus ardientes ojos de mira que te vi también
los de aquella sirena encantadora. Preciso se- con el barón á las cinco;
rá, si queremos saber si son fundadas sus que- y, pues á usted la enamora
jas, que le escuchemos con alguna atención. uno á cada campanada,
ya no debo esperar nada:
¿Y aun, Inés, me has preguntado á los pies de usted, señora.
que por qué estoy enojado ?
¡Reniego de mi fortuna! Y apartándose Don Félix
Yo vi que el duque embozado de su Doña Inés querida ;
entró en tu cuarto á la una. gime, y llora, y va bajando
¿ Por qué su mano agarraste la escalera echando chispas,
con sonrisa seductora? prorumpiendo en juramentos
Inés, yo debo olvidarte... de no volver á subirlas.
A los pies de usted, señora. Pródigos en el jurar
son los que dé amor suspiran.
Mas no he de salir de aquí
sin decirte; ¡ vive Dios! El demonio, que anda siempre
Inés, lo que padecí sediento de rebujinas,
cuando observé desde allí dispuso que un embozado
que entraba el conde á las dos. de estremada gallardía
Yo clavaba en mi despecho, subiese en el mismo instante
. las uñas en la pared, las escaleras arriba.
y... si él reina en ese pecho... — Alguno de mis rivales;
señora, á, los pies de usted. dice Don Félix con ira.
Y de pronto:—¿Caballero?
Pero ¿olvido en mi dolor ¡Eh! ¿Caballero? le grita.
que suspirando á tus píes, — ¡Cómo! ¿qué es esto, Don Félix?
vi luego al señor marqués Dijo una voz conocida.
jurándote eterno amor —Señor Don Pedro ¿usté aquí?
—Vengo á hacer una visita. le di de lo que pasaba;
—¿Conoce ustéáDoña Inés? y tomando igual medida
—¿Quién, lalnesita? es mi amiga. con otros tres que salieron...
¿Y de usted? —Ha sido amante. venganza ya nos anima.
¡ Qué escucho! ¡ voto va Gribas I Son las doce de fa noche
Dijo Don Pedro enojado. y pues la hora nos convida,
— Sí; ya me lo presumía; que se dé un trueno espantoso.
Repuso Don Félix: ¡ Oh ! ¡Fuego! y rebiente la mina I
que las armas lo decidan; — Si, sí, venganza anhelamos.
Pero, sepa usted, Don Pedro, Gritó Don Félix i Arriba!
que es una muger inicua. Y subieron la escalera
A mí me citó á las seis: con infernal gritería.
á usté á las siete íe cita,
y á otra caterva de amantes Y todos juntos de rondón entraron,
ha citado á horas distintas. y entraron todos juntos de rondón,
Quizá, quizá hasta las doce y hasta la alcoba audaces se zamparon,
entrando y saliendo sigan. y creció mas y mas la confusión.
—Don Félix ¿es eso cierto? Doña Inés, que pomada se amedrenta,
—Cierto: mi honor os lo afirma. pues consumadas tiene hazañas mil,
—Pues, opino que aquí mismo con ademan resuelto se presenta
la averiguación prosiga. y enmudece á su voz la turba hostil.
—Ese es mi mayor deseo:
concluya tanta perfidia. ¡Caballeros 1 poco á poco,
les grita con arrogancia,
Y lo que hicieron los dos, que mientras yo tenga alientos
si no mienten las noticias, nadie á mi persona ultraja.
es detener embozados Si de los doce escuché
y darles cuenta exactísima dulces y amorosas ansias,
de que tiene Doña Inés ¿á cuál de los doce di
mas amantes que camisas. la mas remota esperanza?
—Siete somos, caballeros: Yo quise, escuchando á todos,
siete somos ya las víctimas ver quien mas me interesaba,
y hasta las cinco otras cinco para después á los once
se ofrecieron á mi vista. dar una respuesta franca.
—Y ahora vuelven á ofrecerse Pero, pues no les merece
y con la paz les convidan, ningún respeto mi casa,
dijeron cinco que entraron, y de constantes blasonan,
haciendo una cortesía. pues me acusan de inconstancia,
— ¿Quéesesto? esclamó Don Félix. cuando quizás el que menos
—Muy fácilmente se esplica, á diez seduce y engaña;
respondió uno. A mí, señores, yo haré que el que ame su vida ;
me citó á la una esa arpía, confiese en breves palabras
y como yo sospechaba cuántos son sus compromisos.
que eran falsas sus caricias, 1 Ea! que salgan á plaza ¡
salí y esperé embozado . repuso con voz de trueno.
por detras de aquella esquina, Y vieron como por magia
hasta que entrar y salir dos pistolas en sus manos
vi al segundo, á quien noticia y en sus dos ojos dos llamas.
Atónita quedó la t u r b a - m u l t a , 7.
al mirar el de Inés fiero ademan Aunque he llegado á entender,
y allá en su pecho cada cual consulta. que en el variar está el goce,
Muy malo es el morir votova san! poco es lo que puedo hacer,
Miraron todos al que entró á la una porqué tengo á mi muger
queriéndole decir : empieza tú. que vale por diez ó doce.
Y él, aunque maldiciendo á su fortuna, 8.
se erigió en director con Belcebú. Pues donde me ven aquí,
umeróse la gente con buen modo. aunque soy un mozalvele,
Uno, dos, tres y cuatro, cinco y s e i s , cuatro se mueren por m í .
se aliniaron después codo con codo, (Y continuó para sí :
y empezaron á hablar como veréis. y una es la muger del siete.)
1. 9.
¡ Pobre de mí pecador, Yo, como buen malagueño,
que á Inés vendí santo amor tras ellas roe despepito;
con juramentos prolijos! ; mas no formo mucho empeño :
lo confieso con rubor: la que ve este cuerpecito
soy casado con diez hijos. no vuelve á probar el sueño.
2. 10.
Yo ando de noche y de día No hay consejo que aproveche,
con amorosos enredos. si se trata de que no eche
Y... ¡ estravagante manía! flores y también guirnaldas,
Me suelo chupar los dedos hasta á las burras de leche,
tras de las amas de cria. * si las llego á ver con faldas.
3. 11.
Pues yo, sin ponderación, Tengo en casa tres doncellas
ni saber por qué razón, estreñidamente b e l l a s ,
me voy siempre como un cohele que hacen por servir escesos:
con diabólica intención, cuanto mas me cuidan ellas,
tras las mozas de retrete. mas voy quedando en los huesos.
4. 12.
Tres hijas tengo á la par Yo, ya que canto de plano,
de un boticario muy rico, tanto en amor desatino,
y aunque las quiero atrapar, que emprendo, si viene á mano,
de ellas no puedo sacar con todo el género humano , •
mas que jarabe de pico. esceptuando el masculino.
S. —Pues que sé vuestros pecados
Tanta es ya mi travesura fuera ya de aquí, canalla,
que he llegado á cobrar fama ; que ya Doña Inés Mendoza
hoy me adoran con locura puso término á sus ansias,
siete sobrinas de un cura , y á estas horas tiene ya
muy parecidas á su ama. quien le guarda las espaldas.
6. Dijo, y corrió de un tirón
Pues yo, autor de este alboroto, las cortinas de su cama, •;
nunca en el placer me emboto , y todos á un hombre vieron
ni me paro en pequeneces : tendido en ella á la larga,
cuatro maridos me han rolo que sacaba los bigotes
la crisma otras tantas veces. por entre sábana y sabana.
423
-rVé$e aquí, este es mi marido ; ia bendición recibimos
después de las doce dadas 'con suspiros y con lágrimas,
por una puerta secreta pasando como relámpagos
se Introdujo en esta sala, desde el altar á la cama :
y acabo de convencerme cada cual en este mundo
de su amor y su constancia, tiene sus estravagancias.
cuando yo ya prevenida V, pues que ya de mi honor
con un cura le aguardaba. les di cuenta muy sobrada ,
De súbito y sin andarnos ¡Fuera! ó les haré salir
con repulgos de empanada, á tiros y á cuchilladas.

Y el manto con qué cubre su albo pecho grita ¡Fuera, ó disparo, chusma vil!
arroja doña Inés sobré un sillón, Y calló doña Inés, esto diciendo,
y salta como un gamo sobre el lecho, y en el lecha se entró sin tus ni mus,
dejando á la caterva en suspensión. y se largaron ellos repitiendo :
Pero al ver que sns formas hechiceras ¡Jesús 1 ¡Jesús! ¡Jesús! ¡Jesús! ¡Jesús!
mas que su arrojo admiran varonil,
lanzando aquí y allí miradas fieras; MANUEL JUAN DIANA.

ARTE DE CONOCER A LOS HOMBRES POR LAS UNAS.

El que tiene algunos lunarcillos blancos en El que las tiene separadas del dedo en su es~
las uñas, es aficionado á todas las mugeres; pe- tremidad y que cortadas se quedan muy reduci-
ro tan enamoradizo «orno inconstante. das, dejando un sobrante de dedo mas que regu-
El que tiene las uñas muy arqueadas, es or- lar, üo debe casarse, porque milagrosamente sa
gulloso. escapará de ser víctima de la infidelidad de su
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muger. Las uñas reducidas indican paciencia,
hombría de bien, y sobre todo resignación en A D, WENCESLAO AYGUALS DE IZCO,
las calamidades.
Las uñas largas apesar de estar cortadas, que ¡Qué cosas, Ayguals, tienes 1
se nivelan con la estremidad del dedo, son el no hay paciencia de santo que te aguante;
emblema de la generosidad. quien contigo disputa
Las uñas trasparentes y sonrosadas anuncian tiene sed de sarcasmos y de ultrages.
genio alegre, dulce amable. Los enamorados dé Me has puesto, lo confieso,
uñas trasparentes suelen apasionarse hasta el de- cual poner suele la verdad un sastre,
lirio. Como un gato un ovillo,
El que lleva las uñas largas y puutíagudas es como un coche simón un meriñaque.
tocador de guitarra, ministro de Hacienda, sas- ¡Y yo que lo sabia !
tre ó escribano. ¡yo que sabia; como todos saben,
El que las lleva algo largas, redondeadas y cotí que toda tu familia
ribete negror es poeta romántico ó folletinista. siempre ha tenido cosas singulares I
El que tiene en la uña del dedo pulgar de la Raros son tus hermanos,
mano izquierda varias rayas como si hubiesen y mas que todos raros fué tu padre,
picado tabaco en ella, es maestro de escuela. que hizo la estravagancia
Las uñas gruesas indican terquedad y nial de hacerte á t í , mas que él estravagante.
genio. Te probé con razones
El que lleva las uñas sucias por todas paites, el influjo benéfico del hambre,
es esclaustrado, filósofo, cajista ó tintorero. y tú no me contestas
El que tiene las uñas amarillas es hombre sino con alusiones personales.
abandonado á toda clase de vicios; pero el que No se enseña tal lógica
mas le domina es el de fumar. Cuídese de no en Vinaroz ni en Alcalá de Henares ;
confundir á estos con los que mondan naranjas nunca insultos groseros
sin cuchillo. los argumentos sólidos deshacen.
El que lleva las uñas muy redondeadas y li- ¿ Crítico yo esas barbas
sas, tiene genio pacífico y conciliador; con que espaciosa tu barriga barres,
El que tiene la uña del dedo pulgar de la ma- y que son un prospecto
no derecha algo mellada, es un gastrónomo vo- de tu estravagantísimo carácter?
raz, carcoma de sí propio , que por no perder la ¿Critico yo esa talla
costumbre de comer se roe las u ñ a s , que es lo que nunca fué de moda aquí ni en Flándcs?
que tiene mas á mano. ¿ te digo yo que ruedas
Y por último el que las lleva corladas sin cuando vas muy de prisa, por la calle?
igualdad es pronto y resuello. Los hombres que No, redondo adversario,
no tienen paciencia para cortarse bien las uñas, lu estatura me importa tres tomates ;
suelen tener un fin desastroso : la mayor parle yo razones alego,
acaban por suicidarse ó por casarse que viene á nunca echo mano de burlescas frases.
ser lo mismo. En el último caso, si la muger no Estrañarás sin duda
se encarga de la operación , se buscan una con- que cuando aun brota á borbollones sangre
cubina con este objelo y hacen desgraciada á la de las anchas heridas
consorte. Aconsejamos al bello sexo que no pier- que recibí en el último combate,
da de vista las uñas de los hombres, si quiere te rete nuevamente
vivir con ellos como carne y uña. sí, te reto feroz, y no lo estrañes,
WENCESLAO AYGUALS DE IZCO. que al cabo la fortuna
(te lo diré en latin ) jubet audaces.
•<• a mmi —— ¡ Otra vez á las armas !
425
moja, moja tu péñola en vinagre •• pues sabe que sus mimos son falaces,
no saldrás ¡voto á cribas! y de sus ilusiones
también como del otro de este lance. una flor se le lleva cada instante.
Ofreciste en L A RISA Y agrega á todo esto
dilucidar cuestiones importantes, que como es infinito en todas partes
Y he visto entre ellas una numerus stultorum,
que es la mas peliaguda y la,mas grave. | tropieza sin cesar con botarates.
Preguntas ¡qué pregunta ! i Halla el nombre de sabio
qué vale mas en este mundo infame i donde quiera usurpado por pedantes
ser sabio sin dinero i que en mucho son tenidos,
ó ser con arcas llenas badulaque. y el vulgo les admira y les aplaude.
Esta pregunta es necia , ¡ Y un necio ! ¿qué es un necio?
tan altamente necia que equivale el mundo que es certero en sus refranes,
á preguntar al hombre y que en esto de apodos
si prefiere dos bienes ó dos males. j da mucha propiedad á su lenguaje,
No hallarás uno solo ! de bienaventurados
que no sea, oh Ayguals, de mi dictamen , I da el nombre á los muy necios, pues constante
que el dictamen contrario | sus bienes la ventura
al sentido común fuera un ataque. siempre entre los mas necios los reparte.
Es un gran mal ser sabio Oficinas recorre,
y ser pobre otro mal también muy grande, ministerios, palacios de magnates,
y es un gran bien ser necio y audiencias y colegios ,
y ser rico otro bien inmensurable. y concilios también y catedrales,
Pruebas tengo de sobra y verás la ignorancia
y á presentarlas voy; vamos por partes, cubierta de favor y dignidades,
que yo me bato en regla disfrazada de sabia
lo mismo con pistola que con sable. con togas y con borlas doctorales,
¿Qué es un sabio? es un hombre con fajas y entorchados
que ha llegado á saber que nada sabe , i con recua de libreas y de pages,
y este conocimiento I con mitras y capelos,
le hace ver lo poquísimo que vale. j y coronas, y tiaras venerables,
De todo lo que observa ¡ y títulos que á un tiempo
a l a s causas intenta remontarse, dan influencia y metálico sonante ,
y encuentra un quid ignoturn y esclamarás conmigo,
del cual nunca pasaron los mortales. I después de un largo y detenido examen,
Allí se para el genio, ((•¿para tontos y tunos
allí pliega las alas arrogantes, de la nada este mundo, Dios , sacasteis?»
allí conoce el sabio Me dirás que ser tonto
que es con sed de saber un ignorante. es harto vergonzoso... ¡Disparate!
Ve sin barniz alguno este es un mal oculto
las penas de este mundo miserable, que quien lo sufre m a s , menos lo sabe.
do el hombre, si se eleva, ! De los dones sin cuento
es sobre un pedestal de vanidades. de que á Dios son deudores los mortales ,
Como un médico enfermo solo hay bien repartidas
que lleva en su interior terrible cáncer, | nuestras intelectuales facultades.
ve las Hagas del mundo i Con ellas supo el cielo
y ve que son atroces é incurables. I
No le alhaga la gloria, í á todos contentar : es indudable
' que hay muchos hombres tontos,
54
426
mas que se juzgue tal no he visto á nadie. que ó toma por aplausos
Hay dos clases de tontos (1) hasta los mas burlescos ademanes,
6, si tú quieres, tontos de dos clases, ó bien se compadece
unos que les importa de cuantos mofa de sus cosas hacen.
un pito de las ciencias y las artes, Ya así probado queda
y otros tontos tan tontos que es mas feliz que el sabio el botarate;
que no llegan de mucho a rocinantes , si ahora probar logro,
y Sénecas ser creen, lo que al mas topo pareciera fácil,
sin que haya de este tema quien les saque. que es mas feliz que el pobre
¡Felices unos y otros! quien tiene buenas onzas ó caudales ,
los primeros son hombres vegetales, salido habré del paso
que á ser todos cual ellos, y haré por fin, aunque el rubor te m a t e ,
no habría, no, teatros, ni farsantes, que á discreción te entregues,
ni códigos ni imprentas, dándote por vencido en el certamen.
ni senados, congresos, ni almanaques, Desde que el mundo es mundo
pero tampoco habría ha sido siempre el pobre despreciable;
esas que tantas hay casas de orates. no hay moza que le m i r e ,
No saben si la luna chico ni grande can que no le. ladre.
la luz del sol recibe rutilante, No hay asqueroso bicho
mas les alumbra á ellos que en el hambriento el hambre cruel no sacie;
como alumbró á Newton que en paz descanse. tentación que no sufra,
Ignoran qué principios ni autoridad que no le pida el pase.
constituyen la atmósfera ó el aire. No hay falso testimonio
mas ellos los respiran que el vulgo alguna vez no le levante ,
lo mismo que un Orfila, y adelante. y las manos de Chico
Si tienen buen olfato , tiene siempre á dos dedos del gaznate.
sin meterse en pistilos ni en estambres A la menor sospecha
su pituitaria alhagan le enseñan el camino de la cárcel,
las flores con perfumes agradables. y cuando menos piensa
Envidia, Ayguals, envidia se encuentra en relación con un alcaide.
la gran felicidad de esos salvages, El defiende los tronos
que en paz dejan eterna y eso que llaman patrias libertades,
los libros descansando en sus estantes. y se hace las narices
La otra clase de tontos por cerros y collados y breñales,
es no menos dichosa y envidiable... y si triunfa la causa
¡Oh! un tonto presumido que sin saber cual es le cuesta sangre,
goza en la tierra una ventura de ángel. ve ¡ qué gusto í á los unos
Ensarta desatinos, subtenientes ayer , hoy capitanes,
cada palabra suya es un dislate; á los otros en fajas
mas faltarle no puede distintivos trocar de comandante,
otro mas tonto que él que oiga y alabe. y él se queda tan guapo,
Si algún hombre sensato y como un brazo ó algo mas le falte,
so burla de sus muchas necedades; le dicen: «camarada,
el tonto presumido si tienes pan para hacer sopas, hazte.» ( 1 )
otras sigue vertiendo imperturbable, ¿Y si está enfermo? ¡ ay triste!
en un camastro do tres horas antes
(1) Aunque tonto y necio no son voces sinó-
nimas, en este romance se emplean indistinta- ( 1 ) Dicho ó adagio de la tierra de la reirá de
mente como si lo fuesen. Deu, libremente traducido al castellano.
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estuvo con viruelas y es siempre lo que quiere
otro pobre quizás, dos ganapanes manden los unos ó los otros manden.
al hospital le llevan Aunque tenga joroba
para que un torpe medicastro ensaye y ostente cojo un pié y otro le falte,
un plan que han encomiado le dicen las hermosas
venidos de Paris dos charlatanes. que tiene un no sé qué que las atrae.
Le matan y le entierran... ¡ Y ¡el no sé qué á que aluden ,
mas no le entierran, n o , que su cadáver ¡ cual es sé y tú también y ellas lo saben:
sirve de pasatiempo i mejor que una pistola
a tres ó cuatrocientos practicantes. | un duro entre mugeres paso se abre.
Hecho ya longaniza, Le dicen que es chistoso
al cementerio llévanle, y ni un pater, si ensarta sin cesar barbaridades,
y ni un réquiem, ni uu kirie y prudente si calla
cantan para su bien los capellanes. en alguna cuestión interesante.
Ayguals, esta en compendio A un enfermo visita ,
es la historia del pobre... jVoto á sanes y aunque el tímpano á gritos le taladre ,
que tiene tres bemoles ningún deudo le indica
preguntar si es mejor la de un magnate! j que hable un poco mas quedo ó bien que calle.
Compara con la vida l Si le amaga la muerte ;
del pobre la del rico (qué contraste ! i todos le ocultan el terrible trance,
mientras aquel ayuna, i y dándole confianza,
este se zampa pollos y faisanes. almibaran sus últimos instantes ;
Aquel emprende á pata mas si agoniza un pobre ,
por mas callos que tenga todo viaje, sin preámbulo alguno y sin disfraces
aunque mas largo sea le dicen •. «amiguito
que cuantos ha emprendido Magallanes, de Josafatte aguardan en el valle.
y el rico en carretela Estírate, si puedes,
que tiran dos normandos arrogantes que el carpintero tienes ya delante
va al Príncipe, va al Circo, te tomará medida
va á la casa de enfrente que dan baile. y el ataúd concluirá esta tarde.»
Viene el cólera morbo, De esta manera al pobre
y el rico marcha al punto do ni se hable tan brusca, tan soez, tan fulminante,
de esta terrible peste, le arrancan la esperanza,
y si esta va donde él, él va á otra parte. la única flor que en la agonía naee.
Si acaso entre él y un pobre ¡Ay Ayguals! si añadiera
alguna vez se mueve un rifirrafe, lo que puedo añadir, interminable
aunque razón no tenga como todo lo malo %l
el mundo se la da... y los tribunales. seria á no dudar este romance,
Si roba, (porsupuesto ¿ Qué dirás? ¿ qué argumentos
el rico cuando roba roba en grande) á datos opondrás irrecusables?
se acuesta tan tranquilo, respuestas evasivas
ó va á ver como ahorcan á un tunante cosas que en nada á la cuestión atañen.
que teniendo gazuza, Verterás mil denuestos,
para hacerse unas migas ó un potage, i que estoy gordo dirás , que tengo carne
á instancias del estómago j para poblar de nuevo
robó un poco de aceite y cuatro panes. 1 toda la España de robustos frailes.
Si figurar intenta, ¡ Oh trai dor adversario !
es siempre senador y siempre alcalde, ' I cómo el furor te ciega , ilustre vate!
428
morir nada té importa,
mientras también con tu contrario acabes.
A D, ANTONIO RIBOT Y FOÜTSERÉ.
i A.y t los flacos se ríen,
esos hombres que pueden devanavse CONTESTACIÓN.
conocen su impotencia...
¡ y sin embargo han de salir triunfantes! Bien quisiera hacerme el sordo;
Colígate con ellos, pero, amigo , está el busilis
así me vencerás en el combate, en que no sufre mi bilis '
mas te llegará el turno insultos de un hombre gordo.
como al hombre funesto de la salve. Te horripilas porque saco
Me llamarás entonces tu gordura á colación.
viendo hundido en el polvo el estandarte ¿Y puede tener perdón
de los gloriosos gordos , el que te apellide flaco?
pero yo entonces te diré ! ya es tarde ! ¿Y esto lo tomas á insulto?
¡Cuándo nuestras cuestiones ¿Y dices que me desbordo?
debieran entre nos dilucidarse' Tranquilízate , hombre gordo :
llamas á los Villergas, sosiégate, hombre de bulto.
á esas víboras secas y mordaces! Pues no haya miedo que rompa
¿No tiene nuestro bando mi silencio la sin hueso,
hombres de pió y de prendas relevantes ? ni te iguale por lo obeso
allí están los Bretones, á un elefante sin t r o m p a /
allí losBaldovís y Abenamares. I Oh! siempre yo me contemplo
¿Quién piíes te manda, mísero, muy comedido y prudente ,
al juicio de un flacucho sujetarte? y en motejar insolente
¿ves como nos ha puesto? jamás seguiré tu ejemplo.
tuya es lo cuipa, Ayguals, de este desastre. Que aunque á insultarme comienza
Con que, si de otros nuevos con mil apodos violentos,
víctima ser no quieres, si un adarme venceré con argumentos
te queda de cariño tus osadas desvergüenzas.
al partido de gordos respetable, A mí tú no me joroftas
Ayguals un gordo sea prorumpiendo en desatinos:
que en esta cuestión dé su dictamen ; ni me importa dos cominos
pues solo de éste modo que peses cuarenta arrobas.
nos podemos librar de una catástrofe. Aunque en paseo por lo ancho
¿Lo harás así? lo dudo; llames la atención de todos,
sé demasiado lo que todos saben , no usaré de malos modos
que toda tu familia que al buen callar llaman Sancho.
siempre ha tenido cosas singulares. Y por mas que te desbordes
Raros son tus hermanos, contra mí en amargo estilo ,
y mas que todos raro fué tu padre, yo te dejaré tranquilo
Lque hizo la esti'a Vagancia" que comas, bebas y engordes.
de hacerte á tí mas que él extravagante. Se ve que estás éh tus glorias
devorando y te rebulles,
A. KSBOT Y F O S T S E E É .
y salchichones engulles
como el jaco zanahorias.
Come en paz y duerme en paz
y haz en paz cuanto te antoje,
que no Ke ser quien te enoje ,
429
pues nunca he sido mordaz. no hay perro que no té ladre.
Quiero que aprendas de mí , ¡Carambita! ¡carambola!
que aunque tu afán me provoca , ¡ caramba ! no es mal enredo
no ha de salir de mi boca decir que cuando ando, ruedo
ni una injuria contra tí. como si fuese una bola;
No hasta tu cantinela ¡ Hombre bárbaro y cruel I
contra esta víctima triste , ¿Cómo tu pluma me ultraja
sino que tu audacia embiste siendo t ú , humana tinaja
á toda rni parentela. ó estrambótico tonel?
Dices que m aquí ni en Flandes Yo rodar, votova Bríos,
se estiló nunca mi talla... por vida de Mari-Blanca
Calla ya, insensato, calla, que te haré ver con la, tranca
que es mi talla de hombres grandes. quien rueda mas de los, dos.
Ese frenesí reporta ; Y no me importa que ladres,
y sábete, gordinflón, pues me rio de tu encono ;
que el grande Napoleón mas lo que no te perdono
era hombre de talla corta. es que insultes á mis padres.
Perú la tuya al contrario , Si formó un ente lunático
aunque te irrite y te asombre , el padre que me enjendró , '
jamás fué la talla de hombre, la madre que te parió
que fué la del dromedario. parió un globo aereostático.
Y si tu cólera lidia Y mira no te deslices^
con insultoschavacános,' pues como de humor me encuentre
si ultrajas á mis hermanos demostraré que en su *ientre
es porque rabias dé envidia. quedáronse tus narices.
Válgame Dios ¡ qué rollizo! Con ridicula fatiga
i Estás, Ribót, que rébientas! mis defectillos escarbas
En tus manazás ostentas y te burlas de mis barbas
por cada dedo un chorizo. porque barren mi barriga.
Ya se ve, Tiene de casta Mátame con un trabuco
esa obesidad inmensa, y mis barbas deja éh paz,
pues tu padre es una prensa pues las criticas mordaz
de carne: todo lo aplasta. porque las tienes dé eunücW
El cuello de su camisa Es tu cara dé pastel \~"
dá una sábana diforme, tu nariz una lenteja,
y con peso tan enorme tu bigote es una Ceja,
rompe las piedras que pisa. tu perilla es un pincel.
Su cuerpo al de la ballena En una cosa tropiezo
dejó atrás en dimensión. que te favorece en p a r t e ,
Gordos tus hermanos son y e s , que no pueden ahorcarte
con cara de luna llena. porque nj» tienes pescuezo.
Mas probaré de mil modos ¡Cómo se quedara él juez
que aunque gordos todos ellos hecho un infeliz berrugo,
desde el pié hasta los cabellos, cuando el mas diestro verdugo
tú eres mas gordo que todos; no le encontrara la nuez !
Pues logró hacerte tu padre Mas basta de necedades
mas gordo que él, ño es insulto, y Laya paz entre los dos,
de modo que al ver tu t u l t o porque nunca, vive Dios,
430
gasté personalidades. nuestras formidables masas?
Mi fina amistad te ofrezco Dejemos por compasión
con cariñoso entusiasmo: a esos humanos fideos,
yo jamás uso el sarcasmo y tratemos sin rodeos
y el epigrama aborrezco. el punto de la cuestión.
Puedo asegurarte en suma Entre ser sabio profundo
que le dejaré tranquilo, y abrumado de probreza ,
ues al sarcástico estilo ó ser necio con riqueza,
no está avezada mi pluma. prefieres tú lo segundo.
No sé yo ¡votova Cribas 1 ¡Hombre inmoral y nocivo!
como hay quien insulte osado. no estraño que te desbordes
En esto soy moderado y tan sin vergüenza engordes
y siempre odié las diatribas. si estás por lo positivo.
En afectuosa liga Dices que medran los necios
quiero abrazarte ante el orbe, en este valle de agravios
con tal de que no lo estorbe y el mérito de los sabios
tu descomunal barriga. solo recibe desprecios.
El corazón me robastes: Es verdad de Pero Grullo,
ven, cariño mió, arrima; y no seré quien la ataque.
mas no te me eches encima, De aquí tanto badulaque
porque temo que me aplastes. lleno de audacia y orgullo.
Ven que quiero darte un beso, Dices que solo el dinero
y comer contigo un tordo. tiene razón en el mundo.
De hoy mas no te llamo el gordo: Esto con dolor profundo
he de llamarte el obeso. también yo lo considero.
Ni el apodo de panzudo Añades en conclusión
te dará por mí un mal rato : que el sabio acaba en mendigo.
ni he de apellidarte el chato, También mi querido amigo
si no el hombre narigudo. en esto tienes razón.
Con los gordos en resumen Que en este mundo inmoral
formaremos un complot no hay mas que engaños atroces;
del cual tú serás, Ribot, mas, qué son , Ribot, los goces
capitán por tu volumen. de esta mansión terrenal?
Y el dia del tole tole Si olvidando el purgatorio ..
haremos una tortilla te lanzas á los placeres ... ,
de flacos como Zorrilla, y entre el fausto y las mugeres
que insultaron nuestra mole. vives cual don Juan Tenorio.
Yo diré: i aquí que no peco! Si no ves el precipicio
si en mis falanges te albergas, ,1 que alucinado llegas
y [ay de Principe y Viliergas! y torpemente te entregas
¡ay de Zorrilla y Canseco ! á las delicias del vicio.
Cuantos delgados asomen Si prefieres el sendero
sentirán nuestra venganza. del crimen á la virtud ,
¡Mueran los hombres sin panza! elige !a ineptitud
¡ Vivan los del ancho abdomen! y sobre todo, el dinero.
Si arrugados como pasas Mas si ambicionas la calma,
los flacuchos nos embisten, no importa que oro no sobre,
¿cómo, infelices, resisten porque es mas feliz el pobre
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que tiene tranquila el alma. EPIGRAMAS.
¿Qué alcanzó Lucrecia Borgia
en perenne regocijo?
ser la víctima de su hijo Doña I n é s , abuela m i a ,
en los placeres de una orgia. ba dicho siempre muy recio
El sabio , pobre, contempla que el hombre es sabio ó es necio
las riquezas con desden según qué leche le cria.
y cuando pierde algún bien, Y aunque esta verdad aburra
la razón su dolor templa. á mi señor don Pascual,
Mas de desliz en desliz bien se conoce que el tal
vaga el necio, y sufre y llora, toma la leche de burra.
y cuanto mas atesora WENCESLAO AYGÜALS DE IZCO.
se mira mas infeliz.
El sabio pobre y honrado De hacer cien visitas harto
sufre tranquilo su suerte, un médico se acostó
y cuando llega la muerte y no bien se desnudó
ve su mérito premiado. le llamaron para un parto.
Que si en este infame suelo Abrió el hombre la ventana
vivió pobre en un rincón, y dijo con mucho empeño:
Dios le da su galardón diga usted que tengo sueño,
al recibirle en el cielo. que lo deje hasta mañana.
Por mucho que el fausto alhague...
por mucho que el oro ciegue... Dijo á su criado Antón
no hay plazo que no se llegue el bolsista don Ventura:
ni deuda que no se pague. mira, muchacho, á qué altura
¡Prefieres ser rico y lerdo!... está la cotización.
¡Qué así, Ribot, te desbordes!... Antón , que en trance tan fiero
Cuanto mas ahora engordes nada entendió á punto fijo,
mas tendrás el fin del cerdo. leyó el termómetro, y dijo:
No hagas ¡oh Ribot! alarde señor, á seis bajo cero.
de no temer precipicios.
Refrena, incauto, tus vicios... Un mozo ¡suerte maldita!
Para enmiendas nunca es tarde. cayó en un pozo de Almagro;
Mira que ni San Antonio se encomendó á Santa Rita
te valdrá en el fuego eterno. y la Santa hizo un milagro;
¡Mira que se abre el infierno!... Pues no se ahogó el pobre mozo
¡Mira que aguarda el demonio!... yendo al fondo con sus huesos,
Y por mucho que te alhague por... no haber agua en el pozo;
la vanidad y te ciegue... pero se estampó los sesos.
no hay plazo que no se llegue JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS.
ni deuda que no se pague.
WENCESLAO AYGUALS DE Izco.
UN DÍA DE CAMPO.

Nada mas delicioso que un dia de campo en


familia. Don Simplicio salió el último domingo
á disfrutarle con su cara consorte y sus adora-
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dos hijuelos. Lo que el buen hombre se divirtió, campo comer sin pan, así como se come sio
es difícil describirlo: lo ensayaremos sin e m - platos, ni cucharas, ni tenedores, ni.cuchilllos
bargo. ni mesa, ni sillas, ni vasos, porque todo esto
Desde el sábado empezó don Simplicio á d i - contribuye á hacer mas ameno un dia de holgura.
vertirse cousultando su barómetro, su termó- ¿Hay placer que pueda igualarse al de beber to-
metro, su hidrómetro , sus callos y la jaqueca dos con un mismo cacharro de alcaduz ó canai-
O'
de su muger, para saber si el dia siguiente h a -
Ion, y estarse repantigados en el santo suelo,
ría buen dia. Sus callos anuncian buen tiempo
llenándose de hormigas y asándose á los rayos
la jaqueca de su muger vientos y el barómetro
del rubicundo Febo? Lo cierto es que don Sim-
lluvias. El domingo apareció sin lluvias, sin
plicio y su familia lo pasaron grandemente en la
vientos y sin buen tiempo, porque estaba cal-
mansión de Flora, muriéndose todos de hambre
moso y nublado.
de sed y de calor, al susurro del agua cristalina
Perfectamente, dijo don Simplicio, así no
que serpenteaba en bulliciosos arroyuelos, sal-
nos achicharrará el sol. A las cuatro de la ma-
picando las flores y cubriéndolas de perlas por
drugada ya estaba en danza nuestro héroe. En-
el perfume con que embalsamaban aquella de-
tre él y su cara mitad limpian á los chiquillos,
liciosa morada , que hacían mas amena el ronco
les ponen el vestido nuevo... y al avío. Empren-
graznar de los ruiseñores y los dulcísimos gor-
den en ayunas la marcha, porque es preciso
geos de las ranas.
guardar el apetito para el campo. Toman la di-
Después de la campestre y opípara comida,
rección del canal todos á pié; es muy divertido
abandónase la familia á otras diversiones semi-
andará pié: y sobre todo muy estomacal. El
gimnásticas. Mientras la madre daba la teta al
egercicio es muy sano, y para comer como He-
nene menor, que lloraba el ángel de Dios por-
liogábalo, no hay como hacer antes un buen ra-
que seguramente no le mudaban los pañalitos,
to de egercicio. A la media hora de estar en
cuyo aromático perfume hacia bastante contras-
marcha, aparece el sol con toda su fuerza y es-
te con el de las flores, el papá Simplicio ayuda-
plendor. ¡ Qué magnífico es el rey de los astros
ba al mayorazgo en la nueva diversión de hacer
cuando perpendicularmente se deja caer sobre
volar la cometa, la niña mayor estaba cogiendo
el caminante en lo mas riguroso de la canícula
cardos, para ornar con ellos la frente de su caro
¿Quién no envidiará la diversión de don Simpli-
papá, y el cuarto nene, que era otra nena por
cio al verle sudar cada gota como una avellana,
cierto, dábase prisa en atracarse de manzanas
sin duda del placer que su partida al campo le
verdes que le dieron un cólico atroz, muy d i -
causaba?
vertido para todos.
Ya llegó toda aquella familia feliz al sitio Así se pasaron algunas horas, hasta que sonó
destinado para celebrar la suspirada comida. la del regreso á Madrid. El cansancio se habia
Después de una hora de reposo sobre el blando aumentado con el goce de tantos placeres , y
suelo y al aire libre, porque no habia casa nin- habia que andar dos horas apatita, como dice
guna en todos aquellos alrededores, empezaron el vulgo. El cielo se había nublado de nuevo, y
los nenes á gritar que tenían hambre, don Sim- empezaba á lloviznar. No era aun cosa de gua-
plicio no podia permanecer sordo á la voz de la recerse debajo del paraguas. Cuando hace calor,
naturaleza, y dá la orden para que la comida no viene mal una rociadita.
empiece. Aparece un pedazo de vaca asada en- Cárgala madre con el nene mas;,chiquitin, y
vuelta en un Heraldo que sirvió de mantel. Ja- el padre toma en sus brazos á la niña del cólico.
más habia estado tan interesante el Heraldo: su ] Qué cuadro tan interesante y encantador para
aspecto hizo palpitar todos los corazones: ha- los que conocen el amor paterno ! ¡ Quién no en-
blamos del aspecto de la vaca. vidiará la suerte de don Simplicio ! Ademas de
Mas ¡ay! en medio del entusiasmo general, la niña que lleva en brazos, lleva la cometa en
repara don Simplicio que se han olvidado el pan la espalda y á su primogénito de la mano. El mo-
en casa, Nada importa, es una diversión en el cito tiene ya cinco ó seis años, y muestra una
433
afición decidida por la carrera militar. Gasta i padre le sirve ,ie fusil. De este modo emprende
chacó de cartón, y el enorme paraguas de su | su regreso la famu¡a reí i z,

._-""'.•• V - - - ¿ ; ; ••'. -.<••-;-<••;

Para colmo de diversión les coge un fuerte A las diez de la noche, tropezando, resbalán-
aguacero media hora antes de llegar á su casa dose, cayendo y levantándose, llegaron caladi-
y aunque se apiñaron todos para guarecerse de- tos á casa. Figúrese el curioso lector con que
bajo del paraguas, no pudo este salvarles de gusto se acurrucarían entre sábanas, soñando ya
aquel diluvio,porque el hijo de Marte empezó con el próximo domingo para volver á disfrutar
á llorar á mocos desplegados y no quiso soltar las delicias de un diade campo.
el fusil. WENCESLAO AYGUALS DE IZCO.

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CUENTO GALLEGO.
Hey de contar voto á tal é á quen conoein antaño
á historia dun meu paisano aló xünta Portugal.
que ten por nome Pascoal, E contarcina na fala
o5
en que el mesmo ma contou; é cando volba de Chabes;
á quen lie parezca mala, casarémonos é amen.
ou non escoita é se cala E aqui' tes este mantelo
ou di que non He gustou. que merquei honte na feira,
Atención, pois, que xa cropeza; é nn denge con terzopelo
€aladiños como bois, qui he, coma podes velo,
oyan todos ó que reza, hirman do de Pepa Dfeyra.—
que de romperse á cabeza —Qué ti me queres xd ó sei,
teñen ben tempo despois. contestoume moy pulida,
Acola na miña térra eu tamen te teño ley;
que está de Ourense pretiño é ten por consa sabida
é non muy lexos da serra, que si falo firma ó rey.
andaban durante á guerra E gracias po lo mantelo
Guillade é ó seu sobrino. é tamen po lo dengiño;
Aló, vamos, non baixaban oxé mesmo von poñelo
nin por Dios, nin po los Santos, en proba, podes créelo,
mais era por que ventaban de qué he certo meu cariño.—
que enque foran ontros tantos
como porcos os mataban. Quén te dixera Pascoal
De risa morro abofé que aquela mosquina morta,
si m' acordó daquel día aquela que para mal
que foy Iras deles vusté... así te falou na horta,
jcómo Guillade fuxiá!... fora ó que foi no c o r r a l '
j é se escapou!... xa se ve. Despois dun mesiño enteiro
ünha tal Rosa Lonreyro... despedímonos na fonte;
Vasté deben conócela... era no mes de Xáñeiro...
á filia do tio Cacheiro ¡que dia aquel Don Monteiro!
é sobrina do ferreyro Pareceme que foi honte.
do Piconto... pois; aquela. Marcho por fin do lugare
Gustoume, vamos; non era pensado na volta xá,
desgraciadiña á rapaza, ó que acontecen ala
que liña unha cara fera; fora largo de contare...
e do seu xéito é sua traza ontro dia ó saberá.
se enamorara calquera. Seis meses eran pasados,
Resolvinme á declárala é brincando de contento,
é mea cariño de cote, con diñeriño aforrado
é de paso a regálala por facer ó casamento
un mantelo de picote volvo á casa de contado.
é un denge de toda jala. Pregunto po la Rosiña
Topei con ela na horta, á meu pai que m-abrazaba;
sin andar con panxóliñas, digolle vai á ser miña...
dixénlle: é xa me deu mala espina
— Moito m-importa ver que meu pai se calaba.
que escoltes acó. Rosiña, Mando me trayan un neto
un ha palabriña corta. que quero votar un trago,
En son un home de ben; henchinme ben ó coleto,
é que te quero xa ó sabes ; é despois, cata, ¿qué fago?
quéreme ti á min taimen, sallóme á búscala preto.
435
Informeime dunha amiga, Libre xá daquel mal paso.
sonpen iva no Furriel (1), vin é metinme aguadore;
chego morto de fatiga
é topóme... ¡ unha barriga!...
¡Xesus!... Mais grande cun fol.
Non sei com-un acídente
non me den cando tal vin;
¡ampáreme San Clemente!...
si non morrin de repente
sin dada á ó bino ó debin.
Vólvome á casa de pronto
é de malísimo xéito:
mais non parou aquí ó contó ;
á gran tal... púsome pleito
coma si dera cun tonto.
Chamonme ó xüez certo dia ;
mais entonces xá meu pai
me contara ó que sabia;
pero á concencia 6 que fai!...
inda asi me remordía.
Soupen que pouco despois na miña vida me caso:
d-haberse vustedes ido é aquí m e t e n P o r s* a c a s o
á ó mes d-haber en salido , me necesita señore.»
Guillade, ontros, á ún tal Lois Asi pascoal me falou.,
á ó meu lugar habían vido. si non me minte á memoria;
Lois á Rosa conocerá non ben ó contó acabou
tempos atrás por seu mal; dixome adiós é marchou,
non faltou quen os collera- é aqui paz é despois gloria.
unha noite no corral JUAN MONTERO.
cal nengun deles quixéra.
Dicénlle, pois;
— Señor xúes~ MENTIRAS AL REVÉS'. COSAS QDK R0.8QR.
non negó que fun aló;
•pero escoite sua mercez
CUENTO ESTRAVAGANTEMENTE INAUDITO.
non se enjañe desta vez
que é queren ben por acó. — Erase un pueblo sin casas, situado en las ilu-
Contei logo sin reparo sorias riberas de un rio seco y su límpida cor-
canto acabo de contare , riente, cuyo paradero se ignoraba, jamás había
é ó xuez por ser caso raro serpenteado entre los montes llanos que no se
decretou era mais claro, elevaron en medio del hermoso paisage que ofre-
ó desembuche aguardare. cen á la admiración del espectador ausente las
Salen á conta pintada .- escarpadas llanuras que casi estuvieron á punto
áos catro meses xüsliños de circundarle cuando rebentó el terremoto de
desembuchou á taimada, Oran. Allí sin jamás estar, vivia media familia,
é sonperon os vecinos porque la otra mitad que debían formarla los
que non me tocaba nada. que faltaban , no habían nacido.
Esto sucedia en el año 1999; es decir, á últi-
(i) Lugar cercano. mos del siglo que viene.
436
Felizmente esta familia fué siempre desgra- se le pareciera ni se vislumbraba en ella nna
ciada, y por una casualidad traída á propósito, sombra de letra humana , y leyó las siguientes
ninguno de sus miembros se parecía ó asemeja- palabras: «¡muger corpulenta! un hombre i n -
ba en el rostro , á no ser en los ojos, las cejas, visible os ama con la odiosidad mas frenética
la frente, la nariz, la boca, la barba, los carri- que engendraron los siglos futuros en un cora-
llos, las orejas y la cúspide que casi eran igua- zón volcánico. Adiós :—Posdata. Dentro de ca-
les. Y digo cúspide, porque en aquellos tiempos torce minutos os espero en el torrente de los
se llamaba así la cabeza, por ser lo mas elevado Alamos, ó moriréis. Juro respetar tu voluntad
de los talones. hasta el catafalco de las horcas Caudinas, donde
A dicha media familia pertenecían varios ani- serás inmolada á dogal colgando con el mayor
males, como un gatito muy mono que habia entusiasmo de una pasión inspirada por Satanás
muerto algunos años después, un perrito lindí- para ser enterrada en la Transilvania si á la cita
simo que tampoco habia nacido, y un lorito muy faltáis. Adiós, hija del Antecrísto; ¡os espero!
parlanchín, la hembra de los dos únicos primi- ¡os espero! al torrente de los Alamos.»
tivos que salieron del arca de Noé. Pero dejemos Por curiosidad quisiera yo ver á alguno de mis
los animales y agarremos las personas. lectores en la prensada situación de la joven sin
Los principales personages, pues, d é l a me- nombre, suponiendo que dentro de catorce m i -
dia familia, eran una madre que se llamaba nutos era forzoso presentarse en el torrente de
Doña Semíramis, (la cual no habia tenido abue- los Alamos, que dista de allí cuatro mil qui-
lo) y una hija que no tenia nombre. Habitaban nientas cuarenta y tres leguas y media de mar y
una casa sin paredes, techo, puertas ni venta- tierra, y continuando suponiendo que entonces
nas. Notábase que la mamá era mas joven que no eran conocidos los vapores marítimos ni ter-
la hija ; bien porque la hija tuviese mas años que rácueos , ni siquiera los globos atmosféricos.
su mamá, ó bien porque la mamá no contase Sin embargo, aunque los historiadores que
tantos como la hija. Lo cierto es que á entram- dejaron de escribir sobre este hecho que no s u -
bas servia un criado fiel que enviudó siendo sol- cedió, ningún pormenor nos trasmitieron acer-
tero, hombre de estatura colosalmente enana, ca de los medios que empleó la joven sin nom-
secamente gordo, cojo de vista y bizco de las bre para acudir exactamente á la cita, lo cierto
piernas. es que antes de los catorce minutos ya estaba
Una noche, muy tenebrosa por cierto; serian ella roncando sobre la espuma del torrente de
como entre diez y tres de la madruga, cuando los Alamos cansada de esperar á su trovador.
el sol alumbraba el globo con todo el fulgor de Por tradición de los difuntos que murieron
sus rayos abrasadores en el mes de julio, la desde aquel siglo hasta fines del actual, se cree
nieve se desprendía de la atmósfera en copos tan que un trasporte tan veloz lo verificó la joven á
grandes como mantas de Palencia , y los habi- caballo en un relámpago ; cosa muy posible en
tantes de aquella comarca bailaban el trípili de verdad si se considera la gran diferencia que
puro frió, entró saliendo el criado, y dijo á la existe entre los relámpagos de entonces y los re-
señorita sin nombre con una voz tan entera- lámpagos de ahora, ó bien sea entre las exhala-
mente apagada que no formaba el mas leve so- ciones antiguas y las exhalaciones modernas,
nido: «señorita: un hombre desconocido que ni como lo demostraron el rey doña Urraca y la
•vino ni se fué, ni he visto ni veré, acaba de no princesa Nabucodonosor en sus tratados sobre
entregarme esta carta con cierto ademan de mis- la transformación délos cuadrúpedos, de la cual
terioso secreto , y con un vozarrón roas ronco escluyeron á los españoles, comparando nuestro'
que un trueno sordo, diciéndome sin hablar que desgobierno con la eternidad.
á ningún ser futuro la entregase sino á usted.» El reloj de la catedral de Carabanchel de a b a -
La joven tierna como pezuña de buey cansino jo anunciaba á los rusos las trece del día, (por-
y sensible como el peñón de Gíbraltar, abrió la que en aquellos tiempos todus los relojes tenían
carta que no estaba escrita en papel ni cosa que en el horario las 24 horas del dia, y las sena-
437
laban todas unas tras otras del modo que podían charras con todo el vital entusiasmo que me ani-
unos nial y otros bien, como en la actualidad que quila, concédeme el favor de darme un fuerte so-
hay relojes á propósito para no saber jamás la plo por detrás, y me verás desaparecer éntrelas
hora que es) y el de la torre del diablo en Que- altas nubes que arrastran por las catacumbas.—
béc apuntaba las 18, lo que demostraba que el Yo te adoro con la mas recóndita execración que
de la catedral de Carabanchel no corría tanto te consagra mi alma, replicó la hermosa horri-
como el de Quebéc, cuando el trovador invisible ble, yo te achicharraba cuarenta y dos años an-
aparece en el torrente de los Alamos, se arroja tes de conocerte ; cuatro lustros antes de ver la
sobre la muger sin nombre, y le da un beso en luz pública; mas antes aun de tu venida al mun-
cada codo, según costumbre de aquel siglo en do, te idolatraba en el resplandor oscuro de la
que la mayor prueba de cariño era besarse los nada, porque comprendí que tú habías de ser al-
codos los amantes, y permanecer asidos recí- go ; que habías de ser el ser que activase la
procamente de las orejas con ambas manos idolatría con que te abomino. —Y bien, muger;
¿conoces la eternidad?—No: jamás estuve allá.
—¿Por qué no has ido?—Porque no sé el canu-
do.—Pero tu padre estará allá.—No.—¿ Qué ha-
ce que no se muere?—No puede morirse : no ha
nacido: también mi padre es postumo.—Me lo
había pensado. —Pues entonces, sigúeme.
Al pronunciar la joven estas palabras, un true"
no espantoso que dejó de oírse en todos los pun-
tos del globo y del espacio retumbó con la mas
dulcísima armonía en los anchos torreones de la
inexpugnable ciudadela de Albacete, al cual si-
guió un relámpago oscuro que apagó todas las
luces del teatro del Príncipe, acompañado de un
eclipse de sol visible en el puerto de Almansa y
en Miraflores de la Sierra que disolvió todo el re-
quesón que estaban elaborando en aquella láctea
comarca. La lluvia se desprendía de las nubes á
cántaros, pero sin llegar á tierra, de modo que
los transeúntes veian llover sobre sus cúspides,
y no se mojaban pizca ni media. Esto inundó de
horror delicioso á los habitantes dé la Nueva Ce-
landia, mientras los dos amantes atravesaron á
pié en dos minutos y medio el mar glacial desde
el cabo del Norte en la Laponia, tocando parte
mientras hablaban. Acto continuo le dijo él
del mar de Karskoé, el de la América septentrio-
á ella : «yo soy un recuerdo espantoso del dilu-
nal, el de Penjinsk, el de Lama, el del Japón
vio universal: ignoro quienes serán los que
por la manga de Tartaria y el mar de Jeso, elJo-
vengan á darme el ser, porque aun no he naci-
nio y el de la China, el grande Occéano oriental,
do, pero será muy regular que me dé á luz una
por el archipiélago de las islas Carolinas, y el de
princesa que se llamará Margarita de Borgoña.
Salomón, y el del Espíritu Santo, tocando parte
Vengo de las tinieblas á cumplir mi destino que
del mar equinocciaL, atravesando bajo del Capri-
es achicharrarte. (Entonces el amor se llamaba
cornio y del Trópico en el mar de las Indias, cos-
chicharrón, amar era achicharrar.) Si corres-
ía de las islas de Madagascar y línea del Ecua-
pondes al chicharrón que te profeso, prosiguió
dor, á entrar en el golfo arábigo, corriendo al
«1 invisible, veré colmada la dicha mas desas-
trote por el mar Rojo y golfo pérsico , el mar Ne-
trosa que alcanzó la posteridad: si no me achi-
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gro y el Caspio, el Mediterráneo, el Adriático y atravesar una Yiña. Allí renovaron sus iracundos
el Báltico hasta ca3a doña Semíramis. amores, y viendo que la mamá los perseguía
Apenas esta joven anciana mamá vio llegar á amenazándolos con una caña en cada mano, hu-
su hija sudando de frió y asida de un hombre de yeron sin parar hasta el cementerio del desierto,
aire, se cubrió el rostro con los pies, lanzó un donde tuvieron que desenterrar un cadáver que
aullido melodioso, y se puso á bailar en la azo- habia muerto ahogado en el incendio de Babilo-
tea repicando los talones y dando volteretas co- nia para ocultarse la joven y el esqueleto prófu-
mo una loca. gos. En aquella turaba encontraron una caldera
Era preciso aprovechar aquellos turbios mo- rota, una flauta, dos pares de calcetines, unas
mentos, y los amantes no sabian como organi- parrillas, un redoblante, un melón, un paraguas
zarse ni donde esconderse, porque al trovador de lienzo color de tórtola, y un plato de crema.
invisible le atacó un sueño tenebroso que le ha- Gomo los amantes no habrán comido desde
cía dar cabezadas en los hombros y orejas de su el 26 de agosto del año anterior, pusiéronse en
querida. No habia mas tio pásame el charco que cuclillas y comenzaron á sorber crema á dúo,
dormir, y en la casa solo tenían un catre sosteniendo el plato ácuatro manos; mas apare-
de So pies de elevación, al cual se subía en un ce la esfinge de doña Semíramis sobre sus cabe-
gran cesto pendiente de un largo y grueso ma- zas dándoles sendos cañazos en los talones y en
carrón italiano pasado por una garrucha. En.tra las orejas; les echa tierra encima á borbotones;
en ese hermoso cesto, le dijo ella á él; yo te su- los sepulta, y cuando conoció que estaban difun-
biré al catre donde velaré tu sueño, y luego me tos los enterrados, se enterró ella también en la
subirás con mucho tiento, que no soy para col- misma sepultura por no ser menos que los
otros.
gar. Hízose la primera operación; después subió
él á ella; mas ¡cuál fué el espantoso placer de Así comenzaron á morir aquellos tres seres di-
esta feliz desventurada, cuando en vez de su chosos, cuando todavía les faltaba cerca de siglo
amante solo encontró en la azotea del catre un y medio para nacer.
esqueleto ensangrentado, sin mas traje que unas JOSÉ MARÍA BONILLA.
botas de andar á pié con espolines, y una casa-
quilla de raso inglés carmesí 1 La desgraciada
leyó el esqueleto, y decía: «tu madre no es mu- MEMORIAL.
ger.» Un pacífico rapto de desesperación se apo-
Á LA COFRADÍA CE LOS GOUDOS.
deró tranquilamente de su alma, y sin respetar
los 85 pies de camino perpendicular que habia Yo , Juan Martínez Villergas,
desde la boardilla del catre hasta el pavimento, que cuando en boga me vi
se arroja de cabeza cual otra Safo , da de cabeza era un hombre transparente
en medio de un cesto lleno de huevos frescos que mas débil que una lombriz.
hacía tres años estaba recogiendo su mamá para Porque era un hilo mi cuerpo
hacer un pastelón de rábanos, pero desgraciada- pero un hilo tan sutil
mente quedó sin lesión por caer en blando, aun- que no se hiló mas delgado
que los huevos lo pagaron. Se levanta y corre desde Holanda hasta Pequin.
con mucha calma á contarle á su mamá todo el Y fué mi cuerpo baqueta
suceso, la cual le contestó; «pues bien; si ese para atacar un fusil
brujo te ha revelado que tu madre no es muger, y me acostaba encojido
yo te revelo que su esqueleto va corriendo en es- en un medio celemín.
te instante hacia el cementerio del desierto. Asó- Luego que á salto de mata
mate áesa ventana y lo verás correr.» por lo que sabéis me vi
. Efectivamente, asomóse; lo vio y partió tras tal impresión hizo el miedo
él sin pronunciar palabra, y lo alcanzó porque se en mi físico infeliz ,
le enredaron los espolines en los sarmientos al Que lástima da contarlo
439
mas lo voy á referir —Compadre ¿usted por aquí?
para que nadie provoque ¡ Muger saca la bandeja !
persecución tan hostil. venga el vaso y el barril.
Amparo me dio en la fuga ¿No toma usted?... ¿me desprecia?
el pueblo donde nací, voto á los hijos del Cid
que está legua mas ó menos que ha de atracarse en mi casa
ocho de Valladolid. ó es un traidor zascandil.—
En vino blanco se ahogan Así se piensa en mi patria,
las pesadumbres allí, y es un ente baladí
y nadie sufre un revés quién no come por vergüenza
sino de lomo 6 pemil. ó cumplimiento pueril.
De las frutas el marrano, ¿Seis visitas? seis meriendas;
esclaman con frenesí, mascar ó hacerse la muy...
y de los peces el cerdo aunque esté un homhre mas harto
es loque suelen decir. de comer que de vivir.
Si alguno come ensalada Con esta vida frailuna
ya está encasa el alguacil tan regalona y feliz
y paga un doblón de multa he casi echado mas tripa
ó va á chirona á dormir. que Ribot y Baldoví.
Porque agua bebió en agosto Tanto engordó mi pescuezo
cierto señor zarramplín que si me le han de partir
le negó la absolución ya pueden dar mis contrarios
su confesor en abril. mil sablazos y otros mil.
¿Hay allí sed? venga vino Es mi espalda una fachada
¿hay boda entierro ó festín? como la de Antón Martin,
cerveza de Valdepeñas mi pecho quiere criar,
ó la vida está en un tris. mi panza quiere parir.
Así pues no bien la tierra Todo el mundo me lo dice
de mi juventud olí, hasta el traje que vestí:
se me puso la barriga ya no me sirve de liga
lo mismo que un tamboril. lo que antes fué corbatín.
Cual pellejo soplo á soplo Y necesito una sábana
inflar el mió sentí, para sonar la nariz,
y de rebentar medroso y no entra el dedo miñique
tomé el tole hacia Madrid. en un viejo calcetín.
Entre almuerzo y desayuno La casaca que conservo
gasté en la casa mas ruin de nacional de Madrid
arroba y media de lomo dicen que sirve de peti
y de salchichón de Vich. en este cuerpo gentil.
Solía tras de las sopas Cada amigo que visito
á medio dia engullir se asombra de verme así,
chorizos dos ó tres libras, y sí no es por el sonido
garbanzos un celemín. ya no conoce -el clarín.
¿Principios? no digo nada Hasta mi novia, la pobre,
porque tengo para mí siempre que quiere reñir,
que si cuento los principios dice que estoy mas pesado
no tiene el romance fin. que cuando á Castilla fui.
Iba á hacer una visita Por todo lo cual señores
á usías vengo á pedir, Pesaban tantos quintales,
previas las pruebas que usías que el casero don Mauricio
quieran exigir de m í , al saberlo, el edificio
Que en la sociedad de gordos aseguró con puntales.
se sirvan luego admitir Se vio el jobre en un trabajo
á su atento servidor que aunque yo por prevención
— EZ ViLLERGAS ( JUAN MARTIN— ) mandé abrir todo balcón,
se vino un tabique abajo.
Desagüe á la carne d i ,
y gracias á tal cordura,
A DON J I M MARTÍNEZ ViLLERGAS. pues rebosó la gordura
por los balcones que abrí.
Del ilustre tribunal Sino la desgracia nuestra
de que soy yo presidente que hablar mucho hubiera dado,
acabo de ver pendiente, que hubiéramos reventado
Villergas, tu memoria!, hasta una pared maestra.
En que de burlas ó veras A una discusión muy terca
prendas mostrando infinitas, tu pretensión dio lugar;
de los gordos solicitas la voz tuve que esforzar
alistarte á las banderas. no pudiendo hablar de cerca.
¡Es admirable á fé mia Que si bien los contrincantes
tu altanera pretensión! estábamos como en prensa,
di ¿ dónde está el barrigón nuestra panza tan inmensa
que exige la cofradía? nos mantenía distantes,
No, Villergas, no nos salgas Voy á decirte en resumen
con que tragas mas que todos... lo que al fih se resolvió;
por rodillas tienes codos, de tu peso alguno habló,
tienes carrillos por nalgas. los otros de tu volumen,
Mucho comes, y con eso Yo que quise protegerte,
creer ser un Baldoví, pues, aunque flaco, te quiero,
piensas igualarteá m í , fui en defenderte el primero,
juzgas ser hombre de peso. haciéndolo de esta suerte:
¿Qué nos importa que tordos «Villergas, como sabéis,
te hayas zampado á millones? es hombre tan singular
no buscamos comilones, que si otro queréis hallar
que buscamos hombres gordos. cual é l , no lo encontrareis.
Todavía el tribunal Es estraño de tal modo,
no se ha reunido, y creo tan raro y singular e s ,
que no es falta de deseo que quizá engorda al revés
sino falta de local. para hacerlo al revés todo.
Que nunca sala se vio Yo gordura no le encuentro,
ni en este ni en otros puntos mas si en canal se le abriera
que pudiera albergar juntos aunque flaco por defuera
dos tan gordos como yo. le vierais gordo por dentro.
Seis gordos por mi llamados Hágase sino la prueba,
me visitaron en masa, y así quizás anonade
y con seis quedó mi casa ios sofismas del cofrade
preñada de hombres preñados, que á refutarme se atreva,
441
Creedme, ilustres obesos, este compañero vuestro.
Villergas tiene ¡oh primor! Mas no esperéis ver el traje,
la carne en el interior ni las galas de un viaje,
y en el esterior los huesos. que nada halagüeño ofrece,
Que él á fuer de hombre ilustrado y que tan solo merece,
ha llegado á comprender por lo incómodo y lo tardo,
que lo mejor debe ser vestido de paño pardo.
lo que ha de estar mas guardado. Ni entraré en los pormenores
Pero en fin ¿por qué se afana de los varios sinsabores
mi lengua en una cuestión que sufre en la diligencia
á q u e se da solución quien va áMadrid de Valencia;
tan solo con la romana? ni os contaré con qué ahinco
Pesadle, y si las arrobas en hombros de cuatro ú cinco,
le encontráis de reglamento, y entre mil riesgos estremos
si os presenta un documento pasó este barco sin remos
firmado por gentes probas casi á punto de irse á pique
En que acredite que ha roto por la rambla de Alberique ;
veinte sillas al sentarse, ni el cómo, cuando, ó por dónde
cuatro camas al echarse, llegué á la venta del Conde ;
y que como un terremoto ni el modo con que después
Son ruidosas sus narices salí de la del Marqués,
si duerme en lecho mullido, é del Duque ó... del Demonio,
sea en el gremio admitido junto con mi hermano Antonio,
de los panzudos felices.» y toda la demás g e n t e ,
yendo á pié muy diligente
Tal fué mi proposición
por espacio de dos horas,
que con lógica sostuve,
dando el brazo á las señoras,
de tal manera que obtuve
(que por cierto no eran malas)
unánime aprobación.
y ya caes, ya resbalas:
Con que, amigo, ponte ufano
ya te pinchas ó tropiezas
y ademas... ponte en camisa,
entre zarzas y malezas ;
que esta es condición precisa,
causándonos tan cruel rato
la romana está en mi mano.
nuestro fatal carro-mato,
Te pesaré, y si estás flaco
que en ciertD charco de arrope
tu peso lo ha de mostrar,
se nos atascó hasta el tope,
y paciencia y barajar,
sin que auxilio alguno humano
y á mal dar tomar tabaco.
pudiera darle la mano:
A . RlBOT Y FONTSERÉ.
ni en fin otras averías,
que en tres noches y tres días
tuvimos siempre infelices
LA PUERTA DE HIERRO rodando por las narices ,
porque esto fuera imagino
¥ LA GENTE DEL BRONCE. mas pesado... que el camino;
y no siendo necesario
Á MIS COMPATRIOTAS LOS SUECOS. «1 minucioso inventario
de los bienes, ó los males,
En fin, queridos amigos, que por esos andurriales
ya está aquí por estos trigos pasárnoslos viajantes,
sin ronzal y sin cabestro
56
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os repetiré lo de antes, pero,., ne me acuerdo de ellas.
y es negocio concluido , Lo que sí tengo presente
«que aquí estoy... porque he tenido,» es esta octava siguiente,
Una cosa solamente que buena , mediana ó mala
tendré que haceros presente, quedó inscrita allí en ia sala
porque el callar crimen fuera para recuerdo y memoria
y es que en toda esta carrera, de la gente transitoria:
sin que razón se vislumbre : «Oh maldito cocinero (í)
hay la maldita costumbre que en pago de sus pecados
y los raros usos nuevos le das huevos estrellados
de no comer mas que... huevos; al hambriento viajero,
y que tengáis ó no gana , Permita el Dios de los Cielos,
os los dan por la mañana que ya que tan mal nos tratas,
con la misma sangre fria te se resbalen las patas
que os los dan á medio dia, y te estrelles como ellos.»
haciendo igualmente alarde Mas... lector... no te incomodes ,
de dároslos por la tarde, si prescindiendo de Herodes,
hasta que bajáis del coche voyme en busca de Fílalos,
á comerlos por la noche: dejando estos ventorrillos
de suerte que yo abrumado con la paga en sus bolsillos ,
de un estilo tan ovado, y los huevos en los platos.
y de moda tan estraña Sabed, pues, mis caros suecos,
cuando llegamos á Ocaña que aunque Madrid no es Marruecos,
viendo que se repetia sin embargo claro está
tan ingrata sinfonía, que empiezan los dos por Ma- 5
y observando en la palestra y que si se ponen juntos
algunos huevos de muestra , los principios de ambos puntos,
que con insulto notorio es voz y pública fama
en el mismo refectorio que sale de ellos la mama,
pendían del cortinaje, (1) único objeto y manía
llenándome de coraje de las cuestiones del dia;
sin oír ninguna escusa en cuya sabrosa espuma
di rienda suelta á mi m u s a , iré mojando mi pluma
que cuando el diablo la tienta para haceros con tal tinta
tiene sal, pebre y pimienta, una relación sucinta,
y entre disparates varios, y un apunte compendioso
que dejé por los armarios, de cierto lance famoso,
y por la mesa redonda que , cual él es bien seguro
de la consabida fonda, no le vio el tiempo futuro ,
puse dentro unas tortillas ni aun el tiempo... venidero.
tres ó cuatro seguidillas Y este lance que os refiero ,
muy graciosas y muy bellas, cual una hazaña del Cid ,
es que al llegar á Madrid,
(1) Efectivamente, en el parador de Ocaña
se ha tenido la graciosa ocurrencia de reempla-
zar con huevos las borlas pendientes de los cor- (1) También es cierto el haberse inscrito en
tinajes y adornos de las puertas, ventanas, etc. la pared del referido salón estos y algunos otros
del salón de comida: hasta un retrato de Isa- versos; ofreciendo el dueño del establecimiento
bel 11 tiene sus dos pares de huevos de centi- conservarlos, y aun encenderles dos luces por
nela. la noche.
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donde hay tanto desvalido custodiando en sus contornos
llorando á moco tendido, las galas y los adornos,
yo tuve el placer sin tasa que ostenta por donde quiera
de ver entrar en mi casa esta mansión placentera.
con sus barbas por divisa Allí pues hicimos a l t o ,
nada menos que á... LA R I S A , y todo el mundo de un salto
que con talante risueño , (que aquí el que no corre vuela )
después del «mi amigo , y dueño» salió por la portezuela
y demás cumplida lista, con el desparpajo y traza
que se usa en toda entrevista, de los toreros en plaza ;
mucho mas si es la primera, dando principio en seguida
se empeñó en que la siguiera. la mas graciosa corrida,
Rara fué la intimación , que de racionales toros
mas... me entregué á discreción, vieron cristianos, ni moros.
de mi capa haciendo un sayo , Cercónos muy halagüeña
y el jueves nueve de mayo la demás gente risueña,
á las diez de la mañana , que liego antes que nosotros
hora bastante temprana, en sus yeguas , ó en sus potros,
según lo que observo aquí, alazanes, ó corceles,
andando en coche me vi ó en coches de cascabeles
de dos, cuatro y seis rocines r
ó en lujosos calesines!
según las prerogativas
de sus musas respectivas:
y junta ya la caterva
de estos hijos de... Minerva,
ó de cualquier otra diosa...
se hace imposible la glosa
de los hechos , y los dichos,
ocurrencias, y caprichos,
cuentos, historias, novelas,
muy engrande y muy ufano
versos, coplas, cantinelas,
con Ayguals y con su hermano,
comedias, y disparates
y vuestro amigo Bonilla ;
con que tan insignes vates
y á escape por esta villa,
fueron poblando aquel prado ,
ó sea, si queráis corte,
hasta que Abundio Estofado
sirviéndome ellos de norte, con voz bronca, aunque sonora,
cual á los magos la estrella, vino á decirnos —«YA ES HORA.»
me encontré en la gran paella,
que es"el objeto primario ¡Oh! ¿quién tuviera el pincel
de este escrito estrafalario. de López, ó de Esquivel,
En un sitio pintoresco ó del famoso de Tracia
junto al Manzanares fresco , para bosquejar con gracia
cuyo curso ¡ cosa estraña t lo principal y accesorio
lo que no moja, lo baña del campestre refectorio?
con su incierto y manso paso, ¿quién dará cima á la empresa
y a un cuarto de legua escaso de dibujar bien la mesa,
de este cortesano encierro, que con esquisito tacto
está la Puerta de Hierro fué improvisada en el acto
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bajo el frondoso ramaje, por lo raro y por lo vario
que ofrece en cualquier paraje ni están en el diccionario,
un verjel tan especial ?... ni yo acerca de su glosa
Mas, dejando lo ideal podré decir otra cosa
con su gracia y atractivo, sino que en broma y en chanza*
vamos á lo positivo. iban entrando en la panza.
Yo ocupé la presidencia, Las botellas de Jerez
porque, aunque el último en ciencia , rodaban de diez en diez
os declaro, y os confieso por aquel castalio coro,
que era el hombre de mas... peso y el Pinto y el Valdemoro
del famélico complot, seguían también sus huellas
y eso que estaba Ribot, en otras varias botellas,
cuya prosa y cuyas trovas mas ligeras que tardías
pasarán de... diez arrobas, en ir quedando vacías-
y Ayguals, que no está tan mocho, De los postres nada os digo,
que deje de pesar... ocho porque el que no fué testigo
Pero sigamos el cuento, de tan grata y bella escena,
toda vez que ya en su asiento ni sabe qué cosa es buena ,
están los quince ó los veinte , ni es posible que en su vida
que si el cálculo no miente pruebe tan dulce comida.
tomaron parte en tal fiesta,
cuya apetitosa orquesta
dio" principio en alta voz Fué el caso que de repente ,
por la sopa y el arroz : hallándose nuestra gente
y tras de esta introducción navegando viento en popa,
vinieron á la cuestión sin mas timón que la copa,
cuatro pares de capones, ni otro norte, ni otra estrella
que al punto se hicieron nones que el cigarro y la botella,
entre barbas y narices , cuando al apartar los ojos
lo mismo que las perdices, de tantos dulces despojos,
que con ajos y cebollas , fijábalos casi absorta
fueron siguiendo á las pollas, en una disforme torta ,
á las liebres y conejos, que encerraba en sus cuarteles
y á otros mil animaiejos-, seis docenas de pasteles,
de que hacen especial caso y otros varios agregados;
las musas de este Parnaso. y en fin cuando por los lados,
Hubo saimones y truchas por detrás y cara á cara
con guisos y salsas muchas , no había mas que algazara r
descollando el ajo-arriero licores, y vasos rotos,
hecho con gusto y esmero estruendos y... terremotos...
y no sin algún trabajo
por... ved la nota de a'bajo (1);
por la parle de Segovia
y hubo asados, y cocidos,
se nos desprendió, una novia,
cuyos nombres y apellidos
que no bien hubo acabado
de abrazar el nuevo estado r
(1) El caballero Manini, primer ayudante colgando aan de su cintura
del señor don Abundio Estofado, y célebre en
los fastos guisatorios por su estrema habilidad las bendiciones del cura,
«nía confección del ali-olL salió sin duda á pasco,.
dando treguas á Himeneo, muy terne y muy puesto en jarras
cuyo fiel representante ensayando el baile inglés
con mustio y triste talante , con la interesante Inés,
y abismado en lo futuro muchacha de quince abriles,
iba... fumándose un puro. cuyas gracias juveniles,
En su amable compañía hermosura y embelesos ,
llevaba una letanía nos dejaron..* patitiesos.
de hermosísimas muchachas, Vierais en dicha Babel
cuyas juguetonas fachas á Príncipe (don Miguel}
alegres sin artificio hombre de muy altas prendas,
daban muestra y claro indicio hacer cosas estupendas
de su intención, gana y prisa al bailar una cachucha
en suscribirse á L A RISA. con cierta ninfa machucha,
La ocasión la pintan calva, que en las escenas mas tiernas
así es que tras de la salva le pasaba entre las piernas
de varias frases de lujo, con sus pomposas enaguas
que entre ambas partes produjo como una perrita de aguas.
encuentro tan placentero, A Florez (José Segundo) •
puesto otra vez el sombrero, con toda la sal del mundo,
y pasada la sorpresa, aunque con dolor de muelas,
echando á rodar la mesa repicar las castañuelas
con todos sus adherentes, bailando el trípili y jota
y sin otros precedentes con la señora Carlota,
que los que encuentra cualquiera que á pesar de sus cuarenta
en Jerez de la Frontera no se perdía en la cuenta.
y otros pueblos comarcanos, Escucharais el compás
principió tal besamanos, que Manini, y veinte m a s ,
tal broma y tai zaragata, todos de la clase gorda,
que la persona sensata, daban con música sorda
que no se halló en dicha gresca... siguiendo el son del fagot
no sabe lo que se pesca. que nos tocaba Ribot;
Allí hubierais visto á Ayguals mientras entre tantas gergas
bailar.muy ligero un wals, el intrépido Villergas
sin darle las barbas pena , llevaba de rama en rama ,
con una linda morena de esta función el programa
de mucho garbo y salero; echando flores y guindas
y ¿al son de un viejo pandero á la linda de las lindas ,
Píéompañarle en el baile á la bella entre las bellas,
su hermano, que es también fraile es-reina de las doncellas,
, de la orden de barba larga , y emperatriz de casadas,
quien otra pareja embarga quien con las manos cruzadas-
de mas valor que un tesoro, pasó un tiempo tan precioso
y de cuyas trenzas de oro jutito á su futuro esposo ,
pendían con desaliño que muy taciturno y serio
arco y flechas-del dios niño. la tuvo en su cautiverio
Allí vierais á Bonilla sin permitir, ni aun por broma,
también con barba y patilla, que aquella blanca paloma
y sus verdes antiparras, bailase siquiera un sulo
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con ningún hijo de Apolo, hubiéraisme visto á mí
y en fin, entre tantas c a r a s , hacer con mucho donaire
y entre ocurrencias tan raras volteretas por el aire,
como son las q u e j o vi, alzándome en cada brinco

vK-í^tíáS&LWÍMN^ - '

de cuatro varas á cinco , volvímonos sin ruido


siedo el pasmo y el asombro cada mochuelo á su nido.
de mil gentes que no nombro El de vuestro servidor
porque no gusto ni quiero con su estampa, y su peculio
que me llamen... embustero. está en la calle de Julio
junto á la Plaza Mayor. •
Y aunque su privanza es poca,
En esto vino la noche si se ofrece algún asunto,
y á pié , en calesa, ó en coche, le encontrareis siempre á punto
en yegua, rocín , ó potro, para taparos... la boca.
un paso después de otro J o s í BERS'AT BAÍ.DOVÍ.

a&<3aasa<aa© s>s ^^sraaa^s.


Tengo para mas trabajo necesario es que yo escriba porque también me
" dos cuartos bajos , y os digo aqueja esta enfermedad tan generalizada hoy,
que muy de veras maldigo
los picaros cuartos bajos. como en otros días la gripe ó el cólera. Solo
VlLLERGAS. podia detenerme una consideración, y era la
Pues Señor : ( de algún modo se ha de comen- pequeña de si mi articulejo produciría un efecj-
zar y este le recomienda el uso.) Pues señor, to diametrahnente opuesto al que me propusie -
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se, y en esto no cabe vanidad; porque hable- en la razón que hubiese para dar el honroso dic-
mos en razón , después de tantas y tan buenas tado de Calle á la de mi domicilio q u e , con su
cosas como en este periódico se han leido, ¿qué perdón sea dicho, no pasa de una modesta calle-
debe parecer el escrito de mi humilde pluma? juela, y solo he podido hallar la deque, en una ú
La pincelada de un restaurador, asesino del pre- otra banda de la misma existiria alguna casa de
cioso lienzo; el sayón que no habla en un inte- de propiedad de un regidor de la M. H. villa que
resante drama: un remiendo, en fin, de paño convencido de la necesidad de darla importancia,
de Bejar en el costoso fraque que, como argu- (pues que hay notable diferencia entre que un
mento concluyentc de su talento, presenta en- pió de terreno valga tres reales ó ciento) enta-
greído Borrell al mas opulento de sus parro- blaría negociaciones diplomáticas, y poniendo
quianos. Mas, afortunadamente para la civili- enjuego todos sus conocimientos, lograría por
zación, L A RISA es un lenguaje tan espresivo último el feliz resultado de dar el nombre de ca-
y generalizado, que no dudamos en afirmar que lle al mísero callejón.
de no lograr se asome á los lindos labios de la Era el primer dia que ocupaba el nuevo domi-
bella suscritora aquella graciosa mueca del agra- cilio, el sol iluminaba una casa frontera á la
do , alcanzará positivamente una de las sonri- mía, que está al norte, acababa de desayunarme,
sas que cada uno es dueño de interpretar á su y dirigía errantes miradas por la estancia, pen-
manera , y esto siempre es algo. sando en dar diversas distribuciones á los esca-
Cuan dichoso será, cuánta gloria alcanzará el sos muebles de mi pertenencia ; acababa de colo-
afortunado escritor que pueda trasladar fielmen- car en un rincón mi sable, bastón y paraguas, ó
te á la posterioridad los sabrosísimos diálogos sea los tres poderes, como dice mi patrona,
con el sastre que reclama el valor de una levita, cuando en el dintel de la sala apareció un sugeto,
que fué, las bruscas interpelaciones de algún para mí desconocido, y cuya facha mostraba no
usurero en escala menor, la tiernísíma relación pertenecer á ninguna de las once familas en que,
da nuestra indefinida patrona, viuda provecta, según un sabio naturalista, se hallan divididos
que de continuo amenaza con hacer sonar la los hombres de mundo: el personage elevó su ca-
campanilla para despejar el salón si no escucha beza con orgullo, estiró la complicada corbata,
el sonido de la metálica; ó cualquier otra de las llevó las manos al estrecho pantalón, y después
infinitas delicias con que se ameniza la vida de de infinitas cortesías dijo :
los afortunados hijos de Eva que desde 1800 al —Caballero, usted no me conocerá.
dia han visto la luz en esta bendita patria de los — Cierto que no tengo ese honor.
Padres Santos y de los niños de Ecija, sin traer —Soy, para lo que guste mandar, el amante
la posdata de ser propietario mayordomo ó de Robustiana, la joven que vive en el cuarto
ó... asentista. Pero no fallará digno cantor que bajo.
trasmita tan preciosos datos históricos á nues- — Sea muy enhorabuena, y celebro saber que
tros futuros prógimos, que se desesperarán poí- en el piso bajo hay jóvenes.
no haber podido alcanzar los tiempos de tanta — Y vengo á exigir de usted un favor.
ventura y bienandanza, | Paciencia I — Yaya en gracia, murmuré, apenas he en--
Ya que no puedo yo entretener con tan agrada- Irado en esta casa y ya andamos con favores.
bles descripciones, les referiré un suceso, que —Porque el padre de Robustiana, que es un
calificarán como gusten aunque, á mi juicio, na- tirano, se opone á nuestra pasión y...
da haya tenido de gracioso. — Es necedad por cierto la del tal anciano.
Creo habrán ustedes recibido, señores lecto- —Dice que nunca permitirá que se case...
res, la atenta esquela que les he dirigido ofre- — Prodigio 1 dichoso usted, hombre de Dios,
ciéndoles mi nueva habitación; por lo tanto juz- cuántos desearíamos encontrar un padre con tan
go una redundancia el decir donde se halla s i - poco comunes pensamientos.
tuada mi humilde choza, mi pobre alojamiento, —Es verdad, pero Robustiana se obstina en
mis cuatro paredes, etc. He pensado seriamente que es preciso casarnos.
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— Y usted qué dice?
i —No señor, lo que usted va á hacer es decir -
— Qué cosas se ocurren a usted! Es el caso que 1 la tenga la bondad de volver por donde ha ve-
durante el tiempo que esta habitación ha estado nido.
desalquilada , nos bailábamos en la gloria...
—Imposible, imposible; su padre puede sen-
— Ya, y con la ocurrencia de venir á habitar-
tirla y convénzase usted de la necesidad
la, les he trasportado al infierno, y eso quiere
de.....
decir en buen castellano que desaloje, que...
—De que usted y esa señora se vayan al cam-
vaya, vaya, que esto es muy grande.
po de Guardias, y no molesten á personas que no
— No señor, lo que es... que antes nos veíamos están para fastidiarse con semejantes sande-
en este sitio, y ahora... ces.
—Es imposible que lo verifiquen? pues crea
— Silencio, por favor, no gritéis, escuchad
usted que lo siento, y si pudiese...
con que temor llama : concededme esta gracia v
— Sí señor que puede usted, y Robustiana me os juro... y el barbero se postró á mis pies cos-
ha encargado le diga... tándome gran dificultad el reprimir la carcajada;
— No tiene nada de corta la tal niña. miré á aquel hombre enjuto y estrafalario, con
—Si lo dice usted por mofa, sepa que Robus- su fraque de ala de pichón y hombreras en for-
tiana, aunque tiene30 años, no solo no es vieja ma de dragonas, y me convencí que no pertene-
sino que... cía á la clase en que se hallan vinculadas las ca-
—Concluyamos. laveradas, y mucho menos á la de los seducto-
— El encargo es que tenga usted la bondad de res. Fandilas me acosaba con sus súplicas, R o -
permitir nos veamos en este sitio cuando á ella y bustiana impaciente llamaba con mas fuerza.
á mí nos sea posible.
—Diez minutos es el plazo que concedo para
—Donosa ciertamente es la exigencia. ¿Usted
vuestra entrevista ; yo estaré presentey...
cree por ventura?...
—Mucho se lo agradezco á usted...
—No señor, no creo nada; pero necesito ver á
—Agradece á que mi patrona no está en casa.
Robustiana.
Oh! si supiese... pero no ¡o sabrá que aun de-
—Y ha encontrado que mi casa es la mas ade- be tardar un buen rato.
cuada para sus visitas nocturnas y criminales.
En esto apareció en la sala Robustiana. Figu-
Pues amigo se ha llevado usted un solemne chas-
raos, amables lectores, una muger de la edad ya
co -. no puedo ni quiero complacerles, y espe-
dicha, de tez acobrada, de mal gesto y aspecto
ro
desagradable, sobrecargada con multitud de
— Sí señor, debe usted esperarlo; á su car- adornos y cintas, cuya poca gracia y mala dispo-
go irán las consecuencias, porque es muy poca
sición revelaban á tiro de ballesta ser obra de
caridad, y si usted hubiera necesitado de mi
casa , y de casa de mal género. Después de una
oficina ó de mi ciencia , seguro podia usted ha-
reverencia, Robustiana condujo á Fandilas á un
ber estado de ser servido. Pero hay mucha di-
estremo de la sala, y comenzaron una animada
ferencia entre un cirujano y un hombre como
discusión, aunque preciso es decir por honor de
usted.
la verdad histórica, que ella únicamente habla-
—Usted es cirujano, tal vez el de la esqui- ba, pues el cirujano solo contribuía con algunos
na?... monosílabos y multilud de inclinaciones de ca-
—Sí señor, soy Fandilas... ;ay Dios mió! ¿no beza en señal de aprobación. Por mi parte can-
escucháis unos golpecitos? taba á media voz, y revolvía los papeles de mi
—Cierto, cierto: eso qué quiere decir? mesa para distraerme del poco grato papel que
—Robustiana que viene. estaba representando.
—Pues digo á usted que no se detiene en pe-
Transcurrieron algunos minutos cuando se e s -
queneces; natural era que esperase.
cucharon desaforados golpes en la puerta, y aun
— Tiene un carácter muy impetuoso: voy á
mas desaforadas voces, que inmediatamente fue-
abrir la puerta.
ron conocidas, pues Fandilas se tapó los ojos y
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Robustiana lanzó un grito lastimero. El momen- personas de aquellas que siempre encuentran un
to era una verdadera crisis que yo juzgué lo mas placer en ver renegar al prójimo, se habian i n -
conveniente que avanzase á su fin: resueltamen- troducido en la habitación formando una barre-
te me dirijí á la puerta y di libre entrada al pa- ra de carne humana, que difícilmente pudo rom-
dre, q u e , según la facha y cierto olorcülo, debía per un destello de la autoridad municipal, vulgo
ser almacenista de aceite; el buen hombre sin Alcalde de barrio, que no tardó en presentarse
cuidarse de mí, continuó gritando: ¡Dónde se atraído por el alboroto. Gran triunfo consiguió
hallan esos infames, dónde están que los voy á con escuchar y ser escuchado, pues se mezcla-
asesinar!... i ban formando un coro infernal los agudos chi-
—Padre, perdonadnos. I
—Sí, dijo el barbero, perdonadnos. 11 idos de Robustiana con los suspiros mayúscu-
—Seductor, hombre sin conducta, ahora reci- los de su amante, los denuestos y amenazas, en
birás el premio de tus maldades, dijo, y se lanzó tono de sochantre, que espresaban la ira de la
patrona con los gritos del padre interpolados de
al sable que estaba en el rincón ; yo temiendo los
asmáticas toses y mis espresivas interjecciones
efectos del furor paternal me interpuse, d i -
con los ruegos de algún oficioso redentor. Por
ciendo : fin, fueron entendiéndose y escuché á Robustia-
— Conténgase usted y respete se halla en casa na que decia:
que no es la suya. — Señor: este joven y yo somos víctimas de
—También con usted me las habré, encubri- una pasión...
dor. —También yo, murmuré.
— Señor mió, lo que estoy yo... —Y mi padre se opone á la realización de
—Es contribuyendo á la perdición de mi hija. nuestros honestos intentos-.
—Cese usted en sus insultos, pues de no... — ¿Ustedes quieren casarse? dijo el Alcalde.
—Se lo diré á usted cien veces, sí señor. — Sí señor, y Fandilas no es ningún perdido,
Yo conocía que el hombre tenia razón y qui- pues tiene su tienda de cirujano muy acredi-
se hacerle entender lo que habia ocurrido; pero tada.
el anciano no lo permitía, pues continuaba d i - —¿Qué dice usted, como padre que es de esta
ciendo : joven ?
— ¿Todos son ustedes contra mí ? pues bien yo — Debo decir, que si sus fines son esos
haré que se me respete, y abriendo el balcón co- ¿qué he de hacer? renunciaré á mi vengan-
menzó á gritar con mas fuerza ¡ favor! ¡socorro! za sean ustedes todos testigos: que s e c a -
¡ vecinos! ¡socorro!... sen.
—Escuche usted, hombre de todos los dia- Y se mudó repentinamente la escena, mi p a -
blos... trona dirijia miradas de asombro al convencerse
— ¡Padrel... de su error; los amantes, es decir Robustiana,
—Vecinos 11!... se mostraba gozosa, pues que Fandilas conti-
¡Oh! para colmo de la desesperación, en nuaba imperturbable tapándose los ojos. Res-
aquel momento fatal se presenta mi patrona y pecto á mi persona solo diré que creí en con-
escucha que el motivo de la algazara es una s e - ciencia que todo habia sido una trama diabólica
ducción, y juzga que el reo soy yo, y que el tem- para casar al barbero que era la verdadera víc-
plo donde se ha quemado el mal incienso es su tima de aquel drama; mi patrona requirió con
casa, y grita también y patea y prodiga insultos buen modo á los profanos abandonasen el terre-
y amenazas, y su furor crece hasta el punto de n o , lo que verificaron en estremo disgustados
enarbolar mi bastón, y yo aturdido de tantas vo- del desenlace de aquel suceso.
ces y queriendo oponer alguna defensa al sable Robustiana con gestos y monadas empalagosas
del padre y al bastón de la patrona, alzo el para- me suplicó, en gracia de mi condescendencia,
guas y me pongo en ademan hostil... que asistiese á su boda , yo deseando librarme
¡Momentos de horrible confusión! algunas desús importunidades, ofrecí cuanto quisieron,
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y si ustedes, amigas lectoras , no están tan fas- EL WALS.
tidiadas como yo roe hallaba en aquel momento,
puede suceder que asista a l a función para l u e -
go tener el singular honor de referírsela á u s - Wal sernos Ya buena
tedes. aprisa, te sientes!
JOAN GARCÍA DE TORRES. qué risa! No intentes
bien va. huir...
Del mundo Ay! que otro
SONETO. riamos, mareo
sigamos te veo
ja! j a ! sufrir!

El baila No importa,
da aliento ^valsemos,
contento gocemos
sin fin : placer:
las almas y siga;
escila me agrada,
y quita oh amada,
su esplín. correr.
t
Tu esbelta Wals grato,
cintura «o acabes;
procura no sabes
no huir; que así
y en tanto en dulce
retozo recreo
de gozo la veo...
reír. ay de mí!

Disfruta En vínculo
placeres, estrecho
si quieres, de! pecho
No bien chupaba el lácteo pezón, mi bien; mi afán
sufrí sin lloro el agua bautismal; conmigo se calma;
sufrí de mi nodriza lo brutal, bailando, y abrazos
sufrí de mis pañales la presión: gozando mis brazos
Sufrí mas adelante el sarampión, también. la dan...
la palmeta de un dómine infernal,
la esclavitud del lazo conyugal Sosiégate En noche
y de una suegra-cráter la erupción. mi alma, como esta
Sufrí de un mal poeta la altivez, y caima de fiesta
sufrí la ineptitud de un parlanchín, tu ardor: y danzar:
sufrí insultos de un crítico soez... mareo que al goce
Hasta el cólera-morbo sufrí en fin, te ha dado! se ajusta
mas no puedo sufrir la pesadez -cuidad >>... me gusta
de un aprendiz de música y violin. mi amor. gozar! I...
WENCESLAO AYGUALS P E UCO. MOXE/.DMA.
UNA GARANTÍA. a s í , de pronto un placer,
( no sé si placer seria :
pero me gustó pardiez).
Hija de un difunto padre En fin, me enringlo tras ellas,
y de una casi muger, ¡por vida de Lucifer!
dio Manuela en la manía que el saber donde vivían
de casarse... ya se vé. carito me costó á fé.
Dejado de Dios sin duda, Por espacio de hora y media
el novio tenia que ser, el oso tuve que hacer ,
y así pensó echar Manuela (y lo peor no fué el oso
á mi garganta el cordel. porque esto me sienta bien).
Se empeñan en que me case; Sino que ya me cansaba
pero conviene saber de caminar tanto á pié,
por qué me caso y el cómo, desde la iglesia del Carmen
con qué objeto y para qué. al barrio del Avapiés.
Porque el casarse requiere, Llegan por fin á su casa
(ó yo no entiendo lo que es) (quiero decir de alquiler)
algunas esplicaciones porque eso de su demuestra
antes de decir amen. propiedad, y no hay de qué.
Pues señor , un día en misa A. tiempo de entrar en casa
me pisó, sin mas poder, me dan ganas de t o s e r ,
en el vigésimo callo Manuela vuelve la cara,
Doña Mercedes Gatél. se sonríe, yo también,
Tan de firme me sentara ¥ á través del velo espeso
sobre el mió el tosco pié, que me ocultaba su tez ,
que á pesar de ser de dia interpreté una mirada
mil estrellas me hizo ver. por «Abur, hasta después»
Me quejo; pero ella al punto Dicho y hecho, por la noche
me dice «perdone usted » ; en un baile la encontré,
y tuve i vaya una gracia 1 pero no de Villahermosa,
que responder «nohay de qué.» sino en casa de Miquel.
Sucedió después de misa Allí tuve la fortuna
lo que suele suceder, (la desgracia fué después)
y llegamos casi á un tiempo de contemplar mas de cerca
del agua bendita al pié. de Manolita el desden.
Voy a tomar de la pila: Me pareció que me oía
y con mucha candidez con un poco de interés,
me aparta el brazo la hija y en un verbo cuatro verbos
queriendo tomar también. y un dativo la endosé.
«Permitidme, alma cristiana, £n efecto, por pasiva
dije, dulce cual la miel, volvió los verbos también,
que tengo yo agua bastante y allí el demonio sin duda
para que se moje usted.» se puso 4 hacerme el cordel.
Llegó á mis dedos los suyos, Su mámala habia dejado
luego su madre, y después... de una vecina á merced ,
me dieron ambas las gracias quedándose sola en casa
y respondí «no hay de qué.» con el rosario y rapé.
La tal chica me causara Me gustó la independencia,
y así nos fuimos los tres desde aquella noche en que
á tomar un refrigerio tiró el diablo de la manta
á una especie de café. y se descubrió el pastel.
Que dió en liamar á dos mesas Pero yo que corro mucho
y un pipote de Jerez , (entiéndaseme el correr),
el vulgo que asiste ufano tengo para mí que corre
a los bailes de Miquel. aun mucho mas ella que él.
Siete copas (y cuidado Mauricio, Santos, Mateo
que no éramos mas de tres) me lo dijeron ayer,
me puso á la cuenta el mozo y á este ilustre triunvirato
y sin gtirgutar pagué. hay que dar cristiana fe.
íbamos á entrar de ¡suevo Sin embargo, se ha empeñad»
en el salón otra vez , Doña Mercedes Gatcl,
cuando ei cotillón anuncia en que yo soy un j u d i o ,
que ya iba á amanecer. por un capricho tal vez.
Tuvimos por conveniente — Mi hija es de buena casa
abandonar el burdel, sí señor, sépalo usté.
y pian pianino nos vamos — Convengo en cuanto á la casa,
al barrio de! Avapiés. aunque la escalera, pues,
— Vaya chica , que descanses... Se encuentra un poco gastada
— Estoy á los pies de usted... de sostener tanto pié...
— Ustedes hagan lo mismo..; y no digo que esto tenga
— Que no haga daño e! Jerez... con Manolita que ver.
Se retira la vecina, Pero yo no soy, señora,
y de la puerta ai dintel de esos tontos que en la red ,
nos deja muy satisfecha déla apariencia engañados,
de mi cara y proceder. caen en un dos por tres.
¡Manuela sola conmigo! Que Manolita no tenga
¡ amantes los dos! pardiez , muchas ganas de comer,
que cada cual con esmero que por su gusto, ó el ageno
desempeñó su popel. no pueda traer corsé,
Hubo aquello de «te juro... Que la tenga por un ángel
— Hermosa, juro también... ó una diosa en el Edem ,
— Pero al cabo tú eres hombre... á quien convierte en demonio
—Y tú, Manuela, muger. en la escalera después.
Pe modo que nada falta Esas son cosas de bulto,
para ser felices, pues, y juro por Lucifer...
sino que me quieras mucho... mas perdone usted, señora,
— Y t ú , que me quieras bien... esta alusión...—No hay de qué.
El portal estaba oscuro , — Digo que en cosas de bulto,
y yo no fuera cortés Doña Mercedes, no sé
si no ofreciera mi ayuda por donde se entra y se sale...
en casos de lobreguez. — Eso es mentira pardiez.
Emprendérnosla escalera, — Será, convengo, mas nunca
pero ¡ ay 1 que se le fué un pié : su yerno llegaré á ser,
otro á roí; vaya , el demonio porque no quiero una suegra
que nos puso allí el cordel. tan bonaz como es usted.
Nueve meses transcurrieran Haya demanda de agravios,
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y á la presencia del juez LA FAMILIA DE LOS VICE,
relate allí la vecina
lo del baile de Miquel,
DE LOS SUB Y DE LOS EX.
El aguador por seis reales
sea testigo también; Todo en el mundo es música. Esto no quiere
y por doble un escribano decir que el mundo es una sífonía ni que todo
diga que vio y que da fé.' en el sea música celestial; lo que quiere decir es-
Salga sentencia de boda to es que el mundo está compuesto de escalas con
ó á las armas; está bien, sus puntos y medios puntos, bemoles y sosteni-
primero que ser... ¿lo digo? dos. Si se consulta á los naturalistas, hallare-
reniego y me voy á Argel. mos que desde el reino mineral al vegetal hay
Con que así, señora mia, muchos cuerpos que se confunden entre la iner-
lo mas que yo puedo hacer cia y movilidad de tal modo, que nadie sabe de-
es tomar Ja sesta parte finir á qué reino pertenecen. Los hay que por
bajo mi protección ¿eh? una escala la mas lenta imaginable se van s e -
¿No agrada? lo dicho dicho, parando de la materia inerte, hasta llegar á la
no me venga usted después mas perfecta de las plantas, y los hay q u e , t e -
con aquello de «judío, niendo mas vida y mas espontaneidad en el m o -
mal caballero...» por que... vimiento, pero con una forma estraña á los ani-
Tan aburrido me puede males y á las plantas, vienen á ser cuerpos a n -
su lengua infernal poner, fibios ó hermafroditas entre el reino animal y el
que por quitarla esperanzas vegetal. Sucesivamente y por escala rigurosa se
me case hasta con el juez. observa la marcha progresiva de los seres hasta
Me víó ya tan decidido el más perfecto conocido, que es el hombre:
que me contestó: «está bien, pero de modo que de uno á otro animal es tan
ponga usté una garantía córtala diferencia, como sensible, cuando e n -
escrita en este papel.» tre dos puntos de comparación quedan dos ó tres
intermedios. De un europeo, por ejemplo, á un
negro de Guinea, no hay mas diferencia que la
«Yo don Fulano Engañado, del color; así comohay monos que distan muy
«que vive calle del Pez, poco de los susodichos negros; y sin embargo,
«digo , que la sesta parte comparado un mono con un hombre , se advierte
«de... (ya se sabe quién es...) una inmensa diferencia. Yo tengo para mí que al
«Me pertenece, y por tanto cabo de los siglos ha de venir otro ser mas perfec-
« mi protección la daré. to que el hombre por razón de esa escala de per-
«Madrid veinte de diciembre fectibilidad, y que á medida de la perfección en
« del año cuarenta y tres. la forma humana, será también mas aventajado
«Dado en un cuarto boardilla en sus cualidades morales.
«mas miserable y soez, Tratando solo de la escala del hombre con r e -
«que todos los cuartos bajos lación á su categoría en la comunión social, que
«del barrio del Avapiés.» es el objeto de este artículo, lo primero será ha-
blar de los puntos musicales , fijos, determina-
dos é inalterables, y lo segundo de los modifica-
Esta es otra cosa ¡ vaya! dos, intermedios, mistos ó furrieles, es decir,
¡ yo casarme ! no pardiez , entre cabos y sargentos.
que ha de haber esplicaciones Desde luego todo cuerpo necesita una cabeza,
antes de decir amen. toda nación un gobierno y toda sociedad chica ó
(i. OBTIZ. grande un centro directivo: parece que he dicho
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tres cosas , y n o he dicho mas que una. Al que no es tanto el trabajo que le cuesta al pueblo el
represéntala primera dignidad de una reunión pronunciar vice-presidente, vice-secretario, r i -
de hombres, se le llama director porque dirige, ce-cónsul, sub-seeretario , sub-director, s u b -
ó presidente por presidir; pero como un hombre prefecto y sub-diácono, como el mantener a u n a
solo no puede reasumir todos los poderes en sí, familia tan numerosa como la de los sub y los
claro es que necesita otros agentes subalternos vice reunidos.
para dirigir la máquina social, y de aquí nace Hay disputas sobre cual de las dos razas es
ese eslabonamiento de jerarquías que, semejan- mas perjudicial á los intereses del pueblo; yo
tes á una progresión geométrica decreciente, creo que las dos son f cores, como decia el i n -
cada una va teniendo mas valor que todas las in- mortal Fígaro; y que si marchar de los sub á
feriores juntas. los vice es ir de Pílalos á Herodcs , ir de los vice
Ahora bien: una sociedad ¿podría regirse con á los sub es volver de Herodes á Pilatos. Sin em-
los empleos absolutamente necesarios? Claro es bargo, la raza de los sub es á la de los vice , lo
que sí, y claro es que no, y liaré ver que ningu- que los antropófagos á nosotros en sociedad, lo
na contradicción envuelve la respuesta. Cuando que el veneno al azúcar, lo que los gobernantes
el hombre fuera tan virtuoso como le concibiera á los gobernados , lo que los frailes á los hom-
Rousseau en su mundo ideal, justo en el ejerci- bres.
cio de sus derechos y dócil á los deberes, es evi- El sub es un ente fantástico que recorre todas
dente que la sociedad no admitiría un cargo su- las clases de la sociedad para atormentarla. Es
pérfluo; pero como por desgracia hasta el dia el símbolo de la inquisición; penetra por la m e -
estamos dotados de pasiones mezquinas y mise- nor rendija de las casas, intercepta toda comu-
rables; como nos devora la ambición de figurar nicación y escudriña y tasa todos los artículos
de donde viene la avaricia del oro, ha sido pre- comerciales é intelectuales sin conocer los artí-
ciso satisfacer con empleos lucrativos y honores culos de la fé. Fácilmente inferirán ustedes que
pueriles, las exigencias de los mal contentos el sub de que voy hablando es el «<Z>sidio. No
con un orden de cosas justo, racional y equi- sé cómo hay hombre que quiera comerciar t e -
tativo. niendo que pagar el sa&sidio de comercio; y al-
Un presidente y un secretario bastan para r e - guno conozco sumamente industrioso, que se
gir un cuerpo legislativo; pero así como un chi- hace el tonto porque no le saquen él su&sidio in-
quillo tiene envidia cuando la madre acaricia á dustrial.
sus hermanitos, y una mujer siente los agasajos Si la nación no prospera: si la patria no se
que á otras se dispensan, también hay hombres desempeña, ni consigue ni conseguirá la suspi-
que sienten no ser los predilectos. Estos hom- rada nivelación de !os gastos con los ingresos;
bres me parecen á mí niños que han crecido culpa es del sub, que á imitación de los rios
mucho, ó mugeres vestidas de hombres. Sean lo grandes que se aumentan sorbiendo el agua
que fueren es preciso contentarlos, y para con- de los pequeños, con el dinero de muchos p o -
seguirlo debió crearse el innecesario cargo de bres llénala bolsa de pocos agiotistas. Este sub
vice-presidente; y no satisfechos con halagar á tan aristocráticamente parcial, tan injusto y tan
u n o , prolongaron la escala de la vice-presiden- enemigo del tesoro público es un sub femenino
cia hasta el infinito, contando algunos congre- llamado «subasta» que ha parido muchos hijos
sos , Yice-presidentes á docenas. varones llamados «subarriendos» tan parecidos
La familia de los vice es hermana carnal de á la madre, que entre todos han sumido el estó-
]a de los sub, ó lo que es lo mismo la familia mago de los pobres en un mar de Yiento donde
de los sub es la misma que la de los vico, que infaliblemente serán victimas del temporal, si
trae el mismo origen, hace el mismo papel y so- Dios no lo remedia. A esto de sw&arriendos y
lo se diferencia en la pronunciación. Se dice íu&astas dan la discúlpalos subarrendatarios y
V. gr. vice-reetor, porque no se pronunciaría subarrendadores de que amor con amor se paga,
con tanta facilidad sub-rector, á pesar de que y que un sub mata otro sub, poique sin una s u -
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basta el gobierno no podría subvenir á las nece- nos soplaremos en el coche y los caballos y el
sidades, ni swJsanar los perjuicios de una su- cochero serán los que se mojen. ¿Hace calor? no
¿levacion. importa mientras haya nieve en los pozos. ¿ P r e -
Vamos con la familia de los ex que es la mas gonan? que pregonen, con los ricos no se han de
numerosa que se conoce, como que de trece atrever, y si se atreven todo lo arregla el dine-
millones de habitantes, puede que pasen de ro. ¿Le convidan á un entierro? entretiene álos
quince, millones, los seres que pertenecen á esta del pésame con cuentos y chascarrillos. En fin,
raza, y lo probaré. Claro es que un hombre no ve alegría donde el pobre tristeza; imagina deli-
es mas que un individuo; pero como hay Fula- cias donde el pobre desgracias, y así como para
nos García de García ó López de López y du- el pobre todo es luto y desolación , para el rico
ques, grandes de España seis 6 siete veces, tam- todo bataola, boda ó bateo.
bién hay españoles emparedados en tabiques de Así cuando vemos un rostro compungido y
ex, ó que tienen el ex por lodos cuatro costa- exánime decimos: qué cara de exclaustrado t i e -
dos. Puede uno ser ex-reaüsta, ex-nacional, ex- ne ese hombre; parece un alma en pena , mur-
diputado y ex-ministro, y si por la prodigalidad murando para sí: taime verás que no me cono-
de títulos y tratamientos, es ademas excelentí- cerás.
simo señor, cuenta un ex porcada sentido. Por último los ex dicen á los mee lo que los
La familia de los ex es el vice-versa de la de viejos á los niños: allá llegarás ó la vida te ha
los snb y de los vice\ porque esta impera mien- de costar; porque no hay empleado que no pare
tras aquella anda de capa caida, y así se les co- en ex-empleado y á fé que bajo este punto de
noce á todos hasta en el rostro. Un hombre en vista no sé quién de las dos familias es mas gra-
el mando es una flor en la primavera, un hom- vosa á la nación, yo creo que la de los ex por
bre en la desgracia es un árbol en otoño. ¡Qué ser mas numerosa y porque trabaja menos,
satisfacción ! ¡qué superioridad hay en la cara pues todas las rentas de España no bastan ya
de un poderoso! ¡Qué melancolía en las faccio- para pagar á ex-gefes políticos, ex-ministros,
nes del que no tiene dinero ! ¡Qué distinto h o - ex-claustrados y ex-cedentes.
rizonte presentan las cosas á los unos y á los
JUAN MARTINE? YJI,LEKGAS.
otros! A un pobre todo le sienta mal; si llueve
¡malo ! porque no tiene mas sombrero que el
que lleva encima y otro, y el otro es el que l l e -
va encima. Si no llueve ¡malísimo! porque se ROMANTICISMO.
perderá la cosecha y andará el pan por las n u -
bes. Juzga del humor de todos por el de sus tri-
pas , y cree que nadie tiene gana de broma, por-
que él no la tiene, y así cuando llega alguna
UNA ESCENA DE HORROR.
festividad, como ahora la de san Isidro, suele
DOÑA MENCIA. — DON TELLO.
decir: n o , pues este año poca gente irá á san
Isidro, no está el tiempo para diversiones; y
Se alza el telón: el teatro representa
precisamente aquel año sedesploma el pueblo de
la sala de madama... no sé cuantos.
Madrid en la campiña del santo. ¿Viene el aire
(El autor de su olvido se lamenta;
gallego? malo, porque se helarán los trigos.
mas tiene de estos tantos!...)
¿Viene solano? paor, porque se quemarán los
Brilla do quief la seda trasparente,
garbanzales. ? Oye un pregón en la plaza, o v e
do quier el rico terciopelo brilla
un bando en las esquinas? Corriendo á ver qué
y el oro resplcndente
dicen, por si mandan barrer las puertas de la
(Nota esencial: la escena es en Castilla).
callea todos los pobres, ó arrojarse por el bal-
Todo, en fin, rebosando de elegancia;
cón , á fin de obedecer antes que pidan un duca-
aquí reina el ornato, aquí la moda!...
do de multa. El rico abreves; ¿llueve? que llueva
(Soy perito., lector; no he estado en Francia
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pero en los mapas, si, la he visto toda.) —Tenedla lengua , por piedad, señora,
Cuadros, sillas... et celera, que creo no hagáis á mi valor tamaña injuria ,
que el juicioso lector me habrá entendido, —Don Tello, vive Dios! —Juráis a h o r a ? . . .
y tanta frase inútil y rodeo — Queréis callar? —Si lo exigís...—Lo mando.
á mi corlo entender no es mas que ruido. Idos de aquí (la cólera me abrasa !)
A la vista del público ilustrado no pengais mas los pies en esta casa.
aparecen mis héroes... brava fiesta! —Comprendo: algún galán.—Y osáis hablarme?
j a la presiente el patio entusiasmado; —Me despedís... adiós! (voto á los cielos!)
cesó el motin enmudeció la orquesta. Guay, ingrata beldad, sabré vengarme
Ambos á dos ilustres personages y e n sangre impura sofocar mis celos,
visten modernos trajes Adiós!... qué !... no me oís? adiós, Mencía!
y ante el pueblo que atiende embebecido, Tu amor fué una ilusión, mi bien quimera...
en sesión permanente, Tú has roto mis ensueños!.'! — Todavía!
entre otras cusas de que yo me olvido Yo os daba ya, Don Tello, en la escalera.
se dicen lo siguiente: En fin... no os vais?—Piedad! — Idos!—Espera.
Una palabra mas! — Oh! No! — Tirana I
— Ya era tiempo , señor, no os parecía? — Pronto , salid, ó por quien soy, don Tello,
— Me aguardabais , señora'? — No , á fe mia. que os mandaré arrojar por la ventana.
— Qué indiferencia tan cruel! —Sin duda. Burlar pensasteis mi pasión oincera?
— Oh! lo decis de un modo!... esa ironía... Rondabais de otra dama los balcones?
—No tal.—Será aprensión.—Eh ! quién lo duda' Dábaisla dulces músicas, perjuro!
—Ah!no, vos me engañáis!—No fuera estraño; Y alegrabais su calle con canciones?
no lo hacéis vos conmigo? — Yo, señora ! — Loca estáis , vive Dios! —Vos sois la causa.
que así olvidéis mi amor! ay! cuántas veces, Pero no, no os reiréis ! — Yo no me río.
tibia al pintar vuestras queridas rejas, Líbreme Dios! —Me vengaré, lo juro!
con su alba luz me sorprendióla aurora —Os voy á repelar! — Virgen de Atocha!
lanzando al viento mis ardientes quejas 1 Si me sacáis con bien de tanto apuro !...
Cuántos y cuántas la tranquila luna —Oh ! no tenéis vergüenza?... Así á mis ojos
vióme á la orilla del sonoro rio os presentáis sin miedo á mis enojos!
con mi dolor , con mi pasión á solas, Tan débil me juzgáis... soy una fiera!...
y oyó mi voz y contempló mi llanto os echaré á rodar por la escalera !
acrecentando las revueltas olas ! —Tened! — Castigaré vuestra osadía!
— Sois elocuente, á fe. — Doña Mencía ! —Tendréis valor...—Pues no?... Voy á probarlo.
— Callad, monstruo, callad , ó vive el cíelo — Oh! no os incomodéis... por Dios, Mencía!
que en mi cólera justa, aunque impotente, Os conozco tan bien !... cómo dudarlo ?
habré de confundir vuestra osadía, —Huid ! tomad la puerta! —Eso es muy justo.
con tan fiera falsía (Me adivinó sin duda el pensamiento.)
correspondéis á mi cariño ardiente? Siempre me desvelé por daros gusto.
venis de ver ahora —Qué hacéis? —Obedecer; marcho al momento
á mi rival, decid ? — Por Dios , señora! —Vais á ver á madama?... hablad ! (yo rabio!)
—Todo lo sé; tu fámulo... apartaos! —Sí... voy... tal vez... —Infame, sella el labio.
— Juzgáis... soy incapaz... — Harto lo veo. I Así mi amor en tu demencia ultrajas!
—Me haréis desesperar! —Desesperaos. Con que quereisjugar con dos barajas?
— Y pudisteis creer... — Todo lo creo. No, no saldréis!... de la venganza impía
— Ha sido «n cisma! — No, no ha sido cisma ; dentro del corazón arde el deseo...
Tiembla, infeliz, te romperé la crisma! Llegó del crimen el tremendo día!
— Oh! no hagáis tal. —Teméis? tanto os aterra Un mar de sangre ante mis ojos veo!
de una flaca muger la ardiente furia? A la lid, á l a l i d l . . . en su braveza
mil falanges avanzan... la Vitoria ALLÁ VA ESO.
con su laurel circunda mi cabeza,
cubre mi frente el pabellón de gloria!
Flota á los vientos mi pendón de muerte , Pues el diablo me saca
tiende la niebla su gigante velo... de mis casillas,
— (Tiemblo!) —El villano con asombro inerte templaré la carraca
rueda ante mí... la tempestad retumba con seguidillas.
y honda surcando el fulminante cielo, Alsa, pilile;
abre á sus pies aterradora tumba. y el que tenga farola
Do quier domina mi furor!—Señora!... que despavile.
—El e s , é! es! traidor, no os lo decía?
Os voy á repelar!!! temblad ahora. Prendiéronme de amores
Paca y Manuela,
Nicoiasa y Dolores ,
Luisa y Adela...
Con viento vario ,
daré vuelta en dos mases
al calendario.

Afirmé á tres gallegos


ante testigos,
que en Madrid á los ciegos
les daban higos;
Y en tres minutos
se sacaron los ojos...
pero ¡qué brutos!

Por ahorrar competencias,


según infiero,
entre todas las ciencias
¡ viva el dinero !
Que siendo rico
es doctor in utroque
cualquier borrico.

— Mencía, por piedad!—No soy Mencía! AI dinero (y se asombran


Llegó el instante á mi venganza fiera!... de oirlo muchos),
Rodad monstruo feroz, por la escalera. educación le nombran
los que están duchos;
Y diciendo y haciendo Yo al que se asombre
sobre t¡] pobre Don Tello, se abalanza, le haré ver que algún sabio
sus agudos clamores desoyendo le dio este nombre.
en el ciego furor de su venganza.
Del público risueño ante los ojos Si de nn baile te alejas
queda el campo cubierto de despojos: triste y mohino,
suena un silbido, un ciento le contesta, notan niñas y viejas
cae el telón y acábase la fiesta. «ha estado fino!»
FRANGISCO CEA. Mientras tú notas,
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458
no faltas de finura, por andar en las eras
sino de botas. cojióme el trillo.
FLORENTINO SANZ.
Con espresiva seña
me dijo Luisa;
I qué gente tan risueña EL AMIGO PEGOTE.
Ja de La Bisa!
Y esta señora
por ostentar los dientes Así que pur contrario de mas brío
tengo, queridoPolo, al que me casa
es suscritora. que al que me saca al campo en desafio.
QüEVEDO.
Lo entienden, y de veras,
muchos amantes Un amigo pegote es un verdadero enemigo ; es
amando á las guanteras, el que arroja Ja piedra y levanta la mano con
por tener guantes, otra, y está continuamente hiriendo y preserva-
Y yo, bellaco, do siempre del ataque por el velo con que encu-
rondando á una estanquera... bre sus tiros. Los halagos de un amigo pegote
¡compro tahaco! son confites dados con trabuco que estarán, todo
lo dulces que se quiera, pero matan á corta dis-
Conozco yo á una moza tancia. No hay medio de deshacerse un hombre
délas mas ternes, de enemigos así; porque no entienden las indi-
que con Paco retoza rectas, y se hacen los desentendidos álos desde-
todos los viernes; nes con tal serenidad de ánimo, que les autoriza
Y así concilla para ejercer sus crímenes confiados en la impu-
el uso de la carne nidad. Al contrario sucede con el enemigo que
con la vigilia. no se disfraza, porque se le ve venir y se pone
uno en guardia hasta llegar una vez á las manos;
«Dame un beso, Quiteria,» lo cual da á unos y otros carta de seguridad para
dije muy tierno; en adelante.
y la moza muy seria, Tengo yo un amigo de la especie de los enemi-
«le daré un cuerno !» gos disfrazados, cuya carga no me es ya posible
Y be respondido: soportar sin que me ocurra medio de libertarme
no serás tan escasa... de ella; porque todos los he tentado infructuo-
con tu marido. samente. Ni las indirectas del padre Cobos, ni
los insultos mas marcados bastan á librarme de
Vuelve, J u a n , las espaldas, su sombra que me persigue sin cesar, interpre-
cubre la vista; tando todas mis pullas y claridades como chan-
tentaciones con faldas... zonetas hijas del buen humor. Si alguna vez le
Dios nos asista!... avergüenzo delante de gente, todos nos ponemos
Pues es notoria colorados menos él, j cuando esperan los demás
que va en tales pecados que tome el sombrero y se vaya, salta muy s e -
el Purgatorio. rio: |qué aprensiones tiene este demonio 1 ¿Ven
ustedes eso que está diciendo? Pues es hombre
Encerrado con llave que no se halla sin mí.—Y esta es una verdad
me estoy en casa; como un templo, porque le encuentro en' todas
el señor solo sabe partes. Esto me da tanta ira que hasta de repli-
ío que me pasa! carle se me quita la voluntad, y entonces él en-
Ye! estribillo, greído con mí silencio dice; ¿ven ustedes? el que
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calla otorga. ¡Anda camastrón 1 si no fuera por faltaba para ser un verdadero preso. Dos meses
mí, cómo te verias tú?—Y qué quieren ustedes hacia una vez que no podía pagar á la patrona
que se haga eon un hombre así? No hay mas que ni tenia esperanzas de adquirir dinero por n i n -
dos caminos: ó dejarle ó matarle. Si le dejo me gún lado. Gracias que la infeliz era prudente y
está dando cordel para ahorcarme el dia menos conociendo mi posición, la respetaba en medio
pensado, y si le mato me ahorcan de fijo. Aquí de sus apuros; pero llegó un dia en que ya no
viene de molde el cantar pudo mas, y me suplicó la proporcionara algo
aunque no fuera todo. Yo porque no dijera, t o -
Si me miras me matas
mé la capa y salí á ver si encontraba alguna co-
y si no también;
sa; pero ¿qué habia de encontrar si nada se me
de todos modos muero
habia perdido? Por otra parte ¿á quién pedia
con que... miramé.
yo prestado si todos mis amigos estaban tan t r o -
Cuando vine yo á Madrid que no tenia cierta- nados como yo? Salí sin embargo á hacer qué
mente á donde volver los ojos para ganar una hacemos, sin saber si tirar por la calle déla Pa-
peseta, me veia lo que se llama entre la espada ciencia ó por la Costanilla de los Desamparados;
y la pared. Andaba huyendo de todo el mundo todos los caminos me eran iguales. Por fin me
por no verme en la afrenta de recibir obsequios interné en el barrio de Buena-dicha ,' siendo yo
sin poder corresponder á ellos. Dormia de dia y el rigor de lo contrario , y no tuve tiempo para
me levantaba al anochecer como los murciéla- meditar en la crisis del momento, cuando vi un
gos, con mas vista que un lince, mas oido que hombre que venia hacia mí con los brazos
los gatos, y mas coraje que los gorriones. Salía á abiertos. ¡Gracias á Dios! dije y o , que sin duda
dar un vistazo por esas calles para consuelo de encontré la buena dicha ; pero cual fué mi t r i s -
tripas sin atreverme á concurrir á tertulia a l - teza cuando me encontré con un amigo de la n i -
guna. Los cafés eran sitios vedados para mí por ñez que me dijo ¡ cuánto me alegro de ver á u s -
dos razones; la primera por no verme en el com- ted! porque acabo de llegar y no tengo casa
promiso de tener que convidar á alguna perso- conocida, y por un olvido involuntario me he
na, y la segunda por si los mozos me equivoca- venido sin dinero. Yo no sabia cómo evadirme
ban con otro que se hubiera ido sin pagar, y me del compromiso; porque de buenas á primeras
daban una manta de las que no se hacen en Pa- decirle duerma usted en la calle, era una atroci-
lencia. Aun en la calle peligraba mi seguridad dad, y calculando que ofreciéndole mis servi-
personal, y eso que todavía no soñaba en escri- cios con frialdad no aceptaría nada, le hice los
bir el Baile de Piñata, y andaba con tanta cau- cumplimientos de costumbre: amigo, yo de poco
tela como reo de lesa magestad en un gobierno puedo servir, no obstante en la calle de tal, nú-
absoluto. Hasta los dedos se me hacían huéspe- mero tantos tiene usted su casa.
des; cuando de lejos veia uno que me pare- — Con mucho gusto iré á hacerle compañía
cia haberle visto en otra ocasión, me pasaba á todo el tiempo que esté en Madrid ; tengo a m i -
la otra acera diciendo para mí: vaya con Dios, gos que me recibirían con los brazos abiertos,
le desprecio. Al pasar por las tiendas, como pero antes quiero cumplir con usted que con
siempre están iluminadas, bajaba la cabeza y nadie.
levantaba el embozo de la capa hasta las cejas, —Conmigo tiene usted cumplido; ademas yo
mostrando que era frió lo que en realidad era no le podré ofrecer grandes cosas.
miedo. Así pasé algunos meses como quien dice —No importa; sino hay mas que sopas, sopas
comiendo el negro pan de la emigración, ó si les comeremos.
parece á ustedes, prisionero en mi propia casa, Un sudor se me iba y otro se me venia: estaba
incomunicado para la sociedad, sin mas distrac- resuelto á trocar las señas si volvía á preguntar-
ción que los grillos que el hijo de mi patrona me ; pero el maldito no necesitó de estoque me
cogia en el campo, porque era en el mes de ma - dio la mano, y por cierto que me apretó la mía
yo, de suerte que ni el requisito de los grillos en tales términos que me la dejó entumida. Iba
460
yo á decir abur y tuve que decir ¡ay! Me plantó va porque conozco tu genio y sé que te alebra-
en seguida un abrazo de aquellos que le dejan á rás.—Como si me rallaran las tripas, dije yo pa*
uno sin respiración por cinco minutos, y se des- ra mí, y él prosiguió haciéndome la descripción
pidió diciendo : conque calle de t a l , número tan- de lo guapota que estaba toda su familia. Ya se
tos?... hasta luego. ve, decia, si comen por los codos...
Cuando volví á casa ya estaba mi patrona mas Lo que pasó de allí en adelante daría materia
consolada; pues había hallado quien la prestara para muchos tomos. Considere el lector mis a¡>u*
doscientos reales. No me determinaba yo á ma- ros y los de la patrona, buscando camas y que
nifestarla el resultado de mi espedicion ni mu- comer para toda aquella gente. Considere que
cho menos el des ichado hallazgo del barrio de así estuvimos cerca de seis meses, y dígame si
Buena-dicha; pero el amigóme ahorró este t r a - me desempeñaré yo .mientras viva de las deudas
bajo dando un fuerte campaniüazo y tomando contraidas entonces, y si merezco condenarme
después posesión de la casa diciendo: amigo, aunque muera en pecado mortal.
dispense usted si me be detenido un poco mas; Salia yo una mañana de casa á tiempo que
le habré hecho esperar demasiado. Tuve que per- llegaba un hombre preguntando por mi amigo^
der la vergüenza y decir á la patrona el compro- Entró aquel hombre, y yo, anhelando saber algo
miso con aquel hombre y ella la pobre era de tan que me librara de aquella plaga que habia inva-
buena pasta que dijo: ¿cómofia de ser? comerá dido mi casa con tanta desfachatez, me paré a l a
lo que haya. Sacó un colchón y le tendió en el puerta y escuché este diálogo:
suelo para m í , dejando al otro por amo de la al- —Vengo á que me pague usted lo que me
coba. debe.
Pero el buen amigo era tan delicado que nada —Hombre rae encuentro sin un cuarto.
le venia bien : al día siguiente se quejó de que la --Es que sí no vendrá un alguacil y se lleva-
cama estaba dura, y la patrona que era una po- rá lo primero que encuentre.
bre vieja se resolvió á ponerle mi colchón d i - — ¿Por qué lo ha de llevar, si yo ofrezco pa-
ciéndome: no tengo mas que el otro donde yo gar cuando pueda? No faltaba mas que me deja-¿
duermo ¿cómo ha de ser? tendrá usted que dor- se usted sin sillas y sin mesas y sin todo lo que
mir conmigo. Y yo respondí ¿cómo ha de ser? hay en casa que es mió y á nadie le debe nada.
tendré que dormir con usted. — Pues señor, desde aquí voy A casa del juez.
En la comida todo se le volvía hacer gestos y — Hombre aguarde usted unos dias. En cuan-
esparabanes; ya porque la comida estaba sosa, to venga mi criado, que es ese que salía cuan-
ya porque estaba salada y prorumpiendo en des- do entraba usted, escribiré á mí mayordomo
vergüenzas á lo mejor concluía; yo no sé por qué y
sufre usted este trato. Estas mujeres son unas No le dejé acabar la fiase , entré como un de-
puercas que no saben su mano derecha para na- sesperado diciendo ; ¿quién es su criado de us-
da... Yo estaba en brasas. Aseguro por quien soy ted? Ya pueden ustedes todos tomar la puerta ó
que me iba cargando el huésped y tentaciones les echo por el balcón. Y efectivamente desocu-
me daban de romper para siempre; pero esto era paron la casa pidiéndome mil perdones. El ami-
bochornoso para mí y le dejé que hiciera lo que go al salir de casa me dijo: espero que este lance
le diera !a gana, consolándome con la idea de no entibiará nuestra amistad, y me dio un apre-
que pronto arreglaría sus negocios y me dejaría tón de mano tan atroz que todavía me resiento
en paz. cuando tomo la pluma para escribir estos artí-
Un díase levantó de buen talante después de culos.
leer en la cama el correo (cuyo porte pagaba la A pesar del modo violento con que arrojé al
patrona). Te voy á dar una buena noticia, me amigo de mi casa, por aquello de que cuando
dijo -. has de saber que mañana tendrás en tu ca- uno no quiere no riñen dos, no puedo una hora
sa á mi mujer, con el niño menor, la niñera y verme libre de su sombra. A las horas de comer
dos hermanos míos. Me apresuro á darte la nue- le tengo á la mesa; cuando voy al café me le en-
461
cuentro allí dispuesto á tomar un sorbete des- meló estorbaba una nube
pués de quebrantarme la mano, y si huyo del de moscones elegantes. —
café de costumbre y me meto en otro, parece que A la vuelta del teatro
el maldito me busca por el olfato como perro la declaré mi pasión.
perdiguero; no bien me he sentado cuando sien- Por cierto que mas de cuatro
to darme la palmadita en las espaldas diciendo-, me envidiaron la ocasión.
vengan esos cinco... Escribo este artículo con el Es claro; rivalidad
objeto de leérsele siempre que me visite; pero ni nunca falta
por esas, estoy convencido que no se dará por cuando se trata de una alta
aludido y será capaz al verse retratado de escla- Notabilidad.
mar dando una carcajada ¿Será posible que haya A mis frases cariñosas
hombres de tan poca vergüenza? por toda respuesta da:
Caballero, yo... Esas cosas
JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS.
se han de tratar con mamá. -
Y dado que la convenza ,
repliqué, ¿ podrá mi llama... —
¡UNA NOTABILIDAD! ¡Jesús! me da una vergüenza....
volvió á decirme la dama.
Sepa toda la ciudad Mi corazón, en verdad,
¡O fortuna 1 no es de roble ,
que me he casado con una mas ¡la^ija de una noble
Notabilidad. Notabilidad...
Resuelto á entrar en el gremio, Acudo ala madre, pues,
un diaen una tertulia con la propuesta de usanza,
me enamoré sin proemio y la aceptó Doña Inés
de la interesante Julia. contra toda mi esperanza ,
Nadie culpará mi gusto,, Y es que de reyes no vengo,
porque Julia es un portento. y soy feo, ¡ doble afrenta!
Ademas del bello busto , mas supo mamá que tengo
¡ qué denaire y qué talento ! treinta mil duros de renta;
Pues, ¡digo! ¿y su calidad Y con esa cantidad
solariega? un vestiglo
Desciende de palaciega es también en este siglo
Notabilidad. Notabilidad.
Y para bordar cogines No faltó quien á m i bella
1 que primor el de su mano! acusase de perfidia.
y cuando canta al piano Yo bendiciendo mi estrella,
la envidian los serafines. clamaba: ¡chismes! ¡envidia!
Apenas al suelo toca Tuve empero un desafío
su lindo pié cuando valsa, por ella, y sufrí un pinchazo.
¡y tiene en aquella boca ¡ Válgate Dios, dueño mió ,
un gracejo y una salsa!... dige vendándome el brazo!
Y aquella amabilidad, E s u n a calamidad
aquel modo... tu hermosura.
Ella es en todo y por todo ¡Cuánto cuesta una futura
Notabilidad. Notabilidad.
Al cabo de un mes, — no tuve Curado , al fin, de mi chirlo,
arbitrio de hacerlo antes: esperé casarme... á escote;
462
mas con dulzura de mirlo ¿Era esto ser coqueta;
dijo doña Inés: no hay dote. ó un inocente capricho?
¿Lo lia menester,Dios eterno, Mas, aunque él entraba allí
su atractivo y su nobleza? francamente á cualquier hora,
Yístela, dichoso yerno , solian decirme á mí:
de los pies á la cabeza. no recibe la señora.
Ni el tesoro de Bagdad ¿Qué t a l , amigos? ¡Tomad
es bastante por consorte
para comprar semejante una á quien llame la corte
Notabilidad. Notabilidad.
¿ Qué habia de hacer ? Mi pecho Pronto Julia en pena negra
ardía como una fragua... cambió mi amante delirio,
Dige para mí: esto es hecho; y no hay decir si la suegra
casémonos; ¡ pecho al agua ! contribuyó ámi martirio.
¡Y daba yo cada brinco Renegando del consorcio
de gozo... ¿Quién se incomoda en romperle me deleito:
los cuatro días ó cinco pongo pleito de divorcio
que dura el pan de la boda? ¡ y pierdo costas y pleito 1
Blas pronto ¡oh fatalidad ! ¿Qué discreta autoridad
¡oh desdicha! N atrepella
Víctima fui de la dicha á tan ¡lustre y tan bella
Notabilidad. Notabilidad.
I Qué terrible menoscabo Tanta injusticia me quema,
en mi dinero, en mis bienes!... y tanto el primo me abrasa,
IY me llamaba indio bravo que acudo á la estratagema...
si escatimaba sus trenes ! de fugarme de mi casa;
Y si osaba poner coto Mas por que no me persiga
á sus instintos soberbios, y me ponga una querella
¡qué clamores! ¡qué alboroto ! mi dulce y notable amiga,
¡qué convulsiones de nervios! hago un contrato con ella,
Porque de esa enfermedad Y dándola por mitad
no se exime mis monedas;
quien blasona de sublime ¡ adiós !,la digo. ¡Ahí te quedas
Notabilidad. Notabilidad.
Palco diario — ¡ yo gimo! ¡Feliz t ú , oh Fabio, que gozas
para ópera y minué; de independencia en amores,
y se sentaba su primo ; y así varías de mozas
I y yo me estaba de pié! como la abeja de flores !
Ya se ve; no hallaba dónde Para que un dia no pases
aunque sentarme quisiera; mas que Jesús en el huerto,
y , además, su primo es conde ¡no te cases, no te cases!
y yo soy de baja esfera. Experto crede Reberto!
Es falta de urbanidad O si entrar en la hermandad
que uno mande es tu luna,
en presencia de tan grande no te cases con ninguna
Notabilidad. Notabilidad.
Al tocador de Julieta M. BRETÓN » E t o s HERBEROS.
asistía el susodicho.
403
LA JOVIALIDAD. LOS REYES.

En este mundo engañoso, Había en un pueblo de Calicia dos hermanos


•inmensa casa de Orates, gallegos, que eran naturales de Galicia, pues
solo veo botarates también puede haber gallegos de otras provin-
que están siempre haciendo el oso. cias, y lo voy á probar sin catarlo. Cuando un
Doloroso castellano viejo, de Castilla la Vieja echa una
fuera el vivir en verdad fanfarronada se le dice que es muy andaluz , si
viendo tanta atrocidad; es testarudo, vizcaíno; y si tiene todas las cua-
mas contra el dolor y el tedio lidades que se atribuyen á los hijos de la ribera
hay por fortuna un remedio. del Miño, gallego le llaman y con gallego se
la Jovialidad. queda. No es mi ánimo ofender á los hijos de
El honrado va en camisa Galicia; antes por el contrario, su carácter be-
y acaso el malvado en coche: llísimo y servicial, su corazón leal y fiel á prue-
Se gobierna á troche y moche, ba de bomba, y sus formidables costillas á prue-
y el poder las leyes pisa. ba de cuba , les hacen en general acreedores á
¡Ay que risal la consideración de los españoles; pero voy á de-
Se roba á la sociedad... cir lo que todo el mundo dice de los gallegos, en
y en tanta inmoralidad, lo cual habrá una mezcolanza de agrio y de d u l -
¡oh sistema tributario! ce, de feo y de bonito, de grande y de pequeño,
es tu mayor adversario de malo y de bueno, de blanco y de castaño os-
la Jovialidad. curo.
Contra infortunios y duelos, Cosas buenas que se dicen de los gallegos: e s -
contra penas y pesares , tas equivalen á la mitad de las obras de miseri-
contra imprevistos azares, cordia que ascienden á siete, á saber: fieles
llanto, luto y desconsuelos, porque raro es el gallego que espera hacer fortu-
contra celos na por malos medios, y es tal la reputación que
y alifafes de la edad, gozan en esta parte, que en Madrid, donde un
contra la infelicidad, ministro cuando quiere visitar á un amigo nece-
la injusticia, el fraude, el dolo, sita llamar y decir quién es , y manifestar lo que
hay un remedio tan solo; quiere al criado que si no está bien seguro de la
la Jovialidad. bondad del que llama no le abre la puerta; en
Rióme yo á gritos recios este mismo pueblo, repito, los aguadores entran
del insolente boato: en las casas á todas horas del dia y de la noche
rióme del mentecato aunque haya mugeres solas, y aunque las casas
que me prodigue desprecios.- estuvieran embaldosadas con ochentines. (En-
de los necios tre paréntesis, me gustaría mucho vivir en una
que ostentan su vanidad casa de tan buen piso.)
«on sobrada liviandad; Otra de las buenas cualidades que se atribu-
pues yo me rio de todo, yen á los gallegos de Galicia, es la de ser a m a -
y me engorda de este modo bles, y esta proposición creo que merece ser
la Jovialidad. aprobada por unanimidad; la tercera es la de
WENCESLAO AYGUALS BE Izco. ser humildes; ¿se procede á la votación? queda
aprobado. Se dice en cuarto lugar que son t r a -
bajadores, y en quinto que son honrados. Estas
dos cualidades pueden confundirse en una , por-
que para mí un hombre honrado debe ser trabar
404
jador, y no roncibo un hombre trabajador que bla dicen que no hay mas que cuatro dedos de
no sea honrado. Es así que los gallegos son tra- gallego.
bajadores, ergolos gallegos son también honra- Pero vamos al cuento: habia dos gallegos que
dos á carta cabal. además de ser gallegos eran hermanos: uno se
En sesto lugar se dice que los gallegos son llamaba Toribio y otro Bartolo, de los cuales el
forzudos; los que se levanten dicen que sí, los último decidió venirse á Madrid á ganar la vida
que lo duden que vayan al patio de la aduana y como lo habían hecho sus padres y sus abuelos.
hallarán hombres capaces de cargar con un car-, Poco tardó en disponer el viaje; tomó Bartolo un
romato y llevárselo á cuestas hasta Paris de morral con un par de camisas, unos calzones y
Francia, porque hasta París el de Madrid seria la merienda, y echándose los zapatos a¡ hombro
muy poca cosa. Y ahora que viene á pelo, vean lomó el tole hacia la capital de España. No ha-
ustedes que cosa tan rara : los forasteros creen bia andada Bartolo trescientos pasos cuando dio
que París es mil veces mas grande que Madrid; un tropezón y se rompió un dedo. Esto cual-
y los franceses llaman á París la gran ciudad, quiera lo hubiera tenido por una desgracia me-
la capital del mundo, siendo así que París no nos Bartolo que, resignándose con el dolor fatal
solo cabe dentro de Madrid, sino que apenas dijo muy conforme: «¡Oh qué fortuna la de ir
ocupará en el paseo del Prado unos tres ó cuatro descalzo ! si llevo el zapato puestu me lu rom-
mil pies superficiales. pu.» Siguió nuestro Bartolo todo el camino sin
La sétima cualidad recomendable de los ga- mas novedad pensando siempre en escribir á su
llegos es la de ser buenos soldados, y de esta hermano Toribio á quien quería entrañablemen-
hay quien quiere rebajar la mitad del valor, di- t e : con efecto, á los dos dias de estar en Madrid
ciendo que son buenos soldados de á p i é , pero enristró la péñola y puso á su hermano la si-
malos para la caballería; esta parte en mi con- guiente carta en su idioma , que yo me he toma-
cepto debe quedar también aprobada con la en- do la libertad de medio traducir al castellano.
mienda y ya tienen ustedes discutidos y apro- «Queridu hermanu Turibiu: Llegué á esta
bados siete artículos que hubieran ocupado siete corte felizmente la víspera de us Reyes y te voy
meses á un congreso de diputados. á contare lo que pasóme. Digérunmeque en dia
Vamos á la parte lastimosa. Son acusados los t a l , todus lus buenus cristianus van á esperar
gallegos de ignorantes; y en prueba de ello á hts Reyes, y que para verlus megore, habia de
cuando se quiere referir un cuento en que el cargare con una escaleira. Abráceme á la esca-
protagonista es, no un pobrecito sino un pobre- leira por ver Jus Reyes el primeru, con tantu
zote, se dice que el lance le pasó á un gallego. gozu como si te abrazare á tí. La noche era fría
También se les aeusa de tacaños, y es tan gene- y aindamáis cain unos copus de nieve como mi
ral esta idea, que cuando se trata de tachará monteira, y toda la noche andubimus de íleroi-
un hombre de interesado y roñoso, se dice que des á Pilatus ; mas lléveme ú demu si lus Reyes
es como un puño ó como un gallego, de lo cual nu estaban mas alíá de Santiajo. Perú en fin me
se deduce que los gallegos son iguales á los p u - dierun bien de cenare; echamus un tragiñu de
ñ o s , por aquel axioma de que dos cosas iguales lícore, y si bien me hicieron resfriare, bien el
á una tercera, son iguales entre sí. 4f2—6 y estómago calentóme. Ya soy venturosa; ya no
3 + 3 = 6 , luego 3 + 3 = 4 + 2 , y está probado mate- envidiu á lus mas poderoisos de la nostra térra,
máticamente. saberás comu cómpreme una plaza de aguadore
que te ofrece para lo que gustes mandare tu her-
Y por último, se critica á los gallegos de t e -
manu
ner fatales estremidades; malas manos y malos
pies, y esto no carece de fundamento, porque Bartolumé.»
una pisada de un gallego es capaz de producir
una gangrena en pies castellanos, y respecto á Efectivamente., hay en Madrid , en el pueblo
las manos preguntemos á ios jugadores de villar mas culto de España costumbres tan ridiculas y
que cuando tienen una bola media vara de la ta- chocarreras que harian poco favor á la aldea
465
mas miserable y atrasada. Una de las escenas con una enorme escalera, acompañado por una
grotescas que no ha podido destruir la ilustra- multitud de granujas que le van alumbrando
ción, es la que se ofrece en la llamada noche de con sendas hachas de viento. Otos le dan una
Reyes. Vayan ustedes á la Puerta del Sol y ve- música infernal de cencerros, y trayendo y lle-
rán lo que es bueno y barato: desde lejos se vando al inocente que lleva la carga d :; quí pa-
siente un gran ruido de cencerros y zambom- ra allá y de allá para acá, atraviesan H pobla-
bas que parece que va á pasar una procesión de ción doscientas veces en medio de las carcaja-
demonios, y lo que pasa es un gallego cargado das y los silbidos de la multitud.

Yo no creo que la preocupación llegue al es- entrar en Madrid se civilizó un poco, pues cuan-
tremo de que todos los que cargan con la esca- do estaba en su tierra se llamaba Bartolo á se-
lera vayan de buena fé á esperar la venida de cas y luego hemos visto que en su carta se firma
los Reyes magos; pero algunos estoy convencido Bartolomé: lo cual no debió sentar muy bien á
de que lo creen tan de veras, que cuando ama- Toribio, que sin duda atribuyó el mé á un es-
nece el dia seis sin haber visto á los Reyes, se ceso de orgullo que su hermano tenia de verse en
llevan un chasco solemne; hay otros que saben Madrid , con lo cual querría dar a entender que
lo que pasa, pero si les dan de cenar y un par era mas que todos los gallegos que no habían
de pesetas son capaces de cargar con la escalera abandonado la tierra. Digo esto porque á los po-
haciendo á las mil maravillas el pape! de tontos, cos d¡8s de escribir Bartolo á su hermano reci-
Sea por preocupación ó por malicia, me parece bió la contestación en estos términos:
sensible que tales costumbres hayan sobrevivido Mi estimadu hermanu Bartolu: Me alegra
á otras mucho mejores que han caducado. muchu que haigas Uegadu con la cabal salud que
Sin embargo, se cenoce que Bartolo con solo para mí deseu; la mia buena á Deo gracias.
50
466
También me alegra que te diviertas tanlu, y arropado en su sayal
que puedas ya cargare cun la cuba, pues ya te marcha al dintel de una puert»,
considera tan grande home comu Deo, que al maldiciendo, á contemplar
fin cargare con la cuba 6 cargare con la cruz t o - el magnífico espectáculo
du es cargare. Solu sientu y me pesa lléveme ú que se ofrece ante su faz,
demu que tengas tanta vanídade porque estas en y á gritar falto de aliento
la corte, que te firmas Bartolu-mé y no Bartolu ¿as doce y nevando está.
comu Deo manda, y lo que yo te puedo decir Y los que entre mantas dobles
e s , que si porque estás en la corte te firmas comierzan á dormitar,
Bartolumé, yo que me estoy en mi tierra me mas se rebozan entre ellas
firmu y se oprimen mas y m a s ,
Turibiu-mé. ya duerman acompañados
ó en ingrata soledad;
No he vuelto á saber nada de Bartolo ni de sin pensar en el cuitado
la correspondencia con su hermano : si por ca- que en insomnio pertinaz
sualidad descubro alguna cosa mas se la contaré aguardaba del sereno
gustoso á m i s lectores. el monótono cantar.
I Ay del triste enamorad»
JUAN MARTÍNEZ VILLERSAS.
que esclavo de una beldad
oye afanoso al sereno
decir que las doce dan !
LANCE NOCTURNO. No hay gatos en los tejados
que salgan á maullar,
y aunque es de perros la noche
Era una noche de enero,
ni aun los hay por la ciudad.
noche terrible y fatal,
Pero hay un amante mártir
de esas noches en que giran
que embozado en su gabán
las veletas sin cesar
acude fiel á una calle
agitadas fuertemente
aunque á deshora á rondar ;
por el recio vendaval.
y cualquiera al contemplarle
De esas noches en que el hiele
tan resuelto y tan a u d a z ,
con su cruda intensidad
con aquel rostro belludo
hace el termómetro á nueve
y aquel siniestro m i r a r ,
bajo cero señalar.
destacando entre la nieve
En que si hay luna que salga
su perfil original,
hay nubarrones de mas
alma en pena le creyera
que absorvan sus resplandores
que bajaba aquí á purgar
y oculten su blanca faz.
entre yelos los pecados
De esas noches enemigas
de su ardiente mocedad.
de toda publicidad,
Llegó al pié de una ventana,
en que si algún reverbero
y después de estornudar,
conserva el jugo vital,
tapándose y tiritando
está como avergonzado
cantó estas coplas no mas.
de su prodigalidad.
Noche, en fin, en que la nieve
hace el papel principal Son tus ojos dos soles
estendida cual sudario con tantas luces,
de toda la humanidad;
que si insisto en mirarlos
el romántico sereno
caigo de bruces;
467
y es tal su fuego Rara vez deja don Anacleto d« llevar su plu-
que temo si me miras ma á mojarla en la salbadera, cuando escribe,
quedarme ciego. y al concluir algún estado, carta ó factura que
le ha costado algunas horas de ímprobo trabajo,
Aquí el trobador llegaba, coge muy satisfecho de su obra el tintero, y
y aun prosiguiera tenaz derrama sobre ella la tinta creyendo ponerle
á no sentir cierto ruido arena. Hay pues que empezar la tarea de nuevo,
en las ventanas sonar. y como don Anacleto es corto de vista, nada pue-
Calló, y alzando los ojos de escribir sin antiparras. Las busca por todos
en busea de su beldad, lados, y las benditas de Dios no parece-n. Se a r -
vio con ansia un bulto blanco rodilla y revuelca por debajo de la mesa moján-
al viento bambolear, dose las manos en ciertas cosas que relucen co-
y esclanió lleno de gozo mo los cristales de sus anteojos; pero estos no
¡ bien vengas, felicidad! parecen, y el bueno de don Anacleto se desazo"
Entonces sobre su rostro, na hasta el punto de saltársele las lágrimas de
con ruido de Barrabás rabia. Entonces para enjugarlas lleva una de sus
sintió un turbión estrellarse , manos á los ojos y tropieza con las benditas a n -
y atónito ojo gritar tiparras que creía perdidas y ha tenido imper-
una voz allá en lo alto térritas en sus narices.
al mismo tiempo... / agua va! El es de quien se cuenta que encontrándose
Y viéndose el cuitado un dia con uno de sus mas íntimos amigos, le d i -
bautizado en tal guisa y de tal arte, jo: «señorita, con que su mamá de usted sigue
de su pasión volcánica curado difunta?» Y una vez que otro de sus amigos le
si marchó con la música á otra parte. notició la muerte de un pariente, contestó muy
tranquilo : « Bah! yo espero que su enfermedad
GERÓNIMO M O R Í S .
no será cosa de cuidado.»
Cuando anda por la calle, empieza su conver-
sación con un amigo, y á lo mejor se junta con
DISTRACCIONES DE D. ANACLETO. otra persona siguiendo la misma conversación;
si esta persona le hace reparar en su distracción,
Don Anacleto está empleado en la aduana. suelta don Anacleto grandes carcajadas, retroce-
Tiene la costumbre de desayunarse con una ta- de algunos pasos y coge del brazo á un caballero
za de té con leche, que al ir á la oficina , toma que juzga es su primer compañero. Empieza á
en el café nuevo. Suele con frecuencia meterse censurar la conducta de cierto don Bonifacio su
en cierta botica que hay inmediata al café, y vecino, y á decir pestes del modo que se deja
dando un par de palmadas en el mostrador, gri- gobernar por su muger, basta que la cólera del
ta muy serio : «mozo una -taza de té.» Sale el agraviado que suele insinuarse con algún bofe-
boticario, y reconociendo don Anacleto su equi- tón ó puñetazo asaz elocuente, hace ver á nues-
vocación, le pide mil perdones , olvida su desa- tro distraído que estaba hablando coo el mismo
yuno y se dirige precipitadamente á la oficina. don Bonifacio.
Allí encuentra á su gefe, y ciego de cólera, le Mi señor don Anacleto es aficionadísimo á los
toma por el criado y le reconviene agriamente huevos pasados por agua : no cena otra cosa. Sa-
porque todavía no ha arreglado el brasero. Lo be que, por regla general esperimentada por los
mas particular es que esto acontece en el mes mas hábiles cocineros, bastan cuatro minutos de
de julio. En cambio entra en el despacho un submersion para que el huevo cocido tenga su
mozo de cordel, y haciéndole don Anacleto mil verdadero punto. Pone mi héroe su cafetero en
cortesías, le presenta varios documentos para la lumbre, y cuando hierve el agua coge con
limar. una mano su reloj y con la otra un huevo ; p e -
468
ro vagando su imaginación por regiones aéreas, del alquiler, á buen seguro que no será don
sumerge su reloj en el agua, y contempla ma- Anacleto quien se acuerde.
quinalmente el huevo para sacar el reloj bien Seria no acabar si tratase de enumerar t o -
cocido a los cuatro minutos. das las distracciones de mi héroe. Concluiré pues
con la que le ocurrió al pié de los altares cuando
estuvo á punto de casarse, y por una de sus dis-
tracciones acabó á monterazos, como suele de-
cirse, la solemnidad del acto.
Don Anacleto se mandó hacer un traje de b o -
da muy elegante. Estaban muy en boga los pan-
talones ajustados; pero el sastre se los hizo tan
estrechos á don Anacleto, que este estaba su-
friendo lo que no es decible mientras duraba la
santa ceremonia. Maldita estrechez! decia repe-
tidamente entre dientes el novio cuando sentía
e! dolor que le causaban sus elegantes pantalo-
nes. Yo estoy por lo ancho, anadia para sí el
pobre don Anacleto. En esto llegó el caso de ha-
cer el cura al novio la pregunta de costumbre.
¿Queréis por esposa á doña Hortensia? y el
pobre novio, á quien mas que nunca estaban
atormentando sus pantalones, repitió •• «¡No mas
prendas estrechas! No quiero eso.» ¿Qué dice
ese hombre? esclamaron todos atónitos, y él fi-
gurándose estar entre los aprendices del sastre,
«sí señores, repetía colérico, yo no quiero eso :
yo estoy por lo ancho, por lo ancho ;» y á con-
Cuando don Anacleto encuentra en ia calle al- secuencia de estas espresiones hubo una pelote-
guna pasiega que lleve en brazos algún niño de ra de San Quintín , y mi don Anacleto perdió una
sus amigos, se acerca con amabilidad á la pa- novia riquísima, por no ser aficionado á pantalo-
siega, la hace tiernas caricias, la da un beso, y nes angostos.
luego dice al chiquillo : «dará usted un recado WENCESLAO AÍGTJALS BE IZCO.
a los señores.»
Jamás ha llevado don Anacleto bien botonado
el chaleco: regularmente coloca el primer botón
ROMANCE.
en el tercer ojal.
Un dia que debió entrar no sé por qué negocio
en uno de los aposentos de palacio, le hicieron Juzgo yo que entre las muchas
dejar el bastón á la puerta. A su salida estaba cosas que los hombres llaman
su bastón junto al del mismo portero. Tornó el calamidades, hay una
uno por el otro y se fué muy serio á pasear por tan indefinible y rara,
el Prado hecho un tambor mayor. que aunque se. piense sobre ella
Aunque algunas distracciones suelen darle nía' no es fácil calificarla.
los ratos á mi distraído, no es esto lo mas co- Si llora un padre á sus solas
mún, pues generalmente suele distraerse don y mira su frente calva,
Anacleto en provecho suyo. Si toma algo con sus lamentando noche y dia
amigos en el café, nunca es él el pagano. Si su una esperanza frustrada,
casero no está muy á la mira del vencimiento que le arrebató el sustente
de su familia, ó la fama visto en la linterna mágica.
oe su opinión, ó la esposa Quédense allá con sus burlas
que mas que á sí propio amaba, y lisongeras miradas,
es calamidad, y es recto y estratégicas sonrisas,
el hombre que tal la llama. y no comprendidas máculas:
Si lamenta la inocencia ó empléenlas, si las place,
víctima de la asechanza, en un muñeco pantalla,
el ardid del hombre pérfido ó en amante cartulina
que la persigue y ultraja , de los que en ferias se gastan;
es calamidad. Si un hombre , y no en un hombre de seso
del amigo á quien amaba, que tiene nariz y b a r b a ,
ve la traición manifiesta ; buen olfato y clara vista,
si el rico ve que le estafan, sin ser canasto de paja.
el débil ve que le oprimen , Yo al que malgasta su tiempo
el honrado que le infaman , y su paciencia malgasta,
el viajero que le Toban pasando noches en vela,
y el enfermo que le matan, y dando tormento al alma,
son calamidades todas, solo porque una infrascripta
y con justicia sobrada que se le vendió por santa,
las da tal nombre en el mundo le hizo su décimo amante,
quien nació para llorarlas. le faltó auna cita falsa,
Pero que aquel que no ignora y le pagó en desengaños
lo que es pez. y lo que es rana, las que le dio en esperanzas;
y que tres y dos son cinco, le tendré por venturoso
y que el cardenal no es papa, si sano su juicio saca, ,
y que tiene una cabeza sin ir á dar con susbuesos ,
de los hombros Jevantada de Orates en una jaula,
para discernir que es hombre para escarmiento del mísero
y que no es bestia de carga, que inesperto se consagra
se enamore como un tonto á ser histrión ó estantigua
de una mujer linda maula, de embelecos de su dama.
eoquetuela sin meollo Me dirán que harto punzante
y artificiosa en sus mañas; mi pluma febril no acata,
y llore á lágrima viva cual acató en otro tiempo
lo que ella en risas le paga, la abnegación y constancia,
vendiéndole por lisonja y virtud del sexo débil,
y amor, lo que es burla y chachara, ni reconoce sus gracias,
mas bien que calamidad ni la ternura, y encanto
lo juzgaré estravagancia, que entre delicias derrama,
ó debida recompensa dando ilusiones al hombre
del hombre ruin que lo aguanta. y al mundo esplendor y gala.
Que no ha nacido en el mundo Y yo diré que sensible
el que racional se llama, mi corazón, nunca apaga
para instrumento del ocio la hoguera que arde en su seno
de la femenina sátira; y á la hermosura consagra;
ni es bien que el hombre prudente mas que ofendido por franco,
se transforme en panorama guerra sin tregua declara
de arlequín ó saltimbanquis, á los picarescos ojos
470
que por burlarle le halagan. Cobrar en Ceuta el susidio
y que si rendido adora De las chapas y el cañé.
de amor las sencillas pláticas,
huye por escarmentado Rico trujan y buen trago...
lo que la virtud rechaza. ¡ Tengo una vida de obispo !
JOSÉ DE GRIJALBA.
¿Está osté?
Mi voluntad satisfago
EL BARATERO. Y á costa agena me achispo ;
¿ Y por qué?
Porque yo cobro y no pago
En las chapas y el cañé.

Así camelo y recluto


El corazón de mi moza
¿Está osté?
Y aunque ha peinado coroza ,
Seré su rey ausoluto;
I Lo seré!
Mientras me paguen tributo
En las chapas y el cañé.
M. BRETÓN DE LOS HERREROS.

Al que me gruña le mato


ESTREMA CONDESCENDENCIA! 1!
que yo compré la baraja : ESPANTOSO FATALISMO!!!
¿Está osté?
Ya desnudé mi navaja.
Largue el coscón y el novato Hallábame en Barcelona tomando café en el
Su parné , del Espejo con un amigo mió que tuvo la bon-
Porque yo cobro el barato dad de convidarme, y que por esta razón le lla-
En las chapas y el cañé. mo amigo mió, cuando entró y se sentó á una
mesa inmediata, al lado de dos compañeros que
Tiemblan sargentos y cabos al parecer le estaban aguardando, uno de esos
Cuando me pongo furioso : hombres gacetas que recogen, Dios sabe cómo,
¿Está osté? cuantos sucesos políticos y domésticos tienen
Donde yo campo y yo toso lugar diariameute en la población en que habi-
No hay ternejales, no hay bravos tan, y luego los refieren de pe á pa en todos los
¡ Chachipé! puntos donde concurren curiosos que no hayan
Porque yo cobro los chavos quedado satisfechos con haber aprendido de m e -
En las chapas y el cañé. moria desde el título hasta el nombre del editor
responsable, todos los periódicos del dia. El
A naide temo ni envidio; hombre gaceta que entró en el café en que yo me
Soy mu feroz y mu crudo : encontraba , es en su género una verdadera n o -
¿Está osté? labilidad. Sabe todas las noticias mucho antes
Y si la ley del embudo que las autoridades que las reciben por estraor-
Me echa mañana á presidio, dinario , de suerte que parece tener á su dispo-
Yo sabré sición un telégrafo invisible, por cuyo medióse le
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comunican cuantos sucesos ocurren en la Penín- reglamento y entró de mancebo en una barbería
sula. Sabe al mismo tiempo dar á las noticias de la calle del Conde del Asalto. Debiendo solo
tan rápida circulación, que él solo vale mas pa- ala navaja sus medios de subsistencia, no go-
ra el caso que todo el enjambre de ciegos que se zaba en verdad de comodidades que hiciesen en-
destaca de la imprenta nacional apenas ha hecho vidiable su suerte; pero tocaba la guitarra como
provisión de gacetas estraordinarías. Con mas pocos, y esta habilidad le abrió las puertas de
razón que el Historiador podria titularse todos ! un porvenir mas lisonjero que el que tenia de-
los-periódicos en uno; y en verdad, no podemos recho á prometerse...
csplicarnos cómo á un hombre de esta naturale- En el primer piso de la casa de enfrente vívia
za se le permite salir sin hacer depósito, y sin una soltera con mas años de los que ella quería
sujetarse á todos los demás requisitos de la ley y con mas gana de casarse que de rejuvenecerse.
de imprenta. Y no se crea que se ocupe solamen- Había visto una tras otra pasar del hogar pater-
te en noticias que tengan alguna relación con la no al tálamo nupcial siete hermanas, y se moria
política. Conoce todo el vecindario y las extra- de calor y de envidia viéndose condenada á que-
vagancias de cada vecino, y se complace en dar- dar en el mundo para vestir imágenes. Ella era
las á conocer á todos los demás, importándole la mayor de la familia, y esta circunstancia la
un pepino de las reputaciones que su lengua sa- hacia rica, por lo que la hubiera complacido so-
crifica á la curiosidad de su auditorio. Este es bremanera si al mismo tiempo no la hubiese he-
siempre numeroso; los hombres en general de- cho vieja. Cuantos polvos se han inventado para
sean reírse á costa de sus semejantes, y de con- limpiarla dentadura, cuantas pomadas se han
siguiente no es estraño que los cafés, á que ha- encomiado para conservar el pelo, cuantos cos-
bitualmente concurre nuestro hombre gaceta, méticos se han preconizado para desarrugar el
estén llenos de gente que le aguarda con an- cutis, figuraban en el tocador de la solterona,
siedad. que muy emperejilada y cubierta de perifollos,
Entre varios sucesos y ocurrencias pertene- horas y horas se ponía de cimbel en el balcón,
cientes á la crónica local, refirió una anécdota manifestando con los ojos á cuantos pasaban
que prueba hasta donde puede llegar la condes- por la calle con sombrero, que allí había una ha-
cendencia de un buen marido. bitación desocupada. Nuestro novel barbero fué
Pancracio Morón, joven aragonés, hijo de una el único que se dejó seducir por las insinuacio-
casa pobre pero honrada, dejó su familia en Bal- nes de Enriqueta. Este era el nombre de la sol-
bastro para emprender en Barcelona la carrera terona. Notó Pancracio que cuantas veces tocaba
de cirujano sangrador. Su buena madre le adi- la guitarra, Enriqueta alargaba el cuello, como
cionó la chaqueta con un par de faldones para el cisne que busca un caracol en el fondo de un
elevarla á la categoría de casaca; le hizo poner estanque, ansiosa de salvar la distancia que de
medias suelas en lossapatos: le equipó con seis él la separaba. Supo que era rica y no tuvo nece-
pares de calcetines; le entregó dos pares de sidad de mas para enamorarse como un Torcua-
pantalones de mahon con trabillas de lo mismo to Tasso. Hubo trueque de miradas, gestos mú-
que no tenían de ancho un través de dedo ; tres ' tuos y señas recíprocas; por espacio de dos me-
camisas de hamburgo; el sombrero menos viejo • ses el telégrafo de los dos amantes estuvo tra-
del padre de su padre, ribeteado de mugre, de bajando todas las horas de sol que tiene el día.
anchas alas y de voluminosas dimensiones, co- ' Pancracio no pensaba mas que en Enriqueta, y
mo acostumbran usarlo los barberos para meter ! de tal modo tenia ocupada la imaginación , que
en él el jabón, las navajas y demás accesorios del cuando afeitaba á algún parroquiano, fijaba la
arte, completó su estuche con las únicas tijeras atención tan poco en la operación que estaba
que ella tenia para sus labores domésticas, y practicando, que á menudo le hundía hasta los
con lágrimas en los ojos le díó un adiós, un huesos la terrible navaja.
abrazo y su bendición. Pancracio, apena3 llegó El amor no es una ciencia especulativa, y to-
á Barcelona , se matriculó, sufrió el examen de das las teorías le cansan si no puede reducirlas
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á la práctica. Así es que el platonismo de su pa- padre estaba fuera y la criada ocupada en la go,
sión' aburrió muy pronto á nuestros dos amantes ciña, entró en el gabinete de aquel, cogió el es-
que hijos ambos del siglo XIX, marcharon en tuche , sacó las navajas, y pasándolas y repasán-
derechura á lo positivo. Quisieron emplear otros dolas de corte por el borde de un tintero de latón
medios de comunicación mas seguros que los en breve consiguió mellarlas é inutilizarlas com-
telegráficos, quisieron verse mas de cerca y re- pletamente. Luego las volvió al estuche y lo dejó
velarse verbalmenle. Esto no dejaba de ofrecer todo como si tal cosa. ••>.,;,
grandes obstáculos, pero ¿cuáles no allana el Al dia s i g u i e n t e hubo la de Dios es Cristo.
amor, y sobre todo el amor de una mujer? Con Don E m e t e r í o el padre d e E n r i q u e t a , quiso afei-
Enriqueta vivia no mas que su padre y una cria- t a r s e ; estaba ya e n j a b o n a d o , abrió el estuche y
da ; su madre hacia algunos años que h a - v i o l a t e r r i b l e m e t a m o r f o s i s q u e s u s navajas h a -
bía pasado á mejor vida. El padre y la criada se bían sufrido. En lugar de navajas encontró sier-
querían como un cura y su ama, y una criada ras. Alborotó, refunfuñó, gruñó; llamó á la
querida del padre no se deja fácilmente sobor- criada, llamó á su hija fulminó contra las dos
nar por los hijos. Al contrario, estos en ella en- cargos muy graves: pero la firmeza con que am-
cuentran constantemente un fiscal de todas sus bas rechazaron la acusación, dejó á don Emete-
acciones. Así es que Enriqueta no se atrevió si- río sin palabra. Bien conocia este que precisa-
quiera á ensayar ningún medio para corromperá mente una de las dos habia de ser la culpable,
la fámula, y con su auxilio introducir á Pancra- porque en su casa no entraba nadie mas que
cio en la casa en ocasión que estuviese el padre ellas, absolutamente nadie; pero al mismo tierna
fuera. El padre no dejaba de salir de casa todos po á ambas las juzgaba incapaces de una acción
los dias, como que estaba empleado en el real propia solamente de chiquillos, repugnante al
patrimonio; pero quedaba constantemente la carácter de una y otra, y que consideraba sin
criada hecha un Argos de la pobre Enriqueta. objeto, porque él no lo sabia adivinar. Apaciguó-
Para el barbero, de consiguiente, todas las se, y apenas estuvo tranquilo, le dijo Enriqueta
puertas estaban cerradas; no veia ningún cami- con afectada amabilidad.—Pero, padre mió,
no para conducirse á su objeto. Mas Enriqueta, ¿cómo lo hará usted ahora sin navajas? ¿ va us-
con el ingenio aguzado por el amor, encontró, ted á salir sin afeitarse? ¡cuan feo está u s -
uno y fué el siguiente. ted así I ¿quiere usted que llamen á un bar-
El padre de Enriqueta era un hombre pulcro, bero?—Mucho lo siento, hija mia; pero no tiene
era uno de esos vejetes para quienes la vida no remedio, que lo llamen. No bien habia dicho es-
tiene invierno, y que hasta á la tumba quieren tas palabras don Emeterio, cuando Enriqueta es-
bajar con las botas limpias y la camisa bien taba diciendo á la criada: dice padre que vayas
planchada. Afeitábase todos los dias, y sin ha- á la tienda de enfrente para que venga alguno a
berse hecho la barba no hubiera ido á la oficina afeitarle desde luego. Don Emeterio, no había
aunque le hubiese costado el empleo q u e , sea localizado el punto de donde debia venir el barbe-
dicho de paso, para nada lo necesitaba, y que ro, ni había dado la preferencia á ninguno; pe-
hubiera venido perfectamente a mas de cuatro ro Enriqueta tuvo á bien mandar por el barben»
infelices que están pereciendo de miseria á pesar de enfrente para... ahorrar pasos á la criada. Ei
de su idoneidad y de una hoja en que constan esto no hay malicia.
sus buenos servicios. Desgraciadamente el padre La criada entró en la barbería, cumplió con su
de Enriqueta se afeitaba solo, y de consiguiente comisión y se fué. Pancracio, que ya habia reci-
ningún barbero frecuentaba su casa. A hacerse bido por telégrafo noticia de loque estaba pa-
necesario el barbero se dirigieron principalmen- sando, salió tras la criada casi pisándola los cal-
te todos los conatos de la enamorada niña. Con- cañares. Ambos llamaron á la vez en casa de don
seguido esto, de modo se lo habia ella de ma- Emeterio; Enriqueta les abrió La puerta y experi-
nejárque fuese el barbero de su padre su queri- mentó una sensasion inespUcable al ver tan de1
do Pancracio. Al efecto, en ocasión en que su cerca al objeto de sus ansias. Le pareció hermo-
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so 5 vestido de última moda. Su coraron saltaba por fin á acceder á la voluntad de los dos aman-
como si quisiera salirse del pecho, y la dio tal tes, lo que hizo después de haber consultado la
temblor de piernas, que casi no acertaba á a n - de la criada y haber obligado á admitir á Pancra-
dar ni á tenerse en pié. Introdujo en el cuarto de cio las dos siguientes condiciones: afeitarle t o -
su p a d r e a Pancracio, el cual procedió desde dos los dias aunque estuviese casado con su hija,
luego á la operación por la que habia sido llama- y vivir con esta separados de su casa. Esta últi-
do. El buen mancebo hizo cuánto pudo para ma condición fué atribuida por el vulgo murmu-
grengearse la confianza de su futuro suegro, y rador á la criada, que sin duda la impuso para
realmente lo consiguió. Aquella rapadura fué obrar mas á sus anchuras con su amo y partici-*
una obra maestra del arte. Prendóse don Emele- par mas abiertamente de su soberanía.
rio de la ligereza de la mano de Pancracio-, de Pancracio y Enriqueta se casaron ¡Dichosos
suerte que le asalarió para lo sucesivo y le pagó ellos! decían los hambrientos condiscípulos de
un mes adelantado, que el mancebo hubiera re- Pancracio que solo en las riquezas veian la feli-
husado de buena gana, si no hubiese temido r e - cidad ¡Desgraciados! decían los que solo la veian
velar con su generosidad el amoroso interés que en la posesión de la hermosura. Nosotros nada
debia disimular á toda costa. decimos. Si fueron desgraciados ó felices^ poco
Tenia Pancracio un no sé q u e d e bondadoso tardaremos en saberlo.
que fácilmente cautivaba todas las voluntades. Enriqueta era rica. Su padre tenia muchas fin-
Así es que á los pocos dias de frecuentar la casa cas urbanas y rurales que todas debían pasar á
de don Emeterio, logró hacerse á los ojos de este su poder y de este al de sus hijos ¿ si tenia la
simpático sobremanera. Guando tuvo el terreno fortuna de tenerlos. De otra suerte todos sus bie-
bien preparado, aguijado por su amor y por las nes pasaban á su segunda hermana, y en este
exigencias de Enriqueta, pidió la mano de esta caso el marido si la sobfevivia se quedaba^ co-
á su padre, que no solo se la rehusó, sino que mo suele decirse, á la luna de Valencia. ¡Cuan
le echó de su casa á cajas destempladas. Sin e m - grande, pues, no debia ser el empeño de Pan-
bargo, no por esto murieron las esperanzas de cracio en tener hijos! Su mujer no gozaba de
los dos amantes. El amor de Enriqueta era d e - muy buena salud, y por otra parte tenia mucha
masiado profundo para sacrificarse á las exigen- mas edad que él, por lo que según todas las
cias paternas, y el de Pancracio estaba cifrado probabilidades debia sobreviviría. Sobreviviría y
sobre cálculos demasiado positivos para ahogar- volver á la vida dé pobre después de haber goza-
lo en su corazón ó, por mejor decir, en su ca- do todas las comodidades que las riquezas pro-
beza ; pues nías era amor de cabeza que de co- porcionan , era una cosa atroz, una cosa que soló
razón, sin haber antes procurado vencer cuan- el pensarla le hacia estremecer. ¡Qué no hizo el
tos obstáculos se le oponían. Volvieron los dos buen Pancracio para tener sucesión! Al primer
enamorados á establecer sus telégrafos, como año de matrimonio su mujer se hizo embarazada
único medio de comunicación que les quedaba y y abortó; y al segundo le sucedió otro tanto, y
del cual se vieron también privados á los pocos otro tanto al tercero , hasta que por fin pasó otros
dias» Mandó el padre cerrar todos los balcones tres sin dar la mas mínima señal de fecundidad.
que daban á la calle, y prohibió á su hija formal- Pancracio estaba desesperado. Se asesoró con to-
mente abrirlos aunque pasase el viático. Estas dos los facultativos de mas nota; hizo mudar
medidas rigurosas y escepcionales no hicieron aires á su mujer, la obligó á visitar ciertas ca-
mas que avivar la pasión de la muchacha, que pillas y á beber ciertas aguas á qtfe atribuye el
no pudiendo sobrellevarla , empezó á ponerse fla- vulgo supersticioso las mismas facultades que ál
ca como un cadáver hasta el extremo de dar á su Espíritu-Santo ; pero todo en vano. Por fin , can-^
padre mucho cuidado. Esta circunstancia, el ca- sado de la infructuosidad de sus tentativas, pa-
riño que habia profesado á Pancracio y la fatali- só con su mujer á Galicia, donde dicen que raras
dad de no haber enrontrado otro barbero que con veces se encuentra una mujer estéril. En efecto
tanta maestría le hiciera la barba, le obligaron estableciéronse en Comarinas, v á los dos meses
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de estar allí, notó Pancracio que el vestido de su dor de! último crepúsculo divisó Enriqueta los
esposa por detras crecía y se acortaba por delan- tristes despojos de un gato muerto. También las
te. ¡Qué felicidad! Como el objeto que les dete- miradas de Pancracio tropezaron con aquella a s -
nia en Galicia se habia ya conseguido, regresa- querosa carroña y se desviaron con horror. Co-
ron inmediatamente á Barcelona, donde con a n - mo es natural, los dos esposos siguieron ade-
siedad estuvieron aguardando el dia del bautizo. lante su camino; pero apenas habían dado c u a ,
El padre de Enriqueta debía ser padrino y ma- tro pasos cuando Enriqueta, exhalando un sus-
drina la madre de Pancracio, á la cual mandó piro, dijo: — ¡ Ay Pancracio! ¿no has visto?
este al efecto una buena cantidad de dinero para ¿no has visto, P a n c r a c i o ? - ¿ Q u é ? respondió
que se presentase con lucimiento á sacar de pila este.—¿No has visto cuatro pasos atrás, en la
al futuro fruto de su amor. acera de la derecha, un conejo muerto? —No
Según cálculos de Pancracio, que debemos tal, si es un gato. — ¡ Ay ! ¡'un gato ! ¡ qué gusto!
suponer exactos, (dijo el hombre gaceta que Vamos á buscarle, Pancracio. —¿Estás loca?—
Vamos á buscarle. — Pero, mujer... — ¡ Vamos á
en 4 de enero del año pasado estaba refiriendo
buscarle ó aborto! Palideció Pancracio; retroce-
esta anécdota en el café del Espejo,) ayer entró
dió los pasos que le separaban del fétido cadá-
Enriqueta en el sétimo mes de su embarazo. Sa-
ver; le asió lo menos que pudo con solo dos de-
bidos son los deseos estravagantes y singulares
caprichos de una mujer embarazada , los cuales
son tantos mayores, cuanto mas fácilmente con
ellos se transige. Pancracio, tratando á toda cos-
ta de impedir un aborto que hubiera aguado ¡as
esperanzas de toda su vida, accedía á los anto-
jos de su esposa con una docilidad de que no hay
ejemplo en los anales matrimoniales, y si alguna
vez manifestaba no hallarse dispuesto á doble-
garse á alguna exigencia demasiado repugnante,
su mujer le hacia ceder á la fuerza amenazándo-
le con el aborto. A esta palabra terrible Pancra-
cio sentía erizársele el pelo y despegársele la
carne de los huesos, y le faltaba valor para la
resistencia. ¡Cuánto abusaba Enriqueta del do-
minio feroz que debia á esta amenaza! Largo
seria enumerar todos los abusos de autoridad de
Enriqueta no menos que los ejemplos de condes-
cendencia que ha dado el buen Pancracio, y que
el hombre gaceta refirió con aplauso de sus dos; le despegó de la acera, y lo presentó á su
oyentes; por lo que yo en obsequio á la breve- esposa, revelando sus ascos con un gesto que
dad, me contentaré con esponer uno que vale no se puede definir. Hizo que su esposa acelerase
por todos, y que tiene la circunstancia de ser el paso todo lo posible para llegar pronto á casa
el mas reciente. y desprenderse de aquella carga inicua que le
En la tarde del dia en que entró Enriqueta en pesaba mas que una cadena, sin augurar el des-
el sétimo mes de su embarazo salió á paseo con dichado las nuevas calamidades que le aguarda-
su esposo, por haberla aconsejado los médicos ban. Apenas se habia Enriqueta quitado la m a n -
que hiciese diariamente un rato de ejercicio mo- tilla, cuando la dijo Pancracio: —¿Qué quieres
derado para precaver el aborto. Ya casi era no- que haga de este animalito? ¿dónde quieres que
che, cuando volviendo á su casa por una de las lo echemos?—¡Echarlo, dices ! ¿estás en tu j u i -
muchas travesías que desembocan en la magní- cio? corre, Pancracio, con él á la cocina, desué-
fica calle del Conde del Asalto, al tibio resplan- lalo, limpíalo bien y frrVlo.—¡ Cómo! ¿quieres
comerlo?—Pues es claro.—¡Qué horror! —Pron- de ios cuales le encontré abismado en profundas
to, date prisa. —Es imposible, imposible. —¿Im- meditaciones en un estraviado sendero de la
posible, dices? ¿con qué estás empeñado en que montaña de Monjuí. Me pareció que estaba muy
yo aborte? —¡Oh! no, mujer; Dios nos libre de melancólico, y preguntándole la causa de su
semejante calamidad; se hará lo que tú quieres; tristeza, me respondió que no podia por mas
llama á la criada... —¡Cómo I ¡la criada ! tú mis- tiempo sobrellevar el peso de la vida. Me dijo
mo lo has de limpiar, tú lo has de desollar, tú que cuando estaba persuadido de que su mujer
lo has de freir.—¡Jamás! ¡jamás! ¡eso es ya de- habia entrado en el noveno mes de su embarazo,
masiado!—No lo hagas, ingrato, no lo hagas... los médicos acababan de disipar todas sus ilu-
¡Qué dolores son esos, Dios mió! ¡no hay reme- siones, asegurándole que su esposa no estaba
dio, yo aborto! Y se puso ambas manos en la embarazada sino hidrópica. ¡Qué horror! dije yo
arqueada barriga, y casi sin sentidos se dejó caer entre mí, ¡aprender esta verdad terrible después
en un confidente. ¿Qué podía hacer Pancracio en de haber comidí» gato para evitar un aborto !
tal conflicto? Llamó á la criada para que tragese Al dia siguiente entre estrepitosas carcajadas
agua y vinagre, y mientras esta socorría á su se- estaba el hombre gaceta en el mismo café del
ñora, él se entró en la.cocina, desolló el gato, le Espejo refiriendo lo que me habia dicho Pancra-
hizo tajadas, lo lavó, lo frió, y lo presentó en cio el dia antes. ¿Por qué conducto lo supo?
un plato á Enriqueta que ya habia vuelto en sí Treinta dias después el mismo hombre gaceta
de su desmayo.—Toma, hija, come, la dijo.— estaba arrancando lágrimas á un numeroso au-
Quiero, dijo ella, que comas tú antes una taja- ditorio refiriéndole la horrorosa catástrofe de un
da.—¡Yol—¡Bien! ¡no la comas, cruel! mas joven cuyo cadáver encontraron en la mar vieja
¡ayt ¡yo aborto!—¡Abortas! ¿con que no hay algunos pescadores. El cadáver estaba espuesto
mas remedio que comer yo una tajada ó abortar á las miradas públicas en la Columna (1). Fui á
tú? ¡Está bien, la comeré, la comeré! Cogió la verle, y reconocí en sus facciones á Pancracio
tajada que le pareció menos asquerosa, y con el Morón.
estómago revuelto cerró los ojos á la manera del Si el infeliz hubiese tardado dos dias mas en
desesperado que se precipita de una gigantesca quererse suicidar, seguramente no se hubiera
torre, y consumó el espantoso sacrificio. Luego conducido á este terrible acto de desesperación.
le acosaron náuseas, su rostro tomó un color '• Los médicos que calificaron de hidropesía la
terreo, y con voz apagada dijo á su esposar- preñez de su esposa se equivocaron de medio á
Toma, come tú ahora.—Yo no quiero, respondió medio. Tan bárbaro fué su diagnóstico, que al
ella con ira poniéndose de pies.— ¿Pero por dia siguiente de la muerte de Pancracio, su mu-
qué? — ¡Porque tute has comido el mejor boca- jer dio á luz nada menos que dos hijos rollizos
do!— ¡Llévete el diablo! refunfuñó Pancracio y sanos como una manzana. Parecían un bollo
entre dientes, y se encerró en su gabinete, don- de manteca, si bien uno de ellos nació con un
de es fama que hasta las tripas echó por la boca. galo en la espalda, á consecuencia sin duda del
Hasta aquí la anécdota tal como la contó el deseo que tuvo su madre en la época del emba-
hombre gaceta. Ahora yo debo añadir que Pan- razo y que no pudo satisfacer por haberse zam-
cracio Morón era el mismo hombre con quien es- pado Pancracio el mejor bocado.
taba yo tomando café. Por esta razón sin duda, A. RlBOT Y FONTSERÉ.
no queriendo ser testigo de las afrentosas risas
de los concurrentes, apenas oyó que el hombre
gaceta pronuncia!' s>u aombre y apellido, se
zampó de un sorbo íoáu eí café que le quedaba
en la taza , se levantó, dio un napoleón al mozo,
y sin esperar que le dieran la vuelta se escurrió (1) Sitio en el hospital civil de Barcelona
como un ratón ?f- ,do y me dejó sin decirme donde se depositan los cadáveres desconocidos
antes de llevarlos al cementerio ó á la sala de di-
adiós. Sin volver?t Í ¡ pasé dos meses, al cabo sección.
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A MI AMIGO me decidí á lo segundo.
—Habla tú. —Te toca á tí.
DON AGUSTÍN ALFARO. —Dá principio.—Empieza tú.
—En fin, dado á Belcebú,
tomé aliento y dije así:
Diashace que intentó Aunque tu pecho desea
mi inspiración quimerista) fea con unto de rana,
buscar un antagonista yo diré tarde y mañana
de mas veneno que yo. Dios me libre de una fea.
Me harto de tirar el guante, Que es camino horripilante
y no pude hallar el majo donde no hallarás atajo,
por arriba, por abajo, por arriba, por abajo,
por detrás ni por delante. por detrás ni por delante.
Pregunté una vez y cien ¿Cuáles serán tus apuros,
de algún quimerista el nombre, marido de rica dama,
y por fin me dijo un hombre si has de meterte en la cama
con cara de hombre de bien: con un talego de duros?
Yo le diré brevemente Cuando te empache la fiesta
donde hay un espadachín dirás del oro al halago,
tal que le han de dar esplín si buen-dinero me trago
las señas del combatiente. buenos suspiros me cuesta.
Yo busco, repuse al punto : Nunca sospecha una hermosa
un genio de buenas alas, sabiendo que ha de vencer;
sin miedo á bombas y balas, la fea tiene que ser
alto flaco y cejijunto. por necesidad celosa.
Talento cIa,ro y precoz, Que aunque adorne con la salsa
abortado del Leteo, del oropel sus contornos,
que me supere en lo feo sabe que entre los adornos
y me aventaje en lo atroz. solo hay una piedra falsa.
Lo que usted quiere es muy raro . Díme tú sí tendrás celo
me respondió su merced; por una novela ingrata,
no obstante ¿ conoce usted aunque con broches de plata
á don Agustin Al faro? se encuaderne en terciopelo.
Pues en él de Barrabás, Yo tengo el gusto mas fino,
hallará la imagen viva, y no le pienses que ceda
por abajo, por arriba , porque me des á Espronceda
por delante y por detrás. con forro de pergamino.
Busqué al tal espadachín, Talento tuvo mayor
y dije nada me empacha, el que dijo con solapa ,
ya tienes á Juan en facha, que bajo una mala capa
ponte tú en regla, Agustin. se oculta nn buen bebedor.
Aunque me Yenzasypises Verdad es, voto al demonche,
¿á quién tienes interés? que habiendo inmensos tesoros
¿ a u n a fea con parnés, comerás b i e n , tendrás toros,
ó á una bella sin moníses? beberás borgoña y Truene.
Tras un silencio profundo Mas ¿tendrás g¡ ;•••• v-, risa
\ino á escoger lo primero, si tu mujer se incsip ¡ia
y yo por blandir mi acero y te encaja que á la faauc¡
fuiste con mala camisa? lo pedirá mi mujer.
Por no ai-mar un alboroto ¿Dónde hay ministro de pecho
huyo de trance tan fiero , , tan escaso de s e n t i d o ,
mujer que tiene dinero qne no ponga «concedido»
nunca lo echa en saco roto. á un memorial tan bien hecho?
No de madres y de abuelas Si á mas reflexiones subes ,
las ricas hijas exijas, el que tenga la intención
busca , Alfaro, buenas hijas , de darla conversación
pero no buenas hijuelas. me ba de poner en las nubes.
Que una rica fierabrás Dirá el seductor impío
es una planta nociva cuando la tienda la r e d :
por abajo, por arriba, ¡Qué marido tiene usted!
por delante y por detrás. es íntimo amigo mió.
Y no presumas que vivo Aunque no me juzgue ducho
" sin «pego á los parnés, me llamará Cicerón,
quizá mi desinterés y aunque me tenga aversión
es interés positivo. dirá que me quiere mucho.
Ya verás tú si mi musa Aunque haga versos perversos ,
se va al infierno quizá dirá á mi cara mitad :
en atrapando una já «bien merece esta beldad
de esas que dicen pantusa. quien hace t a n buenos versos.»
Sin que mi ambición avara Esto mi delicia fragua,
quiera faltar al decoro , si hago un soneto ¡ qué vena !
¿dónde habrá mayor tesoro si un sainete ¡ cosa buenal
que un buen palmito de cara?^ deja atrás al VASO DK AGUA.
Verdad hallarás constante Dará á mi mujer espanto,
ya examines mi trabajo que me alaben por d e t r á s ,
por arriba, por abajo, y me querrá mucho mas
por detrás ó por delante. sabiendo que valgo tanto.
Si quiero amigos, no es cosa , De suerte que es vano el dolo
los tendré como lo digo, de los que están á porfía,
que todo el mundo es amigo madurando la sandia
del marido de una hermosa. que me he de comer yo solo.
¿ La calle de la Montera En tanto yo no me atejo,
quiero andar sin embarazo? pues teniendo esposa bella,
llevo á mi mujer del braio me estaré mirando en ella
y me dejarán la acera. lo mismo que en un espejo.
Pienso estar en caridelero, Enfermedades mayores
pues los hombres principales , serán á mi cuerpo ajenas,
ministros y generales si hay qnien endulce mis penas
me quitarán el sombrero. y mitigue mis dolores.
Iré al café sofocado, En fin, no te digomas
tomaré de lecbe un pozo, que una bella es. lo que priva
y al ir á pagar al mozo, por abajo, por arriba,
m e d i r á : «yaestá pagado.» por delante y por detrás.
Y no podré perecer JCAN MARTÍNEZ VIIXERGAS.
como otros en la aflicción,
porque si quiero turrón
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A MI AMIGO mas consignada he querido
dejar mi pobre opinión.
D. JUAN MARTÍNEZ YILLERGAS. — Ya entro en materia, anhelante
de zurrarle bien la cr : ba
CONTESTACIÓN. por abajo, por arriba,
por detrás y por delante.
¿En dónde está el campeón Nunca es mengua, ni aun desdoro
que me provoca en LA RISA ?
tener fea la mujer,
Paso, que mancho!... y aprisa ! I
si se la puede poner
Ya murió Napoleón.
tachonada de onzas de oro.
Conmigo en vano á destajo ¿Qué dirás t ú , majadero,
versos é insultos enjergas;
cuando al mi,rar sus facciones ,
que has encontrado, Villergas,
los hermosos pelucones
un majo para otro majo.
halles de Carlos Tercero?
Buscas con ansia feroz
Te ríes de mis apuros
un hombre, ¡fatal deseo!
cuando al meterme en la cama,
que te supere en lo feo
me encuentre-en vez de una dama
y te aventaje en lo atroz.
con un talego de duros.
¿ Y soy yo ¡ Virgen de Atocha!
Eso es llevarlo al esceso,
tal hombre, venciendo tú
y nadie habrá que te crea;
en lo feo á Belcebú
que al fin y al cabo la fea
y en lo atroz á... Torremocha?
también es de carne y hueso.
De cólera haciendo estás
Y si entendimientos tardos
que eche yo un espumarajo
hablan así á troche y moche ,
por arriba, por abajo,
tú bien sabes c|ue de noche
por delante y por detrás.
todos los gatos .son pardos.
Pero ¡oh entendimientos romos!
La hermosa siempre confia
que cuando hablamos de bodas,
en su palmito de cara;
nos presentemos á todas
la otra que tiene una tiara
mas feos de lo que somos!..
no dice esta boca es mia.
No, amigo; mil veces no.
Y no se calla por bruta,
'fueres un chico escelente,
sino 'que al ver tal desliz
mejorando lo presente,
bien conoce la infeliz
(y lo presente soy yo).
que nadie se la disputa.
Pero hagamos aquí p u n t o ,
La hermosa... ¿tú sabes bien
y hablemos sobre mujeres;
loque es la mujer hermosa?
que así á gusto, como quieres,
Siempre altiva yorgullosa;
trataremos del asunto.
siempre con necio desden.
Tú me pones en un tris.
Y amen de eso, sé p r u d e n t e ;
¿Con que á quién tengo interés?
y no la pegues dos voces,
¿ A una fea con parnés
porque te da un par de coces
6 á una bella sin monis?
que te las clava en la frente.
Para cortar la querella
¡ Ay de tí, si se amostaza I
diría que es mas fortuna
ya puedes comprar sombrero,
no casarse con ninguna,
ya puedes con un torero
ó con una rica y bella.
habértelas en la plaza.
Que no es esa la cuestión,
La fea sin vilipendios
replicarás. Convenido:
te hace el vivir mas propicio',
479
pues lees en su frontispicio: y vinos estomacales,
«Asegurada de incendios.» y esté oscuro por la noche;
Y aun llevarás con paciencia De esos instintos bastardos
si te hace un desaguisado, nos reiremos á porfía;
sabiendo que en el pecado porque de noche, alma mia,
llevaron la penitencia. todos los gatos son pardos.
Tú fundas tu necio orgullo Y si Villergas sincero
en tener una colmena maldice su desventura;
á que acudan, por lo buena, que eche un poco de hermosura
abejas mil en barullo. por jamón en el puchero.
¡Ay! Tienes muy pocas conchas, Que no temo, aunque me escuches,
si así alucinarte dejas, el que alguna vez avara
sin saber que esas abejas me eches tu dinero en cara
dan picadas que hacen ronchas; si hay fresnos y hay acebuches.
Y que ponen como un guante Así encontraré quizás
desde el cabello al zancajo la dicha que tanto priva
por arriba, por abajo, por abajo, por arriba,
por detrás y por delante. por delante y por detrás.
Me hablas luego (y me asesina AGUSTÍN DE ALFARO Y GODINEZ.
el verte ya hecho un Juan Lanas)
de que en una hermosa g a n a s ,
pues es la hermosa una mina: LONGEVIDAD SIN EJEMPLO.
De que al ir con ella, listas
las gentes, al ver su talle,
presurosas te hacen calle BIOGRAFÍA
(acaso porque no embistas.)
de D. Abundio Estofado.
Y tocas otro registro,
el turrón ¡turrón fatal! En un lugar de España, cuyo nombre
enviar de memorial no recuerda el mismísimo demonio,
tu mujer ante el ministro. se casó una muchacha con un hombre,
¡ Ahora ya me ahoga el veneno! formando entre los dos un matrimonio.
¿Con que por tener turrón Y de este matrimonio, no os asombre
dejarás que un fantasmón aunque parezca falso testimonio,
ponga en ella el visto bueno? vio Estofado la luz, flor de su casta,
—Ven fea de mis entrañas; que fué un tomo de lomo en buena pasta.
dejemos á esos tumbones, Nadie su edad á don Abundio exija
y contemos los doblones que no la arrancará, ni con palancas :
para ver si no me engañas. quiere que por el diente se colija ,
Con ellos conseguiré y aun sus muelas están fuertes y blancas.
lo que al otro mas le halague , Mas su fé de bautismo es cosa fija
sin que un instante lo pague que existe en el archivo de Simancas,
la base de mi tupé. la cual está fechada, yo lo he visto,
Con ellos á tres por dos mil años antes que viniera Cristo.
caras tendré no muy raras; Aunque se halla en edad tan avanzada
que van baratas las caras ningún peso le aturde ni le agovia.
en este mundo de Dios. Talle recto, melena ensortijada,
Y mientras tengamos coche, capaz de dar antojos á una novia :
y granjas, y bacanales, vientre nueyemesino, piel planchada,
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ojazos como el puente de Segovia : Luego, es hombre de buenas herramientas,
tira por tierra un toro brazo á brazo, y el mozo menos ducho y menosdiestro
y unde un guarda-cantón de un taconazo. sabe que la herramienta hace al maestro.
¿Si es correr? ¡ Santo Dios! comió la sopa ¿ Quién guisará tan pronto ni tan b i e n ,
del mismo Satanás en el profundo... ¿quién sabrá mejor que él la obligación?
Como en sus tiernos años fué de tropa, Maneja que es un gusto la sartén ;
visitó en un viaje sin segundo arregla en dos minutos un salmón,
África y Asia, América y Europa , y guisa una ternera en un amen;
dando cuarenta y seis vueltas al mundo. por lo cual debe ser, en mi opinión,
Estuvo en Austerlitz, Montevideo, y por estar tan gordo y tan cabal,
Londres, Pequin y Cangas de Tinco. hombre Matusalén, hombre inmortal.
Recita mas veloz que un papagayo Fué robusto de niño, por supuesto,
de este mundo la historia peregrina. y aunque dando tropiezos y traspieses,
No sirvió á Julio Cesar de lacayo, sobre su calidad atrajo prests
porque aun no habia coche ni berlina. la admiración de rusos y franceses.
Cuenta mil veces que siguió á Pelayo Salió á dos siglos del estado honesto,
en clase de agregado á la cocina, casándose con viuda de mil meses
y aun refiere en sus crónicas i caramba ! allá en las cercanías del Vesubio
que fué el primer vasallo del rey Wamba. quinientos años antes del diluvio.
Tiene, como el que mas, amor de gloria, Cien, años don Abundio fué dichoso
y ávido rumia cuanto impreso mira : con su esposa, muchacha de talento;
aprende las historias de memoria falleció la mujer, y el buen esposo,
que en alguna ocasión le causan ira. que no se bailaba en soledad contento,
Como ha sido testigo de la historia, estuvo todo un siglo haciendo el oso ;
cuando dice Mariana una mentira, casóse, y su mujer vivió otros ciento;
contesta hecho un volcan con furia insana : murió por atracarse de aceitunas
«yo lo contrario vi, miente Mariana.» y él vivió otros cien años en ayunas.
Cuando algún arquitecto atento acecha Volvió otra vez á verse desposado
de un antiguo edificio la cornisa sufriendo cencerradas de los pillos ,
y dice «la YÍ hacer, larga es la fecha» y otra vez enviudó ; pero si enfado,
no lo puede evitar, le causa risa ; lo contaré con modos mas sencillos:
pues nació, el buen señor, sin hallar hecha Siete veces este hombre fué casado,
una casa de mesa ni de misa , cada mujer dejó quince chiquillos;
y ayudó con sus fuerzas y deseos el mas chiquirritín cien años tiene
á establecer los montes Pirineos. y lodos le conocen por el nene.
Tiene todas las artes en su mano : Habrá comido novecientos bueyes
ha sido comerciante, tabernero, por el tiempo que lleva masticando ;
albeitar, diamantista, cirujano, ha sufrido el rigor de muchas leyes,
periodista, alguacil, picapedrero... y él va leyes y bueyes sepultando;
¿ P i n t o r ? mas que Velazquez y el Tíciano; vio acuñar las monedas de cien reyes,
y hay quien dice que siendo cerrajero y las vio poco á poco irse gastando.
por historias verídicas se sabe Y aquí me admiro mas, pues considero
que al arca de Noé puso la llave. que ha tenido mas vida que el dinero.
Quejarnos en L A RISA fuera vieio Nadie su edad alcanza ni divisa,
de sus ajos y sales y pimientas, ni la suma un geómetra profundo;
fío es posible guisar con tanto juicio; en fin, guarda un faldón de la camisa
porque base, buen lector, no lo desmientas, primera que estrenó San Segismundo.
trescientos años que aprendió el oficio. Mirad si con razón dirá LA RISA
que este hombre es el mayor viejo del mundo. Unos quieren guerra,
Pues no es esto verdad, viven los cielos, otros quieren paz,
que aun tiene padres y su madre abuelos. matrimonio Pedro,
Bien de Estofado la salud esplico, celibato Juan.
que este mozo, oh lector, aunque te asombres, Este entre las rubias
conoce un ajo ali-oli, que es muy rico busca su beldad
para hacer inmortales á los hombres. y á unamorenilla
Yo por bien de los hombres le suplico rinde aquel su afán ,
que de los ingredientes dé los nombres, Que entre gustos mil
y él pone aquí por condición precisa y mil gustos mas,
que se suscriban todos... á L A RISA. lo qué gusta a Gil
JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS. le disgusta á Blas.

Viva Carlos quinto !


LETRILLA. grita un capellán*
Viva el Estatuto!
dicen mas acá.
Entre gustos mil A Isabel segunda
y mil gustos mas, proclaman los mas,
lo que gusta á Gil y hay quien dijo: viva
le disgusta a Blas. la junta central!
Que entfe gustos mil
A muchos les gusta y mil gustos mas,
laorchata y agraz, lo que gusta á 'Gil
á otros el Jerez le disgusta á Blas.
Málaga y Champan.
Coles come Antonio, Mas no quiero en esto
perdices Pascual, meterme jamas...
y otro engulle callos Partidos?... Afuera!
mejor que faisán, Política ?Quiá!
Que entre gust&frmií Que mientras los otros
y mil gustos mas, son locos de a t a r ,
lo que gusta ó Gil yo; viva L A R I S A !
le disgusta á Blas. digo, y nada mas.
Que entre gustos mil
Para unos el agua y mil gustos mas,
tiene virtud tal lo que gusta á Gil
que aclara la vista le disgusta á Blas.
y alarga la edad:
para otros el vino Mugeres bonitas
es un manantial gustan á los mas,
de salud,de vida, y también las feas
de jovialidad, ostentan su imán.
Que entre gustos mil Si uno busca flacas
y mil gustos mas, para no sudar,
jio que gusta á Gil otro halla en las gordas
le disgusta á Blas. gracia colosal,
Que entre gustos mil
61
482
y mil gustos mas, con la suya va ¡ -;
lo que gusta á Gil como si salieran
le disgusta á Blas. del santo hospital!
Que entre gustos mil
Cuando enviudó Pablo, y mil gustos mas,
se puso á llorar lo que gusta ú Gil
los lieros tormentos le disgusta á Blas.
de su adversidad;
murió de Francisco Cuando esta letrilla
la esposa, y el tal lleguen á juzgar,
esclamó bailando: cuántos disparates . .,
Dios la tenga en paz. los necios dirán!
Que entre gustos mil —Qué cosa tan linda!
y mil gustos mas, - U f ! qué atrocidad I!!
lo que gusta á Gil —Qué mal lo hace Izco!
le disgusta á Blas. — Qué bien lo hace Ayguals!
Que entre gustos mil
Qué fino sombrero! y mil gustos mas,
Qué hermoso gabán! lo que gusta á Gil
y bosteza de hambre le disgusta á Blas.,
quién lo ha de llevar!...
y esotro andrajoso Mas sabed, tontuelos,
en la fonda está que es vano ese afán,
llenando'su panza que necios insultos
de rico manjar, no hacen mella ya;
Que entre gustos mil y si os gusta; nenes,
y mil gustos mas, de envidia rabiar,
lo que gusta á Gil yo quiero reírme
le disgusta ó Blas. de esa necedad,
Que entre gustos mil
Cuando en el teatro y mil gustos mas,
se estrenó el don Juan , lo que Gusta á Gil
dijo uno: muy bien ! le disgusta á Blas.
dijo otro : muy mal! WENCESLAO AYGUALS DE IZCO.
Qué versos tan bellos!
gritó don Fabián,
y esclamó don Cosme:
qué barbaridad!
A DON WENCESLAO AYGUALS DE IZCO,
Que entre gustos mil
y mil gustos mas, ¿Qué significa, Ayguals, que así desprecias
la gue gusta á Gil la carta que en abril te he dirigido?
le disgusta á Blas. ¿mis espresiones tiéneslas por necias?
Mas ya sospecho, Ayguals, lo que habrá sido,
Don Cornelio gasta sin duda alguna le has dado garrote
todo su caudal viendo en ella á Ribot muy mal ferido.
porque ostente lujo Pues pesie á tal, que no he de ser Quijote,
su cara mitad, mas sí habré de imitar al gran Pitillas,
mientras don d i s a n t o y palo habrá de pies hasta el cogote.
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Y así prepara luego tus costillas, Ni el cigarro y morcillas de Diana,
puesto que por guardar las de tu amigo ni Canseco comiendo los tomates,
á tu corresponsal ajas y humillas. ni Abenamar que á dar saltos se afana.
¿ Tiemblas al escuchar ¡o que te digo ? Ni de Hartzenbuscb. los varios disparates . .
¿Te cubres de pavor, y te acobardas? ni... de Júpiter mismo el rayo ardiente ,
Pues á asustarte mas y mas me obligo. ni de Alcides las luchas y combates,
Que tengo dardos , flechas , alabardas, Ni de Palas el peto refulgente,
escudo, yelmo, espada muy cortante, ni carroza y tritones de Neptuno,
tengo obuses, cañones y bombardas. ni el tigre, ni el león, ni la serpiente.
Y sobre todo, tengo mi semblante Ni... para concluir mortal ninguno
de continente tal, y catadura, podrá rendir mi aliento inalterable,
que para confundirte es muy bastante. aunque todos se junten de consuno.
¡Oh si profesor fuese de pintura ! Dirásme, Ayguals, tal vez que así no hable,
para aterrarte fuera suficiente que alabarse á sí mismo siempre ha sido
el diseñarte mi caricatura. un vicio criminal y abominable...
Empero , finge Ayguals, que ves u¡> ente1 Poco sabes del mundo en que has nacido,
de aspecto muy mas fiero que el de Augusto , el formar cada cual su ejecutoria
nariz larga entrecejo y ancha frente. en toda la nación se ha establecido.
Color pálido y ceño tan adusto , En tiempo de mi abuela , que esté en gloria ,
que si en el papel bien se representa de la humildad se honraba el triste imperio,
al susto mismo puede dar un susto. según que nos demuestra nuestra historia.
¿Pues y si de mi pluma te doy cuenta? Empero ahora el noble magisterio
hiél, alquitrán y sangre son la tinta, la arrogancia lo ejerce dulcemente,
de la que cuando escribo se alimenta. lanzando de modestia el cautiverio.
Supuesta esta reseña tan sucinta , Y asi no solo un pobre pretendiente
¿osarás aun, Ayguals , dejar oculta traza el cuadro inmortal de sus blasones
mi carta que sin testa á Ribot pinta ? y forma de su mérito expediente,
Si de censores, p u e s , la turba multa Sí que cuantos honrados campeones
es la que te ha impelido á dar tal paso , quieren la toga, faja ó la poltrona
su decreto impolítico sepulta. suben por tan sublimes escalones.
Con esto evitarás algún fracaso ¿Cuál periodista luego no pregona
porque á mí no me asustan los gigantes sus dotes, su talentoy patriotismo?
sátiros, faunos, ninfas del Parnaso. ¿Cuál poeta no ensalza su persona?
Ni de Zorrilla chanclos alarmantes, El que da una función hace lo mismo.
ni Ribot, que á los peces arremete; ¿Y seré criminal porque me alabo?
ni Rubí manejando armas punzantes. antes bien el no hacerlo es fanatismo.
Ni Príncipe ceñido de bonete, Ya me dilato mucho, y así acabo
ni Bretón aunque viste traje ruso; advirtiéndote... ¡ay Dios que se me olvida,
ni de la Carolina el tonelete. lo que mas interesa; bravo, bravo !! 1
Ni Campoamorcon gorro tan difuso: Ayguals , mándame pronto , por tu vida ,
ni Escobar imitando á los toreros, de Don Lucas el número segundo,
ni Soriano y Espin fogueando al uso. sin dar lugar á que otra vez lo pida.
Ni Urrabíeta estudiante y compañeros, Pues rodará bien pronto por el mundo
ni Gerundio bailando sin capilla, el tercero y aquel aun no me han dado,
ni el lego Tirabeque aunque esté en cueros, tal vez iría del Cócito al profondo.
Ni casulla y turbante de Bonilla: I l e m m a s , sabe Ayguals, que hemos formado
ni alas de Gil, volteando cual campana . ya de la Carcajada trece entregas,
ni Baldoví que á dar teta se humilla. y de Cervantes nada has estampado.
Í84
A este hombre inimitable,'¿acaso niegas un abogado profundo,
en tal escrito el sitio mas sublime ? y cumplió los veinticinco
¿Persíguenle en la tumba furias ciegas? sin dedicarse al estudio.
Ayguals, su augusto nombre pronto imprime Por fin al cabo de un año
en ese tu periódico, que acaso de meditación y ayunos,
el carácter del héroe hispano esprime. y reprensiones del dómine,
Bien sea de sus viajes al Parnaso, que rayaban en insultos ;
ora de sus novelas ó poesías i Aprendió mi buen manzámpulas,
¿y su Quijote, en sales es escaso? con admiración del mundo ,
Resuene, pues, su nombre en estos días del catecismo de Astete
en que un enjambre brusco de escritores hasta las comas y puntos.
quiere vender, por chistes, tonterías. En las cuentas quedó siempre
Ayguals, si desatiendes mis clamores, tan atrasado el cazurro ,
te juro por el genio de Cervantes que apuntaba'seis sumando
arrebatarte miles suscritores. tres hombres con dos besugos.
Iré á la corte misma cuanto antes , Pero calculando el padre
y de un furor celeste arrebatado por la estatura el discurso,
dardos te arrojaré bien penetrantes. mandó á su nene á la corte
Te agarraré las barbas con enfado á proseguir los estudios.
y te llevaré... á dónde?... al mismo averno Entró en la corte el mancebo
para que seas por Pluto sentenciado lucietido su cuerpo curro,
¿•silencio ominoso, á oprobio eterno. con el gabán abrochado
JOSÉ ILLAN MARTÍNEZ- el veinticinco de julio.
Cada vez que de su pueblo
venia á Madrid alguno,
ROMANCE HISTÓRICO. tenia carta del padre,
lo cual apreciaba mucho.
Y aunque en perversos palotes,
Leído en el Instituto Español en la noche con letras como almendrucos,
deZ 25 de junio de 1844. la contestación firmaba
toda de su letra y puño.
En un lugar á tres horas Pero pasaron seis meses
del papa-moscas de Burgos, sin que paisano ninguno,
habia un padre muy bestia como un tiempo visitara
que tuvo un hijo muy bruto. de esta capital los muros.
Pero los dos tan zopencos Y así la correspondencia
que muchas veces el vulgo, tuvo que cambiar de r u m b o ,
sin reparar las edades , y fiaron al correo
tomó el otro por el uno. ambos los secretos mutuos.
Tales padres tales hijos,
dijo el papá al ver su fruto, Sin duda nuevas vinieron
que á no nacer tan mostrenco á Madrid de mucho bulto,
dudare que fuera suyo. cierto dia que en correos
Y en pensarlo fué dichoso: todo era gresca y barullo.
mas yo no le alabo el gusto, Mas no fué que de la España,
porque una oveja muy clara se pronunciara algún punto
pare un cordero muy turbio. por república aristócrata,
A ser aspiraba el mozo ó popular estatuto.
48
Fué que una carta venia, por si acaso esta se pierde
de la que fué patria un dia te envío una copia dentro.
de las babuchas del Cid, Que estés gordo no me asusta,
y cuyo sobre decia : aunque tal vez no te sacias
«para mi hijo, en Madrid.» de Pepas y Bonifacias;
Esto solo era la causa mas díme si eso te gusta:
del destemplado murmullo, mi salud buena, á Dios gracias.
unos decían ¡qué estólido! Este papel borroneo
otros decían ¡quéestúpido! por saber con amplitud ,
Cuando á la ventana dieron sí estás en ese recreo,
dos golpes morrocotudos, con la completa salud
y volvió, mal que pesara , que yo para mí deseo.
la gravedad á su punto. Aquí estamos mal, amigo;
Abrieron la ventanilla pero por mas que me incites
y vieron un mozo esdrújulo, de puf ría nada te digo,
que tenia siete cuartas pues no quiero que visites
desde la cabeza ai muslo, la casa de poco trigo.
El c u a l , con perdón de ustedes, A mí nada me contrista;
iba comiendo un mendrugo , siempre del que manda soy, -
vestido de cortesano, que acá el que tiene no chista,
muy elegante y muy pulcro. y yo me hallo el dia de hoy
Quedó encarado en la gente, mas rico qne un contratista.
cerca de cinco minutos, No temo rayos ni truenos,
y dijo con mucha calma como los temí otras veces;
después de hacer un saludo-.— pues veo auspicios tan buenos,
«¿Tengo carta de mi padre?» que pienso coger lo menos
—Y sin pararse un segundo dos celemines de nueces.
le dio el oficial la carta, Si de una heredad sembrada,
diciendo con ceño adusto: en terreno de Betanzos,
No soy ducho en acertijos; no cojo esta temporada
pero aquí no cabe plagio ; tres fanegas de garbanzos,
tenga usted, que hay datos fijos; creo que no cojo nada.
pues eomo dice el adagio, Ya ves si puedo andar m a l ;
tales padres, tales hijos. y no presumas que es todo
riqueza territorial:
Tomó la carta el mancebo yo me alegro en cierto modo
muy contento de su triunfo, de que algo sea industrial.
y leyó lo que yo á ustedes Tu mamá , que es en el mundo
copiaré punto por punto. el imán de mis hechizos,
el dia de San Facundo
Cuatro cartas te he escribido rne dio á luz cuatro mellizos,
con esta, querido Andrés; ya ves si el año es fecundo.
y ésta la pongo aburrido Víctima la vi segura -,',••••
de no haber aun recibido de los médicos bolonios;
contestación mas que á tres. pues tal fué su calentura,
Quiza no llegue á ese centro; que la llevan los demonios
mas yo que soy viejo verde si no es por el señor cura.
y á todo remedio encuentro, Y me echo al pescuezo el nudo
486
si deja su cuerpo yerto Y aquí se acabó la carta,
de la muerte el golpe crudo : y aquí el romance concluyo,
no por que ella hubiera muerto , que bien habrá molestado
sino por no verme viudo. por eterno y por insulso.
Pues ¿dónde el hombre halla goce Mas si he cansado , aprovecho
sino en la mtiger querida? el buen asonante en uo,
La muger es nuestra vida; para pedir mil perdones
ninguno la reconoce al salón del Instituto.
hasta que la ve perdida. JUAN MARTÍNEZ YILLERGAS.
La dio en el parlo un temblor,
y dijo, arrugando el gesto,
que no volverá su amor
NO HAY COSA COMO COMER ( l ) .
á sufrir tanto dolor...
hasta otra vez, por supuesto.
Adiós, y vive en tus glorias ; Á MI AMIGO 1>. VALENTÍN FUENTES.
yo entiendo que allá y aquí
nadie sabrá mis historias
pero da á todos memorias
los que pregunten por mí.
Por inútil no diré
que está á tu disposición
este, que desea á fé,
verte pronto el corazón,
tu padre querido

POSDATA.
Y firmo con iniciales Yo no canto de Marte los furores,
no abran esta carta mia, que del cañón me aterra el estallido,
y me echen á los canales; ni del hambre y ia peste los horrores ,
pues sabes que hay en el dia ni los vanos impúdicos amores
cosas muy originales. del mundo corrompido.
No es tu talento tan largo Canto el placer mas sólido y durable
que entienda de o.es ni pés. que ofrece la existencia deleznable
Te lo diré, sin embargo, en su curso apacible ;
para tu gobierno, Andrés : canto , público amable ,
pero... el secreto te encargo. el mágico poder del comestible.
¿Ves la A donde firmé , Giman enhorabuena
que es la del lugar primero? en las redes de amor de su sirena
pues Antón decirte quiero los necios amadores,
y Perulero en la P, no creo que el estómago se llena
to'.al, Antón Perulero. con el humo fugaz de los amores.
Chico, tu silencio me harta; Canto del rico pavo
escribe aunque no te cuadre : la crasienta pechuga,
mas si algo tu pluma ensarta que tan buena me sabe con lechuga,
para guiar bien la carta,
pon solamente «A mi padre.»
(1) Leída por el autor en el Liceo de Valla-
do i id.
487
la habilidad alabo y mitigo el furor de mis pasiones!
del noble cocinero i Oh! | qué buena invención la de la cena I
que asa bien una pierna de carnero, ¡ Cuan dulcemente el sueño me encadena ,
y el valor indomable con que raja cuando de albondiguillas
el pemil de Galicia suculento, mi estómago anchuroso se rellena,
y en la sartén le encaja y me tomo después unas natillas.
donde sirve de próvido sustento. ¡Oh míseros poetas,
La "mejor armonía, ochenta mil cuartetas
la música que grata me recrea, y cinco mil quintillas
es la aguda almirez, la algaravía no importaD el valor de diez chuletas!
con que chisporrotea ¡Gran cosa es el comer! las aflicciones
el provisto fogón á mediodía. provienen del ayuno y abstinencia;
El mas grato perfume el que come pichones
que deleita mi olfato, siempre tuvo tranquila la conciencia!
aunque la carga del pesar me abrume, Si me da un patatús, un palomino
es el asado que contempla el gato, me conforta, me alegra y vivifica;
y al fuego lentamente se consume, si tengo un sentimiento , le ahogo en vino,
y se traslada de la lumbre al plato , que mis resoluciones fortifica:
y del plato al estómago vacío, pie'nso vivir lomas que se me alcance,
de donde lanza el frió y en el último trance
y el angustioso flato. he de dar á la vida,
¿Dónde habrá mejor drama comiendo, la postrera despedida.
que el que se representa en la cocina, Cuando sueño , no sueño con visiones,
y mas si fuese el ama ni brujas, ni fantasmas, ni vampiros,
una linda y curiosa vizcaína"? sueño con fricasés y con tostones,
Allí no hay peripecia, y me chupo los dedos
allí es el desenlace muy sencillo, embriagado en tan dulces ilusiones.
no hay que pedir preceptos á la Grecia, Y al despertar famélico no tomo,
la criatura mas cerril y necia como el vulgo, café ni chocolate,
barrunta el olorcillo sino dos libras de esquisito lomo,
de la salsa y la especia, * ó seis madras revueltas con tomate.
y aguza á toda prisa su colmillo. Si visito á cualquiera
Gran cosa es el córner: — las ilusiones me zampo de rondón en la cocina,
no valen un pepino, examino el estadio de la plaza,
y las inspiraciones alzo la cobertera
del docto Venusino y preparo el asalto con cachaza
no valen un ternero y dos jamones, al tasajo mas mondo de ternera,
y el competente vino. y si el prójimo es pobre y de avichuelas
¡ Gran cosa es el comer I ¡ oh 1 ¡ cómo aguza tiene valor de abastecer el fuerte,
mi apetito la candida merluza, prelesto una. fluxión, hacia las muelas,
y el congrio , y el salmón ! y adiós, (le digo) adiós, volveré á verte...
¡Vivan las gentes duchas ' (cuando estén mas provistas tus cazuelas).
que hacen guerra á las truchas No he visto tripas de mayor calibre
y persiguen al rico salchichón ! que las mías, ni el mismo Gargantúa,
¡Viva lo positivo, ni el que á orillas del Tibre
viva lo que se pega á los ríñones, las riquezas del orbe devoraba
yo de comer escribo , en el comer la palma me llevaba ,
por la comida vivo, porque á falta de cosas de meollo,
coma cangrejos, nísperos, repollo, porque tomo gustoso la tarea.
y aunque sean buñuelos. Huy! ya creo tener entre los dientes
Estraño que Leandro atravesara un buen trozo de asado,
por ver unamugerlosDardanelos, y á tan plácida idea
si una opípara cena le aguardara mi corazón se anima y se recrea.
disculpárale yo ¡ viven los Cielos! El suplicio de Tántalo
César en Rubicon detuvo el paso, habré hecho padecer á los glotones,
y añaden sapientísimos autores público amigo, aguántalo ,
que tembló de la guerra á los horrores. que yo también le aguanto en ocasiones;
Mas yo creo que acaso masay! estas estrofas elocuentes
se fué sin almorzar, de aquí provino han llenado mi estómago... efe viento,
aquella indecisión de tan mal sino. y me yoy a! momento,
Si Don Pedro el Cruel hubiera sido sí ¡ me voy á... buscar el mondadientes.
tan zampón como yo, no hubiera habido
VICENTE SAINZ PARDO.
guerras ni zipizapes en Castilla,
se hubiera entretenido
hostilizando al congrio y la morcilla,
BISA Y LLANTO.
y no hubiera caído
en el lazo fatal de la Padilla.
Gran cosa es el comer, digo y repito. por su autor en el Instituto Español, en
¡Casi es una verdad! —Como que Tito la noche del 25 de junio de 1844.
debió su genio dulce y apacible
al inmenso poder del comestible. Desde el otro mundo
Y hay crónicas que añaden oportunas, viendo nuestras cosas,
que no era tan benéfico en ayunas. DEMÓ.CRITO R Í E ,
Yo después de comer soy un Juan Lanas, HERÁCLITO LLORA.
mas cuando estoy hambriento
ni las fieras hircanas Al verá Pedancio
son de genio mas duro y turbulento. como babla de Roma,
Todo buen desafio se termina de París, de Londres,
con un almuerzo fraternal, y es justo. de las Californias,
El odio mas vetusto de los usos griegos,
no resiste al poder de la gallina; sectas religiosas,
y ¿quién ha de plantar una estocada costumbres prusianas,
á quien le ofrece un pollo en empanada? argelinas modas,
Comiendo se celebran las funciones, y no sabe acaso
los contratos comiendo se concluyen, donde está Tortosa,
y comiendo los odios se destruyen; DEMÓCRITO R Í E ,
comiendo se contraen relaciones. HERÁCLITO LLORA.
Hay hombre que no chista en el camino,
cuando va en diligencia; Viendo que se arrullan
se llega al Parador y amable y lino eomo dos palomas
sus servicios ofrece en competencia Cándido y Mercedes,
á todo fiel cristiano, y suspiran, lloran,
con quien comió el potaje mano á mano. y finos se escriben
¡ Qué larga va esta oda ó lo que sea I cartas amorosas,
Perdonad, amantísimos oyentes, con corazoncillos
hablando de comer soy muy pesado, flechados, coronas...
489
y esclaman contigo el queso de Flandes,
pan negro y cebolla. delicadas ostras,
DEMÓCRITO R Í E , jamones soberbios,
HERÁCLITO LLORA. perdices sabrosas...
y exhala tufillo
Al ver á una dama de ajos y cebollas,
fea y setentona, DEMÓCRITO HIE ,
sin dientes ni muelas, HERÁCLITO LLORA.
ocultar con blondas
su fe de bautismo, Cuando doña Marta
vestirse á la moda, se hace la devota,
ornar su peluca y pasa en la iglesia
con flecos y rosas, las mas de las horas,
y dar colorete con el monaguillo
á su faz de momia, quedándose á solas,
DEMÓCRITO R Í E , y chismosa luego
HERÁCLITO LLORA. critica á las otras,
cual chupa de dómine
Viendo á don Cornelio poniéndomeá todas,
cuan tranquilo ronca, DCMÓCRITO R Í E ,
vive, bebe, engulle, HERÁCLITO LLORA.
y atrozmente engorda,
y en mullido lecho Al ver á Don Curro
duermeá la bartola, lucir su joroba,
mientras al teatro su nariz de á palmo,
se marcha su esposa su tremenda boca,
con cierto primito sus piernas torcidas
que no la abandona, aguisa de comas,
DEMÓCRITO RÍE , y hablar de elegancia...
HERÁCLITO LLORA. y hacerse el persona...
y entonar el canto
Al mirar que hombrea de la barquerola,
Simplicio, antes de hora . DEMÓCRITO R Í E ,
teniendo... ¡angelito! HERÁCLITO LLORA.
la leche en la boca...
que á su bella Filis Al ver ante ustedes
canta en dulces trobas, mi humilde persona,
creyendo hacer versos con ojos saltones
cual otro Argensola, cual dos alcachofas,
y el nene dá coces con barbas de chivo,
en verso y en prosa, bigotes de rosca,
DEMÓCRITO R Í E , y de ajenas faltas
HERÁCLITO LLORA. hacer burla y mofa,
cuando son las mías
Al oír al otro asaz numerosas,
citar las dos sopas DEMÓCRITO R Í E ,
de su mesa espléndida, HERÁCLITO LLORA.
las muy ricas pollas, WENCESLAO AVGUALS DE tzeo.
62
490
UN FILOSOFO GRAVE. DEPLORABLE ACONTECIMIENTO.;

Don Abundio Estofado, cocinero de LA R I -


SA , cuya biografía vieron nuestros lectores en la
página 479, está postrado en cama víctima de
una peligrosa enfermedad. Comió dias pasados
un tacón de gallego en escabeche y se le clavó
una tachuela en el hueso esfenoides, dejándole
imposibilitado de guisar por una catarata que a
poco rato se le observó en la pantorrilla izquier-
da. Sintió después una fuerte jaqueca en el
vientre, sin duda por habérsele dislocado la co-
yuntura que une el hueso occipital con el hueso
puvis, de cuyas resultas ha habido precisión de
entablillarle los intestinos. Hay varias opinio-
nes acerca déla aplicación de los remedios-,hoy
mismo están en consulta todas las rabaneras y
escaroleros de Madrid, y es de esperar de tan in-
teligentes facultativos un buen resultado. Dare-
mos noticia á nuestros lectores de los síntomas
que presente este raro torozón , así como de los
SONETO. medicamentos que se vayan disponiendo al en-
fermo. Entre tanto tenemos la satisfacción de
Ese que envuelto veis en tanto harapo anunciar que don Abundio, hombre laborioso en.
mendigando su pan de grupo en grupo, estremo, tenia preparados muchos y muy im-
no es que destino mísero le cupo, portantes trabajos, y que por consiguiente du-
pues navega á placer y á todo trapo. rante su embarazo no careceremos de sus salsas
El hombre dice: «Vivo gordo y guapo... y sus menestras y sus asados. ¡Dios salve á LA.
como y bebo asaz bien de lo que chupo !» RISA! I Dios salve á don Abundio Estofado!
Mas nunca grato el trabajar le supo,
y por el lodo vaga como el sapo. J. M. V.
Presume de sesudo y es un topo:
dice que es de filósofo sa equipo; En El Marañon, periódico de torca, leemos
y ronda los cafés como un galopo. lo siguiente:
A Sófocles critica y á su Edipo...
y aunque se hace el discípulo de Esopo, UNA PREGUNTA.
es de un pedante verdadero tipo.
WENCESLAO AYGUALS DE Izco. De las acreditadas prensas de la SOCIEDAD L I -
TERARIA, sale á luz, entre otras publicaciones
una con el título de LA RISA ; en las columnas de
esta tan linda como brillante y amena enciclo-
pedia de estravagancias, se han dilucidado por
sus redactores cuestiones á cual mas rara, tales
como si es mejor ó chocolate, ó huevos con t o -
mate, ó jamón ; y otras por este estilo; si bien,
en la citada me parece lo mejor comerse un par
ó dos de huevos fritos con tomate y jamón, to-
491
mandóse después el chocolate. Mas yo no debo cante del firmamento
meterme á dar en esto mi voto, pues no soy ca- la helleza, la gloria y esplendor.
paz para alternar con los que la promovieron; No arrancaré á mi lira ecos veloces ,
de lo que sí soy capaz es de hacerles una pregun- que ensalcen los precoces
t a , para que den so parecer, si quieren. perfumes de un pensil;
Supuesto lo dicho (que en verdad es bien po- ni cantaré las glorias del buen Tasso,
co), vamos á la pregunta que si bien es senci- que enriqueció el Parnaso
lla, no deja de tener su dificultad. con volúmenes mil.
Caros Ayguals, Villergas, Zorrilla, Rubí y de- No: que quiero cantar de nuestra vida
mas RJLLENTBS, ¿qué cosa es peor para cual- la ocupación mas grata y mas querida;
quier pecador, no tener una peseta ni aun en el quiero entonar un cántico halagüeño
bolsillo delrelá, ó tener tres ó cuatro falsas? al mágico poder del blando sueño.
E L INVISIBLE. En buen hora nos cantes ¡oh poeta!
las sublimes delicias del comer;
eleva sí, tu cantiga discreta
RESPUESTA. la pechuga de un pavo á encarecer.
En buen hora nos digas que es muy grato
engullirse un buen plato
SONETO. de truchas y jamón:
dejémosle gozar con las botellas,
Hallarme sin monedas me acribilla; y cantemos nosotros las tan bellas
pero, ¿ cuál espeor? ¿no tener blanca, delicias de un colchón.
6 una peseta falsa que me atranca ¡Estupenda invención la de la cama!
en la cárcel de Corte ó de la Villa? debida, según dice el diccionario,
El que no tiene un cuarto está en capilla; á un reverendo fraile mercenario :
lo falso abre al presidio puerta franca; I Oh sublime inventor! yo te saludo,
¡qué demonio I el dinero no se estanca, mi corazón agradecido te ama,
si pasa ¡albricias I y si no, á Melilla. tu nombre, no lo.dudo,
No es hallarse de aceite en una balsa publicarán las trompas de la fama,
tener pesetas falsas, ciertamente; y estarás siempre en mármoles grabado.
pero hallarse sin mus ¿es buena salsa? ¡Oh de los hombres cómodos dechado 1
Venga moneda falsa aunque me afrente, Cuando camas los hombres no tenían ,
que yo la haré pasar falsa ó no falsa; ¿ dónde los infelices dormirían ?
si no... que me la claven en la frente. Aquí no cabe duda ,
JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS. estarían tendidos en el suelo
contándolas estrellas en el cielo...
I Gran cosa es el dormir! Cuando se duerme
NO HAY COSA COMO DORMIR (1). no se siente ía triste desventura,
ni el peso de la suerte fría y dura
que oprime nuestro ser,
A MI AMIGO D . V. SAINZ PARDO. entonces ni sentimos nuestros males ,
No esperes hoy que en trovas armoniosas ni de la vida peso nos agovia ,
entone á las hermosas solo al través de mágicos cristales
un himno de alabanza y de loor; vemos cruzar fantasmas de placer.
ni que con firme y sonoroso acento En la cama sentimos
que en dorados alcázares vivimos,
ó en florido y balsámico verjel,
(i) Leída por su autor en el Lioeo de Valla-
dolid. y sentimos que niñas inocentes
492
adornan nuestras frentes Ma> pudiera decir, pero lo callo,
con gloriosas coronas de laurel. que á cuantos me oyen convencidos hallo
Sueña el amante en la mullida cama de que las ilusiones
con la mugcr que ama, solo se hallan en blandos almohadones.
sueña triunfos el ínclito guerrero, Voy pues a concluir, público amado,
canges el prisionero, después de tan prolijas discusiones.
tesoros el avaro, pidiéndote un aplauso prolongado:
y el ardiente poeta en su memoria, con él me probarás que hube acertado
en porvenir de amores placentero cuando dige risueño,
la aureola brillante de la gloria. mejor que la bucólica es el sueño,
I Qué gran cosa es dormir; si yo pudiera y en el lírico rapto que me inflama,
estar siempre durmiendo, perdonad, que me voy hacia la cama.
muy dichoso yo fuera VALENTÍN FUENTES.
de este modo la vida entreteniendo,
que es muy grato y muy bello,
en un catre de azul todo colgado,
NO HAY COSA COMO LOS VERSOS.
estarse muellemente reclinado,
y ver del sol el último destello ;
6 sentir de agitado y ronco viento Á MIS AMIGOS
el empuje violento,
ó percibir la lóbrega tormenta
que azota las ventanas
D. Vicente Sainz Pardo y I). Valentín fuentes.
cual su furor horrísono acrecienta,
Ochenta mil cuarteta»
<5 sentirlas campanas y cinco mil quintillas
que llaman con doblar triste y medroso no importan el valor de diez chuletas.
SAINZ FARDO. "
al viajero estraviado y pavoroso.
¡Viva lo positivo! ¡ Vaya que es cosa fuerte!
ha dicho el trovador de los jamones: dice y repite el vulgo por manía,
tiene mucha razón; mas yo no vivo que nadie está contento con su suerte;
si el calor y la vida no recibo pero esto es bobería,
del calor de la manta y los colchones. que yo estoy muy contento con la mía.
Yo duermo dieziocho horas cada dia, Yo veo el comerciante ,
y así paso del frió los rigores, cuando seda despacha hebra por hebra
y de la suerte mía maldecir su tarea á cada instante:
los amargos y tristes sinsabores. el labrador se cansa de la huebra,
Yo después de dormir soy buen amigo, el mililar de su servicio fijo
soy un amante fiel, un fiel testigo; ¡qué bien dijo el que dijo,
mas si paso una noche sin dormir, que todos los oficios tienen quiebra!
nadie me puede, vive Dios, sufrir. El cura taciturno y usurero
¡Gran cosa es el dormir! diré cien veces; se queja de ganar poco dinero,
en el lecho reposa el poderoso, que estas son de los curas las plegarias
en el lecho descansa el indigente, y el algebrista en ocasiones varias
y todos ¡ay! le rinden un glorioso suda tenaz por atrapar pesetas,
tributo reverente. y manchando papel horas completas
Y qué ¿dirás aun con loco empeño, se encuentra que ha sumado imaginarias.
dirás con intención horrible y fiera, Mil músicos rabiar oigo , españoles,
que es mejor una pierna de ternera de que su profesión tiene bemoles,
que lo es un rato de tranquilo ensueño? y al herrero bufar siento de enojos
que quisiera picar como una abispa, Yo componiendo versos á montones
porque una chispa le saltó á los ojos gano algunos doblones,
que él procura curar con otra chispa. con los cuales adquiero ricas camas,
Aun los poetas maldecir escucho y chuletas, y pavos y jamones,
la dulce poesía, y muy sabrosas damas
y no están ni con mucho que me hagan zalameras la mamola,
contentos de su suerte un solo dia; cuando ufano me tiendo á la bartola.
mas yo estoy muy contento con la mia. Ningún pesar me abruma
Ya no hay hambre como antes: mientras tenga el tesoro de mi pluma.
ya ganan los poetas, ¿ Me hace falta una arroba de legumbres?
sin mucho trabajar, sendas pesetas. un artículo al canto de costumbres,
No es este siglo el siglo de Cervantes, y así nunca me apuro por dinero,
en que el genio, del mundo maravilla, mientras haya papel, pluma y tintero,
muriera arrinconado en la buhardilla. con cuyo auxilio pueda
Preguntad, si dudáis alguna cosa, rellenar el magnífico puchero,
cómo va con los versos á Zorrilla como hicieron Arriaza y Espronceda.
y al Curioso Parlante con la prosa. El puchero completo
Por eso, amigos mios, todos los días á llenar alcanzo,
sino con buenos bríos. poco menos ó mas con un íonefo.-
con la razón combatiré sin pena, se escapan sinalefas, pero avanzo,
y os probaré con versos muy perversos, sin temer una bufa ni una befa;
aunque pierda mi buena ó pobre fama, pues á veces por cada sinalefa
que una opípara cena vengo á ganar lo menos un garbanzo.
y una mullida cama De pan, gran monosílabo,
no valen, ni con mucho, cuatro versos. tengo el pupitre de las musas lleno ,
I Oh! ¡quién te viera, Pardo, á todas horas, y me sabe á perdices el relleno,
y eso que tanto comes y devoras, que me ha costado un verso endecasílabo.
tragar y mas tragar, ya la pechuga Un himno me parece la morcilla,
que tan buena te sabe con lechuga, un madrigal redondo la tortilla,
ya las ricas chuletas y viendo que el chorizo está rollizo,
que un dia (de pensarlo me confundo) me lo zampo, y no creo que es chorizo,
pusiste en parangón con las cuartetas l! sino que estoy mascando una quintilla.
j Quién te viera atracarte en la cocina El trage que yo llevo
de ceniza... ¿ qué dije ?... de cecina , para todos los dias,
privado siempre con dolor profundo á comparar me atrevo
de todos los demás goces del mundo I con el tomo mejor de poesías.
Y tú, querido Fuentes, Ya se me cae la baba
que dices con palabras elocuentes pensando que el sombrero es una octava,
que en pudiendo roncar... ruede la bola. y puedo con razón en un concilio
i Quién te viera tendido á la bartola l probar que mi corbata es un idilio.
Y cuál si delincuentes Gasto yo por camisa
fueran tus pobres dientes, un romance del DÓMINE Ó la RISA ;
un mes privarles de egercer su oficio vienen á ser mis guantes dos sonetos,
por iuútiles ya para el servicio. y el gabán utia sátira en tercetos ;
No seguiréis mi huella; y abro, y entro pacífico en mi cama
pero aunque murmuréis hechos un ascua que me parece un drama,
que es aciaga mi estrella, y con decir que es drama, á poco empeño
contento de ella esloy, como una pascua. sucumbo imbécil al poder del sueño»
494
Si harta de ropas, nísperos y tragos, dictados se designa á todos los hombres que tié*:
alas bellas se va la musa mia, nen grandes pretensiones, y que se sienten con
¿qué hermosa se resiste a los halagos ánimo de acometer grandes empresas. El resol»;
de suave y melosa poesía? lado de sus actos es únicamente quien legitima
Ayer tarde me dio por una glosa esta ó la otra calificación, haciéndoles acreedó-í
un abrazo y un beso doña Rosa, res á una corona de laurel ó á una casa de ora-
y por solo un epigrama de amigo tes. Y como la vida del hombre es un conjunto
me dio doña Isabel lo que no digo: de actos diferentes que no todos tienen un re"
solo digo qué fué mas generosa. sultado propicio, es raro el héroe que no me-
Una muger sensible rezca á la vez el título de loco, yi-ara la biogra-
resiste á los halagos del dinero, fía de personages célebres en que no resalten
y resiste al poder fiero y terrible muchas y muy grandes estravagancias. Napo-
de su padre, aunque sea un majadero. león, aun prescindiendo de las calaveradas de
Ni un beso quiere dar, porque es oprobió, su juventud y de la obstinación en guiarse por
aunque vea rodar por la megilla los consejos de Talleyrand, que él mismo cono-
las lágrimas del novio; cía que tarde ó temprano habían de ocasionar
ni tampoco le abraza, su ruina, fué un héroe en Austerlitz y en Me-
cediendo á la lisonja ó la amenaza; rengo, pero fué un loco de atar haciendo con su
pero la mas soberbia, la mas loca, egército irrupción en Moscou, y mas loco toda-
que tenga el alma y corazón de roca, vía tratando á los españoles á baqueta, con el *
su altiva frente ruborosa humilla caritativo objeto sin duda de acostumbrarnos á
al inmenso poder dé una letrilla. los buenos tratamientos que previo habíamos de
y así nada me abruma; esperimentaren lo sucesivo. ¿Y puede haber lo-
no arrastraré libreas y carrozas, cura comparable á la de Colon, que porque se le.
pero estoy satisfecho dé la pluma puso en la cabeza que allende el Océano había1
que me dá que mascar, dinero y mozas. un Nuevo Mundo, se le antojó irle á buscar, co-
Y pues dan mozas, oro y cuchi frito, mo quien va á buscar un real de vellón en una
los versos, aunque sean muy perversos, inmensa playa, porque se le ha ocurrido que en
al principio lo dije y lo repito, una inmensa playa puede haber un real de ve-
no hay cosa, á mi entender, como los versos. llón ? Si sus tentativas hubiesen salido infruc-
JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS.
tuosas, friolera es el ridículo que hubiera caí-
do sobre la famosa reina que tripuló tres cara*-'
belas para que se llevase á cabo la espedido»
EL MÁXIMO Y EL MÍNIMO. del que ahora llaman un héroe y entonces hu-
bieran llamado un loco. ¿Y qué diremos de
Hernán Cortés? ¿Podía ocurrírsele mas que á un
héroe ó que á un loco, abordar á un país desco-
Es en todas parles inmenso el número de hom-
nocido con un puñado de héroes ó de locos co-
bres estravagantes, y aun sería fácil probar que
mo él, y luego destruir sus propias naves para'
no hay ningún hombre que estravagante no sea.
inhabilitarse los medios de una retirada que no
Todo en este mundo son estravagancias, y á me-
sabia si babia de serle forzosa ? Esto fué un gran
nudo lo son hasta los crímenes, hasta las virtu-
golpe no tiene duda, fué un pensamiento que
des. El heroísmo no es mas que lina estravagan- acredita el genio del que le concibió, fué una
cia ó que una serie de estravagancias muy rui- proeza que basta por sí sola a inscribir el nom-
dosas ó de mucho calibre, de suerte que el que bre del valiente que la hizo en el catálogo de
mira con ojos filosóficos al loco de Cervantes, los héroes, ¿ pero quién desconoce que fué tam-
ve en sus hechos la personificación del heroís- bién una estravagantísima barbaridad? ¿Y el
mo de todos los tiempos. Héroe y loco son sinó- señor don Pelayo ? \ qué otrp bárbaro! ¿Puesno
nimos, y de aquí es que con uno ú otro de estos
495
le pasó por las mientes al hijo de Favila hablar do ni siquiera se acordaba de su generosa a c -
recio al poderoso moro, porque quería hacer ción, recibió del padre de la hija del lord (que
cosquillas á su hermanita ? Vuelva ahora por acá todo el mundo conoce que había de ser el m i s -
el señor don Pelayo y diga una palabra descom- mo lord) un legado de doscientas mil libras e s -
pasada á cualquier mandarín moro ó cristiano, terlinas. No produjo en el ánimo del libertador
pues de todos los tenemos en España, eche temos esta fausta noticia ninguna alteración que se
á las barbas de una autoridad porque haga co- descubriese en la alegría de su semblante: al
cos, no digo á su hermana, sino á su misma mu- dia siguiente fueron todos sus deudos á darle la
ger en persona, y el diablo me lleve en cuerpo enhorabuena, y ¡cuál fué su sorpresa al verle
y alma si en cuerpo y alma no se lo llevan á él en el suelo anegado en su propia sangre ! A m e -
á la cárcel antes de haber yo concluido este a r - dio paso de donde él se hallaba se encontró una
tículo. Y todo el mundo dirá : «bien merecido carta concebida en los siguientes.términos : «A
lo tiene; ¡si es un loco !» Y dirá bien. Se cono- nadie se acuse de mi muerte, ni á mi mala for-
ce que los moros que mandaban en aquellos tuna tampoco. Yo era feliz en el acto de suici-
tiempos en España eran mas flemáticos que los darme; tenia salud y dinero. Sin embargo, me
de ahora. ha dado la gana de matarme, en primer lugar
Haciéndose cargo de cuanto llevo escrito co- porque me ha dado la gana, y en segundo l u -
mo por vía de introito, á nadie debe admirar gar porque yo deseaba desde niño un capital de
que un pais tan fecundo en héroes y hombres cien mil libras esterlinas, y me he encontrado
de genio como la patria de JSelsou, de Newton con cien mil mas de las que deseaba. Dejo la mi-
y de liyron, lo sea también en hombres estra- tad de mis bienes á mi perro de Terranova» pa-
vagantes. En efecto, de ningún hijo de Adán se ra que se invierta en atún que le gusta muchísi-
cuentan las rarezas y caprichos que de los naci- mo, y la otra mitad al que tenga á bien encar-
dos en Inglaterra. A cada paso se encuentran garse de comprar el atan para mi perro. Firma-
en el otro lado del canal de la Mancha filósofos do.—Grey.» >f'
estrafalarios que no tienen donde caerse muer- Es inútil decir que cuantos tuvieron noticia de
tos, y que heredando de pronto y sin pensarlo la última voluntad del difunto, quisieron encar-
inmensos bienes de fortuna, en lugar de darse garse de darla cumplimiento, sin mas filantropía
una vida de sibaritas, se mandan construir que recoger la recompensa. En cuanto al perro,
una goleta ó un brick, se embarcan desde luego que se hallaba allí presente cuándo se leyó la
y sin saber á donde van, sin rumbo fijo ni d i - carta de su amo, que tan directamente le a t a -
rección proyectada, se entregan á la voluntad ñia, no dio la mas mínima muestra de regocijo.
del viento, se echan al cuerpo media docena de Esta indiferencia del perro llamó mucho la aten-
botellas de rom, se acurrucan en un camarote, ción en Londres, y movió bastante ruido, sobre
confunden con el de las olas el ronquido de sus todo en la Bolsa. El testamento del difunto q u e -
narices, y no se acuerdan de dispertarse hasta dó invalidado, y se dispuso para evitar dimes y
que estrellándose el buque en un bagío, la h u - diretes, que las doscientas mil libras esterlinas
medad del-Océano les advierte que es ya hora regresasen á las arcas del noble lord. Este, que
de pensar en no dormir. De un inglés sé yo que se vio de nuevo con unos fondos de que se había
era mas pobre que un subteniente español reti- despedido para siempre , quiso emplearles en sa-
rado, y mas codicioso que un ropavejero ; si un tisfacer un capricho que en todo el reino unido
dia lograba recoger dos cuartos, guardaba uno le dio fama de travieso y de calculista. Apostó á
y medio para lo que pudiese tronar, y con el un opulentísimo comerciante que no vendería
ochavo restante procuraba satisfacer todas sus trescientas libras esterlinas dándolas á sueldo
necesidades. Ayudado de un habilísimo perro cada una, aunque a! efecto se colocase por espa-
de Terranova, á quien quería como á un herma- cio de seis horas en uno de los puntos mas con-
no, salvó la vida á la hija de un lord que se zam- curridos de la capital. Esta proposición alucinó
bulló en el Támesis, y diez años después, cuan- al comerciante, como hubiera alucinado á cual-
496
quiera, y admitió la apuesta, que era nada me-
dos del siglo pasado? El primero era el hombre
nos que de doscientas mil libras esterlinas, pro-
del mas, el segundo el hombre del menos; aquel
fundamente convencido de que le era imposibleno conocia en aritmética mas reglas que la de su-
perder. Era un día festivo, dia de corte, dia en
mar y multiplicar, este no conocia otras que las
que era inmensa la concurrencia que dirigiéndo-
de restar y partir; Tompson en todas partes veía
se á San James, atravesaba el Támesis por el poca existencia, poco ser; todo le parecía pe-
puente de Vesminster. El comerciante y el lord
queño, todo simple, todo reducido, y era en esto
se sentaron á un lado del puente, poniéndose como en todo el antípoda de Kinster, que bus-
delante abierta una grandísima arca llena de cando en todas partes la simplicidad, y creyendo
libras esterlinas. «A sueldo libras esterlinas, á
que la existencia es el mayor mal de los males,
sueldo» decía el comerciante á voz en grito, y el
trataba de reducirlo todo á lo mas indispensable,
lord á su lado no hacia mas que reír. Estas eran
alo mas justo, á lo mas exiguo, y su vida era
las condiciones estipuladas. Ni al lord le era lí-
una larga serie de trabajos consagrados á buscar
cito otra cosa que reírse, ni podía el comercian-
el mínimo de todas las cosas. Los sistemas de
te decir otras palabras que «á sueldo, libras es-
Tompson y de Kinster estaban en tan diametral
terlinas, á sueldo.» La gente pasaba, y decía:oposición como el abismo y el cielo, como la
«jqué estafa! ¡válgame Dios qué estafa! Libras
profundidad y la elevación.
esterlinas asueldo ¿qué tal serán ellas?» El co-Cada cual revelaba el espíritu de su sistema
merciante estaba desesperado. Mas de un tran- hasta en los actos mas insignificantes de su vida.
seúnte cogió una de las libras esterlinas, y la
Tompson hablaba siempre con perífrasis; espre-
miró y remiró, pero luego advirliendo las risas
saba todas sus ideas por medio de circunloquios
que el lord afectaba no poder contener, soltaba
y rodeos, y no contento de emplear el mayor
la moneda diciendo: «Están bien imitadas, peronúmero de palabras posible, escogía los vocablos
á mí no me la pega nadie.» «A. sueldo libras es-
mas largos, y hasta en su conversación habitual
terlinas, á sueldo» gritaba sin cesar el comer-
daba la preferencia á los términos compuestos.
ciante, y cuanto mas se esforzaba en repetir es-
Sus visitas en el egercicio de su profesión mas
tas palabras, mas manifiesto creía el público parecían de enamorado que de médico; pocas ve-
ver el engaño con que se trataba de escurrirleces echaba mano de remedios heroicos, porque
las faldriqueras. Así permanecieron desde lasno podia prescribirlos en una cantidad exorbi-
nueve de la mañana hasta las tres de la tarde,tante, y si alguna vez sujetaba á dieta á algún
el lord riendo y el comerciante gritando. El re-
enfermo, lo hacia de manera que ponía ahita su
sultado fué perder el último la apuesta. Solo dos
víctima en manos del sepulturero. Porque el buen
libras esterlinas se vendieron, y aun estas las
doctor echaba esta cuenta: ¿cuál es el enfermo,
compró un estudiante persuadido de que eran cuya situación, por aguda que sea su dolencia,
falsas, pero con la confianza de darlas curso en
pueda agravarse comiendo un grano de arroz 6
un lupanar ó en un garito. Luego que vio que una diminutísima fibra de gallina? ¿y cuál es el
se las admitían, volvió á todo escape al piíente
enfermo que después de haber comido impune-
de Vesminster para hacer nueva provisión, peromente un grano de arroz ó una fibra de gallina
llegó tarde; el lord y el comerciante habían ya
pueda ponerse en peor estado por comer otro
desaparecido. No sorprendió esto al estudiante,
grano ú otra libra? Y quien come dos, bien pue-
porque conoció que tan buena y tan barata mer-de comer tres, y quien come tres, bien puede
cadería debia haberse despachado en un momen- comer cuatro. Y así de grano en grano y de fibra
to; pero sintió en el alma haber dejado pasar la
en fibra consentía que el enfermo condenado á la
ocasión en que á poca costa podía haberse hecho
mas estricta dieta acabase por saciar su hambre
todo un hombre. con una libra de arroz ó con una gallina entera.
Hacía un cálculo análogo cuando se trataba del
¿Pero qué son todos esos estravagantes com-
número de individuos que pueden coger en un
parados con Tompson y con Kinster, médicos
recinto. ¿Caben en una parle catorce hombres?
ambos que florecieron en Cantorbery á media-
497
pues apretándose un poco mas pueden coger guir á pié la espedicion. Para esto era necesario
quince, y si cogen quince, pueden coger diez y andar algunas leguas, y no todos tenían en sus
seis, y asi sucesivamente estivando un hombre piernas la suficiente canüanza; sin embargo n a -
tras otro llegaba á persuadirse de que el mundo die se atrevió á ponerse en abierta lucha con los
entero es susceptible de encerrarse en una mi- caprichos de Tompson, porque todos sabían que
serable guardilla. La reducción a l a práctica de era un hombre tan bárbaro como temerario, y
esta teoría no dejó de causarle alguna vez serios que seria capaz de regalar á su amigo mas que-
sinsabores y menoscabos en su fortuna de algu- rido un pistoletazo con la misma frescura que
na consideración. Un día quiso ir á solazarse en recetaria á un enfermo media onza de crémor
el campo con algunos de sus deudos y compañe- tártaro. Una legua la anduvieron perfectamente
ros que formaban juntos un total nada menos todos los de la comitiva, pero luego empezaron á
que de diez y siete. Empeñóse en que todos ha- desfallecer sus fuerzas; lo que advertido por
bian de entrar en su coche, en que con dificultad Tompson, hizo que se dirigiese á los mas reza-
cabian seis, y contestó á cuantas reflexiones físi- gados animándoles con su habitual cúralo todo.
cas se le hicieron sobre la impenetrabilidad de «Un pasito mas: un paso mas es nada , y si nada
los cuerpos con su acostumbrada cantinela de es uno, nada son dos, y un paso y un paso y otro
donde cogen seis pueden coger siete y donde sie- paso son tres pasos, y quien anda tres puede
te ocho, y así uno tras otro les introdujo á todos andar cuatro, y con uno mas son cinco, y un
y á otros tantos que hubiese habido. Todos se paso ya sabemos que es nada, y con uno tras otro
hallaban en el maldito coche estivados, prensa- andaremos leguas y llegaremos donde debemos
dos, embutidos, sin poder hablar, sin poder llegar.» El por su parte se sentía también fatiga-
respirar, y hubieran sido seguramente víctimas d o , pero la fe que tenía en sus doctrinas le d a -
de la obstinación del estravagante médico, si á ba ánimo de sobra para hacer un viaje á pié al-
poco de haber salido de Cantorbery el coche, de rededor del mundo.
puro lleno,no hubiese reventado como una gra-
Llegó un momento en que el cansancio había
nada.
agotado todas las fuerzas. La comitiva se detuvo
Apenas esto sucedió todos prorumpieron en y resolvió no pasar adelante. ¡God damnl dijo
un larguísimo resoplido ; los que se hallaban mas el doctor enojado por esta determinación; y dan-
inmediatos al punto por donde se rompió el co- do una patada en el suelo que levantó un torbe-
che, salieron por la abertura con mas ímpetu llino de polvo, se metió una mano en cada fal-
que el agua de una geringa, y lo mismo ellos driquera. Todos palidecieron y rezaron un credo
que los demás, en el poco tiempo que permane- viendo llegada su última hora. Hubo un momen-
cieron en aquella prensa, crecieron tanto en lon- to de angustia, de agonía mortal; pero bien
gitud á espensas de la latitud, que difícilmente pronto se serenaron todos los semblantes al ver
les hubiera conocido la madre que les parió. á Tompson sacar de sus faldriqueras las manos
Apesar de esta catástrofe quiso el doctor llevar tan desocupadas y limpias como las habia meti-
á cabo su escursion campestre; pero el caballo do. «iMaldicion! esclamó, ¡me he dejado las pis-
que era uno solo y bastante flaco, no podia con tolas olvidadas en el pupitre! Sin embargo, t e n -
tanto peso según manifestó el cochero. «¿Cómo go brio para suplir la pólvora, y puños para s u -
que no puede? dijo Tompson.» Si puede llevar plir las balas.» Esta bravata no intimidó á na-
seis, puede llevar siete, y si siete ocho y si ocho die, porque al cabo iqué podia lograr á trompis
nueve y quinientos y mil, si fuese menester; con uno contra quince ! El doctor se vio bien pronto
que arréale, cochero, y adelante. Hizo el coche- atacado en todas direcciones, los unos le acome-
ro lo que su amo !e mandaba, pero el caballo tieron de frente, otros por los flancos, otros por
rebelde á las teorías de Tompson, se hubiera de- la espalda, y le fatigaron, le rindieron, y qui-
jado matar mil veces antes que dar un solo paso. tándose todos las corbatas, le amarraron con
En vista de esta obstinada resistencia, resolvió ellas como á un Nazareno. Descansaron un rato
el doctor apearse, hacer apear á los demás y se- v tomaron tole, dejando á Tompson en medio de1
<33
498
camino sin poderse mover, y echando cada mal- aunque al decir, «¿cómo vamos?»
dición como un templo. Dos dias tardó en regre- contestó, que «así, así;
sar á Cantorbery, donde le dejaremos por ahora; no digamos que digamos.»
porque supongo que no les vendrá mal á mis JUAN MARTÍÍJEZ VILLERGAS.
lectores descansar de las estravagancias con que
les he estado fatigando. Otras mayores les guar-
do para el próximo artículo. EPIGRAMA
A. RlBOI Y FONTSERÉ. TAN CHISTOSO COMO OTROS MUCHOS.

Al regresar de paseo
ENFERMEDAD una chicuela muy linda
le preguntó á un estudiante—
DE DON ABUNDIO ESTOFADO. «¿Me dirá usted qué hora es?»
Y él respondió—«no lo sé.»

VAYA OTRO POR EL ESTILO.


El lunes tuvo viruelas
que huyeron impertinentes «¡ Qué hermosa es usted Gertrudis!
con ventosas en las muelas, Dijo á una joven don P e d r o :
cataplasmas en los dientes, Y ella con cierta sonrisa
y en las uñas sanguijuelas. le contestó—«muchas gracias.»
Sintió el martes cierto flujo L A MUSA DEL JÚCAR.
que pensé que se nos iba :
la enfermedad era activa,
pero al fin cedió al influjo (t)
de una eficaz lavativa.
Se halló el miércoles ageno
muy temprano del dolor,
y fué cada vez mejor;
Yo, á mi.
pero no estuvo tan bueno
cuando se puso peor. Eft omcüuco • ( ' )
El jueves un cura urgía,
pues creció la calentura; Oh Yo, mi querido
pero el cura no venia, mi dulce.embeleso,
y hubo gente que decia ; mí amor, mis delicias,
«este hombre no tiene cura.» mis ansias, mi anhelo;
El viernes se vio abatido, mi contemporáneo,
estaba muy desganado; Yo, mi caro objeto,
pero se comió, aburrido, á quien tanto adoro
un plato de su apellido y á quien tanto aprecio;
y durmió muy sosegado. ¡Oh yo me saludo
Ayer mostró gran deseo con sincero afecto!
de evacuar completamente;
tomó una purga corriente ( f ) La escena pasa en mayo del año 33 del
siglo XIX.
y se fué á dar un paseo (1) No se ha dado á luz este romance h a s -
por la plazuela de Oriente. ta ahora, tanto porque lo bueno debe guardarse
paralo último, como para que no desmayasen
Y hoy que en el domingo estamos los redactores de L A RISA al ver la superioridad
se halla mejor según vi; de mi musa.
499
y á mi me dedico cansado y descalzo
estos cuatro versos; y hasta sin sombrero ;
(el que dice cuatro, pero tan robusto
dice cuatrocientos) cual sano tudesco,
pues en este mundo llegué en fin al mundo
ningún otro encuentro que es mi patrio suelo.
que me quiera tanto, Nací con las flores
y aunque no es portento , el dia tercero
nadie me interesa del rey de los meses,
cual yo me intereso , de ese abril risueño
y así me suplico
escucharme atento:
Yo que cuatro hermanos
y una hermana tengo,
Joaquín, Wenceslao,
Lazara, Rogelio,
y otro que se llama
Mi m'iA
'•i ''•'
•rali
señor don Demetrio;
Chima es nuestra madre,

W$Mñk
Antón, padre nuestro,
y estos dos descienden,
si mal no me acuerdo,
de mis dos abuelas que transforma en rosas
y mis dos abuelos; los capullos tiernos,
a m a s soy padrino y abunda en claveles,
de un precioso Ernesto ; jazmín y camuesos;
porque él es m! ahijado: dia en que la iglesia
vamos ahora al cuento. consagra su rezo
Mi padre y mi madre al único santo
en sus devaneos , del pellejo negro,
sin pedirme aviso Benito el glorioso,
ni consentimiento, hijo dePalermo:
y así, cual quien dice no hablaré del año
por matar el tiempo ; aunque venga á pelo ,
antes me engendraron, que citar edades
después me parieron. es algo grosero.
Mi primer viaje En mí no hay falacia,
fué atroz y sangriento... bien visto lo tengo;
anduve malezas, siempre me he tenido
travesé senderos, cual fuera yo mesmo,
barrancos y valles, y así me dirijo
empinados cerros, aquestos acentos.
todo solitario... Yo, que alia en mi infanci»
todo eran desiertos, fui mi compañero,
que ni Adán ni Eva, sin dejarme un dia
jamas conocieron. ni serme molesto,
A los tres trimestres fui mi dedo y u ñ a ,
y dos ó tres dedos, fui mi carne y hueso,
500
constante fui siempre pasado algún tiempo;
en mis juramentes: pero de rarezas
conmigo estudiaba soporté un sin cuento
cuando en el colegio con paciencia y calma
y en mis sinsabores como aquel cordel J
me daba consuelo.
Después, ya mocito
era asaz travieso,
y así dediqucme
al nono y al sexto,
con ahinco tanto
y tal desenfreno,
que el pago debido
que padeció tanto
encontré bien presto:
por nuestros defectos*
pues de tanto abuso
Guando militaba,
hasta estuve enfermo.
cuando prisionero,
cuando con calzones
y hasta cuando en cueros,
entre mis tareas
y en mis pasatiempos ,
en mis romerías
y en mis estar-quietos,
nunca abandóneme;
siempre ei mismo techo
cubrió mi persona,
cubrió mi sugeto.
El mismo sistema
sigo en este tiempo,
jamas doy la espalda
á mi blanco pecho ;
¡Juventud incauta, si tengo quehaceres,
yo te compadezco!!... trabajo contento,
Entonces ¡oh dioses! y en los ratos de ocio
conocí mis prendas (3) me rasco... y me duermo.
pues sentí en el alma Si estoy triste, estóilo,
mis padecimientos: si alegre, me alegro,
bálsamo copaiba, nunca me disputo,
sangrías, ungüentos, uo me causo celos;
fariña favorum, cuando estoy cansado,
pildoras, refrescos, reposar deseo;
también sanguijuelas y en m í , estar dormido
con baños de asiento es no estar despierto.
y otros ingredientes, JSi me soy pariente,
poco mas ó menos, ni mi herencia espero,
curaron mis males de que no me adulo
este es dato cierto..,
luego... es amor propio,
t*2) Este soy yo, pintado por mí mismo.
puro y verdadero,
|8) Masculino de prendas.
501
desinteresado, es justo me alabe
de ambición ageno. y ensalce cual debo
Jamas me be casado mis buenas costumbres ;
por quedar soltero; y en prueba de aprecio
mas por otra parte, y para llevarme
casi casi temo pendiente del cuello,
que si no me caso, tenerme presente
nunca tendré un cuerno, en todos momentos,
porque el hombre solo y admirar mi rostro
derrocha ei dinero; y mi talle esbelto,
pero no me importa, me doy mi retrato
seguiré mi egemplo
salga lo que salga,
y después veremos...
¿Y habrá quien merezca
masque yo merezco
el sonoro canto
de mi ingenuo ingenio? (4)
es cosa imposible...
no puedo creerlo.
Las hembras son falsas,
los machos, no menos,
ya estoy fastidiado
de ver tanto enredo...
si llego á enfadarme
y algún dia muero
y me voy del mundo,
como hay Dios, no vuelvo.
Subiré á la tumba

y un mechón de pelo.
i Souvenir precioso!
¡Oh grato recuerdo!

Ea pues, concluya
este paso tierno,
ó al sepulcro fresco, que con mas escrito
y un mármol inmóvil distraer no intento
cubrirá mis restos. mi atención preciosa;
Soy un guapo chico, pero para ello
bajo este supuesto, pediré sumiso
al numen escelso,
(4) Mis amigos Monsieur Sue y el Señor que me deje en vida
Hartzembusch hubieran dicho con su genio: «de
mi Eugenio ingenuo ingenio.» dos siglos completos;
502
pues merezco mucho dísimas dosis, de suerte que se Je puede llamar
tan bello sugeto; • el fundador de la medicina hemeopática, si bien
y después, si él quiere la consideraba bajo un punto de vista distinto
que yo también quiero, que los homeopatistas del dia. Estos prescriben
"venga doña Parca los medicamentos en pequeñísimas cantidades
con su agudo fierro, para que el todo de la máquina no se resienta de
ya sea en la calle la acción medicamentosa, como si tratasen de
ya en los entresuelos, aplicar á nuestra organización el sistema político
ya en un primer piso deBenthamy1 de otros que, siendo reformistas
ó en cuarto tercero, pero no revolucionarios, pretenden conseguir las
y corte el bramante reformas sin destruir de una manera sensible los
de mi vida... ¡Oh cielos! intereses creados por los mismos abusos que se
y allí Dios me envíe, deben reformar. Kinster no quería esto; no era
por postrer momento, el respeto a la constitución del hombre quien le
la muerte del Justo, hacia prescribir en cortas fracciones las subs-
ó bien la del cerdo, tancias medicínales, sino la convicción en que
que por poca cosa estaba de que un grano de cualquier cosa es tan
jamas reñiremos, eficaz como una libra. Porque él hacia este cál-
; Oh yo me saludo culo : Si á un enfermo atacado de una terciana
con sincero afecto!... se le suministran cada doscientos veinte minu-
Conque ahur amigo, tos dos granos de sulfato de quinina ¿dejará de
mandar sin rodeos cumplirse la indicación que el facultativo se
con toda franqueza, propone por suministrarle dos granos menos
con Dios y hasta luego; una milésima parte de grano en doscientos vein-
dóirne un tierno abrazo^ te minutos y una milésima parte de minuto? Y
y un millón de besos , si nada son una milésima parte menos de grano
quedando cual siempre y una milésima parte mas de minuto ¿qué in-
conveniente hay en cercenar del grano meuos
Izco DE AYGUALS SERGIO. una milésima parte otra milésima parte, ni
en prolongar el intervalo de dos ñoras y una mi-
lésima parte de minuto otra milésima parte de
EL MÁXIMO Y EL MÍNIMO. minuto? De este modo disminuyendo la cantidad
de milésima parte en milésima parte de grano y
dilatando los intervalos de milésima parte en
II.
milésima parte de minuto, acababa á menudo
por dejará los enfermos sin medicina; lo que
No era Kinster con su teoría del mínimo me-
en verdad desearía que en obsequio á la huma-
nos estravagante que Tompson con su teoría del
nidad lo hiciesen con frecuencia muchos médi-
máximo. Habia registrado con frecuencia el dic-
cos que yo conozco. Con respecto á las enferme-
cionario para aprender de memoria los vocablos
dades esternas era Kinster un operador atroz.
mas cortos, y convirtió su cabeza en un alma-
Convencido de que es la existencia el peor mal
cén de monosílabos. Con monosílabos hablaba,
de los males, y deseando reducirlo todo hasta á
con monosílabos escribía , y aun estos en los es- los hombres á la menor cantidad posible, por un
critos los usaba en abreviatura. Sus visitas fa- simple divieso'ó por un insignificante rasguño
cultativas eran breves como las de un cartero ó procedía á la amputación de cualquier miembro.
las de un repartidor de periódicos; apenas en- Su sistema estuvo algún tiempo en Yoga, y el
traba en una casa, se le veía salir y entrar en forastero que á la sazón visitaba Cantorbery, re-
otra y volver á salir casi al mismo tiempo. Pres- trocedía horrorizado viendo en todas partes mu-
cribía los remedios mas inocentes en fracciona-
503
titacion, en todas partes hombres sin ojos, sin tinencias de nuestros n:édicos, que es de creer
orejas, sin brazos, en todas partes señales fu- aplicaban todo el rigor de sus exageradas teorías
nestas, deplorables vestigios del sistema asola- hasta á las cosas domésticas mas insignificantes
dor del doctor Kinster. Mas de dos estrangeros y hasta á los mismos actos esencialmente m a t r i -
preguntaron si enCantorbery habia una raza moniales? La Elefanta y la Pulga murieron; pe-
particular de hombres que nacían con menos ro no sin dejar cada una de ellas en la tierra un
miembros que los demás que pueblan el univer- testimonio vivo de su fecundidad. Murieron al
so. Afortunadamente el sistema de Kinster cayó año de haberse casado, y por uno de esos raros
en un descrédito completo, por lo que el buen caprichos de la naturaleza, por una de esas r a -
doctor no teniendo á quien visitar, como por vía ras combinaciones que el hombre llama casuales
de pasatiempo se consagró á la caza , siendo con ó providenciales no pudiéndoselas esplícar de
esto mas desgraciado todavía que en el egercicio ninguna manera, la. Elefanta dio á Tompson
de su profesión. Cargaba la escopeta con poquí- una hija que á los quince años era tan pequeña
sima pólvora y con solo un perdigón pequeñísi- que parecía hija de la Pulga, y esta dio una hija
mo ; todo á consecuencia de las estrafalarias á Kinster que á los quince años era tan alta que
máximas de que estaba atestada su cabeza. Gogia parecía hija de la Elefanta. Y véase por qué m e '
un puñado de perdigones y decia: ¿qué importa dios, por qué combinaciones tan sabias y tan
para matar un ave que ponga uno menos? Y si superiores á todos los cálculos humanos supo la
uno menos es nada, otro menos será también Providencia colocar las unas al lado de las otras,
otra nada, y esto diciendo iba uno tras otro vol- para que mas resaltasen en el contraste las estra-
viendo al frasco todos los perdigones, hasta de- vaganeias diametralmente opuestas de Tompson
jar la carga reducida á uno solo y con frecuencia y de Kinster. Tompson al perder á la Elefanta,
á ninguno. Esto no impedia sin embargo que no confiando poder hallar jamás otra muger de
disparase su escopeta contra una águila real, y tan gigantescas dimensiones, resolvió permane-
que se tirase de los cabellos viéndose todos los cer viudo todos los dias de su vida, y la misma
dias obligado á regresar á su casa sin un solo resolución hizo Kinster al perder á su muger, no
trofeo venatorio. considerando posible encontrar otra tan pequeña
Tiempo hacia que Tompson y Kinster se ha- como la Pulga. Pero Tompson vio á la corpulen-
bían casado pero entendámonos, lector, no creas tísima hija de Kinster, y este á la diminutísima
que se hubiese casado el uno con el otro: ellos hija de aquel, y desde luego trocaron ambos su
sabían lo mismo que todos los hijos de Adán que primitiva resolución en la de hacerse recíproca-
¿pan con pan es comida de tontos, y eran por mente yernos y suegros. Por parte de las hijas
otra parte bastante escrupulosos y concienzudos fué esta idea acogida con un entusiasmo difícil
para no cometer pecado contra natura. Tompson de esplícar. Naturalmente dengosa la hija de
se casó con una muger y Kinster con otra , y ni Tompson y obligada por la sistemática conducta
uno ni otro al contraer matrimonio perdieron de de su padre á ingerir en su estómago mas ali-
vista sus estravagantes máximas. Así es que mentos de los que la capacidad de este permitía,
Tompson, partidario del máximo, se casó con ia la comida era para ella un suplicio del que á t o -
muger mas alta de Inglaterra; y Kinster, parti- da costa deseaba libertarse, y esto indudable-
dario del mínimo, se casó con la mas pequeña. mente debía conseguirlo dando la mano á Kins-
La del primero era conocida en todo el reino ter. La hija de este, al contrario. Naturalmente
unido con el apodo de la Elefanta, y la de! se- comilona y voraz , y sugeta á la rigurosa absti-
gundo con el de la Pulga. Diciendo que tiempo nencia á que la condenaban las doctrinas de su
hacia que Tompson y Kinster se hablan casado, padre, veia en Tompson su ángel libertador, sin
se da á entender fácilmente que eran ya viudos preveer que para evitar nn escollo iba á estre¡-
en la época á que esta crónica se refiere; porque llarse en otro igualmente funesto. | Triste con-
¿qué muger por alta ó pequeña que fuese habia dición la nuestra, que no sabemos huir de u »
de resistir mucho tiempo sin morirse las imper- estremo sino para colocarnos en el opuesto, y*
504
que raras veces nos detenemos en el término me- daba la acción. Fuese arroz ó cualquiera otra co-
dio , único en que se encuentra la virtud y la fe- sa la que comiesen, el doctor Tompson con u n
licidad! El que ha sido muchas veces engañado, grano tras otro grano j una tajada tras otra ta-
en lugar de volverse cauto se hace suspicaz, y jada se atracaba de tal manera y de tal maneía"
acaba por no dar crédito ni á lo mismo que le obligaba á atracarse á su muger, que alguna ve^
conviene creer. En el rigor del invierno nos pa- se vio á ambos salirles la comida por los ojos^¡.«
recen apacibles los ardores de la canícula, y esto daba tal grima al doctor Kinster que no pot,
cuando esta llega nos consideraríamos felices si dia abstenerse de llamar bárbaro y soez á su
estuviésemos tiritando de frió. Un sabio ha di- suegri-yerno, á pesar de que conocía demasiada
cho, y si no lo ha dicho un sabio lo digo yo sin su carácter irascible y camorrista. Tratábanse
serlo, que los demonios sacan del invierno y de recíprocamente los dos médicos de visionarios y
los países frios la mas abundante cosecha de de locos, y después de una retahila de a¡iodos
condenados. La razón es obvia. Los deseos del con que imitaban perfectamente un fuego dé
hombre que no se encuentra bien son siempre guerrilla, pedían á los puños que saliesen en au<-
estremados, siempre opuestos á lo que causa su xilio de la lengua. Había cada puñetazo que tem*
malestar, y como el infierno dicen que es un biaba el mundo, y entonces las mugeres, en lu^
fuego eterno , los que están helándose en lugar gar de poner el caduceo entre sus padres y espo->
de temerlo lo desean, y de consiguiente no vaci- sos, aunque les viesen con el credo en la boea¡
lan en mancharse con el pecado. La hija de Kins- aprovechaban estos momentos para hacer su
ter tenia hambTe ¿podia haberse hecho cargo al- santísima voluntad; y desde luego la muger de
1
guna vez de los tristes efectos de un hartazgo? Kinster devoraba como un lobo euanto en la
¡Allá voy que se come I dijo, y se casó- con mesa había, y la de Tompson seiba corriendo:á
Tornpson. La hija de Tompson estaba inapetente descargar su repletísimo estómago con sendas
¿sabia ella cuanto hace padecer el hambre? ¡ Allá tazas de agua caliente que tenia al efecto pre-»,
voy que se ayuna! dijo, y se casó con Kinster. venidas.
¡Desgraciadas !!!!!!! con siete admiraciones. Los rigurosos límites en que Ayguals circuns-
Verificado este doble enlace, Tompson y Kins- cribe este y los demás artículos, no me permite
ter para no separarse de sus respectivas hijas r e - referir una multitud de curiosidades y de anéc-
solvieron vivir juntos y formar una sola familia dotas hijas de lasestravagancias de Tompson y
Aquella casa tardó pocos dias en convertirse en de Kinster. Solo una escena voy á presentar qué
infierno; los dos médicos que se encontraban creo basta por sí sola para retratar perfectamen-
mutuamente mas estravagantes de lo que pare- te el carácter de los dos médicos. Un día, des-
cían á un hombre racional, se disputaban á lí- pués de una pelotera algo mas seria que las de*
neas el máximo y el mínimo y la verdad de sus costumbre, en que hubo de una y otra parte na-
ridiculas teorías ; la hija de Tompson empezaba á rices ensangrentadas, carrillos hinchados, ara*:
sentir hambre cani na y á echar menos los hartaz- ñazos y contusiones, quedaron los dos comban
gos de antaño, y la hija de Kinster se sentia ahi- tientes sentados el uno al lado del otro, cabíz*-
ta y pedia al cielo la sugetasen nuevamente á s u s bajos y taciturnos, y al parecer entregados á muy
antiguas dietas. Afortunadamente de vez en profundas meditaciones. Tompson después de?
cuando los sistemas de Kinster y de Tompson se una hora de silencio sacó á Kinster de su enar*
neutralizaban mutuamente, y hacían ambos una genacion con una pregunta que dio origen al s i -
especie de transacion en obsequio á sus pobres guiente diálogo :
mugeres. Pero esto solo sucedía después de ha- — ¿En qué estás pensando, Kinster?
ber habido la de Dios es Crista; después de ha- —¿Y lú en qué estás pensando, Tompson ?
berse armado rifirrafes y escarapelas que no eran —¿Yo? dijo Tompson, estaba buscando una
de ñiquiñaque, y que casi siempre se desenlaza- cosa mas inmensa que la inmensidad, mas infinU
ban de una manera trágica. ta que la infinidad, mas eterna que la eternidad.
Generalmente era la mesa el campoen que se —¡Siempre loco! dijo Kinster entre dientes»
505
—¿Y tú que ..estabas buscando? preguntó de existir lo menos que me sea posible; no acor-
Tompson. taré el tiempo que me tiene señalado la Provi-
—Estaba deseando hallar la nada, la misma dencia para vivir en este mundo en cuerpo y a ' "
nada, una cosa que fuese menos que la nada. ma, pero me disminuiré, me cercenaré cuanto
— ¡Que locura! esclamó Tompson ¡la nada! dado me sea, me reduciré, si puedo, á un p u n -
¿pues no la tienes desgraciadamente en todas to indivisible.
parles? ¿crees que tú eres algo, que yo soy algo, Hubo un momento de silencio solo i n t e r r u m -
que es algo cuanto ves», cuanto oyes, cuanto to- pido por una carcajada de Tompson. Luego Ki ns ""
cas; que es algo este mundo que habitas, que ter se levantó de la silla, asió á Tompson de una
son algo las generaciones que pasaron? De la mano, y le dijo: sigúeme.
nada se formó el mundo, y de nada no podía for- Tompson le siguió.
marse mas que nada. Y asi fué en efecto. Yo me Los dos entraron en un gabinete, del cual s a -
vuelvo loco buscando algo, y nunca encuentro lieron á sus órdenes sus respectivas mugeres que
algo; á la nada sigue un punto imperceptible se hallaban en él, "la una atracándose de p a ° y
cpmo la misma nad'a, y á este punto otro punto la otra tomando un vomitivo. En el semblante
y otro punto hasta que reuniéndose muchos for- de Kinster notaron marcadas señales de una ag1"*
man lo que tú llamas algo, y este algo como tacion singular. Ambas se quedaron clavadas
ves, es siempre nada. Todo es nada. Las gene- junto á la puerta por la fuerza de la curiosidad.
raciones pasan, se convierten en polvo, y al cabo Oyeron algunos ayes capaces de despedazar el
hasta este polvo desaparece. ¡Oh! ¡quién pudie- corazón de un tigre, y luego el rechino de u n a
ra de todas las generaciones que pasaron formar sierra; luego otros ayes y luego otro rechino ? y
una sola generación, y de esta un solo hombre, tode esto lo estuvieron oyendo por espacio de tres
un solo individuo! Y con todo, este individuo horas, al cabo de las cuales salió ensangrentado
colectivo y sintético me parecería también pe- y sudando el doctor Tompson, cargado de h r a ~
queño , me parecería también nada, y sería na- ws y piernas y otros mutilados despojos. El d o c -
da en realidad. tor Kinster se había hecho amputar y e s t i r p e
— Sobraria todo, Tompson, este individuo todo lo que creyó no ser indispensable á su exis-
que quisieras ver realizado, porque lodo en el tencia para reducirse al mínimo posible; se hizo
mundo es supérfluo, y hasta loes el mismo amputar las dos piernas y los dos brazos ; se h i -
mundo. Dios formó el mundo de la nada, por- zo practicar la estirpacion de la nariz, de un G J°
que hasta la nada es algo. Tú ves morir á las ge- y de las conchas de las orejas, y arrancar la m i -
ue
neraciones, y yo las veo sucederse. Todo se r e - tad de los dientes de cada quijada. Se conoce q
genera y no se estingue; lo que tú crees que p a - esta serie de operaciones terribles se practica-
oS
rece no haGe mas que mudar de forma. El hombre ron sin desnudar al paciente, pues los mier»bí
se reproduce, y cuando no le queda mas que el de que Tompson iba cargado conservaban t o d a -
cadáver, todavía se convierte en una infinidad vía el habitual vestido de su dueño. La hija de
e
de gencracfeftes. jY hay quien embalsama los la Pulga y la de la Elefanta reconocieron «
muertos para conservarlos! Esto es destruirlos este modo la tan espantosa realidad, y cayeron
esto es quitar la vida á la materia, esto es ma- ambas desmayadas.
tar á los muertos. Se quiere que el cadáver no Parece imposible que Kinster no "sucumbiese,
se corrompa, y sin embargo la corrupción es la bajo el peso de los atroees dolores que debió oca-
vida que le queda. De cada fibra, de cada átomo sionarle la cuchilla quirúrgica. Kinster lo m i s -
suyo se levantan generaciones infinitas que mo que Tompson fué víctima de una pulmonía?
mueren también á su vez, pero no se estinguen, ó por mejor decir, de la aplicación que hicieron
toman otra forma, pero no se anonadan. ¡Oh! á su enfermedad de su ridículo sistema. K i i ' s l e r
si yo no supiese ^ue la muerte y el anonada- en el acto de sangrarle se hizo sacar gota á g o -
miento no son/términos sinónimos, hace tiem- ta toda la sangre del cuerpo y murió desangra» 0 »
po que me hubiera suicidado. Pero al menos he degollado como un cochino. Como no tenia b r a -
64
506
zosle sangraron por el cuello. Tompson, al con- ENFERMEDAD DE DON ABtJÍ
trario, quiso que le sacasen una libra de sangre,
pero como para él una gota era nada, y si nada
era una, nada eran dos,y si nada eran dos, na- Sigue presentando síntomas alarmantes. -g|
da eran todas las que se necesitan para formar último jueves (que fueron sus dias) quiso co-
una libra, acabó por no dejarse sangrar, y le su- merse un par de cochinillos con setas, y Vé*fet
cedió lo que no podía dejar de sucederle. Las dos indigestaron ; pero, á merced de una lavativa «W
esposas les sobrevivieron, y aunque nada de ron con sublimado corrosivo, se puso bastante
ellas menta la crónica, puede asegurarse que aliviado. Ahora se le ha recetado una sangría etr
no sintieron mucho la muerte de sus maridos. cada ojo, y gárgaras de tinta: esperamos que ese
Después de Tompson y Kinster no se han co- tos remedios surtan buen resultado.
nocido otros hombres tan extravagantemente es-
travagantes, como no sea este cronista que con
tales estravagancias ha querid*o ocupar á sus lec-
tores, y el señor Ayguals de Izco que las ha da- LETRILLA.
do cabida en la enciclopedia de estravagancias
que con tanto aplauso dirige. No ha de faltar ¿Por qué la señora Brígida ,
quien crea que Tompson y Kinster son dos per- tan melancólica y tétrica,
sonages engendrados en mi caletre, y que cuan- una oración al Santísimo
to de ellos digo es una solemnísima mentira. hace por la vez centésima,
¿ Qué me importa? ¿Acaso los que escribimos en si después del «Señor ¡ pésame!»
LA RISA hemos hecho voto de decir siempre la
y su piedad evangélica,
verdad ? Lo que sentiría en el alma es que se por una canción erótica
descolgase por ahí algún hombre pacato y escru- comete una acción herética? —
puloso pidiéndome rectificaciones, como le ha Porque este mundo es hipócrita,
sucedido á Villergas con cierto cabildo que ase- tirano, tonto y... ef cétera.
gura ser falso cuanto se dice en un artículo de
LA RISA con respecto á cierto arzobispo de San-
Para un viejo sistemático
tander. ¿Pues qué? ¿ha creído alguno que la
toda novedad es pésima ;
verdad, que tan mal parada se encuentra en to-
nunca están libres los jóvenes
das partes, se ha refugiado en esta enciclopedia
de su oposición frenética.
de estravagancias? Quien tal crea por fuerza ha
Si uno es prudente ¡qué rústico!
de ser mas estravagante que Tompson, y Kins-
si uno es de bulla j qué pécora!
ter, y Villergas, y Ayguals, y yo, y toda esta cs-
Cuando ve un drama en el Príncipe,,
travagantísima enciclopedia.
esclama afligido ¡oh temporal
A. RlBOX Y FONTSERE. y sale haciendo, fanático ,
cruzes, calvarios... ef cétera.

EPIGRAMA. Hoy dicen que esta Península


rica está como la América;
Preguntóle á un sordo Aurora que eclipsa á Grecia en filósofos,
con cierto interés y ahinco: — y al mundo en el arte bélica.
«¿Está buena tu señora?» Mas yo replico á esta chachara i
Y él, no oyendo mas que el... ora, que dicen no tiene réplica,
dijo muy serio: — «las cinco.» que esto es un reloj magnífico,
UNO QUE LO ESTÁ. (1) pero que no tiene péndola;
(1) D.José Bernat Baldoví. aunque me llamen esceptico,
(Nota de la Red.) atroz, renegado... ef cétera.
507
¡Unos y oíxos son estólidos, Se mofa al ver una cómica
porque la nación ibérica, si sale agitada ó trémula :
ni se halla detrás del África, va al Congreso á hacer la crítica
ni es de les ingleses émula. de Olózaga y de Tabuérniga,
Descúbrense entre cadáveres y es lo que se llama un bárbaro,
fuerzas, j¡formas atléticas. un bruto, un atum... etcétera.
Hay hombres y hay antropófagos;
hay racionales y acémilas; Cien coplas hace don Panfilo
abundan tontos y picaros, siempre que enristra la péñola ,
pao y hambre... et cétera, et cétera. ya pintando, escenas trágicas
ya visiones cadavéricas.
Conozco un señor estúpido, Don Hermógenes mas clásico
que habla de costumbres pérsicas, hacina romances y églogas.
y de mapas geográficos Mas... ¿por qué las dan por título
de Rusia, de Francia y Bélgica, composiciones poéticas ?
ain saber dónde cae Móstoles Porque donde hay menos mérito
T si la tierra es esférica. hay mas presunción... etcétera.
Pero eso no importa un rábano,
para descubrir laBética, Quien quiera aquí ser buen médico
y luego elevarse á Júpiter, no ha de saber lo que es vértebra.
luna, sol, Venus... et cétera. Nadie es aquí buen político
sino es anarquista ó déspota.
Hay hombre de genio díscolo, Nadie es mejor matemático,
que con intenciones pérfidas que el que ignora la aritmética.
, anhela romper al prógimo Quien quiera eclipsar á Góngora
con un estoque las médulas. no sepa hacer una décima.
Mas al batirse colérico Quien no piense como el público,
•con serenidad intrépida, calle... sufra... aguante... et cétera.
sacadle de entre los hábitos
la cota de malla, su égida, Y á esta desdichada sátira
Rereis fallecer su espíritu , doy fin en la estrofa undécima,
temblar... et cétera... et cétera. pues dice Séneca el célebre,
(miento; pero el arte métrica
Los que hablan de la Metrópoli por asonante y esdrújulo
siendo la pila su remora, me obliga á citar á Séneca)
su pasión no tiene limites: que una letrilla satírica,
l Oh qué mansión tan angélica! sea jocoso ó patética,
Pero ¿qué responde el misero ni debe ser muy lacónica,
que no come pan ni sémola, ni larga y pesada et cétera.
y es cuando trasnocha víctima JDAN MARTÍNEZ VILLERGAS.
de ciertas carrozas fétidas? —
que es una mansión diabólica,
cráelU'. et cétera... et cétera.

Aquí se da cualquier zángano


importancia-aristotélica:
finge pasión por la música,
y duerme en la Ceneréntola.
508
MEDITACIONES gastaba frac, sombrero, pantalón con trabitl
y botas charoladas; porque el vestir conío si '
DE UN HOMBRE SIN DINERO. tuviese dinero, no es en el dia algún incoo
niente para estar sin un cuarto. Lo único n
conservaba de cuanto tuvo en toda su vida
su nombre: llamábase don Proto Pobre de Pr¡
to ; y filosofando acerca de lo que mas lejos te
nia, que era dinero, se abismó en estas profun-
das y espantosas meditaciones.
«¡Oh fortuna III ¡fortuna para mí tan insacia-
blemente intratable y soez, como bárbara y brin-
ca y caprichosa!
Tan caprichosa y tan brusca
cual sombra de Satanás,
que al que no te busca vas,
y huyes de aquel que te busca!
¡Oh fortuna! ¡cuan lacónica
fuiste siempre para mí!
pues solo harto me vi
Erase un español sentado en un baúl lleno de de sufrir un hambre crónica.
malos versos que heredó de su abuelo materno,
lo único que poseia, y lo menos que uno puede Pero ¿qué digo? Me lamento gruñendo contra
poseer, á no ser que herencia tan aérea perte- la fortuna: ¿y no me pronuncio desaforadamen.
neciese á dos en partes iguales. Y noto la desas- te contra eso que llaman destino, desgracia, fa-
trosa circunstancia de ser español el que era, talidad, sino, suerte y desdicha? No, no me da
porque todo ciudadano contribuyente concebirá la gana de ir á pescozones con tanto ente invi-
la idea de que, en igualdad de escasez, en igual- sible: bastante acibara mis rabiosas meditacio-
dad de no tener, no hay hombre en ningún pais nes la negra fortuna. Con ella me sobra para que
tan superabundantemente pobre como un espa- me falte todo, y casualmente lo que mas nece-
ñol pobre. Este, pues, como decía, y el baúl, es* sito como urgente, urgentísimo y ganando mo-
taban únicamente solos en la elevada posición mentos.
de una jaula humana, ó lo que se llama guardi-
Porque,, señor, estoy harto,
lla, es decir, que en ella no había mas dige ni
estoy mas que muy repleto,
mueble, que el baúl y el español; y me ocurre
estoy ya mas que de parto,
esto del mueble con la mas exacta propiedad,
estoy sin ver do me meto ,
porque no hay en la actualidad cosa mas mue-
de tanto estar sin un cuarto.
ble, mas movilizable y movilizada que un espa-
De hombre soy un elemento
ñol y un baúl, aunque de baqueta ó cuero sea,
que al hambre de frente ataco;
en cuyo caso se llamará maleta, entiéndase, el
en hombros me lleva el viento :
baúl, que si esta advertencia no doy, algún es-
trangero iria á creer que lo del cuero ó baqueta y de verme ya tan flaco
lo aplicaba yo al español, y no ai baúl; pues no sé cómo no rebiento.
según el estado de España, no seria un barba- Y no se crea que en mi hambrienta situación,
rismo que en tierras lejanas se creyese que los me consolaría el recordar aquella idea románti-
españoles somos de baqueta, según á la baqueta ca de cierto poeta que decía :
nos dejamos llevar.
Después de lo dicho, parece ocioso añadir que Siempre es tan extemporáneo
mi español no tenia un maravedí; sin embargo, estar sin una peseta,
509
que sin alma de poeta de un hombre que jamás gasta un cuarto, por la
ya me hubiera roto el cráneo. sencilla razón de no tenerlo nunca? ¿ Y no hay y
sobra para barrenarse sacrilegamente los oidos
podré rebentar de flaco; pero no estoy por se- de oreja á oreja por no verse en tan ridicula po-
riante brutalidad, ni deseo que ningún drome- sición, puesto que no hay facha mas ridicula que
jrjo vaya á esculpir con carbón sobre mi sepul-
la de un hombre sin dinero? ¿Será indispensa-
(0 prematuro , aquellos cuatro versos que un ble que permanezca mi ventrículo en anarquía
jDja de ministro fué á trazar sobre el de un para que no se trastorne el orden público? ¿Se-
rá indispensable que se perpetúe la revolución
( j¿icoque depuro malo jamás encentró á quien
de mis tripas para asegurar la paz del género
((iiar el pulso.
pecia el epitafio : humano, ó será efecto de alguna medida econó-
mico-política, que mi bolsillo esté mas esprimi-
Aquí vino á zambullirse do que limón de café para que tomen incremen-
to las arcas del erario ? ¿ O será tan preciso que
un médico de lugar,
yo bostece sin parar un instante para que los
que no hallando á quien matar,
demás coman? ¿Nunca ha de terminar mi c r i -
hizo muy bien de morirse.
sis metálica?
Repito que no estoy por esto; yo hago por la
¡da ; no me dá la gana de morirme, y maldito Esta interminable crisis
i en mis famélicas meditaciones me ocurre ja- que me da esplínico tedio,
las tan enorme barbarismo: esto será todo lo en mí, sin ningún remedio,
¡118 se quiera, mas yo no puedo remediarlo; va á degenerar en tisis.
¡tara tal vez en la masa de la sangre: lo cierto Pues al ver mi rostro herético,
i que estoy atrozmente decidido á no morirme qué poco tiene de magro ,
i toda mi rabiosa vida, ni aun de real orden, diria cualquier profético
orno aquel ciudadano de la federación ehúcbu- que ha de ser un gran milagro
«piana, que recibió el siguiente decreto : «El si pronto no paro en ético.
ran consejo federal decreta : que se muera el
iudadano Marco Antonio Riquichí.» Y él con- ¡ Yo boquear de puro ético ! ¡ Y de qué tisis !
stó: «El ciudadano Marco Antonio Riquichí no Esto me rellenaría de la desesperación mas inau-
jiere morirse, y protesta que no se morirá en dita que nos trasmitieron los siglos bárbaros.
>da su vida.» NiCalígula, ni Nerón, ni Lucrecia Borgia, ni
Pero tampoco es esto lo que yo quiero decir: Sila, ni el Tirano de Pádua, ni Margarita de Bor-
que mas me achicharra, lo que mas me fos- goña, ni Cain, ni el mismo diluvio universal po-
riza la sangre , lo que mas me romanticida, drían compararse conmigo. A bien que mejor
que mas me despeluzna de cólera, lo que mas meditado, tanto me daria morir de tifus, como
rozmente me aplasta el estómago, es esta me- de tercianas; pero haber vivido de hambre ful-
lacion que medito á todo meditar como si tu- minante, y no echar el último resbalón ó el pos-
era prisa de no acabar de meditarla nunca. trer bufido de una comilona, de una atraganta-
:roseñor! me digo ¿tengo alguna necesidad de da, seria cosa que me haría cometer los mayo-
) tener dinero? ¿Es algún sacrificio infalible res desafueros contra los médicos, contra los
ra la salvación de mi patria, el estar yo siem- quirurjicos, y hasta contra toda la farmacia en
e sin medio maravedí? ¿Me habrá tomado de globo, por mas que se armase de interminables,
)algún Mendizabal ? ¿O se creerá que soy al- espátulas. '•'•.
ia militar, ó fraile cesante, ó algún cura? Pues Aun no es esto lo que yo deseo meditar coi»
i ? ¿Tengo yo estampa de monástico ó de par- todo el entusiasmo de un español bien nacido y
co? ¿Se me habrá clasificado entre losecóno- mal comido, declarado en estado de sitio por
ís, porque VÍYO con toda la superior economía ana hambre despótica. Lo que yo quiero es a n a -
510
tomizar á un hombre sin dinero; es decir, ana-
lizar lo que es un habitante del globo social in-
ADIÓS SEÑORES,.,, HASTA LA VISTA.
rnetalizado, sin cosa que pueda escasamente me-
talizarle, listo es espantoso, esto es horrendo, Esto es hecho, amigos caros,
es inquisitorial, es no quiero decirlo, no tengo listo el pasaporte,
quiero mentarlo ; pero es otra cosa peor. y me es forzoso anunciaros
Un hombre, pues, sin dinero, es el espectáculo mi partida de la Corte:
mas lamentable : es la esclavitud personificada Que es justo vuelva á Valencia,
del sufrimiento español, es un pleonasmo huma- y se aleje de Madrid,
no, es la parálisis de la voluntad, puesto que no el que vive en la creencia
tiene voluntad propia; es el toro de Maratón que deque hay quien siente su ausencia
arrojaba fuego por las narices, porque todos hu- allá en la patria del Cid.
yen de él; es el padrón de la injusticia constitu- Me voy... mas tened presente,
cional, porque no goza los derechos de ciudada- (y basta que yo os lo diga)
no, es la fisiología de la calamidad en un tomo que llevo fija en mi mente
ó volumen, es una plegaria ambulante, es la y grabada en mi barriga
efigie de la humildad ; y la humildad de la d e - toda la risueña gente,
sesperación i es un solitario entre la multitud; A quien deseo mil goces
es un eco que todos oyen y nadie escucha ; es en la cortesana gresca,
la sarna de la paciencia; es la cantárida del mientras yo allá en mis arroces
prójimo, y el sinapismo de la amistad ; es un me entrego á la caza y pesca.
caracol sin cuernos ; es la victima de la policía; Poco tengo y menos valgo,
es la sinrazón en los pleitos, el escorpión de los pero de ingrato no peco,
escribanos, la mariposa de los alguaciles, la pú- y si os es útil en algo...
blica espiacion de los delitos ágenos, y el atrás sueca es la tierra del...
de los porteros ; es el cebo de la hambre: y el
SUECO.
catálogo de las necesidades humanas; es el caos
de la envidia, y la opresión del deseo; es el des-
den de las hermosas y el espantajo del amor,
es la estampa de la heregía ; la carabina de Am-
brosio, es ia agonía en infusión : es un náufra-
go en seco; es un soliloquio á oscuras; es
¡Oh desdicha desastrosa! Es ! Oh intermina-
ENFERMEDAD DE DON ABUNDIO!
ble horror 1 Es...
Aquí llegó el bostezante meditador, cuando Esta semana, no la que va á entrar sino la pa-
oyó una voz convocatoria que decia: Proto l sada, hubo consulta de médicos en que nada se
Amigo Proto! baja al momento, de cabeza, que adelantó por la poca conformidad que hay siena*
vamos á almorzar por mayor en los Andaluces. pre entre estos señores. Uno decia: esto es el$É£-
— ¡ A h ü ü ¡Ooooohül! Estas dos esclamaciones fus, otro: esto es el bubón , y el mas despejad»
ahulló el escuálido don Proto, exhalando un pro- de todos lo atribuyó á una inflamación catarrá]
fundo bostezon. Precipitóle escalera abajo como en el tendón de Aquiles por su comunicación
de pistón su hambre romántica, repicándolos con las venas yugulares y hemorroidales.
¡talones con inconcebible entusiasmo : él desapa- ¿Qué le duele á usted don Abundio? le p e -
reció de la guardilla, y se guedó el bau!. guntó este facultativo.
JOSÉ MARÍA BONILLA. —La cabeza, contestó don Abundio.
— ¿No decia yo? añadió el primero; el mares?
tá en el tendón de Aquiles. Luego volvió á ftS?
gunlar ¡ ¿Tiene usted apetito?
511
— Sí señor, me comería un caballo en adobo. para que no te rompas los sesos en averiguar las
— ¡Hola, hola! dijo'el médico tomándole el virtudes del cáñamo.»
pulso; esto me afirma mas y mas en que todo Consideren ustedes cómo se quedaría el m é -
eí mal está en el tendón de Aquiles. dico después de haber escrito tanto. Dios quiera
Los demás estaban muy divergentes y poco se- que no empleen el tiempo tan infructuasamente
guros en su opinión. Así es que en los medica- los que escriban el tratado sobre las sandías,
mentos que se le recetaron se echa de ver la aunque también le hayan probado á don Abun-
exactitud matemática de la ciencia de Hipócra- dio. El que se las recetó le hizo ayer una visita y
tes. Uno mandó friegas en el puimon, otro rece- halló a! enfermo enteramente cambiado; antes
tó nabos gallegos cocidos con leche amerengada tenia ganas de comer, y ahora no las tiene, a n -
y pimientos verdes; otro fué de parecer que se tes le dolia la cabeza, y ahora no le duele; pero
le dieran baños en agua hirviendo, y el mas en- el médico sin embargo insiste en que el mal de
tendido de todos ordenó que de dos en dos ho- don Abundio está en el tendón de Aquiles.
ras tomara el enfermo cuatro docenas de sandías Hoy se halla mucho mejor don Abundio; está
en pildoras. Nosotros por no disgustar á ningún todo el dia entretenido en leer la siguiente d é -
facultativo, le hemos aplicado todos estos reme- cima en estilo ramplón que yo le remití*! dia de
dios, y efectivamente don Abundio sigue mas su santo.
aliviado. Los médicos atribuyen la mejoría á las
sandías enteras que se traga en pildoras el en - A DON ABUNDIO ESTOFADO
fermo, y tenemos entendido que se trata de dar
EN SUS DÍAS.
una obra á luz probando la escelencia de las san-
días sobreel método homeopático, como suce- Que me crea ó no me crea,
dió en cierta ocasión con el cáñamo que por si me causa melancolías
ustedes no lo saben se lo voy á contar. verle recibir sus dias
«Escribió un amigo á otro que no le habia vis- sin la salud que desea.
to en veinte años, diciéndole: querido Fulano : Quiera el cielo que los vea
hace cuatro días que me cai en un barranco y otro año sin tanto afán ,
me rompi una pierna; pero gracias á un par de mas terne que un mostagán,
libras de cáñamo que me aplicaron , se me curó siendo de su bien testigo
en menos de media hora. Tú que eres médico el mas franco y fiel amigo
conocerás mejor que, yo ias virtudes del cá- que besa su mano..—JUAN
ñamo.» MARTÍNEZ VILLERGAS.
El médico empezó á escribir y publicar una
obra en que probaba la virtud del cáñamo en los
golpes contundentes; la facilidad en que el jugo
UNA MUGER MILAGROSA.
cañamoso unia los huesos rotos, y otras cosas
por el estilo, hasta completar doce tomos en 4.»
de 1S0O páginas cada uno. Y cuando acabó la CUENTO DE VIEJA.
publicación de la obra que iba apoyada en el ca-
so práctico que le habia comunicado su amigo,
recibió una carta de este que decía después de En un lugar de Castilla
los cumplimientos de costumbre: «sabrás, para que el Duero en su curso baña,
que no te mortifique, el busilis de mi carta an- (tanto me da decir Duero,
terior. Yo perdí una pierna en la guerra y me como Pisuerga ó Adaja )
compré otra de palo, esta es la que se me rom-
Casóse Juana con Juan,
pió en la caida del barranco, y q u e , merced á
y la consecuencia es clara;
una cuerda de cáñam» bien apretada, quedó tan
esto equivale á decir
útil como antes. Repito que hago esta, aclaración
que Juan se caso con Juana.
512
Era Juan8 una muger, Ibase-al campo otro día
y esto es verdad demostrada, la Juana se consolaba,
que si ella muger no fuera, y Juan volvía á la tarde
con hombre no se casara. bramando como una vaca,
Era, pues, una muger — ¡Muchacha! ¿qué hay que céftgjgj
la sencilla castellana, —Sardinas fritas.
hermosa como una rosa -iQuéinfaiaiísf,
y dócil como una malva. —¿Pues no las querías fritag|
Era Juan un labrador —Hoy las quiero escabechadas
de condición revesada, , Y aquí, cual si su muger ;
mas malo que andar á pié, criara telas de araña,
mas feo que una mortaja.' la cruzaba el santo fresno
Como si la pobre moza sobre sus tiernas espaldas.
tuviera telas de araña , Y otra vez el so'l venía,
siempre andaba el santo fresno y otra vez Juan se marchaba
sacudiendo sus espaldas. y otra vez el sol huyendo
Y gracias que él iba al campa Juan se volvía á su casa.
á cuidar de su labranza, —¡Muchacha ! ¿ qué hay que cenar;^
desde que se asoma Febo —Sardinas.
hasta que Febo se escapa. —Eso me agrada.
Y asila Juana viyia —¿Y cómo las has compuesto?
mientras Juan no estaba en casa ; —Escabechadas.
que estando, andaba el garrote —¡ Oh rabia!
por quítame allá esas pajas. —Pues ayer, no las querías?
Jamás comía el tal Juan, —Hoy se me antojan asadas.
que por Dios no era Juan Lanas, Y aquí con rencor profundo
carne, pan, perdiz, conejo, andaba'otra vez la var,a,
pollo, frutas, ni ensaladas. sobre si han de. ser cocidas,
Aficionado á lo blanco ó fritas, ó escabechadas.
rico vino de la Nava, I -.•;• ¡ • •• "' •• ••

solo sardinas comía II.


por tarde, noche y mañana.
Lo imposible era acertar Era de Juana vecina
si darlas fritas ó asadas, una vieja endemoniada,
porque estando asadas ¡palo! según la fama , hechicera,
y estando fritas ¡ estaca! y bruja según las trazas.
Venia el hombre del campo A la cual pidió un consejo
de armar camorra con ganas. la desventurada Juana
—Muchacha, ¿qué hay que cenar? para agradar al marido
—Sardinas ¿qué quieres que haya? que tanto la maltrataba.
—¿ Cómo me las has compuesto? Paróse un poco la bruja.
—Cocidas, con mucha salsa. y después de breve pausa ,
—Hoy se me antojaban fritas; á Juana le dijo en estas i¡ ¿
maldita sea tu casta. ó semejantes palabras: ¡i,
Y aquí, cual si su muger «Si quieres que por,la cena;
criara telas de araña, no te zurre la badana,: ,;:>:
la cruzaba el santo fresno pónselas de varios modos,,
sobre sus pobres espaldas. y así la boca le tapas.» ¡
51
Tomó la Juana el consejo, ¿Por qué la cama sacaste?
volvió Juan de su jornada ¡Maldita sea tu casta !
sañudo mas que otros dias, Y esto diciendo el marido
y dijo con mala cara. tomó con furor la vara;
— ¡Muchacha! ¿qué hay que cenar? Y cual si aquella infeliz
—Sardinas escabechadas. criara telas de araña ,
—Yo las quería cocidas. le cruzó el fresno nudoso
—También las hay, ten cachaza. sobre sus tiernas espaldas.
—Pues también las quiero fritas.
—Pues también fritas las hallas. 111.
— Asadas también las quiero.
—También las tienes asadas. Vino el sol, marchóse Juan ,
— También las quisiera crudas. y otra vez volvió la Juana
—Ahí tienes una banasta. á consultar con la bruja
—Bendita seas muger, cómo aliviar sus desgracias.
por hoy estas perdonada.— La bruja, dando descanso
Y en paz cenaron los dos, sobre la mano á la barba ,
ambos á Dios dando gracias. discurrió el medio mejor
de escarmentar á aquel maula.
Salió el marido al corral, Y calculando este medio
y viendo la noche clara, tras una ligera pausa ,
se le antojó aquella noche á Juana la dijo en estas
sacar al corral la cama. ó semejantes palabras:
Juana, temiendo el garrote, «Esta noche le esperamos
obedeció sin tardanza, tres vecinas con estacas,
y Juana y Juan se acostaron cada cual tras de una puerta
contentos como una pascua. escondidas en tu casa.
¡Gracias á Dios! dijo Juan, Procuras que se incomode,
¡Qué noche tan estrellada ! le replicas descarada,
Aquí no hay pulgas infames y, cuando vaya á zurrarte,
que me piquen las entrañas. di gritando: ¡ que me mata !
¡Válganme las tres Marías!
Mis lectores habrán visto Y entonces desaforadas
una especie de calzada salimos con los garrotes
de amontonadas estrellas, y le rompemos el alma.»
que Via Láctea se llama.
En esto paróse Juan, Aceptó Juana el consejó :
y dijo con mucha calma : volvió el marido con ganas
¡Muger! ¿qué sendero es ese de sacudirla las pulgas
de claridad tan estraña? como en las noches pasadas.
—El camino de Santiago , — ¡Muchacha ! ¿qué hay de cenar?
dijo al momento la Juana, — Hoy no he preparado nada.
por donde marchan á Roma — ¿Cómo que nada, bribona?
los peregrinos de España. 1 Ya verás lo que te pasa!
¡Demonio! dijo el marido Tomó la vara de fresno
dando un salto de la canoa , hecho de cólera un ascua,
¿dices que van peregrinos? y empezó á darla tan firme
Y si cae uno y nos mata! como quien sacude lana.
65
514
Entonces Juana llorando, mente c o n d i m e n t a d o s , en lo cual no se deteriora
clamó al ciclo arrodillada: el e s t ó m a g o , en vez de guisóles mal cocidos y
¡ válganme las tres Marías! g r o s e r o s , con loque no solo padece el cúetp 0 s j_
; que me matan ! ¡ que me matan I no hasta el espíritu puro , claro es . y por consi-
Y entonces las brujas tres guiente h a y lógica en afirmar, que es un cargo
salieron con sus estacas, de conciencia el desatender la ciencia peregrina
y pira! ¡pain! le calentaron que p u e d e proporcionarnos mas larga y duradera
para unas cuantas semanas. vida en t a n sabrosas lecciones, y con tan apeti-
Cayó ci buen Juan sin sentido: tososcgemplos.
huyeron de allí las magas; ¡El a r t e de cocina decae entre nosotros! Pa_
y Juana empezó a llorar saron l o s hermosos tiempos en que se comía-
arrepentida de lástima. (déjenme los lectores concluir el período, pu e s
Volvió en sí Juan , y adviniendo ya sé que e n el día el comer es también un ra-
que Juana le acariciaba, mo de p r i m e r a necesidad , y q u e aun los cesan-
la dijo -. ¡ten compasión ! tesy e s c l a u s t r a d o s , que por el gobierno están
perdona muger mis fallas. dispensados de padecerían r u i n e s deseos, aun
Ya no volveré á ofenderse; esos, c u a n d o no tienen otra cosa , como eti el día
pues conozco que eres santa, se comen l a s uñas ó los codos, si se los alcan-
y por tu bondad divina zan.) P e r o , pasaron, r e p i t o , aquellos deliciosos
te doy , querida, mil gracias. tiempos e n que se comia tan descansadamente.
Pues si, en vez de tres Martitá Y digo descansadamente , porque no eran cuatro
queme han roto las espaldas, ó seis h o r a s las que se destinaban al agradable
i ¡amas las once mil vírgenes, egereicio d e menear mandíbulas y quijadas, si-
¡Jesús!... la unción no me alcanza. no que e r a n muchos d i a s l o s q u e duraban alga-
nos c o n v i t e s ; y apelo de esta verdad al testi-
Mugeres, si alguna vez monio de Valerio Máximo y de Cicerón, ó tén-
os sucede lo que á J u a n a , gaselos de lo contrario por embusteros de á folio,
obrad con vuestros maridos es decir, g r a n d e s . Pero como no tiene gracia que
la fama d e tan buenos señores padezca, á bíSn
los milagros de esta santa.
que r e c o r d a r é á los lectores incrédulos á las pa-
JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS. labras de a q u e l l a gente profana , los libros de la
Escritura, y veremos entonces q u é cristiano vie-
jo nos lo n i e g a . P u e s , como iba diciendo , sépase
LA GASTRONOMÍA Y LA LITERATURA, que en el libro de Ester se cuenta de un tal
Asuero , q u e debió ser un rey de tomo y lomo
(cada l e c t o r se descifrará el tomo y lomo á su an-
En una época que se llama de progreso, y
tojo), lo q u e yo quiero decires de muc h os hu-
cuando tantos adelantos se han hecho en la ma-
mos, p o r q u e era espléndido h a s t a dejárselo de
yor parte de las ciencias, es imperdonable que
sobra ; y a h o r a veo que una comparación en que
se haya desatendido el estudio de la mas útil, sa-
éntrala p a l a b r a lomo, y una esplicacion en que
na y provechosa acaso de todas.
empleo la p a l a b r a humo , son muy propias de co-
í.a gastronomía, objeto sencillo y encantador cina, y m u y del caso en artículos de gastrono-
ofrece en sí tan agradables matarías que ver , y mía. Pues s í , amable lector, el rey Asuero, que
tan dulces principios que probar, que es has- dominó d e s d e la India hasta la Etiopía , dio un
ta un cargo de conciencia el que no se los pro- espléndido b a n q u e t e á los magnates de su impe-
fundice. Y no hay en esto exageración; pues si rio que d u r ó ciento veinte dias: y en seguida
el hombre de lo primero que debe cuidar es de dispuso o t r o convite para el pueblo que duró sie-
su individuo, y la gastronomía proporciona al te dias, y e n el cual el servicio de la vagilla ei&ü
dicho individuo nutrimentos sanos v deliciosa-
515
nada menos que de piala, y las copas de oro. fresquitos y bien dispuestos al cenáculo ó sala
aquellos eran otros tiempos, vuelvo á deeir; va- de comer, mejor dicho, de cenar. Las esencias
yan hoy á poner copitas de plata ni vasitos de que se quemaban para aromar las salas: las
O ro, cuando los mozos de café se ven y se desean aguas olorosas con que se rociábanlos asientos'
cn nuestro adelantado siglo para que no les cer- y hasta el rato de lectura conque se entretenía
cenen las cucharillas de estaño ó los azucareros á los golosos señores, que por no fatigarse en
je peltre del café. Pero no divaguemos; reco- discurrir y no dar descanso á sus fauces, se de-
miendo á los aficionados al arte gastronómico la jaban arrullar con amenas y entretenidas histo-
lectura de los viajes de Anacarsís, para que se rias, á las que formaban un bajo sostenido con
contenten el ánimo con las animadas descripcio- el martilleo de sus dientes.
nes de los b a n q u e t a de Dinias, y á que recorran Esto roe hace pensar que el verdadero refrán
jas antiguas obras de Herodoto, en las que ha- antiguo, que sugirió sin duda al célebre Jovella-
llarán pruebas convincentes de lo que han dege- nos su Pan y foros, antes seria Pan y letras. Bien
nerado nuestros cocineros y nuestros gastró- hizo Jovellanosen sustituir las palabras. El pan
nomos. y las letras, aunque el pan tiene muchas migas
La gastronomía es un ramo de lujo ; el hom- desengañémonos que nos las hacen : las letras
bre que sale dolado de ese especial y esquisito han nacido para perdidas, puesto que en manos
paladar que le hace encontrar en los platos (no de todos andan , aunque no por eso bien quistas
seamos materialistas", en lo que contienen los I ni mejor paradas: hasta no hace muchos años
platos) el refinamiento de los placeres, esc hom- ! han pasado por locos ó desocupados, quizá por-
bre será el mas infeliz de los mortales, en los j que á pérdidas se dirigían, los'que teníamos la
siglos de decaimiento en que yace el arte culi- aprensión de que el escribir era una ocupación
naria. Cada recuerdo de las antiguas orgías se- como otra cualquiera, por no decir mas útil que
rá para su corazón una espina mas punzante que las demás, puesto que adelantadnos estaríamos
la del pez espada que se le atravesará de medio si no hubiere habido Cicerones, Pendones, Li-
á medio. Recordará que en Esparta y en Greta curgos y otros de su calaña, que aunque sin ofi-
había comidas públicas, costeadas por el erario cio ni beneficio, hubiesen esplicado cuantos oli-
y en que se sacaba el vientre de mal año, cuan- d o s son esplicables, dando á su país inmensos
do en el dia hasta la gazofia que se repartía á la beneficios en la ilustración, conocimientos y
puerta de los conventos ha dejado de repartirse, consejos que en sus libros les enseñaron. En el
por la razón convincente de que la mayor parte dia ya empiezan los artistas á formar clase, y á
de los conventos ya no tienen puertas, y esto por considerarse un estado, aunque sin posición; y
la no menos clara razón de que ya los van echan- aquí, lector amigo, consiste el busilis, en ia po-
do por tierra. Recordará aquellos romanitos que, sición ; y no de tercera y cuarta como de baile
para no lastimarse y comer con holgura, lo ha- sino de empleo ú ocupación productiva, de m o -
cían sobre mullidos lechos , llegando su pulcri- do que aunque hayamos adelantado un pasito en
tud á poner sobre las mesas doseles de damasco punto á considerársenos ya una clase de hom-
para que no les cayese el polvillo del techo , y su bres que no son como hasta hace poco, ni deso-
sensual apetito al estremo de irse poniendo co- cupados, i¡i locos, ni mal entretenidos , aun no
ronitas de flores, combinados sus aromas y per- hemos conseguido cita posición en el mundo,
fumes de modo que los olores contribuyesen ó á por cuanto el trabftjo no es corno un pagaré que
retardar los efectos de sus turcas (vulgo borra- representa siempre dinero tangible.
cheras) , pues está visto que se dejaban correr Algún lector se preguntará á sí mismo : ¿pero
también los antiguos, ó á animar sus sentidos y esta nueva digresión á qué viene? Pues viene á
escitándoles á impúdicos y desordenados deseos. probar que, desde que han desaparecido los ver-
i Vayan ustedes viendo qué comparación hay con daderos gastrónomos y los duchos cocineros, ha
los tiempos que alcanzamos ! Recordará el baño degenerado también el amor á los libros. La vi-
que tomaban los susodichos romanos para ir da es corta, seüorcs, y para los que han nacido
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con una intención firme y decidida de hacer en hornillo en el que pueden condimentarse los
un todo su santísima voluntad, apenas hay tiem- mas sabrosos principios^ no hay que desde*-
po en el mundo mas que para divertirse : aun á ñarle, pues, porque parezca grosero el asunto i
los que les falten los medios para satisfacer to- Aristóteles, Platón, Theofrastro, Herodoto, Ate>
dos sus caprichos les sobran los ánimos para de- neo y otros mil privilegiados talentos hablaron
searlo; de modo que es un axioma constante que de la cocina con encomio. Ea, pues, solo falta
el hombre prefiere siempre dos fiestas á un do- el último paso; quizá sea este el medio de aca-
mingo. Supuesta esta innata desidia, los anti- bar de dar un impulso grande á nuestra litera-
guos destinaron las horas del placer para el es- tura, consolidando de una vez sus cimientos.
tudio •. es decir, quisieron que lo árido de la en- Empecemos pues dando el ejemplo , y cada cual
señanza desapareciese entre lo agradable de la en su doméstica vivienda, mientras se zampa el
distracción, y de ahí provino el que en todas sus humilde puchero,procure, si es que tiene fámu-
comidas había un lector que recitaba en voz al- lo y si no hay el inconveniente de que este ig-
ta pasages históricos, fabulosos ó morales. De nore el uso de las letras, hacerle leer, y para en-
este modo, como todos procuraban tener tiempo tusiasmar al mismo fámulo, llámele con el nom-
para comer, todos le tenían para instruirse. Y bre de Anaquóste que era el que tenían los anti-
hé aquí Va oportunidad de la digresión : desde guos lectores.
que los gastrónomos han desterrado los lecto- Imitemos á Plinio siquiera en bañarnos y en
res de sus mesas, los hombres se han vuelto á tener gusto en que nos lean ; hagámonos compa-
encontrar sin tiempo oportuno para calentarse rar con Ático, quien, según el testimonio, y no
los cascos con un libro, de modo que el haber falso, de Cornelio Nepote, como dicen los niños
degenerado los gastrónomos, sin duda porque de la escuela, aseguraba que encontraba conti-
han desaparecido aquellos hábiles ¿"ocineros, es nuamente en su mesa el placer del espíritu reu-
la causa de la decadencia de nuestra literatu- nido á una buena comida. Jactémonos alguna
ra. Me parece que no voy descaminado. Había vez de hacer lo que el emperador Severo, y lea-
otra ventaja inmensa para los escritores, que mos como él á nuestra familia mientras come:
así como dice un refrán •. «que á buen hambre por supuesto teniendo cuidado de habernos lle-
no hay pan malo».— así se podía inventar aho- nado bien antes la andorgnilla, para que no se
ra un nuevo axioma que dijese : «que á buen pan nos vayan los ojos mas bien que al libro á la co-
no hay libro malo.» Vean ustedes si en este si- mida : y ojala llegue un dia en que se haya he-
glo en que se escribe tanto, no seria una ven- cho costumbre tan grata, y ceremonia tan obse-
taja para muchos la seguridad de que sus obras quiosa y agradable la lectura durante la cowií-
se ojearían por sus lectores, hallándose á la me- da, que podamos decir como Juvenal para inci-
sa, consolado su estómago con las deliciosas tar á un amigo á que nos acompañe á nuestra
viandas y en tan buena disposición para dige- mesa: «ven y nos leerán los versos de Horacio y
rirlas por supuesto las obras, no las viandas, de Virgilio.» Entonces la gastronomía volverá á
pues estas no son de tan difícil digestión, por ser la ciencia mas divina de todas, porque á ella
pesadas que sean como algunas de aquellas. deberemos el aprecio que se haga de nuestra po-
Lamentémonos, pues, con que haya caído en co apreciada literatura.
desuso tan provechosa costumbre; unamos nues- GREGORIO ROSIERO LARRAÑAGA.
tra voz en elogio de la maravillosa ciencia de la
gastronomía: acaso, acaso destinaremos otro ar-
tículo, si el público no mira con desden nues-
tras indicaciones, á entusiasmar el apocado
aliento de los cocineros, y á escitar el desorde-
nado apetito de los opulentos señores. También
dirigimos desde ahora nuestra voz á nuestros
escritores y literatos. La cocina es un grande
ODA y la obstinación bárbara ¡ oh mancilla!
de no pertenecer á la pandilla
de esos sabios autores
Á LOS GORDOS.
de traducciones, vulgo traductores.
Mil poetas vendrán que ni de vista
¿Será que siempre el denodado, gordo, conocieron siquiera á seis ni cuatro
criminal por su flema y su indolencia, de los inquisidores del teatro,
á la voz del honor persista sordo qu¿ el comité componen entendido
sin castigar del flaco la insolencia? do antes de haber los títulos leído»
¡Oh gordas, dispertad! nuestro estandarte se aprueban ó reprueban las comedias,
glorioso tiene Baldoví en su mano, solo de! autor viendo el apellido.
que es mayor que una muestra de guantero. Yesos tari sabios hombres,
El os lo enseña y no lo enseña en vano; esos tan justos jueces,
Él de la gloria os abrirá el sendero -. que las obras condenan por los nombres,
seguidle, hijos del Cid, y no se diga yo silbados les vi mas de seis veces
que en nuestras filas se albergó un villano en piezas que a l a escena presentaron,
que ha tenido mas miedo que barriga. y que á fuer de impartíales ellos mismos
¿ Aun no cesa el ronquido, con elogios sin fin las ensalzaron.
evidente señal del torpe sueño También viudas Vendrán y retirados,
en que os habéis, ó míseros, sumido? y monjas, y cesantes,
¿Por qué dormís, ó gordos, como un leño? y también esclaustrados,
¡Ay! de cada ventana á guisa-de esqueletos ambulantes.
de vuestras impertérritas narices Devorarnos quisieran, •' ¡ ¡
impetuoso huracán sale bramando ; pero no los temáis, son impotentes ;
¡dispertad, infelices! vengan, no se l o impido,
ved que se acerca el temerario bando tanto tiempo hace ya que no han comido,
de esos hombres de hueso que olvidaron el uso de los dientes.
que la ventura envidian del obeso. Acaso, y sin acaso , ,
Si dormidos nos cogen, los malvados pues son unos follones,
ni tendrán compasión de los preñados,
se escurran por estrechos callejones,
y destruirán quizás en solo un dia
por do saben que el paso !
las masculinas madres y la cria.
nos vedan nuestros anchos barrigones.
Viliergas, el atroz, vendrá á su frente
De acecho en las esquinas estaremos,
montado en un rocín de hueso puro,
y ¡ay del hueso que salga !
lan enjuto, tan flaco como un diente;
no habrá santo ni diablo que le valga.
y en un lebrel tan seco como viejo,
Gordos somos y fuimos y seremos,
con huesos que taladran el pellejo,
gordos vivimos, gordos moriremos.
Urrabieta vendrá, yo os lo aseguro.
Juremos esterminjo al bacalao ;
¡Ay que esta turba hambrienta
y no se lleve el viento
con nuestra carne sólida y maciza
nuestro santo y solemne juramento ';:
quizás vestir intenta
— ¿Hay uno que no jura? ¡ es Wenceslao !
su desnuda y escuálida osamenta !
Sí, Wenceslao Aygúals; ese hombre esfera
Cual seco can vendrá Canseco seco,
que en otro tiempo batalló con brío
y Príncipe mas seco que Canseco,
acaudillando un numeroso enjambre, al pié de nuestra espléndida bandera;
un tropel infinito ese, que en sanguinario desafio
ileso nuestro honor y sin mancilla . '
de poetas que purgan con el hambre arrancó de las garras de Zorrilla
el crimen inaudito ¡horrible defección! hoy del contrarió
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nutrir intenta las huesosas huestes ,
que forman todas juntas un osario,
A I). ANTONIO MBOT Y FONTSERÉ.
y contra Baldoví va echando pestes.
La baja envidia le consume el alma; SONETO.
la reverenda panza del caudillo ¡ Otra vez , GORDO , en tu arrogancia loca,
que hoy de los gordos acrecienta el brillo mostrándome los dientes como el mico ,
á Ayguals robó la pretendida palma. abres soberbio el'afilado pico
Y ahora el hombre-bola y á la lid tu insolencia me provoca !
en Vinaroz torneado, ¡Piedad, hombre tonel! que aunque cual roca
el hombre redondeado contra tu pesadez me petrifico ,
que tanto se prestaba á carambola, sé que me has de aplastar: sé que tu hocico
el hombre cuyo rostro no se viera me mata... tú volumen me sofoca.
en ningún punto de las dos Castillas,
sin que el vulgo digera :
<da luna se ha dejado las patillas ,
vigote y barba entera •.»
el hombre en fin rollizo,
cual sabañón hinchado
y colorado mas que un panarizo,
casi se cree carcomida momia
desde que ha visto á Baldoví el inmenso ,
cuyo volumen nuestra voz encomia,
y á quien tributa nuestro bando incienso.
Por fortuna traidores
no hubo siquiera dos; hallar no pudo
la conducta de Ayguals imitadores.
¡Oh! nunca á nuestros volus faltaremos,
gordos, y venceremos; Si antes obeso fui y ora estoy flaco,
y si es el bando flaco testarudo ; no digas, rio, que en defecciones peco,
mil flacos morirán.... de un estornudo. pues yo jamás tal consecuencia saco.
A lí, gran Baldoví, te ha reservad» Oue si quedé cartón cual vil muñeco ,
el cíelo la alta hazaña á los pesares que me das achaco
de hacer triunfar los gordos en España. mirarme triste, delgaducho y seco.
¡Salud, héroe preñado, WENCESLAO AYGUALS DE Izco.
en cuyo oscuro y cavernoso ombligo ,
si otro diluvio universal viniera ,
hallar podria toda raza abrigo!
Nunca suelte tu mano esta bandera
ENFERMEDAD DE DON ABUNDIO.
que el egército gordo te confia,
hombre-generación , hombre universo ; Merced á las pildoritas de sandía iba muy ali-
y adquirirás tal gloria , viado, pero ha tenido ayer un contratiempo que
si no es el hado á tu misión adverso, puede tener fatales consecuencias. Se cayó de
que los elogios todos que prodiga cabeza desde un cuarto tercero , y gracias que
á los héroes la historia, dio en una piedra, que si acierta á no caer.cn
consagrados tan solo á tu memoria , mullido, se rompe la crisma. Se procedió inme-
darán nombre inmortal á tu barriga. diatamente á hacerle la operación de la catarata
A. BlROT Y F&NTSERÉ. con un pujábante, y gracias á esta y á una gran
taza de solimán, se le aplacaron los dolores. Ha
519
habido reunión de médicos, y han convenido en CASADO, VIUDO Y DONCELLO.
curarle según el método homeopático, que tan-
tos prodigios hace en los infiernos. La receta está
concebida en estos términos: «se disolverá un Cámara, juya d' aquí
cañamón en una botella de agua como de dos ó le espavilo este tedio!
azumbres: una gota de agua de esta botella se —Juan, yo no te temo á tí,
ecbará en un cántaro de agua como de dos arro- que para venserme á mí
bas y se revolverá todo lo posible; después se nesesito un Juan y medio.
sacará una gota de dicho cántaro y se echará en — Caya, que de ira me frió,
una gran tinaja llena de agua, y del agua de es- y me vienen unas ganas!
ta tinaja se le dará al enfermo una cucharadita —Zoniche! que ya mi brío...
de cuatro golas de dos en dos meses, Cuidando no te sambuyó en el rio...
no equivocarse en el tiempo ni en la cantidad, por no espantar á las ranas!
porque entonces corre muchísimo peligro.» —Menos palique, güen majo,
Después de esto pensamos que tome unos ba- y oiga lo que aquí me trajo ••
ños de mar en el estanque del Retiro, para cuyo por no faltar á la ley,
viage se le ba señalado el siguiente itinerario: hoy mesmo a servir al rey
Dia 1." Por Mondoñedo á Lérida; y dormirá en entre peniyas me najo.
Montevideo. Dia 2." Isla de Santa Elena, Belas- Y es natural, pues estoy
coain, Carabanchel y Ñapóles; volverá á dormir enamorao é Pepiya , :
en Montevideo. Dia 3.° Correrá los Estados Pon- que la igaque me voy,
tificios, golfo de las Yeguas, toda el Asia y par- pa que puéa saber hoy
te de Betanzos; Volverá á dormir á Montevideo. que su gaché se las guiya.
Y S.°y último dia. Moscou, Getafe, Montevideo,
y seguirá en dirección siempre del polo Antarti- Juan, qué sin ser caballero
co hasta llegar á la puerta de Atocha, desde la de generoso se precia,
cual se puede poner en pocos meses de navega- dejó paso á su rival
ción aereostática en el Retiro. que sé puso á hablar con Pepa.
Le acompañará en este viage don Antonio Ri- Es Sacabuches un terne
bot y Fontseré. criado en la Macarena,
que de un solo puñetazo
pone á un hombre en las estrellas.
EPIGRAMA. Enamorado hace tiempo
de Pepilla Corla-lenguas,
no hay dia que por su causa
Modas y Irages estraños veinte trifulcas no tenga.
con insufrible imprudencia Y es Juan un majo de aquéllos
ostentaba doña Mencia, que les da por la tremenda;
muger entrada ya en años. aunque algo bocón, valiente,
«¡Para qué tanto te pules y valiente con prudencia.
(dijo su^esposo con queja), Quiere áPepílla, y su amor
si, estando ya en Villa-vieja, paga con desprecios ella;
has de llegar pronto á Nales!!! (1)» y &i no por ser mal mozo,
J. B. BALDOVÍ. por cansado lo desprecia;
pero él siempre erre que erre
que ha dé quererla á la fuerza ,
(1) Estas dos poblaciones de la provincia de
Castellón, distan entre sí un cuarto: de hora es- y á bien que no es el primero
casa. ; • WM en igual caso se encuentra.
20
Él sabe que su rival ya el sábado la celebran,
Sacabuches la camela, que de este modo se goza
y jamás se tropezaron de vísperas y completas.
sin armar una pendencia. Están todos sus parientes
El novio parte aquel dia al rededor de una mesa
á los campos de la guerra, con la canica en la mano
mientras libre á su contrario cantando que se las pelan ;
de amor el campo le deja. y no es estraño que'trinquen
aunque haya poca moneda,
Seis ó siete años pasaron, pues están cor menos fondos
y nadie á saber acierta que hoy un m,, -1ro de Hacien
del valiente Sacabuches ni estraño que se emborrachen
si muerto ó vivo se encuentra, porque es uso de la tierra
sin embargo que por muerta que no haya boda sin vino
algunas gentes le rezan; ni vino sin borrachera.
pues un dia casualmente Con la broma no reparan
leyeron en la Gaceta, que se halla un hombre á la puerta
que todo su regimiento que cual mero espectador
pereció en una refriega, está mirando la escena.
y sin pasar á cuchillo El uno grita: «compae,
solo escapó la bandera. entone osté las playeras.»
Pepa, su muger futura, Otro: «que bailen el vito.»
lloró su muerte al saberla , Otro : «cantar las manehegas.»
mas se consoló bien pronto, Y en esto sale una voz
que el bien ó el mal pronto vuelan. alterada y descompuesta,
Pepa con Juan desdeñosa , de uno que al falarle el pié
y Juan queriendo á la Pepa, fue á buscar los de la mesa,
ella haciéndole desprecios, y dice: «¿cómo cantar
y él suspirando por ella. sin una mala vihuela?»
Pero al cabo con el tiempo «Pues ir uno,» dicen todos !
fué amansando aquella fiera, «Cabayeros, voy por eya!»
que una gota, y otra y otra esclama , y se levantó
al fin taladran la piedra, el borracho con presteza.
y el alma de una muger Al ver esto aquel truan
no es ningún cacho de suela; que estaba de centinela ,
siempre al fuego del amor sacó un bulto del bolsillo
fué su corazón de cera. y le echó sobre la mesa,
Si he de decir la verdad, huyendo de allí mas listo
yo no me estraño de verla que huye del galgo la cierva.
tan mudada, pues la chica Al desenvolver el bulto
no nació para doncella. todos suspensos se quedan,
Juan es propietario, tiene pues vieron que contenia
dos viñas y una taberna, de cuernos media docena.
y esto , si toma muger, Todos de aquella aventura
le dá para mantenerla. hablan sobre la rareza ,
Al cabo se contrataron, menos el borracho aquel
tienen la boda dispuesta, que iba á buscar la vihuela,
, y aunque en domingo se casan, y apenas salió a la calle,
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plum! se cayó de cabeza. con Juan su víctima siendo.
El uno viene y le cuelga
Sigue la broma y el vino de la nariz un cencerro;
y la danza y el jaleo, r otro, en su cara infeliz ,
mientras en la calle tocan le planta un cabo de sebo,
sin cesar un instrumento. y de este modo su boca
Apenas lo escuchan, mandan les sirve de candelero;
entrar sin desSora á un ciego, y en fin, la novia atrevida
que dio mas sones al aire le adorna con los seis cuernos
que da un reló descompuesto. que aquel truan les echó:
En tanto los foteCurrentes Buen regalo á un casamiento I
rendidos del grave peso, Temprano adornas su sien!
ya por las sillas se tumban Oh novia, qué estás haciendo!
6 ya ruedan por los suelos. Perdonadla, pues no supo
Borracho el novio también que aquel era su embeleso.
le vi salir de un pellejo, Mejor lo merece que otras
y hablando con la Pepilla que á sabiendas los pusieron.
se esplicaba en estos términos: Siguió en su furor la broma
«Pepiya, ¿venimos dóz á oscuras quedando luego ,
ó es que retumba la voz?» pues las luces que tenían
—Gaya Juan, que estás borracho! luces de tinieblas fueron
—Si me doblo, voto á bríos, que el músico disfrazado
es que... por verte m' acacho.» las apagaba en silencio.
Y cayó al dar un traspiés Qué enemigos de las luces
llamando en su ayuda al sueño. han sido siempre los ciegos!
Porque reine en su estension Ya reina en la habitación
la igualdad y sus derechos, el mas profunda silencio,
quieren que beba también y solo por los ronquidos
y que se emborrache el ciego, se saca que están durmiendo;
y aunque lo hartaron de mosto algunas veces también
al fin no lo consiguieron. entre cortados acentos:,
Ala bodega por vino algún dulce suspirülo
salen en tropel ligeros, viene á turbar el sosiego.
quedando el músico solo I Cuántas equivocaciones!
con Juan que estaba durmiendo. Qué quid pro quos tan buenos!
Oh sorpresa! al pobre novio Lo que hace el vino, gran Dios 1
le deja el músico en cueros, mas... sigamos con el cuento.
y no estrañarlo, lectores, La novia, yo no sé cómo
porque el ciego, no era ciego. se encontró á su lado al ciego,
Cambiando con él su ropa y teniéndole por Juan,
se disfrazan en un credo, como todos le tuvieran
quizás Con mas ligereza fué á hablarle ; pero, j oh, desgracia!
que hoy se cambia un ministerio. por un éstraño suceso
El puesto del novio toma sospecha que aquel no es Juan,
y al novio pone en su puesto. zas! y un fósforo encendiendo
Apenas.volvió la turba se encuentra con Sacabuches
ignorante del enredo, que fué su novio primero.
equivocados emprenden Oh crisis, ó suspensión!
66
522
Oh sorpresa del momento!
A la luz despiertan todos
menos Juan que está en el suelo.
Los unos le hacen la cruz,
los otros se van huyendo,
y la novia está entre tanto
gozosa con el encuentro,
que á Sacabuches le dio
palabra de casamiento,
y aunque iba á casar con otro
de evitarlo llegó á tiempo.
En esto despierta Juan,
que al verse tanto embeleco
y enterado del asunto
porque lo escuchó entre sueños,
salta pegando un bufido
y como un rayo saliendo.
Pepa al salir le pregunta
llena de arrepentimiento:
A onde vas tan ajumao?
— «A onde voy? A los infiernos! Era Güito propenso
Que aunque estaba amodorrao á pensar, mas de tal modo,
bien oí, que antes de casao que si le hablaban, á todo
me posiste ya los cuernos! contestaba: «Pienso... pienso...»
Me najo y le guervo á ozté ( i ) Preguntó un quídam al tal:
del matrimonio la ciembra, «¿Que come usted?» — «Pienso...» dijo,
y como el otro diré : Y el otro replicó. «Es fijo,
que á lo mejor me queé que el chico es un animal.»
aunque aderezao sin jembra. WENCESLAO AVGUALS DE IZCO.
Tome osté sus arracás
y cuélgueselas al cueyo. Vi á un pobre, y es lo común,
Oes sueño é Barrabas, de calderilla un puñado,
ó en una noche no mas y gritaba: ¡ no he sacado
juí casao, viudo... y donceyo!... para un panecillo aun!
E. A.-1843. Pues que ¿no basta ese cobre,
dije, para un panecillo?
Es que esto, repuso el pobre,
es para echarme un cuartillo.
EPIGRAMAS.
Juega á las damas constante
mi vecino don José.
Tres hijos perdió Bartolo,
Ayer le dije «¡ah tunante 1
y con perder á los tres, con qué ganas come usté»
no falta quien dice, Inés, y él respondió... soy cesante.
que no ha perdido uno solo. >
MIGUEL AGUSTÍN PRÍNCIPE. Un cortador me dio grima
llevando carne en su jaca.
(1) A Sacabuches. Yo le pregunté ¿es de vaca?
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señalando á lo de encima. Á LA VIDA.
El por razones que callo
diz que al revés lo entendió;
picó espuela y esclamó, Vida, pues ya nos cansamos
«ya lo ve usté, es caballo.» de andar uno y otro juntos,
tiempo es ya de que riñamos
y en el punto á que llegamos,
Juan se retiró á las diez vamos riñendo por puntos.
y el padre, que no es cobarde, (Miguel de los Santos Alvareí.)
dijo ¡infeliz si otra vez ¿Tú quieres reñir? Mal hecho.
v i e n ^ á casa tan tarde! Busca la mortal querida
Oyó otra noche el villano si así quedas satisfecho;
las doce ¡ negra fortuna! pero es menester despecho
y dijo: aun puedo ir temprano.— para reñir con la vida.
Y se esperó hasta la una. Quien en sus años mas tiernos
á su joven vida tantos
Did en los toros voces graves lanza anatemas eternos,
contra un aprendiz Macario. mas que Miguel de los Santos
¡Anda, pillo, que bien sabes es Miguel de los infiernos.
chuparte un duro' diario! Yo la razón te suplico
Y uno de aquellos atunes de las quimeras que tratas;
que entre barreras se ven mas fácilmente loesplico:
¡bien! añadió ¡dice bien... bien me muestran tus brabatas
diario todos los lunes! que eso es jarabe de pico.
JUAN MARTÍNEZ; VILLERGAS. Eso es hablar de la mar.
¡Qué! ¿no hay mas que perecer?
Yo defiendo sin cesar
aquel adagio vulgar:
SONETO.
«Bueno es vivir para ver» (1).
Y soy la mas atrevida
Ese demonche de solapa y concha tentación de San Antonio;
que echa un regüeldo á guisa de relincho, ni el demonio me intimida,
cuya lengua mordaz es como un pincho pero líbreme el demonio
que hiere, raja, despedaza y troncha... de regañar con la vida,
Ese demonche con su faz rechoncha ¿Quién de La muerte se alegra?
y el rosario colgándole del cincho, Aunque me vea en un potro
que se engulle en la mesa cuanto trincho ó entre un toro y una suegra
y es mosquito en beber y en hacer roncha... sufriendo la pena negra^
Ese demonche del abdomen ancho, no he de decir como el otro:
que sorbe chocolate como ponche Ten muerte tan escondida,
y á la muger agena arroja el gancho... que no te sienta venir,
Quién será el avestruz? Que beba y tronche; porque el placer de morir
pues ya que al buen callar le llaman Sancho, no me torne á dar la vida,—
no diré que es un fraile ese demonche. pues esto me hace reir.
WENCESLAO AYGUALS » E Izco. Y si hay en el orbe alguno
que sano la muerte anhela,
que se lo diga á su abuela

(i) Y ver por no preguntar.


524
6 se la cuente á San Bruno, la gloria no apetecida
que lo que es acá no cuela. de Fígaro y Espronceda,
Yo sufro tragos y estragos, ¡viveDios, que como pueda...
pero busco otros halagos; no he de morirme en mi vida!
y en tan terribles afanes JUAN MARTÍNEZ VIIXERGAS.
disipo tragos con tragos,
y mato penas con panes.
Si preguntáis ¿qué tal va?
al que apura una comida,
A LOS ENAMORADOS.
siempre esta respuesta dá:
«haciendo estoy porla vida, Hay infinitos amores,
que la muerte ella vendrá.» mas yo no diré de pronto
¿Yo la muerte? lejos, lejos, cuál de ellos es el mas tonto,
que la vida es mi ilusión. ni cuáles son los mejores.
¿Reñirla? conversación, Venga mal ó venga bien,
riñan con ella los viejos ora sean pulcras ó toscas,
que bien regañones son. hay amantes papamoscas
A tí, vida idolatrada, que adorau á cuantas ven.
sni numen canta y celebra Y en amorosa tontera
con lira acorde y templada; de todas corriendo en pos,
aunque eres por lo arrastrada, aunque lo pidan por Dios
masque de hombre, de culebra. no encontrarán quien les quiera.
Y aunque tú, vida querida, Hay amor de vanidad
no me das ratos muy buenos que en el corazón no entra,
de satisfacción cumplida, este amor siempre se encuentra
te quiero ni mas ni menos de sobra en la sociedad.
como se quiere ala vida. Yo he visto niñas hermosas
Si llega el día fatal de faz nacarada y pura,
en que te he de aborrecer ; un armiño en la blancura!
no han de faltar por mi mal una palma en lo graciosas;
un cirujano, un puñal, Pero su porte sencillo
un canal ó una muger. no halagóla vanidad
Pero antes de que tal haga, del que busca en sociedad
sigue á quien te adora unida, mas que la belleza el brillo.
pues si tu amor me convida, Pues el menguado que no
aunque el rey no me la paga, se conmueve á su presencia,
quiero tener ancha vida.' ved con cuanta deferencia
No me dejes desdichado, á una momia se arrimó.
que nq soy como lo ves Y mirad con qué visages,
cual la hermosa CORONADO , sin que ella lo tome á pulla,
que murió el año pasado para alabarla mas bulla
por resucitar después. mete que cinco carruages.
Y aquí doy fin, voto abrios, 1 Con cuánta necia palabra
'que ya se cansaD las plumas. ensalza por primorosos,
Adiós, alma de los dos; unos labios escamosos
mas no por eso presumas que son la sima de Cabra!
que doy el último «adiós.» Y mas que tenga los ojos
Que aunque rae ofrezcan cumplida como abiertos á punzón
y bizcos ó en rebelión, que está diez varas enfrente
y los pies zambos ó cojos, haciendo como que ama?
La repetirá simplezas Que la muestra sus deseos
hasta atronarla el oido, cual si fuera sórdo-mudo
y la volverá el sentido con un fingido estornudo,
con inauditas ternezas. tal cual seña y mil paseos;
Que si hay trage que disfrace Y vueltas aquí y allá,
cualquier humano capricho y contorsiones y guiños,
el que ama, según he dicho, como acostumbran los niños
con esto se satisface. que hacen burla á su papá t
¥ con tal que al brazo adorne ¡Triste del que su pasión
aurífero brazalete, muestra de noche y de dia
satisfecho así el pobrete á prueba de pulmonía
no temáis que se abochorne. fijo en un guardacantón!
El que ama así, á mas de necio, Tras de perder el reposo
es hombre sin corazón, en su amorosa fatiga,
digno por esta razón no faltará quien le diga
mas que de odio de desprecio. que está siempre haciendo el oso.
Hay amadores marciales Que el que á enamorar se mete
que cual recio torbellino de la suerte que divulgo,
van de amor por el camino se espone á que diga el vulgo
sin temor nunca á sus males. que enamora á lo cadete.
Hacen su declaración Este es amor juvenil,
rectamente ó de rechazo, sin sustancia... amor de niño,
siempre de golpe y porrazo y pasará su cariño
sin maldita la aprensión. como las auras de abril.
Y aunque amen con frenesí, Hoy amadores babiecas
cuando su arenga acabó, que en tono de la enamoran,
escuchan frescos un no y empalagan y encocoran
del mismo modo que un sí. con sus ridiculas muecas.
Los mas son afortunados, Estos tales de la escuela
porque en los lances de amor son de aquel D. Agapito
salen los hombres mejor estenuado y menudito
cuanto mas desvergonzados. que figura en la Marcela.
Amantes hay temerosos Otros hay mas tempestuosos
que tiemblan ante su bella, que románticos se llaman,
y van siempre detrás de ella y todos los que así aman
encogidos y medrosos, son amadores furiosos.
Sin atreverse á miraría Estos amantes románticos
mas que «na vez de soslayo, que no han de hablar á sus damas
y necesitan ensayo mas que de horrorosos dramas
á solas, antes de hablarla. y de coplas y de cánticos ,
El que ama por este estilo Con esas furias postizas
no hallará correspondencia, y esas recias maldiciones,
á no ser que por demencia que mas que ardientes carbones
enamore á un cocodrilo. son apagadas cenizas,
¿Qué ha de pensar cualquier dama Maldigan desde hoy su hado,
del amador inocente porque el siglo es positivo
526
y piensa mas en lo vivo, siempre cercenando gente;
con razón, que en lo pintado. siempre á traición esgrimiendo
Y así entre tantos amores, tu cuchilla impunemente.
si á juzgarlos me remonto, No hay hombres grandes ni chicos
diré que es tonto, muy tonto, que á tu clamor se hagan sordos;
el mejor de los mejores. tú has podido hacer añicos
GERÓNIMO MORAN.
á los flacos y á los gordos,
á los pobres y á los ricos.
No hay quien pueda furibundo
alargar de vida el plazo:
ENFERMEDAD DE DON ABUNDIO.
Newton, el sabio profundo
que era mas grande que el mundo,
Sigue perfectamente con el solimán y los baños cedió al poder de tu brazo.
en agua salmuera. Como no sabe nadar y tiene Si en tu destino infernal
miedo de ahogarse, entra en el agua con dos ve- el diablo no tiene parte,
jigas atadas en los pies; de suerte que lo único bien puedes vanagloriarte
que se le hunde es la cabeza. Últimamente ha so- que es tu poder colosal
licitado que se le ate una vejiga en el hueso sa- cuando venció á un Bonaparte.
cro para no perder enteramente la respiración. Víctimas son los leones
de ese poder sin segundo,
Lo cierto es que con tal riesgo que en sus horribles funciones
su mejoría es notoria hundió mil generaciones,
y presumimos que luego y hará pavesas el mundo.
vamos á cantar victoria. ¡ Pues bien! Si no hallas trabajo
y haces trizas en tu saña
un mundo de cada tajo,
levanta la vil guadaña,
Á LA MUERTE. veremos quién es mas majo.
Contra tu existencia impía
justo es hoy mi frenesí,
FANTASÍA.
justa la cólera mia;
¡Huye, visión homicida, padres y amigos perdí,
si no me quieres, amigo; todo lo que mas quería.
que fiero rencor abrigo, No he desechado jamás
y por Dios, tengo uaa vida de encontrarte la esperanza;
que echar a reñir contigo! ponte en guardia y ¡ paso atrás!
El que alzando el chafarote veremos quién puede mas,
acá en tu senda resbala, si tu encono ó mi venganza.
cede por mas que alborote ¿ P o r q u é c o n ceño me miras,
á la opresión del garrote cuando enojado me tienes
ó ai ímpetu de una bala. y solo rencor me inspiras?
Este compás es tan largo, Mal aconsejada vienes
que mide al débil y al fuerte; á cebar en mí tus i r a s . ,
y por Dios, es bien amargo Corriendo como unos gajmgs
que á tí nadie te dé muerte uno tras el otro andamos,;
teniendo tantos á cargo. luchemos como enemig os
A todo vicho viviente hoy que al fin nos encontramos
desde Adán vas persiguiendo: frente á frente y sin testigos.
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Quizá vienes insolente, que fuera en vano buscar
confiada en los blasones quien la pudiera igualar
de ese brazo tan valiente desde el Ebro hasta el Genil.
que ha rajado, omnipotente, Talle esbelto, pié liviano ,
muy tremendos corazones. que apenas la yerba pisa,
Mas tu furor insensato lindo semblante africano ,
debe esta vez vacilar, y negro cabello , ufano
que ó me matas ó te mato jugueteando con la brisa.
porque has venido á encontrar Siguiéndola presuroso
la horma de tu zapato. tras ella viene un zagal,
Si á giros hombres intimida, de blanca tez, cuerpo airoso,
muerte, tu traidora saña, joven, alegre y hermoso,
levanta el hierro homicida y con labios de coral.
porque es muy dura mi vida ¡Bella pareja á fé mía!
para temer tu guadaña. dije al verlos, ¡vive Dios!
Poco quien eres aprecias Y mientras ella corría ,
cuando no vengas la injuria, y él siguiéndola seguia,
mas... son mis bravatas necias. fui yo siguiendo á los dos.
Tal vez á mí me desprecias El zagal apretó el paso;
como desprecias mi furia. la niña al fin se cansó:
Huye por Cristo de aquí, y como era campo raso,
que estoy bufando de verte; ella sentóse al acaso
y al verte cerca de mí, y él tras ella se sentó.
me dan tentaciones, muerte, El la miraba estasiado
de ensayar tu oficio en tí. y ansioso se le acercaba;
Busca, por tu bien lo digo, y ella con gesto de enfado
la salvación en la huida, tornaba el rostro á otro lado,
que fiero rencor abrigo, en tanto que se apartaba.
y por Dios, tengo una vida En estado tan penoso
capaz de reñir contigo. pasaron un largo instante:
JUAN MARTÍNEZ YILIERGAS. él contemplando amoroso;
ella tornando el semblante
con ademan enojoso:
EL DESQUITE. El cambiando de lugar
por acortar la distancia,
y ella siguiendo al azar,
Un dia de primavera con esquivez y arrogancia
muy cerca de anochecer, moviéndose sin cesar.
bajaba por la pradera Mas atrevido el doncel
cierta niña placentera ó menos terca la bella ,
corriendo á todo correr. creció la constancia en él
Iba la bella pastora mientras que aminora en ella
cotí un cántaro en la mano, hasta ponerse á nivel.
mas hermosa que la aurora Ligera saltó la niña
cuando las campiñas dora al Yer que se le acercaba,
con su esplendor soberano. y él cual ave de rapiña,
Tan seductor su mirar asióse de la basquina
y su cuerpo tan gentil, en tanto que así le hablaba:
— Cielo mío, ¿adondevas? ¿ No conoces á Clemente
— i Rara pregunta por cierto! el hijo de Antonio?—Sí.
¿Noyes el cántaro, Blas? —Pues bien ; cuando ya venia
—Qué quieres decir, no acierto. se empeño en darme un abrazo.
—Eres un tonto y no mas. — Y te lo dio ?—Tal quería.
—Gracias, Juana ¡Estás terrible! —Pero tú...—Me defendía
¿Quién en cántaros repara con fuerza y desembarazo.
al ver tu talle flexible
y ese fuego irresistible
de los ojos de tu cara?
—Chusco estás.—No es cortesía.
—Seráficción.—No lo es.
—Burla será. — i Tal porfía! —¡Por vida de Dios del cielo!
te juro por vida mia... —A qué tal esclamacion?
— Que quieres á cuantas ves. — jHabrá mayor desconsuelo!
—Loca estas!—Mas no he mentido. —Pero, qué? —¡Tú por el suelo
— Cómo!—A qué disimular , rodando con el de Antón !!!
si ayer estabas rendido Y te abrazó?—Claro está,
junto al mesón de Garrido Pero tan solo por broma;
enamorando á Pilar? con suma inocencia. —Ya.
— Celos son.—Pero fundados. — Te aseguro por Mahoma
— Engañada vas.— No á fé, que no pasó mas allá.
porque os miré recostados Y al fin tú me has enseñado.
y tiernamente abrazados. —1 Eso dices! — Por qué no?
—Lo viste bien?—Ya se ve. I Vive Dios!—¡Vaya un enfado!
— No te incomodes, paloma; Te vi con Rita abrazado
que al fin es...—Muy natural. y quise imitarte yo.
No es así?—No; y por Mahoma — ¡Oh funesto desengaño!
te juro que fué una broma. Sabes tú? —Yo sé un refrán
—Pero pesada y formal. que me enseñaron antaño
" —Me perdonas?—Eso no. y dice, si no me engaño,
—De veras?—No hay que dudar. «donde las toman las dan.»
—Nadie cual yo te adoró. Iba la bella Juanita
—Y quién me lo dice?—Yo. en esta conversación,
— Pues reniego de tu amar. cuando una abeja maldita
—Mira -. vamos á la fuente hacia mí se precipita
que allí las paces haremos. y me clava el aguijón.
—Y Rita ? — Por Juan Llórente Levanto la mano y zas.
está de amores demente: Di tal golpazo... en mi cara ,
—Y quieres tú?...—Que marchemos. que no aguijoneara mas
Pero calla!... te has manchado el bicho, si no marchara
por detrás el guardapiés! en alas de Barrabás.
Cómo así?—Me habré sentado. Cuando el estruendo sintieron
—Y el cántaro...—Está quebrado. que hizo mi mano al caer,
—Por dos lados I—No , por tres. Juana y Blas se estremecieron ,
—Lástima fué.—Ciertamente. avergonzados se fueronj
—Es decir que...—Le rompí. y no los he vuelto á ver.
—Mas cómo fué?—Fácilmente. BALDOMERO MENENDEZ.
529
Que para darte á lo Bruto
(el Sueco). una carga, Baldoví,
Bonilla me tiene á raí;
ya aquí estoy de sustituto.
¿QCÉ ES PEOK, ÍR 'EN 'VERANO
Y pues seria mancilla
VESTIDO BE IXVIEBNO^ Ó ÉJÍlXVtERNÓ VESTIDO
vencer (j qué desigualdad I)
DÉ VERANO' ('!)?
un gordo cual tú, Bernat,
á un flaco como Bonilla ;
O soy necio y <jasquiv/inf!, No dejes la espada, no ;
ó he de probar, que,.es. mejor, , colgada del viricú:
ir de invierno coa eaj.ijr,, ...... para un gordo como tú
que con frió , de,, yerana,.. ; , hay un gordo como yo.
A s u n t é i s este inuy, serio,,.,, Contémplame acero en mano,
gravísima cuestión e s , ,. ...,<..• sosteniendo que es mejor
y exige por su interés ;J¿ , ir de invierno con calor , .
discutirse cott: criterio, , que con frió, de verano.
Dilucidarla,contigo .,,,.• Y pues de conversación
quiso, si mal ,po me acij.§rdo.j ;.• ya basta y sobra, al asunto;
Bonilla que, aunque noesjertjq,,,;, ya ni á pedradas del punto
sabes que es fl^eo e.Bein,sgo; (2).. me sacas de la cuestión.
Mas, pues ¡Bonilla .típe^..,,,, ... Sé bien que es cosa ridicula
la pluma por elpiíípejl ^.j,,',;"; ..,,, sufrir con trage de paño
y por el lieij.zftel pjipel., <, L.:.¡dj .-._ la ardiente estación del año ,
fresco estás, q,uehaíq,*u¡?sto.y J»-, la abrasadora canícula.
No te bagas,.Bernat, elsofdp¡; ¿ Quién se encuentra en tal desdicha
yo en paz no te he,de liejar,,-..;, (,-, y recios vientos no anhela,
que al cabo n« >h a ;de. Imitar , como los barcos de vela
un g o r d a; p a JE a ¡fttr o. g#r c(o. r i» cuando sufren calma chicha (1}?
Que siga ¡BiwijHa(.HÍaflftfc» ,, Sé que uno cual tú nutrido,
ya que es e*t¡gfSu ¡recrea;., condenado á tal tortura, • ¡.
estudiando cn(i&t.iMfl&Wi., • -vi por la boca la asadura
las obras d^jgrs^tíRiei^ísawiv-i echaria de-un. bufido>
Y d a n d p ^ a s ai-jtftSsteJRo^;; Y aunque-.tes parezca mengua ,
que siga'co'lwrdtii fel á l ! ¡ que á un cari .compane tu igual,
la P«r!»de Rafee],;?.':• ha--: te digo que iria el tal,
los Leprptfif&ñ'.TilluÑllB.JíQt. cual cana sacando la lengua.
Transpiraciones eternas
(1) Esta importantísima qu^stíeu debía dilu- le escaldarían acaso, . ,
cidarse entre los seúórés'Boríilla yBehiaí.; pero
desgraciadamente' tlK p'iimeroJ&é'ltf) entregado y dar no podría un.paso
con tal pasión áflfaypj^tqja^, %ue.nj,. siquiera se sin que ensanchase las piernas.
acuerda de hacer versos.
Cada poro un manantial
(2) Es decir, de pocás"'¿aT:ti;és.ííiTUénáase en
este sentirte ;'/.< •'-< •'•'•:n;.:••«;„m ••-.- :-;.:,• de sudor parecería; ,,
(3) El 1én3or Bonilla 0 sac,ó, en, el Museo de su cuerpo nube seria
pinturas de esta córte^uijá bella copia del mag-
nífico cuadro déRaíseei^ilantacío"la Perla por de un diluvio universal.
antonomasía.fQtsa ¡biza q&%e;l^iHe, d « , % a f a Isa- Pero al eabo esos sudores
bel curando los l&projjJjffíúiL es una de las m e -
jores obras de nuestVoTÍÍciTnrfrtál Mirnlío. La tal (1 ) Ente los marineros és la calma absoluta
copia, si no estarnas«•*! informados^ se halla en con !a cual no pueden navegar los barcos de
poder del señor §&lajn,¡mca, ,.¡,, vela
67
530
son, Bernat una friolera^ lleno; de téiqbii {de Dios[,
y aun sirven para echar fuera y como cual él no hay dos,
todos los malos humores. bien puedo omitir su nombre.
Y por lo tanto no en Vano Antes qqe jurar en falso
yo sostengo que es mejor ' ó faltar al .cumplimiento ,
ir de invierno con calor, de algún voto ó juramento,,
que con frió, de verano. subido hubiera al,cadalso.
Bien diceun refrán vulgar, Hacia un aire que viva
un aforismo casero, la médula penetraba,'
que tan solo un majadero un frio;tíáóVa^ué1élaba
toser prefiere á sudar. ; en la boca la saliva. "'
Por la Virgen, seamos francos; ¡Y el itffétfz7conro he dicho;
¿quién sufre un aire sutil hallábasfe'éhc'átñ'pó abierto t •
con casaquilla de dril ¡ Cuánto mejor vito1 o muerto
y pantaloncitos blancos? hubiera estado éh1 un nicho!
Di ¿qué barias tú, pobrete, De tripas rétbrtijónfés
á la ligera equipado, le dieron inesperados y'
cuando el aire es tan helado y sin prever i'ésüítados'
que hace de un hombre un sorbete? deáááeo^s'y'cáTzúfitís. •'
Me parece qué te veo Y la deshonesta brisa-
sin capá'ni otro atavío, que crudísilhá 'soplaba
paseando y dando frío los faldones agitaba !
á todos los del paseo. sin piedad desü camisa
¡ Pobre Sueco / j cuántos credos Frió hacia tandésóbra^
rezaras en tal apuro! queínego se'levantó-,"í'>-!i ;
Solo al pensarlo, és seguro y el desdichado dtíj ó "'
que ya te soplas los dedos, á medio acabar taobrat <•
Y los metes de repente ¡ Ahora -VÍénij'él Wabajá
en un bolsillo cualquiera, ¡Ahora etáp^éza-'éitfoio'r»;-••••
ó á falta de faltriquera mira alinfeliz jq«é horror!'
en puesto menos decente. con los calzftííes*abajo:
Cuántos i ay 1 por no sacar Sirvién^íéui'eigriM6't<¿> -
del escondrijo las manos, sin que subírselos pu'éáa',-
comezón teniendo y granos, porque el fridüsé tá¡r«aa,"•
se han dejado de raséár!;: :: que envarado estáael pobr*ete.
Por igual causa á menudo ; Sus mámos-Hó tienen tacto: -
muchos, sinser monigotes,^- • á ser 1 a y. I menos discreto ¡
no se limpian los bigotes • para s^alirdef ípriétó'
ni aun después de un estornude. con eJUdiablq hiciera pacto.
Conozco mas de un católico : -: Socorro'pide eh'vozlaitia',
que en tan tremendos instantes', tirilaudq^casi.jerjtq?V '„>,, ",[....
por no soltar los tirantes,1 mas se encuentra en un desierta
ha luchado contra üncólieb.' dólaesp'erapza'le'falta.
:''-; U !j<>j i;: ,"-<: (3(1)1 Í5.1 ¡i'.-J •'.'
Y de uno sé poco ducho '
, JÍA nadie Ye:,¿na4ie,pasa,.,.
que hallándose eíi campo raso,
ni tómhre'i'hi-éafro v ni'ecébéj,
le sobrevino un acaso .
y j a s e acer,ca;lasaoche,y,,
'que le da que pensar mucho. •
y él no se acerca asurcasa*!:
Era el tal hombre un buen hombre,
Y mientrast'áritoía1 Brisa
531
que deshonesta,««piaba, Y con voz que le desuella,
los faldones levaataha :, le dice: —¿tienes muger?
sin piedad, de su camisa; — ¿Por qué lo queréis saber ?
Atraído por su quej* .-; — ¡Toma! porque soy doncella.
acércasele un vestiglo,'>•',«%•• El infeliz tuerce el gesto,
una muger que?s,un siglo ,.;•• porque en estas espresíones
una vieja muy revieja ,• entreve las condiciones
-^1 A tacadme los calzones, de aquel vestiglo indigesto.
al verla clama impaciente , — Si no eres casado, amigo,
y siempre os tendréf nesente de apuros le sacaré,
en todas mis oraciones! con tal que de buena fé
Pero la vieja maldita • jures casarte conmigo.
viéndole desesperado ¿; — ¡ Terrible estipulación!
quiere esplotar el «stad-o esclamó el desventurado;
del infeliz que tirita. y un rato quedó abismado
Pasa de largo, él la llama, en no sé qué reflexión.
y ella no escucharle afecta, Y mientras tanto la brisa,
y así sigue en línea recta que deshonesta soplaba ,
su camino. El pobre brama los faldones levantaba
De eólera y frenesí, sin piedad de su camisa.
y redoblahdo"la'vóz w ! La vieja, que no era tonta y
dice: — ¡ no seáis atroz , apremióle sin cesar,
muger! ¿qué exigís de m í ? y tuvo el triste que dar
La vieja entonces se para, una contestación pronta.
y se ostenta menos terca ¿En tan triste situación,,
qué hacer pudo el infeliz,
cuando de pié^á nariz
era todo un sabañón,
Y mientras tanto la brisa
que deshonesta soplaba,
los faldones levantaba
sin piedad de su camisa?
Transigió, cedió, dio el sí
á aquella vieja infernal,
y hacia el tálamo nupcial
•ion elUa fue, BaldoYÍ. ...
De enlaces mas de un millón .
yo he visto por interés ,
y hasta he,visto dos ó tres
por amor ó vocación.
Que en el mundo maldecido
se da el hombre á la muger
á veces.para comer
y otras para ser comido.
Casamientos por venganzas
muy á menudo se ven,
luego ai infeliz se acerca por compromisos también , '
y le contempla la cara. pirque amor no quiere chanzas, ;
Pero nunca, amigo mío, para el arriero tuerto Juan de Prado:
á no saberlo, creyera Pero él no desalienta,
que en este mundo se hiciera antes, por buena cuenta,
un casamiento por frío. camina á la taberna'; ;
Y pues con hechos, Bernat, y con súplica tierna
lo que es el frió he probado, conjura al tabernero
pues por él á un hombre honrado áque le venda, por cualquier dinero,
ves perder la libertad , un cuartillo siquiera.
Evita tú sus desastres para de esta manera .• ,.
si en algo estimas tu piel, reconciliar.ensueño:
que para librarnos de él, el tabernero puesto en éste empeño ,
buena ropa hacen los sastres. como era un hombre avaro,
Antes ruedes por barrancos, le ponderó que el vino estaba caro
que un frió sufras sutil y añadió... vale hermano,
con casaquilla de dril cada cuartillo, un ojo de cristiano:
y pantaloncitos blancos. muy hien está, le dijo el andaluz,
Que eres necio y casquivano , eche usted un cuartillo y adiós luz.
ó has de saber que es mejor J. M.
ir de invierno con calor,
que con frió de verano.
EPIGRAMAS.
A.'RlBOT Y FONTSERÉ.

A un andaluz y á un gallego
EL COMPROMISO DE UN TUERTO.
una anguila regalaron,
y armando camorra luego
Yo conocí al arriero Juan de Prado, sobre si es de Juan ó Diego,
sevillano salado, ácruz ó pila la echaron.
y téngase por cierto Pidió cruz el andaluz ,
que también era tuerto; y ganó contra la pila;
y si usted no lo toma por enojo, y dijo el otro avestruz : 5
como era tuerto le faltaba un ojo, Buenu, llévese la cruz,
aunque yo no me acuerdo, mas yo me Uevu la anguila (1).
si el derecho ó el izquierdo; MIGUEL AGUSTÍN PRÍNCIPE,
ello es que le faltaba ,
y que por esto tuerto se llamaba. Una modista á Calisto,
Pues, señor, este tuerto se bebia (chato que vale por dos)
tres azumbres de vino cada día: le dijo: i válgame Cristo,
con que ya está apurado que chato lo hizo á usted Dios!
que debería ser aficionado. Y el contestó á la modista :
Señal es cierta de que le gustaba oiga usted', no hay que mofarse;
«uando tanto empinaba. las faltas deben callarse
Un dia caminando cuando no están á la vista.
llegó ya tarde á la posada, cuando JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS.
la taberna cerrada
no despachaba nada, A Isabel la literata
porque la policía que prefirió á un ganapán,
en tales horas se lo prohibía.
E-l lance era apretado (1) Y se la comió, dice la anécdota.
533
mas de once sabios están ¿Y quién había de decir que don Abundio h u -
motejándola de ingrata» biera sido un hombre tan cruel como manifestó
Y ella dice: «¡ay tal porfía! en su confesión? El confesor quedó admirado y
para lo que yo le quiero nosotros lo estamos todavía. Y nuestros lecto-
tiene el mozo á quien prefiero res se admirarán también cuando sepan la confe-
muy buena filosofía.» sión.
El padre cura le animó mucho diciendo: con
Si has visto á impulsos del viento paciencia se gana el cielo , hijo mió, no hay que
dar vueltas una 'eleta, . desesperar; cien años de pecador y dos minutos
su inconstante movimiento de arrepentido.
no te trajo al pensamiento Y es que el cura ignoraba la edad de don Al un-
el amor de una coqueta? dio, que si no, ya le hubiera exigido algunos
meses de arrepentimiento.
Al escuchar cómo aullaba Don Abundio hizo su per signum crucis de ini-
el perro de su vecino ,'••,: micissuis, y empezó de esta manera:
dijo un barbero asesino —¡Padre cura! ¡perdón ! soy un asesino, soy
que á un pobre martirizaba: un hombre inhumano!
«¡Diablo! si estarán matando — ¡Cómo! ¿un asesino?
á ese infeliz animal?» — Uu asesino feroz que he matado todo cuanto
y el otro dijo: «no t a l , • . se me ha puesto delante.
es,que le están afeitando.» Y el cura por si acaso dio un paso atrás. L u e -
GERÓNIMO MOÍJAN.
go continuó:
—Vamos, que todo lo perdona Dios; di los
mandamientos. • •'
— Esescusado, padre cura; yo no he pecado
ENFERMEDAD DE D. ABUNDIO (l). en el primero, ni en el segundo, ni en el tercero,
ni en el cuarto y "muy pocas veces en el -sesto:
¡Qué cosa tm terrible es asistir á un sano nunca en el sétimo, ni en el octavo, ni en el n o -
cuando está enfermo! ¡Qué sustos y qué fatigas veno, ni en todoslos restantes como no sea en
se pasan mientras la enfermedad no declina ! No el quinto. He manchado mis manos y regado el
gana uno para médicos, sanguijuelas y zapatos, suelo infinitas veces con la sangre de muchos i n -
sin contar lo que consumé la botica, que es un felices, y esto no sé si Dios me lo perdonará.
renglón regular. Don Abundio lleva gastado des- — Cien años de pecador y dos minutos de arre-
de que cayó én cama lo siguiente: pentido ¡hijo! .
500 cantáridas, — Yo necesito un año de arrepentido por mis
499 sinapismos, años y por mis crímenes, padre.
dos arrobas de hojas de sen,_ Y el padre dio una gran carcajada y le echó la
cuatro tinajas de jarabe, absolución, cuando supo que las innumerables y
id. de cocimientos antisécticos, ponderadas muertes de don Abundio , habían s i -
25 libras de sublimado corrosivo do de pollos, pavos, gallinas, liebres y cochini-
y una arroba de solimán. llos. El enfermo diespues de descargar su con-
Total, una botica tan grande como la del Hos- ciencia, quedó mas sosegado, y creemos que se
pital. restablecerá completamente en cuanto se le eche
Y sin embargo, ayer Hubo necesidad de confe- un remiendo en el corazón y unos intestinos
sarle y después hizo testamento. ¡Qué cosa tan nuevos.
atroz es asistir á un enfefmo cuando está sano!

(1) Estofado.
534
EL ABANDERADO DE LOS GORDOS [Infeliz! ¡mejor le fuera
al coronel de su regimiento no haber al mundo nacide!
porque solo de un bufido
D. ANTONIO RIBOT Y FONTSERE. de un barrigudo adalid,
no ha de quedar en Madrid .
Mi estimado coronel: ni tampoco fuera de él,
Con el acento mas fiel, ningún galgo, ni lebrel ,
con que debe un subalterno bacalao, ni sardina,
tocar el pito ú el cuerno , culebra, ni culebrina,
cuando á un gefe se confía, ni rocinante <> rocin ,
dóile las gracias á usía ni arquito de violin ,
por la distinción honrosa ni vívora ó lagartija ,
que á mi pobre panza endosa. mango de escoba, clavija,
Y con el mas fiel acento, araña, anguila ni rana,
con que basta el cabo ú sargento , ni una cara de terciana ,
que en la música es perito, ni un ambulante esqueleto,
toca el cuerno ú toca el pito, ni mas no hallo ya epíteto
las gracias le vuelvo á dar que usar en lugar de tacos
por la merced singular,
para ese enjambre de flacos,
que hoy por su conduelo alcanza
que no quiero, par ni migas
mi insignificante panza.
con las redondas barrigas,
Verdad es que no soy digno
que de su poder en muestra
de enarbolar ese signo,
dio el cieto é la gente nuestra.
que, aun colgando de una caña,
Nada importa que un perjure»
debe dar mas gloria á España ,
con labio traidor é impuro
á la Europa y á otras partes,
moteje hoy nuestros toneles,
que todos los estandartes
y cubierto con las pieles
llenos de ciatas y ñecos
del débil bando contraria,
que hoy marchan sobre Marruecos;
nos venga desde este osario
pero aunque digno no sea
haciendo la oposición,
de ceñirme la correa,
porque... mas, lengua, ¡chiton I
ni la reluciente banda
que al cabo, á la postre y fin.,,
que mi destino demanda;
cuando la patria peligra , el tendrá su &an Martin.
hasta la modestia emigra Venid , pues, queridos gordos ;
de un pecho que, en otro caso r y haciendo, cual yo, los sordos,
ni aun fuera>„. soldado raso. é sino haciéndooslos suecos
al ladrar de los Can-secos,
Acepto p u e s , señor gefe, Urrabict*sy Zorrillas,
y ¡ayl d«l pobre mequetrefe, de los Yiilergas, Bonillas,
que al oír nuestra trompeta y toda esa zarandaja,
no se rinda y se someta que tiene el rabo de paja ,
á la ley del gordo sable ! decid conmigo en complot:— .':
¡Ay del flaco miserable, [Viva el coronel Ribot 111
que, escudado con sus huesos, ¡ Vivan los buenos jamones,
haga la guerra á los gruesos. las morcillas, salchichones,
y enristre su débil lanza el pan, la carnea el tocino !!
contra la preñada panza i Muera el agua , y viva el vino !1
de quien siga mi bandera 5
I E L SuE€k»
535
MI VIAJÉ A LA ALGARKIA. •Despierta ya, Sab añona,
y asómate á esa ventana;
que con tu ausencia me pican
Uñad* las manías mas comunes en esta d i - los sabañones del alma;
chosa época'de escritores, fósforos y motines,
es el escriibir de viajes, sin que muchos de los Siguieron a" está copla otras" por el mismo es-
que así escriben hayan pasado de las tapias del tilo, y á poco rato la requerida doncella, abrien-
Buen-Retiro ó del paseo deSan yicente. do la ventana, arrojó una gran torta con mante-
Publicó nuestTO amigo fray Gerundio una cu- ca y como medió celemín de avellanas que el cor-
riosísima obra de viajes, é inmediatamente ««li- respondido galán recibió con cuidado en la man-
dié la moda de tales escritos; y literato de nue- ta que llevaba, distribuyéndolas entre los cir-
vo cuño conozco yo que está concluyendo el ses- cunstantes ; y dando en seguida las buenas n o -
to tomo, •de grueso volumen, de una obré de e s - | ches á la a l t a m í a Dulcinea, se retiró esta de la
te género, en que describe un viaje que veri- ventana, y ia alegre-' comparsa se marchó, como
ficó á Carabanchel de Abajo, donde permaneció suele decirse, con la música á otra parte.
un día, dando al anochecer la vuelta á la capi- Hay entre aquellas gentes una costumbre s o -
t a l , de donde había salido por la mañana fea un bre serenatas bastante rara, y que se Observa'
caballo de alquiler. con mos rigor que la constitución que nos rige
Así es, que nada hay mas frecuente hoy día' en España; eslo e s , que está escrita para todos :
•que elleer eti las esquinas anuncios de semejan- los espaáoles aunque muchos, desde los minis-
tes obras^ ó el tropezar á cada paso en los pe- tros hasta los mas insignificantes esbirros, no
riódicos cotí arlíc«los d« viajes que, según las han querido en ningún tiempo ser regidos por
costumbres descritas en ellos, los cree el lector ella, que algo tiene también de rara como la
hechos por la Mesopotamia, mas bien que por costumbre que trato de esplicar : desde tiempo
cualquiera de las previaeias de España. inmemorial está prohibido (no por la justicia del
Por no ser, pues, menos que los indicados pueblo, sino por los garrotes de los mozos) á
viajeras, voy á describir algunas de las que ob- cualquiera moza!vete que no cuente catorce i n -
servé en un pueble-eillo de la Alcarria, de cayó viernosj pues no siempre han de ser primaveras,
nombre ni quiero ni debo acordarme. el dar músicas por la noche á otras jóvenes que
La noche que llegamos á él otros tres compa - como ellos empiezan ya á piñonear, voz tomada ¡
ñeros y yoj fuimos convidados por un robusto del diccionario de los andaluces. Cumplida la
mozo, gran tocador de guitarra , á acompañará edad, los que tratan de obtener la facultad dé
diez ó doce de aquellos rústicos galanteadores rondar, entregan tres pesetas al presidente del,
en las músicas y serenatas con que trataban de dicho tribunal gárrotescü, que se gastan por la
obsequiar á otra porción de m azuelas no menos noche en aguardiente, en celebridad del ingreso :
rústicas que ellos. Reunida la comitiva en la dé! jóvcñeri ergrémk) de Jos rondadores; siendo
Plaza, y armados todos los mancebos de gruesí- castigados»® apeiaeios» el que se atreve á usar
simos garrotes, seguimos por uña estrecha y os- de esta facultad sin los requisitos indicados. Una
cura callcj»ela fiasta la mitad de ella, donde ha- escena de esta especie presenciamos aquella n o -
bitaba la hija del tío Sabañón, dama del capa- che al dejar ee paz á la hija del tío Sabañón, cu-
taz de aquella gente : desp«és de un cuarto de ya torta y avellanas les sirvieron de aliciente p a -
hora ocupado'ea templar los instrumentos, con ra «parar los sendas vasos de aguardiente, pro-
voz un tanto aguarden tosa, entonó uno de ellos
ducto de las tres pesetas, y que el nuevo ronda-
ét compás é& un desafinado violi'n y de das me-
dor sirvió á las demás sin probarlo él, por ser
nos afinadas guitarras, la siguiente canción que
este el ceremonial, recibiendo de todas partes
«nzapatero poetastrodesaquella tierra, compa*
enfaora baenas por pertenecer ya á tan escogida
so apróposito para lá función de aquella noche:
é independiente clase. Concluido este simulacro
décia así': .
de consagración, siguieron todos calle abajo,,
536
acompañando los mas de ellos aquella desento- bailaban en la cárcel á disposición,; del juez de
nada orquesta con estupendos y atronadores r e - primera instancia que habia empezado e» este
buznos, con los que anuncian su llegada á las asunto por la prisión de los agresores, y deres^
amarteladas alcarreñas que al dia siguiente, pa- cribano, que habia empezado por su parte pojiel
va manifestarles el desvelo que pasan por ellos, embargo de sus bienes con la santa y caritatiy,!;
les dan noticia de las veces que les han oido r e - idea de asegurar las venideras costas; único ob
buznar, á la manera que las damas de otros geto y fin de la justicia entre esta clase de a w .
tiempos contaban los suspiros que al compás de de rapiña que Bufón no se acordó de describir,^,
su laúd exhalaban los tiernos trovadores entre las Haciendo reflexiones nos encontrábamos ¡SQ-
amorosas y dulcísimas endechas que al pié de bre la anterior ocurrencia , cuando el tio Mediah
sus rejas entonaban; siendo lo mas particular capa, en cuya casa nos hospedábamos, exigtódg)
entre estas damas de la Alcarria, que se engrían mí le acompañase de hombre bueno á un juicio^
y muestren orgullo de que sus adoradores imiten de conciliación que iba á celebrar con el tio Tf¿~
con perfección en sus rebuznos al pacífico ani- gomia, actual cobrador de contribuciones: no,
mal de quien son propios; y verdaderamente no pude menos de acompañarle, de lo cual me.ak{«
deja de tener mérito esta habilidad de rebuznar; gré después por la siguiente chistosa escena qug,
única circunstancia qoe falta á muchos que co- tuve ocasión de presenciar. ¡¿^
nozco yo, para asemejarse enteramente al cua- Sentado el alcalde sobre una mugrienta silta^
drúpedo en cuestión. y teniendo delante un antiquísimo arcon que,*®*.
No habíamos aun andado veinte pasos, cuando cía las veces de mesa, al entrar nosotros, dijo
uno de los directores de la fiesta insinuó que se con vos de autoridad , y sosteniendo la barba con
debia preferir en la serénala á la sobrina de la la mano izquierda. —Se va á escomenzar el j'ui-r-
Conejera, su adorada prenda; y así era preciso cio ; el lio Mediacapa diga pues lo que le dé la
se dirigiese la comitiva á su casa con preferen- gana sobre el particular.— Entonces mi cliente^!
cia á las demás; pero á esta petición le sucedió lo metida la mano derecha en el pecho y la izquier^
que sucede en el Congreso con la mayor parte da en el bolsillo del calzón corto que usaba, t se
de las que se presentan , pues encontró una opo- esplicó de este modo: —Bien sabe su mercé lft
sición decidida por parte de algunos de sus com- atrasado que me encuentro y la,miseria en que¡
pañeros que reclamaban para sus respectivas viven mi muger y los nueve hijos que Dios se B»Í
prógimas un privilegio igual; alegando uno de servido darme y que creo llegarán muy pronto á
ellos en abono de su demanda, haber gastado diez según he sabido esta mañana. Pues ha ,dej
aquella noche diez cuartos para encordar una de saber su mercé que el tio Vigornia, que e.sfc$
las guitarras, pür lo que reclamaba la preferen- presente, me buscó hace medio año para q«$
cia de la música á favor de su novia, la nieta del condujese á Madrid á un comandante con su mur»
tio Lechuza; y entre si habia de ser la privile- ger y dos cadetes, diciéndome que él me pagaft
giada la Conejera ó la Lechuza, pasaron de las ría el importe de los bagages de los fondostíh?
insinuaciones á las amenazas, de las amenazas propios del Ayuntamiento que, con perdón .^«t
á los insultos, de los insultos á los bofetones, de dicho, por loque.voy viendo, solo son propias,
los bofetones a los garrotazos; y divididos los del tio Vigornia. Y así, señor alcalde, quie,$»,
mozos en dos partidos, menudeaban los golpes que su mercé le mande satisfacerme esa cantifrj
de tal manera, que mis amigos y yo por pruden- dad, que ya podia haberlo hecho con lo que $$¡
cia (a) miedo, nos retiramos con paso un tanto está gastando con la muger del Chato que segp'nj
apresurado huyendo de aquel encarnizado com- malas lenguas... —Señor alcalde, i n t e r r u m p i ó ^
bate entre lechuzos y conejos. A la mañana s i - tio Vigornia enseñando los puños, no permiiaj
guiente supimos que de la nocturna batalla ha- su mercé que me insulten; porque si no se aje
bían salido dos cabezas abiertas y cuatro brazos alministra justicia, yo me la tomaré por nr^ifs
rotos, amen de algunas contusiones en las es- manos; dejemos en paz al Chato y á su muger,,
paldas, y que los que habian quedado sanos se porque si n o , yo también diré lo que el tio Me*
537
diacapa está haciendo con la hija del tio Besu- ñera á causa de que una vez en semana santa
guillo; dando que reír al diablo todos los dias, y época en que el pueblo sube á rezar, un mozo
escandalizando á todo el pueblo.—Basta ya dijo indignado de que Judas hubiese vendido á Jesu-
el alcalde, de esos asuntos tan puercos, y varaos cristo, le pegó un garrotazo, en su cristiana
al que nos está ocupando; siga usted tio Vígor- exaltación, y le echó las narices al suelo; cos-
nia.—Ya no tengo nada que decir. —Y usted tie- tumbre que se repite todos los años, siendo un
ne que decir algo mas'—Solo que su mercé de-, triunfo entre los mozos el derribárselas prime-
samine bien ese documento que me ha escrito ro, habiendo sucedido algunas veces grandes r i -
hoy mismo el sacristán, y en él verá el compro- ñas entre ellos por atribuirse lai 'preferencia en
bante de mi pretinsion. —Leyó el alcalde el do- tan santa mutilación, que dura todo el tiempo
cumento presentado por el tio Mediacapa, que de la cuaresma; pues pasado este, le pegan al
yo copio del original, y no quiero defraudar de apaleado Judas unas nuevas narices de yeso , que
él á mis lectores. han de ser despegadas en el año venidero á im-
Decía así: —Nota que yo Martin Moreno (a) pulsos de un nuevo garrotazo,
Mediacapa presento al señor alcalde de la canti- Algunas otras Costumbres particulares y raras
dad que me debe el tio Vigomia por haber lle- podia relatar en este artículo ; pero ha salido ya
vado á la córtelos bagagessiguientes: demasiado largo , y bueno será dejar tela corta-
da para otro dia,
l." Un comandante; —un macho. . . 20 rs. Jt'AÑ Rico V ABÍAT.
2." su muger; —una borrica 14
3." dos cadetes;—dos pollinos. . . . 30
Total de bestias: — cuatro. Importan. . 64 rs.
Martin Moreno.
LA FRIOLERA.

Según la redacción del anterior documento, Entre marido y muger


copiado á la letra del uriginal, no se puede saber peloteras suele haber;
si el total de la cuenta se referia al comandante hablo de las peloteras.
y su familia, ó á las bestias que los trasportaron que por ciertas frioleras
á la capital. que suelen irse enredando,
El alcalde, oida la evasiva contestación del co- sin saber cómo ni cuando;
brador de las contribuciones, mandó.que este llegan á formalizarse.
pagase inmediatamente la suma adeudada, amen y vienen á rematarse,
de doceíuartos al alguacil que lo citó, y tres abreviando de razones,
reales á s u merced por los derechos que, según á palos y pescozones.
su legislación particular, le competían. Pues este, señores, era
Al dia siguiente nos llevaron á visitar los p a - un marido calavera
sos, que son una porción de magníficas estatuas con un genio del demonio
de piedra que representan la pasión dé Jesucris- de modo que el matrimonio
t o , existentes en un oscuro subterráneo de una siempre estaba perturbado.
capilla estramuros del pueblo, y fabricadas por La madre de la muger,
los cristianos refugiados en aquel sitio cuando como se puede creer,
los moros dominaban aquella población, según era suegra del marido,
nos esplicó, refiriendo algunos milagros, el Ci- y ya se habré conocido
cerone que nos guiaba. que entre ellos no reinaría
Preguntando uuo de mis Compañeros por qué una perfecta armonía.
una bella estatua de Judas tenia las narices de (Lo que es suegra en una casa
yeso siendo lo demás de piedra, nos contó que quien lo sabe, es quien lo pasa.)
de tiempo inmemorial se encontraba de esa ma- Esla suegra remilgada
68
metía su cucharada, En cuanto le divisaron,
con razón ó sin razón , al instante preguntaron,
en cualquiera desazón; ( son los vecinos, señores,
pues queria la señora simpre muy preguntadores)
ser la pacificadora, ¿Qué es lo que habia pasado?
con una charla prolija porque estaban en cuidado.
siempre a favor de la hija, Respondióles el marido
con un humor del infierno con un sosiego fingido...
siempre en contra de su yerno. cualquiera se pensará
Un dia de sobre-mesa que una gran cosa será ,
(vamos á io que interesa) «y yo apostaría que era
no sé por qué cierta cosa tan solo una friolera.
se armó una riña furiosa. No hay miedo deque me aflija!
El las dijo que callaran cosas son de madre é bija.
y que no le alborotaran ; J. M.
ellas encolerizadas,
cada vez mas endiabladas
querían desgaznatarlo, EPIGRAMA.
desgreñarlo, acogotarlo
tanto, que el dicho marido-
sofocado y aburrido -
al cabo se levantó,
y ¿qué hizo? fué y agarró
un garrote que allí habia,
y ¡ cómo me las poudria!
no lo quisiera decir,
pues se deja discurrir.
Ellas entonces gritaban,
y gemían y lloraban,
maidigeron, renegaron.
eselamando, sollozando,
pateando y blasfemando
de manera, que se oía .
el ruido y la gritería,
si vale decir verdad,
en toda la vecindad.
El marido sosegado,
despnes de haber descargada
(porque eso tenia de bueno,
que se quedaba sereno
y la ira le pasaba Dijo un tuerto á un jorobado,
en cuanto se desahogaba) á quien vio al romper el alba:
se puso pues al balcón, Muy pronto, amiguito mió,
cabalmente en la ocasión camina usted con la carga.
que estaba lleno de gente Temprano debe de ser,
el otro balcón de enfrente, respondió el otro con calma ,
la cual habria salido cuando tiene usted abierta
sin duda a escuchar el ruido. solamente una ventana.
GERÓNIMO
539
VERDADES DlPLOMÁTICO-POTÍTICAS Á Fuera de sazón los campos.
GUISA DE EPIGRAMAS. y á deshora de sus nidos
hacéis levantar los pájaros.
Un inocente labriego, Vos, asida del cabello,
tan cerril como su potro, sin compasión á s u llanto,
decíale ayer á otro : á-cada instante á la aurora
« Eso de patria que e s , Diego ?» arrastráis de su palacio,
y ni deja miel segura
Y siguiendo su camino
en el panal vuestro labio,
contestó el interpelado:
ni brisilla sosegada,
«No sé, mas tengo observado
ni libre arroyuelo manso.
que huele un poco á... destino. »
Y loque mas impacienta,
ingeniosísimo bardo,
Haciéndose la ignorante
es que , cuando estamos todos
preguntó Doña Merced
con vuestra musa trinando ,
de su casa á un tertuliante:
sobre la blanca verbena
«¿de qué partido es usted ?»
muellemente recostado
¥ el bueno de don Pascual
tan complacido y risueño
k» respondió sin demora ;
vos dispongáis coronaros.
«¿no lo sabe usted, señora ?
¿A dónde vais por el mirto?
yo siempre... del actual.»
¿De dónde arrancáis el lauro?
¿Y qué lográis con poneros
Con sombrero blanco y saco,
en la frente esos enjalmos?
barba, bigote y perilla ,
Un mancebo como un roble
mas liberal que Padilla
no os causa grima pasaros
se ostenta el insigne Paco. unas tras otras las horas
Y anteanoche en cierto baile entre losjuacos holgando"?
un chivato de otro aprisco, ¿No tenéis en vuestra tierra
miróle y dijo: «Francisco... otro mas útil cuidado
el hábito no hace al fraile.» que atisba? k rubia aurora
El sueco BALDOVÍ. y espantarlos tiernos pájaros?...
Amigo, trocad de vida;
de cantinelas dejaos,
GALAS POSTIZAS. sacudid el cuerpo inerme,
y haced valer vuestros brazos!

Pulidísimo poeta, CAROLINA CORONADO.


que siempre os andáis buscando
cefirillosen diciembre
y florecillas en marzo;
ved que es malogrado tiempo
MI RETRATO.
el que gastáis en cantarnos
esas romanzas melosas ¿Hay cosa mas singular
que á vos embelesan tanto. ni mas atroz desventura
Porque ninguno os escucha , que querer un hombre hablar
ni posible es escucharos, y ni aun pjder esplicar
ni debe (salvo los sordos) lo que atañe á su figura?
nadie escuchar vuestro canto. I Voto á Cribas! que es muy raro
Vos engalanáis de yerba loque por mí pasa hoy.
pero yo en nada reparo • Y aunque digan que es torpeza^
ni en obstáculos me paro , ' me describiré al revés,
pecho al agua y allá voy. principiando en la cabeza
Pues señor, yo soy un hombre y concluyendo en los pies,
(y en esto no me equivoco) que así tengo mas franqueza.
por supuesto lengo un nombre, Mi cabeza es de Medusa ,
y aunque el nombre importa poco, sin culebras, eso no ;
tal vez alguno se asombre. tengo por pelo pelusa
No quiero decir por esto y aunque mi frente es confusa,
que no sea muy bonito, mas fea nunca se vio.
eso lo doy por supuesto, Dos anchas y lindas cejas
que entre todos Panfilito dan espresion á mi busto,
ha ocupudo el mejor puesto. pues me tapan las orejas,
Fué invención de mi madrina y en ellas pueden á gusto
que era Panfila también , labrar su miel lasavejas.
y por seguir la doctrina Ha dado en decir la gente.,
yo disfruto de este bien que están en pugna constante
que mil dichas me origina. mis ojos, y es evidente,
La primera, y la mas mala, pues uno mira á Poniente
es, que si hago una visita, y el otro mira á Levante.
MI cuanto piso en la sala . Ahora sigue lo mejor,
me dice la señorita y lo que en mí mas resalta^ -
con la candidez de Átala: lo que me hace algún favor,
«Felices, señor Don... qué ? en loque nadie halló falla,
« ¡ A h í . . . ya caigo, Panfilito. lo que me da en fin honor;
f<Es tan bello, ya se ve... Una nariz, qué mal dige
«con un nombre tan bonito, un cañón de chimenea
«muy ufano estará usté.» es la nariz que me aflige,
Y sigue á este galanteo pues como aquel se menea,
una risa qne da gozo; cuando un aire fuerte rige.
y entonces es cuando veo, Es mi boca... singular,
que no he nacido buen mozo, pues, sin ser ponderación,
!
y que es subido mi feo. en ella pudiera entrar
Porque si fuera bonito, ' dcfrente un guardacantón,
poco importara en verdad y aun la podría cerrar.
el llamarme Panfilito: Mi pecho figura un pozo
mas Dios tuvo ia bondad ó una puerta de una alcoba,
de que naciera feito. perdiéndose sin rebozo
¥ mi madrina impaciente, en una inmensa joroba
para completar su hechura , de mi espalda: ¿soy buen mozo ?
me puso muy diligente Mis brazos son, no pondero ,
relativo á mi figura largos, como la ambición
el nombre correspondiente. de ministro ó usurero,
Voy á esplicarte, lector, y gordos en conclusión
la forma de mis facciones, como cañas de gilguero.
y te pido por favor Pero mi tripa es famosa,
que de tantas perfecciones no tiene comparación
me digas cuál es mejor. su magnitud asombrosa,
541
y aun en la mar caudalosa Pero está tan debilitado, que hoy ha sufrido
sirviera de embarcación. un ataque violento en un zancajo , que le ha de-
Dejo aquí enumeraciones jado mortal. La medida mas urgente pareció a
por no cansarte, lector, los médicos darle la Unción. Esta no le aliviará
mas te pido por favor el cuerpo , pero le servirá para la salud del al-
que de tantas perfecciones ma, y al cabo es un consuelo. Recibió don A bun-
me digas cuát es mejor. dio la Unción con mas valor que un toro , y dice
RAMÓN GARCÍA LUSA. que no estará contento hasta que se la den olía
vez; después vino el prensista de L A RISA , y le
empezó á ayudar á bien morir. Tal es la'isitua-
ción en que le dejamos á última hora; pero no
ENFERMEDAD DE D. ABUNDIO.
por eso desesperamos de su restablecimiento
porque como se suele decir, mientras hay yula
üigimos últimamente que don Abundio esta- hay esperanza.
ba bastante apurado, y con harto sentimiento Esta noche se queda á asistir al enfermo, don
tenemos que anunciar hoy, que á pesar de las Antonio Ribot y Fontseré.
pildoras y otras cosas que le probaban muy
bien, continúa presentando síntomas alarman-
tes.
El miércoles hubo junta de facultativos, don-
AD. ANTONIO RIBOT Y FONTSERÉ,
de se reunieron los médicos siguientes : Ayguals,
Ribot, Principe, Hartzenhusch y Villergas. B a l - SUECA 15 DE AGOSTG.
doví presidia la sesión desde el reino de Valen-
Melioris est andaré per invernwn
cia, que á pesar de estar bastante lejos, como in camisola, et cum tafanario descubertu,
es sordo, oia perfectamente los discursos de sus quod vestiré corpus de pañolo pardisco
in tempore caloris insufribilis.
camaradas. Pero nada se ha adelantado que m e - GRAMAT. PAPJ;.
rezca la pena, y lo mas terrible es que don A b u n -
dio se va á varas. Triste cosa es en verdad
Ya hemos dicho que se confesó, pero hoy aña- el que vengan á las manos
diremos que toma comunión como buen cristia- dos redondos ciudadanos
no, habiéndose zampado la rueda de un molino como Bibot y Bernat.
como quien traga una pastilla. ¡Quién había de Y esto es mas sensible cuando
decir á don Abundio que le hiciéramos comulgar la guerra civil estalla,
con ruedas de molino! y va á darse la batalla
El pobre viejo está abatido. Solo el cuidado con entre el flaco y gordo bando.
que se le trata le va sosteniendo, porque los ali- Pues que si el ejemplo cunde,
mentos no son cosa mayor para un hombre de su y la discordia se aumenta ,
humanidad. Por la mañana se desayuna con un preciso es tener en cuenta
cántaro de leche caliente, después se le dan que la pobre patria se hunde.
unas magras y como media pierna de ternera , y Mas ya que lo quiere así
con esto y una arroba de vino, ya no tiene ganas el buen Ribot Fontseré ,
hasta la hora de comer. Su puchero de enfermo no volverá atrás el pié
consiste en un celemín de garbanzos, cuatro ga- el mal Bernat Baldoví.
llinas, dos pavos, diez libras de vaca, un carne- Que al fin, al cabo y en s u m a ,
ro con cuernos y todo, y chorizo, tocino, mor- en aqueste desafío,
cilla y relleno á proporción. Con esto pasa la tar- aunque haya calor y frió ,
de bastante bien sin desmayarse hasta la hora de no hay mas armas que la pluma.
cenar. Y un rasguño (á mi entender)
542
de instrumento de tal guisa, para el publico, que escucha,
todo el mal que puede hacer darle el fin de nuestra lucha
es... ensuciar la camisa. con la misma sinfonía,
En facha pues, que ya embisto, Ademas, que es disparate,
salgan fuera ambas barrigas, cuando sobran argumentos,.
pero antes... bueno es que digas— presentarse en un combate
«Señor mió Jesucristo.» armado solo de... cuentos.
Y no tardes á empezar, Ni se alcanza de esta suerte
que mi plumífero acero de la victoria la palma,
no ba de dejarte llegar sino con tiros de muerte
al «Dios y hombre verdadero.» que traspasen cuerpo y alma.
Mas... entremos en materia Ven acá, panza redonda,
sin pintura, ni amenazas, coronel del bando gordo,
ya que el lance tiene trazas y habla recio aun hombre sordo.,
de cosa formal y seria. . si quieres que él te responda.
Allá voy, pues desde luego, Deliras y disparatas,
antes que el campo nos cierren; , acércate mas, y díme—
preparen... apunten... fuego... ¿no te achicharra, y te oprime,
y el que caiga... que lo entierren. la moda que ensalzar tratas?
¿Con que es necio y casquivano ¿Dónde hallarías remedio
quien prefiere, haciendo frió, en esta estación del año
ropa fresca de verano si el trage de un hermitaño
á la de invierno en estío? pusiese á tu panza asedio?
Pues entonces yo lo soy, ¡Infeliz! no consideras
y nuestra lucha ca-inienzo que contra el calor, que hoy hace,
á la voz de—¡viva el lienzo ! ningún recurso tuvieras!
y i muera el paño de Alcoy! sino el... ¡requie$cat in paeej¡! (1)
Yo soy Ribot, quien prefiero Por el contrario la escareha,,; :
(y lo hago como lo digo),, el hielo, el frío, los vientos
la desnudez en enero ,. se curan sohre la marcha ,
al agosto con abrigo. con varios medicamentos.
Yo soy el que sin recelos ¿Qué importa ir entre aguaceros
de que absurdo alguno siembre, vestido de tafetán,
me estimo mas por los hielos y aun, si quieres, ir en cueros
ir en camisa en diciembre, como nuestro padre Adán,
Que el ver sobre mi peculio Cuando las aguas y nieves
la brusca y pesada albarda significan un pepino,
de toda una capa parda con tal que á la espalda lleves
en los calores de julio. la bola llena de vino ?
Yo, Ribot, yo soy, repito, ¿Qué vale el recio aquilón
quien al mundo entero ofrezco con que en vencerme te empeñas,
hacer ver que el vivir fresco tras dos lonjas de jamón
vale mas que el morir frito. y un vaso de Valdepeñas?
Y no creas que en tal caso Nadie su molestia siente ,
me haga falta otra conseja, ni en España, ni en el Norte,/
cual la del hombre y la vieja como lleve el pasaporte
con que te sales del paso. — , _—,_^r—r__—J...,Í;,.H&'

No, amigo, que esto seria (i) Amen.


543
bien mojado de aguardiente. EL ESTUDIANTE D. PEDRO
Que el burlarse uno del frió
con sus lluvias y sus truenos,
todo es obra, amigo mió,
de dos tragos mas ó menos.
Y á falta del vaso ó bota Cuidado no se dispare.
y de otras varias razones,
PARTE PRIMERA.
hay corridas, apretones,
baile, y... juego de pelota. Hay lances de amor menguados
Pero el calor... ¡ Dios eterno! que en su peregrino curso,
/ Dominus Deus Subaóth •'! sus matices y contrastes,
I calor con trage de invierno!! sus pretensiones y gustos,
1 y quien lo pide es R i b o t ! ! ! ! ! ! por lo muy estravagantes,
por lo necios y difusos,
¿Qué gordo defender pudo, por lo tiernos y sensibles,
a no encontrarse hecho un mosto, por lo pedantes y absurdos, .
la ley del saco y embudo , hicieran reir á las piedras
estando en el mes de agosto? y alegrarse á los difuntos.
jEspañoles! y esto veis, Escuchen, pues, mis lectores
cuando por vuestros pecados de un diálogo nocturno,
llega el calor á los grados que en cierto soirée brillante
¡ treinta y cinco ú treinta y seis !.' escuché con disimulo,
¡Maldición contraía musa las dos estupendas partes
de mi redondo adversario , que en estos versos apunto.
que tales blasfemias usa Era doña Celia bella,
sin respeto al... calendario! pero de muy necio orgullo,
y don Pedro muy galante,
¡ Maldición contra el talego
aunque original y adusto,
de catorce ó quince arrobas,
y asi fué que su coloquio,
que aconseja con sus trobas
después de varios dibujos ,
posponer el aire al fuego!
vino á tener estos trámites
¡ Maldición una y mil veces
entre tiernos y entre bruscos.
al poeta, que hoy arrogante ,
prefiere un horno ambulante
á la mansión de los peces! Doña Celia.
Y en fin... ¡maldición y horror
contra ese vate inhumano, Ya os lo he dicho, señor mió,
que asegura ser mejor — que fácil no corresponde
«ir de invierno con calor, á vuestro amor tierno y pió
que con frió, de verano.» la dama que en su albedrio
E L SUECO.
mayor altivez esconde;
y es ya muy necia porfía
y repugnante querella,
venir un dia y otro dia
lamentando vuestra estrella
y mi condición impía.
De mi clase aristocrática
es tan grave la exigencia ,
que la llama mas simpática,
544
si la cuna es enigmática, hasta tengo unos pastores
no halla en mí correspondencia. con una sartén de migas.
Y así, don Pedro, dejad, Tengo un oso de ancha quilla,:,,
sin que mi estilo os rebaje, que da envidia el contemplalle ,
tan ciega temeridad, de pulgas una cuadrilla
y ved que vuestro lenguagc y un gato sobre una hornilla
ofende mi dignidad. que no falta mas quemaíZe.
Tengo lanzas, tengo escudos,
Don Pedro. acémilas y broqueles ,
y entre unos peñascos rudos
Hasta ahora, señora mia, tres sarracenos desnudos,
no mehabeis llenado el gorro... asombro.de los pinceles:
ni yo imaginar podía • y un buque tengo de guerra
que tal concepto os debia, con tan magnífica popa
y de pensarlo me corro. que, al mirar como se aterra,
Ya sé que de los Machucas no digo yo á Inglaterra ,-
la sangre tenéis azul, enojos diera á la Europa.
con otras prendas muy cucas... Tengo un toro de Jarama
¿pero pensáis, por San Lucas, con los cuernos retorcidos,
que yo soy algún gandul? que escarba la tierra y b r a m a ,
Sabed, qne también blasones y es símbolo según fama
tengo yo de mis abuelos, de los altos apellidos.
y en vistosas divisiones Tengo un elefante, un mico,
colocados tres ratones, uu orgulloso león '
una zorra y dos mochuelos; de melenas anchas rico,
y que mis viejos cuarteles, un disforme tiburón
ademas de los ya dichos, y un gavilán con su pico.
y entre pintados laureles Y tengo en campo arenosa
contienen cuatro lebreles que mil encantos promete,
con otra porción de vichos; con un javalí cerdoso,
pudiendo mi estirpe alzada un caballo tan brioso
asegurar por mi fe que está tirando al ginete.
que allí en campaña dorada ¡ Ah! por nadie, Celia, trueca
tengo, señores, pintada
mi nobleza aquesta suma
toda el arca de Noé.
de los tres reinos... y hueca
No hay ¡ vive Dios ! animal
en el género de pluma
que no esté en mis armas puesto,
tiene ¡ó gozo! hasta una llueca,
y su profusión es tal
y en fin, para que de bajos
que hasta hay un asno cabal
hoy mis timbres no juzguéis, .
asaz de orejas enhiesto.
aunque en no limpios trabajos,
Cuento ademas tres banderas
en mis armas hallareis
sobre un castillo moruno,
mas de mil escarabajos.
dos águilas altaneras
y diez hermosas calderas
cual no las tiene ninguno. Doña Celia.
Tengo patos, tengo azores,
tengo camellos y hormigas, Qué decis? ¡o suerte insana !
y entre rústicos verdores ¡ escarabajos también 1
;Ay !... ¿alusión tan liviana
545
quién no graduará, quién,
de inmunda y de chavacana?
Perdonad: vuestra nobleza A MI AMIGO
no es cosa que rae seduce:
RAMÓN DE VALLADARES Y SAAYEDRA ,
¿quién ha de querer alteza
¡ ay Dios! que tal impureza con notas de este.
y tal muladar produce? I.
Dejemos, pues, este asunto ¿Que le escriba me has pedido? (1)
que al estómago quebranta, Y estando yo por mi mal,
y pasemos á otro punto. sumido en el Escorial
No quiero de gloria tanta cu escribirte he accedido.
que presentéis el trasunto. Y en verdad, caro Ramón,
Yo, Don Pedro, pergaminos que mil cosas te contara
quiero en el hombre á la par si la razón te sobrara ,
de ingenio y modales finos, mas te falta la razón.
y vuestros rasgos supinos ¿Qué exiges que aquí te cuente?...
no son para enamorar. j\ada pudiera decirte,
á no querer referirte
Quedó un momento don Pedro descripciones solamente.
entre corrido y confuso , Si te pintara , Ramón,
con la sonrisa en los labios del MONASTERIO bellezas,
aunque con el ceño adusto ; juzgaras que eran rarezas ,
entre galante picado pues tienes la descripción.
y entre socarrón astuto, Y por mucho que describa,
y haciendo alfinde repente fuera también gran trabajo
un movimiento convulso, pintar LA CASA DE ABAJO ,
como el que amoroso abriga pintar LA CASA DE ARRIBA.
todo el fuego del Vesubio, Yo describo las grandezas
dándose fuerte palmada del PALACIO de los reyes,
en la frente y con los puños, pues los que al pueblo dan leyes
boca y ojos á la par llevan del pueblo riquezas.
manejados á un impulso, ¡Son soberbios los jardines!...
tomando sobre su silla Las montañas deliciosas...
una postura de estudio, para mirar muchas cosas,
así déla tierna Celia y mirar buenos confines!...
a l a s palabras repuso... ¡ Oh ! gran cosa me callaba t
pero dejemos, lector, (En sus recuerdos me fundo)
para el venidero número del rey Felipe Segundo
lo que contestó don Pedro LA SILLA dó se sentaba.
y lo que después ¡ay! hubo, Esta silla pensarás
que es tarde... la luz se apaga , que es monumento de gloria ,
viéneme el sueño importuno, y según dice la historia,
es el cuento largo, y yo se reduce á esto no mas.
de escribir versos me aburro. Es un asiento formado
J. GUILLEN BUZARAN. en «na piedra elevada:
es una silla que en nada

I ( 1 ) Mentira! yo no he dicho nada.


69
546
te dejara allí admirado (1). que á todos llaman así,
Opinión la tienen todos, y loscilo solo aquí
mas nada puédela crítica con anuencia de Almodrote....
con respecto á la política, Mil sobrenombres citara,
pues piensan de varios modos. que á fé te hicieran reir,
Y nada hablo de opiniones, mas no los quiero escribir,
porque en los tiempos que varaos, porque otro pliego llenara...
¡míseros! si no callamos... Aquí hay seis reyes y un santo,
pues para hablar no hay razones. que salieron de una piedra...
Pero es fácil preveer ¡Que piedra, amigo Saavedr.1'
las opiniones mas fijas, ¡ Y sobró para otro tanto!....
porque estas siempre son hijas Si pudiéramos atarla
de aquel que dá de comer. ala LEY de nuestras leyes,
Aquí hay notabilidades, juro tuvieran los reyes
que es muy justo mencionar, por fuerza que respetarla.
y no quisiera nombrar Mas divago sin querer,
porque no haya hostilidades. y no pienso divagar,
Y en valdebusco las rayas, porque fuera molestar
cuando oigo, caro Ramón , al que esto quiera leer...
nombrar á Quico ó á Sisón, [2} ¡De esta verdad me harás cargos!
á fíondamas ó á Barbazas. Hay un ciego ¡ no te asombre !
Pues resultara en mi daña que guia á cualquiera hombre,
que me denunciase Zancas, con tantos ojos como Argos.
ó armar duelo con Palancas, Es Cornelio un CICERONE
con Chapinga ó con Garaño. que nada vé y todo mira,
Me buscaran Cachabolos, mas do el ojo pone, admira
la Repelosa ó Juan Palas... que allí mismo el dedo pone...
Si sus PLANES desbaratas Mas pudiera referirte,
revuelven mil protocolos. pero largo ser no quiero,
Nada hablo de ellos, Ramón, pues digerasque Guerrero
porque vendrán con su rueca es largo.... hasta en escribirte.
la Loba ó la Pataseca, Compongo segunda parte,
ó acaso Maria Pistón. y en ella te contaré
Y aunque personas muy toscas, un lance histórico á fé',
murieras, si los irritas, que afirmo no ha de cansarte.
en las manos de Meaitas. En LA RISA uo dirás,
ó á manos de Empreñamoscas. que estravagancias no pongo,
Y aquí al mismo cielo invoco, porque lo serio supongo
que son Malecha y Mandarra, que en ella no buscarás.
capaces de armar camorra V en una cuarteta esdrújula
con Satisfecho y Matoco. concluyo diciendo in nomine:
Y yo no pongo ni un mote, dale espresiones al Dómine, (1)
que aquí pierdo ya la brújula.
(1) Desde esta piedra y sentado en esta silla, TEODORO GUERRERO Y PALLARES.
miraba Felipe II construir el monasterio de San
Lorenzo, por ser dedicado á este sanio, tiene la (Seguirá la segunda parte.)
forma de una parrilla.
(2) Sobrenombres del pueblo bajo del Esco- (1) La colección de esta amena enciclopedia
rial de arriba. véndese por rib reales.
547
ENFERMEDAD DE D. ABUNDIO. sin hallar un consonante.
Desde mi cuarto barrunto
que en el puchero hay morcilla;
Hace ocha días que está el paciente durmien- ¡qué buen asunto
do, merced á un centenar de granos de opio que para letrilla!
se tomó de una vez. Ronca como un aguador:
esperamos que despertará dentro de pocos me- Basta ya de chanzoneta;
ses, sano y robusto como antes. acabé un verso y van dos,
pero estova no me peta.
¡ Por vida del otro Dios!
PROPOSITO DE NO DECIR NADA. me está llevando pateta.
Cien veces la pluma unto,.
y la rabia me acribilla;
LETRILLA.
no hallo un asunto
Voy á escribir y me espanto, para letrilla.
elijo asuntos, y en suma
no encuentro fruto ni encanto; ¡Pluma! ¿quieres escribir?
pero al fin tomo la pluma ¿cómo ya no te desbordas?
y digo : letrilla al canto. Es preciso, hay que cumplir;
Mientras yo no esté difunto es necesario decir
no faltará en mi cartilla mentiras buenas y gordas.
un buen asunto Diré que estando en Sagunto
para letrilla. hice á Pompeyo tortilla,
y es buen asunto
Aunque el placer me enagena para letrilla.
como hay acá tantos dengues,
tomo la pluma con pena Me diera en el cuello un tajo
porque una letrilla buena aunque mi genio es de malvas.
tiene muchos perendengues. Escribo... ¡inútil trabajo!
De versos hago un conjunto, mil disparates encajó,
el final acaba en illa; y gasto pólvora en salvas.
¡qué buen asunto Quiero tirar y no apunto ;
para letrilla! quiero cantar ¡esa es grilla!
No hallo un asunto
Aun en los casos adversos para letrilla.
yo los versos idolatro;
regulares ó perversos ¿Quédirán los suscritores
hago dos, t r e s , llego á cuatro, al escuchar la embajada?
completólos cinco versos. Yo suplico á estos señores
Mas cinco versos por junto que culpen á los calores
valen solo una quintilla, si por hoy no digo nada.
que es poco asunto Será cosa de hacer punto
para letrilla. que, aunque me echen á Mejilla,
no encuentro asunto
Dirán que acabo al instante, para letrilla.
como quien come un merengue;
pero me cuesta bastante, Pensar que hoy tengo memoria
porque estoy dándole al dengue es un falso testimonio,
68B que así basta de histeria; que no habrá creación bellísima
tiro la pluma al demonio, de que no sea yo capaz,
vaquí paz y después gloria. si con ella servir pláceme
¿Me dirán que soy trasunto á vuestra rara beldad.
del inferna] Hermosilla? Mis estudios son tan célebres
¡Feroz asunto y mi ingenio tan caudal,
para letrilla! que no ha podido hallar émulos
JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS.
en nuestra presente edad;
y en materias escolásticas
he sido un asombro t a l ,
EL ESTUDIANTE D. PEDRO. que ni siquiera los rótulos
quise en los libros mirar,
ni el bando peripatético
tuvo en sus aulas jamas
Cuidado no se dispare. alumno de voz mas cóncava,
cual yo para ergotizar.
EARTE SEGUNDA. Yo, señora, sé de lógica
mas que el mismo Condillae,
Ya te dige, lector, que el tal don Pedro y ni Xaqnier , ni Demóstenes
cortesano , me esceden en la moral.
de! que decir á ley yo no me arredro En estudios fisiológicos
que era hombre loco con el juicio sano, masque el doctor Gall,
entre mohino y ufano y en cálenlos matemáticos
oyó de doña Celia ¡suerte insana! he superado á Lacrois.
la sentencia tirana En la carrera jurídica
que le diera é su amor en una fiesta, jamás he tenido igual,
y que ya le aprestaba la respuesta. y mi ciencia aturdiríale
Colocóse en la silla con soltura, al mismísimo Bentham.
alzó á los cielos los torcidos ojos, En tareas periodísticas
y sin mostrar empacho ni amargura á Lamennais dejé a t r á s ,
á los fieros enojos y sé mas como geógrafo
de la su dama con quien fué prolijo > que Antilion pudo estudiar;
así con voz sentimental la dijo. en mis traducciones bíblicas
escedo á Caravajal,
B. Pedro, y he escrito un poema épico
mas sublime que el Don Juan;
"t'uestro enojo, niña angélica, no envidio como dramático
conozco que es natural, á Calderón , ni á Humas,
pues no sabiendo mis títulos: y en el género bucólico
no me podéis apreciar; soy «na especialidad;
mas supuesto que hoy científico á mis novelas históricas
roe quiere vuestra amistad, no ha llegado Jorge Sánd,
no hallareis, os j u r o , un prógimo y en la sátira mas cáustico
en aquesto tan cabal soy que el mismo Juvehal;
como Don Pedro de Enquídanos, nunca pudo San Gerónimo
estudiante de Alcalá. igualarme á inierpretar,
¿Qué queréis, hermosa Sílfide? y para mí, en cuanto á crónicas,
¿quéanheláis? deeidlo va, TitoLivio es un rapaz.
en fin, senara, mi maquina De tan ridicula sarta,
es un centro universal dijo la dama con mofa ,
de cuanto pedir pudiérades, estoy ya, don Pedro, harta,
y en mi gran capacidad y de vuestra rara estofa
soy mas poela,que Góngora, entregado habéis la carta.
mas prosista que Balssac .- De tanta sandez ¡ay triste!
blando como goma elástica, formarse pueden capítulos,
recio como vendaba!, y según ¡o que digiste
mas filósofo que Diógenes, en saber nombres y títulos
mas travieso' que Gil Blas, vuestro mérito consiste.
mas amable que un hipócrita, Náuseas tengo de escucharos
mas fiero que Barrabas, unos conceptos tan raros,
mas libera! que un repúbüco , buen don Pedro, y os suplico,
mas realista que el qutí mas, que á bien tengáis ausentaros
mas militar que Leónidas, ó si no cerrar el pico.
mas que Ulises suspicaz, Yo os lo digo sin empacho...
mas humilde que el Job mísero, para estar de unamuger
mas altivo que Satán , siempre al lado como un acho
mas sapiente que un retrógrado, cuando ella no os puede ver,
mas fiel que un ministerial, es preciso, amigo, ser
mas pobre que el hijo pródigo, un solemnísimo macho.
mas rico que un Senescal,
y en fin, masque un diplomático
pastelero y Con vivant.
Ved, pues ¡Cecilia hermosísima! ¡Ay Dios! y qué mal parado
lo que mejor rabia os dá , al oir razones tales
pues de cuanto ansias quisiéradcs se quedó el galán don Pedro ,
tenéis en mi humanidad. el intrépido estudiante!
No desprecies tanto mérito, Como nieve quedó frió,
no por Dios, que soy capaz, palideció su semblante,
en mi despecho volcánico,
puso derechos los ojos
de hacer una atrocidad ,
que torcidos tenia antes,
debiendo añadir por término
tembló convulso de rabia,
de este relato, que á mas
se estremeció de coraje,
de los espresados títulos
hacia atrás se echó con furia
que acabo de recitar,
ambas solapas del fraque,
soy un figurín lindísimo
y con brusco desenfado ,
en esto de figurar,
con airados ademanes,
que tengo tratos y débitos
Mamando por mal de Celia
con Utrilla y con Pascual;
la atención de todo el baile.
que escribo versos anónimos
«¡Oh ingrata!—dijo—mas dura
con envidia general
que los duros pedernales.
ene! Heraldo, sus colegas
¡Desprecias sin mas ni mas
y la Iberia musical;
á un hombre de mi pelaje!
y para colmo benéfico
de tanta prosperidad, ¡A un hombre que tantos cursos
.ya en el Liceo artístico tuvo en Universidades,
tengo arreglado el entrar. que dejó rastro glorioso
de lo mucho que en él cabe
en los campos, en las villa?, SONETO.
en las plazas y en las calles!
¡ Así de mengua cubrirme!
Bien, ingrata, muy bien haces,
víctima tuya seré
supuesto que así te place.»
Dijo, y la mano al bolsillo
se echó con resucito a i r e ,
sacó una cosa... ¡Dios santo !
de metal negro y brillante ;
y empuñándola con rabia
y ocultándola con arte,
se alzó vivo, se huyó presto,
diciendo á ella... Diosos guarde.
Asustada doña Celia
de tan impensado arranque,
lanzó gritos, llamó gente,
contó el caso, y á sus aves
atrepelláronse todos
á coger al estudiante,
que con aquel arma horrible
iba sin duda á matarse.
En la escalera por fin
le alcanzan con mil afanes, Quieres saber quién e s , bella Amarilis,
y al irlo á reconocer ese avestruz con flores en elfraque
entre varios personages, que todo lo censura y se hace el jaque?
el vizconde de los-Puntos Oye y te esplicaré todo el busilis.
y el marqués de los Desvanes, Ese hombre acelga, botijin de bilis
hallaron que aquella arma sufre el belitre un lastimoso achaque,
que á todos heló la sangre, pues como farfantón y badulaque
era solo de la casa no concede talento ni á su Filis.
del buen don Pedro la llave, Al tacharle de fatuo, nada mermo,
pues se iba mas que de paso ya que contra los sabios se amostaza ,
á abrir presto y á acostarse. y por ágenos triunfos cae enfermo.
Entre airados y corridos De su rencor por la grosera hilaza
quedaron los circunstantes; se vé la envidia atroz del estafermo
y desde entonces si á algunos que tiene por cabeza calabaza.
de estos hallo... por donaire WENCESLAO AYGUALS DE IZCO.
les suelo decir ¡ amigos!
Cuidado no se dispare. ye ¿coticcl
J. GUILLEN BUZARAN.
Á MI AMIGO
RAMÓN DE VALLADARES Y SAAVEDRA,
con notas de este.
II.
En el número pasado
un cuento, caro Ramón,
551
te ofrecí; y como es razón , Después un beso selló
voy á cumplir lo pactado. aquel firme juramento,
¡Qué disparate! dirás y un beso, y otros, y eiento
en un sentido retórico , al primero se siguió.
pero afirmo que es histórico,
y no tengo quehacer mas. La crónica un velo lanza
Esta especie de monólogo en este atrevido amor,
que aquí en cuartetas te ensarto, porque solo en el honor
quizás te dejen muy harto, vé una hermosa su esperanza.
pero han de servir de prólogo. Al perderlo una muger,
Y aunque no lo juzgues m a l , mucho tiene que llorar,
en ÉL no fundo mi gloria, porque no ha sabido amar
que solo cuento una historia sin apurar el placer.
contada en el Escorial. Queda su vida sugeta
sin el honor de su vida,
EL HOMBRE-PEZ!!! (1) que el que mejor la ^apellida
ha de llamarla coqueta (1).
Que es la muger una fuente
CUENTO ROMÁNTICO ESTRAFALARIO. que guarda también su llave;
mas si guardarla no sabe,
(Crónica - moderna.) se convertirá en torrente!
—Una esquelíta le dio
Don Carlos y doña Mónica ia fámula á doña Mónica,
se profesaban amor; diciendo (según la crónica)*..
amor cierto : sin rubor... — «Un hombre me la entregó.»
(esto asegura la crónica). La guardó en aquel momento,
Doña Mónica era hermosa: sin mirar su contenido,
hermoso era su galán, que sin duda habrá debido
y si ella era un tulipán, olvidar su juramento.
él era una linda rosa. Mas le agradan dos que uno;
Apenas se conocieron, y así al que escribió, contesta:
Cupido vino á asecharlos, «Favorable es mi respuesta:
pudiendo luego flecharlos os querré mas que á ninguno.»
cuando sus pechos latieron. DON JOAN (2) diz que s,e llamaba
¡Cuántos goces en su amor el que la carta escribió,
hallaron solo en mirarse y en verdad que la acertó,
y con los ojos hablarse, porque el nombre le cuadraba.
que es lenguaje encantador! Enamorado de veras
Después hablaron sus manos, se encontraba m¡ buen JUAN,
y hablaron sus corazones, atestiguando el refrán,
que, al despertarlas pasiones, no puede el olmo dar peras.
cobardes son los humanos. JUAN la siguió tan constante,
Una tarde se encontraron: que Mónica ne se asombra
cuando sus labios se abrieron,
sus almas se comprendieron,
y eterno amor se juraron. (1) ¿Y qué muger no lo e s ?
(2) No tengo mas amigos ilustrados que se
llamen JUAN, que Villergas y Harlzenbusch.
(I) ¡Que cuento!'! Verdad es que yo tengo pocos amigos.
52
si la sigue cual su sombra, en las aguas del estanque (t).
él detras, ella delante.
JÜA>Í vierte de amor el llanto
al saber que á otro hombre amaba, Doña Mónica y su amada
y por la huerta pasaba, á su casa se volvían,
propiedad de DON CRISANTO. cuando todos repetían:
JUAN distingue una muger «¡Aquí mismo se ha.tirado!»
que con un hombre pasea , Carlos dijo á doña Mónica:
y su mente se recrea — «El pobre tonto aquí yace.»
en hacerla padecer. Y ella «requiescat inpace,»
¡Cómo gozaba anhelante contestó , según la crónica.
en mirarla caminar '
y un paso tras otro dar,
él detrás, ella delante! Cuatro meses pasaron de esta suerte:
doña Aíónica amando por contrata,
que ha puesto el corazón en cien acciones,
Tras de un árbol se ocultó: y se venden á aquel que mas las paga.
ellos á la cruz llegaron: De don Carlos se olvida por los hombres
ambos á dos se sentaron y don Carlos se olvida por muchachas :
y el silencio se rompió. sí el uno olvida al otro indiferente!
— «(Pobre don Jnan!» DoBaMónica con razón dice el vulgo se pagaban.
á su adorado decía:
el necio don Juan creia
que era cierto mi querer. Un día, Don Crisanto echó el garlito,
—Y á mí ¿de veras me adoras? queriendo á doña Mónica obsequiarla¿
— ¡Calla!... —¡PobreJuan! olvida pues según corren voces por el pueblo
que tu cariño , mi vida, ha tomado una ación á aquella dama.
es cariño de muger. Del garlito tiró. ¡Jesús! ¡qué asombro!
— Siempre me sigue afanoso, las gentes se atrepellan asustadas!
y ni ün solo instante deja que un pescado sacó de gran tamaño.
de repetirme su queja... y fué dificil distinguir su raza.
—¿No te da lástima? — ¡Sí! Según dicen las crónicas á un hombre,
—Burlarle será preciso: el pescado en su forma asemejaba,
le harás creer qué le quieres... y al verle tan hermoso y tan estraño
(fingís muy bien las mugeres), don Crisanto á su chica lo regala.
lo demás me toca á mí... Comióle doña Mónica, y al panto
la mas atroz indigestión le ataca,
A un leve ruido calló: y sin valerle los remedios^ m u e r e ,
oyóse cerca un lamento, y los diablos disputan-porTlevársela..;
y en aquel mismo momento Dicen que este pescado era Dos JCAN,
un hombre se presentó. á quien guarda el infierno por venganza:
Dio un desmayo á duna Mónica, como escarmiento las coquetas miran
y cayó sobre su amante, del ¡hombre-pez! la.crónica citada.
mas no dice en lo adelante,
CONCLUSIÓN.
si fingido fué, la crónica.
Concluyo el cuento, Ramón,
Corrió don Juan de un arranque,
y furioso en su dolor, (1) El estanque del monasterio, que es de
se sepultó con su amor gran profundidad.
553
que me contaron aquí, con la vil adulación (1 }.
y según te lo ofrecí
he cumplido mi misión.
Y mas pudiera decirte,
pero escribir mas no quiero .
¿Siguen ahí los editores (1) pues digeras que Guerrero
gastando coche y caballos, es largo hasta en escribirle.
mientras se llenan de callos Contéstame sin ardid
los míseros escritores? de Madrid al Escoria!,
Bel mundo, Ramón , es ley : cual te escribo yo en mi mal
si el gobierno esto mirara , Del Escorial á Madrid (2).
juzgo á Marruecos mandara TEODORO G U E R R E R O Y PALLARES.
de escritores una grey.
Todos componen cuartetas,
que hay furor de componer; EL PILLUELO DE MADRID.
y pienso que hemos de ver
hasta á los burros poetas.
Mas siempre entre tantos brilla ,
brillando en sus tristes horas,
Campoamor con sus doloras,
con sus leyendas Zorrilla.
Brilla Bretón en comedias ( 2 ) :
Ilartzenbusch brilla en sus dramas .
Villergas en epigramas!
y nadie brilla en tragedias.
Mas si formamos un lazo
de poetas á mansalva,
compone salmos Grijalba,
y hace baladas Madrazo.
La DIFUNTA Carolina
con sus versitos sentidos ( 3 ) ,
contrasta con los gemidos
de la triste Peregrina.
Y en estas cuartetas rancias
entran , Diana con sus cuentos ,
Larrañaga con lamentos
y Ayguals con estravagancias;
CANCIÓN.
Con sus guisados Abundio;
y si buscamos los moros , I.
Abenamar con sus foro*...
con sus chistes Fray Gerundio. Huérfano soy en la tierra,
Muchos conoces, Ramón, y por eso no suspiro,
que no me es fácil nombrar, que independiente respiro,
porque tuviera que dar

(1) Algunos hubiera yo eliminado de la


1) ¡Cuántas verdades! lista.
(2) ¿En? (2) No te hará esperar mucho la contesta-
3) De que doy fé. ción , pues la tendrás él próximo correo.
70
y el mundo á mí no me aterra. mi cama es el duro suelo...
Libre soy, y mis hermanos cuando no estoy con mi hermosa.
han de ser todos los hombres : [Ay chulí!...
nada me importan los nombres el PlLLÜELO
de marqueses ni tiranos. su consuelo
jAy chulí!... cifra en tí.
el PILLÜELO Morenilla de mis ojos ,
su consuelo á un lado penas y enojos,
cifra en tí.
Morenilla de mis ojos, Yo nací del pueblo bajo,
á un lado penas y enojos. y de la gente vasalla,
y aunque soy de la canalla
I Qué me dá á mí si solloza vivo á costa del trabajo.
el pueblo heroico y bravo Soy de la gente perdida,
uncido cual vil esclavo como dicen los señores,
de algún rey á la carfoza? á los que á fuer de sudores
¿Qué me importan los honores se ganan la honrada vida.
y las glorias y trofeos, [Ay chulí!....
ni la riqueza,ni empleos el PILLÜELO
de ambiciosos y traidores? su consuelo
¡Ay chulí t cifra en tí.
e l PlLLÜELO Morenilla de mis ojos,
su consuelo á un lado,penas y enojos.
cifra en tí.
Morenilla de mis ojos, Aunque soy de la gentuza
á un lado penas y enojos. no adulo, ni soy protervo:
yo maldigo á todo siervo.
Aunque no soy rico-noble ¡Vivan Padilla y Lanuza!...
de los mil de nuevo cuño, Aunque me vista de andrajos,
tengo alma y fuerte puño y ande así como se quiera,
y soy mas firme que un roble. otros hay en alta esfera
En el sepulcro y la cuna mas serviles y mas bajos.
todos nos vemos iguales •. ¡Ay chulí!...
son miserias mundanales el PILLUELO
los títulos y fortuna. su consuelo
¡Ay chulí!... cifra en tí.
el PILLÜELO Morenilla de mis ojos,
su consuelo á un lado penas y enojos.
cifra en tí.
Morenilla de mis ojos, Gano un mísero jornal",
á un lado penas y enojos. y este pobre jornalero
no se vende al estrangero,
Yo no me asusto del trueno, porque es español leal.
ni de la lluvia y granizo, Al pueblo no esprimo el jugo,
ni del león, ni el erizo, ni he malgastaado su oro. —
ni del puñal, ni el veneno, Otros roban el tesoro...
El hambre á mí no me acosa, ,¡y no los mata el verdugo!!!
ni el calor, ni el frió hielo: ¡Ay chulí!...
el PiLLtIELO Morenilla de mis ojos,
su consuelo á un lado penas y enojos.
cifra en tí.
Morenilla de mis ojos, Esa gentuza sin Don
á un lado penas y enojos, que viste feos harapos,
un dia venció á sopapos
Cuando el PILLUKLO va al Prado , al fuerte Napoleón.
al ver tanto monigote, Esa canalla es de nervio :
se le eriza su bigote ahí tenéis el dos de mayo,
y le da angustia y enfado, en el que hundió como el rayo
Yo entre las turbas paseo al coloso mas soberbio.
del barrio de la Paloma, ¡Ay chulí!...
tras un belén otra broma , cl P I H U E L O
tras un baile otro jaleo. su consuelo
i A y chulí!... cifra en tí.
elPíLLÜELO Morenilla de mis ojos,
su consuelo á un lado penas y enojos.
cifra en tí.
Ií.
Morenilla de mis ojos,
á un lado penas y enojos. Yo me voy á la pradera
i entre perfumadas flores
Yo no gasto, y no me pesa , á gozar de los amores
de Francia bello lando, de una muger hechicera.
que la gente del caló Que es de Madrid la Esmeralda
por coche lleva calesa. con su airosa mantellina ,
Robando á la rica España con su cintura divina,
lucen sus coches algunos... zapatito y corta falda,
y luego DOS llaman tunos... ¡Ay chulí!...
; siendo ellos gentes de araña !! 1 el PltXUELO
¡ Ay chulí!... su consuelo
Cl PlLLDELO cifra en tí.
su consuelo Morenilla de mis ojos,
cifra en tí. á un lado penas y enojos.
Morenilla de mis ojos,
á un lado penas y enojos. Mas que el palacio de Oriente
me gusta á mí una merienda
A muchos hacen entierros en el canal, con mi prenda,
vistosos y gastan cera... de Madrid sol refulgente,
y el PILLULLO cuando muera Allí se baila y se goza,
¡quizá le coman los perros!... y olvidan sustos aciagos,
Gran cuidado me ha de dar y calientes con los tragos
que me nieguen sepultura... se juguetea y retoza.
para un cuerpo de basura , ¡Ay chulí!.,.
bueno es cualquier muladar. el PILLUELO
¡ Ay chulí!.. su consuelo
el P l L t U E L O cifra en tí.
su consuelo Morenilla de mis ojos,
cifra en tí. á un lado penas y enojos.
556
Una mirada embelesa, en el canal y en los toros.
y ia atrevida muchacha, Que se coaliguen las reyes
ardorosa y vivaracha de Europa contra la España,
pierde el rubor y nos besa. no me asusta á mí su saña,
¡No hay hipócritas desvíos, ni su fuerza, ni sus leyes.
r¡¡ escrúpulos, ni desdenes, ¡ Ay chulí!
porque en aquellos vaivenes el PILLÜELO
hay libertad de amoríos. su consuelo
|Ay c h a l í ' . . . cifra en ti.
el PILLÜELO Morenilla de mis ojos,
su consuelo á un lado penas y enojos.
cifra en tí.
Morenülade mis ojos, Soy un rarísimo aborto : .
á un lado penas y enojos. perdido, PILLÜELO y pobre ,
sin oro, plata, ni cobre :
Con mi mugrienta chaqueta omnia mea mecum porto.
me cubre el rostro mi dueño , Jamás he tenido ceño,
y disfruto dulce sueño y mi vida aventurera
sin tener una peseta. corre feliz, placentera,
Otros que tienen caudales, sin otro Dios que mi dueño.
lujoso y dorado asilo, ¡Ay chuE!...
no gozan sueño tranquilo el PILLÜELO
porque temen los puñales. su consuelo
¡Ay chulí!... cifra en tí.
e! PIHUELO Morenilla de mis ojos,
su consuelo á un lado penas y enojos^
cifra en tí. .
Morenilla de mis ojos A los que escuches decir
á un lado penas y enojos. que mi canción es muy larga,
son de la cascara amarga
Cuando tengo ím panecillo ¡ que la traguen!... y á vivir.
medio reparto á mi grey ; Que poco le importa ai PILLO
soy mas felice que un rey de tirana y necia gente :
á pesar de ser un PILLO. siempre dice lo que siente :
Si estoy con mi morenilla, la verdad es su estribillo,
y eso que no es del gran tono... y con esto rae las guillo.
no envidio el brillante trono ¡ Ay chulí!...
de la orguüosa Castilla. el PILLÜELO
¡Ay chulí! su consuelo
el PILLÜELO cifra en tí.
su consuelo Morenilla de mis ojos,
cifra en tí. á un lado penas y enojos.
Morenilla de mis ojos,
ALFONSO GARCÍA TEJERO.
á un lado penas y enojos.

Que vengan á mí los moros Damos la composición que precede comí)


y los rusos y el francés, muestra de ¡a obra que con el mismo título pus
estando con mis gatfiés blicó y tiene en venta la SOGIEDAD LITERARIA*,
O O O O O O O C O O O O O O O O O O O O O C O O VOO-OOOOOOOOCOOOOOOOOOOO

o
:o • Enfermedad, de MM. Abundio.
p
¡ ALBRICIAS!
S -a IGUE el paciente roncando en términos estrepitosos y satisfactorios.
Así que vuelva de su letargo, emprenderá un viaje de recreo para
O distrarse de sus graves tareas. Si no se le separa de la sartén , se
O' muere frito. Media hora antes de llegar á San Petersburgo, se d e -
c tendrá en Caldas de Mombuí para tomar las aguas; regresará á ver un par de
'- corridas de toros, y con el calesín que lo conduzca á la plaza, saldrá para Lon-
o dres á tomar el ron.
jetó
'•• --• i»:---» "'. •''•

oor.r.oooeo-^c-'oecr-o «occ" oocooc 5oo

C«»*í«r de Sentó Besewoles a Corfa de taroncha seca,


I*€tscualo RatoMí. piñols de bresquilla tendrá ,
y pallús mesclat en sendra
Barsella de Transa, á seite de Cúlio, del millor arros de Sueca.
del all mil buits tens y teñirá.
Pues, siüor, com vach dient,
¡Caram, Cualo, si saberes bufant un ventet prou fort
en lo poc c' há navegat, en tres mesos... de repent
qué coses ni' han amostrar , cm claví dins d' esteport,
los hombres y las muqueres! Aón em tens pie de curruixes
¡Cuan bé diu un autor nou, en lo chenero en lo barco ,
que el que peí món no camina , y enfangat en mich d' un charco
es com un poli de gallina en tarquim hasta íes cuixes.
acabat d' eixir del ou! Mes no es este punt, amic,
Calla, calla, que estie lelo, el que em fá pendre la ploma,
y per mes que vacha alerta, sino el contarte, y no es broma,
alo millo r , ¡santo sielo .' entre quina chent cstic.
yá « n tens en la boca uberta. Figurat no mes, si vols,
Pero no añera fent el tonto, si tindrá molta sustansia
pues no es llans este de riure. esta chentoia de Fransia
y lo que t' hacha d' escriure... que d i u = a r i c d = a l s fesols,
mas vale tarde que pronto. =Ansalad=Si\ ansiara,
Fá mich añ , que, segons saps, cree que=soitHé=á les sabates.
per la meua mala estreia =pondamur=á les tomates,
era fiu, Pascualo, á la vela y á les chiqu¡llcs=Afadam.,=
en un barco pié de naps; Al pá li diuen=tZwp¿n=
Y buscantlos les pésetes el vi sinse nom el criden,
á tols estos macameus, pues no mes H d i u e n = v é » , =
carreguí també fideus, y en un trago el got et buiden.
pesóns defiga, pelletes, Yo em rio com un albercóc
558
de vore que estos gabachos ya et diuen =no eornprén pá, =
son tan burros, y tan machos, y á mi encara que m' agrá,
que no saben lo que es fóc; sois per creurels.... compre coca.
Ni que es perol, ni casóla, Yo no sé perqué eu dirán
ni anguila, granóla, ó peix, hasta els mateixos que el venen,
ni feche, ni lleterola , sent aixi tots ells teñen
ni carn de cuixa , ni greix : tant d' amor al nostre =archan.~
Y es tan inútil quels dígues= Que si dus la bolsa en má
oli, salses, caldo, ó neu , á tot et diuen que =ui,=
com si els d i u s = r e ñ o n s , ó lleu, pero yo els dic que «demá»
anous, panses, meló, ú íigues. y me 1' amague en lo si.
Per dir peres fán =poár= * Tampoc encontrarás mai
al cap li diuen =Za t e t = per davant ni per darrere
y á la vesprada —suár= ningú que li diguen Pere ,
encara que fasa fret. ni Roe, Quelo, Chaume ó Biai;
A voltes demane yo Y parlant en veritat,
aygua, obrint la boca tota, cree que sants no nia mes c' ú ,
y hasta que no dic =deló= perqué tinc ben observat
no men darán una gota. que á tots els diuen =muixú.=
Tabaco en ia tabaquera, Ya pots figurarte pues
masque d' or tragues un sác, el meu cor com estará
no en tindrás, si ala estanquera cuant els parle en yalensiá,
no li dius=vinga el tabác:= y em responen en franses.
Y está molt posat en u s , Que es lo mateix. pera m í ,
(asi parlant entre els dos) (y els ho dic soltant la risa)
el dirlos ais chavos =sus— que si em parlen en llatí,
com si foren algún gos. con un retor cuant diu misa.
Pera almorsar de-matí De modo que encara en señes,
ya qui es mencha un bou sanser, com teñen estos garrautes
y si els dius = ¿ q u e feu ahi ? = el cap mes dur que les peñes,
et contesten ~dichmier.= preñen els pitos per flautes;
De modo que per mirar Y aixó que les que yo els fas
uns dichunis tan estrañs, son tan facils de asertarles,
es pot vindre asi á pasar que no pot equivocarles
ia cuaresma lots los añs. qui tinga en la cara el nás.
En iloc de setsc es diu = s e s , = Cuant tinc fam, per 1' ordinari
al mar =mer,=: y nada mas , nunca parle una parauia,
de modo que en un poc mes... no mes vach , obric 1' armarí,
no sé si m' entenderás. preñe un pá, y m' asente en taula.
Ais criats y atres'comparses Si conec que m' entra son
deis caféns seis diu =garsóns,= allá á les deu de la n i t ,
y mediant iguals raóns, la seña que correspon
les criades serán =garses.= es... anarmen capa el Hit.
Y en efecte si eu repara Y aixina poc mes ú manco
cuansevol, que áelles s' arrima, vach interpretan! la lley,
totes teñen coll de á vara, perqué no tinc mes remey,
y la cama llarga, y prima. que herrar ó quitar el banco,
No mes que obrigues la boca , Pero apesar d' un Uenguache^
559
que tal claritat respira, ENFERMEDAD DE D. ABUNDIO.
á voites (pareix mentira)
nocauen en lo formache.
¿Pues que et diré d' atres fets Albricias, lector, albricias,
d' estos muixús majaderos? ya no hay miedo, ya no hay penas,
Els homens porten cosets, se levantó don Abundio,
y les madames sombreros : Dios de su mano le tenga.
Aquells van molt plens de risos, El médico, Ayguals (don Sergio)
bucles, pendientes y anells, que es un portento en su ciencia,
y estes en los culs postisos, descubrió la enfermedad
y en botes y saragüells. y buscó el remedio de ella.
Y uns y atres, es dir, tonts , Antes era un laberinto, .
en compañía, ú asóles, no se aplicó cosa buena,
sempre van fent cabrioles, porque eran de los doctores
ó ballant, y pegant bots. encontradas las ideas.
Sois per ferli cosquerelles Mas vino don Sergio al mundo,
á cuansevol foraster, gracias á naturaleza,
es besen en lo carrer para librar á las madres-
els máseles, y les femelles; de que sus hijos se muera|i.
Y no falta borinot, Ya no temo verme enfermo
que cuant els morros aplica, con tabardillo ó jaqueca,
si la maáam es bonica, pues siendo de Sergio amigo
s' arrima tot lo que pot. ¿quién hay que ala muerte tema?
Podrá ser aixó obra bona, Ya es otra cosa la vida
pero yo, fent t\ non sobo, de lo que en otro tiempo fuera ,
dic — «que el besar á una dona y el refrán no es verdadero
no es com ferse un nuc al rabo; de que al que muere lo entierran.
Perqué cree, y tineper sert, En encontrando á don Sergio
que entre el másele, y la femella no nos llevará pateta,
no convé posar canella, pues dicen que resucita
ni salses,ni.... cholivert. á los muertos y á las muertas.
En fi ya molt e' advertirte, Buen testigo es don Abundio
mes si tot ara teü conté, que para que ustedes vean,
nom quedará res que dirté fué curado en diez minutos
al voret, que será pronte. con esta simple receta.
Pues vech que el calor apreta , Tomóle don Sergio el pulso,
y no es despacha en la Uoncha por bajo de la entrepierna,
ni un pinol, ni una palleta, y dijo: bah... le ha picado
ni una corfa de taroncha. la tarántula perversa.
Que es bó que sapies y entongues, Y tomando una guitarra,
que el dedicarse al comers, viendo á don Abundio en tierra,
té, Cualo, mes pelendengues empezó con mil arpegios
que escriure esta carta en vers: á tocar la tarantela.
Y lo que no es torna fura Allí se hallaban Zorrilla ,
sol bolarsen com les mosques, Ribot, Príncipe, Urrabieta,
pero... s' apaga la llum... - Wenceslao, Rubí, Gerundio
y... ¡ Adiós !...m' ha quedat á fosques. y el malogrado Espronceda ,
JOSÉ PERNAT BALDOVÍ. Que \ino del otro mundo
560
por la inspiración patética volverá por esta tierra
con que pulsaba don Sergio á ofrecer nuevos guisados
prima, cuarta, quinta y sexta. á la gente madrileña»
Todos están cabizbajos, JUAN MARTÍNEZ VILLERGÁS.
fijos los ojos en tierra,
y todos el resultado
esperan con impaciencia.
Por fin la música suave CONTESTACIÓN
sus frutos á dar comienza ,
pues mirando á don Abundio sinpiés ni cabeza, á la carta sin cabeza
todos dicen : « se menea.» nipiés, de mi amigo D. Teodoro de
Y alzándose lentamente Guerrero y Pallares. (1)
se puso las castañuelas,
y empezó á bailar frenético Al recibo de esta, creo,
las seguidillas manchegas. pues conozco tu virtud,
Era de ver á Estofado te hallarás con la salud
bailar como un calavera, que yo para mí deseo:
¡qué brincos y qué cabriolas! Aunque anhelo que un anónimo
¡qué saltos y qué piruetas! bailar te haga el paso stirico,
Catorce varas el techo pues me haces autor satírico
empinó con la cabeza , sin encubrirme el pseudónimo.
y mas de cuatro baldosas Y con tu escrito cumplido, '. •'
levantaba en cada vuelta. auuque la razón se oponga,
Y como el calor es grande, me obligas á que aquí ponga
bailando con tanta fuerza, mi nombre con mi apellido.
le entró un sudor tan copioso Mas mil pensamientos malos
que hizo en la casa goteras. inútilmente discurro,
Al otro día en las calles si al fin puesto ya en el burro
nadie pudo andar apenas, tengo que llevar los palos.
pues llegaban los arroyos
muy cerca de las aceras. Has de saber (no te asombres)
Creció el rio Manzanares, que esta villa-capital
con tal furor y presteza, llenan (por lo racional)
que cuentan que se han ahogado las mugeres y los hombres.
veintitantas lavanderas. Y tocando otros estremos,
Ya don Abundio está bueno un escuadrón nunca escaso,
por que arrojó la maleza, obstruyen do quier el paso
y podrá espirar'en otra, los que van en cuatro remos.
pero ya no mucre de esta. Aunque (seamos imparciales)
El lunes se pondrá en marcha te digo en términos curros
por visitar á Inglaterra, que hay racionales... muy burros,
embarcándose en un buque y burros... muy racionales.
de los de Sierra-Morena.
Irá de Londres á Flandes, —Si por nuestra marcha actual
desde Flandes á la Persia, pregunto, no sin desden,
desde la Persia á Medina, unos me dicen «va bien !!»
desde Medina á la Meca.
Y dentro de pocos dias, * (1) Véase la pág. 330.
561
y otros me dicen «va mal i!» Se ven sátiras atroces
Este de cólera estalla de autorcillos botarates,
y me demuestra irritado, que empiezan... por disparates
. que la nave del Estado y se concluyen... por coces.
si sigue tal rumbo encalla. Con todo, hay buenos autores
y el otro se desbarata en el sexo masculino
diciéndomecomo un loco, (porque al sexo femenino
«sí marcha la cosa un poco no concede estos primores }.
vamos á nadar... en plata!!» Villergas, el adalid
Mas yo que siempre idolatro de la franca libertad
la verdad, juro por Dio¡>\ publica en la actualidad
que si este miente por dos'> Los Misterios de Madrid.
el otro miente por cuatro. En amigable complot
siguen escribiendo aquí (1)
Al pobre nadie socorre; Ayguals, Sergio, Baldovi,
pagas... requiescant in pace: Bretón, Bonilla, Ribot.
el aire corre... si lo hace, Publican cosas muy cucas,
y si no lo hace !... no corre. verdades de tomo y lomo
—No sé si por el calor el Arlequín, el Dios Mqfrio.
ó por un misterio oculto, y el grande Dómine Lucas.
hoy por razón el insulto El Nuevo Arlequín, hijuela
alega todo escritor. del viejo, sale también,
El ofendido «¿me ultrajas?» y un parto... de no sé quien,
airado dice, «jal combate!» llamado... el Po-li-chi-ne-la.
y cualquier hombre se bate Sobre este en valde discurro,
por quítame allá esas pajas, mas digo... sin intención,
Aunque, amigo, to diré, que la imprenta-redacción
que siempre es un gran consuelo, está en la calle... del Burro.
el saber que todo duelo
se concluye... en el café. Yo, ni gordo ni delgado;
si estoy cansado me siento,
—La pobre literatura y cuando no estoy contento...
cuya situación deploras, es porque estoy disgustado.
si no está muerta á estas horas... Como es mi suerte tirana
descansa en la sepultura. y con nada me recreo,
Periódicos, por supuesto generalmente paseo...
que no faltan... y muy módicos; la tarde que tengo gana.
pero todos los periódicos, Aunque hay quien mi muerte espere,
Teodoro, no valen... ni esto ( 1 ) . nunca realizo este afán,
O ya se leen vaciedades, sin duda por el refrán
ó en cada frase un engaño ,. «vicho malo nunca muere.»
y el que tiene mas tamaño... — Si algún consonante en endi
tiene mas barbaridades. tuviera yo, te diria
que la atención llama hoy dia
(1) Para comprender tocia la gracia de esta
oresion, hay que poner el dedo pulgar de la en la corte FAUD-EFFENDI.
jno derecha en contacto con les dientes supe-
ores, y rozando la uña con un ligero movi-
iento saliente está conseguido el efecto, y el
;tor se cubre... de gloria. ;i) En L A B I S A .
71
562
Adiós que ya dejo aquí , quien las aves desecha con en fado 5
la carrera;de mis glorias... quien declara á la carne saña fiera;
dá encarecidas memorias solo se oye esta- voz «si caíEstoísABO,
al que pregunte por mí. pescado, berzas, carhes fuera jft»eta«|>
Y juro por Bel cebú, que todo pierde gusto y atractivo,
estando en tranquila calma (1), si el que lo condimenta no está vivo.
que antes que me rompa el alma... El cesante, la monja, el exclaustrada,
quiero te 1$ rompas tú los solos son que grande indiferencia:
Y que te carguen diez fistolas, muestran en el ataque de ESTOFA
y sea tu faz siemprepálida... porque como en eternía penitenci
pues no está mi ráenteesouálida están por las reliquias 4elpecaL
para enderezarte epístolas. , no les da un ardite tal dolencia:
RAMÓN DE VALLADARES Y SAAVEORA. - y álos naturalistas decir toca
por qué estos espectadores tienen i
i Mas... la gente delbronce.í. yo míe entiendo
¡ los que le echaron ya la capa al tora:r
LOS HISPANOS
\ estos tales movieron tal estruendo,
A DON ABUNDIO ESTOFADO ; como en campo cristiano'Taríf moca;
• y cuando á DON ABUNDIO ven muriendo
EN SD. CONVALECENCIA.
pierden la paz, la calma... hasta el Üecoro,
Oh tú nqevo Colon át tafs cocinas, y en gestos, contorsionéis y bullicio
Newton de los esófagos primero 1 demuestran que han perdido el pocajúicio.
Oh beneficiador dié nuestras-minas l En tamaño dolor en tal eoñitcto
preferible á Demóstenés y Homero i fija Iberia enel médico su vista i
en producciones y obras'peregrinas! : creyendo que tal vez sii plan éstrieto
recibe el para-bien del pueblo Ibero, al acceso mortífero resista,
pues todo se renueva* Y étnbélléce ; pues del doctórSangredóiel braz«i)ttvicto
en el punto que ABUNDIO convalece; | es cual puñal enmaBO¡de> anarquista-.
ABUNDIO... Oh nombre bello y agradable! Oh recipes, obrad con efreaoiajj
Oh talismari qüééntantayelectriza! y volved una vez! por i» farmacias.
Oh nuevo imán dé fuerza inespliéable!. Los partes de Yillergasson buscados
Tus empresas W fama preconiza, con avidez, con ansia tan estraña
no hay quien Siii Conmoverse' dé*tí hable; cual si en ellos se viesen consignado» •>
la prensa tus¡guisados 'eterniza! la suerte y los destinos dietas España;
y cuando de tus males nos inátruye" ó bien como si egéfcttos arhtadós'
pareee que la España se destrejé < se estuviesen batiendo en la campaña
Todo en negro desorden se pronuncia: alternando él pía cer y la- tristura,
por do quier triste luto se divisa según lo que Villergas¡asegura.
cuando con ecos lúgubres anuncia Y cuando él solimán y las sangrías
la enfermedad de ABUNDIO nuestra RISA : y cuando la dieta y las ventosas ^
gastrónomo hay quede vivir renuncia como anunció Villergas estos días,
y á los platos sé láúiía S toda prisa, obraron maíavillas tan pasmosas,
diciendo; fuera platos j fuera fuentes, ¿quién podrá demostrar las álesría»r¡.
sin ABUNDIO ¿^Üé talen éstos élites? de las gentes que estaban tan ansiosas?,
Quien mira con horror todo pescado, En gritos de placer xouo resuena,
quien las betzas ni ver jamás quisiera; déstiérf anse de España luto!y'pena.
Al punto se decretan mfyíuncione^,
(1) Yo, no Belcebú. ' y en vez de bailes, torosy coliseos $
563
se ponen colgaduras de jamones; siendo de gozo y penas un contraste,
con chorizos se adornan los paseos, haz que Urrabieta forje una pintura,
pollos, pavos se ven en los balcones aunque en ello paciencia y tiempo gaste,
que á los patriotas causan mil deseos. que á ABUNDIO en su dolencia represente
Los cuadros se arrebatan de las salas y sus males esplique mudamente.
para colgar perdices por las alas. Procurando pintar un grande lecho
En tal celebridad, eu fiesta tanta que tenga por colchones dos terneras ,
la turba de heüogábalos risueña colocando también de trecho en trecho
se junta, y ESTOPADO en la garganta mil aves que en lugar de las.esteras
correa mi habitación porque se empeña formen un pavimento de provecho ,
en que yo felicite á quien encanta que el apetito escite muy de veras :
sus pechos con los recipes que enseña : dejando ver á ABUNDIO macilento
y obediente á un mandato que es tan justo, que espera de la ayuda el movimiento.
así cantaré al órgano del gusto: Oh cuánto afectará á sus entusiastas
Salve ABUNDIO ESTOFADO, salve egregio su imagen moribunda, según pienso!!
ornato de este siglo de primores 1 sin duda que aunqne hubjera iconoclastas
Oh si viviese ahora el gran Correjio ! le habian de tributar algún incienso,
en tí solo empleara sus colores; y las gentes de bien de todas castas
mas á falta, te forma un solio regio le mostrarán cariño el mas i»t«jiso :
el reino de los grandes comedores: | y entretanto del todo convalece,
pues no hay en 1as leyendas un vestigio | esta canción mi numen hoy le ofrece.
de héroe que haya gozado mas prestigio.
Ni O-Conell en Albion es tan amado, La España se llena
ni Meternich en Austria tan querido, de satisfacción
ni en las Galias Guizot tan ensalzado ; cuando Dos ABUNDIO
niSantana se ve tan aplaudido, se pone mejor.
nilbrahim tan glorioso y acatado, •i

ni el gran Pozo di Borgo tan servido, Secuaces de Baco,


cual tú ABUNDIO ESTOFADO, cuya fama hijos de Pluton,
sobre los astros mismos te encarama. pasaron los días
Envidiaba Alejandro al fuerte Aquiles: de tribulación; " • < • '
el gran Cesar de aquelUbró la suerte; ya comer podemos <L,
la tuya emularán ingenios miles', de música ai s o n , .i
y no habrá quien no quiera conocerte porque Jas cocinas •.
adornado de pollos y pemiles, tienen .director.
destruyendo el imperio de la muerte: La España se Ueaa
tu patria será un tiempo disputada de satisfacción
y mas que de Homero celebrada. cuando DON ABUNDIO,
Y así como de edad cíen siglos cuentas, se pone mejo».;
el cielo cuatrocientos mas te añada ,
para que de tus víctimasjsangrientas No mas ecos tristes
dejes toda la tierra señalada, de parentación;;
de modo que en palacios, pueblos, ventas ni fúnebre solfa
lu memoria sea siempre Venerada: ni Kirieleisón;
estos los votos son de un pueblo entero de Apolo la lira
entusiasta de ABUNDIO cocinero. del re-mi-fa-sol
Y t ú , caro "Villergasy que anunciaste solo formen notas
su enfermedad y método de cura, para esta canción :
La España se llena dale cuatro vueltas
de satisfacción' en el asa do r
cuando DON ABUNDIO y en aplauso eterno
se pene mejor. sonará esta voz:
La España se llena
De Francia á Marruecos, de satisfacción
de Rusia al J a p ó n , cuando DON ABUNDIO,
de Italia á Inglaterra. se pone mejor. ;
de Chile al Mogol,
al nombre de ABUNDIO Las berzas mas viles
suene con honor, por tu dirección
recibiendo aplausos adquieren á veces
sin interrupción. el gusto mayor.
: ¿Quién metamorfosis
La España se llena
de satisfacción tan preciosa vio?
cuando DON ABUNDIO LA RISA te ensalza
se pone mejor. por esta razón.
La España se llena
Vivan los chorizos, de satisfae.citin ¡
ei rancio j a m ó n , cuando DON ABUNDIO
el queso de Flandes, se pone mejof.
el buen salchichón;
pero sobre todo Cuida tu salud
reciba loop ABUNDIO , por Dios,-
el rico ESTOFADO porque si recaes i ,;
de grato sabor. todo es confusión;
La España se llena bebe buenos tragos,
de satisfacción cómete ur»dephon¡
cuando DON ABUNDIO y en cada, vegada
se pone mejor. diez libras de arroz.
La España se llena
Que el soldado marcho de satisfacción
al campo de honor, cuando DON ABUNDIO
que Adonis inciense se pone mejor.
el templo de amor,
que tan solamente Con estadieío.
reverencio yo te pondrás mejor,
de ambigú y cocinas dando algún paseo
al sabio doctor. del Pardo al Tirol,
La España se llena de Pequin á Goa,
de satisfacción de Lima á Aviñon,
cuando DON ABUNDIO porque el egercicio
se pone mejor. quita el mal humor.
La España se llena
Toma, insigne ABUNDIO, de satisfacción
especia y piñón, cuando DON ABUNDIO
empuña el cuchillo, se pone mejor.
prepara un capón, MURCIA.—JOUSÉ tfiEiaí» M A R U N Í Z .
Doña P ' a n t a l e o n a P e r o l d e E s t o f a d o , esposa, d e l m u e r t o
q u e h a f a l l e c i d o , sn« 33 h i j o * y $9 s o b r i n o s y m e d i o ,
U o ñ a R o b u s t i a n a ISstofadode T e r n e r a , h e r m a n a .del
difunto q u e ha muerto, sus íntimos amigos el célebre
R o s s i n i , e l J u d i o E r r a n t e , Luis F e l i p e , c i l i o Vivo y
demás notabilidades y redactores de la inconsolable'
Mi0t$ !.%:-;•-•; T..-'..-.-ÍÍ'/; !•-•(«.•,• .-yitiaj-^;

y aJíjfóí a¿ ,/aneia/ ríete Aai éec -mina- ¿e na &fe'

ce/¿áé'a% can.'Gíaana M ae&¿/¿z44a, ed€a >nacñe a, tezdf

W¿¿j¿ ,{¿fá"'/av".inámaáaaa en '/a m/é¿f¿a fiáMdrfee¿a<t ae

<ya>n.''\'<Srá$i(í. en
^Lon¿/¿e,j ¿ en /a tí&
'{ete- wcmtiaw
^méícm. El duelo se despide en Sueca, en casa de Don
José Bernat Baldori .donde para mayor comodi-
dad de los concurrentes, estarán á su disposición
los magníficos trenes de Sabatini.

M:,
566
„ MUERTE este hombre memorable. ¡Pobre DON ABUSWOI
¡ Séale la tierra pesada! - '
DE D. ABUNDIO ESTOFADO.
TESTAMENTO
El dolor nos ahoga , el sentimiento nos abru- DE ABUNDIO ESTOFADO.
ma , la pluma se nos cae de las manos al escribir
estas líneas para dar cuenta á nuestros lectores
del triste suceso ocurrido en la redacción de LA
S I S A . [Don Abundio! ¡Ah! ¡El desventurado ¥ 0 , el pobre ABUNDIO ESTOFADO ,
don Abundio que era el alma de nuestro periódi- hijo de cien cocineros,
co ha volado como un pajarito sin cola á la man-
sión de los justos. ¡Pobre señor! cuando estaba gloria y prez de los pucheros,
fuera de peligro y acabafet de dar una vuelta al y honra del frito y asado,
rededor del mustio tan guapo y tan interesante Al ver que del mundo emigro
¡quién lo digera! tuvo la fatal ocurrencia de co-
mer un cañamón en ayunas., y le dio un torozón aín remedio y con urgencia,
manchegoque le quitóla vida en menos de vein- por culpa de la dolencia
ticuatro horas! ¡qué lástima de mozo, á los mil
novecientos años, que es como si digeramos en lo que me ha puesto en tal peligro,
mejor de su edad ! Siguiendo de otros la norma
Ya no hay Estofado con E mayúscula ; ya no en tan crítico momento ,
nos queda mas estofado que el que empieza con e
pequeña. Consolémonos con un estofado á la me- ordeno mi testamento
moria del oíro Estofado. Esto es lo único que en esta manera y forma : =
puede dulcificar nuestras amarguras, mitigar Ante todo, con gran caima,
nuestros pesaresj vivificar nuestros corazones,
enjugar nuestras lágrimas. Pero ya es hora de y de mi fé en testimonio, *
referir á nuestros queridos lectores lo que tanto encomiendo á Dios el alma,
tes interesa saber, porque no puede menos de
interesarles todo lo que tenga relación con un y la peluca al demonio.
héroe, con un bravo, con un impertérrito coci- Que aunque yo nunca me arredn
nero, que solo necesitaba no haber muerto n u n - y estoy cierto que me salvo,
ca para ser inmortal.
mejor me abrirá San Pedro,
DON ABUNDIO murió después de sentirse malo,
siendo lo mas particular que nunca estuvo tan cuando advierta que estoy calvo.
malo como un momento antes de morir. [Qué Mas para salir de ;ápuros
malo sepusoi Se puso tan malo, que se murió.
En seguida la redacción de LA. RISA tomó todas y evitar algún naufragio,
las disposiciones para tributar al difunto los ho- dejo de aquella en sufragio
nores y consideraciones á que por sus luces y veinte y cinco ó treinta duros.
sus servicios se había hecho acreedor. Abrióse el
testamento que á continuación insertamos, y to- Cuya cantidad quisiera,
dos nos quedamos sorprendidos de la generosidad si no es inútil mi ruego,
de DON ABUNDIO en mandar cuanto poseía, cuan-
do no le hacia falta para nada. Agradecidos á su que saliese desde luego
generoso desprendimiento, Ribot le rezó un res- del bolsillo de... cualquiera.
ponso, Príncipe una sinfonía , Ayguals un pade-
d ú , Zorrilla una maldición y Víilergas nada, Porque es tal mi carestía,
porque no sabe rezar. Todos nos hemos esme- que á no haber quienes me valgan,
rado en servirle hasta la última hora, y difícil las misas preciso es salgan
seria pintar el séquito de su entierro. Un nume-
roso concurso de mas de quinientas mil personas de allá de... la sacristía.
precedían el cadáver, y detrás iban sobre dos- También entra en mis ideas,
cientos mil coches y otros tantos ómnibus y car- para el compás de e s t e w a l s ,
romatos, llenos de gente alta , como generales,
condes y marqueses, lacayos y aguadores. De- el nombrar por albaceas
lante y á poca distancia del carro fúnebre una á Ribot y á Sergio Ayguals.
escelente orquesta de ocho mil músicos iba t o -
cando cosas tristes, como la jota aragonesa, el A quienes ruego consulten
punto de la Habana, la caña, la muñeira y los cuando mis ojos se cierren,
toros del Puerto. El cadáver fué depositado en su si es mejor que me sepulten
nicho después de haberse leído sobre su tumba
en tono solemne y melancólico las siguientes ó valdrá mas que me ehtierren. ,
composiciones que forman la corona fúnebre de Y en unoú en otro caso,
567
quiero que asistan de gala de oro, plata ó calderilla
f armas á*Ia funerala se lo mando, dejo y lego
treinta ninfas del Parnaso; á mi compinche Bonilla.
Conduciendo elatand, Para que el tal se lo coma
aunque soy tan grande bolo , (y buen provecho le haga)
las nueve hermanas de Apolo en Londres, Argel ó Praga,
,!
%'bn su cítara y laúd. ó en Liria, Ruzafa ó Roma.
Y á fes al baceas dichos, A Villergas (Juan Martin)
en premio de la eficacia para remediar sus males
co^quVVumplan mis capriebos, dóile el huerto sin frutales
«les doy (en plural) la gracia. que compré en Albarracin,
'" ítem: afirmo y prevengo En el cual, si planta idilios,
que me casé siete veces, odas, romances y endechas,
y mas descendientes tengo logrará buenas cosechas
que treinta nogales nueces. de Horacios y de Virgilios.
Pero, á pesar de es.tas bodas, Dejóle al señor Bretón,
íe declaro celibato,f en muestra de amistad fina ,
á la cala -¿«.«ttesHosdas el mas gréhde eacnaretr
¿fiero la de mi gato. que se encuentre en mi cocina.
A quien , aunque cause asombro Y también en darle acierto
porque alicabo es animal, el garfio de mi bandera,
designa, instituyo y nombro; para que de esta manera
mi herederoiKirversal. tenga completo el cubierto.
Eligiendo por frutora Al Príncipe de L A RISA
de este guardián de cocina le hago la corta fineza,
á la bella Carolina . *•>. de dejarle una camisa
Coronado, mi señora.- •* para el uso de Su Alteza.
La cual es mi Voluntad : ' Y al señor Diez Canseco,
que de la hacienda se encante, con las mismas intenciones,
hasta que elbuen Mirliñante le lego mis pantalones •••'•
salga de menor edad. la corbata y un chaleco;
¥ á fin deque á ciertas gentes Que aunque es probable que algo ancho
fAi silencio no arnostaze, dicho legado ambos hallen,
que se lleven, sFles plaCfe, que lo tomen y qne callen,
las MoíéT&ssiguteBtes¡¡=s que al buen ealiar llaman Sancho.
Mi señcíríéon Wenceslao, A Zorrilla (don José)
que tanto apreció-mi bulto, el candil grande le enlazo,
quédese aqire! caiffpo inculto que es muy justo que se dé
que tengo junto á Bilbao. á la zorra candilazo.
Donde si látierWrfiescarba, Una ratonera á Toño
tal vez encuentre nn tesoro Gil y Zarate le doy,
de cierto ricacho moro, para que en ella desde hoy
queMuvo, cual él y gran barba. crie un canario con moño.
Mas\si a meter llega «1 codo A Florez (José Segundo)
en estaVofundidatfy*. •''*•• de quien fiel amigo soy,
que no se ISÉJeve todtíy¿> le dejo... aquí en este mundo,
sino solo... laK^oltad. mientras yo*#r otro me voy.
Q»e el otrome^ietalego AManini, mi escudero.
568
le mando por una vez un heredero con rabo.
la mano del almirez, Y... pero no puedo mas...
para hacer el ajo-arriero. Santa Bárbara 1... ay de mí 1.,,
Y así sucesivamente ¡que me lleva... Barrabás 11!
tomen lo que tengan gana JOSÉ BEHNAT BALBOVÍ (1).
Hartzenbusch, Rubí, Diana, i_J
Mata, Guerrero y Lafuente. (1) No podemos menos de llamar la atiticion
de nuestros lectores sobre la conducta antipas
Sin que dejen de tomar, triótica de este redactor tes^arrieVilario, quién
también parte en la demanda, ha cometido la inaudita imprudenci^¡de repartí*
Asquerino, Abenamar, á manos llenafeentre el prógimo^Jas gracias';&
bienes de fortuna de que. hubiera podido dtspoS
Valladares y Miranda. ner sin escrúpulo en su favor, quedándose I p e ^
Porque nada importa al cabo sar de tan favorables circunstancias como ti | ¿ £
lio de Morón. Esperamos que esta conducta, nti¡
que se quede en esta herencia tendrá afortunadamente muchos imitádóés.
á la luna de Valencia • N. de la Red.)

ELEGÍA. En las ramas delsauce que amoroso


cubre sus rnwertas sienes T - I • >
cuelgan para arrullarle en su raposo» ;¡
Bien debes esconder, sereno cielo, calderos y sartenes. ',it¡¡ i
tu esplendorosa lumbre,
y, en torno desplegando el ancho velo, Un eco se prolonga en el alturas „i .,
con sombra ornar la cumbre. de dueloel alma llena,:. uímnon. •
«Abundio !» dice el ciento eBslai espesura,
La escelsa cumbre en que radiante el dia y «Abundio [o en torno suena. ;
tendió su manto de oro
¡ay! cuando alegre susurrar se oia:
el céfiro sonoro.
En dónde, en dónde estás? por qué tu frenip
No ya su blando saplo en la enramada yace en la niebla hundida?
Jas hojas estremece... qué negra sombra encapotó inclemente..;;
cabe el ciprés, con lágrimas regada, la antorcha de tu vida?
fúnebre flor se mece!
Tú, á quien vimos ayer cruzar serena
¡Oh! ya no existe el sol claro y lumbroso la senda de las flores; : ¡ r
cuya faz peregrina Tú, que jamás gustaste, al Hantoageno
brillaba en el recinto venturoso la hiél de los amores ;
de espléndida cocina!
Tú, cuyo peeterá la ambición nóiaráfai
I Oh ' ya no alumbra en el fagon la llama; ante quien Marte ajffld«»,;f •
ni el humo en densa nube su temeroso ceño depoti¡a;í: i^j^.,
por el luengo cañón se desparrama T u , de buenos i
y hasta el Olimpo sube!
Cóméiasí, entre Ias;«»®bras de temuertí.
569
de nuestro amor huyendo, EÜ LA MUERTE DE
convertirte has podido en hielo inerte,
la altiva-sien hundiendo? D. ABUNDIO ESTOFADO.

Por t í , dejand» el'arenoso lecho j Oh qué terrible asunto !


: ya murió don Abundio ; trance horrendo!
do le huilden sus pesares,
raudo se arraát'rk en Uigrímas deshecho, cerquemos al difunto
rugiendo\ú Manzanares. con tierno afán diciendo:
salid sin duelo , lágrimas, corriendo.
Y en su orilla ios ninfas sollozando Ya el aire en su cocina
rnuestranlla frente pitra, no vuelve á respirar ni por asomos.
sus antiguas canchones olvidando, No valió la cecina,
en medio i su amargura. no sirvieron los lomos.
¡Válgame santa Tecla, lo qué somos!
Fabio, s i t a no lloias, pon atento Aun no hace siglos ciento
la vista entesas bellas, que el pobre don Abundio era un buen chico ;
que, con doliente \»z., al firmamento brincaba de contento,
levantan sis querellas. y hoy torciendo el hocico...
I ~ cerrando el ojo dice : «abur Perico '.»
Tiende en torno bs ojos,; solamente Aunque cadáver yerto,
veras un m r de llanta : este gran hombre, cocinero augusto,
el sol hundió su luí bre en Occidente; ¿quién dirá que está muerto?
brota el no turno espanto. Mirad, sin ceño adusto,
que enteróte va al hoyo y qué robusto.
Entre el horror uaia tiriiebla oscura Al ver con ira insana
que en dueláelalma llena, ' cual la muerte le dio golpe furioso ,
«Abundio» el vientol al resbalar, murmura esclamo con Quintana,
y «Abundio\en torno swena. • trocando el osa en oso -.
¡ay desgraciado del que nace hermoso 5
¡Ayí que del sauclel pabellón umbroso [Quisiera verle vivo:
cubre sus mertas si-enes, más no tienen la gracia peregrina
y en concierto le arr»Ian bullicios» para volverle activo
calderos y satenesf '••'•• su mando en la cocina,
los polvos de la madre Celestina.
Ya no hay eonsuelohl corazón quellora!... ¿Y estos son los despojos
bello asoman* el dia '>'• de un hombre tan profundo y timorato?
tornará al cielo suriseña aurora, Los ojos en sus ojos
no al alma Jailegría! fijemos largo rato;
parece que en su vida ha roto un plato.
El astro de la vida, «minoso, La muerte en solo un punto
rota su faz diwia$•• nos privó de este numen estupendo;
no alumbrará ya el ¿feiventuroso • cerquemos al difunto
de espléndida ^ciná! con tierno afán diciendo:
FRANCISCO CEA. salid sin duelo , lágrimas, corriendo
Del mundo pompas falsas
ya no nos llega al cuerpo la camisa ;
& sin cocidos y salsas
<**»*.'
puesto que uadie guisa
570
¿quién podrá ya escribir para LA R I S A ? inmolaba gallinas y capones,,
De dia y por la noche y asando codornices y piehqnes
cuando de este incidente me hago cargo. pasó su juventud, su vida entera.
estoy á troche y moche {Y todo en vano fué! ¡ Y ABUNDIO ha muerto!
vertiendo llanto largo, ¿ Ha muerto ej cocinero .»<»: ABUNDIO?
que es un llanto de almendras en lo amargo. |Ay! ¡ay! ¡ay! ¡qué dolor l,..¡qué desconcierto.
¡Oh I cuando yo medito Llórenle Tirabeque y Fray Gerundio ,
Ja triste realidad del lance adverso, que yo ¡infeliz! ni aun aquejarme acierto
por mas que me derrito falto ¡ay! j ay ! ¡ay ! de consorlante en undio.
ni bueno ni perverso MIGUEL AGUSTÍN PRÍNCIPE.
puedo festivo producir un verso.
Quiero escribir ¡ bobada! POESÍA
se pierde la ilusión, vence el disgusto ;
LEÍDA JUNTO AL CADAYES IEL MALOGRADO
no hay gusto para nada,
y este disgusto es justo, D. ABUNDIO ESJOFADO. ,
como no hay que comer me falta el gusto.
Ya no hay RISA señores; ¡No existe yalít..¡la turnbadespiadadá
permitidme que en llanto me consuma. por fin le devoró! fiera. 1* muirte
Adiós, caros lectores, con su terrible espada
pues que el pesar me abruma ha dado la mas bárbara estoáda
solo en hiél puedo remojarla pluma. al cocinero mas heroico y forte.
Lloremos la memoria ¡No existe ya 1 ¡miradle! el,mé slgun di*
del que un tiempo nos dio ratos muy tiernos los mas soberbiosguisos:pre!arába ,;
y ya goza en la gloria y el olfato de tantos complaia
los bienes sempiternos y el paladar de tantos halagaba:
á donde están los ángeles con cuernos.. el que con tanto esmero*
Diránme los lectores ,. el que. con tanta ¡gracia. tt
¿que si hay motivos? sí señores, hayles. la mano majvcjajba.del m.oiiro ,
Adiós, adiós, señores; que el profesor mas hábil di farmacia
canten de boy mas los frailes, á su lado era,un cero¿ . • i .
que ya no está la zorra para bailes. el de gloria d i v i n a , . .
Huyamos de este punto el de fama tan alta:,
para nos melancólico y tremendo ; que podia en materias de e;cina
y al dejar al difunto al mismo Napoleón dar qupce y falta ;
lloremos repitiendo: el hombre mas alegre que jii fandango,
salid sin duelo, lágrimas, corriendo. digno sin duda de inmortá corona,
el que tenia en toda comuna' . .•
JUAN MARTÍNEZ VILLEIIGAS.
la sartén por el mango, i
no existe ya... ¡ miradle!.. ¡ Oh mi maestro!
A la tttalofjratta memoria «Met
¿. no me respondes ya ?mia qué vino:
insigne cocinero clon Abun-
dio Estofado. te traigo tan divino... ¡,; •••' ••>
¿prefieres al Jerez un pade nuestro?
SONETO. ¿Tan crudo es tu destine, . ..;,•-,' ¿h
¿A quién perdonará la muerte fiera, ha hecho en tí la muerte;al estrago ,
cuando sorda á plegarias y oraciones que no puedas siquiera ehar un tragó ?
emprende de ese modo á mogicones qué horror! qué horrorlAbundioI tú-en el cielo
al que su amigo y su instrumento era? estás de cocinero de algm santo;
El en sus aras con cuchilla fiera y nosotros en tanto
571
con lágrimas de duelo ' '' "'' Cuantos fueron testigos
tus despojos regamos en el siíefó.' de las virtudes de hombre tan esperto,
Y á tí te ofende el llanto ¡ |V !
amigos ó enemigos,
sin duda porque al aguasé asemeja, hacen justicia a! muerto.
mas vé que el que seagocia a nuestra queja Esto es consolador, Abundio caro,
es llanto tan ardiente, tus hechos ha grabado en la memoria
que yo creo que es llanto dé aguardiente. con su buril la gloria;
Harto , Abundio , previa á tu mérito raro
que el cielo despiadado no hay quien no preste admiración y culto ;
del risueño ambigú le arrancaría. no sufrirá tu tumba un solo insulto,
Dios te quiso á su lado; : y los cofrades de L A RISA todos,
el aroma sin duda de algún guiso pues saben bien que el agua cria barro ,
por tus famosas manos preparado vendrán á tí beodos
llegó á su trono de ángeles Cercado-, ' áincensarte con humo de cigarro,
y á su lado te quiso •':••'••'•• •:••' y lo mismo el magnate que el jamancio,
para gloria mayor del pamiSo. para no mancillar gloria tan p u r a ,
LA RISA se acabó... ¡gran Dios!... ¿quién ríe la yerba de tu pobre sepultura
euando Abundio úo frté»?'' quieren solo regar con vino rancio.
;
Huye, musa festiva,. < A. RlBOT Y FONXSBRÉ.
que ya cantar al Salchichón, 'ffio puedo,
ya no puedo cantar la Lavativa:-
EPITAFIO.
¿Quién quiere mi laúd? yo se lo cedo.
Vedme serio y sin ganas Aquí descansa quien merece tanto
de ver reir siquiera, que hasta LA RISA se deshace en llanto.
rodeado de jóvenes intonsos WENCESLAO AYGUALS DE IZCO
y de cabezas canas,
que con voz plañidera k la memoria del malogrado héroe de los guisos
misereres entonan y res^añsoá. <*
El luto es general, el mundo l'ora; LETRILLA.
triste la lavandera Conviértase en llanto
va de luto vestida al Manzanares; mi eterno reir...
sus sollozos la fámula devora, Don Abundio ha muerto!
y van formando mares, ay triste de mí!...
lágrimas derramando ¡á/eente^ares.
La aflicción es tan honda Llegad cocineras,
que yo he visto con luto' en el sombrero fregonas venid,
al amo de u^á füh'dá.' lasde bello cuerpo,
Hasta Tloran las liebtfesy perdices las de faz gentil;
y pavos y marranos» • •'• teged cien guirnaldas
que aunque Abundio ínfirfi'fós inmolaba ,
de hojitas sin fin,
se creían felices •'• -i ;í
ya de yerbabuena,
pori40-'bien que en seguida los guisaba.
ya de peregil.
Hoy ven al cocinero portentoso
Don Abundio ha muerto ! ¡
que el ataúd reducirá» á cSfriza,
ay triste de mí!....
y dicen, cual Q u i n t i t ó j ' * \-
Adornad con ellas
alque se alegra de su muerte insana;
la tumba feliz
«la muerte de un contrario valeroso
del hombre que honraba
solamente el que es vifla solemniza.»
la patria del Cid.
512
De) héroe que hacia como el que guisaba
biftec y rosbif, mi héroe infeliz.
dignos de la mesa A la vizcaína
del mismo Roschild. se hacía engullir
Don Abundio ha muerto! dulce y fácilmente
ay triste de mi!— cual grano de anís.
Yo que tan rollizo, Don Abundio ha muerto!
tan sano le vi ay triste de mí!..,.
la sartén del mango Y pues no se eome
mis huevos freir! ya e n e s t « p a i s ,
He de verle ahora mis agudas penas
exánime aquí, no quedan así.
y á la muerte horrenda Bebamos, amigos;,
doblar la cerviz? bebamos sin fin,
Don Abundio ha.muerto ! que el dolorse templa
ay triste de mi!.... yéndose á dormir., ,
Quién comerá coles, - ,, D<m Abundio ha muerto 1 .
ni arroz con perdiz, ay triste de mí!.... ,,;úi
¡ ni pollos asados, Qué trago tan triste < >-.
ni truchas... ni... n i . . . tener que morir!,,..» >. •
No mas alimentos! y eso que. los traaos
pues no hay en Madrid me gustar á mí.
quien los condimente ¡ El dolor me ahoga,
couio hubo hasta aquí*; no puede escribir... :?.
Don Abundio ha muerto! Aguárdame, Abundio,
ay triste de mí.'.... mucho por a h í ,
Desde hoy en España que yo por ahora i
ya no hay que pedir trato de vivir.
jamón con tomate, Querido, te has muerto?
dulces, ni perdiz. pues... requiescas in...:• -
Todo sabe a p e s t e , -PACE.- •••-'••

todo es malo , vil, ¡ .. WENCESLAO A Í G U A I S B E IZCO.


todo nos da náuseas, ¡ .<,.,.
todo causa esplín. EPITAFIO.
Don Abundio ha muerto !
AL COCINERO » E LA RISA D- ABUNDIO ESTOFADO.
ay triste de mí!....
Llorad, ¡ó vosotros! Aquí yace entre,estos ripios,
Ribot, Baldoví,,,. ; un partidario del lomo . .
que tenéis la panza quien, sin saber cuándo ú cómo ,..-•.
como na tamboril. ..•: .••;. puso fin ásns principios.: • •
Ya vuestro consuelo R. 1. P.
dejó de existir; Amen. J. B. B%moyi-
y no habrá ya nadie
que os dé un langostín.
Don Abundio ha muerto !
ay triste de mvL.,.\ •
. Nanea el bacalao
tan rico comí. F,m,
ABENAMAB. (D. Santos López Pelegrin.) Atractivos del invierno. II 333
Epigrama 339
El corbatín 88 Modas inglesas de invierno 339
Las lisas 130 Al lustre de Europa. . 3M
Las medias 32o Modas de París 349
ALFARO y GODINEZ. (1). Agustín de.) Epigrama 370
A mi amigo D. Juan Martínez Tillergas. . 478 A D. Antonio Ribot y Fontscré. 381
Arte de darse importancia en el teatro. . 384
ALVAREZ MIRANDA. (D. Vicente.) Sentencia 38 4
El borracho 73 Gracias de los niños 391
Oda á los garbanzos 118 Contra la seriedad. Fábula 402
La risa. Polímet.ro filosófico. . . . . . . . . 220 A mi amigo D. Juan Martínez Villergas. 413
El clérigo gastrónomo 296 Arte de conocer á los hombres por las
uñas . Í23
AMADO. (D. José Benito.) A I). Antonio Ribot y Fontseré 428
La dulzura 114 Epigrama 431
ASQÜERINO. (D. Eduardo.) Un dia de Campo 431
Soneto 450
A un chato. 133 La jovialidad 463
Carta dirigida al espalriado Juan Martínez Distracciones de D. Anacleto 467
Villcrgas 371 Letrilla 481
Risa y llanto 488
AYGUALS DE IZCO. (D. Sergio.) 490
Soneto
Yo á mí. . 498 Soneto 818
Epigrama 822
AYGUALS DE IZCO. (D. Wenceslao.) 523
Soneto. . •
Costumbres gastronómicas 9 Soneto 550
La judía resentida 17 Epitafio 571
Una cita 26 A la memoria del malogrado héroe de los
A D. José Zorrilla. Epístola en prosa poé- guisos. Letrilla 371
tica. . . , 47
Letrilla. 8(i BEBEDOR. (El.)
A Fr. Gerundio. 88 Un cofrade de la hermandad de Baco á sus
Angelito 98 amados colegas. 261
A mi amigo Zorrilla que se hace el sueco. 100
Flacos y gordos 103 BERNAT RALDOVI. (D. José.)
Las melenas. Soneto 111 La Col 53
Epigrama 136 A la Risa 62
Fallo sin apelación. Soneto 143 Rodrigo á Gregoria 134
Coloquio galante , . . . 143 Gregoria á Rodrigo. 161
Epigrama. . 157 Rodrigo ¿Gregoria. . . 168
Epigrama. . . . 1(13 Gregoria á Rodrigo 181
Declaración amorosa de un comerciante es- Epigrama 201
trambótico á doña Gumersinda la corpu- Epigrama 219
lenta, ninfa de sesenta abriles 198 A mi amigo D. José María Bonilla 241
Me importa mucho. Canción 208 Epigrama 350
La respuesta de Marta 229 Epigrama 412
No hay vino que no sea rico. (Soneto bá- La puerta de hierro y la gente del bronce. 441
quico.) 230 Epigramas tan chistosos como otros muchos 498
Al señor Mas. (Soneto masónico.) 247 Epigrama.^ • 506
Contestación del cocinero de LA RISA á Adiós, señores, hasta la vista , 510
don Eduardo V. Maiquez 253 Epigrama 519
A Fr. Gerundio 266 El abanderado de los gordos al coronel de
Huevos y chocolate 269 su regimiento D. Antonio Ribot y Font-
Los huevos. Canto épico. 270 scré 541
Origen del carnaval 27o Verdades diplomático-políticas á guisa de
Un baile de máscaras 277 epigramas 339
Juicio del año. . 304 A D. Antonio Ribot y Fontseré 541
Arte de conocer á los hombres por el pelo. 308 Carta de Sentó Beseroles á Pascualo Ra-
, Atractivos del invierno. I 323 . tolí •
574
Testamento de D. Abundio Estofado. . . . 866 ESTOFADO. (D. Abundio.)
Epitafio al cocinero de LA BISA. . • • < ¿ • 872 El cocinero del ambigú á los españoles. . 121
BONILLA. (D. José Maria.) FLORES. (D. Antonio.)
Artículo epistolar á D. Wenceslao Ayguals Cada uno en su casa y Dios en la de todos. 203
de Izco 112 FR. GERUNDIO. ( D . Modesto Lafuente.)
iBvt amante abandonado á su ingrata Clara. 199
A mi amigo D. José Bernat Baldoví.. . . . . 239 Calvas y pelucas.". 55
Declarastó amorosa de Tófol el chufero a A l a comunidad de L A R(SA. . . . . . , \ 94
Manela la catalana. 309 Un par d« apuntes. . . . . . . . . . . . . . 176
Mentiras al revés: cosas que no son. . . . 433 Soneto-contestación de Fr. Gerundio, al so- >
Meditaciones de un hombre sin dinero. . . 308 neto-escitacion del hermano Ayguals de
Izco 266
BRETÓN DE LOS HERREROS. (D. Manuel.) Defensa del chocolate. . . . . . . . . . . . '266
Picaro mundo. . . . . . 341
Dichosa edad. 7
La niñez. . . . . . . . . . ¿. . . . 41 FUENTES. (D. Valentín.) -
La adolescencia. . 122 No hay cosa como dormir... . . . . . . . 491
La juventud. . . . . . . 143
La virilidad. 196 GARCÍA LUNA. (D. Ramón.)
La vejez.- 249 Glosa 219
El carnaval d é l o s demonios. . . . '.-. . - 318 Mi retrato. 53»
El tabaco. . - . - . . . . . . . . . . . . . . • 338
Una n o t a b i l i d a d ! . . . . . . . . . . . - . . 461 GARCÍA TEJERO. (D. Alfonso.)
El baratero. . . . . . . . . . . . . . . . «'. 470 El pilluelo de Madrid. Canción .... 833
BUZARAN. (D. Juan Guillen.) GARCÍA, DÉ TORRES. (D. Juan.)
Romance esdrújulo. Lamentos de un m a - :., Sacrificio de Fandilas. . . . . . . . » . . . 446
rido. . . . Í2i GIL Y ZARATE. (D. Antonio.)
Romance esdrújulo. Un lance de amor. . . 2 3 3 El poeta dramático. . . . . . . . . . . . . 79
El estudiante D. Pedro. Parte primera. . . 543
Eljestudiante D. Pedro. Parte segunda. . . 348 GRUALBA. (D. José.)
CASILABI. (D. Santiago.) Romance 468
Defensa de Jas trabillas. . . . . . . . . . . 89 ;••: GUERRERO Y PALLARES. (D. Teodoro.)
Una extravagancia. . . , ; . . . . . . . . 90 La situación. . . . . . . . . . . . . . . . . 417
."' - CASTILLO: (D. José María del.) Carta éstravagante. I. . . . . . . . . . . 545
Apología del nabo. * . . . . . 134 Garta éstravagante.- II. . . . . . • . . • . 550
••'•'•'••:':; CEA. (D. Francisco.)•' *'>'-"• *•' GUTÍERRIíZ MOYA. (D. José.)
Romanticismo: ; : . . . . . . . . :.'.'>' . . . 453 Cosas de. Andalucía . . . -. 312
Elegía.".•'.. . . . / . ¿V.i^.U . . . . . . . . 368 ;':; HARTZENBUSCH. (D. Juan Eugenio.)
• CORONADO-. (Señorita doña Carolina.) < Querer de miedo. . . . . . . . . . . . . .... . 32
Mariquita la pelona. Crónica del sigloXV.L 230
La poetisa' én un pueblo. . ; ; : : . . ' . . 331 Mariquita la pelona. II. . . . . . . . . . . 235
Fábula. Elegoismo. . . . . . .'t!,»". . . / 342 Mariquita la pelona. III. . . . . . , . .,..,..,• ;244
A la jovialidad. . . . . v:. . . . 338
ILLAN MARTÍNEZ. -(D.'José;)'
;Galas postizas. . ." . . . . . . . . . , . , . . V>.. .839
A D. Wen cesl a o A y gúals dé IzCo. . . . . . 482
"í" i '.'.'. PIAÑA. (D. Manuel Juan.)
Los hispanos á D. Abundio Estofado. . . . 862
^Exigencias-. . . . . .- .-. . •• . . . . .• . . i . 114
. LÓPEZ PELEGR1N. (D. Eduardo.) .-'-j
Wi sobrino.- . . . . . . . . . . . .". . . . .187
Ataque-y-defensa.- . • ; . - ¿ . - . • . - . . - .-. ¿ ' . 3 9 3 Percances • noeturnos. Y . •;'."'¿;;¿ . . . ¿ . 225
-tístravagancia, cuento ú fantasía-, . . • ¿ v 419 Letrilla.ó lo que salga. . . . .•'•'. . . . . . . . 288
El sombrero. J . . . . . . .; ¿ . . . . . . . 387
;::4 DIEZ CANSESO. {D. Vícenie.); V
~}>, ! ; MAIQÜEZ. (D. Eduardo V.) :::¡
-La risa de mi -muger. , . - . . , 182
Solvencia. , , . . . . . ' . .-.' . 394 A los.redactores de LA RISA. . . . . . . . . 234
DOT MICHANS. ~(D.' Juan.): . r : ;;:v ' / MANZANO. (D. Julián.)
Proposiciones de paz entre F r . Gerundio, Una calamidad pública. . . . . . . . > . . . 48
Ayguajs de Izco y E. L. Relegrin. . . . 293 Abusos de la nariz. .... . . . . . . . • • • 320
ESCOBAR. ( D . Ignacio José. ) MARAVER. ( D . L u i s . ) I
A u n a coqueta. . . . . . . . . . . . . . . . 3 4 9 Las ligas é mi morena. . . • • • • *•<•.• -•. ^ 1 *
ESCOSURA. (D. Gerónimo dé la.) - MAS. (D; José.)
Redondillas. 245 Soneto. .'. . . . . . . ; . 2í
>• 575
" MAgSA'íffD. Cititís.) Epigrama 323
Pronunciamiento de las 1egüift|res. . . . 126 A 1). Wenceslao Ayguals de Izco. . . . . 367
La última muela 376
MATA. (D. Pe|¿o¿) Yentajas del que no tiene piernas, 6 del
Costumbres francesas. J § | p . . 127 que las lleva de palo. 1 393
Ventajas del que no tiene piernas, ó del
MENENDEZ.¡£(/B. Baldomcro.) que las lleva de palo. II 402
üjMi suegra otraáiéi en casa!!! 352 A 1). Wenceslao Ayguals de Izco 424
El desquite, .*% 527 A D. Juan Martínez Yillergas. 440 .
Estrema condescendencia !' Espantoso fata-
J p j f T E R O . (D. Juan.) lismo!!! 470
Rosa y Pasifíal 433 ' El máximo y el mínimo. I 494
_J] MORAN. (D. Gerónimo.) j El máximo y el mínimo. II 502
Oda á los gordos 517
Lance, nocturno , 466' A D. José Bernat Baldoví (el Sueco.). . . 529
Ajfls' enamorados • .'•' 524 i Poesía leida junto al cadáver del malogra-
pigramas 533 ;
f pigrama
MORENO. (D. Enrique Vicente.)
538 !
]
do D. Abundio Estofado
RICO Y AMAT. (D. Juan.)
570

Mí viaje á la Alcarria 535


A D. Wenceslao Ayguals de Izco. . . . . 257
ROBELLO. (B.Francisco.) (Tio Fidel.)%,
MOTEZUMA.
295 Las golondriuas con faldas. . 2l2
Un estra... go
450 RODRÍGUEZ RUBÍ. (D. Tomás.)
El wals. .
MUÑOZ Y GARNICA. ,(D. ¥ • ) " * ' Los cumplimientos 109
¿Qué es un jaike? . . . . , . ' . ..... . . . . 360 ROMERO Y LARRANAGA. (D. Gregorio.)
NEIRA. (D. Antonio.) El nombre de pila 13
La nariz de mi devoción 147 La gastronomía y la literatura. 514
ORTIZ. (G.) ROSELL. (D. Cayetano.)
Una garantía 451 La noche de San Marcos 408
OVEJAR. (I.) RÚA Y FIGUEROA. (D. Ramón.)
El hombre-barrena 361 Epigramas. 176
S. (D. Alberto de.)
OYUELABUSTAMANTE. (D. Cristóbal de la. )
Oda .•. . : . . . f ^ Á ; . . . . . . . 206 Caricatura 306
PRINCIPE. (D. ftif&élíAgustín.) SAINZ PARDO. (D. Vicente.)
El vestir contra el comer. 65 No hay cosa como comer. . . . . . . . . . 486
A D. Juan Martínez Yillergas 67 SÁNCHEZ DE FUENTES. (D. Eugenio.)
Imperfecciones de la naturaleza 74
El ciego y el mudo 139 Asesinato horrible 419
Amores de la tierra baja 234 SANZ#(D. E. Florentino.)
Letrilla 273 La razón d e / í ñ duelo. . 52
Mi criado y Hermosilla 326 Epigramas. 145
Epigrama tf$ • ' 522 La bruja. I. 279
Epigramas fifí;. . 532 ¡La bruja. II. . . . . . . 285
A la malograda memoria del insigne coci- La bruja. 111 289
nero D. Abundio Estofado. Soneto. . . 570 Calabazas 299
RAMOS. (D. Francisco.) La invención de las trabillas. Tradición de
Al cerdo. los infiernos. 335
306 Allá vá eso. 457
RIBOT Y FONTSERE. (D. Antonio.)
URRABIETA. (D. Mariano.)
El salchichón. 124
Melones y mugeres % fe 157 Carta dirigida al espatríado Juan Martínez
Melotes y m u g e r c s ; M . " | 163 Villergas 371
La lavativa ¥ . f .• 173 VALLADARES Y SAAVEDRA. (D. Ramón.)
Igualdad ante la ley de Dios J 190 Contestación sin pies ni cabeza á la carta
Epigrama^,; . . ." . ^ , . 219 sin cabeza ni pies, de mi amigo D. T e o -
Lamentos de un presidiario. . . . JHL . 228 doro Guerrero y Pallares 560
El Corneta. Canción 1* Pff . 264
Un dia en el parador del Sol 298 VILLERGAS. (D. Juan Martínez.)
Contestado de Mínela la Chincha á Tófol Introducción 3
el chufleta. . - . : - . . . 311 Oda á las patatas , II
w
576
Dn geómetra . . . . ,25? Epigrama. . . . . ¡ , . . g . ./*• .:.\,!', /'V' : ' 393
Las tertulias. I. .¡24. Respuesta á la ear,ta de D. Eduardo te¡qtíer
Jurado famoso. ... 29 riño y D. Mariano Ürrabieta. . . .",^T'. 407
Letrilla . -. 38 A mi amigo D. Wenceslao Ayguals de ízéo! 412
Las tertulias. II. . . . . . . . 38 Epigramas. . . . . . . . . . . . . VJi j '..
Disparates 43 431
Memorialá la cofradía jde los gordos. .,. " 438
Las tertulias. 111 49 La familia de los vice de los sub y de los'
El día de san Isidro (¡3 • ex.-. ; . , , . , •_. -
453
A D , Miguel Agustín Príncipe. Soneto. , . 67 El amigo pegote . . . . . . . .•'.*•. .' •,-[•*"; 458
•El uno para el otro! Cuento eslravagante. ' 69 Los Reyes %, ; \ 463
A B . .Miguel Agustín Príncipe. . . . . . . 77 A mi amigo D. Agustín Alfaro. . . . . 476
Un hombre célebre. 82 Longevidad sin-ejemplo. •%'..'. 479
Las nodrizas • 88 Romance histórico. . . . '. . . . . . . .'*', 184
Letrilla 93 Deplorable acontecimiento. . . . . . . .;_. 490
Un tronera. 1 97 Respuesta.'. . . . . . . . ' . ' . ' .' V'. ,491
Epigramas. 105 No hay cosa como los versos " 492
Un tronera. II. 106 Enfermedad dé D. Abundio Estofado. . . •198
El bigote 113 Letrilla. . . ; 509
Letrilla 118 Enfermedad de *D. Abundio . . 510
Epigramas. .-. 120 Una muger milagrosa
Las mamas. 131 Epigramas.
•m
Glosa atroz 135 A la vida . . . 522
Las tertulias; IV. . . . . 136 A la muerte.., . . . . . . . . . . . . . . . . 523
A D. Wenceslao Ayguals de lzeo, tercero 536
Epigrama. . . . . . . . . . " . . . . . . . „ ' . . . . 532,
: ¡err discordia en la cuestión de ciegos y Propósito de no decir nada. . . . . . . . . . • 547
i iñudos.' . . . ' . . . . . ' 143 Enfermedad de D. Abundio. . . . . . . . 559*
Epigrama. 160 En la muerte de D. Abundio Estofado. . . 5 6 $
Un consejo. 172
Un pleito. . . . . . . . . . . . 179 ZORRILLA. (D. José.)
Una onza de oro. 183 A D. Wenceslao Ayguals de Izco. Epístola
Noche toledana 185 en verso prosaico 46
Ei senador. '....-..
194 A mi amigo D. Wenceslao Ayguals de Iz-
Epigramas. . . 201 co, director de la Risa 101
Mi íaud. . . . . . . . . . . . . . '. . . . . 209 Poco me importa 207
431 ¡ burro. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215 Una verdad como un puño. . . . . . . . . 283
Incendio del polvorín. 217
El tambor. Canción 223 DE AUTORES DESCONOCIDOS. .' i • t

Amores d é l a tierra alta. . . . . • . . . . . 234 Alcaldía vejetal del.Ambigú. . ..*.....-.


El espíritu He contradicción 237 Modas. . . . . .>- • • 143
Guapas y feas , 246 Modas A. . . . . . - . - 171
El pobre' Lázaro.". . . . . ' . . 248 Un suscritor á los escritores de LA R I -
Carta del chiquillo que voló del vientre de SA. E. L. P 202
su m^dre cuando se }B.ce,ndió el polvorín. 251 Noticias de España y del Estranjero. . . . 210
Noche-Buena . 259 Modas de paseo 249
Oración para la cuaresma. . . ';>., 273 Al embuchado de Mallorca 322
"Á los ajos. Oda. . . . . . . . . .?'•. . . . . 278 Una tunda á las modistas. C. F. . . . . . . 343
•El mazo de villar. . . ."••<. . . 315 Modas de España. . . . 364
'El poeta en Madrid. 331 Escena patética. A. . . . . . . . . . . . . 41J
•Epigrama. . . 339 Una pregunta. El Invisible. . . . . . . . . 490
Modismos y refranes. 346 Enfermedad de D. Abundio. . . . . . . . . 506
Mi pereza. . . . . . . . . . . 351 Enfermedad de D. Abundio. . . . . . . . , 518
Fábula. El águila y la bala 361 Casado, viudo y doncello. E. A. . . . . . 519
Gosturabres rusas. . . . . 365 Enfermedad de D. Abundio 526
Tfejcs por esos mundos.. . . . . 373 El compromiso de un tuerto. 3. M. . . . 532
Viajes por esos mundos 377 Enfermedad de D. Abundio. . . . . . . . . 533
Epigrama. . . 383 La friolera. J. >I. . . . . . . . . . . . . 1' 5;37
La confesión . 383 Enfermedad de D.Abundio '541
Á'D. Wenceslao Ayguals de Izco y 0 . Air- Enfermedad de D. Abundio •.,.» 547
tj&Dio Ribot y Eontseré . . . . , . , . . 385 Enfej-mcdad de D. Abundio.^ '.••• 557
Letrilla 390 Mu|Bfele D. Abundio Estofado 566

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