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6 SEAN
MADRID-1847.
FIN DE LA INTRODUCCIÓN.
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con el pié la peluca de uno de los convidados, tas en donde se enseñase al prógimo á manducar
por manera que aquello se convierte en Numan- con arreglo á los progresos de una época en que
cir destruida. las mas célebres notabilidades comen á dos car-
Para evitar, pues, tan horrorosas catástrofes ¡ rillos
debiera el gobierno establecer escuelas gratui- i WENCESLAO AYGUALS DE Izco.
Sabroso, no es lisonja,
y fruto el mas barato del mercado,
Furioso las embisto (1)
el estómago esponja
fritas, asadas, con arroz , calientes;
del ex-fraüe, la ex-monja,
ya guisadas, ya en pisto,
la huérfana , la viuda, el reti rado.
pero en tortilla ¡ay Cristo!
me hacen de gusto tiritar los dientes.
Y es tal su baratura
que todo vicho en ello echa bravatas,
Si llega á mis oidos
diciendo á quien se apura : el son de la sartén sobre la hornilla,
«no hay miedo, criatura, parezco á los partidos
renga á mi choza y comerá patatas.» que en viéndose vencidos
desean que se vuelva la tortilla.
Por la voz acabada
en eirá como Ojeira, Beira yNeira, (1) A las patatas se supone.
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Tanto al amor convida dejarlo de sobra, y tiene mas cargas consigo,
hoy la patata, que decirse debe que un mulo viejo de arriero, y impone mas ga-
con el alma y la vida, velas que el presupuesto de una estraordinaria
que es la flor escogida de guerra.
de este pensil del siglo diez y nueve. Con paciencia se gana el cielo, no vayas á a r -
rugar la frente, amable lector, antes de dejar-
Yo las estoy gastando me presentar las cosas bajo un verdadero punto
con tanta profusión que tengo un censo, de vista, ni acuses ya la tendencia de mi artí-
comiendo ó almorzando, culo como inmoral, porque compare las cargas
cenando ó merendando, matrimoniales con las de los machos de arriero,
y tanto, en fin, en las patatas pienso: ni con las contribuciones estraordinarias. El
matrimonio es una institución sagrada; lejos de
Que si en bailes me veo, nosotros la idea de atacarla ni en su origen, ni
mejor que á las de Straus dulces sonatas, en sus consecuencias; pero sentada esta base,
pegar brincos deseo creemos que, sin penetrar en su religión, esta-
al viejo martilleo mos en nuestro terreno sacando á plaza el ridi-
del venerable wals de las patatas. culo anejo á varias de sus prácticas: es decir
que podemos ridiculizar al individuo, sin man-
JUAN MARTÍNEZ VIIXERGAS.
cillar al gremio.
Antes de todo conviene que sepas, amable
EL NOMBRE DE PILA. lector que yo tengo un amigo que pertenece á
la susodicha hermandad de los casados; que es
un pobre hombre según el dicho de las gentes
¿Lector, eres casado?.... Cuidado, señores, piadosas que le visitan: un buen Juan, según
que como esta es una preguntita que se hace el de su muger que le manda; y un calzonazos,
generalmente á los loritos, pudiera parecer ma- según el de sus criados que no le obedecen:
liciosa, y suponer en quien la escribe la estra-
vagante ocurrencia de comparar á los loros con
los numerosos hermanos que componen la co-
fradía del estado honesto. Algún principio h a -
bía de tener el artículo, y mientras no se me
convenza de lo contrario estoy persuadido de
que tan bueno es este como otro cualquiera.
Si fuera yo á esperar que ningún lector se
tomase la molestia de enviarme alguna incisiva
para satisfacer mi curiosidad, probablemente
este artículo no llegaría nunca á su segunda l í -
nea; por lo que, cuando ha pasado de ella se
deduce claramente que el ánimo del escritor no
era otro que el dedicar sus observaciones con
mas particularidad á los amables cónyuges, por
considerarlos jueces mas competentes para el
asunto. Y aun de esperar respuesta, tampoco
me esperaria la «¡ny, uy, uy que regalo'» pala-
bras que cacarean los papagayos cantoneándose pues en la época que atravesamos los que comen
erguidos, ó rozando su corvo pico en su pintada el pan de nuestra casa son los que miran menos
pechuga; puesto que, el matrimonio de todo por su decoro: y la proverbial fidelidad de los
tiene menos de regalo, pues es oneroso hasta antiguos fámulos va siendo una moneda prohibí-
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da cuya circulación no se permite. Ahora bien, cantadora, que escuchase en silencio la comenr
«1 tal Juanillo cuéntame sus cuitas, me llama zada plática. Uno de los presentes adivinando 1»
el paño de sus lágrimas, y raro es el dia que no intención de la señora, y á fuer de escribano,
lloriquea y se lamenta de su negra fortuna que quiso ponerme en autos según dijo, y comenzó
le hizo nacer en hora menguada, siendo el ri- su relato en estos términos: «Una presunta ami-
gor de las desdichas. La que mayor le parece de ga de esta señora se halla en vísperas de dar k
todas es la locura de su muger, { pues así la lla- luz un heredero, y vistos Jos antecedentes, ha
ma Juanillo) de creerse filósofa y literata; y t a - fallado esta noble reunión que debia meditarse
les encarecimientos me hizo de los estraños per- detenidamente sobre e¡ nombre que se habia de
sonages que asi,stian á la doméstica tertulia de poner al párvulo ó párvula que nazca ; pues es de
su filósofa mitad, que la curiosidad avivó el de- suma-trascendencia, y aun muy integrante para
seo', y la voluntad triunfó de mi natural iner- el porvenir de la criatura. Don Lino, el drogue-
cia, haciéndome prometerle que asistiría á la ro que es el que me ha 'precedido en el uso de la
noche siguiente á su reunión, pues según me palabra, ha convenido en la importancia del
indicó, tenia que discutirse un asunto de suma nombre bautismal, y aun nos ha referido histo-
importancia, y recelaba que entre todos lo echa- rias peregrinas de mil desagradables aventuras,
sen á perder si no habia una cabeza bien orga- por solo llamarse Lino, y confundirle con el que
nizada que dirijiese la discusión. venden en los almacenes de lienzo. A don Lo-
Cumplí mi oferta, y al anochecer del dia s i - renzo le toca el turno de la palabra.» Juanillo
guiente me presente en casa de Juanillo. Ha- inclinó la cabeza hacia mi hombro y me dijo: A
llábanse ya reunidos los tertulios, y conversa- estele llama mi muger el.críüco.
ban acaloradamente. Apenas me saludaron, y —Poca edad tiene para egereer tan importan-
menos^e cuidaron de reparar en m í , á escep- te misión.
cion de Juanillo, que me estrechó la mano con — Pues no se para en barras. De todos habla
el mayor interés, y que se apresuró á decirme: mil pestes. ;
—¿Supongo no te irás á incomodar porque no —Entonces no critica nunca, sino que siem-
te hayan hecho maldito el caso? pre censura. Oigámosle.
— Nada menos que eso. — Señores no sé porqué ha de ser importante
—Ya se vé,, como tú eres también artista e s - el nombre: es verdad, que yo no sé por qué se
tás acostumbrado á sus trotes. ha de dar importancia á nada... Qué cosa la t i e -
— ¡Hola! con quelos trotes de los artistas, es ne en este mundo? Mi opinión era que ninguno
decir su trato, pues eso has querido significar, tuviese nombre, ó por hablar con mas razón que
es no hacer caso de nadie? personas como nosotros no nos ocupásemos de
—Pues; así dice mi muger. Independencia de dársele á nadie. Por lo demás no dejo de cono-
opiniones: libertad en todo: nada de cumplido cer que el nombre hace al hombre: y que como
ni de ceremonias. en el mundo se vive de aprensiones, y cómo h a s -
— Tiene razón; la urbanidad no sirve para la los chicos de la escuela cantan las coplas át
*nada. \ María Castaña que dicen :
Púsose mi amigo compungido al notar la es-
presion de mis últimas palabras: pero advir- Cada uno tiene, señoras mias,
tiendo en mis labios cierta sonrisa de satisfac- sus aprensiones y sus manías.
ción y buen humor, se tranquilizó.
Al tomar asiento en el corro que se agrandó Es inútil que uno luche contra las preocupa-
algún tanto para permitirme la colocación de ciones de todos. Yo soy, un egemplo palpitante
una silla, Cristina la esposa de mi amigo, me de la injusticia. A mí me dicen que estoy quema-
hizo una inclinación respetuosa de cabeza, indi- do con todo el mundo , y me llaman el frito, y
cándome con sus negros y brillantes ojos, cuya el de las parrillas, ¿y todo por qué? porque k
espresion era indefinible y verdaderamente en- mis señores padres se les antojó fes-tejar el santo
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<jel día en que nací poniéndomele por nombre, y comendacion para los que los lleven. Me alegra -
como era san Lorenzo... i réoir las opiniones de ustedes, para ver si hay
Soltaron una tremenda risotada la mayor par^ alguno que convenga para mi futuro heredero.
te de los del círculo; pero duró un momento. | Doña Cristina , yo suplicaría á usted que fuese la
Don Casimiro, joven almibarado, dándose con primera en darnos su parecer, pues desde luego
el bastoncilo en la punta de la charolada bota, será acertadísimo cuanto se ocurra á un florido
habló coa voz meliflua. ingenio en esta cuestión tan palpitante.
Cierto es cuanto decís, caballerito: pero h e - Doña Cristina respondió.— Yo creo que el
mos desquiciado la cuestión. La influencia social nombre no debia ponerse á nadie sino cuando ya
de un nombre bonito está reconocida. Yo me por sus acciones se hubiese merecido alguno: y
acuerdo que el nombre de Holofernes me tocaba en ese caso que hubiese aplicación filosófica,
á los nervios desde chiquitín, y que me electri- debiéndose llamar á los valientes , Alejandros; y
zaba el de Tancredo, y en el dia me sucede lo üidos á las enamoradas sin fortuna.
mismo. Me da dolor de estómago el tener que — Pensamiento filosóüco, esclamó el poeta.
saludar a u n vecino, y evito casi siempre e n l a - — Discreta ocurrencia, dijo el petrimetre.
marle Señor don Homobono; y en cambio la bo- —; Necia reflexión! murmuró el crítilo.
ca se me hace agua «liando pronuncio el nombre Juan no dijo nada, pero en cambio abrió los
de Gorolína, de mi planchadora de las boardillas. ojos como un energúmeno, y rascándose la fren-
En lin , señoritos, será una debilidad, un ana- te procuraba descifrarse á sí mismo en que con-
cronismo, pero, yo no conocía á la que á estas sistiría el gran talento de su muger. Yo no q u i -
horas es mi dulce esposa y solo la fuíá ver, por- se aclararle entonces el misterio; pero á no que-
que oí á un amigo mío hablar de Armida. Yo que darme duda ninguna loque todos admiraban en
h»b¡a soñado tanto con encantadoras: en fin, doña Cristina era su hermosura, aunque por
aquella lo fué para mí y la entregué mi blanca pretesto se hubiesen empeñado en decir que era
mano; cosa que no hubiera concedido á no tener su filosofía. Don Lino volvió á anudar la inter-
el nombre de la heroína della Jerusalemme del rumpida plática:—Yo creo que si es niño se le
Tasso. Y que un nombre es una de las cosas podría llamar Pedro, que es un nombre sen-
que mas ocupan después á los casados, por su- cillo.
puesto, después que se ocupan de otras varias,
— Qué estravagancia, le interrumpió el ele-
aunque no faltan sus aburrimientos. Porque,
gante, yo no podría figurarme ningún Pedro,
se casa usted; á los seis meses, ya tiene usted
sin su calva de cerquillo correspondiente y su
la preguntita de ordenanza, y ¿no hay novedad
llavon en la mano como el Apóstol.
en la parienta? —¿Qué novedades ha de tener? -
— Es, que poco importaba que á usted se le fi-
Hombre, es tan soso un matrimonio sin chiqui-
gurase así, si no era.
llos.—Ya, pero aun no es tiempo. —Pero, hom-
—Siempre es un escollo que era preciso evi-
bre ¿en que le pasan ustedes? —Estas y otras
tar !
preguntas han avergonzado tantas veces á mi
— Aquí no se trata de escollos sino de nom-
Armida!... Por fortuna, ya... ya es otra cosa bres.
y ahora es cuando digo yo que es una dulzura el —A mí me parece, para niño mas propio
ocuparse de los nombres que se pondrán á los ni- Constantino.
ños: y que hay que tener de prevención para — Amigo mió, dijo el crítico entonces: yo no
entrambos sexos, pues desde que se van genera- llamaría á ningún hijo de mi muger por ese
lizando los partos dobles, es decir, en que nacen nombre. Constantino fué hijo de una esclava.
gemelitos!... En fin, señores, bajo este punto —Y luego un hereje como una loma, añadió
se ha de presentar la cuestión. No estamos en el don Lino.
caso de disputar sobre una cosa de importancia —Pero en cambio, interrumpió la señora de
reconocida, sino únicamente en el de buscar la casa, también íe convirtió á la fé, y protegió
nombres que puedan ser como una cartita de re- la religión.
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El p o d a , que encontró coyuntura para apo- — Convengo.
yar la proposición de tan amable filósofa, — Para niña, Armida: no se cansen ustedes
dijo: esclamó el petimetre.
— Yo estoy por el nombre de Constantino: su —A mí las mugeres, cuanto mas positivas
parte ideológica es muy significativa, pues pa- mas me gustan : y me incomoda que aun en el
rece que se deriva de constancia y de constante, nombre tengan nada de fantástico. El mas sen-
y esa es una gran recomendación para las damas: cillo es el mejor. María, Cecilia Yo estoy por
y la recomendación de las damas es una gran estos, dijo ei crítico.
recomendación para el mundo, y una carta de — Hombre, no, por Dios! Se me figuraria
:
seguridad para hacer suerte. Luego después es siempre que era una chanza. No estoy por las
un nombre muy amoroso y poético. Tiene unos i Marías, desde que se las llama Marujas y Mari-
consonantes deliciosos. cas, lo primero, porque trasciende á bruja á
cien leguas; y lo segundo, porque me recuer-
Adorado Constantino da á esos pajarracos tan feos, y de un chillido
á quien el alma rendí. tan agudo y faslidioso, que ya.... ya!....
Te amé dasdeque le vi —Yo he visto, esclamó don Lino Cecilia la
así lo quiso el destino. ñeguecita; y el muchacho de la tienda está
Tú eres el ángel divino siempre deletreando un librito María, ó la
que en el desierto camino inclusera.
á donde Dios me arrojó, — Para nombre de dramas, esclamó Juan,
con Id luz me iluminó mas me agrada Rosmunda.
de su rostro peregrino. - Q u e mal gusto tiene en todo, esclamó su
esposa.
Y otros mil y mil consonantes que darian gana á — Ya se vé que sí, prosiguió el poeta. Vea u s -
cualquiera poetisa de encapricharse de un hom- ted que consonantes para su composición. «Ros-
bre que se llamase así, sulo pur encontrar unos ; munda é inmunda.» Nada: yo estoy por Cristi—
pies tan armoniosos, y que tanto se prestaban á | na ¡es tan bunito! Divina, fascina, peregri-
su concepto. na etc., etc. y que es muy célebre en la historia
—Estoy yo pensando, esclamó Juan, si en lu- antigua.
gar de tener ese nombre de Constantino la odea- —También nombre de noveluchas, dijo don
kgia ó como usted la llama, de Constancia, no Lino,
la tendrá mejor de con-tal-tino ; un hombre que — Y ademas, prosiguió el crítico, en la h i s -
lo hace todo con mucho pulso. toria es célebre ; pero lo es acaso por sus escán-
— Está muy bien descifrado, esclamó don dalos.
Lino. —Y por sus virtudes, y por ser protectora dé
— Calla, y don Lino es también consonante de las arles!
Constantino, este consonante, señor poeta, ya —Y asesinó á Monáldechi.
no es tan tino. —É instituyó una orden de caballeros.
— Y aun hay otros que lo son menos, señor — Vamos, paz señores; desechado el de Cris-
don Casimiro, como tocino y pollino. tina , dijo Juan. Lo mejor será que no nos q u e -
—Es verdad. bremos los cascos, y que se le ponga el del santo
—Y á usted ¿qué le parece? me preguntó en - del dia en que nazca.
tonces la señora. —Seria Un chasco, dijo el petimetre, que na-
— Que es un nombre que puede ponerse muy ciese el dia de mi vecino, y que hubiese que po-
bien; y que no me parecería tampoco mal apli- ner á la niña doña Homohona.
cable á una niña. —¿Y Lucrecia?
—Si; pero para niñas los bay mas significati- —Es un compromiso ; porque si no sale muy
vos. casta y desvirtúa el nombre.
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— ¿Y Catalina? — ¡La cola del nombre! el apellido.... porque
— Todo el mundo la comparará con la de Me- yo me llamo Juan Fernandez; pero mi amigo se
diéis que asesinó quince mil protestantes. llama Eulogio Lanas....
—¿Y Leonora? —De modo que después de tanto discurrir, lo
—Nombre de comedia. que han hecho ustedes ha sido un Juan Lanas}
—¿Y Purificación? Con efecto no debe estaros muy agradecida la
—¡Nombre de monja boba! criatura y esta cstraña coincidencia me hace sos-
—Está yisto, señor crítico, que la niña se pechar que en un siglo tan insustancial como el
quedaría sin nombre por su gusto de usted. nuestro, es un pecado mortal, sabiendo que has-
—Lo que es indudable es que estamos perdien- ta en los nombres hay fortuna, el no desvelarse
do el tiempo. seriamente-en escoger el nombre de pila a u n -
Me hizo tanta fuerza la observación de Juan que desanime el ver que la casualidad es mas
que me levanté maquínalmente, y escusándome poderosa que la intención, como lo demuestra
por un negocio urgente que reclamaba mi pre- el nacimiento de nuestro pobre Juan Lanas.
sencia en otra parte abandoné aquel conciliábu-
G. ROMERO LARRAÑAGA»
lo de locos.
A los pocos dias encontré á Juan mas triste y
pensativo que nunca, y le pregunté la,causa de
su tristeza.
LA JUDIA RESENTIDA.
—He dado una picia. A don Juan Martínez Villergas.
—¿Pues cómo?
—La vecinita ha salido del paso'. ¡El chiquillo ODA.
es una alhaja! Se ha lucido mi compadre Eulogio Nada mas santo y justo'
Lanas! que despreciar las lides y bravatas
— ¡Hola! ¿Y qué nombre tiene el recien n a - de héroes de ceño adusto;
cido? - - pero es pésimo gusto
—¡Pues ahí está! entre una docena, elegidos donde judias hay cantar patatas.
de emperadores romanos, piratas célebres y
músicos, nos hemos visto aturullados para esco- Y alzarlas á la cumbre
ger un nombre para el chiquitín ; se ba estado el de las divinidades, tú que muerdes
angelito dos dias sin cristianar, porque no había á todos pórcostumbre!^.
convenio entre las partes beligerantes; empeña- ¿Cuándo has visto legumbre
do don Lino en que se llamase Timoteo, que fué que en prez esceda á las judias verdes?
el santo del dia en que nació y porque indica t e - ¿En qué siglo, en qué dias
mor de Dios: inclinándose el poeta al de Cons- la patata arrancó, pobre poeta,
tantino, mi muger al del poeta, y el crítico al .su palma á lasjudias,
de ninguno, ó al suyo: hasta que incomodado fritas, calientes, frias,
Eulogio y echando á paseo á todo el mundo, se secas, ya sin disfraz, ya con careta?
empeñó en que se le pusiese el de su padrino de
pila. Cantas con elocuencia
de la patata vil la baratura,
—Fué acertada disposición.
sin mirar tu inocencia
—No tanto como se os figura; porque como yo
que yo cnla-zo la esencia
le he tenido en brazos, y yo me llamo Juan
de lo bueno y barato á.lí hermosura.
- ¿ Y bien?:..
—El se llama Juan. La patata remeda
—Nada mas positivo. del aguador el trage en lo pardusco,
—El inconveniente es la cola. mas para mí se queda
—¿Cómo la cola? ¿La cola de Juan? vestir lustrosa seda ,..•;-.
con que las llores del jardín ofusco. algún amor ardiente?
Pues un rey se prendó de una judia.
En sociedad con ellas
el rodrigón se huelga en elevarme; Al verla hermosa y bella
y al ver mis hojas bellas, perdió el estribo don Alfonso octavo
racimitos y estrellas, y deliró por ella.
ni el olmo se desdeña de abrazarme. No tendrán tal estrella
la patata jamás ni el rudo nabo-
Llena de poesía,
*
sonoramente á losoidos grata
Gloria al cisne canoro
suena la voz judía;
que alzó su dulce voz y con denuedo
pero, ¿qué melodía
ante el castalio coro
encierra el nombre rústico patata?
pulsó el laúd sonoro
Como á deidad ilesa y cantó á la judia de Toledo. (1)
a l a patata rindes mil lisonjas, Del templo d e la fama
porque dices no cesa el aplaudido autor halló el camino.
de socorrerla mesa Villergas nos difama
de empleados, de viudas y de monjas. y Asquerino nos ama...
i Muera Villergas pues! ¡Viva Asquerino!
Y aunque en cuanto al ahorro
WENCESLAO AYGUALS DE lzco.
esa ventaja concederte quiero,
las judias en corro
damos también socorro UNA CALAMIDAD PÚBLICA.
al cesante infeliz y al pobre clero.
(Sale doña Paz con una carta en la mano: se EL RELOJ DE LA SALA, que es de los que
repiten los cumplidos y los besos de la escena anuncian la hora unos minutos antes, inter-
precedente.) rumpe el soliloquio de Pepita; diciendo en su
lengua-. « t i r u l i - r u l i — t i n . t i n , ton, ton.»
D.a PAZ. (A su hija.) Toma esta carta de tu PEPITA. ¡Dios mió! las doce menos cinco,
prima que ha venido inclusa en otra que acabo y ese hombre ya estará acechando: hay que
de recibir. decidirse. ¿Se dará apuro mayor? A tres m u -
PEPITA. ¡Carta de Pilar! ¡Cuánto me ale- geres ha querido; las tres le han dado calabazas,
gro! y las tres han sido ó son infelices: si yo se las
DOLORES. Mientras la lees, voy á decir á tu doy también , voy á correr igual suerte. Maria-
mamá dos palabras. nita, mal casada (porque ya como si lo estu-
D.a PAZ. Tenga usted la bondad de pasar á viera); Dolorcitas, mal casada también, y ame-
mi cuarto, y de camino verá los vestidos de nazada de muerte próxima; si sus acreedores
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han consentido en no molestarla por dos años, EL LORO calla y alarga la patita á la apunta-
es porque saben que antes de uno la hereda- dora.
rán; á la otra que no conozco, le ha caido PEPITA. (Dando un pellizco al loro.) ¿Quién
encima la maza de Fraga. Pues, señor, ¡esta- te quiere? yo.
mos bien! Qué maldita fatalidad! O ser mal
EL LORO. (Sacudiendo un picotazo á Pepa.)
casada, ética, ó difunta, que no sé que es peor: | Que no, que no.
ó casarse con él ó renunciar á la felicidad ó á
PEPITA. ¡Maldito animal! ¿Será seña bas-
la vida. No, ¡caramba' yo quiero vivir y vivir
| lante el que vea al loro? Acaso no, porque el
feliz; para eso soy joven y bonita y amable y
i pobre don Crispin es tan suspicaz y modesto
honrada y qué sé yo cuantas cosas mas; asi lo
¡ Tendré que asomarme al balcón y hacerle otra
dicen todos principiando por el espejo.— ¡Eso
| seña que no deje duda.
es y un pimpollito como yo se ha de casar por
fuerza con aquel zanquilargo, con aquel! : (Pepita con la cara hecha un fuego se coloca en
Pues bien está: ya que la fatalidad lo ordena, i el balcón, y su bochorno y aturdimiento han
me casaré con él por no morirme; pero prome- llegado á tal punto que al dirigir la vista
to aborrecerle con mis cinco sentidos. — El caso hacia abajo, no distingue ningún objeto. Re-
es que si le aborrezco, vivo infeliz también; y suélvese á mover la mano á bulto, en ade-
de, todos modos él es quien triunfa, y yo la que man de quien llama, y se entra en segui-
peno. Está visto: no hay mas remedio que ca- | da tapándose el rostro con ambas manos.)
sarse con é! y quererle ; es preciso quererle... de PEPITA. La cabeza le he de escaldará ese pi-
miedo. caro vicho que me ha chasqueado á la mejor
EL RELOJ. « T i n , t i n , tin , etc.» una docena ; ocasión. ; Y qué daño me ha hecho del picotazo!
de campanadas. ¡ Siento pisadas en la escalera; suena la cam-
PEPITA. ¡Las doce! ¡La hora fatal, la hora • panilla: él es. Tratemos de aparentar sereni-
que fija mi suerte! Ea valor. La Virgen Santí- | dad y alegría, de hacer por quererle. (Ensa-
sima me favorezca. ¡Ay, que no está aquí el ¡ ya.ndo una sonrisa al espejo.) ¡Huy! si se me
loro! i están saltando las lágrimas.
B. CRISPIN. (Saliendo con el encogimiento
(Parte como una exhalación á buscar el anima- i propio de un amante calabaceado por tres ve-
nte quedando la sala vacía contra todas las i ees, por cuya razón á la cuarta no las tiene to~
reglas de la comedia clásica. Mientras viene, ! das consigo.) Amable Pepita ¿puedo fiar en la
invitamos al lector á que se asome á uno de bondad de usted ?...
los balcones de Pepita, y verá en la calle á PEPITA. (Sin mirarle ni saber lo que se pes-
uh caballero de buena,estatura, que inmóvil \ ea.) Sí señor, fiese usted. Siéntese usted. ¿Có-
y fijos los ojos en la repisa donde se coloca la mo está usted í • i
jaula del loro, no repara en que los tran- CRISPIN. En el cielo viendo esos ojos. Pero
seúntes, de cada encontrón que le pegan, le i la turbación que observo en usted, aun (si cabe)
hacen bailar como una peonza. Pepita llena de mayor que la mia, me llena de sospechas, de
azoramiento y vergüenza vuelve con la jaula,| miedo.
alarga el brazo y retira el cuerpo para que no PEPITA. (Entre dientes.) ¡ Si miedo!?*¿quién
se la vea al poner el loro en su sitio; agá- tendrá mas?
chase luego y le dice bajito al que ha de ser CRISPIN. Le tiembla á usted la mano, Pepi-
su intérprete; «dueño mió, ¿quién te quie- ta. (Esto equivale á decir qne la ha cojido sin
re? yo.) ! oposición.) Está usted todsÉftréniula. ¡ Ah! no se
j anuncia así el cariño, feo. Lo veo, es preciso
EL LORO se rasca haciéndose el sueco. | separarnos.
PEPITA. (Mas recio y con ansia.) Dueño mió, PEPITA. (Aterrada.) Ay! ¡Por Dios! No se
¿quién te quiere? separe usted de mít. ' '•'*>
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(Maquinalmente ha abierto los brazos para de- frente unos cuantos pares de besos con la r e -
tener á su amante, que ageno ya de dudas la signación de una mártir, en cuya patética
estrecha en los suyos; mientras la pobre chica situación sorprende al interesante grupo la
llora como una Magdalena y recibe en su mamá, la novia y la viuda.
D.a PAZ. fComo quien riñe de chanza.} es que me ha picado el loro. Vean ustedes como
j Eli! | me ha puesto la mano. (Por supuesto que don
DOLORES. (Como quien se sorprende de ve- i Crispin estampa un beso en ella para que se
ras.) ¡Ah! ! pase el dolor.)
MARIANA. (Como quien se escandaliza de en- D.a PAZ. Pues, hija, no podias elejir marido
vidia...) ¡ Ah! mas á mi gusto. Sé feliz con él y con mi
CRISPÍS. Soy feliz, doña Paz. bendición.
LAS TRES RECIENVESIDAS. Ya, ya lo vemos. MARI AS A. (Reconcomiéndose como si le hu-
CRISPÍS. Pepita me quiere ¿no es verdad? biese picado el loro á ella.) Amen.
PEPITA. Sí señor. DOLORES. (Con gesto de catar vinagre.) El
CRISPÍS. Pepita va á casarse al punto con- señor don Crispin hará un escelente casado.
migo: ¿no es verdad ? EL LORO. (Con tono prafético.) ¡Ajajay qué
PEPITA. SÍ señor, sí señor. regalo!
CRISPÍN. Pepita hará feliz á su esposo: ¿no CRISPÍS. Si Mariánitft ó Dolorcitas quisieran
es verdad? servirnos de madrina. .
PEPITA. SÍ señor, sí señor, sí señor. DOLORES. Tengo que salir á tomar aires á
DOLORES. Pero observo que Pepita llora y Málaga.
que tiembla como una azogada,- cual si ce- KL LORO. Buen viaje.
diese á la violencia, cual si no le quisiera á MARIASA. Yo tengo también que pasar á
usted. Malagon.
PEPITA. (Vivamente.) ¿No querer yo al se- EL LORO. Buen pasaje.
ñor? Lo quiero como á mi felicidad , como á D.a PAZ. Pero siempre quedaremos tan a m i -
mi salud, como á mi propia existencia. Si lloro, gos todos.
38 ,
DOLORES ¥ MARIANA. Si , SÍ. Pero yo pregunto
CRISPIN Y PEPA. Ya, ya. la manteca, es unto?
EL LORO. (Desgañitánduse.J ¡ A y qué risa,
qué risa me dá! Otro Juan no miras
si andas los dos mundos:
Y sin mas pormenores cada diez segundos
del casamiento, cuenta mil mentiras.
aquí acaba, lectores, Y pretende fiero
el drami-cuento. de cualquiera modo
J. E. HARTZENBUSCH. que le llamen todo
menos embustero.
Pero yo pregunto
la manteca, es unto?
LETRILLA.
La melosa Blasa
PERO TO PREGUNTO de ojos rutilantes,
£'¿ MANTECA ES UNTO? pródiga en amantes
y en amor escasa.
Luisa; aun siendo á posta La que á ciento espeta
mas rica que casta , que pbr cien se muere,
y aunque triunfa y gasta convencerme quiere
del amante _á costa; deque no es coqueta.
Jura que ni pizca Pero yo pregunto
chupa del querido, la manteca, es unto?
y en mirar torcido
dice que no es vizca. Todos de mil modos
Pero yo pregunto faltas cometemos
la manteca, es unto? y pasar queremos
por modelos todos.
Tiene un ama hermosa
Si del mundo el eco
mi vecino el tura ;
porque no legalice
y aunque el mundo jura
malicioso dice
que es del amo esposa, que si yo no peco :
Siempre él ha querido
Ya varío el asunto,
convencer taimado, ya nada pregunto,
de que no es casado que respondo al punto
porque..i)ft,es marido. la manteca es unto.
Pero yomregunto
JUAN MARTÍNEZ; VILLERGAS.
la manteca, es unto?
•CM.MW&&
52
colástiea y don T rifen, don Cosme y doña Poli- dulce pero desgarrador. ¡ Si usted correspondie-
natia. Es cosa singular esto de los nombres; pa- ra á mi cariño! — La chica si que corresponde,
rece que ellos marcan la edad de las personas, pero esto no se debe decir la primera vez; lo mas
como si estas no se llamaran lo mismo á los que puede avanzar es á decir: ¡si eso se pudiera
ochenta años que el dia del bateo, y sin embargo creer! A todas dicen ustedes lo mismo.... en
se ve por regla genera! que las muchachas tienen fin, consultaré con la almohada Y efectiva-
nombres bonitos y sencillos como Matildes, Lui- mente, consultan con la almohada el modo de
sas, Josefas, Irenes etc., y las viejas casi todas decir que sí. El amante para estrechar mas y mas
se llaman Sinforosas, Estefanías, Atanasias, Ma- y mas las relaciones, propone al acabar el rigo-
teas, Ciriacas ó Mclitonas, y si son andaluzas dón una comida de campo, y al par de dics tie-
nunca falta una doña Angustias, ni una doña Mi- ne usted á todos los contertulios comiendo como
lagro, ni «na doña Consolación. Yo creo que esto unos gañanes, bebiendo como unos coritos y
consiste en que el gusto ha variado y que los brincando como unos corzos por esos trigos de
nombres que boy nos parecen feos, Chocaban ¡ñas Dios.
ala gente del siglo pasado. ¿Quién sabe si se JUAN MARTIXSZ YILUSRGAS.
volverán las tornas y cuando las Pepitas y las
Matildes del dia sean nombre de viejas, volverán
á estar en boga las Ciriaquitas, las Estefaniías y LA RAZÓN DE UN DUELO.
las Sinforianitas? Allá veremos si allá llegamos,
y mientras tanto notemos cuan satisfecho se ma-
nifiesta un don Crisóstomo bailando rigodón y Con Marcial desembarazo
saliendo en la Pastorela con su Eduvigis ú la de- ayer tarde en el paseo
recha.y á la izquierda una doña Robustiana de don Juan y don Amadeo
esas mofletudas señoras que abundan en todas iban asidos del brazo.
las tertulias, y de las cuales parodiando el refrán Ambos con bigote y pera
«no hay función sin tarasca,» se pudiera decir de románticos á guisa,
«no hay tertulia sin señora gorda.» se paseaban aprisa
Pero hete aquí que el del solo colocado enfren- con aire de calavera;
te de don Crisóstomo al tiempo de empezarle, se cuando al lado de una anciana
enreda los pies en una cuerda de retazos de cinta y asida del brazo de ella,
y de bramante con cada nudo tan gordo como los vieron hermosa doncella
del cordón franciscano; ¿qué sogajo es este? que pasó de ellos cercana...
pregunta. A doña Robustiana la sálenlos colores —Qué hechicera!... Esuna rosa!
de vergüenza; pero dice afectando serenidad (dijo, á su amigo, don Juan}
yo no sé y á poco de decirlo tiene que largar- . ¿No visteis con .cuanto afán
se al retrete con tina media arrastran A ¡Una me ha mirado cariñosa?
liga de cordel en una señora llena de «repeles y —No en verdad! (le contestó
perifollos! Este es otro de los contrastes empa- don Amadeo,) Porque
lagosos de la clase media. Las mozas del Avapies á mí solamente fué
ó no llevan liga de esparto, ó lo dicen, y si se á quien la hermosa miró.
ofrece se la atan en medio de la calle á la una del —Os engañáis que fué á mí"!
dia. —Repito que. no fué á vos!
Mientras unos bailan, otros hablan, y este ra- — Quesí, digo y... ¡vive Dios!...
to de descanso que tiene el rigodón de vez en —No me habléis tan alto aquí!
cuando, es una ocasión solemne para las con- -Pues vamos donde gustéis!
quistas amorosas; ¡qué bien baila usted, Mani- —Vamos donde vos queráis!
la! usted ha sembrado en mi pecho el volcan de —Armas? — Las que vos digáis!
las pasiones de un modo grato, pero irresistible, —Sitio? — El que vos aplacéis!
53
—Pues marchemos sin tardanza. que en pió de otras legumbres
—Marchemos sin dilación. el pabellón insulten de las COLes?
—Venganza!... Satisfacción!! ¡Y hay musa que lo apoya!
— Sí!... Satisfacción!! Venganza!!! ¡Vive Dios! que se acuerde aunque arda Troya.
¡Judías y patatas!!!
Y cual dos hambrientas hienas, Hé aquí los héroes que en diversas odas
partieron en su corage, cantan plumas ingratas
a lavar tamaño ultrage cual néctar dulce de celestes bodas;
con la sangre de sus venas. ¡patatas y judías!!!
Hé aquí el maná de nuestros tristes dias.
Ya que no cantáis glorias
de César, de Pompeyo, ó... Meternich,
cantarais pepitorias,
ó el jamón dulce y salchichón deVich;
mas para tal salmodia
mejor fuera el cantar... la palinodia.
¿Y han de quedar impunes
tan viles mañas y rastreras artes;
sin que á tan necio lunes
suceda luego un vengativo martes?
Fuera esperarlo en vano,
COLes habiendo en territorio hispano.
Ni esperéis que mi lengua
refute uno por uno vuestros dichos,
porque fuera gran mengua
ocuparse una COL de tales vichos;
gócense en sus bravatas
las judías é imbéciles patatas.
Ni alabaré en mi canto
la nivea flor que esmalta mi linage,
Se atravesaron por celos... ni de mi verde manto
Bravo! que en toda ocasión el pomposo y magnífico follage;
hay para un duelo razón otras son las razones
en el siglo de los duelos. en que mi alcurnia funda sus blasones.
Por eso en el campo ayer Por derecho de abolengo
disputaban dos espadas de esCOLapios criada en los COLegios
de una muger las miradas... con esplendor sostengo
/ Y era ciega la muger! altas COLumjias de palacios regios,
donde en varias figuras
E. FLORENTINO SANZ.
graban mi nombre ricas COLgaduras.
Sin mí ninguno el COLmo
LA COL, de la felicidad viera en su casa;
ni existiera StoCOLmo,
TERCERA EN DISCORDIA. ni el melodioso nombre de COLasa
ni una semana habría
ODA.
que ostentara del miérCOLes el día.
J Oh tiempos! "j oh costumbres! ¿Qué persona ilustrada
¿Será verdad que hay pechos españoles oculta sus COLoquios á mi astucia?
54
¿Ni cual es la COLada, no fuera mas que un oso
en que no limpie yo la ropa sucia? á no tener la COL por accesoria,
¿Quién diera al campo abonos, ni sin mediar lo mismo
si la COL no auxiliase á los COLonos? se alzara una COLina sobre un istmo.
¿Qué clérigo ni abate La francesa bandera,
sin causarle jamás el menor tedio que la atención del mismo Marte absorve,
tomará elcboCOLate si triCOLor no fuera,
sin que me tome á mí de medio á medio? no ondearía en la mitad del Orbe,
Y en los días de ayuno ni COLon sin mi auxilio
quién COLacion hará sin mí?... ninguno. del otro medio viera el domicilio.
Valen cuatro reales Si de valor se trata,
las pesetas buscadas con ahinco ¿cuándo podrá la mísera judía,
por todos ios mortales, ni la venal patata
pero en teniendo COL, ya valen cinco: competir con la 60L en bizarría? ,
de ello es prueba plenaria Mirad si soy valiente... s
la que llamáis peseta COLumnaria. que en suesCOLtamp lleva hasta el Regente.
Los célebres pintores Nunca á nadie me humillo,
¿Qué hicieran de sus mágicos pinceles la COLera es sin mí vano resorte,
si en sus varios COLores lo mismo que el COLmilIo
no les mostrara yo el genio de Apeles? de las fieras indómitas del Norte;
¿Qué esCOLar fuera un sabio no hallareis una sola
á no tener la COL siempre en su labio? de quien no.pise la temible COLa.
Si con fin religioso Hasta á mis adversarios,
OÍS en las reservas por la tarde á todos es tan cara mi persona,
á un capisCOL famoso, que á nombre de otros varios
que haciendo de su bajo un alto alarde el caraGOL lo dice y lo pregona;
brama mas que el buey Apis... y batiendo las alas
su voz está en la COL... no está en el capis. me ostenta el franGOLin entre sus galas.
Si el tiple de un aCOLÍto El alumno de Orfeo
resalta siempre en dúos y tercetos, laureles busca, y tras la COL se lanza
y en su canto hoy insólito á cualquier COLiseo,
acordes van los padres reCOLetos, dó fama inmortal con ella alcanza:
es porque yo me encuentro mas no se inmortaliza
de aquellos y estos en el mismo centro. quien, cual vosotros, busca otra hortaliza.
Hasta los que usan coches, Al templo del buen gusto
y el vulgo necio llama gente noble, no se llega jamás por tales vías,
del invierno en las noches que en estómago augusto
mi apoyo buscan, y lo buscan doble: sientan muy mal patatas y judias;
mirad sus apellidos mejor es sin disputa
entre una COLcha y un COLchon metidos. la COL que la COLmena le tributa.
i Ay cuantos ciudadanos No quiero ser prolija;
víctimas fueran de punibles dolos concluyo con mis timbres, y los fundo
de infieles escribanos, en que MiCOL es hija
á no encontrarme yo en sus protoCOLosü! del mas antiguo rey que admiró el mundo,
¡Y qué cuentas tan rectas y por derecho, y costumbre
dieran sin mí los que andan en COLectas! reina ha de ser de toda otra legumbre, [i)
De Bodas el COLoso,
tan célebre en los fastos de la historia, (i) Es muy sabida cosa
55
En fin toma mi trompa, por un gran doctor del gremio y claustro, y por
oh Musa que la cuidas y la albergas , el mas respetable y sabiondo padre maestro de
antes de que la rompa la orden.
en las narices de Izco y de Villergas, Una calva y unos anteojos eran los dos instru-
pues tiene tres bemoles mentos fehacientes de la insondable ciencia de
que ajen así la gloria de las GOLes. NOS el doctor. Para ser sabio á prima facie era
JOSÉ BKRNAT VALDOVÍ. menester ostentar por cabeza un melón, y no ver,
como dice el vulgo, siete sobre un asno; aunque
en verdad sea dicho, á pesar de mi buena vista
yo jamás he podido ver este gracioso grupo.
CALYAS Y PELUCAS.
De todos modos una calva, sobre el respeto
que naturalmente inspira, es siempre el simbolo
Hé aquí dos cosas bien comunes y bien influ- de algunas virtudes. Por ejemplo, ¿cómo no ha
yentes en la moral y en las costumbres de nues- de representar una cálvala virtud de la franque-
tra sociedad, y que á pesar de ser dos puntos za? Con todo eso un calvo no es un hombre liso
tan capitales, no tengo noticia de que hayan y llano. La lisura no puede disputársele, pero la
sido tratados por ningún escritor bajo estas r e - llaneza no se le puede conceder.
laciones. Un calvo es también el emblema de la ocasión.
Siento que me haya sido reservada esta mate- Un calvo es igualmente un señor de coto redon-
ria, á mí Fr. Gerundio, tan calva-trueno como do, en cuya posesión nadie puede intrusarse á
el que mas. Sin embargo, procuraré tratarla con cazar, ni aun el mismo dueño, porque no hay ca-
toda la imparcialidad posible, prescindiendo de za , porque no tienen donde albergarse los insec-
ser parte interesada. Convendrá para el mejor tos y animales incómodos y dañinos, lo cual es
acierto proceder por el orden de antigüedad, en una ventaja. Un calvo no puede tener pelo de
cuyo caso pienso que la aplicación del derecho tonto: de lo cual ha venido acaso el dicho vulgar
de primogenitura no debe ofrecer cuestión ni l i - de que ningún burro se ha vuelto calvo.
tigio, puesto que ni los legisladores, ni los m o - En cambio tienen los calvos no pocas co-
ralistas, ni los físicos han dudado jamás que las sas contra sí. Por juicioso que sea un hombre
calvas hayan sido anteriores á las pelucas. calvo le llaman calavera, y no puede demandar
Una calva no es siempre signo de ancianidad, de calumnia. Las jóvenes le huyen, y por mas
ni tampoco procede siempre de la causa á que la que lo sienta y rabie, no puede tener el desaho-
atribuyó Plinio al decir aquello de cito calvcs- go de tirarse de los pelos. La cabeza de un calvo
cunt. No señor, calvas jóvenes hay de origen i es un manantial de metáforas satíricas y burles-
bien honesto; pues aparte de lasque nacen de | cas. Toda cosa ovalada y lisa, toda figura redon-
enfermedades en que no ha tenido participación | da y tersa se compara á la cabeza de un calvo, y
la mala vida pasada, las hay también originadas ! el término de asimilación que mas frecuentemen-
l te ocurre, es una parte del cuerpo de los niños
del escesivo estudio y del mucho d i s c u r r i r l o
i que solo en confianza permiten las leyes sociales
cual diz que seca y consume el jugo del cerebro,
i nombrar, y que á semejanza de los gefes i r r e s -
de que resulta caerse el cabello al simil de las
! ponsables de un estado, solo bajo muy emboza-
plantas citándoles falta el jugo de la tierra. Y no
das alusiones puede entrar en el dominio de la
hace muchos años que la calvicie era tan honro-
prensa.
s a , literariamente hablando, que una cabeza
mondada era el mejor diploma para ser tenido Nada hay en que con mas rigor ejerzan su i n -
flujo las afecciones atmosféricas que sobre una
que la COL en su vida fué legumbre; calva. Sin abrigo ni amparo que temple y modi-
pero, si hablando en prosa fique los ardores del sol y la crudeza de la escar-
suele la ley ceder á la costumbre,
¿no tendrá igual escusa cha, la cabeza de un calvo vive en verano bajo la
kablando en terse mi ignorante Musa? zona tórrida, y en invierno bajo la glacial. Si el
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resto del cuerpo tiene una temperatura de 20 go, que por conocida se calla, es sin disputa la
grados sobre 0, sobre el cráneo señalaria muy de rejuvenecer el rostro y cabeza del que la usa.
bien el de Reamur sus 35. Agregúese á esto que Don Frutos, hombre de 55 cumplidos, que visto
las moscas, amigas de las superficies tersas y en su estado natural y al descubierto supondrá
resplandecientes, y que al revés de las hormigas cualquiera que tiene ásu hijo asegurado de quin-
aborrecen los lugares subterráneos y gustan de tas por padre sexagenario, se plántala peluca,
maniobrar á campo raso como las tropas de ca- se presenta y nadie se atrevería á darle su voto
ballería, escogen siempre las calvas para teatro para senador suponiendo que seria nulo por no
de sus paseos, de sus juegos, y de todas sus ac- llegar á los 40 que la ley exige en los que han de
ciones naturales. Perseguirlas e¡t tan escampado pertenecer á la alta cámara. Cinco ó seis lustros
terreno es castigarse á sí mismo, es cachetearse retrocedió en la carrera de la vida con solo plan-
sin piedad. tarse la peluca.
La calva por otra parte es un ramo de econo- Don Nemesio el calvo, es hombre que gusta de
mía doméstica. Para un calvo son escusados los aventuras, y á quien conviene muchas veces h a -
peluqueros: los aceites, pomadas y demás cos- cer el incógnito. Si don Nemesio no gastara pe-
méticos sobran; los peines y cepillos están de- luca seria siempre don Nemesio el calvo. Pero
mas. Tres presupuestos no desprecíales que des- tiene un repuesto de pelucas, unas rubias y clá-
de luego dá por suprimidos en. su sistema admi- sicas, otras románticas y negras, y otras en tin
nistrativo interior. color castaño oscuro, y alternando don Nemesio
Vengamos á las pelucas. de cabelleras, como di? que hacia Annibal para
Las pelucas, aunque menos antiguas que las no ser conocido de los galos y poderlos sorpren-
calvas, no se crea por esto que han sido inven- der, hace mil diabluras el tal don Nemesio, siem-
ción de ayer. Y por mas que digan que el primero pre otro y siempre el mismo. Para él la calva es
que gastó peluca fué un abate del siglo XVII lla- un recurso, la peluca un comodín, y hé aquí
mado laRifiere, hay quien hace subir su anti- otra de las ventajas de las pelucas, la del fácil y
güedad al tiempo de David, suponiendo que se variado disfraz.
hace mención de ellas en el capítulo 19 del l i - Don Atilauo viaja con su pasaporte en regla.
bro I de los reyes; y hay quien la remonta al «Señas del portador. — Edad 38. —Pelo negro
tiempo de Isaías, fundando su opinión en el ca- etc.» Hace don Atilano una fechoría... requisito-
pítulo III de sus profecías. Muchos son de sentir rio... un hombre de estas señas... prenden á don
que desde muy antiguo estaban en uso entre los Atilano pero don Atilano ha tenido buen cuidado
griegos y los romanos. Mas lo que no puede d u - de arrojar la peluca en el camino, ó de guardár-
darse es, que en el principio de la era cristiana sela en el bolsillo del sur-teut. «Señas del preso:
deberían ser las pelucas mueble usual y corrien- edad unos 60 poco mas órnenos, calvo... etc.» no
t e , puesto que San Pedro se tomó la libertad de es el que se buscaba. Don Atilano es puesto en
pedir pelo á Cristo, y estele respondió que no libertad. Así las pelucas son muchas veces causa
era peluquero: respuesta bien merecida á peti-
de la impunidad de los delitos^.
ción tan indiscreta. Respuesta como de quien la
En cambio las pelucas tienen también sus des-
dio. »
ventajas. Un descuido puede producir fácilmente
Dice Manilio en su Astronomicon que los que una seria ruptura en las relaciones mejor enta-
han nacido en el signo de Tauro bajo la influen- bladas y sostenidas, especialmente en negocia-
cia de las pleyadas, están destinados á llevar pe- ciones amorosas. Tres años llevaba mi amigo don
luca. Si es cierto, bien pueden decir los tales que Dieguito de derretido galanteo y estrecha intimi-
«i toro y las cabrillas son para ellos doblemente dad con Tomasita, la heredera presunta de! con-
malum signum. de de Camposeco. Las negociaciones iban tocan-
Las pelucas tienen también sus ventajas y sus do á un desenlace feliz. Pero una mañana de ve-
desventajas, su moralidad y su inmoralidad. Una rano, hallándose en sabroso coloquio los dos
de las ventajas principales, ademas del abri- amantes, antojósele á una atrevida pulga íntro-
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ducirse entre el cráneo y la peluca de mi amigo:
mano á la cabeza, dirigió los dedos en busca del
sintió este la incomodidad de la picazón, y por
punzante insecto via recta del sitio picado, le-
un movimiento primo-primo que dicen los mo-
vantó la peluca, advirtiólo Tomasita que hasta
ralistas, de estos movimientos que no se preme-
entonces ni siquiera habia sospechado que no
ditan por ser tan naturales, llevo súbitamente la
fuese cabello natural, miróle con sorpresa, dió-
(/
/%T/l2/.
con el pico de punzón, boca larga hasta las ore- j ha llevado á un joven recien casado de la villa dé
jas, pero escondida hacia el medio porque 1.» Alaejos. Dícese que habiéndole instado á que t o -
punta de la barba y la de la nariz parecían ena- mara Jas armas y no queriendo él servir á tan
moradas, pues, siempre se iban besando; les mala causa murió fusilado á pocas leguas; la
carrillos tan chupados que se la podian sacar las muger está en la mayor aflicción: la Gaceta de
muelas sin abrir la boca y tan trasparentes que ayer trae mas pormenores del suceso.» Un fre-
metiéndose una cerilla encendida y cerrando los nesí mortal se apoderó de la presunta viuda: en>
labios podia su boca servirla de linterna. Con las el delirio de la desesperación llevo las manos á
cejas se podia hacer tirabuzones y aun rodetes y sus ojos y eíffvando sin piedad las uñas rasgó los
las orejas eran tan pequeñas que nadie la haria párpados dejando colgare! pellejo desunido h a s -
caso aunque apostara una oreja. Soñó, pues, Do- la cerca de la mcgilla. Un calenturon espantoso
rotea que esta müger era bruja y cuando supo la acometía en aquel momento y cuando á las
que se llamaba la tía Caiesparra ya no dudó que cuarenta y ocho horas quedó despejada su cabe-
al salir de la iglesia, ó les había hecho mal,de ojo za, se encontró con todo el cuerpo y la cara h e -
á. ella y á su marido, ó les habia echado una mal- cha una plaga de viruelas.
dición horrible. Lín miedo sobrenatural se apo- Volvamos á Venancio. Efectivamente los fac-
deró de su mente y de un salto se plantó entre la ciosos le quisieron fusilar; pero él viendo que
sala y la alcoba. Allí vagaba una sombra que ha- iba de veras se vino á razones v se plantó su
biendo entornado las maderas clavaba sus ojos boina y la canana, y éa esta situación le tener
echando chispas en los de la espantaba Dorotea. mos en las cercanías de Oñate. La tia CaleSfjaria
Oyes, dijo á la recien casada poniéndolaí'Sobre que comerciaba en higos habia salido de casa el
losihombros las descarnadas y huesosas manos. diaque Dorotea llamó á su puerta, y porque ca-
Tu marido ya no existirá! y se deslizó por el c a - sualidad na la toca á la supuesta bruja vender,
llejón de salida dejando á la muchacha petrifica- una libra de higos al faccioso Venancio. ¡Tia Car
da. Cuando volvió en s í , no supo decir mas que lesparra! dijo este tendiéndola los brazos,.,déme
|él no existirá; me lo ha dicho la ¡.ja Caiesparra! usted noticias de mi querida Dorotea, Pero el
No, no habíamos nacido el uno para el otro. sentimiento no la dejaba respirar, á la pobre vie-
j a , y llora que te llorase marchó de allí sin de-
Ocho dias pasaron sin que Venancio volviera I cir palabra, dejando á Venancio los higos cn.un
á casa. Ya en el pueblo se habia divulgado la | papel envueltos. Quedó el faccioso desconsolado
causa de su ausencia* Una partida de facciosos | y pensando en que el silencio de la lia Caléspar-
le cojió eu el majuelo cuando iba por uvas para I ra dabaá entender la muerte de su esposa , y pa-
su muger; pero nada se decia de su paradero. | ra echar el susto fuera deslió el cucurucho y se
Dorotea erre que erre en que la tia Caiesparra te- J puso á.comer higos. El papel del cucurucho era:
nia la culpa y se fué á buscarla decidida á darla i la Gaceta de Madrid. Ansioso de noticias empezó
una puñalada. Llamó una.vez,, llamó dos, llamó | á leer: Actos del gobierno.—Noticias estrange-
hasta cuatro veces á la puerta de la tia Calespar- j ras» —Crónica de las provincias." Desgracia,* en
72
Álaejos. Aquí tiró el higo que tenia eiMa hoia, j dio, llamó aparte á la infernal fantasma, y con
se limpió el polvo de los ojos y leyócon ansiedad; | una vehemencia sin límites empezó su relación
«No se sabe el paradero de un joven recién casa- ; en estos términos: «Muger horrorosa sobre todas
do que hace pocos dias cayó en poder de los fac- i las mas horrorosas mugeres; mi corazón apetece
ciosos. La muger ha muerto de sentimiento y una fea; mi espíritu deseaba hallar un escorpión;
fué enterrada al dia siguiente.)) ¡P®bre Venancio ; mis ojos buscaban con anhelo un cocodrilo huma-
y pobre Dorotea: ya están muertos el uno para | no. Tú eres aSÉs'fea que tod> eso, y por eso te
el otro. Los periódicos son en todo*el,mundo, la | adoro con delirio. Sí me quieres seré el mas feliz
mentira impresa. A saca* •pSWéllus la cuenta de ! deles mortales.» Ella respondió. «Grajo sin alas;
nuestros triunfos en los siete años de guerra ci- ; demonio en figura de hombre; espantajo vivien-
vil ,«1 número de facciosos muertos, ascendería I te -. yo te idolatro porque en mis ensueños me ha-
áiqaiiiieutos ó seiscientas rail; el de los heridos I bia seducido la imagen del javalí. Te quiero por-
á un millón; el de los prisioneros á media Espa- j que somos los dos entes mas repugnantes de la
ñ a , y en esto no van descaminados porque en | téerrSj y por si es cierto el refrán de Üiostos cria
España hace ya tiempo que todos somos prisio- j y ellos se juntan, debemos haber nacido el uno
neros. Lo. cierto es que los periódicos mienten | para el otro.» Y al dia siguiente recibieron las
sin licencia de üios, y ellos tieueiiíla culpa-de bendiciones en secreto. Hacia nueve meses j u s -
que Dorotea y Venancio creyéndose viudos loma- tos que se casaron por primera vez.
ran el tole por esos mundos en un vértigo de lo- Como la muchacha llevaba una bata de andra-
cura. jos sumamente holgada , no se la conocía el e m -
Ocho meses y medio habian trascurrido. A barazo y lo que parecía era una muger gorda, de
pocas leguas de Álaejos hay un nioni,c. y eu el esos tinajones que vemos todos los dias, anchos
monie un convento que llamaban de los frailes por arriba, anchos por en medio, y anchos por
de Aniago. En este convento habia encontrado abajo. Si el es-faccioso ex-lego hubiera repara-
colocación el desertor Venancio que tenia media do en esta circunstancia de seguro no se hubie-
nariz menos y una porción de cuchilladas en t o - ra casado; y así fué tal su cólera aquella noche,
da la cara. Habíase ademas dejado crecer la bar- que se acostaron dos y amanecieron tres; que en
ba de modo que en nada se parecía el monstruo una borrachera de celos, después de llevar el
demandadero, al galán antiguo de Álaejos. Te- chico á la inclusa, cogió uno soga, ató á su m u -
nia hecho voto de no volverse á casar si no en- ger por el pescuezo y echando lambien un lazo á
cotatrtrba muger mas fea que él, para poder me- su garganta, se precipitó en el Duero que pasa
1
recerla, y el mismo juramento habia hecho Do- por allí ce**a.
1
rotea que habiendo consumido su pobre hacienda Tragaban agua los esposos como un^borracho
andaba de pueblo en pueblo y de puerta en puer- vino, y hubieran dado cualquier cosa por no tra-
ta pidiendo una limosna. Ambos se habian m u - garla cuando la cosa no tenia remedio. Perdóna-
dado Wilómbre para no ser conocidos de nadie. me muger, dijo el asesino. Quiero confesarte
" Una míáñana que el lego repartía la sopa h a - quien soy. Yo me^lamo Venancio, nací en Álae-
lló el feo ideal de sus ilusiones. Una pobre mu- jos. ¡ Basta, basta! esclamó la pobre esposa. ¡Yo
ger con los ojos saltando de las órbitas, todo el soy Dorotea!^¡Tu Dorotea !! —¡Tú Venancio !!
pellejo rasgado y comida la cara por un granizo y un abrazo y un sorbo de agua privó del sentido
dé'viruelas que la había puesto el cutís hecho á los dos veces esposos. ¡Soeorro, socorro! gri-
una criba, se le presentó con la cazuela en la taban en la agonia. A este tiempo se apareció una
convulsa mano, implorando de su caridad el vieja con un gancho y una cuerda, prendió des-
preciso alimento. Esta, dijo el ex-faceiose¿ es la de la orilla en el vientre de V nancio y tira que
muger que me conviene. ¡Válgame Dios qu<e cria- tira les pudó sacar á tierra cuando acababan de
tura tanborripilanle ! —¡ Ay que hombre tan feo! exbalar el último suspiro. Desde entonces, dice
dijo la de la cazuela también ; de buena gana me el barquero , que todas las noches se aparece en
casaría con él.—El que repartía la sopa se detfi- aquellos contornos el grupo de tos esposos abra-
Ti
zados, y sobre una densa nube la tia Calesparra haciendo eses primorosas,
que murmura de cuando en cuando; ¡pobres: muertos de risa sus callos.
¡habian nacido el uno para el otro? Y á una torre que yo s é ,
balbuciendo le decia:
JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS.
tiene esta torre manía
de estarse siempre de pié.
¿Por qué no se sentará
EL BORRACHO. este demonio de torre?
mira, mira como corre
la casa de mas allá!
Pues es que le faltan piernas
de Buena-vista al palacio...
despacio, chico, despacio,
que romperás las tabernas.
Como bailan rigodones
vestidas de telarañas,
castañeras y eastañ'as,
hornos , fuelles y cajones!
A. bien que estamos de pascuas
y cosas del tierüp^son
caramba! qué tropezón! ,
si voy andando sobre ascuas...
Échame acá la sartén
y haremos pisto, Colasa :
calle! no queda una casa
que no se marche también.
Ábreme la puerta, esposa ,
De una puerta el gironeillo
que mi casa va llegando •.
por dó la luz se colaba,
que si quiereÉ... estimando...
un borracho procuraba
hasta mas ver alevosa!
encender su cigjfpttto.
Y esponiéndosep un/catarro, La ronda en esto llegó
según la noche era fria: preguntándole ¿qué hacia?
¿qué demonios, repetía, — ¿Qué hago? —Sí.—¿Lo que hago yo?
tiene el enfflno cigarro? aguardo, pues no pasó,
Y tornaba á refregar, que pase la casa rnia.
y él rebelde á nunca arder: —¿Qué casa, ni qué asno muerto ?
que era el modo de encender retírese á descansar
cosa de nunca acabar. de borrasca y tome puerto.
Por fin lanzóle con furia — Que me plaee, el encubierto,
dando un mímico traspiés, cuando acabe de pasar.
terció la capa al revés —Ea despeje el muy borracho,
y renegó de la curia. sino quieredar que hacer
Voló el cigarro sin alas con su mona y su desfacho.
de un sereno á la nariz: — ¿Qué dice usted de gazpacho?
«gracias» dijo el infeliz, no Vale para beber.
si bien las teago por malas. Un torrezno es mi costumbre,
Chirlo-mirlo y coge-gallos ó media sardina sola
iba mi hombre por las losas, y hay tope de media azumbre....
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—Calle la hez, la podredumbre ni creo que el lector tendría paciencia para
de la nación española. leerlos, ni aun cuando tuviera yo la habilidad de
En la cárcel dormirá. escribirlos, debería ir discurriendo por todas
—No dormiré —¿Cómo no? y cada una de las partes que constituyen este
—No señores—Voto vá... gran lodo, para salir airoso de mi prueba. Bas-
se lo juro! — También yo. tará limitarme, pues, á un pequeño y estrecho
Se verá. —Pues se verá. círculo, pero que por estrecho que sea, no por
— A chirona y vivo! — I r é . eso dejará de ser él mundo en resumen. El lector
—Vivo, he dicho —¿Voy yo muerto? conocerá desde luego que el asunto que he teni-
—Dormirá en ella ¿lo vé? do á bien elegir para el artículo presente es el
—Pues señor, no dormiré, hombre ni mas a m e n o s , y como quiera que t o -
porque me estaré despierto. dos los filósofos hayan dicho de él que es un mun-
VICENTE ALVAREZ MIRANDA. do en pequeño, no podrán ustedes menos de con-
venir en que las imperfecciones á él relativas son
trascendentales al grande, con lasóla diferencia
de que si en el mundito de que hablamos apare-
IMPERFECCIONES DE LA NATURALEZA, cen los defectos en miniatura, las del mundazo
de que no queremos hablar tienen que ser tan
gordas como el puño y aun masque el puño tal
Al leer el epígrafe de este-artículo, confieso
vez. Pero no crean ustedes ahora que para pro-
que habrá quien sospeeJpAaberlo escrito su a u -
bar yo mi aserto voy á recurrir á tantos lugares
tor al salir del ambigú; pero en Dios y en mi
comunes como se están esplotando continuamen-
ánima que no es-así, y que estoy muy lejos de
te por la turba moralista y filosófica. Lejos de ser
haber empinado el codo antes de ponerme á es-
así, las imperfecciones de que voy á hablar nin-
cribir. En primer lugar, mis lectores saben ya
guno las ha notado hasta ahora, á lo menos que
que no soy aficionado á comer, y siendo esto así,
yo sepa, y por otra parte seria muy mal mirado
mal podré haber perdido el juicio por una cosa
en LA R I S A , enciclopedia como es de estrava-
tan bellaca .como es tragar un poquillo, espo-
gancias, ponerme yo á discurrir seriamente á la
niéndome á la necesidad de beber después, y
manera que lo hacen los susodichos filósofos, pu-
consecutivamente á no sabet lo que nie hablo.
diendo yo sustituir mis barbaridades á las suyas
En segundo lugar, eso del ambigú es para gen-
con tanta ó mas razón,quesillos, y con mas ori-
te que tiene dinero, y si yo lo tuviera, no em-
ginalidad^obre todo, gracias, ya que no al g e -
borronaría papel á fin de escribir este artículo.
nio (por que eso seria fallar á la modestia) al
Y en lugar tercero (que no siempre se ha de d e -
sublime talento que Dios me íHt dado. Prescindi-
cir en tercer lugar), basta que yo les diga á us-
ré, pues, de considerar al hombre bajo su aspec-
tedes que escribo en ayunas mi artículo, para
to moral, limitándome esclusivamente á la parte
que me crean de buena fé y para que no a t r i -
física, y sin citar para ejemplo de sus imper-
buyan al licor de la parra lo que á ustedes les
fecciones á ningún tullido, ni vizco, ni joroba-
pueda parecer á primera vista menos conforme
do, ni cojo, sino al hombre que mas perfecta-
con mi formalidad y mesura ordinaria.
mente formado se reputé entre todos, un hom-
Digo y repito, pues, que la naturaleza es im- bre como el Apolo de Belvedere, verbi gracia, un
perfecta, y que lo que dijo don Alonso el Sabio hombre si se quiere, como el mismo Adán en
del sistema solar de sus tiempos, á saber, que persona, antes de morder la manzana. No me
si él hubiera criado los cielos los hubiera dis- dirán ustedes que un tipo como ese les pueda p a -
puesto mejor de lo que estaban, según Ptolomeo recer sospechoso, ó sea objeto de recusación.
decía, eso mismo mutatis mutandis digo yo de Milton se deshace en elogios en presencia de tan
todas y cada una de las partes de la naturaleza, bello ideal, Milton-es sin embargo un niño de
y lo digo eonj'ormalidad. Pero para probar esta teta, y él sí que habia bebido cuando tales cosas
proposición necesitaría yo millones de tomos, y
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decia. A haber tenido yo el cargo de formar al torios; y no que ahora comete setecientas barba-
hombre, otra cosa saliera por Dios; pero para ridades, porque como tiene la nariz tan lejos del
que ustedes puedan saber lo que hubiera salido, mal que hace á las de los otros, lo que menos
necesario será que entremos de lleno en nuestro tienepresente es la comodidad agena, y todo por
asunto notando las faltas é imperfecciones de carecer de un indicador que regule sus tacañe-
que hablo y que ustedes admirarán como otras rias. Fuera, pues, la nariz de la cara, y encajar-
tantas bellezas, ni mas ni menos que el autor del la en el polo antartico.
Paraíso 'perdido. ¿Y qué diremos de las pantorrillas? Que es la
Ante todas cosas, yo hubiera formado al hom- mayor atrocidad tenerlas en donde se ven, por-
bre con una costilla de m a s , lo cual, sobre pre- que vamos á cuentas, señores: ¿hay golpe que
sentar mayor igualdad y equilififrio en uno y otro durla mas que el que uno se da en la espinilla?
lado, me hubiera ahorrado el trabajo de formar Y todo por no tener la pantorrilla delante, en cu-
la muger con aquella malhadada costilla, y á la yo caso hallaría uno el consuelo de embotar el
consideración de ustedes dejo cuanto hubiera golpe en aquella almohada, y esto no es indife-
ganado el hombre á poderse pasar sin muger. rente por Dios. Los perros en cambio casi siem-
Vean, pues, ustedes ahí una falta comeLida por pre acometen por detrás, y vean ustedes una
la naturaleza, á no ser que en materia de costi- linda merienda para los muy atrevidos en las
llas crean ustedes que las faltas son sobras, en pobres y tristes pantorrillas." Encajóme pues la
cuyo caso no tengo inconveniente en convidar á espinilla detrás, y que muerdan hueso y no car-
ustedes á comer un plato de chuletas á cualquie- ne. ¿Negarán ustedes ahora que la cosa se hizo
ra hora del dia. al revés?...
En segundo lugar, yo hubiera criado al hom- Tampoco me hallo bien con el pelo de que lle-
bre con dos puertas de menos, con lo cual le h u - vamos cubierta la cabeza, diga lo que quiera el
biera evitado la golosina que le entró por la una, autor que mas arriba nombré, sobre la cabellera
y no hubiera tenido tampoco ocasión de desman- de Adán. Yo hubiera formado esa cabeza tan lisa
darse por la otra, y si ustedes me arguyen aho- y pelada como un guijarro, y á buen seguro que
ra con que formado así el hombre no hubiera po- entonces existiese un solo calvo en el mundo, ni
dido respirar, yo les responderé que ni todo lo se criasen en ella el algo y aun algos de que ha-
que se respira merece salir de allá adentro, ni blaba el señor Sancho Panza con aquella gra-
todas las funciones qm con las tales puertas se cia y socarronería que ustedes tendrán bien p r e -
hacen, nos dan motivo para recordarlas de un sentes.
modo satisfactorio. Ademas que para dotarle del Pues ¿y qué diré de los dedos que la naturale-
don de la respiración le hubiera puesto yo dos za nos puso en los pies, y que sin servir para
fuelles, uno debajo de cada sobaco, y era nego- maldita de Dios la cosa, lo único que producen
cio concluido. De todas maneras, y prescindien- es callos y otras pejigueras por el estilo? Pero
do enteramente de la cuestión posterior, la sola ustedes dirán que quien los produce no es ella
necesidad de comer es ya una imperfección tau sino.los malditos zapatos, á lo cual contestaré
grande, que casi todas las imperfecciones huma- yo que estoy mal con las manos también: si la
nas dependen de ella, no siendo la menor la ne- naturaleza no nos las hubiera dado, trabajo le
cesidad de escribir algunos artículos de vez en mandaba yo al zapatero que quisiera calzarnos
cuando para satisfacer esa maldita propensión á los pies. Mas ahora recuerdo que sin manos no
comer, y así salen ellos. me hubiera sido posible escribir el presente a r -
En tercer lugar, yo hallo mal la nariz donde cillo, y esta es una razón mas que suficiente
está, al menos existiendo el hombre en los tér- para hallarme contento con ellas. Eso sin embar-
minos en que se halla formado. Yo se la hubiera go no me probará la utilidad de los dedos pe-
puesto al lado de la otra puerta, y con eso cui- destres. La naturaleza podia habernos dotado de
daría mejor del modo y oportunidad con que po- un casco, ni mas ni menos que al rucio del que
ne en juego el segundo de sus órganos respira- arriba menté poco iiá. De este modo hubiéramos
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tenido un calzado infinitamente mas barato que estaría mejor con un codo de mas, y á la parte
ahora y mas análogo sobre todo á la índole y cir- opuesta del otro, y así podríamos doblar los bra-
cunstancias de nuestra especie, en su mayoría á zos susodichos del modo que ahora lo hacemos, y.
lo menos, i Harto mas protegida se hallaría en- en sentido opuesto también, lo cual no me nega-
tonces la industria, y no que ahora es una lásti- rán ustedes que seria una ventaja de mas, y
ma el abatimiento en que yace la triste profesión ventaja inapreciable, para los torpes como yo,
de herrador! que á la menor indigestión que tienen se ven en
Por lo que toca á las orejas, no las hallo mal la precisión de llamar una vieja provista de su
donde están, pero las hubiera querido mas gran- correspondiente geringa, y todo por no tener
des, por una infinidad de razones: la primera, uno la flexibilidad suficinte en los brazos para
porque así las hubieran podido menear á toda su salir cada cual i£te su apuro sin ayuda de vecino.
satisfacción los que ahora las mueven á medias: Por otra razón semejante debieran ser cuatro
lo segundo, porque siendo de cierto tamaño, los también las rodillas. Personas conozco yo que no
peores hombres del mundo quedarían converti- hacen otra cosa que tirar coces, y les vendrían
dos en angeles de cabeza arriba, con solo cortar- muy bien jugar las piernas hacia atrás para sa-
les el cuello: lo tercero porque en caso de calor cudir el aire mejor.
nos podrían servir de abanicos: y lo Síiarto en Las manos no debieran ser calvas, sino pelu-
fin, porque así me parece á mí, y cada cual es das, y con eso ahorraríamos los guantes, comi-
dueño de tener las orejas que guste. da demasiado cara para petimetres como yo, y
En cuanto á los dientes, claro está que hallán- sobre todo en Madrid. Verdad es que entonces
dome mal con la boca, no deberé de estar muy seria moda raparlas, como es ahora llevarlas
satisfecho con ellos; pero ya que los habíamos de vestidas; pero moda por moda y exigencia social
tener, fuese siquiera en el sitio donde coloco yo por exigencia, á mi rapamiento me atengo.
la nariz, y así cargaría el muy bellaco con esos El guante de navaja costaría á lo sumo un real
dolores de muelas que nadie merece cual éí. Con por mano, con escepcion de la gente plebeya que
eso quedaban las nalgas convertidas en dos re- por cuatro cuartos podría afeitarse las dos, y aun
gulares mandíbulas, y nunca nos parecería duro por menos sino se rapaba á dos aguas. Vayan u s -
el asiento, aun cuando no tuviese mullido. A tedes ahora á comparar esa módica retribución
bien que la Diosa Cibeles tiene mas fortuna que barberil con los diez y doce reales que nos cues-
yo: vayan ustedes al Prado, y allí la verán sen- tan los guantes, sirvie^fe solo para uno ó dos
tadita sin moverse de su carroza de mármol, dias cuando del modo qne»igo bastaba afeitarse
gracias á su tafanario de piedra. las manos de domingo á domingo, y andaba uno
Los ojos me parecen mal'donde están, á lo decente. ¿Y qué variedad no resultaría en las
menos el u n o , y entiéndase que hablo d # l o s de manos, á tener pelo como yo digo, y á exigir
la cara. En lugar de tener los dos en la frente, rapamientos la moda? Uno iría con la palma pe-
¿por qué no nos puso la naturaleza el uno de lada y con el metacarpo vestido; otro pondría
ellos en el tozuelo, y así hubiéramos visto á los sus cinco sentidos en llevar rapados los dedos y
que nos la pegan por detrás? Organizado así el cubierto de pelo lo demás; otro se raparia el pul-
hombre, hubiera podido dormir con el uno mien- gar y dejaría peludo el meñique; otro tendría la
tras velaba con el otro, y vean ustedes cuauto vanidad de nombrar dos barberos de cámara, el
hubiera ganado una policía secreta verbi gracia uno para la mano derecha, y el otro pava la zur-
en tener esbirros así. Demás de eso, formado el da: y otro en fin, podria salir á barbero por de-
hombre como yo digo, la mitad de los tuertos do, y aun á barbero por articulación ó falange,
que ahora existen lo serian de la parte de adelan- ó como se deba decir.
te, y los otros de la parte de atrás, lo cual h u - En cuanto á los dedos de que hablo, hubiera
biera sido la cosa mas divertida del mundo. hecho yo que cada uno de ellos tuviese por r e -
En cuanto á los codos me parece que deberían mate una campanilla, ó cencerro, ó cualquiera
ser cuatro y no dos; quiero decir que cada brazo I otra cosa que hiciese ruido, en cuyo caso no hu-
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biera tenido inconveniente en dejar los ladrones un artículo en el género atroz, arrancaba á Vi-
con uñas. llergasla suya, y salía uno del paso. Verdad es
Pero aliora que nombro las uñas, ¿sabrán u s - que entonces podria dudarse si lo que yo escribía
tedes decirme para qué diantre nos sirven los era mío ó ageno; pero yo también dudo ahora si
tobillos? ustedes dirán que esta pregunta es una lo que otros escriben es suyo, y eso que no hay
transición espantosa, pues maldita la conexión esa amovilidad de cabezas que yo quisiera en n o -
que hay entre las uñas y los tobillos, á lo cual sotros. Pero he dicho que me duele la mía , y h a -
contestaré yo que en efecto dicen ustedes bien, brán de disimular mis lectores si les he calentado
pero tiendan ustedes la vista por mas de cuatro la suya con tanta majadería y disparate. Yo que
escritos de los que se publican todos los dias, y los reconozco como el primero, no soy sin e m -
si ustedes encuentran en ellos mas conexión que bargo el primer disparatador que entre nosotros
en el mío, consiento en que me arranquen n s t e - se pone á escribir. Otro dia tal vez hablaré a u s -
tedes los tobillos de que estaba hablando, y que tedes mas despacio acerca del particular. Ahora
nunca he podido saber para qué demonio son permítanme ustedes quitarme mi cabeza prosai-
buenos. ca, para echar mano de otra que me sepa idear
Yo hubiera puesto lá lengua en parte menos unos versos, pues ya saben ustedes que en verso
húmeda que la que ocupa ahora, como dice muy me ha desafiado Yíllergas, y en verso he, de e s -
bien Saavedra Fajardo, aunque á Herraosilla le cribir, vive Dios, aunque solo sea por ver lo
parezca muy mal; y por lo que toca á ia saliva, que el tal Villergas contesta.
la hubiera hecho despedir por la oreja, para que
MIGUEL AGUSTÍN PRÍNCIPE.
así no me salpicasen algunos cuando me hablan.
En este caso hubiera podido decir Arriaza ha-
blando del jaque que llamaba al toro
Y escupiendo á través por la orejiya,
lo cual no me negarán que seria infinitamente
mas cuco que escupir á través por el colmillo co-
mo dice el susodicho señor, y como puede ha-
cerlo cualquiera.
Pero yo me esliendo demasiado: y para probar
las imperfecciones de que adolece la naturaleza,
basta y sobra con lo que llevo dicho. Ade-
mas de eso, me duele también la cabeza, y gra- A D. MIGUEL AGUSTÍN PRÍNCIPE.
cias á esa imperfección que se me olvidaba apun-
tar, me es imposible pasar adelante. ¡Que no
hubiera formado yo al hombre á lo menos de Tengo de tí, buen Príncipe, mil quejas
cuello arriba! Diéraie yo dos cabezas en vez de porque en una cuestión que te he tocado
una, ó le hubiera dado una sola, pero amovible te haces el sueco y la elección me dejas.
como la magistratura española, y con eso me i Yo quise de sofismas pertrechado,
quitaría ahora la que me esta doliendo (la cabe- ! los tuyos aplanar; esto se llama
za se entiende) para encasquetarme la de cual- volver qnien fué por lana trasquilado.
quiera otro exenta de tal pejiguera. ¿Qué venta- Quizá ingenioso en comprender la trama
jas no lendria ano entonces para lucirse como ;
la zancadilla á mi embestida ofreces
escritor? Y todo sin cansarse una pizca, porque
por dar al traste con mi humilde fama.
con quitar la cabeza á Zorrilla, bastaba por
Mas no tan pronto á solazarte empieces
egemplo para sobresalir este humilde servidor
pues yo doy el primero, y el primero,
de ustedes en el género lírico; y para lucirme
si no miente el adagio, da dos veces.
como dramático pediría prestada la de Harzen-
Con la chispa feliz que en tí venero
busch, y para hacer un epigrama ó para escribir
á fuer de verdadero castellano.
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y en tales versos que aplaudirte quiero, en decirle; antes ciegues que tal veas.
Eludes la cuestión, diciendo en yano Es tan santo varón que á quien le atiza
cosas que á la presente importan poco, nunca le trae entre ojos, y en sosiego
por mas que atañan á Alcalá Galiano. aguarda la ocasión sin ojeriza.
No pecas tú por simple ni por loco Mas ten cuidado de arrimarte luego
algo mas que yo ducho, y menos franco que un palo es consecuencia necesaria
pisas la prima cuando el sesto toco. y es la cosa peor palo de ciego
Y aunque nunca me atollo ni me atranco, Gana el preciso pan tocando un aria,
temo de tu salida , que es salida, patrióticas cantando ton porfía,
como suelen decir, de pié de banco. 6 gritando: ¡Gaceta estraordinaria!
Sabes que la ignorancia es atrevida Y harto hace, que si hoy es, por vida mia,
con la mia allá voy que no es bicoca , cosa del otro jueves lo ordinario,
y á decidir contiendas me convida. lo estraordinario es pan de cada día.
De ciego ó mudo, responder, me toca Un ciego, conocerlo es necesario,
que cosa es la peor. Soy harto lego y estos no son inconvenientes flojos,
pero escúchame un rato y punto en boca. no necesita el Eco ni el Diario.
Si no me entiendes ya, de tí reniego; Evítase por esto los enojos
pues bien te está diciendo el consonante de invertir en andróminas dinero,
que no hay cosa mas mala que ser ciego. y está muy libre de gastar anteojos.
Pero tú con tu sátira punzante Aunque este ahorro que parece infiero
por consecuencia llamárosme rudo; á dejar de pagar contribuciones,
pues sobre consonantes es constante, quien tiene el bolso reducido á cero.
Que aunque fueran en udo, como embudo Yo pagara doblones á montones,
puedo sin ser del Ateneo socio, que el que paga en Sevilla ó en Ledesma
probar que vale un ciego mas que nn mudo. es señal que le quedan mas doblones.
Basta de consonante ó niquiscocio, Pídanme versos y daré una resma:
no torne el plan en agua de cerrajas. pero loque es dinero ni una blanca,
Vamos al caso, varaos al negocio. que estoy cual mis amigas en cuaresma.
Y sin mas infinitas zarandajas Esta es mi confesión, bastante franca ;
antes que optar por otro ni por uno mas... del hecho prescindo, no lo dudo
de ambos sabré las contras y ventajas. y no roe harás volver ni con palanca.
Aunque juróte amigo por San Bruno Soy en las digresiones testarudo:
que en tan malos estreñios estoy fijo iba á decir que ventajoso creo
de no optar como pueda por ninguno. que parece el ser ciego mas que mudo.
Y ninguno me den si alguno elijo Tú no habrás calculado, lo preveo,
que no lira el mas necio y papanatas las contras de ser mudo, triunfo es grande
piedra á sus tejas como el otro dijo.— podértelo probar como deseo. —
Un ciego, para ahorrarme peroratas, Por mas que un mudo por colegios ande
no tiene que temer gota serena, y aunque mas se encomiende á San Lupercio
ni acometido ser de cataratas. ¿qué es lo que pueda hacer que se le mande?
Y esta seguridad es cosa buena , Comprenda lo que es quinto y lo que es tercio»
que á fé no es despreciable inconveniente ¿por eso le has de alar horas con horas
de pensar cu cegar la triste pena. detrás del mostrador de algún comercio?
Un ciego puede amar furiosamente, Bonito mueble entonces atesoras
mas no será por guapas ni por feas para lidiar con mozas y con viejas,
ciego de amor, y si lo dice miente. todas tan bachilleras y habladoras.
Cosas le oirás decir que no deseas ¿Juzgas sacar buen fruto si le dejas
pero digno serás de una paliza ser abogado , aunque los siete cursos
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logre pasar quemándose las cejas? suelen dejarle mas á buenas noches?
Tal vez no careciera de recursos; ¡Oh cuántas, vive Dios, melancolías
mas lleve el diablo al pleito que salvara que le ocasiona á un ciego aquel antojo
Ja lógica y ardor de sus discursos. que á otros da mil consuelos y alegrías.
Si siendo cura al pulpito trepara A la morena ó del cabello rojo
linda alhaja estuviera el misionero: no la enamora si á tentar no acierta^
y á ser gallo ¡qué gallo nos cantaral porque no le es posible echarla el ojo.
Pues pregonero suponerle quiero, Nunca puede tener una reyerta
que cualquiera la bolsa escondería que, aunque el valiente se haga siempre es cero,
para no dar un cuarto al pregonero. para estar si le cmhisten ojo alerta.
Pero vuelvo las tornas ú fé rnia, Sufre cuando le engaña algún tendero
no puedo por mas tiempo ser tan crudo pues ni el lienzo distingue á la batista,
que defienda una atroz mejadería. ni á ojo puede medir de buen cubero.
Y ahora decirte, Príncipe , no dudo; Bien su suerte le amarga y le contrista
mas ventajas del mudo sobre el ciego si aunque el grado alcanzara de Regente,
ó mas contras del ciego sobre el mudo. no pudiera vivir en Bueña-Vista.
Óyeme las razones que te alego Fuera en hacer convenios un demente
y por no ser prolijo no me ensancho porque de alguien pagara los antojos,
que á punto estaba de llenarte un pliego. que lo mirara mas ; y finalmente
Chico ó gigante, delgadito ó ancho Porque aunque otro le cause mil enojos
es Sancho todo mudo, y no Quijote, y le inspire total desconfianza,
puesto que al buen callar le llaman Sancho. tiene que hacer el trato á cierra ojos.
Nunca un mudo, aunque el pueblo se alborote, Aun mas razones mi caletre alcanza ;
vendrá al Congreso entre oradores rudos pero si has visto ya, que no lo dudo,
para hacer el papel de monigote. á que lado se inclina la balanza;
No obstante que apesar de bien agudos A este problema resolver acudo,
mas pocos diputados, los restantes diciendo al fin para acabar aprisa,
colegio son no mas de sordo-mudos. que mas malo es ser ciego, que ser mudo.
Pero dejóos en paz, representantes, Tú con gracia y verdad mas llana y lisa
vuelvo al asunto que me tiene en guerra lo contrario dirás, proporcionando
con un amigo de los mas conslantes. placer á los lectores de LA RISA.
Es la mejor palabra en toda tierra Yo me quedo por hoy felicitando
la que está por decir, y el que habla mucho, de salir de tan picaros aprietos,
según suele decirse, mucho yerra. á tus lindos tercetos contestando,
En todos tiempos pasará por ducho (aunque me haga pesado) con tercetos.
el que nunca jamás los labios abra JUAN MARTÍNEZ VILLEHGAS.
si importancia se dá de hombre machucho.
Todo mudo ademas su dicha labra;
pues como por el asta no le cojan
no le podrán cojer por la palabra.
EL POETA DRAMÁTICO.
Mas dejo estas razones que me enojan
y pues el turno de los ciegos llega,
oigan sus penas y después escojan.
Yo disculpo al cristiano que reniega Por tus barbas, Wenceslao,
de estar el infeliz á troches moches que como me llamo Gil,
siempre jugando á la gallina ciega. há un mes que la pena negra
¿Y qué consigue aun cuando arrastre coches me estás haciendo sufrir,
si los que mas le dan los buenos dias, i Como escritor de L A RISA
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me anuncias! Pues, pese, á t í , No imites á Moratin ;
¿no sabes ja que mi oficio que en esto de hacer comedias
es solo en serio escribir? era solo un zascandil.
Mi musa no es juguetona, Deja la pedestre prosa,
pídeme llanto, eso sí; al cielo te has de subir,
que á veces hago llorar, y en roraanticosíonceptos
aunque gracias á una actriz muestra tu ingenio sutil.
que mueve los corazones Naturales y sencillas
con su voz de serafín. las cosas no has de decir :
Mas me envías tu periódico, procura que no te entiendan,
y siendo fuerza cumplir, que en eso, Ayguals, está el quid.
todo el mes que llevo dicho ¿Décimas? ¿Quintillas?... ¡Bueno!
me he devanado el magín. Ahora toma el clarín ,
Nada, ni un verso siquiera; y atruena bien con octavas,
mas hoy me resuelvo, al fin, que sino se han de dormir.
y he de procurar servirte Sobre todo, echa de flores
hoy que me acosa el esplín. y perlas un celemín ,
— ;Esplin! dirás... ¡Buen anuncio! y los ensueños dorados,
— Pues yo te digo que sí: y el rielar han de salir.
cuando un hombre está enfadado ¿Tres mil versos enjergaste?
es cuando hace mas reir. ¡ Hombre, basta!... Pon ya fin :
— ¿Qué pena tengo, preguntas? mata al héroe.—¿Puñalada?
— ¿.No basta, triste de mí, —No, dale garrote vil;
el ser poeta dramático? lo otro es clásico.—Ya está.
¿Hay suerte mas infeliz? —¡Famoso I Te has de lucir.
Si tú lo fueras, Ayguals, — ¿Y ahora? —Ahora en caliente,
no te verían lucir en una orgía ó festín,
esos mofletes rollizos lo lees á tus amigos,
dó arde el florido carmín ; que por fuerza han de aplaudir
ni tuvieras esas barbas, sí es el vino de Champaña,
pues te juro por San Luis, de Burdeos ó del Rin.
que arrancado las hubiera — Pues vengan.—¿No telo dije?
tu mano en un berrenchín. ¿Los ves de entusiasmo hervir?
Empiezo por que es preciso, ¡Divino! dice Lupercio :
si tu drama ha de existir, ¡ Sublime ! grita Crispin ,
que busques en tu caletre y beben, y rien, y hablan,
un argumento gentil. y aplauden... ¡Vate feliz!
¡Encontrar un argumento! ¡Al teatro luego, luego,
¡ A,hí es un grano de anis ! que admire todo Madrid!...
¡Después que han hecho comedias ¡Ay, mísero dramaturgo,
Calderón y Shakespir! tu gozo concluye aquí;
Buscas novelas, historias, queentras con el empresario,
revuelves aquí y allí, y un editor tan cerril,
y ya piensas en Lucrecia, q u e , de los dos, el mas bueno
ya en Rodrigo , ya en el Cid. tiene un alma de Cain.
¿Le encontraste ya?... A. la obra. Este, haciéndose de pencas ,
Te inspiras... Muy bien... así, dice: no puedo imprimir;
así va bueno... ¡ Oh qué versos! los dramas me han arruinado;
y entre Rreton, Vega y Gil no la hubo en San Quintín.
me han sacado esta semana Y todos gritan á un tiempo -.
el postrer maravedí. ¿Qué tal? ¿Va bien?... ¿Es así?
Pues ; no es nada el empresario! Si halla usted alguna falta,
Le saludas muy civil, no tenga empacho en decir...
y él finchado te recibe — ¡Faltas !• ¡ faltas! Sí, por cierto ,
mas sórid que un puerco espió. las habrá; mas voto al Cid ,
— Se leerá en el comité, . ni es posible conocerlas
dice. —¿Pronto? —Por ahí con tal charlar y reír,
dése usted de cuando en cuando ni aunque las viera , es inútil
una vuelta.... Das dos mi!, que me desgañite aquí.
y al cabo de cinco meses :- — Diga usted; este papel
te llega tu San Martin. ¿cómo se debe vestir?
Reúnese el tribunal, pregúntala dama joven:
y allí es ella... ; San Dionis, déme usted el figurin.
llevadme á la inquisición, '-r- Yo pienso que de este modo.
que no hacen tanto sufrir! —¡ Jesús! ¿ Así he de salir ?
Uno fuma, otro bosteza , Voy á estar fea. — Pues bien,
cual se arregla el corbatín, ¡Saque, si quiere, un mandil!
aquel rie malicioso, —La nota para el anuncio,
y este fingiendo escribir, dice el galán.—No creí
hace del pobre paciente que fuese preciso.—¡ Cómo!
ridículo figurín; ¡ Sin nota el drama ha de ir!
y el lector suda y trasuda, No vendrá nadie... A escribirla-,
y cayendo aquí y allí, que es magnífico decid.
corre cual perro con maza — Por último, el d i a l l e g a ,
por alcanzar pronto el fin. ¡dia fatal!... El violin
Mas pasemos adelante; suena en la orquesta; el teatro
y te hago ya tan feliz, de gente se mira henchir;
que de aquellos cancerberos los actores ya vestidos,
ablandas el ceño hostil. se ponen blanco y carmín ;
Ya te hallas dentro... Ya pronto... y al son de la campanilla,
¿Pronto dije? No, mentí. se alza el telón... ¡ Ay de mí!
Al cabo de veinte meses ¡ Momento horrible, angustioso!
llega el turno... A repartir. ¿Dónde hay un chirivitil
Paso por alto las penas en que me pueda esconder?
de esta operación sutil, En la embocadura, sí...
que mas tardara en contarías Ya empiezan... ¡Jesús! ¡qué mal!
que en ir desde aquí á Pekín ; ¡Mas alto!... Que no han de oir.
y ya te hago en los ensayos.... ¡Alma! ¡Fuego!... ¡Se equivoca!
Mas por Dios , no quieras ir ¡ Me asesinas, malandrín!...
al que, llaman de papeles; . ¡Válgame Dios, y que toses!
pues si das en tal desliz, ¡Que estornudar: ¡que escupir!
te juro que de aburrido ¿Qué ruido es ese? ¡Un silbido!
rasgas el drama al salir. . ¡ O h , comparsa baladí!
IY el de mesa !... ¡ Que barullo! Deja esa puerta, ¿no ves
j Y l o s demás!... ¿Quien allí que el gozne chilla, mastin?...
resiste? Trifulca tal Mas arrecia la tormenta.
11
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;Que tempestad!... ¡Chis! ¡chis! ¡chis! ¡Qué salga 1-No.—¡Pif! ¡pifí ipif!
¡ Afuera, afuera!-¡El autor! — ¿Qué he de hacer? Mejor será
Ü &** w.
Í
Dióme efectivamente la humorada de visitar No señor, aunque sean peores, aunque ca-
los lugares menos santos y que por esta razón rezcan de rima, a u n q u e ^ a n media legua mas
son los mas concurridos de la gente vagabun- largos ó mas cortos, quiero,decir mejor:
da. Los hombres célebres decía yo, comen en
Según el refrán antiguo
la fonda y beben en el eafé; yo no soy céle-
que sigue al pie de la letra;
bre ni tengo esperanza de serlo, con que bien
tabaco, vino y muger
puedo hacer lo uno y lo otro en la taberna; y
sacan á mayo florido y hermoso.
con la desvergüenza que ustedes pueden ima-
ginarse rae colé en la del Pelado que está en Con estos principios sentados nadie se sor-
la plazuela de Santa Ana, pedí una chuleta asa- prenderá de que en la taberna del Pelado h a -
da y me la trageron CTuda, pan de flor, y me llase alguna de esas deidades condescendientes,
lo sirvieron del color de mi tez, es decir n e - tan accesibles al amor de los paletos como al de
gro muy subido. Pedí por último vino puro, y los lisias y Esceleneias; ni dudarán que admi-
me lo dieron mas afinado que el primer pro- tiese un obsequio mió previo el ¿usted gusta?
fesor de guitarra de nuestros dias que es otra y como lodo en el mundo tiene su correspon-
de las notabilidades españolas. ¡ Si me viera dencia , no es inconcebible que ella me brindase
Un hombre célebre en estos trapícheos, cómo su casa y que yo no me anduviese en chiqui-
se lamentaría y filosofaría sobre la degradación t a s , pudíendo andar con chicólas. Así sucedió
de la especie humana! esclamaba yo chupando para que ustedes lo sepan, y al poco rato me
el ya descarnado hueso de la chuleta. Pero da- hallaba muy posesionado de uno de esos hos- .
me la tentación de mirar detrás de mí como pítales de sanos incurables, inclusas de niñas
reprendiéndome de haber hablado tan fuerte sin con barbas, inquisiciones de vengan tormen-
acordarme de que las paredes oyen, y ¡oh vir- tos y paraísos de mea culp@: ¡ Ah ! decía yo mas
gen de Cobadonga! el hambre célebre, de la que satisfecho de mi seguridad y|P,uí no vendrá
calle y de la tienda que ya referí á ustedes es- ese fatal hombre célebre que i » í persigue t a n -
piaba todas mis acciones. Miraba si eomia, si to; ¡María! ¡María! proseguí abriendo de par
bebía, si andaba; á todas partes acechaba el en par la puerta del gabinete y ¡Oh desespera-
centinela vigilante cuya aparición en la taber- ción .1 ¡ oh aflicción ! ¡ oh maldición! ¡ oh todas las
na pegaba tan bien como si Mahoma se presen- palabras acabadas en oti! frente por frente á la
tara el día del juicio á los cristianos. ¡ Un hombre puerta estaba el hombre célebre y lo que es mas
célebre en la taberna! ¡y luego se desatarán en sensible estaba al lado de mi ingrata María, de
máximas morales si escriben comedias ó éspli- quien me despedí con los modales bruscos dig-
can en alguna cátedra ó dan alocuciones al pú- ' nos de su clase y de sus malas acciones. No hay
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remedio, iba yo murmurando por la calle , esos tabernas está bien visto, en las sociedades de
hombres célebres tienen pacto--con el demonio y etiqueta es casi necesario, y yo le aseguro á u s -
por eso hacen cosas superiores á las inteligen- ted que sin su compañía no saldré á la puer-
cias comunes. Como que hubiera yo querido ta de la calle. — Cada palabra de estotro hom-
hallar á Satanás para entraren tratos y hacerme bre me sorprendía m a s , y mientras el urgaba
notabilidad á costa de la salvación eterna, y si los bolsillos para buscar no sé que documento
es que no vi al demonio, por lo menos creo que justificativo, yo le conté como la primer vez que
me tentó para lanzarme desde allí en una casa vi al hombre célebre fué en la calle retratado en
de juego donde se batía el cobre, como se pue- una estampería, que después le vi retratado en
den batir yemas en una confitería, y cataratas un pañuelo en la tienda de que he hablado á
en el hospital general. Ochenta y cinco cuar- ustedes; en retrato le vi en la taberna, retra-
tos que hacen medio duro llevaba en el bolsillo tado estaba en casa de aquella ciudadana que
y medio duro ó sean los ochenta y cinco cuar- acompañé rendido, y como hasta en los hules
tos, puse á una sota que tuvo por conveniente se hacen ahora retratos de hombres célebres, r e -
chasquearme, como.to.das acostumbran. Cuando tratado estaba también en el tapete de la mesa
mas fiaba en la tal sofá vino á darme un par de de juego. Faltábame solo que su apasionado me
coces con el rey de bastÓ%; para que se vea que esplícase el sentido de sus palabras enigmá-
no son solo los caballos los que tiran coces. ticas; pero este sacando las manos del bolsillo
Tan cargado me hallaba yo del hombre célebre del gavan me ofreció un cigarro, de los muchos
que le hubiera creído autor de todas mis des- que tenia en una lindísima petaca en cuya tapa
gracias sino estuviera persuadido de que los estaba también el retrato de aquélla notabilidad.
hombres célebres no deben ir á las casas de A este tiempo pasaba una fosforera cantando,
juego; porque, como llevo dicho, los grandes como todo Madrid estarácansado de oír:
talentos deben ser la'norma de, las virtudes «Yo llevó en este cajón
grandes y es imposible que la moralidad se be- á la fama y á Cervantes - •
t a en la fuente de los vicios. Esto se observa y fósforos fulminantes ,.:.
en otras partes: entre nosotros por el contrario, de cerilla y de cartón.»
hasta ser estravagante en ¡as costumbres, inso- Efectivamente hasta en loslibritos de fumar
lente en el trato, beber muchas copas de rom y habrán ustedes visto hombres célebres estranje-
jugar la vida al monte, para pasar por hom- ros y nacionales, antiguos y contemporáneos tan
bres de pro y moralistas, con solo publicar des- perfectamente retratados que sin hacer con ellos
pués en prosa ó en verso cuatro de ésas vul- lo que con la levita del Toledano, que querien-
garidades y sentenciólas que tienen olvida- do darse á conocer por ella, cuentan que el s a s -
das los mozos de cordel. Yo no sé si nuestro tre le puso un letrero en la espalda que decia-.
hombre célebre tendria lances de moralista; lo el señor es de Toledo, lo cual no advertido por
que sé únicamente es que observando al grupo él, le causó gran sorpresa al ver que todo el mun-
de la mesa de juego, allí me lo encontré tan do que pasaba por su lado repetía: el señor es de
peripuesto y pintiparado que'no habia mas que Toledo. Es decir que si debajo de los retratos no
ver. Admiróme mas que todo el que cada uno dijera Cervantes, Napoleón, etc. se iris uno tan
que perdía me lo sacudiese un sopapo de aque- satisfecho de que lo que habia visto era algún
llos que retumban, y que él se aguantase sin lobo ó alguna cigüeña, verificándose casi aquello
decirlo mas mínimo de tan malos tratamien- del epigrama que un servidor de ustedes hizo en
tos. Este hombre, dije yo á los demás, en otro tiempo
todas las casas de prostitución se l e v é ; debe Un escultor no afamado
ser modelo de corrupción y de inmoralidad. pero de genio travieso
Este hombre, me respondió uno de los oyen- hizo un San Antón de yeso
t e s , es universal; lo mismo se le halla en los poniendo su cerdo al lado.
círculos bajos que en los altos círculos. En las Y entrambos en un renglón
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esplicó prudente y cuerdo, que con encajes y blondas
cual de los dos era el cerdo quiere ostentarse mas bella,
y cual de ellos San Antón. y es doncella
que lleva dientes postiios...
Lo eierto es que á la fosforera me dieron ga- que se acicala y aliña
nas de darla un bastonazo; pero esto lo dejé pa- para parecer muy niña,
ra otra clase de gentes. Cuando sea necesario y que con ágenos rizos
dar una severa lección á algún poeta chirle co- cubre asquerosas berrugas...
mo dice Quevedo, pienso aplastarle los hocicos y al ver como sus arrugas
con la cabeza de mi bastón que para que ustedes con cierta pomada alisa,
lo sepan es la de Cervantes. Con eso no seré yo me desternillo de n s a .
quien se la dé y no se dirá que la cabeza que d i -
go sea incompetente en materias literarias.
Por mi parle si en algún tiempo tuve deseos
de adquirir celebridad, ahora pondré lodos los
medios para no conseguirla siquiera por no ver-
me tantas veces en caricatura. En unas partes le
ponen á uno mofletes de monja boba, en otras
sumamente chupado; ora narigudo siendo romo,
ora romo siendo narigudo : ya serio como un s e -
nador, ya risueño como un tonto de Coria. ¡Qué
demonio! buena ó mala bien está cada uno con j
su fealdad, y no le hagan veinte caras feas al
que solo tiene una que no es poca belleza en es-
tos tiempos en que el que menos es hombre de t
dos caras.
JUAN MARTÍNEZ YILLERÜAS.
LETRILLA.
'•"Wtáfa,
Madres! contemplad ^1 cuadro Porque sino daréispruebas
con lágrimas de dolor; de poquísima virtud,
ó abstenerse de ser madres y vuestro eterno enemigo
á scdlo bien, vive Dios. será 3. M. V.
TO& SQ,t?ía&\7&<B&Sr<B2&«
¿Qué cosa es pensamiento? Hé aquí una p r e - particular, permítaseme que de él deduzca, que
gunta que á mí mismo me hago; y que á pesar si LA RISA causa risa, se, debe solamente A la
de toda su lisura, apuradillo me veo para con- fealdad de sus redactores, mejorando los pre-
testármela. En efecto ¿quién es capaz de hacer sentes. Mas vuelvo á mi asunto, y salga como
la definición de este caballero, antojadizo cual saliere, que no es cosa que en el siglo de lo po-
niña de quince abriles, ridículo (y no es amor sitivo se pare ningún hijo de Adán en pelillos;
propio) como el que esto escribe, y feo á veces porque de lo contrario menester seria que me
como el eslraeto que de su persona, habitóse | dejase la cabeza, y ainda mais, como de peder-
inclinaciones ha heeho el demócrata Ayguals de | nal u n ' p l a t o ; lo que no entra en mis cálculos,
laco? Y ya que por incideneia he tocado este ! porque este servidor de ustedes es en cstremo
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aficionado al bello... sexo, se entiende; y admí- censos y ascensos y quedando en medio, y pen-
rense ustedes lectores díe la consonancia que sando en la muerte y en la vida, y refocilándose
guarda con aquel pelo este bello. Por lo tanto, con el doncel ó con la doncella, que será según
lectores j mirad oblicuamente hacia la derecha, el sexo del individuo á que pertenezca, viene á
luego hacia la izquierda , y de derecha á izquier- fijarse en algo que lo absorve todo por largo r a -
da; volviendo los ojos, leeréis lo que á mi sobe- to, aunque el asnato no sea digno de que en él
rana voluntad le place escribir y á ¡a de LA RISA se fije ni el tiempo necesario para decir ah! Y
publicar. esto cabalmente me sucede á mí ahora.
Es el pensamiento.t. ¿qué será el pensamien- ¡ Ojalá que en cambio mi pensamiento se ocur
to? En cuanto á mí, i o me queda tluda que es i par* en ser canónigo: aunque no... de esto fue-
algo, pero en el algo está la dificultad Es el i ra bueno que se hubiese ocupado años atrás, pe-
pensamiento ¡calle! ¿Y ya se ve que es? i ro ahora seria una locura, ni menos en ser m i -
¿ quién lo duda ? Pero, qué es? ahí está el' busi- nistro, que cosa seria esta para tirarse de los
lis... Es el pensamiento... Ya di en el busilis y pelos y ya he manifestado que á los mioslos e s -
en la dificultad! El pensamiento es una cosa i n - timo quizás en mas de lo que valen (y cuidado
visible, inodora, sin color ni sabor, en fin una que son rubios) puesto que cojo un tabardillo
cosa igual al pensamiento; y ;vive Dios! que cada vez que tengo la desgracia de poner mi ca-
nadie me diga lo contrario, que capaz seré de re- beza entre las pelicidas manos del diplomático
comendarlo al ciudadano Villergas como pie pa- barbero. Pere me distraigo, cosa que nada tiene
ra un epigrama; porque nadie puede hablar me- de estraño, cuando tan de moda se han-hecho
jor de la boda que los novios; y tengo para mí las distracciones, que nadie está en lo que hace.
que si el pensamiento es parte integrante de mi Ya se vé, y como falta un presidente que mélla-
existencia, como cristianamente creo, y tengo me á la cuestión ! Pero al caso.
sobre él algún derecho, nadie como yo, podrá Es el caso peliagudo como barba de románti-
hablar de sus propiedades. Propiedades! Y ¿.cuá- co; es el caso mas grande y estupendo que ha
les son las propiedades del pensamiento? Muchas ocupado pensamiento humano ; es un caso mons-
sin duda; pero entre ellas sobresale esa espanto- truo, y dicho está lo bastante para probar su
sa volubilidad de que dá tan repetidas pruebas, importancia. Redúcese nada menos que á d e -
que no parece sino que nació para ser patriota mostrar un gran secreto en el que nadie hasta
del siglo XIX. Condenado siempre á no gozar de de presente ha fijado la consideración , un ele-
reposo, tan pronto se remonta hasta el Empíreo, mento poderoso que existe en la sociedad , y que
y se entretiene en decirle cuatro jjiropos á Venus pasa desapercibido, como pasan tantas otras co-
y en echar una mano de conversación con Capri- sas grandes y maravillosas al propio tiempo que
cornio, ó bien en jugar á la gallinita ciega con otras de menor cuantía mueven una zambra e s -
las siete cabrillas, como desciende á las profun-
traordínaria. Y prueba de ello ¿á qué no adivi-
das y lóbregas mansiones del Averno, y mide
nan ustedes cuál es el medio mas espedito que
les dimensiones del rabo de Pluton , ó contem-
tienen los hombres para comunicarse? —A qué
pla el pudibundo candor de su consorte Proser-
sí? la lengua.—Pues están ustedes equivocados,
pina, (que si tiene pensamiento no dejará de fi-
no es la lengua , es cierta quisicosa que acerca á
jarlo de vez en cuando en el famoso suplemento
los hombres sin conocerse , y obliga á hablarse á
que al dorso su esposo tiene); cánsase de esto,
los que con otra vez que se vean se ven dos ve-
y lija su dominio en el espacio; y allí... allí es
ces.—No diga usted mas, que ya sabemos lo que
regular que juegue con los insectos: luego se r e -
es... la simpatía. —No, que es e! peligro. —Tam-
crea con la muerte, á pocos segundos se halla
poco : es lo concomitancia. —Jesús! qué dispara-
en la batalla de Marcngo con el gran capitán del
te! lo que acerca unos hombres á los otros, es el
siglo; al instante goza con la hormiga que en
genio. —Riasc usted de eso; lo que los acerca
guardar se afana; á poco en el águila flue r e -
es...—Vaya dígalo usted niña.—Si me da corte-
monta su vuelo hasta las nubes; y así en des-
d a d . - S e dan ustedes por cachifundidos?-Si
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nos damos ; mas dígalo pronto.—Poquita á p o - ¡ el cigarro de otoo se encendiera!' ©h j t é ; fnge^
co, que no estamos en ningún ventisquero, y i nio cual no otro e!am4 >Ofe , tú, civilizador de 1«
mientras mas tarden en saberlo, mayor será so j humana especie,-:mc\h&«este cot»to tributo ée-
curiosidad. i admiracioi) que éedfea á t e memoria el que mas
Entre los muchos y prodigiosos inventos que . de una vez ha tenido lugar de probar todo lo que
ha hecho el ingenio humano para acercar á los i vale encender im'-miyarro! pedir la can-de^
hombres, merece un distinguido lugar este de | la!!!
que trato. Mayor es su virtud que la de! vapor, | No hay que asombrarse, lectores, deestewri
porque si bien este sirve para salvar pronto lar- cntusiasm» furaptéítei»; Atended, á las cansas
gas distancias, no tiene el poder para que de j que lo incitan , y tendeéis que confesar de buen
buenas á primeras se vaya fulanito derecho á i ó mal grado, que es justo y # a » o justo noble, y
menganito y le hable. El invento que me ocupa, í á fuer de noble desinterefeaéo. Porqueeseinven-
viejo como la risa, es un vehículo poderos» para ! to sublime no queda reducido á le manifestado:
las relaciones mutuas de los individuos- en so- ! hay un millón de cosas mas para probar su e s -
ciedad : es un medio gastads sin que por ello ha- í celencia. ¡Pedir la candela! Y en ese hecho ¿qué
ya caido en desuso (y en esto conocerán ustedes i hay de particular? dirá alguno- Pues es nada:
lodo lo que vale) para igualar las condicionesl figuraos q«e el pedir la cándete es un barómetro
sqciales ; es en fin un poder que establece la mas seguro parae-onocer 1 s p a n í o s de educación y
j.ust$ ¡libertad, y que pone á nivel y une por un de flBttra<que eli'pedigüe&QÁalza. Encienda u s -
njpna,ento al clérigo con el militar, al escribano ted no cig-arw y eolóquese «ñ sitio público; y
con el escribano, al periodista con el fiscal, al verá como al olorciiío se le dejan venir encima
ignorante con el sabio, y etcétera. Y es de admi- mas de un-aficionado á echar por boca y narices
rar que una vez de por medio este poder, guar- humo; y desde este momento puede usted dar
darse todos podrán de dejar desairado al que lo principio á sus observaciones. — Amigo, ¿me ha-
invoca, que capaz será por ia negra honrilla de ce usted el favor de que encienda este cigarro?
armar una de todos los diablos y convenir en Alce usted la cabeza á esta invitación, y mire
campo de Agramante el sitio en que se encuen- quien se la hace; y aunque usted no quiera, se
tre: ni es para menos el asunto porque cada cual | encuentra frente á frente con un hombre tera-
tiene su aquel como Dios se lo haya dado, y bien I piado i los tiempos del rey Favila, que en buen
merece que se guarden algunas consideraciones | hora sea dicho, ha sido el único que ha sabido
al nivelador de las clases. i morir como á ios de su clase conviene. Le da us—
!
¡Oh invento de los inventos! yo te saludo y ted la candela, y luego que enciende., se la de-
tu poder admiro ! Ahora bien: supongo que ya | vuelve á usted con el correspondiente «agrade-
i cido, amigo.)) Por su llaneza y por la minucio-
quedarán ustedes enserados, y habrán venido
I sidad con que le.pide á usted la candela, tiene
en conocimiento del objeto que motiva este artí-
i usted forzosamente que venir en conocimiento
culo , pero si por la mucha torpeza de ustedes
i que el tal individuo es un hombre formaiote é
no comprenden una cosa tan clara y tan esplici-
¡ incapaz, por lo tanto, de faltar á las reglas de
tamente manifestada, forzoso me será sacarlos
| buena crianza. —Caballero, ¿ tiene usted ia dig-
de duda.
i nación de participarme sus ardores? Y usted al
Encender un cigarro. Hé aquí el gran caba-
| oir esto cae al momento en lacuenta de que «1
llo de batalla de este artículo; hé aquí el medio
que le había es un elegante á la dernier un fa-
poderoso de comunicación; hé aquí lo que acer-
tuo, que mejor se dejaría cortar las narices que
ca á los hombres sin conocerse; hé aquí, en fin,
espresarse de un modo natural.—¿Me permite
en lo que nadie ha hecho alto, á pesar de ser
usted? le dice á usted otro: un modo de pedir
materia para eseribir gruesos volúmenes, y dig-
tan conciso revelará á usted al punto que este
na de que los vates templen sus cítaras para can-
ciudadano es poca amigo de gastar saliva, y tie-
tar sus merecimientos! Ob, ¡ú, el primero que
n e n mucho su estémago para estragárselo fue-
enseñastes que era cosa lícita qus mi cigarro en
ra de tiempo. Por de contado, que para com-
m
bido en que por una negativa á dar candela se
prender lo que el tal ciudadano pide, necesario
i ha armado la de Dios es Cristo. Mas esto nada
es mirarle a las manos, y que el cigarro supla
vale, ni tampoco la incomodidad que usted á
con su elocuencia muda y tabaquera el fin de la
í veces sufre por causa de esta peregrina inven-
frase.—¿Me hace usted el gusto? Quien así pide
ción. Supongamos que usted es casado, y qne á
la candela pone en duda el sexo á que pertenece,
| su cara mitad le ha dado jaqueca, verdadera ó
porque lo que es á mí, varón desde que mi ma-
| ficticia que esto rio es áe\ caso ; supongamos que
má me echó al mundo, no me ha < currido jamás
i usted la quiere mucho y que al momento se
la idea de pedir que me hagan el gusto, á ningún
; atortuja y sale á la calle, en busca de remedio;
individuo de mi sexo, y supongo que á ustedes
'. supongamos que lleva usied un cigarro encendi-
les habrá sucedido otro tanto. —Y qué no le dará
do, y siguiendo en la suposición , que enmedio
Á usted que pensar de la educación de aquel que
de su carrera sale un quídam y le intercepta el
con voz ronca le diga!! Camaráa, me da'sté la
\ paso dirigiéndole la palabra en cualquiera de
candela? Con todo y á pesar'de que por buena
j los modos que van espresados; ¿qué hará usted
lógica se convence usted de que tal modo de, pe-
en esle caso? negarle la candela, no, porque da-
dir imperativo, y mas que imperativo un tanto
ría lugar á disputas; no tiene usted mas reme-
si es ó no amenazador, no es el mas á propósito
dio que dejarle el cigarro y abstenerse de fumar
para que usted acceda á su deseo, es seguro que
salvo el consuelo de maldecir en su interior al
no le hará usted esperar mucho tiempo, por
importuno. Pues: ¿y si va usted por el Viático
aquello del canguelo.-^-Pues, y el ¿señorito me
para su suegra, y mas si es rica y no tiene mas
hasosté favor? donde me lo deja usted? Quiere
i hiia que la pichoncita de usted v sale un cual-
usted una prueba mas clara y positivamente po-
¡ quiera y le pide candela? Se desesperará usted
sitiva , de que el aficionado al cigarro es un p e -
; porque no es cosa de perder un momento en
dazo de alcornoque con ojos, que no ha podido
asunto de tamaña importancia, que crecerá sí
salir de la miserable condición de mozo de m u -
en lugar de ir por el Viático, va á avisar á la
las; y quien dice de muías diee de usted ó de
parroquia que vaya por el cuerpo de la d i -
cualquiera otros que tengan ó hayan tenido m o -
funta.
zos.
Mas como quiera que estos no sean mas que
Y no es solo en el mero hecho de pedir la lunarillos imperfectos, casi imperceptibles al
candela donde se conoce la condición y finura de lado del grandioso y civilizador invento áepedir
cada quisque; lo es también en el modo de co- la candela, convengan ustedes todos conmigo en
ger el cigarro: gaznápiros serán los que le co- que el cerebro que tal concibió merecía estar
jan cou el auxilio délos cinco dedos; entrevera- engarzado en diamantes, si ejemplo hay en la
rajos los que lo tomen con tres: elegantes los historia de haberse engarzado en diamante a l -
qne lo hagan co,n solo los dedos pólice é índice, 'gui\ cerebro.
SANTIAGO CASILAIU.
y finos de toda finura los que el cigarro coloquen
entre el.índiee y el del corazón.
Largo seria enumerar las diversas maneras LETRILLA.
con que se pide candela; largo seria también una
relación detallada para hacer mas palpable la es-
celencia de este descubrimiento, que acercando Estaba la musa mia,
a todos los hombres, engendra amistades lo mis- no diré como ni cuando,
mo que disputas. Y nadie se estrafíe de esta últi- imposibles aparando
ma parte de mi proposición. y de esta suerte decia ;
Las mejores instituciones siempre se corrom- que un desgraciado sonria,
pen en manos de los hombres: ¿cómo había de que inspire miedo un enano,
librarse la queme ocupa de dar en este escolio? que baile y brinque un anciano.
Así es que no todas san flores; y o c a s i ó n e s e ha- y no ande torcido un cojo?
¡ ahí es nada lo del ojo , con la patrona retoza,
y le llevaba en la mano! imposible es que la moza
eche el cerrojo á la puerta;
Aunque mil rayos y mas mas si no la deja abierta
bajar viera en un instante; y el que la persigue insano
tuviera un cañón delante pone los medios no en vano,
y hubiera un toro detrás: de descorrer el cerrojo
piensan ustedes quizás ¡ ahí es nada lo del ojo
que ofreciéndoseme humano, y le llevaba en la mano!
de entregarme á un escribano
tuviera todo el arrojo? Alguno conozco yo
¡ahí es nada lo del ojo, que esto intentó y algo mas;
y le llevaba en la mano! cogió ella un zapato y ¡zásl
las narices le aplastó.
Que á un ciudadano gruñir Luego por detrás le dio
vea contra un opresor, puntillón tan soberano,
y al notar tanto calor que él bajó la mano ufano
pueda dejar de reir: diciendo: en sangre me mojo;
que yo le ayude á subir, mas no es nada lo del ojo.—
para que este ciudadano Y.le llevaba en la mano.
después de hacerse tirano
me dé en público un sonrojo? Siete estrofas eon ahinco
¡ahí es nádalo del ojo hice, y en la octava voy.
y le llevaba en la mano! Tres versos van; ¡bien estoy 1
Entro en el cuarto; ¡yo brinco!
Que entre el amor de una hermosa ¡ pues con estotro van cinco!
rubia y bella, pero pobre, Haremos final temprano,
y entre el oro, plata y cobre que si dócil me amilano
de una marquesa canosa , y cuanto pidan aflojo...
si torpe ambición le acosa ¡ahí es nada lo del ojo,
no quiera roas Milano y le llevaba en la mano!
á la del cabello cano
JOAN MARTÍNEZ VILT.ERGAS.
que á la del cabello rojo?
¡ahí es nada lo del ojo,
y le llevaba en la mano !
FR. GERUNDIO
Que yo erea en la pasión Á LA COMUNIDAD DE LA RISA'.
de Maruja, cuando al fin
sé que á Julio y á Fermín Risa, y placer, y gusto, y alegría, y com-
á Jorje, á Martin , á Antón , placencia, y satisfacción, y contento, y deleite,
á Tadeo y á Simón, y gozo me ha causado, hermanos risueños, á mí
á Pedro , á Juan , á Mariano, Fr. Gerundio, la atenta y festiva ínvitatoria que
y á Roque y á Sinforiano á nombre vuestro se ha dignado dirigirme el
entretuvo por antojo? hermano Ayguals de Izco. Protestóos á fé de r e -
¡ahí es nada lo del ojo verendo, y juróos por mi santo escapulario, que
y le llevaba en la mano! al propio tiempo que me habéis ruborizado con
las inmerecidas laudes que vuestra bondad rae
Si el huésped que anda ojo alerta prodiga, me obligáis en términos que fuera yo
95
d mas ingrato de los seres risibles, y que me" presentado manjar ni vianda que me tentara el
reciera en castigo pertenecer á los entes lloro- cuarto sentido ; pero que una vez que ellos ase-
nes , si no dejara descansar algunos ratos el h i - guran tener tan buen repuesto en su cocina,
sopo de conjurar y las disciplinas de sacudir cuenten con un plato y un cubierto mas.
espíritus malignos y políticos malandrines, para «Y en cuanto á lo del soberbio chocolate que
dedicarlos a reir con vosotros, y á solazarme dicen me dará su amabilísimo cocinero, dígales
con los hermanos de esa comunidad riente. usted que pongan unos puntos suspensivos
Y no dejaré tampoco de aprovechar la pri- que esta es materia en que nos veremos el coci-
mera ocasión que se me depare para recomen- nero de LA RISA y el de Fr. Gerundio, y que
dar á la larguísima comunidad gerundiana en estoy dispuesto á habérmelas no solo con él sino
mis predicaciones las festivas páginas de vues- con los mismos padres maestros de la comuni-
tra UisA ; puesto que ademas de merecerlo ellas, dad, y á liquidar quién lo gasta mas soberbio y
lo merecéis aparte los apreciables hermanos que quién sabe hacerlo mas soberbiamente. Y sobre
constituís la comunidad. Y esto, no porque LA esto añádales usted lo que guste, que yo no le
HISA necesite mi pobre recomendación gerun- digo mas, porque nos veremos y nos entendere-
diana, que harto por sí misma se recomienda, mos.»
sino por cumplir en ello el amistoso deber que Aquí tenéis, hermano Aygitals, fielmente co-
con vuestras finezas á mi reverendísima habéis piada la contestación de mi lego Pelegrin al úl-
impuesto. timo párrafo de vuestra epístola, y de ella h a -
Leí á mi lego Tirabeque ia parte de vuestra réis vos ó la alegre, comunidad el uso que mejor
misiva que á él iba dirigida y encaminada; y al os parezca.
oír que le convidabais con vuestro Ambigú, que Por lo que hace á mi reverencia, digo como
le ofrecíais nada menos que soberbio chocolate él que nos iremos viendo y entendiendo. Y en el
con esquisitus bollos, con el apéndice de las ínterin, ofreciendo mi gerundiana capilla á t o -
abundantes provisiones de cuanto Dios c r i ó , se dos los padres de la orden risueña, y dándoles
le entreabrió la boca, y asomándosele á los la- las gracias por su afectuosa invitación, queda
bios una sonrisa que dejaba entreveér la delec- alegremente á sus órdenes su atento servidor y
tación morosa en que se bañaba su alma y su capellán que con la risa en los labios le besa....
cuerpo; «señor, me dijo, á esa comunidad ser- perdonad, hermano, con la risa en los labios no
viré yo de buena gana, y si tales cosas tienen en acierta á besar nada.
el Ambigúl y con ellas me convidan con tan bue- F R . GERUNDIO.
na voluntad como parece, desde hoy pueden
contar con que no haré un feo á su convite; a n -
tes por el contrario asistiré puntualmente á
ANGELITO!
cuantos AmbigúUs quieran darme, cuanto mas
que los hermanos de esa cofradía deben ser t o -
dos de humor alegre y jaranero hasta no mas, Es el mas bello
que es la gente con quien yo congenio. de los placeres
«V dígales usted de mi parte, y perdone u s - tener un niño
ted la confianza, que si hasta de hoy no me ha de pocos meses,
entrado la tentación de asistir á la mesa de esa que si no mama,
buena comunidad ha sido por dos causas; la que si no duerme,
primera porque hasta ahora no me habían con- se desgañita
vidado, y jo no soy de aquellos que se meten de llorando siempre.
rondón á comer de gorra donde no son llamados; Aunque le muden
y la segunda, porque no habiendo visto hasta el una y mil veces,
diaen su Ambigúl mas que muchas sopas, mu- los pañalitos
chos cocidos y muchas menestras, no se habia i al inocente,
siempre está húmedo se alza y enciende
mi pobre nene, la vela.... entonces
y no es á rosas, ven al pobrete
ni es á claveles,: que está abismado
ni es á jazmines, en una peste !<
á io que huele., La madre dice;
«mira, Giménez,
dame un poquito
de agua caliente
y los pañales
del cajón ese.» ¡
Anda en camisa
Don Nicomedes
y le tiritan
dientes con dientes
que es buen marido,
y'así entretiene
las noches i'rias
de lluvia y nieve.
No cabe duda
que es un deleite
pasar ios ratos ;.
No es que tan solo
tan dulcemente!
babas le cuelguen 1 ;
¡Qué socorrido,
que al darle un beso,
es el lance este! •
arrojar suele
,Á1 que con niños
por la boquita
se acuesta y duerme,
copiosa leche;
ya el refrán dice
y si en sus brazos
lo que sucede.
uno le mecej
Son diversiones
el angelito
de las que tienen
hace que llueve.
gracia, bemoles,
Y por la noche? y perendengues;
como él empiece por eso digo
su cancioncilla, que aunque moleste
no es tan «ndeble mi taravilla,
su voz aguda repito, siempre.
que no despierte que es el mas bello
á cuantos cerca de los placeres
del niño duermen. tener,un niño ,
Y el parVulillo de pucos meses.
es tan rebelde y
que ya no hay mimos WENCESLAO A.YGUALS DE izco.
que le sosieguen.
Canta su madre
mal que le pese;
le da la teta
y él no Iaqniere,
hasta que el padre
97
UN TRONERA. un gran estudiante, un asombroso estudiante, el
tipo de los estudiantes. El hombre que no quería
DIABLURA ROMÁNTICA. verse sin lengua porque no le llamaran deslen-
guado , ni quería verse en la cruz porque no t e -
I- nia vocación de mártir, por toda contestación
Tronera es un hombre de trueno^ alocado, co- tomaba la pluma y escribía: «Don Fulano de Tal
mo si digéramos un calavera. De estos que ha- y otras yerbas, caballero etc. y profesor etc
cen las cosas y luego las piensan , que quieren á Certifico: Que don Félix Crespo^ ha seguido el
un amigo mas que á su dama y se desalían con curso de este aüo con indecible constancia y apli-
él á muerte por una mala jugada de solo ó de cación contestando en los exámenes como un pa-
villar. Que gozan en ver rabiar al prógimo y le pagallo á las preguntas que se le han hecho, por
dan una paliza sin mas intención que la de di- lodo lo cual ha merecido la nota de sobresalien-
vertirse. En fin, un calavera es un calavera y no te , sintiendo yo que no haya otra mas sobresa -
digo mas porque todas las esplicaciones del mun- liente que la de sobresaliente; pues en esté caso
do dejarían pálida é incompleta la definición. bien la mereeia el sobresaliente escolar don Fé-
Pues hombre de este tenor era don Félix Cres- lix Crespo. Y para que conste doy estaque fir-
po cuando tenia veinte navidades, y estas veinte mo en Madrid etc.—Fulano dé Tal y otras yer-
navidades no sé si las cumplió el aüo 1840 ó el bas.
de 1800. Es verdad que tampoco sé cuando nació; Don Félix Crespo, era inclinado á todo lo raro
pero por un cálculo prudente se puede asegurar y estravagante. Había función en el Liceo ¿y se
que nació veinte años antes de cumplir las veinte encontraba elegante? Pues se iba á casa antes á
navidades, y vengan Newtones y Mangiameles ponerse el frac mas roto y remendado y la cor-
á demostrar que este no es un evangelio aritmé- bata más pobre y el pantalón mas amanzanado,
tico. Pero lo que menos importa es saber la fe- es decir menos trabíllesco. ¿Se trataba de ir á
cha del nacimiento, de las veinte navidades y de comer callos á unataherna? Allá se colaba don
la muerte de don Félix Crespo, ni quienes fue- Félix con rico guante blanco, frac negro de toda
ron sus padres (sobfe este particular solo sé que moda y pantalón Casilareño, es decir abotinado
su padre era un tal Crespo, hijo de otro que tam- y oprimido como cintura de doncella. En el cafó
bién se llamaba Crespo). Basta saber que don nunca hacía cosa á derechas. Si pedia dulce se lo
Félix vivia en Madrid y también deeia que estu- habían de servir en vaso: sí pedía sorbete se lo
diaba, cosa que no le vieron hacer jamás, sin habian de dar en taza~y si tomaba licores ó café
embargo de que en los cursos que estudió de era preciso que se lo dieran en la misma ban-
gramática, siempre salió sobresaliente según las deja.
certificaciones, en filosofía sobresaliente, en Sucedió un dia que paseando don Félix por el
matemáticas sobresaliente, y en seis años de Prado pasaba un respetable anciano con dos chi-
medicina tenia SSSSSS que á fuerza de eses po- cas como dos luceros. En las facciones se echa-
día ser un Sabio, un Salomón, un Séneca, un ba de ver que las muchachas eran hijas de su
Sófocles, un San Simón y hasta un Serenísimo padre y que era su padre el que las acompañaba.
Señor Senador, cosa bien estraña por cierto. Los Así como á otro se le- hubiera antojado enamo-
profesores le perdonaban todas las faltas y le rarse de una, á don Félix se le antojaron las dos
mimaban. Unos lo achacaban á recomendaciones y sin andarse eflxhiquilas se encaminó hacia el
y otros á dinero; pero personas mejor informa- papá y las hijas diciendo: ¡Oh queridos amigos!
das, me han dicho con mucha reserva, y yo su- ¡cuánto deseaba-ver á ustedes! ¿Donde vjy.en
plico á mis lectores que guarden el secreto, que ustedes ahora? —«Donde siempre; calle de.*...
don Félix Crespo se presentaba á un catedrático número..... cuarto...... contestó el padre tarta-
y decía.- si usted me reprueba le saco la lengua;. mudeando y dijo el cuarto, el número y la ca-
si me dá mala nota le crucifico, y únicamente lle., pero, añadió ¿quién es usted? No tengo el
puede librarse de mis garras diciendo que soy gusto de conocerle. —No es estraño, respondió
13 i
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don Félix, yo tampoco he tenido la fortuna de el hombre; no sin alzar la mano y bajar la vista
conocer á ustedes hasta este momento venturoso por ver sí no estaba en un error. Salió el tercero
pero procuraré que nos veamos mas á menudo. y le dijo ¿cuánto vale ese gallo? volvió á mirar
Y se despidió dejando á una chica estupefacta, á el conejo después de restregarse los ojos el po-
otra en Belén y al padre en Babia. Le entró tal bre cazador y decía para sí ¿si tendré yo la vista
temblor al bueno de don Agapito (así se llamaba mala ? Las orejas son de conejo , las patas son de
el padre), que le sonaban los faldones como sí conejo, no tiene alas ni pico, vaya no es gallo,
fueran cascabeles. Vamos, Tamos á casa, dijo, no, y prosiguió gritando ¿quién me compra este
que quiero dar orden de que llame quien llame conejo? Salió entonces de un portal un hombre
no le abran la puerta. con muchas barbas, agazapado detrás de unos
Llegaron á casa y tiraron del cordón, nadie anteojos verdes y por la gravedad del paso y del
respondía ; sin duda la señora mamá estaba tara- trage le tuvo el del conejo por un caballero for-
bien de bureo ó se Labia dormido. Tilín, tilin, mal. ¡Hombre qué gallo tan hermoso! dijo este
tilin. — Nada. — Tilin, tirilirin , lín lín tirilirin. apareciendo súbitamente ¿cuánto vale? El del
— ¿Quién? —Abre, dijo don Agapito muy inco- conejo volvió á mirar su prenda y después de un
modado; pero ¡cómo se quedó el buen hombre buen rato de examen y meditación le alargó d i -
cuando vio que el que le abria la puerta era don ciendo: dos pesetas.
Félix Crespo , el calavera del paseo. A todo esto Vivia en Madrid un boticario muy pobre lla-
la señora salía de allá adentro llorando como una mado don Matias, que tenia roto un cristal del
Magdalena. Una de las hijas se desmayó y se de- despacho, y no pudiendo componerlo de otro
jó caer en brazos de la madre, la madre se des- modo, habia puesto un papel en el hueco que
mayó y cayó en los del marido, á este le dio una era de tercia en cuadro. A la noche siguiente de
congoja y cayó en los de don Félix, y don Félix empapelar la vidriera dicen que pasó un joven,
los tumbó á todos en el santo suelo diciendo á la metió la cabeza por el papel y dijo muy sereno:
muchacha que estaba punto menos que para des- Adiós señor don Matias. Puso el paeíentísimo
mayarse; vamos que esto no merece la pena. boticario otro papel que fué roto á la noche s i -
Y cuando los otros volvieron en sí no encon- guiente por la misma cabeza al saludo cargante
traron á la señorita ni á don Félix Crespo. de: Adiós señor don Matias. Amostazado el b o -
Poco tiempo después se dijo que don Félix se ticario juró vengarse y esperó al otro día con un
habia espatriado con ia hija de don Agapito, pero garrote de encina. El joven calavera conoció que
nadie supo a punto fijo su paradero. Otros le da- á la tercera podia costarle caro y dijo, si he de
ban en Madrid y suponían que habiéndose deja- pagar yo que pague el demonio. Tenia en su ca-
do crecer toda la barba y tapando sus espresivos sa una estatua no se sabe si era de algún sabio,
ojos con unas antiparras verdes, de cuando el de algún santo ó de algún diablo : cogióla deba-
rey rabió, era imposible conocerle. Todos los jo del capote y tomó el trote hacia la botica.
días ademas habia noticias de calaveradas poco Buenas noches señor don Matias, dijo metiendo
comunes en la corte y todas ellas llevaban el se- por el papel la cabeza de la estatua. El boticario
llo diabólico del carácter de don Félix. Por que le esperaba muy armado de garrote levantó
ejemplo, se contó que habiendo visto á un tío las dos manos y dejó caer la porra diciendo ¡pá-
cazador pregonando un conejo se conjuraron galas todas juntas arrastrado!
unos cuantos jóvenes para hacerle creer que era Y dio tal golpazo en la dura cabeza de la esta-
gallo, ¿ Cuánto quiere usted por ese gallo? dijo tua que al estremecimiento de las maderas ca-
el primero que salió.—No es gallo que es cone- yeron todos los demás cristales hechos harina.
jo, respondió el buen hombre y siguió su cami- Cuando el boticario buscaba á la puerta el cadá-
no sin hacer caso de aquel tarambana mozalvete. ver del insolente mozo que le insultaba, ya e s -
Pero no anduvo muchos pasos cuando salió otro taba este contando á sus amigos el estropicio
que le preguntó también. ¿Cuánto vale ese ga- que habia causado al desventurado don Matias.
llo?—No es gallo que es conejo, volvió á decir Todas estas calaveradas que se divulgaban por
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Madrid haciaifcreer que don Félix Crespo no an- donde no nos vea. Entremos en un café, r e s -
daba muy lejos. Sin embargo de eso al cabo de pondió la muger, y después veremos si todavía
un año se decidió don Agapito á i r á los toros y hay billetes- en el Príncipe. La hora era avan-
á la comedia con su única hija y su muger. zada y cuando llegaron al teatro la función se
Era dia de gran entrada : no sé si picaban Cor- iba á empezar solo quedaban dos asientos de c a -
chado ó Sevilla y si mataban Montes ó Romero, zuela números 5 y 7 y un sillón de la izquierda
como que no me han contado tampoco la fecha que tomaron sin reparo y se colocaron inmedia-
de la corrida. Lo que sí me han dicho es, que los tamente.
toros eran muy malos porque amaban al prójimo En el. número 6 entre hija y madre habia una
como á sí mismos. Los toros son como los m é - señora grave, toda vestida de negro y con el
dicos y los militares que solo á fuerza de asesi- velo echado á quien instaron para si quería
natos adquieren celebridad. El último de este dia cambiar de asiento; pero era tan impolítica
fué de prueba. Cuatrocientos caballos quedaron que rehusó dando por toda respuesta en seco,
tendidos sin contar los heridos y contusos. Mató estoy aquí bien. La cazuela estaba mas agita-
cinco picadores, veinte banderilleros, tres espa- da que de ordinario, parecía que hasta por el ol-
das y un alguacil. El cuarto espada tiritaba como fato conocían la aparición de algún animal anfi-
un tembleque. Todo se le volvía: suerte de aquí, bio. La comedia estaba llena de lances que h a -
treta de allá, volteretas, y mas volteretas, y é cían estremecer á la madre y á la hija; pero
todo esto llovían insultos sobre su alma que era cuando llegaron á la escena en que un joven
una maldición. ¡Anda ladrón! ¡Anda cobarde! atrevido asediaba á una casada virtuosa sin
I Anda feo, asesino, borracho ! de tal modo apu- fuerzas para resistir: ¡Qué inmoral es esto! dijo
rando su paciencia que no pudo menos de decir: la madre. Pero usted conoce muy bien que p u -
si hay algún valiente que se atreva con la fiera diera ser histórico, respondió la del velo: y la
que baje. madre se dejó caer sobre su hombro desmayada.
No habia acabado de decirlo cuando un mozo La hija" no advertía nada de esto embebida en
atolondrado saltó la barrera, le quitó la espada otro incidente dramático de mucho interés. El
y con gran asombro del público se dirigió lleno seductor de la madre robaba una de las hijas y
de impávida serenidad al animal carnívoro. En la arrancaba del seno paternal acaso para siem-
su vida las habia visto mas gordas; pero le su- pre y ¿dónde la llevará? esclamó sollozando la
cedía lo que á muchos valientes que sin conoci- joven de la cazuela. Parece hermana de usted
miento maldito de la esgrima suelen plantar una según la interesa, contestó la del velo y la m u -
cuchillada al hombre mas inteligente y esperi- chacha cayó también desmayada sobre el hom-
mentado. ¡Entra! dijo al toro tirándole el som- bro derecho de la tapada. La cazuela era un la-
brero , j entra y acaba con esta humanidad ! y así berinto, eFteatro un guirigay, el escenario un
que vio al toro cerca de sí esclamó: | Ah pobre galimatías. Don Agapito que presenciábala ca-
zascandil que te gané por la mano! tástrofe desde el sillón corría como un gamo á
la cazuela. Cuando entró en ella todas las muge-
El toro cayó cuan largo era, sin mover una
res huían de la del velo como sí fuera un basi-
pata siquiera. Una salva de ¡vivas! y una t e m -
lisco. Don Agapito entró en sospechas y sin mas
pestad de palmadas del público impedían al pre-
ni mas arrancó la blonda á la misteriosa tapada,
sidente hacer oír su voz que decía: ¡Mozo va u s -
dejando ver los ojos sarcásticos de Crespo y dos
ted á dormir á la cárcel por salir á la plaza sin
patillas como dos cepillos que hacían con el
permiso de la autoridad! El héroe de la fiesta era
traje de muger un espantoso contraste.
don Félix Crespo para que por eso se acobarda-
ra-. ¿«La autoridad? contestó. Yo no sé ni he sa- Una docena de hombres se lanzaron sobre él
bido nunca lo que es autoridad» y salió de la pla- y aunque ninguno supo si le habia pegado ó
za entre los bravos y vivas de la multitud. no, se le encontraron accidentado y casi m o -
¡Era ese hombre funesto! ¡oyó decir á un vie- ribundo al levantarse. ¡Yo muero! decia ¡qué
jo en la retirada; vamos, vamos lejos de aquí me lleven al Hospital! Ninguno quería cargar
100
«on él; pero don Agapito que hubiera deseado ! — No queria dejarme andar y la rueda de este
verle si era posible en la sala de los tinosos, calesín ha pasado sobre su pescuezo, contestó
le torno á cuestas y pian piano le condujo á don- el caminante.
de solicitaba. Cuando entró en el Hospital se, —¿Y ha muerto"?
dejó caer el Ungido moribundo y dando una car- — Loma , no que, no.
cajada satánica le dijo al fatigado don Agapi- j — ¿Y mi querida hija?
(o ¿no os verdad que tengo mal peso para di- — Aquí la llevo.
funto? El viejo que conoció la pillada se quiso — ¿Cómo que llevarla? Es mi hija,
retirar avergonzado; pero Crespo se lo estorbó — Si señor, pero yo me la llevo.
diciendo', poco a poco; ahora me toca á mí. — Ello no le quiere á usted.
Y agarrando á don Agapito por la cintura le I — No lo sé, pero yo me la llevo.
condujo ÍI la sala de los locos. Don Agapito I — Es usted un tunante, un galopín, un Ti-
porfiaba que eslaba en su sano juicio: pero llarlo.
como Crespo era conocido del eolejio por ha- — Si señor: pero yo me la llevo.
ber estudiado medicina, fué creída de los prac- — Yo fe maldigo, ¡infame!
ticantes que encerraron a! buen viejo , dejándole j Aquí dio una carcajada Crespo que hizo e r i -
por mucho favor en libertad las piernas y los zar los cabellos del viejo, y partió con la ca-
brazos. j lesa sin dar otra contestación que ¡Arre coro-
La luna entraba por la ventana que daba á nela !!!
la parte de Atocha y á su tibio resplandor se i JI'AS MARTÍNEZ YULLEIUÍAS.
divisaban causando horror y miedo los visages \
de los maniáticos. Uno que se levantaba en i
camisón á representar un pasage del Edipo.
A MI AMIGO ZORRILLA,
otro que defendía un pleito, otro que cantaba I
el entierro de sus padres concluyendo con un ! Ql'E SE HACE EL St'ECO.
solo de seguidillas ó jota aragonesa, cuando
vino á interrumpirles una loca escapada de la I ¿Por qué prosigue frenético,
sala de mugeres que de un brinco se plantó j Zorrilla, tu numen lírico
en los hombros de don Agapito, de otro se ¡ dedicado á lo patético?
abalanzó á un garfio pendiente del techo y m e - si desprecias lo satírico
tiendo el pincho por debajo de la barba sacó te nos vas á volver ético.
los sesos pegados en la punta. Todos los locos Ese plan tuyo diabólico.
se arremolinaron á contemplar tan aterrador es- que me repugna cual ácido
pectáculo y hasta el supuesto loco don Agapi- por lo triste y melancólico,
to, con los ojos encendidos y los labios ver- si no le truecas en plácido
tiendo espumarajo cayó en el suelo sin sentido ¡ yas á perecer de un cólico.
esclamando: ¡hija nsial ¡hacia un aíio que mis I Recobra tus fuerzas bélicas
Lrazos paternales no la acariciaban II! antes de quedar « a n i m e ,
Los rayos déla luna cada vez penetraban con y con sátiras angélicas
mas esplendor en aquel asilo de desesperación. di verdades evangélicas
Lágrimas frías resbalaban por las mejillas de ! ya que el deseo es unánime.
don Agapito y la confusión de su cerebro casi No hay ente ya mas estólido
«O le dejaba oír el ruido de una calesa que i que un tétrico metafísico!...
pasaba y una voz que gritaba ¡don Agapito! ¡ observa, Tepe, mi físico:
¡don Agapito! Asomóse como pudo á la ven- j ¡qué impermeable.' ¡qué sólido!
tana y en el meta! de la voz que pronunciaba I ¡ sin un ápice de tísico !
su nombre conoció al inferna! Crespo. j Y por qué? ¿Qué fuerza mágica
— ¥ mi muger? dijo el desventurado viejo, i produce tal espectáculo?
101
tener LA RISA por báculo ;
y no escuchar la voz trágica
A MI AMIGO WENCESLAO AYGUALS
de ningún siniestro oráculo, DIRECTOK DE LA KISA.
Mira á Bretón ¡ Santa Brígida!
que panza gasta de ecónomo! ¿Con que ni puertas ni rejas
y es que con cachaza frígida de tí me pueden librar?
sigue la máxima rígida ¡Maldito Ayguals, no me dejas
de todo sabio gastrónomo. un momento reposar!
Máxima que es el vehículo Ya encanece mis guedejas .;
de L A R I S A , y en los fárragos lo que me haces cavilar,
del vicio vierte el ridículo; zumbándome las orejas
pero exige en otro artículo con los ayes y las quejas,
no alimentarse de espárragos, que me envias sin cesar.
Ademas, querido, encárate
con el otro autor dramático, Irrita p u e s , escorpión,
y no hablo de Gil y Zarate : mi lengua de basilisco
con Abenamar compárate con uno y otro arañon ,
que engorda con lujo asiático. con uno y otro mordisco.
Manos á la pluma y ¡ánimo! Duréceme el corazón
i guerra á los entes exóticos \ hasta dejarle hecho un risco
que en estos tiempos despóticos para el duelo y compasión;
solo un corazón magnánimo mas ¡aysi rompe el turbión!
rie en versos estrambóticos. ¡ ay si te coje el pedrisco !
Toma parte pantomímica
en materia que no es árida, ¿Yquién habrá que lo impida?
dsin entender de química ¿Quién ¡vive el cielo! me estorba
¡voto á bríos! que una cantárida darle una buena batida
voy á aplicar á tu mímica. con esta péñola corva,
Escribe por Santa Mónica, en tu propia hiél teñida?
ó riño contigo ¡cascaras! Nadie. El coraje me encorba
Hable esa musa lacónica, y... Óyeme Ayguals por tu vida,
y como en baile de máscaras que con tu misma medida
suelte su risa sordónica. voy á templar mi tiorba.
Que aunque con furia satánica
se desborde.., aunque volcánica Y puesluchador atlántico
punce feroz como el tábano, en composición esdrújula
vendrá á ser pura mecánica retas á mi estro romántico,
que á mí no me importa un rábano. Ayguals , yo rompo mi brújula
Mientras por uso metódico y así te vuelvo tu cántico.
acudan todos Vulpécula (1)
y al ver su precio tan módico Ya que persigues frenético
se suscriban al periódico Wenceslao, mi numen lírico,
L A RISA per omnia sécula que rabia por lo patético,
timen. y para hacerme satírico
WENCESLAO AITGÜAXS DE Izco. me amenazas con lo de ¿ít'co (1).
(i) Ya sabrán nuestros lectores que Zorrilla (1) Y aquí si yo fuera empírico
es Vulpécula en latin. té regalaba un cosmético,
1(®
'i ? Seguiré tu plan diabólico; •, Si auna muger (¡santa Mónica!)
desde hoy agrio , amargo y ácido, en sitio público [/ tascaras!)
mi zumbido melancólico dirijes seña lacónica,
será son alegre y plácido se quedará como en máscaras,
aunque me cueste un buen cólico. tendrá por risa sardónica,
¿Temes que mis fuerzas bélicas por amenaza satánica,
cedan, y me quede exánime? la seña amante y volcánica,
Dudas tienes bien angélicas; y te tendrá por un tábano
verdades oye evangélicas que con torpeza mecánica
que contigo voy unánime. no quiere soltar el rábano.
Quien no sea hoy un estólido- ¡Bah! sé en lo gordo metódico,
gran dosis de melafísico y te jura tu Vulpécula «
ha de llevar en su físico; que aun á precio menos módico
que no es de moda lo sólido mas de moda tu periódico
ya; lo elegante es lo tisico. ha de ser, per omnias¿c«í«
Véme á mí. Influencia mágica El amen tú lo dirás,
ejerzo en todo espectáculo; que de derecho te toca,
y el vulgo al verme con báculo pues fuera me le coloca
caminar, y con faz trájica tu metro de Barrabás.
me tiene por un oráculo. Y pues te devuelvo exactos
¿Mas á Bretón? ¡Santa Brígida! tus esdrújulos malditos ,
al ver su panza de ecónomo ya ves, me cuesta tres pitos
le darán orchata frígida, el cumplir con nuestros pactos.
Je pondrán á dieta rígida Mas si en encomiar los gordos
como al mas fiero gastrónomo. tú te me cierras fanático,
f La magrura es un vehículo pese á mi interés apático,
para hacer doctor en fárragos nos habrán de oir los sordos.
••i al ético mas ridículo; Porque Ayguals, ni aquí ni en Flandes
para sabios es de artículo ha habido un gordo grande hombre,
ser tan secos como espárragos. que á los gordos, no te asombre,
Tal es nuestro siglo: Encárate les llama el vulgo hombres grandes.
con cualquier autor dramático, Tal es el siglo en que estamos,
no hablemos de Gil y Zarate, siglo montado al vapor:
con Príncipe y yo compárate... cuanto mas peso, peor,
(bah! tú eres un buey Asiático ! con que los flacos ganamos.
¿Qué hermosa mira con ánimo Y dá gracias á que hoy
vuestros contornos exóticos, no me siento para el paso,
si los destinos despóticos que sino os diera un repaso
dan siempre á vientre magnánimo que hiciera ¡ por san Eloy !
los gustos mas estrambóticos? vuestra derrota patente;
Y si á cuestión pantomímica mas poique no eches á broma
lo reduces ¿cuál mas árida lo que voy diciendo, toma ,
de la de un gordo? La química con lo que sigue entretente.
á voces una cantárida Sois un puro incoveniente
recetará á vuestra mímica. vosotros los mofletudos,
y haceros en la piel nudos
y si encontrara otro en trico, fuera á mi ver muy prudente.
te daba tártaro emético. Prescindamos del apodo
precise de un barrigón, ¿Si vais á un duelo? ¡qué azar!
aquello de San Antón aunque el contrario sea manco
pero con el cerdo y todo : como oponéis tanto blanco
prescindamos de queUtrilla por fuerza os ha de tocar.
no sabe como ajusfaros Pues digo , ¿ si es ó pistola
un chaleco sin ahogaros, y os toca el tiro segundo?
ó un pantalón con trabilla ; ¡bah ! despedios del mundo
de que él se desacredita y que carguen su arma sola.
y con fatal desengaño ¿ De qué os valdrá la fatiga
vé que no le queda paño que empleéis en perfilaros?
de vuestro frac ó levita; La bala al fin ha de entraros
prescindamos de lo caros por mitad de la barriga.
que sois y poco económicos , ¿Pues si viajáis en carruaje?
vamos á los lances cómicos basta solamente veros
en que tenéis que encontraros. para que los compañeros
Pues señor, que eres feliz, pronostiquen un mal viaje.
y que tu cara hermosura Cualquier asiento es escaso
te recibe en noche oscura, á vuestras asentaderas,
y os veis nariz con nariz, y los puentes y escaleras
¿dónde os esconde una trampa rechinan á vuestro paso.
del tutor atrabiliario? Si os caéis ¿quién os levanta?
En baúl, balcón ó almario Pues casados y dormidos
ni á pechugones se os zampa. os supongo; iqué ronquidos]!
No hay asilo que se os dé, La pobre muger se espanta.
no hay hueco en que estéis holgados; Y si coje al fin el sueño
si os cierran morís ahogados, sueña con un terremoto,
y si no os cierran se os vé. y es que mugen como un choto
¿Y si vais de formación? las narices de su dueño.
el fusil y fornituras Pues ¿si hacéis el alma tierna?
¡qué cariños tan brutales!
¡ cómo que son diez quintales
cada brazo ó cada pierna!
Y paro aquí por lo grave
del asunto, que si no
basta donde fuera yo
Dios solamente lo sabe.
Por cuyas dos mil razones
os llevamos gran ventaja,
los hombres como una paja
á los hombres barrigones.
JOSÉ ZoRiuttA.
FLACOS Y GORDOS.
Otra ventaja tiene el hombre gordo, lagartija con frac,'ó humano arenque,
y es que á toda ironía se hace el sordo , se enfurece y... no hay nada que le amanse:
que ¡vive Dios! es singular ventaja. luego le dá un soponcio!... en paz descanse.
Llámanle unos tonel, otros tinaja, IS'o muramos, Zorilla, de esta suerte,
elefante los mas, y mil apodos: « que es afrentosa tan innoble muerte,
pero se rie y los desprecia todos, Mas... te ries? Conozco tus caprichos...
y engorda, y vive, y muchos años cuenta , tus actos desmintieron á tus dichos;
si durante su curso no rebienta. pues ante los altares de un Dios justo
El hombre flaco rabia á cada instante... probaste, buena alhaja , que tu gusto...
apellídenlo espátula ambulante , no ama huesos ni seco bacalao...
viviente disecado, ánima en pena, con que... estamos de acuerdo.
romántica visión, del hambre escena,
cuerpo de anguila, ó alfeñique enclenque, WENCESLAO.
3B3NHB&&S2&8 >
i. «dime ron quien andas
te diré quien eres.»
Chica, dijo á Pepa II.
su marido Pepe, Mucho don Luis trabajó;
creo que te apuntan mas dio en resumidas cuentas
cuernos en la frente. siempre originales?—No:
Y ella, cariñosa una vez sí, se pintó,
contestóle: puede... pero se copió doscientas. J. M. V.
14
106
UN TRONERA. berna de vino, como si fuera lícito decir Taber-
na de chocolate! La puerta inmediata es un mis-
to entre puerta y balcón. Parece balcón porque
tiene persianas verdes, y parece puerta porque
DIABLURA ROMÁNTICA. está en el piso bajo al nivel de las aceras. Enci-
ma de esta puerta-ventana se lee: Cerveza, y
II. dentro hay tal vez todo cuanto se quiera menos
cerveza. Es el ambigú de la taberna donde los
Pasaron dias, pasaron meses, pasaron años melindrosos aristócratas devoran chuletas de
sin tenerse noticia del paradero de Crespo y su carnero, chorizos cocidos, sardinas con casaca
querida. Don Agapito que merced á la buena y los sabrosos y grasientos callos que hacen á
asistencia y conocimientos de los facultativos, cualquiera chuparse los dedos, aunque no sea
habia curado de su locura, se antretenia por el mas que porque no se peguen.
dia en ir á caza ó á pescar al canal, y á eso del Tal es el:jS¡tio que ocupa don Félix Crespo con
anochecer se metia en la parroquia á rogar por otros varios amigos, en celebridad del último
el alma de su muger y sus hijas,- víctimas las triunfo conseguido por aquel malvado.—«¿Ois?»
tres del insaciable tronera protagonista de esta — dijo á los demás llevando á la boca el vaso.
fábula. Mientras el viejo descansa un poco y No pudo apurarlo sin estremecerse, á la mitad
contemplamos su aspecto sombrío, su gesto dis- del trago tuvo que descansar, se pasó la mano
plicente , retratando al corazón que lucha con la por la frente, tendió la vista á un entierro que
cólera y el resentimiento; mientras con paso cruzaba la calle y como animado de mayores
trémulo concurre por la milésima vez á hincar fuerzas para el crimen, apuró lo restante del
la rodilla en el altar de su devoción, observe- vino esclamando: á la salud de la difunta.
mos no muy distante del templo una taberna [Bravo! ¡bravo! gritaron los que le acompaña-
graduadade botillería y con ribetes de fonda. Hay ban , que eran dignos discípulos dé Crespo en la
en Madrid muchas tram pas de esta especie, mer- carrera de la prostitución, y orgulloso el maes-
ced á las preocupaciones aristocráticas de la so- tro con el aplauso de aquella ebria sociedad,
ciedad. La sociedad no lleva á mal el que se contóles la satisfacción de su alma por la muer-
beba vino, sino el que se pongan los pies en el te de su última muger, á pesar de lo repugnante
umbral de una puerta, en cuya muestra diga: que habia sido para él tan terrible asesinato. Es
Taberna 6 Despacho de vino. Así es que los t a - la única muger, dijo enterneciéndose que he
berneros que no han creido conveniente á sus querido con frenesí. Por mucho tiempo ha ejer-
intereses el desprenderse de la gente de levita, cido sobre mí un poder ilimitado. Tan imposi-
porque saben que entre la gente de levita hay ble me pareció antes de conocerla hallar una
tantos borrachos como entre la de chaqueta, han persona capaz de enfrenar mi libertinage, como
ideado un medio de hacer convergir á los bebe- después de amarla romper las cadenas con que
dores de todas clases y calibres, buscando para habia amarrado mis piernas, mis brazos y mis
establecer su industria tiendas de dos puertas: pasiones. He tenido dias de cobarde letargo, en
en la una se vé el mostrador con dos jarras, una que á la manera de aquella serpiente que al so-
de vino tinto y otra de vino blanco, y los cor- nido de un instrumento músico se deja matar,
respondientes vasos á las medidas de cuartillo y hubiera permitido al dulce alhago de su voz
medio cuartillo que en el mostrador descansan despedazar este corazón, que en el sepulcro han
boca abajo. Generalmente hay reloj de pared con de respetar los gusanos. Pero se empeñó en que
la esfera estercolada por las moscas, y lo que no habia de querer á nadie mas que á ella, y yo
no faltan en abuncancia son unos bancos de pi- recobrando mis enervados brios, la sentencié á
no guarnecidos de grasa, comparables solo á las no darme mas celos. Ya ven ustedes que lo he
mesas de la misma habitación. Encima de la cumplido. Es la séptima de las que la iglesia
puerta donde todo esto se encuentra, dice : Ta- permite.
107
La séptima? dijeron los otros, pues es usted ble y sosegado; pero regularmente se nota el
caíaz de segar mas cabezas de mugeres que un movimiento de los cuerpos. Don Agapito obser-
gallego espigas. vó que el del ataúd levantaba la cabeza, y hubie-
En este instante pasaban de vuelta los sepul- ra echado á correr sino temiera romperse las na-
tureros y demás que acompañaron al cadáver. rices contra una tapia ó un facistol. Luego r e - .
¿La habrán enterrado ya? No pueden haber i puesto de su sobresaltóse abalanzó al difunto,
concluido tan pronto, dijo uno. queriendo sujetarle por las piernas; pero no bien
—Vamos á verlo respondió Crespo, y cinco tocó en las plantas de los pies, cuando la joven
minutos después ya estaban escandalizando en amortajada dio un grito de rabia, y con un de-
Ja Iglesia y fastidiando á los devotos que se lirio inesplicable se precipitó en los brazos
marchaban á paso redoblado. Solo un viejo tuvo del viejo gritando: ¡perdónI ¡perdón! ¡déjame
valor para permanecer allí, y por no ser inter- vivir!!
rumpido en las oraciones que al Todo-Poderoso Don Agapito se quedó atónito, la que él creia
dirijia, se zambulló en un confesonario. Los al- muerta estaba viva y su voz le habia herido en
borotadores lo observaron y con mucho silencio el alma: aquella voz le tenia confuso , necesita-
y disimulo le cerraron las portezuelas y venta- ba oir aquella voz, y sin embargo desesperaba
nas, que clavaron para mayor seguridad. La de volverla á oir, porque la joven estaba otra
gente despejó la iglesia, los calaveras tomaron vez cadavérica , y no podia conocer á quien tan-
el pendingue y el sacristán dio una vuelta á la to le interesaba porque la oscuridad no permitía
llave y se fué dejando dentro una muerta guar- divisar sus facciones.
dada en una caja y un vivo sepultado en un con- Poco después el padre y la hija se habian re-
fesonario. conocido, y esta contaba con lengua balbucien-
El vivo era el buen don Agapito y la muerta te y apagada la despedazadura historia que el
era su hija Eduvigis que ya es hora de que diga- viejo interrumpía con lágrimas y besos. «Ha t e -
mos su nombre. nido esposa decía ella, que no le ha vivido mas
Como las doce de la noche serian cuando un que veinte y cuatro horas. Escepto yo, todas han
quejido lúgubre y penetrante, salido de hacia sido millonadas, y á estas fechas me atrevo á
donde el cadáver estaba, vino á sacar al viejo de jurar que no tiene un cuarto, porque entre el vi-
su éxtasis. Su acalorada imaginación le dibujó no, el juego y sus desenfrenados placeres, es
mil visiones fantásticas en todos los ángulos del capaz de disipar mas de lo que puede adquirir.»
templo. Aplicó su pupila á la rejilla del confe- Pensaba el viejo, como la mayor parte de la
sonario, y solo vio una lámpara moribunda al gente, que para matarlas las daria un veneno ó
rededor de la cual revoloteaban las lechuzas se- un pinchazo en sitio que no se pudiera descu-
dientas del aceite que gota á gota habia sorbido brir; pero Eduvigis reveló el secreto que nadie
!a torcida. El aletazo de una de ellas dejó á o s - conocía contando la muerte que Crespo quiso
curas aquella mansión de horror, y segunda vez darla.
repitieron las bóvedas el triste eco de un gemi- Dijo que después de atarla los brazos y las
do femenil. j piernas al catre, pretestando que era antojo, es-
El viejo, antes cobarde y atolondrado, sacó I tuvo gran rato haciéndola cosquillas en lasplan-
fuerzas de flaqueza esta vez , rompió de un p u - tas de los pies que empezaban por rendirla y
ñetazo la rejilla de su prisión, y tentando aquí I acababan por matarla. Sin duda asegurado de la
y tropezando allá, llegó á la mitad de la iglesia. infalibilidad del medio, habia don Félix imagi-
Ya no habia luz en el templo ni luna en el hori- nado inevitable el fin, y esta seguridad le hizo no
zonte, el tibio fulgor de las estrellas penetraba apretar tanto como tenia de coctumbre. Por ne-
lánguidamente por las altas ventanas, esparcien- j gocio de cuatro cosquillas menos resucitó la
do dentro un crepúsculo vago é indefinible que presunta muerta, y fué por la corte divulgado el
apenas se diferenciaba de las tinieblas. Con tan secreto de matar mugeres.
escasa luz es imposible percibir un objeto apaci- Avergonzado Crespo de sí mismo, no podia
108
presentarse delante de la gent« porque sus re- al joven los ojos espantados, el cabelto;descom-
mordimientos le tenian en constante zozobra. puesto y mas convulso qiic agitado el pecho, gfo-,
Todo lo interpretaba mal. En un semblante se- sabemos todavía si le inspiró horror ó compás
rio leia el rencor, el que pasaba distraído y no sion, despachóle después de pensarlo bien, y
le saludaba, era que le hacia un desprecio, el alargando el tósigo fatal murmuró entre dien«
que le saludaba afable, le tenia miedo y el que tes: siempre es bueno obrar piadosamente.
se sonreía le hacia burla. Fatigado con esta in- ¡Adiós señor don Matias! dijo él tronera despi-
quietud solo anhelaba la muerte, pero no una j diéndose, y don Matías arrepentido dé su bon-
i muerte'vulgar y cobarde. El suicidio estaba muy I dad al conocer la voz empezó á patear y tirarse
| gastado y desacreditado, valia mas morir en un I de los pelos. '
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patíbulo. En el patíbulo perecían algunos hom- j Paso á paso camino del canal se vé una pareja
bres de bien, valia mas el suicidio. Uno ú otro i interesante que descansa de vez en cuando y aun
había de ser; y resuelto á ello empezó sus así cree que Madrid y el canal han estrechado
diligencias presentándose á la justicia. Los las distancias;, tal será la conversación , el cari-
magistrados temblaban á la presencia de aquel ño, los sueños de ventura ó los recuerdos de do-
monstruo, y en vez de prenderle le daban pru- ; lor que esciten aquella ansia de viaje.
deníísimos y loables consejos: ¿querrán ustedes j A pesar de todo yo le idolatro, dijo á su padre
creer que no hubo un solo juez que se atreviera j la muchacha y los ojos de ambos se clavaron
con el convicto y confeso .criminal? Si hubiera I entre sí éori esprésion distinta. Hubiera don
sido inocente y sin influjo de' faldas ó pesetas, j Agapito acabado por prenderla si por demasiado
ya le ajustarían las cuentas. próximas al puente que hay cerca de los moli-
Desesperó don Félix de morir en garrote, cu- ¡ nos no se fijaran los caminantes en una escena
yo espectáculo tanto le enamoraba por el carie- ¡ trágica que borró todas sus impresiones pasa-
ter novelesco que él quería imprimirle. En pri- i das.
mer lugar pensaba matar al cura que se quedara i Sobre la barandilla del puenteNestaba un hom-
con él en la capilla; en segundo lugar trataba ! bre haciendo preparativos para el infierno. P r i -
de hacer la tentativa de escaparse en el camino y j mero le vieron beber un líquido de mal color
presentarse luego, solo porque hubiera alguna j que le hizo arrugar el gesto: luego se ató una
corrida. Sentado en el tablado se le habría anto- i soga al cuello con nudo corredizo y al otro es-
jado regularmente almoriar bien para marchar I tremo habia una piedra de dos arrobas cuyo pe-
con fuerzas al otro mundo, hubiera echado un j so le iba á poner la garganta como un fideo. Te-
trago de lo de Valdepeñas por dar un soplo si te- I nia en la mano una pistola cargada y estaba in-
nia espuma y decir como el otro: «fuera espuma : clinado al rio para zambullirse en el agua en el
que daña al hígado.» ¥ como esío no le fué posi- momento de levantarse la tapa de los sesos. La
ble, porque tuvo la desgracia de que ninguna muerte no podía estar mas bien desafiada. Si es- <
autoridad atendiera á sus solicitudes para entre- \ capaba del veneno iba á morir del tiro, si esté
gar su cjiello al verdugo, resolvió suicidarse; faltaba debía perecer ahorcado, y últimamente
pero de Hiedo que fuera imposible la salva- ; de morir ahogado no podía librarse porque la
cion. i profundidad era inmensa y Crespo nadaba como
Recordarán nuestros lectores aquel don Ma- j un manojo de martillos.
tias el boticario de los encerados de papel ? Pues j Cuando el padre y la hija oyeron el tiro y
otra vez va á habérselas con Crespo el desventu- ! vieron caer al hombre rezaron por é! un padre
rado farmacéutico. Una mañana que el buen I nuestro y se acercaron sin esperanza á socorrer-
hombre se afanaba en sus ungüentos y sus em- \ le. Nada se divisaba en el agua enturbiada con
„ plastos , se presentó un hombre á quien no co- I el golpe del cuerpo, y solo en la superficie ser-
nocia con una receta, falsa tal vez, pero que por i peaban las pompas Y espumarajo que produce la
la identidad de la firma conocida le autorizaba ¡ respiración del que se ahoga.
para despachar un veneno. Don Mafias observó • [Válgame Dios que trucha tari grande! dijo
109
don Agapito viendo una sombra en el agua: echó superficie del pescuezo y rompió la soga que por
el anzuelo y tira que tira trajo el cuerpo exáni- estar atada á la piedra le hubiera hundido ó le
hubiera ahorcado.
JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS.
LOS CUMPLIMIENTOS.
No convengo, no transijo
Antón, con eso que dices,
aunque para convencerme
un año y cien me prediques.
Seré todo cuanto quieras,
un loco de atar, un simple,
un mameluco, un imbécil,
un abencerraje, un tigre...
todo esto y mas, buen Antón,
dejaré que me apellides
con ta! de que hacer me dejes
mi voluntad y pax Christi.
Esto dice Blas á,Antón,
y no le falta razón.
&&S 22S&SKÍ&S,
SONETO.
No vacilo ya en el rumbo
que debo tomar desde hoy,
aunque de llorar estoy Supone mi amigo Ayguah
mas blaBdo que un higo chumbo. (consonante endemoniado
Pues quiero reir si hablo ; que me hará bailar un ivals
si escribo reiré mas el día menos pensado.)
por delante y por detras Que el genio está en la melena,
aunque mal me hurge el diablo. yo pelón , no tengo pena ;
En esta década crítica, pues si descubro el cogote
en que España es crisis crónica en cambio tengo bigote.
15
114
Donde hay bigote hay chirumea que renuncia á la perilla?
si bien cualquiera repara; Yo espero cada momento
y no llevarlo en resumen bigotil pronunciamiento,
es crimen de lesa cara. y mueran en vil garrote
¿Tienes dos pelos no mas? los que no gastan bigote.
déjalos crecer, Tomas,
aunque luego por mal mote Ayguals á tu encuentro salgo
te llamen poco bigote. ya que la cuestión escarbas,
¿piensas tú cuando haces algo
Pensáis que al que es trovador no debérselo á tus barbas?
por fuerza le corresponda Por eso yo quiero, hermano,
greña de marca mayor mas que sombra en el verano
ó testa monda y lironda? y en el invierno el capote
No importa el pelo si hay seso, mi perilia y mi bigote.
yo lo aseguro, y confieso JTJAK MARTÍNEZ YULERGAS.
que tengo por un gran zote
al que no gasta bigote.
LA DULZURA.
No con los labios desnudos
y lanza á caballo subas,
que aunque pinches hombres crudos SONETO.
te llamarán pincha ubas.
Usa bigote y no falla, Dulces son esos plácidos amores
yencerás en la batalla; que nos cuentan mil bellas historietas:
porque mas que el chafarote y como nos han dicho los poetas,
mata de susto un bigote. dulces son las aromas de las flores.
Dulce es oir los tiernos ruiseñores
No es cara de Lucifer en la noche á la luz de los planetas:
cara que pelos no vea; y dicen que dulzuras muy completas
pero es cara de muger dan también , buen provecho, los honores.
6 de sacristán de aldea. Pues si hay muchos que cifren su ventura
Y con desengaño tal en estas referidas maravillas;
¿no he de creer un morral gozen en paz con ellas á su anchura.
sino un Judas Iscariote Yo soy de otras costumbres mas sencillas
al que no gasta bigote? y así cuando se trata de dulzura ,
estoy por las dulcísimas natillas.
¿Quién á Quevedo dio el medio JOSÉ B. AMADO.
de adquirir reputación?
el bigote, no hay remedio,
lo mismo que á Calderón. EXIGENCIAS.
Aun diré mas, no te espantes,
que si Miguel de Cervantes
pudo escribir su Quijote Vive Dios, señor director del periódico LA R I -
fué porque usaba bigote. SA, que me ha puesto usted en un compromiso
del cual creo que no voy á salir á pesar de los
¿Quién es el talento, quien mil esfuerzos que estoy haciendo hace algunos
que no le ostenta en la villa ? dias. ¿Con que nada menos exige usted sino
i y quién el hombre de bien que escriba un artículo que cause risa al que 1»
115
lea? pues ¿ no concibe usted, que en el mero he- Ábreme, por Dios, la puerta.
cho de conocer el lector que uno se lo propone, Es tarde, todo está en Calma,
basta para que se ponga en guardia y se manten- ya lo ves, no pasa un alma.
ga serio aun cuando salpiquemos de chistes las ¿Te ries? mi dicha es cierta.
columnas de nuestro semanario? Además, usted ¡Ah! bien haya mi fortuna!
me impone condiciones que hacen imposible el me encajé dentro, y va una.
que pueda salir airoso de mi empeño: usted no
quiere que mezcle la política en mis escritos, y Tiempo hace, hermosa Pilar,
estoes cortarme las manos, porque la política que anhelaba este momento.
de España ofrece á cada paso materia para pro- ¡ Cómo siento palpitar
rumpiren estrepitosas carcajadas; en fin, señor mi corazón de contento!
don Wenceslao, exigencias tiene usted muy ori- No hay hombre al verte tan bella
ginales; pero ya que hablamos de exigencias, que tu atractivo resista.
voy á referir á usted cierto lance amoroso que ¡Qué veo! ¿aqui tu doncella?
pudiera pasar muy bien por un artículo de cos- ¿pones testigos de vista?
tumbres. Es el caso que yo soy amigo de galan- qué, desconfias de mí _,:.-)••
teos hasta dejarlo de sobra, y como para esto de cuando tú mí dicha labras?
galantear con alguna ventaja es indispensable Pilar, si son para tí
tener mucho atrevimiento y ser por demás exi- de algún valor mis palabras,
gente, de aquí resulta que suelo algunas veces que salga de aquí por Dios.
rebasar la línea del decoro debido al bello sexo. Quedamos solos: van dos.
Andábame paseando la otra noche por debajo
de los balcones de una niña sumamente cando- ¡ Cuántas dulces emociones '\
rosa, cuando oí entreabrir con mucho tiento una siento á tu lado , mi bien!
vidriera y toser con cierto misterio. Al pronto díme si son ilusiones
sospeché si seria mi amada Pilar, pero no quise ó las sientes tú también.
aventurarme sin esperar alguna señal, porque \erme á tu lado me exalta,
doña Facunda, su diabólica madre, que nos an- porque tu puerta era un muro,
daba incesantemente á los alcances, era capaz pero ¡ay! como resalta
de fingirse su hija para hacerme aproximar al sobre ese vestido oscuro ,.:,.......
balcón, desde donde había jurado bautizarme tu blanca mano, Pilar.
cen un barreño de agua puesta al sereno hacia ¡Oh! mi bien no te sonrias,
algunas semanas. Bien pronto se disiparon mis porque... ¿te vas á enfadar?
temores, pues asomándose mi hermosa Pilar, me sino la estrecho en las mias
dijo que su mamá acababa de acostarse. Enton- voy & morir á tus pies.
ces me acerqué con desembarazo y endulzando Cogí la mano, y van tres.
en lo posible el bronco metal de mi voz, empecé
á atacar á la inesperta niña con las siguientes Dos cosas en ella admiro
exigencias. tanto que me tienen loco:
es de nieve si la miro,
. . . ' • . • Si sabes ya que te quiero, es de fuego si la toco.
si sabes ya que te adoro, Pilar, siendo mi embeleso
y que ese rostro hechicero y tu bondad tan inmensa,
es mi dicha y mi tesoro. seria hacerte una ofensa
¿Por qué he de estar de plantón? no imprimir en ella un beso..
¿Por qué no hemos de estrechar Que ¿lo vas á rehusar?
esta distancia, Pilar, Sentiré que desconfíes
que hay de la calle al balcón ? Mas ¡qué veo! ¿te sonríes?
116
¿Cómo lo puedes negar y asoma doña Facunda
sabiendo que te idolatro? en una sábana envuelta.
Besé la mano, y van cuatro. Viene con los labios cárdenos,
alborotadas las greñas
En esto abren con estrépito y el color de sus megillas
de par en par una puerta igual al de las acelgas.
A LOS GARBANZOS.
Que viendo el semblante cuco
de Juana, la diga: truco;
y ella me responda: a m e n , ODA.
parece bien.
Pero que de mi embeleso No la indolencia alcanzo
me ha de costar cada beso de dos sonoras liras que omitieron
u n abanico y un chai, celebrar el garbanzo!'»?.
parece mal. si a" recoger me lanzo
las bellas flores que partir debieron.
Que al soldado, si es valiente,
m a s que al cabo y al teniente Dos númenes henchidos
se le premie i tutiplén, de patrio fuego, inspiración primera.
119
consagraron tañidos y no hay en las Espauas
á dos frutos queridos nombre que mas hazañas
del suelo hermoso que n a c e r l e s viera. recuerde grande al pensamiento mié.
3S3N£<B!SU&SZ&S,
dos botones ó un doble as de dominó. El infeliz villas son anunciadas por cuatro histriones inde-
mutilado se aguanta, devora su dolor y su ver- centemente cubiertos de despojos de treatro, que
güenza y se retira con las manos en la boca, llaman á los transeúntes al son de un tambor y
mientras el asesino impávido y sereno pasea con de una trompeta. Por un sueldo se vé tanto por-
triunfo por encima de las cabezas de los espec- tento. El inocente espectador no puede resistir
tadores la muela y el trozo de maxilar ensan- á tanta curiosidad; entra y por de pronto vé en
grentado, asegurando con insolente cinismo que la muger Goliat, á una muger media pulgada mas
la sacó limpia, sin gota de sangre ni miaja de alta que la generalidad de las mugeres; el niño
dolor. de las siete cabezas es un rapaz, vestido de ára-
Aquí se ofrece un teatro ambulante, compues- be, que tiene en la cabeza seis lobanillos de va-
to de tapices viejos con un gran carteion donde ria pero ordinaria dimensión; el hércules, el al-
sé vé pintada una muger de antidiluvianas di- cides es un embustero sin músculos y sin ner-
mensiones, un niño con siete cabezas y el com- vios, feo como un eunuco, pequeño como un
bate horrible del primer alcides, del primer hér- lapon, roído de miseria con mas trazas de mo-
cules de Europa con un tigre feroz de Bengala al mia que de atleta, cuyo raquítico esqueleto sé
cual vence, sujeta y civiliza. Todas estas mara- dibuja debajo del pergamino que le tapiza muy
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á propósito para ser estudiado por un cursante la idea alguna; ni siquiera saben donde está,
de anatomía, el tigre de Bengala es un cachorro que punto geográfico ocupa; solo conjeturan que
de Leopardo, y el gran combate consiste en c o - se halla mas acá de los Pirineos y aun esto lo sa-
ser las manos ó patas delanteras del animal, ben porque han leido en los periódicos los partes
odiarle, ponerle el pié en los hijaresy volverle telegráficos de los prefectos de los Pirineos
á la jaula, antes de que se acuerde de que es una orientales y occidentales relativos á la guerra ci-
fiera y tenga á bien despellejar al gladiador fo- vil. Esto no quita sin embargo que escriban so-
llón con un zarpazo. Concluida la función, el bre la Península y hagan de ella descripciones
Roberto Macaire, director de la compañía gim- minuciosas. España es mentada en las memo-
nástica , presenta á los circunstantes una bande- rias, en los viajes, en la historia, en los apun-
ja para consultar su generosidad y escitarles á tes, en los dramas, en los poemas, en las no-
estimular al ingenio privilegiado. velas etc. etc. Todos los héroes se llaman Juan;
¿Diríamos bien si dijéramos que la Francia es todas las heroínas Juanita. El que de esta regla
á la Europa lo que los Campos Elíseos á Paris? sine qua non se aparta, el que sabe mas, dá á
La comparación acaso no seria de todo punto su héroe el nombre de don Suarez, don Osuna y
exacta, porque al fin y al cabo, si hay muchos á la protagonista el de doña Sol, ó doña Ave-
charlatanes en Francia, abundan también las llánala otro por el estilo. Ya que tiene nombres
notabilidades de valor real en todo género. que dar á los personagés busca los de los luga-
, Dejemos á las notabilidades y sigamos ocupán- res. Madrid, Cádiz, Barcelona, Zaragoza, Va-
donos en los farsantes. Haylos de estos de todas 'lencia; hasta aquí llega toda su geografía. El
clases y en especial entre los literatos. En Fran- que mejor le suena al oído, este es escogido para
cia todo vicho viviente es escritor. Basta conce- la novela, folletín ó comedia. Sobre estos ele-
bir una idea para hacer un libro. La idea no ocu- mentos se entretege el asunto , y urde un cuento
pa mas que una página y esto aun porque el esmaltado de costumbres propias de un estu-
autor no la sabe emitir; y el librero que ha de diante de Paris, de un mancebo de las tiendas
csplotar esta idea necesita ó quiere un volumen. de los bulevares, de un comisionista viajero, de
El autor hace el volumen, robando desapiadada- una beldad fácil del cuartel Latino ó de una
mente á los demás lo que ya los demás robaron griseta de la calle Yiviene, Saint Denis, Saint
á sus predecesores. Embadúrnanse las esquinas Martin, ó Poissoniere, creyendo candidamente
con anuncios colosales, llueven prospectos por el maldito autor que tendrá sabor peninsular su
todas partes, el autor se alaba á sí mismo en to- farsa porque los personagés se llamarán Juan,
dos los periódicos, y á los quince dias véndese la Juanita, don Suarez, doña Sol, doña Avellana,
obra á sueldo, perdida entre otras obras de igual y serán las escenas en Madrid, Zaragoza ó Bar-
mérito, en los puentes y bulevares, celona. Otro se cree mas instruido en las cos-
, La moda, tan poderosa en Francia, ha invadi- tumbres españolas, porque ha visto en los lea-
do también la literatura. Ningún escritor decen- tros bailar la cachucha, en las tiendas algunas
te deja de escribir viajes. Sin moverse de Paris, láminas de funciones de toros, y ha oido hablar ,
sin ir mas que á una biblioteca ó gabinete de de vinos y jaques de Andalucía. Todo esto es
lectura, se escriben viajes á Oriente, á la India, poético para este desdichado escritor, y hétele en
á Greolandia, al Perú, alrededor del mundo, y se marcha, digno émulo de Cervantes y del autor
describen las costumbres de los pueblos con una de Gil Blas, y en el primer capítulo de su bárba-
exactitud maravillosa. ra novela nos describe un famoso baile en los sa-
lones de la Alambra, donde las hijas de los d u -
España es uno de los paises que tienen el h o -
ques, condes, barones y marqueses, vestidas
nor de ser mas á menudo favorecidos. España
como las bailarinas de nuestros teatros, están
es hoy en dia para los franceses un manantial
bailando con inimitable gracia é imponderable
fecundo de curiosidad y de interés. No hay es-
lascivia las seguidillas , la cachucha y el bolero.
critorcillo que no pague un tributo de su péndo-
La señorita Avellana, de ojos negros y morena
la á la España. Muchos no tienen de la Pcnínsu-
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tez, es la que mas se distiogue en repicarlas , trato de Canaris. Cabrera, Balmaseda, Espartero*
castañuelas, y en el atrevimiento de sus postu- se hacen célebres, un carlista tueTlo de los d e -
ras. Los condes, los duques y demás títulos, t o - pósitos es el modelo; sácase la copia como Dios
dos vestidos de majo andaluz, salen á descansar quiere, añadiéndole un ojo, y el público admira
en un jardín de palmas y cocoteros traídos de en la lámina d-e Cabrera la mirada centellante de,
América por Hernán Cortés, donde matan el ese guerrillero célebre que indica por sí sola su
tiempo los unos picando con larguísimas navajas genio y su violencia.
tabaco para hacer un cigarro, cuyo papel sujetan Concluiré este artículo refiriendo un hecho
con los labios; los otros tirando la navaja para auténtico que acabará de caracterizar á los fran-
clavarla en los troncos de las palmeras, en cuya ceses. Un carlista catalán mostró á un francés
tarea el conde de las Sardinas, el amante de do- redactor de un periódico semanal pintoresco,
ña Avellana, sobresale tanto que clava cada vez dos figurines de trages de Cataluña. Agradáronle
su navaja, la mas larga y alilada de todas, en al francés y los pidió para su periódico. Concedi-
las cicatrices de las heridas que hicieron en los do. Mas no bastando para su idea, preguntó por
árboles trasplantados las flechas de los indios y algunos pueblos del principado. Barcelona? dijo
los venablos y ballestas de los soldados de P i - el otro.—No. —Gerona, Tarragona?—No.—Vien-
larro. do que los en ona no le agradaban dijo, Caldas,
En otro capítulo'hay un magnífico banquete, Vich, Ripol? — No.—Manresa, Yillafranca? —
porque esfuerza mentarlos vinos españoles y el No.—Incomodóse el catalán y para mofarse del
infeliz autor nos dice con admirable facundia: francés le dijo, San Miguel del Fay? — Este
«allí se veia saltar de las botellas á los vasos el repuso el francés, este es magnífico, aceptó y se
vino de Jerez, de Málaga , de Canarias, de Tin- largó.
to, de Generoso y demás pueblos notables de la San Miguel del Fay no es ningún pueblo; es
Península por su industria vinatera. una cueva en cuyo fondo hay la imagen de San
Esta exactitud de noticias la deben los autores Miguel en una rústica capilla, y por encima y
franceses á su cuidado especial de tomar apuntes delante de esta cueva salta un arroyo formando
cuando viajan. Sale de París uno de estos auto- una magnifica cascada que embellece este l u -
res en diligencia y tiene por compañero de viaje gar agreste, montañoso y hermosamente pinto-
á un español. Toma su cartera y su lápiz y se resco.
pone en actitud de observador. El español se ha Pasáronse algunos dias y cuando ya no se
resfriado y estornuda con frecuencia. El solícito acordaba el catalán de los figurines ni del francés
observador anota en su cartera. Los españoles recibió su número del periódico pintoresco y se
estornudan continuamente. El español estornu- encontró con gran sorpresa con una lámina en
dador lleva á su lado á su eonsorte, cuya nariz cuyo primer término habia los figurines y en
poco audaz y poeo emprendedora se quedó casi lontananza una ciudad populosa con el nombre
al nivel de sus mofletes, y el francés de una la- de San Miguel del Fay. Después de la lámina
^.pizada condena á todas las narices peninsulares seguía la descripción en estos términos. «San
á la condición etiope poniendo: Todas las mu- Miguel del Fay es una de las ciudades mas con-
geres españolas son horriblemente chatas. siderables de la antigua Cataluña; cuenta de po-
En lo pintoresco son los franceses tan eiactos blación mas de cincuenta mil almas • hay en ella
como en lo escrito. ¿Hace ruido la guerra de la una catedral magnífica, seis bibliotecas, veinte
Grecia y figura en las noticias Colocotroni, Ca- conventos, un museo de pinturas donde se e n -
naris, Mauro-Cordato? Se busca en París á a l - cuentran varias obras maestras de Murillo y de
gún oriundo déla Grecia. Un limpia botas lionés Ribera; una sala de armas que guarda la e s -
se dá por griego y presenta una nariz aguileña y pada vencedora de Jaime de Aragón y los condes
guedejas negras por documentos: se le dá cinco de Berenguer; una universidad, diez colegios;
francos, un mal artista le retrata, litografiase una bolsa y un puerto muy concurrido por des-
esta embustera copia y se vende á franco el re- aguar en él la boca mayor del Ebro. Sus habitan-
tes son gigantescos y yalientes y sus mugeres ¿tiene alguna facultad? -
hermosas é insinuantes con mucha afición á los Mas si un hombre busca novia
estrangeros y en particular á los franceses. To- todos dicen á la par,
das las noches se suele asesinar á un centenar de ¿puede mantener muger? -
individuos, y las autoridades no hacen caso. Ne- ¿tiene carrera ó caudal?
gocia en algodón y papel, higos secos y castañas. Y esto por tener esposa
Los moros la conquistaron dos veces, y algunos que diga al irse á acostar;
restos romanos anuncian que estuvo sujeta á las estoy muerta y no he hecho nada-
órdenes de algún general de Scipion. Esta céle- y aquí dicen la verdad.
bre ciudad es patria d San Miguel donde le die- Luego si en lujo malgasta
ron martirio por los años 200 después de Jesu- lo que escatima en el pan,
cristo los soldados del emperador romano.» ó si andar debe por loca
Abandono á la consideración de los lectores el con mordaza ó con bozal.
efecto que esta descripción haría en el ánimo del Y si al fin llega á ser madre
artista catalán. Como quiera, el periódico circu- ¡desventurados papas 1
ló, pasó las fronteras y acaso algún dia traduzca siempre con aquella duda
un editor español esta obra y se vean los catala- ¿si será? ¿si no será?
nes con una ciudad mas en lo mas desierto y es- Y aun las dichosas mugeres
cabroso de sus montañas. como acostumbran dirán ,
P. MATA. «¡Si yo tuviera calzones
por vida de Barrabás!»
Yo creo y á fé que anhelo
ventura y felicidad,
LAS MAMAS.
que no hay como ser muger
para disfrutarla acá.
Hay sobre la edad mayor Nada importa en la estatura
quien disputa sin cesar, un palmo menos ó mas,
lo mismo que otros disputan pero sí lo que Mamamos
sobre la menor edad. un palmito regular.
El hombre desde que nace' La carrera de muger
hasta el valle Josafá no es de estudio ni de afán,
no goza edad que no sea es carrera de casaca
de eterna infelicidad. sin trage de militar.
Desde la cuna al sepulcro El figurín es su libro,
viene á remar y remar, su escuela el balcón fatal,
ó á llevar tundas y tundas su dómine la modista
si peca por holgazán. y el tocador lo demás.
Nunca es chico para palos Mucho gustan SUS pesetas
aunque esté sin destetar; pero es lo mas natural,
nunca es grande para azotes cuando un hombre se enamora
aunque lo diga el refrán. preguntar ¿qué tal de edad?
Las mugeres, al contrario, ¿Y de ojos? Asá ó así.
vienen al mundo á gozar, ¿y el color? Así ó' asá.
y si al morir van al cielo ¿y de pecho? Mal ó bien,
á tierra peor se van. ••••'. ¿y de pierna? Bien ó mal.
Cuando una muger se casa Lo cierto es que de las hijas
nadie pregunta ¿qué tal? solo tiene que pensar
¿puede mantener marido? el autor (aliasel padre)
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en vender !a propiedad. amia de aquí para alia
Y ellas que hasta dar el si diligente, haciendo veces
han gozado sin cesar, de ama doncella á la par.
con obsequios de Tomé, —Hija, levanta la cama;
con regalos de Tomas, saca...—No diga usté mas.—
Atan el indisoluble Chiff... —que se sale el puchero.
de muy buena voluntad, — Ya, ya le voy á espumar.
por que entran de nuevos goces Tin , tin , tin , una visita , "
en la vida celestial. el aguador, bueno vá.
Llega la ocasión del parto — Hija, di que traiga el agua
nueve, diez meses ó mas, de ¡a fuente de San Juan.
algunas, vivas de genio, ¿Hay cartas hoy? —No señora.
no suelen ir tan allá. — Escribe d tu tio Pascual.
—La lavandera ha venido?
—No. —Pues mándala á llamar.
Y anda la chica corriendo
que parece un edecán ,
y órdenes dando la madre
desde el cuartel general.
Sin que falte á todas horas
un esmerado galán,
que porque aspira á ser yerno
la divierta en el sofá.
Y la adula y no conoce
la vieja de Satanás,
que si besan la peana
no es por el santo quizá.
Si es chico el padre celebra Señora, dice él muy serio
la fortnna singular es tan bello su mirar
de tener, si cierra el ojo, que habrá tenido unos quine*
quien ayude á la mamá. seductores, no es verdad?
Si es chica y nace de noche No va la niña al teatro
dice el padre ¡ voto á tal! si la mamita no va,
¡mala noche y parir hija, y esto al desdichado amante
estoy becfio un alquitrán! le cuesta un billete mas.
Pero la madre que entiende Si va á paseo es forzoso
la aguja de marear, dar el brazo á la mamá,
«hombre, si no es culpa tuya r no se amosque la señora
le dice, ¿qué mas te dá? y le envié á Tetuan.
Y es que las niñas que suelen ¿ Ven una confitería?
á los padres fastidiar, Mamá no puede pasar
son el segundo noviage sin una perita en dulce,
para las tales mamas. porque es muy estomacal.
Mientras en cama tendida* Si por el comercio pasan,
hasta las doce se están, es necesario comprar
ó en el sofá se arrellanan , á la chica un mal pañuelo,
sin cansarse, á descansar. á la madre an rico chai
La chica de dia y noche ¿Hay Museo? ¿Hay Instituto?
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Las primeras las mamas que tienes buena nariz.
que son quisquillosas niñas
á quien debemos mimar. ¥ aunque disputes amigo
Pues es una friolera con razones infelices,
en tiempo de carnaval! no podrán , siendo testigo ,
Que mimos, para que dejen decir al hablar contigo:
ir sus hijas á bailar! «miren que par de narices.»
Ninguna vieja se acuerda
de aquellos tiempos atrás, De vicio debes quejarte,
en que hubiera dado un ojo te envidio, mucho que sí!
por una vuelta de wals. Quién podrá decir de tí
Pero de niñas desean a! pasar por cualquier parte.-
!a mas amplia libertad , «Ya las narices le vi! »
y después son mas despóticas
que el mismo Ibrahim bajá. Yes que tampoco dirán,
Basta; yo que aficionado pues decirlo no podrán
soy á las hijas de Adau , aunque de risa las lien ,
por indispensable pongo que al ver tu cara de can
una advertencia final. en tus narices se rien.
Si alguna chica me prende
y hago el papel de galán, Te quejas, por vida mia,
no se venguen de mi sátira de tu destino infeliz !
las rencorosas mamas. Qué es, si está algo fresco el dia,
JUAN MARTÍNEZ VILLEKGAS. lo que primero so enfria?
La punta de la nariz !
Mas ya miro que bendices, Ni que berza, aun de estirpe muy preelara,
la razón en que me fundo, su alta progenies igualar pudiera,
y muy satisfecho'dices: cuando su origen precedió al diluvio,
«para vivir en el mundo pu«s según lo descubre y lo declara
no es necesario narices.» una antigua inscripción que tradujera
ti autor reverendo del Vesubio ( 1 ) ,
Pero... á Dios, cara de gato! aun antes del pecado
punto! de cansar por tí el padre Adán se lo encontró plantado.
á mis lectores no trato;
que no me fastidia á mí Loor al padre Noé que cuidadoso
en el mundo ningún chato. nos trajo entre las vides deleitosas,
EDUARDO ASQÜERIXO. las nueve especies de esta rica planta,
cada una de las cuales dio famoso
nombre á las nueve casas orgullosas,
APOLOGÍA DEL NABO. que antigua historia de Mallorca canta,
y asegura por cierto,
VESTJBIANJE M U S * PAULO MAJORA CANAMUS. que nunca admiten el estraño injerto.
FuéMoratiu á Burdeos
por una bota de vino
y por no perder el tino
se remangó los manteos.
¿Qué hizo el patio de correos
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al saber prodigio tal? para hacerse practicante
presentar un memorial del Hospital General.
a! obispo de Alicante JUAN MARTÍNEZ VILLEROAS.
SI?a(&&álE2&o
m&a MAÍ.ST?'
LAS TERTULIAS.
ARTICULO CUARTO.
He tratado con alguna severidad á la cióse me- empleados de intendente para arriba; y llaman
dia ya por la antipatía que ciertas cosas nos ins- baja clase á los zapateros, colchoneros, jorna-
piran, como a raí todo lo que huele ajusto me- leros y casi todo lo que acaba en eros menos cal-
dio, ya porque s-iendo la mas numerosa y la que ceteros que estos aunque lleguen a ricos ó m u e -
conocemos mas á fondo , ha podido suministrar- ran de pobres, ni son de la clase baja, ni son de
nos mas materiales. Llaman alta clase á los la clase alta, sino de la clase media. Ignoro yo
condes y marqueses, propietarios, millonarios y que origen traiga esta clasificación de categorías,
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v tongo por un solemnísimo zopenco al que tro- rir al gastado medio de los pronunciamientos.
có los nombres, y dio á cada uno lo que menos En estas tertulias todo ha de ser violento; no
le correspondía: Sise dice de los señores compa- se rasquen ustedes aunque les pique, ni se esti-
rados Con los qu¡; tienen menos dinero-.,ese pisa ren aunque tengan sueño, ni se rian aunque ten-
mas alio, anda mas alto, ó sueña mas alto, se gan gana, y cuando miren atrás han de volver el
dice una simpleza garrafal; porque, la clase alta cuerpo al compás de la cabeza como los santos
generalmente ocupa los cuartos principales, la de yeso. En Un las tertulias de la clase alta son
que ie sigue que debía ir en descenso ocupa los el camino del purgatorio, y apenas puede una
cuartos segundos y terceros, y precisamente lo persona racional resistir á la tentación de dar de
mas bajo de la gente baja suele andarse por ias mojicones á tanto zanguango moza!vete como es-
bohardillas. claviza sus sentimientos y sus instintos á la lo-
Hoy nos toca invadir el piso principal después ca preocupación de parecer danély, vulgo ele-
de saludara! portero por aquello de: «Nadie pa- gante.
se sin hablar al portero» en lo cual SOY yo tan Pero vamos á ver por qué se tienen en tanta
exacto que cuando no está este señor aunque, es- estima estas reuniones en contraposición de las
té la muger ó los hijos, me cuelo de rondón sin de la clase baja. Si es por el carácter de los con-
hacerles caso; porque así como siempre se acos- currentes, en ninguna parte mas bondad, mas
itimbra á decir: «el rey ó regencia, el presidente sencillez, mas generosidad que en ¡a gente po-
<i el que haga sus veces» para obedecer al susti- bre. ¿Qué hay en los altos círculos mas que d i -
tuto debíase poner en los portales: nadie pase plomacia é hipocresía? Allí está siempre la miel
sin hablar con el portero, la portera ó los porte- en los labios y la ponzoña en el alma. Sus diálo-
ritos. gos van generalmente cortados por entreparén-
La casa donde astedts entran es grande como tesis ó apartes á uso de comedia.
un palacio, y complicada como el laberinto de
Qué alta está la Concepción,
Creta. Suele deberse al lapicero la alfombra, al
(así se quedara enana!)
almacenista de muebles la rica sillería, y hasta
— Qué bonita es Feliciana.
á la lavandera la cuenta de todo el año ; pero eso
| (así fuera un escorpión).
no se conoce en la alfombra , ni en las sillas, ni
| A fé de marqués os hablo.
en el camisolín del señor, ni en las enaguas de
venisme á honrar, coronel.
las señoritas. He sido un majadero en decir se-
(Bien comprenderá este diablo
ñor ó señora donde solo se reúnen monsieures
que el favorecido es él.)
'aunque españoles) y madames y mademoselles
—Me envanezco en la guarida
(aunque españolas).
] de tan poderoso enjambre.
En esta cásala etiqueta, ó mas bien la tontería.
(No he visto en toda mi vida
sube á ochenta sobre cero del termómetro rea-
gente que pase mas hambre.)
raur. Es decir que es una tontería que hierve y
—¿Hay hoy drama? estoy muy harto.
despelleja. Se habla á medias palabras y estas
Yo por mi dama voy pronto.
altisonantes, y sobre todo que estén en boga
i —(Por su dama? este es un tonto.)
aunque no digan nada. Cuando se trate de colo-
— (¿Harto está? no tiene un cuarto.)
res políticos no se ha de decir colores sino mati-
i
ces. A los monarquistas se les ha de llamar con- Esto en cuanto á la buena fé y armonía que
servadores, como si por acá hubiera cosa digna i
de conservarse , y á los republicanos radicales. i debe haber entre personas que se visitan con fre-
Esto provisionalmente. Está para discutirse el cuencia, que si vamos á las costumbres no tiene
proyecto de introducir entre otros géneros de la llamada baja clase, por que, arrepentirse de
contrabando, el tory y el whigt de Inglaterra. no participar de las de la llamada clase alta. Es
¡Oh! si esto se lleva á cabo la nación españo- cierto que un jornalero entra en la taberna, pe-
la se salva. No haya miedo que necesite recur- ro los grandes señores van al café. Los primeros
gastan cuatro cuartos en una copa de vino para
18
138
adquirir fuerzas con que soportar el trabajo del cendencia esta conducta de los pobres que no so-
dia siguiente; los segundos yan á beber dos ó lo perjudica á los intereses y dignidad racional
tres copas de rom, tal vez para hacer ejercicios de su descendencia, sino al presente y porvenir
gimnásticos en salón vedado. Esta es la diferen- de toda una nación. La gente rica es por lo r e -
cia que vá del vino al rom, y del café á la taber- gular la mas abocada al poder. Si una criatura
na. Emborracharse á lo señor es una gracia; p o - j arrullada en la cuna de los YÍCÍOS ocupa la silla
nerse alegre á lo pobre es un vicio repugnante, | ministerial, sus instintos siempre son despóti-
es una vida relajada y soez. En todo es injusta ; eos, la administración de la justicia parcial, de
nuestra sociedad. ; favoritismo, y enunapalabra, es la justiciainjus-
Si entre cien matrimonios pobres hay uno de- | ticia. Y respecto de la administración de la ha-
savenido que anda á picos pardos, entre cien cienda, figúrense ustedes la conciencia que t e n -
matrimonios aristocráticos hay noventa y nueve drá un ministro fabricado á la banca, limado
que andan á pardos picos. Si los primeros tiran con mozas y labrado ó ponche.
la oreja á J o r j e , es para jugarse al tute, á la Como las casas de los señores son grandes, y
brisca ó al mus, una libra de castañas ó un sus reuniones numerosas, no importa que una
cuartillo de vino; el que sale aficionado al capé persona ó dos ó tres ó cuatro se vayan á las h a -
ó á los borregos, es tratado por los demás como bitaciones interiores á diligencias propias. No es
un ente corrompido. En casa de los ricos se echan decir que esto se verifique á todas horas sino que
con !a mayor frescura veinte y cuarenta mil d u - está en lo probable. Lo que sí hay en las tertu-
ros á una carta, y hay quien pone la muger á un lias aristocráticas (ya se sabe que en lodo hay
entres y quien la gana con un as de oros. Aquí escepciones) es muchísima alcahuetería en va-
es servil y rastrera la gente pobre, porque cele- rios conceptos. Con achaque del soirée, van cua-
bra todos los vicios de los ricos por la sola razón tro embaucadores de profesión á robar las pese-
de que son ricos; y es una desgracia para todos tas con singular destreza. No hay jugador que no
esta sumisión aduladora del que necesita, por- esté provisto de barajas domesticadas, digámos-
que así en esto como en otras cosas los hijos del lo así, algunos se avienen á jugar con baraja
pobre se van aleccionando en la escuela de la agena ; pero estos son mas temibles, porque lle-
degradante humillación, como los ricos engol- van la seguridad en el manejo de los dedos. De
fándose en la corrupción que miran tolerada, tal cualquier modo se llevan el dinero mientras la
vez en el crimen que ven aplaudido. Riñe el chi- gente inocentona dice ¡qué suerte de hombre!
co del casero con el del inquilino, y por aquello ¡ si todo se lo halla hecho!
de que donde las dan las toman, el primero zur-
Por aquí se ve que las tertulias son la alca-
ra al segundo ó vice-versa. En,el primer caso el
huetería de los juegos prohibidos.
padre (que es el casero) «tierres razón, le dice
Vamos á la parte política. Cuando vean u s t e -
al muchacho, has de dejarle sin muelas por
des retirarse con sigilo y disimulo al señor de
atreverse contigo.» El chico se ensoberbece, se
'casa y otros pajarracos de mal agüero, conspi-
cree autorizado para todo, es valiente, arrojado
ración tenemos. Allí va á decidirse la suerte del
é indómito. Sucede al revés la cosa, es decir que
pueblo; he dicho mal, la suerte de ellos y del
el del inquilino dá cuatro mojicones al del case-
gobierno. La suerte de ellos por que casi todos
ro. ¡Maldito! ¿qué has hecho? le dice el padre,
los que conspiran tienen por objeto esclusivo
rio ves que le debemos dos meses de alquiler y
ganar en intereses y posición social. La suerte
nos puede echar á la calle? Sube á pedirle per-
del gobierno se decide porque de allí ha de salir
don, y si se empeña en pegarte, pon las costi-
el golpe que por certero le destruya ó por mal
llas sin decir esta boca es mia. Resultado: el
dirijido le afirme mas en el poder. Y no se deci-
chico del inquilino, es cobarde desde entonces:
de nunca la del pueblo, porque esa en guerra ó
cree que ha venido al mundo para doblar la r o -
en paz ya está decidida desde que el mundo es
dilla al poderoso, y lo que nació un hombre se ha
mundo: Hambre, esclavitud, latigazo y contri-
convertido en una muia de labor. Es de tal tras-
buciones.
139
No son solo los caballeros los que politiquean. mas á la banca. Los muchachos de buen estóma-
También son útiles las faldas, sino para tramar go hallan viejas que les mantengan, y las viejas
y discutir, al menos para esplorar. Son sectarias enamoradas se hacen por el dinero con palada-
de Francisco Chico, nombre célebre que ha per- | res á prueba de jamón rancio. Buenas están las
sonificado la policía secreta, como Cristo, Ma- ! tales tertulias!
homa, Calvino, Lutero j otros sus religiones JUAN MARTÍNEZ YILLERGAS.
respectivas. Desgraciado el que cae bajo la féru-
la de alguna jamonaza Metternich, que por fas
ó por nefas ha de desembuchar lo que siente, y EL CIEGO Y EL MUDO
á las pocas horas ya saben los pronunciados con
quien pueden contar y las autoridades á quien
deben perseguir. A DON JUAN MARTÍNEZ V I L L E R G A S .
Hasta aquí la alcahuetería de la política. j
Yamos á los amores, y no á los amores de los 1 Tardo respondo á tu reto,
jóvenes, porque estos son iguales en todas las pero mi voz no se trunca :
pues como dijo el discreto,
clases y en todos los pueblos. Se ven, se entien- >_ ¡lias vale tarde que nunca
Napoleón en su arte de malar pulgas.
den y ya tiene usted dos almas perdidas sin po- libro lí , capitulo IV.
derlo remediar. Pero hay en las reuniones otros
amores de que debemos ocuparnos. ¿Con que quieres ser mudo masque ciego?
Por lo regular los maridos mueren mas pron- Ciego debes de estar cuando eso dices ,
to que las mugeres, y cuando las mugeres son pues no dijera tal todo uu borrego.
así, cachigordas, cachialegres y campechanas ¿Mudo tú, cuya fama álos deslices
no hay años que las consuman. También es re- de ese mundo bribón se debe entera?
gular que las tales mugeres hagan ahorros para Merecieras perder lengua y narices.
la vejez: de suerte que á una señora bien cura- Entra á cuentas contigo ¡ oh calavera !
da como el tocino gallego, y con dinero para entra á cuentas y díme .- á ser tu mudo,
regalarse. ¿Qué la puede faltar sino un amante ¿qué de tu nombre y de tus obras fuera?
mimon y zalamero que la haga el rendibú? Por Tu lengua lia sido siempre un dardo agudo,
otra parte, las naciones han progresado en lujo contra cuyo aguijón intento es vano
todo lo que han perdido en dinero, y los mucha- pedir clemencia ó demandar escudo .
chos casquivanillos que no tienen bienes, ni Desde el rey hasta el último villano,
raices, ni oficio ni beneficio ¿cómo pueden al- y desde la señora á la ramera,
ternar con la aristocracia sin reloj ni gabán ni á nadie perdonó, lirio ó troyano.
frac? Remedio al canto: se busca un empeño ¿Cómo es posible, pues, que aunque quisiera
para penetrar en las altas regiones; se coje ese pico mordaz callar de pronto,
asiento junto á una vieja verde, se la dice: ¡Ay a silencio total se redujera?
doña Estefanía que remonona es usted. ¡ La vie- Ya á lo imposible la cuestión remonto,
ja acepta, el joven se remite á las pruebas, y al y puesto que lo fuera hacerte mudo,
dia siguiente ella tiene querido, y él vestido digo que tu elección raya en lo tonto.
nuevo. No, no es posible que el que tanto pudo
Tal es la industria de algunos jóvenes del dia la sin hueso esgrimir, quisiera ahora ,
con mas orgullo que don Rodrigo en la horca, y por evitar ser ciego, echarle un nudo.
tal es también la alcahuetería de ciertas socie- ¿Vaste ya convenciendo? Lanza mora
dades. te concluya cruel, si mi argumento
Con que sacamos en limpio de estas tertulias ad hominem, cual dicen, no te azora.
ganancia positiva para todos: mientras unos re- Pero yo soy un simple y un jumento,
suelven el problema de asaltar los destinos de la cuando sabiendo bien que hablas de chanza
nación, otros despavilan los bolsillos de los de- serio contigo la cuestión sustento.
1Í0
Harto conoces tú , y harto se alcanza Cuando el pueblo irritado se conmueve
por lo que en tus tercetos he leído, y al tirano derriba que le oprime
que se inclina á mi lado la balanza. el que mas voceó, mas come y bebe.
Ninguno, que yo sepa, fué metido En época tan grande y tan sublime
á cuestión de tormento por ser ciego, ¿cómo te atreves pues á persuadirnos
pero por mudos s í , todos lo han sido. que el ser mudo convenga á quien se estime
Si el buen callar es Sancho, Sancho es lego, Tú pretendes aleve prohibirnos
pues veo que el charlar hace doctores el acceso al turrón y á los honores;
aun en muertos idiomas como el griego: tú quieres en ilotas convertirnos.
La mudez es achaque de señores Mas tus intentos morirán traidores,
de cuatro patas solo : ahi va un ejemplo porque yo estoy aquí para defensa
para que de ese tipo te enamores. de tantos parlanchines y habladores.
A pensar como tú la turba inmensa
de los bribones que tostarnos quieren,
adiós por siempre libertad de prensa.
Mas la peguera, á lo que yo contemplo, Adiós los que á los déspotas zahieren,
es de ser racional prueba evidente, y los que la opresión, para evitarla,
y á veces guia de la gloria al templo. con las armas del labio audaces hieren.
Ciego fué Homero si el rumor no miente, Dura es la tiranía para honrarla,
y ciego Milton como bien lo sabes, y honra le prestas tú , cuando proscribes
y honra y prez fueron ambos de su gente. el medio salvador de delatarla.
Los sabios que se precian de ser graves, Sigan , pues , tu opinión esos caribes
gastada ya su vista en la lectura, que la mordaza restaurar intentan ,
no distinguen un rucio entre dos aves. optando por el medio á que suscribes.
La bienhechora fé, sublime y pura Yo que tengo dos ojos, si se cuentan
ciega la pintan siempre, y ciertamente como deben contarse, los dos cedo
que ser ciego con ella es gran ventura. si de hablar los derechos me acrecientan.
Este siglo de ciencias eminente El sacrificio es duro, pero accedo,
á fuer de tanta luz también nos ciega , pues mirándolo bien, perder los ojos
y el que no lleva gafas gasta lente. nada e s , amigo, si con lengua quedo.
¿Como tú musa, pues, niega y reniega Para llorar del mundo los enojáS ,
que entre perder la lengua ó bien la vista ojos sin luz me bastan, que es oficio
el juicio pide la segunda entrega? que no tiene que ver con los anteojos.
El que del siglo en el pendón se alista El que pone la lengua en egercicio
hablador debe ser, ó es un borrico para quejarse de su estrella insana,
que ni nombre, ni prez, ni honor conquista. consuelo encuentra á su dolor propicio.
Entre tanto gandul y tanto chico Pierda mi vista , pues, si el labio gana,
como van al Senado y al Congreso, que el cielo dio por bálsamo á las penas-
tan solo brilla el de elocuente pico. cantarlas y llorar, dice Quintana.
Nada importa que seas un camueso, Tú me dirás que mi elección condenas,
si sabes perorar en ocasiones , pues renunciando á ver del sol el brillo
y sabes otras mañas á mas de eso. renuncio á contemplar mil cosas buenas.
En calles, en cafés y en bodegones Pero en primer lugar, el solecillo
oradores verás de chicha y nabo me tiene á mí cargado al ver que alumbra
de Licurgos echarla y de Solones; á tanto ganapán y á tanto'pillo.
Yo su conducta y su pulmón alabo , En segundo lugar, esa penumbra
pues eso engaña ala ignorante plebe, que á mis ojos deseo, es solamente
y dá importancia al animal mas bravo. porque nada del mundo me1 deslumhra.
141
¿Qué puedo ver en él que me contente, Ser mudo ; demás de eso, es peligroso
lisonjeando mi indignada vista? por otras que diré fuertes razones,
bribones solo y corrompida gente. aunque me llames hablador furioso.
Aquí veo un Tarquino que conquista Madrid está plagado de ladrones,
mando y poder á fuerza de bombarda, y renunciar al habla es el perjuicio,
y allá un pueblo servil que no le chista. si lo meditas bien, de tus doblones.
Si se mueve tal vez la zalagarda El ciego , cuando allanan su edificio,
y rueda abajo el que oprimió la plebe, puede gritar «ladrones» , relamando
sube otro en pos á redoblar la albarda. de la justicia el bienhechor oficio.
Renuévase tal vez la lucha en breve . Pero tú me dirás que e sloy soñando,
y cae de nuevo el opresor malvado, pues donde no hay justicia ni dinero
v otro se empina que imitarle debe. castillos en el aire estoy formando.
Para ver ese círculo menguado ¿Mas quién te ha dicho que el alcalde es cero?
un día y otro y otro y cien tras ellos, ¿quién te dice que de hoy para mañana
mas nos valiera, amigo, haber cegado. no gobiernes la España , majadero?
Pero yo con bufidos y resuellos, ¿ Cómo gritas entonces, si se allana
turbando a los lectores de LA RISA, tu escondida gabeta, «auxilio alcalde»,
traigo especies aquí por los cabellos. si cierras á la boca la ventana?
Hoy se niega mi labio á la sonrisa, Mi advertencia por tanto no es en valde,
y habrán de perdonarme esos lectores pues si no eres hoy rico, serlo puedes,
si á rabiar mi respuesta les precisa. como yo con mis ojos de albayaide.
Versos los mios son declamadores, Todo te dice que con habla quedes,
pero LA RISA los admíle á varas, todo , oh Villergas, sin cesar te grita
que hemos eslado un mes sin suscritores que abandones lo mudo á las paredes.
Y todo por hacer lo que declaras, Cercado de canalla tan maldita,
y todo por ser mudos, oh Villergas , ¿qué sería de t í , si alguien quisiera
ese maldito mes, si bien reparas. abusar de su fuerza en tu levita.
Ahí puedes conocer que error albergas, ¿Qué si adelante en sus intentos fuera,
cuando en favor del tapa-boca escribes y el impío atropello te alcanzase
puros dislates que merecen vergas. que la Muda de Pórtici sufriera?
Tú por tí mismo el galardón recibes La ocurrencia es diabólica , mas pase
de tanta necedad : mira si dijo por consejo leal si vas á Italia ,
mi labio con razón que en yerro vives. donde alimañas hay de toda clase.
Tú mientras tanto en tu dictamen fijo , Lo mudo, amigo mió, no se palia
lo defiendes atroz con ansia fiera , con ningún paliativo , ni se cura
y no ha de convertirte un crucifijo. el dia de San Luis allá en Galicia.
¿Pero has pensado bien la pejiguera Mas la ceguera , aunque terrible y dura,
que te encajas encima? ¿Has meditado I remedio á veces tiene, y mil cobraron,
i
la ridicula suerte que te espera?
i gracias al oculista, la luz pura.
Pues contémplate en mico transformado,
Los ciegos ademas , cuando cegaron,
en mico amigo mió, haciendo gestos,
si perdieron la vista en suerte fiera,
medio solo de hablar que te ha quedado.
en los demás sentidos lo ganaron.
Yo con los ojos á la luz traspuestos
i Mas la mudez es doble pejiguera ,
tendré á lo menos desde el pié al hocico
forma y ser racional bien manifiestos. i pues casi nunca el mudo es solo mudo,
Pero gesticular! Piénsalo, chico, sino que carga á mas con la sordera.
Piénsalo bien por Dios, que es espantoso , Yo por lo tanto en elegir no dudo :
es horrible y cruel hacer el mico. pues entre mal y mal, dice el adagio
que se debe adoptar el menos crudo. •"•
142
A la ceguera, pues, doy mi sufragio, | Allí verás un ciego, en quien derraman
que es voto, amigo, que en razón se funda, ! la astucia y el ingenio sus favores ,
y asistir la razón es buen presagio. i y tipo de los ciegos le proclaman.
Mas vamos á otra cosa, que es fecunda j El sin ver de la luz los resplandores
ia materia por cierto, y si ha acabado i se las juega de puño al tal chiquillo ,
la primer parte ya, no la segunda. i y eso que es un bribón de los mayores.
Dices que el ciego en su infeliz estado La engaoatoria va de pillo á pillo :
solo tentando enamorar podría, i pero hacer una trampa y ser zurrado
si la quisiera echar de enamorado. | todo es uno en el pobre Lazarillo.
Ridicula objeción por vida naia, i Oh si el buen ciego, como olió avisad»
siendo sabido ya que en !os amores [ la longaniza que el rapaz quitóle,
es la noche mejor que el claro día. •[ oliera el poste que besó mal grado !
Tenderos, dices, hay engañadores j Pero inhumana la nariz faltóle ,
que lienzo dan al ciego por batista, ¡ y dando el pobre en el pilar de hocicos
y estraño amigo en tí tantos errores. ] todos sus lauros el saltar costóle.
Si me dijeras que al que tiene vista | Percances tiene la desgracia inícos,
gato le dan por liebre, fuera exacto, ¡ mas no por eso t ú , ciego eminente,
ó mienten mi patrón* y mi fondista. | tus méritos menguaste en gloria ricos.
Pero decirlo del que tiene tacto, I Tus hechos sonarán de gente en gente
y tacto como el ciego y mano esperta, ; mientras existan ciegos en el mundo,
es hablar y mentir todo en un acto. i y mientras haya un labio que los cuente.
Dices que armar no puede una reyerta, Vé, pues, ahora si en razón me fundo
que aunque se haga el valiente es siempre cero, cuando ciego, oh Villergas, ser elijo
para estar, si le embisten ojo alerta. y lo otro pongo en el lugar segundo.
Ni que fuera un laurel ser pendenciero, Pero yo voy pecando de prolijo,
ni aun cuando el ojo alerta no le asista, | y es preciso acabar, que el ser pesado
fuese en cuanto al oír roca ó madero. i es ser pesado , como el otro dijo.
Añades que su suerte le contrista, I La conveniencia, la razón de Estado,
pues si el grado alcanzara de regente, s i g l o , historia, moral, filosofía...
no podiia vivir en Buena-vista. todo en mi pro sentencia ha pronunciado.
El equívoco, amigo, es insolente, Todo condena la mudez sandía,
y estraño que apellides Vista-buena todo la prez del hablador pregona.
un lugar que ha cegado a tanta gente. i todo al ciego proclama en honra mía.
Dices que el que perdió la luz serena Decida el mundo, pues, quien la corona
á cierra-ojos sus contratos v&nos | en la lucha merece, y quien de ambos
se vé obligado á hacer, lleno de pena. | ha vibrado mejor lanza y tizona.
Culpa de esto á curiales y escribanos, ¿Pero cómo pregunto quién de entrambos?
no al ciego , que si trata á cierra-ojos , j Claro está que jugando con limpieza
se asegura primero á toca-manos. I te has de llevar el terno y yo los ambos.
¿Pero á qué detenerme en tus antojos , Cíñante, pues, el lauro con presteza
oh Villergas, ya mas , si todos ellos i por la sal y la gracia en que me'escedes,
puros sofismas son y trapantojos? I mas por amor de Dios, ten mas cabeía.
Tú juzgas que los ciegos son camellos, No nos prives cruel de tus mercedes,
según tontos los pintas y babiecas. no renuncies á hablar, amigo mió,
Y esto, con tu licencia, es ofendellos. pero modera el aguijón, si puedes.
Para que veas lo que en esto pecas, i Cara el siglo presenta de judío,
lee el Lazarillo que de Tormes llaman , I y son tus versos el mejor escudo
y ciegue yo , si de opinión no truecas. contra la murria y el esplin sombrío,
143
Siga adelante , pues, tu ingenio agudo: Preferibles declaro á fos que están
dí verdades desnudas y en camisa: siempre suscritos á LA RISA, amen.
habla, Villergas; si te vuelves mudo... WENCESLAO AYGTJALS DE I Z C » .
¡Caiga en tí el anatema de LA RISA!
MIGUEL AGUSTÍN PRÍNCIPE.
COLOQUIO GALANTE.
CIEGOS Y MUDOS.
ftiAMKKO,
EPIGRAMA.
M&8SETU
sas&osísa * sa©(&s&3as
11.
Saturnino Penea rayaba en los 2(j años, cuan- el viaje de muy mala gana, pues para ver si les
do á su padre y á su madre se les ocurrió saber era posible retardarlo, ella, que murió en Zara-
que gacetas estraordinarias venden los ciegos en goza, mandó á buscar su médico de Madrid, v
el otro mundo, y tuvieron la humorada de m o - é l , que murió en Madrid, mandó a buscar si'
rirse ambos en un mismo dia, con tan pocos ins- médico de Zaragoza. Pero ya era tarde. El médi-
tantes de diferencia, que es bien seguro que el co de Madrid la encontró á ella difunta, y el mé-
alma del último que murió, alcanzó, por poco dico de Zaragoza le encontró á él difunto tam-
que corriese, á la del que murió primero, antes bién. «Si desde uii principio hubiese estado á ni:
de que tirase del cordón de la campanilla de las cargo, dijo el médico de Madrid , la enferma an-
puertas celestiales. Bien es verdad, que el uno daría por la calle.» «Si antes me hubiesen llama.
espiró en Madrid en manos de un médico madri- d o , dijo el médico de Zaragoza, el infeliz esta-
leño, y el otro en Zaragoza en manos de un mé- ría en la tienda despachando » Uno y otro mu-
dico zaragozano, y no sabemos de cual de estas tuamente se trataron de cuadrúpedos, y es muy
dos capitales está el cielo mas distante: pero pia- posible que uno y otro tuviesen razón. ¿Quién
dosamente debemos creer que Dios ha querido sabe si un curandero, aplicando remedios sin ton
colocar sus reinos á igual distancia de todos los ni son, hubiera salido mejor del empeño. Peor
puntos de la tierra. Ambos al parecer hicieron no podia salir, y á menudo sucede también con
ÍG4
los métodos curativos lo que con los melones y r evelaba á menudo con ciertos rasgos de gene-
con las mugares. Un barbero curó desde Bílles- rosidad aparente, siquiera para servirse de ellí
cas á una señora que se hallaba en París desau- como de un prospecto de sus riquezas y conser-
ciada ya de todo el protomedieato, sin examinar var de esta manera el crédito necesario á todas
siquiera los síntomas para diagnosticar la enfer- las casas de comercio. Así es que dispuso se hi-
medad. La de que adolecía la paciente, según ciese á los autores de siis dias un magnífico en-
dictamen de todos los facultativos inclusos los tierro y aplicó á la salvación de sus almas canti-
de cámara , era una hidropesía esencial, y él bar- dades que mas dé cuatro las quisieran para sal-
bero la curó radicalmente prescribiéndola un var sus cuerpos. Su físico tenia tan poco de par-
compuesto que no sabia de que simples se, com- ticular que ni una plumada dedicaría á su proso-
ponía, pero que le había empleado con buen éxi- pografía, si supiese que no la han de echar de
to contra los dolores de muelas. Cuantos médi- menos mis lectores, á quienes la rutina les hace
cos me han oido referir este caso, han afectado considerar necesaria la descripción minuciosa de
no darle crédito, pero los de París, que fueron lodos los caracteres que distinguen á los perso-
testigos oculares del hecho, han preferido á con- nages históricos. Saturnino era ni alto ni bajo,
fesar su ignorancia , decir que nada tiene de par- ni flaco ni gordo, ni hermoso ni feo; habia en su
ticular , atendidasias simpatías que estableció la ¡ físico un verdadero equilibrio de poderes; era
naturaleza entre las muelas y las visceras abdo- una teoría constitucional, la personificación viva
minales. ¡Lo qufe son las simpatías! A un cale- y encarnada de los sistemas mistos, un justo
sero que le cojió debajo la rueda de un coche le medio de carne y huesos. Amigo de la tranquili-
amputaron una pierna y nunca mas se quejó de dad y embebido esclusivamente en sus negocios
un callo que tenia desde mucho tiempo en el mercantiles, ni una sola vez se le oyó disputar
dedo pequeño del pié correspondiente á la pierna ¡ acerca de formas gubernamentales; no estaba
amputada. Esto se concibe fácilmente. Lo qu¿' no suscrito á ningún periódico, y descifraba con
es tan fácil de comprender como calmó un céle-
mas prontitud una regla de tres compuesta, que
bre operador los dolores que sufría una marque-
un artículo de la Constitución, Si hubiese sido
sa á consecuencia de un cáncer en el labio infe-.
diputado de las Constituyentes y su opinión h u -
rior, estrayéndola un cálculo de la vejiga urina-
biese prevalecido en la asamblea, es seguro que
ria.... Bien es verdad que ¡a desdichada nurió
hasta el preámbulo y el título del código vigente
en el acto de la operación.
estarían escritos en guarismos. A pesar de esto
Pero estoy divagando, y á falta de presidente pertenecía ala Milicia nacional, á lo que debía
es necesario que yo mismo me llame á la cues- no pocos resfriados y ratos de desazOD, y daba
tión. Volvamos pues á Saturnino. vivas y mueras á todas las cosas á que se los d a -
Con la muerte desús padres, le sucedió á Sa- ban los demás. Hay muchos Saturninos en el
turnino una cosa que desde tiempo inmemorial mundo.
ha sucedido á cuantos han perdido sus padres, Nuestro interesante huérfano se hallaba en
que todos sin escepcion alguna se han quedado una posición difícil. Una tienda en Madrid y
huérfanos, pero como las penas con pan son me- otra en Zaragoza le obligaban á reproducirse, si
nos, nuestro huérfano tuvo m&iSvos de consolar- I puede decirse así, á estar á la vez en las dos
se de esta catástrofe que le dejaba posesor único j partes. Dejar una de las tiendas á discreción de
y esclusivo de dos acreditadas tiendas de varios los dependientes, en estos tiempos en que el
géneros situadas la una en Zaragoza, nada m e - i mas honrado sirve para ministro de Hacienda,
nos que en la calle del Coso, y la otra en Madrid ¡ era declararse en abierta rebelión con todas las
nada menos que en la calle-de Pontejos, muy máximas de economía doméstica, y de esto no
cerca de la Puerta del So!. Diciendo que Saturni- ! era capaz el buen Saturnino que sabia demasia-
no era comerciante, no se necesita decir mas ¡ do que el ojo del amo engorda el ganado. No t e -
para dar á entender que era avaro como una hor- i nia mas que un remedio, casarse. Pero quería
miga, aunque como todos los comerciantes se su mala suerte que, lo mismo que á m í , le g u s -
165
tasen mas las hermosas que las feas, y esto era cuatro de sus compañeros, alquiló un pisaverde
una atrocidad para un hombre desconfiado y ce- pobre, pero bien parecido y magníficamente ata-
loso como un gato. Lo mismo que de sus tiendas viado, para que la rondase la calle, y cuando la
quería ser de su muger único posesor, y un robo vid superior á todas estas provocaciones, la obli-
de un dependiente o una infidelidad de su esposa gó á ir á Barcelona con" el objeto de que la exa-
eran dos calamidades, que solo al considerarlas minase el señor Cubí que se hallaba á la sazón
posibles le trastornaban el juicio, sin atreverse en aquella capital. En efecto, el célebre frenólo-
á decir cual le parecía mayor. En este conflicto go encontró en la cabeza de Celestina muy depri-
suplicó á Dios que le hiciese enamorar de una mida, muy poco pronunciada la protuberancia
muger fea, de una muger que espantase á todos occipital esterna que es en donde reside, segur»
los hombres que no fuesen á su tienda con la es- Gall, el órgano de la lujuria, y de consiguiente
elusiva intención de cambiar en dinero sus mer- tenia Saturnino un nuevo motivo para conven-
caderías. Dios le ovó. Dios es Todo-Poderoso y cerse de la fidelidad de su fea idolatrada.,Des-
quiso en efecto que se prendase Saturnino de una pués de todos estos esperimentos y minuciosas
cosa que así remotamente remedaba una muger, precauciones, se casó con ella; á los dos dias la
pero una muger tan fea y de una fealdad tan an- dejó en Zaragoza, y á los cuatro él en persona
tidiluviana, tan única en estos tiempos, tan r e - se hallaba detras del mostrador en su magnífica
conocida por todos los poderes del listado, quo tienda de la calle de Pontejos. ;Ah! ¡quiera el
deberían hacerse rogativas públicas para que cielo que aquella muger no sea prolífica! ¡quie-
muriese sin sucesión y no quedase en el mundo ra el cielo que no se bagan de moda aquellas
un solo ejemplar de aquel original tan espantoso. horrorosas fisonomías! Si por desgracia se gene-
Sus fisonomías borrascosas y anárquicas se pro- ralizase un gusto tan depravado, si por desgra-
nunciaban contra el sentido común y, en verdad cia la diesen los padres en engendrar monstruos
lo digo, si supiese que alguna vez habían de tan horribles como Celestina , tamaño abuso m i -
aparecérseme en sueños, no me acostaría en to- naría por su base el matrimonio, que es la mas
dos los dias de mi vida. Saturnino encontró en santa de las instituciones, y los mas apasionados
ella aquel no sé qué con que nos pudren los oí- defensores do la libertad generatriz bien enten-
dos todos los amantes amartelados: se enamoró dida pedirían hasta para parir censura previa.
muy particularmente de los agujeros de sus ore- Saturnino vive sosegado y tranquilo. Sabe bien
j a s , y de una voz que tenia en efecto mucha mo- que la fealdad de su muger le garantiza la pose-
dulación y dulzura. Fué realmente capricho de la sión esclusiva, conoce que en aquella fealdad
naturaleza encuadernar tan á la rústica una la- está perfectamente abroquelado su honor, se
ringe digna y muy digna de magníficas cubier- persuade con razón de que aquella fealdad es una
tas, digna de estar encerrada en una garganta centinela que dice atrás á todas las invasiones
de alabastro. Cualquiera que oyendo á Celestina bastardas. ¿Pero se hizo cargo de que aquella
(que así se llamaba la fea) tuviese la debilidad fealdad podia menoscabar sus intereses mercan-
de mirarla , no sabia esplicarse como á Dios se le tiles? Celestina ahuyentaba de la tienda á toda
ocurrió poner los pulmones de un ruiseñor en el la juventud célibe de Zaragoza, á la manera que
pecho derin javalí. La voz de Celestina salia de ahuyenta de un campo á los pájaros el espantajo
una horrible boca á la manera de esos chorros que en ellos colocan los labradores. Bien es ver-
de agua cristalina que escupen los espantosos dad que en cambio todas las casadas celosas
monstruos de granito colocados en todas las obligaban á sus maridos á proveerse de sus
fuentes por el genio de la arquitectura. Sin e m - utensilios en el mostrador de la feísima tendera.
bargo la fealdad de su futura no le pareció al ce- Vaya el uno por el otro. Seguramente Saturnino
loso huérfano un seguro de suficiente garantía habia de antemano echado este cálculo y sacado
contra los incendios de la lujuria. No dio la mano una regla de p-roporcion examinando la estadís-
«Celestina sino despuesde haberla sugetado á to- tica de la siempre heroica para saber el número
do género de pruebas: la hizo requebrar por tres ó de sus solteros y casados, porque ninguna cir-
166
cuastancia por insignificante que sea se escapa á i en una diligencia. Pero al llegar á Zaragoza-e®
(a penetración de un hombre dotado de genio S la fonda de las cuatro naciones, se me amojtj
mercantil.. j corno á otros muchos dejar la diligencia de la €&-
¡Ya están casados! No pasa correo sin que en i ranilla de Aragón y proseguir mi viaje en una
el camino de Madrid á Zaragoza se crucen dos déla empresa de las Peninsulares. Me dejé se-
cartas llenas de protestas de íidelidad matrimo- ducir por los elogios q u é d e l a empresa de las
nial, embebidas en otras tantas reglas aritméti- Peninsulares me hizo uno que supe después s«f.
cas que vienen á ser un estado detalladísimo de i de los empresarios... ¡ay! lo supe cuando el mal
Jas entradas y salidas de cada una de las dos I ya no tenia remedio. ¡Y yo que le creía de buena
tiendas. Solo después de un año de ausencia vi- ] féconsiderándole tan indiferente como yo á l#s
no á interrumpirse esta envidiable armonía. Lle- i beneficios de la empresa! Eran las doce de la no-
garon á Zaragoza dos y tres correos, sin recibir ! che cuando me senté en el banco de los ajusticia*-
Celestina la suspirada correspondencia. Empezó t
á roer su corazón el gusanillo de los celos, y co- ] dos. Permíteme que de este nombre al asiento de
mo un proyecto dictado por esta pasión terrible I la diligencia. No había en la rotonda mas viaje-.
se ejecuta con la misma rapidez que se ha con- ! ros que yo y una señora cuyas facciones no me
cebido, tomó Celestina asiento en la diligencia, • permitió descubrir la oscuridad de la noche. L»
dejó la tienda al interino cargo de un hermano i diligencia arrancó con brío y, como lo hacen to-
suyo y preparó á su esposo una entrevista ful- das para formarse una buena reputación , siguió
minante. En efecto, la sesión de los dos esposos í su rápido progreso mientras estuvimos en la ciu-
fué borrascosísima, pero hubiera tenido una so- i dod, pero luego que salimos de ella empezó á
lución feliz si un imprevisto accidente no hubie- i estacionarse á la manera de un revolucionario
se venido á complicar la crisis. ¡ rabioso luego que se ha calzado con un destiníllo
Puesto el caduceo entre los consortes, dispo- I que vale la pena. A mí me importaba muy poco
níase Celestina para regresar á Zaragoza entera- j ó, por mejor decir, me complacía la marcha
mente tranquilizada por las discretas escusas ' crónica de la diligencia, porque habia de dilatar
con que supo ahogar sus resentimientos el bon- ! los goces con que me brindaba la circunstancia
dadoso Saturnino. No, nunca mas volverá á per- | de hallarme en la rotonda solo con una muger.
turbarse la paz de que goza aquel enamorado I Dos jóvenes de distinto sexo tardan mucho en
matrimonio. ¿Lo crees así lector? Pues oye y | dormirse hallándose encerrados solos y á tiro de
tiembla. i beso. Entablé conversación con mi compañera de
Acababa Saturnino de hacer una diligencia i viaje, y tuve el placer de oír su voz que es la
precisa y por la calle de Alcalá *e volvia á su I mas dulce que ha vibrado en mis oidos. No qui-
casa con la velocidad de un marido que va á bus- ; se gastar pólvora en salva; sabes que soy vivo de
car la comadrona, cuando tropieza con un ami- ! genio. Destaqué bien pronto una guerrilla; ade-
go suyo á quien hacia dos años que no había vis- ¡ lanté uno de mis pies y con él toqué suavemente
:
to:— ¡Saturnino!— ¡Gilíes' ¡tú por acal ¿cuán- el suyo. Nada de resistencia. Adelante. Trem,
to tiempo hace? — Diez ó doce (lias.— ¿Vienes | room, room, torom... Mi pie á la manera de un
:
ahora de Lérida, no es verdal? ¿qué tal el via- : grumete se fué encaramando por su pierna como
ge ? — Malo, muy malo. Y no eches la culpa á la l por una cucaña. Luego mis manos desearon en-
carretera , ni creas que me hayan asaltado la- j trar en acción ycatatic, catatac, calalic, cata-
drones, ñique haya habido vuelcos: nada, nada tar,, á paso de ataque, fueron ganando terreno
de esto, todos los viajeros lo han pasado per- I Los labios siguieron su ejemplo; el movimiento
fectamente ¡todos menos yo! Ni presumas tam- se fué propagando rápidamente, y en un instan-
poco que tuviese á mi lado algún chiquillo, al- te todo mi cuerpo quedó pronunciado en masa.
gún barrigudo, algún mareado, algún fumador, Somaten, nan, rían, nan... ; Alto el fuego! Me
alguna embarazada. Desde Lérida á Zaragoza lo dormí en seguida; llegamos á una parada, la d i -
pasé bien, es decir, lo pase como puede pasarse ligencia se detuvo!... qué horror! ¡Saturnino
qué horror! Al tibio resplandor de los primeros
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crepúsculos del día descubrí las facciones de mi i có una pistola de un cajón y con ademan r e -
compañera de viaje... ¡era un monstruo, un es- I suelto se dirijíó á la Fuente Castellana donde
pantoso monstruo! - Una vieja no es verdad? i no había mas gente que unos cuantos toreros
preguntó Saturnino,— ¡ Qué sé yo lo que era! i embebidos en una conversación relativa á las
respondió Gines. La fealdad absorvia su baiitis- dificultades de su arte filantrópico. Como á seis
mo: los años parecían desleídos en aquellas fiso- I pasos de ellos se paró Saturnino , y después de
nomías monstruosas. ¿Quién adivina á simple haberse asegurado con la mayor sangre fría de la
Tista la edad de una culebra, de un tiburón, y I carga de la pistola, amartilló el arma terrible y
sobre todo un monstruo que se ve por la prime- i se puso junto á las sienes la terrible boca.—
ra vez? Para conocer si un animales viejo, ne- I ¡Qué se va á matar! gritó uno de los toreros. —
cesario es poderle comparar con otro joven de la I Déjale, Curríyo, respondió otro, no le quites el
misma especie y viceversa, y yo jamas había i gusto á naide. En efecto, todos se llamaron
visto un animal de la especie de aquella muger. i quietos; Saturnino tiró del gatillo y chec clias-
Seguimos adelante nuestro camino ; hubiera da- | queó el pistón , pero no salió el tiro... la pistola
do la mitad de los dias de mi vida para conver- : estaba descargada. — Tome usted; esta no hará
tir la diligencia en vapor ó convertirme yo en ! falta, dijo uno délos toreros, dándole á Satur-
milano. Hasta entonces no había fijado la aten- nino una navaja tan Isrga como una espada sa-
ción en la lentitud del viaje; el carruage me pa- ble, pero cuidado con echarla á perder.— ¡Gra-
recía un peñasco y los caballos se me figuraban • cias! dijo Saturnino ¿me he de matar dos veces?
tortugas. — Parece que ha descansado usted per- I ustedes mismos son testigos de n;ue sino me he
fectamente, amigo mió, me dijo ella con dulzu- | levantado la tapa de los sesos es porque la pis-
ra. Nada la respondí; los desdenes de una her- ; tolo estaba descargada; por lo demás... la inten-
mosa son mil veces menos repugnantes que las
| clon basta. Dijo, y regresó á Madrid, siguién-
caricias de una-fea. Cerrábalos ojos pora no ver- 1
dolé largo trecho la rechifla de la cnadrilla. Al
la , y en todas las paradas me apeaba para respi-
i llegar á su casa encontró á su esposa vuelta en si
rar el aire libre , para respirar una atmósfera no
de su terrible pataleta. — ¡He aquí tu obra, mu-
infestada por el aliento de aquel monstruo. Pero
ger ingrata, esposa pérfida! ¡Vengo de suicidar-
ella habia jurado no dejarme en paz , y se apeaba
me! — ¡De suicidarte! clamó ella, ¡ que horror!
cuando yo me apeaba. Pregunté al mayoral si
— Sí, de suicidarme.— Pues bien, repuso
habia un asiento desocupado en el interior ó en
Celestina con esa tranquilidad y estoicismo apa-
la berlina, y me dio una respuesta negativa...
rente que demuestra el esceso de la desespera-
;Qué desesperación ! Tuve que resignarme con
! cion , pues bien, yo no te he de sobrevivir
mí suerte y permanecer con los ojos cerrados
¡adiós! ¡adiós! Con paso mesurado se dirijió ha-
hasta llegar á Madrid.— ¿Y era casada? dijo Sa-
cia la cocina. Los dependientes quisieron dete-
turnino.—Así al menos lo decia ella, contestó Gi-
nerla.— Dejadla , dijo Saturnino , no quitéis el
nés, pero no puede ser que haya habido un solo
hombre de tan depravado gusto. —¿Y le ha dicho gusto á nadie.
su nombre? ¿cómo se llamaba?—Catalina... no, En una mesa de la cocina habia un cn-
un nombre así acabado en i na... Serafina... no.— ! chillo y seis ó siete chirivias ; tomó Celesti-
; Celestina tal vez!—Sí, sí, Celestina.— ¡Qué j na el instrumento terrible y asestándole contra
horror! ¡era mi muger! — ¡Es posible! su pecho, dióse una cruel puñalada... pero no
fué una puñalada; fué una chiriviada. La infe-
En esto llegaron á la tienda donde se hallaba liz en ¡a ceguedad de su desesperación no acertó
Celestina, que al ver á Ginés lanzó involuntaria- á coger el cuchillo y cojió una chirivia. — Toma
mente un espantoso grito. ¡Ella es! clamó Ginés el cuchillo, la dijo su esposo entregándoselo con
tapándose los ojos con ambas manos! ¡ahí está la mayor atención y cariño.— ¡Gracias! respon-
el documento original de mis pecados! Y huyó dio ella, ¿quieres qué me mate otra vez? Tú
como una saeta hacia la Puerta del Sol. Celesti- mismo has sido testigo deque si no me he tras-
na estaba sin sentidos: Saturnino fuera de sí sa- pasado el corazón es porque en lugar del cuchi-
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llohe cojido una chirivía. Por lo'demás; la in- | Creo, lector, que este trágico desenlace ha de
tención basta. ' ser para tí una lección que no la echarás en saco
roto. Aprende, aprende en las desgracias del fortuna, que el que conhaoa á aquel mas de
desventurado Saturnino. Los hechos, que son tres partes era un pusilánime y ej que confiaba
mas elocuentes que las palabras, te dicen lo que á la fortuna mas de una era un temerario. Este
Son melones y lo que son mugeres. Escarmienta pensamiento célebre no puede aplicarse á las
en ageno daño; no olvides aquella máxima de un mugeres ni á los melones. En estas materias.es
filósofo antiguo ; Bonum est ex aliorum erratis necesario dejarlo todcí á discreción de la suerte.
melius instituere vitam nostram, ni aquella de Si aciertas tanto mejor para t í , y sino suicídate,
otro filósofo mas antiguo todavía Quinimo et fe- pero procura, si eres suscritor, suicidarte con
Hciter is sapit qui allieno periculo sapit. Napo- una pistola descargada ó con una chirivía.
león decia que en todas las empresas debían
confiarse tres partes al cálculo y una á la A. RlBOT Y FoNSERÉ.
CORRESPONDENCIA EPISTOLICO-AMATORIA-RÜSTICO-LABRIEGA,
EPÍSTOLA TERCERA. te ruega que la perdones
si tu carta en versos pares
RODRIGO A GREGORIA. la contesta en versos nones;
Faváta... y si no me engaño Que es tal nuestra discordancia,
á seis de marzo y de este año. que si el amor no te ofusca
Mi dulce prenda morena; veras que la consonancia
¡muger celestial y rara, tu pluma en Londres la busca..,
encantadora sirena!!! mientras laencuantroyo en. Francia.
desde el limbo de... Favára Pero, en fin ,¡no haciendo caso
te saluda un alma en pena: del capricho de ambas musas,
Y entre nocturnas visiones dejémosles franco el paso,
con moribundos cantares y hablen claras ó confusas
169
las alumnas del Parnaso. que ni en mulo, á pié ni en carro,
Otra es hoy la poesía, sin sufrir mil averías
que ventilar nos importa, sale del puerto... un cigarro¿
pues veo , Gregoria m i a , Ni quieras en tu malicia
que no le has quedado corta confundirme á mí con otros,
en hacer mi apología; que huyendo de la justicia
Y á fé que,.. ¡ viven los cielos! van á Córdoba por potrus ,
estraño me ha sido, y mucho, y los traen de... Galicia.
y me infunde mil recelos.*, Ni con lampiños curiales,
el ver tu numen tan ducho que entablan su acción incautos
en cosas de... tantos pelos: en públicos tribunales,
Pues tú misma le declaras perdiendo el pleito y... Jos autos
doctora en ciencia secreta, con las costas procesales ;
y no es bien si lo reparas, Ni con bisoño soldado
que una soltera se meta... de genio travieso y vivo,
en camisa de once varas; que en ejercicio privado
Ni á tu doncellez conviene pasa del servicio activo
que su honor se menoscabe, á cesante ó... retirado;
pues no falta quien sostiene Ni en fin , con gente soez
«que cuando el cura lo sabe... que en orgías de contino
es que estudiado lo tiene. se entrega á la embriaguez
Mi lengua no te maltrata, sin examinar sí el Vino
pero bueno es sin embargo es de Málaga ó;.. Jerez.
que la cuestión se debata , No, Gregoria, que Rodrigo
y ya que has formado el cargo, tiene muy buenas narices ,
oye si gustas la dala. y el reclamo nunca sigo
Figura en primer lugar' de las falsas codornices
en la cuenta que estoy dando que cantan en cualquier trigo.
tu sospecha singular Ni tus ponzoñosos dardos
sóbrelo del «contrabando» me han de hacer pobre ni rico,
y aquello de «Gibraltar»; que aunque de padres bastardos
Gastaré sílabas pocas podré tener pardo el pico,
eu cosa que es en mi mengua, mas no tengo... picos pardos.
y advierte que me provocas También he llevado á mal
cuando con impura lengua que traigas á la cuestión,
semejante punto tocas-. como mulo del ronzal,
Porque le tocas tan mal mi política opinión
cual un sacristán á... laudes, y mi porté liberal;
que es mi amor franco y l e a l , Que es mas propio de mugeres
y en su vida usó de fraudes en el trastorno qne hoy reina
con la hacienda nacional. componer sus alfileres,
Partidario muy sumiso y observar si bien las peina
de las rentas del gobierno, el peluquero Juan Pérez,
siempre evito el Compromiso Que no buscar compromisos
de que mi caudal materno de todo hablando, y de nada
se declare de... comiso. cual un diario de avisos,
Que el resguardo están bizarro y meter la cucharada... •'• • . .
en nuestros bizarros dias, en diplomáticos guisos;
22
170
Peni lo quieres así hasta que el nupcial teatro
y me has puesto en tal agovio, se puebla de infantil gente:
me importa un maravedí De modo que los consortes
ei que digas que tu novio que se entregan con esceso
se subleva contra tí. á patrióticos trasportes,
Fui realista, no lo niego; reúnen pronto un congreso
mas en esto no tropieces, de diputados á cortes:
que entonces estaba ciego Y entre los recursos varios
y después... treinta mil veces que un buen presidente invoca
he gritado ¡viva Riego! en los trámites diarios
y en cualquiera revoltija de las sesiones de... boca,
truena mi voz la primera descuellan ios... pecuniarios:
en algún destino fija, Los demás están proscritos
porque lo contrario fuera... porque es cosa averiguada
«mala noche y parir hija.» con ejemplos infinitos,
Me pierdo por Isabel, que entre la gente casada...
y en suma tú considera «si no hay pan, todo son gritos.»
si seré liberal fiel... Hé aquí, p u e s , porque en tu argolla
que llevo mostacho y pera, resisto el poner el pié,
sable y gorra de cuartel. que m¡ amor todo lo arrolla
Respeta, pues, un bigote A escepcion de aquello de...
que tan largo se preseula: «contigo pan y cebolla.»
y avivando un poco el trole, Busca quien de valde te ame ,
pasemos en nuestra cuenta y ruede gratis tu noria
a la partida... del dote. sin que su jornal reclame,
No me taches de avariento pues yo estoy viendo, Gregoria,
si mi amor sin 61 emigra, «que el buey suelto bien se lame.»
pues tengo el convencimiento Y antes que de amor la estopa
de que la patria peligra se inflame y prenda al vestido,
sin dotal pronunciamiento; poniendo en salvo la ropa
V por ver si á la razón me marcho con... tu apellido,
oidos prestas no esquivos, quiero decir... Viento-en-popa.
aprovecho esta ocasión A Dios, pues, mi ex-novia cara
para esplanar los motivos : arréglate como puedas,
en que fundo mi opinión. que si el hado nos separa
Si fuera cosa segara tú en Benimamet te quedas
el que la gracia de Dios y yo me quedo en... Favára,-
con la bendición del cura Y ya que tu madre insiste
trasformaen uno á los dos, en no aflojarse la liga,
te aceptara sin postura; si hasta ayer mi amada fuiste
Pero, Gregoria, ya ves no estraííes el que hoy te diga...
q u e e n e l templo di; Cupido «Gregoria... laus tibi Christe.»
suceder suele al revé's,
y á poco de hacerse el nido,
de los dos resultan tres;
Y así sucesivamente
van saliendo luego cuatro,
cinco, seis, catorce veinte, JOSÉ BEHXAT BALDOVÍ.
171
10, peluca de cáñamo con coleta, levita corta de
MODAS. muselina rayada, calzón negro de seda, medias
amarillas, zapatos verdes, y guantes de papel de
Trage de baile. La sencillez es hija del buen estraza.
gusto, así es que toda suerte de perifollos están Trage de lluvia. Gorrita, frac abrochado,
desterrados de la alta sociedad. El peinado con- pantalón ajustado y bolitas rusas, lodo de hule
siste en dos lindos moños atados con una liga para que no penetre la humedad. No se estilan
de Albacete en la que se lee: ya paraguas; pero conforme aprieta el chuvasco
se corre mas ó menos según los bríos de cada
Quejas dá mi corazón, elegante.
suspiros solo por verte,
y mis ojos por tu amor
se deshacen á quererte.
tambor mayor, calzón corto de estambre, me- i evillas de barro, 5espadín de caña sobre e] mus-
dias de terciopelo azul, zapatos de grana con ' lo derecho, porque ios elegantes, ó no se baten
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ó lo hacen con la zurda. Es indispensable el man- por varón dice que me ama
guito para preservarse del sereno. El paseo mas y yo idolatro á ana dama
de moda para estos elegantes, es el de la plaza que al menos me lleva en coche.
de Oriente conocido con e-1 nombre de Paseo de Es calva, descolorida
las íinieblas.. A y de viruelas pecosa,
barba larga, boca hundida,
nariz enorme y torcida
UN CONSEJO. y un ojo nació en Tortosa.
Mas por su coche, Bolonio,
soy capaz cualquiera noche
Apurado de recursos, de contraer matrimonio,
sin poder en mis aprietos que si me lleva el demonio
poner los bolsos repletos quiero que me lleve en coche.
con románticos discursos La segunda es zapatera
ni con forenses sonetos: y yo con pasión la ensalzo ,
Un consejo saludable porque aunque fraile me hiciera,
pedí á un hombre muy notable jamás carmelita fuera
que Lucas Gómez se llama, por esto de andar descalzo.
pues según pública fama Busquen otros alborotos
es tan ducho como amable. y electorales derrotas:
Y el buen don Lucas, á fé, yo solo apetezco sotas
me dijo cosas muy cucas. que si no me dan sus votos
Cucas... pelucas... ya sé me socorren con Sus botas.
que si ocurre encontraré Y tengo en lugar tercero
consonante para Lucas. á una modista pasión
Pero el Gómez no da luz que me cose con salero
y á no ser en andaluz sobre todo cuando quiero
asomes, tomes ó embromes q u e m e pegue algún botón.
que me claven en la cruz Aunque en las lelas me sisa
si le encuentro á Lucas Gómez. y á pesar de sus sandeces,
Mas Gómez es de tal goma á'ser dócil me precisa
que á vuestra razón lo dejo, quien me zurció tantas veces
en vez de tomarlo abroma el forro ¿ I la camisa.
dócil como una paloma A mis miras solapadas
me dio el siguiente consejo •': paga en puntadas perfectas ,
y yo digo: así me agradas,
«No de masculinos seres si no saben á indirectas
implores ruin protección. paga á mi cuerpo en puntadas.
Si quieres lujo y placeres A una confitera acudo
entrégate con tesón con amorosa querella,
en brazos delastnugeres. tan complaciente y tan bella
Si yo para mí no cuento que cual es mas suave dudo
ni Pekines ni Moscovias, si sus caramelos ó ella.
si no soy rey opulento Gruñe si me ve enfadado;
tengo para mi sustento cuando me rio sonríe,
millón y medio de novias. mas la beso enamorado
Una aunque vieja se llama y entonces ¡ayl se deslié
baronesa á troche y moche; lo mismo que-un esponjado.
Una melonera maja dije •. con este van d o s ,
me teme como un alcalde. á las tres va la vencida.
Nadie en garbo la aventaja Y eché el proyecto á rodar
á otros dé á cuarto la raja y del amor los reclamos
y á mí me la dá de valde, nunca mas quise escuchar
En fin para todas horas diciendo para acabar:
cuento fieles servidoras: Lucas Gómez... mal quedamos.
guanteras y sombreras,
JUAN MARTÍNEZ YILLERGAS.
tenderas y planchadoras
y sastras y relojeras.
Tengo caballo y no es feo
y aunque por gandul ó tonto
LA LAVATIVA.
pase , cumplo mi deseo,
cuando estoy de humor paseo, Con su novio don Eugenio,
cuando se me antoja monto. y su madre doña Rita,
Esto Lucas Gómez dijo y un sin fin de tertulianos,
y yo que estaba perplejo y tertulianas, y primas,
contesté sin ser prolijo; ayer estuvo de campo
todo lo que escucho es fijo la preciosa Carolina,
no hay mas, adopto el consejo. y se solazaron todos ,
Y al minuto de esto hablado, mas la niña no sabia
como no soy chuchumeco, que en pos de la comilona
á una modista muy hueco venia la lavativa.
habia yo cautivado
el corazón y un chaleco. Hubo ternera mechada
¡Ay qué sortija tan bella! y solomo con criadillas,
al ver mi mano esclamó, amen de ensaladas crudas
se la ofrecí; dura estrella, y de ensaladas cocidas;
la chica me fastidió hubo truchas, salmonetes,
porque se quedó con ella. ítem mas volatería;
A una confitera fui, la niña comió de todo,
con los consabidos fines, ¡desdichada! no sabia
tan tacaña para m í , que en pos de la comilona
que lo mas que conseguí venia la lavativa.
fué merendar diabolines.
Y para mas desconsuelo Bien la decia su madre
yendo mi hocico a limpiar «demasiado comes, hija;»
sin probar un caramelo ella seguia engullendo,
se enamoró del pañuelo que tenia hambre canina.
y se le tuve que dar. — Devorando estás, muchacha.
Una me pescó el anillo —Mamá , por Dios, no lo diga.
por cierto no muy barato. — Haz lo que mejor te cuadre ,
Otra... vaya es muy sencillo, pero no pierdas-de vista
vi que echándola de pillo que en pos de la comilona
me iba perdiendo en el trato. llegará la lavativa.
Por vida del otro Dios
que voy á perder la vida Y así fué, que por la noche
si ando del amor en pos, la dio dolor de barriga
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con retortijones tales y doña Rita repite
quedaba lástima oiría. siempre las palabras mismas.-
—Mamá, mamá, yo me muero., «en pos de la comilona
¡ay!... ¡cómo me martiriza! cuadra bien la lavativa.»
Y respondía su madre :
—Ya lo ves ; yo bien decia L.as mugeres se preparai.
que en pos de la comilona y los hombres se retiran ¿
vendría la lavativa. y entra en seguida un barbero
muy práctico en la geringa.
Y los tertulianos todos
fueron corriendo y de prisa
de facultativo en busca,
todos por distintas vias.
Por seis médicos la casa
queda bien pronto invadida,
y los seis son de un dictamen,
los seis á la enferma indican
que en pos de la comilona
viene bien la lavativa.
inespondencia epistálico-5mitoria-Tústico-labnega,
EPÍSTOLA CUARTA.
GREGORIA A RODRIGO.
Benimamet 3 de abril,
dia en que da el calendario
viento fresco y tiempo vario.
MI SOBRINO.
Llega la época de las elecciones ¡quéintrigas! El senador, como cualquier hijo de vecino, es
¡qué manejos para hacer triunfar su candidatu- mas amigo de los ingresos que de los gastos: asi
ra ! todo se vuelve circulares á sus dependientes, es que las atenciones de su casa se van cubrien-
cartas á sus amigos, recados á sus conocidos, y do con un orden admirable. ¡ Quién dirá que los
todo para qué? para entrar en terna y esponerse que tan celosos y entendedores se manifiestan
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en la economía doméstica, en tratando d é l a este calibre. aunque por lo regular suele dars»j
economía política no saben loque se pescan! Pe- importancia y hace creer que si no habla es paK
ro he dicho mal; pescan y saben lo que pescan, que no se le antoja. Solo que siempre le da la ga*,
y algo mas diria de la pesca s i n o fuera p o r q u e na de lucirse en las cuestiones que sabe que no,
entraríamos en terreno vedado y no es nuestro han de resolverse en el senado. Si los amigos,
ánimo rozarnos con la política. Salgamos de tan de café le pinchan, sabe incomodarse y deei|
cenagoso atolladero, y veamos como el senador que el dia siguiente piensa hacer una furibunda
atiende á las obligaciones de su familia. Regu- l y cáustica interpelación ; pero llega la hora , las
larmente divide la operación en partes, y parair tribunas están repletas de amigos del interpe-
en todo conforme con su estudio parlamentario, lante, por todos lados se anuncia con solemni r
estas partes las llama presupuestos y asi cal- dad y pompa que don Fulano se va á lucir. Abre r
cula : se la sesión y don Fulano no parece, lo mas que
hace don Fulano es enviar una comunicación al
Presupuesto de comida. . . . tanto.
señor presidente manifestando que tiene una
Presupuesto de zapatos. . . . cuanto.
pierna mala, y necesita licencia por dos meses
Presupuesto de la labandera. tanto mas cuanto,
parair á tomar los baños de Trillo. El Senado,
etc. etc. etc etc. etc.
queda enterado de la comunicación; los amigos
Deposita los fondos en su muger y no tenga de don Fulano qnedan enterados de que no sabe;
que pedirle un ochavo mas para gastos extraor- hablar y por eso no se presenta, y yo quedo en-
dinarios; pues esta clase de contribuciones j a - terado de que don Fulano ha ido la noche antes
mas son votadas por el cuerpo legislativo que, al ministerio y le han convencido como i algu-
como el cuerpo ejecutivo , Qstá reasumido en el nos que pudiera citar, si no fuera porque et a r -
cuerpo gordiflón del señor senador. Cuando la tículo es ya demasiado largo y voy á ponerle fin,
muger le sorprende el bolsillo y se le descarga y sobre todo por que entraríamos en el terreno
por via de empréstito no reintegrable, como ha- vedado y no es nuestro énimo rozarnos con la
ce todo gobierno con su nación , el senador que política.
quiérela fiel observancia de las leves estableci- JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS.
UN AMANTE ABANDONADO
Á SD INGRATA CLARA.
«Pues estando Dios en todas partes, deciael que somos casi usufructuarios de un aposento á
confesor al penitente chicuelo, estará también piso bajo, en calle estrecha, con mas un gigan-
en la cueva de tu casa ! —No padre.—Ergo pille- te de la arquitectura moderna, enfrente cuya
te!—No píllete que en mi casa no hay cueva.» funesta pantalla nos baria cegar antes de tiem-
Pero nosotros tenemos cueva sin casa, ó mejor po , en el caso imposible, de que un cdiiicio á la
dicho,carecemos de ambas cosas á la vez, por- orden del día, durase mas que nuestra vista, y
204
en la actualidad es harto carta por desgracia. En tengas cuidado, dice el tarambana (porque en
cambio de esto jamás liemos dudado de la bon- estos casos todos la dan de calaveras) y suele
dad divina, y con una verdadera le á ciegas ser mi amigo P... que añade— «l'ara mí no se
creemos que Dios se digna observarnos en nues- niega nunca; lo mismo hago yo con él.» (Hay
tro humilde gabinete: desde cuyo sitio espera- que advertir que en las pocas veces que he ido
mos su ayuda para que corra con facilidad la á su casa nunca estaba en ella.) — «En ese caso
pluma que con arreglo a lo prevenido en las es- contesta el fámulo, pase usted adelante.» V
cuelas de prima, se halla entre los dedos de la mientras lleio diez minutos escasos de so48|fci
mano derecha. Y sépase aquí, como cosa de gran y me felicito por los grandiosos resultados de mi
interés, que nuestras plumadas podrán ser ma- negativa, oigo ruido en el pasillo que condone
las, aunque seria de desear que fuesen buenas, á mi habitación; tararean un* aria intararea
pero proceden por linea recta del ala izquierda y el redoblante de la orquesta son ios taeenf
de un ganso, y esto cuando menos no es moco unas bolas, duros por mas seBas, mal que le p ^
de pavo. Últimamente encomendemos á Dios la á mi casero, y al pavimento de su finca. La fü-
pluma y ya puede dictarnos ts( diablo mismo, mer idea que me ocurre es e n c a s t r a r m e 6ffS>
que el triunfo no es dudoso. última línea de mi indefenso gabinete, y la s e -
Empiezo pues, mairáaiiáV(Hrcunstanc¡a pre- gunda ponerme en pié para dar una vuelta á ia
cisa para que no fije obedezcan) que no entre llave; pero la tercera parte de mi plan . ó la plo-
nadie en mi cuarto. La consigna no puede ser mera de otro, estaba á cargo de mi amigo que se
mas fácil, ni el san<& y seña riieno» susceptible • adelanta á mis intenciones alzando el picaporte,
y diciéndome por todo saludo •. «Qué hárbareí»
de equivocación: «Está? —No señora—Esta res-
Algo trie asusta el apostrofe pero no tanta q«e
puesta sobre llevar consigo todas las virtird%S de
me impida protestar el endoso sin descuento y
obediencia y respeto necesarias, es algo mas
acto continuo le replico: «Qué bruto!»
breve que la oficiosa p r e g u n t a r e : Si yo supiera ;
quien es usted—pero ya se, ve, luego!...» —No I Parodiamos después, come eairi'plrmeiito del
saludo las chanzas de los aguadores y mozos de ] san un rasgón que se hizo en la espalda (de la
esquina terminando los ejercicios gimnásticos! levita) al dar en tierra con mi Uniere, mis H*
por quitarse mi amigo la levita para que le co- bros y varias otras cosas, que cuando cayó el
205
velador, no tuvieron un San Vicente q u e l a s d c - bitacion. Apenas ganamos la calle, me pregun-
jase en el aire como al alhaüíl de la historia. ta—qué hacemos?—No sé, respondo, estoy á tus
Acércase al espejo en mangas de camisa y le dá órdenes, desde que te empeñaste en no dejarme
pof reir á carcajadas; yo me rio también porque escribir creo que para ello tendrías tu plan.
me figuro que habrá motivo para el lo. Una de las — No habia resuelto nada, pero improvisaremos
cosas que no creeré jamás es que haya quien t o - algo en que pasar la mañana, iremos de visitas.
mándola risa por una ocupación como otra cual- — De visita, alas doce, y con esta facha que yo
quiera, mate el tiempo riendo. Desgraciadamen- llevo?—Igual á la miá en un todo.—Buen con-
te los muebles de mi.caerlo no vuelven á su suelo.—No te apures, hombre, serán visitas de
estado primitivo aun después de restablecida la neglissé.—Sea lo que quieras, le dije, y en el
calma; y tengo cstp por una desgracia, no por- idioma que te dé la gana. Y á estas palabras s i -
que yo sienta que mi escribanía no sea "de plata guió nuestra llegada á casa de las señoras de M...
sino porque quisiera que el vidrio no fuese tan que por desgracia suya y fortuna de mis pies era
frágil. Y ya que esto fuese inevitable seria muy la mas próxima; pero los criados de esta casa
útil que la tinta conservase su forma sólida, eran incorruptibles, y la consigna inviolable. Por
cuando se rompen las paredes de! frasco en que mas protestas y hasta súplicas que empleamos,
se encierra; pero estas reformas caligráficas son no conseguimos nada; ellos se quedaron dicien-
para mas despacio, y casi es mejor habilitar un do: «No reciben» y nosotros nos fuimos con la
bote de pomada para que sirva interinamente incomodidad á otra parte.
la plaza del difunto (Q. E. P,. D.) tintero de cris- Y en tal parte nos recibieron con mal gesto,
tal. gracias á que cruzaba una de las señoras por la
Cesan las risotadas de mi amigo, al ver en pié antesala, y aunque ella fiada en sus talones no
mi velador, y que me dispongo á escribir. S u - se daba por sorprendida, nosotros la sorprendi-
plicóle silencio, y me le otorga; pero coge una mos saludándola. Hízonos pasar á la sala, pre-
pluma, y si estuvo feliz como mozo de cordel, testando no estar vestida; pero para decirlo
no lo está menos como criado de servicio ocioso, ocultó la cara en el pañuelo, y esto nos dio á
poniendo su nombre en cuantos papeles tienen entender que estaba también sin adobar. Hora y
a fatalidad de estar en mi mesa , y la desgracia media tardó en salir, y no fué mucho porque los
de caer en sus manos. «Lástima , le digo, que cosméticos se dan. muy pronto, pero se secan
no te llames Juan Pérez , ó "Manolo Fernandez, y muy tarde; y aunque nosotros (así seevitan i n -
fueses poniendo tu nombre con carbón en todas terpretaciones maliciosas) no habíamos de e s -
las calles de Madrid.» V aquí lamentamos otra tar tan á boca de abrazo que nos manchase el
vez la poca estabilidad de- los edificios moder- barniz, sin embargo no conviene secar esas
nos, que destruye este medio de pasar á la pos- pinturas al aire libre porque se hacen grietas, y
teridad. el culis sufre luego con la restauración. A mí se
Concluye aquello por persuadirme yo de que me hizo breve la ausencia de nuestra jóveB, por-
es mucho mejor sacrificar la parte por el todo, y que mi amigo Joaquín (hora es ya que sepan u s -
aunque los cascos del tintero y los papeles e m - tedes su nombre) toca muy bien el piano, y á mi
borronados me denuncian como inmolada una me gustan mucho los walsesde Straus. Allí nos
parte de mi ajuar, conozco que es indispensable comprometieron para un concierto por la noche
sacrificar otra por lo menos, y después de un de- y nos exigieron palabra de ir al Prado. Joaquín
tenido examen, resuelvo en auto definitivo ofre- creyó hallar la piedra filosofal en lo mismo que
cer mi persona á la disposición de mi amigo; yo veia un prolongado tormento; él no sabia en
para lo cual escondo el cuello y parte de la geta que pasar la mañana y encontró distracción p a -
en una chalina, cubro la,camisa coa las solapas ra todo el dia.
del gabán y ca, «marchemos» digo—Allons, res- Las dos menos cuarto serian cuando dejamos
ponde el camarada, y saris corriplimens. añade en aquella casa, y aun no habían pasado quince
tono de burla porque salgo el primero de la lia- minutos , cuando llamamos á otra, algo recelo-
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sosde encontrar en la cama á sus dueños; pero llidando plebe á los que encuentran de retornó
nos sucedió tan al contrario que á tardar cinco para sus casas. Pero aplicando este principio con
minutos mas en llegar, los hallamos durmiendo todo el rigor de la ley, rra<He mas aristócrata que
la siesta, (Tal es la revolución que han sufrido el infeliz cesante ó la pobre viuda que adqui-
nuestras costumbres, hasta en la parte gastro- riendo una peseta á las doce, pone la comidaá la
nómica, que nos causa estrañeza la familia que una, y cubre la mesa á las ocho de la noche!
fiel á sus banderas tiene el laudable patriotismo Últimamente conozco que á llamarme Dios por
de comer á las dos y cenar á las diez.) Apenas algún camino, no es ciertamente por el filosof-
conocimos nuestro error quisimos botarnos á la eo, ydejo para otra'elasede gente la sesuda ta-
calle, pero la campanilla nos obedeció demasia- rea de regenerar sociedades; porque á m i m e
do pronto, y un sacudimiento metálico* habia ocurre ahora imitar á cierto estudiante que co-
conmovido á la pacifica familia, en el momento miendo á raneho'con otro cantarada , vid un her-
crítico tal vez de estar humeando el puritano mosísfmo trozode carne en el polo ártico del
batailon de los veteranos garbanzos. Aquella po- plato, que era" el di» su "compañero, y queriéndo-
bre gente no tenia la franqueza necesaria para le trocar por un'á gran patata que habia en el a n -
decir «no recibo» ni era bastante despreocupada tartico, nácia él cual estafea su persona, empezó á
para mover las mandíbulas en nuestra presencia, probar sus conocimientos geográficos diciendo
luciéronnos pasar á la sala y unos tras de otros, que el mundo era una bola, y que daba vueltas
por disimular, fueron saliendo todos, esforzán- y vueltas^ Y H todo esto liacia girar la fuente
dose en repetir que no estaban comiendo, sin hasta qué logró cambiar los polos con sus res-
observar la servilleta prendida al ojal, que per pectivas tajadas. Pero el otro conocía bien la es-
distracción sacaba uno de ellos. Varias veces trategia y róplicóiv<Sí, todo eso es muy cierto,
quisimos despedirnos y no nos dejaron , con c u - pero deja el mundo conforme "estaba.»
ya imprudencia dieron lugar á que uno de los
Esto quiere decir que yo me separé de mi ami-
niños dijese á su padre: «¿No es verdad, papá,
go, y corrióla prueba de aqtrel dia era la única
que no acabamos de Comer hasta que se marchen
que me faltaba para poner en planta una resolu-
estos señores?» Figúrense "los que alcancen á
ción, que buena ó rriala , no sugeto al juicio de
comprender todo lo terrible de esta situación,
nadie; he resuelto imprimir unas esquelas, que
cual se pondría la madre; y paren un poco la
á guisa de circular pienso repartir á todos mis
atención en imaginar los diferentes colores que
'amigos. Y por si acaso hnbiese alguno, que por
tomarían las mejillas de las hijas jóvenes, que
ignorancia de su domicilio ó por otras causas
veían todo su prestijio por tierra, con aquella
independientes de-mi voluntad, no la recibiese,
inocentada. Porque ya sabrán mis lectores qae
he determinado reproducirla á continuación.
la hora de comer es una de las principales prue-
Señor den Fulano Be tal.
bas aristocráticas que exije nuestra moderna so-
De hoy en adelante, usted en su casa, yo en
ciedad.
lumia, y Dios en la de todos, hasta el valle
Miseria de m u n d o ! . . . (esclamo aunque nau- Josafat.
frague el estilo festivo en esta esclamacion) mi- ANTONIO FLORES.
seria de mundo, que se han de apreciar las per-
sonas según las horas que tengan de aplacar el
hambre, y h a d e valer mas el que c o m é a l a s
seis, importando para ello una costumbre es-
ODA.
trangera, que el castellano legítimo que fiel á los
usos de sus mayores engulle el célebre cocido á ¡ Oh! jóvenes poetas
las dos en punto de la tarde! De aquí nace esa amantes del retiró,
turba de necios y necias que bajan al Prado á las sin ambición del oro
tres, oliendo á garbanzos , contra los esfuerzos corruptible y mezquino,
del Pachuli, y dicen que comen á las s e i s , ape- enemigos'del llanto
207
y de LA RISA amigos, i POCO ME IMPORTA.
reverso de pedantes
y de necios políticos
que su mérito cifran CANCIÓN.
en mendigar destinos,
contemplándose sabios Me dicen que medio mundo
sin ojear un libro, riñe con el otro medio,
permitidme os dedique y aunque en verdad me confundo
mis versos sin aliño. viéndolo así ¿qué remedio?
Vosotros de la patria Caprichos conque se nace:
sois predilectos hijos t cada cual como mas quiere
ella os contempla grata vive y muere:
viendo abrís el camino y aunque algo estraño se roe hace
del gusto y de las luces viendo la vida tan corta
que ostenta nuestro siglo^ i poco me importa.
En sus mas bellas páginas
la historia os guarda un sitio Yo sé un elixir magnífico
glorioso, cual le ocupan contra duelos tan estraños,
coronados de mirlo y son con tal específico
Quevedo, Garcilaso,- horas de placer mis años.
Lope de Vega y Tirso, Para mí no hay amarguras;
y en el templo de Apolo ni pesares, ni disgustos
se verán esculpidos me d.an sustos,
ios nombres celebrados y aunque diz que sulco á oscuras
de Zorrilla, Ayguals de Izco, el mar de esta vida corta
Abena mar, Lafaente, poco me importa.
Villergas y Asquerino.,
Son vuestros versos bellos Sin opulencias me paso ,
encantador hechizo ni ambiciono honras ni oro,
délas hermosas niñas*.; . ni del poder hago caso;
¡Vuestra fortuna envidio!,¿>.•• si no soy feliz, no lloro. '
y por solo igualaros Conmigo mismo me basto
cediera yo propicio y con lo poco que tengo
del Perú las riquezas bien me avengo,
del Asia el fausto y brilloji y aunque cuanto tengo gasto,
pero si he de ser franco* siendo la vida tan corta , <
será fuerza deciros poco me importa.
que entre todos Vosotros,
cual héroe el mas invicto Si leyes á nadie doy
vibra la palma hermosa nadie á mí leyes me dá :
de vencedor caudillo donde no gozo no voy,
don Abundio Estofado donde estoy mi patria está.
con sus famosos guisos» No me acosa odio ni envidia,
Rindamos á sus glorias y aunque en todos los lugares
el laurel merecido, hay pesares,
ya que el laurel va siempre si algún pesar me fastidia,
al estofado unido. y amarga esta vida corta
CRISTÓBAL DE LA OVÜBLA BÜSTAMANTE. poco me importa.
Un puro y ttna botella - y á mí me arrastra á mi lecho-
durante mi esplin consumo, una muger cariñosa
y cuando acabo con ella, que afanosa
cigarro y pesar son humo. se desvela en mi provecho,
Los vapores de los dos con quien la vida por corta
el cerebro me revuelven poco me importa.
y me vuelven
tan feliz, que ¡ vive Dios! El enamora i una esclava
esta vida larga 6 corta que hacia é l , solo miedo abriga,
¡poco me importa. y á mí de aplomarme acaba
dulce beso de mi amiga.
Celestes apariciones A él las caricias le roba
gozan entonces mis ojos , su esclava durante el sueño,
y dichosas ilusiones y mi dueño
satisfacen mis antojos. me vela en mi misma alcoba,
En las vagas espirales porque mi vida aunque corta
fermentan del humo vano mucho le importa.
de mi habano
visiones tan celestiales, A él le hace el opio tal vez
que una vida larga ó corta soñar con alguna h o u r í ,
poco me importa. y ver me hace una el jerez
en cada mugeTámí.
¿Y en qué entonces me aventaja El reina en Constantinopla
ningún sultán con su opio? y yo mísero coplero
Si á su alma el Edem se baja, cuando quiero
á mí me pasa lo propio. de él me rio en una copla,
A él le exalta la cabeza y de su rabia, si aborta
su á m b a r , su pipa y su vaso; poco1 me importa.
no hace caso
de sí mismo en su pereza, Y á él dpio escesivo acaso
y una vida larga ó corta le hace ponzoña mortal
poco le importa. de su café, y le abre paso
á s u sepulcro imperial:
Y á mi el licor jerezano mientras yo libre de afán
del puro entre el humo azul, despierto al placer mañana
rae hace igual al soberano con mas gana,
de la soberbia Stambúl. y aunque rebiente el sultán
Y en el insomnio dichoso y deje á la Europa absorta
de la embriaguez le tuteo poco me importa.
y me creo JOSÉ ZORRILLA.
otro sultán poderoso,
y como á él, la vida corta
poco me importa. ME IMPORTA MUCHO.
I Qué diablos vá de él á m í !
CANCIÓN.
Llévanle al harem eunucos
á que la desuelle allí, Es mi placer, buen Zorrilla,
velado por mamelucos, hacerte la oposición,
209
oye, pues, mi taravdla. ¡•Yo te adoro)'
que yo escuché tu canción. todas ellas te dirán ;
Tú con lindos versos dices ya ves, pues, que algún cartucho
que la vida por ser corta me importa mucho.
no le importa,
yo con versos infelices Con tu jerez y tu habano...
respondo cuando te escucho con tu amiga... ¡que gandul!
me importa mucho. desprecias al soberano
déla soberbia Stambúl.
Si es tu elixir contra duelos Mucho tu ingenio se aguza'!...
la docta filoso&a. mas si está el eraiio exhausto,
Jos metálicos consuelos todo el fausto
son la medicina mia ; se reducirá á gazuza;
que aunque no soy codicioso, confiesa, pues, que un cartucho
no es malo que el oro sobre, importa mucho.
porque el pobre
siempre hace en el mundo el oso ; Y mi musa lo defiende
y el guardar algún cartucho cual verdad de tomo y lomo:
me importa mucho. pero el cartucho se entiende
sin ¡a pólvora ni el plomo.
Tampoco aspiro á opulencias. Ko has de olvidar un momento
ni destinos ambiciono, que el cartucho es de oro ó plata,..
pues me rio de escelencias que no mata...
y del oropel del trono. y aclaro mi pensamiento
Odio el poder insolente, Zorrilla, porque el cartucho
aborrezco al despotismo, importa mucho.
por lo mismo WENCESLAO AVGUAI.S DE h.co.
para ser independiente
contar con algún cartucho
me importa mucho.
MI LAÚD.
Dices que no te dan leyes
porque tú á nadie las das ; Cuando mi audaz pensamiento
los ricos siempre son reyes mira en el laúd la norma
y vasallos los demás. del mas celeste instrumento
Ellos al pobre esclavizan por su dulcísimo acento
sin que le valgan razones. y su romántica forma :
Los doblones ¿Ha de ser tan poco parco
al humano divinizan; que. por el xiolin me pierda'.'
y por eso algún cartucho i Yo ! que rae irrito si abarco
• me importa mucho. el palitroque y la cerda
que juntos forman un arco.
Las botellas y los puros Y sí tras dulces amores
son dos posesiones bellas, siento de pesada murria
mas si tienes pesos duros los insolentes rigores:,
tendrás puros y botellas; ¿he de cantar mis dolores
y si á las bijas de Adán al son de alegre bandurria?
halagas con plata y oro ;.Y lian de ser pitos mis pautas.
27
10
6 flautas: para que á gritos también subyuga quien canta.
digan las gentes incautas : Con soberano poder
unos, citando pitos flautas e! tirano y trovador
y otros cuando flautas pitos? conspiran á enternecer:
¿Pulsaré las teclas? No, unos sembrando el dolor
Válganme los doce apóstoles! otros regando el placer.
¿quién tal cosa imaginó Yo no soy tirano vicho
para que digan que yo y el mandar me importa un bledo.
toco el órgano de Móstolcs? Lejos de eso, es mi capricho
¿Y dar aire mi mollete? dar buenos ratos, si puedo,
Antes me ataran á un tronce con que así lo dicho dicho.
que mis pulmones sugeto Aunque pobres con esceso
al, aveces, elari-ronco, los ecos de raí laúd
que titulan clarinete. no los diera á pesar de eso
Es el arpa de buen porte: por los tesoros de Creso
pero ¿quién la echa la zarpa y el imperio de Mahamud.
si aun para andar por la corle JUAN MARTÍNEZ YIT.IERGAS.
no bastan á su transporte
todas las galeras de Arpa ?
Quizá el cencerro os agrada
á los que gustáis dé bronces.; NOTICIAS DE ESPAÑA í DEL ESTRANGERO.
mas ¿ yo tocarle ? ¡ bobada !
que una serenata entonces
seria una cencerrada. En Goatcmala, caserío antiguo de Galicia,
No seré yo tan cachorro. acaba de parir una vaca cinco chotos. El apuro
Antes me aplane una bomba para darles de mamar es grande ; porque las va-
que apelar á este socorro. cas solo tienen cuatro pezones. Hay opiniones
Pues ¿y el figle? ¿y el piporro? varias sobre el modo de compartir el sustento
¿y el pandero? ¿y la zambomba? los animalitos; pero los mas están contestes en
Vaya vaya, un instrumento que mientras cuatro de los cinco hermanos ma-
de romántica virtud man , el infeliz sobrante los está mirando como
tan seductora no cuento un babieca.
por su forma y por su acento — Un hombre cuyo nombre se ignora, que no
como el sentido laúd. se sabe, de dónde es, ni dónde residía, se ha
¥ si con él canto afable, embarcado no sabemos donde, sin saber á qué
aunque una dama sensible punto se dirije ni el objeto de su espedicion.
contienda conmigo entable; —También se ha embarcado el emperador Ni-
podrá ser mas pianible. colás en un zapato con toda su comitiva y ochen-
mas no será tan laudable. ta mil caballos de la Guardia. Unos dicen que va
Yo canto mal, lo confieso; á poner la república en Polonia y otros asegu-
mas no diera á pesar de eso ran que viene á los novillos de Getafe. No se
por el poder de Mabamud asusten ustedes de la gente que viene en un z a -
y los tesoros de Creso pato porque es un navio que se llama «zapato»
los ecos de mi laúd. en el cual caben ochenta mil caballos de la
Y no en soltarle se espanta Guardia con el emperador Nicolás y su imperial
el que este aserto apechuga comitiva.
porque á decir se adelanta, — Hay en Francia un lugavcillo marítimo en
que si quien manda subyuga donde todas las mugeres tienen cara de pescado,
Sí] 1
(-uyu prodigio ha dado margen á interesantes
, lientos truchas con hábitos... permítaseme esta
comentarios entre los antiguos naturalistas que ¡ changoneta sin malicia. Con todo, asegura otro
han tratado de averiguar el origen de tan singu- I sabio que el verdadero motivo del fenómeno en
lar fenómeno. Mr. Alejandro Dumas asegura que | cuestión, es un castigo del cielo, porque allá en
proviene de que las mugeres no comen mas que ¡ tiempos remotos se juntaron las mozas de aquel
pescado en aquel paebieeillo, de. manera que si ! lugar el viernes santo, y despreciando los pre-
su alimento se hubiese limitado al bacalao, se I ceptosdela iglesia, tuvieron la criminal humo-
hubieran quedado sin cabeza las pobres lugare- rada de merendarse una gran cazuela de arroz
ñas. Esto no parece verosímil, porque si así con pollos. Los demás sabios que han tratado
fuese habría habido en España ciertas comuni- es'a importante cuestión opinan que las tales
dades religiosas compuestas de salmonetes y be- hembras pertenecen ala casta de la sirena, que
sugos con corona, barbas y capucha. Verdad es como todo el mundo sabe es una coalición de
que no ha dejado de haber en todos tiempos va- pez y de muger. Si esto es así, confesemos que
las sirenas de Francia son bien poco encantado- i soldado regularmente hubiera tenido la desgra-
Í'BS. Lo mas positivo es que todo elio no es mas ; cia de quedar Cojo,
que una solemne mentira, inventada por los re- I
dadores de LA RISA para hacer reír con esta PRODIGIO DE LA PRENSA!
nueva estravagancia. Si no se han reido nuestros
lectores, querrá decir que hemos dicho sandeces
en vez de, chistes, cosa muy común en el dia en- Kn Nueva-York \'a á publicarse un periódico
tre los que la ceban de graciosos. enciclopédico. Está en prensa el número pritne-
—En una acción muy reñida que han tenido , ro que contiene solo en el folletín la historia de
en Méjico los generales Sta. Ana y Bustamaute, I Roma, la vida de los doce apóstoles y todas las
se dice que una bomba pegó á un soldado en la ' obras de Scribe, Dumas y Víctor Hugo, con los
cabeza y como es de inferir le dejó descabezado. ¡ retratos de estes célebres literatos pintados al
Los periódicos americanos añaden que si c o n - ¡ oleo. Las dimensiones del papel son esíraordi-
f'erme le dio en la cabeza leda en un pié, elpobre ; n a r i a s : (¡ene cien pies de longitud y noventa y
212
nueve y tres cuartos de latitud. Constará de seis- — «Basta : basta; lo acerté,
cientas páginas, cada una de las cuales lleva »¡y te juro por mi vida
veinte columnas y millón y medio de g r a t a - » que el logogrifo ó charada
dos. La letra mas chica del periddico es como «propio es de la astrologia
una alpargata, y las del título, que es the » de aquel monarca tebano ,
Gnat (1), son cada una como tres veces la cam- » q u e á su madre hizo cosquillas!!
pana de Toledo. Saldrá dos veces al dia y se sus- «De mas vulto adivinajas
cribe por dos reales al año. » propon amigo á L A RISA.
« »Esas aves que no vuelan
A. v V. » y con tal calor nos pintas ,
«y tan poco disfrazadas
» con toda tu ai garavía,
«son Lucrecias ó Amazonas
LAS GOLONDRINAS CON FALDAS. » del cuchillito en la liga ,
» que produce el Avapies
v> ó el barrio de Maravillas...
«MANOLAS serán, no hay duda
» las del ponderado enigma :
» gastan zagalejo corto;
Con todo ese gran chirumen";
» y á veces larga basquina,
con tus barbas y patillas;
- » según el fuerte que tratan
con tu formidable abdomen;
» de rendirlas tales niñas.
con tu prosa y poesia,
«Hete aquí en todo resuelto
con tus libros é impresiones,
» el problema GOLONDRINAS.
ni con tu apreciable RISA,
no me has de acertar Aygaals — Eche usted por la otra acera
á quien llaman GOLONDRINAS adivino de L A RISA.
en las afueras dichosas — «No son las MANÓLAS? — No.
LA VEJEZ.
CARTA
DEL CHIQUILLO QUE VOLÓ DEL VIENTRE DE SU
El señor Zorrilla supongo que será en esa un El señor Pardo es todo pardo, el señor Salmón
hombre como los demás, mas ó menos alto , ba- parece quede acaban de pescar, vivito y fresco.
j o , gordo ó delgado; esto por lo que hace á su Don Fulano La-casa, don Zutano de la Torre y
fisico, pues respecto á su talento ya sé que hay don Mengano del Castillo son tres edificios vivos
pocos hombres que rayen donde Zorrilla. Pero que tienen alma, voluntad y entendimiento, y
este señor con todo su genio y toda su reputa- solo se diferencian en que el uno tiene figura de
ción, no tiene entrada aquí donde todos los que castillo, como el de Figueras, el otro de torre,
se llaman Zorrillas tienen la forma y calidades como la de Santa Cruz, y el otro es una casa
de zorra con el tamaño de grillo. con sus puertas, ventanas, balcones, tejas y ca^-
254
nelones. El señor Montes es un hombre que cria nes de la misma casta; yo entre tanto quedo aquí
encinas por barbas, y tomillos y enzarzados en- sin saber una jota de lo que pasa por ahí, es de-
tre los cuales andan á miles los elefantes y java- cir, que estoy como niño en el Limbo N.
líes en batalla. El señor Cano tiene el pelo mas JUAN MARTÍNEZ YILLERGAS.
blanco que el señor Lino. El señor La-fuente es
una Cibeles ó un Neptuno ó unas Cuatro estacio-
nes del Prado de Madrid. El señor Pino da piño- A LOS REDACTORES DE LA RISA,
nes, el señor Manzano, manzanas. El señor Rubí
es una piedra preciosa; el señor Diana es un Aunque mi tosca pluma
tambor que despierta á la gente por las mañanas siempre á escribir en verso fué remisa,
y nadie le zumbe con una treta, porque le atur- tal congoja me abruma,
dirá los oidos con una re-treta. El señor Cam- señores redactores de LA R I S A ,
pos es un lugar donde pasea el señor Pastor con que ya en prosa, ya en verso,
el señor Ovejas que es un rebaño de ellas, y pa- he de mostrar mi pena al universo.
ra escarmentar á Gerardo Lobo lleva al lado al Cuando LA RISA leo
señor Can-seco que es un perro casi en los hue- desconoce sus límites el gozo,
sos. Escusado es pintar al señor Ovejas cuando masía de este correo
puedo mandar á usted el retrato del señor Cor-
mi gozo entero lo arrojó en el pozo,
dero que es aquí un cordero en toda la estension
que también tras la risa
de la palabra.
del enojo la calva se divisa.
De cuatro literatos
de los mas distinguidos de la corte
se ofrecen los retratos
al que cincuenta reales, dfl importe
(con generoso ahinco)
adelante, de entregas veinte y cinco.
Si la igualdad proclama
el superior gobierno de LA R I S A ,
que cumpla su programa;
un suscritor á medias se lo avisa,
Conque figúrense ustedes como tendrán aquí y no siga la moda
entrada esa porción de hombres cuyos nombres de negar lo ofrecido si acomoda.
ó no dicen la verdad ó no dicen nada. Digan al No aceptes las lecciones:::
señor Hartzembusch Que hOiyenga por acá, ni el (seis puntos suspensivos aquí pongo
señor Azguals de Izco, ni el señor Ribot y Font- pues solo con razones
seré: porque no se les consentirá á menos que probar las sinrazones me propongo,
Tenieguen de sus nombres. Aquí no se leen mas por que tengo por mengua
que dos cosas: LA RISA porque tienen estrava- en faltas de otros encebar mi lengua.)
gancias y las Poesías de YILLERGAS por ser estra- No hay mal que no me sobre,
vagantes. remedio mi desgracia no consiente ,
Dícese que va á haber una amnistía en Espa- y me encuentro tan pobre
ña para los emigrados políticos; diga usted que como lo puede ser un escribiente,
la hagan estensiva á los muertos, y verá usted que solamente cuenta
bandadas de condenados desalojar las vecinas con cinco reales de diaria renta.
comarcas, que son infierno y purgatorio, donde Con ellos me mantengo,
tantos proscritos gimen, víctimas de la revolu- me visto, y casa y lavandera pago,
ción del cólera, la insurrección del tifus, el y aunque muger no tengo,
pronunciamiento del bubón, y otras sublevacio- mi dinero me cuesta el dulce halago,
255
que la fácil fregona que estas desgracias labra
tributa alguna vez á m i persona. el faltar don Abundio á su palabra.
Por cuanto aquí os refiero Ármese ya la broma ,
formado habréis el oportuno juicio, y no de broma nuestra furia amague,
avaluando primero pues ya que uno no coma
que vale el pecuniario sacrificio , no es justo que lo que oíros coman pague,
del que, siendo tan pobre, que para cinco hambrientos
tan solo por reir gasta su cobre. son precisos millones cuatrocientos.
De mi pesar profundo Vengan, pues, los retratos
cierto es que en reir hallo el remedio , y al grito de igualdad sed consecuentes,
y si ahora medio mundo ó acaben nuestros tratos
llora de ver llorar al otro medio, que engaño tal no sufren los rientes ,
debiera por reírse y pendones de duelo
todo entero á LA RISA suscribirse. álcense en el risueño hispano suelo.
El oro del Perú La voluntad dé todos
mi natural codicia no incitó mostrádola os hé ya; y alcalizarla
como el grato ambigú, nos sobran dos mil modos
(luciente faro que á mi afán guió) aunque tenaces pretendáis coartarla.
que es dicha singular Nuestro valor se afirma.
gozar , comer , reir y no gastar. Fecho en esta ciudad : sigue una firma.
Apenas de la gloria
EDUARDO V. MAIQÜEZ.
la remontada cumbre huella el hombre,
cuando ya ni memoria
de su poder e ^ t e , ni su nombre, CONTESTACIÓN
que las humanas cosas
si mas brillantes son mas engañosas.
DEL COCINERO DE LA EISA,
Así yo me juzgaba A D. EDUARDO V, MMQVEZ.
de la fortuna escrito en el registro ,
y á nadie codiciaba Saltando como una cabra
su suerte, inclusa aquí la de un ministro, á una alusión personal,
aunque si bien contemplo contra el buen corresponsal
ministro jamas fuera ni aun del templo. me alzo y pido la palabra.
Mas ¡ ay! luego penetra Veremos quien vence á quien,
el engaño en mis tripas sin trabajo, pues por oficio y por rango
pues no hubo ni una letra soy hombre que por el mango
que siquier me supieraá sopas de ajo, tengo siempre la sartén.
y aunque bebí una copa No cediera yo la palma
á vino sí me supo mas no á sopa. de mi triunfo al grande Eduardo,
Tal vez como específico Ni recibiera un petardo
permitió en mi favor la mano célica de Maiquez ni del gran Taima.
aumentar el prolífico Que no ha de alcanzar quien peque
mal que produce mi ambición famélica, el perdón de don Abundio,
que español y... católico mas que fuera .Fray Gerundio
de hambre puede morir mas no de cólico. ó su lego Tirabeque.
Que esto sea un engaño Que al criticar mi ambigú
ninguno de los rientes ya lo duda, el suscritor atrevido,
y así no será estraño debe tener entendido
que una revuelta invoquen en su ayuda, que habló el buey y dijo mú.
Dónde hallaron mejor trato no os dejaré, literatos ,
delicados paladares? á la luna de Valencia,
Dónde hay mas ricos manjares? ¡Vengan!... Desbórdense ciento
Dónde sirven mas barato? contra nuestra RISA al íin;
Por dos tristes reales cedo no me amedrenta un motin,
tanto guisado esquisito, ni temo un pronunciamiento.
que el gastrónomo suscrito Ya tomé por vida mía
se chupa de gusto el dedo. providencias absolutas,
Y aunque no es de mí incumbencia y cuento con los reclutas
la cuestión de los retraios, del batallón de Pavía.
U KJU llAISÍTl ^ = _¿
KVMJUiü)
Y lúe ;o dijo :
« Por esta
. sorbo llenamos de miseria y luto
la América infeliz : por él Europa ,
la culta Europa en el Oriente usurpa
vastas regiones, porque puso en ellas
naturaleza el cinamomo ardiente:
y para que mas grato el gusto adule
este licor, en duros eslabones
hace gemir el atezado pueblo
que en África compró, simple y desnudo.
Dijo y llorando
lágrimas de dolor, se echó de un golpe
cuanto en el hondo cangilón quedaba (1).»
LOS HUEVOS.
CANTO ÉPICO.
i
Canten otros de Roma el Capitolio , j
ó el amor de románticos mancebos.
Canten las glorias y esplendor del solio
de reyes godos , de monarcas suevos.
Yo cantaré, y en páginas de á folio,
el sublime atractivo de los HUEVOS;
y oscureciendo al trovador de Ofanto,
de asombro al mundo inundará mi canto.
\
Vamos por todo, ¡oh Fr. Gerundio! á Roma, ¡
toda vez que el palenque nos espera.
Sépase quien á su contrario doma Con un par de ellos se nos jama un pan
y enarbola del triunfo la bandera. I y aniquila el porrón de un santiamén.
271
Quien HUEVOS fríe entiende el GRAN REFRÁN , I lo deben al sabor del rico HUEVO.
pUeS TIENE POR EL MANGO LA SARTEX...
cosa que á un tagarote farfallon i De mis casillas sin piedad me sacas,
puede hacerle ministro de rondón. maldita aparición del otro mundo !
Hijo de Guayaquil y de Caracas,
Antes daría el amoroso beso j húndete del Averno en lo profundo !
á una bruja infernal de genio adusto, ! Pso quiero oir elogios ni alharacas
que ensalzar cual si fuera mi embeleso I en pro del ente estéril é infecundo,
a! chocolate cálido y vetusto. I que al ostentar sus humos en los bailes,
Frió, caliente/Crudo, claro, espeso', I muere sin sucesión.... como los frailes.
i
siempre insípido fué su acerbo gusto.
Bien dijo cierta musa dramaturga Dígame ¡oh padre! como buen católico,
que c! < hocolate vil es una purga. la verdad una vez sin ser satírico:
engullido el ungüento diabólico,
Aléngome á los HUEVOS I oh españoles! ¿qué nos deja en su propio panegírico?
dignos por su candor de privilegio. , Nada , si no es algún horrible cólico
Duros, revueltos, fritos, huevos moles, que robe á nuestra musa el afán lírico.
siempre han sid^o manjar sabroso y regio. El chocolate engendra humor herpético,
Mas... vive Dioá que tiene tres bemoles y hasta el que le fabrica se vuelve ético.
decir que el chocolate... ¡ oh sacrilegio !
es mejor que los huevos delicados Ni un lunar veo que amancille leve
imagen de los cielos estrellados. del huevo hermoso la elegancia pura;
y es á despeeho de la blanca nieve
Si per tropo variar natura i bella, imagen del candor y la hermosura.
¿quién niega la belleza á las tortillas? Cual la bella vestal, jamás se mueve
Sin azúcar, sin clavos, sin canela de su honesta prisión... de su clausura ,
rinden al paladar mil maravillas: y en caja de marfil guarda el decoro
¡cuan deliciosa con guisantes cuela!.. clara argentina con la yema de oro.
Qué rica e s , vive Dios, con criadillas!...
Pero aquel que las prueba con tomate El vagoroso alegre ruiseñor
reniega sin cesar del chocolate. que de Flora en el mágico pensil ,
saluda de la aurora el bello albaw
Argumentos alega mi adversario mil trinos modulando y otros m i l ,
que valen poco menos de tres bledos. no diera este espectáculo de amor
Trata á los HUEVOS de ácido ordinario entre galanas flores del abril,
porque hay quien se los come con los dedos. si no reconociera que al nacer
A este modo de argüir estrafalario, el benéfico HUEVO le dio el ser.
¿qué dijeran los Tirsos y Quevedos?
pues por ventura ¡ oh reverendo vate! El águila que osada, altiva, sube
coméis con tenedor el chocolate? con magestad y mesurado vuelo,
y á semejanza del feliz Querube
Os habéis empeñado en su defensa ufana y orgullosa toca al cielo
sin reparar que en ello hay mil escollos : y allá se pierde en la elevada nube...
es de los HUEVOS la ventaja inmensa: cual reina de las aves en el suelo
jamás del chocolate nacen pollos... corona ciñe, y se complace en ella,
Si en mejorarse algunas veces piensa, y al HUEVO debe su existencia bella.
busca el auxilio de los ricos bollos,
que si son ricos, á decirme atrevo, Ese que cual sultán en el serrallo
27 2
de bellas concubinas se rodea j la Italia el macarrón y el escabeche
y en escenas de amor que envidio y callo, ' y la Alemania sorbe lacerbeza,
el triunfo de los HUEVOS cacarea... • pues solo al dar ai chocolate un sorbo
El orgulloso y vigilante gallo I temieran contraer cólera-morbo.
que muere ó triunfa altivo en la pelea...
hijo es del HUEVO este héroe de la liza, | ¿ Por qué en España ardió guerra civil
y al HUEVO da virtud y fecundiza. ! y corrieron las turbas de tropel,
é incendiaron conventos mil y mil,
La tierna codorniz y el rico tordo y á impulsos consumaron de Luzbel
que con sabroso arroz á todos placen, el zafarrancho atroz sacerdotil
y la gallina que hace el caldo gordo , sin dejar fraile con cabeza en él ?
y el pavo regio... de los HUEVOS nacen. Solo porque en su gula monacal
Tío hay que venirse, hermano, haciendo el sor o llenaba el chocolate su atabal. (1)
á razones que todas satisfacen...
razones justas, con las cuales pruebo ¿ Á dónde , borrajeando cartapacios,
cuanto aventaja al chocolate el HUEVO. i lleva el error vuestra sublime pluma?
¡ Si es verdad que entre perlas y topacios
Vuelve la vista al lago de Anfitrite | del chocolate la soberbia espuma
¡oh Fr. Gerundio ! y gozarás mil veces i se sorbe en los magníficos palacios...
del pescador la escena, que no admite | Si él fué el regio manjar de Moíezuma,
parangón con el fraile que me ofreces. | no olvidéis que en alcázares reales
Allíverás, (si el tiempo lo permite) | es do suelen medrar los criminales.
hacer evoluciones cien mil peces ,
que si peces tenemos en el mundo j El palaciego que en deseos arde
dióles el HUEVO á luz siempre fecundo. | de usurpar el dosel del regio trono,
tan traidor como vil, siempre cobarde,
¡Oh prodigiosos de facundia efectos! oculta al rey su criminal encono.
(Venga una cruz por verso tan sonoro , De sumisa lealtad fingiendo alarde,
si quieren ser nuestros ministros rectos; j el instrumento atroz busca en su abono,
pues la transposición vale un tesoro.) I que al rey de un golpe sin recelos mate,
Peces, reptiles, pájaros é insectos, y es mejor que el puñal... el chocolate.
en la patria dei títd y en la del moro,
aunque el cacao vil gruña entre dientes , j Mas yo que de los reyes soy amigo (2),
son de los HUEVOS dignos descendientes. ! quiero salvarles de cualquier apuro:
| á todos ellos con respeto digo
Desiste ¡ oh padre! de tu raro tema, que el que quiera en el trono estar seguro
que si en la raza de los dulces entro, y no ser infeliz cual don Rodrigo,
pronto hallaré que la preciosa yema, coma á todo comer el HUEVO DUKO ,
de los mas delicados forma el centro. pues ademas de ser manjar muy bueno,
Natilla, mazapán, bizcocho, crema, nadie introduce en él mortal veneno.
en todo lo mejor al HUEVO encuentro.
¡Vive Dios que tuviera perendengues Aunque agradezco ¡oh padre! el agasajo
hacer asco al dulzor de los merengues! que bondadoso y liberal me ofrece,
de Tirabeque temo el desparpajo
No hay nación que si es culta no deseche
del chocolate la feroz rudeza.
Sorbe la Gran Bretaña el té con leche: (1) No creo sea desatino calificar de atabal
la panza de un reverendo.
sorbe champan la Francia en su grandeza: (2) No hay que reírse.
273
v...una idea espantosa me estremece. acabaron una noche
Leí, no sé en qué crónica ó ¡ibrajo por hacer una diablada?
que hablaba de la guerra de años trece ( i ¡ Ya me la llevaba yo
que un lego fué, con chocolate inmundo, bien tragada.
quien hechizó á don Carlos el segundo.
¿Con qué la comedia aquella
Y si á mí Tíraqequc me hechizar» que con tan propicia estrella
sin tener los hechizos de una Filis, en el cartel se anunció,
sobre él y Fr. Gerundio descargara últimamente acabó
mi musa de pistón toda su bíiíf•• <>!)[• ser del pueblo silbada?
Renuévese el abrazo de Vergara, Ya me la llevaba yo
p u e s DE LOS HUEVOS YA ENTONÉ KL BVJSÍLIS • bien tragada.
que aunque atroz enemigo del cacao,
no lo es de Fray Gerundio , WENCESLAO ¿Con qué al pasar don Ramón
AYGIÍALS DE lzco. por debajo del balcón
de su amado serafín,
una criada ruin
LETRILLA. le encajó una bacinada?
Ya me la llevaba yo
¿Con qué aquella hidropesía bien tragada.
qué tanto comprometía
MIGUEL AGUSTÍN PHÍNCIPK.
la vida de doña Inés,
antes del décimo mes
quedó del todo curada?
Ya me la llevaba yo ¡ORACIÓN PARA LA CUARESMA.
bien tragada.
Antes que el diablo
¿Con qué Blas el majadero con saña impía
quiso echarla de torero nos lleve en pos ,
por lucir el euerpecillo, ruega por nos
cayendo sobre el novillo Santa María
a ia primera llamada? Madre de Dios.
Ya me la llevaba yo
bien tragada. Ya están vedadas
por nuestro mal
¿Con qué aquella señorita las badajadas
tan gallarda y tan bonita de carnaval.
que era sobrina de! cura, La murisqneta
al cabo y al fin se apura despareció
que no es sobrina ni es nada? •¡ con fa careta
Ya me la llevaba yo y el dominó.
bien tragada. Sin mas trofeos
ya que la cruz .
¿. Con qué Juliana y Lucía, guapos y feos
tras un dia y otro dia salen A luz.
de quererse á troche y moche, ¿Mis intenciones
no bastarán ?
(1) La guerra de sucesión. ¿Mis oraciones
35
4
me salvarán'? lo del turrón:
Oye lo que habió. por eso digo
Señora mia: con devoción:
y antes que el diablo Oye io que hablo
con saña impía Señora mia:
nos lleve en pos. i y antes que el diablo
ruega por nos i con saña impía
Santa Maris ; ROS Heve en pos,
Madre de Dios. ruega por nos
Santa María
Yi> me couíics» ¡ Madre de Dios. -
si criminal i Las viejas lelas
seguí eí esf.PSu quieren los frailes,
de carnaval. y ías mozuelas
¿Quién á ia treta grescas y bailes.
no sucumbió Aquellas fieles
de la careta se salvarán,
y el dominó ? y estas crueles
¿ Quién por modorro ío purgarán ;
quiere la paz Que Dios propicio
con el socorro manda el perdón
del antifaz ? con un silicio
Por culpas tantas, como un punzón.
con santa fé Yo tanto y tanto
digo á tus plantas : me atormenté,
¡ pequé, pequé! que soy un santo
Oye lo que hablo, Bartolomé.
Señora mia: Por eso te hablo,
y antes que eí diablo Señora mia :
con saña impía y antes que el diablo
nos lleve en p o s , con saña impía
ruega por nos nos lleve en pos,
Santa María ruega por nos
Madre de Dios. Santa María
Madre de Dios.
Dijo un prelado
f n un sermón , Ya no me atiza
que, era pecado la tentación;
comer turrón. tengo ceniza
Muchos comieron, de salvación.
mas yo por mí, Mis torpes vicios
ni me lo dieron sacudiré,
ni lo comí. y á los oficios
Nada me amaga; no faltaré.
me salvaré
Hielos y nieblas
si Dios rae paga
no han de evitar
lo que ayuné.
que á las tinieblas
No habla conmigo vaya á rezar.
Y asi sin sustos j sin ir mas lejos, tiene usted gentes que durante
iré también j once t meses y medio del año, cifran toda su
donde los justos. i atención y conato en parecer prudentes, discre-
Amen, amen. • los, reservados, sensatos y juiciosos en fin ; que
Y si aunque te hablo , se martirizan acaso para ostentar un esterior que
Señora roia: ; jamás pueda dejar concebir de ellos ni una idea
quisiera el diablo i de atolondramiento, de ligereza ó estravagan-
:
con saña impía cia. Cuando hablamos, cuando habláis vosotros
llevarme en pos, : mismos, lectores amados, sin que sea esto un
ruega por nos : agravio, cuando hablo yo cuando hablan to-
Santa María \ dos, en una palabra, procuramos hacerlo con
:
Madre de Dios, moderación, con toda ia reflexión posible para
Ruega , Señora , I que no se nos tenga por tontos ó por escapados
con alma fuerte ; i de alguna casa de Orates: pero hete aquí que
si no, no hay mus. : llega el mes de febrero repartiendo á todo vicho
Hasta la hora I viviente mascarillas y dóminos y patatrás
de nuestra muerte : ¡Dios nos tenga de su santo mano! todos los
Amen Jesús. andamies de las bellas apariencias esteriores
JUAN MARTÍNEZ VILLEROAS.
de prudencia y circunspección se desploman.
Bien conozco que la gravedad de la vida re-
j clama algún intermedio de desahogo. Es una ne-
• cesidad confesada y atendida en todos tiempos y
ORIGEN DEL CARNAVAL. por todos los siglos. Un corlo período de locura
: aíarga la existencia de! hombre: todos los pue-
Repicando castañuelas, í blos han reconocido esta verdad. Los antiguos
redoblando el atabal i judios tenían su goral, ios persas y los babilo-
se nos viene con las risas '• niossus saceas, los griegos sus kronlas, los ru-
el travieso Carnaval. í manos, mas ardientes en todo, teuian no solo
i sus saturnales como los griegos, si no también
Confesemos que es una singularísima cosa el j sus bacanales y lupercales. Los judíos modernos
Carnaval. No hay formalidad posible en cuanto i tienen su purim, ios musulmanes su beyram,
él aparece. No hay gravedad que no vacile, ni | ios ingleses su chris-mas y los demás pueblos
prudencia que no titubee. Grandes y pequeños, el carnaval; pero observad bien, mis amados
hombres y mugeres, imbéciles y sabios, varones ' lectores, que la esencia de todas estas fiestas
de reflexión y mozalvetes evaporados, todos se ! antiguas y modernas ha sido siempre la mesa,
interesan con masó menos ardor en su efímero ¡ e! baile, las máscaras, las diversiones, LA
tránsito ; nadie se lé muestra completamente ab- | SISA.
U.
le humillan su cerviz los animales. vuelta como potage estudiantino. Diez eran ya
los nenes hechizados por el ojo maligno de la
El triste carretero
bruja... ¡Diez nada menos!... Los angelitos se
no sacara á las muías sin trabajo
habían acostado frescos y guapotes como man-
del hondo atolladero
zanas , y al siguiente dia todos amanecieran en-
con su látigo fiero
tecos y canijos, sarampinosos y virolentos! Las,
si no gritara al dar: ¡arre... espantajo///
madres, los mostraban con espanto, lágrimas,
Y en fin sin ser aleve,
gemidos y maldiciones, culpando unas al cielo¿
dá pavor en distintas ocasiones
y otras al infierno, y todas á la bruja fascina-
que á veces como debe
dora.
los corazones mueve
El cura, el sacristán y el monacillo eruzaban
y trastorna la faz de las naciones.
las calles, exhortando á los vecinos á la pacien-
280
cia, y á que recibiendo aquella calamidad como Y rechinando los dientes,
castigo de sus culpas, volviesen á Dios los y mordiéndose la lengua,
ojos... por la boca denegrida
El maestro de la escuela redactaba los deta- lanzó sapos y culebras;
lles del suceso para mandarlos á la curie, y di- ; y al empañar la atmósfera su aliento,
fundirlos, á favor de la prensa, por todo el ¡ cruzaron visiones
mundo... ¡' llenando de alaridos los ámbitos de! viento
El alcalde dictaba bandos fulminantes, decía- ¡ y se oyeron sin fin maldiciones,
raudo la población en estado de sitio, con otras del pecho salidas con hórrido acento.
medidas extraordinarias, pero preeisasentonc.es j y diabólicas canciones,
para salvar la nave del Estado... ¡ y desconsoladas quejas
El fiel de fechos escribía los bandos del alcal- ! que licuaban de espanto las orejas,
de; y el alguacil los fijaba con pan mascado so- j Y buitres mil carnívoros,
bre las puertas de la iglesia... con afiladas uñas,
Tres mozos de la aldea, licenciados por inúti- i y topos y garduñas
les, estaban sobre las armas, resueltos á hacer- | con alas de avestruz,
se fuertes contra la bruja, contra la peste, ó j lanzando gritos lúgubres
contra el demonio... que repitió la rana en su laguna ,
Y entretanto, las eras se hallaban solas, y las I cruzaron el viento robando á la luna
reses vagaban por los campos á la ventura, por- j la pálida luz.
que los hombres abandonaran la labor... Y el Y la maldecida bruja
pan no se amasaba, y la olla no se cocia, porque sobre su escoba montando,
las mugeres dejaban apagarla lumbre... Y gru- cruzó los aires volando ,
ñían los perros y maullaban los gatos, y caca- cual flecha que el arco despide veloz;
reaban las gallinas... Y lloraban los niños mori- y descendiendo
bundos, porque los muertos habían dejado de á la casa mas alta de la aldea,
llorar. se entró por la chimenea
Era en el mes de agosto. La consternación ha- frotando sus manos con risa feroz!...
bia llegado hasta lo sumo, y todos opinaban ne- Qué bruja tan fea !!!
mine discrepante, que para setiembre ya no Lumbre sulfúrea bañó á deshora
quedarla un muchacho vivo en el lugar. Un sol la estancia do la bruja con sus untos
chicharrero abrasaba el aire. El calor, el susto penetró malhechora...
y el asombro habían desterrado el sueño de entre Sonaron mil truenos juntos
los infelices aldeanos... nadie cerraba el ojo en á cuyo son calderos con alcuzas
la comarca, á escepcion de los niños que se iban temblando chocaron, y fuentes y platos...
muriendo. Cruzaron por el viento ratones y lechuzas
Por fin una noche... ] qué noche tan horrible y mochuelos y gatos.
tremebunda! La fatiga y el cansancio, rindiendo Allí en la cuna y desnudo
á todos sus habitantes, babian convertido la roncaba al son de los truenos
aldea en un enjambre de durmientes; todos pa- mamonzuelo rollizo y mofletudo,
gaban al sueño su dulce tributo... ¡hasta las el hijo del alcalde nada menos.
madres infelices!... hasta la misma guarnición á Y al verle i inocente ! la pálida bruja
quien tocaba defender la plaza!! sacó de su pecho con risa sardónica
descomunal ahuja...
De pronto, las nubes centella radiante — Y dice, en un epílogo , la crónica
rasgó, por el viento cruzando veloz. donde yo topé este cuento ,
y horrible la bruja mostró su semblante, que aquella ahuja inhumana
bailando entre llamas con risa feroz. era la misma ¡oh portento!
mi
eon que la bruja algún día llevábase al niño prendido en la áhuja,
remendaba el calzón y la sotana gozándose en ello con risa muy fea!
del cura del lugar á quien servía.;. :; Y al subir con el niño
¡Oh secreto infernal de brujería'. ya por los aires, '
que siempre por ventura con acento maligno
Je hallaron , de viejas, las amas de cura. — nombró al alcaide.
Y con bárbaro cariño,\-. - . Todas estas cosas las vio la tia Calandria des-
la bruja besando al niño de su ventanillo (no se sabe sí dormida ó
sobre su frente de armiño, despierta); pero temblando de miedo, según
murmuró : «para tu aliño , declaró después la susodicha. Solo dice la cróni-
yo esta corona te ciño; ca, donde encontré tan estupendo caso, que en
¡no despiertes, ó te riño! » lo mas avanzado de la noche se oyeron en la a l -
Y en figura perfecta de fole dea unos gritos horribles que despertaron á su
sóbrela tierna sien encasquetóle roncante vecindario.
de gasas y tules, Un sordo murmullo circuló de improviso por
eon ojales y borlas azules ; todas partes:., eran los esperezos dé tantas hen-
estraño eas soñolientas. En el mismo instante retumba-
un hechizo ron tres furibundos escopetazos... era una des-
de paño carga general de toda lá guarnición, sórpreridi-
pajizo. -da en su sueño, y que quiso morir matando
Y luego, sin tiento, la picara bruja primero que entregarse al enemigó.
eon la ahuja Viejos, mugeres, mozo , niñas, maridos y
el ombligo Je picó ; • setentonas se agolparon á la plaza con sepulcral
y el pobre niño entonces llorando despertó. silencio. La voz entumecida de lá tia Calandria
y asiéndole por un pié resonaba sobre tantas cabezas, murmurando fa-
la vieja infernal, resuelta, tídica y temblona: «La bruja... La brújase
dióle en el aire una vuelta, lleva á los infiernos al hijo del alcalde!
diciendo : « no llores , que nada te haré.» Hijo mió 1 .!! prorumpió la alcaldesa, sacu-
Y otra vez mil truenos juntos diendo Sobre su frente la vara de su marido, h i -
retumbaron; ? jo de mis entrañas!... Mí bien!... Mi consuelo!...
sacó la bruja el bote de los untos Bruja endemoniada!... Quitarme aquel pimpollo,
que olores pestilentes exhalaron mas regusto y guapote que el Dios Venus!..
como á difuntos. ¥ agarrando de las greñas al atónito alcalde,
Montó sobre su escoba, del niño siempre asida, ven, le decía, que tú tienes la culpa por ser un
y untóse pues... al punto, cual rauda exhalación, calzonazos, y no quemar á todas las brujas del
cruzó toda la casa la bruja maldecida, lugar, como yo te mandaba!... Y le árrastróá
y en el fogón , ¡ .. ¡ su casa, gritando desaforadamente '• Hijo de mis
de la cocina, un instante entrañas!... Duque mió!... Conde!.... Archi-
paróse prorumpicndo ronquiza y treraulante, pámpano!;.. Emperador!... —El pueblo brama-
Maldición! !.< Maldición!!! ba, y al son de sus bramidos volvióse á acostar
Y volviéndose á untar con sus unturas, la tia Calandria. ! ; , :
siempre del niño tirando, Pocas horas después, y congregado á sonde'
rauda volando cencerrilla, se hallaba el concejo pleno en sesión
:
subió la maldita á oscuras^ " - i:; •"'--';: > permanente. Todo' el pueblo agolpado en las
rastros de azufre tras de sí dejando. '•' avenidas de la cá*á ¡concejil, esperaba con avi-
Y es fama en la aldea dez el dictamen de aquellos padres-con-Crisio.
;;
qué saliendo entre llamas la bruja El dilin de la cencerrilla vino á anunciarles el
por laebiruenea, •'' escomienzo de la discusión, v todos callaron co-
36
282
mo muertos, abriendo (como vivos) las orejas, «Señores, señoras, hombres, mugeres, veqi-,
las narices y los ojazos para colarlas especies al nos y forasteros... La cris... la cris con q&e aft
entendimiento, aunque dicen autores que, entre halla este pueblo manánimo, después del timui*-,
tantos ciudadanos, no habia ninguno que lo tu- to pepular deste manánimo pueblo, en la cris
viese. tan... tan... tan... tan...
El señor alcalde, sentado en el banquillo de la —Brutazo! clamó desde la puerta una yoz,
presidencia , hizo una contorsión parlamentaria, harto conocida de todos; y acropellando las ma-
como llamando la atención del auditorio. Calóse sas, entró en el concejo la alcaldesa, desmelé^
el fiel de fechos sus anteojos de muelle (no sin nada y pálida.
grande aprieto de sus narices) ; frunció la fren- — Brutazo! repitió dirigiéndose al alcalde co-
te como haciendo un esfuerzo de inteligencia, mo una sierpe. Brutazo! Animal I Qué sacará
y con la pluma en la derecha mano, preparóse á el angelito con tus sermones? Dame esa vara,
escribir el discurso inaugural del alcalde, que que yo sabré lo que he de hacer...
comenzó de esta manera. Y quitándosela de las manos, comenzó á sa>
«Señores, señoras, hombres , mugeres, veci- cudirle furiosamente.
nos y forasteros... El timulto pepular deste pue- — Que viva la alcaldesa! gritaron á la par.
blo manánimo, en estos d i a s d e c r i s , ha tenío, todas las mugeres.
lugar en estos dias de timulto-pepular, en este — Que callen las gallinas! contestaron los
pueblo manánimo de cris...» hombres.
Al llegar aquí le tiró el fiel de fechos de la —Que vivaaaaa !
chaqueta, y por esta insinuación conoció el — Que calleeeeen! Afuera ellas!
preopinante que no marchaba por buen camino: —Afuera ellos!
tosió dos veces para tomar aliento, puso la ma- —Las parlanchínas!
no sóbrela frente, señal inequívoca de reflexión —Los borrachones!
profunda; y después de un momento de alambi- — Silencio! interrumpió la alcaldesa levan-
caciones mentales, volvióse al concurso, pen- tando la vara tnagesluosamente.—Silencio! —
diente de su boca, y... se quedó sin decir una Restablecióse el órdeu y prosiguió la oradoja.
palabra. «Como muger de mi marido, que no sabe su
— Que parle! Que parle! prorumpié á voz en obligación, y durante su brutalidad, mando y
grito el pueblo desaforado. decreto que se queme á la bruja.»
— Que mqs eche una proclama! dijeron va- — Que se la queme! que se la queme!
rias voces. " .i . , — Pero, señora, opuso el fiel de fechos con
— {fete prenuncie otra vez su discurso! grita- mucho tino; hasta el presente á ninguno es no-
ron de otra parte. torio su paradero...
—Repet-Mur! Repetatur! concluyó el sacris- — Pues áeso voy, continuó la alcaldesa. Sa-
tán desdela puerta. bed, vecinos honrados, que yo soy muy malicio-
sa, y que á mí no me la pega ni el lucero del a l -
—Bien! BimJ Que viva el sacristán! repitie-
ba... Yo sospecho mucho >
ron de todas partes , y los vivas y los bravos, y
las palmadas y las coces llenaron la estancia de — De quién? de quién?
infernal estruendo. — A eso voy. Las brujas son muy astutas... y
—Al orden! al orden! clamó el alcalde, sacu- por eso lo digo. La tia Calandria dice que vio á
diendo en el viento la constipada cencerrilla.— mi niño jhijo de su madre! que se le llevaba la
Al orden! bruja... y adonde? A los infiernos!!'.Pues bien,
á mí nadie me saca de mis trece!... Esto lo dijo
— Que parle el concejo! gritaron las masas,
porque no conocieran su picardía, y... á mí, no
— Que calle elpueblo /respondieron los con-
me la cuela nadie!... y por eso digo,, ¡y esfoy
cej'ilcsi
segura de ellol....que la tia Calandria es la que.
— Chist!! prorumpió el alcalde; y rascándo-r
me ha robado con sus mejunjes al hijo de mis
se la mollera, volvió á su discurso.
283
entrañas!... Sí!... no lo dudéis! La tia Calandria quiero advenirte cortés
es Ja picara bruja que causa tantos males y pi- que me remitas hoy mismo
do que se la queme! el álbum de tu mnger;
— Que se la queme! La bruja! La tia Calan- porque es justo ¡ vive Dios!
dria! Qii* se la queme! que haga una escepcion con é l ,
Levantóse el fiel de fechos sobre la mesa, y ya que con todos los otros
después de imponer silencio, comenzó su dis- preparo un auto de fé.
curso de esta suerte. Pues señor, estáme atento
— Pueblo benigno,' pueblo sensato, pueblo porque quiero C por B
circunspecto, pueblo virtuoso, préstame la espetar cuatro verdades
atención debida. Es indubitable que la bruja de- que han de hacer bulto de diez.
be ser quemada (quematus-a-wn) á fuego vivo, Al ir á doblar la esquina
para escarmiento de sus colegas, y las sospe- de mi casa antes de ayer,
chas de nuestra ilustre, presidenta (q. d. g . ) , no me di de manos á boca
van fuera del camino de la justicia, y están con- con el elegante Andrés.
forme con las leyes del reino, á que me remito Ya le conoces... buen mozo,
en caso necesario. Con todo, no obstante, son equipado á la derniére,
precisas, sin embargo, mayores averiguaciones; gran figurín de las modas,
y una vez que la susodicha tia Calandria vio á verdadero parisién
ciencia cierta, y con sus propios ojos á la men- en el vestir y el andar ,
cionada bruja... que declare su nombre y apelli- en el dormir y el comer,
do, con otras señas interesantes á su pronta dado que ni estuvo en Francia,
captura, y el escondite en que se sustrae alas ni deletrea el francés.
pesquisas de la autoridad... Y de no lo hacer, Mas este, Ayguals, es su fuerte,
queda probado que es ella la bruja maléfica y como hay de este jaez
(quod non declaraverit) , y debe ser quemada tantos otros, pasa entre ellos
incontinenti. por la torre de Babel.
Mientras estas cosas pasaban en la asamblea Ademas ya habrá llegado
concejil, disipáronse las sombras d é l a noche, á tu noticia también ,
que aunque con duques se trata
y el sol despuntó luciente y vive como un marqués,
ni tuvo nunca, ni tiene
por los claros balcones del oriente,
esperanzas de tener
mostrando su frente
mas renta y bienes raices
á toda la gente
que sus barbas y tupé,
que en torno del concejo atentamente
(lo cual respondió Ventura
con ojos y orejas, mirante y oyente,
á quien yo conozco bi«n,
grababa en su mente
en una ocasión que él sabe,
1» voz de un fiel de fechos elocuente.
y por lo que yo me sé.)
•-'•; • • E.F. SANZ.
El cronista deseaba tal vez epitafiar con le- EN HONRA V GLORIA DE LA TIA CALANDRIA.
tras góticas el ombligo de aquellos ván-
dalos (omlilicum vandalorum, por decen- Esta muger incomparable murió en gracia de
cia). Dios, álos cien años cumplidos; de estado vir-
Un momento después de la catástrofe, llegó ginal (que otros llaman honesto), y á las doce
la tia Calandria , llamando á sus gallinas con un de una noche, hora fatal en que cantó un gallo,
¡pitas! espresivo y cariñoso, á que ellas hubie- lo que vino á acibarar sus últimos momentos....
ran contestado con mucho gusto, sí vivas fue- Como á Luis XV de Francia, la arrastraron al
sen, y al que no contestaron, porque eran sepulcro unas viruelas de mala intención.
muertas! Sonó segunda vez aquella interpelación Muerta la tia Calandria , fué tenida por los ig-
tan elocuente, y el silencio de las tumbas fué su norantes en opinión de bruja, por los fanáticos,
respuesta: un horrible presentimiento se apode- en opinión de santa; y por el cronista de la his-
ró de la tia Calandria, que con las manos al co- toria, hombre de peso á la verdad, en opinión de
razón, para contar, sin duda , sus latidos, acer- difunta.
cóse á la hoguera con turbios ojos, no sin lan- E. F. SANZ.
zar del alma todavía un ¡pitas! quejumbroso y
apagado... Oh!!! sus aves tan queridas ya no es-
taban en aquel sitio, y en su lugar había dos ob- PROPOSICIONES DE PAZ
jetos harto elocuentes por desgracia , plumas....
eníre
sangre!
A tal espectáculo, la desesperación mas hor- \ Fr. Gerundio, Ayguals de ízco y E, L. Pelaría.
rorosa se pintó en el semblante de la infeliz: v i -
ESCRITAS
driáronse sus ojos; y con un movimiento con-
vulsivo, se dirijió á la hoguera, barbotando con en prosa, semi-prosa, verso y semi-verso.
amargura, no os sobreviviré! y á punto de pre- Vamos despacio, señores de la cuestión. ¿Qué
cipitarse entre las llamas, la contuvieron los defiende cada uno de ustedes? — El uno el cho-
soldados, no poco sorprendidos de aquella esce- colate, el otro los huevos, y el otro el jamón.
294
¿no es esto? Pues bien, yo quiero poner en paz filósofo para alimentarme de solo vino, huevos
á todos ustedes; pero de una manera muy sin- jamón ó chocolate. ¡San Regino! ¿A quién sino
gular: pronunciándome yo mismo á favor de LA á un fraile de Campazas y Carabancbel, puede
BOTA. ocurrirle que nos alimentemos esclusivamente
de un manjar tan poco nutritivo como el último
Que cante e! chocolate el reverendo, de estos? Y no se me replique que nos le ofreció
que cante Ayguals los huevos estrellados, para almuerzo. El agua caliente solo es huena
que Pelegrin celebre los jamones... para provocar. :>;
Pues yo la BOTA, el cariñena, canto. Pues ¡y los huevos! ¿que representa un plato
Cual Virgilio Marón cantara un tiempo de huevos? Un convento con dos ó tres frailes,
las victorias de un héroe troyano, ó un cuartel con cuatro ó cinco soldados.
así yo las victorias de la BOTA , Algo mas acertado anduvo, á mi pareceer, el,
la gloría y prez del cariñena ensalzo... panegirista del jamón; pero nada... nadie ha
Mas dejemos el verso endecasílabo, podido dar en el hito. El chocolate de cada día,
que solo es propio de argumentos trágicos, los huevos nuestros cotidianos.
y apuremos la BOTA levantándola 4-Hk
y sorbiendo el licor de un solo trago. y effámon para todas las mañanas
nos cansarían á las dos semanas.
Y una poesía esdrújula Vamos pues parlamentando,
diré con estilo esplícito, señores de la cuestión,
celebrando, si me es lícito, y vamonos arreglando,
á la ROTA que es mi brújula. los rencores olvidando
Y entonando alegres cánticos y también la confusión.
en cuartetas octosílabas, Marchemos á la pradera
diré en brevísimas sílabas del canal de Manzanares.
a l a que odian los románticos- Lleve una chocolatera
¡ O gloria del suelo ibérico! el fraile, y los seculares
¡ó gloria del suelo hispánico! un pemil y una huevera.
Tú apagas el terror pánico Yo también asistiré
y á las viejas el histérico. con un pellejo de vino
IO t ú , Hcorcillo cálido y mis razones diré,
de quien digo rail .propósitos . y luego un trago echaré
que haces decir despropósitos del licorcillo divino.
y dejas el seso escuálido!
i;
Eres divino específico lié aquí la arenga que estoy estudiando para
para dar la vida á un ético, recitar aquel dia:
y adormeces á un frenético Señores:
con ese calor pacífico. «La acalorada cuestión, que se agita á la sa-
Una BOTILLA raquítica zón y no sin falta de rason, me obliga á levantar
hace al mas serio lunático, mi vozarrón, y decir en medio de un inmenso
y á modo de diplomático pelotón:
le obliga á hablar de política. Señores:
Toda cabeza católica «No creyera que en la patria de San Isidro se
desprecia gerga profética, cometiera, un desmán semejante al que se co-
y te celebra patética mete en este instante, ventilando una cuestión
al final de la bucólica. poco importante.
«Pero pues nuestros pecados nos conducen i
Al final, si señores, porque yo soy demasiado tal punto de abyección, yo levantaré mi vo-
295
zarrón, y diré en medio de un inmenso pelo- el jamón!!! (conjunctirñ, que decía eí otro).
tón . ¡Nada de separación! ¡|Viva la tortilla con ja-
Señores: món y el chocolate con rosconU Reconciliémo-
«Reconciliémonos, unámonos, estrechémonos, nos, carísimos hermanos; y en señal de reconci-
apretémonos, juntémonos (apretavis quivis quo- liación, levantemos el vozarrón.
vis, que dijo el profano), olvidémonos de nues- y digamos en medio de inmenso pelotón
tros pasados errores, aborrezcámoslos, odié- ]¡¡que viva el chocolate, los huevos y el jamonlt?
moslos, detestémoslos de todo corazón, y levan- Y ruede la BOTA , y viva la danza,
temos nuestro vozarrón i diciendo enmedio de y siga el bureo, los brindis, la broma,
un inmenso pelotón:: pues todos atienden á BOTA y pitanza.
Nadie hay que no beba, nadie hay que no coma.
Señores.-
UN ESTRA.... GO.
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Admiradas suspendieron
las mandíbulas de todos
si bien j;o nunca he podido
sus gastronómicos modos
aclararlo en nuestros dias,
de devorar sin cuartel: aunque sobren celosías
se miraron, se entendieron por donde el ojo asomar.
con recíproca ironía,
que de veras sorprendía Con gentil desenvoltura
la estampa de mi doncel. y con general sorpresa,
apoyando en una mesa
Leíasele en la cara, de sus huesos la estension :
cuarto menguante de luna, pidióla rara figura
de su picara fortuna medio pavo, seis chuletas,
el incansable revés-. tres raciones de croquetas,
cual si un rótulo llevara un besugo y un capón.
con esta divisa sola:
] cuadro del hambre española Cómo cuántos panecillos?
por los años del francés! dijo un mozo nada tonto:
tres libretas, por de pronto,
De retazos de la saya el dómine replicó.
de una hermana Genoveva, —Y de vino?—Seis cuartillos.
al par de medias que lleva —Y de postres?—Desde luego,
salieron á relucir; tráiganme un queso manchego
y el manteo, que Dios haya, v haré boca!... y murmuró:
38
Ha cinco días que retembló:
me trasparentó, «Señor gazuza,
vivo del viento e! casca-nueces,
cual camaleón: que ya dos veces
á tanto ayuno me la pegó:
no hay fibra fuerte,
¡comida ó muertet Tome el portante
sin remisión. sin mas tormenta,
ó no lo cuenta
Quiero atracarme, por vida de!...
sentirme obeso, Y el desdichado
siquiera preso dando gemidos,
llévenme al fin: entre subidos
Por insolvente
huyendo fué!...
daránme suelta,
VICEXIK ALTASEZ MIRANDA.
con ida y vuelta
pago el í'estin.
UN DÍA EN EL PARADOR DEL SOL.
Si la canalla
de los sirvientes,
osan calientes EXSAYO GASTRONÓMICO.
leña ofrecer,
Desde las memorables bodas de Canaan, cele-
yo que en !a ropa
bradas con aquella famosa cena en que el Re-
nadando habito,
dentor dei género humano convirtió el agua en
con un saltito...
vino para complacer á su Santísima Madre, nin-
busca al de ayer.
gún día como e! de san Julián , 9 de enero del
44, se presenta tan en relieve en los fastos de
¡ Ay qué alegría! la historia gastronómica. Tiempo hacia que algu-
¡ay qué recreo! nos cofrades de la comunidad de LA RISA, hom-
harta no veo bres de acción y positivistas por escelcneia, d e -
mi hambre feroz: seaban reducir a práctica las beneficiosas teo-
Así decía rías de don Abundio Estofado; y este habilísimo
con gran contento, cocinero deseaba también por su parte sujetar á
el ultra-hambriento, un rigoroso examen á sus amados discípulos,
á media voz. para convencerse de sus buenas ó malas dispo-
siciones, y escojer entre todos á los que mas
Y hasta la fonda han de acreditarle en el certamen público que
secomeria, se está preparando. Al efecto, el venerable direc-
según venia tor de la SOCIEDAD LITERAP.IA don Wenceslao
de emprendedor: Ayguals de Izco señaló dia, hora y punto en que
mas por desgracia debían reunirse los candidatos, y después de
su triste aspecto, una discusión ligera como la de las actas en un
surtió un efecto Congreso, se resolvió por unanimidad celebrar
contrariado!-. la sesión en el Parador del Sol, dia 9, á las n u e -
ve ele ia mañana. Esta resolución se tomó el
Vino el fondista dia 8, á hora bastante avanzada, y no es necesa-
y con mal físico rio decir mas para hacerse cargo de la actividad
dijo á don Tísico, que la premura del tiempo requería. Improvisó-
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ge un programa, y se trató de llevarlo á efecto biado en dinero algunos de sus géneros penin-
desde luego, siquiera para que no se pareciese á sulares ó ultramarinos. Don Abundio, aunque
los programas ministeriales. guardó una neutralidad absoluta, marchaba á la
Los grandes actos, las grandes fiestas; las cabeza de sus discípulos, y una sonrisa de des-
grandes revoluciones; envina palabra, todo lo precio que se desprendía traidoramente de sus
que en este mundo es verdaderamente grande, labios, revelaba á menudo que se había equivo-
se insinúa con síntomas precursores, que son cado en el concepto que se había formado de
muy grandes también. El interés que debe tener algunos de sus alumnos. El señor Manini, gefe
«na legislatura se deduce de antemano del em- de otro de los primeros establecimientos tipo-
peño con que los ciudadanos se disputan la vic- gráficos de la corte , era el comprador, y se su-
toria en el campo electoral. El estrépito de los jetó estrictamente á las bases del programa que
cañones señala la víspera de una gran batalla. tenia en sus manos el señor Ayguals (don Ser-
Las colgaduras, los arcos triunfales, las fuen- gio), á quien se le nombró intendente en comi- '
tes de leche y de vino revelan con anticipación sion, sin que hasta ahora nadie haya tenido m o -
el día de una jura. La agitación de ÍES masas, tivos de arrepentirse del nombramiento.
la sonrisa de los cesantes y la conducta ambi- Hechas las provisiones, y después de haber
gua de los empleados, que se ponen al pairo ensayado la fuerza de sus mandíbulas y de
mirando de dónde viene el viento para hacer con su estómago en un salchichón, pan y queso, y
acierto sus viradas, manifiestan que la atmósfe- en una botella de vino seco de Jerez, los can-
ra está cargada , que se acerca un temporal po- didalos precedidos de su maestro, y seguidos
lítico, que son de temer grandes mudanzas. Así de una muger con un pavo y un asturiano con
también los grandes sucesos gastronómicos se una canasta , se dirijieron á casa del señor Ma-,
dan á conocer el dia de su víspera con síntomas nini, donde por ser el punto mas céntrico se
inequívocos. Plaza Mayor, plaza de la Cebada, estableció el cuartel general. De allí debía par-
plazade Santo Domingo, si ojos tuvieseis para ver tir la espedicion á tas nueve del dia siguiente". El
y lengua tuvieseis para hablar, este pobre cro- pavo tenia mas años de los que la ley exije para
nista os preguntaría qué es lo que visteis el dia 8 ser senador; y es seguro que como hubiese lie? :
á las once y á las doce de la mañana, á la una y gado á serlo, hubiera ocupado en las juntas pre-
á las dos de la tarde, y me relevaríais, respon- paratorias la silla de la presidencia. Era un p a -
diendo de! terrible castigo que por no haber sa- vo patriarca, el Adán de los pavos. Algunas
bido dirigir un arroz á la valenciana me ha i m - investigaciones cronológicas nos hubieran ma-
puesto don Abundio, obligándome á describir nifestado tal vez que era el mismo que Noé e n -
detalladamente los accidentes de la grande jor- cerró en el arca para perpetuar la raza. Los años
nada,-precursora de otra mas grande todavía. babian encallecido hasta sus músculos, y osificar
Era en efecto una perspectiva sorprendente y do todos sus tendones. Necesario hubiera sido,
hasta cierto punto sublime y magesíuosa la que para enternecerle, esponer su cadáver al con-
ofrecían los hermanos risueños, recorriendo con tacto del aire cinco ó seis dias antes de m a n -
lentitud y ordenadamente todos los mercados de darle al horno, y de este modo los primeros pe-;
la corte, despachos de vino y tiendas de comes- ríodos de descomposición hubieran relajado sus
tibles, deteniéndose á cada paso ya delante de fibras tupidas y apretadas por la edad. Pero
una lechuga , ya delante de un magnífico salchi- la escasez del tiempo no-permitia emplear e s -
chón ó de un reverendísimo pavo. El objeto de te método bien conocido de todos los inicia-
esta escursion fué bien pronto conocido de los dos en el arte, y paso en lia conflicto a los
penetrantes vendedores y revendedores de a m - noveles cocineros. Alentados, sin embargo, con
bos sesos; pues no hubo verdulera ni tendero que el refrán que dice: en tiempo de hambre no
no se pusiese delante de la comitiva como una hay pan duro, y por otra parte persuadidos de
inaccesible barricada, impidiéndola seguir su que por duro que fuese el pavo, no lo seria tan-
«nrs? vago é indeterminado, hasta haber cam- to como el esmalte de las dentaduras quedebi»n
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mascarle, resolvieron sujetarle á disección al aguardiente de 25 grados. Son muchos los que
día siguiente, aunque en este examen de anato- en lugar da bizcochos mojan en el chocolate
mía práctica se espusiesen á mellar la misma es- guindillas, y cuyos postres habituales son dien-
pada de Roldan, que diz hendía los jigantes y tes de ajo, que los comen á pasto como si fue-
los peñascos como si fuesen de mazapán ó de sen almendras. Por bien indicadas que parezcan
chocolate. Esta atrevida resolución amostazó á las aplicaciones de mostaza, no se ordenan j a -
don Abundio, quien en un tono de lástima que más en aquel pais á enfermos que estén en die-
revelaba la que tenia á sus discípulos, les dijo: ta , porque es seguro que se comerían los sina-
¡Jóvenes inespertos! [Miserables novicios! bien pismos. Cuando una comitiva de reusenses e n -
se conoce que las tenazas y el asador no han tra de noche en una fonda, el dueño se da por di-
encallecido vuestras manos, y que vuestras ca- choso si no se le zampan mas que las velas. Con
bezas no han encanecido como la mia alrededor frecuencia ve desaparecer y abismarse en aque-
de los hornillos y debajo de las chimeneas. Bien llos estómagos heroicos los candeleros, los pla-
se conoce que no habéis todavía ceñido el noble tos, las fuentes y algunas veces hasta los cu-
delantal de cocinero, que vuestros ojos no se han chillos y tenedores. Uno hubo que se engulló la
acostumbrado aun al humo d é l a leña, ni al mesa y no murió de indigestión. Sabido esto,
tufo del carbón vuestras potencias. ¡ Oh terque nadie tomará por exageración cuanto se diga del
quaterque beati! pudiera deciros yo si supiese paladar y del estómago de un hijo de Reus.
Jatin. ¿Con que no conocéis otro medio que una La filantrópica esposa del señor Manini se ofre-
putrefacción incipiente para reblandecer el pa-
ció á rellenar, mechar y poner el pavo en dispo-
vo? ¡ Bárbaros ! dadle aguardiente y mañana se
sición de llevarlo al horno. Todos aceptamos coa
os derretirá en el paladar como manteca. Habló
singular placer tan generoso ofrecimiento, y so-
don Abundio, todos sus discípulos quedaron con-
lo don Abundio refunfuñó un instante, dicien-
fusos, y el señor Manini á mas de confuso
do que las preparaciones que tomaba á su cargo
quedó horrorizado. «Aguardiente! elijo ¡qué lás-
la señora de Manini eran propias de sus discí-
tima de aguardiente !» Sin embargo, él mismo
pulos, cuya idoneidad trataba de probar. Pero
se encargó de dárselo; pero mientras se lo daba
algunos síntomas de alarma que notó entre sus
parecía envidiar la suerte del infeliz, á pesar
subordinados le hicieron desistir de sus justas
de que estaba condenado á la última pena por
pretensiones; lo que no dejó de menoscabar a l -
el inexorable tribunal del ambigú, y veía brillar
gún tanto la fuerza moral del maestro y la dis-
junto á su garganta la terrible cuchilla de la
ciplina de los discípulos.
ley gastronómica.
Luego se discutió una proposición gravísima
~ s El señor Manini es catalán, hijo de Reus," y es y de trascendentales consecuencias. Tratábase
sabido que los estómagos catalanes son en gene- nada menos que de optar entre dos hombres y
ral aprueba de bomba como el corazón de los j a - un burro para llevar la comida con sus acceso-
mancios. Algunos anatómicos aseguran que los rios al Parador del Sol. Quien dijo que dos
fieros habitantes del Principado tienen molleja hombres valían mas que un b u r r o , quien que un
como los avestruces. No sé si esto es verdad, pero burro era preferible á dos hombres: ingeniosos
los fisiólogos todos confirman el aserto. Lo cierto argumentos se presentaron en pro y en contra
es que los catalanes digieren hasta la arcilla y de los dos estreñios que abraza la proposición;
el cobre. En el campo de Tarragona, sobre todo, pero al cabo los defensores de la humanidad sa-
se destetan los chiquillos con vino, se neutrali- lieron victoriosos. El burro quedó postergado...
za la bilis con vino , y hasta con vino se curan ¡Cosa sorprendente en España, donde rara vez
las inflamaciones. Los hombres de buen criterio quedan postergados los burros !
y de sana razón apagan su sed con el añojo del Disolvióse la reunión , y al dia siguiente á las
Priorato; y durante la canícula, cuando mas ocho de la mañana nos hallábamos ya algunos
aplomados y perpendiculares caen los rayos del en casa del señor Manini, aguardando las n u e -
sol, toman por único refresco dos cuartillos de ve, que llegaron una hora antes que los señores
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Ayguals y Florez. Damos un votó de gracias á la descollaba magestuosa entre un brillante estado
hora por la puntualidad can que llegó. Sin e m - mayor compuesto de variadas y magníficas e n -
bargo, los morosos afectaron no considerar á la saladas, escelentes anchoas, bravas guindillas
hora digna de nuestro reconocimiento, pues á y robustas aceitunas sevillanas. Laus in honore
los cargos que por su demora les hicimos, con- propio, vilescit. Este principio no me permite
testaron que no era culpa suya si las nueve, po- hacer del arroz los elogios á que le considero
co condescendientes, no se habian tomado la acreedor. A mí me pareció escelente, sin embar-
molestia de aguardarse hasta las diez. go (¡lo que puede la envidia !) todos mis condis-
Reunida la comitiva, se rompió la marcha con cípulos dijeron que era detestable. Afortunada-
marcialidad en medio de un inmenso gentío que mente sus propios hechos desmintieron sus p a -
embarazó nuestro paso hasta llegar al Portillo labras, pues al mismo tiempo que decían que
de Embajadores. El entusiasmo se veia pintado era estremadamenle malo, lo engullían con t a n -
en todos los semblantes. Salimos de la coronada ta ansia como si fuera soberanamente bueno. Yo
villa seguidos del rico convoy, que parecía cosi- á los hechos me atengo: obras son amores y no
do á nuestras espaldas. Marchamos á paso de buenas razones.
camino, atravesamos el canal y luego un mag- Bretones fritos sucedieron al arroz, (Movi-
nífico puente de madera, digno y muy digno miento general. El señor Bretón de los Herreros
del caudaloso Manzanares. Antes de llegar al pide la palabra para contestar á una alusión v e -
Parador del Sol nos salió al encuentro una m ú - jelal.) Vinieron acompañados del ali-oli, con
sica, que siguió obsequiándonos hasta mucho quien contrajeron, en el plato de cada cual , una
después de haber llegado. Un alano sochantre, amistad mas y mas íntima. El ali-oli es á las
un podenco tenor y una infinidad de cantores de coles lo que á la Couslituciou las leyes orgáni-
menor categoría nos aullaron una aria coreada cas. Mereciéronla aprobación de todos; solo yo
tan nueva y tan armoniosa, que hasta entonces para vengarme de la manera impropia con que
no conocimos lo mucho que debemos al Criador habia sido calumniado mi benemérito arroz , me
por habernos dotado de un aparato acústico. Al- permití contra los bretones algunos denuestos
gunos acompañaban sus cánticos de una música que fenecieron ahogados en la rechifla de la co-
tan espresiva , se deshacían de tal modo en com- munidad manducante.
placernos, que mas de una vez les suplicamos Entró en seguida el pavo con gallardo y m a r -
que fuesen con la música á otra parte, pues lle- cial continente. El olor que despedía embelesó
gaban á avergonzarnos aquellos cordiales agasa- todos los olfatos. Hubo un movimiento silencioso
jos, á que nosotros no nos considerábamos parecido al que se nota en el Congreso cuando
acreedores. se levanta para hablar don Joaquín María López
Los señores Ribot y otro , ambos catalanes, y al que se observa en el teatro cuando aparece
hicieron prodigios de cocina. La prontitud con la encantadora Matilde. Es indecible la pronti-
que desempeñaron la importante misión que les tud con que aquel tremendo cadáver fué des-
confió don Abundio les valió un abrazo de este, cuartizado y engullido. La asamblea resolvió por
y acabó de acreditar los títulos que de activa ó unanimidad dar un voto de gracias á la señora
industriosa ha sabido adquirirse Cataluña. Otro de Manini, y don Abundio ademas la nombró
tanto debemos decir del señor Manini. Encargado sócia honoraria del ambigú, á cuyo efecto se e s -
del ali-oli (ajo arriero), lo hizo con tanta tendió el correspondiente diploma.
maestría que llegó á engendrar celos en el cora- Después de aquel pavo esquisito, de aquella
zón del mismo nunquam bene laudatus Estofado. obra maestra del arte, nada podia llamarnos la
Desde ahora le auguramos que en el certamen atención. Comimos, es verdad, chuletas y queso
público obtendrá el primer premio. y salchichón y qué sé yo cuantas otras cosas;
A la una en punto nos sentamos á la mesa. pero las comimos automáticamente, sin entu-.
Abrióse la sesión con una cazuela de arroz á la siasmo, y como quien dice para no hacer un pa-
valenciana hecho por mis manos pecadoras, que pel ridículo. Lo que nos admiró fué que el señor
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Manini, positivista por eseelcncia, malgastase El señor Ribot:
el tiempo atracándose de almendras. Vivamente
interpelado por esta acción, indigna al parecer Se queja este mundo indino
de tan acreditado gastrónomo, dijo que las al- de que salado es el mar,
mendras son escelentes agujas para enhebrar y á mí me importa un comino:
•vino. En efecto, cada almendra apenas había lo que sí es de lamentar
llegado al estómago recibía una visita de una bo- que el mar no sea de vino.
tella del de Toro,
En los brindis, si no se improvisaron muy El señor Manini:
buenos versos, se apuraron al menos muy bue-
nas botellas. Brindo al bravo que cual yo
Empezó el célebre y nunca bien ponderado atacado de hidrofobia
don Abundio Estofado en los términos si- el vino tiene por novia
guientes. y el agua nunca probó.
Dios Omnipotente dio
Es una cosa precisa a" cada cosa un destino,
el vino, voto á Luzbel, gástese pues, si el divino
de manera que sin él pensamiento ha de acatarse ,
no se puede decir misa. el agua para afeitarse
¡Viva LA RISA! y para beber el vino.
Llenad la copa,
que nos contempla atónita la Europa : El señor Príncipe:
y á mi ejemplo ¿Qué queréis que os diga ó cante
coged todos un lobo como un templo; con esta copa en la mano ,
y manchada de vino la camisa, cuando soy un ciudadano
repetid sin cesar; ¡ Viva LA RISA ! espuesto á quedar cesante?
El señor Bonilla dijo -. Mas si ceso en adelante
como empleado en lucir,
Yo, Abundio, soy valenciano, en memoria del Visir
y como bebedor fino que me quiere remover ,
gran partidario del vino no he de cesar de beber,
en invierno y en verano. ni he de cesar de reir.
Ko gasto en invierno en vano
vino puro en vez de estufas; El señor Villergas :
y en verano es, si me atufas
y en provocarme te empeñas Mientras un poder caribe
el sabroso Valdepeñas roe busca el bulto, señores ,
mi única orchatade chufas. apropincuadme á un algibe
de confortables licores,
El señor Ayguals de Izco (don Sergio): que el que mas bebe mas vive.
AL EMBUCHADO DE MALLORCA.
Oye mi ronco acento
Y viendo claro , que razón me asiste,
Contestación á la oda del señor Castillo, inserta llora aquel loco intento
en la pág. 134. que en mal hora tuviste
cuando al nabo en tus versos preferiste.
ODA.
Y tú , Castillo, deja, i.
deja por Dios en paz nuestros blasones,
oye mi justa queja , Pues señor, no hay que darle vueltas : la m e -
y en tales ocasiones jor estación del año es el invierno. Las empre-
respeta nobilísimos varones. sas de los teatros logran fácilmente buenas en-
tradas. Los gastrónomos saborean ricas ostras;
Que si por fin y cabo y así que empieza á helar, sacian su apetito con
tu musa celebrar nabos codicia , , (
el sabroso besugo. Los ministros de la corona
de Fuencarral el nabo pueden infrinjir impunemente las leyes sin t e -
alabe con justicia, mor de asonadas ni motines, porque la sangre
ó al estupendo nabo de Galicia. no hierve como en el mes de julio , y los patrio-
tas prefieren asar castañas y calentarse en el
Mas no la historia tuerzas brasero á pronunciarse entre lluvias y nieves.
á tus privados fines , y nos digas Los limpia-botas bailan de gozo porque tienen
cosas con las que fuerzas grandes lodos á su favor. Los médicos se hacen
y temerario obligas de oro con los constipados y pulmonías. Los bo-
á que las gentes séante enemigas. ticarios venden pastillas pectorales que es uua
bendición de Dios. Los estereros se hacen pode-
rosos. Las doncellas hacen nuevas conquistas to-
Castillo, sobre todo
dos los dias con los francesitos que se descuel-
tu aserción temeraria , porque es justo .
gan del Pirineo á limpiar nuestras chimeneas, y
retracta de algún modo
nuestros bolsillos con sus micos y sus órganos.
si quieres darme gusto,
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Hay no obstante padres muy españoles» parlieu- , franchute de estos, camela á sus hijas, á es-
lavmente c» las hosterías, y apenas ven que un i cobazos me lo plañían en Ja calle. Así debían
barrerse de España todos los eslrangeros que cantan á cuantos tienen un corazón sensible a
esplotan la mina de nuestra ignorancia. las delicias de la armonía. ¿Y qué, decimos los
Los pretendientes sobre todo , desean que lle- defensores del invierno, puede, compararse e!
gue el invierno, porque los dias de Navidad son débil canto del tímido ruiseñor, con los anima-
los dias del turrón, y el turrón es el alimen- dos y penetrantes dúos que en el mes de enero
to predilecto de los españoles. Si Jovellanos entonan de tejas arriba los enamorados gatos.
viviera en estos tiempos, mudaria el epígrafe Y la lluvia? Puede haber cosa mas deliciosa que
de su célebre obrita de Pan y toros, en el de la lluvia? Oh, cómo me entusiasma la lluvia!
Toros y turrón. Pero ademas de todos estos y Hablemos siempre de la lluvia!
otros aficionados que tan poderosos motivos tie- Algunos han dichoque la lluvia es monótona.
nen para querer el invierno, hay otros apasiona- ¡Bárbaros! Que se aplique este epíteto al sol,
dos á esta estación que el vulgo ignorante cali- santo y bueno; porque al cabo, según la defini-
fica de rigorosa. Estos apasionados son ios ver- ción de Mr. Árnal, le soleil n ' est quun (¡rana
daderos inteligentes en la materia, y á buen se- clou jaune fiché dans le firmament par la main
guro nadie podrá negarles la razón cuando pa- d'un audacieux tapistiar; pero la lluvia monó-
tentizan las ventajas de los meses de noviem- tona! Bah ! Cuando lian visto los que tal absur-
bre, diciembre y enero, á los de mayo, junio y do profieren cosa mas variada y amena que la
julio. lluvia? La niebla , el rocío, el granizo, la llu-
La monotonía del verano es insípida. El res- via menuda , el aguacero, la piedra , la nieve, la
plandor del sol alumbra siempre con sus mismos tempestad hé aquí un mosaico encantado!'
rayos. Las flores esparcen sin cesar idénticos de preciosidades.
aromas. Los campos siempre verdes Oh! es- ¿Hay espectáculo mas grandioso que el de un
to es insoportable, esto es atroz. Dicen los afi- recio aguacero... sobre todo cuando se le con-
cionados al verano, que para eso están las tier- templa desde una ventana detrás de alguna vi-
nas avecillas que con sus trinos y gorguos en- driedra perfectamente cerrada? Nada falta al
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golpe de vista. Cuando las cataratas del cielo recatada esposa,.no hace caso de la catástrofe de!
(estilo bíblico) sé abren en domingo, es cosa marido, ni del chubasco que la inunda , y solo
de alquilar balcones en la Puerta del Sol. Los piensa en su angelical pud«r; por manera , que
que han tenido la imprudencia de salir de casa para no dar en espectáculo sus contornos, toma
sin su muger y sin el paraguas, conocen enton- lo posición de Venus de Mediéis y lucha contra
ces las ventajas que lleva el último mueble so- el furor del Bóreas, que parece se empeña en
bre el primero. ¡Qué placer no proporciona ver descubrir a los espectadores las mas ocultas for-
bajo un solo paraguas protector el pintoresco mas de la víctima.;
grupo de un matrimonio con chiquillos! Y digo, Seria nunca acabar si quisiese hacer una m i -
cuando la cristalina lluvia, es de las que s u e - nuciosa descripción de todos los atractivos del
len caer acompañadas de un recio vendabal, con- invierno. Bastante he dicho hoy de las bellezas
tra el cual no puede resistir el mas, impermeable déla lluvia. En otro artículo me propongo d e -
tafetán, de ese furioso huracán que se lleva som- mostrar los placeres del frió, las delicias de los
breros y pelucas ohí entonces la respetable sabañones y particularmente los heroicos lances
pareja que se había puesto en camino para i r á del reuma cerebral, bien persuadido que una
lucir el trage de los dias de fiesta, ofrece la ma- vez leídas las razones en que fundo mi opinión,
ravilosa perspectiva de un lance verdaderamente todos mis lectores dirán conmigo que nada hay
romántico. Solícito el marido por su precioso comparable á los encantos del invierno.
paraguas, abandona el brazo de su cara mitad,
WENCESLAO AYGUALS DE IZCO.
y se clava en el suelo para salvar el susodicho
mueble, que el viento le ha vuelto como un cal-
cetín, y parece querer arrebatárselo de las ma-
nos, del mismo modo que acaba de arrebatarle LAS MEDIAS.
Ved si me fundo
cuando yo llamo
picaro al mundo.
Boiaacn»
¿Hasta cuando, señor, hasta cuando la ilus- con insolencia: «ánimo,,Juana, que ahí tienes
tración del siglo XIX ha de tolerar la maldita un corsé que te dará caderas y cintura á pedir
invención del corsé? ¿Cómo en esta nación, ca- de boca.» Y ¿sabéis, modistas fatales, lo que
tólica por escelencia, se consiente un ente que habéis hecho ? Oid, oid! Me habéis puesto en un
insolente y torpemente intente (adelante) en- insufrible potro, me habéis sacrificado, soy
mendar la plana al Omnipotente? ¡O obcecación vuestra inocente.víctima. Yo vi por mi mal á esa
y ceguedad humana! ¡ O modistas rebeldes y te- Juana, yo la creí un semi-Dios, yo la idolatré,
naces, y qué cuenta habréis de dar en el tremen- yo (y esta es la mas negra) me casé con ella!....
do dia del valle aquel! Dios en el principio de Una noche, no: un dia, dia para mí fatal, dia
los tiempos dijo: «sea Juana jorobada»; y voso- desgraciado, dia de doscientos, mil demonios!
tras, pronunciadas contra este decreto del Altí- iUn dia, digo, hallándome en la plenitud de mis
simo, digístei3 en vuestra insensatez: «hagamos derechos maritales, quise considerar en ropas
un corsé á Juana, y sea con él mas derecha que menores á mi consorte, para alabar en sus per-
un huso.» Y también quiso el Señor Dios que fecciones la sabiduría y omnipotencia divina.
Juana fuese un vastago de la familia de Ñuño Pero ah! se había despojado del malhadado cor-
Rasura: mas vosotras con impiedad inaudita sé, y su espalda asemejábase al dorso de un dro-
dijisteis: «toma este corsé, Juana, y esclamen medario. Quedaron invisibles sus caderas apa-
los que con él te vean: meliora sunt uhera tua reciendo en lo demás tanquam tabula raso- in
vino (1).» Y el Señor, que sin duda quiso hacer qua nihil est depictum. En aquel instante mi
un scmi-diablo, ordenó también que Juana no ilusión se desvaneció juntamente con mi dicha.
tuviese en donde ajustarse sus ropas, á no col- Lloré y maldije mi estrella; y abismado por el
gárselas de los hombros: pero vosotras dijisteis recuerdo del ego vos eonjungo, faltó poco para
volverme loco. 1
(1) Creo que no necesitáis que os lo tra- Cuento á esta fecha diez años de martirio, y
duzca. en ellos me ha regalado Juana tres hijas raquíti-
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cas y cuatro zataras. Ved ahí,los perniciosos Manos pues á la obra súbito:
efectos de vuestra obra! Mas si creéis continuar nadie me interrumpa... ¡Susf
siendo el azote del género humano, si pensáis que voy á pulsar la cítara ,
que se ha de consentir mas la plaga de vuestros ó si se quiere el laúd,
corsés, os engañáis ¡voto á brios! Pasaró'n ya y en arranques filarmónicos...
los tiempos del oscurantismo, y vino un siglo de por clave, de fefaut...
las luces, y con él un don Abundio Estofado, á ¿Quién refunfuña? Entendámonos:
cuyo brazo secular os entregaré, Dará ftue haga ¿A qué viene ese run-run?
de vosotras una pepitoria, para que os cueza, os Éntrela d y la f, déspotas,
ase, os fría y os confunda por todos los siglos de no hay consonancia. Churrú!...
los siglos. Entretanto recibid cuatro palmetas que á perro viejo, energúmenos,
del dómine de mi lugar, no.hay que andarle con tus tus.
C. F. Sigo pues el hilo clásico
de mi romance... ¡quietud!
ya que no entendéis de sátiras,
ni aun el ba, be, bi, bo, bu.
AL LUSTRE DE EÜHOPA.
Cual Donizetti el dulcísimo
en Lucia de Lamermur,
Como director intrépido; ó como el chantre volcánico
de este literario club de la capilla de Irun,
que á las imágenes tétricas ó el capiscol sério-mímico
hace con la risa el bú, que canta en Calatayud,
un pensamiento diabólico ó bien cual la Albini célebre
se me clavó en el testuz, que inmortalizó el maipiu,
y en mi entusiasmo poético, ó cual mis amigos Príncipe,
1 por vida de Belcebú! Bretón, Zorrilla, Bastus, (1)
voy á ver si á mil obstáculos: Abenamar, Gil y Zarate,
logro romper el capuz, Fray Gerundio, y Hartzenbusch,
y hacer un romance armónico cuyos admirables númenes
como el canto del Querub, aventajan á Le-Brun,
6 donoso cual las sílfides ó bien cual la niña angélica
que cria el suelo andaluz... que canta alegre el Mambrú,
romance que cada,síl8ha entono sublimes cánticos
taiga al menos un Perú, A LAS GLOB1AS DEL BETÚN,
porque el hacer cosas fáciles aventajando en la mímica
es tan vulgar, tan coman, el atroz indio Kosul.
que no alcanza fama sólida Salve ¡ oh betún odorífico!
quien no se eleva al non plus. LUSTRE de la juventud,
Si hablase en idioma gálico honor de Europa que en éxtasis
os diría étonezvous, te contempla, cual Mabamud
quiero alternar los esdrújulos cuando saborea extático
con el asonante en w, los granitos de alcuzcuz.
(que es de asonantes difíciles ¡ Salve, lustroso específico t
el mas difícil aun)
sin consentir que el mas mínimo
repita, en mi esclavitud, (1) Aunque no conozco mas que por su fama
ni dos consonantes cócoras al Señor Bastus., literato catalán, el asonante me
obliga á ser su amigo, y espero que esta amistad
me bailen un padedú. no será desairada.
Pasta brillante, salud! sombrero á guisa de almud ,
chaleco negro de cúbica ,
Con sus modales enfáticos muleta en vez de bambú,
sus bandas y su gran cruz, y narices enigmáticas
preséntese el diplomático con su tabacoso pus ;
de trage negro ó azul, mas sepa el alma de cantar* ,
que si están sus botas pálidas, por no decir de arcaduz ,
le tendrán por avestruz. que cuando oiga la voz bárbaro
Sin tí el caudillo magnánimo puede esclamar ego sum,
á quien sierva multitud porque solo un ente estólido
tributa oblación unánime, con zapatos rojos... uf!
no valiera un altramuz. niega á mi lustroso bálsamo
¿Quién á su alazán indómito la incuestionable virtud
le dá el brillo sino tú, de que presta brillo asiático
al par que á los trenes bélico* á todo el que no es tahúr,
del cañón y del obús? ó miserable satélite
En las carrozas magníficas de la cuadrilla gandul
forradas de grana y tul que espone su suerte misera
brillas, cual del sol benéfico á la suerte de un albur
la magestuosa luz. y si le falta el intrínseco
Jamás verterá la sátira se juega una finca al mus.
contra tí fiera actitud, Para estos truanes pérfidos
hi dirán de quien ensálcete 1 qué lástima de arcabuz
«habló el buey y dijo mú;» y qué no queden cadáveres
pues si le ultraja algún dómine; al estrépito de un ¡purn!
será un pedazo de atún Así cerraran sus párpados
en el fúnebre ataúd!
No me dolería ¡ cáspita!
de su mortal patatús,
ni iria á hacerles andróminas
con emplastos de alcazuz;
porque son entes indómitos
sin lustre en las botas... ¡ uy !
¡ qué atrocidad! No vi crímenes
de tamaña magnitud.
Mas temo volverme tísico
si doy fin á este asiin;
pues el to pronuncio exánime
de fatiga... con que ¡abur
lector! mi trompa estrambótica
concluye el turututú.
Lluevan suscriciones plácidas
en pródiga plenitud
á nuestra RISA con láminas
y acreditado ambigú,
y así rogaré á los ángeles
con zapatos á lo inválido que te libren de un chapuz
y muy roidoel surtú,, allá en las aguas del Támesis
pantalón con un elástico $
u
346
ó en la corriente del Sun, que pintar. El vulgo seria un (-«célenle retratis-
y te den vida, metálico, t a , si poseyera el secreto del colorido. En esta
buen humor... amen Jesús. parte el poeta tiene una indisputable -superiori-
WENCESLAO AYGÜALS DE IZCO. dad sobre el vulgo,
Hay refranes en prosa y los hay también en
verso, v e n unos y en otros se advierte cierto
desaliño qae no solo hace presumir que sean
MODISMOS Y REFRANES. aborto del vulgo, sino que muchos van pasan-
do de líbru en libro, y de generación en g e -
Es verdad incuestionable para el autor de este neración sin siquiera sufrir la lima del poeta ni
artículo, que el primero y rnas voluminoso , y la del crítico, mil veces uias ¡uexorable. De lo-
mas verdadero, y mas ameno, y mas sublime, dos modos los refranes castellanos encierran
y mas detallado , y mas inteligible de todos los unas verdades como puños, y apenas hay ora-
libros, es el libro del mundo : como que es un dor y escritor que no apele á su recurso como
libro que da materia en cada una de sus páginas complemento ó como auxilio en medio del p e -
para elaborar un sin número de librotes en cu- riodo mas lójico y mas elocuente que se puede
yas fuentes beben su inagotable ciencia, la ina- concebir.
gotable prole de literatos, cuyos inagotables es- Ejemplos : Un periodista de la oposición la-
critos, rebosando inagotables chispazos de ina- mentando la suerte del pueblo y la mala elec-
gotable numen y erudición inagotable, son la ción de sus representantes dice o quien bien tie-
admiración del mundo mismo, origen esencial ne y mal escoje, por mal que le vaya no se eno-
de todas las concepciones intelectuales. Cada je» y quedaríamos tan satisfechos de esta sen-
uno de los hombres somos sin reparar en ello tencia si un periódico ministerial no replicase,
una biblioteca ambulante mas ó menos estensa, concediendo que el gobierno sea un mal para
mas ó meaos superficial, de donde el filósofo y la patria, con otro refrán que nos deja estupe-
el artista, y el literato estractan en cada sesión factos. El ministerio, dice, es un mal pero la
un volumen de observaciones científicas, un oposición es otro mal y nosotros defendemos un
conjunto de historietas y anécdotas vulgares que mal contra otro mal, porque como dijo e! otro:
engalanadas después con los recursos que presta «baza mayor, quita menor» y sobre todo, por-
una imaginación florida y escudriñadora, pro- que «del mal el menos» y si nos apuran un
ducen en todos nosotros una sensación eslraña poco añadiremos, que entre el mal y el bien op-
y deleitable; es ia sensación de la novedad. Que tamos por lo primero, porque como dice el ada-
todas las investigaciones de los libros escritos
gio : «no hay mal que por bien no venga.»
por los hombres son debidas al universal libro
Tenemos efectivamente refranes muy exactos
del mundo, es cosa sabida, y por consiguiente
y que vienen bien en ciertos casos, como v. gr.,
las luces que los libros de los hombres prestan
se levanta un hombre de su asiento y al volver
al humano entendimiento , como luces presta-
se le encuentra ocupado. Se librará muy bien de
das, son miserables reflejos, imperceptibles al
decir como nuestros revolucionarios turroneros;
lado de la antorcha que los produce. La luz de
«quítese usted para ponerme yo»,' porque debe
la luna nunca puede compararse en calor y bri-
estar persuadido de que el que tiene el asiento
llantez con la del sol.
no le cederá, con solo el derecho de propiedad
Ahora bien: podremos resolver fácilmente la que le da el refrán tan conocido de todos «el que
cuestión de si los refranes son concepciones del fué á Sevilla perdió la silla.» Y son los refranes
poeta trasmitidas al vulgo ó si son por el con- una muletilla de que nos aprovechamos según
trario, parto del vulgo que recoje el curioso ob- las circunstancias. Cuando á mí me dan una co-
servador para dar amenidad, y tal vez algún vi- sa la tomo al contado diciendo: «el que no es
so de originalidad á sus producciones. Yo creo para tomar no es para dar» cuando me piden di-
que el vulgo inventa y el poeta no hace mas nero digo que soy estudiarte y encajo aquello
m
do «gente estudiantina, gente sin monedas,» si la agena.» Tampoco transijo : tá PerogruIIad
lo que me piden es- algún libro, con todos mis de primer orden estaría en decir: « mas sabe c
ribetes de literato digo que no le tengo. ¿<)ué cuerdo en su casa que el loco en la agena.» Y
quieren-ustedes? añodo cuando se asombran de lo mismo digo del adagio: «mas vale lo malo
que yo no tenga un libro : «en casa del herrero conocido que lo. bueno por conocer.» Lo ma-
cuchillo de palo.» lo conocido ó desconocido siempre es malo,
Si un sugeto se empeña en que vaya con él á así como, lo bueno, es bueno siempre. Por eso
alguna función y no tengo ganas de su compa- quiero yo que desaparezca lo existente, porque
ñía, digo : «para lo que habrá que ver ya nos es tan malo que cualquier otra cosa que venga,
lo dirán de valdc,» pero como me agrade la pro- por mala que sea, será mejor. Lo que yo necesito
posición le acometo con una retaila de refranes, que me prueben para estarme quieto e s , que lo
como estos «Bueno es ver para no preguntar.» presente es bueno, y que lo que venga será malo,
«Ojos que no ven, corazón que no siente.» y entonces me daré por feliz con lo que tene-
«Dónde vas Vicente?—Donde va toda la gentfe »* mos ; porque como aficionado á las grandes ver-
Algunos de los refranes admitidos como axio- dades digo con Perogrullo: «mas válelo bueno
mas entre nosotros ó están muy distantes de la conocido que lo malo por conocer.»
verdad, ó para llegar á ella necesitan de una Pero hay dichos vulgares, cuyo origen desco-
hipótesis. En los que distan de la verdad com- nocemos, tal como estos: «para las que hilan
prendo yo el siguiente, no obstante su tono sen- que yo devano.» «Yo me entiendo y bailo solo,»
tencioso y decisivo: «quien bien te quiere te y las que acabo de citar «yerdades de Perogru-
hará llorar.» Los redactores de LA RISA quere- llo.» Solo se dice que hubo un Perogrullo que á
mos bien á todo el mundo, y estamos muy l e - la mano cerrada llamaba puño, y si esto es ver-
jos de desear que llore nadie; al contrario, de- dad el tal Perogrullo era lo que nos convenia
seamos que todo vicho viviente se suscriba á L A en el siglo diez y nueve, porque ya estamos har-
RISA, porque decimos con cierto autor que u s - tos de verdades á medias y de hipócritas-, y de
tedes no conocen y yo sí : diplomáticos.
Daré la esplicacion de algunos modismos cu-
Lágrimas fuera ; cese el pesar;
yo origen ha llegado á mis oídos, aunque no
ríete Pedro, que esto es vivir.
respondo de la exactitud; porque no soy minis-
Quien mal té quiera te hará llorar;
tro , y solo los ministros so-n responsables de
quien bien te quiera te hará reir.
sus actos, según la Constitución vigente.
Dice un refrán que «mas valen pocos muchos Se dice de uno que corrió en cuanto vio el
que muchos pocos» y esto puede ser verdad y peligro, que «tomó las de Villadiego» y este es
puede no serlo. Yo me atrevo-á hacer un capi- un modismo que los estrangeros no aciertan á
tal con muchos pocos , tan grande como cual- traducir. Hay francés que, leyendo cierto pasaje
quiera con pocos muchos. Para echará un lado del Quijote, dice : tomó las evillas de don Diego.
cuestiones diria yo: «mas valen muchos muchos^ Si no me han informado m a l , hay en España un
que pocos pocos.a y esto no admite réplica. pueblo llamado Villa-Diego, donde se hacen es-
«Mas vale poco y bueno, que mucho y malo.» quisitas alpargatas, y si esto es verdad, está
Este y otros refranes parecidos son lo que una esplicado el dicho vulgar, que quiere decir: to-
nuez vana y una vizca durmiendo, que hasta mó las alpargatas, porque sabido es que este
partir la primera, ó abrir los ojos la segunda no calzado viene de molde para correr. He dicho
se nota el engaño. Podrá ser verdad que en que viene de molde y no sé la razón, como tam-
ciertas ocasiones valga mas poco y bueno que poco sé por qué se dice hablando de un sugeto
mucho y malo: pero seria mas cierto aun el r e - reboltoso : «el mejor día le ahorcan» yo creo que
frán si dijera : «Mas vale mucho, y bueno que el dia que ahorcan á un hombre es el dia peor de
poco y malo.» la vida para el ahorcado. Esto se parece á lo que
«Mas sabe el loco en su casa que el cuerdo en decimos cuando estamos enfermos : si tenemos
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un divieso muy malo ó un constipado peor es- hacia justicia le llamaría rey injusto, rey impío
clamamos: qué buen constipado tengo! qué y otros insultos semejantes. Y dícese que al dia
buen divieso me ha salido en tal parte ! Así co- siguiente tenían el pretendiente y el rey estotro
mo cuando á uno le han herido bien ó le han diálogo.
metido en un calabozo donde está tan bien pre- —Señor, yo vengo á pedir justicia.
so que no puede escapar decimos : «Fulano está —Y si yo no quiero hacer justicia?
muy mal preso; Mengano está muy mal he- — Yo no puedo creer que V. M- tan benigno
rido.» como es, deje de hacer justicia. •
Por si mis lectores ignoran el -origen del di- —Pero y si se me antoja_no hacer justicia. ;
cho vulgar-, «ahí me las den todas» voy á espli- —V. M. el mas justo de los reyes no puede
carle tal como me lo hicieron tragar. Cuéntase menos de hacer justicia.
que hubo un corregidor en una villa. Cuéntase — Bien hombre;.pero suponte tú que yo no
que este correjidor tenia un alguacil muy tonto. quiero hacer justicia.
Cuéntase que hubo en el pueblo una riña. Cuén- El cazador se le quedó mirando y conociendo
tase que el alguacil mandado por el correjidor que el que le hablaba era el cazador del dia an-
fué á poner en paz á los combatientes. Cuénta- tes, le aplicó la boca al oido y le dijo : Señor,
se que estos en lugar de respetar al alguacil, le lo dicho dicho. Sí? Contestó el rey ; pues mira,
arrearon cuatro bofetones y le echaron de allí la jaca tienes á la puerta, ya estás aquí demás,
con cajas destempladas. Y cuéntase que el al- Y el vulgo que tuvo noticia del suceso, dijo des-
guacil volvió al correjidor, mediando entre los de entonces en lances parecidos : «Lo dicho di-
' dos el siguiente diálogo. cho, y la jaca á la puerta.»
—Señor correjidor, cnando yo voy á una parte Y esplicaré por fin las indirectas del P. Cobos,
4 nombre de usía, no represento á usía 2 aunque esta es de aquellas cosas que por sabi-
—Sí hombre, sí. das se callan.
—Y cuando represento á usía, no soy la mis^ Había un padre guardián, no sé donde, que
ma persona de usía? corao todos, se tomaba unas jicaras de chocolate
—Sí hombre, sí. de padre y muy señor mió. Un amigóte del fraile,
—Y si mi persona es la persona de usía, mi aficionado al chocolate dio en visitarle á menudo
cara no es también la de usía? y siempre á la hora en que tomaba su paterni-
— Sí hombre, sí. dad el chocolate, el cual padre era tan fino, que
—Y cuando pegan una bofetada en esta cara, siempre mandaba hacer otra jicara para el ami-
no es pegarla en la cara de usía ? go. Pero como el amigo estuvo abusando de la
—Sí hombre, sí 5 pero dónde vas á parar? bondad del padre días y mas dias, hubo este de
— Señor, á que los de la riña me han dado quejarse del amigo pegoton á lo cual contestó
cuatro bofetadas en esta cara, que es la cara de el lego que quedaba de su cuenta echarle una
usía,, y por consiguiente usía ha sufrido tam- indirectilla para hacerle perder la costumbre.
bién las bofetadas. • .„. Convino el padre guardián, y notó-que el amigo
Entonces el correjidor con toda la formalidad no volvía por el convento, y deseoso de, saber
que ustedes pueden Ggurarse dijo : ahí me las la indirecta del lego, que se llamaba el P. Co-
den todas. bos, le preguntó al cabo de quince dias, qué
Esplicaré también eí dicho vulgar: «lo dicho habia dicho á su amigo que no habia vuelto ni
dicho y la jaca á la puerta.» Díccse que andaba aun á visitarle. Una indirecta le contestó el
un rey cazando, vestido de cazador, pícese que padre Cobos; le dije, mire usted señor don Fu-
le encontró un sugeto que venia á pretender. lano, no sea usted bárbaro y vayase á su casa
Dícese que hablando con el rey incógnito , que á tomar el chocolate ; porque el padre guardián
entonces era un simple cazador, este le dio po- dice que es usted un glotón salvaje, y cada vez
cas esperanzas en el negocio. Dícese que el pre- que usted viene le hace una gracia como/ si le.
tendiente aseguró al cazador, que si el rey no le rallaran las tripas.
El amigo que oyó tales indirectas tomó el to- tres amantes á la j a r
le hacia su casa, sin decir esta boca es mía, y te he visto favorecer,
cayó tan en gracia al padre guardián ia indirec- que dudo que haya muger
tilla que la divulgó y desde entonces fueron pro- mas general para amar.
verbiales en España , las indirectas del padre No diré que es coquetisino
Cobos. ni que tu genio es voltario ,
JUAN MARTÍNEZ YILLERGAS. para mí tu calendario
siempre apunta un tiempo mismo;
siempre está marcando vario.
Ni porque te cansas luego
A UNA COQUETA. hallo en que acusarte un punto ,
si es cierto lo que barrunto
Versos me pides, hermosa, que no amas á Juan ni á Diego
y aunque el castálico coro sino es al sexo en conjunto.
me negó su arte preciosa Y como partes de un todo
para decir que te adoro á componerle precisas ,
lo mismo es verso que prosa. das á tus novios de codo
Y si se colma tu anhelo y vas cambiando del modo
con decir que me has rendido, que te mudas de camisas.
no temas, di á grito herido Esto , amiga, es consecuente;
que otro pez picó el anzuelo yo al menos así lo creo ,
donde tantos se han prendido. y es una infamia que afrente
Que aunque para tí sea poco el mundo y tenga por feo
otro adorador ferviente, que á todos léf hagas frente.
bueno esd.ecir á la gente Si lloran los infelices
que voy á parar en loco porque tu esquivez los mata
si tu labio no es clemente. y deja como lombrices,
Esto al cabo te da fama has de pegarlos ingrata U
que el crédito de una dama, con la puerta en las narices?
crece ó descrece á compás Todo el que de tí murmura
de que son menos ó mas que aprenda de mi cachaza ;
los corazones que inflama. ¿no mira con que frescura
Di que al mirar tus encantos te dejo franca la plaza
y tus ojos hechiceros si mi presencia te apura ?
ansias padezco, quebrantos; Pues que imiten mi franqueza
y que no estraño que á tantos que ha de irles con elbi bien ;
dejen ciegos tus luceros. delante mucha terneza,
Y en verdad que tantos son y en volviendo la cabeza
que al contemplar cuan ufano requiescat in pace. Amen.
fomenta tanta pasión, IGNACIO J. ESCOBA»
creo que tu pecho es mesón
de todo el género humano.
De que tienes lleno un cesto
de coplas que hice en tu elogio, MODAS DE PARÍS.
y que de puro modesto
merezco ocupar un puesto
dentro del martirologio. Ya que pusimos á nuestros lectores al c
Pues con calma singular riente de las modas de Londres : justo es que
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enteremos de las que imperan en la capital de salchichón de Vich, que empuñan con una gra-
Francia. cia singular las mas elegantes coquetas de
Trage de paseo (toilette de promenade) para París.
caballeros. Los sombreros están mandados reco-
jer. Solo se estilan en los salones de baile, en
los términos que mas adelante esplicaremos.
Para abrigo déla cabeza se llevan pelucas enor-
m e s , hechas de melenas de perro de aguas pin-
tadas de azul celeste ó carmesí. Los fraques son
de suela charolada. Ya no se estilan bolones:
en su lugar llevan todos los elegantes un par de
huevos duros ó pasados por agua en medio de la
espalda del frac. El pantalón es de grana con
galones de plata y trabillas de papel. Nadie lleva El traje de baile de los caballeros es suma-
camisa, chaleco ni corbatín, y para preservarse mente sencillo d' une simplicité étonnante).
del frió, es de gran tono fumar en los sitios mas Consiste en sombrero, frac , pantalón, inedias y
concurridos, para cuyo caso se lleva á preven- zapatos, todo de hule y muy ajustado. El som-
ción una pipa en el bolsillo izquierdo del panta- brero no se quita para bailar, pero se lleva "bas-
lón. Los guantes se usan de damasco rellenos de tante ladeado. El frac es de manga corta; los
paja. Las botas de paño negro. guantes blancos de algodón. Al romper la or-
questa acompañan todos los elegantes de ambos
sexos sus primeras piruetas entonando la cao-
La vieest un voyager
tachons de 1' embellir;
semonssur son passage
les roses du plaisir.
Traía la la la la...
Ave Mariá
gratia plena,
traía la la la la.
WENCESLAO AVGDAÜS DE Izeo.
EPIGRAMA.
De sesenta un solterón
Trage de baile. Para señoras. El peinado á la á una joven vivaracha
coup de vent con una pluma de cola de gallo, preguntó en cierta ocasión —
está muy en uso (est surtout fort en voguej. ¿ t i m o te llamas muchacha?
Jubón negro de cartón con manga corta. Vesti- y ella dijo —«Encarnación.»
do de mahon (nankin) con una almohada que Tal misterio te esplicára,
abulte el tafanario. Medias azules de estambre y repuso el sexagenario ,
zapatos de terciopelo carmesí. Los ramilletes de y ella —«mucho lo apreciara-,
flores naturales (bouquet de fleurs naturelles pero ya lo hace el vicario
las joyas y antiguos abanicos (bijoux et éven- que tieaeía voz mas clara.»
taüs anciens) han sido sustituidos por un gordo JOSÉ BERNAT BALÜOTÍ.
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MI CEREZA. es para dar un bostezo
como este que ustedes ven
FÁBULA.
EL HOMBRE-BARRENA.
EL ÁGUILA Y LA BALA.
El hombre-barrena se compone de dos brazos
Dicen que apostó una bala que se mueven sin cesar en todas direcciones;
con un águila á volar,. anda menudito y no para: los hay de todas d i - :
y esta dijo sin tardar: mensiones y estaturas, pero generalmente son
vete, plomo, noramala. bajitos: los hombres largos, por sola esta cir-
¿Quién á estas plumas iguala cunstancia tienen cierta longanimidad que los
con que hasta los vientos domo? hace ineptos para el género de vida del hombre-
Mi cuerpo de tomo y lomo barrena. Por lo demás, este animal tiene m u -
verás donde tú no subes cha semejanza con el ratón , entre el cual y lá
que esto de andar por las nubes comadreja es un término medio.'La principal
no es-para un ave de plomo. condición del hombre-barrena es la actividad;
Desprecióla bqbería trabaja sin descanso, y no cesa de roer hasta
siempre la bala en sus trece que.se hace un nido; tiene toda la movilidad de
diciendo ¿á quién se le ofrece la ardilla y toda la tenacidad de la rata: estar á
negarme la primacía? la espera y ¡echársele encima,- es el único medio
¿Pues no es mas claro que el dia de cazarlos: sin embargo, se domestican fácil-
que nunca mi vuelo igualas? mente; pero se debe tener con ellos mucho c u i -
En mal camino resbalas, dado, porque son aviesos y se pintan solos para
ave infeliz, porque en suma armar tretas: después de domesticados, sirven
si son tus alas de pluma, al amo con mucha eficacia, siempre que el amo
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no deje de estarles presentando continuamente así como quien carece de fuerzas físicas echa
el cebo el cual con que sea de queso basta; por- mano de la simulación y la maña.
que no son animales carnívoros. Asombra lo infatigable que es el hombre-bar-^
Esta especie de individuos ha degenerado mu- rena: figuráoslo en medio de un desierto, y s u -
cho, pues sin duda proviene del megaterio , que poned que le dice Dios desde el cielo estas pala-
tenia enormes uñas, y de cuatro zarpadas se bras: «Morarás hasta el fin de tu vida en este
hacia la cania; ahora sin embargo el hombre- yermo donde solo musgo dá la tierra, y nunca
barrena no se la hace sino á fuerza de constan- jamás verán tus ojosnn semejante tuyo , ni quien
cia, trabajando poco á poco cuanto alcanzan sus de aquí te pueda sacar, ni cosa que te pueda va-
fuerzas, hora por hora, minuto por minuto. El ler, ni piedra donde reclinar tu cabeza en el
hombre-barrena inventó sin duda aquel refrán sueño.» Ahora bien, uno cualquiera que se ha-
de poco a poco hila la vieja el copo; al menos llare en este caso, apenas oyera condenación se-
si no lo inventó, lo ha aprendido de memoria. mejante no dejaría de decir cuatro frescas al
Dadle al hombre-barrena una corteza de na- mismo hijo del sol, en seguida se daría á todos
ranja, y hará de ella una casita; dadle una nuez, los diablos, y haría frente á su desventura, y
se comerá lo que tiene dentro, y de las dos cas- lucharía brazo á brazo con el destino como un
caras hará dos navios; dadle un grano de uva, y gigante contra un gigante, hasta caer muerto y
hará vino. no rendido. El hombre-barrena trataría de r e -
El hombre-barrena se encuentra en todas par- ducirá su juez, y viendo que no había remedio,
tes: generalmente principia su carrera por ser temeroso de tener rabia, porque el otro, que po-
pobre, en cuyo estado anda siempre husmeando dia mas, no se lo conociera, se sentaría hecho
donde cuecen habas; apenas las huele, ya está un ovillo y principiaría á girar sobre las posade-
dentro y se ofrece á servir de marmitón. ¿Le ras como un molinete : al cabo de veinte años ya
encargáis qne espume y de vuelta al puchero"? habría hecho un hoyo, al cabo de veinte y cinco
Iso tengáis cuidado, de repente es un cocinero ya tendría nido. Esto es tan verosímil que hasta
completo, no se aparta del hogar, y todo lo ha- las mismas tradiciones populares vienen en su
ce á las mil maravillas. En cuanto ha comido se abono, y así es que se cuenta de un hombre-
dedica á buscarle algún flaco al amo para apro- barrena que en los primeros tiempos de liorna,
vecharse del descubrimiento, á todas partes lo queriendo heredar á un tío que lo tenia en su
sigue, á todo está dispuesto: vuelve á c a s a , y casa, se subia todas las noches á un cuarto so-
apenas ha entrado, ya ha calculado donde ha- mero , y por un agugerito que daba sobre la ca-
cerse la cama para dormir aquella noche-, en se- ma del tío, le echaba á este en el cogote un par
guida obsequia al ama; si recibe un sofión no se de gotas de agua fuerte mientras estaba dur-
desanima, pasa á hacer el amor á la hija; si esta miendo, y cumplió con esta tarea quince años
le desprecia , principia á capitular con la criada-, seguidos, hasta que el buen viejo se murió de
al año ó año y medio el amo de la casa ya está una llaga incurable en la frente; lo cual sabido
comido por los pies. Verdaderamente el hombre- después por el público, y en razón de haber t e -
barrena es dañino y temible, porque á pretesto nido el tio un cogote duro como la piedra, dio
de una diligencia constante y de una serviciali- margen á aquel dicho tan antiguo de ¡juta swpe
dad minuciosa, se apodera por el lado del inte- cadendo cavat lapidem. Por donde no tiene na-
rés de aquel á quien sirve, y bajo la capa de su da de estraño diga yo ahora que el hombre -bar-
devoción lleva escondido el agudo puñal de su rena á fuerza de escupir al suelo hará un mar
astucia. No es esto decir que el hombre-barrena proceloso; y embarcado en un sombrero, si no
sea de índole perversa, sino que es de falsa con- halla barco mejor, se irá á comerciar por todas
dición, hija de un deseo inmoderado de fortuna, las costas del mundo, y se hará mandarín de la
junto con una inteligencia reducida, de donde China, y vendrá al fin á ser ministro de la m o -
proviene que su corta comprensión, se vé en la narquía constitucional de España.
necesidad de recurrirá una doblez mezquina,
Dadle lugar y tiempo á un hombre-barrena, y
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él socabará los fundamentos mismos del mundo; establecerlos en el Rastro; hoy dia los tiene ya
la acción suya y la del tiempo son iguales, len- en los parlamentos inviolables. En los oficios,
tas pero infatigables, con una continuidad que creó el de zapateroMe viejo; en las industrias, la
asombra. El hombre-barrena no duerme, no d i - máquina de hacer alfileres; en el tráfico, creó el
g i é r e l o fuma, no.habla, no estafentado, no del ropavegeio; en el comercio, creó las prende*
bebe, no come, el hombre-barrena no hace mas rías; en la imprenta, la prensa periódica; en la
que roer, al mundo entero revuelve y aturde filosofía el eclecticismo; en la política, el sistema
con su roimiento. ¿Oís gritar por las calles con representativo. El hombre-barrena es el inven-
cadencioso tonillo: aaa coomponeer tiiínajas, tor de la cola-piscis, de la piedra rasoria, de los
platos y fueeentes? es el hombre-barrena: ¿veis gemelos, de los carteles de las esquinas, de las
al pobre diablo anunciando de valde sus géneros covachuelas,- del arte poética, del modo de q u i -
en el Diario?,el hombre-barrena: ¿oís charlar tarse las pecas de la cara, de los candiles de
en el Congreso? el hombre-barrena: ¿leéis un cuatro mecheros, de los vestidos de arlequín,
periódico cualquiera hoy dia? el hombre-barre- de las coberteras de hoja de lata, délos reyes
na: ¿veis el concurso que hay en casa de un ca- constitucionales, de las casas de beneficencia y
pitalista ? ei hombre-barrena: ¿oís por la noche de los diamantes de vidrio.
un pequeño roneo ruido, intermitente y acompa- ¿Veis aquel animal débil, asustadizo y caute-i
sado en la madera vieja del catre? el hombre- loso que va disimuladamente detras de aquel
barrena: el hombre-barrena donde quiera, múl- león para aprovecharse de los despojos de la p e -
tiple, roedor, astuto, infatigable". lea? aquel es el hombre-barrena que se ha apo-
¡Oh prodigiosa mudanza de las cosas! ¡Oh derado de todo en este mundo, porque semejan-
poderosa mano del destino que tan lentamente te al aceite que por todo poro penetra, como el
modificando la condición humana sin echarlo mercurio que se come el oro , es fusible, sutil,
ella de ver, va labrando en la frente de la huma- tortuoso, semejante al calórico que en todas
nidad el misterioso emblema de un porvenir partes se mete ¿cómo pues estranais que se haya
siempre escondido, arrojándola por una imper- apoderado de todo, hasta del imperio de las n a -
ceptible pendiente basta que tope y se rompa la ciones? Ni podia menos de suceder así; el hom-
crisma contra algún mal demonio qué la esté es- bre-barrena, que no puede volar, no hace mas
perando, ó bien se encuentre dulcísimamente que reunir piedras para construir una escalera:
mecida y bañada en algún lago que abajo pueda las piedras son lasflaguezas de la inteligencia
haber de agua rosada! y esta reflexión me la a r - agena y los defectos de la constitución Social;
ranca el considerar que las antiguas sociedades,- conio esta presenta tantos intersticios al diente
en que tanto predominaba la síntesis de las p a - roedor de la polilla, la polilla corroyó las e n -
siones y afectos, fueron víctimas de la irrupción trañas de la sociedad, y esta tuvo gangrena y
de los bárbaros, y que las sociedades modernas, gobierno representativo- El criminal lucha brazo
cuyo emblema es el análisis, son víctimas de á brazo con ella, el tirano la domina á la fuerza,
una universal irrupción de hombres-barrenas; el hopibre-barrena la ulcera. \
"en el antiguo mundo los bárbaros estaban fue- El hombre-barrena es la langosta, las chin-
r a , en el moderno estaban dentro; y si compa- ches en catre viejo, las hormigas en la era, los
ráis la condición de aquellos dominadores con ratones en el gabinete del sabio. ¿A dónde irá
la de estos dominadores también, no podréis uno que logre escapar del hombre-barrena?
menos de esclamar como yo prodigiosa mudan- Concluiré este escrito con una observación de
za de'las cosas 1 mucho peso en la historia, y así se sacará algún
El hombre-barrena manda en el mundo, p o r - fruto de leerlo. Yo por lo que me he ocupado del
que como es múltiple con tarifa estension y co- hombre-barrena; no dudo que las plagas de
mo siempre anda haciéndose casa, no hay punto Egipto no fueron siete sino ocho: me fundo en
donde no haya establecido sus reales. En los que habiendo querido Dios castigar á esta na-
buenos tiempos del absolutismo, principió por ción , los hombres-barrenas que en ella hubiera
364
la habrían castigado bastante; mas de haber libertad en el vestir raya en licencia, y para ser
Dios echado mano de diversas plagas, es pre- elegante es preciso hacerse original. Unos visten
ciso inferir que á quien quiso castigar era á otra á lo parisién, otros á lo dandy, y no son pocos
plaga de hombres barrenas que allí había, con lo los que con su capucha trasera están hechos
que mi aserto está probado. Y vean ustedes cuan unos musulmanes; pero es de advertir que todos
incorregibles son los hombres-barrenas cuando estos elegantes son aprendices ó asalariados por
ni aun así han escarmentado, y siguen royendo los sastres y sombrereros para adquirir parro-
el mundo. quianos. Pueden calificarse de figurines movi-
En verdad, en verdad que del hombre-barrena lizados.
se dijo: «capaz es de comerse á san Antón por Los verdaderos elegantes se dividen en tres
el pie.» I. OVEJAR. clases en España , á saber: aristocracia , justo-
medio y democracia. Las facciones de persona,
no se estilan ya; son cosa muy antigua para que
MODAS DE ESPAÑA.
el buen gusto las tolere, así es que es condición
precisa que los elegantes de España tengan cara
Toda vez que saben nuestros lectores las m o - de fiera, de avestruz ó de otro irracional cual-
das de Londres y Paris, justo es decirles algo quiera; pero las que están mas en boga son las
de las modas nacionales. de zorro en la aristocracia , las de urraca en el
La moda mas general en España, de la cual justo-medio, y las de papa-moscas en el pueblo
ninguna persona decente debe eximirse, es bonachón ó sea la democracia. i
SUSCRIBIRSE A LA RISA. Sin estar suscrito á LA Los hombres zorros llevan sombrero apunta-
RISA no se puede ser elegante, no se puede ser do, levita de muleton abrochada, pantalón de
ilustrado, no se puede ser feliz. ante ajustado, y botas por encima del pantalón.
Por lo que respecta á trages, reina en España En vez de pañuelo, llevan un capón asado en el
la misma anarquía que en todo lo demás. La bolsillo, para no morirse de hambre.
Los hombres urracas visten a l o payaso. Som- j á lo don Julián, es decir, sin trabillas como doff
hiero blanco, gabán corto abrochado, pantalón I Julián Manzano los apetece, y botas sin feetuss».-
V) 365
Los hombres popa-moscas usan sombrerito á muy huena voluntad, y nosotros porque no d i -
]o. cesante con .escarapela blanca, que es signo jera se lo bebimos con la mejor fé y" sinceridad
de paz, gorro negro debajo , gran cuello de ca- del mundo. Valia este ciudadano un caudal para
misa , corbata blanca, casaca antigua, calzón compañero de viaje, sino fuera por un maldito
Corto, y zapato con hebillas, todo de pega. mozo que tiene en casa, á quien él llama su ca-
En cuanto á profesión solo los papa-moscas la chicán; porque sin duda le viste de deshechos,
tienen. Los demás elegantes no tienen necesidad y aunque una prenda se le caiga de mugre, an-
de ella. La gran moda de España es APROPIARSE tes que tirarla, prefiere ir incomodado todo el
LO A GENO. camino á que su cachicán carezca de ella. Digo
esto, porque cuando rompimos la marcha le vi-
mos un sombrero entre las piernas, que desde
* COSTUMBRES RUSAS. que hay sombreros en el mundo no se ha visto
cosa mas detestable. Era de una cosa que en al-
gún tiempo fué seda sobre fieltro, y ahora tenia
SAN PETERSBÜRGO 6 de febrero de 1844. honores de grasa sobre sebo. Si le hubieran ar-
rimado una mecha, arde él, arde la diligencia,
Gracias á mis amigos, pude conseguir dinero y ardemos todos como hachas de viento. Era mas
para el viaje. Gracias á mi dinero logré un que viejo, porque los viejos solo se quedan cal-
asiento en las Peninsulares, y gracias á estas, vos de la cabeza,-y él no tenia un pelo en todo el
salí de la corte, no sin sentimiento de perder por cuerpo. El ala habia volado para siempre á p e -
algún tiempo los goces y guaridas que en Ma- sar de que su amo le daba muchas alas con sus
drid me habían proporcionado mis diez años de caricias :>la copa era tan pequeña que no podría
permanencia. Metíme en la diligencia como Pe- uno emborracharse aunque se la bebiera llena
dro por su casa, después de calcular y temblar de ron ; y por último, lo míjor que tenia era la
y recelar y reflexionar qué clase de compañeros cinta de una seda blanca muy parecida al b r a -
me tocarían. Deciayo, porque sabia que todos mante. Picados todos de la curiosidad, p r e -
los asientos estaban ocupados legítimamente; si guntamos al camarada qué destino reservaba
á cada uno le diera la gana de ser un hombre para aquel mueble tan inútil. ¿Cómoque iuútil?
gordo, y quien dice un hombre dice una muger, nos contestó el amigo : si está casi nuevo, dejen
¿qué seria de mi cuerpo y de mis brazos y de ustedes que lepasen la plancha, y verán cosa
mis piernas atravesando en prensa tantas le- de gusto. A fé que le está esperando mi cachi-
guas? Y se conoce que mis compañeros de via- can , que si no fuera porque va á contraer m a -
je , que ya estaban acurrucados cuando yo mon- trimonio, y le quiere estrenar aquel día, mal-
té, abrigaban el mismo temor; porque cuando dito si yo enagenaba este glorioso recuerdo de
les anunciaron mi llegada , sacaron la gaita por mis antepasados. Y ésto diciendo, le tomó con
la ventanilla y esclamaron con tono de satisfac- ambas manos con mas cuidado que si llevara
un niño Jesús de cera ó un castillo de dulces.
ción : ¡ Albricias, que también es delgado I To-
Entre estas y las otras, pasamos los Pirineos con
cóme buena gente en honor de la verdad, y no
un frió que nos soplábamos las uñas. Echamos
aventuraré nada e« decir que también yo sim-
un sueño, y cuando despertamos deseosos deslo-
paticé con los viajeros. A la media legua escasa
mar un refrigerio, y mas de estirar las piernas,
de camino, todos sabíamos nuestras vidas y m i -
preguntamos al mayoral que cuándo mudaban
lagros; sacamos cada uno nuestra merienda, y
el tiro. Ya pronto, respondió el de la'diligencia;
lomamos aliento para proseguir con ánimo tan
en llegando á Moscow. ¡A Moscow ! esclamamos
larga y penosa espedjcion. Mi compañero de la
todos los viajeros asombrados. Sí señores, á
izquierda, joven del año setecientos y pico, abo-
Moscow! replicó el mayoral; y dando cuatro la-
gado según nos dijo, y no según las apariencias,
tigazos á las muías, prosiguió la marcha can-
traía sumerjido en un bolso del chaleco un fras-
tando:
co de licor de apio, que nos brindó sin duda ¿c
366
En Cádiz tropezó un fraile viejos empiezan á vivir. A los soberanos se les
y en Sevilla se cayó. trata como si fueran verdugos, y los verdugos
Se fué rodando hasta Francia mandan y tienen vasallos y condecoraciones y
y en Rusia se levantó. tratamiento de Magestad. Hasta los virtuosos son
malvados, ñasta los liberales son serviles, y
Paró por fin el coche , bajamos á comer, y por hasta los creyentes son ateos. Todo anda trocado
unas pocas patatas fritas con agua, que noso- por esta tierra, señor Ayguals: no venga usted
tros llamamos cocidas , nos hicieron aflojar un por aquí, donde los literatos están podando v i -
duro por barba. Nosotras decíamos que eran co- ñas, y los cabadores hablan de literatura, que
cidas, y el posadero sostenía que eran fritas ; y es de ver á estos patanes criticar á los inge-
nosotros contestábamos ¡ que no son fritas ! y nios y dirigir la opinión públiea. El año pasado
el posadero replicaba ¡que no son cocidas! y en- un mozo de labor que era alcalde, metió preso a.
tre estas y las otras, y sobre si fueron fritas ó su amo. Es verdad que luego el amo le des-
fueron cocidas, se armó una de palos, que ya me pidió, y desde entonces que no come; pero
pesaba haber salido de Madrid, como á don F r u - por un gustazo ¿quién no lleva un trancazo?
tos Calamocha haber abandonado a Belchile. Lo que le divertiría á cualquiera de esa tierra
Harlo de llevar las piernas encogidas, tuve por lo mismo que á m í , es el ver todas las profesio- '
conveniente no volver á montar en la diligen- nes trocadas. Es de ver al cura tomando el pulso
cia,, y continué mi camino en el caballo de san á los enfermos, y el herrador cantando misa y,
Francisco. El termómetro apuntaba 10 bajo O, y confesando á los devotos. El sacristán afilando
yo creí perder las narices de frió, como sucede ligeras, y el boticario gritar por la noche en la
por esta tierra á mas de cuatro. Encontré mu- calíe ¡las doce en punto y sereno!!! Aquí
chos caminantes sin orejas, sin narices y sin de- cortan el pelo y afeitan los carpinteros con el
dos, y eso que se toman muchas precauciones, escoplo y la azuela; y yo por mis propios ojos he
y apenas sale un hombre de su casa sin llevar visto á un sartenero estañar las patas á un galgo
un brasero en la tripa colgado como quien lleva que se perniquebró cayéndose de la cama. Y por-
una caja de fósforos; pero amigos míos , en Ru- que el perro no sanó, quisieron formar causa al
sia hace mucho frió, principalmente en Moscow calderero y embargarle los bienes, á lo que el
desde que le quemaron sus habitantes con mo- pobre hombre contestó: ¿qué bienes: señores,
tivo de la invasión de Bonaparte. Yo espero sa- si no tengo mas que una burra vieja, que está
lir pronto de esta tierra de nieves, y aunque me para entregar el alma al Redentor?
derrita los huesos pienso no parar hasta la lí- Me olvidaba lo mas interesante de las costum-
nea equinoccial donde los pájaros se achichar- bres rusas, que es la parte de diversiones. He
ran de calor. estado en el teatro de Moscow, que es un puerto
Cosas muy orijinales tengo que contar de R u - de Guadarrama: he dicho poco, es el Polo Gla-
sia. Sus costumbres son tan chocantes, que á cial; pero la compañía no he visto cosa mas ca-
cada paso ofrecen espectáculos increíbles á los liente y destemplada, no sabe hacer mas que
hijos de mediodía. Aquí come el que tiene pan, y tragedias. Algunas veces parecíame oir los ver-,
el que n o , ayuna; pero lo mas admirable está en sos de Bretón de los Herreros J ílon Ramón d é l a
que todos comen por la boca , huelen con las na- Cruz; pero luego me desengañaba de que lo que
rices, oyen con las orejas, y andan en dos pies, presenciaba, no era saínete ni comedia de cos-
escepto algunos que andan en cuatro como en tumbres, porque en este género de composicio-
España, no sé si por instinto, ó porque no les nes no hay catástrofe, y las funciones que yo he
han enseñado mas. Lo que no me estraña nada, visto, todas han acabado en una espantosa y
porque estoy acostumbrado á verlo en mi tierra sangrienta degollación. Salió una noche el autor
todos los días, es que por acá los pobres son mi- á anunciar que a! dia siguiente se despedía la.•
llonarios y los ricos piden limosna. Los jóvenes compañía con la representación de Carlos II.
están todos con un pié en la sepultura, y ios ¡Pobre Carlos III Los trages no eran malos, pe-
367
ro había anacronismos y contrastes tan graciosos y no hay poder de Dios que te resista,
como una Inés con ropage antiguo y peinado á ¿Quieres ver como en fin, yaque tan porra
la moda, y un fray Froílan con barbas de ca pu - en paz á tus cofrades nunca dejas,
chino y hábito de dominico. Sin embargo, la te hago pedir á Dios que te socorra?
función fué completa; porque para darla mayor Cual el lobo el balar de las ovejas
interés, convino la empresa en rifar ¿qué dirán tal vez desprecies mi atrevido reto,
ustedes? ¡ ÜN CARNERO!!! Apenas podía yo sin enojarte ni fruncir las cejas. -
creer lo que escuchaba. Se han visto en el mun - Perdona, Ayguais, perdona si indiscreto
Jo monstruosidades, como niños de tres caberas te busco conociéndote la boca,
y corderos con cuatro patas; pero rifar un car- conozco que me meto en. un aprieto.
nero en una función dramática es un fenómeno Bien sabe este infeliz que te provoca
que no han visto los nacidos. Merece ser embal- que no temes ridiculas bravatas,
samado el autor de la ocurrencia, y ocupar un porque son todas para tí bicoca.
lugar preferente entre los bichos raros de la His- ¿Qué caso debe hacer de un papanatas
toria Natural. Con mas miedo que si metiera quien arrollar logró con sus judíos
mano en cántaro para salir soldado, presenciaba del picante VUiergas \aspatatas?
yo la rifa del carnero, rogando vivamente al ¿Qué caso debe hacer de fruslerías
cielo que no me tocara la suerte de llevar los quien á Zorrilla , defensor de flacos,
cuernos á casa; pero no me valió. Parece que la á asestar obligó sus baterías ?
suerte dijo para mí, al que no quiere caldo, la «No me bato, dirás, con monicacos;
taza llena: y así fué, salió el 124 premiado, que sin bala en el fusil, si les embisto,
era exactamente el número de mi asiento. Corrí- les aturdo tan solo con los tacos, > '
meal pronto de vergüenza: peroluego dije: ven- «¿Has creído, Ribot que todo el pisto,
ga la pieza, que mas vale algo que nada: puede todo el jugo apuré de mi celebro
que si Dios me ayuda, dentro de un siglo tenga á fuerza de pensar? ¡ no, vive Cristo!
una piara de dos 6 tres mil cabezas de ganado; y
«Antes que sea t a l , sin agua el Ebro
estoy resuelto á dar al carnero una vida como
y sin partidoS'has de ver la España,
un obispo. Ocurrióme alguna dificultad al tiem-
pues yo por mas que gaste nunca quiebro.
po de bautizar la criatura, porque llamarle Car-
«Ármate de valor, ya que mi saña
los II hubiera sido rebajar la dignidad del carne-
osaste provocar ; pide paciencia
ro. Llamarle fray Froilan., sobre ser impropio,
á un buen marido ó pescador de caña.
tiene algunos visos de reacción; por lo cual de-
«Muy mal vas á salir de esta pendencia
terminé llamarle el hechizado. Solo me resta d e -
que has suscitado, desdichado vate,
cir por hoy, que pian pian rae vine con mi he-
no sabiendo prever la consecuencia. ,
chizado á esta aldea de San Petersburgo, donde
' «No contra el gerundiano chocolate
permaneceré hasta que las nieves me dejen to-
he gastado,, Ribot, todos mis bríos,
mar otro rumbo. Aquí estoy sin saber de u s t e -
ni vengo fatigado del combate.
des, ni de los compañeros de diligencia, ni del
«Nunca se agotan los esfuerzos míos;
cachicán cuyo sombrero tan alegres ratos me
la vida paso, cual andante hidalgo,
dio durante el camiqo.
aventuras buscando y desafíos.
".;".'•''•• JuiN MARTÍNEZ VILLERGAS. « No cual la avispa vil de armas me valgo
que sepultadas en la herida queden ;
siempre con ellas de las Luchas salgo.
« Si nada en tí tales razones pueden ,
AD, WENCESLAO AKUALS DE IZCO. partido elije y el que quieras toma';
fiero soy con tenaces que no ceden.
Ti¿ que tan pendenciero y ergolista «Y pues te has empeñado en meter broma ;
viniste al mundo para armar camorra, mete broma, infeliz; nada me asusta,
368
sé que no irás por penitencia á Roma, a que al decir flauta yo, tú dirás pito.
Eso dirás, Ayguals, y eso me gusta; Si alguien dijera que el demonio es feo,
á musa menos fuerte ó mas cobarde t ú , al contrario , dirías que es hermoso,
no retara tal vez la mia adusta. porque contradecir es tu deseo.
Porque puedes de bravo hacer alarde ¡No tener apetito es horroroso!...
quiero luchar con tigo en guardia ponte, ¡Qué atrocidad ver pollos y perdices,
en guardia, en guardia ¡ voto á san ! que es tarde, pasteles y biftec, y hacer el oso!
Y antes que con preámbulos te atonte, Al menos las hambrientos infelices
antes que diga el vulgo que parodio pasando por delante de una fonda
el parto tan ridículo del monte. con el olor recrean las narices.
Todos los frenos romperé del odio ¿ No has visto tú cuan afanoso ronda
que inspira tu carácter pendenciero, de comestibles las preciadas tiendas
sin permitirme solo un episodio. un pobre pordiosero? ¡ cómo sonda
No te sonrías, no , que del mas fiero Con sus miradas ávidas las prendas
no es siempre la victoria, y á menudo que vé en el mostrador, prendas queridas,
al mas humilde cede el altanero. que no han de figurar en sus meriendas!
David el arrapiezo matar pudo Solo un par de patatas mal cocidas,
at gigante Goliat, que parecía ó de pan un negrísimo zoquete,
que había de almorzarle entero y crudo. ó dos sardinas rancias y podridas
La fragata que golfos desafia Ingerirá en su estómago el pobrete,
y triunfa del furor de cien tormentas, mas lo comerá todo cual si fuera
muere á veces en plácida bahía. lo mejor de un espléndido banquete.
Y el matón que de víctimas sangrientas Que la salsa mejor, la que supera
cementerios pobló con su florete, a cuantas salsas inventó Estofado
y de la iglesia duplicó las rentas, y á cuantas otras inventar pudiera,
Muere á manos de un torpe mozalvete , La que al nabo del rico despreciado, .
que sin tener una noción de esgrima, al caracol baboso, á la vil berza,
el acero en el hígado le mete. comunica al sabor mas delicado,
Esto sabiendo, Ayguals, no me da grima Es el hambre sulilime con que altrruerza
tu superioridad , ni lodo el eco el que abre sus mandíbulas con hambre;
de tus glorias sin Gn me desanima. ¿ conoces otra salsa de igual fuerza ?
Me tratarás, lo sé, de chuchumeco, Ella ablanda las piedras y el alambre,
gran rival de Villergas y Zorrilla , que el alambre y las piedras comeria
pero no te hagas por piedad el sueco... quien hambre tiene cual si fuesen fiambre.
¿Cantas victoria? Al toro de Castilla Ella la decantada maestría
el tábano derrota en campo raso vuelve inútil del docto cocinero,
y el moscardón mas despreciable humilla. qua es ella la mejor gastronomía.
Aplica el cuento tú, y vamos al caso; Que haya sal, no haya sal en el puchero,
es grave la cuestión ; es importante , bien está sí salado , bien si soso,
y fácilmente no saldrás del paso. ¡ ó gran poder del hambre, te venero!
¿ Qué es peor, tener hambre de cesante Al hombre que es mas pulcro y mas dengo;
siendo mala muy mala la comida, tú le sabes volver indiferente
ó tener buen manjar, tener delante á lo mas repugnante y asqueroso.
Una mesa de todo abastecida Aunque sienta enredársele en un diente
y carecer un hombre de apetito ? una melena que cayó en la sopa,
¿Quién cuestión tan difícil dilucida? sigue comiendo hasta acabar valiente.
Yo digo, y lo sostengo á voz en grito, Sigue comiendo, si en el plato topa
que lo último es peor, y bien preveo mugrienta greña de asquerosa vieja,
369
y así ataca el bocado con estopa. y así equilibra goces y fortunas.
Tal vez lentejas come, y no las deja ¡Hambre divina, pues de Dios emanas!
al encontrar en el fatal guisote tú eres la soberana sin disputa
un bicho que parece una lenteja. entre todas las salsas soberanas.
Yo conozco un marqués, un monigote, Sin tí las que al gastrónomo tributa
que porque en un pastel halló un mosquito el arte de cocina nada valen >
seis criados despidió con un garrote. que el paladar nada sin tí disfruta.
Su patrimonio disipó el maldito ¡Qué cosa mas atroz que ver que salen
con su mucha aficiona los entreses, intactas de la mesa las gallinas
pero puede dar gracias al garito, sin hambrientos hallar que las desalen.
Que aunque le escupen los demás marqueses En vano, Ayguals, sofístico maquinas
porque es pobre quizás, de hambre disfruta para salir del paso un argumento;
superior de su suerte álos reveses. todos se estrellarán en mis doctrinas*
Lástima daba su figura enjuta, ¿Puede haber en el Tártaro un tormento
y hoy parece alemán tan fresco y rubio; que pueda compararse al del magnate
hoy se zampa podrida cualquier fruta. que tiene buen manjar y no está hambriento?
Pescado mas pasado que el diluvio ¿Deque sirven las salsas de tomate
yo le he visto comer en el barreño y cuantos guisos tu ambigú celebra
en que tomó un enfermo un pediluvio^ si todo se le atranca en el gaznate?
No se quejara de una fonda al dueño Mira el jamón y ni una sutil hebra
si le dieran ratones por gazapos, cata de aquel manjar tan delicado
sino porque el ratón es mas pequeño. que el paladar seduce y le requiebra.
En vez de ranas se atracó de sapos, Bien puede compararse el desganado,
y consintió partida tan serrana que está hecho en su silla un mameluco
sin soplar al estafa seis sopapos. si ala opípara mesa está sentado.
«Lo mismo me da un sapo que una rana , Al infeliz y despreciable eunuco
dijo él marqués con actitud tranquila, que las bellas contempla en los harenes
para comer lo que yo quiero es gana.» como si fuera de insensible estuco.
Todo el hambre lo arrolla y aniquila; Concluiré para que mas no penes,
no indaga si por liebre venden gato, esto que es casi una lección didáctica
no sí venden culebra por anguila. que me debe valer mil parabienes,
Todo manjar para el hambriento es grato, Un hecho refiriendo: así tu táctica
y al dar hambre á los pobres, Dios nos prueba, no me podrá arrollar, pues mis razones
que es él muy bondadoso y muy sensato. muestro corroboradas con la práctica.
Zámpase el rico la primera breva; Un cura de escelentes condiciones,
pera él son los faisanes y los pollos, muy querido en la aldea en que vivia
para él los pavos el aldeano Ceba. de adultos, viejos, hembras y varones>
Para él el panadero amasa bollos 4 Celebrar quiso de su santo el dia
y para él guarda el mísero hortelano con una estraordinaria comilona
de las tiernas lechugas los cogollos. que barrigas sin fin henchir debia.
A él consagra el olivo sevillano Tenia, á mas de una ama santurrona $
sus ricas aceitunas, y el besugo i el cura un endiablado monaguillo
crian para él las aguas del Océano* mas ágil y goloso que una mona.
Y el Supremo Hacedor que no le plugo Llegó eldiafeliz; atrajo al pillo;
dar al pobre las ricas aceitunas, poco antes de comer> á la cocina
le sabe contentar con un mendrugo. el olor que exhalaba cada hornillo.
Hambre le da para que coma tunas En ella nadie habia; á la sordina
eon mas gusto que el rico las ananas, I á levantar empieza tapaderas,
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370
y en seguida á cebar su golosina. porque estoy cierto de salir triunfante.
Abrasóse las manos muy de veras Que tú me impugnarás, esto es seguro,
y muy de veras se abrasó el esófago, y con muy ingeniosas sutilezas
mas tenia eseelentes tragaderas. me meterás tal vez en un apuro.
Comió, engulló, se hartó como antropófago; Tal vez reduzcas á menudas piezas
dio á dos tordos su tripa sepultura los datos que tan fuertes he alegado;
y sirvió á muchas piernas de sarcófago. sé que tienes valor, que harás proezas.
Llega la hora de comer; el cura No importa, que aunque'Salga derrotado
á la mesa se sienta y á su lado gran fama de valiente habré adquirido;
el pobre monaguillo sin ventura. cuando un hombre con brío ha peleado,
¡Qué lástima da verle!... ¡desdichado! su mérito no mengua el ser vencido.
ve la sopa llegar, luego el cocido, A . KlBOT V FONTSEKÉ.
dos pollos luego y luego un pavo asado.
No come el infeliz porque ha comido <,
y al verse de aquel modo inapetente EPÍGRAMA.
pvorumpe en un tristísimo gemido.
La causa le preguntan bruscamente
el cura y los demás de su quebranto,
y él espresar no puede lo que siente.
No acierta mas que á deshacerse en llanto,
de tal suerte mojó la servilleta
que ningún rio la mojara tanto.
Mas pronto el cura adivinó la treta,'
viendo varias perdices sin pechuga,
viendo varios pichones sin aleta.
Los labios frunce, el entrecejo arruga,
y al ver el chico su ceñudo gesto,
quiere su salvación fiar á la fuga.
Pero el cura detiénele en su puesto,
y para castigarle no da un grito,
ni le ultraja siquier con un denuesto.
«Lloras, le dice, por qué estas ahito?
bien t.u glotonería Dios castiga
quitándote del todo el apetito: - r5 / -
«V para que en el mundo no se diga-
que impunes deja un cura á los glotones^
quiero ante tí que la comida siga.» •
¡ Qué bien meditó el cura estas razones 1
¡qué castigo mayor darle podía
que cercarle de pollos y capones! Tenia Miguel afán
Jamas esta cuestión terminaría, . por ostentar librería,
si en corroboración de mis asertos y gastaba su manía
presentase otros datos que podría. ' mas en librajos que en pan.
Dos hechos,bastan que te doy por ciertos; Pero ya gratis, Miguel,
habla tú luego, Ayguals; ya te eché el guante, tiene lectura de sobra ,
sí no lo coges, me han de oir los muertos. pues lo selecto de una obra
A un perito nombremos al instante; está todo en el cartel.
yo á lo que él diga conformarme juro, WENCESLAO AYCUALS DE ízco.
371
CARTA DIRIGIDA quietismo, haciéndote pancista, que es todo lo
AL ESPATRÍADO
mas malo que puedes hacerte: escribe cuando
no otra cosa, un sistema nuevo de agricultura
JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS. sin olvidar el arte del arado, sobre el que pue-
des tú mejor que nadie hacernos esplicaciones:
Madrid 11 de mano da 1844, ponte de acuerdo con don Agustín Pascual, que
Sin baber pensado jamás «n geografía, ni ha- viaja por esos países, estudiando la plantación
ber estudiado mas planos que el croquis donde de los árboles, creyéndonos todavía por los años
se dio la batalla en que apareció el apóstol San- de Fernando Vil, en que no habia fuente caste-
tiago con un escuadrón de coraceros, nos atre- llana ni arbolilos en medio de las calles : dinos
vemos á asegurarte que te diriamos dos por tres también el sistema de gobierno de esa parte del
hacia qué lado del planeta se encuentra tu San África en que te hallas, y cuéntanos detenida-
Petersburgo , en el cual has descubierto tantas mente los usos y costumbres de ese pueblo por
cosas ignoradas hasta hoy por nosotros pobres civilizar, poniendo las señas de tu casa , por si
habitantes de la villa y corte de Madrid, que es vives aun en la manzana de Adán.
el suelo mas clásico del mundo. Sin embargo de Por acá poco tenemos de particular que noti-
nuestra reserva, no creas por eso tampoco que ciarte : los cesantes van sentando plaza, y las
ha de quedar ignorado de los lectores de LA viudas se han opilado : Madrid sigue tan frió,
RISA ese San Petersburgo tuyo; porque hemos tan negro y tan bajo de lecho como siempre :
llegado á recibir cartas y periódicos de Setan- las calles mas tortuosas que nunca, por cuyo
sos y de Montevideo, sitios que has tenido la motivo aunque las intenciones sean derechas
honra de pisar, con especialidad Betanzos, en siempre caminamos torcidos : hay también m u -
que te suponen caminando en la Mala para chas calles cuesta á bajo, por las cuales no hay
Buenos-Aires y Golfo de las'Teguas, donde no mas remedio que bajar.
se acuerda nadie de tus bailes , y aunque sabes Sabrás como quitaron á punta de lanza la lá-
muy bien por esperiencia que las noticias de pe- pida de la Puerta del Sol, que decía con desco-
riódicos necesitan siempre de confirmación, n o - munales letras EL GRATIS, y era un recuerdo
sotros no vacilaríamos en darles crédito una amargo de los tiempos en que habia algo gratis;
vez, sino quisiéramos persuadirnos que te hallas pero en cambio sabrás también como no han
en San Petersburgo , solo porque tú lo dices. borrado otro letrero mas descomunal todavía
Esta únicamente se dirige, buen amigo Yi- que dice UNION COMERCIAL : hemos oido que
llergas, á saber Si no has padecido el descuido quieren que se venga á bajo por su peso.
de presentar tu pasaporte, que va sin enmien- D. Ignacio Boix. que tú conocerás y nosotros
da, á todas ]<as justicias del tránsito para su r e - también, sigue publicando la obra de Los espa-
frendo, cosa deque no has debido olvidarte, y ñoles , que es una obra grande porque formará
si al entrar en Montevideo no le llevaste para la muchos tomos.
toma de razón al comisario de policía de tu De política ya sabes que no se puede hablar,
barrio : no te incomodes por estas observaciones por cuya razón El Mundo ha dejado en paz al
hijas solamente de nuestro buen deseo de darte señor Krooque, y ya no pinta mas los burros co-
á entender el nuevo sistema de pasaportes para miéndose el programa. Los ómnibus continúan
los que viajan en la Mala como t ú ; y si acaso su marcha magesluosa y grave desde la Puerta
le incomodares , con mandar franco de porte un del Sol á la Cibeles, sin haber acelerado el pa-
billete de desafío á la Sociedad Literaria, calle so, ni haber bajado el rea! de los asientos, evi-
de S. Roque, núm. 4, decidiríamos como caba- dentísima señal de que el progreso anda de capa
lleros la cuestión. caida.
Dinos qué piensas en ese pueblo donde se De periódicos de literatura' andamos mal. Hay
caen de frió las narices, cosa que entre parénte- una mano oculta detrás del Nuevo Avisador,
sis nos parece mentira; y no te abandones al empeñada en que no medre uinguno.
372
Te has perdido en el teatro de la Cruz una de se suena por la nariz ,
sus muchas novedades ; Mr. Lebceuf, gran pres- si se irrita se sofoca,
tidigitador, carga con un canon de á OC|IO, co- hace ruido si estornuda,
sa que no hace Lombía; y en el Príncipe se ha y hasta escupe por la boca.
silbado estrepitosamente el beneficio de don An- Y por rarezas y antojos
tonio de Guzman, cosa que sentimos mucho. son parientes los hermanos
Ocurren otras varias novedades todas dignas como dos y una son tres;
de tu soberana atención; y con el fin de ganarte tienen la vista en los ojos,
por la mano para si piensas contestarnos en ver- los zapatos en los pies,
so, recibe esos NOVENTA que á buena cuenta te y los guantes en las manos.
mandamos; haciendo el uso que gustes de nues- Y por el que está en la cruz
tras noticias, que no escasearán indudablemente que el que se marcha se aleja,
si el señor Ayguals, director de la Sociedad Li- y ninguna llega á vieja
teraria y de La Risa y del Dómine Lucas, no de las que se mueren antes s
se olvida de franquearuos las cartas. y estando á oscuras no hay luz,
ni son tontos los tunantes.
Ya que en tu carrera vaga Y el que al mundo sale tuerto
nos dijiste de los rusos usa solamente un ojo,
Jas costumbres y los usos, y soto una pierna el cojo,
yo de Madrid te diré y se ve con estrañeza
las últimas novedades: que es verdad todo lo cierto
amor con amor se paga. y hablan todos con cabeza.
Pues sabrás, amigo mió , Quien bebe vino algo bebe ,
que ahora han dado en la manía á los presos los encierran,
de arroparse si hace frió , y si cae agua es que llueve,
y hasta los que tienen coche el que cayó se derrumba,
suelen velar por el dia el que se tiende se tumba,
y suelen dormir de noche. y al que se muere lo entierran.
¥ acostumbran á ir andando Ya ves si son novedades
los que siempre van á pié; las que te cuenta este hermano,
y hay algunos ayunando pero sé que este verano
aunque no por devoción al revés hemos de andar :
que siguen esta aprensión estas son las variedades
porque no tienen con qué. que vamos pronto á observar :
Y casados y doncellos, Irán de cofia los chicos,
y la fregona y la dama y las mugeres con fraque
de cuando en cuando se mudan y sombreros de tres picos.
y sin reparo ellas y ellos Mas Yillergas no te asombres
insolentes se desnudan... viendo hacer media á los hombres
para meterse en la cama. con galgas y meriñaque.
Aquí quedan ellos y ellas Los mudos saldrán cantando,
cuando se mueren difuntos , y con obuses de á veinte
y sin vergüenza ni afán, irán las viejas cazando
los bellacos y las bellas y los jóvenes hilando,
suelen acostarse juntos... los ciegos viendo la gente,
cuando casados están. y los sordos escuchando.
Mas que los rusos feliz, Y es que entonces mas felices
el que se halla incierto duda, habremos de llevar todos
373
en la frente las narices; todos hablarán en chino.
y pues todo se trabuca, Si esta carta no te peta
irá la boca en los codos les importará un pepino
y los ojos en la nuca. á Urrabieta y Asquerino,
Por medio de una trompeta á ASQUERINO y á URRABIETA.
Sali de San Petersburgo, soplándome las uñas discusiones acerca de la profesión que mas le
de frió. Nevaba si Dios tenia qué, y martirizába- convenia, y conociendo su natural aversión al
me la idea de tener que atravesar una dilatada y trabajo y su inclinación á las muchachas y al
escabrosísima sierra; porque aunque en mi silla chocolate, le metieron en un convento; y estan-
de manos no llevaba capote y sí capota, decia do en el convento, le hicieron profesar, y cá-
para mi capote : si aquí nieva ¿ qué será en la tate Periquito hecho fraile.
sierra? Encontré por mi desgracia en el camino Iba fray Periquito montado en una burra par-
un hombre chiquirritín llamado Pedro, que des- da, que tenía la tripa como todas de color de
de que nació por ser negro como un tordo le pu- nube. Por eso cuando quiere llover, decimos que
sieron Perico, y después, atendiendo á su huma- está el cielo de color de panza de burra. Lleva-
nidad liliputiense dieron en llamarlo Periquito. ba unas alforjas muy grandes, que le servían
Díjome que no teniendo bienes de fortuna, sus de estribos para resguardar los pies del rigor-de
padres le dedicaron al estudio. Hubo grandes los hielos, cuando sentimos un alboroto que á
374
mí me puso en gran cuidado, temiendo que nos de la muerte del poeta español. Toda la orilla
asaltase alguna cuadrilla de bandoleros; pero el del rio estaba cuajada de nieve, y de vez en
fraile me disipó el miedo diciendo: denme lugar cuando topábamos con montones de cenizas de
á sacar los pies y aunque nos ataque un regi- las hogueras que hace el barqiíero para calentar-
miento de facinerosos, no sabe usted quien soy se día y noche; y yo viendo tantas cenizas, y
yo cuando saco los pies de las alforjas. Echó pié diciéndome el barquero que eran suyas, esclamé
á tierra, y la burra delante, que tomó por aque- ¡Válgame Dios, á donde han venido á parar las
llos cerros el trote del cochino. Yo rogaba á fray cenizas de Calderón de la Barca!! !
Periquito que no soltara el ramal, porque de- Encontramos unos gitanos, y como yo iba a
cía para raí : este maldito fraile será capaz de pié me dirigí al mas viejo, diciendo ¿cuán-
alguna barbaridad si se le ya la burra. Obedeció to quiere usted por ese pollino? El gitano no
mi mandato, con tanto mas celo, cuanto que el quiso entrar en ajuste hasta que yo no probara
alboroto campestre crecía por momentos. ¿Quién el valor de la bestia, y al efecto mandó á un mu-
sabe decia fray Periquito ; hoy se casa un veci- chacho manco que montara, y le dio una lesna
no de la inmediata aldea, llamado Camacho: para que se. la clavara al burro cuando hiciera el
puede que sean las bodas de Camacho lo que nos remolón. Montó el muchacho, y el borrico, que
tiene sobresaltados, y cosa de bodas parecía; solo tenia un ojo abierto, á pesar de e s t a r á
porque vimos atravesar una piara de cabras que punto de cerrar al ojo, dio tal carrera que bebia
iban huyendo de un lobo, y detrás del lobo la-
draba un perro,,y detrás del perro trotaba el
pastor, que, aunque nada llevaba roto, gritaba
como un descosido : \ que se me van las ca-
bras!!!
El pastor , el perro, el lobo y las cabras desa-
parecieron: una densa niebla inundaba el hori-
zonte, y nosotros proseguimos nuestro camino
hasta encontrar con Un rio que debia ser'mülo-
nario de puro caudaloso. Fuimos á pasar por el
puepte, y no me atreví porque estaba roto. Bus-
camos el vado, y vimos atravesar un animalu-
cho de mala isátadura, aue á pesar de su e s -
traordinaria magnitud me pareció una rana: los vientos. El chico; aunque manco, le metía
hizo un cuarto de conversión , y se me figuró con disimulo la lesna hasta el corazón ( 1 ) , can-
pez; y decia el fraile: no^'pues el animal no es tando por lo bajo la doctrina cristiana de esta
rana : y contestaba yo: pues no me parece pez, suerte ; contra estos siete vicios hay siete virtu -
y en la incertidumbre esclamábamos á dúo: ¿sí des: contra lujuria, castidad; contra pereza una
será pez? ¿si será rana? Por si no era lo uno ni lesna... Y el padre respondía-, ¡aprieta manco!
lo otro, no me determinaba á pasar el vado, ni Y yo que conocí la treta, procuré no abrir la
me resolvía tampoco á atravesar el puente; pero bolsa ni cerrar el trato, diciendo que el burro
el fraile gritó: ¡miedo! y yo respondí pregun- era viejo, porque tenia mas bigote y pera que
tando: ¿quién dijo miedo? y añadí: el rio se ha un cabo de gastadores, á lo que contestó el pica-
de pasar, con que al vado ó á la puente: y no ro viejo: no señor, el burro no tiene pera ni p e -
pareciéndole bien al fraile, tomamos el tole por ro. Conociendo yo la debilidad del b u r r o , tiré
el rio abajo hasta dar con una barca cuyo bar-
del rabo y hice andar ocho pies á lo cangrejo.
quero se llamaba Calderón. El fraile le hizo mil
¿Cómo quiere usted, le dije entonces al gitano,
reverencias pensando que aquel hombre era
nuestro famosp Calderón de la Barca ; pero yo
nunca creí tal cosa, porque me consta !a fecha ( i ) Los burros tienen el corazón en la parte
posterior.
375
que compre yo una bestia que reeula con tanta tiempo de beber: ¡válgame Dios,, con «sto y un
facilidad? ¥ el tuno del gitano, que para todo bizcocho hasta las ocho! ••• ,¡ ;,¡ •
tenia salida, me contestó: señor, déme usted Llególa hora y las tripas se me afligían; por lo
doble dinero: ¿pues qué mas quiere usted que cual me resolví á pedirá la moza un poco de pan
tener una bestia que anda tanto hacia airas co- que ella me dio de muy mala voluntad, t r a t á n -
mo hacia alante? Lo cierto es que no hicimos dome de tonto; pero yo dije: tú dame pan y llá-
chamba, y fray Periquito y yo llegamos á un lu- mame tonto. Tal fué mi aturdimiento, que no
gar de cuyo nombre no quiero acordarme. me atreví á salir del pueblo: el fraile que había
Pidió fray Periquito una baraja : yo le dije vendido el alma al demonio, se fué tan listo co-
que si se trataba de jugar al m u s , y él me con- mo alma que lleva el diablo.
testó : no hay mus. Pusímonos a jugar á la mali- El mesonero, que también es herrero y alcalá
lla, y uno decia: ¡si fueran triunfo las copas! de constitucional del pueblo ( 1 ) , es un tío Lila
y otro: ¡si fueran triunfo las espadas 1 hasta que que sabe mas que Medin, y voy a c o n t a r algu-
dijo el fraile: oros son triunfos. Y como el fraile nos lances que pre'senciéfcn pocos días.
que iba compañero mió, quería a t e n d e r á mi Andaba un pobre tío vendiendo espárragos,, y
juego y yo al suyo, uno de los contrarios que se le dijo el herrero:,¿cuánto quiere usted p o r l a
llamaba Antón Perulero, nos gritó: imanda An- mitad de los que lleva? El esparraguero, aun
tón Perulero que cada cual atienda á su juego! que no era cubero bueno ni malo, hizo un cal-!
Lo que mas me desesperaba, era que siendo to- culo prudente á ojo de buen cubero, de lo que
das mis cartas malas t a ñ e n grado superlativo, valían la mitad de sus manojos; y le contestó:
que rayaban en malazas, malotas y malísimas una peseta. Corriente dijo el herrero; y cogiendo
no hubiera ninguna en diminutivo como mali- un cuchillo, que por cierto no era de palo , y eso
n a s . Luego el de mi izquierda, que se llamaba que dicen qué én casa/* del herrero cuchillo de
Birlibirloque, tenia un modo de jugar, que chu- palo, empezó á partir los espárragos por la m i -
paba los cuartos á todos; y no digo que nos los tad, quedándose él con lo de la punta y devol-
c hupaba sin sentir, porque demasiado lo sentía- viendo al vendedor el tronco. Clamaba el tio que
nlos nosotros. Juraba yo que aquel hombre nos aquello era una injusticia; y respondía el herre-
ganaba por arle del demonio , y él porfiaba que ro: yo he ajustado la mitad , y lo ajustado ajus-
no, que era por arte de Birlibirloque. Al fraile tado; y como ademas de tener razón era alcalde,
le iban tan malas cartas como á m í ; pero se con- quedó la cosa así. Bien conocía el alcalde que
solaba llenándose las narices de rapé, y dicien- era una injusticia; pero decia como todos los
do ¿cómo ha de ser? A mal dar, tomar t a - mandarines del mundo: justicia , y no por mi
baco. casa. :j i'\
Las cartas son lo mismo que las de Madrid, Juróselas el esparraguero, pero en valde, por
cscepto los reyes, que todos tienen una cachi- que el infeliz tuvo que abandonar su comercio y
porra al hombro, de suerte que en lugar de de- se puso á vender paja. Un dia qué el buen hom-
cir el rey de bastos, dicen la porra de bastos, y bre pasaba por casa del herrero con un gran sa-
como los reyes en todas las barajas valen doce, co lleno de paja, le dijo este : ¿cuánto quiere us-
de ahí viene sin duda el decir ; porra y tres quin- ted por ese saco de tierra? y como el otro le
ce. Mi compañero perdía el dinero como un bobo, contestó que era de paja , replicó el herrero: pues
y yo como otro bobo; ;de suerte que el bribón de mire usted que á mí no me habia parecido saco
Birlibirloque dijo al despedirse con nuestros de paja; pero supuesto que es paja se la voy á
maravedises: entre bobos anda el juego. Queda- comprar con condición de que la han de comer
mos con luz y á buenas noches, sin mas dinero mis machos; y si no, me la ha de dar usted de
que lo justo para tomar un bizcocho y un corta- valde. Quedaron corrientes, porque decia el pa-
dillo de vino para toda la noche; y com<{ á las jero: ¿cómo no han de :comer mi paja los raa-
ocho del dia siguiente habíamos de romper la
(1) Ya ven ustedes que progresamos cuand»
marcha, eselamábarnos mi compañero y yo al hasta en Rusia,_hay alcaldes cün^t,itucÍQ,nales.
376
chos? y uno y otro se fueron á la fragua á hacer quiera el cielo que el tiempo, cuya lima
la prueba. Los herreros llaman machos á los hasta los bronces gasta,
mazos grandes de hierro con que ellos trabajan: de la fatal devastación te exima
así es que aunque la paja era buena, no la co- que anonadó tu desdichada casta.,
mían los machos del herrero; y él decia con mu-
cha sorna: ] qué mala pajal ¡no la comen los La edad mi boca saqueó, mas creo,
machos! Amostazóse el pajero y le dijo: ¿cómo fiel y constante muela,
han de comer la paja si los tiene usted muertos pues sola te librastes del saqueo
de sed? Y esto diciendo, los arrojó en un pozo de que hay algún ángel que los dientes vela.
ochenta varas que había en la fragua; y el que
quiso sacar de valde un saco de paja que no va- j Pero tú también tiemblas! y he notado
lia ocho cuartos, tuvo que gastarse un doblón que tú temblor es miedo,
en sacar los machos del pozo. que encontrándote sola en despoblado
Convidáronme á un ojeo de liebres en la mar, el pánico terror te hurtó el denuedo.
y en este puerto pienso permanecer hasta que el
herrero me escriba; pues se ha encargado de ha- 1 Me dejarás también I ¡ también tú tratas
cer un camino de hierro para Madrid, de modo de desertar tu puesto ,
que mientras no se acabe la obra, piensa no ver de tus hermanas imitando ingratas
sus antiguos amigos. ejemplo tan traidor como funesto!
JCAN MARTÍNEZ VILLERGAS.
¡Horrible defección! ¿quién te dijera,
mi desdichada boca,
LA ÚLTIMA MUELA. cuando dientes formados en hilera
ostentabas mas fuertes que una roca,
Y aunque es cosa algo alegórica Los tales picos fueron ruines y miserables
lo que acabo de decir, hasta en el número, eran tres solamente, no
siempre es justo permitir pudieron llegará cuatro. Verdad es que los lle-
una figura retórica. varon Moratin, Meleudez, Florídablanca y otros
muchos sabios, q u e , perdóneme su a u s e n c i a , !
Los sombreros llamados de tres picos, ocupan pesar de su sahiduria y su talento, eran ridícu-
en nuestra historia un lugar importante. Yo... los y estravagantes.
casi me dan tentaciones de defenderlos. Su ori- El capitán del siglo, se me dirá, el grande
gen, sin embargo, es sangriento, es revolucio- NAPOLEÓN, el vencedor de Austerlitz y de Ma-
nario. Cansados los pico* deestar orizontales,se rengo, llevó sombrero de tres picos. Cierto,
pronunciaron contra sí mismos, que el pronun- certísimo, y á fé, á fé que no me dejarán men-
ciarse contra sí mismo es el peor de los pronun- tir las aleluyas. Pues á eso respondo yo mal imi-
ciamientos. Hubo aquello de andar al morro que tando á Iglesias:
era una bendición de Dios, y el resultado de la
¿No veis á Napoleón
refriega fué que salió vencedor el de mas fuerza
con la cara de guerrero?
cosa que sucede muy á menudo, quedando per-
Pues con su rostro, sombrero,
pendicular y alzando la cabeza al cielo como
su carácter de león
quien dice: «aquí estoy yo.» Los otros dos picos
y sus sesos de elefante ,
quedaron orizontales como antiguamente, y con
era un hombre estravagante.
la humillación del que sale vencido, parece que
están diciendo « perdón.» No puedo asegurar el Basta de sombreros de tres picos; y vamos á
dia de la batalla, conocida con el nombre de los otros que se pasan de chatos; mientras rezo á
picos; pero sí puedo decir que sucedió mil años aquellos el siguiente
antes del nacimiento de nuestro señor Jesucristo;
la hora permanece ignorada, pues todavía no se EPITAFIO.
habían inventado los reloges. Bajo esta losa se estén ,
H é a q u í / origen de los sombreros de tres pi- \ requiescant in pace. Amen.
390
Los sombreros de copa alta se "presentan á Esto les dije
nuestra vista. ¡ Cuántas variaciones ha inventado yo con afán
la pompa vana de los hombres! Qué de ridicu- á los vecinos
leces en los sombreros! ¡Oh necedades munda- de mi lugar.
nas ! Pero... no señor, esto va muy triste no me Gritaban muchos:
acomoda seguir como lo podría hacer un es- ¡ vaya, no están
claustrado hambriento, que son dos gracias d i - los tiempos estos
vertidas. para gastar!
Ya sombreros en forma de alcuza boca abajo, Mas,"convencidos
ó hablando geométricamente , de figura cónica. de la equidad
Estos no los llevan ya mas que los cesantes, con que sus obras
quienes los sacan del polvo del olvido, de entre publica Ayguals,
muebles viejos, de algún desván lleno de telara- Me contestaron:
ñas, y que permanecían jubilados. Ya sombre- vamos allá,
ros en forma de morrión , derechos como husos. que esa es harina
Ya sombreros á lo setembrista; copa baja, ala de otro costal.
ancha y sus borlas correspondientes, que no pa-
recía sino que llevaban el progreso colgado de Sinforianila
las borlas. En fin, sombreros á la derneire. E s - la de don Blas ,
tos son unos sombreros en miniatura , propios tiene un rendido
de ¡gente menuda, de jovenzuelos chiquilicua- joven galán.
tros y de personas de cabeza redonda , son por Ella lo quiso
decirlo así, escrúpulos de sombreros. No se apu- desperdiciar
ren ustedes, que ya inventarán les [raneáis otra porque no gasta
clase de sombreros como los de los maragatos, y guantes ni frac.
vayase la una por la otra. Pero su madre,
También hay sombreros con... (no me atrevo que es muy sagaz,
ádecirlo)... Con... CON GRASA!! Traslado á no la permite
la oficina de don Abundio. Los calañeses... ¿ p a - volverse atrás.
ra qué hablar de ellos? si de cualquiera manera Porque hay muy poros
que consideren ustedes al sombrero, les pare- que quieran ya
cerá ridículo. sufrir la caTga
matrimonial.
Y ya cargándome están, Y la otra dice-,
que su moda es tan cargante, pues venga acá,
que tentaciones me dan que esa es harina
de encasquetarme un turbante de otro costal.
como el que lleva el sultán.
líice yo un día ,
EDUARDO LÓPEZ PELEGRIN.
veinte años ha ,
de no casarme
voto formal.
LETRILLA. Porque he pensado
¡ voto va san !
¿Quién el sublime que pobre y fea
y original me ha de tocar.
DÓMINE LUCAS Mas si por una
no comprará"? casualidad
391
hallo una Venus Para eso alcanzo
angelical la gloria allá,
De quince abriles que eso es harina
y sin mamá de otro costal.
y un milloncejo
de capital, Cierto frailóte
Diré: no hay voto vi predicar
de castidad, contra la poca
que esta es harina moralidad.
de otro costal. Encarga el seslo
no quebrantar,
Luis se pronuncia porque es al alma
con mucha s a l , perjudicial.
porque la patria De que Pepita
quiere salvar. tuvo un galán ,
Nada pretende; treinta rosarios
no quiere mas la hizo rezar.
que la española Porque una dama
felicidad. mantiene J u a n ,
De los ladrones creo que á Roma
habla muy mal > descalzo va. • • ;• .
que solo chillan ¿Y qué hace el fraile?
para medrar. Mantiene un par.
Razón le asiste;
mas si al final Esa es harina
al tal patricio de otro costal.
turrón le d a n ,
JUAN MARTÍNEZ VILLEHGAS.
Seamos francos
¿lo escupirá?,..
Esa es harina
GRACIAS DE LOS NIÑOS.
de otro costal.
<**
Esta caaresma No hay plaeer en el mundo que compararse
me ha de matar pueda al placer de ser padre, á no ser quesea
con tanta y tanta el placer de ser madre. Esta verdad no es nueva,
necesidad. pero es consoladora, y muy á propósito para h a -
Aunque me pierda cer que renuncien al celibato hasta los enemi-
con Barrabás, gos mas furibundos dei santo matrimonio. Con
voy los ayunos todo, no temo yo declarar á la faz del mundo,
á quebrantar. que es mi opinión tan opuesta á la paternidad,
Pero ¿qué digo? que nada encuentro tan detestable en este valle
no haré yo tal, de lágrimas como un niño desde que nace hasta
que lo condena los cinco años. Pasada esta edad de crisis, ya es
la cristiandad. otra cosa; los muchachos de uno y otro seso
¿Qué es lo que al cabo hasta los quince años, son ya nada menos que
resultará ? insoportables. Mirabcau y Napoleón han dicho:
¿Morir de horrible «11 n'y a de peres de /'amule véritablement heu-'
necesidad? reux que ceux qui ríont pas d'enfant!
392
Todos saben lo que es un muñeco recien naci- pucherito, y la desgraciada (entiéndase la per-
do. Desde que abre los ojos, no hace mas que ra) corre con su batería de cocina por esas ca-
desgañifarse llorando noche y dia, sin que nadie lles de Dios hasta que suele ser víctima de las
sepa por qué. Mas grandecito tiene la misma pedradas de otros angelitos no menos traviesos.
gracia, con solo la diferencia que ya entonces se Se me contestará que esta y otras travesuras son
sabe por qué llora el angelito. Unas veces por- hijas de la mala educación. Verdad e s ; pero
que tiene dolor de tripas, otras veces porque ¿cuál es el niño que no esté mal educado? Fuer-
quiere que su nodriza le dé la teta, otras por- za e s , sin embargo, confesar que hay ciertos
que se le antoja romper los cristales de los an- padres que no permiten á sus hijos moverse de
teojos de su padre, y otras en fin porque quiere su lado, ni les dejan correr por las calles para
que su madre le dé la luna que ve reflejar en a l - abandonarse á los juegos de la infancia plebeya.
gún arroyo. El gran Newton , tan aficionado co- Pero no por esto dejan los inocentes párvulos de
mo era á averiguar el por qué de ias cosas, h u - hacer ostentación de sus gracias. Que un caba-
hiérase dado por muy satisfecho siempre que llero respetable por lósanos que cubren su riza-
uno de estos mocosuelos hubiese podido espli- da peluca llega á hacer su visita á la mamá de
carle el por qué de su frecuente chillar. dos amables criaturitas. La niña empieza por
Cuando el niño entra en el segundo período, empinarse por las piernas de aquel santo varón,
del cual hemos hablado ya, estoes, la edad de y sentada en sus rodillas se divierte en estirarle
cinco á diez años, el que es de carácter alegre, su voluminosa nariz, mientras el señorito se
comete sin cesar tan estrambóticas travesuras, sube por el respaldo de la silla, y levantando la
que no hay aguante para ellas. La menor de ellas peluca del paciente, le escupe en su venerable
es atar á la cola de la perrita de su mamá un calva.
La tierna madre, feliz y orgullosa al contem- dice al cabo de una hora: «Hijos mios, no seáis
plar la jovialidad de su prole, porque la joviali- molestos; acabareis por enojar tal vez á este ca-
dad es indicio de salud, rie y celebra las gracias ballero.» Y el caballero se ve obligado á contes-
de sus querubines ; y después de haberles dejado tar: «deje usted que se diviertan.»
martirizar completamente al pacífico ciudadano, La felicidad de esta tierna madre desmiente el
393
íiieho de Mirabeau y Napoleón, de que no hay han de lamentar algunos
mas padres de familia verdaderamente dicho- el mirarse á cado paso
sos, que aquellos que no tienen hijos. Desdicha- con un amigo importuno
dos de los que tienen que hacer visitas á padres q u e , con el álbum en ristre ,
con angelitos. les pide cuatro rasguños.
WENCESLAO AYGUALS DE Tzco. Yo soy, hombre que lo entiendo ;
si alabarme no procuro...
Mas no me podrán decir
que no sé hacerlo con pulso.
EPIGRAMA. Digo, que entiendo el busilis,
y que huyendo siempre el bulto,
por no escribir una sílaba
paso por grosero y brusco.
Vino á verme la otra tarde
mi amigo, el señor don Bruno,
y después de prodigarnos
mil cumplimientos á dúo,
sacó el consabido mueble
y en las manos me io puso,
siguiendo á la acción el diálogo
que á continuación embuto.
í
404
d é l a que él ocupe, quedarán desiertas desde los satíricos sobre lo? hombres üe poca talla, no
luego, á no ser que sean los espectadores bas- heriría á nadie absolutamente. Los enanos esos
tante magnánimos para pasar toda una fancion infelices á quienes ha condenado su mala suerte
con ambas manos aplicadas á las narices, j A. y á no poder participar con los ojos de ningún e s -
de ellos si destruyen casualmente esta solución pectáculo ni de ninguna diversión que atraiga
de contigüidad establecida entre las manos y el mucho gentío , esos infelices que treinta años
órgano olfatorio! ¡ Ay de ellos si dejan un mo- después de haber nacido podrían sin encontrar
mento abiertas las ventanas de la nariz. Este obstáculo volverse al seno de su madre y allí
descuido puede costarles la vida. Los pestilen- permanecer en estado de feto tan á sus anchuras
tes miasmas están en acecho, y cuando menos como en una plaza pública , desaparecerían des-
se piensa se introducen como ladrones hasta el de luego de entre nosotros; con el auxilio de las
mas recóndito rincón d é l a pituitaria. Y como piernas todos lograrían agigantarse y se pon-
un sudador de pies no por ser tal ha de ser un drían al nivel de los mismos á quienes ahora so-
Calígula ó un antropófago, es de aquí que nun- lo pueden hablar al oido por medio de una esca-
ca va al teatro como no pueda tomar solo para lera de mano. Entonces estos desventurados, que
él un palco entero, ya que no se le consienta to- no por ser pequeños dejan de estar hechos como
mar todas las localidades del patio ó de la cazue- nosotros á la imagen de Dios , disfrutarían t a m -
la. Yo en verdad tengo en esos desgraciados mu- bién de las fiestas públicas, y se conseguiría
cha confianza; creo que en obsequio á sí mismos ademas estinguir las rivalidades sin cuento á
y á sus semejantes serán los primeros que reem- que dan origen las diferencias de estatura. Por
plazarán con piernas artificiales las que sacaron otra parte esta nivelación seria muy ventajosa á
del vientre de su madre , apenas se hayan hecho la generalidad. Como una vez verificada, anadie
eximiría la diferencia de talla de caer soldado,
cargo de las razones que alego en este y cu mi
porque no habría tai diferencia , la desgracia s«
anterior artículo.
repartiría entre un número mucho mayor de i n -
Las pedradas y porrazos en la espinilla que
dividuos, y el riesgo de cada uno en particular
tan vehementes dolores ocasionan , tampoco pro-
seria de consiguiente mucho menor. jY cuan
ducirían ninguna sensación desagradable si las
hermoso parecería un ejército con piernas de pa-
piernas fuesen de palo. Dios sabe con esto las
lo; El primer soldado de cada compañía no d i s -
dolencias de que nos libraríamos y las visitas de
creparía del último una sola línea, las cabezas
médicos de que podríamos prescindir; lo que se-
de un regimiento formado en masa presentarían
Tia una segunda ventaja, porque á los ojos de to-
una superficie tan lisa é igual como la de un ca-
do hombre sensato los médicos son una segunda
llado estero ó la de un puerto bonancible , y las
enfermedad con frecuencia mas peligrosa que la
de un regimiento formado en batalla se aseme-
que nos obliga á llamarles.
jarían á una guarda-raya ó pedestal de boj de un
Pero no es solo como medida higiénica que delicioso pensil acabado de recortar por la dies-
aconsejo á mis semejantes el uso de las piernas tra mano del mas hábil jardinero. ¡Qué tallas
de artificio. La mayor parte de los actos que tan gigantescas ó imponentes serian entonces las
nuestros deseos y necesidades nos obligan á ¡ de nuestros soldados! ¡Ojalá el gobierno haga
ejercer reclaman imperiosamente esta sustitu- I adoptar pronto al ejército las piernas de palo ya
ción que sujeto al buen criterio de mis lectores. I que se trata de llevar á cabo la espedicion de
En primer lugar las bellas teorías de igualdad i Marruecos! El éxito será seguro, creerá el tin-
de que tanto se ha hablado desde que el mundo | gitano que tiene que habérselas con una nueva
es mundo y que al cabo todos los hombres pen- I raza de titanes, y despavorido nos abandonará
sadores las han abandonado y proscrito como ! la victoria, sin siquiera disputárnosla.
otra de las muchas utopias que embellecen los i Todos los hombres, pero mas especialmente
sueños de los poetas, empezarían á realizarse i los traperos y los mendigos contra quienes los
por medio de las piernas de palo, al menos con I perros han concebido un odio tan profur,3o que
respecto á la estatura. El ridículo que derraman
405
al parecer se va dilatando de generación en ga- aplicados á las piernas de palo no causarían
neracion, reportarían de las piernas de palo tampoco ninguno de los dolorosos resultados
grandes beneficios. Podrían entonces reirse de que tanto molestan á los enfermos. Ni la potasa
lus ladridos amenazadores del mas espantoso caustica, ni el mismo cauterio aclual harían
alano, y cebar impasibles la voracidad de la fie- prorumpír al paciente en un ay que revelase sus
ra dándole á roer la pierna luego que intentase dolores.
Para viajaren diligencia nada hay seguramen-
te mas incómodo que las piernas que en la a c -
tualidad usamos. Las de palo son levadizas; pue-
den colgarse mientras uno viaja lo mismo que
el paraguas ó la sombrerera, procurando tener-
las á mano para todos los casos en que sea pre-
ciso apearse. Y no es solo el bienestar del indi-
viduo, sino la sana moral la que reclama impe-
riosamente que para viajar en diligencia se
sustituyan las piernas naturales con piernas de
artificio. ¿Hay cosa que ponga mas en peligro la
castidad de una muger, que el largo y forzoso
contacto de sus rodillas con las de otro indivi-
duo del sexo feo? Muchas derrotas debe á este
roce el honor de los maridos y délos padres de
familia.
Algunos me objetarán diciéndome que las
piernas de palo ofrecen también graves incon-
venientes sobre todo para la marinería que no
podría encaramarse con ellas donde lo reclaman
las maniobras.
Este argumento muy fuerte en apariencia es
el animal pasar á vias de hecho. Como el perro realmente muy fútil. Los marineros para llegar
no mordíase mas que la pierna, es seguro que aunque fuese al tope de un navio no necesita-
ningún daño causaría á su pretendida víctima rían moverse de la cubierta procurándose unas
aunque estuviese atacado de hidrofobia. piernas de palo que podrían ser tan largas como
Ni serian menores las ventajas que de las el palo mayor, y si este método no pareciese el
piernas de palo reportarla el peregrino. Sin las- mas oportuno ¿no podrían hacerse con unas
timarse los pies recorrería los mas dilatados piernas especiales distintas de las de la gente de
desiertos, podría sin necesidad de alpargatas ni la tierra que fuesen ahorquilladas y rematasen
sandalias caminar entre zarzas y abrojos; ni en una especie de dedos como las patas de las
tendría jamás que sentarse al pié de una oasis ó gallinas? Esas hendiduras se amoldarían perfec-
de una antigua esfinge por impedirle seguir su tamente á los flechastes y demás cuerdas de la
camino la arena interpuesta entre su calzado y jarcia, y harían tal vez las piernas de palo m u -
sus pies. Si quisiera hacer uso de unas piernas cho mas propias al efecto que las que ahora se
muy largas, de un solo paso cruzaría los ríos gastan.
mas caudalosos, ó de otra suerte podría vadear- ¡Quién lo dirial Hasta para los bailes de m á s -
los sin sentir ninguno de los fatales efectos que cara son las piernas de palo de una utilidad in-
produce la humedad en la máquina anima!. mensa. Me hace pensar en esto un caso horrible
Los vegigatorios, los sinapismos, el torvisco, que s« me refirió y que usándose las piernas de
en una palabra, todos los medicamentos que d e - palo no hubiera seguramente tenido lugar. Ha-
signa el arte con el nombre de cpispásticos, bía en no sé-qué ciudad una señora hermosísima
(
406
que por su desgracia era la mas alta de todas las mum establecido sin una autorización previa que
ciudadanas. Ocurrióscle ir á un baile de másca- solo debería obtenerse mediante una retribu-
ras sin consentimiento de su marido. Este, que ción, como se haee con las licencias de caza.
era celoso como un gato, no hallándola en ca- Dios sabe con esto cuan grandes serian enton-
sa á la hora regular, adivinó la treta y se fué i n - ces los ingresos en las arcas públicas. La auto-
mediatamente al haile con el objeto de encon- rización de piernas que escediesen á la marca.,
trarla. En vano se había la infeliz disfrazado lo no debería concederse jamás á bombres de sos-
mejor que pudo para no ser de nadie conocida: pechosa conducta ó poco amigos de la situación.
su estatura la hizo traición j la descubrió al ce- Disponiendo al mismo tiempo que los individuos
loso marido en el momento en que se hallaba la del ejército y los agentes de seguridad pública
infeliz chichisveando con una máscara que no hiciesenuso.de piernas mucho mayores que el
era de su sexo. Creyóse el esposo ofendido y no resto de los ciudadanos, al menor síntoma de
pudo reprimir su cólera; lodos los concurrentes alarma podrían caer numerosas fuerzas encima
se alarmaron; oyeron dos tiros, y bien pronto de la población disidente, y de este modo en un
aquel lugar de recreo presentó manchas de san- santiamén se ahogarían las revueltas. No vería-
gre. Se sacaron dos cadáveres. El uno era el de mos entonces como ahora un malhecnor á me-
la esposa, el otro el del marido. Este arrebato nudo mas ágil que un hombre de bien. No se
cruel redujo á la miseria á tres hijos de los des- burlarían los bandidos de sus perseguidores, y
graciados esposos. Si se hubiesen usado piernas muy pronto la facción del Maestrazgo sabria lo^
de palo ¿hubiera sucedido esta catástrofe? ¿Hu- que es bueno.
biera la estatura revelado la realidad al iracundo Las piernas de palo son de quita y pon , y de
marido? No hemos de suponer tan poca previ- esta circunstancia sacaría inmensas ventajas un
sión en las mugeres. La desdichada de que me gefe militar, pues cuando querría sostener un
ocupo no queriendo ser conocida hubiera tenido punto á todo trance mandaría recoger las pier-
buen cuidado en armarse para el baile de unas nas de todos los soldados y de este modo evitaría
piernas menores que las de costumbre, y hubie- con seguridad la deserción , la dispersión y la
ra conseguido el objeto, ¿Qué responderán á fuga. Por otra parte el número de bajas e : e m -
esto mis adversarios? po de guerra sería muchísimo menor; ¡as *:-
Si este artículo no se hiciese demasiado largo, das de piernas á nadie obligarían á pasar a uti
manifestaría muchísimos otros inconvenientes hospital de sangre, y teniendo piernas de r e -
que solólas piernas de palo pueden allanar. Pero puesto en los carros de los baga'ges, sobre el
creo que Jas ventajas mencionadas bastan para mismo campo de batalla podrían los heridos ha-
reducir á la razón al mas obstinado piernófilo, cerse con una pierna nueva. ¿Te parece , lector,
y dejo por tanto que la práctica universal revele pequeña esta ventaja?
las que yo he pasado en silencio. Sin embargo no No es pequeña esta ni ninguna de las otras que
me es lícito concluir mi tarea sin antes hacer he mencionado. A pesar de todo tengo un triste
observar á las naciones civilizadas los inmensos presentimiento. Para que este artículo produjese
recursos y eficaces medidas que de las piernas los resultados que mi filantropía me hace desear,
de palo podría derivar un gobierno protector pa- seria necesario que los españoles tuviesen mas
ra sostener el orden, garantir la seguridad i n - patriotismo, o q u e fuesen los estrangeros me-
dividual y aumentar considerablemente las ri- nos esclusivislas. Basta que el pensamiento de
quezas del tesoro. Es innegable que cuanto ma- sustituir las piernas naturales con las de a-tifi—
yores son las piernas tanto mas largos son los ció, haya sido concebido por la cabeza de tiii es-*
pasos, y que la estension de estos no es una cosa pañol para que mis compatriotas le desechen y
indiferente para la velocidad de la marcha. Co- los estrangeros no le adopten en la práctica.
nocido esto, podría el gobierno eslablccer una Apuesto que ni se crea una cruz especial para
medida de piernas general para lodos los indivi- premiar los esfuerzos de mi genio , ni tampoco
d u o s , n o permitiendo anadie traspasar el iháxi' se me confiere ninguna de las creadas. ¿Pero
qué importa? ¿Dejará por esto ele ser grande el al que suda Dios le ayuda
inérito que con esta teoría be contraído? Si la V también sns semejantes.
generación actual no me hace justicia, acaso Que aunque hay vagos estafermos
sean menos inicuas las venideras y ¡dichoso yo be visto ayudar, y aprisa,
si algún día consagran lágrimas á mi memoria los monaguillos á misa
y flores á raí tumba algunos hombres agradeci- y el doctor á los enfermos.
dos que se acerquen con piernas de palo á mi Se olvidan las etiquetas,
última morada! se olvida cualquier enojo :
A . RlBOT Y F O S T S E M Í , pero casi á ningún cojo
se le olvidan las muk'tas.
Abundan locos sin tasa
RESPUESTA y bobos hay otros tantos ,
mas ninguno tira cantos
Á LA CARTA BIS DONT EOÜARDO ASQUERINO Y al tejado de su casa.
DON MARIANO ISRRABÍETA. En esta tierra es de fé,
no lo tengáis por mentira,
Medina del Campo 14 de abril. si vé menos quien mas mira,
quien mas mira menos vé.
En la primera cuarteta Desde el noble al pisaverde
Villergas saluda fino que á jugnr al monte acierta,
á Urrabieta y Asquerino si halla la contraria en puerta
á Asquerino y á Urrabieta. cuanto mas pone mas pierde.
Y no os disputeis jamás Aquí el que no grita clama,
la preferencia en el puesto, y el que no clama vocea,
pues ya sabéis que «atrás esto» y el que no brinca patea ,
es lo mismo que «esto atrás.» y el que no Hora no mama.
Mas alegre que hombre chispo, Los malos y los peores
y esto en mí no es maravilla, quieren que ande el diablo suelto
me tenéis en esta villa y es porque á rio revuelto
pasando vid¡a de obispo. ganancia de pescadores.
Soy de mis caprichos dueño ;Qué encontrados pareceres!
y sin pensar en mañana, En fin ¿ qué tal andará
corno cuando tengo gana, cuando los hombres acá
duermo cuando tengo sueño. se casan con las mugeres!
Disimuladme si apático No son cuestiones de nombres
respondo á vuestro papel, las rarezas que aquí pasan;
pues cosas decís en él ya veis, en Madrid se casan
que me dejaron esíátie*). las mugeres con los hombres.
Mas tanto de acá sin rcónüa Cuando se toca á pagar
diré sí me da la gana, Ja contribución nefanda
que á la gente cortesana nadie sabe por donde anda
ía puedo dejar atónita. para sumar y nestar.
Es la gente de esta tierra Pero si les dan dinero
tan pertinaz y tenaz, todos saben dividir,
que cuando quiere la paz y en vez de medio partir
es porque no quiere guerra. quieren partir por entero.
De estos buenos habitantes Cuando alguno con ahinco
quien mas trabaja mas suda : á echar cuentas me importuna,
403
con decir «cuatro mas una» mucha calma y mucha cosa ,
les digo cuantas son cinco. mejor será hablar en prosa
Y tened por cosa cierta y salga lo que que saliere.
que siempre que hablar me toca
los que no cierran la boca ¡Mal rejalgar te se vuelva ! decia un ricote
me oyen con la boca abierta. francés á su muger en tiempos que nuestros
A imitación de Marica, amados vecinos , los que moran allende los Pi-
la del refrán castellano, rineos, comenzaban á enriquecerse de nuestras
aquí lodo ciudadano sobras, ó mejor dicho de nuestras fallas, y
se rasca donde le pica , ¿quién podrá dar con la causa que movia al
Limpian las gentes magnánimas buen Gillet , que tal era el nombre del gabacho
el polvo con el cepillo, paraprorumpir en semejante denuesto? Ni ¿quién
menos el ruin monaguillo adivinar el motivo que obligaba á guardar silen-
que este limpia el de las ánimas. cio á la desventurada esposa, dado que no era
Y todos á troches moches muda, ni tímida, ni prudente, sino que á una
dan con muchas cortesías competían en ella todas las perfecciones muge-
de día los buenos dias , riles? Pues era el caso que tenia divertida la bo-
de noche las buenas noches. ca con el hígado de un ave que daba ocupación
Los jardines tienen plantas á sus mandíbulas; que e! marido apetecía tam-
y dan peras los perales, bién aquel bocado, y que habiéndolo ella asido á
nueces hay en los nogales tiempo y gauádoselo por la mano, díó origen á
y también en las gargantas. aquella pendencia, mas bien parecida a una mo-
risca zambra que á una mesa de cristianos.
Abur, que me canso ya,
si Dios quiere nos veremos ; Aquí tienen los quejumbrosos moralistas que
y si acaso no nos vemos , andar á vueltas con la virtud como con moneda
hasta el valle Josafá. de cambio, haciéndose intérpretes de su valor
Y sin gastar mas saliba y queriendo subirla á cada punto de antigüedad
mil memorias os encajo para doblar el peso de sus quilates; aquí tienen
a Carabanchel de abajo un matrimonio tan cabal como lo desean : un
y á Carabanchel de arriba. mismo gusto dominaba en ambos, ó como aho-
Mientras Dueros y Pisuergas ra se dice, unas mismas eran sus afecciones, lle-
corre como un azacán vando esta homogeneidad, simpatía ó como quie-
ra llamarse á un estremo tal de coincidencia,
ViUergas Martínez Juan
que todas sus disensiones provenían de esta
ó Juan Martínez Villergas.
completa uniformidad de pareceres. Vez hubo
que se le antojó á Gillet vestirse la saya de su
muger, pues sin duda habia nacido para la toga
LA NOCHE DE SAN MARCOS. ó las hopalandas; y no dejó esta en cierta oca-
sión de considerar cuánto mas útil era , aun pa-
ra el paseo, el bastón de su marido, que el
De una historia verdadera
engorroso abanico de que ella usaba.
cuyo autor calló su nombre ,
ó por modesto, ú por hombre Cuéntase pues que á veces no se contentaban
que volaba en otra esfera con hablarse recio, sino que también venian á las
y fué historiador casual , obras , y habia puñada por la parte del marido, y
saco aventuras estrañas. pellizco por la de la muger; pellizcos por cierto
Siquier parezcan patrañas, no muy parecidos á los que dan los tabaeoios ca
siquier lección de moral. caja propia. Con todo, en el lance del hígado con-
Y pues el verso requiere sabido, se contentaron con desearse de todo c o-
409
r-azon el «no al airo la muerte: y no pudiera du- aparte después de todas sus pendencias, se me-
dar nadie de la sinceridad de su deseo con so- tieron en distintos cuartos, sin sospechar si-
to ver su negra catadura, y el, horrible gesto quiera en su recíproca aventura. En seguida lla-
que á su imprecación acompañaba. Acaeció esto máronlos á cenar, y en vez de mirarse con el an-1
la víspera de San Marcos, santo á quien atri- tiguo ceño, se colocaron juntos, no sin gran re-
buían sus devotos el raro milagro de revelarles gocijo en su interior por considerar respectiva-
lo futuro, y era por lo tanto creencia del pue- mente el destino que, los aguardaba ;^y entre
blo de nuestros héroes en aquellos dias, que el otros platos les sirvieron una chuleta de ternera
que hacia las doce de la noche estuviese en ye- esquisito manjar que de continuo les hacia «n
la delante de su iglesia, veria ir entrando en el otro tiempo repelarse; mas ahora, aunque ella
pórtico las sombras de todos los feligreses que lo veía y se le antojaba, decía entre sí por el
fallecerían en el siguiente año. Nuestro famoso marido, —come, come, que cuando mas solo te
hacendado, aunque francés, creía á pié juntillas resta un año; T- y otro tanto consideraba él en su
en esta superstición, y desde el punto en que interior. Ofreciéronse varias veces la tajada, has-
profirió el anatema mencionado, se le vino á las ta que por común impulso guiados, compartie-
mientes que pues tan próxima tenia la fiesta de ron la ración; y luego que hubieron concluido
su i>uen santo, bien podía convencerse de si era se retiraron pacíficamente á descansar, lo cual
su mal deseo tan eficaz como lo esperaba : y hasta aquellanoihe.no habían jamás logrado
así no mucho autes de las doce, salióse quedito que se verificase. Al siguiente día, que era ca-
de su casa, y á guisa de sepulcral fantasma, en-
sualmente el de cumpleaños déla muger, obse-
derezó sus pasos hacia la iglesia. Ocurriósele
quió esta á Gillet con el fatal hígado de la pasa-
en este tiempo á su muger el propio pensamien-
da contienda, bien porque se apiadaba de la efí-
to , y aguijada también por el mismo anhelo que
mera vida del pobrete, ó porque reflexionó que
su marido, se dispuso como pudo, y por distinta
después de muerto, esta y mejores cosas podría
via concurrió al tenebroso misterio que debía
ella comerá su sabor en los siete dias de toda la
celebrarse delante de la parroquia.
semana si le placía. Elmarido por su parte tam-
Estaba la noche del santo mas lóbrega que poco se descuidó en hacerla varías finezas.
»
cueva de salteadores, y solo de vez en cuando Continuaron asi por espacio de seis meses, en
dejaba ver laluuasu rostro resplandeciente,por cuyo tiempo, si no se acrecentó el amor que se
entre las espesas nubes que de intento parecían, tenian, mostrábanse al menos condescendientes
agolparse para ocultaría. Rompióse una vez el hasta un grado que no se conocerían tal vez : al-
tenebroso velo y } válgame Dios! ¿quién podrá gunos de nuestros mas enamorados matrimonios.
decir el súbito terror que se apoderó de sus al- Mas frecuentes que nunca eran ahora los moti-
mas cuando se vieron tan cerca el uno del otro, vos de sus reyertas, pero menos serias y mas ra-
teniéndose por fantasmas ? Baste saber que se ras íbanlas haciendo ellos de día en dia, coma
quedaron mas pálidos que dos espectros, y que que miraban con indiferencia lo presente y se
ambos se dieron priesa á guarecer en el pórtico fijaban tan solo; en el porvenir, considerándose
de la iglesia; pero sobrecogidos de nuevo es- el uno al otro tan sagrado eomo si ya hubiesen
panto, tan grande como el deseo que allí los con- fallecido. A los diez meses llegó el cumpleaños
dujo, se pararon ^retrocedieron. Volvió la os- del marido. Sentáronse á comer al mediodía; pe-
curidad á tender su manto, y á su favor pudie- ro tan desganados estaban ambos, qué los me-
ron recobrar el perdido espíritu. jores platos quedaron intactos sofore la mesa. El,
Fácil es figurarse que cada uno creyó ser el apoyando en ella los codos y metida la cara en-;
favorecido á quien san Marcos había marcado el tre sus roanos, atisbaba por entre los dedos eí
destino de su compañero;¡así que con tan lison- rostro de su iaúger; y comenzando el escrutinio
gera idea»gozosos en estremo, marido y muger por los ojos, figurábasele que se escapaban! 'de
partieron hacia casa por el camino que cada uno sus órbitas;- después creía ver corrióse iba ctííi-
trajoá su venida; y como "acostumbraban Yivir sumiendo la carne de sus mejillas, y concíuyó
52
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por transformar la femenil cabeza en un mero Fuerte como un toro, querida, (y ella meneaba la
caput mortuum. La muger, repantigada en su cabeza) y deseoso de que gocéis do igual felici-
enorme poltrona, miraba de hito en hito á su dad (él también imitando su meneo). Siguióse
marido, y entregada á las mismas ilusiones, afl- un profundo silencio que indicaba hallarse el
vertia que le iban asomando los descarnados marido muy ageno de temer la muerte y de d i s -
huesos, y el color rubicundo de su cara lo com- poner el viaje á la eternidad; mas como hay
paraba al blanco yeso de un insensible busto. No siempre cierta propensión á ocultar la verdad
es pues estraño que caminando sus pensamien- disimulando, la buena señora creyó ser esto lo
tos por la misma senda llegasen al mismo punto que su marido hacia, y determinó por lo mismo
donde el marido "ué el primero que rompió el si- desembucharlo todo de una vez , afirmándole que
lencio.—Muger, dijo, bien quisiera engañarme debia morir muy pronto. La sorpresa que estas
pero parecéis una difunta.—Sobresalióse eila palabras causaron en el ánimo de su oyente fué
al oirle, que aunque sus ojos no veían mas que mucho mayor porque tenia la boca abierta para
la imagen de la muerte, estaba muy distante descubrirle este mismo secreto á ella ; pero al
de concebirla dentro de sí misma; y por esto al punto conoció el oráculo de donde la infeliz h a -
ver convertida en contra suya su propia idea, se bía sacado el vaticinio. Volvióse pues á mirarla
quedó, cual si la losa de un sepulcro se hubiera y le preguntó con cierto asombro.— j Qué! ¿ e s -
desplomado sobre su cabeza. Volviendo no obs- tuvisteis en el pórtico de la iglesia? — Sí que es-
tante en su primer acuerdo, y tomando el perdi- tuve. — Y ¿me visteis... así... en forma de espí-
do hilo de su discurso, contestó con el mismo r i t u ? — Como la noche estaba oscura solo des-
tono-, pues yo quisiera que vivieseis tantos años cubrí vuestro semblante: ibais hacia la iglesia
por el boquete de los zarzales cuando yo llegaba
como á mí me restan. — Gillet entonces concibió
al cabo del plantío.
el deseo de vivir algo mas tiempo, pues que se-
gún sus cálculos á dos meses cuando mas se alar- Al punto quedóse Gillet estupefacto, pero por
garía la vida de la cuitada, y esta reflexión le de- fin desahogó su corazón oprimido tanto tiempo
jó algún tanto pensativo. hacia con una fuerte carcajada. Largo rato per-
Pero como ya en los postreros meses se habían maneció así riendo y mas riendo, cada vez con
acostumbrado á respetarse sus gustos, á perdo- dobles gritos parecidos á los histéricos acentos
narse sus estravagancias y hacerse mútuameute de la hiena; y la pobre muger que aun no sabia
el sacrificio de sus inclinaciones, la muger llegó cuál era la causa de su regocijo, mas bien lo t u -
aserie útil al marido, después agradable y por vo por un delirio ó una boqueada de las que á la
fin querida, tanto que recordando su perecedera muerte preceden ; y ya comenzaba á retorcer sus
existencia, se lastimaba continuamente y escla- manos y alzar el grito á los cielos, cuando él p a -
maba conmovido que iba á ser muy desventura- ra acallarla le dijo: — muger, tú estás loca: lo
do cuando se hallase viudo. Mas ella no se dolía que viste allí no era mi sombra, sino yo mismo:
tanto de la pérdida, sino que estaba aturdida en yo te vi á tí también, deseoso d e q u e Dios te
considerarla ceguedad de aquel hombre que ca- quitase de mi lado, pero gracias á su bondad
da vez se deslizaba un poco mas hacia el sepul- vives aun, y esto es cabalmente lo que hace diez
cro , como bastaban á demostrárselo, a m a s de meses no hubiera yo dicho sino con increíble
sentimiento. Ella nada le replicó, porque pasa-
su entera fe en los milagros de san Marcos, los
ban tantas cosas por su cabeza que no hubiera
síntomas de muerte que tan claros en su sem-
sabido esplicarlas; mas por último se arrojó á los
blante descubría. Por lo que, dando su cuerpo
brazos de su esposo, le estrechó fuertemente
por perdido, creyó que los deberes de cristiana
contra su pecho, y mostróle así que también ella
le imponían el de avisar, al que tanto descuida-
participaba de su alegría. Desde aquel momento,
ba el alma., la proximidad de su postrer momen-
ya absteniéndose de toda disensión, ya tolerán-
t o ; y así con voz pausada, como la gravedad del
dose mutuamente sus impertinencias, llegaron
asunto lo requería, preparó la cuestión en los s i -
á ser los dos esposos mas felices; pero débese
guientes términos. — ¿Cómo estáis; Gillet mió? —
411
advertir que su ventura no llegó á colmo hasta
el cuerpo se me estremece,
que se vieron sanos y placenteros ambos en el la lengüecita enmudece y
peligroso día de la fiesta de. san Marcos. y se me'va... la tona.
CAYETANO ROSELL. Bendecid al ataérd'••-.••
que sujeta cual ca'ena
¡jui salero!
las ligas e mi morena.i
Luis MABAVER.
ESCENA PATÉTICA.
CANCIÓN
Se ha presentado en el AMBIGÚ de LA R I -
dedicada á don Wenceslao Áyguals de Izco. SA una comisión de notabilidades, compuesta
No te puedo yó ecir, de un ciudadano sin defecto físico, de un cie-
Colasa , lo queme gusta go, de un tuerto, de un bizco, de un mudo, de
sobre una pierna robusta un tartamudo, de un jorobado, de un sordo, de
una liga colora. un gangoso, de un narigudo, de un chalo, de
Levántalos faralares un cojo, de un manco, de uhperíáticó, de un
y luce la panlorrilla, flaco, de un gordo, de un gigante, de un enano,
que vales mas , Colasilla, . de un vivo y de un difunto, en representación
que toitica una tora. de todas las clases de la sociedad ; y avanzándo-
¡Vaya un aquel retrechero! se el mudo hacia nuestro nunca bien celebrado
me tienen como alma en pena. don Abundio Estofado; ha tomado la palabra y
¡jui salero ! presentándole un hermoso cacharon de palo, le
las ligas e mi morena. ha dicho :
aExcmo. Señorón : Esta comisión en represen-
Cuando te veo las ligas tación de los sabios de la nación que tienen he-
se me blandean las patas , cha suscricion á LA RISA en cuestión, tiene la-
y me quiero echar á gatas satisfacción de rendir en oblación á vuestra ve-
por ver algo mas allá. neración este insigne cucharon como justo ga-
Esc refajo, Colasa ,'•' lardón de vuestra aplicación, y como demostra-
remángalo, que me estorba , ción de. la grata sensación que siente en su co-
si no me enseñas la corva razón. Bien conoce la comisión la pequenez de
me pronuncio, puñalá! este don; pero basta en conclusión que esprese
Valen mas qué el Trocaéro, la estimación en que os tiene lá nación, por la
Jerez y'la Macarena, docta discreción con que guisáis el saimón.»
í jui salero', El patriarca de la gastronomía no ha podido
las ligas e mi morena. menos de afectarse al oír el acento de gratitud,
y se ha dignado contestar en los términos si-
Crudo es tu talle, tu cara, guientes :
y tu castillo de popa; «Con un contentó sin fin, acepto este regalin,
no te enfacs : no digo ná. grato como el violin de celestial querubín, que
Que al ver, morena tus ligas en el etéreo confín , delante de San Eermin, to»
412
ea alejando el esplín de cualquiera mallorquín. Piense et mundo en las visiones
T si se alzan en motín las masas de gente ruin, que acobardan y estremecen , • •'
caballero en un rocín, con corba'ta y peluquín ó que yo quiero estar soñando
peluca y corbatín, saldré con el cucharin como con estravagancias siempre.
si fuese espadín, y sabrá todo malsín que á ca- Porque tu ingenio conozco
da puerco á la fin le llega su San Martin ; y á y tu carácter alegre,
vosotros un pudín os haré de rechupin, grande te he de proponer cuestiones
como un bergantín, con sesos de puerco espin, á que es de esperar contestes.
bizcocho, arroz, langostín y cuanto invente el En tu opinión, caro amigo,
magin de un cocinero arlequín, que sabe aunque ¿quién peca mas mortalmenle.,
chiquitín, donde le aprieta el chapín. el que da besos 4 viejas?
Estas breves pero sentidas y elocuentes pala- ó el que come carne en viernes?
bras enternecieron á todos los concurrentes que ¿Qué es peor, andar descalzo
prorumpíeron en los mas afectuosos vivas, y la donde hay ortigas que escuecen ;
comisión se retiró satisfecha de La amabilidad y ó con botas apretadas
talento del docto don Abundio, inapreciable joya habiendo callos que duelen?
de las cocinas españolas. A. ¿Cuál sena menos conforme
á los principios de higiene,
ir ante un toro despacio
EPIGRAMA.
ó comer deprisa peces?
Por ciertas cosas del día Si un toro te acometiera
tocaban á generala, cerca de Ebro ó Guadalete ,
y á un miliciano Pascuala y no supieras nadar
«ármate pronto», decia: ni al toro echar una suerte,
«Mi calma no te dé asombro» ¿Te tirarías al rio
— dijo el nacional taimado — á salga lo que saliere,
pues al verme yo á tu lado ó esperari?s la fiera
siempre esfoy... armas al hombro.» no pudiendo defenderte?.
JOSÉ BEBNAT BALDOVÍ
¿Qué afrentara mas á un hombre
que de ilustrado se precie,,
eomer cebada en cazuela
Á MI AMIGO ó salchichón en pesebre?
¿Y qué avergonzara mas
ION WENCESLAO AYGCALS DE JZCO. á una persona decente,
ir al Prado en calzoncillos ,
ó en una burra ginete ?
Discurre, discurre Ayguals, ¿Quién escitará mejor
y á dar e¡ yoto prevente la admiración de las gentes,
sobre puntos peliagudos un ciego eoraprando anteojos,
y eso que pelos no tienen. ó un calvo comprando peines?
Mientras sueñan los románticos ¿•Un marquesito elegante
con venenos y cordeles que fuera al Liceo el jueves
ya para abrasar los. hígados T con chaqueta de alamares,
ya para estrujar las nueces;. sable corvo y faja verde,
Y mientras sueñan las viejas O una elegante marquesa,
con el rosario y la'muerte, el domingo en la Cibeles,,
ideas de los demonios picando tabaco negro
se aglomeran en mímente. con navaja de Albacete''
413
¡ Vive Cristo que ambas cosas desde que conozco al mundo.
fueran medios suficientes Que en él todo es farsa, amigo,
para convertir Demócrito Verdad es de Pero-Grullo :
al mas Heráclito nene ! . •si otros se burlan de m í ,
Pues ¿y Zorrilla con chanclos? yo de los otros me burlo.
¿y Ribot con perendengues? Literatos que no valen
¿y Rubí con papalina ? ni tan siquiera un mendrugo,
¿y Príncipe con bonete? r van mas serios y estirados
¿Y cantar misa mayor que si fueran el gran turco , \
don Modesto dé Lafuénte, tan solo porque ensartaron
ayudado de su lego - cuatro versos campanudos
el inmortatTirabeque? / al resplandor de la luna /...
¿Y en la procesión del Corpus ¡al campanario .'... ¡á los buhos.'...
ir tú comiendo merengues, Hoy dia, Juan de mi "Viday . ;;
y Luis Felipe delante el mozo imberbe mas gurdo, \
bailando las habas verdes? con hablar de los puñales..... "i
No digo mas disparates de la tumba de Ataúlfo.....
aunque mas decirse pueden; del veneno de Lucrecia....:
porque si lo poco agrada y admiraciones!!!!!!! y puntos:::::
lo mucho... ya me comprendes.
Di á Zorrilla y los demás,
si es que el ridículo temen, y esclamaciones de «¡oh furias!!!...
que no hagan caso del mundo ¡ oh condenación!!!» ¡Qué estúpidos!
y de mis dichos se venguen. se creen ya que aventajan
Den rienda suelta á su lengua, á Zorrilla y Víctor Hugo.
pues yo juro río ofenderme Dejemos que nos diviertan
aunque me traten de inepto con románticos absurdos,
y aunque me llamen herege. y califiquen la sátira
JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS, de género el mas insulso ;
que mientras la torpe envidia
les hace estar taciturnos,
Á MI AMIGO nosotros á carcajadas ..-.•;,•
hemos de reimos juntos -.•'.. i
DON JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS. de románticos lloronjs^^Jj
de clásicos testarudos,
de pedantes remilgados,
CONTÉ ST ACIÓN.
de traductores palurdos,
Pues así lo quieres, Juan, de vejanconas horribles,
vé diciendo, ya discurro, de elegantillos eunucos,
para dar mi pobre voto de maridos calzonazos,.
sobre puntos peliagudos. de flacos y de panzudos;
Antes de entrar en cuestiones y al hacer burla de todos,
tan dificiles de suyo, sin ofender á ninguno,
permíteme darte gracias cuando me falta materia
por tus piropos al uso. con mis rarezas me chungo.
En cuanto á mi genio alegre, Y pues que estamos de zambra,.
nada en contra de ello arguyo, en la cuestión me zambullo
porque de todo me rio para darte mi dictamen
414
á los susodichos puntos. ó peines un calvo ? Juzgo
Entre dar besos á viejas que de los dos compradores
ó promiscuar, yo te juro no la escitára ninguno,
que aunque son graves pecados, porque por cubrir defectos
muy menos grave es el último gasta el hombre disimulo.
que al cabo la carne en viernes Con los anteojos el ciego
me alimenta si la engullo; tapara sus ojos nublos ,
pero los besos á vieja y el calvo su peluquín
saben á hedor de difuntos. peinar pudiera á su gusto.
Entre caminar descalzo Tampoco se estrañaría
aunque sean dos minutos que algún marquesito chusco,
sobre ortigas, ó con callos con chaqueta de alamares,
llevar el calzado justo , faja verde, soble ó chuzo,
lo mejor es ir en coche fuera el jueves al Liceo
repantigado á lo t u r c o , ó al salón del Instituto ¡
con salud buenos doblones, ni que una dama elegante
y sin cuidado ninguno. en el paseo á su turno
A la cuestión de ir despacio picase tabaco negro
ante un animal cornudo con la navaja de un chulo :
ó comer peces deprisa, ni ver á Pepe Zorrilla,
me conformo á lo segundo. con chanclos de mameluco :
Si un toro me acometiera
junto á un rio furibundo ,
y no supiera hadar
ni echar una suerte al bruto
con la impavidez de Safo
que en el agua halló el sepulcro,
yo me lanzaría al rio...
con tal que estuviese enjuto.
ni á Ribot con perendengues
¿Qué afrentara mas, preguntas ,
engulléndose un besugo
á un caballero ante el vulgo,
comer cebada á lo humano,
ó salchichón á lo burro ?
El salchichón ¡en pesebre
no pude tener mal gusto ,
y la cebada en cazuela
ha de ser manjar insulso.
¿ Y qué avergonzara mas
a un quídam de • alto coturno , ni á Bubi can-papalina
ir al Prado en calzoncillos , coser calcetines suyos:
ó en una burra los muslos,
Ni escrúpulos ni vergüenza
se estilan ya en este mundo,
y hombres hay que en camiseta
salen á cantar un dúo.
¿ Quién escitára mejor
admiración en el vulgo ,
un ciego comprando anteojos
415
ni á Principe con bonete: á'Doncel y Valladares
que toman un baño juntos:
ni á Escobarito , vestido
de alguacil, blandir el junco,
ó dar un salto al trascuerno
como Montes y el Menudo:
ni á la hermosa Carolina
con levita de Calmuco ,
zaragüelles valencianos
y el mandil de don Abundio :
ni á Urrabieta y Asquerino ,
Navarrete y otros muchos,
cantar una estudiantina
todos montados én rucios;
ni á Hartzembusch, en la cabeza
ostentando un cucurucho,
pintado al óleo de verde
ni á Baldoyí con su rueca todo su cuerpo desnudo •.
ir hilando algodón crudo,
ó vestido de pasiega
dar la teta á un hijo suyo:
ni estrañaria ya nadie
que tú mismo, jóvén pulcro,
417
dieras un banquete opíparo RISA, porque en éstos tiempos no todos sirven
al autor del Estatuto: para el caso. No creas que en esto divago, pues
ni que hubiera en él por Sopa al describir mi persona, describo mi sÚéiHHon,
dos grandes fuentes de engrudo, que tan situación es como otra cualquiera, pero
un trozo de corcho asado, no es hoy mi idea entretenerme con mi persona,
y en tomate unos felpudos; no solo porque no quiero se sepan ciertas cosas,
sesos fritos de camello,< Sino porque necesitaba muchos pliegos de papel
dos ricos cuernos de búfalo * \jara tan gran tamaño.
borceguíes estrellados ¡Lá situación\ hé aquí una palabra que en
y un orangután con pulpos: general no podría yo definir, como no podrás
luego para postres nísperos y tú tampoco comprender, por qué te llamo AMIGO
altramuces é higos chumbos; pero en lá situación del día todos somos amigos
y para echar cuatro brindis con solo saludarnos en la calle, pues es nombre
vinagre y betún de Búrgos¿ que vale mucho, y allá van unos versos éstrava-
Tía nada choca, Villergas, gantes que no se sujetan (porque son libres}^
nada se estraña en el mundo5 á metro conocido-, pero que no por eso deja de
con que así, lo dicho dicho» ser metro:
y en estos versos concluyo.
Éh sú triste situación
Memorias á la parienta,
el cesante ó el mendigo,
un beso al nene menudo^
explota el nombre de amigó
y dispon como gustares
para lograr el turrón.
de quien^se titula tuyo
(Aquesta no es alusión ,
WENCESLAO AXGUALS OE ÍZCO.
Ayguals deízco),
y está aclaración que vés,
la hago porque no me des
LA SITUACIÓN. un pellizco.
¿Qué tal?..; Pero sigamos con la situación á
EPÍSTOLA Á MI AMIGO cuestas, que por Dios rae pesa mas que al Ciri-
DON "WENCESLAO AYGUALS DE IZGO. neo la cruz, pues ya no es posible rolver átras
porque la situaciou miá,fesdecir, la que descri-
No hay que asustarse, Ayguals, del título dé bo yo nofescomo la del cangrejo, y veremos si
esteartieuliilo, que indudablemente hará abrir es la peor de las situaciones dé España.
grandes ojos á los fiscales {Q. D... G.) porque El mísero artesano, él pobre enamorado, el
la situación que voy á pintar nada tiene de polí- cesante el desterrado de su patria (esta no es
tica, limitándome á hacer ver lo que me parece alusión á mi amigo Víllérgas)^ los gobernantes
cierta situación; y si no te gusta, das mi retrato y todas las malas situaciones, creo* Ayguals
en tu periódico, para que se rían los suscritores que tío son comparables con la del escritor en
mi figura está descrita en estos cuatro eitrava- nuestra patria. Infiero que en todo estarás acor-
gantes versos. de conmigo; de lo contrario rebáteme cuando á
ésta me contestes; -.. .
Fantasma descomunal j Hémé aquí con la pítima en ia mano para és-
con los ojos de cristal, cribir del escritor, sin que en este número mé
y una nariz colosal j cuente yo, pues aunque yo escriboj recuerdo
mi retrato es imparcial. aquel epigrama de Príncipe;
Hé aquí como yo sin ser caricato, soy una De escribir sale escribiente,
perfecta cartcafwra que no debe desperdiciar LA escribano y escritor:
53
418
¿de dónde has salido tú Los rato* perdidos los emplea en componer
miserable escribidor? un drama, yaqui empiezan las desgracias. Des-^
pues de consultar veinte historias que destroza á
Estos cuatro versos no juzgo se compusieran su modo, y de trabajar quince dias (no necesita
para m í , aunque algunos me los aplicarán, c o - mas el genio), se presenta en uno de los teatros
mo yo se los aplico á otros, y así es el mundo, donde le reciben muy bien, pero no sabe el in-
pero dejóme de epigramas porqce les temo mas feliz que su obra va á confundirse con un millar
que á una paliza. que tiene el empresario en su bufete.
Si busca recomendaciones que le recomienden
Y si por desgracia escribo de veras, suele suceder que la producción se ad-
algún desgraciado drama, mite y el pobre diablo aguarda meses y meses,
temo mas un epigrama, mientras que ve poner en escena otras que ha-
que una silba que recibo. bían sido leídas después; el editor no quiere
pagarla hasta que comiencen los ensayos y nin-
Aquí debiera decir reciba, pero el consonante guno quiere hacer el papel, y el que hace el pa-
apremia mas que un escritor cuando no ha co- pel presta todas sus fuerzas para sacarlo mal y lo
brado una obra y mas aun (es todo lo que se saca m a l , y silban al pobre autor para hundirle
puede decir) que el editor cuando ha pagado su porvenir contribuyendo á que renuncie á es-
una obra adelantada; esto (enlre paréntesis) cribir.
sucede pocas veces. Si por una casualidad se aplaudiese la obra,
El escritor, como ha dicho muy bien un poeta el escritor recibe en las tablas una 6 muchas
es una planta maldita, y hoy que tan estraor- coronas que habia repartido á sus amigos para
dinariamente se reproduce mucho peor , llevan- que le rindiesen este tributo. Sin hacer caso de
do todos por idea principal, el engañar á los las críticas de los santones que quieran echarlo
editores, aunque sucede siempre que son ellos abajo porque es joven, escribe otra infinidad de
los engañados; aquí viene bien aquel refrán es- producciones y ya puede contar con su subsis-
pañol: ir por lana y volver trasquilado. ( Si tencia segura, con una situación de las mas b r i -
Villergas no se hallase en san Petersburgo, pe- llantes.
diría la palabra al leer este refrancillo.) El es- D.esde este momento vomita su pluma poemas,
critor pues cuando vierte sus primeras inspira- novelas, trajedias, dramas, sátiras, comedias,
ciones, solo ansia que salga su nombre impresa poesías y demonios, que le producen algunos
y cuando lo consigue se recrea observándole h o - reales... pero de cien suscrilores tiene uno esta
ras enteras, como una joven contempla el p r i - suerte y es preciso figurárselo arrinconado, á
mer billete de amor, que le conmueve. Con este menos que no aprenda por principios á adular,
paso principian ambos su carrera y sus senti- renegando de sus creencias y convenciéndose dé
mientos deben ser iguales. Aquel dia va al pra- que come á costa de los editores, porque no c o -
do y mira de reojo á los que pasan, creyendo noce que los editores, son los que comen á su
que le señalan con el dedo para decir aquel es el costa siempre.
novel poeta, y á todos sus amigos pregunta si Muy difícil es en el dia adquirir nombre y por
han leído aquel número para regalarle de lo con- eso la mayor parte renunciamos á é l , confor-
trario uno, de docena y media que lleva en el mándonos con estar á oscuras en el siglo de las
bolsillo. luces; yo no deseo reputación á costa de infa-
El poeta en ciernes, hace incontinenti tantas mias , y si escribo es por divertirme dando moti-
composiciones como periódicos hay en la corte vo á los lectores do LA RISA para que se rían de
y sin mas recomendación que el mérito dé la m í , pero nada me importa, caro Ayguals, por-
obra envía cada cual á su destino: unas se pu- que si se rie de mí el mundo entero yo me rio,de
blican y otras se arrinconan, sin que esto desa- todo él y vamos bogando en esta vida que es lo
nime á su autor. principal. ;
419
Mas, i qué digo? Ayguals querido,. Sí, yo lo vi... ¡ay Dios! un hombre al punto
¿para qué otro nombre quiero, de aspecto torvo, con sinpar fiereza
si el de Teodoro Guerrero... En mil pedazos dividió el cadáver
es nombre y es apellida.: • aplaudido del pueblo que le cerca.
Mi compasión creció, viendo negaban
Pero concluyo porque la situación es ya.... al que viviente fué mezquina huesa,
uy larga y me despido, aconsejándote que me Y á un sayón pregunté con voz cortada
ntestes para saber tu parecer acerca de esta «¿Ese cuerpo, decid, dónde se entierra?»
iste situación, y adiós: por conclusión, te di- Miróme sorprendido frente á frente,
que en el Parnaso nos veremos-, y esta si no- y sin dejar su bárbara tarea,
buena conclusión, lo será poniendo un punto Soltó una estrepitosa carcajada
lal. que hizo helarse la sangre dé mis venas.
TEODORO GUERRERO. Dónde, repuse, dónde?—En cien barrigas.
— ¡Antropófago vil!... el labio sella,
La justicia de un Dios airado teme...
ASESINATO HORRIBLE. ¡teme infeliz la maldición suprema!
Horrorizado le volví la espalda,
á mi casa volé... cerré la puerta
¡Qué horror! oigo esclamar al ciudadano,. De mi cuarto, y al punto el negro crimen
[ó ciudadana) que estos versos lea; describí como veis; pero aun me resta
¿escribir en LA BISA asesinatos? el nombre revelar del desdichado
I sabe el autor, pardiez, lo que se pesca! que padeció inocente, muerte acerba.
Yo no quiero llorar, que harto me acosa Amargo llanto mis megillas surca
por todas partes mi fortuna adversa, al recordar su desventura inmensa...
reírme quiero y por reirme pago, vais á saber su nombre... oíd, ¡ silencio!
¿á qué venirse á lamentar tragedias? la víctima infeliz ¡ un cerdo era!
Esto no obstante de pintarle trato EUGENIO SÁNCHEZ DE FUENTES.
de una infelice la desgracia estrema,
la cruda muerte que sufrió á mi vista
del populacho entre el escarnio y befa.
Era una tarde nebulosa y fria,
ESTRAYAGAMA, CUENTO ü FANTASÍA,
á mi casa marchaba COTÍ presteza,
cuando sentí quejidos lastimeros — Por aquí, por aquí, señorito: pise usted con
salir de la inmediata callejuela. mucho tiento. Entre estas colgaduras de damasca
Compadecido me lancé azorado, puede usted escuchar y ver perfectamente; pero*
mas de hielo quedé... sangrienta mesa por Dios, que no lo sepa mi señojita: ya podia
se presentó á mis ojos, y... |oh Dios mió! yo preparar el atillo.
un cuerpo agonizante encima de ella. —No tengas cuidado, Mariquita; nadie sabrá
Al que acaban dos bárbaros sayones que me has introducido hasta aquí. Yo quiero
en él hundiendo sus cuchillas ñeras. convencerme por mí mismo...
En derredor un corro de curiosos — Pues me parece que no ba de lardar usted,
gozaba en presenciar tan triste escena, señorito; es la una en punto y ya está vestida y
Y saltando de gozo prepararon esperando, si no me engaño; pero ¿á qué hora
junto al cadáver execrable hoguera... le ha citado á usted?
No mas, no puedo thas... treguas, ¡oh musal — ¿No lo sabes, Mariquita: me ha citado á las.
tamaña atrocidad traba mi lengua, seis.
La voz me falta, el corazón desmaya, — Pues, adiós!
y mis delgadas piernas me {laquean. — jAdios!
420
Quedó solo y escondido entre las colgaduras el al dar el reloj Jas tres?
caballero que acababan de introducir en la ha- Y si esto he visto, traidor»,
bitación de su amada, y á poco rato se presentó ¿porqué tu labio engañoso..,
esta vestida con la mayor elegancia, y se reclinó separarnos es forzoso:
muellemente en un sofá, bien agena de que la á los pies de usted, señora.
estaban observando á dos pasos de distancia. Du-?'
yante el curso de algunas horas oyó nuestro jo- ¿Porqué detenerme así?
ven los juramentos de amor mas espresivos, y al ¿Pensarás que aun te idolatro?
dar las seis uno de los relojes de sobremesa, sa- No; ya reniego de tí.
lió con tiento de su escondite, y dando la vuelta ¡Ingrata ! también te vi
por las habitaciones interiores se presentó á la con el vizconde á las cuatro.
bella Inés, que se adelantó, á recibirle con las Y si te puedo juzgar
mas vivas demostraciones de cariño. Don Félix, presa en su amorosa red,
no pudiendo reprimir el enojo que le tenia fuera ¿qué mas debo yo esperar?
de sí, murmuró entre dientes algunas palabras Señora, á los pies de usted.
que escitaron la curiosidad de su amada. Gran-r
des debían ser los celos que afligían al enamora - Suelta el brazo ¡voto á quién I
do caballero, pues a las reiteradas preguntas que porque de cólera brinco ;
á cada paso se le dirigían con la mayor dulzura, mas que justo es mi desden,
solo contestaba apartando sus ardientes ojos de mira que te vi también
los de aquella sirena encantadora. Preciso se- con el barón á las cinco;
rá, si queremos saber si son fundadas sus que- y, pues á usted la enamora
jas, que le escuchemos con alguna atención. uno á cada campanada,
ya no debo esperar nada:
¿Y aun, Inés, me has preguntado á los pies de usted, señora.
que por qué estoy enojado ?
¡Reniego de mi fortuna! Y apartándose Don Félix
Yo vi que el duque embozado de su Doña Inés querida ;
entró en tu cuarto á la una. gime, y llora, y va bajando
¿ Por qué su mano agarraste la escalera echando chispas,
con sonrisa seductora? prorumpiendo en juramentos
Inés, yo debo olvidarte... de no volver á subirlas.
A los pies de usted, señora. Pródigos en el jurar
son los que dé amor suspiran.
Mas no he de salir de aquí
sin decirte; ¡ vive Dios! El demonio, que anda siempre
Inés, lo que padecí sediento de rebujinas,
cuando observé desde allí dispuso que un embozado
que entraba el conde á las dos. de estremada gallardía
Yo clavaba en mi despecho, subiese en el mismo instante
. las uñas en la pared, las escaleras arriba.
y... si él reina en ese pecho... — Alguno de mis rivales;
señora, á, los pies de usted. dice Don Félix con ira.
Y de pronto:—¿Caballero?
Pero ¿olvido en mi dolor ¡Eh! ¿Caballero? le grita.
que suspirando á tus píes, — ¡Cómo! ¿qué es esto, Don Félix?
vi luego al señor marqués Dijo una voz conocida.
jurándote eterno amor —Señor Don Pedro ¿usté aquí?
—Vengo á hacer una visita. le di de lo que pasaba;
—¿Conoce ustéáDoña Inés? y tomando igual medida
—¿Quién, lalnesita? es mi amiga. con otros tres que salieron...
¿Y de usted? —Ha sido amante. venganza ya nos anima.
¡ Qué escucho! ¡ voto va Gribas I Son las doce de fa noche
Dijo Don Pedro enojado. y pues la hora nos convida,
— Sí; ya me lo presumía; que se dé un trueno espantoso.
Repuso Don Félix: ¡ Oh ! ¡Fuego! y rebiente la mina I
que las armas lo decidan; — Si, sí, venganza anhelamos.
Pero, sepa usted, Don Pedro, Gritó Don Félix i Arriba!
que es una muger inicua. Y subieron la escalera
A mí me citó á las seis: con infernal gritería.
á usté á las siete íe cita,
y á otra caterva de amantes Y todos juntos de rondón entraron,
ha citado á horas distintas. y entraron todos juntos de rondón,
Quizá, quizá hasta las doce y hasta la alcoba audaces se zamparon,
entrando y saliendo sigan. y creció mas y mas la confusión.
—Don Félix ¿es eso cierto? Doña Inés, que pomada se amedrenta,
—Cierto: mi honor os lo afirma. pues consumadas tiene hazañas mil,
—Pues, opino que aquí mismo con ademan resuelto se presenta
la averiguación prosiga. y enmudece á su voz la turba hostil.
—Ese es mi mayor deseo:
concluya tanta perfidia. ¡Caballeros 1 poco á poco,
les grita con arrogancia,
Y lo que hicieron los dos, que mientras yo tenga alientos
si no mienten las noticias, nadie á mi persona ultraja.
es detener embozados Si de los doce escuché
y darles cuenta exactísima dulces y amorosas ansias,
de que tiene Doña Inés ¿á cuál de los doce di
mas amantes que camisas. la mas remota esperanza?
—Siete somos, caballeros: Yo quise, escuchando á todos,
siete somos ya las víctimas ver quien mas me interesaba,
y hasta las cinco otras cinco para después á los once
se ofrecieron á mi vista. dar una respuesta franca.
—Y ahora vuelven á ofrecerse Pero, pues no les merece
y con la paz les convidan, ningún respeto mi casa,
dijeron cinco que entraron, y de constantes blasonan,
haciendo una cortesía. pues me acusan de inconstancia,
— ¿Quéesesto? esclamó Don Félix. cuando quizás el que menos
—Muy fácilmente se esplica, á diez seduce y engaña;
respondió uno. A mí, señores, yo haré que el que ame su vida ;
me citó á la una esa arpía, confiese en breves palabras
y como yo sospechaba cuántos son sus compromisos.
que eran falsas sus caricias, 1 Ea! que salgan á plaza ¡
salí y esperé embozado . repuso con voz de trueno.
por detras de aquella esquina, Y vieron como por magia
hasta que entrar y salir dos pistolas en sus manos
vi al segundo, á quien noticia y en sus dos ojos dos llamas.
Atónita quedó la t u r b a - m u l t a , 7.
al mirar el de Inés fiero ademan Aunque he llegado á entender,
y allá en su pecho cada cual consulta. que en el variar está el goce,
Muy malo es el morir votova san! poco es lo que puedo hacer,
Miraron todos al que entró á la una porqué tengo á mi muger
queriéndole decir : empieza tú. que vale por diez ó doce.
Y él, aunque maldiciendo á su fortuna, 8.
se erigió en director con Belcebú. Pues donde me ven aquí,
umeróse la gente con buen modo. aunque soy un mozalvele,
Uno, dos, tres y cuatro, cinco y s e i s , cuatro se mueren por m í .
se aliniaron después codo con codo, (Y continuó para sí :
y empezaron á hablar como veréis. y una es la muger del siete.)
1. 9.
¡ Pobre de mí pecador, Yo, como buen malagueño,
que á Inés vendí santo amor tras ellas roe despepito;
con juramentos prolijos! ; mas no formo mucho empeño :
lo confieso con rubor: la que ve este cuerpecito
soy casado con diez hijos. no vuelve á probar el sueño.
2. 10.
Yo ando de noche y de día No hay consejo que aproveche,
con amorosos enredos. si se trata de que no eche
Y... ¡ estravagante manía! flores y también guirnaldas,
Me suelo chupar los dedos hasta á las burras de leche,
tras de las amas de cria. * si las llego á ver con faldas.
3. 11.
Pues yo, sin ponderación, Tengo en casa tres doncellas
ni saber por qué razón, estreñidamente b e l l a s ,
me voy siempre como un cohele que hacen por servir escesos:
con diabólica intención, cuanto mas me cuidan ellas,
tras las mozas de retrete. mas voy quedando en los huesos.
4. 12.
Tres hijas tengo á la par Yo, ya que canto de plano,
de un boticario muy rico, tanto en amor desatino,
y aunque las quiero atrapar, que emprendo, si viene á mano,
de ellas no puedo sacar con todo el género humano , •
mas que jarabe de pico. esceptuando el masculino.
S. —Pues que sé vuestros pecados
Tanta es ya mi travesura fuera ya de aquí, canalla,
que he llegado á cobrar fama ; que ya Doña Inés Mendoza
hoy me adoran con locura puso término á sus ansias,
siete sobrinas de un cura , y á estas horas tiene ya
muy parecidas á su ama. quien le guarda las espaldas.
6. Dijo, y corrió de un tirón
Pues yo, autor de este alboroto, las cortinas de su cama, •;
nunca en el placer me emboto , y todos á un hombre vieron
ni me paro en pequeneces : tendido en ella á la larga,
cuatro maridos me han rolo que sacaba los bigotes
la crisma otras tantas veces. por entre sábana y sabana.
423
-rVé$e aquí, este es mi marido ; ia bendición recibimos
después de las doce dadas 'con suspiros y con lágrimas,
por una puerta secreta pasando como relámpagos
se Introdujo en esta sala, desde el altar á la cama :
y acabo de convencerme cada cual en este mundo
de su amor y su constancia, tiene sus estravagancias.
cuando yo ya prevenida V, pues que ya de mi honor
con un cura le aguardaba. les di cuenta muy sobrada ,
De súbito y sin andarnos ¡Fuera! ó les haré salir
con repulgos de empanada, á tiros y á cuchilladas.
Y el manto con qué cubre su albo pecho grita ¡Fuera, ó disparo, chusma vil!
arroja doña Inés sobré un sillón, Y calló doña Inés, esto diciendo,
y salta como un gamo sobre el lecho, y en el lecha se entró sin tus ni mus,
dejando á la caterva en suspensión. y se largaron ellos repitiendo :
Pero al ver que sns formas hechiceras ¡Jesús 1 ¡Jesús! ¡Jesús! ¡Jesús! ¡Jesús!
mas que su arrojo admiran varonil,
lanzando aquí y allí miradas fieras; MANUEL JUAN DIANA.
El que tiene algunos lunarcillos blancos en El que las tiene separadas del dedo en su es~
las uñas, es aficionado á todas las mugeres; pe- tremidad y que cortadas se quedan muy reduci-
ro tan enamoradizo «orno inconstante. das, dejando un sobrante de dedo mas que regu-
El que tiene las uñas muy arqueadas, es or- lar, üo debe casarse, porque milagrosamente sa
gulloso. escapará de ser víctima de la infidelidad de su
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muger. Las uñas reducidas indican paciencia,
hombría de bien, y sobre todo resignación en A D, WENCESLAO AYGUALS DE IZCO,
las calamidades.
Las uñas largas apesar de estar cortadas, que ¡Qué cosas, Ayguals, tienes 1
se nivelan con la estremidad del dedo, son el no hay paciencia de santo que te aguante;
emblema de la generosidad. quien contigo disputa
Las uñas trasparentes y sonrosadas anuncian tiene sed de sarcasmos y de ultrages.
genio alegre, dulce amable. Los enamorados dé Me has puesto, lo confieso,
uñas trasparentes suelen apasionarse hasta el de- cual poner suele la verdad un sastre,
lirio. Como un gato un ovillo,
El que lleva las uñas largas y puutíagudas es como un coche simón un meriñaque.
tocador de guitarra, ministro de Hacienda, sas- ¡Y yo que lo sabia !
tre ó escribano. ¡yo que sabia; como todos saben,
El que las lleva algo largas, redondeadas y cotí que toda tu familia
ribete negror es poeta romántico ó folletinista. siempre ha tenido cosas singulares I
El que tiene en la uña del dedo pulgar de la Raros son tus hermanos,
mano izquierda varias rayas como si hubiesen y mas que todos raros fué tu padre,
picado tabaco en ella, es maestro de escuela. que hizo la estravagancia
Las uñas gruesas indican terquedad y nial de hacerte á t í , mas que él estravagante.
genio. Te probé con razones
El que lleva las uñas sucias por todas paites, el influjo benéfico del hambre,
es esclaustrado, filósofo, cajista ó tintorero. y tú no me contestas
El que tiene las uñas amarillas es hombre sino con alusiones personales.
abandonado á toda clase de vicios; pero el que No se enseña tal lógica
mas le domina es el de fumar. Cuídese de no en Vinaroz ni en Alcalá de Henares ;
confundir á estos con los que mondan naranjas nunca insultos groseros
sin cuchillo. los argumentos sólidos deshacen.
El que lleva las uñas muy redondeadas y li- ¿ Crítico yo esas barbas
sas, tiene genio pacífico y conciliador; con que espaciosa tu barriga barres,
El que tiene la uña del dedo pulgar de la ma- y que son un prospecto
no derecha algo mellada, es un gastrónomo vo- de tu estravagantísimo carácter?
raz, carcoma de sí propio , que por no perder la ¿Critico yo esa talla
costumbre de comer se roe las u ñ a s , que es lo que nunca fué de moda aquí ni en Flándcs?
que tiene mas á mano. ¿ te digo yo que ruedas
Y por último el que las lleva corladas sin cuando vas muy de prisa, por la calle?
igualdad es pronto y resuello. Los hombres que No, redondo adversario,
no tienen paciencia para cortarse bien las uñas, lu estatura me importa tres tomates ;
suelen tener un fin desastroso : la mayor parle yo razones alego,
acaban por suicidarse ó por casarse que viene á nunca echo mano de burlescas frases.
ser lo mismo. En el último caso, si la muger no Estrañarás sin duda
se encarga de la operación , se buscan una con- que cuando aun brota á borbollones sangre
cubina con este objelo y hacen desgraciada á la de las anchas heridas
consorte. Aconsejamos al bello sexo que no pier- que recibí en el último combate,
da de vista las uñas de los hombres, si quiere te rete nuevamente
vivir con ellos como carne y uña. sí, te reto feroz, y no lo estrañes,
WENCESLAO AYGUALS DE IZCO. que al cabo la fortuna
(te lo diré en latin ) jubet audaces.
•<• a mmi —— ¡ Otra vez á las armas !
425
moja, moja tu péñola en vinagre •• pues sabe que sus mimos son falaces,
no saldrás ¡voto á cribas! y de sus ilusiones
también como del otro de este lance. una flor se le lleva cada instante.
Ofreciste en L A RISA Y agrega á todo esto
dilucidar cuestiones importantes, que como es infinito en todas partes
Y he visto entre ellas una numerus stultorum,
que es la mas peliaguda y la,mas grave. | tropieza sin cesar con botarates.
Preguntas ¡qué pregunta ! i Halla el nombre de sabio
qué vale mas en este mundo infame i donde quiera usurpado por pedantes
ser sabio sin dinero i que en mucho son tenidos,
ó ser con arcas llenas badulaque. y el vulgo les admira y les aplaude.
Esta pregunta es necia , ¡ Y un necio ! ¿qué es un necio?
tan altamente necia que equivale el mundo que es certero en sus refranes,
á preguntar al hombre y que en esto de apodos
si prefiere dos bienes ó dos males. j da mucha propiedad á su lenguaje,
No hallarás uno solo ! de bienaventurados
que no sea, oh Ayguals, de mi dictamen , I da el nombre á los muy necios, pues constante
que el dictamen contrario | sus bienes la ventura
al sentido común fuera un ataque. siempre entre los mas necios los reparte.
Es un gran mal ser sabio Oficinas recorre,
y ser pobre otro mal también muy grande, ministerios, palacios de magnates,
y es un gran bien ser necio y audiencias y colegios ,
y ser rico otro bien inmensurable. y concilios también y catedrales,
Pruebas tengo de sobra y verás la ignorancia
y á presentarlas voy; vamos por partes, cubierta de favor y dignidades,
que yo me bato en regla disfrazada de sabia
lo mismo con pistola que con sable. con togas y con borlas doctorales,
¿Qué es un sabio? es un hombre con fajas y entorchados
que ha llegado á saber que nada sabe , i con recua de libreas y de pages,
y este conocimiento I con mitras y capelos,
le hace ver lo poquísimo que vale. j y coronas, y tiaras venerables,
De todo lo que observa ¡ y títulos que á un tiempo
a l a s causas intenta remontarse, dan influencia y metálico sonante ,
y encuentra un quid ignoturn y esclamarás conmigo,
del cual nunca pasaron los mortales. I después de un largo y detenido examen,
Allí se para el genio, ((•¿para tontos y tunos
allí pliega las alas arrogantes, de la nada este mundo, Dios , sacasteis?»
allí conoce el sabio Me dirás que ser tonto
que es con sed de saber un ignorante. es harto vergonzoso... ¡Disparate!
Ve sin barniz alguno este es un mal oculto
las penas de este mundo miserable, que quien lo sufre m a s , menos lo sabe.
do el hombre, si se eleva, ! De los dones sin cuento
es sobre un pedestal de vanidades. de que á Dios son deudores los mortales ,
Como un médico enfermo solo hay bien repartidas
que lleva en su interior terrible cáncer, | nuestras intelectuales facultades.
ve las Hagas del mundo i Con ellas supo el cielo
y ve que son atroces é incurables. I
No le alhaga la gloria, í á todos contentar : es indudable
' que hay muchos hombres tontos,
54
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mas que se juzgue tal no he visto á nadie. que ó toma por aplausos
Hay dos clases de tontos (1) hasta los mas burlescos ademanes,
6, si tú quieres, tontos de dos clases, ó bien se compadece
unos que les importa de cuantos mofa de sus cosas hacen.
un pito de las ciencias y las artes, Ya así probado queda
y otros tontos tan tontos que es mas feliz que el sabio el botarate;
que no llegan de mucho a rocinantes , si ahora probar logro,
y Sénecas ser creen, lo que al mas topo pareciera fácil,
sin que haya de este tema quien les saque. que es mas feliz que el pobre
¡Felices unos y otros! quien tiene buenas onzas ó caudales ,
los primeros son hombres vegetales, salido habré del paso
que á ser todos cual ellos, y haré por fin, aunque el rubor te m a t e ,
no habría, no, teatros, ni farsantes, que á discreción te entregues,
ni códigos ni imprentas, dándote por vencido en el certamen.
ni senados, congresos, ni almanaques, Desde que el mundo es mundo
pero tampoco habría ha sido siempre el pobre despreciable;
esas que tantas hay casas de orates. no hay moza que le m i r e ,
No saben si la luna chico ni grande can que no le. ladre.
la luz del sol recibe rutilante, No hay asqueroso bicho
mas les alumbra á ellos que en el hambriento el hambre cruel no sacie;
como alumbró á Newton que en paz descanse. tentación que no sufra,
Ignoran qué principios ni autoridad que no le pida el pase.
constituyen la atmósfera ó el aire. No hay falso testimonio
mas ellos los respiran que el vulgo alguna vez no le levante ,
lo mismo que un Orfila, y adelante. y las manos de Chico
Si tienen buen olfato , tiene siempre á dos dedos del gaznate.
sin meterse en pistilos ni en estambres A la menor sospecha
su pituitaria alhagan le enseñan el camino de la cárcel,
las flores con perfumes agradables. y cuando menos piensa
Envidia, Ayguals, envidia se encuentra en relación con un alcaide.
la gran felicidad de esos salvages, El defiende los tronos
que en paz dejan eterna y eso que llaman patrias libertades,
los libros descansando en sus estantes. y se hace las narices
La otra clase de tontos por cerros y collados y breñales,
es no menos dichosa y envidiable... y si triunfa la causa
¡Oh! un tonto presumido que sin saber cual es le cuesta sangre,
goza en la tierra una ventura de ángel. ve ¡ qué gusto í á los unos
Ensarta desatinos, subtenientes ayer , hoy capitanes,
cada palabra suya es un dislate; á los otros en fajas
mas faltarle no puede distintivos trocar de comandante,
otro mas tonto que él que oiga y alabe. y él se queda tan guapo,
Si algún hombre sensato y como un brazo ó algo mas le falte,
so burla de sus muchas necedades; le dicen: «camarada,
el tonto presumido si tienes pan para hacer sopas, hazte.» ( 1 )
otras sigue vertiendo imperturbable, ¿Y si está enfermo? ¡ ay triste!
en un camastro do tres horas antes
(1) Aunque tonto y necio no son voces sinó-
nimas, en este romance se emplean indistinta- ( 1 ) Dicho ó adagio de la tierra de la reirá de
mente como si lo fuesen. Deu, libremente traducido al castellano.
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estuvo con viruelas y es siempre lo que quiere
otro pobre quizás, dos ganapanes manden los unos ó los otros manden.
al hospital le llevan Aunque tenga joroba
para que un torpe medicastro ensaye y ostente cojo un pié y otro le falte,
un plan que han encomiado le dicen las hermosas
venidos de Paris dos charlatanes. que tiene un no sé qué que las atrae.
Le matan y le entierran... ¡ Y ¡el no sé qué á que aluden ,
mas no le entierran, n o , que su cadáver ¡ cual es sé y tú también y ellas lo saben:
sirve de pasatiempo i mejor que una pistola
a tres ó cuatrocientos practicantes. | un duro entre mugeres paso se abre.
Hecho ya longaniza, Le dicen que es chistoso
al cementerio llévanle, y ni un pater, si ensarta sin cesar barbaridades,
y ni un réquiem, ni uu kirie y prudente si calla
cantan para su bien los capellanes. en alguna cuestión interesante.
Ayguals, esta en compendio A un enfermo visita ,
es la historia del pobre... jVoto á sanes y aunque el tímpano á gritos le taladre ,
que tiene tres bemoles ningún deudo le indica
preguntar si es mejor la de un magnate! j que hable un poco mas quedo ó bien que calle.
Compara con la vida l Si le amaga la muerte ;
del pobre la del rico (qué contraste ! i todos le ocultan el terrible trance,
mientras aquel ayuna, i y dándole confianza,
este se zampa pollos y faisanes. almibaran sus últimos instantes ;
Aquel emprende á pata mas si agoniza un pobre ,
por mas callos que tenga todo viaje, sin preámbulo alguno y sin disfraces
aunque mas largo sea le dicen •. «amiguito
que cuantos ha emprendido Magallanes, de Josafatte aguardan en el valle.
y el rico en carretela Estírate, si puedes,
que tiran dos normandos arrogantes que el carpintero tienes ya delante
va al Príncipe, va al Circo, te tomará medida
va á la casa de enfrente que dan baile. y el ataúd concluirá esta tarde.»
Viene el cólera morbo, De esta manera al pobre
y el rico marcha al punto do ni se hable tan brusca, tan soez, tan fulminante,
de esta terrible peste, le arrancan la esperanza,
y si esta va donde él, él va á otra parte. la única flor que en la agonía naee.
Si acaso entre él y un pobre ¡Ay Ayguals! si añadiera
alguna vez se mueve un rifirrafe, lo que puedo añadir, interminable
aunque razón no tenga como todo lo malo %l
el mundo se la da... y los tribunales. seria á no dudar este romance,
Si roba, (porsupuesto ¿ Qué dirás? ¿ qué argumentos
el rico cuando roba roba en grande) á datos opondrás irrecusables?
se acuesta tan tranquilo, respuestas evasivas
ó va á ver como ahorcan á un tunante cosas que en nada á la cuestión atañen.
que teniendo gazuza, Verterás mil denuestos,
para hacerse unas migas ó un potage, i que estoy gordo dirás , que tengo carne
á instancias del estómago j para poblar de nuevo
robó un poco de aceite y cuatro panes. 1 toda la España de robustos frailes.
Si figurar intenta, ¡ Oh trai dor adversario !
es siempre senador y siempre alcalde, ' I cómo el furor te ciega , ilustre vate!
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morir nada té importa,
mientras también con tu contrario acabes.
A D, ANTONIO RIBOT Y FOÜTSERÉ.
i A.y t los flacos se ríen,
esos hombres que pueden devanavse CONTESTACIÓN.
conocen su impotencia...
¡ y sin embargo han de salir triunfantes! Bien quisiera hacerme el sordo;
Colígate con ellos, pero, amigo , está el busilis
así me vencerás en el combate, en que no sufre mi bilis '
mas te llegará el turno insultos de un hombre gordo.
como al hombre funesto de la salve. Te horripilas porque saco
Me llamarás entonces tu gordura á colación.
viendo hundido en el polvo el estandarte ¿Y puede tener perdón
de los gloriosos gordos , el que te apellide flaco?
pero yo entonces te diré ! ya es tarde ! ¿Y esto lo tomas á insulto?
¡Cuándo nuestras cuestiones ¿Y dices que me desbordo?
debieran entre nos dilucidarse' Tranquilízate , hombre gordo :
llamas á los Villergas, sosiégate, hombre de bulto.
á esas víboras secas y mordaces! Pues no haya miedo que rompa
¿No tiene nuestro bando mi silencio la sin hueso,
hombres de pió y de prendas relevantes ? ni te iguale por lo obeso
allí están los Bretones, á un elefante sin t r o m p a /
allí losBaldovís y Abenamares. I Oh! siempre yo me contemplo
¿Quién piíes te manda, mísero, muy comedido y prudente ,
al juicio de un flacucho sujetarte? y en motejar insolente
¿ves como nos ha puesto? jamás seguiré tu ejemplo.
tuya es lo cuipa, Ayguals, de este desastre. Que aunque á insultarme comienza
Con que, si de otros nuevos con mil apodos violentos,
víctima ser no quieres, si un adarme venceré con argumentos
te queda de cariño tus osadas desvergüenzas.
al partido de gordos respetable, A mí tú no me joroftas
Ayguals un gordo sea prorumpiendo en desatinos:
que en esta cuestión dé su dictamen ; ni me importa dos cominos
pues solo de éste modo que peses cuarenta arrobas.
nos podemos librar de una catástrofe. Aunque en paseo por lo ancho
¿Lo harás así? lo dudo; llames la atención de todos,
sé demasiado lo que todos saben , no usaré de malos modos
que toda tu familia que al buen callar llaman Sancho.
siempre ha tenido cosas singulares. Y por mas que te desbordes
Raros son tus hermanos, contra mí en amargo estilo ,
y mas que todos raro fué tu padre, yo te dejaré tranquilo
Lque hizo la esti'a Vagancia" que comas, bebas y engordes.
de hacerte á tí mas que él extravagante. Se ve que estás éh tus glorias
devorando y te rebulles,
A. KSBOT Y F O S T S E E É .
y salchichones engulles
como el jaco zanahorias.
Come en paz y duerme en paz
y haz en paz cuanto te antoje,
que no Ke ser quien te enoje ,
429
pues nunca he sido mordaz. no hay perro que no té ladre.
Quiero que aprendas de mí , ¡Carambita! ¡carambola!
que aunque tu afán me provoca , ¡ caramba ! no es mal enredo
no ha de salir de mi boca decir que cuando ando, ruedo
ni una injuria contra tí. como si fuese una bola;
No hasta tu cantinela ¡ Hombre bárbaro y cruel I
contra esta víctima triste , ¿Cómo tu pluma me ultraja
sino que tu audacia embiste siendo t ú , humana tinaja
á toda rni parentela. ó estrambótico tonel?
Dices que m aquí ni en Flandes Yo rodar, votova Bríos,
se estiló nunca mi talla... por vida de Mari-Blanca
Calla ya, insensato, calla, que te haré ver con la, tranca
que es mi talla de hombres grandes. quien rueda mas de los, dos.
Ese frenesí reporta ; Y no me importa que ladres,
y sábete, gordinflón, pues me rio de tu encono ;
que el grande Napoleón mas lo que no te perdono
era hombre de talla corta. es que insultes á mis padres.
Perú la tuya al contrario , Si formó un ente lunático
aunque te irrite y te asombre , el padre que me enjendró , '
jamás fué la talla de hombre, la madre que te parió
que fué la del dromedario. parió un globo aereostático.
Y si tu cólera lidia Y mira no te deslices^
con insultoschavacános,' pues como de humor me encuentre
si ultrajas á mis hermanos demostraré que en su *ientre
es porque rabias dé envidia. quedáronse tus narices.
Válgame Dios ¡ qué rollizo! Con ridicula fatiga
i Estás, Ribót, que rébientas! mis defectillos escarbas
En tus manazás ostentas y te burlas de mis barbas
por cada dedo un chorizo. porque barren mi barriga.
Ya se ve, Tiene de casta Mátame con un trabuco
esa obesidad inmensa, y mis barbas deja éh paz,
pues tu padre es una prensa pues las criticas mordaz
de carne: todo lo aplasta. porque las tienes dé eunücW
El cuello de su camisa Es tu cara dé pastel \~"
dá una sábana diforme, tu nariz una lenteja,
y con peso tan enorme tu bigote es una Ceja,
rompe las piedras que pisa. tu perilla es un pincel.
Su cuerpo al de la ballena En una cosa tropiezo
dejó atrás en dimensión. que te favorece en p a r t e ,
Gordos tus hermanos son y e s , que no pueden ahorcarte
con cara de luna llena. porque nj» tienes pescuezo.
Mas probaré de mil modos ¡Cómo se quedara él juez
que aunque gordos todos ellos hecho un infeliz berrugo,
desde el pié hasta los cabellos, cuando el mas diestro verdugo
tú eres mas gordo que todos; no le encontrara la nuez !
Pues logró hacerte tu padre Mas basta de necedades
mas gordo que él, ño es insulto, y Laya paz entre los dos,
de modo que al ver tu t u l t o porque nunca, vive Dios,
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gasté personalidades. nuestras formidables masas?
Mi fina amistad te ofrezco Dejemos por compasión
con cariñoso entusiasmo: a esos humanos fideos,
yo jamás uso el sarcasmo y tratemos sin rodeos
y el epigrama aborrezco. el punto de la cuestión.
Puedo asegurarte en suma Entre ser sabio profundo
que le dejaré tranquilo, y abrumado de probreza ,
ues al sarcástico estilo ó ser necio con riqueza,
no está avezada mi pluma. prefieres tú lo segundo.
No sé yo ¡votova Cribas 1 ¡Hombre inmoral y nocivo!
como hay quien insulte osado. no estraño que te desbordes
En esto soy moderado y tan sin vergüenza engordes
y siempre odié las diatribas. si estás por lo positivo.
En afectuosa liga Dices que medran los necios
quiero abrazarte ante el orbe, en este valle de agravios
con tal de que no lo estorbe y el mérito de los sabios
tu descomunal barriga. solo recibe desprecios.
El corazón me robastes: Es verdad de Pero Grullo,
ven, cariño mió, arrima; y no seré quien la ataque.
mas no te me eches encima, De aquí tanto badulaque
porque temo que me aplastes. lleno de audacia y orgullo.
Ven que quiero darte un beso, Dices que solo el dinero
y comer contigo un tordo. tiene razón en el mundo.
De hoy mas no te llamo el gordo: Esto con dolor profundo
he de llamarte el obeso. también yo lo considero.
Ni el apodo de panzudo Añades en conclusión
te dará por mí un mal rato : que el sabio acaba en mendigo.
ni he de apellidarte el chato, También mi querido amigo
si no el hombre narigudo. en esto tienes razón.
Con los gordos en resumen Que en este mundo inmoral
formaremos un complot no hay mas que engaños atroces;
del cual tú serás, Ribot, mas, qué son , Ribot, los goces
capitán por tu volumen. de esta mansión terrenal?
Y el dia del tole tole Si olvidando el purgatorio ..
haremos una tortilla te lanzas á los placeres ... ,
de flacos como Zorrilla, y entre el fausto y las mugeres
que insultaron nuestra mole. vives cual don Juan Tenorio.
Yo diré: i aquí que no peco! Si no ves el precipicio
si en mis falanges te albergas, ,1 que alucinado llegas
y [ay de Principe y Viliergas! y torpemente te entregas
¡ay de Zorrilla y Canseco ! á las delicias del vicio.
Cuantos delgados asomen Si prefieres el sendero
sentirán nuestra venganza. del crimen á la virtud ,
¡Mueran los hombres sin panza! elige !a ineptitud
¡ Vivan los del ancho abdomen! y sobre todo, el dinero.
Si arrugados como pasas Mas si ambicionas la calma,
los flacuchos nos embisten, no importa que oro no sobre,
¿cómo, infelices, resisten porque es mas feliz el pobre
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que tiene tranquila el alma. EPIGRAMAS.
¿Qué alcanzó Lucrecia Borgia
en perenne regocijo?
ser la víctima de su hijo Doña I n é s , abuela m i a ,
en los placeres de una orgia. ba dicho siempre muy recio
El sabio , pobre, contempla que el hombre es sabio ó es necio
las riquezas con desden según qué leche le cria.
y cuando pierde algún bien, Y aunque esta verdad aburra
la razón su dolor templa. á mi señor don Pascual,
Mas de desliz en desliz bien se conoce que el tal
vaga el necio, y sufre y llora, toma la leche de burra.
y cuanto mas atesora WENCESLAO AYGÜALS DE IZCO.
se mira mas infeliz.
El sabio pobre y honrado De hacer cien visitas harto
sufre tranquilo su suerte, un médico se acostó
y cuando llega la muerte y no bien se desnudó
ve su mérito premiado. le llamaron para un parto.
Que si en este infame suelo Abrió el hombre la ventana
vivió pobre en un rincón, y dijo con mucho empeño:
Dios le da su galardón diga usted que tengo sueño,
al recibirle en el cielo. que lo deje hasta mañana.
Por mucho que el fausto alhague...
por mucho que el oro ciegue... Dijo á su criado Antón
no hay plazo que no se llegue el bolsista don Ventura:
ni deuda que no se pague. mira, muchacho, á qué altura
¡Prefieres ser rico y lerdo!... está la cotización.
¡Qué así, Ribot, te desbordes!... Antón , que en trance tan fiero
Cuanto mas ahora engordes nada entendió á punto fijo,
mas tendrás el fin del cerdo. leyó el termómetro, y dijo:
No hagas ¡oh Ribot! alarde señor, á seis bajo cero.
de no temer precipicios.
Refrena, incauto, tus vicios... Un mozo ¡suerte maldita!
Para enmiendas nunca es tarde. cayó en un pozo de Almagro;
Mira que ni San Antonio se encomendó á Santa Rita
te valdrá en el fuego eterno. y la Santa hizo un milagro;
¡Mira que se abre el infierno!... Pues no se ahogó el pobre mozo
¡Mira que aguarda el demonio!... yendo al fondo con sus huesos,
Y por mucho que te alhague por... no haber agua en el pozo;
la vanidad y te ciegue... pero se estampó los sesos.
no hay plazo que no se llegue JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS.
ni deuda que no se pague.
WENCESLAO AYGUALS DE Izco.
UN DÍA DE CAMPO.
Para colmo de diversión les coge un fuerte A las diez de la noche, tropezando, resbalán-
aguacero media hora antes de llegar á su casa dose, cayendo y levantándose, llegaron caladi-
y aunque se apiñaron todos para guarecerse de- tos á casa. Figúrese el curioso lector con que
bajo del paraguas, no pudo este salvarles de gusto se acurrucarían entre sábanas, soñando ya
aquel diluvio,porque el hijo de Marte empezó con el próximo domingo para volver á disfrutar
á llorar á mocos desplegados y no quiso soltar las delicias de un diade campo.
el fusil. WENCESLAO AYGUALS DE IZCO.
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CUENTO GALLEGO.
Hey de contar voto á tal é á quen conoein antaño
á historia dun meu paisano aló xünta Portugal.
que ten por nome Pascoal, E contarcina na fala
o5
en que el mesmo ma contou; é cando volba de Chabes;
á quen lie parezca mala, casarémonos é amen.
ou non escoita é se cala E aqui' tes este mantelo
ou di que non He gustou. que merquei honte na feira,
Atención, pois, que xa cropeza; é nn denge con terzopelo
€aladiños como bois, qui he, coma podes velo,
oyan todos ó que reza, hirman do de Pepa Dfeyra.—
que de romperse á cabeza —Qué ti me queres xd ó sei,
teñen ben tempo despois. contestoume moy pulida,
Acola na miña térra eu tamen te teño ley;
que está de Ourense pretiño é ten por consa sabida
é non muy lexos da serra, que si falo firma ó rey.
andaban durante á guerra E gracias po lo mantelo
Guillade é ó seu sobrino. é tamen po lo dengiño;
Aló, vamos, non baixaban oxé mesmo von poñelo
nin por Dios, nin po los Santos, en proba, podes créelo,
mais era por que ventaban de qué he certo meu cariño.—
que enque foran ontros tantos
como porcos os mataban. Quén te dixera Pascoal
De risa morro abofé que aquela mosquina morta,
si m' acordó daquel día aquela que para mal
que foy Iras deles vusté... así te falou na horta,
jcómo Guillade fuxiá!... fora ó que foi no c o r r a l '
j é se escapou!... xa se ve. Despois dun mesiño enteiro
ünha tal Rosa Lonreyro... despedímonos na fonte;
Vasté deben conócela... era no mes de Xáñeiro...
á filia do tio Cacheiro ¡que dia aquel Don Monteiro!
é sobrina do ferreyro Pareceme que foi honte.
do Piconto... pois; aquela. Marcho por fin do lugare
Gustoume, vamos; non era pensado na volta xá,
desgraciadiña á rapaza, ó que acontecen ala
que liña unha cara fera; fora largo de contare...
e do seu xéito é sua traza ontro dia ó saberá.
se enamorara calquera. Seis meses eran pasados,
Resolvinme á declárala é brincando de contento,
é mea cariño de cote, con diñeriño aforrado
é de paso a regálala por facer ó casamento
un mantelo de picote volvo á casa de contado.
é un denge de toda jala. Pregunto po la Rosiña
Topei con ela na horta, á meu pai que m-abrazaba;
sin andar con panxóliñas, digolle vai á ser miña...
dixénlle: é xa me deu mala espina
— Moito m-importa ver que meu pai se calaba.
que escoltes acó. Rosiña, Mando me trayan un neto
un ha palabriña corta. que quero votar un trago,
En son un home de ben; henchinme ben ó coleto,
é que te quero xa ó sabes ; é despois, cata, ¿qué fago?
quéreme ti á min taimen, sallóme á búscala preto.
435
Informeime dunha amiga, Libre xá daquel mal paso.
sonpen iva no Furriel (1), vin é metinme aguadore;
chego morto de fatiga
é topóme... ¡ unha barriga!...
¡Xesus!... Mais grande cun fol.
Non sei com-un acídente
non me den cando tal vin;
¡ampáreme San Clemente!...
si non morrin de repente
sin dada á ó bino ó debin.
Vólvome á casa de pronto
é de malísimo xéito:
mais non parou aquí ó contó ;
á gran tal... púsome pleito
coma si dera cun tonto.
Chamonme ó xüez certo dia ;
mais entonces xá meu pai
me contara ó que sabia;
pero á concencia 6 que fai!...
inda asi me remordía.
Soupen que pouco despois na miña vida me caso:
d-haberse vustedes ido é aquí m e t e n P o r s* a c a s o
á ó mes d-haber en salido , me necesita señore.»
Guillade, ontros, á ún tal Lois Asi pascoal me falou.,
á ó meu lugar habían vido. si non me minte á memoria;
Lois á Rosa conocerá non ben ó contó acabou
tempos atrás por seu mal; dixome adiós é marchou,
non faltou quen os collera- é aqui paz é despois gloria.
unha noite no corral JUAN MONTERO.
cal nengun deles quixéra.
Dicénlle, pois;
— Señor xúes~ MENTIRAS AL REVÉS'. COSAS QDK R0.8QR.
non negó que fun aló;
•pero escoite sua mercez
CUENTO ESTRAVAGANTEMENTE INAUDITO.
non se enjañe desta vez
que é queren ben por acó. — Erase un pueblo sin casas, situado en las ilu-
Contei logo sin reparo sorias riberas de un rio seco y su límpida cor-
canto acabo de contare , riente, cuyo paradero se ignoraba, jamás había
é ó xuez por ser caso raro serpenteado entre los montes llanos que no se
decretou era mais claro, elevaron en medio del hermoso paisage que ofre-
ó desembuche aguardare. cen á la admiración del espectador ausente las
Salen á conta pintada .- escarpadas llanuras que casi estuvieron á punto
áos catro meses xüsliños de circundarle cuando rebentó el terremoto de
desembuchou á taimada, Oran. Allí sin jamás estar, vivia media familia,
é sonperon os vecinos porque la otra mitad que debían formarla los
que non me tocaba nada. que faltaban , no habían nacido.
Esto sucedia en el año 1999; es decir, á últi-
(i) Lugar cercano. mos del siglo que viene.
436
Felizmente esta familia fué siempre desgra- se le pareciera ni se vislumbraba en ella nna
ciada, y por una casualidad traída á propósito, sombra de letra humana , y leyó las siguientes
ninguno de sus miembros se parecía ó asemeja- palabras: «¡muger corpulenta! un hombre i n -
ba en el rostro , á no ser en los ojos, las cejas, visible os ama con la odiosidad mas frenética
la frente, la nariz, la boca, la barba, los carri- que engendraron los siglos futuros en un cora-
llos, las orejas y la cúspide que casi eran igua- zón volcánico. Adiós :—Posdata. Dentro de ca-
les. Y digo cúspide, porque en aquellos tiempos torce minutos os espero en el torrente de los
se llamaba así la cabeza, por ser lo mas elevado Alamos, ó moriréis. Juro respetar tu voluntad
de los talones. hasta el catafalco de las horcas Caudinas, donde
A dicha media familia pertenecían varios ani- serás inmolada á dogal colgando con el mayor
males, como un gatito muy mono que habia entusiasmo de una pasión inspirada por Satanás
muerto algunos años después, un perrito lindí- para ser enterrada en la Transilvania si á la cita
simo que tampoco habia nacido, y un lorito muy faltáis. Adiós, hija del Antecrísto; ¡os espero!
parlanchín, la hembra de los dos únicos primi- ¡os espero! al torrente de los Alamos.»
tivos que salieron del arca de Noé. Pero dejemos Por curiosidad quisiera yo ver á alguno de mis
los animales y agarremos las personas. lectores en la prensada situación de la joven sin
Los principales personages, pues, d é l a me- nombre, suponiendo que dentro de catorce m i -
dia familia, eran una madre que se llamaba nutos era forzoso presentarse en el torrente de
Doña Semíramis, (la cual no habia tenido abue- los Alamos, que dista de allí cuatro mil qui-
lo) y una hija que no tenia nombre. Habitaban nientas cuarenta y tres leguas y media de mar y
una casa sin paredes, techo, puertas ni venta- tierra, y continuando suponiendo que entonces
nas. Notábase que la mamá era mas joven que no eran conocidos los vapores marítimos ni ter-
la hija ; bien porque la hija tuviese mas años que rácueos , ni siquiera los globos atmosféricos.
su mamá, ó bien porque la mamá no contase Sin embargo, aunque los historiadores que
tantos como la hija. Lo cierto es que á entram- dejaron de escribir sobre este hecho que no s u -
bas servia un criado fiel que enviudó siendo sol- cedió, ningún pormenor nos trasmitieron acer-
tero, hombre de estatura colosalmente enana, ca de los medios que empleó la joven sin nom-
secamente gordo, cojo de vista y bizco de las bre para acudir exactamente á la cita, lo cierto
piernas. es que antes de los catorce minutos ya estaba
Una noche, muy tenebrosa por cierto; serian ella roncando sobre la espuma del torrente de
como entre diez y tres de la madruga, cuando los Alamos cansada de esperar á su trovador.
el sol alumbraba el globo con todo el fulgor de Por tradición de los difuntos que murieron
sus rayos abrasadores en el mes de julio, la desde aquel siglo hasta fines del actual, se cree
nieve se desprendía de la atmósfera en copos tan que un trasporte tan veloz lo verificó la joven á
grandes como mantas de Palencia , y los habi- caballo en un relámpago ; cosa muy posible en
tantes de aquella comarca bailaban el trípili de verdad si se considera la gran diferencia que
puro frió, entró saliendo el criado, y dijo á la existe entre los relámpagos de entonces y los re-
señorita sin nombre con una voz tan entera- lámpagos de ahora, ó bien sea entre las exhala-
mente apagada que no formaba el mas leve so- ciones antiguas y las exhalaciones modernas,
nido: «señorita: un hombre desconocido que ni como lo demostraron el rey doña Urraca y la
•vino ni se fué, ni he visto ni veré, acaba de no princesa Nabucodonosor en sus tratados sobre
entregarme esta carta con cierto ademan de mis- la transformación délos cuadrúpedos, de la cual
terioso secreto , y con un vozarrón roas ronco escluyeron á los españoles, comparando nuestro'
que un trueno sordo, diciéndome sin hablar que desgobierno con la eternidad.
á ningún ser futuro la entregase sino á usted.» El reloj de la catedral de Carabanchel de a b a -
La joven tierna como pezuña de buey cansino jo anunciaba á los rusos las trece del día, (por-
y sensible como el peñón de Gíbraltar, abrió la que en aquellos tiempos todus los relojes tenían
carta que no estaba escrita en papel ni cosa que en el horario las 24 horas del dia, y las sena-
437
laban todas unas tras otras del modo que podían charras con todo el vital entusiasmo que me ani-
unos nial y otros bien, como en la actualidad que quila, concédeme el favor de darme un fuerte so-
hay relojes á propósito para no saber jamás la plo por detrás, y me verás desaparecer éntrelas
hora que es) y el de la torre del diablo en Que- altas nubes que arrastran por las catacumbas.—
béc apuntaba las 18, lo que demostraba que el Yo te adoro con la mas recóndita execración que
de la catedral de Carabanchel no corría tanto te consagra mi alma, replicó la hermosa horri-
como el de Quebéc, cuando el trovador invisible ble, yo te achicharraba cuarenta y dos años an-
aparece en el torrente de los Alamos, se arroja tes de conocerte ; cuatro lustros antes de ver la
sobre la muger sin nombre, y le da un beso en luz pública; mas antes aun de tu venida al mun-
cada codo, según costumbre de aquel siglo en do, te idolatraba en el resplandor oscuro de la
que la mayor prueba de cariño era besarse los nada, porque comprendí que tú habías de ser al-
codos los amantes, y permanecer asidos recí- go ; que habías de ser el ser que activase la
procamente de las orejas con ambas manos idolatría con que te abomino. —Y bien, muger;
¿conoces la eternidad?—No: jamás estuve allá.
—¿Por qué no has ido?—Porque no sé el canu-
do.—Pero tu padre estará allá.—No.—¿ Qué ha-
ce que no se muere?—No puede morirse : no ha
nacido: también mi padre es postumo.—Me lo
había pensado. —Pues entonces, sigúeme.
Al pronunciar la joven estas palabras, un true"
no espantoso que dejó de oírse en todos los pun-
tos del globo y del espacio retumbó con la mas
dulcísima armonía en los anchos torreones de la
inexpugnable ciudadela de Albacete, al cual si-
guió un relámpago oscuro que apagó todas las
luces del teatro del Príncipe, acompañado de un
eclipse de sol visible en el puerto de Almansa y
en Miraflores de la Sierra que disolvió todo el re-
quesón que estaban elaborando en aquella láctea
comarca. La lluvia se desprendía de las nubes á
cántaros, pero sin llegar á tierra, de modo que
los transeúntes veian llover sobre sus cúspides,
y no se mojaban pizca ni media. Esto inundó de
horror delicioso á los habitantes dé la Nueva Ce-
landia, mientras los dos amantes atravesaron á
pié en dos minutos y medio el mar glacial desde
el cabo del Norte en la Laponia, tocando parte
mientras hablaban. Acto continuo le dijo él
del mar de Karskoé, el de la América septentrio-
á ella : «yo soy un recuerdo espantoso del dilu-
nal, el de Penjinsk, el de Lama, el del Japón
vio universal: ignoro quienes serán los que
por la manga de Tartaria y el mar de Jeso, elJo-
vengan á darme el ser, porque aun no he naci-
nio y el de la China, el grande Occéano oriental,
do, pero será muy regular que me dé á luz una
por el archipiélago de las islas Carolinas, y el de
princesa que se llamará Margarita de Borgoña.
Salomón, y el del Espíritu Santo, tocando parte
Vengo de las tinieblas á cumplir mi destino que
del mar equinocciaL, atravesando bajo del Capri-
es achicharrarte. (Entonces el amor se llamaba
cornio y del Trópico en el mar de las Indias, cos-
chicharrón, amar era achicharrar.) Si corres-
ía de las islas de Madagascar y línea del Ecua-
pondes al chicharrón que te profeso, prosiguió
dor, á entrar en el golfo arábigo, corriendo al
«1 invisible, veré colmada la dicha mas desas-
trote por el mar Rojo y golfo pérsico , el mar Ne-
trosa que alcanzó la posteridad: si no me achi-
438
gro y el Caspio, el Mediterráneo, el Adriático y atravesar una Yiña. Allí renovaron sus iracundos
el Báltico hasta ca3a doña Semíramis. amores, y viendo que la mamá los perseguía
Apenas esta joven anciana mamá vio llegar á amenazándolos con una caña en cada mano, hu-
su hija sudando de frió y asida de un hombre de yeron sin parar hasta el cementerio del desierto,
aire, se cubrió el rostro con los pies, lanzó un donde tuvieron que desenterrar un cadáver que
aullido melodioso, y se puso á bailar en la azo- habia muerto ahogado en el incendio de Babilo-
tea repicando los talones y dando volteretas co- nia para ocultarse la joven y el esqueleto prófu-
mo una loca. gos. En aquella turaba encontraron una caldera
Era preciso aprovechar aquellos turbios mo- rota, una flauta, dos pares de calcetines, unas
mentos, y los amantes no sabian como organi- parrillas, un redoblante, un melón, un paraguas
zarse ni donde esconderse, porque al trovador de lienzo color de tórtola, y un plato de crema.
invisible le atacó un sueño tenebroso que le ha- Gomo los amantes no habrán comido desde
cía dar cabezadas en los hombros y orejas de su el 26 de agosto del año anterior, pusiéronse en
querida. No habia mas tio pásame el charco que cuclillas y comenzaron á sorber crema á dúo,
dormir, y en la casa solo tenían un catre sosteniendo el plato ácuatro manos; mas apare-
de So pies de elevación, al cual se subía en un ce la esfinge de doña Semíramis sobre sus cabe-
gran cesto pendiente de un largo y grueso ma- zas dándoles sendos cañazos en los talones y en
carrón italiano pasado por una garrucha. En.tra las orejas; les echa tierra encima á borbotones;
en ese hermoso cesto, le dijo ella á él; yo te su- los sepulta, y cuando conoció que estaban difun-
biré al catre donde velaré tu sueño, y luego me tos los enterrados, se enterró ella también en la
subirás con mucho tiento, que no soy para col- misma sepultura por no ser menos que los
otros.
gar. Hízose la primera operación; después subió
él á ella; mas ¡cuál fué el espantoso placer de Así comenzaron á morir aquellos tres seres di-
esta feliz desventurada, cuando en vez de su chosos, cuando todavía les faltaba cerca de siglo
amante solo encontró en la azotea del catre un y medio para nacer.
esqueleto ensangrentado, sin mas traje que unas JOSÉ MARÍA BONILLA.
botas de andar á pié con espolines, y una casa-
quilla de raso inglés carmesí 1 La desgraciada
leyó el esqueleto, y decía: «tu madre no es mu- MEMORIAL.
ger.» Un pacífico rapto de desesperación se apo-
Á LA COFRADÍA CE LOS GOUDOS.
deró tranquilamente de su alma, y sin respetar
los 85 pies de camino perpendicular que habia Yo , Juan Martínez Villergas,
desde la boardilla del catre hasta el pavimento, que cuando en boga me vi
se arroja de cabeza cual otra Safo , da de cabeza era un hombre transparente
en medio de un cesto lleno de huevos frescos que mas débil que una lombriz.
hacía tres años estaba recogiendo su mamá para Porque era un hilo mi cuerpo
hacer un pastelón de rábanos, pero desgraciada- pero un hilo tan sutil
mente quedó sin lesión por caer en blando, aun- que no se hiló mas delgado
que los huevos lo pagaron. Se levanta y corre desde Holanda hasta Pequin.
con mucha calma á contarle á su mamá todo el Y fué mi cuerpo baqueta
suceso, la cual le contestó; «pues bien; si ese para atacar un fusil
brujo te ha revelado que tu madre no es muger, y me acostaba encojido
yo te revelo que su esqueleto va corriendo en es- en un medio celemín.
te instante hacia el cementerio del desierto. Asó- Luego que á salto de mata
mate áesa ventana y lo verás correr.» por lo que sabéis me vi
. Efectivamente, asomóse; lo vio y partió tras tal impresión hizo el miedo
él sin pronunciar palabra, y lo alcanzó porque se en mi físico infeliz ,
le enredaron los espolines en los sarmientos al Que lástima da contarlo
439
mas lo voy á referir —Compadre ¿usted por aquí?
para que nadie provoque ¡ Muger saca la bandeja !
persecución tan hostil. venga el vaso y el barril.
Amparo me dio en la fuga ¿No toma usted?... ¿me desprecia?
el pueblo donde nací, voto á los hijos del Cid
que está legua mas ó menos que ha de atracarse en mi casa
ocho de Valladolid. ó es un traidor zascandil.—
En vino blanco se ahogan Así se piensa en mi patria,
las pesadumbres allí, y es un ente baladí
y nadie sufre un revés quién no come por vergüenza
sino de lomo 6 pemil. ó cumplimiento pueril.
De las frutas el marrano, ¿Seis visitas? seis meriendas;
esclaman con frenesí, mascar ó hacerse la muy...
y de los peces el cerdo aunque esté un homhre mas harto
es loque suelen decir. de comer que de vivir.
Si alguno come ensalada Con esta vida frailuna
ya está encasa el alguacil tan regalona y feliz
y paga un doblón de multa he casi echado mas tripa
ó va á chirona á dormir. que Ribot y Baldoví.
Porque agua bebió en agosto Tanto engordó mi pescuezo
cierto señor zarramplín que si me le han de partir
le negó la absolución ya pueden dar mis contrarios
su confesor en abril. mil sablazos y otros mil.
¿Hay allí sed? venga vino Es mi espalda una fachada
¿hay boda entierro ó festín? como la de Antón Martin,
cerveza de Valdepeñas mi pecho quiere criar,
ó la vida está en un tris. mi panza quiere parir.
Así pues no bien la tierra Todo el mundo me lo dice
de mi juventud olí, hasta el traje que vestí:
se me puso la barriga ya no me sirve de liga
lo mismo que un tamboril. lo que antes fué corbatín.
Cual pellejo soplo á soplo Y necesito una sábana
inflar el mió sentí, para sonar la nariz,
y de rebentar medroso y no entra el dedo miñique
tomé el tole hacia Madrid. en un viejo calcetín.
Entre almuerzo y desayuno La casaca que conservo
gasté en la casa mas ruin de nacional de Madrid
arroba y media de lomo dicen que sirve de peti
y de salchichón de Vich. en este cuerpo gentil.
Solía tras de las sopas Cada amigo que visito
á medio dia engullir se asombra de verme así,
chorizos dos ó tres libras, y sí no es por el sonido
garbanzos un celemín. ya no conoce -el clarín.
¿Principios? no digo nada Hasta mi novia, la pobre,
porque tengo para mí siempre que quiere reñir,
que si cuento los principios dice que estoy mas pesado
no tiene el romance fin. que cuando á Castilla fui.
Iba á hacer una visita Por todo lo cual señores
á usías vengo á pedir, Pesaban tantos quintales,
previas las pruebas que usías que el casero don Mauricio
quieran exigir de m í , al saberlo, el edificio
Que en la sociedad de gordos aseguró con puntales.
se sirvan luego admitir Se vio el jobre en un trabajo
á su atento servidor que aunque yo por prevención
— EZ ViLLERGAS ( JUAN MARTIN— ) mandé abrir todo balcón,
se vino un tabique abajo.
Desagüe á la carne d i ,
y gracias á tal cordura,
A DON J I M MARTÍNEZ ViLLERGAS. pues rebosó la gordura
por los balcones que abrí.
Del ilustre tribunal Sino la desgracia nuestra
de que soy yo presidente que hablar mucho hubiera dado,
acabo de ver pendiente, que hubiéramos reventado
Villergas, tu memoria!, hasta una pared maestra.
En que de burlas ó veras A una discusión muy terca
prendas mostrando infinitas, tu pretensión dio lugar;
de los gordos solicitas la voz tuve que esforzar
alistarte á las banderas. no pudiendo hablar de cerca.
¡Es admirable á fé mia Que si bien los contrincantes
tu altanera pretensión! estábamos como en prensa,
di ¿ dónde está el barrigón nuestra panza tan inmensa
que exige la cofradía? nos mantenía distantes,
No, Villergas, no nos salgas Voy á decirte en resumen
con que tragas mas que todos... lo que al fih se resolvió;
por rodillas tienes codos, de tu peso alguno habló,
tienes carrillos por nalgas. los otros de tu volumen,
Mucho comes, y con eso Yo que quise protegerte,
creer ser un Baldoví, pues, aunque flaco, te quiero,
piensas igualarteá m í , fui en defenderte el primero,
juzgas ser hombre de peso. haciéndolo de esta suerte:
¿Qué nos importa que tordos «Villergas, como sabéis,
te hayas zampado á millones? es hombre tan singular
no buscamos comilones, que si otro queréis hallar
que buscamos hombres gordos. cual é l , no lo encontrareis.
Todavía el tribunal Es estraño de tal modo,
no se ha reunido, y creo tan raro y singular e s ,
que no es falta de deseo que quizá engorda al revés
sino falta de local. para hacerlo al revés todo.
Que nunca sala se vio Yo gordura no le encuentro,
ni en este ni en otros puntos mas si en canal se le abriera
que pudiera albergar juntos aunque flaco por defuera
dos tan gordos como yo. le vierais gordo por dentro.
Seis gordos por mi llamados Hágase sino la prueba,
me visitaron en masa, y así quizás anonade
y con seis quedó mi casa ios sofismas del cofrade
preñada de hombres preñados, que á refutarme se atreva,
441
Creedme, ilustres obesos, este compañero vuestro.
Villergas tiene ¡oh primor! Mas no esperéis ver el traje,
la carne en el interior ni las galas de un viaje,
y en el esterior los huesos. que nada halagüeño ofrece,
Que él á fuer de hombre ilustrado y que tan solo merece,
ha llegado á comprender por lo incómodo y lo tardo,
que lo mejor debe ser vestido de paño pardo.
lo que ha de estar mas guardado. Ni entraré en los pormenores
Pero en fin ¿por qué se afana de los varios sinsabores
mi lengua en una cuestión que sufre en la diligencia
á q u e se da solución quien va áMadrid de Valencia;
tan solo con la romana? ni os contaré con qué ahinco
Pesadle, y si las arrobas en hombros de cuatro ú cinco,
le encontráis de reglamento, y entre mil riesgos estremos
si os presenta un documento pasó este barco sin remos
firmado por gentes probas casi á punto de irse á pique
En que acredite que ha roto por la rambla de Alberique ;
veinte sillas al sentarse, ni el cómo, cuando, ó por dónde
cuatro camas al echarse, llegué á la venta del Conde ;
y que como un terremoto ni el modo con que después
Son ruidosas sus narices salí de la del Marqués,
si duerme en lecho mullido, é del Duque ó... del Demonio,
sea en el gremio admitido junto con mi hermano Antonio,
de los panzudos felices.» y toda la demás g e n t e ,
yendo á pié muy diligente
Tal fué mi proposición
por espacio de dos horas,
que con lógica sostuve,
dando el brazo á las señoras,
de tal manera que obtuve
(que por cierto no eran malas)
unánime aprobación.
y ya caes, ya resbalas:
Con que, amigo, ponte ufano
ya te pinchas ó tropiezas
y ademas... ponte en camisa,
entre zarzas y malezas ;
que esta es condición precisa,
causándonos tan cruel rato
la romana está en mi mano.
nuestro fatal carro-mato,
Te pesaré, y si estás flaco
que en ciertD charco de arrope
tu peso lo ha de mostrar,
se nos atascó hasta el tope,
y paciencia y barajar,
sin que auxilio alguno humano
y á mal dar tomar tabaco.
pudiera darle la mano:
A . RlBOT Y FONTSERÉ.
ni en fin otras averías,
que en tres noches y tres días
tuvimos siempre infelices
LA PUERTA DE HIERRO rodando por las narices ,
porque esto fuera imagino
¥ LA GENTE DEL BRONCE. mas pesado... que el camino;
y no siendo necesario
Á MIS COMPATRIOTAS LOS SUECOS. «1 minucioso inventario
de los bienes, ó los males,
En fin, queridos amigos, que por esos andurriales
ya está aquí por estos trigos pasárnoslos viajantes,
sin ronzal y sin cabestro
56
442
os repetiré lo de antes, pero,., ne me acuerdo de ellas.
y es negocio concluido , Lo que sí tengo presente
«que aquí estoy... porque he tenido,» es esta octava siguiente,
Una cosa solamente que buena , mediana ó mala
tendré que haceros presente, quedó inscrita allí en ia sala
porque el callar crimen fuera para recuerdo y memoria
y es que en toda esta carrera, de la gente transitoria:
sin que razón se vislumbre : «Oh maldito cocinero (í)
hay la maldita costumbre que en pago de sus pecados
y los raros usos nuevos le das huevos estrellados
de no comer mas que... huevos; al hambriento viajero,
y que tengáis ó no gana , Permita el Dios de los Cielos,
os los dan por la mañana que ya que tan mal nos tratas,
con la misma sangre fria te se resbalen las patas
que os los dan á medio dia, y te estrelles como ellos.»
haciendo igualmente alarde Mas... lector... no te incomodes ,
de dároslos por la tarde, si prescindiendo de Herodes,
hasta que bajáis del coche voyme en busca de Fílalos,
á comerlos por la noche: dejando estos ventorrillos
de suerte que yo abrumado con la paga en sus bolsillos ,
de un estilo tan ovado, y los huevos en los platos.
y de moda tan estraña Sabed, pues, mis caros suecos,
cuando llegamos á Ocaña que aunque Madrid no es Marruecos,
viendo que se repetia sin embargo claro está
tan ingrata sinfonía, que empiezan los dos por Ma- 5
y observando en la palestra y que si se ponen juntos
algunos huevos de muestra , los principios de ambos puntos,
que con insulto notorio es voz y pública fama
en el mismo refectorio que sale de ellos la mama,
pendían del cortinaje, (1) único objeto y manía
llenándome de coraje de las cuestiones del dia;
sin oír ninguna escusa en cuya sabrosa espuma
di rienda suelta á mi m u s a , iré mojando mi pluma
que cuando el diablo la tienta para haceros con tal tinta
tiene sal, pebre y pimienta, una relación sucinta,
y entre disparates varios, y un apunte compendioso
que dejé por los armarios, de cierto lance famoso,
y por la mesa redonda que , cual él es bien seguro
de la consabida fonda, no le vio el tiempo futuro ,
puse dentro unas tortillas ni aun el tiempo... venidero.
tres ó cuatro seguidillas Y este lance que os refiero ,
muy graciosas y muy bellas, cual una hazaña del Cid ,
es que al llegar á Madrid,
(1) Efectivamente, en el parador de Ocaña
se ha tenido la graciosa ocurrencia de reempla-
zar con huevos las borlas pendientes de los cor- (1) También es cierto el haberse inscrito en
tinajes y adornos de las puertas, ventanas, etc. la pared del referido salón estos y algunos otros
del salón de comida: hasta un retrato de Isa- versos; ofreciendo el dueño del establecimiento
bel 11 tiene sus dos pares de huevos de centi- conservarlos, y aun encenderles dos luces por
nela. la noche.
443
donde hay tanto desvalido custodiando en sus contornos
llorando á moco tendido, las galas y los adornos,
yo tuve el placer sin tasa que ostenta por donde quiera
de ver entrar en mi casa esta mansión placentera.
con sus barbas por divisa Allí pues hicimos a l t o ,
nada menos que á... LA R I S A , y todo el mundo de un salto
que con talante risueño , (que aquí el que no corre vuela )
después del «mi amigo , y dueño» salió por la portezuela
y demás cumplida lista, con el desparpajo y traza
que se usa en toda entrevista, de los toreros en plaza ;
mucho mas si es la primera, dando principio en seguida
se empeñó en que la siguiera. la mas graciosa corrida,
Rara fué la intimación , que de racionales toros
mas... me entregué á discreción, vieron cristianos, ni moros.
de mi capa haciendo un sayo , Cercónos muy halagüeña
y el jueves nueve de mayo la demás gente risueña,
á las diez de la mañana , que liego antes que nosotros
hora bastante temprana, en sus yeguas , ó en sus potros,
según lo que observo aquí, alazanes, ó corceles,
andando en coche me vi ó en coches de cascabeles
de dos, cuatro y seis rocines r
ó en lujosos calesines!
según las prerogativas
de sus musas respectivas:
y junta ya la caterva
de estos hijos de... Minerva,
ó de cualquier otra diosa...
se hace imposible la glosa
de los hechos , y los dichos,
ocurrencias, y caprichos,
cuentos, historias, novelas,
muy engrande y muy ufano
versos, coplas, cantinelas,
con Ayguals y con su hermano,
comedias, y disparates
y vuestro amigo Bonilla ;
con que tan insignes vates
y á escape por esta villa,
fueron poblando aquel prado ,
ó sea, si queráis corte,
hasta que Abundio Estofado
sirviéndome ellos de norte, con voz bronca, aunque sonora,
cual á los magos la estrella, vino á decirnos —«YA ES HORA.»
me encontré en la gran paella,
que es"el objeto primario ¡Oh! ¿quién tuviera el pincel
de este escrito estrafalario. de López, ó de Esquivel,
En un sitio pintoresco ó del famoso de Tracia
junto al Manzanares fresco , para bosquejar con gracia
cuyo curso ¡ cosa estraña t lo principal y accesorio
lo que no moja, lo baña del campestre refectorio?
con su incierto y manso paso, ¿quién dará cima á la empresa
y a un cuarto de legua escaso de dibujar bien la mesa,
de este cortesano encierro, que con esquisito tacto
está la Puerta de Hierro fué improvisada en el acto
444
bajo el frondoso ramaje, por lo raro y por lo vario
que ofrece en cualquier paraje ni están en el diccionario,
un verjel tan especial ?... ni yo acerca de su glosa
Mas, dejando lo ideal podré decir otra cosa
con su gracia y atractivo, sino que en broma y en chanza*
vamos á lo positivo. iban entrando en la panza.
Yo ocupé la presidencia, Las botellas de Jerez
porque, aunque el último en ciencia , rodaban de diez en diez
os declaro, y os confieso por aquel castalio coro,
que era el hombre de mas... peso y el Pinto y el Valdemoro
del famélico complot, seguían también sus huellas
y eso que estaba Ribot, en otras varias botellas,
cuya prosa y cuyas trovas mas ligeras que tardías
pasarán de... diez arrobas, en ir quedando vacías-
y Ayguals, que no está tan mocho, De los postres nada os digo,
que deje de pesar... ocho porque el que no fué testigo
Pero sigamos el cuento, de tan grata y bella escena,
toda vez que ya en su asiento ni sabe qué cosa es buena ,
están los quince ó los veinte , ni es posible que en su vida
que si el cálculo no miente pruebe tan dulce comida.
tomaron parte en tal fiesta,
cuya apetitosa orquesta
dio" principio en alta voz Fué el caso que de repente ,
por la sopa y el arroz : hallándose nuestra gente
y tras de esta introducción navegando viento en popa,
vinieron á la cuestión sin mas timón que la copa,
cuatro pares de capones, ni otro norte, ni otra estrella
que al punto se hicieron nones que el cigarro y la botella,
entre barbas y narices , cuando al apartar los ojos
lo mismo que las perdices, de tantos dulces despojos,
que con ajos y cebollas , fijábalos casi absorta
fueron siguiendo á las pollas, en una disforme torta ,
á las liebres y conejos, que encerraba en sus cuarteles
y á otros mil animaiejos-, seis docenas de pasteles,
de que hacen especial caso y otros varios agregados;
las musas de este Parnaso. y en fin cuando por los lados,
Hubo saimones y truchas por detrás y cara á cara
con guisos y salsas muchas , no había mas que algazara r
descollando el ajo-arriero licores, y vasos rotos,
hecho con gusto y esmero estruendos y... terremotos...
y no sin algún trabajo
por... ved la nota de a'bajo (1);
por la parle de Segovia
y hubo asados, y cocidos,
se nos desprendió, una novia,
cuyos nombres y apellidos
que no bien hubo acabado
de abrazar el nuevo estado r
(1) El caballero Manini, primer ayudante colgando aan de su cintura
del señor don Abundio Estofado, y célebre en
los fastos guisatorios por su estrema habilidad las bendiciones del cura,
«nía confección del ali-olL salió sin duda á pasco,.
dando treguas á Himeneo, muy terne y muy puesto en jarras
cuyo fiel representante ensayando el baile inglés
con mustio y triste talante , con la interesante Inés,
y abismado en lo futuro muchacha de quince abriles,
iba... fumándose un puro. cuyas gracias juveniles,
En su amable compañía hermosura y embelesos ,
llevaba una letanía nos dejaron..* patitiesos.
de hermosísimas muchachas, Vierais en dicha Babel
cuyas juguetonas fachas á Príncipe (don Miguel}
alegres sin artificio hombre de muy altas prendas,
daban muestra y claro indicio hacer cosas estupendas
de su intención, gana y prisa al bailar una cachucha
en suscribirse á L A RISA. con cierta ninfa machucha,
La ocasión la pintan calva, que en las escenas mas tiernas
así es que tras de la salva le pasaba entre las piernas
de varias frases de lujo, con sus pomposas enaguas
que entre ambas partes produjo como una perrita de aguas.
encuentro tan placentero, A Florez (José Segundo) •
puesto otra vez el sombrero, con toda la sal del mundo,
y pasada la sorpresa, aunque con dolor de muelas,
echando á rodar la mesa repicar las castañuelas
con todos sus adherentes, bailando el trípili y jota
y sin otros precedentes con la señora Carlota,
que los que encuentra cualquiera que á pesar de sus cuarenta
en Jerez de la Frontera no se perdía en la cuenta.
y otros pueblos comarcanos, Escucharais el compás
principió tal besamanos, que Manini, y veinte m a s ,
tal broma y tai zaragata, todos de la clase gorda,
que la persona sensata, daban con música sorda
que no se halló en dicha gresca... siguiendo el son del fagot
no sabe lo que se pesca. que nos tocaba Ribot;
Allí hubierais visto á Ayguals mientras entre tantas gergas
bailar.muy ligero un wals, el intrépido Villergas
sin darle las barbas pena , llevaba de rama en rama ,
con una linda morena de esta función el programa
de mucho garbo y salero; echando flores y guindas
y ¿al son de un viejo pandero á la linda de las lindas ,
Píéompañarle en el baile á la bella entre las bellas,
su hermano, que es también fraile es-reina de las doncellas,
, de la orden de barba larga , y emperatriz de casadas,
quien otra pareja embarga quien con las manos cruzadas-
de mas valor que un tesoro, pasó un tiempo tan precioso
y de cuyas trenzas de oro jutito á su futuro esposo ,
pendían con desaliño que muy taciturno y serio
arco y flechas-del dios niño. la tuvo en su cautiverio
Allí vierais á Bonilla sin permitir, ni aun por broma,
también con barba y patilla, que aquella blanca paloma
y sus verdes antiparras, bailase siquiera un sulo
446
con ningún hijo de Apolo, hubiéraisme visto á mí
y en fin, entre tantas c a r a s , hacer con mucho donaire
y entre ocurrencias tan raras volteretas por el aire,
como son las q u e j o vi, alzándome en cada brinco
vK-í^tíáS&LWÍMN^ - '
El baila No importa,
da aliento ^valsemos,
contento gocemos
sin fin : placer:
las almas y siga;
escila me agrada,
y quita oh amada,
su esplín. correr.
t
Tu esbelta Wals grato,
cintura «o acabes;
procura no sabes
no huir; que así
y en tanto en dulce
retozo recreo
de gozo la veo...
reír. ay de mí!
Disfruta En vínculo
placeres, estrecho
si quieres, de! pecho
No bien chupaba el lácteo pezón, mi bien; mi afán
sufrí sin lloro el agua bautismal; conmigo se calma;
sufrí de mi nodriza lo brutal, bailando, y abrazos
sufrí de mis pañales la presión: gozando mis brazos
Sufrí mas adelante el sarampión, también. la dan...
la palmeta de un dómine infernal,
la esclavitud del lazo conyugal Sosiégate En noche
y de una suegra-cráter la erupción. mi alma, como esta
Sufrí de un mal poeta la altivez, y caima de fiesta
sufrí la ineptitud de un parlanchín, tu ardor: y danzar:
sufrí insultos de un crítico soez... mareo que al goce
Hasta el cólera-morbo sufrí en fin, te ha dado! se ajusta
mas no puedo sufrir la pesadez -cuidad >>... me gusta
de un aprendiz de música y violin. mi amor. gozar! I...
WENCESLAO AYGUALS P E UCO. MOXE/.DMA.
UNA GARANTÍA. a s í , de pronto un placer,
( no sé si placer seria :
pero me gustó pardiez).
Hija de un difunto padre En fin, me enringlo tras ellas,
y de una casi muger, ¡por vida de Lucifer!
dio Manuela en la manía que el saber donde vivían
de casarse... ya se vé. carito me costó á fé.
Dejado de Dios sin duda, Por espacio de hora y media
el novio tenia que ser, el oso tuve que hacer ,
y así pensó echar Manuela (y lo peor no fué el oso
á mi garganta el cordel. porque esto me sienta bien).
Se empeñan en que me case; Sino que ya me cansaba
pero conviene saber de caminar tanto á pié,
por qué me caso y el cómo, desde la iglesia del Carmen
con qué objeto y para qué. al barrio del Avapiés.
Porque el casarse requiere, Llegan por fin á su casa
(ó yo no entiendo lo que es) (quiero decir de alquiler)
algunas esplicaciones porque eso de su demuestra
antes de decir amen. propiedad, y no hay de qué.
Pues señor , un día en misa A. tiempo de entrar en casa
me pisó, sin mas poder, me dan ganas de t o s e r ,
en el vigésimo callo Manuela vuelve la cara,
Doña Mercedes Gatél. se sonríe, yo también,
Tan de firme me sentara ¥ á través del velo espeso
sobre el mió el tosco pié, que me ocultaba su tez ,
que á pesar de ser de dia interpreté una mirada
mil estrellas me hizo ver. por «Abur, hasta después»
Me quejo; pero ella al punto Dicho y hecho, por la noche
me dice «perdone usted » ; en un baile la encontré,
y tuve i vaya una gracia 1 pero no de Villahermosa,
que responder «nohay de qué.» sino en casa de Miquel.
Sucedió después de misa Allí tuve la fortuna
lo que suele suceder, (la desgracia fué después)
y llegamos casi á un tiempo de contemplar mas de cerca
del agua bendita al pié. de Manolita el desden.
Voy a tomar de la pila: Me pareció que me oía
y con mucha candidez con un poco de interés,
me aparta el brazo la hija y en un verbo cuatro verbos
queriendo tomar también. y un dativo la endosé.
«Permitidme, alma cristiana, £n efecto, por pasiva
dije, dulce cual la miel, volvió los verbos también,
que tengo yo agua bastante y allí el demonio sin duda
para que se moje usted.» se puso 4 hacerme el cordel.
Llegó á mis dedos los suyos, Su mámala habia dejado
luego su madre, y después... de una vecina á merced ,
me dieron ambas las gracias quedándose sola en casa
y respondí «no hay de qué.» con el rosario y rapé.
La tal chica me causara Me gustó la independencia,
y así nos fuimos los tres desde aquella noche en que
á tomar un refrigerio tiró el diablo de la manta
á una especie de café. y se descubrió el pastel.
Que dió en liamar á dos mesas Pero yo que corro mucho
y un pipote de Jerez , (entiéndaseme el correr),
el vulgo que asiste ufano tengo para mí que corre
a los bailes de Miquel. aun mucho mas ella que él.
Siete copas (y cuidado Mauricio, Santos, Mateo
que no éramos mas de tres) me lo dijeron ayer,
me puso á la cuenta el mozo y á este ilustre triunvirato
y sin gtirgutar pagué. hay que dar cristiana fe.
íbamos á entrar de ¡suevo Sin embargo, se ha empeñad»
en el salón otra vez , Doña Mercedes Gatcl,
cuando ei cotillón anuncia en que yo soy un j u d i o ,
que ya iba á amanecer. por un capricho tal vez.
Tuvimos por conveniente — Mi hija es de buena casa
abandonar el burdel, sí señor, sépalo usté.
y pian pianino nos vamos — Convengo en cuanto á la casa,
al barrio de! Avapiés. aunque la escalera, pues,
— Vaya chica , que descanses... Se encuentra un poco gastada
— Estoy á los pies de usted... de sostener tanto pié...
— Ustedes hagan lo mismo..; y no digo que esto tenga
— Que no haga daño e! Jerez... con Manolita que ver.
Se retira la vecina, Pero yo no soy, señora,
y de la puerta ai dintel de esos tontos que en la red ,
nos deja muy satisfecha déla apariencia engañados,
de mi cara y proceder. caen en un dos por tres.
¡Manuela sola conmigo! Que Manolita no tenga
¡ amantes los dos! pardiez , muchas ganas de comer,
que cada cual con esmero que por su gusto, ó el ageno
desempeñó su popel. no pueda traer corsé,
Hubo aquello de «te juro... Que la tenga por un ángel
— Hermosa, juro también... ó una diosa en el Edem ,
— Pero al cabo tú eres hombre... á quien convierte en demonio
—Y tú, Manuela, muger. en la escalera después.
Pe modo que nada falta Esas son cosas de bulto,
para ser felices, pues, y juro por Lucifer...
sino que me quieras mucho... mas perdone usted, señora,
— Y t ú , que me quieras bien... esta alusión...—No hay de qué.
El portal estaba oscuro , — Digo que en cosas de bulto,
y yo no fuera cortés Doña Mercedes, no sé
si no ofreciera mi ayuda por donde se entra y se sale...
en casos de lobreguez. — Eso es mentira pardiez.
Emprendérnosla escalera, — Será, convengo, mas nunca
pero ¡ ay 1 que se le fué un pié : su yerno llegaré á ser,
otro á roí; vaya , el demonio porque no quiero una suegra
que nos puso allí el cordel. tan bonaz como es usted.
Nueve meses transcurrieran Haya demanda de agravios,
453
y á la presencia del juez LA FAMILIA DE LOS VICE,
relate allí la vecina
lo del baile de Miquel,
DE LOS SUB Y DE LOS EX.
El aguador por seis reales
sea testigo también; Todo en el mundo es música. Esto no quiere
y por doble un escribano decir que el mundo es una sífonía ni que todo
diga que vio y que da fé.' en el sea música celestial; lo que quiere decir es-
Salga sentencia de boda to es que el mundo está compuesto de escalas con
ó á las armas; está bien, sus puntos y medios puntos, bemoles y sosteni-
primero que ser... ¿lo digo? dos. Si se consulta á los naturalistas, hallare-
reniego y me voy á Argel. mos que desde el reino mineral al vegetal hay
Con que así, señora mia, muchos cuerpos que se confunden entre la iner-
lo mas que yo puedo hacer cia y movilidad de tal modo, que nadie sabe de-
es tomar Ja sesta parte finir á qué reino pertenecen. Los hay que por
bajo mi protección ¿eh? una escala la mas lenta imaginable se van s e -
¿No agrada? lo dicho dicho, parando de la materia inerte, hasta llegar á la
no me venga usted después mas perfecta de las plantas, y los hay q u e , t e -
con aquello de «judío, niendo mas vida y mas espontaneidad en el m o -
mal caballero...» por que... vimiento, pero con una forma estraña á los ani-
Tan aburrido me puede males y á las plantas, vienen á ser cuerpos a n -
su lengua infernal poner, fibios ó hermafroditas entre el reino animal y el
que por quitarla esperanzas vegetal. Sucesivamente y por escala rigurosa se
me case hasta con el juez. observa la marcha progresiva de los seres hasta
Me víó ya tan decidido el más perfecto conocido, que es el hombre:
que me contestó: «está bien, pero de modo que de uno á otro animal es tan
ponga usté una garantía córtala diferencia, como sensible, cuando e n -
escrita en este papel.» tre dos puntos de comparación quedan dos ó tres
intermedios. De un europeo, por ejemplo, á un
negro de Guinea, no hay mas diferencia que la
«Yo don Fulano Engañado, del color; así comohay monos que distan muy
«que vive calle del Pez, poco de los susodichos negros; y sin embargo,
«digo , que la sesta parte comparado un mono con un hombre , se advierte
«de... (ya se sabe quién es...) una inmensa diferencia. Yo tengo para mí que al
«Me pertenece, y por tanto cabo de los siglos ha de venir otro ser mas perfec-
« mi protección la daré. to que el hombre por razón de esa escala de per-
«Madrid veinte de diciembre fectibilidad, y que á medida de la perfección en
« del año cuarenta y tres. la forma humana, será también mas aventajado
«Dado en un cuarto boardilla en sus cualidades morales.
«mas miserable y soez, Tratando solo de la escala del hombre con r e -
«que todos los cuartos bajos lación á su categoría en la comunión social, que
«del barrio del Avapiés.» es el objeto de este artículo, lo primero será ha-
blar de los puntos musicales , fijos, determina-
dos é inalterables, y lo segundo de los modifica-
Esta es otra cosa ¡ vaya! dos, intermedios, mistos ó furrieles, es decir,
¡ yo casarme ! no pardiez , entre cabos y sargentos.
que ha de haber esplicaciones Desde luego todo cuerpo necesita una cabeza,
antes de decir amen. toda nación un gobierno y toda sociedad chica ó
(i. OBTIZ. grande un centro directivo: parece que he dicho
454
tres cosas , y n o he dicho mas que una. Al que no es tanto el trabajo que le cuesta al pueblo el
represéntala primera dignidad de una reunión pronunciar vice-presidente, vice-secretario, r i -
de hombres, se le llama director porque dirige, ce-cónsul, sub-seeretario , sub-director, s u b -
ó presidente por presidir; pero como un hombre prefecto y sub-diácono, como el mantener a u n a
solo no puede reasumir todos los poderes en sí, familia tan numerosa como la de los sub y los
claro es que necesita otros agentes subalternos vice reunidos.
para dirigir la máquina social, y de aquí nace Hay disputas sobre cual de las dos razas es
ese eslabonamiento de jerarquías que, semejan- mas perjudicial á los intereses del pueblo; yo
tes á una progresión geométrica decreciente, creo que las dos son f cores, como decia el i n -
cada una va teniendo mas valor que todas las in- mortal Fígaro; y que si marchar de los sub á
feriores juntas. los vice es ir de Pílalos á Herodcs , ir de los vice
Ahora bien: una sociedad ¿podría regirse con á los sub es volver de Herodes á Pilatos. Sin em-
los empleos absolutamente necesarios? Claro es bargo, la raza de los sub es á la de los vice , lo
que sí, y claro es que no, y liaré ver que ningu- que los antropófagos á nosotros en sociedad, lo
na contradicción envuelve la respuesta. Cuando que el veneno al azúcar, lo que los gobernantes
el hombre fuera tan virtuoso como le concibiera á los gobernados , lo que los frailes á los hom-
Rousseau en su mundo ideal, justo en el ejerci- bres.
cio de sus derechos y dócil á los deberes, es evi- El sub es un ente fantástico que recorre todas
dente que la sociedad no admitiría un cargo su- las clases de la sociedad para atormentarla. Es
pérfluo; pero como por desgracia hasta el dia el símbolo de la inquisición; penetra por la m e -
estamos dotados de pasiones mezquinas y mise- nor rendija de las casas, intercepta toda comu-
rables; como nos devora la ambición de figurar nicación y escudriña y tasa todos los artículos
de donde viene la avaricia del oro, ha sido pre- comerciales é intelectuales sin conocer los artí-
ciso satisfacer con empleos lucrativos y honores culos de la fé. Fácilmente inferirán ustedes que
pueriles, las exigencias de los mal contentos el sub de que voy hablando es el «<Z>sidio. No
con un orden de cosas justo, racional y equi- sé cómo hay hombre que quiera comerciar t e -
tativo. niendo que pagar el sa&sidio de comercio; y al-
Un presidente y un secretario bastan para r e - guno conozco sumamente industrioso, que se
gir un cuerpo legislativo; pero así como un chi- hace el tonto porque no le saquen él su&sidio in-
quillo tiene envidia cuando la madre acaricia á dustrial.
sus hermanitos, y una mujer siente los agasajos Si la nación no prospera: si la patria no se
que á otras se dispensan, también hay hombres desempeña, ni consigue ni conseguirá la suspi-
que sienten no ser los predilectos. Estos hom- rada nivelación de !os gastos con los ingresos;
bres me parecen á mí niños que han crecido culpa es del sub, que á imitación de los rios
mucho, ó mugeres vestidas de hombres. Sean lo grandes que se aumentan sorbiendo el agua
que fueren es preciso contentarlos, y para con- de los pequeños, con el dinero de muchos p o -
seguirlo debió crearse el innecesario cargo de bres llénala bolsa de pocos agiotistas. Este sub
vice-presidente; y no satisfechos con halagar á tan aristocráticamente parcial, tan injusto y tan
u n o , prolongaron la escala de la vice-presiden- enemigo del tesoro público es un sub femenino
cia hasta el infinito, contando algunos congre- llamado «subasta» que ha parido muchos hijos
sos , Yice-presidentes á docenas. varones llamados «subarriendos» tan parecidos
La familia de los vice es hermana carnal de á la madre, que entre todos han sumido el estó-
]a de los sub, ó lo que es lo mismo la familia mago de los pobres en un mar de Yiento donde
de los sub es la misma que la de los vico, que infaliblemente serán victimas del temporal, si
trae el mismo origen, hace el mismo papel y so- Dios no lo remedia. A esto de sw&arriendos y
lo se diferencia en la pronunciación. Se dice íu&astas dan la discúlpalos subarrendatarios y
V. gr. vice-reetor, porque no se pronunciaría subarrendadores de que amor con amor se paga,
con tanta facilidad sub-rector, á pesar de que y que un sub mata otro sub, poique sin una s u -
455
basta el gobierno no podría subvenir á las nece- nos soplaremos en el coche y los caballos y el
sidades, ni swJsanar los perjuicios de una su- cochero serán los que se mojen. ¿Hace calor? no
¿levacion. importa mientras haya nieve en los pozos. ¿ P r e -
Vamos con la familia de los ex que es la mas gonan? que pregonen, con los ricos no se han de
numerosa que se conoce, como que de trece atrever, y si se atreven todo lo arregla el dine-
millones de habitantes, puede que pasen de ro. ¿Le convidan á un entierro? entretiene álos
quince, millones, los seres que pertenecen á esta del pésame con cuentos y chascarrillos. En fin,
raza, y lo probaré. Claro es que un hombre no ve alegría donde el pobre tristeza; imagina deli-
es mas que un individuo; pero como hay Fula- cias donde el pobre desgracias, y así como para
nos García de García ó López de López y du- el pobre todo es luto y desolación , para el rico
ques, grandes de España seis 6 siete veces, tam- todo bataola, boda ó bateo.
bién hay españoles emparedados en tabiques de Así cuando vemos un rostro compungido y
ex, ó que tienen el ex por lodos cuatro costa- exánime decimos: qué cara de exclaustrado t i e -
dos. Puede uno ser ex-reaüsta, ex-nacional, ex- ne ese hombre; parece un alma en pena , mur-
diputado y ex-ministro, y si por la prodigalidad murando para sí: taime verás que no me cono-
de títulos y tratamientos, es ademas excelentí- cerás.
simo señor, cuenta un ex porcada sentido. Por último los ex dicen á los mee lo que los
La familia de los ex es el vice-versa de la de viejos á los niños: allá llegarás ó la vida te ha
los snb y de los vice\ porque esta impera mien- de costar; porque no hay empleado que no pare
tras aquella anda de capa caida, y así se les co- en ex-empleado y á fé que bajo este punto de
noce á todos hasta en el rostro. Un hombre en vista no sé quién de las dos familias es mas gra-
el mando es una flor en la primavera, un hom- vosa á la nación, yo creo que la de los ex por
bre en la desgracia es un árbol en otoño. ¡Qué ser mas numerosa y porque trabaja menos,
satisfacción ! ¡qué superioridad hay en la cara pues todas las rentas de España no bastan ya
de un poderoso! ¡Qué melancolía en las faccio- para pagar á ex-gefes políticos, ex-ministros,
nes del que no tiene dinero ! ¡Qué distinto h o - ex-claustrados y ex-cedentes.
rizonte presentan las cosas á los unos y á los
JUAN MARTINE? YJI,LEKGAS.
otros! A un pobre todo le sienta mal; si llueve
¡malo ! porque no tiene mas sombrero que el
que lleva encima y otro, y el otro es el que l l e -
va encima. Si no llueve ¡malísimo! porque se ROMANTICISMO.
perderá la cosecha y andará el pan por las n u -
bes. Juzga del humor de todos por el de sus tri-
pas , y cree que nadie tiene gana de broma, por-
que él no la tiene, y así cuando llega alguna
UNA ESCENA DE HORROR.
festividad, como ahora la de san Isidro, suele
DOÑA MENCIA. — DON TELLO.
decir: n o , pues este año poca gente irá á san
Isidro, no está el tiempo para diversiones; y
Se alza el telón: el teatro representa
precisamente aquel año sedesploma el pueblo de
la sala de madama... no sé cuantos.
Madrid en la campiña del santo. ¿Viene el aire
(El autor de su olvido se lamenta;
gallego? malo, porque se helarán los trigos.
mas tiene de estos tantos!...)
¿Viene solano? paor, porque se quemarán los
Brilla do quief la seda trasparente,
garbanzales. ? Oye un pregón en la plaza, o v e
do quier el rico terciopelo brilla
un bando en las esquinas? Corriendo á ver qué
y el oro resplcndente
dicen, por si mandan barrer las puertas de la
(Nota esencial: la escena es en Castilla).
callea todos los pobres, ó arrojarse por el bal-
Todo, en fin, rebosando de elegancia;
cón , á fin de obedecer antes que pidan un duca-
aquí reina el ornato, aquí la moda!...
do de multa. El rico abreves; ¿llueve? que llueva
(Soy perito., lector; no he estado en Francia
456
pero en los mapas, si, la he visto toda.) —Tenedla lengua , por piedad, señora,
Cuadros, sillas... et celera, que creo no hagáis á mi valor tamaña injuria ,
que el juicioso lector me habrá entendido, —Don Tello, vive Dios! —Juráis a h o r a ? . . .
y tanta frase inútil y rodeo — Queréis callar? —Si lo exigís...—Lo mando.
á mi corlo entender no es mas que ruido. Idos de aquí (la cólera me abrasa !)
A la vista del público ilustrado no pengais mas los pies en esta casa.
aparecen mis héroes... brava fiesta! —Comprendo: algún galán.—Y osáis hablarme?
j a la presiente el patio entusiasmado; —Me despedís... adiós! (voto á los cielos!)
cesó el motin enmudeció la orquesta. Guay, ingrata beldad, sabré vengarme
Ambos á dos ilustres personages y e n sangre impura sofocar mis celos,
visten modernos trajes Adiós!... qué !... no me oís? adiós, Mencía!
y ante el pueblo que atiende embebecido, Tu amor fué una ilusión, mi bien quimera...
en sesión permanente, Tú has roto mis ensueños!.'! — Todavía!
entre otras cusas de que yo me olvido Yo os daba ya, Don Tello, en la escalera.
se dicen lo siguiente: En fin... no os vais?—Piedad! — Idos!—Espera.
Una palabra mas! — Oh! No! — Tirana I
— Ya era tiempo , señor, no os parecía? — Pronto , salid, ó por quien soy, don Tello,
— Me aguardabais , señora'? — No , á fe mia. que os mandaré arrojar por la ventana.
— Qué indiferencia tan cruel! —Sin duda. Burlar pensasteis mi pasión oincera?
— Oh! lo decis de un modo!... esa ironía... Rondabais de otra dama los balcones?
—No tal.—Será aprensión.—Eh ! quién lo duda' Dábaisla dulces músicas, perjuro!
—Ah!no, vos me engañáis!—No fuera estraño; Y alegrabais su calle con canciones?
no lo hacéis vos conmigo? — Yo, señora ! — Loca estáis , vive Dios! —Vos sois la causa.
que así olvidéis mi amor! ay! cuántas veces, Pero no, no os reiréis ! — Yo no me río.
tibia al pintar vuestras queridas rejas, Líbreme Dios! —Me vengaré, lo juro!
con su alba luz me sorprendióla aurora —Os voy á repelar! — Virgen de Atocha!
lanzando al viento mis ardientes quejas 1 Si me sacáis con bien de tanto apuro !...
Cuántos y cuántas la tranquila luna —Oh ! no tenéis vergüenza?... Así á mis ojos
vióme á la orilla del sonoro rio os presentáis sin miedo á mis enojos!
con mi dolor , con mi pasión á solas, Tan débil me juzgáis... soy una fiera!...
y oyó mi voz y contempló mi llanto os echaré á rodar por la escalera !
acrecentando las revueltas olas ! —Tened! — Castigaré vuestra osadía!
— Sois elocuente, á fe. — Doña Mencía ! —Tendréis valor...—Pues no?... Voy á probarlo.
— Callad, monstruo, callad , ó vive el cíelo — Oh! no os incomodéis... por Dios, Mencía!
que en mi cólera justa, aunque impotente, Os conozco tan bien !... cómo dudarlo ?
habré de confundir vuestra osadía, —Huid ! tomad la puerta! —Eso es muy justo.
con tan fiera falsía (Me adivinó sin duda el pensamiento.)
correspondéis á mi cariño ardiente? Siempre me desvelé por daros gusto.
venis de ver ahora —Qué hacéis? —Obedecer; marcho al momento
á mi rival, decid ? — Por Dios , señora! —Vais á ver á madama?... hablad ! (yo rabio!)
—Todo lo sé; tu fámulo... apartaos! —Sí... voy... tal vez... —Infame, sella el labio.
— Juzgáis... soy incapaz... — Harto lo veo. I Así mi amor en tu demencia ultrajas!
—Me haréis desesperar! —Desesperaos. Con que quereisjugar con dos barajas?
— Y pudisteis creer... — Todo lo creo. No, no saldréis!... de la venganza impía
— Ha sido «n cisma! — No, no ha sido cisma ; dentro del corazón arde el deseo...
Tiembla, infeliz, te romperé la crisma! Llegó del crimen el tremendo día!
— Oh! no hagáis tal. —Teméis? tanto os aterra Un mar de sangre ante mis ojos veo!
de una flaca muger la ardiente furia? A la lid, á l a l i d l . . . en su braveza
mil falanges avanzan... la Vitoria ALLÁ VA ESO.
con su laurel circunda mi cabeza,
cubre mi frente el pabellón de gloria!
Flota á los vientos mi pendón de muerte , Pues el diablo me saca
tiende la niebla su gigante velo... de mis casillas,
— (Tiemblo!) —El villano con asombro inerte templaré la carraca
rueda ante mí... la tempestad retumba con seguidillas.
y honda surcando el fulminante cielo, Alsa, pilile;
abre á sus pies aterradora tumba. y el que tenga farola
Do quier domina mi furor!—Señora!... que despavile.
—El e s , é! es! traidor, no os lo decía?
Os voy á repelar!!! temblad ahora. Prendiéronme de amores
Paca y Manuela,
Nicoiasa y Dolores ,
Luisa y Adela...
Con viento vario ,
daré vuelta en dos mases
al calendario.
Yo no creo que la preocupación llegue al es- entrar en Madrid se civilizó un poco, pues cuan-
tremo de que todos los que cargan con la esca- do estaba en su tierra se llamaba Bartolo á se-
lera vayan de buena fé á esperar la venida de cas y luego hemos visto que en su carta se firma
los Reyes magos; pero algunos estoy convencido Bartolomé: lo cual no debió sentar muy bien á
de que lo creen tan de veras, que cuando ama- Toribio, que sin duda atribuyó el mé á un es-
nece el dia seis sin haber visto á los Reyes, se ceso de orgullo que su hermano tenia de verse en
llevan un chasco solemne; hay otros que saben Madrid , con lo cual querría dar a entender que
lo que pasa, pero si les dan de cenar y un par era mas que todos los gallegos que no habían
de pesetas son capaces de cargar con la escalera abandonado la tierra. Digo esto porque á los po-
haciendo á las mil maravillas el pape! de tontos, cos d¡8s de escribir Bartolo á su hermano reci-
Sea por preocupación ó por malicia, me parece bió la contestación en estos términos:
sensible que tales costumbres hayan sobrevivido Mi estimadu hermanu Bartolu: Me alegra
á otras mucho mejores que han caducado. muchu que haigas Uegadu con la cabal salud que
Sin embargo, se cenoce que Bartolo con solo para mí deseu; la mia buena á Deo gracias.
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También me alegra que te diviertas tanlu, y arropado en su sayal
que puedas ya cargare cun la cuba, pues ya te marcha al dintel de una puert»,
considera tan grande home comu Deo, que al maldiciendo, á contemplar
fin cargare con la cuba 6 cargare con la cruz t o - el magnífico espectáculo
du es cargare. Solu sientu y me pesa lléveme ú que se ofrece ante su faz,
demu que tengas tanta vanídade porque estas en y á gritar falto de aliento
la corte, que te firmas Bartolu-mé y no Bartolu ¿as doce y nevando está.
comu Deo manda, y lo que yo te puedo decir Y los que entre mantas dobles
e s , que si porque estás en la corte te firmas comierzan á dormitar,
Bartolumé, yo que me estoy en mi tierra me mas se rebozan entre ellas
firmu y se oprimen mas y m a s ,
Turibiu-mé. ya duerman acompañados
ó en ingrata soledad;
No he vuelto á saber nada de Bartolo ni de sin pensar en el cuitado
la correspondencia con su hermano : si por ca- que en insomnio pertinaz
sualidad descubro alguna cosa mas se la contaré aguardaba del sereno
gustoso á m i s lectores. el monótono cantar.
I Ay del triste enamorad»
JUAN MARTÍNEZ VILLERSAS.
que esclavo de una beldad
oye afanoso al sereno
decir que las doce dan !
LANCE NOCTURNO. No hay gatos en los tejados
que salgan á maullar,
y aunque es de perros la noche
Era una noche de enero,
ni aun los hay por la ciudad.
noche terrible y fatal,
Pero hay un amante mártir
de esas noches en que giran
que embozado en su gabán
las veletas sin cesar
acude fiel á una calle
agitadas fuertemente
aunque á deshora á rondar ;
por el recio vendaval.
y cualquiera al contemplarle
De esas noches en que el hiele
tan resuelto y tan a u d a z ,
con su cruda intensidad
con aquel rostro belludo
hace el termómetro á nueve
y aquel siniestro m i r a r ,
bajo cero señalar.
destacando entre la nieve
En que si hay luna que salga
su perfil original,
hay nubarrones de mas
alma en pena le creyera
que absorvan sus resplandores
que bajaba aquí á purgar
y oculten su blanca faz.
entre yelos los pecados
De esas noches enemigas
de su ardiente mocedad.
de toda publicidad,
Llegó al pié de una ventana,
en que si algún reverbero
y después de estornudar,
conserva el jugo vital,
tapándose y tiritando
está como avergonzado
cantó estas coplas no mas.
de su prodigalidad.
Noche, en fin, en que la nieve
hace el papel principal Son tus ojos dos soles
estendida cual sudario con tantas luces,
de toda la humanidad;
que si insisto en mirarlos
el romántico sereno
caigo de bruces;
467
y es tal su fuego Rara vez deja don Anacleto d« llevar su plu-
que temo si me miras ma á mojarla en la salbadera, cuando escribe,
quedarme ciego. y al concluir algún estado, carta ó factura que
le ha costado algunas horas de ímprobo trabajo,
Aquí el trobador llegaba, coge muy satisfecho de su obra el tintero, y
y aun prosiguiera tenaz derrama sobre ella la tinta creyendo ponerle
á no sentir cierto ruido arena. Hay pues que empezar la tarea de nuevo,
en las ventanas sonar. y como don Anacleto es corto de vista, nada pue-
Calló, y alzando los ojos de escribir sin antiparras. Las busca por todos
en busea de su beldad, lados, y las benditas de Dios no parece-n. Se a r -
vio con ansia un bulto blanco rodilla y revuelca por debajo de la mesa moján-
al viento bambolear, dose las manos en ciertas cosas que relucen co-
y esclanió lleno de gozo mo los cristales de sus anteojos; pero estos no
¡ bien vengas, felicidad! parecen, y el bueno de don Anacleto se desazo"
Entonces sobre su rostro, na hasta el punto de saltársele las lágrimas de
con ruido de Barrabás rabia. Entonces para enjugarlas lleva una de sus
sintió un turbión estrellarse , manos á los ojos y tropieza con las benditas a n -
y atónito ojo gritar tiparras que creía perdidas y ha tenido imper-
una voz allá en lo alto térritas en sus narices.
al mismo tiempo... / agua va! El es de quien se cuenta que encontrándose
Y viéndose el cuitado un dia con uno de sus mas íntimos amigos, le d i -
bautizado en tal guisa y de tal arte, jo: «señorita, con que su mamá de usted sigue
de su pasión volcánica curado difunta?» Y una vez que otro de sus amigos le
si marchó con la música á otra parte. notició la muerte de un pariente, contestó muy
tranquilo : « Bah! yo espero que su enfermedad
GERÓNIMO M O R Í S .
no será cosa de cuidado.»
Cuando anda por la calle, empieza su conver-
sación con un amigo, y á lo mejor se junta con
DISTRACCIONES DE D. ANACLETO. otra persona siguiendo la misma conversación;
si esta persona le hace reparar en su distracción,
Don Anacleto está empleado en la aduana. suelta don Anacleto grandes carcajadas, retroce-
Tiene la costumbre de desayunarse con una ta- de algunos pasos y coge del brazo á un caballero
za de té con leche, que al ir á la oficina , toma que juzga es su primer compañero. Empieza á
en el café nuevo. Suele con frecuencia meterse censurar la conducta de cierto don Bonifacio su
en cierta botica que hay inmediata al café, y vecino, y á decir pestes del modo que se deja
dando un par de palmadas en el mostrador, gri- gobernar por su muger, basta que la cólera del
ta muy serio : «mozo una -taza de té.» Sale el agraviado que suele insinuarse con algún bofe-
boticario, y reconociendo don Anacleto su equi- tón ó puñetazo asaz elocuente, hace ver á nues-
vocación, le pide mil perdones , olvida su desa- tro distraído que estaba hablando coo el mismo
yuno y se dirige precipitadamente á la oficina. don Bonifacio.
Allí encuentra á su gefe, y ciego de cólera, le Mi señor don Anacleto es aficionadísimo á los
toma por el criado y le reconviene agriamente huevos pasados por agua : no cena otra cosa. Sa-
porque todavía no ha arreglado el brasero. Lo be que, por regla general esperimentada por los
mas particular es que esto acontece en el mes mas hábiles cocineros, bastan cuatro minutos de
de julio. En cambio entra en el despacho un submersion para que el huevo cocido tenga su
mozo de cordel, y haciéndole don Anacleto mil verdadero punto. Pone mi héroe su cafetero en
cortesías, le presenta varios documentos para la lumbre, y cuando hierve el agua coge con
limar. una mano su reloj y con la otra un huevo ; p e -
468
ro vagando su imaginación por regiones aéreas, del alquiler, á buen seguro que no será don
sumerge su reloj en el agua, y contempla ma- Anacleto quien se acuerde.
quinalmente el huevo para sacar el reloj bien Seria no acabar si tratase de enumerar t o -
cocido a los cuatro minutos. das las distracciones de mi héroe. Concluiré pues
con la que le ocurrió al pié de los altares cuando
estuvo á punto de casarse, y por una de sus dis-
tracciones acabó á monterazos, como suele de-
cirse, la solemnidad del acto.
Don Anacleto se mandó hacer un traje de b o -
da muy elegante. Estaban muy en boga los pan-
talones ajustados; pero el sastre se los hizo tan
estrechos á don Anacleto, que este estaba su-
friendo lo que no es decible mientras duraba la
santa ceremonia. Maldita estrechez! decia repe-
tidamente entre dientes el novio cuando sentía
e! dolor que le causaban sus elegantes pantalo-
nes. Yo estoy por lo ancho, anadia para sí el
pobre don Anacleto. En esto llegó el caso de ha-
cer el cura al novio la pregunta de costumbre.
¿Queréis por esposa á doña Hortensia? y el
pobre novio, á quien mas que nunca estaban
atormentando sus pantalones, repitió •• «¡No mas
prendas estrechas! No quiero eso.» ¿Qué dice
ese hombre? esclamaron todos atónitos, y él fi-
gurándose estar entre los aprendices del sastre,
«sí señores, repetía colérico, yo no quiero eso :
yo estoy por lo ancho, por lo ancho ;» y á con-
Cuando don Anacleto encuentra en ia calle al- secuencia de estas espresiones hubo una pelote-
guna pasiega que lleve en brazos algún niño de ra de San Quintín , y mi don Anacleto perdió una
sus amigos, se acerca con amabilidad á la pa- novia riquísima, por no ser aficionado á pantalo-
siega, la hace tiernas caricias, la da un beso, y nes angostos.
luego dice al chiquillo : «dará usted un recado WENCESLAO AÍGTJALS BE IZCO.
a los señores.»
Jamás ha llevado don Anacleto bien botonado
el chaleco: regularmente coloca el primer botón
ROMANCE.
en el tercer ojal.
Un dia que debió entrar no sé por qué negocio
en uno de los aposentos de palacio, le hicieron Juzgo yo que entre las muchas
dejar el bastón á la puerta. A su salida estaba cosas que los hombres llaman
su bastón junto al del mismo portero. Tornó el calamidades, hay una
uno por el otro y se fué muy serio á pasear por tan indefinible y rara,
el Prado hecho un tambor mayor. que aunque se. piense sobre ella
Aunque algunas distracciones suelen darle nía' no es fácil calificarla.
los ratos á mi distraído, no es esto lo mas co- Si llora un padre á sus solas
mún, pues generalmente suele distraerse don y mira su frente calva,
Anacleto en provecho suyo. Si toma algo con sus lamentando noche y dia
amigos en el café, nunca es él el pagano. Si su una esperanza frustrada,
casero no está muy á la mira del vencimiento que le arrebató el sustente
de su familia, ó la fama visto en la linterna mágica.
oe su opinión, ó la esposa Quédense allá con sus burlas
que mas que á sí propio amaba, y lisongeras miradas,
es calamidad, y es recto y estratégicas sonrisas,
el hombre que tal la llama. y no comprendidas máculas:
Si lamenta la inocencia ó empléenlas, si las place,
víctima de la asechanza, en un muñeco pantalla,
el ardid del hombre pérfido ó en amante cartulina
que la persigue y ultraja , de los que en ferias se gastan;
es calamidad. Si un hombre , y no en un hombre de seso
del amigo á quien amaba, que tiene nariz y b a r b a ,
ve la traición manifiesta ; buen olfato y clara vista,
si el rico ve que le estafan, sin ser canasto de paja.
el débil ve que le oprimen , Yo al que malgasta su tiempo
el honrado que le infaman , y su paciencia malgasta,
el viajero que le Toban pasando noches en vela,
y el enfermo que le matan, y dando tormento al alma,
son calamidades todas, solo porque una infrascripta
y con justicia sobrada que se le vendió por santa,
las da tal nombre en el mundo le hizo su décimo amante,
quien nació para llorarlas. le faltó auna cita falsa,
Pero que aquel que no ignora y le pagó en desengaños
lo que es pez. y lo que es rana, las que le dio en esperanzas;
y que tres y dos son cinco, le tendré por venturoso
y que el cardenal no es papa, si sano su juicio saca, ,
y que tiene una cabeza sin ir á dar con susbuesos ,
de los hombros Jevantada de Orates en una jaula,
para discernir que es hombre para escarmiento del mísero
y que no es bestia de carga, que inesperto se consagra
se enamore como un tonto á ser histrión ó estantigua
de una mujer linda maula, de embelecos de su dama.
eoquetuela sin meollo Me dirán que harto punzante
y artificiosa en sus mañas; mi pluma febril no acata,
y llore á lágrima viva cual acató en otro tiempo
lo que ella en risas le paga, la abnegación y constancia,
vendiéndole por lisonja y virtud del sexo débil,
y amor, lo que es burla y chachara, ni reconoce sus gracias,
mas bien que calamidad ni la ternura, y encanto
lo juzgaré estravagancia, que entre delicias derrama,
ó debida recompensa dando ilusiones al hombre
del hombre ruin que lo aguanta. y al mundo esplendor y gala.
Que no ha nacido en el mundo Y yo diré que sensible
el que racional se llama, mi corazón, nunca apaga
para instrumento del ocio la hoguera que arde en su seno
de la femenina sátira; y á la hermosura consagra;
ni es bien que el hombre prudente mas que ofendido por franco,
se transforme en panorama guerra sin tregua declara
de arlequín ó saltimbanquis, á los picarescos ojos
470
que por burlarle le halagan. Cobrar en Ceuta el susidio
y que si rendido adora De las chapas y el cañé.
de amor las sencillas pláticas,
huye por escarmentado Rico trujan y buen trago...
lo que la virtud rechaza. ¡ Tengo una vida de obispo !
JOSÉ DE GRIJALBA.
¿Está osté?
Mi voluntad satisfago
EL BARATERO. Y á costa agena me achispo ;
¿ Y por qué?
Porque yo cobro y no pago
En las chapas y el cañé.
POSDATA.
Y firmo con iniciales Yo no canto de Marte los furores,
no abran esta carta mia, que del cañón me aterra el estallido,
y me echen á los canales; ni del hambre y ia peste los horrores ,
pues sabes que hay en el dia ni los vanos impúdicos amores
cosas muy originales. del mundo corrompido.
No es tu talento tan largo Canto el placer mas sólido y durable
que entienda de o.es ni pés. que ofrece la existencia deleznable
Te lo diré, sin embargo, en su curso apacible ;
para tu gobierno, Andrés : canto , público amable ,
pero... el secreto te encargo. el mágico poder del comestible.
¿Ves la A donde firmé , Giman enhorabuena
que es la del lugar primero? en las redes de amor de su sirena
pues Antón decirte quiero los necios amadores,
y Perulero en la P, no creo que el estómago se llena
to'.al, Antón Perulero. con el humo fugaz de los amores.
Chico, tu silencio me harta; Canto del rico pavo
escribe aunque no te cuadre : la crasienta pechuga,
mas si algo tu pluma ensarta que tan buena me sabe con lechuga,
para guiar bien la carta,
pon solamente «A mi padre.»
(1) Leída por el autor en el Liceo de Valla-
do i id.
487
la habilidad alabo y mitigo el furor de mis pasiones!
del noble cocinero i Oh! | qué buena invención la de la cena I
que asa bien una pierna de carnero, ¡ Cuan dulcemente el sueño me encadena ,
y el valor indomable con que raja cuando de albondiguillas
el pemil de Galicia suculento, mi estómago anchuroso se rellena,
y en la sartén le encaja y me tomo después unas natillas.
donde sirve de próvido sustento. ¡Oh míseros poetas,
La "mejor armonía, ochenta mil cuartetas
la música que grata me recrea, y cinco mil quintillas
es la aguda almirez, la algaravía no importaD el valor de diez chuletas!
con que chisporrotea ¡Gran cosa es el comer! las aflicciones
el provisto fogón á mediodía. provienen del ayuno y abstinencia;
El mas grato perfume el que come pichones
que deleita mi olfato, siempre tuvo tranquila la conciencia!
aunque la carga del pesar me abrume, Si me da un patatús, un palomino
es el asado que contempla el gato, me conforta, me alegra y vivifica;
y al fuego lentamente se consume, si tengo un sentimiento , le ahogo en vino,
y se traslada de la lumbre al plato , que mis resoluciones fortifica:
y del plato al estómago vacío, pie'nso vivir lomas que se me alcance,
de donde lanza el frió y en el último trance
y el angustioso flato. he de dar á la vida,
¿Dónde habrá mejor drama comiendo, la postrera despedida.
que el que se representa en la cocina, Cuando sueño , no sueño con visiones,
y mas si fuese el ama ni brujas, ni fantasmas, ni vampiros,
una linda y curiosa vizcaína"? sueño con fricasés y con tostones,
Allí no hay peripecia, y me chupo los dedos
allí es el desenlace muy sencillo, embriagado en tan dulces ilusiones.
no hay que pedir preceptos á la Grecia, Y al despertar famélico no tomo,
la criatura mas cerril y necia como el vulgo, café ni chocolate,
barrunta el olorcillo sino dos libras de esquisito lomo,
de la salsa y la especia, * ó seis madras revueltas con tomate.
y aguza á toda prisa su colmillo. Si visito á cualquiera
Gran cosa es el córner: — las ilusiones me zampo de rondón en la cocina,
no valen un pepino, examino el estadio de la plaza,
y las inspiraciones alzo la cobertera
del docto Venusino y preparo el asalto con cachaza
no valen un ternero y dos jamones, al tasajo mas mondo de ternera,
y el competente vino. y si el prójimo es pobre y de avichuelas
¡ Gran cosa es el comer I ¡ oh 1 ¡ cómo aguza tiene valor de abastecer el fuerte,
mi apetito la candida merluza, prelesto una. fluxión, hacia las muelas,
y el congrio , y el salmón ! y adiós, (le digo) adiós, volveré á verte...
¡Vivan las gentes duchas ' (cuando estén mas provistas tus cazuelas).
que hacen guerra á las truchas No he visto tripas de mayor calibre
y persiguen al rico salchichón ! que las mías, ni el mismo Gargantúa,
¡Viva lo positivo, ni el que á orillas del Tibre
viva lo que se pega á los ríñones, las riquezas del orbe devoraba
yo de comer escribo , en el comer la palma me llevaba ,
por la comida vivo, porque á falta de cosas de meollo,
coma cangrejos, nísperos, repollo, porque tomo gustoso la tarea.
y aunque sean buñuelos. Huy! ya creo tener entre los dientes
Estraño que Leandro atravesara un buen trozo de asado,
por ver unamugerlosDardanelos, y á tan plácida idea
si una opípara cena le aguardara mi corazón se anima y se recrea.
disculpárale yo ¡ viven los Cielos! El suplicio de Tántalo
César en Rubicon detuvo el paso, habré hecho padecer á los glotones,
y añaden sapientísimos autores público amigo, aguántalo ,
que tembló de la guerra á los horrores. que yo también le aguanto en ocasiones;
Mas yo creo que acaso masay! estas estrofas elocuentes
se fué sin almorzar, de aquí provino han llenado mi estómago... efe viento,
aquella indecisión de tan mal sino. y me yoy a! momento,
Si Don Pedro el Cruel hubiera sido sí ¡ me voy á... buscar el mondadientes.
tan zampón como yo, no hubiera habido
VICENTE SAINZ PARDO.
guerras ni zipizapes en Castilla,
se hubiera entretenido
hostilizando al congrio y la morcilla,
BISA Y LLANTO.
y no hubiera caído
en el lazo fatal de la Padilla.
Gran cosa es el comer, digo y repito. por su autor en el Instituto Español, en
¡Casi es una verdad! —Como que Tito la noche del 25 de junio de 1844.
debió su genio dulce y apacible
al inmenso poder del comestible. Desde el otro mundo
Y hay crónicas que añaden oportunas, viendo nuestras cosas,
que no era tan benéfico en ayunas. DEMÓ.CRITO R Í E ,
Yo después de comer soy un Juan Lanas, HERÁCLITO LLORA.
mas cuando estoy hambriento
ni las fieras hircanas Al verá Pedancio
son de genio mas duro y turbulento. como babla de Roma,
Todo buen desafio se termina de París, de Londres,
con un almuerzo fraternal, y es justo. de las Californias,
El odio mas vetusto de los usos griegos,
no resiste al poder de la gallina; sectas religiosas,
y ¿quién ha de plantar una estocada costumbres prusianas,
á quien le ofrece un pollo en empanada? argelinas modas,
Comiendo se celebran las funciones, y no sabe acaso
los contratos comiendo se concluyen, donde está Tortosa,
y comiendo los odios se destruyen; DEMÓCRITO R Í E ,
comiendo se contraen relaciones. HERÁCLITO LLORA.
Hay hombre que no chista en el camino,
cuando va en diligencia; Viendo que se arrullan
se llega al Parador y amable y lino eomo dos palomas
sus servicios ofrece en competencia Cándido y Mercedes,
á todo fiel cristiano, y suspiran, lloran,
con quien comió el potaje mano á mano. y finos se escriben
¡ Qué larga va esta oda ó lo que sea I cartas amorosas,
Perdonad, amantísimos oyentes, con corazoncillos
hablando de comer soy muy pesado, flechados, coronas...
489
y esclaman contigo el queso de Flandes,
pan negro y cebolla. delicadas ostras,
DEMÓCRITO R Í E , jamones soberbios,
HERÁCLITO LLORA. perdices sabrosas...
y exhala tufillo
Al ver á una dama de ajos y cebollas,
fea y setentona, DEMÓCRITO HIE ,
sin dientes ni muelas, HERÁCLITO LLORA.
ocultar con blondas
su fe de bautismo, Cuando doña Marta
vestirse á la moda, se hace la devota,
ornar su peluca y pasa en la iglesia
con flecos y rosas, las mas de las horas,
y dar colorete con el monaguillo
á su faz de momia, quedándose á solas,
DEMÓCRITO R Í E , y chismosa luego
HERÁCLITO LLORA. critica á las otras,
cual chupa de dómine
Viendo á don Cornelio poniéndomeá todas,
cuan tranquilo ronca, DCMÓCRITO R Í E ,
vive, bebe, engulle, HERÁCLITO LLORA.
y atrozmente engorda,
y en mullido lecho Al ver á Don Curro
duermeá la bartola, lucir su joroba,
mientras al teatro su nariz de á palmo,
se marcha su esposa su tremenda boca,
con cierto primito sus piernas torcidas
que no la abandona, aguisa de comas,
DEMÓCRITO RÍE , y hablar de elegancia...
HERÁCLITO LLORA. y hacerse el persona...
y entonar el canto
Al mirar que hombrea de la barquerola,
Simplicio, antes de hora . DEMÓCRITO R Í E ,
teniendo... ¡angelito! HERÁCLITO LLORA.
la leche en la boca...
que á su bella Filis Al ver ante ustedes
canta en dulces trobas, mi humilde persona,
creyendo hacer versos con ojos saltones
cual otro Argensola, cual dos alcachofas,
y el nene dá coces con barbas de chivo,
en verso y en prosa, bigotes de rosca,
DEMÓCRITO R Í E , y de ajenas faltas
HERÁCLITO LLORA. hacer burla y mofa,
cuando son las mías
Al oír al otro asaz numerosas,
citar las dos sopas DEMÓCRITO R Í E ,
de su mesa espléndida, HERÁCLITO LLORA.
las muy ricas pollas, WENCESLAO AVGUALS DE tzeo.
62
490
UN FILOSOFO GRAVE. DEPLORABLE ACONTECIMIENTO.;
Al regresar de paseo
ENFERMEDAD una chicuela muy linda
le preguntó á un estudiante—
DE DON ABUNDIO ESTOFADO. «¿Me dirá usted qué hora es?»
Y él respondió—«no lo sé.»
W$Mñk
Antón, padre nuestro,
y estos dos descienden,
si mal no me acuerdo,
de mis dos abuelas que transforma en rosas
y mis dos abuelos; los capullos tiernos,
a m a s soy padrino y abunda en claveles,
de un precioso Ernesto ; jazmín y camuesos;
porque él es m! ahijado: dia en que la iglesia
vamos ahora al cuento. consagra su rezo
Mi padre y mi madre al único santo
en sus devaneos , del pellejo negro,
sin pedirme aviso Benito el glorioso,
ni consentimiento, hijo dePalermo:
y así, cual quien dice no hablaré del año
por matar el tiempo ; aunque venga á pelo ,
antes me engendraron, que citar edades
después me parieron. es algo grosero.
Mi primer viaje En mí no hay falacia,
fué atroz y sangriento... bien visto lo tengo;
anduve malezas, siempre me he tenido
travesé senderos, cual fuera yo mesmo,
barrancos y valles, y así me dirijo
empinados cerros, aquestos acentos.
todo solitario... Yo, que alia en mi infanci»
todo eran desiertos, fui mi compañero,
que ni Adán ni Eva, sin dejarme un dia
jamas conocieron. ni serme molesto,
A los tres trimestres fui mi dedo y u ñ a ,
y dos ó tres dedos, fui mi carne y hueso,
500
constante fui siempre pasado algún tiempo;
en mis juramentes: pero de rarezas
conmigo estudiaba soporté un sin cuento
cuando en el colegio con paciencia y calma
y en mis sinsabores como aquel cordel J
me daba consuelo.
Después, ya mocito
era asaz travieso,
y así dediqucme
al nono y al sexto,
con ahinco tanto
y tal desenfreno,
que el pago debido
que padeció tanto
encontré bien presto:
por nuestros defectos*
pues de tanto abuso
Guando militaba,
hasta estuve enfermo.
cuando prisionero,
cuando con calzones
y hasta cuando en cueros,
entre mis tareas
y en mis pasatiempos ,
en mis romerías
y en mis estar-quietos,
nunca abandóneme;
siempre ei mismo techo
cubrió mi persona,
cubrió mi sugeto.
El mismo sistema
sigo en este tiempo,
jamas doy la espalda
á mi blanco pecho ;
¡Juventud incauta, si tengo quehaceres,
yo te compadezco!!... trabajo contento,
Entonces ¡oh dioses! y en los ratos de ocio
conocí mis prendas (3) me rasco... y me duermo.
pues sentí en el alma Si estoy triste, estóilo,
mis padecimientos: si alegre, me alegro,
bálsamo copaiba, nunca me disputo,
sangrías, ungüentos, uo me causo celos;
fariña favorum, cuando estoy cansado,
pildoras, refrescos, reposar deseo;
también sanguijuelas y en m í , estar dormido
con baños de asiento es no estar despierto.
y otros ingredientes, JSi me soy pariente,
poco mas ó menos, ni mi herencia espero,
curaron mis males de que no me adulo
este es dato cierto..,
luego... es amor propio,
t*2) Este soy yo, pintado por mí mismo.
puro y verdadero,
|8) Masculino de prendas.
501
desinteresado, es justo me alabe
de ambición ageno. y ensalce cual debo
Jamas me be casado mis buenas costumbres ;
por quedar soltero; y en prueba de aprecio
mas por otra parte, y para llevarme
casi casi temo pendiente del cuello,
que si no me caso, tenerme presente
nunca tendré un cuerno, en todos momentos,
porque el hombre solo y admirar mi rostro
derrocha ei dinero; y mi talle esbelto,
pero no me importa, me doy mi retrato
seguiré mi egemplo
salga lo que salga,
y después veremos...
¿Y habrá quien merezca
masque yo merezco
el sonoro canto
de mi ingenuo ingenio? (4)
es cosa imposible...
no puedo creerlo.
Las hembras son falsas,
los machos, no menos,
ya estoy fastidiado
de ver tanto enredo...
si llego á enfadarme
y algún dia muero
y me voy del mundo,
como hay Dios, no vuelvo.
Subiré á la tumba
y un mechón de pelo.
i Souvenir precioso!
¡Oh grato recuerdo!
Ea pues, concluya
este paso tierno,
ó al sepulcro fresco, que con mas escrito
y un mármol inmóvil distraer no intento
cubrirá mis restos. mi atención preciosa;
Soy un guapo chico, pero para ello
bajo este supuesto, pediré sumiso
al numen escelso,
(4) Mis amigos Monsieur Sue y el Señor que me deje en vida
Hartzembusch hubieran dicho con su genio: «de
mi Eugenio ingenuo ingenio.» dos siglos completos;
502
pues merezco mucho dísimas dosis, de suerte que se Je puede llamar
tan bello sugeto; • el fundador de la medicina hemeopática, si bien
y después, si él quiere la consideraba bajo un punto de vista distinto
que yo también quiero, que los homeopatistas del dia. Estos prescriben
"venga doña Parca los medicamentos en pequeñísimas cantidades
con su agudo fierro, para que el todo de la máquina no se resienta de
ya sea en la calle la acción medicamentosa, como si tratasen de
ya en los entresuelos, aplicar á nuestra organización el sistema político
ya en un primer piso deBenthamy1 de otros que, siendo reformistas
ó en cuarto tercero, pero no revolucionarios, pretenden conseguir las
y corte el bramante reformas sin destruir de una manera sensible los
de mi vida... ¡Oh cielos! intereses creados por los mismos abusos que se
y allí Dios me envíe, deben reformar. Kinster no quería esto; no era
por postrer momento, el respeto a la constitución del hombre quien le
la muerte del Justo, hacia prescribir en cortas fracciones las subs-
ó bien la del cerdo, tancias medicínales, sino la convicción en que
que por poca cosa estaba de que un grano de cualquier cosa es tan
jamas reñiremos, eficaz como una libra. Porque él hacia este cál-
; Oh yo me saludo culo : Si á un enfermo atacado de una terciana
con sincero afecto!... se le suministran cada doscientos veinte minu-
Conque ahur amigo, tos dos granos de sulfato de quinina ¿dejará de
mandar sin rodeos cumplirse la indicación que el facultativo se
con toda franqueza, propone por suministrarle dos granos menos
con Dios y hasta luego; una milésima parte de grano en doscientos vein-
dóirne un tierno abrazo^ te minutos y una milésima parte de minuto? Y
y un millón de besos , si nada son una milésima parte menos de grano
quedando cual siempre y una milésima parte mas de minuto ¿qué in-
conveniente hay en cercenar del grano meuos
Izco DE AYGUALS SERGIO. una milésima parte otra milésima parte, ni
en prolongar el intervalo de dos ñoras y una mi-
lésima parte de minuto otra milésima parte de
EL MÁXIMO Y EL MÍNIMO. minuto? De este modo disminuyendo la cantidad
de milésima parte en milésima parte de grano y
dilatando los intervalos de milésima parte en
II.
milésima parte de minuto, acababa á menudo
por dejará los enfermos sin medicina; lo que
No era Kinster con su teoría del mínimo me-
en verdad desearía que en obsequio á la huma-
nos estravagante que Tompson con su teoría del
nidad lo hiciesen con frecuencia muchos médi-
máximo. Habia registrado con frecuencia el dic-
cos que yo conozco. Con respecto á las enferme-
cionario para aprender de memoria los vocablos
dades esternas era Kinster un operador atroz.
mas cortos, y convirtió su cabeza en un alma-
Convencido de que es la existencia el peor mal
cén de monosílabos. Con monosílabos hablaba,
de los males, y deseando reducirlo todo hasta á
con monosílabos escribía , y aun estos en los es- los hombres á la menor cantidad posible, por un
critos los usaba en abreviatura. Sus visitas fa- simple divieso'ó por un insignificante rasguño
cultativas eran breves como las de un cartero ó procedía á la amputación de cualquier miembro.
las de un repartidor de periódicos; apenas en- Su sistema estuvo algún tiempo en Yoga, y el
traba en una casa, se le veía salir y entrar en forastero que á la sazón visitaba Cantorbery, re-
otra y volver á salir casi al mismo tiempo. Pres- trocedía horrorizado viendo en todas partes mu-
cribía los remedios mas inocentes en fracciona-
503
titacion, en todas partes hombres sin ojos, sin tinencias de nuestros n:édicos, que es de creer
orejas, sin brazos, en todas partes señales fu- aplicaban todo el rigor de sus exageradas teorías
nestas, deplorables vestigios del sistema asola- hasta á las cosas domésticas mas insignificantes
dor del doctor Kinster. Mas de dos estrangeros y hasta á los mismos actos esencialmente m a t r i -
preguntaron si enCantorbery habia una raza moniales? La Elefanta y la Pulga murieron; pe-
particular de hombres que nacían con menos ro no sin dejar cada una de ellas en la tierra un
miembros que los demás que pueblan el univer- testimonio vivo de su fecundidad. Murieron al
so. Afortunadamente el sistema de Kinster cayó año de haberse casado, y por uno de esos raros
en un descrédito completo, por lo que el buen caprichos de la naturaleza, por una de esas r a -
doctor no teniendo á quien visitar, como por vía ras combinaciones que el hombre llama casuales
de pasatiempo se consagró á la caza , siendo con ó providenciales no pudiéndoselas esplícar de
esto mas desgraciado todavía que en el egercicio ninguna manera, la. Elefanta dio á Tompson
de su profesión. Cargaba la escopeta con poquí- una hija que á los quince años era tan pequeña
sima pólvora y con solo un perdigón pequeñísi- que parecía hija de la Pulga, y esta dio una hija
mo ; todo á consecuencia de las estrafalarias á Kinster que á los quince años era tan alta que
máximas de que estaba atestada su cabeza. Gogia parecía hija de la Elefanta. Y véase por qué m e '
un puñado de perdigones y decia: ¿qué importa dios, por qué combinaciones tan sabias y tan
para matar un ave que ponga uno menos? Y si superiores á todos los cálculos humanos supo la
uno menos es nada, otro menos será también Providencia colocar las unas al lado de las otras,
otra nada, y esto diciendo iba uno tras otro vol- para que mas resaltasen en el contraste las estra-
viendo al frasco todos los perdigones, hasta de- vaganeias diametralmente opuestas de Tompson
jar la carga reducida á uno solo y con frecuencia y de Kinster. Tompson al perder á la Elefanta,
á ninguno. Esto no impedia sin embargo que no confiando poder hallar jamás otra muger de
disparase su escopeta contra una águila real, y tan gigantescas dimensiones, resolvió permane-
que se tirase de los cabellos viéndose todos los cer viudo todos los dias de su vida, y la misma
dias obligado á regresar á su casa sin un solo resolución hizo Kinster al perder á su muger, no
trofeo venatorio. considerando posible encontrar otra tan pequeña
Tiempo hacia que Tompson y Kinster se ha- como la Pulga. Pero Tompson vio á la corpulen-
bían casado pero entendámonos, lector, no creas tísima hija de Kinster, y este á la diminutísima
que se hubiese casado el uno con el otro: ellos hija de aquel, y desde luego trocaron ambos su
sabían lo mismo que todos los hijos de Adán que primitiva resolución en la de hacerse recíproca-
¿pan con pan es comida de tontos, y eran por mente yernos y suegros. Por parte de las hijas
otra parte bastante escrupulosos y concienzudos fué esta idea acogida con un entusiasmo difícil
para no cometer pecado contra natura. Tompson de esplícar. Naturalmente dengosa la hija de
se casó con una muger y Kinster con otra , y ni Tompson y obligada por la sistemática conducta
uno ni otro al contraer matrimonio perdieron de de su padre á ingerir en su estómago mas ali-
vista sus estravagantes máximas. Así es que mentos de los que la capacidad de este permitía,
Tompson, partidario del máximo, se casó con ia la comida era para ella un suplicio del que á t o -
muger mas alta de Inglaterra; y Kinster, parti- da costa deseaba libertarse, y esto indudable-
dario del mínimo, se casó con la mas pequeña. mente debía conseguirlo dando la mano á Kins-
La del primero era conocida en todo el reino ter. La hija de este, al contrario. Naturalmente
unido con el apodo de la Elefanta, y la de! se- comilona y voraz , y sugeta á la rigurosa absti-
gundo con el de la Pulga. Diciendo que tiempo nencia á que la condenaban las doctrinas de su
hacia que Tompson y Kinster se hablan casado, padre, veia en Tompson su ángel libertador, sin
se da á entender fácilmente que eran ya viudos preveer que para evitar nn escollo iba á estre¡-
en la época á que esta crónica se refiere; porque llarse en otro igualmente funesto. | Triste con-
¿qué muger por alta ó pequeña que fuese habia dición la nuestra, que no sabemos huir de u »
de resistir mucho tiempo sin morirse las imper- estremo sino para colocarnos en el opuesto, y*
504
que raras veces nos detenemos en el término me- daba la acción. Fuese arroz ó cualquiera otra co-
dio , único en que se encuentra la virtud y la fe- sa la que comiesen, el doctor Tompson con u n
licidad! El que ha sido muchas veces engañado, grano tras otro grano j una tajada tras otra ta-
en lugar de volverse cauto se hace suspicaz, y jada se atracaba de tal manera y de tal maneía"
acaba por no dar crédito ni á lo mismo que le obligaba á atracarse á su muger, que alguna ve^
conviene creer. En el rigor del invierno nos pa- se vio á ambos salirles la comida por los ojos^¡.«
recen apacibles los ardores de la canícula, y esto daba tal grima al doctor Kinster que no pot,
cuando esta llega nos consideraríamos felices si dia abstenerse de llamar bárbaro y soez á su
estuviésemos tiritando de frió. Un sabio ha di- suegri-yerno, á pesar de que conocía demasiada
cho, y si no lo ha dicho un sabio lo digo yo sin su carácter irascible y camorrista. Tratábanse
serlo, que los demonios sacan del invierno y de recíprocamente los dos médicos de visionarios y
los países frios la mas abundante cosecha de de locos, y después de una retahila de a¡iodos
condenados. La razón es obvia. Los deseos del con que imitaban perfectamente un fuego dé
hombre que no se encuentra bien son siempre guerrilla, pedían á los puños que saliesen en au<-
estremados, siempre opuestos á lo que causa su xilio de la lengua. Había cada puñetazo que tem*
malestar, y como el infierno dicen que es un biaba el mundo, y entonces las mugeres, en lu^
fuego eterno , los que están helándose en lugar gar de poner el caduceo entre sus padres y espo->
de temerlo lo desean, y de consiguiente no vaci- sos, aunque les viesen con el credo en la boea¡
lan en mancharse con el pecado. La hija de Kins- aprovechaban estos momentos para hacer su
ter tenia hambTe ¿podia haberse hecho cargo al- santísima voluntad; y desde luego la muger de
1
guna vez de los tristes efectos de un hartazgo? Kinster devoraba como un lobo euanto en la
¡Allá voy que se come I dijo, y se casó- con mesa había, y la de Tompson seiba corriendo:á
Tornpson. La hija de Tompson estaba inapetente descargar su repletísimo estómago con sendas
¿sabia ella cuanto hace padecer el hambre? ¡ Allá tazas de agua caliente que tenia al efecto pre-»,
voy que se ayuna! dijo, y se casó con Kinster. venidas.
¡Desgraciadas !!!!!!! con siete admiraciones. Los rigurosos límites en que Ayguals circuns-
Verificado este doble enlace, Tompson y Kins- cribe este y los demás artículos, no me permite
ter para no separarse de sus respectivas hijas r e - referir una multitud de curiosidades y de anéc-
solvieron vivir juntos y formar una sola familia dotas hijas de lasestravagancias de Tompson y
Aquella casa tardó pocos dias en convertirse en de Kinster. Solo una escena voy á presentar qué
infierno; los dos médicos que se encontraban creo basta por sí sola para retratar perfectamen-
mutuamente mas estravagantes de lo que pare- te el carácter de los dos médicos. Un día, des-
cían á un hombre racional, se disputaban á lí- pués de una pelotera algo mas seria que las de*
neas el máximo y el mínimo y la verdad de sus costumbre, en que hubo de una y otra parte na-
ridiculas teorías ; la hija de Tompson empezaba á rices ensangrentadas, carrillos hinchados, ara*:
sentir hambre cani na y á echar menos los hartaz- ñazos y contusiones, quedaron los dos comban
gos de antaño, y la hija de Kinster se sentia ahi- tientes sentados el uno al lado del otro, cabíz*-
ta y pedia al cielo la sugetasen nuevamente á s u s bajos y taciturnos, y al parecer entregados á muy
antiguas dietas. Afortunadamente de vez en profundas meditaciones. Tompson después de?
cuando los sistemas de Kinster y de Tompson se una hora de silencio sacó á Kinster de su enar*
neutralizaban mutuamente, y hacían ambos una genacion con una pregunta que dio origen al s i -
especie de transacion en obsequio á sus pobres guiente diálogo :
mugeres. Pero esto solo sucedía después de ha- — ¿En qué estás pensando, Kinster?
ber habido la de Dios es Crista; después de ha- —¿Y lú en qué estás pensando, Tompson ?
berse armado rifirrafes y escarapelas que no eran —¿Yo? dijo Tompson, estaba buscando una
de ñiquiñaque, y que casi siempre se desenlaza- cosa mas inmensa que la inmensidad, mas infinU
ban de una manera trágica. ta que la infinidad, mas eterna que la eternidad.
Generalmente era la mesa el campoen que se —¡Siempre loco! dijo Kinster entre dientes»
505
—¿Y tú que ..estabas buscando? preguntó de existir lo menos que me sea posible; no acor-
Tompson. taré el tiempo que me tiene señalado la Provi-
—Estaba deseando hallar la nada, la misma dencia para vivir en este mundo en cuerpo y a ' "
nada, una cosa que fuese menos que la nada. ma, pero me disminuiré, me cercenaré cuanto
— ¡Que locura! esclamó Tompson ¡la nada! dado me sea, me reduciré, si puedo, á un p u n -
¿pues no la tienes desgraciadamente en todas to indivisible.
parles? ¿crees que tú eres algo, que yo soy algo, Hubo un momento de silencio solo i n t e r r u m -
que es algo cuanto ves», cuanto oyes, cuanto to- pido por una carcajada de Tompson. Luego Ki ns ""
cas; que es algo este mundo que habitas, que ter se levantó de la silla, asió á Tompson de una
son algo las generaciones que pasaron? De la mano, y le dijo: sigúeme.
nada se formó el mundo, y de nada no podía for- Tompson le siguió.
marse mas que nada. Y asi fué en efecto. Yo me Los dos entraron en un gabinete, del cual s a -
vuelvo loco buscando algo, y nunca encuentro lieron á sus órdenes sus respectivas mugeres que
algo; á la nada sigue un punto imperceptible se hallaban en él, "la una atracándose de p a ° y
cpmo la misma nad'a, y á este punto otro punto la otra tomando un vomitivo. En el semblante
y otro punto hasta que reuniéndose muchos for- de Kinster notaron marcadas señales de una ag1"*
man lo que tú llamas algo, y este algo como tacion singular. Ambas se quedaron clavadas
ves, es siempre nada. Todo es nada. Las gene- junto á la puerta por la fuerza de la curiosidad.
raciones pasan, se convierten en polvo, y al cabo Oyeron algunos ayes capaces de despedazar el
hasta este polvo desaparece. ¡Oh! ¡quién pudie- corazón de un tigre, y luego el rechino de u n a
ra de todas las generaciones que pasaron formar sierra; luego otros ayes y luego otro rechino ? y
una sola generación, y de esta un solo hombre, tode esto lo estuvieron oyendo por espacio de tres
un solo individuo! Y con todo, este individuo horas, al cabo de las cuales salió ensangrentado
colectivo y sintético me parecería también pe- y sudando el doctor Tompson, cargado de h r a ~
queño , me parecería también nada, y sería na- ws y piernas y otros mutilados despojos. El d o c -
da en realidad. tor Kinster se había hecho amputar y e s t i r p e
— Sobraria todo, Tompson, este individuo todo lo que creyó no ser indispensable á su exis-
que quisieras ver realizado, porque lodo en el tencia para reducirse al mínimo posible; se hizo
mundo es supérfluo, y hasta loes el mismo amputar las dos piernas y los dos brazos ; se h i -
mundo. Dios formó el mundo de la nada, por- zo practicar la estirpacion de la nariz, de un G J°
que hasta la nada es algo. Tú ves morir á las ge- y de las conchas de las orejas, y arrancar la m i -
ue
neraciones, y yo las veo sucederse. Todo se r e - tad de los dientes de cada quijada. Se conoce q
genera y no se estingue; lo que tú crees que p a - esta serie de operaciones terribles se practica-
oS
rece no haGe mas que mudar de forma. El hombre ron sin desnudar al paciente, pues los mier»bí
se reproduce, y cuando no le queda mas que el de que Tompson iba cargado conservaban t o d a -
cadáver, todavía se convierte en una infinidad vía el habitual vestido de su dueño. La hija de
e
de gencracfeftes. jY hay quien embalsama los la Pulga y la de la Elefanta reconocieron «
muertos para conservarlos! Esto es destruirlos este modo la tan espantosa realidad, y cayeron
esto es quitar la vida á la materia, esto es ma- ambas desmayadas.
tar á los muertos. Se quiere que el cadáver no Parece imposible que Kinster no "sucumbiese,
se corrompa, y sin embargo la corrupción es la bajo el peso de los atroees dolores que debió oca-
vida que le queda. De cada fibra, de cada átomo sionarle la cuchilla quirúrgica. Kinster lo m i s -
suyo se levantan generaciones infinitas que mo que Tompson fué víctima de una pulmonía?
mueren también á su vez, pero no se estinguen, ó por mejor decir, de la aplicación que hicieron
toman otra forma, pero no se anonadan. ¡Oh! á su enfermedad de su ridículo sistema. K i i ' s l e r
si yo no supiese ^ue la muerte y el anonada- en el acto de sangrarle se hizo sacar gota á g o -
miento no son/términos sinónimos, hace tiem- ta toda la sangre del cuerpo y murió desangra» 0 »
po que me hubiera suicidado. Pero al menos he degollado como un cochino. Como no tenia b r a -
64
506
zosle sangraron por el cuello. Tompson, al con- ENFERMEDAD DE DON ABtJÍ
trario, quiso que le sacasen una libra de sangre,
pero como para él una gota era nada, y si nada
era una, nada eran dos,y si nada eran dos, na- Sigue presentando síntomas alarmantes. -g|
da eran todas las que se necesitan para formar último jueves (que fueron sus dias) quiso co-
una libra, acabó por no dejarse sangrar, y le su- merse un par de cochinillos con setas, y Vé*fet
cedió lo que no podía dejar de sucederle. Las dos indigestaron ; pero, á merced de una lavativa «W
esposas les sobrevivieron, y aunque nada de ron con sublimado corrosivo, se puso bastante
ellas menta la crónica, puede asegurarse que aliviado. Ahora se le ha recetado una sangría etr
no sintieron mucho la muerte de sus maridos. cada ojo, y gárgaras de tinta: esperamos que ese
Después de Tompson y Kinster no se han co- tos remedios surtan buen resultado.
nocido otros hombres tan extravagantemente es-
travagantes, como no sea este cronista que con
tales estravagancias ha querid*o ocupar á sus lec-
tores, y el señor Ayguals de Izco que las ha da- LETRILLA.
do cabida en la enciclopedia de estravagancias
que con tanto aplauso dirige. No ha de faltar ¿Por qué la señora Brígida ,
quien crea que Tompson y Kinster son dos per- tan melancólica y tétrica,
sonages engendrados en mi caletre, y que cuan- una oración al Santísimo
to de ellos digo es una solemnísima mentira. hace por la vez centésima,
¿ Qué me importa? ¿Acaso los que escribimos en si después del «Señor ¡ pésame!»
LA RISA hemos hecho voto de decir siempre la
y su piedad evangélica,
verdad ? Lo que sentiría en el alma es que se por una canción erótica
descolgase por ahí algún hombre pacato y escru- comete una acción herética? —
puloso pidiéndome rectificaciones, como le ha Porque este mundo es hipócrita,
sucedido á Villergas con cierto cabildo que ase- tirano, tonto y... ef cétera.
gura ser falso cuanto se dice en un artículo de
LA RISA con respecto á cierto arzobispo de San-
Para un viejo sistemático
tander. ¿Pues qué? ¿ha creído alguno que la
toda novedad es pésima ;
verdad, que tan mal parada se encuentra en to-
nunca están libres los jóvenes
das partes, se ha refugiado en esta enciclopedia
de su oposición frenética.
de estravagancias? Quien tal crea por fuerza ha
Si uno es prudente ¡qué rústico!
de ser mas estravagante que Tompson, y Kins-
si uno es de bulla j qué pécora!
ter, y Villergas, y Ayguals, y yo, y toda esta cs-
Cuando ve un drama en el Príncipe,,
travagantísima enciclopedia.
esclama afligido ¡oh temporal
A. RlBOX Y FONTSERE. y sale haciendo, fanático ,
cruzes, calvarios... ef cétera.
A un andaluz y á un gallego
EL COMPROMISO DE UN TUERTO.
una anguila regalaron,
y armando camorra luego
Yo conocí al arriero Juan de Prado, sobre si es de Juan ó Diego,
sevillano salado, ácruz ó pila la echaron.
y téngase por cierto Pidió cruz el andaluz ,
que también era tuerto; y ganó contra la pila;
y si usted no lo toma por enojo, y dijo el otro avestruz : 5
como era tuerto le faltaba un ojo, Buenu, llévese la cruz,
aunque yo no me acuerdo, mas yo me Uevu la anguila (1).
si el derecho ó el izquierdo; MIGUEL AGUSTÍN PRÍNCIPE,
ello es que le faltaba ,
y que por esto tuerto se llamaba. Una modista á Calisto,
Pues, señor, este tuerto se bebia (chato que vale por dos)
tres azumbres de vino cada día: le dijo: i válgame Cristo,
con que ya está apurado que chato lo hizo á usted Dios!
que debería ser aficionado. Y el contestó á la modista :
Señal es cierta de que le gustaba oiga usted', no hay que mofarse;
«uando tanto empinaba. las faltas deben callarse
Un dia caminando cuando no están á la vista.
llegó ya tarde á la posada, cuando JUAN MARTÍNEZ VILLERGAS.
la taberna cerrada
no despachaba nada, A Isabel la literata
porque la policía que prefirió á un ganapán,
en tales horas se lo prohibía.
E-l lance era apretado (1) Y se la comió, dice la anécdota.
533
mas de once sabios están ¿Y quién había de decir que don Abundio h u -
motejándola de ingrata» biera sido un hombre tan cruel como manifestó
Y ella dice: «¡ay tal porfía! en su confesión? El confesor quedó admirado y
para lo que yo le quiero nosotros lo estamos todavía. Y nuestros lecto-
tiene el mozo á quien prefiero res se admirarán también cuando sepan la confe-
muy buena filosofía.» sión.
El padre cura le animó mucho diciendo: con
Si has visto á impulsos del viento paciencia se gana el cielo , hijo mió, no hay que
dar vueltas una 'eleta, . desesperar; cien años de pecador y dos minutos
su inconstante movimiento de arrepentido.
no te trajo al pensamiento Y es que el cura ignoraba la edad de don Al un-
el amor de una coqueta? dio, que si no, ya le hubiera exigido algunos
meses de arrepentimiento.
Al escuchar cómo aullaba Don Abundio hizo su per signum crucis de ini-
el perro de su vecino ,'••,: micissuis, y empezó de esta manera:
dijo un barbero asesino —¡Padre cura! ¡perdón ! soy un asesino, soy
que á un pobre martirizaba: un hombre inhumano!
«¡Diablo! si estarán matando — ¡Cómo! ¿un asesino?
á ese infeliz animal?» — Uu asesino feroz que he matado todo cuanto
y el otro dijo: «no t a l , • . se me ha puesto delante.
es,que le están afeitando.» Y el cura por si acaso dio un paso atrás. L u e -
GERÓNIMO MOÍJAN.
go continuó:
—Vamos, que todo lo perdona Dios; di los
mandamientos. • •'
— Esescusado, padre cura; yo no he pecado
ENFERMEDAD DE D. ABUNDIO (l). en el primero, ni en el segundo, ni en el tercero,
ni en el cuarto y "muy pocas veces en el -sesto:
¡Qué cosa tm terrible es asistir á un sano nunca en el sétimo, ni en el octavo, ni en el n o -
cuando está enfermo! ¡Qué sustos y qué fatigas veno, ni en todoslos restantes como no sea en
se pasan mientras la enfermedad no declina ! No el quinto. He manchado mis manos y regado el
gana uno para médicos, sanguijuelas y zapatos, suelo infinitas veces con la sangre de muchos i n -
sin contar lo que consumé la botica, que es un felices, y esto no sé si Dios me lo perdonará.
renglón regular. Don Abundio lleva gastado des- — Cien años de pecador y dos minutos de arre-
de que cayó én cama lo siguiente: pentido ¡hijo! .
500 cantáridas, — Yo necesito un año de arrepentido por mis
499 sinapismos, años y por mis crímenes, padre.
dos arrobas de hojas de sen,_ Y el padre dio una gran carcajada y le echó la
cuatro tinajas de jarabe, absolución, cuando supo que las innumerables y
id. de cocimientos antisécticos, ponderadas muertes de don Abundio , habían s i -
25 libras de sublimado corrosivo do de pollos, pavos, gallinas, liebres y cochini-
y una arroba de solimán. llos. El enfermo diespues de descargar su con-
Total, una botica tan grande como la del Hos- ciencia, quedó mas sosegado, y creemos que se
pital. restablecerá completamente en cuanto se le eche
Y sin embargo, ayer Hubo necesidad de confe- un remiendo en el corazón y unos intestinos
sarle y después hizo testamento. ¡Qué cosa tan nuevos.
atroz es asistir á un enfefmo cuando está sano!
(1) Estofado.
534
EL ABANDERADO DE LOS GORDOS [Infeliz! ¡mejor le fuera
al coronel de su regimiento no haber al mundo nacide!
porque solo de un bufido
D. ANTONIO RIBOT Y FONTSERE. de un barrigudo adalid,
no ha de quedar en Madrid .
Mi estimado coronel: ni tampoco fuera de él,
Con el acento mas fiel, ningún galgo, ni lebrel ,
con que debe un subalterno bacalao, ni sardina,
tocar el pito ú el cuerno , culebra, ni culebrina,
cuando á un gefe se confía, ni rocinante <> rocin ,
dóile las gracias á usía ni arquito de violin ,
por la distinción honrosa ni vívora ó lagartija ,
que á mi pobre panza endosa. mango de escoba, clavija,
Y con el mas fiel acento, araña, anguila ni rana,
con que basta el cabo ú sargento , ni una cara de terciana ,
que en la música es perito, ni un ambulante esqueleto,
toca el cuerno ú toca el pito, ni mas no hallo ya epíteto
las gracias le vuelvo á dar que usar en lugar de tacos
por la merced singular,
para ese enjambre de flacos,
que hoy por su conduelo alcanza
que no quiero, par ni migas
mi insignificante panza.
con las redondas barrigas,
Verdad es que no soy digno
que de su poder en muestra
de enarbolar ese signo,
dio el cieto é la gente nuestra.
que, aun colgando de una caña,
Nada importa que un perjure»
debe dar mas gloria á España ,
con labio traidor é impuro
á la Europa y á otras partes,
moteje hoy nuestros toneles,
que todos los estandartes
y cubierto con las pieles
llenos de ciatas y ñecos
del débil bando contraria,
que hoy marchan sobre Marruecos;
nos venga desde este osario
pero aunque digno no sea
haciendo la oposición,
de ceñirme la correa,
porque... mas, lengua, ¡chiton I
ni la reluciente banda
que al cabo, á la postre y fin.,,
que mi destino demanda;
cuando la patria peligra , el tendrá su &an Martin.
hasta la modestia emigra Venid , pues, queridos gordos ;
de un pecho que, en otro caso r y haciendo, cual yo, los sordos,
ni aun fuera>„. soldado raso. é sino haciéndooslos suecos
al ladrar de los Can-secos,
Acepto p u e s , señor gefe, Urrabict*sy Zorrillas,
y ¡ayl d«l pobre mequetrefe, de los Yiilergas, Bonillas,
que al oír nuestra trompeta y toda esa zarandaja,
no se rinda y se someta que tiene el rabo de paja ,
á la ley del gordo sable ! decid conmigo en complot:— .':
¡Ay del flaco miserable, [Viva el coronel Ribot 111
que, escudado con sus huesos, ¡ Vivan los buenos jamones,
haga la guerra á los gruesos. las morcillas, salchichones,
y enristre su débil lanza el pan, la carnea el tocino !!
contra la preñada panza i Muera el agua , y viva el vino !1
de quien siga mi bandera 5
I E L SuE€k»
535
MI VIAJÉ A LA ALGARKIA. •Despierta ya, Sab añona,
y asómate á esa ventana;
que con tu ausencia me pican
Uñad* las manías mas comunes en esta d i - los sabañones del alma;
chosa época'de escritores, fósforos y motines,
es el escriibir de viajes, sin que muchos de los Siguieron a" está copla otras" por el mismo es-
que así escriben hayan pasado de las tapias del tilo, y á poco rato la requerida doncella, abrien-
Buen-Retiro ó del paseo deSan yicente. do la ventana, arrojó una gran torta con mante-
Publicó nuestTO amigo fray Gerundio una cu- ca y como medió celemín de avellanas que el cor-
riosísima obra de viajes, é inmediatamente ««li- respondido galán recibió con cuidado en la man-
dié la moda de tales escritos; y literato de nue- ta que llevaba, distribuyéndolas entre los cir-
vo cuño conozco yo que está concluyendo el ses- cunstantes ; y dando en seguida las buenas n o -
to tomo, •de grueso volumen, de una obré de e s - | ches á la a l t a m í a Dulcinea, se retiró esta de la
te género, en que describe un viaje que veri- ventana, y ia alegre-' comparsa se marchó, como
ficó á Carabanchel de Abajo, donde permaneció suele decirse, con la música á otra parte.
un día, dando al anochecer la vuelta á la capi- Hay entre aquellas gentes una costumbre s o -
t a l , de donde había salido por la mañana fea un bre serenatas bastante rara, y que se Observa'
caballo de alquiler. con mos rigor que la constitución que nos rige
Así es, que nada hay mas frecuente hoy día' en España; eslo e s , que está escrita para todos :
•que elleer eti las esquinas anuncios de semejan- los espaáoles aunque muchos, desde los minis-
tes obras^ ó el tropezar á cada paso en los pe- tros hasta los mas insignificantes esbirros, no
riódicos cotí arlíc«los d« viajes que, según las han querido en ningún tiempo ser regidos por
costumbres descritas en ellos, los cree el lector ella, que algo tiene también de rara como la
hechos por la Mesopotamia, mas bien que por costumbre que trato de esplicar : desde tiempo
cualquiera de las previaeias de España. inmemorial está prohibido (no por la justicia del
Por no ser, pues, menos que los indicados pueblo, sino por los garrotes de los mozos) á
viajeras, voy á describir algunas de las que ob- cualquiera moza!vete que no cuente catorce i n -
servé en un pueble-eillo de la Alcarria, de cayó viernosj pues no siempre han de ser primaveras,
nombre ni quiero ni debo acordarme. el dar músicas por la noche á otras jóvenes que
La noche que llegamos á él otros tres compa - como ellos empiezan ya á piñonear, voz tomada ¡
ñeros y yoj fuimos convidados por un robusto del diccionario de los andaluces. Cumplida la
mozo, gran tocador de guitarra , á acompañará edad, los que tratan de obtener la facultad dé
diez ó doce de aquellos rústicos galanteadores rondar, entregan tres pesetas al presidente del,
en las músicas y serenatas con que trataban de dicho tribunal gárrotescü, que se gastan por la
obsequiar á otra porción de m azuelas no menos noche en aguardiente, en celebridad del ingreso :
rústicas que ellos. Reunida la comitiva en la dé! jóvcñeri ergrémk) de Jos rondadores; siendo
Plaza, y armados todos los mancebos de gruesí- castigados»® apeiaeios» el que se atreve á usar
simos garrotes, seguimos por uña estrecha y os- de esta facultad sin los requisitos indicados. Una
cura callcj»ela fiasta la mitad de ella, donde ha- escena de esta especie presenciamos aquella n o -
bitaba la hija del tío Sabañón, dama del capa- che al dejar ee paz á la hija del tío Sabañón, cu-
taz de aquella gente : desp«és de un cuarto de ya torta y avellanas les sirvieron de aliciente p a -
hora ocupado'ea templar los instrumentos, con ra «parar los sendas vasos de aguardiente, pro-
voz un tanto aguarden tosa, entonó uno de ellos
ducto de las tres pesetas, y que el nuevo ronda-
ét compás é& un desafinado violi'n y de das me-
dor sirvió á las demás sin probarlo él, por ser
nos afinadas guitarras, la siguiente canción que
este el ceremonial, recibiendo de todas partes
«nzapatero poetastrodesaquella tierra, compa*
enfaora baenas por pertenecer ya á tan escogida
so apróposito para lá función de aquella noche:
é independiente clase. Concluido este simulacro
décia así': .
de consagración, siguieron todos calle abajo,,
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acompañando los mas de ellos aquella desento- bailaban en la cárcel á disposición,; del juez de
nada orquesta con estupendos y atronadores r e - primera instancia que habia empezado e» este
buznos, con los que anuncian su llegada á las asunto por la prisión de los agresores, y deres^
amarteladas alcarreñas que al dia siguiente, pa- cribano, que habia empezado por su parte pojiel
va manifestarles el desvelo que pasan por ellos, embargo de sus bienes con la santa y caritatiy,!;
les dan noticia de las veces que les han oido r e - idea de asegurar las venideras costas; único ob
buznar, á la manera que las damas de otros geto y fin de la justicia entre esta clase de a w .
tiempos contaban los suspiros que al compás de de rapiña que Bufón no se acordó de describir,^,
su laúd exhalaban los tiernos trovadores entre las Haciendo reflexiones nos encontrábamos ¡SQ-
amorosas y dulcísimas endechas que al pié de bre la anterior ocurrencia , cuando el tio Mediah
sus rejas entonaban; siendo lo mas particular capa, en cuya casa nos hospedábamos, exigtódg)
entre estas damas de la Alcarria, que se engrían mí le acompañase de hombre bueno á un juicio^
y muestren orgullo de que sus adoradores imiten de conciliación que iba á celebrar con el tio Tf¿~
con perfección en sus rebuznos al pacífico ani- gomia, actual cobrador de contribuciones: no,
mal de quien son propios; y verdaderamente no pude menos de acompañarle, de lo cual me.ak{«
deja de tener mérito esta habilidad de rebuznar; gré después por la siguiente chistosa escena qug,
única circunstancia qoe falta á muchos que co- tuve ocasión de presenciar. ¡¿^
nozco yo, para asemejarse enteramente al cua- Sentado el alcalde sobre una mugrienta silta^
drúpedo en cuestión. y teniendo delante un antiquísimo arcon que,*®*.
No habíamos aun andado veinte pasos, cuando cía las veces de mesa, al entrar nosotros, dijo
uno de los directores de la fiesta insinuó que se con vos de autoridad , y sosteniendo la barba con
debia preferir en la serénala á la sobrina de la la mano izquierda. —Se va á escomenzar el j'ui-r-
Conejera, su adorada prenda; y así era preciso cio ; el lio Mediacapa diga pues lo que le dé la
se dirigiese la comitiva á su casa con preferen- gana sobre el particular.— Entonces mi cliente^!
cia á las demás; pero á esta petición le sucedió lo metida la mano derecha en el pecho y la izquier^
que sucede en el Congreso con la mayor parte da en el bolsillo del calzón corto que usaba, t se
de las que se presentan , pues encontró una opo- esplicó de este modo: —Bien sabe su mercé lft
sición decidida por parte de algunos de sus com- atrasado que me encuentro y la,miseria en que¡
pañeros que reclamaban para sus respectivas viven mi muger y los nueve hijos que Dios se B»Í
prógimas un privilegio igual; alegando uno de servido darme y que creo llegarán muy pronto á
ellos en abono de su demanda, haber gastado diez según he sabido esta mañana. Pues ha ,dej
aquella noche diez cuartos para encordar una de saber su mercé que el tio Vigornia, que e.sfc$
las guitarras, pür lo que reclamaba la preferen- presente, me buscó hace medio año para q«$
cia de la música á favor de su novia, la nieta del condujese á Madrid á un comandante con su mur»
tio Lechuza; y entre si habia de ser la privile- ger y dos cadetes, diciéndome que él me pagaft
giada la Conejera ó la Lechuza, pasaron de las ría el importe de los bagages de los fondostíh?
insinuaciones á las amenazas, de las amenazas propios del Ayuntamiento que, con perdón .^«t
á los insultos, de los insultos á los bofetones, de dicho, por loque.voy viendo, solo son propias,
los bofetones a los garrotazos; y divididos los del tio Vigornia. Y así, señor alcalde, quie,$»,
mozos en dos partidos, menudeaban los golpes que su mercé le mande satisfacerme esa cantifrj
de tal manera, que mis amigos y yo por pruden- dad, que ya podia haberlo hecho con lo que $$¡
cia (a) miedo, nos retiramos con paso un tanto está gastando con la muger del Chato que segp'nj
apresurado huyendo de aquel encarnizado com- malas lenguas... —Señor alcalde, i n t e r r u m p i ó ^
bate entre lechuzos y conejos. A la mañana s i - tio Vigornia enseñando los puños, no permiiaj
guiente supimos que de la nocturna batalla ha- su mercé que me insulten; porque si no se aje
bían salido dos cabezas abiertas y cuatro brazos alministra justicia, yo me la tomaré por nr^ifs
rotos, amen de algunas contusiones en las es- manos; dejemos en paz al Chato y á su muger,,
paldas, y que los que habian quedado sanos se porque si n o , yo también diré lo que el tio Me*
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diacapa está haciendo con la hija del tio Besu- ñera á causa de que una vez en semana santa
guillo; dando que reír al diablo todos los dias, y época en que el pueblo sube á rezar, un mozo
escandalizando á todo el pueblo.—Basta ya dijo indignado de que Judas hubiese vendido á Jesu-
el alcalde, de esos asuntos tan puercos, y varaos cristo, le pegó un garrotazo, en su cristiana
al que nos está ocupando; siga usted tio Vígor- exaltación, y le echó las narices al suelo; cos-
nia.—Ya no tengo nada que decir. —Y usted tie- tumbre que se repite todos los años, siendo un
ne que decir algo mas'—Solo que su mercé de-, triunfo entre los mozos el derribárselas prime-
samine bien ese documento que me ha escrito ro, habiendo sucedido algunas veces grandes r i -
hoy mismo el sacristán, y en él verá el compro- ñas entre ellos por atribuirse lai 'preferencia en
bante de mi pretinsion. —Leyó el alcalde el do- tan santa mutilación, que dura todo el tiempo
cumento presentado por el tio Mediacapa, que de la cuaresma; pues pasado este, le pegan al
yo copio del original, y no quiero defraudar de apaleado Judas unas nuevas narices de yeso , que
él á mis lectores. han de ser despegadas en el año venidero á im-
Decía así: —Nota que yo Martin Moreno (a) pulsos de un nuevo garrotazo,
Mediacapa presento al señor alcalde de la canti- Algunas otras Costumbres particulares y raras
dad que me debe el tio Vigomia por haber lle- podia relatar en este artículo ; pero ha salido ya
vado á la córtelos bagagessiguientes: demasiado largo , y bueno será dejar tela corta-
da para otro dia,
l." Un comandante; —un macho. . . 20 rs. Jt'AÑ Rico V ABÍAT.
2." su muger; —una borrica 14
3." dos cadetes;—dos pollinos. . . . 30
Total de bestias: — cuatro. Importan. . 64 rs.
Martin Moreno.
LA FRIOLERA.
o
:o • Enfermedad, de MM. Abundio.
p
¡ ALBRICIAS!
S -a IGUE el paciente roncando en términos estrepitosos y satisfactorios.
Así que vuelva de su letargo, emprenderá un viaje de recreo para
O distrarse de sus graves tareas. Si no se le separa de la sartén , se
O' muere frito. Media hora antes de llegar á San Petersburgo, se d e -
c tendrá en Caldas de Mombuí para tomar las aguas; regresará á ver un par de
'- corridas de toros, y con el calesín que lo conduzca á la plaza, saldrá para Lon-
o dres á tomar el ron.
jetó
'•• --• i»:---» "'. •''•
<ya>n.''\'<Srá$i(í. en
^Lon¿/¿e,j ¿ en /a tí&
'{ete- wcmtiaw
^méícm. El duelo se despide en Sueca, en casa de Don
José Bernat Baldori .donde para mayor comodi-
dad de los concurrentes, estarán á su disposición
los magníficos trenes de Sabatini.
M:,
566
„ MUERTE este hombre memorable. ¡Pobre DON ABUSWOI
¡ Séale la tierra pesada! - '
DE D. ABUNDIO ESTOFADO.
TESTAMENTO
El dolor nos ahoga , el sentimiento nos abru- DE ABUNDIO ESTOFADO.
ma , la pluma se nos cae de las manos al escribir
estas líneas para dar cuenta á nuestros lectores
del triste suceso ocurrido en la redacción de LA
S I S A . [Don Abundio! ¡Ah! ¡El desventurado ¥ 0 , el pobre ABUNDIO ESTOFADO ,
don Abundio que era el alma de nuestro periódi- hijo de cien cocineros,
co ha volado como un pajarito sin cola á la man-
sión de los justos. ¡Pobre señor! cuando estaba gloria y prez de los pucheros,
fuera de peligro y acabafet de dar una vuelta al y honra del frito y asado,
rededor del mustio tan guapo y tan interesante Al ver que del mundo emigro
¡quién lo digera! tuvo la fatal ocurrencia de co-
mer un cañamón en ayunas., y le dio un torozón aín remedio y con urgencia,
manchegoque le quitóla vida en menos de vein- por culpa de la dolencia
ticuatro horas! ¡qué lástima de mozo, á los mil
novecientos años, que es como si digeramos en lo que me ha puesto en tal peligro,
mejor de su edad ! Siguiendo de otros la norma
Ya no hay Estofado con E mayúscula ; ya no en tan crítico momento ,
nos queda mas estofado que el que empieza con e
pequeña. Consolémonos con un estofado á la me- ordeno mi testamento
moria del oíro Estofado. Esto es lo único que en esta manera y forma : =
puede dulcificar nuestras amarguras, mitigar Ante todo, con gran caima,
nuestros pesaresj vivificar nuestros corazones,
enjugar nuestras lágrimas. Pero ya es hora de y de mi fé en testimonio, *
referir á nuestros queridos lectores lo que tanto encomiendo á Dios el alma,
tes interesa saber, porque no puede menos de
interesarles todo lo que tenga relación con un y la peluca al demonio.
héroe, con un bravo, con un impertérrito coci- Que aunque yo nunca me arredn
nero, que solo necesitaba no haber muerto n u n - y estoy cierto que me salvo,
ca para ser inmortal.
mejor me abrirá San Pedro,
DON ABUNDIO murió después de sentirse malo,
siendo lo mas particular que nunca estuvo tan cuando advierta que estoy calvo.
malo como un momento antes de morir. [Qué Mas para salir de ;ápuros
malo sepusoi Se puso tan malo, que se murió.
En seguida la redacción de LA. RISA tomó todas y evitar algún naufragio,
las disposiciones para tributar al difunto los ho- dejo de aquella en sufragio
nores y consideraciones á que por sus luces y veinte y cinco ó treinta duros.
sus servicios se había hecho acreedor. Abrióse el
testamento que á continuación insertamos, y to- Cuya cantidad quisiera,
dos nos quedamos sorprendidos de la generosidad si no es inútil mi ruego,
de DON ABUNDIO en mandar cuanto poseía, cuan-
do no le hacia falta para nada. Agradecidos á su que saliese desde luego
generoso desprendimiento, Ribot le rezó un res- del bolsillo de... cualquiera.
ponso, Príncipe una sinfonía , Ayguals un pade-
d ú , Zorrilla una maldición y Víilergas nada, Porque es tal mi carestía,
porque no sabe rezar. Todos nos hemos esme- que á no haber quienes me valgan,
rado en servirle hasta la última hora, y difícil las misas preciso es salgan
seria pintar el séquito de su entierro. Un nume-
roso concurso de mas de quinientas mil personas de allá de... la sacristía.
precedían el cadáver, y detrás iban sobre dos- También entra en mis ideas,
cientos mil coches y otros tantos ómnibus y car- para el compás de e s t e w a l s ,
romatos, llenos de gente alta , como generales,
condes y marqueses, lacayos y aguadores. De- el nombrar por albaceas
lante y á poca distancia del carro fúnebre una á Ribot y á Sergio Ayguals.
escelente orquesta de ocho mil músicos iba t o -
cando cosas tristes, como la jota aragonesa, el A quienes ruego consulten
punto de la Habana, la caña, la muñeira y los cuando mis ojos se cierren,
toros del Puerto. El cadáver fué depositado en su si es mejor que me sepulten
nicho después de haberse leído sobre su tumba
en tono solemne y melancólico las siguientes ó valdrá mas que me ehtierren. ,
composiciones que forman la corona fúnebre de Y en unoú en otro caso,
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quiero que asistan de gala de oro, plata ó calderilla
f armas á*Ia funerala se lo mando, dejo y lego
treinta ninfas del Parnaso; á mi compinche Bonilla.
Conduciendo elatand, Para que el tal se lo coma
aunque soy tan grande bolo , (y buen provecho le haga)
las nueve hermanas de Apolo en Londres, Argel ó Praga,
,!
%'bn su cítara y laúd. ó en Liria, Ruzafa ó Roma.
Y á fes al baceas dichos, A Villergas (Juan Martin)
en premio de la eficacia para remediar sus males
co^quVVumplan mis capriebos, dóile el huerto sin frutales
«les doy (en plural) la gracia. que compré en Albarracin,
'" ítem: afirmo y prevengo En el cual, si planta idilios,
que me casé siete veces, odas, romances y endechas,
y mas descendientes tengo logrará buenas cosechas
que treinta nogales nueces. de Horacios y de Virgilios.
Pero, á pesar de es.tas bodas, Dejóle al señor Bretón,
íe declaro celibato,f en muestra de amistad fina ,
á la cala -¿«.«ttesHosdas el mas gréhde eacnaretr
¿fiero la de mi gato. que se encuentre en mi cocina.
A quien , aunque cause asombro Y también en darle acierto
porque alicabo es animal, el garfio de mi bandera,
designa, instituyo y nombro; para que de esta manera
mi herederoiKirversal. tenga completo el cubierto.
Eligiendo por frutora Al Príncipe de L A RISA
de este guardián de cocina le hago la corta fineza,
á la bella Carolina . *•>. de dejarle una camisa
Coronado, mi señora.- •* para el uso de Su Alteza.
La cual es mi Voluntad : ' Y al señor Diez Canseco,
que de la hacienda se encante, con las mismas intenciones,
hasta que elbuen Mirliñante le lego mis pantalones •••'•
salga de menor edad. la corbata y un chaleco;
¥ á fin deque á ciertas gentes Que aunque es probable que algo ancho
fAi silencio no arnostaze, dicho legado ambos hallen,
que se lleven, sFles plaCfe, que lo tomen y qne callen,
las MoíéT&ssiguteBtes¡¡=s que al buen ealiar llaman Sancho.
Mi señcíríéon Wenceslao, A Zorrilla (don José)
que tanto apreció-mi bulto, el candil grande le enlazo,
quédese aqire! caiffpo inculto que es muy justo que se dé
que tengo junto á Bilbao. á la zorra candilazo.
Donde si látierWrfiescarba, Una ratonera á Toño
tal vez encuentre nn tesoro Gil y Zarate le doy,
de cierto ricacho moro, para que en ella desde hoy
queMuvo, cual él y gran barba. crie un canario con moño.
Mas\si a meter llega «1 codo A Florez (José Segundo)
en estaVofundidatfy*. •''*•• de quien fiel amigo soy,
que no se ISÉJeve todtíy¿> le dejo... aquí en este mundo,
sino solo... laK^oltad. mientras yo*#r otro me voy.
Q»e el otrome^ietalego AManini, mi escudero.
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le mando por una vez un heredero con rabo.
la mano del almirez, Y... pero no puedo mas...
para hacer el ajo-arriero. Santa Bárbara 1... ay de mí 1.,,
Y así sucesivamente ¡que me lleva... Barrabás 11!
tomen lo que tengan gana JOSÉ BEHNAT BALBOVÍ (1).
Hartzenbusch, Rubí, Diana, i_J
Mata, Guerrero y Lafuente. (1) No podemos menos de llamar la atiticion
de nuestros lectores sobre la conducta antipas
Sin que dejen de tomar, triótica de este redactor tes^arrieVilario, quién
también parte en la demanda, ha cometido la inaudita imprudenci^¡de repartí*
Asquerino, Abenamar, á manos llenafeentre el prógimo^Jas gracias';&
bienes de fortuna de que. hubiera podido dtspoS
Valladares y Miranda. ner sin escrúpulo en su favor, quedándose I p e ^
Porque nada importa al cabo sar de tan favorables circunstancias como ti | ¿ £
lio de Morón. Esperamos que esta conducta, nti¡
que se quede en esta herencia tendrá afortunadamente muchos imitádóés.
á la luna de Valencia • N. de la Red.)