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INVESTIGACION PRELIMINAR

1.1. Concepto

- Se denomina investigación preliminar a la fase del proceso penal que se


inicia cuando alguno de los órganos encargados de llevar a cabo la
investigación (Policía o Ministerio Público) toma conocimiento de un
hecho con apariencia delictiva. Esta fase concluye con el pronunciamiento
del Ministerio Público, a través del cual precisa si se han reunido o no los
requisitos necesarios para iniciar una investigación formal contra uno o
más imputados por uno o más delitos determinados.

- Se trata de un procedimiento indagatorio constituido por un conjunto de


actos iniciales de investigación que realiza el Ministerio Público o la Policía
(directamente –cuando toma conocimiento por sí del hecho– o por
delegación del fiscal) para:

o Verificar la existencia o no de un hecho delictivo, o


o Despejar las dudas que puedan existir respecto a algún elemento
del hecho delictivo, a la procedencia del ejercicio de la acción
penal o a la identidad de los imputados.

1.2 Finalidad

- Tiene como finalidad reunir un conjunto de indicios o elementos de


convicción que permitan constatar racionalmente la existencia de un
posible hecho delictivo, así como también la vinculación de determinadas
personas como posibles autores o partícipes del mismo.

- Dicha actividad es necesaria para que el Ministerio Público pueda


promover formalmente el inicio de un proceso penal, siempre y cuando la
Fiscalía, al momento de recibir la noticia criminal, no cuente con los
elementos necesarios para ejercitar directamente la acción penal.

- Con la realización de la investigación preliminar se busca, además,


asegurar tempranamente –según las circunstancias del caso concreto– la
posterior verificación de la comisión del hecho delictivo, mediante el
inmediato recojo y custodia de los instrumentos o medios empleados en
su comisión, así como también de las pruebas necesarias para acreditarlo.

1.3 Características de la investigación preliminar

- La investigación preliminar puede caracterizarse por ser contingente,


desformalizado o flexible y reservado. Dentro de este último, también se
advierte que la investigación preliminar se desarrolla de manera unilateral.

Carácter contingente

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- La fase de diligencias preliminares no tiene que realizarse siempre.

- Solo se debe ejecutar cuando surjan dudas acerca de la existencia de los


presupuestos necesarios para iniciar formalmente un proceso y, a su vez,
sea necesaria la realización de una serie de diligencias urgentes e
inaplazables.

- Ello va a depender, evidentemente, de la valoración que realice la


autoridad que tome conocimiento de la noticia criminal acerca de la
existencia o no de indicios razonables de la producción de un hecho con
apariencia delictiva y de la participación del sospechoso en ese hecho.

- De ahí que la ejecución de esta fase no sea obligatoria, ni constituya


presupuesto procesal de ninguna de las decisiones que puede adoptar el
fiscal, después de conocida la noticia criminal. Es por ello que el fiscal
puede disponer la formalización de la investigación preparatoria o
promover la incoación del proceso inmediato.

Carácter desformalizado y flexible

- Significa que esta fase es ejecutada íntegramente por órganos no


jurisdiccionales (Ministerio Público y Policía), a quienes se les otorga
amplias prerrogativas para organizar su estrategia de investigación.

- Solo están sujetos a las reglas o técnicas que cada una de sus instituciones
establezca como más convenientes, según la clase de hecho delictivo que
deban investigar. Es decir, proceden a recopilar información sin someterse
a reglas rígidas ni a formalidades.

- De ahí que sea apropiado sostener que el carácter desformalizado de esta


fase constituye una ventaja para desarrollar investigaciones de casos
complejos o en aquellos en los que resulte difícil identificar al imputado.

Carácter secreto y reservado

- El carácter secreto de la investigación preliminar se refiere a que, cuando


fuere necesario para salvaguardar el fin de la investigación, los órganos de
persecución penal podrán desarrollar ciertas diligencias sin ponerlos en
conocimiento de la persona investigada, por un tiempo determinado.

- Esta es una excepción a la regla general, según la cual todos los actos o
diligencias que realice la Policía o el Ministerio Público contra una
persona, en el contexto de una investigación criminal, son reservados para
terceros ajenos al procedimiento, pero no para el propio investigado, de
modo que este puede, a través de su abogado, recibir las copias necesarias
para la elaboración de su defensa.

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- Dada esta particularidad, vale precisar que el valor probatorio del
material adquirido en la fase de las investigaciones previas no trasciende
los límites de esta etapa procesal, pues únicamente podrá ser utilizado
para requerir al juez de investigación preparatoria una medida
precautelar o una medida restrictiva de derechos. Solo podrá ser
incorporado a juicio y, por tanto, tendrán valor probatorio, aquellos
actos irrepetibles, tales como las actas de registro, de embargo, de prueba
preconstituida, entre otros medios análogos.

1.4 La actuación del Ministerio Público durante las diligencias preliminares

- El fiscal tiene la facultad de decidir, dentro de ciertos parámetros


normativos, acerca del destino de la persecución penal.

- Así, recibida la denuncia de parte o concluida la investigación realizada


por la Policía o por el Ministerio Público de manera directa, y luego del
examen conjunto de todos los elementos de convicción recogidos,
corresponde al fiscal decidir el destino de la investigación, en función de
alguna de las siguientes prerrogativas:

1.4.1 Formalizar la denuncia o promover la acción penal

- El Ministerio Público, en ejercicio de su autonomía, promoverá la acción


penal –en los delitos de persecución pública–, si considera que existen
suficientes indicios de la comisión de un hecho delictivo.

- Para ello deberá comunicar a la autoridad judicial que se está


desarrollando actualmente una investigación en contra de una
determinada persona por uno o más delitos y que es necesario continuar
realizando actos de investigación, a efectos de reunir todos aquellos
elementos de convicción que permitan posteriormente sustentar una
acusación.

- De la vigencia del principio acusatorio se deriva que el Ministerio Público,


como titular exclusivo del ejercicio de la acción penal pública, es el único
órgano facultado para decidir: qué se debe investigar (un hecho con
apariencia delictiva), a quien se debe investigar (la persona contra quien
se dirige la investigación) y por qué se le debe investigar (qué hechos se
imputan a una determina persona), es decir, para fijar y determinar el
objeto del proceso penal.

- Es menester precisar que, conforme al Código Nacional de Procedimientos


Penales, no se requiere una decisión judicial sobre el inicio del proceso,
pues la formalización de la investigación constituye un acto unilateral del
Ministerio Público, mediante el cual, simplemente, comunica a la
autoridad judicial que ha iniciado una investigación contra una
determinada persona y por unos hechos específicos.

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A) Requisitos para formalizar la denuncia o promover la acción penal

- Para iniciar formalmente el proceso penal es necesario que se verifique


previamente la concurrencia de determinados requisitos, la ausencia de
alguno de estos requisitos impide promover la acción penal, pues se trata
de cuestiones de fondo, sin las cuales no es posible sostener la pretensión
punitiva.

 De manera general, se puede señalar que los requisitos para formalizar


denuncia son los siguientes:

a. Elementos de convicción reveladores de la existencia de un delito. En


primer lugar, se debe verificar si los indicios o elementos de juicio
recaudados han sido obtenidos respetando los derechos fundamentales
del imputado. Asimismo, si estos indicios o elementos de juicio permiten
demostrar racional y coherentemente la existencia de un posible hecho
delictivo. Es decir, deben ser capaces de generar un cierto grado de
convicción en el órgano acusador respecto a la existencia de aquel.

b. Individualización del presunto autor. En segundo lugar, se exige que la


persona a quien se imputa la comisión de un determinado hecho delictivo
esté individualizada. Es decir, que se haya determinado previamente
cuáles son sus características particulares y los rasgos que permiten
distinguirla de otras personas.

c. La acción penal no debe haber prescrito. En tercer lugar, se exige que el


hecho con apariencia delictiva que se imputa aún pueda ser investigado.
Es decir, que no haya transcurrido un plazo mayor al establecido como
límite máximo para la persecución penal del delito imputado. La
prescripción de la acción penal extingue la potestad de perseguir el delito.

d. No deben concurrir otras causas de extinción de la acción penal. En


cuarto lugar, se debe verificar que no concurran otras causas que hagan
imposible ejercitar la persecución penal o continuar con la investigación
ya iniciada. Tales como: 1. Muerte del imputado; 2. Cosa juzgada; 3.
Amnistía, tampoco se puede ejercitar acción penal, cuando los hechos que
constituyen delito han sido objeto de un derecho de gracia.

e. Cumplir con las condiciones que exige la cuestión previa y la cuestión


prejudicial. Finalmente, en aquellos casos en los que se presenta una
cuestión previa o una cuestión prejudicial, antes de formalizar denuncia se
debe verificar el cumplimiento de las condiciones que impedían iniciar la
persecución penal.

TE AMO

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