El pensamiento salvaje.

I. La ciencia de lo concreto.

En la tradición etnográfica, es frecuente denotar la incapacidad de ciertas lenguas en formar

términos abstractos, inversamente, también se las acusa por abstraer demasiado y no abocarse a
las especificidades. En realidad, cada civilización tiende a sobrestimar su pensamiento objetivo, y
el indígena nos dirige el mismo reproche que nosotros a ellos. Para ellos nosotros somos incapaces
de la abstracción y clasificación que ellos hacen de distintos ámbitos naturales, desde la
clasificación de animales y plantas, hasta su morfología específica. La necesidad a la que se dirige
tal voluntad clasificadora es intelectual, satisface una necesidad intelectual de ordenar el caos. La
exigencia de orden se encuentra en el seno de todo pensamiento.

Crítica al funcionalismo: hay evidencia empírica que no es la necesidad práctica la que lleva al
indígena a pensar la naturaleza. Las especies animales y vegetales no se conocen porque son
útiles, son útiles porque primero se las piensa.

A veces, esta voluntad clasificadora de inventariar el caos tiene buenos resultados científicos
predictivos. El pensamiento mágico no se diferenciaría de la ciencia por ignorancia del
determinismo, sino por una exigencia intransigente de determinismo irrazonable para la ciencia.
La magia postula un determinismo global e integral, en tanto que la ciencia distingue niveles. Pero
además, el rigor y la precisión evidentes de este pensamiento mágico sospechan globalmente el
determinismo y lo ponen en juego, antes de ser científicamente conocido y respetado. Anticipa el
pensamiento mágico a la ciencia al enfrentarse a la tardea de sistematizar al nivel de los datos
sensibles. Por un lado, el número de estructuras es finito, por lo cual la puesta en estructura se
muestra siempre efectiva, sean cual sean los métodos que la inspiran. Por otro lado, el valor
estético es un principio de ordenamiento que anticipa al método científico. La taxonomía, como el
arte de poner en orden, tiene un inminente valor estético.