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«Alzar nuestras voces internacionalmente para pedir nuestro salario y un fin al trabajo que realizamos, exigir nuestro desarrollo y poner la tecnología al servicio de nuestro desarrollo… es revolucionar los términos de la lucha. Es articular la internacionalización de nuestra lucha y ejercer nuestro poder en cada punto del circuito internacional capitalista. Los hombres no asalariados deben seguir nuestra dirección; aunque tengamos que luchar frente a ellos por el derecho a luchar contra el capital, esto no será en sí mismo más que una etapa avanzada del proceso revolucionario. Así, a medida que las mujeres latinoamericanas lean acerca de nuestra experiencia y nuestro análisis, quizá se vean reflejadas a sí mismas; quizá vean el futuro que les ha sido propuesto finalmente desromantizado por aquellas que lo viven; quizá nuestra lucha les dé fuerzas, como a nosotros la suya, y sepan cuán conscientes somos de nuestra mutua interdependencia.»
«Alzar nuestras voces internacionalmente para pedir nuestro salario y un fin al trabajo que realizamos, exigir nuestro desarrollo y poner la tecnología al servicio de nuestro desarrollo… es revolucionar los términos de la lucha. Es articular la internacionalización de nuestra lucha y ejercer nuestro poder en cada punto del circuito internacional capitalista. Los hombres no asalariados deben seguir nuestra dirección; aunque tengamos que luchar frente a ellos por el derecho a luchar contra el capital, esto no será en sí mismo más que una etapa avanzada del proceso revolucionario. Así, a medida que las mujeres latinoamericanas lean acerca de nuestra experiencia y nuestro análisis, quizá se vean reflejadas a sí mismas; quizá vean el futuro que les ha sido propuesto finalmente desromantizado por aquellas que lo viven; quizá nuestra lucha les dé fuerzas, como a nosotros la suya, y sepan cuán conscientes somos de nuestra mutua interdependencia.»
«Alzar nuestras voces internacionalmente para pedir nuestro salario y un fin al trabajo que realizamos, exigir nuestro desarrollo y poner la tecnología al servicio de nuestro desarrollo… es revolucionar los términos de la lucha. Es articular la internacionalización de nuestra lucha y ejercer nuestro poder en cada punto del circuito internacional capitalista. Los hombres no asalariados deben seguir nuestra dirección; aunque tengamos que luchar frente a ellos por el derecho a luchar contra el capital, esto no será en sí mismo más que una etapa avanzada del proceso revolucionario. Así, a medida que las mujeres latinoamericanas lean acerca de nuestra experiencia y nuestro análisis, quizá se vean reflejadas a sí mismas; quizá vean el futuro que les ha sido propuesto finalmente desromantizado por aquellas que lo viven; quizá nuestra lucha les dé fuerzas, como a nosotros la suya, y sepan cuán conscientes somos de nuestra mutua interdependencia.»