Lucio Oliver**
Fernando Munguía Galeana***
Mariana López de la Vega****
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3 Los ejidos son una forma jurídica y de organización social que implica una pro-
piedad rural de uso individual y colectivo. Los ejidos afectados eran los siguientes:
Cuautlalpan, San Bernardino, Boyeros, Huexotla, San Felipe, Santa Cruz, Tocuila y
Magdalena Panoaya, del municipio de Texcoco, Francisco I. Madero, Santa Isabel
Ixtapan, Nexquipayac, San Francisco Acuexcomac y San Salvador Atenco, del muni-
cipio de Atenco y Chimalhuacán, del municipio del mismo nombre.
4 “La inversión inicial anunciada por el gobierno federal era de 18 mil millones de
pesos, 40% más barato que la opción de Hidalgo. Este proyecto era financiado con
un 75% de participación privada y un 25% restante de participación gubernamental.
Sin embargo, no se trataba sólo de un aeropuerto, sino de todo un modelo de desa-
rrollo que traía consigo un proyecto urbanístico, comercial y de servicios a 50 años”.
(Camacho Guzmán, 2008)
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desde hacía varios años y que los “políticos oficiales” se habían negado
a reconocer formalmente12.
Esta nueva etapa, se dijo, implicaba un nuevo proyecto político.
En esa misma ocasión se dio a conocer el Plan La Realidad-Tijuana,
en el que se delinean los caminos a seguir por el zapatismo: la auto-
nomía, la rebelión y resistencia frente al “mal gobierno” y los partidos
políticos, así como la búsqueda para establecer redes de comunica-
ción y de intercambio con distintos sectores populares en resistencia.
Ese fue el preámbulo de lo que más tarde quedaría manifiesto
en la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. En este documento,
los zapatistas cuentan su historia, explican su forma de lucha, ha-
cen un análisis de cómo ven e interpretan la realidad del mundo y de
México, de cómo entienden la relación entre la clase hegemónica, “los
neoliberalistas”, y la clase dirigente, “el mal gobierno y los partidos
políticos electorales”; así, los zapatistas definen su postura en térmi-
nos anticapitalistas y antineoliberales. La iniciativa queda delimitada
en los siguientes términos: “vamos a caminar por todo el país, por las
ruinas que ha dejado la guerra neoliberal y por las resistencias que,
atrincheradas, en él florecen […] Vamos a buscar, desde La Realidad
hasta Tijuana, a quien quiera organizarse, luchar, construir acaso la
última esperanza de que esta Nación, que lleva andando al menos des-
de el tiempo en que un águila se posó sobre un nopal para devorar
una serpiente, no muera. Vamos por democracia, libertad y justicia
para quienes nos son negadas. Vamos con otra política, por un progra-
ma de izquierda y por una nueva Constitución”. La invitación estaba
dirigida a los sujetos y las organizaciones que no tuvieran vínculos
con los partidos políticos ni con el Estado para sumarse a esta “Cam-
paña Nacional para la construcción de otra forma de hacer política,
col de Roberto Barrios, “El Caracol que habla para todos”; e) Caracol de Oventik,
“Resistencia y rebeldía por la humanidad”; cada uno de estos Caracoles implica la
existencia de una Junta de Buen Gobierno (JBG), que a su vez comprenden una serie
de Municipios Autónomos con los que trabaja directamente: 1) JBG Selva Fronteriza
“Hacia La Esperanza”; 2) JBG Tzots Choj “Corazón del Arcoíris de la Esperanza”; 3)
JBG Selva Tzeltal “El Camino del Futuro”; 4) JBG Zona Norte De Chiapas “Nueva
semilla que va a producir”; y 5) JBG Altos De Chiapas “Corazón Céntrico de los Zapa-
tistas delante del Mundo”. Sobre la estructura y el funcionamiento de esta forma de
gobierno zapatista: Bartra (2003).
12 El 6 de septiembre de 2002, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de-
claró improcedentes 322 controversias constitucionales presentadas por municipios
de los estados de Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Jalisco, Morelos, Puebla,
Oaxaca, Veracruz y Tabasco. De esa manera, la posibilidad de corregir las reformas
en materia de Derechos y Cultura Indígena realizada por el poder Legislativo a la
Constitución y respaldas por el presidente de la República, era negada por el poder
Judicial.
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El golpe de Atenco
El 3 y 4 de mayo del 2006, la policía del gobierno del Estado de México
desalojó con excesiva violencia a un grupo de floristas y campesinos
que vendían sus productos en las afueras del mercado Belisario Domín-
guez, de Texcoco. Tras una “disputa” (así fue manejada por los grandes
medios de comunicación y el gobierno) por la venta de flores y el cierre
de una avenida, que en realidad era una lucha por el derecho al trabajo,
los gobiernos federal, estatal y municipal reprimieron brutalmente a los
campesinos y a todos los que se solidarizaron con ellos: al FPDT, a los
integrantes de la Otra Campaña y a las comunidades cercanas, realizan-
do un despliegue de fuerza que dejó tras su paso muertos, violaciones
tumultuarias, cateos ilegales, golpes, hasta torturas psicológicas y físi-
cas efectuadas por la Policía Federal Preventiva (PFP) y la Agencia de
Seguridad Estatal (ASE) del Estado de México15.
Los integrantes del movimiento fueron encarcelados y se les im-
putaron diversos cargos, tan inverosímiles como el grado de represión
que habían desplegado las policías en su contra; a algunos se les acusó
de secuestro equiparado, con castigo de hasta 32 años de cárcel, a
dos más, Héctor Galindo y Felipe Álvarez 67 años, y al dirigente más
emblemático del FPDT, Ignacio del Valle, 112 años de cárcel, sin que
existiera prueba alguna de los delitos por los que se les condenó, y con
el objetivo de mostrar un “castigo ejemplar” contra la resistencia y la
organización popular16. Los miembros de las policías y las autorida-
des que cometieron innumerables violaciones a los derechos humanos
–documentadas por diversas organizaciones nacionales e internacio-
nales– fueron exonerados de toda responsabilidad.
15 “El saldo fue de dos jóvenes muertos y 212 personas detenidas, en su totalidad
golpeadas y torturadas. Entre ellas hubo nueve menores de edad (ocho hombres y
una mujer) torturados durante cuatro semanas, cuatro heridos graves y al menos
veintiséis mujeres violadas, de las cuáles varias fueron encarceladas más de un año”
(Arenas y Gutiérrez, 2008)
16 Tres de los 12 presos políticos se encuentran actualmente en cárceles de máxima
seguridad, y otros tienen órdenes de aprehensión en su contra.
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La comuna de Oaxaca
Los maestros de escuelas públicas de la sección XXII de la Coordina-
dora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) de Oaxaca
demandaban en el 2006 la rezonificación salarial, aumento del presu-
puesto educativo, así como el establecimiento de una mesa de nego-
ciación entre el gobierno estatal y el Frente de Sindicatos y Organiza-
ciones Democráticas, para lo cual y, como una forma de presión para
el cumplimiento de sus demandas, establecieron un plantón en la pla-
za principal de la capital del estado (Vicente Cortés, 2006). El 14 de
junio el gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz Ortiz (URO) ordenó des-
alojarlos con uso desmedido de violencia y trató de destruir la radio
del magisterio, Radio Plantón. En respuesta, los maestros llamaron a
la comunidad a solidarizarse con ellos y expresar su rechazo contra
Ulises Ruiz, lanzando la convocatoria para conformar la Asamblea
Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), que en sus inicios agrupó a
más de 300 organizaciones y ciudadanos oaxaqueños19.
La Asamblea logró aglutinar las inconformidades de la población
y el desacuerdo contra las prácticas políticas del priismo –sintetizadas
en la demanda central de renuncia del gobernador–; por ejemplo, en
las elecciones del 2 de julio del 2006 se promovió el abstencionismo o
el voto de castigo, que impactó en la derrota abrumadora del PRI. Ade-
más, logró articular la fuerza para boicotear la fiesta pública principal
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minoría rapaz que tanto daño ha causado a nuestro país”. Una nueva
veta se abría en la política nacional, un camino que intentaría soste-
ner una relación horizontal y directa entre el movimiento ciudadano,
que ya rebasaba por mucho a los partidos que respaldaban a López
Obrador, y la oposición institucional partidista. La lucha, entonces,
debía sostenerse en ambos niveles, en las dos vías, la del movimiento
y la que podía asegurar los cargos políticos de los miembros del FAP,
con la intención de ejercer un contrapeso efectivo ante los poderes
de la Unión21. Vale decir que este era también un esfuerzo inédito, en
su amplitud, profundidad y radicalidad; una opción de participación
y movilización que fue posible a partir de la politicidad de amplios
sectores populares. No era en aquel momento, como se quiso manejar
maniqueamente, la incompatibilidad del “adentro y afuera” o “arriba
y abajo”, tampoco la reacción violenta de renegados, sino la práctica
inteligente de un movimiento de izquierda que se organizaba, otra
vez, para resistir la embestida de la clase dirigente conservadora y de
los sectores dominantes (Bartra, 2006b).
Felipe Calderón tomó posesión el 1° de diciembre ante la televi-
sión y recibió la transmisión del mando por el ejército, y sólo más tar-
de, ese mismo día, lo hizo en la tribuna del Palacio Legislativo tomada
por los legisladores del FAP y en medio de una ilegitimidad tangible.
Las clases dominantes respaldaban la continuidad de la administra-
ción panista, pero evidentemente exigían que el PAN gobernara para
beneficio de sus intereses de clase.
El nacimiento del movimiento encabezado por AMLO ha sido sin
duda un acontecimiento histórico, no sólo por su masividad y su crí-
tica frontal a la derecha y las oligarquías, sino por la profundidad de
sus raíces populares, por la trascendencia de la politicidad alcanzada
entre sectores que se habían mantenido desmovilizados por años y,
porque a pesar de no haber alcanzado la victoria por la vía electoral
21 AMLO era claro al definir el por qué aceptaba tal cargo y cuáles eran las razones
de continuar con la lucha empezada un par de años atrás: “[…] acepto este honroso
cargo no por ostentación o por ambición al poder. Lo asumo, incluso a sabiendas de
que también por esto voy a ser atacado. Pero lo hago convencido de que así voy a
seguir contribuyendo, junto con muchos otros mexicanos, mujeres y hombres, como
ustedes, en las transformaciones del país, por nosotros y por las nuevas generacio-
nes, por los que vienen detrás, por nuestros hijos, que podamos verlos de frente y no
nos reclamen porque en estos momentos de definición supimos estar a la altura de
las circunstancias. Además, en las actuales circunstancias, aceptar este encargo es
un acto de resistencia civil pacífica, y es lo que más conviene a nuestro movimiento
[…].” (López Obrador, 2006, 16 de septiembre). Para una explicación del significado
y necesidad de impulsar y respaldar un esfuerzo redistributivo, capaz de poner un
freno a la rapacidad neoliberal que las últimas décadas ha dominado el horizonte
estatal en el país, véase: (Sosa Elízaga, 2006)
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2007-2009
Por lo antes mencionado, podemos considerar que, en efecto, el año
2006 marca un hito interpretativo de la conflictividad social y repre-
senta un parteaguas en la historia de la década. En términos de análi-
sis socio-histórico, se vive una coyuntura de acumulación y desborda-
miento antagonista que es capaz de cuestionar la dominación estatal.
Es también un año en el que, con un grado alto de acción autónoma,
22 Escrito a partir del video documental que realizara el cineasta mexicano Luis
Mandoki, “¿Quién es el señor López?”, el libro de Andrés Manuel López Obrador La
mafia nos robó la presidencia resulta un documento interesante por cuanto que ahí
está registrada, con el lenguaje llano y directo que lo caracteriza, la visión del líder
sobre la política nacional, la relación de la “sociedad política” con el “pueblo”, en el
que hace balances de los logros alcanzados por la izquierda institucional y los años
recientes y valora las opciones del movimiento de resistencia civil y pacífica por él
encabezado. (López Obrador, 2007)
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23 Para analizar los argumentos defendidos por el EZLN, que fueron asumidos tam-
bién por los adherentes de la Otra Campaña, ver: “L@s zapatistas y la Otra: los peato-
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25 La lucha contra la minera San Xavier, por ejemplo, que obtuvo un permiso para
operar su proyecto de destrucción ecológica en Cerro de San Pedro; aun cuando por
la vía jurídica y de movilización popular se había cancelado el permiso, la minera
destruyó con explosivos el Cerro, que es el emblema del Escudo de Armas de San
Luis Potosí.
26 La oposición de habitantes de Guerrero a la construcción de la presa La Parota,
la cual prevé inundar 17.000 hectáreas de tierras cultivables de los Bienes Comuna-
les de Cacahuatepec y donde resultarían afectados 25.000 campesinos de unos 30
pueblos de Parota Guerrero. Las demandas de los afectados son el alto al despojo de
sus tierras, la defensa del medio ambiente y la ecología contra los depredadores y los
líderes corruptos, y contra la privatización del agua, de la tierra, de los servicios y de
los energéticos. Después de la larga lucha se ha pospuesto la construcción de la presa,
aunque no se ha cancelado.
27 En la comunidad de Zimapán, Hidalgo, por ejemplo, se ha generado el Movimien-
to Cívico Todos Somos Zimapán, al que se han sumando otras comunidades aleda-
ñas, para oponerse a la construcción de un confinamiento de residuos peligrosos y
tóxicos por la empresa española Befesa. En la comunidad de Chilapa, Guerrero, se
demanda construir un relleno sanitario y que se recolecte y se trate adecuadamente
la basura. En Coatzacoalcos, Veracruz; Zinacantepec, estado de México; en el Bordo
Poniente, Distrito Federal; en Lomas de Mejía, en el estado de Morelos, se exige el
cierre o la cancelación de rellenos sanitarios.
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Apertura
El balance de la década tiene un sabor agridulce. Por una parte,
como hemos mostrado, resalta el crecimiento de experiencias de
movilización y lucha social, así como destaca la politización de ma-
sas que ha acompañado la formación del movimiento obradorista,
en torno al cual tienden a confluir importantes contingentes popu-
lares y organizaciones sociales. Al mismo tiempo, es innegable que
la década está plagada de derrotas que muestran los límites de las
fuerzas y las dificultades de producir impactos políticos de fondo.
En este sentido, si bien observamos un proceso de acumulación de
fuerzas populares, reconocemos que no ha sido suficiente para po-
ner en jaque la estructura oligárquica de poder –expresada en el
binomio PRI-PAN– que sigue promoviendo las políticas neolibera-
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Bibliografía
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movimientos sociales” en Bajo el Volcán [en línea] Vol. 6.
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nuevo en construcción (Buenos Aires: Maipue).
Arenas, Gloria y Gutiérrez, Eugenia 2008 “La ruta de la represión.
Apuntes para una historia de la represión política en México.
Primera Parte: La prisión política en México (1990-2008)” en
<http://mujeresylasextaorg.files.wordpress.com/2008/10/la-ruta-
de-la-represion-parte-i-prision-politica-2008.pdf >.
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