La comunicación interpersonal es la forma de comunicación más importante para
el hombre. Desde muy pequeños comenzamos a formar parte de ella, ya que una de las primeras relaciones comunicativas que establecemos es de tipo afectivo y aunque al inicio de nuestras vidas no tenemos un lenguaje estructurado, la comunicación no-verbal nos permite establecer estas primeras relaciones de tipo interpersonal.
Podemos definir la comunicación interpersonal como una actividad o conducta
humana mediante la cual una persona manifiesta sus contenidos a otra de forma perceptible por los sentidos, con el objeto de que ésta tenga acceso a esos mismos contenidos; de esta manera, éstos pasan a ser de ambos o comunes intencionalmente. En pocas palabras, comunicación interpersonal es un proceso mediante el que uno influye en el otro.
Todas las actividades políticas, científicas y éticas están basadas, como muchas otras de las actividades humanas, en la comunicación interpersonal; ésta permite mantenernos en constante vinculación con todo aquello que nos rodea.
De acuerdo con Scolt y Powers (1985), los tres principios de la comunicación
interpersonal son los siguientes: (citado por Marroquín y Villa, 1995).
1. Las personas se comunican porque esa comunicación es totalmente
necesaria para su bienestar psicológico. 2. La comunicación no es solo una necesidad humana, sino que también es el medio de satisfacer otras muchas. 3. La capacidad de comunicación interpersonal no debe medirse exclusivamente por el grado en que la conducta comunitaria ayuda a satisfacer las propias necesidades, sino además por el grado en que facilita a los otros la satisfacción de las suyas.
La teoría de la comunicación establece una serie de axiomas o reglas entre los
que destacamos los siguientes: 1. Cualquier conducta es comunicación: es imposible no comunicar. Es decir, con cualquier cosa que hagamos o tengamos, que sea perceptible, estamos comunicando. La forma de vestir, de hablar, de comer, de conducir, etc. es comunicación. 2. Toda comunicación o conducta comunicativa lleva una definición explícita de relación entre el que habla o emisor y el que escucha o receptor. 3. En todo acto comunicativo puede apreciarse un contenido explícito que está orientado hacia el objetivo del mensaje y, además, una redefinición de la relación entre los comunicantes. Es decir, nuestras actuaciones comunicativas repercuten sobre la forma en la que nos percibimos o consideramos. 4. Conforme se ajustan las expectativas entre los comunicantes en la búsqueda de la armonía o estabilidad entre ellos, se elabora la base para una relación posterior (que puede ser positiva o no). 5. La comunicación en las relaciones interpersonales constituye, pues, un aspecto básico en nuestras vidas, funcionando no sólo como un medio para alcanzar determinados objetivos sino como un fin en sí mismo. Por tanto, podemos plantear que la comunicación en las relaciones interpersonales no es una tarea optativa o que pueda dejarse al azar.