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JORGE ADOUM
(MAGO JEFA)
ADONAY
NOVELA INICIATICA DEL COLEGIO DE LOS MAGOS
NOVENA EDICION
NOTA PRELIMINAR
Ediciones en español:
1° edición — Dr. Jorge Adoum
2° edición — Dr. Jorge Adoum — Buenos Aires,
1949
Ediciones argentinas en español Editorial
KIER S.A., Buenos Aires:
años: 1972 —1977 — 1979 —1984
1988 —1991 – 1993
Diseño de tapa:
Graciela Gotdsmidt
LIBRO DE EDICION ARGENTINA ISBN: 950—17—0003—
8
Queda hecho el depósito que marca la ley
11.723
© 1993 by Editorial KIER S.A., Buenos Aires
Impreso en la Argentina Printed in Argentina
NOTA PRELIMINAR
PARTE PRIMERA
Capítulo I
LIBANO
¿Qué es el Líbano?
Seguramente, querido lector, me contestarás
que es un país montañoso del Asia Menor,
famoso por sus cedros y limitado al Oeste por
el Mediterráneo, al Sur por Palestina, al
Este por Siria y al Norte por el territorio
de los Alauitas. Se extiende sobre una
superficie de 10.860 kilómetros cuadrados,
que la ocupan 1.000.000 de habitantes.
Capital, Beirut.
Pero, al magnífico y eterno Líbano no se lo
define con un criterio geográfico. No son
suficientes datos, sobre la situación y el
terreno, para decir lo que es el punto más
hermoso del mundo y el más elogiado por la
Sagrada Escritura.
El Líbano, no desapareció, como creen
algunos, con los profetas David y Salomón.
No, el Líbano no es sólo el nombre de una
montaña o de un país. Es una palabra poética
que encierra un incógnito murmullo entre sus
letras. Líbano es un sentimiento en el alma,
un deseo en el corazón y un pensamiento en la
mente. Su cielo límpido y el juguetear de sus
aguas cristalinas son una alusión a la
eternidad y una materialización del amor, la
belleza y la inspiración. Sus cumbres
ancianas y canosas inspiran un sentimiento de
respeto. La verdura de sus campiñas —como la
figura de un niño— produce placer y alegría.
El cedro —emblema de lo eterno— es una
decoración, un adorno colocado por la mano de
los siglos en el pecho del Líbano. Llora el
invierno y sus lágrimas son trocadas en
perfumadas perlas con que se atavían los
campos del Líbano.
La primavera, "aquel Dios invisible" —como
la visualizó el maravilloso árabe Gibran
Kalil Gibran— recorre el mundo con la
velocidad de un viajero, y al llegar a Líbano
se detiene para descansar y conversar con sus
semejantes, los dioses que revolotean por
aquel cielo. Se olvida de su viaje y
permanece allí casi hasta el fin del verano.
Pero cuando le acaricia el húmedo viento del
otoño, despierta del suave letargo que le
brindó el Líbano y vuelve a reanudar su
interrumpido viaje y se aleja,, mirando hacia
atrás de vez en cuando.
El verano del Líbano sacia los cuerpos
hambrientos con sus frutos —únicos rezagos de
la tierra prometida— y el otoño embriaga a
las almas sedientas con el vino del amor.
En sus noches, las brisas resucitan los
cantares de Salomón y el arrullo de la cítara
de David al oído de los enamorados y poetas.
Porque el Líbano es la patria del amor y la
poesía.
Sonríe el día y se disipa del corazón toda
amargura y hace de la vida una alegría
eterna, como nos alegra la sonrisa de la
mujer amada. Líbano y la mar son dos
enamorados que juegan con sus caricias
eternamente. Ella empuja desde el horizonte
las olas para mezclar la plata de su espuma
con el oro de las arenas de él, para unir la
masa platinada de sus rizos con el cabello
áureo de su enamorado como si se unieran en
un beso. Ella, en el flujo, le abraza, y en
el reflujo —dolorosa ausencia de quienes se
aman—, le estrecha los pies como última
caricia y como final protesta a la derrota.
Líbano es la inspiración de los poetas, de
los músicos y de los pintores. Líbano es el
Paraíso Perdido del mundo.
Capítulo II
COSTUMBRES LIBANESAS
Capítulo III
COSAS DE TODOS LOS DIAS
Capítulo IV
EXTREMOS CONTRARIOS