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Estimada Profesora y compañeros,

En respuesta al foro:

El capitalismo es adoptado actualmente por la mayoría de los países para desarrollar su autonomía.
Podemos observar que ahora la religión va muy de la mano con el capitalismo, y no bastando con eso
también podemos ver que el dinero se vuelve un punto muy importante dentro de este mundo, este
se convierte en el amo y señor, en el ídolo, en el becerro de oro de todos.
Se nos presenta a la política mezclada con el comercio y la economía, la economía y las finanzas superan
la barrera de la actividad política y la manejan a su conveniencia.
La cultura se ha convertido en uno de los negocios más rentables, y los libros ahora se compran y se
llevan a casa como si fueran elementos de exhibición, no para comérselos y llenarse, nutrirse con su
sabiduría.
Los medios de comunicación facilitan todo, incluso por medio de ellos se puede crear o destituir una
figura, una agrupación, un país, un enfrentamiento o una convención. El poder es casi insuperable.

Los adelantos médicos sofisticados curan enfermedades cuyo remedio antes fuera impensable; las
prótesis cada vez son más efectivas; las pastillas anticonceptivas pasan de ser pastillas preventivas, a
correctivas. Las cirugías no utilizan más navajas y los efectos producidos por la intervención es efímero.
La población tiene una participación activa en las decisiones que constituyen al Estado, y la presencia
popular es clara al crear ONG’s, por medio de las cuales se consideran los aspectos que afecten a la
misma población, rescatando culturas, valores, tradiciones; fomentando la creatividad y la solidaridad;
el amor a la patria.
La educación se postra a la altura de las grandes universidades alrededor del mundo, y los estudiantes
salen, por lo tanto, mejor preparados.

Difícil es aceptar vivir en este sistema, pero debemos adaptarnos, y organizar nuestros propósitos, no
dejarlos sobre la mesa sino llevarlos a la práctica, enorgulleciéndonos de nuestras acciones en pro de
la economía global, sumando y no restando.

Saludos cordiales
Maritza Naranjo.

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