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Algunos ejemplos de pensamientos negativos son “Soy tan tonto”, “Nada me sale bien”,
“Algo malo ocurrirá”, “Sé que voy a fallar”.
Si no estás seguro de cuáles podrían ser algunos de tus patrones de pensamiento,
pregúntales a tus familiares o amigos si pueden indicarte algunos patrones de
pensamiento que les hayas dicho y que consideren negativos o inútiles.
2.
Explora las causas de tus patrones de pensamiento negativos. Saber de dónde
provienen tus patrones de pensamiento puede ayudarte a identificar la razón por la que
siguen reapareciendo.[3] Es posible que las situaciones del pasado hayan provocado tus
hábitos de pensamiento inútiles.
Identifica las razones o situaciones que hayan dado lugar a cada pensamiento
automático negativo. Por ejemplo, si piensas “No soy bueno”, identifica las situaciones
que contribuyeron a ese pensamiento. Algunas circunstancias pueden incluir cosas como
“Mi madre me dijo que saque buenas calificaciones y no lo hice”, “Me despidieron del
trabajo”, “Mi relación terminó” y “Mis amigos me tratan mal”.
También podría ser útil identificar los momentos y la forma en que estos pensamientos
tienden a producirse porque puedes empezar a ver patrones en tu pensamiento. ¿Cuáles
eran las circunstancias? ¿Quién estaba presente? ¿Dónde estabas? Por ejemplo, si a
veces crees que eres tonto, identifica el punto donde este pensamiento tiende a surgir,
quién suele estar presente y dónde estás. De esta manera, podrías empezar a notar
ciertos patrones. Por ejemplo, tal vez piensas algo como “Soy tonto” cuando llegas tarde
al trabajo, ya sea en el mismo trabajo o cuando estás a solas.
3.
Forma tu lista en patrones. En primer lugar, es importante identificar los patrones de
pensamiento específicos que tienes antes de tratar de cambiar algo. A veces, nuestros
pensamientos negativos automáticos se convierten en patrones de pensamiento
llamados creencias fundamentales. También se conocen como hábitos de pensamiento
inútiles, los que pueden arraigarse en nuestra mente.[4] Estos pensamientos no solo son
inútiles, sino que no reflejan la realidad. Son pensamientos extremos que no guardan
relación con muchos otros detalles que conforman los eventos de la vida o de las
personas. Anota qué patrones o hábitos tiendes a tener. Por ejemplo, si tiendes a pensar
“Soy un tonto”, este pensamiento encajaría en el patrón de pensamiento crítico. Existen
tipos específicos de errores de pensamiento que son comunes, tales como:
5
Mantén un registro de tus pensamientos. Utiliza una hoja de cálculo para identificar
tus pensamientos negativos de manera diaria o semanal.
Identifica las ideas que sustenten ese pensamiento y las que no lo hagan. Utiliza estos
argumentos para identificar un pensamiento que sea verdadero y más útil. Por ejemplo,
si identificaste el pensamiento negativo “No soy lo suficientemente bueno”, las ideas que
vayan en contra de este pensamiento serían “Soy valioso”, “Hago mi mejor esfuerzo”,
“No necesito ser lo suficientemente bueno para nadie”, “Soy lo suficientemente bueno
para mí”.[6][7]
Método2
Cambiar activamente tus hábitos de pensamiento inútiles
1
Evita utilizar un lenguaje negativo. Deja de usar palabras negativas en tu mente. Dejar
que estos pensamientos negativos se desarrollen en tu mente hace que influyan en tu
manera de reaccionar ante las situaciones, lo que puede producir resultados
negativos.[8] Haz un esfuerzo de manera consciente para reemplazar estas palabras con
afirmaciones positivas. Acepta el hecho de que todos fallan en ocasiones, pero
considéralo una oportunidad para aprender de la experiencia, de modo que puedas
hacerlo mejor la próxima vez.
Haz una lista de las palabras negativas o extremas que normalmente utilizas, tales como
“siempre” o “nunca”. Estos son ejemplos de los errores de pensamiento en blanco y
negro. Luego desarrolla una perspectiva o forma de hablar más equilibrada como “la
mayor parte del tiempo, a veces o no muy a menudo”. Escribe estas opciones y empieza
a notar cuándo utilizas este lenguaje en el diálogo. Recuérdalo en el momento para
utilizar un lenguaje más equilibrado o intermedio.
2.
Busca las conexiones entre las emociones y los pensamientos negativos. Una vez
que identifiques tu pensamiento inútil y desarrolles una lista de los posibles pensamientos
alternativos, necesitarás enfocarte activamente en tus pensamientos y cambiarlos tan
pronto como surjan.[9]
Cuando las cosas no vayan tan bien, en lugar de reflexionar sobre lo que no está bien,
enfócate en esta lista de cosas que son positivas en tu vida. Presta atención a las cosas
pequeñas que a veces puedas dar por sentado, tales como el refugio que tienes sobre
tu cabeza y la comida en tu estómago.
2.
Practica la atención plena. Se ha demostrado que llevar a cabo técnicas de atención
plena reduce los pensamientos automáticos.[12] La atención plena nos ayuda a cambiar
nuestro enfoque fuera de lo negativo. Cuando las personas tienen esta capacidad, sufren
menos depresión y ansiedad. Cambiar tu atención hacia lo positivo previene la rumiación
y es una habilidad de afrontamiento esencial para la regulación emocional.[13] Vive en el
presente, no en el futuro y definitivamente no en el pasado. Muchas personas pasan
mucho tiempo arrepintiéndose profundamente de los eventos que ya pasaron o
preocupándose por lo que podría pasar, de modo que se pierden en el presente. Acepta
el hecho de que no puedes cambiar el pasado, pero que tienes un gran control sobre lo
que haces en el presente, lo que influirá en tu futuro.
Realiza ejercicios de atención plena tales como prestar atención directa y enfocada a lo
que haces actualmente, como comer, limpiar o realizar otras actividades
cotidianas.[14] Trata de estar completamente presente en el momento y disfruta todo lo
que experimentes. Presta atención a cómo te sientes en tu cuerpo, a lo que ves y a las
sensaciones que tienes. Enfócate únicamente en la actividad que realizas.
3.
Trata cada día como una oportunidad nueva para alcanzar una meta. La vida te
brinda nuevas oportunidades a cada momento. Fijarte metas puede ayudarte a enfocar
tu energía en algo positivo en lugar de preocuparte por los pensamientos negativos.
Comienza identificando unas cuantas metas que quieras alcanzar en los próximos seis
meses. Algunos ejemplos de metas podrían ser postular a un empleo, terminar la
escuela, comprar un auto, hacer más amigos o cualquier otra cosa que quieras lograr.
Establece metas que sean alcanzables y realistas. Puedes utilizar una hoja de cálculo o
crear la tuya propia.[15]
Comienza cada día concentrándote en lo que vas a hacer para cumplir tus metas.
4.
Acepta el cambio. Esto evitará que desarrolles pensamientos negativos al repetirte que
tu vida está fuera de tu alcance cuando no es así. Reconoce que ese cambio es parte
de tu vida.
Todos tenemos pensamientos negativos de vez en cuando. Acepta que esto es verdad
y que tus pensamientos negativos podrían tener menos influencia.
Ten en cuenta que algunos pensamientos son exactos mientras que otros no. No solo
creas en cada pensamiento que tienes como si fuera un hecho. Estos simplemente son
ideas que se te ocurren, con las cuales podrías no estar de acuerdo si así lo quieres. [21]
1.
s.[21]
2.
3