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David (hebreo: ‫דוִד‬, ָּ «el amado» o «el elegido de Dios»; c.

1040-
966 a. C.) fue un rey israelita, sucesor de Saúl y segundo monarca
legítimo del Reino de Israel (Isboset, hijo de Saúl, fue proclamado
por el ejército y gobernó dos años en el norte hasta su asesinato-
Ver 2 Samuel 2:8), que logró unificar su territorio e incluso
expandirlo,3 hasta comprender las ciudades de Jerusalén y
Samaria, Petra, Zabah y Damasco.4 La historia de David figura en
la Biblia, en los Libros del profeta Samuel y en el Libro de los
Salmos.5 David fue uno de los grandes gobernantes de Israel y
padre de otro de ellos, Salomón. Es venerado como rey y profeta
en el judaísmo, el cristianismo y David perteneció a la familia de
Isaí, de la tribu de Judá. Según 1 Samuel 16:11 y 17:12, era el
menor de los ocho hijos de Isaí y, como era costumbre en esos
tiempos, el menor era el más postergado y al que se le daban las
tareas pastoriles. Tres de sus hermanos mayores fueron soldados
del rey Saúl. Samuel, el profeta, viajó hasta Belén, por mandato
de Dios, para buscar al nuevo «ungido». Los candidatos -dijo
Dios- debían ser de la familia de Isaí el islam.6El rey Saúl había
pecado al desobedecer a Dios durante la batalla de Michmash,
donde debía destruir a todos los enemigos amalecitas y no lo
hizo. Por ello, Dios decidió retirarle su bendición y envió al
profeta Samuel en busca de un nuevo «ungido», de un nuevo rey
para Israel. Su destino era Belén, donde vivía Jesé, un pastor con
sus hijos. Uno de ellos era el elegido y Samuel, como profeta,
debía saber cuál. Para evitar un castigo del rey Saúl, el profeta se
excusó alegando que viajaba para realizar un sacrificio. Una vez
en casa de Jesé, el profeta conoció a siete de sus ocho hijos, pero
ninguno fue el ungido. Cuando preguntó si faltaba alguno, Jesé
llamó al más pequeño: David, y cuando el profeta lo vio, supo
que era él. Allí, delante de su padre y hermanos mayores, le
ungió como futuro rey de Israel. Era además David, un varón
prudente y de buen parecer, rubio y de buen semblante.
Salomón como el tercer y último monarca del reino unido de
Israel (es decir, antes de la separación del territorio israelita en
los reinos de Judá e Israel).3 Hijo del rey David, Salomón logró
reinar sobre un extenso territorio durante casi cuatro décadas, 4
posiblemente entre los años 965 y 928 a.C.5
Durante el reinado de Salomón se construyó el primer Templo de
Jerusalén y a él se le atribuye la autoría de los textos bíblicos
titulados Libro de Eclesiastés, Libro de los Proverbios y Cantar de
los Cantares.
En el Tanaj y la Biblia hebrea se lo conoce también como
Jedidías.
En los textos mencionados se dice del rey Salomón que:
Heredó un considerable imperio conquistado por su padre el rey
David, que se extendía desde el Valle Torrencial en la frontera
con Egipto, hasta el río Éufrates, en Mesopotamia.678910
Tenía una gran riqueza y sabiduría.11
Administró su reino a través de un sistema de 12 distritos.12
Poseyó un gran harén, el cual incluía a «la hija del faraón».1314
15
Honró a otros dioses en su vejez.1617
Consagró sur Salomón fue el segundo de los hijos que tuvieron el
rey David y Betsabé. En la Biblia, el profeta Natán informa a
David de que Dios ha ordenado la muerte a su primer hijo como
castigo por el pecado del rey, quien había enviado a la muerte a
Urías, marido de Betsabé, para casarse con su esposa (2Samuel
12:14: «Has hecho blasfemar a los enemigos de Dios»
(literalmente: ‘has despreciado los preceptos de Dios’). Tras una
semana de oración y ayuno, David supo la noticia de la muerte
de su hijo y se casó con Betsabé quien quedó embarazada, esta
vez de Salomón. einado a grandes proyectos de construcción.18
Según la Biblia, su padre Kish perdió sus asnos y envió a su hijo y
un criado a buscarlos en la región montañosa de Efraín, y de allí a
la tierra de Salisa, pero no los hallaron. Entonces pasaron por la
tierra de Saalim, y tampoco. Después pasaron por la tierra de
Benjamín, pero no los hallaron. Así que decidieron volver, pero
de paso consultarían al Vidente sobre la ubicación de los asnos.
Ante el pedido del pueblo israelita al entonces anciano juez
Samuel para que nombrara un rey que los librara de los
invasores filisteos, aquel, aunque creía que Dios debía ser el
único soberano de Israel, consultó a Yahveh y este reveló que
señalaría su ungido. Samuel vio que Saúl era el escogido y lo dejó
quedarse en su casa, al día siguiente derramó aceite sobre su
cabeza diciendo ¿No te ha ungido Yahvé como el soberano de su
heredad?; luego dio instrucciones de buscar determinadas
personas con instrumentos musicales "profetizando", Saúl se
encontró con esas personas dónde el Espíritu de Dios descendió
sobre él, "profetizó" en medio de ellos.
Hombre de gran valor y gran estatura, se mostró al principio un
rey firme, que derrotó a los amonitas, moabitas y filisteos en
numerosas ocasiones, y estableció su capital en la ciudad
liberada de Jabes de GalaadSaúl había preparado una campaña
militar contra los filisteos pero esperaba a Samuel para que este
ofreciera un sacrificio a Yahvé, dado que Samuel tardaba tanto
en aparecer Saúl ofreció el sacrificio él mismo, pero en ese
momento llega Samuel, sumamente indignado por desobedecer
sus instrucciones. Saúl reorienta su campaña hacia los
amalecitas; logra una victoria total exterminando todo hombre,
mujer y niño, pero deja vivo al rey; Samuel otra vez aparece
indignado y mata al rey.

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