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Sin rostro por Cleyn
5.
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Me fui a mi cuarto después de almorzar, me cambié de ropa, tomé mi


Solo mira como baja la arma y Gerard me acompañó para asegurarse de que estaría bien.
balanza día a día

Tomé un baño con agua tibia y por fin pude respirar profundo. Limpié
minuciosamente mi cuerpo intentando quitar todo rastro de contacto
con Gerard, limpié mi cabello casi frenéticamente y salí del baño sólo
cuando estuve seguro de estar completamente limpio, me vestí con
ropa casual y como siempre me puse a ordenar lo que ya estaba
ordenado, limpiar lo que ya estaba limpio, al terminar todo me senté
Cómo se hizo millonaria en el sofá, prendí la televisión y me abracé a mi arma mirando hacia
esta astuta muchacha con la puerta.
solo 19 años

Al día siguiente como era habitual me levanté a las cinco de la


mañana, limpié y ordené todo, tomé un baño y comí un emparedado
antes de salir a la casa. Todo había vuelto a la normalidad y eso era
bueno, Gerard no tocó el tema nunca más y yo no volví a quitarme mi
mascara.

Volví a enseñarle las cosas básicas a Gerard para disparar, tardamos


una semana aproximadamente en hacerlo entender que debía
concentrarse para escuchar, una vez me escuchó todo fue más fácil,
en dos semanas más lo dejé disparar en el jardín y así se convirtió en
Los millonarios están mi compañero de guardia más que un alumno, ahora sólo faltaba el
intentando prohibir este examen final que sería en una o dos semanas más.
video de Internet
INFORMACIÓN
30658AUTORES. -no has fallado ningún tiro desde hace tres días, me siento orgulloso
134090 MIEMBROS. de ti -me detuve frente a Gerard e incliné mi cabeza en forma de
117453 FANFICS. respeto, él tomó postura y levantó un gran conejo desde las orejas.
546155 CAPITULOS.
2901732 REVIEWS.

-es porque tengo al mejor maestro -Guardó el conejo en su bolso-


ULTIMOS ¿hoy? -Pensó un momento y se acercó a mí dejando su arma a un
lado- ¿Qué hará hoy en la noche?
FANFICS
Atrevete a Probar por
ali king No menores de
-¿no practicaríamos? –pregunté y erguí mi espalda.
18 años
Minho ha decidido no
volver a enamorarse
después de varias -es que… yo -se encogió de hombros y volteó la cabeza hacia un
desilusiones... lado- hoy quería descansar.
Cosas que pasa. por
mikki-chan No menores
de 16 años -creo que nos hace falta un descanso, mañana es nuestro día libre,
Suzaku Kururugi es un supongo que es una buena idea quedarse en casa –paseé mi mirada
chico popular, es atlético, por el lugar para luego comenzar a caminar rondando el jardín.
divertido y amable...
Mi ardiente jefe por
Linda21 No menores de
-sí, es una buena idea…
18 años
Portgas D. Ace es un
exitoso bombero, pero su
vida privada no anda tan -¿hay algo que quieras hacer? -pregunté y lo vi voltear hacia mí, no
bien... dijo nada y comenzó a rondar el lugar.
SIETE DAMA por
matildarossette No
menores de 18 años -no, sólo quiero descansar…
Benjamín solo es una
pequeña mosca atrapada
que quedara atrapada...
-¿hay algo que tenga que saber? -volteé rápidamente hacia él, levanté
La Ciudad de Polvo por
la mano a la altura de mi cabeza, bajé un dedo y aunque fue un
Dedalus No menores de
broma, él se crispó como un felino, no se movió ni dijo nada por lo
16 años
que bajé mi mano- ¿pasa algo?
Qué hacer, que decir
cuando uno se encuentra
en una situación...
-estoy cansado ¿a usted le pasa algo?

-no.
-aquí hace mucho frio todo el tiempo, me pregunto ¿Cuándo abría
días soleados? -volteó y siguió caminando.

-aquí sólo tenemos unos pocos días de buen tiempo, me extraña tu


pregunta ¿estás seguro que eres un guardia de sigilo que fue enviado
a este reino?

-en donde yo vivía todo el tiempo hacía mucho calor, solo no me


acostumbro aún -rascó su cabeza y siguió caminando, por lo que lo
imité intentando no prestar atención.

Eran las doce de la noche cuando alguien tocó mi puerta, volteé y


apegué mi arma a mi cuerpo, inmediatamente caminé hacia mi mesa
y tomé la máscara para acomodarla en mi rostro.

-¿seis? ¿Estás despierto? -Preguntó Gerard desde el otro lado,


inmediatamente fui a abrir y lo vi voltear hacia mí, respiraba agitado y
sostenía un bolso en sus brazos- hola.

-hoy no practicaremos, lo hablamos en la mañana…

-¿puedo entrar? -preguntó y se inclinó hacia delante quitándose la


máscara, volteó hacia un lado antes de volver a verme casi
suplicándome.

-no, lo siento -me interpuse en la puerta y lo vi detenidamente, algo


se movió en el bolso y terminó saliendo por un lado, era el zorro
blanco quien sacudió la cabeza y olfateó, por lo que me hice a un
lado y tomé a Gerard de un brazo tirándolo hacia dentro cerrando la
puerta al instante- ¿qué demonios crees que haces?

-hay un… -Gerard volteó y miró el lugar detenidamente, parecía


desconcentrado, volteó hacia mí y frunció el ceño –este lugar da
miedo, está demasiado ordenado.
-¿Qué haces? -Pregunté y me incliné hacia él- creí que lo había
devuelto ¿por qué aún lo tienes?

-lo intenté, pero me siguió y no pude dejarlo, además es muy


obediente y no hace daño… pero hoy están haciendo revisión en mi
piso y si lo ven lo van a matar ¿podrías…?

-claro que no, no me meteré en problemas por tu culpa ¿eres idiota o


te haces? -volteé hacia la puerta sintiéndome paranoico, sentí que los
superiores entrarían y me encontrarían con ese estúpido animal.

-por favor Seis -Gerard se acercó a mí colocando ambas manos en


mis brazos- te lo suplico, se portará bien, traigo todo lo necesario
para que no te moleste, comida, agua, incluso su cama, puedes…

-oye… soy un guardia ejemplar, si me encuentran con este animal


perderé el respeto, mi puesto y los beneficios de ser quien soy ¿Qué
tienes en la cabeza? -retrocedí y quité mis brazos.

-Seis, dentro de este lugar es lo único que me importa…

-no y por favor guarda a ese animal y sal de mi cuarto -apunté a la


puerta pero bajé mi mirada para no toparme con sus ojos.

-seis, mírame -Gerard dio un paso hacia mí colocando una mano en


mi hombro- mírame y dímelo a la cara, si quieres que me vaya está
bien, no seguiré insistiendo, pero pediré el cambio inmediatamente.

-no exageres…

-¡no! No exagero -gritó y golpeó mi pecho con su dedo índice- si no


me ayudas dejaré a Black libre y pediré el traslado y punto, perderás
tu rango como buen maestro ¿bien?

-¿bromeas? -apreté los puños sintiendo como la rabia subía por mis
pies hasta llegar a mi cabeza.
-no, no bromeo -apretó los dientes y pasó a mi lado, inmediatamente
volteé y tomé el bolso que llevaba arrebatándoselo, cuando volteó
hacia mí para quitármelo levanté mi puño lanzándole un puñetazo al
rostro haciéndolo retroceder y caer sentado a un lado, subió una
mano y  cubrió su mejilla en la zona del golpe mientras abría sus ojos
viéndome con sorpresa.

-¿Sabes? Si pretendes tratar así a tu maestro te aré arrepentirte y te


castigaré por tu mala conducta…

-devuélvemelo -dijo y frunció el ceño mientras se levantaba.

-me lo dejaré hasta que termine la revisión de tu piso, lo vendrás a


buscar en cuanto termine ya que es probable que revisen mi piso
¿entendido? Si llegan a tocar mi puerta antes que tú créeme que lo
mataré y disfrazaré su cadáver como una práctica de tiro contra un
animal de linda piel que usaré de alfombra ¿bien? -dejé el bolso en el
suelo y abrí el cierre haciendo que el animal saliera y se sacudiera.

-¿hablas enserio?  -bajó la mirada viendo al animal que se paseó


entre sus pies como si fuera un gato.

-sólo vete -tomé postura y retrocedí un poco al sentirlo abrazarme,


me estrechó con fuerza, se separó un poco tomando mi marcara para
levantarla, se acercó y besó mi mejilla antes de volver a ponérmela,
volteó y abrió la puerta de entrada.

-está todo lo necesario en el bolso, come carne cocida, también está


en el bolso, vendré mañana en cuanto revisen mi cuarto… gracias -
acomodó su máscara y salió del cuarto cerrando la puerta tras de sí.

-Estúpido -me quité la máscara con violencia y pasé mi mano por mi


mejilla mientras bajaba la mirada y veía al zorro sentarse en el suelo y
mirarme ladeando la cabeza, jadeó y movió la colca de lado a lado- te
quedarás aquí y no quiero que ensucies -el zorro ladeó la cabeza
hacia el otro lado, se levantó y brincó hacia el bolso metiendo la
cabeza, tironeó de algo con ansias hasta sacar una cobija de color
gris, dio unas vueltas sobre ella antes de recostarse sobre esta, me
miró desde ahí y apoyando su cabeza entre sus patas.
Nunca en mi vida había tenido un animal y no pretendía tenerlo, me
costaba mucho cuidar de mí como para tener que encargarme de un
animal que ni siquiera era capaz de controlar el lugar donde haría
sus…

-espera –dije y me agaché para revisar el bolso, abrí unos bolsillos


encontrando dos platos, una pelota vieja, un pasillo con carne cocida
y trozada y una fuente no tan grande con algo de tierra además de
una nota que decía “deja esa tierra en donde quieras que haga sus
necesidades”- idiota -gruñí y suspiré profundamente.

Alisté un rincón en mi casa para poder dejar al animal, llene un


pocillo con agua y deje el otro con un poco de carne para que
comiera, abrí un poco una ventana y dejé tierra sobre algo de papel
por si necesitara haces sus necesidades pero la cerré cuando me
alistaba para “descansar”

Él día siguiente sería mi día libre por lo que no necesitaba poner la


alarma tan temprano, como era habitual me senté en el sofá y me
abracé a mi arma mirando hacia la puerta, el zorro me despertó y me
miró atentamente, volteó hacia la puerta y resopló, lo vi de reojo y
noté sus orejas moverse, me levantó de golpe y caminó hacia la
puerta.

-quieto -susurré y volteé a verlo- vete a tu puesto -ordené e


impresionantemente el animal retrocedió y se sentó sobre su cobija-
un guardia no abandona su puesto sin que se lo digan ¿está claro? -
dije entre dientes, el animal ladeó la cabeza y movió las patas como si
saltara a pesar de estar sentado.

Me sentí inquieto por la presencia del animal, pero la sombra no


apareció, ella parecía más asustada por el animal y eso me tranquilizó
un poco, eran sentimientos encontrado, en el fondo me divertía las
acciones impredecibles pero obedientes del animal quien volteaba a
verme siempre que me movía y volvía a mirar la puerta, como si al
igual que yo, esperara que alguien entrara.

-¿no deberías orinar? No quiero que llenes de tu orina todo -dejé mi


arma a un lado y me levanté yendo hacia la ventana para salir hacia el
pequeño espacio en donde estaba la tierra para que el animal
defecara- oye -llame y lo vi caminar hacia mí moviendo su cola, se
detuvo a mi lado y me miró hacia arriba, ladeé la cabeza y él me
imitó, bajó la mirada hacia la tierra, escarbó un poco y se acomodó
por lo que entré dejando el ventanal abierto- no ¡no! -Gruñí al ver al
animal asomarse entre las cortinas- tus patas están sucias, te quedas
afuera -me acerqué y tomé una parte del ventanal listo para cerrar,
pero el animal comenzó a golpear sus patas en el suelo, parecía dar
brincos sólo con sus patas delanteras, como si sacudiera sus patas
antes de entrar, lo que me llenó de gracia - quédate ahí -ordené y fui
por algo con que limpiarle las patas, volví con un paño húmedo, me
agaché y limpié sus patas cuidadosamente para quitarle toda la tierra.

Me senté en el sofá en cuanto creí que estaba todo listo, vi la hora y


ya eran las cuatro de la madrugada, ni siquiera se en que perdí tanto
tiempo, pero me acomodé y entrecerré los ojos y suspiré
profundamente.

Abrí los ojos al escuchar un suave chillido, vi al animal frente a mí,


golpeó mi pierna con su nariz y entrecerró los ojos.

-¿Qué quieres? -vi la hora y ya eran las seis de la mañana por lo que
dejé mi arma a un lado y me levanté, el animal dio vueltas y luego
caminó hacia su pocillo de comida- que molesto es esto -tomé el
pocillo con la carne y puse un poco para que el animal comiera.

Limpié y ordené como era habitual, el animal se mantuvo en su cobija


viéndome ir de un lado a otro, limpié el piso para quitar toda
suciedad proveniente del animal, limpié el saliente de la ventana asta
asegurarme de que no quedaba rastro de tierra, me bañé y sólo me
senté cuando me dio hambre, por lo que me puse a preparar un
emparedado.

Di un leve sobresalto al escuchar que el animal gruñía, por lo que fui


a verlo viendo como movía las orejas hacia atrás y mostraba sus
dientes en dirección a la puerta, mi estómago se contrajo por lo que
volteé a ver esperando que nadie tocara la puerta.

-no por favor -susurré muy bajo pero el animal levantó las orejas y
ladeó la cabeza, se levantó de su puesto y se puso a saltar y gemir
con ansias.
-¿seis? -escuché a Gerard al tiempo que tocaba la puerta, suspiré
aliviado y acomodé la máscara en mi rostro antes de abrir la puerta,
Gerard sonrió ampliamente volteando sólo un momento hacia un lado
-¿puedo pasar?

-quítate los zapatos -me hice a un lado y lo vi mirarme con sorpresa,


volvió a sonreír y se quitó las botas antes de entrar, las dejó a un lado
de la puerta y asintió como si pidiera permiso para entrar.

-este lugar es aterradoramente limpio…

-¿por qué no llevas tu mascara? -pregunté y me cruce de brazos


después de cerrar la puerta.

-la traía puesta -dijo y se agachó extendiendo los brazos hacia los
lados- Black -dijo y el animal dio barias vueltas antes de correr hacia
él pasando su cabeza por el cuello de Gerard quien lo abrazó con
suavidad- fueron anoche pero no quise venir a buscarlo ya que
rondaban por el lugar.

-no he recibido ningún aviso sobre revisión -dije y pasé a su lado


viendo como el animal meneaba su cola.

-a mí me avisaron ayer y vine en cuanto lo supe -Gerard se levantó y


cargó al animal quien comenzó a relamerse, volteó y olfateó a Gerard
ladeando su cabeza- lamento las molestias.

-lo lamentarás luego -bajé la mirada viendo la cobija del animal,


debía limpiar desdés de que Gerard se llevara a su mascota, debía
quitar todo rastro de cabello animal, bacterias y gérmenes.

-¿no te causó problemas?

-no, dejó su olor por todos lados, nada más –me encogí de hombros
y levanté la mirada para verlo, sonreía con amabilidad.

-ayer fui grosero…


-sólo vete, quiero limpiar esto y descansar ¿bien?

-bien -respondió y me sentí decepcionado, se acercó a mí y apuntó a


mi pecho por lo que bajé la mirada, pero subió su dedo rápidamente
golpeando la parte inferior de mi mascara haciendo que se soltara de
mi rostro, subí las manos inmediatamente para evitar que callera al
suelo y subí la mirada inmediatamente frunciendo el ceño listo para
regañarlo, pero él se inclinó hacia mí uniendo sus labios a los míos.

Un escalofrío recorrió mi espalda, mis piernas y mis manos se


adormecieron haciendo que soltara mi mascara y callera al suelo,
cerré los ojos inconscientemente y acepté su beso sin pensarlo,
cuando se separó de mi abrí los ojos viéndolo detenidamente, él
sonrió y se agachó recogiendo mi mascara, la acomodó en mi rostro y
dio un paso hacia atrás.

-el superior llamó al transmisor, dijo que no contestaste y nos quiere


en el jardín a las cuatro, yo iré a dejar a Black y vuelvo…

-¿qué? -volteé hacia el reloj viendo que eran las tres y treinta, otro
escalofríos me recorrió la espalda por lo que corrí hacia el sofá y
tomé mi arma para salir, pero Gerard colocó una mano en mi hombro
para impedirme salir de mi cuarto.

-no podemos ir en mi moto, se quemó el motor hace unos días,


tendremos que ir corriendo, vine en cuanto el superior se contactó
conmigo, si quieres te adelantas.

-bien, apresúrate y lleva tu arma -lo empujé con fuerza para que
recogiera las cosas de su mascota, él sonrió y lo hizo rápidamente,
dejó al zorro en el suelo quien mantenía la mirada en mi ladeando la
cabeza de un lado a otro, al ver todo listo se metió en el bolso
acomodándose.

Salí corriendo en cuanto Gerard abandonó mi cuarto, me detuve para


ver que la nieve que había caído en la noche lo cubría todo, gruñí y
corrí sintiendo como mis pulmones se enfriaban y como la máscara
me impedía respirar con normalidad, algo extraño ya que estaba
acostumbrada a ella, la acomodé un poco al igual que la bufanda en
mi cuello y seguí corriendo, pero algo a mi alrededor se veía raro, era
extraño ver la densidad en el aire, como si algo hubiera sucedido o 
como si algo estuviera a punto de suceder.

No sé cuánto me tardé en llegar, pero estaba agotado, saqué mi


tarjeta y vi que era la de Gerard, lo que me llenó de ira ¿en qué
momento nos la habíamos cambiado? Ni siquiera recordar si en algún
momento se la quité y la cambiamos sin querer, pero daba igual,
serviría para entrar. La pasé por el sensor pero se me denegó la
entrada y una alarma sonó.

-¿pero qué demonios? -volteé al sentir algo en mi espalda, dos


guardias apuntaban a mí, uno de ellos levantó una mano para darme
la opción de hablar.

-soy Seis del jardín ocho -dije y levanté las manos- intercambié…

-cierra la boca, estás arrestado por el fallido atentado al gobernador


-dijo un guardia quien me empujó con la punta de su arma- deja el
arma en el suelo y levanta tus manos dejándolas tras tu cabeza.

-¿disculpa? No sé de qué…

-obedece -dijo el otro guardia y sacó un transmisor llevándolo a su


boca- lo encontramos, entrada a los jardines -dijo y guardó el
transmisor.

-debe haber una equivocación -descolgué el arma de mi hombro y la


dejé en el suelo mientras pasaba la mirada por ellos, los conocía y me
resultaba raro que me desconocieran por lo que intenté obedecerles
para no causar más conflicto.

-¡sube las manos! -ordenó uno de los guardias, por lo que dejé las
manos tras mi cabeza y me levanté lentamente, uno de ellos me
obligó a voltear, revisó mi cuerpo en busca de más armas, me quitó el
transmisor, un revolver que escondía en mi pantalón y dos cuchillos
que estaban en mi cinturón, me esposaron y guiaron rodeando la
casa de gobierno.
-no entiendo lo que está pasando, debe ser un error, yo estuve en mi
cuarto…

-diles eso a los jueces -me interrumpió un guardia.

A mi alrededor había un alboroto, todos corrían de un lado a otro,


habían gritos, gente herida y una nube de humo que comenzaba a
cruzar el cielo. El sonido de una motocicleta se escuchó a lo lejos, por
lo que volteé viendo a Gerard acercarse a gran velocidad, pero su
máscara se veía distinta.

-su moto estaba mala -susurré muy bajo viendo que la máscara que
usaba no era la de un felino, si no la de un pájaro, entonces todas las
piezas encajaron- hijo de puta -intenté correr hacia él pero los
guardias me sostuvieron y uno golpeó mi cabeza con la punta de su
arma- ¡Gerard! ¡Hijo de puta! –grité y lo vi pasar a unos metros
nuestro rodeando la casa de gobierno.

-cierra la boca -gruñó un guardia y golpeó mi cabeza con su arma, el


golpe fue con tanta violencia que mi mirada se nubló.

-¡no soy Gerard! ¡Soy Seis! ¡Soy Seis! ¿Son idiotas o qué? -forcejeé e
intenté voltear hacia ellos pero uno de los guardias me golpeó con la
parte de atrás de su arma dejándome inconsciente.

>>¡Te dije que lo mataras!

Abrí los ojos de golpe al escuchar un estallido, la gente corría de un


lado a otro entre gritos de pánico, me senté y examiné con la mirada
el lugar, mis manos estaban desatadas pero yo estaba dentro de una
celda.

-¡es el emperador! –gritó alguien, entonces recordé lo que sucedía,


me quité la máscara y la volteé viendo que era la de Gerard.

 
 

-hijo de… -la lancé hacia un lado haciendo que se partiera en dos y
gruñí por la frustración, me levanté y miré el lugar intentando
calmarme, el pánico era una mala opción, debía tranquilizarme y
pensar, me acerqué a la puerta viendo como los guardias salían
rápidamente, se alistaban y sacaban armas antes de salir del lugar.

Necesitaba pensarlo bien, busqué un cuchillo delgado entre mis


ropas, siempre llevaba muchas armas ocultas, pero sólo encontré
unos cuchillos demasiado gruesos como para poder servir de llave,
volteé en busca de algo útil pero nada era tan bueno, por lo que fui
hacia la máscara de Gerard y la recogí buscando si tenía algún
alambre o algo. Al interior de la máscara había algo escrito, por lo
que junté los dos pedazos y volteé para verla “lo siento pero era
necesario, te prometo que te devolveré tus cosas” estaba escrito junto
a un trozo de alambre pegado con cinta adhesiva.

-me las vas a pagar -quité el alambre y lo torcí lo más rápido que
pude, fui hacia la puerta y miré el lugar para asegurarme que todos
los guardias habían salido, saqué mi mano y metí el alambre en el
cerrojo torciendo y girando hasta que la puerta se abrió,
inmediatamente volteé para recoger la máscara rota y salí del
calabozo, rebusqué algunas cosas decidido a vengarme por la
estupidez de ese mocoso.

Caminé por los pasillos de la casa de gobierno con Magdalena


colgando de mi hombro, una máscara ovalada, blanca y sin ninguna
expresión, una capa con capucha escondía mis brazos y mi cabello,
un traje exclusivo de guardias asesinos del gobernador.

-¡hey tú! –gritó alguien por lo que me detuve, volteé y mostré una
identificación con sello rojo, la misma identificación del dueño del
traje que ahora estaba escondido bajo un mueble de cocina, un
guardia tan pobre y distraído que aún no debe haberse enterado de
que estaba muerto- ¿Dónde vas? –Preguntó y apunté hacia donde
debería estar la habitaciones del gobernador- ¿sabes lo que ha
pasado? -se acercaba a mí escondiendo las manos a sus espaldas por
lo que saqué mi arma para apuntarlo haciendo que levantara las
manos- los guardias como tú están buscando al asesino ¿qué haces
aquí?

-busco al asesino  -respondí y levanté una mano para hacerlo que


hablara.

-soy guardia del tercer jardín, no tengo permitido dejar pasar a


nadie.

-yo no soy nadie –respondí y cambié mi dirección.

El gobernador estaba muerto, eso era obvio, el asesino era Gerard, lo


sabía y yo fui el estúpido guardia que confió ciegamente en él,
gracias a mí el gobernador estaba muerto y yo había perdido mi
mascara, Gerard me las pagaría, lo iba a matar y entregar para poder
subir de posición.

>>te dije que lo mataras.

-lo sé, ahora voy por ello –dije y guardé mi brazo bajo la capa,
caminé hacia los aposentos, debía encontrar la escena del crimen
para poder identificar el lugar por el que podría haber ido Gerard.

Sentía como las sombras caminaban tras de mí, los pasos de ella
alentándome a acabar con la vida de cualquiera que entorpeciera mis
planes. Tuve que escabullirme entre muros de guardias para evitar
sus absurdas preguntas de quien soy y que quiero.

Al llegar a los aposentos vi a mis superiores hablando por


transmisores, todos gritaban mientras que el gobernador estaba
tirado en el suelo boca arriba respirando agitado, uno de mis superior
tenía una mano sobre su pecho cubriendo una gran hemorragia y la
otra en su vientre, intentando sostener el gran corte que lo
atravesaba de lado a lado, la boca del gobernador estaba cubierta de
sangre, podía ver las vísceras salir entre los dedos del guardia y una
charco de sangre se arrastraba bajo ellos tapando toda huella que
pudo darme pistas.

Examiné detenidamente el lugar, no había mucho que me dijera algo,


pero saber dónde estaba sería fácil si salía a la intemperie, la nieve
estaba blanda y sus huellas no se borrarían fácilmente. Decidí ir hacia
el lugar contrario al que estaba el emperador.

-deberías estar buscando…

Puse mi pistola en la frente del guardia que me apuntó con su arma,


disparé rápidamente amortiguando el sonido del disparo gracias al
silenciador, su cuerpo cayó hacia atrás chocando con un muro y se
deslizó por esto dejando una huella de sangre y sesos que
evidenciaban su muerte.

-lo siento pero no tengo tiempo –seguí caminando encontrándome


con algunos guardias asesinos, sólo una manada de idiotas que corría
de un lado a otro sin saber que hacer ¿acaso estos eran los nuevos
guardias entrenados por los superiores? Yo era mucho mejor que
ellos y sólo debía matar pájaros.

Salí de la casa de gobierno y miré a mi alrededor pero no había nada,


Gerard era muy inteligente y sigiloso, pero no cuanta con algo que yo
sé.

Rodeé el lugar en busca de la motocicleta, debía haber huellas, debía


haber algo, era imposible que desapareciera.

-¿Qué tienes? –Preguntó un guardia asesino acercándose a mí, no


sabía si hablarle o guardar silencio por lo que negué
inmediatamente- estos imbéciles desaparecieron, deberíamos ir a
revisar puesto por puesto, alguno de estos imbéciles debe estar
escondido… -el guardia me dio una palmada en el hombro antes de
voltear- si en tres horas no hay respuestas de los guardias se exigirá
quitaré las máscaras, eso me tiene nervioso.

Esa era buena idea, debía buscar en los jardines, si no había rastro de
él afuera, debía estar escondido en la madriguera. Volteé y entre a la
casa de gobierno y corrí por los pasillos hasta llegar a los pasillos de
jardines, me detuve un momento, miré el lugar y caminé dando
largos pasos hacia el octavo jardín, al entrar vi dos guardias caminar
de un lado a otro con sus armas, uno de ellos era un guardia
corriente, pero el otro era Gerard con mi mascara y un uniforme más
delgado. Inmediatamente apunté al guardia haciendo un gesto para
que saliera.

-soy guardia de relevo del octavo jardín -dijo y volteó hacia Gerard al
tiempo que subía las manos.

-se está haciendo reconocimiento en el segundo jardín, ve con tu


tarjeta en mano o te dispararán -hice mi voz gruesa a propósito, el
guardia asintió y salió rápidamente siendo seguido por Gerard pero
me interpuse –de a uno…

-soy Seis –dijo con voz muy baja y sentí como la sangre me subía a la
cabeza.

Me quité la máscara cuando estuve seguro que no había otro guardia


cerca, Gerard relajó los hombros y se quitó la máscara manteniendo
una sonrisa.

-oye, creí que serías mucho más inteligente y me buscarías por mi


motocicleta -dijo y subió las manos cuando lo apunté con mi arma -
…no te hice daño.

-sí, lo hiciste -bajé mi arma y disparé en su pierna izquierda, ahogó


un gritó y cayó sentado mientras cubría su boca, la sangre no tardó
en salir y empapar su pierna la cual apretaba con su mano libre-
supongo que creías que te agradecería por dejarme un alambre en tu
mascara ¿Quién crees que soy?

-no esperaba... -gruñó y apretó su pierna encorvándose dejando


escapar un gemido doloroso mientras tanteaba con su mano libre su
cintura - ...no esperaba... que tardaras tan poco en salir de prisión…

-no te hagas el gracioso conmigo -me acerqué a él apuntando a su


cabeza- tengo tu carnet en mi bolsillo por lo que tengo el permiso de
llevarte muerto por haber acuchillado al gobernador.
-¿crees en el emperador? ¿crees en sus mentiras y exigencias? ¿Crees
que lo que hace es bueno? –preguntó y sacó su cinturón para
amarrarlo a su pierna y presionar.

-deje de creer en las personas después de que mi madre me


entregara al gobierno para que la dejaran en paz con su planes de
traición ¿y sabes qué pasó? -pregunté y apoyé la punta del silenciador
en la frente de Gerard- le disparé a ella, a su amante y a los seis
bastardos que tenía de hijos. Dejé de confiar en mis superiores
cuando vi a uno revolcándose con la cocinera con una guardia. Dejé
de confiar en ti cuando te interpusiste para que no matara a tu zorro,
un animal mucho más inteligente de lo que parece ¿Cuánto lo
estrenaste para que se mantuviera quieto respondiendo a los estados
anímicos?

-¿por qué no me mataste cuanto tuviste la oportunidad? -levantó la


mirada mientras apretaba los dientes.

-mi posición aquí es cuidar el jardín, no entrometerme en planes de


traicioneros, pero te metiste donde no te llamaban y jugaste con
fuego y te vas a quemar hasta los huesos.

-¡arriba las manos! -gritó alguien tras de mí, volteé sólo un momento
viendo que dos guardias asesinos me apuntaban.

-¡es el asesino! -gritó Gerard, acto seguido un guardia disparó a mi


brazo derecho a la altura del hombro antes que el otro se lanzara
hacia mí haciéndome caer de espaldas, Gerard pasó a nuestro lado y
salió del jardín pasando junto al guardia, inmediatamente disparé a la
cabeza del guardia en la entrada, quien dejó escapar un gemido antes
de caer de espaldas, volteé mi arma hacia un lado disparando en la
cabeza del guardia sobre mí pero movió la cabeza hacia atrás
haciendo que la bala entrara por uno de sus ojos saliendo por el
costado de su cabello, gruñó y tanteó con su mano en busca de un
transmisor pero levanté el arma nuevamente disparando en su frente,
al no tener la fuerza suficiente el arma salió disparada pero el guardia
cayó sobre mí haciendo que la sangre cayera en mi rostro, por lo
menos no alcanzó a pedir ayuda por el transmisor lo que me
tranquilizó. Lo empujé con fuerza y metí un dedo a la herida sobre mi
hombro, el ardor cálido y doloroso me obligó a quitar la mano, por lo
que rompí una parte de la capa y la doble para meterla a mi boca y
morderla con fuerza antes volver a meter un dedo a la herida para
quitar la bala, el dolor insoportable sólo pude calmarlo al morder el
pedazo de tela, gruñí y resoplé hasta que la bala salió, me levanté y
escupí la tela antes de recoger mi arma y salir del patio pero me
devolví para buscar mi mascara y esconderla bajo la capa, mientras
que acomodé una máscara de guardia asesino en mi rostro.

-bien, era trabajo, ahora es un juego y es personal -sonreí y seguí las


huellas de sangre hasta que desaparecieron por lo que simplemente
seguí recto, ahora sólo debía buscar un guardia con cojera y
dispararle en la otra pierna para verlo arrastrarse.

Dos explosiones llenaron los pasillos de humo, algo que nublaría mi


visión, pero no mis sentidos, él se escondía y su zorro debía estar
repartiendo bombas para hacer caer la casa de gobierno, lo más
seguro es que no estaba solo en este plan y sus amigos debían saber
que lo estaba buscando por lo que impedirían mi paso, debía
dispararle a todo lo que se moviera y se viera sospechoso, tenía tres
recargas de mi pistola y dos para Magdalena, tres cuchillos
escondidos y un tomahawk que me permitiría romperle el cráneo a
todo lo que se me atravesara.

Las alarmas se dispararon cuando una tercera explosión hizo temblar


el edificio ¿Quién era Gerard y para quien trabajaba? Me llenaba de ira
que ese mocoso me utilizara como juguete de distracción ¿Cómo no
lo vi de un principio? Estando a mi lado tenía toda la libertad de
moverse por donde quisiera ya que estaba a cargo mío.

-nadie me usa y sale ileso –gruñí y me escondí al ver pasar un grupo


de guardias corrientes, me escabullí y terminé por salir del edificio
viendo las huellas de cientos de guardias alrededor, me maldije y
volteé un instante pensando en qué podía hacer.

-¡todos los guardias retírense las máscaras! –gritó un superior


mientras corría hacia un lado con un lector de tarjetas en sus manos.

Eso era un punto a mi favor, Gerard no está aquí y debía estar


bastante lejos o escondido dentro del edificio.

-¿soldado? -preguntó un guardia frente a mí.


Necesitaba algo, una pista, lo que sea, no podía encontrarlo sin saber
nada, sólo un detalle me faltaba, cualquier pieza que me hiciera
encajar todo.

-¿guardia o soldado? -Insistió el guardia - ¡responde!

-guardia… -volteé para entrar al edificio, necesitaba pistas para


saber dónde estaba, buscarlo así sólo me alejaría de él, ese mocoso
era una aguja en un pajar.

Una explosión pisos sobre mí me hizo desestabilizarme y caí de


rodillas al suelo. Quizás seguir las explosiones podía ser una buena
idea, pero no sabía si las bombas fueron puestas en la noche, era
mala idea si una de esas bombas estallaba…

Me detuve de golpe y subí la mirada ¿Dónde fue la primera bomba?


¿Hacia dónde ibas y cuál era el objetivo? Ellos no querían deshacer el
edificio, llamaban a atención para alejar a los guardias de su
verdadero objetivo, el gobernador estaba herido y probablemente
muerto a esta hora ¿Cuál era el verdadero objetivo de Gerard? ¿Qué es
lo que decía la máscara? “es necesario” “lo siento” ¿se disculpaba
conmigo? ¿Había algo oculto? “te prometo que te devolveré tus cosas”
significaba…

Es obvio.

-maldición –volteé y corrí tan rápido como pude hacia la salida, otra
explosión me obligo a cambiar de dirección para salir del lugar,
cuando por fin estuve fuera rodeé el edificio para ir hacia los corrales
de vehículos, subí a una motocicleta y aceleré sin siquiera saber cómo
se usaba- ¿por qué no andas? -Pregunté y bajé la mirada viendo una
llave colgando de un lado, la hice girar haciendo que la moto rugiera-
¡demonios! -lance un golpe a la moto sin entender cómo demonios
podía hacerla avanzar, me bajé y rodeé la motocicleta, comenzaba a
perder la paciencia, me acerqué y tomé el manubrio y lo moví, al
moverlo un poco la motocicleta avanzó soltándose de mis manos,
terminó por chocar con la puerta de entrada rompiendo la reja que
impedía el paso- bien, ya sé cómo funciona -me subí a otra
motocicleta e hice lo mismo, giré la llave y moví el manubrio hasta
que comenzó a moverse, avancé tan rápido como pude y esquivé
varios guardias de manera muy torpe, estuve a punto de chocar con
vehículos de vigilancia pero logre estabilizarme.
Avanzar y aprender fue fácil, detenerme sería un problema, no tenía
idea de cómo detenerme por lo que ladeé la motocicleta lo que más
pude para luego tirarme hacia un lado, rodee sobre la nieve mientras
la moto giraba y chocaba con unos contenedores de basura, me
levanté como pude y corrí hacia el edificio de mi dormitorio, tuve que
detenerme cuando un fuerte dolor en mi rodilla atravesó hasta me
cabeza, el hombro me sangraba y aunque era fácil disimular el dolor,
no podía soportarlo.

-¡espera! -gritó el guardia de entrada, se acercó y se quitó la máscara


levantando un lector de tarjeta cuando me vio cursar la entrada.

-soy seis -me quité la máscara y lo miré detenidamente, él se detuvo


de golpe, vi su labio inferior temblar y la tristeza en sus ojos.

-¿Qué haces aquí?

-yo... yo tengo algo que hacer...

-¿no te estas metiendo en problemas como tus padres?

-no abuelo –me incliné hacia delante- hoy yo soy el héroe –dije y
forcé un sonrisa, corrí hacia el ascensor presionando el botón,
subiendo en cuanto las puertas se abrieron y detuve las puertas en
cuanto estas se iban a cerrar- ¿Quién más está en el edificio?

-nadie, fue desalojado, algo pasa en la casa de gobierno y todos los


guardias fueron llamados.

-salga de aquí por favor, póngase a salvo -quité la mano de las


puertas y estas se cerraron, me miré a la puerta en donde dos espejos
reflejaban mi lamentable estado, a mi lado y a mi espalda habían más
espejo, por lo que podía ver todo mi cuerpo además de las sombras,
estar en ese lugar me aterraba, pero no podía pensar en eso ahora.

>>mátalo.
-ya voy -gruñí al tiempo que las puertas se abrieron, fui a mi cuarto y
entré al ver la puerta abierta.

Gerard volteó y me miró con expresión asustada, sus ojos verdes


parecían relucir, su rostro estaba sudado y su piel extremadamente
pálida, subí mi pistola y apunté a su cabeza mientras él levantaba las
manos a la altura de su cabeza.

-¿Qué haces aquí? -pregunté y caminé hacia él.

-¿te costó...?

-¡respóndeme! -gruñí y me detuve mientras apretaba los dientes.

-salvaba tus armas...

-¿por qué lo mataste? ¿Cuál es tu objetivo?

-esto estallara en unos minutos ¿crees que es el lugar para responder


tus preguntas? -sonrió y volteó la mirada hacia un lado- te lo
explicaré todo pero...

-¿Cuál es la diferencia? Te mataré de todos modos.

-no dañé a nadie intencionalmente, sólo a quienes se interpusieron,


queríamos distraer a los guardias para hacer bolar este edificio, el
golpe de estado será en cuanto este edificio caiga, dejaran de
explotar a los ciudadanos, seremos libres...

-libertad, es un poco sínico de tu parte, me encerraste en una celda y


hablar de libertad, libertad es darme a escoger, podría haberte
ayudado pero no te importó, actuaste por tu cuenta y ahora me
hablas de libertad -me acerqué a él levantando mi arma, quería
disparar ahora pero necesitaba más respuestas- ¿Cómo detonarán las
bombas?
-en cuanto baje y de la señal, pero si no me dejas pasar me veré en la
obligación de dar la señal ahora -bajó una mano lentamente por lo
que bajé el arma y la disparé entre sus pies sin hacerle daño.

-¡no te muevas! -ordené y volvió a subir las manos.

-lo siento... yo -bajó la cabeza un momento antes de volver a verme-


quiero un futuro apto para vivir, no un futuro donde mis hijos vean
sombras que los atacan, no quiero que mis hijos entren a mi cuarto y
me maten por órdenes de un superior, no quiero que mis amigos sólo
me vean cómo...

-¿Cómo me viste tú a mí? ¿Cómo una herramienta? -apreté los


dientes con tanta frustración que estos rechinaron.

-bien, lo siento, pero eres un buen guardia, no podía darme la


libertad de contártelo todo, podías abrir la boca y quizás habría
tenido que matarte...

-¿por qué déjate al zorro en mi cuarto?

-los zorros tienen bombas en sus mochilas, ellos están entrenado


para quedarse quietos y no moverse, fueron liberados anoche para
subir por el edificio, yo me encariñé con el mío por eso me interpuse
entre él y tú, fue un error –entrelazó los dedos de sus manos y los
apoyó tras su cabeza mientras reía un poco- te lo vine a dejar y me
llevé la bomba conmigo, perdí la máscara de guardia por lo que debí
cambiar la tuya sin que te dieras…

-¿por eso me besaste? -pregunté en un grito al tiempo que golpeaba


su cabeza con el mango de mi arma haciéndolo caer- ¿es divertido? -
si no me tranquilizaba le dispararía y perdería la oportunidad de
escuchar su disculpa... necesitaba escuchar su disculpa antes de
dispararle entre las cejas.

-no lo entiendes... -Gerard se interrumpió en cuanto su transmisor


comenzaba a sonar, levantó la mirada para verme mientras alguien
hablaba por este.
“¿Todo listo?”

Preguntaron y negué con la cabeza mientras apuntaba a su


transmisor, Gerard bajó una mano lentamente y lo tomó para poder
hablar por él.

-aún no salgo del edificio, sucedió algo, denme cinco minutos...

“Solo cinco minutos y detonaremos las bombas”

-en cuatro estaré abajo- dijo y dejó caer el transmisor –si no salimos
de aquí…

-¿por qué este edificio?

-sólo por distracción, no hay ninguna razón, sabía que saldrías y


extrañarías tus armas, vine... vine... por favor Seis, salgamos de aquí
-bajó sus brazos y me miró con decisión, se levantó del suelo y dio
un paso hacia mí, yo también estaba decidido a matarlo por lo que no
me compraría con una sola mirada y no me intimidaría su postura.

-¿Crees que te dejaré libre?

-no puedes odiarme por usarte, sólo fue un momento, sólo...

-¡jugaste conmigo! Me hiciste dudar de mí mismo me...

-¡no dispares! -gritó Gerard mirando hacia la puerta, por lo que


volteé inmediatamente pero no había nada, Gerard se lanzó sobre mí
quitándome el arma, saltó sobre mí y corrió hacia la puerta saliendo
del cuarto.

-¡Ven aquí! -gruñí y salí del cuarto corriendo, lo seguí por las
escaleras de emergencia, aún tenía a Magdalena para disparar, quería
terminar con él con un golpe limpio, quería que todos supieran que
yo lo maté.

Bajé tantos escalones que me dolían las piernas, un hormigueo cubrió


mi rodilla mientras las paredes parecían encerrarme, las sombras
comenzaban a salir de las grietas y se acercaban rápidamente,
mientras mi hombro parecía gritar de dolor.

>>Mátalo, mátalo…

>>si no lo matas…

-cállate –gruñí y seguí corriendo para alcanzar a Gerard.

Un silbido me daba a entender que las bombas estallarían en


cualquier momento y aún no llegaba al primer pisco, maldije mil
veces y corrí tan rápido como pude hasta que tropecé y caí en un
descanso.

-¡no! -grité e intenté levantarme, pero alguien se lanzó sobre mí


obligándome a levantarme, me hizo retroceder y choqué contra un
cristal con tanta violencia que este se rompió.

Sólo entendí lo que había sucedido cuando caí al suelo y mi


respiración se cortó por el golpe, el edificio comenzó a destruirse
desde arriba, los cristales explotaron hacia afuera cayendo hacia mí.
Fui arrastrado entre gruñidos y gemidos hasta que me cubrieron,
intenté cubrir mi cabeza con mis brazos mientras sentía el pesado
cuerpo de alguien sobre mí.

-¡Vamos! -gritó Gerard en cuanto salió de encima de mí, tomó mi


mano y tiró de ella mientras yo intentaba levantarme algo
desorientado.

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