Por lo general estas zonas de desarrollo tenían un carácter multiétnico debido a que
en estas compartían diferentes grupos étnicos, los cuales se diferenciaban por una
serie de distintivos étnicos. Dentro de los archipiélagos existía una convivencia
pacífica, dentro de la cual cada comunidad hacia un esfuerzo para conseguir sus
recursos.
Dentro de su texto además toca el tema del modelo de archipiélago vertical usado
por los Incas, en el cual el modelo principal sufrió diversos cambios debido al sistema
incaico, el cual era más complejo por la gran cantidad de habitantes. En este caso las
islas o archipiélagos ya no necesitaban tener proximidad con el núcleo porque poco a
poco fueron apareciendo nuevas funciones independientes, como por ejemplo la
especialización artesanal, monopolizando las instituciones de redistribución e
intercambio de bienes por medio de los mitmaq.
Este control vertical sin duda alguna fue compartido por la mayoría de las
comunidades étnicas andinas, y tiene una relación directa con el control y desarrollo
económico, y en cierta medida social y cultural de estas comunidades. Mediante este
John Murra refleja la alta capacidad de adaptación que poseía el hombre andino, y
como a raíz de sus necesidades fue capaz de crear un sistema socio-económico
estratégico.
La reciprocidad actuó como eslabón entre los diversos modelos de organizaciones económicas
presentes en el amplio territorio andino. Mediante este funcionó una economía sin el uso de la
moneda.
De la mano de este sistema se estableció el parentesco como una de las bases de las relaciones
económicas: las personas tenían la obligación de ayudar a sus parientes, es decir, todos aquellos
que pertenecían a su Ayllu, y también el derecho a exigir de ellos ayuda en caso de que sea
necesario. Con esto se generaba uncompromiso de solidaridad en tareas agrícolas, de
construcción, etc. Mientras durase la ayuda o trabajo el beneficiado debía alimentar a sus
ayudantes, debido a esto se habla de redistribución. Fue además mediante la reciprocidad que la
población se aseguraba la ayuda y protección de las autoridades o Curacas, e incluso del Inca en
momentos de necesidad.
Cabe destacar además que si el Inca deseaba agradar y congraciarse con sus vecinos debía
mostrarse generoso con ellos, es decir, darle mujeres, ropa, objetos preciosos, coca, entre otros.
De cierta manera los Incas estaban obligados a poseer una gran cantidad de suministros para
realizar regalos, era esencial para él contar con reservar para dar a cambio de los cuales recibiría
la fuerza de trabajo indispensable.
El arraigo de este concepto durante el Tahuantinsuyo fue tan grande que no lo veían como un
intercambio de favores sino como una responsabilidad con los miembros de su Ayllu y en contadas
ocasiones con Ayllus vecinas. Al ser el Ayllu la estructura básica económica el Inca forzaba lazos
con los Curacas, dándoles en matrimonio a sus hijas o en algunos casos incluso casándose con las
hijas de los Curacas más importantes. En cierta medida el Sapa Inca estaba emparentado con todo
su imperio, por lo cual se le consideraba como un Curaca máximo, esto último es señalado para
entender la reciprocidad simétrica y la asimétrica: la primera se daba entre miembros de la
misma Ayllu con base en el concepto “hoy por ti, mañana por mí”, es decir, una ayuda mutua en
construcción de vivencias y el trabajo agrícola, mientras que la reciprocidad asimétrica se daba de
los miembros de la Ayllu con el Sapa Inca a cambio de la recaudación de excedentes, es decir, el
Inca brindaba al Curaca la seguridad externa y la asistencia en caso de desgracias y el Curaca le
entregaba la ayuda de su Ayllu para las labores de construcción de obras comunales, tales como:
puentes, caminos, etc.
Debido a las enormes proporciones del estado Inca, hacía falta lugares donde pudiesen
congregarse los jefes étnicos vecinos a renovar sus alianzas de reciprocidad con el Sapa Inca por lo
que se construyeron grandes plazas en las ciudades para estos rituales.
Sin duda la reciprocidad fue una de las bases fundamentales del desarrollo del Imperio Incaico,
valor y responsabilidad que marco una forma de relaciones muy pocas veces vista.
Antepasados de los Incas
Los antepasados de los incas eran cazadores que llegaron desde Asia
cruzando el estrecho de Bering. Le tomó varios miles de años para
rellenar y crear civilizaciones en las Américas. Grupos de personas se
instalaron en el camino de crear comunidades. Otros siguieron sur y
entre 13.000 aC y 10.000 aC llegaron a la costa del Pacífico de América
del Sur y las montañas de los Andes donde se establecieron y
encontraron una nueva forma de vida. Ellos aprendieron a cultivar
plantas como el maíz y la papa. Entre los animales más importantes y las
primeras que fueron domesticados llamas y alpacas. Estos animales eran
útiles en muchos aspectos, sirvieron como fuente de alimento, su lana se
utiliza para la ropa y también fueron utilizados como animales de carga.
Desde alrededor de 8000 aC culturas pre-incas comenzaron a florecer en
los Andes y en la costa; Caral y Kotosh son una de las primeras culturas
conocidas en esta área. Ellos fueron seguidos por Chavín, Paracas,
Nazca, Moche, Tiahuanaco, Wari y Chimú. Entre 1150 y 1250 aC los
Incas, para entonces una pequeña tribu, estaban buscando tierras de
cultivo que se encuentran en los valles de las montañas fértiles del
Cusco. Dominaron y mejorados en los logros de sus antepasados
creación de la mayor civilización precolombina en las Américas, la
Civilización Inca.
Chavín
Paracas
Nazca
Moche
Tiwanaku
Esta cultura surgió alrededor de 100 dC, a orillas del Lago Titicaca, un
12,000 pies (3,657.6 m) sobre el nivel del mar. Por 500 dC, esta ciudad-
estado tenía una población estimada en 100.000 y se distingue por un
sistema de comercio basado en el uso de caravanas de llamas que
intercambian alimentos, textiles y cerámica con los vecinos distantes.
Como resultado del comercio, esta civilización se extendió por toda la
actual Bolivia, Perú, Chile y Argentina. Un artefacto de la cultura
Tiwanaku es la Puerta del Sol, una enorme puerta tallada en una sola
pieza de piedra.
Wari
Chimú
Inca
Por año 1000, varias tribus pequeñas se habían establecido en los valles
de las montañas fértiles 11.135 pies sobre el nivel del mar, cerca de la
moderna ciudad del Cusco. Los recién llegados se diferencian de sus
vecinos por su forma audaz, y hablaban quechua, a la que llamaron "la
lengua de los hombres libres." Su palabra Inca significa "señor", y la
tribu venerado su líder como el Sapa Inca, el "único señor. Hoy en día,
el quechua, según lo hablado por los antiguos incas, es la lengua materna
más común en el Perú.
DESARROLLO DE HABILIDADES
ARTESANÍA DESARROLLA
CONSTRUCTORES DE LA CIUDAD
El imperio
En 1300 dC los incas eran una pequeña tribu. Durante los próximos 200
años se expandieron a un ritmo fantástico. Para el año 1500, controlaron
un imperio que rivalizó con la de la antigua Roma. Contenía más de diez
millones de personas y se estiró una distancia de cerca de 2.500 millas
por la costa oeste de América del Sur.
Ingeniería de la Tierra
TERRAZAS
RIEGO
EL CONOCIMIENTO CIENTÍFICO
EDIFICIO
CONFORMACION DE PIEDRA
Casas y Hogares
GALLINERO
Oráculos y SACERDOTES
Los incas eran gente supersticiosa que no quiso hacer nada importante
sin antes hablar con un oráculo o sacerdote para consultar a los espíritus
en su nombre. Oráculos también predijo el futuro, predijo el resultado de
las batallas, y estudió augurios para averiguar quién podría ser culpable
de un delito.