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Cuando en los años iniciales de la Revolución, con el esfuerzo y el sacrificio épico de miles de

jóvenes cubanos, se declaró a nuestro país "Territorio Libre de Analfabetismo", dábamos


comienzo a otra Revolución no menos heroica, justiciera y memorable que aquella que había
bajado triunfante de la Sierra Maestra, la Revolución de la cultura, del saber, del libro, la
lectura, y el pensamiento.

Fidel lo resumió en frase magistral "No le íbamos a decir al pueblo !cree, sino lee!. Y eso fue lo
que hizo el pueblo cubano, con la ansiedad y el placer que solo pueden desplegar quienes se
descubren a si mismos en el acto de entender las esencias del mundo exterior.

Uno de los signos visibles de la radical transformación que había ocurrido, a partir de 1959,
fue lo que hizo el pueblo cubano, con la ansiedad y el placer que solo pueden desplegar quienes
se descubren a sí mismos en el acto de entender las esencias del mundo exterior.

Uno de los signos visibles de la radical transformación que había ocurrido, a partir de 1959,
fue la costumbre de leer adquirida a escala masiva por los cubanos. Nos situamos por encima de
muchos paises desarrollados en la producción editorial y el libro se convirtió entre nosotros en
un objeto cotidiano e imprescindible.

En la actualidad, y ante las irrenunciables aspiraciones y perspectivas de nuestro desarrollo


social, debemos rescatar la dimensión ética del conocimiento frente a los embates de la
banalización. La lectura, como pilar esencial de la formación cultural, puede contribuir a la
batalla por preservar nuestros valores "Títulos dan los Reyes (nos recordó Martí), pero de
ennoblecimiento de alma ninguno mayor que el que se saca de los libros".

En el mundo en que vivimos, habituados a comprarlo y venderlo todo, la lectura y el libro se han
convertido muchas veces en rehenes de las prácticas consumistas generadas por el mercado. Al
propio tiempo ha irrumpido una industria cultural que promueve una amplia gama de
producciones editoriales, audiovisuales y electrónicas alienantes y mediocres. En medio de la
globalización hegemonista y con la inevitable presencia de un mercado subcultural, tenemos que
conservar y desarrollar el diálogo intelectual que propicia un buen libro.

La necesidad de leer, entre nosotros, requiere asumirse concientemente, y se debe facilitar,


inducir y estimular por diversas vías, en consideración a su profunda transcendencia y a la
huella que deja en la inteligencia y en el crecimiento espiritual de los individuos en su
calificación profesional y en su conciencia.

La realidad de hoy nos obliga a ser creativos. Disponemos en todo el país de un recurso que
bien aprovechado es fundamental para nuestro Programa, en primer lugar, los maestros,
factores claves en este esfuerzo y junto a ellos, los bibliotecarios. Contamos también con una
valiosa infraestructura, escuelas, bibliotecas, universidades, institutos pedagógicos, librerías y
editoriales.
Dejar de leer hoy equivaldría a dejar de ser cultos, o lo que es lo mismo a ser libres. Un pueblo
como el cubano, empeñado en construir una sociedad justa no puede menos que ser un pueblo
libre y culto, como quería Martí.
Emilia Ferreiro, que lleva 25 años investigando para ensanchar el concepto de alfabetización
con una mirada evolutiva, social e histórica, cuestionó las posibilidades de la alfabetización
digital para dar respuesta, por sí misma, a los graves problemas de educación que, a su juicio,
siguen sin solución en el mundo. “La brecha digital existe, sí, y se superpone a la brecha de la
alfabetización que ya conocíamos, esa deuda eterna que venimos arrastrando”, dijo. Recordó
que, según la UNESCO, “estamos en la década de la alfabetización” aunque ya en la reunión de
1990 en Tailandia había firmado con el Banco Mundial “la declaración de prioridad absoluta a la
educación básica”. Señaló que en 1979, en México y también a instancias de la UNESCO, los
ministros de educación y los encargados de la planificación económica de América Latina y el
Caribe se comprometieron a lograr, antes de 2000, la escolarización de todos los niños, una
educación general básica de ocho a diez años y la eliminación del analfabetismo.
“Así vamos –añadió– de un compromiso previo incumplido hacia el siguiente, sin hacernos cargo
de nuestra propia historia de fracasos”.
Aclaró que no se puede hablar de “alfabetización en el vacío, sino en un espacio tiempo
determinado” y mencionó el ejemplo de una campaña de recuperación de viejas máquinas de
escribir para instalarlas en las escuelas rurales de México cuando “apenas despuntaban los
ordenadores y convencida del poder del teclado en las tecnologías en desarrollo”.

Sobre la posibilidad de que la alfabetización digital sea la solución para la alfabetización “en
este mundo desigual”, Ferreiro advirtió que alfabetizar “no es franquear la barrera del código”
puesto que, entre otros aspectos, las dificultades en el pasaje de lo oral a lo escrito
“subsisten, aunque valoró favorablemente “los puntos de convergencia entre lo que se
proclama como ‘novedades’ introducidas por las TICs en términos propiamente educativos y lo
que vienen reclamando desde hace décadas las tendencias progresistas en alfabetización”.
Los que leen mucho tienen que enfrentarse a esta idea continuamente. También hay padres que
piensan que es mejor que su hijo haga ejercicio y juegue con otros niños de su edad, y no esté
sentado en un rincón con un libro. Sin embargo, a menudo el problema es otro: la televisión, las
consolas y los juegos de ordenador ejercen más atracción en los niños y adolescentes que los
libros. “Es que pasan más cosas, hay más acción...”

Esto es un error, como ya saben los lectores apasionados. Quien quiera que su hijo lea, “sólo”
debe deshacerse de este prejuicio. No es algo fácil, pero tampoco es tan difícil. Al fin y al
cabo hay muchas lecturas emocionantes y lo único que hay que hacer es seleccionarlas. Lo
importante es que el estilo narrativo sea variado y distraído, porque a casi nadie le gusta leer
libros larguísimos con frases complicadas e interminables. Y aún así, quien tenga mala suerte
con el primer libro podrá luego escoger mejor el próximo
1. Empiece temprano. Cuando usted lee a sus hijos pe en voz alta, ellos aprenden las palabras y
los sonidos que más tarde necesitarán para leer por sí solos.

2. Dé el ejemplo. Los niños imitan lo que ven. Cuando usted lee un libro o el periódico, su hijos
o hija aprenden que leer es importante.

3. Siempre tenga libros. Vaya a la biblioteca pública o librería con sus hijos y ayúdeles a
escoger sus propios libros. Pídales que traigan algunos libros a la casa de la biblioteca escolar.
Compre libros en ventas. Sugiera a su familia y amigos que den libros como regalo a sus hijos.

4. Aparte un tiempo y lugar para leer. Para muchos padres la hora de ir a la cama es el
tiempo ideal. Su hijo o hija se relaja y también puede quedarse dormido más fácilmente.

5. Lean juntos. Sus hijos se sentirán especiales, y los niños pequeños pueden seguir las
palabras mientras usted lee. No deje de leerles aún cuando los niños ya puedan leer por sí
solos. Lea libros más difíciles en voz alta o tomen turnos para leer las páginas alternadamente.
Anime a sus hijos adolescentes a que lean a sus hermanos menores.

6. Trate de hacerlo divertido. Por ejemplo, pídale a sus hijos que hagan diferentes voces
para cada personaje en las historias que leen.

7. Haga conexiones. Deje que sus hijos sepan que la lectura es una herramienta que puede
ayudarles a hacer lo que ellos deseen. Cuando lean un libro, platiquen acerca de lo que
aprendieron.

8. Ayude a sus hijos a participar en la lectura. Mientras leen juntos, comparta ideas y haga
preguntas: ¿Qué piensas que va a pasar? Platíqueles de lo que piensa acerca de la historia. El
platicar con sus hijos les ayudará a reforzar la habilidad de escuchar y hablar, la cual
necesitan para ser buenos lectores.

9. Recuerde cuán importante es la lectura. Estudios realizados demuestran que los niños que
leen por 15 minutos al día, ven un promedio de más de un millón de palabras al año, el leer
juntos con sus hijos todos los días es lo más importante que usted puede hacer para ayudarles
a tener éxito en su educación y en la vida.
La adolescencia es una etapa muy importante de la vida. Quizás una de las más difíciles tanto
para los adolescentes como para sus padres.
En esta etapa se produce una gran crisis que involucra toda la personalidad del joven. La vida
en su constante transformación nos lleva y nos impone cambios que muchas veces no deseamos
pero que debemos aceptar por ser partes de nuestro crecimiento. El adolescente no elige
serlo, simplemente debe aceptar el desafío.

Dentro de la familia, el niño aprende el sentido de identidad, autoridad y libertad, y aprenderá


a compartir, competir y experimentar sentimientos de frustración, celos, rivalidad. Es aquí
donde comenzara el proceso de socialización que continuara en los medios extra familiares y
culminara con la sociedad en general. Como vemos la familia forma parte esencial en el
desarrollo del niño, pero al llegar la adolescencia empiezan los problemas, el niño ya no es un
niño y siente que ya no necesita de la presencia de un padre, por ende va buscando
independencia, y quiere experimentar nuevas cosas; pero no pueden porque se encuentran
dependientes de los padres, lo que los molestas porque no tienen las mismas opiniones que ello
y se sienten “alienados” por el hecho de convivir en un ambiente que aunque hayan vivido allí
toda su vida, en esta etapa se siente un ambiente diferente. El problema esta que la mayoría
de las veces los adolescentes no están preparados aunque crean que lo están, y es papel de los
padres guiarlos y enseñarles la realidad pero de forma comprensiva ya que deben comprender
que la etapa por la que está pasando el adolescente no es fácil y necesita una voz de
compresión y los padres deben ir, paso a paso, hacer el papel tanto de padres como de amigos.

Se tiende a pensar que la sexualidad se inicia en la adolescencia, lo que es un grave error.


Somos la resultante de una interacción entre lo genético y lo ambiental. El ser humano puede
carecer de muchas cosas, o tenerlas en su mínima expresión, pero no puede carecer de amor.

En la adolescencia se produce una serie de cambios físicos, psíquicos, afectivos, espirituales,


sociales, etc.; se instala la fertilidad, y emerge el impulso sexual con las características de un
adulto.

En esta etapa pre-adolescente y adolescente, lo que cobra relevancia es la “información”


sexual. .

Con todo lo pasado se demuestra que el adolescente pasa por muchos problemas causados por
la tentación de tocar lo prohibido aunque sepa que esta mal el simple hecho de que esta
prohibido hace que el adolescente se sienta atraído. Ejemplos de esta atracción letal son las
drogas y el alcohol.

La mejor solución para estos problemas es la ayuda y comprensión de la familia que es el medio
mas saludable, aunque los adolescentes Casi nunca recurren a el.

Las propuestas que se les presentan sólo parecen estar dirigidas a pasarla bien; a vivir el
momento; es el apogeo de las emociones y lo pasajero.
Lo importante no es sólo poder seguir un buen camino sino tener claro adónde y en qué
condiciones se quiere llegar.

Los jóvenes de hoy son los hombres y mujeres del mañana; son los padres y madres de las
nuevas generaciones.

Hay mucho en juego y todo lo que se haga por ellos nunca será demasiado.

Comunicación en la familia
INTRODUCCIÓN

Dentro del presente trabajo puedo decir que la lengua constituye un elemento central para el
desarrollo del pensamiento, además de ser un instrumento fundamental de comunicación y por
ello, la escasez de recursos lingüísticos trae como consecuencia el aislamiento del individuo en
una sociedad altamente alfabetizada, ya que en una sociedad cada vez más informatizada y con
exigencias tecnológicas cada vez mayores es necesario que los jóvenes del futuro cuenten con
una serie de herramientas que les permitan desempeñarse con facilidad en esta nueva sociedad
informatizada e insertarse con éxito en un mercado laboral cada vez más exigente.

Así mismo se puede decir que a creación de círculos de lectura y talleres de escritura en los
que participen libremente los estudiantes constituye una actividad altamente formativa para
fomentar el hábito y el placer por leer y escribir. Estos espacios pueden ser organizados por
los propios alumnos para seleccionar las obras que deseen leer y comentar, para elaborar o
revisar los escritos que les solicitan en la escuela, para escribir poesía, cuentos, textos
informativos o "didácticos", folletos pedagógicos, entre otros. Los escritos que se elaboren
pueden compartirse con maestros y alumnos de la secundaria o publicarse en la propia escuela a
través de una muestra literaria, un periódico u otro medio.

Así mismo puedo decir queleer es un ejercicio que expresa y sostiene la cultura de una nación,
su fuerza espiritual y sus valores, su capacidad de resistencia y desarrollo leer, aunque
parezca una experiencia íntima y solitaria, es participar porque no existe más receta mágica
para atraer a futuros lectores que convertir el libro en un objeto familiar y predicar con el
ejemplo. La lectura es un hábito que exige disciplina y es fundamental el apoyo desde la
familia, la escuela y la sociedad en general.
CONCLUSIONES

Dentro de lo que puedo decir acerca del presente trabajo es que me dio una gran oportunidad
de saber más acerca del adolescente y sobre todo el como podemos ayudarlos para
fomentarles una lectura ya que como lo dicen algunos autores , no es fácil crear el hábito pero
no imposible pero que sí hay muchos obstáculos, los principales obstáculos para que salte esa
chispa que enganche para siempre a los estudiantes con los libros son los modelos de ocio que
han heredado de sus padres, las tentaciones múltiples de la tecnología y sobre todo la falta de
orientación y de medios en los colegios e institutos.

Otro obstáculo es que la gente tien mucha prisa, por asi decirlo, y prefiere tardar 2 horas en
ver una pelicula que 3 dias en leerse un libro (y luego encima que no te guste, cuanto tiempo
perdido)
Para muchos es "un mundo sin descubrir" y tendrian que dar el primer paso de coger un libro y
Es que a veces los jóvenes no leen porque sus padres tampoco leen o a veces losestudiantes
leen poco, tal vez porque, en la mayoría de los casos, no se les estimula para que lo hagan, por
falta de medios, de orientación o de tiempo.

El valor de la lectura es insustituible. Sin ella no es posible comprender la información


contenida en los textos y asimilarla de un modo crítico. La lectura estimula la imaginación y
ayuda al desarrollo del pensamiento abstracto. En la sociedad de la comunicación,
caracterizada por la sobreabundancia de datos, la lectura comprensiva tiene un papel clave
para convertir la información en conocimiento.

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