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enfermedades graves que no pueden ser corregidas con otros medicamentos. A pesar que se cuenta con algunos sustitutos de la sangre, la
mayor parte de los componentes celulares y plasmáticos de la sangre humana poseen una actividad biológica que los hace el tratamiento
más eficaz para una gran variedad a de afecciones.
La administración de sangre alogeneíca a un paciente es, en muchas formas, similar al transplante de órganos en el sentido de que
el producto biológico se obtienen de un ser humano que, en la mayoría de los casos, no tienen relación genética con el receptor. La
medicina transfusional se basa en el uso apropiado de componentes y derivados de la sangre que representen el menor riesgo posible para
quien los recibe.
Los bancos de sangre tienen por cometido la preparación eficiente y oportuna de componentes sanguíneos inocuos. Sus
funciones son la captación, selección, retención, educación y el registro de los donantes; la extracción
de sangre, separación en componentes, análisis inmunohematológico y serológico,
almacenamiento y distribución, de forma tal que el donante, el paciente y el personal del banco de sangre están protegidos
contra posibles efectos nocivos de la exposición a la sangre humana. Los programas de seguridad en el laboratorio, destinados a prevenir la
morbilidad y la mortalidad vinculadas con los lugares de trabajo, deben ser una meta importante de todo equipo de empleadores /
empleados de los Bancos de Sangre.
I ) INTRODUCCIÓN
Desde que el hombre es hombre tomó conciencia de la importancia de la sangre, a través de los siglos la
misma fue considerada como vehículo de vida asociando su pérdida con la pérdida de la misma. Con el paso de los siglos el concepto
de transfusión sanguínea fue superando distintas etapas, algunas particularmente importantes, pero es a partir del siglo XX con el
descubrimiento de los grupos sanguíneos por parte del Profesor Karl Landsteiner en el año 1901, que la transfusión sanguínea
comienza a obtener resultados positivos desde el punto de vista terapéutico. A partir de este importante descubrimiento y hasta la
fecha la especialidad de Hemoterapia no ha cesado de aportar avances en el campo Transfusional, progresos que
serían muy largos de enumerar y que no son motivo específico de este trabajo.
La transfusión de componentes y derivados de la sangre humana sirve para tratar pacientes con trastornos y enfermedades
graves que no pueden ser corregidas con otros medicamentos. A pesar que se cuenta con algunos sustitutos de la sangre
que permiten mantener su volumen y su consistencia, la mayor parte de los componentes celulares y plasmáticos de la
sangre humana poseen una actividad biológica que los hace el tratamiento más eficaz para una gran variedad de afecciones.
En general, las situaciones de urgencia vinculadas con accidentes, actos de violencia y cirugía mayor; las enfermedades crónicas,
oncohematológicas, los trastornos de la coagulación y las complicaciones del embarazo y el parto requieren el uso de algún
componente o derivado sanguíneo. Por eso contar con hemocomponentes y
hemoderivados para transfusión en los centros asistenciales resulta indispensable para evitar la muerte o prevenir complicaciones
mayores en los pacientes muy graves.
La administración de sangre alogeneíca a un paciente es, en muchas formas, similar al transplante de órganos en el sentido de
que el producto biológico se obtiene de un ser humano que, en la mayoría de los casos, no tiene relación genética con el receptor y que
además, puede haber estado expuesto a agent es infecciosos que tienen la capacidad de trasmitirse por la transf usión. Por otro lado
los hemocomponentes deben mantener su integridad estructural y fisiológica, así como su esterilidad, durante el procesamiento y
almacenamiento hasta ser transfundidos. La medicina transfusional, por lo tanto, se basa en el uso apropiado de componentes y derivados
de la sangre que representen el menor riesgo posible para quien los recibe.
Los bancos de sangre tienen por cometido la preparación eficiente y oportuna de componentes sanguíneos
inocuos. Sus funciones son la captación, selección, retención, educación y el registro de los donantes; la extracción de la sangre, su
separación en componentes, su análisis inmunohematológico y serológico, su
almacenamiento y su distribución, de forma tal que el donante, el paciente y el personal del banco de sangre estén protegidos contra
posibles efectos nocivos de la exposición a la sangre humana, Los programas de seguridad en el laboratorio, destinados a prevenir
la morbilidad y la mortalidad vinculadas con los lugares de trabajo, deben ser una meta importante de todo equipo de empleadores /
empleados de los Bancos de Sangre.
La prevención es un proceso complejo que involucra, entre otras actividades, la identificación y la remoción de las situaciones
o la eliminación de los riesgos que suponen. Para ello es de
suma importancia una efectiva comunicación y la provisión y uso de equipamiento de protección.
El personal y los profesionales de los Bancos de Sangre se ven expuestos a peligros biológicos, químicos y, en algunos
casos, también a radiaciones (cuando se irradian hemocomponentes para transfusiones en oncohematología. La toma de conciencia de los
temas relacionados con bioseguridad fue particularmente estimulada cuando se supo que el SIDA se trasmite por exposición a líquidos
corporales y por la sangre. La bioseguridad en laboratorios vinculados a la salud se aplican en forma cada vez más eficientes desde que
se establecieron los postulados de Koch acerca de la infección.
II DESARROLLO
Un Banco de sangre sólo puede cumplir bien su cometido si dispone de locales adecuados. La estructura de los
mismos debe facilitar que todas y cada una de las funciones y actividades se realicen en un marco de orden y tranquilidad para eficientizar
el servicio. Debe estar en un lugar de fácil acceso, tanto para los donantes como para el personal siendo necesario tener en cuenta los
siguientes aspectos a vigilar:
II- 2 EQUIPOS
Es imprescindible vigilar la garantía de calidad de los equipos de los Bancos de Sangre, que es cada vez más diverso y complejo, no sólo
para lograr productos de máxima calidad de los productos sanguíneos procesados sino, también, para proteger al personal de
posibles accidentes con los mismos (sobre todo eléctricos.
II-3 RIESGOS
Físicos: Incendios, accidentes eléctricos, explosiones, traumatismos y heridas, trauma sonoro, radiaciones (ionizantes y no ionizantes.
Químicos Biológicos
Psíquicos Sociales
Para minimizar los riesgos potenciales mencionados se deben contemplar los siguientes supuestos:
La responsabilidad sobre las normas de seguridad recae tanto en los profesionales como en los técnicos, en los empleadores
como en los empleados, ninguno de ellos puede ser efectivo por sí mismos. ES UNA RESPONSABILIDAD DEL EQUIPO DE SALUD
EN SU TOTALIDAD-
Dado el avance continuo de la tecnología acerca de los agentes causales de patologías laborales, agentes
infecciosos y otros los procedimientos de seguridad deben ser
permanentemente evaluados y/o corregidos según necesidad a medida que se disponga
de nueva información.
Toda muestra de sangre debe ser tratada y manipulada como si fuese infecciosa.
Aquellos materiales de alto riesgo para SIDA, Hepatitis B y/o C pueden demandar medidas de seguridad
especiales, si bien son los pacientes quienes son las mayores fuentes potenciales de contaminación más que los dadores se
debe solicitar a todo el personal su adhesión a las medidas universales de seguridad para prevenir la
exposición ocupacional a los agentes patógenos de trasmisión sanguínea.
Las medidas de seguridad serán adaptadas a las particularidades especiales de cada establecimiento.
Las consideraciones sobre seguridad deben ir más allá de la bioseguridad Un buen programa de seguridad debe
considerar todos los peligros que en el ambiente laboral pueden ser causales de accidentes y/o enfermedades profesionales.
El término “sangre” se usa para la sangre humana entera o para cualquiera de sus componentes.
El término “personal” comprende todas las personas que realizan tareas en el
Banco de Sangre, sean remuneradas o no.
Las consideraciones generales en programas de seguridad para Bancos de Sangre requieren que los empleadores:
Se deben inspeccionar constantemente los métodos de bioseguridad en los Bancos de sangre para garantizar la seguridad del
personal, de los donantes, de los receptores y de todo el que acude a ese lugar. Los empleados de Bancos de Sangre están
permanentemente expuestos al riesgo de infección por la sangre y a otros daños por los reactivos que manipulan, por lo tanto es esencial
implantar y respetar las normas de bioseguridad establecidas Por todo ello es necesario tener en cuenta los aspectos a vigilar, a saber:
a-ESTERILIZACI ON: Es la total destrucción o eliminación de todas las formas de vida microbiana. Este proceso debe ser
utilizado en los materiales de categoría crítica.
0
Calor húmedo (autoclave) 121 C a 1 atmósfera por encima de la
0
Presión Atmosférica durante 20'. Calor seco (estufa), 170 C 2
hs. Gas (óxido etileno)
Químico (glutaraldehídos), (peróxido de hidrógeno.
En caso de derrame o contaminación accidental de sangre u otros líquidos sobre superficies de trabajos cubra con papel u otro
material absorbente, luego vierta Hipoclorito de Sodio al 5% (o cualquier otro desinfectante indicado) sobre el mismo y
sobre la superficie circundante dejando actuar durante 30 minutos; después limpie nuevamente la superficie con el mismo
desinfectante en la misma concentración y realice limpieza con agua y jabón. El personal encargado de realizar dicho
procedimiento debe utilizar guantes, mascarillas y batas.
En caso de ruptura de material de vidrio contaminado con sangre u otro líquido orgánico los vidrios deben recogerse con escoba y
pala, nunca con las manos.
Los recipientes para transportes de muestras deben ser de material irrompible y cierre hermético e identificarse como material
biológico.
Manipule, transporte y envíe las muestras disponiéndolas en recipientes seguros con tapas y debidamente rotuladas,
empleado gradillas limpias para su transporte. Las gradillas a su vez se transportarán en recipientes herméticos de plástico o
acrílico que retengan fugas o derrames accidentales. Además deben ser fácilmente lavables.
En caso de contaminación externa accidental del recipiente, éste debe lavarse con hipoclorito de sodio al 5% y secarse.
Restrinja el ingreso a áreas de riesgo biológico al personal no autorizado y a los niños.
Disponga todo el material patógeno en bolsas resistentes de color rojo para ser dispuestas como residuos patológicos.
Los trabajadores sometidos a tratamientos con inmunosupresores no deben trabajar en áreas de riesgo biológico.
Descarte los contenidos de las bolsas de sangre en la unidad sanitaria agregando hipoclorito de sodio al 5% durante 30
minutos. Posteriormente deséchelas en una bolsa plástica roja.
Realice los procedimientos empleando las técnicas correctas para minimizar el
riesgo de aerosoles, salpicaduras o derrames. Utilice las centrífugas con las tapas cerradas.
Use pipetas descartables para evitar cualquier riesgo de contaminación oral. El pipetear líquidos con la boca es una práctica
inadecuada y altamente riesgosa.
Evite insuflar aire en un líquido que contenga agentes infecciosos.
Absténgase de mezclar el material infeccioso aspirando e insuflando alternativamente a
través de una pipeta.
No se debe expulsar a la fuerza material infeccioso de una pipeta.
Las pipetas utilizadas deben ser descartadas previa desinfección con hipoclorito de sodio al 5% durante 30 minutos en
bolsas de color rojo de residuos
patológicos. A los tubos de ensayo con sangre en coagulo se los debe someter a una desinfección con hipoclorito de sodio al
5% durante 30 minutos. Luego de desechar el contenido proceder al lavado y esterilización con calor seco para su posterior
reutilización.
.Durante el trabajo se deben conservar las puertas del banco de sangre cerradas y evitar el ingreso de personas ajenas al área, si
esto ocurre éstas deben ser informadas sobre los posibles riesgos y deberán cumplir con las normas exigidas dentro del
laboratorio.
Las dos clasificaciones más importantes para describir grupos sanguíneos en humanos son el grupo ABO (antígenos) y el factor RH. Esta
clasificación de grupos sanguíneos es importante ya que las transfusiones de sangre entre grupos incompatibles pueden provocar una
reacción inmunológica que puede desembocar en hemólisis, anemia, fallo renal, shock, o muerte.
a) GRUPO ABO:
El antígeno H es la sustancia (SPH) conforma los antígenos del sistema ABO. Esta sustancia se encuentra en todos los eritrocitos humanos,
excepto en aquellos individuos de fenotipo Oh.
Por ser el antígeno H la sustancia precursora de los grupos A, B y AB, éstos poseen menor cantidad de SPH que la encontrada en el grupo O.
Los antígenos carbohidratos del sistema ABO se heredan, el grupo sanguíneo de un individuo depende de la presencia de dos de los tres genes
alelos: A, B y O. ubicados en el cromosoma 9.
Los antígenos A y B se detectan en los eritrocitos fetales de solo 6 semanas, pero no alcanzan su máxima expresión hasta los 3 años de edad. Los
antígenos ABO se encuentran también en las plaquetas y los linfocitos. Debido a que los antígenos ABO se demuestran en muchos de los tejidos
del organismo, son conocidos como antígenos de histo-grupo-sanguíneos. Este sistema fue el primero en descubrirse y se considera el de mayor
importancia transfusional, debido a que la incompatibilidad ABO provoca hemólisis intravascular severa.
Los anticuerpos del sistema ABO se reconocen como anticuerpos naturales, aunque estos se producen rápidamente después del nacimiento por
exposición, tras la ingestión o inhalación de sustancias antigénicas presentes en los polisacáridos bacterianos, en los alimentos y en el polen.
Comúnmente los individuos poseen los anticuerpos anti-A o anti-B que están ausentes de sus eritrocitos. Esto permite determinar el grupo ABO
del individuo por la detección de estos en el suero. Los anticuerpos anti-A y anti-B se detectan alrededor de los 4 a los 6 meses de edad, se
incrementan en su concentración entre los 5 y los 10 años de edad y declinan en edades muy avanzadas.
Los anticuerpos de este sistema incluyen los anti-A, anti-B y anti-AB. Este último es producido por las personas de grupo O y reacciona con
estructuras comunes a los antígenos A y B, por lo que no pueden separarse las actividades anti-A de las anti-B.
Los anticuerpos naturales anti-A y anti-B son predominantemente de la clase IgM, aunque pueden detectarse pequeñas concentraciones de IgG.
Los anticuerpos anti-AB son generalmente de la clase IgG; por este motivo los recién nacidos de madres de grupo O tienen más riesgos de
padecer de enfermedad hemolítica por incompatibilidad ABO que aquellos de madres de grupos A o B.
Estos anticuerpos naturales son predominantemente de la clase IgM, aunque pueden detectarse pequeñas concentraciones de IgG. Los
anticuerpos anti-AB son generalmente de la clase IgG; por este motivo los recién nacidos de madres de grupo O tienen más riesgos de padecer
de enfermedad hemolítica por incompatibilidad ABO que aquellos de madres de grupos A o B Los anticuerpos anti-A, anti-B, anti-AB de la
clase IgA están también presentes en el calostro, la saliva y las lágrimas.
SISTEMA ABO
O - antiA1-anti B
B B Anti-A
A1 A1 Anti-b
A1B A1, b -
A2B A2, B Anti A1 (8-10%)
**Las distinciones serológicas entre A1 y A2 se realizan con los reactivos anti-A1 y anti-H. El anti-A1 aglutina los eritrocitos A1 y A1B pero no
los eritrocitos A2 y A2B; el reactivo anti-H aglutina los eritrocitos A2 y A2B; y no reconoce a los eritrocitos A1 y A1B
Los anticuerpos anti-A1 reaccionan mejor o únicamente a temperaturas inferiores a 37ºC y no se consideran de importancia transfusional, A
menos que sean hemolíticos a 37 ºC
Raramente se observan discrepancias o dificultades en la determinación del grupo sanguíneo ABO. Se aprecian cuando no hay coincidencia
entre el grupo celular y el serológico.
El sistema H tiene dos genes, H y h y un antígeno, H. La concentración de antígeno H en los eritrocitos de los diferentes fenotipos, sigue un
orden decreciente como sigue: O > A2 > B >A2B > A1 > A1B. Los individuos que son homocigóticos para el gen h no presentan antígeno H en
los eritrocitos y se conocen como fenotipo Bombay o Oh. Los eritrocitos de este raro fenotipo no son aglutinados por anti-A, anti-B, anti-AB o
anti-H y presentan en su suero anti-A, anti-B y anti-H. Genéticamente pueden haber heredado los genes A y/o B pero no son capaces de
expresarse por la ausencia de la sustancia H precursora en sus eritrocitos.
Este fenotipo se descubre cuando al mezclar el suero con eritrocitos de grupo O en el grupo
reverso aparece una aglutinación inmediata y sus eritrocitos no reaccionan con anti-H. El anti-H
de los individuos con Oh reacciona en un rango de 4 a 37 ºC, con todos los eritrocitos,
excepto con los eritrocitos Oh. Los individuos de este grupo tienen que transfundirse
con eritrocitos del mismo fenotipo
b) GRUPO RH:
Los términos Rh+ y Rh- hacen referencia únicamente a la presencia o ausencia del antígeno D en los eritrocitos. Después de los antígenos A y B
del sistema ABO, este antígeno es el de mayor importancia en la práctica transfusional. A diferencia del sistema ABO, los individuos que
carecen del antígeno D, o sea los Rh-, no presentan anticuerpos anti-D naturales en el suero.
La formación de estos anticuerpos se produce por exposiciones a eritrocitos D+ a través de las transfusiones de sangre o en el embarazo. La
inmunogenicidad de este antígeno es tal que el 80% de los individuos RhD- producen anticuerpos anti-D con la transfusión de una unidad de
sangre RhD+. Estos anticuerpos son los responsables de la EHRN en las embarazadas RhD-
Después del antígeno D, los antígenos C, c, E y e son los más importantes del sistema Rh, ya que están involucrados en más del 99 % de los
problemas clínicos relacionados con el sistema Rh. Estos antígenos están representados en todos los individuos, independientes de la presencia
del D, aunque su frecuencia difiere en los individuos Rh+ y Rh-. Los cinco antígenos
La mayoría de anticuerpos anti-Rh son de la clase IgG y se detectan en la prueba de antiglobulina, en un medio albuminoideo y en las técnicas
que utilizan enzimas proteolíticas. Estos anticuerpos persisten en el suero por muchos años y, aunque desaparezcan, un estímulo posterior puede
incrementar su producción en niveles superiores a los que le precedieron. La presencia de anticuerpos contra cualquier antígeno Rh debe
considerarse de importancia clínica tanto para la transfusión de sangre como en las mujeres embarazadas, por el riesgo de provocar enfermedad
hemolítica del feto y la del recién nacido (EHRN).
De esta forma, los receptores de sangre con aloanticuerpos anti-Rh recibirán eritrocitos carentes del antígeno específico para los anticuerpos
séricos. Los eritrocitos recubiertos con anticuerpos anti-Rh son destruidos por mecanismos extravasculares. Los anticuerpos anti-Rh no fijan
complemento, aunque en su mayoría son de las subclases IgG1 e IgG3. Los anticuerpos anti-D humanos, obtenidos a partir de donantes
inmunizados o de mujeres sensibilizadas, son utilizados en la producción de la inmunoglobulina Rh para la prevención de la EHRN y la del feto.
SISTEMA RH
ANTIGENO ANTICUERPO
RH (+) D -
RH (-) d adquirido
También llamada enfermedad RH, ocurre durante el embarazo cuando existe incompatibilidad entre los grupos sanguíneos de la madre y el bebé.
Un bebé puede tener el grupo sanguíneo y el factor Rh de cualquiera de sus padres o bien una combinación de ambos. Los factores Rh siguen un
patrón común de herencia genética. El gen Rh positivo es dominante e incluso cuando se junta con un gen Rh negativo, el positivo prevalece.
Los problemas con el factor Rh sólo ocurren cuando el factor Rh de la madre es negativo y el del bebé es positivo, con esta incompatibilidad,
pueden ocurrir sucesos que afectarían tanto a la madre como al bebé, por ejemplo si parte de la sangre del feto entra al torrente sanguíneo de la
madre, esta producirá anticuerpos. Estos anticuerpos pueden traspasar la placenta y dañar los glóbulos rojos en desarrollo del bebé, causando
desde una leve hasta una severa anemia en el feto.
c)TRANSFUSIONES SANGUÍNEAS
Se entiende por terapia transfusional la restitución de sangre o de alguno de sus componentes por productos similares de origen humano
obtenidos y conservados mediante procedimientos apropiados.
A partir de la unidad de sangre obtenemos diferentes componentes sanguíneos, glóbulos rojos, plasma fresco congelado (PFC), concentrado de
plaquetas y crioprecipitados, los cuales permiten transfundir a cada paciente el componente que necesite.
Los componentes sanguíneos son almacenados a las temperaturas que resultan óptimas para su función y seguridad: los glóbulos rojos se
almacenan a temperaturas de 4 +/- 2ºC hasta 35 días preservados con CPD-Adenina como anticoagulante; PFC a temperaturas < -18ºC hasta un
año y los concentrados plaquetarios a 22 +/- 2ºC en agitación continua hasta 5 días.
El principio fundamental de la terapia transfusional es restablecer la función del componente faltante y no necesariamente su alteración
cuantitativa, con lo que se corrige el defecto funcional, se evita la sobrecarga de volumen del sistema circulatorio, y se obtiene mayor eficiencia
del recurso transfundido. Los principios básicos de la terapia transfusional son:
Algunas variantes de este método permiten conservar los concentrados a -80ºC. Antes de su utilización, los eritrocitos se descongelan, se
lavan y se suspenden en solución salina isotónica.
La ventaja principal de los eritrocitos congelados es que se pueden mantener por períodos indefinidos, que permitan la acumulación de
sangre procedente de grupos raros. De esta forma, es posible que los pacientes con uno o más aloanticuerpos, encuentren en el banco de
sangre congelada, las cantidades suficientes que necesitan. Los eritrocitos congelados (y lavados) se encuentran virtualmente libres de
plasma, de leucocitos y de plaquetas. La congelación es el método apropiado de conservación para los glóbulos autólogos.
7. Concentrado de plaquetas:
Es un componente derivado de la sangre total fresca que contiene la mayor parte del contenido plaquetario original, de forma efectiva desde
el punto de vista terapéutico. El contenido de plaquetas por unidad variará en dependencia del método de preparación de 0,4 a 0,8 x 1011 en
50 a 60 mL de plasma. De forma similar, el contenido de leucocitos variará de 0,05 a 1 x 109 por cada unidad equivalente, a menos que se
tomen las medidas oportunas para reducir estas cifras. En el caso de las plaquetas preparadas a partir de plasma rico en plaquetas, los
leucocitos residuales antes de la depleción deben ser menores que 0,2 x 109 por cada unidad simple. En el caso de las plaquetas preparadas a
partir de la capa leucoplaquetaria, la cifra de leucocitos debe ser menor que 0,05 x 109 por unidad simple equivalente.
9. Crioprecipitado:
El crioprecipitado es un componente que contiene la fracción crioglobulínica del plasma, obtenida de una donación única y reciente,
mediante la centrifugación intensa y su concentración a un volumen final de 10 a 20 mL, libre de células. Este componente contiene una
fracción importante de factor VIII, factor von Willebrand, fibrinógeno, factor XIII y fibronectina presentes en plasma recién extraído y
separado. Se deja que la bolsa de plasma congelado se descongele a una temperatura de 2 a 6 ºC mediante la técnica de sifón o mediante la
descongelación lenta. Después se centrifuga y desplasmatiza, y se deja en la bolsa el crioprecipitado con 10 a 20 mL del plasma del
sobrenadante. El factor VIII puede ser administrado como crioprecipitado, como factor VIII concentrado, o como factor VIII recombinante.
Su actividad se mantiene adecuada entre -30 y -40ºC o en productos liofilizados.
La bolsa de crioprecipitado se descongela en un medio controlado a 37ºC, inmediatamente después de su retirada del lugar de
almacenamiento e inmediatamente antes de ser utilizado. La disolución del precipitado debe facilitarse mediante una cuidadosa
manipulación durante el proceso de descongelación
El volumen debe ser menor que 500 mL y cada unidad debe tener más de 10 x 109 granulocitos.
Cuando hay una contaminación significativa de eritrocitos, se recomienda realizar pruebas de compatibilidad para su empleo terapéutico.
Los concentrados de granulocitos se conservan de 2 a 4ºC durante 48 h.
• Evitar la reacción febril no hemolítica en los pacientes que han presentado reacciones en transfusiones anteriores.
• Para disminuir el riesgo de transmisión de citomegalovirus en los siguientes grupos de pacientes negativos para este virus
• Embarazadas
• Recién nacidos de menos de 1.200 gramos de peso hijos de madres seronegativas para CMV
• Portadores de VIH
• En personas que han presentado reacciones alergicas severas en la transfusión de productos sanguíneos.
3. TRANSFUSION DE CONCENTRADOS PLAQUETARIOS
3.1. Objetivo Corregir o prevenir la hemorragia asociado a alteraciones cuantitativas o funcionales de las plaquetas.
3.2. Características Un concentrado plaquetario contiene todas las plaquetas de una unidad de sangre en 50 cc de volumen. Un
concentrado plaquetario de separador celular se obtiene de un solo dador y es equivalente a 6 a 8 concentrado de plaquetas
individuales, en 200 a 300 cc de plasma.
3.3. Indicaciones Se dividen en dos grupos; transfusiones terapéuticas que se indican tras la presentación de la hemorragia y transfusiones
profilácticas que se indican en función del recuento de plaquetas y, por lo general durante los tratamientos aplasiantes.
3.3.1. Terapéuticas
• Pacientes con una coagulación intravascular diseminada documentada y sangramiento, y recuento de plaquetas inferior a 50.000 por
mm3.
• Pacientes con sangramiento activo, y con un recuento plaquetario inferior a 50.000 por mm3
• Pacientes portadores de trastornos de la función plaquetaria, con sangramiento, aunque tengan recuento de plaquetas normal.
• Pacientes con sangramiento difuso después de una cirugía cardíaca con un recuento plaquetario inferior a 100.000 por mm3 o con
recuento no disponble.
3.3.2. Profilácticas
• Pacientes con recuento plaquetario inferior a 10.000 x mm3 sin sangramiento.
• Pacientes con recuentos inferiores a 50.000 por mm3 que serán sometidos a una intervención quirúrgica o a un procedimiento
invasivo.
• El rendimiento es menor en pacientes con fiebre, sepsis o esplenomegalia, por lo que es necesario aumentar el número de
concentrados y la frecuencia de administración.
• Un concentrado plaquetario de un solo dador obtenido por separador celular es equivalente a 6 a 8 concentrados individuales.
5.4. Dosis y rendimiento La dosis habitual de carga es de 15 ml. por kg de peso, posteriormente y de acuerdo a las condiciones, debe
administrarse 10 ml por kg. de peso
II.RESULTADOS OBSERVADOS
En la practica logramos diferenciar los grupos sanguineos estudiados. Al colocarles los reactiivos q contienes anti-A, anti-B y anti-D para rh.
ANTI-B ANTI-A
La sangre se aglutin? con la presencia del anti-A. Indicando as? que es una sangre tipo A
La sangre reacciono al agregar el anti-B, por consiguiente seria una sangre tipo B
Si se aprecia la coagulaci?n en todas las casillas, se trata de una sangre tipo AB.
III.CONCLUSIONES
Concluida la practica podemos resumir, los puntos mas importantes de los grupos sanguineos, en el sgt. Cuadro:
Fijar complemento Si No
Localización de cromosoma 9 1
Luego de esta practica, uno puede entender el porque es tan importante establecer el grupo sanguíneo de una persona, tanto en el sistema ABO y
en el sistema RH, no simplemente por un hecho de rutina o por cultura, si no mas bien, para que este se nos sea útil en algún caso de emergencia,
y tener precaucion ante una transfucion.
Por ultimo debemos tener en cuenta las transfusiones sanguíneas, paras las cuales es de suma importancia el previo conocimiento de los grupos
sanguineos y los grupos que son afines al tipo de sangre de la persona a transfundir. Resumiéndose en el cuadro siguiente: