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Jonathan L. Reed
En busca de Pablo
El Imperio de Romay el Reino
de Dios frente a frente en una
nueva visión de las palabras y el
mundo del apóstol de Jesús
Traducción:
José Pedro Tosaus Abadía
evl
editorial verbo divino
Avda. Pamplona, 41
31200Estella (Navarra)
2006
3 1956-2006
a
Título original: ln search ofPaul: How Jesuss Apostle Opposed Romes Empire with
God's Kingdom.
ISBN: 84-8169-697-8
Para Kris Ashley y John Ludon
Prefacio
Figura1.
Interior de la
Gruta de
San Pablo,
en Efeso.
PREFACIO 11
Figura 3.
Fresco de Tecla, con
los ojos arrancados y con
la mano en ademán de
enseñar, raspada
y quemada.
PREFACIO
13
IN SEARCH OF
IANOND
Cubierta de la edición estadounidense
de /n search ofPaul (En busca de Pablo).
La imagen recrea, completándolas,
las figuras de san Pablo y santa Tecla
representadas en un fresco hallado en la
Yu ostra 0]
En la acrópolis de Filipos
Te encuentras en lo más alto de Filipos. A tus pies ves una ciu-
dad muerta. Las ruinas se encuentran a ambos lados de la carre-
tera moderna que recorre la Grecia macedónica en dirección
norte desde Kavalla hasta Drama, serpentea hacia el oeste rode-
ando los montes Phalakro y Menikio, y se dirige al norte
subiendo por el valle de Strymon hasta la frontera búlgara. La
ciudad antigua también estaba a ambos lados de una carretera,
pero aquélla atravesaba la península Balcánica en dirección este-
oeste, y Filipos vigilaba la angostura donde la vía Egnatia, la ruta
utilizada por Roma en toda estación y que unía el Adriático con
el Egeo, se veía estrechada entre pantanos al sur y montañas al
norte. Actualmente, en la acrópolis de Filipos, puesta en lo alto
de un espolón prominente del monte Lekanis, hay una torre
medieval. La pasas por alto, lo mismo que las ruinas de abajo.
Miras al dorado monte Pangaion, situado al sudoeste (figura 4), y
vuelves a colocar en su sitio con el poder de tu imaginación aque-
llos pantanos desecados que fueron ganados para la agricultura en
los años treinta del siglo XX. Lo que ves en ellos es un día de fina-
les de octubre del otoño del 42 AEC cuando Bruto y Casio, los
asesinos de Julio César, aguardaban allí, entre ciénagas y estriba-
ciones montañosas, el ataque de Antonio y Octaviano, los venga-
dores del asesinado.
En el camino de Damasco
Un judio ferviente
Apóstol escogido
Una vez más se nos plantea la misma cuestión: ¿vio Pablo luz, como
dicen el relato de Lucas y la primera pintura de Caravaggio, o vio
al Señor, como afirmanel relato de Pablo y la segunda pintura de
Caravaggio?
Vuelves a mirar por última vez desde la elevada acrópolis de Fili-
pos. La vista al sudeste no es tan amplia como al sudoeste, pero
mantienes a la vez, como en un simultáneo momento temporal, a
Octaviano y a Pablo en la vía Egnatia al oeste y al este de la ciudad.
Cualquier comparación parece absolutamente ridícula. Pero con
Pablo, con un Pablo polvoriento, cansado y curtido en mil viajes,
llegó el adversario más peligroso de Roma: no legiones, sino ideas;
no una fuerza alternativa, sino una fe alternativa. También Pablo
proclamaba a uno que era Señor, Salvador, Redentor y Liberador.
Anunciaba a uno que era Divino, Hijo de Dios, Dios y Dios de
Dios. Pero la nueva divinidad de Pablo era Cristo, no el César. La
suya era una teología radicalmente divergente, aunque igualmente
global.
Hay razones para pensar que, hacia principios del siglo II, el
judaísmo era una religión popular entre los paganos y, por tanto, un
rival poderoso para el cristianismoen la carrera por ganar el alma del
mundo romano; más popular y más poderoso de lo que hacían sos-
30 EN BUSCA DE PABLO
pechar los indicios de que hasta ahora disponíamos. Esto nos ayuda
a entender la tensión entre la Iglesia y la Sinagoga en los primeros
siglos EC
En la ciudad de Afrodita
Obertura
más de dos mil cien metros. Al pie de esa montaña están las cante-
ras de mármol que dieron a la ciudad abundante material para escul-
turas e inscripciones y que hicieron famosos sus productos mucho
más allá de sus propios confines. El río Dandalaz, alimentado con
las nieves de la cordillera de montañas que se extiende al este, rodea-
ba el lado sur de la ciudad y llevaba las esculturas en dirección
noroeste hasta el antiguo río Meandro, hoy Biyiik Mederes, que las
llevaba en dirección oeste hasta la costa y el mundo.
Perspectiva general
0 Boma, ,
Sa Tesalónica E
Galacia
8Afrodisias.0
Jerusalén, Y
Figura 10.
Relieve
escultórico de
un emperador
julio-claudio
idealizado y
de una
prisionera
bárbara,
procedente
del Sebasteion
de Afrodisias.
FE JUDÍA Y SOCIEDAD PAGANA 37
Figura 11.
Relieve del
Sebasteion de
Afrodisias del
emperador
romano
Claudio
representado
con el control
cósmico de
la Tierra y
el Mar.
38 EN BUSCA DE PABLO
Figura 12.
Pilastra de
mármol con
inscripciones
procedente
de la entrada
a la sinagoga
judía de
Afrodisias.
FE JUDÍA Y SOCIEDAD PAGANA 41
[Varrón] dice también que durante más de ciento setenta años los anti-
guos romanos adoraron a los dioses sin imágenes. «Si este uso hubiera
continuado hasta nuestros días», dice, «nuestro culto a los dioses sería
más devoto». Y en apoyo de esta opinión aduce, entre otras cosas, el tes-
timonio dela estirpe judía. Y concluye conla afirmación terminante de
que quienes primero erigieron imágenes de los dioses para el pueblo
menguaron la reverencia en sus ciudades y acrecentaron el error, pues
sabiamente juzgaba él que unos dioses en forma de imágenes insensatas
fácilmente podían inspirar desprecio (4.31).
Sin duda, existían muchas otras razones (que iban desde los apo-
yos sociales hasta los ideales morales) que hacían atractivas las cos-
tumbresy tradiciones judías. Pero al monoteísmo anicónicose le debe
dar toda su importancia como aquello que más profundamente atraía
a unos y, por supuesto, más profundamente repelía a otros.
Preguntas contrafactuales
Nada más comenzar el presente libro ponemos la mirada en
estas dos caras de la pilastra, con su armoniosa integración de judíos
y adoradores de Dios, y nos hacemos dos preguntas. No son pre-
guntas hipotéticas acerca de lo que podría suceder en el futuro, sino
preguntas contrafactuales acerca de lo que no sucedió en el pasado.
Ambas son un «qué hubiera pasado si» que nunca fue. Este ejercicio
de historia virtual no pretende ser un juego de especialistas, sino una
terapia mental. Puesto que sabemos lo que sucedió en el pasado, es
fácil pensar que fue necesariamente así, que estaba predestinado,
que fue providencial, que fue inevitable. Pero ¿qué hubiera pasado,
por ejemplo, si Cleopatra y Antonio hubieran derrotado a Octa-
viano y Agripa en la batalla de Actium? ¿Qué hubiera pasado enton-
ces allí? Tales preguntas contrafactuales, y la historia virtual de ellas
derivada, nos recuerdan las eventualidades, decisiones y accidentes
que intervienen siempre en lo que de hecho sucede. Las cosas siem-
pre padrían haber sido de otro modo.
Nuestra primera pregunta contrafactual es la siguiente: ¿qué
hubiera pasado si la religión de Roma hubiera llegado a ser eljudaísmo
y no el cristianismo? ¿Qué hubiera pasado si el Imperio romano se
hubiera hecho judío y no cristiano? Una respuesta a bote pronto
podría ser: «¡Absolutamente ridículo! ¿Cómo cabe siquiera insinuar
la idea de un Imperio romanojudío a la vista de tanta crítica y des-
precio, acusación y rechazo, difamación y calumnia, contra los
judíos en la vida y la literatura grecorromana?». Sin embargo, ésa
precisamente es la razón por la que lo hemos preguntado, y ahora
añadimosa esa pregunta otra más: ¿qué indican esos repetidos ataques:
que el judaísmo era algo risible o una amenaza, una imposibilidad
ampliamente rechazada o una posibilidad atractiva en líneas generales?
FE JUDÍA Y SOCIEDAD PAGANA 45
La subordinación paulina
La codicia pagana
La envidia judía
La reacción romana
Corinto (18,4) y Éfeso (18,19 y 19,8). Pero esto plantea dos pro-
blemas insolubles.
La sinagoga era un lugar visible para todos que hacía las veces de
centro religioso, político, legal, social y económico de la vida judía
en las ciudades paganas de la diáspora. Hablando de los beneficios
teológicos de tal interacción, Filón, el filósofo judío del siglo l,
señala en Leyes especiales:
Griegos devotos
Mujeres principales
Hay que insistir en que Pablo nunca dice una palabra acerca de
tales temerosos de Dios o adoradores de Dios. A diferencia de Lucas,
debía de considerarlos peores que los paganos porque estaban perdi-
dos entre ambos mundos. Para él, los adoradores de Dios no eran
paganos de categoría superior, sino paganos de categoría inferior. No
aceptaba una forma de semijudaísmo y semipaganismo. Entendía la
fe y la no fe, pero nunca hubiera entendido una semi-fe. Como
decía a los romanos, «lo que no procede de la fe es pecado» (14,23).
Hipótesis principal
Nos parece que lo que este autor dice del cristianismo romano
también se puede decir del cristianismo de otros lugares.
Loscristianos gentiles habían sido reclutados entre las filas de los sebo-
menoi [adoradores de Dios], que reverenciaban al Dios de Israel enla
periferia de las sinagogas como simpatizantes paganos del monoteísmo
judío. Esta gente era el principal objetivo de la primera misión cristiana
gentil... El hecho de que en todas partes del Imperio romanoadoraran
al Dios judío paganos incircuncisos —unos más observantes de la ley
judía y otros menos— en convivencia con sinagogas observantes de la
ley era una situación que probablemente estimuló de manera impor-
tante la misión cristiana gentil que prescindía de la ley (2003: 69-70).
Hipótesis secundaria
mente oraba a Dios» (10,1-2). Más tarde es descrito como «el centu-
rión Cornelio, hombre justo y temeroso de Dios, reconocido comotal
porel testimonio de toda la nación judía» (10,22). Esos centuriones,
uno en cada volumen del evangelio lucano, son para Lucas los ejem-
plos perfectos de «temerosos de Dios» o «adoradores de Dios». Y, por
supuesto, Cornelio es un ejemplo más de autoridad romana que con-
sidera el cristianismo no sólo inocente de delito alguno, sino acepta-
ble hasta el punto de llegar a la conversión. Son los simpatizantes ide-
ales o típicos. Son, dice Lucas, alguien exactamente comoyo.
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tal y por el Egeo, pero nunca atracó en Delos, lo mismo que nunca
caminó por Afrodisias. Nos centramos en esta minúscula isla porque
a lo largo de un siglo de excavaciones éstas han proporcionado una
rica colección de hallazgos arqueológicos y material epigráfico que
arrojan luz sobre las circunstancias de tiempo y lugar en que vivió
Pablo. Empezamos allí porque ese lugar ilustra claramente las
complejidades de ese mundo mediterráneo antiguo donde política,
religión y economía se entrelazaban, y donde las autoridades romanas
gobernaban a griegos paganos entre los cuales vivían judíos de la diás-
pora. Empezamos en Delos porque a través de su puerto podemos
seguir el rastro de un continuo fluir de pueblos, materiales, ideas y
religiones desde el este hacia el oeste y desde el oeste hacia el este.
Llegas a Delos, como siempre, por mar y por en medio de las
demás islas (figura 16). Estamos a comienzos de junio de 2003 y, en
el extenso tramo que va de Naxos a Delos, más al norte, sopla con
intensidad un fuerte viento del noroeste, pero se calma considera-
hlemente al entrar en las aguas azul turquesa del estrecho pasaje exis-
tente entre la minúscula isla de Delos y la pequeñaisla de Rinia. Has
partido esa mañana de Naxos, la isla mayor de las Cícladas, donde
“Teseo abandonó ingratamente a Ariadna y Dionisos se casó con ella
agradecido. Vas rumbo a Delos, el lugar de nacimiento de Apolo,
un viaje de poco más de una hora en dirección norte.
Delos para restaurar la isla. Pero posteriormente ésta fue asaltada por
los piratas en el 69 AEC y tuvo que ser recuperada y de nuevores-
taurada por los romanos, que esta vez amurallaron gran parte de la
ciudad. Delos nunca recobró del todo su lustre anterior, ni siquiera
después de que Augusto limpiara de piratas los mares, y la gradual
decadencia de la isla, así como su abandonofinal, la dejaron con-
vertida no en un simple yacimiento arqueológico más, sino. en una
entera isla arqueológica protegida.
cepillo para donativos (J) y tres altares (B, E, H), donde en otro
tiempose sacrificaron bueyes, cerdos o pájaros, y más allá había un
gran comedor trapezoidal con bancos de mármol alineados a lo
largo de las cuatro paredes (E; figura 19). Unalarga inscripción allí
encontrada proclama que «en el comedor se instalaron asientos y
divanes para el banquete al que el dios nos invita», y un relieve en la
actualidad dañado presenta a la diosa Isis sirviendo a Serapis mien-
tras éste cena en un banquete. Los miembros no sólo sacrificaban,
sino que también hacían vida social en el Sarapeion A comiendola
carne en el curso de comidas sagradas celebradas en honor de Sera-
pis e Isis. ¿Es este pequeño comedor, con capacidad para una o dos
docenas de personas, el tipo de lugar en el que hemos de imaginar a
Pablo celebrando la cena del Señor? ¿Es este tipo de lugar lo que los
recién llegados esperaban una vez que Pablo les había invitado a una
comida comunitaria? ¿O acaso preveían un modelo judío en lugar
de uno pagano?
nes y otra samaritana todavía sin descubrir, por lo cual sólo posee-
mos hasta el momento sus inscripciones?
Aceptamosel edificio como una sinagoga judía y sospechamos
que la samaritana se encuentra todavía enterrada al norte o bien que
fue erosionada por el mar. Sea esto como fuere, insistimos en una
idea importante que a menudo se pierde de vista en el debate espe-
cializado sobre la ambigiiedad de los hallazgos arqueológicos: la
estructura no era radicalmente distinta de su entorno ni claramente
identificable como judía. Los judíos se habían asimilado arquitectó-
nicamente, en alguna medida, a los distintos marcos de su diáspora,
y los de Delos habían adoptado la estructura más o menos común
de las demás asociaciones voluntarias de la isla. Como los miembros
de esos otros grupos, se sentaban en bancosy celebraban banquetes,
y escribían sus inscripciones en griego como sus vecinos, y no en
hebreo como sus antepasados. Pero, a diferencia de sus vecinos, no
tenían altares ni sacrificios, pues, para los judíos, sólo se podía sacri-
licar válidamente en Jerusalén, lo mismo que para los samaritanos
sólo era válido hacerlo en el monte Garizín. De acuerdo con el
segundo mandamiento de Moisés, no tenían capillas aparte para
estatuas, ni imágenes de su deidad, aun cuando dentro del edificio
se encontraron algunas lámparas con imágenes paganas. Como
muchas sinagogas posteriores, miraba al sol naciente, pero también
muchos templos paganos tenían esa orientación.
En cualquier caso, para una persona corriente que caminara por
las antiguas calles de Delos, el edificio debía de tener desde el exterior
el aspecto del lugar de reunión de una asociación voluntaria o culto
«de congregación. Los lugareños sabían que era la sinagoga judía, y
podían reconocer a algunos judíos de la isla por su vestimenta, su
aspecto o por relación personal. Un viajero, mercader o autoridad
judío que desembarcara en el puerto de Delos, como hizo Pablo en
tintas otras ciudades, habría localizado fácilmente a la comunidad
judía simplemente preguntando porla ubicación de la sinagoga.
La diosa Roma
Había una intensa competencia entre las élites por tales gastos,
puesto que llevaban aparejados honores públicos. La mera diversi-
dad de formas y multiplicidad de acontecimientos indican que este
fenómenonoera algo impuesto por Romadesde arriba, sino que se
producía, como vimos en Afrodisias, por aclamación desde abajo.
Las poblaciones que honraban el poder de Romaciertamente abri-
gaban la esperanza de contar con sus favores, fuera en forma de
revestimientos de mármol, de acueductos que trajeran agua a las
fuentes, baños y cloacas o de abundancia de artículos de lujo queel
comercio en tiempo de paz hacía posible. Pero quizá fuera igual de
importante que sus reacciones, como vimos por las galerías del
Scbasteion de Afrodisias, ayudaran a la gente a teologizar y raciona-
lizar su subordinación a Roma.
Volvamos a Delos. Las pruebas epigráficas conservadas en la
Uscuela Francesa o que llenan el yacimiento conservan muchasde las
reacciones locales ante el poder romano. Según una inscripción del
167/1166 AEC,se celebraban Romaía y se nombraban varios «encar-
gados de los ritos sagrados» para administrar estas fiestas. Otra ins-
cripción, del 140/139 AEC, da fe de que los administradores ate-
nienses de la isla colocaron una corona de oro sobre una estatua de
Roma dentro del santuario de Apolo. Y una mesa grande, pero actual-
mente rota, de mármol contiene una dedicación a Atenea Nike y
al Pueblo de Roma. Los atenienses, a quienes los romanos habían res-
tablecido en el poder en Delos, rendían adecuado homenaje, pero la
admiración por Roma discurría profundamente a través de la jerar-
quía social y era omnipresente en todas las etnias allí presentes.
Además de estos honores cívicos muy destacados, Roma también
era honrada por grupos menos públicos. Los miembros del culto de
congregación que se reunían en el Sarapeion A, por ejemplo, erigieron
ut altar de mármol dedicado a Roma. Una basa de estatua encon-
84 EN BUSCA DE PABLO
Isis en Delos
Isis llegó a Delos desde Egipto junto con otras divinidades egip-
cias a principios de la época helenística, como ha quedado demos-
trado por un notable conjunto de inscripciones descubiertas en el
Sarapeion Á anteriormente mencionado. Una de ellas, encargada
por un sacerdote llamado Apolonio, delio de nacimiento pero egip-
cio de etnia, cuenta cómo su abuelo, también sacerdote, llegó a
Delos enel siglo HL AEC y «trajo a su dios [literalmente, una esta-
tua de su dios] con él desde Egipto y continuó dando cultoa su dios
de acuerdo consu tradición». El padre de Apolonio, junto con otros
El JUDÍA Y SOCIEDAD PAGANA 87
Lsis en Pompeya
Isis en Roma
Dada una historia en la cual la voz del apóstol ha resonado una y otra
vez como hierro para imponer la voluntad de los poseedores de cscla-
vos o para legitimar la violencia contra las mujeres, los judíos, los
homosexuales o los pacifistas..., la voz que hemos aprendido a aceptar
como la de Pablo es la voz del statu quo santificado [de manera] que
resultan necesarios esfuerzos continuos para recuperar la auténtica voz
de Pablo. Durante siglos, el legado del apóstol ha sido manipulado
sistemáticamente por estructuras humanas de dominación y opresión,
desde los intérpretes conservadores de Pablo que encontraron la ma-
nera de entrar en el Nuevo Testamento mismo, hasta la legitimación
del «nuevo orden mundial» o las sonoras olas de violenta reacción
antifeminista en nuestra propia época... [Liberating Paul] se ha escri-
to, ante todo, para aquellas personas a quienes Pablo les ha resultado
un escollo en su intento de seguir a Jesús por el camino de la justicia
y la paz.
Neil Elliott, Liberating Paul (1994)
96 EN BUSCA DE PABLO
La paz augustal
Supuestamente se tenía que haber completado a tiempo para las
celebraciones del Jubileo 2000 de Roma.Pero estás allí dos años más
tarde, en medio de una tarde cálida y bochornosa de julio, y toda-
vía sigue escondido dentro de una lona y una estructura envolvente
de metal. Los martillos neumáticos retumban y las grúas giran alre-
dedor de un cubo cubierto de andamios situado dentro de la zona
de construcción. Fuera de dicha zona, italianas elegantemente
vestidas convierten la Via di Ripetta en un elegante desfile de modas
mientras que jóvenes italianos zigzagucan entre el tráfico con sus
vespas, por encima de los bordillos, corriendo a toda velocidad hacia
el puente de Cavour para cruzar el Tíber. No hay a la vista más que
otros pocos turistas, y éstos, ajenos a los normales cuasiaccidentes
que les rodean por entero, van titubeando a través del calor vera-
niego de la ciudad, mirando planos torpemente doblados, con el
sombrero puesto y la cabeza baja. No es la zona más visitada de
Roma, pues está rodeada por sosos edificios de hormigón delos fas-
cistas años treinta de la Italia del siglo pasado. Al este de la zona de
construcción está el parque que rodea las ruinas del mausoleo de
Augusto, ruinas coronadas de cipreses y que, despojadas hace
mucho de su mármol, se han convertido en refugio para gente sin
hogar y en lugar para pasear perros. Sin embargo, la nueva cons-
trucción alienta la esperanza de cambiar esa decadencia, y una
enorme valla publicitaria levantada por el Commune di Roma
anuncia el arquitecto elegido para la restauración, los patronos polí-
ticos y las grandes empresas que la patrocinan. Hay también una
ilustración del nuevo museo del Ara Pacís Augustae, el Altar de la Paz
augustal, el magnífico cubo de antigua historia escondido en este
momento detrás de esa pantalla protectora.
La paz paulina
Las cartas modernas suelen tener comienzos y finales bastante
formulares («Espero que estés bien», «Con mis mejores deseos»), y
otro tanto se puede decir de las antiguas. En un momento posterior
de este capítulo separaremoslas siete cartas paulinas escritas perso-
nalmente por el apóstol de las seis pospaulinas escritas en su nom-
bre. He aquí una miscelánea de las frases iniciales («Gracia y paz») y
finales («Paz») de esas siete cartas paulinas auténticas (en Filemón
Perspectiva general
Figura 25. Ruinas del Foro de Augusto; los escalones del centro
conducían en otro tiempo al templo de Marte Ultor, hoy destruido.
¿UN APÓSTOLATRAYENTE O FEROZ? 1 OS
lar, y donde la mayoría de los días se reunían los tribunales bajo las
umbrías columnatas para seleccionar miembros de jurados y admni-
nistrar justicia, Además de los gritos de los animales, debemos ima-
ginar, pues, las melodías o cánticos de los fieles y las súplicas o ape-
laciones de los condenados junto con el murmullo de las multitudes
curiosas o incluso las voces de turbas difíciles de controlar. En su
obra El divino Claudio, Suetonio, el historiador romanodelsiglo II,
nos alerta sobre esa realidad heterogénea con una anécdota acerca de
ese emperador posterior que «estaba ávido de comida y bebida en
todo momento y en todo lugar». Según su relato, una vez que Clau-
dio estaba «dando audiencia en el Foro de Augusto, le llegó el aroma
de una comida que estaban preparando para los salios en el vecino
templo de Marte; dejó el tribunal, subió a donde estabanlos sacer-
dotes y ocupó su lugar en la mesa de éstos» (33.1). Los dioses y las
leyes, la divinidad y la justicia, estaban inextricablemente entrelaza-
dos en ese Foro de Augusto bajo los ojos vigilantes de Marte, dios
de la guerra, que miraba desde su templo, construido por el divino
César Augusto.
Aunqueel Foro de Augusto tenía una función cívica y un plano
axial parecidos a los del anterior Foro de Julio César, con el cual
colindaba en ángulo recto, el de Augusto integraba en un conjunto
armonioso un número sin precedentes de innovaciones de inspira-
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Figura 27.
Plano del Foro
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108 EN BUSCA DE PABLO
Restauración
Los Hechos del divino Augusto dejan constancia del castigo a los
asesinos con un tono judicial-político, y el proyecto escultórico del
Foro de Augusto y el templo de Marte lo acentúan con una nota
moral-religiosa. Augusto vengó a César en Filipos y ejemplificó la vir-
tud socio-religiosa de la pietas, «piedad», y en particular la piedad
filial, con la que se vinculaba a sí mismo con Eneas, que había salvado
a su padre de las llamas de Troya. La piedad filial de ese héroe era
escena obligada de lámparas, lápidas sepulcrales y frescos en toda Italia
(figuras 28 y 29). A Eneasse le representa habitualmente con Anqui-
ses, su anciano padre, al hombro y llevando de la mano su hijo Julo.
Anquises sostiene la caja que contiene los dioses familiares (los pena-
tes) hasta que, como dice la Eneida de Virgilio, «lograse edificar la gran
ciudad y llevar sus dioses al Lacio» (1.5-6). Una moneda acuñada casi
un siglo después representa esquemáticamente la distribución del
templo de Marte Ultor: Augusto está debajo, en el centro del foro, en
su carro; sobre el frontón está, a la derecha, Eneas con su padre al
hombroy, a la izquierda, Rómulo con un trofeo en la mano.
Esta iconografía convertía a Augusto en el heredero dela histo-
ria, cuando no en el (re)fundador de Roma misma. Representa la
verdadera romanitas, y las imágenes del Foro de Augusto y del tem-
plo de Marte son un microcosmosdel proyecto augustal más amplio
derestaurarla pietas y la religión romana. Durante los últimos tiem-
pos de la República, la mayoría de los templos habían quedado en
ruinas y en mal estado. Su estado material se consideraba síntoma
del abandono de la piedad y de los ritos religiosos, hecho que a su
vez se señalaba como la causa profunda de la guerra civil romana y
del hundimiento de la República. En sus Odas, el poeta Horacio
reprende a los romanos por su apostasía: «Vosotros, oh romanos,
aun sin culpa expiaréis los pecados de vuestros padres hasta que res-
tauréis los ruinosos templos y capillas de los dioses y sus estatuas
manchadas de sucio humo»(3.6.1-4).
Expansión
Fusión
Augusto restauró y expandió el ii mperio, pero el elemento de su
revolución que trascendió más que ningún otro su propia vida fue
que fusionó eficazmente en un solo imperio tanto a los enemigos
derrotados en el interior como a los pueblos conquistadosen el exte-
rior, aspectos ambos que resultan visibles en la arquitectura del Foro
de Augusto y el templo de Marte.
En primerlugar, en lo tocante a los enemigos políticos internos.
Octaviano se vengó implacablemente de los asesinos de su padre,
persiguió a Antonio y Cleopatra empujándolosal suicidio y ejecutó
a Cesarión, hijo de Cleopatra y Julio César y, por tanto, un divifilius
rival. Pero también insistió reiteradamente en la virtud romanadela
clementia, «clemencia», en sus relaciones con los adversarios derro-
tados en la guerra civil. Dicha clemencia no se debía confundir con
un perdón unilateral, sino que entrañaba unarelación recíproca que
obligaba al poderoso a la indulgencia y al carente de podera la Ical-
tad. Esto explica por qué, en la galería de grandes romanos de su
¿UN APÓSTOL ATRAYENTE O FEROZ? 1 17
Figura 33. Una de las dos series de denarios de plata acuñados por
Octaviano con motivo de la batalla de Actium;el de la izquierda muestra
a la diosa Pax sosteniendo una rama de olivo y una cornucopia;
el del medio representa a Venus sosteniendo el yelmo, el cetro y
el escudo de Marte; en el de la derecha, una Victoria alada
se yergue sobre una esfera al tiempo que ofrece una corona.
Figura 34. Tercera moneda de la otra serie acuñada por Octaviano con
motivo dela batalla de Actium, con la Victoria en el anverso y un divino y
desnudo Octaviano con un pie sobre una esfera en el reverso.
122 EN BUSCA DE PABLO
dio, y que resumimos con los mismos tres temas que acabamos de
ver en el Foro de Augusto y el templo de Marte: restauración, expan-
sión y fusión.
Restauración
El Altar de la Paz
Sin duda, las partes más impresionantes y visibles del Altar de la
Paz augustal eran las procesiones de la franja superior del muro exte-
rior del recinto. Éstas representan, con figuras casi de tamaño natural,
una procesión religiosa de unas cuarenta o cincuenta personas a cada
lado y tal vez incluso representen la procesión sacrificial del día de la
consagración del altar. Pero no es un desfile idealizado de dioses o
Figura 36. Friso sur del Ara Pacis Augustae, con Augusto (cuyo cuerpo
está partido en dos) encabezando una procesión de sacerdotes.
ción para generar moral. Pablo hubiera estado de acuerdo con Hora-
cio. Pero quizá la ley y la moral sean fuerzas interactivas y dialécti-
cas. Quizá, por ejemplo, una ley rechazada por la moral de una
generación podría ser aceptada por la moral de la siguiente.
En cualquier caso, Augusto tomó las riendas morales y legales en
la sociedad romana. Aparece cubriéndose la cabeza con la toga, como
los sacerdotes que se preparaban paralos ritos sacrificiales romanos, en
estatuas (figura 38) y en la procesión del Altar de la Paz, y su coloca-
ción dentro de ésta indica su papel de autoridad que preside. La
cabeza velada de Augusto, su corona de laurel y su postura guardan
estrecho paralelo con las de Eneas, a quien encontramos nada más
doblar la esquina, en el panel actualmente sudeste del altar. Allí se
representa a Eneas, con la cabeza velada, sacrificando a los ya men-
cionados penates, los dioses domésticos traídos piadosamente desde
Troya y que en ese momento aparecen conservados en su nuevo tem-
plo italiano de Lavinium. Con él, por supuesto, está su hijo, Julo,
ancestro del clan juliano.
Visualmente, es casi como si la procesión
augustal doblara la esquina del recinto para
unirse a Eneas en su sacrificio. De hecho, no
hay ningún otro sacrificio que aparezca pre-
parado para ellos. Pasado y presente, teología
e historia, piedad e imperio, se desplazan sua-
vemente ante tus ojos mientras das vueltas
una y otra vez alrededor de ese altar. Empie-
ces donde empieces y con lo que empieces,
llegarás siempre a todo en todas partes.
Figura 39. Modeda de Nerón con su busto en una cara y el Altar de la Paz
augustal en la otra, con la inscripción «ara pacis» (64-66 ec).
Vuelve aquí ahora los ojos y mira esa nación; ésos son tus romanos. Ése
es César, ésa es toda la progenie de Julo, que ha de venir bajo la gran
bóveda del cielo. Ése, ése será el héroe que tantas veces te fue prometido,
César Augusto, del linaje de los dioses, que por segunda vez hará nacer
la Edad de Oro /aurea saecula] en el Lacio, en esos campos en que anti-
guamente reinó Saturno (6.788-794).
Expansión
Fusión
a
211
te
o
4
A
yA
4
1
Pablo y la esclavitud
Onésimo
Filemón
Pablo y elpatriarcado
El principio paulino básico de la igualdad entre cristianos se
- aplica no sólo a la esclavitud, sino también al patriarcado. En la teo-
logía de Pablo, la desigualdad cristiana por razón de género no tiene
más posibilidad de existir que la desigualdad cristiana por razón de
clase social. Dentro del cristianismo, mujeres y hombres son, por
tanto, iguales en la familia, la asamblea y el apostolado. En esta sec-
ción vamosa fijarnos primero en la postura de las cartas paulinas
auténticas sobre estos tres ámbitos y, luego, en la postura contraria
de las cartas pospaulinas inauténticas sobre esos mismos tres aspec-
tos. En efecto, el Pablo histórico se opone a cualquier superioridad,
inferioridad o desigualdad dentro del cristianismo, y esta cuestión
más amplia se planteará de manera más detallada en el capítulo 6.
leuales en la familia
Lo queestá bien para unoestá bien parael otro; lo que está mal para
uno está mal para el otro. A veces, en cuestiones de discriminación
y opresión, la práctica puede ser hasta más importante que la teoría,
puesto que, aun cuando no puede haber práctica sin teoría, cierta-
mente puede haber teoría sin práctica.
Iguales en la asamblea
Sin embargo, quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre es Cristo;
y la cabeza de la mujer es el marido; y la cabeza de Cristo es Dios. Todo
hombre que ora o profetiza con la cabeza cubierta afrenta a su cabeza.
Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta afrenta a
su cabeza; es como si estuviera rapada. Por tanto, si una mujer no se
cubre la cabeza, que se corte el pelo. Y si es afrentoso para una mujer
cortarse el pelo o raparse, ¡que se cubra! Pues el varón no debe cubrirse
la cabeza, pues es imageny reflejo de Dios, pero la mujeres el reflejo del
varón. En efecto, no procede el varón de la mujer, sino la mujer del
varón. Ni fue creado el varón por razón de la mujer, sino la mujer por
razón del varón. He ahí por qué debellevar la mujer sobre la cabeza un
símbolo de autoridad, por razón de los ángeles. Por lo demás, en el
Señor ni la mujer es independiente del varón, ni el varón independiente
de la mujer. Porque si la mujer procede del varón, el varón, a su vez,
nace mediante la mujer, y todo proviene de Dios. Juzgad por vosotros
mismos. ¿Está bien que la mujer ore a Dios con la cabeza descubierta?
¿No os enseña la misma naturaleza que es una afrenta para el varón la
cabellera, mientras es una gloria para la mujer la cabellera? En efecto,
la cabellera le ha sido dada a modo de velo. De todos modos, si
alguien quiere discutir, no es ésa nuestra costumbrenila delas iglesias
de Dios.
Desiguales en la familia
Col 3,18-4,1
ln primer lugar, a las mujeres se les manda: «Sed sumisas a vues-
tros maridos, como conviene en el Señor»; y a los maridos: «Amad
4 vuestras mujeres y no seáis ásperos con ellas». A continuación, se
manda a los hijos: «Obedeced en todo a vuestros padres, porque esto
1 50 EN BUSCA DE PABLO
es grato a Dios en el Señor»; y a los padres (no a las madres): «No exas-
peréis a vuestros hijos, no sea que se vuelvan apocados». Finalmente,
los esclavos reciben una exhortación muylarga: «Obedeced en todo a
vuestros amos de este mundo no porque os ven, como quien busca
agradar a los hombres, sino con sencillez de corazón, temiendo al
Señor. Todo cuanto hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y
no para los hombres, conscientes de que el Señor os dará la herencia
en recompensa. El Amoa quien servís es Cristo. Al que obrela injus-
ticia, se le devolverá conforme a esa injusticia; que no hay favoritis-
mos». Y, de la misma manera, a los amos (no a las amas) se les manda:
«Dad a vuestros esclavos lo que es justo y equitativo, teniendo pre-
sente que también vosotros tenéis un amoenel cielo».
Ef5,22-6,9
En primer lugar, respecto a maridos y mujeres, el texto parece
mucho menos preocupado de quelas mujeres obedezcan a sus mari-
dos que de que los maridos amen a sus mujeres. Es a esto segundo
a lo que se dedica más espacio.
Mujeres, sed sumisas a vuestros maridos como al Señor, porque el
marido es cabeza de la mujer, como Cristo es cabeza de la Iglesia, el sal-
vador del cuerpo. Comola Iglesia está sumisa a Cristo, así también las
mujeres deben estarlo a sus maridos en todo.
Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se
entregó a sí mismo por ella, para santificarla, purificándola mediante el
baño del agua, en virtud de la palabra, y presentándosela resplande-
ciente a sí mismo, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa parecida, sino
que sea santa e inmaculada. Así, deben amar los maridos a sus mujeres
como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer se ama a sí mismo.
Porque nadie aborrece jamás su propia carne; antes bien, la alimenta y
la cuida con cariño, lo mismo que Cristo a la Iglesia, pues somos miem-
bros de su cuerpo. «Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y
se unirá a su mujer, y los dos se harán una carne». Gran misterio es éste,
lo digo respecto a Cristo y la Iglesia. En todo caso, también vosotros,
que cada uno ame a su mujer como a sí mismo; y la mujer, que respete
al marido.
Desiguales en la asamblea
1 Tim 2,8-15
Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar elevando hacia el
cielo unas manos piadosas, sin ira ni discusiones. Asimismo, que las
mujeres, vestidas decorosamente, se adornen con pudor y modestia,
no con trenzas ni con oro o perlas o vestidos costosos, sino con bue-
nas obras, como conviene a mujeres que hacen profesión de piedad.
La mujer oiga la instrucción en silencio, con toda sumisión. No per-
mito que la mujer enseñe ni que tenga autoridad sobre un hombre.
Que se mantenga en silencio. Porque Adán fue formado primero y Eva
en segundo lugar. Y el engañado no fue Adán, sino la mujer que, sedu-
cida, incurrió en la transgresión. Contodo, se salvará por su materni-
dad mientras persevere con modestia en la fe, en la caridad y en la san-
tidad.
1 Cor 14,33b-36
El problema en este caso no lo plantea una carta inauténtica de
Pablo como 1 o 2 Timoteo o Tito, sino una interpolación proce-
dente de esa tradición posterior e introducida en una carta anterior,
original y auténtica de Pablo. En la New Revised Standard Version de
la Biblia, esta unidad aparece entre paréntesis (en la Biblia del Pere-
grino, sólo los vv. 33b-35):
(Comoen todas las iglesias de los santos, las mujeres deben callar en la
asamblea, pues no se les permite hablar, sino que han de someterse,
comoprescribe la ley. Si quieren aprender algo, pregúntenlo a sus mari-
dos en casa. Es vergonzoso que una mujer hable en la asamblea. ¿O es
que acaso arrancó de vosotros la Palabra de Dios? ¿Llegó sólo a voso-
tros?)
Desiguales en el apostolado
tipo. Pero hay dos puntos que destacan como algo inusitado o sor-
prendente: tanto el matrimonio comolos hijos se suponen.
Feminismo en la arena
* Los autores aluden a una táctica militar utilizada por los Estados Unidos en sus
conflictos bélicos recientes y denominada en imglés shock and arwe IN. del Y).
LA EDAD DE ORO, O LO MÁS DE ORO POSIBLE 1 63
Esbozo
Cuando los años cuarenta dejaron pasoa los treinta AEC, el pri-
mer asalto de la guerra civil romana dejó a Pompeyo derrotado y a
César victorioso; el segundo asalto acabó con César asesinado, y el
tercero terminó con la derrota en Filipos de sus asesinos, Bruto y
Casio, a manos de sus vengadores, Antonio y Octaviano, que aún
no era Augusto. Para aquel entonces, la mayoría de los romanos
preveían un cuarto asalto y podían sacar la cuenta: un caudillo igual
a tiranía regia, dos caudillos igual a guerra civil, y tres caudillos
igual a anarquía social. Todas las ecuaciones parecían igualmente
carentes de esperanza.
En su Epodo 7 preguntaba Horacio: «¿Nos empuja algún ciego
Ircnesí, algún poder o culpa más fuerte?» (13-14). ¿Indica una con-
tinuada guerra civil que «un destino acerbo persigue siempre a los
romanos, y el crimen del asesinato de un hermano, desde que la san-
gre inocente de Remo fue derramada sobre la tierra convirtiéndose
en una maldición para la posteridad»? (17-20). ¿El asesinato inicial
y fratricida de Remo a manos de Rómulo (piénsese en el paralelo
bíblico de Abel muerto por Caín) había puesto sobre Roma el
lunesto destino de la guerra civil?
ln el Epodo 16, como en respuesta a la terrible pregunta del
t:podo 7, Horacio ofrece una contestación igualmente terrible,
puesto que «una segunda generación de hombres se gasta en guerras
etviles, y Roma se tambalea debido a sus propias fuerzas» (1-2). Esta
ciudad que nadie más pudo conquistar, «esta mismísima ciudad la
Arruinaremos nosotros, nosotros, generación impía de enconada
sangre», y animales salvajes y bárbaros aún más salvajes pronto avan-
rarán entre «las cenizas de nuestra ciudad» (9-12). ¿Y la solución?
Abandonar Roma inmediatamente y tomar un barco hacia el oeste
haciendo voto de noregresar nunca. Pero el voto debe ser absoluto,
no regresar nunca hasta que, per impossibile, las rocas floten, los Ape-
EN BUSCA DE PABLO
168
Resurrección corporal
Sin duda, los conquistadores romanos y los conquistados judíos
nunca coincidirían del todo en los aspectos concretos de la utopía,
pero unosy otros podían al menos imaginar, si bien de manera dife-
rente, un mundo transformado y un jefe idealizado. Dentro de la
escatología apocalíptica judía, sin embargo, había un tema especial
que al paganismo grecorromano debió de parecerle completamente
extraño y totalmente absurdo: la resurrección corporal general. ¿De
dóndesalió esto y por qué? Procedía de un trasfondo muy general y
de un primer plano muy concreto.
Primero, el trasfondo general. La fe judía de alianza creía que el
mundo fue creado bueno por un Dios justo. Por tanto, debe ser
administrado de manera justa y equitativa para con él mismo, sus
animales y sus seres humanos. Pero el mundo es normalmente
injusto (dicen los conquistados), de manera que un día Dios deberá
hacerlo justo de nuevo. La justicia, o rectificación, divina se debe
efectuar aquí abajo, sobre esta tierra buena, entre seres humanos
corpóreos, y no enel cielo entre espíritus incorpóreos. En otras pala-
bras, un mundo transformado, sea con los leones vegetarianos de
Isaías o con los corderos multicolores de Virgilio, sea con una coe-
xistencia pacífica entre animales, entre animales y seres humanos y
entre seres humanos, requería cuerpos transformados. Si, por tanto,
imaginas una utopía en esta tierra o un eschaton en este mundo, tie-
nes que pensar en cuerpos transfigurados y no sólo en espíritus
incorpóreos o almas inmortales. Pero todo esto no era sino una
manera muy general de centrar la atención en el mundo, la tierra y
el cuerpo.
En segundo lugar, el primer plano concreto. En los años cin-
cuenta del siglo II AEC, el monarca sirio Antíoco 1V Epífanes
lanzó una persecución religiosa contra los judíos queseresistían a
la helenización y urbanización quecl estaba imponiendo en el país
LA EDAD DE ORO, O LO MÁS DE ORO POSIBLE 171
rio a los britanos y a los aterradores partos» (1-4). Sea que ese «por»
bastante ambiguo signifique «si», «cuando», «puesto que» o «porque»,
una encarnación divina presente en la tierra tiene ventajas prácticas
inmediatas respecto a un ausente dominio divino en elcielo.
En su Epístola 2.1, una carta abierta a Augusto, escrita aproxi-
madamente una década después y que tal vez sea su última obra,
Horacio señalaba que a héroes romanos y griegos anteriores como
Rómulo, Líber, Hércules o Cástor y Pólux, pese a todas sus grandes
obras en favor de la humanidad, sólo se les había otorgado la con-
dición divina después de la muerte. Parece, continuaba, que «la envi-
día sólo queda acallada por la muerte que viene al final», especial-
mente debido a que «quien sobrepasa méritos inferiores al suyo pro-
pio quema con su brillantez; sin embargo, también él se ganaráel
afecto cuando quede extinguida su luz». Pero Augusto es diferente
de todas esas divinidades póstumas que le precedieron, porque «a ti,
sin embargo, estando aún entre nosotros, te rendimos ya honores,
erigimosaltares junto a los cuales jurar en tu nombre y confesamos
que nada comotú surgirá en lo sucesivo ni ha surgido antes de hoy»
(12-17). La condición divina de personajes muertos es corriente,
pero la condición divina de un vivo es única en el pasado,el presente
y el futuro. Augusto controla tanto el tiempo comoel espacio.
Esos textos de Horacio formulan claramente el núcleo de la teo-
logía personal, dinástica e imperial de Augusto. Pero muy pocas per-
sonas en todo el Imperio romano podían leer, oír o entenderel lírico
latín de este magnífico poeta. ¿Cómo se divulgaba esta teología
entre la gente corriente? No pienses en textos, sino en imágenes,
imágenes, imágenes.
La estrella de su padre
En un momento temprano de su vida, el joven Octaviano apro-
vechó un fenómeno astrológico y a partir de entonces subrayó siem-
pre la trascendencia cósmica de éste. Inmediatamente después del ase-
sinato de Julio César en los idus de marzo del 44 AEC, Octaviano,
que a la sazón contaba dieciocho años, hizo caso omiso de la oposi-
ción senatorial y celebró ese mes de julio unos juegos para honrar la
victoria del asesinado César. La cosa resultó ser inmejorablemente
oportuna. Apareció un cometa en el cielo, y Octaviano se apresuró
a presentarlo, y el pueblo a aceptarlo de buena gana, comola apo-
teosis de Julio César, quien, ya divino, pasaba a ocupar su puesto
1 74 EN BUSCA DE PABLO
Escrito en el cielo
Figura 46.
Denario de
Augusto
acuñado en
Roma, con
Augusto
poniendo la
estrella sobre
Julio César.
Figura 47.
Denario y
cistóforo de
Augusto con su
signo zodiacal,
Capricornio, y
el cuerno de la
abundancia.
Hijo de Apolo
La corona de laurel del cistóforo señala otro elemento de la tras-
cendencia cósmica de Augusto. Octaviano adoptó a Apolo, el dios
del sol, con su laurel y su lira, la profecía y la disciplina, en oposi-
ción muy tempranaal preferido de su rival Antonio, el dios del vino
Dionisos, con su hiedra y su vid, el éxtasis y el lujo. Enfrentó imá-
genes de nuevo amanecer a imágenes de noche avanzada. Después
de que Octaviano se convirtió firmemente en Augusto, ese contraste
se desvaneció, y Augusto reunió elementos dionisíacos dentro de la
posterior iconografía del Ara pacis Augustae. Pero el antiguo dios
griego nacido en la isla de Delos desempeñó otra función, aún más
importante, en la propaganda augustal.
Apolo daba a Augusto trascendencia cósmica, por eso ocupaba
un puesto destacado enel arte, la arquitectura y la teología augusta-
les. Unos cuantos ejemplos. En primer lugar, como se puso de mani-
fiesto en el capítulo 2, Apolo y su grifo iconográfico se veían en cl
centro derecha de la coraza de la importantísima estatua de Augusto
LA EDAD DE ORO, O LO MÁS DE ORO POSIBLE 177
Eschaton interactivo
La Edad de Oro entrañaba, como recalcaba el salvador divino
mismo, no tranquilidad entre los animales, fertilidad sin trabajo e
indolencia pasiva, sino actividad, intervención y participación.
Exigía seguridad en el exterior y piedad en el interior, vigor mar-
cial y fidelidad marital, rearme militar y moral, la reconstrucción
de los templos y la restauración de las familias. Escucha de nuevo,
una última vez, las voces corales del himno de Horacio para esos
Juegos del Saeculum del año 17 AEC. Nada se dice en ese canto
público acerca de una indolencia áurea. Edad de Oro, sí; pereza
áurea, no.
Augusto
Uiberio
Calígula
Figura 50.
Moneda de Calígula,
que aparece velado
como un sacerdote,
sacrificando un toro
en el templo del
Divino Augusto.
Figura 51.
Monedade oro
de Calígula, con
la cabeza radiante
de Augusto en
una cara y la suya
laureada en la
otra.
rayos del dios solar Sol o tal vez Apolo, y la otra muestra a Calígula
coronado con la corona de laurel de Apolo, amables rasgos faciales y
rizos sorprendentemente semejantes a los de su bisabuelo (figura 51).
La leyenda aneja declara simplemente que Cayo César era pontifex
maximus, el título que Augusto tanto había deseado y tan paciente-
mente había aguardado, y con el cual Calígula se había hecho rápi-
damente. Era un sacerdote sin piedad y un salvador sin obras bue-
nas, y sólo hicieron falta cuatro años de tomar sin dar para que las
legiones se encargaran de su eliminación.
Claudio
Figura 52.
Moneda de
Claudio
anunciando la
«Esperanza de
Augusto».
sea que, como había hecho Augusto antes que él, volvió a celebrar
los Juegos del Saeculum en el Campo de Marte en el año 47 EC. Un
cuadro de eruditos y astrónomos calculó de manera creativa la
siguiente fecha de dichosjuegos utilizando un ciclo de cien años, en
lugar de uno de 110 años, y, tras determinar favorablemente que los
juegos caerían en el octavo centenario de la fundación de Roma, se
descubrió felizmente que ese amanecer de una nueva era caía exac-
tamente en el año sexto del reinado de Claudio.
Claudio también supo hacer que el Senado aprobara su deifica-
ción póstuma, decisión que no estuvo exenta de oposición al princi-
pio ni de burlas más tarde. Una parodia delsiglo 1, escrita probable-
mente por Séneca, tutor y luego consejero del sucesor de Claudio,
Nerón, presenta a los dioses del Olimpo cuestionando duramentela
cosa y al dios Augusto en persona argumentando contra la deificación.
Pero Nerón obligó más tarde a Séneca a suicidarse, posiblemente por
no tomar lo bastante en serio la deificación imperial, y Claudio
siguió siendo dios. En Dura-Europos, en el árido desierto sirio, a
1.600 kilómetros de Romay a unadistancia temporal de dossiglos,
se nos ha conservado un calendario militar oficial cuyo texto en
papiro incluye el 1 de agosto como el cumpleaños del dios Claudio
(divus Claudius) y como un día festivo muy importante en el que se
tenía que sacrificar un buey a él, a Júpiter y a Augusto.
En el 41 EC, Claudio acuñó una moneda con la personificación
femenina de Spes (Esperanza), que avanza y sostiene unaflor, y conla
leyenda aneja Spes Augusta, la «Esperanza de Augusto» (figura 52).
Quizá con esto pretendiera anunciar sus esperanzas dinásticas porsu
hijo recién nacido, Británico,o, lo que es más probable, simplemente
intentara confirmar la continuidad escatológica de la Edad de Oro
desde Augusto hasta Claudio. Después de todo, él nació el 1 de
LA EDAD DE ORO, O LO MÁS DE OROPOSIBLE 19 1
Nerón
ellos los de sumo sacerdote, hijo del divino Claudio y tataranieto del
divino Augusto.
Romahabía aceptado la fundación por parte de Augusto de una
dinastía que transmitía la condición divina y el sumo sacerdocio
—quellevaba aparejado el título de pontifex maximus, supremo cons-
tructor de puentes entre cielo y tierra— y que continuó ininterrum-
pidamente hasta Nerón. Ese templo dinástico fue destruido en el
gran incendio de Roma del 64, su inscripción quedó fragmentada,
y la zona se cubrió para hacer sitio a la nueva y lujosísima Casa
Áurea de Nerón. Muy poco tiempo después, sin embargo, el monu-
mento dejó de ser necesario, pues la dinastía terminó en el 68 EC,
cuando Nerón se vio forzado a suicidarse.
Figura 53. Construcción de la nueva vía Egnatia, que atraviesa Grecia central.
194 EN BUSCA DE PABLO
ple. Para cuando esa nueva autopista Egnatia esté terminada, ¿será
Turquía miembro pleno de la Unión Europea, será Turquía el pri-
mer país no europeo y nocristiano que se una a esa alianza? Si no es
así, si sus 65 millones de habitantes quedan excluidos, sabremos que
la nueva autopista es, como su antigua predecesora, de nuevo cues-
tión de imperio, todavía cuestión de imperio, siempre cuestión de
imperio. Pero, por encima de todo lo demás, al salir del nuevo
extremo occidental de esa carretera al comienzo del siglo XXI, pien-
sas en Pablo, que tomó su antiguo extremo oriental cerca de Filipos
a mediadosdel siglo 1 (figura 54).
Griegos
Romanos
Judíos
Pese a los exiguos indicios arqueológicos al respecto, debemos
suponer que hasta Tesalónica había llegado un buen número de
judíos. El escrito de Filón Sobre la embajada a Cayo menciona a
judíos de «Macedonia» (36 o 281) y, por supuesto, los Hechos luca-
nos hablan de ellos al referirse a Filipos y Tesalónica, aunque el
relato de Lucas, como veremos luego, se debe leer con mucha pre-
caución no tanto en lo relativo a la presencia de judíos como en lo
relativo a sus actos y motivaciones. Las pruebas arqueológicas de la
presencia del judaísmo en Tesalónica en tiempos de Pablo están aún
por descubrir, aunque se han encontrado algunos nombres judíos y
menorás en enterramientosy sarcófagos de períodos mucho más tar-
díos, una inscripción bilingúe hebrea y griega del siglo IV de la
comunidad samaritana (pero no dela judía), un sarcófago del siglo
TI de Marco Aurelio Jacob, un judío que llegó a ser ciudadano
romano, y de su esposa, Anna Asyncritus, que habla de sinagogas,
así como dedicatorias dispersas a «el Dios Altísimo» (+heos hypsistos),
el epíteto divino utilizado comunmente, pero no de formaexclusiva,
porlos judíos.
Cristianos
Figura 57.
Estatua de Augusto
de Prima Porta;
nótense los pies
descalzos junto a
Cupido, el hijo de
Venus, que indican
su condición
deificada.
202 EN BUSCA DE PABLO
Pablo fue desde Asia hasta Europa cruzando el norte del Egeo,el
mar antes homérico y oscuro comoel vino, el mar después rasgado
por los delfines y atormentado por los gongs*. Según Hch 17,1, en
su camino desde Filipos hasta Tesalónica «atravesó Anfípolis y Apo-
lonia». (Un comentario al margen. En el museo de Anfípolis existe
una inscripción dedicada a «César Imperator, Dios, Hijo de Dios,
Augusto, Salvador y Constructor de la Ciudad».) Esos dos lugares
eran las paradas habituales donde pernoctaban los viajeros que
hacían casi 48 kilómetros diarios porla vía Egnatia, un ritmo rápido
con buen tiempo y por una magnífica calzada. El paisaje era bonito;
se pasaba por delante del monte Pangaion hasta el río Strymon, en
Anfípolis, y luego hasta los lagos norteños de la península de Calcí-
dica, junto a Apolonia. Pero nuestro texto de 1 Tesalonicenses
indica que, a lo largo de ese viaje de tres días, la mente de Pablo pro-
bablemente no estaba en las vistas, sino en la violencia. Como
recuerda más tarde a los tesalonicenses,«aunque ya habíamos pade-
cido sufrimientos y vergonzosos malos tratos en Filipos, como
sabéis, confiados en nuestro Dios, tuvimosla valentía de predicaros
el Evangelio de Dios pese a una gran oposición» (1 Tes 2,2).
Pero lo sucedido en Filipos se repitió en Tesalónica. Pablo y sus
compañeros se vieron finalmente forzados a huir de Macedonia y a
refugiarse en el sur, en la colindante provincia romana de Acaya.
Fíjate en que esa huida, traspasando fronteras provinciales, indica
oposición principalmente por parte de la autoridad romana. Desde
allí Pablo envió a Timoteo de vuelta a la comunidad tesalonicense
para que se informara de su situación, y, como les recuerda más
tarde, las noticias fueron muy buenas.
Judíos
El tema teológico de Lucas desarrolla las siguientes constantes
históricas: Pablo va siempre primero a los judíos; unos lo aceptan y
otros lo rechazan; pero luego, cuando personas no judías lo aceptan,
los judíos sienten envidia y provocan un disturbio. Esto, sin
embargo, tiene poco sentido desde el punto de vista teológico, y
menos aún desdeel histórico. ¿Qué pasa con los judíos que lo acep-
tan? ¿Y por qué los judíos que lo rechazan habían de preocuparse
por la aceptación pagana? Lucas, sin embargo, continúa con ese
tema. Pablo huye de Tesalónica hacia Berea, hoy Veroia, en el
extremo sudoeste de la llanura tesalonicense, y «cuandolos judíos de
Tesalónica se enteraron de que también en Berea había predicado
Pablo la Palabra de Dios, fueron también allá y agitaron y alboro-
taron a la gente» (Hch 17,13). Al final, Pablo tiene que huir de
nuevo, esta vez «hasta el mar», en busca de un barco que le lleve
«hasta Atenas» (17,14-15). Pero, como ya se ha indicado, es mucho
más probable que la huida de Macedonia hacia Acaya (como antes la
de Damasco hacia Jerusalén) tuviera como finalidad evitar a la auto-
ridad civil romana y no tanto escapar de la autoridad religiosa judía.
Hay, sin embargo, otro pasaje en 1 Tesalonicenses que, al confir-
mar queel peligro principal es romano, pone al descubiertola ten-
dencia antijudía del relato de Lucas. Además, nos hace volver sobre
otro tema del capítulo 1, a saber, las interpolaciones posteriores den-
LA EDAD DE ORO, O LO MÁS DE ORO POSIBLE 205
tro de las actuales cartas auténticas de Pablo. Este les cuenta a los
perseguidos tesalonicenses:
Simpatizantes
Volvemos ahora sobre esa frase clave de Hch 17,4 que hemos
visto: «una gran multitud de griegos devotos y no pocas mujeres
principales». Es aquí donde Lucas acertó de lleno, porque ésa es una
información no requerida en absoluto por su guión global de los
judíos primero y luego los gentiles. Es posible que su insistencia en
«principales» sea un mejoramiento lucano, pero esa mención de
«mujeres» probablemente sea exacta. Los «griegos devotos» son,
naturalmente, los «temerosos de Dios» o «adoradores de Dios». La
hipótesis que proponemos es que Pablo no fue a la sinagoga en
busca de los judíos, sino en busca de esos simpatizantes paganos, y
que fue precisamente ese marcado interés suyo por esos patrocina-
206 EN BUSCA DE PABLO
Romanos (y romanizantes)
Aunque Pablo ciertamente habría generado la oposición judía al
convertir a simpatizantes, sólo las autoridades provinciales romanas y
nombradas por Roma podían forzar una huida de Macedonia a
Acaya. La acusación pública contra Pablo no fue simplemente que
estaba causando o provocando disturbios entre la población judía y
simpatizante. He aquí cómo prosigue Lucas con lo que aconteció
seguidamente en Tesalónica:
Mientras buscaban a Pablo y a Silas para llevarlos ante la asamblea, ata-
caron la casa de Jasón. Al no encontrarlos, arrastraron a Jasón y a algu-
nos hermanosante los magistrados de la ciudad gritando: «Esos que han
revolucionado el mundo se han presentado también aquí, y Jasón los ha
hospedado. Además, todos ellos actúan contra los decretos del César,
pues afirman que hay otro rey, Jesús». Al oír esto, el pueblo y los magis-
trados de la ciudad se alborotaron. Pero después de recibir una fianza de
Jasón y de los demás, les dejaron ir (Hch 17,5-9).
. 7?) 30
¿Persecución por que:
URADNEST IN
ble por dos razones. Una es que en esta carta Pablo se muestra suma-
mente a la defensiva en lo tocante a sí mismo; por ejemplo: «Vosotros
sois testigos, y Dios también, de cuán santa, justa e irreprochable-
mente nos comportamos con vosotros, los creyentes» (1 Tes 2,10).
Este tono sería muy comprensible si hubiera escapado volando de
Tesalónica mientras que otros habían muerto allí como mártires. La
otra es que pudo ser el martirio lo que los convirtió en «modelo para
todos los creyentes de Macedonia y Acaya», de modo que «vuestra fe
en Dios se ha difundido no sólo en Macedonia y en Acaya, sino por
todas partes, de manera que nada nos queda por decir» (1,7-8).
Os decimos esto como Palabra del Señor: nosotros, los que vivamos, los
que quedemos basta la venida (parousian) del Señor, no nos adelantare-
mos a los que murieron. El mismo Señor bajará del cielo con un grito
de mando, con la llamada del arcángel y con el sonido de la trompeta
de Dios, y los que murieron en Cristo resucitarán en primer lugar. Des-
pués nosotros, los que vivamos, los que quedemos, seremos arrebatados
en nubes, junto con ellos, al encuentro (apantesin) del Señor enelaire.
Y así estaremos siempre con el Señor (4,15-17).
fantasía sobre sus pies teológicos, así es como serán las cosas en la
parousia de Cristo. No saldremos todos a la vez, sino primero los
muertos, luego los vivos.
En segundo lugar, la metáfora de la parousía significa que los cris-
tianos no ascienden para estar con Cristo en el cielo, sino para regre-
sar con él a este mundo transformado. Pablo no dice nada sobre un
mundo escatológico o una tierra utópica aquí abajo, sino simple-
mente que todos los creyentes «seremos arrebatados en nubes... al
encuentro del Señor en los aires. Y así estaremos siempre con el
Señor». La metáfora de la parousia como visita de Estado supondría
que quienessalieran a saludar al soberano regresarían con él para par-
ticipar en el regocijo festivo dentro de su ciudad. Así pasará también
con Cristo. Pablo probablemente daba por supuesto que todos juntos
descenderían luego para habitar en unatierra purificada. La parousia
del Señor no guardabarelación con una destrucción de la tierra y un
traslado al cielo, sino con un mundoenel cual la violencia y la injus-
ticia quedarían transformadas en pureza y santidad. Y, por supuesto,
como hemos indicado ya, un mundo transformado exigía no sólo
almas espirituales, sino cuerpos renovados.
En tercer lugar, traducimos parousia comoel «regreso» o «segunda
venida» de Cristo. Es muy cierto que Pablo no está hablando senci-
llamente de una inspección más de Cristo entre otras muchas. Es la
gran inspección escatológica final. Pero nadie pensaba nunca que el
emperador estuviera presente únicamente durante una inspección.
Estaba siempre presente en monedas, en estatuas, por medio de alta-
res, templos y foros. Así pasaba también con Cristo. Es mejor nouti-
lizar traducciones de parousia que impliquen en cualquier manera una
ausencia anterior.
Finalmente, cuando los términos relativos a la inspección y la
recepción se aplican a Cristo, ¿significa eso que su inspección es sim-
plemente como la del emperador, que es mayor que la del emperador
o que reemplaza a la del emperador? Dicho de otra manera, ¿son esos
términos una calculada anti-parousia? ¿Es esa elección de metáfora a
la vez consuelo y enfrentamiento?
nan otros particulares. Nada se dice acerca del después, y menos aún
acerca del antes. No hay nada sobre signos, señales e indicios quele
digan a uno que la parousía es inminente. Llegará sin advertencia
alguna, «como un ladrón en la noche» (1 Tes 5,2.4), y cuando uno
oiga el grito de mando, la llamada del arcángel y el sonido de la
trompeta de Dios (4,16), será ya demasiado tarde. Éstos son acon-
tecimientos que la acompañan, y no indicadores que la preceden. La
metáfora de Pablo del ladrón nocturno impide cualquier cálculo de
pasos precedentes o de signos de advertencia, y la presencia de éstos
en 2 Tesalonicenses es uno de los indicios de que ésta es una carta
pospaulina. En ese texto, el pseudo-Pablo niega que la parousia o
«día del Señor esté ya aquí», porque
Respuesta de Pablo: «No, la verdad es que no; pero, por favor, per-
mítemecitar algo que dije en una ocasión: “Estoy seguro de que ni
la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente
ni lo futuro ni las potestades ni la altura ni la profundidad ni otra
criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en
Cristo Jesús, Señor nuestro” (Rom 8,38-39). Siempre supe la dife-
rencia que hay entre la fe, que es un compromiso vital, y la teología,
que es una especulación mental. Nunca pensé que creer lo que Dios
haría significara saber cómo o incluso cuándo sucedería. Además,
mi experiencia me dice que los detalles que damos acerca del futuro
humano son habitualmente erróneos, pero que los detalles que
damos acerca del futuro divino son siempre erróneos. ¿Te has dado
cuenta de eso?».
4
Bendiciones para todala tierra
co
nizadas. Las copias que han llegado hasta nosotros, sin embargo,
proceden sólo de esa provincia de Galacia. Como acabamosde ver,
dos trozos grandes en griego de Apolonia de Pisidia y múltiples frag-
mentos latinos minúsculos procedentes de Antioquía de Pisidia
están en la actualidad en el jardín del museo de Yalvac, pero las
copias más completas de ambas versiones siguen todavía en los
muros del templo de Roma y Augusto que se encuentra en Ancira,
en la Ankara vieja (más datos sobre ello en nuestro epílogo). Tal vez
todo esto sea una coincidencia casual, o tal vez su distribución se
centró específicamente en esa provincia. En cualquier caso, imagi-
nemos, por decirlo así, las Res Gestae Divi Augusti comola «carta» de
ese emperador a los gálatas, anterior a las Res Gestae Divi Christi, la
carta posterior y alternativa de Pablo a esos mismos gálatas. Pablo,
por supuesto, anunciaba un salvador diferente para un mundo dife-
rente, una salvación diferente para una tierra diferente, un Dios e
Hijo de Dios diferente para una creación diferente. Proclamaba la
shalom judía de la alianza frente a la pax romana del imperio.
Esbozo
Euergetismo
Calzadas y puertos
La primera oleada de calzadas y puertos romanosera a la vez prác-
tica e ideológica. Las calzadas fueron construidas por y para las legio-
nes. Eran primera y principalmente rutas militares que sólo después
servían como arterias comerciales y de comunicación entre las ciuda-
des del imperio y su capital, Roma. Los ingenieros romanos constru-
yeron por todo el imperio calzadas adecuadas al clima de cada lugar y
adaptadas a los materiales que se podían conseguir con facilidad. Los
legionarios primero inspeccionaban el terreno y cortaban dos zanjas
separadas por una distancia de entre 5,5 y 7,5 metros para las cune-
tas, que se tenían que hacer con bloques de piedra que se podían con-
232 EN BUSCA DE PABLO
Estatuas y templos
La segunda oleada de la romanización no era simplemente la
peculiaridad del culto al emperador, sino el despliegue de la teolo-
gía imperial romana. ¿Otra vez el culto al emperador? A estas altu-
ras es posible que estés cansado de todo este tema. Hasalido, de una
manera u otra, en cada sección de este libro, y así ha de seguir siendo
hasta su final. Si te hemos abrumado algo, no hemos conseguido más
que el efecto acumulativo que todas esas imágenes e instituciones
imperiales producían en los habitantes de las ciudades de todo el
Imperio romano. Insistimos, sin embargo, en que la expresión «culto
al emperador» es demasiado limitada. Ese era, ciertamente, el núcleo
de la teología imperial romana, pero, por ejemplo, difícilmente se
podría tomarla teología medieval cristiana y llamarla «culto a Cristo».
Por supuesto que era eso, pero sólo entendiendo eso como el centro
de todo un universo de significado. Lo que pretendemos subrayar a
lo largo de este libro no es la peculiaridad aislada del culto dado al
emperador, sino la universalidad integrada de la teología imperial.
Cada día, pues, esos puertos y calzadas hacían entrar a los viaje-
ros de la zona, de la región y del imperio en los centros de las ciu-
dades, donde estaba situada la estatua o el templo del emperador.
Podía ser un Sebasteion, un Augusteum o parte de algún culto local
donde las élites patrocinaban festividades, juegos y sacrificios en
honor del César. Esta oleada de urbanización romana, quizá la más
omnipresente desde el punto de vista arqueológico, era la expresión
física y visible de dos realidades: la gratitud local por las bendiciones
de la pax romana y, por otro lado, la exigencia de lealtad imperial.
Era repetitiva y redundante, pero a la larga fue aceptada.
Acueductos y termas
La tercera oleada de la urbanización romana perceptible desde el
punto de vista arqueológico era la difusión de instalaciones para el
entretenimiento y el ocio, muy particularmente la intensificación de
234 EN BUSCA DE PABLO
Apesto
Figura 64.
Entrada al edificio de
Eumaquia en Pompeya,
de estilo semejante
al Ara Pacis Augustac.
BENDICIONES PARA TODA LA TIERRA 237
o Casas
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Tabernas
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Basílica
o pc MM Figura 67.
z - Edificio de
- Eumaquia y: y
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Basílica 3 | ?; -
;
Figura 69,
Inscripción procedente
de Cesarea Marítima
en la que se habla de una
construcción realizada
por Poncio Pilato en
honor de Tiberio.
e, . eTavium
SN
a Pero > .. o
SIDIA le *Derbe
Calzadas imperiales
zada persa hasta las colonias de Iconio y Listra, el mismo camino que
tomó Pablo, según Hechos, en su viaje misionero. Secciones de esta
vía que se han conservado y han sido excavadas indican que tenía un
ancho deentre seis y ocho metros y que fue construida para el pesado
tráfico rodado que acompañabaa las legiones.
Las calzadas romanas de Galacia simbolizaban de manera implí-
cita la dominación de Roma y en concreto la del emperador, pero
también la expresaban explícitamente. Así, un miliario de Galacia
anuncia: «César Imperator, Hijo de Dios, Pontifex Maximus..., hizo la
vía Sebaste bajo la supervisión de su legado Cornuto Aquila...» (C7Z
3.6974). En Pisidia, cerca de la frontera gálata con Asia Menor, los
milianos locales, junto con los inmigrantes romanosy tracios, erigie-
ron junto a la vía Sebaste en el 5/4 AEC unaltar dedicado a Augusto.
Pero las nuevas calzadas eran mucho más que un símbolo de la
autoridad romana; llevaban el poderío romano, de manera rápida y
violenta, hasta regiones remotas. Los miliarios nos dicen que la vía
Sebaste fue completada en el 6 AEC, exactamente el año en que
Augusto envió a P. Sulpicio Quirino y su Legión VIIa realizar las últi-
mas operaciones militares importantes en la región. Entre el 6 AEC y
el 4 AEC, esas fuerzas avanzaron por esa calzada contra la tribu
rebelde de los homonadenses, asentada en los remotos valles monta-
ñosos del sudeste de Galacia, arrasaron sistemáticamente fortalezas y
poblados y vendieron a los hombres supervivientes y a las mujeres
capturadas como esclavos. Las calzadas trasladaban eficazmente a las
legiones romanasen el curso de su violenta imposición y eran también
un recordatorio permanente de su veloz acceso vengador. El éxito de
ese sistema de calzadas y de esa red urbana queda inmejorablemente
ilustrado por el hecho de que la Legión VII estacionada por Augusto
en Antioquía de Pisidia fue retirada en el 7 EC y nunca fue susti-
tuida. Cuando Pablo viajó por esas calzadas gálatas, había pocossig,
nos de presencia militar, pues para entonces los lugareños habían
sido pacificados y formaban parte del colectivo de antiguos con-
quistados que en ese momento, sin embargo, eran ya romanos.
Templos imperiales
Áncira
El templo imperial de Ancira dedicado a Roma y Augusto, ini-
ciado en tiempos de Augusto y completado en el 19/20 EC, en
tiempos de Tiberio, estaba hecho de mármol y, debido a sus impo-
nentes dimensiones, era el monumento más visible de la ciudad. Vol-
veremossobre él una vez más en nuestro epílogo. En su diseño y estilo
mezclaba varias tradiciones. Aunque se accedía a él por empinadas
escaleras y tenía ocho columnas corintias en su frente, cosas ambas
típicamente romanas, la disposición del conjunto seguía más la tra-
dición del peristilo griego, en la cual unas columnas exteriores crea-
ban un pasillo cubierto alrededor de los muros del templo (figura 72).
El paralelo más estrecho es el gran templo helenístico de Atenea en
.
ji
Ej
Pesino
Antioquía de Pisidia
Juro por Zeus, la Tierra, el Sol y por todos los dioses y diosas, incluido
Augusto mismo, ser favorable a César Augusto, a sus hijos y sus descen-
dientes para siempre, de palabra, de obra y de pensamiento, conside-
rando como amigos a los que él considere tales, y mirando como ene-
migos a los que él juzgue así, y para defender sus intereses no escatimaré
ni mi cuerpo, ni mi alma, ni mivida, ni mis hijos...
Comodidades imperiales
que data de casi dos siglos después de Pablo, sólo hay otra estructura
romana que haya sobrevivido a la urbanización de Ancira llevada a
cabo enel siglo XX en tiempos de Atatúrk: se trata de unas gigantes-
cas termas situadas al este del templo imperial. De aproximadamente
140 por 180 metros, eran unas de las termas más grandes y cierta-
mente más espectaculares del mundo romanoy subrayanla trayecto-
ria de la urbanización romanaen elsiglo 1 (figura 75).
Mucho más sabemos acerca de Antioquía de Pisidia, cuya ruinas
yacen todavía dispersas sobre los alrededores en pendiente de la
moderna ciudad de Yalvag. Aparte de las excavacionesiniciales de los
años veinte del siglo XX, recientemente el yacimiento ha vuelto a ser
objeto de sondeos y prospecciones. Un estadio en forma de herradura
y totalmente cubierto de maleza se encuentra sin excavar en los alre-
dedores de la ciudad, y también hay un teatro excavado cuyo cartel
actual lo señala comoel sitio donde tuvieron lugar las pruebas de
Tecla recogidas en los Hechos de Pablo y Tecla y citadas en el capí-
tulo 2. Una inscripción menciona también la construcción de un
teatro provisional para juegos de gladiadores.
El acueducto de Antioquía de Pisidia fue construido a principios
del siglo 1 (desconocemos la fecha exacta) y trajo hasta la ciudad
agua helada procedente de manantiales situados a 11 kilómetros de
distancia y a una altura mayor, de unos 300 metros (figura 76). Su
pora judía. Nuestra teoría ha sido que Pablo fue a esas sinagogas
de la diáspora no a convertir a sus paisanos judíos, sino a conver-
tir al cristianismo a los adoradores paganos de Dios vinculados a
las sinagogas. La presente sección ponederelieve la importanciareli-
gloso-política y socio-económica de esas sinagogas en cuanto
superficie de contacto de paganismo y judaísmo, y para ello pone
un ejemplo fascinante. Probablemente sea un ejemplo que nunca
podríamos haber imaginado a menos que hubiera inscripciones
que probaran su existencia.
Manumisiones sinagogales
«Al Altísimo»
Una fórmula presenta una invocación inicial cuya forma com-
pleta es específicamente judía y cuyo contenido indica que las casas
de oración judías se utilizaban para las manumisiones igual que los
templos paganos. He aquí un ejemplo de Gorgippia del 41 EC:
Al Dios Altísimo, Omnipotente, Bendito, en el reinado del rey Mitrí-
dates, el amigo de ? y amigo de la patria, en el año 338, en el mes Deios,
Pothos, el hijo de Estrabón, dedicó a la casa de oración, de acuerdo con
el voto, a su esclava criada en casa, cuyo nombre es Chrysa, con la con-
dición de que no fuera perjudicada ni molestada por ninguno de sus
herederos bajo Zeus, Gea, Helios (CIRB 1123).
Honor y asistencia
Otra fórmula aparece en inscripciones de Fanagoria del 16 EC
(CIRE 985) y 51 EC (SEG 43.510) y de Panticapacum del 81 EC
(CIRB 70):
Un el reinado del rey Aspurgus, el amigo de los romanos, en el año 313,
el día 7 del mes Diusios, Phodacos, el hijo de Pothon, dedica a su esclavo
260 EN BUSCA DE PABLO
Enel reinado del rey Cotys, el día 1 del mes Xandikos, Psycharion y sus
hijos Sogos y Anos. Karsandanos, Karagos y Metroteimos son liberados
para (¿en?) la casa de oración sin impedimento ni obstáculo a condición
de que sean concienzudos en su asistencia a la casa de oración y la hon-
ren y se hagan libres también bajo la custodia conjunta de la comuni-
dad judía (+és synagógés tón Toudaión) (SEG 43.510).
Enel reinado del rey Tiberio Julio Rhescuporis, amigo del emperador y
amigo de los romanos, piadoso, en el año 377, el día 12 de Pereitios, yo,
Chreste, que fui esposa de Druso, pongo en libertad en la casa de ora-
ción a mi esclavo Heraclas, criado en casa, de una vez por todas en cum-
plimiento de un voto para que vaya sin impedimento ni obstáculo de
ninguno de mis herederos a donde lo desee sin traba alguna, de acuerdo
con mi voto, a condición de que honre la casa de oración y sea con-
cienzudo en su asistencia a ella, con el acuerdo de mis herederos Hera-
clides y Heliconias y también bajo la custodia conjunta de la comuni-
dad judía (tés synagógés tón loudaión) (CIRB 70).
¿Adoradores de Dios?
Existe otra inscripción que parece confirmar la interpretación de
honrary asistir como una obligación religiosa (con o sin obligación)
económica y, también, indicar que esa fórmula es el equivalente local
de la categoría de «adorador de Dios» en otros lugares. Sólo hay un
caso en el que esta expresión concreta está presente en los textos de
manumisión del Bósforo; se trata de una inscripción del siglo 1
encontrada en Panticapaeum en 1928, publicada en 1935, pero
actualmente dada por desaparecida del Museo de Kerch (CIRB71,
citado en Levinskaya, 74).
Libero en la casa de oración a Elpias, mi esclavo doméstico, de manera
que no se vea perturbado ni sea atacable por parte de ninguno de mis
herederos, con la condición de que asista (proskarterein) a la casa de
oración bajo la tutela de la comunidad judía, y adore a Dios (kai theon
sebón).
Pablo en Jerusalén
Primera cuestión
Segunda cuestión
Cabe aceptar todo lo anterior sin tener por qué pensar que
alguien tuviera la obligación de salir para traer consigo a esos genti-
les, que alguien tuviera que cooperar con Dios en modo alguno que
fucra másallá de la esperanza, la oración y la santidad. ¿Cómo sabía
Pablo que humanidad y divinidad debían colaborar en ese momento
escatológico convertido en era? Ésta es la razón por la que la voca-
ción de Pablo resultaba tan importante. No es simplemente una
conversión del judaísmo farisaico al judaísmo cristiano, o de perse-
guidor a apóstol. Ni siquiera es una llamada vocacional especial a
algo bastante corriente y tradicional. Era, por el contrario, un estu-
pendo correlato de la novedad del clímax escatológico en cuanto
268 EN BUSCA DE PABLO
Pablo en Antioquía
veces). «Le dije a Cefas en presencia de todos: “Si tú, siendo judío,
vives como gentil y no como judío, ¿cómo fuerzas a los gentiles a
vivir como judíos?”» (2,14). Por cierto, Simón era su nombre ordi-
nario; Pedro y Cefas eran apodos bilingiies: el primero en griego y
latín, el segundo en hebreo y arameo.
Como todos los demás, Pedro había aceptado primero la opción
«sin kosher para nadie» en las comidas mixtas, pero en este momento
quería que los gentiles se sometieran a la alternativa «kosher para
todos». No nosha llegado la respuesta de Pedro, pero, indudablemen-
te, debió de decir algo como esto: «No es hipocresía, Pablo. Es simple
cortesía». Pablo admite ante los gálatas que todo el mundo, incluso
Bernabé, se opuso a él en Antioquía, y nosotros pensamos que, aun-
que no lo dice, rompió con todos ellos y se fue hacia el oeste para
nunca más volver, salvo para una última y fatídica visita a Jerusalén.
Pero la cuestión es: ¿era su postura la más aconsejable en Antioquía?
La cuestión no atañe a opciones religiosas, teológicas o morales,
sino a alternativas estratégicas, tácticas y retóricas. No pretendemos
cuestionar 4 posteriori la decisión de Pablo desde una distancia segura
y un tiempo muy posterior. Planteamos tal cuestión porque más
tarde, al escribir en 1 Cor 8 con respecto a las carnes sacrificiales, y
en Rom 14-15 con respecto precisamente a este mismo debate de
«kosher para todos» o «kosher para nadie» en la comunidad judía cris-
tiana y pagana cristiana de ese ciudad, Pablo mismo da una solución
muy diferente. En los dos casos, como vamosa ver en los capítulos 6
y 7, Pablo admite una libertad general pero aconseja una restricción
concreta. ¿Por qué no abstenerse, dice en esos dos pasajes posteriores,
de comer carnesacrificial pagana o comida no kosher judía para evitar
el escándalo de otros y mantener la comunión con ellos?
En cualquier caso, tras citar ese ataque a Pedro, Pablo continúa
con una frase en la cual todas las palabras clave se repiten tres veces
(«justificar», «obras legales», «fe», «Jesucristo») y que remacha clara-
mente su idea con ritmo muy marcado (2,16):
Unapersona es justificada
no por las obras de [la] ley,
sino por medio de la fe en Jesucristo.
Y hemosllegado a creer en Cristo Jesús
a fin de poderser justificados por la fe en Cristo
y no por hacer las obras de [la] ley,
porque perlas obras de [la] ley nadie será justificado.
270 EN BUSCA DE PABLO
Elcontraargumento de Pablo
Tras las tres grandes misiones de Pablo se pueden ver tres estra-
tegias divergentes. La primera misión, en los años treinta EC, en
Arabia, se había visto favorecida, por un lado, por el hecho de que
judíos y árabes tenían un antepasado común, Abrahán, y ambas cul-
turas circuncidaban a sus varones. Pero se había ido al traste, por
otro lado, debido a la guerra entre Herodes Antipas y su «divor-
ciado» suegro, Aretas IV, en el 37 EC. La segunda misión, en los
años cuarenta EC, bajo la jefatura de Bernabé, fue una misión
mucho más viajera, no se centró en las capitales y bien pudo discu-
rrir tal como Lucas la describe: centrada en convertir a judíos y a
temerosos de Dios dentro de las sinagogas. La tercera misión, en los
afios cincuenta, con Pablo comojefe, se centró en las capitales de las
provincias romanas y en los temerosos de Dios más que en los judíos
plenos o en los meros paganos. En el presente libro no vamos a
hacer tentativa alguna de establecer una cronología paulina más pre-
cisa, porque esto sólo se puede hacer, o incluso intentar, aceptando
datos lucanos, especialmente acerca de la comparecencia de Pablo
ante Galión en Corinto en el 51-52, que no es histórica.
Pero bien sabéis que una enfermedad corporal me dio ocasión para
evangelizaros por primera vez, y, no obstante la prueba que suponía para
vosotros mi cuerpo, no me mostrasteis desprecio ni repulsa, sino que me
recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús. ¿Dónde está
ahora el parabién que os dabais? Pues yo mismo puedo atestiguaros que
os hubierais arrancado los ojos, de haber sido posible, para dármelos
(4,13-15).
una parte considerable del año. Las consecuencias negativas se ven acen-
tuadas por la desidia y por el incremento de las marismas, pero es ine-
vitable y sólo parcialmente curable (96).
con justicia aceptar que éste es el comienzode la vida y del vivir, el final
del pesar por haber nacido... Mi opinión es que todas las poblaciones
deberían tener el mismo día de Año Nuevo, el cumpleaños del muy
divino César, y que ese día, el 23 de septiembre, deberían tomar todos
posesión de sus cargos.
Perspectiva general
Figura 80.
Excavaciones
realizadas por el
Instituto
Arqueológico
Austriaco del
Artemisión del
siglo VII en
Éfeso.
¿Artemisa inviolada?
tienen una pose más rígida y matronil, con tocado, collares, una
falda ceñida con decoraciones animales en forma de baldosa y, como
elemento más característico, una serie única de protuberancias a
modode pechos desde el busto hasta la cintura (figuras 81 y 82). No
era madre, pero era maternal, y probablemente por esa razón su
templo era célebre como lugar donde se podía buscarasilo sin peli-
gro y depositar dinero con seguridad. Recuerda, a propósito de esto,
lo que dijimosen el capítulo 2 acerca de los esclavos que huían bus-
cando protección la capilla de una deidad o a un amigo de su amo.
La inviolabilidad del santuario de la virgen Artemisa era legendaria;
abundan las historias de grandes depósitos financieros y de nume-
rosos esclavos fugitivos, hijas prometidas infelizmente en matrimo-
nio, deudores insolventes o simples ladrones que buscaron asilo en
su santuario. El inviolado recinto de Artemisa estaba marcado con
inscripciones como la que anunciaba: «El límite (semenos) del asilo
de Artemisa... Quienquiera que lo traspase queda a su vez acusado»
(1. Ephesos 5.1520).
Allí podían los esclavos ser manumitidos por sus amos, y los
esclavos maltratados que hasta allí huían podían obtener asilo y
pasar al servicio de la diosa. Algunas inscripciones muestran que los
Figura 84. Capitel con cabeza de toro que servía de rematea las columnas
del ágora estatal de Éfeso; se sacrificaban torosa las principales deidades,
y cl ágora estatal estaba dedicada a Artemisa, Augusto y Viberio.
DIOSES, DIOSAS Y EVANGELIOS 303
Al elemento religioso se añadían en ellas las delicias del vino y los ban-
quetes, para que pudieran ser atraídas las voluntades de un mayor
número. Cuandoel vino había inflamado sus mentes, y la noche y la mez-
cla de varones y hembras, de jóvenes y viejos, habían acabado con todo
sentimiento de modestia, se empezaba a practicar primero toda clase de
corrupción, puesto que cada cual tenía a la manoel placer que respondía
a aquello a lo que su naturaleza estaba más inclinada. No había tan sólo
una única forma de vicio, los promiscuos apareamientos de hombres y
mujeres libres, sino perjurios, sellos, testamentos y pruebas falsificados,
todo salido de ese mismotaller: asimismo, envenenamientos y asesinatos
secretos, de manera que a veces ni siquiera se encontraban los cuerpos
para darles sepultura. Muchas cosas se acometían con artimañas; muchas
más, con violencia. Esta violencia quedaba oculta porque en medio de los
alaridosy el estrépito de tambores y cimbalos no se podía oír grito alguno
de las víctimas mientras proseguían el libertinaje y los asesinatos (39.8).
Vigilancia de lo inaceptable
Si la gente se reúne con un propósito común, sea cual sea el nombre que
les demosy por la razón que sea, pronto se convertirán en un club polí-
tico. Es mejor criterio, pues, proporcionar el material necesario para
hacer frente a los incendios e instruir a los propietarios en el modo de
hacer uso de él, apelando, si les parece necesario, a la ayuda de las
muchedumbres que se reúnen (10.34).
Falo y control
Poder y posesión
Poder y penetración
Figura 91.
Bajorrelieve de
Pompeya. El gesto del
brazo del hombre revela
su pasividad y, por
tanto, la conducta
servil de la mujer.
DIOSES, DIOSAS Y EVANGELIOS 32 1
Figura 92.
Camafeo con un
hombre y lo que
parece ser un
muchacho
Joven.
Poder e imperialismo
En cadenas proconsulares
Epafras y Epafrodito
Sufrimiento y mística
fórmula «en Cristo» (o «en el Señor») aparece 164 veces en los escritos
de Pablo: es realmente la expresión característica de su cristianismo... El
elemento constitutivo de la mística es la inmediatez del contacto con la
deidad (80, 140, 147).
Cuando Pablo les dice a los gálatas: «Ya no vivo yo, sino que
Cristo vive en mí» (2,20), debemos tomar su afirmación lo más lite-
ralmente posible, porque Pablo, en cuanto místico extático, experi-
menta su relación con Cristo dentro de tan borrosa distinción y en
el marco de esa identidad conjunta. En un mundoenel cual la iden-
tidad estaba a menudo configurada por la relación de uno con
Roma —porestar, por decirlo así, «en Roma»—, insistir en definirse
exclusivamente por estar «en Cristo» era en el mejor de los casos
subversivo, y en el peor, constitutivo de traición.
Mistica y resurrección
¿Piensa Pablo, por tanto, que sólo los místicos pueden ser cris-
tianos o que todoslos cristianos deben ser místicos? En una palabra:
sí. Y la razón es que han aceptado el don dela vida dentro de la resu
rrección entendida como una era. Están ya viviendo en/por/con cl
Espíritu de Cristo y en/por/con el Cuerpo de Cristo.
El Espíritu de Cristo
A lo largo de sus cartas, Pablo habla repetidamente del «Espí
ritu» o «el Espíritu Santo». En unsolo capítulo de Romanos ident
DIOSES, DIOSAS Y EVANGELIOS 339
fica a ese Espíritu Santo como «el Espíritu de vida en Cristo Jesús»
(8,2) y también como«el Espíritu de Dios» (8,14). Pero ademásles
dice a sus lectores: «Vosotros estáis en el Espíritu, ya que el Espíritu
de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo no
le pertenece» (8,9).
En primer lugar, por supuesto, esas expresiones hacen hincapié en
la identificación entre «el Espíritu de Dios»y «el Espíritu de Cristo».
Para Pablo, sea cual sea la expresión exacta que use, sólo existe un
Espíritu, el Espíritu Santo de Dios en Cristo. Pero, aunque habla, por
ejemplo, del «Espíritu del Hijo [de Dios]» (Gál 4,6) y el «Espíritu de
Jesucristo» (Flp 1,19), es más habitual que hable del Espíritu (Santo)
(de Dios). En segundo lugar, Rom 8,9 hace hincapié en una recipro-
cidad bidireccional. Decir «vosotros estáis en el Espíritu» significa «el
Espíritu está en vosotros», y afirmar «vosotros poseéis el Espíritu» sig-
nifica «el Espíritu os posee». Es un proceso absolutamente bidireccio-
nal, pero, por supuesto,la base es una charís, una gracia, un don libre
de Dios.
En sí mismo,el Espíritu o espíritu es bastante claramente comoel
aglutinante invisible que mantiene unido a cualquier grupo en torno
a un recuerdo pasado, un propósito presente o un proyecto futuro. Es
lo que convierte a una colectividad de personas en una comunidad de
compromiso de manera permanente o transitoria. Se manifiesta en
aquello que una comunidad piensa, dice y hace; planea, decide y
acepta; cree, espera y ama. Á partir de ahí, todo depende del contenido
de dicho Espíritu. Y si hablas de un Espíritu Santo, todo depende de
la naturaleza de esa santidad. Finalmente, si invocas al Espíritu de
Dios, todo depende dela indole de ese Dios.
Puedes insistir, con Pablo, en que el Espíritu de Dios es una charis,
una gracia, un don libre como,por ejemplo, el aire o la gravedad. Por
lo que se desprende de esas analogías, el Espíricu de Dios es algo que
ho se puede crear con la propia actividad ni merecer por la propia vir-
tud. Pero además está permanentemente disponible para todos y sólo
exige que lo aceptes libremente y cooperes plenamente con él. Pero,
aun así, todavía tienes que afrontar esta cuestión: ¿cuál es la índole de
ese Dios cuyo Espíritu te ha llegado de improviso como un don libre?
El Cuerpo de Cristo
Por un lado, el cuerpo es una metáfora simple y bastante obvia
de cualquier asamblea de miembros unidos en una comunidad.
340 EN BUSCA DE PABLO
Figura 98. Panel 3 de las copas de Boscorcale, con Viberio vestido con
armadura ante cl temple capitelino de Júpiter, sacrificando un toro.
DIOSES, DIOSAS Y EVANGELIOS 347
con Pablo y no con Lucas fue que quien presidía la eucaristía era un
sacerdote episcopaliano, un canónigo catedralicio y una mujer.
Perspectiva general
Augusto en el ágora
Templos
El emperador estaba en la cúspide misma de la pirámide patro-
nal del Imperio romano. Eso estaba tan claro en Corinto como en
esos otros muchos emplazamientos mediterráneos que hemosvisto
ya. Tanto alrededor del foro de esta colonia romana como en medio
de él —una superficie con las dimensiones de tres campos de fútbol-
existían varias estructuras, estatuas e inscripciones que honraban a
los emperadores romanos.
En primer lugar, en el extremo este se encontraba la basílica
Juliana, un edificio comercial donde los excavadores encontraron
muchas estatuas julio-claudias puestas allí por corintios acaudala-
dos. En segundo lugar, entre los escombros de Corinto se encontró
una de las inscripciones más antiguas en honor del divino Julio
César, DIVO IUL[10] CAESARI. En tercer lugar, un arquitrabe de már-
mol da testimonio de un santuario y una estatua de Apolo Augusto
conectados con una serie de tiendas (Corinth 8.2, n* 120). En
cuarto lugar, el lado oeste del foro estaba formado por templos vin
culados de diversas maneras a los emperadores. Un ejemplo es el
templo de Venus (templo FE), construido en tiempos de Augusto en
honor de esta diosa como divina antepasada de ese emperador y
comola madre de los romanos. Otro es el templo del dios favorito
¿QUIÉN Y QUÉ CONTROLA VUESTRO BANQUETE? 359
Flamines
El plano del foro deja claro que los arquitectos de la ciudad
abandonaron la distribución axial estricta para crear una vista clara
desde el templo E hacia el altar principal del foro (figura 101).
Dichoaltar, junto con una inscripción casi completa del 54/55 EC,
indica no sólo el puesto central del sacrificio en la religión cívica,
sino también la importancia del patronazgo. La inscripción, encon-
trada sobre la base de una estatua que desapareció hace mucho,
honra a un tal Gayo Julio Spartiaticus, un magnate espartano y ciu-
dadano corintio acaudalado e influyente con un largo y distinguido
historial de servicios a la familia imperial. Su patrono, el divino
Claudio, le otorgó el rango ecuestre y, más tarde, Nerón le confirió
diversos honores porservicios prestados. El más importante de éstos
IA
Basílica
juliana
Usgura 301,
Plano del foro
de Corinto con
sus muchos
templos,
360 EN BUSCA DEPABLO
Augustales
También otros grupos buscaban el patronazgo del emperador. Se
sabe que en ciudades de todo el imperio, y especialmente en colonias
romanas como Corinto, existían los augustales, un grupo de clase baja
de libertos. En el foro de esa ciudad erigieron una inmensa placa
forma de mármol azul con una estatua de Augusto enorme a juzgar
porlas grandes marcas de sus pies, la huella de una lanza o bastón y
la inscripción dedicada a los lares Augusti, los espíritus de los antc-
pasados de Augusto. Solo, ninguno de esos libertos corintios podría
haber ascendido a altura alguna dentro de los bloques piramidales
del sistema patronal de Corinto. De hecho, cada unodeellos era,sin
duda, cliente de éste o aquel patrón más acaudalado y más influyente.
Pero, al unirse como grupo, podían adquirir tal monumento público
y así demostrar a la ciudad y a quienes la visitaban su devoción al
César, con la esperanza, si no de su favor imperial directo, sí al menos
de la atención de alguien como Spartiaticus. Esa gran notoriedad,
junto con su dinámica de grupo semiexclusivo, atracría a muchos
adláteres de niveles inferiores a convertirse en clientes potenciales de
los patronos de tercer o cuarto nivel de los augustales.
Comidas
Las dos inscripciones precedentes estaban situadas en el eje con
tral del foro, donde se ofrecían sacrificios en los natalicios, amiversa
¿QUIÉN Y QUÉ CONTROLA VUESTRO BANQUETE? 361
Recostarse en el Asclepeion