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Entrevista a un experto

Walter Obando Licera, Jefe de la Autoridad Nacional del Agua


1. Cuénteme ¿cómo observa usted que suceda esta situación. ¿Cómo actúa
el ANA al respecto?
Como Autoridad Nacional promovemos el cuidado del agua en el territorio
nacional, particularmente en sus orígenes, es decir en los ríos, manantiales,
lagos, lagunas, glaciares y acuíferos. Debemos ser más eficientes en el manejo
de los recursos hídricos para asegurar su sostenibilidad, es decir que las
generaciones futuras puedan seguir contando con este elemento natural.

Recibimos con inquietud las estadísticas sobre el uso del agua en el distrito de
San Isidro. En tal sentido, las acciones que algunos vecinos realizan sin hacer
un adecuado cuidado del agua merecen nuestra atención y respuesta. En
ocasiones, advertimos como ciudadanos de a pie el uso del agua potable para
el regadío de jardines o el exceso en el regadío de parques. Estos hechos no
deben ocurrir, más aún si tenemos en cuenta que San Isidro está localizado en
una región árida, con menos de 5 mm de lluvia al año.

Entre las acciones que nuestra institución ha desarrollado para esta


problemática destacan las de sensibilización a la población, en donde se brinda
una visión compartida del agua. Es decir, creemos que es importante que los
vecinos de San Isidro conozcan que el agua no es un recurso infinito, que es
importante su cuidado desde sus orígenes, en las partes más altas de la sierra
de Lima, hasta nuestros caños. Nos hemos enfocado en la población escolar, a
quienes explicamos esta situación, como parte de nuestra campaña:
“Aquabus”.

Adicionalmente a esta acción, hemos fortalecido el trabajo con Sedapal,


organismo a cargo del abastecimiento del agua potable y los servicios de
saneamiento. A través de mesas de trabajo instaladas este año, discutimos y
programamos alternativas de solución a temas como el monitoreo de la calidad
del agua, la eficiencia del servicio y el conocimiento de las fuentes de agua.
Sedapal es el responsable directo del servicio de agua potable de San isidro.
Por esta razón resulta importante fortalecer la alianza entre la Autoridad y este
organismo.

2. Cuénteme ¿cuáles son las dificultades principales que presenta Lima por
esta situación?
Lima está asentada en una zona donde la precipitación es escaza. En
promedio llueve menos de 5 mm por año. Las aguas del río Rímac no son
suficientes para atender a toda la población de la ciudad. Debemos traerla del
otro lado de la cordillera, desde el río Mantaro, y sumar además agua de
pozos, para completar las demandas de la capital.

Las principales dificultades se centran en cuidar la calidad del agua que


tenemos. Existen brechas importantes para el tratamiento del agua
provenientes de los desagües urbanos y la contaminación por minería y la
actividad industrial. Es necesario que las ciudades tengan una mejor gestión de
los residuos sólidos, para que no sean arrojados a los ríos y canales de riego.
En el 2016, se ha estimado que hubieron más de 34 millones de litros de aguas
contaminadas a los ríos Chillón, Rímac y Lurín.

Otro aspecto incluido en la planificación es la gestión de riesgos. En el 2017,


durante la ocurrencia del fenómeno El Niño, fuimos testigo de la vulnerabilidad
de la ciudad ante las lluvias extremas. La carga de sedimentos en el río Rímac
impidió la normal producción de agua potable, generando desabastecimiento
de agua en las casas y domicilios.

3. ¿Qué acciones implementa el ANA para reducir este problema? ¿Por


qué?
La Ley de Recursos Hídricos, aprobada en el 2009, establece que el manejo
del agua debe desarrollarse a través de un modelo de gestión integrada. Es
decir, que las decisiones que las autoridades y ciudadanos tomemos en torno
al agua deben considerar los múltiples aspectos (cantidad, calidad,
oportunidad, riesgos, entre otros) asociados a este elemento, bajo un enfoque
participativo y de sostenibilidad.

Entonces, uno de los primeros pasos es el de fortalecer los mecanismos de


participación de la población en la gestión de este elemento. En el Perú estos
espacios son denominados Consejos de Recursos Hídricos de Cuenca, en los
cuales participan autoridades, sociedad civil, comunidades y responsables de
la operación de la infraestructura hidráulica. En el 2016 se creó el Consejo de
Recursos Hídricos Chillón – Rímac – Lurín, conducido por la Municipalidad
Metropolitana de Lima y asistida técnicamente por la Autoridad Nacional del
Agua. Este mecanismo permite que la planificación del agua en Lima se
desarrolle de manera participativa, respetando los intereses de todos los
sectores, considerando los aspectos sociales, ambientales y económicos.

Además, es importante el conocimiento de los recursos hídricos de la ciudad.


No podemos gestionar lo que no conocemos. En tal sentido, este año la
Autoridad ha mejorado la organización y disponibilidad de información sobre
los ríos Chillón, Rímac y Lurín, gracias al apoyo de la Cooperación Alemana
GIZ y con la participación de Senamhi, Ingemmet, la empresa privada, los
gobiernos regionales de Lima y el Callao, y la Municipalidad Metropolitana de
Lima. Se ha creado el Observatorio del Agua Chillón Rímac Lurín, en donde la
ciudadanía puede consultar la información sobre la cantidad y calidad del agua.

Otra acción desarrollada por la ANA es la elaboración del Plan Maestro de


Restauración del río Rímac. Este documento, formulado con apoyo del
gobierno de Corea, define intervenciones para recuperar la calidad del agua del
Rímac, a través de plantas de tratamiento de agua residual, restablecer los
espacios de protección de las riberas y asegurar la provisión de agua para la
Lima, con una represa de 34 millones de metros cúbicos.

Adicionalmente, todos los años monitoreamos la calidad del agua del Rímac, a
través del muestreo en puntos específicos. Inspeccionamos las fuentes de
agua para su protección y conservación. Esto nos permite tomar acción sobre
la identificación de las fuentes de contaminación, asegurar la disponibilidad de
agua y coordinar acciones con Sedapal para asegurar el abastecimiento de
agua. Debemos tomar conciencia que habrá agua para todos, si todos
participamos en su cuidado.

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