Lucio Colletti
IDEOLOGIA
Y
SOCIEDAD
Fy Barcelona, 1975lndlisis de la sociedad, es decit en un modo de edescubri
que cada forma de saber es tan s6lo vehiculo y mésc
dle unos intereses.psicolégicos, asi, por el contrarioy
‘Sélo —como anota justamente Lukées— el puesto
neokantismo de Rickert esta aqui sustituido por
filosofia existencial a lo Jaspers-Heidegger, sociologi
es decir, un irracionalismo todavia més turbio y patent
si es que puede ser posible.
des, Die Zerstinne der Vermin, ci . 50 (Et asi
BERNSTEIN Y EL MARXISMO DE LA
SEGUNDA INTERNACIONAL
1. El testamento politico» de Engels
En Ia introduccién a Ia primera reedicién de La tue
cha de clases en Francia, escrita en marzo de 1895 pocos
meses antes de su muerte, Engels observaba que el prin-
cipal error cometido por Marx y por él mismo, en la época
de la revolucién del 48, habia consistido en considerar
que la situacién europea de entonces estaba ya madura
para Ja transformacién socialista: «La historia nos ha des-
mentido a nosotros y a quienes pensaban de andloga mane-
ra, Ha mostrado claramente que el estado de ta evolucién
econémica del Continente distaba todavia mucho entonces
de estar maduro para la eliminacién de la produccién
capitalista; lo ha demostrado por medio de la revolu-
cién econdmica que desde 1848 se ha aduefiado de todo
el Continente (...) haciendo de Alemania un verdadero
pais industrial de primer orden»!
‘A este error de apreciacién acerca del nivel reat del
desarrollo capitalista en 1848 habia concurrido relevante-
mente también, segtin Engels, una concepcién politica
equivocada que Marx y él habfan inferido entunces de la
1, K, Manx, Exosts, 1848 en Francia y en Alemania. La intro-
daccidn de Engeis 9 la primera reedicion de La lucha de clase:
on Francia, de Mars, de donde se han tomado Tas citas siguientes,
festa fechada en Londres el 6 de marzo de 1895.
nexperiencia historia revolucionaria anterior, sobre toda
de la francesa; se train de In idea de revoluciGn come
hecho ade minoviass +Era, pues, logico e inevitable que
nuestra manera de representarnos el cardctr la mares
de la revolucion *socla” proclamada en Paris en Cebrero
de 1848, de in revolucién del protetariao, estuviese fuer,
temente telda por el recuerdo de los modelos de 1789 5
de 1830. Pero, puesto que stodas las revoluciones. pasa
das han conducido a la sustitucién del dominio de’ ung
clase por el dominio de otras, y shasta ahora todas lag
clases dominantes eran solamente pequefias minctias req
pecto de la masa del pueblo dominaday, ela forma comd
de todas esas revoluciones consistia en el hecho de. qud
todas ella eran revoluciones de minoriasy: «incluso cust
do fa mayoria tomaba parte activa en ella, To hacia sola |
mente, conscientemente 0 no, al servicio de una
pero este hecho, o incluso solamente el hecho de la act
(ud pasiva y de a falta de resistencia de la mayorta, aba
ata minora la apariencla de ser el representante de toda
€l pueblos
‘Ahora bien: a esta extensién indebida del cardcter de
Jas revolucionee anteriores va lag luchaa del proleeriads =
por su emancipacione habia opuesto la historia un dure
mentis, La historia sha revelado -eseribe Engels que
nuestra concepeién de entonces era una ilusiéne. «La his
toria hao incluso més lejos: no s6lo ha demolido nues
tro error de entonces, sing que ha cambindo radiealmenie?
las condiciones en que ha de luchar el proletariado. El
modo de combatir de I848 es hey anticuadlo en todos Tos
aepectos, y es éste un punto que merece ser examinado
tnds de cerca en la presente ocasion » i
La conclusion que obtiene Engels de este examen es
aux, teniendo en cuenta los grandes ejérctos permanente,
modernos (ademas, naturaimente, del caréeter mismo de
Ia transformacién socialist}, sta época de los golpes por
sornresa, de las Tevoluciones hechas por pequees min:
vias a Ia eabeza de masas inconscientesr ha pasado Ya,
irrevoeablemente, «Donde se trata de una transformacion,. |
complcia de las organizaciones sociles eben partcipar’» |
; i
a
| Jas masas mismas; ahi las masas mismas deben haber
comprendido ya de qué se trata, por qué dan su sangre
y su vida, Esto es lo que nos ha ensefiado la historia de
Jos tltimos cincuenta afios. Pero para que las masas com>
prendan lo que se debe hacer es necesario un trabajo
largo y paciente, y es este trabajo lo que nosotros esta-
mos realizando ahora, y lo Hevamos a cabo con un éxito
que hunde a nuestros adversarios en Ia desesperacién.»
‘La necesidad de este trabajo largo y paciente —que es
cel lento trabajo de propaganda y la actividad parlamen
tariae— se reconoce como «la tarea inmediata del parti-
do», no s6lo en Alemania sino también en Francia y en
los demas epaises latinos», en los que «cada vez se com-
prende mas que la vieja tactica debe ser revisada». De to-
tlos modos, «pase lo que pase en los demas paises», este
cs el camino por el que debe seguir avanzando la social-
democracia alemana, como vanguardia del movimiento
internacional.
44Los dos millones de electores que envia a las urnas,
junto con los jévenes y las mujeres que estén detras de
{ellos y no tienen voto, forman la masa mds numerosa y
més compacta, la “fuerza de choque” decisiva del ejér-
ito protetario internacional. Esta masa suministra, ya
hoy, més de la cuarta parte de todos los votos emi
dos; y crece incesantemente, como lo demuestran las
tlecciones complementarias al Reichstag, las clecciones
fa las Pietas de los distintos estados y las elecciones
‘municipales y de tribunales industriales, Su crecimiento
avanza de un modo tan espontineo, tan constante, tan
incontenible y al mismo tiempo tan tranquilo como an
proceso de la naturaleza, Todas las intervenciones del
gobierno han resultado impotentes contra él. Hoy pode
mos contar ya con dos millones y cuarto de electores.
SSi este avance continda, antes de terminar el siglo ha-
‘bremos conquistado Ia mayor parte de las capas inter-
medias de la sociedad, tanto los pequeios burgueses
‘como los pequefios campesinos, y nos habremos conver-
tido en la potencia decisiva del pafs, ante la que ten
drén que inclinarse; quignranlo. 0 no, todas las demés
potencias. Mantener en marcha ininterrumpida este ji
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