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Introduccién Marfa Epele Hay pocos problemas sociales que convocan a tan amplio espectro de ac- tores, saberes, organizaciones e instituciones como el consumo de drogas. Diversos andlisis expertos, mtltiples teorfas y argumentos, dehates politi- cos y de salud, disetios terapénticos y modos diferentes —hasta opuestos— de gestionar las realidades que involucran, definen wn campo complejo y de limites borrosos. Dentro de este casi inabordable dominio, las investi- gaciones socio-antropolégicas que abordan el consumo de drogas —0 que lo incluyen dentro de las realidades investigadas— han desarrollado ciertas perspectivas tedricas y argumentos, ponderado diferentes aproximaciones metodolégicas de abordaje, y sistematizado ciertos resultados sobre esta problematica. A diferencia de las investigaciones antropoldgicas tradicionales sobre sustancias psicoactivas, los estudios en poblaciones marginalizadas de las sociedades urbanas y contempordneas han examinado ciertos nudos te- maticos, quedando todavia por explorar otras diversas areas. Las par- ticularidades que asumié el capitalismo neoliberal y globalizado en las sociedades latinoamericanas y argentina, la internacionalizacion de las politicas de drogas conjuntamente con los desarrollos tedricos y politicos orientados hacia la descriminalizacién de la pobreza y del uso de drogas, las modificaciones en los sistemas de salud (privatizacin, precarizacién, mercantilizacién) conjuntamente con los movimientos sociales que respon- den a las designaldades y la pobreza, ofrecen un mapa social, politico y de salud complejo ¢ idiosincratico para nuestras realidades (Svampa, 2005) En didlogo con estos problemas y particularidades, en este libro se abor- dan ciertos modos de entender, cuidar y tratar los malestares, padecimien- tos y enfermedades asociados —directa o indirectamente— con el consumo problematico de drogas en poblaciones marginalizadas. A diferencia de la terminologfa utilizada en los saberes biomédicos y expertos en general (en- fermedades, adicciones, trastornos, etc.) el “padecer, cuidar y tratar” los consumos de drogas, hace posible no sélo sistematizar nuevas dimensiones de andlisis y criticas sobre esta tematica. También abre la posibilidad de incluir ~adems de los abordajes expertos e institucionales— las perspecti- # 8 Padecer, cuidar y tratar Introduccién 9 y experiencias nativas, es decir, de los propios actores sociales, tanto en sus modos de entender los padecimientos asociados directa. o indirecta- mente al consumo de drogas, como de llevar a cabo acciones y estrategias para promoyer bienestar y salud. A su vez, ofrece una mirada erftica sobre las politicas dominantes y los modelos de subjetividad que contienen. Teniendo como coordenadas el padecer, cuidar y tratar, analizar los saberes y prdcticas, los modos de cuidar y de tratar tanto los consumos problematicos como a los consumidores, consiste en interrogarlos simulté- neamente desde las perspectivas econdmicas y polfticas, desde los procesos orientados hacia la produccién del bienestar, la salud y la ciudadania. Esta perspectiva es particularmente pertinente para encarar el amplio espec- tro de temas abordados en este libro, que incluyen realidades no sélo del area metropolitana de Buenos Aires, (Argentina), sino también de Rio de Janeiro y San Pablo (Brasil), y Bogota (Colombia). Sobre el padecer Las dolencias y sufrimientos sociales, sus particularidades y variaciones respecto a, las diferentes regiones, poblaciones, clases sociales, etnias, gé- neros, periodos histéricos y regimenes politicos, se han constituido en el curso de las ultimas décadas en nociones centrales de la Antropologia en general, y de la salud en particular (Kleinman, 1991; Kleinman et al., 1996; Farmer, 1997). Tomando distancia de aquellas investigaciones de la Antropologfa de la salud tradicionales, caracterizadas por la contamina cién de la terminologia médica y, en ocasiones, hasta la medicalizacién de los andlisis, hablar en términos de malestares y padecimientos hace posi- ble problematizar y mapear modos de sufrir con una baterfa conceptual propia de la disciplina antropolégica. Ademas, estas perspectivas promue- ven una aproximacién no sélo a los procesos sociales que los producen, sino también a los modos en que la biomedicina (psiquiatria, psicologia y otres saberes considerados expertos en general), como los sujetos y pobla- ciones los viven y categorizan, los resisten, oponen, sobrellevan y alivian (Scheper-Hughes y Lock, 1997; pele, 2002). El desarrollo de la orientacién critica en este campo de la Antropo- logia en las Gltimas décadas ha modificado las mivadas sociales sobre el padecer y sus variadas y multiples estrategias de reconocimiento y reso- lucién (Baer et al., 1997). Las investigaciones sobre los padecimientos en poblaciones marginalizadas y que incluyen los problemas directa o indirec- ‘amente relacionados con el consumo de drogas, pueden categorizarse —en inizos generales— en dos contextos teméticos principales: los estudios de pobreza, designaldad, marginalidad, y violencia, por un lado, y aquellos ostudios que articulan vulnerabilidad social y de salud, por el otro. Las perspectivas criticas articulan —de diversas formas~ estos dos con- textos argumentales, es decir, privilegian el sehalar y analizar los modos en que los procesos macro-sociales (estructurales, institucionales, politi- cos y legales, culturales-simbélicos, etc.) modelan y son modelados por las micro-dindmicas, economfas, experiencias corporales, prdcticas y subjeti- vidades locales. La mayorfa de estos trabajos incluyen también —de forma © importancia variable- acciones y practicas individuales y colectivas por las que los conjuntos sociales y las poblaciones, se oponen y/o resisten a aquellos pracesos, los que, en ocasiones, participan en la produceién de malestares y dolencias especificas (Farmer, 2003). Ademas, estas investi- gaciones senalan los modos en que las transformaciones del capitalismo neoliberal, especificamente, las caracteristicas de la pobreza estructural, el incremento de la desigualdad social y las modificaciones en las caracte- risticas del trabajo formal e informal, se vinculan con las caracteristicas de las actividades laborales en las economfas ilegales, las practicas de con- sumo de drogas, el tipo de las sustancias consumidas, sus variaciones en el tiempo al nivel global, regional y local, y sus consecuencias para la salud y la supervivencia de poblaciones marginalizadas (Bourgois, 1995; Carlson, 1996; Agar, 2003; Escudero, 2003). Por otro lado, los modos en que dife- rentes tipos de violencia (estructural, cotidiana, simbdlica, fisica, sexual, etc.) asociados a las condiciones de pobreza y desigualdad producen da- tos, heridas y sufrimientos, y se vinculan -modelan y son modelados— por las caracteristicas de las economfas ilegales, las estrategias de criminali- zacion y represién, y los modos dominantes de morir de los jévenes de los sectores populares (Epele, 2010). Asimismo, estas nociones estructura también aquellos estudios que privilegian la investigacién de los rnales- tares, padecimientos y enfermedades vinculados directa 0 indirectamente con el consumo de drogas, y que han cubierto un amplio espectro de problemas (enfermedades infecciosas -vIH-SIDA, hepatitis, etc.—, las rela- ciones entre los consumidores de drogas y el sistema de atencién de salud, las estrategias y programas de prevencién y rehabilitacién, la reduccién de dafios). Dentro de estos estudios que se ubicarfan dentro de la Antropologia Critica en general y de la salud en particular, es posible reconocer cier- tas férmulas dominantes en las argumentaciones, que se corresponden con 10 Padecer, cuidar y tratar Introduecién i diferentes formas de problematizar las realidades y que tienen diferentes implicancias respecto no solo a los resultados de las investigaciones sino también de las posibles intervenciones en los contextos en que se llevan a cabo. En este lugar considero tres entre las diversas formulas argu- mentativas sobre el padecer, a las que denomino: de las continuidades, arqueolégicas y de las rupturas, respectivamente. Si bien estan presentes en dosis diversas y combinadas en la mayorfa de los estudios, el privilegio de algima de ecllas da un sesgo particular y diferencia distintos tipos de andlisis. Problematizar los padecimientos en estas poblaciones implica, en primer lugar, abordarlos en términos de los procesos sociales que los producen. Esta perspectiva inclaye la formula, tesrica-argumentativa que deromino de las continuidades, Esta. orientacién consiste en deyelar y analizar un problema sefhalando las continuidades, articulaciones, causaciones, condi- cionamientos y superposiciones entire los procesos macro-sociales y dind- micas locales, con el objetivo de hacer inteligible no slo ciertas acciones, experiencias, practicas y/o emociones sino también las perspectivas nati- vas, a partir de las condiciones y légicas sociales que las producen. Los argumentos elaborados en relacién al consumo de drogas en base a es- ta formula de continuidades han mostrado la. importancia de ubicar las micre-practicas, las dolencias y malestares dentro de los macro-procesos del capitalismo, produccién y trafico de drogas, Estado y gobierno (po- liticas y leyes), la territorializacion de las diferentes formas de violencia, los procesos de medicalizacién y criminalizacién, y la naturalizacién que convierte en necesarias y universales relaciones histdrieo-politicas-sociales particulares. A través del disefio de este tipo de argumentos se hace po- sible, a su vez, de-construir el extrafiamiento, las sanciones sociales y la abyeccién de ciertas acciones, experiencias y perspectivas nativas que son cotidianas en determinados contextos sociales. A su vez, hace posi- ble esclarecer en virtud de qué légicas, las acciones simbdlicas, sociales y subjetivas por medio de las cuales se responde, opone y/o resiste, en ocasiones, terminan contribuyendo al deteriora, la fragilidad y la muerte de los propios sujetos sometidos a estos procesos. Aunque dominante, sin embargo, ésta no es la tinica forma de producir argumentos, esclarecer légicas, regular los niveles de extrafiamiento, ni producir erfticas. Otra estrategia de producir andlisis es la que denomino arqueologica. Desde este otro lugar se busca determinar en las mismas y variadas caracteristicas (formas, contenidos y sentidos) de las experien- cias, vineulos, practicas y producciones simbdlicas en ciertos contextos sociales, las huellas y expresiones de los macro-procesos sociales, politi- cos, econdmicos, de conocimiento y culturales. Desde esta orientacién, las transformaciones de las politicas y economfas no pueden pensarse como ubicadas en niveles més abstractos de andlisis o en obros lugares geogrd- ficos 0 conceptuales, sino que se encuentran en la matetialidad y en el detalle de las acciones, los modos de transitar, habitar y apropiarse de los territorios, las miradas, las modulaciones de los vinculos, las posiciones corporales, lag formas del decir, los modos de sentir alegria y placer, de suftir, de aliviar, sanar, y morir. Un claro antecedente de esta forma de acceder a la realidad es aquella definida por Benjamin (Buck-Mors, 1995) como micro-légica, por medio de la cual deseubre en cada objeto las hucllas del proceso de produccién, la historia, el pasado en el presente —en apariencia~ mudo. Por otro lado, esta mnidez de los monumentos, ha sido establecida como condicion de posibilidad para un tipo particular de interrogacion, de una arqueologia del saber por parte de Foucault. Lo familiar como extrano, lo excepcional on lo cotidiane, y el extranamiento como condicién para determinar la produccion de saberes,'definen modos “otros” de romper la naturalizacion y los regimenes de visibilidad-ocultamiento dominantes en determinados contextos histdrico-sociales. Desde esta perspectiva, las modificaciones en stares y dolencias, en los modos de consumir drogas, las formas los mal cambiantes y particulares que asume el deterioro corporal, las palabras y categorias con las que se habla acerca de ellas, devienen en lugares y mareas, la materia de la que estan hechas los procesos macro-sociales, las transformaciones histéricas y sociales que tienen © tuvieron lugar La otra estrategia para estructuvar argumentos desde las rupturas, con- siste en privilegiar en los registros y andlisis las discontinuidades. las ten- siones, vacios, silencios, malentendidos, fragmentaciones, distancias, las faltas de coordinacién o articulacién, el des-ligar, la diferencia. Desde es- ta perspectiva, se hace posible reconocer aquellas experiencias y formas particulares de padecer en contextos de marginacién y pobreza, inclu- yendo aquellos modos de sentir y de sufrir que se agregan en virtud de las discordancias, las fracturas sociales, vinculares y subjetivas. En este sentido, las fallas en la articulacién entre dominios de experiencias, la fra- gilizacién de los vinculos en los que el alivio, el cuidado y la reparacion de los daiios tiene lugar, el abandono y el olvido de ciertos conjuntos sociales por parte de los sectores dominantes de la poblacién, la ruptura de les modos en que no sélo el reconocimiento del sufrimiento de otros, sino de

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