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18 DESARRAIGADOS EN CENTROAMÉRICA Y MÉXICO

Dos veces retornada y separada de su familia, una niña se aferra a la esperanza

SAN SALVADOR, EL SALVADOR – Era junio de Isabel logró llegar hasta la Ciudad de México, donde
2016 cuando Isabel*, que tenía 13 años, viajaba en las autoridades de inmigración volvieron a detenerla.
autobús atravesando México con sus padres y su
hermana de cuatro años con el fin de encontrar segu- “Nos atraparon cuando estábamos saliendo de
ridad en los Estados Unidos. Su padre había recibido Ciudad de México”, recuerda Isabel. “Me llevaron
amenazas de muerte en su comunidad, Santo Tomás, a un lugar donde la comida a veces tenía gusanos
uno de los municipios más violentos de San Salvador. y moscas muertas, así que no me gustaba comer”.
Pasados otros tres meses, volvieron a deportar a
Antes de llegar a Monterrey, México, unos oficiales Isabel a El Salvador.
de la policía detuvieron el autobús y se subieron en
busca de migrantes sin documentación. En mitad “El año pasado regresé a la escuela”, dice. “Al prin-
de la confusión y la desesperación, a Isabel la sepa- cipio me costaba concentrarme porque, aunque me
raron de su familia. La dejaron abandonada en un obligaba a no pensar demasiado en mis padres, no
país desconocido, con personas desconocidas y sin lo lograba”.
tener ni idea de cómo llegar a casa. Es una escena
que se repite en su mente cada día. Ahora tiene 15 años y pasa mucho tiempo en un
parque de la ciudad, pensando en su situación. “Es el
La policía llevó a Isabel a un refugio para niños único momento en el que puedo despejarme la mente
en Reynosa, donde pasó un mes antes de ser de pensamientos tristes, de soledad y de culpabilidad
retornada. En el refugio, recuerda entre sollozos, por no haber sido capaz de cruzar la frontera”, explica.
“pensaba dos cosas: que quería regresar a El
Salvador y que quería estar con mis padres. Pero lo Pero no quiere repetir la experiencia. “Si una niña
que más quería era estar con mis padres”. Al final, me dijera que va a emigrar, le diría que no lo hiciera
la mandaron de vuelta a Santo Tomás. porque, si la atraparan, sufriría mucho y no se
harían realidad sus sueños”, asegura Isabel. “No
Tres meses más tarde, la madre de Isabel la llamó volvería a intentarlo. Creo que, si me lo propongo,
por teléfono desde el estado de Virginia, en los con la ayuda de mi familia y de la escuela, podré
Estados Unidos, donde los padres se habían asen- alcanzar mi objetivo de llegar a ser médico y apren-
tado, y le pidieron a la tía de Isabel que llevara a la der inglés. Entonces, podré visitar a mis padres”.
niña a la frontera entre El Salvador y Honduras. Allí,
la entregaron al mismo coyote que había guiado a
su familia hacia el norte en el primer viaje. * El nombre se ha cambiado para proteger su identidad.

Una señal en mal estado indica que las armas


están prohibidas en San Martín, un municipio
de El Salvador. En el país se registra uno de
los índices más altos de homicidios: 60 por
cada 100.000 personas.

© UNICEF/UN0126899/HEGER

LA INFANCIA EN PELIGRO – UNICEF AGOSTO DE 2018

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