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Reflexión – Preguntas Orientadoras

Estrés Infantil
¿Qué sucesos generadores de estrés pueden identificarse en la infancia? Los aspectos
sociales vinculados con las respuestas de estrés se pueden estudiar identificando tres
situaciones generadoras de éste: (1) sucesos vitales, definidos como la presencia de cambios
agudos que requieren ajustes drásticos durante en un corto tiempo, (2) estrés relacionado con
el rol, que se refiere a las demandas persistentes que requieren de reajustes de tiempo
prolongado, como en el caso del estrés crónico, y (3) dificultades cotidianas, es decir, eventos
menores ante los cuales se requiere de reajustes diarios, asociados con estrés cotidiano. Cada
una de estas situaciones contribuye de forma independiente a la predicción de los problemas
de salud asociados al estrés, aunque al interactuar se influyen mutuamente (Sandín, 2003).

¿Qué alteraciones neurobiológicas puede causar el maltrato infantil? se observan alteraciones


neurobiológicas en hipocampo, amígdala, cerebelo, cuerpo calloso, corteza pre frontal e hipotálamo
y en el funcionamiento del sistema de liberación de neurotransmisores de tipo catecolaminas y el eje
de activación hipotalámico-hipofisario-adrenal. (Mateos-Mateos, pág. 82)

Las alteraciones más importantes tienen que ver con afectaciones en el desarrollo cerebral y cambios
en el volumen de algunas zonas cerebrales, cómo el hipocampo o la corteza prefrontal, entre otras.
También se describen alteraciones en el funcionamiento de otras áreas, cómo la amígdala, haciéndolas
más sensibles a estímulos que provoquen miedo.

Pero, sin duda, el cambio más importante se da en el funcionamiento del eje hormonal de
afrontamiento al estrés, el denominado eje hipotalámico-hipofisario-adrenal. Este cambio influye en
cómo se responde después a situaciones estresantes, habitualmente con una mayor sensibilidad a éste
y una mayor vulnerabilidad al desequilibrio psicológico. La forma en la que el individuo se relaciona,
por tanto, puede verse afectada por estas alteraciones, principalmente con un mayor retraimiento
social y conductas desajustadas socialmente, que crean rechazo e incomprensión. También se ve
afectada el área de la salud mental, con una mayor prevalencia de trastornos afectivos y de ansiedad,
y la salud física, con una mayor prevalencia de enfermedades inflamatorias y problemas
cardiovasculares, entre otros.

¿Cuál es el Perfil neuropsicológico de los infantes como víctimas del maltrato infantil
y el estrés? Alejandro Amores-Villalba y Rocío Mateos-Mateos en su artículo expresaron que “El
perfil neuropsicológico de niños ˜ maltratados se caracteriza por problemas de atención, memoria,
lenguaje, desarrollo intelectual, fracaso escolar y elevada prevalencia de trastornos internalizantes
y externalizantes. Fallos en los procesos de neurogénesis, mielinización, sinaptogénesis y poda
neuronal, así como los posteriores danos ˜ en el hipocampo, amígdala, cerebelo, cuerpo calloso,
hipotálamo y corteza cerebral son la base neurobiológica sobre la que se asienta dicho perfil
cognitivo” (2017, pág. 81), lo que enfoca la problemática del asunto en cómo el maltrato al infante
afecta de manera negativa su desarrollo neurológico.

El maltrato infantil supone un factor ambiental estresante, susceptible de interferir en el desarrollo


del sistema nervioso central del nino, ˜ afectando a su funcionamiento actual y posterior. Alteraciones
cerebrales de tipo funcional y estructural, parecen explicar el funcionamiento neuropsicológico futuro
en personas víctimas de abusos durante la infancia (Mateos-Mateos, pág. 82)

El maltrato durante estas fases del desarrollo neurológico puede provocar fallos o carencias en
alguna etapa de este transcurso evolutivo, de modo que dificultará el funcionamiento correcto de la
fase siguiente, deviniendo en un proceso de carencias acumulativas y condicionará la correcta
adquisición de las competencias evolutivas. En concreto, los malos tratos tempranos originan
inhibición de la neurogénesis, una pérdida acelerada de neuronas (disminución no deseada de la
materia gris), retrasos en el proceso de mielinización (menor sustancia blanca, conectividad e
hipofuncionalidad neuronal) y alteraciones del proceso natural de poda neuronal (posible causa de
muerte de neuronas aptas o mantenimiento de neuronas que debieran ser podadas).

¿La presencia de Estrés qué consecuencias trae para la salud en la infancia a corto
y largo plazo? Muchas son las consecuencias del maltrato infantil; los problemas de empatía,
la tendencia a experimentar emociones negativas, la reactividad emocional, la mayor
percepción de hostilidad en los otros, el comportamiento impulsivo, las limitaciones en los
dominios intelectuales y la mayor probabilidad de ejercer violencia en la vida adulta, son la
base de partida que demuestran que en la vida de ese individuo existió un trastorno del
desarrollo de tipo bio-psico-social consecuencia – casi siempre – del maltrato, el hecho que
las habilidades psicosociales de base neurológica no se desarrollen en condiciones óptimas,
condicionan de gran manera la capacidad de adaptación y desempeño actual y futuro del
menor. Las consecuencias cerebrales del menor maltratado pueden desencadenarse en
problemas con la Memoria y atención, lenguaje, Regulación emocional, Cognición social,
desarrollo intelectual, alteraciones en sus funciones ejecutivas y falta de desarrollo en la
flexibilidad cognitiva.
¿Qué estrategias de afrontamiento del estrés son las más funcionales para
preservar el bienestar del infante y su red de apoyo? Las estrategias de afrontamiento
operan para disminuir los sentimientos de perturbación asociados con la amenaza.
Cuanto más se reducen los efectos negativos puede hablarse de que el proceso de
afrontamiento es más efectivo. La manera en que las personas afrontan el estrés puede
ser incluso más importante en el funcionamiento psicosocial que la frecuencia o
severidad de los mismos episodios estresores (Lazarus y Folkman, 1984).

El tipo de afrontamiento a la enfermedad, tanto de los niños como de los padres, reside
en las habilidades de que se dispongan para resistir correctamente al estresor, y esto se
ha conceptualizado como “fortaleza psicológica” (Kobasa, 1979). Las reacciones
emocionales de los padres, por ejemplo, tienen un impacto directo en el bienestar
emocional de los niños, en particular en lo que se refiere al manejo adecuado de
estrategias de afrontamiento, ya que los padres son modelos que los niños replican
(Soler, 1996).

Desde el marco teórico del modelo transaccional del estrés, Lazarus sugiere que ante
una situación de estrés hay que tener en cuenta: a) la valoración o apreciación que la
persona hace de los estresores, b) las emociones y afectos asociados a dicha apreciación
y c) los esfuerzos conductuales y cognitivos realizados para afrontar dichos estresores
(Lazarus y Lazarus, 1994). Por lo tanto, el afrontamiento puede estar orientado: 1) hacia
la tarea, centrándose en resolver el problema de manera lógica, las soluciones y en la
elaboración de planes de acción; 2) o hacia la emoción, centrándose en respuestas
emocionales (ira, tristeza, etc.), en la evitación, preocupación y reacciones fantásticas o
supersticiosas (Endler y Parker, 1990).

Qué acciones de Prevención pueden implementarse para reducir la acción del


estrés en la infancia? Dentro de las acciones que se adelantan para el bienestar
psicosocial es de vital importancia incorporar la actividad física desde la infancia y
mantenerla en la edad adulta ya que en consecuencia la actividad física junto con
actividades lúdicas tanto para niños como para adultos reduce el estrés mejorando los
proceso cognitivos mejorando el desempeño en todos sus ámbitos en la que está activo
el individuo; el ejercicio y la actividad motora inducen a la plasticidad cerebral debido
a los diferentes cambios cerebrales que produce la actividad física al momento de llevar
oxígeno y conocimiento, dentro del proceso que podrían explicar estos cambios se
encuentra la neurogénesis y la sinaptogénesis. Estas describen los efectos del ejercicio
sobre las estructuras y función cerebral, las características básicas del control motor y
los efectos del entrenamiento, aprendizaje y codificación de memoria motora, los efectos
de la actividad motora a varios niveles cerebrales, el proceso cognitivo como una
función en diferentes áreas cerebrales potencialmente implicada en el control motor y
la sinapsis pueden explicar los efectos del ejercicio y la actividad motora sobre la
cognición y el desarrollo integral del individuo.

Bibliografías

Galán, C., & Camacho, G (2012). Estrés y salud: investigación básica y aplicada. México, D.F., MX:

Editorial El Manual Moderno. Recuperado

de: http://bibliotecavirtual.unad.edu.co:2460/lib/unadsp/reader.action?ppg=160&docID=3214620

&tm=1513556006194

Amores-Villalba, A., & Mateos-Mateos, R. (2017). Revisión de la neuropsicología del maltrato


infantil: la neurobiología y el perfil neuropsicológico de las víctimas de abusos en la
infancia. Psicología Educativa, 2381-88. Recuperado
de: http://bibliotecavirtual.unad.edu.co:2051/login.aspx?direct=true&db=edselp&AN=S11357
55X17300234&lang=es&site=eds-live

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