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Renta vitalicia

Derecho
Privado III

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Contratos aleatorios
Al estudiar la clasificación de los contratos, hemos efectuado la distinción entre
contratos conmutativos y aleatorios, estableciendo que los contratos a título
oneroso son conmutativos cuando las ventajas para todos los contratantes son
ciertas, mientras que en los aleatorios las ventajas o las pérdidas, para uno de
los contratantes o para todos, dependen de un acontecimiento incierto.

Seguidamente, analizaremos algunos casos de contratos aleatorios regulados


expresamente por el Código.

Contrato oneroso de renta vitalicia


Este contrato está regulado en el Código Civil y Comercial en el Capítulo 24, del
Título IV (“Contratos en particular”), del Libro Tercero (“Derechos personales”).

Concepto
En su forma onerosa típica, el contrato de renta vitalicia obliga a una de las
partes a entregar a la otra un capital u otra prestación mensurable en dinero
(dinero u otros bienes muebles o inmuebles) a cambio de lo cual ésta asume el
compromiso de pagarle una renta de por vida.48

En este contrato se supedita la duración al componente aleatorio de la figura,


que es la vida de la persona fijada como cabeza de la renta (Pita, 2006). La
última parte del art. 1.599 estipula que esta obligación de pago de la renta se
asume “durante la vida de una o más personas humanas ya existentes
designadas en el contrato”.49

Las partes del contrato son el constituyente, que es quien entrega el capital; y
el deudor, que es quien lo recibe y se compromete a pagar la renta.

48 Art. 1.599 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


49 Art. 1.599 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

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El Código sólo se ha ocupado de regular el contrato oneroso de renta vitalicia,
que es la forma típica y más frecuente de constitución de estas obligaciones.

Sin embargo, al referirse a los casos en que el contrato se establece a favor de


un tercero, dispone que respecto del tercero se apliquen las reglas de la
donación, en tanto ese contrato constituiría una renta vitalicia gratuita
(excepto que la prestación a favor del tercero se haya convenido en función de
otro negocio oneroso).

Elementos esenciales
De acuerdo con el concepto expresado en el párrafo anterior, el contrato
oneroso de renta vitalicia supone los siguientes elementos esenciales:

a) La entrega de un capital, sea en dinero o en prestaciones mensurables


en dinero. Ese capital se entrega en propiedad, de modo que hay una
transferencia definitiva de dominio a favor del deudor de la renta.

b) El pago de una renta vitalicia, en forma periódica y de acuerdo con el


valor de las cuotas (el contrato debe prever la periodicidad y el valor de
cada cuota. Si no estipulare valor para cada cuota, se entiende que son
iguales entre sí). La renta debe pagarse en dinero, y si se prevé la renta
en otros bienes que no sean dinero (por ejemplo, x toneladas de soja),
al momento de su pago debe pagarse por el equivalente de esa
prestación en dinero.

Finalidad del contrato


Se ha dicho que el contrato oneroso de renta vitalicia es una suerte de seguro
de derecho civil, realizado entre particulares, y ahí radica su utilidad. Pita
(2006), al referirse a esto, manifiesta que la renta vitalicia debe ser calificada
como un contrato de previsión, cuya utilización ha mermado en la actualidad
ante otras formas organizadas e institucionalizadas de previsión, como el
contrato de seguro.

Efectos
Los efectos del contrato serán analizados seguidamente, al estudiar el régimen
legal del contrato oneroso de renta vitalicia.

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Régimen jurídico
Respecto a los beneficiarios, normalmente, la renta se paga a la persona que
entregó el capital, pero nada se opone a que el beneficiario sea un tercero.

Al respecto, Pita (2006) manifiesta:

Sin perjuicio de la naturaleza contractual de la renta vitalicia y


por ende su condición de acto jurídico bilateral, las
particularidades que presenta su posible regulación por las
partes posibilita la intervención de otros sujetos, a lo cual se
llega, ya sea acordando que la vida tomada como parámetro de
duración del contrato sea la de una tercera persona, ajena a las
partes, o por conducto de la estipulación a favor de un tercero,
cuando se instituye un beneficiario no contratante. (2006, p. 66).

Debe contratarse en beneficio de personas existentes, ya sea a favor de quien


entrega el capital o de otros, pero que existan al momento de la contratación.

Puede haber pluralidad de beneficiarios, en forma sucesiva o simultánea. La


diferencia es que en ésta última todos los beneficiarios comienzan a adquirir al
mismo tiempo, en tanto que en la sucesiva uno lo hace después del otro, lo que
implica que se previó una causa especial de extinción del derecho del primero y
de nacimiento del derecho del segundo. Esto está previsto en el art. 1603 del
Código.50 A modo de ejemplo, los beneficiarios son Juan y Pedro (simultáneos,
en cuyo caso, si no hay otra previsión, deben percibir la renta por partes iguales
y sin derecho de acrecer –si uno de ellos muere, el otro no tiene derecho a
percibir su parte-). O estipularse el orden para el caso en que uno de ellos
fallezca con anterioridad al otro (sucesiva).

El derecho de renta es transmisible ya sea por actos entre vivos o por causa de
muerte.

Forma: el contrato debe celebrarse en escritura pública, bajo pena de nulidad,


conforme lo dispone el Código en el art. 1.601.51

Acciones ante la falta de pago de la renta: el constituyente, o bien sus


herederos, ante la falta de pago del deudor de la renta (de conformidad con la
periodicidad estipulada), tienen legitimación para demandar judicialmente la
resolución del contrato, lo que implicará la restitución del capital por parte del
deudor.

50 Art. 1.603 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.


51 Art. 1.601 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

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Si los beneficiarios son terceros diferentes al constituyente, se aplican las reglas
de la estipulación a favor de terceros. Es que deben considerarse los derechos
del tercero que, a partir de la aceptación, ha incorporado un beneficio a su
patrimonio. Debe tenerse en cuenta el artículo 1.028 que le permite al
estipulante “resolver el contrato en caso de incumplimiento, sin perjuicio de los
derechos del tercero beneficiario”.52

Contrato de juego y apuesta


Los contratos de juego y apuesta están regulados en el Código Civil y
Comercial en el Capítulo 25, del Título IV (“Contratos en particular”), del Libro
Tercero (“Derechos personales”).

En los “Fundamentos del Anteproyecto de Código Civil y Comercial de la


Nación” (2012), se ha dicho al respecto de este tema:

El contrato de juego ha sido regulado restrictivamente en el


Código Civil. La evolución posterior, sobre todo en nuestro siglo,
muestra un cambio significativo, ya que el propio Estado lo
promueve a través de autorizaciones administrativas de todo
tipo, que incluyen casinos, lotería, máquinas tragamonedas, y
muchos otros. No corresponde al Código Civil valorar,
autorizando o prohibiendo ese tipo de normas. Sin embargo,
hemos preferido mantener una tradición restrictiva como lo
sostiene mayoritariamente la doctrina, incorporando normas de
tutela del sobreendeudamiento, que, a su vez, son consistentes
con lo dispuesto para la protección de los consumidores. Es
importante consignar que la mayoría de las modalidades del
juego actual están precedidas de una fuerte promoción
publicitaria, incentivos de todo tipo, que hacen prudente la
aplicación de la normativa consumo. (Comisión para la
elaboración del proyecto de Ley de reforma, actualización y
unificación de los Códigos Civil y Comercial de la Nación, 2012,
pp. 169-170, recuperado de http://goo.gl/rGbU0F).

52 Art. 1.028 inc. b Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

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Concepto
El Código titula al Capítulo 25 como “Contratos de juego y apuesta” y luego
brinda un concepto en el art. 1.609 que parece definir sólo al contrato de juego
sin mención específica de la apuesta: “Hay contrato de juego si dos o más
partes compiten en una actividad de destreza física o intelectual, aunque sea
sólo parcialmente obligándose a pagar un bien mensurable en dinero a la que
gane”.53

Respecto al concepto, Tale (2013) ha dicho:

El adverbio “parcialmente” aparece como adverbio del verbo


“compiten”, con lo cual dice que hay contrato de juego cuando
las partes “compiten parcialmente”. En realidad se ha querido
decir que el contrato de juego que aquí se regula es el juego que
no sea de azar, sino de habilidad intelectual o física, y también el
juego que sea en parte un juego de azar y en parte un juego de
habilidad, y se excluye el juego de puro azar, respecto del cual
no se admite acción para obtener coactivamente el pago de lo
ganado. (2013, p. 120, recuperado de http://goo.gl/I10isI).

Sin embargo, el tratamiento y el régimen jurídico son indistintos, tal como


surge de los artículos 1.609 a 1.613.54

Al concepto le continúa una norma de carácter protectorio: “el juez puede


reducir la deuda directamente originada en el juego si resulta extraordinaria
respecto a la fortuna del deudor”.55

Elementos esenciales
Se considera a estos contratos como “contratos típicos, aleatorios, y desde el
punto de vista de su función económica y social, de finalidad recreativa” (Pita,
2006, p. 21). Son también contratos consensuales, bilaterales y onerosos.

53
Art. 1.609 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

54
Arts. 1.609-1.613 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.
55
Art. 1.610 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

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Acción civil
En el punto siguiente (17.2.4), nos referiremos a la acción civil para perseguir el
cobro.

Deudas de juego
Se establece como regla que no hay acción para exigir el cumplimiento de la
prestación prometida en un juego de puro azar, esté o no prohibido por la
autoridad local.

Es decir, que cuando el contrato de juego o apuesta constituye un juego de


puro azar, sin importar si está o no prohibido, la ley dispone que no hay acción
para el cobro de la prestación.

Asimismo, si además el juego de puro azar es uno de aquellos que están


prohibidos por la ley local, lo que se haya pagado en virtud de él es irrepetible.
Sin embargo, se prevé otra norma protectoria: es repetible el pago hecho por
persona incapaz, o con capacidad restringida o inhabilitada.

Por último, cuando las apuestas y sorteos son ofrecidos al público, en esos
casos la ley le confiere acción al legitimado para exigir su cumplimiento. Se
requiere que la publicidad identifique al oferente de la apuesta o sorteo, el que
es responsable frente al participante. De lo contrario, es responsable quien la
efectúa. Éste es un incentivo para la identificación clara, en las publicidades del
organizador u oferente del juego.

Rifas y loterías
El Código no se refiere concretamente a las rifas y loterías. En el art. 1.613, sin
embargo, dispone que los juegos, apuestas y sorteos reglamentados por el
Estado Nacional, provincial o por los Municipios, se excluyan del capítulo 25
que regula los “contratos de juego y apuesta”, y, en su lugar, se rijan por las
normas que los autorizan.56

56 Art. 1.613 Código Civil y Comercial de la Nación Argentina.

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Bibliografías de referencia

Alterini, A. (2012). Contratos civiles, comerciales, de consumo: teoría general. (2ª ed.).
Buenos Aires: Abeledo-Perrot.

Arias Cáu, E. (2015). Reflexiones sobre el método en materia de contratos, con


especial referencia al Código Civil y Comercial. Segunda parte, MJ-DOC-7224-AR,
MJD7224.

Código Civil y Comercial de la Nación. Aprobado por Ley Nº 26.994 B.O. 08/10/2014
Suplemento. Vigencia: 1° de agosto de 2015, texto según art. 1° de la Ley Nº 27.077
B.O. 19/12/2014. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

Código de Comercio de la Nación. Aprobado por Ley Nº 2.637 del 05 de octubre de


1889. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

Esper, M. (2015). Libro III: Derechos personales, Título IV: Contratos en particular,
Capítulo 8: Mandato. En J. Rivera, y G. Medina (Dir.). Código Civil y Comercial de la
Nación comentado, Tomo III (pp. 118-167). Buenos Aires: La Ley.

Ley 24.240. (1993/09/22). Defensa del Consumidor. Régimen Legal. Honorable


Congreso de la Nación Argentina.

Mosset Iturraspe, J. (2014). El contrato de mandato en el Proyecto de Código Civil y


Comercial. Revista de Derecho Privado y Comunitario, (2), 131-198.

Pita, E. (2006). Del contrato oneroso de renta vitalicia, Título XII. En R. Lorenzetti (Dir.),
Código Civil Comentado: Contratos, Parte especial, Tomo III, arts. 2.051 a 2.310 (pp. 63-
106). Santa Fe: Rubinzal-Culzoni.

------. (2014). El Contrato de depósito (en el Código vigente y en el Proyecto de 2012),


Revista de Derecho Privado y Comunitario, (2), 281-328.

Sitios web consultados

Comisión para la elaboración del proyecto de Ley de reforma, actualización y


unificación de los Códigos Civil y Comercial de la Nación. (2012). Fundamentos del
anteproyecto de Código Civil y Comercial de la Nación. Nuevo Código Civil y Comercial

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de la Nación, Textos oficiales. Recuperado de http://www.nuevocodigocivil.com/wp-
content/uploads/2015/02/5-Fundamentos-del-Proyecto.pdf

Tale, C. (2013). Propuestas de modificaciones al proyecto de Código Civil y Comercial


de 2012, en materia de derechos personalísimos, obligaciones, contratos en general,
contratos con consumidores, algunos contratos en particular, responsabilidad civil y
patria potestad. Presentación a los miembros de la Comisión Bicameral del Congreso
para la Reforma, Actualización y Unificación de los Códigos Civil y Comercial,
Honorable Congreso de la Nación Argentina. Buenos Aires, Argentina. Recuperado de
http://bicentenario.unc.edu.ar/acaderc/propuestas-de-modificaciones-al-proyecto-de-
codigo-civil-y-comercial-de-2012/at_download/file

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