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Participación criminal:
Concepto:
En sentido amplio se designa así a la concurrencia de varias
personas como sujetos activos (participantes) en la comisión o en el
proceso de comisión de un delito.
En sentido estricto este vocablo comprende solo a quienes
contribuyen con su aporte a un delito ajeno (partícipes), es decir,
excluye a los autores y coautores.
Son partícipes en sentido estricto los cómplices (primarios y
secundarios) y los instigadores.
La participación es el aporte doloso “por vía de un injusto
doloso ajeno, hecho en la forma de instigación o complicidad” (5); la
colaboración en un hecho ajeno o la motivación de éste.
Negativamente, puede decirse que es condición esencial que el
partícipe no realice la acción típica; se caracteriza por la ausencia
de dominio final del hecho, que es propia de las formas de autoría
dolosa.
La contribución no ejecutiva requerida por la complicidad -en
cualquiera de sus categorías- debe ser anterior o simultánea al
hecho. Reparemos sobre este aspecto que la ayuda posterior al hecho
propia de la participación secundaria, debe ser en cumplimiento de
una promesa previa al mismo.
Categorías:
a) Partícipe primario. (cómplice)
b) Partícipe secundario. (cómplice)
c) Instigadores.
La complicidad primaria se distingue de la secundaria valorando
el aporte (art. 45 del CP).
Participación y culpabilidad:
- No se admite la posibilidad de participar culposamente en un delito
doloso.
- Problemática de los delitos culposos: Existen sobre el particular
posturas opuestas: Quienes afirma que no puede existir participación
en delitos culposos. No es posible hablar de convergencia intencional
cuando el autor de un delito culposo no persigue o quiere el
resultado (Zaffaroni).
- Otros, consideran posible un aporte doloso (participación) en un
delito culposo.
- Nuñez sostiene que en el delito culposo no es verdad que el autor
no quiera algo. Puede no querer el resultado, pero sí quiere violar
el deber de cuidado que le incumbe. En ese querer puede converger
intencional y objetivamente con el partícipe.
En este sentido cabe citar “tanto participa en el delito el que se
unió a otro para cometerlo, como el que se unió a otro para realizar
la conducta culposa que causó el delito. Sería el caso de dos
automovilistas que convienen realizar una competencia no autorizada y
en zona urbana. Produciendo un resultado antilegal y culposo, poco
importará cual de los dos conductores lo produjo materialmente,
puesto que ambos, desoyendo los dictados del deber objetivo de
cuidado, y prestándose mutuamente aliento o afán competitivo,
llegaron directamente a la producción del acontecimiento dañoso”
(Cámara Penal de Rosario, Sala I, J, 63-211, citado por Breglia Arias
& Gauna, Tomo 1, p. 429)
Tener presente además, que el art. 133 del Código Penal, establece
normas excepcionales relacionadas al instituto de la participación
criminal. En el Libro II, Título III Delitos contra la integridad
sexual – art. 133 “Los ascendientes, descendientes, cónyuges,
convivientes, afines en línea recta, hermanos, tutores, curadores y
cualquiera persona que, con abuso de una relación de dependencia, de
autoridad, de poder, de confianza o encargo, cooperen a la
perpetración de los delitos comprendidos en este título serán
reprimidos con la pena de los autores”.