EQUIPO EDITOR:
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“NIÑOS DE LA MELCHOR”
Niños de la Melchor
como tienen ideas
tienen su corazón
como un sol parpadean
Viven siempre feliz
amanecen sonriendo
y a mí me hacen feliz
cuando están entendiendo
Niños yo los amo más
cuando yo más los miro
son los mágicos momentos
cuando van conmigo
Niños yo los quiero más
cuando yo más los miro
ojala nunca me olviden
yo me voy contigo.
Canción dedicada a las niñas y los niños de la Escuela Primaria de Tiempo Completo
“Melchor Ocampo” por sus profesores y personal de apoyo.
Autor * Sergio Bazua Leal ATP de la Zona escolar 080 del sector XX
Se tomó la música de la canción VIDA (Grupo La Mafia).
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TALLER DE ARTE
ÍNDICE
Páginas
Presentación……………………………………………………………………….. 9
Introducción ………………………………………………………………..…….. 11
PEDAGOGÍA Y PRÁCTICA
3. MÉTODO DE PROYECTOS
3.1 En qué consiste el método de proyectos…………………………………… 53
3.2 Método de proyectos…………………………………………………………. 61
3.3 Carta descriptiva……………………………………………………………….
4. PLANEACIÓN Y EVALUACIÓN
4.1 Evaluación como ayuda para seguir aprendiendo………………………… 75
4.2 El proceso de enseñanza y aprendizaje……………………………………. 79
4
5. EL TRABAJO COLABORATIVO
5.1 La vida del equipo…………………………………………………………… 84
6. ACTIVIDADES PERMANENTES
6.1 Rincones de trabajo…………………………………………………………... 112
6.2 Conferencia infantil…………………………………………………………… 114
8. EL JUEGO Y EL ARTE
8.1 El juego, instrumento de formación de carácter y conocimiento……….. 172
8.2 Quien juega no necesariamente es con juguetes……………………….. 177
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La Chuy…………………………………………………………………………… 188
Carta a Katia…………………………………………………………………... 190
Un ambiente favorable para rendir académicamente…………………………. 203
Las preguntas productivas. Como herramienta para soportar el aprendizaje
constructivista……………………………………………………………………… 214
Los preconceptos y las dificultades para enseñar ciencias…………………... 221
Cotidiáfonos………………………………………………………………………... 225
Taller de canción colectiva infantil………………………………………………. 228
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PRESENTACIÓN
7
Así, el Gobierno del Estado de Sinaloa en coordinación con la Secretaría de
Educación Pública y Cultura, ha diseñado una serie de acciones de capacitación y
actualización para quienes con una visión innovadora se han echado a cuestas la
tarea de implementar en sus escuelas la jornada completa de trabajo educativo. Una
tarea ambiciosa sin lugar a dudas, que implica una nueva visión de la educación en
México; así como la asunción de nuevos retos para toda la estructura educativa del
nivel primaria, principalmente para maestras y maestros de grupo que se convierten
así en el sujeto educativo que dará sentido a las acciones implementadas en la
entidad a partir del Programa Escuelas de Tiempo Completo.
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INTRODUCCIÓN
La Caracterización Cultural de la
Comunidad y el Método de Proyectos
como propuestas metodológicas,
permiten que el profesor realice su labor
cotidiana en la elaboración de proyectos
culturales que apoyen su trabajo con el
grupo en el abordaje de los contenidos
programáticos. Por proyecto se entiende
un conjunto de acciones que se generan
y organizan con una intención deliberada
y en cuya realización se desarrollan
diversas estrategias que puedan dar
respuesta o solución a un problema.
Esta metodología propicia un abordaje integral de las asignaturas con las áreas de
interés. De tal forma que la labor cotidiana del maestro, es decir, el logro de los
objetivos y el abordaje de los contenidos que conforman el currículum de la escuela
primaria se ve enriquecido con la perspectiva artística, histórica, científico tecnológica
y social como espacios de manifestación de la cultura.
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cultural de una manera viva y como sujetos
histórico-sociales. Asimismo, se ofrece al maestro
algunas experiencias para que la visión cultural
educativa que sustenta la alternativa metodológica
sea analizada, evaluada y trascendida generando
sus propias líneas de desarrollo de acuerdo al
contexto específico en el cual se desenvuelva en
su quehacer cotidiano.
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A esta alternativa metodológica le subyace una noción de aprendizaje como un
proceso de construcción social, que se fundamenta epistemológicamente en el
constructivismo.
En esta aproximación el conocimiento se caracteriza por ser un proceso
interaccionista, es decir, un proceso en el cual el sujeto opera sobre el objeto de
conocimiento con la finalidad de apropiarse de él y transformarlo a la vez que él
mismo se modifica y enriquece por su acción sobre el objeto de conocimiento;
constructivista, porque es un proceso que se construye permanentemente y,
relativista, ya que el conocimiento no es algo dado de una vez y para siempre, sino
que es relativo a un momento dado del proceso de construcción.
Por lo anterior, aquí haremos un análisis del proceso de aprendizaje que parte de las
diferentes aproximaciones epistemológicas que se relacionan con la enseñanza; nos
conduce a la reflexión de la teoría Piagetiana, como una concreción de la
epistemología constructivista, y a su importancia en la educación; analiza la
complejidad del proceso de aprendizaje en el que hay que articular sus dimensiones
biológica, cognoscitiva, social y del yo; hasta la necesidad de comprender la
complejidad de las condiciones del aprendizaje frente a la situación de enseñanza.
Analizar y valorar la complejidad del proceso de aprendizaje es indispensable para
plantear alternativas educativas, las cuales deben considerar estos elementos,
condiciones y situaciones para constituirse en alternativas viables y más
comprensibles.
11
teórica sobre cómo se produce el aprendizaje, una consideración del sujeto
cognoscente como un organismo biológico y, por último, en la importancia del yo en
este proceso.
12
PROGRAMA ESCUELAS DE TIEMPO COMPLETO
ANTECEDENTES
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Objetivo 3: Ofrecer una educación integral que equilibre la formación en
valores ciudadanos, el desarrollo de competencias y la
adquisición de conocimientos, a través de actividades regulares
del aula, la práctica docente y el ambiente institucional, para
fortalecer la convivencia democrática e intercultural.
MISIÓN
VISIÓN
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OBJETIVO GENERAL
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
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Líneas de Trabajo que contribuyen al mejoramiento de las
competencias:
• Fortalecimiento del aprendizaje sobre los contenidos curriculares a
través de dos metodologías de intervención pedagógica: La
Caracterización Cultural de la Comunidad y el Método de Proyectos.
• Talleres pedagógicos.
• Actividades permanentes.
• Arte y cultura.
La incorporación de
las Líneas de Trabajo
puede realizarse
mediante un proceso
gradual, que la propia
escuela debe diseñar
conforme sus
principales
necesidades.
16
Población objetivo
• Los niños permanecen menos tiempo en la calle por lo que están menos
expuestos al consumo de drogas y actos violentos;
17
• Se desarrollan hábitos, valores y actitudes para la buena convivencia social;
18
• Modelo de organización y gestión distinto, no solo por la ampliación del
tiempo de atención a los niños (de 8:00 a 16:00 hrs), sino porque: a) se
incorporan 6 Líneas de Trabajo, b) es necesaria la estrecha articulación con
otros Programas, c) es fundamental la participación de los padres de familia
en la evolución académica de sus hijos, y d) se ofrecen servicios de
alimentación a los alumnos.
• Diversificación de las
situaciones de aprendizaje
• Construcción de la identidad
de valores
• Ambiente para el
aprendizaje
• Aspecto lúdico
• Trabajo colegiado y
colaborativo
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Pedagogía y práctica
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1. PROPUESTA METODOLÓGICA QUE ABORDA EL
CURRÍCULO DEL PLAN Y PROGRAMAS PARA EL
DESARROLLO DE COMPETENCIAS PARA LA VIDA.
Introducción
Una escuela genuina, que se configura sobre tres pilares: aprender a aprender,
aprender a convivir y aprender a emprender, aprendizajes necesarios e
imprescindibles para el siglo XXI.
Este trabajo constituye una apretada síntesis del material presentado por los autores
en el Concurso Anual que organiza la Asociación de Bancos de la República
Argentina-2007.Ferreyra, Orrego, Peretti, Fontana, Pasut, Seara, Caelles, Eberle,
Kowadlo, Bodoira, Millen y Schneider. Revista Iberoamericana de Educación (ISSN:
1681-5653).
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1. Los nuevos retos sociales del siglo XXI
Desde distintos ámbitos, se espera de la educación una respuesta más urgente, sin
postergar el cuestionamiento de sus fracasos y el análisis de sus logros. Esto
provoca que ella se plantee constantemente cómo hacer para atender y superar los
desajustes existentes. Porque, a pesar de las dificultades por las que atravesamos,
todos estamos persuadidos de que la educación es la clave para el desarrollo y la
justicia social de la región, y apostamos a su mejoramiento (UNESCO, 2007).
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necesarias. Esto conlleva, entonces, acordar y determinar –de manera precisa–
dichos aprendizajes y competencias que serán el norte orientador que permitirá la
formación de personas íntegras, conscientes de sus potencialidades y de la realidad
que las rodea (Villarini, 1995).
Por ello, para hacer realidad la esperanza de una educación de calidad para todos,
se hace sumamente necesario pasar de un currículo centrado en los contenidos a
otro basado en competencias (Perrenoud, 1999; Villarini, 1999; Ferreyra y Peretti,
2006; Ferreyra y Millen, 2005; Rodríguez, Ruiz, León yGuerra, 2007.
23
3. En la primaria... ¿Quién aprende?
Así se llega, de definición en definición, a nuestros días: “…hay que destacar que en
el último tiempo se suceden discursos tremendistas / alarmantes / implacables /
severos sobre la infancia: la infancia en peligro por las nuevas tecnologías; la
infancia en crisis (o la infancia finalizada, la infancia inexistente) por la irrupción de
los medios electrónicos y la transformación de las familias; la infancia peligrosa, la
infancia abandonada, la infancia cartonera o la infancia de la calle, todas figuras que
aparecen investidas de una falta de futuro y una falta de presente...” (Dussel y
Southwell, 2006, p. 27).
24
4. En la primaria... ¿Qué aprender?
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establecer –en un texto– relaciones de causalidad, reconocer datos explícitos e
inferenciales, establecer relaciones de finalidad, extraer el tema, o la idea
fundamental como contenido abstracto. Esta situación aparece tanto ante textos
informativos como literarios.
A estas debilidades se suma el hecho de que los alumnos tienen dificultades para
captar, procesar y comunicar la información procedente de diversas fuentes, como
así también en el manejo de las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación.
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Desde el ámbito social, refleja una práctica
cotidiana institucional organizada que es, a la
vez, compleja, dinámica, colaborativa. Desde el
ámbito político, al vincularse la escuela con la
sociedad, genera proyectos en un proceso de
toma de decisiones reflexiva y crítica.
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obligatoria, sin que se condicione su desarrollo. (Coll y Martín, 2006; UNESCO,
2007).
Otra condición sustantiva que requiere este currículo es ser pertinente, asumiendo la
condición de flexible y abierto, se concretará si se desaloja la homogeneidad
instalada en las prácticas pedagógicas para dar lugar a una enseñanza centrada en
el alumno y en sus necesidades y características, partiendo de lo que es, sabe y
siente, y promoviendo el desarrollo de sus capacidades, potencialidades e intereses.
28
6. De competencias y capacidades: recreando la escuela.
Poder cumplir con estas funciones formativas determina que la institución escolar
tiene que promover en los alumnos el desarrollo de un conjunto de competencias y
capacidades que deberían potenciarse en las asignaturas, áreas o espacios de las
propuestas curriculares. El concepto de competencia representa la oportunidad de
movilizar varios recursos cognitivos, sociales y prácticos para hacer frente a una
situación (Perrenoud, 2004). Las competencias no son en sí mismas conocimientos,
habilidades, destrezas o actitudes, aunque activan, constituyen y guían tales
recursos. De acuerdo con Villarini (1995), las competencias y capacidades son el
resultado del dominio de conceptos, destrezas y actitudes que los estudiantes
demuestran de manera integral y en un nivel de ejecución previamente establecido,
por un currículo escolar que las tiene como sus metas.
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Hoy existe un discurso de contenido limitado básicamente a lo conceptual. La
escuela debe enseñar conceptos pero, fundamentalmente, debe orientar
procedimientos para el aprendizaje y enseñar actitudes, no sólo para saber más, sino
para hacer, ser y vivir mejor.
En este marco, lo importante –como sostiene Guédez (2003)– no es saber algo, sino
poder convertir el saber en un saber hacer. Asimismo, el producir saber no es
suficiente, sino que se requiere de la aplicación del saber. Por otro lado, este autor
sostiene que querer saber no es legítimo si no se acompaña de una adecuada
orientación. Igualmente, la transferencia tiene que estar acompañada de un esfuerzo
conjunto que permita compartir el saber. Finalmente, no es suficiente pensar en las
razones que justifican el saber, se impone también la conciencia de los propósitos
que le aporta el sentido de dirección al saber.
Algunos autores como ShariTishman, David Perkins, Jay Hielen, Howard Gardner,
Thomas Amstrong, entre otros, consideran que una de las principales estrategias que
la escuela debe desarrollar está referida a las predisposiciones del pensamiento.
• Porque permite buscar puntos de vista diferentes del propio y estar “abierto” a ellos.
• Porque permite tomar conciencia de los propios patrones de pensamiento,
analizarlos y ponerlos en discusión.
• Porque permite actuar de manera reflexiva.
• Porque permite cultivar hábitos de buen pensamiento. (Tishman, Perkins Y Eileen,
1997).
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De esta manera veremos cómo el aula se convierte en un ámbito en el que pueden
generarse situaciones inmensamente valiosas desde lo intelectual, lo humano y lo
social. Para que esto sea posible, es
necesario transformar el sistema
educativo, y pasar de una perspectiva
centrada en el saber “academicista” a
una en la cual éste se transforme, a partir
del hacer y del ser, en un “buen
aprendizaje”, logrado con una tarea
conjunta entre alumnos y docentes en
torno de los aprendizajes considerados
centrales, relevantes y significativos, es
decir básicos y a la vez imprescindibles.
Cabe, entonces, interrogarnos acerca de cuáles son las competencias que la escuela
primaria debe desarrollar para que los alumnos se apropien de los aprendizajes
considerados básicos imprescindibles. Al respecto, en nuestro actual contexto,
hemos identificado las siguientes para desarrollar en la educación primaria, a saber:
31
Manifestar sensibilidad estética.
Comprender e interpretar la realidad a través de la interrelación de
conocimientos.
Resolver situaciones problemáticas.
Ejercer la crítica y la autocrítica.
Aplicar los conocimientos en situaciones concretas de manera creativa.
Moverse con espíritu emprendedor e iniciativa.
Buscar, procesar y analizar información procedente de distintas fuentes.
Aprovechar las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Reconocer la diversidad y la multiculturalidad para aceptar a los otros y
convivir.
Expresarse en una segunda lengua.
Percibir el sentido de trascendencia.
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de reducción de desechos sólidos. A partir de estas experiencias se puede esperar
una toma de conciencia de ciertas prácticas sociales y comprender, por ejemplo, que
escribir un cuento no sólo es cuestión de inspiración, porque demanda trabajo,
perseverancia y método.
Las competencias que aquí se presentan deberán desarrollarse en los tres niveles de
Educación Básica y a lo largo de la vida, procurando que se proporcionen
oportunidades y experiencias de aprendizaje significativas para todos los
estudiantes.
33
2. CARACTERIZACIÓN CULTURAL DE LA COMUNIDAD
Adrián Marcelli,
Módulo Histórico Social, del PACAEP,
pág. 139
Los Maestros, a través de esta actividad podrán afirmar sus propios conocimientos
de la comunidad donde laboran, y asimismo se enriquecerán al identificar con
claridad aspectos de la cultura local, pasada y presente, que no conocían y que
descubrirán al interrelacionarse con informantes con los que se encontrarán en el
propio proceso de la caracterización.
34
ese momento se habían perdido y olvidado parcial o totalmente, y en muchos casos
constituían ya, una pérdida cultural de la comunidad.
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Esta etapa ubica especialmente al maestro,
esto es, lo relaciona con las características
más sobresalientes de la comunidad, y le
facilita las condiciones para contar con un
“clima favorable” de los habitantes, grupos,
padres de familia, e instituciones de la
localidad, a través de un primer contacto
global.
En el momento de iniciar el recorrido con los alumnos por las calles de la comunidad,
éstos se sentían en un ambiente diferente al tradicional, todos mostrábamos
optimismo (...) Ahora teníamos la oportunidad de acercarnos a la comunidad,
haciéndola nuestra; durante el recorrido los niños hacían sus comentarios referentes
a la organización de las familias, bienes y servicios con que cuenta la población, así
como la flora y la fauna de la misma, la forma en que se organiza para cuando se
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celebra la fiesta patronal y la de carnaval entre otras (...) La fiesta más grande es la
del pueblo, que se festeja anualmente el 4 de octubre, día de San Francisco, en
donde se realizan varios bautizos, primera comunión y casamientos, todos los
vecinos preparan comida especial para los invitados.
En virtud de que la mayoría de los padres de familia dependen del cultivo de la tierra,
los niños ayudan a sus padres en esta actividad, asimismo cuidan las vacas,
borregos, colaboran en el quehacer del hogar, a tal grado de interrumpir la asistencia
a sus labores educativas.
Con todos estos datos que los alumnos de cada grado me habían proporcionado,
pude observar que los educandos conocían gran parte del presente, pero es
importante que conozcan su pasado como una necesidad prioritaria dentro del
contexto sociocultural.
Esta comunidad, se piensa que data del año 1600, ya que en la iglesia se encuentra
un escudo del siglo XVII; también pude observar que el estilo de su iglesia es de
influencia española. Hoy, San Francisco Mitepec “Cerro del muerto” es algo muy
diferente, la gente es nueva, sus fundadores fueron familias que llegaron de distintas
haciendas como Tláloc, Ameca y Tepalca.
Mitepec fue región rica en pulque y con gran comercio de abarrote, envidia de otros
municipios.
Cuenta don Gregorio Martínez que en este lugar tiene un recuerdo grato que los
mantiene en la lucha diaria y esto es cuando hablan del maestro Joaquín Herrera,
nativo de este lugar, mismo que se preocupó por los problemas de su comunidad, y
aprovechando la disposición e inquietud de los demás fue así como lograron las
escuelas primarias y secundarias, así como algunos talleres y sobre todo los enseñó
a organizarse.
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Los padres de familia desean que la escuela sea más participativa, activa y dinámica
en la formación de los futuros ciudadanos, asimismo que no existen barreras entre
padres de familia y maestros...
Recorrer las calles de la comunidad puede ser muy útil para el reconocimiento de la
misma. Escuchar y platicar con las personas del lugar, saber lo que conforma su vida
cotidiana, sus inquietudes y proyectos individuales y colectivos, nos puede ayudar a
conocer y acercarnos a su gente. Las familias de los niños también tienen mucho
qué contar; son pláticas que pueden ayudar a los maestros a conocer cuáles son sus
necesidades y qué esperan de la escuela a la que asisten sus hijos.
Para esta etapa deberán utilizarse fuentes y técnicas específicas para la recolección
y sistematización de la información, para lo cual hemos desarrollado al final de este
capítulo, una descripción ordenada de fuentes y técnicas para la caracterización
cultural de la comunidad.
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Es importante reiterar, que estos indicadores sólo auxiliarán en nuestro trabajo, de
entre ellos debemos seleccionar los que consideremos más importantes y
profundizar en aquellos que consideremos insuficientes:
39
3. INFRAESTRUCTURA Y EQUIPAMIENTO:
Servicios:
Educación:
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4. POBLACIÓN.
Población dinámica:
5. HISTORIA (CRONOLOGÍA).
41
7. ORGANIZACIONES E INSTITUCIONES CULTURALES.
Investigación cultural
La caracterización debe realizarse en conjunto con los niños, por lo cual requiere de
toda nuestra creatividad y capacidad de organización del trabajo colectivo, a fin de
lograr actividades dinámicas, atractivas y productivas.
42
Para esta tercera etapa también hemos diseñado los indicadores específicos de
cultura de la comunidad, a manera de guía para el desarrollo del trabajo de
investigación, el cual debe conducirse de tal modo que dé respuesta a los intereses
por parte de los niños, con la coordinación y asesoría del maestro.
1. PATRIMONIO CULTURAL
43
2. PLURALISMO CULTURAL
44
relacionar al alumno con la cultura escrita, aprovechar la infraestructura
existente en apoyo de posibles proyectos editoriales escolares.
45
5. PRODUCCIÓN Y CREACIÓN LOCAL DE HECHOS Y BIENES CULTURALES
Los datos que nos señalan estos primeros indicadores generales de la comunidad
nos acercan y nos permiten ubicar a su población en la dimensión de sus auténticas
necesidades y carencias culturales, así como de sus principales necesidades y
carencias culturales, así como de sus principales potenciales, y de su propia historia.
Es muy importante que esta etapa no la limitemos a recabar solamente cifras sino
que también involucremos a los padres de familia y a los alumnos, aportando sus
opiniones, ubicando a las familias de los educandos dentro de la información global
que hemos recolectado.
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Más del 70% de las viviendas tienen electricidad, agua potable y drenaje.
Ese mismo porcentaje alcanza a las casas que están construidas con
tabique. El número total de casas habitaciones es de 7750.
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economía, y los niños participan en su cuidado, y colaboran en las
temporadas de siembra y cosecha.
Al respecto Patricia Safa describe la importancia de este proceso: “Se propone que
los maestros, a lo largo del año recolecten información general sobre la comunidad
como un conocimiento que retroalimente constantemente sus actividades”.
Por otro lado, resulta importante destacar que el medio ambiente físico y el contorno
natural nos hablan de la escenografía y de los recursos de la comunidad para
realizar las actividades materiales y culturales a través de las cuales los hombres se
interrelacionan, ya que lo que constituye al hombre como hombre, es esta posibilidad
de adaptarse y relacionarse con la naturaleza como una práctica en donde se
expresan las interpretaciones del mundo, del origen y del orden de las cosas, como
también de las relaciones sociales en donde se enmarcan,. Por ejemplo, un niño que
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vive en una comunidad rural, que dependen de la tierra para el crecimiento de las
plantas, que es fuente de energía, aprenderá que a la tierra se le respeta pues de
ella depende para la sobrevivencia.
Por lo tanto tomar en cuenta las formas de trabajo de la comunidad y de las familias
se convierte en una actividad que el maestro puede utilizar para adecuar sus
enseñanzas a las necesidades y demandas de sus alumnos.
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Presentación de las actividades artísticas por cada equipo.
Revisión del programa del grado correspondiente por parte del docente, para
encontrar aquellos contenidos escolares que fueron tratados en esta primera
etapa de la Caracterización Cultural de la Comunidad.
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Los Chepos
Iniciamos la aventura
Con los padres de familia
Buscamos concientizar
A formar un patronato
Y cuotas hay que aportar
El patronato se arranca
Por supuesto hay que acordar
Quien se encargue de las compras
¿Quién Cocina? ¿Quién va a hornear?
¿Quién de limpiar se encargará?
¿Y el sazón y cantidad?
Las madres muy entusiastas
Se pusieron en acción
Los maestros y los niños
Iniciaron la excursión.
Los alumnos en un turno
tenemos que concentrar
A cumplir con el propósito
Para lograr avanzar.
Los maestros y los niños
Buscamos identidad
Metidos ya en el trabajo
Decidimos paladear
El postre fue novedoso
Los "Chepos” de fiesta están.
Por la tarde se organizan
Antes de lograr planear
Actividades culturales
Su tiempo hay que dedicar
Unos pintan otros cantan
El poema hay que organizar
Papiroflexia o tejido
La guitarra hay que tocar.
51
Organizando la cocina
Verónica y Aleida
las compras van a realizar
Recorrido todo Mochis
por no saber dónde encontrar
Pues la lista es enorme
y no estaba todo en su lugar.
Algunas veces comida nos sobraba
y otras veces nos faltaba,
los maestros sin comer se quedaban
Y con risas comentaban
Que algún día a organizar aprenderían
Gran sorpresa para los alumnos
Fue tener comida en tres tiempos
Pues en su casa solo en uno se quedaban
Y el postre no llegaba
Corre y corre viene la Licha
Repartiendo la comida
Trayendo la señora
Lentejas con salchicha
La Mera muy enojada
llegó a la dirección
Preguntando que se hacia
Con el dinero de la alimentación
Contestando la directora que había
Mucho muchacho tragón
Muy indignada se sale corriendo
Para alcanzar el camión.
52
2.3 PLURALISMO CULTURAL Y UNIDAD NACIONAL
UNESCO
Módulo Histórico Social del PACAEP,
pág. 29
La reivindicación y la afirmación de la
identidad cultural plantean el problema de
la diversidad de las culturas, cuyo conjunto
representa la auténtica vida cultural de las
naciones. En la mayor parte de los Estados
de América Latina y el Caribe coexisten,
según los casos, las culturas indias de vieja tradición, las culturas africanas del
periodo de la trama y las culturas de las antiguas metrópolis coloniales, de igual
suerte que se insertan, con sus especificidades culturales, las corrientes migratorias
originarias de Europa, Asia o el Cercano Oriente.
Se ha querido ver en esta diversidad cultural un signo de fragilidad porque, según los
defensores de esta teoría, la unidad del Estado sólo se puede lograr a costa de una
amalgama de las diferentes aportaciones o del triunfo de la cultura dominante. Otros
estiman, en cambio, que esta diversidad es un signo de vitalidad cultural y que
pueden, además, construir un factor de equilibrio social, sin poner por ello en peligro
el proceso de integración nacional.
53
prácticas culturales o de su muda vecindad? ¿Entraña la unidad nacional
inevitablemente el advenimiento de una cultura uniforme? ¿No sería preferible velar
porque los diferentes componentes del pluralismo cultural contribuyan de manera
dinámica al fortalecimiento de una conciencia nacional? Una igual promoción de las
culturas y su libre confrontación, ¿No conducirían, en esta perspectiva, al
enriquecimiento mutuo de las comunidades de que son expresión y, por
consiguiente, a su armoniosa integración de la nación?, ¿En qué medida esta forma
de proceder podría inspirar las políticas culturales nacionales y, por extensión, las
políticas de cooperación en el plano subregional o nacional?
54
3. MÉTODO DE PROYECTOS
3.1 En qué consiste el método de proyectos1
A. Su descripción
En esta actitud psicológica hay un aspecto que cae en el mundo de la ilusión y del
ensueño, la esfera de lo que no tiene asomos de realidad ni de posibilidad; pero sin
duda hay también otras cosas: un instinto de imitación de lo que hacen los mayores y
una facultad creadora de cosas nuevas que nadie está autorizado de calificar como
irrealizables.
Los iniciadores de este Método han pretendido, pues, por una parte, hacer
extensivos a la primera enseñanza los procedimientos de aprendizaje y de
investigación ya seguidos en la enseñanza superior y secundaria, y por otra parte,
influidos por una corriente más general, han querido hallar una forma de resolver el
problema de que el niño no advierta diferencia entre la vida exterior y la vida escolar.
1
Fernando Sainz, “En qué consiste el Método de Proyectos”, en Método de la Nueva Educación, Buenos Aires, Losada, 1961,
pp. 23-31
55
No comprendemos el afán de los profesores americanos por definir el proyecto.
Cuando se estudia la infraestructura de esta forma de trabajo y se mide su alcance
educativo resultan muy pobres las definiciones que se han dado, casi todas
incompletas y algunas erróneas. Prescindimos de definir el proyecto y hasta citar las
definiciones conocidas. Creemos mejor explicar sus características y lo que es más
interesante, decir cómo ha de surgir el proyecto, cómo ha de llegarse a su
realización, qué papel corresponde al maestro y a los niños, qué alteraciones sufren
con él el programa y el horario.
Pero no se crea que el proyecto sea siempre un proceso que requiera actos
continuados y numerosos. Desde sacar una buena punta de lápiz hasta la
construcción de una ciudad, son proyectos; más todos los ejemplos que pudieran
citarse, desde el caso más elemental y simple, al más complejo y difícil, tienen como
nota común: la unidad de propósito y el empeño de realización concreta y
positiva.
56
Los más fervorosos defensores del Método de Proyectos han encontrado en él unas
características que vienen a modificar plenamente los viejos métodos empleados
hasta ahora, evitando los errores de lógica que se están cometiendo.
De todos estos errores que se trata de corregir, los inventores del Método de
Proyectos se han fijado en cuatro: memorismo, instrucción como finalidad, principios
como punto de partida y ambiente artificioso, que habrán de ser contrarrestados,
respectivamente, por el razonamiento, la instrucción como instrumento, la prioridad
del problema y el ambiente natural. Los autores y críticos de este método con un
deseo un poco pueril de comprobar que su sistema es original e inconfundible con
otros parecidos, dicen que cualquier otro método tiene más o menos características,
pero el de proyectos no tiene ni más ni menos que esos cuatro.
2
Manual de didáctica y organización escolar, Publicaciones de la Revista de Pedagogía, Buenos Aires, Lozada .
57
“acumulemos datos y observaciones, hagamos mirar, distinguir y asociar, y cuando
poseamos todos esos materiales, el muchacho por sí mismo comprenderá la ley, la
causa, lo general y lo abstracto”.
Esta amplitud de acción que presenta el proyecto justifica el cuidado que sus
autores han puesto en distinguirlo del problema. Antigua práctica de enseñanza que
tiene un valor mucho más limitado. Recuérdese que lo problemático es sólo una nota
que ciertos autores han puesto como una manera de distinguirlo del problema.
Antigua práctica de enseñanza del proyecto, aunque esto nos diga poco de la relativa
extensión de uno y de otro, lo que sí prueba que el problema es un empeño menos
extenso que el proyecto, es el carácter de uno y otro y la función que cada uno
desempeña. El problema es de tipo intelectualista mientras que el proyecto supone
en la mayor parte de esos casos una mezcla de intelección y de acción, de discurso
y de habilidad manual. El proyecto se vale de problemas para conseguir datos
necesarios a su marcha, es decir, el problema es un auxiliar del proyecto siempre
que éste, naturalmente, no consista en un propósito tan simple y un fin tan inmediato
que baste para resolverlo uno o varios actos elementales.
58
Esto nos lleva a distinguir varios tipos de proyectos. El profesor Stevenson hace una
clasificación muy sencilla, adoptando como criterio la actividad predominante o la
extensión, y los llama proyectos manuales o intelectuales y proyectos simples y
complejos, respectivamente. Supongamos que se trata de conocer la teoría del
barómetro. Si el trabajo consiste en estudiar el origen del descubrimiento, el peso
atmosférico, su medida, y se termina cuando el alumno tiene suficientes
conocimientos para explicarse el fundamento del barómetro, los modelos de aparatos
y sus aplicaciones, se habrá desenvuelto un proyecto intelectual. Si los alumnos
conocen de antemano esa teoría y un día se propusieran abordar la construcción de
un barómetro proveyéndose del material preciso, reproduciendo los experimentos y
terminando por hacerlo funcionar, el trabajo sería un proyecto manual.
Ejemplos de proyectos complejos daremos más adelante. Como puede notarse, esta
clasificación es muy imprecisa y bastante arbitraria. Sobre todo no es rigurosa la
división de proyectos en manuales e intelectuales. No es posible realizar un proyecto
manual sin una intervención constante de la facultad discursiva y sin un recuerdo y
consulta al libro o al manual de experimentos. A su vez, dejaría de ser pedagógico el
estudio puramente formal del tema, conviniendo siempre comprobar con el
experimento y la ejecución del análisis teórico.
Más adecuados nos parecen otros criterios de clasificación que podrían adoptarse.
Uno sería atendiendo a las materias o disciplinas que principalmente son objeto del
proyecto. Proyectos de idioma, de ciencias, de arte, de civismo. Otro, atendiendo al
59
género de saber o experiencia que proporcionan: proyectos que cultivan la disciplina
del pensamiento, del gusto estético, el amor a la naturaleza, la afición al deporte, los
sentimientos éticos. Pero aún así somos enemigos de la clasificación. Si
presentamos ejemplos de proyecto por materia y por finalidades es porque este
trabajo tiene ante todo un carácter informativo.
3
Véase M.E. Wells. “Un programa escolar desarrollado en proyectos”, En Publicaciones de la Revista de Pedagogía, Buenos
Aires, Losada.
60
Pero una escuela que quiera ensayar este
método no puede esperar a que surjan
espontáneamente los proyectos sobre todo en
los comienzos. El maestro que se decida a
organizar todo el programa a base de proyectos
clave, ha de hacer un gran trabajo previo que
encierra dificultades, como luego se verá; pero
aún quien solamente trate de introducir en la
escuela como ensayo, o para algunas clases,
este método haría bien en pensar algunos
proyectos más o menos amplios según las condiciones de los niños a quienes se
dirijan, y cuando se calcule que éstos estén dispuestos y se cuente con el material
necesario, el maestro sugiere el tema, lo reviste de atractivos y lo emprende en
cuanto los alumnos se sienten movidos a comenzar.
Otra cuestión de sumo interés que caracteriza al Método de Proyectos, aun cuando
no sea peculiar de él, es la relativa al papel que desempeña el maestro. Habíamos
dicho que el niño necesita trabajar libremente. Sus maestros y guías deberían
limitarse a suministrarle los materiales y su ayuda sólo cuando el niño los necesita,
porque los pequeños trabajadores dirán mejor que nadie cuando esa ayuda les es
precisa. Pues bien, en el Método de Proyectos el maestro, con toda la libertad y
autonomía que se concede al grupo trabajador, no tiene pequeña tarea. Como hace
poco decíamos, estudia los proyectos ideados por los niños, plantea otros y trabaja
como uno de tantos, pero en la posición moderada por la que nosotros abogamos, el
maestro tendrá que haber dado previamente conocimientos básicos de todas las
materias elementales, pues de lo contrario un proyecto complejo duraría toda la vida
escolar del niño y por mucho que fuera la que llaman capacidad de tener presente y
encaminarse hacia un fin más lejano, entre el origen del proyecto y su realización
habría tal espacio que dudamos de la posibilidad de su representación mental como
una unidad.
61
los puntos débiles y cuidando de que las actividades más educativas y formativas
que intervienen tengan la debida importancia. Como dice Kriebel: ”El proyectmethod
no ofrece disculpas para la indulgencia del mero capricho de los alumnos, ni
justificación para la desobediencia y la indisciplina, no excusas para el trabajo
descuidado, lento o abandonado, ni apoyo para un programa fragmentario y
discontinuo”
62
3.2Método de proyectos
63
Inclusión de las actividades consideradas
necesarias (ficheros de actividades, libros de
maestro y de alumno).
64
Ejercicio de evaluación de aprendizajes de los indicadores de las competencias
en relación con el proyecto.
65
3.3 CARTA DESCRIPTIVA
REGISTRO DEL PROYECTO
ESCUELA: GRADO Y GRUPO: PROYECTO N° FECHA DE INICIO:
PROPÓSITOS DE APRENDIZAJE:
EVALUACIÓN FINAL
72
REGISTRO DEL PROYECTO
ESCUELA GRADO Y GRUPO: PROYECTO N° FECHA DE INICIO:
El que corresponde Numeración por grupo Día en que se selecciona el tema
Breve registro anecdótico acerca de cómo surgió el tema, Hacer referencia al tema y ser específico para
relatar las causas y el proceso de su surgimiento. Incluir el determinar la idea o problemática central del proyecto.
por qué de su abordaje y a qué necesidades responde.
Escritas en los términos empleados por los niños, debiendo No deben numerarse.
integrar algunos cuestionamientos en otros más amplios. Un mínimo de |15 y máximo de 30.
Jerarquizar por orden de importancia, de lo general a lo
específico.
REGISTRO DEL PROYECTO
PLANEACIÓN DEL TRABAJO
ACTIVIDADES A
N° TIEMPO ASIGNATURA CONTENIDOS ESCOLARES RECURSOS
DESARROLLAR
Anotar
Descripción de actividades con Cronome- Anotar la Para establecer esta relación aquellos
las que se pretende dar respuesta trar cada asignatura se sugiere: bienes y
a las interrogantes de los niños. una de las de servicios
Deben escribirse en el orden en Remitirse a los programas de culturales
actividade acuerdo a
que esperan realizarse. las asignaturas del grado y/o que se
s tomando la requieren
ciclo correspondiente.
en cuenta competen para el
Incorporar actividades de acceso, las horas cia Revisar cada uno de los desarrollo
socialización y participación, de la diarias de relacionad indicadores de las competencias de las
información. de las asignaturas para actividade
trabajo a. s.
Desglosar las actividades encontrar aquéllos que se
con el Humanos
principales (antes, durante y relacionen con las actividades
proyecto Serán programadas o con el tema del y
después) de ser necesario. permite repetitivas materiales
proyecto.
estimar la y pueden Deberán
Es posible que al analizar los contempla
Incluir actividades de libros de duración. abreviarse indicadores de competencias rse la
texto, ficheros y aquellas puedan incluirse algunas paginación
estrategias sugeridas en los libros actividades que no se habían de libros
del maestro que se piensen considerado inicialmente. de texto,
realizar. Revisar los contenidos de las ficheros y
asignaturas para encontrar otras
aquéllos que se relacionan con bibliografí
Incluir actividades que permitan as.
atender indicadores de las act. Programas o con el tema
Al igual
competencias de TODAS las del proyecto. que el
Por último, al final del proyecto material
asignaturas, pero no deben
deberá realizarse un nuevo didáctico
ordenarse por ellas. análisis para encontrar los necesario.
contenidos de las competencias
Involucrar las actividades de que se relacionen con las
evaluación de indicadores de actividades adicionales y con los
competencias, del desarrollo y del hechos o circunstancias
cierre del proyecto. experimentados en el desarrollo
del proyecto.
REGISTRO DEL PROYECTO
EVALUACIÓN DEL DESARROLLO
FECHA No. DE DESEMPEÑO
EVALUACIÓN CUALITATIVA DE LAS ACTIVIDADES DESARROLLADAS
ACT. GRUPAL
Anotar los conocimientos, información, habilidades y valores que se lograron en el desarrollo del proyecto.
Incluir aprendizajes tanto de los alumnos, como del docente y demás participantes.
Comentar lo socializado en la actividad de evaluación del desarrollo del proyecto.
Agregar resultados del ejercicio de evaluación de contenidos escolares.
Anexar al formato los trabajos escritos, fotografías y evaluaciones realizadas, a nivel individual o grupal.
4. PLANEACIÓN Y EVALUACIÓN
Nos parece que el mejor “instrumento” es el propio docente. Sólo ella o él, tiene la
suficiente flexibilidad, adaptabilidad y saber para poder captar en cada ocasión los
rasgos más resaltantes de un proceso o producto a considerar. Ningún instrumento
podrá superarlo. Para ejercer mejor su función evaluadora es importante que el
educador o educadores reflexionen con cierta frecuencia acerca de los rasgos que
estima importante considerar en las actividades de sus alumnos. También, es
necesario que esté atento o atenta a la vida de su aula.
Las fichas de registro pueden ser un interesante mecanismo para el seguimiento del
trabajo infantil. En las individualidades, el maestro o la maestra va anotando los
77
aspectos más sobresalientes de cada aprendiz: logros, fallas, problemas de
conducta, eventos notables, relaciones entre el niño y sus compañeros, contactos
con los padres. En la colectiva, de toda la clase, se hace el mismo registro, pero del
grupo tomado en su conjunto.
Las fichas permiten una documentación seria del recorrido escolar de los niños, sin
consumir una exagerada cantidad de tiempo. Se asientan en ellas sólo los aspectos
más destacados, no todo incidente o acción.
Se hace posible una evaluación más detenida examinando los productos del trabajo:
escritos, dibujos, carteleras, exposiciones orales o conferencias, maquetas, modelos,
entre otros. En la evaluación de productos, no es conveniente en estas edades la
comparación con un patrón externo sino, preferiblemente, la comparación con
estados anteriores del niño, que permite apreciar su progreso.
El portafolio
Una propuesta interesante es que cada niña y cada niño vayan elaborando a lo largo
del año escolar su portafolio: una carpeta grande donde guarden diversos trabajos
elaborados. Por ejemplo: dibujos, gráficos, textos libres, informes de investigaciones,
poesías, adivinanzas, propuestas de actividad planteadas a la clase, referencias a
trabajos de equipo archivados en el aula… Este portafolio recoge los resultados (o
los más interesantes entre todos los resultados) del esfuerzo realizado por el
estudiante durante el año. Cada tanto tiempo, el estudiante y el docente pueden
revisar el portafolio y reflexionar sobre lo logrado y lo que falta por lograr.
Tonucci (1990) propone una idea muy sugestiva: al principio del año escolar cada
niña y cada niño revisen su portafolio del año pasado. Discuten luego con sus
compañeros y su maestra o maestro, algunas de las cosas más relevantes que, a su
juicio, hicieron en ese lapso. Reflexionan también sobre sus cambios, sus avances y
sus lagunas pendientes. Ésta es una alternativa fructífera a la imposible “evaluación
diagnóstica” de principios de curso. En clases numerosas la discusión podría hacerse
por equipos, o bien distribuirse a lo largo de varios días, para no cansar a los
pequeños.
78
clasificadas, por ejemplo, por áreas (ciencias, matemáticas, estudios sociales…) y
por tipos (proyectos, actividades cortas, textos literarios…) Una mirada al gráfico o a
la tabla permite fácilmente determinar el desarrollo del esfuerzo escolar de cada niño.
Lodi (1980) propone de manera muy acertada que sea cada estudiante quien vaya
elaborando sus propios gráficos y/o tablas.
Privacidad de la evaluación
La autoevaluación
79
escolar, toma más en sus manos su propio aprendizaje en la escuela. Ello nos
parece fundamental: el estudiante debe hacer suyo el trabajo escolar, para aprender
de manera auténtica y trascendente. Adicionalmente, el estudiante puede aportar
elementos no advertidos por ningún evaluador externo, de utilidad para la
reconsideración de los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Si los estudiantes hacen sólo “tareas”, ¿cómo pueden saber si lo hicieron bien o mal?
Deben esperar por el juicio del docente, forzosamente. Pero si su trabajo es de otra
índole, y si se pone al alcance de otros diversos, en un medio cultural rico, las
posibilidades de autoevaluación y de coevaluación se multiplican.
La coevaluación
En algunas ocasiones, puede ser oportuno que el grupo emita opiniones sobre un
trabajo presentado ante ellos por un compañero o un equipo de compañeros. Es
interesante que el docente propicie el señalamiento de aspectos positivos y de algún
rasgo a mejorar en el futuro.
80
al final de cada semana. Es un excelente mecanismo de cogobierno escolar y
también de coevaluación.
Creemos que hay que tener cuidado con poner a los niños en situaciones
incómodas, de “jueces y acusados”. Es decir, hay que evitar trasladar los vicios y
perversiones de la evaluación tradicional a la coevaluación. Como mencionamos
anteriormente, resulta formativo dedicar con cierta regularidad un tiempo para el
análisis, por parte de toda la clase, del trabajo realizado por ellos como grupo, en
visión de conjunto.
4
Leonor Carbonell y Maite Mases “El proceso de enseñanza y aprendizaje” en Cuadernos de Pedagogía, num.185
81
Los rincones (parvulario y ciclo inicial) y el plan de trabajo individual/colectivo
(ciclo medio y ciclo superior).
Esta última actividad realizada por el enseñante, es la que nos llevó a definir la
segunda pregunta que apuntábamos al principio; ¿han aprendido nuestros alumnos y
alumnas aquéllos que hemos pretendido enseñarles?, ¿cómo sabemos lo que han
aprendido en relación a lo que nosotros pretendíamos enseñarles?Para resolver
estas dudas iniciamos una investigación sobre el sentido de la evaluación que nos
ayudará. A la vez, a mejorar nuestra práctica.
82
Si la función de los PT es la de promover en el alumnado el desarrollo de estrategias
de organización de la información que les facilite la adquisición de conocimientos,
necesitamos saber si esta fidelidad se ha cumplido. Por lo tanto, la evaluación será
el instrumento que nos permitirá comprobar hasta qué punto se han cubierto
nuestras expectativas.
No nos interesa una evaluación en la que sólo valoremos si los alumnos han
aprendido todo lo que hemos trabajado. Pretendemos saber qué han aprendido,
cómo la han asimilado, por qué hay errores (si es que los hay), cómo avanzar desde
el punto donde nos encontramos y, por lo tanto, qué cambios debemos plantearnos
para mejorar los resultados. En definitiva, creemos que en la educación primaria
debe existir una evaluación que nos permita:
La evaluación formativa se realiza dentro del propio proyecto y sirve para comprobar
si la selección de contenidos y la organización de las secuencias de trabajo son
adecuadas. Para ello se recogen datos de trabajos desarrollados a lo largo del PT.
83
El análisis de estos datos y la interacción con los alumnos y alumnas nos muestran
el proceso individual dentro del tema.
La evaluación final es la que se lleva a cabo una vez terminado el proyecto. Los
objetivos de ésta son los explicitados anteriormente, cuando hablamos de la
evaluación en general. Si nuestro objetivo era que, además de unos conceptos, el
alumnado aprendiera unos procedimientos, unas actitudes, unos valores y unas
normas, promoveremos preguntas abiertas cuyas respuestas nos den información
sobre estos contenidos. Cuestiones que pidan, para ser resueltas, buscar relaciones
entre la información, preguntas de simulación (que pasaría si…), planteamientos que
justifiquen una toma de decisiones, nos son de gran utilidad para elaborar esta
evaluación.
Antes de la evaluación:
84
i) Realizar la corrección detectando el sentido de los errores y del aprendizaje
realizado.
j) Llevar a cabo la devolución del grupo.
k) Situar cada alumno con relación a sí mismo y al grupo.
Trabajamos la botánica
85
La confección posterior del índice obligó ampliarlos tres veces, puesto que en el
segundo índice no quedaban recogidos todos los aspectos tratados en la evaluación
inicial.
Este apartado del proyecto permitía a la maestra evaluar hasta qué punto el recorrido
colectivo sobre los vegetales era incorporado por cada uno de los alumnos y
alumnas en su estudio individual, con la intención de verificar qué elementos
incorporaban, cuáles omitían y cómo se relacionaban con la información.
86
5. EL TRABAJO COLABORATIVO
No se crea un equipo a priori que reúne a hombres y mujeres que tienen un ideal y
unas afinidades y/o necesidades comunes y se les asigna, o mejor dicho, ellos
elaboran en común, el objetivo que se
proponen alcanzar. Cualquier equipo, se ve
claramente que se caracteriza por cuatro
elementos:
Su estructura;
Su funcionamiento;
Sus relaciones;
Su aspecto emocional.
Elementos psicoafectivos
“Cada oveja con su pareja dice el proverbio. Y es verdad, pero conviene también
precisar para qué. Lo que importa tener en cuenta en la constitución del equipo para
responder a esta cuestión de homogeneidad es ante todo el marco mental y cultural
que aporta un fondo común de referencia tanto al nivel de comunicación como al
moral. Este aspecto no elimina la dificultad mayor en el seno de la Reforma
educativa. En cambio, la identidad o gran semejanza de personalidades, así como la
homogeneidad de competencias no constituyen automáticamente un factor de
eficacia y pueden llegar a poner límites al enriquecimiento del equipo por la ausencia
de aportaciones originales o complementarias ante un problema que se plantea. Hay
que aceptar, sin embargo, que los distintos rasgos de personalidad que entrañan
comportamientos específicos engendran tensiones y hasta conflictos que conviene
saber manejar si se requiere mantener al equipo con un rendimiento óptimo.
La primera cualidad que se requiere en un equipo sigue siendo sin duda la confianza
entre todos y cada uno de sus miembros. Recordemos que esta confianza en los
demás presupone una confianza en sí mismo. Esta nace y se desarrolla gracias a la
frecuencia de los intercambios entre los miembros del equipo. No hay equipo sin
reuniones periódicas de sus miembros. Cualquier propuesta de uno de ellos dirigida
87
a encontrar una solución de conjunto para alcanzar un objetivo común acrecienta el
potencial del grupo, y cada miembro se siente beneficiario de una aportación
suplementaria que puede integrar en su reflexión o en su práctica. Esta actitud no
debe excluir el espíritu de competición que permite buscar nuevas soluciones y que
hay que distinguir de la actitud destructiva de un enfrentamiento de rivalidades. El
espíritu de emulación permite a todo el mundo superarse a sí mismo en provecho
común del grupo.
Excepto los casos relacionados con la seguridad, un equipo se forma para resolver
un problema, hacer progresar una causa, alcanzar un objetivo común (mientras que
un equipo de bomberos lucha contra el incendio). Esta elección de las preposiciones
“por” o “contra” el fracaso escolar. Las palabras traducen o traicionan actitudes
psicológicas ocultas, ignoradas o implícitas.
Elementos estructurales
Hemos empezado por evocar lo que constituye muy frecuentemente el mayor escollo
del grupo: los elementos de orden emocional e interrelacional. No hace falta decir
que estos fenómenos tienden a acentuarse con el número de participantes. Por ello,
teniendo en cuenta que la confianza recíproca unida a la imagen dinamizadora del
equipo son sus cimientos porque le permiten promover la unidad, un equipo
operativo debe ser tamaño reducido. No es posible fijar números a priori, puesto que
88
el equipo debe adaptarse a situaciones concretas en función de los medios que se
tienen y el objetivo que hay que conseguir.
De todos los estudios sobre este tema se ha deducido que un equipo digno de este
nombre reagrupa entre dos y diez o doce personas que siguen una tarea que hay
que cumplir (dejamos de lado los equipos que por necesidades del juego obedecen a
las reglas específicas).
89
2. La segunda solución, que no es más que una variante de la anterior, consiste
en suscitar el voluntariado para participar en una tarea concreta que no
necesita un enfoque diferente al practicado hasta entonces.
Una vez que se ha dado este paso, el equipo debe estructurarse, es decir, definir los
roles complementarios que cada miembro debe desempeñar y los comportamientos
que se espera de unos y otros, recordar los valores
que subyacen a la acción que se lleva a cabo en
función de los objetivos que se tienen que lograr.
Al asimilar el equipo a ser plural, dejamos entrever también sus limitaciones: como
individuo puede también caer en el aislamiento. Hay, pues, que recordar que un
equipo no es un fin en sí mismo, sino que nace en función de unas tareas que hay
que hacer y que, una vez constatada su realización, debería desaparecer. Esto nos
lleva a hablar de las vinculaciones entre el equipo y la tarea.
90
5.2 Características de un equipo efectivo de trabajo
91
6. La mayoría de las decisiones se toman por consenso, que implica un
acuerdo general y disposición de todos a avanzar. Hay poca tendencia a
que los individuos que se oponen mantengan oculta su posición y a que se
enmascaren -con consensos aparentes- desacuerdos reales. Por último, el
voto formal se reserva sólo para ocasiones de extrema discrepancia.
8. Las personas se sienten libres para expresar sus sentimientos y sus ideas,
tanto acerca de los problemas como acerca de la operación del grupo. Hay
pocas indecisiones y hay pocas “agendas ocultas” o “ases en la manga”.
Todos parecen saber bastante bien cómo se sienten los demás respecto
de cualquier asunto del grupo.
10. El jefe del grupo no lo dominan ni, por otro lado, el grupo le muestra
sumisión. De hecho, conforme uno observa la actividad, es claro que el
liderazgo se turna de tiempo en tiempo, dependiendo de las circunstancias.
Diferentes miembros debido a sus conocimientos y experiencias, se
encuentran varias veces en posición de actuar como “recursos” para el
grupo. Hay poca evidencia de lucha por el poder. Lo importante no es
quien controla, sino cómo llevar adelante el trabajo.
92
Elementos funcionales
Es, pues, importante, tomar en consideración la tarea a ejecutar para que contenga
los elementos capaces de motivar a los participantes para que desempeñen bien un
trabajo colectivo. Esta tarea puede consistir en organizar un nuevo procedimiento de
aprendizaje de la lectura o poner en marcha clases de apoyo o incluso un sistema
colectivo de evaluación de adquisiciones por nivel. Se puede igualmente, diseñar una
distribución diferente del trabajo para obtener un mayor bienestar en todos los
componentes del equipo.
Una vez tenidas en cuenta las motivaciones individuales de los miembros del equipo
a constituir, conviene dedicarse a promover la capacidad de cada uno para la
cooperación. Se puede valorar el trabajo que tiene que hacer el equipo ante un
público como los padres de los alumnos de una clase, y hasta tomar como objetivo
los elementos motivacionales comunes del equipo, dejarle la realización de la acción
a emprender. Por el contrario, si la tarea presentada suscita un sentimiento de miedo
resultante del insuficiente conocimiento de la situación, dará lugar muy pronto a una
motivación negativa que entraña el rechazo a participar y la destrucción del naciente
equipo. (Por ejemplo: rechazo, primero individual y luego colectivo a trabajar en el
aula de adaptación por miedo al fracaso). Este es, sin embargo, el caso cuando la
expresión de incompetencia provoca la búsqueda del trabajo en común (afrontar
juntos la dificultad para disminuir el sentimiento de impotencia o de inseguridad).
93
Todo esto no son más que los principios motores que deben animar un equipo.
Ahora bien, un equipo se juzga por los resultados de su acción. Para ello hay que
comunicar, repartir los roles y aprender a estructurarse.
Cuando el jefe se impone, el equipo pude llevarle a modificar su estilo. Los miembros
del equipo no tienen que seguir al jefe porque es el jefe (jerárquico) sino porque debe
encarnar el espíritu del equipo: él simboliza el equipo. Así, el sentimiento de
dependencia de los componentes deja paso a la necesidad de hacer descansar
sobre uno de sus miembros las responsabilidades de la acción del conjunto.
94
Para ser eficaz en el seno del equipo, el jefe debe:
De este modo la autoridad del jefe que anima el equipo es un elemento funcional de
su organización en función de los miembros, de la situación de la tarea y de los
objetivos.
Siendo una de las misiones del servicio público de enseñanza el garantizar las
mismas prestaciones cualitativas y cuantitativas en todos los puntos del territorio, se
puede preguntar si esta exigencia de uniformidad no supone un obstáculo a la
iniciativa individual.
En todos los casos en que un equipo autónomo realice un trabajo eficaz, se puede
constatar que se respetan tres condiciones:
95
- Los componentes del equipo han seguido una formación en prácticas de
trabajo en grupo.
Rosenholtz mostró que en las escuelas «en movimiento» los docentes hacían más
trabajo en equipo. La mayoría, aun entre los más experimentados, estaban
convencidos de que la enseñanza era difícil en sí misma. Creían que los docentes
nunca terminaban de aprender a enseñar. Y esta mayoría de docentes que
reconocían la dificultad de la enseñanza, admitían en consecuencia que a veces
necesitaban ayuda. Por lo tanto, dar y recibir ayuda no implicaba incompetencia. Era
parte de la búsqueda común de una mejora sostenida. Recibir apoyo de sus colegas,
que les comunicaron lo que hacían, inspiró a esos maestros más confianza y se-
guridad en sus propios intentos y métodos.
96
docente que la enfrente solo. En este mismo sentido,
Ashton y Webb (1986) descubrieron que la principal
ventaja del trabajo en equipo es reducir la sensación de
impotencia de los docentes y aumentar su convicción de
eficacia. Parte del estudio de Ashton y Webb se concentró
en un análisis comparativo de una escuela secundaria
inicial organizada algo tradicionalmente, y una escuela
media más bien progresista. Aunque las dos tenían
alumnos de extracción social similar, la escuela media
presentaba niveles de rendimiento estudiantil más altos en
las habilidades básicas. Ashton y Webb atribuyeron esta
diferencia a la convicción de eficacia de los docentes y a las percepciones del rol
docente en una y otra escuela.
En la escuela secundaria inicial, los docentes eran «un poco fatalistas» acerca del
potencial académico de sus alumnos. Se consideraban ingenuos a sí mismos por
haber buscado metas más ambiciosas al comienzo de su carrera. Dijeron ser ahora
más realistas. En el fracaso de los alumnos en alcanzar las metas académicas veían
un problema de motivación; un problema con los estudiantes o el medio del que
provenían.
Los docentes de la escuela media tenían una convicción más arraigada sobre su
eficacia: «Sabían que podían hacer una contribución significativa a la vida de los
alumnos y estaban pública y personalmente empeñados en ello» (pág. 106). Los
docentes de la escuela media tenían una más alta opinión de su profesión y de sus
responsabilidades. Definían su trabajo con más amplitud: insistían tanto en el
desarrollo personal como en el logro académico; tanto en el trabajo con los colegas
como en el trabajo con los alumnos. La colaboración entre los docentes, el trabajo en
equipo y las decisiones conjuntas caracterizaban a la organización de esta escuela.
97
profesionales en algunas escuelas, mientras en otras no lograron crecer y aun em-
peoraron. Esto surge con claridad si comparamos las actitudes hacia el aprendizaje
del docente en las escuelas cooperativas o «en movimiento» de Rosenholtz y en las
escuelas aisladas o «atascadas». En las escuelas que trabajan en equipo, «el 80%
de los docentes respondió que su propio aprendizaje es acumulativo y evolutivo, y
que aprender a enseñar es una actividad de toda la vida» (pág. 80). Una
característica común a estos comentarios fue «Nunca se termina de aprender. Es im-
portante aprender a enseñar algo de todas las maneras diferentes posibles para
llegar a todos estos alumnos. Estoy siempre al acecho de nuevas ideas» (pág. 80).
En estas escuelas que trabajaban en equipo, los docentes buscaban ideas nuevas
entre sus colegas, en conferencias profesionales y en talleres. Cuando surgían
dificultades, estaban mucho más predispuestos a pedir y a recibir consejo y
asistencia de otros docentes y del director. Los docentes de las escuelas que
trabajaban en equipo confiaban más en la
mejora y estaban más comprometidos con ella.
Sin duda, hay aquí cierta selectividad. Los docentes abiertos a las ideas nuevas se
ven atraídos por las escuelas «en movimiento». Los renuentes al aprendizaje se
sienten más seguros en las escuelas «atascadas» (pero, nos arriesgamos a decir, no
quedan más satisfechos en el largo plazo). Sostendremos más adelante que con-
viene definir y fomentar la apertura al aprendizaje en la selección de futuros
maestros, y en el momento de proporcionarles sus primeras experiencias en progra-
mas iniciales de educación docente y de asignarles sus primeros puestos. Pero es en
el ambiente laboral donde la lucha por la mejora se tiene que librar. Sabemos que
esto es posible porque, aunque sean minoría, «existen» escuelas que trabajan en
equipo y en ellas «la auto-renovación continua se define, comunica y experimenta
como un hecho natural de la vida diaria» (Rosenholtz, 1989, pág. 74). Imagina que
llegas a ser un mejor maestro sólo por formar parte del cuerpo docente de una
escuela determinada: sólo por ese hecho (Little, 1990).
Hasta ahora hemos dicho una serie de cosas favorables acerca de las relaciones
laborales cooperativas y sus ventajas para las escuelas. Pero no hemos sido claros
acerca de lo que realmente significa esa colaboración para los directores y maestros.
Esto no es inusual. Conceptos atractivos como los de trabajo en equipo y co-
98
laboración suelen envolverse en una sensación global de virtud. Esa vaguedad
puede ser útil al comienzo, cuando la gente trata de seleccionar las diferentes posi-
bilidades. Pero después puede presagiar desilusión y desengaño si las esperanzas e
intenciones no se cumplen, y el sentido y los beneficios llegan a ser menos claros.
Por lo tanto es vital comprender el significado del trabajo en equipo.
Lo que pasa por trabajo en equipo significa cosas muy diversas en diferentes
escuelas. Algunas buscan reducir la incertidumbre del docente e incrementar su
eficacia. Otras ayudan menos en ese aspecto. Por ejemplo, es importante que usted
no infiera que en su escuela se trabaja en equipo porque existe una confortable sala
de profesores, los maestros se cuentan anécdotas sobre los alumnos y se brindan
apoyo moral. La colaboración que conduce a una mayor eficacia exige mucho más
que esto. Las escuelas donde los maestros permanecen aislados e inseguros en su
propia aula no siempre son escuelas abiertamente inhóspitas en el sentido social. De
hecho, en su informe sobre las escuelas «atascadas», Rosenholtz señaló que las
salas de docentes en esas escuelas a menudo eran lugares felices. Pero esa
felicidad nacía de conversaciones sociales en
sentido amplio, sobre actividades no escolares, o
de historias y chistes contados acerca de los
alumnos y sus padres, a menudo a sus
expensas. En esas salas no se hablaba mucho
de la profesión: no había discusiones serias so-
bre el trabajo y su mejora. Evidentemente,
cuando se trata de desarrollar culturas de trabajo
en equipo no hay que confundir felicidad con
excelencia.
Little observa que el cuarto tipo ---el trabajo conjunto- es la forma más sólida de
colaboración (por ejemplo, la enseñanza en equipo, la planificación, la observación,
la investigación, la capacitación permanente entre pares, la tutoría, etc.). El trabajo
conjunto implica y genera una mayor interdependencia, responsabilidades
compartidas, un compromiso y un progreso colectivos, y una mayor disposición a
participar en las difíciles tareas de revisión y crítica. Esta, expresa Little, es la
99
modalidad de trabajo en equipo y de cultura más propicia a una mejora significativa.
Otras modalidades quizás ofrezcan el impulso básico hacia la búsqueda de la
mejora, pero serán apenas sustitutos de la modalidad mencionada.
Little afirma que muchos ejemplos de aparente trabajo en equipo representan «lazos
débiles». Por ejemplo, cita testimonios para sostener que proyectos de en-
trenamiento y tutoría suelen ser de esta variedad
relativamente superficial, que sirve como refugio y
es intrascendente, y por lo tanto tienen escaso
efecto en la cultura de la escuela. En la próxima
sección volveremos sobre este tema de las formas
débiles de trabajo en equipo, pero aquí queremos
destacar que la búsqueda de formas sólidas y
eficaces de colaboración tiene que crear
condiciones propicias para que los docentes plan-
teen y aborden cuestiones críticas y urgentes:
"En otras palabras: ¿El trabajo en equipo de los maestros da lugar al desarrollo
creativo con decisiones bien informadas o a un reforzamiento mutuo que mantiene
hábitos empobrecidos? ¿El tiempo que los maestros comparten propicia una
comprensión e imaginación que ellos aportan a su trabajo, o sólo los lleva a
confirmar entre ellos su práctica actual?" (Little, 1990, pág. 22).
Uno de los estudios más sagaces sobre el aspecto que las culturas del trabajo en
equipo presentan en la práctica fue realizado por Nias y un equipo de investigadores
en Inglaterra (Nias, Southworth y Yeomans, 1989). Nias y su equipo llevaron a cabo
un estudio de casos en profundidad para cinco escuelas primarias ya conocidas por
sus relaciones positivas entre el personal. Enseñaron y observaron en esas escuelas
durante un año. Las ricas descripciones que construyeron en esas escuelas ofrecen
relatos fascinantes, detallados y realistas del aspecto que presentan en la práctica
las culturas donde el trabajo en equipo se despliega con fuerza. Tres de las escuelas
comprendían culturas de trabajo en equipo en pleno funcionamiento. Las cinco
escuelas eran pequeñas (hasta doce maestros de jornada completa), de modo que
debemos abstenernos de generalizar. Pero la configuración de las características
ilustra sobre las modalidades culturales del trabajo en equipo que buscamos para el
futuro. ¿Cuáles eran esas características clave?
Según Nias y sus colaboradores, lo que caracteriza a las culturas del trabajo en
equipo no es su organización formal, no son sus reuniones ni sus procedimientos bu-
rocráticos. Tampoco se trata de un trabajo en equipo organizado para proyectos y
eventos específicos. Estas culturas consisten más bien en cualidades, actitudes y
100
conductas predominantes que rigen las relaciones del
personal en todo momento, sobre una base diaria. La
asistencia, el apoyo, la confianza y la sinceridad forman
el núcleo de estas relaciones. Detrás de esto hay un
compromiso con la valoración de las personas como in-
dividuos y con la valoración de los grupos a los cuales
pertenecen esas personas.
Las culturas del trabajo en equipo se descubren en todos los aspectos de la vida de
la escuela: en los gestos, chistes y miradas que transmiten simpatía y comprensión;
en el esfuerzo y el interés personal que se manifiesta en los corredores o fuera de las
aulas; en los cumpleaños, agasajos y otras pequeñas celebraciones; en la
aceptación e interacción entre vida personal y profesional, en el elogio sincero, el
reconocimiento y la gratitud; y en el acto de compartir y discutir ideas y recursos.
101
valores y orientaciones fundamentales que el personal desarrolla e implementa con
el tiempo. Las intenciones en las culturas del trabajo en equipo no son enteramente
idiosincrásicas, sino que reciben gran parte de su fuerza del hecho de ser
desarrolladas y compartidas por los colegas.
102
Lo más revelador en los descubrimientos de Nias y sus colaboradores es la
configuración particular de las creencias y conductas en las escuelas altamente
cooperativas. En estas escuelas, el individuo y el grupo son valorizados por sí
mismos y tanto el uno como el otro. No sólo los individuos son valorizados; también
lo es la interdependencia.
Los individuos así valorizados como personas y como maestros, incluso como
principiantes, se han sentido bienvenidos. Los docentes mostraban interés en la vida
personal de los demás, al mismo tiempo que respetaban el derecho a la privacidad.
Se tenía en cuenta a la persona en su totalidad.
Se atribuía a los individuos el valor de fuentes de inspiración para los otros. Como
escribió un docente:
«Trabajar en un equipo no significa que todos sean iguales ni estén tan ocupados en
confirmarse los unos a los otros que nada pueda ocurrir. Eso enerva. Tienes que
contar con personalidades e ideas diferentes para animar a las otras personas, pero
esto se puede hacer sin agresión» (pág. 57).
«Juntos, los miembros del personal formaban un grupo al que valoraban porque les
daba un sentido de pertenencia. Al mismo tiempo, aceptaban una responsabilidad
colectiva por el trabajo de la escuela, y así creaban un equipo sólido en el que los
miembros se ayudaban, alentaban y reemplazaban unos a otros» (pág. 58).
103
manifestaba en el modo en que sus miembros se aconsejaban, respaldaban y
ayudaban. Con palabras de un docente: «Si dices que haces esto y esto, y que no
has tenido ideas buenas, al instante te aportarán seis o siete ideas diferentes»
(pág.60).
Para cerrar esta sección destacaremos otras dos características de las culturas del
trabajo en equipo a las que daremos prominencia en los lineamientos y las
estrategias de mejora que formulamos en el capítulo 4. Nos referimos al rol del
liderazgo y a la relación de las escuelas que trabajan en equipo con su medio.
YadedicamosWhat's Worth Fighting For in the Principalship? [Los objetivos por los
cuales vale la pena luchar en la dirección] a un análisis de la dirección, que no
intentaremos repetir aquí. Pero queremos decir tres cosas acerca del liderazgo en las
escuelas. En primer lugar, que el desarrollo de las escuelas que trabajan en equipo,
donde ellas existen, ha dependido principalmente de las acciones de sus directores
(Fullan, 1991; Nías et al., 1989; Leithwood y Jantzi, 1990). En segundo lugar, lo que
importa es una clase de liderazgo particular. No se trata del liderazgo carismático e
innovador que moviliza a las culturas de toda la escuela. Se trata de un tipo más sutil
de liderazgo que enseña a los demás el sentido de la actividad. Como vemos, el
papel básico del liderazgo es conducir el desarrollo de las escuelas que trabajan en
equipo, donde se da voz o se autoriza a los docentes, «de manera de encuadrar los
problemas, y discutir y trabajar individual y colectivamente para comprender y
modificar aquellas situaciones que los causaron» (Smyth, 1989, págs. 190-1). En el
capítulo 4 diremos más acerca de cómo los directores pueden desarrollar estas
escuelas que trabajan en equipo.
104
El punto tercero, y aun más fundamental, es la advertencia de que el liderazgo puede
y debe provenir de una variedad de fuentes en la escuela. En las escuelas donde
funciona plenamente el trabajo en equipo, muchos de los docentes (en realidad,
todos) son líderes. En el largo plazo, si la cultura de las escuelas que trabajan en
equipo se llega a institucionalizar tan firmemente como la cultura actual del
individualismo, ellas ya no necesitarán de directores tal como ahora los conocemos.
Existen por lo menos dos razones para que esto suceda así. En primer lugar, así
como la apertura es necesaria dentro de la escuela, también debe caracterizar la
relación de la escuela con el mundo exterior. Las ideas nuevas, las mejores prácticas
de otros lugares, el estímulo, la presión para tener en cuenta las necesidades
sociales y el ejemplo (o lo que se tiene para ofrecer a otros docentes y escuelas) son
parte de la vitalidad espiritual de las escuelas que trabajan en equipo. Pero las
escuelas no pueden tener éxito sin establecer estrechas relaciones laborales con los
padres y la comunidad. En segundo lugar, las
decisiones tomadas fuera de la escuela obviamente
afectan su futuro (como el entrenamiento de la nueva
generación de docentes, quiénes son incorporados,
quiénes son trasladados, etc.). No somos tan
ingenuos para creer que estos factores sean contro-
lables por la misma escuela, pero también es evidente
que la escuela que trabaja en equipo -para
protegerse, incluso para mejorar- debe jugar de
continuo y negociar su futuro con el mundo exterior.
En suma, además de los valores identificados por Nías y sus colaboradores, las
culturas del trabajo en equipo también mantienen un compromiso explícito con la
105
mejora sostenida y con la búsqueda de métodos para mejorar la práctica, se los
encuentre dentro o fuera de la escuela.
Las escuelas se ven en una situación difícil. Nunca fue más necesario para los
docentes trabajar juntos. El concepto de trabajo en equipo es atractivo por sí. Pero
es el ingrediente del cambio y también de las soluciones fracasadas. Vimos además
que los cambios que exige la transición eficaz hacia el trabajo en equipo son profun-
dos y complejos. La mera existencia de trabajo en equipo no se debe confundir con
el imperio de su cultura plena. Es mejor evitar ciertas variedades de él. Algunas son
pérdidas de tiempo, y de escaso efecto. Otras se deben considerar sólo como
estaciones de tránsito en la búsqueda de formas más ambiciosas. Examinaremos
tres de estas formas de trabajo en equipo que nos deben inspirar cautela: la
balcanización, la cooperación fácil y el trabajo en equipo artificial.
1. La balcanización
En algunas escuelas, aunque los docentes se asocien de manera más estrecha con
algunos de sus colegas que en una cultura individualista, lo hacen en grupos par-
ticulares más que en la escuela total. Estas escuelas tienen lo que podría llamarse
una cultura docente balcanizada: una cultura hecha de grupos separados, y a veces
rivales, que maniobran para alcanzar una posición y una supremacía como ciudades
estados independientes, vagamente conectados.
Los docentes en las culturas balcanizadas unen sus lealtades e identidades a grupos
particulares de colegas. Son por lo común los colegas con quienes trabajan más
estrechamente, pasan la mayor parte del tiempo y alternan socialmente con más
frecuencia en la sala de maestros. La existencia de estos grupos en una escuela a
menudo refleja y sustenta puntos de vista muy diferentes sobre el aprendizaje, los
estilos de enseñanza, la disciplina y el currículum. Las camarillas balcanizadas no se
reducen a los maestros conservadores. Los grupos de maestros innovadores, que se
ven más adelantados que sus colegas, también se segmentan con perjuicio para el
desarrollo general de la escuela.
106
almacenamiento), el tiempo (prioridad en los horarios) y los
recursos (presupuestos, cantidad de alumnos, etc.). La
urgencia y necesidad de defender su territorio y su
posición de los reclamos de otros grupos explica la gran
seriedad e importancia que los maestros atribuyen a
disputas «mezquinas» sobre cosas tales como los
derechos a los espacios para armarios y bibliotecas en el
pasillo de una escuela (Hargreaveset al., 1988).
107
observaron que los docentes de la misma mentalidad a menudo se reúnen en
subgrupos que «estorban la aceptación de ciertas prácticas en toda la escuela, e
inhiben la discusión abierta que pudiera conducir a crear una perspectiva conjunta
para la escuela» (pág. 53). No negamos que asociarse con un colega innovador
pueda ser un paso importante hacia adelante, pero es solamente un comienzo.
108
maestros y alumnos de diferentes grados, pueden ser muy valiosas para mo-
derar los efectos de la balcanización y crear más entendimiento entre docentes
que por regla general están relativamente aislados los unos de los otros.
109
EL TRABAJO EN EQUIPO EFICAZ OPERA EN EL MUNDO DE LAS
IDEAS; ANALIZA CRÍTICAMENTE LAS PRÁCTICAS EXISTENTES,
BUSCA MEJORES ALTERNATIVAS Y UNE ESFUERZOS PARA
PRODUCIR MEJORAS Y MEDIR SU VALOR.
El trabajo en equipo limitado rara vez ahonda en los fundamentos, los principios o la
ética de la profesión. Se suele reducir a la tarea más cómoda de dar consejos,
intercambiar estrategias y compartir materiales de una naturaleza más inmediata,
específica y técnica. Esta modalidad de trabajo en equipo se reduce a las unidades
de trabajo o los temas de estudio particulares sin alcanzar a la intención ni al valor
más amplio de lo que se enseña y del modo de enseñar. Es un trabajo en equipo que
se concentra en lo inmediato, en el corto plazo, y excluye los problemas de
planificación de plazo más largo. Esta modalidad no contempla los principios de una
práctica reflexiva sistemática. En el estudio sobre el tiempo de preparación, incluso
en los escenarios más cooperativos, hubo muchas expresiones en el sentido de
compartir, intercambiar, coordinar, celebrar y apoyar. Pero casi no se habló de
indagar, cuestionar, reflexionar, criticar o dialogar como actividades valiosas y posi-
tivas. La investigación conducida en la escuela también muestra escasas pruebas de
que esta modalidad produzca una mejora educativa en las aulas (Levine y Eubanks,
1989). Suele no pasar de lo «fácil».
110
Acker (1989) proporciona otro ejemplo en su estudio comparativo de dos escuelas
primarias en Inglaterra y las respuestas que dieron a la introducción de un Currí-
culum Nacional impuesto desde fuera. Una de esas escuelas tenia muchas de las
características aparentes del trabajo en equipo: elevada participación en las deci-
siones, superposiciones en los roles del personal, solicitud, calidez, humor,
camaradería y gratitud. Además de los aspectos externos que comúnmente se
mencionan para esta cultura del trabajo en equipo, el estudio de Acker detectó una
serie de dificultades. La escuela misma resolvió en definitiva algunas de estas, pero
eran indicativas de los problemas clave del trabajo en equipo:
111
producir mejoras y medir su valor. Creemos que esta es una de las exigencias clave
para el trabajo en equipo y el desarrollo profesional en el futuro.
Como las culturas del trabajo en equipo no evolucionan con rapidez, serán poco
atractivas para administradores que busquen implementar medidas con resultados
inmediatos. Las culturas del trabajo en equipo no se dejan fijar con facilidad en el
tiempo y el espacio, puesto que sobre todo viven en los intersticios de la vida escolar.
Además, las consecuencias de estas culturas
son impredecibles. El currículum que se
elaborará, el aprendizaje que se alentará, las
metas que se formularán no siempre se pueden
predecir confiadamente de antemano.
112
de tutorías, la planificación conjunta en aulas provistas especialmente, la gestión
autónoma, las reuniones con horarios establecidos formalmente, con definiciones
claras de los roles, y los programas de formación para los docentes que trabajan
como consultores. Las iniciativas de esta clase son artificios administrativos
destinados a introducir el trabajo en equipo en escuelas donde antes era casi
inexistente. Se proponen alentar una mayor asociación entre los docentes y fomentar
la participación, el aprendizaje y la mejora de habilidades y saberes. El trabajo en
equipo artificial también busca la buena implementación de nuevas propuestas y
técnicas en una cultura escolar más sensible y sustentadora.
Desde luego, como ya sostuvimos, las culturas del trabajo en equipo no surgen de
manera espontánea o completamente solas. También requieren una dirección e
intervención administrativas. Pero en términos generales es una intervención de
auspicios y ventajas que crea oportunidades para que los docentes trabajen juntos
en el horario escolar. Las culturas del trabajo en equipo no imponen el auxilio ni la
asociación entre colegas: los fomentan y facilitan. Esto las distingue de las escuelas
113
caracterizadas por versiones más superficiales, de trabajo en equipo artificial.
114
mo el mejor momento para planificar. Los períodos de preparación eran por lo común
muy breves, de cuarenta minutos o menos. Muchos minutos se perdían atendiendo
clases hasta que el maestro reemplazante llegaba, llevando a los niños al gimnasio
para supervisar que se cambiaran, acudiendo a la sala de maestros si el aula del
docente estaba en uso, y así sucesivamente.
Por lo común, este tiempo se consideraba demasiado breve para una planificación
continuada, fuera esta colectiva o individual. Estos docentes preferían planificar en
otros momentos, como en la pausa del almuerzo o después del horario escolar. El
tiempo de preparación se utilizaba más para «despachar» tareas pequeñas e
innumerables como fotocopias y llamadas telefónicas, que se harían con menos
eficiencia en otros momentos cuando los otros docentes clamaran por los mismos
recursos. Esta pauta de trabajo en el tiempo de preparación era sumamente útil para
muchos maestros y les dejaba tiempo para planificar otros asuntos de una manera
más continuada en la jornada escolar.
Por lo tanto, el tiempo de preparación y sus usos establecen una relación compleja y
variable entre el trabajo de los docentes y las circunstancias de la vida. No existe una
fórmula administrativa exenta de ambigüedad para resolver esto. El principio básico
es en cambio el de la flexibilidad y prudencia administrativa para delegar en los
maestros mismos las decisiones sobre el uso de los períodos de preparación. Por lo
general es mejor que los directores establezcan expectativas de tareas en equipo
(para discutir y elaborar entre colegas) en lugar de expectativas de tiempos de
equipo. Se debe evitar el trabajo en equipo impuesto.
Vale la pena una última observación en el examen de las culturas del trabajo en
equipo. Tras analizar la investigación sobre las organizaciones que se manejan bajo
esta modalidad, Rothschild (1990) concluye que la socialización propia de las
115
mujeres las prepara mejor para desarrollar y dirigir estas organizaciones. Las mu-
jeres, más que los hombres, suelen negociar los conflictos para proteger relaciones
laborales existentes (a diferencia de un manejo del conflicto para ganar-perder) y
valoran las relaciones mismas, y las que ellas mantienen, como parte de su
compromiso con los cuidados formativos (en lugar de vedas como un instrumento
para otros fines). Shakeshaft (1987) descubre regularidades similares en sus
estudios sobre las mujeres y el liderazgo en los sistemas escolares.
Esto no significa que todas las mujeres sean mejores que los hombres para dirigir escuelas. Hay
buenos y malos directores de ambos sexos. Y no se trata de características que se tengan desde
el nacimiento. Pero las regularidades son evidentes. A medida: que más mujeres asciendan a los
puestos superiores, nuestros modelos de interpretación del liderazgo eficaz quizás experimenten
transformaciones significativas. Será importante buscar, apreciar y fomentar nuevas formas de
trabajo en equipo. También integraremos las cualidades -que el estereotipo define como
masculinas- del centramiento en la tarea y el análisis, y aprenderemos de ellas, porque de lo
contrario no introduciremos el trabajo en equipo en el dominio de la investigación rigurosa y la
mejora. Una razón por la cual las formas de liderazgo femenino son especialmente importantes es
que la presencia de mujeres en los altos niveles de la gestión educativa, al menos en cantidad, es
relativamente nueva. También hay algunas pruebas de que los grupos con más equilibrio entre los
géneros mejoran el rendimiento tanto de los hombres como de las mujeres (Rothschild, 1990).
116
6. ACTIVIDADES PERMANENTES
Una propuesta para crear un ambiente que invite al aprendizaje son las actividades
permanentes, las cuales han sido desarrolladas por algunos maestros. Son
permanentes porque no se limitan a un solo día o como contenido que se aborda una
sola vez y no se vuelve a trabajar en el año. Por el contrario, la riqueza de estas
actividades es su utilización sistemática y continua en el aula.
Rincones de trabajo
Conferencia infantil
Gobierno estudiantil
Asamblea escolar
Correspondencia escolar
Elaboración de libros artesanales, álbumes y antologías
El periódico mural
La lectura en voz alta por el maestro
Uso sistemático de la biblioteca
Los Rincones de trabajo son espacios en el aula donde se cuenta con materiales y
recursos para realizar actividades creativas diversas; además, ofrecen a los niños
diferentes posibilidades para satisfacer sus intereses y necesidades. Algunos
rincones que se pueden promover son los siguientes:
117
un lugar visible, para que los niños –cuando lo deseen- investiguen, analicen y
escriban acerca de asuntos que les interesen.
RINCÓN DE ESCRITURA
Es un espacio donde los niños se interesan en escribir y leer lo que más les gusta,
por ejemplo: compartir con otros sus experiencias y producciones de un sueño, una
canción, adivinanzas, una experiencia que hayan tenido en casa o la escuela o
dibujos. Cuando los niños hayan realizado algún escrito, será importante darlo a
conocer y colocar la producción en este espacio del salón, creando con ello un
ambiente alfabetizador. Un mimeógrafo, una máquina de escribir o incluso una
computadora y su respectiva impresora sería un material muy formativo en este
espacio.
RINCÓN DE JUEGOS
118
RINCÓN DE EXPRESIÓN ARTÍSTICA: MODELADO, MÚSICA,
ESCENIFICACIONES Y PINTURA
Este Rincón es uno de los más solicitados por los niños, donde ellos desarrollan su
creatividad e imaginación, mediante dibujos, modelados, escenificaciones con títeres
elaborados por ellos, elaboración de maquetas, y trabajos manuales.
Una vez elegido el tema para la conferencia el alumno realiza una investigación con
la orientación del maestro, quien lo apoyará para que acuda a varias fuentes de
información, sistematice y organice las ideas y prepare algunos materiales (carteles,
dibujos, experimentos y maquetas) para dar a conocer el trabajo en el grupo. En esta
fase, los niños del primer ciclo requieren un poco más de ayuda de sus padres, de
alumnos mayores y del docente para efectuar esta tarea.
119
Durante la presentación del trabajo en el aula es importante que el alumno
conferenciante se apoye en el material que elaboró para explicar la investigación
realizada; en algunos casos puede utilizar tarjetas en las cuales registre algunas
ideas que desea resaltar.
120
Promover la valoración del grupo sobre lo presentado por el conferenciante
(felicitaciones, críticas y sugerencias) que permitan mejorar el trabajo en
futuras conferencias.
Los temas que se traten en cada grupo pueden variar de acuerdo con los intereses y
contexto en que se encuentran los alumnos. Lo importante es abrir un espacio para
iniciar con la conferencia escolar y darle continuidad a lo largo del año escolar.
121
¿CÓMO SE INICIA UNA ASAMBLEA?
DESARROLLO DE LA ASAMBLEA
Según los puntos acordados se escucharán las opiniones de los alumnos, lo cual es
un momento de gran importancia porque los niños presentarán sus quejas,
desacuerdos y dudas, y argumentarán sus posturas; esto conlleva un proceso que
implica escuchar las críticas que se hacen, buscando el respeto entre todos. El
maestro, como integrante de la asamblea, aportará sugerencias para resolver los
conflictos sin que éstas sean castigos, con la idea de que se repare el daño
122
ocasionado e invitará a los alumnos que han incurrido en faltas a mejorar su
conducta.
ACUERDOS EN LA ASAMBLEA
123
La correspondencia escolar crea un ambiente propicio para que los alumnos
desarrollen el interés por escribir y mejorar su texto y por la lectura placentera al
desear conocer lo que escribió el corresponsal. Además, con el intercambio de textos
adquiere importancia el uso de las reglas ortográficas y gramaticales, ya que los
niños se esmeran en hacer una letra legible, así como en despertar la creatividad al
decorar su carta y el sobre de diversas maneras, favoreciendo la autonomía de los
alumnos para expresar sus necesidades, inquietudes, gustos y conocimientos.
124
constantemente como escritor, a pulir su redacción, a crear su estilo y a
perder el miedo a expresarse por escrito.
c) Desarrollar la autoestima del alumno al recibir una carta dirigida
especialmente a él.
d) Adquirir conciencia del entorno al tener que describirlo para el corresponsal.
e) Enriquecer su cultura por la diversidad de temas que se manejan durante el
intercambio.
f) Tener un mayor conocimiento de la Historia y la Geografía tanto de su medio
como el de su corresponsal.
Una de las tareas de la educación básica es favorecer que los alumnos expresen con
claridad sus ideas, de manera oral y por escrito. En este sentido, es necesario
promover el aula la producción de diversos textos: cuentos, anécdotas, leyendas,
historietas, carteles, folletos y textos informativos (de Historia, Ciencias Naturales,
Geografía o de temas que interesen a los niños), entre otros.
Aunque la producción de textos empieza a fomentarse un poco más en las aulas, los
alumnos suelen escribir pocos párrafos y una información breve y simple, o sus
cuentos no son lo suficientemente ricos e interesantes.
125
del dibujo del fondo; por ejemplo: si éste es una casa, el cartoncillo puede ser
una ventana que al levantarse deje ver el interior. Un ejemplo es el libro
Esplendor de la América Antigua de la colección de los Libros del Rincón.
3. Cartel cuento: en un pliego de cartulina se escribe un cuento con letra grande
e ilustraciones a todo color. En la colección de Libros del Rincón se pueden
encontrar varios ejemplos de cartel-cuento.
4. Libros jeroglíficos: algunas palabras o frases del texto (generalmente
sustantivos y verbos) se sustituyen con imágenes, dibujos o recortes
pequeños. Se pueden elaborar en pliegos de cartulina doblados a la mitad.
Algunas variantes en su elaboración son:
a) pensar en el cuento, escribirlo en hojas y decidir qué palabras se
sustituirán con dibujos o recortes, y b) reunir de cinco a 10 recortes de
revistas o periódicos y con base en ellos elaborar el cuento o texto.
a) Leer diferentes tipos de texto o libros que sirvan como modelo o para localizar
información.
b) Escribir borradores del texto, con el fin de enriquecer paulatinamente el
escrito. Si es un texto informativo, se podrán incluir varios apartados, por
ejemplo: si se elabora un libro acerca de una planta importante de la
comunidad, en una hoja se escribirá cómo es dicha planta, en otra cómo se
siembra y crece y en otra más para qué sirve. Si es un cuento, podrán
utilizarse varias hojas para combinar la imagen y el texto.
c) Usar títulos, subtítulos, imágenes para enriquecer el texto y recuadros
informativos, así como elaborar la portada, el índice e incluso los datos del
autor o los autores.
d) Autocorregir, ya que los textos deben ser revisados en cuanto a la coherencia
de ideas, ortografía y puntuación antes de pasarlos en limpio.
e) Dibujar, combinar colores, recortar, y seleccionar imágenes, entre otras
actividades plásticas.
Finalmente es necesaria la difusión del trabajo realizado, es decir, mostrar los libros
elaborados, ya sea a padres de familia o a otros alumnos.
Una de las situaciones que da sentido al aprendizaje es compartir con otras personas
aquello que aprendemos o descubrimos. El periódico mural constituye uno de los
126
medios para lograr este propósito, por lo cual es importante que todos los alumnos
del aula colaboren en su realización, de acuerdo con sus posibilidades e intereses.
El periódico mural puede tener diferentes secciones, por ejemplo: cápsulas
informativas, noticias, avisos, sugerencias, investigaciones, chistes, poemas, fábulas,
leyendas, recomendaciones, dibujos, mapas, cuentos y descripciones. Algunas
veces el periódico mural abordará un solo tema (como es el caso de la Revolución
Mexicana) o un tema de interés (como la salud o la localidad).
127
La realización de esta actividad en forma permanente permite que los alumnos
desarrollen la habilidad para hablar en público sin timidez, mejorar su autoestima y
poner en práctica la toma de acuerdos en común, el diálogo y no el autoritarismo.
Además se pueden reflejar la responsabilidad y participación organizada, el
mejoramiento de las relaciones interpersonales a través del respeto, tolerancia y
solidaridad entre los integrantes del grupo.
128
7. RECUPERACIÓN DE LA HISTORIA SIGNIFICATIVA
7.1Macrohistoria y microhistoria
PRESENTACIÓN
Para iniciar esta sección se plantean las siguientes preguntas: ¿para qué sirve la
historia? Y ¿para qué una “nueva” historia? En donde su artículo “de la múltiple
utilización de la historia”, Luís González se cuestiona sobre la utilidad y manera en
que ha participado en el cambio y en las transformaciones sociales, “una de las
profesiones más viejas y más hermosas del mundo”. Este cuestionamiento nos
conduce a reflexionar sobre la incidencia y participación de la historia en la
resolución de los problemas del presente.
129
Dichas propuestas deberán revitalizar los procesos de enseñanza-aprendizaje y
fomentar en los niños la responsabilidad sobre su participación activa en el presente
y en el futuro.
Sobre esta base es que sostiene que la historia de elaborar los hombres concretos
en sociedad y no sólo aquello que se determina como “lo digno de ser recordado”
expresado en héroes, fechas o acontecimientos que de alguna manera alejan de la
vida real a la misma historia.
El texto de Adrián Marcelli continúa esta reflexión acerca de la importancia que tiene
el reconstruir la historia inmediata de nuestras comunidades y explica de qué manera
la historia y la tradición oral permiten lograr dichos objetivos. Para Marcelli, estas
fuentes destacan por su carácter vivo ya que se conservan y transmiten directamente
a través de los seres humanos por medio de su moralidad y tienen la particularidad
de que se cimientan de generación en generación en la memoria de los hombres, las
familias y las comunidades.
130
patrimonio cultural e histórico regional, como lo constituyen los Museos
Comunitarios, proyecto en que de manera natural participan los Maestros de
Actividades Culturales, en prácticas y visitas con sus alumnos, o como promotores
de los mismos en sus tiempos libres. Los museos comunitarios son espacios
naturales para el desarrollo de actividades de la caracterización cultural de la
comunidad.
131
7.2 De la múltiple utilización de la historia.
Luis González,
Módulo Histórico Social, pág. 95
132
Una praxis profesional pobre, pero larga y cambiante me ha metido en la cabeza
algunas nociones de Pero Grullo: hay tantos modos de hacer historia como
requerimientos de la vida práctica. Sin menoscabo de la verdad, pero con miras a la
utilidad, hay varias maneras de enfrentarse al vastísimo ayer. Según la selección que
hagamos de los hechos conseguimos utilidades distintas. Con la historia anticuaría
se consigue gozos que están muy lejos de deparar la historia crítica. Con ésta se
promueven acciones destructivas muy distantes a las que fomenta la historia
reverencial o didáctica. Mientras las historias que se imparten en las escuelas
proponen modelos de vida a seguir, la historia que se auto nombra científica asume
el papel de explicar el presente y predecir las posibilidades del suceder real. Cada
especie del género histórico es útil a su manera. Según la porción de la realidad que
se exhume será el provecho que se obtenga. Un mismo historiador, según el servicio
que desee proporcionar en cada caso. Puede ejercer las distintas modalidades
utilitarias del conocimiento histórico. También es posible y deseable hacer historias
de acción múltiple que sirvan simultáneamente
para un barrido y para un regado, para la
emoción y la acción, para volver a vivir el
pasado y para resolver problemas del presente
y del futuro. Lo difícil es concebir un libro de
historia que sea sólo saber y no acicate para la
acción y alimento para la emoción. Quizá no
exista la historia inútil puramente cognoscitiva
que no afecte al corazón o a los órganos
motores.
133
desprecian llamándolos almas pueriles, coleccionadores de nimiedades, espíritus
ingenuos, gente chismosa, cerebros pasivos, hormigas acarreadoras de basura y
cuenteros. Con todo, este proletariado intelectual, ahora tan mal visto en las altas
esferas, es al que con mayor justicia se puede anteponer el tratamiento de
historiador, porque sigue las pisadas del universalmente reconocido como padre de
la historia y como bautizador del género. Herodoto, el que puso la etiqueta de historia
al oficio, fue, por lo que aparece, un simple narrador de los “hechos públicos de los
hombres”. Después de Herodoto, en las numerosas épocas románticas, la especie
más cotizada del género histórico es la narrativa.
134
anticuaria. Para el primer historiador la historia fue una especie de viaje por el tiempo
que se hacía, al revés de los viajes por el espacio, con ojos y pies ajenos, pero que
procuraba parecido el deleite al de viajar. Los que escriben a la manera de Herodoto
nos ponen en trance turístico. En palabras de Macauly: “el gusto de la historia se
parece grandemente al que recibimos de viaje por el extranjero”. El que viaja hacia el
pasado por libros o películas de historia anticuaria, se complace con las maravillas
de algunos tiempos idos, se embelesa con la visión de costumbres exóticas, se
introduce en mundo maravilloso. La mera búsqueda y
narración de hechos no está desprovista de esta
función social. Este papel desempeñan los contadores
de historias para un público que se acuclilla alrededor
del fuego así como a los trovadores y cantantes de
corridos para los concurrentes a la feria.
Otra especie del genero histórico “trata de darse cuenta de cuan injusta es la
existencia de una cosa, por ejemplo de un privilegio, de una casta, de una dinastía, y
entonces se considera, según Nietzsche, el pretérito de esta cosa bajo el ángulo
crítico, se atacan sus raíces con el cuchillo, se atropellan despiadadamente todos los
respetos”. Si la historia crítica parece medio hermana de la novela policial; descubre
cadáveres y persigue delincuentes. Quizá su mayor abogado haya sido Voltaire,
autor de la tesis: “nunca se nos recordarán bastante los crímenes y las desgracias de
otras épocas”. Diderot le escribía a Voltaire: “Usted refiere los hechos para suscitar
en nuestros corazones un odio intenso a la mentira, a la ignorancia, a la hipocresía,
a la superstición, a la tiranía, y la cólera permanece incluso después de haberse
desvanecido la memoria de los hechos”. Se trata pues de una historia, que como la
anticuaria, si bien no adicta a sucesos muy remotos, se dirige al corazón aunque
únicamente sea para inyectarle rencor o ponerlo en ascuas. No es una historia
135
meramente narrativa de sucesos terribles ni una simple galería de villanos. Este
saber histórico para que surta su efecto descubre el origen humano, puramente
humano de instituciones y creencias que conviene proscribir pero que se oponen al
destierro por creérselos de origen divino o de la ley natural.
A este tipo de sabiduría histórica que se complace en lo feo del pasado inmediato se
le atribuye una función corrosiva. Se cree con Voltaire que “las grandes faltas que en
el tiempo pasado se cometieron” van a servir para despertar el odio y poner la
piqueta en manos de quienes se enteren de ellas. Cuando se llega a sentir que el
pasado pesa se procura romper con él, se trata de evitar que sobreviva o que
regrese. La recordación de los sucesos de infeliz memoria contribuye a los dicho por
Goethe: “escribir historia es un modo de deshacerse del pasado”, y por Brunschvigg:
“Si los hombres conocen la historia, la historia no se repetirá”. Así como hay una
historia que nos ata al pasado, hay otra que nos desata de él. Este es el saber
histórico disruptivo, revolucionario, liberador, rencoroso. Muchas supervivencias
estorbosas, muchos lastres del pasado son susceptibles de expulsión del presente
haciendo conciencia de su cara sombría. La detracción histórica que hicieron
Wistano, Luis Orozco y Andrés Molina Enríquez de la hacienda o latifundio dícese
que sirvió para difundir el conocimiento de lo anacrónico, perjudicial e injusto de la
caduca institución, para formular leyes condenatorias de la hacienda y para la
conducta agrarista de los regímenes revolucionarios. Detrás de la enérgica
redistribución de ranchos ejecutada por el presidente Cárdenas estuvo, quizá, la
labor silenciosa de algunos historiadores críticos que minaron la fama de la gran
hacienda.
136
La historia crítica podría llamarse con toda justicia conocimiento activo del pasado,
saber que se traduce muy fácilmente en acción destructora. “Si desde los primeros
tiempos – escribe Diderot - , la historiografía hubiese tomado por los cabellos y
arrastrando a los tiranos civiles y religiosos, no creo que estos hubiesen aprendido a
ser mejores, pero habrían sido mas
detestados y sus desdichados súbditos
habrían aprendido tal vez a ser menos
pacientes”. La historia aguafiestas es un
saber de liberación, no de dominio como la
de bronce. Denuncia los recursos de
opresión de opulentos y gobernantes; en
vez de legitimar la autoridad la socava;
dibuja tiranos pinta patrones crueles de
empresas capitalista; refiere movimientos
obreros reprimidos por la fuerza publica; estudia intervenciones nefastas de los
países imperialistas de naciones frágiles o destaca los prejuicios de la sobrevivencia
de edades cumplidas. Para sacar adelante ideas jóvenes se bebe la historia erigida
en tribunal que condena, la crítica que corroe las ideas vetustas. Todos los
revolucionarios del siglo XX han echado mano de ella en distintas formas, con
diferentes lenguajes en especial el cinematográfico. Los primeros filmes de
Einstein, como la huelga y El acorazado Potemkin fueron historia critica para
beneficio de la Revolución Rusa. Filmes posteriores de Einstein pertenecen a otra
especie histórica, de una historia de signo opuesto que sin embargo no es
anticuaria.
La historia de bronce
137
cristiana la tuvo como su principal vehículo de expresión. Entonces produjo copiosas
vidas ejemplares de santos y de señores. En el Renacimiento fue declarada materia
fundamental de la educación política. En su modalidad pragmático política, tuvo un
autor de primer orden: Nicolás de Maquiavelo. En el otro lado del mundo, en el
América recién conquistada por los españoles, fue una especie histórica practicada
por capitanes y sacerdotes. En el siglo XIX, con una burguesía dada al magisterio, se
impuso en la educación pública como elemento
fundamental en la consolidación de las naciones.
En las escuelas fue la fiel y segura acompañante
del civismo. Se uso como una especie de
predicación moral, y para promover el espíritu
patriótico de los mexicanos. Guillermo prieto
asegura que sus lecciones de historia patria fueron
escritas para exaltar el sentimiento de amor a
México. Recordar heroicidades pasadas serviría
para fortalecer las defensas del cuerpo nacional.
Pese al grito de Valery que declaró a la historia que se enseñaba en las escuelas “el
producto más peligroso producido por la química del intelecto humano”; no obstante
la tesis del Fustel de Coulanges que le negó a la historia la capacidad de ser luz,
ejemplo, norte o guía de conductas públicas o privadas, sigue sosteniendo la historia
de bronce su prestigio como fortalecedora de la moral, maestra de pundonor y faro
del buen gobierno.
Todos nuestros pedagogos creen a pie juntillas que los hombres de otras épocas
dejaron gloriosos ejemplos que emular, que la recordación de su buena conducta es
el medio más poderoso para la reforma de las costumbres, que como ciudadanos
debemos nutrirnos de la sangre más noble de todos los tiempos, que las hazañas de
138
Quiroga, de Hidalgo, de Juárez de los héroes de la Revolución, bien contadas por los
historiadores, harán de cada criatura un apóstol, un niño héroe o un ciudadano
merecedor de la medalla Belisario Domínguez. Gracias a la historia de bronce o
reverencial o pragmático o ejemplarizante “mil santos, estadistas, inventores,
científicos, poetas, artistas, músicos, enamorados y filósofos, según expresión de los
Durant, todavía viven y hablan, todavía enseñan” y no cabe duda que tienen
alumnos aplicados y fieles. La historia de bronce llegó para quedarse. En nuestros
días la recomiendan y con igual entusiasmo los profesionales del patriotismo y de las
buenas costumbres en el primero, en el segundo y en el tercer mundo. Es la historia
preferida de los gobiernos.
139
la vida económica. Como dice Beutin, “para la vida económica se puede hacer
enunciados de valor general porque es un campo de actividad racional. La economía
trata con elementos que pueden ser contados, pesados, medidos, cuantificados”. La
nueva especie histórica suele autollamarse historia cuantitativa. “La historia
cuantitativa –según la definición de Marczewski y de Vila- es un método de historia
económica que integra todos los hechos estudiados en un sistema de cuentas
interdependientes y que extrae sus conclusiones en forma de agregados
cuantitativos determinados íntegra y únicamente por los datos del sistema”.
140
estudio científico del pasado, hasta dónde las largas listas de precios, de nacimientos
y defunciones de seres humanos, de volúmenes de producción y de otras cosas
cuantificables no permiten encontrar en ellas sentido y orientación para el presente y
el porvenir? Profetizar hasta dónde llegará nuestro don de profecía al través de una
historia que haya cuantificado todo o la mayor parte de los tiempos idos es muy
difícil. La computación de las pocas noticias conservadas en documentos seriables
del pasado no puede prometer mucho. Aquí y ahora hay igual número y fuerza de
argumentos para los que sostienen la imposibilidad de ver el futuro al través de la
ciencia histórica como los que ven en cada historiador numérico un profeta con toda
la barba. Pero si la historia cuantitativa no nos cumple todo lo prometido no importa
mucho. Sólo a medias quedarán como inservibles libros tan voluminosos como los
que suelen expedir rebosantes de cuentas. Mantendrán su valor como recordatorios
y como auxiliares en la predicción del futuro. En el ¿para qué? Las cuatro maneras
de abordar el pasado que hemos visto son un
poco ilusorias; las cuatro prometen más de lo
que cumplen. La anticuaria no es siempre
placentera, la crítica está lejos de poder
destruir toda tradición injusta; la didáctica es
mucho menos aleccionadora de lo que dicen
los pedagogos, y la científica, por lo que
parece, no va a ser la lámpara de mano que
nos permita caminar en la noche del futuro sin
mayores tropiezos. Como quiera, lo servicial
de la historia está fuera de duda.
La que llega a más amplios círculos sociales, la historia fruto de la curiosidad que no
de la voluntad de servir, los conocimientos que le disputa el anticuario de la polilla,
“los trabajos inútiles” de los eruditos han sido fermento de grandes obras literarias
(poemas épicos, novelas y dramas históricos), han distraído a muchos de los
pesares presentes, han hecho soñar a otros, han proporcionado a las mayorías
viajes maravillosos a distintos y distintas modas de vivir. La historia anticuaria
responde a “la insaciable avidez de saber la historia” que condenó al obispo Bossuer
y que hoy condenan los jerarcas del mundo académico, los clérigos de la sociedad
laica y los moralistas de siempre. La narración histórica es indigesta para la gente de
mando.
141
inconsciente sociológico un tanto análoga a la que en el plano psicológico trata de
conseguir el psicoanálisis”. Se trata de un saber disruptivo que libera al hombre del
peso de su pasado, que le extirpa acumulaciones molestas o simplemente inútiles.
Suele ser un ponche mortífero para autoridades.
Por supuesto que ninguna de las cuatro historias se da en pureza en la vida real, y
por lo mismo todas, de algún modo, son fuentes de placer, liberación, imitación y
guía práctica. También son posibles y existentes, las historias globales que aspiran a
la resurrección total de trozos del pasado, que resucitan al unísono ángulos
estéticos , aspectos crueles, logros clásicos y estructuras de una época y un pueblo y
que pueden ser de utilidad para nostálgicos, revolucionarios, huérfanos y
planificadores. Aunque son imaginables las historias verdaderas totalmente inútiles,
no se vislumbra su existencia aquí y ahora.
142
auténticas, el gusto por descubrir acciones humanas del pasado se satisface sin
conciencia de sus efectos prácticos, sin parar mientes en lo que pueda acarrear de
justo o injusto, de aburrimiento o de placer, de oscuridad o de luz. La búsqueda de lo
histórico ha sido repetidas veces un deporte irresponsable, no una actitud profesional
y menos una misión apostólica. Con todo, cada vez pierde más su carácter deportivo.
Quizá ya lo perdí del todo en las naciones con gobiernos totalitarios. Quizá la
tendencia general de los gobiernos de hoy en día es la de influir en la forma de
presentar el pasado con estímulos para las historias que legitimen la autoridad
establecida y con malas caras para los saberes históricos placenteros o
desestabilizadores o sin segunda intención, sin otro propósito que el de saber y
comunicar lo averiguado.
143
7.3 La Historia (Fragmentos)5
El desprestigio de la historia
5
Fontana Joseph, “ La historia”, en Biblioteca Salvat de Grandes Temas, España, 1975, pp.21 -117.
144
¿La llave del saber?
Su previsión se cumplió en parte. El siglo XIX fue testigo de una floración sin
precedentes de la investigación histórica. La historia se convirtió en guía y modelo
delas ciencias sociales y su influencia se ejercitó en todas direcciones, desde la
aparición de una teoría económica nacionalista hasta la añoranza del pasado que
forma uno de los componentes esenciales del romanticismo y que representa,
segúnBenedetto Croce (1866-1952), un “volver a abrazar la vieja religión, las
inveteradas costumbres nacionales, regionales y locales, a entrar en las vetustas
casas, castillosy catedrales, a cantar las viejas canciones y soñar las antiguas
leyendas”.
¿Adormecedora de la mente?
Mientras una línea de pensamiento, que tiene su culminación en la obra de Karl Marx
(1818-1883, seguía utilizando la historia como instrumento de análisis de la
sociedad, la mayoría de los cultivadores de la disciplina se limitaron a emplearla para
glorificar a sus soberanos y a sus gobiernos, para justificar el sistema social en que
vivían, y fueron éstos quienes acabaron dominando en las cátedras universitarias y
en los cargos académicos, preocupándose, a su vez, de continuar enseñando este
mismo género de la historia adormecedora y lanzar anatemas contra cualquier
intento de usarla para cumplir una función crítica. El historicismo significó una
reacción contra lo que había de revolucionario en el pensamiento de los ilustrados y
acabó por convertir la disciplina en un amontonamiento de hechos concretos sin
dominador común que les diera coherencia, ni lógica que explicara la forma en que
se encadenaba y sucedían.
¿Formadora de nacionalidades?
145
mayoría, las únicas realidades que pudieran encontrarse más allá del hecho histórico
concreto eran la mano de la Providencia que dirigía el curso del destino, y el espíritu
nacional, que daba forma a las instituciones y a la política.
¿Acumulación de datos?
Junto a este desprestigio científico hay que tomar en cuenta la condena moral. El
historiador, incluso cuando no es un mero apologista del sistema social que le
mantiene colabora con él en una forma de complicidad no menos reprobable
postulando la existencia de un mundo de valores académico que estaría al margen
de la vida real, e incluso por encima de ella, y practica un género de trabajo que
pretende justificarse por sí mismo, por el valor que puede tener el simple ejercicio de
una actitud intelectual “educadora de la mente”. Compila documentos para llegar a
conocer unos hechos que analizará dentro de unas coordenadas puramente
librescas, para resolver “problemas de ciencia” en vez de preocuparse por los
problemas de los hombres, la sociedad en que vive. Como firme GuyDhoquois:
“parece un viejo topo que sordo a todos los tumultos ideológicos, excava ciegamente
sus galerías a través de los archivos”. O como dice Manuel Moreno Fraginals
146
“alejado de la realidad trabajando exclusivamente sobre el pasado recopilando
documentos muertos aislados de la producción de bienes materiales por los muros
del archivo o la biblioteca, el historiador moderno es el gran triunfo intelectual de la
burguesía que ha tenido en él su funcionario más fiel, barato y eficiente. Pacientes,
trabajadores de la humedad el polvo y las polillas: dicho sea todo esto con el mayor
respeto. Pero fuera del archivo y la biblioteca, transcurre la vida que originó estos
documentos que él consulta. Y es curioso cuando el historiador profesional se ve
obligado a trabajar en cosas modernas, a mezclarse en el ritmo turbulento de sus
días, lo hace de mala gana, esperando el momento de retornar a la calma del
estudio”.
147
de los jóvenes transfundirle su sangre nueva, sacudiendo el yugo de las malsanas
idolatrías. La historia que de tiempo en tiempo se repiensa va convirtiéndose de viva
en muerta, remplazando el zigzagueo dramático del devenir social con un quieto
panorama de leyendas convencionales”
¿Cómo debería ser esta historia repensada en cada generación en cada año, en
cada día, para acomodarla a las necesidades del
hombre? ¿Qué género de disciplina tratamos de
oponer a una historia académica fosilizada? No se
trata aquí de fabricar definiciones. Quizá sea
suficiente recordar aquellas palabras que nos
hablan de ella como la disciplina “que se refiere a
los hombres”, a tantos hombres como sea posible,
“a todos los hombres del mundo en cuanto se unen
entre sí en sociedad y trabajan, luchan y mejoran a
sí mismos”. Hermosa definición que un moribundo
Antonio Gramsci (1891-1937), escribió para un niño: su hijo lejano apenas conocido.
¿Cuál habrá de ser el objetivo que tenga esta historia? ¿Para qué servirá? Jóvenes
voces, como la de R. Gray, han contestado a ello de manera rotunda: “El objeto
legítimo del conocimiento histórico es de ayudar a la gente a comprender su
situación haciéndose inteligible el pasado”.
La historia de que se hable en estas páginas deberá reconocerse por estos dos
signos: porque se ocupa de los hombres en sociedad, de sus luchas y de su
progreso, y porque su finalidad es ayudarles a comprender el mundo en que viven,
para que les sirva de arma en sus luchas y de herramienta en la construcción de su
futuro.
148
Asimismo, existe la costumbre de relacionar los períodos de auge o decadencia de
las características personales de los monarcas. Así, en la historia de España, por
ejemplo, cabe señalar los Austrias decadentes del siglo XVII (Felipe III, Felipe IV y
Carlos II), cuyos defectos personales se pintan en un crescendo que concluye en
Carlos II, al que se suele caracterizar como un fantoche monstruoso. Tras ellos los
Borbones activos y dinámicos del siglo XVIII (Felipe V, Fernando VI, Carlos III, Carlos
IV, puesto que Luis I apenas dejó huella), a quienes se supone promotores de la
renovación ilustrada. Sin embargo, el que de
estos cuatro Borbones los dos primeros
acabaron locos y los dos últimos fuesen
hombres de corta inteligencia no parece haber
servido para que reflexionen quienes creen en
un mito tan absurdo.
Ni siquiera basta con conocer los actos públicos y el pensamiento político del
estadista: es necesario adentrarse hasta en su vida íntima. Gerald Brenan intenta
explicar el “error” de Antonio Canovas del Castillo (1828-1897) de lanzar a España a
149
una guerra contra Estados Unidos por el “deseo de honor, poder y gloria” que suscitó
en el anciano estadista su matrimonio con “una mujer joven y fascinante, de la que
estaba muy enamorado”. Si Brenan hubiese ojeado la prensa española de la época
hubiera advertido que este “error” era compartido por la inmensa mayoría de los
españoles, incluyendo los muchos que no estaban casados con jóvenes hermosas y
fascinantes.
No es difícil darse cuenta de que esta historia que todo lo reduce a la actuación de
los primeros actores no es satisfactoria.
Lo que resulta más complejo es determinar cómo debe ser la que explique mejor las
cosas. Lo primero que advertimos es que el protagonista de que deberá ocuparse
habrá de ser, más que “el hombre”, “los hombres”. Pero este simple cambio de
número no resuelve el problema. Es evidente que ocuparse de “los hombres” no
quiere decir estudiar uno a uno los que vivieron en el lugar y el tiempo que tratamos
de entender, puesto que sería un objetivo inviable en la mayor parte de los casos. La
alternativa consistirá en estudiarlos colectivamente en la sociedad que forman. De
ahí que la historia que se contrapone a la de las grandes figuras se suele apellidar a
sí mismo “social”. Parece evidente que el tipo de historia que buscamos, que puede
tener interés y significado para el hombre de la segunda mitad del siglo XX, deberá
ser una “historia social”, pero lo que no está claro es cómo hay que hacerla. La
mayor parte de los libros que se autodenominan de “historia social” son meras
descripciones superficiales de las costumbres y la vida cotidiana del pasado o, lo que
es mucho peor, áridas transcripciones de patrones sociológicos que pretenden
ofrecernos, como dice H. Pekín uno de sus más recientes cultivadores: “Una historia
de la sociedad en cuando sociedad, de la estructura social en todas sus diversas y
cambiantes ramificaciones”.
150
Otra acepción corriente de “historia social” es la que agrupa los estudios dedicados a
los humildes y a su actuación (los “movimientos sociales”), y muy especialmente a
los obreros y al sindicalismo. El cultivo de este género de historia suele ser la
respuesta que los historiadores no integrados en los cuadros académicos dan a un
rasgo que desprecian en la ciencia tradicional: la atención exclusiva a los
gobernantes y a las clases dominantes. Es la respuesta a la queja que Bertolt Brecht
formulaba en sus versos, al explicarnos cómo “un obrero lee historia”:
Aunque este género de historia ha dado productos muy interesantes, de los que
hablamos en otro lugar, conviene señalar que no basta con cambiar el protagonista
objeto del estudio para resolver las insuficiencias de la historia tradicional. En
realidad la mayoría de los cultivadores de estos temas han buscado en ellos una
justificación moral: la de no sentirse cómplices
de una disciplina conservadora, puesta al
servicio del orden establecido. Esta justificación
es válida y explica el creciente interés que el
estudio de la historia del movimiento obrero
suscita entre los estudiantes universitarios, pero
a veces se pretende usarla para escamotear la
existencia de unos problemas teóricos que el
historiador debe plantearse y tratar de resolver.
La mayor parte de los estudios que se dedican a
estas materias no son más que transposiciones de los métodos tradicionales de la
historia política, sin más que cambiar los personajes de la trama: el lugar que en los
viejos libros se reservaba a los reyes y a las princesas, ahora lo ocupan los
dirigentes obreros; las páginas que se dedican a explicar una batalla o un tratado, se
consagran ahora a una huelga o un congreso sindical. Pero el cambio de vestido no
hace nueva a la historia vieja. Es un drama de Calderón de la Barca con vestuario
moderno. No es por este camino por donde parece que podremos llegar a constituir
una auténtica historia de la sociedad.
Sin embargo, muchos historiadores académicos ven con desagrado esta aparición,
en el primer plano, de “las masas”, de los pobres que jamás habían tenido un lugar
en sus libros, salvo para actuar como espectadores del triunfo o del fracaso de sus
héroes, como “pueblo” o “populacho” según estuviesen a favor o en contra de los
principios ideológicos sustentados por el autor de turno. Es así como ha vuelto a
plantearse el viejo e insustancial problema del papel del individuo en la historia: la
151
contraposición entre héroe y masa, a la que se viene dando vueltas una y otra vez
sin advertir que se trata de un falso dilema, puesto que el individuo y masa suele
actuar en planos distintos. Las masas, los grupos sociales, tienen que ver sobre todo
con los cambios históricos a largo plazo; los individuos, con los acontecimientos
concretos y singulares. Son como la marea y la ola, que explican conjuntamente el
avance del agua del mar tierra adentro. Confundir los planos conduce a disparates
como el de la vieja afirmación de que si Cleopatra hubiese tenido la nariz más larga
hubiera podido cambiar el curso entero de la historia. Pero éste se halla integrado
por múltiples elementos, regido por demasiados factores, para que un hecho tan
trivial y menudo pueda afectarlos a todos. Una Cleopatra de nariz excesivamente
larga pudo haber cambiado en algunos detalles la historia política de Egipto en su
tiempo, e incluso, aunque en menor grado, la de Roma. Pero se necesita tener una
imaginación enfermiza y muy poco seso para suponer que aquella circunstancia
pudo haber evitado la decadencia del Imperio Romano, la crisis de la economía
esclavista y subsiguiente aparición de la sociedad feudal.
La historia política
La historia cultural
152
Pero la “historia de la cultura” que surgió de esta condena moral resultó ser tan
minutaría y restringida como la otra puesto que la cultura que estudiaba era la de las
clases dominantes. ¿Cómo vamos a comprender las sociedades del pasado a través
de su cultura escrita, si hasta mediados del siglo XIX, por lo menos, estas
sociedades incluían un 80% a 90% de analfabetos? E, incluso, de esta cultura
escrita, tan sólo su estrato superior, el más minoritario, recibe la atención de los
investigadores. Lo que solemos llamar “arte
popular” o “literatura popular” que en muchas
ocasiones sólo quiere decir “producido para el
pueblo” recibe una atención secundaria, como
un fenómeno pintoresco que se considera con
la misma condescendencia que reservamos
para las culturas de los pueblos primitivos que
todavía existen. Por otra parte, esta historia de
la cultura de las minorías dirigentes pretende,
por lo general, explicarse a sí misma, sin
recurrir a otros datos de la actividad social. Una
obra literaria se explica por sus antecedentes literarios, por las obras que se han
escrito con anterioridad y que han podido influir sobre el autor; una teoría científica
es el resultado de la evolución autónoma del pensamiento científico, hija de otras
teorías del pasado.
Así se explica que estas tendencias hayan podido conducir a las exposiciones
extremas como las de George A. Sarton (1884-1956), que se proponía crear una
“historia espiritual de la humanidad” integrada por las historias de la ciencia, del arte
y de la religión, y completamente desvinculadas de la “historia Material”, de los
hechos terrenales de la vida del hombre; de su nacimiento y de su muerte, de la
lucha por la existencia y el combate para conseguir un mundo más justo; en fin, de
todo aquello que constituye la esencia misma de lo humano. Por bien intencionados
que fuesen los propósitos que movieron a algunos investigadores a desviar su
atención de las guerras y los tratados para fijarla en los hechos culturales, resulta
que no era éste el camino para llegar a una historia auténticamente social. Si lo que
se pretendía era combatir a quienes se dedicaban al elogio sistemático de los
conquistadores guerreros o a la justificación del sistema político establecido, la
respuesta correcta era fomentar un estudio crítico que ayudara a los demás a
comprender qué representaban estos conquistadores y qué intereses concretos
habían inspirado el sistema político; no la de refugiarse en un inocuo elogio de las
artes y las letras. A su modo, el silencio era también una forma de complicidad, por lo
cual no ha de extrañarnos que la “historia de la cultura” haya resultado una disciplina
153
fundamental, minoritaria y conservadora, que no suelen ofrecer respuestas válidas a
quienes buscan explicaciones para comprender el mundo en que viven.
Historia económica
154
decir que “sólo mediante un examen de las fuerzas de la historia, es decir, de la
utilización histórica del poder, tanto político como económico, podrá obtenerse una
visión profunda del origen del subdesarrollo”. A estas nuevas preocupaciones de la
teoría económica, tendrá que responder una orientación renovada de la historia
económica o, mejor dicho, de una historia que no podrá ser meramente económica,
sino que tendrá que abrirse a todas las dimensiones del hombre.
155
Hemos llegado así al final del recorrido, de manera tal vez un tanto atropelladas,
tomando en ocasiones atajos arriesgados para poder completar un camino tan largo
en un tiempo breve.
Hemos partido de las ruinas de una historia caduca y vacía de sentido para trazar las
líneas generales de proyecto de una historia nueva. Si algo pretendíamos dejar en
claro, es que ésta tendrá poco que ver con aquélla. Que no será ciencia del pasado,
sino ciencia del hombre. Que su materia de estudio son las sociedades humanas,
los hombres en colectividad, de manera que o es
historia social o no es nada. Que aunque la
investigación se practique habitualmente en campos
sectoriales y acotados- el de la política, el de la
economía, de la cultura, sino simplemente historia,
puesto que su misión es la de integrar aquellas
piezas fragmentarias de una imagen global, y sus
explicaciones sólo pueden tener pleno sentido si se
refieren a la sociedad en su conjunto. Y, finalmente,
que su objetivo no es satisfacer nuestras
curiosidades ni enriquecernos culturalmente sino averiguar cómo funcionaron las
sociedades en el pasado para que podamos atender cómo lo hacen hoy: ayudar a la
gente a comprender su situación haciéndoles inteligible el pasado. En este sentido
continúan siendo plenamente válidos, aunque haya cambiado la manera de
entenderlos, los propósitos de la vieja historia humanista que Luis Cabrera de
Córdoba (1959-1623), expresaba así: “El que mira la historia de los antiguos tiempos
atentamente y los que enseñan guarda, tiene luz para las cosas futuras, pues una
misma manera de mundo es toda”.
156
comprensión y de crítica, no para inculcar a los hombres unos nuevos ideales en
sustitución de los viejos, sino para enseñarles a usar sus ojos y su cerebro a
examinar las cosas por sí mismos, a juzgar por su cuenta y elegir su camino
conscientemente. Por tanto, no es de extrañar que quienes tienen como objetivo
supremo la preservación a toda costa de lo establecido, la combatan como algo
peligroso y subversivo.
La lucha contra la historia que quiere contribuir a proporcionar una visión crítica de la
sociedad se ha llevado a cabo de maneras muy diversas. En los casos extremos se
le denuncia y condena abiertamente, en otros, se la silencia, marginándola de los
ámbitos académicos y segregándola cuidadosamente de la historia “respetable”. Una
forma de ataque más sutil es la que practican quienes, llamando la atención sobre
las imperfecciones de un cuerpo de teoría todavía en formación, pretenden deducir
de ahí la imposibilidad de que jamás pueda hacerse una historia con un contenido
teórico relevante. Que este género de argumentos no tienen otro objeto que el de
cubrir con una hoja de parra, pretendidamente científica, unas actitudes hostiles que
tienen un origen nada científico, lo demuestra el hecho de que los denunciadores de
la “miseria del historicismo” ataquen casi exclusivamente aquel tipo de historia, que
puede amenazar el orden social en que se encuentran integrados. El historiador sabe
mejor que nadie que la ciencia en que trabaja se encuentra todavía en formación
pero sabe también que ello no ha de moverle a abandonarla, sino a trabajar
redobladamente en su perfeccionamiento.
Hacer frente a tantos obstáculos e inconvenientes no es fácil, y son muchos los que
acaban rindiéndose, o tratan de adaptarse para sobrevivir. El historiador sabe que se
espera de él o un apoyo entusiasta, o cuando menos, que se dedique a practicar una
erudición inofensiva, empleando un instrumental que se enriquece día a día- datación
por el radiocarbono, arqueología industrial, aplicación del ordenador a los datos
sociales, uso de modelos econométricos, etc. -- y que le puede dar una sensación de
solidez y seriedad científicas.
Sin embargo, cada día que pasa, son más los que no aceptan el trato y optan por
seguir trabajando en la difícil elaboración de una ciencia histórica que sirva para
157
atender el presente, desafiando los ataques y condenas de unos y otros, ya se hagan
en nombre de la ciencia, o, sin tapujos en el de la meta salvaguarda de los valores
establecidos. Tienen que enfrentarse a sus propios colegas historiadores para
ayudar a los hombres a desembarazarse del peso de unas interpretaciones del
pasado que actúan como un lastre que les dificulta el ejercicio de sus propias
capacidades de comprensión. Tiene que aclarar sus posiciones respecto de otras
ciencias sociales-economía, sociología, etcétera- para mostrar que ni pretende
competir con ellas ni acepta someterse a su tutela. Su tarea es distinta, puesto que
consiste en totalizar: en reunir los análisis sectoriales de la sociedad para construir
una imagen global, con lo económico, lo político, lo cultural, lo artístico... debe
mostrarnos a los hombres en toda la complejidad de sus dimensiones desde sus
trabajos hasta sus sueños. Nadie más que él puede hacerlo; ninguna otra tarea
puede serle más propia. Su historia tendrá que hablar a los hombres “de todos los
hombres del mundo en cuanto se reúnen en sociedad y trabajo, luchan y se mejoran
así mismos”, y deberá hacerlo para ayudarlos a mejorar. Tendrá que ser, como
decíamos al principio, arma para sus combates de hoy y herramientas para la
construcción de su futuro. Sólo así podrá convertirse en esperanza.
158
7.4Microhistoria y Ciencias Sociales (fragmentos)
Luis González,
Módulo Histórico Social del PACAEP,
pág. 113
El pueblo terruño
Logré deshacerme del sombrero con rapidez y me hice de palabras y gestos gentiles
que me permitieron compartir pasablemente con profesores, profesionistas, políticos
y potentados de la urbe, y cuando ya iba muy adelantado en el camino de la
urbanización empecé a percibir que los valores de la gente campesina dejaban de
ser asunto de la humorística, eran cada vez menos al hazmerreír de los citadinos.
Quizá hayan colaborado a convertir en meritorio lo poco antes desdeñable las
películas pobladas de charros cantores y novias hacendosas, la redifusión de
corridos y de canciones rancheras, las novelas de asunto rural que culminan en
Pedro Páramo de Juan Rulfo y las actividades étnicas del Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH) y del Instituto Nacional de Inmigración (INI),
instituciones fundadas en 1939 y 1948 respectivamente.
Aunque las modas del cine de jinetes, la radiodifusión de canciones folclóricas y las
novelas de tema rústico pasaron relativamente pronto, los estudios académicos
sobre la vida mexicana rústica y semiurbana han seguido multiplicándose. Son cada
vez más numerosas las monografías de comunas indígenas hechas por antropólogos
159
sociales. Son cada vez más apreciadas las historias pueblerinas escritas por
aficionados y mejor acogidos los historiadores profesionales que consideran
historiable la trayectoria de los miles de microcosmos de la República Mexicana. Por
distintos conductos se produce la revalorización académica de los pueblos. Mi
pueblo, mi San José de Gracia, antes ignorado o visto peyorativamente llega a ser
tema de debate intelectual en universidades de México, San Diego de California,
Maracaibo, Madrid, San Juan de Puerto Rico y Bogotá. Mi pueblo,, en su papel de
asunto, le ha acarreado miles de lectores a Pueblo en vilo, el volumen que escribí en
1967, cuando todavía el interés por las minisociedades no se volvía torrencial. Ahora
lo es, y las preguntas sobre la mente, el método y la situación microhistográfica me
son planteados con frecuencia. A las preguntas respondo, para empezar, con la
definición del microcosmos social objeto de la microhistoria. Suelo decir.
Un espacio corto, abarcable de una sola mirada hecha desde las torres de la iglesia
pueblerina o desde la cumbre del cerro guardián. Los terruños de mi país son trozos
de tierra de quinientos a mil kilómetros cuadrados que suele equivaler a un municipio
o una parroquia. Este ámbito es unas diez veces más corto que una región y
cincuenta veces más chico que el promedio de los Estados de la República
Mexicana. En ésta caben dos mil trescientos setenta y ocho patrias chicas o
municipios, distinguibles entre sí pese a tener todos ellos muchos rasgos comunes.
160
campestres, sin ruido de máquinas ni vistosos anuncios
mercantiles. También se sienten emotivamente unidos a su
tierra. Los lugareños hablan de ¡mi tierra! entre signos de
admiración. En el destierro, la fijación efectiva al terruño es
mayor, En cualquier tertulia de gente pueblerina que se ha
ausentado de su pueblo se cae en la canción nostálgica y en
la conversación sobre el paisaje nativo y el deseo de volver al
rezago maternal de la tierra propia, ya para morir allí o ya para
hacerla florecer de nuevo. Cada municipio de la especie
pequeña posee sus límites administrativos que los separan de
otros; cada uno suele tener su pueblo y sus rancherías: en
todos pululan una población corta, unos miles de seres
humanos que se conocen entre sí, que se llaman por su
nombre y apellido o por su apodo. En sentido estricto, la
sociedad municipal no es de ninguna manera anónima como
la de las urbes. En unos de los pueblos cada quien conoce a
su vecino y muchas veces lo unen con a él vínculos de
sangre. Hay tierrucas, como la mía, donde todos los vecinos
son parientes, donde va uno por la calle diciéndoles a los que
encuentra “Buenos días, tío” “qui hubo primo”, “ándale,
sobrino”… En ningún terruño se da el caso extremo a que
alude el aforismo (“entre sí parientes y enemigos todos”), pero
no son raras las enemistades entre parroquianos que
desaparecen y se mudan en amistad cuando los distanciados
llegan a coincidir en el mismo destierro. En las comunidades
pequeñas, las ligas de orden social son pocos acusadas en el
orden económico y mucho en el orden sanguíneo. En cuestión de discordias, la lucha
entre familias le hace sombra a la lucha de clases.
Sería exagerado decir que en cada parroquia o municipio imperan valores culturales
161
totalmente propios, una filosofía y una ética diferente, o si se quiere, una distinta
visión del mundo. Con todo, en tratándose de México, es posible escribir
ampliamente de las culturas locales, de los valores que le dan sentido y cohesión a
cada uno de los tres mil de la República. Lo común es encontrar comunidades con
sus propias maneras de dar gusto al cuerpo, sus propios comestibles y fritangas. En
la mayoría de estas células de la sociedad mexicana hay matices éticos o
costumbres que las diferencian de sus vecinas. Cada terruño de México tiene su
liturgia específica para mantener providente y amigo a su patrono celestial, a su
santo patrono. Cada uno de los miles de las fiestas patronales que se celebran en
México tienen en su modo particular de ser: lo mismo puede decirse de las
artesanías locales.
LA MICROHISTORIA
Como método para dar con la clave de una nación. En 1971 propuse la microhistoria
para el multi-México, y catorce años después, sigue válida a mi modo de ver, la
propuesta, aunque con variantes en su formación. Entonces tenía vagos los
conceptos de terruño y microhistoria. No se me alcanzaba la diferencia entre la breve
162
comunidad del terruño donde predominan los lazos de sangre y de mutuo
conocimiento y la mediana comunidad de la región donde particularmente
importantes los lazos económicos. No distinguía a plenitud entre un pueblo, cabeza
de una tierruca y una ciudad mercado, núcleo de una región. Por lo mismo,
confundía la historia regional con la historia parroquial. A una y otra las llamé
microhistoria o historia matria.
163
histórico” y no sabe hacer acopio de fichas. También padece de mucha credulidad y
poca pericia crítica. Sus libros están generalmente hartos de amor al terruño y
ayunos de investigación rigurosa. Por su poco oficio, cae con frecuencia en el vicio
de la hybris, rebasa la medida de la razón. Según Leuillot. “El microhistoriador tiende
a desbordarse, en lugar de restringirse a un tema. No dudará en meter una digresión,
a menudo muy erudita, en una monografía
aldeana, no eliminará, sistemáticamente, todo lo
que pueda aparecer sin relación con su tema…
Lo multidisciplinario se realiza vigorosamente,
en los cronistas”. Casi todos muestran una
enorme capacidad de síntesis. Sus obras suelen
ser verdaderos mazacotes, libros de todas las
cosas y de algunas más.
164
más; censos de población y de índole económica; informe de curas, alcaldes,
gobernadores, y otras personas que sirven de enlace entre el poder municipal y los
poderes de mayor aliento. La microhistoria que se ha venido haciendo en México en
los últimos años se sirve también de libros de viajeros, de crónicas periodísticas y de
las relaciones hechas por historiadores aficionados. El microhistoriador ha de hacer
grandes caminatas o investigación pedestre, larguísimos sentones en archivo
públicos y privados y en bibliotecas.
La historia matria, más que por la fundación de la comunidad que estudia, se interesa
en los fundadores y el sentido que le dieron a su obra. En un nivel microscópico de
historización cuentan sobre todos los seres humanos y sus intenciones. En una tarea
que es parte del culto a los ancestros, es más importante revivir difuntos que hacer
la simple enumeración de sus conductas o el establecimiento de las leyes de su
devenir. El saber microhistórico se dirige al hombre de carne y hueso, a la
resurrección de los antepasados propios, de la gente de casa y sus maneras de
pensar y vivir. Por otra parte, la microhistoria se interesa en todos los aspectos de
las minisociedades. La historia sin más, y sobre todo en los tiempos que corren,
pretende ser científica hasta en las etapas de regreso del fondo histórico. Mientras la
165
macro intenta descubrir leyes causales, la microhistoria se reduce al desentierro de
hombres de estatura normal y de comunidades pequeñas. Para conseguir la
resurrección del mejor modo posible, no se requiere de ayuda científica y si de los
auxilios del arte. La micro se comporta como ciencia cuando va hacia lo histórico y
como arte de su regreso de lo histórico. La microhistoria no se ha academizado hasta
el punto del aburrimiento. Exponer la historia concreta es siempre de algún modo
contar historias interesantes, narrar sucedidos a la manera como lo hacen de viva
voz los cronistas del común. La microhistoria, cuyo principal cliente es el pueblo raso,
ha de comunicarse en la lengua de la tribu, en el habla de los buenos conversadores.
Por el uso de un lenguaje accesible y sabroso la microhistoria no va a ser excluida.
166
de las humanidades es la de poner peros a las simplificaciones de economistas,
sociólogos, antropólogos, politólogos y demás científicos de lo humano, de un asunto
tan completo que se esta poco a generalizaciones. La microhistoria sirve antes que
nada para señalar las lagunas en los territorios de las otras ciencias sociales.
Lucien Febvre escribe: “Nunca he conocido. Y aún no conozco, más que un medio
para comprender bien, para situar bien la historia grande. Este medio consiste en
poseer a fondo, en todo su desarrollo, la historia de una región”. Se ha llegado al
momento de asimilar las minucias de los microhistoriadores en la construcción de la
gran historia. Clauden Morín, un historiógrafo canadiense de reconocida seriedad
dice: “La visión macroscópica mejorará gracias a la ayuda que le prestarán las
monografías locales. En Foster se lee; “Lo que es verdad para Tzintzuntzan parece
serlo también para las comunidades campesinas de otras partes del mundo”. Según
I.M. Lewis, aún “los antropólogos estructuralistas más extremados”, requieren de las
aportaciones de los reporteros locales. También “los antropólogos de la pelea
167
pasada, los que se disputan al campo bajo las opuestas banderas del evolucionismo
y del difusionismo, coinciden en el interés de la corriente de investigación
microhistórica. Los sociólogos que no rechazan el conocimiento histórico, ven
provechosa a la cenicienta de la familia Clío. Según Henri Lefebvre cualquier
“trabajo de conjunto debe apoyarse en el mayor número posible de monografías
terruñicas y regionales”. Hasta los economistas acuden a los servicios del
microhistoriador. Beurtin sostiene que “la historia de una hacienda, de un pueblo, de
una ciudad puede ser ejemplar para muchos casos semejantes –aunque todos estén
igualmente estructurados- y servir de tipo” o ilustración de amplios sectores de la
vida económica. Las manifestaciones de los científicos sociales en pro de la
microhistoria son abundantísimas, pero no los voy a someter a un desfile mayor de
citas. Lo cierto es que la relación de la microhistoria con la ciencia social crece a
medida que se produce el distanciamiento con la filosofía y la literatura, las antiguas
aliadas del quehacer histórico.
168
y la fundación de comunidades españolas. Se trata de pocos kilómetros de
superficie, muchos años y poca gente. Las personas que ocupan sucesivamente un
terruño se conocen entre sí. La lucha de clases suele ser mínima y de la familia,
máxima. Las relaciones con el territorio propio tienden a ser amorosas, con las
comunas vecinas, de lucha, y con la ciudad próxima de ocios y negocios. Diez, doce
o quince de estas minicomunidades confluyen generalmente en una ciudad mercado,
cabeza de una región. En lo cultural, cada terruño maneja un haz de prejuicios que
rigen desde la mesa hasta el altar, pasado por un código de honor, una cosmovisión,
un andadito y una manera de hacer arte.
El espejo obvio del terruño es la microhistoria que hasta fechas recientes fue ejercida
por aficionados de memoria excepcional que la comunicaban de viva voz en forma
un tanto difusa y mítica. Como quieren en algunas comunidades se practicaba la
crónica escrita desde el siglo XIX, y por excepción en la época novohispana varios
terruños o parroquias de México han conseguido recientemente tener relatos
microhistóricos plenos de dignidad científica y de valor artístico. La nueva
microhistoria procura hacer el fiel retrato de un pueblo o comuna de cortas
dimensiones desde su fundación hasta el presente. Con la composición de lugares
llena el primer capítulo. Toma muy en serio la geografía, los modos de producción y
los frutos de su microcosmos. Se interesa en los aumentos de población y en las
catástrofes demográficas producidas por pestes, hambres y guerra. Le da mucha
importancia a los lazos de parentesco y demás aspectos de la organización social.
Se preocupa por robarle al olvido las acciones, sufrimientos e ideas de la gente
municipal. Se asoma a la vida del pequeño mundo al través de multitud de reliquias y
testimonios. Ve, escucha y lee con sentido crítico. Hace serios esfuerzos de
comprensión. Le importan poco las relaciones causales y no disfraza el habla
corriente con terminajos a la moda. Le vendría bien la expresión audiovisual del cine
y la tele.
169
7.5 La Historia y la tradición oral6
Adrián Marcelli
Módulo Histórico Social del PACAEP,
pág. 121
1. Introducción al tema.
Una de las fuentes de información que más han utilizado en los últimos años los
Promotores Culturales y los Maestros de Actividades Culturales, lo constituye sin
duda la Historia Oral y la Tradición Oral; éstas destacan de otras fuentes, por su
carácter vivo, es decir que se conservan y se transmiten directamente a través de los
seres humanos por medio de su oralidad, y tienen la particularidad de que se
cimientan de generación en generación en la memoria de los hombres, las familias y
las comunidades.
En las regiones del mundo habitadas por pueblos que no poseen escritura, la historia
y la tradición oral, constituyen la principal fuente histórica que puede ser utilizada
para la reconstrucción del pasado. Asimismo en las comunidades pequeñas que
preservan una organización que implica una comunicación directa y cotidiana entre
6
MARCELLI, ADRIAN. “La Historia y la Tradición Oral”
170
sus habitantes, tanto en el medio rural como en el urbano, la memoria individual y
colectiva transmitida oralmente, se establece como un mecanismo “operativo” para
preservar tradiciones culturales, crónicas y testimonios del pasado reciente y lejano.
La historia oral y la tradición oral se transmiten principalmente por medio de
testimonio, crónicas leyendas, anécdotas, proverbios,
cuentos, y corridos. Se pueden distinguir en principio,
estableciendo la diferencia entre el testimonio directo,
ocular en primera personas (historia oral) y las demás
fuentes indirectas, referidas en tercera persona
(tradición oral). Para el método histórico, el problema
de la tradición oral se reduce a detectar las
desviaciones del relato original. En la investigación
cultural, se abordarán las influencias, préstamos y pérdidas culturales que se
contienen en el relato. Sin embargo, en ambos casos se considera que las
tradiciones se conservarán más genuinamente, en tanto los procedimientos o hábitos
de transmisión de los relatos sean más mecánicos.
Así, podríamos resumir que la Historia Oral se constituye de testimonios referidos por
testigos oculares o presenciales del acontecimiento ocurrido. Por su parte la
Tradición Oral, está constituida de relatos de personas a los que se les transmitió
verbalmente el testimonio, sin haber participado de él de forma directa.
171
testimonios diferentes.
“Una tradición oral puede estar provista de ciertas sanciones para los que,
estando encargados de conocerla, cometen faltas al recitarla, o de recompensa
para los que logran reproducirla impecablemente. Este hábito de aplicar
sanciones y de otorgar recompensas está ligado especialmente a la intervención
de los especialistas. Es un poderoso medio de control para asegurar una correcta
reproducción de los testimonios”.
Por otra parte este tipo de testimonios colectivos preservan más estrictamente una
tradición, por la forma de control colectiva de su narración.
En este caso podríamos tomar como ejemplo para ubicar nuestro trabajo como
Maestros de Actividades Culturales, el momento en que nos entrevistamos con un
patronato o comité organizador de la fiesta o feria popular más importante de la
172
comunidad en que laboramos, a los que pedimos nos narren la historia del inicio de
la fiesta, su evolución y el significado tradicional de las actividades que la conforma:
Los miembros del patronato o comité, se reunirán entre sí, y determinarán tanto el
contenido del relato como la persona que actuará como vocero, de manera implícita
determinan los límites del testimonio, así como los aspectos a resaltar.
EL MAC encontrará en el relato que resulte, una versión oficial de los responsables
de la realización, del evento popular, pero carecerá de los detalles y las opiniones
particulares diferentes que cada uno de los miembros ha vivido respecto al
acontecimiento que se narra.
Este tipo de testimonio puede ser utilizado por el MAC de una manera didáctica entre
sus alumnos, para conocer la versión de dos o más alumnos sobre una misma
tradición. O bien entre dos personajes representativos de la comunidad, o testigos
oculares de un acontecimiento, a manera de mesa redonda, en donde los
participantes dan una versión diferente o complementaria de un mismo hecho. La
habilidad del MAC para poder conducir esta confrontación de opiniones, puede
constituir el hilo conductor, que dé como resultado información enriquecida, ampliada
y utilizable con fines pedagógicos y culturales.
173
Las preguntas formuladas indirectamente pueden considerarse como una
provocación del testimonio sin que la respuesta tenga posibilidad alguna de ser
influida por la pregunta, ejemplo: ¿qué puedes contar de la historia de tu
comunidad?, esta pregunta tendrá poca influencia sobre la respuesta, el resultado
debe considerarse como un testimonio cuyo origen debe ser referido al narrador.
En este ejemplo hemos determinado en la pregunta misma juicios tales como que en
la fiesta de la comunidad se celebran danzas, que tienen un origen étnico y que se
distinguen en dos tipos diferentes de danzas; obviamente la respuesta está ya
condicionada al marco de referencia que establecimos en la misma pregunta; la
respuesta será resultado de la intervención tanto del interrogador, como del
informante.
Otro aspecto que el MAC encontrará al realizar entrevistas, sean estas colectivas, de
confrontación o individuales, lo constituye el entrecruzamiento de fuentes objetuales
y orales, veamos de manera consciente o inconsciente, individual o colectiva, las
personas darán testimonio de sus experiencias o relatarán testimonios legados a
ellos por otras personas utilizando o señalando objetos materiales que se han
conservado de generación en generación.
Resulta que estos objetos materiales facilitan ciertos recuerdos, y la memoria de una
tradición que está adherida a ellos; éstos pueden ser ropa, armas, códices,
esculturas religiosas, pinturas, grabados, instrumentos de trabajo, joyas, juguetes,
fotografías, instrumentos religiosos, etc., en este punto, debemos tener presente que
estos objetos materiales pueden constituir por sí mismos fuentes históricas, que
corroboran o rechazan la fuente de la historia o tradición oral. Como ejemplo,
podemos referirnos a los objetos que son utilizados en algunas comunidades del
país, para celebrar el día de muertos, como ofrendas.
Asimismo, desde el testimonio inicial presentado por el testigo ocular de los hechos
narrados, hasta el testimonio final, los contenidos de los relatos pueden ser alterados
por los diversos testigos oculares y auriculares de una cadena. Cada testigo puede
aportar alteraciones de diversos tipos, de los que Jan Vansina 3 nos menciona tres: 1)
La pérdida de memoria, 2) Las adiciones explicativas, y 3)Los caracteres propios del
testimonio.
174
deformación que una tradición dada puede haber sufrido por pérdidas de
memoria.
“Las adiciones explicativas. Sucede a menudo que las tradiciones llegan a ser
incomprensibles para los mismos testigos que las relatan, bien sea porque el
lenguaje se ha vuelto arcaico, como sucede a menudo en el caso de las
tradiciones cuajadas, bien sea porque los hechos de los que se habla y hacen
alusión a costumbres que se han perdido, convirtiéndose por esto en extrañas
para los testigos (…) Cuando se trata de acontecimientos incomprensibles, el
narrador fabrica casi invariablemente una explicación del fenómeno que ajusta en
el mismo cuerpo de la tradición”
En estos casos es importante definir con claridad los conceptos del testimonio que
recibimos, que se refieren a la tradición tal cual, o a las interpretaciones y
aclaraciones que hace el informante en su esfuerzo por tener claridad, él mismo, de
la narración que realiza.
En este punto, JanVansina afirma que “no existen testimonios que tengan un objetivo
puramente histórico”, esto es, que en los testimonios existe regularmente una
internacionalidad paralela, que puede sustentar inclusive el interés del relato, como
175
puede ser la afición por una tradición cultural, la participación individual o familiar en
un acontecimiento destacado, la importancia de la narración en el contexto religioso,
político o de intereses particulares del informante.
Los géneros literarios de la narración, se refieren a la estructura interna del texto oral,
a su estilo y al tema que es tratado. Un informante podrá usar símbolos, metáforas,
utilizar lugares comunes, retórica o utilizar el lenguaje común y directo. De cualquier
manera los valores culturales del informante se hallarán en todo el testimonio y no
solamente en partes aisladas.
La tradición oral, puede ser utilizada desde una perspectiva histórica, literaria,
antropológica o teatral; o para el desarrollo de proyectos que vinculen la educación y
la cultura. Al respecto Vansina nos señala las limitaciones de la perspectiva histórica:
El conocimiento del pasado al cual el hombre puede llegar está limitado a lo que
las fuentes le transmiten. El historiador es como un observador que sólo conoce el
paisaje de una región a través de las fotografías. Ve todo lo que puede ser
descubierto en la fotografía pero no se sabe nada de lo que pasa fuera del campo
cubierto por la foto. Puede inferir desde luego de la fotografía que probablemente
tal o cual detalle que se halla en el borde de la imagen se prolonga fuera del
campo de visión, pero no sabe nada cierto. Así, si la fotografía contiene la única
chimenea de fábrica de la región, el observador será inducido al error. Creerá
que la característica principal del país en su industrialización, siendo todo lo
contrario. El historiador se halla exactamente en la misma posición con respecto
al pasado. Sólo ve ciertos aspectos del mismo, a veces extrapola pero jamás
puede llegar a conocer lo que sus documentos no han observado. Además sus
documentos, especialmente si son indirectos como lo es la tradición oral, son
sesgados. Cada tipo de fuente, no solamente posee sus limitaciones propias ,sino
que está caracterizada también por una forma de ver las cosas un sesgo
particular”.
176
2. El maestro de Actividades Culturales. La Historia y la Tradición Oral.
De hecho, así como el número de temas posibles es tan amplio como la imaginación
del MAC y de sus alumnos, la utilización de los mismos para objetivos pedagógicos,
culturales o de fortalecimiento de la creatividad es infinita. Describamos, de los
ejemplos iníciales que hemos mencionado, los aspectos fundamentales, a fin de que
sirvan como una base para la creatividad y que el MAC pueda utilizar en el desarrollo
de su actividad.
177
El Boletín o periódico murtal escolar de los alumnos.
Un acercamiento a esta idea: Los alumnos deciden investigar sobre el origen local de
alguna manifestación artesanal o artística: para ilustrar lo anterior, tomemos como
ejemplo la canción popular “Cielito Lindo” que todos los mexicanos conocemos, cuyo
autor es el compositor Quirino Mendoza, de Xochimilco. Los MAC de esta zona del
Valle de México, tendrían motivo importante para promover que los alumnos
178
entrevisten a los familiares del autor, realicen un periódico mural del tema, y celebren
la fecha de nacimiento del compositor, con testimonios en vivo o grabados de
quienes lo conocieron y convivieron con él.
179
d) Hay clara evidencia que los estudiantes de primaria pueden realizar
una buena Historia Oral., dentro de las áreas de su propio interés y con la
profundidad que ellos logren desarrollar. Hay testimonios para todas las
edades e intereses, que contribuyen a fortalecer el proceso de enseñanza-
aprendizaje, y la vinculación educación-cultura.
e) El trabajo en equipos por parte de los alumnos, contribuye a facilitar el
trabajo y a lograr en la práctica, la organización y la distribución de roles y
tareas de acuerdo al carácter individuales de cada alumno, superando el
nerviosismo natural de una entrevista, los resultados serán gratificantes
para el grupo en sí mismo.
f) Es importante que el material obtenido por los alumnos sean analizados
por los responsables y sus compañeros. Es natural que se cometan
errores, los cuales se vuelven completamente obvios cuando escuchan sus
grabaciones.
g) Los costos de las prácticas son relativamente bajos, la grabadora
pueden proporcionarla los familiares de los alumnos, y el casete puede
solventarse en los equipos, o por la propia escuela. No realice gastos
innecesarios.
h) Los proyectos de Historia y Tradición Oral son adaptables a múltiples
temas y proyectos escolares, y en sí mismos constituyen un instrumento
accesible, no el único.
i) Antes de la realización de una entrevista deben tomarse en cuenta los
siguientes pasos previos.1. Definir el proyecto y/o objetivo de la entrevista;
2. Contar con antecedentes previos del tema a tratar, y elaborar una “guía”
de temas o preguntas a desarrollar, 3. Localizar informantes que le faciliten
a los alumnos la entrevista por su capacidad de comunicación e interés; 4.
Explicar previamente a los informantes del proyecto en sí, y sus objetivos.
j) Uno de los aspectos importantes a atender, se refiere a que el informante
tenga interés de colaborar en los proyectos, para esto debe de conocer la
información que se le demandará, tener disponibilidad de tiempo, ser
capaz de dar la información; y haber sido sensibilizado y contar con la
seguridad de que su aportación es importante.
180
8. EL JUEGO
Carlos Monsiváis en su Nuevo catecismo para indios remisos construye una idea
luminosa cuando dice que la metáfora es un hecho infinito, el espacio final de la
realidad. Y es que la metáfora es precisamente aquello que al reconocer lo inmenso
de la realidad se inclina con humildad y habla de ella fraternal, cariñosa y
orgullosamente, sin caer en la soberbia de querer nombrarla, sustantivarla, porque el
juego, gramaticalmente un sustantivo, es en verdad un verbo y no debemos ni
confundirnos ni negar este hecho.
El juego pide ser intuido antes que enmarcado, ser disfrutado antes que entendido,
ser vivido antes que decodificado. Por eso es necesario jugarlo, disfrutar su efecto y
resistir la zozobra de no tener definiciones acabadas a la mano que lo vuelven objeto
de nuestro conocimiento y sujeto de nuestros diccionarios. Se puede hablar de
juego, se puede decir, por ejemplo, que es algo que misteriosamente reúne a la
persona, junta con su voluntad, sus movimientos y su inteligencia y le permite
8
Luz María Chapela, “El juego, instrumento de formación, carácter y conciencia” en lágrimas risas y ardor. Situación y
Perspectiva de la Cultura Infantil y juvenil en México. México, Pluricornio, 1994 pp.149-155.
181
expresarlos totalmente en un solo acto personal que puede ser también grupal. Se
pueden nombrar palabras relacionadas con el juego: risa, pasión, entrega, vértigo…
Se pueden anotar efectos resultantes que aparecen cuando acaba el juego: alegría,
satisfacción, conocimiento, energía, pertenencia… Ésta es nuestra propuesta:
juguemos y hablemos hoy del juego y sus alcances en los niños sin intentar definirlo,
pero creyendo en él, con atracción y firmeza. Podríamos decir que el juego es el
crisol en el que se forja el carácter de los niños.
El juego primero, el que ocurre en la cuna, antes de que aparezcan las capacidades
mínimas de controlar o coordinar palabras, aparece como un acto inicial de
individualidad. Para que ocurra el juego tiene que existir un área mínima de efusión
madre-hijo. El niño que se ríe cuando la madre desaparece y aparece tras el
pañuelo, está tomando una conciencia primitiva de su otredad, en tanto que la madre
toma conciencia de la independencia incipiente de su hijo. El juego en la cuna es una
primera celebración de las personas distintas que se contemplan, se reconocen
individuos y se alegran de estar juntas. Cuando los padres juegan con los niños
pequeños construyen verdaderamente plataformas de lanzamiento y proyección a
largo plazo y zonas seguras de aterrizaje ocasional estratégico. Juegan más los
padres que tienen menos miedo de que sus hijos crezcan.
A partir del momento en que los niños cobran control de sus movimientos, el juego se
convierte en un poderoso instrumento para su desarrollo. Jugando, los niños
descubren sus potencias, ubican sus límites, dominan su espacio, conocen los
objetos y las personas que los rodean y se asumen como parte de un mundo dado.
Jugando, los niños cobran destreza en sus movimientos y vuelven el perder y el
ganar un asunto habitual. Desmitifican la victoria y la celebran con humildad, asumen
la derrota sin frustración, como un evento relacionado con el mero hecho de estar
vivos. Ejercitan su capacidad de arriesgarse, su tolerancia ante la incertidumbre y,
muy fundamentalmente, aprenden a imaginar, a construir, a crear.
182
realidad grupal y el entorno social. En medio del caos las reglas provocan orden, no
podríamos concebir un juego sin reglas.
Entender, fijar, obedecer o cambiar reglas en un conjunto, son actos que tienen
simiente del hecho político maduro y el germen de la ciudadanía. Los juegos
colectivos requieren del reconocimiento explícito del otro e implican una especie de
secreto pactado, de confabulación que pone a los jugadores en un estado de
conciencia paralela en donde unos son ovejas, aunque no lo son, se enfrentan a un
lobo feroz que al mismo tiempo es Juan, mi primo, y juegan en un bosque que al
mismo tiempo es el patio de la cuadra, pero no lo es. Esta confabulación sienta las
bases de la pertenencia horizontal al grupo par, cimiento de la autoestima, la
capacidad de alejarse poco a poco del núcleo primario y de imaginar
transformaciones colectivas.
Sabio es aquel que tiene el coraje de vivir en una verdad grande, pero abierta, que
soporta la angustia de saber que lo rodea un universo que desconoce, al mismo
tiempo que siente el impulso de adentrarse en él, armado con sus conocimientos, su
valor y su ansia de dialogar desde su imaginación creadora e inteligente con lo
desconocido, intuido, arriesgando los esquemas construidos, dispuesto a romperlos
si tras el diálogo sincero ahí resulta necesario.
Para conocer hay que resistir la conciencia de que siempre hay algo más. En el
juego se da esta tensión de víspera, de espera, este estar alerta y aguardar el salto
de lo otro para atender a su movimiento y responderle. En el juego se aprende a
183
resistir la tensión, a desechar lo cierto, a esperar lo incoherente, lo sorpresivo, lo
súbito y a recibirlo de igual a igual, con imaginación y sin esquemas de
comportamiento prefijados con respuestas nuevas.
Por otra parte, el método científico y el juego se dan la mano. Ambas planean,
trazan estrategias, rutas y objetivos; fijan reglas, marcan sistemas de evaluación,
delimitan tiempos, diseñan instrumentos, socializan resultados… Cuando los niños
juegan, aíslan espacios y les dan intención a los objetos que por la voluntad lúdica se
convierten en instrumentos del juego; la misma manera en la que los científicos
determinan sus laboratorios y eligen sus instrumentos. Si el conocimiento es un
diálogo entre la razón y la realidad, la imaginación es el puente por el que éste
transita y se vuelve posible. La razón construye estructuras y límites, la realidad
aparece objetiva y obstinada, la imaginación fructífera.
Me parece importante anotar que, hasta aquí, es del lujo de lo que venimos hablando
y no del material didáctico. Éste es un instrumento académico diseñado para
favorecer la transmisión de algún concepto determinado que –a pesar de contemplar
lo lúdico- implica una demanda de resultados, espera del niño un aprendizaje
184
concreto y exige una utilización determinada por el resultado que se espera obtener.
El tema que hasta aquí venimos abordando es el juego como evento libre, creativo,
optativo, independiente de evaluaciones y resultados académicos predeterminados.
Proponemos algunas estrategias que reviertan este proceso de pérdida. Ante todo,
los adultos tendríamos que jugar para recuperar la risa gratuita, la juventud, la
capacidad de riesgo, la posibilidad de concebirnos pequeños, frágiles y valientes. Al
jugar, los adultos tal vez comprenderíamos la profundidad del juego y su carga de
fuerza y esperanza.
Tendríamos que arrebatar tiempo para el juego de todos, sin esperar a que nos lo
concedan. Nadie va a venir a ofrecerlo. Tendríamos que robarlo a lo que hoy
llamamos urgente, prioritario o consensuado, con valor y firmeza. Tendríamos que
185
construir espacios nuevos y recuperar los antiguos: parques, plazas, patios,
camellones, a los que se añaden ahora estacionamientos o azoteas al servicio del
juego. Tendríamos que limpiar nuestras casas, las casas de los niños, de artefactos
que, disfrazados de juegos y juguetes, enajenan las mentes, amordazan las voces,
infectan ojos y oídos y tendríamos también que ofrecer a los niños verdaderos
juguetes: gises, pelotas, antifaces, zancos, cubos, aros…
Jaulin Roberts
Módulo Lenguajes Artísticos de PACAEP,
pág. 81
No imaginan en un principio que haya otro mundo. Puesto que estos niños que
juegan con todo tienen la ingenuidad de creer que nosotros hacemos lo mismo con
nuestras máquinas, nuestros instrumentos y nuestras horas. Están ávidos de
compartir nuestros “juegos” que nos acogen con placer en los suyos. Reciprocidad
natural: el niño tiene la impresión de que el adulto que viene a hacer pasteles de
186
arena o a construir una casa con cubos en su compañía, condesciende y le concede
un favor, dejando de lado para serle agradable las ocupaciones más importantes que
lo absorben delante de sus máquinas en su oficina... o en su sillón. No sospecha que
el adulto tenga actividades serias y actividades frívolas. Preguntemos a Sofía si ve
alguna diferencia entre recoger los huevos y dar vueltas en su triciclo. Nos
responderá que no. Ella tiene muchas otras cosas qué hacer; mil cosas que
reclaman de ella la misma concentración, la, misma energía, la misma entrega. El
niño no vive en un mundo de grandes y de chicos, sino de seres humanos, muy
secundariamente diferenciados por su tamaño. No vive en un mundo de grandes y
pequeñas cosas. No se entretiene, no trabaja; juega.
Y esta pasión generosa de jugar se prodiga en un mundo abierto, que no tiene nada
de sistemáticamente hostil o amenazante. Malevolencia, contrariedades, peligros en
los que abundaría el entorno, tales temores son indudablemente el fruto de la
educación recibida. Por su propio movimiento, el niño aborda e mundo exterior sin
restricciones ni recelos, en la certidumbre, por el contrario, de encontrar en él una
respuesta. Dificultades y obstáculos se presentan en su camino. Pero nada grave,
nada comparable, por ejemplo, al rechazo arbitrario del adulto a compartir una
ocupación o el uso de un instrumento. Se cae a veces; pero se recupera al instante
de la caída y comienza de nuevo a correr. El universo no es jamás completamente
negativo. Lo que arrebata aquí, lo da por otra parte.
187
los objetos y los ritmos. Los niños no necesitan hadas protectoras; poseen ellos
mismos todos los poderes y el universo que los rodea rebosa de plenitud. Y no
solamente en las extensiones de los montes o en los senderos de los bosques, sino
también creen nuestros demasiado confiados niños, en nuestros departamentos, en
nuestros instrumentos, en nuestros lugares de actividad. Hadas, nuestras
herramientas, nuestros motores, nuestros utensilios...nuestros juguetes; hadas, las
personas mayores, aunque sea por ellas como, muy pronto, comience la decepción.
Los niños juegan con varitas mágicas que hacen del mundo un poema.
188
endiabladamente serio que lo que es el adulto la mayor parte del tiempo. Y además,
juega.
Juegos
189
desenvolvimiento personal del niño. Los juegos eran utilizados como una dádiva,
una gratificación a la obediencia infantil.
Trabajando en nuestro taller nos dimos cuenta que la educación estaba ocupada en
establecer como único conocimiento la experiencia ajena. El universo de
conocimiento quedaba así reducido a los convencionalismos del lenguaje
consagrado por el uso y el abuso.
190
instintivo natural.
La conciencia de las limitaciones del juego es lo que define su calidad. Cuando las
metas no son un compromiso, cuando el juego es una manifestación espontánea
que ha surgido de la relación entre el medio y el comportamiento; cuando el juego es
creativo, se llama ARTE y es una puerta abierta a la expresión más pura, un cambio
a la libertad infinita, un refugio para la dignidad humana.
Los adultos hemos sido adiestrados en una cultura verbalista que dirige nuestros
pensamientos y que ha llegado a deformar la naturaleza biológicamente útil de
nuestras percepciones. El intelecto y la lógica del sentido común destruyen
sistemáticamente la intensidad y la frescura de toda experiencia que no tenga un
sustituto en el lenguaje, como la riqueza de nuestro contacto sensible con la
naturaleza pudiera contenerse en una enciclopedia.
Todo esto explica por qué un altísimo y creciente volumen de la producción industrial
está destinado a condicionar la conducta mediante normas establecidas por el propio
191
sistema productivo y por qué el juguete industrial de adultos o de niños preestablece
regla cuidadosamente dictadas por la mercadotecnia, al margen de las verdaderas
necesidades humanas.
El desarrollo económico sólo puede atender los intereses vegetativos de la vida para
degenerarlos dentro de un caos artificial. El adulto en la sociedad industrializada, se
niega a jugar de manera creativa; el juego le parece una agresión. El adulto al
sustituir la cualidad-juego por la cantidad-trabajo, diluye su individualidad para
convertirse en masa.
192
Lecturas para pensar en la razón de se
maestro…
193
FRIDA
Yolanda Reyes
(Colombia)
194
cambiando de aviones y de horarios. Me contó que en el avión le sirvieron el
desayuno a la hora del almuerzo y el almuerzo a la hora de la comida y que luego
apagaron las luces del avión para hacer dormir a los pasajeros, porque en el cielo del
país por donde volaban era de noche. Así, de tan lejos, es ella y yo no puedo dejar
de pensarla un solo minuto. Cierro los ojos para repasar todos los momentos de
estas vacaciones, para volver a pasar la película de Frida por mi cabeza.
Cuando me concentro bien, puedo oír su voz y sus palabras enredando el español.
Yo le enseñé a decir camarón con chipichipi, chévere, zapote y otras cosas que no
puedo repetir. Ella me enseñó a besar. Fuimos al muelle y me preguntó si había
besado a alguien, como en las películas. Yo le dije que sí, para no quedar como un
inmaduro, pero no tenía ni idea y las piernas me temblaban y me puse del color de
este papel.
Ella tomó la iniciativa. Me besó. No fue tan difícil como yo creía, además, fue tan
rápido que no tuve tiempo de pensar “qué hago”, como pasa en el cine, con esos
besos larguísimos. Pero fue suficiente para no olvidar nunca. Nunca jamás, así me
pasen muchas cosas de ahora en adelante.
Casi no pudimos estar solos Frida y yo. Siempre estaban mis primas por ahí, con sus
risitas y secretos, molestando a “los novios”. Sólo el último día para la despedida,
nos dejaron en paz. Tuvimos tiempo de comer raspados y de caminar a la orilla del
mar, tomados de la mano y sin decir ni una palabra para que la voz no nos temblara.
Un negrito pasó por la playa vendiendo anillos de carey y compramos uno para cada
uno. Alcanzamos a hacer un trato: No quitarnos los anillos hasta el día en que
volvamos a encontrarnos. Después aparecieron otra vez las primas y ya no se
volvieron a ir. Nos tocó decirnos adiós, como si apenas fuéramos conocidos, para no
hacer el ridículo, para no ir a llorar ahí, delante de todo el mundo.
195
Para mí la vida se divide en dos: antes y después de Frida. No se como pude vivir
estos once años de mi vida sin ella. No se como hacer para vivir de ahora en
adelante. No existe nadie mejor para mí.
Paso revista, una por una, a todas las niñas de mi clase (¿las habrá besado
alguien?).
Levanto la cabeza del cuaderno y me encuentro los ojos del profesor clavados en los
míos.
--A ver, Santiago. Léanos en voz alta lo que escribió tan concentrado.
Y yo empiezo a leer, con una voz automática, la misma composición de todos los
años.
--En mis vacaciones no hice nada especial. No salí a ninguna parte, me quedé en la
casa, ordené el cuarto, jugué futbol, leí muchos libros, monté en bicicleta, etc., etc.
El profesor me mira con una mirada lejana, distraída, ¿será que el también se
enamoró en estas vacaciones?
196
CHOCOLATE
¡Siéntate infeliz!
¿Qué quieres?
Acercó entonces su pequeña mano, me dio un
chocolate y me pidió perdón, fue a su lugar y se
quedó sentado…
197
LA CHUY
(Antonio Blanco)
Sin embargo, pasó, me compuse, y cuando me di cuenta del cambio era demasiado
tarde para salvarme. No podría explicar cómo sucedió, pero sí sé que fue un proceso
que duró dos o tres años; me percaté aquel día al descargar mi botín del 28 en el
trasero de Jorge (maldito escuincle latoso), con verdadero odio, y lo hice llorar y
maldecirme.
Supe entonces que estaba hecho; ya era un maestro como todos, o como la
mayoría, o quien sabe como quien, pero ya era un desgraciado.
Lo confirmo ahora mismo al no poder evitar odiar a los 52 chamacos que tengo
enfrente. Odiarlos de verdad, a ellos, a los 10 años del interinato ilimitado, al director
y al supervisor, y a sus malditas exigencias de papel, a mi raquítico salario y los
préstamos a corto plazo y... a mí mismo. Es este un odio que se hace desolación al
no saber si vaya por fin a abandonarme, porque no sé si partirá para siempre de mi
cara de frustrado y mi pobreza.
¡Caramba!, un minuto más con éstos monstruos y estallo. Son terribles, sólo mirar
sus caras y al saber que tengo que pasar aquí cuatro horas me resulta insoportable.
¡Ah!, si no fuera por los cafecitos, los días de quincena y otras distracciones no se
podrían trabajar.
Nunca quise este grupo de quinto, es el peor de toda la escuela; por más que gasto
gises y saliva no entienden nada, además son incontrolables. Sólo golpes y gritos
198
funcionan para callarlos, ahora hasta miedo me tienen. Y aún los odio, me pesa su
aliento, su presencia me revienta, los odio.
Ahora que levanto la cabeza, arrojándoles una mirada inquisidora, pienso que a lo
mejor si tengo vocación para maestro o quizá que no soy tan malo. Es, no sé, un
impulso que me obliga a hacer recorrer por mi cabeza los cientos de cosas que
podría inventar para dar un poco de alegría a estos desvalidos seres mal
alimentados y peor vestidos, a estos niños de casa de lámina y latas para los que el
maestro es casi un Dios.
Y pienso rápidamente en volver a ser el de los primeros años, traer material, mejorar
las clases constantemente, no pegar, ni poner numeraciones o copias infinitas. ¿Por
qué pienso esto precisamente ahora que mis problemas son bastantes?. La renta, lo
aberrante que estoy resultando en cambiar y el extraño impulso es cada instante más
fuerte. Imagino, sobre todas las cosas, los innumerables juegos que podría hacer con
ellos. Divertirlos, verlos reír. No sé, quizás es que estoy agarrando mi segundo aire.
Levanto apenas la ceja izquierda para mirarlos (siguen callados), y es entonces que
descubro que no es la conciencia que sobrevive, ni la esperanza con ellos, ni la
vocación, ni los juegos, ni el segundo aire. Son los ojos de Chuy, mi alumna más
pequeña, que me miran con ternura.
Antonio Blanco.
199
CARTA A KATIA
(Mario Lodi)
Querida Katia:
Paso a las noticias. Tengo, por el momento, un primer curso con nueve
alumnos, tres niños y seis niñas. Nunca había tenido tan pocos chiquillos
en una clase. Pero tal vez vengan pronto otros tres, y más todavía,
después de San Martín. Como ya sabes, en esta zona se instalan
provisional y definitivamente familias de campesinos que dejan sus
casas aisladas en el campo o en sus aldeas para venir a vivir a un sitio
donde los alquileres son más baratos. Estas familias equilibran, en parte,
200
el vacío que deja el éxodo de los campesinos locales, que parece que se
ha frenado un poco últimamente, aunque no de forma definitiva.
201
San Martín es el 11 de noviembre fecha en la que en nuestra zona se
renuevan los contratos agrarios y la admisión de personal. Hasta esta
fecha las listas de la escuela son provisionales, ya que hay que contar
con la llegada de inmigrantes y con las bajas de los que se trasladan a
otro lugar. Si se sigue un horario partido, es decir, de las 9 a las 12 y de
las 2 a las 4 de la tarde, el jueves es el día libre de la semana.
202
pizarra giratoria y de la estufa de gas, las mesitas individuales con las
sillas correspondientes, otra mesa y un mueble ropero para los niños. He
intentado repetidamente colocar las mesitas de maneras diferentes;
cabrían, pero me haría falta un helicóptero para trasladar a los niños. A
grandes males, grandes remedios; sacaremos la mesa del profesor,
pues no sirve de nada, el armario lo pondremos en el pasillo. Mientras
trasteo aparece mi colega de cuarto grado, que ha venido a ordenar las
cosas de su clase: se queja porque su pizarra mural no tiene rayas. Le
propongo que intercambiemos nuestras pizarras y acepta satisfecha. Sin
la pizarra giratoria hemos ganado uno de los rincones de la habitación.
La situación ha mejorado, ahora caben dos filas de mesitas con un
pasillo en medio lo suficiente ancho. ¿Y la tarima? Idea: arrimada a la
pared bajo la pizarra mural será nuestro... pequeño teatro, el pequeño
sitio donde se desarrollarán las manifestaciones públicas de nuestra
comunidad. Al menos he tropezado con ella dos veces mientras iba y
venía de un lado a otro, pues al estar oculta entre las mesas no reparaba
con ella; sin embargo no quiero eliminarla porque este metro cuadrado
de escaso espacio social, sobre el que los niños podrán cantar, jugar,
contar sus experiencias a los compañeros, es el elemento más
importante en todo mobiliario.
Una silla para mí. Tendré que usarla a menudo para educarme a la
estatura de los alumnos. Pero tal vez sea mejor un taburete o un canto
de la tarima, ya veremos. He colocado provisionalmente el mueble
ropero y la mesita y he dejado el aula tal como estaba, desnuda. De día
en día ya la iremos adaptando a nuestros gustos. Antes de marcharme
he dado una última ojeada a la clase: el suelo de baldosas roídas y
203
desiguales, las paredes grises, las superficies verdes de las mesitas
reflejaban el cielo nublado a contraluz y el conjunto tenía un aire general
de frío y tristeza. Por las dos ventanas se veían tejados y más tejados,
chimeneas negras y un ovillo de postes, aisladores e hilos eléctricos ni
siquiera con la alegría de una golondrina. Si hace buen tiempo, he
pensado, mañana saldremos al campo a abrir dos libros a la vez, ambos
de aventuras: el de la vida de los niños, donde está todo por descubrir y
el de la naturaleza.
204
mecanismo anónimo que es la burocracia escolar basada en las
oposiciones y la puntuación relativa, tristísimos procedimientos de
selección que también tú tendrás que sufrir, apenas te entreguen aquel
pedazo de papel que llaman título.
Cada vez que los padres me confían a sus hijos para que los eduque me
entra una sensación de desánimo. Esta misma mañana me preguntaba:
si estos padres tuvieran libertad para escoger la persona que va a
educar a sus hijos como la tiene para escoger al médico, al sastre, al
peluquero, al técnico de seguros, ¿vendrían a mí?
205
Una escuela organizada, y no precisamente por casualidad, de manera
que la libertad prácticamente no exista ni siquiera para el educador.
206
CooperaciónEducativa9esta realidad no se
quiere reconocer como tal, ya es cosa sabida.
Nosotros, con la eliminación del sistema de
calificación, sustituido por el interés real del
niño, y transformándonos en consecuencia de
maestros-jueces en animadores y guías de los chicos, hemos
demostrado que es factible arrancar de sus ánimos la mala hierba de la
envidia, así como la soberbia, pues ambas producen, en un ambiente
autoritario, el oportunismo y el conformismo, como ocurre con el obrero
que empujado por la necesidad se comporta sin dignidad ante el patrón.
9
El movimiento de Cooperación Educativa (MGE) surgió por iniciativa de unos pocos maestros con el nombre
de cooperativa de la Tipografía y de la semana (cts) en 1951.
207
situaciones humanas que produce el sistema, la dramática cuestión de la
incompatibilidad entre el mensaje cristiano y el compromiso social con el
prójimo está siempre presente para un educador.
208
Todo, dentro y fuera del colegio, está dispuesto a anular al alumno en
cuanto sea capaz de pensar: Los carteles publicitarios que les sugieren
una merendilla, las revistas del kiosco de periódicos, los cromos de
jugadores que le inician al “hincha” deportivo que más adelante le
empujará a gritar a favor de unos ídolos que cobran millones, las
cancioncillas que ahora hasta los frailes lanzan al mercado en festivales
que les proporcionaban un montón de dinero, y que en vez de sustraer a
los niños del mundo de la canción de los adultos, los encaminan hacia el
mundo de sus ídolos; la televisión que, desde el programa “¿Lascia o
Radopia?”10 En adelante acostumbra al pueblo italiano a aceptar
espectáculos en los que a todos estos ingredientes están
“científicamente” dosificados para sugestionar al espectador, con el
consabido premio de las fichas de oro para el que se atenga mejor a las
reglas del juego.
10
Concurso televisivo del tipo “Uno, dos, tres, responda otra vez”. (N. Del t.)
209
La misma función de los manuales
está en contradicción con el
enunciado de los programas que te
he hablado antes. En efecto, en el
libro de consulta encontramos el
concepto de “una cultura” como
entidad ya organizada, que existe
en el mundo exterior y que el alumno asimila gradualmente todos los
días. En este tipo de libros se encuentra de todo, como en unos grandes
almacenes, el programa está dividido en porciones y bocaditos
preparados en el capítulo-banquete de las secciones llamadas “áreas”.
210
no encontramos hombres y muchachos de verdad, que viven en el
mundo de hoy en día con sus problemas y sentimientos auténticos. En el
libro de consulta, la historia desgrana nombres de guerras, batallas y
jefes, pero no cuenta el drama de la pobre gente, que es siempre la
misma, sometida a todas las banderas., que a veces deja su propia
patria por ingrata, que a veces lucha con los bandidos. Por ejemplo, no
encontrarán una historia amplia y documentada de los indios, que
entusiasmaría sin duda a los niños y desmentiría las numerosas
barbaridades que cuentan las películas y los Tebeos.
211
de la sociedad. Pero todo esto no es fácil, porque no depende sólo de la
voluntad. Muchos colegas nos objetan, a los que formamos parte del
Movimiento y que desde hace tiempo hemos iniciado con valentía esta
revolución silenciosa desde el interior de la escuela, que a un niño,
destinado a vivir en un mundo injusto, podría ser nocivo enseñarle que
es la libertad y como se vive en ella. Ten en cuenta que algunos lo dicen
de buena fe. Otros simplemente creen que
es mejor no hacer nada porque la
sociedad destruye en un santiamén lo que
la escuela ha ido construyendo de alguna
manera. A estos últimos no se les puede
negar que tienen razón, pero su
argumento tiene el aire de un pretexto para no revelarse a sí mismos
como son y definirse como tales. Y es que uno muestra cómo es ya el
primer día, cuando ante los niños debe decidir, plantear, cual va a ser su
trabajo; subyugar o liberar. Todo lo demás depende de esta elección,
incluso la dimensión humana. Si escoges la vía de la liberación, sientes
nacer en tu interior una gran fuerza que es el amor hacia los niños, el
mismo amor que debes trasladar al plano social como compromiso con
el prójimo. Es una fuerza extraordinaria que comprenderás sólo cuando
la sientas en ti misma; bajo los golpes de los perseguidores más
indignos, que se sienten como delatados con tu obra; tú te sostienes
firmemente en pie ayudado por tu conciencia.
212
A más golpes, más fortaleza moral.
213
que mandan e imponen leyes, y los pobres diablos abajo, que con la
fuerza de sus brazos tienen que sostener y hacer progresar todo el
edificio.
11
La escuela de Barbiana, en la que estuve como invitado en el verano de 1963, y cuyos alumnos mantuvieron
luego correspondencia con mis chicos de quinto curso, la fundó don Lorenzo Milani en el local parroquial del
pueblecito donde la curia de Florencia le había enviado después de las experiencias de San Donato, descritas en
el libro ExperienzePastorali , librería Edtrice Florentina, Florencia 1954.
12
Don Lorenzo Milani, Esperienzepastorale cit., Pág.239.
214
Debo todo lo que sé a los jóvenes obreros y campesinos a los que he
enseñado en la escuela. He aprendido de ellos lo que ellos creían
aprender de mí. Yo sólo les he enseñado cómo tenían que expresarse,
ellos me han enseñado a vivir (...) son ellos quienes han hecho de mí
aquel cura que escuchan con gusto en la escuela y del que se fían más
que de sus jefes políticos. Yo no era así, y por esto nunca podré olvidar
lo que me han dado (...) Y de aquí el punto más doloroso: que nosotros
vibremos por cosas elevadas. Todo el problema se reduce a eso, pues
sólo se puede dar lo que se posee de antemano. Pero cuando se tiene
algo el dar nace espontáneo, sin pensar en él. Cuando se tienen ideas
claras y un proyecto bien definido de crear hombres capaces de
enfrentarse con éxito a las luchas sociales, entonces hasta las palabras
que sirven para explicar un poco de aritmética poseen esta dignidad.
Durante siete años de escuela popular no he considerado enseñar
doctrina teórica. Tampoco se me ha ocurrido nunca pronunciar discursos
píos o edificantes. Me he ocupado de edificarme a mí mismo, de ser lo
que habría querido que fuesen ellos, de tener el pensamiento
impregnado de religión. Cuando se busca afanosamente la manera de
colocar la fe en cualquier conversación, se demuestra que se es poco
creyente, porque la fe no es algo artificial que se añade a la vida, sino un
modo de vivir y de pensar. Pero si uno no muestra esta preocupación, y
se hace con seriedad su oficio en la escuela, encorará la ocasión de
hablar de la fe, de las maneras más impensadas y más inconscientes
(...) A veces los amigos me preguntan cómo me las arreglo para trabajar
en la escuela para tenerla llena. Insisten para que les escriba un método
que les indique con precisión los programas, las asignaturas, las técnicas
didácticas. Se equivocan al formular la pregunta, no deberían
215
preocuparse por cómo debe enseñarse en la escuela, sino cómo debe
ser uno para poder enseñar13
Una parroquia de 100 almas con 25 casas, desperdigas por una colina
de Mugello, sin carretera, sin luz, sin agua. La parroquia, que ya se
había decidido eliminar, fue asignada a aquel joven cura que en 1947,
apenas salido del seminario fue enviado a ayudar a un párroco anciano
de un pueblo de la llanura y que, en lugar de abrir un bar, un cine o un
club deportivo, había fundado una escuela popular en la que impartía
lecciones de política y sindicalismo. Los libros de texto eran los
periódicos del día, la constitución y los informes del parlamento. Una
escuela que entusiasmó a los muchachos, campesinos y obreros, pero
alarmó a los burgueses y a los clericales.
216
alrededor para oírle hablar. Una forma de enseñanza tal como él la
concebía, como un “octavo sacramento”.
217
Un ambiente favorable para rendir académicamente
María Estela Flores Ortiz y Ana Maritza Landázuri Ortiz
Facultad de Estudios Superiores Iztcala, UNAM
218
¿Por qué mi hijo o mis hijos? ¿Habrá forma de que esta situación sea
diferente?
Cuando la familia tiene hijos en edad escolar, uno de sus retos centrales
es contribuir a que los niños adquieran hábitos de higiene, de orden, de
estudio, y así aprender un sinnúmero de conocimientos que se reflejarán
en las calificaciones escolares. Otro es lograr que encuentren nuevos
horizontes que capturen sus sentidos, su interés y su emoción para ir
organizando un proyecto de vida.
219
tareas escolares no sólo tenga éxito sino que incluso se puedan
disfrutar; para ello, uno de los aspectos determinantes (aunque ya se
sabe que es sólo uno entre muchos factores a integrar) es que tanto el
ambiente físico como el emocional sean adecuados.
Ambiente construido. En la
actualidad la tendencia es construir
edificios grandes con múltiples
departamentos muy pequeños
diseñados para familias con uno o
dos hijos. La realidad es que en esos
espacios restringidos habitan familias
numerosas. Sus dimensiones reducidas son acompañadas por
materiales prefabricados (por lo general, de color grisáceo) cuyo grosor
220
muchas veces permite que se escuchen las conversaciones entre
familias.
Habitualmente, las paredes del interior se pintan con los colores que más
agradan a un miembro de la familia, sin pensar cómo harán sentir a los
demás; es decir, se desconocen aquellos matices que propician
tranquilidad o bien irritan e incluso deprimen. Asimismo, en este mundo
consumista saturamos los espacios con diversos objetos que primero los
compramos y luego vemos para qué sirven.
221
económicas entre otros, la Psicología Ambiental la denomina ambiente
emocional.
222
El proceso de construcción del significado forma parte del más global de
percepción e interpretación del ambiente, que tiene cinco niveles de
respuesta: a) afectiva, b) de orientación, c) de categorización, d) de
sistematización y e) de manipulación. No quiere decir que la
organización perceptiva se produzca secuencialmente, más bien es el
fruto de la interacción entre una tarea u otra.
223
comportamiento). El tipo y/o la intensidad de la emoción impactan a
todas las esferas del funcionamiento psicológico.
224
manera, la importancia que tienen los efectos de la experiencia
emocional y el ambiente físico para el bienestar, la salud y por supuesto
el rendimiento académico. ¿Usted sabía la intensa relación que existe
entre el ambiente físico y el emocional?
225
rediseñe el lugar; no es necesario pensar en lujos. Por ejemplo, en
relación con la iluminación, sólo por citar un ejemplo, Rosenthal (1989)
dice ―cuantas veces sea posible añada lámparas y aditamentos, recorte
el follaje alrededor de las ventanas, instale tragaluces, cambie las
superficies de paredes obscuras y emplee luces de colores en su
decoración.
226
En este momento, seguramente pensará que es imposible cambiarse de
casa y realmente no se trata de eso; la idea es que realice una mirada
como agente externo a la apariencia física de su hogar, con la finalidad
de preguntarse ¿cómo me siento en este espacio?, ¿influirán las
características de este espacio físico en la vida individual y familiar de
mis seres queridos?, ¿qué sensaciones les generan?, ¿realmente será
un lugar adecuado para que mis hijos se concentren y quieran hacer sus
tareas?
227
estudiando, tanto en la escuela como el que requieren para hacer la
tarea, y compárelo con el que tienen para jugar. Si existe un equilibrio en
esta relación, entonces se puede pensar que se va por buen camino, si
no será necesario abrir un espacio de algunas actividades extraescolares
como, deportes, música, pintura, entre otros. Esto es importante sobre
todo para aquellos niños a los que les resulta difícil concentrarse y son
inquietos.
228
tutores no pueden hacer y mantener. De cualquier forma el orden llama
al orden y hace sencilla la vida; antes de sentarse a hacer la tarea, es
necesario abrir un tiempo para concentrar lo necesario: los cuadernos, el
lápiz, la goma, los recortes y, fundamentalmente, iniciar con buena
disposición en un horario preestablecido.
Por otro lado, existen diversas formas de organización del espacio, una
de ellas apunta a lo que tradicionalmente conocemos como orden. Todo
en su lugar obsesivamente, conlleva a un sufrimiento colectivo por la
angustia que genera romperlo. Otra, coloca la mira en un orden más laxo
que acepta movimiento pero recobra su organización. Otra más apunta a
un orden- desorden en donde los externos no dan cuenta de ese orden
pero que es satisfactorio para los que en él habitan. Si bien los tres tipos
de organización parecen antagónicos, lo importante es que ninguno es
ideal. La mejor forma de organización del espacio es la que permite el
229
funcionamiento de la familia, la que les permita vivir sensaciones de éxito
y satisfacción.
230
Al menos pruébalo una vez y verás. El encuentro vespertino con las
tareas escolares puede generar angustia y estrés, ya sea por la dificultad
que representa para el niño, porque es una reedición de la situación
escolar donde la figura del profesor está presente, por la relación que
existe con el padre o la madre y porque en ese momento los deseos de
los niños están puestos en otro lugar: el programa de televisión, jugar
con los amigos, entre otros muchos.
Con la finalidad de lograr que el tiempo de las tareas escolares
vespertinas se convierta en un espacio placentero, le recomendamos
que inicie realizando algunos cambios: redecore el lugar donde se hacen
las tareas, revise que las paredes estén pintadas de colores claros que
propicien la concentración y la iluminación, puede agregar algunos
posters, cuadros, luces cálidas y plantas, cuidando que no se
sobrecargue y eso distraiga a los pequeños. Asigne un horario y
organice las reglas del trabajo, por ejemplo: que los niños reúnan todos
los materiales escolares necesarios; y anímelos a ir al baño antes de
empezar, para evitar que tengan pretextos para ausentarse y evadir la
tarea. A veces concentrarse es complicado para los niños. Le sugerimos
poner música que facilite la concentración.
¿Qué puede hacer usted? Antes que nada, piense que ama
profundamente a su hijo y que su función central es apoyarlo para
enfrentar los obstáculos que se presentan día con día. Wolf (1973)
considera que es más fácil lograr que los niños realicen tareas cuando se
les sonríe, es uno amable con ellos o se les da un pequeño abrazo, que
con cualquier otro reconocimiento. Evite regaños innecesarios, y no se
desespere si su hijo no aprende o no hace sus tareas rápidamente,
231
recuerde que cada niño tiene su propio tiempo. Cuide que sus
interacciones no sean de tensión; es necesario armarse de mucha
paciencia y comprensión.
La verdadera función de los padres consiste en lograr que los niños sean
independientes, responsables y que construyan proyectos ambiciosos
para el futuro.
232
resultado y que con sólo modificar las condiciones ambientales pueden
darse cambios significativos, ya es un avance.
233
Las preguntas productivas. Como herramienta para
soportar el aprendizaje constructivista
Preguntas productivas
234
proveerles a los alumnos el camino para la construcción de su propio
conocimiento. Los seis tipos de cuestiones - para enfocar la atención,
para medir y contar, para comparar, para provocar la acción, para la
propuesta de problemas y para el razonamiento - llevan al maestro a
conocer a dónde se encuentran los alumnos y así proveer el tipo de
soporte necesario en un momento dado. Las preguntas no están
propuestas para ser aplicadas en un determinado orden, sino para ser
contestadas conforme lo que va viendo y escuchando de lo que ocurre
con sus alumnos. El papel del profesor o la profesora se transforma en
un monitor y facilitador para que los estudiantes se involucren activa y
responsablemente en su propio aprendizaje.
235
plastilina esperando que sus "balsas" floten.
Cuando esto no funcionó, procedieron a
adelgazarla y/o hacerla más pequeña;
rápidamente se dieron cuenta de su derrota. Noté
brazos caídos y desencanto general. Los alumnos
y las alumnas de las escuelas elementales tienen
el mismo problema y comienzan equivocándose,
al encontrarse fuera de foco con el objetivo
buscado, hacen comentarios como que esta actividad es tonta o
estúpida, y frecuentemente muestran un comportamiento poco
cooperativo. El reto para mí tanto como para cualquier otro profesor fue
ayudar a los estudiantes a buscar la información almacenada en sus
memorias de tal manera que los lleve a buscar el éxito en este reto.
236
¿Han ustedes visto...? ¿Qué han observado sobre...? ¿Qué están ellos
haciendo? ¿Cómo se siente/huele/mira?
¿Puedes encontrar una forma para...? ¿Te puedes imaginar cómo sería
si...?
237
¿Por qué piensas que...? ¿Cuál es la razón que...? ¿Puedes inventar
una regla para...? "comparación": "¿En que se parecen todos estos
objetos que flotan?"
238
Hasta ahora, he usado diferentes tipos de preguntas como respuesta a
lo que dicen y hacen los estudiantes. Lancé la mayoría de las preguntas
"de reto para la acción" a aquellos alumnos y alumnas que se mostraban
listos para seguir adelante cuando se
ponían a pensar; y hacía preguntas
"para enfocar la acción", para aquellos
estudiantes que necesitaban ayuda en
todo lo que tenía que ver con la
modificación de piezas necesarias para
resolver el problema exitosamente.
239
flotar cuando se le da la forma de bote pero no cuando se le da la forma
de pelota?" Es importante apuntar aquí que la pregunta es "¿Por qué
piensas?" y no tan sólo "¿Por qué?" La construcción de la pregunta
completa (con un verdadero significado) motiva a los alumnos y las
alumnas a hacer ciencia -esto es, usar la evidencia para la creación de
una explicación.
A los niños y niñas más brillantes, quienes están listos para más de un
reto, no hay razón para mantenerlos quietos. Las preguntas productivas
240
que ocasionan que estos niños y niñas encuentren la correspondencia
entre cambiar la forma a la plastilina y el cambio en el nivel del agua
podrían posibilitarlos para comenzar a pensar sobre el desplazamiento y
acercarse realmente a una comprensión avanzada de la flotación.
241
muy importante para el desarrollo de los conceptos entender lo que los
estudiantes daban como su punto de vista y cómo se articulaba con el
patrón observado.
242
uso apropiado de las preguntas productivas sin poner atención en cómo
los estudiantes se aproximaban al problema propuesto. Muchos
maestros prefieren poner parámetros más rígidos, como lo hizo esta
maestra en respuesta a los estudiantes que no obtuvieron éxito al primer
intento. El propio estilo del maestro y el conocimiento de las habilidades
de los estudiantes determinarán cuánta estructura se aplica. Todos los
estudiantes, sin embargo, pueden sacar gran ventaja del uso estratégico
de las preguntas productivas.
Esta no fue la única actividad que la maestra utilizó para desarrollar una
comprensión del beneficio de este tipo de
máquina simple. Otras actividades que
involucran artefactos "sube y baja"
posibilitan al maestro utilizar preguntas
"para la comparación" que refuerzan el
patrón entre fuerza y distancia. Estas
actividades llevan un poco más de tiempo
que meramente enunciarle a los alumnos y alumnas los tipos de
palancas. No existe la más mínima duda de que estos estudiantes
entendieron y recordarán lo que aprendieron haciendo, y tuvo sentido lo
que hicieron cuando su profesor trabajó como facilitador y guía a través
del uso de preguntas productivas.
Un puente al entendimiento
243
divierten con las actividades, ocurre un aprendizaje y se desarrolla una
comprensión. Pocos niños, sin embargo, son capaces de construir una
comprensión por el simple hecho de participar en una actividad. Las
preguntas productivas posibilitan a los maestros y maestras a crear un
puente entre las actividades y los estudiantes. Ellas hacen lo posible
para que todos los interesados en aprender lleguen al conocimiento.
244
Los “preconceptos y las dificultades para enseñar ciencias
245
sepa recitar de memoria la definición newtoniana de fuerza y la ley de la
gravitación universal. Peor aún, suelen persistir en los adultos.
246
Aunque el estudio se llevó a cabo en un museo de ciencias, y por lo
tanto el interés principal de las
investigadoras era diseñar equipos
museográficos, algunos de sus resultados
podrían aplicarse al salón de clase. Un
primer resultado importante es que las
frases enunciadas en negativo (como "la
rotación de la Tierra no genera gravedad")
no son útiles para efectuar el cambio conceptual, e incluso pueden
reforzar los preconceptos (los alumnos recuerdan que la frase
relacionaba rotación con gravedad, pero olvidan que la relación era una
negación).
Una conclusión que se puede sacar de este estudio es que para ayudar
a los visitantes (o a los alumnos) a desechar sus preconceptos y adoptar
las explicaciones científicas correctas, es preciso mostrar los fenómenos
en vez de sólo narrarlos, y sobre todo mostrarlos de una manera que
haga entrar en conflicto los preconceptos de los alumnos con la realidad
experimental.
247
En el salón de clase no es fácil mostrar los fenómenos. ¿Qué se puede
hacer? Una posibilidad es aplicar un cuestionario como el siguiente, o
usar estas preguntas como guía para una discusión dirigida.
248
7. El diámetro de la Tierra es de 12,800 kilómetros. Una ciudad en la que
es mediodía está más cerca del sol que una ciudad en la que es
medianoche, pero la diferencia máxima posible es de 12,800 kilómetros.
¿Qué porcentaje es esta cifra de la distancia promedio al sol?
249
COTIDIÁFONOS
Judith Akoschky
250
COMPUESTAS: Con diferentes nivel de de elaboración; ocasionalmente
se recurre al uso de herramientas.
OBJETOS COTIDIANOS
251
Nombre de los Cotidiáfonos.
Algunos cotidiáfonos tienen formas originales mientras que otros se
asemejan a instrumentos existentes. El nombre que recibe cada uno de
ellos depende de su sonido; al encomendar esta tarea a los niños han
aparecido diferentes criterios: nombres como aplausos, lluvia, agua
cristalina, grillos, la cigarra, entre otros, fueron motivados por reales
hallazgos de evocación sonora.
Sonorización y Orquestación
La búsqueda u confección de cotidiáfonos significó un riquísimo
aprendizaje en el campo de la experimentación con el sonido; esto abrió
nuevas perspectivas para uso y aplicación, tales como:
252
Fondos sonoros: para reforzar el clima de poesías, crear el marco
adecuado para la narración de cuentos, etc.
CLASIFICACIÒN:
IDEOFONOS.- de golpe directo o de sacudimiento (Botellas, cajas,
botes, etc.)
CORDOFONOS.- Son modelos compuestos por elementos que se
estiran; Cuerdas, ligas, mecates, hilos, etc.
MEMBRANÓFONOS.- Cotidiáfonos muy sencillos de confección, en
ellos se encuentra lo confeccionado con membranas vibratorias y que
pueden ser provocados por fricción, de soplo, de percusión y de
sacudimiento. (Tambores).
253
TALLER DE CANCION COLECTIVA INFANTIL
Joaquín López Chapman
254
integrante del grupo “Menudo” acerca del modo de vida de un niño
tarahumara?
Así pues, este taller pretende generar un espacio en que el niño pueda
expresar, mediante la música y la palabra, su modo particular de ver el
mundo y cosas que le rodean.
¿Y cómo se hace una canción colectiva?
b) Orografía
Volcán Popocatepetl
Valle México
etcétera
c)Hidrografía
Papaloapan
Ríos
Chapala
Lagos
Caribe
255
Mares
Etcétera
d) Clima
Estaciones
etcétera
Biología a) Botánica Clavel
Flores Plátano
Frutas Calabaza
Verduras Hierbabuena
Plantas
Etcétera
b) Zoología
Mamíferos Vaca
Reptiles Iguana
Aves Guajolote
Insectos Mariposa
Etcétera
c) Anatomía Faringe
Respiratorio Estómago
Digestivo Pelvis
Esquelético
Social etcétera
256
b)Formas de asociación Guelaguetza
Rituales Carnaval
Fiestas Tequio
Trabajo Mayordomías
Gobierno
etcétera
Fabrica
Centros de trabajo Hospital
Escuela
Ingenio
Etcétera
Histórico a) Origen de la
Comunidad
Género humano
Macro Cultura
País
Etcétera
Asociación
Micro Institución
Club o equipo
Etcétera
257
b) Procesos Mayas
Prehispánico Independencia
Colonial
Etcétera
c) Personajes Zapata
Nacional
Estatal
Regional
Etcétera
d) Patrimonio
Cultural
Objetos
Edificaciones Chichen
Itza Etcétera
Tecnología a) Tradicional
Medicina Vacunación
Maquinaria Tractor
Arquitectura Colada
Etcétera
258
Desarrollo del tema
Una vez seleccionado el tema sobre el cual se estructurara la canción,
es necesario desarrollarlo, obtener más información acerca del mismo y
determinar sus elementos básicos, para lo cual sugerimos las siguientes
técnicas.
Elaboración de preguntas.
Elaborar una serie de preguntas a resolver usando como base los
siguientes elementos:
¿Qué?
¿Por qué?
¿Para qué?
¿Dónde?
¿Cuándo?
¿Cuántos?
¿Con que?
¿Con quién?
¿Cómo?
Etcétera.
Pongamos, como ejemplo, que el área seleccionada fue la biológica; la
especialidad botánica; el tema general, las plantas; y el especifico, el
maguey. A partir de este tema podríamos generar las siguientes
preguntas:
¿Qué es el maguey?
¿Por qué “se da” el maguey?
¿Dónde “se da” el maguey?
Etcétera.
259
Dibujo descriptivo.
Otro medio para desarrollar el tema es
el de sugerir al grupo la realización de
un dibujo (sea éste individual o
colectivo), mismo que posteriormente
describirán verbalmente o por escrito.
Dramatización.
Un último recurso es el de representar mediante una dramatización la
situación o tema seleccionado para luego analizar y describir lo
expuesto.
Genero Tipo
Serio Oda o himno
Descriptivo o narrativo
Didáctico
Critica o despecho
Lamento
Ritual
Cómico Satírico o chistoso
260
Sarcástico o irónico
Absurdo o incoherente
Doble sentido o parábola
Acumulativo o aleatoria
Elementos Auxiliares
Oda o Himno: en este tipo de canción es necesario destacar todas las
virtudes del tema.
Critica, despecho o lamento: aquí es necesario destacar y exponer todos
los elementos problemáticos del tema.
Didáctica: algunas alternativas para lograr este tipo de canción serian:
emplear un dicho tradicional como generador y moraleja de la canción.
Asimismo, se podría hacer una canción en “dialogo” (maestro-alumno,
esposa, esposo, etcétera). Por último se podrían exponer en orden
(cronológico, secuencial, etcétera) diversos aspectos del tema tratado.
Cómico: el empleo de los siguientes elementos funciona como auxiliar
para lograr la comicidad:
a) Onomatopeyas
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b) Versos esdrújulos
c) Rima muy acentuada
d) Romper sorpresivamente la rima
e) Palabras y nombres extraños
f) Silabas iníciales suspendidas
g) Situaciones absurdas y contradictorias
262
c) Elaborar primero el texto de la canción empleando como pauta: el
numero de silabas por verso (octosílabo, endecasílabo, etcétera) y
el numero de versos por estrofa (cuarteto, decima, etcétera). Luego
a proceder a musicalizar el texto.
d) Componer colectivamente una melodía. Un medio para lograr esto
es que el maestro entone los fragmentos propositivos de la misma
y los alumnos complete la respuesta. Una vez fijada la melodía de
la canción se procede a medir el número de silabas que contienen
por verso y se elabore el texto.
Arreglo e instrumentación
Por último, habiendo ya compuesto la canción, podemos proceder a
prepararla (es decir, vestirla,) para su presentación en público para la
cual sugerimos los siguientes pasos:
a) Seleccionar el tipo de textura (capas o estratos musicales) que ha
de llevar:
Melodía sola (una sola voz)
Melodía sola (a coro)
Melodía sola (solista y coro o coro y coro)
Melodía y ritmo (palmadas o percusiones)
Melodía y varios ritmos
Melodía y bordón (una sola nota de fondo)
Varias melodías (lo que hace la mano hace la tras…)
Melodía y armonía (guitarra, jarana, arpa, acordeón, piano,
etcétera)
Melodía, armonía y ritmo.
Etcétera.
263
b) Seleccionar si la textura elegida requiere el tipo de instrumentos
que han de acompañar a la melodía. Cabe mencionar que estos
pueden ser los ya convencionales (guitarras, panderos, flautas,
etcétera), instrumentos u objetos confeccionados o recolectados
por los propios niños e inclusive, la diversa gama de sonidos
producidos por el cuerpo humano (Dando chasquidos, ronroneo,
palmadas, zapateo, etcétera).
Difusión
Habiendo sido ya compuesta, arreglada y ensayada la canción,
procedemos a la difusión de la misma. Esta puede presentarse en
diversos eventos programados ya sea a nivel escolar, interescolar,
comunitario, intercomunitario, regional, etcétera. Sin embargo, dada la
fugacidad que caracteriza a este tipo de eventos, en el que una canción
dura solo el tiempo que es ejecutada, en que la emoción y el nerviosismo
embargan de tal manera a niños, padres y maestros, permitiendo que
estos pierdan la objetividad en cuanto al valor de la misma, sugerimos
que esta (la canción) sea grabada en el ensayo o durante la función,
facilitando de este modo a niños y padres el poder escucharla una y otra
vez. Asimismo, esta grabación permite generar otras formas de difusión
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como son: la reproducción en el aparato de sonido de la escuela o
presidencia municipal, la realización de programas de radio y televisión,
la reproducción de casetes o discos para consumo comunitario, regional
o nacional. Por último, esta grabación puede integrar parte del acervo de
la fonoteca local (biblioteca comunitaria), permitiendo de este modo a las
futuras generaciones el acceso a las canciones previamente
compuestas.
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Diseño y elaboración
Secretaría de Educación Pública y Cultura
Programa Escuelas de Tiempo Completo
Equipo Técnico Pedagógico de Educación Primaria
Culiacán, Sinaloa, Septiembre 2012.
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