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68 millones de mexicanos sin seguridad

social; programas sociales no garantizan


los derechos humanos
Intentar combatir la pobreza sin garantizar el derecho a la seguridad social ha provocado
que hoy 68 millones de mexicanos no tengan acceso a una pensión o requieren pagar para
recibir atención médica, afirma el estudio Pobreza y Derechos Humanos.

El combate a la pobreza y la desigualdad en México no ha tenido éxito porque las


políticas públicas creadas para ello no tienen como eje el cumplimiento de
derechos humanos básicos como el derecho al trabajo, educación, salud, seguridad
social, vivienda y alimentación, indica el informe Derechos Humanos y Pobreza.

Elaborado por el equipo de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, con apoyo de la


Fundación para la Paz en Guerrero y la Comisión Nacional de Derechos Humanos,
el estudio afirma que la ausencia de este eje ha impedido que los destinatarios de los
programas sociales ejerzan sus Derechos Económicos, Sociales, Culturales y
Ambientales (DESCA) y ha colocado a la falta de acceso a la seguridad
social como la carencia más prevalente: 68 millones de mexicanos hoy no tienen
acceso a la seguridad social o requieren pagar para recibir atención médica.

Los grupos más afectados por esta carencia son los adultos mayores y las personas
con discapacidad. A nivel nacional, el 69 % de los habitantes de más de 60 años no
tienen un ingreso básico garantizado, pues al no haber estado afiliados a alguna
institución pública de seguridad social como IMSS o ISSSTE no cuentan con
pensión. En tanto, el 65 % de las y los mexicanos con alguna discapacidad no
reciben alguna transferencia de los programas sociales a los cuales tienen derecho.

Cifras del GESOC señalan que estos 14 programas que son la excepción ejercen 137
mil millones de pesos, esto es el 16 % del presupuesto asignado. En contraste, hay
otros 61 programas que consumen más de la cuarta parte del presupuesto asignado,
en total 228 mil millones de pesos, recursos cuyo uso se pierde en la opacidad y la
dispersión. En el caso de los 2,528 programas de los gobiernos estatales, el 95% no
cumple con la institucionalidad mínima.

Pero más allá de la correcta aplicación de los programas sociales, el problema de


fondo tiene que ver con lo establecido en el artículo 1 de la Constitución, de acuerdo
con el estudio de Acción Ciudadana Frente a Pobreza. Este dicta la obligación de
todas las autoridades, estatales y federales, de respetar, promover, proteger y
garantizar los derechos humanos constitucionales y los tratados internacionales
ratificados por México.

Jóvenes y mujeres, sin acceso al trabajo

Respecto al acceso al trabajo, se encontró que el 36 % de las y los mexicanos se


encuentran sin trabajo o subocupados, en tanto que el 61 % de aquellos que sí
cuentan con un empleo tienen una remuneración insuficiente para subsistir.

Del total de las personas empleadas en el país, más de la mitad (54 %) no tienen
prestaciones. Igualmente se confirma que los jóvenes y las mujeres son los dos
sectores que tienen menos acceso al derecho del trabajo.

Sin prestaciones ni pensión

Como ya se mencionó, la carencia de seguridad social es el rubro más alarmante,


pues más de 68 millones de habitantes no están afiliados a ningún sistema público.

El 69 % de adultos mayores años no gozan de pensión y el 65 % de las personas con


discapacidad no reciben la ayuda económica a la que tienen derecho por parte de
alguno de los programas sociales destinados a ellos.

Salud para unos cuantos

En el tema de la salud se encontró que los indicadores en mortalidad infantil,


problemas en el desarrollo físico, mortalidad materna, falta de diagnóstico oportuno
y la falta de atención en los servicios públicos no han disminuido a consecuencia de
la mala aplicación de políticas públicas que distan de la realidad.

Inseguridad alimentaria y vivienda

En el caso de la alimentación se detectó que el 21 % de las y los niños mexicanos


padecen desnutrición, mientras que el 28 % de la población en general atraviesa por
inseguridad alimentaria, es decir la falta de acceso a una cantidad de alimentos
suficientes para su desarrollo y una vida sana.

Finalmente, la carencia por espacios y condiciones de la vivienda afecta al 15 % de


la población.

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