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Prolapso genital:

Definición: se trata de un descenso de uno o más órganos de la cavidad pélvica hacia el


exterior. El órgano que desciende progresivamente hasta llegar a salir al exterior, si no se pone
remedio a ese proceso, puede ser la vejiga, el útero, la vagina, la uretra o el recto, aunque
también puede darse el caso de que desciendan dos o más de ellos.

Tipos de prolapso:

 Cistocele: es el más frecuente de los prolapsos y se produce cuando la vejiga cae hacia
la vagina, formando un bulto en la pared anterior de la misma. Con frecuencia, tanto
vejiga como uretra (el tubo que comunica la vejiga con el exterior) se prolapsan en
conjunto. Entre los síntomas de este tipo de prolapso está la urgencia urinaria, las
pérdidas de orina durante las relaciones sexuales, y en casos más graves, dificultad
para orinar y riesgo de infecciones debido a un mal vaciado de la vejiga.

 Rectocele: el recto (tramo final del intestino grueso, antes de llegar al ano) cae sobre la
pared posterior de la vagina. Esta modificación de la posición del recto afecta al
movimiento intestinal y puede producirse estreñimiento, hemorroides, vaciado
incompleto de las heces, sensación de presión y obstrucción intestinal.

 Prolapso uterino (histerocele): el útero desciende por la vagina, asomando primero el


cuello y después el cuerpo uterino. En los casos más graves, el útero sale por completo
a través de la abertura vaginal hacia el exterior.

 Prolapso de la cúpula vaginal: la cúpula vaginal, área localizada en la parte más alta
de la vagina, puede descender haciendo que la vagina, que es un saco ciego, se de la
vuelta como un calcetín, quedando la parte interna por fuera. Es frecuente en mujeres a
quienes se ha realizado una histerectomía, es decir, que les han extirpado el útero.

 Enterocele: las asas intestinales descienden por el hueco entre el recto y la parte
posterior de la vagina. Puede ocurrir de forma aislada o asociarse a rectocele o también
a prolapso uterino.

Grados de prolapso

El prolapso, atendiendo a su gravedad, puede clasificarse en cuatro grados para los que
existe un tratamiento específico.

 Grado I o leve: descenso ligero en el interior de la vagina.


 Grado II o moderado: el descenso llega a la entrada de la vagina.
 Grado III: el órgano descendido traspasa el orificio vaginal hacia el exterior, la mujer puede
notar el bulto al caminar y, sobre todo, al realizar esfuerzos.
 Grado IV o total: el órgano (vejiga, útero o recto) sale completamente al exterior, tanto en
esfuerzo como en reposo
Causas de prolapso están:

 un fallo en las estructuras que se encargan de sostener las vísceras pélvicas (debilidad del
suelo pélvico que fallan en su función de sosten)

 Parto vaginal, sobre todo si ha sido instrumental.

 Pérdida de estrógenos relacionada, por ejemplo, con la menopausia.

 Factores genéticos, que puedan explicar una “mala calidad” de los músculos,
ligamentos y tejido conectivo de la pelvis. Es más frecuente en la raza blanca y asiática
que en la raza negra.

 Estreñimiento crónico.

 Enfermedades respiratorias crónicas.

 Practicar habitual e intensivamente deportes de impacto

 Levantar y/o transportar pesos elevados

Síntomas

 Sensación de bulto en la vagina.


 Pesadez o presión dentro de la vagina.
 Sensación de bulto saliendo por la vagina.
 Bulto visible en la entrada de la vagina.
 Abertura vaginal dilatada, excesiva y ancha, asociada frecuentemente a prolapso de útero.
 Dolor y/o malestar en la zona lumbar.
 Orinar muy frecuentemente de día y/o de noche.
 Vaciado incompleto de la vejiga urinaria.
 Infecciones urinarias
 Dolor o sensación desagradable durante o después de las relaciones sexuales con penetración
 Escapes de orina durante las relaciones sexuales.

Cómo tratar?

En cuanto al tratamiento, los dos primeros grados, si ocasionan molestias, deben ser tratados
mediante fisioterapia de suelo pélvico, además de llevar a cabo un cambio de hábitos, entre
ellos: dietéticos, si existe sobrepeso o estreñimiento; eliminar el tabaco si la mujer tiene
enfermedades respiratorias, como tos crónica; limitar el sobreesfuerzo físico; llevar una vida
activa realizando ejercicios que no agraven el prolapso existente, etc.

La cirugía generalmente se hace necesaria en los grados III y IV. A veces hay que extirpar el
órgano que ha salido al exterior (es el caso del útero), y otras veces se reconstruye el defecto
por medio de la colocación de mallas de material sintético que actúan como tejido de sostén y
contrarrestan el suelo pélvico debilitado (es el caso de la vejiga o el recto). Tras la cirugía, es
igualmente conveniente seguir una rutina de ejercicios de suelo pélvico así como unas pautas
de higiene postural y hábitos de vida saludables, para contribuir al éxito de la intervención
quirúrgica y evitar que se vuelva a producir un prolapso.

Tratamientos para mejorar el prolapso con fisioterapia

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