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LA ADMINISTRACION EN LA EDAD MEDIA

Es sistema feudal es lo más característico de este tiempo, la propiedad, concretamente la de la


tierra, era adquirida consolidada y defendida mediante guerras que sostenían los señores
feudales para perpetuar y ampliar sus dominios.

El poder político estaba totalmente descentralizado, de hecho, no había nociones en el sentido


moderno de la palabra. Los feudos porciones relativamente pequeñas de territorio, eran
gobernados con base a ciertas prácticas de costumbre y generalmente prevalecían las
personales y caprichosas de señor amo.

El trabajador tenía que trabajar incansablemente para obtener algunos medios para solo obtener
algunos medios con que alimentar su sufrida existencia. Las clases de relaciones entre patronos
y trabajadores eran de amo a esclavo, a base de decisiones autocráticas. El señor feudal era
amo absoluto, su poder de decisión era ilimitado, a tal grado que llegaba a “decidir” hasta en la
noche de bodas de sus vasallos (derecho de pernaada o prima nocti).

De esta manera cabe destacar que otra característica de este periodo, fueron las formas
descentralizadas de gobierno y como reacción a lo sucedido en el imperio Romano y en el
gobierno democrático griego, que fueron altamente centralizados.

Es así como aparece el feudalismo, sistema bajo el cual los antiguos ciudadanos y habitantes
del imperio Romano se agruparon alrededor de personajes en busca de su protección.

Al continuarse las guerras y con la caída del Imperio Romano, se levantaron nuevos Estados que
repartieron las tierras conquistadas o las depositaron a Señores feudales para gozar de su
protección, creándose grandes extensiones de territorio que se denominan feudos y que eran
propiedad de una nueva clase social, los señores Feudales, en donde ellos eran los dueños y
los antes esclavos, los colonos y los campesinos libres se convirtieron en campesinos vasallos
que en ciertas circunstancias se convertirían en servos u el lema era “no hay tierra sin señor”.

Iglesia Católica, Apostólica y Romana

A través de los siglos, las normas administrativas y los principios de la organización publica se
fueron transmitiendo de las instituciones estatales (como en el caso de Atenas, Roma, etc.) a las
instituciones de la naciente Iglesia católica y a las organizaciones militares. Esa transferencia se
hizo lenta, pero efectivamente, tal vez porque la unidad de propósitos y objetivos-principios
fundamentalmente en las organizaciones eclesiásticas y militares no se encontraba siempre en
la acción política que se desarrollaba en los estados, movida generalmente por los objetivos
contradictorios de cada partido, dirigente o clase social.

En los transcursos de los siglos, la iglesia católica estructuro su organización, su jerarquía de


autoridad, su estado mayor (asesoría) y su coordinación funcional. La iglesia cuenta con una
organización jerárquica tan simple y eficiente, que su enorme organización mundial puede operar
satisfactoriamente bajo el mando de una sola cabeza ejecutiva; el papa, cuya autoridad
coordinadora, según Iglesia católica, le fue delegada por una autoridad divina superior.

La iglesia impuso sus valores en el orden social y religioso, identificando el gobierno eclesiástico
con el estado.

En el campo comercial se impusieron criterios muy severos pues la actividad de los mercaderes
se consideraba como una actividad vergonzosa e ilícita. La usura fue considerada como un robo.
El valor fundamental de este periodo radicaba en la salvación del alma, objetivo que se
desprendía de del principio de que el hombre fue puesto en la tierra durante un período en el que
su primer afán debería ser prepararse para la eternidad. Estos valores conformaron el sistema
económico medieval.

El último parte del medioevo dos fechas importantes se introducen en la escala de valores:
Primero. Se desarrolla una creciente actividad comercial en los estados italianos, por un
incremento en las actividades de los gremios artesanos. Se da, al mismo tiempo, por un creciente
intercambio comercial de productos entre los estados.

Segundo. Los valores basados en principios religiosos empiezan a cambiar, a raíz de los escritos
de Santo Tomas de Aquino, entre otras cosas, justifica contra la opinión establecida, la actividad
del mercader, sosteniendo que, aunque el comercio es desagradable en un mal necesario y que
el comercialismo tiene una función social. Se considera importante esta justificación de las
actividades mercantiles. La usura siguió siendo condenada y restringida.

De todos modos, la estructura de la organización eclesiástica sirvió de modelo para muchas


organizaciones que, ávidas de experiencias exitosas, pasaron a incorporar una infinidad de
principios y normas administrativas utilizadas en la iglesia católica.

Durante la Edad Media, floreció y se consolido la iglesia católica, apostólica y romana que, de
acuerdo con sus principios doctrinales, el Papa recibe su autoridad de Dios y ocupa la mayor
jerarquía en la organización. Su autoridad central es poderosa y única, en contraposición a otra
forma administrativa en donde conforme la organización crece se van estableciendo niveles
intermedios e inferiores de autoridad, en la iglesia católica existe un proceso inverso no de
delegación, sino de superposición de autoridad a niveles superiores. El Papa conserva una
autoridad no delegada y los nombrados derivan la suya no del Papa, sino directamente de Dios.

Al crecer el número de fieles las pequeñas misiones se constituyeron en iglesia y estas desde
un principio se agruparon en diócesis. La autoridad coordinadora se caracteriza de un poder
central, que tiene unido a un colegio de obispos con poderes propios que requieren, sin embargo,
la subordinación a dicho poder central. En esta época, el poder interfirió en la administración de
la iglesia y hubo una larga contienda en los siglos XI, XII y XIII.

El cenado del romano pontífice, lo constituyen los cardenales y el gobierno de la iglesia le asisten
como consejeros y colaboradores, se le denomina sagrado colegio de cardenales y se distribuye
en tres órdenes: episcopal, presbiteriana y diaconal.

El Papa Gregorio X, en 1274 organizo el “conclave” (confinamiento de cardenales durante la


elección del Papa), y desde entonces el papa es elegido por el sagrado colegio y el poder le
viene de Dios al aceptar su nominación.

Siendo la iglesia católica la mayor organización mundial existente y a su vez la más centralizada
en su forma de gobierno, resulta importante por sus funciones desde el punto de vista
administrativa.

Dentro de la organización existen los obispos, presbíteros y diáconos, constituyen la segunda


triada, existen también los subdiáconos, acólitos, exorcistas, lectores y guardianes, diferentes
categorías que actualmente se consideran como etapas de formación para el sacerdote.

Su organización ha tenido que atender a un crecimiento no solo funcional sino también


geográfico, como consecuencia del establecimiento de misioneros o de monjes.

De la organización de la iglesia se obtiene un principio administrativo muy importante y que ha


demostrado en los muchos siglos de operación lo que vale el adoctrinamiento de quienes ante
un objetivo común están dispuestos a unir esfuerzos individuales en un colectivo. El “dominio de
una idea” ya sea dogmática, de servicio social o de coordinación de acciones, no puede ser
sustituido por la estructura administrativa o por ningún principio científico.

Influencia de la organización militar

La organización militar también ha influido en el desarrollo de las teorías de la administración. La


organización lineal, por ejemplo, tiene sus orígenes en la organización militar de los ejércitos de
la antigüedad y de la época medieval, el principio de unidad de mando, según el cual cada
subordinado solo puede tener un superior- fundamental para la función de dirección, es el núcleo
central de todas las organizaciones militares de aquellas épocas. La escala jerárquica, es decir,
la escala de niveles de mando de acuerdo con el grado de autoridad y de responsabilidad
correspondiente, es un elemento característico de la organización militar, utilizado en otras
organizaciones con el transcurrir de los tiempos, la ampliación gradual de la escala de mando
trajo también una correspondiente ampliación del grado de autoridad delegada: a medida que el
volumen de operaciones militares aumentaba, crecía también la necesidad de delegar autoridad
en los niveles más bajos dentro de la organización militar. Todavía en la época de Napoleón
(1769 – 1821), el general, al dirigir su ejército, tenía la responsabilidad de vigilar la totalidad del
campo de batalla. Sin embargo, ante las batallas de mayor alcance, incluso de ámbito
continental, el comando de las operaciones de guerra exigió, no nuevos principios de
organización sino la extinción de los principios entonces utilizados, lo que condujo a una
planeación y control centralizados paralelos a las operaciones descentralizadas. Se pasó así la
centralización del mando y a la descentralización de la ejecución.

El concepto de jerarquía dentro de la organización militar es tan antiguo como la propia guerra,
pues existió siempre la necesidad de un estado mayor para el ejército. Sin embrago, el estado
normal, como cuartel general, solo apareció en 1665 con el distrito de Brandemburgo, precursor
del ejercito prusiano. La evolución del principio de asesoría y la formación de un estado general
tuvo su origen en el siglo XVIII en Prusia, con el emperador Federico II, el grande (1712-1786),
quien deseoso de aumentar la eficiencia de su ejército hizo algunas innovaciones en la estructura
de la organización militar. Con la ayuda del general Scharnhorst fue creado un estado mayor
(staff) para asesorar el mando (línea) militar. Los oficiales de línea y de asesoría trabajaban
independientemente, en una nítida separación entre la planeación y la ejecución de las
operaciones de guerra. Los oficiales formados en el estado mayor se transferían posteriormente
a posiciones de mando (línea) y de nuevo al estado mayor, lo que aseguraba una intensa
experiencia y vivencia en las funciones del gabinete, de campo y nuevamente de gabinete.

Otra contribución de la organización militar es el principio de dirección, según el cual todo soldado
debe conocer perfectamente lo que se espera de él y aquello que debe hacer. Resalta la Mooney
que aun Napoleón, el general más autócrata de la historia militar, nunca dio una orden sin explicar
su objetivo y verificar que se había comprendido correctamente, estaba convencido de que la
obediencia ciega jamás llega a la ejecución inteligente de cualquier acto.

A comienzos del siglo XIX, Carl Von Clausewits (1780-1831), general prusiano, escribió un
tratado sobre la guerra y los principios de guerra, sugiriendo como administrar los ejércitos en
periodos de guerra, en este se inspiraron muchos teóricos de la administración que
posteriormente se basaron en la organización y en la estrategia militar, adatando sus principios
a la organización y a la estrategia industrial.

LA ADMINISTRACIÒN EN LA EDAD MODERNA

En el tiempo comprendido entre la antigüedad y el inicio de la edad moderna, la filosofía se dirigió


hacia una variedad de preocupaciones que nada tenían que ver con los problemas
administrativos.

Los cameralistas germanos y austriacos

Los cameralistas fueron un grupo de administradores públicos e intelectuales alemanes y


austriacos, los cuales mantuvieron, generalmente, desde el siglo XVI, hasta el siglo XVIII, los
mismos principios de las escuelas de economía política inglesa mercantilista, y francesa
fisiocratica. Ellos creían que, para mejorar la posición del estado, era necesario maximizar su
riqueza material. Pero la escuela cameralista enfatizaba la administración sistemática como una
fuente de fuerza y fue uno de los primeros grupos que actuó así.

Los cameralistas creían también en la universalidad de las técnicas de la administración, es decir,


que las mismas cualidades que aumentaban la riqueza de un individuo, eran las requeridas para
la adecuada administración del gobierno y sus departamentos. Al desarrollar principios
administrativos, pusieron énfasis en la especialización de la función, el cuidado en la selección y
entrenamiento de subordinados para posiciones administrativas, el establecimiento del puesto
de contralor en el gobierno, la expedición de procesos legales y la simplificación de
procedimientos administrativos.

Teoría de Montesquieu

Carlos Sècondat Montesquieu (1689-1755), con sus teorías del pensamiento administrativo, tuvo
gran influencia en la administración pública moderna para la división de los órganos del Estado
y en grado menor para la separación funcional de actividades en las empresas privadas.

Montesquieu inspiro su Teoría en las experiencias del Imperio Romano y en la Construcción de


Inglaterra. Estableció que el Estado tiene tres clases de organismos: Legislativo. Ejecutivo y
Judicial (que llama “`poder ejecutivo de las cosas que dependen del derecho civil”).

El poder Legislativo es el que hace las leyes o deroga las existentes, el Ejecutivo tiene la
responsabilidad de aplicará y el Judicial castiga los delitos y tiene a su cargo la interpretación de
las diferencias entre las personas.

La importancia de separar los órganos del Estado, la sintetiza: La libertad de un ciudadano es la


tranquilidad de espíritu que proviene de la confianza que tiene cada uno en su seguridad; para
que esta libertad exista es necesario un gobierno tal, que ningún ciudadano pueda temer de otro
.Cuando el poder legislativo o el poder Ejecutivo se reúne en la misma persona o en el mismo
cuerpo, no hay libertad; falta de confianza por el temor de que el monarca o el Senado hagan
leyes tiránicas y las ejecutan ellos mismos tiránicamente. No hay libertad si el poder de juzgar
no está separado del poder Legislativo se podría disponer arbitrariamente de la libertad y de la
vida del ciudadano; si el juez fuera el poder Ejecutivo tendría la fuerza de un opresor. Todo se
habría perdido si el mismo hombre o la misma cooperación de próceres o la misma asamblea
ejercieran los tres poderes.

Montesquieu considero convenientemente que los miembros del poder Judicial fueran
transitorios y salidos de lo “más popular” en tanto para los Poderes Legislativo y Ejecutivo podrían
ser permanentes “porque no ejercen particularmente contra persona alguna”. A pesar de ello lo
fundamental de su Teoría de la separación funcional se mantiene actualmente, sin embrago, lo
más importante es, no la separación sino la coherencia de sus funciones para que el Estado
actué con unidad.

La teoría funcionalista ha influido también para que, en la empresa privada de ciertas


características, como las sociedades anónimas, las de responsabilidad limitada etc., haya un
cierto deslinde de funciones. Así las determinativas o legislativas, por delegación de la asamblea
general de accionistas se conceden a la junta directiva; las ejecutivas aplicativas, o
administrativas a la gerencia y las interpretativas o judiciales internas son ejercidas por órganos
especiales o en parte por los otros dos ya que en el sector privado no hay división relativa de
esas funciones como en el sector público.

LA ADMINISTRACION EN LA EDAD CONTEMPORANEA

El estudio de la evolución del pensamiento administrativo, en la actualidad, nos muestra la base


fundamental en que descansa la ciencia de ña administración, ya se aplique al sector público o
al privado. A pesar de que las teorías han sufrido una transformación radical y se siguen
desarrollando aún conservan en varios aspectos su validez original o bien ameritan su análisis
histórico, por las proyecciones que tuvieron en los actuales principios administrativos y en su
aplicación práctica.

La revolución industrial

La revolución industrial fue un periodo de mucho avance tecnológico, comercial, industrial, en


comunicación, etc., todos estos cambios que se suscitaron hicieron necesario la modificación de
los métodos de trabajo en las organizaciones, por otro lado, estos cambios trajeron consigo una
variante en el comportamiento y deseos de la sociedad, por lo que fue necesario también diseñar
otras estrategias o filosofías que atendieran sus nuevas necesidades.
La demanda de los productos se incremento notoriamente y las empresas no eran capaces de
satisfacerla, entonces se vieron obligados a aumentar la productividad de las fábricas, para esto
fue necesario:

 Crear normas rígidas de trabajo.


 Formas de comportamiento rutinizadas y mecanizadas dentro de las organizaciones
para evitar cometer errores.
 Aumento en la dependencia entre los miembros de la organización.
 Una necesidad de coordinación permanente.

En la revolución industrial es el inicio de la teoría científica de la administración, en esta época


encontramos diversos cambios de pensamiento organizacional, se realizaron diversos estudios
como la investigación administrativa, los principios administrativos, los conceptos de
administración, las funciones de la administración, etc.

En cuanto a la administración del factor humano dentro de las organizaciones encontramos que
existía una división del trabajo de tal manera que las actividades a realizar fueran más simples,
las jornadas de trabajo eran de 12 a 13 horas, las condiciones ambientales eran peligrosas, los
salarios eran bastante bajos, etc.

Al trascurrir los años, los trabajadores empezaron a tener conciencia de que la forma de vida que
llevaban era realmente precaria y que las condiciones laborales en las que se encontraban
dejaban mucho que desear, por lo que surgieron ciertas tensiones entre las clases obreras y los
dueños de las industrias; esto llevo a la necesidad de generar algunas leyes que laborales que
defendieran los derechos de los trabajadores.

Aportaciones a la administración en la Revolución industrial.

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