Los depósitos porfiríticos ocurren predominantemente en el Cenozoico, en menor cantidad en el
Mesozoico y raramente en el Paleozoico. Cabe mencionar que aun cuando algunos depósitos ocurren en el Precámbrico, estos son tan pequeños y de tan baja ley que carecen de interés económico. Las edades más frecuentes varían entre el Cretácico Superior y el Plioceno (70 - 5 millones de años). Los mejores ejemplos de estos depósitos se encuentran en el Cinturón Circum-Pacífico, donde se expresan como franjas de depósitos mineralizados. Los depósitos mayores y más conocidos se agrupan en tres principales provincias metalogénicas: - Cinturón Andino (Chile, Perú, Argentina. Bolivia. Ecuador) - Cinturón Norteamericano (estados de Utah, Nevada. Arizona y Sonora). - Cinturón Pacífico Occidental (Filipinas, la Indonesia, Papúa - Nueva Guinea). También existen ocurrencia de pórfidos de cobre en áreas tectónicamente favorables de Japón, China, India - Nepal - Pakistán, Medio Oriente, Europa Central, Siberia, Escandinavia y El Caribe, entre otros. La distribución en tiempo de los depósitos porfiríticos, es probablemente el resultado de los procesos de erosión, que normalmente remueven los niveles superiores de los complejos volcánicos subaéreos y subvolcánicos, los cuales son rocas huéspedes de los depósitos porfiríticos. La remoción erosiva de estos depósitos es particularmente rápida. En la Cordillera Canadiense Triásico/Jurásico (210 – 180 ma.) y Cretácico/Terciario (85 - 45 ma.) los depósitos cordilleranos se subdividen de acuerdo a su morfología dentro de varias clases.