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Generalmente, se asume que los procesos de refino de este metal empiezan cuando ya
se tiene un material en el que el contenido de oro empieza a ser importante.
Normalmente, y antes del proceso de refino, no existe un control muy estricto respecto
a las impurezas que acompañan al oro, y estas restricciones solo conciernen al cobre y
a los materiales carbonáceos, que consumen al agente de lixiviación, cianuración, y
contribuyen a la propia destrucción del agente de lixiviación en exceso. Por lo tanto,
las restricciones en cuanto al control y eliminación de las impurezas solo se empiezan
a considerar cuando comienza el proceso de refino del metal.
Las materias primas que alimentan estas plantas de refino proceden entonces de:
Uno de los procesos más antiguos para separar el oro de la plata y los metales
base, usualmente asociados con él, fue por la partición con ácido nítrico. Como el
ácido nítrico no puede atacar completamente cualquier aleación de oro, a no ser
que el contenido de oro no exceda el 30%, en Este caso la plata (o cobre) debe ser
deliberadamente aleada con el bullón de oro para permitir que se "parta"
completamente. El oro no es atacado, la plata y el cobre respectivamente forman
nitratos solubles. Las reacciones son acompañadas por la evolución de gases de
óxido nítrico NO, el cual se combina con el oxígeno del aire para producir gases
marrones densos de NO2 y N2O4. Si la relación del oro y la plata más los metales
base está en un exceso de 1:2 1/2, el doré queda sin reaccionar, y a una relación
inferior de 1 de oro a 2 1/2 de plata más metales base, es posible producir un
residuo marrón claro de oro fácilmente manipulable.
También, cabe mencionar que para el tratamiento de las amalgamas conteniendo
metales preciosos, lo primero que se hace es refogar en retortas convenientemente
diseñadas a fin de recuperar o atrapar el mercurio contenido, evitando de esta
manera la contaminación ambiental.
- Que el contenido de oro de la aleación esté por encima de las 285 milésimas.
Proceso Wohlwill Este proceso utiliza la electrólisis para el refino del oro. El
metal impuro se moldea en ánodos mientras que los cátodos se preparan de titanio
o de oro muy fino. El electrolito es una disolución acuosa de ácido
tetracloroaúrico.
Este proceso todavía emplea la lixiviación del residuo aurífero que se forma en
las celdas de procesado de plata. El agente de lixiviación que se utiliza es ácido
sulfúrico concentrado. Sin embargo, el oro fino que se obtiene no se funde en
ánodos, sino que se vuelve a tratar, esta vez con agua regia, de forma que se
disuelve el oro, metal que se precipita de forma selectiva con sulfito sódico, bajo
condiciones de estricto control del potencial redox. El platino y el paladio
contenidos en la disolución de lixiviación se recuperan mediante cementación con
hierro.